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Tema VIII DESCARTES: Razón y método Tema VIII IES “Séneca” Departamento de Filosofía

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Tema VIIIDESCARTES: Razón ymétodo

Tema VIII

IES “Séneca”Departamento de Filosofía

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EL RACIONALISMO: DESCARTES

ÍNDICE

1. Contexto histórico, cultural y filosófico (1).2. Coordenadas del pensamiento de Descartes:

2.1. Crítica cartesiana a la Escolástica.2.2. Superación del escepticismo radical.2.3. Actitud ante la nueva ciencia.2.4. Conclusiones.

3. El método cartesiano: Segunda parte del “Discurso del Método” eideas para su justificación (2.b. y2.c.).4. La duda metódica y su superación: Cuarta parte del “Discursodel Método” e ideas para su justificación (2.b. y 2.c.).

4.1. La duda metódica: procedimiento cartesiano para llegar a la primeraverdad.

4.2. La primera certeza y el criterio: “pienso, luego existo”.4.3. Las ideas.4.4. La demostración de la existencia de Dios.4.5. Consecuencias de la filosofía cartesiana en la teoría del conocimiento: Elmundo como representación.4.6. La demostración del mundo (res extensa).

5. La Metafísica cartesiana: estructura de la realidad y concepciónde la sustancia (2.c.).6. Actualización del tema: matematización y desarrollo científico ytécnico. El mecanicismo cartesiano y el problema mente-cuerpo (3.b.).7. Vocabulario (2.a.).

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1. CONTEXTO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO

En 1637 se publica en Holanda el Discurso del método para dirigir adecuadamente larazón y buscar la verdad en las ciencias, obra que aparecía anónimamente y en francés,no en latín, como era habitual. El contexto de la primera mitad del siglo XVII en la quevive Descartes, ayuda a explicar por qué éste cree necesario una obra que se ocupe delmétodo y por qué defiende que el anterior “camino” al conocimiento debe abandonarse,buscando una certeza para sobrevivir a la crisis del momento.

Hacia la mitad del siglo XVI comienzan en Europa una serie de crisis, que van arecorrer todo el siglo XVII, que se corresponden en el plano social con el desarrollo de laburguesía y en el plano ideológico con la necesidad que se experimenta de una nuevaconcepción del mundo basada en el concepto de Razón. Esta crisis supuso la caídadefinitiva de los fundamentos de la Europa medieval, ya iniciada con el Renacimiento yel establecimiento de los nuevos pilares sobre los que se construirá la Europa moderna.

Podemos resumirlas en las siguientes:

1. Crisis económico-social. El desarrollo del capitalismo se verá en este sigloespecialmente favorecido como resultado del desarrollo del comercio marítimo y colonialy de la afluencia de metales preciosos de las minas europeas y americanas, que provoca

un alza de precios,produciéndose múltiples revueltasde campesinos, que protestan por laintroducción de impuestos reales.Los inventos en las técnicasmarítimas, industrial y agrícola sonnumerosos. Se perfila el tipo decapitalista emprendedor, enérgico,inteligente, práctico y con pocosescrúpulos, que reclama la libertad

individual frente a corporaciones, municipios y señoríos. Para proteger laproducción propia, de cada estado, surge la teoría económica llamada “mercantilismo”,según la cual la riqueza de una nación reside en la cantidad de oro y plata quepueda atesorar. Y esto se consigue potenciando la exportación de productos propios ydificultando la importación de productos de fuera.

2. Crisis política. La principal causa política de los conflictos reside en elabsolutismo monárquico. Esta forma de gobierno necesita de nuevos impuestos, nosólo para financiar las continuas guerras, sino también para crear nuevas estructuras decarácter central que permitan gobernar un Estado con territorios muy diversos encostumbres y organización. La carga de estas aportaciones económicas recae en elpueblo llano, ya que en la sociedad estamental del siglo XVII los estamentosprivilegiados –nobleza y clero- estaban exentos del pago de impuestos.

En el plano político es, por tanto, un período de gran inestabilidad y la crisis se manifiestaen una serie de guerras y revoluciones. Es la época en la que se van formando los Estadosmodernos, independientes y soberanos, enfrentados en sus afanes colonialistas(expansionismo colonial y guerras entre todos los Estados europeos); y el afianzamientode las monarquías absolutas con la decadencia del imperio español y el liderazgo deFrancia e Inglaterra. Pero también entra en crisis el absolutismo en Inglaterra con larevolución de 1642, que decapita al rey Carlos I, y la revolución gloriosa de 1688, queinstaura definitivamente la monarquía parlamentaria. El resultado de todo esto fue laaparición del hambre y las enfermedades, especialmente la peste, que asoló a Europa.

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El movimiento religioso puesto en marcha por Lutero y Calvino, supuso la ruptura delmonopolio religioso ejercido por el cristianismo romano, con su fuerte presión sobre lasestructuras políticas y morales de la sociedad occidental. Este hecho tendrá repercusionesen lo político, lo social y cultural de la nueva época. Desde el catolicismo romano, estacrisis inspira el Concilio de Trento, la fundación de la Compañía de Jesús y, en general, lallamada Contrarreforma, que consiguió conservar para la obediencia a Roma a los paísesdel sur de Europa, dando ocasión a las largas “guerras de religión”, como la Guerra de losTreinta Años, en las que Descartes tuvo ocasión de participar.

3. Crisis de las mentalidades. Habría que añadir también la crisis que podríamosllamar espiritual o de las mentalidades y que semanifiesta en el desarrollo del espíritu científico, desdelos tiempos del Renacimiento. Los modelosconstruidos en la Edad Media y las solucionespropuestas por el Renacimiento no eran suficientegarantía para responder a las necesidades del momento,poniéndose de manifiesto la poca operatividad delsistema aristotélico-tomista. Sin embargo, el desarrollodel pensamiento cartesiano se enmarca en el procesoabierto en el Renacimiento con el antropocentrismo,la consolidación del humanismo y el desarrollo de laciencia, que supuso la reacción contra los fundamentosde la escolástica y contra la autoridad de la fe comofuente de conocimiento. Se exalta el valor de la razónfrente a la autoridad de libros y maestros, y sefomenta de esta forma el desarrollo científico.

Hacia la mitad del siglo va perdiendo fuerza la creencia en hechicerías y ganando terrenola mentalidad racionalista por influencia del cartesianismo y del desarrollo científico, quese manifiesta en primer lugar en el campo de la astronomía con los descubrimientos deKepler y Galileo y de la medicina con figuras como Harvey, que descubre la circulaciónde la sangre y los movimientos del corazón. Siguió el desarrollo de las matemáticas configuras como Gassendi, Descartes, Leibniz, etc., y de la física que en esta época tiene suculminación en Newton que descubre la ley de la gravitación universal. Estosdescubrimientos llevan a una modificación de la concepción del mundo y ahondan elenfrentamiento entre los partidarios de la teoría de Aristóteles y los partidarios de las deCopérnico. La explicación cartesiana del mundo se ajusta a los patrones de la nuevaastronomía, que fue condenada por la iglesia, al condenar a Galileo. Es también unaexplicación mecanicista, totalmente distinta y opuesta a la explicación aristotélicadominante, de carácter teleológico.

Otro de los elementos que tuvo una gran importancia en Descartes es elBarroco, para el que todo es cambio, mutación, no hay nada estable. La realidad sereduce a apariencia. La vida se representa como un sueño. De ahí que Descartesdesconfíe de los sentidos. En el ámbito de la cultura la crisis del siglo XVII semanifiesta a través de dos fenómenos opuestos: el Barroco y el Clasicismo. El Barrocodomina claramente la mitad del siglo y es netamente popular, mientras que elClasicismo empieza a desarrollarse a partir de la segunda mitad, arraiga en Francia yafecta sólo a las élites sociales. El Barroco expresa la crisis rompiendo el equilibrio y laarmonía renacentistas. Los edificios se hacen más dinámicos mediante el aumento de lacurvatura, las imágenes adoptan posturas forzadas y en pintura se resalta el contrastecromático. Todo es cambio, mutación. La vida se representa como un sueño o como unteatro, tan fugaz como estos mismos. En relación con la fugacidad del tiempo aparece lamáquina más identificativa de esta época: el reloj.

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En oposición al Barroco, el Clasicismo propugna el orden, la claridad y lasencillez. No se trata de un orden natural sino impuesto, de una claridad y sencillez untanto artificiales. El Clasicismo rechaza la sensibilidad sobreexcitada del barroco ypretende el sometimiento de la imaginación a la razón.

CONTEXTO FILOSÓFICO

El Discurso del Método, en su edición original de 1637, no constituye una obraindependiente, sino que iba acompañada de tres tratados científicos, La Dióptrica, LosMeteoros y La Geometría. A esos tres tratados Descartes antepuso una extensaintroducción, que viene a ser una especie de autobiografía filosófica. De las seis partesque configuran esta obra, tan sólo la primera, segunda y cuarta ofrecen mayor interésfilosófico. Dice Descartes que en la primera parte “se hallarán diferentes consideracionesacerca de las ciencias”, aunque en realidad se sientan las bases de una nueva teoría delconocimiento. La segunda parte contiene las famosas cuatro reglas del método,precedidas por una crítica a la lógica clásica, y en particular al silogismo, que revela laruptura de Descartes con el pensamiento metodológico tradicional. Pero es en la cuartaparte donde se exponen las ideas esenciales, indicándose cómo se llegó a la primeraverdad – pienso, luego soy-, cómo puede extraerse de esta proposición el criterio deverdad, y cuál es la naturaleza de nuestra alma, para rematar con las pruebas de laexistencia de Dios.

En la tercera expone Descartes su “moral provisional”. En la quinta, resume lascuestiones que contenía su tratado sobre “El mundo”, que decidió no publicar por lacondena de Galileo en 1633, y expone en particular la constitución y movimiento delcorazón, y la diferencia que hay entre el alma humana y la de los animales. En la sexta yúltima parte nos dice el autor qué cosas juzga necesarias para proseguir en lainvestigación de la naturaleza y nos revela las razones que le impulsaron a escribir y apublicar la presente obra.

Otros títulos son las “Meditaciones metafísicas” (1641), los “P rincipi os de lafilosofía” (1644) y “Las pasiones del alma” (1649). A estos hay que añadir la obrapóstuma, que por diversas razones nos da el Descartes más genuino: el “Tratado delhombre”, “Reglas para la dirección del espíritu”, (escrito en 1628 y muy importante parael estudio del método cartesiano), “Le Monde ou Traité de la lumiére”.

Aunque la filosofía de Descartes destaca por su originalidad, su pensamiento registradiversas influencias del ámbito filosófico de la época. La primera influencia viene deaquellas filosofías de la antigüedad griega que resurgieron en el Renacimiento, y másconcretamente del escepticismo, que rechaza, y del estoicismo, que admite en sus reglasprovisionales de la moral. En efecto, la crisis y pérdida de referentes de la época trajo elescepticismo, que en Francia tenía sólidos representantes como Michel de Montaigne,que sostuvo la imposibilidad de encontrar nuevos referentes sólidos para alcanzar laverdad. Por eso la estrategia cartesiana empezará por vencer el escepticismo con suspropias armas transformando la duda escéptica en metódica.

Por otra parte, conviene resaltar la postura de Descartes ante la filosofía escolástica,ya que aunque la descalifica abiertamente, no es capaz de superar por completo algunosde sus conceptos y planteamientos. Sigue usando la noción de sustancia (res) parareferirse al yo, como si el yo fuera una simple cosa, al modo del realismo aristotélico.

Filosóficamente, lo más notorio es la polémica entre el pensamiento racionalistacontinental (Descartes, Malebranche, Spinoza, Leibniz) y el empirismo inglés (Bacon,Hobbes, Locke, Hume), polémica centrada en el tema del origen del conocimiento. Elracionalismo ve en el pensamiento, en la razón que posee ideas innatas, la fuente

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principal del conocimiento humano. Un conocimiento sólo merece en realidad esenombre cuando es lógicamente necesario y universalmente válido. Cuando la razón juzgaque una cosa tiene que ser así y no puede ser de otro modo, siempre y en todas partes, nosencontramos con un verdadero conocimiento. Por el contrario, el empirismo defiende quela única fuente de conocimiento humano es la experiencia, que constituye al mismotiempo su límite (no podemos pretender ir más allá de la experiencia). No hay ideasinnatas y la mente está por naturaleza vacía, como una hoja en blanco en la que escribe laexperiencia. Todos nuestros conceptos, incluso los más generales y abstractos, procedende la experiencia.

Las corrientes del “racionalismo” y el “empirismo” se sitúan en este contextopolítico, económico, social e ideológico y vienen a ser un replanteamiento de losproblemas tradicionales de la filosofía desde los supuestos de la cultura moderna enconexión con la revolución científica y de ahí la importancia que darán a los problemasdel conocimiento y del método científico. Por otra parte se encuentran vinculados aldesarrollo de la sociedad burguesa y los conflictos del siglo explican el interés quededican a la teoría política, sobre todo los autores ingleses.

2. COORDENADAS DEL PENSAMIENTO DE DESCARTES.

En el año 1.637 se publica el Discurso del Método, esta es la fecha que se considerasimbólicamente como la que marca el inicio de la filosofía moderna.Las ideas y creencias que cristalizan en Descartes se venían fraguando a lo largo de losdos siglos anteriores, en los que se había desarrollando una actitud crítica frente al modode hacer filosofía pero no se era capaz aún de ofrecer una alternativa definida, sinosimplemente esbozos. Estas ideas no suponen simplemente una nueva doctrina filosóficasino que inauguran una nueva actitud filosófica.

El pensamiento cartesiano gira en torno a tres coordenadas esenciales:

a) El pensamiento de la Escolástica. Para Descartes era un tipo de pensamiento pocofundamentado, ya que el criterio de verdad y el método sobre los que se sustentabaeran caducos, carecían de rigor y validez. Se ha de cambiar el modo de hacerfilosofía para poder desarrollar un tipo de pensamiento riguroso y firme. Para ello,habrá de establecer un nuevo criterio de verdad y un nuevo método.

b) El impacto de la recuperación del pensamiento escéptico en el Renacimiento.Este hecho inspiró su “duda metódica”, siendo ésta, a su vez, una manera desuperarlo -aunque hay opiniones diversas sobre este último aspecto-.

c) El desarrollo de la nueva ciencia, que le servirá como modelo de pensamientoriguroso.

2.1. Crítica cartesiana a la Escolástica.

Constituía la enseñanza universitaria oficial de la época. La Escolástica es el primerelemento que configura el horizonte donde se mueve la filosofía cartesiana. Los cursos defilosofía que se impartían en las Universidades en el siglo XVII tenían como base teórica lasíntesis aristotélico-tomista parcialmente renovada por los escolásticos renacentistas, queintentaban adaptarla a los nuevos tiempos. Pese a su puesta al día, Descartes la consideró,como muchos otros autores de su tiempo, como un pseudo-saber basado en un métodoverbalista, estéril e ineficaz.

Era incapaz de explicar la nueva sociedad e impotente ante los hallazgos de la nuevaciencia. Ante el derrumbe de la cosmovisión medieval, la Escolástica es incapaz de ofrecernuevas ideas o creencias e intenta mantener las antiguas sólo a base de autoridad. De igualmodo, no sabe resolver ciertos fenómenos naturales que la nueva ciencia sí que es capaz de

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explicar. Lo que ocurre es que esta nueva ciencia va haciendo avances parciales, pero esincapaz de desarrollar de forma sistemática un nuevo modo de hacer filosofía.

Así nos encontramos un vacío por el derrumbe del sistema anterior (la Escolástica) y lanecesidad de establecer unos nuevos fundamentos sobre los que asentar firmemente lafilosofía: un nuevo criterio de verdad y un nuevo método.

2.2. Superación del escepticismo radical.

El escepticismo es una corriente filosófica del mundo antiguo recuperada por el humanismorenacentista, pero no es una doctrina con una propuesta sistemática como la Escolástica nitampoco posee un método para la adquisición de la verdad. Es una actitud mental que selimita a la práctica de la duda universal, del rechazo de toda verdad universal y necesaria,de la consideración que la mente no puede conocer la verdad ni hablar, es decir, afirmar onegar nada de una proposición.

Para el escéptico, no hay certezas, evidencias o afirmaciones, sino todo lo contrario,suposiciones, dudas, incertezas y, en definitiva, apariencias. Son representantes de esteescepticismo Michel de Montaigne, autor de los famosos Ensayos, y Pierre Charron,autor de una obra llamada Sobre la prudencia.

Descartes se mostrará comprensivo y, a la vez, crítico con esta actitud:

a) Comprensivo: toma la duda universal como punto de partida para extirpar de sufilosofía todos los prejuicios o errores causados por nuestras inclinaciones naturales ola educación acrítica de la época.

b) Crítico: la duda, para Descartes, no es un objetivo a alcanzar sino un obstáculo asuperar, obstáculo que la razón necesita como medio para eliminar de la filosofía todaverdad o certeza que no se encuentre fundada en la misma razón. Utiliza el escepticismopara eliminar los errores, pero no con la idea de afirmar la incapacidad humana paraalcanzar certezas, sino para demostrar que es posible, aun siendo en un primer momentoun escéptico radical, alcanzar un tipo de verdades evidentes y absolutamente indudables.

