teatro mexicano historia y dramaturgia-intro

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I . - ! ' 1 . : •; . ! ... . . t.. : . :. TEATRO I I I All 13 cen ilicaciones I. 0 I S Corisejo Nacionai psra Is Cufluva i las Aries . . . . I . . - I . . . . S I P _. . . I ! I ' i 4 _ •• . I j : . •, . . . ! I Ia # . . . I! •, ! •W I,• [ ii -. IF . l t •, $ •. . I. . S! . I -- - _ ------i - - . :. - •_----_-..-_ .-z:.L.-4_ . • .' . - .... -. .: ..t4.4.... .. •; 'Vt-.--

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Page 1: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

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Page 2: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

xiiEscenificactones

de la Independencia (1810-182/)

Page 3: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

TEATROrim

hio st ia

x1lEscenificaciones

de la Independencia (1810-182/)

Sclecciôn, cstudio introductorio y notas

Jaime Chabaud Magnus

(A Consejo Nacionaipars laCulture y las Aries

Page 4: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

Coordinador: Hector Azar

Asesoria: Armando Partida

Primera ediciOn: 1995

ProducciOn: DirecciOn General de Publicaciones delCONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES

D. R. © De la presente ediciOnDirecciOn General de PublicaclonesCalz. Mexico Coyoacán 371Xoco, cp 03330Mexico, D.F.

ISBN 968-29-7467-4

Impreso y hecho en Mexico

Page 5: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

In ice

ESTUDIO INTRODUCTORIO

1,0S niit3riE1lCS . . . • • •

El erlt()rl-ic) social , . • • • • •

El teatro de los acontecimientos , . • • • • •

inciependencia aritihispanismo V teatro , • • . • • • •

Los procesoS de la drarnaturgia (1810-1830) y sus hac:edores

•11-I1

172631)

ANTO LOG IA DE TEXTOS

AGUSTIN PUMPOSO FERNÁNDEZ DE SAN SALVADOR

Lus fazañas de Hidalgo. Quixote de nuevo cuño, facedor de titer-tEl..c. et(7. . . . . . . . . S S S • • • • . . 4 • • S • • • . S S • • •

FRANCISCO ESTRADA

El inilitar cristiano contra ci padre Hidulgo v eI capitan AllendeDj(iJ(T) 1LU) P11 ti't. A 1(111(11? it(1 V 1! fl /(Ifl( '&!'O . . . . . . . . . . . . .

55

57

EL MEXICAN() A.V.

1)P'S (./LLUI[i() (1 los ifl(IiflS J1(ICifldOIe.S' vet in niucho que le (Ie!)en aJos t3S'j)(IT4[)lH.c . . . . . . . . . . . • • • • , • 1 • • 1 0 A a 0 8 0 (33

JAIME FROTASA

Enfermeilad fljeCiitiV(J de lox RSCfitOreS rnodernos de esta (:itJd(Id 73

El. DUENDE

Apariciones del Entrernetido . I I I S S • • • 4 • I S

77

La ingmatitud . . . . . . .CIa111or(s (If!] te?jerIor . . .

Uniper.conul . . . . . . •

No tenemos de (JtIIPI1 Jiur

J.M.D.CI

. . . I S I • S

S • • S I S S I

MIM.GI

S I I • • S I

J.R.G.

, S S • • S S S I

SANTOYO

S I I

81

S S I I I

83

I S I I • • S

S S S •

91

Loa . . . . . . I • S I S I S S I S •

97

FRANCISCO ORTEGA

Mexico fibre . I . U S • I S I S I S S S I S I I I I S I

101

7

Page 6: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

JOSE JOAQUIN FERNÁNDEZ DE LJJZARDI

LTriip&u'sonal del circubuceado . . . . . . . . . . .

El tinipersonril de don Agustmn de Iturl)ide . . • .

El grito He JiI)ert(Jd en el pueblo de Dolores . . . .

La tr(lç'ediu del padre Arenas . . . . . . . . . . .

S • • • • S I 1 1 1. . S • I I • 1 13. . I I • • • 1,19

. S • S • • • 1 23

ANONIMOS

!1apetrinietacori'egidu.................•,••

La bra indeperidientevsu marido . . . . . . . . . . . . . . .

Critica del Hombre Libre . . . . . . ,. . . . . . . . . . . . , , •,

44 penn viejo no hay tizs tus . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

'1'rtuliide1aaldea

Coriversación de tres arriiioc. (Jdndido, Recio v AIodei'ato, .cobre

105. ?! / ti!l1OSaCOntEch irnjento .c . . . . . . . • • • • • • • • • • •

141145149151153

159

IBihliogrufiu . . . I I • • . S • 4

163

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Page 7: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

ESTUDIO INTRODUCTORIO

Page 8: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

Los materiales

I partir (le la/- don de la Indepen-

..L .S..dencia, hasta la fechase ban escrito decenas de variaciones dramática.s sobre el epi-sodio clot grito de libertad con el cual Hidalgo iniciara la guerrade ernancipación de lacorona españo!a. Cada añose esceniticanen nuestras escuelas primarias y secundanas versiones elernen-tales sobre el mismo tema. Esto, quizá, ha creado tin prejuicio entorno a ]as producciones dramáticas que recrearon el episodioinmediatarnente después del estallido de la revolución y

at con-

sumarse la. Independencia respondiendo a un mornento y a ca-racteristicas estético-sociales fl1UY definidas. Unaobra de esta In-dole esc:rita poi ci Pensador Mexicano, Jose' Joaquin Fernándezde Lizardi, provocó en tin investigador contemporáneo este co ,,

rnentario: "nos recuerda, si acaso, algán cuadro o sketch super-ticial y patriotero. de esos que, sin gusto por ci teatro ni rnu(:horespeto PCI' los educandos, se usan en tal o cual esctiela para con ,,

iieniorar las fecims patrias".'El objeto de este volunien antOl6gi(:O Cs desentranar y

110 descalificar una de las partes rnás osc:uras, por desconocida,de La hish)ria del teatro nlexi(:ano. Entre los aspectos menosatendidos por los estudiosos de la literatura y ci arte dramáticoestá ci perioclo coniprendido entre Ia guerra de Independeucia y511 (:onsumaciOn y Ia primeradécaclaen que la na(:iente repóhlicaSc clehatIa por (:onsol iclar su soheranía.

Evidente,rnerite. Ia cxpresión artistica más golpeada porId I u(:ha e.ni an(:i padora fue el teatro, que fungla (:010 una de lasescasas posib I 1 i (Jades dc diversion pa Ia sociedad vi rreinal . Dii-rante los poco 11áS de diez anus que duró ci conflicto armado losespe(:táculos esceilicos pare(:wron revivir por (:OFtOS lapsos. Estoocurrio gracias al apo''o de los poderosos (:01110 verernos mésadelante con la figitra (10 Felix Maria Calteja aunque su estadogeneral fiiera hasante pobre. Re'isar los Ellateriales Immerográ-ii(:OS (:orrespondIentes a esos anus porniitirIa constatar to irregu-lares y breves quo resnitahan las teciporadas de las (:ompaIasul I)orgaclas en el Co I iseo Nuevo, tin ico tsatro formal de Ia épocaell la c i ii d ad capital.

Sin embargo. el nunr irTliento insurgentetrajo, aparejadacon ci (le(:aillliento de las representaciones, una es(:ntura drama' -tica inIu(-3diatista rn in' acorde a Los tieni pos convu Isos que (:orrIanasum icudo sus confradu:ciones ideológicas. (:onlentando el con-flictivo entomb ya fuera en a!abanza 0 en franca sataniza(:ión dealguna de las pantes en pugna: la corona espanola V sus leales, ohien Los insurrectos. Esta escritura, podríais decir, pertenece auna etapa muy (!ara de la draniaturgia inclu Ida en este volumen.

Luego, al con(:retarse la Inciependen(:ia, p(1e1os vis-lumhrar uiia segunda etapa en ]as diversas plurnas que empren-dieron La tarea de crear una draiaturgia farnhién circunstancial. enalabanza de tan tausto episodio v sus protagonistas tunda-mentales (sobre todo (le aquallos que asistian a las mismas repre-sentaciones). Con ci correr de Los primeros años v tropiezos, al-

:pJjfl Reyts P;tIa:ic,s, "Inietrpelandn}.', 1 nAruJ.,z de I 1izard I d esde el teatro. ( Del

;LIfl(:l;1Si(:ISflhO estéril at teatro pojtilar)'.ifl 'Iramo ya. (IudeflIo (h Teatro, nEirri. 8.

\46xico, oct,ibre-diciernhrt de 19 8 6 . p. 90.

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Page 9: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

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w44____w-r -- zilmmmor limpiI 4 a ; '. -

El P111t1 lnln(;t!s Ot:tuViaflo D'Almivar realizO en 1822, por enc;trgo del emperador JturI)idt, este cua(iro tittIhI(ln Unavista (In 1(1 Plaza MU tnr (IC MexicO.

gunos Ascri tores Se I 111 pondrIan la reii pera(:ion , la ne(:ssidacI deforinar ii t1aI1ler1oria llistori(:a do los sucesos FH(:ientes a travOsdel teatro. Esta serfa uria ten:uca tendenc;ja ciranatürgica nu(:idaen sas dos (iscadas a las cuales f)retenclemos acer(:arllos. Para-lelarnente, a !Jartr de 1 821 los Hscenarios rnexu:anns comenza-nan a var thur sobre el tabtado tin estilo qiie sentaria sus realesdurante todo el siglo x IX: el rona11ti(:isrno:

Estas tres ten(Ien(:ias (le la dranaturgia civa ternati(:aabord(,

) Ia guerra eman(:Ipadora (Is la madre patria respondie-ron antes qtis iiacla a Liii fenOmeno social Jo:o (:onternplado vvalocado en la a(:tualidad. El teatro de todos Ins tiempos. it espejo

de vida", (:orno proponla Diderot. ha estado presente en los proeCSOS sociales (iE3 Ia }itirnaniclad, \ sits c:onte,n Ri g s v (:aracte-nsti(:as determinaclas por (:ada época son los iridicaclores o ]asimprontas que nos permiten leer Jo qtie (:onsclenternente o noSc propusieron mostrar sus creadores.

De este inodo, el teatro gestrdo durante la Indepen-(lencia Si bien solo poclenios haceruna aproxirnac-Ión parcial,por problernas relacionados con la perdicla irreparable o la difi-(:Iiltad en la localización de rnateriales devela no solo rasgosId(-?oIogIcos de sus protagonistas, sino tambien (:omo esoS rasgos 'vlas intluencias esteticas en su Illomento dieron (:uerpo a formas

z En vl !()Ijfl(rj v JaJt'IUII(I SI'pubIuó polo dospues de t Oh j SI LITHII,t I.I ii d epeiidencia tin ;irtic:ulo en d iicf r soII;it)Iat);I del I:iTflftflt;l})Ie estado di'.! U•'.;itro. i•:-Hno cle 108 puntos rsveIci el esrrit(,r ;itiót -i irnoil l ani ho do! est I I n rornázit Ito a los escenanc)sI rIeXjf:;Jnos: "Cu I ci;irma tarnhiéii del rnóritoI i erario de Ins dramas, proc:urando ii'mfundiendo Un 10$ esj)ertadores en jellvurdadero gusto clasic:o. ;'IiJ que por desgrac:iaSc Va stist i tu yen do I I)orI el qu e conoc:un enEuropa con ci nombre do ron-iánth:o." Citadopor Enrique ne (Jla'arrf:, ' Ferrari. Rtsena)iis!óricc, nel teutro en Aléxirm (1538-1911).pról. Salvador Novo. 5 t.. Mexico, I'orrima,1961, p. 182.

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Page 10: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

dramáticas que respondIan a requerimientos expresivos rnu'vapremiantes. Muchas veces esas formas no cumpilan con ]asformulas aristotélicas que los neoclásicos se empeñaron en sus-tentar como dogmas inc:uestionables. Por tanto, nos hallarernosante eStructuras que, desde una perspectiva ortodoxa, resulta-rIan cuestionables en su factura. No obstante, al acercarnos a las(:ausas de su origen y a sus elementos componentes, Cs posiblecontemplar un lenorneno sumarnente rl(:o e interesante.

Para el presente estudio, grosso modo, éstos son ci te-rreno y (;ontenidos a tocar. Cabe también Ia aclaración siguiente:aunque entre 1810 y 1830 hubo otras manifestaciones de la dra-maturgia, corno ci sainete popular o un teatro religioso y el na-(:ilnieflto, a partir de 1821, de tin rornanticismo en vias de (:onso-lidación (:orno corriente estética, hemos considerado inoperantesu inclusián por no c:ump!ir Con la temética propuesta: recuperaraquellas obras cuyo interés se centre en la guerra de Indepen-dencia.

El entorno social

El fenómeno que dio origen a los movirnientos separatistas de laArnéri:a hispana resulta, para los fines del presente estudio, ma-barcable par su intrin(:ada urdimbre v complejidad. No obstante,para entender ci inundo en el (:ual Sc desenvolvieron los escrito-res incluidos en esta antologla, habrernos de senalar do maneraes(:ueta algunas de las (:ircunstancias sociales, polIticas, e(:onó-1Tfl(:aS e ideolágicas que propu:iaron La independencia mexicana.

En 1111a colonia cuyas grandes riquezas proporcionabanUn hienestar ilirnitado a escasas manos —las riás beneficiadasirl(:lus() fuera de sus propias fronteras donde la trenienda de-sigualdad social se agudizaha a través de una economla (:omple-ja y Itena de (:olltradicc ion es; clonde los privilegmos. va no sOloriionetarios Si flO dc poder. Se centrahan P1' iiorc1 lalinente en ma-nos etiropeas, rnás bien "gaclipinas; la constaimia de un pro-fundo descontento v reseritiiniento fiie (:reando tin terreno P 1'o1-(;io para cultivar ideas do modernidad v libertad qiie, tarnhiériproveniontes del otro la(1O del Atlántico, hallaron oIdos recep-Ii VOS (iF! Una (:I{lSe med ia anhelante de sus cantos reivind i(:adoresqiie tan hien se anioldahan a su sitl1a(:i6n.

Pisi iii 1SIO, la revol u(:iofl franc:esa, tanto conio ci naci-niiento do los Estaclos Linidos de Norteamérica V las ideas motri-(:eS do Ulfl bos hu(:hos signaron , sin clucla, los novin wntos cluepoco despuOs se clesatarlan en Nueva Espafla. Las retribuciones p0-

1 jtico-so:iales a las cuale,s solo estaba perii itido ci ac:ceso a los[)erlinslllares provocaban que los mestizos v, en iiiucho mayormedida, los criollos sintieran cortadas lo que ellos considerabanlegItimas aspiraciones dentro de Ia estructura virreinal. Al surgiruna intelligentsia (:nol!a influida por ideas renovadoras de LaIlustracion etmontro su cauc:e ci enojo V la vejacton de que seasurnen objeto Los criollos por ser herederos de los forjadores dela colon Ia:

Las rnformas borhnicas in(:rementaron la frustruci On social ypolItic:a do varius maneras. Por una parte, cerrando el paso a Ins

\'('i;j.t. Li z is \" I! {.JjC) , JJ Jiroc:r Y (1

tltp Jo rf?t)!:Ir:iO(I r!v. !II(lCf)t?fl dencjei. ?viexico,Sri'. 3;. I. ((htri uie \téxii n). 1986. 255 pp.

