sinay - vida de don luis costa

98
SALOMON SINAY V i d a d e on Luis Costa FUNDADOR DE CAMPANA BIBUOTEGA PUSUCA municipal CAMPANA 10 44

Upload: sergio-mario-herreros

Post on 21-Nov-2015

54 views

Category:

Documents


14 download

DESCRIPTION

Biografía de Luis Costa

TRANSCRIPT

  • SALOMON SINAY

    V i d a d e

    on Luis CostaFUNDADOR DE CAMPANA

    BIBUOTEGA PUSUCA municipal

    CAMPANA

    10 4 4

  • HIHI.IOTECA PUBLICA MUNICIPAL DE CAMPANA

    VIDAD E

    D ON LUIS (OSTABiografa del fundador

    de Campana

    Por

    SALOMON SINAY

    C A M P A N A

    18 4 4

  • Pblica Munici

    ISION ADMINISTRADORAAO 1943- 1944

    PRESIDENTE

    D. JORGE P. FUMIERE

    VICE - PRESIDENTE

    Dr. JULIO J. Di LUCA

    SECRETARIA

    Sra. MARIA L. DE OLIVEIRA

    TESOREROD. BARTOLOME J. PERRONE

    VOCALES:

    Pro. VIRGINIA E, DE BADANO OTILIA QUIROGA

    Df. EDMUNDO SAVASTANO

  • ADVERTENCIA

    a- imenlo del pasado de los pueblos de la provincia de Buenos

    IHuya captulo nuevo en la historia argentina conempornea-: .-le insistir en que se incurre en grave error dando poco

    ii mida la historia nacional con Caseros-

    l.|.in do la Historia Argentina Contempornea dice el Dr. Leve-ron o tituir parte principal la historia de loa Pueblos de la Provin-

    1 1 es, muchos de elfos antiguos pueblos renovados en su es-n lera vigorosos injertos de las corrientes inmigratorias y otros,

    .i t va fv brotando hasta cubrir la extensin del dilatado es-

    y nuevos pueblos fundados en las sucesivas demarcacio-ttorns con los indios o en las avanzacas .de las lneas de ferroca-i hatoria seala etapas sobresalientes en el desarrollo de la c-nrijontina.

    lilidad de! aporte aue corresnonde a la Biblioteca Publica

    ,. que atae crl pasado de Campana, ha determinado a laIstradord la realizacin de un concurso de monografas his-

    iiii lecluctdo el ao ltimo, y en el que intervinieron como Ju-noros doctor Ricardo Levene, Enrique Udaonda y el que sus-

    |o adjudic el primer premio al Dr. Salomn Sincry por su tra-. -I.. don Luis Costa, biografa del undador de Campana"; el

    n la seora NJida E. Cruz de Edgar por su monografa "Mis-Ira Federal Argentino de Campana", y el tercer premio al seor

    SU irabajo "Historia del Teatro en Campana",'

    i uremiadas, y en general todas las que se han presen-il : ii trabajos muy estimables que es-a Biblioteca har publicar,a. tai seguir, sin. duda, con. inlers y simpata.

    po] ular de este concurso es un hecho de significacin. Tras-.

    I .ontimionto del vecindario e alcance iormativo, y no mera-RnCVO* do tales estudios locales, despiertan la conciencia delIfnn amor y respeto a las figuras principales y episodios sobre-mlllando asociarlos a la concepcin de una historia nacional.

    iio con la publicacin del trabajo del Dr. Salomn Bi-llnllvo, hijo de este pueblo, temperamento dinmico doto>

    Ulp, y do cuyo espritu de investigacin y amor a esihn debe esperar la obra cultural que auspiciamos,

    i n' u de Ib Jigura patriarcal de den Luis Costa, que Bnav! escenario encumbrado y borrascoso de la poca-

    h..li junto homonajfl de la memoria de sus ilustres lundadorei. ennoblecido an mas, con el fecuerao y la conciencia de suiiimuIii v ubokrigo.

    JORGE P. FUMIERE

    MfW, Hu|>lljnl.irn i|< IM'1

  • na Miembros de la( 'imiisin Administradora de la

    Biblioteca Pblica MunicipalCampara

    Me BS grato someter a vuestra consideracin, la realizacin

    onctirso de "Monografas sobre el pasado de Cam-

    i.ir. razones que fundamentan esta iniciativa y su opor-Ulnldul, se expresan en los considerandos del proyecto de re-

    qua adjunto y que contiene, adems, las bases a quem nJtiKlarfa el certamen y las recompensas que se proponen

    m mura de estmulo.

    lidie proyecto ser considerado en la prxima reunin denlKln, oportunidad en que aer fundado mas extensamente

    i :i ob ruego le prestis vuestra aprobacin.

    JORGE P. FaHKKEPresidente

  • 10 -

    Concurso de Monografas sobre elPasado de Campana

    9e invita a la poblacin de Campana a participar en el concurso do.monografas sobre la historia de nuestro pueblo que ha resuelto organi-zar la. Biblioteca Pblica Municipal de acuerdo con la siguiente resolucinde ceha 28 de Febrero de 1943.

    CONSIDERANDOQue constituye un evidente aporte a la cultura local, la recopilacin de

    todos los antecedentes que documenten la evolucin de nuestro pueblodesde su fundacin y destaque los aspectos ms interesantes de la misma;que la verdadera importancia de esta labor ser apreciada con el eorrefde los aos; que esta iniciativa brinda a los estudiosos de Ja localidady en especial a la juventud, la oportunidad de ejercitar aptitudes que hancarecido hasta ahora del necesario estmulo; que siendo indispensable-contar para los fines que se persiguen, con la colaboracin de los anti-guos vecinos del lugar, por lo que se trata de una iniciativa que no ad-mite dilacin, la Comisin Administradora de la Biblioteca Pblica. Muni-cipal d Campana.

    RESUELVE:1) Organizar un concurse-, de monografas inditas sobre aspectos del pa-

    sado de nuestro pueblo en el orden poltico, social, industrial, edilicio,cultural, etc.

    2) Los ternas sern a eleccin de los interesados y podrn versar sobre:

    En l orden poltico

    Dependencia poltica de Campana; historia de nuestro pueblo duran-te el perodo 18751SS5 .en que dependa de Capilla del Seor; la forma-cin de los partidos polticos, sus hombres; biografas de los Intendentesy Comisionados; los movimientos revolucionarios Iccale.s y repercusinlos nacionales; historia re la Municipalidad de Campana; del Concejo De-liberante; del Juzgado de Paz'; cual es al fecha de fundacin de pueblo,te.

    En el arden social

    Historia de la asistencia mdica; del Hospital San Jos; de las primeras farmacias; del cooperativismo; del mutualismo; de los espectcu-los y diversiones; de las reuniones sociales; del Club Social; de la Iglesia;de los servicios pblicos; de los transportes; de la vida deportiva; rielCampana Boat Club, etc.

    En. el oeden industrial

    La historia del Frigorfico; de las fbricas de papel "El FnixBuenos Aires"; de la Ca. Irt) edilieia; del alumbrado; de la formacin de barrio*;1

    I Imirlo y Ciudad de Campana; de la nivelacin del pueblo-

    .1,- la nomenclatura de sus calles; de los constructores;iIoKiaica de Campana, etc.

    i n l orden cultural

    |(*I lampana; historia del Consejo Escolar local; biografas

    1 lela privada; de las primeras cooperadoras escolares;i us poetas y literatos; de su teatro; d sus agrupacio-

    l' 1 1 i>ui ni';

    fVfMlMtlM l'i"

  • ACTAEn la ciudad de Buenos Aires 27 das del mes de febrero del ao

    1944, se reunieron ios miembros del Jurado nombrados por la BibliotecaPblica Municipal de Compaa, para dictaminar sobre los trabajos presen-tados al "Primer concurso de Monograas sobre- el pasado de Campanaorganizado por la citada institucin: doctor Ricardo Leven, Director Hono-rario del Archivo Histrico de la Provincia de Buenos Aires; seor EnriqueUdando, Director Honorario del Museo Colonial e Histrico de Lujan y sf.or Jorge P. Fumiere, en representacin de la Comisin Administradora nto do Ui Comisin Ad- ENRIQUE UDAONOminlm i'uiloi'ii

  • 15

    INDICE

    Quininas preliminares 21

    la. PARTE

    ORIGEN DE LA FAMILIA COSTA

    Capitulo I

    DON BRAULIO COSTA

    Braulio Costa, padre de don Luis. Actividades polticas y mili-res de don Braulio. Doa Florentina Silvia Ituarte. Don Brauliouihro del Cabildo de Buenos Aires, de la Logia Director ial, de

    l .lunta Protectora de la Libertad de Imprenta. Contribucin paraId expedicin de los 33 Orientales. Nacimiento de Eduardo. Acta.' 1 1 n i de don Braulio en el Banco y Casa de Moneda de ia Rioja 25

    2a. PARTE

    NIEZ Y ADOLESCENCIA DE DON LUISLA CASA PATERNA

    Captulo II

    NACIMIENTO DE DON LUIS COSTA

    fin del Poder Ejecutivo y Presidencia de Rivad&via, Dificulta-ile su gobierno. Actividades de don Braulio Costa. Su actua-soi Ial. Sociedad comercial minera con Quiroga. Nacimiento de

    u ii ii [lechazo de la Constitucin sancionada por el Congreso. Fra-ilo la misin Garca en Rio de Janeiro. Caida de Rivadavia.

    h nos de Vicente Lpez y Planes y de Dorrego. Revolucinihi ida por Lavalle. Fusilamiento de Dorrego 33

    Capitulo III

    f i'l'liAS ACTIVIDADES DE DON BRAULIO

    i i uNiimtn i\- la metrpoli alrefledor del ao de nacimiento de LuisOiialn, Ludan poltico, Pacto d Lavalle y Rosos, tritervencln dedon Braulio o nrudUador, Qblurno ci VlamOnte. Tramado doijulroiia n Buenos AJrfl, Don Braulio Costa Importador da textosMotarlas y novoiesoos OTtUaclmisnto da i abuela mataron da donLUI .,,,.mim

  • BRAULIO COSTA CONCILIADOR

    Periodismo de Buenos Aires alrededor de 1833. Su prdica violenta yapasionada. Movimiento subversivo para derrocar al GobernadorBalcarce. Don Braulio Costa conciliador

    Capitulo VDON BRAULIO Y QUIROGA

    Instalacin de Quiroga. y su hijo Ramn en el hogar de los Costa.La mansin de don Braulio centro de actividades polticas y mi-litares. Veladas histricas en la Casa paterna de don Luis

    Captulo VI

    LAS TERTULIAS EN LA CASA PATERNA '

    Final de 1833. Antagonismos de Quiroga' y Rosas. Tertulias en la casade don Braulio Costa y conversaciones de Facundo

    Captulo VIIPERSPECTIVAS DEL PAIS A PRINCIPIOS DE 1834

    Llegada de Rivadavia a Buenos Aires. Ei gobierno de Viamonte leprohibe desembarcar. Ofrecimiento de Quiroga

    Capitule VIII

    ROSAS PERSIGUE A SU PARIENTE DON BRAULIODetencin de don Braulio Costa. Su fuga a Montevideo. Traslado de

    doa Florentina y sus hijos a la chacra de San Isidro. Depredado,nes de los esbirros de Rosas.' Visitas do Quiroga a la chacra. Anc-dota relativa a una d& esas visitas. Regreso a Buenos Aires de lufamilia Costa

    .. "*"' \v v.V'-?.*>jflj^

    Captulo IXPANORAMA DEL PAIS

    Postrimeras del 34. Panorama del pas. Contienda de gobernadorPH.Misin mediadora de Quiroga. Barranca Yaco. Cuadro de Biiorii.nAires. Persecuciones. La suma del poder pblico. Proceso do loliautores materiales de la tragedia de Crdoba

    Capitulo XLOS PRIMEROS ESTUDIOS DE DON LUIS

    Ejecucin de los Reinar y Santos Prez, Visin de Luis Cos:. flOnocimientos elementales de Luis. Su onsonanxa

    Capitulo XZH GENERAL GICROMMO costa, primo DB DON I.1UM

    BtoUAQ irmirA. Atropi-llo 1| Hmtlodncl POKftlW lliwUurnilM.A. molrtn do] titiroDol CtorftMQM CoJlft, IWviihu do lu M In Mar-(In littrclii.

