universum (talca) - la operación cóndor y la guerra fría

7/22/2019 Universum (Talca) - La Operacin Cndor y la guerra fra

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Universum (Talca)On-line versionISSN 0718-2376

Universum vol.19 no.1 Talca 2004

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-23762004000100007

Revista Universum N 19 Vol.1 :122 - 137, 2004

ARTICULOS

La Operacin Cndor y la guerra fra

Alejandro Paredes (*)

(*) Licenciado en Sociologa, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Doctorando en Historia, Universidadde La Plata, Argentina.

Correo electrnico: [email protected]

RESUMEN

Este artculo narra el impacto de las dictaduras militares y la creacin de la Operacin Cndoren Cono Sur latinoamericano, en el contexto de la "Guerra Fra". Para su estudio, el artculoest dividido en tres momentos. En el primero, se analizarn los principales factoresestructurales que desencadenaron en las dictaduras y la conformacin de la Operacin Cndor.En el segundo el accionar de la operacin Cndor como "polica" de la lucha contra el socialismoen el Cono Sur y en el tercero algunos problemas que tuvieron que afrontar laredemocratizacin de estos pases.

Palabras claves:

Operacin Cndor- Operacin Colombo- Dictaduras mil itares- Cono Sur- Argentina- Bolivia-Brasil- Chile- Paraguay- Uruguay.

ABSTRACT

This article narrates the impact of the mili tary dictatorships and the creation of the CondorOperation in Latin American South Cone, in the context of the "Cold War". For its study, thearticle is divided at three moments. In first, there will be analyzed the main structural factorsthat triggered in the dictatorships and the conformation of the Condor Operation. In the seconddriving of the Condor operation as "police" of the fight against the socialism in the South Coneand the third some problems that had to confront the redemocratization of these countries.
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Key words:

Condor Operation- Colombo Operation- Military Dictatorships- South Cone- Argentine- Bolivia-Brazil- Chili- Paraguay- Uruguay.

INTRODUCCIN

La tensin entre la subjetividad y el anlisis histrico siempre est presente pero es mayor frente aacontecimientos del PasadoReciente por la persistencia de los actores sociales y sus personajes. Loanterior define al pasado reciente que es un pasado que an no ha pasadoe implica un esfuerzo mayor delhistoriador (que confronta sus posturas personales durante el periodo que estudia y los datos que brindanlas fuentes que utiliza) y del lector, que a veces no se permite leer posturas encontradas con suinterpretacin de los mismos hechos. En este sentido es importante analizar que el artculo parte de unadefensa a la democracia (en oposicin a la defensa de las dictaduras inevitables), al respeto a laautodeterminacin de los pueblos y a los derechos humanos. El impacto de las dictaduras en el Cono Sur,que adems fue campo de batalla de la "Guerra Fra", ha sido central en su actual conformacin social. Supobreza estructural y su poca capacidad de negociacin ante los intereses trasnacionales, no es sloresultado de la vorgine globalizadora sino tambin del sabotaje estadounidense en el contexto de la guerrafra, a cualquier intento de socialismo o capitalismo fuerte en la regin. En este sentido, fueronfundamentales la Operacin Cndor y la cadena de gobiernos antipopulares legitimados a travs de la

represin, propiciada por los Estados Unidos para mantener su hegemona. Para su estudio, el artculo estdividido en cuatro momentos. En los dos primeros, se analizarn los principales factores estructurales quedesencadenaron las dictaduras y la conformacin de la Operacin Cndor, respectivamente. En el tercero,el accionar de la Operacin Cndor como "gendarme" de la lucha contra el socialismo en el Cono Sur y enel cuarto algunos problemas que tuvieron que afrontar la redemocratizacin de estos pases.

I. PRINCIPALES PROCESOS SOCIALES INTERVINIENTES EN LA CREACIN DE LAOPERACIN CNDOR

Los procesos estructurales que contribuyeron a la existencia de la Operacin Cndor estn complejamenteentrelazados, pero a fines analticos se han agrupado en tres. El primero es la histrica alianza entre lasclases dominantes locales y la de los pases centrales; el segundo, altamente influyente, es la de losintereses estadounidenses en la regin durante la guerra fra y la de su accin ideolgica sobre los ejrcitos

nacionales y finalmente, el tercero es la conformacin de los gobiernos progresistas. El conflicto se originpor la retroalimentacin mutua de los dos primeros y la oposicin al tercero.

Con respecto al primero, la estrecha relacin de las oligarquas nacionales y la de los pases centralesdetermin gran parte del desarrollo histrico del Cono Sur. El fuerte enlace entre la estructura de poderlocal e internacional, adecuaron el control social al sistema de produccin de los pases perifricos1. Eldominio se concentr en una oligarqua de comerciantes y latifundistas apoyados por el ejrcito queretuvieron casi todo el poder econmico. Durante el siglo XX, la falta de una burguesa nacional fuerte; lapasividad de la masa (sometida por una oligarqua omnipresente) y el imperialismo norteamericano (quepara defender sus intereses protegi a enemigos de la democracia), propiciaron las dictaduras2. Si bien lalegitimidad de la democracia no se discuta y las dictaduras slo eran rgimen de excepcin, estas ltimaseran muy recurrentes. Los pases centrales, al comercializar las materias primas que las clases altasexplotaban3, reforzaron el latifundio y un nuevo colonialismo econmico. Como resultado, las oligarquas se

debilitaron frente al extranjero; surgi la clase media (principalmente urbana) y los trabajadores seorganizaron en numerosas entidades en un contexto de pseudodemocratizacin respetuoso del orden

neocolonial4. As, el control social fue prioritario para establecer relaciones sociales convenientes a losintereses de las potencias y justific la intervencin oficial en auxilio de privilegios minoritariosdesprotegiendo necesidades colectivas. De esta forma el proceso mediante el cual algunos grupos demarginados se transformaron en activamente contestatarios, fue relativamente sencil lo. La disminucin dela calidad de vida a niveles mnimos de millones de ciudadanos los llev a procurar sobrevivir como sea.Estos grupos fueron consecuencia del sistema social excluyente mientras el Estado era una organizacinpara la proteccin de los grupos de poder que apel tanto a prcticas legales como ilegales5.