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Page 11: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

criollos y mestizos a puestos y posir:innes polItic:as que su mismarepresentatividad los habIa ganado; deponióndolos de cargos queantes disfrutahan en la Real Audiencia, In hacienda pühlicu y laadministrución do organismos gubernarnentales de diferente run-go; irnpidióndoles el acceso a ins altos puestos militares y ccli)-siásticns; niurginándolos, on fin, do manera sisternática y crecien-te, do cualquicr posición de poder. Por otra, colocando on todosIns puestos c:umbrcs yen los nuovameritecreados porel proceso dereformas a ospaoIes y ouropeos. La aplicaciOn inflexihie de am-bus polIticas j usti) en el mornento cuando las oxpectutivas de par-ticipacin do criollos Y mestizos eran rna yores huncIi() a éstos onla pear frustración, hauiónclolos vor quo sálo un cambin nacido en lacolonia y dosde ella ilirigido podia transformar el estudo do costts.4

De este estado do cosas, de esta frustración participaban los es-critores criollos e inc:Iuso algunos peninsulares protagonistas dela dramaturgia que nos interesa.

Otro hecho fundamental propiciaba la idea de tin can-Ho: ci auge económico que, desde La segunda mitad del sigloxviii, vivIa Ia colonia. A partir de esto, los (;riollos y mestizoscreyeron ver Ia posihilidad de una rnejorIa, pero la riqueza con-dujo solamente a Ia arnpliacián de la zanja divisoria entre losrangos sociales. Las expectativas generadas J)O' Ia divecsificaciónen la economIa y la c:onciencia de que los recursos naturaloshacían de este territorio un suelo privilegiado despertó Ia certezade "que Nueva Espafla era autosuficients, quesu desarrollo ypotericialidades podian ser inejores si pruscindia de su ataduracon Espana ".5

Poco a poco, durante las óltimas décadas del XVIII y Laprirnera del xix, las (:astas y los indios so Fueron desarraigandode stist lugares de origen ante Ia mm inente maquinaria expansivarepresentada por las haciendas v rancherías ciue iban acuinu-lando he(:táreas V caudal monetarin. AsI, los antes propietariosde tierras coniunales pasaron a ser peones y obreros, y corn enzOtwa inmigración cada vez mayor a los (:entros donde se aglu-tinaba la fuerza económica. Esto se tradujo, COC) consecuencia,en una mayor explotación de las manos desocupadas, ma's po-breza y más descontento.

Dc este modo, la influencia modernizadora, las ideas ycultura del Siglo do las Limes, fue determinante para crear unaconciencia crItica primordiaInente en los nócleos criollos. Des-de el siglo xviii ci Santo Oficio puso Hfl alerta SUS estructurasrepresivas y tomó providencias pan que las ideas heréticas queinvadIan Europa no liegaran hasta la Nueva Espana. Pese a loseiiihates inquisitoriales, Ia infiltración de las ideas de La Ilus-tración Sc acentuó (:ada vez rnas a través de personalidades (:ivi-los y eclesiasticas importantes que simpatizaban con ellas. ElSanto Oficio no togró inhibir Ia lectura de ohms estiginatizadasen su Index. Voltaire, Rousseau, Diderot y muchos pensadoresInas fueron devorados con avidez en colegios, seminarios, cu-ratos, (:uarteles y despachos de abogados, por los rnás tarde Cs-

(:ritores C ideólogos involucrados en el conflicto armado de 18100Conviene senalar clue las ideas politicas que plantea-

ban una nueva concepcion de sociedad y relaciOn entre el Estadoy el individuo hallaron adeptos en sectores, incluso, del poder.Esto se hizo palpable desde la segunda mitad del XVIII:

4 Enrique Florest (flU) u Es;ibu! C11 Sanchez"La época de las refonnas horbónicas y el(Ii1t.:ilfliCfltO econOmico, 1750-1806 Ot , eniIiStOfl(A gcizcrui iic Mexico, 2 vols., Mexico, ElColegio de Mexico, 3a. ed., 1986 6 pp. 582-583.

S Ibid., p. 579.

Page 12: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

A partir del marques de Croix, que asumió el mando en 1766, casitodos los virreyes fueron entusiastas adeptos de la Ilustración t...I.Estos hombres, seleccionados por Los ministros do Carlos III parahacer efectiva la poiftica reformadora del Despotismo Ilustrado,trajeron consigo las ideas poilticas, sociales, religiosas y econó-micas del Siglo do las Luces y las thfundieron en sus cortes, onlas tertulias literarias quo a .menudo organizabari, on los saraos quetantos escándalos provocaron, y a través del séquito de sirvientesafrancesados que los acompanaha.J

La sociedad con un (:iertO nivel cultural se debatla entre la ce-rrazón a teorIas desconocidas y una fiera defensa de los concep-tos tradicionales ma's dogrnáticos, y la apertura a todo tin re-planteamiento filosófico del hornbre en relación Con su medlo yunas estructuras sociales ma's equitativas, humanas, justas. Mu-ChOS novohispanos, principalmente los religiosos, se vieron anteel dilerna de no traicionar las instituciones de su oficio ante laatracciOn que les provocaba esa Ilustración tan acorde con mu-chos ideales Largamente acariciados.

El criollo, perteneciente a una clase media cada vezmás poderosa, menos conforme y detentadora de las armas de lainteligericia que le diera una preparación escolar muchas vecessuperior a la de los propios peninsulares en puestos adminis-trativos superiores, halló en las prernisas ilustradas el vehIcu-lo para esgrirnir razones contra su injusta situación. Ser criollodentro de la estructura social colonial, más aJIá de Jo anecdóticoque puede resultar el hecho dc no poder ascender polItica nisocialmente, encarnaba tin problema ontológico profundo. Lamarginacion, ci eqUIVOCO sentirniento de nacionalidad que lo con-fiict(ia al no sentirse ni americano ni peninsular, la sangre hispa-na de sus venas quo no le aporta ningón derecho, su falta deasideros a una tierra, harán do los criollos, como dice Luis Vi-horn, "los clepositarios de las sernillas de cualquier cambio".

En este. seritido, los pFHStlpIleStOS de la IIIIstra(:wn sopresentaron (:01110 una alternativa deseahie para modificar la si-fuación reinante y, aunque lentarnente, en sitios como en la pro.pia Real y Pontiuicia Universidad de Mexico comienzan a adop-tarse en los planes de estudio algunas materias novedosas. EnIns colegios y seminarios, ci teatro escolar no ha dejado de sewu9a actividad eventual y en los curatos y haciendas continuautilizanclose como recreo. Dc este rnodo, encontrarnos un datoque La historia oficial ha dado en olvidar con respecto a MiguelHidalgo y Costilla, quien en su curato, echando mano de losfeligreses (:omo actores, representó a Moliere y a Racine en tra-ducciones de su rnisrna maim. Aqul no pueden sec rnás claras lasrefurencias culturales de Hidalgo. Resulta sumarnente impor-tante para ci presente volnmen este hecho revelador: el Padre dela Patria, adernás de criar gusanos de seda y seinbrar viñas, tam-hiOri ejerció ci oficio do cóniico de la legua. Luis Castillo Ledónto refiere de la siguiente forma:

Entre varias piezas de Moliere (...I traduce y hace interpretar laobra muestra, El Tartufo. Era curioso que en un pueblo oscuro yen un pals deambiente asfixiante, un cura humilde peroexcopuiD-na!, vertiera Y Ilevara a escena esta comedia que ponIa de realce lahipocresfa humana y exhihla a la aristocraciu y a miembros del Cle-rib por lo quo huho de ser prohihida on la culta y espiritual corte

I; Ibid.. p. 584.7 Luis Villoro, rip- cit.

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Page 13: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

Lst• I1i(I(114g() an6nimo muestra el evidente carácter riirnántico quo el artistaiinprirniO al Padre 1e ki Patria.

de Francia, antes de quo so viniese dEDUJO. Las (;Ornedias do MolierehahIun sid o I u SOflhl I [a de la revol ucián franc:osu.R

Aqiieltos levantarnientos contra Ia corona que tiivieron lugarantes de La gesta encabezada P' el cura de Dolores, anunciabanla mm inencia. de un novini iento de ma yor envergadura. Y. (:omoconse(:uellcia (Ic la gran inestabilidad que vivIa la. it madrepatria", Ia situación e(:onómi(:a se inclinó hacia una severa crisis.

Pura sufragar sus perpetuas guerrus, Ia corona uument() nicho susimpuestc)s y exacciones. Las reformas administrativas introdu-(:idas a Partir do I 78(3, con ci estahlecjmjento del aparato deintendencias, tericlian a refurzar y controlar mejor ci sistemainipositivo. Los impuestos pesahan sobre to(10 en el sector (:011menor cupacidad de acurnulacián do capital: hacendados, deco aincipiente industria manufacturera. La reforma impositiva pa-go enormes dividendos a La corona. Cerca do 10 millones do pe-sos liegaron a embarcarse annairnente a Espana por conceptodo impuestos. A principios del siglo xix, la Nueva Espana su- -

U DIiS Castillo Ltdán, HicIuIç'o. Ia vi(jcJ delhJroe, 2 vols., Mexico, Talleres Gr4ficos ci€' laNation, 1948, vnl. I,

16

Page 14: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

ministraba a la rnetrópoli lus tres cuartas partes del total de susingresos do ius colonias. La explotaciOn colonial IiabIa liegado asu purito maxima.'

Como estocada final ante un niuy bien abOHCIr do cultivo de (:ir-cunstancias OCllrFio la invasion napo!eónica en la peninsulaY, lo que era peor, el vaclo de poder provocado por La abdicaciónde Fernando VII a! trono.

El teatro de los acontecirnientos

La aparición de una clase media constituida -m su inavorla porcriollos rho lugar al nacirniento de tin gnipo linportante de le-trados (:asJ siempre relegados a [as provincias. Se fue formandouna elite inteLectual primordia'rnente con militares, sacerdotes,abogados, administradores a quienes la talta de un puesto ade-cuado en el munclo real Ins obligara a evad irse hacia el comb idealde las artes y del saber".'° Esta clase intele(:tual, liana principios dela centuria decirnonona, tenIa necesidades de diversián y espar-cirniento mu y amplias y las posibilidades de satisfacerias eranrnuy escasas.

Entre Ia no muy amplia variedad de diversiones ph-blicas disponibles para la pohlación novohispana en lo hlti-mos años dc dominacióncolonia! estánlas tertulias literarias; unteatro cle c:onsuino familiar; las reuniones en cafes doncle sediscutIa de literatura o poiltica; los paseos de dIa domingo en LaAlameda Central Clue era iina práctica casi exciusiva do quienestuviesen carruaje 0 piidiesen aiquilar tino; las excursiones por!a Viga durante la cuaresma; ci juego do pelota; las apuestas enlos naipes; as (:orrldas de toros, y las lunciones teatrales en elColiseo Nuevo y en otros espacios más populares Ilainados "gua-najas .i'

Sin embargo, uno de los entretenimientos predilectosV in{is populares de esa sociedad -`ue, en todo rnornento, el teatro.Una hojeada pr U primer periódico "cotidiano" de Nueva Es-paña, El Dim io de Mexico, nos perin itirIa constatarlo. Enrique deOlavarrIa y Ferrari, en su grandiosa Resena históricci del teutro enMexico, reproduce un papel volante de los ruuchos que nircu-laran en esa ép oca refiriAndose a cualquier tema dedicado aenlistar las diversiones y, entre ellas, ci teatro como la. Pr111:iPalen e l r7 tisto (IC la gente.

En esta hoja un anónino autor aporta una vision par-ti ' :u!ar ell torno a Las (:ualidades y probtenias que enfrentaban Lasrepresentaciones del Coliseo Nuevo oil primeros anos delsiglo: quizá Uno de los puntos más aportadores Cs La petición casioufernIstica de "tin poco de gusto moderno en la eleccián de laspiezas". Otro dato interesante Cs la aparente decadencia de la it

cuela" por ilarnarla (IC alguna forma de actua(:ioll de la é)O--

ca, C) bien de La absoltita dificultad de conformar tin solido cuadrode adores. Tamhién ci autor pedla a los apuntadores "menosejer(:icio ' , quejaque Sc surna a una larga lista de protestas entOmb a ese trahajador teatral detras de la concha en proscenlo.La mayoría de tales quejas se justiti(:aban en el hecho de que ci"abejorreo" insolente del apiintador ronl})Ia con La "ilusián de

'I 1.11is \'i1h)IO. • La rcvc'lticióri 'I'I ii ci njttt (Ienca, en 1-listoria gtizerril elf!

),Iéxicc', r)p. (:11..Il_i 115i(!. 1 p. 601.1 1 (;lIaIz(JJ(1s er&I sitios donde so

representaha i.in Icairo popular en JosalTabales y tarnhiéri SR (:OflOCIa con OS

norrII)rs a las sesiones grutuitas cjue tenlanItigar en Ins teatros Jos lunes y Ins jueves.\T frcp Ruth Wold, "El tcatfl) tin Mexico, tie1 m5;, 181 2", en El Diaric' (Itt !VIt5xico. primer(:ohirli(:nr) (iii Nueva Espana, Madrid, Credos,

1 970, rP- 92-112.