    .

    7

    3a. PARTE

    DE DON LUIS - PANORAMA DE LA EPOCA

    Captulo* XII

    ICUOUERDOS DE DON LUIS COSTAii lu ii Buenos Aires del General Jos Mara Paz. Re-

    i'on pi racin popular, Asesinato del Presidente de ai lantes. Ejecucin del Coronel Maza. Consterna-

    do! pueblo de Buenos Aires. Huida del Generali Paz.ii i

    .i, lu esposa de Rosas.. La divisa federal. RecuerdosMIA lid casa del Restaurador, La quinta en PaLermo.

    ild lije de la familia Costa. Conversacin entre Ro-i i Ksiiidios de don Luis en el Colegio de San Carlos 69

    Captulo XIII

    Kl. IDILIO DE DON LUIS COSTA.

    i ' Aires. Construccin de la Alameda. Recuerdos>|i Luis Costa. Idilio con Lina EchenaguCa 75

    Captulo XTV11AK V 1ILKROTAS DEL PRIMO DE DON LUISMi monel Gernimo Costa. Sus victorias y derrotas.

    iii.M. La intervencin de Inglaterra y Francia.i" ii'n km itowatiea '.

    Captulo XVl.l'IM OOHTA V LA JUVENTUD DE LA EPOCA

    ii tiiHiri iiepet'cucin en nuestro pas .Esperanzaslu In Juventud de esos das 81

    tSBttJtO XVI1 v TRAGEDIA DE GAMELA O'GORMAN

    * . t> 1 .1 unlili'i'iui

  • .18

    Capitulo XIX

    LUIS -COSTA. DIPLOMATICO

    Fundacin del Club de Progreso. Lus Costa integra una misin di-plomtica ante la Corte del Brasil

    4a. PARTS

    DON LUIS COSTA EN CAMPANACapitulo xx

    SU ENLACE CON Dfia. LINA ECHENAGUCIA

    Enlace de don Luis con Da. Lina Echenagucia. Viaje de don. IbadisLaoMartnez y Luis Costa al RLncn de Campana. Instalacin de donLuis y doa Lina en la estancia de Campana, Progresos del es-tablecimiento rural. Adquisicin del mismo. Fallecimiento de donBraulio Costa

    Capitulo XXILABOR BE DON LUIS COSTA EN LA ESTANCIA

    Mitre, Presidente del pas. Su poltica econmica. Construccin de losprimeros ferrocarriles. Influencia sobre el establecimiento rural de

    los hermanos Costa ... ^ ........

    .

    Capitulo XXII

    LA TRANSFORMACION DE LA ESTANCIA

    La guerra de la Triple Alianza. Desvalorizaein de los productos agr-cola-ganaderos. Transformaciones introducidas en las tareas de laestancia de Campana. Industrializacin de sus productos. Incre-mento de la poblacin - .

    Captulo XXIII

    LOS VIAJES A BUENOS AIRES

    Viajes de don Luis Costa a la metrpoli. Ancdota de un regreso encompaa de un amigo

    Captulo XXIV

    DON LUIS COSTA, LEGISLADORLuis Costa Senador Provincial por la ciudad de Buenos Ares. Insta-

    lacin fie los primeros tranvas en la metrpoli. Un viaje deeisivoy el voto de un espritu progresista

    Capitulo XXVLA VISION DE PUEBLO

    Construccin de una mansin confortable en la estancia de Campa-na. Adquisicin del vapor "Campana". Nacimiento del primer hi-jo (1870). Don Lu* y I. Eduardo encaran la posibilidad de crear unpueblo ; Froyocto de rnn..< i im-imi de unn linea frrea hasta Cam-pano. visiiinM poco gHMnfi Don Lula Coate soldado de la MiiHnNacional, Conitruodin dfl ln pftrl* bnju la actual cauu woLmio.go> Inlolaoln >! ihm oI>cm Un Instalacin del CorrosArxIl Julio(unta l.ndovli'o M.fti'iinli y l'Jtnlllo DtoUi

    ,

    Captulo XXVILOS COSTA Y LA REVOLUCION DE MITRE

    manos Costa y el General Bartolom Mitre. Revolucin dei 74ulacin de Junin. Exilio del Dr. Eduardo Costa. Repercusin

    la administracin de la estancia de Campana. Progreso de lasobras del /ferrocarril

    Captulo XXVIICAMPANA EN EL ASO 1874

    niormacin de "La Nacin" del mes de julio de 1874Captulo XXVIII

    EL TRAZADO DEL PUEBLO".sor Carlos de Chapcaurouge. El trazado del pueblo de Cam.

    tmim, Venta de los primeros lotes, Nota de un corresponsal deLn Nacin" de fines de 176. Nacimiento del segundo hijo del

    nitilrimonio Costa

    Captulo XXIXEL TREN DE LOS COSTA

    "tes de la construccin del ferrocarril de Buenos Aires ainfluencias personales de don Luis Costa ante el Pre-

    1,1 " Avellaneda y el Gobernador Castro. "EL tren de los Costa",nli

    '

    acin para construir el muelle. Don Emilio Costa es desig-" ulu Alcaide de la zona ocupada por el poblado

    Capitulo XXXLA NOBLEZA DE DON LUIS

    ncctliita qu evidencia la nobleza de su espritu

    Capitulo XXXIDON LUIS COSTA V LOS PRIMEROS POBLADORES1 Eduardo Costa del exilio. Su llegada a Campana. Cir-

    llnt'lori del primer tren a Campana. Lleguda de compradores del'ml.'ibrHs de aliento de don Luis Costa, Rasgos que definen su

    lnii bondad

    Captulo XXXIIINUNDACION DEL JOCKEY CLUB DE BUENOS AIRES

    Wfln del Dr. Eduardo Costa en las actividades polticas. Pol-Ilacin, El SO. Ley de federalizacion de- Buenos Aires.

    "' nropuoata para sedo del gobierno de la Provincia. LuisiIh rnnilrilor dol Jockey Club de Buenos Aires

    Capitulo XXXIIIDON IJHS COSTA Y LA AUTONOMIA LOCAL

    fiutiMMM...n ht idjiii ,J dftn Luis Costa, de los principales vecinos de

    i Miniuiii Iniciacin dr-l movimiento separatista. Instalacin de Una"", ilotrndu del preceptor don Eduardo Cnsaux

    Cu pitillo XXXIVLAS ICNUNIONNN HOOIALICH

    tllH.icl. iimNIm ln nmnalnn do luu Cot n Caiiuiqua

  • 0

    Capitulo XXXVCAMPANA EN 1885

    Panorama de Campana alrededor del ao 1885

    Captulo XXXVIDON LUIS COSTA JUEZ DE PAZ

    Don Luis Costa es designado Juez de Paz de Campana

    Captulo XXXVIIDON LUIS COSTA PRIMER INTENDENTE

    Ley Be creacin del partido de Campana. Designacin de laprimera

    Comisin Municipal. Su labor. El primer Concejo Deliberante. Ac-tuacin de don Luis Costa

    Capitulo XXXVIIIEN RASGO DE DON LUIS COSTA

    Presidencia de Jurez Celman. l 90. Fuga de Jurez Celman y lle-gada a Campana. Se pide precio por su cabeza, Don Luis Costadetiene el brazo homicida . .

    Captulo XXXIXEE DOCTOR EDUARDO COSTA

    El doctor Eduardo Costa Interventor en la provincia de Santiago delEstero. Su regreso a Buenos Aires. Conceptos del discurso de ungran patriota

    Capitulo XLDON LUIS COSTA M0DN1CIPAE DE CAMPANA

    1893. Don Luis Costa nuevamente miembro del Concejo Deliberantede Campana. Se le ofrece al Dr. Eduardo Costa el Ministerio deJusticia e Instruccin Pblica de la Nacin. Una misin de LuteCosta ante doa Florentina. La respuesta de una espartana

    Captulo XLI

    MUERTE DEL Dr. EDUARDO COSTAEnfermedad del Dr. Eduardo Costa. Alternativas. Su fallecimiento.

    Repercusin en el espritu de don Luis

    5a. PASRTE

    EL OCASO DE SU VIDACapitulo XLII

    ENFERMEDAD DE DON LUIS COSTAFines de 1897. Una afeccin cardiaca comienza a minar el organismo

    de don Luis Costa. Fallecimiento de don Emilio Castro. Donacinde un terreno para escuela. Don Luis Consejero Escolar. Centena-rio del nacimiento de doa Florentina. Don Luis dona el terrenopara el cementerio de Campana.

    Capitulo XLIIISU MUERTE

    Evolucin de la enfermedad de don Luis Costa. Su fallecimiento. Se-pelio. El cortejo fnebre. Homenaje del Concejo Deliberante deCampana

    Consideraciones finales - -

    DON LUIS COSTAPALABRAS PRELIMINARES

    iin lona dos viejas deudas de gratitud que saldtrr uno,por completo; la segunda, saldada o medias. La primera

    i..iiu como es nautral. x la investigacin que aclarara el origen,

    t ib apacible rincn lugareo; la segunda consista en seguir la^^Htorla vital de los dos hermanos que forjaron esta realidad ur-i lumire con sus "Orgerues de Campana" deja concluido el

    ' oMlabn de la vasta labor investigadora que nos reclama le

    i. iii.iil(id. Becerra con "El Doctor Eduardo Costa" y "Eduardo Costaloor del progreso agropecuario argentino" agota en forma con-"1 ostudio biogrfica ele una de los fundadores de Campana,

    I nimba condensar en un trabajo escrito la efmera impresin de losudos dispersos que- dejara la vida del otro fundador de este

    blo. Consecuentes con este propsito nos dimos a la tarea de esrlilil la biografa de Lus Casia. Tarea que hemos realizado con ell'ililii atributo del cario y de la dedicacin. Cario de quien cumple-

    i

  • l)o L u i $ CostaBfi lo poou do nu radicacin

    ni rrcmifMiiin

  • 1 & PARTE

    Origen de la Familia Costa

  • 25

    CAPITULO I

    Don Braulio Costa

    Don Braulio Costa, padre de don Luis. Actividades polticas y miiita1-> ili< i ton Braulio. Doa Florentina Silvia! Ituarte. Don Braulio, miem-i le Cabildo de Buenos Aires, de la Logia Directorial. de la lunia Pro- i de la Libertad de Imprenta. Contribucin para la expedicin detan 33 Orientales. Nacimiento de Eduardo. Actuacin de don Braulio en

    ' Dunca y Casa de Moneda de la Bioja.

    MI origen, de la famia Costa era -francs, y el primitivo apellido l osle, que los padres de don Braulio espaolizaron, impulsados

    i lun circunstancias y el medio en que vivieron (1).

    La adolescencia de Braulio, el despertar a una vida plena de

    Licias casi fantsticas, coincidi con el despertar a la vida li-

    lin eln m aldea natal. Los acontecimientos del ao 10 lo hallaronwluro para el discernimiento; y su espritu patriota no trepi-

    iadres de don Baulio eran Gabriel Costa y Juana Marta SLnforosa/. de la Torre, unidos en matrimonio t Bs. Aires en la Iglesia

    (lo Ui Merded, el 30 de octubre de 1772. Los abuelos de don Braulio,pr va paterna, eran Jean Coste y Jeanne de Bolain, de Limousin

    inda) quienes contrajeron nupcias en 1750; por va materna loFiloron Bartolom Nez y Mara Luisa de la Torre, radicados en Bs.

    , loa que se casaron en 1756. Los hermanos de don Braulio fue-. u) Fernando Costa; b) Santiago Costa, casado con Magdalena So-

    nittlo Arroyo; c) Juan Antonio Costa, casado con Sabina de Vinagra ynuit.rimonio que tuvo 4 hijos, uno de los cuales fu- el ms

    i iri Genoral Gernimo Costa, primo hermano, por consiguiente, dei ,uIh Costa; d) Estanslada Costa, casada con Ramn Tobal C&sa-imiii

    , o) Vicenta Costa, unida a Joaqun de Araujo, de Salta;, f) Da-m1 nuil, Cunta, desposada con Bernardo de Benavdez; g) Pascual Costa,t}Ud habfn contrado enlace oon Maria Trpani Castollnnos, de la so-

    i dAd ii aguaya; y M Crlstlnu Costa, casada con Juan Tomas Ortlz.

