sociologia jaime balmes

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  • eeeeeeeeeee UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    FACULTAD DE CIENCIAS POLTICAS Y SOCIOLOGADEPARTAMENTO: TEORA SOCIOLGICA (SOCIOLOGA y)

    TESIS DOCTORAL:

    ASPECTOS BSICOS DE LA MENTALIDAD SOCIOLGICA DE JAIME BALMES

    Director de la Tesis: Dr. Manuel J. Rodrguez Caamaflo

    Autora: M4 Esther Blzquez Bejarano

    Madrid, 14 de septiembre de 1998

  • A Daniel y ngel, mis hijos.

  • III

    Agradecimientos

    Antes de todo quiero expresar mi agradecimiento al profesorRodrguez Caamao, por su acertada direccin. El inters, lasmatizaciones y las mltiples sugerencias que he recibido, mehan permitido orientar la realizacin de este trabajo.

    Tambin deseo dejar constancia de los profesores cuyasreferencias me han sido tiles. La Dra. Muoz Lpez de laUniversidad Carlos III, y el. Dr. Rodrguez Ibez de laUniversidad Complutense, por sus aportaciones en el campode la moderna teora social, y el Dr. Gmez de Liao, de estaltima Universidad, por las nuevas perspectivas en lainterpretacin de los hechos sociales.

    ee Finalmente, no puedo dejar de aludir a las Bibliotecas

    e Instituciones sin las cuales este estudio no habra sidoe posible. Han sido las siguientes:e Biblioteca Nacional. Madrid. - Archivo Municipal. Vio.e Biblioteca Episcopal. Vio.e Dept. de Filosofia Teortica i Prctica. (Facultat de

    Filosofia. Universitat de Barcelona). Biblioteca del Ateneo de Madrid.

    Biblioteca del Instituto de Filosofa Luis Vives. OSlO. Madrid.

    Bibliotecas de las Facultades de Ciencias Polticas y Sociologa, Filosofa, Filologa Francesa, Filologa Hispnica, Ciencias de la Informacin, y Geografa e

    Historia. Universidad Complutense. Madrid.- Hemeroteca Municipal. Madrid.

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    tun Cererein corruptain undis Cerealiaque arma/expediunt fessi rerun, fruqesque receptas!et torrere parant flaninis et frangere saxo(Virgilio, Eneida, 1, 17779)

    No est la dificultad en conocer, sino en advertir.(Balines)

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    VII

    INDICE

    Introduccin 1

    PRIMERA PARTE: EL AUTOR EN SU CONTEXTO. EL SENTIT COMO. BIOGRAFA.Capitulo 1Situacin histrica, social y poltica 13

    Capitulo 2~: Biografa 23

    Captulo 32g Obras 57

    Capitulo 42: Lecturas y formacin inicial 67 4.1. Primeras lecturas. Formacin inicial 69

    4.2. Vives y la Escuela catalana del sentit com . . . 74

    Captulo 5~: Autores citados en sus obras. Biblioteca balmesiana.Es Jaime Balmes un sintetizador? Resolucin y creatividad . . 101

    5.1. La Biblioteca balmesiana 1015.2. Autores citados en sus obras. Es Jaime Balmes

    un sintetizador? Resolucin y creatividad 110

    Captulo 6~: Opiniones vertidas sobre el autor. Incidenciade su obra. ltimos estudios 161

    6.1. Opiniones e incidencia de la obra 1616.2. Tesis y estudios sobre Balmes en la moderna

    investigacin social 182

    SEGUNDA PARTE: MtODO Y SENTIDO COMON.

    Capitulo 1~: Perspectivas para el mtodo 195ee Captulo 2~: Mtodo y unidad 203

    2.1. Punto de partida: El estudio de los hechossociales. Un mundo en relacin 203

    2.2. Problemas detectados en el anlisis de los hechos . 206 2.3. Definicin y caractersticas del mtodo 210

    2.4. Dos ejemplos de aplicacin de la estadstica . . . 2132.5. Mtodo y unidad 217

    e 2.6. Individualismo y naturalismo 218

    Captulo V: El sentido comn 2253.1. El sentido comn: Forma de conocimiento 2263.2. Lenguaje y realidad 2303.3. Sentido comn, orden y experiencia 238

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    TERCERA PARTE: APORTACIONES BSICAS DE LA MENTALIDAD SOCIOLGICADE JAIME BALINES.

    e Captulo jQ El orden social 249

    Captulo 2~: Los hechos sociales 263 2.1. Elementos de un hecho social 263 2.2. validez de los hechos sociales 264

    2.3. Presencia de los hechos sociales 266

    Capitulo 3 Religin, opinin pblica y sociedad 279 3.1. La religin como mbito integrador del acervo comn significativo, la moral y la cohesin social 279

    3.2. separacin IglesiaEstado 2853.3. Religin, opinin pblica y conciencia pdblica . . . 288

    e Capitulo 1 La cuestin social 299 4.1. Una reflexin sobre los hechos 299

    4.2. La sociedad industrial 302 4.3. Motivos que agravan la problemtica social 305 4.4. Industria y propiedad privada 312 4.5. Estrategias y vas de solucin 314

    Capitulo 5~: Jaime Balmes y la categora de progresoen el contexto de la filosofa contempornea 331

    Captulo 6~: Proyecto de una Sociologa como obra deingeniera social. Tesis para el progreso social 353

    CONCLUSIONES 377 1> La figura de Jaime Balmes 377 2) Las obras 379

    3) Los conceptos claves de la mentalidad sociolgicade Jaime Balmes 380

    4) Discusin: Los puntos oscuros 387ee BIBLIOGRAFA 389

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    INTRODUCCIN. Podramos definir la sociologa como la ciencia que estudia la vida del hombre en sus aspectos sociales, tratando de

    encontrar pautas que mediaticen y conformen la realidade social.e Como sucede en todas las ciencias, el mtodo de la sociologa es indisociable de su objeto. Los fenmenos sociales, las coordenadas que manifiestan y determinan la vida de los individuos, mantienen una doble tesitura entre dinamismo y

    estabilidad. De ah que el mtodo que se adentre en su anlisis, habr de recoger las exigencias de precisin, rigor

    y exactitud propias de las ciencias matemticas y, adems, adecuarse a la dinmica del mismo proceso social; cuya inteligibilidad no es comprensible sin conocer ese carcter

    de racionalidadirracionalidad que marca tanto el trnsito delos grupos, como de la inteligencia humana en el dominio yla investigacin de nuevas formas de organizacin social.e

    Jaime Balmes (Vic, 18101848) puede ser considerado uno de los grandes tericos sociales de nuestro pas. Conoce la resistencia contra Napolen, y vive los primeros regmenes parlamentarios que se producen en Espaa con un creciente

    malestar ante la inestabilidad poltica y la zozobra de los parmetros vitales habidos hasta la fecha; en una crisis que

    se hace patente al enfrentarse con relativa virulencia los partidarios de un mundo nuevo, vinculado a los partidose liberales, progresistas, y quienes defienden la antigua

    constelacin arraigada en los sectores conservadores y en elclero.

    Balmes ser hijo de su tiempo y en l recoge las inquietudesy los supuestos fundamentales de su pensamiento. Como dice

    e Jetfrey O. Alexander el socilogo trabaja en una pocadeterminada y es el mundo en el que interacta elinvestigador, con sus cdigos explcitos e implcitos, el quehace que las teoras se vistan de un determinado ropaje.Incluso, que las perspectivas en ellas abiertas se iluminen

    de un determinado modo: Las teoras, pues, son generadase tanto por los procesos no fcticos o no empricos quee preceden al contacto cientfico con el mundo real como por la

    estructura de este mundo real. Con procesos no fcticos merefiero a cosas tales como los dogmas universitarios, lasocializacin intelectual y la especulacin imaginativa del

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    cientfico, que est basada tanto en su fantasa personalcomo en la realidad externa. En la construccin de lasteoras cientficas, el mundo real modifica estos procesos,pero nunca los elimina. Existe, pues, una relacin dobleentre las teoras y los hechos (1). Es en ese mundo dondelas personas viven y es su inquietud y su capacidad dereflexin, sujetas a las vivencias y a la experienciapersonal, lo que les hace encaminar su investigacin en unou otro sentido: Las teoras son propuestas por personas. Alestudiar teoras no examinamos abstracciones flotantes sinoobras de personas. Para conocer las teoras, pues, debemossaber un poco acerca de las personas que las escribieron:cundo y cmo vivieron, dnde trabajaron Yt lo msimportante, cmo pensaban (2).

    Jaime Baines demuestra tener, a lo largo de su obra, lascondiciones de partida necesarias a un investigador de lasciencias sociales: observacin minuciosa de los hechos y delos intereses de quienes interactan en ellos, finasensibilidad para atisbar el punto neurlgico de un fenmenoy el hbito, recurrente, de reflexionar acerca de todoaquello sobre lo que deba pronunciarse, tratando de deslindarlos campos y de habilitarse con estudios y argumentos basadosen el conocimiento de la historia y en el examen de loshechos sociales. o

    Todo ello hace que Balmes realice una sntesis creativa en lainterpretacin de la sociedad, en la que teora einvestigacin mantienen un pulso relativo. La teoraconstituye, de algn modo, el corazn de la propiainvestigacin, si bien, todava, en sus inicios. Estoentronca directamente con la polmica individualismonaturalismo en la obra de Balmes, y con la distincin queeste autor realiza, en la misma lnea de Dilthey, entre lasciencias de la naturaleza y las ciencias del espritu.

    2W. Dilthey realiza la distincin aludida en funcin de ladiferencia del objeto de las ciencias del espritu respectoal de las ciencias fsiconaturales. A las primeras debeexigrseles un carcter comprensivo, hermenutico, dado quesu objeto, el ser humano, es un ser que cuando acta,tambin, siente, quiere e imagina en el entramado de suspropias representaciones: Pero la ocupacin, tanto histricacomo psicolgica, con el hombre entero me llevaba a poner aste, en la multiplicidad de sus facultades, a ese ente quequiere, siente y tiene representaciones, tambin como

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    fundamento del conocimiento y de sus conceptos (como mundo exterior, tiempo, sustancia, causa), aunque el conocimiento parece tejer sus conceptos slo de la materia de la percepcin, la representacin y el pensamiento. El mtodo del siguiente ensayo es, por tanto, ste: todo elemento del

    pensamiento abstracto, cientfico actual, lo confronto con lanaturaleza humana entera, tal como la muestran la

    experiencia, el estudio de la lengua y de la Historia y busco su conexin. Y resulta esto: los elementos ms importantes de nuestra imagen y de nuestro conocimiento de la realidad, como la unidad vital de la persona, el mundo exterior, los

    individuos fuera de nosotros, su vida en el tiempo, suinteraccin, todos ellos pueden explicarse desde esanaturaleza humana entera, cyo proceso vital real en el

    querer, sentir y representar tiene solo distintos aspectos (3). Pero no por ello podemos desestimar la necesidad del

    rigor de las ciencias positivas: Las ciencias que tienen porobjeto la realidad histricosocial buscan, con msintensidad que nunca anteriormente su interdependencia mutuay su fundamentacin. Causas que residen en el estado de lasciencias positivas particulares cooperan en este sentido con

    e los impulsos ms poderosos que proceden de las conmociones de la sociedad despus de la Revolucin Francesa. El

    conocimiento de las fuerzas que dominan en la sociedad, lascausas que han provocado sus conmociones, el recurso de unsano progreso que se da en ella ha llegado a ser una cuestinvital para nuestra civilizacin. Por eso aumenta laimportancia de las ciencias de la sociedad frente a las de la

    e naturaleza (4).

