sesion 1 hermeneutica

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IGLESIA CRISTIANA “DIOS ES MI REFUGIO Y FUERZA” PASTOR SAULO ZÚÑIGA SOSA SESIÓN 1 LA HERMENÉUTICA: CÓMO INTERPRETAR LA BIBLIA “En su sentido técnico, se define la hermenéutica como la ciencia y el arte de la interpretación bíblica”. “Es el estudio de los principios y directrices para interpretar correctamente la Biblia. Es el arte de la correcta interpretación de la Biblia. La teoría hermenéutica se divide en dos categorías: hermenéutica general y especial. 1. La hermenéutica general es el estudio de las reglas que rigen la interpretación de todo el texto bíblico. Incluye el análisis histórico-cultural, contextual, léxico-sintáctico y teológico. 2. La hermenéutica especial es el estudio de las reglas que se aplican a géneros específicos, como parábolas, alegorías, tipos y profecía. VALIDEZ EN LA INTERPRETACIÓN Quizá la pregunta más fundamental en la hermenéutica sea: "¿Es posible decir que constituye el sentido válido de un texto, o hay múltiples interpretaciones válidas?" Si hay más de una, ¿son algunas más válidas que otras? En ese caso, ¿cuál criterio puede usarse para distinguir la interpretación más válida de las menos válidas? Cuando interpretamos la Biblia, hay diversos bloqueos a una comprensión espontánea del significado original del mensaje: 1. Hay un abismo histórico por el hecho de que nos hallamos ampliamente separados en el tiempo de los escritores y los lectores originales. UN EJEMPLO ES : La antipatía de Jonás hacia los ninivitas, por ejemplo, adquiere un mayor significado cuando comprendemos la extrema crueldad y la pecaminosidad del pueblo de Nínive. 2. La hermenéutica es necesaria, entonces, debido a los ABISMOS CULTURAL, HISTÓRICO, LINGÜÍSTICO Y FILOSÓFICO que bloquean una comprensión espontánea y exacta de la Palabra de Dios. Para experimentar los problemas importantes que surgen por las preguntas anteriores, considérese el problema de SAULITO PEREZ.

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IGLESIA CRISTIANA “DIOS ES MI REFUGIO Y FUERZA”

PASTOR SAULO ZÚÑIGA SOSA

SESIÓN 1

LA HERMENÉUTICA: CÓMO INTERPRETAR LA BIBLIA

“En su sentido técnico, se define la hermenéutica como la ciencia y el arte de la interpretación bíblica”.

“Es el estudio de los principios y directrices para interpretar correctamente la Biblia. Es el arte de la correcta

interpretación de la Biblia.

La teoría hermenéutica se divide en dos categorías: hermenéutica general y especial.

1. La hermenéutica general es el estudio de las reglas que rigen la interpretación de todo el texto bíblico. Incluye el

análisis histórico-cultural, contextual, léxico-sintáctico y teológico.

2. La hermenéutica especial es el estudio de las reglas que se aplican a géneros específicos, como parábolas,

alegorías, tipos y profecía.

VALIDEZ EN LA INTERPRETACIÓN

Quizá la pregunta más fundamental en la hermenéutica sea: "¿Es posible decir que constituye el sentido válido de un

texto, o hay múltiples interpretaciones válidas?" Si hay más de una, ¿son algunas más válidas que otras? En ese caso,

¿cuál criterio puede usarse para distinguir la interpretación más válida de las menos válidas?

Cuando interpretamos la Biblia, hay diversos bloqueos a una comprensión espontánea del significado original del

mensaje:

1. Hay un abismo histórico por el hecho de que nos hallamos ampliamente separados en el tiempo de los escritores

y los lectores originales. UN EJEMPLO ES: La antipatía de Jonás hacia los ninivitas, por ejemplo, adquiere un

mayor significado cuando comprendemos la extrema crueldad y la pecaminosidad del pueblo de Nínive.

2. La hermenéutica es necesaria, entonces, debido a los ABISMOS CULTURAL, HISTÓRICO, LINGÜÍSTICO Y

FILOSÓFICO que bloquean una comprensión espontánea y exacta de la Palabra de Dios.

Para experimentar los problemas importantes que surgen por las preguntas anteriores, considérese el problema

de SAULITO PEREZ.

DILEMA 1

Situación: Cierto vez usted escribió uno carta un amigo íntimo. Rumbo a su destino el servicio postal perdió su mensaje,

y la carta permaneció extraviado durante los siguientes dos mil años, en medio de guerras nucleares y otros transiciones

históricos. Un día la carta es descubierta y reclamada. Tres poetas de lo sociedad contemporáneo de SAULITO

tradujeron la carta por separado, pero desafortunadamente arribaron a conclusiones diferentes.

"Lo que esto significa para mí ... - dijo Tunky 1- es ...

"No estoy de acuerdo - dijo Tunky 2- . Lo que eso significa para mí es ..."

'Los dos están equivocados - alegó Tunky 3- . Mi interpretación es lo correcto."

Resolución: como un observador imparcial que ve la controversia desde su perspectiva espiritual ¿Qué consejo

daría a los Tunkys para que resolvieron sus diferencias? Doy por sentado que usted fue un escritor razonablemente y

claro en lo exposición de sus ideas.

a. ¿Es posible que su carta tuviera en realidad más de un sentido válido? Si su respuesta es "Sí", pase a (b). Si es "No"

pase a (c).

b. Si su carta puede tener una variedad de significados, ¿hay algún límite de sentidos válidos? Si hay un límite, ¿qué

criterio propondría para distinguir entre los sentidos válidos y los que no lo son?

c. Si hay un solo sentido válido para su carta, ¿qué criterio emplearía usted para determinar si la mejor interpretación es

la de Tunky 1, 2 o 3?

Si usted concluye que lo interpretación de Tunky 2 es superior, ¿cómo pudiera justificar su opinión ante Tunky

1y3?

Si usted no ha pasado al menos 5 o 10 minutos tratando de ayudar a los tunkys a resolver su problema, vuelva y trate de

hacer algo para ayudarlos. El problema con el cual están luchando es, probablemente, el más decisivo de toda la

hermenéutica.

¿CUÁL ES LA TAREA DEL EXEGETA?

EN EL ESTUDIO DE LA BIBLIA, LA TAREA DEL EXEGETA ES DETERMINAR LO MÁS CERCA POSIBLE LO QUE

DIOS QUISO DECIR EN UN PASAJE DETERMINADO, Y NO LO QUE EL TEXTO SIGNIFICA PARA MÍ. SI

ACEPTAMOS LA IDEA DE QUE EL SIGNIFICADO DE UN TEXTO ES LO QUE ÉSTE SIGNIFICA PARA MÍ,

ENTONCES LA PALABRA DE DIOS PUEDE TENER TANTOS SIGNIFICADOS COMO LECTORES TENGA.

INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN

A estas alturas puede ser útil distinguir entre interpretación y aplicación. Decir que un texto tiene un sentido válido (el

que el autor tuvo en mente) no significa que su escrito tenga sólo una aplicación posible. Por ejemplo, la orden de

Efesios 4:26,27: "No se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo", tiene un significado, pero puede

tener múltiples aplicaciones dependiendo de si el lector está enojado con su empleado, su esposa o sus hijos.

De igual manera la promesa de Romanos 8 de que nada "nos podrá separar del amor de Dios" tiene un solo

significado; pero tendrá diferentes aplicaciones (en este caso, significados emocionales), dependiendo de la

situación particular que una persona enfrenta.

DOBLE PATERNIDAD LITERARIA Y SENSUS PLENIOR

Una segunda controversia en la hermenéutica es la cuestión de la doble paternidad literaria. La posición ortodoxa de la

Biblia es la de autoría confluente; es decir, los autores humanos y el autor divino trabajaron juntos (fluyeron juntos)

para producir el texto inspirado. Ese asunto origina estas preguntas importantes: "¿Qué significado tenía en mente el

autor humano?" "¿Qué significado quiso dar el autor divino?" "¿El significado que procuró dar el autor divino

excedía al del autor humano?" Se ha debatido durante siglos la cuestión de si el texto bíblico tiene o no un sentido más

amplio (sensus plenior) que el que tenía en mente el autor humano.

Estar consciente del sensus plenior es reconocer la posibilidad de que un pasaje del Antiguo Testamento tenga un

sentido más amplio del que el autor original tenía en mente, y más del que puede obtenerse por la estricta exégesis

gramático- histórica. Tal es la naturaleza de la inspiración divina de la que los autores del texto bíblico muchas veces no

estuvieron conscientes del sentido más amplio ni de la aplicación final de lo que escribieron. Ese sentido más amplio del

Antiguo Testamento puede verse sólo en retrospectiva y a la luz del cumplimiento del Nuevo Testamento.

Se esgrimen varios argumentos para apoyar la posición del sensus plenior, incluso los siguientes:

1. 1ª de Pedro 1: 10-12 parece sugerir que los profetas del Antiguo Testamento a veces hablaron cosas que ellos

no entendieron.

2. Daniel 12:8 parece indicar que Daniel no entendió el significado de todas las visiones proféticas que se le dieron;

y hay muchas profecías que parece improbable que sus contemporáneos las hayan comprendido (por ejemplo,

Daniel 8:27; Juan 11 :49-52).

