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1 Año III Nº 3 2009 Uruguay SUMARIO Editorial ................................................................. 2 Carmen Acquarone .......................................... 3 Construcciones atributivas Diego Sanguinetti .......................................... 20 Las formas de expresar la impersonalidad Alma Pedretti ............................................... 32 Oraciones activas y pasivas Alicia Gil ....................................................... 46 Yuxtaposición, Coordinación, Subordinación: aspectos semánticos y pragmáticos Carmen Acquarone ........................................ 67 Presentación del libro de Alma Pedretti Marcelo Taibo ................................................ 79 El clítico SE como marcador aspectual en oraciones transitivas Servando Corbo – Claudia Cerminatti .............. 79 El componente ético en la evaluación de los aprendizajes ACTIVIDADES ......................................................... 83 LIBROS ................................................................... 85 Redacción: SPEU 18 de Julio 1825/401 Montevideo Uruguay - Telefax: 400 8637 Correo electrónico: [email protected] - www .speu.com.uy Tapa y Contratapa: Capítulo Primero de la Gramática Castellana de Antonio de Nebrija - Librería y Casa Editorial Hermando (SA), Madrid, 1931. Avda. Fernández Crespo 1829 - Telefax 408 9383 Dep. Legal 342.919

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1

Año III Nº 3 2009 Uruguay

SUMARIO

Editorial ................................................................. 2

Carmen Acquarone .......................................... 3

Construcciones atributivas

Diego Sanguinetti .......................................... 20

Las formas de expresar la impersonalidad

Alma Pedretti ............................................... 32

Oraciones activas y pasivas

Alicia Gil ....................................................... 46

Yuxtaposición, Coordinación, Subordinación:

aspectos semánticos y pragmáticos

Carmen Acquarone ........................................ 67

Presentación del libro de Alma Pedretti

Marcelo Taibo................................................ 79

El clítico SE como marcador aspectual en oraciones

transitivas

Servando Corbo – Claudia Cerminatti ..............79

El componente ético en la evaluación de los aprendizajes

ACTIVIDADES......................................................... 83

LIBROS ................................................................... 85 Red

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En este tercer. número de la RevistaSPEU aparecen las ponenciaspresentadas en el CICLO DE

CHARLAS 2008 (setiembre) organizadopor la Directiva en el IPA: los trabajos deAlma Pedretti, Carmen Acquarone, DiegoSanguinetti y Alicia Gil, y además, parte dela presentación del libro de A. Pedretti, quecerró las jornadas.

En la segunda sección se publicantrabajos de Marcelo Taibo, y de ServandoCorbo y Claudia Cerminatti, en el espacioreservado para que los docentes exponganlas propuestas teóricas o prácticas quemanejan en su actividad de clase.

La tercera parte está destinada alas noticias que importan a los estudiososde la lengua, ya sean eventos académicos,reseñas bibliogáficas de actualidad opresentación de alguna compra importantepara la Biblioteca de la Sociedad. Aquícolaboran Sylvia Costa, Marisa Malcuori yCarmen Lepre.

Todo el material que se publica en laRevista SPEU estuvo y está pensado para

apoyar la permanente y necesaria reflexiónsobre los conocimientos y las experienciasque deben hacer quienes se abocan a ladocencia. Y, en ese sentido, se enriquececon la iniciativa de la Directiva de organizarcon los socios – como lo está haciendo –reuniones de estudio y discusión sobrediversos temas de lengua. Creemos que éstaes una muy buena oportunidad paraencontrarse y volver sobre los contenidosde los programas de la asignatura.

Sabemos que a partir de losprogramas de cada curso nadie busca launanimidad de criterios sobre a quégramático o a qué fundamento teóricoseguir con más convicción – porque lariqueza del colectivo se muestra en esavariedad – pero nadie desconocerá queun acuerdo sobre nomenclatura o unapuesta en común sobre las últimas visionesacerca de un tema a enseñar, beneficia alos estudiantes de cualquiera de los nivelescurriculares. Para eso los profesoresnecesitan encontrarse. Bienvenida,entonces, la propuesta de la Directiva.

EDITORIAL

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JUSTIFICACIÓN

La directiva de la Sociedad deProfesores de Español (SPEU)decidió, a principios de 2008,

abordar, en sus ya tradicionales charlasanuales, la temática gramatical que figuraen los programas del curso de tercer añopara Educación Secundaria. El motivo fuela incorporación, por fin, de este curso alcurrículo de enseñanza media. La finalidad,apoyar la tarea de profundización a que seve obligado el profesor cuando enfrenta uncurso nuevo como este, ayudarlo a pensarotra vez los temas y aportarle, en la medidade nuestras posibilidades, los abordajes másactualizados sobre ellos. Sin este paso previode revisión y reconsideración, el de lapropuesta didáctica se torna azaroso, difícil,probablemente frustrante. Por el contrario,la profundización en los asuntos relativos acualquier tema, el conocimiento de distintasvisiones y perspectivas de análisis de esetema nos ayuda a idear una posiblepropuesta de abordaje en clase conestudiantes que llevan un corto recorridode reflexión sobre su propia lengua.Colabora con nosotros en la compleja tarea

Carmen AcquaroneEgresada del IPA en Idioma Español

y del IMS en Dificultades de AprendizajeProfª. de Didáctica y de Teoría Gramatical en el IPA

y de Lengua en los IINN

de pensar caminos para la observación y elanálisis, en definitiva, para crear caminosde acompañamiento del alumno en laformación de su conciencia idiomática.

INTRODUCCIÓN

Voy a basar mi planteo en el estudioque de estas construcciones se hace en laGramática Descriptiva de la LenguaEspañola,1 especialmente en los capítulos37 y 38. El primero pertenece a Mª JesúsFernández Leborans: “La predicación: lasoraciones copulativas” y el segundo es deVioleta Demonte y Pascual Masullo: “Lapredicación: los complementospredicativos”. Aludiré a otros autores yobras a propósito de asuntos específicos.

El recorrido incluirá los siguientespuntos:

1) Concepto de predicación2) Construcciones atributivas: oraciones

copulativas2.1 los verbos copulativos encomparación con los predicativos.Función atributo2.2 verbos pseudocopulativos yatributo.

3) Predicación secundaria:3.1 verbos semicopulativos ycomplementos predicativos

4) Predicados incidentales5) Predicación no verbal

5.1 atribución sin verbo5.2 construcciones absolutas

Como se ve, no están abarcados aquí

Construccionesatributivas

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todos los aspectos del tema sino parte deellos. Quedaron de lado asuntosfundamentales como la problemática de lasoraciones ecuativas, la distinción aspectualdel atributo con los diversos verboscopulativos, los usos no copulativos de sery estar, el atributo en sintagmas nominales,etc., que ameritarían, por lo menos, otra‘charla’.

Leamos estos fragmentos de la últimanovela de Milton Fornaro: Teoría del ice-berg.

El hombre, desnudo y tendido bocaarriba sobre las sábanas desordenadas, parecíaun cadáver. Uno de esos que, por jóvenes,hermosos y completos, son un bocadoapetecible para los maquilladores de lasfunerarias… Sin embargo estaba vivo porquela respiración agitada lo delataba, el entrecejose le contraía espamódicamente y un mosquitoengordaba inclinado sobre la mano que pendíade la cama.………………………………………………………………………………………………………………….

Todavía ciego, palmeando el lado derechode la cama, Joaquín Díaz rogó en silencio: “Queno esté. Dios, te pido esta: que no esté, que lavieja se haya ido.” Y como Dios se apiada delos arrepentidos, al cabo de un rato el hombrejoven comprobaría que estaba solo.…………………………………………………………………………………………………………………..

Una hora antes, con el avión aún en tierracumpliendo la escala, cuando avanzaron por elpasillo y se detuvieron junto a él, el hombrehabía bebido moderadamente y vio lo que vio:una señora voluminosa de edad indefinida,pero sin duda pasada de madura, recargada dealhajas y excesivamente maquillada, que veníaabriendo cancha tirando de una maleta conruedas, y detrás algo que el corpachón tapaba.Respondiendo a unas palabras en portuguésque no entendió del todo, Joaquín se puso depie con agilidad y con la mejor sonrisa fingidaen la cara, tal como se espera de un caballerodel sur en esas circunstancias. No había dadoel paso al costado para dejar sitio a la señora y

a su compañía cuando la vio. La expresión falsase borró como por encanto de su cara y fuesustituida por una mueca tan auténticamenteestúpida que movía a risa. Eso fue lo que hizoel objeto de su asombro: se rió con un mohínque le hizo fruncir la nariz y mostrar los dientesperfectos, mientras los ojos verdes y grandescomo platos le sostuvieron desafiantes lamirada.…………………………………………………………………………………………………………………

Fiumicino era una feria interminable.Aunque el pasajero recién descendido, queavanzaba tambaleándose, siguiendo como unaoveja a los que iban delante, tenía las neuronasanegadas de alcohol, el espectáculo no podíaser ignorado por alguien que no fuese unmuerto.

Aturdido por el barullo de voces enidiomas que no lograba distinguir, el casicadáver se encontró perdido en medio delgentío que iba y venía, y sus ojos no dabancrédito a los colores y formas de carteles, bolsos,pantallas gigantes con información que durabaun pestañeo, vestimentas y peinados quepasaban ante él, dejaba atrás o a los costados.La luz fría que bañaba la escena sin proyectarsombras agregaba una visión inquietante quese sumaba al desconcierto general del salvajerecién salido de la caverna. Así se sentía JoaquínDíaz, mientras era golpeado por olas sucesivasque apenas le daban tiempo a respirar.

La fascinación inicial estuvo provocadapor las formas codiciables de todas las mujeresque se le cruzaron, que inmediatamente lehicieron olvidar a la garota del avión, a quienhabía perdido enseguida que dejaron la pista ysubieron a los autobuses que les aguardaban.Aquella niña que lo trajo loco en el viaje, yadentro del edificio vidriado había pasado a seruna gota más en el maremagno de exuberancia,desparpajo y belleza. Sería la muchachaanónima que pasaría inadvertida, si no fuesepor la abuela pechugona, altiva y protectoracomo un tótem, que la acompañaba.

Luego que retiró el bolso de la cintatransportadora encaminó sus pasos hacia lo queintuyó sería la salida. Pasada la doble puerta de

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cristales que amenazaban cerrarseautomáticamente cuando algún pasajerointerrumpía el ritmo ligeramente acelerado yuniforme de la fila, se vio empujado a un espacioabierto poblado por personas que miraban defrente a quienes salían. Se entreparó, buscó conun movimiento de cabeza algún sitio dondepudiese detenerse sin ser atropellado y cuandovio el cenicero de aluminio que los otrosesquivaban en su huida buscó refugio junto aél. Resguardado por el cilindro de metal queparecía bien plantado en el piso, mirando a losque esperaban la salida de la tropilla, se sintióhuérfano en medio de tanta gente.

En aquel sitio estuvo lo que para él fueuna eternidad, hasta que descubrió su nombreescrito en un cartel que alguien exhibía porsobre algunas cabezas. Debajo estaba Giorgio,que fue Salvatore para el recién llegado, elfuncionario del Istituto encargado de recogerlo,rescatarlo de aquella barahúnda.

El hombre que lo había ido a recibirtendría más o menos la misma edad queJoaquín, pero a diferencia de él vestíaimpecablemente, su corte de cabello tenía ellargo justo y olía a una fragancia tenuementeácida que en el coche que los condujo al EUR*

se hizo más intensa a pesar de que los dos ibanfumando.

Milton Fornaro: Teoría del iceberg.Ediciones de la Banda Oriental,

Montevideo, 2008.

Respecto de la transcripción anterior,corresponde informar lo siguiente:

El primero de los fragmentos coincidecon el inicio de la novela, aunquetemporalmente marca un momentocorrespondiente al final del relato. Lossiguientes integran parte de la trama de loscapítulos uno y dos: el “hombre” que semenciona al comienzo –luego nosenteramos de su nombre, “Joaquín Díaz”–ha resultado ganador en un concurso de

cuentos. El premio consiste en un viaje aItalia. Una escala de su avión lo pone encontacto con una bellísima adolescentebrasileña, que viaja severamente custodiadapor su abuela. Joaquín desembarca enFiumicino y el alcohol consumido en el viajeacentúa el impacto provocado por el gentío,las luces, la profusión de carteles, ladiversidad de voces y de idiomas, todopropio de un aeropuerto del “primermundo” que visita por primera vez. Inclusola belleza de su admirada compañera deviaje sufre el desafío de la de multitud deotras mujeres. Quien ha de conducirlo hastasu destino lo rescata del bullicio y laconfusión.

1. Concepto de predicación

Para hablar de ‘construcciónatributiva’ tenemos que hablar de predicadoo, antes, de predicación, puesto que lasconstrucciones atributivas contienen unarelación predicativa entre sus componentes.

¿Qué se entiende por ‘predicación’?

Sabemos que etimológicamente vienede ‘predicar’ y esta palabra significa “deciralgo de algo” y allí está la naturaleza de lapredicación, en su carácter articulado,bimembre para usar un término tradicional.Creo que un planteo sencillo del tema es elque hace Ramón Trujillo en su artículo“Sobre el uso metafórico de los modos enespañol”.2 Dice este autor:

“Está claro que el mundo visible nopresupone para nadie el mundo es visible.Idiomáticamente, el mundo visible es unsintagma nominal, es decir, una unidadsemántica que reúne, sumándolos en unarepresentación única, los rasgos de todaslas unidades que lo componen; mientrasque en el mundo es visible no existe talrepresentación única, sino, por el contrario,un acto lingüístico de predicaciónmediante el cual relacionamos contenidos

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que no consideramos como partes de unarepresentación unitaria: en el sintagma,todas las propiedades semánticas formanuna unidad; en la predicación, lo esenciales la no unidad, es decir, el acto que

relaciona lo que es previamente diferente.”

Nos propone comparar el carácterunitario del sintagma nominal frente alcarácter no unitario, bimembre decíamosantes, de la predicación:

el mundo visible el mundo es visible

SN S P

Por su parte, Bloomfield define laspredicaciones como «construcciones de dospartes» o «formas oracionales bipartitas».3

El diccionario nos dice sobre la predicación:“La proposición sobre algo, la afirmacióno negación de rasgos o propiedades; ladefinición de un objeto según el modo, ellugar, el tiempo, la calidad, etc. (esto es,según las categorías de Aristóteles); el hechode que a determinados objetos correspondeuna determinada propiedad o que entre losobjetos existe una determinada relación.”4

El tipo por antonomasia de relaciónpredicativa es la que se produce por lapresencia de un verbo conjugado quedetermina cuál es el sujeto y cuál elpredicado de la construcción, esto es, losdos miembros de la bimembración.

Hay quienes van más allá y entiendenque la relación predicativa se asienta en elinterior mismo del verbo. Así lo sostieneMartínez, por ejemplo, siguiendo a su maes-tro Alarcos: “Para la gramática funcional la«relación predicativa» es la que viene dadapor la relación entre lexema verbal y losmorfemas «subjetivos» de persona ynúmero: por ser la persona, en efecto, uncontenido esencialmente «mostrativo» (esdecir que alcanza pleno sentido solo porreferencia a la situación» y dado el carácterfundamentalmente «egocéntrico» de losmorfemas verbales (modo, perspectiva,aspecto…), puede considerarse dicha«relación predicativa» como la «predicación»

por excelencia o «primaria», respecto de lacual la «secundaria» resultaría deficitaria dealgunos de esos componentesmorfemáticos.”5

Un verbo como “encontró” o “daban”–entienden estos señores– se compone dedos partes: 1) la raíz o morfema base y 2)la desinencia o morfema flexivo. Esas dospartes se corresponden, respectivamente,con el predicado y el sujeto oracionales:

predicado sujeto encontr- -ó

d- -aban

Como vimos, el mismo Martínez yotros admiten la existencia de otro tipo depredicación pero Martínez la califica como“deficitaria”.

Hay quienes entienden que estarelación no necesariamente supone lapresencia de un verbo conjugado; haypredicación con las formas no personalesdel verbo y hay predicación sin verbo. Alrespecto, y solo a cuenta de másconsideraciones, vean este fragmento deRuiz Zafón:

Casa Marlasca tenía esa atmósfera depanteón abandonado de las grandes casasque viven de la ausencia y la carencia. Lejosde sus días de fortuna y gloria, de tiemposen que un ejército de sirvientes la manteníanprístina y llena de esplendor, la casa eraahora una ruina. La pintura de las paredes,

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desprendida; las losas del suelo, sueltas; losmuebles, carcomidos por la humedad y elfrío; los techos, caídos, y las grandesalfombras, raídas y descoloridas.

Carlos Ruiz Zafón: El juego del ángel.Ed. Planeta. Buenos Aires, 2008

En el último enunciado hay una seriede estructuras ligadas entre sí mediante laconjunción “y” en las que se produce unarelación predicativa sin verbo. Después lasretomamos.

Siguiendo el criterio que concibe másde un tipo de predicación, reconoceremosla que se produce no solo entre el predicadoy el sujeto de una oración, sino tambiénentre elementos lingüísticos que noconstituyen en sí una oración sino que estándentro de ella. Las construccionesatributivas, por tanto, que son un tipo derelación predicativa, aparecen no solocuando hay un verbo conjugado sino que,algunas veces, sin él.

2. Construcciones atributivas:oraciones copulativas

VERBO COPULATIVO – VERBO PREDICATIVO

Pero empecemos por el principio. Unprincipio que está en la tradición gramaticalde Occidente, en el que se distinguen dosposibles estructuras oracionales: laspredicativas y las atributivas. Reconozcamosen los fragmentos transcriptos de la novelade Fornaro algunas de estas oraciones (noimporta si son principales o subordinadas):

AEl hombre… parecía un cadáver.

…que son un bocado apetecible.

Sin embargo, estaba vivo

…que estaba solo.

…parecía bien plantado en el piso

BJoaquín Díaz rogó en silencio.

Se entreparó, buscó con un movimiento de

cabeza algún sitio donde pudiese detenerse sin

ser atropellado y cuando vio el cenicero de

aluminio que los otros esquivaban en su huida buscó

refugio junto a él.

En los ejemplos del grupo A hay unacombinación de un verbo más un elementonominal (sustantivo o adjetivo) que ajustanestos ejemplos a lo que tradicionalmentese denomina construcción copulativa opredicado nominal. Son construccionesatributivas. También se las llamó oracionescopulativas o atributivas. Estas oracionesse oponen a aquellas en que el verbo espredicativo: las oraciones predicativas. Enestas, la base léxica del predicado es elverbo, un verbo semánticamente pleno;mientras que la base léxica de lapredicación en una oración atributiva es,precisamente, el atributo, una categoríanominal, no verbal.

¿Qué caracteriza a estas oraciones?Esquemáticamente,

verbo copulativo + sust. (SN) o adj. (S adj), adv. (Sadv), Spreposicional.

Los verbos llamados “copulativos” seoponen a los predicativos por la cargasemántica de la que son portadores.

La crítica que recibió la distinciónentre unos y otros verbos se basó en elhecho de que no podía hacerse unadiferenciación gramatical con un criterioexclusivamente semántico: mayor o menorcarga semántica de unos y otros verbos.Por otra parte, es discutible ladesemantización absoluta de un verbo, alpunto de transformarse en cópula o sim-ple nexo entre el sujeto y el elementopredicativo de ese sujeto. También la

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distinción ‘cualidad o estado’ vs. ‘proceso’propuesta para diferenciar las dos clases deverbos ha recibido críticas, por ej., de NavasRuiz.

Pero resulta que estos verbos sedistinguen por más de un rasgo que habilitala clasificación.

¿Qué características presentan losverbos copulativos? Para distinguirlospartimos, otra vez, de más atrás, ¿quécaracteriza al verbo de una oración?

Desde Tesnière se reconoce unacapacidad del verbo: la de regir no solosintácticamente sino semánticamente losdemás elementos de la oración, entre ellos,el sujeto. Este autor articula la idea, quedespués Alarcos va a aplicar al español, deque el verbo es el nudo de la oración ycomo tal determina qué complementos vaa atraer, una vez instalado en la oración.Por eso utiliza un concepto de la química,el de valencia y sostiene que así como unelemento químico, una determinadasustancia, se combina con cierta o ciertassustancias (que son sus valencias) y no conotras, así el verbo cuenta con valencias quevan desde la posibilidad de no atraer aningún elemento, como sucede con el verbollover (avalente, en la nomenclatura deTesnière), a la de atraer únicamente alsujeto, primer actante del verbo según esteautor, y ser monovalente, como dormir; lade tener dos actantes y ser bivalente comoamar, al extremo de tener tres valencias, sertrivalente como dar. Es, pues, una relaciónde dependencia. Sintáctica porque el verborige determinado actante, por ejemplo, elCD y no otro, por ejemplo, el suplemento uOP. Pero también semántica porque el verbodetermina los rasgos semánticos que tendráese actante. Hoy esta distinción de Tesnièrese reconoce llamando ‘argumentos’ a loscomplementos exigidos por el verbo y‘adjuntos’ a los que no están requeridos porel verbo sino por la situación comunicativa:

los circunstanciales, por ejemplo.

Todo esto para dar la primeracaracterística de los verbos copulativos:

1- No imponen restricciones deselección a su sujeto. Es decir, no es el verboel que rige como en los otros casos, el sujetode la oración. ¿Qué pasa con estos verbos?Al no predicar de su sujeto, no le imponenun papel semántico determinado. El papelsemántico es una unidad semántica queindica cuál es la participación del argumentoen el estado de cosas descrito por elpredicado. Así, los verbos de acción puedentener un sujeto agente o paciente:

El senado promulgó la leySe promulgó la ley.

Los verbos de percepción sensorial o deemoción requieren de un sujetoexperimentante:

Joaquín Díaz temía que la mujerestuviera allí.

En todos estos casos el verbo estransitivo, es decir, un verbo que requieredos actantes o argumentos: un sujeto y unobjeto.

Por otro lado, hay dos clases de verbosintransitivos: los inergativos y losinacusativos o ergativos. Los dos requierenun solo participante o argumento que serealiza sintácticamente como sujeto, pero sedistinguen en la relación semántica que seestablece entre ese argumento y el verbo.“Los verbos inergativos –sostiene AmayaMendikoetxea en el cap. 25 de la GDLE–como llorar, reír, saltar, toser, denotanactividades o procesos que dependen de lavoluntad de un agente. Los verbosinacusativos son verbos que denotanestados o eventos no agentivos (logros)como existir, aparecer, llegar, florecer,crecer, etc., cuyo único argumento seinterpreta como el elemento que recibe laacción o en el que se produce o manifiestala eventualidad que denota el verbo: i. e. el

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argumento de este verbo es un tema opaciente.”6 Su sujeto sintáctico es su objetonocional. Este sujeto puede ser temaafectado (es el elemento del que se predicaun cambio de estado o de ubicación). Losverbos de existencia o aparición comoexistir denotan la existencia de algo en algúnlugar; es decir, denotan el estado o laubicación de su único argumento que,desde el punto de vista semántico, es untema no afectado.

Mientras que la función sintáctica detodos estos sujetos es la misma, la funciónsemántica difiere. Esta diferencia tiene quever con las características léxicas del verbo.Si, como sostiene Fernández Leborans, noes el verbo copulativo el que determina lascaracterísticas léxicas del sujeto, ¿quiéncumplirá con esa rección? El atributo. ¿Porqué?

Dice Fernández Leborans: “…elsujeto gramatical por concordancia queaparece en la oración copulativa no es elsujeto semántico o temático del verbocopulativo, sino del atributo, que es, enrealidad, el predicado léxico que loselecciona.”7

En el caso de los verbos copulativosno son ellos sino el atributo el que seleccionaal sujeto porque el sujeto sintáctico, que esel sujeto del verbo, no es el sujeto semánticodel verbo copulativo sino del atributo, esdecir, de ese elemento nominal queacompaña obligatoriamente al verbocopulativo. Fernández Leborans comparaestas dos secuencias, ambas discutibles ensu gramaticalidad:

# El agua {está/parece/sigue/se puso/…} triste.

# Ana {está/parece/sigue/ se puso…} turbia.

¿Por qué? Porque son triste y turbialos que imponen qué tipo de sujeto léxicopuede aparecer en la oración copulativa.Triste es un estado anímico que puede tener

una persona, pero no el agua. Turbia es unacualidad que pueden adquirir loselementos, no las personas, y los que tenganla característica de ser transparentes.

2- Otra característica es que los verboscopulativos han sufrido un proceso dedesemantización; su significado léxicooriginario se ha modificado, para adquirirun valor propiamente aspectual. El verboser, paradigma de los verbos copulativospierde su significado original de ‘existencia’,de ‘acontecer’, ‘tener lugar’, que tiene enoraciones como “Eso ya fue”, o “La fiestaes en el club”, para adquirir un significadoexclusivamente aspectual que lo distinguedel copulativo estar. De modo que hay unser predicativo, escasamente usado y unverbo ser copulativo, muy frecuentementeempleado.

Respecto del verbo estar se dice quepierde la significación locativa que tiene ensus usos predicativos, como en “Juan noestá, se fue”, o, en este texto:

Que no esté.

En aquel sitio estuvo lo que para élfue una eternidad, hasta que descubrió sunombre escrito…algunas cabezas.

Debajo estaba Giorgio, …

Fernández Leborans entiende que nohay usos predicativos de estar. Recuerdaque la tradición gramatical diferencia a estarpredicativo con un criterio léxico-semántico:es un verbo pleno, intransitivo, con lasignificación general de ‘localización’,‘permanencia’, o ‘situación local’, mientrasque estar copulativo es un verbo vacío, quesirve para vincular ciertos estados opropiedades transitorias, accidentales ocontingentes con su correspondiente sujeto.El paso de una significación a otra se explicaporque el uso de estar con complementoslocativos da lugar al uso con predicados(adjetivos, sintagmas preposicionales) como

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fuera de sí, entre la espada y la pared queoriginariamente eran locativos, pero que,por extensión metafórica de su sentidoetimológico, pasan a expresar ‘estado’.

¿En qué se basa la distinción entre losdos usos? Fundamentalmente en estosargumentos:

a) el sintagma que sigue a estarcopulativo puede ser conmutado por elneutro lo, en cambio, el complementolocativo de estar predicativo rechaza estaconmutación.

Decimos: Pepe está triste. Lo está.Pero no: Pepe está en París. *Lo está.

b) En segundo lugar, estar predicativoimpone restricciones de selección a susujeto, puesto que este no puede ser unnombre de evento. Así, resultaríaagramatical

*La conferencia está en el piso de arriba.

Pero el copulativo estar no imponeninguna restricción a su sujeto:

La conferencia {estuvo bien/está apunto de terminar/…}

c) El complemento locativo puedeomitirse ocasionalmente sin restaraceptabilidad a la construcción, el atributono puede ser elidido sin contraeragramaticalidad:

¿Está Juan? No, no está.

Pero no: ¿Está triste Juan? *No, no está.

Ninguno de estos argumentosjustifican –para Fernández Leborans– ladiferenciación de este verbo porque 1º) “lo”no es, en todos los casos de atribuciónposible sustituto del atributo; 2º) lasrestricciones de selección no las imponepropiamente estar, sino el atributo locativo,o, más bien el complejo formado por estary el atributo, y 3º) la ausencia del locativono es tal, sino que está implícito y es inter-pretable por el contexto o la situación. De

hecho también un atributo no locativopuede quedar muchas veces implícito porsobreentendido. ¿Estás ya, María? Sesobreentiende el atributo pronta, arreglada,etc.

La conclusión de Fernández L. es queestar es siempre copulativo, en unos casosadmite atributos locativos, en otros,atributos no locativos.

En cuanto a la confrontación ser –estar, la cualidad adjudicada con uno u otroverbo no afecta de la misma manera alsujeto. Comparemos

Es linda conestá linda

Esta distinción ha sido ampliamenteestudiada. Fernández Leborans señala quelas oraciones atributivas con ser contienenpredicados ‘estables’, también llamadospredicados ‘gnómicos’ o predicados ‘deindividuos’. Al ser un verbo no marcadoaspectualmente, es ideal para constituirpredicados que refieren a ‘propiedad’ y noa ‘estado’. Son distintos de los predicados‘episódicos’ o predicados ‘de estadio’ comolos que llevan ‘estar’. Los de ser sirven paracaracterizar un individuo como tal, expresanpropiedades estables, concebidas al margende cualquier determinación espacio tempo-ral interna. En cambio, los predicados conestar refieren a estadios o episodios, con laconsecuente limitación de cambio ylimitación espacio-temporal. Esto daría larazón a la gramática tradicional quedistinguía entre ser y estar, en términos de‘cualidad’ y ‘estado’.

Sigamos con la caracterización de losverbos copulativos:

3- Sirven de auxiliares depredicación, dado que capacitan alpredicado nominal, que es el sustantivo oadjetivo, o, incluso un adverbio o grupoadv., para actuar como predicado oracional,función que en español solo puede realizar

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en forma autónoma el verbo. ¿Por qué?Porque es portador de los morfemas flexivosverbales imprescindibles en la oración.

4- Forman con el atributo unpredicado complejo no disociable. ¿Por quécomplejo? Porque el verbo sigue dando consu flexión datos imprescindibles de lapredicación, los datos gramaticales, y elatributo nos da la predicación léxica.Tesnière representaba esta disociacióngráficamente con un estema así:

Joaquín estaba solo. estaba solo

JoaquínFUNCIÓN ATRIBUTO

El atributo es, pues, a nivel semántico,el predicado de la construcción atributiva.Es muy frecuente la presencia del adjetivoen este papel, pero también aparece elsustantivo y construcciones más complejascomo sintagmas nominales, adjetivales,adverbiales, preposicionales, y hastaoraciones subordinadas. La complejidadsintáctica del atributo no es directamenteproporcional al grado de formalidad en eluso de la lengua: piensen ustedes en frasesatributivas propias de la lengua coloquialcomo “[…] es de terror”, “[…] está quepela”. No desarrollaremos aquí este tema.

Fernández Leborans precisa que “elatributo no es un predicado secundario”,porque, en efecto, no hay en las oracionesatributivas un predicado verbal con el quecoexiste este otro predicado ‘nominal’, sinoque hay una única predicación adjudicadaal sujeto por medio del complejo formadopor el verbo copulativo y el atributo.

VERBOS PSEUDOCOPULATIVOS Y ATRIBUTO

Veamos los siguientes casos.

Aturdido… el casi cadáver seencontró perdido en medio…que iba yvenía.

…(la muchacha que) pasaríainadvertida

se vio empujado a un espacioabierto poblado por personas que mirabande frente a quienes salían.

… se sintió huérfano en mediode tanta gente.

… una fragancia tenuemente ácidaque en el coche que los condujo al EUR sehizo más intensa a pesar de que los dosiban fumando.

Si bien aquí la relación entre atributoy sujeto no se establece mediante uncopulativo puro como ser, estar o parecer,igualmente solo es posible reconocer unevento, que es la cualidad especificadaléxicamente por el atributo (perdido,inadvertida, empujado, huérfano, másintensa). Todas estas son construccionesatributivas formadas por oraciones, hay entodos estos casos una predicación primaria.Estos verbos se acercan a los copulativosen la medida en que el núcleo de lapredicación está en el atributo, son auxiliaresde predicación, porque son verbos que hansufrido un proceso de desemantización, yforman un predicado complejo nodisociable. Se les ha llamadopseudocopulativos. Tienen las mismascaracterísticas de los copulativos; difierende ellos en que el atributo no es conmutablepor el pronombre lo invariable. Podemosdecir:

El hombre… parecía un cadáver.Lo parecía.

…que son un bocado apetecible.Lo son

Sin embargo, estaba vivolo estaba

…que estaba solo.Lo estaba

Pero no *se lo sintió en medio de tantagente.

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Esta conmutación por el lo neutro esprueba, para Alarcos, de la función atributo.Tal conmutación es imposible conencontrarse, verse, sentirse, es decir, conlos pseudocopulativos. Por eso Alarcosreconoce como función atributo solamentea la de los elementos nominales que seconstruyan con los tres verbos clásicos: ser,estar, parecer. En los otros casos hablaráde atributo circunstancial porque laconmutación que admite es por unadverbio: “se sintió así en medio de tantagente.”

Fernández Leborans no está deacuerdo con esta discriminación. En todoslos casos examinados reconoce un mismotipo de construcción atributiva, en virtud delos cuatro argumentos ya desarrollados.Pero va más allá: califica de “inconsistente”la prueba, en parte porque adjudica alhecho de que los verbos pseudocopulativosse usan muy frecuentemente comopredicativos y algunos como transitivos, elque no puedan construirse con este loporque la posibilidad de confusión con elpronombre acusativo haría ambigua laexpresión. Por otro lado, cita la afirmaciónde Carrasco de que el lo de las oracionesatributivas en realidad representa no soloal atributo sino al predicado nominal enteroy que la presencia del verbo con él sejustifica por ser un clítico.

Desde Bello se reconoce la presenciade otros verbos, además de ser, estar,parecer que funcionan como copulativos.