2.3. Actitud ante la nueva ciencia.

Gracias a los intentos de matematizar la naturaleza mediante el tratamiento numérico de lospostulados y las leyes físicas llevado a cabo, sobre todo por Copérnico y Galileo, los cualesprepararon el camino a Newton, la Física inicia un proceso de independización de lafilosofía. Se trata de una Física matemática basada en la observación y la experiencia. Fuetambién Francis Bacon quien había iniciado esta ruta del pensamiento al basar lainvestigación científica en la experiencia y, a partir de ella, obtener las leyes universalesmediante la inducción.

Pero la experiencia no es la única característica de la nueva ciencia, ya que es necesario,además, partir de hipótesis o conjeturas, que son un producto de la razón del científico quehan de ser contrastadas con la realidad. Este es el gran avance que descuida Bacon -noGalileo-.

La ciencia del Renacimiento no sólo elabora hipótesis y las contrasta con la experiencia,está además convencida de que la naturaleza es un gran libro escrito en lenguaje matemático–recordar a Galileo-. Las demostraciones matemáticas y las argumentaciones lógico-deductivas constituyeron el método idóneo para la ciencia renacentista.

Descartes comparte esa veneración por las matemáticas, aunque la consideración

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de su superioridad frente al método empírico lo enfrenta y distancia de los científicosrenacentistas. De todas formas, pese a las diferencias, es admirador de los progresos de lanueva ciencia e incorpora a su filosofía algunos de sus conceptos e ideas.

2.4. Conclusiones.

En primer lugar, la filosofía cartesiana hace un uso constante de los conceptos y lostérminos de la Escolástica cuando quiere explicitar o hacer comprensible su pensamiento.Y este hecho viene a significar, entre otras cosas, que Descartes no rompió del todo con latradición filosófica anterior, pues su metafísica es deudora de esa misma tradición, como secomprueba en su concepción de la sustancia.

En segundo lugar, hace uso del escepticismo como recurso metodológico cuando pretenderechazar como falsas todas aquellas doctrinas opuestas a la razón y la verdad. Por ello, elobjetivo último de Descartes no es otro que rechazar la validez de la propia posturaescéptica.

En último lugar, utiliza las matemáticas cuando quiera dotar a la ciencia modernade un método firme y seguro. De este modo, también se deja influenciar por el espírituinnovador de la nueva ciencia cuando nos habla del carácter práctico y progresista de latarea del científico.

Así, Descartes construyó un sistema filosófico cuyas bases fundamentales giran entorno a dos conceptos básicos: la razón y el método matemático. Para él, la razón y un buenmétodo son los dos únicos medios de los que el ser humano dispone para alcanzar la verdad.Usar la razón y “usarla metódicamente” son las dos claves de la filosofía cartesiana.

El problema es que, para construir tal sistema, Descartes absorbe o asimila una seriede influencias dispares, que pueden llegar a ser incompatibles entre sí (como sucede con losconceptos escolásticos y las aportaciones de la nueva ciencia), lo que dotará a su sistemafilosófico de un carácter híbrido o ambiguo que será atacado por autores posteriores.

A partir de ahora nos centramos en ver cómo Descartes intenta solucionar los problemasabiertos por la Escolástica, y lo haremos por este orden:

a) La búsqueda de un nuevo método.b) La búsqueda de un nuevo criterio de verdad.

3. EL MÉTODO CARTESIANO Segunda parte del Discurso.Ideas para la justificación (2.b. y 2.c.).

En el Discurso del método propone Descartes una significativa comparación:todo el saber de su época es como un edificio en ruinas que no merece la pena intentarrestaurar. Hay que derribarlo y construir uno nuevo. El proyecto cartesiano, pues,supone:

a) Una reconstrucción del saber desde sus mismas raíces, lo cual, incluye,b) La unificación de todas las ciencias en una sola.

Todo lo anterior es posible, ya que, según Descartes: Existe un método universal, único para todas las ciencias. Aunque existen ciencias distintas, todas ellas forman una unidad

orgánica: “Toda la filosofía es como un árbol, cuyas raíces son lametafísica, el tronco es la física y las ramas que salen de este tronco sontodas las demás ciencias, las cuales se pueden reducir a tres principales:la medicina, la mecánica y la moral”.

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Con Descartes la filosofía tiene tras de sí un pasado aleccionador y hay que sercautos. Hay que tener cuidado, no vayamos a equivocarnos como el aristotelismo. Enlas notas de la primera parte del “Discurso” se nos presenta a un hombre cansado de loserrores y de la inutilidad de los conocimientos que ha tenido que aprender en su periodode formación. Por tanto, no es mera casualidad que empiece el texto propuesto paracomentario hablando de un hombre que camina sólo y en la oscuridad (Parte II,Discurso del método). En este sentido podemos considerar a la filosofía de Descartescomo una filosofía de la cautela, de precaución en no caer en los errores del pasado. Lasituación en la que se encuentra Descartes es la de un hombre perdido y desorientado.No confía en los conocimientos que ha recibido de la tradición, pero tampoco estádispuesto a desecharlos, por lo menos antes de que pueda enlazar una reflexióncuidadosa sobre el método.

Dado que el método que anda buscando Descartes no es un método particular parauna ciencia concreta sino un método universal, aplicable al conocimiento en general, esnecesario adoptar algunas precauciones. La primera es evitar la ligereza, que ya habíacriticado un poco antes. La segunda actuar con circunspección, o sea analizar las cosascon mucho cuidado para no caer en errores. La tercera, no abandonar las opinionesprevias hasta no haber terminado el proyecto de reforma y no haber descubierto elmétodo adecuado. Descartes pretende analizar todas las opiniones y creencias que hastaahora ha recibido, para comprobar, mediante su razón, si son verdaderas. La ejecuciónde este proyecto exige actuar con circunspección, es decir, con prudencia. El modo másseguro de realizar el proyecto es diseñar un método que ayude a la razón a determinar sisus opiniones son ciertas. Hasta configurarlo, no se rechazará ninguna opinión ni seadmitirán nuevos conocimientos.

Pero al igual que un hombre que camina solo y en la oscuridad, tomé laresolución de avanzar tan lentamente y de usar tal circunspección en todaslas cosas que aunque avanzase muy poco, al menos me cuidaría al máximo de caer.Por otra parte, no quise comenzar a rechazar por completo algunas de lasopiniones que hubiesen podido deslizarse durante otra etapa de mi vida en miscreencias sin haber sido asimiladas en la virtud de la razón, hasta que nohubiese empleado el tiempo suficiente para completar el proyecto emprendido eindagar el verdadero método con el fin de conseguir el conocimiento de todas lascosas de las que mi espíritu fuera capaz.

De ahí la enorme importancia que en esta época se le da al problema del método:antes de responder a la cuestión metafísica, busquemos la manera de no equivocarnos alresponderla. Ello trae consigo que el problema del conocimiento ocupe ahora el primerplano en la filosofía (hay que investigar cómo puedo conocer sin error, qué capacidadtiene el pensamiento humano para descubrir la verdad, qué caracteres ha de tener unpensamiento para ser verdadero, etc.). La metafísica y ontología cede el puestoprivilegiado que tenía a la gnoseología.

El comienzo de la edad moderna se caracteriza, por tanto, por la búsqueda de unmétodo nuevo. Esta búsqueda es la expresión de una situación de crisis, que se producecuando cae la concepción del mundo hasta ahora vigente, y con ella su criterio de verdady su método de investigarla, y aún no se han encontrado el método y el criterio sólidos yseguros que puedan sustituirlos. La concepción del mundo, el método y el criteriovigentes eran los de la escolástica, que era la filosofía imperante en la Edad Media,que armonizaba en un sistema coherente de doctrinas las ideas paganas (de Aristóteles yPlatón fundamentalmente) con los dogmas cristianos, (Tomás de Aquino y Agustín deHipona). Pues bien, la escolástica se mostró incapaz de explicar algunos hechos de lanaturaleza que fueron descubriéndose y, así como antes se la aceptaba en bloque, ahora se

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la va a rechazar también en bloque, con lo cual se perdía la seguridad del conocimientogeneral sobre el mundo y los hombres. El criterio de verdad del que fundamentalmente seservían los escolásticos era el de autoridad (Aristóteles decía esto, por lotanto esto debe ser verdad...). Pero ahora la razón no reconoce más autoridad que ellamisma. Este criterio ya no sirve.

Había estudiado un poco, siendo más joven, la lógica de entre las partesde la filosofía; de las matemáticas el análisis de los geómetras y el álgebra. Tresartes o ciencias que debían contribuir en algo a mi propósito. Perohabiéndolas examinado, me percaté que en relación con la lógica, sussilogismos y la mayor parte de sus reglas sirven más para explicar a otrocuestiones ya conocidas o, también, como sucede con el arte de Lulio, parahablar sin juicio de aquellas que se ignoran que para llegar a conocerlas. Y sibien la lógica contiene muchos preceptos verdaderos y muy adecuados, hay,sin embargo, mezclados con estos otros muchos que o bien son perjudiciales obien superfluos, de modo que es tan difícil separarlos como sacar una Diana ouna Minerva de un bloque de mármol aún no trabajado. Igualmente, en relacióncon el análisis de los antiguos o el álgebra de los modernos, además de que nose refieren sino a muy abstractas materias que parecen carecer de todo uso, elprimero está tan circunscrito a la consideración de las figuras que no permiteejercer el entendimiento sin fatigar excesivamente la imaginación. La segundaestá tan sometida a ciertas reglas y cifras que se ha convertido en un arteconfuso y oscuro capaz de distorsionar el ingenio en vez de ser una ciencia quefavorezca su desarrollo. Todo esto fue la causa por la que pensaba que erapreciso indagar otro método que, asimilando las ventajas de estos tres, estuvieraexento de sus defectos. Y como la multiplicidad de leyes frecuentemente sirvepara los vicios de tal forma que un Estado está mejor regido cuando no existenmás que unas pocas leyes que son minuciosamente observadas, de la mismaforma, en lugar del gran número de preceptos del cual está compuesta la lógica,estimé que tendría suficiente con los cuatro siguientes con tal de que tomase lafirme y constante resolución de no incumplir ni una sola vez su observancia.

Al examinar las disciplinas y artes que ha estudiado desde su juventud, destaca lasmatemáticas; el análisis y el algebra. Descartes critica algunos aspectos de cada uno deellos. De la lógica critica tres cosas. La primera, que la argumentación lógica (lossilogismos) no sirve para aumentar el conocimiento, sino para explicar lo ya sabido, portanto, es incapaz de descubrir verdades nuevas, ya que se construye con silogismos cuyaconclusión está ya dada en la premisa mayor. En el ejemplo clásico, sólo si sabemos yaque Sócrates es mortal podremos afirmar que todos los hombres son mortales; es decir, laconclusión antecede a la premisa mayor y no se deduce de ella, como pretende elsilogismo. La segunda, que la lógica se puede utilizar, como hace Raimundo Lulio en suArte General o Ars Magna, para hablar sin fundamento de lo que no se sabe. Para Lulioese arte era una técnica universal para el descubrimiento de la verdad, especialmente lasverdades de fe. Y la tercera, que la lógica está mal organizada, combinando reglascorrectas y adecuadas, con otras inadecuadas o innecesarias. Bacon, por su parte, dirá enel Novum organum que sirve más para consolidar errores que para inquirir la verdad, yque es más perjudicial que útil. El método que usaban los escolásticos era el silogismoaristotélico, que consistía en deducir una conclusión a partir de una premisa general y deotra particular (Ej. Todos los españoles son europeos. Juan es español. Luego, Juan eseuropeo).

El análisis no se puede convertir en el modelo que está buscando porque estáconstituido de forma casi exclusiva por operaciones a base de figuras. Y el álgebra secentra sólo en el uso de reglas y cifras. La intención de Descartes es clara: “es preciso

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indagar otro método, que asimilando las ventajas de estos tres, estuviera exento de susdefectos”.

Dirá Descartes que lo importante no es tener un buen entendimiento, sinoaplicarlo bien y que los que van por el camino recto pueden avanzar más, aun caminandodespacio, que los que corren pero se apartan de él. Resta importancia, pues, al talentopersonal y a la capacidad racional individual, para poner más el acento en el modo deutilizarlos. La razón, como facultad de distinguir lo falso de lo verdadero, es pornaturaleza igual en todos los hombres, y por lo tanto lo que distingue a unos de otros es lamanera –método- de usarla. De la unidad de la razón se deduce también la unidad delsaber. Las ciencias están todas íntimamente ligadas entre sí, de modo que es más fácilaprenderlas todas juntas que una sola, y se extravía el que trata de conocer una solaciencia diversificando su razón. De aquí también que sea tan importante encontrar unmétodo adecuado. A ello dedica esta obra, que presenta con lo que parece ser falsamodestia: “No es, pues, mi propósito enseñar aquí el método que cada cual debe seguirpara dirigir bien su razón, sino sólo exponer de qué manera he tratado de conducir lamía”.

Descartes dedica al método sus obras El Discurso del método y Reglas para ladirección del espíritu. Primero escribe las Reglas, que serán publicadas póstumamente ydonde se encuentra un estudio más detallado de la cuestión. Sin embargo, en el Discursonos ofrece una síntesis del método en cuatro reglas concisas.

Definición de método: el conjunto de “reglas ciertas y fáciles, gracias a lascuales el que las observe exactamente no tomará nunca lo falso por verdadero y llegará,sin gastar inútilmente esfuerzo alguno de la mente, sino siempre aumentandogradualmente la ciencia, al verdadero conocimiento de todo aquello de que sea capaz”

(Reglas IV). El método, vimos, tiene que servirle para el descubrimiento de nuevasverdades, no para demostrar lo que ya se ha hallado.

El primero consistía en no admitir cosa alguna como verdadera si no sela había conocido evidentemente como tal. Es decir, con todo cuidado debíaevitar la precipitación y la prevención, admitiendo exclusivamente en misjuicios aquello que se presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que notuviera motivo alguno para ponerlo en duda.

El segundo exigía que dividiese cada una de las dificultades aexaminar en tantas parcelas como fuera posible y necesario para resolverlasmás fácilmente.

El tercero requería conducir por orden mis reflexiones comenzandopor los objetos más simples y más fácilmente cognoscibles, para ascenderpoco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más complejos,suponiendo inclusive un orden entre aquellos que no se precedennaturalmente los unos a los otros.

Según el último de estos preceptos debería realizar recuentos tancompletos y revisiones tan amplias que pudiese estar seguro de no omitirnada.

Reglas del método:

1ª. La evidencia es el criterio de verdad. No aceptar como verdadera alguna cosasi no sabemos con evidencia que lo es.

La evidencia consiste en la claridad y distinción. Lo claro se

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opone a lo oscuro. Claro es “aquello presente y manifiesto a un espíritu atento”. Una ideaclara es una idea separada de las demás ideas. Lo distinto se opone a lo confuso y sedefine como “aquello que es tan preciso y diferente a lo demás que sólo comprende loque manifiestamente aparece al que lo considera como es debido”. Una idea distinta esaquella cuyas partes están separadas entre sí, que tiene “claridad interior”. Una ideapuede ser clara sin ser distinta, pero di es distinta ha de ser clara también. Claro es, porejemplo, el dolor de estómago que siento, pero no será distinto si confundo tal dolor conla causa que lo provoca. La evidencia caracteriza al método científico (en las Reglasescribe: “toda ciencia es un conocimiento cierto y evidente”) y se opone a la probabilidady la verosimilitud. No admite ningún grado intermedio entre la certidumbre absoluta y laignorancia.

El acto del entendimiento por el cual se alcanza unconocimiento evidente es la intuición, que es el acto de la evidencia o la verdad. En laRegla III define la intuición intelectual: “no el testimonio cambiante de los sentidos, ni eljuicio engañoso de la imaginación que compone mal el objeto, sino la concepción de unespíritu puro y atento, concepción tan fácil y distinta que no queda ninguna duda sobre loque comprende” o “el acto que sale de la sola luz de la razón”. En la intuición intelectual seproducen las ideas claras y distintas. Cada cual puede intuir “que existe, que piensa, queel triángulo está determinado por tres líneas solamente, la esfera por una superficie y otrascosas semejantes” (Regla III).

Hay que evitar dos vicios fundamentales en la búsqueda de la verdad: laprecipitación y la prevención.

La precipitación o tomar por verdadero lo que no lo es, tomar por verdadera unaidea confusa, no distinta. Se produce por un exceso de confianza. Contra ellapropone la circunspección o resolución de abstenernos de juzgar hasta que notengamos evidencia. Para Descartes este vicio lo produce la voluntad, por ser másamplia y extensa que el entendimiento, al anticiparse al entendimiento y aplicarse acosas que no comprende.

La prevención o negarse a aceptar la verdad de lo que es evidente, lo que es claroy distinto. Es el vicio opuesto a la precipitación. Se debe a que persisten en nuestraalma ciertas nociones, adquiridas en la infancia sin el menor examen, y que oscurecenla luz natural.

2ª. En sentido estricto el método propiamente dicho comienza con esta reglasegunda, el análisis: “Dividir cada una de las dificultades que examinare en tantas partescomo fuera posible y en cuantas requiriese su mejor solución”. Lo que aquí llama“dificultades” en las Reglas lo llama “cuestiones”, que define como “todo aquello en que

se encuentra la verdad o la falsedad, cuyas diferentesespecies se han de numerar para determinar qué podemoshacer acerca de cada una” (Regla XIII).La división de lasdificultades tendrá un límite, que está representado por loque llama en las Reglas “naturalezas simples”, que sedefinen como los elementos indivisibles, que constituyen elúltimo término del conocimiento, más allá del cual nopodemos ir. Representan el último momento del análisis yel primero de la síntesis. Se captan por la intuición.Desde el punto de vista del entendimiento son simples

aquellas cosas “cuyo conocimiento es tan claro y distinto que no pueden ser divididas porla mente en varias cuyo conocimiento sea más distinto; tales como la figura, la extensión,el movimiento, etc.” (Reglas XII). “Nada podemos entender jamás fuera de esasnaturalezas simples y cierta mezcla o composición de ellas”.