Los que arguyen en contra de la posición de sensus plenior esgrimen los siguientes puntos:

1. Si se acepta la idea de dobles significados en las Escrituras puede abrirse el camino a toda clase de

interpretaciones exegéticas.

2. El pasaje de 1 Pedro 1: 10-12 puede entenderse con el significado de que los profetas del Antiguo Testamento

ignoraban sólo el tiempo del cumplimiento de sus predicciones pero no el significado de sus predicciones.

3. En algunos casos los profetas entendieron el significado de sus predicciones pero no todas las implicaciones de

ellas (por ejemplo, en Juan 11 :50 Caifás entendió que era mejor que un hombre muriera por el pueblo y no que

toda la nación pereciera, pero no comprendió todas las implicaciones de su profecía).

4. En algunos casos los profetas pueden haber entendido el significado de su profecía pero no a qué situación

histórica se refería.

INTERPRETACIÓN LITERAL, FIGURADA Y SIMBÓLICA DE LAS ESCRITURAS

Un tercer asunto de controversia en la hermenéutica contemporánea es la literalidad con que interpretamos las palabras

de la Biblia:

1. Los eruditos conservadores son acusados a veces de ser "litera listas tercos" en sus interpretaciones.

2. Sus hermanos de teología más liberal alegan que incidentes como la caída, el diluvio y la historia del viaje

submarino de Jonás deben entenderse como metáforas y alegorías en vez de verdaderos acontecimientos

históricos.

3. Como todas las palabras son símbolos que representan ideas, dicen esos liberales, no debemos tratar de

aplicarlas en un sentido literal estricto.

4. Los teólogos conservadores están de acuerdo en que las palabras pueden emplearse en sentido literal, figurado

y simbólico. Las siguientes tres oraciones lo ejemplifican:

1. Literal. "Se colocó en la cabeza del rey una corona centelleante de joyas."

2. Figurada. "Esta novela corona la obra del autor."

3. Simbólica. "Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y

sobre su cabeza una corona de doce estrellas" (Apocalipsis 12: 1).

La diferencia entre los tres usos de la palabra corona no estriba en que el sentido de que uno se refiere a verdaderos

acontecimientos históricos y los demás no. Las expresiones literales y figuradas por lo general se refieren a

acontecimientos históricos. La relación entre las ideas expresadas por las palabras y la realidad es directa, y no

simbólica. Sin embargo, las ideas expresadas en lenguaje simbólico (por ejemplo, literatura alegórica y apocalíptica) con

frecuencia hacen alusiones históricas. De modo que la mujer de Apocalipsis 12: 1 puede significar la nación de

Israel, con las doce estrellas que representan las doce tribus, la luna la revelación del Antiguo Testamento, y el

sol la luz de la revelación del Nuevo Testamento.

Los problemas surgen cuando los lectores interpretan las declaraciones de un modo distinto al que el autor tenía en

mente. La distorsión del sentido del autor que resulta de interpretar de manera figurada una declaración literal es la

misma de interpretar una declaración figurada de modo literal. Si todas las palabras son en cierto sentido símbolos,

¿cómo podemos determinar cuándo deben entenderse literal, figurada o simbólicamente? El teólogo conservador

respondería que aquí se aplica el mismo criterio para determinar la interpretación válida de todos los demás tipos de

literatura, es decir, que las palabras deben interpretarse de acuerdo con la intención del autor. Si el autor pretendía que

se interpretaran literalmente, erramos si las interpretamos de manera simbólica. Si su intención era que se interpretaran

simbólicamente, fallamos de igual modo si las interpretamos literalmente. El principio es más fácil de enunciar que de

aplicar; sin embargo, como se muestra en posteriores capítulos, el contexto y la sintaxis proporcionan importantes pistas

para la intención y, por tanto, para el significado.

FACTORES ESPIRITUALES EN EL PROCESO DE PERCEPCIÓN

Un cuarto problema de controversia en la hermenéutica contemporánea es el de si los factores espirituales afectan o no

la capacidad de percibir con precisión las verdades contenidas en las Escrituras.

Una escuela de pensamiento sostiene que si dos personas tienen la misma preparación intelectual para hacer

hermenéutica (instruidos en el idioma, la historia y la cultura originales), los dos serán buenos intérpretes.

Una segunda escuela de pensamiento sostiene que las Escrituras mismas enseñan que la consagración espiritual, o la

carencia de ella, influye en la capacidad de percibir la verdad espiritual. Romanos 1: 18-22 describe el resultado final de

una continua supresión de la verdad como un entendimiento entenebrecido. 1 Corintios 2:6-14 habla de la sabiduría y los

dones que son posesión potencial del creyente, pero la persona no regenerada no los posee. Efesios 4: 17-24 describe la

ceguera a las realidades espirituales que padece una persona que vive según la vieja naturaleza, y las nuevas realidades

que se abren al creyente. 1 Juan 2: 11 declara que el hombre que abriga odio experimenta una ceguera, resultado del

mismo odio. Basados en pasajes como ésos, este punto de vista cree que la ceguera espiritual y el entendimiento

entenebrecido obstruyen la capacidad de la persona para determinar la verdad independientemente si uno conoce y

aplica 'los principios de la hermenéutica.

Ese asunto tiene más importancia para la hermenéutica que lo que parece a primera vista. Por una parte si, como se

afirmó anteriormente, el sentido de las Escrituras puede hallarse en un cuidadoso estudio de las palabras, la cultura y la

historia de los escritores, entonces, ¿a dónde dirigirnos para encontrar esta dimensión mayor de discernimiento

espiritual? Si dependemos de la intuición espiritual de los hermanos en la fe para mayor conocimiento, pronto

terminaremos en una confusión desesperada porque ya no tenemos ningún principio normativo para comparar la validez

de una intuición con otra. Por otro lado, la idea alternativa de que el significado de la Biblia puede hallarse dominando los

prerrequisitos del conocimiento y de las técnicas exegéticas, sin considerar la condición espiritual, parece contradecir los

versículos citados anteriormente.

Una hipótesis que trata de resolver ese dilema se basa en una definición del término conocimiento. Según la Biblia, las

personas no poseen en realidad el conocimiento a menos que vivan a la luz de ese conocimiento. La verdadera fe no es

sólo el conocimiento acerca de Dios (lo que incluso los demonios tienen) sino el conocimiento vivencial. El incrédulo

puede conocer (comprensión intelectual) muchas de las verdades bíblicas empleando los mismos medios de

interpretación que él emplearía con textos no bíblicos; pero no puede en realidad conocer esas verdades (ni apropiarse

de ellas) mientras permanezca en rebeldía contra Dios.

Esa hipótesis necesita un ligero correctivo. Una experiencia común ilustra el punto: Fijamos nuestra atención en cierto

punto de acción, y luego damos atención selectiva para concentrarnos en los datos que apoyan nuestra decisión y

minimizamos aquella información que pudiera argumentar en contra de ella. Puede aplicarse el mismo principio al

pecado en la vida de una persona. La Biblia enseña que el ceder al pecado hace que un individuo se convierta en

esclavo de él y se ciegue a la justicia (Juan 8:34; Romanos 1:18-22; 6:15-19; 1 Timoteo 6:9; 2 Pedro 2:19). De ese modo,

los principios bíblicos de la verdad, disponibles mediante la aplicación de las mismas técnicas de interpretación textual

empleados con textos no-bíblicos, se tornan cada vez menos claros a quien constantemente rechaza tales verdades.

De ahí que los no creyentes no conocen el completo significado de la enseñanza bíblica, no porque el significado no esté

disponible para ellos en las palabras del texto, sino porque se niegan a actuar y apropiarse de las verdades espirituales

para su propia vida. Además, el resultado psicológico de tal negativa los hace cada vez menos capaces (y dispuestos) a

comprender esas verdades.

En conclusión, esa perspectiva moderada sugiere que el significado de la Palabra de Dios está contenida en las palabras

de las que Él es el autor, y que es innecesario recurrir a intuiciones espirituales que no tienen el apoyo de una

comprensión de esas palabras. Uno de los ministerios del Espíritu Santo es la obra de iluminación, de ayudar a los

creyentes a entender el pleno sentido del texto bíblico. El concepto de iluminación no necesita extenderse más allá de la

obra del Espíritu de explicar el pleno sentido Del texto; en realidad, si alguna vez extendemos nuestra definición de

iluminación más allá de este punto, no tenemos ninguna base lógicamente coherente para distinguir el significado

divinamente dado de las intuiciones y adiciones de mil intérpretes diferentes.

LA INTERPRETACIÓN   ADECUADA ES NUESTRA PRIORIDAD

Si verdaderamente amamos al Señor, y verdaderamente tenemos el temor de Dios en nosotros, entonces debería ser

nuestra gran prioridad interpretar correctamente la Biblia. El Señor mismo lo dijo en Isaías 66:2b.

