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  • 8/18/2019 Un Movimiento y Su Contexto

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    EspiralUniversidad de [email protected]

     SSN (Versión impresa): 1665-0565MÉXICO

    1999

    Jorge Alonso

    UN MOVIMIENTO Y SU CONTEXTO

    Espiral, septiembre-diciembre, año/vol. VI, número 016

    Universidad de Guadalajara

    Guadalajara, México

    pp. 9-55

    Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

    Universidad Autónoma del Estado de México

     

    mailto:[email protected]://redalyc.uaemex.mx/mailto:[email protected]

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    Un movimientoy su contexto

     Es Investigador del CIESAS,Occidente

    [email protected]

    Va rios procesos int erconecta dos y en ma rcha

    se desa rrolla ba n en el vera no del present e

    año.1 La coyunt ura se ca ra cter izaba por di-

    versos int ent os de const ru cción de conver -

    gencias democrá ticas y d e profundiza ción de

    divergencia s en cua nt o al proyecto de na ción.

    E nt re esos procesos dest a caba el movimien-to estudia nt i l.

    I El contexto

    Modelo económico excluyente

    Los es t ra gos q ue la pol ít ica neol ibera l ha

    caus a do en la pobla ción mexica na son cad adía má s lacera nt es. No obsta nte, el P residen-

    t e Zedillo censuró a qu ienes, a un desde den-

    tro de su mismo part ido, ha n a firma do que la

    Editorial

     JORGE ALONSO

    9E sp i r a l  , Estudios sobre Estado y Sociedad Vol. VI. No.16    Septiembre / Diciembre de 1999

    1 Los datos tenidos en cuenta para esteescrito llegan hasta el 30 de septiembre de1999. La mayoría de ellos se pueden consul-tar en la siguiente dirección electrónica:http://www.geocites.com/baja/mesa/9813.

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     JORGE ALONSO

    pobreza de hoy es el resulta do de la s políticas n eolibera les.

    H a emprendido una cruza da en defensa del modelo económi-

    co. No tiene en cuent a ni ligera s a ut ocrít ica s de orga nismosmultilat erales que a punta n q ue sus a poyos a l gobierno mexi-

    can o en los últimos a ños no logra ron mejora r los niveles de

    vida de la pobla ción.

    Como una medida que impida sobresalt os a los inversio-

    nista s en la coyuntura del ca mbio sexena l, Zedillo ideó lo que

    llamó un “blinda je” económico. Acordó con orga nism os inter-

    na ciona les un a poyo fina nciero de 23 mil 700 millones de

    dólar es. De inmedia to , comenta r ista s cr í t icos a dvir t ieronque a lgo a nda ría ma l en el modelo si necesita ba ese blinda -

    je. P a ra colmo, dichos compr omisos los hizo el gobierno a es-

    palda s de la población. La s exigencia s externa s va n en el

    sent ido de las priva t iza ciones. En un document o discreto del

    B a nco Mundia l se insta a l gobierno mexica no a privat izar el

    sect or eléct rico y a a celera r el ritm o del ca pita l priva do en

    rubros como puert os, ferroca rr iles, a eropuert os y comunica -

    ciones. Ta mbién insta a desincorpora r la indust ria petr olera .

    P ersisten exigencias en cua nt o a la priva tiza ción de la edu-

    cación superior. The Fi nancial Ti mes  seña ló qu e el blinda je

    era una medida exa gera da . Si sólo se tiene en cuent a el mon-

    to rela tivo al vencimient o de deuda s en la coyunt ura de la

    sucesión, eso es cierto (ba st a ría con once mil 700 millones de

    dóla res). P ero el gobierno t iene ot ra s ra zones pa ra el nuevo

    endeuda miento. Quiere tener dinero fresco para ma nt ener al

    P RI en el poder. A media dos de a gost o, el S ecreta rio de Ha -

    cienda declaró que los beneficios del crecimiento macroeco-

    nómico llega ba n t odos los día s a los bolsillos de los m exica-

    nos. Lo refut a ron l íderes empresa ria les, l íderes obreros y

    a un a na lista s económicos del sector priva do. Un a muestr a de

    ese desa cuerdo se basa ba en que la cifra de los empleos crea -

    dos dista ba mucho de la meta progra ma da .

    Según últ imos da tos, la desigua lda d mund ial es preocu-

    pan te. U n 20% de la población m á s r ica de la huma nida d

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    cons um e el 86% de t odos los bien es y serv icios, cua nd o en

    1970 era del 70%. P ero esa desigua lda d en México es a terra -

    dora . La fort una de sólo siete mexica nos equiva le a 5% delP IB y a sciende a 20,400 millones de dólar es. H a bría q ue añ a -

    dir q ue esa s fort un a s son de reciente crea ción: se hicieron

    a l am par o del sa linismo. Los dat os oficiales, ta nt o del B a nco

    Mund ia l como del FMI , revela n q ue el porcent a je de mexi-

    ca nos que vive en la pobreza se ha increment a do. Má s de la

    mita d rur a l vive en la pobreza . Cua tr o de cinco indígena s son

    extr emada mente pobres. Según cifra s del INE G I, en Chia -

    pa s, dos tercera s pa rt es de la población indígena no tienenempleo. Y de los q ue sí lo t ienen, la m ita d n o percibe sa la -

    rio. P a ra colmo, los q ue reciben sa lar io no llega n a la ca nt i-

    da d del sa la rio mínimo. U n inform e de desar rollo ela bora do

    por la ONU indica qu e México se encuentr a en el luga r 50,

    por deba jo de Chile, Argentina , Ur ugua y y C osta Rica . La

    Comisión E conómica par a América La tina (CE P AL) a firma

    que las política s dirigida s a l ca mpo mexica no en los últ imos

    a ños ha n a rroja do un result a do nega t ivo en el empleo y en

    el ingreso fa milia r, por lo que la pobreza rur a l se ha elevado

    y los indicadores socia les muestr a n un deterioro. Ent re 1987

    y 1997, el cost o de la can a st a bá sica en México (qu e inclu-

    ye 35 a rt ículos d e consu mo bá sico) a um ent ó en 1,435%,

    mient ra s el sa la rio mín imo sólo lo hizo en 308%. S i en 1987,

    con un sa la rio mínim o se a lca nza ba a compra r el 94% de la

    ca na sta básica , diez a ños después sólo a lca nza ba para una

    cua rta part e de dicha ca na sta . La m exica na es una econo-

    mía que, por un a pa rt e, produce muchos pobres y, por otra ,

    concent ra recursos en pocas ma nos.

    P ese a los reveses, el discurso priva t iza dor guberna men-

    ta l no cede. Se le dijo a la población q ue se vendían la s empre-

    sa s pública s par a a tender dema nda s sociales, y lo que ha cre-

    cido es la pobreza. C a si la mita d de la población m exica na

    está sumida en la pobreza. E sos mexica nos, a l margen de que

    en los próximos veinte a ños tendrá n q ue paga r sus conse-

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     JORGE ALONSO

    cuencias , se podría n pregun t a r si los enorm es recurs os que

    implicó el Fobaproa a tendieron a lguna s de sus dema nda s.

    Ta mbién podría n inda ga r si el resca te ca rretero los a livió, sila reducción del presupuesto educat ivo los beneficia en a lgo.

    Los tecnócra ta s nun ca se pla nt ean que el blinda je que Méxi-

    co necesita es socia l.

    El robo del siglo

    La s secuelas del Fobaproa ha n propiciado que muchos secto-

    res en México conver ja n en cont ra de est e despojo y q ue sea honden las divergencia s en cua nt o a los usos y cost umbr es

    en el ma nejo de las f ina nza s. La socieda d mexica na sigue

    siendo expolia da por el pa rt ido de E sta do. A pesa r de que se

    ha bía dicho que el Foba proa serviría para sa near el sistema

    ba ncario, toda vía no se a ca ba ba n de exa mina r sus irregula -

    rida des cua ndo ya se tenía que volver a sa lva r a otr o ba nco,

    el S erfin. Es t a inst itución fina nciera , ent re 1992 y 1994, en-

    tr egó ilegalmente m iles de t a rjeta s de crédito interna ciona -

    les a milita nt es y simpat izant es del P RI. Aumentó a 85,500

    millones de dólar es el resca te ba ncario. Se puso en evidencia

    la inut ilidad d el sa lvament o a nt erior. El presupuesto an ua l

    de la U NAM es menos de la mit a d de lo que se decidió inver-

    t ir pa ra salvar a Serfin .

    Tuvo luga r otr o episodio que reveló que det rá s de la s ope-

    ra ciones del Fobaproa se ha escondido una gra n confa bula -

    ción ent re ba nq ueros y funciona rios en detr iment o de los in-

    tereses de la n a ción. E n el curso de la a uditoría a l Foba proa ,

    solicita da por los diput a dos, el P AN ret omó las a cusa ciones

    que ha cía u n a ño había hecho el P RD sobre los dona t ivos

    irregulares a l P RI. C omo el gobierno se negó a da r la infor-

    ma ción del Ba nco U nión a l audit or, un diputa do panista le

    hizo llega r copia de document os en los que se demost ra ba la

    tr a nsferencia ilegal de recursos ba ncarios a l part ido de Est a -

    do. E sos document os proba ba n el fra ude que el P RI y el go-

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    EDITORIAL   No.16

    bierno ha bía n comet ido con el Foba proa. E n la elección de

    1994, no sólo hubo inequ ida d, como reconociera Zedillo, sino

    esta fa . Se estima que sólo el B a nco U nión a port ó ilegalment eentre 30 y 70 mil lones de dólares a la ca mpa ña pri ís ta de

    1994. Ant e esta s revelaciones, el grupo en el poder se compor-

    tó como ma fia. E l gobierno rea ccionó a mena za ndo a l legisla -

    dor inform a nt e con enca rcela rlo. Ocho pa rt idos (cua t ro con

    viejo registro –PAN, P RD , P T y P VE M– má s cua t ro de nue-

    va creación) se unieron pa ra repudiar esa a menaza . Frente

    a los reclam os de justicia, legalida d y tra nspar encia que ha ce

    la s ociedad mexica na , el gobierno responde con a mena za s ypresiones en cont ra de dirigent es políticos y de represent a n-

    t es popula res. A la disposición inm ora l e i lega l de recur -

    sos pa ra la ca mpa ña presidencia l de 1994 que involucra a l

    Foba proa , se a ña de el encubrimient o inmora l e ilegal q ue ha

    hecho del P resident e por m edio de la Secreta ría s de H a cien-

    da y de G oberna ción para ma ntener en la impunidad un sa -

    qu eo sin precedent es.