La ntima relacin entre la potencia hegemnica, los Estados Unidos, y los grupos dominantes localesremite al segundo proceso. Al finalizar la segunda guerra mundial, la actitud de Washington hacia Amrica

Latina estuvo determinada por la divisin de las reas de influencia con la URSS; la derrota de la guerra deVietnam y el triunfo de la revolucin socialista en Cuba. Luego de la humillacin que signific Cuba, la CasaBlanca necesitaba incidir sobre cualquier gobierno antinorteamericano para seguir dominante en la regin,pero no poda por el repudio que gener en su sociedad la guerra de Vietnam. La salida fue la Doctrina deSeguridad Interna que para Estados Unidos implic el apoyo a gobiernos que ejercieran la funcin depolicas en la regin6. En 1967 el secretario de Defensa Norteamericano afirm que el objetivo principalpara Latinoamrica era el desarrollo de fuerzas militares yparamilitareslocales para asegurar la seguridad


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interna7. Estados Unidos, se preocup por el fortalecimiento de los ejrcitos latinoamericanos (slo entre1970 y 1973 les destin cerca de 4.300 millones de dlares) y por difundir la doctrina de la seguridadnacional en distintas instancias de instruccin. La Escuela del Ejrcito de las Amricas, en Panam, fue elprincipal centro de adiestramiento para extranjeros aunque existieron otros8. Todos los cursos incluyeronen sus programas un momento para alertar sobre el peligro del avance rojo. En algunos se ense atorturar (practicando en los mismos alumnos9) o a fabricar bombas con elementos caseros. En Paraguay,entre los Archivos del Horror (ver punto IV) se encontr un manual de Fort Gulick para interrogadores queinstrua sobre cmo mantener vivas a personas torturadas con electricidad10. Adems de su asesoramiento,la inteligencia estadounidense distribuy equipo elctrico de tortura e intercambi informacin sobre

exiliados. En Fort Gulick, adems de la Escuela de las Amricas, funcion el centro de planificacin yoperaciones contrainsurgentes hemisfricas que favoreci las comunicaciones internacionales para laOperacin Cndor a travs de la red de telecomunicaciones del Gobierno de los Estados Unidos11.

Pero en oposicin a los dos procesos anteriores, surgieron en el Cono Sur gobiernos que propugnaron eldesarrollo interno postergando los acuerdos de explotacin de recursos naturales con las multinacionales.Tampoco tenan intenciones de aceptar la injerencia de los Estados Unidos y, aunque muchos de susmandatarios no eran socialistas, exista la posibil idad de la constitucin de un eje de pases nacionalistas.Estos gobiernos proponan ficciones orientadoras nacionales populares opuestas a las ficciones construidaspor las oligarquas12. Esto fue sin duda uno de los detonantes de las dictaduras latinoamericanas, ya queestos proyectos de pas de crecimiento hacia adentro desarticulaban la estructura extravertida deproduccin primaria. Esta ficcin se retroaliment a travs de distintas expresiones (partidos polticos,algunas corrientes religiosas, pedaggicas, artsticas, escuelas filosficas, etc.), que provocaron una

movilizacin de los sectores populares y medios y alarmaron a los grupos dominantes y a la Casa Blancaque lo vieron como una amenaza al status quoe infiltracin comunista. Sumado a esto creci la violenciapoltica y el descrdito de la democracia, luego de gobiernos impotentes (cuando no cmplices) ante lasapetencias de las oligarquas y las multinacionales. El triunfo de la revolucin cubana impuls otro modo dehacer poltica segn el cual una toma violenta del poder terminara con los vicios de estas sociedades. Assurgieron los grupos guerrilleros PRT, Montoneros, Tupamaros y MIR, cuyo optimismo desvalorizaba a susoponentes mientras estos organizaban una contraofensiva con el apoyo velado de Washington13. Larepresin estatal fue infinitamente violenta, tortur, mat y desapareci a cientos de personas; infl hechosde violencia por parte de las guerrillas y manipul noticias. Apoyndose en la Doctrina de SeguridadNacional todo civil fue un potencial enemigo y los sospechados fueron eliminados sin juicios, violando susderechos, robndoles sus bienes; mientras que los adeptos al rgimen se enriquecan gracias al Estado. Deesta manera el Cono Sur se vio asolado por cuatro tipo de dictaduras. La personal: Paraguay (con el Gral.Stroessner, 1954-1989). Las burocrticas y desarrollistas: Argentina (1966-1970) y Brasil (1964-1985). Las

nacionalistas y reformistas: Bolivia (Gral. Torres, 1970-1971) y Per (Velazco Alvarado, 1968-1975).Finalmente, los regmenes terroristas y neoliberales de Argentina (1976-1983); Bolivia (1971-1978); Chile(1973-1988) y Uruguay (1973-1988)14. Entre estas ltimas se ide la Operacin Cndor.

II. EL NACIMIENTO DEL CNDOR

El derrocamiento del General Juan Jos Torres en Bolivia fue la puerta a dictaduras ms sangrientas. Su

gobierno, apoyado en la Central Obrera Boliviana, fue derrocado por grupos proestadounidenses al mandodel General Hugo Bnzer, el 21 de agosto de 1971. La represin fue intensa, el 23 de agosto, el GeneralZenteno Anaya, orden a sus tanques pasar por encima de universitarios que bloqueaban una avenida15.Aunque los Estados Unidos premi al dictador con crditos, stos no mejoraron la calidad de vida de losciudadanos y en 1972 se realiz una maxidevaluacin. Al ao siguiente el Movimiento NacionalistaRevolucionario (MNR) retir su apoyo a Bnzer y en 1974 la crisis social se agudiz an ms cuando

algunos precios de la canasta de productos bsicos subieron al doble. En consecuencia, una gran agitacinnaci en Cochabamba que fue respondida con ms violencia; en la Masacre de Valle murieron al menosochenta bolivianos16. Luego de un intento golpista realizado ese ao, Bnzer reemplaz los civiles de sugobierno por tecncratas neoliberales y uniformados y suspendi los partidos polticos y los sindicatos.