    Del mismo modo que, despus, veremos en Balines, Diltheyconsidera que las ciencias del espritu no tienen comoobjetivo tanto dominar su objeto como comprenderlo: Estoshechos espirituales, que se han desarrollado histricamente

    e en la humanidad, y a los que se ha dado, segn un usolingstico general, la denominacin de ciencias del hombre,de la historia, de la sociedad, constituyen la realidad quequeremos no dominar, sino, ante todo, comprender (5).

    Sealamos estas ideas de Dilthey (18331911), porque estn ene estrecha consonancia con los supuestos que sobre el mismo

    tema tiene Balines, al igual que sucede con la correlacinentre los hechos de la naturaleza y los del espritu. Esasuave mediana entre individualismo y naturalismo queanalizaremos en el captulo 2~ de la 2~ parte de la presente

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    Tesis: Slo cuando las relaciones entre los hechos del mundoespiritual se muestran incomparables con las regularidadesdel curso de la naturaleza, en la forma de que se excluye unasubordinacin de los hechos espirituales a los que haestablecido el conocimiento mecnico de la naturaleza, sloentonces aparecen no los lmites inmanentes del conocimientode experiencia, sino las fronteras en que termina elconocimiento natural y comienza una ciencia del esprituindependiente, que se forma desde su propio centro (6).

    La sociologa de Balmes, considerada desde la perspectiva delplanteamiento de Dilthey, recoger esa interdependencia entrelos factores fsiconaturales y los aspectos histricosociales. Unos y otros habrn de enfrentarse con cierto rigorpositivo y sin olvidar la riqueza de derivaciones, einterpretaciones, a las que da lugar la consideracin de losfenmenos sociales. Si bien el planteamiento de Balines no sehace tanto desde un convencimiento intelectivo, cuanto de unaseguridad vital sobre el carcter efectivo de la naturalezade las cosas. Esa necesidad de entender que los factoressociales son tan importantes como los naturales, y que enambos mbitos operan las mismas constantes. Una de ellas,quizs la ms importante, la naturaleza, ese entramado deelementos y relaciones que hace a las cosas ser lo que son yen cuya concepcin podramos remontarnos a la Fsica deAristteles y, dentro del pensamiento moderno, a Montesquieu:Las leyes en su ms amplia significacin son las relacionesnecesarias que se derivan de la naturaleza de las cosas (7).

    3Todos los seres responden a las leyes que les constituyen:las tiene la divinidad, el mundo material, las inteligenciassuperiores al hombre, los animales y el hombre mismo, siendola naturaleza de las cosas la estructura que las constituye:La diferencia entre la naturaleza del Gobierno y suprincipio es la siguiente: la naturaleza es lo que le haceser tal; el principio lo que le hace actuar; la naturaleza essu estructura particular; el principio, las pasiones humanasque le ponen en movimiento. Ahora bien: las leyes no debenser menos relativas al principio de cada Gobierno que a sunaturaleza (8) . La estructura de las cosas que no puede sersino el resultado operativo de las mltiples redes:distanciamedida, acuerdo, desacuerdo, pluralidad degradaciones (de relaciones) posibles, en el campo social.

    Del mismo modo que Montesquieu se afana en el anlisis de lospueblos para colegir cules puedan ser sus mejores leyes,

  • 5Balmes dispone todas las bateras del conocimiento paraencajar los mltiples aspectos que problematizan la vidasocial en la Espaa de principios del XIX: las exigencias delclero, la renovacin de los planes de estudio, lasescaramuzas de la poltica o el enfrentamiento de la cuestinsocial en los aos de la primera industrializacin catalana.

    Convencido de la naturaleza de las cosas y del poder de la razn cuando va aunada al sentido comn, Balmes no deja,e de algn modo, de compartir el sentimiento ilustrado por ms que a lo largo de toda su obra sean constantes los ataques a

    la filosofa de la Ilustracin, y el afn comtiano de saberpara prever y prever para proveer; pues, ser deslindando la

    funcin de todos los elementos que intervienen en cada dificultad como podremos resolverla del mejor modo.

    El convencimiento acerca de la naturaleza de las cosasmanifiesta la existencia de una racionalidad subyacente en latrama de las relaciones sociales, que han de ser construidas,y mejoradas, no sobre el vaco sino sobre supuestos dados.

    Racionalidad en el sentido de encontrar para cada cosa su posicin adecuada, en la lnea de Montesquieu, Spinoza, oe Montaigne.e

    De ah que la hermenutica balmesiana est mediada porun tino sentido comn, capaz de distanciarse ante los hechosy de comprenderlos porque, precisamente, a cada uno se le

    exige situarse en su lugar. A juicio de Enrique Tierno Galvn este concepto sera la mayor deuda que Balines ha contrado con los tradicionalistas franceses, pero como veremos en el capitulo 3~ de la 2~ parte podramos inducir la presencia de

    otros autores en esa idea ocurrente de Balines. Juan LuisVives, el Padre Buffier y la Escuela catalana del sentidocomn, en la lnea de las ltimas aportaciones realizadaspor Misericordia Angls (9), y sin obviar la incidencia

    prctica de la capacidad de observacin cotidiana de nuestroautor ms en la tnica de los estudios actuales de PeterBerger y Thomas Luckmann que del tradicionalismo francs.

    Por otra parte, desde una perspectiva sociolgica, Balmes comparte con otros tericos de su poca algunas idease como la realidad fctica de los hechos sociales junto a la

    necesidad de utilizar la estadstica, y de acceder a lafilosofa de la historia distancindose el investigador delos propios estereotipos.

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    El objetivo de su trabajo es claro: una mayorcomprensin y conocimiento de los fenmenos nos lleva a unamejor organizacin de la sociedad. Balmes considera necesarioel control de la sociedad, mediante el anlisis y prevencinde la problemtica social, en un mundo en continuo cambio. Eneste sentido se situara en la misma lnea de otrospensadores contemporneos, recogida por 3. 0. Alexander: Lateora sociolgica clsica se inspiraba en la fe optimista deque se podan hallar soluciones razonables para los problemasde la sociedad industrial secular. Parta de la premisa deque a pesar de los disturbios sociales, se podan preservarimportantes elementos de la individualidad y de la razn(10). 2

    Balmes participa de este intento de mejorar la sociedadmediante el estudio de los hechos sociales, la necesidad deprever el desarrollo social, y la educacin moral einstruccin de sus miembros, pero las coordenadas histricasen las que se produce su obra son diferentes, en grandesrasgos, a las de quienes escriben en otras naciones europeasms industrializadas que la Espaa de la primera mitad delsiglo XIX. Otro rasgo distintivo de su perspectiva ser sumismo punto de partida: el fin apologtico la defensa de laIglesia catlica en el que encuentran su primera funcin losestudios de Balmes. Paradoja, o contradiccin manifiesta,desde la distancia de finales del XX. Y que no deja demediatizar el sentido sociolgico de toda su obra.

    El valor que Balmes atribuye a la religin y a la monarquatradicional como garanta de estabilidad y control social, loencontramos en . Durkheim, en A. Corte y en Montesquieu sinque por ello sus teoras sean juzgadas nicamente por esetamiz. Balmes trata de defender una tradicin en camino deser negada por las nuevas fuerzas insurgentes (ciertossectores de la burguesa industrializada, o del nuevofuncionariado vinculado a las lites parlamentarias). Esanegacin, a juicio de nuestro autor, implicara un cambioexcesivamente brusco que Balmes no est dispuesto a aceptar.Porque ese cambio considera no responde en el grado precisoa la dinmica de las fuerzas sociales, sino ms bien aoperaciones de representatividad poltica sin arraigo en lasociedad. Frente a ello, Balmes apuesta por el valor de latradicin, como aquello que permite entroncar el presente conel pasado y desde ah retomar la energa para avanzar. Latradicin segn Anthony Giddens es un medio de organizar lamemoria colectiva (11) , y viene a ser posible por un proceso

  • 7de actualizacin no siempre consciente, pero si voluntario;e y en un doble sentido: el contenido que elijo y la proyeccin que le doy. Esa tradicin que se mantiene en el tiempo no por el simple hecho de su persistencia, sino del constante trabajo de interpretacin llevado a cabo para identificar los hilos que unen el presente al pasado (12).

    e Ser reticente hacia los cambios, no significa negarse a ellos. Balines tiene la seguridad de la existencia de un paralelismo entre el mundo tsico y el mundo social. La fuerza de los acontecimientos, el instinto de conservacin y la tendencia a la innovacin forman parte de la naturaleza de

    las cosas. De ah su famosa frase: Queris evitarrevoluciones? Haced evoluciones (13), o Cuando uno recuerdalo que era la Europa cinco siglos atrs, la imaginacin se

    asombra al pensar lo que ser de aqu a cinco siglos (14). As, las reformas, como veremos en el capitulo 5~ de la 3~ parte, deben hacerse atendiendo a todos los factores

    afectados por ellas y atenindose, siempre, a la prudencia ya la moderacin. Esa misma cordura y sentido comn queadereza todo el pensamiento de Balines y que exigir en la

    prensa, en la poltica y en la sociedad. Un ejemplo de ello ser su modo de disentir de la forma en que los hombres del siglo apuestan por el control social: el inters privado bien entendido, la fuerza pblica bien empleada y el

    enervamiento de los cuerpos con el enflaquecimiento delnimo, que apartan a la plebe de los medios violentos(15).

    Si partiramos del sentido comn o lo que llamaramos el instinto social cuando se trata de aplicarlo al anlisis de los hechos sociales, seria ms bien con el mantenimiento de la moralidad, vinculada a la tradicin cristiana, y con la

    instruccin adecuada a cada sujeto, con lo que podramosproceder al mantenimiento del orden social.eIdeas que son evidentes en la lectura de su obra y que como

    seala 3. Varela Suances, hacen que el pensamiento de Balmessi bien sea una expresin intelectual de la vieja Europacatlica y con ella de la vieja Espaa, no se manifiestede forma reaccionaria, sino en clave autoritaria yreformista (16). Por otra parte, no olvidemos que el sigloXIX en palabras de Manuel Fraga es la poca de lasrevoluciones, y no tanto porque en l se hicieran muchas,sino porque la revolucin en el siglo XIX no es en principio,sinnimo de catstrofe, sino de progreso. Es decir, as loestimaban los revolucionarios (17). Y que es el mismotrastorno de las cosas lo que da pie al nacimiento de la

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    sociologa. Proceso en el que Balmes est directamenteinvolucrado: No importa ahora saber el porqu; lo que siinteresa es que las revoluciones dieron lugar a la aparicinde la moderna Sociologa, pues pusieron ante la mente de loshombres la posibilidad de que el orden social, aparentementetan natural y permanente como el de la naturaleza, pudieraconmoverse en sus mismos cimientos y aun desaparecer. Este esel punto de partida de Balmes, como el de la mayora de lossocilogos europeos (18).