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realidad". A partir de entonces el pñblico comenzóa exigiresailusion como una regla del juego dentro del lenguaje escenico.El volante reza asI:

El principal espectáculo es la comedia; sus decoraciones son hue-nets; los representantes no son malos, y entre ellos hay algunos quopudieran lucir on Madrid mismo y enNápoles; la casa es córnoclay en ella rerna ci buen orden por luvigilancia He los ;uer.es. Solo senos ofrece preguntar, opor qué la parte sensata do los concurrentesse mozcla on aplaudir unos entrerneses que se ejecutan solo paracongeniai' con la mnfirna plebe? Ignora tat vez que un aplauso in-tempestivo arraiga ma's fuertemente el gusto depravado con que seelogiun unas representaciones que debIan desterrarse on un sigloy on u!1 pals tan ilustrado como el nuestro? En to demás debemoshacer j usticia a la verdad: los teatros He Europa no guardan La mis-ma moderación y decencia quo ostenta ci nuestro en cuanto attrato interior He Los palcos y lunetas. Un poco do gusto modernoon La elección He las piezas, mayor estudlo en los CórniCOS, menosejercicio on los apuntadores, ci olvido He los cigarros en el tiempoHe la escena, y, finalmente, el favor He lit opinion pura quo cual-quiera pueda sentarse en el patio sin consultar su vestido, y monospreocupaciorl on contra He una diversion que en si no tiene nadamalo, pueden, no solo mejorar nuestro teatro, 5mb hacer muchomás agradahie y ütil su COflcUrrOflCia.tZ

A partir de La liegada del Segundo virrey, conde de Revillagigedo,en 1789, ci teatro hallo tin benefactor que intentó por todos Josrnedios, estimular sit desarroilo y enriquecimiento. En muchosoficios intercambiados entre ci virrey, ci administrador y el di-rector del teatro del Hospital Real de Naturales, se percibe nosolo el nivel cultural del concle de Revillagigedo sino tarnbién, enLin análisis su yo a cuestiones puramente escénicas, ci inhlujo de]as ideas del teatro de La Ilustración y en especial de las teorlasde Diderot on torno al concepto de verosimilitud en las actua-clones como inhita(:ic)n de las actitucles y acciones humanas. Esteeleiliento, p01' simple quo parezca, vino a revolucioriar ci arte es-cellico y Sn conocirniento y ernpleo en uno tie Jos altos enviadosde Ia corona en las postrirnerlas del siglo xviii corno Revillagi-gedo es rnuy significativo, as] como ci hecho de que lo obser-vase comb reforma irn postergable para los usos del tablado. Haciael 7 de mayo de 1794 dirigió un oficio al director del teatro elcual comenzaha de Ia siguiente manera:

Sc notan on las representucioties ulgunos defectos e impropieda-(1(15 que 1:Onviefle evitar y cc)nsidero He Mcii rernedio. Tales sonci pasur por delante He I os que hacen papeles pri ncipales, ins querepresentan [(is do criados y otros inferiores; ponerse éstos ci sorn-hrero delante do aquél!os y UflOS y citros on parajes Hondo nadieacosturnE)ca tenerlos puestos. como dentro He las casas: concluirhis cornediasyentremesespidiendo los uctores alpOblico percfónA SUSJ(JitUS, 10 que es contra la ilusidn, calidad tan esencial enel teatm. qae Sifl ella se reduce a nada cuanto se representa...13

Desde la Ilristración nace Un postulado renovador para La esce-na: (rear a toda costa la verosirnilitud a partir de conveflCiOfleSteatrales, provocar Ri ilusión de realidad en el espectador, comoSi presenciara tin acontecimiento vivo aunque Sc trate de unarepresentación. Quizé este aspecto podrIa ser una hipótesis via-

12 Eriiic1ti dn i)l;iv;jrrl;i y I erIL[uI, rip. rj,pp. 156-157.

13 jjj• p. 148. Las cursiva.s son utiestras.

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Ii

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ble para explicar el decreciente interés hacia Los dramaturgos delSiglo de Oro espanol cuyas comedias siempre conclulan jus-titicando los yerros de la represeritación. Esta decadencia seacentuia ann más cuando luego del triunfo de la Independencia,el piThlico oyó seductoras sirena.s en las voces y formas de unrornanticismo tan extraño como apasionante.

A partir de la "Jura" de Independencia, los adores de(:onsiderarseles una subespecie del género humano adquirie-ron otra categorla social. Reyes de la Maza, con su rico sentidodel humor, habla asI del fenórneno: "una vez instalado ci Con-greso, los mexicanos adquirieron (;onciencia de su libertad y sesintieron franceses en 1793, haciéndose liarnar para todo 'ciii-cladan?s' y dispuestos a dar lavida p?F la RepuAblica". 14 La in-filtrac:ion que las teorias del enciclopedismo habian hecho en esernuro protector invisible disenado por ci Santo Ofkio para el ais-larniento de IaArnéricaespanolaera palpable. Porello, no resulta

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14 Luis Reye.sde 1.3vIaz;t. El teuirrj enA'vIéxico tiurante hi iii i'Iepezz il,ticiaPH (iifllHIltJ lisca I con (111P h-i Inquiiiscon de Mexico formO causa contri Miguel (18701839) Mexico, UNAM, !nstitiito de

H Ic_I a ign nn 1810. I!t\'estigaclolIes Estét icis. 1969, p. 13.

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Page 17: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

extraña la men(:ión acerca de que el cura Hidalgo se divertla re-presentando a Moliere y a Racine, con lo cual reafirmaba su Vito,sión ideológica. Cabe, enton(:es, reflexionar sobre cuánto puedemodificarse [luestra percepción del Padre de Ia Patria v de la his-tuna de este pals si c:onsiderarnos esta relación entre teatro e histo-na. Cuánta solemnidad y rnarrnol no se vendrIan ahajo con soloHnum:iar que fltlestrd Instoria tue forjada por cornicos de la legua.

MI, en la primera década del siglo xix asistimos, pues,a los apuntes del pr O ximo decaimiento en el gusto püblico parci teatro del Siglo de Oro espanol, a! (:alihcar a stis obras repre-sentativas de :'mar1otrtos" V vejestorios. 15 Asirnismo, el e.stiloneoclasico sufre tin reves y los espectadores (:OfluleflZafl a pedir agritos Ia renavacion de tin repertorio agotado, sostenido abase desainetes, bailes V piezas de canto y comedias de autores peninsu-tares, rnayoritariamente.

En ci terreno de la dramaturgia, para 1805, ElDicirio deMexico" convorá at primer concurso (:onocido en la historiado nuestro teatro, cuvo fin era estimular Ia creacin teatral entrelos ' t iiigerlios del pals": El Diarlo.., publicó, con fecha ig doclic:iernbre, la convocatona ofre(:Iendo 25 pesos en prernio almejor sainete sornetido a cO111:IlrSC). El plazo iara entregar obrasera ci 15 de febroro siguiente, ofreciéndose twa prórroga de dossernanas tiara los dranniturgos del interior. Al nicivor Ilbertinaje1(1 prucIenCi(J contra el VICIO fue ci (inico libreto presertac10 V SC

hizo Lin ap!azarnieflt() hasta Los óltirnos (Ilas de abril. Sc recibie-run dos piezas IIláS, quedando (:0mb ganadora ci sainete Elbicinco J)OI'flI#I'Z(J dc Antonio Santa Ana,'

Apetias dado ci lal Ia, El Diario. . . abrio iieva (:onvoca-toria por partida doble: lara sainete V para cornedia, quo cerrabaci 4 de noviembre. En ci primer concurso la ptibl icaciOn sugeclaSo escribiAsen las obras seguin ci modelo de los sainetes do Ramánde la Cruz v se peclIa quo no contuvieran "clianzas quo ofendie-Sifil a la moclestia 0 at decoro"; para ci segundo. Las (:c)medias, p1-dieron quo éstas fueran 'escritas en prosa U verso, pero Si Ia estEE-ban en verso se preferIa el (IC ocho sulabas".hhl

Francisco Escolano V OhregOn ganó ci prenhio por' cisainete El miserable enganczdo, v nina de Ia media ulrrwnclrci. Elaiitor era "ouicial de lihros do la fiñatura (IC la Real Casa deMoneda. al (ala! se Ic invitá a pasara [a librerla de Arizpe a recibirel premio en dinero senalaclo en la (:onvocatoria." La obra seestrená en el c:oIisec) Nuevo La noche del 18 do junio de 1807 yso irnprimiá para su yenta sin que hasta boy se tenga notic:ia deatgüii ejeili plar exisfente en las bib] intcM:as a arc:hivos consul-aclos (to in isno su(:ecIe (:on nhlI(:hos otros textos, lo (:ual lIa(:e

rnás (:ompli(:ado aii'in ci res(:afe (Ic la historia del teatro nacional).El galardón en ci género do (:oIlu3dia Ia obtuvo Juan Policarpo,originario do Veracruz por la obra El lildalgo de Z'vfedellIn.

Por su parte, la Gaceta de Mexico, ci primer period iconovohispano, harla póhlica otra (:onvocatoria, e incluso de la"madre patria"llegó tin ofrecirniento con una, en apariefl(:ia, irre-sistible pequena fortuna (:onslstente en 100 pesos para la mejortragedia que retornara algün pasaje de la historia antigua deMexico. Sc recibió una obra (:u yo rastro se ha perdido: Xóchitl.

Como Se VU, ci surgimiento del Dicirlo de Mexico vinoa enriquecer ci ambiente cultural v en sus páginas aparecieroncornentarios sabre teatro mucho mas abundantes en relacion con

1r, V(asn I,iiis Re'ves de In T'vtazi. Circo.,n(,,'o;zza y teatrrJ (1810-1910). prr.sr1ti(:i61(Tleute,itit,;i Dhaz y tie Ovarido, ?vlóx icc, I

1085, p. 13.1 1; Vóase Rut h Wold . op. cit.I 7 raritn Iteyts (IU la Mazzi I El teatro en

Alóxico ... , op. cit.) 1J)tII() Ant onio N4aganaEsquivel (selec. . 61. y rIL)tas. El tecitroinexicalia del sielo XL?, Mexico, FeE, 1982, 573pp.) planteari tma pregunta en toni!) ;.t esteAntonio Santa Ana en relación con "SnA!trvi Seretilsirna". Antonio Lopez de SailidAnn;i, pie resilta Un punto interesante :titivestigar.

10 Ruth Wt)Id, Of). cit., p• 110.I q Enrique (I( Olavarria y Ferrari, op. cit.,

p. 162.

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j

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lo pie hasta entonces se hahIa permitido su predecesora GacetadeMéxico. Gracias a la aparición y robustecimiento de la prensaen nuestro pals es posihie hacer una reconstrucción cada vez másexacta de nuestro pasado teatral. En las páginas del Diarlo... sereprodujeron, también, (:rlticas sobre algunas representaci onesrecientes en Espafla. Para el interesado en (:onocer el repertorioexacto de las obras escenificadas en la ciudad de Mexico, sobretodo en Ia priniera decada del xix, esta publicación periódicaes, sin duda, La fuente idónea. Lo cierto es que ci criterio paraseleccionar las obras seguIa siendo muy hispano. La investiga-dora de origen estadunidense Ruth Wold, nos dice: 'Me'xico\ro!vIa a Espana como modelo y a los crIticos espafloles corno ha-se de su (:rItica."2

La invasion francesa a la peninsula (:ausó un impacto(:ontradictono en la conciencia criolla, ya de por si conflictuada.Momentos vibrantes Se vivian en la colonia. Años antes habIanasistido ala "adopciOn de Ia moda francesa en ci vestir" z1 y de Lamanera i1ustrada en ci pensar. La palabra Ilustracion seriamoneda de uso en las escuelas, publicaciones y con versacionesentre la clase media y saldrIa a relucir iuuy a menudo en impre-SOS diversos.

El teatro, pese a aquellas pocas producciones nuevasincluidas corno por descuido en Los escleróticos repertorios. y"la propagación detertulias, cafés y billares, y La expansion desaraos y fandangos 11

, dicen Ennque Florescano e Isabel Gil, tuvoun efecto desgastador de las normas y preceptos tradicionalesmUCIlO flflS corrosivo que la diiusión de las obras revoIu(:iOfla-nas

Es 1808 y Fernando VII imprime tin fuerte descontroEen sus dorninios al anunciar su andic:ación. Las tropas de Na-poleón obtie.nen roturidos triunfos sobre los diezmados ejërcitosespañoles. En el tablado del Coliseo Nuevo se presentan obras"nacionalistas", Cs decir, do apego a las ral(:es hispanas, coriioLos pcitriotas de Aragon cuyo Libreto, recién desembarcado en cipuerto de Veracruz, es transportaclo vertiginosamente a la c:iudadcapital. Resuita natural que el teatro esté de nuevo vinculado alacontecer politico, pues estas tierras arnericanas so hahIan con-quistado, sI, con sangre, hierro y fuego, pero también con unteatro (:onvincente por sits recursos USCeHiCOS do que la ñnica yverdadera religion posible era la católica, apostólica y romarla.

Tres siglos después vuelve a ser necesario reafirmar Ianacionalidad hispana; tin vehIc:ulo probable: ci teatro. 1Qué im-portaha quo ci criollo no pudiera acceder a mayores privilegioseconómicos, politicos y sociaies! HabIa muchos rencores, perolas contradicciones en que vivIa la clase media y La intelectua-lidad criolla no impidieron que se Liegara a manifestaciones tanelocuentes como La siguiente: ci c:apitan Felipe Latison levanto,a principios de 1809, un circo para ofrecer su espectácu!o de"equitación y volteo" anunciando que "un mono se presentarávestido de general frances y hará varias evoluciones, con otrasc:osas rams y divertidas; este mismo animal sabe escribir estaspalabras: yo soy mono, y al parecer irnita la voz del horn bre".23Un sentirniento antifrances se esparcia por ci aire.

Sin embargo, ci otro lado de la moneda muestra algointeresante a consignar: no pocas obras anteriores a La invasionnapoleOnica a Espana se representaron en ci Coliseo Nuevo para

20 Ruth \VOI(I, op, c:i1., P. 112.2 i Eririqi in El orescanc ft JSaI)€tl Gil. op. Cit..

p. 584.U Ibid., p. 564.23 Enrique de Olavarufa y Ferrari, op. cit.,

p. 1G3.

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enaltecer los logi-os revolitcionarios y guerreros gestados por elemperador frances, corno, por ejemplo, Napoleon Bonaparte enel Paso del Adige y batalici de Arcole, es(:rita por el drarnaturgoamericano, tarnbién actor y director, Fernando Gavila.24

La ingobernabilidad estaba dada. Dos dIas despues dotornar posesión (.:omo virrey de la Nueva Espana don FranciscoJavier Venegas, el cura del pueblo de Dolores se levantaba enarmas contra la corona para declarar la emancipación e it invitara FernandO VII a gohernar Nueva Espana" (sic). Ante esta situa-cion ! los iniciadores de la guerra independentista atrajeron so-brë si acusaciones de herejIa, excornunión, precio a sus cabezasy muerte. Hidalgo, hombre astuto, histrión provincial, enarholael estandarte con la irnagen de la Virgen Morena, asidero culturalque asumieron indIgenas, mestizos y criollos por igual en su ne-cesidad de dar tin rostro propio a sus creeru:ias religiosas. Por su-puesto, la Virgen atrajo multitudes. En su b(isqueda de identidadel criollo, en crisis permanente, Sc acercaha a una meta. De ma-nera ctarIsinìa Jorge Alberto Manrique ubica asI el conflicto del( : F j 0 1 1 :

Para éI I...] el prohiemu SC plantea ell verdarleramenteprofiiridos, ontolcigic:os. Se trata do ulgo que atañe a su proposer,Este hornhrc quo vu no se siente (III FOpOO, que detestu al guchupIn,no puede si n ernhargo, (lejur (IC sentirse de alguna rilanera espanol.Porn sij n-i ode! o a seguir no ptiode ser otro q ue Europa. Es y alrnismo tiempo no es europeo I ... I y el c:rio!Io novuhispanc) eS Pftcisaniente ese Iu)r1hrc on husca de tin riombre y nil FOSfO. Sin tinsusterito Pr(L:isc) v definido, huscarl i ncansah1erente en qué upo-varse; nl.overLj (ucla y tierra paru justificarse C1)fl() aigli inn en cirnundo.cu undo Europa,asuvcz,sccrnpenaraeri nugarleunrostroI. " I En pos de respiiestus acudjo al pasado indIgt.na pant exaltarlo,transfigurarl o en tin equ ivalente do [as tra(1 I c:i ones cat iturales OH-ropeas: ese t;riollo quo a fill cuentas clistaba nur.ho de ser in-(Jj()LFJ

Ahora E)iefl, ci cuestionauiiento del ser criollo alcanza a la reli-gion en forrnaexac:erbada: "Acudió a La religiOn, dando muestrasde piedad nunca antes vistas, huscando sin éxito santos patrones,exaltando iiiiágenes milagrosas, (:onsiguiendo por fin la satis-fau:ián en la Guadalupana." Zt Suenan distantes pero Los signosque unen la toma del estandarte de la Virgen de Guadalupe enAtotonilco v la escritura do Fernandez de Lizardi del Automuricino. Pam recorciar]arnilagrosci apuncion de nuestru rncidreJt Senora d& Gucidci1upe z ( : omparten protundas raices de unmisrno árbol: la ontologla en conflicto del sec criollo.