Controlada Bolivia, el triunfo de las Elecciones de la Unidad Popular en Chile fue la prxima preocupacinde la Casa Blanca. De inmediato la CIA puso en marcha el fallido Proyecto Fulbert para impedir la asuncinde Allende y colabor en el asesinato de Ren Schneider, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas,cuyo reemplazo fue otro fiel constitucionalista, el General Carlos Prats. Si bien en un principio los intentosgolpistas no fueron eficientes, la asfixia econmica daba sus frutos. Estados Unidos sabote los prestamosa Chile, invit a sus empresas a retirarse de pases que le comerciaran y solvent a numerososconspiradores (por ejemplo, la central de la CIA en Paraguay financi parte de la huelga de camioneros ytambin recibi ayuda el lder neofascista del Frente Nacionalista Patria y Libertad, Roberto Thieme, oculto

en Mendoza17). Hacia 1973, los industriales formaron el "Sistema de Asociaciones Civiles Organizadas" afin de provocar un desabastecimiento18. En setiembre el cerco se haba cerrado, Prats tuvo que renunciar yel da 11 el general Augusto Pinochet perpetr el golpe asesinando la nica democracia en su tiempo conmadurez suficiente para permitir la asuncin de una coalicin comunista.

La huida de bolivianos y chilenos hacia Argentina se sum a la de los uruguayos. El 27 de junio de 1973 el


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, ,Fuerzas Armadas. Tres aos despus, estas fuerzas echaron a los civiles del gobierno. En Argentina, lacantidad de inmigrantes limtrofes ascendi de 533.850 a 753.428 entre 1970 y 198019. El ACNUR (AltoComisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) le prest un gran apoyo y entre junio yseptiembre de 1976, traslad de la Argentina a 1.075 exiliados, mientras otros 1.511 le pidieron amparo. Elmayor contingente fue el chileno, durante 1974 ingresaron por Mendoza 107.80020. El Diario Los Andesregistr el cruce de la cordillera a pie de miembros del MIR, que se reunieron con Montoneros. Estosltimos, junto a tupamaros cruzaron hacia Chile y numerosos chilenos y argentinos se organizaron parapresionar una redemocratizacin formando sindicatos, estudiantiles, partidos polticos, uniones vecinales yentidades culturales. Esta intensa actividad preocup a Pinochet y los vio como sus principales enemigos,

as surgi Cndor. Una de las primeras acciones contra los exiliados fue el asesinato de Carlos Prats en1974. Quince das antes l le haba confiado a Gladys Marn (del partido comunista chileno) que saba que laDINA, la CIA y la Triple A, planeaban su muerte21. Pero para entenderlo es necesario ampliar lo quesuceda en Buenos Aires.

Es comn escuchar las quejas de peronistas que afirman que tanto el derrocamiento como el regreso delgeneral Domingo Pern fue fruto de la instigacin estadounidense. Esta afirmacin polmica (que reduce losacontecimientos argentinos a meras repercusiones de los intereses de EEUU en la regin), no es fcilrebatirla. Durante su exilio, el general se haba convertido en un mito poderoso, y muchos jvenes de clasemedia y alta (hijos de los antiguos antiperonistas) se identificaban con esa imagen romntica que el lderusufructuaba. El giro hacia la izquierda de gran parte del peronismo (liderada por la juventud peronista)durante su exilio alarm a Washington. La muerte de Pern fuera del pas hara su mito irrefrenable yfcilmente manipulable desde visiones izquierdizantes. Al pas del norte le convena un regreso rpido delgeneral pero acompaado por personas "confiables". Esto explicara las alianzas tejidas en Espaa por lamano derecha de Pern, Lpez Rega, con grupos anticastristas, fascistas italianos y franquistas Pero fueLpez Rega un infiltrado de derecha o slo cumpla las rdenes de Pern? Ya en Argentina Lpez Rega,desde el ministerio de Bienestar Social organiz la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) que, entre1973 y 1976, asesin a 2.000 militantes en su mayora peronistas de izquierda pero tambin comunistas ysocialistas22. Paralelamente, el por tercera vez Presidente Pern fustig la ascensin de la violencia yprometi esclarecer los hechos. Repudi al golpe contra el presidente chileno y le ofreci a Carlos Pratstodo su apoyo poco antes que fuese asesinado. Su sucesora, la viuda Mara Estela Martnez de Pern, fuems dura. Permiti el Operativo Independencia en la selva tucumana, donde alrededor de 600 miembrosdel ERP (Ejrcito Revolucionario del Pueblo) intentaron provocar un foco revolucionario sin mayor xito. Encontrapartida el ejrcito envi cerca de 5.000 hombres en forma rotativa a modo de entrenamientos para elfuturo terrorismo de Estado. Slo por el campo de concentracin "La Escuelita" pasaron 1.500

desaparecidos (casi el triple de los miembros del ERP), supuestamente para terminar con las bases urbanas

de la guerrilla.A mediados de los setenta, las fuerzas represivas del Cono Sur haban controlado la situacin con un saldode cuatro millones de exiliados en pases vecinos, 50.000 asesinatos, al menos 30.000 desaparecidos,400.000 encarcelados y 3.000 nios asesinados o desaparecidos23. En julio de 1975, la sptima ConferenciaBilateral de Inteligencia entre Paraguay y la Argentina, lleg a la conclusin que era necesaria lacoordinacin de las actividades de inteligencia de ambos pases24. Tres meses despus, la DINA organizun encuentro de los jefes de inteligencia militar de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay; aunque laOperacin Cndor naci en una reunin posterior en la que slo invit a Paraguay25. La misma consista enla recoleccin, intercambio y almacenamiento de informacin sobre lderes y grupos polticos, entre lospases del Cono Sur. Adems, realizaran operaciones conjuntas en los pases miembros con el fin desecuestrar y llevar a sus pases de orgenes a los exiliados polticos o de eliminarlos (como ya habaocurrido con Carlos Prats y su esposa). Finalmente tambin acordaron la organizacin de una "Tercera

Fase" parar realizar tareas conjuntas en pases no miembros de esta operacin que asilaban apersonalidades molestas para las dictaduras sudamericanas. Desde la Casa Blanca el secretario de Estado,Henry Kissinger adverta a las embajadas de Buenos Aires, Montevideo, Santiago, La Paz, Brasilia yAsuncin, prudencia en estas acciones26.

