tres sesiones sobre arquitectura_antonio lamela

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    lecciones/documentos de arquitectura

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    antonio lamelatres sesiones sobre arquitectura

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    direccin coleccinJUAN MIGUEL OTXOTORENA

    direccin ejecutivaJOS MANUEL POZO

    coordinacin ed.RUBN A. ALCOLEAIZASKUN GARCA

    maquetacinIZASKUN GARCA

    edicinT6 EDICIONES

    fotomecnicaCONTACTO GRFICO

    impresinPAPEL10

    depsito legal

    ISBN978-84-92409-10-5

    ESCUELATCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA. UNIVERSIDAD DE NAVARRA. JUNIO, 2009

    T6 ediciones S.L.Escuela Tcnica Superior de Arquitectura. Universidad de Navarra31080 Pamplona. Espaa. Tel. 948/425600. Fax 948/425629

    Esta publicacin transcribe las conferencias impartidas los das 9, 10 y 11 de abril de 2007 en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicacin, incluyendo el diseo de cubierta, puede reproducirse, almacenarse otransmitirse de forma alguna, o por algn medio, sea ste elctrico, qumico, mecnico, ptico, de grabacin o de fotocopia sin la previaautorizacin escrita por parte de la propiedad.

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    TITULO DEL LIBRO DEL AUTOR

    Presentacin

    Se hace casi imposible hablar hoy de Antonio Lamela sin citar la ter-minal T4 de Barajas, sin duda la obra que le ha catapultado en los lti-mos aos hacia el escenario internacional.

    Sin embargo, su carrera como arquitecto arranca hace ya ms demedio siglo, incluso antes de acabar la carrera y, como l mismo rela-ta, ejerciendo no slo de arquitecto, sino tambin como promotor yconstructor, lo que explica, sin duda, su aproximacin al hecho pro-

    yectivo y constructivo desde unos parmetros mucho ms amplios yquiz menos habituales.

    La lectura de estas pginas pone de manifiesto que Lamela es una deesas figuras destacadas, y tambin por tanto a veces controvertida, denuestra arquitectura pasada. Y tambin lo es, incluso, de la msreciente, ya que en el momento en que se edita este libro, sigue anejerciendo de arquitecto con la misma intensidad con la que inici sucarrera profesional desde que fundara su propio estudio en 1954.

    Esta publicacin pretende convertirse en un sencillo homenaje, yrecoge las tres conferencias que imparti en la Escuela deArquitectura de la Universidad de Navarra el pasado mes de abril de

    2007, frente a alumnos, profesores y profesionales, dentro del cicloLecciones de Arquitectura, que busca recopilar parte de la experien-cia adquirida por los maestros de la arquitectura espaola. Al igualque en anteriores ocasiones, se transcriben aqu de manera ntegraesas sesiones. Esta vez, sin embargo, hemos podido aprovechar ladilatada experiencia de Lamela como escritor, ya que generosamen-te ha contribuido con un extremado rigor y cuidadosa dedicacin a larevisin general del texto para hacer ms amable su lectura sin per-der la espontaneidad del lenguaje hablado.

    Pudimos ser testigos de la energa con la que Lamela ha ejercido laarquitectura durante todos estos aos, ya que el propio arquitecto, ensus cuidadas formas y exquisitos modales, supo transmitir al joven

    auditorio una muestra renovada de su pasin por la arquitectura.Sirvan estas escuetas lneas, en definitiva, como agradecimiento porla generosidad con la que respondi a nuestra invitacin, aportndo-nos una visin absolutamente fresca y directa de su propia arquitec-tura y vida.

    Rubn A. Alcolea

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    Antonio Lamela en la Escuela de Arquitectura, abril 2007.

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    Antonio Lamela, arquitecto

    En primer lugar os quiero dar las gracias por vuestra presencia, a laUniversidad de Navarra, y a esta Escuela, por la oportunidad que me dapara tener unos momentos en los que departir con vosotros, hablando deArquitectura y de cuanto rodea a esta disciplina.

    Ya s que todos sois estudiantes de Arquitectura y, por lo tanto, vamos aser futuros colegas en breve. As que os pido que, por favor, cuando esta-blezcamos el coloquio haya libertad absoluta para preguntar cuanto os

    plazca, de forma muy abierta, muy clara, sin ningn tipo de reservas, y yotratar de contestar aquello que sepa. Si hay alguna pregunta cuya res-puesta desconozca, lo dir sinceramente y explicar por qu no puedoresponderla.

    Antes de comenzar esta charla, estbamos comentando que llevbamoscinco minutos de retraso. Ya me haban advertido que haba personasque se iban a incorporar un poco despus, y me decan: Los cinco minu-tos de cortesa y yo respond: No, es de descortesa para los puntua-les. Os cuento, como ancdota, que dando una conferencia en Madrid,me preguntaron los organizadores: A qu hora quiere usted pronunciarla conferencia?. Les dije: A las ocho. Bueno, entonces pondremos lasocho de la tarde, y puntualic: Le pido un favor, no ponga las ocho dela tarde en la invitacin, ponga a las veinte horas y un minuto, porque voy

    a ser muy puntual. No s si aqu ser igual, pero en Madrid los aconte-cimientos previstos para una hora determinada siempre comienzan quin-ce, veinte o treinta minutos ms tarde. Yo soy amigo de la puntualidad.Cuento esto para dar incluso tiempo a que lleguen quienes todava faltan.

    Os voy a contar parte de mi vida. Empec a desarrollar la profesin y ahacer de arquitecto antes de terminar la carrera. La razn fue muy sim-ple y sencilla: mi padre era una persona muy capaz, muy inteligente, muyordenada y cuando yo estaba en segundo de carrera me dijo: Antonio,necesito que sepas algo que va a influir en tu vida profesional, creo yo,si lo entiendes tal y como te lo digo. Hay tres maneras de arruinarse enla vida, me dijo: con las mujeres, que es la forma ms divertida; con eljuego, qu es la forma ms apasionante; y con los tcnicos, qu es lams segura. A continuacin aadi: Como quiero que t seas un arqui-tecto con quien tus clientes no se arruinen, te aconsejo que compatibili-ces los estudios de tu carrera os recuerdo que estaba todava en segun-do, y aprendas lo qu es encontrar un solar en Madrid, y que conozcaslo qu cuesta. Estoy hablando de los aos cincuenta, para que ossituis, hace casi sesenta aos. Despus de comprar el suelo, que noes tan fcil encontrarlo, que sepas comprar un ladrillo, que sepas colo-car bien ese ladrillo y, luego, que sepas venderlo. Me dio una semanade plazo para que le comentara algo. Lgicamente, a la semana le res-

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    pond que la idea me pareca estupenda, pero que, naturalmente, paratodo eso se necesitaba dinero, y yo no lo tena. Y mi padre, como dabapor lgica esta contestacin ma, me dijo: S, lo tena previsto. Entonces,nos vamos a hacer socios. T vas a ser el socio activo, el socio industrial,y yo voy a ser el socio capitalista. Aquello fue para m una gran suerte yenseanza. Pude encontrar un solar en lo que se llama el Madrid de losAustrias, en un sitio relativamente cntrico, enfrente de lo que eraEstadstica Municipal.

    Cuento tambin este detalle porque tuvo su influencia. Conclu el proyec-to siendo an estudiante. No lo pude firmar. Lo firm un colega y amigo

    con quien, luego, termin asocindome temporalmente y, siguiendo elconsejo de mi padre, me convert en promotor y constructor, teniendo enplantilla mis propios obreros, porque mi padre tambin quera que pasa-ra por esa experiencia, como un aprendizaje imprescindible.

    Es una experiencia por la que no todo el mundo puede pasar, pero s con-viene tenerla muy presente en cuanto se pueda imaginar. Entonces con-currieron cantidad de circunstancias, que voy a contar, porque, aunqueparezca un poco anecdtico y personal, se pueden sacar consecuenciasgenerales.

    Como he dicho, ese naciente edificio estaba en el barrio de los Austrias.Trat de conservar lo que podramos llamar los invariantes castizos tpicosde la arquitectura de aquel barrio madrileo: huecos estrechos con pre-

    dominio de la verticalidad, y ventanas de formas y dimensiones ms omenos tpicas. Debido al entorno prximo, utilic ladrillo tradicional paradejarlo visto. No era ladrillo aplantillado, no era ese tipo de ladrillo; eraladrillo de tejar porque entonces todava no se comercializaba el ladrilloaplantillado. Se trataba del ladrillo ordinario que se utilizaba en las fbri-cas cermicas clsicas. S que introduje algunas novedades en el edificio.

    Me pareca que haba que hacer una arquitectura que tuviera inspiracio-nes y fundamentos tradicionales, ya que se trataba de un lugar histrico,pero que tambin haba que incluir las innovaciones correspondientes alos nuevos tiempos, aunque pudiera resultar un poco rompedor.

    Esas novedades se reflejaron principalmente en el remate superior deledificio, donde dise una logia, y en el concepto del portal, que eraabierto e innovador, y no simplemente una puerta a la antigua usanza. Eraun portal abierto en fachada y muy envidriado interiormente, ya que, unavez dentro del edificio, me permita mayores libertades que el conjuntoexterno de fachada.

    Incluso en el eje central de la fachada principal introduje unas celosascontinuas, de arriba abajo, muy innovadoras para aquel momento, pues,no era fcil ni frecuente encontrarlas en unas terrazas-tendederos de ser-

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    incluso que el que pudiera recibir en la Escuela. Porque, adems, enaquellos momentos haba unos profesionales magnficos en lo que enton-ces llambamos oficios: en carpintera, pedrera, en metalistera, cerraje-ra, en albailera, en todo. Y era muy interesante escuchar con atencina quienes participaban como obreros en cualquiera de los trabajos y ran-gos, porque incluso, tenan conocimientos superiores a los que pudierantener determinados profesores. Adems de eso, la propia experiencia deldesarrollo de una obra, ayudaba a ver qu distinta era la teora escolsti-ca de la realidad constructiva.

    Otra de las fuentes de aprendizaje que he tenido para mi formacin han

    sido los viajes. Los viajes, en mi vida profesional, han supuesto una ense-anza magnfica, extraordinaria, hasta el punto de que me lleva a decirque he aprendido tanto o ms en ellos que en la propia Escuela, en lasrevistas profesionales o en los libros acadmicos.