    El PRD y el P AN ha n coincidido en denunciar que el gobier-no y su pa rt ido, el P RI, r ecibieron dinero ilega l en la ca mpa -

    ña presidencial de 1994. Ca ba l P eniche, quien era el principa l

    dueño del B a nco Unión y a hora se encuentra preso en Austra lia

    por el fra ude a ese banco, ha reconocido que pa só 15 millones

    de dólares pa ra a poya r la ca mpaña de Colosio, cinco má s cua n-

    do Zedillo entró a l relevo de la candida tura , y cinco para la cam-

    paña ta ba squeña de Madra zo. Est e polít ico cínica mente ha

    ra tifica do esa informa ción. Ca ba l creó empresas fa nt a sma s a

    tr a vés de la s cua les derivó dona tivos a l PRI. P or su part e, G e-

    ra rdo de P revoisin ent regó, de una empresa esta ta l, 8 millo-

    nes de dólares para esas ca mpañ a s. Ha y indicios a demás de

    nexos del na rcotrá fico en recursos de la ca mpa ña del PRI. Los

    par tidos opositores ha n dema nda do que el par tido de E sta do

    devuelva el dinero ma l ha bido. El P RI se ha nega do.

    E l informe del a udit or de Foba proa concluyó que el resca -

    te ba ncario en México se ha bía convert ido en una de las ope-

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     JORGE ALONSO

    ra ciones de salva mento fina nciero má s cara s del mundo. Eso

    fue a tr ibuido a errores de las insta ncia s guberna menta les

    enca rga da s del proceso, quienes a plica ron una política equi-voca da a l ma nt ener en opera ción inst i tuciones de crédi to

    invia bles. La a udit oría duró seis meses y costó 20 millones de

    dóla res. La qu iebra del sist ema fina nciero fue consecuencia

    de la a plica ción de una política ba sa da en la venta a presura -

    da de los ba ncos con fines políticos, a la a usencia de vigila n-

    cia oficia l sobre el funciona mient o de la ba nca y a la crisis

    fina nciera de 1995, producto de una política a vent urera del

    gobierno. La ba nca fue ent regada a grupos liga dos a l PR I conel propósito de crea r un sistema fina nciero vincula do a la s

    a ctividades política s. Se ha da do la pa ra doja de gran des deu-

    dores beneficiad os, mient ra s una gra n can tida d de gent e se

    encuentra enca dena da a deuda s que en su t iempo fueron

    pequeña s, pero que se ha n ido ha ciendo impaga bles.

     El auditor, el cana diense Mackey, aceptó que el report e no

    llega ba a fondo porq ue no hubo coopera ción oficia l pa ra da r

    los da t os req ueridos. La s rest ricciones fueron m ucho má s

    gra ves de lo que en un principio el a uditor se ha bía ima gina -

    do. El gobierno se cerró par a evita r q ue salieran a la luz sus

    ma los ma nejos. U n gobierno que obsta cul izó la a udi tor ía

    ha sta el último momento revela que fa lta a lo principa l de la

    democra cia: el da r cuenta s. Las má s a lta s a utorida des incu-

    rrieron en errores gra ves. Al int enta r meter a toda prisa a la

    economía mexica na a las regla s del merca do int erna ciona l

    no quisieron q uita r los gra ndes obstá culos: la corrupción y el

    a ut orita rismo. Se t ra tó de un populismo al r evés, que sólo

    benefició a unos cua nt os ricos. La primera na ciona liza ción de

    la ba nca quedó ma l hecha . La pr iva t ización ba nca r ia fue

    peor, llena de corrupción: se vendió a individuos sin experien-

    cia y sin gara nt ías. E l gobierno, que a toda h ora le receta a la

    socieda d el sometimiento a la economía de merca do, protegió

    de las inclemencias del merca do a sujetos ineptos y vora ces,

    porq ue era n sus cómplices. El a udit or consideró que la crisis

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    ban ca ria pudo ha ber sido menor, que el resca te instrum enta -

    do fue ta rdío e inoport uno, y que ma nt ener con vida a ba ncos

    quebra dos ha bía resulta do más costoso que cerra rlos. El in-forme hizo una a precia ción severa sobre el sistema ba ncario,

    su evolución y el pa pel del gobierno como expropiador, priva -

    tiza dor, vigilan te y resca ta dor de bancos. E l document o fue la

    punta de un iceberg a l que la oposición h a intenta do busca r

    su verdadera dimensión. H a y impunidad y cinismo por pa rte

    del gobierno zedillista .

    La int erpreta ción q ue el gobierno hizo sobre el inform e

    Ma ckey fue que la s irregula rida des report a da s no eran dig-na s de toma rse en cuent a . No obsta nt e, la oposición, con ba se

    en el mismo document o, ha sostenido que la a ctu a ción del

    gobierno no sólo fue ma la, sino pésima , y q ue la cua nt ía de

    opera ciones reporta da s resulta gra ve. Mient ra s pa ra el go-

    bierno lo sucio en Fobapr oa sólo llegaba a l 1%, pa ra la oposi-

    ción a scendía a l 35%. Y se acla ró que un a investiga ción a fon-

    do a rroja ría una proporción ma yor de irregula rida des. Los

    diputa dos opositores denun cia ron que el gobierno ha bía in -

    venta do mucha s just ifica ciones inacepta bles par a no da r la

    informa ción completa a l audit or. Al no reconocer q ue los ba n-

    cos podían quebra r, le pa só toda la cuenta a los cont ribuyen-

    tes. El P RD ha insist ido en juicio político en cont ra del Secre-

    ta rio de Ha cienda y el P residente del B a nco de México por la s

    irregula rida des cometida s en el resca te ba ncar io. A fina les de

    julio, el P AN y el P RD promovieron una cont roversia const i-

    tu ciona l en cont ra del E jecut ivo por su nega tiva a da r infor-

    ma ción sobre el fideicomiso del P RI en B a nca U nión. Los di-

    puta dos del P AN y del P RD sostuvieron que el gobierno fede-

    ra l ha mostra do una total a usencia de voluntad para llevar a

    buen término las a uditorías.

    La política fina nciera ha sido puesta en el banquillo. Hubo

    da nza de millones, muchos beneficia dos y pocos cas t iga dos.

    La ba nca resca ta da está en condiciones preca rias y no es un

    motor del desa rrollo. P ese a t odo lo que ha cost a do el resca te

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     JORGE ALONSO

    ba nca rio, el sect or fina nciero mexican o sigue siendo de a lto

    riesgo para la economía. S e prevé que puede volver a esta lla r

    pront o. El gobierno se esfuerza pa ra qu e la nueva crisis noa pa rezca en el proceso electora l presidencia l. Est e episodio

    ha revelado la ma nera como el poder económico y político se

    anudan inextricablemente.

    Un partido de Estado que busca perpetuarse

    y una oposición que intenta unificarse para

    buscar una transición a la democracia

    En el part ido de Est a do han a parecido cua tro preca ndidat os

    tra s la nominación de la ca ndidatura priísta a la P residencia

    de la República . Se considera que en los comicios int ernos del

    P RI ha brá simulación de democra cia . Cierta mente ha y un

    candidato oficial, el antiguo Secretario de Gobernación; pero

    se ha encont ra do con un reta dor a uda z, Madra zo. Empresa-

    rios y dirigent es priíst a s prefieren prender vela s a los dos.

    E nt re los cua tr o preca ndida tos, dos no tienen posibilidades.

    Se tr a ta del ex goberna dor de P uebla, B a rtlett, y Roque Villa-

    nueva , quien cua ndo encabeza ba la f ra cción pri ís t a en la

    Cá ma ra de Diput a dos hizo un gest o obsceno cuan do logró el

    increment o de un impuesto qu e afect a a toda la pobla ción,

    con el que indica ba que a esa población q ue se oponía a dicho

    impuesto la ha bía violent a do ma chista mente. Tres de estos

    preca ndida tos ha n sido seña lados como persona jes que ha n

    tenido nexos con el na rcotr á fico. La ba st ida , pese a l a poyo

    oficialista , por sus errores, fa lta de ca risma , y porq ue se la ha

    pas a do en la defensa , no ha podido ha cer que su ca mpa ña

    crezca . Lo a poya la cúpula de su pa rt ido. Ma dra zo, corrupto

    y a rroja do, ost enta como méritos el ha berse opuesto al P re-

    sident e y ha berlo vencido en repet ida s ocasiones: cua ndo

    Zedillo lo qu iso qu ita r de goberna dor y no pudo; cua ndo pre-

    t endió impedir q ue hiciera uso de recurs os públicos pa ra

    promoverse persona lment e y t a mpoco lo logró; y cua ndo in-

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    tent ó obsta cul iza r le la preca ndida tu ra , cosa que ta mpoco

    consiguió. Fina lment e, ta mbién hubo fra ca so cua ndo inút il-

    mente se hizo el esfuerzo por q uita rle su lema de ca mpa ña .Ma dra zo ha ut ilizado un lengua je opositor. H a tenido en su

    a poyo recursos de import a nt es políticos mexica nos, a demá s

    de dineros de oscura procedencia . Tiene la simpa t ía de mu-

    chos priísta s de ba se. En la s encuesta s ha ma nt enido a lta s

    preferencias. H a bría q ue apunt a r q ue se ha pronuncia do en

    cont ra de los za pat ista s y del movimient o universita rio de la

    U NAM. La ba stida coincide con él en esto. La pugna entre

    estos dos cont endient es ha llegado a tonos t a les que la cúpulapriísta temía rupt ura s. Tuvo que ha cer va rios llam a mientos

    a la unidad.

    La dos ca dena s televisivas se han puesto al servicio de la s

    ca ndida tu ra s priísta s, pues temen que un tr iunfo opositor

    implique el que salga a flot e una tela ra ña de complicida des.

    P or eso mismo, a provecha ndo el asesina t o de un cómico del

    ca na l 13, mont a ron t ra nsmisiones con la s que intenta ba n

    lincha r a l gobierno del Dist rito Federa l encabeza do por C á r-

    dena s y deja ba n de lado a los responsa bles del gobierno fede-

    ra l. P ront o a pa recieron los nexos del cómico con el na rcot rá -

    fico y la prot ección q ue recibía por par t e de la S ecreta ría de

    G oberna ción. E l episodio reveló que la s t elevisoras está n dis-

    puesta s a impedir que llegue un gobierno opositor. Y dejó cla -

    ro que los medios electrónicos no responden a nt e na die de

    sus a ctos ilega les.

    En la C á ma ra de Diputa dos , la ma yor ía opositora sa có

    a delan te la a proba ción de una reforma elect ora l que flexibi-

    lizaba la s coa liciones, ponía má s cuida do en la fiscaliza ción

    de los dineros de los pa rt idos y permit ía el vot o de los mexi-

    ca nos en el extr a njero. No obsta nt e, la m a yoría priísta en la

    Cá ma ra de Senadores echó a trá s esos a va nces. Sin reforma s,

    el P RI podrá seguir haciendo ga la de sus art es para ga sta r de

    má s y de recibir dineros ilícitos. D emost ró una vez má s que

    cua lquier a va nce democrá t ico lo ve como cont ra rio a su s in-

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     JORGE ALONSO

    tereses. El P RI no quiere la democra cia. E n cualqu ier pa ís

    democrá t ico, coa ligar se y cont rola r los dispendios de d inero

    son prá ct icas comun es. El P RI consideró qu e acept a r esoa tenta ba en cont ra de su perma nencia en el poder. Y tiene ra -

    zón. La democra cia es veneno par a un r égimen de par tido de

    E sta do. El P AN y e l P RD ha n considera do que pel igra l a

    tr a nsición democrá tica par a el añ o 2000.

