sintesis de la evolucion del movimiento...
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UNIVERSIDAD CATÓLICA BLAS CAÑAS
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN DOCUMENTOS DE ESTUDIO N° 12
SINTESIS DE LA EVOLUCION DEL MOVIMIENTO
ESTUDIANTIL CHILENO ENTRE 1985 y 1987
VICTOR MALDONADO ROLDÁN
SANTIAGO – CHILE 1988
Rector: DR. I VAN NAVARRO ABARZUA
Vicerrector Académico Sr. OSCAR BRI TO GARRIDO
Director de Investigación Sr. CARLOS ORTIZ HENRIQUEZ
Secretaría: María Teresa Nilhez C.
PREFACIO
Este trabajo es un resumen de una publicación más ex-,
tensa, entregada al Instituto Chileno de Estudios Humanísticos
(ICHEH), presentida como una descripción inicial de la' evolución
del movimiento' estudiantil en los últimos anal.
Esta publicación está especialmente dirigida a quienes
trabajan hoy en el movimiento estudiantil.
Tiene esta orientación pues, entre los estudiantes uni
~sitarios -en general-, se puede observar una Palta de memoria
histórica colectiva que no puede dejar de preocuparnos. Parecie
ra desprenderse de un sinnúmero, de declaraciones que el movimien
to estudiantil comenzara muy recientemente y, por lo tanto, que
se está desperdiciando una gran cantidad de experiencia acumula-
da. Por lo mismo, incluso los hechos más recientes pasarán de
inmediato al olvido, si es que no los analizamos coxi rigor, ex-
trayendo de ellos las lecciones que encierran.
La causa evidente de este fenómeno es la interrupción-
violenta -ha¿e década y media- de una larga tradición oral, y de
formación práctica, transmitida de generación en generación, so-
bre todo por intermedio de los dirigentes. Sin embargo, la pes-
quisa del desarrollo del movimiento estudiantil es importante
pues, en Pegímenes autoritarios, las organizaciones sociales ha-
cen posible la defensa básica de la propia dignidad personal y
comunitaria, al tiempo que es en ellas donde se gestan, en parte
decisiva, las propuestas que alimentarán los procesos sociales -
futuros. Y aan cuando esto último no sea posible, de todos mo-
dos el liderazgo social y político se está formando allí. •,
Así pues, no ha sido ésta una generación de grandes -
proyectos totalizantes, que reconocen escasos límites a su posi-
bilidad de implementación. En cambio, la nuestra ha sido una ge
neración "del asentido comán". Hemos defendido derechos y verda-
des del todo básicas, hijas del más primario sentido común: el
derecho a vivir, a pensar sin cadenas y a participaren las deci
siones que nos afectan directamente.
Foco o mucho, de seguro no ha sido fácil.
El Autor
SANTIAGO, Junio de 1988
INDICE
A MODO DE INTRODUCCION • • • • • • • • . • .• • • • • • • • • .• • • • • • . • .• • • 1
Concepto de Movimiento Estudiantil • • • • • • • e•••••0••••••
Los dos Feríodos del Movimiento Estudiantil ...........
10 El Frimer Periodo (1976-1983) .••.••..•..•••••••••.. •••
2. El Segundo Periodo (1984-1987) ........... ••■•••••••••••
1985 Las Manos Limpias • • • • • • •••••••• ••••••••••••••••
1986¿Y si la tomamos?
1987 ¡Ganamos Supongo! a
CONCLUSION 600400*** 4$04,00•000eíe•••0000 elbe•e•0000
a) La presencia constante de la violencia .............• • •
b) Laparticipación como antídoto de la violencia ........
c) Lapermanencia de las influencias políticas ...........
d) Elpredominio de la identificación de objetivos y estra tegias •••••••••••••••0••••••••
52
e) Surge el movimiento universitario ...... ............... 55
f) El predominio de la visión de corto plazo ... .......... 57.
g) Una creciente diversificación reconocida .............. 59
h) La repreentatividad como conquista permanente .... 60
1. La necesidad de preparar el cambio de etapa ........ 63
2. Un movimiento reconocido redimensiona las tareas que
asumen,. • • • • . • ••• • • • • • • .• • • • • • e. • • • • • .. • • • • .• • • • • • • • • 64
La opción por una presentación universitaria de la
política 011.0•••••••••••••••••441414., eeeellareee) .0e$04.4141'0 65
La definición de una política universitaria ........ 66
7
9
14
-15
24
33
45
45
46
49
A moro DE INTRODUCCION
En el peda b o
La cafetería del Pedagógico rebozaba de estudiantes como siempre
a esa hora.. En cada una de sus mesas se conversaba con animación,
se terminaba depreparar las últimas páginas de ún trabajo que
debía ser entregado en poco rato, o se estudiaba para la próxima
prüeba.
En los espacios entre las mesas y sillás, muchos circulaban jun-
tandopesos para sacar el vale o conversando de pie, porque ya
no quedaba donde sentarse. Pero sobre todo se 'conversaba. Mien
tras el casino era un lugar para comer, la caftería era el espa
cio libre donde se conversaba sin limite` de tiempo. Desde luego
estamos en territorio opositor.
Ya habíamos ganado los centros de alumnos, recobrándolos de ma-
nos de dirigentes designados por las aátoridades, y eso nos daba
fria confianza nueva.
Además, es1 día no tenía nada de particular porque el bullicio e
ra el mismo de siempre, los debates entre adherentes a distintas
posiciones estaban en su punto más apasionado y se distribuían
los pedidos de completos, bebidas y café a una velocidad que no
llegaba a ser exasperante, sine dejar de ser lenta. De pronto, a
través de los vidrios de las puertas, se vid correr por los jar-
dines a un joven de pelo largo y traje artesanal que huía de los
individuos de pelo corto, vestidos de terno y corbata, que lo se
guían de cerca. 1
El bullicio se corto en seco en la cafetería. Nadie se movió..
Todas las acciones fueron paralizadas como por una orden irresis
tibie que dejó completos a.medio morder, bebidas a medio tragar,
gestos impetuosos detenidos en el aire.
El que escapa no parece hacerlo en ningún sentido preciso. Pare
cía reunir sus últimas fuerzas concentrando todo su ser en huir.
Su respiración está entrecortada por el cansancio y sus movimien
tos tienen la resolución que da el miedo. No gritaba, no pedía
auxilio, sólo huía. Los perseguidores tampoco le ordenaban dete
nerse, no lo.insultaban, aún no hacían el intento de disparar
(tal vez inhibidos por el público), pero eran implacables en el
seguimiento.
La cafetería empezó a vaciarse. Uno a uno nos dirigimos a una
escena que nos atraía con un efecto hipnótico. Muchos seguían -
con el mismo gesto paralizado que tenían el iniciarse todo, mien 111.11111,
tras formaba una Lila desordenada que caminaba, casi con lenti-
tud, hacia donde nadie hubiera querido ir. El silencio era an
gustioso.
Ahora el que huía intentó escapar saltando unos setos, pero no
pudo lograrlo cayendo al suelo. Los otros se le arrojaron enci-
ma, inmovilizándolo con sus manos. En un gesto supremo el joven
logró soltarse, alcanzando a correr unos metros para luego vol-
ver a caer.
La larga fila se acercaba cada vez más.
2
Esta vez no tuvieron contemplaciones. No trataron de inmovili
zarlo, sino que lo golpearon con pies y manos, haciéndolo rodar-
por el. pasto.
Entonces nos vieron próximos y eso los distrajo. Recobrado'como
por milagro, el golpeado se paró de un salto y carril) por el úni
co cdainoque quedaba libre en dirección a la Escuela de Sociolo
gía, donde entró por el primer pasillo que se le ofi"ecía a la
vista. Olvidándose de nosotros, los 'agentes también corrieron -
para no perder urna presa segura.
La larga fila también aceleró el paso porque muchos sabían hacia
donde conducía el pasillo tomado por el perseguido y perseguido-
res: era un callejón sin salida..
Con muy poca diferencia llegamos todos en tropel desordenádo.
juto a tiempo. El perseguido estaba contra la pared, indefensa
Ellos, los perseguidores, se acercaban lentos, seguros, profesio
vales. Nosotros, detrás, expedtantes y -a estas alturas- más re
sueltos.
Fue entonces cuando ocurrió.. Los tres parecieron relajarse;dán
doce vuelta hacia nosotros, uno de ellos (n>adie recordó después-
cuál) nos dijo tranquilathente:
'Bueno, este ha sido nuestro "sketch'" de la semana mechona. Es-
peramos haber conseguido un buen puntaje para nuestra candidata-
a reina. Gracias por su colaboración".
"¡Ah! recuerden que somos de la carrera de aquí un nombre
que a nadie le importó recordar)”.
Creo que, incluso, los tres abrazados gritaron 1 a consigna de su.
alianza.
Pasó mucho rato. Los "actores" ya se habían ido. A nosotros nos
costó recuperarnos.
( Ahora que lo' escribo pienso que tal vez no nos recuperamos nunca ).
4
Pocos se pueden imaginar hoy lo que fue el punto de partida del
movimiento estildiantil a los pocos anos de iniciarse este régi
men•
Por supuesto hay una diferencia obvia, tal como lo sedal. amos más
abajo al destacar los dos períodos del movimiento estudiantil.
Pero la diferencia es más pro.lunda y -quizás- más sutil. Un buen
indicador es la /reacción -colectiva ante el miedo. Y no es que
antes existiera miedo en la universidad y ahora no.
Le preguntaron .a María Paz Santibáhez, la estudiante baleadafren
te al Teatro Municipal durante la lucha contra Federici, si no
sentía miedo.
"Sí, todos sentimos miedo -contestó-. Me tiritan las piernas -
cuando salimos a la calle, pensando en la detención o en el ba-
línque puede llegar. Pero todos nosotros sabemos que valiente
no es ese que no siente miedo, sino el -que sabe vencerlo. Ade-
más,
mientras más injusticias y atropellos ve uno, le dan más-
fuerzas y ganas de continuár luchando para que la pesadilla se
acabe. Pero no somos suicidas porque, por sobre todo, los jóve-
nes amamos la vida, y tratamos de cuidarnos. Eso lo digo siem-
pre, porque a mí, por ejemplo, me interesa mucho el arte, pero
la vida es más importante, porque sin ella no hay arte ni nada".
Por eso repito que la diferencia no radica en la ausencia o pre- ,
sencia de este fenómeno; sino en el hecho si este se experimenta
en la indefención (personal o colectiva) o contando cpn el ,res-
paldo y solidaridad de una organización pilblica y reconocida, la
cual está, además, relacionada con otras muchas organizaciones -
sociales.
En este sentido, la conquista de las federaciones estudiantiles,
entre 1984-1985 marca una diferencia drástica. Tan importante -
nos parece esto que incluimos /un breve esbozo de lo ocurrido an-
tes del 'segundo semestre de 1985, fecha en la cual comenzamos a
reunir sístemáticamente la información períodistica en la cual -
está basada este estudio. • Sólo que, antes de eso, pártiremos a-
doptando un concepto de movimiento estudiantil que nos permite -
enmarcar nuestro objeto de estudio.
Concepto de Movimiento Estudiantil
Vamos a entender aquí al "movimiento estudiantil" como una expre
sión específica de movimiento social o actor social (tomando am-
bos términos como sinónimos), cuya representación está dada por
las federaciones estudiantiles.
Un movimiento social es un tipo de comportamiento colectivo, sus
tentado por los intereses comunes de una agrupación social, ca-
racterizado por una cierta duración temporal, que va progresiva-
mente Institucionalizando sus formas de expresión. (1).
(1) : Iatricio Dooner. Hacia una concepción del fenómeno de los novimientos universitarios en América Latina. CPU, 1974, pág. 74.