    Os cuento, como ancdota, que en uno de los viajes que hice en loscomienzos de mi ejercicio profesional, iba con mi mujer, y tena muchointers en ver lo que se estaba haciendo en Holanda en aquel momento.Como Holanda era un pas atractivo, mi mujer se vino conmigo y meacompa incluso en alguna visita de obra. Estando visitando una deellas que se encontraba en plena construccin en aquellos momentosno era tan difcil entrar en obras en construccin como lo es hoy, queprcticamente es imposible por razones de seguridad, coincidimos conuna pareja que estaba al otro lado de donde nosotros nos encontrba-

    mos. Le dije a mi mujer: estos tambin son arquitectos o por lo menos ldebe serlo, as que vamos a ir acercndonos, poco a poco, a ver si des-cubrimos el idioma que hablan. Y, efectivamente, eran espaoles.Adems tuve la gran suerte de que era un gran arquitecto, a quien yoadmiraba y que recientemente estuvo aqu en Pamplona, de quien se hizouna publicacin. Desgraciadamente, acaba de fallecer: Francisco J.Barba Corsini.

    Nos presentamos. l era mayor que yo, tena siete aos ms. Yo ya cono-ca obras suyas a travs de revistas profesionales. A partir de aqulmomento, empezamos a tener una amistad que, luego, con los aos, fuemuy importante y muy slida. Incluso llegamos a organizar viajes conjun-tos, porque, adems, esto nos enriqueca a los dos ya que, al contemplaredificios, obras, o cualquier tipo de realizaciones, el contraste de opinio-nes sobre aquello que estbamos viendo era interesantsimo.Mayoritariamente, prevalecan las coincidencias de pareceres, por estaren lneas muy similares.

    Los dos ya viajbamos con nuestros respectivos equipos de cmara parair haciendo fotografas y, por supuesto, en el bolsillo un cuaderno denotas y algo para escribir y dibujar, cuando era preciso, como comple-mento recordatorio.

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    Uno de los viajes que organizamos, en conjunto, fue para visitar la famo-sa y extraordinaria exposicin que se celebr en Berln, a finales de losaos 50: la conocida Interbau. Podamos llamarla la olimpiada de laArquitectura en aquellos aos, despus de la Segunda Guerra Mundial,donde estaban todas las grandes figuras contemporneas de laArquitectura mundial.

    Francisco J. Barba Corsini y yo aprendimos muchsimo en ese tipo de via-jes formativos. Esto es otro consejo que os doy: viajad con espritu crti-co, e id tomando notas. Adems, si se puede, hay que tratar de tener con-tacto con los arquitectos, as como las personas que utilizan esos edifi-

    cios o viven en ellos, para saber cmo estn disfrutndolos o padecin-dolos. Esto es muy interesante, porque hay que tener en cuenta que,naturalmente, la Arquitectura no se hace para que aparezca en las revis-tas, como una exhibicin de conocimiento propio, sino que se debe hacerpara que sea til a la Sociedad; para que la gente funcione de la mejorforma posible y sea lo ms feliz que pueda dentro de los edificios quenosotros proyectamos y dirigimos.

    Respecto a esto que acabo de comentar, hay veces que coincido social-mente con alguien que, al reconocerme a travs de mi nombre, me dice:No sabe usted lo que me alegro de conocerle, porque vivo en una casaque hizo usted hace muchos aos y soy muy feliz en ella. Hay otros queme comentan: Yo vivo en una casa que hizo usted que luego tuve queadaptar a mis necesidades. Porque, claro, no todo el mundo tiene los

    mismo criterios y necesidades, ni siquiera uno mismo. Yo sigo viviendo enla casa que inaugur en el ao 1958, y me ha pasado otro tanto. Adems,fue la segunda casa que promov siguiendo el criterio de mi padre. All yano fui contratista integral, solamente contratista general por ltima vez, yaque a partir de aquel momento, como no me interes ser constructor nipromotor, poco a poco fui abandonando esos papeles, dado que lo queyo quera era ser arquitecto.

    Debemos pensar que las viviendas que se hacen, como cualquier tipo deedificio, no son intocables ni permanentes. Hay que tener en cuenta, yes algo que nunca se debe olvidar, que la arquitectura tiene que ser fle-xible y adaptable a lo largo del tiempo, en funcin de las circunstanciasde todo tipo, que concurran alrededor.

    Refirindome a mi casa, os cuento que es un edificio destinado a vivien-das y oficinas. El solar es muy especial, porque solamente tiene 10,90metros de fachada. Sin embargo, tiene cincuenta y tantos de fondo y, amedida que va adquiriendo mayor profundidad se ensancha. Si mehubiera empeado en querer conservar todas las habitaciones en prime-ra lnea, en la alineacin de fachada a la calle, me habran salido doshabitaciones, y no ms. Sin embargo, me retranque desde la alineacinfrontal. En aquella poca, los ticos eran las plantas menos valoradas.

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    Edificio en la calle ODonnell, 33, Madrid, 1956.

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    Por la aplicacin de la ordenanza, retranque todo el edificio dos metrosdesde la lnea de fachada, para que la planta del tico no fuera tal, sinoque se convirtiera en una planta normal de pisos. Y el segundo tico,entonces se permita, era lo que pasaba a ser el autntico tico. Con locual, en valor comercial, sola y nicamente se despreciaba la ltima plan-ta, segn el criterio del momento.

    Adems de esto, hice un movimiento de fachada y la transform en 24,50metros, creando un patio exterior. Los 10,90 metros de fachada pasarona 24,50 metros, hasta el punto de que esto me permiti tener tres salonesimportantes en posicin de fachada principal, con buena orientacin;

    tambin el dormitorio matrimonial a la calle, y hasta un cuarto de baoexterior, lo cual hoy es un lujo.

    El conjunto de fachadas est protegido por sendas e importantes terra-zas que regulan el asoleo en invierno y verano, protegindolo de los rui-dos de la calle los ambientes internos, de manera muy confortable, inclu-so de forma sorprendente.

    Esos pisos, que conformaban viviendas en la parte exterior y oficinas enla parte interior, estaban pensados para que determinados profesionalespudieran tener su vivienda y su despacho, bufete, consulta, estudio enel mismo edificio, incluso comunicaba interiormente, como fue mi caso.Tuve all en un principio mi vivienda y el estudio, que se comunicaban atravs de una puerta, en un pasillo.

    Las viviendas tenan, ahora estas cifras escandalizan, pero en aquellaspocas eran comunes, trescientos setenta y cinco metros cuadrados, ylas oficinas ciento quince metros cuadrados. Sin embargo, a pesar de serviviendas de trescientos setenta y cinco metros cuadrados, como estabamuy de moda en aquella poca los salones-comedor, comet el error deseguir esa mana y, efectivamente, hice salones con partes de estar ycomedor de forma compartida.

    Con los aos me di cuenta de que aquello fue una tremenda equivocacin.La vivienda, a pesar de tener trescientos setenta y cinco metros cuadra-dos, al ir creciendo la familia se qued pequea, y tambin se quedpequeo el estudio. Cuando lo traslad del edificio de ODonnell 33 aODonnell 34, donde lo hemos mantenido durante cuarenta y tantos aos,aprovech para corregir el error, y entonces hice un gran comedor inde-pendiente. Porque me haba dado cuenta de que el saln comedor eraalgo que resultaba incomodsimo, debido a que el olor de la comida per-maneca incluso una vez desmantelada la mesa, impregnando las tapice-ras y los muebles. Sigo haciendo ahora proyectos de viviendas con saln-comedor, pero slo cuando no hay ms remedio. Ya podis imaginar queen trescientos setenta y cinco metros cuadrados esto tena que haberestado previsto desde el origen. Fue un fallo, sencillamente, de modismo.

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    Estudio Lamela, calle ODonnell, 34, Madrid, 1963.

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    Aprovecho para decir que hay que ser muy cuidadoso con el seguimien-to de las modas. Las modas hay que filtrarlas, no hay que seguirlas a piejuntillas, sino que hay que reflexionar sobre ellas, y aceptar aquello quees razonable, estando, o no, de moda, y rechazar aquello que no es derecibo, aunque sea un modismo. Esto tenedlo muy presente.

    Como insista antes, aconsejo que retengis tambin que en los viajes seaprende muchsimo, no solamente de Arquitectura, de construccin, deinstalaciones, de medioambiente Adems se aprende mucho sobreHumanismo. Y esto es fundamental.

    Los arquitectos, por nuestra condicin y profesin, tenemos que ser muygeneralistas, muy humanistas, estar interesados en todo lo que hace refe-rencia al ser humano. Cualquier cosa que se relacione con el humano,debemos valorarlo como corresponde, porque, incluso, tendremos laocasin, antes o despus, de incorporar esta experiencia a nuestro cono-cimiento y al desarrollo de nuestros proyectos. Esto es bsico y funda-mental, hasta el punto de que desde hace mucho tiempo sostengo que elarquitecto que solamente sabe de Arquitectura, ni de Arquitectura sabe.

    La Arquitectura es una materia muy compleja. Es parte de nuestra instru-mentacin profesional, para muy diferentes y distintas ocasiones, en lasque los arquitectos tenemos la oportunidad de desarrollar nuestra profe-sin: la mera interpretacin arquitectnica que debe dar respuesta a lasmuy diversas demandas sociales, de muy diferente orden, que necesi-

    tan nuestra colaboracin sectorial. Esto es lo que entiendo porArquitectura autntica, honrada y sincera.

    Por lo tanto, tiene que ser eminentemente funcional, pragmtica, flexible,sostenible y sustentable, en ambos conceptos, en cuanto a lo queahora se llama medio ambiente. Pero que tambin se pueda soportareconmicamente. Adems, que sea adaptable a distintas situaciones yexigencias y, por supuesto, fcilmente conservable y mantenible. Esto sepierde de vista en muchas ocasiones y se olvida, desafortunadamente. Ya todo esto es a lo que se refera mi padre cuando me aconsej que tuvie-ra la experiencia de ser promotor-constructor, para no ser un arquitectoterico, subido en una torre de marfil, haciendo lo que a m me viniera engana, pero que luego no funcionara bien, que no fuera digerible econ-micamente, que no fuera fcilmente mantenible, conservable y dems.

    Mi padre haba tenido malas experiencias con ingenieros, sobre todoindustriales, y con arquitectos, en las pocas ocasiones que haba tenidocontacto con unos y otros; y de ah era de donde vena su reticencia y suconsejo. No haca referencia meramente a los arquitectos, sino que englo-baba a los tcnicos en general, y a los arquitectos nos inclua como tcni-cos. Eso, afortunadamente, no lo he perdido nunca de vista y, efectiva-mente, creo que es uno de los xitos que ha tenido Estudio Lamela, acre-

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    Aeropuerto de Madrid - Barajas, Madrid, 1998-2006.

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    ditado por su rigor, por su autocrtica, pragmatismo, por su honradez y sin-ceridad; y por no hacer nunca cosas caprichosas. Ni siquiera para aque-llas oportunidades que aparentemente puedan parecerlo, y que no lo son.

