su venida 01 jesus

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Tema sobre la segunda venida

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SU VENIDA 01CUANTO TIEMPO DURARA EL PECADO EN NUESTRO PLANETA?Conflicto de los Siglos pg. 460CAPTULO 33. Las Asechanzas del EnemigoLA GRAN controversia entre Cristo y Satans, sostenida desde hace cerca de seis mil aos, est por terminar; y Satans redobla sus esfuerzos para hacer fracasar la obra de Cristo en beneficio del hombre y para sujetar las almas en sus lazos. Su objeto consiste en tener sumido al pueblo en las tinieblas y en la impenitencia hasta que termine la obra mediadora del Salvador y no haya ms sacrificio por el pecado.Conflicto de los Siglos pg. 572"Alcanzar el estrpito hasta los fines de la tierra: porque Jehov tiene una contienda con las naciones: entra en juicio con toda carne: y en cuanto a los inicuos, los entregar a la espada." (Jeremas 25: 31, V.M.)El gran conflicto sigui su curso durante seis mil aos; el Hijo de Dios y sus mensajeros celestiales lucharon contra el poder del maligno, para iluminar y salvar a los hijos de los hombres. Ahora todos han tomado su resolucin; los impos se han unido enteramente a Satans en su guerra contra Dios. Ha llegado el momento en que Dios ha de vindicar la autoridad de su ley pisoteada. Ahora el conflicto no se desarrolla tan slo contra Satans, sino tambin contra los hombres. "Jehov tiene una contienda con las naciones;" "y en cuanto a los inicuos los entregar a la espada."Patriarcas y Profetas pg. 355El gran plan de la redencin dar por resultado el completo restablecimiento del favor de Dios para el mundo. Ser restaurado todo lo que se perdi a causa del pecado. No slo el hombre, sino tambin la tierra, ser redimida, para que sea la morada eterna de los obedientes. Durante seis mil aos, Satans luch por mantener la posesin de la tierra. Pero se cumplir el propsito original de Dios al crearla. "Tomarn el reino los santos del Altsimo, y poseern el reino hasta el siglo, y hasta el siglo de los siglos." (Dan 7: 18)Conflicto de los Siglos pg. 576Durante seis mil aos, la obra de rebelin de Satans "hizo temblar la tierra." El "convirti el mundo en un desierto, y destruy sus ciudades; y a sus prisioneros nunca los soltaba, para que volviesen a casa." Durante seis mil aos, su prisin [la tumba] ha recibido al pueblo de Dios, y lo habra tenido cautivo para siempre, si Cristo no hubiese roto sus cadenas y libertado a los que tena presos.Conflicto de los Siglos pg. 587La obra de destruccin de Satans ha terminado para siempre. Durante seis mil aos obr a su gusto, llenando la tierra de dolor y causando penas por todo el universo. Toda la creacin gimi y sufri en angustia. Ahora las criaturas de Dios han sido libradas para siempre de su presencia y de sus tentaciones. "Ya descansa y est en quietud toda la tierra; prorrumpen los hombres [justos] en cnticos!" (Isaas 14: 7, V.M.) Y un grito de adoracin y triunfo sube de entre todo el universo leal. Se oye "como si fuese el estruendo de una gran multitud, y como si fuese el estruendo de muchas aguas, y como si fuese el estruendo de poderosos truenos, que decan: Aleluya; porque reina el Seor Dios, el Todopoderoso!" (Apocalipsis 19: 6, V.M.)Conflicto de los Siglos pg. 12Por espacio de seis mil aos esa inteligencia maestra, despus de haber sido la ms alta entre los ngeles de Dios, no ha servido ms que para el engao y la ruina. Y en el conflicto final se emplearn contra el pueblo de Dios todos los recursos de la habilidad y sutileza satnicas, y toda la crueldad desarrollada en esas luchas seculares. (Ao 1,888)CUANDO, EL PLANETA TIERRA CUMPLIO 4,000 AOS?Conflicto de los Siglos pg. 328"A la mitad de la semana har cesar el sacrificio y la ofrenda." En el ao 31 d.C., tres aos y medio despus de su bautismo, nuestro Seor fue crucificado. Con el gran sacrificio ofrecido en el Calvario, termin aquel sistema de ofrendas que durante cuatro mil aos haba prefigurado al Cordero de Dios. El tipo se encontr con el antitipo, y todos los sacrificios y oblaciones del sistema ceremonial deban cesarEl deseado de todas las gentes pg. 609* Cristo se hallaba en el punto de transicin entre dos sistemas y sus dos grandes fiestas respectivas. El, el Cordero inmaculado de Dios, estaba por presentarse como ofrenda por el pecado, y as acabara con el sistema de figuras y ceremonias que durante cuatro mil aos haba anunciado su muerte.Por lo tanto: En el ao 31 d.C, el planeta Tierra cumpli 4,000 aos

