unidad 05 teran oscar ideas e intelectuales en argentina

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En Terán, Oscar (coord.): Ideas en el siglo. Intelectuales y cultura en el siglo XX latinoamericano. Fundación OSDE/Siglo XXI Editores Argentina S. A., Buenos Aires, 2008. Ideas e intelectuales en la Argentina, 1880-1980 por Oscar Terán […] 1.1. La generación del 80 y el movimiento positivista: José María Ramos Mejía y José Ingenieros […] José María Ramos Mejía será también uno de los introductores del positivismo en el medio intelectual porteño. Miembro del patriciado argenti-

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Page 1: Unidad 05 Teran Oscar Ideas e Intelectuales en Argentina

En Terán, Oscar (coord.): Ideas en el siglo. Intelectuales y cultura en el siglo XX latinoamericano. Fundación OSDE/Siglo XXI Editores Argentina S. A., Buenos Aires, 2008.

Ideas e intelectuales en la Argentina, 1880-1980

por Oscar Terán […] 1.1. La generación del 80 y el movimiento positivista: José María Ramos Mejía

y José Ingenieros […] José María Ramos Mejía será también uno de los introductores del positivismo en el medio intelectual porteño. Miembro del patriciado argenti-

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IDEAS E I0iTELE(.'TUALE. E.l LA ARGENTINA, lS~O-19t>O 19

no, este médico espe 'iaJizado en neuropsiquiatría llegó a dcscmpeiiar cargosestatales estratégicos, como el de presidente del Consejo Nacional de Educa­ción, que ocupó hasta su muerte en 1914. Asimismo, ensayó la aplicación d s­te código ideológico al análisis de las problemáticas nacionales. En su libro de1899 Las multitudes argentinas, se observa una particular entonación del credocientificista aplicado a la construcción de un nuevo relato historiográfico. Par­tiendo del postulado positivista de que el mundo moral se ha]la regido por lasmismas leyes que las de la realidad física, apoya sus razonamientos en una dis­ciplina en ascenso: la psicología de las masas, que desde Europa se irradiaba apartir de libros como Psicología de las multitudes del franc's Custave e Bon. EléxilO de estas in tervenciones est...,ba claramente asociado a la inquietud básicaque recorría las preocu paciones de los sectores dirigen tes respecto d I proble­ma de la gobernabilidad en una sociedad atrav sada por la presencia insosla­yable de las multitudes modernas.

Si la multitud cupa ahora el sitio dejado vacante por el individuo, resultanecesaria una nueva teoría que dé cuenta de este también novedoso objeto decsludio. Tal s~rá la "psicología de las masas", que Juan Agustín Carcía llamó"psicología cial", cuyo o~jeto será definido como "el spíritu público", estoes, "la resultante moral de todas las tend ncias individuales, la cualidad común,predominante, que imprime su sello al conjunto". En suma, era una manerade verificar en diversas escalas aquello qu Carl S horske ha denominado "lamuerte del yo liberal", construido desde el modelo cartesiano como un sujetosoberano, plenamente consciente del mundo y capaz de controlar racionalmen­t' sus pasiones, y que ahora estaba n tren de ser sustituido por masas o multi­tudes definidas por su irracionalidad. De tal modo el individuo disuelve en e]lastoda su especificidad, se entrega a estímulos pasionales y está disponible paraseguir los pasos de un conductor. De allí la comparación de Ramos Mejía de losintegrantes de la multitud con los miembros del ejercito y los pacientes de los hos­pitales, en tanto instituciones productoras de hombres--masa: "Individuos sin nom­bre representativo en ningún sentido, sin fisonomía moral propia: el número

de la sala de hospital, el hombre de la designación usual en la milicia, és es suelemento" .

Sin embargo, en el texto de Ramos Mejía el papel de las multitudes argen­tinas está lejos de resultar necesariamente negativo, debido a que son capacesde cargarse de espontaneidad y violencia pero también del heroísmo de los se­res primitivos. Precisamente el relato histórico que realiza desde la colonia has­ta su propio presente implica -al revés de lo que podría suponer:;e- una de­manda de multitud. Y ello se debe a que en ese fin del siglo XIX Ramos Mejíapercibe una degradación social presente en ambos polos de la sociedad: las nue­vas multitudes y la c1a es tradicionales carecen de la energía participativa ne­cesaria para la conformación de lIna nacionalidad robusta y republicana. En el