    A cuenta de lo que acabo de decir, quiero hacer una aclaracin: hay quie-nes les parece que la arquitectura de la Terminal 4 de Barajas es un pococaprichosa y costosa. Os puedo asegurar que esto no es as. La arqui-tectura de la Terminal 4, verdaderamente, da unas respuestas en base aeso que os he explicado anteriormente. La estructura tiene esas formasporque, al final, se lleg a la conclusin de que, para salvar las grandesluces que tiene, eran las mejores formas que se podan utilizar, pensan-

    do en que las soluciones iban a ser metlicas. Incluso en la manera decerrar aquellos enormes espacios mediante su techidumbre.

    Lo explico porque esto no siempre se ha entendido bien. Aparte, ha habi-do algunas crticas desfavorables, en los medios de comunicacin, res-pecto al intrads de la cubierta y el material de su recubrimiento: elbamb. Esas superficies alabeadas del intrads de la cubierta se cubrie-ron con piezas especiales que se fabricaron con madera de bamb: pie-zas ensambladas. Cada pieza tiene del orden de unos quince centme-tros de anchura. Se emple bamb porque, como todos sabis, es lanica madera flexible en sentido longitudinal. Conseguimos que tambinlo fueran las piezas ensambladas, en sentido transversal, por la manerade construirlas, de adicionar unas a otras y de los materiales empleados.

    En cierto medio de comunicacin de Madrid alguien dijo: Qu disparate,el despilfarro que se est cometiendo en la T4 de Barajas trayendo bambdel oriente lejano, nada ms que por capricho de los arquitectos!.

    Esto es falso. El bamb se utiliz por las razones que he explicado y por-que, adems, en China prcticamente lo regalan. Hay tal cantidad debamb, y necesitan entresacar tanto para que las plantaciones se rege-neren y sean frtiles que, all, el bamb sobra. Aparte, tuvimos la idea deaprovechar los retornos de los transportes martimos que llevaban mate-ria desde Espaa al lejano oriente, y que volvan de vaco; para que eltraslado fuera de muy bajo coste. Por lo tanto, esta solucin est total-mente justificada. Mientras, hubo crticos que decan que estando Valsaintan cerca de Madrid, por qu no se haba utilizado el pino e esa comar-ca. Aparte de que en Valsain habra sido un estrago talar tanto pino paratanta madera. Naturalmente, todos sabis que el pino no es una maderaflexible en sentido longitudinal. Independientemente de todo, habra sidocostossimo; y muy poco medioambientalista.

    Con esto quiero decir que las crticas muchas veces son frvolas, y nosiempre estn justificadas; hay que filtrarlas, tanto las que sean favora-bles como las que son desfavorables. Hay que saber analizarlas y des-menuzarlas para, luego, llegar a las conclusiones debidas.

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    Aeropuerto de Madrid - Barajas, Madrid, 1998-2006.

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    Sobre la T4, voy a decir algo que puede resultar interesante, y que es muypoco conocido. La T4 est promovida por AENA, que es la entidad pro-pietaria y quien gerencia y explota los aeropuertos espaoles. INITEC esuna ingeniera con quien nosotros habamos trabajado con frecuencia.Cuando AENA decidi convocar un concurso nacional, para lo que iba aser su futura sede, INITEC, que ya haba tenido contactos simultneoscon AENA y con Estudio Lamela, nos sugiri que nos presentramos alconcurso de la sede, lo que se iba a llamar SAENA. Nos presentamos yfuimos los ganadores del concurso, INITEC y Estudio Lamela asociadosen una UTE, Unin Temporal de Empresas. Luego, por distintas razoneseconmico-polticas y de otro orden, el edificio SAENA no ha pasado de

    ser un proyecto. Es un caso ms.

    Despus seguir con esto; pero hago un parntesis para deciros quemuchas de la obras que tenemos en Estudio Lamela provienen de con-cursos. Es relativamente bajo el porcentaje de concursos a los que nospresentamos y que luego ganamos, porque es muy difcil, por mucho inte-rs y atencin que se ponga. Nosotros, por supuesto, acudimos muchoms cmodos cuando son concursos con plica, concursos annimos,porque tenemos desconfianza de ciertos concursos abiertos en que sesaben los nombres, ya que hemos padecido tristes experiencias en deter-minados casos que, segn parece, estaban ya dados de antemano, con-vocando un concurso para cubrir las apariencias legales; incluso promo-vidos por la Administracin, lo cual es ms triste todava.

    Despus de haber tenido la suerte de haber ganado un concurso, slo enalrededor del treinta por ciento de los concursos ganados se realizan losproyectos definitivos y las correspondiente obras. En muchas ocasiones,nicamente se logra haber ganado un concurso, sin ms, con todo lo quesupone de esfuerzo humano y econmico, hasta el punto que tengo muyclaro que a los concursos slo merece la pena presentarse a ellos si hayposibilidad real de ganar, y si la entidad promotora es seria y fiable. Noslo por razones econmicas, sino tambin por razones de prestigio. Esun tema que el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de Espaatiene pendiente, con su enorme importancia.

    Ocurre que cuando el concurso es importante, da prestigio, como en elcaso de la T4. La T4 no ha sido intrnseca y econmicamente rentablepara nosotros, pero est sindolo indirectamente, a posteriori, por elprestigio y buena imagen que nos est proporcionando.

    Siguiendo con la T4, cuando se convoc el concurso para la terminal porparte de AENA, INITEC y Estudio Lamela tenamos muy claro que bamosa concursar. Mereca la pena, porque sabamos que si se ganaba, natu-ralmente, un concurso de esa ndole, su trascendencia era importante. Alpublicarse las bases, ni INITEC ni Estudio Lamela cumplamos un condi-cionante bsico: quienes se presentaran al concurso deban tener ya la

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    experiencia de haber proyectado y dirigido, como mnimo, doscientos milmetros cuadrados de superficie de rea terminal aeroportuaria.Doscientos mil metros cuadrados es una cifra importantsima.

    Por supuesto, en Espaa no haba nadie que lo cumpliera. En consecuen-cia, decidimos que, como nos interesaba presentarnos, tenamos quebuscar fuera de Espaa alguien que se asociara con nosotros para la ela-boracin del proyectos. Al final, tan slo eran diez o doce, me parece, lasfirmas de arquitectura e ingeniera que, separadamente, cumplan conese condicionante. Empezamos a ponernos en contacto con ellos. Dimospreferencia a algunos por razones de proximidad, no geogrfica sino

    conceptual y arquitectnica, incluso de idioma, de cultura, de todo. Noera tan fcil porque mucha gente ya tena comprometidas sus agendas.Y, adems, tenamos dos obstculos importantsimos, y es que en lasbases ya se fijaba que la obra tena que no sobrepasar una determinadacifra econmica de coste de ejecucin, para aquellos metros cuadrados,y un determinado tiempo de realizacin.

    Las personas a quienes nos dirigimos para asociarnos y que tenan expe-riencia en ello, nos decan: Nosotros intervendramos gustossimos, peroen ese plazo de ejecucin, y con ese precio, una terminal aeroportuariade esa magnitud es imposible que sea construida. Se nos iba acabandoel plazo para poder presentarnos y no encontrbamos quien entrara en elequipo, hasta que una oficina de Londres que nos haba calculado algu-na estructura, nos sugiri que ellos poda ponerse en contacto con

    Richard Rogers y Asociados para ver si le interesaba, pues, sospechabanque en ese momento el equipo de Richard Rogers tena tiempo disponi-ble dentro de su agenda. Contestamos que nos pareca bien, ya quecumpla el condicionante, porque el Estudio de Richard Rogers haba pro-yectado la Terminal de Heathrow.

    Nos pusimos en contacto con ellos y nos volvieron a poner la misma difi-cultad. S, pero no se puede hacer en ese plazo, ni en esa cifra. Pero,volvimos a insistir ante la premura del calendario, y les planteamos: Sios parece vamos a asociarnos en Unin Temporal de Empresas y, siganamos, ya discutiremos esto con la Administracin espaola. Porquenosotros ramos conscientes de que, efectivamente tenan, si no el cienpor cien de la razn, un porcentaje muy alto, aun conociendo las diferen-cias de costes y de plazos que manejamos aqu en Espaa y los que semanejan en el resto de Europa. Por aadidura, sabemos el funcionamien-to de nuestras Administraciones espaolas, tanto antes, como durante ydespus de semejantes situaciones.

    Efectivamente, al final, les convencimos de que lo importante era ganar yque luego ya discutiramos. Tuvimos la suerte de vencer y el entendimien-to profesional interno fue estupendo, extraordinario. Sugirieron la aadidacolaboracin de los estructuristas con quienes trabajaban en Inglaterra,

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    TPS; cosa que era lgica. Y as se hizo, al no tener inconveniente pornuestra parte espaola.

    Cuando se gan el concurso, lleg el momento en que ya tenamos quefirmar el compromiso escrito con AENA, y volvi a salir, la dificultad delplazo y del coste. Por fin, logramos una valoracin intermedia, conocien-do que tampoco era la totalidad. Convencimos a los ingleses, tanto a losarquitectos como a los ingenieros, de que haba que aceptar aquello por-que, al final, las cosas hay que encajarlas dentro de la realidad y no sepuede persistir en las nubes.

    Entonces, como haba que cumplir aquello de alguna forma, llegamos ala conclusin de que, por ejemplo, se iban a considerar extra-presupues-tarias partidas tan importantes como eran movimiento de tierras, que enese orden de magnitudes son muy importantes; por supuesto, tambin, loque no eran cimentaciones que se pudieran llamar ordinarias. Todo lo quesaliera de una cimentacin normal, ya se consideraba como extra.Incluso no iban a entrar determinados acabados de interiores porque seiba a considerar que eran decoracin y ornamentacin. Actualmente, elEstudio de Richard Rogers est encantado, porque ha descubierto queEspaa es una nacin interesantsima, y han conseguido introducirse ennuestra nacin de forma aislada o en UTE con otros equipos espaoles.Es lo mismo que ha pasado con Norman Foster y alguno que otro ms.

    Por asociacin de ideas, y como simple ancdota, puedo contar que

    hubo un concurso de Repsol para proyectar sus estaciones de serviciosal que se presentaron extranjeros y espaoles, y que, finalmente, adjudi-caron a Norman Foster, con las famosas setas que todos conocemos,resueltas de forma metlica. Pues, esas setas haban sido ya proyecta-das, en los aos veinte, por el famoso Flix Candela, el arquitecto hispa-no-mejicano que haba hecho esa misma, exacta solucin en hormi-gn armado. Y es posible que, esto es una especulacin ma, alguiendel Estudio de Foster conociera aquello, le pareciera bien, y lo propusie-ron como solucin, pero, en vez de en hormign, lo hicieron, en metal. Elmimetismo es tal que ni siquiera han cambiado la posicin de las lumi-narias que haba diseado Flix Candela. Si esa misma solucin lahubiera propuesto otro espaol, se llamara como se llamara, posible-mente no habra tenido xito, aunque en origen la solucin era realmen-te espaola. Estamos en al poca de la arquitectura de firma y, si esextranjera, mejor.