Q uienes han de dar nuevas manifestaciones a nuestradramaturgia son tanto el mismo criollo indeciso entre atacar 0

no al movimiento insurgente (:orno los intelectuates, convenci-dos jor La corona, europeos de cuna que no dudan en anaterni-zar la revolucian independentista. AsI como surgió un teatrodedicado a (:omentar los sucesos que sangraban a la it madrepatria ante La profanacion de plantas extranjeras, una vez indu-cido el ambiente guerrillero a partir de la dec!aranión del 16 deseptiembre, ]as imprentas grandes y pequeñas trabajaron ardua-mente en la puhlicación de hojas volantes, (:anciones, coplas,versos, textos erninentemente ideológicos y "diálogos". ZH El obje-tivo de tales producciones consistIa en descalificar 0 enaltecer

24 Estz, obra de Fernando Gavila, estrenadaen I HOG, esO atril'niicln a"itri in1gerzio de este'loatro" pcir Nicoks Razigel, on An(oiogfu del(:enten(Jno, IXI j O la (I If(!Cciófl do Itisto SIerra,Mexico. IJNAM, 2n. ed., 1985, t. 11, PI- 421-422.

Zr, Jorge IhI})ertt) N'l;iririque, "Del harroco fl 13I Iiislz'acióu", UI) ilistoria general (In iWóxico,OF). cit., p. 649.

zn blew.27 j da en José Jonq t i fri I'efllóIl d ez de

Li zanl i , ()1)r(1S IT Teatrrj, t1. y ii otas Jocohoci , en t:insky . 1)161 . LTbal d a Vargas Martinez,Mexico, UNA.M (Nueva Riblioteca Mexicana, 8),1965, pp. 39-76.

214 El hit IC() Investigador qiie c:c)nocernosltay;i truhajado on toni() a los "dialogos" asJosé Rivera, sin que haya hecho hincapié onstis J)Osibilidades teatrttles, on Dicilogos de IaIridependencia, selec. , pro!. y notas JoséRivera. Mexico, IMRAISU'/zNa-WM. 1985, 166 pp.

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José JUH(lUffl Ilernán (iez (IE LizanIi, el Pensador Mexicano.

a uno u ofro banclo. Entre los conceptos motrices de ésfos están:corona bondadosa o tirana; herejes o libertadores del YLIOO y, algofundamental para la ideologla de esa segunda décadadecimo-nona, enemigos de La ignofancia y id fanatismo. Por esto ültirno,Fd obsesivo edu(:ador que hallamos en Lizardi ha de ser uno delos autores imprescindibles para el presente volumen.

Estalla la guerra independentista. Tanto Jefferson ReaSpell como Ruth WoId coin(:iden en senalar este hecho: losaCOflte(:irniHfltOS politicos hicieron més precaria aón La vida delos (:ornicOS. lAOS eventos teatrales decaIari tristeniente. La genteestaba rnuv temerosa por Ins acofltecimieflto)S del dIa como parasalir de no(:he a ver "Ia (:omedia. Los espectáculos estaban enprofunda crisis pero requerlan un impulso más politico que es-

tético. A los triunfos militares de Felix Maria Calleja en 1312,siguieron grandes (:elebraciones en la Ciudad capital. Era obvioque ci Coliseo y su compañIa no desperdiciarlan oportunidad tiehatagar at héroe en hoga. De inmediato Se dedicaron funcionesen su honor.

En Los ruidosos festejos de Ia entrada del general FelixMaria Calleja. el virrey Venegas it sintió celos y deternuinó no vol-ver a concurrir al teatro mientras Calleja permaneciese en La ca-pital, puesto que la veleidad püblica Ic obligaba a hacer un papel

zu Je ffe.rson Rea Spe.1 I, "1'li e rr heater inMexico City, 1 805- 506", en Ilispanic Bet'iew,niirn. !, Filadelima, ertero de 1933. pp. 55-61;Riit1- \Vol ii . o p. (11t.. P. 222.

23

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Una de las rep resentaciones más vigorosas del Genemlislino José MacíaZ'VIOIT:!JOS V Puvori (lIH(I') p1Isma(Il en este c.uadro tie ::iutor anOnimo.

secunclario y desaicado".° Como puecle verse, existe una rnuyfiterte relación dialéctica; teatro-sociedad, soc:iedad-teatro. Doeste nioclo, Nietzsche no ciuciá en ecitliparar lo que oc:urrIa sobrelos tahiados decirnonónicos con el espectaculo quo transcurrIu

con d istiritos matic:es peru de inanera cotidiana en palcos,gaterlas. patios de htitaquerIa. En esta relacion teatro-sociedad,La sociedad novoluispana en sus distintos estratos halagaha (:OflS-

tantemente a las tropas nejempk) (:laro del ex(:(-?sivclizador del nornento. En 1adornó el Coliseo corno en

'Irnonarcas Al

alistas del general Calleja,lo (:uat esti agradecirniento al personaje estahi-1.5 "funciones de obsequio a Calleja selos clias de santo o ciiinpleaiios cM Jos

Luis Re yes de la Maza2 sostiene que twa (IC las actricesde la cornpañía, la Inesilla, pronto se convirfiO en arnante de Fe:lix Maria Calleja, cuya carrera 'ert;ginosa hacia ci poder culillinoal ano siguiente (1813) al ser clesigimdo virrey do la Nueva Es-pana. Esta sltua(:lon entre Catleja y Ia actriz genero una de lasan(:dotas més frIvolas y sigrilficativas de esa época de altihajospara los espectáculos teatrales de Mexico.

En Nueva España hizo eco la costunibre mediante lacual el mandatario en este caso el virre y daha la gracia deuna furic:ión en beneficio de alg(in actor, actriz, autor o director,

30 Enrique de 01:tvarrfa y Ferrari, op. cit.,

p. 165.a 1 !(1(ufl.12 Luis 1(c yes (IC la Maza, Circo, mamma y

tIII(FO ... , Op. l?jt. P. :3.

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con (a finalidad de arninorar sus apremios económicos con lorecaudado en la especial cepresentación. De modo que para laIunción en benefIcio de la Inesilla, en un pape! volante la bellaac:triz dedicaba la función al flarnante virre y y pedla a los asis-tentes se sirvieran designar, "segün su criterio", ci dinero a pagarpor La entrada. Si es cierta, corno supone Reyes de la Maza, lapreclileu:ión del senor virrey por la joven teatrista, entonces és-es-

no pudo hacer mejor sugerencia a un póblico dispuesto a hala-gar al nuevo gobernante protector de los intereses oligárquicos.El Si criterio del respetable fue muy muy amplio. Amen de losnutridos aplausos consignados por los cronistas, Ia Inesilla con-quistó adenoids obsequios en aihajas, iii1 seiscientos pesos porentradas y mil novecientos en monedas de ow arrojadas al es-cenario.

Lo verdaderarnente interesante Lie esta anécciota, enapariencia banal, es quo la rnsrna compaIa de córnicos que in ,,,,

(:repara a! invasor Napoleon ahora cc deshacIa en festejos para elvencedor de los insurgentes, para rnás tarde (:antar una rnarcliadenigratoria en celehración dol fusilarniento del revolu(:ionarioFrancisco Javier Mina, el ii de novienibre de 1817. Tarnhién eseiiiisrno grupo de teatristas con alguna variante preparó fun-clones de bienvenida para. el Ejército Trigarante el 27 de octubre

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33 Enrique de Olnvuriia y Fei'rari, op. cit..p. 185. I

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de 1821 representando el "melodrama heroico en un ado" Me-xico libre, escrito para el caso por Francisco Ortega; y unos cuan-tos meses despues, el 24 de febrero de 1822, Ilevaba a escena el'unipersonal" titulado Su Alteza SerenIsima j r Señor Genera-IIsirno, a] Congr&so Nacionalyalpueblo en alabanza del empera-dor Agustin It para luego ofrecer, el 25 de septiembre del añosiguiente, "una función a los je fes del Ejército Libertador, que asIera Ilamado el que derroco a Iturbide".A%

En todas esas temporadas participaron, además de laseduc:tora actriz ya mencionada, oticiantes del teatro corno Lu-ciano Cortés, Mariano A yala, Victorio Rocamora, Miguel Maya,Agustina Montenegro, entre otros muchos que igual agasajaron a(:nollos liberales que a realistas conservadores en pro, segura-mente, de la supervivencia. Claro está, tarnbién se puede perci-Hr una contradicción ideológica que marca de igual manera a losescritores de la época; confradicción, corno senalamos antes, pro-veniente de algo mucho ma's fundamental que an simple y conve-niente camhio de estafeta polItica.

Independencia, antihispanismo y teatroLlega C1 aflo de 1821arrastrando una guerra ya dernasiad pro-longada. La economia es una desgracia; los pronun(:IamIelltossiembran inc:ertidumbre por todas partes; los caudillos procu ranintrigas Ilevando agua a su molino: los rumores de reconquistaespanola exaltan Los ánirnos; la poca celeridad conque los crio-lbs a partir do ahora liamados ciudadanos mexicanos re-c:ihen los beneuicios del (:amhio; el arraigado sentimiento de secdesplazado por el europeo: todos éstos son factores que hacen(101 ambiente tin arsenal de ernociones encontradas a pLLrlto (ICestallar en rifil pedazos.

Eii esW niomento sigue latente ci odio a todo lo quoimplique corona española: despotismo y fanatismo son con-(:eptos con lOS que se Ic identifica a ésta. El escenario se ye ha-Eiitado, de rnanera inmecliata, por obras pie critican tanto el fa-natisnio (:orno los métodos inhurnanos del superado pero defantasmal prosencia Santo Tribunal de la Fe. Polémicas variasSc van a desatar on diversos árnhitos ante la libertad de impren-ta, [)or un lado; y por otro, a (:onsecuencia do las largamentereprimidas c:rIticas que se podIan, en ahundancia, ejercer contralos ohcecados (:riterios del organismo religioso rnas iniportante,la Iglesia católi(:a. con respe(:to a nililtiples aspe(:tos de Ia vidaSoCial en los c:uales tenlan gran [)CSO sus opiniones.

Anpacado, v de hecho inspirado, en esa situación, JoseJoaquin Fernández de Lizardi escribe itirn pieza (todavIa no lo-calizada por los especialistas en este autor) titulada Las viejasyelfrancrnusón, La (:uaI generarIa bastante controversia al ser cen-surada en 1822 a manos del padre Jose' Manuel Sartorio, espanoly juez de teatros. La censura que ejerció ci religioso resultaba irn-procedente en un sistema cuyas intenciones eran transcurrir enforma ma's acorde con ci carácter ilustrado de una nueva naciónregida pm' preceptos y leyes mucho más "liberales". El problemavisceral enfrentado por ci Pensador Mexicano, nos atrevernos aaventurar, radicaba esencialmente en los criterios de censores

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que seguIan todavIa a pie juntil lase l anterior orden de ideas bajola ya nirnia luz inquisitorial; a la vez quo la sociedad aón no seatrevIa a defender (:onc:eptos que, no obstante series acordes. im-plicaban transgredir antiguos dogmas de comportamiento dic-tados PO T' las instituciones de la fe.

En 1825 cae ci ñltimo reducto ospanol asentado en cifuerte do San Juan de Ulüa. Al restablecerse el mandato de Fer-nando VII y borrarse, con-to consecuencia, ci progresista PartidoLiberal Espaflol Los mexicanos perdieron La esperanza do reco-iiocirniento pm' parte de la at madre patria". Al fin, la oligarquIacriolla tenla en sus nianos el control socioeconómico en Mexicoy (:uaIquier atentado a esa posición serla contrarrestado con vebe-mencia. Los (:onstantes rurnores de reconquista enardeclan alpueblo indu yendo a algunos se(:tores españoles quo hablan con-tribuiclo a Ia causa insurgente. So oncontraba en niarcha ci pro-yecto liberal de tin país idealizado y no podia ser detenido porninguna fuerza si no era enfrentando a la nación.

En 1824, algunos liberates exaltados no podlan sufrirci hecho de que en ci teatro se presentaran obras entre (UOSperscrnajes apareclan nrnnarcas y deuiás personajes do la realeza.Ese grupo do liberales solicitó en una rnisiva al Ayuntarnientode Ia ciuclad clue prohibiese semejantes repertorios. La (arta, (:1-tada pOF Reyes de la Maza, clecla: "Esos cornediones de reyeshenéfic:os clue ban sido obra toda de La irnagina(:ión y no deheclio, pues ninguno deellos hizo riada ni harájamás nadahueno1)0 1• SI] natural propensic)n a la flhhidaci, es nec:esario qiiemarlas..."Y pedIa otro tipo de textos teatrales: "Que nos echen (:omediasque nos preserteri a Ia urania en todo su tieno para hacerla abo-minable linsta ]as hit uras genera(:iones. "w Ese ti po de protestascontiiiuá, por ejemplo, wi 1827 (:udfldO en ci Teatro Principal dePuebla tin 0cFriil)o (IC militares cornenzó a decir a gritos Clue 'a eranecesario desterrar de im pals civilizado las obras con f)erSOflajeScon corona. [ie indispensable la I ntervenc:ión pol iciaca parahacerlos (:allar. Finairnente. dos años despuCs, las autoridadeshicisron publico " tin regIafleflt() (IC (:ensura teatral en ci (:IlaI

habla un inciso (W iiipedIa la represeiitación do obras dondeapareciesen reycs 0 reinas, a menos de clue fuesen i)rese1tadosen forma rid jcu Ia o (;onduc:icIos al pafílni In en ci ultimo acto.tm

En tin artIc:u lo publi(:adu en El Iris el primer i-riódi(:o con carácter "(:ntico V literario " de Mexico hajo ci tItu-to "Rumores de invasion", ci poeta cuhano Jose' Maria Herediahahiaha en términos Clue recuerdan tanto a los pensadores y pro-ceptos (IC la Ilustrac:ión (:OrnO a la adjetivación v (:onceptos delrornantic:isrno:

Las curtus V periodicos do Europa Ufluilciun que el tifano) de Es-pana, 1t j os He ac:cedcr al clamor universal quo reclana el mundo(:iviI izuclo, truta de hacer los ultimos esftierzos puni enviar a nues-tro Stltil() algunas hordas de usesi flOS que reiie'en las esc:enus ho-rreinlas de ruuerte y desolucián, luincitle no de esciavitud ni do ti-runha pernancntc , porqu C éstu es i m p osi Ii Ic ya para 1 os anion can OS

que han probado lus dcl i ci US de h I I hertud V flU perder.mn ci frutode sus fatigds."