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primer aspecto, deplora la inexistencia de la efervescente pasión política pro­pia de las multitudes "en estado diw-mico". las únicas que podrían 1 grar unaparticipación real en la pOlítica y de ese modo apOrtar a ese reCUrso de los pe­queños y anónimos que s la democracia. De allí que si la multitud dinámicade la emancipación era romántica, belicosa y emocional, y creyente Yrevolucio­naria la que actuó hasta ]860, el estilo político posterior y el aluvión inmigra­torio amenazan con desquiciar la fisonomía nacional al revelarse la actual mul­

titud escéptica y esencialmente mercantil, ya que "no piensa sino cuando uninterés material la empuja a la plaza pública, y va muy pocas veces al comicio".El predominio de los valores del mercado ha conducido a una ausencia de lamultitud política, y "este gris achatamiento político e intelectual en que vive,

con ese Corte fenicio que va tomando la sociedad metropolitana", amenaza "qui­tamos la fisonomía nacional". Se trataba en rigor de la condena del programa

alberdiano, puesto que el proceso modernizador revelaba que la "república delinterés" COntenía la amenaza de cristalizar una sociedad en la que imperase el"pluralismo negativo", colocado en las antípodas de la república de la virtud. Poreso, cuando en ]898 se formó la Liga Patriótica Argentina, compuesta por miem­bros conspicuos de la elite entre los cuales estaba Ramos Mejía, en una de susproclamas se opuso expresamente a la consigna de que "la patria está dondeestán los bienes".

De todos modos, esa sospecha se atenúa frente a la confianza en la poten­cia integradora y pedagógica del ambiente argentino sobre la psicología so­cial del inmigrante, dado que sobre aquella estructura psicobiológica prác­ticamen te celular "e] medio Opera maravillas en la plástica mansedumbre de

su cerebro casi virgen". La pampa ya no es entonces el desierto que debía ci­vilizarse mediante el trasplante poblacional de extranjeros; por el contrario,es el medio que induce la incorporación a la modernidad a los mismos reciénllegados.

Es cierto que la presencia extra~erapuede resultar a veces excesiva y has­ta abrumadora ("Como son tan tos, todo 10 inundan ... "). De allí la necesidadde clasificar ese universo confuso, donde alIado del "paise trajinante" convivenotros miembros que componen esa pequeña fauna que medra en la confusiónde las multitudes urbanas. En esa paleontología social, Ramos Mejía describiráentonces los tipos desviados del guarango, el canalla, el compadre, para dete­nerse en la denuncia del burgués que se enriquece can la Usura y permaneceimpermeable a las virtudes de la caridad y el patriotismo, En el burgués se rea­liza cabalmente la antinomia entre la virtud y el mercado, ya que este personajeno tiene más programa en la vida ue acumular dinero y "defenderlo de la ca­ridad y del pa.triotismo que alguna vez golpea sus pu nas". Si este deseo de acu­mulación inmoderada no resultara suficientem nte encauzad • "e te burguésauwus, n multitud, será temible, si la edu aci -n nacional no lo modifica Can

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-

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os TERÁNAl ·S EN LA ARGENTlN .1880-1980IDEAS E INTELECT 4C

. e lo contengan en su1 . filtración de otros Ideal s qu'11 de la cultura a 10 Jel cepl o . h' 1Capitolio". 1

-censión precipitada aCla e ,_ de180 habían denunciado ento~ces o queas Los hombres de la Ge~eraclon ublicanjsmo por parte de miembros de

ban como claudIcaCiones del rep ente con un pasado en elevalua

, b- ntrastado ese presla elite política; adem~ ha la;; ca al cual podía invocarse para un~ ~~rea r;-

las viejas virtudes Impera an, y b' encuentra en una poslCion masque R Meiía en caro 10, se . l l

racionista, amos :J'. 'd republicano y naClOna en agene , la ausenCia de senti o ,_leja: conSIdera que " funde con sus mismos on-comp h d n una hlstona que se con _clase dirigente se un eel' l las llamadas clases elevadas habnan as-d d l época ca ama, .

enes, ya que, es e a. reducía a obtener progresos y mejoras pe.r-g, do sól a un liberallsmo que se. , en perfecta concordanCiapIra 'd" el gobIerno mIsmo, Ra

ales siempre servl as por d l ciudad" En definitiva, _00< , , más influyentes e a. "1

con la iniciativa de los vecmos. os de la inexistencia en Buenos Aires ~e aos Meiía señala los males denvad Al P _ formaba el núcleo SOCial dero. 'J , . " ue en el to em . _

cruta y orgullosa anstocraCia q ontrapartida subraya la funclOn- ' dirigente y, como c , . .L- "1

una clase legltlmamente , d l roceso emancipatono, n..:>I, a. parte sustantiva e pde la plebe argentina como _ ular de la historia y la menos per-revolución argentina [oo.] es la obra mas pop cl-fico de esas multitudes a la

