una experiencia terrorífica

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Crónica

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Nombre: Csar Gonzlez

Csar Gonzlez Carrera: Cine Asignatura: Tecnologa & Sociedad Profesor: Francisco VelosoUna Experiencia TerrorficaAbelardo tiene 85 aos. Naci el ao 1929 y el telfono haba llegado hace bastante tiempo a Chile (hacia 1880), pero hacia esa poca recin comenzaba a masificarse y no todos podan tener acceso a l. De hecho cuando el revolucionario aparato llega al pas solo existan alrededor de 30 suscriptores.Haban pasado ya algunos aos desde que Antonio Meucci inventara el teletrfono y que Alexander Graham Bell se llevara todos los crditos por tener la ocurrencia de patentarlo. Pero en los profundos recuerdos de Abelardo, los episodios de infancia se vuelven difusos y comienzan a perderse en una maraa de ideas, olvidos varios y se respaldan en una inquebrantable voluntad por hablar poco. En esa poca vivan en Pudahuel, es todo lo que recuerda de su contexto. En ese tiempo, eran los grandes, los adultos, quienes hablaban por telfono y como en la casa no haba una multitud de personas y por ende, carecan de parientes lejanos con los cuales hablar, no se haca muy necesario.En algn punto de su infancia, 10 o 12 aos es cuando por primera vez su madre lo puso frente a un auricular. Algo tardamente como podramos pensar, considerando que actualmente las madres no dudan en acercarle un telfono celular a un beb apenas tiene la oportunidad de llorar, para que entre sonrisas y balbuceos babosos, los infantes suelten un par de monoslabos para el deleite del interlocutor al otro lado de la lnea.

No hay mucha claridad de con quin estaba hablando ni por qu razn, pero lo que recuerda con claridad es el terror. No hubo asombro, no hubo curiosidad, hubo terror al escuchar la voz distorsionada de otra persona saliendo de un aparato como ese y ms an cuando las seales de esa poca eran precarias y la voz pareca distorsionarse en chicharreos producidos por la distancia. El muchacho regal una cara de susto, como si hubiese visto un fantasma y se larg a llorar, devolviendo el extrao aparato a su madre (probablemente nuestro individuo haya tenido menos de 10 o 12 aos).

Desde entonces los telfonos han sido un tema aparte a la hora de comunicarse. Si bien el aludido en esta crnica ya habla poco frente a otras personas, el hablar por este aparato se volvi siempre un problema y su uso se limitaba a lo que era justo y necesario. Abelardo es lo ms parecido a un abuelo que tengo y las veces que he conversado con l he notado su aversin a las telecomunicaciones, siempre lo justo y necesario como si su contacto con el auricular le restara minutos de vida. Actualmente Abelardo tiene un celular, que su nieta le oblig a usar para saber cmo y dnde se encontraba. Para ir a buscar al muerto si es que me llega a pasar algo como dice l.