  • 26

    d en indicarle la ruta enequvoca. Acta de inmediato en los mo-vimientos de agitacin y el lo. de enero de 1814, en un acuerdo delCabildo de Buenos Aires, por votacin cannica, lo elige Alcaldede barrio del Cuartel No. 4 (2).

    No descuida los deberes de la milicia y sus aptitudes de man-do dan origen a su nombramiento de Teniente del Segundo Tercio,el,9 de febrero de 1816 (3).

    Su invariable tesn, patritico y su firme actividad en pro dela causa localista, hacen que el Cabildo, en su sesin del Io de enewro de 1819 lo designe Regidor (4), incorporndose de inmediato alreferido Cabildo.

    Por ese entonces Braulio tona fama de joven bien apuesto,pulcro, aristcrata en todos sus modales y, al decir de David Pea,"usaba chaleco de raso a diario; era un caballero completsimo,:esbelto y fino como un lord".

    Su presencia en los tradicionales salnos familiares pona, unanota simptica. Las familias de la sociedad portea real izaban

  • 28

    La amplia cultura de don. Braulio Costa y la necesidad de le-gislar sobre materias trascendentales para el futuro del pas re-cientemente nacido a la vida libre, lo sealan para constituir la"Junta Protectora de la Libertad de Imprenta", y el Cabildo, ensu acuerdo del da 17 de enero de 1820, efecta la correspondientedesignacin.

    Con su instinto precursor que heredaron sus hijos Luis yEduardo clon Braulio abarca en toda su amplitud, el por-venir agrcola de la Nacin y se adelanta, preocupndose a fin deque la accin gubernativa impulse esas actividades, fuentes denuestra riqueza y de nuestra futura potencialidad econmica.

    Slo un. vidente como l poda presentar en la sesin del Ca-bildo del 19 de abril de ese ao 20, una nota solicitando que dichoCabildo gestionase de] Superior Gobierno la liberacin de impues-tos al trigo y dems cereales que se exporten del pas (8).

    A fines- de ese ao, el 2 de diciembre, es designado Elector delCabildo- (9), y pocos das despus, Representante del .mismo (10).'

    Contina durante esos aos dedicado a actividades, comercia-les, mediante las cuales labra una slida posicin econmica, sindespreocuparse por ello de las actividades polticas, a las que nopoda ser ajeno su recio temperamento de patriota. Es as que parala expedicin de los 33 Orientales, don Braulio contribuy en 1823a la formacin del fondo que la costeara, mediante el aporte decasi 30.000 pesos. Con ese dinero se financi en gran parte la salidade San Isidro de ese grupo patriota dos aos despus.

    Nos hallamos a esta altura de los acontecimientos con un hechotrascendental, que modifica la fisonoma del hogar de don Braulioy de doa Florentina: el nacimiento del primer hijo, Eduardo, des-pus de varios aos de constituida la unin matrimonial.. Estehogar figuraba ya entre lo ms respetable y austero de la metr-poli. Don Braulio Costa haba llegado a uno de los momentos cul-

    (8) Acias citadas. Tomo IX Bs. Aires 1934. Pag, 015.() II, It. Tt, It. It, It. Pg. 340.

    (10) It. It, It. It, It. It, Pg. 350.

    ltmrif,cH de su acervo econmico, en plena juventud, con la proine-iiiii actividad j una posicin cuya 'florescencia recin se ini-

    i IQra ya en realidad un potentado cuando en 1825 ocupa el

  • CAPITULO II

    acimiento de Luis Costa

    Creacin del Poder Ejecutivo y Presidencia de Hivadavia. Dificultad**o su gobierno. Actividades de don Braulio Costa- Su actuacin social,oaedad comercial minera con Quiroga. Nacimiento de Luis. Hachazo

    lB Constitucin sancionada por el Congreso. Fracaso ds la misin,:ia en RO de aneiro. Cada de Hivadavia. Gobierno de Vicenta

    1

    -

    i- y Planes y de Dorrega. Revolucin encabezada por Lavalle. Fu-p ilumionto do Dorrego.

    Importantes acontecimientos polticos agitan el ambiente deProvincias Unidas del Ro de la Plata desde la iniciacin del

    D 1826. A raz de la renuncia del Director Supremo, Las lleras,I lorigresp crea el "Poder Ejecutivo" por ley del 6 de febrero y

    na a clon Bernardina Sivadavia como Presidente de dichasIM incias Unidas. Son conocidas las dificultades que debi sortearira.tlH.vta durante su primer ao de gobierno para conseguir lalad nacional, y las derivadas de la cruenta lucha que nuestra

    pllititi libraba eon el Imperio del Brasil. Don Braulio Costa sellnbw compenetrado ntimamente de todas las circunstancias queImIijki a Buenos Aires y al pas. Sus actividades se extendan.-

    a

    inipos. Tan pronto se hallaba en la Capital, como en Entrem La R-ioja. Conoca palmo a palmo a su patria,., sus nece-

    iil iile-M y las pasiones ocultas de los caudillos de la primera hor?..\U t\ . I [u-ototipo "del financista apoltico, hombre de mundo, buen

    y "vl'inado", al decir de Amadeo; persona distinguida, "hom-\m d Jim 'ii listo, que conoce la vida confortable" (12). Poltica-

    ('Amula "ffUftn (-'ucuiulo CJulroKii". Ha. As. 15)31. PAy. 29.

  • 34

    mente ei'a un unitario ferviente, amigo ntimo y socio de FacundoQuiroga. Su residencia se hallaba en el barrio sur de Buenos Aires,cerca- de la iglesia de Santo Domingo, barrio que era as como el

    faubourg St. Germain, La vida de sociedad eiva activa y doa Flo-

    rentina reciba y visitaba a sus relaciones para ahuyentar el tedio

    y la soledad en que la suman los viajes de su esposo al interior. La

    casa del primer presidente del Crdito Pblico era el punto predi-

    lecto de reunin de polticos y rentistas de nota. Las tertulias se

    efectuaban asimismo en la residencia de la familia de Senillosa y

    al lado de esta, en la lujosa mansin de Carlos Mara Huergo,

    Adems, vivan cerca de la casa de don Braulio las familias de La-

    valle, Zamudio, -Casares, Izquierdo, Botet, Carnuza, Fernndez, de

    Aguirre, Trclles, Coronel. Del Mrmol, Tagle, Caviedes, Senz, Da-

    rragueira, Ituarte y Senz Valiente. Tambin vivan a pecas cua-

    dras el primer presidente de las Provincias Unidas, don Benardmo

    Bivadavia y su esposa, doa Juan del Pino, y las familias de Te-

    ilechea, iMurrieta, doctor Vicente Lpez, general Das Vlez, C'ons-

    tanz, Larrea, Martnez de Hoz, Fragueiro, Alzaga, Ortiz de liosas,

    Burzaco y Carlos Lamarca, este ltimo en la casa de susuegra,

    Mauricia"de Coronel, cu la esqxna de Chaeabuco y Santa Clara

    hoy Alsina) y a la vuelta, en la calle Bolvar, viva don Ildefonso

    fiamos Moja, donde luego vivi el Ministro Ingls, Mr. Gore (13).

    Para mediados del ao 1826 se esperaba en el hogar de^don

    Braulio el .nacimiento del segundo vastago. Don Braulio Costa

    se hallaba per ese entonces en La. Rioja, donde haba intensieado

    sus actividades, siempre en la febril ansiedad de superacin yde-,

    trabajo. La explotacin minera de Famatina se inicia antesde

    1820 por una sociedad integrada por Quiroga y Braulio Costa, y

    cuya razn social giraba bajo el nombre de "Robertson y Costa".

    Esta sociedad ampla, sus actividades y su capital despus de1825

    (14), incorporando importantes fondos extranjeros y alcanzando!

    brillante xito mediante este aporte. En aquel entonces el negocio

    de minas "era la enfermedad de moda de todo capitalista y de to-1do hombre de gobierno" al decir de David Pea. El Den Funes i

    0.3) Santiago Calzadillia. Antes Citado. Pg. 68/

    (14> David Pea. Antes citado. Pg. 119.

    mbmaein nada menos que con el libertador Bolvar, Don-'--"d, etc., todos emulaban a Quiroga y Braulio Costa, t B

    1 "'* mineros.

    Alrededor del mes de julio don Braulio se hallaba de regreso

    '

    uno de. eso, das del paso de don Braulio por esa capital)."

    18 de agosto se produce el nacimiento del hijo esperado, al* le impone el nombre de Luis. Pocos das despus de este

    ,,('Jf; Braulio parte nuevamente para La Rioja, endo su* largos y habituales viajes a esa lejana provincia. No' vm solaraente freses comerciales, sino tambin amis-

    nmones de enlace y sondeo entre los distintos personajes po-'

    ,,reponderantes e11 cada provincia. Al pasar por Santa Fe y-a pulsa el ambiente de desconfianza y hostilidad para laa del Presidente. En La Rioja la animosidad es desemboza-iiiseurren los restantes meses del ao 1826 y se llega al 27"crri de Bivadavia tambalea ante la resistencia que le opo-opmion de casi todo el pas. Es lo que haba comprobado el(,s!;a en los viajes de los meses anteriores. Esa impresin de-"-mismo la haba manifestado a su regreso

    .a la metrpo-" "

    f|ui(,,lfis Petaban su misma ideologa. La Constitucin san-1

    '

    1,1""

    >r las tres cuartas partes del Congreso Argentino era re-por todas las provincias, cuyos dirigentes o caudillos

    'ausa comn contra el rgimen unitario. El General Bustos,,uU)V ,:le Crdoba, fu el primero en rebelarse contra el Pre-

    ii li;.

    el Congreso. Y as, cuando Rivadavia despach cotnisio-i que presentasen la Constitucin a los gobiernos de pro-

    'lo los de Tucumn y la Banda Oriental la aceptaron. El1 litoral y el interior se dieron la mano eon los federales"oh Aires para producir la crisis.

    leduban las provincias de Cuyo sometidas a la influenciadel (enera! Juan Facundo Quiroga, el nico que habra'M'"ii l.dlar .] flamante edificio constitucional, si una pruden-

    te ptilfl!ii hubiese cohonestado los trabajos de los federales paraUmuHn 14 Diurnos Airea uroau que Quiroga era un. caudillo vul-m nuyoH modioH m reducan n lo que lo prestar,,. | a anarqua- y

  • cuando se conoci el error ya era tarde, Quiroga lleg a crearsevnculos que fortalecieron, Borrego en nombre de las ideas de quel era el principal campen; don Braulio Costa, amigo ntimo y so-cio de Qtiiroga, y el Gobernador Bustos en inters de su propia con-servacin. Mientras Borrego lo levantaba en la opinin de sus ami-gos para que afirmara su influencia en Cuyo, don Braulio Costallegaba a convencerlo de que era intil pensar en el progreso deLa Roja ni en la explotacin de las minas de esa provincia, puesel gobierno unitario lo absorba todo en sus manos" (15).

    En medio de esta sorda rebelin otro becbo vino a golpear elfrgil pedestal rivadaviano. Bon Manuel Jos Garca, representanteen Ro de Janeiro del Gobierno Argentino para suscribir el tratadode paz, fracas totalmente en su gestin. El referido representante-argentino, no slo no pudo obtener que se aceptara la base sugeri-da por los representantes de Gran Bretaa, sino que suscribi untratado apartndose de las instrucciones expresas de Rivadavia,tratado por el cual la Repblica Argentina, victoriosa, reconoca la-soberana del Imperio Brasileo sobre el territorio de la BandaOriental.

    Mientras tanto, el fracaso de la Constitucin sancionada porinspiracin de Kivadavia fu completo. Esto y la conducta agresi-va de los dirigentes provinciales hizo que el gobierno del primerPresidente no pudiera sostenerse con otros medios que los de la.fuerza. Pero a, la fuerza de la autoridad central, inorgnica y de-clamatoria, se opondra la fuerza de las provincias unidas entre s-para defender sus posiciones y el principio federal, que era el m-vil de los intereses del caudillaje. Del choque de estas dos fuerzasantagnicas surgira, sin lugar a. dudas, la guerra, civil. "Ante estaperspectiva siniestra, don Bernardino Rivadavia dimiti su cargoa principios de julio de .1827 en un documento memorable, cuyosconceptos transpiran la conciencia que de. la propia pureza llevaconsigo el alma de un patriota, como, en la despedida de Washing-ton a su pueblo y algo de esa melancola que abate en el momentoen que se abre un abismo entre la patria y el que puede consagrarle.