-' l . "El apone espe .sonal de toda la Amenca atma . . verdad en una función hteral-

l . nalidad conSiste, es ,conformación de a naciO b _ b ji¡s'z·camente tan vigorosos en su mus-

-' "Esos ar aros, , dmente material y energetlca, 'te de sangre aséptica a las clUda es

' " taran su contlllgen .culatura de hIerro ,apor 1- t 'cas de la atmósfera ejercen una

d alas descargas e ec n . "exhaustas, al mo o com os del mundo pnmltlvo.

l 'mponentes trastorn f;acción purificadora en os 1 _ 1 unta jin-de-si.ecle sobre el antasma

Con este abordaje se respondla ~ .a preg .. , ta se nombraba como "dege-. lave biologlCo-pOSltlVlS

de la decadenCia (que enc. . dades a partir de ciertos desarro-d ' ue asedIa a las SaCie l

neración"), deca enCla q . '1', ción sofisticación en el consumo y ed 'd d' exceso de CiVl Iza , l b e

110 de 1 mo erm a , d . dades que causan e empo r _l 'd n las gran es ClU, , . _ 1

confort agravada por a \1 a ~ . _ d la energía muscular, la perverslOn y acimiento de la sangre, la dismmuc~on he. c'onalista que desemboca en el

. - de un espíritu de anallSls lperra 1acentu Clon . lItad. . 'h·l· Y la ruma de a va un . . d R

e Ceptlclsmo, el m I lsmo. '.b 1atractivo por la figlll a e o-aCiones se Inscn e e

Dentro de estas preocup tre el activismo de las masas- ducido el encuentro en

sa • en la cual se habna pro 'p blicado en 1907, el pueblo, que. l En Rosas y su tzem o, pu _ el

y un liderazgo naCiOna . . _ d -j·uzga siempre mas por. - d 1 masas habna mostra o . D

--como la pSlcolog-¡a e as 'R sas su conductor necesano. es-1 'encontrara en

sentimiento que por a razon, . r- b los demás caudillos fue porque'R ador tnuniO so re L

pué' de todo, SI el estaur, . 1 d 1 plebe urbana- coniorma-l b' aptltudes mala es e a

-Como símbolo de as ajas. d 1 multitud y de los campos, yam-·enumo producto e a . _ d

basimultáncamente un g _ .d de la más pura e preslOn e esa' '1 a su hder, nacl o .ba partes encontraran en e

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supenbundancia de energía a la que Darwin -dice Ramos Mejía- atribuiríaun despertar tan salvaje como vital de las pasion s mfu; bravías.

Sea como fuere, la intervención de este autor en Rosas y su tiempo no es nimelancólica ni pasatista; contiene la pregunta dirigida al futuro acerca de unagobernabilidad que garantice los métodos más idóneos para que los estímuloséticos e intelectuales penetren en el ánimo de las multitudes argentinas. Em­pero, esta tarea se torna cada vez má dificultosa cuando observa la base deesa sociedad. Hacia ese "mundo de abajo" dedicó en los primeros años del nue­vo siglo un libro titulado Los simuladores del talento. En esta obra, las prácticas

mercantiles iguen siendo denunciadas como origen de decadencia; el dine­

ro aparece como enemigo de la sociedad, y aquí y allá se presentan juicios an­tisemitas ya reactivados en el discurso de 1880 en la estda de La France juive

de Drumond, y al fin de cuentas enhebrados con una multisecular tradición

hispánica.Pero si la denuncia del materialismo económico era ya un lugar más que

común, lo que sorprende es que Los simuladores del talento incluye una visión des­confiada de fenómenos arquctípicamente modernos, tales como el periodismoy la ampliación del mercado de lectores. Porque para Ramos Mejía, si bien es­te público goza ahora de las destrezas necesarias para tener acceso a la palabraescrita a partir de la difusión de la enseñanza pública, aquello que lee no es loque debería leer. Además, el diario Uunto con otras innovaciones como la fo­tografía y el cine) se le aparece como un producto dañino porque configura elmedio más eficaz de engaño y sugestión.

Cuando aborda por fin el tema de la si7mdarión, es evidente que aquellla­

mado de lena se nutre de la sospecha de que ante us ojos se e tá producien­do una temible escisión entre la apariencia y la esencia. Para todos estos males,la escritura ansiosa de Ramos l\/lejía concluye que al insoportable igualitarismo

de la vida moderna es preciso oponerle el aristocratismo nietzscheano, sobretodo cuando erifica la constitución en el seno de esa modernidad de un temi­

ble submundo marcado con estigmas de una diferencia excluyente, todo ellomanifestado con signos que no encuentran en Ramos Mejía a su hermeneuta.

