¿TE QUIERES CASAR?

La Iglesia de Dios de la Fé de Jesús Tomo: I, No. 49 ¿Ya sabes que es el matrimonio? ¿Estás preparado? ¿Habrá una ceremonia? ¿Te hace falta un templo? ¿Debes hacer boda? ¿Quién oficiará? ¿Y el vestido de novia? ¿Y el cortejo? ¿Qué hay de todo esto? >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>*<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<< Hay una ignorancia muy grande tanto en los padres como en los jóvenes, sobre lo que es el matrimonio. Es necesario que sepamos como instruir a nuestros hijos sobre tan importante tema, porque generalmente se confunde la esencia de este asunto con la superficialidad de cosas que han ocultado el significado de tan importante institución. Queremos ser claros y decirte: No hay en toda la Santa Escritura un solo ejemplo o instrucción acerca de una ceremonia nupcial. sólo hay algunos detalles extraceremoniales de la usanza judía, como pueden verse en las bodas de Caná, en las parábolas de Mateo 22 y 25 y en Isaías 61:10. Pero no se refieren a la ceremonia en sí ni nos sirven porque nosotros no somos judíos sino cristianos “en novedad de vida” (Romanos 6:4) Como cristiano debes saber: Que vestirse de blanco, realizar una ceremonia; llegar al altar a los acordes de la marcha nupcial; disponer de un hermoso templo; llevar un séquito o cortejo; portar un ramo y corona de azahares; amenizar con un coro; colocarse anillos de oro; oficiar un juez, sacerdote o ministro; ofrecer una boda o ágape; etc. Es todo muy bello, pero nada de eso es el matrimonio. Estas cosas han sido originadas en pueblos del paganismo y a través de los tiempos se han ido incorporando y adaptando al ritual eclesiástico con el fin de realzar y dar lucimiento a la ceremonia nupcial y que los invitados puedan decir: ¡Qué bonito! ¡Qué emocionante! ¡Qué elegante! Etc. Se ha dado tanta importancia a tales cosas, que quien no tiene manera de hacerlas vive infeliz porque cree que sin esas cosas el matrimonio no se puede realizar.

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La verdad es que estar casado por la iglesia es sólo “un decir,” la iglesia no casa, el que lo hace es el Señor. Y estar unido en matrimonio por Dios es lo que cuenta y es lo que hay que entender. Se ha echado mano de las palabras: “Todo lo que ligares en la tierra será ligado en el cielo; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en el cielo.” (Mateo 18:18) Para arrogarse el derecho de casar que sólo es de Dios. Porque esto no puede aplicarse al matrimonio ya que este no puede ser desatado porque el Señor dijo: “lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre.” (Mateo 19:6) El matrimonio es una institución de Dios, por tanto, es sagrado y sólo se consuma cuando hombre y mujer se hacen “una carne”. Jesús lo dijo así: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, macho y hembra los hizo, por tanto, el hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer, y serán dos en una carne? Por tanto, lo que Dios, juntó no lo aparte el hombre.” (Mateo 19:4-6) Tal y como Dios juntó a Adán y Eva, sin templo y sin nada de todo lo que hoy se ve en un casamiento. El matrimonio se realiza sin testigos, en la intimidad de la entrega de amor, donde sólo Dios lo ve. Esta unión ideada por Dios y preparada en el designio, previsión y diseño de los sexos, es a tal grado sagrada, que consumarla con otra persona que no sea la elegida originalmente, constituye el pecado de adulterio. “¿O no sabéis que el que se junta con una ramera es hecho con ella un cuerpo?” Porque serán, dice: los dos en una carne. Por eso los jóvenes deben guardarse castos, ya que por esto mismo puede verse que la unión o amor libres no existen. “Huid de la fornicación...el que fornica contra su propio cuerpo peca.” Es decir, su cónyuge, porque son una sola carne o cuerpo. (1 Corintios 6:16-18) Cuando no se conoce a Dios se comete en ignorancia este pecado, que después se tiene que lavar en arrepentimiento y en suplica del perdón divino. No hay pecado que la sangre de Cristo no pueda lavar. Por eso creemos en él. Casarse por la ley civil es un requisito social obligatorio, y debe cumplirse para ser sujetos a toda institución humana por respeto a Dios, sea al rey como soberano o a los gobernadores como

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impuestos por el mismo Señor como garantía del orden. (1 Pedro 2:13,14 y Romanos 13:1-4) El acta civil sirve para protección de la familia en caso de que alguno de los cónyuges se aparte de Dios. Como cristianos podemos reunirnos y pedir bendiciones por quienes se casan, dando gracias por ello al sumo Juez, gozándonos con su alegría, como lo hizo Jesús en las bodas de Caná, pero de manera sencilla sin ostentación, y omitiendo en lo posible todo lo superfluo que estamos acostumbrados a ver, porque después de todo, lo más importante verdadero y esencial, es el amor que “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta.” (1 Corintios13:4-8) El amor es el vínculo divino que sentimos que nos une al ser amado, lo cual ninguna ceremonia, ni ley, ni autoridad alguna nos puede hacer sentir. El amor es el sentimiento universal y eterno con que Dios une a los seres y que nadie puede conceder, lo demás es adorno. Puedes adornarte si quieres, pero tomando en cuenta esta sentencia: “Honroso es en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; más a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios.” (Hebreos 13:4)

CONSIDERANDOS >Si la biblia no habla de ninguna ceremonia nupcial, eso indica que no son importantes y por lo tanto esto es opcional. >Todos los accesorios que vemos en una ceremonia eclesiástica se han tomado de fuentes extrabíblicas y su valor es sólo simbólico. >Ni la biblia ni la iglesia obligan a realizar algo de lo que no está escrito. (1 Corintios 4:6) >Según (1 Corintios 6:18), ¿Existe la unión libre o las relaciones extramaritales? o ¿Dios no las toma en cuenta? >Es obvio que lo dicho por Pedro (1 Pedro 2:15,16), puede aplicarse al matrimonio civil. >” Lo que Dios junto”, significa que el matrimonio es obra de Dios y nadie puede atribuirse tal derecho, porque Dios ministra interiormente donde hace concebir el amor que es el vínculo con que él une a las almas. (Romanos 5:5) >La infidelidad es pecado porque viola una institución de Dios, establecida para la plena realización del hombre y la mujer.

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>Dios mediante el matrimonio quiso lograr una simiente de hijos suyos (Malaquías 2:15), pero este propósito divino se ha olvidado. >Según las Santas Escrituras, unos son los hijos de Dios y otros los hijos de los hombres, por eso se escribieron las reglas de (2 Corintios 6:14-18) >Seguramente que la ceremonia matrimonial debe ser más que nada un acto de dedicación y consagración al autor del matrimonio.