te esnseñaré el fervor

14

Upload: paulinas-espana

Post on 11-Mar-2016

230 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Con qué razón eres amado

TRANSCRIPT

Page 1: Te esnseñaré el fervor
Page 2: Te esnseñaré el fervor

7

Pórtico:La huella del pie desnudo

Al comenzar a hablar del fervor no debemos olvidar nunca que el secreto de Dios se oculta en el silencio. Decía Henri Bremond, que en cada hombre o mujer que nos encontramos, un secreto está oculto en su vacío interior, una Presencia significada por el si-lencio de su corazón. Dios no está más presente que cuando se calla. Paradoja, pero también misterio revelado, y verdad de la experiencia interior: Dios se nos da mejor ausentándose.

La forma más segura del amor de Dios, la más adecuada, es la de la «ciencia ignorante», o la «tinie-bla luminosa», como dicen los místicos; porque ella enuncia el sentido verdadero del desarrollo afectivo en la experiencia misma de la entrega, y no en nin-guno de sus signos palpables. El silencio, muchas veces, es la prueba de que la verdadera unión entre Dios y nosotros escapa a la captación de nuestras facultades conscientes. En otras palabras, para amar a Dios no es necesaria la percepción sensible de que uno ama.

Nosotros lo sabemos bien: Dios es un horizonte inalcanzable, una vida secreta que nos habita, una voz espiritual a la cual el fervoroso corresponde cuando acepta un «santo desespero». Cuando el

Page 3: Te esnseñaré el fervor

8

vacío se convierte en un «amor desesperado» que no intenta nada ni busca nada; cuando la fe cambia el sentimiento en ese «desespero amoroso».

Sólo por una adhesión incondicional a Dios uno accede a un estado puro de unión, totalmente desin-teresado. Esta abnegación total, fundada sobre una vida escondida, no es otra cosa que la gracia dada a todo cristiano bajo la forma de una ausencia. La acción de Dios no es ajena muchas veces a la vida de lo inconsciente en nosotros.

Sin embargo, la última palabra del fervor no es la aceptación de la prueba y de la noche, sino la salva-ción luminosa del día. La llamada de Dios se hace más presente, su atracción más imperiosa y el ser humano más impotente, cuando cree que no puede dignamente ni servir, ni alabar, ni siquiera amar a ese Dios grande hacia el que todo le lleva.

Y entonces ese ardor, ese fervor del deseo y esa oración que le consumen, le lleva a los pies de su Maestro, como un niño pequeño al regazo de su madre. La purificación espiritual abre poco a poco la vida del discípulo al amor a su Maestro, cuya voz se hace escuchar en el último gozo y en la alegría segura, pero secreta, del reconocimiento.

Para Michel de Certeau, el estudioso jesuita de la mística francesa, el «interior» es una región extra-ña, lugar invisible y silencioso donde se producen revoluciones que luego saldrán a la luz. La región del interior es un lugar de movimientos, decisiones, victorias, fracasos, que aún no se inscriben en las coyunturas de la vida social.

Page 4: Te esnseñaré el fervor

9

El fervor, fruto del «acontecimiento interior» que algunos hemos atisbado es, a veces, tan intenso que hace imposible su producción verbal. La intención, de tal manera conoce la seducción extática, que la retiene en el silencio del mundo interior en donde sucede, instantánea.

La frontera que define lo interior se extiende a lo largo de lo que no depende de nosotros, y aísla el dominio de la intención. En otras palabras, el interior es la región donde la voluntad es maestra de ella misma. Estamos hablando, ciertamente, de la región del amor más fervoroso, del amor puro. Ais-lando un interior, el querer del fervoroso restaura la posibilidad de entender, o al menos de simbolizar lo que está sufriendo, en nombre de la palabra que viene de ahí, de ese lugar de fuego, de esa herida siempre abierta.

Por eso siempre es la voluntad la que da lugar a la palabra, la que instaura un difícil ejercicio de lenguaje. En el umbral del discurso del fervor se es-culpe otro lugar sobre lo que se dice, como la huella del pie desnudo del desconocido sobre la arena de la playa en la isla de Robinson Crusoe.