Por su parte Sobejano sostiene que“verbo copulativo por antonomasia es sercuando no tiene su significación primitivade «existir», sino un mero valor formal devínculo. Pero verbos copulativos sontambién otros muchos que, aun siendo depor sí verbos de significado pleno, actúan,al ligar sustantivo con adjetivo predicativo,de manera equivalente al copulativo puroser, de quien solo se diferencian por agregar

a la mera función copulativa unarepresentación semántica que nunca es deltodo la de su significado pleno, aunteniendo este mismo significado, y quesiempre pueden reducirse en últimoextremo a la cópula de esencia (ser), a lacópula de estado (estar) o a la cópula dedevenir (en español representada porperífrasis: llegar a ser, etc.)” 8

Sobejano habla de “frases copulativasno meramente tales” (Ej. Mi hermano naciófuerte). Y sostiene que estos verbos “que,sin perder totalmente la plenitud de susignificado, actúan de cópula entre unsustantivo y un adjetivo predicativo9 enconcordancia con él (ponerse, quedar,andar, nacer, parecer, crecer, etc.) sonsiempre verbos intransitivos, que significanesencia o apariencia, estado o devenir, peronunca acción realizada por el mismo sujeto,sino a lo sumo acción verificada en él,mientras que los otros verbos mantienen laplenitud íntegra de su significado, puedenser transitivos e intransitivos indistintamente(El huésped atravesó silencioso el vestíbulo;El huésped cruzó silencioso) y denotansiempre actividad ejercida por el sujetomismo”.

Navas Ruiz, citado por Alma Pedrettien Otros verbos copulativos en español,también amplía la lista de verbos que llama“atributivos”, y los clasifica semánticamenteen cuatro grupos: verbos que en la relaciónatributiva significan “permanencia”,“apariencia”, “devenir” o son verbos “deentendimiento y lengua”. 10

Al respecto, sostiene Pedretti: “Elcarácter atributivo de estas oraciones vieneclaramente marcado por laimprescindibilidad de construcción con elnombre atributivo a los efectos de lasemanticidad general de la oración. Ladesaparición del nombre atributivo produceya oraciones inaceptables por incompletas,ya enunciados en los que el significadoléxico del verbo cambia sustancialmente.”11

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Habría que reconocer, por tanto, quelos verbos de las construcciones atributivasforman una especie de escala. En ella, seres el término negativo de la oposición porno tener contenido semántico alguno y losverbos exclusivamente predicativos seríanel extremo positivo de la escala. Entre am-bos extremos, estarían los verbos que,siguiendo a Fernández Leborans, llamamospseudocopulativos y que habría que ubicarmás cerca de ser en la escala que de lospredicativos.

3. Predicación secundaria

VERBOS SEMICOPULATIVOS Y COMPLEMENTO

PREDICATIVO

A la distinción ya señalada entreverbos copulativos / verbospseudocopulativos, debe agregarse otra.Se llama semicopulativos a aquellos verbosque, sin llegar a funcionar como lospseudocopulativos, establecen como ellosuna relación entre un atributo y una basenominal. Lo que los diferencia es que noestán desemantizados, seleccionansemánticamente el sujeto de la oración y,en muchos casos, no exigen la presenciadel elemento atributivo.

Comparemos otra serie de ejemplos:

… los ojos verdes y grandes comoplatos le sostuvieron desafiantes lamirada.

…el pasajero recién descendido…tenía las neuronas anegadas de alcohol

(Aquella niña) lo trajo loco en el viaje

…descubrió su nombre escrito enun cartel que alguien exhibía porsobre algunas cabezas.

En todos ellos, un adjetivo(desafiantes, anegadas de alcohol, loco, es-

crito en un cartel…cabezas) se relaciona conuna base nominal (los ojos verdes y gran-des como platos, las neuronas, lo, su nom-bre); existe un verbo que media en esta re-lación (sostuvieron, tenía, trajo, descubrió).

En los ejemplos segundo y cuarto, eladjetivo concuerda con un sustantivo quelo precede inmediatamente y que funcionacomo CD de su respectivo verbo. ¿Por quéno forma con él un sintagma nominal? ¿Porqué es un caso de predicación?

Porque si conmutamos el CD por laforma pronominal correspondiente diría-mos:

…las tenía anegadas de alcohol

…lo descubrió escrito en un cartelque alguien exhibía por sobre algunascabezas

Los adjetivos no están abarcados porlos pronombres porque no forman sintagmacon su sustantivo. La relación que hay en-tre los sintagmas nominales las neuronas ysu nombre con sus respectivos adjetivos esuna relación de predicación. En el tercerejemplo, esa conmutación fue realizada porel enunciador del mensaje; el adjetivo quefunciona como elemento predicativo esloco.

¿Qué tienen de común estos casos conlos anteriores? En las oraciones con verbocopulativo o pseudocopulativo hay un pre-dicado nominal o atributo que predica desu sujeto a través de un verbo. Constituyen‘construcciones atributivas’.

¿Qué tienen de diferente? Que estapredicación se suma a otra ya existente enla oración. Es una predicación secundariaque coexiste con la primaria. Alarcos, ensu obra Estudios de gramática funcional delespañol explica esto así: “A veces aparecenreu-nidas en una misma oración la estruc-tura predicativa y la atributiva” […], y des-pués de ejemplificar con llevaba rotos los

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zapatos, deja al niño tranquilo, sostiene:“Parecen refundición de dos primitivas ora-ciones: llevaba los zapatos + los zapatosestaban rotos, deja al niño + el niño estátranquilo, reducidas a una por supresión delos elementos léxicos comunes.”12 Si bienesta interpretación nos ayuda a ver la exis-tencia de dos predicaciones en la mismasecuencia, no resulta del todo convincente.Sería una obviedad decir llevaba los zapa-tos; en nuestro tipo de sociedad no se es-pera otra cosa de las personas. Y en deja alniño decimos algo distinto a lo que se dicecon deja al niño tranquilo.

Sí hay dos niveles de análisis: en uno,está la predicación entre el verbo y la uni-dad formada por el CD y su atributo: tenía– las neuronas anegadas de alcohol. A estasubyace otra predicación constituida por lasneuronas – anegadas de alcohol. En estesegundo nivel de análisis volvemos a reco-nocer un sujeto (las neuronas) y su predi-cado (anegadas de alcohol)

Por eso hoy se alude a estos comocasos de predicación secundaria. SalvadorGutiérrez Ordóñez, en un trabajo pertene-ciente a su libro La oración y sus funcionesla define así: «Por predicación secundariase entiende normalmente una predicaciónque coexiste en relación con otra que co-bra mayor relieve dentro de la secuencia.»13

Es lo que pasa en los últimos ejemplos se-leccionados.

Demonte y Masullo llaman comple-mentos predicativos a los elementos nomi-nales que cumplen esta función de predi-cados secundarios y los caracterizan así:

«Denominamos ‘complementos pre-dicativos’ a aquellos constituyentes que mo-difican simultáneamente al predicado ver-bal y a un sintagma nominal de la mismaoración (típicamente, al sujeto y al objetodirecto sintáctico), con cuyo núcleo con-cuerdan en género y número»14

Así, en nuestros ejemplos, desafiantes,anegadas de alcohol, loco, escrito en uncartel…cabezas son complementospredicativos. Los autores precisan que los«predicativos pueden ser obligatorios u op-cionales» (N1, p. 2463)

La predicación secundaria tiene, pues,rasgos diferenciales con la predicación pri-maria: 1) coexiste con una predicación pri-maria; 2) se relaciona con el verbo de lapredicación primaria; 3) no hay un verboque la exprese (por eso es deficitaria, se-gún Martínez). Está explicada por Demontey Masullo de esta manera: «La denomina-ción de ‘complemento predicativo’ reflejael hecho de que estos modificadores secomportan respecto del nombre como unsegundo predicado: le atribuyen un estadoo propiedad y tienen con él una relaciónde dependencia sintáctica que se traduceen la concordancia de género y númerocuando el predicado es un adjetivo. De ahíque sea corriente denominar ‘predicadossecundarios’ a formas como las [de losejemplos], y que el sintagma nominal delque se predican secundariamente puedadenominarse el sujeto de ese predicado se-cundario (con independencia de que seasujeto u objeto respecto del verbo princi-pal). Por otra parte, estos segundos predi-cados también están escogidos por el ver-bo principal o predicado primario [...] y son,bien modificadores adjuntos de él (predi-cados no obligatorios, semánticamentecompatibles con el verbo principal, que ex-presan estados del sintagma nominal delque se predican), bien complementos delverbo principal, en tanto en cuanto la pre-dicación no puede efectuarse si no apareceese complemento predicativo».

Este último es el caso de nuestrosejemplos con predicativo del objeto.

Por eso a estos verbos se los llamasemicopulativos (también cuasi-copulativos

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o semi (cuasi) atributivos) porque soncopulativos solo en parte, en la medida enque no están en absoluto desemantizados,y forman predicados nominales solo en re-lación al complemento predicativo que losacompaña, pero no en relación con el res-to de la oración. Por eso, no se los denomi-na atributos, porque se reserva este nom-bre para el elemento que funciona comopredicado primario de su verbo. Estos ver-bos ‘semicopulativos’ llevan, decíamos, uncomplemento predicativo que, en unos ca-sos es prescindible y en otros, imprescindi-ble, lo que ha dado lugar a que se hable depredicativos ‘obligatorios’ y ‘no obligato-rios’.

¿En qué casos sucede una u otra cosa?

Los complementos predicativos delsujeto son no obligatorios. Podemos pres-cindir de ellos e igualmente tenemos unaoración gramatical:

… los ojos verdes y grandes como pla-tos le sostuvieron la mirada.

De prescindir del complemento pre-dicativo del objeto o CD, el resultado seríaagramatical o diríamos otra cosa:

*…el pasajero recién descendido…tenía las neuronas

# (Aquella niña) lo trajo en el viaje

#…descubrió su nombre15

Y mientras el sujeto puede eludirsepor consabido, en el caso del objeto, su eli-sión tiene que ir acompañada del referentepronominal adecuado porque el prescindirtotalmente de él haría a la oraciónagramatical:

* …el pasajero recién descendido…tenía anegadas

* (Aquella niña) trajo loco en el viaje

*…descubrió escrito en un cartel que

alguien exhibía por sobre algunas cabezas

De modo que la escala gradual iniciadaya con los verbos copulativos en un extre-mo y los predicativos en el otro, se comple-taría así:

copulativos pseudocopulativos semicopulativos predicativos

Dijimos que en esa escala ser es el tér-mino negativo de la oposición y los verbosexclusivamente predicativos serían el extre-mo positivo. A su vez los pseudocopulativosestarían más cerca de los copulativos en laescala porque forman, como ellos, predi-cados nominales y los semicopulativos, máscerca de los predicativos puros dado queforman, al igual que estos, predicados ver-bales:

copulativos pseudocopulativos semicopulativos predicativos

p. nominal p. verbal

En todos los casos vistos, la relaciónentre el elemento atributivo y su sujeto seestablece mediante un verbo quees copulativo propiamente dicho,pseudocopulativo o semicopulativo.

Pero puede darse también sin verbo.

4. Predicados incidentales

Señalan Demonte y Masullo “lospredicativos orientados al sujeto no han deconfundirse con los predicados incidenta-les o adjetivos destacados”16

En el ejemplo: Todavía ciego... Joa-quín Díaz rogó..., el adjetivo ciego concuer-da con su sustantivo, el nombre propio J.D. pero no forma parte del sujeto. Inclusosi lo pospusiéramos a su sustantivo, apare-cería entre comas en la escritura y se leeríaenmarcado por pausas. Ese adjetivo no for-ma parte del sujeto. Si elidiéramos por con-sabido ese sujeto, no desaparecería el ad-jetivo, porque no está funcionando

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unitariamente con él. Lo mismo pasa en esteejemplo:

El hombre, desnudo y tendido bocaarriba sobre las sábanas desordenadas, pa-recía un cadáver

en que los adjetivos desnudo y tendido…que están junto a su sustantivo, no forman,sin embargo, sintagma con él. ¿La prueba?Podemos cambiar de posición el sintagmanominal el hombre sin que arrastre en estecambio a los adjetivos. Hay entre ellos unarelación de predicación.

Esta predicación se produce sin ver-bo también, porque el verbo de la oraciónen que aparecen no tiene relación con es-tos elementos y ellos ni siquiera cumplenfunción respecto del verbo, sino solo del sus-tantivo al que están referidos. Esta relaciónse manifiesta únicamente por la concordan-cia. Se los llama predicados incidenta-les o adjuntos libres.

Esta función comparte, sin duda, ca-racterísticas con los complementospredicativos vistos más arriba. Veamos quécaracterísticas comunes y diferentes tienencon estas otras estructuras:

Características comunes:

· Se refieren a (y concuerdan con) unsintagma nominal que cumple una fun-ción dentro de la oración principal.

· Se trata de sintagmas adjetivos que pre-dican de ese sintagma nominal.

Características diferentes:

· No son obligatorios (como algunos com-plementos predicativos)

· Su relación con el sintagma nominal noes tan estrecha como en el caso de loscomplementos predicativos, ni tienencon el verbo la clara conexión de lospredicativos.

· Los adjetivos incidentales están entrepausas (en inciso).

· En estrecha vinculación con la caracte-rística fónica señalada, estos adjetivosincidentales gozan de gran movilidad enla oración.

Si buscamos en el texto de Fornaro,este mecanismo de relieve se emplea, porlo menos otras dos veces:

Aturdido por el barullo de vocesen idiomas que no lograba distinguir,el casi cadáver se encontró…

Resguardado por el cilindro demetal que parecía bien plantado… sesintió huérfano en medio de tanta gente.

Como vemos, los adjetivos inciden-tales se relacionan con uno de los argumen-tos del verbo de la oración. Esta es la razónprincipal por la cual no son consideradosCCAA por muchos autores.

A pesar de esta diferencia, hay auto-res que los consideran variantes de lasCCAA. Así, por ejemplo, Bello sostiene:“Cállase a veces el sustantivo por hallarse apoca distancia: «Se trató de amoblar el pa-lacio, y amoblado, se trasladaron a él lostribunales».Gil Zárate, hablando de Lope deVega, dice así: «Flojo, desmayado, incorrec-to, prosaico muchas veces, sus eminentescualidades, que dirigidas por el arte se hu-bieran fortalecido para mostrarse en todosu esplendor, degeneraron en los vicios aque toda virtud está cercana»”.17 Por el con-trario, Hernanz y Suñer, en su trabajo parala GDLE, presentan el primero de estosejemplos entre los casos de ‘adjuntos libres’,que “a diferencia de aquellas [las CCAA]carecen de sujeto explícito”,18 aunque re-cogen en una nota la opinión de Bello alrespecto.

5. Predicación no verbal

ATRIBUCIÓN SIN VERBO

Volvamos al fragmento textual de C.Ruiz Zafón. Extraigo los segmentos que pre-

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sentan una relación atributiva realizada sinverbo:

1. La pintura de las paredes, desprendida2. las losas del suelo, sueltas3. los muebles, carcomidos por la hume-

dad y el frío4. los techos, caídos5. las grandes alfombras, raídas y descolo-

ridas

En cada una podríamos reponer unverbo, estaban, pero este verbo no figuraen el contexto. ¿Por qué se sobreentiendeigualmente? Porque al ser un verbo de es-casa significación léxica, uno de los llama-dos verbos “copulativos”, el hablante pue-de prescindir de él y marcar con la pausabreve (representada en la escritura por unacoma), la relación predicativa que une cadasujeto

la pintura de las paredes

las losas del suelo

los muebles

los techos

las grandes alfombras

con su respectivo predicado:

desprendida

sueltas

carcomidos por la humedad y el frío

caídos

raídas y descoloridas

CONSTRUCCIONES ABSOLUTAS

Hay en los fragmentos seleccionadosun caso solo de construcción absoluta. ¿Cuál?

Pasada la doble puerta de cristalesque…, se vio empujado a un espacio abier-to…

Agrego, de otro tramo:

Terminado el almuerzo, Raquel loacompañó hasta la parada de los autobu-ses que lo llevarían al Foro.

En estos casos hay también un adje-tivo, los participios pasada y terminado, enconcordancia con un sustantivo, puerta yalmuerzo respectivamente, pero no formancon estos sustantivos un sintagma nominal,sino que predican de ellos. Esa predicaciónse produce adentro de una oración pero elelemento base de la predicación y el ele-mento predicativo o atributo no están rela-cionados entre sí mediante un verbo. For-man construcciones absolutas, es decir, des-ligadas del resto de la oración.

En ellas se puede reconocer:

1) un predicado, formado por un ad-jetivo participial solo, sin verbo conjugado,

y

2) un sujeto, pospuesto al predicadoy formado por un SN.

¿Por qué aparecen dentro de una ora-ción? Porque la construcción absoluta en-tera cumple una función oracional. ¿Cuál?La de circunstancial.

Para María Lluïsa Hernanz y Avel-linaSuñer las cláusulas absolutas constituyen“un binomio predicativo desprovisto de unaforma verbal flexionada, desligadosintáctica y melódicamente de la oraciónprincipal, y que aporta una modificaciónequiparable a la de una subordinadaadverbial.”19

Entre los dos elementos constitutivosde las CCAA existe una relación de predi-cación: “en las construcciones absolutas –dice Gutiérrez Ordóñez– no existe un nú-cleo: son estructuras binarias constituidas

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por dos segmentos interdependientes, nojerarquizados entre sí por relaciones de de-pendencia. Basta con que falte uno de ellospara que tal construcción se derrumbe.Desempeñan dentro de la secuencia unafunción conjunta, global.”20

De lo anterior se desprende que estasconstrucciones tienen las siguientes carac-terísticas:

a) Funcionan globalmente comoaditamento de la oración en la quese incrustan.b) Siempre aparecen separadaspor pausas del resto de la secuencia.En cuanto a sus rasgos internos, co-

rresponde señalar que

a) Son secuencias binarias. ¿Por quélo decimos? El elemento adjetivo (pa-sada, terminado) no entra dentro delámbito de la conmutación del sustan-tivo, por lo que queda demostradoque desempeña una función apartede la de su base nominal: no es unadjunto nominal. Si lo fuera, sepodría interponer entre el sustantivoy su determinante. Tal interposiciónda como resultado una secuenciaagramatical:

*la pasada doble puerta de cristales que…,se vio empujado a…

*el terminado almuerzo, Raquel lo acom-pañó…

b) La construcción está formadapor dos segmentos: un sintagma no-minal y un sintagma que tiene, fre-cuentemente, carácter adjetivo. Esteadjetivo concuerda en género y nú-mero con el sustantivo:

Pasada la doble puerta de cristales…, Ter-minado el almuerzo….

c) La relación entre ambos es deinterdependencia, esto es, se presu-ponen mutuamente.

El sustantivo puede ser conmutadopor un referente pronominal en caso nomi-nativo: Pasada ella… El empleo del nomi-nativo para el pronombre personal pruebala función sujeto de cualquier segmento(Aquella niña…había pasado a ser una gotamás…/ Ella había pasado a ser una gotamás…). Esta es la función que le hemosadjudicado al sintagma nominal.

Por su parte, la conmutación por cerode los segmentos adjetivos produce secuen-cias anómalas: *La doble puerta de crista-les, se vio empujado a un espacio abierto…,*el almuerzo, Raquel lo acompañó hasta laparada…

Los argumentos precedentes, más elhecho de admitir una paráfrasis con otrassecuencias en las que al reponer un verboconjugado, el consentido es un verbocopulativo, prueban –para GutiérrezOrdóñez–la función ‘atributo’ del sintagmaadjetivo:

una vez que la puerta fue pasadaapenas estuvo terminado el almuer-

zo...Por eso, este autor da a estas cons-

trucciones el nombre de construccionesatributivas absolutas.

Hernanz y Suñer no comparten el cri-terio anterior; es más, consideran a todoslos casos de predicación no verbal comocasos de “predicación no copulativa” porla ausencia de una forma verbal finita paraexpresarla.

Bibliografía citada

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mática española, Istmo, MadridMENDIKOETXEA, Amaya: Cap. 25. “Construccionesinacusativas y pasivas”. En Bosque, I. y V. Demonte (dir.),(1999): Gramática descriptiva de la lengua española.Espasa, Madrid.NAVAS RUIZ, Ricardo (1963): Ser y estar: Estudio del siste-ma atributivo del español. Acta Salmanticensia, t. XVII,núm. 3, Salamanca.PEDRETTI, Alma (1985): “Otros verbos copulativos en es-pañol”, de Cuadernos de gramática 1, Academia Nacio-nal de Letras, Montevideo.SOBEJANO, Gonzalo (1956): El epíteto en la lírica españo-la. Gredos, Madrid.TRUJILLO, Ramón: “Sobre el uso metafórico de los modosen español”. En WOTJAK, Gerd (coord.) (1996): El verboespañol. Aspectos morfosintácticos, sociolingüisticos ylexicogenéticos. Iberoamericana Ed., Madrid.

1 En adelante, GDLE.* “La Esposizione Universale di Roma sobrevivía en lasigla que designaba aquel barrio del sur de la ciudad y enla majestuosidad modernista de los edificios de mármolesblanquecinos, y en el trazado urbanístico bien diferenteal resto de los barrios romanos…”2 TRUJILLO, Ramón: “Sobre el uso metafórico de los modosen español”, en WOTJAK, Gerd (coord.): El verbo español.Aspectos morfosintácticos, sociolingüisticos ylexicogenéticos. Iberoamericana Ed., Madrid, 1996, p. 23.3 BLOOMFIELD, Leonard (1933): El lenguaje, 1964 para latraducción al español, Universidad de San Marcos, Lima.4 LEWANDOWSKI, Theodor: Diccionario de lingüística,Cátedra, Madrid, 1995, 4ª edición, p.269.5 MARTÍNEZ, José A.: Cuestiones marginadas de gramáticaespañola, Istmo, Madrid, 1994, N. 257, p. 274.6 MENDIKOETXEA, Amaya: §25.1.1.2. “Construccionesinacusativas y pasivas” de la GDLE perteneciente aBosque, I. y V. Demonte (dir.), Espasa, Madrid, 1999.7 FERNÁNDEZ LEBORANS, María Jesús: §37.1.2. “Lapredicación: las oraciones copulativas”, en GDLE, p.2363.8 SOBEJANO, Gonzalo: Cap. VI “Función sintáctica deladjetivo”, en El epíteto en la lírica española. Gredos,Madrid, 1956, p. 128. pp. 125, 126.9 Recordemos que este autor llama “predicativa” a lafunción del que en este trabajo estamos denominando“atributo”.10 NAVAS RUIZ, Ricardo: Ser y estar: Estudio del sistemaatributivo del español. Acta Salmanticensia, t. XVII, núm.3, Salamanca, 1963. Citado en PEDRETTI, Alma: “Otrosverbos copulativos en español”, de Cuadernos de

gramática 1, Academia Nacional de Letras, Montevideo,1985, pp. 23, 24.11 PEDRETTI, Alma: “Hacia la determinación delcomportamiento del sistema atributivo español, y en par-ticular de los verbos “ser” y “estar”. Facultad deHumanidades y Ciencias de la Educación, Montevideo,1992.12 ALARCOS LLORACH, Emilio: Cap. VII. “Verbo transitivo,verbo intransitivo y estructura del predicado”, en Estu-dios de gramática funcional del español, Gredos, Madrid,1987, 3ª edición, pp.159, 160.13 GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador: Cap. 12. “Nuevas varia-ciones sobre la atribución”, en La oración y sus funcio-nes, Arco/Libros, Madrid, 1997.14 DEMONTE, Violeta y Pascual MASULLO: § 38.1.1. “La pre-dicación: los complementos predicativos” en GDLE, , p.246315 En los dos últimos ejemplos, sustituimos el asteriscopor otro símbolo porque la ausencia del complementopredicativo no da un resultado agramatical sino que pro-voca un cambio en la significación de la secuencia.16 Op. cit.: §38.2.1.3., p. 248317 BELLO, Andrés: Cap. XLVIII “Cláusulas absolutas”, enGramática de la lengua castellana. EDAF, Madrid, 1984,§1175, p.342.18 HERNANZ CARBÓ, M. Lluïsa y Avel-lina SUÑER GRATACÓS:Cap. 39. “La predicación: La predicación no copulativa.Las construcciones absolutas”, en la GDLE, p. 2546.19 HERNANZ CARBÓ, M. Lluïsa y Avel-lina SUÑER GRATACÓS:Op. cit., §39.3.1., p. 254120 GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador: §1.4. del Cap. 10: “Cons-trucciones atributivas absolutas” perteneciente a La ora-ción y sus funciones, p. 223.

Notas

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I IntroducciónA) DefinicionesB) Sujeto / agenteC) Impersonalidad sintáctica y semán-

tica.

II Oraciones impersonales consujeto indeterminado.

A) Con infinitivoB) Con gerundioC) Oraciones con sujeto de referencia

inespecífica.1) La segunda persona del singular.2) La tercera persona del plural.3) La forma “uno, -a”.

III Oraciones impersonales por lanaturaleza del predicado

A) Predicados que significan fenómenosnaturales.

B) Las construcciones temporales con“hacer”.

C) Los verbos “parecer” y “resultar”.1) Parecer2) ResultarD) Los verbos existenciales: “haber”.

IV Oraciones impersonales con“se”

A) Características generales.B) Con verbos con objetos preposi-

cionales.C) Con verbos no transitivos.1) Con inacusativos2) Con copulativos.3) Con pasivas perifrásticas.

I. Introducción

A) Definiciones

“Proposición anómala o irregular esla que carece de sujeto, no solo porque nolo lleva expreso, sino porque según el usode la lengua, o no puede tenerlo oregularmente no lo tiene” (Bello §728)(Posible causa para que Bello las denomineanómalas o irregulares: “Como al verbo serefieren todas las otras palabras del atributo[predicado], y al sustantivo todas las otrasdel sujeto, y como el verbo mismo se refierea un sustantivo, ya se echa de ver que elsustantivo sujeto es en la proposición lapalabra primaria y dominante, y a la que,directa o indirectamente, miran todas lasotras de que la proposición se compone.”§42)

“Dentro de este grupo se incluyenclases de oraciones muy diversas, pero quetienen un carácter común: laindeterminación del sujeto. Indeterminaciónque puede proceder de la naturaleza del

Las formas de expresarla impersonalidad

Diego SanguinettiEgresado del IPA en Idioma Español

Prof. De Teoría Gramatical en el IPA, de Español en Educación Secundaria y de Latín en Instituciones Privados

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hecho verbal, del desconocimiento delsujeto por parte del que habla o de la faltade interés por expresarlo.” (Rafael Seco,Manual de gramática española §150)

“La impersonalidad está relacionadacon (la ausencia de) alguna propiedad delsujeto” (GDLE 27.1)

B) Sujeto / agente

Las definiciones del apartadoprecedente son elocuentes acerca de larelación entre la impersonalidad y el sujeto.Por esta razón procede realizar la distinciónexplicitada en este subtítulo.

Está claro que la ausencia material delconstituyente sujeto no equivale aimpersonalidad. El español, dada su riquezaflexiva, permite oraciones sin sujeto expreso,si es recuperable, vgr.: “estamos en el IPA”,“viniste desabrigado”. Distinto es el “sujetocero”, del cual dice Gómez Torrego “queni es recuperable léxicamente (por unpronombre, un nombre u otracategoría nominal) ni es detectablemediante huellas o relacionesreferenciales (anafóricas ocatafóricas).”1 Corresponde agregar,aunque lo veremos más adelante, que elsujeto en “uno busca lleno de esperanzas”o “si tú no ayudas no te ayudan” es unexpletivo similar al inglés “it rains”, o alfrancés “il pleut”.

El párrafo precedente versaacerca del constituyente sintáctico sujeto.Para distinguirlo del rol semántico agenteveamos las siguientes series de verbosintransitivos:

1) A Bladrar morirtrabajar caersonreír rompersebostezar llegar

El sujeto de los verbos de la serie A esagente, el sujeto de los verbos de la serie B

es tema. Esta afirmación se sostiene a partirde algunas diferencias en ciertos compor-tamientos sintácticos correspondientes aesta diferencia del rol semántico del sujeto.

a) Posición del sujeto.En los verbos de la serie A el sujeto sueleser preverbal.En los verbos de la serie B el sujeto sueleser postverbal (cual objeto directo).b) Determinación del sujeto.Los verbos de la serie A no admiten sujetosin determinante.Los verbos de la serie B, sí (al igual que losverbos transitivos con respecto a su objetodirecto).c) Concordancia entre el participio y elsujeto.El participio de los verbos de la serie A noconcuerda con el sujeto, vgr.: *el niñosonreído / *el obrero trabajado.El participio de los verbos de la serie B síconcuerda con el sujeto (como el participiode los verbos transitivos con su objetodirecto), vgr.: el árbol caído / la copa rota.

Así, distinguimos dos tipos de verbosintransitivos: los intransitivos propiamentedichos, o inergativos, en los que el sujetocoincide con el agente; y los inacusativos,carentes de agente, no de sujeto, quecomparte algunas características con elobjeto directo de los verbos transitivos2 .Esta distinción entre “sujeto” y “agente” esimportante al estudiar la impersonalidad,ya que algunas impersonales carecen desujeto y otras de agente.

C) Impersonalidad sintáctica ysemántica.

Algunas oraciones impersonales loson por la propia naturaleza del verbo (odel predicado), ya que no incluyen en suestructura argumental ningúnargumento con el papel semántico deagente , causante o productor,

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generalmente asociado al sujeto gramatical,vgr. “llueve”, “hay un problema”; mientrasque en otras, más allá del verbo implicado,esa función semántica se atribuye aun individuo no determinado, vgr.“llaman a la puerta”, “uno busca lleno deesperanzas…”

II Oraciones impersonales consujeto indeterminado.

A) Con infinitivo

Gómez Torrego las incluye en elcapítulo “impersonales sintácticas ysemánticas”, dado que no se especifica elagente (“recibe una interpretación genéricao universal, equivalente a «la gente», «todaslas personas», «todo el mundo»” GDLE27.2.1), y el sujeto es cero (lo cual estárelacionado, dice GDLE, “con laparticularidad más importante del infinitivo:su incapacidad para estar flexionado”),luego de distinguirlas de otras estructurasde infinitivo donde el sujeto sí “esrecuperable léxicamente (por unpronombre, un nombre u otra categoríanominal) [o] es detectable mediante huellaso relaciones referenciales (anafóricas ocatafóricas)”.

2) Conviene no hacer ruido.Es importante tener sentido crítico.Está permitido fumar.

El sujeto de estos infinitivos recibe unainterpretación universal, como prueba laposibilidad de aparición del pronombre “se”en el segundo elemento de este par:

3) Conviene pasar el tiempo en algoproductivo. / Conviene pasarse el tiempoen algo productivo.

o la posibilidad de aparición de “uno, -a”

en el segundo elemento de este otro par:

4) Es difícil quedarse en el molde. / Esdifícil quedarse uno en el molde.

Tanto el “se” de ese ejemplo como el “uno,-a” de este último vehiculizan aquelsignificado genérico o universal mentadoarriba; aunque en “…quedarse uno…” nocorresponde hablar de impersonalidadsintáctica.

En ciertas estructuras de valorconativo encontramos aquellaindeterminación del sujeto:

5) No esputar.No hablar con el conductor.A comer.

y también en ciertos infinitivos que fungencomo sujeto en estructuras copulativas:

6) Razonar es una actividad muy rara.Leer es apasionante.Escuchar cuando otro habla es de

buena educación.

Un detalle notable de estos tres últimosejemplos y de sus similares es su caráctersentencioso.

B) Con gerundio

Incluidas en el mismo capítulo dellibro de Gómez Torrego que el apartadoanterior, las estructuras impersonales congerundio presentan una restricción que noaparece en las de infinitivo: “talimpersonalidad se proyecta desde laproposición principal a la subordinada degerundio”3 .

7) En ciertos lugares se baila saltando.

Basta con que aparezca un sujeto en laoración principal para que desaparezca lainterpretación impersonal de la estructura

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con gerundio:

8) Fulano baila saltando.

C) Oraciones con sujeto de referenciainespecífica.

1) La segunda persona del singular.

En oraciones del tipo:

9) Nunca sabés cuándo te va a llegar lahora.

A los amigos de verdad los contás conlos dedos de una mano.

la segunda persona de los verbos “sabés”,“contás” y del pronombre “te” tiene, comolo indica el subtítulo, una referenciainespecífica, genérica, ya que sonparafraseables por oraciones con “uno, -a”,o por impersonales con “se”:

10) Uno nunca sabe cuándo le va a llegarla hora.

A los amigos de verdad se los cuentacon los dedos de una mano.

Pero no se puede hablar de un sujeto cerotal como lo define Gómez Torrego, ya queel constituyente concordante con el verbose puede recuperar léxicamente (aunque noes lo más habitual):

11) (Vos) nunca sabés cuándo te va allegar la hora.

Por esto, Gómez Torrego trata estepunto en el capítulo “impersonalesexclusivamente semánticas”.

