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Orquesta en Budapest Hungría

Para que puedanExaltar a todo pulmónLas maravillasEstos siervos tuyosPerdona la faltaDe nuestros labios impuros

Títi: Hola señorita Cecilia, buenos días. Mi nombre es Títi.

Cecilia: Hola Títi, bienvenida a Roma.

Títi: Cuéntenos, usted es músico, ¿verdad?

Cecilia: Sí, toco el piano. Pero es común que las mujeres de mi generación aquí en Roma, toquemos la lira, la cítara y otros ti-pos de instrumentos.

Títi: ¡Impresionante! Entonces le sirves a Dios y su hijo Jesucristo con tu talento.

Cecilia: Sí, aunque vivimos en tiempos peligrosos. Una vez intentaron callarme ex-poniéndome a los gases de un horno ardi-ente. Pero el Señor me protegió mientras cantaba alabanzas para él.

Títi: ¡Waoo! Qué bendición, eres un regalo de Dios ¡Con razón eres patrona de los músicos!

Cecilia: Dios te bendiga, Titi, y a todos los que le sirven al Señor de todo corazón.

Yo bien: Espera, si quieres aprender a tocar un instrumento, hazlo porque te guste la música y no porque quieras lograr algo con alguien.

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¡A QUE NO SABÍAS!

En al pasado, las cuerdas de las

guitarras eran hechas de tripas de

animales.