3ª. Una vez que la división de las dificultades en tantas partes como nos fuere posible nos

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permite alcanzar las “naturalezas simples”, se aplica la tercera regla del método, lasíntesis, que nos aconseja conducir ordenadamente los pensamiento, “comenzando porlos objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, comopor grados, hasta el conocimiento de los más complejos”.

El segundo y tercer precepto constituyen el núcleo fundamental del método cartesiano.Ambos están íntimamente ligados. Una vez concluida la labor de la intuición, por la quese alcanzan las naturalezas simples, comienza el momento de la deducción, que es “laoperación por la cual se infiere una cosa de otra” (Regla II). No hay más actos delentendimiento por medio de los cuales podamos llegar al conocimiento de las cosassin temor alguno de errar que la intuición y la deducción. No hay que confundir elmétodo con la intuición y la deducción: el método nos dice “cómo se debe usar de laintuición de la mente para no caer en el error contrario a la verdad, y cómo deben serhechas las deducciones para llegar al conocimiento de todas las cosas” (Reglas, IV).

4ª. Pero para tener seguridad sobre la totalidad del razonamiento hay que tenerlasobre cada uno de los eslabones o etapas, pues una sola falla pone en peligro la fortalezao validez de la cadena. Por eso la cuarta regla nos aconseja: “Hacer en todoenumeraciones tan complejas y revisiones tan generales que estemos seguros de noomitir nada”. Según este cuarto precepto hay que ordenar y enumerar estos elementospara no omitir nada. El ejemplo cartesiano es el de la cadena: sólo podemos estar segurosde la solidez de la cadena si la hemos recorrido sin omitir ningún eslabón.

¿En qué se inspiró Descartes para elaborar su método?

Las largas cadenas de razones simples y fáciles, por medio de las cuales generalmentelos geómetras llegan a alcanzar las demostraciones más difíciles, me habíanproporcionado la ocasión de imaginar que todas las cosas que pueden ser objeto delconocimiento de los hombres se entrelazan de igual forma y que, absteniéndose deadmitir como verdadera alguna que no lo sea y guardando siempre el ordennecesario para deducir unas de otras, no puede haber algunas tan alejadas denuestro conocimiento que no podamos, finalmente, conocer ni tan ocultas que nopodamos llegar a descubrir.

Ya en su juventud, cuando abandonael colegio de la Flèche, se muestradescontento con lo aprendido, excepto conlas matemáticas. Frente a todas las demásenseñanzas recibidas, a las que consideracuando menos confusas, si no falsas,Descartes sólo encuentra verdad en losconocimientos matemáticos. De ahí que,nos confiesa en el Discurso, desarrolla unaespecial dedicación hacia esas ciencias.¿Qué es lo que hace que los matemáticossean capaces de demostrar la validez de susproposiciones, que consigan unconocimiento cierto, mientras que los metafísicos se pierden en vanas disquisiciones ydisputas escolares? La razón se ha equivocado en numerosas ocasiones hasta el punto deque Descartes considera necesario reconstruir el edificio del saber sobre bases firmes yseguras, si es que esto es posible. Descartes considera que lo que hace verdaderos losconocimientos matemáticos es el método empleado para conseguirlos. No es que haya enlas matemáticas una estructura que hace inevitablemente verdaderos sus conocimientossino que es el método que utilizan los matemáticos lo que permite conseguir tan

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admirables resultados. Por tanto, el método tieneque elaborarse de acuerdo con el que utilizanlos matemáticos en sus investigaciones. No es quelas matemáticas sean un tipo de saber distinto delresto de los saberes. Si la razón es única, elsaber es único, y debe haber un único métodopara alcanzar la sabiduría.

Nos cuenta Descartes que el método quelo inspiró fue, por tanto, el seguido por losgeómetras. Estos parten de las cosas mássencillas y fáciles de conocer para elevarse, pormedio de “largas cadenas de trabadas razones”,hasta llegar a las cuestiones más difíciles ycomplejas. La matemática es la únicaciencia que logra alcanzar demostracionesciertas y evidentes. La confianza en la razón,mediada por el método de la ciencia, lo llevará a

la búsqueda de un saber seguro, que le permitía pensar que no habría ninguna verdad tanalejada ni inasequible como para que el conocimiento humano no pudiera acceder a ella.Es el optimismo racionalista: la fe en la capacidad de la razón.

No supuso para mí una gran dificultad el decidir por cuales era necesario iniciar elestudio: previamente sabía que debía ser por las más simples y las más fácilmentecognoscibles. Y considerando que entre todos aquellos que han intentado buscar laverdad en el campo de las ciencias, solamente los matemáticos han establecidoalgunas demostraciones, es decir, algunas razones ciertas y evidentes, no dudabaque debía comenzar por las mismas que ellos habían examinado. No esperabaalcanzar alguna unidad si exceptuamos el que habituarían mi ingenio a consideraratentamente la verdad y a no contentarse con falsas razones. Pero, por ello, nollegué a tener el deseo de conocer todas las ciencias particulares quecomúnmente se conocen como matemáticas, pues viendo que aunque sus objetosson diferentes, sin embargo, no dejan de tener en común el que no consideran otracosa, sino las diversas relaciones y posibles proporciones que entre los mismos sedan, pensaba que poseían un mayor interés que examinase solamente lasproporciones en general y en relación con aquellos sujetos que servirían para hacermás cómodo el conocimiento. Es más, sin vincularlas en forma alguna a ellos parapoder aplicarlas tanto mejor a todos aquellos que conviniera. Posteriormente,habiendo advertido que para analizar tales proporciones tendría necesidad enalguna ocasión de considerar a cada una en particular y en otras ocasionessolamente debería retener o comprender varias conjuntamente en mi memoria,opinaba que para mejor analizarlas en particular, debía suponer que se daban entrelíneas puesto que no encontraba nada más simple ni que pudiera representar conmayor distinción ante mi imaginación y sentidos; pero para retener o considerarvarias conjuntamente, era preciso que las diera a conocer mediante algunas cifras,lo más breves que fuera posible. Por este medio recogería lo mejor que se daen el análisis geométrico y en el álgebra, corrigiendo, a la vez, los defectos deuna mediante los procedimientos de la otra.

Y como, en efecto, la exacta observancia de estos escasos preceptos quehabía escogido, me proporcionó tal facilidad para resolver todas las cuestiones,tratadas por estas dos ciencias, que en dos o tres meses que empleé en su examen,habiendo comenzado por las más simples y más generales, siendo, a la vez, cadaverdad que encontraba una regla útil con vistas a alcanzar otras verdades, nosolamente llegué a concluir el análisis de cuestiones que en otra ocasión había

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juzgado de gran dificultad, sino que también me pareció, cuando concluía estetrabajo, que podía determinar en tales cuestiones en qué medios y hasta dónde eraposible alcanzar soluciones de lo que ignoraba. En lo cual no pareceré serexcesivamente vanidoso si se considera que no habiendo más que un conocimientoverdadero de cada cosa, aquel que lo posee conoce cuanto se puede saber. Así unniño instruido en aritmética, habiendo realizado una suma según las reglaspertinentes puede estar seguro de haber alcanzado todo aquello de que es capaz elingenio humano en lo relacionado con la suma que él examina. Pues el método quenos enseña a seguir el verdadero orden y a enumerar verdaderamente todas lascircunstancias de lo que se investiga, contiene todo lo que confiere certeza a lasreglas de la Aritmética.

Pero lo que me producía más agrado de este método era que siguiéndoloestaba seguro de utilizar en todo mi razón, si no de un modo absolutamente perfecto,al menos de la mejor forma que me fue posible. Por otra parte, me daba cuenta deque la práctica del mismo habituaba progresivamente mi ingenio a concebir deforma más clara y distinta sus objetos y puesto que no lo había limitado a materiaalguna en particular, me prometía aplicarlo con igual utilidad a dificultades propiasde otras ciencias al igual que lo había realizado con las del Álgebra. Con esto noquiero decir que pretendiese examinar todas aquellas dificultades que se presentasenen un primer momento, pues esto hubiera sido contrario al orden que el métodoprescribe. Pero habiéndome prevenido de que sus principios deberían estar tomadosde la filosofía, en la cual no encontraba alguno cierto, pensaba que era necesarioante todo que tratase de establecerlos. Y puesto que era lo más importante en elmundo y se trataba de un tema en el que la precipitación y la prevención eran losdefectos que más se debían temer, juzgué que no debía intentar tal tarea hasta que notuviese una madurez superior a la que se posee a los veintitrés años, que era mi edad,y hasta que no hubiese empleado con anterioridad mucho tiempo en prepararme,tanto desarraigando de mi espíritu todas las malas opiniones y realizando un acopiode experiencias que deberían constituir la materia de mis razonamientos, comoejercitándome siempre en el método que me había prescrito con el fin de afianzarmeen su uso cada vez más.

.

Por tanto, el proceso de la reforma del método empezó por la consideración de lasverdades más simples y las ideas más ciertas, como empezaban las matemáticas. Con esteejercicio conseguía que la mente se acostumbrara a la forma de conocer la verdad y deobtener la garantía de un conocimiento verdadero. La aplicación del método a lasmatemáticas funciona de una forma brillante y Descartes se muestra ilusionado,obteniendo el primer éxito: la geometría analítica. Por ello, propone “aplicarlo conigual utilidad a dificultades propias de otras ciencias”. Pero, para conseguir dichoobjetivo, se debe comenzar por establecer la certeza de los elementos en los que se apoyael resto de conocimientos. La metafísica establece esos primeros principios. Por tanto, sedebe aplicar el método a la filosofía, donde Descartes no encuentra “ningún conocimientocierto”.

Con la aplicación del método a las matemáticas Descartes ha obtenido dosventajas que puede generalizar a cualquier otro tipo de conocimiento. Éstas son: Ia) esun método racional, que sólo usa y en todo momento la razón; 2a) permite a la menteentender las cosas con más claridad y distinción. Sin embargo, tal como ha hechoDescartes en su ensayo de Geometría, la aplicación del método a una ciencia o sabernecesita de una adaptación específica. Si quiere universalizar el método sin esasrestricciones, tendrá que fijarse en una ciencia universal, que necesariamente es lafilosofía.

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De la misma manera que en las matemáticas se partía de verdades simples yfáciles de conocer, la aplicación del método a la filosofía exige la determinación de losprincipios desde donde se ha de partir. Pero estos principios no están claros en lafilosofía de su tiempo, por lo cual, dice Descartes, hay que evitar nuevamente laprevención y la precipitación. El término "precipitación" viene a tener el mismosignificado que antes, pero el término "prevención" probablemente sea más concreto.Aquí se está refiriendo Descartes a los prejuicios filosóficos consistentes en darexplicaciones desde el aristotelismo dominante en las instituciones educativas de suépoca. Dada la dificultad de la tarea, por las críticas que iba a recibir y de hecho recibió,Descartes pospone la aplicación del método a la filosofía hasta no haber adquirido unamadurez y una preparación suficientes, suprimiendo las opiniones erróneas, aumentandosu conocimiento y practicando el método más de lo que lo había hecho.

Establecer la certeza de los primeros principios será el objetivo de la Cuarta partedel Discurso. La tarea queda abierta, aunque posiblemente no sea el momento. Tal vez laedad que tiene no es la más apropiada. Pero tendría que emprender lo que se convertiríaen el objetivo principal de su esfuerzo: la reforma de la filosofía, una reflexión serena ysistemática sobre los principios fundamentales de la filosofía.

4. LA DUDA METÓDICA Y SU SUPERACIÓN.(CUARTAPARTE DEL “DISCURSO DEL MÉTODO” (2.b. y 2.c.).

El título de la cuarta parte del Discurso del método, “en la que se exponen lasrazones que permiten establecer la existencia de Dios y del alma humana, queconstituyen los fundamentos de la metafísica”, resume el objetivo de esta parte y queconsideraba como tarea fundamental, ya que es “la raíz del árbol de la ciencia”.Descartes distingue tres esferas o ámbitos de la realidad: Dios o Sustancia infinita (resinfinita); el yo o sustancia pensante (res cogitans) y los cuerpos o sustancia extensa (resextensa).

Aplicando la primera máxima de la moral provisional formulada en la parte terceradel Discurso del Método ("obedecer las leyes y costumbres de mi' país"), Descartesindica la conveniencia de seguir en la vida ordinaria lo establecido por la costumbre.Pero esto sólo es válido para vivir, no para buscar la verdad. Para llegar a la verdadnecesita aplicar el método, cuyas reglas ya había enunciado en la parte segunda. Aplica,por tanto, el método inicialmente sólo a lo teórico y no “a las costumbres” (ámbitomoral), porque quiere evitar “no permanecer irresoluto en sus acciones”. La duda es, portanto, teorética, ya que inicialmente no afecta al ámbito moral y es universal porquepuede aplicarse a todos los conocimientos teóricos.

No sé si debo entreteneros con las primeras meditaciones allí realizadas,pues son tan metafísicas y tan poco comunes, que no serán del gusto de todos. Ysin embargo, con el fin de que se pueda opinar sobre la solidez de losfundamentos que he establecido, me encuentro en cierto modo obligado areferirme a ellas. Hacía tiempo que había advertido que, en relación con lascostumbres, es necesario en algunas ocasiones opiniones muy inciertas tal como sifuesen indudables, según he advertido anteriormente. Pero puesto que deseabaentregarme solamente a la búsqueda de la verdad, opinaba que era preciso quehiciese todo lo contrario y que rechazase como absolutamente falso todo aquelloen lo que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de comprobar si, después dehacer esto, no quedaría algo en mi creencia que fuese enteramente indudable.

Lo primero que hace Descartes es utilizar la regla del análisis con el fin de llegara una verdad absolutamente segura. El procedimiento que usa es la duda. No se trata de

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una duda existencial, ni de una duda escéptica, sino de una duda metódica, usada comomedio para obtener la verdad. Además de metódica es una duda universal, porqueaquello de lo que se duda es la totalidad de nuestros conocimientos.

Así pues, considerando que nuestros sentidos en algunas ocasiones nos inducen aerror, decidí suponer que no existía cosa alguna que fuese tal como nos la hacenimaginar. Y puesto que existen hombres que se equivocan al razonar en cuestionesrelacionadas con las más sencillas materias de la geometría y que incurren enparalogismos, juzgando que yo, como cualquier otro estaba sujeto a error,rechazaba como falsas todas las razones que hasta entonces había admitido comodemostraciones. Y, finalmente, considerado que hasta los pensamientos quetenemos cuando estamos despiertos pueden asaltarnos cuando dormimos, sin queninguno en tal estado sea verdadero, me resolví a fingir que todas las cosas quehasta entonces habían alcanzado mi espíritu no eran más verdaderas que lasilusiones de mis sueños

4.1. La duda metódica: procedimiento cartesianopara llegar a la primera verdad.

Para el Racionalismo el entendimiento ha de encontrar en sí mismo las verdadesfundamentales (ideas innatas) a partir de las cuales sea posible deducir el edificio enterode nuestro conocimiento (ideal deductivo). Este punto de partida ha de ser una verdadabsolutamente cierta sobre la cual no sea posible ejercer la duda. La búsqueda de estepunto de partida exige la tarea previa de eliminar todos los conocimientos, ideas ycreencias que no aparezcan como absolutamente ciertos: hay que eliminar todo aquello delo que sea posible dudar. De ahí que comience la cuarta parte del Discurso planteando loselementos fundamentales de la duda, que es una duda metodológica (no escéptica oexistencial), que viene exigida en el momento analítico de su método. Emprender la dudametódica es la única manera de fundar la filosofía sobre un cimiento sólido, sobre unprincipio que sea realmente indudable.

Radicalidad de la duda: la duda es progresiva, pues en ella distinguimos cuatroniveles de amplitud y radicalidad, aunque el Discurso sólo expone tres. El cuarto noaparecerá hasta las Meditaciones metafísicas-

.El primer nivel se refiere a los sentidos, que nos engañan a menudo, y “esprudente no fiarse nunca por completo de quienes nos han engañado una vez”.Dudar de los sentidos nos permite dudar de que las cosas sean cómo las percibimos,no de que existan tales cosas

La imposibilidad de distinguir el sueño de la vigilia, ya que los mismospensamientos pueden asaltarnos estando dormidos o despiertos, le hizo suponer quetodos los conocimientos que pudiera haber conseguido su mente tuvieran el mismovalor que las ilusiones de sus sueños. Esta razón para dudar parece afectar a laexistencia de las cosas y del mundo, pero no a ciertas verdades, como las verdadesmatemáticas (dormidos o despiertos, en la geometría euclidiana los tres ángulosinternos de un triángulo suman 180 grados).