Por otra parte, tanto este autor comola GDLE (27.2.2.1) anotan que este valorinespecífico no se restringe a la desinenciaverbal y al sujeto, sino que puede apareceren pronombres en dativo, en acusativo, entérminos de preposición y aun en posesivos:

12) Los políticos te mienten.En medio de una multitud siempre te

golpean, te pisan, te aprietan.Al campear el individualismo, nadie

se preocupa por ti.Si no dormís bien, tu ánimo anda por

el piso.

2) La tercera persona del plural.

“La tercera persona del plural puedeadquirir un significado impersonal cuandoalude bien a un sujeto desconocido, bien aun sujeto cuya referencia no interesaexpresar.”4

13) Tocan timbre.Vinieron a cambiar el vidrio roto.

A diferencia de lo visto en el apartadoanterior, la interpretación de la tercera delplural no es genérica (como la segunda delsingular), sino indefinida o indeterminada.Gómez Torrego estudia estos casos tambiénen el capítulo “impersonales sintácticas ysemánticas”, ya que el sujeto, además deser semánticamente indefinido, esléxicamente irrecuperable, pues si apareceun pronombre que recoja el valor de terceradel plural, desaparece la posibilidad de lainterpretación impersonal:

14) Ellos tocan timbre.Ellos vinieron a cambiar el vidrio roto.

Por otra parte, la pluralidad enaquellos ejemplos es estrictamente formal,ya que no aporta el valor de ‘más de un(a)individuo / entidad’ que le es propio. Poresta razón es posible la siguiente secuencia,en la que el sujeto tiene una referenciaúnica:

15) Tocan timbre. Es tu amigo Juan.

Compárense estos tres ejemplospropuestos por la GDLE:

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17) Ronronean ruidosamente.Crepitan con furia.Brillan de manera insoportable.

Dentro de las impersonales entercera del plural hay un grupo de oracionesque aparecen encabezadas por verbos delengua o de pensamiento:

18) Dicen que dicen que en la nochebruna sus ojos reflejan destellos de luna.

Anunciaron que se va a instalar otrafábrica de celulosa.

Piensan que va a bajar el precio delpetróleo.

La interpretación de estas oracionesse suele equiparar a las formascorrespondientes con el verbo en singulary el pronombre “se”:

19) Se dice que dicen que en la nochebruna sus ojos reflejan destellos de luna.

Se anunció que se va a instalar otrafábrica de celulosa.

Se piensa que va a bajar el precio delpetróleo.

Pero veíamos arriba que no sonequivalentes, ya que en las oraciones conel verbo en tercera del plural el emisorqueda excluido de la interpretación,mientras que no necesariamente sucede asíen las oraciones con “se”.

3) La forma “uno, -a”.

Gómez Torrego estudia estos casos enel capítulo “impersonales exclusivamentesemánticas” ya que se da unageneralización o indeterminación en lainterpretación del agente, pero no se tratade impersonales sintácticas, dado que nose puede hablar de sujeto cero, puesaparece léxicamente realizado por la unidad“uno, -a”. La interpretación indeterminadaproviene del propio significado de estaunidad, que es un indefinido:

16) En esta oficina se trabaja a destajo.En esta oficina trabajas a destajo.En esta oficina trabajan a destajo.

Siendo tres impersonales, el últimotiene una diferencia con respecto a los dosprimeros: el emisor (la primera del singu-lar) puede quedar incluido en lainterpretación de las dos primeras oraciones(ambas pueden parafrasearse como “Enesta oficina todo el mundo (incluido yo)trabaja a destajo”), no así en la de la tercera.Así, lo que separa a las impersonales con“se” y a las de segunda persona del singu-lar de las impersonales de tercera personadel plural es la exclusión del emisor en lainterpretación de estas últimas.

La interpretación indefinida de latercera persona del plural solo se verificaen relación con el sujeto, a diferencia de loque vimos en el apartado de lasimpersonales de segunda del singular.Posiblemente esto esté relacionado con elhecho de que una tercera persona del plu-ral puede recibir una interpretaciónindefinida si no está expresa, pues,como veíamos arriba, si aparece unpronombre que recoge el valor detercera del plural, queda vedada lainterpretación impersonal, y no todoslos constituyentes tienen las mismasposibilidades de elisión que el sujeto.Además, los sujetos pacientes (de laspasivas y de los verbos inacusativos) entercera del plural no admiten tampoco lainterpretación indefinida, todo lo cualparece restringir esta interpretación a losconstituyentes en tercera del plural conpapel temático agentivo.

Otra restricción importante para lainterpretación indefinida de la tercera delplural es la de tener que referirse a un sujetono solo animado, sino también humano.(GDLE) Por esto está vedada lainterpretación indefinida en oraciones cuyoverbo expresa una actividad normalmenteno realizada por seres humanos:

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20) Uno busca lleno de esperanzas…Uno hace un poco lo que quiere y otro

poco lo que puede.

Estos ejemplos son semánticamenteequivalentes a las impersonales con “se”correspondientes:

21) Se busca lleno de esperanzas…Se hace un poco lo que se quiere y

otro poco lo que se puede.

Lo que decíamos más arriba acercade que el emisor puede quedar incluido enla interpretación de las impersonales con“se” y de las de segunda persona del sin-gular cabe también para estas oraciones con“uno, -a” como sujeto.

Al igual que lo visto acerca de lasegunda del singular (y a diferencia de latercera el plural), el valor indeterminadoaportado por esta unidad no se restringe alconstituyente sujeto:

22) Si a uno lo atacan, uno se defiende.Si a uno le mienten…Si hablan de uno…

Gómez Torrego anota, además, unaserie de características sintácticas de estaunidad:

a) Admite el femenino, pero no el plural(siempre que queramos mantener lainterpretación indeterminada):

23) Una sabe lo que tiene que hacer.Cuando una tiene razón, tiene que

hacerla valer.*Unos buscan llenos de esperanzas…

b) Cuando el verbo es pronominal o vaacompañado de un “se” reflexivo, el valorindeterminado debe manifestarse con “uno,-a”, y no con “se”, ya que en español no seadmiten dos “se” para el mismo verbo:

24) Cuando uno se queja sin parar, al fi-nal le dan bolilla.

Si uno se pasa el día ocupado, la horavuela.

c) Es compatible con subordinadas derelativo (complementos en general)explicativas, pero no con las especificativas(insisto, siempre que queramos mantenerla interpretación indeterminada):

25) Uno, que ya está harto de todo, solopiensa en renunciar

*Uno que ya está harto de todo…5

Esto probablemente se debe a que elcarácter indefinido de “uno, -a”, muy apropósito para la impersonalidad,desaparece frente a n complementoespecificativo, que funge comodeterminante.

III Oraciones impersonales por lanaturaleza del predicado

A) Predicados que significan fenómenosnaturales.

Se incluyen estas estructuras entre lasoraciones impersonales porque nopresentan ni sujeto ni agente, según vimosal principio. Se caracterizan principalmentepor “expresar una propiedad o un eventoque no se predica de ningún agente ocausante, en este sentido es que se dice queno tienen sujeto6 .”

La GDLE (27.3.1) distingue dosgrupos, según la naturaleza simple ocompleja de los predicados. Así,encontramos estructuras con un verbo vacíode significado léxico, como “estar”, “ser” o“hacer”, seguido de un sustantivo o unadjetivo referido a un fenómeno o cualidadnatural (o atmosférico); “alternativamente,existen piezas léxicas verbales que llevan

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incluido en su significado un fenómeno con-creto7 ”.

26) A BEstá nublado. Llueve.Es de día. Amaneció.Hace frío. Truena.

Nieva.

Al respecto de la serie B, se hadicho que tienen un agente implícito (dios,la naturaleza) o cognado (la lluvia, eltrueno)8 .

En algunos usos figurados, el verbo“llover” puede concordar con un paciente:

27) Llueven piedras.Lleven pingüinos de cabeza.

“En estos casos, no cabe hablar deimpersonalidad9 ”. Parecería que aquí“llover” se acercara semánticamente a“caer”, verbo inacusativo. Dijimos ya queconcuerda con un paciente, la posición delsujeto es postverbal, admite sujetos sindeterminante (GDLE 27.3.1 dice “en elcaso de los temas o pacientes, el sintagmadebe ser necesariamente indefinido”,aunque en el párrafo siguiente establece unaexcepción para esta restricción: “En este tipode construcción la presencia de un dativo(implícito o explícito) es imprescindible paraque el SN pueda ser definido”), el participiopuede llegar a concordar con el paciente(no me imagino “los pingüinos o las piedrasllovidas”, pero no me parece descabellado“el agua llovida no alcanzó para cubrirlas necesidades”).

Al respecto de “amanecer” diceGómez Torrego que es dudosa suimpersonalidad, pues puede aparecer consu significado normal u originario con sujetoléxico sintáctico:

28) El día amaneció despejado.

Y aun en un uso metonímico, según

el mismo Gómez Torrego:

29) Amanecimos en París.

Al respecto de la serie A, lasformas con “hacer” son impersonalescuando el verbo va seguido (o precedidoen las interrogativas y exclamativas) de unSN con significado climatológico o deestado atmosférico.

30) Hace frío.Hace un día hermoso.

La GDLE (27.3.1) dice que “elnombre que aparece tras hacer nunca in-duce concordancia”, y plantea acontinuación la posibilidad de lapronominalización de estos complementos:

31) Hace frío. / Lo hace.Hace un día hermoso. / Lo hace.

Sin embargo, a mediados del sigloXIX, Bello escribía: “(…) Hoy es comúnconvertir este acusativo en sujeto: «Hicierongrandes calores». (…)”10

Las formas con “ser” alternan con unaestructura personal con “estar”,generalmente en primera persona del plu-ral:

32) Es invierno. / Estamos en invierno.Es sábado. / Estamos a sábado.

La forma personal no admite que elsujeto esté expreso, salvo que se intentelograr un efecto contrastivo:

33) Nosotros estamos en invierno, pero enSuecia es verano.

B) Las construcciones temporales con“hacer”.

“El verbo hacer, seguido de unsintagma de significado temporal, entra en

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otro tipo distinto de construccionesimpersonales que indican el punto en eltiempo en que se produjo una acción o apartir del cual perdura una acción o unestado, en relación con un momentodeterminado o con el momento dehabla.”11

La estructura “hacer + SN temporal”participa de dos tipos diferentes deconstrucciones. Por un lado, esta estructurafunciona como complemento temporal deun verbo, introducida o no por unapreposición, o como complemento de unsustantivo introducida por la preposición“de”.

34) Llegó hace tres días.No lo veo desde hace años.En aquel momento, lo conocía desde

hacía seis años.Estuvo acá hasta hace diez minutos.Un libro de hace dos siglos.

“Desde” y “hasta”, como se ve en 34)son las preposiciones que puedenencabezar esta estructura cuando funcionancomo complemento temporal de un verbo.

Por otro lado, “hacer no escomplemento de un verbo o nombre sinoque toma, además del sintagma temporal,una oración o un complemento nominalcon de que denota una acción o evento.”

35) Hace cien años que nació.Hacía tiempo que no venía.Hace cien años de su nacimiento.Hará cien años de su nacimiento.En septiembre hará cien años de su

nacimiento.

Tanto en 34) como en 35) se ven almenos algunas posibilidades de variacióntemporal.

La GDLE señala, como primeradiferencia entre ambas construcciones, laposibilidad que tiene el sintagma temporalde adelantarse por razones de énfasis en

los ejemplos de 35):

36) Cien años hace que nació.Cien años hará de su nacimiento.

Mientras que este adelantamiento esimposible en los ejemplos de 34):

37) *Llegó tres días hace.*Un libro de dos siglos hace.

Esta imposibilidad sugiere que laestructura “hacer + SN temporal” en 34)“forma una locución adverbial dondehace funciona como preposición.”Nótese, además, que en todos los ejemplosde 34) “hacer” está en una posiciónbastante anómala: en “llegó hace tres días”tenemos dos verbos conjugados, uno deellos subordinado al otro sin que ningúnelemento subordinante esté presente o searecuperable (como sucede en “le ruegotome asiento / le ruego que tome asiento”);en los otros ejemplos de 34) sucedebásicamente lo mismo, salvo que “hacer”conjugado se encuentra a continuación deuna preposición.

C) Los verbos “parecer” y “resultar”.

Parecer

Amén de los casos en que “parecer”participa de construcciones copulativas, hayotras estructuras que debemos observar:

38) 1) Parece que Carlos canta bien2) Carlos parece cantar bien

En el primer ejemplo estamos frentea una oración impersonal con unasubordinada como complemento de“parece”; en el segundo, “parece”concuerda con el sujeto de la subordinada,

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cuyo verbo aparece en infinitivo.En el caso 1), la subordinada es

conmutable por “lo” (esto es prueba de quela subordinada no funge de sujeto, comodice la GDLE, 27.3.3), por “eso” y por “así”;en el caso 2), la estructura con infinitivo quesigue a “parece” es conmutable por “lo”,pero las otras dos conmutaciones estánvedadas.

39) 1’) Lo parece. / Eso parece. / Asíparece.

2’) Carlos lo parece. / *Carlos esoparece. / *Carlos así parece.

Cuando encontramos un dativo juntoa “parecer”, este verbo no toma ningúnelemento de la subordinada como sujeto,por lo tanto, la aparición de este dativo soloes posible en las estructuras del tipo 1).

40) Me parece que Carlos canta bien.*Carlos me parece cantar bien.

La GDLE explica así esta restricción:“Lo que sugiere este contraste es que eldativo funciona como el sujeto lógico delparecer impersonal, de ahí que no se admitala presencia de un sintagma nominal conesa función.”12

Resultar

A simple vista, el comportamiento de“resultar” es similar al de “parecer” querecién observábamos:

41) Resultó que Carlos es un buen can-tor.

Carlos resultó ser un buen cantor.

Sin embargo, la posibilidad coninfinitivo solo es posible con unos pocosverbos, grupo que se reduce prácticamentea los copulativos.

42) *Carlos resulta cantar bien.

Otra diferencia con “parecer” es que

no admite un dativo en estasconstrucciones:

43) *Me resultó que Carlos es un buencantor.

*Carlos me resultó ser un buen can-tor.

Aunque sí aparece este dativo, pero enconstrucciones que no podemos llamarimpersonales:

44) Carlos me resultó un buen cantor.

D) Los verbos existenciales: “haber”.

Ya desde el latín tardío encontramosejemplos de la estructura “habet impersonal+ acusativo”. Así, el SN que generalmenteacompaña a “haber” reúne muchascaracterísticas de objeto directo. En efecto,si aparece pronominalizado toma la formadel acusativo “lo / la / los / las”:

45) Hay tiempo. Lo hay.Hay voluntad. La hay.Hay brazos. Los hay.Hay ganas. Las hay.

Sin embargo, la GDLE13 señalaalgunas diferencias entre este complementode “haber” y los objetos directos de lostransitivos regulares. Mientras que lageneralidad de los objetos directosfuncionan como sujeto de la forma pasiva,los de “haber” no tienen esta posibilidad,ya que este no es un verbo pasivizable.Además, el complemento de “haber” esnecesariamente indefinido. “Comocomplemento, haber sólo admite SSNN conartículo indeterminado, precedidos denumerales y cuantificadores del tipo dealguno, plurales sin determinante,cuantificadores negativos, nombres de ma-teria en singular y sin determinante,sintagmas con de de interpretación partitivay relativas sin antecedente.”

46) Hay un problema.Hay mil / muchos / pocos / algunos

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problemas.Hay problemas.No hay nada / nadie.Hay pan.Hay de lo que pidas / de todo.Habrá quien termine esta tarea.

Este complemento de “haber” no vaencabezado por la preposición “a” cuandohace referencia a una persona.

47) Hay (*a) varios profesores aquí.

Puede aparecer, también, como SNcon cuantificador que indica distancia enel espacio:

48) De Corrales a Tranqueras hay onceleguas.

Nótese que es prácticamenteprescriptivo que aparezcan el punto departida y de llegada (con las correlacionespreposicionales “de / a; desde / hasta”),salvo que el contexto habilite su noaparición.

La GDLE señala también laposibilidad de que aparezca junto a “haber”un adverbio del tipo de “bastante” o“suficiente” con un complementopreposicional:

49) Hay bastante con…Hay suficiente con…

Algunas líneas más abajo, dice laGDLE: “Por lo que se refiere a lasignificación de haber, la de existencia estáligada generalmente a una localización. Eneste sentido, haber alterna con el copulativoestar, dependiendo del carácter definido ono del SN que lo sigue.” Así, “haber” y“estar” se reparten el ámbito de la tercerapersona:

50) En esa librería hay algunos libros queme interesan. (SN indefinido)

En esa librería están los libros queme interesan. (SN definido)

Mientras que en

51) *En esa librería hay los libros que meinteresan.

la agramaticalidad se debe al carácterdefinido del complemento de “haber”.

Para indicar la existencia de la primerao de la segunda persona se recurre a “estar”,nunca a “haber”, dada, justamente, suimpersonalidad.

En el fragmento recién citado dice losiguiente: “Por lo que se refiere a lasignificación de haber, la de existencia estáligada generalmente a una localización.” Ymás abajo: “Atendiendo entonces a losargumentos que admite el verbo existencial,si observamos un poco más detenidamentela estructura de las oraciones aquíintroducidas, veremos que la mayoría deellas se caracterizan por tener, de modoimplícito o explícito, una expresión designificado espacio-temporal a la quedenominaremos simplemente ‘locativo’.

[…]”La idea que surge de los datos

presentados es que el locativo funcionacomo sujeto lógico de la construcción, enel sentido de que de él se predica laexistencia de algo. El lugar funciona comouna expresión referencial de la que sepredica la propiedad de poseer o conteneral objeto directo.”

En este sentido, cuando “haber”aparece subordinado a “parecer”14

52) Parece haber un problema en estepunto.

el acusativo del infinitivo no se puedeadelantar para concordar con “parecer”

53) *Un problema parece haber en estepunto.

pero sí puede adelantarse el locativo,aunque siga siendo complemento de“haber”

54) En este punto parece haber unproblema.

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Para terminar con “haber” y con lasimpersonales no reflejas, observemos loscasos en que este verbo aparece comoauxiliar de una perífrasis. Comparemosbrevemente los casos “haber + de +infinitivo” y “haber + que + infinitivo”

En el primer ejemplo, es el infinitivoel que determina la estructura argumental,así, si se trata de un verbo personal, elauxiliar toma las formas de las tres perso-nas en ambos números:

55) he de cantar / has de cantar / etc.

En el segundo ejemplo, en cambio,es “haber”, el auxiliar, el que determina laestructura argumental, en la medida queestá vedada la aparición de un pronombreen nominativo, sin que esto obste para que,por ejemplo, la GDLE15 considere que setrata efectivamente de una perífrasis.

IV Oraciones impersonales con “se”

A) Características generales.

La GDLE16 distingue entre lasoraciones pasivas con “se” y lasimpersonales con “se” a través de lascaracterísticas formales: “sintácticamente,estas oraciones se diferencian en que, converbos transitivos, el objeto nocional delverbo es el sujeto gramatical en las pasivascon se, al igual que en las pasivasperifrásticas, mientras que en lasimpersonales con se el objeto nocional estambién el objeto gramatical (introducidopor a), como en la oración activa con sujetoreferencial explícito, y no hay un sintagmanominal sujeto con el que pueda concordarel verbo. Además, en las oracionesimpersonales pueden aparecer tambiénverbos no transitivos.”

Con verbos con objetos preposicionales.

Mencionábamos más arriba quecuado el objeto va introducido por lapreposición “a”, la forma con “se” es im-personal y no pasiva. Del mismo modo,

cuando el objeto va introducido por otrapreposición también se forman oracionesimpersonales con “se”:

56) Se habla de gramática.Se gana en salud.

En verbos que admiten tanto objetodirecto como preposicional, alternan laforma pasiva y la impersonal:

57) Se creyeron los disparates. / Se creyóen los disparates

Se discutirán algunos asuntos. / Sediscutirá sobre algunos asuntos.

A veces se sueñan tonterías. / A vecesse sueña con tonterías.

B) Con verbos no transitivos.

Los verbos que carecen de objetoforman también oraciones impersonalescon “se”.

58) Se fuma mucho.Se trabaja duro.

Son impersonales dado que carecen“de un sintagma nominal (u oración) confunción de sujeto que se pueda interpretarcomo objeto nocional del verbo”17 . Dealguna manera, la GDLE propone que estasoraciones son impersonales al malograrsela pasiva por la falta de objeto.

1) Con inacusativos

El comportamiento de losinacusativos con respecto a la estructuraimpersonal con “se” es variado. Algunos,como los verbos de cambio de estado y losde movimiento aparecen sí con el “se” im-personal, pero presentan una restricciónaspectual: requieren un contextoimperfectivo.

59) Siempre se llega tarde.

Frente a lo dudoso de la estructura

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60) Ayer se llegó en hora. (en pretéritoperfecto)

En cambio, otros inacusativos nopresentan la estructura impersonal, ya seapor razones semánticas (como los deexistencia) o por razones morfosintácticas(como en los verbos inherentementepronominales).

2) Con copulativos.

La estructura impersonal con “se” conlos copulativos también es posible encontextos imperfectivos:

61) Se es lector.*Se fue un adolescente. (entendiendo

“ser”, no “ir”)

El complemento no espronominalizable por el “lo” invariable:

62) *Se lo es.

Por último, el verbo puede aparecerdespojado de complementos:

63) Se es o no. / Se está o no.

3) Con pasivas perifrásticas.

La interpretación impersonal en estoscasos está restringida, también aquí, porrazones aspectuales: solo aparecen enpresente y antepresente.

64) Se es querido.Se ha sido querido.*Se fue querido.

Estas oraciones presentan una suertede doble impersonalidad, ya que noaparecen ni el agente ni el paciente.

Bibliografía

Di Tullio, Á. 1997 Manual de gramática del español.Desarrollos teóricos. Ejercicios.Soluciones Edicial. Buenos Aires.

BELLO, A. (1847) 1978. Gramática de la lengua cas-tellana EDAF S.A. Madrid.

BOSQUE, I. 2001 Gramática descriptiva de la len-gua española Espasa Calpe. Madrid.

SECO, R. (1954) 1982 Manual de gramática españo-la Aguilar. Madrid

Notas

1 Tomado de “La impersonalidad gramatical:descripción y norma”, capítulo 2, de Leonardo GómezTorrego; la negrita es mía.2 Al respecto se pueden consultar el “Manual degramática española”, de Á. Di Tullio, así como elcapítulo 25 de la GDLE.3 L. Gómez Torrego, capítulo 4.4 GDLE 27.2.2.25 L. Gómez Torrego, capítulo 3.6 GDLE 27.17 GDLE 27.3.18 Mircea Eliade, en el capítulo II de su “Tratado de historiade las religiones”, menciona que los tshis, pueblo

australiano cuya divinidad celeste es llamada“Nyankupon”, dicen “Nyankupon bom” (N. golpea), conel significado de ‘truena’; y “Nyankupon aba” (N. havenido), con el significado de ‘llueve’.9 L. Gómez Torrego, capítulo 5.10 §77811 GDLE 27.3.212 GDLE 27.3.313 En 27.3.414 Más arriba decíamos, acerca de “parecer”: “concuerdacon el sujeto de la subordinada, cuyo verbo aparece eninfinitivo” (en el ejemplo “Carlos parece cantar bien”)15 En 27.3.816 En 26.1.1.217 GDLE 26.4.3

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1Este trabajo se propone presentaralgunos de los asuntos implicados eneste antiguo tema de la gramática,

desde una perspectiva teórica laxa queincorpora consideraciones de ordensintáctico, semántico y morfológico que seinterpretan desde los aportesproporcionados por las dos corrientesteóricas más definidas en el pensamientogramatical del siglo XX : el funcionalismoy el generativismo, siempre que resultan, anuestro juicio, compatibles. Respecto de laprimera de esas direcciones teóricas, esnecesario aclarar que no se tomarán encuenta las opiniones sobre la pasividad enespañol que en su momento propusiera E.Alarcos1 . Sabido es que, para el ilustrelingüista español, en nuestra lengua noexisten rasgos formales que permitanreconocer una “voz pasiva”. Desarrollar lasideas de este autor, así como las de otroslingüistas, notoriamente Lázaro Carreter,que han refutado esta posición, exigiría otrotrabajo de extensión similar al presente.

Este artículo desarrolla algunas ideaspropuestas en unas clases para docentes yestudiantes dictadas en el año 2008, y hasido pensado como un instrumento para losdocentes de lengua española, con laintención de invitarlos a la lectura deaquellos gramáticos que aquí se citan, y detodos aquellos que, recurrentemente, hanreflexionado sobre estos temas centrales de

la gramática. Por tanto, no constituyeninguna suerte de “guía didáctica”para aplicar directa e inmediatamenteen clase. Los ejemplos que seproporcionan son los prototípicos,frecuentemente propuestos por lasgramáticas como aquellos en que secumplen adecuadamente las reglas quedescriben.

2. Para iniciar la presentación denuestro tema, podríamos tomar comopunto de partida los comentarios de A.Mendikoetxea2 acerca de algunos de lostipos de construcciones con “se” en españolque, como veremos más adelante, estándirectamente relacionados con nuestrotema:

Tres son, pues, las cuestionesfundamentales a la hora de abordar unestudio de las construcciones ejemplificadas…: (i) la cuestión semántico-formal de lavoz, en relación a la clasificación de lasdistintas oraciones con se como pasivas,activas (impersonales) y medias; (ii)lacuestión semántica de la interpretación delsujeto y (iii) la cuestión formal de lapresencia de se y su estatus en la gramática.

Parafraseando y generalizando estaspuntualizaciones de Mendikoetxea, bienpodemos decir que el tema de laclasificación de las oraciones en activas ypasivas, presente de alguna manera en

Oraciones activas y pasivas

Alma PedrettiCatedrática de Gramática Española en FHCE

y en la Carrera de Traductorado de la Fac. de DerechoEx Inspectora de Educación Secundaria

Maestra

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todas las gramáticas descriptivas de laslenguas occidentales desde los comienzosde los estudios lingüísticos griegos, abarcala cuestión semántico-formal de la voz odiátesis, lo que a su vez implica dos aspectosíntimamente relacionados entre sí: a) ladeterminación de las funciones semánticasoracionales atribuibles al nombre que sereconoce como sujeto de la oración , b) lareflexión acerca del concepto detransitividad. Todo lo cual se manifiestamorfosintácticamente en el verbo y en ladeclinación de las categorías nominales enlas lenguas que la poseen. Aclaremos quecuando nos referimos a los rasgosmorfosintácticos de los verbos estamospensando en fenómenos como la oposiciónam-o/ am-or en latín, am-o/ soy amado enespañol o, también en español, v-e/ se v-e.Estrictamente morfosintácticos porqueafectan simultáneamente a la morfologíay a la sintaxis interna con que seexpresa el predicado3 de cadaoración.

3.1. Según lo que ha podidoreconstruirse del pensamiento gramaticalgriego, parece haber sido Apolonio Díscolo( s.II d.c.) el primero en utilizar el término“sintaxis” con criterio descriptivo (esto es,no prescriptivo), para analizar y discutir la“construcción normal” de la oración. Entrelos asuntos estudiados por Apolonio,observa Ana Agud 4 , figuran una serie decomprobaciones sobre el tipo de verbos quelos rigen (“los” se refiere a los casos). Estegramático de la Antigüedad resulta pues serel primero que considera de interés eldiscutir la cuestión de las diátesis verbales,y los tipos de nombres con que pueden odeben juntarse los diversos verbos afectadospor ellas, comenta Agud. Añade asimismoque Apolonio observa que ciertos verboshacen sentido completo con la sola adiciónde un nominativo …y que de estos hay quedistinguir los que para hacer sentido

completo …requieren además algún casooblicuo. En siguientes capítulos elgramático griego se preguntará qué verbosrigen cada caso y cuál es la razón de talrégimen. El fenómeno de la transitividad,entendido como “transitus”, como pasoobligatorio desde el nominativo al acusativo“a través del verbo” quedaba entoncesinstalado como tópico en la gramáticaoccidental. Al principio observado sobretodo como prescripción de reglasmorfológicas y sintácticas (pero tambiénléxico-gramaticales), desde Apolonio va aser encarado como reflexión relacionadacon aspectos semánticos. Ya los gramáticosde siglos anteriores habían observado yenumerado los fenómenos de rección (uobligación) en las lenguas con declinación5

como el griego y el latín, en las que sereconoce el hecho de que ciertas palabras(no solamente los verbos), exigen quealgunos términos adyacentes aparezcan endeterminado caso, y no en otro. Pero enlas observaciones de Apolonio sobre elcompor tamiento de los verbos, esespecialmente llamativo el que se destaqueel hecho de que algunos expresen unacierta manera de completitudsemántica cuando se construyenúnicamente con el nominativo, yotros, por el contrario, requieran paralograrla dos formas nominales:nominativo y acusativo. Más allá de ladescripción morfológica y sintáctica, sedestacan entonces ciertos fenómenossemánticos involucrados.

3. 2. Paralelamente, en la tarea dedescripción y fijación prescriptiva de losparadigmas verbales, en la gramática de laAntigüedad va a plantearse el recono-cimiento de otras recciones:nominativo+verbo marcado morfológica-mente como activo+acusativo/nominativo+verbo marcado morfológica-mente como pasivo+genitivo. Es claro que

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la misma nomenclatura de cadaconjugación, activa/ pasiva, pone enevidencia que se han advertido también lascorrespondencias semánticas entrenominativo de la forma activa del verbo conlo que da en llamarse agente (que secorresponde con lo que llamamos hoyfunción semántica del primer actante oargumento), y nominativo de la formaverbal pasiva con la función semántica depaciente o recipiente o meta. Latransitividad tiene por este camino una víasintáctico-semántica de explicación: laposibilidad de transformación de la oraciónactiva en oración pasiva, que viabiliza elhecho de que el sujeto asuma en cada casouna función semántica “de signo contrario”(agente/paciente). Como sabemos, enespañol, que en su evolución eliminó ladeclinación de sustantivos y adjetivos ytambién las formas sintéticas de la vozpasiva, sustituyéndolas por las formasanalíticas (o compuestas con ser), estosfenómenos se expresan según las conocidasreglas morfosintácticas que separan a losverbos según su realización activa (formaactiva, simple o compuesta con haber/pasiva, compuesta de auxiliarser+participio verbal:

Mi amigo construyó esta casa.Esta casa fue construida por mi amigo.

3. 3.Así, la transitividad tendrá desdela Antigüedad hasta el presente, dos víasde explicación, una morfosintáctica, otrasemántica. Como dice Héctor Campos6 :…transitividad se entiende como la posible’convertibilidad’ o ‘transformabilidad’ desdeuna construcción activa a una construcciónpasiva o pasiva media. Según estadefinición, sin embargo, verbos como vero tener serían intransitivos ya que nopermiten tal convertibilidad de una oraciónactiva a una pasiva. Y agrega Campos:…Para Hjelmlslev(1972), no obstante, latransitividad sigue del hecho sintagmático

de que un verbo tiene la capacidad de ‘regir’a sus complementos. Para Hjelmslevademás, “rección es determinación”, esdecir, el verbo determina el tipo decomplemento que rige. Esta propuesta seelabora en Tesnière1996:103, donde seproponen dos planos lingüísticos: un planode conexiones estructurales y otro deconexiones semánticas. En el planosintáctico el verbo es el elemento regentedel cual dependen los complementossubordinados. En el plano semántico, elverbo es el determinado y el sustantivo –objeto viene a completar su significado, deallí el término de ‘complemento’. Verbotransitivo, entonces, es aquel que tiene lacapacidad de aparecer con uncomplemento directo, el cual está regido porel verbo y el cual completa el significadodel verbo.

La consideración de estos fenómenosha fundamentado a través de los siglos,como sabemos, la clasificación tradicionalde los verbos en transitivos e intransitivos,tan relevante que aparece como datoincluido en la mayoría de los diccionariosde la lengua al indicar su estatus categorial.Ello no obstante, sabido es también quedesde antiguo, y hasta el siglo XX, talclasificación ha sido impugnada por ilustresgramáticos, entre los cuales puederecordarse a Alarcos, quien, para apoyar susjuicios cita a Gonzalo Correas, gramáticode comienzos del siglo XVII

3. 4. Bello reservó la distincióntransitiva/intransitiva para las oraciones 7 .Dice al respecto: La proposición regular estransitiva o intransitiva. Transitiva,llamada también activa, es aquella en queel verbo está modificado por un acusativo.Cuando decimos que “el viento agita lasolas”, nos figuramos una acción que elviento ejecuta sobre las olas, y que pasa aellas y las modifica: las olas es entonces

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un complemento acusativo, y la proposiciónse llama transitiva o activa; denominacionesenteramente idénticas.

