tema 5 el primer arte omeya y el arte en al-ándalus

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Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL EL ARTE OMEYA Y EL ARTE EN AL-ÁNDALUS 1. EL ARTE OMEYA 1.1. LA MEZQUITA El edificio fundamental del mundo musulmán es la mezquita. Dentro de este edificio, lo fundamental para la oración de los fieles es (además de toda la normativa) la situación geográfica de La Meca. Esto exige que en el templo que se construye haya algo que señale a La Meca: es el muro de la qibla. En este muro tiene que haber necesariamente un nicho, que recuerda la presencia de Mahoma. El Islam, por definición, es una religión anicónica. Por tanto, ellos nunca van a representar a Alá, ya que nunca se ha revelado a ellos; la única forma de revelación que tienen es la escritura y la palabra. Esto hace que en el interior de las mezquitas se aprecien muchas decoraciones cúficas. Volviendo al nicho, va a ser el lugar sagrado por excelencia, y siempre va a estar vacío: es el mihrab. Los musulmanes necesitan igualmente un espacio para albergar a los fieles (en las religiones antiguas, el templo alberga a la divinidad; pero para las grandes religiones monoteístas, el templo es el lugar de reunión de los fieles). La mezquita presenta dos espacios: el haram o sala de oraciones, cubierto, donde se reúnen para el rezo; y el shan, o patio descubierto. Dentro del haram, los califas se hacen un espacio acotado frente al mihrab, de privilegio, en el que orar: es la maqsura. En el sahn predomina la misma idea que en el atrio de una basílica constantiniana. Aquí es donde los musulmanes tienen que hacer las abluciones y purificaciones. Dentro de este patio está el alminar, la torre desde la que el almuédano llama a la oración. Finalmente, está el mimbar, que no es una estructura arquitectónica, sino el púlpito, a veces de madera, desde donde se recitan las oraciones. Todo esto lleva a hacer una arquitectura muy simétrica. En el caso de la mezquita de Córdoba esto es así hasta la ampliación de Almanzor. Destaca finalmente un pasillo paralelo a la quibla, por la que el califa accede a la maqsura sin tener que mezclarse con los demás fieles.

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El Primer Arte Omeya y El Arte en Al-ándalus

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Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL

EL ARTE OMEYA Y EL ARTE EN

AL-ÁNDALUS

1. EL ARTE OMEYA

1.1. LA MEZQUITA

El edificio fundamental del mundo

musulmán es la mezquita. Dentro de este

edificio, lo fundamental para la oración de

los fieles es (además de toda la normativa)

la situación geográfica de La Meca. Esto

exige que en el templo que se construye

haya algo que señale a La Meca: es el muro

de la qibla. En este muro tiene que haber

necesariamente un nicho, que recuerda la

presencia de Mahoma. El Islam, por

definición, es una religión anicónica. Por

tanto, ellos nunca van a representar a Alá,

ya que nunca se ha revelado a ellos; la única

forma de revelación que tienen es la

escritura y la palabra. Esto hace que en el

interior de las mezquitas se aprecien

muchas decoraciones cúficas. Volviendo al

nicho, va a ser el lugar sagrado por

excelencia, y siempre va a estar vacío: es el

mihrab. Los musulmanes necesitan igualmente un espacio para albergar a los fieles (en las

religiones antiguas, el templo alberga a la divinidad; pero para las grandes religiones

monoteístas, el templo es el lugar de reunión de los fieles). La mezquita presenta dos espacios:

el haram o sala de oraciones, cubierto, donde se reúnen para el rezo; y el shan, o patio

descubierto. Dentro del haram, los califas se hacen un espacio acotado frente al mihrab, de

privilegio, en el que orar: es la maqsura. En el sahn predomina la misma idea que en el atrio

de una basílica constantiniana. Aquí es donde los musulmanes tienen que hacer las

abluciones y purificaciones. Dentro de este patio está el alminar, la torre desde la que el

almuédano llama a la oración. Finalmente, está el mimbar, que no es una estructura

arquitectónica, sino el púlpito, a veces de madera, desde donde se recitan las oraciones. Todo

esto lleva a hacer una arquitectura muy simétrica. En el caso de la mezquita de Córdoba esto

es así hasta la ampliación de Almanzor. Destaca finalmente un pasillo paralelo a la quibla, por

la que el califa accede a la maqsura sin tener que mezclarse con los demás fieles.

Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL

1.2. JERUSALÉN

Destaca el recinto rectangular que

concentra una gran cantidad de monumentos,

especialmente para los musulmanes. Es el

Haram-al-Sharif, el “noble y sagrado recinto”,

que contiene la Cúpula de la Roca y la

Mezquita Al-Aqsa.

1.2.1. LA CÚPULA DE LA ROCA

Durante mucho tiempo, este monumento se tiene como una mezquita, y llega incluso a

ser llamada la Mezquita de Omar (que habría sido construida por el Califa Omar en 637). Hoy

se sabe que es construida por el Califa Abd-al-Malik, entre los años 680 y 691. Este recinto es

sagrado ya que se cree que fue aquí donde se construyó el templo de Salomón; donde se

celebró el sacrificio de Isaac; y el último lugar que pisó Mahoma antes de subir al Paraíso. En

1022 sufre un incendio la cúpula (de madera); y a mediados del siglo XVI, en 1552, se añade

el revestimiento exterior de azulejería y dorado a la cúpula.

La planta es centralizada, con un doble deambulatorio, que consta de una primera

línea circular y una segunda octogonal, con alternancia de soportes en ambos casos. La

cúpula es ligeramente abombada, lo que le confiere un carácter más exótico. En el interior se

preserva la roca que pisó Mahoma antes de ascender a los cielos. En las decoraciones, hay

inscripciones dedicadas a Cristo y a la Virgen, ya que en los primeros momentos son

considerados como profetas. El Islam en la tardía Antigüedad es mucho más permisivo que

posteriormente.

Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL

1.2.2. LA MEZQUITA AL-AQSA

Existe una fusión entre edifico de planta

centralizada que preserva un lugar sagrada y

edificio de planta basilical destinada al rezo de

los fieles, sintetizada en el martyrium, y se

aprecia también aquí, haciendo la Cúpula de la

Roca de relicario arquitectónico y la Mezquita

Al-Aqsa las de cuerpo basilical. El proyecto

pertenece al califa Abd-al-Malik, aunque la ejecución del proyecto se le debe al califa Al-

Walid, realizado entre 709 y 715. Se plantea originalmente como un edificio de 7 naves. En

747 y 777, sendos terremotos provocan destrucciones importantes; la mezquita se

reconstruye en época abasí, en 780, siguiendo una planta en T de 15 naves. Un nuevo

terremoto en 1033 provoca, en 1035, una nueva reconstrucción, retornándose a las 7 naves

originales.

Las naves de la Mezquita Al-

Aqsa tiene sus naves

perpendiculares al muro de la

qibla, y este hecho sirve de modelo

a la gran mayoría de mezquitas

realizadas en Occidente. Por el

contrario, la Mezquita de Damasco,

cuyas naves son paralelas a la

qibla, sirve de modelo para el

oriente musulmán. La planta en T

se debe a que en un momento se

construye una estructura más

importante en la zona de la qibla,

lo cual origina esa planta.

1.3. DAMASCO

En la Mezquita Aljama (Mayor) de Damasco, capital de los Omeyas, se da una

necesidad espiritual de reconvertir los lugares sagrados a la religión vigente. En el mismo

solar donde ahora está la mezquita había un templo dedicado al dios sirio de la tormenta

(Hadad); posteriormente, un templo dedicado a Júpiter; entre los siglos IV y VII, se edifica la

Iglesia de San Juan Bautista; y, finalmente, tras la conquista musulmana, se construye, en

705, la Mezquita Aljama, por Al-Walid. El alminar es del siglo IX, la cúpula de la nave del siglo

XII. En 1893 se produce un incendio, que hace que tenga que ser reconstruida. Destacan sus

tres naves paralelas al muro de la qibla.

Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL

La basílica es típica para su momento: planta longitudinal, de cinco naves y ábside

semicircular, el conjunto rodeado por un recinto porticado. La mezquita, por su lado, reutiliza

parte de esas estructuras; aunque hoy en día está muy restaurada. Destaca el alzado del

espacio ante el mihrab y su fachada.

La fachada es una clara muestra de la pervivencia del mundo antiguo. Está

completamente cubierta con mosaicos, rematada con un frontón triangular, y cuenta con una

doble altura conseguida con arcos (tres pequeños y otro mayor englobándolos), sustentados

por columnas exentas coronados por cestas vegetales. En los mosaicos se aprecia la plástica

mediterránea, naturalista y con árboles y con arquitecturas fingidas.

