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Universidad de los Andes Facultad de Derecho Tesis de pregrado Jerusalén: la historia de un barrio contada por sus pobladores Presentado por: Laura Rico Gutiérrez de Piñeres Código. 200122179 Director de tesis: Daniel Bonilla Maldonado Bogotá D.C., Junio 30 de 2006

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Page 1: Universidad de los Andes Facultad de Derecho Tesis de pregrado

Universidad de los Andes Facultad de Derecho

Tesis de pregrado

Jerusalén: la historia de un barrio contada por sus pobladores

Presentado por: Laura Rico Gutiérrez de Piñeres Código. 200122179

Director de tesis: Daniel Bonilla Maldonado

Bogotá D.C., Junio 30 de 2006

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Tabla de Contenido _________________________________________________________________________

Introducción: El contexto del problema: el loteo ilegal / 4 La pregunta metodológica: el trabajo de campo en Jerusalén / 13 La respuesta estilística: cómo armar la historia del barrio / 25 Cómo leer la historia del barrio / 27 Los personajes / 30 Capítulo uno: La llegada al barrio / 38 Capítulo dos: Los problemas del asentamiento / 49 Capítulo tres: El loteo / 57 Capítulo cuatro: La organización de la comunidad y los líderes del barrio / 62 Capítulo cinco: La legalización del barrio / 71 Capítulo seis: La titulación de los predios / 74 Capítulo siete: El proceso de titulación: el balance / 89 Capítulo ocho: Los opositores / 97 Capítulo nueve: Nuevos retos para el futuro de Jerusalén / 104

Conclusión: Sobre la lectura de diálogos: una conclusión provisional / 112

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Y pienso que mi ciudad es enorme y gris como la sombra celestial de otra ciudad, una balsa naufragada, perdida del cielo, que va dejando extraños marineros colgados de su demolición que nunca acaba. Porque Bogotá muerde y besa, pero no se deja atrapar en esta camisa de fuerza que trata de recogerla, medirla y contarla. Su material es de un polvo de millones de cabezas que habla, murmura y calla, escribe y borra su mensaje indescifrable: su secreto que es de piedra

y como la piedra, se multiplica ante el golpe.

-F. Martínez Pinzón

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Introducción _________________________________________________________________________

◙ El contexto del problema: el loteo ilegal

Latinoamérica

Jerusalén, uno de los barrios más grandes de Ciudad Bolívar, ha crecido como muchos

otros barrios periféricos de Latinoamérica. Este barrio se formó mediante loteo ilegal, sin

servicios públicos, con desarrollo progresivo de autoconstrucción, problemas de acceso y

conexión con los circuitos urbanos aledaños, carente de espacio público, con insuficiencias

en la calidad de las viviendas y sin titulación predial1. Estas características parecen ser el

común denominador de todos aquellos barrios que surgen por medio de la ocupación

irregular y del “40 – 50 por ciento de los habitantes de las principales ciudades en América

Latina [que] viven en áreas de vivienda informal y deficiente”2. Sus miles de habitantes

han acudido a ésta forma de vivir dado los altos índices de pobreza y desempleo que

caracterizan a estos países. Sus historias dan cuenta que la necesidad de vivienda y la falta

de recursos económicos son elementos más determinantes que las instituciones jurídicas

que respaldan las transacciones de compraventa pues miles de personas de estratos bajos

no pueden costear ni los lotes, ni los inmuebles, ni los gastos procésales de la formalidad

(tales como la escrituración pública y el registro en Instrumentos Públicos). En

consecuencia, la invasión de terrenos y la compra y venta de lotes piratas se convierte para

muchas personas en una alternativa plausible sino legítima para constituir un hogar3.

1 Estas son las características básicas que la Caja de Vivienda Popular ha señalado como elementos centrales y comunes a los barrios con orígenes ilegales y tenencia irregular. Véase http://www.cvp.gov.co/index.asp 2 MUTSUO, Yamada y otros. Ciudad y Campo en América Latina. En MUTSUO, Yamada, comp., Ciudad y Campo en América Latina. En: INTERNATIONAL AREA STUDIES CONFERENCE II, JCAS Symposium Series 2, (2ª: 1997: Osaka), The Japan Center for Area Studies, National Museum of Ethnology, Osaka, 1997, p. 5 3 “ Cuando el valor del terreno urbano sube, por su ubicación en una zona en vías de desarrollo de bienes inmuebles, los habitantes de viviendas pobres sufren la expulsión, a veces con el uso de la violencia, a favor de nuevos edificios

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Estos asentamientos también llamados “vecindades” en México; “casas chorizo” en

Argentina; “favelas” en Brasil; “campamentos”; “barriadas”; etc., apuntan a un mismo

fenómeno: la informalidad en la ocupación, compra y construcción de la propiedad. Este

fenómeno constituye la historia de miles de personas de Bogotá, Medellín y otras grandes

ciudades latinoamericanas. En Colombia podemos señalar, además de Jerusalén, el caso

del barrio Moravia, ubicado en la zona nororiental de Medellín4, el cual tiene cerca de

40.000 habitantes así como el caso de Las Huertas, Compartir Meissen, Buena Vista y

Bosa en la ciudad de Bogotá5. En otros países de Latinoamérica, como México, Brasil y

Perú, la “propiedad informal” también hace parte importante de la vida cotidiana de un

número importante de ciudadanos6.

A modo de síntesis, vale entonces la pena insistir en lo que ya se ha dicho en la literatura

sobre esta materia:

[p]ese a la diversidad de los procesos de instalación y de los tipos mismos de construcción, el estereotipo que prevaleció [es el] de una vivienda caracterizada por

comerciales y apartamentos de lujo. No es raro que zonas enteras de la clase pobre sean desplazadas para que los dueños de los terrenos puedan captar los aumentos en los precios del suelo, o para proteger el derecho a la propiedad privada, o para la construcción de obras públicas monumentales, o por el simple mantenimiento del control político sobre los pobres. El desplazamiento de los habitantes de los barrios más pobres, sea por medio del mercado privado o sea por medio de la acción estatal, ayuda a frenar los reclamos de estos barrios de un mayor compromiso de parte del estado en la construcción y mantenimiento de la infraestructura urbana, y también tiende a rebajar el costo de la reproducción, y la remuneración, de la clase trabajadora que vive en estas áreas.” Ver: Thomas Angotti, “ P lanificación y Desigualdad en América Latina”, en: Yamada Mutsuo, comp., Ciudad y Campo en América Latina, Internacional Area Studies Conference II, JCAS Symposium Series 2, The Japan Center for Area Studies, National Museum of Ethnology, Osaka, 1997, p. 47 4 En Medellín son muchos los barrios que han crecido bajo este mismo fenómeno. Véase, Francoise Coupé, Las urbanizaciones piratas en Medellín: el caso de la familia Cock, Medellín, Universidad Nacional de Colombia (Medellín), Centro de Estudios del hábitat popular – CEHAP, 1993. 5 Acción Comunal Distrital, Bogotá, historia común, Bogotá, Departamento Administrativo de Acción Comunal y Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 1999. 6 La favela de Jacarezinho, ubicada en Río de Janeiro, cuenta con más de 60.000 habitantes que construyeron de manera informal. En Recife, ciudad de Brasil, la mitad de la población ha auto-construido su vivienda. El caso de Villa El Salvador en Perú refleja supuestos similares. Ver: Francois Thomas, “ Los asentamientos populares irregulares en las periferias urbanas de América Latina”, en: Antonio Azuela y Francois Thomas, comp., El acceso de los pobres al suelo, México, 1997.

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tres elementos: la ocupación irregular, e incluso violenta, del terreno; la parte esencial de autoconstrucción y la escasez, sino ausencia, de servicios urbanos7.

Este tipo de panoramas son los que hacen de la tenencia informal o ilegal la forma más

común de desarrollo del suelo urbano en Latinoamérica8. El problema se agudiza porque

en Colombia, al igual que en la mayoría de países calificados como del tercer mundo,

muchas personas sencillamente no tienen acceso a vivienda de una manera distinta:

(…) millones de familias no pueden adquirir ni la peor vivienda que ofrecen en el mercado los particulares o el Estado (…) Este último no sólo es incapaz de proporcionar un número suficiente de viviendas subsidiadas, sino que ni siquiera logra llevar el agua, la energía y el alcantarillado a donde el desespero obrero y popular edifica sus asentamientos subnormales9.

Clasificar estos barrios informales como “ilegales” porque no cumplen con los requisitos

del sistema del derecho oficial estipulados en las leyes para comprar y vender bienes

inmuebles, es una primera forma de intentar describir el problema. Así se pensará: lo que

no cumple con las formalidades legales será ilegal y lo que sí cumpla con la normatividad

será legal y en consecuencia, parte del derecho oficial. Sin embargo, como veremos más

adelante, ésta mirada parece brindar pocas herramientas analíticas para abarcar la

problemática pues la manera en la que se compran y venden bienes inmuebles en barrios

informales constituye todo un sistema de intercambio que genera efectos reales, por no

llamarlos jurídicos, para sus usuarios. Esto resulta en que lo que comúnmente se denomina

7 Francois Thomas, “ Los asentamientos populares irregulares en las periferias urbanas de América Latina”, en: Antonio Azuela y Francois Thomas, comp., El acceso de los pobres al suelo, México, 1997, p. 17 8 Edesio Fernández, “ Aspectos jurídicos de los programas de regularización de la tenencia de la tierra urbana en Latinoamérica” en: Análida Rincón Patiño, comp., Espacios Urbanos no con-sentidos legalidad e ilegalidad en la producción de ciudad, Medellín; Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), Alcaldía de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2005, p. 154 9 Jorge Enrique Robledo, “ El drama de la vivienda en Colombia y la política del sí se puede”, Ancora Editores, Bogotá, 1985, p. 29

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como “ilegal” es tratado como delito y no hay cabida para estudiar los fenómenos tras la

informalidad bajo otro espectro analítico distinto al señalado por lo que es legal y aquello

que no lo es. No obstante, el tema merece un análisis que brinde mayores y mejores

instrumentos para entender cómo ha sido el proceso de crecimiento e interacción de la

metrópolis-periferia en Latinoamérica ya que la cantidad de personas que viven bajo estas

reglas informales o ilegales constituye un porcentaje importante de la población de

nuestras grandes ciudades.

Bogotá

Para acercarse al problema tras la informalidad en Bogotá, es importante preguntarse por

los diferentes motivos que explican la formación de los asentamientos subnormales en la

ciudad. Entre estos motivos podemos encontrar razones sociológicas “duras” como son los

procesos migratorios de personas con origen campesino que llegan a la ciudad en busca de

oportunidades10 o huyendo de la violencia11. Este fenómeno invita a pensar la ciudad

colombiana moderna como el producto de la agudización, en las últimas décadas, de las

contradicciones propias del desarrollo del modelo capitalista que ha desencadenado una

rápida transformación y aceleración de los procesos migratorios entre el campo y la

ciudad12.

10Véase, Acción Comunal Distrital, Bogotá, historia común, Bogotá, Departamento Administrativo de Acción Comunal y Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 1999 11Una de las consecuencias que ha sufrido la población civil de Colombia, debido al problema de orden público es el desplazamiento. Bogotá, como muchas otras ciudades del país, ha visto entrar campesinos oriundos de diversas regiones que han sido forzados a venir la capital para escapar del maltrato, las amenazas, y las agresiones ejercidas por los distintos actores del conflicto armado. Sin embargo, éste no es el único motivo por el cual se fundan los barrios ilegales. 12 Carlos Alberto Torres Tovar, “ Dualidad formal informal, el modelo de producción de la ciudad colombiana. Una mirada desde los años 90” en: Análida Rincón Patiño, comp., Espacios urbanos no-consentidos, Legalidad e ilegalidad en la producción de ciudad, Medellín; Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), Alcaldía de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2005, p. 125.

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[Este fenómeno] aún agobia a las ciudades por efectos de la polarización del conflicto armado que se vive en el país; al igual que la profundización de las condiciones de pauperización del campesinado colombiano y las dificultades permanentes generadas por las erráticas políticas económicas y sociales que han marcado períodos de inestabilidad y crisis económica, siendo los más afectados los sectores de la población con más bajos ingresos13.

Por otro lado, podemos encontrar tres razones instrumentales fundamentales que también

contribuyen a la creación de los asentamientos informales: primero, precios bajos de los

lotes, segundo, las facilidades de pago de los mismos y tercero, el fácil perfeccionamiento

del contrato de venta14. Estos, entre otros varios factores, deben ser estudiados previo a la

implementación de políticas de titulación y legalización de barrios so pena de incurrir en

un análisis superficial (o rígidamente técnico) del problema social, que resulte en

programas ineficaces o inadecuados para la solución del mismo15. Sólo de esta manera se

logrará entender que detrás de estas razones iniciales subyacen temas estructurales o de

fondo relevantes para el Derecho: la ausencia del Estado en materia de políticas de

vivienda, la falta de garantías mínimas que tienen miles de colombianos para acceder a una

casa16, y la ineficacia de las instituciones y normas existentes en Colombia que regulan las

13 Véase, Carlos Alberto Torres Tovar, Op. Cit. p. 125. 14A estas conclusiones se llegó luego de realizar el trabajo de campo en el barrio Jerusalén; explicación que se encuentra en la parte restante de la introducción de este texto y conclusiones a las cuales el lector le será fácil llegar después de leer la historia de Jerusalén contada por sus pobladores. 15“ Desde el punto de vista de su expansión territorial, en los últimos quince años Bogotá experimentó un fenómeno de “ compactación” (mayor intensidad en el uso del suelo), a la par que un crítico agotamiento de los suelos urbanizables dentro del perímetro urbano. Una parte importante de ese crecimiento se dio a través de la urbanización informal, por fuera de las normas urbanísticas, la cual, como señala el P lan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, sigue representando una proporción elevada de su expansión. En ese fenómeno confluyen factores relacionados con el incremento de los precios del suelo, los bajos ingresos de la mayor parte de la población nueva y el fracaso reciente de la política de vivienda de interés social, centrada en la estrategia de subsidios directos de demanda. En tal sentido, en lugar de disminuir la segregación urbana ha ido en aumentó durante la última década”. Ver: Fabio E. Velásquez C., “Ciudad e inclusión en Bogotá”, en: Fabio Velásquez Carrillo, comp., Ciudad e Inclusión: por el derecho a la ciudad, Fundación Foro Nacional por Colombia, Asociación de Trabajo Interdisciplinario – ATI, Fedevivienda, y Corporación Región, Gente Nueva Editorial, Bogotá, 2004, p. 136 16 Estas dos razones iniciales no son novedosas ni arrojan nada nuevo sobre las deficiencias de cobertura que puede tener el Distrito en el tratamiento de temas como éstos o afines. No por esto deben dejar de mencionarse o de tenerse en cuenta. Sin embargo, en lo que respecta al análisis que se hará en capítulos posteriores, me referiré con especial atención sobre las instituciones jurídicas existentes en el ordenamiento jurídico oficial dispuestas para regular la compraventa de bienes inmuebles.

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transacciones civiles y comerciales17 de la compraventa de bienes inmuebles en estos

sectores periféricos. Es decir, el problema de las urbanizaciones piratas permite contrastar

la realidad de un barrio subnormal frente a las estructuras jurídicas existentes dentro del

Derecho oficial para estas materias.

Consciente de la dimensión del problema, la Alcaldía Mayor de Bogotá, mediante la Caja

de Vivienda Popular (CVP), ha impulsado y adelantado procesos de titulación18 para

legitimar la posesión de los piratas. Los programas tienen como objetivo brindar la

asistencia técnica y social a los ciudadanos que necesitan un título legal, pero la

17 El exceso de tramitología en Colombia, para transacciones civiles y comerciales es uno de las razones más preponderantes y causantes de la informalidad: “ En economías como la colombiana muchas empresas pequeñas empiezan a operar de manera informal, entre otras razones, porque los costosos procedimientos legales y administrativos de acceder y sostenerse en la formalidad se constituyen en las barreras de a la entrada en segmentos ya establecidos formalmente (…) En Colombia, por ejemplo, se requieren por lo menos 14 procedimientos para crear una empresa mientras que en países como Chile apenas son nueve pasos, en Estados Unidos cinco pasos y en Canadá apenas dos”. Sección PYMES, “ Informalidad sale muy cara”, en: El Tiempo, Santa fe de Bogotá, 19.7.05, p. 1-14.

18 El diagnóstico adelantado por la Caja de la Vivienda Popular en el año 2.000 en materia de titulación predial en la ciudad de Bogotá, dio como resultado en barrios de estratos 1, 2 y 3, la siguiente situación:

SITUACIÓN No. BARRIOS No. PREDIOS

CENSADOS 1369 564352

TITULADOS 673 439890

SIN TITULOS 590 124462

SIN INFORMACIÓN 106 0

DIÁGNOSTICO No. BARRIOS %

CESIÓN A TITULO GRATUITO 6 2.38

NEGOCIACIÓN DIRECTA 54 21.43

DEMANDA DE PERTENENCIA 141 55.95

SIN LEGALIZACIÓN URBANISTICA

14 5.56

MAS DEL 80% ESCRITURADO

137 14.68

El Programa tiene como objetivo brindar el acompañamiento necesario a la comunidad de los predios que actualmente ocupan, tendiente a apoyar la titulación predial, a través de la asistencia Técnica en el área social, catastral, legal y financiera-económica (http://www.cvp.gov.co/index.asp).

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preocupación de las entidades del Distrito está enfocada a resolver una situación de hecho

y no a hacer un estudio crítico o un análisis previo de lo que hay detrás de estas formas de

asentamiento. Para el Estado, el tema parece resolverse exclusivamente a través de una

sentencia, un documento oficial donde un juez reconoce y certifica a las personas como

propietarias. En últimas, no le importa al Derecho de qué manera hayan llegado los

compradores a esos lotes; no es relevante si cada cual construyó su casa de la manera que

mejor se le ocurriera corriendo con los riesgos de un derrumbe; si ya pagaron o no por el

lote creyendo en la validez de la transacción comercial informal o si se han encargado de

dotar su barrio de servicios públicos domiciliarios mediante luchas comunitarias dado que

el Distrito no estaba ahí para auxiliarlos. El Estado, a través del Derecho, sólo tiene una

fórmula para legitimar y validar la propiedad de miles de pobladores informales: el título

legal. En consecuencia, hasta tanto los habitantes de Jerusalén y barrios análogos no

prueben su posesión según las exigencias formales del Derecho, sus derechos como

“propietarios” son hechos de la realidad social con escasa protección jurídica19.

El problema es que las normas existentes en Colombia dan poca cabida para entender el

sistema de propiedad dentro del contexto en el cual los pobladores de los barrios

informales compran y construyen sus viviendas. Nuestro ordenamiento jurídico está basado

en normas que determinan el intercambio de la propiedad a través del título y el modo. En

consecuencia, parece imposible que los bienes inmuebles puedan transferirse de una

19 El artículo 1857 del Código Civil de Colombia, sobre la forma y requisitos del contrato de venta, estipula que: “ [l]a venta se reputa perfecta desde que las partes han convenido en la cosa y en el precio, salvo las excepciones siguientes: la venta de bienes raíces y servidumbres (…) no se reputan perfectas ante la ley, mientras no se ha otorgado escritura pública” (subrayado fuera de texto). Este artículo implica que mientras no se haya perfeccionado un contrato, éste no existe, no produce efectos jurídicos; no nace a la vida jurídica. A lo sumo, como bien está expuesto en los comentarios al Código Civil (Editorial Temis S.A., Bogotá, 1999, p. 657), tal tipo de negocio puede constituir un proyecto de contrato o precontrato del cual el interesado y los interesados podrán retractarse hasta tanto no medie la oferta o la aceptación de la misma (ver también, Código de Comercio, arts. 845 a 863).

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persona a otra sin el previo cumplimiento de estos dos requisitos. Sin embargo, supeditar el

derecho de propiedad en Colombia al cumplimiento de compraventas elevadas mediante

escritura pública y registradas ante la Oficina de Instrumentos Públicos, implicaría que una

gran parte de la población ha realizado contratos inexistentes y que no tiene un derecho

cierto sobre el lote comprado o la casa construida. El resultado de lo anterior es que todas

aquellas personas de escasos recursos incapaces de cumplir las solemnidades estipuladas

en el Código Civil, quedan desprotegidas por el Derecho ya que no pueden costear las

viviendas que ofrece ni el sector privado ni el Estado (vendidas dentro del mercado formal

y legal).

Ahora bien, puede pensarse que “[e]l crecimiento de la ilegalidad es un indicador del

quiebre del monopolio de la aplicación de la ley estatal, que se expresa claramente en una

forma de construcción de nuestras ciudades”20. Esta dualidad o multiplicidad, puede ser

vista como un llamado a las estructuras clásicas del derecho que apunta a crear normas más

flexibles o eficaces que estén de la mano de la realidad colombiana. Vale entonces notar

que la compraventa informal constituye un proceso complejo que no puede ser evaluado de

manera exclusiva a partir del análisis de tablas o estadísticas que describan la situación y

comparen la proporción de barrios o predios sin titulación versus la cantidad de barrios

legalizados y de lotes con titulación predial21 en Bogotá. Los problemas políticos,

económicos y sociales que generan estos asentamientos solo pueden comprenderse y

solucionarse adecuadamente si además de legalizar barrios y regularizar la tenencia

20 Análida Rincón Patiño, “ Legalidades colectivas: historia de los espacios urbanos no consentidos”, en: Análida Rincón Patiño, comp., Espacios Urbanos no con-sentidos legalidad e ilegalidad en la producción de ciudad, Medellín; Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), Alcaldía de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2005, p. 40 21 Para mayor información ver el estudio “ Diagnóstico del Estado de Titulación en la Ciudad, Caja de la Vivienda Popular, Bogotá, Mayo de 2000.

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individual de los habitantes que allí construyen22, el Estado tiene en cuenta elementos

relacionados con la pobreza y la desigualdad de sus “propietarios”.

Con estas ideas en mente y entendiendo que para desentrañarlas resulta valioso

aproximarse al fenómeno desde “adentro” y no a partir del análisis de estadísticas o cifras

que ejemplifiquen la magnitud del problema, presentaré en lo que resta de esta

introducción cómo se ha recogido la historia de Jerusalén y por qué será contada por sus

pobladores23. Este texto se funda en la idea que “[h]acer la historia de Bogotá es, en cierta

forma, construir un rostro común (…) una ciudad que tiene un rostro diverso, venido de

muchos confines, que habla con muchos acentos, que acoge, no sin conflictos y traumas, a

una gran cantidad de colombianos”24 y por eso, reflexionar sobre los orígenes de Jerusalén

es entender su contexto de la mano de sus habitantes. Son los pobladores de los barrios

informales los protagonistas, y a la vez los directamente implicados, de esta cara de la

realidad colombiana. En esa medida, resulta valioso escuchar sus historias y reflexiones

para trazar el mapa de nuestra historia y particular proceso de modernización. Esta

presentación de la información debe entenderse como un contraste a la explicación jurídica

22 Francois Thomas, Op. Cit, p. 40: “ En cuanto a los obstáculos, éstos son básicamente de dos tipos. En primer lugar, existen obstáculos que se deben a los conflictos entre los distintos actores involucrados (entre propietarios públicos o privados y ocupantes irregulares, entre propietarios u ocupantes fraccionadotes, entre ocupantes irregulares y organismos encargados de llevar a cabo el proceso de regularización), e incluso a los conflictos internos que pueden surgir dentro de una comunidad, en particular cuando existe alguna rivalidad entre caciques y representantes elegidos. En, segundo lugar, existen obstáculos que se deben a las condiciones desfavorables en las cuales se llevan a cabo ciertas operaciones de regularización: “ la no correspondencia entre los estatutos jurídico y urbanístico de los terrenos”; “ el cambio en las políticas seguidas por los poderes públicos” y, por último, la falta de financiamiento”. 23 En palabras del antropólogo Cristóbal Gnecco, resulta útil entender la historia como tecnología de domesticación. Así, dirá este estudioso que “ [l]a domesticación de la memoria social por las historias hegemónicas ha tomado la forma de una suerte de historia natural: historia científica, objetiva, dueña de los únicos dispositivos de verdad y de legitimación posibles, atemporal, universal”. Esta categorización permite entender que aparte de esta forma hegemónica de construir la historia, la misma puede ser entendida como una práctica social y en esa medida permite la inclusión de voces alternativas a la de historiador o investigador que organiza los hechos y los presenta para inducir e injerir en la memoria social. Es precisamente sobre esta premisa que está construido este texto. Ver en Cristóbal Gnecco, “ Historias hegemónicas, historias disidentes: la domesticación política de la memoria social”, Universidad del Cauca, Conciencias, Bogotá, 2000, p. 173 24 Acción Comunal Distrital, Bogotá, historia común, Bogotá, Departamento Administrativo de Acción Comunal y Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 1999, p. 11

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que estos fenómenos puedan tener desde los ojos de un único experto que acalla miles de

voces de manera reduccionista. Así, el giro histórico y metodológico será pensar a Bogotá

no desde su centro, sí desde su periferia.

◙ La pregunta metodológica: el trabajo de campo en Jerusalén

¿Cómo debe un investigador interesado en temas del derecho aproximarse a un problema

social? ¿Qué estrategias metodológicas y perspectivas analíticas deben guiar una labor

investigativa? Estas preguntas básicas tienen múltiples respuestas y sería imposible

resolver aquí todas sus posibles aristas. Las estrategias serán tantas como preguntas haya y

compete a cada investigador decidir qué método le proporcionará los resultados más

adecuados según sus intereses particulares y los objetivos de la investigación. Una forma

de ahondar en el problema de la informalidad en la creación de barrios sería recurrir a

índices económicos y de gestión urbanística para empezar a entender las dimensiones del

problema en Bogotá. Para realizar esta labor sería entonces práctico estudiar los informes

oficiales y los textos históricos que reseñen el tema. Ahora, si bien evaluar la gestión del

Estado (en cuanto a la forma de atender problemas sociales) puede demostrarse y recogerse

en informes cuantitativos, una aproximación alternativa y menos ortodoxa parece adecuada

teniendo en cuenta el objeto de estudio seleccionado.

Para entender cómo crece y por qué surge un barrio informal, qué mejor manera que

recorrer sus calles para empaparse de sus relatos. No podrá desconocerse que “(…) en la

Colombia de hoy co-existen y, en ocasiones se enfrentan varias voces históricas. Algunas

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han encontrado grandes espacios de legitimación y han jugado un papel determinante en

reivindicaciones territoriales, políticas y jurídicas”25. Parece, entonces, sensato fomentar

los canales de comunicación que introduzcan varias panorámicas distintas a la mirada

tradicional26, pues ésta tiende a omitir detalles que permitirían entrever, a un tercero

observador, no sólo los acontecimientos fácticos sino también las metáforas y recuerdos

que componen los mismos.