Obsérvese que la explicación deBello es de orden semántico: hace referenciaal contenido categorial de “acción”,atribuido al verbo, y muestra que algunosde ellos son modificados por un acusativo.Aunque conserva la terminologíamorfológica de la tradición (acusativo), lohace para referirse a una función sintácticay semántica oracional, puesto que noreconoce para el español la declinación decaso8 . Recuérdese que Bello usaba eltérmino ‘declinación’ en su sentido másamplio: palabras declinables son las quevarían en su terminación para significarciertos accidentes de número, de género,de persona, de tiempo. Esto es, las queposeen, diríamos hoy, morfemas flexivos.Añádase que usaba la denominación‘complemento acusativo’ para referirse alque hoy suele llamarse complemento (aveces ‘objeto’) directo.

Como decíamos, en la explicacióndel ilustre venezolano está también presentela referencia – común hasta hoy en lamayoría de los gramáticos -, al significadocategorial verbal ligado a la idea de“acción” que la tradición impuso al menosdesde la Edad Media, y que siguerepitiéndose hoy. Y que sin duda serelaciona con la capacidad de esta categoríaverbal de expresar por medios gramaticalesla noción de cambio, en cuanto, tal comoya lo vio Aristóteles, posee como rasgodefinitorio su capacidad de significartiempo mediante instrumentosgramaticales (morfemas flexivos oauxiliares, en español). En la misma líneainterpretativa, la tradición habíageneralizado también la clasificación delsujeto de la oración en tres tipos: ‘agente’,‘recipiente’ y ‘neutro’, que convenía, enprincipio, a la clasificación de las oracionesen activas, pasivas y de predicado nomi-

nal, y que atendía ya al reconocimiento defunciones semánticas atribuidas al sujeto9

pero también a rasgos morfosintácticos delos verbos.

4. La clasificación de las oracionesen activas y pasivas, tanto como la de losverbos en transitivos e intransitivos, resultadel reconocimiento de una categoríagramatical que como se ha visto, ya fueanalizada por la gramática grecolatina: lavoz o diátesis. Mendikoetxea10 la defineasí: La voz (o diátesis, en griego “estado,disposición, función”, término preferido porlos autores modernos) se refiere a la relaciónsemántica que se establece entre el verbo ylos distintos participantes de la acción ver-bal y se expresa formalmente por mediode elementos sintácticos y/o morfológicos.

5. 1. Es importante insistir en la ideade que la diátesis es una categoríasemántica, que afecta a las relaciones delverbo (considerado como núcleooracional), con los sustantivos que con élse relacionan como argumentos (los queMendikoetxea llama ‘participantes’ de laacción verbal, y que Tesniére denominó‘actantes’). Este autor observó, tal comose advierte en la cita de Campos queincluimos, que al considerar el verbo comonúcleo oracional estamos tomando encuenta tanto aspectos sintácticos comosemánticos - aspectos que hoy podemosexplicar a través del concepto depredicación- . Acerca de este conceptosemántico, propondremos, desde unaperspectiva funcionalista la siguientecaracterización ( S. Dik11 ) : la construcciónde una estructura oracional subyacenterequiere en primer lugar un predicado elcual se aplica a un apropiado número detérminos de tipos apropiados. Lospredicados designan propiedades orelaciones, mientras que los términospueden ser usados para referirse a

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entidades. Como un ejemplo de predicadostomaremos el verbo dar. Este predicadodesigna una relación de tres lugares entreentidades en los papeles [respectivos] de“un dador”, “algo dado”, y un“beneficiario”, y entonces se aplicanecesariamente a tres términos, por ejemplolos términos (Juan), (el libro), y (elbibliotecario). Cuando un predicado esaplicado a un conjunto apropiado detérminos, el resultado es una predicación.… Los términos que son requeridos por lasemántica del predicado, como (Juan), (ellibro), (el bibliotecario), se llamanargumentos del predicado…12 .Obsérvese que se insiste en la idea de quelos nombres que se reconocen como‘actantes’ o ‘argumentos’ nocorresponden a cualquier adyacenteverbal, todos los cuales son denominados‘términos’, sino únicamente a aquellos queson “requeridos por la semántica delpredicado”. Como consecuencia, ladistinción entre verbos transitivos eintransitivos se apoya entonces enpropiedades semánticas de los propiosverbos, y permite a su vez clasificaciones yconsideraciones respecto de esosadyacentes13 .

5. 2. Esta concepción semántica de‘predicación’ provee así al gramático deciertas precisiones que han permitidoavanzar asimismo en el análisis de lasfunciones semánticas que cumplen enla oración los argumentos ( o actantes, oparticipantes) de los distintos tipos depredicado. La tradición gramatical, comohemos visto, reconocía, aunque sin mayoresprecisiones, tres funciones semánticas parael sujeto: agente, recipiente, neutro. Durantela segunda mitad del siglo XX14 , estaclasificación fue ampliamente discutida, yse han proporcionado al respecto distintassoluciones. Así el ya citado Dik asignó alprimer argumento (entendiendo por talaquel cuya presencia, incluidas sus marcas

morfológicas y sintácticas15 , es el que puedeaparecer relacionado con cualquier tipo depredicado), las siguientes funcionessemánticas oracionales16 :

Agente: la entidad (animada) quecontrola un “dinamismo” (un estado decosas17 que involucra algún cambio).

Posicionador: la entidad (animada)que controla una “posición” (un estado decosas que no involucra ningún cambio).

Fuerza: la entidad (no animada)que instiga un “proceso”.

Procesado: la entidad que padeceun “proceso”.

Cero: la entidad involucradaprimariamente en un “estado” (estado decosas que no involucra ningún cambio) ytampoco es controlado).

Como se advierte, han aumentadolas funciones semánticas reconocidas parael primer argumento (sujeto sintáctico). Así,la función semántica del primer argumentode ciertas oraciones que la tradiciónreconocía como ‘agente’, porque el verboaparece en la forma activa, por ejemplola propuesta por Bello que citamos másarriba, no podrá clasificarsesemánticamente como tal, sino como‘fuerza’. Para el español esta distinción hasido tradicionalmente irrelevante, en cuantola clasificación de las oraciones en activasy pasivas se ha hecho depender en principiode la realización morfosintáctica interna delverbo, al menos en la instancia del análisisde las oraciones pasivas consideradas“normales”, oponiendo “amar”, formaactiva, a “ser amado”, forma pasiva.

Sin embargo, esta circunstancia –laconsideración de este único rasgo formal-,llevó ya a Bello a alertar acerca de lo quepuntualiza Campos cuando dice que si nosatenemos al criterio de la convertibilidad,verbos como tener serían intransitivos18 ,cuando en rigor, se trata de uno cuyasemántica requiere un segundo argumento.Ahora bien; la caracterización de Dik

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contiene, y así lo destaca especialmenteeste autor, una importante consideraciónacerca de ciertos rasgos de lasemántica léxica de predicados yargumentos que permiten estasnuevas distinciones. Para continuar conel ejemplo de función semántica ‘fuerza’,clasificado así según la categorización delautor citado: Si ‘agente’ es la entidad(animada) que controla un ‘dinamismo’, lanoción de agente ha quedado acotada detal modo que solo puede ser desempeñadapor nombres de “ser animado” cuandoejercen su voluntad en el proceso queimplica todo ‘dinamismo’ (esto es,cambio), que se significa en el predicado.Si la función semántica ‘fuerza’corresponde a la entidad no animada queinstiga un proceso, este argumento exigiráun nombre de “cosa” capaz de provocar elcambio implicado en la noción de ‘proceso’.Para el ejemplo de Bello, “el viento”19 .

6. Parece ahora necesario precisarque, a los efectos del análisis sintáctico,oraciones prototípicas como Juan mueveun ropero y El viento mueve las olas sonactivas y aceptan la trasformación a pasivasin la menor dificultad:

Juan mueve el ropero.El ropero es movido por Juan.El viento agita las olas.Las olas son agitadas por el

viento.Sin embargo, ya hemos visto que en

español 20 son imposibles trasformacionescomo:

Juan tiene veinte años*Veinte años son tenidos por Juan.

El ropero tiene veinte años.*Veinte años son tenidos por el

ropero.Este hecho nos lleva a confirmar, tal

como Campos lo observa, que latransitividad es un fenómeno que no solotiene que ver con la forma afectada por elverbo, sino por alguna propiedad léxica

que ese verbo posee, y que indica que ensu acepción más corriente se construye consujetos (primer argumento), cuya funciónsemántica es ‘neutro’, según la tradición, o‘cero’, según la tipología de Dik que citamosmás arriba.

Son varias las corrientes teóricas queen la actualidad atienden a estas relacionesentre la semántica ‘léxica’, esto es, la quecada ‘unidad palabra’ posee para referirseal mundo (real o “posible”), en cada lenguay las exigencias o recciones que cada unade esas unidades léxicas ponen demanifiesto en la gramática de esa mismalengua. Para poner un ejemplo conocido:morir y matar contienen en su significadouna referencia común a la instancia delmundo ‘extinción de la vida’, pero morirrequiere un actante o argumento, mientrasmatar requiere (o comporta, diríaTesnière), dos. Parece evidente entoncesque cuando se clasifica como activatransitiva la oración Juan tiene veinte añosse atiende básicamente a dos propiedades:a) el verbo adopta la forma activa, b) elverbo requiere, o comporta, dosargumentos . Ahora bien, podemosexplicarnos la agramaticalidad de latransformación en pasiva de una oracióncon el verbo tener en voz activa, si tenemosen cuenta que el sujeto de esa oración activa(de forma), en cuanto primer argumento,no posee otra función semántica que la quela tradición solía llamar ‘neutra’, y que Dikllama ‘cero’, en cuanto refiere a la entidadinvolucrada primariamente en un “estado”(estado de cosas que no involucra ningúncambio y tampoco es controlado).

7. Ahora bien; las oraciones pasivasprototípicas como El ropero es (fue, ha sido,etc.) movido por Juan han sido llamadas‘regulares’ por la tradición, por oposición alas también tradicionalmente llamadas‘anómalas’. Sin embargo, es claro que esta“regularidad” o “normalidad” viene medidapor analogía con la forma analítica de la

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pasiva latina clásica, porque es ya conocidoque de hecho, estadísticamenteconsideradas, las variantes “anómalas” dela diátesis pasiva en español son sin dudalas más frecuentes en la lengua moderna.Veamos estas oraciones:

Mi amigo construyó esta casa (en1971).

Esta casa fue construida por miamigo (en 1971).

Se construyó esta casa (*por mi ami-go) (en 1971).21

Las tres oraciones prototípicas son posibles,dependiendo su presencia de variadascondiciones pragmáticas, y nada justifica,por tanto considerar a la tercera como“anómala”. Se trata de una estructurafrecuente en las lenguas románicas, y muycomún sin duda en español. Sobre susparticularidades también hicieronobservaciones importantes Bello y A.Alonso. Sin embargo, el hecho de que estetipo de “voz pasiva” se presentemorforsintácticamente mediante laforma activa del verbo de la predicaciónmás se22 , y la circunstancia de que estaestructura sirva asimismo a laexpresión de otros variados tipos derelaciones sintáctico-semánticas,exige algunas precisiones.

7. 1. Aunque suelen confundirse susdistintas funciones, al menos en análisiselementales, es preciso recordar que enespañol hay varios tipos de “se”23 . En eltema que tratamos, es necesario en primerlugar descartar el caso en que se funcionacomo alomorfo de “le” o “les”, ya que elespañol estableció hace siglos la variantese lo/la frente a la etimológica le lo/la. Setrata de formas pronominales átonasclaramente deícticas, que refieren a losargumentos verbales:

Dieron huesos a los perros.Los dieron a los perros.Les dieron huesos.Se los dieron.

Asimismo, deben desestimarse loscasos claramente reflexivos orecíprocos, que son en rigor, escasos enla lengua24 :

Juan afeita a Pedro.Juan se afeita. (Y no *Juan

afeita a Juan. Salvo que se trate de dosJuanes diferentes)

Me peino.Te peinas.Os peináis. Etc.Juan saluda a Pedro.Juan y Pedro se saludan. Etc.

Estas oraciones, formal y semánticamentereflexivas o recíprocas, requieren verbostransitivos con un primer actante oargumento agente, esto es, como se havisto, ‘animado’ y ‘controlador’ de un‘dinamismo’, y se presentan en las tres per-sonas gramaticales. El “pronombrereflexivo” es el deíctico con que se refiereen estos casos al segundo argumento25 .Precisamente, se explica su carácterreflexivo en el hecho de que son formas quefuncionan como argumentos (segundo otercero), claramente correferenciales26

con el primer argumento. Otro tanto ocurrecuando el pronombre átono aparece comotercer argumento : Juan le corta la barba aPedro, Juan se corta la barba.

7. 2. Deben desecharse también otroscasos de se en los que el paradigma reflexivofunciona asimismo en su totalidad, aunquelos efectos semántico-sintácticos que seproducen son muy diferentes:

Acordaron la paz. / Se acordarondel asunto.

Las tropas ocupan la ciudad. / Losconcejales se ocupan de la ciudad.

Admiro tu elocuencia. / Me admirode tu elocuencia.27

Como se advierte en los ejemplos de lasegunda columna, la forma se y lascorrespondientes a la segunda y primera

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persona del paradigma ya no refieren aargumento alguno. Por el contrario, supresencia transforma la naturaleza delpredicado, volviéndolo intransitivo28 , y, enciertos casos, por cierto bastante frecuentesen español, de significado léxico diferente.

Tesnière, en sus capítulos sobre ladiátesis, ha propuesto ideas sumamenteesclarecedoras acerca de la función deestos elementos que mantienen la forma delos pronombres reflexivos pero no susfunciones argumentales. Considera esteautor que se trata de .una vía de la quedisponen ciertas lenguas para modificarel número de valencias o actancias deun verbo y, con ello, también algo (omucho) de su referencia léxica. Se ha vistoya cómo en una misma lengua aparecenverbos como matar y morir, que compartenalgo de su significado léxico pero difierenen otro “algo” que conlleva el número deactantes o argumentos que requieren.Entiende Tesnière que los pares mover/moverse, levantar/levantarse, alegrar/alegrarse, enojar/ enojarse,etc29 , son,ejemplos que se explican por la puesta enmarcha de este procedimiento gramatical.Dice el autor que citamos que se trata decasos de lo que él llama ‘diátesis recesiva’,mediante los cuales el sistemagramatical de la lengua proveeprocedimientos para hacer que elverbo pierda una valencia o actante30 .

Decía Tesnière: …la diátesis recesivadisminuye en una unidad el número de losactantes. …el marcante de la diátesisrecesiva es, tanto en francés como enmuchas otras lenguas, el mismo que el dela diátesis reflexiva.

El empleo del reflexivo con valorrecesivo se justifica fácilmente. Y es que, afalta de una forma recesiva sintética, osimplemente especializada, la lengua harecurrido de un modo natural a la formamediante la cual los verbos con dos actantesse acercan más a los verbos con un actante.

Ahora bien, es evidente que esta forma esla diátesis reflexiva, ya que, aunque estacomporta dos actantes, sin embargo norepresentan más que una sola y misma per-sona, o mejor dicho, es la misma personala que aparece, a la vez, en el papel deprimer actante y en el papel de segundoactante. Por tanto, se entiende que, de lanoción de dos actantes que representan auna misma persona, se puede pasar muyfácilmente a la noción de un solo actante31 .

Los ejemplos de Alarcos que sepresentan más arriba son pues, explicablesdesde esta perspectiva, tal como lo vio elmismo gramático español, quien dijo, en-tre otras observaciones importantes, que enestos casos, el papel del reflexivo espuramente el de variar el signo léxico ver-bal.

7. 3. Este mismo “tipo” de se es elque aparece asimismo en cierta clase deverbos intransitivos estudiados en losúltimos años. Dice al respectoMendikoetxea32 : La clase de los verbosintransitivos es una clase heterogénea queincluye formas con muy distintaspropiedades semánticas y sintácticas. Sedebe a Perlmutter (1978) la distinción en-tre dos clases de verbos intransitivos: losinergativos y los inacusativos oergativos…los dos tipos tienen en comúnque requieren un solo participante oargumento cuya realización sintáctica es lade sujeto, pero se distinguen en la relaciónsemántica que se establece entre elargumento y el verbo. Los verbosinergativos, formas como llorar, reír,saltar, toser, denotan actividades oprocesos que dependen de la voluntad deun agente. Los verbos inacusativos sonverbos que denotan bien estados o bieneventos no agentivos (logros), como existir,aparecer, llegar, florecer, crecer, etc.,cuyo único argumento se interpreta comoel elemento que recibe la acción o en el

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que se produce o manifiesta la eventualidadque denota el verbo: i.e. el argumento deeste verbo es un tema o paciente.

Esta diferencia en cuanto al caráctersemántico del único participante en laacción verbal es crucial para distinguir en-tre las dos clases de verbos intransitivos. Losagentes se realizan sintácticamente y de unmodo uniforme como sujetos de la oracióntanto con verbos transitivos (activos) comocon verbos inergativos. Los temas opacientes se realizan como objetos de losverbos transitivos (activos) y como sujetosde algunos verbos intransitivos, los quehemos denominado ‘inacusativos’. Por lotanto, los verbos inacusativos compartenpropiedades de los verbos transitivos y losinergativos: como los inergativos estánasociados a un solo argumento, pero eseúnico argumento se interpreta como elobjeto lógico o semántico de un verbotransitivo…es un objeto nocional33 , a pesarde ser un sujeto sintáctico, en contraposicióncon el único argumento de un verbointransitivo inergativo que es a la vez sujetonocional y sujeto sintáctico.

…Las gramáticas se han referido averbos como romper en su uso inacusativocomo “verbos pronominales” en cuanto seconstruyen con se. Es importante señalar,sin embargo, que si bien muchos de losverbos que aparecen en construccionesinacusativas entran dentro de la clase de lospronominales (romperse, secarse,agrietarse) hay muchos verbosinacusativos que, como veremos, no sonpronominales.

Veamos ejemplos de inacusativos nopronominales:

Aparecieron las prímulas.Llegaron las lluvias.Florecen los ciruelos.Crecen los árboles.

Veamos también casos deinacusativos pronominales, provenientes deverbos transitivos:

Juan rompió el vaso. / Se rompióel vaso.

Juan(el sol) secó la ropa. / Se secóla ropa .

El calor agrietó la superficie. / Seagrietó la superficie.

El viento enfrió la casa. / Se enfrióla casa.

En los dos grupos de inacusativos,pronominales y no pronominales, hay, sinduda, algunos datos formales queacompañan los fenómenos semánticos aque hace referencia Mendikoetxea. Esevidente que en estas oraciones el ordennormal que la lengua establece espredicado-primer argumento. Cuandodecimos “orden normal”, queremos decir,el que aparece en una enunciación neutra,y no, por ejemplo, el que determina unasituación dialógica como cuando el sujetosintáctico es “tema” desde el punto de vistapragmático:

A _ ¿Qué pasó con el vaso?B _ El vaso, se rompió.

Por otra parte, se trata de oracionesque, al menos con algunos verbos, puedenaparecer en todas las personas gramaticales:

Se enfrió la casa.Nos enfriamos.Te enfriaste.Etc.

7. 4. Ahora bien; por esta vía puedeinterpretarse entonces también el se de latradicionalmente llamada ‘pasiva anómala’como un caso de intransitivización deverbos de dos argumentos o actantes . Enefecto, en oraciones como: Se construyóuna casa/ Se construyeron varias casas, quecorrientemente reciben la denominación depasivas ‘anómalas’ (‘reflexivas’ o ‘pasivascon se’) se observa:

a) El sujeto sintáctico de la oración(en razón de la concordancia con elverbo) es el nombre que en lacorrespondiente activa funciona como

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segundo actante. Este rasgo formal, laconcordancia, decide el análisis sintáctico.Semánticamente, el nombre que funcionacomo sujeto cumple la función ‘recipiente’que le atribuía la gramática tradicional;según la tipología de Dik, es un ‘procesado’,ya que designa a la entidad que padece unproceso, esto es, mantiene la funciónsemántica que en la oración activacorresponde al segundo argumento34 .

b) El verbo, transitivo en su formaactiva, se intransitiviza con la forma se 35 ,lo que queda en evidencia si se prueba aeliminarlo : ( Juan)construyó una casa/(Juan y Pedro) construyeron varias casas,resultan oraciones activas con dosargumentos , en las que es normal enespañol la omisión léxica del sujeto, lo que,como se sabe, no significa suausencia actancial. Como en el casode la pasiva perifrástica, entonces, estasoraciones solo pueden aparecer con verbosde un tipo determinado de transitivos.

c) Se trata de oraciones que solose manifiestan en la 3ª. persona delsingular y en la del plural, carácter quecomparten, como veremos, con lasllamadas por algunos autores de ‘voz me-dia’. Este rasgo formal, unido a loscaracteres semánticos específicos quevemos en el párrafo que sigue, hanjustificado otra de las nomenclaturas quereciben estas oraciones: ‘pasivasimpersonales’. Al mismo tiempo, sedistinguen con ello de las oraciones converbos inacusativos, a las que por otro ladose parecen tanto en la función semánticaque se le atribuye al nombre que se analizacomo sujeto, como en el orden en queaparecen verbo y sujeto en la enunciaciónneutra: V S.

d) El agente, normalmente, no seenuncia léxicamente ni se marca conningún otro signo de referenciaespecífica a una determinada entidaddel mundo.36 . Se trata de una ausencia

gramatical que parece especialmentedesarrollada en la estructura para “borrar”su presencia oracional. Sin embargo, ycomo veremos enseguida, está de algúnmodo presente en la competencia discursivadel hablante, no solo porque este puederestituirlo en la “vuelta a la activa” ( Seconstruyeron varias casas/ Sucesivasadministraciones construyeron variascasas), sino porque puede sostenerse quela existencia de esta estructura ( llámesela‘pasiva anómala’, ‘refleja’, ‘impersonal’ o‘pasiva con se’), es un recurso creado en lagramática de la propia lengua paraevitar la referencia nominal al agenteen un predicado que sí lo posee comoargumento, siempre que en su construccióndiscursiva el hablante procura ya generalizaresa referencia (los agentes son todos losposibles), ya ocultarla (el agente es alguienque no se quiere o no se puede nombrar).

7. 5. De allí las frecuentes dudas quelos hablantes ponen de manifiesto alestablecer las correspondientesconcordancias 37 al usar otra construccióncon se, esta sí mucho más general a todoslos verbos, la llamada ‘impersonal’ conse o de ‘sujeto indeterminado’: Se mató aun animal/ Se mató a muchos animales,pero también Se es o no se es, en la queen una oración formalmente activa (transitiva o no), se impide la presencialéxica del sujeto (entendido comofunción sintáctica)38 , pero no sucondición de argumento con papelsemántico de agente. Estas oraciones soloaparecen en la tercera persona del sin-gular, lo que también explica ladenominación de ‘activas impersonales’que suelen recibir. El análisis sintáctico deoraciones como Se mató a muchosanimales es diferente al de Se mataronmuchos animales solo por razonesmorfosintácticas. En la primera, la faltade concordancia entre el nombre que refiere

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a “lo matado” y el verbo oracional, así comoel hecho de que ese nombre vaya precedidode preposición, solo permite que se loanalice como complemento (objeto) directo.En la segunda oración, la concordanciaentre ese nombre y el verbo permite quese lo analice como sujeto.Semánticamente, ambas oraciones refierenel evento de la misma manera: “alguien (unalguien cuya indeterminaciónreferencial se marca gramaticalmentecon el se, y puede incluso abarcar en larealidad significada a una forma depluralidad) mató animales”. En estasoraciones el se ha sido comparado con elon francés o el man alemán, y algunosgramáticos han sugerido analizarlo comoel sujeto de la estructura39 . Esta propuestano ha prosperado, fundamentalmente porrazones formales, ya que reconocer comosujeto una forma pronominal oblicua comose, que en otros contextos se opone en elparadigma al nominativo parece por lomenos muy discutible. Pero sin duda estese no es intransitivizador; de hecho, setrata de oraciones en las que ambosargumentos (primero y segundo, si elverbo lo posee), tienen su presencia en laestructura con sus respectivas marcasgramaticales, lo cual justifica ladenominación de ‘impersonales activas’que algunos gramáticos usan para referirsea ellas. De todas maneras, es importantetener en cuenta que este tipo de oracionescon se no solo aparecen con verbostransitivos. Así el ejemplo de más arriba Sees o no se es, pero también En estos lugaresse vivió con otra dignidad.

Sobre la naturaleza de estos se(intransitivizadores algunos, con valoresmás “pronominales” este último), quevenimos observando, A. Mendikoetxeahace muy interesantes comentariosdiacrónicos y sincrónicos40 .

. De todas formas, y dados loscaracteres descriptos, la denominación másadecuada para el tipo de oraciones Se matóa muchos animales parece ser ‘de sujeto

indeterminado’ ya que es sin dudaapropiado conservar el término ‘imper-sonal’ para aquellas con verbos de los queTesnière llamó ‘avalentes’, tales como losque expresan fenómenos de la naturaleza(llover, relampaguear, etc.), o los yaconocidos impersonales hacer (frío, calor,tiempo, etc.) y haber( problemas,tempestades, bonanza, etc.), que soloaparecen en 3ª. persona de singular. Estos“hacer” y “haber”, creemos, en plenaevolución hacia la conversión en verbosinacusativos de existencia, a través de laconcordancia que aparece recurrentementeen el español actual en boca de letrados eiletrados: *Hubieron calores, *Hacían fríosterribles, *Deben de hacer más fríos enaquel lugar, a pesar de las recomendacionesde los preceptistas.

7. 6. Ahora bien: puesto queoraciones como los pares Se mató amuchos animales/ Se mataron muchosanimales refieren a relaciones argumentalesiguales, y difieren solo en su estructurasintáctica (y los hablantes, como es sabido,son mucho más conscientes de lasemántica, del contenido de lo que dicenque de la estructura sintáctica que eligen41

para hacerlo), se producen confusiones ycruzamientos entre una y otra clase deoraciones con bastante frecuencia42 . Sepueden registrar por lo menos dos tipos deesas confusiones o “cruzamientos” de estasestructuras sintácticas:

a)La más conocida, que viene siendocensurada por los preceptistas desde hacesiglos43 supone la extensión de laestructura Se mató a muchos animales(activa de sujeto indeterminado) quehemos descripto más arriba, a ejemplosdel tipo *Se mata muchas ideas44 o losreiterados por todas las gramáticasnormativas *Se vende flores,* Se alquilanhabitaciones. Como se advierte, en estasoraciones el segundo argumento nodesigna objeto animado y la preposiciónno aparece. Durante siglos45 se ha

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criticado este uso, que no marca laconcordancia entre el verbo y el nombre,e impide su análisis como ‘pasiva con se’,y convierte la oración en una ‘activa desujeto indeterminado’. Durante muchosaños pues se ha recomendado en laenseñanza realizar la concordanciacorrespondiente. Sin embargo, resultallamativo que en buena parte de los textosde carácter normativo (leyes, ordenanzas,reglamentos de variado tipo), textosdonde abundan estos se indicadores deagentividad de referencia indeterminada,ya que, precisamente, tienen como objetoregular el accionar de todos aquellos quedeben cumplir tales normas, seencuentran numerosos ejemplos de noconcordancia. Como estos textos sonnormalmente producidos por personasletradas (con frecuencia juristas), pareceque las recomendaciones prescriptivistasdeberían, en este caso, ceder el lugar alas realidades que la descripción demúltiples casos muestran .b) El otro caso de confusión y cruzamientode estas “estructuras con se”, más raro,pero que observamos que aparece cadavez más frecuentemente en personasinsuficientemente letradas, es laproducción de oraciones del tipo *Semataron a muchos animales. Aquí síaparece el verbo en plural, pero, como seadvierte, la concordancia no corresponde,puesto que el nombre de “la entidadafectada” aparece codificadogramaticalmente como objeto directo,mediante la presencia de la preposición.Corregido todavía como falta de sintaxis,revelador sin duda de una formaciónpobre en asuntos de manejo de la lengua,la aparición de este error expone antequien intenta la mera descripción delfuncionamiento del sistema de la lenguaen la sincronía, las dudas que latransitividad de ciertos verbos sumada ala presencia de este se genera en loshablantes en la instancia de produciroraciones.

8. En su descripción de las distintasconstrucciones con se46 Mendikoetxeapropone los siguientes ejemplos:

Se pasaron los trabajos a ordenador.Se agasajó a los invitados.Por aquí se llega antes a Madrid.Estas manchas no se quitan con nada.

Como podrá observarse, los tresprimeros ejemplos se corresponden con lostipos de lo que hemos llamado “agentividadno especificada léxicamente” que hemosvenido describiendo hasta ahora, esto es:‘pasiva con se’, ‘activa transitiva de sujetoindeterminado’ y ‘activa intransitiva desujeto indeterminado’. Pero para el últimoejemplo la autora propone unainterpretación distinta, novedosa y muyinteresante, que, si bien excede en algo eltema de este trabajo, merece sermencionada. Para Mendikoetxea, este tipo,incluido muchas veces entre las ‘pasivas conse’, tiene caracteres propios, que permitiríanconsiderarlo dentro de las oraciones que enespañol serían de ‘voz media’. Como seha visto, en nuestra gramática solo se hadistinguido tradicionalmente entre voz‘activa’ y ‘pasiva’, pero el hecho de que enotras lenguas la diátesis adopte otrasoposiciones (en griego antiguo, porejemplo), ha hecho pensar a distintosgramáticos47 en la posibilidad de suexistencia en la nuestra. Dice la lingüistamencionada: Para que se postule laexistencia de la voz media en una lenguacomo el español, que carece de morfologíaespecífica, es necesario identificar tanto suspropiedades nocionales como suspropiedades formales. Y observa másadelante que : Existe un tipo de oracionesmedias que comparten una serie decaracterísticas formales y nocionales con lasoraciones pasivas e impersonales con se:solo se pueden construir con se, quedandoexcluidos los pronombres de primera ysegunda persona, y tienen un sujetonocional48 implícito.

Entiende que así puede considerarseel último de los ejemplos de más arriba:

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Estas manchas no se quitan con nada. Otrosejemplos propuestos49 :

Esta camisa se lava muy bien conlejía.

Las luces reflectantes se venfácilmente.

Los trabajos escritos a máquina seleen más deprisa.

Según Mendikoetxea, aunquesemánticamente el se es marca deindeterminación del agente, como en laspasivas y activas que venimos de ver, estasson proposiciones estativas, de aspectogenérico, que necesitan la presencia dealgún modificador adverbial …: muy bien,con lejía, fácilmente, más deprisa. La autoradecide llamarlas ‘medias pasivas’.Personalmente, y a estar por los ejemplospropuestos, creemos relevantes ademásotros dos rasgos formales: a) En razón desu carácter estativo, aparecen expresadas enlos tiempos verbales durativos: presente oimperfecto. b) Por la misma razón, el ordenen la enunciación neutra es distinto al dela pasiva: El nombre que se analizasintácticamente como sujeto precede alverbo.

La autora que citamos proponeasimismo otra subclase de oraciones me-

dias, dentro de la clase de las impersonalescon se50 , las que ella llama mediasimpersonales, tales como A estos niños seles asusta fácilmente, en las que, si bien semantienen los caracteres formales de las decontendido realmente activo, así como laindeterminación del agente que marca se,el contenido parece también claramenteestativo. De igual manera, y según lo queobservamos, requieren verbos expresadosen tiempos durativos como el presente y elimperfecto, muy útiles para la significaciónplena del carácter estativo.

9. Como se ha dicho al comienzo,este trabajo no persigue otro fin que apoyarel estudio que permanentemente debeacompañar la tarea diaria de los docentesde lengua de este país, quienes no siempretienen oportunidad de ver estos temas ensus cursos de grado. Así, hemos intentadoaclarar dudas, pero también generar otras,porque estamos convencidos de que sololas dudas – y la correspondiente búsquedade respuestas- pueden romper con la “ve-nerable rutina”, esa ”enfermedadprofesional” de la que debe aprender aprevenirse todo docente. Si así hubiera sido,nuestro propósito se habrá cumplido.

1 En Alarcos, Emilio, Estudios de gramática funcional delespañol, Madrid, Gredos, 1972.1 Mendikoetxea, Amaya, Construcciones con se : me-dias, pasivas e impersonales, en Gramática Descripti-va de la Lengua Española, Bosque, Ignacio, y Demonte,Violeta, Madrid, 1999, RAE, pág. 1635.3 Usamos aquí el término “predicado” en la acepciónactual que presentamos más adelante.4 Agud, Ana, Historia y teoría de los casos, Madrid,Gredos, 1980, pág. 66 y sigss.5 Usamos aquí el término ‘declinación’ para referirnos alas variaciones morfológicas que afectan a las categoríasnominales para expresar el ‘caso’.6 Campos, Héctor, Transitividad e intransitividad, en G:G:,ya citada, pág. 1521.7 Bello, Andrés Gramática de la lengua castellana, Bue-nos Aires, Sopena, 1954 pág. 241.