Para 1827 Se frustra ci plan del padre Arenas, (:Oflsisteflte en re-gresar ci antiguo territorio colonial a Espana episodio al cual

:t4 Luis Reyes do Ia Maza, Circa, mamma ytip. ( Tit., P. 8.

Ibid., p. Li.Gaul, Linati y Heredia, El Iris, periOdico

':rfficovlitercino, estudjo in troductorio LuisMario Schneider, 2 vols., Mexico. UNAM,e(IiciOxI fac;sirriilar, 1986, vol. 1, p. 121.

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P212 Instruccion (Id róhlico, y para qu: se ve.i quc ci Ilustre Ayunumicnto tic csta Ciudad, pciSi y' sus Di 1'atados s. tiiicjan para siis orerJcioncs , ;t di Ii sigtlicnrc copia dcl Rcglamcnto dc'lcatros, quo uinbien scviri pan q' lt)j autores d.' ics iinprc.os (bstornin, y Carta de andjJ.1119, Jados ci I 2 dzi cOrriciiw . ins de scr feco comcjjdos, ban sido nitty livi2ncs dcii-bicudo al publico sia prcvctiirs: snbrg Its ;o iUcn i..s dc Ia marcrLs.

Excmô. Sr. El Sr. Scc rc(arjo t!: Fs.tIn y j 'j Iks}'Acho dc La (obrrnadon dc la Pcninwla,me ha panici juJo von Lcli.t de 6 d estc flitS 1 Jo qvz Ii tic I I tic I)icicmbre dc 18 i a circulóa Jos Gcfcs politicos Suj'criorcs .Ic Ii I)nsInl l\u:n!.tl!a é Islas adyaccntcs y a lo quc siitic. = " Dcscandola Rcgcncia dcl Rcvno arregLir ci rain y d 1c.arrns dc tin iiu-4o clue sin perjukio dcl honcsto 1Ccrco dc los Pub1as, iii del intcrec dc Jos Cóiujeos, ascurc Cl rcspcto dehido a Ia moral y a Laconscrv;tdoti del nrdcn póbiico, se lii SCrYit(i) rcsoktcr lo que siguc = r. Los Ayt.ncarnicnros harSnpot Si cart Los crnprurioc dc Las (:flp.1nias (A)fl'1C4 ]us concnins qtic consideren oportunos, conctitan-do ci inccrcs dc La cxnprcsa con ci tic los Pueblos. 2. Dcbcr j'rccntarsc Jisu de las piezn dra-rnticas quo componj.in ci caudal d: La CompañLt a! GcIc politico tic ia l'rovil)cia, quicn cxcluirSLas qu: on so concepto se oponan a las bucnas cosrunibrcs, ICdUCiLI%LJO . cro todas sus acribuciontson la materia. . Los Ayuncainicntos tic los pueblos cuidr.n inrnediaumcncc por si dc Jos ormc-norcs (Clativos a la policia dc los 'Fcatros, hacicndo cumplir Ins rcglarncncos dirigidos i conservarci órcjcrt, la trinquilidad y Li dcccncia, unto por pane tic los adores como de Ins cXfCCtadOItS.4 . La Adminisrracjcjn del fondo y ganaucias tic Ia CcmpThia, corrcrá tic cucnra del cm 1rcsario, ci-flendo los Ayumamicncos sus funciones en esta pirtc a la intervcncion indispensable para quo so cum-plan fict y Icgalmcatc Las cargas quo puedan irnponcrsc con .*rrcglo al ajuste, sobrc ci pr1ucto delos Tcatros pan objeco de beneficio comun. 5 . En cuanto al gobicrno y dirccdon interior dc lasCompuuas , los CcImicos se entenicrin con ci autor o el cmprcsario segun sin pactos particu-lares. Si con mocivo dc escos se susdtascn desavcnencjn enue u*xs y otros, lo g Ayuntainicntp pro-cwarri tcrminaj-las gubernatina y prudcncialmenrc; y en ci caso de no conforma,-c Jos intcrcsadoscoil la decision del Ayuntamjetuo, acuditht at Tribunal corres pondiente corno en cualquicr Otto con-tT2rO. to = De drdcn de S. A. Jo coniunico S V. F. sn mtellgenc:a y cumplimienro, y iucpan iguaks fines lo trasladc a log Ayuneamicntos del distrito de su mando superior, dando cucnta dcde jU recib() y de habcrlo circulado. DS guarde a V. K muchos afrn. Cádiz 13 cit Julio tic'.L3.=J054 de Limonta.5r. Viny dc Nucva Espaha.Es cópia. Mégico z de Encro de i8i..l'atriciu Humana. it

En su cumplimiento, ci Excmô. Sr. Llano ha dejado S cukhdo del Ayuritamienro ci Tntro, rc-.servandose sobmerite Ia inspcccion tie las piezas; y ci Ayunr2miciuo 1 por uno tic sus AlcakIcs, y afain de cstoi pnr ci Diputado dcl raino cuida del bucn orden al ticmpo de las fwicioncs, y ptrsolo ci Dipoudo gobierna aquclla casa: 3,' habicndo ordeado on Jo general ci Scfior Llano a Ia,Scñorcs OhcL*lcs de guardia ci auxilto tic las providencias de los Señores Alcalde y Diputado, es'4sto quo no ha habido quc cstranar a csos Schorcs haber dispucsto lo quc han creido dcin.zjor órdcn, y quo ci Scñor Oficial dc guardia lo haya hecho cumplir y spase, pan nourmar. 12 tigcrcza de los dos imprcsos, quo ci Señor Llano insinuo al capitan 1). Carlos Avalos quoscrLa convenience quo on ti vuelo entrasen selas mugcrcs, y quc dc cstc sexo no se ecnusen on inbancas; y quo ci Señor Avalos no prcvino al emprcsario quo so sirvicsc de la vex ordenrioT, ( aunquc son supcnorcs lot quo ticnen antoridad publica at cualquicr ramo ) ni fist suya Ladisposicion de pie destinase los scgundos pan colas mugeres.

Puebla y Scpdembre 13 tic iSto.

1k. Jod Marâi

Reglarnentc) de 'l'eatros, pUl)IiCa(JO en Puebla el -13 de septiernl)re de 18200

Fernández de Lizardi dedica Ia "trageclia" incluida en este volu-men. El hecho hace estallar lo que desde varios años atrás sevenIa evidenciando en los ánimos de [a nueva sociedad nexica-na: el arraigado V sálidarnente contradictorio odio hacia lo hispa-.no. El teatro vuelve a ser el termornetro idoneo pan medir In evo-Iución de los fenómenos sociales a partir de las manifestacionesexpuestas sobre el tablado.

Un serio movirniento antihispano se desata entre La pren-sa escrita y Los actores, evidenternente ma's capaces en térniinosinterpretativos. liegados de Espana en Los primeros años poste-riores a La proclamacion de Indppendencia. TaL es el caso de ]assingulares aventuras que enfrentO el primer actor y director An-dres Prieto alumno del prorninente Isidro Maiquez, quien yen-drIa a renovar la escena e impondrIa toda una escuela de ac-tuación , contratado para encabezar la companIa del ColiseoNuevo que, ya para la temporada de 1826, habIa adoptado comonombre Teatro Principal.

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Andrés Prieto, quien venla con cartas de recomenda-cion del diplomático y dramaturgo mexicano Manuel Eduardode Gorostiza, causó uria gran polérnica desde su primera repre-sentación. Sin duda Prieto era un actor que superaba cualquierexpectativa en el nivel de La interpretación; sin embargo, los sen-timientos antihispánicos exacerbados solo buscaban & más ml-ninlo estImulo para manifestarse. La compañIa quo contrató a Prie-to subió desmedidamente los costos de las localidades generandomalestaJ' entre los concurrentes al teatro, asI como tambiéri entrelos rniembros de La companIa pues se sentlan desplazados y ofen-didos por los honorarios prometidos al primer actor.

Afortunadamente, del material meramente anecdóticoquo aportan los acontecirnientos de la época, siempre podemos en-tresacar madeja con la cual entreverar observaciones en tomb alos resortes que provocarofl tales acontecimientos. AsI, se puedeafirmar que Andrés Prieto representaba ci cainbio en la técnicade actuación. Era no solo tin gran actor sino una autoridad en loque a su lenguaje atañIa, virtud poco frecuente entre los córnicosdel Teatro Principal. Sin embargo, multiples notas period IsticasSe volcaron en contra de un actor hispano merecedor de preben-das ma's que do escarnios.

Esta reacción antihispana respondla a cuestiones corn-pletamerite desvinculadas del quehacer artIstico. Como consecuen-cia de este sentimiento antihispano Andrés Prieto y el poeta-drarnaturgo Jose Maria Heredia intercambiaron insultos variosdisfrazados He polérnica teatral en los periódicos que por enton-(:es circulaban: El Iris, El Ag uila Mexicana, El Sol. Otros ar-ticulistas tainbién ofendieron al primer actor, incluso de mane-ra más visceral que el (:ubano Heredia. En el trasfondo do todasesas crIticas a Prieto Se podia ver (:Iaramente una caracterIsticaiinperdonable para los mexicanos: sit nacionalidad ospaflola.Para acabar con la disputa entre Prieto y Heredia fire necesanaIa intervenciáfl de los (.:ompañeros de redacción de este (iltimoen El Iris, donde Florencio Galli argumentó en favor del actordcjendo que solo Ic faltaha "ser hijo de tin suelo rnenos desgra-ci ado" :37

Existe un hecho fundamental para entender este fe-námeno: Prieto habla querido antes que nada, dar gusto al pO-blico mexicano; pew cornetió nfl error grave en su iflteflt() puescreyo satisfacer las expectativas y gustos en uso a! anunciar [atragedia Peluyo. Pretendió equiparar a los heroes godos de Ia ohmC011 los quo habIan daclo forma a la nación mexicafla. Se equi-vocó.

El error do Prieto cri evi d cute , gruvIsi mo , y i crIti cu teutrul nopodia dejarlo pasar inadvrtic1o. t...I Pam ci grueso de ins mexica-fli)S, la simple rfleflci()fl do ulgiin tema relacionado con la penhnsu-la era traducidi de iflrnediat() pof Un cédigo on (!orldC i iii perubun

CO nc:eptos come: til'(Iflha, rnonarq' i ía, despotismo, jflCiViliZ(Iciófl,

janutismo.3R

Términos inmediatamente decodificados y recodificados por Losintelectuales y los ruedios politicos como elementos caracteriza-dores del pasado que se pretendIa dejar atrás.

En 1826, un año antes de su muerte, Fernández deLizardi publica la censura que ci hispano Jose' Manuel Sartorio

Juan de Dios Salgado, actor d&'1'&atro Prirmipal.

37 Had.. Ii, 90.3?1 Jaitne Cijaijatid N'luginis. "La crItica

teatral y el antiliispIlfliSmO (1826-1827)". enPlural, ri(irn 237, Mexico, jtlflifl de 1 991 , p. 51.

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habla hecho en 1822 a su comedia Las viejas y el francrnason,acompanada por una serie de comentarios. Entre éstos, hablabade que Diego Maria Garay, actor director espaflol, se habla ne-gado arepresentarla. Esto suscito una nueva polemica extendidaa través de varios papeles desconocidos rescatados por el inves-tigadorJames C. McKegney.AJ El tItulo de uno de ellos, publicadopor la farnosa Oficina de hi Testamentarla de Ontiveros en mayode 1827, podrá ubicar con claridad al lector en ci tono y (ales-tiones tratados aliI: "Hasta en el teatro hacen daflo los gacliupinescon mando. " Para ci 20 de diciembre siguiente se public:aha el pri-mer decreto de expulsion contra los espanoles cesidentes en te-rritorio nacional. En él se comprendla también a algunos trahaja-dores del arte dramático.

Los procesos de la dramaturgia (1810-1830)y sus hacedores

La dramaturgia niexicana escrita durante ci pro:eso uman(:ipadorentre 1810 y 1821 es tin fenómeno sumamente c:ornplejo V fl(O

OF las (:ausas que Ic dan origen. La interpretaclén do este teatro,

I

TEATRO

)NIIERCojES 10 de Septienibre de 132241

Ignorando la Enirresa pie se rermti esd hoy

Cornedia , t-.ort rnotivo del Novenario n dispuso

Li funcicn corresponliente pra esta noch en ce-

'lebrida-I de la.St-nisirna Sdñora PRINC3SA de

i'r'URBIDE pero curupliendo COIl SU deder , se

ejecutará et dia tie rn2iiafla la siguiente

Data principlo con urta marcha al intento , y ea

seguida la opera en dos actos

EL CALIFA DE BACDAD

Eu Linico intermedio se cubrirâ con el psintetode Bairn

Le titulado,

DIDO ABAND0NAD&

La casa se iluminaXá i adoraará conpietamente.

FAGA DOBLE.

(,i'te I ci U 1.tflR Iunción teatra! en honor I e I a r n cesu do I t urh I 1 .'if

:yi l;t!tf c:. v1(.!'c. ' gJIey, .'orri 1et eutly!)is veretI Partiphlets by Fornridez deIl z.ir11 " . en Hispania, Ye I. I iv. num. 2, 1r1;iyc)jii 1971, pp. 256-257.

30

I

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e

sin embargo, se ha prestado a confusiones sobre todo por laforrnaque adopto. For ello, muchos investigadores se acerc:an a ]asobras de este periodo sin considerar sus evidentes posibilidadesdrarnáticas. Se puede afirmar que at estallar la guerra revolucio-naria existla una apremiante necesidad: cornentar los hechosocurridos dIa con dIa, argurnentar en pro de las partes en con Uk:-to (realistas o insurgerites), o bien vituperarlas, ante to cual prác-ticarnente todos los géneros literarios entre elios el teatro sesumaron a dicha tarea.