    ~2No deja de ser significativo que Balmes haya sido un autorpoco estudiado, que no dej escuela, movindose siempre enlos lmites de lo posible y, an ms, de lo imposiblepermitido, que apuesta a la par por el clero y la incipienteindustria, sin dejar de sumergirse en la tentacin de definirlas situaciones en la acepcin de E. Goffman (19), con unacapacidad casi soterrada para adentrarse en el desarrollo delos hechos objeto de su inters.Todo ello ha motivado el nimo del presente trabajo en unaprimera lnea de investigacin: a) Existen unas constantessociolgicas (mtodo, y cuestiones advertidas) en elpensamiento de Balmes, y b) estas constantes hacen de nuestroautor un terico social de primera lnea, algunas de cuyasobservaciones se enmarcan en la teora social del siglo XIXe, inclusive, son vigentes en la actualidad. A su vezdesdoblada en una triple hiptesis: c) el acercamiento alautor dentro de la circunstancia en la que escribe, d) elanlisis del sentido comn respecto a su fundamentacingnoseolgica como criterio de verdad, a nuestro juicio laaportacin ms genuina de Balmes en este campo, y e) laconstatacin de su etiologa en el acervo significativocomn, en cuanto su naturaleza y origen estn incardinadosen el hacer prctico de la vida cotidiana; por lo mismo,dentro de los parmetros de una ideologa conservadora.

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    Notas. Introduccin.

    (1) ALEXANDER, J.C. (1992): Las teoras sociolgicas desde laSegunda Guerra Mundial. Traduccin de O. Gardini. Barcelona,Gedisa, (pg. 15).

    e (2) ALEXM~DER, J.C. (1992): Las teoras sociolgicas desde laSegunda Guerra Mundial, op. cit., (pg. 11).

    e(3) DILTHEY, It (1980): Introduccin a las Ciencias delEspritu. Versin espaola de 3. Maras. Madrid, Alianza,(pg. 31).

    (4) DILTHEY, It Introduccin a las Ciencias del Espritu,op. cit., (pg. 38).

    (5) DILTHEY, W. Introduccin a las Ciencias del Espritu, op.oit., (pg. 40).

    e (6) DILTHEY, It Introduccin a las Ciencias del Espritu, op.e cit., (pg. 48).e

    (7) MONTESQUIEU (1985): Del Espritu de las Leyes. Prlogo deE. Tierno Galvn. Traduccin de M. Blzquez y 1. de Vega.Madrid, Tecnos, 1~ parte, lib. 1, cap. 1. (pg. 7).

    e (8) MONTESQUIEU, Del Espritu de las Leyes, op. oit., 12parte, lib. III, cap. 1, (pg. 19).

    e(9) vide TIERNO GALVN, E. (1962): Tradicin y modernismo.Madrid, Tecnos, (pg. 155).

    ANGLS, 4. (1992): Els criteris de veritat en JaimeBalmes. Barcelona, ed. Balmes, (pgs. 253 y sigs.)

    (10) ALEXANDER, 3. C. Las teoras sociolgicas desde laSegunda Guerra Mundial, op. oit., (pg. 25).(1112) GIDDENS, A. (1993): La vida en una sociedad posttradicional, en Hacia una sociedad del riesgo?.Presentacin de J.E. Rodrguez Ibez. Madrid, Rey, deOccidente, Nm. 150, Fundacin J. Ortega y Gasset, (pg. 71).

    (13) BALMES, 3. (1950): Miscelnea. Obras Completas VIII.Madrid, B.A.C., (pgs 342).

    BALMES, 3. (1950): Po IX, en Escritos polticos.Obras Completas VII. Madrid, B.A.C., (pg. 997).

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    (14) BALMES, 3. Miscelnea. Obras Completas VIII, op. cit.,(pg. 341).

    (15) BALMES, 3. (1949): El protestantismo comparado con elcatolicismo. Obras Completas IV. Madrid, B.A.C., (pg. 475).(16) VARELA,preliminar, aMadrid, Centro

    5. (1988):Poltica yde Estudios

    Seleccin de textos y estudioConstitucin de Jaime Balmes.Constitucionales, (pg. 16).

    (17-18) FRAGA IRIBARNE, M. (1981): El pensamiento conservadorespaol. Barcelona, Planeta, (pg. 65).

    Vide GOFFMAN, E. (1987): La presentacin de la personavida cotidiana. Traduccin de E. B. Torres Perrn y E.

    Madrid, Amorrortu, (pgs. 15,16).

    (19)en laSetaro.

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    PRIMERA PARTE: EL AUTOR EN SU CONTEXTO. EL SESTXT COM.BIOGRAFA.

    Quien pone la extensin sin limites cambia laextensin en inmensidad, quien pone laextensin con un limite hace lanaturaleza corprea. (Feneln)

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    capitulo l~: Situacin histrica, social y poltica.

    Como deca Luis Martn Santos para que la mirada del socilogo se intensifique es necesario que haya una ruptura, una sorpresa, una disfuncin inesperada (1). Una disfuncin

    puede explicarse como una ruptura, algo que sucede sinhaberlo previsto; algo que desdice del ser previo sostenido,y que viene a amenazar la ternura (2) por las cosas y nos

    hace enfrentar la contradiccin. La Vida del sujeto Jaime Halmes transcurre en la primera mitad del siglo XIX (18101848). Histricamente resulta

    significativo lo que sucede tanto en Espaa como en Francia.En nuestro pas el conflicto dinstico, la Guerra de la

    Independencia, la desamortizacin eclesistica y los primeros movimientos sociales en Catalua forman el caldo de cultivo en el que van a ir fragundose las ideas y sentimientos del

    joven Balmes.Dentro del contexto familiar (.3) encontramos una mezcla deraces montaesas por lo que aportan de seguridad y defirmeza de carcter unidas a un presente involucrado en la

    industria peletera. Balmes tendr ocasin de compartir los intereses de los primeros industriales de Catalua, como se

    desprende de su Epistolario. Esto le permitir asistir a loscambios sociales que se inician en ese momento junto aldesarrollo de una burguesa industrial y comercial enCatalua, y de una clase media vinculada al funcionariado yal crecimiento del Estado en Madrid. Ambos grupos sociales

    luchan para adquirir mayor fuerza y predicamento en las decisiones de los respectivos gobiernos, y estn en franca

    contienda con los intereses de la nobleza terrateniente y elclero. Si bien su nmero no es muy numeroso respecto alpueblo, que permanece al margen de cualquier capacidad paraincidir en el poder, manifiestan una permanente beligerancia,an entre ellos mismos; lo que explica la fragmentacin de

    e los partidos isabelinos en moderados y progresistas.

    Balmes, como demuestra en sus artculos sobre Catalua(4), es perfectamente capaz de comprender la cuestinindustrial; sin embargo, durante toda su Vida 56 mantienefiel a la defensa de los bienes y las instituciones delclero, como si no pudiera admitir que ese nuevo mundoindustrial al que su familia y l mismo pertenecan acabarapor trastocar los antiguos valores.

    Es como si Balmes se resistiera a pasar la pgina de lae

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    historia. Sin duda alguna porque desde muy joven se habaeducado en un seminario y, tambin, formaba parte de esemundo en retroceso. En cualquier caso, no deja de ser ciertoque las caractersticas de la revolucin en Espaa no son ennada semejantes al contenido de la Revolucin Francesa.

    ejEl pueblo en Espaa identificaba la revolucin con un poderextranjero contra el que deba luchar. En Francia, participaen la revolucin. La burguesa espaola, en menor nmero, sinuna ideologa que legitimara su accin y con un poderpoltico adquirido a travs de un enorme esfuerzo, a costa delos privilegios del trono y el clero, no poda ser paraBalmes un modelo que garantizara la estabilidad social. Noconstitua una clase social unitaria y los gobiernos que seformaban en Madrid no le merecan ninguna credibilidad. Enpalabras de A. Bonet: La conviccin de Balmes sobre laincapacidad del gobierno para resolver los grandes problemasnacionales est como subyacente en todos sus artculosdestinados al porvenir de la industria catalana, y aflora ala superficie con frecuencia (5).

    ejBalmes considera que el pueblo espaol mantiene su

    fidelidad a la religin y al trono. Lo que no investiga es lapresencia en Espaa del mito reaccionario. Existe algunareferencia en sus obras al Padre Zeballos, si bien no parahacer crtica de sus ideas sino en relacin a la teorapoltica y a la conveniencia de que el prncipe cristianoacte con moderacin (6). No hay alusiones al pensamiento deotros autores responsables de la extensin de ese mito en lamentalidad espaola de finales del XVIII y principios delXIX.

    3. Herrero en Los orgenes del pensamiento reaccionarioespaol se propone elucidar la formacin del pensamientoreaccionario en Espaa como resultado de la oposicin a laIlustracin, y su difusin y final victoria en 1814.Considera que el conflicto entre el Antiguo Rgimen y lasociedad moderna, entre absolutismo y derechos humanos,abarca Europa entera, y las polmicas culturales y polticasque de l nacen se extienden por todos los estados que lacomponen (7). En nuestro pas se afianzan las crticas a lasideas filosficas de la Ilustracin, que van a seridentificadas con peligros potenciales para la nacin y elpueblo espaol y confundidas con posibles maquinaciones deFrancia, de forma que se las trate como a infiltraciones delenemigo. Tarea que emprenden algunos eclesisticos entre losque se encuentra el referido Padre Zeballos, autor de La

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    falsa filosofa (1775), el Padre Rodrguez o Fernndez deValcarce.

    Zeballos, en la obra citada, considera perentorio ir contrala filosofa ilustrada porque no puede dejar de ver queadems de la impiedad y la irreligin que dicha filosofapredica va a revolver el orden pblico, a derribar a lossoberanos y a disipar a los soberanos y a los gobiernosestablecidos; y, si pudiera, a destruir a la humanidad (8).

    Como insiste Herrero se unen en ella, pues, las doblesfuerzas destructoras que atacan a la religin y la vidacivil; como veremos, su poder subversivo radicar,precisamente, en que al atacar los principios religiosos minala verdadera fuente de la autoridad poltica y la jerarquasocial; sus estragos sern, pues, morales y polticos (9).

    Fernndez de Valcarce en Los Desengaos filosficos (17871797), trata de prevenir al lector contra las ideas que seestn difundiendo en el ambiente espaol y que tienen por finsubvertir el orden religioso y poltico. Valcarce acepta quelas ideas ilustradas han producido un cierto progresocientfico y econmico, pero han trado con ellas principiosque atacan las bases de la vida intelectual espaola: Peroal paso que la nacin adelanta y prospera en esta parte,parece que quieren deshonrarla por otro lado algunossemisabios y espritus pequeos que, preciados de su ciencia,desprecian las mximas ancianas y la slida y sana doctrina(...) dando al pblico pensamientos y mximas contrarias a laverdad, a la piedad y a la religin, hasta desfigurar encuanto pueden el carcter de la nacin (10).