8 Como sí lo hizo la GRAE hasta la aparición del Esbozoen 1973.9 Aunque parezca ocioso, será bueno recordar que lanoción de “sujeto” es, en principio, de orden sintáctico,aunque, al menos en las interpretaciones funcionalistas,normalmente coincide en lo semántico con el primer ar-gumento, noción esta de orden semántico.10 Mendikoetxea, A., ob. cit., pág. 163611 Dik, Simon, The Theory of Functional Grammar,Amsterdam, Foris Publications, 1989. págss. 46-47.12 Traducción A.P.13 Así Tesnière clasificó los verbos por su ‘valencia’ o‘actancia’ en : ‘avalentes’ como llover, ‘monovalentes’como ir, bivalentes como comer, trivalentes como dar.Otros autores, el mismo Dik entre ellos, usan el término‘ditransitivo’ para los verbos que requieren tercer argu-mento, prototípicamente los verbos de “dar” y de “decir”.14 Al respecto, y a título de ejemplo, el ya citado trabajo

Notas

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de A.Agud, uno previo de Hjelmslev, y los de Fillmore.15 Tesnière, propuso los siguientes ‘procedimientos’ : a)para las lenguas con declinación, caso nominativo; paralas lenguas sin declinación, orden marcado, por ej. Eninglés o en francés primer argumento (o ‘actante’, segúnel autor citado)antepuesto al verbo de la oraciónenunciativa, imposibilidad de ser precedido porpreposición.16 Dik, S. Ob..cit. pág. 106.17 Dik entiende por “estado de cosas” una entidad con-ceptual, nada que pueda ser ubicado en una realidadextramental, o de la que se pueda decir que existe en elmundo real. Ob. cit., pág. 89.18 Modestamente, discrepamos con Campos cuando in-cluye en este grupo al verbo ver. Considero que una ora-ción como El sospechoso fue visto por los vecinos en lasinmediaciones del lugar es completamente frecuente y sinduda gramatical.19 El ejemplo de Dik es El terremoto movió la roca.21 Los paréntesis indican los adyacentes no argumentales.22 Deliberadamente omitimos designar como “pronom-bre” a esta forma, dado lo discutido de su estatus en lagramática actual.23 A vía de ejemplo, pueden leerse los trabajos de E.Alarcos, de Ma. Antonia Zorraquino, de N. Cartagena,así como los varios capítulos de la ya citada GramáticaDescriptiva que tratan asuntos vinculados con el tema.24 El hecho de que estos mismos ejemplos se repitan entodas las gramáticas se justifica, precisamente, en el es-caso número de verbos que en nuestra lengua puedanaparecer en estas estructuras. Prueba, asimismo, la rela-ción de la sintaxis con la semántica léxica.25 Como es sabido, la declinación solo se ha conservadoen español en el paradigma de los pronombres persona-les y reflexivos.26 Refieren a la misma entidad del mundo: el ha-blante, el oyente, o todo lo que no es ni uno ni otro.27 Ejemplos de E. Alarcos, en Valores de /se/, en Estu-dios de gramática funcional del español, Madrid,Gredos, 1972.28 Con la peculiaridad de que se suelen convertir en ver-bos “de régimen” : ocuparse de, acordarse de, admirarsede,29 Sobre cuya especial naturaleza ya habían alertado, entreotros, Bello y A. Alonso.30 Que no es lo mismo que cuando en una oración deverbo transitivo, no aparece el objeto directo por ser con-sabido, y queda una “valencia libre”, Por ej. : Juancome sin ganas.31 No escapará a los lectores que Tesníère usa su propiaterminología : ‘actante’ por ‘argumento’, ‘reflexivo’ por‘pronominal’. Asimismo, usa la antigua fundamentaciónde la reflexividad hablando de “una misma persona”representada, en lugar de usar la idea más ajustada de‘correferencialidad’.32 Construcciones inacusativas y pasivas, en G.D., ya

citada, págs. 1579-80.33 Sin entrar en pormenores de la interpretacióngenerativista del fenómeno, entendamos la nomenclatu-ra semántica de ‘“objeto nocional’ como “el recipiente oreceptor de la acción verbal” o, como propone Dik, ‘pro-cesado’, y la de ‘sujeto nocional’ como “agente”.34 Que, según Dik, puede ser en estos casos. ‘meta afec-tada o efectuada’. Obsérvese que la denominación ‘meta’refiere indudablemente a la interpretación semántica dela transitividad: se trata del nombre adonde “llega” laacción significada en el verbo.35 Adviértase que evitamos llamar ‘pronombre’ a este se,ya que su naturaleza es evidentemente discutible. En loscapítulos de A.Mendikoetea ya citados hay una extensareferencia a este tema.36 Decimos “normalmente”, porque en casos excepcio-nales puede aparecer.37 En rigor, los hablantes actuales del español, al menosen Uruguay, sean letrados o no, suelen realizar concor-dancias extrañas a las reglas establecidas por la normati-va tradicional, que van más allá de las que aquí citare-mos; pero este es un tema cuyo desarrollo requiere otrolugar.38 Insistimos en la reiteración, porque la terminologíagenerativista que usa Mendikoetxea usa este términopara referirse al primer argumento en cuanto categoríasemántica.39 Por ejemplo Roca Pons, José, Introducción a la gramá-tica, Barcelona, Vergara, 1960, RAE; Esbozo de unaNueva Gramática de la lengua española, Madrid, Espasa,1973.40 En Construcciones con se: Medias, pasivas e imperso-nales, en la G.D., ya citada, págs. 1649-0.41 Decía Tesnière que si los hablantes se detuvieran aanalizar sintácticamente (esto es, a hacer consciente loque naturalmente no lo es), mientras hablan podrían lle-gar a la parálisis comunicativa.42 Citando una expresión del trabajo de Nelson Cartagena,Mendikoetxea en el capítulo ya mencionado se refiere aestas “confusiones” como “ un terreno movedizo”.43 Hay un trabajo de C Otero sobre este tema, El otro se,presentado en el XI Congreso de Lingúística y FilologíaRománica , Madrid, 1965.44 El asterisco en estos ejemplos solo significa “Incorrec-ta según la gramática preceptiva tradicional”.45 Hay un excelente artículo de C. P. Otero sobre el usode estas estructuras en el lenguaje administrativo deEspaña46 En la G.D. ya citada, pág. 1635.47 El ya mencionado J. Roca Pons, entre otros.48 Según las consideraciones del presente trabajo, la fun-ción semántica que aquí hemos llamado agente.49 En G.D., pág. 1641.50 Que preferimos denominar ‘activas de sujeto indeter-minado’, por las razones expuestas.

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Centraremos nuestro estudio enalgunos aspectos de las relacionessemánticas de contraposición. A

tales efectos, partimos de la comparaciónde dos textos: fragmento de la novelaÚltimo domicilio conocido, de Omar PregoGadea y fragmentos de la novela Otromundo, de Carlos Caillabet1 .

Se observa el predominio deoraciones yuxtapuestas en el primer texto.Se trata de una novela policial en la quetodo parece apuntar a crear un climaagobiante en el que los hechos y situacionesse van presentando, sin explicitación –en lamayoría de los casos– de las relacioneslógico-semánticas existentes entre ellos. Enel prólogo de esta edición, Juan Justino daRosa sostiene que, entre otros, debereconocérsele a Prego Gadea «el mérito dehaber jerarquizado un género novelesco

desprestigiado y considerado menor, paraconvertirlo en el medio digno que lepermitiera narrar literariamente algunos delos horrores de nuestra historia reciente, sincaer en la literatura testimonial o dedenuncia.»2 Si por medio de «la simpleyuxtaposición significamos constantementelas mismas conexiones que podemosexpresar por medio de conjunciones yrelativos»3 , podemos reconocer en estaabundancia el deseo de dejar «abierto» adiferentes interpretaciones el sentido últimode los enunciados. Detrás de la historiapolicial, un telón de fondo aludeinsistentemente a una realidad bienconocida por los lectores, que, como diceda Rosa, el narrador no denuncia, o, tal vez,sí, lo hace, pero sin dar una únicainterpretación de las relaciones existentesentre los hechos y situaciones planteados.

Alicia GilEgresada del IPA en Español

Profª. de Teoría Gramatical en el IPA yde Español en Educación Secundaria

Yuxtaposición, coordinación, subordinación:aspectos semánticos y pragmáticos

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También observa da Rosa en elPrólogo ya citado la relación de la novelacon la cinematografía, relación que ya semanifiesta en el título (Último domicilioconocido, título de una película policial deJosé Giovanni de 1969, protagonizada porLino Ventura). El predominio de layuxtaposición de oraciones podría tambiéninterpretarse como recurso al servicio de eseestilo que, también al decir de da Rosa, seasocia al estilo cinematográfico. En elbrevísimo fragmento que comentamos senos presentan una serie de imágenes. Nointeresa aquí explicitar el tipo de relación,sino presentar, sin más, las imágenes, elambiente, en el que los hechos se van adesarrollar. Como señala Gili Gaya, «launión asindética permite escasos maticespara expresar la calidad de la relación»4 .

DISTINTAS POSICIONES ACERCADE LA YUXTAPOSICIÓN

No nos interesa aquí profundizar enla discusión acerca de si la yuxtaposiciónes o no un tipo de relación diferente de lacoordinación y de la subordinación.Recordemos, simplemente, que la discusiónestá planteada y que las distintas posicionesse fundamentan en diferentes criterios.

Si nos basamos en criterios puramenteformales, sin duda, la yuxtaposición seráconsiderada otro tipo de relación. Es estala posición que se desprende de la teoríade Alarcos. Este autor presenta layuxtaposición y la coordinación en dosapartados diferentes del capítulo dedicadoal estudio de los «Grupos oracionales»5 . Escierto que ambos tipos de relación aparecenpresentados de la misma manera: se destacaque los elementos yuxtapuestos ocoordinados desempeñan juntos la mismafunción que podrían desempeñarindependientemente. Pero queda claro ensu obra que el elemento formal resultadeterminante; no le interesa a este autor

detenerse en la consideración de cuestionessemánticas que «no afecta[n] para nada ala relación sintáctica y [son] solo el resultadode las relaciones expresadas»6 .

Otros autores, como Guillermo Rojo,con criterios puramente sintácticos,entienden que la yuxtaposición es unaposible variante formal de la coordinacióny de la subordinación. Sostiene este autor:«Coordinación y subordinación son dostipos relativamente bien diferenciados derelación sintáctica. En la subordinación, unode los elementos depende jerárquicamentedel otro, hay diferencia de función. En lacoordinación, los elementos desempeñanla misma función y están situados al mismonivel de estructura jerárquica, esto es,ninguno de ellos depende sintácticamentedel otro. Otra cosa, muy distinta por cierto,son los matices de ‘coordinación’ y‘subordinación’ que podamos detectardesde un punto de vista semántico,psicológico, etc.»7 Y agrega más adelante:«la yuxtaposición es una unión asindética,una unión sin elemento gramatical queconecte. Solo puede oponerse, por tanto, ala unión sindética, esto es, a la que se realizamediante algún elemento gramatical».8

En relación con esta discusiónrespecto de la yuxtaposición, encontramosalgunos aportes también en la obra de Sal-vador Gutiérrez Ordóñez. Este autor haceun relevamiento de los rasgos que suelenseñalarse como caracterizadores de lacoordinación, entre ellos, la existencia denexo. Y dice al respecto:

«La existencia de nexo es unacaracterística controvertida. Fue un criterioaplicado por las gramáticas tradicionalesque inexcusablemente las conducía a unacircularidad viciosa:

–Conjunción coordinativa: unesegmentos coordinados

–Oraciones coordinadas: las quevienen unidas por conjuncionescoordinativas.

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Con el fin de evitar este peligro,conviene acudir a otros criterios paradeterminar la existencia de coordinación.La caracterización hjelmsleviana de lasrelaciones básicas (constelación,dependencia e interdependencia) marca lalínea que se ha de seguir. La coordinación,en cuanto constelación, es una relaciónentre dos o más variables. El funtivoconstituye una variable si se puedeconmutar por cero sin que desaparezca lafunción que contrae el conjunto al quepertenece. En la secuencia Escribió poemasy novelas decimos que hay coordinaciónporque podemos conmutar por cero tantopoemas como novelas sin que la funciónconjunta (implemento o complementodirecto) desaparezca: Escribió poemas,Escribió novelas.

Si aceptamos tal criterio, la presenciade la conjunción deja de ser determinante.En la unión asindética de los componentesdel nombre en Una mañana triste, fría,desagradable no hay nexos, y, sin embargo,se comportan como segmentoscoordinados entre sí ante la conmutaciónpor cero: basta con que quede uno paraque la función complemento del nombreno desaparezca: Una mañana triste, Unamañana fría, Una mañana desagradable. Layuxtaposición deja de constituir un tipo derelación sintáctica para ser considerada unaforma de manifestación.»9

Resumiendo, la yuxtaposición seinterpreta como:

a) un tipo de relación, diferente de lacoordinación y de la subordinación.

b) una variante formal de cualquiera delos dos tipos reconocidos de relaciónsintáctica (coordinación,subordinación).

c) una variante formal de lacoordinación.Sea como sea, parece innegable la

afirmación de Gili Gaya que citábamos másarriba: por medio de la yuxtaposiciónpueden expresarse las mismas relacionessemánticas que se expresan mediante

coordinación o subordinación.

Veámoslo en algunos ejemplos deltexto de Prego Gadea:

(1) La edición está cerrada, casi todoslos compañeros se han ido.

(2) Decenas, acaso centenares depalomas se precipitan desde lostechos de los edificios vecinos,ávidas, rodean al hombre, lo acosan,como gallinas.

(3) El limpiador pasa un trapomugriento a los escritorios, se quejadel papelerío desparramado en elpiso, del calor, del tiempo, baldea sindemasiada convicción.

(4) La Pasiva está casi desierta a esahora; hay tres o cuatro mesasocupadas por hombres solitarios,que beben cerveza y comen frank-furters leyendo el diario.

(5) Alguien lo invita a tomar unacerveza, dice que no sin volverse.

LA YUXTAPOSICIÓN Y LACOORDINACIÓNLA EXPRESIÓN DE LAS RELACIONES

SEMÁNTICAS Y PRAGMÁTICAS EN LA

YUXTAPOSICIÓN Y EN LA COORDINACIÓN

Desde el punto de vista semántico,podría haber diferentes interpretaciones delas relaciones que existen entre las oracionesde los ejemplos. Así, en (1), podríamospensar en una simple adición, equivalentea una coordinación copulativa: La ediciónestá cerrada y casi todos los compañerosse han ido, pero también podríamos ver enesta oración compuesta una relación decausa-consecuencia, aunque podríamosdiscutir acerca de cuál es la causa y cuál laconsecuencia. Como señalábamos, citandoa Gili Gaya, la ausencia de nexo permiteescasos matices, y podríamos agregar quede esta casi ausencia de matices sedesprende una cierta ambigüedad, quesurge de la falta de explicitación de laintención del emisor del mensaje, que deja

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a cargo del receptor la interpretación de lasrelaciones.

Similares observaciones podríamoshacer en relación con los otros ejemplos.En (2), a la falta de nexo se suma el uso delmismo signo de puntuación –la coma– entodos los casos, lo que deja otro elementoen la ambigüedad: ¿a cuál de las dosoraciones se refiere el adyacente atributivo«ávidas»?

De todos modos, parecería que losejemplos (2) y (3) pueden equipararse a loscasos de coordinación copulativa, en losque «los juicios, o los elementos oracionalescoordinados, pueden sucederse unos aotros por simple adición»10 .

Veamos ahora qué relaciones existenentre las oraciones de los ejemplos (4) y (5).En (4), la segunda oración puede funcionarcomo una especie de explicación de lodicho en la primera. El hecho de que solohaya tres o cuatro mesas ocupadas confirmala aserción respecto de que el lugar está casidesierto. ¿O podríamos pensar que funcionacomo una restricción en relación con lainformación ofrecida por el adjetivo«desierta»? Aunque esta interpretaciónparece quedar negada por la presencia deladverbio “casi”, modificando al adjetivo“desierta”.

En cuanto a (5), no parece haberdudas respecto de la contraposición entrelas dos oraciones. Una invitación, comoveremos más adelante, abre cier tasexpectativas: quien invita espera que el otroacepte la invitación. Sin embargo, lasegunda oración contradice las expectativascreadas por la primera. En esto consiste,precisamente, la relación semánticaadversativa.

En el Esbozo se señala que «lasignificación adversativa puede lograrse enlas oraciones yuxtapuestas, en lascopulativas, o por medio de conjuncionesespecialmente destinadas a señalar lacontraposición con variados matices…»11

Puede resultar interesante la comparacióndel ejemplo del texto con los –

aparentemente– equivalentes (5a) y (5b)(5) Alguien lo invita a tomar una

cerveza, dice que no sin volverse.(5a) Alguien lo invita a tomar una cerveza

y dice que no sin volverse.(5b) Alguien lo invita a tomar una cerveza

pero dice que no sin volverse.No hay duda de que la contraposición

está, como señalábamos, en los contenidosde las oraciones, específicamente, en suvalor pragmático: una invitación/el rechazode la invitación. Sin embargo, no podemosdesconocer la opción hecha por el escritor,frente a las otras posibilidades que la lenguale ofrece. En (5b) la contraposición quedaexplicitada y subrayada por la presencia delnexo, que anuncia la respuesta negativa aunantes de que esta se dé; en (5a) -como en(5)-, la contraposición queda,exclusivamente, a cargo de la expresión«dice que no…». El nexo solo anuncia algomás, que se agregará a la primera oracióndel grupo, sin adelantar el sentido de eseagregado. En (5), este papel queda a cargode la entonación, que solo adelanta elhecho de que el período no ha terminado.En el ejemplo, además de la contraposicióninvitación/rechazo, hay otros elementosque, de alguna manera, pueden tambiénjustificar o explicar el rechazo. «Alguien loinvita…», no se determina quién, ni interesahacerlo. El personaje responde que no «sinvolverse». ¿Sabe quién lo invita? Noimporta, su rechazo no está relacionado conla persona que realiza la invitación, sino conla situación en que se encuentra elpersonaje, absorto en sus pensamientos enrelación con ese «asunto gordo» del que lehan hablado.

Si caracterizamos las relaciones desdeun punto de vista formal, solo (5b)constituye un grupo oracional adversativo.Así lo expresa Alarcos:

«El grupo oracional adversativounifica, mediante una de las conjuncionescorrespondientes (pero, mas, etc.), dosoraciones, que quedan así contrapuestasexplícitamente, porque los contenidos de

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dos oraciones pueden de por sí ser opuestossin necesidad de que lo indique un conectoradversativo. Por ejemplo, en el grupocopulativo Estudiaba y no aprobaba, haysin duda oposición de contenido entre lasdos oraciones que lo integran, pero deningún modo puede denominarse grupoadversativo; lo sería Estudiaba pero noaprobaba, donde aparece la marca explícitapero.»12

Ahora bien, las relaciones semánticasde contraposición no solo aparecenformalmente expresadas mediante losconectores correspondientes, como ya lovimos; y, por otra parte, como veremos, lapresencia de un conector adversativo nosiempre expresa este tipo de relaciónsemántica.

Lo veremos en algunos ejemplos deltexto de Caillabet.

En este texto, a diferencia de lo queocurre en el de Prego Gadea, hay unnotorio predominio de las relaciones decoordinación y de subordinación. Laexplicación, en este caso, es clara. La novelaestá narrada en primera persona, elnarrador recuerda su infancia y narra loshechos desde la perspectiva del niño quefue. No solo predominan los enlacescoordinantes, sino que se puede observartambién una clara tendencia al polisíndeton,propio del lenguaje coloquial y,específicamente, infantil. Este recurso seagrega, por supuesto, al uso de vocabularioy giros propios de la conversación y delregistro familiar.

LAS RELACIONES SEMÁNTICAS DE OPOSICIÓN,RESTRICCIÓN, EXCLUSIÓN

Nos vamos a detener en laconsideración de las relaciones deoposición, restricción, exclusión. Desde elpunto de vista semántico, existe una clararelación entre las relaciones adversativas ylas concesivas. En efecto, también seríaexpresión posible del ejemplo (5), (5c):

(5c) Aunque alguien lo invita a tomar unacerveza, dice que no sin volverse.

Volveremos más adelante sobre las si-militudes y diferencias entre ejemplos comolos de (5) y la variante (5c) que hemospropuesto. Por ahora, solo nos interesaseñalar su parentesco semántico, parentescoque está reconocido por los diferentesteóricos. Así, por ejemplo, Gili Gayasostiene que las oraciones concesivasexpresan una condición «que se consideradesdeñable e inoperante para la realizacióndel hecho». Y agrega que las oracionesconcesivas «tienen, por lo tanto, semejanzade sentido con las condicionales; pero porotro lado están emparentadas lógica ehistóricamente con las adversativas, y laconjunción aunque se usa actualmente conlos dos valores»13 . También Alarcosreconoce este parentesco semántico: «Escierto que en cuanto al sentido pueden serequivalentes una oración provista de otradegradada por aunque y un grupo oracionalcoordinado con pero, tal como sucede enlos ejemplos de Bello:

Aunque era puro y bien intencionadosu celo, en vez de corregir irritaba.Era puro y bien intencionado su celo;pero en vez de corregir irritaba.

No obstante, las dos estructurassintácticas son diferentes y no puedenequipararse»14 .

Trabajaremos con algunos ejemplosdel texto de Caillabet en los que se da unarelación de coordinación adversativa. Atales efectos, consideraremos los ejemplosen un orden diferente del que tienen en eltexto.

(6) Para todo esto no nos consultaronen nada, pero a nosotros no se nosocurrió quejarnos y obedecimos.

(7) Ganamos los dos primeros partidos,pero en el tercero nos eliminaron yahí se terminó el fútbol organizadopor los padres.

(8) Los adversarios se desesperaron y senos vinieron encima, pero nosotrostranquilos conservábamos la pelota.

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En todas las gramáticas se reconoceque la relación adversativa, a diferencia delos otros tipos de relaciones decoordinación, es una relación binaria. Estacaracterística ha llevado a algunos autores,como Guillermo Rojo, a considerarlas comooraciones bipolares, es decir, estructuras enlas que las oraciones se encuentran enrelación de interdependencia. Elfundamento con el que Rojo defiende estaposición es que para que la relaciónadversativa se mantenga se necesitan am-bos componentes (las funciones de tesis yantítesis, como sostendrán Rojo y JiménezJuliá en otra obra15 ). Por otra parte, tambiénreconoce Rojo: «las adversativas serelacionan con las concesivas y con lascondicionales, lo cual redunda en el sentidode que deben ser consideradas oracionesbipolares y no oraciones policlausales. Laconexión con las concesivas es natural,puesto que ambos tipos de oraciónexpresan dos hechos que secontraponen…»16 .

Gutiérrez Ordóñez presenta diferentesargumentos para refutar la posición de Rojo:no solo existen otras coordinacionesbipolares (de contenido restrictivo,exclusivo…17 ), sino que, además, agrega:«la imposición del carácter binario asciendedesde el nivel de la significación: lasrelaciones de contrariedad y decontradicción se establecen entre dos polossignificativos (lexemáticos u oracionales).No se debe, por lo tanto, a una imposiciónde orden formal (que es el nivel en el quese establecen las relaciones de dependencia,interdependencia y coordinación).

Las adversativas, en contra de lo queocurre con otras combinaciones de relaciónsemántica binaria (causales, condicionales,concesivas…), presentan otros caracterescomunes con la coordinación:a) Los constituyentes que se unen enrelación adversativa han de pertenecer a lamisma categoría:

–Trabaja mucho; pero gasta más–Es bueno; pero indolente

b) Permite la elisión formal de lossegmentos repetidos:

–Antes estudiaba Letras; pero ahora,Biblioteconomía–A María le gusta el cine; pero a Pepe,el teatro

c) Lo mismo sucede con las partículas depolaridad:–Marina es del Barça y Milka, también–Marina es del Barça; pero su madre,no–Yo no sabré jugar al tenis; pero tú,tampoco

d) En el fenómeno del truncamientosiguen un comportamiento común:

–Ha perdido el reloj y no sabe dónde–Ha perdido el reloj, pero no sabedónde»18

En los tres ejemplos (6 – 8) hay másde dos oraciones. ¿Cómo se dan lasrelaciones, semánticamente? Señalamosentre { } los elementos (oración o grupo)que resultan contrapuestos mediante elnexo pero.

(6) {Para todo esto no nos consultaronen nada}, pero {(a nosotros no senos ocurrió quejarnos) y(obedecimos)}.

(7) {Ganamos los dos primerospartidos}, pero {(en el tercero noseliminaron) y (ahí se terminó elfútbol organizado por los padres)}.

(8) {(Los adversarios se desesperaron)y (se nos vinieron encima)}, pero{nosotros tranquilos conservábamosla pelota}.

En estos casos podría discutirse si lasrelaciones semánticas son las que quedaronindicadas o si, por el contrario, las oracionesse agrupan de otra manera. Tal vez estaambigüedad sea más evidente en (7),donde se podría interpretar que la últimaoración (ahí se terminó el fútbol organizadopor los padres) queda coordinadacopulativamente al grupo adversativo, conlo que la representación de las relacionessemánticas sería la siguiente:

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(7) {(Ganamos los dos primerospartidos), pero (en el tercero noseliminaron)} y {ahí se terminó elfútbol organizado por los padres}.

Habría que discutir si la relación deadición se da entre esa última oración y elgrupo precedente o, si, como señalamosantes, al hecho de haber ganado losprimeros partidos se contrapone laeliminación en el tercer partido y suconsecuencia: se terminó el fútbolorganizado por los padres.

Las distintas gramáticas reconocendos valores semánticos diferentes en lacoordinación adversativa: la restricción y laexclusión: «La contrariedad de las dosoraciones puede ser parcial o total. En elprimer caso expresamos una corrección orestricción en el juicio de la primera oración,pero no la incompatibilidad; la coordinaciónes entonces restrictiva […]. Si hayincompatibilidad entre ambas oraciones[…], la coordinación es exclusiva»19 . Entodas se señala, también, que el conectorpropio de la adversativa restrictiva es pero,mientras que el que expresa la relaciónadversativa exclusiva es sino. Este últimoes el caso de la relación que aparece en (9):

(9) A veces, los domingos y los feriados,nuestras madres pasaban llave en lapuerta a la hora de la siesta, pero nopor seguridad sino para que nadieentrara y despertara a los viejosevitando que se enchincharan «elúnico día que podíamos estar todosjuntos y tranquilos»,En no por seguridad sino para que

nadie entrara y despertara a los viejos… seniega una primera explicación, que quedaexcluida por la segunda que es la que sepropone como verdadera.

Nuestros ejemplos (6 – 8), presentanuna segunda oración (o, en su caso, ungrupo) que aporta, efectivamente, unarestricción a lo expresado en la primera;tienen las características propias de la

coordinación adversativa (tanto semánticacomo formalmente).

Hemos visto ya que la coordinaciónse da entre elementos equifuncionales(relación sintáctica), y que la coordinaciónadversativa relaciona dos elementos que secontraponen. Decíamos que el primerelemento de la relación abre unaexpectativa que no se cumple, el segundomiembro de la coordinación la contradice.

USOS ESPECIALES DE LOS NEXOS

ADVERSATIVOS

En el siguiente ejemplo tambiénaparece el nexo “pero”. Veamos cómofunciona.

(10) Fuera la radio que fuera nossentábamos a su alrededor paraescuchar los noticieros, los partidosde fútbol, pero sobre todo losradioteatros sentimentales delmediodía, las aventuras de Tom Mixa las cinco de la tarde, y las vidas encapítulos de Martín Aquino ySalvatore Giuliano, que se trasmitíanpor Radio Sur y las llamabanradionovelas.

¿Cuáles son en este ejemplo loselementos relacionados por «pero»? Comoya dijimos, este conector solo puederelacionar dos elementos; en el ejemplo, losnoticieros, los partidos de fútbol constituyeun grupo, con el que se relaciona otro grupo,constituido por los radioteatrossentimentales del mediodía, las aventurasde Tom Mix a las cinco de la tarde, y lasvidas en capítulos de Martín Aquino ySalvatore Giuliano, que se transmitían porRadio Sur y las llamaban radionovelas.

Desde el punto de vista sintáctico, larelación tiene los rasgos propios de lacoordinación: relación entre elementosequifuncionales. En efecto, se trata de lossintagmas que constituyen el OD delinfinitivo «escuchar». Cada uno de ellos

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podría desempeñar solo la función.– Fuera la radio que fuera nos

sentábamos a su alrededor paraescuchar los noticieros, los partidosde fútbol

– Fuera la radio que fuera nossentábamos a su alrededor paraescuchar los radioteatrossentimentales del mediodía, lasaventuras de Tom Mix a las cinco dela tarde, y las vidas en capítulos deMartín Aquino y Salvatore Giuliano,que se trasmitían por Radio Sur y lasllamaban radionovelas.

Ahora bien, decíamos que la relaciónadversativa opone dos hechos o ideascontrarias; presenta la segunda como unarestricción de la primera. No es esto lo queocurre en este caso. No hay contraposiciónentre los grupos señalados. El narrador haceuna enumeración de los programas queescuchaban en la radio, y destaca,especialmente, los radioteatros oradionovelas.

Con frecuencia, el nexo adversativoaparece relacionando elementos entre loscuales no hay contraposición, como ennuestro ejemplo. Así lo observa CésarHernández Alonso: «Podemos encontrarcoordinación adversativa entre doselementos de carácter positivo /A pero B/,en los que el segundo amplifica el contenidodel primero, en vez de restringirlo. Ello eslógico, pues se trata de unir dos elementosno contrarios, compatibles semánticamentey del mismo signo, por medio del conectoradversativo pero. Ejemplo: Es morena, perode ojos azules. No se trata de unarestricción, sino de una adición decontenidos»20 .

Este es el caso de nuestro ejemplo;no hay contraposición, sino adición decontenidos. Podríamos decir: …nossentábamos a su alrededor para escucharlos noticieros, los partidos de fútbol, y sobretodo los radioteatros sentimentales delmediodía, las aventuras de Tom Mix…

Agrega Hernández Alonso en relacióna ejemplos como este: «Por ese desajusteentre forma y contenido percibimos entodos estos casos un acusado énfasis…»21

En nuestro ejemplo, al énfasis que surge dela presencia de un nexo adversativo en unarelación que tiene otro sentido, se agrega elque aporta el marcador discursivo sobretodo.

Veamos otros ejemplos en los queaparece el conector “pero”; para explicarlos,debemos realizar los análisis pertinentes.

(11) Por «falta de garantías» el juezdecidió terminar el partido pero sindefinir si había sido gol o no.El OD de «decidió» es la construcción

«terminar el partido pero sin definir si habíasido gol o no».

El nexo pero debe estar relacionandoelementos equifuncionales. La presencia dedos infinitivos (“terminar”, “definir”) podríallevarnos a pensar que ellos son los queestán coordinados por la conjunción -apesar de que la coordinación es una relaciónentre elementos equifuncionales que notienen por qué presentar la mismaestructura-. Ahora bien, hay diferentesrazones para desechar tal posibilidad:

∗ No se trata de la misma estructura,dado que la primera está constituidapor un infinitivo (y su adyacente),mientras que en la segunda, elinfinitivo está precedido por unapreposición.

* Si los elementos coordinados fueranesas estructuras, cada una de ellaspodría, sola, desempeñar la funciónque desempeña la totalidad:– decidió terminar el partido– *decidió sin definir…

Vemos que no es viable la segundaposibilidad. Lo decidido es terminar elpartido, pero no sin definir… Por lo tanto,no es correcta esa interpretación. Sin definirsi había sido gol o no funciona dentro de laconstrucción de infinitivo nucleada por

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terminar. Es, por lo tanto, esta construcciónla que debemos analizar. No hay dudasrespecto de la función de «el partido», es elOD de «terminar» (podríamos conmutarlopor el incremento átono lo: decidióterminarlo). Ahora bien, el nexo pero seencuentra entre los sintagmas el partido ysin definir… Con el mismo razonamientoque aplicamos antes, probamos que estosdos sintagmas no son equifuncionales:– terminar el partido ... terminarlo– terminar sin definir… terminar así

Las diferentes posibilidades deconmutación prueban diferentes funciones.Sin duda, sin definir si había sido gol o nocumple una función con respecto aterminar, es adyacente circunstancial delinfinitivo. ¿Cómo se puede explicar lacoordinación, entonces? No es posiblecoordinar un OD con un adyacentecircunstancial. Ana María Barrenecheahabla de «coordinación con miembros noequivalentes», y la explica por elipsis.Considerar la existencia de «coordinacióncon miembros no equivalentes» parececontradecir el concepto mismo decoordinación, ya que, justamente, secoordinan miembros equivalentes desde elpunto de vista funcional. Pero, al considerarestructuras como la que estamosestudiando, sostiene Barrenechea: «Enespañol hay oraciones que plantean ladisyuntiva de elegir entre echar por tierrael concepto de coordinación como enlacede elementos equivalentes, o aceptar queen determinados casos de coordinaciónexiste elipsis»22 . Y agrega en otro apartadode su artículo:

«1º Que si no se admite la elipsis noes posible mantener el concepto decoordinación como unión de miembrosequivalentes.

