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Guatemala, 25 de noviembre de 2014, Suplemento Especial de Diario La Hora ¿Los guatemaltecos nos sentimos representados en la conducción de nuestros destinos?

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Suplemento Universitario Noviembre 2014

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Page 1: Suplemento Universitario Noviembre 2014

Guatemala, 25 de noviembre de 2014, Suplemento Especial de Diario La Hora

¿Los guatemaltecos nos sentimos representados en la

conducción de nuestros destinos?

Page 2: Suplemento Universitario Noviembre 2014

Patricia Elizabeth Flores Universidad del IstmoCiencias Jurídicas y [email protected]

Astrid Idalia Lima CastilloUniversidad Rafael LandívarCiencias Jurídicas y [email protected]

María José MejíaUniversidad Rafael LandívarAdministración de [email protected]

Sergio Alfredo Martínez C.Universidad Rafael LandívarEconomía [email protected]

Kevin Paul Villatoro A. Universidad Rafael LandívarIngeniería [email protected]

Nery ChucuyUniversidad Francisco MarroquínMaestría en Ciencias [email protected]

Oscar Geovanni Gracias R.Universidad Mariano GálvezCiencias Jurídicas y [email protected]

Ivonne María Hernández V.Universidad del IstmoIngeniería [email protected]

Ana Cristina Barbier F.Universidad del Istmo Ciencias Jurídicas y [email protected]

Hay dos medidas urgentes que se tienen que tomar de parte del Gobierno de Guatemala y de sus funcionarios tanto en Esta-dos Unidos como en nuestro propio territorio tras el anuncio del presidente Barack Obama sobre la medida ejecutiva que otorga beneficios a buena parte de los indocumentados que se encuen-tran en ese país.

Primero, el Ministerio de Relaciones Exteriores debe hacer un trabajo muy intenso y eficiente de información, acompañamiento y guía a los guatemaltecos que estén en posibilidades de acceder a los beneficios y para todos aquellos que tengan alguna duda sobre cómo proceder.

Inevitablemente, se tiene que entender que esta acción ejecu-tiva es un excelente inicio de modificación al trato migratorio que se le da a una parte de nuestros compatriotas en el interior, aun cuando no sea la formal reforma migratoria a la que se han nega-do los republicanos a apoyar.

Será muy importante que las organizaciones civiles de protec-ción a migrantes y cualquier gremial, organización empresarial o civil que entienda la puerta que se le ha abierto a los hispanos que tan importantes son para su país de origen como para la nación donde ejercen su trabajo, hagan una enérgica demostración que cualquier intento de dar marcha atrás a los beneficios ahorita o cuando se vaya cumpliendo el período de gracia inicial, se conver-tirá en un definitivo y tajante castigo político para el partido que lo promueva.

Pero termina siendo una responsabilidad ahora de los guate-maltecos de atender a nuestra gente. En Estados Unidos el ciuda-dano tiene que sentir la operatividad de nuestra estructura para responderles de la misma manera en que ellos han estado para sus familias y para nuestra economía.

Internamente, el Gobierno debe iniciar una campaña de pre-vención para que no vayan a creer otros ciudadanos que es el mo-mento adecuado de salir del país. Porque hay aprovechados que, como con los menores migrantes no acompañados, lanzaron la falsa expectativa para generar el flujo irregular que les representó un negocio inescrupuloso de cientos de millones.

Así como Estados Unidos hará un refuerzo en su frontera, sería conveniente que por medio de mensajes y reforzando el área se haga el mejor esfuerzo en nuestro país para evitar la salida de ciudadanos que irían a enfrentar condiciones mucho más difíciles para poder ingresar al país del norte.

Consulados fuertes y eficientes, con calidad de servicio, su-mados a una política agresiva de información nos permitirá a los guatemaltecos sacarle el mejor provecho a esta acción ejecutiva que, indudablemente, no es la solución pero ha abierto una puer-ta que hasta el jueves había estado cerrada.

