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UN EPISODIO DE LA «AUTOBIOGRAFIA» DE RUBEN DARlO: LA CONMEMORACION EN ESPAÑA DEL IV CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA Siempre nos ha llamado la atención al leer la Autobiografía de Da- río la escasez de los datos que el poeta da en ella acerca del aconte- cimiento que motivó su primera venida a España. en 1892. Cierto que todo en ese relato es apresurado: se percibe que Rubén, entonces en los promisarios comienzos de su carrera literaria, pasó los breves meses de su estancia aquí deslumbrado por sus contactos con los intelectuales españoles que tan bien le acogieron y no prestó demasiada atención a la realidad del país fuera de los salones de sus anfitriones y. lo que es más curioso, apenas se interesó por los actos conmemorativos en sí mis- mos. De hecho, la única infonnación que sobre ellos nos da se refiere a una intrascendente anécdota con motivo de la visita de las reinas doña Maria Cristina de España y doña Amelia de Portugal a la sección de Guatemala, inmediata a la de Nicaragua, situadas ambas en la Ex- posición histórico-europea y americana. Por otro lado, los biógrafos de Rubén, al referirse a esta corta pero trascendental etapa de su vida. se limitan a recoger lo que él mismo nos cuenta, con lo que seguimos quedando ayunos de conocimientos sobre lo que fueron aquellos actos conmemorativos. Por tal motivo, hace no mucho empezamos a rastrear este tema yen- do en busca de una documentación que rara vez falla: los periódicos y revistas de la époea. Hemos encontrado, efectivamente, en ellos am- plios detalles sobre él, hasta el punto de sentirnos animados a elaborar un estudio de alguna amplitud del que esta ponencia es un mínimo anticipo. Estimamos que tal estudio puede ser una aportación de cierto interés como eslabón de esa historia del americanismo en España en la Edad Contemporánea que aún está por escribir. En concreto, el presente trabajo se liznita apenas a ofrecer los datos que hemos obtenido en la más importante de las publicaciones consul-

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UN EPISODIO DE LA «AUTOBIOGRAFIA»DE RUBEN DARlO: LA CONMEMORACION

EN ESPAÑA DEL IV CENTENARIODEL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA

Siemprenos ha llamado la atenciónal leer la Autobiografíade Da-río la escasezde los datosque el poetada en ella acercadel aconte-cimiento que motivó su primera venidaa España.en 1892. Cierto quetodo en ese relatoes apresurado:se percibeque Rubén, entoncesenlos promisarioscomienzosde su carreraliteraria,pasó los brevesmesesde su estanciaaquídeslumbradopor sus contactoscon los intelectualesespañolesque tan bien le acogierony no prestódemasiadaatenciónala realidaddel país fuerade los salonesde sus anfitrionesy. lo que esmáscurioso,apenasse interesópor los actosconmemorativosen sí mis-mos. De hecho,la única infonnaciónque sobreellos nosda se refierea una intrascendenteanécdotacon motivo de la visita de las reinasdoñaMaria Cristinade Españay doñaAmelia dePortugala la secciónde Guatemala,inmediataa la de Nicaragua, situadasambasen la Ex-posiciónhistórico-europeay americana.Por otro lado, los biógrafosdeRubén, al referirse a esta corta pero trascendentaletapade su vida.se limitan a recogerlo que él mismo nos cuenta,con lo que seguimosquedandoayunosde conocimientossobrelo que fueron aquellosactosconmemorativos.

Por tal motivo, haceno muchoempezamosa rastrearestetema yen-do en buscade una documentaciónque rara vez falla: los periódicosy revistasde la époea.Hemos encontrado,efectivamente,en ellos am-plios detallessobreél, hastael puntode sentirnosanimadosa elaborarun estudiode alguna amplitud del que esta ponencia es un mínimoanticipo. Estimamosquetal estudiopuedeser unaaportaciónde ciertointeréscomo eslabónde esahistoria del americanismoen Españaen laEdad Contemporáneaque aún estápor escribir.

En concreto,el presentetrabajose liznita apenasa ofrecerlos datosque hemosobtenido en la más importantede las publicacionesconsul-

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tadas: La ¡lustración española y americana, de Madrid (1869-1921).revista ilustradade la época,familiar a cuantosse interesanpor la cul-tura españoladel último tercio del siglo XIX y primerasdécadasdelxx, que estabaentoncesen su mejor momento. La Ilustración no hadefraudadonuestraconfianza,ya que sus páginasestán llenas de por-menorizadasnoticias sobreel acontecimiento.