A pesar de la certidumbre de las verdades matemáticas, en su esfuerzo poreliminar todo `posible error, logrará mostrar que tales verdades no sonabsolutamente indudables, porque algunas veces ha incurrido en paralogismos(razonamientos incorrectos) al tratar cuestiones relacionadas con la geometría. Sin

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embargo, en esta cuarta parte del Discurso Descartes afirmará posteriormente queno sólo Dios garantiza el criterio de verdad, sino también la certeza de lasmatemáticas, cuyas demostraciones, siempre que se muestren claras y distintas,serán verdaderas. No importa si estoy haciendo una demostración o soñando quela hago. En ambos casos lo que hace que la demostración sea verdadera es lomismo; la claridad y la distinción con que la razón la concibe.

La hipótesis del genio maligno, “de extremado poder e inteligencia, que ponetodo su empeño en inducirme a error”, permite extender la duda a todo el ámbitodel saber.

Cuando la duda es más intensa, cuando no puede estar seguro de nada, alcanza laverdad del primer principio que estaba buscando.

Pero, inmediatamente después, advertí que, mientras deseaba pensar de estemodo que todo era falso, era absolutamente necesario que yo, que lo pensaba,fuese alguna cosa. Y dándome cuenta de que esta verdad: pienso, luego soy, eratan firme y tan segura que todas las extravagantes suposiciones de los escépticosno eran capaces de hacerla tambalear, juzgué que podía admitirla sin escrúpulocomo el primer principio de la filosofía que yo indagaba

4.2. La primera certeza y el criterio: “pienso,luego existo”. Críticas al cogito cartesiano.

Esta duda radicalizada conduce a una primera verdad absoluta e inmune a todaduda: la existencia del propio sujeto que piensa y duda. En efecto, si duda de todo, almenos es cierto que duda, es decir, que piensa. Y si piensa, existe en tanto ser pensante.Esto es lo que expresa Descartes con su célebre “COGITO, ERGO SUM”, que es unaverdad tan firme que ni las más extravagantes de las dudas escépticas podrían atentarcontra ella. La duda puede alcanzar el contenido de mi pensamiento, pero no alpensamiento mismo. Puedo dudar de la existencia de lo que veo, imagino o pienso, perono puedo dudar que lo esté pensando y que, para pensarlo, tengo que existir.

La función del cogito es doble: señala el tipo ejemplar de proposiciónverdadera y prepara el camino para la radical distinción entre el cuerpo y el alma.Por el mero hecho de dudar y de haber intentado convencerse de que no existía,tiene que existir. La existencia del sujeto pensante es una evidencia que está por encimade la existencia del cuerpo y del mundo, ya que puedo imaginar que no tengo cuerpo,pero hay algo que no puedo separar de mí, el pensamiento. Lo único cierto conprecisión es que yo soy una cosa que piensa, por tanto, un “sujeto” cuyo ser es “pensar”,que es su naturaleza, esencia o atributo. El yo es el alma, que define esencialmente al serhumano y, a su vez, el alma se define por ser pensamiento.

Posteriormente, examinando con atención lo que yo era, y viendo que podía fingirque carecía de cuerpo, así como que no había mundo o lugar alguno en el que meencontrase, pero que, por ello, no podía fingir que yo no era, sino que por elcontrario, sólo a partir de que pensaba dudar acerca de la verdad de otras cosas,se seguía muy evidente y ciertamente que yo era, mientras que, con sólo quehubiese cesado de pensar, aunque el resto de lo que había imaginado hubiese sidoverdadero, no tenía razón alguna para creer que yo hubiese sido, llegué aconocer a partir de todo ello que era una sustancia cuya esencia o naturaleza noreside sino en pensar y que tal sustancia, para existir, no tiene necesidad de lugaralguno ni depende de cosa alguna material. De suerte que este yo, es decir, el

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alma, en virtud de la cual yo soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo,más fácil de conocer que éste y, aunque el cuerpo no fuese, no dejaría de ser todolo que es

La consecuencia más importante de esta primera certeza es el dualismoantropológico. El yo o alma no necesita de ninguna condición material, tampoco delcerebro. Por ello, es independiente y distinta de cualquier sustancia material, si es queexiste. También el alma es más fácil de conocer que el cuerpo, ya que de ella tenemosuna certeza inmediata e intuitiva, mientras que todavía no me consta la existencia delcuerpo. Quienes creen conocer su cuerpo mejor y más fácilmente que su alma, es porquesiguen sus sentidos sin aplicar el método, pero si lo hubieran hecho observarían que“tengo cuerpo” no es una afirmación clara ni distinta. Si el alma es pensamiento y, portanto, independiente del cuerpo, entonces es inmortal, ya que para ser, es decir, pensar, nonecesita del cuerpo.

El concepto de sustancia es fundamental en Descartes, y a partir de él, en todoslos filósofos racionalistas. Una definición de sustancia es ésta: una cosa que existe de talmodo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Según esta definición, sólo podríaexistir una sustancia: la sustancia infinita o Dios, ya que los seres finitos, pensantes oextensos, son creados y conservados por Dios. El mismo Descartes reconoció que estadefinición sólo puede ser aplicada de modo absoluto a Dios, pero el cogito es el primerprincipio en el orden subjetivo o del conocimiento de certezas. Descartes descubrirá queel yo depende de Dios, el primer principio en el orden del ser. La primera certezaencontrada es el yo, no Dios. El objetivo último de la filosofía cartesiana al afirmar quealma (pensamiento) y cuerpo (extensión) constituyen sustancias distintas es salvaguardarla autonomía del alma respecto de la materia. Porque la ciencia clásica, cuya concepciónde la materia comparte Descartes, imponía una concepción mecanicista y determinista delmundo material, en el que queda poco o ningún sitio para la libertad.

La primera verdad y la primera certeza es también el prototipo de toda verdad yde toda certeza, es decir, es el criterio de todo lo que hayamos de considerar comoverdadero en adelante. Porque veamos: ¿por qué es indubitable mi existencia como sujetopensante? Porque la percibo con toda claridad y distinción. De aquí deduce Descartes sucriterio de certeza: todo cuanto perciba con igual claridad y distinción que esta primeraverdad, será verdadero y podré afirmarlo con toda certeza. Pienso, luego soy no es unsilogismo sino una evidencia; no se debe interpretar “si pienso, entonces soy”, sino “soyuna cosa que existe siendo pensamiento”.

Analizadas estas cuestiones, reflexionaba en general sobre todo lo que serequiere para afirmar que una proposición es verdadera y cierta, pues, dado queacababa de identificar una que cumplía tal condición, pensaba que también debíaconocer en qué consiste esta certeza. Y habiéndome percatado que nada hay enpienso, luego soy que me asegure que digo la verdad, a no ser que yo veo muyclaramente que para pensar es necesario ser, juzgaba que podía admitir comoregla general que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todasverdaderas; no obstante, hay solamente cierta dificultad en identificar correctamentecuáles son aquellas que concebimos distintamente.

Hay una grave consecuencia que se deriva del planteamiento cartesiano: elencierro del sujeto dentro de sí mismo. Esto podríamos resumirlo con el término“solipsismo”. La única verdad que se ha salvado de la duda es la existencia de la propiaactividad intelectual, la autoconciencia; pero la existencia indubitable del yo no pareceimplicar, sin embargo, la existencia de ninguna otra realidad. Por ejemplo, si digo “yo

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pienso que el mundo existe”, tal vez el mundo no exista, lo único cierto es que yo piensoque el mundo existe. Se ha producido un aislamiento del sujeto respecto del mundo y delos demás. El mundo exterior, la realidad extramental, se ha convertido en algoproblemático cuya existencia se ha de demostrar.

4.3. Las ideas.

El yo sólo existe como ser pensante, quetiene ideas. Ya tenemos una proposiciónabsolutamente verdadera por ser indudabley un criterio de verdad preciso y claro.Con estos instrumentos Descartes deberáelaborar todo su sistema filosófico. Sólosé que soy, dice, pero aún no sé qué cosasoy. ¿Un hombre? Pero, ¿qué es unhombre, un animal racional? Pero entoncessurge un problema mayor, porque unanimal debe tener un cuerpo y aún notenemos seguridad alguna de la existenciade mi cuerpo, porque ya vimos que la

certeza indubitable del yo no parece implicar la existencia de ninguna otra realidad.

¿Cómo demostrar la existencia de la realidad extramental, exterior al pensamiento?No le queda otro remedio que deducir la existencia de la realidad externa a partirde la existencia del pensamiento. Esta es la exigencia del ideal deductivo racionalista: deuna primera verdad absoluta se han de extraer todos los demás conocimientos,incluido nuestro conocimiento de que existen realidades extramentales.

Para hacer esta deducción Descartes cuenta con dos elementos: el pensamiento comoactividad (yo pienso, cogito) y las ideas que piensa el yo. Por ejemplo: si digo “yo piensoque el mundo existe”, en esta oración pueden considerarse tres factores: el yo que piensa,el mundo como realidad externa al sujeto, y cuya existencia es aún dudosa yproblemática, y las ideas de mundo y de existencia que yo poseo y sin las cuales nopodría pensar que el mundo existe.

Las ideas, objeto de mi pensamiento.

Del análisis anterior concluye Descartes que el pensamiento recae directamente sobreideas, es decir, que el pensamiento piensa siempre ideas. Aquí se ha producido un cambiorespecto de la filosofía anterior, en la cual el pensamiento recaía sobre las cosasdirectamente (realismo aristotélico), no sobre las ideas de tales cosas. La idea para elrealista sería como un medio transparente a través del cual el pensamiento recae sobre lacosa, como una lente a través de la cual se ven las cosas, sin ser ella vista. Para Descartes,en cambio, el pensamiento no recae sobre las cosas (de cuya existencia no estamosseguros), sino sobre las propias ideas de las cosas. Aquí la idea no es ya una lentetransparente, sino una representación mental, algo así como una fotografía quecontemplamos en nuestra mente. De ahí el problema, porque, ¿cómo garantizar que a laidea de mundo le corresponde la realidad mundo?

Las ideas como realidad objetiva y como acto mental.

Descartes distingue dos aspectos en las ideas: su realidad formal en cuantoque son actos mentales o “modos del pensamiento”, y en cuanto que poseen un contenidoobjetivo, ser imágenes que representan cosas. Como actos mentales, todas las ideas tienenla misma realidad, pero en cuanto a su contenido objetivo su realidad es diversa y distinta

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porque representan seres con distintos grados de realidad. Hay, por ejemplo, más realidaden la idea de sustancia que en la de color, etc.

Clases de ideas.

Hay que partir, pues, de las ideas y analizarlas detenidamente, para ver si algunade ellas nos permite salir del encierro del cogito a la realidad extramental.

Descartes distingue tres tipos de ideas: ideas adventicias, las que parecenprovenir de nuestra experiencia externa (no nos consta aún la existencia de mundoexterno alguno), por ejemplo, las ideas de hombre, de árbol, de los colores, etc. Ideasfacticias, las que construye la mente a partir de otras ideas, por ejemplo, la idea de uncaballo alado, de un centauro, de un unicornio, etc. Ninguna de estas dos clases de ideaspuede servirnos para demostrar la existencia de la realidad extramental: las adventiciaspor provenir del problemático mundo externo, y las facticias por ser construidas por elpensamiento.

Las ideas más importantes –aunque menos numerosas- no son ni adventicias, nifacticias, por tanto su origen no puede ser otro sino que el pensamiento las posee en símismo, o sea, son innatas. Esta es la segunda de las afirmaciones básicas delracionalismo: que las ideas primitivas, a partir de las cuales el entendimiento construye eledificio de nuestros conocimientos, son innatas. Ejemplos de ideas innatas serían:pensamiento, existencia, Dios, extensión, etc.

4.4. La demostración de la existencia de Dios

Concluye aquí la primera gran etapa del recorrido filosófico que haemprendido Descartes: demostración de la propia existencia como pensamiento,derivación del criterio de verdad y afirmación de que somos una cosa que piensa.¿Cuál será la próxima etapa? ¿Qué demostrará primero, la existencia del mundo o laexistencia de Dios? Un pensador anterior a él hubiera demostrado primero la existenciadel mundo, puesto que sobre ésta se apoyan la mayoría de las pruebas de la existencia deDios. Pero Descartes invierte este orden, porque, en vez de sustentar elconocimiento de Dios en el conocimiento del mundo, sustenta el mundo -–al cual laduda metódica ha convertido en algo problemático- en el conocimiento de Dios. Poreso es un filósofo idealista, porque admite como verdad primera la existencia de su propiaconsciencia y de sus ideas. Así, pues, el próximo problema que tratará de resolverDescartes será el de la demostración de la existencia de Dios mediante tresargumentos: dos causales y el tercero ontológico. Dios permitirá al yo salir de suisla. Para ello tiene que partir de la única verdad que posee, es decir, de la evidencia dela propia existencia como cosa pensante y sus ideas.

A continuación, reflexionando sobre que yo dudaba y que, en consecuencia,mi ser no era omniperfecto pues claramente comprendía que era una perfecciónmayor el conocer que el dudar, comencé a indagar de dónde había aprendido apensar en alguna cosa más perfecta de lo que yo era; conocí con evidencia que debíaser en virtud de alguna naturaleza que realmente fuese más perfecta. En relación conlos pensamientos que poseía de seres que existen fuera de mi, tales como el cielo, latierra, la luz, el calor y otros mil, no encontraba dificultad alguna en conocer dedónde provenían pues no constatando nada en tales pensamientos que me parecierahacerlos superiores a mí, podía estimar que si eran verdaderos, fueran dependientesde mi naturaleza, en tanto que posee alguna perfección; si no lo eran, que procedíande la nada, es decir, que los tenía porque había defecto en mi. Pero no podía opinarlo mismo acerca de la idea de un ser más perfecto que el mío, pues que procediese dela nada era algo manifiestamente imposible y puesto que no hay una repugnanciamenor en que lo más perfecto sea una consecuencia y esté en dependencia de lomenos perfecto, que la existencia en que algo proceda de la nada, concluí que tal

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idea no podía provenir de mí mismo. De forma que únicamente restaba la alternativade que hubiese sido inducida en mí por una naturaleza que realmente fuese másperfecta de lo que era la mía y, también, que tuviese en sí todas las perfecciones delas cuales yo podía tener alguna idea, es decir, para explicarlo con una palabra quefuese Dios.

La idea que poseo de un ser perfecto debe ser explicada y, con el primer argumentocausal, Descartes demostrará que Dios es la causa de dicha idea, ya que sólo puede habersido causada en el yo por un ser que tenga tanta realidad formal como realidad objetivatiene su idea correspondiente. Por ejemplo, la idea de ser bueno no puede estar causadapor lo que carezca de bondad. Ahora bien, la sustancia pensante es imperfecta porqueduda. Pero entre sus ideas se encuentra la idea de ser perfecto. ¿Cuál es, entonces, elorigen de esa idea?

Dios causa mi idea de ser perfecto. Analizando las ideas de cosas que se me presentancomo existentes fuera de mí (no tengo la certeza de que existan tales cosas), puedosuponer que han sido inventadas por el yo, porque no hay en tales ideas un grado deperfección superior al que hay en el yo. Por tanto, si esas ideas son verdaderas, es decir, siles corresponde una existencia, su causa puede ser el yo. Si las ideas son falsas, la causatambién puede ser el yo en cuanto que es imperfecto y puede equivocarse. Pero, hay dosrazones que impiden que la idea de ser perfecto sea facticia; el yo no tiene un grado deperfección suficiente para inventarla (¿cómo puedo yo, que soy un ser finito, haberproducido la idea –su contenido objetivo- de un ser infinito, si lo más no puede derivarsede lo menos?) y, en segundo lugar, el yo tiene carencias, y de esa nada no puede provenirnada. La única alternativa es que la idea de ser perfecto “hubiese sido inducida en mí” poruna naturaleza que reúna todas las perfecciones de las que, aunque tenga las ideascorrespondientes, carezco, como infinitud, omnipotencia… Por tanto, la causa de esasideas, el ser perfecto, existe.

A esto añadía que, puesto que conocía algunas perfecciones que en absolutoposeía, no era el único ser que existía (permitidme que use con libertad los términosde la escuela), sino que era necesariamente preciso que existiese otro ser más perfectodel cual dependiese y del que yo hubiese adquirido todo lo que tenía. Pues si hubieseexistido solo y con independencia de todo otro ser, de suerte que hubiese tenido pormi mismo todo lo poco que participaba del ser perfecto, hubiese podido, por la mismarazón, tener por mi mismo cuanto sabía que me faltaba y, de esta forma, ser infinito,eterno, inmutable, omnisciente, todopoderoso y, en fin, poseer todas las perfeccionesque podía comprender que se daban en Dios.

El punto de partida del segundo argumento causal no va a ser “la idea de unser perfecto”, sino el “yo que posee ideas de perfecciones”. Si yo soy imperfecto, peroposeo ideas de cosas perfectas (ser infinito, eterno, inmutable….), entonces tiene queexistir una causa que me haya hecho con tales ideas. Esa causa tiene que ser Dios, puessólo él tiene esas perfecciones de las que yo tengo ideas. ¿Puede la sustancia pensante oyo ser causa de sí misma en lugar de estar causada por Dios? Descartes responde que siyo fuera causa de mí propia existencia, no se explicaría por qué, teniendo las ideas detales perfecciones, carezco de las mismas. Si yo fuera causa de mí mismo, no me hubieracreado sólo con las ideas de perfecciones tales como la eternidad, la omnisciencia…, sinoque también me hubiera dotado de tales rasgos, pues es mejor tener esas perfecciones quesólo sus ideas. Así, puesto que no tengo esas perfecciones pero tengo sus ideas, Dios es micausa y, por tanto, existe.