Huella de una presencia ya ausente, pero que manifiesta su poder luminoso y libera de la soledad. Figuración si se quiere, de un espacio por estrenar desde el umbral de lo que decimos. Representación de una nueva escena para la vida, de un diálogo inédito que pone en nuestros labios las palabras precisas, el orden o el desorden del amor.

Page 5: Te esnseñaré el fervor

10

Y así se va constituyendo nuestra vida como en un teatro del interior. ¿Y qué se enuncia en esa representación?: el fervor del alma. Ese espacio in-terior se denomina el alma, el alma enamorada. Esta imagen del alma se puede definir como la imagen de un eco. Imagen porque es espacial, como una pá-gina donde uno escribe, un círculo donde juega, un jardín por el que circula. Para el alma, transportada fuera de sí, a este espacio donde ella puede señalar las mociones, no es más que el eco mal articulado del Dios desconocido.

Esta morada interior, es como el tratado del fervor, de la oración y del itinerario espiritual. Y se inscribe, sin ninguna duda, en la larga tradición, socrática y espiritual, del «conócete a ti mismo», pero la desplaza desde el comienzo traduciéndola a estas dos preguntas: «¿Qué Otro habita dentro de ti?». «¿A quién le hablas tú?». El alma se convierte en el lugar donde esta separación de uno mismo consigo es el resorte de una hospitalidad, ascética y mística, que deja lugar al Otro, a Dios.

El libro que hoy tienes en las manos es una miscelánea. Es un texto compuesto de diferentes aportaciones, un texto que siente vocación de poli-fonía. No hay una sola voz sino muchas, porque está compuesto pensando en muchas personas, aunque solamente se nombre a una de ellas: Frónesis.

El nombre, (del griego: Φρόνησις), es la habi-lidad para pensar cómo y por qué debemos actuar para cambiar las cosas, especialmente para cambiar nuestras vidas a mejor. Tiene varios precedentes en

Page 6: Te esnseñaré el fervor

11

la historia del pensamiento. Citaré solamente los más notables: en la Ética a Nicómaco de Aristóteles es la virtud del pensamiento moral, normalmente traducida como «sabiduría práctica». El jesuita Baltasar Gracián empleó dicha palabra para su obra más conocida: «El arte de la prudencia». En realidad la palabra viene del verbo «phroneo», que significa «comprender». También se deriva de la misma el término «providentia», es decir: ver antes, anticiparse.

El nombre, en las páginas de este libro, oculta y muestra a la vez. Es una máscara, una figura de aquel enamorado que busca comprender la razón de su amor, el por qué de su pasión amorosa. Es una figura del fervor. Alude al desconcierto de quien se siente inmerso en una fuerza que apenas puede conocer, porque surge en sí mismo, pero no se reconoce enteramente en ella. O mejor dicho, la siente brotando en él pero necesita discernir mejor el origen primigenio de la Fuente. Escribir hoy sobre el fervor es una audacia. Más de una amiga ha in-tentado desanimarme de dicha empresa, o al menos, desdibujar sus perfiles sustituyendo la palabra «fer-vor» por entusiasmo. Quizá hablar del fervor esté pasado de moda. O alude a un sentimiento piadoso que, como tal, no sabemos ni siquiera si sería útil recuperar.

Un jesuita mallorquín de la primera hora, Jeró-nimo Nadal, empleó el término para describir a la naciente Compañía de Jesús: «¡Fervor es la Com-pañía!», dejó escrito en cierta ocasión. Lo cierto es

Page 7: Te esnseñaré el fervor

12

que en muchos foros se está escuchando que la reno-vación espiritual tiene que venir acompañada de una mayor devoción. Otra palabra que da miedo, incluso ponerla por escrito. Hace muy poco escuchaba a un reconocido maestro del espíritu expresarse de este modo: «¡Nos estamos muriendo de frialdad! Nece-sitamos recuperar una experiencia incandescente, apasionada, de un Dios que nos atrae en su misma intimidad, un Dios que es el corazón del mundo».