Específicamente, identificamos "movimiento estudiantil" con "gre
mio estudiantil". Siguiendo la sugOrencia de Jorge Navarrete (2),
no usamos un congepto amplio (que incluye todas las actividades -
voluntarias de los es'tudiantes, sino un concepto restringido en
tendiéndolo como "la organi7ecón conjunto organizaciones a
la que pertenecen todos los estudiantes, por la mera condición -
de tales(centros de alumnos,-federaciones estudiantiles).
Este concepto es aplicado en este trabajo casi con exclusividad-
para el caso universitario, con un privilegio, involuntario, de
las federaciones de la capital, por 'el acceso diferencial a , la
información periodística disponible.
Los dos Feriodos del Movimi-,n„.0 studlanti'
Importantes diferencias existen entre los dos grandes períodos -
que, gruesamente, podemos distinguir en el desarrollo del movi -
miento estudiantil durante el régimen militar:
1. Un primer período (1976-1983), en el cual lo que se busca es - .
el reconocimiento del derecho a organizarse..
Un segundo período (1984-1987), en el cual lo que se busca
es la modificación del sistema universitario.
(2) . Jorge Navarrete. Estrategias estudiantiles en la Univer-slda-'.. ICHEH, mireo, Diciembre 1985. 14 . y 6,
De un modo más a imbL-Juico el pa de una etapa a la otra es-
tá dada' ppr la conquista de las federaciones estudiantiles.
un indicador sinosiláltiL0 d la difeTem_la entre ambos período de
la reacción colectiva ante f•cto., :és muy di
, e-21sJ,15n
ferente exp,r-zeín, m14,,cn (personal y co-
lectiva), como en (1), o cczlawn cot spaIdc y solidaridad-
de una organización pública ytl'recc,w'Jitja, relacionada, ademas,
con otras Muchas -organi-acion•cl es-
el prim/ ras-,
el principal ,--t
e'
omni?resnte
atmaital t,Te se resp1:4
En el segundo ca-
co, es un actor más, que -(¿Yr;enci;::Is concretas, .visibles, , ,
casi siempre impunes, per, er ripotertes para retro
traer al
Coincidentente, el, sis ten la traducción-
técnica de la intimidación ,w,dc; como medida preventiva para im
pedir el "contagio"'de la d~da de tarti,L‘,p9cIón) opera de ma
hera distinta en un caso y en , Jtroo
En ei primer casos la represi-c IuecAe selectiva, y, por lo
tanto, eficiente, pues la sanciál:, adminiztrativa tiende a aislar
• infractcr exceplonal, leforzanio el
En e secmndo caso, la represe represiór s ve obligada a operar masiva-
mente. Lo que es un contrasenticio en 11:) términos, puesto que
aquí 1.7 sanción actúa cóhesionando coIctivamente al grupo in-
fracto- (si está prevasnente ■-j
A n>"...1> el cual, adeMás, ya no
puede svr amenazado con nada al menos administrativamente lue
go de una sanción máxima.
En una palabra, enXre el primer y el segundo casoí la represión-
misma (muy a pesar de las inte,siones de sus gestores), obliga a
sobrepasar una especie de lituritzal 1 temor", punto de no retor-
no a partir del cual la représión administrativa es un boomerang.
Esto cómo veremos, comenzó a ocurrir
estudiantil, a partir de 1980, pero e
federaciones cuando se conso a como
en. Chil,e, en el 'movimiento - .
on 'la conquista de las -
endentia.
El Primer Período (1976-1
En 1973 se da inicio a
f"Ixiad - vigilada" (J. Millas)
con la intervención 3 e planteles de 'educación su
perior, lo que significó la eliminación de las autoridades a
cadémicas elegidas, y su reemplazo por un sistema de designa
clones, en cuya cúspide estaban los rectores delegados.
También las universidades se jibarizaron, tanto poí" la depu-
ración inicial (que afectó de 18 a 20 mil personas), como por
la eliminación de centros universitarios ligados a las cien-
cias sociales y por el aumento de las barreras económicas de
entrada.
tul este contexto, las organizaciones estudiantiles . dejaron
ce ser representativas, para dar Paso aorganizaciones con-
controladas que contaban con dirigentes nombrados por las au
toridades de cada plantel.
Espontáneamente fueron apareciendo las primeras organizacio-
nes representativas, primero, - partir de las expresiones ar
tísticas y culturales, llegan :ego a la constitución de
organizaciones de base, sin otet'onocimiento oficial.
De este modo se crearon distint tipos de organizaciones,se
gún las diferentes realidades, tales como. Comites de Partici
E:ación, Talaeres de Fartici Gités Democráticos Y,
desde luego, se fortalecían cranzaciones políticas que
operaban en todas las insi.-¿ncian anotadas,
Las primeras manife tad= es aisladas se dan
en 1976, como las protestas rr 3,5 exoneración de académicos
en la Escuela de Derecho
En 1977 las autoridadescrea ntes institucionales conlcs
estudiantes en el área gremial, designando federaciones estu
diantiles en varias universidades, impuestas desde arriba,de
alumnos representantes de las autoridades frente a los demás
alumnos. Toda. una paradoja.
Pero la misma existencia de estas diques de participación,mo
tivó el debate sobre el tema mismo de las seudo federaciones
durante el transcurso de 1578
La crítica estudiantil develó lo irónico de la situación de
lo
los interventores: si no se adaptaban a la crítica eran so-
brepasados, y si se adaptaban terminarían cediendo cada vez
más. Querían una participación estudiantil manejable, que
no cuestionara un sistema de convivencia basado en la imposi
clan, lo que -al fin- sólo podía mantenerse por el cultivo -
enfermizo de la pasividad, el silencio o el miedo.
For eso tuvieron dos problemas insolubles: lo contradictorio
de su actitud, con la idea misma de universidad y el hecho
que los estudiantes querían participar.
Así que decidieron adaptarse y golpear, al mismo tiempo. Las
manifestaciones de mayo de 1979 en la IX fueron duramente
sancionados, incluso con una docena . de expulsádos. Una FEUC
digna del papel que se le asignaba, consideró las sanciones.
"muy moderadas" y pidió otras más drásticas contra el "puna-
do de politiqueros ociosos",
El movimiento fue derrotado objetiva y subjetivamente. Cuan
do esta lecci¿T fue bien aprendida, se revisaron las medidas
disciplinarias.
Casi paralelamente -y de sorpresa-, se permitían las eleccio
nes de delegados de curso en la U. Ch., usando un mecanismo-
arbitrario, controlado y contando con la mayor anarquía in-
infcrmativa. For eso la oposición se llevó una sorpresa ma-
yor cuando consiguió, aún, así, el 60% del apoyo estudiantil.
11
El dique se venía al suelo.
Aceleradamente se trabajó en dotar a los consejos de delega-
dos de capacidad de autoconvocatoria y carácter constituyen-
te.
En 1980 las autoridades tomaron precausiones, despidiendo a
decenas de académicos a inicio de aho. Y prepararon una re-
presión administrativa a gran escala, lo cual fue su perdí
cien, por la razón ya anotada más arriba.
En el segundo semestre, luego de realizado el plebiscito pa-
ra legitimar la Constitución, el conflicto estalla en el Cam
pus Nacul de la U.C, (lugar donde la oposición controlaba -
ya centros de alumnos), a raíz de las movilizaciones en con-
tra de la "Coordinación Administrativa", sistema de represitn.
y control desembozado, dirigido por miembros de la policía
política del régimen.
Las sanciones fueron masivas y la presión estudiantil, en vez
de disminuír, se acrecentó, obligando a los decanos a pego -
ciar un principio de solución mínima.
Objetivamente el movimiento terminó sin obtener casi rada, pe
ro nabía conseguido una victoria moral colectiva irreversi
ble, de la cual el sistema universitario impuesto jamás se•
pudo recuperar. Pero habría quienes lo intentaron: el 21 de
Agosto es encontrado agonizante, víctima del COVEMA, Eduardo
Jara, estudiante de periodismo de la U. Co
12
En 1981, el gobierno intenta un gran giro para recuperar el
control de la situación, a través del decreto ley sobré uni-
versidades, que creó el sistema de ensenanza superior no uni
versitario; empezó la disminución gradual del aporte fiscal-
directo al financiamiento de las casas de estudio, estable -
ció el sistema de crédito fiscal y tuvo, como efecto directo,
la división de las dos más grandes universidades del país, al
quedar sus sedes regionales en nuevas universidAdes e insti-
tutos profesionales.
Con todo la medida no logró eliminar o contener la creciente
movilización estudiantil sino que, a lo más, la diversificó.
1982 fue un año de crecimiento orgánico y de expansión del
movimiento. Valparalso, Concepción se consolidaron como sus
centros regionales más importantes, al tiempo que ya se per-
filaban liderazgos individuales más allá de los límites de
las facultades particulares, como el de Yerko Ljubetic en la
U.CH.
Que el sistema represivo de contención era, a estas alturas,
un completo fracaso, lo demostraba las acciones de hostiga -
miento contra dirigentes (como fue el caso de los secuestros
y flagelaciones de la dirigente Marcela Palma de Filosofía-
de la U.C.).
Entre 198.3 y 1984 el movimiento estudiantil demostró que era
incontrolable. Al iniciarse las protestas nacionales, las
manifestaciones estudiantiles se centran en el tema de la
13
vuelta a la democracia; calculándose que en las protestas del
mes de mayo participaron unos 4 mil universitarios, cantidad
que se duplicó, cuando menos, en junio.
Junto con el aumento en el nivel de movilización, adquirió
importancia decisiva el debate sobre el tipo pacífico o vio-
lento que se le debía imprimir a las acciones en curso.
Discutido en todos los,tonos, sobre este punto no se llega-
ría á un acuerdo general en la oposición, constituyéndose en
una permanente fuente de disputas, motivando la implantación
simultánea de líneas de acción paralelas y alternativas.
Pero lo más significativo de 1983 es que el movimiento trasL
ciende todo dique. En la U.CH. en Junio son seis los centros
de alumnos opositores. Un mes más tarde serían nueve.
En la UC la oposición controlaba 4 centros de alumnos en 1981,
7 en 1982 y 10 en 19-83. En la U. dé Concepción los oposito-
res inician en control de facultades. En una palabra, el cam
bio a la conquista de las federaciones quedaba abierto.
2. El Secundo 1-eriodo (1984 - 1967
En 194, la oposición unida triunfa en la FECH, fijándose co 41.1••••
mo objetivos reivindicar los derechos estudiantiles;'democra
tizar la universidad y colaborar al retorno de la democracia.
En el transcurso de los primeros trabajos de verano muere Fa
14
tricio Manzano, de un ataque al corazón, luego de ser deteni
do por Carabinero . En Concepción se "suicida" luego de una
detención el estudiante. José Randolph Segovia. En Abril ha-
bía muerto de un balazo en la espalda (por no respetar la or
den de alto), el alumno de la' USACH, Oscar Fuentes.
En ese mismo mes el ciclo se cierra con la conquista de la
última gran federación en manos oficialistas: la FEUC, don-
de la oposición unida realiza una de'las mejores campañas e-
lectorales de los últimos anos. Este triunfo tuvo el "agra-
vante" de haber derrotado al gremialismo en su cuna. El con
ti-ol opositor era completo.
1985 Las Manos Limyias
Hacia 1985 el movimiento estudiantil chileno entra de lleno
a una secunda etapa, dentro del transcurso del régimen mili-
tar, caracterizada por la administración de las federaciones
-en su mayoría no reconocidas oficialmente-, y su lucha por
la democratización nacional Sr la autonomía de la universidad.