La primera alusión a las conmemoracionesque van a celebrarseapareceen el númerode 30 dc mayo de 1892. A partir de aquí la infor-mación crece en forma desbordante.El 8 de junio la revistase refierea las conferenciasque e] Ateneo de Madrid está desarrollandocomocontribuciónal centenario,desdemediadosde febrero. Nos sorprendesaberque ya se han pronunciadomás de cincuentahastael momento.Algunas de ellas estuvierona cargo de figuras tan destacadascomoOliveira Martins, Zorrilla de San Martin —ministro del Uruguay enEspañ&—~, Riva Palacio—ministro de Méjico—, el marquésde Cerral-bo, Pi y Margall y Cánovasdel Castillo, a quien correspondióla in-auguracióndel cielo por serdirector de la RealAcademiade la Lengua.

En los siguientesnúmerosabundanlas referenciasa estegran ciclode conferencias.Comomuestrade que no se cometióla injustaomisiónfrecuenteen actoshispanoamericanistas,comprobamosque unadeellasestuvo dedicada,segúnel número de 15 de junio, a «El Rey Católicoen el Descubrimientode América»,disertacióna cargodeAntonio Sán-chez Moguel. No parece,sin embargo, que el recuerdodel monarcaaragonésvolviera a ser motivo de particularatenciónen adelante.

Emilio Castelarrubrica el 30 de junio un brillante artículo titulado«Efeméridescapitalesdel descubrimientodeAmérica»,primerode unalarga serie que se desarrollaráen números posteriores.El 8 de julioencontramosuna interesanterecopilación de grabadosy textosrelacio-nadoscon el centenario.Entreellos sobresaleparanosotrosel del jovenRubénDarío, delegadodeNicaragua.Continúanlas reseñasde las con-ferenciasdel Ateneo.

En el númerode 30 de julio aparaceun grabadode uno de los per-sonajesque más bulleron en aquellosmeses: Vicente Riva Palacio, eíya mencionadoministro de Méjico, a quien Darío describecomo «elalma de las delegacioneshispanoamericanas»,(...) «varónactivo, cultoy simpático»,bien situadoen la corte, a pesarde los recelosde la reinadoña María Cristina, que «no podía olvidar que..- habíasido de losmilitares que tomaronparteen el juzgamientode su pariente el empe-rador Maximiliano» (O. C., 1. 84-85). Riva Palacio,que acabariasusdías en Madrid cuatro añosmás tarde,participó en efecto muy seña-ladamenteen las actividadesdel centenario. Las páginasde La lEus-

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tración están llenas de referenciasa él y recogenmuchosde los chis-peantesrelatos que luego formarían el volumen titulado Cuentosdelgeneral. Añadamosque en estemismonúmeropublicó Zorrilla de SanMartín un articulo acercade «Las conferenciassobre Méjico en elAteneo».

Entre tanto, las conmemoracionesempiezana extendersea algunasprovincias. Por el número de 8 de agosto sabemosque Huelva ardíaen fiestasy el infaltable Riva Palacio recibía allí, junto a don GasparNúñez de Arce, multitudinarios aplausos.Restauradoel conventodela Rábida,alguienhabíapropuestola peregrinaideade encerrarloden-tro de una gran armadurade metal y cristal, elementosbásicosde laorgullosaingenieríade la época,con unapuertaquesolo se abriría unavezcadasiglo, paraevitar que el histórico edificio perecieraa manosdedos terriblesenemigos:la intemperie(!) y la devoción delos que acu-dían a llevas-sepequeñosfragmentosde él. Treinta y cinco soberbiosnavíossurcaronlas aguasonubensesen una formidableparadanaval.

Proliferan los artículoseruditossobretemascolombinosy gestasdeconquistadores.1-fa habladoen el AteneoPedro Alejandrino, ministrodel Perú.También lo ha hecho el de Méjico. Ilinénez de la Espadaescribesobrela expediciónde Orellana.Continúanlos artículosde Cas-telar (númerode 22 de agosto).Doña Emilia PardoBazán da señalesde vida al disertar en el Ateneo sobre «Los franciscanosy Colón»(númerode 8 de septiembre).