EL GRAN REQUISITO PREVIO DEL ESTUDIO BÍBLICO

 El primer paso para un estudio bíblico exitoso es nacer de nuevo (Juan. 3:3). La Biblia es un libro sagrado y espiritual. Si

sigues siendo un hombre impío, natural, sin el Espíritu de Dios viviendo en ti, no serás capaz de comprender realmente la

sustancia espiritual de la Biblia ni vas a ser bendecido por su poderosa verdad.

• 1ª Corintios 2:14 * Romanos 8:7

OTROS 3 REQUISITOS PREVIOS PARA ESTUDIAR LA BIBLIA EFICAZMENTE

1. Manos limpias y un corazón puro.

¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón. –Salmos

24:3-4a

    

Morando en la Palabra de Dios es un lugar santo, y para morar a allí, tenemos que estar en Cristo, que es nuestra

santificación (1 Cor. 1:30), y parte de estar en Cristo es caminar en la luz como él está en la luz con todos nuestros

pecados puestos bajo la sangre (1 Jn. 1:7). Asegúrate de tener tus manos limpias-que no estés aferrado en algo que no

le agrada a Dios. Y asegúrese de que tu corazón este puro, que realmente desees tener comunión con Dios y estar más

cerca de Él. Nuestro deseo para estudiar la Biblia no debe ser sólo para empacar nuestro cerebro con conocimiento, sino

para penetrar nuestro corazón con una revelación de Dios para que podamos conocerlo más. Manos que están

ocupadas agarrando las cosas del mundo no tienen capacidad para comprender las verdades profundas del Espíritu, y

los corazones que están contaminados con la conciencia de pecado no tienen capacidad para deleitarse en la santa

verdad de Dios. Tenemos que abordar las Escrituras en nuestros estudios, como si nos estuviéramos acercándonos al

Lugar más Santísimo, la presencia inmediata de Dios mismo.

2. Un hambre y una expectación de que Dios hable.

• Desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación. –1

Pedro 2:2 (LBLA)

En este versículo, la palabra Griega para "deseo" está hablando más que solo querer algo, está hablando de

intensamente anhelar algo, en este caso, la Palabra. Al igual que un bebé tiene un deseo intenso para leche para su

sustento natural, necesitamos desear ardientemente la Palabra de Dios para recibir nuestro sustento espiritual. Mientras

abordas el estudio de la Biblia, asegúrate de que tu corazón esté con hambre y anticipe que el Espíritu Santo te hable.

Espera que el Espíritu Santo utilice la palabra escrita para ministrarte donde necesites Su toque más. Ve a él con tus

preguntas, dudas, luchas, temores y tentaciones, y al leer la Palabra, espéralo hasta que te muestre la verdad con gran

poder que cambiara tu corazón y su situación. Tienes que tener tu corazón abierto para escuchar al Espíritu mientras

lees y estudies, hambriento de Él para que te llene con su "tesoro escondido" (ver Pro. 2:1-5).

3. Oración para entender.

• Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis

llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno

del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios. –

Colosenses 1:9-10

Aunque no existe una norma expresa o mandamiento en la Escritura que específicamente nos diga que oremos antes de

estudiar la Biblia, por lo general es un principio sabio para seguir. El apóstol Pablo oró constantemente por los creyentes

en Colosas, pidiendo al Señor que los llenara de conocimiento, sabiduría y entendimiento espiritual, y que continuamente

se mantuvieran creciendo en el conocimiento de Dios.

Constantemente debemos orar esta oración para nosotros mismos, pidiéndole a Dios que nos dé "el espíritu de sabiduría

y de revelación en el conocimiento de Él” (Ef. 1:17). Nuestro objetivo principal en el estudio de las Escrituras es conocer

la voluntad de Dios, así que tiene sentido orar seriamente antes de estudiar lo más posible para que el Espíritu Santo

ilumine nuestros corazones y nuestras mentes y nos revele la voluntad de Dios para nuestras vidas vivificando la Palabra

escrita. No importa que bien sigamos las reglas para la correcta interpretación, si el Espíritu Santo no nos abre nuestro

entendimiento, no ganamos nada. Necesitamos ser enseñados por el Señor mismo (1 Jn. 2:27).

10 PRINCIPIOS   BÁSICOS   DE BUENA HERMENÉUTICA

El principio correcto de la hermenéutica se llama el enfoque histórico-gramático de interpretación. Este es un método que

sigue las reglas gramaticales de la literatura, así como considerar los diversos contextos de cada pasaje de la Escritura.

Ahora vamos a explicar algunos de los principios y normas que guían este enfoque al estudio bíblico. Recuerde que

nuestro objetivo no es seguir solo uno de los siguientes principios cuando estudiemos un pasaje de la Escritura, sino

poner todos en práctica lo más posible. Aunque los siguientes principios están divididos en diez categorías mayores, es

importante señalar que cada una se superpone a la otra y todas se complementan entre sí y están estrechamente

relacionados.

Por cada punto que es expresado, también se dará un ejemplo de la Escritura para ilustrarlo. De esta forma, podrás ver

el principio puesto en práctica y obtener una mejor comprensión de cada principio.

#1: ¡Léela, léela, y léela otra vez!

Esta es la regla más importante que es absolutamente esencial para una buena interpretación. Escuche con atención:

cuando se trata de interpretar la Biblia, la regla más importante es: ¡Léela, léela, y léela! Lee la Biblia en su totalidad

regularmente. Lee cada libro, uno por uno de principio a fin. Y lee cada versículo cuidadosamente en su contexto.

Asegúrate que pases tiempo leyendo la Biblia todos los días, y léela una y otra vez mientras vivas. Haciendo esto te

permitirá entender todo el consejo de Dios en Su Palabra escrita. Los reyes de Israel fueron instruidos a tener su propia

copia personal de las Escrituras y que las leyesen todos los días de sus vidas:

• Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta

ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los

días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y

estos estatutos, para ponerlos por obra. –Deuteronomio 17:18-19

El Señor mandó a los líderes de su pueblo a leer las Escrituras todos los días. Pero, por supuesto, esto no se aplica sólo

a los reyes, líderes, pastores y predicadores, sino a todo el pueblo de Dios. Tenemos el enorme privilegio de tener

nuestra propia copia de la Palabra escrita de Dios, y por lo tanto es nuestro deber apreciarla, aprender de ella y

obedecerla. ¡Ten en cuenta que las palabras anteriores fueron dirigidas a los reyes de Israel, hombres que estaban muy

ocupados gobernando los asuntos de una nación entera! Sin embargo, se les mandó a tomar tiempo cada día para

estudiar la Palabra de Dios. Ahora bien, si el Señor espera que los reyes (que sin duda estaban más ocupados que

cualquiera de nosotros) hicieran un tiempo de su agenda tan ocupada todos los días para leer Su Palabra, ¿cuánto más

espera Él de nosotros?

La Biblia también nos habla de los de Berea. Se habla de ellos como "nobles" por su diligencia a poner todo a prueba con

la Palabra escrita de Dios:

• Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo

llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en

Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver

si estas cosas eran así. –Hechos 17:10-11

Presta atención que dice "escudriñando cada día". Todos los días, mientras escuchaban a Pablo predicar, escudriñaban

la Palabra de Dios para ver si era cierto. Todos los días ellos se empapaban en la Palabra y los llevó a la verdad. Con

tantos engaños en el mundo de hoy, y tantas diferentes religiones y doctrinas que se enseñan, es nuestro deber hacer lo

que ellos hicieron y escudriñar la Biblia todos los días para que podamos saber la verdad. Probaron todas las cosas

mediante la lectura de la Biblia. Nos haría bien hacer lo mismo. Necesitamos renovar nuestras mentes con la verdad de

Dios constantemente y continuamente lavarnos en el agua de la Palabra (Ef. 5:26).

La Biblia nunca será tan antigua y anticuada que no podrá ser aplicada a nuestras vidas. La verdad de la Palabra de Dios

es eterna y nunca pasará (Isa. 40:8). Cada vez que leas la Biblia tendrás más luz y entendimiento mientras que la

Palabra de Dios te sea revelada (Sal. 119:130). Esto es porque verdaderamente es la Palabra de Dios y es viva y eficaz

(Heb. 4:12). Contiene la mente de Dios, y por lo tanto es un tesoro que nunca podrá ser agotado. Continuará a revelar

más y más de las cosas de Dios a la alma hambrienta que se alimenta diariamente del pan de la Palabra de Dios. Los

cristianos más maduros son los que han pasado años leyendo la Palabra vez tras vez, y los mejores maestros en la

iglesia son los que han leído la Biblia entera muchas, muchas veces y se están sumergiendo constantemente en la

Palabra de Dios. Vas a poder interpretar y aplicar las Escrituras con eficacia cuando la conozcas profundamente. No hay

un corto camino a la verdad. La sana doctrina y un conocimiento de Dios solo vendrán por constantemente leer, meditar

y orar las palabras de la Escritura mientras que vivas una vida de obediencia práctica.  

# 2: Debes interpretar las Escrituras usando el sentido sencillo del lenguaje.

Esto significa que en todo tiempo debemos interpretar las Escrituras con el sentido sencillo y literal del lenguaje al menos

que el pasaje claramente sea simbólico o figurativo. En el caso del lenguaje simbólico o de figuras retóricas, busca

encontrar la verdad literal detrás de lo que el símbolo o la figura retórica representa, tomando cuidado especial de

permitir que la Escritura interprete la Escritura.