    (15) Adolfo S'aldas. Antes citado. Tomo 1; pg. 233.

    Digitalizo:

    "El investigador encubierto"

    Don Braulio Costa Armad0 JVPadre del fundador de Campana

  • Su vida; como en la despedida de FonW

    I LoTxtJT " f ^ SUS gUlaS qU6ridM ^ *W en

    , S";^ Cay' POr ^b^ a raz M levantamiento de'

    "ddlo, a cienes mova la mano del Coronel Borrego y pordiea * * *-

    '

    -ais Costa naci pues, en el ao de la primera Presidia delmuido las luchas entre el patriota ejemplar. Rivadavia, y eloscuro, Facundo, eran ms enearafeada^Mesoa omentos,

    r/nsfaosos y tormentosos, que van del. fina, de ese ao hasta

  • Ementa nuevamente la desconfianza y la diatriba. Los eJttonOS de don Braulio Costa y otros ejemplares espritus tolerates y ecunimes, se estrellan contraw muralla de pasiones pri-mitivas. El 1" de diciembre de 1828 una revolucin encabezada porLavalle depone al efe del gobierno provincial y aqul es nombradogobernador provisorio, haciendo fusilar a Dorrego trece das des-pus, en esa hora sombra y luctuosa de nuestra historia.

    capitulo ni

    Otras Actividades de Don Braulio

    Fisonoma de la metrpoli alrededor del ao de nacimiento de LuisCuita.

    Luchas polticas. Pacto ds Lavalle y Rosas. Intervencin dodon Braulio como mediador. Gobierno de Viamonte. Traslado de Qi-

    i" a Buenos Aires. Don Braulio Costa importador de textos literarios ynovelescos. Fallecimiento de la abuela materna de Luis.

    "En ese tiempo Buenos Aires segua viviendo todava dentrodeJ molde que le haba dado el gobierno colonial. La ciudad tomada" iu masa total, y salvo detalles secundarios, se compona de dos

    ides grupos de poblacin, caracterizados no por la variedad deIlla especies, sino por el modo y por la forma de su respectiva ubi-

    f>n. En el centro, ubicados en derredor de la Pla-za de la Yic-i't, vivan en mansiones solariegas los rentistas, los letrados de

    i rdito, los comerciantes capitalistas, los del menudeo y sus nume-Pohoh dependientes, conocidos con el nombre peculiar de tenderos,

    primeras clases eran en general gentes bien nacidas, de hogarWl le fortuna ya consolidada. Los dems eran sus eooperado-

    Itemos, naturalmente atrados al orden de los intereses queii. El prestigio de los adelantos y de los establecimientos de

    [ni trueoin fundados de 1818 al 25, haba hecho que de estas fa-RlllinH .v ile las que con igual nivel habitaban en las otras prOvin-

    onourrieran a los colegios y a la Universidad un crecido n-fie jvenes bien, predispuestos a inmiscuirse en la vida po-

    jnlan y social.

    linda ontOSQGB ara muy rara la familia de esta clase que habi-Itfl 1 ' " OQUa de alquiler. Todas ocupaban la propia

    ; a nadie so le

  • Ul";.:

    n,,,i"^ U renta de Su capital por medio de

    dd .camin urbana. La, casas y las habitacin,, eran por consi-stente espaciosas y levantadas apenas taos cuantos centmetros? eI ras dGl Es* ^IWto de padres de familia y degentes acomodadas haba ido tomando poco a poco (T por efectode los disturbios revolucionarios) el nombre caracterstico de " gte decente", en contraposicin a los alborotos que tantas veces

    haban promovido ios corifeos populacheros, removiendo y ponien-do en accin las clases de nivel inferior, de filiacin ms plebeya,nieada en el ejido

    ; clase que los franceses, con una acepcin po-ltica mas correcta, llaman 'de la banlieu, y nosotros, con menoscorreccin: orillas, orilleros". Consecuentes cada toa de estas dosc ases con su ndole peculiar, las orillas o Jas gentes ubicadas enel ejido constituyeron una masa unitaria, sin que se controvirtieraotra cosa, entre ambos que predilecciones personales o analogas deconjunto social. Tomados en grupo cada uno de los dos par-tidos, poco saba el uno y poco saba el otro de los principios pecu-liares y Orgnicos de ste o aqul rgimen. Por lo menos en cuantoa la parte plebeya del conjunto que s.e titulaba federal, ni sabani le importaba un pice que Bustos. Lpez o Quiroga fueran fe-derales, ni que el nombre les viniera de Artigas o de Ramrez, aquienes ni recordaban ni conocan. Ellos eran porteos; hacancompleta abstraccin de los dems; y hubieran combatido a muer-te a Bustos, a Estanislao o a Quiroga si se hubieran acercado aimponerles patronaje o nombres forneos. Eran, en fin, federalesporteos, en contraposicin a los unitarios porteos, que vivan enla opulencia del centro y que los provocaban titulndose '-gentedecente" (17).

    Tal la fisonoma metropolitana en esta hora de luehas frater-nas, a las que no pueden poner dique los ms nobles esfuerzos devarones ilustres que, como don Braulio Costa, slo conceban elprogreso y el bienestar general mediante el ejercicio de la toleran-cia y de la comprensin mutuas. El inalterable empeo de donBraulio para condueir a la armona a las facciones existentes, se

    41 -

    en el documento.probatorio del pacto secreto firmado porv.mMc y Eosas el 24 do junio de 1829, El hecho de figurar all co-niiididato a Representante de la provincia, prueba la equidis-

    lOtica del padre de], futuro fundador de Campana.Kii el Archivo General de la Nacin existe un escrito que per-

    Hcid a los papeles de Lavalle, y que fu donado por la, hija dePho General, doa Dolores La valle de Lavalle. El testo del mis-

    :; el siguiente: "El General don Juan Lavalle, Gobernadorrnvisoi'io de la Provincia de Buenos Aires, y el Comandante Ge-

    IUmiiI de Campaa, don Juan Manuel de liosas, considerando:i".

    -Que para, la solidez y estabilidad de la Convencin cele-Irraihi en esta fecha (24 de junio de 1829) y a la paz pblica que es" '''"'cto, es necesario evitar, en cuanto sea posible, que uno u

    1,1 los partidos que se han combatido se crea sacrificado a laInfluencia, decisiva del otro.

    Que para esto sera preciso que la direccin de los neg-pblicos recayese en personas que por su carcter y principios

    rmim-idos, por su, espritu de moderacin y por su firmeza puedanI ar los nimos e inspirar cojaftanza a todos.

    Que dado el estado de irritacin y encarnizamiento a que' llegado los nimos en la presente lucha, y ltimamente queftnrfii aumentar la discordia dejar slo a las maniobras de los par-

    las elecciones populares, hemos convenido en lo siguiente:\r lenlo nico: Ambos contratantes emplearn todos los medios

    h quo les dan su posicin o influencia para que la eleccin der m ulantes de la Provincia recaiga en las personas de don Die-

    Lanislao Zavlela, Nicols Anchorena, Marcelo Gamboa, Ma-l'into, Jos Mara Escalada, Vicente Martnez, Neponracenoro, Cedro Trapani. Juan Andrs C4elly, Gregorio Perdrsel,

    1'iseo .Mil voy ra, Eustaquio Daz Vlez, Celestino Vidal, Pedroano, Justo Garca Valdez, .justo Villegas, Alvaro Barros, Feli-iri.il losa, Juan ngel Vega, Manuel Guillermo Pinto, Juan del

    l'lfin, Faustino Lxica, Romualdo Segurla, Miguel Marn, JuanhiHO, Victono ("Jarcia, Manuel Infriarte, Manuel Obligado,

    ftmullo posta, Lorouzo Cpo/,, Juan Bautista Pea, Marcos Balear-pi, (Marmol Viceolr .Maza y l'Vlipe Arana, corno titularos.

  • Para Gobernador de; la Provincia en la de don Flix Akaga.;para Ministro de Gobierno en la de don Vicente Lpez

    ;para Minis-

    tro' de Hacienda en la de don Manuel Garca".

    Signe otro artculo de forma. Y firman el documento Juan La-valle y Juan Manuel de Rosas.

    Las lecciones, que debieron realizarse el .12 de julio fueronpostergadas para el 26 del mismo mes por pedido de Rosas. Diver-gencias entre federales y unitarios que 710 son- del caso mencionaraqu, hicieron que dichas elecciones no consagraran los candidatos;de esta lista convenida por Lavalle y Rosas. Y por. ello .el resultadono fu aceptado por Rosas, como lo hace saber en una nota dirigidaoficialmente al Ministro de Gobierno y fechada en Carmel is el 1.,*de agosto de 1829,

    Despus de distintas alternativas Lavalle entrega el gobierno'a Viamonte el 24 de agosto y el 8 de diciembre de ese mismo aoste lo entrega a Rosas. Con su encumbramiento, la pacificacin delos argentinos que l pretenda conseguir, adquiere cada da carac-teres ms netos de utopa. Puede decirse que desde la cada de Ri-vadavia "el partido federal de los caudillos fu, con breve interva-lo, dueo del pas hasta el da en que el General Urquiza derrocal jefe de la Confederacin" (18). Se inicia ya en estos aos el lar-go perodo que dejar un abismo infranqueable de odios entre elgrupo de argentinos que bregaba por el sometimiento incondicionala la gran urbe, y el otro grupo que defenda a ultranza los dere-chos adquiridos por los amos de las situaciones provinciales. Cen-

    tralismo y federalismo encarnados, como dice Pea, en Buenos Ai-

    res y las provincias, y con estos factores dos hombres: Rivadaviapara el centralismo, Facundo Quiroga para el federalismo y lasprovincias. El duelo terrible, el gran duelo cruento que prepara eilecho para la llegada de la nefasta tirana, el duelo de Rivadavia

    y de Facundo, del centralismo y el federalismo como hemos dicho, elduelo que se inicia en Coneta, Rincn y en el Tala, que contina en

  • > '". sino tambin cultural -
  • Iciun. y en l colaboraban el omnipotente Ministro d Guerra deBaleares y el General Flix de Olazbal. "El restaurador de las le-yes" era redactado por Nicols Marino; para nombrar solamentelos dos peridicos ms sobresalientes. La situacin de los bandos,azuzados por este periodismo de batalla, era cada vez, ms r.ensa,ms violenta y el desenlace era f-cU de prever. El 30 de septiem-bre el Gobernador Balea^ce orden al. Fiscal de- Estado, Pedro J.Agrelo, que acusara a los diarios que abusaban de la libertad deimprenta. La acusacin a "El restaurador de las leyes' 5 presenta la oposicin la oportunidad para producir el esperado estallido.Desde Barracas se organiz el movimiento subversivo para derro-car al gobierno. El genefal Balearte confi el mando de las fuer-zas, de la ciudad a los Generales Olazfibal e Marte, ordenando alGeneral Espinosa que atacara y destruyera a las fuerzas revolucio-narias, y al General Izquierdo y al Coronel Cortina que marcha-ran hacia el sud para batir a las huestes del General Prudencio Bo-gas. Pero el 12 de ockibi'e las fuerzas gubernistas fueron batidassobre el ro de Barracas y perdieron los ' pertrechos blicos queguardaba el comandante militar de Quilines. Al da siguiente seiinieron al grupo insurgente nuevas fuerzas, entre las que se ha-

    llaban el General Boln, los Coroneles Bavelo y Quesada y los Co-mandantes Pueyrredu, Maza, Wright, Benavente, Cspedes yOtros, quienes designaron como Jefe al General Agustn de Pinedo.El General Izquierdo y el Coronel Cortina, desobedecieron las r-denes superiores y con tedas las milicias de la campaa se plega-

    ron al movimiento revolucionario. En vista del cari?, que tomabanlos acontecimientos, la Legislatura nombr una comisin de su se-no integrada por los seores Jos Manuel Garda, Nicols ne'ho-rena, Guido y Cernadas, quienes, de acuerdo con el Jee de lasfuerzas disidentes, General Pinedo, acordaron un armisticio mien-tras se elaboraba una frmula de conciliacin. Tras una "serie dereuniones, cuyos resultadas fueron estriles, el da 20 de octubrelas fuerzas insurrectas estrechan el sitio de la ciudad, mientras elGeneral Pinedo hace un srpremo llamado al patriotismo de Balear-

    '

    ce instndolo a dimitir y amenazando con tomar la ofensiva. Otracomisin, integrada por el General Daz Veloz y don Gervasio Bo-zas, se entendi con. don Braulio Costa y don FlLc de A Izaga para

    47

    Bflnferenciar con Balcarce y los notables que ste convoc. Fraea-- tambin las gestiones con esta comisin, el 1 de noviembre

    |i voficionarios avanzan, sobre la Capital por el norte, oeste y

    | nd simultneamente. El 3 de noviembre la Legislatura nombra al

    General Juan Jos Viamonte para reemplazar al Gobernador Bal-

    ,urce, terminando momentneamente en esta forma uno de los' tan-

    sodios polticos de esa agitada y turbulenta poca de nuestra

    prffanizacin. Viamonte integra su ministerio con el Dr. Manuel

    (fos Garca y el General Guido, ambos miembros conspicuos del

    Jlirtido federal; el primero, autor de las medidas de esegobierno

    progresistas como trascendentales, que trasuntaban el espritu

    lilamente liberal de ese gran estadista.