III. EL CNDOR VUELA

Las acciones ms conocidas de la operacin Cndor fueron la operacin Colombo, el seguimiento, traslado yeliminacin de exiliados polticos en los pases miembros, la "Fase Tres" y el uso del terror enCentroamrica. A continuacin veremos esto en detalle.

Frente a la inminente visita de una comisin de Derechos Humanos a Chile; la DINA y la Triple A (grupo detareas de Cndor en Argentina hasta 1976) acordaron la Operacin Colombo para reaparecermediticamentea 119 desaparecidos chilenos. Segn el macabro plan, la DINA entregara a la Triple Adocumentos falsos de chilenos muertos en campos de concentracin, y sta a su vez los dejara junto acadveres irreconocibles en lugares pblicos27. Los muertos eran en realidad militantes de izquierda,secuestrados por la Triple A. As se encontraron en distintos lugares de Buenos Aires cuerpos violentamentetorturados, con algn documento que los identificaba y una nota en la que el MIR los ajusticiaba. En tanto,peridicos colaboracionistas de ambos pases, divulgaron que esto era obra de una lucha interna de losmiristas por la conduccin del movimiento. De este modo 119 chilenos desaparecidos "aparecieron"


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muertos en Argentina en una lluvia de noticias falsas que hablaban de avistamientos de miristas enTucumn o cruzando la cordillera para entrar o salir de Chile. En oposicin estaban los testigos delsecuestro en sus casas o en sus trabajos y los que los vieron en campos de concentracin. Muchos de ellosnunca haban sido miristas. Adems, dado el antisemitismo de la Triple A, haban seleccionado de la largalista de documentos entregados por la DINA, un gran porcentaje de apellidos judos.

Aparte de la Operacin Colombo, en 1974 al menos 15.000 refugiados polticos sufrieron represionesilegales y al ao siguiente, por lo menos 69 fueron amenazados para que abandonaran el pas. En 1976,despus que la presidenta Isabel de Pern fuera derrocada se desnud la persecucin contra los exiliadospolticos. A slo dos das del golpe militar, dos militantes del MOPOCO (Movimiento Popular Colorado)fueron arrestados en Posadas y l levados a un centro clandestino paraguayo. Al mes siguiente en BuenosAires, la polica detuvo diecinueve exiliados protegidos por el ACNUR en un hotel y el tercer hombre delMIR, Edgardo Enrquez, fue secuestrado junto a una brasilea y asesinado en Chile28. Dos meses despus,hombres armados secuestraron 23 chilenos, dos paraguayos y un uruguayo, de dos hoteles ms y el uno dejunio el ex presidente boliviano, Juan Jos Torres, fue asesinado29. Frente al desamparo, muchos exiliadosocuparon la Embajada de Canad, hasta poder salir del pas30. De la larga lista de vctimas que siguipuede mencionarse los uruguayos, Zelmar Michelini (senador), Hctor Gutirrez Ruz (ex presidente de laCmara de Representantes) y una pareja de mil itantes del Frente Amplio; tambin los paraguayos AgustnGoibur (uno de los fundadores del MoPoCo) y un miembro del Partido Comunista Paraguayo junto a otrodel Movimiento Obrero que fueron secuestrados en Buenos Aires y desaparecidos en Paraguay31. El saldofue atroz. En total unos cuarenta bolivianos desaparecieron en la Argentina (en contraposicin, slo tres enChile)32y 120 paraguayos33. Adems, entre julio y septiembre de 1976 ms de 30 uruguayosdesaparecieron en un operativo de la inteligencia argentina y uruguaya. El OCOA (Organismo Coordinador

de Operaciones Antisubversivas uruguayo) los detuvo en tres campos clandestinos: Automotores Orletti, elPozo de Banfield y el Pozo de Quilmes. En el primero haban al menos, 200 uruguayos secuestrados y unos50 en cada uno de los otros dos. El 28 de octubre, el gobierno de Montevideo anunci (mientras que seintentaba obligar a los detenidos a recrear un falso ataque en Uruguay), que las supuestas desaparicioneseran en realidad un complot para infi ltrarse en Uruguay34. En la lista de los 62 supuestos miembros delcomplot figuraban 26 uruguayos secuestrados ese ao.

La eliminacin de los opositores a las dictaduras se repiti en todos los pases del Cono Sur. En 1973, elGeneral Andrs Selich, embajador de Bolivia en Paraguay que quera suceder a Bnzer, fue asesinado35. En1975, el militante del MIR Jorge Isaac Fuentes fue secuestrado en Paraguay y asesinado en Chile. En 1976,en Brasil el ex presidente brasileo Juscelino Kubitschek muri en un extrao accidente; en Uruguay unamaestra fue secuestrada en la embajada de Venezuela y el gobierno argentino le pidi al brasileo ladetencin de 149 argentinos36. En 1978, en Porto Alegre dos uruguayos fueron apresados y deportados37;mientras que en Per, un grupo de intelectuales fue secuestrado y l levado a Jujuy (Argentina) pero lapresin internacional logr liberarlos38. En 1980, dos montoneros fueron secuestrados en Rio de Janeiro yllevados a Buenos Aires39y en un mismo operativo en Lima, un obrero secuestrado en Argentina fuellevado a esa ciudad para reconocer a exiliados argentinos, luego cinco fueron secuestrados y llevados aBolivia. Entre ellos Noem Gianetti, madre de un desaparecido, que apareci muerta en Madrid40.