    Soy coautor de un libro titulado Estrategia para la Tierra y el Espacio:Geosmo y Cosmosmo. Se compone de dos tomos. Cuando recibi unejemplar, no s como le l leg, un famoso profesor de Florencia, a quienconozco, me llam para felicitarme por el contenido y la extensin dellibro, y me dijo: Lamela, qu pena que usted no tenga apellido anglosa-jn. Si usted tuviera apellido anglosajn, este libro sera la Biblia del

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    Escaparate de la tienda Loewe en la calle Serrano, Madrid, 2001.

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    medio ambiente. Lo que pasa es que usted ya sabe que los latinos, lla-mando latinos a italianos y espaoles, no sabemos vendernos bien.Dentro de los latinos los nicos que saben venderse bien son los france-ses, pero no los espaoles e italianos.

    Esto es otra de las cosas contra la que, los espaoles, desafortunada-mente, tenemos que luchar en Espaa. Y esto, nosotros, lo tenemos com-probado porque, en este momento, en Estudio Lamela estamos trabajan-do en cuatro continentes. El nico en el que todava no hemos hechonada, ni siquiera un proyecto, es Oceana. Pero claro, en los otros sitiossomos recibidos y valorados como aqu lo son las estrellas mundiales. Es

    caracterstico, por aquello de que nadie es profeta en su tierra.

    Fijaos que esto nos hace pensar que, en segn qu momentos, y en algu-nos concursos annimos, no existe este problema porque la plica ocultala autora de alguna forma. Cuando son abiertos y se conocen los nom-bres resultan ms complicados, en segn cmo, cundo, dnde y paraquin.

    Hablando de concursos, ahora me refiero a la famosa firma Loewe, quetodos conocis, de vestimenta, bolsos y dems. Dicha casa comercial,sac a concurso el escaparate, no la tienda, sino el mero escaparate dela tienda de la calle Serrano esquina a la de Jorge Juan, en Madrid.Nosotros tenemos en Estudio Lamela un departamento de informacinque est destinado a analizar todos los concursos que se convocan, y me

    comentaron, como cosa curiosa, como algo que no tena inters, quesala a concurso el escaparte de la tienda Loewe, cuya reforma interiordel proyecto primitivo que haba hecho Javier Carvajal lo estaba llevandoa cabo una firma estadounidense, muy conocida. Sin embargo, no lehaban encargado el escaparate. Y sala a concurso el escaparate, sim-ple y separadamente.

    Me lo comentaron en nuestra seccin correspondiente de concursos,como algo chocante: Fjate que sale a concurso un escaparate, y pre-gunt: Pero, qu escaparate?, el de Loewe, pero el de Loewe dednde?, pues el de Serrano esquina a Jorge Juan. Yo dije: Ah! Puesah tenemos que presentarnos, y tenemos que ganarlo. En mi Estudio lointerpretaron como una broma. Cmo iban a pensar que nos interesabahacer un escaparate. Dije: No, no estoy hablando de broma, estoyhablando muy en serio. Nos interesa presentarnos y ganarlo. Le dediqua esto muchas horas. Personalmente, fui mucho tiempo al lugar antes dehacer los primeros bocetos. Porque saba la trascendencia que tena, noeconmica, no recuerdo ahora la cifra, pero s la importancia que supo-na la autora de un escaparate que deba ser un gran escaparate.Porque, conociendo la firma Loewe, no se iba a reparar en gastos, apar-te de la importancia de la ubicacin en Madrid y del prestigio del estable-cimiento comercial.

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    Escaparate de la tienda Loewe en la calle Serrano, c/v a calle Jorge Juan. Madrid, 2001.

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    Al final logramos ganar el concurso con una solucin muy ingeniosa. Setrata de un escaparate en esquina, continuo, empleando lunas de vidriomuy especiales, con tcnicas y sistemas muy innovadores. El cerramientocontinuo de vidrio solamente se interrumpe por una escultura, una escul-tura practicable que sirve para entrar y salir, como tal puerta, en lo queparticip el gran escultor Arturo Berned, habitual colaborador nuestro.

    La novedad de ese escaparate reside en el tipo de lunas que hemosempleado. Hemos utilizado vidrios fabricados en Francia, que en esto sonquienes estn ms adelantados. Hemos colocado unas lunas que sonactivadas con impactos elctricos, de tal forma que, a veces, son de una

    transparencia increble, de una transparencia fantstica, sin ningn tipode brillo. Hasta el punto de que el producto que est expuesto detrs deesa luna parece que lo puedes coger con la propia mano, porque no apa-rece ninguna dificultad. Pero, otras veces, cambia de transparencia,incluso se convierte en zonas opacas; en otras ocasiones toman color.Combinado lo uno con lo otro, las soluciones de ese escaparate han sidosensacionales, extraordinarias, muy innovadoras e inesperadas.

    Esto viene a cuento de que muchas veces la importancia no est en elproyecto en s, en la propia obra, sino en lo que hay detrs. Este escapa-rate de Madrid ha revolucionado el escaparatismo a nivel mundial. Yesto son cosas que, sorprendentemente ah quedan, con mayor repercu-sin de lo que caba esperar.

    Respondiendo ahora a esta pregunta que se me hace, si tuviera que pen-sar en los proyectos que mayor satisfaccin han dejado en m, dira queel que ganamos para el concurso de Telefnica, para la Ciudad de lasComunicaciones. Un proyecto que, en mi opinin, es el proyecto mejor,ms importante y ms trascendente, que se ha hecho en Estudio Lamela.Telefnica nos lo adjudic y lo exhibi a bombo y platillo en distintos luga-res, pero, al final no se realiz.

    Por otro lado, la Terminal 4 nos ha dado pie a que ya entrramos en esemundo aeronutico y ganramos otros concursos de aeropuertos, comoha sido el Internacional de Varsovia. Ahora tambin hemos vencido en elde Cracovia, en Polonia. En su momento, fuimos vencedores de otro con-curso para Sharm-el-Shikh, en Egipto. Cuando se profundiza en un deter-minado sector, queriendo o no, te conviertes un poco en especialista deese campo, como es lgico. Y ya los siguientes proyectos salen conmucha ms facilidad porque ya te conoces el funcionamiento, los entre-sijos, las experiencias y, sobre todo, cuando has estado, no solamente enla direccin de la obra, sino muy cerca de la explotacin funcional.

    Fijaos que, por ejemplo, la Terminal 4, como todos sabis, tuvo un iniciocon algunas crticas desfavorables, no por la arquitectura, sino por la ges-tin que se haca de la T4, que es distinto; en lo cual nosotros, los arqui-

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    tectos e ingenieros, no intervenamos para nada. Pero, sin embargo, lagente muchas veces no establece la diferencia.

    Os digo dos cosas con respecto a la Terminal 4 que merece la pena sabery que no son conocidas. Primero, en la Terminal 4 hay un edificio centraly un satlite que estn unidos por un tren automtico que circula en sub-terrneo y, adems, estn los estacionamientos de coches, muy separa-dos. Cuando nosotros empezamos a contemplar todos los problemas quepudieran darse en un aeropuerto, una de las cosas que tuvimos muy encuenta era que, aparte de deber ser una arquitectura muy liviana, muyligera, tambin deba ser muy tranquila, que equilibrara los nervios de ese

    pasajero que, normalmente, cuando va a un aeropuerto est preocupa-do, intranquilo. Porque hay gente a la que volar todava no le resulta fcil.Haba que producir un ambiente sosegante y que, adems, cuando elpasajero estuviera en la terminal se diera cuenta de dnde estaba, y quelo relacionara con un aeropuerto, con el transporte areo. Que estuvieraviendo los aviones: unos que despegaban, otros que aterrizaban y, cmose movan en las superficies de rodadura, en las cercanas. Y, adems,que, naturalmente, incluso hasta se viera el paisaje natural y espontneoque nos proporciona la Naturaleza circundante, y que se viera la ciudad.Eso tranquiliza mucho a la gente.

    Entonces, decidimos que la estructura de esa parte tena que ser unaestructura como la de un satlite volador, muy etrea, muy ligera, que nopesara psicolgicamente, que no agobiara. De ah vienen las formas a las

    que me refera antes al tratar del intrads de bamb que, adems, no escontinuo, tanto en la terminal central como en el satlite.

    Por cierto, aprovecho la oportunidad para decir que, a veces, hay crticasacerca de lo que hay que andar en la Terminal 4. AENA, no s por qurazn, cuando se trataba de vuelos peninsulares, en segn que ocasin,mandaba los pasajeros al satlite, ya que no era lo previsto. Porque elsatlite estaba pensado para vuelos transocenicos, donde, naturalmen-te, esos veinte minutos ms que se puede tardar en el traslado a travsdel ferrocarril subterrneo desde la terminal central al satlite, no suponenada en un vuelo que dura horas y horas. Pero, en un vuelo de cuarentay cinco o cincuenta minutos, es un tiempo considerable porcentualmen-te. Los vuelos nacionales deben salir todos, tal y como se haba concebi-do, no solamente desde la edificacin central, sino desde las puertas msprximas a la entrada. Las de los extremos se deben destinar a vuelos demayor duracin, ya que el dique tiene un kilmetro y medio de longitud, apesar de las aceras rodantes. Ahora, esto ya se est teniendo ms encuenta por parte de AENA.

    Respecto a las aceras rodantes, en todas ellas se entra a la velocidad de0,60 metros por segundo y se desembarca a la misma, siendo continuaen todo el trayecto. Se puede observar que gente que usa la acera rodan-

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    te, si est parada, ve como alguien que va fuera le adelanta cuando cami-na muy deprisa. A m se me ocurri que, para segn qu zonas, habaque introducir una variante para esas aceras, que tuvieran una velocidadprogresiva. De tal forma que entrando a 0,60 metros por segundo, llega-ra un momento en que pudiera alcanzar los 2,50 metros por segundo, quees lo razonable que tolera el cuerpo humano para sentirse cmodo, y vol-ver a desembarcar a 0,60 metros por segundo. Cuando plante esta ideaa las firmas ms importantes, a nivel mundial, todos sus tcnicos me dec-an: Lamela, todo esto que usted est planteando es imposible, por puralgica. Les contest: yo, como no soy especialista en eso, no s si efec-tivamente se puede encontrar algn ingenio que resuelva el problema,

    pero soy de las personas que creo que casi nada es imposible; quemuchas veces es cuestin de pensar, para buscar los medios. As que,ahora, a ustedes les toca trabajar para encontrar la solucin. Al final,encontr una firma, concretamente Thyssen, muy interesada en el tema,que me dijo: esto que usted plantea es tan importante que no solamen-te puede servir para un aeropuerto sino que si, efectivamente, somoscapaces de resolver el problema, esto tiene mltiples aplicaciones.Incluso urbanas para resolver problemas urbansticos. Porque una de lascosas que se piensa en el urbanismo del futuro es que haya muchas ace-ras rodantes exteriores en segn qu partes de la ciudad. Y esto es algoque ellos tienen en su mente.