  • CAPITULO V

    Don Braulio y Quiroga

    ^^tn%^:q:e^} ii ssft ea ei

  • 50

    cin de los militares que servan a la causa .unitaria y por supues-

    to se los denigr, especialmente a La Madrid, Facundo defendi con

    calor la actuacin tcnica de ste, como lo corrobora en una carta,

    que, fechada en Tucunin el 24 de noviembre de 1831, dirigiera al

    mismo La Madrid en el destierro, respondiendo a un pedido de

    gracia y consideracin para sus familiares. Boa Braulio cont a su

    hijo que en la referida reunin uno de los presentes manifest que

    La Madrid jams haba prestado servicios a la patria, eludiendosiempre las responsabilidades de la hora de peligro. Quiroga no pu-

    do tolerar en silencio tan injusta aseveracin y encarndose con los

    presentes les enrostr estos interrogantes acusatorios: "cul de

    los que aqu se hallan hizo algunas de las proezas que realiz La

    Madrid? Cul de ustedes fu como l el terror y espanto de Ios-

    enemigos de nuestra independencia? Dgase la verdad, que ahora

    anda perdido, sin gua,, que ha abrazado la mala causa y que obra

    como un malvado sin entraas. Pero, no se le niegue que prest

    servicios muy importantes en la guerra de nuestra independencia,como ninguno de ustedes lo ha hecho".

    David Pea relata en su libro (21) estas veladas en casa

    don Braulio Costa y el indudable beneficio tctico que en ellas ob-

    tuvo Facundo escuchando las indicaciones del General Alvear.

    (21) David Pea, Antes citado, Pg. 30S.

    CAPITULO VI

    Las tertulias en h Casa PaternaFinal de 1833. 'Antagonismos de Quirogcs Y Hosas. Tertulias en 3a

    tata de don Braulio Costa y conversaciones de Facundo.

    Finaliza l 33. Luis es un nio de 7 aos. Fermenta el antago-'' de Facundo y Lpez. Los Llanos de La Rioja contra el terri-de Santa Fe, Facundo comienza a dudar de la sinceridad de;. La desconfianza inicia su labor sigilosa, Contina frecuen-

    tmido los salones de Ja alta sociedad portea y se vincula graduai-i:, con la ayuda de don. Braulio, con los polticos ms dcstaoa-

    li) rio] partido unitario llegando as a. intimar con Alvear, Guido yna, "En esas tertulias dice Pea pasaba en revista los err-le Lavalle, morigeraba los juicios sobre Paz, La Madrid y otros;binaba con absoluta independencia cada uno de los actos deln-rio que en esos momentos desempeaba el General Viamonte.

    "i lenguaje era libre, como un golpe de pampero cuando de laiii.ali.dad de Bosas se trataba. De all nacieron delaciones y

    Bflruoyas,'5

    Una noche, en casa de don Braulio, en que ste iba a hacer unnirio reservado. Quiroga lo detuvo con estas palabras, a la

    asestaba sus miradas a Bspeleta:

    Y'';i. don Braulio que aqu hay alguien que nos traiciona.

    Lo dicQ usted por m? exclam Espoleta.

    Por usted lo digo afirm, agregando una interjeccin pin-|npi

  • Otra noche, en una habitual velada de sobremesa, escuch La Facundo defendiendo la estrategia de Paz, por quien fuera venci-do en On cativo. Generalizada la conversacin, don. Braulio record,a aqul que su derrota en parte se haba debido: a la desorganiza-

    cin de sus fuerzas que, tomadas de sorpresa, no pudieron formar

    sus cuadros. Quiroga asinti, reconociendo que su vencedor no ha-ba hecho gala de la lealtad criolla acostumbrada, pues Paz lo sor-

    prendi desprevenido y carg sobre sus huestes sin. darle tiempo

    para presentar combate. A pesar de ello termin afirmando "me habatido en regla M

    ,lo que prueba que el rudo caudillo posea la no-

    bleza moral suficiente para no disminuir los triunfos y los mri-tos del adversario.

    CAPITULO vn

    Perspectivas del Pas a Principios de 1834

    Llegada de Eivadavia a Buenos Aires. El gobierno de Viamonte leprohibe desembarcar. Ofrecimiento de Quiroga.

    Estamos con Luis Costa en Buenos Aires a principios del

    4m.> 34. Trascendentales acontecimientos familiares, como reflejo de

    l.-i situacin general del pas-, van a marcar indeleblemente el espri-

    tu del futuro fundador y pioner de Campana. En este momento las

    perspectivas de la Repblica son inquietantes y sombras. Sigamos

    .i Crcano en la descripcin de esta hora crucial (22). "Al par-

    mitario vencido en las batallas, se lo persigue con saa impla-

    filile. m existen garantas para sus hombres ni para sus bienes.n abolidos en el hecho los derechos individuales. El asesinato,

    h i crceles., la confiscacin, el secuestro, son los medios ordinarios

    thl exterminio.

    La sombra vengadora de JDor.rego est siempre flotando. Los

    arios se refugian en el extranjero para salvar ta vida. No exis-

    tan poderes do contralor y equilibrio. Los tribunales son una paro-

    iu. En ta repblica domina la voluntad discrecional y avasa-

    lladora".

    Iracundo, que resida an en casa de don Braulio, se encoleriza

    v habla Con vehemencia en la sobremesa de un- almuerzo familiar,

    n finen de abril. Luis record por muchos afios la escena y en sus

    m) Carcano, Anin diado, r%

  • 54

    odos reson por mucho tiempo la voz spera y alterada del cajdillo:

    Lo que est haciendo el gobierno es una injusticia ; vamoa ala tirana si no se le pone un freno.

    En realidad es lamentable que a un hombre que ha servidoal pas no se le1 permita vivir en l con su familia contesta doa,Florentina.

    Mire doa: el gobernador es un ttere; el causante de queRivadavia. no pueda quedarse aqu en Buenos Aires es Rosas. Yo1

    voy a ofrecer mis bienes en la seguridad de que la permanencia, dedon Bernardino entre nosotros no ser un motivo de preocupacin.

    En efecto, en la maana del 28 de abril de ese ao 34 lleg donBernardino Rivadavia a Buenos Aires a bordo del bergantn

    '

    'Her-

    minio ", despus de haber estado ausente del pas desde el ao de

    su dimisin. El gobierno de Viamonte, obedeciendo sugestiones;

    comprobadas de Rosas, dicta un. decreto prohibiendo la permanen-

    cia de este compatriota en la repttbliea. Quiroga, que haba sido;;

    uno de los factores de la cada de Rivadavia, quiso llegar a bordo?

    del "Hcrminie" pero como una borrasca se lo impidiera, al da,siguiente le ofreci su fianza y sus servicios sin reserva, que Riva-

    davia agradeci, siguiendo viaje por orden del gobierno, El gesto

    de ofrecerse como fiador de un enemigo poltieo, para que ste pu- jdiera vivir entre los suyos en la patria de sus afanes y desvelos,

    enaltece y ennoblece a Quiroga. Entre el frrago de escenas de er-iinanes e injusticias de que est atiborrado el tremendo drama de ese -perodo cruel de nuestra historia, la actitud de Quiroga frente a Ri-vadavia en ese fatdico abril del 34 osuna reconfortante leccin de

    tolerancia y de justicia, de piadosa justicia humana. Recurdese,

    pues, que Quiroga fu el nico que rindi homenaje cvico al es-,tadteta que marchaba a su destierro perpetuo entre las sombras riel

    Ulfil amargo desencanto"' (23').

    m) NnlcllHa. Anlen citado. Torno 11. Pg. 306.

    Rosos Persigne a su Pariente Don Braulio

    Detencin de don Braulio Costa. Su uga a Monte-video. Trasladodo doa Florentina y sus hijos a la chacra de San Isidro. Depredacionesde los esbirros de Rosas. Visitas de Quiroga a la chacra. Ancdotarnlativa a una de esas visitas. Regreso a Bueno3 Aires de la familia Costa.

    Poco despus, al llegar su esposa y dems hijos procedentes de

    La Rioja, Quiroga adquiere la casa que perteneca a Lezica, cerca-

    de la de don Braulio, instalndose all. Segn referencias que en

    distintas oportunidades diera don Braulio a su hijo Luis, el trasla-

    do a Buenos Aires de Facundo y su familia tena por objeto cuidar

    la educacin de los hijos, a los que dota de los mejores maestros

    conocidos en la ciudad y vinculndose a la mejor sociedad portea.

    Despus do la. instalacin en su propia casa Quiroga continuaba

    concurriendo asiduamente a la mansin, de los Costa. Luis lo vea

    llegar con aire familiar casi todas las noches, antes de concluida

    cena, Esta intimidad atrajo el recelo de liosas y de sus adictos.

    Se procuraba herir a Facundo que en tantas oportunidades ha-

    ba manifestado su desaprobacin a procedimientos del gobierno

    ;.m hacerlo directamente. Para ello se perseguira y perjudicara a

    ni.; amigos y consejeros. El primer sealado fu don Braulio Costa.

    la oportunidad se -present a mediados de ese ao 34.

    A ca-2 (3(3 Lfl (Salde de) Ministro de Hacienda de Viamonte, don

  • Kaaad Jos Garca (24) -antiguo amigo del padre de Luis- viiSTTT 1 GenemI FUx de ^ respeeto a uaoperacin de prstamo entre el referido Ministro y el seor CostaelSaP v T; StailCa ' dCk,r **^^S^3 t nX r ^ 3te " Bn 103 brando, del auto de de-tene on se deca que el prstamo haba sido realzado en forma 1S fld,CandSe CIn0 toifi0 cul*>abIe a Braulio. La medidajudie al no pudo cumplirse porque el oficial que lo conduca a lacaree Permiti en el camino al detenido que penetrara en sU casacon el pretexto de comunicar la novedad a los familiares. Esta cir-cunstancia fu aprovechada por don Braulio para huir por los fon-do^refugiarse en una casa amiga y partir esa misma noche parala Banda Oriental.

    Eran los ltimos meses de ese ao. Luis tena presente en for-ma nrhda ese primer recuerdo cruel del despotismo. La acuciadel padre repercuti dolosamente en su alma infantil. La grave-dad materna de esas horas satur el ambiente hogareo de hostili-dad y de recelo. La tensin se mantuvo hasta que despus de unosdas, febriles preparativos, indicaron a Luis el inminente trasladoa la chacra de San. Isidro. La madre expe a los pequeos Miosque esa fu la consigna de don Braulio antes de su partida a fin 'deprocurarles tranquilidad, lejos de la ciudad amedrentada.