Se supera sí la etapa anterior que había -ido de reaglutina-
miento, a partir de agrupaciones de báse que, tras un proce-
so de aros logra desembocar en la superación de laI barreras
artificiales a la participación estudiantil, hasta llegar a
recobrar su sitial de actor social significativo.
¿Cómo evolucionó el movimiento .en 1985?. Al respecto ode-
Tros realizar- algunas constataciones.
15
Desde luego, la violencia se presentaba como el actor cen-
tral del período y como una tendencia en aumento.
La fuente más clara de los conflictos era la forma de organi
zar las instituciones educativas.
Comenzaban las manifestaciones estudiantiles secundarias .Más
allá de lo anecdótico, las ocupaciones de establecimientos
que se producen, tuvieron por motivo principal exigir el in].
cio de uni'‘oceso de democratización en los liceos. Fara
quienes participaron en(estas acciones , era evidente que
mientras no se diera cabida a la existencia de canales reco-
nocidos para la participación institucional de los secunda -
ríos, el descontento seguiría produciendo explosiones esporá
dicas una y otra vez.
Por su parte, los universitarios, a través de un referendum-
estudiantil realizado en la U.CH., mostraban su anhelo de
una universidad con autonomía real en relación al Estado.
Y muy importante: él rechazo a la imposición del decano Juan
Antonio Foblete, en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemá
ticas de la misma universidad, mostraba también que las impo
siciones administrativas tenían como límite la tolerancia de
la comunidad universitaria. La tozudez podía ser tambiéh u-
na fuente dé violencia.
antídoto de la violencia es la participación.
16
Igual importancia tuvo la elección de la FECH, que marcó un
hito importante en la tendencia 'general del movimiento.
La directiva de la federación (11.4.e concluía su mandato, diri-
gida por Yerko Ljubetic, había logrado un consenso práctico-
sobre la base de una estrategia de desobediencia estudiantil
("ingobernabilidad de la universidad"), con movilizaciones -
que eran aceptadas por todos los sectores opositores si se
ccinsideraban masivas, oportunas.y eficaces.
Las fuertes tensiones internas, que sin lugar a dudas exis
tieron, entre el MDF, por un lado, y la DC y -las más de las
veces- el Bloque Socialista, por otro, no trascendió'decisi-
vamente al exterior y fueron subsumidos en las movilizacio -
nes, en especial en las referidas a la liberación de los di-
rigentes encarcelados, las cuales reforzaron un efecto psico
lógico que privilegió la unidad por sobre cualquier diferen-
cia: todo lo cual parecía inmodificable. Pero algo había -
comenzado a ocurrir, con la naturalidad de lo imperceptible;
un cambio de giro qile ahora se evidenciaría.
Y era que, mientras el objetivo fue ganar las federaciones,-
las diferentes expresiones políticas estudiantiles oposito
ras pudieron postergar el debate sobre sus diferencias, por
la necesidad imperiosa de consolidar sus organizaciones coor
dinadoras a.nivel de universidad.
Esto no podía ser, eterno. A mediados de 1985, las diferen -
clas entré las estrategias opositoras ya no parecía cuestión
17
de matices, sino de opcione,1 claramente diferenciadas. Las
cosas se ven diferentes cuando se quiere conquistar una Pede
ración, que cuando se tiene la experiencia concreta de ges -
tionarlas.
El surgimiento del Acuerdo Nacional dirimió fronteras en tér
mirlos muy prácticos. En las universidades, el objetivo aho-
ra de los actores políticos estudiantiles fue•lograr que el
-funcionamiento y acciones emprendidas en cada uno adhería.
Como muestra el caso de la FECH, la diferencia insóslayable-
era política, pero, y por lo mismo, el estudiante común no
creyó que esto ameritara la ruptura de los pactos electora -
íes para el gobierno de la federación. Aún para los que
quilataron la importancia de definir entre opci9nes era, al
menos, desconcertante la gran coincidencia entre las princi-, pals candidaturas opositoras en cuanto a las tareas concre-
tas a desarrollar.
De este modo, las ,listas presentadas para dirigir la FECH -
coincidían en postular la democratización interna; el térmi-
no de la represión estudiantil; la elección democrática de
rectores (por los académicos) y en que era necesario movili
zarse -para con seguirestos objetivos.
ro es de extraharse entonces, que el discurso unitario tuvie
ra un peso incuestipnable, siendo capitalizado hábilmente -
:or la lista del MDP.
1-8
Los representantes de la lista "Acuerdo Democrático" (DC y
social demócratas), en especial su candidato, Humberto Euro-
tto, realizaron una excelente defensa de posición en los fo-
ros. Sin embargo, los debates públicos llegan a una restrin
pida - minoría, casi toda previamente convencida de una posi-
ción.
Masivamente "la unidad' fue vista como un tema cercano y uní
versitario, mientras el tema del Acuerdo Nacional se presen-
tó como una cuestión 'política, sin un enlace demasiado .sóli-
do con urt estrategia espécífica y diferenciadora, para la
FECH•
Y no • pasemos por alto otro hecho decidor: el efecto más ca-.
racterístico deesta elección esque confirmó la proporciona,
lidad anterior a 1973 de las listas de izquierda, centro
derecha. En la U. CH. , se vivió una especie de campaña demo-
crática "normal" que mostró >que, ya antes que el país entre
como un todo en un proceso de transición política, la univer
sidad habría estado desde mucho antes practicando, como po-
día, la vida democrática.
La gran cantidad de trabas que enfrehtaban los estudiantes -
para ejercer su derecho a la participación, nunca antes des-
conocidos, quedaban patentizadas en el intento fallido del -
ministro de educaCión,. Sergio Gaete, de. aprobar un proyecto
de ley sobre "deberes y,derechos universitarios", que aplica
Da una sanción penal a faltas universitarias.
19
La autonomía uníversitaria, concepto que pierde_toda reali -
dad en el período, es violada por el ingreso de fuerzas de
carabineros en Santiago y Concepción.
Sin embargo, estos hechos despertaron la solidaridad académi
ca, los que comenzarían a tener una actividad de creciente
importancia.
1.111.11
En especial los académicos demandaron mayores espacios de li
bertad y'participación en la Universidad de Chile y en la U-
niversidad Católica. En ambas casas de estudios superiores-,
las organizaciones de académicos participaron, por primera
vez masivamente, en manifestaciones de defensa de dirigentes
estudiantiles detenidos.
En varios puntos del país estaba surgiendo un movimiento uni
versitario, no sólo estudiantil.
Ocurría, en verdad; que la existencia, ya por tantos arios -
continuados, del sistema de rectores delegados, mostraba la
total inadaptación del sistema político vigente con el nor -
mal quehacer universitario.
Salvo excepciones, en la universidad no existían "autorida -
des", primero, porque los cuerpos intermedios no tenían po-
der efectivo, sino aquel que la jerarquía delegada buenamen-
te les concedía y, secundo,porque los rectores delegados no
tenían un ascendiente moral e intelectual sobre la comunidad
universitaria que los rachazaba abiertamente, cada vez que
20
podía hacerlo. Esto no dejó de ser tomado en cuenta. El
Mercurio editorializó comentando que darle a los académicos-
unapresencia efectiva en la gestión de las universidades
constituía "un factor de equilibrio y de moderación de las
actuaciones de los educandos".
Era evidente que se le asignaba a'los docentes un papel de
contención. Destacaba en este sentido el proceso dirigido -
por el rector delegado Soto Mackenney en la preparación de
formas controladas de participación de los docentes.
Un impulso crucial en esta tendencia fue, inversamente a lo
esperado por los acusádores, la detención de dirigentes estu
diantiles tras el llamado a protesta en el mes de Septiembre.
En esta ocasión se mantuvo una férrea unidad entre federacio
nes estudiantiles y asociaciones de académicos, lbarándose
también el más alto nivel de movilización obtenidos por es-
tos sectores desde la implantación del régimen. "Las manos
limpias" llegaron a' convertirse en un símbolo de gran reper-
cusión social. Resalta aquí el uso de la no-violencia pomo
método de acción y el importante éxito obtenido.
Al finalizar 1985, y ya terminadas las últirrias elecciones de
federación, se podía idehtificar un mapa que (Traficaba la si
tuación del movimiento estudiantil universitario. Desde lue
po, la tendencia del movimiento estaba fueremente condicio-
nada por la orientación política de su directiva.
Así, se apreciaba que en el norte existía un cl aro predomi -
21
nio de la izquierda. Aunque el efecto que pudiera haber te-
nido este hecho se veía mermado por la desarticulación de va
rías organizaciones estudiantiles (U. de Antofagasta, del Nor
te y Atacama), conseguida por la acción represiva de las au-
toridades universitarias respectivas.
En Valparaíso se observaba un equilibrio entre la DC y la iz
quierda, quienes, regularmente, se presentaban en listas con
juntas. Con todo, en la .UCV y en la Universidad de Playa An
cha predominaba la democracia cristiana, mientras que en la
U. de Valparaíso y la Federico Santa María lo hacía la iz-
quierda.
En Santiago lidereaba la DC en las tres universidades más im
portantes del país. En el caso de la FECH, la oposición se
presentó en listas separadas; el estrecho triunfo logrado por
los demócratas cristianos y social demócratas, motivó un &)111
plicado proceso de negociación con la izquierda, que se bam-
boleó entre la alternativa de realizar una segunda vuelta e-
lectoral o producir la integración, decidiéndose finalmente-
esto '),ltimo.
En el sur se daban situaciones diversas, pero, en definitiva,
se podía hablar de un predominioyDC en la mayor parte de los
casos, ya sea en listas conjuntas o exclusivamente demócrata
cristianas.
La preeminencia DC se manifestaba en la T. Católica de Curi-
có, U. de Concepción, U. de Talcahuano y U. Austral, para los
22
casos de listas conjuntas. En listas separadas, la DC triun
£6 en la U. de la Frontera y en el Instituto Profesional de
Osorno.
For otro lado, la izquierda sólo consiguió el liderazgo en
la U. de Magallanes y en la de Blo-Bio. !Finalinente, el blo
que socialista conseguía la conducción en la U. de Talca
en la U:Técnica Federico Sakta María, sede Rey Balduino de
Concepción.
En síntesis, el control opositor entre los estudiantes uni
versitarios era total. No se daba un solo caso de predomi -
nio oficialista a lo largo del país.
La principal fuerza política era la Democracia Cristiana,
quien presidía 10 federáciones, incluidas las más importan -
tes. For su parte, la izquierda presidía 11 federaciones,in
cluídas las tres desarticuladas del norte.
RespeCto de la comp9sición de las directivas, se puede decir
que la mayor parte de ellas estaba integrada y se presentaba
del mismo modo alas elecciones.
La coordinación del movimiento estudiantil estaba asegurado-
en el CONFECH, que reunía a universidades e institutos pro:fe
sionales con casi 150 mil representados, lo cual convertía a
los estudiantes en un actor social de primera magnitud.
Si ,a ello sumamos la incipiente organización de los docentes
23
se tenía la fuerte impresión al finalizar el año que la man-
tención en el médiano plazo de lá institucionalidad universi
tarja era inviable.
A la intervención universitaria se oponía la creciente deman •11.1.11.
da de participación y democratización del sistema por parte
de docentes y estudiantes.
1986 ¿Y si la tomamos?
1986 comenzó con la decisión gubernamental de excluir el diá 11111■11.
logo como camino de solución a los problemas universitarios.
Lo que el ministro Gaete preparó a inicios de año fueunamás
efectiva represión a movilización académica y estudiantil;na
da más.
Las alzas de matrículas y aranceles con que fueron recibidos
los estildiantes de vuelta de vacaciones, no sirvieron preci-
samente para motivar un tranquilo inicio de actividades. A-
sí, pequekios grupos realizaron diversos actos de Violencia.