El Plan y los guatemaltecos

Página 2/Diario La Hora/Guatemala, 25 de noviembre de 2014

Editorial

LISTADO DE PARTICIPANTES DEL 13º SUPLEMENTO UNIVERSITARIO DEL DIARIO LA HORA

Page 3: Suplemento Universitario Noviembre 2014

Patricia Elizabeth Flores Universidad del IstmoCiencias Jurídicas y [email protected]

Astrid Idalia Lima CastilloUniversidad Rafael LandívarCiencias Jurídicas y [email protected]

María José MejíaUniversidad Rafael LandívarAdministración de [email protected]

Sergio Alfredo Martínez C.Universidad Rafael LandívarEconomía [email protected]

Kevin Paul Villatoro A. Universidad Rafael LandívarIngeniería [email protected]

Nery ChucuyUniversidad Francisco MarroquínMaestría en Ciencias [email protected]

Oscar Geovanni Gracias R.Universidad Mariano GálvezCiencias Jurídicas y [email protected]

Ivonne María Hernández V.Universidad del IstmoIngeniería [email protected]

Ana Cristina Barbier F.Universidad del Istmo Ciencias Jurídicas y [email protected]

La Hora / Suplemento Universitario / Guatemala, 25 de noviembre de 2014 Página 3

Page 4: Suplemento Universitario Noviembre 2014

El Artículo 140 de la Constitución esta-blece claramente lo siguiente: “Guatemala es un Estado libre, independiente y soberano, organizado para garantizar a sus habitantes el goce de sus derechos y de sus libertades. Su sistema de gobierno es republicano, demo-crático y representativo”. Sin lugar a dudas, uno de los artículos más emblemáticos de nuestro texto constitucional, inspirador para muchos, poco realista para otros cuan-tos, y ello debido a que consagra en un solo párrafo la estructura del Estado, su forma de gobierno y sobre todo, el porqué de su organización.

Actualmente nos encontramos ante los escombros de ese artículo simbólico, esto debido al Estado débil en el que nos desa-rrollamos día a día. Es injusto hablar sólo de las deficiencias del gobierno, es el Estado el que se encuentra mal, tambaleante, frágil, necesitado entre otros cuantos adjetivos, lastimosamente peyorativos. Debo referir-me a un Estado débil puesto que el Estado somos todos, debemos aprender la separa-ción entre Estado y gobierno, porque si bien es cierto que nuestro gobierno, aquellos que nos gobiernan como su nombre lo in-dica, se cae a pedazos y pierde credibilidad, el Estado, que somos cada uno de los guate-maltecos, nos venimos abajo como Estado, como nación y lo peor y más temible, como personas.

Todos los guatemaltecos, como todo ser humano, tenemos deseos, sueños y as-piraciones, la pregunta elemental de este escrito radica en si existe en Guatemala la posibilidad de canalizar estos deseos y por ende podernos desarrollar como persona. Lastimosamente mi respuesta es no; espe-ranzadamente mi plan es que sí. Creo que desde hace mucho tiempo debimos dejar las quejas sobre qué puede hacer el Estado y el gobierno por mí, y debimos centrarnos en qué puedo hacer yo por mi Estado y por mi gobierno. Si no nos sentimos represen-tados dentro de nuestro propio Estado para la conducción de nuestro destino lo impe-rante será cambiar la forma de integración de dicho gobierno, que como bien indica el texto constitucional en el artículo citado, es un sistema representativo, donde, a mi en-tender, si no me siento representado, debo incidir yo misma en el sistema y buscar una verdadera representatividad de los habitan-tes cuyos intereses, estoy segura, confluyen en un alto porcentaje.

Lo anterior, debido a que millones de guatemaltecos abogamos día a día por se-guridad, por salud, educación, por trabajo y parece que a varios representantes del pueblo, electos por el pueblo mismo, se les ha olvidado a quién representan y qué inte-reses prometieron promover. Por ello, con-sidero necesaria la participación ciudadana,

la renovación del sistema, logrando así un verdadero gobierno re-presentativo.

Como ciu-dadanos debe-mos organizarnos y ser proactivos en cuanto a la toma de decisiones públicas de impor-tancia, debemos buscar la manera de incidir en el sistema, buscar la forma de manejarlo y no dejar que él nos maneje a nosotros, buscar la forma de servirle y no servirnos de él. Considero que muchos hemos perdido la fe sobre la incidencia que podemos tener, como sociedad, dentro de nuestro Estado, olvidando por completo que el Estado, como lo dije con anterioridad, somos todos. Preparémo-nos académica y profesionalmente, ocu-pemos cargos públicos, formemos parte de la toma de decisiones, impugnemos aquellas que nos parezcan injustas, des-leales o indebidas.

La única manera de desarrollarnos como personas será desenvolvernos en un ambiente acogedor, esperanzador y se-guro. Quiero pensar que algún día, como guatemaltecos, esas sean las palabras para describir nuestro gobierno y nuestro país.