Esto no es difícil. Por ejemplo, hay que ver Juan capítulo 3:

• Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a

Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede

hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te

digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. –Juan 3:1-3  

Obviamente, los versículos uno y dos son completamente literales. Nicodemo fue un hombre real, realmente era un

fariseo, y realmente vino a Jesús de noche y comenzó una conversación con Él al reconocer que Él venía de Dios. El

sentido común de las palabras nos muestra que esto fue un acontecimiento real y literal. ¿Pero qué del versículo tres

donde Jesús responde a Nicodemo y le dice que tiene que nacer de Nuevo? ¿Cómo debemos entender sus palabras?

Obviamente no están hablando de un nacimiento literal y físico, puesto que el tal sería absurdo e imposible. Los

versículos 3-6 dejan claro que Jesús está usando una figura retórica. El nuevo nacimiento que Nicodemo necesitaba

experimentar no era uno físico, sino uno espiritual. Esto es confirmado por el contexto literario inmediato (los versículos

que inmediatamente siguen en Juan capítulo 3) y por el más amplio contexto de la Escritura (el resto de la Biblia). Otros

versículos respaldan esta interpretación también, como: Ezequiel 36:25-27, 2 Corintios 5:17, Gálatas 6:15, Santiago 1:18,

1 Pedro 1:3 y 1:23; para mencionar algunos. Por lo tanto, teniendo en cuenta el sentido sencillo del lenguaje, el contexto

del pasaje, y el resto de la Biblia, tenemos que concluir que Nicodemo necesitaba nacer de nuevo espiritualmente por el

poder del Espíritu de Dios para ser salvo. De esa conclusión, podemos hacer una aplicación más amplia, y aplicándola a

las vidas de cada uno de nosotros. Estas palabras no solo fueron para Nicodemo, sino para todos nosotros. Es decir,

nosotros también necesitamos nacer de nuevo para ser salvos. 

Entonces, ¿qué acabamos de hacer? Estábamos leyendo las Escrituras y aceptando el sentido sencillo y literal de las

palabras. Pero cuando llegamos al versículo tres, y seguimos leyendo los siguientes versículos, se hizo obvio que la idea

de “nacer de nuevo” no puede ser un nacimiento literal de entrar al vientre de nuestras madres y nacer una segunda vez.

La sencilla lógica nos muestra que este es el caso, y el contexto de Juan 3 también, y el más amplio contexto de la

Escritura. Entonces, dándonos cuenta que el leguaje era figurativo, inmediatamente buscamos encontrar la verdad literal

detrás de este lenguaje figurativo.

Las Escrituras usan muchas hipérboles, metáforas, símbolos, descripciones visuales proféticas, poesía y cada otro modo

de expresar el lenguaje. Cuando encontramos tales cosas, normalmente es muy obvio que son figuras retóricas. Pero,

aun en el caso de tales figuras retóricas, no tenemos derecho de “espiritualizar” el texto e inventar alguna interpretación

extraña o aplicación de nuestra propia imaginación. Debemos estudiar diligentemente en tales casos para encontrar la

verdad detrás de las figuras retóricas representativas, y nuestra conclusión debe estar de acuerdo con el contexto del

pasaje, lo que el resto de las Escrituras dicen, y debe tomar en cuenta los contextos históricos, geográficos, culturales,

literarios y sociales lo más que sea posible.

Es importante recordar que los libros de la Biblia son inspirados por Dios, pero Dios escogió comunicarse con nosotros a

través de los autores humanos usando el sentido normal del lenguaje humano. Las Escrituras fueron escritas con el

propósito de revelar la verdad de Dios a la persona común. Él lo diseño de tal manera que los hombres podrían leerlas y

entenderlas. Entonces, cuando las leas, simplemente cree lo que dicen, cree que son verdad, y cree que la intención de

Dios es que sean entendidas. Compréndela literalmente, al menos que sea obvio que está usando una figura retórica o

un tipo de símbolo. En ese caso, estudia para encontrar la verdad literal detrás de esa figura o símbolo.  

# 3: Reconoce que, hablando en términos generales, solo hay una interpretación para cada pasaje.

Esto quizás parecerá raro para algunos, pero este punto es de suma importancia. Cuando nos acercamos a un texto de

Escritura, no debemos empezar por preguntarnos: “¿Qué significa esto para mí?” Como si pudiera significar algo único a

ti y significar algo totalmente diferente a otra persona. Es decir, no debemos pensar que cada persona puede llegar a su

propia interpretación del pasaje que sea distinto a las interpretaciones de todos los demás, y al mismo tiempo que todas

las interpretaciones sean correctas a pesar de la falta de armonía entre ellas. Más bien, cuando examinemos un pasaje,

lo primero que debemos preguntarnos es: “¿Qué quiso comunicar el autor original a los recipientes originales, tomando

en cuenta sus trasfondos históricos, culturales y circunstancias únicas?” Si respondimos esa pregunta correctamente

llegaremos a una interpretación adecuada del pasaje. Luego, después de establecer la interpretación correcta, podremos

seguir y observar las similitudes entre la situación de ellos y la nuestra, y hacer aplicaciones más amplias que hablen

directamente a nuestras vidas. Aunque cada pasaje de Escritura solo tiene una interpretación correcta (aunque esa

interpretación puede ser compleja), el pasaje puede tener muchas diferentes aplicaciones personales que nos hablen

directamente a nosotros en medio de nuestras situaciones del Siglo XXI.

Por ejemplo, hay que ver la declaración de Pablo en Filipenses, que a menudo es malinterpretada por muchos:

• Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. –Filipenses 4:13

Al acercase a este texto con la mentalidad de, “¿Qué significa esto para mí?”—y al  mismo tiempo ignorar su contexto

literario e histórico—muchos han inventado interpretaciones locas y erróneas. Un boxeador que dice ser cristiano está a

punto de participar en violencia y golpear el rostro de su adversario hasta que le salga sangre y le dé una contusión, y

mientras que se prepara para la pelea, dice: “¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!” O un hombre decide empezar

un negocio, y con avaricia en su corazón intenta ganar mucho dinero diciendo: “¡Todo lo puedo en Cristo que me

fortalece!” Estas falsas interpretaciones son los resultados de arrancar este texto fuera de su contexto e interpretarlo a

través del los ojos de uno. Y esto resulta en que la Palabra de Dios condone actividades pecaminosas—algo lejos de la

intención de Pablo (y el Espíritu Santo) en escribir esas palabras. 

Más bien, miremos el contexto literario más grande del pasaje:

• En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual

también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he

aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia;

en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener

abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Sin embargo, bien

hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. –Filipenses 4:10-14

Al ver el contexto inmediato, descubrimos que los filipenses fueron unos de las únicas iglesias que enviaron apoyo

material al apóstol Pablo mientras que estaba viajando y predicando, e incluso sufriendo en una cárcel a causa de

predicar el Evangelio (así estaba en el tiempo que escribió la epístola). Pablo está escribiendo aquí para demostrar su

apreciación por sus regalos, pero deja claro que su motivo no es recibir sustancia material, sino ver a la iglesia florecer

en buenos frutos que son aceptables a Dios. Luego dice que está lleno con el gozo del Señor (el tema de la epístola) y la

paz de Cristo en cada situación, aun cuando está sufriendo aflicciones horribles. Él estaba contento en Cristo aun en

medio de sufrimiento y falta de sustento físico, y se sentía igual cuando todo le estaba yendo bien (en lo físico).

Entonces, cuando dijo, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, estaba diciendo que mientras que sufra persecución

a causa del Evangelio, y mientras que sufra tribulaciones por su fe en Cristo, el Señor le daría fuerza en cada situación

para tener fe y regocijarse en Él a pesar de lo que tenga que enfrentar.

Entonces el contexto nos enseña que Pablo está diciendo que no hay prueba que no puede vencer victoriosamente

porque Cristo es su fuerza (ver 1 Cor. 10:13), y que ninguna situación temporal podría robarle su paz y gozo en el Señor

(Fil. 4:7).

Esa es la única interpretación de Filipenses 4:13 (por su puesto, este es una explicación muy breve y se  pueden dar

muchos más detalles). Pero ahora que sabemos la interpretación gramática e histórica, podemos continuar y edificar

sobre este cimiento y hacer aplicaciones más amplias que estarán en perfecta armonía con ella. Por ejemplo, de la

misma manera que Pablo pudo vencer todas sus pruebas y mantener su fe, gozo y paz en medio de tantas dificultades

extremas, nosotros también podemos aprender de este texto que no importa qué pruebas enfrentemos, que dificultades

estemos pasando, seremos capaces de vencer victoriosamente, mantener la fe y no perder nuestra paz y gozo porque

Cristo nos da fuerza. Desde aquí, si quisiéramos, podríamos hacer más amplias aplicaciones para personas y

situaciones específicas. Por ejemplo, quizás alguien está siendo perseguido en su trabajo por ser cristiano y está siendo

tentado a enojarse y desanimarse. No tienen que pecar, porque todo lo pueden con las fuerzas de Cristo. O quizás

alguien ha perdido todo y está sufriendo tribulaciones de la misma manera que Job. Él puede perseverar victoriosamente

porque todo lo puede en Cristo que le fortalece. Las aplicaciones personales son prácticamente sin fin, pero no importa

cómo la apliquemos, debemos tener cuidado que esté en armonía con la verdadera interpretación del texto, y nunca

debe contradecirla.   