    Finalmente me dijeron: Lamela, ya lo tenemos resuelto. Y adems le invi-tamos a usted a que vea el modelo que le hemos preparado, que pueda

    comprobarlo. Lo tenemos en Avils. Efectivamente, en Avils comprobque era cierto; me sub en esa acera, se llega a los 2,50 metros porsegundo sin que haya ningn problema importante para casi nadie. Esuna gran solucin.

    Hay muchos fabricantes que todava siguen sin entender cmo se haresuelto el problema. Se ha solucionado de una forma muy ingeniosa. Lotienen patentado, por supuesto. Yo s cmo est logrado, mediante solu-ciones mecnicas, pero no puedo decirlo, obviamente.

    En segn qu momentos, en la T4, hemos querido instalar este tipo deaceras rodantes. No lo hemos podido aplicar a Barajas por razones eco-nmicas. Aunque ya hemos dejado prevista la altura necesaria y suficien-te para instalarlas, si AENA algn da decide sustituir las actuales por lasnuevas. No habra nada ms que hacer una simple sustitucin, sin mayordificultad ni trascendencia.

    Naturalmente, estas cintas son ms costosas pero, en definitiva, yo creoque son rentables, desde el punto de vista de explotacin de un aero-puerto, por muchas razones. Por otro lado, existe cierta oposicin porparte de los comerciantes prximos a esas cintas, porque prefieren lacinta de 0,60 metros por segundo, para que los usuarios vayan viendo

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    Aeropuerto de Madrid - Barajas, Madrid, 1998-2006.

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    cuanto exhiben sus comercios. Esto no es slo inters de los comercian-tes sino tambin de AENA, porque los ingresos que AENA tiene por esaexplotacin comercial son muy importantes.

    Vuelvo a la Terminal 4, en otro aspecto. Tuvimos en cuenta, naturalmente,que en determinados momentos podan llegar a producirse vientos fuer-tes, vientos importantes. Hemos contemplado vientos de hasta cientoveinte kilmetros por hora. Y tambin ramos conscientes de que podahaber ligeros movimientos ssmicos, aunque Madrid, afortunadamente,est en una zona intermedia respecto al problema de sismos.

    Tambin tuvimos presente que en las proximidades del aeropuerto, en lassuperficies de movimiento de aeronaves, por cualquier circunstancia,pudiera haber una explosin por la razn que fuera. O bien por simplechoque de unidades en los movimientos de ese tipo, en tierra, dandolugar a una onda expansiva de cierta envergadura.

    Lo que no habamos previsto era el atentado de la Terminal 4, producidoen la zona de aparcamiento. En esta parte de la edificacin la estructuraes muy rgida, muy fuerte, y all respondi a la carga explosiva colocadarelativamente bien. Aunque se produjeron grandes destrozos.

    Como ya he comentado para el resto de las edificaciones, con motivo deesas contemplaciones de viento, de sismo y de esa posible explosin dealguna aeronave, hemos concebido soluciones estructuralmente flexi-

    bles. Una estructura no rgida, sino que, en segn qu circunstanciaspudiera amoldarse a esas mismas eventualidades a las que he hechoreferencia, hasta un determinado grado. Casualmente, por el hecho acae-cido, con motivo del atentado, pudimos comprobar, que el comporta-miento de esa estructura fue excelente.

    Yo tena asumido anteriormente que, antes o despus, bamos a tener unatentado en la Terminal 4. Incluso todava existe la posibilidad de otros.La razn es que un atentado en la T4 es una noticia que da la vuelta almundo, que es lo que pretenden muchas veces los terroristas: la publici-dad que segn que reprobables actuaciones les proporciona.

    Ese da, al cabo de poco tiempo, recib la llamada de un amigo, ingenie-ro industrial especializado en clculo de estructuras. Me dijo: Antonio,me imagino que estars enterado de lo que ha pasado en la Terminal 4,y dije: S, lo acabo de or por radio. Pues, es que yo estoy aqu. Te llamodesde la Terminal 4 a travs de mi telfono celular. Y me he quedadoimpresionado de la reaccin que ha tenido la estructura, porque se hamovido, como si el techo se hubiera levantado un metro y, luego, ha vuel-to a su lugar. Claro, aquello fue una ficcin visual de mi amigo. Se movitodo. El techo no se haba despegado, como l pensaba, ni haba vueltoa bajar a su lugar, sino que todo se haba movido por las razones que he

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    explicado, al ser una estructura flexible, no rgida. Por esto es por lo queos explicaba que las formas no haban sido caprichosas, porque, conindependencia de las grandes luces a cubrir, estas formas que se handado a la estructura esto que la gente asimila a unas gaviotas facilitaun comportamiento mucho ms interesante y adecuado.

    Quiero decir que, muchas veces, situaciones de este tipo nos sirven paracorroborar que, efectivamente, los clculos tericos, y esas meras espe-culaciones que se hacen, al final, funcionan. Todos, como tcnicos, que,algunas veces, cuando damos soluciones a segn qu cosas en terre-nos, campos o en situaciones en las que no tenemos experiencias ante-

    riores, nos falta la tranquilidad y la seguridad que proporciona el haberpodido comprobarlo antes.

    En este caso, puedo decir que el comportamiento de la estructura fuefantstico, incluso hasta el de los cerramientos de vidrio de tan grandesdimensiones que tienen una solucin mecnica de arriostramiento muyingeniosa. No estn apoyados ni colgados, sino que estn sujetos, inno-vadoramente, a travs de unas piezas con forma de arenque que escomo, vulgarmente y entre nosotros, los hemos llamado para entender-nos. El comportamiento ha sido excelente, y esto es motivo de satisfac-cin como resultado confirmado.

    Por hoy, esto ha sido todo.

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    Una vida entre obras

    Hoy quiero entrar en el anlisis de algunas de las obras que he realizado,mediante la proyeccin de imgenes, y que van a dar pie a comentarios adi-cionales, espontneos y desordenados: de manera algo anrquica. Son con-secuencia de la aplicacin de mis diferentes tesis en determinadas obras.

    Comento algo que me parece importante. Sabis que, en estos momen-tos, e indiscutiblemente, la Sociedad Humana est atravesando unapoca de autntica crisis, profunda e importante. Crisis en el sentido

    autntico de la palabra, que significa cambio o metamorfosis.

    Como consecuencia de todo ello, todas las profesiones, absolutamentetodas, van a sufrir unos cambios trascendentales. Van a ser tan diferen-tes a lo que han sido hasta ahora que los cambios van a ser determinan-tes. Por supuesto la Arquitectura no es ajena a esta situacin, y otro tantoocurre con su enseanza.

    A los condicionantes habituales que tena la Arquitectura de funcionali-dad, flexibilidad y belleza se van a unir los medioambientales, en cual-quiera de sus situaciones: como pieza incrustada en una ciudad, comosimple eslabn urbano o, incluso, como pieza aislada en el territorio. Sonlos correspondientes a lo que se llama sustentabilidad. Concepto, relati-vamente, nuevo en su interpretacin actual. Prefiero aplicar el trmino

    sustentabilidad mejor que sostenibilidad, para que no haya confusionescuando se aplica a la Arquitectura y al Urbanismo, porque la Arquitecturay la ciudad, por definicin, tienen que ser siempre sostenibles, es decir,que se sostienen, que no se caen, ni se derrumban. Mientras que susten-table quiere decir que tambin se debe adecuar a otros parmetros queson predominantemente metafsicos, y que superan los problemas mera-mente estructurales.

    En todo esto insistir ms adelante, porque existe una confusin tremen-da hoy en da entre lo que es medio y lo que es ambiente, incluso entrelos profesionales ms prximos al manejo de estos trminos. Medio es loque nos rodea fsicamente, y ambiente es lo que nos rodea metafsica-mente. Y no se puede confundir el medio con el ambiente, ya que son doscosas distintas.

    Esto tenemos que tenerlo muy claro. Pero ocurre que el medio influye enel ambiente y el ambiente en el medio. Entonces, es aplicable esa con-juncin de medio-ambiente, pero sabiendo distinguir lo que es fsico y loque es metafsico.

    Otra de las cosas que es importante saber es que la Arquitectura no sedebe confundir con el Urbanismo; y en esto s que quiero hacer mucho

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    hincapi, ya que lo vengo defendiendo desde hace mucho tiempo. Hayuna confusin generalizada, que llega a las Universidades y a nuestraspropias Escuelas. Para vuestra informacin, la universidad Camilo JosCela, una universidad privada de Madrid, decidi proponerme comodirector conceptual de la Escuela de Arquitectura. Acept, teniendomuy claro que una cosa es ser el director conceptual y otra cosa es eldirector del da a da, que eso requiere mucho tiempo.

    Una vez que acept esa puesta en marcha, siendo el director concep-tual de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Camilo Jos Cela,he logrado convencer al Rector y al claustro de profesores que se cree

    tambin la Escuela de Urbanismo, separada de la Escuela deArquitectura. Tambin me han nombrado director conceptual de estaEscuela. Y ya, dando un paso ms, he propuesto que se cree, en un futu-ro inmediato, la escuela o facultad, todava no se sabe que nombre vaa tener, de Geosmo y Cosmosmo, incluso de la conjuncin de ambascosas, Geocosmosmo. De tal manera que, en este sentido, Espaa va aser pionera y, por primera vez en el mundo, se van a instituir y se van aimpartir ttulos de geostas y de cosmostas, aparte de los de urbanistasy arquitectos.

    En principio van a ser geocosmostas, porque, de momento, no haycampo suficiente para desarrollar el Cosmosmo separadamente, tal ycomo debe ser. El arquitecto, naturalmente, tiene que tener cierta forma-cin urbanstica y tiene que tener conocimientos mnimos de lo que es el

    Urbanismo, en su sentido ms amplio.

    Pero el arquitecto no es urbanista, no est suficientemente preparadopara ser urbanista. En esto quiero ser pertinaz, porque es algo que vengodefendiendo desde hace dcadas, dada su trascendencia. Os podisimaginar que lo hago en contra del espritu de las Escuelas correspon-dientes que hay de Arquitectura, tanto oficiales como privadas, y porsupuesto de los Colegios Oficiales de Arquitectos, porque me censuranque estoy tirando piedras contra nuestro propio tejado.