2º Que la lengua tiene estructurascoordinadas, con elementos repetidos, y porlo tanto equivalentes, paralelas a otras queno los tienen y no son equivalentes.

3º Que parecería lo más acertadosuponer que en las reducidas se da elfenómeno de la elipsis.

Antes de entrar a discutir los alcancesde la elipsis, creemos conveniente agregaralgo sobre el valor expresivo de lacoordinación no-equivalente. En ella hemosvisto que a un primer miembro denaturaleza oracional se le agrega unsegundo miembro que es modificador deuna parte del primero o de su totalidad.Como dicho modificador quedaríaconectado sin necesidad del coordinante(por yuxtaposición, por medio de unapreposición, o por otro tipo desubordinante), ocurre que paradójicamenteel coordinante lo separa de la estructuraanterior al mismo tiempo que lo une,porque viene a unirlo como en un segundomomento de la línea del discurso.»23

Y más adelante, después de algunosejemplos, agrega la autora: «Ese segundomomento marcado por las señales deadición y o pero (esta última, adición conobjeción, cuando no se esperaban esasseñales) produce un cierto corte quepermite la referencia a elementos anterioresindicados como sobreentendidos, y realzaal mismo tiempo el miembro que seagrega.»24

En nuestro ejemplo, el recurso a laelipsis permite explicar desde el punto devista sintáctico esta coordinación.Reponiendo lo elidido, tendríamos:

(11a) Por «falta de garantías» el juez decidióterminar el partido pero terminarlosin definir si había sido gol o no.

o(11b) Por «falta de garantías» el juez decidió

terminar el partido pero decidióterminarlo sin definir si había sidogol o no.

En cualquiera de los dos casos,hemos restablecido la equivalencia

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funcional entre los miembros coordinados:En (11a), el nexo coordina dos estructurasde infinitivo que funcionan como OD dedecidió. En (11b), el nexo coordina dosoraciones.

Barrenechea admite que no hay unaúnica posibilidad para catalizar el (los)elemento(s) elidido(s) y reconoce tambiénlas dificultades que puede plantear ladeterminación de esos elementossobreentendidos. Sostiene la autora:«deberemos admitir que existe la elipsis yque ella explica que aparezca en superficiela coordinación de unidades noequivalentes. A hablante y oyente les bastaque el texto permita reponer un núcleosignificativo central que asegure la eficaciadel mensaje (pero que puede no ser idénticoen estructura para ambos participantes,porque es suficiente que seaaproximadamente semejante ensignificado)»25 .

La presencia del nexo entre elementosque, sin él, quedarían unidos en unarelación jerárquica, como señalaBarrenechea, tiene un significado a nivelpragmático: enfatiza ese segundo elementode la relación, ya que más que unirlo alprimero, lo separa de él, realzándolo de estamanera.

Debemos tener en cuenta estacaracterística para no confundir estasconstrucciones con lo que otros autores,como Brucart y Di Tullio, estudian comocasos de elipsis verbal. Podría pensarse queen ejemplos como el que venimosestudiando nos encontramos frente a lo queestos autores llaman reducción de sintagmaverbal coordinado. Si reponemos, comohicimos en (11b), el verbo (y, en nuestroejemplo, también el infinitivo y su OD que,por repetidos, también se eliden),obtenemos dos oraciones coordinadas quecomparten el sujeto. En términos de Brucarty de Di Tullio, podríamos pensar en la

coordinación de los sintagmas verbales(decidió terminar el partido – decidióterminarlo sin definir…). Sin embargo,existe una diferencia importante entre loscasos de reducción de SV coordinado y losejemplos como el nuestro. Esta diferenciaes señalada por Barrenechea:

«Nos encontramos entonces conoraciones que, al suprimir el coordinante,ofrecen un texto interpretable como unaestructura de sujeto y predicado con uno omás complementos no seriados.

Serían del siguiente tipo:(12a)Juan estudia, y con gran entusiasmo.(13a)Compramos trigo, pero de buenacalidad.que darían con la eliminación de laconjunción (claro está que con distinto matizexpresivo):(12b)Juan estudia con gran entusiasmo.(13b)Compramos trigo de buena calidad.

Nunca cabría la interpretación de queen (12b) o en (13b) existen series demiembros coordinados por yuxtaposición,como ocurre cuando hay coordinación demiembros equivalentes y se suprime laconjunción:(14a) El árbol es alto y frondoso.(14b)El árbol es alto, frondoso.»26

Las mismas características puedenobservarse en nuestro ejemplo:(11c) Por «falta de garantías» el juez decidióterminar el partido sin definir si había sidogol o no.

La supresión del nexo deja comoresultado una oración en la que el segundomiembro de la coordinación aparece comoadyacente de un elemento del primero. Enefecto, en (11c) “el partido” es el OD delinfinitivo “terminar”, y “sin definir si habíasido gol o no”, adyacente circunstancial.

Esta interpretación que acabamos depresentar tiene como fundamento uncriterio sintáctico; solo si catalizamos loselementos que permiten recuperar la

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equifuncionalidad de los elementosrelacionados por el nexo podemos explicarsintácticamente esta construcción.

Ahora bien, podemos hacer unainterpretación de casos como este queprescinda del recurso de la elipsis.Hernández Alonso entiende que «otro tipode relación semántica posible entre losmiembros coordinados adversativamentees la delimitativa o especificativa. En ella elsegundo elemento especifica el contenidodel primero.»27 Entre otros ejemplos (queno se corresponden con el tipo que venimosanalizando) presenta Regálale un perro,pero de raza, respecto del cual precisa: «Esteúltimo tipo […] ha sido detalladamenteestudiado con una metodología generativatransformativa. En cualquier caso, estostrabajos citados presuponen en susinterpretaciones un elemento elidido, bienun adjetivo modificador del primermiembro, bien un nexus o proposición enel segundo […]. Nosotros aceptamos lapresuposición de un segmento conceptual,pero no lo necesitamos para explicar el valorrestrictivo especificativo del segundoelemento respecto al primero»28 .

Queda claro que las observaciones deHernández Alonso no aluden a la estructurasintáctica de estas construcciones. Ahorabien, nosotros podemos preguntarnoscómo se interpretan sintácticamente. Elhecho de que –a diferencia deBarrenechea– otros autores que se ocupande la elipsis (como ya mencionamos,Brucart, Di Tullio) no mencionen casoscomo estos también nos lleva a plantearnosla posibilidad de otra interpretación de estosejemplos. Y es en la obra del propioHernández Alonso donde encontramosalgunos elementos que pueden ayudarnosa elaborar otra interpretación.

En el apartado dedicado al estudio dela coordinación copulativa dice HernándezAlonso: «Si la función esencial de y es

coordinar, cuando la usemos sin un primerelemento de coordinación, lógicamente supresencia será pleonástica y, enconsecuencia, enfática. Tal es el caso de laconjunción que encabeza una oración alcomienzo de un parlamento y que nocoordina lo que le sigue con nadaprecedente. Ejemplo:

¿Y dejas, Pastor Santo, tu grey en estevalle hondo, oscuro…?(Fray Luis de León: Oda En laAscensión).

Interpretar estas cadenas como elementosunidos a otros presupuestos no esgeneralmente aceptable. No es prudentehablar de elipsis del primer elementocoordinado en tales casos. Sencillamentedebe interpretarse como un elementoenfático, y, porque no cumple la misión quele es propia y, en consecuencia, porinnecesario destaca, llama la atención, esdecir, aporta énfasis.»29

Y, en relación con la coordinaciónadversativa, agrega: «Al igual que decíamosen la coordinación copulativa, cuando unpero encabeza una oración y no tiene unprimer elemento que coordinar, eseconector deja de serlo, se convierte enpleonástico y en consecuencia enfático.»30

En ejemplos como el que estudiamos,podríamos entender que el nexo no cumplela función que le es propia: no coordina.Contrariamente a lo que es propio de losnexos coordinantes, en estos ejemplos elnexo juega otro papel: no une, sino quedistancia a un adyacente de su núcleo. Yes, justamente, el hecho de que el nexo nocumpla la función que le es propia lo quelo convierte en un elemento pleonástico, y,por lo tanto, enfático.

¿Qué diferencia hay entre el ejemplocon el nexo y sin él?(11) Por «falta de garantías» el juez decidió

terminar el partido pero sin definirsi había sido gol o no.

(11c) Por «falta de garantías» el juez decidió

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terminar el partido sin definir si habíasido gol o no.

No hay dudas de que los contenidoscomunicados no varían, no hay diferenciasen el nivel semántico. Si admitimos lainterpretación que venimos explicando,tampoco existen diferencias en el nivelsintáctico: sin definir si había sido gol o noes el adyacente circunstancial, solo que en(11) aparece alejado de su núcleo por elnexo pero. Sí hay diferencias en el nivelpragmático. El ejemplo sin el conectorpierde su valor enfático.

Al tratar otros casos de construccionesenfáticas, Gutiérrez Ordóñez sostiene que«toda estructura de énfasis lo es en relacióncon otra que carece de esta peculiaridad(secuencia primitiva)». Y agrega luego: «elmecanismo sintáctico siempre extrae unsegmento de su secuencia originaria y losepara mediante algún recurso»31 .

En otra obra, en relación con el mismotema, decía este autor: «Las ecuacionalestienen otra «lógica», la que deriva de supropia función y que tan bien transparentael término «ecuacional» que Alarcos eligiópara designarlas. Si de alguna función cabehablar es de la que tenían en la estructurade origen.»32 (Recordemos que lasoraciones ecuacionales son tambiénestructuras enfáticas, en las que un elementooracional resulta focalizado mediante unrecurso que consiste en destacarlo en unaestructura en la que aparece el verbo “ser”y una oración de relativo, como, porejemplo, fue sin definir si había sido gol ono que el juez decidió terminar el partido.)

Creemos que las mismasconsideraciones pueden aplicarse aejemplos como los que venimos estudiando.

En resumen, podríamos interpretarejemplos como (11) como casos en los queel nexo no coordina, sino que tiene un usopragmático (aporta énfasis al elemento quedesplaza), y, por lo tanto, no es necesariorecurrir a la elipsis para explicar estas

construcciones.Caso similar encontramos en (12).

(12) Con el tiempo el Santa Chita FútbolClub quedó fuera de la liga decebollitas, pero los vecinos de lacuadra formaron «la mesa de losjueves» y se siguieron reuniendo enel boliche, pero para charlar al pedonomás.En este ejemplo, aparece dos veces el

nexo pero. En el primer caso, lacoordinación adversativa se da entre laoración Con el tiempo… quedó fuera de laliga de cebollitas y el grupo formado porlos vecinos de la cuadra formaron… y sesiguieron reuniendo… Esta coordinacióntiene todos los rasgos propios de la relaciónadversativa: une dos miembros, el segundorestringe la expectativa abierta por elprimero. Se ha establecido en el texto quelas reuniones de los adultos surgen comorespuesta a la ‘necesidad’ de organizar ydirigir el equipo de fútbol de los chicos. Unavez que el equipo queda «fuera de la ligade cebollitas», el receptor del mensaje puedesuponer que las reuniones ya no tienensentido y esperar que esa idea sea la queaparezca en el segundo miembro de lacoordinación. Sin embargo, esta expectativano se cumple, y el conector pero anunciaalgo que va a contradecirla; en efecto, «losvecinos… se siguieron reuniendo…»

Diferente es el caso de la segundaaparición de pero en este enunciado. Loselementos entre los que aparece, en elboliche y para charlar al pedo nomás, si bienson adyacentes circunstanciales, no son delmismo tipo (un locativo y un final). No nosextenderemos aquí en este punto.Recordemos, simplemente, lo que diceGutiérrez Ordóñez al respecto:

«Conviene insistir en la idea yarepetida de que el término aditamento nose refiere a una función sintáctica del tiposujeto, implemento o complemento.

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Designa una órbita funcional en la que seinsertan varias funciones que giran en tornoal sintagma verbal. […] Incurriríamos engrave error si en los aditamentosreconociésemos múltiples funcionessemánticas pero una sola función sintácticaformal.»33 Y más adelante, el autor daalgunas características formales quepermiten comprobar que los distintosaditamentos cumplen funciones sintácticasdiferentes. Entre ellas, señala que «dosaditamentos distintos no toleran unasustitución conjunta, sino individualizada,por referentes pronominales» y que «dosaditamentos diferentes no responden a unamisma interrogación parcial»34

El autor da algunos ejemplos,nosotros aplicaremos al nuestro las pruebaspropuestas. Para ello tomaremos solamentela última oración del grupo:

se siguieron reuniendo en elboliche, pero para charlar alpedo nomás

La sustitución por referentes pronominalesdaría como resultado:

se siguieron reuniendo allí, pero paraeso nomás

Cada uno de los adyacentescircunstanciales sería respuesta a unapregunta diferente:

–¿Dónde se siguieronreuniendo? –En el boliche

–¿Para qué se siguieronreuniendo? –Para charlar al pedo nomás.

Estas pruebas nos permiten concluirque se trata de dos adyacentes diferentes,no hay, pues, equifuncionalidad. Como enel caso anterior, el segundo miembro de lacoordinación (o aparente coordinación)funciona como otro adyacente del primero.Cualquiera de las dos interpretaciones queya analizamos es posible en este caso,también.

Ángel López García se ocupa tambiénde casos como los que acabamos de ver.

De un ejemplo como me gusta tomar unataza de café, pero sin azúcar dice este autor:«en el fondo café, pero sin azúcar essimplemente la frase nominal café sinazúcar», y sostiene que la reposición decualquier elemento en la estructura «sesiente artificiosa y forzada»35 .

LA SUBORDINACIÓNASPECTOS SEMÁNTICOS Y PRAGMÁTICOS DE

LAS CONCESIVAS

Decíamos más arriba –y lo vimos enun ejemplo– que las oraciones concesivastienen estrecha relación semántica con lasadversativas. También se relacionan desdeel punto de vista pragmático. Tanto en lasoraciones coordinadas adversativamentecomo en la relación concesiva se manifiestala expresión de algún impedimento uobjeción. Vimos que la relación adversativa(en su valor semántico más corriente) in-troduce un elemento que restringe o excluyeal primer miembro de la coordinación. «Lasoraciones subordinadas concesivas –por suparte– expresan una objeción o dificultadpara el cumplimiento de lo que se dice enla oración principal; pero este obstáculo noimpide su realización»36 .

En los ejemplos (13), (14), (15)aparecen oraciones concesivas.

(13) Aunque fuera un día lindo yestuviéramos todos juntos ycontentos, nuestros padresescuchaban (y nos hacían escuchary no podíamos quejarnos ni moverel dial) tangos tristes, vaya uno a sa-ber por qué.El hecho de que “fuera un día lindo”

y de que estuvieran “todos juntos ycontentos” podría ser un impedimento parael cumplimiento de lo que se dice en laoración ‘principal’: “escuchaban tangostristes”. Podría pensarse que las condicionesfavorables a la alegría familiar abren unaexpectativa diferente, sin embargo, no

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impiden la realización de lo que se expresaen la oración principal.

En las concesivas, «el elementosubordinado conforma la expresión de unacausa, apoyada en un implícito que lasupone eficiente, pero que se revela ineficaza través de la negación del resultadoesperable»37 .En nuestro ejemplo:

Aunque fuera un día lindo y estuviéramos todos juntos y contentos

Las condiciones favorables (buentiempo, la reunión de la familia)

son motivo de alegría

Lo mismo ocurre en el siguienteejemplo:(14) Pese a no tener hinchas el Santa

Chita Fútbol Club sobrevivía sinsobresaltos hasta que varios padresse dedicaron a organizarnos,

en el que la relación concesiva apareceexpresada por medio de la expresión pesea seguida de infinitivo. En este ejemplo,queda implícita la idea de que un club defútbol necesita tener hinchas. El hecho deno tenerlos hace presuponer que el clubdebería tener problemas; pero el segundomiembro de la relación desecha estaexpectativa: el Santa Chita Fútbol clubsobrevivía sin sobresaltos…

Desde el punto de vista pragmáticopodrían hacerse consideraciones similarespara las oraciones adversativas. Así, en unode los ejemplos que ya comentamos (6),vemos que la relación entre los dosmiembros de la coordinación pasa por laexistencia de un elemento implícito.(6) Para todo esto no nos consultaron

en nada, pero a nosotros no se nosocurrió quejarnos y obedecimos.

Para todo esto no nosconsultaron para nada

El que otros tomen decisionespor uno sin consultarlo

es motivo de queja

Vemos, pues, que pragmáticamente,tanto las adversativas como las concesivasse basan en la existencia de un componenteimplícito, necesario, ya que es el que permiteel paso de un segmento de la relación alotro.

Ángel López García señala tambiénel parentesco existente entre estos tipos deoraciones. Para comprender mejor laposición de este autor, nos parececonveniente explicar algunas ideas básicasde su teoría. Desde una perspectivapsicologista, López García describe cadafenómeno lingüístico en relación con «lascircunstancias comunicativas en las quecobra sentido y que le sirven dejustificación»38 . Por otra parte, sostiene que«una descripción de las lenguas naturalesadecuada a su objeto debe satisfacer dosrequerimientos: a) Que parta de UNIDADES

NATURALES directamente reconocibles por losusuarios. b) Que su definición de las mismasse ajuste a las CONDICIONES DE RECONOCIMIENTO

DE DICHOS USUARIOS y no a criterios ajenos alpropio acto lingüístico.»39 Y, como «ellenguaje es un fenómeno social y no existesin dos seres humanos que se comunicanpor medio del mismo»40 , entenderá el autorque la unidad lingüística básica es elintercambio, constituido por los turnos deemisor y receptor. Así, según él, la llamada‘oración compuesta’ es el resultado de la

nuestros padresescuchaban

tangos tristes

a nosotros no se nos ocurrióquejarnos y obedecimos

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unión de dos turnos en uno: el hablantehace suya la interpretación previsible deloyente.

«La dinámica de la conversaciónremite a cuatro criterios que organizan lapercepción de las formas y de los sentidosdel emisor y del receptor, a saber, la ley dela redundancia, la ley de la preferencia, laley de la presuposición y la ley delsobreentendido.»41

Veamos en qué consiste cada una deestas leyes conversacionales.1. Redundancia: “...en la conversación

lo normal es que el emisor refuerce laforma de su mensaje, [...] porque sabeque el receptor perderá muchos de suselementos.42

La redundancia se da cuando elemisor reitera la forma de su mensaje paraque la comunicación se cumplasatisfactoriamente. Esta reiteración estápresente, por ejemplo, en los casos decoordinación copulativa, y se presenta ensu grado máximo en la conversaciónespontánea (registro que, como decíamos,reproduce el texto de Caillabet).

2. “...el sobreentendido se basa en elpredominio perceptivo del sentido sobrela forma por parte del receptor: aunqueeste solo oye lo que el emisor le ha dicho[...], y en principio solo deberíareconstruir su sentido literal [...], enrealidad entiende muchas otras cosasque desbordan el marco creado por elfondo formal del mensaje...”43

El sobreentendido consiste en el plusde significado que el destinatario interpretaa partir de una emisión. Comoobservábamos en los ejemplos deconcesivas y adversativas, esta relaciónimplica un sobreentendido, necesario parala buena interpretación del mensaje.

3. “...la preferencia consiste en que eloyente entiende un cierto sentidoilocucional emitido por el hablante (esuna invitación, pregunta, petición,orden, etc.) y le añade la disposición aresponder en el turno siguiente segúnsu conocimiento de las convencionessociales y de las circunstancias.”44

La preferencia explica la fuerzailocutiva de cualquier mensaje, que conllevauna indicación al interlocutor acerca decómo debe responderlo. En las relacionesconcesivas y adversativas, se expresa unaantipreferencia. En el ejemplo del texto dePrego Gadea (5), veíamos claramente estarelación. Pero en cualquier relaciónconcesiva o adversativa está presente estaley conversacional. En efecto, comoveíamos más arriba, por ejemplo, el hechode que los adultos hayan decidido por losmuchachos supone una reacción de partede estos. La queja, la protesta, serían lasreacciones ‘preferidas’ que, sin embargo, nose producen.

4. “...el presupuesto se presenta como uncontenido obvio, que se deduce de lodicho y que ni siquiera tiene que serformulado explícitamente paratransmitirlo al receptor: en la cadena hayuna información que se transmite delemisor al receptor y que si no seenunciara sería desconocida por aquel—lo afirmado—, y una información quese supone del dominio común, que seinfiere de lo dicho por emisor, pero queeste no necesita decir al receptor —lopresupuesto—.”45

La presuposición (o presupuesto)consiste en lo que se deja implícito cuandose dice algo, por ser de conocimiento deambos interlocutores. Es lo que obviamentese desprende de lo dicho,

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independientemente de la forma delmensaje.

Del siguiente ejemplo(15) No entendimos bien eso de que el

fútbol es un arte y los jugadores unosartistas, pero si el Colorado lo decíaasí debía ser porque lo debía haberleído en algún lado.

se desprenden características del Colorado,que no necesitan ser explicitadas, dado queson conocidas por sus amigos (y también,a esta altura de la historia, por el lector).Este personaje es siempre quien tiene lasrespuestas, quien hace observacionesprecisas y fundamentadas, gracias a losconocimientos que le proporcionan suslecturas.

Según López García, estas leyesconversacionales predominan en losdistintos tipos de ‘oraciones compuestas’:

PRESUPOSICIÓN causales finales

REDUNDANCIA copulativas comparativas

SOBREENTENDIDO disyuntivas condicionales

PREFERENCIA adversativas concesivas46

La relación concesiva puedeexpresarse por medio de otros recursos,reconocidos en las distintas gramáticas,como «numerosas fórmulas sintácticas designificación concesiva, entre ellas las queforma un verbo repetido con un relativointerpuesto; v.gr.: diga lo que diga, sea comosea […] y otras parecidas»47 . Se aclara enel Esbozo más adelante que en todos estoscasos las formas verbales enlazadas estánen subjuntivo. No nos detendremos aquí enla discusión acerca de si estas ‘fórmulas’constituyen una estructura subordinada u«oraciones independientes sin conexión

sintáctica»48 , sino en la interpretaciónsemántico-pragmática que podemos hacerde algunos ejemplos como el de (10). Sinduda, la primera parte del enunciadocontiene una de estas fórmulas en las quese enlazan dos formas del subjuntivo, ycualquier gramática incluiría este ejemploentre las oraciones concesivas. Ahora bien,¿cuál es el hecho que se presenta como unaobjeción u obstáculo para la realización delo que expresa la llamada ‘oración princi-pal’?(10) Fuera la radio que fuera nos

sentábamos a su alrededor paraescuchar los noticieros, los partidosde fútbol…

Lo que parece caracterizar a (10) esla existencia de una insistencia (manifestadaen la reiteración de la forma verbal) queresalta, en nuestro ejemplo, unapresuposición: teníamos una radio (Spicao una de las grandes radios a lámpara), yel hecho de tenerla implicaba que «nossentábamos a su alrededor paraescuchar…», sin importar el tipo de radioque fuera.

LAS CONCESIVAS COMO CASO FRONTERIZO

ENTRE SUBORDINACIÓN Y COORDINACIÓN

Veamos, por último, otro ejemplo enel que aparece aunque:(16) Y la pelota apretada contra su pecho

seguramente había quedado uninstante detrás de la línea, pero nohabía picado, aunque como se sabesi la pelota pasa la línea, así sea por elaire, es gol.Todo este enunciado se centra en la

discusión acerca de si la jugada fue gol ono. En él se presenta una primera relaciónadversativa, expresada mediante laconjunción pero.

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(16a) la pelota apretada contra su pechoseguramente había quedado uninstante detrás de la línea, pero nohabía picado

El narrador da un argumento quefavorecería la interpretación de que sí fuegol –la pelota… había quedado un instantedetrás de la línea–, al que opone unarestricción: no había picado

Comparemos (16a) con (16b)(16b) la pelota no había picado, pero …

había quedado un instante detrás dela línea

¿Qué diferencias observamos entreambos ejemplos? Tenemos los mismoscontenidos que se contraponen: quedar uninstante detrás de la línea (que tiene comosobreentendido, ‘fue gol’) / no haber picado(sobreentendido: ‘no fue gol’). Sin embargo,en (16a) el hecho de no haber picado sepresenta como el miembro más fuerte, dedonde deducimos que el narrador estáargumentando a favor de la interpretación‘no fue gol’, mientras que con (16b), sedestacaría el hecho de que habíaquedado… detrás de la línea, con lo que elemisor estaría argumentando a favor de lainterpretación ‘fue gol’.

López García nos dice respecto de larelación adversativa: «Todas las gramáticascoinciden en señalar que el significadobásico de las expresiones de la forma «A,pero B» es el «contraste» entre A y B; lo quehabría que añadir es que se trata de uncontraste en el que sale ganando B, no enel sentido de que A sea falso, sino de quevaloramos más la aportación de B. Así,cuando María dice que Juan es feo, perosimpático nos da una buena razón parahaberlo elegido como pareja; cuando diceque es simpático, pero feo nos estájustificando su rechazo, por más que enambos casos Juan siga siendo feo ysimpático.»49

Pero nuestro ejemplo es máscomplejo. A la relación adversativa

analizada, de la que se desprende comomiembro más fuerte el que implica ‘no fuegol’, se agrega una estructura encabezadapor aunque:(16c) aunque como se sabe si la pelota

pasa la línea, así sea por el aire, esgol.

Las distintas gramáticas coinciden enreconocer que aunque es el nexo másfrecuente de las oraciones concesivas. Sibien, como ya hemos señalado, la concesivasignifica una «restricción desdeñada»(porque se impone la antipreferenciaexpresada por el concedido), en esteenunciado esto no parece cumplirse.¿Cómo se explica este efecto de sentido?No se trata aquí de un sentido diferente, yaque la estructura encabezada por aunquese presenta, efectivamente, como unaobjeción o impedimento para que se aceptelo expresado por el otro miembro de larelación. La diferencia respecto de otrasoraciones concesivas es que, en este caso,tal impedimento no resulta ineficaz nidesdeñable, sino que, por el contrario, seerige en argumento fuerte, que deja sinefecto los anteriores.

Tal vez debamos considerar aquí otradiscusión planteada respecto de este tipode relación: ¿Puede aunque introduciroraciones coordinadas adversativas? GiliGaya, por ejemplo, entiende que «estaconjunción, subordinante concesiva en susignificado originario, ha adquirido entiempos modernos valor adversativo…»50

A esta posición se opone la de quienes,como Alarcos, por ejemplo, sostienen que«[no] funciona como conector, a pesar desu parentesco semántico con pero, la unidadaunque». Y para fundamentar su posición,observan que el miembro encabezado poraunque puede aparecer al comienzo delenunciado, posibilidad vedada al miembroencabezado por pero. Estas observacionessurgen de la comparación de ejemploscomo Es inteligente aunque distraído, queadmite Aunque distraído es inteligente, yEs inteligente pero distraído, que no admite

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el cambio de orden: *Pero distraído esinteligente.

Por su parte, Hernández Alonso síadmite que aunque tiene un usoadversativo: «Distinguiremos el valorconcesivo de aunque del adversativo conlas siguientes pruebas:a. El adversativo debe poderconmutarse por pero, y casi siempre por y.b. La cláusula introducida por aunqueadversativa, va necesariamente pospuestaa la otra.c. Aunque adversativa no puedeconmutarse por a pesar de que.

Ej.: Mi hermano come muchoaunque no engorda.»51

Aplicados a (16), los rasgos queconsidera Hernández Alonso nos llevaríana concluir que se trata de una relación decoordinación adversativa. En efecto,

a. Y la pelota apretada contra su pechoseguramente había quedado uninstante detrás de la línea, pero nohabía picado, pero / y como se sabesi la pelota pasa la línea, así sea porel aire, es gol.

b. En el ejemplo, la cláusula introducidapor aunque va pospuesta a la otra, y

no parece aceptar la anteposición.Para simplificar el ejemplo,consideremos únicamente la relaciónentre no había picado y la estructuraencabezada por aunque:

- La pelota no había picado aunquecomo se sabe si la pelota pasa lalínea, así sea por el aire, es gol.

- *Aunque como se sabe si la pelotapasa la línea, así sea por el aire, esgol, la pelota no había picado

c. *La pelota no había picado a pesarde que como se sabe si la pelota pasala línea, así sea por el aire, es gol.

Si admitimos que aunque funcionacomo conector adversativo en este últimoejemplo, podremos superar las limitacionesa las que nos enfrentábamos en lainterpretación semántico-pragmática de esteenunciado. Como ya vimos, el segundomiembro de la coordinación adversativa sepresenta como el más fuerte, como elmiembro cuyo aporte se valora más en larelación de contraposición. Y, en efecto, laidea que parece desprenderse de esteenunciado es la de que, efectivamente, lajugada fue gol.

TEXTOS

La voz indiferente del Macizo había dichoque le gustaría verlo esa noche. ¿Le venía bien? Eraun asunto gordo, había insistido. Desde los

ventanales del diario, Casal mira la plaza. La ediciónestá cerrada, casi todos los compañeros se han ido.Alguien lo invita a tomar una cerveza, dice que nosin volverse. Permanece allí, fumando, las manosen los bolsillos, con los ojos entrecerrados para evitar

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los destellos cegadores del sol en los cromados ycristales de los trolleybuses, de los ómnibus y de losautomóviles que giran envueltos en una nubepestilente. El aire parece vibrar, como si saliera dela boca de un horno. El viejo que todas las tardesviene a alimentar a las palomas está inmovilizadoen la plazoleta del teatro Solís, encorvado, con unabolsa de plástico en la mano. Decenas, acasocentenares de palomas se precipitan desde los techosde los edificios vecinos, ávidas, rodean al hombre,lo acosan, como gallinas. El viejo arroja la comida,observa un rato la rebatiña y después se aleja haciala Rambla. El limpiador pasa un trapo mugriento alos escritorios, se queja del papelerío desparramadoen el piso, del calor, del tiempo, baldea sin demasiadaconvicción. Decide salir a dar una vuelta, tomar unacerveza, solo. La Pasiva está casi desierta a esa hora;hay tres o cuatro mesas ocupadas por hombressolitarios, que beben cerveza y comen frankfurtersleyendo el diario.Omar Prego Gadea: Último domicilio conocido Ed.de la Banda Oriental. Montevideo, 2008 (p. 20)

Apenas aparecieron, las radios a pilas Spica–con estuche de cuero, correa y audífono incluidos–se popularizaron en pocos meses y sustituyeron alas grandes radios a lámpara que eran muy caras yse rompían por lo menos una vez por año, casisiempre en invierno que era cuando más lasprecisábamos. Por el frío, decían, se quemaba lalámpara. Fuera la radio que fuera nos sentábamos asu alrededor para escuchar los noticieros, los partidosde fútbol, pero sobre todo los radioteatrossentimentales del mediodía, las aventuras de TomMix a las cinco de la tarde, y las vidas en capítulosde Martín Aquino y Salvatore Giuliano, que setrasmitían por Radio Sur y las llamaban radionovelas.Desde muy chicos aprendimos que las horas de lasradionovelas eran «sa–gra–das» y cuidadito con hacer«bo–chin–che».

De nochecita esperábamos que Billy Caffaro,con alguna canción movida, alegre y medio tontacomo Pity Pity interrumpiera el torrente casiperpetuo de tangos, milongas y boleros que nosgustaban porque contaban historias, aunque al finalnos parecía perjudicial pasar todo el día escuchandohistorias que sin excepción terminaban mal. Aunquefuera un día lindo y estuviéramos todos juntos ycontentos, nuestros padres escuchaban (y nos hacíanescuchar y no podíamos quejarnos ni mover el dial)tangos tristes, vaya uno a saber por qué. (p. 17)

Nuestra calle era una extensión de las casasque, excepto la del Candidato, no sabían de rejas yalarmas. Las puertas quedaban sin llaves ni cerrojosdesde la mañana hasta cuando nos íbamos a dormir,

cerca de las diez de la noche en invierno y aun mástarde en verano a la espera de que refrescara unpoco porque en aquel entonces tener ventilador eraun lujo y se rompían seguido, salvo los Marelli queeran carísimos y solo había en las farmacias, en losbancos y en las casas de los ricos. A veces, losdomingos y los feriados, nuestras madres pasabanllave en la puerta a la hora de la siesta, pero no porseguridad sino para que nadie entrara y despertaraa los viejos evitando que se enchincharan «el únicodía que podíamos estar todos juntos y tranquilos».(p. 26)

Pese a no tener hinchas el Santa ChitaFútbol Club sobrevivía sin sobresaltos hasta quevarios padres se dedicaron a organizarnos. Formaronuna comisión directiva, consiguieron dinero y Ramónfue el encargado de comprar camisetas, pantalonesy zapatos de fútbol. Ramón consiguió muy barato,dijo, camisetas a rayas azules y rojas, pantalones ymedias negras y zapatos de cuero con tapones declavos.