Por ello, en el primer tratado, nos hemos dedicado a diseñar una somera geografía del fervor. Intentar, a trazos gruesos, confeccionar un mapa, indicar los diversos paisajes de un término y una experiencia que tiene en los contextos del amor humano su primera designación. Evidentemente ello comporta decir el deseo de Dios en palabras humanas y supo-ne una gran limitación, pero no tenemos otro modo de hacerlo. Diseñamos un recorrido, para ir dando pasos sucesivos, de etapa en etapa, como en una carrera ciclista. Etapas que consolidan y agudizan los sentidos interiores, que nos ayudan a iniciarnos en lo sabroso de Dios. Pero también a aprender un abecedario de las esperanzas «que nos duelen» en este dislocado mundo nuestro.

En el segundo, nos adentramos en el misterio del Amor que se hace carne. La humanidad de Dios nos alerta a despertar los sentidos interiores y a ejer-citarnos en el «interno conocimiento» de quien ha querido iniciarnos en lo sabroso del Amor. Iremos recorriendo cada uno de los sentidos corporales para delimitar una trayectoria de purificación interior.

Page 8: Te esnseñaré el fervor

13

El juego amoroso se crea en un rozamiento entre las dos esferas que se encuentran. Nos tenemos que ir «acostumbrando» al Dios que se hace carne, siguiendo la sabia indicación de Ireneo de Lyon, despertando en nosotros un gusto y un tacto nuevo, un olfato, un oír, un mirar que nos capacite para esta obra de amor.

Le siguen doce cartas al joven Frónesis. Como discípulos y servidores del amor, necesitamos de-cirnos las palabras que nutren el corazón desde un acompañamiento personal más atento. No son cartas espirituales al uso, son notas que quieren orientar en el camino, que quieren ir introduciendo en la experiencia del fervor. Afirmar la propia cualidad, la urgencia del original, no dejarse desviar por lo abrupto del camino, evitar los apegos del vacío… y tantos otros consejos que primero hemos recibido y que intentamos ofrecer para el que se inicia. Reha-cer el fundamento de la alteridad en el misterio de Dios es acoger el don en nuestra propia biografía. Pero ser humanos es seguir el rastro de unas huellas, asistir a una verdadera revelación personal.

La siguiente partida, para seguirle el rastro al amor, es ir atravesando poco a poco los umbrales del seguimiento de Jesús, el amado de nuestro corazón. Una hoja de ruta personal que nos fije el itinerario de unas frecuencias: las que no debe olvidar nues-tro propio corazón. En este recorrido tomamos la experiencia del amor y el seguimiento como un ir franqueando umbrales, esas zonas que cierran una estancia y abren la siguiente. Umbrales que vienen

Page 9: Te esnseñaré el fervor

14

expresados desde sencillas palabras que nos van mostrando tránsitos hacia la gloria del Crucificado vivo para siempre. Que nos pueden descubrir el paso de Dios entre nosotros, pero también los pasos que él nos está urgiendo a dar para dejar atrás los ajos y las cebollas de nuestra consentida servidumbre.

La última entrega del libro es otra voz: la de mi dietario. Recoge trazos sueltos de un amor «que cría ausencia», en palabras de Agustín García Calvo. Notas de diversos días, breves como el transcurrir de lo cotidiano, que intentan retener lo huidizo de Su presencia. Es la parte más personal y, por tanto, la que más he temido transcribir. A veces son sólo apuntes de un momento de luz, otras de sombra. Unas palabras aparecen como rituales de intimidad, otras quizá suenen ilusorias y hasta vacías. Pero, al final, me ha parecido que es necesario correr el riesgo, vencer la vergüenza y expresar con palabras torpes e inseguras las imágenes de mi retina interior. Espero comprensión por este atreverme a levantar la punta de la alfombra y dejar ver… las cenizas de una hoguera ardiente.

Concluye este pequeño libro con una explora-ción al adentrarnos en un laberinto nuevo dentro del laberinto del amor. Como el ovillo de Ariadna, nos atrevemos a entrar en lo más recóndito, a buscar explicaciones donde no las hay, y a indagar por la razón de tanta sinrazón amorosa. Razón de amor no hay que no se diga desde sí misma, desde la esencia misma del que ama. Razón de amor desde la arcilla, razón de creaturas.