Paralelamente a la persecucin de los exiliados en el Cono Sur, la "Tercera Fase" hizo lo propio en otrasnaciones principalmente en Europa y el resto de Amrica donde grupos de exiliados denunciaban lacrueldad de las dictaduras. La tercera Fase constaba de dos grupos (uno encargado de seguimientos aexiliados y otro de su eliminacin), que salan con documentacin falsa provista por los otros pases.Cndor se ide para asesinar en Pars al embajador boliviano y a un agregado uruguayo, y a un oficialchileno en Medio Oriente41. En 1975 se intent asesinar en Roma al exvicepresidente chileno Bernardo

Leighton y su esposa. En mayo de 1976, el embajador de Bolivia en Pars, el General Joaqun ZentenoAnaya, que haba protestado por la muerte de Selich, fue asesinado42. En setiembre fue asesinado enWashington el ex ministro de relaciones exteriores y defensa chileno, Orlando Letelier y su secretaria,luego de impedir el otorgamiento de crditos a Chile. El asesinato estuvo planeado por Michael Townleydoble agente de la DINA y la CIA y por el CORU (Comando de Organizaciones Revolucionarias Unidas) unaorganizacin de cubanos anticastristas que trabajaba para la CIA.

Los Estados Unidos apoy con entusiasmo la Operacin Cndor en el Cono Sur, pero para sus acciones enCentroamrica la CIA cre al CORU. Aunque muchas de sus acciones fracasaron (como el fallido asesinatode Fidel Castro) otras terribles s, como la voladura de un avin cubano con un saldo de 75 muertos43. ElCORU era tambin el mejor aliado de Cndor en las acciones sobre Centroamrica. Fiel al mandato de laDoctrina de Seguridad Continental, los ejrcitos del Cono Sur se convirtieron en gendarmes de la "fronteraideolgica" y a principios de la dcada de 1980 participaron en la represin de Centroamrica. En 1980,

catorce de los veinte millones que vivan en esa regin, eran pobres. Esto dio origen a levantamientospopulares contra las pocas familias que manejaban las economas nacionales aliadas a empresastrasnacionales. En 1980, periodistas de San Salvador, Nicaragua y Guatemala denunciaron la presencia deescuadrones de la muerte argentinos, chilenos y uruguayos. La matanza de lderes locales fue irrefrenable,en San Salvador, entre 15.000 y 18.000 personas fueron asesinadas ese ao. En Guatemala, el blancofueron los polticos socialdemcratas que acusaban a los Estados Unidos de apoyar las dictaduras. EnJamaica, a travs de la Operacin Lobo, Washington intent derrocar al socialdemcrata Michael Makey.


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Finalmente en Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberacin Nacional, en el poder desde julio de 1979,sufri la constante agresin del gobierno de Ronald Reagan y del terrorismo de los contras44. Encontrapartida en 1980, el ERP (con apoyo de cercanos a Stroessner que lo traicionaban45) asesin enAsuncin al exdictador Anastasio Somoza Debayle para detener el financiamiento a los contras, sin poderevitar el fracaso del sandinista. El xito del terror en Centroamrica llev al Ejrcito Argentino a planificarcon Bnzer, la ejecucin de una nueva dictadura en contra de la seudodemocracia boliviana en la queBnzer haba perdido las elecciones. Esta nueva irrupcin militar fue conocida como la "narcodictadura", y apoco de iniciado el rgimen que puso al frente a Luis Garca Meza, el dirigente socialista Marcelo QuirogaSanta Cruz que encabezaba un juicio contra Bnzer, fue asesinado y todas sus pruebas de las violaciones alos derechos humanos desaparecieron46. El Ejrcito Argentino contribuy en el planeamiento, brind 200efectivos y paramilitares, se preocup de mejorar la posicin internacional de la nueva dictadura y le diocrditos por 800 millones de dlares47.

IV. EL LEGADO: DEMOCRACIAS VIGILADAS

A comienzos de los ochenta la democracia se abri paso en el Cono Sur y hubo elecciones en Per (1980),Bolivia (1982), Argentina (1983), Brasil y Uruguay (1985) y tardamente Chile y Paraguay (1989)48. Este

nuevo clima permiti en diversos grados la revisin de los sucesos pasados. En Buenos Aires en 1985, 833testigos declararon en el juicio a las ex juntas militares y en la sentencia final se estableci que: "secometieron en perjuicio de gran cantidad de personas, [...]apresamiento violento, el mantenimiento endetencin en forma clandestina, el interrogatorio bajo tormentos y, en muchos casos la eliminacin fsicade las vctimas, lo que fue acompaado en gran parte de los hechos por el saqueo de los bienes de su

vivienda49

". En Brasil,fue importante el proyecto "Brasil nunca mais", compuesto por 12 tomos con ms dediez mil documentos del Supremos Tribunal Militar clandestinamente fotocopiados que en 1986 fuerondonados a la Universidad de Campinas50. Pero sin duda alguna la mayor prueba de la existencia de laOperacin Cndor fue encontrada por Martn Almada en una comisara de Lambar (Paraguay), en 1992.Los llamados "Documentos del Horror" eran cuatro toneladas de reportes de los informantes,interrogatorios, grabaciones, telegramas confidenciales y detalles sobre la transferencia de arrestados aotros pases51. Esto desnud la cooperacin de los Estados Unidos y permiti a familiares pedir alpresidente Clinton una compensacin por las vctimas de la represin en Paraguay, que por supuesto, nofue aceptada52.

En Chile, debido a la importante injerencia en la vida poltica de su ejrcito, el hito ms importante en eljuzgamiento por los atropellos de los derechos humanos se realiz en el extranjero. Esta fue la detencinde Pinochet en Londres en 1998; aunque tambin fueron importante el juicio en los EEUU del caso Letelier

en 1978 y el juicio del caso Carlos Prats, en Argentina, en el ao 2001. En el primero, Michael Townley,asumi su participacin en los asesinatos de Orlando Letelier y su secretaria; de Carlos Prats y su esposa;del ex presidente Juan Jos Torres; y tambin en el atentado en Roma contra Bernardo Leighton y suesposa53. Aunque fue encontrado culpable, la justicia estadounidense lo liber a cambio de informacinconfidencial. Con respecto al caso Prats el agente de la DINA, Arancibia Clavel fue condenado a prisinperpetua en Argentina por su participacin en el asesinato. Pero el caso de mayor contundencia fue ladetencin de Pinochet en Londres en 1998; y aunque no fue juzgado, su detencin caus un gran impacto enla dividida sociedad chilena. Tambin lo hizo la declaracin de Margaret Teacher que agradeci a Pinochetla ayuda durante la guerra de Malvinas (reavivando tensiones entre Argentina y Chile). En setiembre de2001, Almada present en Chile una querella contra Pinochet; el ex director de la DINA, Manuel Contreras;y el ex secretario de estado norteamericano, Henry Kissinger, por la Operacin Cndor54. Finalmente, en elao 2002, Washington entreg a Buenos Aires 4.677 documentos desclasificados sobre la ltima dictadura.All la participacin de la CIA y el FBI en las dictaduras del Cono Sur es innegable55.