    La mencin a estos autores nos hace ver cul podra ser laopinin ms generalizada en los sectores conservadores deprincipios del XIX, y el substrato ideolgico, queinevitablemente tuvo que conocer Balmes. En algn caso (11)se llega a identificar a los liberales con los filsofos y

    los espritus fuertes; lo que significa: al margen delcompromiso con la patria y en contra del sentimientoreligioso. Mas, tambin, nos lleva a entender por qu semantiene un escolasticismo anquilosado en las escuelas antela incapacidad para la renovacin y la acomodacin a losnuevos lenguajes de la Ilustracin.Los momentos ms significativos para la cultura correspondenal segundo perodo constitucional (18201823). Segn lacrnica del Padre Casanovas en la Biografa de Balmes, en la

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    que a su vez recoge la opinin de Menndez Pelayo, elconstitucionalismo en su segunda aparicin, que generalmentetuvo un marcado carcter antirreligioso, llev a la vidapblica una selectsima juventud catalana con la bandera dela cultura y de la libertad; y fueron aqullos jvenesquienes en Espaa dijeron la primera palabra sobre muchascosas (12). Se sealan como ms significativos: Joaqun Llar y Vidal funda la Sociedad filosfica, enBarcelona en 1815. Ignacio Sanponts y Barba publica el Peridico Universal de ejCiencias, Literatura y Artes.

    Lpez Soler escribe en El Constitucional (18201823). El Europeo (18231824), verdadero inspirador de la Escuelaromntica catalana, y la puerta que Espaa tena abierta pararecibir las impresiones ms vivas procedentes de la culturaeuropea. ej

    En 1824 tiene lugar una reaccin absolutista. Seproduce un retroceso cultural. En 1836 tiene lugar la terceraetapa constitucional, que constituye un nuevo impulso para lavida cultural de Catalua (13).

    Los primeros aos de la vida de Balmes y su etapa deformacin estn sujetos a mltiples cambios debido a lainestabilidad poltica, que perjudica el ritmo de losestudios y es objeto de la intuicin, ms tarde desarrolladapor Balines, acerca de los peligros que pueden cuestionar elentramado social. La misma inestabilidad poltica no permiteun desarrollo cultural al margen de los poderes fcticosestablecidos. La efervescencia cultural de la tercera etapaconstitucional no puede mantenerse durante mucho tiempo, yBalmes en ningn momento 0pta por un trabajo intelectual almargen de la apologtica y la defensa de la posicin delclero.

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    Francisco Cnovas en El partido moderado hace unasemblanza de la situacin sociopolitica de nuestro pas en elsiglo XIX, al tratar las vicisitudes de los distintos gruposvinculados a la defensa de intereses no siemprecontradictorios. Carlistas, moderados y progresistas formabanun caleidoscopio, donde cada uno conoca perfectamente susposiciones y los intereses a los que bajo ningn conceptopoda renunciar. Otra cosa eran las opiniones, y lasestrategias que, en funcin de las situaciones, podan serms o menos cambiantes. Balines nos dar una hermosa leccinde accin poltica en una mxima recogida en Miscelnea: No

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    ees fcil opinar contra los propios intereses: stos arrastranlas opiniones (14).

    En la formacin de los primeros partidos, las fronteras, en cuanto a sus origenes, principios, procedimientos y estructura no estn claramente delimitadas, por ms que el enfrentamiento se alimente en las formas ideolgicas. . Liberales, moderados y progresistas constituan partidos de

    notables, aqullos que en la clasificacin de Max Weberpueden estar dirigidos predominantemente y de modo

    consciente por intereses de estamentos o clases (partidose estamentales y clasistas) (15). Balmes asiste en una posicin privilegiada al desarrollo de estos partidos, e,

    igualmente, a sus mltiples interferencias en la vida socialy poltica. Asunto que le preocupa y es objeto de suconsideracin, pero por el que no hace una apuesta novedosay de futuro. Balmes advierte, nicamente, los aspectosnegativos del funcionamiento de los partidos, lo que presenta

    e un doble cariz: por una parte sita a nuestro autor entre los precedentes de la teora social sobre este tema, en la lnea

    desarrollada posteriormente por Robert Michels (16); porotra, constituye uno de los elementos ms cuestionados de su

    teora: la crtica y el desafecto hacia los partidos polticos. Veamos algn texto de F. Cnovas, alusivo a la

    situacin que da pie a la opinin de Balmes sobre esteasunto:

    a) Los partidos polticos son el medio por el que accedea una posicin social un sector creciente de las nuevasclases medias. Ms que preocuparse de los problemas del pas,

    se centran en sus propios intereses: La Joven Espaa, como indic Miraflores, fue un club que, bajo la direccin de Gonzlez Bravo, integr a jvenes centristas que accedan a

    la vida poltica a principios de los aos cuarenta (Posada,Nocedal, Feaflorida, etc.),resueltos a hacerse notar en lavida del pas. Desde el punto de vista poltico, el grupo

    tena como principio fundamental la defensa de la coalicin liberal y trat de situarse en una posicin inmediata entre moderados y progresistas, con el objetivo de resolver en beneficio propio las situaciones de equilibrio en las

    confrontaciones de los dos grandes partidos. Como veremos,este proyecto de un tercer partido liberal de centro serpropuesto en varias ocasiones durante la poca isabelina. Porde pronto, sin embargo, el ambicioso Gonzlez Bravo,

    e contradiciendo su anterior conducta progresista, adopt unalnea de avanzada oposicin y se ali con los moderados,facilitando el triunfo de la candidatura Olzaga frente a la

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    de sus correligionarios Cortina y Cantero (17).b) La Corona es utilizada como parapeto en la defensa de

    las posiciones conquistadas. Esto no es bice para que lapropia Mara Cristina participe, a su vez, en el mismo juego:El adelantamiento de la mayora de edad fue un hecho deimportancia capital que dio paso a consejeros personales quetrataron de orientar a la joven Reina a favor de losintereses conservadores en perjuicio de la propia institucinmonrquica y de la sociedad espaola (18).

    c) Debilidad de los gobiernos y dependencia de laprensa de la accin de los partidos: Declarada ya la mayorade la Reina e iniciada la legislatura de las nuevas Corteslos dirigentes moderados forzaron la crisis definitiva delGobierno Lpez. EL Heraldo lanz un virulento ataque el 15 denoviembre, afirmando que no haba habido gobierno en Espaadesde el verano, que Lpez representaba la interinidad y queno se deba perder ms tiempo en formar un gobierno nacionaly vigoroso, respaldado por la mayora parlamentaria: Ahoralo que hace falta, lo que urge, lo que la nacin necesita esun gobierno, un ministerio que salido de los bancos de lamayora parlamentaria se proponga gobernar tal como cumplehacerlo en las circunstancias crticas en que an nosencontramos. (...) La crisis del gobierno se materializa afinales de noviembre. Lpez propuso una renovacin de suGabinete dando entrada a Olzaga y Cortina, lo que sterechaz. El Partido Moderado, la Joven Espaa y su propiogrupo progresista apoyaron a Salustiano Olzaga, elpresidente del Congreso, que se convirti as en el hombrefuerte de la crisis (19).

    d) Divisin y discrepancias de hecho entre los partidosisabelinos: El 21 de agosto fue dado a conocer por el ComitCentral el manifiesto electoral de las candidaturasparlamentarias, siendo sus puntos ms significativos launidad de moderados y progresistas, la monarquaconstitucional, la mayora de Isabel II, la constitucin de1837, la reforma administrativa y una poltica exteriorindependiente y favorable a nuestros intereses comerciales.(...) Pero no exista una unidad tan slida entre moderadosy progresistas como la que se desprenda de las declaracionesoficiales. Donoso Corts, secretario particular de la Reinay destacado idelogo del partido, se neg a firmar elmanifiesto por preferir la denominacin de PartidoNacional a la de Partido Parlamentario y rechazar elprincipio de soberana nacional de los progresistas (20).

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    Nos encontramos ante unas luchas polticas que vienen dadaspor los fuertes cambios sufridos por la sociedad del sigloXIX: un pas eminentemente agrcola con un incipientedesarrollo industrial, una sociedad estamental en la queintenta abrirse paso una nueva sociedad estructurada enclases, un enfrentamiento concomitante entre los interesesdel clero y las nuevas clases medias, una revolucin iniciadaen distintas ocasiones pero sin acabarse de consolidar, unidotodo ello a unos partidos sin excesiva coherencia interna niafianzamiento en el tejido social.

    Situacin que Manuel Fraga Iribarne resume en elsiguiente texto: Balines se enfrenta con un cuadrocaracterstico del siglo XIX espaol: una increble confusinpoltica, mayor que en cualquier otro pas occidental, frentea una pervivencia mayor de las estructuras socialestradicionales; o sea, mayor efervescencia revolucionaria ymenor profundidad del fenmeno revolucionario. Investiga lascausas de esta aparente paradoja. Y aqu est lo mscaracterstico: la revolucin se ha hecho en Espaa sin basesocial. Otras causas: la minora de la Reina y la guerra desucesin; y menos importante la falta de desnivel en lasclases sociales y la ausencia de una lite, al menoseconmica, que tomara las riendas del pas (21).

    Los aos centrales del siglo, la dcada moderada en laque ejerce el poder el general Narvez, son quizs los aosms tranquilos y prosperos. Balmes conoce sus inicios, pero,al morir en 1848, no tiene ocasin de analizar sus resultadoscomo tampoco pudo valorar los acontecimientos que siguierona la cada de Frangois Guizot (1848) en Francia.

    Balmes vive y conoce la primera mitad del siglo. CuandoaCm es posible creer en el poder de la razn positiva paradirimir los conflictos. Son aos crticos y, a pesar de ello,optimistas en los que no se ve necesaria la dictadura y enlos que Balmes comparte la preocupacin del pensamientofrancs del momento tendente a atajar la revolucin; por loque se le puede situar en el mbito del pensamiento europeoconservador, anterior a 1848. En relacin a la historiaespaola, quizs est en lo cierto 4. Menndez Pelayo (22)cuando sugiere que Balines se adelanta a su tiempo, al tiempode despus de la revolucin.

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    Notas. Primera parte. Captulo l~.

    (1) MARTIN SANTOS, L. (1988): Diez lecciones de sociologa.Leccin 1. Madrid, F.C.E., (pg. 11).

    e (2) Vide HEGEL, G.W.F. (1956): Ciencia de la Lgica.

    Traduccin del alemn de A. y R. Mondolfo. Buenos Aires,Librera Hachette. Lib. II, cap. 2% Nota 5 a la diversidad,

    (pgs. 52,53).e

    (3) Vide CASANOVAS, 1. (1948): Prlogo y Biografa, enBalines. Obras Completas, 1. Madrid, B.A.C.

    (4) Vide SALMES, J. (1950): De Catalua. Obras Completas V.Madrid, B.A.C., (pgs. 930 y sigs.).

    (5) BONET, A. (1948): Cmo vea Balmes el proceso industrialy la reaccin de las clases obreras en Catalua?, en RevistaInternacional de Sociologa, 2223, Barcelona, pgs. 233283. (pg. 240).

    (6) Vide SALMES, J. (1967): El protestantismo comparado conel catolicismo. Obras Completas IV. Madrid, B.A.C., (pg.560)

    (7) HERRERO, J. (1988): Los orgenes del pensamientoreaccionario espaol. Madrid, Alianza, (pg. 23).

    (8) ZEBALLOS, F. de, (1776): La falsa filosofa, Madrid,Imprenta de A. Fernndez (Citado en Herrero, 1988, pg. 92).

    (9) HERRERO, J. Los orgenes del pensamiento reaccionarioespaol, op. cit., (pg. 92).