Page 10: Te esnseñaré el fervor

153

Índice

Pórtico: La huella del pie desnudo .................................... 7

1. Geografía del fervor................................. 15

Decir al indecible........................................ 15La gramática del fervor en nuestros contextos.................................. 17Un abecedario para leer las esperanzas queduelen......................................................... 21El fervor como pasión por la esperanza..... 25La pasión por recuperar la memoria del corazón................................................. 28Discípulos y servidores del amor................ 31Los pasos del proceso de la familiaridad con Dios...................................................... 35Si supiéramos adorar.................................. 39

2. Un amor que se hace carne...................... 43

Una brecha abierta en el corazón del mundo................................................... 43Figuras de una erótica divina...................... 45Caro salutis cardo (la carne es el quicio de la salvación)......... 48

Page 11: Te esnseñaré el fervor

154

Ejercitarse en un «interno conocimiento».............................. 51Ver y oír... a Dios en la vida....................... 55Gustar, oler, tocar... amar............................ 59

3. Cartas a Frónesis...................................... 65

1. Fascinans................................................ 652. La experiencia del fervor........................ 663. Los climas del corazón........................... 694. Oración circunstancial............................ 715. Trato familiar de intimidad..................... 736. Sé tú mismo............................................ 757. Descansar en el fundamento de la alteridad.................................................. 778. Disponibilidad del don........................... 809. ¿Qué es lo que yo amo al amarte a ti?.... 8310. El entusiasmo del fervor....................... 8611. La bendición del fervor es el abrazo..... 8912. La Presencia ausente: seguir el rastro... 91

4. Atravesando umbrales............................. 95

Una hoja de ruta personal........................... 95Antes de emprender el camino................... 97Tierra sin huellas........................................ 98La ascensión a la montaña......................... 100En el brocal del pozo.................................. 101Salir a la calle............................................. 102

Page 12: Te esnseñaré el fervor

155

A las puertas de la tumba............................ 104El umbral de la ciudad es su puerta............ 105Subir al piso de arriba................................. 107Entrar en el sepulcro vacío......................... 108La casa con las puertas cerradas................. 110Transitar por un camino incierto................ 111Entrar y salir por la puerta del aprisco....... 113¿Cuál va a ser nuestro sitio?....................... 114Un umbral difícil: estar dentro y fuera a la vez............................................ 116El monte de las bendiciones....................... 117El umbral nuevo y definitivo: en medio de nosotros... siempre................. 119

5. Este amor que cría ausencia.................... 121

Notas sueltas de mi dietario....................... 121

Movido por un no sé qué............................ 121Otro ritmo de vida...................................... 122Lo nuevo inédito......................................... 122Dios debe asumir su parte.......................... 122Fecundidad y éxito..................................... 123La aceptación de la pasión.......................... 123Recoger donde no sembramos.................... 124La primavera de Dios................................. 125No resistirme.............................................. 125Decir sí a toda la existencia........................ 125Atreverse a lo nuevo................................... 126

Page 13: Te esnseñaré el fervor

156

Me siento bien entre sus manos.................. 126Dejarlo todo es tenerlo todo....................... 127El encuentro con el otro.............................. 127Sólo el amor es digno de fe........................ 128Un momento inédito................................... 128Jugar delante de Dios................................. 129Metáfora de la resurrección........................ 129No saber si eres tú...................................... 130No saberte decir lo que te quiero................ 130De mi corazón a mis asuntos...................... 131Tomará de lo mío y os lo dará.................... 131Tú, mi regalo de cada día........................... 132Gracias........................................................ 132El Don, la gracia regalada.......................... 133Mi inseguridad............................................ 134Tu sutil desmesura...................................... 134Silencio interior.......................................... 135Agarrarse sólo a ti....................................... 135La bendición cotidiana............................... 136La alabanza................................................. 136Pobre corazón............................................. 136Me oculto de ti............................................ 137Rezar con tu acento y tu voz...................... 138Tiempo sin tiempo...................................... 138Mi alimento interior.................................... 139

Page 14: Te esnseñaré el fervor

157

Conclusión: Con qué razón eres amado........... 141

En las entrañas del amor que se entrega..... 141En lo más recóndito de laberinto................ 144Razón de amor, razón de criaturas.............. 149