En Génovase estabanrealizando,a todo esto, importantesfestivi-dades, según nos notiflea el número 15 de septiembre,con llamativarepresentaciónespañola,pero sin ningunaconcesiónal españolismodela empresacolombina. Junto al retrato del descubridorde Bogotá,recibe los honoresde la seccióniconográficael de Rafael Núñez,pre-sidente titular —ya no efectivo— de Colombia, el mismo que pocodespuésconcederíaa Darío el cargode cónsulde aquélpaís en BuenosAires. y el del presidenteenfunciones>el inolvidablehumanistaMiguelAntonio Caro.

Nos resultamuy curiosala información dadael 30 de septiembresobreel capitánAndrews.el pintorescoy arriesgadonavegante,dequienRubénDarío hablacomo un presuntonáufragodescubiertopor el va-por en que él viajabaa Españaen pleno Océanoy que resultó ser unnavegantesolitario querealizabaen un simplebarquichueloel itinerariode Colón al revés,por cuentade la casade jabón Sapolio(O. C., 1, 83).Rubén afirma que Andrews arribó a Palos «algunos días despuésdenuestrallegadaa España».Para ser más exactohubieradebido decir«algunassemanas»,ya queAndrewstardó 68 días en completarsuvia-

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je. La recepciónen Huelva de esteextraordinarioagentepublicitariofue triunfal, segúnaseguraDarío y confirmamosen La Ilustración.

Hay febriles preparativospara nuevosactos en Huelva y tambiénen Sevilla, Córdoba.Granada,Barcelona«y las principalespoblacionesde España».En lo literario cabedestacarla inserciónen estenúmerode unosfragmentosde «tabaré»de Zorrilla de San Martín, cuyaventaen libro se anuncia.El retrato del gran poetaplatensees reproducidoal ladodel de don Julio Herreray Obes,presidentedel Uruguayy tíodeJulio Herreray Reissig.Se publicaademásla informaciónsobreunaconferenciadel autor de «Tabaré»,dada en el Ateneode Sevilla, queversóacercadel tema «Descubrimientoy conquistadel Rio de la Pla-ta». SeríatambiénZorrilla de SanMartín el encargadode pronunciarel discursode homenajea Españaen la esplanadadel monasteriodeLa Rábida,despuésde inauguradoel monumentoconmemorativodeldescubrimiento,en nombredelos delegadoshispanoamericanos,discur-so de gran bellezaquecon el titulo de «El mensajede América»fuerecogidoen la edición de sus Obras completaspreparadapor RobertoBula Píriz (Ed. Aguilar. Madrid, 1967).

Llegamos así a una fechaculminante en las conmemoracionesdelcentenario,el 12 de octubre. El númeroque a ella correspondetiene elespecialinterésdeincluir un poemadeRubénDarío. Esel quecomien-za «Bajo un límpido azurcuyo raso / flordelisan los astrosde fuego»,de honda exaltaciónhispanista,recogido despuésen «El chorro de lafuente» (y. Obras completas, poesías.Ed. Aguilar, 1967, y. II, pági-na 952). Se trata de una claramuestrade la alta consideraciónde queRubéngozabaen España,teniendoen cuentala relevanciadel númeroen cuestión,que insertatextosdel PapaLeón XIII, don Carlosde Por-tugal, Echegaray,Castelary Ricardo Palma,delegadooficial del Perúy firmante de unosversosdedicadosa Colón bastanteretóricos.

Porestemismonúmeronosenteramosde la existenciade un Con-gresopedagógicohispanoamericanistaqueestabacelebrándosepor aque-llos días y cuyo presidenteeradon Rafael M. de Labra,naturalde LaHabanay diputado por el distrito de SabanaGrande (Puerto Rico).Sobreotros congresos—el geográfico,el de librepensadores,el espiri-tista (sic), el jurídico y el literario— nosinforma el númerode 22 de oc-tubre. Resulta impresionantetanta versatilidad cultural, que debió derequerir una meticulosaorganización.Se anunciala aperturade unaimportante exposición arqueológicay otra de Bellas Artes. La reinaregentey «el reyccito» se trasladabana Palosde la Frontera.

Un gran desfile cívico recorre las calles de Madrid (númerode 22deoctubre),pero,apesarde los esfuerzosdel Ayuntamiento,la «Cróni-

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ca general»—especiede editorial informativo habitual en la revista—afirma que los festejosmadrileños,en lo externo,resultanpobres. Crí-tica también el hechode queel centenariodel Descubrimientose estácelebrandosólo como el centenariode Colón. observacióninteresanteaunqueno del todo justa segúnnuestraperspectiva.