    Recient es elecciones loca les most ra ron q ue la oposición

    unida consigue tr iunfos, y qu e dividida posibilita la victoria

    priísta . E n la s elecciones loca les del esta do de México, la opo-

    sición n o hizo a lianza y perdió en un proceso en el que el P RIechó ma no del fra ude. La oposición no reconoció el result a do

    de esa s elecciones. En Na ya rit sí hizo a lia nza , hubo ma nio-

    bra s fra udulenta s por pa rt e del P RI, pero no fueron suficien-

    tes pa ra impedir el tr iunfo opositor.

    El P RD , después del desca labro de ma rzo, cua ndo sus

    elecciones interna s ta mbién fueron ma ncha da s por el fra ude,

    el 25 de julio volvió a rea lizar comicios pa ra elegir a su P re-

    sident e. Cont endieron va ria s pla nil las . Hubo poca concu-

    rrencia. S a lió triunfa dora una pla nilla q ue había unido a los

    principa les cont endient es de meses a tr á s. Así ga nó Ama lia

    G a rcía con el 55.3%. Su má s cerca no cont endient e tuv o el

    26.7%. S in emba rgo, hubo impugn a ciones q ue t uvieron qu e

    resolver fina lment e con la int egra ción de una dirección con

    toda s la s corrientes.

    Ta nt o Fox, el único preca ndida to pan ista a la presidencia ,

    como Cá rdena s, quien puede gana r interna mente la nomina -

    ción del P RD , ha n a cept a do que la coa lición opositora es ne-

    cesaria par a vencer a l P RI, reconst ruir el país y logra r la

    democra cia. U n primer obstá culo par a la coa lición h a sido la

    definición del método pa ra designa r a l ca ndida to de la oposi-

    ción unifica da . El P RD ha sostenido que debe ser a tr a vés de

    una s elecciones prima ria s en la s que intervenga n los ciuda -

    da nos que quieran , como la s que va a ha cer el PRI. E n el P AN

    primero se propuso el método de encuesta s. P ero el P RD a du-

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    jo que la s encuesta s son m a nipula bles. Los pa nista s exter-

    na n su miedo ta nt o a las ma nipula ciones que pueda n ha cer

    perredist a s, como sucedió en sus elecciones int erna s en ma r-zo, como a las injerencia s distorsiona dora s que pudiera n in-

    tr oducir opera dores por pa rt e del pa rt ido de Est a do. A fina -

    les de julio, ent re los par t idos que qu ería n coa liga rse (P AN,

    P RD , P T, P VE M má s cua tr o de los seis nuevos: el P CD co-

    ma nda do por C a ma cho Solís, Convergencia D emocrá tica en-

    ca beza da por D a nt e Delga do, el P a rtido de la Socieda d Na -

    ciona lista y el P a rtido Alia nza Social) ha bía una ma yoría q ue

    se inclina ba por lo que se denominó tercera vía , la cua l con-sistía en una combina ción de encuesta con elección prima ria .

    U na encuesta da da a conocer el 30 de julio, rea liza da por

    Indemerc Louis Ha rris, mostra ba que má s de la m ita d de los

    ciuda da nos se inclina ba n por la coa lición opositora pa ra pro-

    picia r el ca mbio de régimen. En t re todos los preca ndida t os,

    Fox ha lleva do la delan tera en la s preferencias. Cá rdena s ha

    ido a la ba ja . A mediados de agosto, una encuesta de Mi len io 

    mostra ba que, en la zona metropolita na de la ciudad de Mé-

    xico, un 44%esta ba por la a lia nza y un 29%la recha za ba . El

    55%creía que la a l ia nza derrota ría a l P RI. E ntre los panis-

    ta s , el 56% se ma nifesta ba favora ble a dicha a l ia nza y un

    26% no esta ba convencido de sus vent a ja s. E nt re los perre-

    dista s, el 63%la a poya ba y un 19%no la quería . En diversos

    escenarios, Fox a l frente de la a lia nza derrota ría a cua lquie-

    ra de los ca ndida tos priísta s por a mplio ma rgen. En cont ra -

    part e, a unqu e con poco ma rgen, esa a lia nza enca beza da por

    Cá rdena s perder ía . Ha bía q uienes sos tenían que Fox s in

    a lia nza podía ga na r. En ese escenar io, la certeza era que di-

    cho triunfo no gara ntiza ría la goberna bilida d.

    La a l ia nza oposi tora , que fue denomina da Alia nza por

    México, pese a la s dificulta des y ma los a ugur ios, empezó a

    ma dura r a mediados de a gosto. Se hicieron va ria s comisiones

    en la s que a va nza ron los a cuerdos sobre una pla ta forma elec-

    tora l y el cumplimient o lega l par a const ituir u na coa lición.

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     JORGE ALONSO

    H ubo a va nces en cua nt o a la formula ción de un progra ma de

    t ra nsición. Ta mbién se dieron pa sos en lo rela t ivo a la int e-

    gra ción de un ga binete plura l. En donde proseguía n los pro-blema s era en el mét odo de elección del ca ndida to presiden-

    cial de la a lia nza . Va rios de los par tidos ha bían llegado a la

    propuesta del meca nismo de la insta lación de centr os de vo-

    ta ción en un núm ero de secciones elegida s a lea t oria ment e.

    Los vota nt es se insa cularía n. P ero el P RD q uería una s pri-

    ma ria s a biert a s a todos los ciuda da nos. D espués flexibilizó

    su postu ra , pero insistiendo en q ue hubiera un gra n núm ero

    de centros de vota ción con va ria s casi l la s cada uno. Hubocoincidencia s en que las fórmula s distr ita les y esta ta les fue-

    ra n enca beza da s por los par tidos q ue tuviera n m á s vota ción

    (en cua lqu iera de los dos meca nism os). Se plan t eó t a mbién

    un C onsejo Na ciona l Ciuda da no enca rga do de la verificación

    de la elección, q ue debería est a r int egra do por n ueve perso-

    na l ida des del pa í s y por represen t a n t es de los pa r t idos

    coa liga dos. H a bría observa dores que cert ifica ra n la vota ción.

    Lo que iba queda ndo cla ro es que, divididos, los pa rt idos pro-

    piciaría n q ue el P RI conservar a la P residencia de la Repúbli-

    ca . En lo progra má tico, la a l ia nza ha ido a van za ndo. Se l le-

    gó a a cuerdos en cua nt o a reform a política , comba t e a la co-

    rr upción, cam bio de la est ra t egia económica . Se previeron

    modifica ciones en ma teria socia l, judicial y de segurida d pú-

    blica . En un principio se ha bía previsto no tocar en los prime-

    ros añ os a rt ículos const ituciona les en los qu e ha ha bido dis-

    crepa ncias hist óricas ent re el pa nismo y el ca rdenismo. Se

    lla ma ría después a la pobla ción a pronun ciar se sobre esos te-

    ma s (educación, petr óleo, tenencia de la tierr a en el ca mpo,

    etc.) mediante plebiscitos y referéndums. Posteriormente, el

    P RD prefirió que h ubiera un pronunciam ient o conjunto pre-

    vio en cua nt o a l ca rá cter la ico y gra tu ito de la educa ción pú-

    blica en todos sus niveles, a que no se priva tiza ra n la s indus-

    tr ia s eléctr ica y pet rolera , a ca stiga r a los responsa bles del

    quebran to bancario y a da r una sa l ida pacíf ica a l conflicto

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    chia paneco sobre la ba se de los Acuerdos de Sa n Andrés. S i la

    oposición logra ba const ruir una convergencia opositora , las

    posibilida des de éxito eran muy a lta s; si impera ba la d iver-gencia , el fra caso de la oposición sería cas i seguro. A fina les

    de septiembre, la a lian za a bort ó porq ue no se pudo resolver

    el método de selección del can dida t o ent re los par t idos.

    II Crónica de un movimiento posmoderno

    La aparición de un nuevo movimiento

    La burocra cia universita ria, ca lculand o que los un iversita -

    rios a ctivos esta ba n enfra sca dos en a poya r los prepar a tivos

    de la consul ta za pa t i s ta , a media dos de mar zo a probó un

    nuevo reglamento de cuota s pa ra los estudiant es. Ca tedrá ti-

    cos opina ron que dicho reglam ento de pagos se ha bía a proba -

    do ilegítim a ment e, porq ue la r eunión del Consejo U niversi-

    ta rio se ha bía rea lizado fuera del recinto universita rio, a es-

    cond ida s, y q ue cons ejeros crít icos no ha bía n sido convoca-

    dos. E l regla ment o a proba do debía ent ra r en vigor el 10 de

    julio de 1999. H a sta entonces, los estudia nt es ha bían paga -

    do veint e centa vos semestra les por sus estudios. Se a dujo

    que la s nueva s cuota s, que sólo debían paga r los de nuevo in-

    greso, era n un a just e de esa ca nt ida d. Ademá s se reca lcó que

    los estudiant es cuya s fam ilias t uviera n un ingreso equivalen-

    te a cua tr o sa la rios mínimos o menos no esta ba n obliga dos a l

    pago de alrededor de cien pesos mensua les.

    E sa a proba ción fue vist a por grupos de estud ia nt es como

    result a do no de un d iá logo, sino de una imposición. S e lla mó

    a ha cer un a consult a que a rrojó unos cien mil votos en cont ra

    de la s cuota s. Hubo ma nifesta ciones a l interior de la univer-

    sidad; una s a favor de la propuesta de Rectoría y otra s en

    cont ra . El conflicto se pola rizó. Los estudia nt es inconformes

    opta ron por la h uelga y por la t oma de inst a la ciones univer-

    sita rias. E l gobierno y Rectoría , utiliza ndo gran ca nt idad de

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     JORGE ALONSO

    recursos, desa ta ron una intensa cam pañ a de sa ta nización en

    cont ra del movimiento. Acusa ron a los huelguist a s de ser

    va gos y m a nipula dos por el P RD . Rectoría y G oberna ciónela bora ron l ista s negras.

    U n sector de ma estros y a lumnos se pronunció a fa vor del

    reglament o del Rector. Ést e declar ó qu e no ha bía ca lcula do

    una respuesta ta n negat iva por par te de sectores estudia n-

    t i les , pero que no cedería a nt e minoría s . Reca lcó qu e no

    entendía cómo ha bía surgido un m ovimient o que se oponía

    a los estudia ntes que sí podían y querían pa gar cuota s para me-

    jora r los servicios de la universida d. Rectoría calculó que lo a po-ya ba una ca ntida d de estudia ntes equivalente a la tercera par-

    te; otr o ta nt o esta ría en cont ra y el resto sería indiferent e.