Es una realidad que en nuestra bella Guatemala existen pocas oportunidades para el desarrollo integral de una persona, específicamente: en el área educacional y laboral. Nuestros representantes, es decir los padres de la Nación, nuestros queridos diputados, re-presentan en varias oportunidades, si no es que en la mayoría de los asuntos que conocen, intereses personales y para determinados grupos, sin velar realmente por el desarrollo de todos los habi-tantes del Estado.

Es por ello que se hace imprescindible que toda persona se abra camino a sus sueños y metas por sí solo, rompiendo barreras y paradigmas para salir adelante y paso a paso lograr posicionarse en el mercado y la sociedad.

Hoy en día, para muchos las circunstancias de una persona son límites para su desarrollo, vemos que si un hombre o mujer, tie-nen 60 años o más, son considerados como poco útiles para seguir colaborando en la sociedad. Cada vez, se hace más popular que las personas sean reconocidas por sus contactos, que por sus méritos; sabemos que existe competencia desleal entre los empresarios, y hay empresas que monopolizan el mercado.

Para el pequeño empresario y el profesional que ejerce por su cuenta, la búsqueda por posicionarse en el mercado es un reto, deben contar con un capital suficiente, formar una red de contac-tos y destacarse sobre todos aquellos que se dedican o ejercen una misma actividad. Sin embargo, esto se vuelve imposible cuando el Estado no cumple con su responsabilidad de brindar todas aque-llas herramientas para el desarrollo de una persona.

Vemos que el sistema de justicia, los programas de salud, edu-cación y temas laborales son cuestionados, no hay atención por parte de las autoridades a brindar ni mejorar los servicios públicos.

En lo que ha transcurrido del año han fallecido más de 80 transportistas, conforme un informe de la Procuraduría de Dere-chos Humanos; fundamentalmente se ha perdido una vida y para dichas familias: un padre, esposo o hijo que contribuía con la ma-nutención de una familia.

Más personas deciden buscar oportunidades fuera del país, poniendo en riesgo su vida al buscar el conocido “Sueño ameri-cano” prefiriendo experiencias inhumanas a quedarse en un país materno que no les ofrece las herramientas esenciales para cons-truir su futuro.

Las circunstancias ciertamente condicionan a una persona, su falta de estudio, de práctica, su círculo y relaciones sociales, pero no determinan la capacidad y los logros que puede alcanzar o en lo que puede llegar a convertirse, cuando a su disposición se encuentran los medios para lograrlo, cuando cada guatemalteco lucha por el pan de cada día, por dar lo mejor de sí en cada trabajo, esforzándose inmediblemente por conseguir una vida estable, cu-briendo las necesidades esenciales y desarrollándose plenamente en cada área personal.

“El fundamento de una democracia es el ciudadano activo, gobernante, que con-forma en sí mismo una autoridad compe-tente y responsable”.

Ciudadanía, base de la democracia, Israel Galán Barrios

Los guatemaltecos despertamos cada día con la ilusión que la situación de nues-tro país cambie. Todos somos conscientes de los problemas que nos oprimen y nos quejamos que nadie hace nada por resol-verlos. Me pregunto, entonces, ¿Guatema-la es un país donde podamos desarrollar-nos y crecer?

Los habitantes de un país conforman una sociedad en la que todos y cada uno están involucrados. Desde que nacemos somos consagrados como guatemaltecos, y con esto vienen dados derechos y res-ponsabilidades que cumplir. El hecho de ser ciudadanos de Guatemala implica ser responsables con los recursos que nuestro país nos da, además de ser correctos en nuestro actuar con los compatriotas gua-temaltecos, sin dejar de lado el respetar las leyes que nos competen a cada uno.

El caso de Guatemala es de un país declarado constitucionalmente como un Estado con un sistema de Gobierno, repu-

blicano, democrático y representativo, en el cual la soberanía radica en el pueblo. Esto significa que en los ciudadanos está el poder elegir a quien los va a representar y guiar hacia un mejor futuro. No obstante, en la actualidad, muchos guatemaltecos pensamos que, al momento de emitir nues-tro voto, lo haremos “por el menos peor”, ya que nadie busca el bien del pueblo, si no que el beneficio propio; muchos hacen pro-mesas que luego no van a cumplir.

¿Nos sentimos verdaderamente repre-sentados por personas que nos ayudarán en la consecución de nuestras metas? Me atrevo a decir que no. Es duro, pero es cier-to. Los políticos aspiran llegar al poder y ya en él, satisfacen sus propias necesidades, y no las del pueblo que los eligió. Es el triste caso de la salud en el país, por ejemplo, donde los hospitales públicos no pueden atender a nadie por falta de insumos, herramientas e instalaciones adecuadas para salvar vidas.