1.4. LA ARQUITECTURA CIVIL Y PALATINA

1.4.1. ARQUITECTURA CIVIL

Cuando los Omeyas fundan

ciudades ex novo, recuperan el trazado

clásico (cardo y decumano). En Anjar

(Líbano), la ciudad levantada por Al-Walid

en 714 muestra una plantilla reticulada,

con las dos vías principales bien marcadas,

además de una clara sectorialización por

oficios y ocupaciones. La técnica de estas

nuevas ciudades no difiere prácticamente

nada de la técnica de los romanos: sillares y ladrillo, columnas con sus basas y capiteles,

referencia a los opus. Seguramente, los constructores tendrían la misma formación que los

romanos.

Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL

1.4.2. LOS CASTILLOS OMEYAS DEL DESIERTO

Además de ejercer las funciones de segunda residencia para momentos de retiro o de

peligro, además son unas complejas y muy desarrolladas instalaciones agropecuarias. Por

desgracia, la ausencia de grandes estructuras no hace justicia a la arquitectura que se hace en

este momento. Habitualmente, se trata de unas grandes fortificaciones de planta cuadrada en

la que se construyen todas las dependencias necesarias, destacando la parte privada del

Califa, las zonas áulicas o de recepción, el espacio religioso (fundamental) y la zona de los

baños.

Las reconstrucciones del palacio

de Jirbat-al-Marfar, en Israel, hablan de

una importante arquitectura

monumental. Además, al no

encontrarnos en un entorno religioso tan

rigorista como el de una mezquita,

empiezan a aparecer restos importantes

de escultura en piedra y en estuco;

pinturas murales figuradas. Llama

además la atención que muchos de estos

temas son desnudos de mujeres. El

aniconismo, por tanto, se reserva para el

contexto de la mezquita.

Los mosaicos pavimentales tienen un papel muy

importante en estas arquitecturas. Su calidad y disposición,

al igual que la decoración podrían hacerlos pasar por

romanos: motivos vegetales, vides, frisos con animales y

arquitecturas fingidas… Existen otras escenas, como las de

caza, que muestran un claro apego al naturalismo, en los

que se aprecia un frondoso decorado vegetal.

El palacio de Qusayr Amra (Jordania) es

realizado por el califa Al-Walid entre 711 y 715. La

técnica (talla de los sillares) es digna heredera de

los romanos. Destaca la sala de recepciones, de

tres naves paralelas cubiertas por tres bóvedas de

cañón independientes. Sin embargo, la

compartimentación entre las naves viene dada por

dos arcos, lo que le confiere al conjunto un aspecto

unitario. Las bóvedas están decoradas con

diversas pinturas muy esquemáticas de oficios, de

músicos, bailarinas, animales…

Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL

El palacio de Mshatta (Jordania),

edificada por Al-Walid II, en 743, es quizá

la estructura más impresionante. La

superficie protegida por la muralla se

divide en tres zonas: en las exteriores no

hay una gran arquitectura monumental

(viviendas), mientras que ésta sí se aprecia

en la franja central. Destaca el empleo de

una estructura trilobulada. Sobresalen

también unos frisos decorativos de las

partes bajas de las murallas, de gran

complejidad y calidad, de fondo reticular

vegetal. Nuevamente es clara la herencia

romana (cimientos de sillares y ladrillo en

las partes superiores). La zona “oficial”

repite la estructura del palacio de

Diocleciano en Spalato: una fachada

horadada por tres arcos, de triunfo, muy

cuidada y proporcionada.

Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL

2. AL-ÁNDALUS

Los musulmanes en Al-Ándalus ven su dominio dividido en varias etapas:

Entre el año 711 y 756, el Emirato Dependiente de Damasco.

Entre 756 y 929, el Emirato independiente de Córdoba, donde se produce una

independencia política de Damasco (aunque no religiosa), con Abderramán I y

II.

Desde 929 se produce la independencia del poder religioso, con el inicio del

Califato de Córdoba, época de mayor esplendor en todos los aspectos, bajo

Abderramán III, Al-Hakam II y Almanzor (fallecido en 1002).

En 1030, comienza la etapa de los Reinos de Taifas, con el dominio almorávide

y almohade.

Finalmente, en el siglo XV, con el Reino Nazarí, Al-Ándalus va llegando a su fin,

en 1492.

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2.1. LA MEZQUITA DE CÓRDOBA

Todo el arte de Al-Ándalus parte de una obra fundamental: la Mezquita de Córdoba.