    (10) FERNNDEZ DE VALCARCE: (1797) Los desengaosfilosficos. Prlogo. (Citado en Herrero, 1988, pg. 113).

    (11) Vide HERRERO, J. Los orgenes del pensamientoreaccionario espaol, op. cit., (pg. 303).(12) CASANOVAS, 1. Prlogo y Hiografa, en Balines. ObrasCompletas 1, op. cit., (pg. 270).(13) Vide CASANOVAS, 1. Prlogo y Biografa, en Balines.Obras completas 1, op. cit., (pg. 270).

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    (14) BALMES, J. Pensamientos, en Miscelnea. ObrasCompletas VIII, op. cit., (pg. 222).

    (15) WEBER, M. (1964): Economa y sociedad. Traduccin de J. e>Medina Echevarra y otros. Mxico, F.C.E. Buenos Aires, (pg. 0222). ej

    ej(16) Vide MICHELS, R. (1969): Los partidos polticos 12.traduccin de Enrique Molina de Vedia. Buenos Aires, OAmorrortu, (pg. 95). ej

    (17) CNOVAS SNCHEZ, F. (1982): El partido moderado, Madrid.Centro de Estudios Constitucionales, (pgs. 16,17).

    ej(18) CNOVAS SNCHEZ, E. El partido moderado, op. cit., (pg. ej18)

    e>(19) CNOVAS SNCHEZ, E. El partido moderado, op. cit., e>(pg. 19). e>

    ej(20) CNOVAS SNCHEZ, E. El partido moderado, op. cit., e>(pg. 12).

    ej(21) FRAGA IRIBARNE, M. El pensamiento conservador espaol, 0op. cit., (pgs. 104,105). e>

    (22) Vide MENNDEZ PELAYO, M. (1962): Estudios y Discursos decrtica histrica y literaria, en Obras Completas, y.Edicin de E. Snchez Reyes. Santander, Aldus, S.A. de ArtesGrficas, (pgs. 215 y sigs.).

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    Captulo 2~: Biografa.

    La biografa de un ser humano nunca es un dato anecdtico. Elindividuo Jaime Balmes nace en un momento histricodeterminado, en una ciudad, dentro de una familia con unasexpectativas, unos intereses y unas ideas muy concretas.

    Desde las pginas de la Biografa de Casanovas y en el Epistolario (1), aparece un joven sensible, reflexivo, seguro de si mismo, comedido, inmerso en el gran problema de situarse en la vida con poco ms que el resultado de su

    propio trabajo. Un joven, que adems y sin hacer caso deello, en palabras de Lluis Dauf la major part de la seva

    vida estigu greuement malalt (2).e Balmes nace en Va, el 28 de agosto de 1810, en el seno dee una familia catlica en la que parece mantener una relacin

    sin fisuras con sus padres, y en ningn momento se cuestionael valor de las creencias religiosas con las que convive de

    forma natural. mie Durkheim define la religin como unsistema solidario de creencias y de prcticasrelativas a las

    cosas sagradas, es decir, separadas, interdictas, creencias y prcticas que unen en una misma comunidad moral, llamada

    Iglesia, a todos aqullos que se adhieren a ellas (2).Balmes responde, durante toda su vida, al reto de la familia,ocupndose directamente de atender al cuidado de la empresafamiliar, y a las exigencias de las instituciones, ycreencias religiosas, que l ha recibido y de las que forma

    parte.e

    La familia de nuestro autor pertenece a los primerosindustriales catalanes, en el ramo de la peletera, conintereses en la confeccin y venta de sombreros. Sonindustriales modestos, pero no dejan de tener una pequeaempresa y de estar sujetos a las preocupaciones derivadas deltrabajo, junto a las repercusiones de la accin gubernativaen los procesos de produccin.

    Podra pensarse que Balmes, como suele ser habitual enotros clrigos, se desentiende del negocio familiar una vezinmerso en los libros y en la vocacin elegida. Sin embargo,

    e diferentes misivas del Epistolario nos aportan otro perfil.e Veamos:

    Un carcter reflexivo y al mismo tiempo resuelto, quevalora las situaciones y se arriesga tanto a cambiar de

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    ocupacin, como a emprender las acciones necesarias para lamejor marcha del negocio. Lo que podemos observar en unacarta remitida a O. Jos Cerd, industrial cataln y sociofinanciero de la familia Balines, en Barcelona a 28 de agostode 1841:

    Amigo: El negocio grave queda aplazado por algntiempo. Das ha que estoy examinando el asunto de la ctedrade matemticas, y, por fin, todo bien considerado, yprescindiendo enteramente del negocio grave, slo atendida miactual situacin, me he resuelto a renunciar, y en estemismo correo remito la renuncia al secretario de la junta yasunto concluido. Miguel ha encontrado por medio de Roca yCornet una buena relacin con un comerciante muy rico llamadoMil. Son cuatro hermanos que tienen establecimiento en LaHabana y en sta. Ayer fue Miguel a verse con uno de ellosque hace poco ha regresado de Inglaterra, quien le dijo queel despacho de los sombreros en La Habana era mucho, que comoellos tenan una tienda en grande, no vendan sombreros,porque su venta se haca en las sombrereras; pero que siquera remitir all alguna partida, ellos mismos cuidaran dela venta en La Habana. No se podra hacer algo? Miguel es deparecer que cuando menos se habran de remitir 300 sombreros.Si usted se resolviese a pasar alguna cosa adelante, quizsse abrira camino. Las ocasiones son calvas. Desengeseusted, Cerd: es menester que usted fije su situacin; por elcamino de incertidumbre que sigue no camina usted bien. Nove usted como lo hago yo con la ctedra? La indecisin paranada vale (4).

    - Una mentalidad prctica, comercial y capitalista, quevalora costes y beneficios: Barcelona, 14 de enero de 1842,a O. Jos Cerd: ... Miguel dice que vea si puede vender losretays, y cuando no, que los remita, que ya se vendern ensta. El precio a la discrecin de usted, sin necesidad deconsultas ni escrpulos. El amigo de usted ha cerrado hoy untrato muy ventajoso. A la vista los pormenores, si ha deremitir usted alguna carretada, que venga todo lo de lafbrica y las frioleras que tenga Miguel en sa; vendiendousted con entera libertad lo que haya que vender por ah. Nopida usted si ser tanto o cunto, sino dganos lo he vendidoa tanto> y si no acomoda, dejarlo (5). Un inters por conocer nuevos sistemas y abrirse a todo lopositivo que puede aprender, siempre que no se cuestionen lasideas religiosas: Pars, 16 de agosto de 1842, a su hermanoMiguel y en la misma carta en que le habla de la impresin

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    edel primer tomo de El Protestantismo en francs: Para que nopienses que me olvido de tus cosas, el otro da tuve el gusto

    de trabar relaciones con el primer almacenista de pelos de Pars; hasta vino a visitarme; yo fui tambin a su casa, y l mismo me acompa a ensearme en la fbrica las mquinas de cortar el pelo. l las hace mover con vapor, pero pueden ir con caballos o a brazo; slo que entonces no dan tanto

    trabajo. Me form de todo idea muy clara, que seria largo deexplicar, pero que a nuestra vista te lo dar a entender en

    dos palabras Balmes adjunta una nota en cataln con la descripcin de las mquinas y de su funcionamiento. Me hice dar tambin una factura de toda clase de pelos y de sus precios, que te incluyo. Lo que es ahora puedes pedirme la

    clase de pelo que quieras, que te puedo servir. Tambin s deotras casas que venden que algn da visitar. Este seor me

    vende una de sus mquinas, y me la dara por 200 o 240 duros; ya ves que es ms cara de lo que t pensabas: he hablado de

    este particular con un comisionista muy experto, y tambin meha dicho que el valor de la mquina eran unos 200 duros.Calculo que trabajando en la mquina dos hombres, tecortaran unos 600 conejos cada da. En fin, tiempo hay depensarlo y nunca ser malo tener estas noticias (6).

    e El inters por las cuestiones relacionadas con el mundo industrial ser un aspecto fundamental en la vida de nuestro autor, dndose la circunstancia de que este tipo de cartas

    son contemporneas a las Observaciones sociales, polticas yeconmicas sobre los bienes del clero, (1840), obra con laque Balmes se da a conocer y que causa cierto revuelo por la

    novedad del punto de partida utilizado, a la revista La Civilizacin (1 de agosto 184116 de febrero 1843) y a El

    protestantismo (1842). Casanovas recoge en Garca de losSantos la impresin causada por Balmes con la publicacin delopsculo: Todos los diputados que haban hablado en defensa

    del clero, haban fundado sus discursos en los cnones. Cuando vieron defendida la tesis en el plano de las ciencias sociales, polticas y econmicas, sin citar ni una ley, quedaron profundamente admirados (7).

    Con La civilizacin (8) Balmes se proponia aproximarsea la naturaleza de los problemas sociales la prensa, la

    instruccin primaria, el socialismo, la poblacin sindistanciarse de sus fines apologticos. Parece evidente queel novedoso enfoque de Balmes est en gran parte en

    e consonancia con las ocupaciones de su familia y con suactitud realista para afrontar los problemas teniendo encuenta todos sus aspectos.

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    Casanovas y el mismo Varela insisten en la nacionalidad deJaime Balmes y en sus races catalanas. Para el primero: Loque en primer lugar se nos presenta, al hablar de un hombre,es el pueblo a que pertenece. Las dotes, las caractersticasdel pueblo cataln parecen ser un notable sentido prctico dela vida, una gran fuerza de carcter y una firme constitucinmoral (9).

    Varela aade otras cualidades que se podran deducir delas anteriores, y que se proyectaban sobre su pensamiento:Tolerancia, concepcin civilista del poder pblico, unmarcado pragmatismo, (...) sensatez y espritu transaccional,inters por las cuestiones econmicas y desde luego por lassociales, un cierto europesmo cultural y, en fin, unaactitud un tanto desdeosa hacia Madrid, al considerarla,como tantos catalanes, la representacin de la burocracia yde la vida cortesana y parasitaria (10).

    Estaramos ante un representante de una cultura, el senycataln, que va ms all del uso especfico del idioma, y quese refiere a la constelacin de valores, actitudes ysentimientos con los que Balines interpreta, y trata, cada unode los mbitos circunscritos en los hechos sociales queanaliza. Se puede decir que Balines mantiene una forma devida plenamente catalana, sin que por ello su obra y suexistencia como individuo deje de transcender al campo dela nacin espaola y de la misma Europa.