    E l conflicto sa lió a la s calles de la ciuda d. E l movimiento

    empezó a mostra r un nuevo rostro. Est a ba compuesto por

    tr es gra ndes corr ientes: una dispuesta a l diá logo, otra in-

    tr a nsigente (del “todo o na da ”) y una oscila nt e ent re esta s

    dos posiciones. Empezar on a mostra r q ue no era n m a neja -

    bles por n a die, que pensa ba n por propia cuent a . Ta mpoco

    a cepta ba n lidera zgos ni representa ciones grupa les. Se em-

    pezó a gesta r un a orga nización m á s horizonta l . Las direc-

    ciones individ ua les o de gr upo fueron cediend o el pa so a

    direcciones diluidas colectivas. Los viejos líderes eran reba-

    sados por jóvenes rebeldes, desafiantes, irreverentes, inge-

    niosos y va lientes. H a bía frescura e ima gina ción. Algunos

    de sus lema s era n: “Que na die confisque tu voz”; “Hoy cerra -

    mos la U niversidad para que ma ña na sea de todos”; “Za pat a

    decía, la t ierra es de quien la t ra ba ja ; la U niversidad es de

    quienes es tu dia n” ; “P odrá n cor t a r l a s f lores , pero nun ca

    detendrá n la pr ima vera ” .

    Los huelguista s ha n hecho reuniones en la s cuales ha n ido

    a prendiendo a encont ra r consensos y h a n sa lido a r ecolecta r

    dinero a tr a vés del lla ma do boteo. U n import a nt e sector de

    los pa rist a s ha hecho de los seis punt os de su pliego pet itorio

    una dema nda unifica da ina movible: a broga ción del Regla -

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     JORGE ALONSO

    E xigía n q ue el gobierno federa l destina ra , como lo ha esta -

    blecido la U NE SC O, un 8%del P IB a la educa ción.

    Se a brió la discusión pública . Se a rgum entó que los estu-dia nt es no ha bían “secuestra do” la s inst a laciones universi-

    ta ria s, porqu e la U NAM no esta ba const i tuida sólo por la s

    a ut orida des, sino ta mbién por los estudia nt es. Se criticó que

    el E sta do hubiera ido ha ciendo drá st icos recort es al ga sto so-

    cia l. Se hizo ver que reclama r el derecho a la educación públi-

    ca no era una defensa de privilegios. Se criticó que se qu isie-

    ra tr a nsforma r el derecho a la educa ción en un a cto de asis-

    tencia y carida d a los má s pobres. E l detona nt e de las cuota sdesta pó otr os problema s, como la s forma s a utori ta r ia s de

    gobierno u niversita rio.

    Ant e el cuest iona mient o de por q ué esta ba n en huelga

    estudia nt es a los que no les a fecta ba directa mente el regla-

    ment o, se hizo ver que los estu dia nt es no se movían sólo por

    int ereses económicos d irect os, sino por un proyect o de un i-

    versida d para todos. Se pronunciaba n en cont ra de la política

    guberna ment a l de recort a r el presupuesto educa tivo. Evi-

    dent emente, las cuota s esta blecida s por Rectoría no repre-

    senta ba n sino un 3%del presupuesto de la U NAM. El proble-

    ma era qu e se veía como el ca mino de ir a briendo esa ca nt i-

    da d, ir a plica ndo ma yores imposiciones en el futu ro, y como

    el inicio de la priva t iza ción educat iva pa ra todo el pa ís. Se

    proponía que los que má s t uviera n pa ga ra n, pero no vía cuo-

    ta s, sino a t ra vés de pa go de impuestos. Se recordó que la po-

    lítica de priva t iza ciones en México ha bía enriqu ecido a los

    funciona rios y a sus a migos. Se leva nt ó la pregunt a de por

    qué no ha bía d inero pa ra la educa ción, y sí pa ra el costoso

    rescate de ineficientes banqueros. El movimiento estudian-

    ti l se oponía a subordina r derechos al m erca do y cont ra la

    lógica excluyente del neoliberalismo.

    E l gobierno ca lculó que impidiendo el diá logo en t orn o a l

    problema de las cuot a s en la U NAM, el movimient o estu-

    dia nt il se debilita ría . P ero sucedió lo cont ra rio. Con el t iempo

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    se fue consolidando. En Argentina, el gobierno, siguiendo los

    linea mientos mund iales de la política neolibera l, ta mbién in-

    tent ó un drá stico recort e a l presupuesto universita rio. Su r-gió oposición a la m edida . El intelectua l J ua n Ca rlos P ort a n-

    tiero declar ó que era responsa bilida d de la socieda d pa ga r

    impuestos y r esponsa bilidad del Est a do sostener la educa -

    ción. La educa ción no podía verse como un servicio, sino como

    un derecho. Hubo una a mplia moviliza ción y el gobierno tuvo

    que dar m a rcha a trá s. En México, la s au torida des ha n sido

    má s inflexibles. El g obierno ha qu erido ut iliza r el conflict o

    como un a rma en contr a del P RD a l acusarlo de esta r detrá sde la h uelga . H a seguido el clima de lincha miento cont ra el

    movimiento en los medios ma sivos. H a ha bido espiona je po-

    l ít ico en cont ra de los pa rt icipa nt es y se ha da do host iga -

    mien t o a los a ct iv i s t a s . Los es tud ia n t es han ten ido que

    a prender a const ruir su propio movimient o. Dirección rota -

    tiva, la rga s a sa mblea s expuesta s a polariza ciones, búsque-

    da s de consensos. Ant e la cerra zón de Rectoría , que h a ut ili-

    za do un doble lengua je pero qu e no se ha presta do pa ra un

    verda dero diá logo, los estudia nt es ha n ido const ruy endo un

    proceso de diá logo ent re ellos mismos y con sectores a mplios

    de la s ocieda d.

    Los objetivos se ha n ido cla rifica ndo: detener la ofensiva

    pr iva t iza dora cont ra l a educación super ior y plan tea r l a

    tra nsforma ción democrá t ica de la misma . Los huelguista s

    ha n ins istido en un diá logo público, a biert o, direct o, resolu-

    tivo y sin int ermediaciones. Ant e la sa ta niza ción de que ha n

    sido objet o por pa rt e de los prin cipa les medios elect rónicos,

    los estudia nt es ha n opta do por recorrer ba rrios, escuelas,

    tr a nsport e público pa ra explica r su movimient o y pa ra con-

    voca r a la consul ta ciudada na metropol ita na en torno a la

    educa ción. Los lema s se renu eva n. “F orm emos comit és de

    sueños”, “Sea mos pesimist a s, pero pida mos lo imposible”,

    “P ueden pint a r los mur os de negro, que siempre ha brá un co-

    lor pa ra la verda d”, “Nuestra espera nza no puede venir sino

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     JORGE ALONSO

    d e la d es es p er a n z a ” . E n u n a m b i en t e d om i n a n t e d e

    vertica lismo ensa ya n el horizont a lismo.

    U n sindica to de electricist a s los a yud ó con pa pel e inst a -laciones pa ra la r ealización de una consulta metropolita na .

    Los huelguista s emitieron un m illón cua tr ocient a s mil bo-

    leta s, insta lar on dos mil trescient a s casilla s en escuela s se-

    cunda ria s, inst ituciones de educación superior, museos, cen-

    tr os cultur a les, mercados, par qu es y pla za s de la ciuda d de

    México. Muchas mesa s recibieron t a l a fluencia que muy t em-

    pra no se quedar on sin boleta s. Hubo una gra n respuesta po-

    pula r y un pronuncia miento ma yorita rio por la gra tuida d dela educa ción. E sto demostr ó que la educa ción est á en el cen-

    tro de la preocupación de un gran número de familias. E sta con-

    sulta por la educación ha sido una de la s má s gra ndes movi-

    liza ciones que la huelga ha origina do. Pa rt iciparon 650,935 ciu-

    da da nos. Los result a dos fueron: 90%estuvo de acuerdo con la

    gra tuida d de la educación superior; 83%aceptó que el gobierno

    debería da r má s presupuesto a la U NAM; 71%desaprobó que

    el Cent ro Naciona l de E va lua ción (insta ncia privada y a jena

    a la U NAM) siguiera cont rola ndo el ingreso de los estudia n-

    tes; 81%ma nifestó su apoyo a las dema nda s estudia nt iles.

    Est e movimient o ha ido experiment a ndo mucha s eta pas.

    E l movimiento no tiene propiam ente líderes, au nq ue ha ya

    a lgunos estudian tes que má s se desta ca n. P ero la t oma de

    decisiones depende de u na estructur a de 40 a sa mbleas (co-

    rrespondientes a ca da una de las faculta des, escuela s, etc.).

    En ca da una de ella s se discute y se l lega a a cuerdos. Ca da

    una de la s a sa mbleas cuenta en el conjunt o. P or su confor-

    ma ción y la ma nera de comport a rse, este movimient o se sale

    de los esquema s tr a diciona les. Se tr a ta de un movimiento de

    cort e muy posmoderno, aunque todavía conserve forma s t ra -

    dicionales.

    A principios de junio, el Rector propuso que hu biera un a

    modificación en el reglamento de pagos: seguía la obligato-

    rieda d, pero no paga ría el que no quisiera. U n reglam ento de

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    esa na tura leza tenía un a a berra ción jurídica : era obligat orio

    y opciona l a la vez. Los estud ia nt es exigía n su deroga ción.

    A media dos de junio, la Comisión de Ciencia y Tecnologíade la Cá ma ra de Diputa dos ofreció el recinto del P a la cio Le-

    gisla tivo pa ra se lleva ra a ca bo un encuent ro ent re el movi-

    mient o estudia ntil y las a utorida des de la U NAM. Est a comi-

    sión a cla ró que n o pretendía mediar , sino ofrecer un espa cio

    pa ra el proceso del diá logo. Amba s pa rt es a ccedieron. S e in-

    tent ó lleva r a ca bo el diá logo a fina les de ese mes; pero in-

    tr a nsigencia s de las dos part es echa ron por t ierra este pri-

    mer cont a cto. A principios de julio, la Rectoría propuso a laComisión G enera l de H uelga una reunión a puerta cerra da .

    Los huelguista s cont esta ron que quería n que el diálogo fuera

    público. Rect oría a ccedió a designa r un a Comisión de E n-

    cuentro. Ést a y la represent a ción estudian til se reunieron en

    el P a lacio de Minería por primera vez, pero esa sesión t ermi-

    nó ent re mut ua s a cusa ciones, lo cua l no impidió que a corda -

    ra n sesiona r en otra oca sión. D ías después, Rectoría a ceptó

    discut ir a lgunos de los pun tos del pliego, no todos, a ca mbio

    de que terminar a la h uelga . Los par ista s respondieron q ue

    no entregar ían la s ins ta lac iones mientr a s no hubiera un

    compromiso por escri to de acepta ción a sus d ema nda s. A

    mediad os de julio, los represent a nt es de Rectoría ya no se

    present a ron a una de la s sesiones acorda da s. No logra ron

    ponerse de a cuerdo ni en el form a t o del diá logo. E n un a en-

    cuesta de fina les de julio, el 53%de la m uestra elegida opina -

    ba que pa ra resolver el conflicto se debía ca mbia r a la Comi-

    sión de E ncuent ro.