Otra vez puede leerse en estos pasajes un formidable giro de sentidos respectodel amoposicionamiento de Sarmiento: si en el Facundo el intelectual se a·;ignael conocido rol de intérprete \ h'.'nneneuta, v esa capacidad ('.\ lo que fija el lí­mite entre la civilización y la barbari',', sesenta años después Ramos Mejía se en­cuentra frente a otro muro, no en los bañús del Zonda sino en !(1S paredes dela ciudad de Buenos Aires, y confiesa su impotencia para compren(j.,T esos men­sajes cifrados: "¿?\jo habéis observado en las paredes mil ;cignos t·.··travagantespero obedeciendo algunas vec('; a cierto melódico plan?".

Como ha sido señalado por Adrián Gordik ~. otros, la ciudad se torna caelavez más extrai'ia para los rniemhros ele Ll elile. La representación de la ciudad

E l_\ I'.RGk~"lllt'''''I.. "H'''·U''-

• .' <f S desconoció s,. ,'lentas y refuglO de 51,,,00 , ,"_

spacio e lransformaCl o SVI s de ti os desviad s, e ostnll~.otra lm'i_co¡1l0 . .....,bit de mulUlll les poh.l'l~~ R' P s Meiía la total inverslon del Vla

n1 a .. , , . beo en .uno. :,¡ 'gene've be porteI1<1. < ta ll11p . . s clesd . sus mismoS on .. le la Ir '1 1 ~lf'TcntlI10' . d" I 1-gen (1 naci naliclad n la u rra e e I ~abría insinuado en la Cluda, e a.jc d a os tiempOs func\,'lC1ona es se 'd I de aquella poblaCl n, cos-

eD e. 1 h teroO'enel aea tiC dentro de la abigarrac a e '" es donde el interés e po-'la hebrea· '," Es acio urbano entonc ., "

n .ta desde su Origen. P . idió v r la naClon .1110 poh,. . mo es "la ciudad que les Imp t de la clase dirigente.

I 'ünOtl , nchan el proyec one él ' 11 los puntos oscuros que ma ~ I . nto del horizonte es par-

EsaS s d hasta cubnr e conJu , s, !los nO lo in aden to o ' onjunción de misantrOpla Ye -

p ro SI e¿ lo 'a de Ramos Mejía muestra e aCción para este rincón della 1 ea f turo de gran na , '1

que ue le permite proyectar u~ ~ "1 iones en tornO de los mOVl espera

nza ~obre la base de un diagnostiCO sm I ~~ dudar de lo que ha se deno­planeta. e01asiado humanos de las masas. Al . efectOS de realidad, puede

oc.ulat~::la eficacia de lo simbólico p~~.rfia proqdu:c~:s símbolos adoptan ante lasmIO L B para ver I \Car .' y por

dar nuevamente a e on ndo se configuran en Imagene.s,:~ultitudes su forma más penet~nte.~':quienes lograron con frases rmdosas Ye'O los auténticos candu~to~e,s .an Slntánea de una idea en una imagen gran-

. colores la matenalizaClon msta binada con los elementos que elvo ejantes v com eZ

di a. Dotada de liderazgo~sem ~ ía Argentina del futuro como una m..--m dio nativo ofrece, es pOSible peosar tes aún en estado fluyente. Al r~:nltJr

ha a de sus diversos componen, ' I t raleza RamoS MC:jla en-cla provec 1ámbito de a na u -' . . 'ob esivamente este aporte hu~anoa rtada argumentativa para legltJmar en

e·ta vla una coa ' rgentmocucutra no obstante por s . . del mítico crisol de razas a .la ezcla poblacionallos efectOS POSltlVO~eda or suturar, y es el producido en-

Otro corte, pero esta vez temporal, q 'aPdel brusco Ysaludable contactOconsecuenCl T '

tre el pasado y su presente como.l

. I perfil nacional. Razonando a lo al~le,

E q ue amenaza con di mr e .' I "medio" argentlnocon 'tlrapa 'eele ser optimista. .el aut r ele Las multitudes argentmas pu de desierto se ha tornado en ue-

. . d ma pampa que· , . " con--el uevo idenuflca o con t , II "plasma O'ermll1atlVO , es

. la "raza", que ama '" , lite-rra ubérríma- es VlgoroSO , Y ," nto" ayudar con algo que esta

10 mome ' . dervad l 'a Corresponde a su prop ducacl'ón nor:ion(// auna a y. , ' M " . "con una eralmente en las man s de Ramos 1 elJdla. d nde ha de darse forma a las tenden-

. 'T lar el OJO e oesta le" qu permIta Imp , al". . men to naClon . , . les

cias ue deberán Epr el tempela . " 10 aenera por SI lazos SOCIaaClO economlCO r '" M" asaa eVldencia d que un esp l" na ionalista, Ramos eJla p,

I . rrida ape aClOn , h I pre-conducirá entonces a a recu . . . ' a qu realament, ra asta ed . l"tllrglapatnotlC '" ," lelas

revista lozmente a tO a esa 1 d' . nto de nacionahzaClon eI como proce lmle d 1 triasente la~ ceremonias esco ares . .' t ncia se \ '. habla e a pa ,

bhg·d.da Il1SIS h'masas: " 'islemáticamente y con o d 1 s cpis ios her icos d J l' lSto-de I bandera, de las glorias nacionales Y e o. .