For su parte, la acción de las fuerzas policiales se mostra-
Da especialmente dura.
,2)uienes se llevaron la peor parte fueron varias federacibnes
provinciales, tanto del norte, como del sur, que tuvieron -
sanciones para miembros de sus directivas; al tiempo que sus
24
demandas eran pasada por alto.
Obliga o, en parte, por un eIevado y sostenido nivel de re-
presión, el movimiento estudiantil vivía "al día," sin siquie
ra elaborar planes de mediano plazo; pero manteniendo la ca-
pacidad de llamar a demostraciones de fuerza de alcance na-
cional, como el paro del 15 y 16 de Abril. Sin embargo, tara
bién era efes que los costos dejados por la represión po
licial eran bastantes altos.
Para ínejor. decir, los costos dejados por la represión nunca
habían sido tan altos como en esta ocasión,'cuando varios
centenares de estudiantes eran violentamente detenidos en dis
tintos lugares del país, obligando, en el caso de la FECH, a
responder con un paro prolongado..
Paralelamente; se hacen más frecuentes las acciones de vio
lencia contra autoridades universitarias designadas (se obli
ca al rector de la U. Metropolitana a firmar su renuncia; se
saca en vilo al decano de Filosofía, en la U.CH.); pero con
toco, es, sorprendente como, en este contexto, la comunidad -
estudiantil -y :universitaria- buscó, mayoritariamente la ex-
presión pacífica de sus inquietudes.
Lamentablemente, como siempre ocurre en ocasiones similares,
la violencia no dejó de cobrar una víctima. En Témuco, el
etudiante de Medicina, Mario Cárdenas recibe un balazo en -
la cabeza, dist:arado por Carabineros, qué casi le cuesta la
vida .
25
La sensatez hizo su aparición en la U.CH., con la consulta de
la Asociación de Académicos sobre democratización de la uni-
versidad. La amplia participación de los docentes era espe-
ranzador.
Este hecho mostraba, una vez más, que buscar la normaliza -
ción de la vida universitaria y el concurso pleno, orgánico-
s jerárquico del Cuerpo Académico en la definición de autori
dales, siempre fue el único camino viable de solución pacífi
ca de la crisis universitaria. Por eso fueron significati -
vos los' lentos cambios que se empezaban a producir como res- ,
puesta a las presiones sobre un sistema que, en un largo pe-
ríodo, no había sufrido alteraciones de consideración.
Este cúmulo de cambios parciales sería decisivo en un futuro
no muy lejano. En especial los que decían relación con la
elección de decanos por .las comunidades académicas de las'
distintas facultades.
i-or su parte, en la Universidad de Concepción, un conflicto-
iniciado a fines del año 1986 continuó con crudeza durante-
este año con la resolución del rector delegado Guillermo Cle
ricus de expulsar a los dirigentes de la FEC y la sanción de
mls'de 260 alumnos. Este problema logró conmocionar a laciu
dad, preocupar a la Iglesia Católica, unir 'a los académicos-
con los estudiantes (quienes también tenían exonerados) y mo
*_.i.v6 una extensa paralización de actividades, antes que la
situaclon Luera tan insostenible que, de hecho, el rector -
,fue reenplazado por Carlos von Flessing,. quien logró resta -
26
Mecer mínimamente la normalidad mediante el diálogo con los
estamentos en conflicto, a principios de Abril.
En Mayo uni congreso clandestino en Santiago, dotó^ a elCONFECH
de un secretariado ejecutivo, que cued6 a cargo de Humberto
Buratto, presidente de la FECH, reanimando así el liderazgo
que su federación ejercía sobre el resto del movimiento.
Más tarde, el 30 de junio, la FECH, se toma la Casa Central-
de la U.CF.- siendo detenidds 80 estudiantes y posteriormente
sumariados. .
También la FEUC • -que'acababa de renovar su directiva- reali
za una toma similar el 9 de Julio, cómo protesta por el in -
creso de la fuerzapública al recinto universitario el día
anterior. El acto terminó sin incidentes, pero la expulsión
de un estudiante motivó una segunda toma el día 16, produ-
ciéndose sí esta vez la intervención de Carabineros, con un
saldo de 88 estudiantes detenidos.
Pero la espiral sólo había comenzado.
A parte de los hechos mencionados, los actos públicos contra
la intervención militar en las universidades, ya a princi
íos de julib habían significado un centenar de` detenidos en
Santiago.
Cundo los dirigentes del CONFECH, Andrés Rengifb y Gonzalo
Rovirá, más otros dirigentes de la Asamblea de la Civilidad,
2.7
fueron arrestados a mediados de Julio, no podía esperarse o-
tra cosa que una reacción proporcional.
El día 23 se registraron cuatro tomas simultáneas en la capi
tal (U. Metropolitana, IFS, Derecho y torre de administra -
ción central en la U. CH.). El desalojo agregó 205 nuevas
detenciones a la ya larga lista. Ala semana siguiente se
producían una nueva toma en Derecho y el IPS, con' un saldo
superior de detenidos que la vez anterior.
Hechos sicilares ocurren en la Facultad de Medicina el 19 de
Agosto, en el decanato de la Facultad de Economía y Adminis-
tración el día 27 y luego simultáneamente en Medicina Orien-
te, Filosofía en el ex-Pedagógico y en la Contraloría de la
UCV.
En el año en que es quemada por una patrulla militar la estu
diante de la USACH,- Carmen Glpria Quintana y Rodrigo Rojas;-
es secuestrado y torturado el alumno de Biología de la U.CH.,
Juan Tudela; son amenazados por grupos ultraderechistas dos
dirigen tes de la USACH; en este año digo, la violencia alcan
za también A uno de los dirigentes más importantes del CON-
FECH. El 6 de Aposto, aparece muerto en la playa del bainea
rio Las Rocas de Santo Domingo, Mario Martínez Rodríguez, de
2' anos, dirigente demócrata cristiano de la Universidad de
Santiago. Su asesinato no aclarado aún motivó un llamado a
duelo nacional universitario.
En Agosto, á raíz de un incidente menor ocurrido en la elec-,
28
cióíi de la federación de la Universidád de Valparaíso, la DC
aprovecha la ocasión para tornar distancia del MDF a nivel na
cional.
Se necesitaba entonces, en la identificación de un nuevo so-
cio. para asegurar que, desae la perspectiva de la primera
fuerzapolítica estudiantil, le aségurara el gobierno de las
distintasfederaciones donde` se tenla la conducción.
El diagnóstico que motivaba esta actitud es la lección', ex-
traída en os illtimos años, de que se necesitan ,mayorías es-
tables para dirigir las organizaciones sociales de importan-
cia nacional, y eso no siempre lo puede conseguir un solo -
partido.
Paralelamente se registra también- la detención . prolongada del
presidente de la Federación de Estudiantes de la U.C. de Val
paraíso en Septiembre por "ofensas a Carabineros" y por in-
fringi., la ley de Securidad del Estado, por "ofender" por
carta, también, al jefe de la Zona en Estado de Emergencia,-
vicealmirante Hernán Rivera. 'También en este mes llegaron-
a estar detenidos los presidentes de las federaciones de la
U. Federico Santa liaría y el ex presidente, Oft, ar jara ce la
de Haya Ancha. Lues fue liberado recién el 2/ de Diciem
tre luego de una nueica de hambre.
juego del átentado Contra Iinochet,.en Sertiembre endureció
aur más ia ,i,osiión del gobierno, imrlicando la detención de
dirigentes y que muchos otros tuvierán que buscar refugio .1111111
29
17or varios días.
En la renovación de la FECH, en Octubre, la DC logró encon,.. •
trar el socio que Duscaba para entregar una propuesta atra -
vente para el alumnado, al concertarse con el Bloque Socia - ,
lista ,y el Partido Humanista. A rtir de este momento, la
misma alianza básica se reproduciría en casi todas, ias uuni-
versidades del país.
Eftctivamente, la ararición Ce la "Fuerza de. Cambio", con la
cual se .conquista la FECH, tuvo un efecto-demostración deci-
sivo para las otras l'ederaciones.
En casi todas las universidades del país reconoce su cuadro
de alianzas electorales, constituyendo listas con la Federa-
ción juvenil Sócialista (FJS), el Iartido Humanista y, a ve-
ces, una de las fracciones social demócratas, triunfando en
eran parte de las elecciones en que se. presentan.
Súrnece a esto que ya -nacia finales de este año de intensa a-
zzítación, el movimiento muestra una disminución en el uso de
medios.de acción que impliquen demostraciones masivas calle-
' jeras (cetención del tránsito, barricadas, marchas).
camtdo, aumentaron el rimero ce actividades de presenta -
cióri 7,- biica de ;roblemas gremiales relevantes (conferencias
ce prensa; foros; ¡,resentación ce documentos de análisis del
£istera educativo, en especial de su financiamiento, etc,),y
2C recrearon tracicIones universitarias casi olvidadas (v.g.
30
la entrega de Dereci'lo de l U.CH. de diplomas de distinción-
a destacados profesores).
También tenía gran importancia. el estreno de la nueva estra-
tegia oficialista de favorecer organismos estudiantiles pro-
clives 'a la dirección de las casas de estudios superiores
so de la U. Metropolitana). Lás mayores facilidades que es- ,
tos organismos tendrían para "nep'ociar" soluciones concretas
a problemas estudiantiles cotidianos representaba un desafío
de proporciones paras las Federaciones, que tenían aquí un. pun
tó débil..
El caso de la FEUC mostraba las dificultades que enfrentaba
la oposición, una vez que ya había conquistado las federacio
nes, para mantener un contacto expedito con la base estudian
tia.
Las.elecciones , de la FEÚSACH y en varias universidades regio
nales, evidenciaba con mayor claridad dos fenómenos de efec-
tos gremiales en el movimiento estudiantil: a) un alto por-
centaje de abstención y, b)"la tendencia .a reproducir el
cuadro histórico de fuerzas anterior al gobierAo militar.
Quizás quien mejor definió la situación fue El Mercurio, el
A cía de Diciembre: "A grandes rasgos, el cierre del ciclo de
iencvación democrática de las,dirígencias - estudiantiles, que
en las tandas de mayo-junio y.de noviembre-diciembre condujo
a las urnas. a cerca Oe 140 mil estudiantes en más d'e una vein
ter de universidades e institutos profesionales de todo' el
31
país, tendió a confirmar que la Democracia Cristiana sigue
siendo la primera fuerza política individualmente considera-
c.; a •
De acuerdo con las cuentas de Eduardo Saffirio, encargado na
cional de la JDC para las universidades, las fuerzas del cen
tro habían perdido en esta ocasión el control de las federa-
ciones de la Universidad de Santiago, la sede José Miguel Ca
riera de la U. Federico Santa María, la U. de La Frontera en
Temuco y la U. Austral, en Valdivia. "A cambio, conseguirnos
las federaciones cel InsLituto Profesional de Chillán, la U.
de Bio-Bio, el Instituto Irofesional de Osorno y la U. de Ma
gallones".
tll dirigente continuó diciendo que, la izquierda a su vez ha
bía asegurado el control de las federaciones de los seis plan
teles ce educación superior que funcionan entre Arica y La -
Serena, computó entre sus recientes conquistas individuales,
la ganancia de otros siete establecimientos universitarios -
cel
I.aís incluyendo "la muy significativa reconquista de la
7j. de Santiago".
La derecha afirmó su fisonomía de fuerza principal en la U.C.
4cOnlrolaba la Federación de la U. Diego Fortales, la prime
ra entre las privadas que constituía una organización estu -
cianti "; 1 as primeras mayorías conseguidas en las vueltas
:Iniciales de l_as universidades de Tarapacá, en A'rica y Aus-
tral, en Valdiva".