Podemos encontrar lo mismo en la BibliaAcerca de los tiemposBblicamente mediante una parbola nos demuestra que la muerte de Cristo ocurri al terminar el cuarto milenio o 4 mil aos de Historia del Planeta Tierra desde que entro el pecado.Parbola de los labradores MalvadosLucas 20:9-19Mt. 21.33-44; Mr. 12.1-111 SIERVO = 1 MILENIO10Y a su tiempo envi un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la via; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacas.2 SIERVO = 2 MILENIO11Volvi a enviar otro siervo; mas ellos a ste tambin, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacas.3 SIERVO = 3 MILENIO12Volvi a enviar un tercer siervo; mas ellos tambin a ste echaron fuera, herido4 EL HIJO DE DIOS = 4 MILENIO13Entonces el seor de la via dijo: Qu har? Enviar a mi hijo amado; quiz cuando le vean a l, le tendrn respeto.Qu le ocurri? Le Mataron15Y le echaron fuera de la via, y le mataron. Qu, pues, les har el seor de la via?PALABRAS DE VIDA DEL GRAN MAESTRO

Como un ltimo recurso, Dios envi a su Hijo diciendo: "Tendrn respeto a mi hijo". Pero su resistencia los haba vuelto vengativos, y dijeron entre s: "Este es el heredero; venid, matmosle, y tomemos su heredad". Entonces se nos dejar gozar de la via y hacer lo que nos plazca con el fruto.Los gobernantes judos no amaban a Dios; por lo que se apartaron de l, y rechazaron todos sus ofrecimientos de hacer un justo arreglo. Cristo, el Amado de Dios, vino para presentar las demandas del Dueo de la via, pero los labradores lo trataron con marcado desprecio, diciendo: Este: hombre no nos gobernarTenan envidia de la belleza de carcter de Cristo. La forma de ensear que Cristo tenia era muy superior a la de ellos, y teman su xito. El los reconvino, desenmascarando su hipocresa y mostrndoles los resultados seguros de su proceder. Esto los irrit hasta la locura. Se sentan requemados bajo los reproches que no podan acallar. Aborrecan la elevada norma de justicia que Cristo presentaba continuamente. Vean que sus enseanzas los estaban colocando en el lugar en donde su egosmo iba a quedar al descubierto, y determinaron matarlo.Aborrecan su ejemplo de veracidad y piedad, y la elevada espiritualidad revelada en todo lo que haca. Su vida entera era un reproche para el egosmo de ellos, y cuando se present la prueba final, la prueba que significaba obediencia para vida eterna o desobediencia para muerte eterna, rechazaron al Santo de Israel. Cuando se les pidi que escogieran entre Cristo y Barrabs, clamaron: "Sultanos a Barrabs". Y cuando Pilato pregunt: "Qu pues har de Jess?" gritaron ferozmente: "Crucifcale". "A vuestro rey he de crucificar?" pregunt Pilato, y de los sacerdotes y magistrados se elev la respuesta: "No tenemos rey sino a Csar". Cuando Pilato se lav las manos diciendo: "Inocente soy yo de la sangre de este justo", los sacerdotes se unieron con la turba ignorante en su exclamacin apasionada: "Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos"As hicieron su eleccin los dirigentes judos. Su decisin fue registrada en el libro que Juan vio en la mano de Aquel que se sienta en el trono, el libro que ningn hombre poda abrir. Con todo su carcter vindicativo aparecer esta decisin delante de ellos el da en que este libro sea abierto por el Len de la tribu de Jud.Los judos abrigaban la idea de que eran los favoritos del cielo, y que siempre haban de ser exaltados como iglesia de Dios. Eran los hijos de