Con el propósito e interés por entender la complejidad de Jerusalén, un grupo de

estudiantes y profesores de la facultad de derecho de la Universidad de los Andes

conformó un equipo de investigación durante los meses de Enero a Julio del 2005. El

objetivo principal de la investigación fue estudiar el modo de intercambio de la propiedad

en el barrio Jerusalén dada sus características informales27. Para obtener las posibles

respuestas a las preguntas planteadas durante la investigación empleamos una metodología

cualitativa que nos permitió recoger la información que interesaba al grupo mediante

trabajo de campo en el barrio. La estrategia metodológica utilizada puede resumirse de la

siguiente manera: a) se trató de un estudio de caso orientado cualitativamente; b)

25 Cristóbal Gnecco, “ Historias hegemónicas, historias disidentes: la domesticación política de la memoria social”, Universidad del Cauca, Conciencias, Bogotá, 2000, p. 183 26 Ya hemos visto como durante mucho tiempo la forma predominante de hacer ciencia o historia obedece a una mirada “ desde arriba” o “ desde afuera” que privilegia las categorías de análisis del investigador, historiador, narrador o escritor. Este tipo de aproximaciones o de miradas se han encargado de formular un discurso hegemónico que privilegia la mirada de ciertos actores sobre los hechos y omite o ignora las perspectivas o vivencias que pueden tener otras personas sobre lo mismo (Ver Antonio Gramsci, “ The formation of the intellectuals”en LEITCH, Vincent B, “ The Norton Anthology of Theory and Criticism”, Norton & Company, New Cork, 2001). Este texto tiene como propósito apartarse del método hegemónico de hacer Historia (con “ H” mayúscula) para por el contrario colaborar en la creación de la “historia” de “h” minúscula y así dar licencia a los actores que han sido marginados de la memoria colectiva de Bogotá. Dicho en otras palabras, los ciudadanos de Jerusalén, Ciudad Bolívar, serán igualmente partícipes del proceso colectivo que escribe, comenta y describe la historia de nuestra ciudad. Como se verá en el resto del texto, el discurso y la voz de los habitantes de Jerusalén es el único vehículo que transmite las vivencias de los habitantes de este barrio. No hay pues índices numéricos o balances expuestos en términos de lo “ bueno/malo”, “ deseable/indeseable”, “ válido/inválido”, ni tampoco un narrador que predisponga al lector sobre los términos en los cuales deben interpretarse los hechos. La historia de Jerusalén, al desnudo, es la que se construyó en sus calles sin aceras y sin servicios públicos. 27 Las reflexiones y resultados de la investigación, sobre la informalidad en el intercambio de la propiedad como un ejemplo de pluralismo jurídico, hacen parte de los textos manuscritos de los profesores Daniel Bonilla y Everaldo Lamprea.

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“teóricamente informado” (el Nuevo Pluralismo Legal y el Convencionalismo); y c) con

fundamento en varias herramientas metodológicas (entrevistas semi-estructuradas,

observación e historias de vida).

La decisión de privilegiar un enfoque cualitativo sobre un enfoque cuantitativo estuvo

mediada por varias razones. La primera razón para escoger un enfoque cualitativo fue la

inexistencia de estudios –tanto empíricos como teóricos- que trataran la problemática de la

propiedad extralegal en Colombia o en Bogotá desde el punto de vista del pluralismo

jurídico28. No existe bibliografía que permita identificar las variables o los patrones que

rigen la dinámica interna de la propiedad extralegal ni que expliquen el comportamiento de

la gente o que sondeen sus percepciones alrededor de este tema según este marco teórico.

Este hecho hizo que se considerara que el enfoque cualitativo (más inductivo29) en

contraste con el enfoque cuantitativo (más deductivo30), podría arrojar mejores respuestas.

Si bien existen documentos y tablas que recogen la cantidad de asentamientos informales

que hay actualmente en Bogotá, o el número de predios sin titular, el análisis de ese tipo de

28 Vale la pena señalar el libro de Análida Rincón Patiño, comp., Espacios Urbanos no con-sentidos legalidad e ilegalidad en la producción de ciudad, Medellín; Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), Alcaldía de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2005. En este texto se hacen algunas aproximaciones al fenómeno de los barrios de invasión y de la propiedad informal como ejemplos de pluralismo jurídico.

29 “ Esta metodología se asocia originariamente a los trabajos de Francis Bacon a comienzos del siglo XVII. En términos muy generales, consiste en establecer enunciados universales ciertos a partir de la experiencia, esto es, ascender lógicamente a través del conocimiento científico, desde la observación de los fenómenos o hechos de la realidad a la ley universal que los contiene. Resumiendo las palabras de Mill (1973), las investigaciones científicas comenzarían con la observación de los hechos, de forma libre y carente de prejuicios. Con posterioridad -y mediante inferencia- se formulan leyes universales sobre los hechos y por inducción se obtendrían afirmaciones aún más generales que reciben el nombre de teorías. Según este método, se admite que cada conjunto de hechos de la misma naturaleza está regido por una Ley Universal. El objetivo científico es enunciar esa Ley Universal partiendo de la observación de los hechos.” http://www.eumed.net/cursecon/libreria/rgl-evol/2.4.1.htm

30 Este tipo de método lógico suele ser más propio de las ciencias formales mientras que el método inductivo es comúnmente utilizado en las ciencias empíricas. Se dirá entonces que el método deductivo “ (…) aspira a demostrar, mediante la lógica pura, la conclusión en su totalidad a partir de unas premisas, de manera que se garantiza la veracidad de las conclusiones, si no se invalida la lógica aplicada. Se trata del modelo axiomático propuesto por Aristóteles como el método científico ideal”- Véase http://www.molwick.com/tgecv.es/at1-121-metodoscientificos.html

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información era secundario para el equipo de investigación pues el análisis sobre las

formas de intercambio de la propiedad extralegal no se encuentra en éste tipo de

información numérica y estadística. Mucho menos podía el equipo comprender el

fenómeno y analizar las causas menos evidentes detrás de la conformación de estos barrios

estudiando informes de la Caja de Vivienda Popular o de Planeación Distrital. Por esto, el

grupo decidió que los métodos cualitativos de investigación y el trabajo interdisciplinario

eran las herramientas más idóneas para abordar un problema social como éste.

La segunda razón respondió principalmente a un argumento pragmático. Los estudios

cuantitativos por lo general exigen que el caso seleccionado sea lo suficientemente

representativo –en términos estadísticos- o lo suficientemente grande (una ciudad y sus

diferentes localidades, por ejemplo) para poder comparar variables, correlacionarlas,

establecer entre ellas relaciones de causa y efecto, etc., con el fin de falsear o confirmar

una hipótesis o un postulado teórico. Como es común en éste tipo de investigaciones, optar

por esta vía hubiera exigido tiempo y recursos con los cuales no contábamos. Fue así como

el grupo tuvo que construir un estudio de caso que tuviera límites temporales y espaciales

más modestos y se concentrara de manera exclusiva en Jerusalén31. La principal ventaja al

hacerlo de esta manera y no de otra era que al tener el lugar delimitado pudimos visitar el

31 El grupo de investigación decidió trabajar en Jerusalén (Ciudad Bolívar) y no en otro barrio con orígenes informales por varias razones. La primera razón se sustentó en la idea que estudiar uno de los sectores dentro de Ciudad Bolívar era relevante puesto que todo Ciudad Bolívar ha tenido problemas de loteo informal y dado que es el barrio más grande de Bogotá. Es decir, si la pregunta general de la investigación era sobre la existencia o no de ordenamientos paralelos en los modos de intercambio de la propiedad, Ciudad Bolívar debía tener un papel protagónico. En segundo lugar, vinieron las razones prácticas que privilegiaron este sobre otros barrios. Funcionarios de la Caja de la Vivienda Popular nos recomendaron Jerusalén como objeto de estudio pues era fácil visitarlo con frecuencia porque sus condiciones de desarrollo de urbanismo así lo permitían; el grado de consolidación del barrio era alto (ya era un barrio de más de veinte años desde su fundación); los índices de violencia/seguridad eran manejables; el acceso a él dado el Transmilenio era fácil; y quizás lo más importante para nosotros: las Juntas de Acción Comunal eran conocidas al interior de la Caja de Vivienda Popular por su organización y eso nos permitía contactarlos más fácilmente y trabajar con ellos de manera conjunta en el desarrollo del trabajo empírico.

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barrio con mucha frecuencia, observarlo y escoger los grupos de personas a quienes

realizarles las entrevistas semi-estructuradas32.

La tercera razón que determinó la forma de trabajo del equipo de investigación, y quizás la

más importante, estuvo directamente relacionada con la naturaleza de las preguntas de la

investigación33. Así, puede decirse que los enfoques cualitativos de investigación

privilegian el conocimiento que surge a partir del contacto directo con las personas, la

descripción y el análisis del contexto cultural en el cual están inmersos, sus significados,

sus símbolos y las perspectivas de los sujetos-objetos. Por el contrario, los estudios

cuantitativos buscan resultados a partir de variables que puedan ser medibles y a la vez

fijadas de antemano por el investigador. Obtienen resultados que pueden expresarse

numéricamente en forma de correlaciones y cadenas causa-efecto; son generalizables,

repetitivos y explican las causas o los hechos de los fenómenos sociales desde “afuera” (al

margen de las experiencias de sus protagonistas)34. De esta manera se hizo claro que la

estrategia cuantitativa tendría como objetivo relacionar y agrupar las respuestas de la

investigación para concluir con datos de fácil comparación y organizarlos de manera tal

que permitieran hacer generalizaciones partiendo de la reconstrucción hecha por el

investigador y no así del aporte particular de cada entrevistado.

32 La entrevista semi-estructurada puede definirse como aquella modalidad que se encuentra a mitad de camino entre la entrevista abierta (donde el entrevistador propone temas amplios y el entrevistado habla libremente sobre su vida) y la entrevista cerrada o el cuestionario rígido (que aplica invariablemente las mismas preguntas a todos los entrevistados). La idea es entonces que el entrevistador vaya preparado con unas pocas preguntas abiertas, que permitan generar relatos y que sean lo suficientemente flexibles como para permitir improvisar preguntas en la marcha, dependiendo de los giros de la conversación. Ver: Bertaux, D (1983). From the life-history approach to the transformation of sociological practice. London, Sage, p. 39; Creswell, J. W. Op. cit., pp. 123-124. Para un tratamiento detallado puede leerse con provecho Guber, R. Op. cit., Capítulo 4, pp. 55-75, donde la autora trata detenidamente la naturaleza de la entrevista etnográfica o no-directiva, como ella las llama. 33 La relación entre tipo de preguntas y tipo de método, es sugerida por Creswell, J. W. Op. cit., p. 17. 34 Cook, T. D. y CH. S. Reichardt (1997). Op. cit., p. 29.

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18

Al estudiar entonces ambos presupuestos metodológicos fue evidente que los enfoques

cualitativos estaban alineados con los intereses del equipo y que a su vez contenían las

preguntas de la investigación. A saber, si el fenómeno de la propiedad extralegal en

Jerusalén era o no un ejemplo de pluralismo jurídico y si lo era, ¿cómo era representada y

valorada la coexistencia de dos sistemas jurídicos de propiedad en las prácticas sociales de

los habitantes del barrio? ¿Cuáles eran los códigos y las características principales del

derecho “informal” de propiedad que regía y aún rige entre los habitantes de Jerusalén?

¿Cómo funcionaban? ¿Cuáles son las diferencias de ese derecho informal con el derecho

estatal? ¿Cuáles han sido sus relaciones mutuas? Estas y otras preguntas afines fueron

respondidas a través del trabajo de campo. Estando en el barrio conversamos con los

habitantes de Jerusalén para tratar de entender sus dinámicas, sus nociones y

representaciones sobre la propiedad y los sistemas de intercambio de los lotes35. Aparte de

las herramientas metodológicas utilizadas, el estudio de caso también estuvo “teóricamente

informado”36 y esta fue la segunda característica general de la labor investigativa.

El equipo de trabajo, siguiendo los lineamientos de varios autores de las ciencias sociales,

estuvo de acuerdo en que existe una necesaria relación de reciprocidad entre los postulados

teóricos y los contenidos empíricos de las investigaciones37 y fue ésta una razón primordial

35 Hernando de Soto sostiene que si un gobierno quiere integrar exitosamente los acuerdos extralegales al sistema formal de propiedad, “ tiene que salir a las calles y a la campiña y escuchar ladrar a los perros”. Como argumenta el autor más adelante, “ decodificar” la ley extralegal implica trabajo de campo, “ asumir” la perspectiva de los pobres y “caminar sus calles”. “ Las estadísticas oficiales”, añade, “ no contienen la información que ellos [los líderes reformistas] necesitan”. Ver: De Soto, H. (2004). El misterio del capital. Bogotá, P laneta, pp. 203 y 213 respectivamente. 36 La expresión “ estudio de caso teóricamente informado” es tomada de la propuesta de Willis, P . and M. Trondman (2000). “ Manifesto for Ethnography”. Ethnography Vol. 1 (1), de practicar una “ etnografía teóricamente orientada”. En su manifiesto, estos autores, queriendo superar ciertos postulados del postmodernismo, arguyen que la teoría –en el caso de la etnografía- debe ser un pre-cursor o un medio para los estudios y la escritura etnográfica. La teoría es útil, comentan los autores, “ en relación con la evidencia etnográfica y la ‘energía’ científica derivada de la efectiva formulación de los problemas, y no como teoría por sí misma” (p. 7, traducción libre). 37 La siguiente lista no es exhaustiva, pero ayuda a dar una idea de lo anterior: Willis, P . and M. Trondman. Op. cit.; Creswell, J. W. Op. cit.; Guber, R (2001). La etnografía. Método, campo y reflexividad. Bogotá, Norma; Hammersley,

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19

para desarrollar la investigación con los aportes de un marco teórico. Cierto es que la teoría

brinda la posibilidad de construir objetos de estudio más sólidos y le permite al

investigador plantear problemas, preguntas e hipótesis que se prueban o falsean durante el

transcurso del estudio de caso. Es decir, incorporar la teoría al trabajo empírico resulta

válido y útil siempre y cuando el marco teórico tenga la virtud de adaptarse e incorporar las

contingencias que surgen en el terreno.

En nuestro caso, las preguntas de investigación se construyeron inicialmente a partir de la

literatura sobre el fenómeno de la extralegalidad y el pluralismo jurídico38. La corriente

teórica del pluralismo jurídico surge como respuesta al “monismo jurídico. Esta última se

caracteriza por defender la existencia de un solo conjunto de normas que dirigen y señalan

las pautas de conducta, consecuencias jurídicas y los procedimientos válidos para actuar

conforme a derecho.

Desde el monismo jurídico se busca proteger el orden social y político dentro de los

Estados mediante la consolidación y primacía de un orden jurídico oficial. Sin embargo, la

realidad de las sociedades modernas evidencia el pluralismo jurídico que se presenta en

estas. Es decir, que no se rigen por un sistema único, oficial y centralizado de normas. Por

lo tanto, desde un punto de vista descriptivo el “monismo jurídico” es incapaz de hacer una

M. And P . Atkinson (1983). Ethnography Principles in Practice. London, Tavistock; y Strauss, A. y J. Corbin (2002). Bases de la investigación cualitativa. Medellín, Contus – Universidad de Antioquia. 38 Véase, entre otros varios autores: Sally Ingle Merry, “ Legal P luralism”, Law and Society Review, Volume 22, Number 5, 1998. Gunther Teubner, “ The Two Faces of Janus: Rethinking Legal P luralism”, Cardozo Law Review, Volume 13, March 1992. Meter Fitzpatrick, “ Law, P lurality and Underdevelopment” en: David Sugarman (ed), Legality, Ideology and The State, Academic Press, New York, 1983. Gunther Teubner, “ Breaking Frames: The Global Interplay of Legal and Social Systems”, American Journal of Comparative Law, Winter, 1997. Meinzen-Dick, Ruths S. and Rajendra Pradham, “ Legal P luralism and dynamic property rights”, CAPRI Working Paper, No. 22, http://www.capri.cgiar.org/pdf/capriwp22.pdf. Nicholas Blomley, “ The boundries of property: lessons from Beatrix Potter, Canadian Geographer, Toronto: Summer 2004. Tomo 48, No 2. Tamar Wilson, “ The Urban informal Sector, Latin American Perspectives”, Vol. 25, No. 2.

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buena lectura de aquellas sociedades en donde confluyen y coexisten distintos ordenes

jurídicos al interior de un mismo territorio.

Por otro lado, si la sociedad efectivamente es compleja, no resulta plausible, ni siquiera

desde un punto de vista normativo, defender el ideal de un orden centralizado y exclusivo

de normas, en el cual se rechaza de plano la existencia de órdenes alternos. En otras

palabras, el monismo jurídico desconoce las interacciones pacíficas o conflictivas que se

presentan entre distintos ordenamientos coexistentes en un mismo Estado.

En contraste, el pluralismo jurídico parte del reconocimiento de múltiples ordenamientos y

se encarga de estudiar la relación de intercambio y mutua constitución de aquellos que

conviven, coexisten, y se nutren en un campo social determinado. Así, la pregunta

principal que recoge el pluralismo jurídico, se centra en la posibilidad de encontrar

fenómenos jurídicos distintos y simultáneos a los del derecho estatal.

Partiendo de las anteriores premisas, la investigación tenía dos enfoques claros: primero,

entender la interacción y mutua constitución de dos sistemas jurídicos (en este caso el

sistema informal de propiedad de Jerusalén y el sistema formal de propiedad estatal); y

segundo, describir la manera en que estos son percibidos y valorados al interior de las

prácticas sociales de los habitantes de Jerusalén.

Una vez iniciado el trabajo de campo y de forma paralela se fueron revisando críticamente

las principales tendencias teóricas que abordan y describen el fenómeno del pluralismo

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legal en el seminario de Pluralismo Jurídico39. Estas incluyen el Pluralismo Legal

Clásico40, el Nuevo Pluralismo Legal (NPL)41 y el Convencionalismo. En el transcurso de

las sesiones el grupo tuvo particular interés por estudiar la corriente el Convencionalismo42

pues sus postulados permiten comprender de mejor manera el sistema informal de la

propiedad en Jerusalén.

Dicho brevemente, el convencionalismo pretende evitar el esencialismo y el funcionalismo

en las definiciones del Derecho. En ese sentido, el convencionalismo no define al Derecho

partiendo de las instituciones jurídicas que lo componen, ni tampoco lo describe como

regulador de patrones de comportamiento (regulador social), o como un cuerpo de normas

sustentadas bajo un poder coercitivo. Dentro de esta tendencia del pluralismo, lo único que

puede afirmarse con certeza es que existen una gran variedad de distintos fenómenos

sociales llamados “Derecho”. Estos fenómenos pueden tener o no elementos afines y el

convencionalismo se encarga de estudiar qué tipo de prácticas sociales son nombrados y

39 Seminario dictado en el primer semestre del 2005 por el profesor Daniel Bonilla de la Facultad de Derecho en la Universidad de los Andes, al cual asistieron todos los integrantes del equipo de investigación. 40 El P luralismo Legal Clásico inicia con las investigaciones que se realizaron en sociedades que se encontraban bajo el régimen colonial de la metrópolis europea. Analizaba las relaciones que se daban dentro de los territorios colonizados (entre el derecho de la metrópoli y los diferentes ordenamientos normativos de carácter indígena o consuetudinario que allí se encontraban). A partir de la década de 1970, el pluralismo jurídico empezó a verse como una herramienta analítica útil para el estudio de sociedades no colonizadas donde gracias a la complejidad de estas (luego de sufrir procesos de industrialización, desarrollo de comercio exterior, hacer reconocimiento de grupos minoritarios) empezaba a evidenciarse la coexistencia de diversas formas de regulación social que era necesario comprender. En este sentido, ya no había razón para limitar el estudio del pluralismo jurídico a las relaciones entre ordenamientos normativos colonizadores y colonizados y por eso surge el Nuevo Pluralismo Legal (NPL). 41 El Nuevo Pluralismo estudia las relaciones que se dan entre formas de ordenamientos estatales y no estatales. Plantea que aquellas formas no estatales de ordenamientos pueden ser consideradas como Derecho si sus características así lo indican. El esfuerzo de estos teóricos ha sido el de comprender diversos fenómenos sociales en los mismos términos del Derecho y llevar a cabo la “ colonización” a nombre del Derecho pues las sociedades complejas tienen numerosos campos sociales semi-autónomos, con sus propias dinámicas normativas, que contradicen el supuesto de que sólo el Estado tiene la capacidad de producir normas y hacerlas cumplir. Clasificar a dichos ordenamientos o campos semi-autonómos como Derecho ha sido labor de estos académicos. Ver: GRIFFITHS, John. W hat is Legal Pluralism? Journal of Legal Pluralism, No. 24, 1986. 42 Véase, Brian Z. Tamanaha, “ A general jurisprudence of Law and Society”, Oxford University Press y "The Folly of the "Social Scientific" Concept of Legal P luralism", Journal of Law and Society, 20, 2, 1993.

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calificados como Derecho por las personas que siguen esas normas distintas al Derecho

oficial.

Como consecuencia de lo anterior, para ésta corriente teórica la pregunta por la existencia

o no de un fenómeno de pluralismo jurídico alrededor de la propiedad en Jerusalén no

puede entonces responderse atendiendo a los elementos funcionales o de la “esencia” del

Derecho pues “[e]l derecho será lo que la gente convenga en reconocer como tal a través

de sus prácticas sociales en un campo social determinado. Lo que no se identifique así no

será derecho”43. En otras palabras, el convencionalismo establece que la única forma en

que un conjunto de prácticas o de normas sociales puede considerarse un ordenamiento

jurídico o normativo (distinto a aquel del derecho oficial) es si las personas que participan

de él así lo entienden y reconocen de manera explícita. Esta posición encaminó los

interrogantes de la investigación, una vez más, hacia dentro y no desde fuera, buscando las

respuestas a partir de las dinámicas, destrezas, patrones y sentidos que los mismos

habitantes de Jerusalén han construido sobre la propiedad y no, como puede ocurrir, a

partir de definiciones, distinciones y etiquetas externas que pueden ser extrañas –en

términos culturales- a las prácticas sociales de ese grupo de personas.

Finalmente, la tercera característica de la metodología utilizada en el estudio de caso fue el

empleo de varios procedimientos y técnicas de investigación: entrevistas, observación e

historia de vida. Desde un punto de vista técnico, las entrevistas fueron hechas de forma

semi-estructurada. Esta metodología permite dejar un margen suficientemente amplio en el

que cada interlocutor menciona los datos o anécdotas que espontáneamente quiere señalar 43Brian Z. Tamanaha. A General Jurisprudence of Law and Society. Oxford University Press, New York, 2001, p. 197

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al ser entrevistado. A la vez, permite tener unas preguntas guías que respondan al objeto de

la investigación. El resultado que se obtiene son respuestas sobre el tema indagado,

cargadas de detalles o ideas afines a las originalmente preguntadas, dado el amplio marco

en el que son formuladas y el espacio flexible en el cual pueden ser respondidas. Así, las

preguntas realizadas a los habitantes de Jerusalén delimitaron temas específicos que

generaron espacios amplios de conversación donde al entrevistado le fue fácil referirse a

sus experiencias, sus opiniones, creencias y valores relativos a la propiedad de manera

flexible.

Siguiendo el uso general para este tipo de entrevistas, se diseñaron tres guías de entrevista

distintas. Una para los líderes comunales, otra para los habitantes del barrio, y una última

para los funcionarios de la Caja de Vivienda Popular. Todas las guías fueron fruto de un

proceso colectivo de discusión y se pusieron en práctica sobre el siguiente número de

entrevistados:

Población entrevistada Número de personas entrevistadas

Líderes comunales (miembros de las Juntas de Acción Comunal)

7

Habitantes de Jerusalén (propietarios de lotes) - Personas con título de propiedad - Personas participando en un proceso de titulación predial - Personas sin título predial y que no estaban participando en procesos de titulación - Personas que se consideran “opositores” a los procesos de titulación llevados por la Caja de Vivienda Popular

27 6 9

8

4

Funcionarios de la Caja de Vivienda Popular

5

Total 39

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El número de entrevistas realizado obedeció al plan metodológico y teórico previamente

diseñado por el equipo de investigación44, que poco a poco fue ajustándose al trabajo de

campo hasta que la información resultante de las entrevistas comenzara a mostrarse

circular y repetitiva. Cuando esto sucedió, al cabo de las 39 entrevistas, el grupo decidió

que las posibles respuestas a las preguntas formuladas ya habían sido agotadas puesto que

los patrones de respuestas, opiniones, o valoraciones de los entrevistados eran los

mismos45. Con esta información, más la que se recogió a través de la observación de

campo y las historias de vida, el equipo de trabajo pasó a desagregar las entrevistas y

analizar la información en ellas contenida para responder a la pregunta principal de la

investigación: la existencia de un fenómeno de pluralismo alrededor del sistema de

intercambio de la propiedad inmueble en Jerusalén.

De toda la información recogida surgieron entre los participantes del grupo de

investigación distintas preguntas relacionadas con aquella pregunta inicial. Dentro de esos

cuestionamientos surgió un interés particular por indagar aún más en las experiencias de

vida de las personas que construyeron el barrio de Jerusalén como testimonio vivo de una

pieza importante de la historia de Bogotá. La riqueza de la información obtenida durante el

trabajo de campo dio pie para acercarse a Jerusalén con el ánimo de entender las raíces de

un problema de la realidad social del perímetro urbano de Bogotá: por qué surgen y en qué

condiciones crece un barrio informal.

44 Ver sección: La pregunta metodológica: el trabajo de campo en Jerusalén 45 Los resultados de todas las entrevistas pueden ser consultados en los manuscritos de Daniel Bonilla y Everaldo Lamprea.

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Las entrevistas hechas a los líderes comunales fueron, de todas, las más ricas en contenido.

Gracias al acercamiento que se tuvo con ellos por las visitas semanales realizadas al barrio

durante algo más de seis meses, se establecieron buenos canales de comunicación que

permitieron obtener una información cargada de detalles, opiniones, experiencias y

percepciones individuales lo que fue la creación y construcción del barrio. Partiendo de

estas características y aprovechando la cantidad de datos reunidos, se han seleccionado las

entrevistas hechas a tres líderes comunales distintos como recurso investigativo y estilístico

para presentar la historia de Jerusalén.