    P a ra fina les de julio, el conflicto cumplía cien día s. Recto-

    ría pensó que podía doblega r a los estudia nt es insum isos a

    tr a vés de una cost osa ca mpa ña de comun ica ción en su con-

    tr a . En los dos primeros meses se ga stó en esto má s de un

    millón d e dóla res. La ma yoría de los medios elect rónicos e

    impresos se suma ron a esta cruza da de desinforma ción y lin-

    cha miento en cont ra de los huelguista s. El P residente de la

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     JORGE ALONSO

    República , a tent a ndo en cont ra de la a ut onomía , hizo pro-

    nunciamientos a mena za dores. La jera rq uía cat ólica se sumó

    a la s desca lifica ciones del movimient o. Ent re los gra ndes em-presa rios, el dir igent e de la Copa rm ex insist ió en qu e la

    U NAM fuera cerra da . Algunos int electua les de derecha pro-

    pusieron q ue se crea ra n dos universida des, una de excelen-

    cia eli t ista y otra par a el pobrerío. Sur gieron t a mbién pro-

    puesta s de que se tr a nsforma ra má s bien en la U niversidad

    del Distrito Federa l y que a dquiriera una configura ción simi-

    la r a l esquema universita rio parisino. El mismo Rector enca -

    bezó a ctos públicos con su burocra cia y est udia nt es cont ra -rios a la huelga, en los q ue nun ca superó el número de los

    pa rt icipan t es en los eventos de los pa rist a s. S e convocó a

    a ut omovilista s a qu e, en t ra yectos del P eriférico, encendie-

    ra n sus luces pa ra deman da r q ue los estudiant es devolviera n

    la s inst a la ciones. E l Colegio de E conomista s propuso que el

    Rector y estudia nt es que no estuviera n de a cuerdo con la

    huelga fuera n a tra ta r de resca ta rla. El P RI intentó presio-

    na r pa ra que el gobierno del Distrit o Federa l se metiera r e-

    presiva ment e al conflicto y a sí ma ta r dos pá ja ros de un t iro:

    a ca ba r con el movimient o y seguir con la ca mpa ña de des-

    prestigio en cont ra de Cua uht émoc Cá rdena s. Dos a boga dos

    liga dos a l régimen llega ron al extr emo de presenta r una de-

    nun cia a nt e la P G R por despojo en cont ra de los huelguista s

    y, con a rgucia s lega loides, solicita r que les fuera n impuestos

    once a ños de cár cel sin posibilida d de libert a d ba jo fia nza .

    Todo est o ha ido tensiona ndo el a mbient e y creando condicio-

    nes para la r epresión. La s campa ña s de los medios ma sivos

    ha n ido gan a ndo terreno en cont ra del movimiento. U n a con-

    tecimiento fue utilizado a l má ximo en cont ra del movimien-

    to. En el edificio de Rectoría ha y un mura l que ela boró el co-

    mun ista Siq ueiros. E n él, al lado de las figura s, el mura lista

    puso fecha s simbólica s pa ra la historia m exica na y dejó a l

    fina l una s interrogaciones. Alguna s ma nos borra ron la s inte-

    rroga ciones y pusieron 1999, en a lusión a l movimient o est u-

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    dia nt il. E sto fue considera do como un gra ve at enta do en con-

    tr a del pa tr imonio cultura l. Si a fina les de junio sólo un 20%de

    una muestra respondía que esta ba de a cuerdo en el uso de lafuerza en cont ra de los par ista s, pa ra fina les del mes siguiente

    esta proporción ha bía crecido ha st a el 46%. Toda vía no era

    ma yoría , pero el desacuerdo con m edida s represivas ha bía ba -

    ja do del 72%a un 48%. Como en el caso chia paneco, las a ut ori-

    da des a ducen que quieren el diá logo, pero lo entorpecen.

    E n protesta por la violación a una de la s estudia nt es, los

    par ista s cerra ron importa nt es vía s de comunica ción en la ciu-

    da d, y eso fue utilizado en su cont ra . Exa mina ron las opcionesy prefirieron ya no hacer ese tipo de actos. Ha n orga niza do va-

    r ia s m a r ch a s y h a s t a un a per eg r in a ci ón a la B a s íl ica de

    G ua da lupe. Ha n rea lizado encuentros. En todos estos a ctos han

    supera do en núm ero a los convocados por Rectoría . Y, sobre

    todo, ha n a cudido a colonia s populares a exponer sus ra zones.

    E llos mismos, no sin dificult a des y gra ndes roces, ha n ido

    a prendiendo a discut ir. Ta mbién a pa recen las int olera ncia s.

    E n su s reun iones ha y gr itos, presiones, desca li fica ciones,

    a ctit udes ra dica les, etc. P ero no es muy diferente a lo que se

    podría ver, por ejemplo, en las sesiones de la Cá ma ra de Di-

    puta dos mexica na o ja ponesa. P ese a las tensiones interna s,

    el movimient o ha ido resistiendo previsibles ruptura s. Ést a

    ha sido ta mbién una de la s a puesta s de sus enemigos. Es

    ciert o ta mbién que el ra dica lismo de la s au torida des alienta

    posiciones ra dica les en el ba ndo estud ia nt il . P ero los hu el-

    guista s qu ieren un diá logo verda dero en donde se exponga n

    a rgu ment os , se re flex ionen propuesta s y se encuent ren

    a cuerdos pa ra resolver el conflict o. Ha n plan tea do qu e no

    pretenden destru ir la U niversidad, sino busca r la forma de

    que se conduzca de una ma nera má s democrá tica . Se exhor-

    ta n a no reproducir entr e ellos las r ela ciones jerá rq uica s de

    poder. P lan tea n subst ituir a los a ctu a les órga nos de gobier-

    no de la U NAM por nuevas est ructura s. El rector y los direc-

    tores deberían ser elegidos por la comun idad. P lan tea n int ro-

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     JORGE ALONSO

    ducir el plebiscito para decidir tema s que se entr a mpen en el

    Consejo G enera l Un iversita rio.

    Ca da grupo de los integra nt es de los huelguista s y de susa poyos expresa lo que le parece. Aunque ca nsa dos, y con con-

    t ingent es menores que en un in icio, siguen siendo muchos.

    No porq ue ha ya llega do oficia lment e el período vaca ciona l

    deja ron el movimient o. S iguen m a nifestá ndose con ba tu ca -

    da s. Dicen en sus ma nta s que no ha y dinero para la educa -

    ción, pero sí para la corrupción. Los letreros que ostenta n son

    de todo t ipo, depend iendo de la ima gina ción de sus crea do-

    res: U no de ellos decía: P a ra nosotr os el futuro nega do; par anosotr os na da .

    La propuesta de los ocho eméritos

    Primero estuvieron enfrascados en el conflicto los paristas y

    las a ut orida des. Después intervinieron va rios a ca démicos

    que exhorta ron a las par tes a elimina r lo que lleva ra a l ala r-

    ga miento de la h uelga. P ropusieron suscribir un compromiso

    para lleva r a ca bo foros de discusión y de decisión que a borda -

    ra n t ema s como forma s de gobierno, de represent a ción, de in-

    greso, perma nencia , egreso de los estudia nt es, reforma a cadé-

    mica y eva lua ción del persona l aca démico.

    A finales de julio, ocho profesores eméritos (Miguel León

    P ort illa , Héct or Fix Za mud io, Ma nuel P eimbert , Aleja ndr o

    Rossi, Alfredo López Aust in, Lu is E st eva Ma ra bot o, Adolfo

    Sá nchez Vá zquez y L uis Villoro) pla nt ear on un a sa lida . Dis-

    cutieron a nt es con persona l académico de dist int os colegios,

    investiga dores, acad émicos, au toridad es universita ria s, es-

    tu dian tes miembros y no del movimient o estu dian til . Est os

    ma estros no forma n u n gr upo homogéneo. E nt re ellos ha y

    quienes se encuentra n cercanos a las a utorida des y otr os q ue

    simpat izan con el movimient o estudia nt i l. Llega ron a una

    propuesta negocia da . P reocupa dos por los enormes da ños

    ca usa dos a la universida d y a l país por la prolonga ción del

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    conflict o, y preocupad os t a mbién por la s dificult a des en el

    diá logo ent re la Comisión de En cuent ro y el Consejo Genera l

    de Huelga , propusieron a a mba s part es que los a cepta ra ncomo una comisión d e seguimient o pa ra a brir espa cios de

    reflexión sobre los problema s de la U NAM. E xhort a ron a l

    CG H a expresa r públ ica mente su intención de levan ta r la

    huelga y a l Consejo Universita rio a reunirse pa ra resolver

    la s propuesta s. Invit a ron a todos los miembros de la comun i-

    da d universita ria a a dherirse pública mente a sus propues-

    ta s . Man ifesta ron el recha zo a cua lquier uso de la fuerza

    pública para resolver los problema s de la U NAM. P lant ear onla suspensión del reglam ento de pagos ha st a que esto se exa -

    mina ra en el deba te y an á lisis. Ta mbién se pronun cia ron por

    la discusión de la s propuesta s rela ciona da s con el pliego

    pet itorio de los estud ia nt es. Así la d iscusión t endría que te-

    ner en cuenta reglam entos de inscripciones y exá menes. El

    Consejo U niversit a rio debería presta r a t ención a las conclu-

    siones obtenida s en la discusión en toda la universida d. De-

    bería a sum ir el compromiso de t ra ducirla s en resoluciones. A

    los huelguista s les pedía n levant a r la huelga a condición del

    esta blecimiento de dichos espacios. E l Consejo Un iversit a rio

    decreta ría la a pertur a de esos espa cios y n ombra ría a una co-

    misión orga niza dora r epresenta t iva de todos los sect ores de

    la comunidad universi ta r ia . La s a utorida des tendrían que

    comprometerse a q ue todos los a lumn os tuviera n la oport u-

    nida d de t ermina r el semestre concluido. Fueron enfá ticos en

    lo relat ivo a qu e no se aplica ría n sa nciones de ningún g éne-

    ro a los par ista s. En esta forma , este grupo se present ó no

    como representa nt e de estudia nt es ni de aut orida des, sino

    pa ra ofrecer un ejercicio de una solución negocia da ent re la s

    par tes. De a lguna m a nera se tra ta ba de volver a l inicio, pero

    con el logro de qu e se busca ba n inst rum ent os via bles pa ra

    una discusión un iversita ria de fondo.

    Va rios a ca démicos se ma nifesta ron a fa vor de la propues-

    ta . Otros a ca démicos mostr a ron reservas en cua nt o a fra g-

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     JORGE ALONSO

    ment a r el pliego pet itorio y dema nda ron la rea lización de un

    congr eso democrá t ico y resolutivo. En el S ena do, un perre-

    dista solicitó que se toma ra la pa labra a l grupo de los ma es-tr os eméritos y q ue se forma ra la comisión orga niza dora de

    la discusión universita ria. Cua uht émoc Cá rdena s consideró

    que la propuesta de est e grupo era un plan tea miento equ ili-

    bra do. Dicha propuesta pudiera ser el ca mino que destra ba -

    ra el conflict o.