Abrahn, declaraban, y tan firme les pareca el fundamento de su prosperidad, que desafiaban al cielo y a la tierra a que los desposeyeran de sus derechos. Sin embargo, mediante sus vidas de infidelidad, se estaban preparando para la condenacin del cielo y su separacin de Dios.La parbola de la via se aplica no slo a la nacin juda. Tiene una leccin para nosotros. La iglesia en esta generacin ha sido dotada por Dios de grandes privilegios y bendiciones, y l espera los resultados correspondientes.Hemos sido redimidos mediante un rescate costoso. Slo por la grandeza de este rescate podemos concebir sus resultados. En esta tierra, la tierra cuyo suelo ha sido humedecido por las lgrimas y la sangre del Hijo de Dios, se han de producir preciosos frutos del paraso. En la vida de los hijos de Dios, las verdades de su Palabra han de revelar su gloria y excelencia. Mediante su pueblo, Cristo ha de manifestar su carcter y los principios de su reino.Satans trata de obstruir la obra de Dios, e insta constantemente a los hombres a aceptar sus principios. Presenta al pueblo escogido de Dios como a gente engaada. Es un acusador de los hermanos, y su poder de acusar lo emplea contra los que obran justicia. El Seor desea, mediante su pueblo, contestar las acusaciones de Satans mostrando los resultados de la obediencia a los principios rectos.Esos principios se han de manifestar en el cristiano individualmente, en la familia, en la iglesia, y en cada institucin establecida para el servicio de Dios. Todos stos han de ser smbolos de lo que se puede hacer para el mundo. Han de ser representaciones del poder salvador de las verdades del Evangelio. Todos son agentes en el cumplimiento del gran propsito de Dios para la especie humana.La iglesia es muy preciosa a la vista de Dios. El la aquilata, no por sus ventajas externas, sino por la sincera piedad que la distingue del mundo. La estima de acuerdo con el crecimiento de los miembros en el conocimiento de Cristo, de acuerdo con su progreso en la vida espiritual.Cristo anhela recibir de su via el fruto de santidad y abnegacin. Busca los principios de amor y bondad. Toda la belleza del arte no puede compararse con la belleza del temperamento y del carcter que se han de revelar en los que son representantes de Cristo. La atmsfera de la gracia que rodea el alma del creyente, el Espritu Santo que trabaja en la mente y el corazn, son los que hacen de l un sabor de vida para vida, y permiten que Dios bendiga su obra.Una congregacin puede ser la ms pobre de la tierra. Puede carecer del atractivo de la apariencia exterior; pero si los miembros poseen los principios del carcter de Cristo, tendrn el gozo de l en sus almas. Los ngeles se unirn con ellos en su culto. La alabanza y accin de gracias de los corazones agradecidos, ascendern al Salvador como una dulce ofrenda.El Seor desea que apreciemos el gran plan de la redencin, que comprendamos nuestro elevado privilegio como hijos de Dios, y que caminemos delante de l en obediencia y agradecimiento. Desea que le sirvamos en novedad de vida, con alegra cada da. Anhela que la gratitud brote de nuestro corazn porque nuestro nombre est escrito en el libro de la vida del Cordero, porque podemos poner todos nuestros cuidados sobre Aquel que cuida de nosotros. El nos ordena que nos regocijemos porque somos la herencia del Seor, porque la justicia de Cristo es el manto blanco de sus santos, porque tenemos la bendita esperanza de la pronta venida de nuestro Salvador.El alabar a Dios de todo corazn y con sinceridad, es un deber igual al de la oracin. Hemos de mostrar al mundo y a los seres celestiales que apreciamos el maravilloso amor de Dios hacia la humanidad cada, y que esperamos bendiciones cada vez mayores de su infinita plenitud. Mucho ms de lo que hacemos, debemos hablar de los preciosos captulos de nuestra vida cristiana. Despus de un derramamiento especial del Espritu Santo, aumentaran grandemente nuestro gozo en el Seor y