Poemas, artIcu!os periodIsticos, proclamas, tetras paracanciones, cróni(:as sobre Los sucesos armados, sermones, fá-hulas y una forma entonces muy socorrida diálogos, lienaronlas págirias dc periódicos, folletos y hojas volantes. Sin embargo,aunque parezca discutihie, rntichas veces bajo ci rubro genéricodel diálogo se escondió tin drama incipiente ci cual contribuía acomentar la (:onflictiva realidad, como lo hacIa la literatura deesos años. AsI, la iniprenta perrnitió a Los escritores hacer liegarestos textos a manos varias. En los primeros años beligerantes,las producciones literarias escritas por los realistas obtuvieron,coma era cOflSe(:uente por ser el grupo en ci poder, mayor apoyoy difusión. Al acercarse el año de 1821 el proceso Sc revirtió ylos insurgentes illiprimieron gran cantidad de papeles volantesy periódicos defendiendo sus rnas caras premisas.

Ahora bien, convierie aqul establecer los razonaniien-tos quo, nos parece, sustentan ci hecho de contemplar muchosde estos diálogos en términos draináticos. Desde nuestra pers-pectiva, tales diálogos poseen una función drarnática, si bien suestructura formal no (:orcesponde (de manera eviclente) a lo quecoril ónmente se denoni ma y se quiere ver como teatro. En primertérmino, partiremos de elementos externos at texto, relativos alarealiclad en La que surgen en una relación dialéctica de ida yrijuIta con la c:lr(:llnstancla historica y la conIoriacion delpuehlo para, en segundo término, hablar de elernentos internostanto formales conio de contenido para apo yar nuestro supuesto:los diálogos escritos durante la gesta dc independencia sonteatro.

Uno de los primeros aspectos, presente on estos textos,a los cpie nos referiremos, está en el habla popular. Si bien en lasproclucciones propiamente teatrales escritas por Jose' Agustin deCastro Los rerriendones y El CJian'o, incluidas en sus Poeslusscigradcis,° as I corno en otras obras previas a la guerra de Indepen-dencia , los dramaturgos ya dejaban ver urn seria preocupaciónpor re(:uperar para ci escenario nfl habla y unos personajes (ICraigambre ma's bien "popular", vernécula: en los diálogos esapreocupacián SC convertiré en una ruoneda de uso cornón querepresenta necesidades rnás alla y esto es lo fundamental delmero plasmar el habla y color local como caracterIsticas decultura y folcior propios. Es decir, ci hecho de que los diálogosfueran 'populares" abre autoniáticamente el canal comuni(:ativocon tin receptor y pO' tanto... Pero, ,quien, que grupo aglutina atreceptor?

Uno de los puntos irnportantes a aclarar para este estu-¶110 introductorio es: ;, quién era el receptor a quien ihan dirigidosestos dialogos Resulta obvio que los escritores en un alan porpolitizar, moralizar, iLustrar, corregir, educar(enciclopedistas depor medio, se inHere) querIan dirigir su discurso a un póhlico

40 !osó Agustin do Czjsu'o, Mis(:I'ildnea depuesfasliumanas. Puebla, 1797. 1 II. 158 pp.

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determinado para lograr sus metas. Por ello, recuperar un lengua-je (:o!oquial Con neologismos singulares y giros que, supone-rims, Iiabran escandalizado a tina clase alta o ilustrada , e inclujrpersonajes populares (( N omo el aguador, ci zapatero, la tortillera,La india, el doméstico, el lancero, la cocinera, la currutaca, 4 ' elbarbero, el pilguanejo, 42 Ia petimetra, el artesano, etcetera), sonindicadores de las intenciones didácticas esgrirnidas por Jos life-ratos y el deseo por ilevar tarnbién sus ideas al arnplio círculo deJos desposeIdos a quienes, en resumidas cuentas, tanto miedo lestenlan en (:uanto motor de descontento social.

En la estructura social novohispana los quo hablanaccedido a la alfabetizacian constituIan un porcentaje rnInimode la población, distribuido prirnordialmente entre los criollosy Jos europeos. No obstante, en estos diálogos parece t.:Iaro queel rnensajH de escritores pertenecientes al partido realista estádirigido, en mayor medida, a corregir al vulgo H impedirme-diante escenas y anécdotas sobre castigos ejernp!ares, exconiu-niones y dernás que ci pueblo se sume a la revolución. AquIsurge nuestro primer argumento, evidenternente paradójico: simuchos de estos diálogos impresos estaban destinados a un pCi-blico cuya gran rnayorIa no sabla leer, entonces 1dónde encaja eleslabon, el puente para cerrar ci circulo de comunicacion pre-tendido?

Conviene tener en cuenta que criollos y ospao1es norequerlan una politización ' educ:ación profundas. Para los crio-lbs era (:larIsirna su situación desventajosa asI como a los pen iii-sulares sus bene.ficios. Si, en todo caso, ambos requerIan abando-nar sus contradicciones esenciales y, por tanto, tornar positionen (:uanto a las ideas y sucesos hélicos. UrgIa ya se estuviera en

() 0 en contra de la ernanc:ipar.ion educar, iltistrar, conven-cer a la plebe COfi respecto a la revolución. Córno lograrlo?Mediante diálogos? El papel impreso nos parece en detinitiva

(le dudoso exito entre los indios, mestizos v castas. El invesfiga-dor JOSe Rivera sosfiene en torno a esto:

Los iliulogos preteridicron ser una especie do puhlicacián calle-jon_I, dirigidos, principal nionte, a Un ti[)1) do lector de extrac:ciánbaja, quo quiza no tenia irigreso a las hibliotecas de entonces. Mas,como huena purte de la pohlacián era analfaheta, estos matoriaficsdehieron haherso !efdo en lugares ptihlicos, por ejernplo en ]as en-tradas de Ins terip1os 0 en las plazas. AsI ocurrIa con los "re-citaclores do oficlo", I ... I ospocie tie juglares quo on diez niiitoscontaban historias do handidos 0 de santos y al terminar ofrecIancopias impresas do sus relatos.44

Esto sugiere, por supuesto, el eslabón perdido de vista en elcirculo comunicativo propuesto por estos diálogos. Se fratade una hipótesis (;uya dernostrac:iOn es difIcil ante la carencia decrónicas para documentar plenamente la existencia de un teatrode indole callejera. No obstante, se tienen muchas referencias decompañIas trashurnantes de córnicos, acróbatas y (arcos que, sinacceso a Jos grandes locales, transitaban por los carninos de laNueva Espana representando en ferias, tabernas, palenques, ta-blados provisionales al aim libre y atrios de iglesias. jQUeA tipodo teatro pudieron haber hecho estos saltimbanquis do tercera a!

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41 Curnztacu: mu y ife.:tada en ii! USC

z'igiiroso do las modas.42 Pilguanejo: pet irnetre.43 Petimetra: lechtigina, cuinttaca: persona

elegante cuyas maneras, compostura yIonguaje son afectados y ridlculos.

44 José Riven, op. cit., pp. 8-9.

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(;u(?rrero. cuadro encarga(Jo j)Or Maximiliano de Habsburgu at Pi1tnr Petronili)

Monroy en 1865.

estallar Ia guerra en 1810? ,MudarIan de ohcio? Es hastante dii-

doso. De qué sohrevivIan entonces?

Otra consideracion importante es la forma: ipor que

escritoprecisarnente en diá!ogo? Para dirigirse a quienes sab Ian

leer, estos implicaban una lectura mas amena o mas sencilia

para acercarse a conceptos politicos y a arìécdotas relativas a!

momento? Puede ser, pero enese caso, paraqué utilizar lenguaje

tan POCO ilustrado? Quejaciiciosarnente manifestadacon (:onstan-

ciapor el páblico concurrente a! Coliseo Nuevo cuando Ic pa-

rena que alguna comedia Sc excedia en el vocahulario.

Otra causa significativa fuc su estrecha relación Idel diálogol con

la cornunicación hahiada. La voz siempre ha sido rnás elocuente

que la escritura ysiundo el diálogo un e j ernplo vivo, tuvo maynres

consecuencias quo un sermon U Ufl lihelo. Estos gozabun del mis-

mo recurso verbal, tenlan la posibilirlad de set escuchados, sin em-

bargo, el diálogo fue más convincente y efectivo. Drarnatizá fa in-

tención prose] itista.4545 111t1., p. 9.

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Aunque Jose' Rivera, en su prOlogo al libro Diálogos de Jo Inde-pendencia, no juzga esta literatura a partir de sus calidadesdrarnatórgicas propósito nuestro , revela mucho en ci párrafocitado arriba. La realidad drarnatizada con intenciones prose-litistas y adoctrinadoras no serla un arma extraña en Lin palsdonde el arte dramatico sirvió conio vIn(:ulo de comunicaciónentre el indIgena y el europeo. El teatro afirma Maria Sten"fue en la conquista espiritual to que los caballos y Ia pólvorafueron en la (:onqulsta militar .'' Ahora. durante la Jndependen-cia, el teatro tornéhase nuevamente arcabuz de convencjmjento.

En este punto, tarnbién, hay que conec:tar lo menciona-do IIneas arriba con respecto a la existencia de representacionespopulares en los barrios v compañIas que difIcilmente tocabanlos tablados citadinos rnás prestigiados (Jo cual ha hecho casi im-posible su seguirniento), v la profunda crisis que vivIan Jos artis-tas con fama queocupaban ci CoJiseo Nuevo. ,;SerIa difIcil pensaren tin teatro real izado en esos anos por estos artistas para sufragarSUS u-las funclainentajes nec:esidades? CuáIes serIan, deservia-ble este supuesto. sus ternaticas V personajes a drcirncitizar? LaIlistOfia del teatro universal nos sugiere pensar en cii como en

S • • U fl arti UH1 flu zudo, el niás co niproineti d o de toclos (iOn la traiaviviente do ILL experienci a colectiva, el ma's sensi hi e a [as convu 1-Siufles quo clusgurrun una virla social en permanente estado derevol uci (5fl . a I (IS ii i fIci Ins Pasos de unu I i bertarl q u e tan prontocurnina, med lo sofocada Por las contruriedades y ins insuperahiesohsticu los, c;orio estulla en sohresultos imprevisibles. El teatro esuflu luau i fostaci an SOD a! . S

"El teafro us Una manifestac:ián social", dice Jean Duvignaud, ynos sorprericleria m u(:ho Clue, en tin noinento tan convu iso COO

J)uede ser la segunda década decirnonona no hubiesen existidoexpresiones dramatttrgicas nacionales, segün Sc podrIa inferir delos !ihros clii Iìistoria teatral de Reyes de la Maza, de OlavarrIa yFerrari, de Magafla Esquivel y otros estudiosos. Ma's increIbleparecerIa que Ia enorrue necesidad de tin ser en (:oflhlicto consigoIn ISfllO yr su entomb, (:orno ci c:riollo, no hubiese eiu;ontrado me-canisnlos de expresián para confrontarse frente al espejo.

Arguniento de quienes piensari en Jos di4!og os COmouna espec:is rara de 1itratura. (:01110 Ufl suhgénero, Cs Ia carenciade acc)tac lo nes . de dramatis personae perfectarnente establec idoy de cambios es(:enográfi(:os x,? do escena que encabecen cadaparte del texto. Aqul surge una confusion innHcesaria. Esto quepertenece a tin forniato teatral hoy dIa indispensable y cot idiano110 tiene nada que ver, por ejemplo, con los rnanuscritos deShakespeare en los cuales no sálo no aparecla ci dramatis per-sor1(Jgr? 5mb que la division de actos v escenas asI corno lasacotaciones vienen a sec un invento del siglo XVIII; cast oen añosdespués de la muerte del dramaturgo. en 1709. Nicolas Roweprepara una edición con estas novedades quo en su moniento nointeresaron a Shakespeare." En vez de centrar nuestra atenciónen elementos tan superficiales y tan relativos corno quedadernostrado , pongailios el interés en otros aspectos.

Si bien poclernos considerar las estructuras de los diá-logos COIflO elernentales, con temas inmed j atistas, estilos descui-dados, en fin, en ellos se puede ver ci nacimiento de una drania-

46 Maria Sten , Vhlu v in uert (!(1 teatro1I4IlIJ(Jt/. El OIirnpr Sill Prc'Ineh?v, M6XiCO. SEP(St! pSetentas, 120)71974, p. 8.

47 Juan Duvignaud, Sociologlu del teatro.& l j S(J%'() snbre las sam bras colectivus. MOx i.RE, 2a. ed.. 1981, p, 13.

44 Alejandro Luna, 04

isabelinos".11 Repenono, mini. 17, Universidad

AutOrir,n i ; i de Querétaro, rnarzo de 1991.pp. 23-29.

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turgia que deja al descubierto los inicios de un teatro social me-dito en este territormo. De un teatro en buisqueda de un rostro, deuna identidad, de un nombre. Veamos ahora cómo funcionabansus partes componentes. Los influjos del neoclásico y de la Ilus-tración saltan a la vista en todos los diálogos y es aquI, al hablarde estas dos tendencias estéticas, donde podemos hallar más ele-mentosde análisis para c:onternplar las caracterIsticas propiamentedramaticas de estos textos y de aquellas otras obras que los inves-tigadores no titubean en Ilamar teatrales.

Al género dramatico le ha sido siempre tan esencial eldiálogo corno la acción, y un conflicto que desarrolle o de movi-miento a esa acción. Sin embargo, la acción como elemento for-mal, no siempre se ha utilizado de la misma rnanera, al cumplirfunciones determinadas dependiendo de lacorriente estético-ideo-!ógico-social imperante en cada época. Estas transformaciones deIa accián dramátic:a han sido ampliamente documentadas y ana-lizadas por el teórico M.S. Kurginián, a cu yo estudio nos refe-rirernos más ade1ante. Pero, cuáI Cs, para el momento históricoque nos interesa, la naturaleza de La acción? Durante ci Siglo deOro espanol Ia accion giraha casi sernpre en torno al terna. Lossucesos y el (:orlflicto 0 (:olisián funcioncibun en torno a la te-matica que interesaha a! escritor. En latragedia isabelina el motorde la a(:c:i6n eran los carac:teres, los complejos personajes quedesataban muchas Imneas de acción haciendo más y más complejala tram a.