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Pues siguiendo los razonamientos que acabo de realizar, para conocerla naturaleza de Dios en la medida en que es posible a la mía, solamentedebía considerar todas aquellas cosas de las que encontraba en mí algunaidea y si poseerlas o no suponía perfección; estaba seguro de que ninguna deaquellas ideas que indican imperfección estaban en él, pero sí todas las otras. Deeste modo me percataba de que la duda, la inconstancia, la tristeza y cosassemejantes no pueden estar en Dios, puesto que a mí mismo me hubiese complacidoen alto grado el verme libre de ellas. Además de esto, tenía idea de varias cosassensibles y corporales; pues, aunque supusiese que soñaba y que todo lo que veía oimaginaba era falso, sin embargo, no podía negar que esas ideas estuvieranverdaderamente en mi pensamiento. Pero puesto que había conocido en mí muyclaramente que la naturaleza inteligente es distinta de la corporal, considerando quetoda composición indica dependencia y que ésta es manifiestamente un defecto,juzgaba por ello que no podía ser una perfección de Dios al estar compuesto deestas dos naturalezas y que, por consiguiente, no lo estaba; por el contrario,pensaba que si existían cuerpos en el mundo o bien algunas inteligencias u otrasnaturalezas que no fueran totalmente perfectas, su ser debía depender de su poderde forma tal que tales naturalezas no podrían subsistir sin él ni un solo momento.

Demostrada la existencia de Dios, Descartes deduce su naturaleza o esencia, sinolvidar que Dios no es completamente cognoscible por mí, pues mi entendimiento esfinito. Lo que en mí implica imperfección no estará en Dios, pero sí contendrá lasperfecciones de las que yo tengo ideas. No será un ser que dude o sea inconstante, puestales rasgos implican imperfección, pero sí será, por ejemplo, omnisciente, rasgo delque carezco, aunque tengo su idea. Por otro lado, el hombre es un ser compuesto de almay cuerpo, pero toda composición denota dependencia e imperfección. Por tanto, Dios,que es un ser perfecto, será un ser simple, de manera que el resto de sustancias, loimperfecto, es una continua creación divina.

Posteriormente quise indagar otras verdades y habiéndome propuesto elobjeto de los geómetras, que concebía como un cuerpo continuo o un espacioindefinidamente extenso en longitud, anchura y altura o profundidad, divisible endiversas partes, que podían poner diversas figuras y magnitudes, así como sermovidas y trasladadas en todas las direcciones, pues los geómetras suponen esto ensu objeto, repasé algunas de las demostraciones más simples. Y habiendo advertidoque esta gran certeza que todo el mundo les atribuye, no está fundada sino que selas concibe con evidencia, siguiendo la regla que anteriormente he expuesto,advertí que nada había en ellas que me asegurase de la existencia de su objeto. Así,por ejemplo, estimaba correcto que, suponiendo un triángulo, entonces era precisoque sus tres ángulos fuesen iguales a dos rectos; pero tal razonamiento no measeguraba que existiese triángulo alguno en el mundo. Por el contrario,examinando de nuevo la idea que tenía de un Ser Perfecto, encontraba que laexistencia estaba comprendida en la misma de igual forma que en la del triángulo estácomprendida la de que sus tres ángulos sean iguales a dos rectos o en la de unaesfera que todas sus partes equidisten del centro e incluso con mayorevidencia. Y, en consecuencia, es por lo menos tan cierto que Dios, el Ser Perfecto, eso existe como lo pueda ser cualquier demostración de la geometría.

El tercer argumento es una reformulación del argumento ontológico de San Anselmode Canterbury en relación con las demostraciones de la geometría. En matemáticas sedemuestra necesariamente que, por ejemplo, dado un triángulo, sus ángulos suman 180º.Sin embargo, esa demostración no dice nada sobre la existencia de ese triángulo. Por

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tanto, lo que el criterio de verdad garantiza es la verdad de la demostración, no laexistencia del objeto. No hay nada en la definición de triángulo que exija su existencia.Lo mismo podría decirse de cualquier otra rama de las matemáticas. Sin embargo, alcontrario de lo que ocurre con la idea de triángulo, la de ser perfecto contiene laexistencia de ese ser (infinito, omnipotente, omnisciente, bueno…, y existente). Igual queuna característica del triángulo, para que lo sea, es que sus ángulos suman 180º, unacaracterística de la idea de ser perfecto es la existencia del mismo. De lo contrario, dichaidea no sería la idea de un ser perfecto, pues la faltaría una perfección, su existencia.

Pero lo que motiva que existan muchas personas persuadidas de que hay unagran dificultad en conocerle y, también, en conocer la naturaleza de su alma, es el quejamás elevan su pensamiento sobre las cosas sensibles y que están hasta tal puntohabituados a no considerar cuestión alguna que no sean capaces de imaginar (comode pensar propiamente relacionado con las cosas materiales), que todo aquello queno es imaginable, les parece ininteligible. Lo cual es bastante manifiesto en la máximaque los mismos filósofos defienden como verdadera en las escuelas, según lacual nada hay en el entendimiento que previamente no haya impresionado lossentidos. En efecto, las ideas de Dios y el alma nunca han impresionado los sentidos yme parece que los que desean emplear su imaginación para comprenderlas, hacen lomismo que si quisieran servirse de sus ojos para oír los sonidos o sentir los olores.Existe aún otra diferencia: que el sentido de la vista no nos asegura menos de laverdad de sus objetos que lo hacen los del olfato u oído, mientras que ni nuestraimaginación ni nuestros sentidos podrían asegurarnos cosa alguna si nuestroentendimiento no interviniese.

Una vez demostrada la existencia de Dios, Descartes afirma que no sólo el alma, sinotambién Dios, es más fácil de conocer que lo sensible. De hecho, el yo conoce concerteza su existencia y la de Dios sin tener certeza de la existencia del mundo ni de sucuerpo. Por tanto, la idea de Dios y del alma no son adventicias, pero tampoco, como seha demostrado anteriormente, pueden haber sido inventadas por el yo (no son facticias).Son innatas. La mayoría cree, sin embargo, que es más fácil conocer la mesa que tienedelante que Dios o su alma porque siguen sus sentidos o imaginación. Pero, si aplicaranel método, se darían cuenta de que sus sentidos no ofrecen un conocimiento cierto, puescaen bajo los motivos de la duda.

Críticas a la Escolástica

La doctrina tradicional de la escolástica decía que el conocimiento de Dios por lasola razón estaba reservado a unos pocos, tras múltiples esfuerzos y con grandes errores.De ahí la necesidad de la Revelación. Descartes piensa exactamente lo contrario, puestoque la idea de Dios es una idea clara y distinta. Pero, harto de los ataques que recibíatanto de las instituciones eclesiásticas como de algunas universidades de Francia yHolanda, responde con una crítica muy dura, dirigida a la teoría del conocimiento quesubyacía tras esos ataques, que no es sino el aristotelismo escolástico. Segúnesta doctrina, todo el conocimiento nos viene a través de los sentidos. Sobre la imagensensible que forma el sentido interno de la percepción o sensorio común actúa elentendimiento, abstrayendo, separando el concepto universal. Descartes acusa a losdefensores de esta teoría de ser poco racionales, de usar más la imaginación que elentendimiento, al ser incapaces de elevar su pensamiento sobre las cosas sensibles,puesto que la imaginación es una facultad del pensar ligada a los sentidos. Tienendificultad en conocer a Dios y la naturaleza del alma, porque se han equivocado defacultad cognoscitiva; lo mismo que se equivocan de facultad sensible quienes quieren írun sonido o sentir un olor con la facultad de la visión. Hay otra crítica, másinteresante, porque anticipa desarrollos posteriores. En la certeza de nuestros

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conocimientos sensibles, ya provengan de los sentidos, ya estén mezclados con ellos (laimaginación), interviene el entendimiento. En todo conocimiento, sea el que sea, paraque haya certeza tiene que haber una presencia del entendimiento.

En fin, si aún hay hombres que no están suficientemente persuadidos de laexistencia de Dios y de su alma en virtud de las razones aducidas por mí, deseoque sepan que todas las otras cosas, sobre las cuales piensan estar seguros, comode tener un cuerpo, de la existencia de astros, de una tierra y cosas semejantes, sonmenos ciertas. Pues, aunque se tenga una seguridad moral de la existencia de talescosas, que es tal que, a no ser que se peque de extravagancia, no se puede dudarde las mismas, sin embargo, a no ser que se peque de falta de razón, cuando setrata de una certeza metafísica, no se puede negar que sea razón suficiente para noestar enteramente seguro el haber constatado que es posible imaginarse de igualforma, estando dormido, que se tiene otro cuerpo, que se ven otros astros y otratierra, sin que exista ninguno de tales seres. Pues ¿cómo podemos saber que lospensamientos tenidos en el sueño son más falsos que los otros, dado quefrecuentemente no tienen vivacidad y claridad menor? Y aunque los ingenios máscapaces estudien esta cuestión cuanto les plazca, no creo puedan dar razón algunaque sea suficiente para disipar esta duda, si no presuponen la existencia de Dios.

Deducción de la existencia del mundo

Entramos en la tercera deducción metódica. Una vez demostrada la existencia deDios, Descartes deduce que, como Dios es un ser perfecto y veraz, todo lo que provienede Él, en cuanto nos ha creado, o sea, el mundo y la mente, es verdadero. Asimismo sonverdaderas las ideas de la mente y es válido el criterio de certeza, porque Dios no nos hapodido construir mal; eso iría contra la idea de un Ser Perfecto. Es cierto que la mente yel criterio de certeza ya han sido deducidos, pero ahora un Descartes más tradicionalestá preocupado por justificar su existencia.

Lo primero que hace Descartes es fundamentar la certeza del conocimientosensible. Otra prueba de que Dios y el alma son mejor y más fáciles de conocer que losensible es que su conocimiento necesita del conocimiento de Dios. Aunque se tenga la“seguridad moral” de que el mundo existe, no se puede tener la “certeza metafísica” de suexistencia hasta haber demostrado que Dios existe. La seguridad moral vale para vivir.Todos nos acostamos con la seguridad de que amanecerá, estamos seguros de quetenemos cuerpos y hay flores en el campo. Pero estas seguridades son morales, nometafísicas. Descartes no ha encontrado todavía ninguna razón que haga indudable laexistencia del mundo, incluido su cuerpo. Los motivos de duda que sirvieron pararechazar la certeza del mundo siguen presentes.

Posteriormente va a demostrar por qué sólo la certeza de Dios puede garantizar lacerteza de las ideas adventicias y, por tanto, la existencia del mundo y garantiza estacerteza porque también garantiza la validez del criterio de verdad, ya que lo que seconcibe con claridad y distinción es posible gracias a la existencia de Dios, que permitetambién la verdad de las matemáticas.

Pues, en primer lugar, incluso lo que anteriormente he considerado como unaregla (a saber: que lo concebido clara y distintamente es verdadero) no es válido másque si Dios existe, es un ser perfecto y todo lo que hay en nosotros procede de él. Dedonde se sigue que nuestras ideas o nociones, siendo seres reales, que provienende Dios, en todo aquello en lo que son claras y distintas, no pueden ser sinoverdaderas. De modo que, si bien frecuentemente poseemos algunas queencierran falsedad, esto no puede provenir sino de aquellas en las que algo es

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confuso y oscuro, pues en esto participan de la nada, es decir, que no se dan ennosotros sino porque no somos totalmente perfectos. Es evidente que no existe unarepugnancia menor en defender que la falsedad o la imperfección, en tanto que tal,procedan de Dios, que existe en defender que la verdad o perfección proceda de lanada. Pero si no conocemos que todo lo que existe en nosotros de real y verdaderoprocede de un ser perfecto e infinito, por claras y distintas que fuesen nuestras ideas,no tendríamos razón alguna que nos asegurara de que tales ideas tuviesen laperfección de ser verdaderas.

En segundo lugar, tampoco es válido el criterio (la regla) antes aludido de laclaridad y la distinción, si no se admite la existencia de Dios que, como ser perfecto,no nos ha podido construir mal. Todas las ideas de la mente son verdaderas en cuantoproceden de Dios y por eso son claras y distintas. Es cierto que no todas las ideas quetenemos son completamente verdaderas; algunas de ellas son falsas o contienen algunafalsedad, porque son oscuras y confusas. Pero esto no se debe a un defecto divino, sino aun defecto de los seres creados, que, por ser finitos, no somos totalmenteperfectos. Aquello que no es claro y distinto sino obscuro y confuso, no ha sido creadopor Dios y proviene de la nada.

El método de Descartes, como ya hemos comprobado, avanza desde el conocimientode la existencia del sujeto mismo hasta el conocimiento de la existencia de un Dios queno nos engaña. Por lo tanto, si las pruebas de Descartes sobre la existencia de Dios no sonválidas –cosa en la cual coinciden la mayoría de los especialistas- todo su esfuerzo caepor tierra. Sin embargo, el problema no se reduce a que las pruebas que aduce Descartespara demostrar la existencia de Dios sean de dudosa validez: en toda esta cuestiónsubyace una dificultad estructural más grave.

Para demostrar la existencia de Dios hemos de partir de ciertos axiomas opremisas. ¿Cómo sabemos que estos axiomas son correctos? Descartes respondeque nosotros percibimos clara y distintamente su verdad. Sin embargo, surge lasiguiente pregunta: ¿cómo podemos confiar en nuestras ideas claras y distintas? Unavez demostrada la existencia de Dios, esto no constituye ningún problema. Descartespuede sostener que Dios, al ser perfecto y por lo tanto bueno, no puede habernos dadouna mente sujeta a error acerca de materias que cree percibir con la máxima claridad. Noobstante hasta que no sepamos que Dios existe, no tenemos ninguna garantía de fiabilidadde la mente, ni siquiera en las cosas más sencillas. Así, desde el comienzo mismo laempresa cartesiana se encuentra amenazada por un siniestro círculo vicioso: no podemosconfiar en nuestras ideas claras y distintas hasta saber que Dios existe; pero no podemosdemostrar la existencia de Dios si no nos fiamos de nuestras ideas claras y distintas.

La respuesta de Descartes a este considerable problema (conocido con el nombre de“círculo cartesiano”) parece consistir en que existen algunas proposiciones tan claras ytan sencillas que, incluso sin disponer de una garantía divina de la fiabilidad de la mente,se garantizan a sí mismas. “Dos y dos son cuatro” o “si pienso, existo” son ejemplos deproposiciones tan sencillas y directas, que al analizar aquello que afirman, no tengo lamenor posibilidad de equivocarme con respecto a su verdad.

Por tanto, después de que el conocimiento de Dios y el alma nos han convencido de lacerteza de esta regla, es fácil conocer que los sueños que imaginamos cuandodormimos, no deben en forma alguna hacernos dudar de la verdad de lospensamientos que tenemos cuando estamos despiertos. Pues, si sucediese, inclusivedurmiendo, que se tuviese alguna idea muy distinta como, por ejemplo, que algúngeómetra lograse alguna nueva demostración, su sueño no impediría que fueseverdad. Y en relación con el error más común de nuestros sueños, consistente en

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representamos diversos objetos de la misma forma que la obtenida por los sentidosexteriores, carece de importancia el que nos dé ocasión para desconfiar de la verdadde tales ideas, pues pueden inducirnos a error frecuentemente sin que durmamoscomo sucede a aquellos que padecen de ictericia que todo lo ven de coloramarillo o cuando los astros u otros cuerpos demasiado alejados nos parecen detamaño mucho menor del que en realidad poseen.

En tercer lugar, la existencia de Dios también fundamenta el conocimientomatemático. Esta fundamentación es consecuencia de la anterior fundamentación delcriterio de certeza. Los matemáticos se caracterizan por formular ideas "muy distintas"y precisas. Da igual que esas ideas se formulen durmiendo o en estado de vigilia, porqueya tenemos fundamentado el criterio de certeza. Aunque un matemático formulase unademostración mientras duerme, no por eso dejaría de ser verdadera.

En cuarto lugar, la existencia de Dios fundamenta la existencia del mundo. Descartesdice que nuestro conocimiento del mundo sensible no sólo es erróneo porque, cuandodormimos, solamos representarnos los objetos durante el sueño con la misma forma quecuando estamos despiertos. También despiertos nuestros sentidos externos nos llevan aerror. Es lo que sucede a los enfermos de ictericia que lo ven todo de amarillo o cuandonos fijamos en los astros u otros cuerpos celestes, que nos representamos con un tamañomuy inferior al que tienen.

Pues, bien, estemos en estado de vigilia o bien durmamos, jamás debemosdejarnos persuadir sino por la evidencia de nuestra razón. Y es preciso señalar, queyo afirmo, de nuestra razón y no de nuestra imaginación o de nuestros sentidos,pues aunque vemos el sol muy claramente no debemos juzgar por ello que no poseasino el tamaño con que lo vemos y fácilmente podemos imaginar con ciertaclaridad una cabeza de león unida al cuerpo de una cabra sin que sea precisoconcluir que exista en el mundo una quimera, pues la razón no nos dicta que lo quevemos o imaginamos de este modo, sea verdadero. Por el contrario nos dicta quetodas nuestras ideas o nociones deben tener algún fundamento de verdad, pues nosería posible que Dios, que es sumamente perfecto y veraz, las haya puesto ennosotros careciendo del mismo. Y puesto que nuestros razonamientos no son jamástan evidentes ni completos durante el sueño como durante la vigilia, aunquealgunas veces nuestras imágenes sean tanto o más vivas y claras, la razón nosdicta igualmente que no pudiendo nuestros pensamientos ser todos verdaderos, yaque nosotros no somos omniperfectos, lo que existe de verdad debeencontrarse infaliblemente en aquellos que tenemos estandodespiertos más bien que en los que tenemos mientras soñamos.