32
A juicio des Eduardo Saffirio, el desenlace conjunto de las
elecciones "muestraque la correlación de fuerzas de estos a
hos tiende a mantenerse, con el signo novedoso de que la de-
recha ha registrado avances en las universidades Diego Forta
les, de Tarapacá y Austral Hacia la izquierda "se produjo
un debilitamiento de la hegemonía comunista en el MDP, coali
ción que asiste a una lenta consolidación del almeydismo
;n el centro mismo, "la Democracia Cristiana mantiene un apo
yo de entre un 35 y un 38 por ciento, se registra la afir-
mación de 'otras fuerzas políticas como el Bloque Socialista-
y el lartido Humanista".
19ó7 -Ganamos-- Sum, ot
No existió federación estudiantil 'que no llamara la atención
a' principios .de año sobre la critica situación en que queda-
ban los estudiantes producto del desfinanciamiento del siste
ma universitario.
En Mayo las sedes regionales de la U.C. llevan a la capital-
a 200 estudiantes laxa presentar a la rectoría su difícil si
ti.tción económica. La atención que se les :presta es modera-
d a .
En el caso de la FECH, la organización inicia el diálogo con
un crup() de decanos sobre el tema y realiza una ocupación pa
cil- ica por algunas horas de la Casa Central.
33
Aumentando- a - presión el CONFECH convoca desde Valparaíso
una protesta nacional pidiendo 4ayor financiamiento en pene-
ficio ce las rs:idaes, el 28 de Mayo. El llamado
tuvo buena acogidzi.
Lo mismo ocurrió en todo el- país en -un segundo llamado del
CONFECH el 24 de jun- c, í.'ara una nueva protesta nacional.
En la FECH sobre todo se era optimista respecto de los resul
vados que se estaban consiguiendo con la movilización, con lo
cual sotbrevenía la fuer,te tentación ,de no medir el uso de es 111.0111.
te recurso.
FECH llamó nuevamente a sus afiliados el 11 de junio a un
Faro por el aumento del crédito fiscal. Pero esta vez la
respuesta estudiantil fue diferente. En una palabra, el lla
mado a paro fue un fracaso. Sólo 'en algunas facultades, es-
7ecialmente Derecho, se registró una ausencia a clases signi
ficativa. Fara los diri entes de la FECH esto fue un balde
de agua fría.
lero los errores enscn. Un cuarto llamado, en el cual se
Fue cuidadoso'en la consulta a Jas bases, tuvo mejor respues
ta y dió inicio a una suspensión indefinida de actividades Mai
desde el 30 de `unzo, coincidiendo con un acuerdo de parali-
zaclán de los acacémicos.
Er efecto, el Corité Coordinador Nacional de Aspciaciones de
4-izacerr.icos, ya en Y,-7_ o Labia entregado su apoyo a las accio-
34
k
nes de presión para conseguir, al menos un 30% de aumento en
las remuneraciones. En la segunda quincena de Junio los aca
démicos de la U. de Concepción y de la Chile consultaron a
sus bases sobre la paralización de actividades, la cual dió
por resultado un pleno apoyo, en ambos casos, por lo que la
paralización se dió inicio, en el caso de la Chile el 30 de
junio.
Como se verá, la tan anhelada movilización académica se ha-
bía producido por fin. Con este hecho'los académicos s obtie-
nen también el, liderazgo en cuanto a propuestas Si' acciones a
emprender. Dentro de ellos, los académicos de más altaje- "
rarquía y sus autoridades electas tendrán un peso incuestio- ,
nadie.
Por su parte, el movimiento estudiantil seguirá siendo deci-
sivo, pero al carecer de la capacidad de resolución en el con
flicto, su acción potencializará aun más a los académicos
que ganaran un rol mediatizador y negociador, a través de
sus autoridades que seria vital en la resolución de los cQn
flictos que se avecinaban.
El conflicto que se ,inició duró una semana completa Y, en el
caso de los estudiantes, incluyó la, ocupación de la Casa Cen
tral y su resppctivo desalojo policial lo mismo que de otras
tres sedes de Facultad.
A esas alturas, estuaiantes y académicos apelaron a los deca
nos como meciadores naturales. Cuando estos se convierten
35
en interlocutores iálidos, luego, portadores de sus deman-
das, el conflicto se detiene... de momento. Innecesario se-
rá decir que tan amplio nivel de coincidencia entre decanos-
estudiantes era inédito en la Universidad de Chile y
f ac t or de primera magnitudque no fue percibido por el cío-
bierno; lo que explica mucho de lo que seguiría en adelante.
En parte importante el entendimiento se hacia indispensable-
por la-fuerza demostrada en las movilizaciones recientes por
la FECH. Pero, ¿qué tan fuerte era realmente el movimiento-
a mediadQs del aro 1987?.
1;o cabe duda que se percibía la necesidad de mejorar la re-
presentatividad de la organización estudiantil. Esto queda
patente en el hecho que, en los actos electorales ocurridos-
entre Mayo y Junio para renovar directivas de centros de alum
nos, se observa un inusual aumento de la abstención de ' los
alumnos.
Esto no altera el predominio opositor, pues este sector laiun
fa en todas las ocasiones, pero si daba que: pensar. Además
sobresale el hecho de que la izquierda, ya sea por ganar di-
rectamente o por compartirlo en alianzas, estaba presente en
la directiva de todos los centros de alumnos electos en los
meses seeñalados.
En todo caso, cualquiera que hubieran sido los pasos que se
ensaron para modificar la tendencia a dejar de participar -
en la orcanizacion estudiantil -si es que tal cosa seplan-
36
teó- tuvo que esperar para tiempos más propicios, porque aho
ra asomaba el mayor desafíoque la comunidad universitaria -
enfrentara durante el aflo y en mucho tiempo.
El 21 de agosto se nombra a José Luis Federici rector de la
U. CH. Su llegada coincide con el acuerdo de la Coordinación
de Asociaciones Académicas para un para nacional el 25 de A-
gosto; ya se, hábían adelantado los académicos de la Chile y
la *U. de Concepción quienes iniciaron laparalización el día
17. La medida era de carácter indefinido y se alimentaba de
un creciente temor fT'ente a lo, que pudiera significar la a-
plicación de la nueva política ministerial de racionaliza -
ción de la Universidad.
Al iniciarse el conflicto, Federici fue el que mejor definió
su papel a raíz de la pregunta de un periodista: "Mire, ge-
neralmente me toca hacer tareas que otros no roan hecho oclue
no les gusta hacer a otros y me han pedido que las haga yo;
que quiere que le haga, así es 'la vida. Los tiempos no son
fáciles".
El repudio a su llegada fue general , y la suspensión de acti
vidades prácticamente total. Es más el ambiente general en
la educación superior estaba preparado para movilizaciones -
amplias. De otro modo no se explica que el Paro nacional a- ,
, cadémico del 25 de Agosto fuera un éxito en Valparaíso, San-
tiaco, Temuco, ConceDción y Valdivia.
El 2' de Ácosto los estudiantes ocupan 8 facultades, las que
37
fueron desalojadas por Carabineros. Pero a principios de .
septiembre volvían a repetirse.
Lo extraño era mientras más unanimidad de criterios seda .111111.
pa al interior de la Universidad, más se endurecía la posi
ción del gobierno, puesto que el winistro Guzmán decía sin
tapujos que se podían tomar medidas drásticas y cue suplan
de racionalizaclón universitaria se aplieazia , con o sin apro
.de los decanos.
La paracoja se hizo presente, en una situación por demás com
plicada, cuando el 7 de Septiembre, la rectoría decretó la
suspensión indefinida de actividades en el plantel, como me-
dida "preventiva" para evitar la "incobernabilidad".
Los Que antes quisieron dar la imagen de normalidad optaban-
aflora por impedir las actividades; los que antes querían pa-,
ralizar la universidad para sacar el rector, ahora querían -
activarla con el mismo fin. 'Así, Federici vivía la ridícula
situación de ,cobernar al révés: bastaba que ordenara
irara que se hiciera todo lo contrario.
1.1~,. próximo paso de Federici fue pedirle la renuncia a varios
decanos y días cespué- modificar el reglamento eneral de fa
cultades para -'obernar a través de vicedécanos.
Como lo,T. estudiantes detectaron que el uso de las tomas como
nedio ya llegaba a su 'límite, hizo su aparición la manifesta
ción simbólica, de la cual existieron muchos ejemplos? y que
38
tenía la ventaja de sensibilizar a la opinión pública' me-
dinte el uso del ingenio y sir un desgaste de energía extra
ordinário, en un conflicto que era eminentemente de resisten
cia‹, Precisamente en uno de estos actos (en un carnaval )fue
herida a bala María Paz Santibklez, alumna de l'a Facultad de
Artes.
esto renovó la manifestación estudiantil, ya alicaída, a pe-
sar de la sanción disciplinaria a 1 0 alumnos por su partici
poción en tomas.
Tampoco los académicos flacuearon a pesar de (o tal vez por)
la exoneración de decenas de profesores cada semana. Por eso
cuando Federici dispuso el reinicio de actividades el 23 de
septiembre no se le hizo caso
Al p:egar a este punto la situación de la Universidad de Chi
le 'seguía sin definirse a favor de 'ninguno de los sectores -
involucrados, pero era evidente .que el nivel de repudio al
rector de la racionalización bruta no había hecho otra • cosa
,iue consolidarse desde el primer dia. Eso mismo presagiaba-
al final.
En cualquier otra ccasión anterior el gobierne ya hábría "a-
rrasado" hacía rato. La misma designación de Federici, un
in:-sulto.para la comunidad universitaria, demuestra una in-
creiDle"falta de consideración sobre el parecer de la Univer
sicad, lo cual ya era el modo usual de relación en esta área
en otras, tras la reiterada, experiencia de no encontrar na
39
da al frente 'capaz de resistir la omnipotencia del poder e-
jercido sin controle
Sólo que ahora existía una diferencia: la comunidad univer
sitaria estaba organizada en todos sus estamentos y, en el
caso de los académicos, contaba con sus autoridades reconoci
das y respetadas (decanos y personalidades como Monckeberg),
por lo que ante un atropello reaccionaron no como individuos
aislados y temerosos, sino como un grupo humano cue recupera
su dignidad defendiendo su razón de ser.
Lo que definió la suerte de la Universidad de Chile no , fue,
en ningún caso, la decisión arbitraria de un líder autorita-
rio enternecido por la preocupación de las madres de los es-
tudiantes: fue la participación organizada de una comunidad.
El 29 de Septiembre se reunió por primera vez en 23 años el
Claustro de profesores titulares. Su respaldo a los decanos
fte total.
E,.. e mismo dia. se inició una huelga de narre de carácter in-
deinidc, que lie.7,(5 a durar 17 días. Federici siguió como
-- tal cosa despidiendo decanos y académicos, tratando de' al
canzar i reta ave confidenció a Francisco Orreco: 602 aca-
Ce77:1CO.
15 (4 e Octubre la Coordinación 'de ,cacémicos, pero la ver-
d,f-C era que el movimiento mostraba claros signos de acotarán
to. th. Comité Coordinador que reunía-a académicos y estu-
40
diantes, se vió obligadoa reprogramar sus actividades,de ano
vilización. Por otro lado, las universidades nó directamen-
te ligadas al conflicto estaban entrando al absorbente fin
de año académico y, por lo tanto, su apoyo era cada vez más
nominal. La convocatoria del CONFECH a una jornada de para-
lización estudiantil "en defensa de la educación superior" -
pasó casi completamente desapercibida.