    Dos día s después de que se dio a conocer el pla nt eam ien-

    to del grupo de los eméritos hubo quienes a precia ron que esa

    propuesta podía a brir las puerta s a una solución digna e in-teligent e. Miembros de la Comisión P lura l de In vestiga dores

    defendieron a nt e represent a nt es del movimiento estudia nt il

    la viabilida d del document o de los eméritos. Seña lar on q ue

    sintetizaba la postura de toda s la s fuerza s universita rias y

    que a bría la s puert a s para la r ealización de un congreso uni-

    versita rio, plura l, incluyente y r esolutivo. H icieron ver q ue si

    era ciert o que la h uelga se había a larga do por culpa d e la s

    a utorida des, una huelga larga debi li ta ba ta mbién al movi-

    miento. La propuesta sa lvagua rda ba lo esencia l de dicho mo-

    vimient o: gra tu ida d, democra tiza ción y pa rt icipa ción ha cia

    un congreso resolutivo. Ademá s, en una negociación ha bía pun-

    tos esencia les y punt os negociables.

    Ta nt o ent re profesores como entr e estud ia nt es hubo posi-

    ciones en contr a de esa iniciat iva. D e ent ra da ha bía quienes

    considera ban que se tra ta ba de una t ra mpa de la Rectoría .

    Ins is t í a n en qu e ha bía que defender en su in tegr idad los

    punt os del pliego petit orio. No les gust a ba la pr opuesta por-

    qu e no t enía en cuent a todos los punt os, y a lgunos de ellos

    sólo era n t oca dos de ma nera pa rcia l. Acepta r esa propuest a

    podía implica r una rendición incondiciona l, a rgument a ba n.

    Se invitó a los eméritos a una reunión pa ra explica rles la s

    ra zones por las q ue el CG H r echa za ba su propuesta .

    E l Rector declar ó qu e la universida d esta ba en riesgo de

    ser cerra da . E sto provocó el repudio por pa rt e de los pa rista s.

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    El 10 de agosto, los profesores eméritos se reunieron con el

    Consejo Genera l de H uelga , a ca démicos, investiga dores, tra -

    ba ja dores y pa dres de fa milia . Los eméritos reca lca ron queno representa ba n un sector concreto y que era n independien-

    tes de la s a utorida des. Acepta ron q ue no ha bía gar a ntía s a b-

    soluta s, sino su peso mora l par a convert irse en una comisión

    de seguimient o para a cerca r a las pa rtes. Indica ron qu e su

    propuesta present a ba una sa lida positiva a l conflicto y que se

    enca mina ba a incluir a toda la comunida d en la tr a nsforma -

    ción de la U NAM y en ma nt enerla a l servicio de la n a ción y

    de la socieda d. P retendían a cerca r a la s pa rt es y destra ba r elconflicto pues, a l no ha ber diá logo, se ent ra ba en un ca llejón

    sin sa lida . Insistieron en que la tr a nsforma ción de la U NAM

    requería leva nt a r la h uelga ; pero la hu elga no se leva nt a ría

    como si no hubiera pa sa do na da , sino que el movimiento iría

    a los foros de aná lisis y discusión. P a ra a va nza r en la refor-

    ma universita ria se necesita ba termina r con la huelga . Si el

    Consejo Un iversi t a r io abr ía los espa cios de d iscusión, la

    huelga se leva nt a ría , proponía n los eméritos.

    A la propuesta de los eméritos se ad hirieron m á s de 30

    colegios de profesores y a cad émicos y má s de t res m il pro-

    fesores e investiga dores. U n g rupo de 58 escritores t a mbién

    a poyó esa propuesta . P a ra los par ista s, la propuesta no era

    una solución; los eméritos reca lca ron que era una propuest a

    de sa lida a l conflicto. En el CG H hubo voces q ue insistieron

    en que la propuesta no era a cepta ble, que era insuficient e,

    cojeaba por fa l ta de gara ntía s por pa rte de la s a utorida des,

    pero se seguía discutiendo en la s a sa mbleas. S e empezó t a m-

    bién a forma r una corriente que demanda ba cese a la intra n-

    sigencia y qu e se pronun cia ra n t odos los universita rios. Si

    los par ista s se cerra ba n, ésa podía ser una tercera vía. Los

    eméritos reca lca ron que ma nt ener la U niversida d cerra da

    como único recurso pa ra tr a nsforma rla m ostr a ría d escon-

    fia nza en la fuerza de los universita rios par a conseguir lo que

    se proponía n. Su propuesta era q ue se leva nt a ra la h uelga

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     JORGE ALONSO

    si el Consejo universita rio ga ra nt iza ba los espacios de dis-

    cusión. E l consenso de este encuent ro fue que la un iversi-

    da d tenía q ue sal ir for t a lecida de la huelga . Fue un deba -te plura l .

    Los eméritos ha bían a clar a do que en su propuesta no se

    decía Congreso resolutivo porq ue eso no lo iba a a cepta r la

    Rectoría ; y t a mpoco decía n F oros de discusión porqu e eso lo

    recha za rían los estudiant es. P ropusieron una fórmula a bs-

    tr a cta : espa cios de discusión y a ná lisis que debería n lleva r a

    conclusiones. Así a mba s pa rt es podría n est a r de a cuerdo. Los

    eméritos había n dicho que era la cont inuidad de la orga niza -ción y la moviliza ción después del regreso a cla ses. La misma

    elabora ción de la propuesta de los eméritos ha bía sido difícil

    entre sus mismos promotores. P ero ha bía demostr a do que el

    diálogo entre diversas posturas era posible.

    Los emérit os considera ron que el problema de la u niver-

    sida d se encont ra ba prendido con a lfileres. Man uel P eimbert

    veía qu e a l interior del movimiento estudia nt i l ha bía t res

    gra ndes corrientes: la q ue ma nt enía la defensa de los seis

    punt os del pliego pet itorio y un congreso resolut ivo, la que se

    ha bía convencido de que la sa l ida era la propuesta de los

    eméritos, y la que se mostra ba indecisa . Los eméritos confia -

    ba n en que los grupos modera dos ga na ra n terreno en el Con-

    sejo G enera l de huelga . Existía n grupos dispuestos a leva n-

    ta r la huelga si ha bía ga ra ntías .

    U n grupo de Consejeros U niversita rios firma ron un docu-

    ment o que fue entrega do a l Secreta rio G eneral de la U NAM

    par a que el Rector convoca ra a una sesión extr a ordina ria de

    dicho consejo en d onde su rgiera una comisión verda dera -

    mente represent a tiva que coa dyuva ra a destra ba r el conflic-

    to y q ue propicia ra que se crea ra el espa cio de par ticipa ción

    necesa rio y resolut ivo de los problema s centra les q ue ha

    plan teado el movimiento. Ha bía consejeros que, a plaudiendo

    la propuesta de los eméritos, pensa ba n q ue la vía de solución

    esta ba ya pla nteada pero que falta ba vencer la intra nsigen-

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    cia de Rectoría . Si en el Consejo se deroga ba el regla ment o de

    pagos se da ría un a prenda de buena fe y de a pertur a .

    E l Inst itut o de Investiga ciones J urídica s propuso qu e elConsejo U niversita r io se inst a lar a en sesión perma nent e

    ha st a la solución del conflicto, que a briera los má s a mplios

    espacios de d iá logo y q ue resolviera los pun t os propuestos

    por los eméritos.

    No obsta nt e, no pocos estu dia nt es esta ba n convencidos

    de que, una vez concluida la huelga, lo que no había n con-

    seguido no les sería cumplido. Mient ra s los eméritos ha cía n

    una propuesta par a busca r soluciones, Rectoría par ecía noquerer l lega r a comprometerse en na da . Ha bía q u ienes

    opina ba n q ue la propuesta de los eméritos pretendía que los

    estudia nt es levan ta ra n la huelga sin que se diera respuesta

    a los pun tos del pl iego peti tor io y pretendiendo qu e todo

    siguiera igua l. Así las a ut orida des, ca usa nt es del conflicto,

    queda ría n con m a nos libres pa ra seguir disponiendo de la

    universidad.

    La reunión de los eméritos y los estudia nt es pa rista s cons-

    t ituyó un n uevo moment o del movimient o. Se oyó con respeto

    la propuesta . Est o a bría un espacio para que se evalua ra n

    ra zones y no se impusiera n ma nipula ciones en la s a sa m-

    blea s. Ta mbién se ma nifesta ron la s dos postur a s: la q ue a po-

    ya ba la propuesta y la que se ma nt enía por proseguir con la

    huelga . No querían da r ni un pa so a tr á s en lo rela tivo a l con-

    greso resolut ivo.

    Los parista s realizaron la s 40 a sa mblea s para discutir la

    propuesta de los eméritos. 20 se pronuncia ron en cont ra , 16

    a fa vor y cua tr o se mostr a ron indecisa s. Hubo ma niobra s en

    a lgunas a sa mblea s pa ra logra r el recha zo. La s razones adu-

    cidas par a esta r en cont ra de la propuesta de los eméritos fue

    que entr a ba en cont ra dicción con los punt os del pliego de los

    estudia ntes parista s. Sin emba rgo, el CG H declaró que esta -

    ba a biert o a discut ir toda s las propuesta s de solución con t a l

    que se respeta ra n las demanda s.

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     JORGE ALONSO

    El día que debería comenza r el nuevo ciclo escola r, el Rec-

    t or reconoció qu e el conflict o deja ba como enseña nza qu e la

    universida d requería de tr a nsforma ciones profunda s. Se co-rrigió y dijo que na die podía cerra r la universida d y que ésta

    seguiría siendo pública , sin exclusión de na die por ra zones

    económica s. C onsejeros universit a rios pla nt ea ron convoca r

    a una reunión del Consejo U niversita rio para a na liza r la for-

    mación de una comisión integrada por consejeros, que cons-

    truy era consensos pa ra la tra nsforma ción de la universidad.

    E l discurso del Rector fue leído por a lgun os observa dores

    como una enmienda ta rdía . P ero el CG H lo consideró comodema gógico. In conform es y el grupo conocido como mujeres

    de blanco (coma nda da s por la esposa de La ba st ida ) volvieron

    a poner ma nt a s en puentes peat ona les sobre vías rá pida s

    pa ra dema nda r la devolución de la s insta la ciones y solicita r

    a los a ut omovilista s a a poya r esto encendiendo las luces de

    sus veículos. P ocos promot ores logra ron a mplia respuesta .

    En contr a part ida, unos tres mil integra nt es del Frente P opu-

    lar F ra ncisco Villa se ma nifesta ron en Ciuda d U niversita ria

    a favor de los parista s.