# 4: Interprétala a la luz del contexto histórico y cultural de los autores y recipientes originales.

Los diversos libros de la Biblia fueron escritos por más de 40 diferentes autores de una gran variedad de trasfondos

sociales e históricos, a lo largo de 1.500 años, en tres diferentes continentes, en tres diferentes idiomas y tres diferentes

eras durante la historia de la redención. Obviamente, los 66 libros de la Biblia fueron escritos por una variedad de

diferentes contextos históricos y culturales. Tenemos que tener en cuenta esto cuando interpretamos la Escritura.

Muchos libros en la Biblia tienen un énfasis o propósito específico que el autor intentó de comunicar en un cierto punto de

historia, y esto es sumamente importante para una interpretación adecuada.

Por ejemplo, el libro de Mateo fue escrito con la intención de ser leído por una audiencia judía para demostrarles que

Jesús es el Mesías prometido de Israel. Por esta razón, muchas tradiciones y costumbres judías son mencionadas en el

libro sin ninguna explicación; Mateo obviamente asumía que su audiencia judía le entendería. Entonces, cuando

estudiamos el libro de Mateo, tenemos que considerar las costumbres judías a las cuales alude el libro, y también el

trasfondo del Antiguo Testamento, que es el cimiento sobre cual Mateo edifica.

Una persona común, leyendo el libro de Mateo sin ningún conocimiento de las antiguas costumbres judías, podría

confundirse cuando, por ejemplo, llegaría a estos versículos:

• El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen,

se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla,

quiso dejarla secretamente. –Mateo 1:18-19

Algunos quizás puedan pensar: “¿Qué significa estar ‘desposado’? ¡Y espera un momento! ¡Yo pensaba que José y

María todavía no estaban casados! Ella fue virgen, pero sin embargo todos sabemos que las personas que se casan

consuman su matrimonio. ¡Pero ella igual se quedo virgen! ¿Cómo pudieron haber estado casados? Y luego dice que

José quiso divorciarse de ella, lo cual significa que estaban casados. ¿Cómo podría divorciarla si aún no estaban

casados y todavía era una virgen?” –Son buenas preguntas, ¿no? Bueno, nos ayudará saber un poco sobre cómo los

matrimonios judíos funcionaban en esos días.

La costumbre de esos días era que si una pareja quería casarse (muchas veces los matrimonios eran arreglados),

primero serían “desposados”. Este desposamiento era parecido al compromiso moderno; sin embargo era más fuerte y

vinculante. El hombre y la mujer estarían desposados y después de ese momento, serían vistos como marido y mujer.

Estaban casados, y esto sería vinculante. Sin embargo, ellos no vivían juntos ni tenían relaciones físicas durante este

periodo de desposamiento—eso no sucedería hasta que el matrimonio fuera consumado. La mujer todavía vivía con sus

padres durante todo este periodo, que duraba aproximadamente un año. Durante ese año, el hombre trabajaría y

prepararía un terreno y construiría una casa, alistando todo para su nueva esposa, para que cuando se casen pudieran

vivir juntos y empezar una familia. Solo después de ese tiempo tendrían una boda oficial y consumirían su matrimonio y

tendrían relaciones físicas. Y ya que el desposamiento era legalmente vinculante, las parejas eran consideradas marido y

mujer, y solo un divorcio podía romper ese desposamiento. 

Entonces cuando José estaba desposado a María, aun viviendo separado de él, y preparando para el día oficial de su

matrimonio, ¡él descubrió que ella estaba embarazada! ¡Por supuesto, él pensó que ella era promiscua y había sido infiel

con él! Pero no quería humillarla públicamente, entonces busco divorciarse de ella y romper el desposamiento antes de

que estén casados oficialmente. 

¿Puedes ver como los contextos históricos y culturales de los pasajes pueden verdaderamente enriquecer nuestro

entendimiento de las Escrituras? No captaríamos el verdadero significado del texto si intentaríamos interpretar tales

pasajes solamente a la luz de nuestras tradiciones y costumbres del Siglo XXI sin tomar en cuenta el contexto histórico

del pasaje. A veces es muy importante conocer un poco de la historia y cultura detrás del texto para saber cómo

interpretar bien “la palabra de verdad” (2 Tim. 2:15).

Sin embargo, debemos tener mucho cuidado aquí de tener en cuenta la doctrina de la “claridad de la Escritura”. Es decir,

toda la Escritura es clara y fue escrita de tal manera que las verdades importantes son simples y pueden ser entendidas

por cualquier persona por medio de la ayuda del Espíritu Santo. Ten cuidado de personas que tratan de enseñar ciertas

costumbres históricas y culturales afirmando que eso te llevará a una interpretación muy distinta a la que una lectura

sencilla del texto nos enseña. No necesitamos leer grandes cantidades de libros históricos y culturales para saber cómo

interpretar la Biblia adecuadamente. Si la información es correcta, tales datos puedan enriquecer nuestro estudio de la

Biblia; sin embargo, debemos siempre recordar que la Escritura es clara y que solo necesitamos el Espíritu Santo y

hambre para Dios para entender lo que es importante. En otras palabras, mientras que una investigación del contexto

histórico y cultural de un cierto pasaje de Escritura, no es esencial tener una biblioteca llena de libros para interpretar las

Escrituras correctamente. Pero al mismo tiempo debemos tener en cuenta que no podemos ignorar las antiguas

costumbres e historia, y no debemos forzar nuestro punto de vista post-modernista y cultura del Siglo XXI al texto de las

Escrituras. 

# 5: Interprétala a la luz de la Revelación Progresiva.

La Revelación Progresiva es la idea que a lo largo de la historia de la redención (es decir, a través del tiempo en que

Dios ha obrado para traer una completa salvación y un conocimiento pleno de Sí mismo al ser humano), Dios se ha

revelado al hombre en una manera progresiva, hasta darle una plena revelación de Sí mismo a través de la Persona y

obra de Cristo y la finalización del Canon de la Escritura. En otras palabras, a lo largo de la historia del hombre, desde

que Adán pecó y la maldición vino sobre el ser humano, Dios se ha revelado al hombre a través de diferentes pactos y

obras de gracia. La revelación más plena ha sido dada en el Nuevo Testamento, y por lo tanto el Nuevo Testamento

tiene la última palabra sobre cualquier tema del cual habla.

Es muy importante interpretar las Escrituras a la luz del contexto histórico en cual fue escrito durante la historia de la

redención, y a la luz del pacto en que se encuentra. Por ejemplo, miremos a un mandamiento en la Ley de Moisés.

• También el cerdo,  porque tiene pezuñas,  y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por

inmundo. De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos. –

Levítico 11:7-8

Aquí claramente está prohibido comer o incluso tocar el cerdo; es contra la Ley, y considerado como pecado a Dios.

Ahora, si tomamos estos versículos y los quitamos del contexto de la revelación progresiva (si los quitamos del contexto

del pacto bajo cual se encuentran), y simplemente tomamos este versículo tal como está escrito, aislado de su contexto,

entonces vendremos a la conclusión que como cristianos no podemos comer cerdo. ¿Después de todo, estos versículos

son la Palabra de Dios, no?

Por supuesto que lo son. Pero Dios ha escogido revelarse en diferentes maneras y a través de los medios de diferentes

pactos. Este mandamiento de abstenerse de comer cerdo se encuentra en el Antiguo Pacto, la Ley de Moisés. Fue algo

vinculante para el pueblo de Israel, hasta el tiempo cuando Dios traería el cumplimiento de ese pacto y establezca el

Nuevo Pacto. Sabemos que a la luz del Nuevo Testamento todas estas regulaciones ceremoniales solo fueron sombras

de la plenitud que vendría en Cristo, y que Cristo es el cumplimiento de tales regulaciones legales y ceremoniales:

• Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de

reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. –Colosenses 2:16-17

Entonces esto nos dice claramente que tales leyes alimenticias fueron “sombras” pero que Cristo es el “cuerpo”, o el

cumplimiento, de esas sombras. Por lo tanto, si estamos en Cristo, tenemos la libertad para comer todas las cosas para

la gloria de Dios. De hecho, el Nuevo Testamento nos dice en 1 Timoteo 4:1-3 que es una doctrina de demonios el

prohibir a otros comer ciertas comidas y que enseñarles a hacerlo es pecado. Luego, sigue y dice:  

• Porque todo lo que Dios creó es bueno,  y nada es de desecharse,  si se toma con acción de gracias. –1

Timoteo 4:4

Entonces todas las comidas son buenas y no debemos considerarlo pecado si los comemos. Por lo tanto, debemos

interpretar la prohibición del cerdo en Levítico 11 a la luz de la más plena revelación que Dios nos ha dado en el Nuevo

Testamento. Esto no significa que el Antiguo Pacto no se podría aplicar a nosotros hoy en día, porque todavía es la

Palabra de Dios y nos revela quién es Él, así como lo hace el Nuevo Testamento. Sin embargo, debemos darnos cuenta

que toda Escritura señala a Cristo, y Él es el cumplimiento de estas regulaciones ceremoniales, y por lo tanto si estamos

en Cristo, ya no son vinculantes para nosotros como fueron a la nación de Israel en los tiempos pasados.