    Para ir dando datos, en este momento, los arquitectos, conjuntamentecon algunas especialidades de ingenieros, somos los nicos que esta-mos tericamente capacitados para hacer y firmar determinados proyec-tos de urbanismo, incluso de ordenamiento territorial. Pero, debemos sersiempre honrados y sinceros, por encima de todo. Los arquitectos debe-mos aceptar que no estamos suficientemente preparados para hacer pro-yectos de urbanismo. No podemos confundir Arquitectura conUrbanismo, que son dos cosas totalmente distintas que se mueven enplanos diferentes, aunque el Urbanismo necesita, por supuesto, de laArquitectura. Y en el Urbanismo, las piezas arquitectnicas son piezasfundamentales para concluirlo y realizarlo. Pero, el Urbanismo es la cien-cia que estudia la ciudad, y la ciudad es un fenmeno humano y social,

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    de encuentro de personas en distintas situaciones y circunstancias, muypor encima de lo que es la Arquitectura. El Urbanismo no solamentenecesita de Arquitectura sino que necesita de ingenieras, muy concretasy especficas, en algunos casos.

    Este problema se agrava cuando queremos hacer o participar en elOrdenamiento Territorial. En ello ocurre otro tanto, pero en mayoresdimensiones y con mayor gravedad y trascendencia. Aunque, en estosmomentos, sucede que slo arquitectos y determinadas secciones de laingeniera somos quienes estamos, tericamente, facultados para hacereste tipo de proyectos. Pero, lo estamos porque no existen los profesio-

    nales adecuados ex novo con la profundidad de conocimientos reque-rida. Y eso tenemos que reconocerlo as.

    De ah viene el hecho de que, desde hace ya mucho tiempo, no solamen-te defendiera estas posturas de separar la Arquitectura y el Urbanismo deforma muy notoria y clara, sino que, adems, empezara a proponer lastesis del Geosmo, que, luego, me conllev a crear el Cosmosmo. Ahoraos explico de una forma sinttica de qu se trata.

    Cuando haca planificaciones territoriales me di cuenta de que estba-mos incurriendo en tremendos errores porque queramos parcializar elterritorio. En los aos cincuenta seguamos empeados en trocear nues-tro globo terrqueo y no ramos capaces de verlo de una forma integral.Lo dividamos en continentes, naciones, pases, y cada vez en porciones

    ms pequeas hasta llegar al propio municipio. En muchos casos, cadamunicipio actuaba con independencia de lo que haba alrededor. Esto esun disparate, un error manifiesto.

    Poco a poco fueron ganando las tesis de que haba que contemplar elmundo de otra manera. Ahora ya aceptamos esto de una forma msclara, cuando escrib mi primer libro sobre estas tesis, que se publicen el ao 1976, con cuatro ediciones que estn agotadas. Se trata deun libro que hoy solamente se puede encontrar en algunas bibliotecas.Defenda que haba que contemplar nuestro globo terrqueo de unaforma unitaria, integral, no dividido y que eso era un error. En aquellapoca todava no tenamos tan claro el fenmeno de la globalizacin yde la mundializacin. Me consideraban como un idealista y utpico. Esevidente que no ver el mundo de esta forma global es una equivoca-cin: un mundo que ya lo podemos fotografiar desde fuera, como unapieza.

    El Geosmo pretende tener esa visin integral de nuestro globo terrqueopara poder ordenarlo de la forma ms natural y lgica. De ah viene el queltimamente apareciera ese libro al cual ya haca referencia ayer.Estrategias para la Tierra y el Espacio, del cual soy coautor, que he diri-gido y en el que han colaborado otros profesores universitarios.

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    El Geosmo es esa visin integral, de tal manera que no cometamos losdisparates de no saber qu estrategias y desarrollos debemos realizar ennuestros territorios para sacar el mximo provecho dentro de ese conjun-to mundializado. Esto va a cambiar todos nuestros condicionantes en loque hace referencia a la planificacin territorial. Al final, se impone el par-tir de una planificacin global, que es lo que se est planteando en esteltimo libro. Para ello tiene que haber organismos de esa dimensin. Yatenemos establecido desde hace mucho tiempo las Naciones Unidas.Primero y anteriormente la Sociedad de Naciones, que no tuvo demasia-do xito. Existen otros organismos que van prosperando en los distintosaspectos del saber, y cada da es ms evidente que tenemos que funcio-

    nar en ese camino.

    Recurr al griego, a la palabra Geos que en griego es Tierra, para definirel Geosmo. El Cosmosmo consiste en valorar que el Hombre ha supera-do nuestro entorno telrico y conquistado el Espacio ms prximo quenos rodea, incluso sobrepasando nuestra biosfera y nuestro sistema solar.Tenemos que darnos cuenta de que la mayor parte de las energas queestamos recibiendo en nuestro planeta vienen de fuera. Ah est el Sol, yel conjunto del sistema solar, entre tantas cosas ms.

    A m me ocurri algo parecido a lo que le ocurri a Ernest Haeckel, el bi-logo alemn, cuando observaba a travs de su microscopio la vida de losseres que estudiaba. A l, como a m, le interesaba la relacin que tenanentre ellos, y ellos con su medio. En el caso suyo se trataba de un mundo

    tan infinitesimal como es el de un microscopio, pero en el que ya tienenuna relacin tremenda.

    l recurri tambin a otra palabra griega, oikos, que es casa, y de ahviene Ecologa, que por extrapolacin es, el tratado del hbitat de loshumanos, como seres vivos. Esto es algo que a veces se entiende mal,hasta tal punto que se piensa que Ecologa es la defensa a ultranza de loque se llama Naturaleza, la Naturaleza espontnea. Ah tambin tenemosenormes confusiones.

    Una inaccin excesiva ante lo que se entiende por Naturaleza puede lle-gar a ser antiecolgica, en el sentido de lo que entendemos hoy porEcologa. Puede ir contra la esencia de la propia Naturaleza. Teniendo encuenta adems, como vengo defendiendo, que hay que entender por laNaturaleza todo aquello que nos rodea fuera de nosotros mismos, inclu-so aquellas creaciones que pudiramos llamar, en segn qu aspectos,artificiales, creadas por los humanos. Mantengo la tesis, y cada da latengo ms clara, de que ello tambin conforma parte de la Naturalezaintegral. Es decir, en mi opinin, conforma Naturaleza el acueducto deSegovia, que es una obra de ingeniera, que en su momento se hizo parala conduccin de agua a un campamento romano. A mi parecer esNaturaleza la torre Eiffel de Pars, o los edificios que hacemos los huma-

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    nos, lo mismo que es Naturaleza el nido de las cigeas o el de los mur-cilagos. De lo ltimo no tenemos dudas en reconocerlo como tal, sinembargo, los nidos de los humanos pensamos que son artificiales. Yosigo manteniendo que tambin son Naturaleza. Sostengo la tesis de queNaturaleza es un coche, Naturaleza es un avin, porque son productosnuestros, que conformamos parte prevalente de la Naturaleza. Esa esotra idea que conviene clarificar porque, si no, estaremos avocados acometer graves errores conceptuales.

    Viniendo en tren desde Madrid a Pamplona, en segn qu momentos,observaba los nuevos bosques que se estn creando con los aerogene-

    radores, que son molinos de viento con una solucin tcnica muy actua-lizada; y que yo creo que son tan Naturales como los antiguos tradiciona-les, o los bosques de pinos, de abetos, de hayas, o de cualquier otraespecie arbrea. Incluso no tienen que resultar molestos a lo que seentiende como paisaje. Modifica el paisaje, es cierto, pero son elementostan integrantes del mismo como lo pueden ser tantas otras cosas. Es unaconsecuencia de esta nueva poca.

    Fijaos lo que ahora supondra el que alguien pretendiera borrar y supri-mir el acueducto de Segovia, que es el orgullo de la ciudad. Ya hacetiempo publiqu una vieta situada en tiempo de los romanos, durante laconstruccin del acueducto, y en la que unos ciudadanos de la pocacomentaban: Estos brbaros nos van a romper el paisaje urbano con lacreacin de este monstruo. Pues hoy sera imposible encontrar a

    alguien en Segovia que defendiera la idea de destruir el acueductoromano porque rompe el paisaje de la ciudad. Otro tanto ocurre con latorre Eiffel, que se construy con motivo de la exposicin de 1889. Alfinal, a Eiffel le obligaron a hacerla roblonada, en vez de soldada, paraque se desmontara nada ms que se terminara la exposicin. Tuvo talxito que se consigui prolongarla algn tiempo ms, y se fue prorrogan-do poco a poco su no destruccin. Hoy es el smbolo no solamente dePars y de Francia, sino que es el smbolo de Europa. Hoy, quin puededefender la desaparicin de la torre Eiffel? Nadie, y as tantas cosas. Delo que se trata es, ms que de hacer o dejar de hacer, de hacer las cosasbien, que es lo importante.

    Con esto quiero terminar lo que es una exposicin genrica para pasar aproyectar otras imgenes.

    Quiero deciros que estamos irrumpiendo ya de forma preocupante en elespacio extratelrico. Estamos introduciendo tal cantidad de elementosen l que, en segn qu momento, se nos puede volver en contra. Lossatlites que estamos enviando tienen su justificacin porque nos estnayudando a tener un concepto ms exacto de lo que es nuestra Tierra,sacarle mejor provecho, pero siempre que sepamos hacerlo. Hasta elpunto que, recientemente, hubo que destruir en el espacio un satlite de

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    Oficinas Swissair, Madrid, 1956.

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    los que se haba perdido el control y, ante el temor de que volviera aentrar de nuevo en la Biosfera, y que pudiera impactar en algn lugar denuestro planeta, hubo que desintegrarlo y controlar aquellas partes deeste instrumento que pudieran daar en su cada, o mediante su impac-to, algn lugar terrestre.

    Terminada ya esta exposicin genrica, vamos a pasar, si os parece, acontemplar alguna de las imgenes anunciadas.

    El primer proyecto comercial que hice, siendo todava estudiante, fueunas oficinas para una compaa area. En aquel entonces, Swissair era

    la compaa que gozaba del mejor renombre, por funcionamiento, segu-ridad, comodidad y el escaso porcentaje de accidentes que haba teni-do. Era una compaa puntera. Quiso hacer en Madrid las instalacionesms actuales del antiguo edificio Espaa. Entonces me confiaron el pro-yecto, estando todava en la Escuela, a travs de un concurso que hicie-ron entre arquitectos y estudiantes de arquitectura. Tuve la suerte de queme lo adjudicaran. En este proyecto romp con la tradicin de que unatienda era algo srdido, oscuro, a lo que se entraba por una puerta mso menos ancha pero, en general, bastante estrecha; y que desde la calleno se vea lo que pasaba dentro, y desde dentro tampoco se vea lo queestaba ocurriendo en el resto de la ciudad. Aqu, ese planteamientoqueda totalmente transformado, y desde las afueras se est viendo todolo que hay dentro, y todo lo que ocurre con aquellos clientes a quienes seles atiende, incluso en la parte superior de la agencia.