Cuando Jorge Hübner aceptó la decanatura de Derecho que • le,
ofreció Federici, se corrió un riesgo real de derrota, pues
esta actitud podía tener seguidores. La actitud asumida por
los estudiantes de la facultad en ese momento fue un antído-
to eficaz y ayudó a que_ el rector se pusiera la soga al cue-
llo- al cerrar la Escuela, con lo. que obligó a Habner a pre-
sentar su renuncia.
El 29 de Octubre, luego de nueve tristes semanas, cal :a Fede-
rici.
Cabe preguntarse si realmente concluyó todo. Y, la verdad,-
es cue no. Se acabó con Federici pero no con los propósitos
que llevaron a Federici a ocupar un puesto inmerecido.
Queda todavía un plan de racionalización, un ministro dicidi
do a implementario un sistema que lo respalda.
Fara terminar, diremos que este ario fue irreaular en cuanto-
:La renovación de directivas en las federaciones,quedando-
para el próximo, la resolución de importantes procesos elec-
41
torales, entre ellos el de la FECH.
Entre las definiciones democráticas finiquitadas en Santiago
destaca el triunfo en la FEUC de la lista de la JDC e inde-
pendientes, cil,e levó a la presidencia a Fatricio Zapata,
el de la izquierda Unida, con Gonzalo Ode, en la FEUSACH,aun 411.1111.
que ésta última elección fue polémica: en cuanto a dirimir si
efectivamente se consicui6 el quorum del 5O5 de votantes pa-
ra declarar: vállca.
Con es4or resulrados,e1 cuadro electoral de dos de las prin-
cipalés casas ce estudio queda similar al del año anterior.
sorpresa estuvo a cargo de las universidades zrivadas,don
de la derecha perdió la U. Diec-o 'Portales a manos de la JDC
la U. Central, que quedó en poder de la izquierda.
En el norte, la Izquierda Unida mantuvo su control de la U.
La Serena. 1-dentras que en Valparaíso, la JDC Predominó al
conseguir el triunfo en la U. de Valparaíso, la U. CatOlica-
te Valparaíso -; en la sede José Niguel Carrera de la U. Ferie •11111111»
rico -Santa Marfa. La izquierda Unida sólo se impuso en la
. de Flava Ancirla.
tal el sur, lista de oposición unida cano sin problemasel
Instituto Froesional de Chilla. Fero en cuadro se alteró
-4-- rofundamerte con la victoria de la Izquierda Unida en laFEC
en la U. de Jio-Blo, quedando ambas con presidencias de la
JJ.CC.
42
Más al sitr, en la U. Austral la elección tendrá que repetir
se al no conseguir el quorum de votación y, por fin, en la
U. de Magallanes, 'triunfó una alianza lidereada por la DO,'
por sobre una lista de izquierda.
43
CON CL U SI ON
?ensamos que el análisis descriptivo que antecede pue-
de ser sintetizado en alguno, puntos relevantes que resumen lo
central del período expuesto:
a) La presencia constante de la violencia
El empleo de la violeñcia el uso de las técnicas represi -
vas han lido empleadas todos estos ateos en contra del movi-
miento estudiantil.
Desde la "depuración" inicial .posterior a septiembre de 1973-,
pasando por el primer período dei desarr9110 reciente del mo
vimiento, donde el sistema de represión logra ser selectivo-
() por tanto eficiente), hasta este . segundo período ,que co-
mentamos, donde la represión es masiva y contraproducente;en
toca esta secuencia, rpito, la violencia y la represion nun
ha estado ausente, aunque no ha dejado de sufrir transforma-
ciones.
En 1980 el incremento sostenido de la participación estudian ‘
til hace, inoperante el sistema de represión administrativa,-
al tener que asumir dimens. iones de gran escala.
A partir de entonces la violencia Ocupa ótros medios más drás ~DM
ticos que los administrativos destinados a amedrentar (lo que
es una confesión ce impotencia, en última instancia), median
45
te la selección de víctimas -Eduardo ara (19b0), Mario Mar-
tínez (1966)-, el abuso de la violencia desenfrenada - José
.,<andoIE (i9d+) Oscar Puntes (1915¿,), e intentos frustrados:
Cáidenas (19J6) ,armen Gloria Quintana (19b6)-, y la
intimidación física de dirigentes -Marcela Falma (1982), por
nombrar alcuno-. Sin siquiera intentar hacer mención de las
anenazas de todo tipo recibidas por gran cantidad. de estudian
tes.
No extra?..ará, entonces, que si no han sido respetadas las
personas,. tampoco hayan sido respetados conceptos tales, co-
mo el de autonomía universitaria, como queda consignado enel
continuo ingreso de Carabineros a las distintas casas de es-
tudios superiores.
En este sentido, destaca el año lst como un período particu
larmente represivo, desde el comienzo, bajo la conducción del
ministro Serio Gaete. Los costos de la' acción policial fue • ron muy altos, pero -una vez más-, tuvieron el mismo lasti-
moso fin de todos los intentos de contjol anteriores.
b, articiación como antídoto de la violencia
El movimiento estudiantil hubo de ser reconstruido, no en me •100111■
clo de la incilerencia ce las autoridades universitarias, si
no que se levantó como activo rechazo a la aceptación de or-
.;anizaciones controladas, con dirigentes designados desde las
rectorías.
46
Las primeras organizacones de base surgen con la naturali -
dad con que se expresan las necesidades más sentidas, y aun-
que no contaban con el reconocimiento oficial, fueron expan-
diendo su influencia , alcance hastaque fue necesario hacer
les frente.
intento de participación controlada a través de puentes -
institucionalizados, que se crean en 197 i , tuvieron,esta. vialidad esrecifica.
Pero lejos de lograr su cometido, este intento fomentó el de
bate cada vez más 'abierto sobre la participación, - de.pembocan
(lo en una crítica abierta (1970). Las críticas serían aun
controlables por un tiempo (Campus Oriente 1.J.C., 1979), pero
el oficialismo pierde terreno en forma sostenida, al tratar-
deadaptarse a las nuevas condiciones( elecciones de delega-
cos, U.CH., 1979).
Pues bien, desde estos inicios, un motivo constante en lapar
ticipación estudiantil en su repudio al uso de la violencia-
la represión de la que era reiteradamente objeto.
Es .en contra de estos abusos manifiestos donde el movimiento
lacra sus primeros éxitos, que, al mismo tiempo, fueron los y
de wayor apo-yo masivo por parte del alumnado (Campus Maculs,-
15. 3).
Sólo como un ejemplo entre otros, podemos mencionar que en •
los distintos referendum Convocados en la Universidad de Chi
47
le, tanto entre estudiantes (19c5') comdacadémicos (1986), e
videncian lo mwvoritario dei deseo de participación de la ce
77,unidad univcritaría, para tomar sus decisipnes más pro-
dentro de un respezo irrestricto de la autonomía de 105)
dIstinLo.s p'anteles darte del Estaco.
puece arlrmai' L ;/a/1 mow.lizacion e septiembre ce:
Satico, demotIó los métodos no-violentos•¡.o-
crían cDtener éxitos izTortantes, una 7repercusión social
c_luLcir símbolos ("la nanos liMpiac") qué icenti'ficaron no
sólo a la comunidad urlversitaria.
Aún durante el difícil año 19'ct, cuando incluso comenzó a na
curse 'recuente las acciones ce violencia contra autoritádes
universitarias ctesionaca:, For parte de c;rupos reducidos :e
etudlante; es sin embarco'scxprerciette ver como. la comuni
clac universitaria puscó mayoritariamente la expresión pacífi
ca de sus inquietudes. Ejemplo de esto _fue el conflicto con
el rector delecacio Guillermo Clericus, en la Universicad ae
Concepción.
nuevaMente la participaCión estudiantil académica
lue eemplar zostranCo la vocación universitaria por el diá-
, el entendimiento, a raíz de l,a designación del coritxo
yextido Federici..
Ies, en realidac, lo que Cecidió la suerte Ce la Lniver.si
Ce,cnile, _fue. la i^.articipación organizada de su comuní
no la competencia en el uso de la fuerza bruta.
48
c) L a ermanencia de las influencias olíticas
La acción de los partidos políticos ha sido otra de las cons
tantes influyentes en,la evolución del movimiento estudian -
t I, no sólo desde su reconstrucción post 73, sino aún desee
su nacirhieÉ:to.
De tecto, con .1a conquista de las Lederacicnes en 19:,¿,- 5 el
movimiento se constituye como movimiento opositor, y su ceve
nir estará intimamente lic,ado a las querellas estratégicas
que se obseivan al interior de una oposición política tetero
lea 1„or nada, nuestro relato de 1 1.;'6c, comienza con la tonquis
'a de la FEUC por la oposición unida, que fue vista como la
derrota política del grerrialismo a nivel estudiantil, univer
sitario-.5 una especie de saldada de cuentas, respecto de la
i:dtima elección democrática de la L.C. ocurrida más de 10 a
iflos atrás.
Porque, está es sicnificativo, las tendencias políticashan
mostrado mantener, más o menos., la misma proporcionalidad en
la representación sue mostraba el mapa universitario del pais
antes del golpe de Estado, entre la izquiejrcia, el centro
derecna.
ror lo cemás,.los partidos han fijado particularmente la aten
ción sobre las elecciones universitarias.donde, año a aho,se
verilica una ce las pocas elecciones masivas en laS que se a
49
quilata su .tmfluencia y vicencia. De este modo, la ingeren-
cia directa de las directivas de los partidos en este perío-
do, na sido consideraDle,
De esta manera, en 198'-, un cierto . mapa - raficaba, a lo largo
ísIás distintas zonas de influencia.
En el norte existía un claro predominio de la izquierda, alln
cuando las fedelacones se encontraban -en su maoria- desar
ticuladas producto ce los conflictos con las autoridades uní
‘,ersiIariás.
F.,n Valparaíso se observaba un equilibro entre la DC. la iz
Jiscie.:„da, arict e, recu:arment-:, se presentaban en listas con
Er. Santiaco, lidereaba la DC en las tres universidades más
importantes del país.
Foz fin, en el sur se daban situaciones diversas, pero, en
definitiva, se podía hablaz de un predominio DC en la ,ma:yor
parte de los caso', a sea en listas conjuntas o exclusiva -
mente der:,ócrata cristianas.
In síntesis, destacaban tres nechos: a) el control opositor
ce las federaciones era absoluto; b) la democracia cristiana
se perfilaba como la principal íuerza política, secuída, den
tro ce la izquierda, ror el I (a mucha distancia de sus alía
dos; ; ci por lo regula/ la oposición se presentaba unida en
50
1, elecciones y o lasdirectivas de federación eran integra
das.
Lueco, la polarización creciente de 1986 desembocó en, el dis
tanciamiento entre el ?DF y la DC, apareciendo la necesidad -
de nuevas coaliciones.
Con la aparición de la "Fuerza de Cambio" en la U.CH. -con la cual se conquista la FCH- se genera un efecto-demostra-.
ción hacia las demás orcanizaciones estudiantiles ,en las
cuales se ,reproduce la nueva alianza básica DC-FJS „ a ve- \ ces, una de las fracciones social demócratas.
Con estos antecedentes se entiende el mapa electoral de fi-
nes de 1986.
La izquierda (NDF) mantiene su dominio en el norte, mientras
en Valparaíso comparte su influencia con la DC, pero ahora
conquistadas importantes universidades: la Universidad dede
Santiago y Austral.
Aún,la derecha podía estar alegre de haber triunfado en la U
niversidad Diego Portale, por l'a promesa de una hegemonía
Permanente en la educación superior. privada. Además, la de-
recna reacciona creando organizaciones estudiantile parale-
las donde -tiene luerza, pero no tiene esperanzas de triunfar
(Universidad Metropolitana , en otro ámbito, la FENES que
acrupa secundarios).