    Transcurridos muy escasos das de ese traslado, una maana, atemprana hora, lleg una partida de esbirros de Sosas que. proco"dm a revisar minuciosamente la vivienda en la creencia de que elprfugo poda hallarse oculto en ese lugar. Ante el resultado in-fructuoso de la. bsqueda la partida policial acamp en m alre-dedores de la casa, manteniendo una estrecha vigilancia. El impro-visado campamento realiz toda clase de depredaciones en la pro-piedad privada, destrocando cuantas plantas y flores hallaron a su

  • 58

    CAPITULO IX

    Panorama le Pas

    Posirneroa del 04. Panorama de] pas. Contienda de .gobernado-res. Misin mediadora de Quicoga. Barranca Yaco. Cuadro de Bue-nos Aires. Parsecuciones. la suma del poder pblico. Proceso dolos autores materiales de la tragedia de Crdoba,

    Nos hallamos en las postrimeras del ao 34. "Dueos del.campo

    dice Crcano se lanzan los federales a una ludia de ri-validades y -prepotencias personales, de intereses y apetitos subal-ternos. Es la feria de caudillos y caudillojos. Imposturas, persecu-ciones, saqueos, asesinatos y traiciones. Ni una idea, ni sentimien-to* inspirados en beneficio colectivo. Nada para el pas. Reina ferocidad del egosmo individual. Los- hombres ocultan sus ambi-ciones y designios. Nadie manifiesta lealmente lo que piensa ysiente. El disimulo, la hipocresa y el engao son las formas ordi-narias de actuacin. Se invoca el desinters personal, el patriotis-mo, el sacrificio por los dems. Todo es falso. Son nicamente las.hojas de parra, con las cuales a veces se pretende cubrir el cruely cnico personalismo. El estilo es jactancioso, sonoro y difuso.Falta sobriedad y precisin. Se habla y escribe largamente, y vue-la la hojarasca. La dictadura se prepara con la simulacin, la in-fidencia y la violencia". (25) Tucumn, gobernada por Herodia,y Jujuy por Fuz\o, se aprestan por las armas a obtener el aleja-miento de Latorre, que gobernaba en Salta. El doctor 'Maza a

    (25) Crcano, Antes citado. Pg. 210.

    nombre del gobierno de Buenos Aires, encargado de las funciones

    tutelares de la nacin ofrece a Quiroga el cargo de mediador en

    esta contienda de gobernadores amigos. El 19 de diciembre de ese

    ao sale Quiroga, en galera, marcha al Norte, El da anterior ha-

    ba visitado el hogar entristecido de Luis, aconsejando algunas

    medidas para que doa Florentina pudiera comunicarse con su es-

    poso mientras se prolongara su ausencia. El famoso Tigre de ^ los

    1 Oanos se mostr en esa ocasin comunicativo y sonriente, hacien-

    do objeto a Luis y a su hermano de algunas reprimendas cariosas.

    La historia y los documentos legados a la posteridad nosre-

    fieren con lujo de detalles los pormenores de esta misin. Era el

    lema de todos los crculos porteos; en casa de Luis sehablaba

    en sigilo de ella, casi eon temor a causa de ciertosrumores que

    circulaban con insistencia en la ciudad. Se aseguraba queal me-

    aor se le tendera una emboscada en el trayecto a finde elimi-

    narlo. La situacin imperante permita aceptar laverosimilitud de

    esas versiones. La esposa de don Braulio requera confrecuencia,

    noticias del desarrollo del viaje en la casa familiar deQuiroga.

    sC se supo que en febrero ste iniciaba elregreso para Buenos

    Aires, saliendo de Santiago el da 13, enervado porla ardiente tem-

    peratura y la aridez de esa provincia mediterrnea.Lo acompaa-

    ban su adicto e inseparable amigo y secretario, el doctorJos ban-

    tos Ortk, el correo extraordinario AgustnMarn, el correo Jos

    Mara Luejes, un asistente del Dr. Orti,, el cochero yun nmo de

    unos "12 aos que haca de postilln.

    Ya se sabe lo que ocurri en Barranca-Yaco el 16de febrero

    De la horrenda, de la indescriptible degollacinslo se salvaron el

    romo Marn y el asistente del Dr. Orti* A Buenos Airesllegan

    los pormenores de esta tragedia que conmuevea todos los secto-

    res de la poblacin. -Barranca-Yaco causaasombro y profunda

    iudkmaein en el pas", dice Crcano. Luis recuerdavagamente

    ,1 vaho enlutado que entristeci su hogar esos das:el exilio obll-

    o de su padre en el Uruguay y el asesinatoalevoso de esos

    amigos dilectos, Quiroga y Santos Ortz, el primero sacrificado a

    Ioh 47 aos. 101 ambiente hogareo era pesado y lgubre esos

    da. Como

  • 60

    Las naciones limtrofes. Chile, Uruguay, Brasil y Bolivia, ati-borradas de patriotas ejemplares, atizaron el fuego de la inmensahoguera que abrasara a nuestra patria durante el lapso luctuosode la tirana. La opinin pblica de Santiago del Estero, de Tueu-nin, de La Rioja, de San Juan, de Crdoba, de San, 'Luis y deSalta exiga el castigo de los autores materiales de este crimen,nefasto. Y se inicia el proceso ms bochornoso de nuestra, historia,que desenmascara a Rosas sealndolo como el instigador de latragedia.

    En, Buenos Aires estallaba la presin. Esos das de su infanciaquedaron grabados en Luis con caracteres de verdadero horror. Sumadre, sus hermanos y los sirvientes no se asomaron durante va-rias semanas a la puerta de calle. El ambiente estaba saturado derumores siniestros. Las numerosas amistades que llegaban a la ca-sa de los Costa en esas horas sombras lo hacan solapadamente,como burlando una consigna rigurosa. Todas traan noticias de fu-gas de hombres pblicos, de asesinatos de unitarios en el interior.Muchos eran rumores infundados;: otros desgraciadamente veraces.El pas, y con l Buenos Aires, estaba en esos momentos completa-mente anarquizado, desarticulado, enrojecido de Sangre y de cr-menes.

    Pocos das despus hay un suave respiro que puede indicar lavuelta a la normalidad, al sosiego. .131 7 de marzo la Legislatura-

    confiere a Rosas la suma del poder pblico. Ya sabemos qu clasede Sosiego y de normalidad trajo esa medida desesperada, funesta, -

    suicida. Continan las torturas. La madre de Luis conoce los dasms angustiosos y aciagos de su vida. Se intensifica el xodo im-presionante de los varones ms ilustres de la Patria. Signe la pa-rodia! del proceso por el crimen de Barranca-Yaco. El doctor Mar-

    celo. Gamboa., respetable por la dignidad de su conducta y famosopor six ciencia, es el abogado defensor de los Reiuaf. Una obser-vacin de la defensa del Dr. 'Gamboa exaspera a Rosas, quien en-t unces desata sus violencias. Redacta l mismo un decreto, yen pginas de su puo y letra, desahoga su clera. Injuria soez-menfe a Gamboa, le acumula penas, le condena a pasear porlltfi talles de Pininos Aires cabalgando en un "burro celeste" y en

    61

    ltimo caso a sufrir la muerte. Los trminos del decreto y el ve-

    jamen sufrido por Gamboa se conocen en los estrados de la me-trpoli y luego se repiten en todo el pas. Ninguno de nuestros

    caudillos menores escribe un documento de contenido tan ruin. En

    Buenos Aires no se habla de otra cosa, en voz baja, por temor a la

    delaein. El nio Luis Costa. oye estupefacto la relacin del paseo

    de un gran, abogado sobre un burro, por orden expresa de Rosas.

  • CAPITULO X

    Los Primeros Estudios de Luis

    Ejecucin de los Heina y Santos Prez. Visin de Luis Costa Co-nocimientos elementales de luis. Su enseanza.

    Nos hallamos en agosto del 37. Luis cuenta. a la sazn 11 aosy recuerda que se coment esos das el viaje a Buenos Aires deEstanislao Lpez y sus ministros (Men y Amenbar "La Gace-ta Mercantil" lo consignaba quienes, se deca, haban venido arealizar gestiones ante Eosas para salvar & vida de los Rcinaf ySantos Prez. Hacia fines de octubre, el da 25, Luis, eon la curio-sidad propia c inocente de un nio de esa edad oye referir a losvisitantes de la casa que esa maana los Reiuafc y Santos Percahaban sido fusilados y colgados en la Plaza de la Victoria, al la-do del Cabildo y que los otros culpables de Barranca-Yaco sufrie-ron la misma suerte en la Plaza de Marte. El recuerdo de esosrelatos y una como visin de cinco cadveres colgando durantevarias horas en esa plaza donde transcurran muchos do sus jue-gos, qued por muchos aos en el espritu de Luis y templ sualma para esa adolescencia que vendra a forjar definitivamentesu carcter y su personalidad sobresaliente y tenaz.

    Apesar de esos acontecimientos, doa Florentina no descuida-ba los pormenores de la enseanza elemental de sus hijos. TantoEduardo como Luis reciban en la casa materna los conocimientosque les imparta un preceptor de cualidades pedaggicas sol.) resa-lientes, el Abate Perdriel. Este religioso fu el maestro de la mayo-ra de los nios de los hogares porteos ms respetables de esapoca.

    63

    CAPITULO XI

    El General Gernimo Costa, Primo de Luis

    Bloqueo francs. Atropellos de la Sociedad Popular Restauradora. Actuacin del coronel Gernimo Costa. Deiensa de la isla de MariinGarca.

    Concluye el ao 37 como una sombra aciaga para el. nio Luis

    osta. En el ao siguiente oye y recuerda los comentarios del blo-queo establecido por los franceses con la fragata "Bordelaisc",

    del Capitn Daguenet. Fu desde entonces que comenzaron a ha-cerse cada vez ms imposibles las relaciones de la gente culta deTenos Aires con el Gobernador Rosas. El bloqueo francs exas-

    per a la Sociedad Popular Restauradora, como se llam en su ini-

    ciacin a esa turba de bandidos disfrazados de patriotas, y a cuya

    sombra se cometieron tantos atropellos y asesinatos. Licha socie-

    dad: que fu en el fondo un engendro de esa poca contra la gente

    decente, tom y recibi desde entonces el ttulo aterrador de "La

    Mazorca' '. Su jefe era el execrable Cuitio, que desempe un pa-

    pel tan siniestro durante la larga noche de la tirana.

    A raz de ese bloqueo se cometieron toda clase de atropellos,

    persecuciones y asesinatos en nombre de la defensa de la patria

    contra los poderes extranjeros. "El que no est conmigo es mi

    enemigo", dijo Rosas ; y bajo este lema sangriento comenzaronlas amenazas y exigencias de sus bandas de hombres de hacha y

    L.;i Q obligar a todo el mundo a manifestar sus opiniones, las que

    por supuesto ii" deban ser otras que las del Restaurador, Los pro-

    hotnbrea dl p&rittlo unltauo, perseguidos por aquella poca, tu-

  • 64

    un qm tugar o abandonar sus hogares expatrindpse por filti-para salvar a vida, los que pudieron hacerlo, a Montevideo;,

    lu de Janeiro o (JMe. Muchos de olios vivan en el ostracismo des-de el ao 30, desde poco tiempo despus que termin vencida i>revolucin de los unitarios del i o. de diciembre de 1828. Con '"'LaMazorca" hlzose insoportable Ja vida en Buenos Aires, sin garan-tas, y todos sus habitantes expuestos al mero iSpulso de una de-lacin en satisfaccin de una -venganza- cualquiera. "Y as comen-zaron y siguieron en 1839 y 40 a llenarse las crceles con lo msdecente y notable de la poblacin, de- nuestras mejores y ms vir-tuosas familias, que resistan en nombre de sus pasados, anteceden-*tes las imposiciones de este prsente griego de la tirana'- (26)*

    Por ese: entonces doa Florentina hablaba a sus hijos de labizarra y las hazaas del Coronel Gernimo Costa, sobrino de donBraulio, que serva en el ejrcito federal. Haca un. tiempo relati-vamente largo que Luis no vea a ese pariente paterno. Corra el

    ao 1838. El Coronel Costa se hallaba empeado en acciones mili-tares que lo tenan alojado de Buenos Aires. Esas acciones esta-ban en relacin, con el bloqueo que se mantena de tiempo atrs.