Entonces cuando leas las Escrituras, y trates de interpretar un pasaje, recuerda que debes tomar en cuenta la historia de

la redención. Interprétala a la luz de qué momento en el tiempo ocurrió durante la historia de la redención, sabiendo que

en el Nuevo Pacto tenemos la plenitud de lo que los pactos anteriores aludían, y puesto que ahora estamos bajo el

Nuevo Pacto, este tiene la última palabra sobre todo de lo que habla.

# 6: Interprétala a la luz del contexto literario del pasaje.

Esto significa que no podemos arrancar un versículo de su contexto inmediato e intentar de interpretarlo y aplicarlo por sí

mismo sin tomar en cuenta los versículos y capítulos a su alrededor, y el resto del libro en donde se encuentra. Cuando

un versículo está en cuestión, mira a los versículos antes y después de este, los capítulos a su alrededor, e incluso al

libro completo. Trata de averiguar cuál es la línea de pensamiento del autor, y su propósito en escribir el libro, y

pregúntate: “¿Qué está tratando de comunicar aquí?” Apégate al punto principal del pasaje como está demostrado por el

contexto alrededor, y no trates de arrancar detalles fuera de contexto del punto principal alrededor de esos detalles.

Por ejemplo, miremos el mandamiento de Pablo a Timoteo:

• No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro. –1

Timoteo 5:22

Algunos interpretan esto como diciendo que no debemos imponer manos sobre nadie mientras que oremos por ellos. Y

también que sugiere que participaremos en los pecados de otros su imponemos manos sobre ellos cuando oramos. ¿No

parece decir eso si miramos solo a ese versículo? Pero hay que leer el contexto más amplio de los versículos anteriores:

• Los ancianos que gobiernan bien,  sean tenidos por dignos de doble honor,  mayormente los que

trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el

obrero de su salario. Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos. A los que

persisten en pecar,  repréndelos delante de todos,  para que los demás también teman. Te encarezco

delante de Dios y del Señor Jesucristo,  y de sus ángeles escogidos,  que guardes estas cosas sin

prejuicios, no haciendo nada con parcialidad. No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni

participes en pecados ajenos.  Consérvate puro. –1 Timoteo 5:17-22

El contexto está hablando acerca de los ancianos/pastores en la iglesia. El imponer manos sobre un hombre tiene que

ver con ellos siendo ancianos. 1 Timoteo 4:14 confirma esto; ahí leemos que Timoteo fue ordenado por medio de la

imposición de manos de los ancianos, y durante ese tiempo, Dios le impartió un don espiritual para cumplir su ministerio.

El hecho de que la imposición de manos se refiere a ordenar ancianos es también confirmado por las instrucciones de

Pablo en capitulo 3, donde él le explica los requisitos para tales hombres, esperando que Timoteo los reconozca y

nombre públicamente (por la imposición de manos). Esta interpretación es confirmada más aun por el resto de las

Escrituras donde leemos que el propósito de imponer manos era para ordenar a los hombres al ministerio. En Hechos,

encontramos que esto fue una práctica de la iglesia tempana (eje. 6:6, 13:3, 14:23).

Sin embargo, esto no fue el único propósito para la imposición de manos. Jesús impuso las manos sobre muchas

personas para sanarles (Marcos 5:23, 6:5, 8:23, 25; Lucas 4:40, 13:13) y a otros para bendecirles (Marcos 10:16). Los

apóstoles impusieron manos sobre muchos para impartirles el Espíritu Santo, dones espirituales, sanidad y otras

bendiciones sobre muchas personas que no fueron ministros (Hch. 5:12, 8:17-18, 14:3, 19:6, 28:8). Y aun Ananías que

no parecía ser apóstol impuso manos sobre Saulo para sanarle de su ceguera e impartir el Espíritu Santo sobre él (9:12,

17). ¡Ciertamente Jesús y los apóstoles no participaron en los pecados ajenos de ellos sobre quienes impusieron las

manos! Los apóstoles mismos en realidad fueron instruidos a imponer manos sobre las personas mientras que oraban

por sanidad (Marcos 16:18). Entonces, la advertencia sobre imponer manos con ligereza que se le fue dada a Timoteo

NO fue hecha con referencia a orar por alguien para la sanidad, o para ser lleno de Espíritu Santo. Esto tiene que ver con

ordenando a los hombres como ancianos. En otras palabras, Pablo está diciendo: “No seas pronto para ordenar ancianos

en la iglesia. Asegúrate que están plenamente capacitados y maduros, hombres piadosos de la fe, porque si los nombras

apresuradamente y no son lo suficientemente capacitados, pueden caer en graves errores y te voy a tener responsable

por nombrarlos.”

En casos como estos, el contexto es sumamente importante para interpretar el significado del versículo. Y otra

advertencia: No vayas a las Escrituras solamente para encontrar versículos de aquí y allá que confirmen tus ideas

preconcebidas, usándolas solamente para respaldar tu punto de vista ya establecido. Estudia con una mente abierta y un

corazón abierto, en humildad, permitiendo que el Señor te muestre el verdadero significado de las Escrituras y que te

corrija si estás equivocado. Cuando estudies versículos específicos de un libro particular con mucho detalle, es también

sabio leer el libro entero varias veces para captar las ideas y los temas principales antes de tratar de disecar los

versículos particulares con profundidad. El contexto es clave. 

Hay una historia de una pobre alma que ignoro el contexto y tomó una Biblia, buscando dirección de Dios. Él oró: “Dios,

dame una palabra tuya y muéstrame qué debo hacer.” Luego abrió su Biblia y al azar, con sus ojos cerrados, puso su

dedo sobre la página y leyó el versículo sobre cual estaba su dedo. Era Mateo 27:5: “Y arrojando las piezas de plata en

el templo, salió, y fue y se ahorcó.” Trastornado, el hombre le pregunto a Dios: “¿Qué me estás tratando de decir?”

Entonces lo hizo de nuevo, y esta vez su dedo cayó sobre Lucas 10:37 donde Jesús dice: “Ve, y haz tú lo mismo.” –¡Ese

es un ejemplo excelente de por qué es muy importante leer la Biblia en su contexto literario!

# 7: Permite que la Escritura interprete la Escritura.

Este principio viene de la verdad que la Biblia es la inspirada Palabra de Dios. Puesto que cuando la Biblia habla Dios

habla, y que Dios es siempre verdadero y nunca puede mentir, promover el engaño, ni contradecirse, entonces toda la

Escritura es verdadera y nunca podría enseñar el engaño ni contradecirse. Después de todo, si hay una contradicción

que consiste de dos declaraciones opuestas, las dos no pueden ser correctas. Toda Escritura es absolutamente

verdadera, y dentro de las Escrituras se encuentran doctrinas importantes que se enseñan a través de toda la Biblia.

Entonces, basándonos en estos hechos, la Escritura es la intérprete más absoluta, autorizada e infalible de sí misma. El

mejor comentario de un cierto versículo son otros versículos en la Biblia que tratan con el mismo tema porque nunca se

equivocan.

Ya que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar” (2 Tim. 3:16), cualquier cosa que diga la Escritura

puede ser usada para establecer una doctrina sobre cualquier tema del cual está hablando. También, todo lo que la

Escritura enseñe de una doctrina particular es verdadera y está en perfecta armonía consigo misma. Entonces, cuando

estudiamos sobre una doctrina en la Escritura, podemos compilar versículos relevantes de diferentes partes de la

Escritura, de diferentes libros en la Biblia, y juntarlos de tal manera como para acumular una enseñanza sistemática

sobre ese tema. Por supuesto que cuando hacemos esto tenemos que tener mucho cuidado de estudiar y conocer los

contextos de cada versículo que estamos usando e interpretar cada uno caso por caso, siendo cuidadosos de interpretar

cada versículo correctamente. Al mirar a todos los versículos en la Biblia que enseñan sobre un cierto tema o doctrina, y

al estudiar cada uno en su orden y contexto, podemos asegurar que nuestras interpretaciones están en armonía con la

Biblia en su totalidad.

Adicionalmente, es especialmente útil que al comparar la Escritura con la Escritura, no solo compilemos los versículos

que parecen decir lo mismo y estén de acuerdo con el/los versículo(s) en cuestión, pero a menudo es muy útil buscar

versículos que aparentemente contradigan el/los versículos(s) en cuestión. De esta manera, podemos retar nuestras

conclusiones y ayudar a mantener nuestras interpretaciones dentro de un equilibrio sin ir a los extremos.