Otro problema pendiente es la restitucin de la identidad de los hijos apropiados. Algunos nacieron en loscentros clandestinos y otros bebs fueron robados el da del secuestro. El gobierno de los Estados Unidossaba de la situacin y mostr su preocupacin en 1982 en una reunin con el embajador argentino enWashington56. Su restitucin lenta y compleja ha sido defendida por los sectores ligados al poder militar.Algunos huyeron al ser descubiertos, como el caso del Doctor militar Atilio Branco que escap al Paraguaycon dos nios apropiados.

Pero la inicial vulnerabilidad mostrada por los militares argentinos, que alarm a los del resto delcontinente, fue prontamente revertida. Esto se logr gracias a los alzamientos de los militares"carapintadas" entre 1987-1988 y se sell con la obtencin de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final,y por ltimo, el indulto a los culpables. Adems, hasta 1994 el ejrcito argentino se continu entrenando eninterrogatorio y campo de prisioneros, muchas veces con la participacin de hondureos y cubanos57. En

Chile, Pinochet, a pesar del susto en Londres, sigui siendo senador vitalicio, de acuerdo con la constitucinque l mismo aval. En Per el "Fujimorazo" de 1992 tranquiliz a los conservadores; en Bolivia HugoBnzer fue electo presidente en 1997 y en Paraguay en 1998, Lino Csar Oviedo (que en 1996 habaintentado un golpe contra el presidente Juan Carlos Wasmosy) encabez las encuestas presidenciales,aunque luego su candidatura fue impedida por estar preso58. Pero fue el escndalo por la muerte delingeniero qumico chileno Eugenio Berros, lo que demostr la persistencia de la Operacin Cndor en las


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. .Townley en la "Operacin Andrea" para producir Gas Sarn y haba diseado un plan para envenenar el aguapotable de Buenos Aires en caso de guerra por el canal de Beagle. Al ao siguiente que Pinochet dej lapresidencia, un juez orden la captura de Berros, pero el general, que an era comandante en jefe delEjrcito, lo ayud a escapar. En octubre de 1991 Berros lleg a Montevideo y al mes siguiente fue a laSeccional 24 Parque del Plata y denunci estar secuestrado por militares chilenos y uruguayos; y que elgeneral Pinochet haba ordenado matarlo. En ese momento se present un funcionario de inteligencia delejrcito del Uruguay y miembros del ejrcito chileno, que se lo llevaron. Cuando esto trascendi, elgobierno uruguayo intent minimizarlo, mientras que Pinochet visit Uruguay. En 1995, se encontr el

cadver de Berros con dos balas en el crneo. Todas las posibles pistas de su estada haban sido borradasy un programa argentino de periodismo de investigacin fue amenazado. En 2003, luego de una publicacindel semanario chileno Siete+7(reproducido en Pgina 12de Argentina y Brecha de Uruguay), la juezachilena Olga Prez proces a un capitn del ejrcito chileno, cinco en condicin de retiro y dos custodios dePinochet59. Esto demuestra no era (ni es) fcil restarle poder al sector militar.

CONCLUSIN

La fuerte alianza de los sectores monoplicos y las trasnacionales paraliza las democracias que slo puedenhacer reformas superficiales sin modificar la tendencia a la polarizacin. Estas democracias impotentes ode baja intensidad, a la larga desencantan al ciudadano que descree de su eficiencia como modo degobierno. En algunos pases aciertos del sector castrense en cuanto a reformas econmicas (por ejemploChile y Brasil), siguen dando cierta legitimidad a la irrupcin militar y alimenta, en algunos sectores de lapoblacin la fantasa de que un gobierno militar es ms organizado que el civil. En el lado opuesto, la

seguidilla de errores del aparato militar argentino (que fueron desde la multiplicacin de la deuda externaal desastre de Malvinas), hizo de la democracia un valor incuestionable. La cada del presidente De la Ruaen diciembre de 2001 lo demostr, an la crisis econmica y social no provoc que la ciudadana pidiese unnuevo golpe militar. Hay enemigos estructurales de las democracias que se tienen que aprender aenfrentar. La desigualdad social crea un pequeo sector que slo piensa en servirse del Estado para suenriquecimiento y un gran sector que, apremiada por necesidades inmediatas, no puede sentarse a discutirun modelo de pas ms equitativo. De este modo la riqueza y el paternalismo (principal expulsor de lasmasas populares de la vida pblica), van de la mano. Otro desafo es la autonoma econmica en uncontexto de globalizacin en el que los grandes capitales slo quieren sacar rditos econmicos, muchasveces, encontrados con el bienestar social. El aparato productivo no puede estar guiado solamente por laceguera del enriquecimiento individual, sino que su funcin social tiene que ser obligatoria a costa deldesencanto de los capitales golondrinas. Finalmente, el pago de las deudas externas tambin debe serdiscutido porque han sido agigantadas durante gobiernos de factoy por lo tanto un gran porcentaje de ellas

es ilegtimo. Los acreedores saban que prestaban ante gobiernos impropios y lo hicieron por la obtencinde ganancias sin preocuparse por los costos sociales de nuestros pases. Queda ahora a las democracias delCono Sur defender sus derechos, el MERCOSUR puede ser un espacio interesante para ello. Los primerosgobiernos tuvieron como principal preocupacin la continuacin de la democracia, pero es imprescindiblepara que persista que esta forma de gobierno redunde en una mejor calidad de vida de sus ciudadanos.