Tiene diferentes fases constructivas:

En 784, los musulmanes, en la Península desde hace más de 50 años, utilizan ya

la iglesia de San Vicente como lugar de culto compartido, y en este año

compran la segunda mitad del templo, empezándose a usar dos años después.

La primera etapa es la de Abderramán I, quien hace una mezquita con 11 naves

perpendiculares, 12 tramos, cuyas características formales son columnas

reaprovechadas con basa, modillones de rollo, arcos de herradura y de medio

punto.

A Hisan I se le atribuye el alminar.

Con Abderramán II (833-848), se amplía la mezquita 8 tramos más. Las

columnas ya no tienen basa, y no hay modillones de rollo; aunque aparecen

las moldaduras convexas. Se abre asimismo la puerta de San Esteban (sin una

adscripción clara: Abderramán I, II o Muhammad V según una inscripción de

855).

Abderramán III (912-961) fija su atención en el san, el patio. Lo amplía, añade

pilares en forma de T y añade un alminar. Principalmente se va a dedicar, sin

embargo, a su ciudad palatina, Medina Azahara.

Con Al-Hakam II (961-976), se

vuelve a ampliar en otros 12

tramos la mezquita. Se

emplean capiteles nuevos,

modillones de rollo con listón

y columnas sin basa. El

sistema constructivo se basa

en los arcos de piedra con

rehundido de ladrillo.

También es el responsable de

la maqsura, la Capilla de

Villaviciosa, los riwaqs

(pórticos del patio), mantiene

la planta en T y hace el sabat.

La última etapa es la de

Almanzor (976-1002), cuando

se amplia hacia el este en 8

naves más

Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL

2.1.1. ABDERRAMÁN I

Se aprecia aquí el mismo sistema de actuación que en el caso de Damasco. Se emplea

la iglesia de San Vicente, que posiblemente se queda pequeña. Entonces se compra el

templo, y se construye la mezquita. Tiene 11 naves perpendiculares al muro de la qibla

(disposición según la mezquita Al-Aqsa), divididos en 12 tramos. Curiosamente, la qibla está

orientada hacia el sur en lugar de hacia el sureste. En este momento, se emplean columnas

ya talladas (visigóticas o romanas), con basa, sobre las que colocan una decoración de

pequeños rollos superpuestos (modillones de rollo). Esta decoración está también presente

en la arquitectura del siglo X.

Además, la mezquita está

compartimentada por arcos de

herradura sobre los que se

voltean arcos de medio punto,

para ganar altura. Destaca la

bicromía característica de los

arcos (blanco y rojo). La

mezquita también dispone de

un alminar. En el Acueducto de

los Milagros, en Mérida, y la

técnica empleada es la misma,

se aprecia incluso la bicromía.

2.1.2. ABDERRAMÁN II Y ABDERRAMÁN III

Con Abderramán II, se añaden 8 tramos más, desplazándose el muro de qibla. Se abre

asimismo la Puerta de San Esteban, en la que se aprecia una búsqueda de bicromía (dovelas

alternas de ladrillo y piedra), además de un recuadramiento decorativo, el alfiz. El resto de

puertas, muy numerosas, repiten este esquema.

Con Abderramán III no se

amplía la mezquita (al menos no

el harán), ya que se dedica sobre

todo a fortalecer los pilares de

la fachada; amplia el patio y

añade un segundo alminar. Pero

Abderramán III va a dedicarse

principalmente a Medina

Azahara, del que destaca

especialmente el salón del

trono, que responde al gusto

decorativo musulmán.

Diego RODRÍGUEZ-PEÑA SAINZ DE LA MAZA – G. 210 – HISTORIA DEL ARTE MEDIEVAL

2.1.3. AL HAKAM II Y ALMANZOR

Al-Hakam II vuelve a

ampliar el haram, retrasando

nuevamente el muro de la qibla.

Destaca la capilla de Villaviciosa,

la maqsura y el sabat. La

maqsura se acota mediante el

empleo de arcos polilobulados.

La fachada del mihrab muestra

únicamente decoración vegetal y

cúfica de mosaicos, apreciándose

diferentes estilos (algunos son

regalo del emperador bizantino

Nicéforo Phocas para la

inauguración del templo). Estos tramos van a estar cubiertos por arcos que no se entrecruzan

en el centro y que dibujan un polígono en la bóveda (no hay nervios entrecruzados en el

centro).

Finalmente, Almanzor amplia el lateral de la mezquita, provocando un

descentramiento del mihrab.