    En el momento en que nace Balmes (1810), Vic era la capitalde lo que se llamaba Montaa catalana. Contaba con 10.000habitantes, 1.000 estudiantes, numerosos conventos y el mayorseminario de Espaa. Resulta muy significativa la bibliotecaepiscopal de Vic (20.000 volmenes de todas las materias),fundada por el padre Galliss, quien haba renunciado a serbibliotecario de Napolen III y - expulsado por Carlos IIIhaba reorganizado la biblioteca de Ferrara. En Vic habatratado de recoger en la biblioteca episcopal toda lacultura catalana de aquel siglo, sobre todo la de laUniversidad de Cervera (11). Ser en ella donde Balmes tratede compensar las carencias de la enseanza que recibe en lasclases, y donde practicar la atencin reflexiva; ese mtodoque consiste en hilar cabos, en advertir cul es la verdaderanaturaleza de un fenmeno una vez que la mente se aproxima alas relaciones interactuantes entre sus elementos. Muy prontocomienza la lectura de los autores clsicos. En palabras de1. Casanovas: Viendo que la filosofa no le daba la llave dela sabidura que buscaba afanosamente, crey que tal vez nosabia estudiar, y por esto pregunt a todos los sabios del

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    mundo cul era el camino para llegar a la verdad. En elseminario se vea la lgica de Baldinotti, De recta humanaements institutione, o la de Flix Amat. Pronto nos dir elmismo Balmes que acudi directamente a los grandes autores desistemas lgicos Aristteles, Ramn Llul, Descartes,Malebranche, Locke, Condillac - y que tambin ley muchosotros filsofos de segunda categora (12).

    Las circunstancias polticas incidan negativamente en la formacin del profesorado, y en la misma duracin de los cursos lectivos, que se podan ver aminorados o suprimidos:

    En los aos 1809 a 1812 los franceses invadieron hasta seisveces la ciudad, y cada incursin significaba para elseminario una desbandada general. (...) Vinieron despus las

    luchas tristisimas entre constitucionales y realistas. Desde 1820 hasta 1828 no hubo jams un momento de paz segura, y los espritus, agitados por las pasiones polticas y religiosas, estaban ms perturbados an que el orden exterior. La guerra

    de los Siete Aos ocasion la tercera desolacin delseminario (13). Por otra parte, los alumnos se quedaban sin

    saber lo que decan los libros de texto, dada su escasez y elhecho de que se censurasen, frecuentemente, los contenidos.

    Todo ello redundaba en la falta de credibilidad que va fragundose en el nimo de Salmes acerca de la validez de las

    certezas tericas. Por lo que Casanovas considera que no esextrao que saliese desengaado de los cursos de filosofa

    (14).e

    Termina los cursos del seminario, pero no consigue una becapara seguir estudiando. Se muestra entonces otro de losrasgos que le acompaarn durante toda su vida, y del queBalmes no acaba de ser consciente: su independencia unida ala soledad.

    No busca, ni tiene, un grupo de amigos. Suele actuar yresolver sus problemas en solitario, por ms que encuentre laayuda ms o menos interesada de sus socios industriales o dealgn eclesistico a quien los escritos apologticos deSalmes podran convenir.

    El hecho de no conseguir una beca quizs se debiera a su nobeligerancia en las filas carlistas, o en las isabelinas;incluso, a tempranas envidias y recelos. Pero, ya es un signode lo que le ir sucediendo despus: con la juventudliteraria catalana de los aos treinta, el no conseguir unactedra en la Universidad de Barcelona, el no contar con lossuficientes apoyos polticos, el pensar que una revista o un

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    semanario dependan exclusivamente de l. Acerca del carcterde sus relaciones con la juventud literaria de Barcelona,nos dice Casanovas: La causa principal de esta frialdad seha de buscar en el diverso modo de vida que observaban Balmesy los literatos barceloneses. No es amigo de ateneos ni detertulias. Lo prueba el silencio perpetuo que guardan entres de las cosas de Balmes. Roca y Cornet en sucorrespondencia se habla de Piferrer, Quadrado, Mil, Rubiy Ors, Toms Aguil, Masans, el nombre de Balmes nuncaaparece (15). En cualquier caso todo ello no es ajeno a queBalmes no dejara escuela, y a que fuera un autor casiolvidado en los aos inmediatos a su muerte. Adems est eltema de la cuestin dinstica: Se aadi a todo esto lacuestin poltica. A Balmes jams le vean sus compaerosexaltado con las convulsiones de aquellos das, sino que lenotaban aquella su reserva caracterstica, que le acompatoda su vida; y la consecuencia que sacaban era fatal: Balmesera un hipcrita, un negro; era de los otros. El sistema queen el seminario se adopt contra Balmes era el de lapretericin. La preocupacin que manifiesta Casanovas pordicha diferencia, es analizada por Fradera quien atribuye ala reserva de Balmes, el primer distanciamiento de suscompaeros hacia l: En un ambient de tanta tensi i &unsentimentalisme tan desfermat com el dels joves escriptorsromntics barcelonins caleshores, la contumaq determinacide Balmes, de seguir la carrera que s havia traqat, podia benfcilment ser vista, i aixi fou, com una demostracictegoisme desenfrenat (16). e>

    Con todo, es enviado a la Universidad de Cervera a doctorarseen teologa. Lee a Toms de Aquino, durante cuatro aos noley otro libro que la SUMMA con la sola excepcin de Elgenio del cristianismo (17), al tiempo que manifiestainters por aprender lenguas modernas. Frente al mtodousado en la Universidad, ante todo memorstico, practica lareflexion.

    En 1835 es doctor por Cervera. No consigue ningn puestoen la Universidad, ctedra, o canonja alguna. 1826-1841:aos de preparacin y retiro en Vic. No accede a ningnpuesto en el seminario. Da clases particulares de matemticasy empieza a pensar en la apologtica.

    En 1837 se restaura el Estudio General y la Universidaden Barcelona. Son los aos de juventud que Balmes pasa enVic, dado que no cuenta con medios econmicos paratrasladarse a Barcelona. En ese momento existe en la ciudad

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    un sentimiento confuso de que la Ilustracin era hija de la incredulidad o, al menos, del escepticismo religioso, que la fe antigua era madre de la ignorancia (18). Y son profesores en la Universidad, Mart d~Eixal derecho civil espaol, Pemanyer y Figuerola. Tanto profesores como discpulos

    procedan de la Universidad de Cervera. Balmes les conoce yest en contacto con ellos, tal como se puede observar en el

    Epistolario. Menciona Casanovas que la juventud, sin tenerctedra en la Universidad, estableci lo que podramos llamar

    ctedra en la sociedad, apoderndose de la direccin de losespritus mediante el cultivo de las letras, artes yciencias (19). Y es en ella donde surgen los apologistascatalanes, contemporneos de Balmes: Roca y Cornet, Quadrado,

    Toms Aguil, Rubi y Ors, Mil y Fontanals, Ferrer y Subirana (20). La Escuela catalana era tradicionalista. Balmes, espritu prctico y ya fogueado por las fallas de la

    dificultad, introducir, ms adelante, la necesidad de partirno de la tradicin como un elemento cerrado sobre s mismo,sino como de algo que para mantenerse debe situar suposibilidad en las nuevas perspectivas sociales.

    La Sociedad de Amigos del Pas, fundada en Barcelona en 1834, el 8 de diciembre de 1835 present al Ayuntamiento un

    memorial ponderando la conveniencia de crear ctedras dematemticas y dibujo. Pretenden la ctedra de Vic Balmes, un

    oficial de artillera y otra persona. Pregunta del presidente de la Junta: Usted ha estudiado las matemticas? Quiso decir si las haba cursado en alguna universidad. No, las he aprendido; le contest (21). Una prueba ms del carcter

    autodidacta y autosuficiente de Balmes, quien ocupa lactedra el 6 de noviembre de 1837. A la memoria que acompasu solicitud corresponde el Plan de enseanza para la ctedra

    de matemticas de Vich, donde defiende la necesidad de propagar el conocimiento de las matemticas para el fomento de las ciencias y las artes. Defensa que lo diferenciar de Chateaubriand (22).

    Balmes trata de ser un buen profesor y se preocupa de actualizar el mtodo de enseanza utilizando los recursos con que pueda contar. Notemos el contenido de la carta remitida a D. Jos Cerd en Vic, el 25 de agosto de 1839: ... Cuando

    usted se march se me olvid decirle que se informara de losprecios, calidades, usos y de cuanto fuera concerniente a losinstrumentos de matemticas; al empezar el curso, que serluego, quiero hacer ejercitar a los alumnos sobre el

    terreno; quisiera saber el coste de las planchetas, segn sueeeeee

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    mayor o menor sencillez, dicindome si sera posible hacerconstruir en sta una sencilla al carpintero Pujol,remitiendo usted el dibujo de las alidadas y dems, puessegn entiendo se usan con mucha variedad. No sera malotampoco que usted se informara de la extensin que se da ensa a las operaciones prcticas, de si se hacen operacionesmuy en grande, de si se han ideado algunos mtodos masperfeccionados etc. (23).

    Es en estos aos cuando Balmes desarrolla lapreocupacin pedaggica, que le llevar a tratar este tema endistintos momentos de su obra: artculos de La Civilizaciny en el capitulo decimosptimo de El Criterio.

    En mayo de 1841, empieza a dar forma a una idea en la que hapensado a menudo, el propsito de dejar Vic y establecerse enBarcelona. Se prepara para ser escritor y apologeta. Segnrefiere Casanovas, se dedica metdicamente a la Historia dela Iglesia, la Historia de Berault, los Anales del cardenalBaronio, la Historia de Eusebio, Surez contra el cisma deInglaterra, De Maistre sobre el Papa, la Historia de laCompaa de Jess, Lamennais y De Bonald, adems deChateaubriand y el derecho cannico. Igualmente, se interesapor el Padre Mariana, la Crnica de los Reyes Catlicos dePulgar, la Historia de Carlos y de Sandoval y el Felipe II deCabrera (24). Consulta la biblioteca episcopal y recibe lainfluencia de otros autores, pero nicamente en aquello quele interesa. En palabras de Narciso Roure: No le contagiaronnunca ni las arrebatadas profecas del primero Jos deMaistre, ni la esquiva rigidez del segundo De Bonaldreceloso del vuelo de la razn (25).

    ejJaime Balmes vive los aos centrales de su vida. Aqullos enque viaja, escribe libros e inicia el discurrir de distintaspublicaciones peridicas; comprometindose durante mayor omenor tiempo con ellas en funcin del grado en que le sirvenpara la persecucin de sus intereses, sean stos econmicoeclesisticos, apologistas o polticos.

    La caracterstica fundamental de todos estos aos (18411848)es el intento de Balmes de proyectar su propia personalidaden todo aquello que llama su atencin. Trata de enfrentar lassituaciones con las que se encuentra, respondiendo sobre loposible y lo sospechado, en el terreno de la fe, de laIglesia, de la sociedad, de la defensa del catolicismo comogarante de la civilizacin, de la prensa, los partidospolticos, el matrimonio de Isabel II o las excrecencias

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    plmbeas de la nueva filosofa. Y adems pone sobre la mesa,sus continuas observaciones sobre puntos novedosos en su

    momento como la cuestin social. El desenlace de su vida est Unido a las crticas que suscit la publicacin del Po IX, escrito en el que Balmes defiende al Papa que en 1847 haba otorgado una Constitucin en los Estados Pontificios.

    El trabajo de Balines se inicia con obras de carcter apologtico y social. Diramos que lo segundo se inscribe en la dinmica de lo primero hasta cobrar sentido en si mismo; si bien nunca podr desprenderse de una clara dependencia de las exigencias eclesisticas, en cuanto que para Balines nunca

    ser negociable, en nuestro pas, la renuncia a los bienesusurpados. El anlisis de los temas sociales y la defensa de

    los intereses de la Iglesia le llevarn al estudio de las cuestiones polticas. Los temas filosficos se mantienen en toda su trayectoria, si bien cobran mayor sentido al final de su vida cuando el decurso de la situacin poltica no se produce conforme a Lo inicialmente previsto e Isabel LI no

    contrae matrimonio con el Conde de Montemolin.