◙ La respuesta estilística: cómo armar la historia del barrio

Una vez finalizado el trabajo de campo se hizo evidente que la información obtenida en las

entrevistas hechas a los distintos líderes de las Juntas de Acción Comunal servía para

ilustrar los patrones de vivencias y experiencias que el equipo de investigación había

entendido como la historia general o común de los habitantes de Jerusalén46. Se

seleccionaron tres líderes en particular para narrar la historia de este sector de Ciudad

Bolívar porque la unión de estas versiones permite entender los comienzos de Jerusalén de

manera global ya que sus casos son representativos, sus vínculos y orígenes familiares

diferentes y cada uno llegó al barrio en momentos distintos durante la fase de creación y

consolidación del sector. Una de las voces es de la líder del sector de Bellavista la Ye, otra

46 La historia general del barrio dada la repetición en las entrevistas según y como fue explicado en la sección anterior.

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corresponde a la voz del líder del sector de Paraíso, y el tercer narrador es el líder del

sector de Nueva Argentina47.

Quizás el elemento más importante que permite presentar las historias de vida de estos tres

individuos de manera conjunta es su manifiesto interés por el desarrollo de Jerusalén y la

manera en que han participado activamente dentro de su comunidad para proteger a sus

familiares y vecinos desde el momento en que llegaron a los lotes, donde hoy en día se ha

consolidado Jerusalén. Sin embargo, no resta decir que cada historia es valiosa por sí

misma ya que cada quien, Lucy Estela, Rubén Darío y Francisco Evelio, tiene un referente

individual de cómo ha sido el proceso de construcción no sólo de su casa sino de su barrio.

La historia de Jerusalén, contada a partir de la narración de las memorias individuales y

colectivas de sus habitantes, es el testimonio vivo de cómo los barrios de origen ilegal

surgen ante la necesidad material de personas que compran vivienda de la única manera

que sus posibilidades económicas se los permiten. Este hecho refleja la falta de apoyo del

Estado respecto a los sectores menos favorecidos y da cuenta del déficit de políticas de

vivienda que no se adecua satisfactoriamente a la realidad demográfica de las grandes

ciudades. La informalidad en la construcción y en la compra de vivienda termina siendo

también el resultado del rígido, complejo, y costoso sistema normativo que se funda en

instituciones que sirven para las transacciones de bienes inmuebles entre personas de

estrato tres a estrato seis y no de estrato uno, como lo son miles de personas que viven en

la periferia de Bogotá.

47 Jerusalén está dividido en siete sectores de la siguiente manera: Nueva Argentina, Santa Rosita de las Vegas, Bella Vista la Y, Paraíso, Pradera la Esperanza, Tanque Laguna y Potosí. Cada sector es dirigido por los presidentes de la respectiva Junta de Acción Comunal.

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◙ Cómo leer la historia del barrio

Los procesos vividos por los habitantes de Jerusalén durante la etapa de creación y

consolidación del barrio están cargados de detalles, experiencias, eventos y temas que

merecen ser contados. Es decir, la historia que podrá ser leída a continuación no es ni

podría ser un recuento apresurado que omita información que para otro tipo de estudios

puede parecer superflua. Los narradores, al describir cómo vivenciaron ciertos hechos,

recurrirán a comparaciones, anécdotas, reflexiones o críticas de eventos anteriores,

posteriores o paralelos que no pueden ser recogidos ni transcritos como si la información

sucediera de manera ordenada y secuencial. Lo cierto es que la realidad del barrio, sus

personajes, las circunstancias e instituciones comunitarias y estatales confluyeron y se

entrecruzaron, creando un panorama social heterogéneo. Sería entonces inadecuado

pretender desagregar esta realidad en busca de claridad expositiva. Por ello, la conexión

entre una y otra intervención no necesariamente se ajustará de manera perfecta como si

fuese una sola persona la que estuviera hablando. Los narradores son personas distintas,

fueron entrevistados de manera individual, pueden tener puntos de vista diferentes sobre

ciertos hechos y cada uno ha tenido experiencias particulares aparte de las que han vivido

de manera colectiva. Entre otras cosas esto obedece a que cada uno de ellos proviene de

circunstancias sociales distintas; algunos de ellos han vivido en Bogotá desde su

nacimiento, otros llegaron del campo.

Con el propósito de proteger el discurso y la perspectiva de cada narrador, pero en aras de

hacer una presentación lo más articulada y coherente posible, el texto ha sido dividido en

nueve capítulos que agrupan temas muy generales de la historia del barrio. Estos nueve

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capítulos surgen de los contenidos tocados en las preguntas inicialmente formuladas en las

entrevistas semi-estructuradas y sirven para comprender la perspectiva de cada líder frente

a cuestiones tales como: cómo fue la llegada al barrio o las opiniones que cada líder tiene

sobre el valor de participar o no en un proceso de titulación predial.

La interpolación de cada uno de los líderes se encuentra claramente reseñada mediante la

identificación del nombre de quién habla (antes de cada intervención) con el objeto de no

mezclar o confundir la voz de cada narrador. En ciertos momentos del texto se podrá notar

que cada líder tiene unas observaciones y preguntas en mente cuando habla, unas

preocupaciones particulares y unos hechos que recuerda con mayor importancia que otros.

Es decir, la verosimilitud de las historias no responde a criterios de verdad sino que integra

lo vivido como un artefacto que incluye las imágenes, sensaciones y percepciones de la

memoria de cada protagonista. Si bien cada narrador no habla en igual proporción, el peso

y la importancia que conservan cada uno dentro del relato es el mismo.

Esta forma de construcción narrativa servirá para evidenciar que la historia de Jerusalén

participa de un proceso colectivo y plural de conciencias individuales que tiene como

principal objetivo anular la concepción hegemónica propia de un tercer narrador (en este

caso de un investigador del derecho). Apelando a la teoría literaria se dirá entonces que la

narración obedecerá al mismo principio de la novela polifónica48: “(…) combina

precisamente la pluralidad de las conciencias autónomas con sus mundos correspondientes,

formando la unidad de un determinado acontecimiento y conservando su carácter

48 Categoría literaria desarrollada por: Mijaíl M. Bajtín, “ Problemas de la poética de Dostoievski”, Fondo de Cultura Económico, 1993, Bogotá.

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inconfundible”49. Esta definición, si bien se refiere a obras literarias, puntualiza y enmarca

la historia de Jerusalén contada por sus pobladores ya que el discurso de cada personaje no

está sometido a la imagen objetivizada del autor del texto. Por el contrario, cada personaje

hablará sin consultar la visión de mundo del escritor. Plasmar la historia de esta manera

promueve la horizontalidad en el discurso y la neutralidad de los hechos. Fomenta las

conciencias diferenciadas de cada interlocutor y enriquece la lectura de un problema de

grandes dimensiones. Así, se privilegia la convivencia de opuestos sin intentar resolver

dialécticamente enfrentamientos que podrían llegar a pensarse como irreconciliables.

El texto es pues el recuento de quienes han construido su historia y por eso no es

comentado o analizado, por un tercero narrador, durante la exposición de las ideas. El texto

que se presenta entonces

es dialógic[o], no se estructura como la totalidad de una conciencia que objetivamente abarque las otras, sino como la total interacción de varias, sin que entre ellas una llegue a ser el objeto de la otra; esta interacción no ofrece al observador un apoyo para la objetivación de todo el acontecimiento de acuerdo con el t ipo monológico normal (…) y hace participante, por lo tanto, también al observador50.

El lector del presente texto no puede ser un agente pasivo dada la naturaleza de lo que lee.

No hay un narrador que guíe o interprete la lectura de Jerusalén. Las voces expuestas son

en sí mismas el crudo material a partir del cual cada lector deberá articular la historia del

barrio. De esta manera habrá tantas lecturas de Jerusalén como habitantes del barrio.

Inclusive, se puede decir con toda razón, que de Jerusalén no habrá nunca un sólo relato

sino una pluralidad inacabada, pues su historia no concluye con su legalización ni se 49 Mijaíl M. Bajtín, “ La novela polifónica de Dostoievski y su presentación en la crítica”, en: Mijaíl M. Bajtín, comp., “ Problemas de la poética de Dostoievski”, Fondo de Cultura Económico, 1993, Bogotá, p. 17 50 Ibídem, p. 33

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congela en las visiones particulares de sus primeros pobladores. Es decir, su historia no

tiene fin y no podría escribirse o delimitarse dónde o cómo culmina.

Será, entonces, tarea del lector participar de esta construcción multiforme y jugar con ella

para entender que su orden no se delimita por una secuencia temporal, sino que por el

contrario confluye en un espacio delimitado. Así entenderá que Jerusalén son todas sus

voces, que no su tiempo, pues éste implicaría que en algún momento ella tiene que acabar.

El espacio urbano que encierra dentro de sus fronteras físicas a Jerusalén, será el único

lugar donde todos sus relatos –los viejos, los nuevos, los que están por contarse- se podrán

encontrar para articular una visión fiel y completa de su enmarañada historia.

Aunque a primera vista el texto puede parecer una estructura caótica y compuesta por

material heterogéneo51, leer la historia del barrio tal como está articulada desvirtúa el

canon monológico52 de las narraciones y se asemeja a textos literarios o históricos que se

han nutrido de diferentes recursos literarios (tales como los que presenta la nóvela

polifónica), para fomentar la horizontalidad, interacción y el contraste de múltiples

interlocutores, perspectivas, y diálogos.

◙ Los personajes

Antes de iniciar la lectura de Jerusalén es importante conocer los personajes detrás de sus

memorias. Esta introducción incluye pues un breve perfil de cada entrevistado con el

51 Mijaíl M. Bajtín, Op. Cit., p. 19 52 “ La misma intención del relato ha de ser totalmente distinta de la de novelas de tipo monológico. La posición desde la cual se desarrolla el relato, se constituye la representación o se ofrece la información, habría de orientarse de una manera novedosa, no con respecto a un mundo de objetos, sino a este nuevo mundo de sujetos autónomos. El discurso hablado e informativo habría de elaborar una nueva actitud hacia su objeto”. Mijaíl M. Bajtín, Op. Cit. P . 18

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objetivo que la narración no sea una recopilación de fábulas lejanas sino que por el

contrario, el lector se aproxime a ellas y pueda relacionar las historias con personas de la

vida real. Los líderes de la comunidad en Jerusalén no son narradores omniscientes del

texto y tampoco son personajes de ficción; son la voz detrás de sus recuerdos y las familias

que subyacen a su propia historia.

Lucy Estela es una mujer joven pero de edad incierta. Por las mañanas se dedica a trabajar

en el Comité de Desmarginalización o a buscar recursos para traer programas sociales para

la juventud o la tercera edad de Jerusalén. Por las tardes atiende su papelería ubicada en

uno de los sectores más comerciales de Jerusalén. Está casada, tiene dos hijos y sabe que a

veces no le puede dedicar tanto tiempo a su familia porque el compromiso con la

comunidad es un trabajo de tiempo completo. Su vinculación con la Junta de Acción

Comunal (JAC) de Bellavista la Ye es más bien reciente; tiene vecinos y amigos con

mucha más experiencia en el trabajo comunitario, pero para Lucy Estela ser líder es querer

ayudar a la gente y saber enfrentar los problemas con prontas soluciones. Piensa que no es

fácil trabajar con la comunidad, que la gente a veces no se interesa y que su labor puede ser

criticada o mal agradecida. Alega que el Estado muchas veces no tiene los recursos para

gestionar los programas que su comunidad se merece o que se concentra en tecnicismos

que no deben ser lo primordial en Ciudad Bolívar. Sin embargo, se aferra a los reglamentos

y estatutos de la JAC porque eso hace parte de la “forma de operar del Estado” y porque

Jerusalén, para Lucy Estela, no puede quedarse atrás.

Llegó al barrio hace 18 años cuando estaba comenzando el asentamiento de Jerusalén.

Apenas era una niña acompañada de 3 hermanos más. Ella y su familia se instalaron en una

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casa arrendada pues su padre, quien venía de Guaduas, había sido trasladado a Bogotá.

Recuerda lo difícil que fue acomodarse en esa casa, toda la familia debía dormir en una

sola habitación, y desde muy pequeña tuvo claro que al terminar sus estudios su prioridad

era tener una casa propia para dejar de lado tantas incomodidades. Así, compró un lote de

la misma manera en que su padre adquirió la segunda casa donde vivieron, que es la

manera como ha comprado todo el mundo en Jerusalén: pagando en efectivo y firmando

una promesa de venta. Hoy en día su familia aún vive en Jerusalén, cerca de la casa que es

de su propiedad, y le es fácil encontrarse por la calle con los amigos con los cuales cursó el

bachillerato y se sonríe cuando la saludan y le gritan: “¡Ahí va la abogada de los pobres!”.

Ha seguido de cerca el proceso de titulación que ha gestionado la Caja de Vivienda Popular

(CVP) en Jerusalén, pero reconoce que entendió el valor de tener un título legal sólo hasta

cuando inició su trabajo en la comunidad. Nunca ha dudado que el lote que compró es de

su propiedad, y que la casa que está a su mano derecha y a su mano izquierda es de tal o

cual vecino (así los terrenos sean de invasión); para eso existen y se usan las cartas de

compraventa. Sin embargo, para ella, como para muchos habitantes del barrio, los títulos

de propiedad nunca hubieran sido una preocupación a no ser por el trabajo de difusión

hecho por las JAC y la CVP. Agradece que en su sector no haya oposición fuerte al trabajo

de las JAC, como sí lo hay en otros sectores de Jerusalén donde hay personas que se han

nombrado voceros de los Gaviria (los propietarios originales del terreno donde hoy en día

se encuentra Jerusalén) y entorpecen el proceso de titulación predial liderado por estas dos

instituciones.

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Para Lucy Estela el problema grueso de Jerusalén no es que existan o no títulos de

propiedad, al fin y al cabo los procesos ya se han iniciado y aunque vayan lentos en los

juzgados ya hay pruebas de que los títulos salen y les seguirán saliendo. Su preocupación

real es que la mentalidad de sus vecinos no les permite entender que como barrio, como

parte integral de Ciudad Bolívar, deben tener visión de ciudad para hacer parte de Bogotá y

ser partícipes de los procesos de modernización de la misma. Pero para que el barrio crezca

y se desarrolle se necesita inversión e infraestructura, dice ella, más programas sociales,

más participación comunitaria y menos politiquería; temas que Jerusalén pide a gritos y

que las JAC no pueden resolver por sí mismos.

Francisco Evelio, a diferencia de Lucy Estela, se preocupó por la legalidad de su lote y por

la seguridad de su vivienda desde el momento en el que llegó al barrio y se ubicó en el

sector que hoy en día se llama Nueva Argentina. Apenas empezó a escuchar que los

propietarios originales de los terrenos53 habían demandado al Estado por la invasión,

indagó en la Alcaldía Mayor y en la Presidencia de la República en busca de la manera de

proteger su tenencia. Sabía que el título legal no sólo lo protegía como propietario sino que

también le iba a permitir incorporarse en un programa de mejoramiento de vivienda,

aplicar para un subsidio, o acceder a un crédito. En el momento no obtuvo una respuesta

favorable de las entidades públicas y decidió que lo más inteligente era iniciar un proceso

de titulación con uno de los abogados que llevaba procesos de titulación en Ciudad

Bolívar: Octaviano González. Todavía no ha obtenido título legal que lo documente como

propietario en Jerusalén pero sabe que en este punto del proceso no resulta muy práctico

53 La familia Gaviria.

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entrar a participar en el programa que dirige la CVP54. Sin embargo, es un hombre

proactivo que sigue de cerca a los abogados (los cuales a veces se demoran más de lo

deseado rindiéndole el reporte sobre el estado del caso en el juzgado); y a la vez apoya la

gestión de la CVP porque considera que la comunidad tiene mayores garantías trabajando

con una entidad del Distrito (que está vigilada) que con los abogados particulares.

Su hermano compró un lote en Jerusalén desde 1982 y él, quien es originalmente del Valle

del Cauca y que vivió en Bogotá en el barrio Venecia, se pasó a Jerusalén en 1994. Antes

de mudarse estuvo averiguando en otros barrios similares pero la razón principal que

motivó su compra en este sector de Ciudad Bolívar fue la vista panorámica de Bogotá que

le ofrecía el sector de Nueva Argentina en Jerusalén. Al momento de perfeccionar el

negocio le cobraron $165.000 pesos (sin ningún gravamen o impuesto) por el lote que a su

vez ya había tenido varios propietarios. Su primera casa la construyó solo y gracias al

apoyo económico prestado por una profesora de Bellas Artes de la Universidad Nacional y

según los planos que le diseñó un arquitecto llamado Rafael por la suma de $20.000 pesos.

A medida que fue aumentando su patrimonio, dejó su trabajo de celador, abrió una

marquetería en el norte de Bogotá, y compró un segundo lote en Jerusalén; éste con menor

inclinación que el anterior pues una de sus metas personales en la vida era comprar un

carro y el garaje de esa primera casa quedó inhabilitado por problemas en la construcción.

Se ha dado a conocer en la comunidad por su gestión en el programa de pavimentos, que

asegura comenzó en su cuadra en la carrera 47 A, y por su trabajo encaminado a legalizar

54 Si se quiere tener mayor información sobre los programas de titulación dirigidos por la Caja de Vivienda Popular, ésta se puede obtener en la página web de esta entidad: http://www.cvp.gov.co/index.asp

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el alumbrado público e implementar los contadores de luz en Jerusalén. Sabe que las

dinámicas comunitarias han cambiado; las peleas más fuertes se dieron mientras el barrio

se constituía pues él y sus vecinos carecían de servicios públicos y tenían que luchar

constantemente contra los policías que querían desalojarlos. También recuerda que entre

los mismos vecinos podía haber confusiones sobre quién era el propietario original de un

lote cuando un día cualquiera amanecía una familia en el lote que ya había sido pagada por

alguien con anterioridad. Recuerda Francisco Evelio que el problema se solucionaba

utilizando “banderas” que identificaban los territorios y con las promesas de venta. Hoy en

día ha manejado recursos del Distrito para remodelar la cancha de fútbol y el parque de su

sector y sabe que contratar con el Estado implica responsabilidad y un deber de

transparencia. Una de sus preocupaciones es que la comunidad a veces no entiende cómo

operan las JAC y critica sin conocer los proyectos de líderes como él. Peor aún, piensan

que el Gobierno va a ir al barrio a resolverles los problemas o simplemente son escépticos

frente a los procesos, como el de la titulación predial, hasta tanto no vean las sentencias

judiciales.

Pero el líder de Nueva Argentina termina los días con tranquilidad de espíritu porque sabe

que se ha esforzado por comunicarse con la comunidad de manera clara, y que él y sus

compañeros han intentado sacar el mayor beneficio para todos. Tratándose de la titulación,

dirá él, lo más importante es que cada quien se meta en el proceso que le brinde mayores

garantías a precios cómodos.

Rubén Darío, es un hombre de izquierda que se ha preocupado porque su comunidad

reciba la atención y el respeto que el Estado les debe dar. Ha trabajado en construcción, en

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política, y hoy en día es el líder del sector Paraíso. Se considera un hombre familiar y hoy

en día es padre de 5 hijos y ahora un abuelo joven. Pagó $60.000 por su lote en dos cuotas;

suma que aún cree que fue alta para el momento en que compró (1981) pues los demás

lotes valían entre $5.000 y $35.000. Pero el afán y las ganas de perfeccionar el negocio

fueron determinantes a la hora de comprar. Así, se mudó al barrio en el día del amor y la

amistad, cansado de pagar arriendo, atendiendo a las súplicas de su esposa, y con una

promesa de venta que certificó ante un notario. Poco a poco, durante cinco o seis domingos

y con la colaboración de sus vecinos fue construyendo su ranchito y manifiesta con orgullo

que el trabajo conjunto le ha dejado estrechos lazos de amistad. Apenas terminó su casa

ayudó a gestionar un proyecto de autoconstrucción de 16 viviendas para otros vecinos y

esto rápidamente lo consolidó en el barrio como líder de la comunidad.

Rubén Darío luego se enfocó en construir la primera escuela de Jerusalén y participó en la

Asociación de Padres de Familia y en la organización de las siguientes nueve escuelas del

sector. Las arrugas que rodean sus ojos son una muestra más de que su trabajo no ha sido

fácil. Ha tenido que enfrentarse con la policía, ahuyentar a los políticos y negociar con

altos funcionarios del Distrito para la legalización de Jerusalén, la adecuación de los

servicios públicos y para iniciar los procesos de titulación. Esto ha implicado luchar contra

los prejuicios que otros tienen de los habitantes de Ciudad Bolívar. Sin embargo, la

comunidad siempre lo ha apoyado. Asegura que en los distintos momentos de desarrollo

que ha enfrentado el barrio, todos sus habitantes fueron capaces de organizarse para luchar

por las mismas causas: el agua, la luz, el gas, etc. Después de vincularse con la JAC de

Paraíso, tomó las riendas de los procesos de titulación que las demás JAC estaban llevando

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con el abogado Octaviano González y se ha encargado, con mano fuerte y un trabajo

constante, de organizar a la comunidad para que trabaje con la CVP.

Rubén Darío no duda que las promesas de venta son útiles para identificar quién es

propietario de qué lote, pero sabe que el derecho de propiedad sobre los terrenos en los que

habitan él y sus vecinos no se mide únicamente por eso. Asegura él que las promesas de

venta son recibos informales, un simple papel que puede perderse y ensuciarse. Dicho de

otra manera, las promesas de venta no los acreditan de manera exclusiva o preferente como

propietarios pues las dinámicas del barrio han generado otras formas de validar las

relaciones de las personas con los inmuebles. Por eso valora las estrechas redes de amistad

existentes dentro de la comunidad. Cada quien puede atestiguar cuánto tiempo lleva su

vecino en cada casa y ninguna ley ni ningún Gaviria puede cobrarles lo que ya han pagado.

Él considera que el hecho que les hubiera tocado conectarse los servicios públicos por sí

mismos, al igual que luchar por la legalización del barrio, es un gesto suficientemente

diciente de vivienda y construcción de la propiedad como para que sus derechos como

propietarios pendan de un papel. La confianza entre las personas, dirá Rubén Darío, es más

importante que el título legal. No obstante, cree en las instituciones, apoya el proceso de

titulación de la CVP y denuncia la poca participación que han tenido los políticos que

representan a Ciudad Bolívar.

Sin embargo, estas tres personas tienen voz propia y es ésta la que merece ser escuchada.

En adelante, Lucy Estela López, Rubén Darío Silva, y Francisco Evelio Marín narrarán la

historia de Jerusalén, un barrio de la periferia de Bogotá. ◊

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Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque (...) pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos.

- Italo Calvino

♦ Capítulo uno: la llegada al barrio _________________________________________________________________________ Nadie quiere ser un arrendatario en la ciudad… Lucy Estela López ¿Y es necesario decir la edad? A una mujer no se le debe preguntar

la edad ni a un hombre el peso. Eso que quede claro. Mi nombre es Lucy Estela López... A

ver... no, una persona común y corriente, ahorita presidente de la Junta de Acción

Comunal. Trabajo independiente e igual trabajó con el Comité de Desmarginalización

siendo la Presidente de los demás presidentes de las Juntas de Acción Comunal. Tengo dos

hijos, esposo. Siempre dicen que los que son de las Juntas de Acción Comunal -las

señoras- los esposos terminan separados porque ellas le dedican mucho a la comunidad.

Eso es verdad, yo creo, no porque vaya a terminar separada, pero porque uno sí tiene que

dedicarle muchísimo a la comunidad, tanto que en las mañanas nunca estoy en mi

papelería.

Lo bueno de barrios como Jerusalén es que se han hecho a la par con las mismas personas.

Yo me acuerdo cuando yo llegué al barrio, hace 18 años... A mi papá lo trasladaron de otra

ciudad a trabajar acá y trabajaba como guarda de seguridad con la Fundación Social. Ellos

tenían unos terrenos en la parte de arriba de Jerusalén, que es al lado del palo del ahorcado,

que es el árbol de la vida, que es donde se hace la procesión de Semana Santa. Él era

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guarda de ahí y entonces pues donde va el jefe del hogar va su familia al pie ¿no? Entonces

fue un traslado, vivíamos en Guaduas, Guaduas al lado de Villeta, y nos vinimos hasta

Bogotá… siempre la expectativa de todo el mundo es llegar a Bogotá ¿no? Ver qué pasa en

Bogotá.

Francisco Evelio Marín Yo llegué a conocer estas tierras en el 82 cuando comenzó la

invasión. En ese momento ya llevaba como un año la invasión de todos estos terrenos y en

ese entonces había muchas chocitas, demasiadas. Mi hermano fue el que primero se enteró.

Él compró un lote acá. En ese entonces le costó $3.000 pesos, en el 82. Yo estaba de recién

llegado, yo vengo del Valle, norte del Valle y yo estaba recién llegado y yo no tenía plata y

vine a buscar trabajo. El que compró fue mi hermano y él me llevó a conocer el lote.

Entonces yo del 82 al 94 ahorré una plata y con esa plata ya comencé a buscar. Por eso le

digo yo que llevo más de 11 años acá, porque del 94 al 2004 y ahoritica al 2005, once años

más del 82 al 94.

Nosotros vivíamos en Venecia y mi hermano tenía su lote pero lamentablemente la familia

de él no lo quiso seguir a Jerusalén entonces lo vendió. Vendió el lote y yo dije: algún día

tendré yo con qué comprarme un lote. Y a los dos años, a los dos años exactamente ya

tenía un ahorro y empecé a buscar dónde comprarme un lote. Yo estuve buscando en

programas allá en Monte Blanco, en Usme, estuve en Bosa y ninguno de esos sectores me

gustaba porque desde allá yo no veía Bogotá. Un tío vivía allá en Jerusalén y me dijo: “y

por qué no compra allá en seguida que están vendiendo un lote enseguida de mi casa”. Y

yo, “pues hay que hablar con el dueño, cuánto pide y cómo son las facilidades que me da

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para pagarlo”. Y así fue, él me puso en contacto con el señor y llegué a hacer negocio con

él y de allá me sentí mejor porque yo desde allá veía Bogotá.

Yo quería ver a Bogotá, sí, porque es que en Monte Blanco usted no ve a Bogotá, usted no

lo ve y en Bosa menos y entonces yo no me quise mudar allá porque en esos barrios no se

veía la ciudad. Yo quería pararme todas las noches y ver Bogotá y estar en Bogotá.

Entonces se me presentó la facilidad y la forma y... Yo me acuerdo que me cobraron

$165.000 pesos por ese lote y di $80.000 pesos de cuota inicial y pagué cuotas mensuales

de $10.000 pesos, exactamente así lo pagué.

Rubén Darío Silva Yo llegué en el año 81 y me pase en el día del amor y la amistad pero

compre el lote como dos mesecitos antes. Durante esos dos meses lo que hice fue mi -lo

que llamábamos aquí- mi ranchito. Venía los domingos a trabajar con mi familia, mis

hermanos, mis hijos; pues no tenía sino dos hijos en ese tiempo, pero estaban bebés y

porque yo, mientras formé mi hogar, no pagué arriendo sino durante dos años no más.