Lo importante para el conocimiento del mundo no es que estemos despiertos odormidos. Lo importante es que aquello que conocemos se ajuste a la evidencia de larazón. Descartes recalca que los pensamientos han de ajustarse a la razón, y no a laimaginación o los sentidos. Y pone dos contraejemplos: uno ya utilizado un poco antes,la representación del tamaño del sol, que es una idea adventicia; y otro, larepresentación de una quimera, que es una idea facticia, fabricada por la imaginación.Para Descartes el mundo existe, pero no tal como nos lo ofrecen los sentidos, sino talcomo lo entiende la razón. Y la razón nos presenta el mundo como res extensa, quees una idea innata. No todas las ideas son igualmente verdaderas. Las más importantesson las ideas innatas, porque nos dan un conocimiento claro y distinto, perfectamenteajustado a las exigencias de la razón. Les siguen las ideas adventicias que pueden tenerclaridad pero no distinción (podemos ver el sol con claridad, pero nos engañamos consu tamaño). Y en el último lugar están las ideas facticias, cuya claridad depende de laimaginación y carecen de existencia real, como la idea de una quimera. Ahora bien,

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sean cuales sean las ideas, todas ellas tienen un fundamento mayor o menor de verdad,que depende de Dios. No es posible que Dios, que es la Suma Verdad, nos puedaengañar. Luego el mundo existe.

4.5. Consecuencias de la filosofía cartesiana en la teoríadel conocimiento: El mundo como representación

En la filosofía anterior el pensamiento recae directamente sobre las cosas, no sobre lasideas. Las ideas son una especie de lente transparente a través de la cual se ven las cosas sinque ellas mismas sean percibidas. Desde esta perspectiva, el mundo o la realidad garantizabanla verdad de las ideas. Se entendía que había dos polos de conocimiento: el sujeto y el objeto,siendo la verdad la “adecuación o correspondencia del pensamiento con la realidad”, algo queaparece muy arraigado en el sentido común. Por ello, podemos considerar esta consideracióndel conocimiento y de la verdad como “realista”.

En Descartes esto cambia radicalmente. La certeza no está en función de unarepresentación que surge del mundo exterior, sino en la claridad y distinción con las que unaidea se presenta a mi mente. Esto es así porque, previamente, Descartes ha roto el hilo directoentre sujeto de conocimiento y realidad conocida, situando entre ellos un intermediario: lasideas. Dicho de otro modo, no hay conocimiento directo de la realidad porque entre ella y elsujeto (el yo pensante) están las ideas (objetos de conocimiento). Así, mi conocimientoinmediato no es del mundo, sino de ideas.

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El pensamiento no recae directamente sobre las cosas, cuya existencia no nos constaen principio, sino sobre las ideas. Las ideas no son una lente transparente, son unarepresentación que contemplamos. Se adquiere conciencia del sujeto y de su labor demediación en el conocimiento. Por ello, podemos calificar la filosofía de Descartes como

“idealista”.Descartes sitúa en primer plano del conocimiento la

conciencia, el sujeto, rompiéndose así para siempre laconcepción ingenua del conocimiento. Aunque sólofuera por ello, Descartes bien puede ser consideradoel iniciador de la filosofía moderna, que es casi todaella una filosofía de la subjetividad, construida desdela óptica del sujeto y no del objeto de conocimiento.Desde esta nueva perspectiva, se abren toda una seriede interrogantes que el mismo Descartes planteaba yaen su duda metódica: ¿en qué medida larepresentación se corresponde con la realidad?, ¿estácausada por una realidad extramental? La filosofíamoderna girará, pues, en torno a estos problemasepistemológicos, aportando diferentes soluciones,como harán el empirismo y Kant.

4.6. La demostración del mundo (Res extensa).

En el proceso de construcción del nuevo edificio de la filosofía todavía quedaba porjustificar la existencia del mundo. El hombre nunca tendrá mayor certeza delconocimiento de los objetos materiales que la que ha conseguido con respecto a Dios, porquesiempre existe la posibilidad de que aquello que creemos conocer con certeza sea la ilusiónde un sueño.

La demostración de la existencia del mundo o cosas materiales será fácil: puesto queDios existe y es infinitamente bueno y veraz, no puede permitir que me engañe al creerque el mundo existe, luego el mundo existe. Evidentemente tengo ideas sobre unasrealidades exteriores a mi pensamiento, materiales y sensibles. Hay en mí una facultad querecibe las ideas de las cosas corporales. Ni mi pensamiento es la causa de ellas, pues no soymás que una cosa que piensa y se me presentan en mí aun en contra de mi voluntad,ni Dios puede engañarme poniendo en mí tales ideas provenientes de los cuerpos. Portanto, deben existir las realidades materiales, o cuerpos, que producen en mí tales ideas.

Utilizando la regla de la evidencia, con las características de claridad y distinción,tenemos que admitir como cualidades objetivas de los cuerpos la extensión, el movimiento, lafigura, la situación, la duración. A estas cualidades propias de los cuerpos –las llamadas porGalileo “cualidades primarias”- Descartes las considera realmente como propiedades de lasrealidades corpóreas. Pero hay otras cualidades, secundarias, que son propiamente subjetivas,porque están en nosotros pero nos orientan en nuestra relación vital con los cuerpos; el color,el olor, el sabor, el sonido, etc.

Dios sólo garantiza la existencia de un mundo constituido exclusivamente por laextensión y el movimiento (cualidades primarias). A partir de estas ideas de extensión ymovimiento se puede, para Descartes, deducir la física y las leyes generales del movimiento,de corte mecanicista. Este mecanicismo incluye tanto a los cuerpos inorgánicos como a losorgánicos: las plantas, los animales e incluso el mismo cuerpo del hombre son comomáquinas, que se rigen por las leyes universales y necesarias del movimiento.

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5. LA METAFÍSICA CARTESIANA: ESTRUCTURA DE LAREALIDAD Y CONCEPCIÓN DE LA SUSTANCIA (2.c.).

El concepto aristotélico de sustancia como “aquello a lo que corresponde ser en sí y noen otro” determinó la concepción metafísica y ontológica de la Edad Media. La filosofíaescolástica había distinguido dos ámbitos en la realidad, Dios (realidad infinita) y las criaturas(realidad finita en la que, a su vez, distinguía el cosmos, como totalidad de los seres creados, yel hombre, intermediario entre Dios y el cosmos, y compuesto de materia y espíritu o alma).

Esto equivalía a admitir la existencia de tres tipos de realidades:

- el mundo (cosmos), totalidad de la realidad material, de cuyo estudio se ocupabala cosmología.

- El ser humano, compuesto de cuerpo y alma, del que se ocupaba la psicologíaracional.

- Dios, ser supremo, objeto de estudio de la teología racional.

Los filósofos del siglo XVII, formados en la tradición de pensamiento escolástica,tienen como trasfondo esta manera de entender la realidad al tratar el tema de la sustancia. Estosignifica que los racionalistas mantienen una cierta continuidad con el pensamiento anterior y,por ello, conservan el concepto de sustancia como una pieza fundamental de su teoríametafísica, aunque modifiquen el contenido de este concepto e, incluso, su definición.

La metafísica cartesiana no rompe del todo con el pasado, como hemos visto que hacíaen su teoría del conocimiento, sino que, al contrario y tal y como hemos comentado antes apropósito del pensamiento racionalista, acude a él al definir la realidad en términos desustancia. Para Descartes, sustancia es “una cosa que existe de tal manera que no necesitade ninguna otra cosa para existir”, o dicho de otro modo, la sustancia es lo que tiene existenciaconcreta y existencia independiente.

Esta definición constituye el punto de partida de las diversas concepciones sobre lasustancia que formularán los filósofos racionalistas. Así, la sustancia es entendida como aquelloque existe por sí, como el elemento estable y permanente de la realidad, que es soporte de losaccidentes y subyace a todos los cambios. Además, para Descartes, la sustancia es una de lasideas innatas, ya que captamos su existencia por la propia razón a través de la intuiciónintelectual.

En sentido estricto, sólo Dios no necesita de nadie para existir, es decir, sólo él cumpleíntegramente con la definición de sustancia. Sin embargo, Descartes afirmó que el concepto desustancia se predica o afirma de dos maneras diferentes cuando se refiere a Dios que cuando lousamos para hablar de las otras dos sustancias admitidas por él: la sustancia pensante (rescogitans) y la sustancia material (res extensa). Y es que a Dios o a la sustancia infinita (resinfinita) le conviene en términos absolutos la definición de sustancia, pero, por analogía orelativamente, también se puede emplear el concepto de sustancia para referirnos al yo y almundo, que no necesitan el uno del otro para existir y, en ese sentido, son independientes, aunqueambos necesiten, para existir, a Dios.

Descartes, siguiendo en parte la tradición escolástica antes mencionada, distinguió trestipos de realidades o sustancias:

- res cogitans (cosa pensante: sujeto que piensa).

- res extensa (cosa extensa: mundo material).

- res infinita (cosa infinita: Dios).

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Esta separación tajante entre las tres dimensiones de la realidad fue la causa de queDescartes tuviera después ciertos problemas para explicar, por ejemplo, las profundasinteracciones que observamos entre lo físico y lo mental, entre el cuerpo y el alma. Es lo que se hallamado el problema cartesiano de la “incomunicación de las sustancias”, siendo objeto de debatey causa de las diferencias que hay entre los diversos autores racionalistas.

En cualquier caso, afirma Descartes, a lasustancia como tal no la conocemosdirectamente, sino que nuestro conocimiento serefiere siempre a los atributos, que son lascualidades y propiedades fundamentales de lasustancia. Pero no todos los atributos tienen elmismo rango, ya que hay siempre una propiedadprincipal de la sustancia que constituye lanaturaleza o esencia de ésta y de la que dependenlas demás. Es el caso de la infinitud para Dios,del pensamiento para el espíritu o sujeto y de laextensión para el mundo.

Además, las diversas manifestaciones oformas en que está dispuesta la sustancia extensa y la pensante, aunque no la sustancia divina, sedenominan modos. Éstos son las propiedades no esenciales de la sustancia, a la que singularizan ycompletan. Así, por ejemplo, en el caso de la sustancia pensante, el pensamiento es el atributo dela misma y son modos del pensamiento la variada multiplicidad de operaciones mentalesconscientes capaz de realizar dicha sustancia: sentir, dudar, querer, etc.

Como consecuencia de la separación entre las tres sustancias, Descartes se ve obligado aexplicar al ser humano acudiendo (como ya hiciera Platón) a un planteamiento dualista. Así,considera que el ser humano forma parte, en cuanto que tiene cuerpo, del ámbito de la sustanciaextensa, y, en cuanto que tiene mente o razón, del ámbito de la sustancia pensante. La relaciónexistente entre la mente y el cuerpo, según Descartes, es similar a la que existe entre el piloto y sunave.

Nos encontramos, pues, con un planteamiento bien diferente al de Aristóteles, que habíadescrito al ser humano como una unidad, de manera que el alma no se vinculaba sólo a laactividad pensante o racional, sino al principio de la vida biológica. La posición de Descartes esbien diferente, pues, para él, el yo es una sustancia cuya naturaleza se expresa en el pensar, deforma que el cuerpo, en cuanto sustancia distinta, no piensa, y ni siquiera puede decirse quepodamos incluir al cuerpo en la esencia humana.

Tal vez, uno de los objetivos de Descartes, al considerar sustancias al yo pensante y almundo material, es subrayar la independencia del cuerpo y el alma. Es decir, el dualismocartesiano buscaba garantizar la existencia de la libertad en el alma del ser humano y suindependencia respecto al cuerpo que, por ser material, se encuentra sometido a las leyesdeterministas del mundo físico, en el que no cabe libertad alguna.

Pera esta separación tajante entre cuerpo y alma originará el problema de explicar cómose relacionan entre sí, pues Descartes, al mismo tiempo, era consciente de la interacción que laexperiencia ordinaria nos muestra entre el cuerpo y la mente. Por ello, intentó explicarla desdesu teoría, buscando el punto de conexión entre las dos sustancias que conviven en el serhumano y, por tanto, donde se conectan las actividades de ambas. Este punto de conexión creeencontrarlo en la glándula pineal.

Su doctrina de la sustancia le sirvió también a Descartes para justificar su modelo delmundo: el modelo mecanicista, que era el que se iba imponiendo en la ciencia de su época.

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Este modelo, aplicable a lo que él llama “res extensa”, se configura en torno a las siguientesafirmaciones:

- la física cartesiana sólo tiene en cuenta la materia y el movimiento, que puedenexplicarse y expresarse matemáticamente.

- la materia se define, básicamente, por la extensión (por ocupar un lugar en elespacio), que supone que todo cuerpo físico tiene una longitud, una anchura yuna profundidad, es decir, propiedades puramente cuantificables o medibles.

- no existen los átomos de materia, concebidos como partículas indivisibles, pueslo material se reduce a extensión, y todo lo extenso puede ser dividido de formaindefinida. La física queda así geometrizada, pues el conocimiento de las partesde un fenómeno es suficiente para explicarlo como totalidad.

- no existe el vacío, pues todo está lleno de materia, de manera que la idea de unvacío-extenso es contradictoria.

- principio de conservación de la materia: los cuerpos permanecen en reposo omovimiento si no hay una causa que modifique esta situación (es lo que hoyconocemos como principio de inercia).

- quedan excluidas de este modelo las acciones a distancia y la existencia de“fuerzas ocultas”, considerando como tales los fenómenos gravitatorios, elmagnetismo, la electricidad, etc., a la hora de explicar los fenómenos físicos.

- las únicas cualidades reales y objetivas de las cuerpos son las cualidadesprimarias (masa, peso, tamaño, etc.), negándose la objetividad de las cualidadessecundarias (olores, sabores, etc.), que dependen de la manera subjetiva depercibir esos cuerpos y no son reductibles a un tratamiento matemático.

- Dios es el creador de la máquina del universo y, por tanto, la causa última de laexistencia de la materia y del movimiento.

- los diferentes seres vivos son también concebidos como “máquinascomplejas”, y están sujetos también a las mismas leyes que rigen elcomportamiento de la materia.

6. ACTUALIZACIÓN DEL TEMA: MATEMATIZACIÓN YDESARROLLO CIENTÍFICO Y TÉCNICO. EL MECANICISMOCARTESIANO Y EL PROBLEMA MENTE-CUERPO (3.b.).

El Discurso propone un método y un criterio de verdad que son herederos de lasmatemáticas y de esta forma todas las ciencias conseguirán una certeza semejante. Lamatematización es una característica que desde entonces ha impregnado casi todos losámbitos de la ciencia occidental. El conocimiento de las cosas se consiguecuantificándolas, es decir, reduciéndolas a magnitudes y hallando luego las relacionesentra esas cantidades. El desarrollo de las ciencias sociales y humanas (sociología,economía, psicología, etc.) también se explica como consecuencia de la nueva visión delser humano que vino con el cartesianismo. Tanto es así que ni siquiera ellas, a pesar dellamarse “humanas”, han podido sustraerse a la matematización, que se ha convertido enun instrumento necesario en sus investigaciones.

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Pero la matematización por sí sola no hubierapropiciado el desarrollo científico si no hubieraido acompañada por la autonomía de larazón. Sólo una razón independiente de lareligión puede llegar a la verdad. Descartesse convierte así en una referencia básica delproceso de laicidad. No obstante, la fe siguepresionando para mantenerse como criteriode verdad, como vemos en el intento delcreacionismo estadounidense por eliminar lasenseñanzas del evolucionismo en las escuelas,o en las críticas del Vaticano a lasinvestigaciones genéticas. Esta separaciónentre razón y fe ha contribuido también a laaparición de posiciones ateas o agnósticas. Esevidente que el pensador francés no es ni

una cosa ni otra, y que estas ideas no estaban presentes en su proyecto, ya que la razónllega a la certeza de Dios. Pero la modernidad ha perdido el optimismo racionalista y elhombre contemporáneo ya no cree poseer una razón tan poderosa como para afirmarde modo claro y distinto la existencia de Dios, es decir, el racionalismo optimistaha desembocado en un racionalismo agnóstico.

Las demostraciones de la existencia de Dios han caído en desuso. Normalmente seconsidera que no es posible demostrar la existencia de Dios ni desde la ciencia ni desde lafilosofía; la ciencia porque su propio método se lo impide. Dios no es un fenómenoempírico ni una hipótesis contrastable en la experiencia. En filosofía tampoco existeun argumento válido, aunque a través de su historia se han dado varias demostraciones.El argumento causal yerra al saltarse la serie ilimitada de causas y suponer una CausaPrimera, que es una causa incausada. El argumento ontológico se equivoca en su punto departida: la idea de Dios en la mente.