    La isla de Martn Garca, situada frente a la costa Oriental a

    poca distancia de la confluencia de los ros Paran y Uruguay y enel punto -preciso de entrada al ro de la Plata, se hallaba por lo

    tanto bajo la vigilancia cercana de la flota bloqueadora. La guar-nicin de la isla apenas contaba 126 hombres y sus medios de de-

    fensa eran 2 bateras, una con can de 24 y la otra con 2 caones

    de 12. El Coronel Gernimo Costa era el defe de la isla y su segun-do el Sargento Mayor Juan B. Thorne. A principios de octubre deeste ao se unieron a la "Bordelaise", que se hallaba estacionada

    frente a la isla, los buques franceses ' 'Vigilan!." "Expeditive" y"Ana", con el Almirante Le Blanc y diez y seis lanchnos y la es-cuadrilla del General uruguayo Rivera, compuesta de las goletas"Loba", "Eufrasia", "Estrella del Sur", "Despacho", todos loscuales fondearon en el canal de acceso, al suroeste de la isla y atiro de fusil.

    (26) Calzadillb. Antes citado. Pg, 194.

    65

    Un la maana del 11 de octubre el Capitn Hiplito Daguenct,

    pniuaudante de las fuerzas navales francesas, hizo saber al Coman-

    ii le Costa que haba recibido orden de apoderarse de la isla y

    Uo Hiendo sus fuerzas muy superiores a las que la defendan, leiiiteeda una hora para que respondiera si la entregaba o no, en-

    - leudo que de no ser afirmativa esta respuesta iniciara inme

    -

    Lamente las hostilidades. Despus de un cambio de ideas Or

    -untados oficiales, el Comandante Costa envi con el mismo

    Inm entario al Jefe francs esta respuesta, que puede ser recor-

    dada como una de las ms heroicas actitudes espartanas ; "'En con-

    futacin a la nota del seor Comandante slo tengo que decirle

    IjlU estoy dispuesto a sostener segn es de mi deber, el honor de

    lii nacin a que pertenezco".

    .Despus de una hora y meda de combato desigual fu redu-

    olda la guarnicin y prisioneros el Comandante Costa y el Mayor

    Tlmrne, quienes solicitaron y obtuvieron del Comandante Dague-

    noat el ser trasladados a Buenos Aires, donde fueron recibidos con

    tmitiifestaciones entusiastas. El Comandante Dague.net y los Capi-

    ,, a de Las corbetas "Expeditive" y "Bordelaise", en un gesto

    do hidalgua, dirigieron notas al General Rosas haciendo resaltar

    i .lentos militares del bravo Coronel Costa y la "animosa

    Mitad de ste hacia su pas".

  • 3* PARTE

    Juventud de Don Luis -Panorama de la Epoca

  • 69

    CAPITULO xn

    Recuerdos de Don Luis Costa

    Liberacin, y llegada a Buenos Aires del general ]oa Mario! Paz. Be-

    Uhmcia y conspiracin popular. Asesinato del Presidente de la Salade

    ll..prr*Beatcmte0. Ejecucin del coronel Maza. Consternacin y temores

    ,t..| pueblo de Bueno* Aires. - Huida del general Paz. - Fallecimiento de

    u, osposa de. Rosas. Le divisa federal. Recuerdos de Luis Costa. La

    l.. familia de Costa. Conversacin entre Rosas y Luis Costa. Estudios

    lo Luis e el colegio de San Carlos.

    lilegamos al ao 39. Para fines de abril era un secreto a voces

    haba llegado a Buenos Aires, tras largo cautiverio primero

    n Kanta ]?c y luego en Lujan el General Jos .Mara Paz, quienhallaba alojado en casa de don Rufino Blfoalde. A los pocos

    de ese acontecimiento Luis supo por los comentarios corren-

    ,ue el referido militar haba establecido m domicilio Ctt una

    de la calle de la Catedral, frente a la de Larrazbal,tan eo-

    ,

    , (!do por su incondicional adhesin a Rosas. De eseentonces re-

    la Luis que Los visitantes que concurran a su casa ylas eon-

    :,-iones que escuchaba en otras adonde era "habitu", eoinci-

    m afirmar que la tirana, a pesar del terror, no haba anu-

    lado lodo el sentimiento de resistencia. Una gran parte de l po-

    n conspiraba Casi abiertamente, conocindose muchos porme-

    nores de sta y que algunos distinguidos militares, como el Coro-

    Klol Jmi Rmh Maza, participaban del plan para derrocar al tira-na Lo conjuracin estaba en miles de bocas. Los pechos juveniles

    reamabas do entusiasmo. El nio Luis Costa sinti esos das

    ti contado d6 NN tftflO QOli lnftl. U\a mujeres vibraron, como

  • acariciadas por la brisa de una esperanza. La patria aguardabaansiada liberacin.

    El 24, de jimio, en ma tertulia que se realizaba a las 2 de 1tarde en casa de Mariano Lozano y en la que participaban alleg-os y parientes de la familia Costa, entr azorado el sobrino poltico del seor Lozano, don Manuel Oeampo, quien comunic qufila eabeza de los conjurados, el Coronel Maza, acababa de ser pre-so, que se anunciaban otros arrestos y que la conspiracin, estabadescubierta. Horas ms tarde se saba en todos los bogares de Bmnos Aires que lbarracri, Londines y su esposa- doa Mercedes Ro-drguez y otros conocidos vecino, tambin haban sido detenidos-..Estas medidas ocasionaron en todas las clases de la sociedad por-ta estupor y desazn. "Los unos vean sus esperanzas destruidas^los otros amenazaban con terribles venganzas", dice Paz en sus"Memorias". Tres das despus, el 27 al anochecer, circul comouna explosin la noticia de que a las 6 y media de a tarde asesina-ron en el saln mismo de la Legislatura al presidente de la llamasda "Sala de Representantes", don Manuel Vicente Maza, quienrecibi dos pualadas. Este asesinato caus inmenso pavor pblico,pues a Maza se lo consideraba como el moderador de los furoresdel tirano.

    A la maana siguiente se supo que en la madrugada haba si-do fusilado en la crcel el Coronel Maza, hijo del Presidente de laSala de Representantes, y que ambos cadveres haban sido lleva-dos en una carretilla, sin ceremonia, al cementerio, destinndolos!a la fosa/ comn sin ser entregados a sus familiares. "La conster-nacin del pueblo de Buenos Aires fu completa", dice Paz; nadie,se poda dar razn de lo mismo que senta y costaba trabajo dar "icrdito a sus propios sentidos; pareca ms que una realidad un pe-noso sueo; porque es slo por grados que ha ido desarrollndoseese poder monstruoso que nada respeta y mostrndonos a todosde lo que es capaz el hombre tremendo que pesa sobre los destinosdel pas".

    "La fisonoma del pueblo de Buenos Aires haba cambiado en-teramente. Sus calles estaban casi desiertas; los semblantes no in-dicaban sino duelo y malestar; las damas mismas parecan haber

    puesto sus gracias. El comercio haba cado en completainacti-

    vidad;) la elegancia de los trajes haba desaparecido y todose re-

    Lta del acerbo pesar que devoraba a la mayor y mejor parte

    de aquel pueblo".

    La situacin general continu sin variantes duranteel reato

    de ese ao, Al iniciarse el 40, durante los primerosdas de abril,

    trculo con insistencia el rumor de que el da 3 de ese mesel Gene-

    ral Paz con el ,doctor Jos Barros Pozos y otros habanhuido a

    Montevideo. Pocos das ms tarde se conoci con granjbilo, en

    ios crculos contrarios a Rosas, la noticia de que elGeneral Lava-

    II... se haba dirigido del Uruguay a Martn Garda y de alla Entre

    Ros, derrotando en Yeru a las huestes del dictador.De Entre

    [los pas a Corrientes donde venci alGobernador de esa provin-

    cia, don Pascual Echage, adicto de Rosas,primeramente en Ca-

    gancha y luego- en Don Cristbal.

    Todos estos xitos de las armas unitariastonificaron un tan-

    to la moral de los que, en lametrpoli, eran enemigos del despo-

    tismo imperante. Luis sinti esos das renacer ensu hogar una es-

    nerama. Pero esa esperanza trajo aparejado, k reaccin de losemu-

    les de Rosas que. viendo el peligro de sudesplazamiento, renovaron

    los mpetu de sus arbitrariedades para ahogar elgrmea de cual-

    quier descontento.

    En este ao 40,. y a rafe del fallecimiento yexequias de doa

    Encarnacin Escurra, la esposa de Rosas, nace la"divisa federal ,

    cintillo simblico en torno del cual se hancometido tantos y Un

    atroces v brbaros crmenes polticos. El''mueran los salvajes, in-

    mundos; asquerosos unitarios" era una tremendasentencm: a,

    prisiones, l flagelaciones,, los degellos y el vandalismoestaban

    l la orden del da. Los ms conspicuos federalescomenzaron a usar

    chalecos rojos y se persegua en las calles a losque usaban bail a

    entera porque se deca que dicha barbadelineaba en la cara La U

    de "unitario". Era obligatorio afeitarse o usar"barba federal ,

    abierta en el mentn.

    Las mujeres de los federales comenzaron a usar un moo pun-

    i orno dislini ivo on el lado izquierdo de la cabeza, eosaque por

    cierto no imit '1 MUQ [menino adicto a los unitarios.

  • 72

    Avanzan estas horas de barbarie, lentas, lentsimas, como ho-rrible pesadilla. Llegan los aos 41 y 42 en que las matanzas ylos degellos se realizan en las oalles, sin embozo. Los miembros,de "La Mazorca", munidos de moos colorados, pinceles y ollas,de alquitrn derretido, trasladbanse a los atrios de las iglesias,pegando los referidos moos en las cabezas de las seoras que alsalir d la misa aparecan sin este ederal adorno.

    ,( A esta altura, de los- sucesos las cosas iban de mal en peor ;las relaciones entre gobernantes y gobernados cada vez ms ti-rantes; la vida era un constante sobresalto ; nadie la tena segura,pues bastaba la simple delacin de un sirviente mal queriente pa-ra arruinar y llevar la desolacin al seno de la familia ; que el jefnde sta, anciano, joven o mujer, fuera, sin ms trmites a parar enla crcel, cuando no al cuartel de Cuitio'' (27).

    Luis tena de estos aos dolorosos y crueles recuerdos que al-ternaban con los que su euriosidad.de adolescente le haban depa-rado, Entre estos ltimos conservaba la impresin que le produ-jera, la casa del Restaurador, hasta la que se haba aproximadoen, varias oportunidades eon algunos compaeros de estudios, Sehallaba en la calle Moreno, entre Pera" y Bolvar. Tira impondera-ble el silencio y lobreguez de aquella calle ;. eran rs las perso-as que se atrevan a pasar por ella y muchas hacan a vecesgrandes rodeos para no pasar por all. Pareca como si un malefi-cio flotara en torno a ella. Se saba que un vecino apellidado Cien-

    fuegos haba sido fusilado por haber sido hallado con un disfraz

    en la cuadra, en que habitaba Rosas, sin que se tuviera en cuenta

    Sil afirmacin de que concurra a una cita sentimental.

    En la casa misma no haba guardia ni aparato militar alguno.Tena como entrada un ancho zagun alumbrado con un farol, y enel que algunas veces un hombre en traje comn haca las vecesde portero. Ms all del zagun un gran patio sombro y desier-to, hallndose siempre cerradas todas las puertas que daban, a l.

    Los principales detalles de la administracin de liosas se ven-

    s?) Calzadilla. Antes citado. Pg. 201.

    Don Luis CostaA los 19 aos de edad

    Reproduccin de D. Ral Rusel)(obro un dciauurrollpo do la poca

  • ban en las oficinas de su despacito, establecidas en la casa que

    flonciltimos de describir. A13 trabajaba de da y de noche, segnTa voz comente, con los oficiales de su secretara, sobre los ex-pedientes y dems asuntos que remitan a la fortaleza sus minis-U'os, quienes venan luego al acuerdo de gobierno que regularon cn-

    te se realizaba. 'No haba en la casa, como ya lo haba observado

    I mis, guardia ni escolta. Solamente se hallaba su edecn, el .Gene-

    ral Corvaln, en la antesala, arrellenado en un sof de caoba fo-rrado en seda. {Jada tantos das iba Rosis a pasar unos horas a

    su quinta de Palermo, a dirigir los trabajos de nivelacin, des-afines, canales y plantad unes de los baados que adquiriera en

    1838 y que. en ese entonces comenzaba a transformar en una gran-

    diosa mansin de recreo que luego constituy el actual Parque de

    Palexano, confiscado a su cada en el ao 52 r (28).