Entonces con mis hermanos venía a hacer mi ranchito. Fueron como cinco o seis domingos

no más que trabajamos y me pasé el día del amor y la amistad.

Yo vivía en el barrio la Chucua, al lado de la Sevillana, y trabajaba por ahí mismo. Me vine

a Jerusalén básicamente por no pagar arriendo, básicamente por eso, pero no más eso es

toda una anécdota.

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A mi mujer no le gusta deber un peso, entonces cuando se vencía el día del arriendo por ahí

un miércoles –a mí me pagaban todos los sábados- pasaba el miércoles, el jueves, el

viernes y el mismo sábado y ella no salía del apartamento. Se encerraba y eso para mí era

catastrófico. Cuando yo descubrí esa situación, porque yo duré un poco de tiempo sin

saberlo, hasta que la dueña de la casa me dijo: “mire don Rubén, no le puedo arrendar más

el apartamento porque su señora me está dañando las paredes porque está cocinando allá

adentro cuando nosotros tenemos una cocina, un espacio para eso”.

Cuando la dueña le preguntó a mi mujer que por qué no salía ella dijo que como se había

vencido el arriendo le daba pena salir pues no teníamos plata para pagarlo. Ella no me

dejaba atrasar en un mes para nada, por eso, porque me hacía la cantaleta que me

consiguiera la plata para el miércoles o si no que el jueves o si no que el viernes, pero yo

llegaba con la plata era el sábado por la noche y pagaba el arriendo hasta el domingo.

Entonces eso me aburrió y me hizo hacer un esfuerzo y cuando le dije a ella lo de aquí de

Jerusalén, ella dijo que no le importaba y aquí vinimos a meternos. En esos dos meses me

la montó: eso quería que lo comprara y al otro día que nos pasáramos -¡eh no que carajo!-

Eso también me hizo comprar el lote bien caro.

Lucy Estela Como llegamos en la época en que apenas estaban haciendo el

asentamiento... Hace más o menos 18 años, más o menos en el 87, en ese entonces apenas

se estaba formando el barrio, que veridicamente es por invasión, eso sí, se supone que esos

terrenos tienen unos dueños. Pero si cada quién empieza a apropiarse y a ser poseedor ahí

ya va perdiendo la propiedad el que estaba primero de dueño. Y había muy pocas casas,

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entonces vendían lotes ¿sí? Igual, uno llega a cualquier parte que apenas está empezando,

entonces llegó mi mamá y mi papá y les vendieron un lote que en ese momento todavía era

supuestamente de los Gaviria; ellos son los dueños de todo el terreno de Jerusalén.

Recuerdo que cuando yo llegué había muy pocas casas. El barrio más marginado era Potosí

con casitas de Paroi. Yo llegué con mi papá y mamá que tenían cuatro hijos a pagar

arriendo... Después de pasarnos era el tema de los servicios públicos ¿no? Empezar a eso:

era como pasa ahorita en Soacha, salir a las tres, tres y media de la mañana a las canecas en

las que se recogía el agua porque llegaba el carro tanque de esa época. ¡O sea que con

todos estos cálculos yo estoy viejísima!

No sé si el lote era muy caro o muy barato para esa época, pero parece que era asequible al

bolsillo de los que tuviesen trabajo porque se pobló rápido ¿ves? Jerusalén se pobló rápido.

Eso, así, y entonces nos vinimos a vivir a la casa, luego arreglarla, y eso. Ya después creo

que en mí caso lo principal era estudiar y trabajar por la comunidad porque yo también

quería; yo quería tener una casa propia como la de mi papá.

Rubén Darío Un compañero de trabajo de ese tiempo tenía un lote, yo se lo compré fue a

él: a un compañero de trabajo y imagínese: compañero de trabajo y me pilló en la

necesidad entonces me lo vendió bien caro. Resulta que aquí valían mas o menos...

empezaron a venderse lotes de $5.000 pesos hace 23 - 24 años. Ya estaban en $35.000

cuando yo llegué a averiguarlos y a mí me lo empujaron en $60.000, casi el doble por el

afán, por la gana de comprar. Me pillaron la gana y dijeron “este es marrano” y yo tenía la

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plata y pues la pagué. Hoy en día no me arrepiento pero en ese primer añito me dolió

mucho.

Francisco Evelio El lote me lo vendió una señora María, no me acuerdo María qué, ahí

tengo el documento pero yo ya ni lo miro. Sí, incluso ella lo compró como por negocio

porque ella al parecer no lo necesitaba. Incluso ese lote se lo había dado a una hermana

para que se lo fuera pagando y la hermana nunca lo terminó de pagar entonces ella lo

desocupó para que la señora María me lo vendiera. Y así adquirí yo ese lote, de la señora

que ya lo había comprado a un Socio y que después me lo vendió a mí. Eso sí, yo me

acuerdo de esa historia e incluso aquí abajo, al pie de la universidad, estaba la choza que

era donde las personas que cuidaban todos esos terrenos vendían los lotes. A esa persona le

dieron orden para que comenzara a vender lotecitos y así comenzó a vender lotecitos esa

señora. Sí, esa historia sí la escuche, pero no, la señora a la que yo le compré fue ya una

tercera, una cuarta compradora.

Desde ese entonces yo construí el primer pilar de mi casa. Mi primer base y realmente he

pensado en venderla y me ha dado pesar. Y ya pues con el tiempo pude comprarme otro

lote y construir otra casa. Otra casa que es donde actualmente vivo. Pero la primera casa la

tengo todavía. Es más, fue tanta la emoción y tantas las ganas que tenía de construirla que

conseguí un arquitecto y me hizo planos y todo para esa primer casa.

Rubén Darío A mi compañero de trabajo le había vendido un familiar. Era uno de los...

un familiar de él era uno de los que cogió aquí como 60 - 70 lotes. Un Socio. Entonces él

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no me puso allá con el familiar porque sabía que me lo vendería por ahí en $15.000 o

$20.000 o $30.000 pesos sino que me vendió el que él tenía. Él tenía dos lotes. Me dejó

uno solo, yo vine y miré ambos lotes y escogí el mejorcito de los dos. Entonces después

fue que supe todo el rollo ya cuando me pasé aquí: quién era el fulano y por qué había

llegado también aquí; porque era familiar de uno de los que había cogido hartos lotes aquí,

un Socio. Era como primo o algo así, o sobrino era la vaina.

Yo ya había averiguado en otros lados: allá mismo por la Ochucua habían lotes vacíos en

ese tiempo por allá y en ese tiempo eran de $500.000, $700.000 ¿si? Ya casa completa por

ahí de un millón, millón doscientos en ese tiempo y a mi no alcanzaba para eso. Entonces

miré uno de los dos lotes y el compañero me dijo que valía $60.000 pesos. Eso me ganaba

yo en 15 días en el trabajo que tenía en ese tiempo, en 20 días, máximo en un mes me

ganaba yo esa plata y entonces le dije que si me daba el chance yo se la pagaba en 2

quincenas. El aceptó.

Él me mostró el documento y eso era todo lo que se necesitaba para comprar el lote. Se

suponía que él era muy honesto... lo único es que me hizo fue la jugada: no me presentó

ante el tipo que los vendía más baratos sino que me vendió el de él y se ganó una platica él.

No fue más. Él no me tumbó a mí, no. No me siento tumbado por él, simplemente que él

supo hacer un negocio, eso fue. Pero fue más mi afán porque como yo le contaba las cosas,

que yo estaba comprando lote, que estaba buscando, que estaba tal la vaina, entonces fue

cuando él me dijo, “camine miramos el mío”. Vinimos un miércoles y al sábado le di la

plata.

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Le pague el lote en dos tandas; en dos quincenas. Hoy en día no me arrepiento porque para

qué. Pero el hombre con esa plata fue y se compró uno por allá en Bosa y ahí seguimos de

amigos un poco de tiempo más pero después fue que conocí la historia de que me había

dado en la cabeza pero ya qué más da...

Francisco Evelio Yo era celador y trabajaba de noche. Cuando me tocaba libre de día me

ponía yo mismo a hacer las zanjas para levantar cimientos y donde yo trabajaba había una

profesora de la Universidad Nacional y ella me aconsejaba mucho. Entonces fue cuando

ella, ella era profesora de bellas artes, me dijo: “mira, yo te voy a ayudar ¿compraste el

lote?” Y yo, “sí”. “Y bueno, te voy a ayudar, qué necesitas”. Yo “no pues para separar

bases”. Me dijo, “te voy a contactar con un amigo mío que es arquitecto para que vaya y

que te cobre barato”. En ese entonces me cobró $20.000 pesos por los planos y me lo hizo

en tres etapas para que pudiera construir fácilmente.

El arquitecto se llamaba Rafael, pero no me acuerdo el apellido. En todo caso el hombre no

conocía más allá de la 3ª con 30, más al sur no conocía. Cuando yo lo llevé al lote, en ese

tiempo no subían carritos, lo subí a pie y me dijo, “Oiga, esto es otro mundo”; él se quedó

asustado, me dijo: “realmente mire, mire qué riqueza la que hay acá tan tenaz”. Y yo, “sí,

pues acá es... aquí se está explotando, se está explotando y se empieza a explotar una

riqueza grandísima que hay acá pero cada cuál mira la riqueza desde el punto de vista

propio. Por ejemplo usted como arquitecto, la riqueza suya es cómo hacer los diseños de

unas casas bien bonitas acá, ¿cierto?” Y me dijo, “sí”. Y yo, “Exactamente, en cambio la

riqueza de nosotros es mirar cómo logramos hacer un ranchito para meternos y no

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mojarnos”... Y sí, él llegó hasta el terreno y me dijo que era una pendiente pero que igual

me diseñaba los planos. Cuando me los dio, comencé a construir con base a esos planos.

A mí me tocó conseguir maestro, obvio, porque realmente solo no podía construir.

Escasamente me alcanzaba el tiempo para escarpar por ahí a ratos no más. Pero la labor

más hermosa fue el apoyo que me dio esta profesora porque ella me dijo: “mire Evelio,

este cuadro ya lo terminé de pintar, si lo vendo en este mes yo le presto la plata para que

compre sus bases”. Y a los quince días vendió el cuadro y ahí mismo me llamó y me dijo,

“mire Evelio, sagradamente, toma, te presto la plata para que compres tus bases”. Y la

emoción mía fue tan grande que inmediatamente fui y me compre, fui y me compré –me

acuerdo- 30 viajes de piedra y cada viaje de piedra eran 150 piedras y lo más triste era que

me tocaba cargarlas como media cuadra al hombro; duré como 3 días en esas.

Esa primera casa yo la tengo arrendada. La tengo arrendada pero le he abierto venta con

nostalgia y con pesar pues no me dan lo que es por ella. El otro lote está ahí a media cuadra

y es más plano y entonces mi visión siempre era que el día de mañana yo iba a tener un

carro e iba a meter el carro al garaje. En el primer lote no podía porque con la construcción

quedó en escaleras. Entonces yo veía el otro lote más plano, lo veía como más fácil de

construirlo y con el acceso más fácil. O sea, son metas, son metas que yo tengo y las metas

pues hay que cumplirlas. Mi meta era esa, me gusta ese lote y lo voy a negociar y lo

adquirí, y ahí pues le metí más plata que a la otra casa inicial, más que todo fue así la labor.

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Lucy Estela En ésta casa en la que estamos ahora le podría decir que, a ver, se la compre

a una señora. Pero venga, yo creo que la historia es como igual a la de mi papá: la señora a

la que yo le compré le compró a otro señor, y el señor que le vendió a ella le había

comprado a otro ¿ves? O sea que aquí el terreno ha pasado como por cuatro o cinco manos.

Yo incluso tengo las compraventas porque a la señora que le compré me dijo, “es que yo le

compré a don señor y don señor le compró a Pepito y Pepito le compró a Pablo”. Pero decir

dónde empezó el núcleo, no sé, no sé, pero sí ha pasado más o menos por cinco manos. Y

cuando yo compré era sólo un lote de siete por catorce metros y una casita prefabricada de

dos alcobas y una cocina y ya. Era un lote en bajadita pues Jerusalén por lo regular es una

zona de inclinación y el lote aquí era con algo de inclinación.

Una de mis ideas siempre era que yo también quería casa para cuando tuviera mis hijos.

¿Por qué yo siempre decía que tener casa? Porque cuando nosotros llegamos a Bogotá con

mi papá y mi mamá, y te digo que somos cuatro hermanos, en ninguna parte casi que nos

querían arrendar por ser cuatro. “¡No, ustedes tienen cuatro hijos! mucha gente! ¡Gastan

mucho agua!”. Eso a mí siempre me quedó marcado. Entonces yo creo lo mismo que mi

papá, él decía: “lo primero que hay que hacer es comprar un lote y construir”. Lo primero

que mi papá construyó fue sólo una alcobita y una cocina pequeña y en la alcoba

dormíamos todos seis.

Rubén Darío En el transcurso que levanté mi ranchito la gente misma me cuidaba la

herramienta, los vecinos me cuidaron las herramientas sin conocerme. Dejé los 500

bloques que compré inicialmente encima del lote. Los dejé una semana ahí tirados (hoy en

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día no se puede hacer esa gracia pero en ese tiempo sí se podía, la gente era muy honesta) y

no se me perdió ni un bloque. No se me perdió ni una palada de arena cuando en ese

tiempo era que se necesitaban los bloques y las arenas. Ahora las cosas no son así; ahora

usted deja un bloque ahí y ese bloque no le amanece.

A mí me pareció muy honesta la gente por aquí. Los mismos vecinos me ayudaron y yo

después también tuve que portarme de la misma manera; “venga vecino le ayudo a parar

esto, es que esto se hace así, que tal, que esto se hace asá y tun tun, tun tun”. Yo había

trabajado en el ramo de la construcción en ese tiempo pero en la ornamentación y no la

mampostería, entonces ellos me ayudaron. Y claro, entonces yo tuve que echarle más

papas al asado, tuve que traer más carne, tuve que traer más ajícito, todo eso que traía yo

para darle a mis hermanos pues me tocaba rendirlo (ahí sí como dicen: “echarle mas agüita

a la sopa”).

En ese tiempo no había tanta necesidad de trabajar los dos, con un salario alcanzaba, hoy

en día no. El hombre era el que aportaba a la casa y la mujer hacía el cuidado a los niños y

el oficio doméstico más el oficio de conseguir el agua; y el mercado porque no había las

tiendas aquí, tocaba ir hasta San Francisco a hacer un mandado para lo del desayuno. O

nosotros los hombres traíamos desde por allá el paquetico de los plátanos, de las cebollas,

del pan y la leche todos los días. Entonces casi todos nos subíamos en el carrito con un

paquetico o con un maletín o con una bolsa o lo que fuera pero todos nos subíamos con

algo, y así se acostumbra uno.

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♦ Capitulo dos: los problemas del asentamiento _________________________________________________________________________ El terreno no está listo para ser construido...

Rubén Darío Las primeras organizaciones se empezaron a crear para conseguir el agua,

para conseguir los servicios públicos, para arreglar las vías, para ayudar a la gente nueva

que iba llegando a parar esas latas, es decir, y no era “organización”, era voluntario: aquí

no había que organizar a nadie. Uno veía un trasteo llegar y todos íbamos a ayudarle.

Como había la iniciativa no teníamos que hacer el combo; llamar para que vinieran y para

que le ayudáramos a otro, NO. Como no habían carreteras diseñadas, eran caminitos de

trocha, entonces inclusive hasta para guiarnos en la entrada nos ayudábamos: ver por

dónde entraba el camión, por dónde entraba el carro.

Francisco Evelio En ese entonces éramos un grupo que estábamos peleando por el

beneficio del agua, por el beneficio de luz, por el beneficio de gas, por el beneficio

telefónico, por todo eso se peleaba y en ese momento no estábamos pensando en

pavimento ni en nada de esas cuestiones.

Lucy Estela Todo lo ha hecho la misma comunidad…entonces es eso… es irse formando

uno como persona con el mismo esfuerzo. No es igual que uno llegue a una urbanización a

vivir y ya están todos los servicios, ya está la casa diseñada, ya está todo listo...

Francisco Evelio Los carabineros que están allá abajo no querían que nosotros

invadiéramos esos terrenos, o sea, los terrenos ya estaban invadidos pero ellos querían

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apropiarse de todos esos terrenos para ellos, para montar su escuela de caballería ¿sí? A

ellos les dieron ese predio y entonces comenzaron ellos a montar su estación ahí y no

dejaban subir los carros con los materiales para construcción para que no construyéramos

porque ellos nos pensaban hacer desalojo. Entonces en vista de eso nosotros fuimos más

inteligentes: por la noche hablamos con los depósitos de materiales y ellos nos vendían el

material por la noche, luego se subía el material y se trabajaba toda la noche en la

construcción. Al otro día amanecían dos o tres casas construidas, cuatro casas, y así

sucesivamente hasta que por fin pudimos superpoblar Jerusalén y ya no pudieron sacarnos.

Esa fue una historia real.

Rubén Darío La policía venía a hacer desalojos porque es que resulta que esto siempre

era invasión. A la policía nunca se enfrentaron los vendedores de los lotes: ellos eran los

primeros en salir corriendo porque ellos no tenían trasteo, ellos nunca vivieron aquí, nunca

se pasaron, ellos cogieron fue el negocio de la venta de los lotes y se largaron. Entonces

venían eran los carabineros que tenían la base asentada aquí abajo. Venían a caballo,

entonces lo que hacían era amarrarle un lazo a la silla del caballo y los 4 palitos amarraban

uno sólo y tumbaban el rancho; y si era para tumbar un muro que se supone que el muro

estaba fresco ponían al caballo a que le diera una o dos patadas al muro. Y a la gente que

estaba trabajando ahí hasta el caballo le echaban por encima. Entonces le tocaba a uno

volverse a sentar por la noche a trabajar y ellos luego volvían con una linterna y nosotros

con antorchas porque en ese tiempo no había luz; con tarritos y antorchas para poder mirar

y volver a parar el ranchito que los caballos habían tumbado durante el día. O muchas

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veces los tumbaban entre semana y uno venía el domingo y lo encontraba todo tumbado; a

mí no me pasó eso pero a algunos sí les pasó.

En ese tiempo en una semana fácilmente podían entrar 100 familias. Claro, porque es que

fue la época en que esto se pobló: es que esto se pobló en dos años. Claro, unos de aquí

otros de allí –es que este es el barrio más grande de Bogotá ahora- entonces podían ser 100

familias y para los carabineros era imposible de controlar. Ellos venían a tumbar ranchos

todos los días y no daban abasto. Hasta que finalmente se cansaron, duraron como 2 años

jodiéndole a eso y se cansaron; ya no podían más. Ya algunas casas tenían columnas y

paredes completas, bien hechecitas, porque en ese tiempo y en estos barrios el común de la

gente eran trabajadores de la construcción ¿sí? La mayoría de las personas eran eso:

trabajadores de la construcción. Entonces muchos hacían sus casitas bien desde el

principio, otros no. Entonces los que no sabían de construcción hacían su rancho de Paroi

que ese sí cualquiera lo hace. No es sí no tener voluntad y ganas de hacerlo y ya se hace.

Esos ranchos eran los que estaban tumbando los carabineros, pero si los carabineros se

llevaban presa una persona no la tenían más de 24 horas. Se lo llevaban ese domingo y por

la tarde del lunes lo soltaban; no había cargos ni había quién lo demandara. No había nadie

que le entablara una demanda de nada. Entonces lo tenían 24 horas, y eso si el personaje se

ponía alevoso o grosero con los policías entonces se lo llevaban, pero el resto de familia

que eran los niños y la señora no se la llevaban. Entonces los vecinos tenían solidaridad

con los niños y la señora. Cuando se iban los policías, todo el resto de vecinos les

ayudaban a parar lo que los carabineros les habían tumbado.

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Había cosas que sí se partían: los palos sobre todo, las tejas no. Las tejas se volvían a

recoger y entonces volvíamos a parar el rancho. Se demoraban una hora los policías, de

pronto más (en la discusión y toda la vaina) y cuando se iban pues nosotros en tres, cuatro

o cinco horas de trabajo de noche parábamos lo medio bueno que había quedado y lo

acomodábamos como fuera para que ella luego lo pudiera recoger. Y al día siguiente, le

tocaba ir a la inspección de policía a reclamar a su familiar o al marido (y lo llevaban allí a

la base de carabineros que era a la intemperie; lo dejaban amarrado a unas varillas con unas

esposas y ahí amanecían). Y entonces ellas le tenían que ir a llevar el desayuno allá o el

almuerzo o la comida; si lo dejaban las 24 horas le llevaba los tres golpes. Pero sabían que

no tenía ningún cargo. Lo tenían era más por bulloso, por haber sido grosero con la policía.

Francisco Evelio Al pie de la Casona de los carabineros sale un recibidero de los tanques

de agua de reserva que surten a Bogotá. De ahí salía gran cantidad de agua y nosotros

teníamos dos lavaderos allá abajo. La gente de arriba de Jerusalén iba a lavar ropa allá y de

ahí tocaba cargar el agua hacia arriba otra vez. Cuando yo llegue acá, allá solamente

estaba el tanque que está al pie de los Carabineros que es el tanque de reserva de agua para

Kennedy. El de la mitad, de Sierra Morena, es el que surte aquí al centro y a una parte del

norte de Bogotá, y el que está más arriba surte lo que es el norte de Bogotá. Entonces hay

un escape de agua cuando se rebosan los conductos y constantemente hay un ruido de

agua. Entonces allá se bajaba a lavar la ropa y también aprovechaba uno para bañarse y

para cargar el agua.

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Rubén Darío Los vecinos me ayudaron a cargar el agua porque por ahí no pasaba el

agua. Entonces me tocaba traer el agua desde la parroquia -donde es hoy en día la

parroquia y antes era la laguna- y con agua de esa mojar la arena; mojar la arena para

mezclar. Entonces a todo eso me ayudaron ellos y después a llevar el agua ya cuando nos

pasamos aquí. Yo luego dije, cómo hacemos para comprar el agua y me dijeron que había

que hacer el contrato con un fulano que pasa con unos burros y había que pararlo para

decirle que trajera el agua aquí también. Así era como se hacía en otros barrios, el

recorrido del lechero. Era exactamente lo mismo, el recorrido del agua era como el de la

leche: pase por aquí también y déjeme la mía ahí así yo no esté, déjemela ahí que yo se la

pago. Pero entonces había que pagársela por adelantado. Entonces yo llegaba y le dejaba

la plata -en ese tiempo como que era a 50 pesos, 50 pesos la caneca grande de 55 galones-

entonces él tenía que hacer como unos 4 viajes para llenar una sola caneca. Después ya

tenía dos burros en vez de uno y hacía menos viajes, pero también tenía más contratas...

Eso fue un dolor de cabeza.

Luego nosotros luchamos para poner unas pilas y las mangueras. Trajeron la manguera

gruesa de Quiba –una manguera de 4 pulgadas- desde Quiba hasta aquí. Eso son unos

veinte kilómetros o algo así. Entonces llegamos a lo que es hoy en día el sector del Tanque.

Ahí había un Tanque, o sea, el escaparate de un carro-tanque y ahí se almacenaba el agua.

Se le conectaron hartos registros, hartas mangueras, más de 300, un nudo, un nudo

completo de mangueras. Había muchos agarrones porque las mangueras se confundían o el

agua se desviaba. Entonces uno tenía que ir corriendo a la casa y cuando llegaba veía que

allá no había chorro. Entonces ahí tocaba que toda la familia ayudara. Yo tenía los hijos

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pequeñitos y la mujer y les daba instrucciones: “Bueno, yo le doy la señal desde aquí y allá

el otro me devuelve le señal”, pero eran tres, cuatro señales hasta mirar sí ya había llegado

el agua. Y si no había llegado, uno entonces tenía que ir a conectar cuatro, seis, ocho

mangueras a ver si la punta de alguna de esas manguera era la de la casa de uno.

Con esas historias siempre había peleones: las peleas eran entre mujeres y no eran entre

hombres porque ellas eran las que más estaban allá al pié del tanque cuidando el agüita; los

hombres, que no son caseros, pues no estaban allá.

Francisco Evelio La red de alcantarillado que no existía, también la peleamos. En ese

entonces fue algo que estábamos necesitando porque no teníamos ni red de alcantarillado

ni tampoco de aguas lluvias. Era una labor muy importante porque más adelante íbamos a

poder pedir lo que hoy en día se está haciendo que es la pavimentación. Y la otra cuestión

que gestionamos fueron los trabajos, los contratos de obras con saldos pedagógicos.

Gracias a eso y a través del Departamento de Acción Comunal, se aprobaron las juntas de

acción comunal para que pudieran contratar. Entonces nosotros nos inscribimos,

participamos en una pedagogía con ellos, unas enseñanzas, unos requisitos y debido a eso

cada junta presentaba un proyecto.

Lucy Estela A medida que Jerusalén se iba poblando más, se veía más la necesidad de

los servicios. Inclusive, cuando llegó el Gas Natural, o sea, cuando lo iban a implementar;

pasó por el lado de Jerusalén, ¿sí? O sea, “en Jerusalén, no hay Gas” ¿Por qué? Porque

para ellos sigue siendo un terreno de invasión.

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Si había luz, no había gas, pero lo que más marcaba era lo del agua porque uno sin agua

pues tenaz y el carro tanque llegaba a las tres o tres y media de la mañana. Tocaba que

hubiera una persona cuidando la caneca llena de agua y las otras cargándola en baldes

porque si se dejaban solos se robaban el agua. E igual había unas bombas, que se llamaban

así, las bombas del agua, donde había mangueras desde ese núcleo que era como la bomba

del agua para cada casa. Uno iba y pagaba por los 20 minutos de agua. Eso es lo que me

acuerdo.

Para obtener los servicios públicos nos tocaba organizarnos. Es decir, convocar asambleas

o reuniones amplias ¿sí? Desde los sectores se pasaban las propuestas a las entidades que

prestan el servicio. El problema era que Jerusalén tenía la marquita de que primero, está en

Ciudad Bolívar, y segundo, es una zona de invasión, entonces no tenía acceso a los

servicios públicos. Siempre se ha dicho que en los barrios que sean de invasión no hay

acceso a los servicios públicos porque el hecho que lleguen servicios públicos ya es como

si se le estuviera dando cierta legalidad al barrio. Entonces para empezar a tener los

servicios teníamos que hacer reuniones muy amplias para recoger firmas, solicitudes y

pasar solicitudes a las entidades, convocar a las entidades y uno reunirse con ellas para que

empezara a llegar cada servicio.