Guatemala debe cambiar y los chapines no podemos dejar que otros tomen decisio-nes por nosotros, porque está en cada uno el hecho de involucrarnos, de estar infor-mados y de participar. El hecho de conocer qué pasa en nuestro país nos hace formar

parte del cambio, por-que los pro-blemas nos comprometen a todos, y sólo entre todos podremos encontrar soluciones.

Cuando me refiero al hecho de cambiar nuestro país, lo hago haciendo énfasis en las pequeñas acciones que cada uno pue-de realizar, ya que sí existen personas que desean un cambio y trabajan cada día por lograrlo… Están aquellos que estudian porque desean ser profesionales de éxito, que den un giro a nuestro país y no se dan por vencidos sino hasta lograrlo; quienes trabajan sin descanso, entregando positi-vismo y una sonrisa en todo lo que hacen porque de esa forma ya están haciendo la diferencia; aquel que da vía a los peatones, porque está mostrando respeto por los demás; aquel que es honesto y correcto en todas las circunstancias de su vida está marcando su camino y dejando un ejemplo para los demás. Ser buenos ciudadanos to-dos los días, y a toda hora, es el deber de cada uno de los chapines y, en definitiva, es la vía del cambio. El cambio que todos estamos buscando.

Universidad Rafael Landívar

AStrid idALiA LimA CAStiLLoPAtriCiA ELizAbEtH FLorES

Universidad del Istmo

Las circunstancias de la vida te condicionan, pero no te determinan

La necesaria y esperada participación del pueblo para lograr el desarrollo

Buenos ciudadanos todos los días, a toda hora

Página 4/Diario La Hora/Guatemala, 25 de noviembre de 2014

mAríA JoSé mEJíA

Universidad Rafael Landívar

Page 5: Suplemento Universitario Noviembre 2014

La Hora / Suplemento Universitario / Guatemala, 25 de noviembre de 2014, Página 5

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Page 6: Suplemento Universitario Noviembre 2014

Estamos a pocos meses de la época electoral en nuestro país y el presente año casi termina. Así resulta un momento oportunamente ideal para reflexionar y evaluar los resultados que en con-junto como sociedad obtenemos. Como punto de partida, la evaluación de cada quien es cla-ve, desde sobre sí mismo/a hasta sobre los dife-rentes sectores de la sociedad. Luego, la búsque-da de consensos a nivel de país adquiere un papel protagónico con la finalidad de unificar los criterios individuales. Finalmente, el resultado sería definir un plan estratégico de acción para el siguiente año y próximos horizontes temporales, cuya directriz permita garantizar el orden constitucional sobre la legitimidad de la organización vigente del Estado: la vida en democracia.

Comencemos, entonces, con el punto de partida: la evaluación sobre sí mismo/a. En tal sentido, cabe dirigirse las siguientes preguntas: ¿Qué he hecho por mi país? ¿Cómo ha sido mi actitud hacia la sociedad? Para ilustrar este ejercicio, cabe cuestionarse si se ha guardado distancia con respecto a ejercer los derechos que permite la vida en democracia, como por ejemplo mantener una participación activa exigiendo a las autori-dades el cumplimiento de las promesas de campaña y del orden cons-titucional dispuesto a garantizar desde la toma de posesión. Asimismo, cuestionarse si se ha demostrado una actitud de indiferencia hacia la sociedad cuando surge, por ejemplo, una ola de excusas frente a organi-zar movimientos ciudadanos para promover cultura de diálogo, respeto e integridad.

Ahora corresponde la evaluación sobre los diferentes sectores de la sociedad, expresando el sentir personal a través de preguntas como las siguientes: ¿Cómo me apoyan en los objetivos de mi vida? ¿Qué tanto re-presentan la conducción de mi destino? En este sentido, cabe cuestionar sobre la efectividad del respaldo institucional ofrecido por los diversos sectores de la sociedad, en cuanto a la apertura de oportunidades de crecimiento y desarrollo personal. De igual manera, es vital evaluar el cumplimiento de aspectos de orden social, como por ejemplo: atención ciudadana, integridad y cultura de valores, ética profesional, honorabili-dad, dignidad y equidad de trato, entre otros.