    Una constante en el empeo de Balmes es que no acta por deseo personal. Lo har exclusivamente en el caso de unas poesas que trat de publicar en los primeros aos de juventud, y que no tuvieron ni calidad ni posibilidad de

    publicarse. Los restantes escritos, prcticamente toda suobra, responden a una necesidad sentida por el autor, bien deexpresar sus opiniones, bien de convencer a los dems acerca

    de cmo deben pensar o comportarse, bien de influir en la accin poltica de su momento, bien de atajar los males provocados por la ltima filosofa; siempre en la idea de que

    el mejor modo de rebatirla era conocerla y encontrar en ellaaquellos puntos que la desdecan, v.gr., con la defensa del

    sentido comn, a la par que apostaba por las nuevas perspectivas de la ciencia social.

    Esta misma idea est presente en el anlisis del fenmenorevolucionario o de los peligros que presenta el desarrollode la industria y el comercio en Catalua. De ah que no leinteresen tanto los hombres cuanto las situaciones y dentrode stas los elementos interactuantes y sus relaciones.

    Balines comparte con los escritores contemporneos europeos elclima espiritual que se mantiene en Francia despus de laRevolucin Francesa. El xito obtenido por El Protestantismo,le permite viajar a este pas en 1842 y estar en contacto

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    con el pensamiento francs del momento. Como recuerdaCasanovas, para analizar la obra de Balmes es necesario salira Europa y, mejor, a Francia: Es, pues, necesario echar unamirada al estado religioso en que se hallaba la sociedad enla primera mitad del siglo XIX, no solamente en Espaa, yparticularmente en Catalua, en donde escribi su obraapologtica, sino en Europa, y sobre todo en Francia. Franciafue entonces el centro del mundo, tanto para el bien comopara el mal. La Revolucin Francesa tuvo sntomas decataclismo final. (...) Por reaccin natural a la revoluciny a lo representado por Napolen naci el sentido de lasolidaridad humana y de la sociedad civil (26).

    En 1840 salen a la luz las Observaciones sociales, polticasy econmicas sobre los bienes del clero, obra con la queBalines se da a conocer. El 7 de abril de 1838, habaaparecido de forma annima en el diario La Paz, dondepublicaba el mismo Balmes, un artculo titulado Ligerosapuntes sobre el importante y, en el da, indispensableestudio de la historia moderna, en el que se ensalzaba laobra de Lutero y de la Reforma y se recomendaba la Historiade la civilizacin de F. Guizot. Artculo cuya aparicinJosep M~ Pradera relaciona con la influncia que]iambaixador angls a Espanya tenia en aquels anys crticssobre els governs progressistes y que acentuava el perilcuna penetraci protestant a Espanya (27), y segn afirmadeducir este autor del testimonio de BlancheRaffin,secretario en Pars y uno de los primeros bigrafos delvigat.

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    Todo ello constituye un acicate para Balmes, quien se veen la necesidad de responder a Guizot e inicia la preparacinde El Protestantismo, obra en la que trata de rebatir alministro francs mediante la apologa racionalizada del papeldesempeado por el cristianismo y por la Iglesia catlicacomo institucin: civilizacin de los pueblos brbaros, luchacontra la esclavitud y defensa de los valores del individuo.

    Una de las tesis ms sugerentes de El Protestantismo esla explicacin de la causa de su fcil expansin. Balmesconsidera que la religin protestante no se extiende porfalta de fe catlica u otros motivos, sino que son factoressociales, el ms importante el desarrollo de la imprenta, losque facilitan el libre examen y hacen posible el xito de lasnuevas corrientes. Si bien esta tesis se encuentra formuladaen el DAllemagne de Mme de Stal, le droit cVexaminer cequon doit croire est le fondement du protestantisme (28),

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    Balmes tiene el mrito de haber optado por un motivo ms enconsonancia con el perfil filosfico del siglo XVII y quesubyace a las causas econmicas y religiosas generalmente

    e aducidas. En cualquier caso, se trata de una obra que conoce rpidas traducciones y el xito editorial en nuestro pas, a

    la par que sita a Balmes en el mbito del pensamientoeuropeo conservador y le permite viajar por Europa,

    intercambiar opiniones con personajes significativos como elfuturo Len XIII, y conocer de primera mano los efectos de la

    creciente industrializacin en Londres y Paris. Como sealaA. de Blanche-Raffin el xito de El protestantismo no fueslo econmico para Balmes, sino que adems lo acerc alpblico europeo: Les trangers, celle fois, se fonttraducteurs. Le noin de Balms, peine connu en Espagne,devient europen, universel (29).

    eEn la misma lnea, y con el deseo de afirmar su posicin

    como escritor y publicista, inicia la edicin de la revistaLa CivilizaCin (1 de agosto 184116 de febrero 1843), quese extiende rpidamente. Las principales revistas

    apologticas de Francia e Italia establecen intercambios conella, y hasta en los Estados Unidos tuvo su corresponsal en

    un joven cataln que fund en Nueva York un peridico con el ttulo de Noticioso de Ambos Mundos.

    En 1842, aparece la primera edicin de los tomos 11V deEl Protestantismo. En abril, Balmes viaja a Pars parapreparar la primera edicin francesa. Tiene ocasin de

    conocer la actuacin de otros publicistas catlicos en el seno de la Iglesia francesa: Montalembert, H. Lacordaire, P. Ravignan, F. Dupanloup, quienes en este momento (18411850)

    defienden la libertad de la Iglesia y su derecho a participaren la enseanza.

    Mantiene contactos con Martnez de la Rosa y otros exiliados espaoles y tiene la posibilidad de encontrarse con F. Guizot. Si bien, como l mismo aclara en el Epistolario (30), la entrevista no llega a producirse, segn Balmes confiesa, por su recelo ante los comentarios que dicho

    encuentro podra suscitar en sus enemigos polticos de Madrid. Se producen contactos con los jesuitas, quienes le encargan la biografa del Padre Mariana y se produce el viaje a Nivelles. Por ltimo, hace una visita a Londres, donde tiene ocasin de acercarse a una escuela socialista. Nos cuenta Casanovas que el hijo del impresor cataln

    Vicente Torres, que le acompaaba desde Paris, iba a estaescuela, y esto abri las puertas a Balines para examinarlo

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    No nos resistimos a transcribir una carta donde Balmescomenta a sus conocidos las impresiones que le causa lavisita a Londres y Pars. La lectura nos hace pensar, bienen una persona en exceso comedida, incapaz de pronunciarse nide comprometerse al emitir una opinin, y con ciertaprevencin a la influencia de sus manifestaciones; bien enuna persona controlada, capaz de una fuerte autodisciplina,de un gran respeto por los limites, y sin dejarse impresionarpor fciles comparaciones respecto a su propio pas; bien enun eclctico convencido. Aspectos, que confluyen en lapersonalidad de Balmes:

    Pars, 19 de septiembre de 1842A los Sres. Juan Roca, Jos Riera y Jos Camporat: ...

    Me pedirn ustedes qu me parece de Pars y Londres: bien ymal, mal y bien; y grande y pequeo, y pequeo y grande; yhermoso y feo, y feo y hermoso: los hombres y las cosas consus ms y menos, sus caras infinitas, sus aspectosinnumerables. Pero, me aadirn: No se ha quedado usted conun palmo de boca? Ya saben ustedes que soy cristiano viejo,un si es no es testarudo, un si es no es satrico, un si esno es enemigo de dejarse alucinar, y, sobre todo, muy amigode aquel famoso dicho de San Cipriano, que lo entenda,cuando, ponderando la dignidad del alma humana, dice:Despase de la cumbre de su grandeza quien puede admiraralgo que no sea Dios. Quiero decir que no deben ustedesesperar encontrarme entusiasmado y fantico por la cortezade las cosas, hinchado por haber visto Pars y Londres, yvarias cosas que hay en Londres y Pars, ni fastidiado denuestra Espaa, ni echando fieros contra nuestra rudez ybarbarie (32).

    ejBalmes tendr ocasin de conocer personalmente al cardenalPecci, futuro Len XIII, en el viaje realizado a Nivelles enel que los jesuitas le ponen en contacto con el obispadobelga. Desde ese momento es permanente el contacto entreellos. Las altas jerarquas de la Iglesia conocen ELProtestantismo y el contenido de los artculos de LaCivilizacin y La Sociedad. En una carta fechada en Madrid,a 22 de abril de 1844, Balmes se dirige a su editor, D.Antonio Brusi, para rogarle el envo del tomo II de LaSociedad al Papa. Notemos como el inters religioso y elrespeto hacia la figura papal no contradicen la moderacin deuna sana economa. No sabemos si un castellano, ante unasituacin semejante, hubiera tomado las mismas pautas: Acabode recibir su grata de usted, y no tengo inconveniente en quese publiquen de una vez los cuadernos que faltan para

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    completar el tomo II de La Sociedad. (...) Tal vez mi hermanose vea con usted para recibir noticias sobre una buenaencuadernacin para enviar al Papa, que, como sabe usted,estoy comprometido en hacerlo por el seor arzobispo deTarragona, que le present el primer tomo. La encuadernacinha de ser grave y sencilla, pero digna de la persona a quiense dirige. Tampoco quiero gastar mucho; pues bien se harcargo S.S. que al clero espaol no le sobra el dinero (33).

    A finales de 1842, Balmes sopesa la idea de dejar LaCivilizacin y editar l solo una nueva revista en la quepudiera tener mayor libertad de movimiento. Con el nombre deLa Sociedad, el primer nmero aparece el 1 de junio de 1843.Respecto a La Civilizacin, el contenido de la nuevapublicacin se centra en temas especficamente sociales. Enella se publican los artculos La poblacin, El socialismo,La instruccin primaria y El valor y los precios. En estesuceso podemos observar firmeza e independencia en elcarcter de Balmes cuando se trata de un tema que leinteresa. No duda en interrumpir la pauta establecida con sussocios de La Civilizacin para emprender otra publicacin. Loque por otra parte, se repetir, al menos, en otra ocasin.

    Este hecho ser uno de los elementos que alimenten loscomentarios ambiguos que tergiversarn, a su muerte, suimagen: A primeros de febrero de 1843, Balmes declarabiertamente a Roca, Ferrer y Brusi, su determinacin depublicar l solo una revista, dejndoles en libertad decontinuar, si quisiesen, La Civilizacin, con el mismo ttuloy aun con los mismos suscriptores. Sale la nueva revista LaSociedad con anterioridad al regreso de Ferrer que habasalido de viaje. ste se lo toma muy mal, quien acusa aBalmes de haber faltado a sus deberes de justicia y amistad,pero la querella no se hace pblica hasta cinco aos mstarde, en 1848 ao en que muere Balines (34).

    e A su vez, Casanovas recoge de A. Soler y de B. de

    Crdoba: Aprovechando la campaa de insultos que le precedicon ocasin del Po IX, resucit la acusacin de injusticiao de crueldad para con Ferrer y Subirana. El estar enterrado

    Balmes en el mismo cementerio, junto a su antiguo compaero, se ponder como un secreto juicio de Dios, para no decir como un castigo. No se expusieron las cosas francamente y con precisin, sino con frases envueltas en reservas y

    reticencias (35). Este episodio es recogido por la mayorade sus bigrafos. A juicio de Fradera, no se puede

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    subestimar su repercusin negativa en la divulgacin deltrabajo de Balines en aos posteriores, dentro de los crculoscatlicos de Barcelona, v.gr., la Librera Religiosa era1 empresa de publicctica catlica que dirigien Joaquim Rubii Ors i Joaquim Roca i Cornet (36).

