Un acercamiento al I Ching

ORQUÍDEA FONG

Denominado por algunos estudiosos occidentales como “la Biblia china”, sin ser un libro religioso, el I Ching jugó durante milenios un papel importantísimo en la vida China.

Es un libro que ofrece al ser humano una forma de incorporarse al fluir cósmico, para vivir con mayor armonía, ya que nos ofrece un “retrato” de la situación en la que nos encontramos ubicados.

Entendiendo el I Ching

El I Ching es resultado del trabajo filosófico de muchas eras en la cultura antigua de China. Se le da un uso adivinatorio, pero es más que un oráculo. Es también una guía moral.

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Al igual que la astrología y la medicina tradicional, se deriva de la observación atenta y prolongada de los ciclos de la naturaleza, como las estaciones y los movimientos celestes.

Fue evolucionando gracias al trabajo de filósofos de diversas corrientes y dinastías.

Por ello, tiene influencias animistas, taoístas y confucianas, entre otras.

La filosofía implicada en el I Ching

El I Ching como oráculo parte de filosofía (una visión particular del mundo), exclusiva de China.

La filosofía o concepción del mundo que nutre el I Ching y otros saberes ancestrales chinos consiste en:

*El cambio es incesante. La mutación nunca se detiene.

*La fuerza que mueve al mundo es el Tao, el todo, la unidad.

*Para poder manifestarse, el Tao se ha desdoblado en dos polos, dos potencias, el Yin y el Yang.

Yin y Yang en el I Ching

Yin y Yang son las potencias básicas de cuya interacción surge todo el universo, natural y humano.

Cada porción de la realidad puede asignarse a una de estas fuerzas: femenino y masculino, alto y bajo, triste y alegre.

Ni Yin ni Yang se encuentran en estado puro, sino que cada una tiene el germen de la otra y por la eterna mutación se transforman.

Cuando una situación llega a su culminación, a su máximo esplendor o a su máxima decadencia, empieza lentamente a transformarse en su opuesta.

Vivir estos ciclos es inevitable. No se puede prolongar eternamente la primavera, pero tampoco el invierno dura para siempre. Lo mismo sucede con la fortuna y la desgracia en la vida humana.

Los ocho estados del cambio

Los estados básicos del cambio se han simbolizado en ocho elementos llamados TRIGRAMAS, que, de forma abstracta, señalan las fuerzas básicas (derivadas de Yin y Yang), que se mueven en la naturaleza.

Los ocho estados son:

-Cielo-Tierra-Agua-Fuego

-Aire-Trueno-Montaña-Viento

Los trigramas, unidos en parejas, debido la noción de polaridad del Yin y Yang, forman los signos llamados hexagramas.

Los Hexagramas

El I Ching definitivo quedó compuesto por 64 hexagramas, que en todas sus variaciones muestran todas las posibles situaciones en las que puede manifestarse la naturaleza y la vida del ser humano

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Al consultar el oráculo, el consultante obtiene un conjunto de seis líneas que responderán a una pregunta que deberá formular de forma clara y concreta.

Antiguamente, se consultaba el I Ching mediante tallos de plantas, ahora se hace con monedas.

Los hexagramas están compuestos por seis líneas. De acuerdo al ordenamiento de ellas se interpreta el estado actual por el que pasa el consultante.

Las líneas en el I Ching

Los trigramas y hexagramas están compuestos siempre de dos clases de líneas que expresan la eterna polaridad Yin y Yang.

Líneas Yang

Una sola línea continua.Son masculinas, positivas, firmes y activas.

Líneas Yin Una línea interrumpida o segmentada.Son femeninas, negativas, blandas y pasivas.

De acuerdo a como haya sido la tirada, las líneas pueden ser móviles o fijas.

Una línea móvil se transforma en su opuesta: si era Yang, se convierte en Yin y viceversa.

El hexagrama se construye de abajo hacia arriba.

Se anotan todas las líneas y si existen líneas móviles, se convierten en sus opuestas para formar un segundo hexagrama.

La construcción de un hexagrama no es difícil. Pero requiere concentración y enfoque en la pregunta para obtener una respuesta real.

Hay personas que realizan un ritual previo, para favorecer la calma interior.

Interpretar el I Ching

Lo más complejo del I Ching es su interpretación. Debido a que utiliza imágenes de la vida ancestral china, hay elementos difíciles de comprender.

La primera pista para interpretar, es el nombre del hexagrama. Deberemos consultar una versión confiable del I Ching. La más respetada es la de Richard Wilhelm.

El título y el dictamen nos indicarán, a grandes rasgos, si nos encontramos en una situación favorable o desfavorable.

Sin embargo, no todas las lecturas son tan obvias. Hay que aprender a profundizar en cada hexagrama.

Y aprender también que en ocasiones, el I Ching responde el mismo hexagrama para preguntas muy diferentes.

Solamente el estudio de largo plazo nos puede convertir en expertos en el I Ching.

No hay caminos rápidos.

Mi mejor consejo es llevar una bitácora de tus consultas, con tu pregunta muy clara y concreta, fecha y el resultado, con notas personales.

Mediante esa bitácora podrás ir comparando los resultados de las consultas con la manera en que se desenvuelve la situación por la que preguntas y comparando notas pasadas, avanzas en el aprendizaje.

Además, hay que darle mucho espacio a la meditación y a la reflexión, para que el sentido de la respuesta se revele a la mente.

Usa el I Ching para incorporar tus decisiones al fluir del Cosmos, porque de esa manera potencias tu fortuna, te proteges de posibles peligros y además, te mantienes en equilibrio.

Más siempre recuerda: a nivel humano el I Ching, como muchos oráculos, muestra un camino que puedes o no seguir. Pero, a nivel cósmico, muestra las fuerzas que quieras o no, están actuando.

Xié Xié!

¡MUCHAS GRACIAS!