Este artculo ha demostrado tambin la gran responsabilidad de los Estados Unidos en estos procesos.Queda entonces por interrogar por la capacidad de escribir una historia autnoma de los pases del ConoSur. Al parecer, las historias autnomas son imposibles, pero tampoco se puede pensar en las historias delos pases perifricos como meramente "reactivas". En este sentido se debe distinguir las historias "locales"producida por la suma del impacto de las acciones de los pases centrales y el desarrollo de los procesossociales autctonos; de las historias "autnomas".

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-Publicaciones virtuales: BBC Mundo(Inglaterra, www.bbcmundo.com); Rebelin (www.rebelion.org);Tierra Lejana(Bolivia, www.tierralejana.com)

- Fuentes estadsticas: Anuario Estadstico Argentino 1977 y 1978, (Direccin de Estadsticas y Censos,Mendoza, 1979); [ Links] Censos Argentino (1970 y 1980) y Chileno (1970); La poblacin no nativade la Argentina,Cuaderno de anlisis demogrfico N6, INDEC, Buenos Aires, 1996. [ Links]

Artculo recibido el 26 de febrero de 2004. Aceptado por el Comit Editorial el 3 de marzo de 2004.

1Baratta, alessandro.Criminologa crtica y crtica del derecho penal, siglo XXI, Bs. As., 1986, p. 36. [ Links]

2Paz, Octavio. Tiempo Nublado,Sudamericana-Planeta, Buenos Aires, 1983, p.168. [ Links]3Aunque cuando la explotacin primaria, los medios de transporte y/o el almacenamiento, necesit mucho

capital, la tomaron las metrpolis. Tal es el caso de las minas, los frigorficos, los ferrocarriles, los silos,los ingenios y en algunos casos toda la produccin perteneci a las metrpolis: El azcar en la Cuba deBatista.

4Halperin Donghi, Tulio. Historia contempornea de Amrica Latina, Alianza, Colombia, 1969,p. 48. [ Links]
http://www.tierralejana.com/http://www.rebelion.org/http://www.bbcmundo.com/


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5Marc del Pont, Alberto.Manual de criminologa, Marcos Lerner editora, Crdoba, Arg., 1991, p.25-27. " [ Links]Este fenmeno es conocido como criminalizacindelapolticay evidencia la erosin de laprctica poltica y la utilizacin del poder con fines reidos con la legalidad" ("Criminalizacin de lapoltica", Clarn, Bs As, 23/10/'98, p.18). [ Links]

6Esta doctrina propona la existencia del enemigo comunista en el interior de cada pas que deba sereliminado. Dado a que una guerra entre el mundo comunista y el capitalista era poco probable por el altodesarrollo de la carrera armamentista, la tercera guerra mundial se librara en los pases del tercer mundodonde la URSS intentaba conquistarlos a travs de la infil tracin ideolgica (en universidades, movimientosreligiosos, sindicatos, etc.). Conclua este pensamiento que la nueva modalidad era la guerra sucia tal cual

la haba librado Francia en Argelia o la CIA durante la Operacin Fnix, un antecedente directo de laOperacin Cndor, que se inici en 1966 y cre bandas paramilitares que causaron cientos de muertos enVietnam.

7Duhalde, E. Luis. El Estado Terrorista argentino, El Caballito, Bs. As., 1983, p. 37. [ Links]

8Esc. del Ejrcito de EE.UU. de Infantera y Rangers, Fort Benning-Georgia; Esc. de Asuntos Civiles y Gob.Militar, Fort Gordon-Georgia; Esc. de Ayuda Mil itar Kennedy, Frot Bragg-Carolina del Norte; Esc. Mil itar,Fort Belvoir-Virginia; Ac. de Polica, Washington; Ac. de Control de Fronteras, Los Fresnos-Texas; Colegiode Comando y Estado Mayor, Fort leavenwarth-Kansas; Colegio Interamericano de Defensa, Washington.

9Duhalde, E. Luis, Op. cit., pp. 40-42.

10Calloni, Stella. "Los Archivos del Horror del Operativo Cndor", Covertaction, USA, Otoo-1994.Reeditado electrnicamente por Equipo Nizkor, Madrid, 8/08/'98. [ Links]

11"Vinculan 'Operacin Cndor' con base militar de Estados Unidos en Panam", Rebelin, 8/03/'01,www.rebelion.org

12En su estudio de la Argentina, Shumway propone, la coexistencia de varias ficciones orientadorasnacionales(algunas con ms apoyo popular que otras) y la compara con la exitosa articulacin que logr elAmerican way of life o the Americans dream, en los Estados Unidos. Algo semejante puede decirse delresto de los pases del Cono Sur. Cfr. Shumway, Nicols. La invencin de la Argentina. Emec, Bs As.,2002. [ Links]

13Una reflexin sociolgica posterior dio origen a la escuela regulacionista francesa que, no sin pesimismo

luego del fracaso en la implementacin del mayo francs, lleg a pensar en un capitalismo imbatible. Cfr.Gold, David; Lo, Clarence y Wright, Erik. "Recientes desarrollos en la teora marxista del Estado Capitalista"en Capitalismo y Estado, Revolucin, Madrid, 1985. [ Links]

14Cfr. Rouqui, Alan. El Estado militar en Amrica Latina, Emec, Buenos Aires, 1984. [ Links]

15Maldonado, Hernn. "Particip Bolivia en la Operacin Cndor?", Tierra Lejana, La Paz, 27/10/'98.www.tierralejana.com

16Rodrguez, Pablo. "Muri ayer el dictador boliviano Hugo Bnzer", Pgina12, Buenos Aires, 06/05/'02. [ Links]

17Yofre, Juan Bautista. Misin argentina en Chile (1970-1973). Sudamericana, 2000, p. 336.

[ Links]18Calloni, Stellas. Los aos del lobo..., p. 44.