El dualismo antropológico. El problema mente-cuerpo es una de las cuestionesmás interesantes en la filosofía contemporánea. Las posiciones dualistas han suavizadosus compromisos metafísicos; de hecho es difícil encontrar hoy día algún defensor deldualismo clásico o dualismo de sustancias. Si existen, sin embargo, otras formas dedualismo que pretenden ser compatibles con los postulados de las ciencias físicas ycon las neurociencias. Estas nuevas formas de dualismo se conocen como dualismode propiedades. Lo que se sostiene en este caso es que, aunque no existe más sustanciaque la material, y la actividad mental se realiza en el cerebro, si existen propiedadesdistintas. Así, podemos distinguir entre las propiedades físicas de cerebro (capacidad paraestablecer enlaces neuronales, la química que subyace a la actividad cerebral...) y laspropiedades mentales propiamente dichas. Defensores de esta posición serían JerryFodor, H. Putnam (al menos en una de sus etapas), J. Searle, y en general todosaquellos filósofos que se encuentran cómodos dentro de las posicionesfuncionalistas y la Teoría Computacional de la Mente.

Hay que tener en cuenta que una explicación mecanicista encajaría bien en elmodelo de ciencia en el que Descartes pensaba. Si recordamos su imagen de la ciencia,esta era un árbol cuyas raíces serían la metafísica, el tronco sería el equivalente a la física,y las ramas representarían las distintas ciencias. El sistema, nos dice Descartes, estarácompleto cuando todas las ramas queden conectadas con el tronco. Este modelo deciencia, en jerga filosófica actual, podría reconocerse como una posición reduccionista.Considerar al universo, incluso al ser humano como un complejo mecanismo era algohacia lo que apuntaba la física mecanicista.

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7. Glosario de Descartes (2.a.)

Álgebra (de los modernos). Parte de las matemáticas que considera las cantidades engeneral y sus relaciones empleando para representarlas números, letras y signos. Cadaletra o signo representa un número u otra entidad matemática. Así la expresiónalgebraica «y = 2x + 3» representa la relación que existe entre 1 y 5, 2 y 7, 3 y 9... Estadisciplina se desarrolló principalmente en el Renacimiento y la Edad Moderna, por esoDescartes usa la expresión «de los modernos». «El álgebra permite realizar sobrenúmeros lo que los antiguos hacían sobre las figuras».

Alma. La sustancia pensante.

Análisis. La descomposición de algo en sus elementos constituyentes. El análisis es unode los dos procesos deductivos de la razón. Su buen funcionamiento está regulado por lasegunda regla del método. Análisis de los antiguos o de los geómetras, o geométrico. Lageometría griega, de ahí la expresión «de los antiguos», que Descartes conoció por elmanual de Clavius que se utilizaba en los colegios jesuitas. La expresión «análisis» serefiere al método usado por los geómetras: suponen que el problema ya está resuelto yentonces analizan las condiciones que hacen posible esa solución (Ejemplo: ¿se puedeconstruir aquí un edificio de veinte plantas? Primero se supone que ya está construido ydespués se analizan, dividiendo el problema en partes, las condiciones necesarias paraque el edificio se mantuviera en pie). Descartes hizo la aportación esencial que llevó a lageometría tradicional que estudiaba los cuerpos o figuras sin más, a la creación de unsistema de coordenadas que permitía expresar cada figura o cuerpo mediante variables yconstantes. Así se pudo usar el álgebra para describir y analizar figuras geométricas.

Apetito. Una de las pasiones del alma. Consiste en una agitación del alma causada porque esta desea para el futuro cosas que juzga convenientes. Desear llegar a casa paratener la satisfacción de sentarme toda la tarde a estudiar filosofía es un apetito.

Arte de Lulio. El Ars Magna (Arte más elevado) de Ramón Llull (1235-1315). Su ideafue que para convertir a los infieles no se puede partir de las creencias, sino delelemento común entre el creyente y quien no lo es: la razón. Por ello, es necesariodemostrar racionalmente los artículos de fe. Su Ars Magna es un intento de hacerlomediante desarrollos lógicos. Descartes no critica la intención del proyecto, sino que losprincipios de los que las complicadas argumentaciones lógicas partían no eranevidentes.

Atributo. Propiedad principal de la sustancia que constituye su naturaleza o esencia. Deesta propiedad depende el resto de sus rasgos (modos). Su carácter esencial es lo queexplica que sea inseparable de la sustancia que define. Por ello, las sustancias seclasifican en función de los tres tipos de atributos: sustancia infinita o perfecta, pensantey extensa. Las sustancias se conocen gracias a sus atributos. Los atributos sonexcluyentes y son los que hacen posible el conocimiento de la sustancia.

Buen sentido. Razón.

Certeza, cierto. Se puede definir desde dos perspectivas. Subjetivamente, la razón estácierta de un conocimiento o está en la certeza cuando se le presenta algo ante lo queasiente sin temor a errar, es decir, algo que percibe con claridad y distinción. Desde estaperspectiva la certeza es el criterio de verdad. Objetivamente, todo objeto que produceen la razón un conocimiento claro y distinto se califica de certeza u objeto cierto.

Certeza metafísica. Certeza que se tiene cuando se concluye que no es posible que lacosa sea distinta de como se la juzga. Pienso, luego existo es una certeza metafísica,pues no cabe ninguna posibilidad de que tal afirmación sea falsa.

Ciencia. En el texto se manejan dos acepciones:

La definición cartesiana: un conocimiento cierto y evidente de la razón. Todas las

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ciencias conforman una unidad provocada por la unidad de la razón y del método. Elproceder de las ciencias, por tanto, no se diferencia en función de los objetos queconocen. La ciencia es como un árbol, cuyas raíces son la metafísica, el tronco la física,y las ramas las demás ciencias, principalmente la medicina, la mecánica y la moral. Portanto, la verdad de las últimas ciencias depende de la verdad de las primeras.

Su acepción como «ciencia probable»: el tipo de conocimiento que el autor critica portratarse de saberes formados por razones probables (los saberes escolásticos).

Circunspección. Prudencia que debe mantener la razón ante los interrogantes que se lepresentan para así evitar caer en la precipitación. Esta prudencia lleva a la razón aabstenerse de juzgar sobre la verdad o falsedad de los conocimientos hasta que no losconozcan con certeza, y a seguir el orden adecuado en las deducciones.

Claridad, claro. Rasgo que caracteriza a las percepciones del entendimiento y a lasideas que a través de esas percepciones conoce. La claridad se produce cuando dichapercepción, y por tanto, la idea percibida, está «presente y manifiesta a una mente(entendimiento) atenta». Lo opuesto a una percepción clara es una percepción oscura.

Concebir. Es un acto propio del entendimiento por el que conoce inmediatamente laclaridad y distinción de las ideas. En unos casos es sinónimo de intuir, en otros tiene unsentido más amplio y parece no recoger la idea de inmediatez propia de la intuición.

Conocimiento. Propiamente sólo es conocimiento el conocimiento evidente o cierto.Opiniones, creencias o dudas no son actos de conocimiento porque no conducen a laverdad.

Cosa. (Ver sustancia).

Cosas sensibles, corporales, materiales o extensas. Distintos modos de referirse a lassustancias extensas.

Las sustancias extensas, precisamente por ser extensas, son corporales y materialesy, al serlo, también son sensibles, es decir, cognoscibles a través de los sentidos.

Creencias, creer. Creer en una cosa es distinto de conocerla. Una creencia es un acto dela razón por el que califica algo de probable o verosímil. Mediante la creencia nunca sellega a la verdad. Las creencias se aceptan como válidas, verdaderas, cuando no se sigueel método, por eso Descartes decide metodológicamente considerarlas falsas. Enmuchos casos Descartes usa «creencia» como sinónimo de opinión, en otros define laopinión como un tipo de creencia.

Cuerpo. Cualquier sustancia extensa. Los cuerpos vivos, incluido el ser humano,realizan sus funciones biológicas autónomamente. Se mueve gracias a su espíritu animal(elemento también material). Sin embargo, para explicar los movimientos voluntariosdel hombre, sus sentimientos, deseos..., Descartes afirma que el cuerpo humano y lasustancia pensante están íntimamente unidos a través de la glándula pineal. Pero esaunión no añade ni quita nada a ninguna de las dos sustancias.

Deducción. Uno de los dos actos con los que la razón llega a certezas. Consiste en lasimple inferencia de una cosa a partir de otra. Cada etapa de la deducción es clara ydistinta si se deduce de la precedente: dada la evidencia de las primeras proposiciones oprincipios, el resto de certezas resulta de su deducción racional. Frente a la intuición dela razón, la deducción no es inmediata sino discursiva. Por eso con la deducción no sellega a evidencias, sino sólo a certezas. Tanto el análisis como la síntesis que el métodoexige son formas distintas de la deducción.

Demostración. Argumentación que conduce a una conclusión que debe ser aceptadanecesariamente como verdadera ya que es consecuencia de otras proposiciones yaverdaderas. Las demostraciones se oponen a las razones probables y a las simplesopiniones. La única demostración posible de los primeros principios es la intuición desu evidencia. Para el resto de verdades, su demostración es la deducción de su certeza.

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Dios. La sustancia infinita.

Distinto. Rasgo que caracteriza a las ideas y percepciones de la mente (entendimiento)que, «además de ser claras, son de tal modo precisas y separadas de todas las demás,que no contienen más que lo que es claro». Es la razón a través del entendimiento la quedetermina la distinción de una idea.

Duda. Incertidumbre o falta de decisión sobre la verdad o falsedad de un enunciado quehasta ese momento es, por ello, sólo una creencia u opinión. La falta de decisión lleva alinmovilismo, a la «puesta entre paréntesis» de cualquier acto o afirmación. La dudapuede ser escéptica o metódica (como la cartesiana). Entendimiento. Uno de los cincoelementos que influyen en el conocimiento, junto a la voluntad, la memoria, laimaginación y los sentidos. Es la capacidad para concebir ideas. En muchas ocasionesesa concepción exige de la colaboración de la imaginación y la memoria, lo que puedeocasionar errores. La voluntad sólo debe juzgar como verdadero lo que el entendimientoconciba claro y distinto.

Error. Jamás se origina de una mala deducción sino sólo de que admiten ciertasexperiencias poco comprendidas, o de que se emiten juicios con precipitación y sinfundamento. El error no se produce al concebir ideas sino cuando la voluntad juzgasobre su verdad. La causa del error es que la voluntad va más allá de lo que permite elentendimiento: en muchas ocasiones, el entendimiento concibe ideas que no son clarasni distintas, y sin ese requisito la voluntad empuja a la razón a juzgar que sonverdaderas, es decir, que a estas ideas le corresponden realidades. Ahí se produce elerror. Por ello, el método debe impedir tales juicios.

Escéptico. Quien niega la existencia de una realidad objetiva y/o la posibilidad deconocerla. Niega, por tanto, que el hombre tenga los elementos suficientes para calificarsu conocimiento de verdadero o no. En la época de Descartes existía una fuertecorriente escéptica que este trató de combatir con su método y el establecimiento deconocimientos ciertos. Esencia. El atributo de una sustancia.

Espíritu. Traduce la expresión «esprit». En este texto se usa casi siempre comosinónimo de entendimiento y en los menos como sinónimo de razón. El contexto ayudaa determinar su sentido.

Evidencia, evidente. Lo evidente se puede atribuir al conocimiento (sentido subjetivo) oal objeto conocido (sentido objetivo). Objetivamente lo evidente es el objeto de unaintuición de la razón: las naturalezas simples. Subjetivamente, lo evidente son losconocimientos resultado de tal intuición. Por tanto, lo evidente es lo inmediatamentecierto. No todos los conocimientos ciertos son evidentes, ya que también se conocemediante la deducción de la razón.

Existencia. El hecho de ser. La existencia es un rasgo necesario sólo del Ser Perfecto,ya que su perfección implica necesariamente su existencia. En el resto de seres, que noson perfectos, su existencia no es necesaria, por tanto, si siendo imperfectos existen, esporque han sido creados.

Extensión. Atributo que define esencialmente a lo material o sustancia extensa.«Extensión es todo lo que tiene longitud, anchura y profundidad, y puede ser un cuerpoo un espacio».

Falso. Característica de los conocimientos no ciertos. Como consecuencia de laaplicación de la primera regla del método, Descartes considerará falsos losconocimientos dudosos. Dentro de estos se incluyen los probables, verosímiles... Esdecir, aquellos de los que no se tenga evidencia o certeza de su verdad.

Fundamentos. Expresión sinónima a primeros principios.

Hombre. Compuesto resultado de la unión accidental y temporal de dos sustancias, unaextensa (cuerpo) y otra pensante (alma) que es la que define al hombre quien, por tanto,

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es esencialmente una sustancia que piensa. Entre extensión y pensamiento no hayninguna interacción, por ello ambas son independientes. El alma es puro pensamientoque no necesita de ninguna parte del cuerpo (tampoco del cerebro) para pensar. Elcuerpo también realiza sus funciones biológicas autónomamente. Para explicar losmovimientos voluntarios del cuerpo, sentimientos y deseos Descartes afirma que alma ycuerpo están unidos a través de la glándula pineal. Pero esa unión no añade ni quitanada a esas sustancias.

Idea. Pensamiento que es «como una imagen de una cosa». Son representaciones. Lasideas no son verdaderas ni falsas, puesto que la falsedad o verdad sólo se produce en losjuicios. Las ideas tienen dos aspectos: a) su realidad formal, es decir, lo que las defineesencialmente, su ser modos del pensamiento. Desde esta perspectiva todas las ideasson iguales, b) Su realidad objetiva: «su consideración como imágenes que representancosas, y entonces son muy distintas unas de otras», «unas me parecen nacidas conmigo(innatas), otras extrañas y venidas de fuera (adventicias), y otras hechas e inventadaspor mí mismo (facticias)». Imaginación, imaginable, imaginar. Uno de los cincoelementos que influyen en el conocimiento, junto al entendimiento, la voluntad, lamemoria y los sentidos. Sólo la razón (entendimiento y voluntad) es capaz de percibir laverdad, pero debe ser ayudada por las otras tres, si bien en muchos casos la dependenciade la razón respecto a la imaginación le hace caer en errores. La imaginación finge einventa imágenes (por eso es el origen de las ideas facticias) o contempla la figura oimagen de las cosas corpóreas recibidas a través de los sentidos. Imaginar es uno de losmodos del pensamiento. Por tanto, lo imaginable es lo que puede ser representado en laimaginación, tanto lo recibido a través de los sentidos, como lo creado por ella.

Infinitud. Atributo de la sustancia infinita.

Ingenio. Traduce la expresión «esprit» que Descartes usa con varios sentidos. En unoscasos es el conjunto de la imaginación y la memoria. Es distinto en cada hombre, adiferencia de lo que ocurre con la capacidad de la razón en cuanto tal que es la misma.Pero puesto que en muchos casos el entendimiento conoce en colaboración con laimaginación y la memoria, las diferencias cognitivas entre los hombres se producen porlas diferentes capacidades de su imaginación y memoria. Por eso también se usa en elsentido de «habilidad». En tercer lugar, también se usa como sinónimo deentendimiento. Finalmente, en otros casos tiene un sentido más amplio y se refiere a lacapacidad cognitiva del hombre en general, es decir, a su razón.

Inteligible. Que se puede conocer a través de la razón, que es el único modo de llegar aun conocimiento cierto.

Intuición. Uno de los dos actos por los que la razón, propiamente el entendimiento,llega a conocimientos ciertos. La intuición, que alcanza una certeza inmediata, es decir,una evidencia, cumple los siguientes rasgos: no es resultado de los sentidos ni de laimaginación sino del entendimiento. Es más cierta que la deducción porque no esdiscursiva sino inmediata, y su objeto de conocimiento son los primeros principios.Juicio, juzgar. Proposición que afirma o niega algo de algo, y que se caracterizaesencialmente porque es verdadera o falsa. La proposición «Vete» no es un juicio, perosí: «Este glosario es útil». El juicio es donde se produce la verdad o falsedad y esresultado de la voluntad que juzga la verdad de una idea cuando el entendimiento lapresenta clara y distinta o su falsedad cuando no es así. Si la voluntad no sigue alentendimiento y se precipita, puede emitir un juicio erróneo.

Libertad. La capacidad de elegir. Es un rasgo de la voluntad. Esta capacidad es la másamplia de las faculta-des, la menos limitada y, por ello, la que más asemeja al hombre aDios. Consiste «en obrar de tal modo que no nos sentimos constreñidos por ningunafuerza exterior», y en este sentido, aunque la voluntad de Dios puede referirse a másobjetos, considerada en cuanto acto, la del hombre no es menor.

Lógica. Ciencia o arte que se encarga del estudio de la corrección formal de las

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argumentaciones, demostraciones y silogismos. La lógica, aplicando sus reglas, analizala corrección de los argumentos prescindiendo del contenido de sus proposiciones. Elcarácter necesario de las reglas lógicas que obligan a pasar de las premisas a laconclusión proporciona a la lógica su certeza. Descartes aplica a su método esanecesidad de la lógica.

Meditaciones metafísicas. Descartes define las meditaciones como los pensamientospor medio de los que cree haber llegado a un conocimiento cierto y evidente de laverdad. El procedimiento de las meditaciones tiene su origen en las «disputationes»(discusiones sobre determinadas cuestiones) escolásticas. Las meditaciones metafísicasson las discusiones en torno a los primeros principios del conocimiento: la existenciadel yo, de Dios y del mundo, las raíces del árbol de la ciencia.