La comisión se reunía los jueves en elboliche de la avenida y las mujeres rezongabanporque sus maridos volvían muy tarde y con unaalegría exagerada para esa altura de la semana y alotro día tenían que madrugar. Nombraron un direc-tor técnico: Gutiérrez, y un capitán: el Alemán. Pocodespués nos metieron en un campeonato de«cebollitas» interbarrial. Para todo esto no nosconsultaron en nada, pero a nosotros no se nosocurrió quejarnos y obedecimos. Los partidos sejugaban los domingos de mañana en una cancha dela rambla donde se pensaba construir un helipuertoo frente al Palacio Legislativo donde también sepensaba construir algo importante. Nuestros padresiban a ver los partidos y gritaban y daban órdenes yputeaban a los jueces y a veces a nosotros. Ganamoslos dos primeros partidos, pero en el tercero noseliminaron y ahí se terminó el fútbol organizado porlos padres. La eliminación fue una sorpresa. Consolo empatar pasábamos a la segunda vuelta, perofaltando unos tres minutos hubo un incidente quese discutió durante mucho tiempo. Íbamos dos a doscuando Gutiérrez le dijo al Alemán, y este a nosotros,que aguantáramos la pelota para conservar elempate. Con empatar bastaba. Nos replegamos ytodo iba bien. El Colorado jugaba de golero y eramuy bueno y desde el arco ordenaba nuestro juegoconservador. Sacaba cortito y con la mano para Bobypor la punta y ahí triangulábamos y no pasábamosla mitad de la cancha y de vuelta la pelota para elColorado. Los adversarios se desesperaron y se nosvinieron encima, pero nosotros tranquilosconservábamos la pelota. Sin embargo, en una que

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lo apuró un puntero grandote, Boby le tiró un pasede apuro al Colorado que lo sorprendió. La pelotale pegó en el pecho y el Colorado la abrazó peroresbaló y se cayó. Quedó sentado con el culo detrásde la raya de gol y las piernas delante de la raya;entonces de inmediato el Colorado estiró los brazoshacia delante con la pelota. El juez no cobró nada.Ni gol ni saque de arco. Nada cobró y el pito se lecayó de la boca. No supo qué hacer y se le fueronencima los padres de los rivales pidiendo que cobraragol. Nuestros padres reaccionaron y gritaban queno había sido gol. Nosotros nos dedicamos a ver ellío. Como había barro la marca del culo del Colo-rado estaba clarita detrás de la línea. Y la pelotaapretada contra su pecho seguramente habíaquedado un instante detrás de la línea, pero no habíapicado, aunque como se sabe si la pelota pasa lalínea, así sea por el aire, es gol. Entonces la discusiónse centró en si el Colorado había atrapado la pelotaatrás o adelante de la línea. Para saber quién teníarazón y a solicitud del Punta hicieron «lareconstrucción del hecho». Pararon al Coloradodelante de la línea abrazado de la pelota y loempujaron de forma tal que su culo coincidiera conla huella y comprobar cómo reaccionaba el Colo-rado. Luego lo pararon detrás de la línea y lo

empujaron. Lo empujaron muchas veces desde atrásy adelante de la línea del arco y de tanto caer lahuella del culo del Colorado se fue ampliando y ladiscusión se complicó más. Por «falta de garantías»el juez decidió terminar el partido pero sin definir sihabía sido gol o no. El tema pasó a «la liga», o sea alboliche donde se reunieron las comisiones de losdos cuadros más «los neutrales» que se suponía noestaban con ningún cuadro y eran imparciales. Elgallego del boliche sirvió copas durante varios meses.Con el tiempo el Santa Chita Fútbol Club quedófuera de la liga de cebollitas, pero los vecinos de lacuadra formaron «la mesa de los jueves» y sesiguieron reuniendo en el boliche, pero para charlaral pedo nomás. Mientras tanto nosotros seguimosjugando amistosos como antes y por suerte sin pa-dres ni vecinos que quisieran organizarnos eimponernos capitanes, directores técnicos, jueces ytodos «esos mandones que el fútbol no precisa», dijoel Colorado, porque el fútbol es un arte. Noentendimos bien eso de que el fútbol es un arte ylos jugadores unos artistas, pero si el Colorado lodecía así debía ser porque lo debía haber leído enalgún lado. (pp. 100 – 102)

Carlos Caillabet: Otro mundo. Ediciones dela Banda Oriental. Montevideo, 2007

1 Ver textos al final del trabajo.2 DA ROSA, Juan Justino: ÚLTIMO DOMICILIO CONOCIDO. OmarPREGO GADEA. Ed. de la Banda Oriental. Montevideo,2008. Prólogo, p. 11.

3 GILI GAYA, Samuel: CURSO SUPERIOR DE SINTAXIS ESPAÑOLA.Vox. Barcelona (1961) 1973. Cap. XIX Concepto deoración compuesta. Yuxtaposición. § 196, pp. 262, 263.

4 Ibíd., § 203, p. 270.5 ALARCOS LLORACH, Emilio: GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPA-

ÑOLA. Espasa Calpe, S.A. Madrid, 1994. Cap. XXVIIGrupos oracionales. «Este término [yuxtaposición] de-signa la reunión de dos o más unidades (no solooracionales), que desempeñan en conjunto la mismafunción que cumpliría cada una de ellas aisladamente.En la oración Escribió novelas, cuentos, ensayos, cadauno de los tres sustantivos yuxtapuestos podría apare-cer como objeto directo igual que el conjunto. Del mis-mo modo, las tres oraciones de Llegué, vi, vencí que-dan enlazadas por yuxtaposición en un solo enuncia-do.» (§ 376).«Con este procedimiento [la coordinación], lossegmentos yuxtapuestos en un grupo se enlazanmediante una conjunción. Cada uno de ellos podríadesempeñar, claro es, el papel del conjunto unificado.Así, en Escribió novelas y cuentos, el grupo novelas ycuentos funciona como objeto directo, igual que cadauno de los dos sustantivos independientemente (Escribiónovelas, Escribió cuentos); Es pobre pero honrado lleva

como atributo el conjunto de los dos adjetivos […].Asimismo, la coordinación ocurre entre verbos y, portanto, entre oraciones: Sonríe y se calla; Estudia o trabaja,pero no pierdas el tiempo. Cada una de esas oracionespodría aparecer con independencia, pero así conectadasen enunciado unitario constituyen grupos oracionales.La unificación se cumple gracias a la conjunciónconectora.» ( § 379).

6 Ibíd., §380, p. 319.7 ROJO, Guillermo: CLÁUSULAS Y ORACIONES. Verba, anua-rio gallego de filología. Anejo 14. Universidad de San-tiago de Compostela, 1978. Cap. 4 La oración com-puesta desde la perspectiva tradicional. § 4.2. Oracio-nes compuestas por coordinación, subordinación y yux-taposición, p. 60.

8 Ibíd., p. 61.9 GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador: LA ORACIÓN Y SUS FUNCIO-

NES. Arco/Libros S.L. Madrid, 1997. Cap. 23 Comenta-rio sintáctico. § 5. Coordinaciones, p. 588.

10 GILI GAYA, Samuel: Op. cit. Cap. XX Coordinación. §207, p.275.

11 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: ESBOZO DE UNA NUEVA GRAMÁTI-CA DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Espasa-Calpe S.A. Madrid,1973. Cap. 3.18. Coordinación. § 3.18.6. Coordinaciónadversativa, p. 510.

12 ALARCOS LLORACH, Emilio: Op. cit. Cap. XXVII Gruposoracionales. § 383, p. 321.

13 GILI GAYA, Samuel: Op. cit. Cap. XXIII Subordinación

NOTAS

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adverbial. § 249. Oraciones concesivas, p. 322.14 ALARCOS LLORACH, Emilio: Op. cit. Cap. XXXIV. Oracio-nes complejas (VII. Concesivas y condicionales). § 441,p. 373.

15 ROJO, Guillermo y Tomás JIMÉNEZ JULIÁ: FUNDAMENTOS

DEL ANÁLISIS SINTÁCTICO FUNCIONAL. Cap. 4 Las unidadessintácticas. § 4.3.4.2. Cláusulas y oraciones, p. 138.

16 ROJO, Guillermo: Op. cit. Cap. 7 Las oraciones bipolares.§ 7.3. Las oraciones adversativas como bipolares, p. 110.

17 GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador: Op. cit., p. 589. 18 Ibíd., p. 590.19 GILI GAYA, Samuel: Op. cit. Cap. XX Coordinación. §213 Coordinadas adversativas, p. 281.

20 HERNÁNDEZ ALONSO, César: GRAMÁTICA FUNCIONAL DEL ES-PAÑOL. Gredos. Madrid, (1984) 1996. Cap. XIII Coordi-nación y yuxtaposición, p. 301.

21 Ibíd., p. 302.22 BARRENECHEA, Ana María: A propósito de la elipsis en lacoordinación. En BARRENECHEA, Ana María y otros: ES-TUDIOS LINGÜÍSTICOS Y DIALECTOLÓGICOS. TEMAS HISPÁNICOS.Hachette. Buenos Aires, 1979. Coordinación con miem-bros no equivalentes, p. 27.

23 BARRENECHEA, Ana María: Op. cit. Coordinación no equi-valente con «y», p. 31.

24 Ibíd., p. 32.25 Ibíd., p. 35.26 Ibíd., p. 28.27 HERNÁNDEZ ALONSO, César: Op, cit., p. 300.28 Ibíd., p. 301.29 Ibíd., pp. 291, 292.30 Ibíd., p. 302.31 GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador: Op. cit. Cap. 22 Estruc-turas ecuandicionales, pp. 549, 550.

32 GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador: VARIACIONES SOBRE LA ATRI-BUCIÓN. Contextos. León, 1986. Cap. III Estructuras

ecuativas y ecuacionales, p. 64.33 GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador: Op. cit. Cap. 15. La de-terminación de los niveles oracionales. § 4.3. Funcionesde la órbita de los aditamentos, pp. 383, 384.

34 Ibíd., pp. 385, 386.35 LÓPEZ GARCÍA, Ángel: GRAMÁTICA DEL ESPAÑOL I. LA ORA-

CIÓN COMPUESTA. Arco/Libros, S.L. Madrid, 1994. Cap.12. Las expresiones adversativas, p. 339.

36 GILI GAYA, Samuel: Op. cit. Cap. XXIII Subordinaciónadverbial. § 249 Oraciones concesivas, p. 322.

37 GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Salvador: Op. cit., p. 404.38 LÓPEZ GARCÍA, Ángel: Op. cit. Prólogo, p. 7.39 Ibíd. Cap. 1. Tipos de unidades superiores: turno, ex-presión, oración, p. 9.

40 Ibíd.41 Ibíd., Cap. 4. La expresión: enunciado y enunciación.p. 66.

42 Ibíd. Cap. 2. El intercambio y el turno. p. 40.43 Ibíd.44 Ibíd. p. 4245 Ibíd., p. 43.

46 Ibíd., Cap. 5. Expresiones compuestas equilibradas. p.92.

47 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Op. cit. Cap. 3.22. Subordi-nación circunstancial II. § 3.22.8. c), p. 558.

48 ALARCOS LLORACH, Emilio: Op. cit. Cap. XXXIV Oracio-nes complejas (VII. Concesivas y condicionales). § 445,p. 376.

49 LÓPEZ GARCÍA, Ángel: Op. cit. Cap. 12 Las expresionesadversativas, pp. 343, 344.

50 GILI GAYA, Samuel: Op. cit. Cap. XX Coordinación, §214, p. 282.

51 HERNÁNDEZ ALONSO, César: Op. cit., p. 300

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La SPEU se congratula de presentarel libro de la profesora Alma Pedretti,TRADICIÓN Y NOVEDAD EN LA

ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL LENGUA MATERNA

que editó junto con Byblos Ltda., aunquela colaboración de esta empresa no se limitóa la edición de la obra sino que cumplió unpapel fundamental en la difusión de estaactividad de hoy. Vaya entonces nuestroagradecimiento por ello, así como a FEMIpor su aporte material a la concreción delemprendimiento.

La alegría de hoy se funda en variasrazones.

En primer lugar, desde la fundación dela Sociedad en 1989, Alma ha sido unacolaboradora permanente, que aportó susaber y su espíritu crítico en lasinnumerables actividades en que se harequerido su intervención, con lagenerosidad, la seriedad y la sinceridad quela caracterizan.

En segundo lugar, Alma es la másdestacada profesora de Español de nuestropaís. Inició su carrera docente comomaestra, perteneció a la primera promociónde profesores egresados del Instituto deProfesores “Artigas”, realizó la Agregaturaen Teoría Gramatical, un posgrado muyimportante porque preparaba a losprofesores para la docencia en el propio

Instituto. Una experiencia que terminó,como tantas cosas buenas, con la dictaduray no se volvió a reeditar.

Fue docente no solo en EducaciónPrimaria y Secundaria, sino en lasinstituciones formadoras de maestros yprofesores, en los Institutos Normales deMontevideo y en el IPA.Desinteresadamente, como era la norma enaquellos tiempos, actuó como una muydestacada profesora adscriptora de esas quedejan huellas, que constituyen referentespermanentes para sus practicantes.

La dictadura truncó su carrera, aunque,por suerte, en forma transitoria. Noobstante, Alma siguió pensando yelaborando puertas adentro de su casa,como lo atestigua la obra publicada en eseperíodo.

Culminó su trabajo en estos ámbitoscomo Inspectora de Idioma Español enEducación Secundaria. Formó entoncesparte de un equipo inspectivo que llevó acabo una importantísima tarea de extensiónsobre algunos temas de los programasvigentes entonces, que hizo a los docentes“reencontrarse con la ilusión que los habíallevado a elegir su carrera” –como señalaSalvador Gutiérrez Ordóñez que sucede conel profesor vocacional cuando sacude, conun aporte teórico nuevo, con un perspectiva

Las exposiciones del Ciclo Charlas2008, realizadas en el IPA, finalizaron conla presentación del libro de la Profª AlmaPedretti

Hicieron uso de la palabra el Decanode la FHCE, Dr. José Seoane, la Presidentade la SPEU, Profª Carmen Acquarone y lapropia autora.

A continuación se transcribe lo expuestopor la Presidenta de la SPEU.

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distinta de análisis, la “venerable rutina” dela que hablaba don Andrés Bello.

Lleva una larga trayectoria en laUniversidad de la República comoprofesora de Gramática Española de laFacultad de Humanidades y Ciencias de laEducación y como docente de Español enla carrera de Traductorado, en la Facultadde Derecho.

Es, además, directora del Departamentode Romanística y Español y esCoordinadora del Instituto de Lingüística enla Facultad de Humanidades.

Ha publicado cerca de una decena deartículos, en los últimos 10 años, vinculadosa sus dos intereses académicos prioritarios:la Gramática descriptiva del español deorientación funcionalista, con especialatención a la sintaxis del verbo, y losprocesos de apropiación de la lengua ma-terna en su variedad estándar en laeducación formal.

Es autora del libro que hoy presentamos,pero también de: Antigua y nueva gramática(con dos ediciones, una de 1974 y otra de1978), El idioma de los uruguayos (de1983), Hacia el comportamiento del sistemaatributivo español, y en particular de losverbos ser y estar (de 1992). Destaco dosde sus publicaciones internacionales: Otrosverbos copulativos en español en LogosSemantikos, obra en homenaje al Dr.Eugenio Coseriu de 1981, y Aportesteóricos y metodológicos de la lingüísticafuncional a la solución del “problema de‘ser y estar’ ” editado en Energeia undErgon por Albrecht, Ludtke y Thun en1988.

Coordinó varias publicaciones colectivasde la Facultad de Humanidades: Laescritura del español (1994), La “Gramáticade la lengua española” de Emilio AlarcosLlorach (1995), Español I. Manual deapoyo (1996), Estudios de Ortografía(2003).

En toda esta diversa gama deactividades desarrolladas siempre hanestado presentes el análisis inteligente, lapasión, la polémica porque así es Alma:inteligente, apasionada y polémica.

Su opinión contra hegemónica enrelación con el rumbo tomado por laeducación en Lengua en las últimasdécadas, ha sido dada a despecho deadversarios poderosos en el ámbito de laspolíticas educativas en este país, incluso decontrincantes muy bien sponsoreados ydivulgados por una lluvia de publicacionesmuy modernas en lo formal, muy atractivasvisualmente, provenientes de la penínsulafundamentalmente, pero con debilidades,incluso incongruencias teóricas y dondecampea la superficialidad de la visióninstrumentalista de la lengua, eso sí conrecetas muy preparadas acerca de qué hacercon el lenguaje en la clase. Algunas de esasrecetas me las comentaban estudiantes delIPA en clase de Didáctica y para mi horrorvarias de ellas consistían en realizaractividades que se habían desechado porinocuas, inconsistentes pedagógicamente ypesadillescas para el alumno, cuando yoestudiaba profesorado de Español ¡aprincipios de los 70!, como hacer oracionescon una lista de palabras descon-textualizadas, proporcionadas por eldocente. A veces tenemos la impresión deque se nos sigue cambiando oro porespejitos de colores. ¡Cómo no se va aindignar Alma, que promovió siempre untrabajo realmente formativo en lengua porparte del alumno!

En tercer lugar, nos satisface porquecualquier publicación supone siempre laculminación deseada de un esfuerzo, sobretodo en un país en que se publica tan pococomo el nuestro y su concreción recorrecaminos sinuosos, difíciles, como bien losaben nuestras compañeras de la Sociedad:Gabriela De Boni y Cecilia Manzione. En

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este caso en particular, se hace después deun arduo trabajo de investigación por partede su autora, realizado con todas lasdificultades que implica hurgar en el pasadoen este país y hacerlo de forma individual.

En cuarto lugar, porque este libro es algomás que el relato de las distintas instanciaspor las que pasó la educación lingüística ennuestro país. Es historia sí, pero también esalegato. Como no podía ser de otra manera,Alma se juega por una forma de enseñanzaque prioriza la formación por sobre lacapacitación, lo profundo sobre lo superfi-cial. Defiende, desde la solvencia de susconocimientos teóricos y pedagógicos, la‘formación’ en lengua, desde los distintosámbitos que abarca esa formación: lecturay escritura, gramática, oralidad formal.

Reubica un concepto que haexperimentado un desarrollo hiperbólico enla asignatura, al punto de fagocitar lasrestantes áreas: el de comunicación.

Es inevitable que en la llamada “era dela comunicación” la idea de que solo hayque enseñar este aspecto de la lenguasurgiera. Pero también es esperable que losdocentes de la asignatura, vocacionales yconocedores profundos de su complejidad,rechacen este reduccionismo. Al respecto,sostiene María Isabel Filinich en su libroEnunciación: “considerar el lenguaje comoinstrumento de comunicación es unaevidencia de la cual, al menos, hay quedesconfiar. En efecto, al comparar ellenguaje con cualquier otro instrumentofabricado por el hombre –el pico, la flecha,la rueda– se observa que estos sonindicadores de una escisión entre hombrey naturaleza –los instrumentos estánseparados del hombre–, mientras que ellenguaje en modo alguno es una realidadexterior al hombre, sino que está en losfundamentos de la propia naturalezahumana.” […] Y concluye: “Por el lenguajese ha establecido el reconocimiento de las

fronteras entre el hombre y las demásespecies, la conciencia de sí y del otro, laposibilidad de objetivarse y contemplarse.”(M. I. Filinich, cap. 1. “Conceptos generalesde teoría de la enunciación”, enEnunciación, EUDEBA, Buenos Aires,2001, 4ª reimpresión)

Si bien Alma discrepa con la visióninnatista del lenguaje defendida por estaautora, porque entiende las dosmanifestaciones lingüísticas, oralidad yescritura como fenómenos culturales,entiende también que el lenguaje “es unacreación cultural –y aquí está sucoincidencia con Filinich– cualita-tivamente diferenciadora de la especiehumana”–como sostiene en este libro. Laidentificación del lenguaje con un “sistemade comunicación”, con un código tiene –opina Alma– “la consecuencia gravementelimitante de olvidar todo lo que en lolingüístico escapa a la codificación, dependede la interpretación y es, en verdad,esencial.” (p. 242)

Rescata el papel primordial de laenseñanza de la lectura y la escritura dentrode la clase de Lengua en educación mediay el valor del desarrollo de la oralidad, perono de cualquier lenguaje oral sino de lallamada por Ong “oralidad secundaria”, esdecir, la que maneja el hablante letrado.

Evoca para nosotros un enfoquepedagógico de la lectura, el defendido ydesarrollado por el Profesor FranciscoAnglés y Bovet, que consistía endesentrañar “las palabras y su sentido en eltodo de cada texto”– como dice Alma– através de un análisis minucioso de loexpresado que se llamó, por eso, “lecturaexplicada”, usando el término “explicación”en su sentido etimológico de “desplegar”,“desenredar” el texto, lo que da cuenta dela profundidad con que se encaraba suanálisis.

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Reivindica la enseñanza de la gramáticaen la educación media por tener, como yalo señaló Piccardo en su artículo “Gramáticay enseñanza” de 1956, un valor“formativo”, por “contribuir a la tarea deformar seres pensantes”, señala Alma. Mepermito volver al artículo de Piccardo: Nose explica este autor que si la formacióngeneral básica que implica la educaciónsecundaria incluya el conocimiento delcuerpo humano, aunque saber qué órganosintervienen en la respiración no nos ayudaa respirar mejor, no incluya conocimientosgramaticales, a pesar de que suconocimiento no mejore, de formaautomática, su expresión. Cita a Pagliaro,quien afirma acerca de la gramática: “Con-duce a la mente a reflexionar sobre una delas creaciones más maravillosas del hombre:a conocer la estructura y el funcionamientodel sistema de signos del cual se sirve paraobjetivar y aclarar ante sí mismo y los otrosel contenido de su conciencia.”

Enfrenta, en fin, una visión de laeducación que ha puesto a esta, “lainstitución más humana de entre lashumanas instituciones” como rehén. Rehénde una visión mercantilista que la entrampaen el adiestramiento de “recursoshumanos”, no de personas. “No hay queasombrarse –dice Riccardo Petrella en unartículo llamado, precisamente: “Laeducación tomada de rehén”– que la lógicadel mercado y la lógica financiera del capi-tal privado pretendan imponerle ladefinición de sus finalidades y de susprioridades.”

Por eso el libro de Alma es necesario yllega en el justo momento del análisis, de larevisión de las políticas relativas a laeducación lingüística que se estáproduciendo hoy. La difusión que ya estáteniendo augura que logrará el eco quemerece.

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En el siguiente trabajo se intenta darcuenta de la evolución, en lagramática del español, del

tratamiento del se que aparece en oracionestransitivas como las siguientes:

Huber se tomó el jarabe sinrechistar, como de costumbre. Perono sólo eso: tan repuesto se sentía,que agradeció la visita y se comióen un santiamén las doce uvas.1

Quienes lo conocieron en esa épocalo veían como un bohemiotrasnochador y mujeriego, que sinembargo no se bebió un trago dealcohol ni se fumó un cigarrillo ensu larga vida.2

Se trata de casos en los que lapresencia del clítico no modificasustancialmente las propiedades de laconstrucción: ni implica un cambio en laestructura argumental, como en el caso delse medio y del pasivo, ni tieneconsecuencias para la interpretación deningún argumento, como el se impersonal.Es un se pronominal (en la medida en quealterna con pronombres átonos de primeray segunda persona, tanto de singular comoplural: me tomé el jarabe, te tomaste eljarabe…), necesariamente correferente con

el argumento sujeto. Sin embargo, difierede los usos verdaderamente reflexivos enque no admite la duplicación por otrosintagma que contenga también el reflexivosí (mismo) precedido por la preposición a(*se tomó el jarabe a sí mismo).

En muchas gramáticas que hanestudiado este tipo de construcciones, se hadestacado el uso expletivo o facultativo deeste se y su valor expresivo, que la mayoríade los gramáticos considera “ético” o deinterés.

El se como dativo ético

En efecto, como se recordará, estosse serían ejemplos de aquellos casos queAndrés Bello denomina dativos superfluos.El mencionado gramático diferencia entrelos dativos propios, “que pertenecen al ré-gimen propio del verbo” (1847:558) y queaparecen como postulados por él, y losdativos superfluos, que mantienen con elverbo una relación menos necesaria desdeel punto de vista semántico y que solo sir-ven “para indicar el interés que tiene unoen la acción significada por el verbo, o paradar un tono familiar o festivo a la oración”(1847:557). Los denomina así porque siuno los quitara “se diría sustancialmente lomismo” (1847:457).

El clítico SE como marcador aspectualen oraciones transitivas

Marcelo TaiboEgresado del IPAProf. del IPA y de

Ciencias de la Comunicación (UDELAR)

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La descripción de estas construccio-nes en gramáticas posteriores no variósustancialmente y la discusión se centró endeterminar si el clítico cumple una funciónsintáctica o no. De este modo, mientras queSeco considera que el se funciona como “uncomplemento indirecto innecesario; sola-mente hace más expresiva la comunicación”(1972:117), Gómez Torrego entiende queel pronombre desempeña una función no-minal diferente a la de objeto directo e in-directo y que “a falta de un nombre másadecuado, nosotros hemos llamado dati-vo, y a la que consideramos no como unavariante del complemento indirecto (dati-vo de interés o ético para muchosgramáticos), sino como una función autó-noma” (1992: 15-16).

Sobre este tema, resulta interesanteseñalar la posición de Alarcos. Inicialmen-te, este gramático entendió que el se “cum-ple aquí más que nada un papel afectivo,enfático, expresivo, pero su función grama-tical es la de complemento3 ” (1970:218).Sin embargo, posteriormente, cambia suposición y señala que “a veces aparecenjunto al verbo incrementos pronominalesátonos que no pueden identificarse con losque en los casos de elisión representan alos sustantivos (o equivalentes) en funciónde objeto indirecto. Bello los denominódativos superfluos y podemos llamarlosincrementos átonos de interés”(1994:293). Para Alarcos, este clítico nopuede considerarse índice de objeto indi-recto porque puede coexistir en una ora-ción con un verdadero objeto indirecto o,incluso, con un índice de esta función (Nome le deis caramelos al niño, Juan se tetomó toda la bebida).

Gutiérrez Ordóñez (1997, 1999) tam-bién considera estos casos de se como ejem-plos de dativos y se preocupa por enume-rar una serie de características que permi-

tan oponer formalmente los llamadosdativos de los sintagmas que funcionancomo objeto indirecto. Algunas de ellas sonlas siguientes:

- Los dativos, a diferencia de los com-plementos indirectos, no superanninguna de las pruebas que, segúneste autor, permiten identificar tan-to a argumentos como a aditamen-tos (focalización mediante interroga-tivos, posibilidad de énfasis en cons-trucciones ecuacionales yecuandicionales, prueba de lasdisyunciones).

- Mientras que el complemento indi-recto es una función nominal, eldativo es una función esencialmen-te pronominal, es decir, siempre re-clama la presencia del pronombre.El complemento indirecto, en cam-bio, puede prescindir de su presen-cia.

- Como ya se mencionó, un dativopuede coexistir con otro clítico quefuncione como complemento indi-recto (se te tomó toda la bebida).Esto demostraría que son categoríasfuncionales diferentes ya que dosátonos simultáneos en una estruc-tura oracional no pueden realizar lamisma función.

- Los dativos no ocupan ninguna fun-ción sintáctica: no son argumentosni circunstanciales. Para este autor,“se limitan a marcar el énfasis, elinterés o la afectación que el acon-tecimiento descrito tiene para ele-mentos externos al propio evento”(1999:1909); por lo tanto, su fun-ción en el enunciado se halla en unnivel diferente al de las funcionessintácticas, en el nivel pragmático.

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- Dado que son independientes de lavalencia verbal, en principio puedenadosarse a cualquier tipo de verbos.

- Al no asumir función sintáctica,cuando se eliminan no afectan laestructura oracional ni se desfigurala representación que se pretenderealizar del acontecimiento.

Dentro de los dativos este autor reco-noce dos grupos: los dativos concordadoso reflejos y los no concordados. Evidente-mente los casos de se que se analizan eneste artículo son ejemplos de dativos con-cordados que, según este autor, introducenun factor de realce o enfatización que afec-ta a toda la secuencia.

Sin embargo, esta corriente de análi-sis ha dejado algunas preguntas sin respon-der. Por ejemplo, si este se expletivo queaparece con verbos transitivos denota sim-plemente la participación del sujeto en elevento denotado por la forma verbal, ¿porqué no lo admiten todos los verbostransitivos? Posiblemente, acercarse a cuá-les son las características de los marcospredicativos que admiten este valor de sedará pistas para entender mejor su funcio-namiento.

Una respuesta a esta pregunta ya seencuentra en Fernández Ramírez (1986).Este gramático llega a la conclusión de queel clítico en cuestión se combina con ver-bos que denotan acciones perfectivas y quese construyen con objetos directos defini-dos:

“La presencia del pronombrereflexivo exige, en efecto, uncomplemento determinado,pero sería mejor decir que laacción reflexiva, con los ver-bos de beber, comer y go-

zar, supone el hecho de quela masa o el objeto significadopor el complemento directo esingerido de una manera totaly completa por una persona”(Fernández Ramírez,1986:396).

De sus afirmaciones es posible con-cluir, entonces, que este se facultativo queaparece con verbos transitivos se caracteri-za por dos restricciones.

En primer lugar, para que una cons-trucción transitiva admita un clítico noargumental, el objeto directo, sea singularo plural, no puede carecer de determinan-te. Esta afirmación permite explicar la opo-sición entre los siguientes ejemplos:

“Huber se tomó el jarabe sin rechistar”*Huber se tomó jarabe sin rechistar.

“Se comió en un santiamén las doce uvas”* Se comió en un santiamén uvas.

La segunda restricción es que no to-dos los verbos transitivos, aun cuando seconstruyan con un objeto directo determi-nado, admiten la presencia de este clítico.

* Esa caja se contiene los papeles que buscas.* Juan se ama a María.4

Estas restricciones permiten concluirque el clítico se se combina únicamente conpredicaciones que tengan unas determina-das características que dependen estrecha-mente del significado del verbo y de las pro-piedades de sus complementos.

Sin lugar a dudas, reflexiones comolas de Fernández Ramírez sirvieron comoantecedentes para estudiar este valor de sedesde otra perspectiva: la que relaciona lapresencia de este clítico con el aspecto léxi-co, modo de acción, o Aktionsart del predi-

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cado, lo que le ha valido la denominaciónde “se aspectual”.

La noción de aspecto léxico o modosde acción

Si bien desde la antigüedad variosestudiosos clasificaron los verbos teniendoen cuenta la información aspectual conte-nida en sus lexemas5 , la noción de aspectoléxico como tal es relativamente reciente.Para Elena de Miguel el aspecto léxico “esla información sobre el evento (por ejem-plo, sobre si es delimitado o no delimitado)que proporcionan las unidades léxicas queactúan como predicados” (1999:2983). Elsignificado léxico de los predicados no com-porta solamente el número de actantes oargumentos exigidos y las funcionessemánticas de los mismos, sino que tam-bién indica el modo en que se desarrolla lasituación o evento denotados.

Si bien existen varias propuestas paraclasificar los predicados según su aspectoléxico, la que ha gozado de mayor influen-cia en los estudios lingüísticos de las últi-mas décadas es la clasificación cuatripartitaestablecida por Vendler (1967). El siguien-te cuadro reúne las cuatro clases aspectualespropuestas por este autor:

Estados pertenecer, conocer, ser inteligente…Actividades correr por el parque, pasear, trabajar, escribir poemas…Realizaciones escribir una carta, pintar un cuadro, correr cien metros…Logros explotar, llegar, cruzar una línea, caerse…

Como se observa en el cuadro ante-rior, no todos los ejemplos que aparecenson verbos, sino que se incluyen tambiéncombinaciones de verbo-complemento.Este hecho demuestra uno de los rasgosmás característicos del aspecto léxico: sunaturaleza fundamentalmentecomposicional. En efecto, los rasgos que

determinan el modo de acción tienen quever con el significado léxico del verbo, perotambién con la presencia o no de un objetodirecto, con si este es un sintagma nominaldefinido o no, y con otros elementos, comolos modificadores adverbiales de tiempo ylugar o la propia flexión verbal.

Si bien realizar una caracterizaciónexhaustiva de cada clase aspectual excedelos límites de este artículo, conviene pre-sentar brevemente los rasgos de cada unode los modos de acción que se mencionanen el cuadro anterior.

Los estados son situaciones estables,carentes de dinamismo (y este rasgo opo-ne este modo de acción a las tres clasesaspectuales restantes).

Las actividades son eventos que seextienden a lo largo del tiempo y que secaracterizan por carecer de punto final oestado culminante, es decir, por ser even-tos no delimitados o atélicos.