La (:omedia y la tragedia neoclásicas, asI como el dramade. Ia Jlustracián, van a signar esta ciramaturgia de priru:ipios delsiglo XIX rnexi(:ano y sentarén las bases para la tragedia y dramaromanticos quo no tardaron en hacer suyos nuestros es(:enarioscles(le principio de los años treinta. QuC ociirre. pues, con la ac-cion ci rariatica corno eleriiento formal dentro del neoclasico y lacorriente que le siguiá? El teáricc) M.S. Kurginián afirma: "Es co-[no si el neoclasicismo retornara parcialmente ci dialogo a Lapalabra niisrna su significado literal (conversacion, vitupera-(:iofl , clisciisiOn) , generalinerite in izuho Rids cam hiado y anpI ioen el drama, donde el diálogo sirve de forma do expresión (IC Lafi(:ciofl c1raniátic:a.''°

El car(:ter dialágico como rasgo determiriante de la ac.dOn de la drarriafurgia europea de los siglos xvii v xviii se cx-tendiO (:OmO bien poc1enos ver hasta las postrimerlas del Mexicocolonial. Esta tardanza o retraso Se debio, seguramente, a los one-rosos muros culturales levaiìtados por La Jnquisición v al miedoa tendeticias nuevas de peisarniento. Serla sencillo, sin embar-go, determiriar que estos textos que para los investigadores delteatro han pasaclo inadvertidos por autotitularse "diálogos" y porsu formato, corno va mencionarnos poseen realinente (:arac-terísticas drarnaticas. Afortunadarnente hay aim más puntos anuestro Favor para arguEnentar riuestra hipótesis. El neoclásico,dentro del teatro, pone en boga Los diálogos-disputa, los duelosverba!es donde se evidencia una gran maestrIa oratoria e inclusorefiriamiento clialectico. Esto mismo lo pO(IJ'a constatar ci lectordel presente volurnen , y no solo en las prociucciones encasilladasbajo et rubro tdiáIogo sino tambiCn en las obras aceptadas sinreticencias como tuatrales, tambien incluidas en estas paginas.

Pero ci fenómeno no es gratuito. Los neoclásicos insis-tieron en rec:uperar a los griegos, Ilevando a los filósofos clásicos

41 NI. S. K ii rgin ian . " El drama", tract.Armando Partida, rnecanoescuito, 331c.iiartillas.

15() Ibid., t:aji. lit

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rcr

a sus uiltimas consecuencias, hasta resultar más aristotélicos queel propio Aristóteles (aspecto desarrollado más adelante); no essorprendente, pues, el afan de elevar larazón 1a razón l aunpedestal paradigmatico en contraste con la pasion y los desvariosque ésta produce en el ser hurnano. Por tanto, dentro del teatroproclucido durante ci neoclásico, el diálogo sera un rasgo irrem-plazable como vehIculo del discurso autoral, por un lado; y porotro, de la propia acción dramática. El diálogo, a través de unaestructura drarnática sumarnente racional, sera' el elemento deconvencimiento ejercido por el escritor para "corregir" los desva-rIos a los que inevitablemente conduce Ia pasión del ser humano.Kurginián insiste: "La fe en la palabra expresadora y pregonadorade la razón: era la particularidad diferencial de las ép ocas delneoclasicismo y de la Ilustración. Es por ello que el diálogo setorrará en la forma inas importante de la personiflcaciónde lacolision, en todos sus estudios y en todas sus peripecias.

Para la tragedia neoclésica, establecer máltiples lIneasde acc:ión entrelazadas, crear personajes complejos cuyos desti-nos se entrecrucen C inf!uyan, no serán aspectos preocupantes.Es dec:ir: la complejidad de trama tan caracterizadora del teatroisabelino no sera determinante en esta corriente. Esta es una cons-tante observable en prácticamente todas las obras de entonces.De hecho, en las obras sobre y nacidas en la guerra de Iridepen-dencia, el dramaturgo solo traza una situación desarrollada casia c:ontracorriente del fluir dialógico: y, sin embargo, la acción

comb verernos se mueve. La intención, antes que nada, re-cordernos, es exponer un razonamiento y (:onvencer, transformara quien lo escuc:ha.

En el neoclásico, la rna yorIa de los personajes son uni-dirnensionales, en una sola actitud, al desnudo, invariables. Yarnencionanos muchos personajes del teatro didáctico de la gue-rra eniaricipadora como ci pilguanejo, ci aguador, etcetera, Losc:uales van a estar determinados por esta característica de uni-dirriensiona!idad, at igual clue su contraparte ubicada en perso-najes corno el celigioso, ci zapatero, ci dragon y otros cuyo dis-(:urso provocará una transformación en la mentalidad de Los más"ignorantes". Solo la intervención de tin discurso racional deotro personaje mas preparado de extrac(:lon (:rIotla o hispana,generairnente modific:ará la opiniOn del protagonista, pues alsec conven(:ido opta Ps" la noción de deber ante la nocion deplacer a del sentimiento. En pocas obras encoritrarnos algón(:astigo para ci personaje central por haher "errado" su decisionU opinion con respe(:to a los bandos, ya sea realista o insurgente,5mb Ifles hien se observa una transición en su criterio. En las pro-(lucciOfles seleccionadas y analizadas aquI, anteriores a septiern-bre de 1821, uno de los es:asos ejemplos donde se (:astiga alprotagonista que se ha dejaclo lievar por sus instintos (en estecaso movido por Ia avaricia y ci deseo de un ascenso social) esen Las fazanus cM Hidalgo, Quixote de nuevo cuño, fucedor detuertos, etc., escrita por ci mexicano de nacimiento, y f érreo es-critor en favor de Ia corona, don Agustin Pomposo Fernández deSan Salvador (17561842).s2

Nuestras reflexiones contiriüan con un pie en el neo-clásico y la Jlustración y otro en la dramaturgia del Mexico con-vulso entre 1810 y 1830. Los elementos formales de unidades detiempo y espaclo eran elevados por ci neoclasico a preceptos. Sin

51 Idem.52 Paradójicarnerite, €ste escritor

;sntinsurgente, tin y tutor de Leona Vicario ymaestro de Andrés Quintana Roo, vio a éstosadherirse al rrlovjrnjen(o de emaricipaciórijunto con sti j)ropio hijo.

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Page 34: Teatro Mexicano Historia y Dramaturgia-Intro

: *flnmn*ix 0

I rIIEATR0 NACIONALS

H t?a!r.doce cnnregujdn dcl SqXTiOT gobicrno qie esftudice 'u penbi—a (4tfl3 ltUJciCUt', obr las ocho que ya estdu ejectadac yterLLnhaiJt en sta I:oChe: deseoso ci ewpreario ciudadano Victnrio Ko-x Caniora, 'le qn2 en lo suce'ivn te Ruarde ci 6rden mas txacto pra que

* ste Te5j)etihIe PCt5licn qude del an-jar modo strvido; ha deterruinadodistTihuir hOLtjI)t% en inia dat 40 RSiflltOg y Palcos para evilar di * a-

* giistos efltr: Its prsona qu2 qs1?rr1 favorecerle, ocu'rietido por elks

K 1 pdr;j . que ojortunan:viite aiunciard por convites particulares, yteks j uu;icos: Ia:4o p r itJciruo las indicckb LE;iones ci vcnidero Dow

^ nhiuzo 14-del C'rriciite con piezas sobresali: ntcs y csc'jidas, nctician-Q do el t r mt! r cj : ellac con Ia antidacion aco9tumb rada, slit inovar vuM lo ma' lc•e Ins precias 'it Ioi asientos hata ahora establecidos, sirvihi-

dosc lob Stflutcs ahonados avisar con auticipacion st gu ctaren coutitiva.

DOMINGO 14 iTh SF.PTIEMHRE DE 1823.

La futicinn ci, esta ooche se compoudraI

tie lac piezas siguientes:

;1 10 Lita nS-tsa1iente obertirae20 Un rojidd obligado a fagot que gaptari Is cludadan; Mariana

c Gu,1-rr,7.) 3 Ca esquisito concierto obligado I trompa qt*e dosempefiari el 5

ciudñdazsn i1'iln,lIO .S,I*t ,4 ?? Un t aria bufa por d cu !aciano Victorio Bwawora,

6 Una aria por 1* ciu lalani Aivads Plato.

* 6 0 Un d.o per Ia cit3da .Li.irtana Gutierrez ,r el ciuddano Mi-buIItlay.

7 F El quii.kto d 1. Diana 'toItart, pot 1t' aupnciados iWa-riar:a Crier,cz, 4tnada Plata, IW'ig id IW.1)'tl Vittorio 1<QgJtijO: a y ci

S c,udadano LuczdiO (;',us.te darit fin a la f.znckn con ii coru:tha en un acto titUt

lada: A

EL ESPLINFL ABONU SERA FOR I OS FREC I O S Mt(UIENTES.

Pa'ev ir cuatrp fuitr ; o n t1 . 4 )l. flnncaq. ....... . . . . • . . • L p.

L.uzttas . . . . . . 1 @ . . . . . 1 1). .re, As(:itOR t:,reroi. . S • • • • . . I p.Aucfltn! 4 tzueIt. . . . .

E N T R A.I)AS DIABIAS.. - p

tntr&ds A Jq &lr0* caas pervO- Aukntoii tcrcco' . . . . . . . . C. 2. vii.

* isa. . . . a . • • • • . . . . . . I.. j TI. tazucla. . . . . . . . . . . . . . . 0. I. ri.

n. . . . Th 0 rI.

* LancaI. . . S S 4 • • • • . . .t. 2 ri'. [tic', arr._ndado. . . . . . . A p. 's iL

(I1'tt! I d e l 'Yea tro Nac ion u I y in a n U nc:i aLMI L1 11.--1 tu nd On d v In ü s it .a-' .

y t(UtF1) 14 (In Sll)tieflhI)rt' (1(1 823. a realizui'se Pfl (7(II..) Un

pa raje (I M 3. f )01t II 11-I t11lT1 I( S( l. C I H nía a it_ :nr.

embargo, la rIgida normatividad neoclásica en tomb al respeto aesas unidades no habla sido (:onsiderada por Aristóteles, quesolo insistiá en Ia tercera de ellas: Li de acc:ián v trama. TrIadade uniclades, que aparecen como improntas en todas ]as obrasrescataclas de La polilla en este volurnen. Otro rasgo sera, en unHen por(:entaje de las piezas, U1 elemento satIric:o (:uyo obje-to es combatir tanto a los personajes qus ban adoptado ban deraen el partido (:ontrario al autor (:0mb (:ensurar ci vicio y (a ig-norancia. Segimn el neOcIáSi(:O, La ebullicián de las pasiones, laignoralicia y los actos irracionates serán los problernas que.POF prornover los desvanos, hunden al hombre en las adversi-dades.

En las escuetas situaciones planteadas escenas piepretenden una cotidianidad que nos habla mucho de esos aflosy (IC Ufl inters j)OF lo vernáculo donde es más importante laexposición del discurso que el desarrollo de cliversas acciones,

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sucede siempre que "la introduccion del elernento inmnimo desensatez [a través del diálogol resulta ser suficiente pant la solu-ción de la colisión, Para la superación de todo el malentendi-do, del error".' Las estructuras fArsicas de este teatro con fineseminentemente politicos, didácticos, proselitistas, hasta peda-gógicos, se conducen en su mayorIa por una mecánica simple Vclara con respecto a su au:ión drarnatica: clan inicio (:on la lie-gada de un personaje, digarnos A, a un punto donde se halla B

a veces acornpaflado de C y se eritabla una (:onversación coti-diana. En Desengcrno d los indios haclendoles ver Jo mucho queIC (IRben (1 los espanoles, publicado en 1310, ci anónimo autor,que firma como el Mexicano AN., cornienza ci encuentro entreHI dragon realista con los indios Maria y su esposo Pascual, qLreestén vendiendo tortillas en ci camparnento militar, de la si-guiente rnanera:

4

DI/\;ON: Dame nicdo dc tortillas.N41\rd,\: SI senor, do buena gana.DIAcflN: ;Pues por qué fli3 (Ills tan poc:as?T'v'IARIA: Porque esUi rii' (:aro ci naiz.DRAGON: jCiif() (ti fll[LIZ?MARIA: SI senor.DRAGON: Pues no US USI, porque en la A!IiOnrliga Sü está y en-

diCfld() a iieve pesos \J hay dIas en que SI'I •. J expende a(1()s rca I vs nonos. Qu(' d I rIas si lo vieras , con () y() I()h( s V iS t( ) venderc1 r p C )f CS OS I ugares [3 ( ) r ii (.) U d e he pasa d(.11_I e JiLL hahi ci o a igu ii us ( i llquo valga ci oce pesos, y contM(I() rue han ilado hastu dos tortillas riuls?

MARIA: QU( IUIhILL d n d:i r'?, que estuhu rnis cain.DRA(1ON: "(a (5() rn (1 I () SLIhIU vo ; porn esu n C ) PS razon pa ru qu t.

n-rn des IT1CUOS (StUfl(1() uqui flidS harato.P\sn1 JAL: J(`s (is! , qii(l honihre tan cegatciiiDRAGON: Comm') q ii ( no Usta tan harat o el d I ibm.PASuiAL: Ya so'e, ; pu us por qu e n 0 vu it SUTVI r al curit

H I (I U I go q UC I es pagu u ii di an o y lots ( : )n(mc1 C C!Ft

Sii(1UU()DRA;ON: Porquc V() no sirv() a !adroncs \i I'll lo so y , Ili to

quier() ser, lit (liJierL) toner q ue restitui r to que (;c);a (1(31SUCJtlflO. [J1(S (S flhljy na1 hahicI() V rnds quiero teiieriflt(I I C) hien hahi rio que un peso con reato,

A IJarti r do este instante, ci (irag6n ta(:ha de pO(:O lionesta a Iahid Ia. El pequeño r:onflicto moral despertacic) por el regate() dapie al dragón—Clue so (:onfiesa españo! y

ti aLinque iiw ven so!-dado, fiii colegial y he estudiaclo" Para soltar tin amplio dis-c:nrso sobre las pervrsidac1es erradicadas por los conquistadoresde las costiinibre,s gentiles. La i ntroduu:ión de ref erencias delnnindo indIgena prsc:ortesiario sirven Para reafirmar las honda-des hispánicas. Los indios acahan interesándose en los muclioshorrores de Los (:uales fueron salvados gracias a la Conquista y sehacen conscientes del malagradecido (:ornportanIiento sostenidohasta ese dIa. Las respuestas o intervenc:iones de Maria o Pascualdentro del discurso "pedagógico" del i.Iustrado (Iragón cumplenLa función de resorte de Ia ac(:ión Cs decir del cliscurso en tér-minos neoclásicos Para que ocurra ci tin transformador delcomportarniento Y pensarniento en los personajes menos "enten-didos". ::- .

Kp .

..j M'. uitjrti:1i1 (i/i r;f p 4

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N.° 7.

LA REPRESTLVTAJ?4.V TRES PEflSON.CCES,o

1717t(!itfl(!fl Las tres Garan t ias, dehiendo * gIar ('OlOLO(lU en

ci 84107? que st represn'fe hi America Magestuosa adornaau, 21 la Europa Simbolisada.

MU3A Li olra prodigiosa

?Ur C1ci 71::ln(/o (J(Jrn,rara,

Conib'nii 4 MF ?Vacione$of

Pa pa u. lgorr((1(i,La A,iv'ica '1;ce

En e! scptenirzonaP,Ofreru 7zcIoles firmeLi nias etemna pat

Jrvkpen. A rite-r4 qiie ens dukes ecosJ:It%& 41 aire O(fl1 rciorASI.j)Y ij(li tl, :\ ,tu'tIca:Ins,Tan placeutera Cauciou.