    Utilic ya entonces mi inspiracin en Mondrian, que ha sido un pintor alque he rendido mucho culto, ya que es muy aplicable a la Arquitectura.En la entrada a las oficinas hice una creacin, no solamente en colorsino en trazo, de lo que pudiera ser un Mondrian, al que naturalmenteinclu el anagrama de la compaa area. En el interior sigue aparecien-do Mondrian a travs de un elemento pictrico-escultrico, porquedesde un principio he entendido que a la Arquitectura hay que incorpo-rarle, siempre que se pueda, elementos participantes de pintura, escul-tura y tambin, por supuesto, de vegetacin. En el techo haba una repe-ticin de determinadas composiciones estelares, recordando el firma-mento.

    Vamos a hablar a continuacin del edificio, en Madrid, al cual hice refe-rencia ayer: ODonnell 33. Es el inmueble donde sigo viviendo, en la sextaplanta, y donde tuve el Estudio durante una determinada poca. Es unedificio que ahora, con el tiempo, lo califico de arquitectura suspendida.Porque las fachadas de este edificio no se asientan abajo, no arrancandesde el suelo como era habitual, sino que surgen a partir de una deter-minada cota, hacia arriba. Las fachadas aqu tienen simplemente la laborde cierre, como aislamiento contra el clima adverso, la contaminacin ylos ruidos, aunque en aquella poca, la contaminacin y los ruidos no

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    Edificio de viviendas en la calle ODonnell, 33, Madrid, 1956.

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    haban llegado al nivel que hoy tenemos. Es una arquitectura muy ligera,liviana, tanto en las terrazas como en los cierres. Incluso las barandillas,que son de vidrio transparente, para que no cortaran la visibilidad desdeel interior, o desde las propias terrazas.

    Estas terrazas son elementos controladores del impacto del soleamientoy de la energa solar. Las estudi de forma que en invierno el sol pudieraentrar hasta dentro, para consumir menos energa calrica, y en verano elsol no penetrara, con lo cual se disminua el consumo de aire fro. ste esel primer edificio que se hizo en Madrid con aire acondicionado integral.Al decir integral, me refiero calor y fro segn la poca del ao, regulado

    por termostatos, tanto interiores como del exterior, y para la totalidad dela edificacin. La cubierta de ese mismo edificio se convirti en una zonaajardinada donde haba una pequea piscina o alberca que serva pararefrescar el ambiente.

    Los elementos de cierre de fachada son de poco espesor y estn reves-tidos de gresite. Utilic este material porque era el material ms liviano,de menor peso. Naturalmente, en la Espaa de aquella poca el gresiteno exista. Tuve que importar el material, e incluso los colocadores, por-que era un producto no se saba aplicar. Despus ya surgi gresite espa-ol, a sugerencia ma, y hoy es un material que fabricamos y tenemosaqu, y que se ha aplicado con frecuencia.

    Si vemos la casa desde su frente, los edificios que hay a la derecha e

    izquierda son posteriores a esta finca, aunque hoy parece que es todo locontrario. Se piensa que el edificio ms moderno, el ms joven, el msreciente es este, y no al contrario.

    El barrio de San Ignacio de Loyola se sita en las afueras de Madrid, a laaltura de Cuatro Vientos. Mayoritariamente, las personas que viven all tra-bajan fuera. Una de las cosas que fue un asunto muy discutido en esemomento es que, segn los promotores haba dejado unas superficiesexcesivas para estacionamiento de vehculos, en previsin de lo quepudiera ocurrir en un futuro. Cosa que, con el tiempo, lo que parecaexcesivo ahora es insuficiente. Me acuerdo de que los promotorescomentaban que yo estaba confundido, y me decan: Bastante es quequienes vayan a venir a vivir aqu tengan bicicleta, con eso ya se daranpor conformes. Hoy todo el mundo tiene coche, como es natural, afortu-nadamente, y ahora faltan espacios para estacionamientos vehiculares.Se trataba de un proyecto de magnitud importante, por lo que, en sumomento, fue trascendente. Entre las edificaciones de carcter dotacio-nal destacan el centro comercial, con estacionamiento de vehculos muyabiertos para que la ventilacin fuera eficaz, y un templo catlico quefuese el centro parroquial: se realiz con un ladrillo normal de tejar, ya queno disponamos de ladrillo aplantillado, y al que se le supo sacar partido;el cristo es obra de Jos Luis Snchez. En el centro cultural, prximo al

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    Estudio Lamela, edificio de la calle ODonnell, 34, Madrid, 1963.

    Escalera de acceso al edificio de oficinas en la calle ODonnell 34, Madrid, 1963.

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    Antiguamente proyectbamos en un tipo de mesas de trabajo que fuerondiseadas por el propio estudio; naturalmente, trabajbamos con la apli-cacin de los tecngrafos o de las reglas de apoyo, y que hoy, natural-mente, han sido sustituidas por otro tipo de mesas, ya que todos maneja-mos los ordenadores.

    Los pilares estructurales son relativamente robustos, dado que las lucesque haba que salvar eran importantes. La distancia entre soporte ysoporte vena condicionada por el estacionamiento de coches de abajo,en planta de stano.

    En aquella poca los hormigones se hacan a pie de obra. En este edifi-cio se elaboraron sobre unas planchas metlicas, y all se aportaba elcemento, la grava, la arena y se removan con palas. Esto es lo que a mme indujo a emplear hormigones comerciales, preamasados en centraleshormigoneras. Yo soy introductor de los hormigones preamasados que,entonces, aparecieron en Espaa con el nombre de Prebetong.

    Fue una patente sueca que, de acuerdo con un grupo del pas escandi-navo, consegu que llegara a Espaa. Ellos obligaban a que participra-mos nosotros, para tener la seguridad del xito en la introduccin delmaterial. Fui presidente de Prebetong Madrid, Prebetong Costa del Soly Prebetong Aragn, hasta que aquello se puso en marcha. Como miobjetivo no era ser hormigonero, sino que quera seguir ejerciendocomo arquitecto, vend mis acciones a terceros, y las empresas siguen

    funcionando.

    Hoy resulta muy cmodo. Como ya ha pasado en todos los dems edifi-cios que hemos construido posteriormente. Se llama por telfono y sesolicita: para tal hora, quiero un hormign de tal plasticidad, granulome-tra, relacin agua/cemento, color, y de tales caractersticas, etc. Hoy yatodo eso llega con fiabilidad total y absoluta. La patente Prebetong queintroduje tena la ventaja de que, adems, utilizaba cubetas estticas, nonecesitaba la hormigonera como es obligatorio en otras patentes. Si lagranulometra y la relacin entre agua y cemento estaba bien estudiada,y bien respetada, ese hormign llegaba a obra con garanta suficientepara ser utilizado.

    Vamos a pasar a comentar Torres Coln. En principio se proyect unavivienda por planta de alto nivel adquisitivo. Eran dos torres gemelas, unamirando al Paseo de la Castellana y la otra a la calle Gnova. Cuando yaestaban en construccin estas viviendas, con una solucin absolutamen-te tradicional, hubo un cambio de normativa y de ordenanza en Madrid, yse oblig, en previsin de los problemas de circulacin y de estaciona-miento vehicular, a tal exigencia de nmero de plazas para coches queresultaba del todo imposible conseguirlo, en nuestro caso, con la estruc-tura tradicional. Entonces se me ocurri que la solucin era suspender los

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    edificios, colgarlos, creando unos ncleos centrales. Estos daran lugar aunas cabezas de las cuales se podra colgar el edificio, o utilizarlas deapoyo, como es el caso, mediante esfuerzos a compresin.

    Ante el temor de que, si se utilizaba una estructura metlica, que, comosabis, no es resistente al fuego a partir de determinadas situaciones ycondicionantes, aquello se pudiera desplomar, decid que la solucin aemplear tena que ser de hormign. Al final, utilizamos piezas de hormi-gn huecas, prefabricadas y pretensadas en taller, que se van enhebran-do, como si fueran las cuentas de un collar, a travs de cables comprimi-dos. Estn postensados despus, y son las vainas de hormign, trabajan-

    do a compresin, las que soportan el edificio, comprimindolo contra lacabeza.

    De tal forma que estos edificios son muy claramente interpretables. Noson edificios que estn trabajando a traccin desde la cabeza, con solu-cin metlica, sino que se trata de una estructura de hormign comprimi-do, ms concretamente, postcomprimida.

    Os cuento una ancdota que puede tener su inters y que es un tanto pin-toresca. Este edificio, ante los medios de comunicacin, tuvo unas cen-suras bastante importantes porque no entendan qu poda meterse alldentro, refirindose a los ncleos, y hubo una discusin pblica bastanteextensa. Lleg un momento en que el alcalde de la ciudad, no viene acuento su nombre, decidi que nos paraba la obra.

    Fui a ver al alcalde para que me explicara por qu razn nos obligabaa interrumpir la obra y a demoler las cabezas. Como sabis, normal-mente, en las ordenanzas municipales la altura del edificio se midehasta la cara inferior del ltimo forjado. Por lo tanto, esas cabezas esta-ban por encima de esa altura; pero las ordenanzas de Madrid admitenque todos los elementos estructurales necesarios y convenientes parapoder realizar la construccin, no consumen volumen, y tampoco soncomputables a efectos de lmites de altura. l lo saba, y cuando merecibi, me dijo: Lamela, me imagino que usted viene a hablar conmi-go de la paralizacin de Torres Coln. Para ganar tiempo, le voy a decirlo siguiente: s que no tengo razones tcnicas ni jurdicas para parar laobra, porque he pedido asesoramiento a mis tcnicos y asesores jurdi-cos y me dicen que no tengo motivos de ningn tipo para paralizar laobra. Pero paro la obra, que usted lo sepa, por razones polticas; y estaes una guerra que tengo ganada, porque sus clientes no van a poderesperar que haya una resolucin del Tribunal Supremo, dentro de ochoo diez aos. Luego, al final, van a tener que claudicar, ponerse en nego-ciaciones conmigo.

    Como los sucesivos pronunciamientos de los distintos tribunales deJusticia iban siendo a favor de nuestra tesis, al final se lleg a un acuer-

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    Torres Coln, edificio en construccin, Madrid, 1964.

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    do con l, que fue no derribar ni un solo gramo de hormign. El acuerdoconsisti en que, para compensar daos a los promotores, las viviendasse transformaran en oficinas, porque, en aquel momento, era ms renta-ble que la vivienda. Desde un principio no se haban proyectado comooficinas porque la ordenanza municipal lo prohiba taxativamente. Seespecificaba que el nico uso que poda haber era residencial. En otrocaso, nosotros hubisemos proyectado oficinas.