    En una de las oportunidades en que Rosas se diriga a Paler-

    mo, a pie, pas por la casa de la familia Costa, en la calle Recon-

    quista. (29). Era una siesta calurosa y serena del verano. Frente a

    lina ventana abierta, en procura de la fresca brisa de la calle, se

    Judiaba Luis recostado en ta gran sof, que fu luego trasladado a

    la chacra de San Isidro y que actualmente se halla en la. residencia

    de la seorita Sofa Costa, en Campana. La fisonoma del Restau-

    rador trasuntaba la frescura de la juventud a pesar de contar enasta poca poco ms de 50 aos. Aunque haba engrosado a causa

    de la vida sedentaria que llevaba, conservbase en apariencia gil

    y vigoroso. Su traje se compona de un saco cruzado de pao azul,

    un pantaln del mismo color y botas irreprochables. Viendo a un

    mozo joven en esa actitud despreocupada y displicente, manifest

    a Luis, con su acostumbrada, tonalidad chabacana: "ipero mocito,

    qu hombre feliz es usted, recostado en ese sof tan lindo!", a lo

    que .ste respondi de inmediato, con esa ingenuidad sin malicia

    propia de la edad: "s, seor Gobernador, muy feliz puedo sentir-me, recostado en un sof embargado. . .

    "

    K lectivamente, el prurito de persecucin de los adversarios h-

    i

    m) Snldtas, Anin citado. Tomo IV. PSgs. 103 y siguientes.tWi Hoy icii|)Mil)i tu ! Itiiiu'ii ilc \n NM'Mn.

  • 74 -

    la llevado la justicia rosista a embargar todo el molfamilia Costa.

    A manos de Luis llegaron esos das principios del mes desuero de 1843 ejemplares de "El Nacional", de Montevideo,que se hicieron circular entre los adversarios del tirano, los cua-les contenan la transcripcin de las famosas proclamas que el Ge-neral Paz dirigi a "''sus compatriotas y argentinos". Cada una deesas actividades contrarias a Rosas llenaban de jbilo a la familia,de Costa y Luis comprobaba en su bogar las manifestaciones in-equvocas de ese jbilo, que eran como un rayo de. esperanza parael regreso de su padre del exilio.

    Entretanto, y a fin de ampliar la rbita de sus conocimientos,Luis concurra al viejo Colegio de San Carlos, el que se bailabacontiguo al templo de San Ignacio de la esquina de Bolvar yAl sina.

    De esa adolescencia estudiantil conserv amistades que sefortalecieron con los aos de incertidumbres, de constancia y deluchas. Frente, a la puerta de entrada del Colegio se tallaba el al-macn de Binel y al concurrir de maana a clase Luis y sus com-paeros observaban casi invariablemente en la fachada del referi-do negocio de comestibles un cartel que deca: "'Manteca frescade hoy de Holanda". Los incrdulos escolares barajaban toda clasede hiptesi sin atinar a explicarse cmo en un solo da poda sertransportada la manteca desde aquel pas basta Buenos Aires.

    CAPITULO XIII

    El Idilio de Don Luis Costa

    Urbanizacin de Buenos Aires. Construccin.

  • 76

    de Luis Costa fu la de la Alameda. Toda la parte del bajo dela. ciudad 'Comprendida entre la Fortaleza {donde se halla actual-mente la Aduana) y l Retiro, estaba en las mismas condicionesque la zona comprendida entre la misma Fortaleza y la Boca, has-ta que las obras del puerto cambiaron el aspecto deplorable de esos :parajes. La parte a que nos referimos que iba de la Fortaleza alRetiro era un lodazal intransitable. Las aguas del ro suban hasta"

    la calle 25 de Mayo f al mezclarse con las aguas de lluvia que

    buscaban su descenso rpido, formaban en, toda esa extensin gran-

    des olas que levantaban todos los desechos que haban arrastrado.

    El ambiente- era casi irrespirable, por las putrefacciones que all

    se producan, el trfico por consiguiente quedaba obstruido y el

    espacio existente entro las toscas del ro y los edificios situados-,

    sobre la calle 9 de Julio se haca cada vez ms reducido. En octu-bre del ao anterior (.1843) Luis recordaba que una creciente ex-;

    traordinaria elev las aguas del ro a ms de cuatro varas sobre elnivel de las toscas que estaban en lnea con los puntos ms salien-tes de la Fortaleza. Don Felipe Sen llosa, por encargo de Rosas,

    proyect y presupuest la construccin de una Alameda sobre la

    base de una muralla slida que detuviese las. aguas pluviales, pro-

    porcionase comodidad al embarco y desembarco, levantando todo el

    terreno a lo largo de esa alameda e instalando en esa planicie ul

    jardn y paseo pblico.

    Los trabajos se iniciaron de inmediato y la Alameda quedconcluida a mediados de 1846, invirtiudose en ella un milln de

    pesos papel moneda. (30)

    Ese paseo atrajo, por su novedad y belleza la concurrenciaasidua del pueblo de la metrpoli. En los das fros de julio y agos-to los paseantes lo recorran a la hora de la siesta, bajo el sol ra-diante y tibio de esa hora. En los meses siguientes era el paseopredilecto al atardecer, de jvenes y nias, cuando la brisa frescadel ro traa el primer respiro al bochorno de las jornadas cani-culares.

    Para Luis esa Alameda tena una rememoranza romntica

    (30) Equlvn.lt>nlcs u filironla mil pesos fuertea,

    y levaba impresa el signo de sus primerosbalbuceos sent

    mentales. All fue el acompaante de algunasnias portanas, a

    las quei lo uni el afecto amistoso que se grabaindeleblemente en

    la aurora emocional del alma. Fu su paseo preferido ya l con-

    curra habitualmente con sus compaeros deestudios. Desde ese

    lugar se trasladaban a la confitera deMongulot, sduada on la

    calle Victoria, y en los aos siguientes a lasreuniones del Ugrc,

    que han, hecho poca por la presencia en ellasde las ninas mas her-

    mosas y aristocrticas de Buenos Aires. En esasreuniones intim

    con una nia extraordinariamente bella,de hermosura

    ^

    sobrden-

    te en la virginal floracin de su extremadajuventud. Era Lina

    Echenaguea, de un respetable y viejo hogarporteo, oriundo de

    Navarra. Fu su compaera ideal, de atributos espiritualestal vez

    ms destacados que los fsicos. La comprensin armoniosade ara-

    te se hizo desde entonces inalterable. El destino los hablaseala-

    do para seguir unidos toda la vida.

  • CAPITULO XIV

    Victorias y Derrotas del Primo de Don Luis

    Actuacin militar del eotonel Gernimo Costa. Sus Victorias y derro-tas, i

    Siguiiicacin; familiar. La intervencin de Inglaterra y Francia.

    Una recepcin aristocrtica.

    Hacia fines de ese ao 46 Luis sigui con inters creciente lasnoticias que por distintos conductos llegaban a Buenos Aires conreferencia a las acciones militares en que intervena en forma so-bresaliente el Coronel Gernimo Costa, El 20 de febrero de 1847"La Gaceta Mercantil" publica un parte del da 27 de enero enel que los Coroneles Costa, Bez, Piran y Lavandera anuncian ha-ber retomado la ciudad uruguaya de 'Mercedes, con los cuerpos del

    ejrcito federal del General Ignacio Oribe. Con esta accin puededecirse que el territorio Oriental, con excepcin de las plazas si-

    tiadas de Montevideo, Colonia y Maldonado, estaba bajo el gobier-no que, desde el Cerrito, investa Oribe.

    Luis sigui asimismo los pormenores de los dems hechos dearmas en que actu ese pariente afecto a la cansa rosista. Lo sigui

    en las luchas al lado de Pacheco y Benavdez, al mando de Oribe,en todas las campaas de ste contra Lavalle, La Madrid y demsjefes unitarios. Conoci en detalle su actuacin en las batallas de

    Rodeo del 'Medio, de Don Cristbal. Sauce Grande, Cagancha yOaaguaz, donde la suerte tuvo para este militar distintos matices,lo mismo que anteriormente en las batallas de Arroyo Grande endiciembre del 42, en las que tuvieron lugar un ao ms tarde cuan-do el blo^UO de Montevideo, y en febrero del 44 on el combate

    del Cerro, en que sufri un serio descalabroconjuntamente con el

    Coronel Ramos frente a las fuerzas del General Paz,defensoras de

    lo, ciudad. En abril de ese mismo ao interviene conxito en la

    batalla del Pantanoso, frente al Cerro, al lado dePacheco tacn,

    Bermdez y Zermco, tambin al mando del GeneralOribe. Casi

    un ao ms tarde tiene nuevamente una destacadaaetuacn en el

    sitio de Montevideo, cuya resistencia no pudoser vencida pese a

    los momentos realmente difciles porque atravesla heroica capital

    uruguaya.

    Todos los hechos de armas en que actuaba estemilitar sobre-

    saliente, tenan para Um una profunda significacin y trascen-dencia Todo triunfo de ese familiar representaba

    para el y ciernas

    familiares directos un alojamiento de las perspectivasde paz y

    de sosiego. Todo contraste, la posibilidadde volver cnanto antes

    a la vida normal.

    La intervencin de potencias extranjeras,Inglaterra y?

    cia, hizo renacer la tantas veces marchita orde la ilusin, del

    retorno a esa vida normal que todos anhelaban.En ese mismo ano

    47 el 8 de mayo, se supo en todos loscrculos caracterizado, de

    Buenos Aires que haba llegado al pas elConde Colonna Watews-

    ki como representante de Francia parareanudar y concluir la ne-

    gociacin Hood, relativa al levantamiento delbloqueo anglo-fran-

    cs, Se deca con mareada insistencia que era lujo,de Napolen 1,

    con quien tena gran parecido sonmico. Dos dasdespus llego

    Lord Howden, como representante del gobierno inglspara la inis-

    ha convencin.

    Tanto el Conde como la hermosa Condena Walewshi haban

    despertado en la sociedad portea una inocultablecuriosidad. Luis

    tena presente cmo se disputaron su presencia los msaristcratas

    Balones, entre ellos los de Garca Ziiiga, Ancborena,Saavedra, Al-

    gina, Escalada, Aguirre, Pea, Arana, Obligado,Belustegui, Da-

    tte, Trigoyen, YiUanueva, Siglos, Pieyro, Azeunaga,Alvear, Ez-

    ,rru Senz Pea, Pinedo, Quirno y otros. Durante unalarga tem-

    los representantes de estos gobiernos europeosfueron obje-

    10 de ...-.ajos, y, aparte do las reunionesmencionadas, se organi-

    zo,, cabalgatas y QXUWOW hasta los alrededores de la ciudad.

  • Luis particip en una de ellas hasta los Santos. Lugares y all pu-do apreciar la. distincin de los plenipotenciarios extranjeros y laestampa napolenica del Conde. Una reunin a la que concurri,en l mansin de los Aguare, cont con la presencia de lo mixgranado de aquella sociedad. Iniciaron el baile con un minuet Jisolas seoras y caballeros de ms categora acompaando a los due-os de casa y a los diplomticos en cuyo homenaje se realizaba lafiesta. Despus de esto y de cumplidos los respetos y agasajos alos huespedes extranjeros y a los dueos de casa, qued oficial-mente inaugurada la brillante recepcin "para bailar todos el mi-nuet liso, el montonero, llamado despus del 40 minuet federal;luego se bail la contradanza columbiana, con una especie de cie-lito, al final, vals pausado, gavota, abol.erada para las nias noven-

    citas, y la contradanza con graciosas figuras, dirigidas por el bas-tonero" (31),

    Pese a la influencia de los factores anotados, en los que la ma-sa- juvenil cifraba sus esperanzas de que amplificara el horizonteamenazador y chato en que gema, el estado interior no se modi-fic. El futuro fundador de Campana, ante la perspectiva irremedia-ble sinti flaquear su espritu en esa poca que Amadeo llamara"de la instalacin". Era intil intentar y pensar en nada, ha termi-nacin de ese ao 47 presentaba una perspectiva de honda desolacinnacional. El duelo del hogar de los Costa en desgracia se duplicacon la huida de Eduardo hacia Montevideo, a la sazn aventajado-estudiante de abogaca, en quien los esbirros del tirano vean tam-bin a un conspirador.

    A las circunstancias autctonas se agregan, con la lle