El númerodel 30 de octubrese refiere a la «muchedumbrede con-gresos,certámenes,concursosmusicales,fiestas escolaresy discursos».¿Cómono recordarla «Letaníade nuestroseñordon Quijote», de Da-río? ¿Tendríaen menteel poeta,al componerlaañosmás tarde, todoestealuvión de cultura oficialista que le rodeóen el 92? Queda anun-cíado el inmediato CongresoLiterario. «puedey debecontribuir acasocon más eficacia queel anterior —el jurídico— a la unificación moralde nuestraraza».Se subraya,no obstante,que «lo importante,lo serio,lo grandiosodel centenarioson las exposicioneshistórico-americanaehistórico-europea»situadasen las salasdel Palaciode Museosy Biblio-tecas.

El 8 de noviembreel CongresoLiterario estabaya celebrándose.«No tiene extracto posible», asegurael anónimo cronistaque nos dacuentade él, al tiempo que remite al libro que sobreel mismo piensapublicardon Josédel Castillo y Soriano.

Haciendoun incisoen nuestrorecorrido por La Ilustración, dire-mos que no nos ha sido posible hallar tal libro, cuya existencianosconsta.Hemospodido consultarafortunadamentela «Memoriade losactosy tareasde la Asociaciónde Escritoresy Artistas españolesdu-ranteel año de 1892», preparadapor Del Castillo y Soriano,secretariode dicha Asociación, y editadaen Imprentay Fundición de ManuelTello, de Madrid, en 1893. Esta publicación contienevaliosos datosacercade aquelCongreso,toda vez que la entidad en cuestiónfue laque lo organizó.

El Congreso,segúnel llamamientohechopor la Asociación,deberíaservir «parasentarlas basesde unagran confederaciónliteraria que, alprocurarla conservacióne integridadde la lenguacastellana.estrecharanuestrosvínculos internacionalesy lograra resultadosde indudablebe-neficio para los libros españolesy americanos».Contó con 720 adhesio-nes, de las cuales 124 fueron de hispanoamericanos,diplomáticos enEuropa,militares,hombresde ciencia,poetasy periodistas.Fueronmuynumerosaslas de los norteamericanos.

Dividido en tres secciones:Filología, RelacionesInternacionalesyLibrería, el Congresocelebróocho sesionesen el paraninfode la Uni-versidadCentral y las restantesen la Academiade JurisprudenciayLegislación. La mesade honor estabacompuestapor los presidentes

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de los países hispanoamericanos con Cánovas del Castillo, presidentedel Consejo de Ministros de España y de la Junta del centenario, y elduque de Veragua. La efectiva se hallaba formada por Gaspar Núñezde Arce como presidente -10 era también de la Asociación de Escri-tores y Artistas-, los ministros de Méjico, Guatemala, Uruguay, SantoDomingo, Perú, El Salvador, Argentina. el secretario de la Legación deChile, Rubén Darío como delegado de Nicaragua, José Echegaray yDel Castillo y Soriano, en calidad de secretario general.

Las conclusiones en materia de Filología fueron: Defender porencima de todo la integridad de la lengua castellana. Atraer para ellohacia España a jóvenes estudiosoS y profesores normales hispanoame-ricanos y estimular la acción de la Real Academia «asistida por susórganos autorizados en los diversos países donde se habla dicha len-gua». En todo momento se percibe que, para los más, España seguíasiendo depositaria esencial y maestra indiscutible del idioma.

En la Sección de Relaciones Internacionales se acordó promover losintercambios de obras literarias y las copias de manuscritos históricosentre las entidades culturales del mundo hispánico, así como suscitarla realización de acuerdos de esta naturaleza y tratados sobre validezde títulos académicos y derecho al ejercicio profesional.

El establecimiento de una tarifa postal uniforme entre todos lospaíses de lengua española, la concesión progresiva de franquicias mu-tuas y la puesta en marcha de una política editorial común, fueron lasprincipales recomendaciones de la Sección de Librería. En conjuntopuede apreciarse que el Congreso estuvo bien orientado, y hoy sabemosque no fue infructuoso.

Seguimos con nuestra revista y anotamos, todavía en el número de8 de noviembre, un artículo de Oliveira Martins sobre la Liga Ibéricay una información sobre la Exposición de Bellas Artes calificada de«espléndida y numerosísima», cuyas obras manifiestan -y he aquí undato interesante para la historia del término que consagró Darío- «lagran renovación soñada por los apóstoles del modernismo». En el mis-mo texto se menciona poco después a los «modernistas».