1. E.L·11 f.\SO'CARTERÁN22

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ES EN l..Af\RGE TINA. 1880,191:\0

de lng nicco "",cá igualmen" eneuadmd. P cea"god., y módulo' deaná­li'" p' venicnle' de 'u fo,madón médica y, en "peóal, de 'u ,peeiali"dónen la> enfe,m dade; men",le,- Alcee.pi,"l., e;a r"" de m p,,!ucm""'" año¡l'lás tarde dirá: "En la universidad he cursado simultáneamente dos carreras,

qU' me pe""itieeon adqui'" nodon" de cienó ", fi'ico-naluca1e; y de denci",tt'édic _biológica" vocacion.lmen" cultivé 1" cienti" ,ociale; y no fui indife­«n

tea 1" 0'''''- E,pecialicé luego mi, "ludio, en palologia ne!Vio," Ymenlal,

vinc111ándome a su enseñanza en la Facultad de Medicina".EstaS nuevas adhesiones teóricas ocurrían junto con la adscripción de 1n-

geni«o, a nuevO' ",patio, in,ülucionalc>- Hacia 1899 abandona 'u mili",nciaen el Partido Socialista Ytres años más tarde renuncia a su afiliación defll1itiva­

mente (aunque siempre "votará socialista"), En 1900 obtiene el cargo de jefede clínica en el Servicio de Observación de Alienados de la policía de Buenos

Aires, cuya dirección desempeñará entre 1904 Y 1911, Ydesde 1907 dirige elInstituto de Criminología anexo a la penitenciaría nacional. También en 1900se hace cargo de la dirección de los Archivos de Criminalog

ía, Medicina Legal

y psiquiatría, donde permanecerá hasta 1913.Su concepción más perfilada respecto del análisis de la sociedad puede leer-

se en un artíCUlo de 1908 titulado "De la sociología como ciencia natural", queluego incorporó a sU libro Soeiologia argentina. Allí propone su proyecto cientí­fico, y por ende neutralmente valorativo: "( ... ) las opiniones expuestas a con­tinuación no pueden corresponder a las tendencias de ningún partido políti­co o de tal historiador. Una circunstancia de ese género no agregaría autoridada lo escrito. La interpretación de la experiencia social no ha sido nunca la nor­ma de la acción política colectiva, generalmente movida por pasiones e intere'ses de los que sólo pocos tienen conciencia; los historiadores suelen reflejar sussentimientoS personales o los de su grupa inmediato, supeditando a ellos loshechos, cuando no son desviados de la verdad por las naturales inclinacionesdel temperamento imaginativo". Asimismo, los cambios sociológicos suelen

operarse sin que las colectividades perciban el nuevo rumbo, de modo que losgrupos sociales son como "bajeles que marchan sin brújula", arrastrados porcorrientes que la conciencia social no conoce. De modo que para alcanzar di­cha objetividad es preciso independizarse de todo interés político, ya que enlas visiones así orientadas imperan las pasiones que obnubilan la verdad y danrienda suelta a la imaginación. Era una manera, por cierto, de demandar laautonomía del intelectual, estableciendo el corte nítido entre "el científico Yel

olítico".emás, la humanidad es una especie biológica que vive sobre la superfi-

cie d la Tierra luchando con otras especies por la supervivencia. y cada socie­ad es III agregado de individuos, dentro de la que se conforman grupOS que

,\ su vez también compiten, aun cuando poseen cierta homogeneidad de inte-

IDEAS ,1 'Uf. 'T24· ose.AR 'R..\N

na; oyen el himno y loe a I cantan y lo recitan ca ,-p y , o comentan a su modo con hecho . n ceno y ardores de cómica epo-da demuestra ' Icera mgenuidad v.. n como es de propicia la ed d " en su verba acciona-Sentimiento", a para echar la semilla de tan noble

Al final del p ... roceso educatIvo emer" ' , .que SUSt1tUlrá orgánicament 1 g~ra una autentica "multitud p l't' "d . e a ao-rupaclO .ti . 1 lcan eClr facciosas. Claro que no est"a' nes aro IClales y personalistas por

q

d ausente de e 'ue, e no ser así, "el día que la pI b sta preocupación el temor del' e e tenga hamb Ia orgamce sea implacable y lo . re, .a multitud socialista que