Lo ilustraremos. Hay que decir que estamos estudiando el tema de “justificación por fe”. Venimos al siguiente versículo:

• Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. –

Romanos 5:1

Al leer este versículo, aprendemos que la justificación es por fe. Pero este versículo en sí mismo no dice claramente que

la justificación viene solamente por la fe. Entonces preguntamos: “¿Es las justificación por medio de la fe además de las

obras, o solamente por la fe? Algunos otros versículos anteriores en el libro de Romanos nos dan la respuesta; por lo

tanto interpretaremos la Escritura con la Escritura:

• Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. –Romanos 3:28

• Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. –Romanos

4:5

Entonces ahora aprendemos que la justificación es por fe aparte de “buenas” obras. Para recibir la justicia de Dios por la

cual podemos ser aceptados ante Él y tener vida eterna, tenemos que dejar de confiar en nuestras buenas obras y creer

solamente en Cristo, el Único que justifica al impío. Romanos 4:5 nos enseña que Dios nos acepta mientras que todavía

somos pecadores impíos en base a nuestra fe solamente en Cristo, y esto excluye cualquier posible buena obra que

podamos hacer. La interpretación está declarada claramente y está en perfecta harmonía con el resto de las Escrituras.

Así que, en nuestro ejemplo, los segundos versículos que miramos nos ayudaron a interpretar el primer versículo en

cuestión, y por lo tanto llegar a una conclusión más específica y sana.

Y si quisiéramos continuar nuestro estudio de la justificación por fe, podríamos mirar a muchos otros versículos que

enseñan sobre este tema, como Lucas 7:50, Juan 5:24, Hechos 13:39, Efesios 2:8-9 y Gálatas 3:22, para nombrar solo

algunos. Todos estos versículos enseñan que la justificación es por la gracia de Dios a través de la fe en Cristo sin tomar

en cuenta nuestras obras. Pero entonces, debemos balancear nuestro estudio para ver cómo encajan las buenas obras y

obediencia en todo esto. Para hacer esto, podemos ver versículos como Santiago 2:14-26 y Efesios 2:10, que enseñan

que la verdadera fe producirá buenas obras. En otras palabras, al comparar nuestra conclusión que la justificación es

solamente por fe sin obras con otras Escrituras que dicen que las obras son necesarias como el fruto y la evidencia de

una fe verdadera, vendremos a la conclusión que solo porque somos salvos solamente por fe, esto no nos da una

licencia para pecar (Jud. 4). Los que verdaderamente creen en Cristo vivirán un estilo de vida de santidad y obediencia a

Dios que demuestra que su fe es verdadera, y que si alguien dice tener fe en Cristo pero no le obedece, esa fe no es la

verdadera fe que justifica y salva (Mat. 7:21-23). Así que, mientras que las obras no nos salvan, la verdad es que si

tenemos una fe verdadera, nuestras vidas serán transformadas y tendremos buenas obras que glorifican a Dios en

respuesta a Su gracia. Por lo tanto, aunque somos justificados solamente por la fe, las obras son la evidencia que hemos

venido a conocer a Dios y serán el resultado de nuestra fe. Se puede aprender todo esto al estudiar los versículos que

dicen que las obras y la obediencia son necesarias para los que dicen que creen en Jesús, y armonizarlas con los que

enseñan que la salvación es solamente por gracia por medio de la fe. 

Entonces, cuando estudiemos  e interpretemos la Biblia, debemos tener mucho cuidado de comparar, diligentemente, la

Escritura con la Escritura, examinando cada conclusión a la cual venimos sobre un versículo específico con el resto de lo

que enseña la Escritura. Recuerda que ninguna interpretación correcta jamás podrá contradecir lo que está escrito en el

resto de la Biblia.  

# 8: Permite que la Biblia ilumine lo que no es claro.

Aunque todo lo que necesitamos saber para ser salvos y conocer a Dios es extremadamente claro en las escrituras,

queda el hecho de que algunos textos son difíciles de interpretar. Aun el apóstol Pedro reconoció esto (2 Ped. 3:16).

Entonces, ¿qué debemos hacer cuando nos encontramos con versículos que son difíciles de entender?

Lo que debemos hacer es, de acuerdo con el último punto que miramos (permitiendo que la Escritura se interprete a sí

misma), debemos ir a las Escrituras que son claras y usarlas para iluminar las cuales que nos dan más dificultad.

Sabiendo que no puede haber ninguna contradicción, podemos reducir las posibles opciones que tenemos para

interpretar las partes no claras. Así que, en reducir nuestras elecciones, podemos llegar a una interpretación mejor y más

probable.

Veremos un básico ejemplo que claramente ilustrará este punto. Hay que decir que estamos leyendo el libro de

Apocalipsis, y en capitulo uno, llegamos a los siguientes versículos:

• Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los

siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y

ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como

nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un

horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía

una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. –

Apocalipsis 1:12-16

Ahora, después de leer esto, nos preguntamos: ¿Qué rayos representan los siete candeleros? ¿Y qué significan las siete

estrellas? A la primera vista, el significado de esto no parece ser muy claro. Pero solamente porque el significado no es

inmediatamente claro para nuestro entendimiento no nos da derecho de inventar cualquier interpretación que queremos.

En vez, siguiendo los principios de leer la Escritura en su contexto literario y permitiendo que la Escritura interprete la

Escritura, debemos continuar leyendo el resto del capítulo, esperando que después estos versículos confusos se aclaren.

Al continuar a leer el capitulo, llegamos a estos versículos: 

• Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas;  yo soy

el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos,

amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Escribe las cosas que has visto,  y las que son, y las

que han de ser después de estas. El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los

siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros

que has visto, son las siete iglesias. –Apocalipsis 1:17-20

Estos versículos dan más claridad a los anteriores. Aquí nos dicen que los siente candeleros son las siete Iglesias (de las

cuales se hablan en capítulos 2 y 3) y que los siete candeleros son los ángeles de las siete iglesias. Por lo tanto hemos

permitido que los claros versículos iluminen a los que no son claros, y en hacer esto, nos hemos ayudado a nosotros

mismos a llegar a una mejor interpretación. Esto es un ejemplo muy básico, y de hecho que hay versículos más difíciles

que estos, pero sirve como un ejemplo para el propósito de la ilustración. 

Siguiendo este principio, no te abrumes con pasajes que parecen ser demasiados difíciles para entender. Si al principio

tienes un tiempo muy difícil con ciertos pasajes de Escritura, simplemente anótalo y sigue leyendo. Es muy probable que

más adelante te encuentres con algo que aclare lo que antes no entendías. De esta manera, podemos evitar que nos

obsesionemos con los asuntos de menor importancia o de crear una doctrina entera de algo que es tan oscuro. Permita

que las partes de las Escrituras que son fáciles de entender expliquen las partes que son más difíciles de entender.

# 9: Ten en cuenta el espíritu del pasaje y no solo la letra.

Mencionamos anteriormente que las Escrituras deben ser interpretadas en el sentido literal y sencillo del lenguaje al

menos que obviamente sea simbólico o en sentido figurado. Esto no significa, sin embargo, que nos apeguemos a una

fórmula estricta y literal y que nos olvidemos por completo del espíritu del texto. Tenemos que tener mucho cuidado de

permitir que el texto de Escritura hable por sí mismo y recibir la verdad comunicada por medio del texto según el espíritu

de ello, y no solo según su letra.

Ilustraremos esto con las palabras de Jesús en el Sermón del Monte.

• Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo,  y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo;

antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. –Mateo 5:38-39

¿Esto significa que literalmente cada vez que alguien nos hiera en la mejilla derecha, debemos quedarnos ahí y dar la

otra mejilla y retarles que nos peguen otra vez? No. ¿Esto significa que si alguien nos pega una vez, debemos dar la otra

mejilla, pero si nos pegan otra vez, ya no tenemos que darles la mejilla, y después de la tercera vez les podemos pegar?

¡Absolutamente no! El espíritu detrás del texto es lo que es importante. En decir esto, Jesús en realidad estaba

prohibiendo que tomemos venganza o violencia personal, ilustrando como el Señor espera que tengamos amor,

paciencia y misericordia hacia nuestros enemigos. De hecho, Jesús le dijo a Sus discípulos en otro lugar que si eran

perseguidos en una ciudad, que vayan a la siguiente ciudad (Mat. 10:23). ¡Él no les dijo que se queden ahí y permitan

que les peguen y les maten! Lo que es importante es el espíritu detrás sus palabras. Es decir, debemos tener la actitud

de corazón que prefiera amar, perdonar y bendecir nuestros enemigos en vez de tomar algún tipo de venganza sobre

ellos (ver Mat. 5:44-45, 6:12, 14-15 para paralelos al Sermón del Monte).

De hecho, mucho de lo del Sermón del Monte está corrigiendo los errores de los fariseos que enseñaban la letra de la

Ley pero ignoraban el espíritu de la Ley. Ellos pensaban que podían divorciarse y casarse de nuevo con los que querían

y que podían mirar con lujuria siempre porque no había un mandamiento estricto contra eso; sin embargo Jesús enseño

que el espíritu del mandamiento “No cometerás adulterio” prohíbe tales prácticas (Mat. 5:27-32). 