    P rofesores eméritos que ha n promovido una sa lida n ego-

    cia da a l conflicto, el 17 de a gosto exhorta ron a los miembr os

    del Consejo U niversita rio a reunir se. Ta mbién 60 consejeros

    universita rios envia ron un a ca rt a a l Rector para que convo-

    ca ra de inmediat o a l Consejo U niversita rio par a destra ba r el

    conflicto. Adolfo G illy, sin olvida r q ue, después de la expe-

    riencia del Congreso Universit a rio de 1990 donde el Rector y

    todo su equipo fa lta ron a s us compromisos, las pa labr a s de

    las a ut orida des universita ria s era n poco creíbles, enfa tizó

    que el discurso del Rector cont enía un r econocimient o y legi-

    tima ción d e las r a zones del movimient o. P ropuso a brir la s

    puert a s a un C ongreso de la Reforma U niversita ria en don-

    de se escucha ra n la s múlt iples voces de la universida d. Eso

    cumpliría con uno de los seis puntos del pliego petitorio y con

    el pla nt ea mient o sobre los espa cios de discusión hecho por

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    los emérit os. Consideró que otro punt o, el de no a plica ción de

    sa nciones universit a ria s o pena les y la reposición del semes-

    tr e sería n cuestiones de sa tisfa cer sin da ño par a na die. Lorelat ivo a qu ién y cómo eva lúa , y q uién y cómo obtiene su in-

    greso sería n cuest iones precisa ment e qu e se deba t iría n en

    ese espa cio. E n cua nt o a lo del regla ment o genera l de pagos,

    una prenda de buena volunta d de la s autoridades sería el dero-

    ga rlo en sus dos versiones última s.

    E l nuevo moment o después de la propuesta de los eméri-

    tos a brió un espa cio de discusión ent re muchos sectores un i-

    versita rios. Se ha bían su ma do nuevos a ctores.

    Peligro de una salida represiva

    A principios de a gosto, 107 pa rista s q ue intent a ba n obsta cu-

    liza r la inscripción en sedes a lterna s fueron encarcelados por

    una s h ora s. Los medios de comun ica ción ma gnif ica ron el

    hecho ha ciéndolo a pa recer como una respuesta a la violencia

    de los estudia nt es en huelga. É stos acla ra ron que se ha bía

    tr a ta do de una provoca ción de porros de la fa culta d de D ere-

    cho. A ra íz de este a cont ecimiento, el Consejo G enera l de

    H uelga r esolvió considera r persona s non gratas  y responsa -

    bles de la represión a l P resident e, a l Secreta rio de G oberna -

    ción y a Cua uhtémoc Cárdena s.

    E ncima , el 11 de agosto a pa recieron la s primera s órdenes

    de a prehensión en cont ra de quienes ha bían pint a do sobre el

    mura l de Siqueiros. Ha bía la presunción de q ue existía n ór-

    denes de a prehensión en cont ra de las figura s má s visibles

    del movimient o. El C G H integró una comisión jurídica pa ra

    diseña r estra tegias lega les de defensa . Contr a a ta có con la ra -

    tifica ción de dema nda r a nte la C á ma ra de Diputa dos un jui-

    cio político cont ra el Rect or. D os día s d espués, los pa rist a s

    real iza ron una nueva m a nifesta ción. Ma rcha ron cont ra la

    represión sufrida en las a ctivida des extra mur os. El zócalo de

    la ciuda d de México cas i se llenó. El movimient o eva luó qu e

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     JORGE ALONSO

    ha bía conseguido una fuerza igual a la que el gobierno ha bía

    leva nt a do en su cont ra . Consideró que ha bía un empa te. P or

    eso Rectoría busca ba un desempa te a su fa vor y buscaba unaderrota tota l del movimient o. Denunciaba n que Rectoría pre-

    tendía a brir un nuevo ciclo el día l6 de a gosto cua ndo no se ha-

    bía concluido el ant erior.

    E l Rector, en vez de lla ma r a l Consejo Universita rio, como

    se le ha dema nda do mucha s veces, prefirió qu e la t ensión

    creciera en la universida d. P ensa ndo que la propuesta de los

    eméritos ha bía debilita do y dividido a l CG H , del 16 al 23 de

    a gosto la nzó cua tr o ofensivas de estud ian tes an t ipar ista spar a “recupera r” las inst a laciones. E n una de ella s iba el ex

    rector Sa rukh á n, con cla ra intención de provoca r una rea c-

    ción a dversa de los pa rista s. Ademá s, en pá ginas de Int ernet

    se convoca ba a estudia nt es cont ra rios a la huelga pa ra que

    con la fuerza recupera ra n la s insta laciones. El C G H a dvirtió

    a parista s que debía n evita r provoca ciones de la s a utorida -

    des e inst ó a usa r el diálogo. Reca lcó que la pretensión de in-

    gresa r por la fuerza a la U NAM sería un gra ve error político

    y convocó a un foro centr a l pa ra ela bora r una cont ra propues-

    ta . E n principio no se desca rt a ba ninguna postur a , incluso la

    de los ocho profesores eméritos.

    Apoyos críticos,

    apoyos incondicionales

    H a h a bido a ctores que ha n intenta do busca r una int erven-

    ción en la solución del conflicto. Así, el ex rector Pablo Gonzá-

    lez Ca sa nova y otr os ciuda da nos y universita rios distingui-

    dos, muy a l principio del conflict o hicieron un llam a do a la s

    a utoridades y a los huelguista s para que las primeras a su-

    miera n un compromiso de discut ir las t ra nsforma ciones ne-

    cesa ria s en la U NAM y los segundos suspendiera n el pa ro.

    G onzá lez Ca sa nova ha sostenido que el Esta do tiene la obli-

    ga ción de gara ntiza r la gra tuida d de la educa ción. La educa -

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    ción superior debe ser un derecho universa l de todos a quéllos

    que tengan la prepa ra ción necesa ria para a lca nza r éxito en

    sus estudios. Ese derecho debe ser explícitamente reconoci-do y ra tifica do. E so propiciar á el a cuerdo entre la s a ut orida -

    des y los estudian tes huelguista s. En esta forma , si la educa-

    ción superior es un derecho reconocido, goza rá n del mismo

    todos a quéllos que reúna n los requisitos necesa rios par a t e-

    ner éxito probable en sus est udios, en la inteligencia d e que

    los estud ian tes cuya s fa milia s a lca ncen ingresos superiores

    a 20 sala rios mínimos ha rá n un a cont ribución a los ingresos

    de la U NAM, si la misma n o a fecta la libert a d fam iliar del es-tudia nt e y éste responsa blement e la a cepta . G onzá lez Ca sa -

    nova insiste en que, en cua lquier caso, se tiene que elimina r

    cua lquier expresión q ue present e directa o indirecta ment e la

    educa ción de los est udia nt es como un a cto de beneficencia o

    que t ra nsforme la educa ción pública en mercancía. D ice que

    el propósito de una ma yor equidad no se limita rá a pedir con-

    tr ibuciones a los estud ia nt es de a ltos ingr esos, sino qu e se

    tendrá n q ue ex ig i r ma yores subs id ios federa les par a l a

    U NAM y pa ra la educa ción en México. La reforma fisca l ne-

    cesaria par a que el Est a do apoye la educa ción en t odos los

    niveles resulta indispensa ble. G onzá lez C a sa nova recomien-

    da a los estud ia nt es reconocer va rios deberes sin ha cer pre-

    siones o concesiones client elist a s o populista s, q ue confun den

    el derecho a la educación superior con la obligación de impa r-

    tirla a quienes no está n prepara dos pa ra recibirla . Así, no es

    posible a cepta r un pa se a ut omá tico sin los conocimientos

    necesarios; a unq ue G onzá lez Ca sa nova se opone a l sistema

    a ctua l de evalua ción q ue sólo sirve pa ra a justa r la demand a

    a la oferta de educa ción y que deja fuera a una a lta propor-

    ción d e estudia nt es. El ex rector propone q ue se suspenda ,

    por un a pa rt e, el regla ment o de cuota s y, por otra , que se le-

    van te la h uelga . Llama a verda deros diálogos y a evita r los

    monólogos. P ost eriorm ent e, la Asocia ción P a z con Democra -

    cia, en la que part icipa n, entre otros, Pa blo González Ca sa -

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     JORGE ALONSO

    nova, Miguel Concha , Víctor F lores Olea , J ulio B oltvinik y

    Concepción C a lvillo viuda de Na va , hizo un r econocimiento

    a los estudiant es universita rios y a los integran tes del CG Hpor ha ber puesto en la conciencia n a ciona l la defensa del de-

    recho de todos a la educación superior y por ha ber colocado el

    tema en la a genda de los problema s na ciona les. Esperaba

    que los par is ta s a sumieran la propuesta de los emér itos

    como la ba se de ma yor consenso pa ra const ruir de inmedia -

    to una solución d igna y fru ctífera a l conflicto universita rio.

    Consideró qu e a l levan ta rse la huelga , la par ticipa ción de

    t odos en los espa cios de a ná lisis y discusión sería decisivapara una reforma de tra scendencia.

    Cristina B a rros, viuda del rector que en 1968 había en-

    ca beza do la ma rcha del silencio, hizo público un lla ma do a

    los es tud ia n t es en par o. P reci só que l a responsa bi lidad

    ma yor de lo que est a ba ocurr iendo era del Rector, por su in-

    sens ib il idad soci a l y to rpeza pol í t i ca . C ons ideró que e l

    movimien to es tu d ia n t i l pre tendía preserva r e l s is tema

    educat ivo. P ero hizo ver qu e después de m eses del conflic-

    to, muchos estudia nt es habían sido reba sa dos por el discurso

    má s ra dica l. Aclaró que entr e los qu e lo emplea ba n esta ba n

    muchachos idealistas, personas resentidas con razón con la

    socieda d; pero t a mbién provocad ores infiltra dos por a lgún

    sector del gobierno federa l. Ta mbién lla mó a la socieda d a

    a f ina r e l oído pa ra qu e se entend iera lo qu e los jóvenes

    qu erían decir . En México, la m a yoría d e la población est á

    const i tuida por jóvenes. P ero pa ra una gra n pa rt e de ellos

    no existen perspectiva s de desa rr ollo ni individu a l ni co-

    lect ivo, porq ue no exist e un pr oyect o de na ción just o e in-

    cluyent e . É sa s son la s ra zones que se encuentra n t ra s e l

    movimiento. Sin emba rgo, Cristina B a rros apeló a la respon-

    sa bi lidad de los es tudia nt es . P idió a los es tudia nt es que

    par t icipan en el movimiento que considera ra n los gra ves

    riesgos si no se dialogaba . Reconoció qu e ta nt o la s a ut ori-

    da des universit a ria s como el gobierno federa l se empecina -

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    como intent a qu e los indígena s se peleen ent re sí . Ma rcos

    ta mbién envió un comunicado má s a la prensa na ciona l e in-

    t erna ciona l. Aludiendo a los q ue ha n encendido las luces desus coches en el P eriférico en cont ra de los estu dia nt es en