Rubén Darío Si nadie nos conectaba los servicios nosotros nos los conectábamos; ya

pasaba la tubería por ahí y si no venía nadie a hacerlo pues nosotros éramos capaces de

hacerlo porque nosotros también trabajábamos en construcción. Entonces se hacía la

excavación, se hacía el acople y aquí había personajes que eran expertos en conectar la luz

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y se les pagaba lo que quisieran aparte de unas cervezas con tal de que nos conectaran la

luz. Si ya estaba el poste ahí sólo faltaba conseguir cable y poner a alguien ahí a que lo

conectara. Pero no dejábamos sino que lo hicieran unos expertos para que no se subiera

todo el mundo a hacer unas conexiones mal hechas. No, era bien agarradito, se le pagaba

una persona lo de una cerveza pero que lo hiciera bien hecho.

Ahora, ya como organización de Junta de Acción Comunal empezamos fue a luchar por la

legalización de los servicios públicos y por otro lado estábamos luchando por la escuela.

Entonces organizamos un comité para trabajar los domingos en el lote de la escuela y

empezamos a hacer las chambas sin saber si las íbamos a llenar de piedra o qué carajos

íbamos a hacer. Pero los señalizamos para que no lo vendieran porque esos cinco lotes de

ahí para arriba eran para la escuela. Y claro, los que vendieron los lotes pues vendieron uno

de este lado y otro del otro lado (entonces nos quitaron dos); si no la escuela sería más

grande. A esos vendedores de lotes también les dijimos, “déjenos unos para el salón, otros

para el parque, déjenos para la iglesia y déjenos para la escuela”. Logramos arrebatar esos

tres lotecitos para la escuela, casi que a las malas, pero trabajamos y marcamos ahí: LA

ESCUELA. En una pared que había de un vecino ahí marcamos: “Predio de la Escuela” y

hacíamos la marca del ladrillo.

Lucy Estela López Tú puedes tener servicios públicos sin necesidad de título legal con

la carta de compraventa. Además eso es lo que nos ha ayudado a que el barrio sea

legalizado. Un barrio que no esté legalizado, sea o no de invasión, no le llega ni agua ni

luz. Pero claro, el título es más legal que la carta de compraventa porque es la sentencia

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que da un juez y un juez tiene mucha más validez que un notario. El notario puede vender

la plaza de Bolívar, sí, y quién le comprueba lo contrario...

♦ Capitulo tres: el loteo _________________________________________________________________________ Los lotes se dividieron, compraron y vendieron según las reglas del barrio. Una vez pagado el terreno, sigue la construcción de cada casa y en un terreno de invasión hay que proteger los lotes de otros posibles invasores.

Rubén Darío Desde el principio se sabía quién era el dueño de cada lote. Si en ese lote

veíamos a otra persona metiéndole mano entonces teníamos que interrogarle sobre la

documentación que trajera y ahí le avisábamos al que primero hubiera hablado. Es que eso

era cuestión de confianza: si usted dijo este lote es mío pero... ¿y éste documento? (todos

teníamos promesa de venta) Entonces ese lote ya se lo dábamos por fe de que era cierto; de

confianza (“si venga este lote es suyo”). Pero si ya venía otra persona a decir ese también

es mío, los enfrentábamos a los dos…

Francisco Evelio Yo compré en el 94 y a mí me entregan una promesa de venta y lo

único que yo hice fue ir a una notaría y legalizarla, no más. Es como un pagaré, tú firmas

un pagaré, es como si yo te muestro un pagaré y sale a nombre de tal persona. Ahí dice que

le salgo a deber tanta plata con unos intereses pactados a tanto tiempo, y listo. Una

promesa de venta era igual: es un título. Es un título en el cuál la persona está certificando

que el terreno que en este momento le estoy cediendo al señor es mío y se lo cedo al señor

por un precio de tanto y a partir de la fecha tal; firma con su número de cédula y todo. ¿Sí

me entiende? Eso es.

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Con decirle que esa señora que me vendió ni siquiera me hizo otro título. Sino que en el

mismo título, y por el respaldo de la hoja, quedaba un espacio en blanco. Ahí le hacían a

uno el anexo ¿sí? “Yo, Marina, yo no sé quién –no me acuerdo el apellido- procedo a hacer

traspaso de este título de pertenencia del predio ubicado –en ese entonces se marcaba como

manzana: era manzana 29 del lote número tal” ¿si? Y ya. Luego la firma, la cédula,

entonces yo también firmaba; vendedor y comprador, ta ta ta, testigos, ta, listo. Lo llevaba

a la notaría y la notaría inmediatamente autenticaba las firmas y listo, “eso es suyo”. Así

era que se hacía la transacción.

Lucy Estela Hasta donde yo me acuerdo, mi papá le compró a otro señor, el señor era el

que decía: “yo voy a vender todos estos terrenos de acá” y el otro señor vendía todos los de

allá. ¿Cómo lo hicieron? No sé, sólo sé que están las cartas. Las cartas de compraventa

iban y se autenticaban ante una notaría, donde él le está vendiendo a mi papá por decir

algo, íbamos a una notaría con dos testigos donde se decía que uno le estaba vendiendo a

otro. Ahí era como un negocio pues hubo cinco personas que se hicieron dueños y el

negocio de ellos era vender lotes. Lotes de siete por catorce metros (la mayoría de lotes en

Jerusalén son de siete por catorce).

Aquí todavía se vende con cartas de compraventa así: si yo quiero vender mi casa pongo

un aviso o alguien viene y me plantea –como habla uno ahora en su vocabulario- un buen

negocio ¿Cómo le vendo? Una carta de compraventa y vamos a la notaria y la hacemos o

en un computador la hacemos. Y entonces yo le vendo con una carta de compraventa en

donde dice: “entre los suscritos, a saber, Lucy, con número de cédula tal y la señora con

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cédula tal, (dueña y no poseedora) dueña del predio ubicado en tal dirección, se lo vende a

la señora ta, ta, ta”. Así, con linderos tal. Aquí primero era por manzanas: era la manzana

tal del lote tal de eso; ahora ya sí cada uno tiene su nomenclatura. Esa es la forma de

vender y comprar terrenos. Con una carta de compraventa, algo que los dos interesados

redactan, llevan a una notaría, se autentica y sale.

Aquí en Jerusalén todavía no hay otra forma de vender. Aquí cuando empiecen los

primeros títulos, ya va a subir el lote de estatus: de titulación a escrituración. ¿Por qué?

Porque ahora yo Lucy sí tengo mi título de propiedad y si quiero vender, por decir algo,

entonces ya tengo que vender con una escritura porque ahora el vendedor sí le está

comprando al dueño y poseedor de este terreno ¿ves? Entonces ahí ya va subírsele el

estatus y van a empezar a haber escrituras en Jerusalén. ¿Por qué? Porque ahora sí se le

estamos comprando al dueño, el comprador ahora sí le está comprando a la dueña que soy

yo, y ahora sí vamos a hacer una escritura sin enrredos.

Francisco Evelio A veces una persona llegaba e invadía un terreno que no era de él. Ahí

inmediatamente los mismos vecinos... uno muchas veces le recomendaba el lote al vecino

pues uno se iba a trabajar y dejaba su casa sola y entonces se le recomendaba al vecino.

Entonces uno le recomendaba al vecino y de pronto, usted sabe que en la noche uno está

durmiendo, pero uno a veces se despertaba y cuando veía uno había un lote ocupado.

Entonces se preguntaba uno, “¿cómo así?”, en esa casa hay una bandera y hay gente ahí.

Entonces inmediatamente uno como vecino iba y le preguntaba, “oiga y usted qué”, “no yo

me metí aquí porque esto está desocupado”. Y ahí uno le aclaraba, “no, no, no eso tiene

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dueño” que no sé qué, “que no, que no sea sapo”. Entonces inmediatamente se llamaba al

dueño, al propietario: “venga que invadieron su lote, traiga el documento y demuestre”.

Entonces la persona venía y decía, “yo soy la dueña, no he abandonado mi lote”. “No pero

esto es mío y yo me había apropiado de esto”, y no, no, no. Entonces se traía a la policía y

cada quien decía: “mire, este es mi documento, yo habito aquí. Esta es mi propiedad”.

Rubén Darío Los vendedores de lotes eran los que habían provocado la desavenencia: los

vendían dos y tres y cuatro veces. El problema era que cuando al vendedor se le estaban

acabando los lotes pues revendía y cuando veía que alguien le había dado sólo la cuota

inicial del lote vendido y que no había venido a cumplirle con el resto de pagos, vendía el

lote otra vez para recuperar su plata.

Entonces entre los dos que compraron, entre los dos que dieron plata, el que se los había

vendido tenía que resolverles el problema: entonces le dejaba un lote a uno de los

compradores y al otro lo ubicaba en otro lado para que no se fueran a matar. Si no,

imagínese. Sea como sea, en ese tiempo, o en este, conseguir lo de un lote es cosa seria,

cosa seria, es desangrar la familia para poder hacer esa inversión.

Ahí la Prejunta y la Junta empezaban como a mediar. Si a un lote le aparecían dos dueños

entonces se llamaban a ambos. Que fueran a donde la Junta a una cita, tal día y ahí les

solucionábamos eso. Se les decía: “aquí alguno de los dos tiene que quedarse con ese lote y

al otro, si dio plata (porque todos traían recibo, todo el mundo tenía recibo) entonces...

(aunque eso eran unos recibos bien malucos: hasta en hojas de cuaderno, pero

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afortunadamente yo sí hice que me hicieran un recibo bien, un recibo preelaborado, en

cambio había gente que tenía recibos con una firma en un cuaderno, en una hoja de

cuaderno rasgada, bueno... Todo eso era válido porque aquí se confiaba mucho en la

palabra de la persona.).

Entonces mediábamos, buscábamos las tres partes: el que vendió y los dos que decían que

eran los dueños (o tres inclusive, de pronto hasta tres o más). Pero el que había vendido

tenía que poner la cara y ahí se le preguntaba quién le había comprado primero, quién le

había dado más plata o cuál de los dos ya le había terminado de pagar. Entonces eran

asuntos así. Pasaba que uno había dado la cuota inicial y se había desaparecido; y ahí el

otro sí había venido y pagado, y había pagado completo. Entonces la pregunta era cuál de

los dos tenía más derecho. Eso se mediaba así, pero entonces el que había dado algo de

plata no la perdía: nosotros le decíamos al vendedor, “adjudíquele otro lote y póngale una

nueva cuota o póngale nuevo precio”. Pero el vendedor entonces decía que como le habían

incumplido inicialmente, tener otro lote ya le valdría más y no sé qué. Entonces proponía

hacer otro acuerdo y le valía lo que le hubiera pagado de la cuota inicial, pero se quitaba el

problema para que no hubiera problemas mayores o difuntos. Esos problemas siempre se

mediaban; los de la Prejunta y la Junta organizaban eso.

Entonces se hizo el libro, el libro de afiliados junto con el libro de predios: se inscribieron

todos los predios, se organizaron las manzanas y se numeró cada lote. Entonces todos

íbamos a inscribir nuestro lote ahí, lo señalaban con un marcador y se sabía que el dueño

era fulano de tal ahí en un listadito.

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Nosotros, organizados con el libro, ya decíamos: “bueno, si el lote es de fulano, pero si va

a vender me hace el favor y me trae aquí al comprador, si va a vender me trae al

comprador”. Y a los primeros que empezaron a lotear esto se les dijo, “bueno cuáles lotes

ha vendido”, y empezaron a organizarse así en reuniones enteras aquí donde decían cuál

era la mejor forma de distribuir estos lotes. Eso se organizó pero la idea era que el que

vendiera tenía que traer al comprador así hubiera segunda y tercera venta, tenían que traer

al comprador. ¿Para qué? Para que se posesionara del lote al menos en ese libro así no se

posesionara en físico. Entonces se evitaban tantos problemas porque macheteras hubo

hartas. Peleas entre los dos que decían que eran los dueños, que ellos habían dado plata y

que “a mí nadie me va a robar y que entonces no sé qué”. Entonces iba y sacaba un

machete grande o sacaba hasta una pica para amenazar al otro y el otro, por no dejarse,

entonces también sacaba aunque fuera un palo.

El libro aquí no lo llevamos más, desde que empezamos el proceso de titulación ya no lo...

además ya lotes vacíos poco y nada.

♦ Capitulo cuatro: la organización de la comunidad y los líderes del barrio _________________________________________________________________________ Cuando no hay Gobierno ni Estado que respalde la compra y venta de vivienda, la construcción y el cuidado de las casas, al igual que el desarrollo del barrio, es una tarea de la comunidad. Las alianzas entre vecinos son necesarias para reemplazar la falta de apoyo estatal. Rubén Darío Participé en el proceso del grupo de vivienda. Fueron dieciséis viviendas

hechas por autoconstrucción donde teníamos que conseguir unos recursos externos y

ahorrar otros propios. En ese tiempo ahorrar $150.000 pesos era mucha plata, hace

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dieciséis años, entonces conseguir $200.000, 150 –hay gente que consiguió menos. Con

esos recursos se compraron sólo materiales y la mano de obra la colocamos nosotros

mismos, los integrantes de cada familia: hicimos cuatro grupos de cuatro familias y hasta

los niños trabajan ahí. Había adolescentes como también había niños de cuatro y cinco

añitos cargando un ladrillo, cargando un bloque que eso les quedaba pesado; cargando

arenita en una bolsa o en un baldecito entre dos o entre tres niños; pero lo básico era que

teníamos que estar la pareja de cónyuges, mínimo, mínimo así no trajera los niños;

tampoco era obligación de que tenían que traer los niños a trabajar pero los niños querían

estar ahí porque se les dio mucho protagonismo a ellos: muchas fotos, mucha entrevista

con grabadoras, muchas videos, entonces ellos por estar ahí tenían que haber trabajado.

Trabajábamos de siete de la noche a diez de la noche todos los días; los sábados de tres o

cuatro de la tarde a siete, ocho. También le jalábamos hasta las diez de la noche y los

domingos sí desde las nueve de la mañana hasta por ahí las cuatro – cinco de la tarde.

Entonces había muy poco tiempo para hacer los oficios de la casa, poco y nada porque ese

era el tiempo que había. Y en cada vivienda trabajábamos cuarenta y cinco jornadas y

luego nos pasábamos a otra; algunas viviendas se gastaron algo así como sesenta jornadas

no porque la vivienda fuese más grande sino por cosas técnicas: que unas cosas demoran

más que otras. A todas no había que hacerles exactamente lo mismo. No era un modelo

estándar decir bueno ya esto es así y asa y sale, todos cuantificables a cuarenta y cinco

días, no; cada vivienda tenía su propio modelo.

Al final del proceso de autoconstrucción quedamos dieciséis familias amigas: si yo los

llego a necesitar para alguna reunión aquí especial en el salón comunal no me fallan.

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Quedamos con una amistad muy penetrada. No hay disgusto que valga para perder esa

amistad porque hacerle la vivienda a alguien, ayudarle a hacer la vivienda a alguien, es un

asunto del que queda uno de amigo para toda la vida.

A mí básicamente me ha gustado el trabajo comunitario más que el trabajo político. Llevo

en este asunto más o menos unos 20 años y tengo experiencia porque mi primera función

fue en la asociación de padres de familia aquí en la escuelita. Aunque primero levantamos

la escuela para ponerla a funcionar y luego ya nos tocó organizarnos para poder traer

maestros y organizarnos para luchar para que nos legalizaran la escuela. Ya como líder fui

el presidente de la asociación de padres de familia; fui el primero ahí.

Yo no pretendía ser de la junta pero sí estaba pretendiendo ser de la rama de la educación:

yo era Proescuelas. Quería un comité Proescuela que ya después se fue a llamar la

Asociación de Padres de Familia. Yo ayudé a organizar casi todas las nueve escuelitas. No

podía ser integrante de allá, pero sí ayude a organizarlas. Y como ya nos dieron estatutos y

nos dieron leyes, nos dieron un poco de cosas, nos hicimos amigos de un poco de

profesores y ellos nos ayudaron (sobre todo sindicalistas, en ese tiempo). Entonces nos

asesoraron y nos dijeron: “mire, esto es así chino, hágale, ta ta ta”.

Inclusive trabajamos con el M-19 porque imagínese que ellos nos mandaban materiales

para la escuela y cómo no se los iba a recibir. A todas las escuelas nos mandaron

materiales, nos mandaron muchas bolsas de leches para niños desnutridos... es decir, yo

hacía lo mismo que hago con las demás instituciones, sigo la misma estrategia. Es decir, si

usted tiene recursos es para darlo a la comunidad o para las comunidades. Con el M-19 fue

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exactamente lo mismo: si ellos nos mandaban cosas era porque era voluntad de ellos

mandarnos cosas. Yo a ellos nunca les pedí y nunca les presenté proyectos ni nada,

simplemente ellos llegaron ahí, como también nos esculcaron a nosotros el trabajo,

nuestros ingresos, la familia, mis hábitos de responsabilidad. Digámoslo así, es decir, desde

cuántas mujeres había tenido yo en adelante; cuántos hijos, sí tenía hijos por fuera o no,

todo eso me lo averiguaron también.

Lucy Estela Cuando era más joven empecé a trabajar con la comunidad y trabajamos con

la Fundación Social. Ellos trajeron programas muy buenos y yo pensaba: “si volviera la

Fundación Social sería excelente” porque uno cuando empieza de líder es como cuando va

a la universidad de primíparo ¿cierto? No sabe mucho. Pero cuando ya lleva más tiempo le

gustaría volver atrás para poder trabajar con la experiencia que ha ganado y así poder hacer

cosas en el pasado. Entonces yo diría hoy en día que viniera alguna institución sea la

Caja55, no sé, la Alcaldía, los ediles, alguno, la universidad, bueno no sé, alguno y que

trajera programas para la comunidad. Eso me parecería excelente. Por ejemplo: si yo

tuviera un sitio, si yo tuviera un salón múltiple yo haría muchos talleres y muchos

programas. Le traería a los abuelos por ejemplo un programa ¿me entiendes? Que

entretengan aquí a los abuelos y les enseñen (a los abuelos les gusta hacer muchas cosas).

Yo haría eso; a los jóvenes los invitaría, haría lo de deportes...

Empezar a trabajar con la comunidad me ha gustado mucho. Estar en todo el proceso e

igual seguir en el mismo barrio y encontrarse con los compañeros de estudio, los que

55 La Caja se refiere a la CAJA DE VIVIENDA POPULAR, entidad que trabaja junto con la Alcaldía Local de Bogotá para desarrollar los programas de titulación en la ciudad.

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estudiamos en un colegio que se formó acá. Las personas lo empiezan a buscar a uno para

que lo asesore en esto, que le diga que qué hago y aunque uno no lo crea, la comunidad

tiene muchísimos inconvenientes. Pero de lo que se trata es de buscar estrategias de

solución, que haya solución ¿me entiendes? Que no saben cómo hacerlo. Eso me gusta. Yo

les ayudo.

Yo creo que ni siquiera uno mismo se da cuenta que uno es líder, si no dentro del mismo

proceso... es que como si estuviéramos aquí reunidos ¿cierto? Estamos los cinco y bueno:

quién participa. Igual, como cuando uno está en el salón: ¿Quién participa más en clase?

Entonces ya es el monitor ¿cierto? ¿Quién es el que sabe más? Entonces ya es el mejor del

salón. Así mismo es en la comunidad. Uno se reúne en la comunidad y dice: “el problema

es pavimentos”. Entonces la persona que tiene más información y que se puede dar a

conocer más con la comunidad y se da a entender con la comunidad pasa a ser el líder sin

que... Yo por ejemplo decía: “bueno, qué es ser líder, cómo me identifican a mí como

líder”. Entonces es por eso, porque ya sé explicarles, uno sabe representarlos.

Francisco Evelio Mi labor aquí era más que todo representar a una comunidad, a un

sector al punto de poder conseguir algunos servicios que nos hacían falta, algunos

beneficios para el barrio. Entonces a mí me tocó la labor de entrar a legalizar lo que era el

alumbrado público. Aquí no había contadores de energía, o sea, se tomaba una base y con

base a ese promedio se le cobraba a todo el barrio. Entonces ya entramos fue a negociar lo

que era la legalización del barrio y la luz para cada vivienda. Queríamos que colocaran un

contador, un medidor, para que así el propietario de esa vivienda supiera qué pagaba, cuál

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era su consumo (su consumo real porque antes se cobraba un consumo que no era real).

Esa fue una de las etapas buenísimas, hubo unas peleas buenísimas porque realmente se

trabajó con todas las juntas y se peleó con las instituciones. Se paraban las obras porque

que no les permitíamos que nos colocaran contadores sin antes haber negociado con

nosotros cómo iba a ser el pago.

Rubén Darío Y bueno, con los grupos organizados empezamos a poner la primera piedra

para una organización que llamamos CELODIJE: Centro Local de Desarrollo Integral de

Jerusalén. Y también allí fui el primer presidente. Hemos creado más líderes, fomentado el

liderazgo, entonces ya uno pasa a ser más como asesor que como protagonista -ya dejamos

que otros hagan el protagonismo- yo ya tuve mi cuartico de hora entonces que lo tengan

otros y esa es la función de un líder.

Lo que fue la organización establecida, en la que ya se mencionan unos integrantes fijos,

digámoslo así, fue la Prejunta. En esa no participé yo (ni en la Prejunta ni en la primera

Junta). La Prejunta eran unos integrantes que se elegían por el voto de algunos amigos, los

más amigos, los amigos de cantina, los amigos de la tienda para hacer los trámites de

organizar la Junta de Acción Comunal. Eso duró aproximadamente un año. La Prejunta

duró como dos años, ya después les dieron personería jurídica. Y con la personería jurídica

se tenía que establecer una junta con asamblea, con afiliación de socios.

Entonces lo que se hizo aquí fue que antes que afiliados a la Junta se utilizó la estrategia de

los propietarios. Se les decía que vinieran e inscribieran su lote en el libro de predios para

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que así mismo se lo pudieran cuidar porque había muchas personas que tenían el lote

vacío, que lo compraban pero que no se habían pasado todavía. Venían y lo visitaban los

domingos o venían y le ponían un ayudante, un maestro, algún trabajito le hacían el

domingo pero no volvían sino por allá hasta el otro mes.

Lucy Estela Mucho se ha logrado con la organización. Digamos, al reunirnos todos los

presidentes. Con eso hemos logrado mucho porque algo que nos diferencia de otros

sectores es eso: como estamos unidas varias Juntas de Acción Comunal, entre todos

halamos para lo mismo. Y no por ejemplo un barrio o un sector donde haya varios barrios

y cada uno jale por su lado, ahí no se logra nada.

Rubén Darío Era tan grande el barrio que era difícil administrarlo: desde allá, al pie del

río (porque en ese tiempo no había esa tal avenida sino que se miraba desde el río) hasta el

palo del ahorcado. Había reuniones de todos, de posibles dirigentes y llegaban a ser cien.

Entonces era más el despelote que otra cosa porque no había la experiencia que hay hoy

para organizar una asamblea. Hoy día hay mucha experiencia en eso, se sabe ordenar la

reunión y uno se sabe comportar... Antes todo el mundo quería ser el primero. Todo el

mundo quería participar como si se estuviera repartiendo plata para esos cargos. Entonces

lo que se dio es que si el de aquí no se ponía de acuerdo con el de allá, entonces se sacaba

al disidente. Pero había otros que estaban centraditos. Este sector del Paraíso está en la

mitad. Si miramos en cuestión de metros cuánto hay de aquí al Plan y cuánto hay de aquí al

palo del ahorcado estamos en la mitad (ya después lo analizamos fue cuando hubo planos).

Nosotros los que estábamos aquí como en la mitad (los de Argentina, Santa Rosita, aquí

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Pradera) dijimos que no íbamos a dejar desintegrar esta vaina porque creíamos que cuando

cogiéramos fuerza íbamos a ser un barrio importante.

Lucy Estela Como Junta de Acción Comunal está el Departamento Administrativo de

Acción Comunal. Se crea cada grupo para elecciones (por plancha, por elección directa, en

asamblea) y ya cada quién por voto popular elige su Junta de Acción Comunal. Y ya la

Junta de Acción Comunal tiene personería jurídica, tiene NIT y puede hacer la

representación de la comunidad ¿ves? Entonces nos reunimos todas las Juntas de Acción

Comunal cada una con su personería jurídica, con su NIT y con sus propios líderes. Ahí es

donde se da la pelea completa porque él es líder de su comunidad y yo soy de la mía,

entonces está el debate de quién sabe más ¿cierto? O por qué se pelea por esto y yo peleo

por lo otro.

Rubén Darío Cuando ya se tuvieron todas esas divisiones y se detectaron todas esas

divisiones dijimos “sí se puede”. Sí puede haber juntas de acción comunal con diferentes

personerías jurídicas pero a la vez mantengámonos unidos. “Bueno, ya usted tiene su

cédula de ciudadanía, usted tiene la suya, usted tiene la suya, igual, pero unámonos para

pedir siempre lo mismo”, y desde ese tiempo nos quedamos todos pidiendo lo mismo. En

el año 84 es cuando salen las personerías jurídicas de las juntas, todas al tiempo, casi todas

las personerías son de diciembre del 84

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Entonces, cuando decidimos pedir un servicio para uno, lo pedimos para todos. Cuando a

uno se le ocurrió pedir lo de titulación, lo pedimos también para todos. Por eso es que

estamos en un paquete todos para el proceso de titulación.

Lucy Estela Uno está regido por unos estatutos. O sea que no es así porque sí. La Junta

de Acción Comunal no es así porque sí, si no porque tiene unos reglamentos, tiene unos

estatutos, tiene toda una directiva, entonces de ahí sale. Igual, lo que te digo, ya por voto y

reunidos todos decidimos... Nosotros por ejemplo para nombrar a alguien en esta Junta de

Acción Comunal le preguntamos qué le gustaría hacer en la Junta ¿cierto? Ya vemos que

todos queremos trabajar por la comunidad, que vivimos aquí en el barrio, porque para ser

de la Junta se debe vivir en el barrio y tener propiedad en el barrio, alguna propiedad (eso

igual está ahí en los estatutos) ¿ve? Entonces alguien decía: “a mí me gustaría ser

tesorero”. “Pero ¿sabe algo de contabilidad? Porque igual hay que llevar una contabilidad,

un libro, se entregan informes cada tres meses”. “Sí”. Nosotros entonces decimos, “bueno

si él no sabe, yo le explico algo porque él quiere ser tesorero”. El otro, “bueno yo quiero

ser fiscal”. A oquei. Y así.

Entonces eso hace que sea un trabajo muy rico ¿sí? Porque uno va aprendiendo de los

demás ¿cierto? Y cuando uno es líder, entre sí mismo es más fácil hacer verle los errores a

la otra persona ¿cierto? Por ejemplo yo les digo: “es que yo hago mesa directiva cada mes

y atiendo a la comunidad dos veces a la semana”. El otro dice: “eso es bueno, es bueno

atender dos veces a la semana en el salón comunal, entonces yo voy a hacer lo mismo” ¿sí?