nuestra eficiencia en su servicio, al repasar sus bondades y sus maravillosas obras en favor de sus hijos.Estas prcticas rechazan el poder de Satans. Excluyen el espritu de murmuracin y queja, y el tentador pierde terreno. Fomentan aquellos atributos del carcter que habilitarn a los habitantes de la tierra para las mansiones celestiales.Un testimonio tal tendr influencia sobre otros. No se puede emplear un medio ms eficaz para ganar almas para CristoDios reclama toda la tierra como su via. Aunque ahora est en manos del usurpador, pertenece a Dios. Es suya tanto por la redencin como por la creacin. Cristo hizo su sacrificio por el mundo. "De tal manera am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito".* Mediante este don nico, todos los dems se imparten a los hombres. Diariamente todo el mundo recibe las bendiciones de Dios. Cada gota de lluvia, cada rayo de luz prodigados sobre la humanidad ingrata, cada hoja, flor y fruto, testifican de la tolerancia de Dios y de su gran amor.Y qu se da en cambio al gran Dador? Cmo consideran los hombres las demandas de Dios? A quin rinden el servicio de su vida las multitudes? Sirven a Mammn. La riqueza, la posicin, los placeres del mundo son su blanco. La riqueza se obtiene robando no slo a los hombres, sino a Dios. Los hombres usan los dones divinos para complacer su egosmo. Todo lo que pueden tomar lo usan para satisfacer su amor egosta de placer.El pecado del mundo de hoy da es el mismo que acarre la destruccin de Israel. La ingratitud a Dios, el descuido de las oportunidades y bendiciones, el aprovechamiento egosta de los dones de Dios: todo esto estaba comprendido en el pecado que hizo caer la ira sobre Israel. Estos males estn trayendo la ruina al mundo actual.Las lgrimas que Cristo derram sobre el Monte de las Olivas al contemplar la ciudad escogida, no lo derram solamente por Jerusaln. En la suerte de esta ciudad, l contempl la destruccin del mundo."Si tambin t conocieses, a lo menos en ste tu da lo que toca a tu paz! ms ahora est encubierto a tus ojos".*"En ste tu da". El da est llegando a su fin. Casi ha terminado el tiempo de misericordia y privilegios. Se estn reuniendo las nubes de venganza. Los que han rechazado la gracia de Dios, estn por ser envueltos en una ruina sbita e irreparable.Sin embargo, el mundo duerme. Sus habitantes no conocen el tiempo de su visitacinDnde se ha de encontrar la iglesia en esta crisis? Estn cumpliendo sus miembros con las demandas de Dios? Estn cumpliendo la comisin divina y presentando el carcter de Dios al mundo? Estn llamando con insistencia la atencin de sus prjimos al ltimo misericordioso mensaje de amonestacin?Los hombres estn en peligro. Las multitudes perecen. Pero cun pocos de los profesos seguidores de Cristo sienten anhelo por esas almas! El destino de un mundo se halla en juego en la balanza; pero esto apenas si conmueve a los que pretenden creer las verdades ms abarcantes que jams hayan sido dadas a los mortales. Hay falta de aquel amor que indujo a Cristo a abandonar su hogar celestial y tomar la naturaleza humana a fin de que la humanidad pudiera tocar a la humanidad, y llevarla a la divinidad. Hay un estupor, una parlisis sobre el pueblo de Dios, que le impide entender el deber de la hora.En la parbola de la via, Cristo declar culpables a los labradores. Ellos fueron los que haban rehusado dar a su seor el fruto de su terreno. Los sacerdotes y magistrados de la nacin juda fueron los que, al descarriar al pueblo, le haban robado a Dios el servicio que l reclamaba. Fueron ellos los que apartaron de Cristo a la nacin.La ley de Dios, exenta de tradiciones humanas, fue presentada por Cristo como la gran norma de obediencia. Esto despert la enemistad de los rabinos. Ellos haban puesto las enseanzas humanas por encima de la Palabra de Dios, y haban apartado al pueblo de sus preceptos. No estaban dispuestos a renunciar a sus mandamientos hechos por hombres, a fin de obedecer los