19La poblacin no nativa de la Argentina, INDEC, Buenos Aires, 1996, p.18. [ Links]

20Heras, Guillot y Galvez, Migracin Tradicional y Migracin de Crisis,PISPAL, Mendoza, p.13. [ Links]

21Calloni, Stella. Los aos del lobo..., p. 48.

22En Pinetta, Santiago. Lpez Rega. Final de un brujo, Abril, Bs. As., 1986, pp.115-118; [ Links] serelata como se arm la Triple A por medio del contrabando con fondos del Ministerio de Bienestar Social. La

cantidad de asesinatos aparece en Calloni, Stella. Los aos del lobo..., p. 78.23Informe de la Comisin de Derechos Humanos de Argentina, febr. 1990, Cfr. Calloni, Stella. Los aos...

24"El abc del Cndor. Estado de Situacin en 1975" La Nacin, Buenos Aires, 21/10/'01. [ Links]

25"La justicia chilena debe dejar de funcionar a lea", El Mercurio de Valparaso, Valparaso, 26/09/'01.


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26Mensaje fechado en agosto de 1976 que es parte de la documentacin desclasificada por Washington.Cfr. Ginzber, Victoria. "Un documento sobre operaciones argentinas y chilenas", Pgina 12, Bs. As.,28/06/02. [ Links]

27Martin E. Andersen. Dossier secreto. Sudamericana, Buenos Aires, 2000, p. 191. [ Links]

28Cfr. Ginzberg, Victoria. "Un documento sobre..."

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Ginzberg, Victoria. "Videla y el Plan Cndor", Pgina 12, Buenos Aires, 21/12/'02. [ Links]30Escrito presentado el 27/01/'99 ante el juzgado de instruccin N 5 de la Audiencia Nacional por parte dela acusacin particular de las representantes de las Madres de Plaza de Mayo. Corregido por: Benites-Dumont, Andrea. Operacin Cndor: La transnacional de la muerte y el terror,www.argentina.indymedia.org [ Links]

31"Vinculan 'Operacin Cndor' con base militar de Estados Unidos en Panam", Rebelin, 8/03/'01,www.rebelion.org; y tambin Calloni, Stella. Los aos del Lobo..., pp.144-151.

32Calloni, Stella. Los aos del lobo..., p.157.

33"Investigarn las desapariciones de 120 paraguayos durante la dictadura", Pgina12, Bs. As., 28/12/'03.

[ Links]34Cable del embajador Hill en Buenos Aires, fechado el 2/11/'76. Editado por the National Security ArchiveElectronic Briefing, Book No. 73, en www.gwu.edu

35Cfr. Rodrguez, Pablo. "Muri ayer el exdictador..."

36Grimson, Alejandro. La nacin en sus lmites. Gedisa, Barcelona, 2003, p.186. [ Links]

37"Um acordo esprio entre os governantes militares do Cone Sul para eliminar, por meio da chamadaOperao Condor, asilados estrangeiros opositores dos regimes". Revista poca, N 104, Brasil, 15/05/'00. [ Links]

38Calloni, Stella. Los aos del lobo..., p.177.

39Osorio, C. Departamento de Estado de eeuu abre archivos sobre la guerra sucia argentina, NationalSecurity Archive Electronic Briefing, book N73, George Washington University, 16/08/'02. www.gwu.edu [ Links]

40"Documentos desclasificados y el caso Molfino", Pgina 12, Bs. As., 31/10/'03. [ Links] TambinCalloni, Stella. Los aos del lobo..., p.175.

41Cfr. Calloni, Stella. "Los Archivos.."

42Cfr. Maldonado, Hernn. "Particip Bolivia en la Operacin..."

43Calloni, Stella. Los aos del lobo..., pp.100 y ss.

44Frei Betto. "Brasil y Nicaragua", El Nuevo Diario, Managua, 26/01/04 [ Links]

45Mandriotti, Julin. "La ltima Muerte de Anastasio Somoza", El Nuevo Diario, Managua, 26/01/'04. [ Links]

46Cfr. Maldonado, Hernn. "Particip Bolivia en la Operacin...

47Martin E. Andersen. Op. cit., pp.304-305.

48Arstegui, Julio; Buchrucker, Cristian y Saborido, Jorge (directores). El mundo contemporneo:Historia y problemas. Biblos, Buenos Aires, 2001, p. 781. [ Links]

49Camarasa, J.; Felice, R. y Gonzlez, D. El Juicio.Sudamericana-Planeta, Bs. As., 1985, p. 11. [ Links]

50Da Silva Catela, Ludmila. "Democratizacin de la informacin vs. Resguardo de la intimidad. La casa, lacalle, el Estado...", Puentes, Buenos Aires, Agosto 2000, pp.54-64.

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3/17/2014 Universum (Talca) - La Operacin Cndor y la guerra fra , , , .

[ Links]

52Carta firmada por William y Alberto Inzaurralde, Montevideo, 5 /04/'94. Cfr. Calloni, S. "Los archivos...

53Cfr. Benites-Dumont, Andrea. Op. cit.

54"La justicia chilena debe dejar de funcionar a lea", El Mercurio de Valparaso, Valparaso, 26/09/'01 [ Links]

55Calloni, S. "La Operacin Cndor, al descubierto", La Jornada, Mxico, 22/08/ 2002. [ Links] El

apoyo de EEUU aparece tambin en "Operao Condor emerge pela voz de seus defensores", Folha de SoPaulo, 23/05/'03. [ Links]

56"El Cndor en los papeles: Al banquillo", Pgina 12, Buenos Aires, 26/08/02. [ Links]

57Es decir que la doctrina de seguridad nacional continu vigente. Algunos testimonios de los sufrimientosde los adiestrados en esos cursos aparecen en: Braslavsky, Guido "Submarino, golpes y dientes rotos, elrelato de dos comandos", Los Andes, Mendoza, 18/01/04, p.6. [ Links]

58Mendoza; Montaner C; Vargas Llosa, A. Fabricantes de Miseria. Plaza & Jans, Barcelona, 1998, p.31-32. [ Links]

59"Tras la investigacion sobre Berros y Pinochet". Pgina 12, Bs. As., 19/10/'02. [ Links]

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