De la clausura de la Exposición histórico-europea y americanistanos habla el número de 22 de noviembre; el mismo que recoge tambiénla noticia de la muerte de Miguel de los Santos Alvara, a quien Daríomanifiesta haber conocido en casa de don Juan Valera (O. C., l, 89).Siguen las conferencias del Ateneo, Don F1orencio J ardiel había diser-tado recientemente sobre «Ligeras indicaciones acerca del venerablePalafox». Otro dato de especial interés en este número es la inserciónde un pello poema de Rubén: «Cabe una fresca viña de Corinto / que

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verde techo presta al simulacro.» Su titulo es «Friso», y con él apare-cerá en Prosas profanas.

Inmediatamente vuelve a surgir Darío en las páginas de La Ilustra-ción. El número de 30 de noviembre publica un retrato de él en sucalidad de «comisionado de la República de Nicaragua», así como unabreve nota biográfica en los términos que, en parte, reproducimos: Ru-bén -se recuerda- estuvo cuatro años en Chile, «donde inauguró sunueva manera literaria y fue el iniciador del modernismo en Améri-ca»... «El señor Darío decía hace pocos días a un querido amigonuestro: Entiéndase que nadie ama con más entusiasmo que yo nuestralengua y que soy enemigo de los que corrompen el idioma. pero desea-ría para nuestra literatura un renacimiento que tuviera por base el cla-sicismo puro y marmóreo, en la forma, y con pensamientos nuevos; lode Chenier llevado a mayor altura: arte, arte y arte»... «Su bellísimolibro Azul ha tenido brillante éxito en todos los Estados hispanoameri-canos y le han elogiado la prensa española y aun la francesa»... «Elseñor don Rubén Qarío, joven de veintiséis años no cumplidos, quetiene fe en el porvenir, mucha constancia en el estudio y laboriosidadincansable, está llamado a ser uno de los primeros literatos hispano-americanos.»

Como colofón recogemos en primer lugar unos comentarios de doñaEmilia Pardo Bazán, tomados de los números 22 y 23 de su Nuevoteatro crítico (Madrid, año II, octubre y noviembre respectivamentede 1892), En esta especie de boletín cultural informativo que la novelis-ta gallega publicaba mensualmente, escrito por ella del principio al fin,se hace eco de los actos del centenario un poco a vuela pluma. pero enforma de todos modos orientadora para nosotros. Su «Crónica del mo-vimiento intelectual en el centenario» (núm. 22) se refiere a la repercu-sión que éste tuvo en el campo de la bibliografía y que consistió fun-damentalmente en la edición de la Historia del descubrimiento deAmérica, de Emilio Castelar, y de los Autógrafos de Cristóbal Colóny papeles de América, colección de documentos de la Casa de Alba.Alude deSpués a los congresos antes mencionados -a los que añadeuno geográfico-. Acerca del literario, todavía no comenzado, muestraun desdeñoso escepticismo ya que «la Literatura, en cuanto arte, es re-fractaria al espíritu de asociación». No nos consta, desde luego, quetomara parte en él, a pesar de que, según el reiterado testimonio deRubén Darío, doña Emilia fue personaje muy notorio en el ambienteliterario-social del Centenario. Ella misma hace notar, por otro lado,el exclusivismo de las celebraciones: «Realmente los festejos dejan quedesear. sobre todo si tenemos en cuenta la excepcionalísima trascen-

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dencia del sucesoque conmemorany celebran.»Observala ausenciade respaldopopular. Este es un jubileo, dice, «de escogidos,de aris-tocraciaintelectual. Echo de menos al pueblo».Madrid «no hierve enfiestas». Corrobora con ello lo que sabíamospor los númerosde 22de octubrey 8 de noviembrede La Ilustración. En el último hallamosincluso constanciade que la irritación de ese pueblo que echabademenosla PardoBazántuvo consecuenciastan extremascomo la quemade arcos y tribunas por la multitud. «por el falso anuncio de unaserenatao la escasezde músicas»,lo queprodujo la dimisión del al-caldede Madrid.

Perodoña Emilia tampocoparecesatisfechacon las fiestas socialesde la élíte. Cree quelos extranjerosvenidos al Centenariose irán sinconocera la sociedadmadrileña.No fue éseciertamenteel casode Ru-bén Darío, quien nos dio unalista impresionantede intelectualesa losque tuvo ocasiónde tratar.