51
síntsis, aetac'aict tres . hechos: a) se mantiene el control
cycsitor, equilibrado, ahora por la presencia oficial.:sta en
1,1s univuu.,;..„civaa ) 1; pierde terreno respecto
P411,F en €i liderazgo etudiantiU y c) los grandes parti-
1.J5 'DC Iy PC) se debilitan centro cie sus respéctivos conglo-
ros, -1,u1 lavor d las dos principales tendencias socialis
For Ultimo el ano 97 fue muy irregular en materia de elec
clones, aplazándose importantes eventos para 19b. Del re-
2uento de tacis procesos de renovación de directivas de federa
ció que se concretaron, destacan algunas conclusiones par
ciales: a) se mantiene el mapa de iniltiencias descrito con
te:rioridad en relación al predominio de la izquierda en el
t un allanzado liderazgo DO en Valparaíso, lo mismo -
(74,7Lie
b) sin emuarco, la izquierca obtiene un impor
tante triunfo en la Universidad de Concepción y Bío-Bío, con
lo que logra una gran influencia regional, c) la derecha -
pierde bruscamente la esperanza ce constituix la educación u
niversitaria como baluarte inexpucnable al perder la U. Die-
cc) fortales Central.
d) -redorinio de la dentificación de ob etivos estratelias
DesS4 reconsttución el movimiento estudiantil tiene como
(imlicito sólo eA ;:rincipio de colaborar a la recuperación
dez.ocrática en s.
Esta orientaciun es -r articu1.,1rmente dominante desde las pro-
z ,2
testas nacionales de 1963-84, donde el movimiento tiene una
participación activa y entusiasta.
Esto di6 una unidad básica de propósitos en el moMenta 0 la
reorganizacion del movimiento -cuando era relativamento dé-
bal- y aún en el momento en que se cOnquistaron las fepora -
clones.
Pero en este punto se empezó a sentir, cada vez con maYgr in
tensidad, el debate sobre el carácterpacifico o v101erlO
que se le debía imprimir a la movilización. La difput4 fue , • ,
insoluble y slcni ico, en la pr ctica, la implementaciOp 4i-
multánea de líneas de acción paralelas alternativas.
Al administrar las federaciones, los muygenerales Objel41ffis
de democratizar la universidad y colaborar en el rItoyno a
la democracia en el país, se mostraron cadavez más insufi
cientes para Fundamentar la unidad de la conducció4 de las
organizaciones estudiantiles, al no contar con uhConjunto
de prioridades' compartidas en cuanto a las tareas medios -
de acción a implementar.
Los consensos prácticos sobre una estrategia riluy general de
"desobediencia estudiantil" (como se le llamó en 14 FECH)p
sobre una movilización aceptada cuando fueranpasivas, opor-
tunas j eficaces, empezaron a mostrar sus límites.
Hechos co)unturales (como la encarcelación de diriaentes) con
tuvo esta tendencia lenta pero constante, Además, las fede-
MI»
53
:raciones ya 1:,abían ccnsolidaco su posición como actor rele
vante, por lo cual fue que ando más espacio 'a las discrepan-
cia
La aparición dei. Acuerdo aciona1 (195) fue un punto de quie
De allí en adelante lo que cambio no fue la búscueda de la
unidad de la organización, sino la identificación de los ob- ,
jetivos y de las estrategias, en suma, del liderazgo,
19,1 fue ur. 2.;.o de intensa disputa en este ámbito. Entre las
dos estrategias en pugna, la que sustentaba el MDP (agudiza-
clón de los conilictoc2 con movilizacIón ascendente) teriamás
posibilidades de convencer. En toco caso era, sin duda, el
ano más cificil para la estrategia ceneral cel FDC.
En verdad, el cuadro estudiantil se estaba polarizando, tal
como lo muestran, sólo en la capital, las varias tomas de ca
sas centrales y las múltiples ocupaciones de facultades.
El arresto de Andrés Lengifo Gonzalo Rovira rio contribl4é,
IIrPciscaente, a ac.1;letar los ánimos. Lo mismo se puede de
cir del laico encarcelamiento de René Lúes, en Valparaíso.
I'ero luezo de la ..lberación de los dirigentes, y con poste
riorid•a las elecciones de feceración, se empieza a notar
un incipiente reem'plazo de la demostraciones masivas calleje
jeras, en favor (-1 -; las actividades de presentación pública
54
de problemas gremiales relevantes y aún recreación de tradi-.
ciones académicas casi blvidadas.
En 1987 el camino de la solución pacífica del problema uni -
versitario se afirmó en la FECH, al establecerse la interlo- ,
cuciOn con los decanos y el trabajo mancomunado con la aso -
elación de académicos. Este caso se repitió en la Universi-
dad de Concepción y varias. otras.
El conflicto a raíz de la designación de Federici, nuevamen-.
te forzó a objetivos y estrategias comunes, pero, por otro
lado, dejó muchas incógnitas sobre la evolución del movimien
to cuando del momento de la autodefensa, se pase al de la -
propuesta.
S'urce el movimiento uhiversitario ____—_---
La "Universidad vigilada" de los rectores delegados nunca go
z6 de *legitimidad en los planteles de educación superior. Fe
ro no siempre existió un itovimiento interestamental que ,pu-
cliera oponérsele. Al contrario, la extraordinaria ola de_des
pidos de 1973-74 v las posteriores exoneraciones de 1976 no
produjeran la protesta plIblica de los académicos.
Jin embargo, con la aparición del movimiento estudiantil ,que
va ampliando radios cada vez mayores de reconocimiento al de
:recho a participar, también comienzan a manifestarse los aca
démicos y últimamente los funcionarios.
55
,,11-1 lo que a,:a,.....énicos, estos- locran una , -
destacada acción solidalla con los estuciantes detenidos en
19d5, aí _lempo que su demanda pública por mayores
-„;pacios de ),ItCipaCiófl
cn especial en la U.CH. y U. de
Concepción.
EstaDa surgiíendo un movimiento -o sólo ‘,21:.udíantil, sino un].
vezsitario,
A'Hunos, corno el rector So'Lo Mackenney, trataron de que este
oviridento cte los acac&icos fuera un Factor de. contención-
de'las demancias estudiantiles. I.'ste era un signo claro de
cue la incipiente oraanización estudiantil y docente, hacía,
la mantención de la intervención universitaria.
pues, carros parciales •-..Eiro significativos comienzan a
rerlfic:rse en la U.CH. y l U. de Concepción (entre otras),
tendientes a ia nernaliz.-zición de la vida universitaria.
En esos mismos planteles, las asociaciones de académicos ya
r..abían asumido un rol directivo conduciendo la movilización-
a partir de sus r'eiv_L'idicaciones económicas, en junio de 6197.
Al producirse la tan anhelada movilización académica, los. do-
certes obtienen tar.Dién el liderazgo en cuanto a las propues
v acciones a er-..zrender. Dentro dé ellos, los académicos
cem.rás alta jeraruía y sus autoridades electas, tendrán un
incuesitionable.
l'or su parte, el movimiento estudiantil seguirá siendo deci
lvo, pero al carecer' de la capacidad de resolución en los
conEliccos, su acci611 --otencializará aun más a los académi
s. que ganaran un rol mediador y negociador, a través delas
:..,utoridades, ,que sería vítaá. en resolución de los conflic
tos •que siguieren.
*.2ssta actitud ce los académicos, ha sido decisiva para impe
al gobierno la implementación sins más de sus drásticas -
medidas reduccionistas en materia universitaria, aunque el
reconocimiento de esta nueva realidad por demás resistida a
nivel oficial.
De recho, la cesicnación de Federici es derLostrativa de la
típica actitud de.un Gobierno acostumbrado a imponerse con-
tra viento y marea. :esta vez, sus designios fracasaron pues
la comunldac universitaria estaba organizada en todos sus es 111.111»
tac entos y, en el caso de los académicos contaba con autori-
dades , reconocidad y respetadas, reaccionando como un grupo -
l'unan° que recupera su dicnidac.
ecomInio ce la visión ae corto lazo
Cuanto en 1981 se impone por sorpresa el decreto ley sobre
1,nlvcrsidaces, con lo cual se distinguió entre aporte fiscal
e indírecto y se estableció el Sistema crédito uní -
7Prsit lo, se tomó una decisión crucial rara >la evolución -
1-4 r rcvirlient estudiantil.
57
Luego de la crisis económica 83 b4 todas las modificaciones
acmlnistrativas empezaron a fallax por el lado de un finan -
ciaTaento ceda vez más dqcrecienre
E 1985 la primera reivindicación estudiantil, y la más fre-
cuente, .fue econenica: a-iza de matrículas y aranceles y de
nuncia de la Lizensíón dP zr-e1-puesto univP-eV- arlo
Bajo esta presión el movimiento etudíantil comienza a "v4
v- r al día" su .1 elaporar planes de mediano plazo.
Al conLrazío de lo que p-era parecer a rirriera vista, los
ceneralez •,Jue se proponía el movimiento oculta
ban. una :alta de propuestas ezpecl:cas de política universi
taria, que ro ha.*.do mt notorio pues impedidos de afectar
la-s causas cc la sltuaciOn actui .1.a voluntad de diáloo no
es la virtud precilecta del cobierno),ha debido enfrentar en
lo cotidiano :.os efectos de una•crtsis•profunda,
Y es que, en verdad, la crisiz7, univelsitaria tenía incalcula
bles proyeccione: cl financiamiento universitario Ilabía su-
Frize, entre - 19 una reducción Que alcanzaba al 40% C fL: I presupuesto total.
For eso la d'...;3r.;ia dp soluciones económicas creció, sí cabe,
en moto protestanacionales desde mayo, y en los
rneeZ -icuientes, y fue el rema central de los conflictos u-
ni'ersitario:, f. esrecl en la L.CH. donde se intentó una-
:ruta:. con Federici.
Se terminó con Federici, pero la racionalización universita-
ria se "refinó". Una propuesta preparada durante laboriosos
meses (lo laborioso no es sinónimo de resultado flliz) se si
gue implementando. Ante esto ya no es posible continuar con
acciones y objetivos de corto alcance y amplitud.
Incluso, inmediatamente después de concluido este sonado con
flícto el ministro Guzmán informó que el plan de racionali-
zación estaba siendo impulsado "con mucha intensidad".
Una creciente diversificación reconocida
También en 1981, se modificó el sistema de ensehanza superior
estableciéndose, por un lado, la desaparición de las grandes
universidades con presencia a lo largo de todo el país (caso
U.CH. y ex UTE), mediante una división que convirtió en nue-
vas universidades a varias antiguas sedes regionales.
Ppr otro lado, quedó establecido un sistema de educación su-
perior río universiario, a través de los institutos profesio
nales.
Zste techo diversificó la movilizción estudiantil, pero es-
-tuvo lejos de disminuirla.
Las demandas estudiantiles regionales tienen una escasa aco-
gida tanto por parte de las autoridades como de lás mismas -
kederacj,ones estudtiantiles de Santiago (v.g. la manifesta
59
ciOn de las .sees regionall-2:5 de. la IJC. e 1967).
,,• Árante este tiempo las •ex-sedes ki.. vivido bajo la amenaza
• rmanente (concretada en. varias ocasiones) de cierre de ca-;
rieras y restricción de matrícula.