    huelga, resalt ó que los za pat ista s no tenía n a ut omóviles, ni

    circula ba n por el P eriférico de la ciuda d de México; pero en la

    selva ha bía n encendido velas pa ra decir que sí apoya ban a l

    movimient o de huelga de la U NAM. Refiriéndose a lo que en

    esos moment os sufrían las comun idad es zapa tist a s, reca lcó

    que n o les import a ba que los siguiera n a ta ca ndo con policías

    y solda dos, que ocupa ra n poblad os y qu e cont inua ra n dete-niendo a rbitra riam ente indígena s a cusa dos de ser zapa tis-

    ta s . Seguir ían a poya ndo a los estud iant es univers i ta r ios

    simple y sencilla ment e porq ue les a siste la ra zón. Ma rcos de-

    nunció que pa ra el B a nco Mundia l, la renova ción ra dica l de

    la educación superior t enía q ue responder a las d ema nda s

    del mercado neolibera l. P a ra el B a nco Mundia l, la educa ción

    era como bien priva do, como servicio merca nt il. P or eso que-

    ría convertir a las u niversida des pública s en empresa a ut o-

    f ina ncia ble. Resul ta ba obvia la coincidencia del pla nt ea-

    mient o del B a nco Mundia l con la ofensiva priva tiza dora del

    gobierno de Zedillo. Ma rcos se a legra ba de que esa determ i-

    na ción h ubiera encont ra do firmes resistencias en una par te

    import a nt e del estud ia nt a do. Ma rcos a na lizó cómo los me-

    dios se había n unido al gobierno pa ra a cusa r de “ultra s” a los

    estudiant es en h uelga . P ero esos “ultra s” no ha bía n violado,

    ni golpeado, ni encarcelado a ningún estudia nt e, ni había n

    tr a ta do de imponer un reglam ento de pa gos a espa lda s de la

    comunida d, ni ha bían leva nt a do acta s policiales cont ra los

    universita rios. Acla ró que los zapa tist a s apoya ba n a l Consejo

    G enera l de H uelga si decidía seguir la h uelga , y lo a poya ba n

    si decidía leva nta rla.

    E n el encuent ro en d efensa del pat rimonio cultu ra l (con

    miembros del INAH y de la E NAH y la r epresenta ción de

    parista s de la U NAM), Ma rcos a nunció que los za pat ista s

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    EDITORIAL

    EDITORIAL   No.16

    ha bían recibido unos veint e mil pesos por pa rt e del S indica to

    de la U AM para la compra de ma íz; pero como había n sa bido

    de la s dificulta des que tenían los parista s para a limenta rse,pedían a los sindica lista s q ue ese dinero lo ent regar a n a los

    huelguista s de la U NAM de part e del EZLN. Cua ndo en el

    Agua sca lientes chiapa neco de La Rea lida d, el 12 de agosto se

    celebraba este encuentro, unos cien efectivos del Ejército mexi-

    ca no incursiona ron en la comunida d Ama dor H erná ndez a

    orillas de la biósfera de Mont es Azules. Un día después indí-

    gena s, ba ses de a poyo del EZLN, y miembros de una orga ni-

    za ción loca l independient e se ma nifesta ron en cont ra de lapresencia de los militares. El ejército reforzó con 400 elemen-

    tos má s de policía milita r y de fuerza s de élite. La comunidad

    fue sitia da . E l día 15, los milita res dispersa ron con golpes y

    ga ses lacrimógenos la protest a de los pobla dores. H ubo tres

    heridos de la comunida d y u no de los observa dores del con-

    t ingente que se ha bía despla za do desde La Real ida d. Dos

    días después hubo un nuevo enfrenta miento. El gobierno

    chiapa neco acusó a estudian tes de la U NAM de ma nipular

    indígena s. E l 19, el G oberna dor chia pa neco am ena zó con

    a prehender a estudia ntes.

    Se les acusó de sedición, plagio y a tent a do cont ra la paz.

    E l Consejo G enera l de Huelga r epudió la esca lada de agr esio-

    nes mil ita res en cont ra del EZLN, convocó a una ma rcha

    pa ra el día 25 e inició un a copio de víveres q ue lleva ría una

    ca ra va na a Chia pas. Reca lcó que le llenaba de ánimo y alien-

    to el noble gesto de los herma nos zapa tista s que ha bían en-

    viado ese dona tivo. Los parist a s a nunciaron que utiliza ría n

    esos recursos en la logística pa ra el acopio de víveres q ue en-

    viaría n a Ch iapa s. E l gobierno chia pan eco anunció que mon-

    ta r ía retenes pa ra impedir el paso de ca ra van a s sol ida r ias

    con el zapa t ismo. E l cl ima de host iga mient o del gobierno

    subió y los es tudiant es se tuvieron q ue am para r a nt e la s

    a mena za s a nt iconst ituciona les y fa scistoides por impedir el

    libre tr á nsito en esa entida d.

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     JORGE ALONSO

     Trabas para el diálogo en la UNAM

    Académicos integra nt es de la Asocia ción P a z con D emocra ciareconocieron a l Consejo G enera l de H uelga (CG H ) ha ber

    puesto en la conciencia n a ciona l la defensa del derecho de

    todos a la educa ción superior y ha ber coloca do el t ema en la

    a genda de los problema s na ciona les. P idieron a los huelguis-

    ta s a brir las inst a laciones y a sumir la propuesta de solución

    de los eméritos. Sin emba rgo, los huelguista s no ha n querido

    entrega r la s insta laciones sin ga ra ntía s, porque sa ben q ue si

    leva nt a n la huelga sin que ha ya compromisos por pa rt e delas a utoridades, ésta s no cumplirá n sus promesas. El fan ta s-

    ma de lo que ha pasa do en Chia pas h a ronda do el conflicto de

    la U NAM.

    El gobierno ha tra ta do de desacredita r a l movimient o, que

    a f inales de septiembre l levaba ya má s de cinco meses en

    huelga, a rgumenta ndo que una minoría ra dica lizada preten-

    día imponer a la ma yoría de los universita rios decisiones y

    soluciones. E l movimient o ha ido perdiendo el apoyo que t e-

    nía a l principio.

    Ocho profesores emérit os h icieron una propuesta de solu-

    ción en q ue se consideraba n los punt os má s import a nt es de

    los huelguista s . La ma yoría d e la s a sa mblea s de los estu-

    dia nt es consideró que esa propuesta no resolvía sus dema n-

    da s. No obsta nt e, entr e la socieda d fue ga na ndo consenso el

    cam ino de solución seña la do por esos pr ofesores em éritos.

    P or su pa rt e, la P residencia de la República lo qu iso ut ilizar

    como un ultimá tum . O era a cepta da esa vía o se ut ilizar ía la

    fuerza . Los eméritos a clara ron que se tra ta ba de un punt o de

    par tida que debía ser enriquecido por la s pa rt es. Rectoría si-

    muló que lo a cepta ba , pero dio lar ga s a l a sunt o. A fina les de

    septiembre declar ó que “ah ora sí en serio” examina ría esa

    propuesta . E l Rector ensa yó presiona r a l gobierno para que

    sa ca ra por la fuerza a los estudia nt es. Zedillo prefirió lla ma r

    a estudia ntes y profesores a r esca ta r la U niversidad. E nton-

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    EDITORIAL   No.16

    ces, con in filtr a dos paga dos ta nt o por R ectoría como por la

    Secreta ría de G oberna ción, grupos de estudia nt es a nt ipa ris-

    ta s tra ta ron de entra r a las instala ciones de la U niversida d.E n va rios de est os intent os fa llidos, los infilt ra dos tr a ta ron

    de provocar la violencia . Ta mbién esos infilt ra dos ha n come-

    tido lat rocinios en diversos edificios pa ra t ra t a r de desa credi-

    ta r a los huelguista s. La esposa de La bast ida ha coma nda do

    a las llama da s mujeres de blanco que en vía s rá pida s de la ciu-

    da d de México llama ban a los automovilista s a que encendiera n

    las luces de sus coches para mostra r repudio a la huelga .

    En el Consejo U niversit a rio, controla do por el Rector, se leha n da do larga s a l asunt o. Los intra nsigentes prevalecen y

    no quieren ent ra r a negociar con los estudia nt es pa rista s

    ha sta que entreguen las inst a laciones. En el Consejo G ene-

    ra l de H uelga las cosa s no ha n ma rchado mejor. Se ha m a ni-

    festa do ta mbién la intra nsigencia. Algunos de los dur os del

    movimient o han sido a rra str a dos a posiciones de los infiltr a -

    dos. En esta forma , periodista s de L a Jornada que se ha bía n

    mostra do cerca nos a l movimiento fueron a gredidos. No obs-

    ta nt e, el CG H se ha deslinda do de todos los a ctos provoca do-

    res. E l movimiento ha tenido el apoyo de orga niza ciones po-

    pula res. Za pat ista s paga ron la visita que les ha bía n hecho

    universita rios en la selva y a cudieron a la ciuda d de México.

    Est uvieron en tres actos importa nt es. U na ma rcha en cont ra

    de la milita riza ción en Ch iapa s el día que se conmemora a los

    niños héroes, en la m a rcha en cont ra de la privat ización y en

    solidaridad con el movimiento estudiantil, y en la celebración

    del grito de independencia que se dio en la explana da de Ciu-

    dad U nivers ita r ia .

    Fina lmente, después de va ria s reuniones muy t ensa s, el

    Consejo U niversit a rio llegó a la conforma ción de un a comi-

    sión “d e enlace” par a entera rse de lo que proponen los huel-

    guist a s, cosa conocida por t odo el mun do a tr a vés de la pren-

    sa ; y los huelguista s a cepta ron buscar el diálogo a tra vés de

    dicha comisión. Cont ra todo lo que se ha dicho de este movi-

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     JORGE ALONSO

    miento, ha logra do flexibiliza r sus inicia les seis puntos, que

    par ecían ina movibles. H a n m a nt enido cua tr o de ellos: Abro-

    ga ción del Regla ment o G enera l de pa gos, a nula ción y deses-timiento de todo tipo de acta s y sa nciones lega les y pena les

    en cont ra de los pa rt icipa nt es en el movimient o (a sí como el

    desma nt ela miento del a pa ra to represivo de la U NAM), recu-

    pera ción de la s cla ses y pa ra eso corr imiento del calenda rio

    escola r, y fina lment e qu e ha ya un C ongr eso democrá t ico y

    resolutivo. Los otros dos punt os q ue se refieren a regla men-

    ta ciones de ingreso y perma nencia , así como a la inst a ncia de

    evalua ción, los deja n pa ra que se resuelva en dicho Congre-so. La s a utorida des han da do clara s muestra s de pretender

    a lar ga r el conflicto.

    Oct a vio Rodríguez Ara ujo ha reca lca do que si los estu -

    dia nt es iniciar on la h uelga cont ra el Regla mento G enera l de

    P a gos y luego a ña dieron otra s deman da s, no fue para demos-

    tr a r cu