Después de concluido el ejercicio de reflexión y evaluación individual, el reto ideal en común es la búsqueda de consensos a nivel de país. Esta es la etapa que demuestra el compromiso real por el ejercicio de la vida en democracia: unificar los diferentes criterios individuales sobre cómo la vida en sociedad puede mejorar en términos de bienestar, desarrollo y trascendencia. De esta manera, la efectividad en el establecimiento de consensos se adquiere cuando cada quien expresa su opinión y mantiene una participación activa, en igualdad de condiciones garantizadas por el Estado. Por lo tanto, el consenso manifiesta una inclusión directa adqui-riendo las propuestas de quienes están de acuerdo y una inclusión in-directa aplicando la retroalimentación progresiva otorgada por quienes están en desacuerdo.

Finalmente, la situación deseada sería definir y ejecutar un plan estratégico sobre los consensos alcanzados durante los próximos hori-zontes temporales de acción. Es hasta esta etapa, cuando la vida en de-mocracia adquiere lugar. De esta manera, la democracia se manifestaría con el cumplimiento del orden constitucional sobre la visión de Estado y del ejercicio de los derechos democráticos, por parte de los diferentes sectores de la sociedad.

La vida en democracia es un reto para la sociedad en su conjunto. Cada uno de nosotros que la conformamos debemos trabajar en equi-po para alcanzar las oportunidades de crecimiento y desarrollo personal que anhelamos en nuestro país. De esta manera, debemos permanecer unidos por un solo propósito: vivir con pasión en, para y por Guatemala.

Hace poco me enteré de un para-digma de participación ciudadana, en especial de la juventud del área rural, y es que en nuestro hermoso país te-nemos las oportunidades más valiosas para nuestro desarrollo con base a las participaciones decididas y ejemplares de todos los ciudadanos, en especial de las personas mejor preparadas en la fe y confianza de la juventud.

Un ejemplo muy valioso de la fe y confianza completa en la formación de los jóvenes y su conversión en ciudada-nos libres, profesionales íntegros para la Patria, fue el equipo de educadores de una escuela agrícola muy valiosa que se encuentra en Sololá. Resulta que en la década de los ochenta en el marco de la educación agrícola gua-temalteca, se crearon tres escuelas con instalaciones nuevas, incluyendo comedor, dormitorios, instalaciones deportivas, auditórium, etc. para for-mar jóvenes, de extracción rural, en el Ciclo Básico, con régimen de internado; en Cobán, Alta Verapaz; San Marcos y Sololá.

A los dos o tres años de estar fun-cionando la Escuela de Sololá, el sis-tema moderno de aprovisionamiento

de agua falló, la bomba de agua su-mergida en un profundo pozo dejó de funcionar y el costo de su extracción y reparación resultaba oneroso, el pre-supuesto no alcanzaba. El Ministerio de Agricultura no aportó solución más que recomendar se acudiera a la Zona Militar de Sololá (había un gobier-no militar), pero tampoco aportaron nada. La única solución que plantearon fue enviar a sus casas a los estudiantes y esperar que las cosas se resolvieran de alguna manera.

El equipo de educadores asumió la responsabilidad, como en muchí-simas otras actividades, de ser ejem-plo de formadores. Los profesores en calidad de maestros guías y en forma conjunta con los alumnos, integraron equipos de trabajo, con herramientas para cumplir con la tarea diaria de construir 100 o 200 metros de zanjas profundas y colocar tubos de PVC para la conducción de agua potable desde el tanque de distribución de la cabecera departamental de Sololá hasta las ins-talaciones de la Escuela. Atravesando terrenos de cultivo, carreteras, cerros, barrancos, piedras, y nada les detuvo. Durante semanas almorzaron bajo la

sombra de los árboles, con el único afán de no dejar de recibir clases o dejar abandonada su escuela por la falta de agua potable.

¿Cómo encontrar equipos de trabajo de esa magnitud que permitan a la ju-ventud canalizar sus más caros anhelos para lograr su desarrollo, enfocados a construir un mejor país? Estoy cons-ciente que esos equipos de trabajo no se logran de la noche a la mañana, pero es indispensable esforzarnos por crear-los. Un equipo de trabajo de esa natu-raleza se debe de haber despojado de sus intereses personales y poner en lo más alto el bien común. Felicitaciones para el personal de servicio que trasla-dó alimentos y al alcalde municipal que supo apoyar e interpretar el espíritu de trabajo del conglomerado de la escuela agrícola. Estoy seguro que esa semilla de amor por Guatemala, que los edu-cadores sembraron en sus educandos nunca morirá, al contrario ha florecido y producido muchos frutos.