    A partir de aqul momento, el edificio empez a incumplir, realmente, lanormativa municipal. Lo relato para que veis hasta donde se puede lle-gar en poltica, y a lo que pueden llegar algunos polticos, con tremendo

    cinismo. No prim el defender el inters de la polis sino los interesespropios, personales, o de grupo.

    Es necesario citar las ventajas que tiene la arquitectura suspendida inte-gral, no me refiero slo a las fachadas, sino a la estructura en su totalidad.Los bajos quedan liberados de la hipoteca de los edificios que permane-cen suspendidos arriba y, por lo tanto, pueden ser cualquier cosa: un par-que, centros culturales No quedan comprometidos por la estructurasuperior, y tienen ms posibilidades.

    Curiosamente, a veces, cuando defiendo las ventajas de este tipo desoluciones, muchas personas me preguntan: y esto, usted lo ha repeti-do en algn lugar del mundo o se ha repetido en otro sitio? Pues no,antes de construir yo Torres Coln, se haban nicamente edificado cator-

    ce edificios suspendidos, que entonces se llamaban colgados, y digocolgados porque todos estaban hechos con estructura metlica, traba-jando a traccin. Yo me resist a seguir utilizando la estructura metlica,trabajando a traccin que era la ms cmoda, la ms fcil. Pero presumaque un posible incendio en una planta cualquiera producira el desplometotal y absoluto del resto del edificio, y que aquello poda ser calamitoso.Fue cuando decid utilizar la solucin de hormign.

    Curiosamente mis colegas y colaboradores con quienes habitualmentetrabajamos para el clculo de estructuras me decan que aquello que yopeda era un imposible. Ellos no eran capaces de encontrarle la solucin.Como yo estudi estructuras y su clculo, durante la carrera, hasta elpunto de que los primeros edificios que hice, tanto el de ODonnell 33, alque me refera antes, como el anterior en la Calle Segovia, las estructurasme las calcul yo mismo, saba de qu hablaba.

    Aseguraba que aquello era posible, pero yo no me poda dedicar a cal-cular la estructura por falta de tiempo. Entonces se me ocurri la idea deponerme en contacto con Carlos Fernndez Casado, que era un ingenie-ro muy prestigiado, con renombre mundial y, al hablar con l y plantearleel problema me dijo: Lamela, esto que usted plantea no solamente tienesolucin sino que, adems, yo, si deciden encargarme el clculo estruc-

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    Torres Coln, edificio en construccin, Madrid, 1964.

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    tural, estara muy honrado en participar en ello. En el momento en quetraslad este parecer a mis clientes decidieron, inmediatamente, que leencargramos el clculo de la nueva estructura a Carlos FernndezCasado y su equipo, con Javier Manterola, como jefe visible. Ellos fueronquienes resolvieron la solucin definitiva de la estructura de Torres Coln,y con un gran acierto.

    Una de las soluciones que adoptamos cuando el Ayuntamiento nos auto-riz el cambio de viviendas a oficinas, fue utilizar, por razn de la nuevafuncionalidad, mayor cantidad de vidrio, junto con los elementos resisten-tes de hormign. Abajo nicamente incidan los ncleos centrales; sien-

    do el resto un edificio independiente que nada tiene que ver con lo queest ms arriba.

    Para la construccin de los ncleos centrales utilizamos un sistema deencofrado metlico autodeslizante que permita ir subiendo, apoyndoseen s mismo, a medida que se iba elevando el propio edificio. Cuando losncleos se empezaron a ver, ya con toda su contundencia, provocaronaquellas crticas tan desfavorables de los medios de comunicacin por-que pensaban que los edificios iban a tener esa dimensin. No entend-an qu era lo que se poda meter all, dentro de esos edificios tan estre-chos, que tenan siete por siete metros, muy diferente a las construccio-nes tradicionales. Esto fue lo que caus aquella crtica generalizada.Como os he explicado antes, por el criterio muy personal del alcalde quehaba en aquel momento, las obras fueron paradas en su fase de estruc-

    tura, con graves daos para los promotores.

    Os cuento, como ancdota, una cosa graciosa. Este tema se lleg a dis-cutir, por la trascendencia que tena, hasta en Consejo de Ministros. Unda me llam quien entonces era Ministro de la Vivienda y me dijo:Antonio, ven urgentemente porque tengo que darte cuenta de unoscomentarios que hubo ayer en el Consejo de Ministros. Quiero informartede forma personal, no quiero hacerlo por telfono. Entonces, siguiendosus instrucciones, y adems sabiendo que era urgente para todos, metraslad all por el procedimiento ms rpido que pens que poda utili-zar. Y, en vez de coger mi coche, tom un taxi. Aquel da, no se por qu,la circulacin en Madrid no era buena, cosa que tampoco es de extraar,e iba quejndome de lo mal que se circulaba en Madrid, no haba la dis-ciplina de Barcelona. Por la conversacin que tuve con el taxista madrile-o, l lleg a la conclusin de que yo era cataln porque defenda elmejor comportamiento de la circulacin en Barcelona. Me llev intencio-nadamente por la plaza de Coln y all me dijo: Usted presume muchode Barcelona pero, a que ustedes en Barcelona no son capaces dehacer lo que s somos capaces de hacer aqu, en Madrid? Nosotros sabe-mos empezar la casa por el tejado y, usted ve como estamos construyen-do aqu un edificio comenzado por el techo, construyndolo de arribaabajo. Eso, ustedes no saben hacerlo all.

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    Torres Coln, Madrid, 1964.

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    Le contest: Bueno, pero, esto no debe ser tan bueno ni tan ventajosoporque yo, que paso por aqu con mucha frecuencia, veo que esto llevaparado mucho tiempo, luego, algo ocurre. Y me dijo: S, y le voy a decirla verdad. Usted no crea lo que oye en las radios ni en televisin, ni lo quepuede leer en los peridicos; todo lo que dicen es falso. Yo le puedo con-tar a usted la verdad de cuanto aqu ocurre, porque yo tengo un hijo quees delineante, que trabaja en el Estudio de un arquitecto y conoce al autorde este proyecto, y le cuento lo que sucede: Mire, como usted compren-der, a un arquitecto que se le ocurra empezar la casa por el tejado yhacerlo de arriba abajo es que no est bien de la cabeza, y entonces estapersona est encerrada, y est en Carabanchel, Carabanchel era un

    Psiquitrico, no la crcel as que, como usted comprende, sta es laverdadera justificacin.

    Estaba tan chalado, que empez algo que ahora nadie sabe como conti-nuar. Cuando llegu al despacho del Ministro, le cont lo que me acaba-ba de ocurrir, y me coment: al final le diras quien eras no?. Mi res-puesta fue: No, no le iba a quitar la ilusin de que l saba un secreto quenadie ms conoca.

    Las pndolas resistentes, de hormign estn muy bien ejecutados, por-que se realizaron en taller. Tienen una apariencia muy estrecha, de muypoca dimensin, cuarenta y dos por cuarenta y dos centmetros.Despus, fueron postensadas para apoyarlas en la cabeza. Los esfuer-zos que reciben estos elementos de hormign son transmitidos, natural-

    mente, por la presin de los cables, hasta la cabeza; de sta son trans-mitidos al ncleo interior, y ya, por ltimo, del ncleo interior, a travs deelementos de cimentacin, al suelo.

    Los forjados son postensados, y se apoyan en las pndolas externas pre-fabricadas de hormign y en el propio ncleo. Son losas postensadas yde muy poco espesor. Las luces estructurales tampoco son importantes,porque estamos hablando de doce a catorce metros, nada ms.

    Habiendo estado el edificio en funcionamiento durante bastantes aos, yal producirse un cambio en la normativa por seguridad de incendios, nosobligaron a colocar unas nuevas escaleras de emergencia. Entonces, envez de colocar una escalera de emergencia adosada a cada torre, deci-dimos que era ms cmodo tener una nica escalera central para ambas,aunque de mayor capacidad.

    Al no poder apoyar esa escalera debajo, porque estos edificios estnsuspendidos, tuvimos que organizar una sujecin muy particular para esaescalera. Le dimos una forma muy especfica, que los madrileos, colo-quialmente, llaman el enchufe, con sus aparentes clavijas que servande elementos utilizables para rayos lser, que pudiera imaginar, en cual-quier momento y desde fuera de la ciudad, la ubicacin de Torres Coln.

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    Edificio Torres Coln en su primera versin, aunque ya para oficinas, Madrid, 1967.

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    El remate metlico se recubri de una chapa verdosa. En un principio,queramos recubrirlas de cobre porque cuando se oxida, teniendo unambiente hmedo y limpio, va tomando ese color verdoso tan bonito, tpi-co de muchos edificios y tantas catedrales europeas. Pero, resulta que,en Madrid, el cobre cuando se oxida, por razn de contaminacin y laausencia de humedad, toma un color muy feo tirando a pardo, marrn,extrao y poco agradable.

    Entonces, en vez de esperar a que ese cobre se transformara, que en unprincipio poda ser un color vistoso, decidimos recubrirlos de una chapaverdosa que tuviera ya en origen ese color que nos hubiera gustado.

    Estamos comprobando que, a medida que va pasando el tiempo, esacoloracin va palideciendo.

    En el otro lado de paseo de la Castellana tenemos el Bernabeu. Nuestraintervencin es la ampliacin y elevacin de una parte, creando tambinlas torres de evacuacin, y los elementos de comunicacin de espaciosentre distintos niveles. Respecto a la cubierta, supimos aprovechar laexistente, amplindola y subindola. El campo no dej de utilizarse enninguna competicin, lo que supuso una dificultad aadida.

    Curiosamente, el Estadio Santiago Bernabeu es un edificio que se utilizaal cabo del ao para partidos de futbol, unas setenta horas, cuando elMadrid tiene suerte de jugar tres competiciones: aparte de la liga, si llegalejos en la Copa del Rey o cuando interviene en la liga de campeones.

    Setenta horas al ao es poqusimo. Hay gente que se empea en defen-der la tesis de que este campo de futbol perturba tremendamente la vidade Madrid. Eso es falso. Cualquiera cosa que se haga aqu, un parque,perturbara muchsimo ms que el campo. Adems, normalmente, lospartidos de futbol se celebran en sbados y domingos, a excepcin dealgunos que se celebran entre semana, pero, que son los menos. Paraque veis, hasta qu punto la falta de rigor en las valoraciones, nos pue-den llevar a conclusiones extraas, que no tienen justificacin de ningntipo y que estn fuera de la realidad.

    Por lo tanto, el llevar este campo de futbol a las afueras de Madrid comoalguien pretenda, supondra crear las infraestructuras viarias suficientespara resolver el traslado, en momentos punta, de todo ese nmero impor-tantsimo de espectadores. Por el contrario, ahora, en la ubicacin actual,el cincuenta por ciento