Memoria. Uno de los cinco elementos que intervienen en conocimiento, junto alentendimiento, los sentidos, la imaginación y la voluntad. La memoria ayuda alentendimiento cuando elabora deducciones. Pero esa intervención puede hacerle caer enerrores, debido a los olvidos de las razones y argumentaciones anteriores. La deducciónsiempre es correcta, el error sólo proviene de la intervención de la memoria. Método.Conjunto de «reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales el que las observe exactamenteno tomará nunca nada falso por verdadero y llegará al conocimiento verdadero de todolo que es capaz sin emplear inútilmente ningún esfuerzo de la mente [razón], sino queaumentará siempre gradualmente su ciencia». El método es necesario para que la razónconsiga la verdad. Está formado por cuatro reglas.

Modo. Las modificaciones que puede sufrir el atributo de cada sustancia creada. Asímodos de la sustancia pensante son afirmar, negar, creer, tener certezas, imaginar,sentir... es decir, todos los posibles pensamientos de los que la sustancia pensante escapaz. Los atributos de la sustancia extensa, es decir, de un cuerpo, son el tamaño,forma... Sin embargo, Dios, la sustancia infinita, al ser inmutable, carece de modos.Mundo. Conjunto de las sustancias extensas entendido como una totalidad. Es una ideainnata.

Naturaleza. Expresión usada en el texto con dos sentidos. Lo que define a unasustancia y explica los diversos cambios accidentales que en ella se producen. En estesentido, naturaleza es sinónimo a atributo. Como sinónimo de sustancia. Cuando laexpresión se usa en plural, su sentido es siempre éste. Si aparece en singular, esnecesario ayudarse del contexto.

Naturaleza corpórea o corporal. El atributo de las sustancias extensas. Corpóreo essinónimo de extenso.

Naturaleza inteligente. Atributo de la sustancia pensante. Tiene naturaleza inteligenteporque su atributo es el pensamiento.

Naturalmente. Lo que es conforme a la naturaleza de algo.

Noción. Expresión con un sentido muy amplio, en la mayoría de los casos equivale aideas o se refiere a los primeros principios del conocimiento.

Objetos más simples. O más fácilmente cognoscibles o naturalezas simples. Son loselementos que pueden ser conocidos sólo mediante una intuición de la razón. Suconocimiento es evidente. Son los últimos elementos en los que se debe analizar losproblemas que se pretenden resolver y conocer con certeza. Son los últimos elementosen los que la razón puede analizar lo real, aquello que no puede ser nuevamenteanalizado en elementos más simples.

Opinión, opiniones probables. Cualquier conocimiento del que se desconoce sucerteza. En muchas ocasiones esta expresión es sinónima de creencia. Se desconoce lacerteza de las opiniones porque son recibidas desde diversas fuentes (libros, profesores,sociedad...) sin que el sujeto las someta al juicio de la razón.

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Orden. Uno de los elementos básicos del método. Una vez establecida la evidencia delos primeros principios, la certeza del resto de conocimientos depende de que seandeducidos con orden. Por ello, el orden es básico tanto en el análisis como en la síntesis:«El método consiste en el orden [...] Y lo observamos si reducimos las proposicionescomplicadas y oscuras a otras más simples, y si después intentamos ascender por losmismos grados desde la intuición de las más simples hasta el conocimiento de lasdemás».

Paralogismo. Un razonamiento erróneo cometido sin que el sujeto que lo elabora seaconsciente. Se diferencia del sofisma en el que el sujeto sí sabe que tal razonamiento eserróneo, pero lo recubre retóricamente con la apariencia de corrección para confundir alcontrario.

Pasiones. Emociones que el alma experimenta involuntariamente gracias a la acciónque el cuerpo ejerce sobre ella. A través de la glándula pineal el alma recibe lasimpresiones del mundo que provocan las emociones. Aunque en nuestro organismo estála causa de nuestras pasiones, es el alma quien las sufre. Son actos puramentepsicológicos (admiración o sorpresa, amor y odio, deseo, alegría y tristeza...). Laspasiones no son malas de por sí, sólo lo son si no se las dirige bien, ya que puedenimpedir que la razón alcance la verdad.

Pensamiento. En singular se refiere al atributo de la sustancia pensante. Debeentenderse en un sentido amplio como toda actividad consciente. Entender, querer,negar, imaginar, odiar, sentir... es aquí lo mismo que pensar. En plural, «pensamientos»,es sinónimo a ideas.

Perfección, perfecto. Expresión con dos sentidos: a) lo ordenado, equilibrado,armónico, carente de contradicción... En este sentido, se habla de la perfección de lasconstrucciones, de los edificios, de las ciudades, del saber humano... Es la visiónracionalista de la perfección, b) El ser que contiene en sí todos los atributos positivos engrado máximo, incluida su existencia, y no tiene ninguna carencia (la sustancia infinitao Dios). En la perfección del resto de seres hay grados.

Modo. Las modificaciones que puede sufrir el atributo de cada sustancia creada. Asímodos de la sustancia pensante son afirmar, negar, creer, tener certezas, imaginar,sentir... es decir, todos los posibles pensamientos de los que la sustancia pensante escapaz. Los atributos de la sustancia extensa, es decir, de un cuerpo, son el tamaño,forma... Sin embargo, Dios, la sustancia infinita, al ser inmutable, carece de modos.Mundo. Conjunto de las sustancias extensas entendido como una totalidad. Es una ideainnata.

Naturaleza. Expresión usada en el texto con dos sentidos. Lo que define a unasustancia y explica los diversos cambios accidentales que en ella se producen. En estesentido, naturaleza es sinónimo de atributo. Como sinónimo de sustancia. Cuando laexpresión se usa en plural, su sentido es siempre éste. Si aparece en singular, esnecesario ayudarse del contexto.

Naturaleza corpórea o corporal. El atributo de las sustancias extensas. Corpóreo essinónimo de extenso.

Naturaleza inteligente. Atributo de la sustancia pensante. Tiene naturaleza inteligenteporque su atributo es el pensamiento.

Naturalmente. Lo que es conforme a la naturaleza de algo.

Noción. Expresión con un sentido muy amplio, en la mayoría de los casos equivale aideas o se refiere a los primeros principios del conocimiento.

Objetos más simples. O más fácilmente cognoscibles o naturalezas simples. Son loselementos que pueden ser conocidos sólo mediante una intuición de la razón. Suconocimiento es evidente. Son los últimos elementos en los que se debe analizar los

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problemas que se pretenden resolver y conocer con certeza. Son los últimos elementosen los que la razón puede analizar lo real, aquello que no puede ser nuevamenteanalizado en elementos más simples.

Opinión, opiniones probables. Cualquier conocimiento del que se desconoce sucerteza. En muchas ocasiones esta expresión es sinónima de creencia. Se desconoce lacerteza de las opiniones porque son recibidas desde diversas fuentes (libros, profesores,sociedad...) sin que el sujeto las someta al juicio de la razón.

Orden. Uno de los elementos básicos del método. Una vez establecida la evidencia delos primeros principios, la certeza del resto de conocimientos depende de que seandeducidos con orden. Por ello, el orden es básico tanto en el análisis como en la síntesis:«El método consiste en el orden [...] Y lo observamos si reducimos las proposicionescomplicadas y oscuras a otras más simples, y si después intentamos ascender por losmismos grados desde la intuición de las más simples hasta el conocimiento de lasdemás».

Paralogismo. Un razonamiento erróneo cometido sin que el sujeto que lo elabora seaconsciente. Se diferencia del sofisma en el que el sujeto sí sabe que tal razonamiento eserróneo, pero lo recubre retóricamente con la apariencia de corrección para confundir alcontrario.

Pasiones. Emociones que el alma experimenta involuntariamente gracias a la acciónque el cuerpo ejerce sobre ella. A través de la glándula pineal el alma recibe lasimpresiones del mundo que provocan las emociones. Aunque en nuestro organismo estála causa de nuestras pasiones, es el alma quien las sufre. Son actos puramentepsicológicos (admiración o sorpresa, amor y odio, deseo, alegría y tristeza...). Laspasiones no son malas de por sí, sólo lo son si no se las dirige bien, ya que puedenimpedir que la razón alcance la verdad.

Pensamiento. En singular se refiere al atributo de la sustancia pensante. Debeentenderse en un sentido amplio como toda actividad consciente. Entender, querer,negar, imaginar, odiar, sentir... es aquí lo mismo que pensar. En plural, «pensamientos»,es sinónimo a ideas.

Perfección, perfecto. Expresión con dos sentidos: a) lo ordenado, equilibrado,armónico, carente de contradicción... En este sentido, se habla de la perfección de lasconstrucciones, de los edificios, de las ciudades, del saber humano... Es la visiónracionalista de la perfección, b) El ser que contiene en sí todos los atributos positivos engrado máximo, incluida su existencia, y no tiene ninguna carencia (la sustancia infinitao Dios). En la perfección del resto de seres hay grados.

Precipitación. Error en que caen quienes olvidando que su entendimiento es finito, noson pacientes y juzgan verdadero lo que aún no es evidentemente tal. También caen enel error al no concederse el tiempo necesario para deducir ordenadamente nuevosconocimientos a partir de los primeros. El error es doble: emitir un juicio a partir de unaidea considerada clara y distinta cuando realmente es confusa y oscura, y no seguir elorden necesario para un análisis y síntesis correctos. El remedio a la precipitación es lacircunspección.

Prejuicio. Conocimientos no ciertos que condicionan nuestra razón impidiendo quejuzgue sólo a partir de sí misma. Estos conocimientos son las creencias y opinionesrecibidas del entorno socio-cultural de un modo más o menos inconsciente sin haberanalizado y comprobado su certeza. Estas creencias y opiniones confunden a la razón yla llevan a emitir juicios erróneos. Por ello, para conseguir juicios verdaderos, esnecesario un previo proceso de duda que nos haga conscientes de que tales opiniones ycreencias no son certezas sino simples «pre-juicios».

Prevención. Vicio de la razón opuesto a la precipitación. La cometen aquellos que no seconsideran con la capacidad suficiente para juzgar por sí mismos y siguen los juicios de

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otros a los que consideran más capacitados y que, por ello, los consideran sus maestros.Por esa falta de confianza en la propia razón, quien padece la prevención se niega aaceptar la verdad de una idea a pesar de presentársele clara y distinta. Primerosprincipios. Subjetivamente (desde el sujeto que busca certezas) son las primeras certezasdel conocimiento. Dichos principios son el yo (primer principio), Dios y el mundo. Apartir de estos principios, que forman parte de la metafísica, se construye el resto delsaber. Objetivamente son los primeros principios del ámbito del ser: las naturalezassimples conocidas por la intuición de la razón. El orden de los primeros principios ensentido subjetivo no se corresponde con su orden en sentido objetivo.

Proposición. O juicio. Enunciado afirmativo o predicativo que es verdadero o falso.

Razón. Expresión con dos sentidos. En sentido amplio es la capacidad de juzgarcorrectamente y distinguir lo verdadero de lo falso. Es la única propiedad que nos hacehombres y, por ello, es igual en todos. Las opiniones y creencias erróneas no provienende la razón en cuanto tal sino del mal uso que de ella se hace debido al empleo demétodos inadecuados o a su ausencia. Conoce a través de dos actos: intuición ydeducción. En ella se distinguen las percepciones del entendimiento y las voliciones dela voluntad. En sentido estricto, «razón» es sinónimo de entendimiento.

Razón suficiente. El principio según el cual nada se produce sin una razón que loexplique. Esa razón explicativa es la razón suficiente.

Razonamiento. Argumentación que partiendo de conocimientos ciertos o evidentes(que actúan como premisas) conduce a otros ciertos (conclusión). A partir de losprimeros principios la razón, siguiendo el método, elabora argumentaciones que llevan aconocimientos ciertos. Los razonamientos se oponen a las razones probables. Es unaexpresión sinónima a argumentación, deducción o demostración.

Razones probables. Argumentos no ciertos. Descartes considera, como consecuenciade la primera regla del método, que todo conocimiento «probable» es no cierto.Probabilidad y certeza son excluyentes, ya que lo probable es dudable y en la certeza nohay espacio para la duda. La expresión «opiniones probables» tiene el mismo sentido.Lo opuesto a razones probables son razones ciertas y evidentes. Descartes se separa asíde la escolástica que diferenciaba entre lo verdadero, lo probable y lo falso.

Reglas. Expresión con tres sentidos: a) las reglas de las distintas partes de lasmatemáticas que garantizan el buen resultado de los cálculos, b) Las reglas lógicas quegarantizan la corrección de los silogismos, c) Los cuatro preceptos del método que larazón debe seguir para conseguir conocimientos ciertos y evidentes.

Estos se caracterizan por su «facilidad para seguirse» y su certeza. La condición quegarantiza que el método funcione es «no incumplir ni una sola vez la observancia detales reglas».

Seguridad moral. O certeza moral. Certeza que juzgamos suficiente para guiarnos ennuestra vida. «Esta certeza es suficiente para regular nuestras costumbres, o tanDESCARTES, DISCURSO DEL MÉTODO grande como la de aquellas cosas de las queno solemos dudar cuando se trata de la dirección de la vida, aunque sepamos que puedesuceder, absolutamente hablando, que sean falsas. Así, los que nunca han estado enRoma no dudan de que es una ciudad de Italia, aunque podría suceder que les hubiesenengañado todos los que así se lo han dicho». Lo contrario de una seguridad moral esposible.

Sentidos. Uno de los cinco elementos que intervienen en el conocimiento, junto alentendimiento, la voluntad, la memoria y la imaginación. La información que nosproporcionan no es ni cierta ni evidente. Continuamente nos hacen caer en ilusiones ynos engañan. Es una facultad que forma parte del cuerpo y no del alma. Por tanto, no esuna espiritual.

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Ser. (Ver sustancia).

Ser perfecto. La sustancia infinita (Dios). Es el Ser Perfecto porque aglutina todas lasperfecciones, incluida la existencia, rasgo que permitirá demostrar su existencia.

Silogismo. Razonamiento que consta de tres proposiciones de modo que las dosprimeras actúan como premisas (mayor y menor) de las que deriva necesariamente latercera, que es la conclusión. Se caracteriza porque la conclusión nunca puede excederel saber establecido por la premisa mayor. Por tanto, nunca amplía el conocimiento.

Síntesis. Proceso que a partir de elementos simples, tomados como premisas, alcanza lacerteza de los elementos complejos por ellos constituidos. Es uno de los dos procesos dededucción de la razón. Su correcto funcionamiento está regulado por la tercera y cuartaregla del método.

Sustancia. Una cosa que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra paraexistir. Por tanto, estrictamente sólo hay una sustancia, Dios. Por ello, cuando Descartescalifica el yo pienso o los cuerpos como sustancias, aplica ese concepto de un modoanalógico, ya que el yo y los cuerpos tienen cierta independencia respecto a otros seres,pero ambos han sido creados y, por tanto, dependen de Dios. Las sustancias secaracterizan esencialmente por sus atributos. Hay tres (infinitud, pensamiento yextensión) por ello hay tres tipos de sustancias: sustancia infinita, pensante y extensa.En segundo lugar, las sustancias, excepto la infinita, tienen modos que son las distintasmodificaciones que pueden sufrir los atributos.

Sustancia extensa o corporal. Sustancia que tiene como atributo la extensión, esdecir, que ocupa un espacio y nunca puede moverse por sí mismo sino por alguna otracosa. Dicha extensión excluye la posibilidad del pensamiento. Los modos de estasustancia son la longitud, anchura, profundidad, figura... Gracias a su extensión, lassustancias sensibles pueden ser conocidas por los sentidos. El cuerpo humano tambiénes una sustancia extensa.

Sustancia infinita. Dios. Sustancia cuyo atributo es la infinitud o perfección. El únicoser que propiamente es una sustancia, ya que el resto lo son sólo de un modo análogo,puesto que Dios es el único ser que no necesita de ningún otro para existir. Estasustancia por ser inmutable no admite modos. Lo único que cabe afirmar de Dios sonrasgos ya incluidos en el atributo «perfección» o «infinitud»: eterno, inmutable, simple,independiente, omnisciente, omnipotente y creador de los seres imperfectos (lassustancias pensantes y extensas). Su esencia exige su existencia.

Sustancia pensante. Sustancia cuyo atributo es el pensamiento. Se identifica con elyo o alma. Hay dos modos del pensamiento: la percepción del entendimiento y lavolición de la voluntad, pues sentir, imaginar y el puro entender, son diversos modos depercibir, así como desear, rehusar, afirmar, negar y dudar, son diversos modos dequerer. Se caracteriza porque es lo que define al hombre, es independiente y separadadel cuerpo (dualismo antropológico), es inmortal (su existencia no depende del cuerpo),y es más fácil de conocer que el cuerpo.

Verdad, verdadero. La evidencia o certeza de la razón. Las ideas que la razón a travésde la voluntad juzga evidentes y/o ciertas son verdaderas. La verdad, por tanto, no seda en la idea como tal sino en el juicio que sobre ella se hace. Es decir, propiamente laverdad no es fruto del entendimiento sino de la voluntad.

Voluntad. Facultad de la sustancia pensante que juzga, asintiendo o negando a partirde lo que el entendimiento percibe. La voluntad del hombre es infinita y libre, y porello es el origen del error. Una idea oscura o confusa nunca es falsa. La falsedad seproduce cuando la voluntad, no sometiéndose al entendimiento, afirma la verdad de esaidea que el entendimiento no ha percibido con claridad y distinción. Las voliciones de lavoluntad son uno de los modos del pensamiento.

Yo. La sustancia pensante.