De manera muy perspicaz, el bu-dismo precisa que “El hombre sufre por su deseo vehemente de querer tener”. Sea eso la causa de nuestro sufrimiento o no (eso es tema para otra discusión) es evidente que dicho deseo le es natural al ser humano y para confirmarlo, basta con mirar cuidadosamente a nuestro alrede-dor, por ejemplo, dicho deseo jugó un papel crucial en la supervivencia de nuestra especie. Todo ser huma-no común quiere estar hoy mejor que ayer y mañana mejor que hoy. En otras palabras, mantenemos nuestros bolsillos llenos de sueños y metas por cumplir que, dicho sea de paso, le pueden ser evidentes única-mente a la persona que les posee.

Ahora bien, dichos sueños y metas existen en un mundo intangible, son ideas, que solamente pueden mate-rializarse a través de la acción y dado que esas ideas son evidentes única-mente a nosotros mismos, el ejecu-tor principal de ellas es la persona individual y por lo tanto, los recursos asignados a tan importante empresa deben ser elegidos cuidadosamente,

no solo porque son limitados, sino porque son clave fundamental para el éxito buscado.

Sin descartar que hay ciertos fac-tores iniciales que determinan de algún modo cómo será el camino en el principio de nuestra vida, existen tantas historias de éxito lejanas y cercanas a nosotros, que puede ob-servarse que son aquellas decisiones, que cada individuo toma, las que van dando forma a su vida y que determi-nan su éxito o fracaso. Es decir, cada uno es arquitecto de su propio desti-no, como dijo Amado Nervo.

Sin embargo, la responsabilidad que cada uno debemos asumir ha sido eclipsada por la pereza y se ha infiltrado entre nosotros la mala costumbre de pedirle a alguien más que resuelva nuestras vidas. Olvi-damos que la persona encargada de realizar mis sueños soy yo mis-mo. Estudiamos tan poco nuestra religión predominante (inheren-te a nuestra cultura y por lo tanto impregnada en nuestra manera de pensar) que hemos llegado a con-fundir al Gobierno con la figura del

Padre amo-roso. Como p u e b l o q u e r e m o s la soberanía pero la prosti-tuimos a cambio de favores particulares y cuotas de poder. Queremos un Es-tado de derecho pero lo queremos “comprar por internet”, olvidando que un Estado de derecho no nace sino se hace todos los días con el ac-tuar de todos sus ciudadanos desde los diferentes roles que cada uno desempeña.

De esta cuenta, les lanzo el reto de que luchemos día con día por nuestros sueños, que trabajemos en hacer de Guatemala el lugar que queremos para nosotros y para las generaciones que están por venir. Guatemala es lo que somos todos los guatemaltecos, así que pensemos bien en qué vamos a invertir nues-tros recursos durante la siguiente hora, el siguiente día, el siguiente año y por supuesto, durante nuestras vidas.

NEry CHUCUy

Universidad Francisco Marroquín

Unidos por un solo propósito: Vivir con pasión en, para y por

Guatemala

Ejemplo de la conducción del destino de la juventud

Eclipse total de responsabilidad

KEviN PAUL viLLAtoro A.

Universidad Rafael Landívar

SErGio ALFrEdo mArtíNEz C.Universidad Rafael Landívar

Página 6/Diario La Hora/Guatemala, 25 de noviembre de 2014

Page 7: Suplemento Universitario Noviembre 2014

oSCAr GEovANNi GrACiAS r.

Universidad Mariano Gálvez

ivoNNE mAríA HErNáNdEz v.

Universidad del Istmo

La historia dice así: había una vez en un mercado, un vendedor de cangrejos. Tenía dentro de un canasto cangrejos chapi-nes y en otro cangrejos mexicanos. Un cliente que pasaba frente al vendedor le preguntó: “¿Por qué tiene a los cangrejos mexicanos en un canasto cerrado y a los guatemaltecos en un canasto destapado?” a lo que el vendedor le contestó: “Es que los cangrejos mexicanos se colocan uno sobre otro y traban sus pinzas hasta lograr salir todos a la superficie, en cambio los guatemaltecos al ver que uno empieza a subir, el resto lo baja”.