· s meneurs que I d' ..ejemplar de esa canalla virulencia ue I a lflJan representen el cabadodo para conjurar aquel ri s o d

qd o co~tamlDa todo". Se sabe de qué mo-

~du~~ción,Ramos Mejía ap~s:óYa l:ses:~:l~lre,ccióndel Consejo Nacional de[¡zaCion de las masas E pubhca como resorte de .. ra una apuesta . d' naClona-lo sostenía la confianza en que las . que m· Icaba que, a pesar de todo aún

Y

un pasIOnes patrióticas d' 'cauce a los males de la mod 'd d po lan ofrecer un dique

D' , I erDl aISClpU o de Ramos M" f ' .. eJla, ue Jase Ino-enie .

con may r Justeza la representació dI'" ros qUIen encarnó hasta 1910mer momento en el que prod' n e mtelectual positivista. Lueo-o de un p '-

. uJo un cruce de na 1" " ." nzante y moderDlsmo literario (la' tura lsmo, sOCIalIsmo anarqui-do L epoca en que edita 1897 '

ugon s el periódico La Monta _ ),. en Junto con Leopol-positivista hacia 1900. na , mgresa en su período más estrictamente

En su caso el· ' encuentro de estas .xlsmo . . nOCIones evoluc" .. economlClsta prod "_ '" lomstas con las del. UCira una smtesls 1 . mar-nomzsmo. De Spencer adopta '1 . que ngemeros denominará b'si ra o que conSideral' zoeco-

stema, a los que enumera' "la e .. as nOCiones fundamentales delto I .' < • xpenenCla empí' d ", as sensacIOnes son I " nca etermma el cono' .d _. re atlvas y constitu e I b Clmlen-

ad es UDlca, todo fenómeno re'p d y n a ase del pensamiento, la reali-["d :s on e a un d t ..

rea I ad evoluciona permanentemente N' e ermmlsmo riguroso, todá lado: la unidad de lo real (monism) . OCianes que podemos traducir dicien-DlS ) o se transforma .mo por causas naturales (det .. lDcesantemente (evolucio-1'0 d' e ermmlsmo)" Pero d d• -a lJerencia del resto de los '.1 . a o que los seres huma-s b " . aDlma es- pr du slstenCla, puede concluir que "la . d o ucen sus propios medios dede l'y b' l' . s sacie ades hun .e e 10 oglCas especiales qu I unas evolUCIonan dentroras, esta lectura bi log"ista de ia ~ Isodndas I~yes económicas". De todas mane-w' . rea I a sOCIal e t'

mIsmo. Nociones como las de "raza" "med' "s~, penetrada por el sociodar-vencla de lo más aptos" eran tras lant~ , 1,0 o lucha por la vida y ~upervi­veces visiones racialistas Esto es nP t . das al amblto social y producían muchaspe' .. o ano en Ingen"" nsamICnt e nsidera que en la s . d d' leras, que en esta etapa de suJusta selectividad rnediante "un traOb

Cle ~ lmpe.ran esas 1 yes que realizan unalos más fuertes" aJo e ehmmación de I s más d 'b"1. e I es por

Pero además de stas coord d .ena as blOeconom"·t 1 .IS as, a mirada sociolóo-ica"

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27

¡11iel1tO

ha sido progresivo, puesto que ha operado un auténtico proceso de

7.3-"blanqueamiento" de la soci dad, y a lIo ha contribuido muy favorablemente

el proce o inmigratorio-Como se ha dicho, la variable biologista va a ser cruzada con una lectura

eColl

micista de la sociedad, fundada esta última en la lectura del marxista ita­lianO Achill

eLoria para producir esa supuesta sín tesis del bioeconomis

mo, Fiel

al mito de la grandeza argentina, Ingenieros considera que también en este as·pect

Oel país ha sellado un pacto con el destino, ya que la feracidad del medio

argentino posibilita una enorme producción de bienes agropecuarios, a los quese les añadirían en poco tiempo los provenientes de una industria todavía inci­piente. y s gún un esquema que cree en la transparencia de las relaciones en­tre ec nomía y política, pronostica que ese desarrollo productivo definirá clases

sociales diferenciadas, las que a su vez colocarán las condiciones de posibilidadpara un funcionamiento político moderno. Prosiguiendo así el etapismo alber­díano, se habilita como legítimo el pasaje de la economía a la sociedad y de és­

ta a la olítica, en el interior de un proceso gradualista que imagina como pun­to de llegada la liquidación de la "política criolla", esto es, del mismo fantasmaque atormentaba al Partido Socialista cuando observaba una cultura políticadonde los ciudadanos eran cooptados por relaciones clientelares Yliderazgoscarismáticos en lugar de serlo por programas de ideas y principios claramente

argumentados.Eliminadas esas trabas, la Argentina sería sede de un proyecto imperialista,