«Entrelos extranjeroscuyo nombreera paramí más familiar —aña-de la escritora—figuran los portuguesesRamalbo Ortigáo. BordalhoPinheiroy PinheiroChagasy los americanosRicardoPalma y RubénDarío.» No son mencionadosRiva Palacioni Zorrilla de San Martin,sin dudapor su habitual presenciaen Madrid. En cuantoal portuguésOliveira Martins.cuyapresenciaen las páginasde La Ilustración hemosseñalado,no se trasladóa Españacon la delegaciónde su país.Veamosahoralas breves semblanzasquedoña Emilia traza de los dos ameri-canoscitados: «RicardoPalma,el limeño, no es muy conocidoen Es-paña, y. sin embargo,manejanuestroidioma como un maestro. SusTradicioneshuelen a jerez rancio; la vieja savia españolaaromatizasus páginas...Rubén Darío, por el contrario, rinde culto a los diosesde la Galia y la Germania.Su indudable inspiraciónpoética procedede Mussety de Heine. Díceseque al joven poetale enojaesta afirma-ción.» Ciertamentedoña Emilia no estabadando exactamenteen ladianarespectoa las fuentesdarianas.

En el número23 informa nuestraescritorade las ExposicionesdelCentenario,en especiallas históricas,que alaba sin reservas:«Son lomejor, y hay quien dice lo único, que dejanen pos de sí los festejos;lo queha salidobien de todas veras.»Señalala calidad de la histórico-americanacomo particularmentedestacable.Unos comentariossobrela mediocridaddel ambienteteatral del momentoy las dilaciones deValera y Castelarparafallar con ella el concurso«Mil pesetaspor unsoneto» en homenajea Isabel la Católica terminan sus referenciasal acontecimientodel que nosvenimosocupando.

RicardoPalma nos ha dejadoen su libro de ensayostitulado Re-

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cuerdosde Espaíia.Notas de un viaje una evocaciónhechade rápidosesbozosacercade los actosdel Centenario,en los que él fue delegadodel Perú.Cabedestacaren ella sus impresionesde los actos de Huelvaa partir del 6 de octubre: la visita a las reproduciconesde las trescarabelascon motivo de la cual admiró la sorprendenteembarcacióndel norteamericanoAndrewsy otras frías referenciasal desplazamientoal Monasteriode La Rábida, en cuyo patio mudéjarhubo una sesiónacadémicapresididapor el jefe del Gobierno, Cánovasdel Castillo,y a las últimas sesionesde uno de los Congresos,clausuradopor lareina Maria Cristina. Por lo demás,al igual que Darío, Ricardo Palmadisfrutó de sabrososencuentroscon distinguidas personalidadesdelmundo literario del momentoy de ello ha dejadomuestra,con mayorgalanura,en otro lugar —«Esbozos»----de sus Recuerdosde Espaha.

Pero en «Neologismosy americanismos»,tercera partedel libro,hallaremosquizá la clave de su semidisplicenciaante las conmemora-cionesoficiales: la malaacogidaquetuvieron susproposicionesde quela AcademiaEspañolaaceptas-ala lista de palabrasa las que concierneaquella denominaciónque tan ilusionadamentehabía traído: lo cualle lleva a escribir: «Las fiestas del Centenariocolombino han dado eltristísimo fruto de entibiar relaciones»<O. C., 1379).

No queremos,sin embargo, que sea el escepticismode la PardoBazán y de Palma el que deje aquí su sabordefinitivo. El IV Cente-nario del descubrimientode América constituyó un serio esfuerzodeEspañapor acercarsea las nacionesde su progeniey pusoen variossentidoslas basespara un hispanoamericanismopráctico.Nos es gratoafirmarlo desdeesta asambleade bisnietos que estudiancon orgullocompartidoesaliteraturallenade neologismosy americanismosquenosenriquecea cuantoshablamosespañol“.

Luís SÁINZ DE MEDRANOUniversidadComplutense

Madrid (España)

NOTA.—Las citas de textos en prosa de Rubén Darío estántomadasde laedición dc sus Obras completas(O. C.) de la Editorial Afrodisio Aguado, Ma-di-id, 1950-1955,5 vs. Las de RicardoPalmacorrespondena sus Obras completas,Madrid, Aguilar, 1964.

* El autor se refiere al XVII Congresodcl Instituto Tntcrnacionalde Litera-

tura Iberoamericana(Sesiónde Madrid), dondeestetrabaiofue presentadocomoponencia.