Entonces cada uno va aprendiendo del otro.

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♦ Capitulo cinco: la legalización del barrio _________________________________________________________________________ Los barrios existen cuando se han poblado y cuando las construcciones sobre sus lotes transforman el paisaje urbano de cierta área de la ciudad. Cuando un barrio es legalizado, recibe asistencia estatal, servicios públicos, redes de transporte, etc. Sin embargo, en un lapso de 10 años, Jerusalén ha estado tanto legalizado como no legalizado.

Francisco Evelio Nosotros estábamos oficialmente legalizados como barrio desde el año

85 - 86. Lo que pasaba era los dueños de los terrenos estaban vivos y con la legalización

del barrio ellos aparecieron inmediatamente. Ellos escuchan que hay proceso de titulación

de más de mil predios más los otros procesos que se están llevando en otros lados y ellos

inmediatamente demandan al Estado. Llegan y lo demandan. El Estado inmediatamente

pierde la demanda y a nosotros nos tumban la legalización del barrio. Entonces, nosotros

quedamos deslegalizados. El Estado ya ha invertido una cantidad de millones en este barrio

y habemos más de 8000 - 9000 predios y habemos más de 25.000, más de 30.000

habitantes. Entonces imagínese el problema. El Estado no sabe qué hacer. No nos puede

echar a la calle, no puede perder la inversión que ha hecho en los hospitales, en las

escuelas, en las vías, en el alumbrado público, en las redes de alcantarillado y en el

acueducto; en el gas, en el teléfono.

Entonces claro, el Estado se pellizca y ahí es donde comienza la pelea y se comienzan a

hacer unos... se comienzan a hacer unas mesas de trabajo en Secretaría de Gobierno donde

se sientan todas las instituciones a hablar y a mirar cómo es la problemática con la Junta de

Acción Comunal y a mirar cómo se ve ahí. A raíz de ahí ya nace la figura Caja de Vivienda

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y entra a intervenir. Nombran a la Caja de Vivienda como garante de los procesos y todo.

Inmediatamente le dan la facultad para que inicie un proceso de titulación de los predios.

Lucy Estela La legalización del barrio se cayó en el 91 por la demanda interpuesta ante

el Consejo de Estado. Después de eso nosotros empezamos a ir al Consejo de Gobierno y

cada uno demostraba que Jerusalén existía y que no podía estar deslegalizado. Después

vuelve y se pone en firme la legalización por parte de la Alcaldía. Jerusalén vuelve a salir

legalizado por la posesión, por los servicios públicos, por la inversión que ha hecho el

Estado (todo lo de vías y redes y todo eso es inversión del Estado). Esa es precisamente la

parte que los Gaviria dicen que le pelean al Gobierno: “págueme porque usted metió allá

redes y eso y eso son terrenos míos”. Y ahora vienen y dicen: “ustedes que viven acá

páguenme porque los terrenos son míos” ¿ves?

Francisco Evelio Yo no me sentía seguro al estar escuchando las versiones de que los

dueños estaban vivos y de que los dueños iban a pedir los lotes e iban a desalojarnos. Eso

genera una inseguridad tenaz y muy preocupante para uno. Entonces qué hace uno para

proteger su inversión y sus cosas, pues mirar a ver cómo se mete a un programa de

vivienda. Ahora que me acuerdo, yo estuve averiguando con un programa de titulación, de

legalización y titulación de predios de la Alcaldía Mayor y de la Presidencia de la

República. Yo vine a una de las oficinas acá en la 72 con 15 –ahí estaba una oficina que

era de la Alcaldía- y yo estuve hablando ahí y a mí me dijeron: “sí, claro, hay un programa

pero resulta que el programa en estos momentos llega a San Francisco. De ahí para allá

todavía no hemos empezado porque toca empezar a levantar un escrito topográfico,

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cartográfico”. Bueno, me pusieron una cantidad de cosas, me dijeron que tocaba esperar y

entonces yo espere.

Lucy Estela Cuando se cayó la legalización la última vez –es que se ha caído dos veces

en Jerusalén- lo que más afectó fue la inversión: cuando en un barrio se cae la legalización

no hay inversión. Solamente había una inversión social. ¿Cómo social? Nos mandaban

gestores o capacitadores, pero no más. No había plata para invertirla en las escuelas o

colegios, no, no se podía porque en ese barrio se había caído la legalización, eso decían. Ni

había plata ni para pavimentos que era lo que más se peleaba. Ni para salud. Si había

rubros para mejorar el CAMI, los mandaban para otro lado porque al barrio se le había

caído la legalización ¿si me entiende? Entonces, Jerusalén estaba quieto y no se le podía

hacer nada porque estaba deslegalizado. Ahí se empieza a trabajar –lo que les decía- en los

Consejos de Gobierno con todas las entidades y todos lo que ayudaban. Entonces la Caja

de Vivienda, que hacía ahí la interventoría dice: “Jerusalén, para que no se le caiga la

legalización así de fácil debe hacer un proceso de titulación donde cada quién compruebe y

verifique que lleva más de 5 años en ese barrio -ese barrio es un barrio viejo- y cómo lo

pueden confirmar: con los títulos de cada quién”.

Rubén Darío La legalización final del barrio fue en el año 94, es decir, diez años después

de que llegamos. Habiendo legalizado el barrio entonces nosotros ya le podíamos pedir al

Distrito legalizar también los servicios. Aunque ya teníamos servicios, a nosotros no nos

conectaron los servicios, nosotros mismos nos los conectamos.

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♦ Capítulo seis: la titulación de los predios _________________________________________________________________________ Los habitantes de Jerusalén añoraron durante mucho tiempo la legalización del barrio pero el título legal es una figura del Derecho que no siempre estuvo, ni fue, una preocupación o un interés de sus pobladores. Cada persona sabe cómo compró, cuánto pagó, y quiénes son sus vecinos y esto muestra que durante mucho tiempo no fue necesario introducir “el título legal” para identificar a los propietarios.

Rubén Darío Nosotros arrancamos aquí con un proceso de titulación en el barrio. De la

anterior Junta, antecitos de yo meterme a la Junta, la Junta anterior empezó un proceso con

el abogado (que hoy es el mismo) Octaviano González. Con ese abogado vinieron aquí y

yo ya acostumbrado a mi rol como líder en otros asuntos, me puse a estudiar mucho la

propuesta, a averiguar sobre el personaje, a ver qué tan honesto era o lo que fuera (porque

sabemos que ningún abogado es honesto y el que sea honesto no es abogado). Entonces

todas esas creencias que traíamos nosotros en la cabeza teníamos que despejarlas: que otra

vez nos van a quitar plata, que otra vez que ese proceso es costoso, otra vez que...

Entonces como que dejamos que otros se fueran a eso a ver cuáles salían tumbados y

metimos un paquete de cien; o metieron en ese tiempo los de la Junta. Yo no entré con mis

papeles pero a mí los de la Junta me dijeron que metiera mis papeles que así me iba a salir

barato.

Ese primer abogado lo había conseguido la junta aunque venía recomendado de la junta

anterior. Aquí ni siquiera se miraron cotizaciones ni nada de esa vaina, arrancaron con ese

ahí. Y la gente que confía en la Junta se metió en el proceso con él. De esos siempre se va a

haber: hay quienes confían demasiado en la Junta y hay quienes no se asoman con la Junta

para nada, eso siempre va a ser así. Se metieron esos cien, el proceso duró cuatro años y

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medio pero cuando ya iba el proceso en dos años fue cuando me tocó recibir a mí a la

Junta. Ahí fue cuando yo decidí meterme a la Junta porque me estaban reclamando los

otros compañeros que sabían que yo estaba trabajando en otras cosas.

Entonces, cuando vinimos a hacer el empalme de lo de titulación, el abogado vino a hacer

un informe pero el informe me lo quería dar allí en la tienda; en ese tiempo no había este

salón comunal. En ese entonces esto era parte de la escuela, una construcción pequeñita

que había aquí y había uno o dos salones de la escuela. Los domingos nosotros lo abríamos

y nos sentábamos en un salón de esos en los pupitres. Entonces ahí nos sentamos y yo le

dije al abogado que necesitaba un informe pero por escrito. El abogado se marió y me dijo

que si lo iba a empezar a pendejear y yo ahí le dije, “un momentico, el proceso se empieza

aquí, Patiño y Avendaño me lo están entregando es a mí y si le gusta bien y si no

recojamos. Yo no le estoy diciendo que no continúe, yo le estoy diciendo es que vamos a

trabajar diferente”. Y un abogado imposible que no sea capaz de entregar un informe por

escrito. Yo no le estaba pidiendo nada más, ni lo estaba criticando ni saboteando ni nada.

Yo simplemente le dije, “deme un informe bien dado y no hay problemas, pero si yo le

pillo dolencias al informe pues voy a pedirle cuentas, pero todavía ni siquiera le estoy

pidiendo cuentas”.Lo apreté y marchó la vaina.

Francisco Evelio Entonces nosotros, oyendo ese runrún de los Gaviria, nos pusimos a

averiguar con los abogados. Nos presentan a los abogados, los traemos al barrio y hacen la

propuesta en la asamblea. Es más, fueron dos abogados: un abogado y una abogada, e

hicieron la propuesta. Este abogado, Don Octaviano, acepta las condiciones que le pone la

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Junta de Acción Comunal, o sea, trabajar con la Junta de Acción comunal este proceso y

que la Junta sea la vigilante, la garante de ese proceso para que no nos estafen. La otra

abogada dijo “no, yo no trabajo amarrada de la Junta de Acción Comunal, yo trabajo como

independiente, entonces no me sirve”. Entonces ella quedó aparte y solamente trabajamos

con éste, con Don Octaviano.

Yo estoy metido en otro proceso de titulación que iniciamos –que yo también inicié- hace

ocho años con el Dr. Octaviano González. Sí, desde entonces iniciamos ciento treinta y

cinco personas que estamos ahí. Ese proceso todavía está vigente. Lamentablemente

cuando existían las cooperativas de ahorro, en una de ellas estaba la plata de regalo para

titulación y quebró y cerraron la oficina. Se perdió una plata, entonces fue un trastorno

tenaz porque ahí se perdió una plata y entonces los abogados ya no quisieron trabajar. Mas

sin embargo, ahí estamos impulsando eso y están a punto de salir esos títulos.

Rubén Darío El primer abogado nos decía que aquí lo que valía era la posesión. Porque

dentro de esos primeros cien procesos también se dio gente que fue a buscar en sus corotos

y no encontró el documento de promesa de venta. A esos se les hizo un extra-juicio, se les

hizo tal cosa, pero la Junta debía certificar que esa persona sí era el dueño y que no estaba

invadiendo o quitándole a otro pobre. Entonces nosotros hicimos válidas las posesiones. La

Caja de la Vivienda se resistió a eso pero no tanto las funcionarias, que en ese tiempo era la

Dra. Luz Dary, sino el departamento jurídico. Nos decían que teníamos que tener algún

documento. Nos repetían: tienen que tener algún documento y tienen que tener algún

documento. Nosotros qué les dijimos, pues que NO. Que el documento se lo hacíamos y

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entonces empezamos con los extra-juicios. ¡Es que no se puede pensar que uno dejó de ser

dueño porque perdió el documento! ¡No! ¡No! Alguna cosa tiene que haber para resolver

eso.

Así, el primer proceso estaba abriendo trocha. Ni siquiera los jueces conocían bien la Ley

9. No la habían usado, no la habían manoseado, no la habían tenido que aplicar. Entonces

al momento de aplicarla a ellos les daba miedo desposeer a uno para poseer a otro. Era una

fórmula, es una fórmula de expropiación: si no se le da uso a un predio, el Estado le iba a

dar un uso social a ese predio. Eso dice la Ley 9 pero los jueces no la estaban aplicando.

Entrar a convencerlos sobre esa serie de cosas, pues por eso el primer proceso duró más de

cuatro años, cuatro años y medio, casi cinco, y este otro viene durando dos años y medio.

Ya tenemos para reventar sentencias, están que revientan desde enero, ya vamos en marzo

a ver si en la próxima asamblea entregamos ya esos títulos.

Francisco Evelio Hay mucha gente que no piensa sino en el contorno de su casa, o sea,

piensa solamente en pavimentos, piensa que le coloquen la luz, que le coloquen el teléfono,

que le coloquen el gas. Sí, yo sé que son vainas de primera necesidad, pero no se han

enfocado en la necesidad que deben tener un título de pertenencia ¿sí me entiende?

Entonces no hay ese enfoque. Entonces nosotros con los abogados que ya estaban con la

nueva ley Samper (que más de cinco años ya usted tenía derecho a reclamar pertenencia)

arrancamos con los que inmediatamente llegaron a proponer la titulación. Antes de eso

hubo otro abogado que nos estafó. Entonces ya llegó éste abogado, éste abogado empieza

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con un grupo en Plan Canteras, con el que fue edil, Hernando Rojas, con él tuvo un

proceso de más de 800 títulos, a él ya le han salido más de 400.

Pero al final la gente entiende la importancia del proceso de titulación, ya lo han hecho.

Por ejemplo en el caso de Paraíso donde está Rubén. Rubén no creía en el programa de

titulación, él estaba en contra de eso, él estaba rotundamente en contra porque él entonces

no era presidente de la Junta, era Álvaro Patiño. Y Álvaro Patiño fue el que inicio esa labor

de titulación y Rubén estaba a favor de los que estaban en el Tanque y él alegaba y decía

“no, que eso es falso”, no que “yo estaba en contra de eso, sí”. Pero cuando él ya vio que

salieron los primeros cien títulos creyó y ahí sí se unió con el abogado y le dijo “Bueno,

vamos a iniciar pronto el proceso”. Fue cuando ya empezó la Caja de Vivienda y ahí sí le

caminó.

Rubén Darío Sin embargo nos demoramos otros dos años y medio, ya se me iba a acabar

mi período cuando “todavía nada de titulación”. La gente empezó a decir que ese

presidente tampoco había servido, que eso no sé qué, que sí sé más. Y claro, la gente que

aporta plata critica más. Entonces puse a marchar al abogado y ya les dábamos resultados y

que tal. Yo mismo iba a los juzgados, yo mismo iba a esta serie de cosas, conocí ya de

lleno el proceso, listo. Mientras tanto íbamos haciendo otros procesos por otro lado. Ahí

fue cuando llegó la deslegalización del barrio. Con la deslegalización fue cuando la Caja...

estábamos en el proceso de re legalizar y sopesar a ver si ahí sí nos reuníamos con los

Gaviria o no. Pero nosotros seguíamos en la misma posición de hace diez y doce, quince

años atrás. O sea que yo le recibí a la junta anterior los procesos que ellos ya habían

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iniciado con el abogado anterior y por recomendación de los otros comunales lo que hice

fue ponerlo a trabajar firme porque era que no se le veía por aquí.

Francisco Evelio Entonces mire como da las vueltas la cosa ¿sí? Un líder en ese

entonces, él no creyó y ahoritica ya siendo líder cree y está impulsando con el Dr.

Octaviano para que sigamos en el proceso de titulación. Es más, Rubén quería empezar a

hacer un paquete aparte del de la Caja de Vivienda, con otras personas, pero eso sale muy

costoso porque un abogado particular después de que ha salido un primer proceso de un

barrio no le va a cobrar a usted los doscientos mil pesos que cobraba antes. Ahora le va a

cobrar cuatrocientos mil o quinientos mil pesos por un proceso. Entonces dese cuenta, con

ese precio es muy berraco. Entonces más bien decidimos esperar a la Caja a ver si traía un

programa. Es como yo le decía a la gente, “bueno, está bien, usted no cree en estos

abogados, espere que más adelante va a venir un programa con una entidad del distrito que

es lo que ustedes quieren, que le da seguridad y le da garantía”. Y es así, ahoritica tenemos

los resultados: más de mil procesos y ahoritica hay gente que está diciendo: “don Evelio,

cuándo empieza el otro proceso”, y ya di la orden de empezar a recoger carpetas para

iniciar otro proceso con la Caja.

Rubén Darío De esos cien que iniciaron en la titulación yo no me metí porque ya no

podía, ya estaba cerrado el paquete (después de que la demanda es aceptada ni le puede

sacar ni meter uno nada; con uno sola persona que se quiera salir del proceso hay que

retirar toda la demanda y volverla a colocar en el juzgado, entonces eso no se puede hacer).

Entonces lo que hice fue poner a trabajar al hombre. Cuando se llegó lo de la

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deslegalización sopesamos a ver si hablábamos con los Gaviria o no. Entonces los Gaviria

querían era hablar sobre escrituración no sobre legalización y a nosotros en ese entonces

nos interesaba no sólo la titulación sino la legalización del barrio otra vez. Entonces dentro

del proceso la Alcaldía Mayor en Secretaría de Gobierno nos dijeron: “mire, está la Caja”.

“Bueno, entonces en la siguiente reunión tráiganos la propuesta aquí a la mesa de gobierno,

a la mesa de Secretaría de Gobierno”.

Lucy Estela La Caja de Vivienda Popular iba a venir a hacer procesos de escrituración,

sí, pero es que los Gaviria llevaban tratando de hacer procesos de escrituración desde hacía

más o menos diez años ¿ves? Y ellos habían peleado con el Gobierno, con la parte

gubernamental y con nosotros. Por eso se había caído el proceso de legalización del barrio

¿sí ves? Porque ellos habían demandado al Estado tratando de sacar plata. Y ellos quieren

sacar plata por todos lados y también quieren sacarnos plata a nosotros. O sea que quieren

tener plata por lado y lado y lo que pasa con el predio de los Gaviria es que es hereditario

¿ves? Entonces ni siquiera ellos como familia Gaviria se han puesto de acuerdo sobre qué

es de quién: que el abuelito le vendió a yo no sé quién y que el Gaviria papá no sé qué,

pero que le heredó al otro y el otro, entonces entre ellos mismos como que se han agarrado

por el mismo terreno.

Rubén Darío En el año 92 - 94 es que aparecieron los abogados de los Gaviria, los

dueños de la hacienda Casablanca, a procurar una reunión por aquí con los líderes

comunales y los líderes comunales rechazaron esa reunión. Yo no era de la Junta en ese

tiempo todavía, yo seguía trabajando con lo de las escuelas –asociaciones de padres de

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familia- y con lo de CELODIJE, pero a nosotros también nos trajeron el problema:

“compañeros de CELODIJE vengan porque a ustedes les van a llegar, van a coger a todo

cuanto se llame organización y les van a traer una exposición”. Los Gaviria decían que

teníamos que volver a comprar los lotes para que nos dieran la escritura.

Nosotros hicimos dos cosas. Como yo ya tenía experiencia con lo del primer proceso de

titulación entonces lo único que hice fue, allá en la mesa de concertación de Secretaría de

Gobierno, llevarme mi paquetico de fotocopias de los cien títulos que ya estaban (no estaba

el mío ahí pero yo defendí ese proceso porque yo le trabajé dos años y medio a eso).

Entonces dije: “esto es legal, esto es válido, esto no entra dentro del proceso que la Caja

me quiere exigir ni en los que me quiere ayudar”. Entonces yo ya sabía que para ser dueño,

para la validez del lote, lo que vale es la posesión. Aquí así no tenga usted documento, si

usted está poseyendo el lote usted ya es dueño. Aquí los documentos son lo de menos.

Aquí lo que vale es la posesión. Como yo llevo tantos años aquí, yo soy capaz de decir

quién es el dueño de tal lado, y de tal y tal y tal otro porque nos conocemos y nos hemos

tratado. Entonces, así esa persona haya perdido la carta de compraventa... porque muchas

personas perdieron sus documentos. O por el hecho que hay tantos pleitos porque por

poner otro ejemplo, aquí hay mucha gente separada con el segundo y tercer marido o con la

segunda y tercera esposa, y la primera se le llevó el documento, pero él siguió con la

posesión. Entonces ahí como vecinos podemos hacer esas aclaraciones para que quede en

firme la validez de la posesión.

Nosotros cada ocho o quince días durante catorce meses duramos allá sentados, ni siquiera

los traíamos aquí, en la Alcaldía Mayor en el segundo piso de la Alcaldía, en la oficina del

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Alcalde (del Secretario de Gobierno). Y allá llegaban todas las entidades: treinta y cuatro

entidades llegamos a tener sentaditas ahí para nosotros no más. Alguien dijo: “pero es que

estos manes quiénes son, estos manes quiénes son…”; llega allá y se para a decir, “pero es

que esta reunión es inaudita, ni siquiera consejo de seguridad reúne tanta gente, ni el

consejo de seguridad para Bogotá reúne tanta gente y estos quiénes son”, entonces

presentémonos. El que decía eso era un abogado prepotente por allá, él era de Planeación.

Creo que era del departamento jurídico de Planeación porque es que el fue demandado fue

Planeación con la joda de la deslegalización porque los que legalizan los barrios son los de

Planeación. No, pero que tipo tan prepotente.

Entonces llegamos nosotros y Leonidas, el de Potosí, le dijo: “mire, nosotros somos las

personas que pagamos el sueldo suyo, así de sencillo, usted traga y come porque nosotros

pagamos impuestos: cada vez que yo me tomo una gaseosa ese impuesto viene para acá,

cada vez que me compro una libra de arroz ese impuesto viene para acá y usted se pone esa

corbata y esas mancornas porque yo pago impuestos, así de que hágame el favor y me

respeta porque yo soy constituyente primario”. Y así fue que se le bajaron los humos al

hombre y ya no volvió más a esas reuniones. Siempre mandaba su secretario o algo así.

Entonces de todos, el que más fallaba a las reuniones era aquí el alcalde de Ciudad Bolívar

y el del Departamento de Acción Comunal y entonces nosotros los oficiábamos: les

mandábamos un oficio... Se supone que el Departamento de Acción Comunal son como los

padrinos de las Juntas de Acción Comunal, y no nos estaban respaldando; los ediles

tampoco; el alcalde tampoco estaba ahí.

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Lucy Estela Ahora que me acuerdo sí había el runrún de los títulos de propiedad pero no

por parte de la Caja de Vivienda sino de unos abogados, e incluso -como uno habla- ha

habido tumbis con la comunidad en cuanto a eso. Había una señora Ninfa que estaba

haciendo unos títulos de propiedad en Santa Rosita y en Nueva Argentina y ya los sacó, o

sea que uno puede decir que ya hay títulos de propiedad en Jerusalén.

En Paraíso está el abogado que trabaja con la Caja de Vivienda. Eso quiere decir que sí

deben salir unos títulos pero otra cosa es que ellos, los que llevan 5 o 6 años con esos

abogados, están muy demorados y parece que va a salir primero el proceso de la Caja de

Vivienda que el de ellos. Yo creo que las influencias de la Caja de Vivienda han servido

mucho pues ella trabaja con la vivienda de interés social y ha ayudado a que ellos hagan

parte en el proceso y a que la parte jurídica vaya y hable con el juez ¿sí? Que vaya a los

juzgados y esté allá y diga: “Vea ahí hay un proceso con Jerusalén, cómo es ahí, cuánto se

demora”, eso.

Rubén Darío Catorce meses nos duró la negociación a pesar de que apretamos a todo el

mundo. Como ya teníamos el proceso de pavimentación eso era la que la gente nos estaba

volcando en la mesa de negociación. Entonces ahí fue cuando le dijimos a la Caja de

Vivienda Popular que nos presentara la propuesta de la titulación. Entonces, en una

pantalla gigante nos hicieron la propuesta. Para mí era lo mismo a lo que ya teníamos con

el abogado particular pero respaldado por una institución.

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El asunto era que cuando yo hablé de eso con el abogado en esa semana le dije: “bueno,

cuál es su cotización para el siguiente paquete porque este de los primeros cien ya está

negociado. Cuál es el precio para el siguiente paquete”. Y fue tan descarado que me dijo

que valía $450.000 pesos por predio. Con la Caja nos dijeron que valía $250.000 entonces

ni modos, el Dr. abogado Octaviano dijo, “no pues entonces yo entro en el concurso de

esos otros abogados con la Caja de Vivienda Popular”. El abogado lo pensó y dijo: “voy a

ganar un poquito menos pero hago más procesos”, y le sirvió, “entonces entremos a

concursar”, listo, entramos a concursar. Y el hombre, ese abogado, ya se volvió muy

comunitario porque él ya trabaja es con los barrios. Él no trabaja en su oficina, él trabaja

con los barrios. Y entonces fue cuando nosotros mismos pusimos de ventaja toda la

experiencia que tenemos en titulación y fue la experiencia mía al trabajar, antes con

Octaviano, la que se puso al servicio de los otros compañeros para decirles cómo era el

proceso.

Lucy Estela La Caja de Vivienda apenas empieza a llegar al barrio hace más o menos

unos cinco o seis años, no más. Ya la Caja de Vivienda tiene aparte sus propias

urbanizaciones, sus propios programas, sus propios lotes. Uno ve alrededor de Jerusalén y

dice, Arborizadora Media, es de la Caja de Vivienda Popular; parte de Sierra Morena

también es de la Caja de Vivienda Popular. Pero en Jerusalén, nada que ver la Caja de

Vivienda Popular ¿ves? Es hasta ahora que se está trabajando con ellos.

Cuando la Caja de Vivienda Popular llegó al barrio decía: “hay dos formas de obtener

escrituras o títulos. Una es la negociación directa”. Es decir, teníamos que reconocer que

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los Gaviria eran los dueños de esto y debíamos negociar con ellos las escrituras a bajos

precios. La otra forma era hacer todo el proceso de titulación por intermedio de los

juzgados, abogados y esperando a que saliera la sentencia del poseedor para obtener la

pertenencia del terreno. Cuando los Gaviria ven que hay casi mil procesos en Jerusalén y

que empezaron a andar y que están regados en cada juzgado, ellos se quieren comunicar

con nosotros ¿sí? Mandan una propuesta muy buena, eso sí, mucho más barata que como

salía por medio de titulación con la Caja de Vivienda Popular. Afortunadamente hay un

grupo de abogados que nos colaboran mucho. Inclusive la misma área jurídica de la Caja

de Vivienda Popular.

Al parecer los Gaviria ya estaban muy enterados del proceso con la Caja de Vivienda: ya

sabían precios, ya sabían en qué juzgados ¿si me entiende? Uno sí se pregunta ellos cómo

se enteraron. Es como si hubiera uno entre nosotros que va y les cuenta todo. Uno sigue

con la duda ¿ellos cómo se enteran? ¿Por la Caja de Vivienda o alguno de nosotros o

cómo? Entonces ellos dicen: “ustedes están pagando $166.000 pesos por medio de la Caja

de Vivienda Popular, nosotros les dejamos igual en $166.000 pesos pero nosotros les

damos escrituras. No se va a demorar dos o tres años como el proceso de titulación, si no

más o menos de uno a tres meses. Menos tiempo por el mismo precio” pero entonces ellos

dicen, “pero, nosotros solamente vamos hasta la parte de que damos el documento y

ustedes van y lo registran ante notaría y ante instrumentos públicos, lo elevan a escritura.