Las realizaciones son eventosdurativos y delimitados o télicos. Comoseñala Morimoto, “un evento es delimitadosi dispone de un límite final definido dentrode su estructura temporal” (1998:16). Así,el evento denotado por la predicación “es-cribir una carta” se desarrolla hacia un de-terminado punto final (en que la carta estéescrita), más allá del cual no puede seguiravanzando. Por lo tanto, las realizacionesconstan de dos estadios: un proceso dedesarrollo, dirigido hacia una determinadadirección, y un estado final, que surge comoconsecuencia natural del proceso anterior.

Los logros, al igual que las realizacio-nes, poseen un límite temporal pero expre-san eventos puntuales, que marcan el ini-

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cio o final de una situación.

Una vez aclaradas estas nociones, esposible volver a las oraciones que se hanplanteado al inicio de este trabajo para in-tentar explicar la presencia del clítico comoun operador aspectual.

El se como marcador aspectual

Anteriormente, al analizar la posiciónde Fernández Ramírez (1986), se concluyóque las estructuras transitivas que admiteneste clítico facultativo se caracterizan por dosrestricciones: el carácter definido del obje-to directo y el hecho de que no todos losverbos transitivos admitan la construccióncon se. Ahora que ya se ha presentado lanoción de aspecto léxico y que se ha seña-lado que el modo de acción es una propie-dad sintáctica del predicado completo, seentenderá por qué numerosos estudios re-cientes señalan que el pronombre, en estetipo de estructuras, subraya un particularmodo de acción verbal6 .

Si se observan nuevamente los ejem-plos planteados al comienzo del artículo (setomó el jarabe sin rechistar; se comió en unsantiamén las doce uvas…), se puede con-cluir que todos ellos son predicaciones queexpresan explícitamente la culminación delos eventos denotados. Como se ha seña-lado, la existencia de un punto final es ca-racterística de los eventos télicos (logros orealizaciones), que tienen una culminaciónnatural más allá de la cual no pueden pro-longarse. Este rasgo explicaría la oposiciónya mencionada entre las oraciones:

“Huber se tomó el jarabe sin rechistar”*Huber se tomó jarabe sin rechistar.

En efecto, la primera oración se pue-de considerar como un predicado de reali-zación, ya que la presencia del sintagmanominal definido que funciona como obje-to directo confiere un límite al evento, lodelimita. Como toda realización, este pre-dicado denota la culminación de un even-

Situaciones

Situaciones [-din] Situaciones [+din]

Estados Eventos

Eventos [+del] Eventos [-del]

Actividades[+ dur] [-dur]

Realizaciones Logros

Figura I: Clases aspectuales o modos de acción

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to que da paso a un cambio de estado enel objeto que es afectado por la acción. Eneste caso, el evento finaliza cuando el jara-be ofrecido a Huber se termina y, por lotanto, experimenta un cambio de estado.

Si se omite el artículo, como en la se-gunda oración, el sintagma “tomar jarabe”se interpreta como una actividad, como unevento atélico y, por este motivo, la estruc-tura rechaza la presencia del clítico.

Dadas estas propiedades, es posibleexplicar la agramaticalidad de ejemplosanteriormente mencionados (*Esa caja secontiene los papeles que buscas; *Juan seama a María), en los que el clítico se com-bina con predicados que denotan eventosno delimitados.

Desde esta perspectiva, el clítico queaparece en estas construcciones transitivases, pues, una marca de la delimitación delevento. Solo en los casos en que existe ellímite, es posible la presencia de se, inacep-table cuando el predicado carece de unobjeto directo o cuando este no está deter-minado. Evidentemente, la presencia del seaspectual en oraciones transitivas no esobligatoria. Como señala de Miguel, “se esopcional: si aparece, subraya que el eventoestá delimitado, pero este puede estarlo sinsu presencia. Lo realmente interesante esque si el evento no es delimitado, se noaparece” (1999:2995).

En síntesis, la mayoría de los autoresque han estudiado este se como un mar-cador aspectual admiten que se trata de unclítico que se combina con predicadostélicos, preferentemente realizaciones, ycuyo primer argumento debe desempeñarel papel semántico de agente. Sin embar-go, ejemplos como Pedro se sabe la lec-ción parecen contradecir esta conclusión,ya que se trataría de un predicado estativo

cuyo primer argumento sería unexperimentante y no un agente. No obs-tante, si bien es cierto que el predicado sa-ber se considera generalmente estativo, espreciso considerar las diferentes interpre-taciones semánticas a las que da lugar paracomprobar que, como se ha expuesto alestudiar la naturaleza de los modos de ac-ción, estos no dependen únicamente de unelemento léxico como el verbo, sino de laconfiguración sintáctica y las propiedadesaspectuales de toda la oración. En efecto,como señala Sánchez López:

“Saberse la lección se dife-rencia de saber(*se) mate-máticas en que mientras queel segundo denota efectiva-mente un estado del sujeto,que es un experimentante, elprimero en cambio implica unproceso cuya culminación estener la lección aprendida; sóloen este segundo caso, pues,podemos hablar de un verda-dero estado resultante, queademás, dependecrucialmente de la participa-ción del sujeto como agenteintencional que desencadenael proceso de aprendizaje y loculmina” (Sánchez López,2002: 114).

Parece adecuado, entonces, interpre-tar este clítico como un marcador aspectual,de carácter culminativo o resultativo: apa-rece en predicados que denotan eventosque tienen una fase culminante seguida deun cambio de estado.

A modo de conclusión

En el preente trabajo se intentó ilus-trar la evolución, en la gramática del espa-

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ñol, del tratamiento del se facultativo o ex-pletivo que aparece en oraciones transitivas.Se ha intentado mostrar que la considera-ción de este pronombre como un dativoético o de interés resulta insuficiente por-que no permite explicar sus posibilidadescombinatorias. Se ha reseñado que variosestudios recientes interpretan este clíticocomo un se aspectual que sirve para enfo-car el punto culminante del evento expre-sado por el predicado verbal. Esta interpre-tación, además de explicar su distribución,permite dar cuenta de otros rasgos de estetipo de construcciones:

- Como el clítico es una marca de lacompletitud del evento, es naturalque este tipo de se se combine ha-bitualmente con tiempos verbalesperfectivos o con el imperfecto quealude a situaciones repetidas. No sesuele combinar con verbos en pre-sente, salvo si se trata del presentehabitual (siempre se fuma un ciga-rrillo antes de acostarse), o del queindica acción inmediata (enseguidame tomo el café y voy).

- Las construcciones en las que apa-

rece admiten expresionesadverbiales que denoten un tiempolimitado (se comió en un santia-mén las doce uvas), pero no conaquellas que no implican punto fi-nal (*se comió las doce uvas duran-te diez minutos).

- Además, dado que denotan el pun-to culminante de un evento, care-cen de continuidad; de ahí que re-sulte agramatical una secuenciacomo *Se comió las doce uvas, des-cansó y se las siguió comiendo mástarde.

Por último, otra ventaja de esta pers-pectiva de análisis es que permite incluir enun mismo grupo a este clítico de presenciaopcional que aparece en oracionestransitivas con el que se encuentra en ora-ciones intransitivas como Juan se durmiótemprano, ya que también en estas el sepuede interpretarse como un marcadoraspectual que informa de que el predicadoen que aparece incluye una mención dellímite del evento (límite final, en el caso delos verbos transitivos; inicial, en el caso delos intransitivos, como dormir).

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1 Ejemplo de J. I. Pardo de Santayana, El beso delchimpancé, tomado de CREA (país: España; tema:zoología y paleontología).2 Ejemplo de G. García Márquez, Vivir para contarla,tomado de CREA (país: Colombia; tema: testimoniosvarios).3 Denominación propuesta por Alarcos (1970) paraaludir a la función objeto indirecto.4 Ejemplos tomados de Sánchez López, 2002.5 Aristóteles, en el libro IX de su Metafísica, reconoció laexistencia de verbos que denotan eventos que han llega-

NOTAS

do a un punto final (verbos de kinesis) y verbos que de-notan eventos que carecen de ese punto final (verbos deenergeia). Bello retoma esta distinción y clasifica los ver-bos en desinentes y permanentes: “en unos verbos el atri-buto, por el hecho de haber llegado a su perfección, expi-ra, y en otros, sin embargo, subsiste durando: a los pri-mero llamo desinentes, y a los segundos permanen-tes” (1847:401).6 Arce Arenales (1989), Nishida (1994), Otero (1999), deMiguel (1999), de Miguel y Fernández Lagunilla (2000),Sánchez López (2002), Bogard (2006), entre otros.

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Afortunadamente, cada vez más, seinstala en los ámbitos educativos lanecesidad de repensar las prácticas

de enseñanza en virtud del carácter heteró-clito de las mismas. Esto es, una suerte deentropía, típica de estos tiempos de caídade las “certezas” y de los modelospseudoespeculares del Mundo, impregna,problematizándola, la educación en senti-do amplio.

El devenir histórico sitúa a la evalua-ción como un enclave fundamental de latarea de enseñar. Resulta por demás signi-ficativa la coexistencia de distintas prácti-cas de evaluación que remiten a las distin-tas formas de entender la relación enseñan-za / aprendizaje, no sólo en distintos cen-tros de enseñanza y colectivos docentes,sino, notablemente, en un mismo agenteevaluador, lo cual no deja de ser asaz in-quietante. Puede constatarse, al menos enel plano discursivo, cómo persisten incon-gruencias entre los docentes respecto de laapropiación conceptual explícitamente de-clarada y las prácticas efectivamente reali-zadas. Apropiarse de un discurso y repro-ducirlo eficazmente no implica un cambiode representaciones que se verifique efecti-vamente en la práctica.

Los docentes somos meta de merca-dotecnia, como cualquier otro sector socialde incidencia comunitaria; por lo tanto, laproducción bibliográfica especializada so-bre temas educativos por parte de las edi-

El componente ético en laevaluación de los aprendizajes

toriales es abundante y variada.La proliferación de “recetarios” acer-

ca de cómo enseñar y cómo evaluar tal ocual asignatura (“Didáctica de…”) revela ladificultad, genuina, sin lugar a dudas, demuchos docentes para ejercer su oficio, asícomo la voluntad de aprehender un objetoque deviene inevitablemente inasible.

Concomitantemente, emergen, desdedistintos contextos sociales e ideológicos,investigaciones acerca del epifenómenoeducativo que dotan de rigor científico ysoporte empírico sus conclusiones y orien-taciones (que necesariamente no sonuniversalmente extrapolables a cualquiercontexto educacional; paralelamente losdocentes no necesariamente “portan” unbagaje conceptual y metodológicohabilitante para hacer una opción informa-da).

Tal estado de cosas no hace sino rele-var la radical importancia de la figurafundante del docente, en la singularidad decada individuo en la que se realiza. Así, deacuerdo con Gvirtz, en El ABC de la ta-rea docente: curriculum y enseñanza:“La base de una buena evaluación no sonsolo las técnicas para realizar buenas prue-bas, sino el juicio reflexivo, fundamentadoy experto del docente.” (1998: 249).

Es necesario, entonces, separar la pajadel trigo: reconocer que el oficio docenteno responde al asentamiento del hálito di-vino en algunos profesores “iluminados” y

Servando Corbo Acosta.Egresado del IPA en Idioma Español y del PrimerCurso de Posgrado en Filología Hispánica, CátedraDámaso Alonso, Montevideo, 2005. Cursa CienciasHumanas Opción Filosofía Contemporánea conestudios de Lingüística (UDELAR)

Claudia CerminattiEgresada del IPA en Idioma Español y del Primer

Curso de Posgrado en Filología Hispánica, CátedraDámaso Alonso, Montevideo, 2005. Cursa Ciencias

Humanas Opción Filosofía Contemporánea conestudios de Letras (UDELAR)

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asumir la importancia de la formación pro-fesional que le debe ser inherente.

Muchas veces se ha dicho que domi-nar cierta área del conocimiento es suficien-te para ejercer eficientemente el rol docen-te. Pues bien, esto es igual de reduccionistaque sostener que portar un kit de herramien-tas metodológicas y técnicas habilita paratratar didácticamente cualquier objeto dis-ciplinar. Es decir, el mejoramiento de lasprácticas de enseñanza pasa por asumir quedebe ser objeto de reflexión, investigacióny teorización; pero para ello es conditio sinequa non saber cómo hacerlo. Quien ejerzael oficio docente debe estar formado paraacceder al plano del meta-análisis, debedisponer de un bagaje conceptual adecua-do para realizar la tarea interpretativa.

Comenta Edith Litwin en El oficiode enseñar. Condiciones y contextos:“Un trabajo profesional docente en el quela investigación sea un nutriente poderososerá seguramente un trabajo comprometi-do con la calidad de los aprendizajes de losestudiantes y con las instituciones en las queestos se llevan a cabo.” (2008: 210)

La evaluación es un enclave estraté-gico en la medida en que revela (y docu-menta) cuál es la concepción de sujeto im-plicada (sea esta consciente o no). De ahíque pueda establecerse la congruencia en-tre lo que se dice y lo que efectivamente sehace; y esto remite al tema de la responsa-bilidad en el ejercicio del oficio docente.María Candioti, en su artículo “Responsa-bilidad por el otro y ante el otro en el ámbi-to de lo común” contenido en la recopila-ción Educar: posiciones acerca de locomún realizada por G. Frigerio y G. Diker,señala que la acción responsable consta dedos momentos, iniciativa y efectividad: “Elmomento de la iniciativa remite a la poten-cia de la cual surge, revelando la fuente dela productividad de la acción. El segundomomento, el de la efectividad, es el que lahace visible en cuanto inscribe una marca

en el mundo y la torna operante a los ojosde los otros.” (2008: 266) Insistimos: solola disponibilidad de una red conceptualexplícitamente reconocida por el agenteevaluador habilitaría una práctica reflexiva.No obstante, la experticia de algunos do-centes puede manifestarla para un analistaexterno, sin que haya “teorizado” al respec-to; pero lo azaroso de este tipo de situaciónlimita la sistematización de la intervenciónpedagógica. Según Candioti: “… se tratade poder responder a la apelación del otropor lo aún no realizado… se trata de re-orientar nuestra acción histórica en la di-rección adecuada para que cada generaciónpueda desarrollar las posibilidades que traeconsigo.” (2008: 275)

Coexisten, en una especie decontinuum, modelos de evaluación dondeel profesor “da” y el alumno es el absolutoresponsable de procesar tal donación, conpropuestas que establecen una relación cau-sal entre enseñanza y aprendizaje; hasta lle-gar al modelo que entiende la relación en-señanza / aprendizaje como ontológica,pero no necesariamente causal.

En los primeros modelos, los sujetos“enseñante” y “aprendiente” se entiendencomo cronotopológicamente equivalentes,asimilables a sujetos psicológicos “Uno”, porlo tanto, se asume que el mol informacionalse recibe tal cual fue enviado. El problemaes que estos modelos no toman en cuentala radical asimetría entre enseñante yaprendiente, así como tampoco que cadasujeto es una singularidad ancladasociohistóricamente, escindida por el OrdenSimbólico en el sujeto del Inconsciente y,por ende, portadora de una matrizinterpretativa del mundo singular.

Considerando estas premisas, elaprendizaje es una virtualidad (puede dar-se o no) y la enseñanza, un intento respon-sable. En relación a esto, Candioti comen-ta: “El sentimiento de responsabilidad es asíinseparable del momento activo en el cual

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uno se asume en sus iniciativas y decisio-nes, ante sí y ante los otros.” (2008: 269)

Además, es inherente a esta concep-tualización asumir que el aprendizaje es unproceso, en consecuencia está supeditadoa la dimensión temporal. Es así como laevaluación puede ampliar sus objetos másallá de los productos. Inherentemente estaconcepción de sujeto exige los aspectos éti-cos y morales en la evaluación. SeñalaLitwin en la obra mencionada anteriormen-te: “Y así como entendemos que es riesgosocontemplar una sola dimensión de análisis,porque supone evaluar los aprendizajesdesde una sola dimensión (y, por lo tanto,probablemente se producirá conocimientoacerca del objeto de una manera simplistay descontextualizada), paradójicamente,tendremos que reconocer que una sola di-mensión –la moral- puede llegar a expre-sar todos los riesgos de la tarea de evaluar.”(2008: 167)

No se trata de ser objetivos sino deser justos, atendiendo a la singularidad delaprendiz, el cual debió ser convocado a uncontrato tácito de aprendizaje (debiera te-nerse presente la virtualidad del “efecto es-tereotipia” y del “efecto halo”). Ken Bainen Lo que hacen los mejores profeso-res universitarios, a propósito de ladisquisición sobre las prácticas de evalua-ción de profesores convencionales y la delos profesores extraordinarios (en el senti-do de no convencionales), apunta lo si-guiente: “… nuestros sujetos [los extraordi-narios] mantienen un enfoque basado enel aprendizaje, haciéndose la pregunta fun-damental de la evaluación, ¿Ayuda y esti-mula la docencia a los estudiantes a apren-der de manera que se consiga una diferen-cia positiva, sustancial y sostenida en la for-ma como piensan, actúan o sienten –sincausarles ningún daño apreciable-?” (2007:182)

Los instrumentos de evaluación de-ben ser consecuentes: requieren planifica-

ción y monitoreo (el modelo de investiga-ción – acción resulta particularmente útilpara tales efectos). No debe desperdiciarsela rica información resultante de la aplica-ción de los diversos instrumentos de eva-luación para retroalimentar las prácticas deenseñanza. De acuerdo con Litwin: “Laconfección de los instrumentos o los dispo-sitivos de evaluación juega un lugar cen-tral. En un segundo momento, es necesa-rio analizar su validez y confiabilidad. Latarea se completa al construir los criterioscon los que se va a evaluar y comunicarlosa los estudiantes para que comprendan suvalor. Se trata de tres momentos que a suvez entraman diferentes y complejas tareasque contemplan propuestas creativas, rigoren el análisis y compromiso a transformarla evaluación en un nuevo acto de aprendi-zaje, cuando los estudiantes comprenden ycomparten el sentido de los criterios conlos que se realizó.” (2008: 175)

Debe relevarse, entonces, la dimen-sión ética de la evaluación y asumir que laevaluación trasciende ampliamente la mera“certificación” de aprendizajes. El docentehabilita, crea las condiciones para que elaprendiz pueda construir aprendizaje (estono significa que, pese a todas las condicio-nes favorables de enseñanza, necesariamen-te aprenda). La evaluación ha de servircomo un apoyo para los aprendizajes y hade retroalimentar las prácticas de enseñan-za para propender a su mejoramiento. Se-ñala Litwin: “Las situaciones de evaluacióndeberían ser el mejor lugar para seguir dan-do cuenta de que cualquier situación deenseñanza implica el respeto por el otro,por sus condiciones de aprendizaje, por suscapacidades o también por sus limitacio-nes.” (2008: 185)

Pervive en el imaginario docente larepresentación de la evaluación como ins-tancia que se agota en el instante de la pues-ta en práctica de un instrumento que habi-litaría una calificación. Para “desandar” este

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imaginario, que nos afecta en mayor o enmenor medida, más o menos consciente-mente, es interesante el concepto de eva-luación de David Allen propuesto en su obraLa evaluación del aprendizaje de losestudiantes: una herramienta para eldesarrollo profesional de los docen-tes: “… forma de obtener más y mejor in-formación sobre sus alumnos y sobre supropia práctica.” (2000: 34). Esta investi-gación propendería al mejoramiento de lapráctica y de sus efectos. Condición de unabuena enseñanza sería la rigurosa y cuida-da planificación de la evaluación, si se pre-

tende crear condiciones favorables para unaprendizaje “profundo”, por oposición alaprendizaje “estratégico”.

Finalmente, si la evaluación es el “ba-luarte narcisista” del docente por los efec-tos negativos del ejercicio del Poder (clasi-ficatorios, discriminatorios, penalizantes…)también podría, eventualmente, con lasmejores intenciones, determinar que lasexcelentes prácticas de un docente “no da-ñino” terminen vaciando al sujeto de apren-dizaje de su propia sustancia, y por ende,de la responsabilidad y el compromiso in-herentes al contrato tácito que los vincula.

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La ministra de Cultura, Paulina Urrutiaencabezó el acto donde se presentóoficialmente la página web del V Congresode la Lengua Española. Este sitioweb (www .congresodelalengua.cl) reúnetoda la información relevante sobre elencuentro así como la programaciónacadémica, las actividades culturalesanexas que se realizarán en la ciudad puertoy un sistema de registro de acreditación enlínea para todos los que deseen participaren el V CILE.

El V Congreso Internacional de laLengua Española (CILE) reunirá enmarzo de 2010 en Valparaíso (Chile)

a unos 200 ponentes de los paíseshispanohablantes y de otras zonas delmundo, que —bajo el lema América enlengua española— analizarán la situación yretos del español. El Rey de España y lapresidenta de Chile inaugurarán esta citaen la que se rendirá homenaje a cuatrograndes figuras chilenas: los premiosnobeles Pablo Neruda y Gabriela Mistral, ylos poetas Gonzalo Rojas y Nicanor Parra.

El V Congreso Internacional se celebrará enValparaíso del 2 al 5 de marzo de 2010, ycontinuará las tareas de los celebrados enZacatecas (México, 1997), Valladolid(España, 2001), Rosario (Argentina, 2004)y Cartagena de Indias (Colombia, 2007).Además, abrirá las conmemoracionesoficiales del Bicentenario de laIndependencia de las repúblicashispanoamericanas.

Junto a los creadores y los lingüistas el VCongreso Internacional de la LenguaEspañola se propone reunir en Valparaísoa representantes hispanos de todas esasáreas, en la seguridad de que el contactoresultará fecundo.

Una de las aportaciones básicas de la

Asociación de Academias de la LenguaEspañola a la conmemoración delBicentenario será el Diccionario deamericanismos, que se presentará a lacomunidad hispánica en el V Congreso.

Los Congresos Internacionales de la LenguaEspañola que, con periodicidad trienal, secelebran en los países de la comunidadhispanohablante, constituyen forosuniversales de reflexión sobre la situación,problemas y retos del español. Pretendenavivar la conciencia de corresponsabilidadde gobiernos, instituciones y personas enla promoción y en la unidad de la lengua,entendida como instrumento vertebradorde la comunidad iberoamericana en todoslos órdenes, en diálogo con otras lenguasque son vivo patrimonio común de ella.

Se rendirá homenaje a los dos creadoreschilenos que han recibido el Premio Nobelde Literatura: Gabriela Mistral y PabloNeruda. Como parte de ese homenaje sepresentarán las ediciones popularesconmemorativas de ambos autores queprepararán la Real Academia Española y laAsociación de Academias; en sendasediciones se incluirán materiales inéditos.

El V CILE quiere rendir, además, doshomenajes especiales: uno a la figuraeminente de Andrés Bello («el mejor —

V Congreso Internacional de la Lengua Española

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según José Martí— maestro de proyecciónglobal para toda la cultura en lenguaespañola o castellana»), que coincidirá conla presentación por las veintidós Academiasde la Lengua de una nueva edición de laOrtografía académica; y un segundo

Será la sede del V Congreso Internacional de la Lengua Española

La Universidad Técnica Federico Santa Maríase prepara para recibir a los congresistas

23 de enero de 2009

La elección de esta casa de estudios comosede del encuentro no es casual; obedecea años de tradición y excelencia académica,donde se ha preparado y formado adestacados estudiantes que llegan de todoChile para convertirse en profesionales deprimer nivel. En sus aulas se escribe unahistoria de tradiciones y éxitos que pone aValparaíso en la mira del país y, hoy másque nunca, del mundo.

Ahora, de la mano del rector José RodríguezPérez, el gran castillo del cerro Los placeresse prepara para recibir al V CongresoInternacional de la LenguaEspañola, evento en el que visitarán susdependencias una gran cantidad derepresentantes iberoamericanos en torno auna diversidad y con toda la fuerza de sucultura común con el fin último de impulsarla investigación de la lengua española.

homenaje que honrará a los dos grandespoetas chilenos contemporáneos, GonzaloRojas y Nicanor Parra. En él participaránrepresentantes cimeros de la líricahispanoamericana actual.

La porteña Universidad Técnica Federico Santa María,sede del próximo Congreso de la Lengua Española

La Universidad Federico Santa María,enclavada en el cerro Los placeres deValparaíso, impone su hermosa fachadahacia el océano Pacífico para dar unabienvenida a los conocimientos yexperiencias que el mundo ofrece a Chiledesde su principal entrada, lo que sucederáentre el 2 y el 5 de marzo del 2010 cuandose desarrollen las actividades del VCongreso Internacional de la LenguaEspañola.

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LIBROS

* DICCIONARIO DE CONSTRUCCIÓN Y RÉGIMEN DE LA LENGUACASTELLANA, Rufino José Cuervo; Instituto Caro y Cuervo (Editorial Herder,1998)

El Diccionario de Construcción y Régimen de la Lengua Castellana, obra monumentalde Rufino José Cuervo, fue iniciado en 1872, aunque su autor -que murió en 1911-solamente pudo ver impresos los dos primeros volúmenes de la obra (desde la letra Ahasta la D), a pesar de que disponía de un gran número de datos para la continuación deldiccionario. El Instituto Caro y Cuervo de Bogotá prosiguió el trabajo a partir de 1942 ylo culminó en 1994. De este modo llegó a nuestras manos una obra, fundamental para elconocimiento del español, que comprende 8 volúmenes y analiza exhaustivamente casi10.000 palabras.El diccionario ofrece un análisis detallado sobre el significado, la sintaxis, la etimología yla ortografía de cada palabra. Así, cada entrada léxica consta de: a) una indicación sobrela categoría gramatical a la que pertenece la palabra; b) el estudio de todas sus acepciones(cuando las hay) y de su combinatoria, acompañada de un nutrido conjunto de fragmentosde textos de los grandes creadores literarios, filosóficos y teológicos de ambas riberas delAtlántico, desde Berceo (siglo XIII) hasta prácticamente el momento en que fue compuestala obra; c) información de orden diacrónico; d) datos sobre la etimología y e) en algunoscasos, observaciones ortográficas.Así pues, esta obra lexicográfica es, a la vez, un diccionario sintáctico, semántico, histórico,etimológico y de autoridades.

Sylvia Costa Universidad de la República - FHCE

* Fundamentos de sintaxis formal. Ignacio Bosque y Javier Gutiérrez-RexachMadrid: Ediciones Akal; págs. 799,(2009), ISBN 978-84-460-2227-5.

Este libro constituye una detallada introducción a la teoría sintáctica de carácterformal. Señalan los autores que si bien se trata de un manual introductorio a la sintaxisteórica, han preferido utilizar el adjetivo “formal” en el título ya que, a diferencia de otrostextos universitarios de teoría sintáctica cuyo propósito es exponer y comparar variosmodelos teóricos, en este se ha optado por elegir un marco teórico que se considerafundamentalmente correcto, el de la Gramática Generativa, y presentarlo de formaordenada y progresiva.

No se trata de una obra de carácter descriptivo, es decir no está concebida comoun manual de sintaxis española, si bien la mayor parte de los ejemplos, aunque no todos,corresponden al español. Tiene por finalidad familiarizar a los estudiantes con losinstrumentos más característicos de la sintaxis formal y también con las prácticas habitualesdel trabajo científico aplicadas al estudio de la gramática: formación y contraste de hipótesis,valoración de argumentos y contraargumentos, formulación de condiciones restrictivas.

Para lograr estos objetivos, no se abruma al lector con información de caráctererudito, sino que, con rigor y propiedad expositiva, se utiliza un tono que los autorescalifican como “cercano al lector”, el cual resulta pedagógicamente muy apropiado. Esteaspecto, que merece destacarse muy enfáticamente, diferencia este manual de otros

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manuales de sintaxis teórica, porque implica no dar ninguna noción por presupuesta nievidente y desarrollar los razonamientos detallándolos y elaborándolos paso a paso,apelando permanentemente al lector. Igualmente, se valoran y se explican las variasopciones analíticas que pueden presentarse frente a ciertas cuestiones polémicas ocomplejas.

El texto está estructurado en once capítulos en los cuales se presta considerableatención a las cuestiones semánticas, a la relación entre léxico y sintaxis e incluso entresintaxis y discurso, poniendo el acento en los aspectos sintácticos que ponen de manifiestoese tipo de informaciones. Al final de cada capítulo se ofrece una bibliografíacomplementaria comentada que orienta a todos aquellos que quieran ampliar lainformación que ofrece el manual con lecturas especializadas.

Dada la excelente calidad de esta obra no solo tiene el carácter de ineludiblelectura en los cursos terciarios de sintaxis, sino también de texto de consulta para distintosespecialistas en las ciencias del lenguaje. Marisa Malcuori Universidad de la República - FHCE

Vinculaciones polémicas: Andrés Bello y Rasmus Kristian RaskRasmus Kristian Rask. Gramática española. Según un nuevo plan (1824)Edición y estudio preliminar de Josefa Dorta. Madrid. MArco /Libros, 2001

Josefa Dorta (Universidad de la Laguna, Tenerife) ha sido la responsable de traer ala luz la Gramática Española de Rasmus Rask (Dinamarca, 1787-1832). En la investigaciónpara su tesis doctoral (1981) accedió a ella, y ya desde entonces tuvo la intención dellevarla al español.

La Gramática Española de Rask es fecunda para todos los que esperan que a travésde un libro de Gramática se lean los porqués que explican y describen lo sistemático enuna lengua. Si algo resulta interesante y removedor en nuestras búsquedas es descubrircómo, a través del tiempo, los lingüistas perciben el sistema, le dan nombre a las estructurasy describen los acoples sintácticos de las lenguas, de formas complementarias y a vecesparalelas; y cómo nada es gratuito, porque muchas veces esas intuiciones eidéticas (aldecir de Coseriu) son obra no solo de individuos sagaces y muy razonadores, sinotambién del tiempo y las circunstancias culturales e históricas en los que viven y piensany generan conocimiento.

Según manifiesta Dorta en el prólogo a esta edición, Rask fue conocido tarde en elámbito hispánico, en parte porque publicó toda su obra en danés. Ya Hjelmslev y Jespersenhabían reparado en la inteligencia con que Rask se había ocupado de lo lingüístico. Lalengua española no fue su único interés. Su principio científico fue buscar, a través detodas las lenguas particulares, los fenómenos intrínsecos y universales que las hacían serun sistema. Por ese motivo, se ocupó de describir el español, el francés, el italiano, elportugués, el latín, el griego, el sánscrito, el finlandés, el armenio, el eslavo, el lapón, elárabe, el persa, el celta, el frisón.

Quien lea la Gramática Española de Rask se encontrará con una organización queatiende detalladamente a lo morfológico flexivo y derivativo, a lo fonológico, a loortográfico, a lo sintáctico. Solo dos ejemplos daremos, para que se observe lo cuidadosode esta descripción que un danés a principios del siglo XIX realiza de nuestra lengua.

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1. En tiempos en que la RAE hablaba de los adverbios en “-mente” como formascompuestas, Rask llamó a la forma “-mente” un sufijo, y atendió de formaminuciosa a la explicación histórica de por qué constituye un derivado con laforma femenina del adjetivo.

2. En lo que respecta a los tiempos verbales y al modo, el lector encontrará a laforma “cantaba” bajo el nombre de copretérito, con un significado de “presente”en el pretérito, y a la forma “cantaría”, bajo el nombre de pospretérito, dentro delindicativo, y con su significado de pospreteridad. Recuérdese que en 1824 laRAE ubicaba a “cantaría” todavía en el subjuntivo, y que la Gramática castellanade Bello no había sido publicada aún.

Pero lejos de suponer a Rask como antecedente de Bello, Josefa Dorta proponeuna cuna filosófica común a ambos, coincidencias geográficas (los dos estuvieron enLondres por los mismos años) y conocidos comunes. Por otra parte, Dorta insiste en quelos antecedentes del modelo temporal de Andrés Bello le pertenecen al mismo Bello,porque anterior a su Gramática castellana había publicado un Análisis ideológica de lostiempos de la conjugación castellana en 1810, esto es, más de diez años antes de quefuera publicada la Gramática Española de Rask.

Como sea, lo llamativo, lo peculiar, lo que apasiona a los buscadores de porquésen lo lingüístico es cómo se terminan vinculando razonamientos y razones, para ir alencuentro de un fin común, la descripción de este sistema que tanto tiene que ver connuestra tarea cotidiana.

Carmen LepreUniversidad de la República - FHCE

Formación Docente - IPA

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CAMPAÑA DE SOCIOS 2009-2010SOCIEDADES DE PROFESORES DE ESPAÑOL DEL URUGUAYSOLICITUD DE AFILIACIÓN

No. de socio.............................

No. de cobro.............................

C.I. ..........................................

Apellidos ........................................................................................ Nombres .........................................................................

Dirección ........................................................................................ Teléfono ..........................................................................

Dirección de correo electrónico ....................................................... Departamento.........................Localidad .........................

Forma de pago de cuota social:.............(Desc. Sec. .........cta. BROU .........Tarjeta.........Pago en sede).....

Lugar de trabajo .....................................................................................................................................................................

Forma de ingreso a la enseñanza .................................................... Grado .............................................................................

Firma.................................................................................... Fecha...................................................

(Esta ficha deberá ser fotocopiada y enviada a la Sociedad por el interesado)