El fin de la pequeña historia de los cangrejos, no es com-parar a los mexicanos con los guatemaltecos. La verdad da lo mismo si fueran cubanos, peruanos o de cualquier otra nacionalidad. Lo que verdaderamente importa es la actitud de los cangrejos chapines, lo que hoy por hoy es el refle-jo de Guatemala y sus ciudadanos. Es lamentable que para opinar es necesario hacer una crítica a tantos cangrejos que hay dentro de las instituciones del gobierno y puestos im-portantes del país, que lo arrastran hacia el fracaso político, económico y social.

Dentro de la realidad que afronta Guatemala se escon-den sueños de jóvenes que viven frustrados por no poder realizar sus metas. En algunos momentos, llegan a pensar que el esfuerzo y la perseverancia son virtudes inútiles, ya que en cualquier instante son pisoteados y aplastados por los cangrejos chapines. Es evidente que la situación actual del país que muestra crisis de pobreza, analfabetismo, co-rrupción, falta de empleo y educación, desmotiva a tantos jóvenes soñadores.

Pero a pesar de todas las adversidades es necesario que los guatemaltecos que deseamos borrar aquel humillante apodo, tomemos responsabilidades. Al decir esto me refiero a participar más activamente para encontrar soluciones a los problemas del país. Como dijo Juan Pablo II que frente a las crisis que vivimos los países tercermundistas, “no se justifica ni la pasividad ni la desesperación”. Por lo mismo me niego a aceptar y tolerar el trabajo tan mediocre que están realizando las autoridades del país. Me niego a que engañen a los ciuda-danos haciendo obras de mala calidad con el dinero del pue-blo y con el único fin de hacer proselitismo. Y finalmente me niego a que la herencia de las generaciones futuras sea una Guatemala que quede destruida por los cangrejos chapines que dirigen al país.

Para ello es preciso que los ciudadanos, unidos como pue-blo y de donde emana la soberanía del Estado, exijan tanto al Presidente como a las demás autoridades, rendir cuentas y exigir el cumplimiento de la ley. Es necesario que todos parti-cipemos dentro de un país que viva una democracia equitativa e incluyente. La juventud debe de recrear y renovar liderazgos nacionales que busquen la construcción de una sociedad más justa que anhela el bien común. No basta con la crítica, que a pesar de todo contribuye a denunciar el mal trabajo de las au-toridades. Sino también es necesaria la participación política, la cual trasciende del hecho de ir a votar en las elecciones, ya que sólo así puede llegarse a influir en la toma de decisiones del país.

Estamos a unos meses para que el Máximo Órgano en materia electoral, convoque en Guatemala a elecciones libres y populares de las cuales saldrán electos no solo el presidente y vicepresidente de la república, si no los diputados al Con-greso de la República, al Parlamento Centroamericano y las corporaciones municipales.

Es oportuno hacer una breve re-flexión sobre la representatividad delegada por la Constitución Políti-ca de la República de Guatemala, la cual dice en el Artículo 141 Sobera-nía. La soberanía radica en el pueblo quien la delega, para su ejercicio, en los Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La subordinación entre los mismos es prohibida.

A simple vista parece que el pueblo delega el ejercicio del gobierno me-diante su participación por medio del sufragio universal y secreto. Hay otra serie de elecciones que se realizan, la cual necesita representatividad para poder elegir al cargo público que se esté disputando.

Este ejercicio democrático en nuestra Guatemala, es nada más una fachada, puesto que en los car-gos públicos, la ciudadanía no se ve representada, puesto que los intere-

ses de la mayoría solo afloran como promesas en tiempos de campaña, lo que nos permite verificar efecti-vamente que el ser humano solo vale un voto.

Guatemala atraviesa por una ver-dadera crisis de gobernabilidad. Si hoy abrimos un periódico, una revista, encendemos el televisor, la crisis pa-rece ser la tertulia de todos en todo momento. Pero y con las promesas ¿qué pasó? Con la delegación de la so-beranía ¿qué pasó? ¿Dónde están los intereses del pueblo como tal? O será que solo son pueblo los que están en el ejercicio del poder y los demás so-mos simples peones. Yo personalmen-te a la hora que escribo esta pequeña reflexión no me siento representado y Ud. que lo está leyendo a esta hora ¿si se siente representado?

Nuestro país desgraciadamente se encuentra desde los últimos veinte años en una permanente crisis y no las enumero porque sería el cuento de nunca acabar. La participación ciu-dadana es nula, no por que no exista gente honesta y con verdaderos prin-cipios éticos y morales. El problema radica en que los espacios son acapa-rados, inventados o asaltados para enriquecerse de manera ilícita sin nin-gún escrúpulo o cargo de conciencia

alguno.El enri-

quecimien-to no tiene freno, puesto que se hacen los sordos para no escuchar el llanto del p u e b l o que clama por justicia, por la vida, la libertad, la dignidad humana, sa-larios dignos, es más por un trabajo digno. Desgraciadamente vivimos en un país de sordos y ciegos en donde el tuerto es rey.