requerimientos de la Palabra de Dios. No queran sacrificar, por causa de la verdad, el orgullo de la razn y la alabanza de los hombres. Cuando Cristo vino, presentando a la nacin las demandas de Dios, los sacerdotes y ancianos le negaron su derecho de interponerse entre ellos y el pueblo. No estaban dispuestos a aceptar sus reproches y amonestaciones, y se propusieron malquistar a la gente con Jess y as destruirlo.Ellos fueron responsables del rechazamiento de Cristo, con los resultados que le siguieron. El pecado de una nacin y su ruina se debieron a los dirigentes religiosos.No obran acaso las mismas influencias en nuestros das? No estn muchos siguiendo los pasos de los dirigentes judos a semejanza de los labradores de la via del seor? Acaso los dirigentes religiosos no estn apartando a los hombres de los claros requisitos de la Palabra de Dios? No estn educndolos en la transgresin en vez de la obediencia de la ley de Dios? Desde muchos plpitos de las iglesias se ensea a la gente que no es obligatoria la ley de Dios. Se exaltan las tradiciones, ordenanzas y costumbres humanas. Los dones de Dios se emplean para fomentar el orgullo y la complacencia propia, al paso que se olvidan las demandas de Dios.Al poner a un lado la ley de Dios, los hombres no saben lo que estn haciendo. La ley de Dios es la transcripcin de su carcter. Abarca los principios de su reino. El que rehsa aceptar esos principios, se est colocando fuera del canal por donde fluyen las bendiciones de Dios.Las gloriosas posibilidades presentadas ante Israel se podan realizar nicamente mediante la obediencia a los mandamientos de Dios. La misma elevacin de carcter, la misma plenitud de bendicin -bendicin de la mente, el alma y el cuerpo, bendicin del hogar y del campo, bendicin para esta vida y la venidera-, podemos obtenerlas nicamente por medio de la obediencia.Tanto en el mundo espiritual como en el natural, la obediencia a las leyes de Dios es la condicin para llevar fruto. Y cuando los hombres ensean a la gente a desobedecer los mandamientos de Dios, estn impidiendo que den fruto para su gloria. Son culpables de retener del Seor los frutos de su via.Los mensajeros de Dios mandados por el Maestro vienen a nosotros. Vienen, como Cristo, demandando obediencia a la Palabra de Dios. Piden los frutos de la via, los frutos del amor, la humildad y el servicio abnegado. Acaso no hay muchos labradores que, a semejanza de los dirigentes judos, se mueven a ira? Cuando se presentan delante del pueblo las demandas de la ley de Dios, no usan su influencia esos maestros para inducir a los hombres a rechazarlas? A tales maestros Dios llama siervos infieles.Las palabras que Dios dirigi al antiguo Israel encierran una solemne amonestacin para la iglesia actual y sus dirigentes. De Israel dijo el Seor: "Escrible las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosas ajenas".* Y l declar de los sacerdotes y maestros: "Mi pueblo fue talado porque le falt sabidura. Porque t desechaste la sabidura, yo te echar... pues que olvidaste la ley de tu Dios, tambin yo me olvidar de tus hijos".*No se har caso de las reprensiones de Dios? No se aprovecharn las oportunidades de servir? Impedirn la mofa del mundo, el orgullo de la razn, la conformidad a las costumbres y tradiciones humanas, que los profesos seguidores de Cristo le sirvan? Rechazarn la Palabra de Dios como los dirigentes judos rechazaron a Cristo? Delante de nosotros est el resultado del pecado de Israel. Aceptar la amonestacin la iglesia de Dios hoy da?"Si algunas de las ramas fueron quebradas, y t siendo acebuche, has sido ingerido en lugar de ellas, y has sido hecho partcipe de la raz y de la grosura de la oliva; no te jactes... por su incredulidad fueron quebradas, ms t por la fe ests en pie. No te ensoberbezcas, antes teme, que s Dios no perdon a las ramas naturales, a ti tampoco no perdone".* 249Extrado de Palabras de Vida del Gran MaestroCRISTO VIENE PRONTOPREPAREMONOS a verlo