Para contextualizar estas afirmaciones, debe tenerse en cuenta que entonces elcon epto de "imperialismo" estaba apenas en formación Yque, además, se con­sideraba que el expansionismo obedecía a inexorables leyes objetivas, Estascreencias eran auténticas convicciones de época que abarcaban desde los sec­

tores nacionalistas Yliberales hasta algunos socialistaS, Yque en general girabansobre argumentos de distinto nivel; podían hablar tantO de "la responsabilidaddel hombre blanco" a lo Kipling (esto es, la "misión" de tutelar a las demás ra­zas), así como de que sólo las naciones capaces de convertirse en imperios re­

sultarían finalmente viables. Max Weber expresaba por ejemplo en 1897 queúni amente la falta de visión política o el optimismo ingenuo podían ignorar

I inexorable expansionismo burgués y el desenlace necesariamente violento

ara el que era menester prepararse,Desde esta parte del mundo, apoyándose en lo que considera atributos po-

sitivos de 1- Argentina (su riqueza creciente, su clima templado)' SUs núcleosde pobla ión blanca), Ingenieros sostiell': r¡ue este país puede aspirar a un li­de zgo emejanle I estadounidense en el sur d ·1 continente. No obstante, elimperi:l!ismo ima rinado por Ingenieros se ca cteri'. OIrá por un expansionismo

e encia[¡nente pacífico, difu.or de la civilizaci -11.

de estos supuestOs, el discurso positivista ele lngeniel-os inLervenclrá en

IOE.;\S E h iELECrUALES F. LA ARG L TINA, Itl8ü-198üOS' TERÁN

r' es. ere n i, s y :lspiraciones. De ser así, inclus .. -manos actuale debían ele . '.' los ancestlos de los ser s hu-

VIVIl n SOCl dad por . Icluiría todo hipotético 11 trat s . 1" E _, natura za, con lo cual se "ex-

. Gil ' sto ultimo e f dmuestra que el positivi '1110 ma t _ " . un amen tal, puesto que

_ ' nema tina relaclOn ca fl " 'mo. Mas de una vez, en efecto l' n I tl\a con I hberalis-

, ' ngel1leros e va a op "d .tnple dogma ele la Revolución F ,oner esele la Ciencia" al

rancesa, A la !Jbertad l'tra que en el unive o impel--ll - 'el d ,porque a Ciencia mues-

, In nal o eterm" Al'el darwinismo señala con ev'd ,b mIsmo, a Iguald d, dado que_ el I enCJas que los organismo "In ole son naturalmeJl"e de ' I s vlVlent s de cualquier

L signa es y que esas d . ' Idcan el triunfo de unos )' el f d' cSlgua ades son las que expli-

racaso e otros en d ' ,la fraternidad está asimismo d 'd su a aptaclOn al medio. Por fin. esmenu a porq , '1m era es la lucha por la s ,. ue entre esos Individuos 10 que

uperv1VenCla,En una recurrida traslación del d ". arW1DISmO a lo s . I 1 '

que las SOCiedades luchan p d OCIa, ngemeros sostieneor a aptarse al m d'

rogéneo, ello determina varied dIe 10, y como ese medio es hete-o _ a es en a conformac' - d

mllyendose razas distintas y desiau lEs' _ IOn e esos grupos, cons-_ b a es, . ta nOClon re' I l'

construyendose desde med' d d . mlle a a Jlología, vienela s el SIglo XD< yav I I ' ,

LO es, las versiones que con 'd ' a a as pOSICiones racis las es-, . SI eran que ,Iste una cor' d ' . '

caractenstlcas somáticas y ca 'd d . respon enCla estncta entrepaCl a es In telectnal I

establecen unaJ'erarquía entre _ es y mora es, y de tal modorazas mas y mende funciones. os aptas para determinado tipo

Empero, tanto en Ingenieros como en otrmo argentino (incluso en I ' os representantes del positivis-

, , e caso extremo de Carlos O 'tran relatlvlzaciones al carácte _ 'd ctavlO Bunge) se encuen·

. r ngl amente det .'mediante postulados dell k.i ermInlsta de la base genética

amarc smo sobre la h d b' ' 'adquiridos, Era un modo de at 'b ' I ,ere a Ihdad de los cameleres

n ulr es eficaCia al d'cultura para modificar lo dad me 10 y a la capacidad de la'1 o, una manera de segu' dh 'dlustrado incorporado po I l' , Ir a en o al proaramar as elles argentlnas d I -' I <:>que a través de la educacio'n d die slg o XIX, con la consigna de