Para elevarlo, vale mas o menos $400.000 pesos entonces...”.

Cuando iniciamos el proceso de titulación con la Caja había dos formas de hacerlo: tener la

carta de compraventa, pero algunos acá, porque han pasado muchos años, por decir algo

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los dieciocho o veinte años que lleva el barrio (este barrio lleva veintidós años o sea, no

soy de las fundadoras, yo ya llegué cuando había gente...). Por decir algo un señor que

lleva 22 años y quiera entrar al proceso de titulación para tener su título de propiedad, más

no su escritura –eso sí debe quedar claro que no son escrituras- uno le dice que necesita la

carta de compraventa. “No eso ya han pasado veintidós años, a mí se me mojó, se me

perdió o eso”, entonces qué hacer. El abogado le dice a uno –el de la Caja de Vivienda -:

“bueno, él lo que puede hacer es un extra-juicio con dos testigos que lo conozcan y que

aseguren que él vive ahí hace 22 años”. Listo, él va a la notaría se lleva sus dos testigos y

hace el extra-juicio. Eso ya es el documento soporte que él es el dueño de ese terreno y de

esa casa.

Nosotros nunca nos hemos comunicado con los Gaviria pero ellos tienen un abogado.

Como presidentes no hemos visto a ningún Gaviria. No, no los distinguimos. Debe haber

algunos de los presidentes que de pronto hayan dicho “Yo me fui a ver con los Gaviria...”

Pero igual, siempre está la incertidumbre de que le digan a uno “Vamos a una reunión con

los Gaviria y nos vemos aquí los cinco” y yo empiezo: “Cuál de ellos es el Gaviria, ¿sí?,

cuál es él...” No, no sabemos nunca. Igual, ni siquiera con el abogado. El abogado se ha

comunicado con nosotros como junta, por medio de Fax y mail, no más.

Rubén Darío Si los Gaviria no hubieran vuelto con los abogados para intentar hacer las

ventas de las escritura pública nadie se hubiera interesado en tener el título legal porque

todo el mundo estaba tan calmado, tan tranquilo con eso, que creían que su documento era

ese. Porque resulta que ellos, o todos nosotros aquí –yo hablo de ellos como si fuéramos

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aparte, no- todos nosotros aquí estábamos tan tranquilos pensando que ese era el

documento oficial: el que teníamos cada uno en la casa.

Cuando vemos y estudiamos y analizamos las leyes resulta que no, que apenas somos

poseedores no más. La gente peleó mucho por eso: “pero es que yo pago impuestos, pero

es que yo pago servicios, pero es que yo pago esto, y que qué tiene que ver un pinche papel

de esos, y que no sé qué, y que a mí nadie me va a sacar”. Nosotros les decíamos que nadie

los iba a sacar pero que debían legalizar la posesión, la estadía aquí. Les explicábamos que

así como estábamos éramos invasores. Que así le hubieran comprado a otro habían

invadido. Entonces nadie les estaba cobrando el predio. Porque la ventaja que nosotros

brindamos, o que brinda la Caja también o el proceso de pertenencia como tal, ya sea con

el abogado privado con el que hicimos los primeros procesos de títulos o con la Caja, es

que no tenemos que volver a comprar el predio. No tenemos que volver a comprar el

predio, tenemos es que legalizarlo, sacarle la cédula de ciudadanía al predio.

Creo que fueron más los que habían perdido el documento que los que sí lo tenían los que

se metieron al proceso de titulación luego de que vieron y entendieron esa situación.

Entonces ahoritica sí están haciendo fila para entrar con la Caja porque ya tienen la

confianza de que el proceso sí salió y que salió en un tiempo mucho más rápido. O que está

saliendo más rápido que el proceso de los primeros abogados.

Lucy Estela Y hay algo más con los Gaviria: según lo que nos decían los abogados,

como los Gaviria todavía no han definido esa herencia, que son estos terrenos, uno de ellos

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supuestamente está ya muy viejito y como que de pronto se muere o eso, entonces no han

definido de quién es qué... Esto está dividido como por... cuando hablan de terrenos hablan

por mojones ¿sí? Que de tal mojón a tal mojón es de Elvira de Crosh, de tal otro a tal otro

es de Juan Gaviria, de tal otro es de Felipe ¿si me entiende? Entonces lo que los abogados

dicen es que los Gaviria nos pueden presentar una propuesta de las escrituras del terreno

más no de las mejoras y eso entonces le va a salir mucho más caro a la comunidad. Cuando

digo “comunidad” es obviamente yo incluida porque hago parte del proceso ¿cierto? Sería

mucho más caro hacer un proceso por el terreno, que es la escritura que dan los Gaviria, y

otro proceso por las mejoras, entonces ¿a qué estamos jugando?

Entonces yo digo: yo no voy a hacer un proceso, o sea, nosotros como Junta decimos: “no

vamos a hacer un proceso por terrenos cuando nosotros ya pagamos el terreno”. Cuando yo

compré yo pagué $2’500.000, $1’800.000, $1’000.000, por qué voy a volver a comprar a

otro que dice que es el dueño, si yo soy la dueña hace 15 años ¿si ves? Con la Caja de

Vivienda lo que se está haciendo es un proceso de titulación y pertenencia para pasar de

poseedores a propietarios de mí terreno y de mis mejoras, de todas las viviendas que vayan

hasta el tope de vivienda de interés social. Es decir, que no supere los cuarenta y tres

millones de pesos. Ahí es donde la Caja de Vivienda entra a hacer su interventoría; sólo

como interventoría y como asesoría. Porque todo lo pagamos nosotros la comunidad con

los $166.000 pesos. ¿Qué incluyen? Procesos notariales, gastos de honorarios de abogados,

procesos en los juzgados, fotocopias, curadores –¿Quién más viene?- vienen los peritos

¿ves? Todo eso lo cubre cada quién con lo que paga.

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De Jerusalén hay casi mil procesos que van a salir. Esos son los que llevamos con la Caja

de Vivienda: procesos de titulación en Jerusalén por sectores. Entonces, Potosí tiene algo

así como cuatrocientos procesos, Pradera tiene cuarenta y algo, Bella Vista tiene ciento

noventa ¿sí? O sea, de cada sector sumamos mil.

Francisco Evelio En Plan Canteras, que es otro barrio, otro sector de Jerusalén,

empezaron con un proceso de 700 predios. Entonces nosotros empezamos con esos. Ya

empezó Canteras, luego seguimos nosotros con 135. Ya llevábamos nosotros un año con

ese proceso cuando entró Paraíso.

♦ Capítulo siete: el proceso de titulación: el balance _________________________________________________________________________ El proceso de titulación en Jerusalén continua pues faltan miles de predios por titular y las personas que ya se han vinculado o con abogados particulares o con la Caja de Vivienda Popular, aún están a la espera de la sentencia que los haga propietarios frente al derecho oficial. Muchos habitantes son escépticos, algunos ignoran los beneficios reales que pueda tener el título; otros simplemente quieren tener sus papeles en regla para dejar de ser tachados como “ilegales” ante el Distrito.

Rubén Darío Yo siempre he sido institucionalista. Yo siempre le he pedido al Estado, o

sea, yo hago proyectos pero yo se los pido es al Estado, yo no le pido a nadie más.

Entonces si el Estado me va a ayudar con eso yo pongo a que el Estado trabaje para

nosotros. Por eso lo de la escuela. Cuando le dije lo de legalizar la escuela era con

Secretaría de Educación y que vinieran para acá pues ellos son los que tienen que dar la

educación aquí.

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Yo siempre desde el primer día de mi trabajo comunitario he sido institucionalista aunque

por eso les peleo mucho, mis conceptos son muy izquierdosos porque es que a nosotros ni

el Estado ni el gobierno nos está haciendo un favor, están cumpliendo con su deber. Ojo a

eso: yo no los recibo como favor de ellos, lo recibo como que es un deber de ellos entonces

por eso también tengo dolores de cabeza, tengo pleitos, tengo rencillas con ellos pero al fin

y al cabo son funcionarios públicos. Uno aplica un poquito de diplomacia pero los apreto,

pero con un poquito de diplomacia; eso se aprende poco a poco.

Lucy Estela La gente en general quiere titular porque el título da más seguridad sobre el

terreno, sobre la propiedad. Ahora que va a pasar la nueva avenida por Jerusalén, la

continuación de la avenida Jorge Eliécer Gaitán Cortés para que entre Transmilenio y para

que haya alimentadores, la obra se va a llevar varias casas ¿ves? Entonces para que a mí el

Gobierno me pague debo tener título. No me pagan mi lote solamente con mi carta de

compraventa, debo tener un título de propiedad. ¿A ellos qué les están exigiendo? Título de

propiedad ¿cierto? Haber pagado el impuesto predial porque se está valorizando, que es lo

que le da el auto avalúo y muchas personas no lo habían hecho ¿ves? Entonces eso también

lo ayuda. Jerusalén, después de la ficha normativa de cada UPZ –que ésta es la setenta- y

de acuerdo al desarrollo que va teniendo la ciudad, va tomando más importancia.

Es que Jerusalén tiene más de ocho mil predios y si sólo hay mil predios inscritos en el

proceso de titulación, la proporción viene siendo que casi que sólo un 10% de la población

de Jerusalén está en proceso de titulación. Pero igual hay que contar los otros a los que le

están saliendo títulos. Fueron varios factores los que no dejaron que se metieran más

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personas: puedo hablar del miedo de Bellavista y... bueno, la credibilidad ¿cierto? Y el

murmuro de que puede ser así. Hubo también personas que no alcanzaron a completar la

cuota o completaron la cuota y no siguieron pagando y entonces no pueden seguir en el

proceso porque impiden que los demás sigan adelante; hubo otros que no completaban la

documentación. ¿Cuál era la exigencia de la documentación y la más básica? Demostrar

que uno llevaba cinco años de posesión. ¿Cómo lo demuestro? Con mi carta de

compraventa, con recibos de los servicios públicos, entonces nosotros decíamos: “como

estamos empezando en el 2003, traiga recibos de cinco años atrás entonces, son los recibos

del 97 y 98”, “no pero yo todo eso ya lo boté ya no tengo nada”, “vayan a las empresas y

pídanlo”.

Los recibos vienen a nombre de cada quien pero hay unos de unas casas que vienen al

nombre del anterior propietario. Entonces, si alguien no tenía todos los documentos no

podía entrar al proceso. Si yo no tenía por decir algo, si yo pagué mi cuota inicial que eran

$33.200 pero no tengo ni agua ni luz que era la base de hace cinco años, quedé por fuera.

También pasaba que yo tenía que haber pagado mi cuota de pavimentos porque había que

cumplir el convenio y si yo no había pagado mi cuota de pavimentos –porque muchos,

desde el 99, que fue cuando se hizo el convenio, no han pagado los $75.000 pesos. Eso lo

mismo de todo: la gente dice que hasta que no vean que están pavimentando el frente de

sus casas no pagan y el problema era que debían traer su consignación de pavimentos. “No,

no he pagado”. Se queda por fuera. Y así, así se iba sacando a cada quién. Entonces no

todo el problema es por credibilidad o por las dudas que la gente tiene frente a las Juntas.

Si no que también es por no cumplir con todas las exigencias de la documentación para

poder iniciar el proceso.

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El año pasado los procesos se movieron muy poquito porque los juzgados empezaron a

implementar todo lo de la sistematización entonces durante casi todo el año, por lo menos

durante unos siete u ocho meses de los doce meses del año estaban “sistematizando”. El

juzgado tal, cerrado durante cuatro meses mientras “sistematizan” ¿sí? Todo eso ha hecho

que se demore más el proceso pero va a salir primero que los otros. El primer paquete con

la Caja de Vivienda Popular, nosotros lo llamamos así, se supone que debe estar para este

año, para el 2005, porque lo iniciamos desde el 2002.

Francisco Evelio Más gente se hubiera metido al programa de titulación si la Caja de

Vivienda hubiera otorgado más cupos. Pero la Caja de Vivienda tenía un cupo limitado

para empezar. Ahora, la gente reacia que no cree todavía dice: “no, esperemos que salgan

los primeros títulos con la Caja de Vivienda” y lo que pasa es que todavía no han salido los

primeros. Son reacios todavía.

Hay otra gente que me dice: “Don Evelio, ¿será que si va a haber otro segundo paquete con

la Caja de Vivienda?”. Y yo les digo que toca esperar porque todavía estamos en este

proceso y como ha habido enredos y chocones toca mirar primero qué va a pasar. Y ahora

ya la Caja de Vivienda me da a mí la parte jurídica, me dice, “sí don Evelio, comience a

recoger carpetas porque ya abrimos un nuevo proceso de titulación con la Caja de

Vivienda”. Ahora, esa es una buena noticia para las personas que quieren meterse a

hacerlo.

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Yo no me puedo meter al proceso con la Caja porque yo estoy en el proceso con

Octaviano. Yo hablé con la Caja de Vivienda, “bueno, yo estoy en un proceso

independiente ¿renuncio a ese proceso y empiezo con ustedes?”, y ellos me dijeron que no

porque nosotros ya íbamos adelantados. Nosotros ya pasamos por la mirada del terreno,

por los peritos, por todas estas cuestiones. Nosotros ya estamos adelantados entonces para

qué voy a renunciar allá si es el mismo proceso igual. Ahí seguimos así, ahí está.

Lucy Estela La gente en su casa no sabe todo lo que está pasando en el barrio entonces

uno como líder los motivaba para que se metan al proceso de titulación: “ojo, vengan a

reunión, vengan a asamblea, les quiero informar que por el lado de su casa va a pasar una

gran avenida y como usted no se ha puesto las pilas y tiene una casa de tres y cuatro pisos,

se la va a llevar la avenida y a usted, sabiendo cuánto le ha costado construirla, no le van a

venir a pagar a lo que le costó hacerla”.

Ahora, yo sí creo que la comunicación o la difusión hace la diferencia de cada cosa:

mientras no hubo difusión ni comunicación alguna de que tenía que haber títulos, nadie se

preocupaba por los títulos. Pero cuando llega un nuevo programa (es que ese es otro factor:

los programas que se van implementando poco a poco en cada barrio, ahora es la titulación

para Jerusalén) y uno en cada asamblea le bota la pelota a las personas de lo que viene, del

nuevo programa, entonces ahí sí empiezan a surgir las inquietudes y luego las personas

dicen: “por qué, por qué debo tener un título”.

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Rubén Darío La dificultad es lo económico, la dificultad es el pago de esta situación

porque hay mucho desempleo y mucha vaina. Aquí siempre va a haber problemas cuando

se requiera dinero. Esa siempre va a ser la dificultad para resolverlos: hacer el aporte.

Aunque todo el mundo dice que sí quiere entrar al proceso entonces nosotros buscamos los

costos y les decimos: “el costo unitario de esta vaina es un millón y medio, el abogado

viene y nos lo hace por $450.000 o $500.000 pesos, la Caja nos lo hace por $200.00”.

¿Entonces por dónde le entramos? Por donde la comunidad diga.

Francisco Evelio Hay gente a la que no le interesa el título y que está esperando que el

gobierno, que el presidente les de la escritura. No es que sean ignorantes ni brutos sino que

son personas que se limitan a ciertas cosas no más, a dejar que el tiempo pase y listo, y no

miran a proyección ¿ya? Y mucha gente que todavía no se ha despertado. Les traemos a la

Caja de Vivienda para ofrecer un proceso de titulación y ni siquiera les importa: “Ah, eso

después, esperemos a que salgan esos títulos a ver si es verdad, a ver si es verdad si sirven

o no, y ahí sí me meto”. Todavía como que no se ha creado conciencia ¿sí? Todavía no

están firmes. O sea, en ese entonces yo sí me sentía inseguro porque yo compre en el 94 –

más o menos- y ya estaba el chisme que los dueños están vivos y que iban a reclamar ¿sí?

Lucy Estela Hay personas a las que les da lo mismo tenerlo que no tenerlo porque no

saben para qué les va a servir el título después de que lo tengan. Pero ahí uno se sienta y les

empieza a explicar: “a usted le puede servir porque después, cuando usted vaya a pedir un

préstamo, a usted le van a pedir su certificado de libertad”. Y entonces cuando yo ya tengo

título de propiedad me sale el certificado de libertad y ahí ya va me va subiendo el de

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estatus del terreno. Me voy a valorizar más como propietaria en mi terreno. El título me va

a dar más seguridad en mi terreno.

Igual yo no nunca me había preocupado por las escrituras o por el título de propiedad.

Cuando uno entra en el rollo es que empieza a darse cuenta que es bueno. Que sí es

importante. Pero a mí el abogado antes me decía, cuando estaba reuniendo toda la

documentación, él me decía: “qué otro documento se puede pedir”, y yo le decía: “yo no

sé, yo tengo ahí una escritura”. “¿Tiene una escritura, Lucy?”. “Sííííí, yo tengo una

escritura porque yo recibí un subsidio de vivienda por parte de Compensar, bueno no me

acuerdo si por Compensar o por Colsubsidio, y ellos me dieron una escritura por

mejoramiento. En esa escritura dice que yo soy la dueña de ese terreno y que hice

mejoramiento de tantos millones que me dieron como subsidio”. Cosas así, entonces sí hay

otros documentos que sirven para probar que somos propietarios. Y entonces en esos

documentos que pedíamos y pedíamos en cada salón comunal, documentos que se

necesiten, se decía: “o si usted tiene escritura por subsidios tráigala”; y muchas personas la

tienen. Y ahora la titulación nos da seguridad en la medida que se está dando al barrio la

visión de ciudad. Ya no sigo siendo ahí el barrio de Jerusalén pues la circunvalar del sur va

a pasar a 5 cuadras de mi casa.

Con el título legal uno ya va subiendo de estatus y yo ya soy la dueña, propietaria y

poseedora de mi terreno. En cambio antes sólo era poseedora y no era propietaria ¿ves? Por

eso era que yo le decía: “ojo que con la titulación estoy comprobando que soy la dueña de

este terreno y no que yo le voy a comprar a alguien porque nosotros ya compramos”. Si

después me vienen a comprar a mí, ahora que yo soy la propietaria, entonces ya se eleva el

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título a escritura pública. Además también se decía: para hacer el paso de título de

propiedad a escritura pública hay que llevarla instrumentos públicos y eso tiene un valor;

obviamente es mucho más caro. Puede tener un valor que puede oscilar entre $200.000 y

$400.000 pesos; no sé de qué depende, eso lo saben más los abogados. Si yo tengo mi

título yo misma puedo ir a elevar la escritura porque el título que a mí me da la Caja de

Vivienda, bueno la Caja de Vivienda no (es un intermediario) el juez, solamente le faltan

las tapas que digan “escrituras” y de “tal notaria” y ya ¿ven? Entonces eso es lo que uno le

explica a la gente.

Rubén Darío Las ventajas del título legal son todas, es decir, reconocernos como

propietarios, darnos la firmeza de que ya nadie más va a venir a discutir eso porque

siempre hemos tenido durante veinte años la zozobra de que esto es de la familia Gaviria.

Ahora no, ya aparecemos, nuestros nombres ya aparecen en un título oficial, en un

documento oficial, entonces eso es una de las ventajas.

La otra ventaja es acceder a las condiciones del mercado y a las condiciones bancarias para

acceder a créditos. Otra de las ventajas es para acceder a los juicios de sucesión porque las

personas que van dejando a su familia no las dejan desprotegidas sino con patrimonio. Eso

es básicamente porque de los que llegamos aquí, ya casi todos son de la tercera edad.

Entonces van falleciendo y la sucesión de los cuatro o cinco hijos es problemática por sin

título se van a tener que agarrar por el lote. Entonces va a ser más fácil hacer una sucesión

con el título de pertenencia que con un papel que era borroso, a veces mal elaborado y

muchas veces sin registrar. O cuando algunos tenían documento pero no lo tenía

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registrado; o lo tenían firmado por el que lo compró pero el que lo vendió nunca fue a una

notaría, entonces eso legalmente no vale.

♦ Capitulo ocho: los opositores _________________________________________________________________________ Los habitantes de Jerusalén tienen distintas formas para legalizar su propiedad. Algunos prefieren trabajar con la Caja de la Vivienda Popular, otros han optado por dejar su situación en manos de abogados particulares. Por último, unos creen que la mejor forma para asegurar su propiedad es negociando las escrituras públicas directamente con la familia Gaviria.

Lucy Estela Si se abre un segundo paquete con la Caja de Vivienda hay mucha gente que

estaría interesada. Pero igual, ahora está el boom de los Gaviria: ya hay grupos que dicen

ser “comité proescrituras” con los Gaviria, ¿ves? Gente de varios sectores. Pero nosotros

acá los vemos poquito. Es que Bellavista es uno de los sectores más tranquilos de Jerusalén

–afortunadamente para mí- pero en los otros sectores hay los opositores, ellos los llaman

“los opositores” (ese es el vocabulario de los líderes que son mayores que yo). Por ejemplo

en el Tanque: cuando tú hables con Carmen56 vas a quedar aterrado de que hay un grupito

y que unos ya los identifican en cada lado y a mí me dicen, “no es que viene Balbuena y

viene yo no sé quién”. Y yo: “¡uy los opositores del Tanque!”, ¿sí? Hay otro grupito en

Santa Rosita que dicen haberse reunido ya con los Gaviria.

Francisco Evelio En el Tanquelaguna hay unos, unas personas, digo yo, como

sindicalistas, como negreras, como personas que solamente piensan en el beneficio

personal. Allá tenemos marcadas unas personas como Roncancio, como Huertas, como

Camacho, que son personas que están identificadas hace mucho tiempo. Que siempre son 56 Carmen es otra líder del barrio. Vive y trabaja en el sector del Tanquelaguna.

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personas que se auto nombran veedores; están con la politiquería, entonces son personas

que están influenciadas y llegan a un barrio y en vez de construir, están destruyendo, en

vez de fortalecer, están es acabando con la moral y con todo el mundo. Son habitantes del

barrio pero son personas que ya son pensionadas o han tenido su trabajo o trabajan

independientemente, entonces ellos se pegan a los políticos ¿si? Son como un muñeco para

un político, un maniquí o un títere como lo llaman; y solamente los utilizan para las

campañas políticas y listo, entonces ese muñequito, ese títere lo tienen que tener en el

barrio. Esa persona los tiene informados: “métase a un taller de veeduría, vea que le dan un

carné”. Vea que el tal Camacho, ese tiene un carnet hasta del partido liberal y toda esa

vaina ¿sí? Y con influencias y todo; ha pertenecido a asociaciones de padres de familia, a

comités de educación, cantidad de comités y qué va, en vez de fortalecer van es a destruir

porque no pelean con beneficio general para el barrio.

Con ellos siempre ha habido pelea porque ellos están en contra, están en contra de todos

los procesos que nosotros hemos hecho: de todos. Cuando iniciamos el proceso con la

legalización de la luz, estuvieron en contra. Ellos y otras personas regaron el cuento en el

barrio diciendo que nosotros, los presidentes de las juntas, vendimos la comunidad a la

empresa de energía de Bogotá (en ese entonces que era la empresa de energía). Que la

vendimos y nos dejamos comprar por cualquier peso y decían, “mire como nos están

cobrando los contadores de la luz”. Cuando nosotros hicimos una negociación, una

legalización limpia y transparente donde lo que hicimos fue beneficiar al barrio. Solamente

unos cuantos pagamos el contador, unos cuantos. Y si usted va y averigua eso, usted

pregunta en una cuadra, “¿Cuánto le cobraron por el contador?” le pueden decir que le

cobraron $150.000 pesos, o que le cobraron la primera cuota pero que no le han vuelto a

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cobrar. O si pregunta otra vez le pueden decir que nunca le han cobrado por el contador.

¿Sí? Y ya todos tenemos nuestro contador. Y eso pasó porque nosotros fuimos a negociar

allá y a pelear y a decir, “mire, somos de estrato uno, tenemos escasos recursos

económicos, no podemos pagar ese programa pin que usted tiene”. Entonces estos ya

vienen y nos tildan a nosotros, entonces nos ponen en tela de juicio frente a la comunidad

diciendo que nosotros no rendimos cuando eso no es cierto.

La comunidad le come cuento a esa gente porque tienen cierto liderazgo ¿sí? Ahora con el

proceso de titulación ellos le dicen a la gente, “miren, los dueños de eso están vivos, se

llaman los Gaviria y ellos están vivos y ellos van a hacer titulación con ustedes, les van a

dar la escritura, no un título sino la escritura. No le coman cuento a los abogados porque

los van a estafar; las escrituras les van salir protocolizadas, las escrituras van a salir

fácilmente, no van a salir chimbas”. ¿Sí me entiende? Entonces todas esas versiones a

usted le dañan la cabeza y lo ponen a pensar ¿sí? Entonces ahí ya empieza la discordia:

empezamos el proceso de titulación pero luego llega otra persona y les dice: “ire a usted le

dan es un título, a usted no le van a dar escritura, ese título no sirve para nada”.

Lucy Estela Los opositores son gente de la comunidad que no está de acuerdo con lo de

las Juntas de Acción Comunal. Ellos hacen los títulos con los Gaviria pero es como si los

Gaviria estuvieran ofreciendo un porcentaje por cada título, por cada escritura que ayude a

sacar el grupo ¿ves? Entonces ahí es como por plata, eso es.

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Rubén Darío La oposición sí se da, yo sé que hay unos comités. Pero ellos no tienen

capacidad de convocatoria. Ese domingo anterior a que ustedes llegaran aquí, estuvimos en

el parque para escuchar una reunión que era a la una de la tarde en el parque con respecto a

la titulación. Decían que venían los abogados de los Gaviria. Y en un parque y estando

listos para una reunión no habían sino once personas. ¿Qué son esas once personas? Cuatro

o cinco de ellos y seis personas más que querían escuchar la reunión (seis de la comunidad

y cinco activistas, digámoslo así). Y nosotros llegamos, pero nosotros no nos sentamos allá

al lado de ellos sino que nos fuimos para una tienda al lado del parque a mirar a ver cómo

se iban a reunir y cuando fuera a empezar la reunión les llegábamos a hacer algunas

preguntas y algunas otras cosas. Pero no se dio tal reunión entonces allá nos quedamos

tomando cerveza con la misma funcionaria de la Caja de la Vivienda Popular.