    Es un hecho sabido que las guerras del siglo XIX dieron lugara una casta militar fuerte y poderosa, dada a continuospronunciamientos y al control de un Estado dbil y sin basesocial. Espartero, ya presidente del consejo de Ministros en1840, retira a la Reina Mara Cristina y se hace nombrarregente. Los dos aos de regencia se acompaan de todo tipode arbitrariedades en favor de los miembros de su camarilla.Espartero bajo la influencia de su mentor, el embajadoringls Lord Clarendon, no slo congela las reformas queaguardaban los grupos progresistas y liberales, sino que,adems, empieza a tomar medidas que benefician a losintereses ingleses en detrimento de la industria textilcatalana, al firmarse un tratado comercial con Inglaterra queabra las puertas a las manufacturas britnicas. Todo ello,unido, causa el descontento general, origen de las revueltascatalanas que son sofocadas con el intil bombardeo de laciudad de Barcelona a finales de 1842. El partido moderadonunca ces de conspirar contra Espartero con la ayuda de laReina Mara Cristina, de Martnez de la Rosa y de otrosexiliados en Pars. En mayo de 1843 estalla un levantamientogeneral dirigido por el general Narvez, miembro del partidomoderado, que acaba con el bienio progresista. Con elgobierno de Narvez (2 de marzo de 1844), se inicia la DcadaModerada en la que se reforma la Constitucin de 1837 dandolugar a la nueva Constitucin de 1845 (37).

    El partido moderado constitua un partido de notables,integrado por el sector conservador de la clase media, nomantenan una ideologa o una lnea poltica tradicionalistay estaban abiertos a nuevas formas de adquisicin delprestigio y la riqueza. Los moderados sern fervientespartidarios del orden y la estabilidad social, a fin defavorecer el crecimiento econmico y optimizar losbeneficios; pero no estaba en su nimo ir en contra dequienes haban adquirido los bienes del clero. nicamente,un sector minoritario dentro del partido, el tradicionalistaal que pertenecen Balmes y Viluma, se mantena en laexigencia de la devolucin. Fraccin que no pudo tener xito.

    A juicio de Cnovas, la influencia del partido moderadofue decisiva, precisamente, en los aos en que se inicia la

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    proyeccin pblica de Balmes: El Partido Moderado fue unaformacin para la accin poltica, representativa de losintereses del estrato social superior y del ala conservadorade las clases medias, que tuvo una influencia decisiva, como

    revela la vigencia de su modelo constitucional de 1845 en la Espaa de tiempos de Isabel II (38).

    Ideolgicamente, Balmes estaba de acuerdo con losmoderados si exceptuamos dos cuestiones: el poder que deba

    ejercer el rey a quien Balmes atribua mayor peso que a laConstitucin y al poder ministerial, y la forma en que lossucesivos gobiernos moderados fueron resolviendo el tema delos bienes eclesisticos. Balmes era partidario de laindependencia de la Iglesia respecto del Estado, y no se leocultaba que como institucin, su sostenimiento suscitaba

    necesidades e intereses que deban ser cubiertos con recursospropios. Del mismo modo apostaba por el rey, o la monarqua,

    e sin querer dar preeminencia al gobierno o a las Cortes aquienes consideraba sujetos a las presiones de los partidose incapaces de mantener una poltica firme y estable en ladireccin de los asuntos del Estado (39).e

    Se podra decir que Balmes comparte con los moderados su preocupacin por los temas sociales, y la mejora del funcionamiento del pas. Se trataba de una ecuacin de imposible salida, dado que sus tres variables difcilmente se

    podan compaginar. El empeo que pone Balmes en la relacin entre los tres factores marca los ltimos aos de su vida, que son, tambin, los ms productivos y aqullos en que se hace notar su presencia en la prensa y en la accin poltica.e Balmes, que siempre observa la confluencia de los

    aspectos sociales en los escollos polticos, en este caso, noadvierte cmo los nuevos hechos socioeconmicos exigen una

    nueva constelacin ideolgicopoltica. Esta es, muy posiblemente, otra de las causas por las que su pensamiento fue en gran parte desdeado y no recogido ni por conservadorestradicionalistas, ni por liberales progresistas.

    El uno de marzo de 1842 sale a la luz el primer nmero de La Sociedad, con la clara vocacin de ser una publicacin moderna, dirigida a la nueva sociedad industrial. El lema de la revista, Inteligencia, ley, felicidad (40), podra haber aparecido en cualquier publicacin, positivista o

    utilitarista de la poca. Ante los disturbios, Balmes tieneeeeeeeeee

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    ejque salir de Barcelona refugindose en El Prat de Dalt, delque es propietaria la familia Cerd. Momentos en que escribeEl Criterio. A su regreso a Barcelona, hacia finales de ao,empieza a pensar en la redaccin de una nueva revista, conintencionalidad poltica, a fin de influir en la opininpblica: El Pensamiento de la Nacin, al mismo tiempo quepretende dejar La Sociedad cuando sta an no ha llegado alos nmeros concertados inicialmente. Tiene algn problemacon el editor de las revistas anteriores y de la mayora desu obra, O. Antonio Brusi, que se resuelve favorablemente. Enenero de 1844, Balmes parte para Madrid a fundar ElPensamiento de la Nacin, con el contrato de La Sociedad amedio terminar y ante la necesidad sentida por Balines deintensificar cada da ms su influencia social y poltica, yaquel espritu librrimo y valiente de lanzarse slo y sintrabas a lo que juzga ser la tarea del momento (41). Sepresentan dificultades en la publicacin de los ulterioresnmeros de La Sociedad, por la nueva Ley de imprentapromulgada por el Gobierno a principios de 1844.

    e>La primera intencin de Balmes era la de enjuiciar la

    accin poltica del gobierno de Narvez y de sus respectivos e>ministros, tal como se puede observar en los distintos e>artculos recopilados en los Escritos polticos. El gobiernode Narvez, presionado por dos frentes, los progresistas y los carlistas, tena que mantener una postura de ejintermediacin y, en ningn caso, poda dar una respuesta e>favorable a los intereses eclesisticos. ej

    El conflicto de Narvez es, tambin, el conflicto deBalines. Tema que subyace a la crtica que el segundoprodigar al primero. Segn la semblanza que realiza Cnovas,una ideologa eclctica y la exclusin de cualquiercompromiso directo seran los rasgos ms caractersticos deNarvez: Monrquico fervoroso, defensor incondicional delrgimen moderado, represent el smbolo del orden deseadopor unas clases sociales acomodadas a la defensiva, vidas detodo tipo de seguridades. Una de sus concepciones mscaractersticas era que gobernar consista fundamentalmenteen resistir a la revolucin, concepcin que en ms de unaocasin, le llevara a saltarse prcticas liberalesfundamentales y a aplicar medidas violentas contra laoposicin (42). Balmes no poda aceptar dicha posturaporque, adems, contravena los intereses del clero yobstaculizaba sus objetivos respecto al matrimonio de laReina.

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    Cnovas recoge, nicamente, la visin contraria deBalmes sobre Narvez, relativa a la falta de una ideologaque sustentara su prctica poltica; pero no se hace eco de

    e la sutileza y de la intuicin de nuestro autor en las distintas ocasiones en las que analiza la actuacin del gobernante moderado.

    e A los dirigentes moderados les interesaban ms losproyectos de modernizacin administrativa y econmica que las

    ideologas, y como afirma Cnovas, Narvez tuvo unae concepcin posibilista de los derechos y libertades (43).e El resultado de esa actuacin posibilista y eclctica es

    el crecimiento econmico y el avance del pas durante lae dcada moderada. El sector industrial, al que no olvidemos

    pertenece la familia de Balmes y cuyo seguimiento ste no acaba de abandonar, mejora tras la crisis provocada por la

    Guerra de la Independencia y sin los miedos a las medidas deEspartero: A mediados del siglo XIX Espaa era una nacinfundamentalmente agraria, en la que el desarrollo industrialse encontraba en una primera fase, ya bastante atrasadarespecto a las naciones europeas avanzadas. El sector ms

    e importante de la industria espaola era el textil, que estaba concentrado en Catalua, y particularmente en Barcelona. Su destacado desarrollo de tiempos de la Ilustracin fue

    truncado por la Guerra de la Independencia, y empezando asentirse su recuperacin a partir de 1833. En esa lnea, laDcada Moderada represent unos aos optimistas y expansivos,

    con unas tasas de crecimiento e inversiones elevadas, que mejoraron la posicin de nuestro pas en el contexto internacional (44).

    A pesar de todo, para Balmes era ms importante ladefensa de los bienes desamortizados y el papel que an poda

    desempear la Iglesia en la nueva sociedad. Sensible a una poltica que no poda por menos que cometer algn tipo de injusticia y de arbitrariedad, denunci la ruina de todose los principios, la ausencia de toda conviccin poltica (45)

    en la clase dirigente, al analizar la interpretacin y laaplicacin que venia haciendo de sus principios, as como dela funcin poltica del reformismo y el respeto a los hechos

    consumados desde la Revolucin: no basta a los moderadosque el hecho sea consumado para que sea legitimo; es preciso

    que les sea favorable a ellos. En sindoles contrario, no haye legalidad ni justicia en el hecho, ni un siglo bastara para

    causar prescripcin (46).eeeeee

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    Es en esta situacin, y en el grado en que ladesconfianza en el gobierno moderado y en las mismasposibilidades de los partidos isabelinos, va creciendo en elnimo de Balmes, cuando ste opta por emprender la aventurade la reconciliacin entre carlistas y moderados, al menos elala derecha, con la intencin de formar un gran partidonacional que contrarrestara los avances de los progresistas,atajara la revolucin, consolidara la monarqua y resolvierasatisfactoriamente la cuestin del culto y clero. Lacandidatura de Carlos Luis de Borbn, el hijo de don Carlos,haba venido siendo manejada desde finales de los aostreinta por el ala derecha del moderantismo, como forma deneutralizar el avance progresista. Incluso la propia MaraCristina la haba considerado en ms de una ocasin en que setambale su control del Poder. El triunfo del Moderantismo en1843 hizo innecesaria esta frmula, por cuanto Narvezpareca bastarse para garantizar cumplidamente el orden. Noobstante, la tendencia conservadora autoritaria, representadapor Viluma y Balines, continuaron apoyando a Carlos Luis, porconsiderar que su matrimonio con Isabel solucionaradefinitivamente la cuestin dinstica, reconciliara a losdos bandos enfrentados en la guerra civil y permitira laformacin de un gran partido nacional que respaldaraslidamente al rgimen (47).

    Jaime Balines coincide con otros tericos de su tiempo, v.gr.,Alexis de Tocqueville, en la importancia dada a la prensacomo rgano de divulgacin de ideas e intereses y consecucinde objetivos para grupos e instituciones. De hecho losperidicos de la poca respondan a la necesidad de defen