2.2. LOS REINOS DE TAIFAS

Tras la muerte de Almanzor, se forman los Reinos de Taifas, pequeños Estados con

mayor o menor reflejo artístico según su poder e influencia. Sin duda, el más importante es el

de Zaragoza (1047-1081), junto con su reflejo en el Palacio de la Aljafería. La dinastía reinante

es la Beni Hut, con su rey Ahmed Almoctadirbila, de cuyo prenombre podría proceder la

palabra “Aljafería”. Este edificio es reutilizado por los reyes cristianos, tras la toma por

Alfonso I el Batallador. En 1354, Pedro IV crea un palacio en el interior, añade jardines, una

capilla… En 1492 se añade un piso superior; es tribunal de la Inquisición, con sus cárceles,

posteriormente, y a lo largo de los siglos siguientes sufre numerosas transformaciones y se

destina a usos múltiples.

Lo más antiguo de la

Aljafería es una torre, la llamada

Torre del Trovador, la torre del

homenaje, muy robusta y

potente, que no presenta rasgos

específicamente musulmanes.

Pero todo lo demás participa de

la decoración musulmana (arcos

de herradura, decoraciones,

yesos, etc.). Los capiteles son

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muy similares a los de la mezquita de Córdoba de Al-Hakam: muy estilizados, con motivos

entrelazados y volutas.

2.3. EL ÚLTIMO ARTE ANDALUSÍ

2.3.1. LOS ALMORÁVIDES Y LOS ALMOHADES

De esta dinastía (1090-1147)

no tenemos muchos restos artísticos,

debido al rigorismo del que hacen

gala (extremismo religioso con

similitudes en Europa). Su mejor obra

es sin duda el Castillo de

Monteagudo, en Murcia, una

residencia rural con jardines en su

interior.

De los Almohades, ya

presentes en Al-Ándalus en la

segunda mitad del siglo XII, tenemos

muchos más restos. Su obra más

importante es la de la Mezquita de

Sevilla, comenzada en 1172 por Abu Yaqub Yusuf. Es terminada en 1182. Cuenta con 16 naves

perpendiculares al muro de la qibla; asimismo, va a tener riwaqs. También hay decoración de

muqarnas, decoraciones escamadas que cuelgan como estalactitas. En el siglo XV, es

sustituida por una catedral gótica.

Otra obra maestra es la Giralda,

el alminar de la mezquita de Sevilla,

comenzada en 1184, en varias etapas

(retrasos a causa de la muerte de Abu

Yaqub). El arquitecto es Ahmad-ibn-

Baso. El proyecto final es de Alí de

Gomará, bajo Yaqub Al-Mansur, quien

ordena la continuidad de sus obras

entre 1188 y 1189. Se termina en 1195,

y de ella destacan los paños de Sebqa.

En el siglo XVI, Hernán Ruiz sobreeleva

la torre. Este alminar es muy similar a

otros alminares del norte de África,

como el de Kutubiya en Marrakesh, o la

Torre de la Mezquita de Hasan en

Rabat, del siglo XI.

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La Torre del Oro se construye entre

1220 y 1221, y es una torre albarrana, la torre

adelantada en un sistema de fortificación. En

el siglo XVIII se añade el último cuerpo. Es una

torre de planta centralizada, poligonal, con

distintas saeteras.

2.3.2. LA DINASTÍA NAZARÍ

De la Dinastía Nazarí, el monumento

estrella es si duda la Alhambra, “la roja”, de

nombre completo “Al-Qal’a al-Hamra”, “la

fortaleza roja”; aunque también podría ser el

femenino del nombre de su fundador, Abu al-

Ahmar, “el rojo”, quien entra en Granada en

1238. En el siglo XIV, Yusuf I construye la

Puerta de la Justicia, la Torre de Comares y,

con Mohamed V, el Patio de los Leones. En

1492 se fija allí el palacio real, y en 1526, el

Palacio real de Carlos V, por Pedro Machuca.

Su arquitectura muestra elementos decorativos a base de yesos y azulejería. La

importancia del agua es fundamental, y tiene dos tipos de utilización: en grandes estanques

(Patio de Pomares) o en pequeños conductos que dividen en parterres la superficie de ese

patio (Patio de los Leones). Los interiores están completamente revestidos de yeso con

decoraciones cúficas; y los techos son de madera. La Puerta de la Justicia muestra una

compartimentación en recodos. La Sala de la Dos Hermanas muestra una cúpula decorada

con muqarnas. La Alhambra también tiene su parte militar, la Alcazaba, más austera desde el

punto de vista artístico.

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