Lucy Estela Hay mucha incertidumbre por parte de la gente porque hay muchas

versiones, muchas versiones de lo de Jerusalén ¿cierto? Que los Gaviria definitivamente

van a venir a las escrituras, listo, que viene la Caja de Vivienda Popular a hacer las

escrituras...

Lo primero que se le debe explicar a la gente, y ese es el dilema que se ha tenido, es que

con la Caja de Vivienda se obtienen títulos y no escrituras. Se empieza el proceso de

titulación en cada sector de Jerusalén. Pero en Bellavista, por decir algo, sólo el 10%, casi

el 10% ha seguido el proceso porque los demás dicen que los van a robar, que eso es para

tumbarlos. Pero no, la Caja de Vivienda no puede hacer escritura sobre un terreno que no

es de ellos… “No pero cuánto tiempo, cuánto hay que pagar, ahora nos van a robar la

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plata”. Toda esa es la incertidumbre de la comunidad. El vecino le dice al otro: “ojo que lo

van a tumbar, cómo así que le van a hacer un título de propiedad. Usted lo que necesita es

una escritura”. Hay muchas dudas alrededor del proceso y entonces el uno enreda al otro

con la duda y la cizaña y ese se sale del proceso, y luego el otro, y así sucesivamente.

Lo que pasa es que al final lo que lo afecta a uno para todo es el bolsillo ¿cierto? Ver de

dónde sale plata y eso. Pero vamos a hacer una segunda fase de titulación y ya hay muchos

inscritos.

Francisco Evelio Yo no engaño a la gente. Yo les digo que lo que les va a salir es un

título de pertenencia, cosa muy diferente a la escritura pública. Yo sí he sido muy claro

enfocando la comunidad en eso para que no vayan a tener encontrones. Lo más tenaz es

que con la Caja de Vivienda ahora es más difícil para unas personas que quieren sacar su

título pero no lo pueden hacer porque su casa se pasa de los límites de la vivienda de

interés social. Entonces ahoritica tienen que empezar, quieran o no quieran, a hacer un

proceso con un abogado independiente de la Caja de Vivienda para que el abogado les

haga el recorrido, ahí sí ya les toca. Eso es lo principal.

Rubén Darío A mí me parece, mire, yo no soy abogado pero yo le digo una cosa: es más

inaudito que los Gaviria quieran escriturar cuando no han recibido la sucesión porque

todavía no son dueños ¿entonces? ¿O acaso son dueños si no han recibido la sucesión?

Entonces qué es lo que se van a poner a vender ¿o no? Es más lógico por este lado ¿sí o

no? Que no se pueden demandar que porque no han recibido la sucesión y ¿entonces?

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Entonces si están feriando escrituras o prometiendo escrituras. Es más inaudito, es más

ilegal.

Francisco Evelio La oposición es tan fuerte que se unen estos tres tipos y mandan cartas

a la Alcaldía local diciendo que las Juntas de Acción Comunal están haciendo titulación y

estafando a la gente cuando no es así. Tanto así, que ellos nos metieron una tutela, ellos

metieron una tutela al Comité de Desmarginalización por el programa de pavimentos

diciendo que estábamos dando un “manejo no adecuado”, que estábamos cobrando por la

pavimentación de unos predios cuando no habían pavimentado. Entonces es muy difícil.

Pero bueno, el Tanque ha sido así toda la vida, ha sido muy difícil trabajar allá. Todo con

ellos ha sido un conflicto, un conflicto muy tenaz.

Igual, vea, yo le digo a la gente que se meta al proceso con la Caja de Vivienda porque es

una entidad del distrito que está vigilada. Porque igual un abogado monta una oficina y se

pierde y uno después cómo lo consigue, quién le responde por la plata que usted dio, quién,

dígame. Por ejemplo nosotros con el Dr. Octaviano, él mete la demanda al juzgado civil

primero en el 97 y vea, cada rato se pierde y toca localizarlo, toca buscarlo, toca... bueno

cada que uno lo encuentra entonces ahí uno pregunta, “Qué pasó Dr. abogado”. Es más, ya

le puse allá en la Caja de Vivienda un derecho de petición porque imagínese, yo no quiero

que me estafen a esta gente. Entonces yo hablo con la jurídica y ¿sabe qué me dice la

jurídica?: “mándame una carta dirigida a mí que para que por favor le colaboren y yo voy

al juzgado a ver que está pasando”. Listo. Entonces dígame dónde hay más garantías, con

la Caja de Vivienda que está constantemente vigilando a los abogados y constantemente y

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periódicamente hacen informes de cómo va el proceso de titulación, o con una sociedad de

abogados donde nadie los vigila ni los controla. ¿Quién les dice algo? Y fuera de eso están

cobrando el doble de lo que cobra la Caja de Vivienda.

Lo lógico es que uno quiere el bien para su comunidad y para uno mismo. Entonces, donde

me salga más económico y donde me den más garantías y donde realmente estamos viendo

las escrituras.

Los títulos que salen no van a ser protocolizados sino que son un título de pertenencia de

donde usted puede hacer una escritura pública que no va a ser protocolizada. Entonces mire

la confianza tan tenaz que me otorgan los de la Caja de Vivienda Popular. Mientras que el

abogado sí se puede torcer en el camino, el abogado sí nos puede sacar una escritura

protocolizada y de qué nos sirve a nosotros si a los cinco años tiene vencimiento de

términos. Listo, quedamos otra ves sin nada y volver a iniciar, entonces no. Mejor la Caja.

Lucy Estela Con la Caja de Vivienda se ha hecho un trabajo mancomunado muy bueno.

Nos reunimos cada mes a hacer avance. Los abogados que tienen el proceso fueron

escogidos por la misma comunidad, o sea, por los mismos presidentes de Junta con varias

hojas de vida que se recibieron según el abogado tuviese experiencia en titulación. Es que

no es el primer barrio donde se hace titulación de predios ¿ves? Ya se ha hecho con otros

pero, al igual que con otros, también se ha hecho negociación directa. Es decir, cuando la

Caja de Vivienda nos ha dado las dos alternativas porque ellos han trabajado las dos

formas. Ya hay una experiencia con el barrio aquí al piecito que es de Manuela Beltrán:

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ellos tienen escrituras. Y estamos en linderos con Manuela Beltrán -igual se supone que

pertenece a Jerusalén- pero ellos ya tienen escrituras ¿ves? Ellos negociaron con el que

decía ser el dueño de esa parte que era un párroco, Padre algo, y cada quien fue y le

compró. Pasó igual que acá, pero hace por ahí unos 15 años.

♦ Capitulo nueve: Nuevos retos para el futuro de Jerusalén _________________________________________________________________________ Hay procesos en el barrio que ya han culminado, unos exitosamente otros no tanto. Pero el barrio sigue creciendo; sigue en construcción. Sus habitantes siguen viviendo en la periferia de Bogotá y la intervención estatal sigue siendo insuficiente.

Lucy Estela Y ahorita con el proceso de pavimentos que hay en el barrio…pues no sé,

me he sentido que hemos estado como estancados en el trabajo comunitario porque ahora

el trabajo no es tan social como antes: ahora es como más de pavimentos ¿sí me entiendes?

O sea más concreto que social. Los problemas han cambiado. A medida que se va

superando el barrio cada cosa se va mejorando entonces ya no hay inconvenientes por los

servicios, ya están todos: agua, luz, teléfono, gas ¿sí? Entonces ya nadie tiene que luchar

por los inconvenientes de los servicios públicos...

Francisco Evelio Lo más principal fue que logramos conseguir ese programa de

pavimentos. Realmente se inicio en mi vía, donde yo habito, en la carrera 47a, que nos

reunimos dos, tres cuadras y fuimos a pelear por un objetivo ¿Cuál objetivo? El objetivo

era hacer pavimentar nuestra cuadra y con tan buena suerte que constituimos un comité.

Hicimos rifas, trabajamos y lo presentamos ante el IDU y el IDU nos avaló la construcción

de esa vía. Entonces sí se puede y sí hay la posibilidad. Ahí es donde nace el Comité de

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Desmarginalización, donde nace lo que es ya el contrato con el IDU de intervención en

mejoramiento de barrios. Ahí empieza lo que es ya lo grande, lo que tiene la junta ahoritica

en continuación. Ya existe una continuidad de un proyecto grande que se deja atrás, que

dejó marcado, que está en pauta ahí y que ha repercutido en más de 32 entidades del

distrito que tienen que ver con ese proyecto y que han intervenido y así sucesivamente.

Lucy Estela El Comité de Desmarginalización está compuesto más que personas, por las

Juntas mismas. Ya dentro de cada Junta, los directivos y los siete sectores de Jerusalén:

Nueva Argentina, Santa Rosita de las Vegas, Bella Vista la Y, Paraíso, Pradera la

Esperanza, Tanque Laguna, Potosí ¿sí? Y de cada uno de los sectores, los presidentes las

Juntas de Acción Comunal. Ese Comité se creó en 1999 cuando vino la propuesta de

pavimentar las vías del barrio ¿sí? Para poderlas pavimentar había que crear, entrar al

programa de Mockus “Todos Ponen” y luego a un programa que se llamaba “Gestión

Compartida”. La Gestión Compartida era que nosotros como comunidad debíamos aportar

por cada frente de la casa $75.000 pesos (las casas esquineras debían aportar $150.000

pesos) y el resto para pavimentos lo daba el IDU ¿sí? Entonces firmamos ese convenio. Ya

con el convenio firmado debía crearse, o sea, para que pudiese firmarse debía crearse un

comité y así se creo el Comité de Desmarginalización. Así mismo se llamaba el programa:

Desmarginalización en Bogotá que existía a nivel BOGOTÁ.

En Ciudad Bolívar alguien habla del Comité de Desmarginalización y lo identifican; “¿que

ustedes son del Comité de Desmarginalización? ¿que ustedes lograron que se cayera la

legalización del barrio y que ahora otra vez lo legalizaran? ¿que a ustedes ya no les

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vendieron adoquín como a todos lo barrios si no que les vendieron...?” ¿Sí me entiende? O

sea, son varias cosas las que uno va haciendo: “Que ahora están en titulación, que ahora

van empezar a trabajar...”

Francisco Evelio Ahorita todos se enfocan en la lucha por el pavimento y no miran que

tenemos un problema con legalizar nuestros predios y con tener nuestro título de

pertenencia. Ya con ese título de pertenencia puede uno recurrir a un certificado de libertad

y puede acceder usted a un programa de mejoramiento de vivienda, a un subsidio de

vivienda. Pero la gente está preocupada en otras cosas. Ahí los lideres deben decirle a la

gente, “mire, pensemos en esto más bien qué es lo que hay más necesidad, qué es lo que

nos va a sacar de pronto de apuros o nos va a sacar al mejoramiento de nuestra vivienda o

vamos a obtener un subsidio del gobierno”.

Lucy Estela La gente no es que desconfíe del Estado, es que no sé por qué ahora no hay

esa inversión acá. Por eso les decía ahorita que el Estado no ha vuelto a traer los programas

de los que se hacían antes. El SENA quería traer un programa para capacitar a jóvenes ¿sí?

Curtidores de cuero, otro en ebanistería y decirle a la comunidad que viene el SENA tiene

más seriedad ¿cierto? Entonces se convocó a la comunidad: “vean, por favor, hay unos

cursos, aprovechen vengan y se inscriben”. La gente hacía cola para inscribirse en los

cursos y el SENA nunca salió con nada: así se pierde la credibilidad del líder y cuando uno

después quiera implementar algo ahí la gente dice: “será que sí, será que no”.

Lo que pasa es que en el barrio faltan muchas cosas: yo no trabajaría sólo por titulación.

Yo he pasado cartas a la Alcaldía Local cuestionando porque no vienen a hacer

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mejoramiento de los parques ¿ves? Uno trabaja y trabaja ahí y pero no se ve el trabajo que

uno hace; yo a veces decía que me siento como estancada y como que no he hecho nada

pudiendo hacer más cosas, más por la comunidad ¿ves? Lo de titulación a la larga no es tan

problemático; es más, cada quién ira buscando algo legal para su terreno. Hay otras cosas

mucho más importantes…

Francisco Evelio Que sí faltaron muchas cosas por hacer y muchas cosas por realizar, y

realmente pues todavía sigo acompañando a estos grupos apoyándolos y mirando a ver

para no cometer muchos errores. Usted sabe que cuando ya están las instituciones pues es

muy difícil porque cada uno respeta sus instituciones y ellos como sea no van a aflojar todo

para un sólo barrio. Ciudad Bolívar es muy grande, son más de doscientos treinta cinco

barrios y las instituciones del Estado tienen que cobijar a todos los barrios, no a un solo

barrio. Eso es una pelea muy grande, muy grandísima.

Lucy Estela Si no hubiera Juntas de Acción Comunal hay muchas cosas que no se

podrían hacer ¿ves? Tanto que nosotros lo decíamos: en Bellavista deberían haber afiliados

al libro como socios de la Junta de Acción Comunal, como mil cien personas ¿sí? como

mil cien. Ahora se hace depuración del libro ¿Por qué se hace depuración? Porque las

personas no van a la asamblea, porque uno nunca los ve, porque sólo fueron y se

inscribieron. Había quinientas personas de mil cien, o sea, sólo la mitad y quedan

doscientas cincuenta ¿ves? Incluso yo lo decía en una reunión con la Caja de Vivienda:

“debe ser que de pronto la Junta de Acción Comunal no tiene mucha credibilidad,

busquémonos otra estrategia, creemos unos comités”. Yo les decía crearan un comité de

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titulación ¿sí? “Creemos un comité de titulación que nada tenga que ver con la Junta de

Acción Comunal”. Ahora, para que a ese comité de titulación lo reconozcan ante la parte

distrital Bogotá debe ser una comisión de la Junta de Acción Comunal. O sea, es que

ninguna otra organización tiene aspecto jurídico ni NIT -vuelvo y les digo- solo las Juntas

de Acción Comunal; o a no ser que sea una ONG, pero ya para ser una ONG hay que tener

platica, sacar estatutos, sacar... tener revisor fiscal, todas esas cosas.

Entonces la comunidad empieza con la duda por eso, porque algunos dicen, algunos

señores ya de edad, unos viejitos se acercan a mí y me dicen: “muy chévere que se haga lo

de la titulación pero sabe qué señora, yo ya he vivido aquí veinte años y nunca he

necesitado título para nada. Yo ya no lo hago. Yo me muero de aquí a un mes o dos meses

y para qué me voy a poner a pagar ciento y pico e mil pesos. Eso para qué, ya no lo hago”.

Entonces ahí ya hay un grupito que no lo hace. Otros dicen, “no, yo la verdad es que me

quiero ir ya de este barrio, ya viví una época y ya no quiero que mis hijos estén acá, yo no

voy a invertir plata así en un título cuando yo puedo vender como yo compré: una carta de

compraventa”. ¿Ves? Son varias cosas.

Ahora se hablaba mucho de la ficha normativa- y yo les explicaba a todos “Ojo, tengamos

visión de ciudad, Jerusalén no sigue siendo ese barrio donde empezamos hace tantos años,

vías sin pavimentar, sin servicios, mi casuchita y noooo ojo”, tengamos visión de ciudad

porque ahorita con la ficha normativa y con el decreto de la ficha normativa... Ya salió un

decreto y como dice: “notifíquese y cúmplase” ¿sí? Ya empiezan entonces los demás

servicios, la valorización -me sube la valorización-; se puede correr el riesgo de subir de

estrato 1 a estrato 6 ¿sí me entiendes? Pero ya cuando uno habla que se va a subir la

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estratificación y la gente ve que eso lo perjudica porque la luz que llegaba por veinte ahora

va a llegar por cuarenta, el agua que llegaba por cuarenta ahora llega por ochenta…

Entonces ahí sí algunos dicen que todo eso nos va a empezar a afectar. Pero ese contra está

ayudando porque el barrio se está valorizando ¿ves? Y también se está valorizando mi

propiedad. Entonces yo les decía: “Si van a ver los pro y los contra pero algunos me van a

beneficiar a mí como dueño de este terreno”.

Falta mucha inversión aquí. Falta presencia del Estado. Uno todavía vive en el otro lado

aunque uno no lo crea. Por ejemplo como ustedes que viven ya en otra parte- ustedes no

creen que aquí puede haber muchas problemáticas… Uno dice, sería bueno tener, bueno,

qué sé yo, un psicólogo, un abogado. El otro día llegó dizque un abogado diciendo que las

personas que quisieran consultar al abogado debían pagar $1000 pesos, por decir algo, y

mucha gente iba y uno no puede creer todos los problemas que tiene cada quién. No puede

creer todo lo que le pasa a cada persona. Entonces falta como mucha presencia del Estado

y eso que le digo, traer programas, buenos programas a los que todos... que sean creíbles.

Las señoras dicen, “vea yo quiero hacer algo por la tarde…”.

Si uno va y mira la cancha deportiva, el suelo, se le quitó un pedazo porque está muy

roñosa. Y yo ahí pienso que ojalá yo pudiera hacer algo. Entonces hay sitios donde hacen

ciertos programas y toda la gente se va para allá. O sea que la misma Junta no tiene cómo

convocar o cómo poder saciar todas esas ganas de hacer cosas. Entonces ahí uno no tiene

nada para decir si, por ejemplo, está la Corporación Minuto de Dios, dictando cursos de

esos y la gente le dice a uno que va para el Minuto de Dios porque le están enseñado

corsetería todos los días. Otros dirán, “no voy al Minuto de Dios porque soy Joven en

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Acción” ¿ves? O sea, se captan desde allá todas esas cosas y uno desde acá no puede hacer

nada. Yo siento que uno está así: como que uno no puede hacer nada.

Francisco Evelio El proyecto del sector de Nueva Argentina fue la remodelación de la

cancha de microfútbol y lo que era el parque. Fue la primera vez en mi vida en que hice

una contratación con el Estado siendo yo el contratista. Eso sí es dispendioso porque

manejar recursos del Estado donde hay interventoría encima, donde uno tiene que saber

mover cada peso porque sino se le viene a uno una investigación encima. Entonces es una

labor bonita, donde hay una participación de la comunidad ¿sí? Se enseña a la comunidad

que hay unos recursos pero que hay que cumplir con unas horas de trabajo, un domingo o

un festivo, entonces todos estábamos involucrados en un beneficio que era general.

Lucy Estela Nosotros no le jalamos a la política, eso sí ha sido algo que ha estado claro.

Más que no halarle a la política es a la politiquería. Ahí como que me voy a contradecir un

poquito y es esto: a la política sí porque incluso del mismo grupo alguien estuvo postulado

para edil, Rubén Darío, pero ahí sucede lo que se ve entre todas las comunidades: el

egoísmo, la hipocresía, como que hay gente que lo apoyaba y que después decían, “él no es

lo que yo pensaba” porque no sé, las personas cambian mucho. Uno mismo está dado a

cambiar ¿cierto? Pero a veces uno se pregunta por pequeñeces y uno dice, ¿pero por qué lo

hizo? Ahora hay dos ediles que podemos decir que son amigos nuestros ¿si? En el

momento en que necesitaban todo el apoyo para hacerse ediles. Nos reuníamos y

hablábamos con ellos. Ahora que son ediles nunca están por aquí. Entonces eso es todo lo

malo que se ha dado en Jerusalén: como que somos usados y luego “chao”.

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Esos ediles no están involucrados ni en el proceso de titulación ni en el proceso de nada.

En serio, no los volvimos a ver, nosotros incluso les escribíamos y les decíamos que por

qué no venían y nos informaban en qué podíamos trabajar o qué beneficios hay y qué

programas podían ellos traer para acá para el barrio. Pero nada. Ni idea.

Antes había más unión, las personas eran más participativas. Por ejemplo antes se traía un

curso de confecciones y las señoras se inscribían y aprendían confección ¿ves? Que curso

de muñequería... o sea, todo eso se ha visto en el barrio: y que estilistas, que peluquería y

las personas iban. Ahora van muy pocas, ahora sí han cambiado los cursos, ahora no se

dice “vamos a hacer un curso para las señoras en porcelana y cron”. No. Ya la Alcaldía no

manda eso. Ahora la Alcaldía manda a dar cursos de elaboración y formulación de

proyectos; la Ley 80 ¿sí ve? Todo ha cambiado. Uno tiene que irse acoplando y la

comunidad pierde un poco de interés en eso. ◊

F I N

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◙ Sobre la lectura de diálogos: una conclusión provisional

La historia de Jerusalén, contada desde las voces de los narradores y pobladores del barrio,

constituye no sólo una pieza importante de la historia de Bogotá y un ejemplo latente de

cómo se construye y consolida un barrio informal alrededor de una metrópoli, sino también

una invitación para observar la ciudad desde otra perspectiva. Como bien lo anota el

narrador de las Ciudades Invisibles de Italo Calvino, la ciudad es diferente para el que

viene por tierra y para el que viene del mar57. Como lectores, intérpretes y abogados

estamos acostumbrados a observar la realidad desde ópticas estrechas (demasiado técnicas

y estáticas) que no engloban la compleja realidad tras las formas más variadas del amplio

mantel de calles que es Bogotá. Para el caso de la propiedad informal nuestro lente se ha

limitado a trazar el mapa de lo legal e ilegal y en consecuencia ha dejado de lado la

posibilidad de generar nuevos imaginarios o formas de comprender fenómenos sociales y

de supervivencia tales como los descritos por los pobladores de Jerusalén.

Estas últimas palabras no tienen como propósito resumir o puntualizar la historia contada

por Lucy Estela, Rubén Darío, o Francisco Evelio. Tampoco se han escrito para sentar una

pauta interpretativa de la experiencia vivida por los pobladores de este barrio o de las

posibles implicaciones jurídicas de la propiedad informal vistas desde el marco teórico que

plantea el pluralismo jurídico, en particular, el convencionalismo. Estas últimas

anotaciones quieren ser simplemente un llamado de atención, un comentario al margen que

resalte la importancia de las ideas que han motivado este trabajo académico: pensar a

Bogotá como el conjunto de historias, experiencias, personas y barrios que se aglomeran

57 Italo Calvino, “ Las Ciudades Invisibles”, El Mundo, Unidad Editorial S.A., Bogotá, 1999, p. 26

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sobre un territorio multiforme pues su Historia no se limita ni define por categorías

jurídicas tales como legal o ilegal. Pensar el régimen y las normas de propiedad en Bogotá,

o en algunas otras ciudades de países subdesarrollados, bajo un esquema de monismo

jurídico fundado exclusivamente en los conceptos de título y modo, propietarios o

poseedores, parece ser un marco angosto y poco plausible para describir adecuadamente

las relaciones que tantos habitantes de nuestro continente tienen con la tierra, el concreto y

los bienes inmuebles.

La realidad de las edificaciones en las grandes capitales Latinoamericanas no obedece ni

puede estudiarse bajo conceptos o categorías jurídicas extranjeras que se han cristalizado

en códigos y leyes sin ser aterrizados o acondicionados al contexto social o cultural al cual

se van a aplicar. Nuestros procesos de desarrollo están dotados de características

particulares, como la informalidad, que nos obligan a buscar maneras alternativas de

entender y descifrar nuestra cultura, idiosincrasia y sus repercusiones jurídicas. La

informalidad en la construcción y en la compraventa de vivienda se ha convertido en un

supuesto generalizado en Latinoamérica. Por ello, no basta con denunciarla como

perjudicial para el desarrollo económico de un país o ciudad. Por el contrario, hay que

estudiar sus orígenes en busca de fórmulas originales que permitan desentrañar por qué y

de qué manera se conforman y constituyen los barrios subnormales. Así, no parece

conveniente aproximarse al fenómeno con la distancia de quien quiere aprender un oficio y

sólo lo hace a través del manual de instrucciones: las razones tras la conformación de estos

barrios son retazos de voces y de la memoria de sus protagonistas.

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Antes de intentar encuadrar la ciudad en las normas y conceptos tradicionales, habría

también que pensar cómo la ciudad y sus habitantes, a través de sus pautas de

comportamiento, señalan o generan prácticas paralelas que dialogan con las normas

oficiales y buscan abrirse paso para gozar de las mismas ventajas que la otra parte de

Bogotá, la ciudad del derecho formal, ofrece a sus habitantes. Ejemplos de estas figuras

serían las cartas de compraventa y el libro de predios, recursos utilizados como mecanismo

alternativo para proteger el goce de la propiedad. Estas figuras prueban que la ilegalidad

no debe equipararse a la informalidad pues ésta última no surge por la estricta violación de

normas jurídicas. El fondo de esta problemática tiene un toberllino de matices donde

desafortunadamente, o afortunadamente, no hay una sola respuesta ni un sola conclusión.

La realidad es plural, compleja, y desigual58 y el derecho debe hacer esfuerzos, aún cuando

sean titánicos, de marchar al ritmo de la vida que regula o por lo menos, de intentar

comprenderla. En esa medida, resulta valioso escuchar las historias y reflexiones de los

habitantes de la periferia para trazar el mapa de nuestra historia, entender cuál es y ha sido

nuestro proceso de desarrollo y crecimiento urbano y cómo el derecho es o no eficiente en

enfrentar los problemas y contingencias que surgen alrededor de la tenencia de la tierra en

Bogotá. Como fue dicho en la introducción de este texto, el giro histórico, metodológico, y

teórico será pensar a Bogotá no desde su centro, sí desde su periferia.

Ahora bien, será labor de cada lector llegar a sus propias conclusiones y atreverse a

estudiar y descifrar los relatos de los habitantes de Ciudad Bolívar para evaluar qué formas

jurídicas son las adecuadas, eficaces y justas para auxiliar a aquellas personas incapaces de

58 En un país como Colombia, donde la situación de desorden público y violencia se ha vuelto la “ normalidad”, no pueden aplicarse fórmulas y leyes que desconozcan el contexto en el cual van a ser aplicadas.

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costear una vivienda a través de los mecanismos de título y modo tradicionalmente

establecidos en Colombia. Este texto es una lectura más, una narración, un testimonio que

no el fin, la conclusión o definición de la vida que subyace las casas y edificios de la

Bogotá expandida. En estas páginas se han presentado los diálogos de aquellas personas

que no son partícipes de la construcción de políticas públicas y cuyo trato con el Distrito ha

estado primordialmente caracterizado por una relación violenta (en un sentido amplio) con

las normas, instituciones y funcionarios públicos encargados de regular esta materia. El

texto no pretende, pues, ofrecer ni un plan de trabajo ni un proyecto político o urbanístico;

mucho menos una sola versión o interpretación del fenómeno. Es una pieza de la historia

con “h” minúscula, también merecedora de integrarse a la memoria colectiva de nuestra

capital. Así, fue recogida sin mediadores y expuesta de la manera más abierta posible pues

“[l]o que le importa a mí Marco Polo es descubrir las razones secretas que han llevado a

los hombres a vivir en las ciudades, razones que pueden valer más allá de todas las

crisis”59. ◊

59 Ibídem, p. 16