, es e os letrados h ' IbUlrlas de una serie de sab I aCla as masas era posible im-

eres y va ores con la final" d d d 'greso y también la gobernabilidad, I a e garantizar el pro-

Sobre estas bases Ingenieros elaborará ' _.ción. En "La formación de una '. su dlagnostlco y su proyecto de na-

· , . raza argentma", sostien 'C1plO c1lgunas causas principales I f ' , e que operaron en pnn-

· 'l' , , en a con ormaClon d d' hCIVl IzaClOn de las sociedad'-' l' e IC a raza: la desigual, es lIle ¡aenas y I d lsigualdad del medio físi o e d b

d.. uego e as conquistadoras, y la de-

d ' n on e V1Vleron En el d -l~O el má' feliz resultado deb'd "1 ',norte e America se pro-bl' ' loa a xcelenCJa" ,ancas l1lmigradas el clima . , etmca y SOCIal de las razas

, propiCIO a 'u ada t' . - .las de color", En la Lona tropl'c'

cId Am _ . p aCJon y su no mestlzación con

. el e enca del S - h .s cucnClas, m ien tras que en la t I 1 UI se an dado las pe res con-

· ' em p <le a a la qbien existieron núcleo' numeros(), de a : ... 'f ue pertenece la A,rg· nlina, si

_ '. l' z<ls In enores (mellas neo'/' si', <:> ' • e cru-

Page 7: Unidad 05 Teran Oscar Ideas e Intelectuales en Argentina

28 oseAR TERiÍu'l

la "querella por la nacionalidad", es decir, en la reflexión acerca de la nación yde su identidad colectiva. Como en tantas partes del mundo (y no sólo en lasnaciones "nuevas"), se observa una ofensiva del nacionalismo culturalista ("unanación, una cultura") contra el hasta entonces dominante nacionalismo políti­co ("una nación, una Constitución"), cuestión que en la Argentina se halla so­bredeterminada por la notable cantidad de extranjeros respecto de la pobla­ción nativa. Actuando tal vez como vocero de los recién llegados, y a diferenciade otros in telectuales con linaje criollo del mamen to -como Miguel Cané oErnesto Quesada-, la nación de Ingenieros no está en el pasado sino en el por­venir. Y si esto es así se debe a que, a partir de la mezcla que se está producien­do con el aporte extranjero, en un futuro aún indeterminado surgirá una nue­va "raza" que definirá el tipo argentino.

Mientras ese futuro llega, la clase gobernante debe entender que, ante losconflictos que se producen en el mundo del trabajo, no tiene que instrumen­tarse una política coercitiva sino consensual. Para ello debe atenderse a la edu­cación de la clase obrera y al mejoramiento de sus condiciones de vida, dadoque --escribe Ingeni r s- "la retórica antiburguesa y dinamitera es el platofavorito de las multitudes descontentas". Piensa asimismo que cuanto más civi­lizada es una ociedad, más se desarrolla la solidaridad social. Un episodio don­de crey' encontrar las condiciones propicias para este tipo de propuestas fueel proyecto de ley de reforma laboral planteado por Joaquín V. González. Poreso Ingenieros lo saluda como uno de los "más osados reformadores del pre­sente sigl ". Su aprobación, agrega, prácticamente realizaría el programa mí­nimo del Partido Socialista Argentino. No es difícil ver aquí a Ingenieros en elmismo terreno de un reformista liberal como González.

Por fin, el modelo de sociedad que Ingenieros imagina consta de tres sec­tores. En la cima, las minorías poseedoras de ideales y del saber científico, en­

cargadas de liderar los cambios sociales; luego las multitudes honestas, produc­tivas y mediocres, auténticos baluartes del orden, y ambas separadas de los

márgenes donde pululan los sujetos de la locura y e! delito (a veces en las ve­cindades del anarquismo terrorista). De ese mod la nave de la argentinidad-piensa Ingenieros- puede lanzarse hacia un puerto de grandeza que la tor­na excepcional dentro del contexto latinoamericano.

Estos discursos encuadrados dentro de matrices fundamentalmente positi­

vistas mantendrán su vigor hasta el año del Centenario. En la segunda décadadel siglo, perderá la hegemonía dentro del campo inte! tua!' Yen rigor, ya lapublicación de El homb-re mediocre, en 1913, implicaba un cambio en las orienta­ciones intelectuales deJosé Ingenieros y un síntoma revelador de un ascenden­te nuevo clima de ideas.