Rc/ii.In (/t/leti.RcIii.lndcp c)z

I Quicti se Opofle al regocijoS.

De CStt t;ioriost NtICIOII ?

;N o' (tUCU CS Cl que 1)r('Ut1taf

\7 qie s o y la IeIigoii.Pt : ( c Si ta ll a Ito poderEs parte cu esta ocacion

( 1I . j 0 - fl (1(! Ii Loo ( I U San t()p() • ) I I hi i(C j •.d( (1PrirriHi (it, 1•11 ((IiCi(Jfl -

a! inicil) de flLleSII'H ln(Iepenc_lerl(:RI.

La estructura del drama social anterior a 1821 se va a

(:aracterizar pots la parti(:ipación de Un personaje qLIe tiene en la

mano todos los argumenfos do la razón en contraposición con

otro U otrosque ignoran 0 han "eqlIiV(1(.adO' su forma de pensar

ki SedUCidos por ideas nocivas. El objeto y Ia au:ion del drama

van agiraren tOrfl() al convencimiento, a latransformación en

personaje LTenos inforinado y (:ulto. El influjo de las ideas d&

enci(: loped islllo y la Ilustracián hacen sit aparu:ión en estos dc-

mentos ma's bien (IC carcter ideolágico quo formal.

Los escritores no s6lo Fm scaro fl p o I i t i zu F I . . I si ii o hi m I) i en ed u cur-

in. En los impresos Sc clesli rizaron ideas politicas al ismo ticmp()

tit l e se divulguhan conocimientos C instrucciones gene rates. Pensu-ban quo pot- medio do Ia erlucación se podia erradicar la pobreza,

el atruso ecnnámico y Las contruciicciones sociales. Do to que setrataha era de trunsforrnar a la cornunidad sin necesidad de revi-vificarla guerra civil. La idea de ilustrar a la pohlacián form(l)parte

de tin proyecto politico do la época...54 54 lose Rivuri, op. cit. p. 11

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Resultari interesantes estas coristantes ideologicas como laaportación más clara proveniente del drama de la JlustraciOn aligual que la herencia neoclásica en los aspectos formales de lapreponderancia en Jo dialógico y discursivo sobre la acción o, entodo caso, corno portador de la misma. El objetivo del drama, ato largo de los tiempos, ha sido transformar, y la educación comonecesidad transformadora del hornbre represento tin ideal fun-damental para los enciclopedistas. En estas obras hallamos quetal premisa se cumple a pie jIlntillas aunque ci medio para ello

Jo dialógico cree tanta confusion y equIvoco en los investi-gadores.

Los personajes de este drama social de la Indepen den-cia regatean corno hemos citado el precio a las tortillas,beben chocolate. (CrIticci del Hombre Libre, anónirno, 1821), to-man mediclas para hacer unas botas (A pen'o VIPJO no ha y tus tus,anónimo, 1821), lloran por la ingratituci de los insurgentesmientras se van a la guerra (El militar cristiano contra el padreIlidalgovel capitán Allende, fIrmado por ci Durangueno L.F. E:,seudonimo (IC Francisco Estrada, 1810), (:ornpran cafe, se aci-calan pam asistir a un baile (La petrimeta corregida, anónirno,1820), van de urgencia a traer un medico pam los escritores queSE? indigestaron pm' corner tanta lihertad de imprenta (Enfrrine-dad ejecutiva de los escritores modernos de estci ciudad, de JaimeFrotasa, 1820), etcetera. Acciones m In irnas todas, pero que sirvena sits autores de soporte pan elaborar t.in drcimatizado discursosobre el er'orno. La velada sugerencia dii una tridimensionali-dad (:ondicián indispensable pan entender ci fenórneno tea-tral deja dc ser apenas twa propuesta en muclios textos para(;Oflvertirse en tin trans(:llrrir espacio-temporal. Es decir: las ac-(:iones y los personajes lienan una tridimensionalidad.

AcerquOmonos a Ia estructura de una do las piezas sinduda con factura rnás sólida para deseritranar ci I unciona-miento de su acción, no tan determinada por ci eleniento dia-Iágico. En Las [azañas de Hidalgo... de Fernández de San Salva-dor intervienen los siguientes personajes: ci coronel ChepeMichiljuiyas, Pancha la Jorobadita, C! gohernador (IC Naturales,dos indios (no inencionados en ci enlistado inicial) y un tenienteevidentemente cr1011? o españo!. Narremos los sucesos: Chepeilega a su casa despues de Cinco Was de andar con ]as tropas deHidalgo. Trae sits bolsas Ilenas de dinero y trata de guardarinutilmente los secretos tie guerra a Pancha su inujer quienJo recibe. Manda a su hijo a coinprartoclo un peso de aguardientey pide de cenar. Pancha hace heber y da de coiner a Chepe queno se intimida ante las nuevas terribles que cuenta su mujer.Chepe Se acuesta y en c:uanto Sc duerrne, Pancha liace una senalal exterior. Entran ci gobernador de Naturales y dos indios queatan a Chepe pese a la feroz resistencia que éste opone. Chepeacusa a su mujer de haberlo entregado y ella niega irónicarnente.Pancha rnenciona los muchos golpes que ha recibido al lado deChepe y cOmo él mandó hacer un hoyo para descuartizarla y en-terrarla. Entre los recien ilegados y su mu*jer comienzan a golpeargraciosamente a Chepe que no aguanta el dolor y aólla acre-pentido de sus pecados y de ser un rebelde. Llega el teniente yse horroriza de ver cómo han dejado sangrante a! pobre Chepey ordena lo desaten y to suban a su montura. Lo hacen y, aunqueChepe suplica y pide castigo tambien contra su mujer por haber-

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lo torturado, el teniente se lo lieva previa moraleja final con la Ii-nalidad de ahorcar a quien lo merezca.

Hasta aqul no hemos hablado sino en términos estrictosde acción dramática, de acontecimientos, de los sucesos que danforma a esta obra. No obstante que Las fazanas de Hidalgo...posee Un discurso muy determinado e importantIsimo para eldesarrollo de la trama, es una de las escasas producciones queescapan al excesivo peso de la palabra. En ella los elementos far-sicos estarl plenamente dehnidos y sus personajes, sobre todo elde Pancha, van sufriendo una paulatina transformaciOn.

Con esta pequeña reflexión cerramos nuestro acer-carniento a este teatro de la Independencia que marca el surgi-niiento de un drama social desconocido hasta hoy. Teatro enbusca de una identidad del ser nacional, patente a través de larecuperación de escenas cotidianas, elementos vernáculos, personajes y habla pop ulares.

Pasemos a otro tipo de producciones, con pretensionesmás culteranas, pero de firmes ralces dentro de las caracterIsticasexpuestas con anterioridad. Herederos de un teatro que nos re-

aastepo;ttLMINI __

MELODRAMA HEROICO EN UN ACTO,

FOR D. FRANCISCO JAIlS ORTEGA.

NO RAY UN PODER ZASTANTE

A SURYUGAR A UN PUtBLO QUE HA flifliDO

31.1 UNION T L1DERTAD, Y LAS DEFIENDS

DE JUSTICL& VALOR K ACERO ARMADO.

Escena ult irna.

MEXICO: 1821.

Eu la imprenta de D. Celestino de la Torn'.

Portacla original del melodrama heroico Mexico libre, impreso en 1821.

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cuerda de manera inmediata el drama litürgico, el "melodramaheroico" Mexico libre del ilustre literato Francisco Ortega, asIcomo una Loa, de un padre Santoyo radicado en la ciudad deTepic, recrean de manera expositiva los beneficios y glorias de laernancipación a través de personajes alegóricos como la Libertad,America, Marte, Palas, Mercurio, ci Despotismo, la Discordia, elFanatismo, la Ignorancia y Lin Coro de mexicanos, la primera; lasegunda lieva en sus protagonistas a la Independencia, la Re-ligión y la Union en presenciade "la America majestuosa ador-nada, y la Europa sinìbolizada . El contenido, corno es notorio,es Lin panegIrico a los heroes de la Independencia y a ]as cualida-des de la liberación asI como un sobresubrayado de los defectosdel yugo colonial. LaacciOn dramática en estas dos obras está deltodo supeditada al discurso de los personajes, a sus dialogos. Elneoclásico extendla su presencia más a!lá deese 1821. La accióndramatica en ellas es minima al extremo y, sin embargo, cuandomenos en ci caso de Mexico libre, arrancó aplausos frenéticos deLa multitud que se congregó a verb el 27 de octubre de 1821 enel Col iseo Nuevo, dIa en que se jurc5 la independencia en presen-(:ia del ciudadano" lihertador Iturbide, a quien estaba dedicadala corn posición.

Otro subgénero do interés tasnbién ejercido por flues-tros dranmturgos tue ci unipersonal , que hoy dia (:onocemosc:orno "rnonólogo". El 29 de septiernbre de 1821 Se representO."en justa (;elebridad (IC la entrada a la capital del excelentIsirnosenor primer jefe y Ejército Trigarante a quien se le dedica unuiìipursonal actuado P0F Antonio Rosa!, primer actor y directorcisl teatro de Ia ciudad. Este texto, firrnado por M.M.G., 111ás pare-cc twa proclama por sii forma que twa obra del género que anun-cia su tItuio. Otros unipersonales coma los de Jose' Joaquin Fer-nandez de Lizardi nos hab!arIan de una (IC las preocupacionesPrioritarias para este autor. Por ejemplo, en el Unipersonal delcircubuccido (1822) ci escritor p!antea una prernisa erninen-temente enciclopedista: la falta de educ:ación en ci pueblo pusde(:OIlducir a éste a consecuencias terrib!es. En carnhio. en e! Uni-personal de don Agustin delturbicle (1823) ci motor de la acc:iónsere la reflexión que ci derrocado enperador hace pOCO antes dePartir al cIestierrc) (:orno consectiencia del trastorno que la exce-SiVa adulaciOn produce aun en los hombres prominentes. Elpleito irreconciliahie entre razón versus pasián aparece aquI(•:om() (;aracterIstica ideológica man ifiesta, Por no coriducirse conlas armas de la razán, Iturbide se pierde ante el robiistecido egoque ceban sus colahoradores. El personaje, coma proponen losdramas neoclásicos v de la Iiustracian. asune su fragilidad car-nal y reconoce sus errores de Ins que ya no puede dar marchaatrés.

En La trugRdia del padre Arenas (1827), el PensadorMexicano resalta el sentirnionto antihispano reiriante. Al igualque sus unipersonales, esta ohm se inscribe en las corrientesrnen(:ionadas antes combinando (:omo elemento formal intere-sante a personajes hurnanos concretos con alegorIas como la In-triga, Ia 'I'raición , la HipocresIa (que pide ci dramaturgo que vistade beata). el Interés yel Fanatismo. Sin embargo, sus diálogos ydesarrollo de la accion y conflicto drainaticos son con muchorilenos acartonados y frIos que en las producciones de Ortega ode Santoyo.

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Jictrcito de AgustIn i1 It iiibidc. hecho par Jos(! Niirfa I. iriarte en 1823.

En la Oltirna obra (:ono(:ida He I4izardi, El grito deliI)6f'tC!CI en ci p iiblo de Dolores (1 B2 7) I lainan Ia atent: I an variasc:arac:terísticas quo all Ll IlCiall He alguna inanera tina transi(:ión enla drariiatiirgia He esa época distante seis años dc Mexico comoETlacion iriclepencliente. Por un lado. ohservamos la conserva(:iónde los rasgos i(Ieolágicos He Iallustracián: Su finalidad scJtI(:a-clara, [a fuerza cle la razori, etcetera. Por otco, en(:ontra!1os quo'Lizarcli crea a tin (:Lira Miguel Hidalgo 'v Costilla particular apartir de La realidaci coticliana do este. La recreacion a partir deelerneiitos verná[uIos a niwera cle cuadros He (:ostumbres da ungiro completarnente distinto at trans(:urso He Ia accián drarnática: a la forma en que ésta se articula con respecto a produu:ioneshasta oidonces atadas a las necesidades discursivas.

En este texto, el diálogo no es el elernento revelador Hela conciición V caracteres He los I)ersonajes, shin los aconteci-mientos quese suc:ec!en cluranteet prirnerac:to V la prirnerarnitadclot segundo (Alva finaticlad Cs develar Ia personatidad hurna-

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nIstica en Hidalgo. Una viuda pide ayuda a! padre Hidalgo y ésteno solo soluciona el entierro del difunto sino que aporta algündinero a la manutención de la mujer y sus hijos. Después sirvede alcahuete, santo celestino, para unir a Jacinto y Rosa a cuyoenlace se oponen sus padres. Encima de lograr con éxito su em-presa insiste en que sus actos se guarden modestamente en Se-creto. Ma's tarde, luego de un chocolatito y una siesta, vendrá elentrenarniento de sus feligreses en las artes sinfónicas y cantora-les. Y después sin romper la unidad de espacio y tiempo— elvenerable anciario encabeza la revolucion emprendiendo el gritoque da tItulo a la obra.

Es interesante cómo elabora Lizardi los elementos de ac-cion de su drama en función del paulatino descubrirniento delos valores y virtudes de su personaje protagónico para ennoble-cerlo, enaltecerlo, elevarlo al pedestal que sus contemporáneosponen empeño en engine como forma de arraigar el reciente yheroico pretérito en la conciencia colectiva de la naciOn.

Algo verdaderamente conmovedor, sorprendente e me-dito dentro del teatro mexicano de esos años es la profundapreocupación lizardiana en torno al indIgena y la revaloración yci frIo análisis de su opresiva realidad puestos en boca de Hidal-go. Ademas, el escritor se muestra como un gran conocedor y unser de conciencia crItica ante la situación de pujanza ec;onómicanovohispana, sus problemas politicos, la relegacion del criolloante ci europeo, etcetera. En el largo discurso introductorio delcura asI corno en el asunto mismo a dramatizar podemos hallarla urgencia con que los escritores se impusieron la recuperaciónde una menioria sobre los hechos de la gran gesta y sus protago-nistas.

El rornanticismo, como mencionan materiales hemero-gráh(:os de Ia Cpoca, no tardó en hacer su apasición, con lo cualci drama con intenciones didácticas sociales cedio terreno y ciretrato de escenas cotidianas, vernáculas, fue sustituido por dra-mas de heroes, heroInas, pasados ocuitos y villanos en lugares ysiglos distantes. Pero eso es un tema que no atane a este volumen.AquI heinos procurado acercarnos a un teatro inmediatista urgi-do de voz, pero de un palpitante y contradictorio nacionalismo,con una vigorosa necesidad de encontrarse a sí mismo, de (:on-templar su rostro en ci espejo.

PI