Pueblo de Guatemala, es necesa-rio ser cada día más responsables con las decisiones de nación que quere-mos tomar. Ser responsable no solo quiere decir empadrónese y vote, ser responsable quiere decir que es tiempo de participar, es tiempo de involucrarnos en las decisiones serias de este país.

Involucrarse quiere decir participe de manera organizada, no al azar, si no convencido de que su participación es valiosa, pero eso sí, si participa, no vea por favor al Estado como un ver-dadero botín. Es tiempo de que gente honesta con verdaderos principios éticos y morales se lance al ring y lu-char por una Guatemala digna, libre, soberana e independiente.

Todos más de alguna vez hemos tenido esa pesadilla en donde nos en-contramos atrapados en una situación y tratamos de gritar, pero simplemente nuestra voz pareciera no salir. Por más fuerte que intentemos gritar, ese grito no se oye. Esto puede ser lo más pare-cido a lo que vivimos actualmente en nuestro país. Todos tenemos una voz propia y quisiéramos gritar a los cua-tro vientos nuestros ideales, sueños, anhelos y esperanzas para hacer crecer Guatemala pero estos son inútiles, pa-reciera que por más que alcemos la voz, ésta no se oye, tal como en nuestras pesadillas. Esto no debería de ser así, se supone que vivimos en un país libre y democrático en donde nuestras voces son escuchadas.

Empecemos por definir una democra-cia. Según los diccionarios ésta es una forma de gobierno en donde el poder es ejercido por el pueblo por medio de “mecanismos” de participación en la toma de decisiones. Los ciudadanos participan por medio de la elección de las personas que los representarán. Sin embargo esta idea de la democracia quedó ya obsoleta. La idea de una de-mocracia en donde seamos solamente

representados y que nuestras voces se escuchen por medio de un grupo de personas en el poder legislativo no es suficiente, especialmente si se tienen representantes como los nuestros, que nosotros elegimos.

Es imposible ejercer una democracia legítima con la corrupción que se vive actualmente. ¿Cuántas veces hemos visto a muchos de nuestros diputados cambiándose de bancadas políticas por conveniencias propias o por beneficios monetarios? ¿Cómo van a representar al pueblo y transmitir las voces de la gen-te si ni siquiera ellos tienen voz propia? Puesto que son manejados por los de-seos de poder y riqueza. Es aquí donde viene la importancia de la democracia participativa.

Esta democracia participativa es una evolución de la democracia represen-tativa que conocemos. Esta consiste en crear un país en donde los ciudadanos sean activos y asuman un rol dinámico en los asuntos políticos. No es suficiente que las personas sean solamente repre-sentadas sino que estas representen cada uno de sus ideales. Se busca que todos propongan iniciativas propias, que luchen por el cumplimiento de

sus sueños y no tengan miedo a promover deba-tes y cuestionar las decisiones de los representantes.

Esta vez quiero motivar a que todos seamos parte de esta nueva democra-cia. Como lo he mencionado anterior-mente no basta con quedarnos senta-dos quejándonos sino es necesario que nos levantemos y tomemos acción. Si queremos que nuestros deseos para lograr el desarrollo del país sean pues-tos en pie debemos “asumir” el rol par-ticipativo que nos corresponde. Este consiste en organizarnos en asambleas que promulguen iniciativas de reforma y búsqueda del bien común. También podemos ejercer nuestro derecho de libre expresión y comunicar nuestros ideales públicamente. Promoviendo la participación ciudadana lograremos vivir en el país que queremos pues cada paso que demos estaremos más cerca de conseguirlo. ¿Habrá, el próxi-mo año, un gobierno que se atreva a darle al pueblo una democracia parti-cipativa? Esto dependerá de nosotros.

El interminable apodo del cangrejo chapín

Legítima participación del ciudadano comúnen los procesos democráticos

La búsqueda implacable de una democracia verdadera

Diario La Hora/Guatemala, 25 de noviembre de 2014 /Página 7

ANA CriStiNA bArbiEr F.

Universidad del Istmo

Page 8: Suplemento Universitario Noviembre 2014

Página 8 / La Hora / Suplemento Universitario / Guatemala, 25 de noviembre de 2014