Aora se encu_en:ran en la „,ira de los planes de racionaliza-
c..-ión universitaria, 'o que incluso puede slctificar fusión
• planteles recaznalese
Federaciens estudiantiles de universidades tradicionales,de,
iec±oriales de itz.titutos -;_xofesionales de la
ca¡:•itl o provincias, tocas ellas a:rontan problemasy tienen
Inl¿ereses e in iletudes cificilmente nomoloqables que no to-
eran trataidentos clobalizattes,
1.2 d como cwi2IF...tnente
t‘o tocas las dificultades que afronta el movimiento estudian
t:i son externas, a:cunas tienen relación con su dinámica ir:
terna, en esec
tentación :,ermanente de la dirigéncia-
sepazarse de si base ce apoyo.
1Jonce yr-111.er° se di¿ la voz de alarma fue en la L.C. (1986)
conde :,-,4edaDn. demostradas las dificultades que enfrentaba 7-
la oposcit'n, •uta vez que nabía conquistado las federaciones,
nantener un•contacto expedito con la base estudiantil,-•
sin caeí 'er. -a ;Táctica de una e!política de puertas cerradaZ
60
como se dijo en el proceso electoral, apuntando, sin duda, a
un problexr.a decisivo.
También se podía constatar, corno lo hacía en 1986 , Ricardo
Jdrodsky, dirigente del Bloque Socialista de la FECH "la po
reza en los debates electorales e.. y la falta de indepen-
dencia de las dirigencia5 estudiantiles en relación .con los
partidos en que militanu.
mismo problema fundamental se proyectaba en los llamados
ce moviflización que resultaban, un fracaso si no contaban con
el consentimiento previo de la base (llamado FECH,Jurao 19t7).
Durante 1967 la abstención llegó a ser un fenómenp de cuida-
do, pues debido a ella se invalidó la elección en la Univer-
sidad Austral y estuvo fuertemente cuestionado el proceso en
la Universidad de Santiago. Ese año, sin duda, se previó la
necesidad de mejorar la representátividad de la organización
estudiantil. En realidad, ,las elecciones parciales de cen-
tros de alumnos en la FECH, también demostraban que la abs
tención iba en aumento. Con motivo del conflicto de Federi-
ci, cualquier paso que se pensara implementar para modificar
esta tendencia tuvo que esperar un mejor momento, Pero dejó
el tema planteado.
Se podría ampliar ruco más sobre la experiencia,vivida,pei-¿
;:arece preferible dar algunas pistas sobre los desafíos futu
rc,s cel movimiento. Izo resistirnos la tentación de decir al-
:1/4. , al respecto.
61
6
Ninguna duda queda acerca de„, re cho que los cambios póliti
cos del presente aho redundarán, para el. movimiento estudian
si empezamos a contar til, en e: a nna terrer
desde• el iníciodel prt,sente récji~,
Tan sicnifícativo como la transición -que significó la con-
quista de la £eneracione, rerá, el cambio desde la situa-
clór actual a otra donde rovimuerto estudiantil se en-
cuentre plenamente reconocido y donde, además, no se tendrá-
como norte el cambio radic del sistema político vigente
Efecto directo de lo, anterior tera,•por supuesto, la imposi-
. Rliidad de mantener, como caraqterística de casi todaslas
conducciones e5,1tud±anzi3,es, el inmediatismo,-tal vez explica
ole en medio de las precarias condiciones de influencia•estu
diantil y diálogo anterestamental que se han dado hasta hoy,
pero que, serán -va empiezan a ser- extemporáneas para un me* 411•11.■
mento caracterizado por las IL/To:euestas seruLz_cralnyll.
3i bien es cierto que el cambio de situación sociopolítica -
es inevitable, no lo es en manera alguna el modo corno serán
enfrentadas las nuevas condiciones por las organizaciones es
tuicantiles y, en especial, por'quienes las liderean.
Visto desde la perspectiva actual, tan posible es para el mo
vlmiento estudiartil ser arrastrado por la corriente de adon
tecim:kentos, 'como establecer un curo de acción posible, to-
ancc en cuenta lo que sobrevendrá.
y
Fero, con todo, puede que el camino de la responsabilidad sea.
dificil de seguir,' por el enorme Pe o de la inercia que a-
rrastra el movimiento desde hace tiempo. Además la coyuntu-
ra que se avecina, y sus Consecuencias inmediatas, jugarán a
kavor de una dedicación casi exclusiva a ella. De este modo
puede sucedel que, como hemos dicho en otra ocasión, por ha-
cer lo urgente se deje de hacer lo necesario.
Aceptando lo anterior, me parece que, de, la experiencia de
estos años, se pueden desprender los siguierites aspectoth co-
mo notes relevantes para ser tomadas en cuenta desde hoy.
1. La necesidad de re arar el cambio de etel
Como hemos dicho, e movimiento estudiantil xegliere que
sus m, embros, y en forma especial su dirigencia, empleen-.,
su inteligencia y voluntad en r supel'ar el inmediatismo ela
borando programas de acción, al menos de mediano plazo.
Un modo de organizar el movimiento está a punto de quedar
manifiestamente obsoleto a los ojos de todos. Las seña -
les de delscaste son hoy ya un lugar común para muchos y
puede 'recibir un nombre sintético: la tentación de la me
diocridad.
Si los diricentes se dejan atrapar por-la apasionante co-
yuntura tendrán tiempo para observar que, al día siguien-*
te del triun.Eo dejarán a sus organizaiones sin una razón
de ser profunda y permanente, 10 cual será catastrófico -
63
e .,,ncluso, desde 4
la óptica política,
ci
111 qe la democracia futura reque
interaládias fuertes y
2-, LJfl flO i £COi1OL 2Q'i Oflá. iç tareas
asu- W7717. MeMSOirre».1 1)
M en
De más es„:ará decir que siempre el 'movimiento estudiantil_
en ,nuestrpaís y a
7.4.chos otros- ha dedo establecer
un equili,)rdo tinámlco y precario enI
su interés políti
co y su interés gremial,›
Esto no , invecloso, ti einb&co es pertinen-
te p:Lica Z:Sta consttacii!'1. a nust;no Futuro inmediato
1.,,,erc:a.ta-rrtc?....; de
hecho, no por obvio, menos impor
.tante.
Sin ir más lejos, cuando las federaciones no son recono-
cidas y no cuentan con financiamiento estable acorde con
sus necesidades; es natural que su principal acción está
dada por un reccazo activo contra el sistema universita -
/u° que intenta áhogarlas. En una palabra, la prioridad,
ez política. A pesar de que mucnos se hayan dado cuenta-
d>e, los peligzos de la unilateralidad que esto implica, no
::an tenido ilasta ahora posibilidad alguna de revertir o
liatizar esta orientacion.
64
Caso excepcional en esta tendencia es recientemente- el
de la FEW, que'ha'vivido una situación de "privilegio"
relativo (por, estar plenamente reconocida; gozar de una -'
serie de facilidades y contar con recursos propios). ,Por
lo mismo, fue en la Universidad Católica donde primero se
ha cuestionado consistentemente el estilo político avasa-
llador y donde más avanzado se tiene el tipo de respues
tas que en el futuro serán las más apropiadas.
¿Cuáles son estas respuestas?. Aunque pueda parecer des-
concertante para algunos, el estilo de la respuesta más a
propiada seráa más típica de la tradición estudiantil
chilena: de política sólo se puede hablar con legitimi
dad cuando el principal esfuerzo diario se ha centrado en
la solución de ,los problemas gremiales, cotidiano, case -
ros y múltiples. Sólo así se mantiene vivo el interés del:
alumnado por la organización que los representa, pero es-
to no significa olvicar el papel que la política ha juga-
do y jugará en el movimiento estudiantil, aunque éste de-
be ser también redimensionada.
3) La ojción ;por una presentación universitaria de la ;olí ti-
ca
Isitnca será recordado lo suficienteque en la universidad-
se forma parte importante de la elite dirigente del p4s,
papel que esta institución nunca ha dejado de cumplir,aun
que esta tarea pueda ser realizada con más o menos falen-
cias y se:,cos.
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quG« la lunirsdad hace (legítimamente) po
ltica, y, lilás especilicamente,-es una constante histsbri
ca ld la itayoría de :los futuros. „ .
embel.to cuitl.vude Id íizilticu se' debe hacer aquí
a u-, nivel --viversitario de un modo critico, complejo y
metódico, trascendiendo la mera repetición de "slogans" -
nal digeriCo. 3.1y per el contr-axio, ULa opinión sobre
los grandes nacionales, hecha con altura de miras y funda
nento lólidc si drjai'á de tener la repercusión que en o-
tras épocas alcanzó.
Urge,pues, recobrar 1 tradición ce excelencia universita
ria entre los d±riqente el movimiento, para convertirlo
en una verdadera es:cuela de vida democrática ) liderazgo
intelectual.
4) La definición de una olítica universitaria
Como sea que se le mire, es un hecho que ya hoy en la uní
versidad se están discutiendo programas globales de rees-
tructuración académica y administrativa. ("Se está dis-
c..itiendo, pero no por los estudiantes. Los primeros en
las denuncias están siendo los últimos en las propuestas).
LOS cambios polítimg que se avecinan no alterarán esta
tendencia, :or lo cual se puede decir que ya hoy el movi
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miento está retrasado en lo que se relaciona con la pre-
seiltaciall de una polltIca universitaria definida al menos •
en sus líneas mazrice rJ
Tener una ,visión de conjunto del tipo de universidades -
que el país necesita no es cosa fácil, Requiere de un
largo y prolongado esfuerzo que, no por lento, es menos -
necesario dar inicio.
Como no recordar que los procesos de reforma universita -
ria tstuvieron precedidos, por ejemplo en el caso de la
Universidad de Chile, por sucesivos eventos de síntesis -
de los,planteamientos desarrollados en las distintas f
cultades y de aquellos que se difundían por el trabajo
creativo de universitarios de selección.
Por eso tener una propuesta de política universitaria no dice relación con buscar proposiciones 2.112112121212122 de lo que propongan los otros, estamentos o estén implemen
tando las_ autoridades en cada plantel. Esto sería una
torpeza inaudita,
Probablemente lás prcpuestas no serán nunca una, ni tampo
co sean w:clusivamene estudiantiles. Al revés. Por un
lado, se debe promover la discusión pluralista aunque, des
luego, combina con cefinicione: democráticamente asumi-
das, cue le den unidad a la acción de las federaciones.
For otro lado, el movimiento estudiantil debe promover el
ciáloco —1terestamental, del Que no puece salir sino for-
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talecio que carrestnd:17J en ,nitud 1 la más profunda -
vocacYn --n ur: t
Ua mi: q/i,e z requIere el inicio de
licuentr' muales d(1- cIs;un de política universitaria
en cada ca Üc 2studlz, supe:iozs Est esfuerzo es de especí'' pcwcs el desarlollo, noy precario, de
las universidades regionales, cuyas necesidades han sido
infravalorada 'rasta ahora por los representantes de e el
resto de las federaciones estudiantiles. De este modo es vital ue los centros estudiantiles más pujantes de
las regiones' (cor- o son por ejempk°, Valparaíso, Concep
ción y Valdivia), se represente los intereses de la uni-
versi-,?u v ce recudn mancomunadamente. S6lo así la
coordinaci¿ de leaYrlones en iLmcionamiento, al dar
cuenta de la plralída, de situaciones y perspectivas, da
rá un sentido más real a la expresión "movimiento estu- tiantW!, (--ue hoy en casi no pasa de ser un término
cenérico bajo el cual englobamos una heterogeneidad insos
pechada.
'zstamos ciertos'. rue la etapa cue se vislumbra será apasio 411111111*
nante ae vivir ara cuienes no se conformen con la heren-
cia que recibieron, sino que busquen dejar un mejor lega-
do para los cue tomen el relevo.
Entregar a nuestro pueblo la universidad que Chile necesi
ta, sigue nierco noy una tarea por hacer.
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