Los fariseos en realidad habían torcido el significado de la Escritura tan horriblemente que ellos aceptaban la letra pero

ignoraban el espíritu de ello de tal manera que por sus tradiciones contradecían lo que estaba escrito. Por ejemplo, ellos

leían en la Ley:

• Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de

ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como

una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos. —Deuteronomio 6:6-8

Entonces, para hacerse parecer más santos que los demás, los fariseos inventaron una caja pequeña que atarían

alrededor de sus cabezas llamada “filacteria”. Dentro de la caja había pequeños pergaminos en que estaban escritos

versículos de Escritura. Ellos ignoraron el espíritu de la Escritura y lo convirtieron en una costumbre literal de amarrar una

caja de Escritura a sus frentes. Por supuesto, el Señor Jesús les reprendió por tales costumbres que no eran nada más

que una vana demostración del orgullo religioso de ellos (Mat. 23:5). Deuteronomio no estaba diciendo que literalmente

debemos amarrar una caja de Escritura a nuestras frentes, estaba diciendo que siempre debemos meditar en la Palabra

de Dios y siempre tenerla en nuestras mentes.

Entonces cuando interpretes la Biblia, ten cuidado de las interpretaciones que no capten el corazón de Dios al ignorar el

espíritu detrás de lo que está escrito.

# 10: Ten en cuenta el género del pasaje.

La Biblia usa muchos tipos de géneros y figuras retóricas. Se debe tomar en cuenta a cada uno, caso por caso. Dios usó

el lenguaje humano para revelar Su Palabra y al hacerlo Él uso todo tipo de expresiones humanas. Debemos recordar

que nuestra hermenéutica significa tomar cada pasaje de Escritura literalmente en todo tiempo al menos que obviamente

sea una figura retórica. En el caso de una figura retórica, debemos descubrir la verdad literal detrás de lo que la figura

retórica representa, usando otros pasajes de Escritura para aclarar nuestros versículos en cuestión, permitiendo que la

Escritura interprete la Escritura.

Cuando te acercas a un texto de Escritura, y es obvio que es una figura retórica, entonces pregúntate: ¿Qué tipo de

género literal es este pasaje? Debemos interpretar cada pasaje de acuerdo con el género en que pertenece. Las

Escrituras usan una gran cantidad de figuras retoricas, incluyendo metáforas, hipérboles, símiles, alegorías, sarcasmo,

tipos proféticos, parábolas y más. En cada caso, es claro a la mente razonable que una figura retórica está siendo usada.

Sin embargo, ten cuidado a no decir que algo es figurativo cuando es literal (como los seis días de la creación o Jesús

caminando sobre las aguas). La Biblia está llena de acontecimientos extraordinarios y milagrosos que no podemos

explicar; pero solamente porque no los podemos explicar no significa que no son acontecimientos literales que

verdaderamente ocurrieron. Debemos aceptarlos por fe. También debes tener cuidado de no tomar algo figurativo y

entenderlo como algo literal (como el “odiar” a tu padre y tu madre, ver Lucas 14:26). Haciendo tales cosas resultará en

la herejía. Pero no obstante, no tenemos que preocuparnos, pues ya que la Escritura interpreta la Escritura, la Biblia

misma nos impedirá que hagamos una interpretación errada siempre y cuando comparemos la Escritura con la Escritura.

Por ejemplo, leamos las palabras de Jesús:

• Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos,  y hermanas, y aun

también su propia vida, no puede ser mi discípulo. –Lucas 14:26

Aquí Jesús está diciendo que tenemos que “odiar” a todos, incluyendo a nosotros mismos, para ser verdaderos

discípulos de Él. ¡Pero espera un momento! ¿No enseñó Jesús que el segundo más grande mandamiento es amara a

todo el mundo como a nosotros mismos (Mat. 22:39)? ¿Y qué debemos honrar a nuestros padres y madres y a amar a

los demás (Mat. 19:19)? ¿Hay una contradicción aquí? ¡De ninguna manera! Lo que Jesús está haciendo en Lucas 14:26

es usar una hipérbole (una figura retórica que utiliza la exageración) para enfatizar una verdad. Él está diciendo que

nuestro amor por Él debe ser tan grande, y Él debe ser una prioridad tan grande en nuestras vidas, que aun el amor por

los que amamos más debe parecer como odio en comparación. Es decir, Jesús exige ser el número uno en nuestras

vidas, y no tolerará el ser el segundo en nuestro amor ni devoción. El ser un discípulo de Cristo demanda un servicio de

todo el corazón. Él debe ser nuestro Señor y Rey, y una vez que seamos Sus discípulos, no perteneceremos a nosotros

mismos, sino que el único propósito de nuestras vidas será glorificarle a Él. Esta interpretación está en armonía perfecta

con el pasaje paralelo que se encuentra en Mateo:

• El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es

digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la

perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. —Mateo 10:37-39

Al leer este pasaje aprendemos que nuestra interpretación fue correcta. Debemos amar a Jesús más que a cualquier otra

persona, incluso a nosotros mismos. Si no lo amamos de esta manera, no somos dignos de ser sus discípulos.

Nota primero como que antes de todo fue el sentido común que nos enseño que las palabras de Jesús en Lucas 14:26

no eran exactamente literales. Y luego nota como el resto de la Biblia nos ayudó interpretar esta figura retórica mientras

que continuamos a estudiar. Sabíamos que no podía significar que literalmente debemos “odiar” a todos porque eso

contradeciría lo que el resto de las Escrituras dicen, incluso lo que Jesús mismo dijo. Entonces cuando comparamos la

Escritura con la Escritura, aprendimos el verdadero significado del pesaje. Pero también nota que solo porque fue una

figura retórica, no la tratamos de razonar y decir: “O, eso simplemente no quiere decir lo que está diciendo”. En vez,

inmediatamente buscamos determinar la verdad literal representada por la figura retórica. 

Un género de la literatura de la Biblia que es comúnmente malinterpretado son las parábolas de Jesús. Estas deben ser

interpretadas de una manera diferente que los otros pasajes de Escritura por su naturaleza única. El error más común

que las personas hacen es prestar demasiada atención a los detalles de las parábolas y establecer doctrinas de esos

detalles. Esto está equivocado, porque cada parábola no ha sido diseñada a enseñarnos un montón de doctrinas o de

ser disecada punto por punto y aplicadas en diferentes maneras. En vez, cada parábola tiene una enseñanza principal

que Jesús quiso comunicar. Más allá de ese punto principal, es muy peligroso tratar de usar una parábola para respaldar

otras doctrinas. Cuando interpretamos una parábola, debemos preguntarnos: “¿Qué es el punto principal que Jesús está

tratando de enseñar?” Entonces, debemos pegarnos a ese punto principal y evitar tratar de descifrar la parábola para

encontrar otros puntos. 

Una parábola comúnmente malinterpretada es la del Hijo Prodigo. Puedes leerla en tu Biblia en Lucas 15:11-32. A

menudo se usa esta parábola para hablar sobre el “reincidente” que en algún tiempo fue salvado y perdió su salvación, y

después se arrepintió y gano su salvación de nuevo. Esta parábola es comúnmente usada para respaldar el punto de

vista que uno puede perder su salvación. ¿Pero es esto lo que Jesús nos quiso enseñar? ¿De verdad fue intención

enseñar que la salvación de puede perder?

El contexto en que Jesús cuenta la parábola es sumamente importante para determinar su interpretación. En este caso,

nota como el contexto es una reprimenda al orgullo religioso de los fariseos que menospreciaban a los pecadores con

quienes Jesús comía y hablaba (ver Lucas 15:1-2). Esta parábola era una reprimenda a la soberbia de los fariseos y

líderes religiosos que menospreciaban a los pecadores en vez de amarlos. El punto principal es demostrar el verdadero

corazón de Dios que viene a los pecadores y se deleita en salvar a los hombres. Dios no rechaza a los pecadores que

quieren arrepentirse y venir a Su casa. Los fariseos estaban equivocados, ellos eran los que no entendieron el corazón

de Dios, y Jesús estaba correcto en comer con los pecadores. Esta es la enseñanza de la parábola, y entraremos en el

error si vamos más allá de eso a cada otro detalle en ella.  

La parábola no puede ser usada para enseñar que uno puede perder la salvación. ¿Por qué? Porque eso no fue el punto

que Jesús quería hacer. Además, si lees los detalles de esa manera, entonces te encontraras con otro problema: Si el

hijo prodigo fue salvado, y después perdió su salvación, y luego fue salvo otra vez, ¿entonces qué del hermano mayor en

la parábola? El hermano mayor obviamente representa los fariseos orgullosos. Sin embargo él nunca se fue de la casa, y

la parábola dice que él siempre obedecía los mandamientos del padre (v.29). Entonces si estar en la casa del padre

significa que uno es salvo, ¡de acuerdo a ese mismo estándar debemos decir que los fariseos también fueron salvos!

Pero es obvio que los fariseos fueron malvados y muchas veces Jesús les reprendió y advirtió que si no se arrepintieran

se perderían. Así que, descubre el punto principal de la parábola, y no uses los detalles para respaldar doctrinas que

estos no enseñan. ¡Si no, puedes terminar usando las parábolas para enseñar cualquier cosa que quieras!

Ahora, miremos a la parábola que Jesús dio acerca del juez y la viuda:

• También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo:

Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad

una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo;

pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo,

porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la

paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos,

que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia.  Pero

cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? –Lucas 18:1-8

El punto de la parábola es que Dios contestará las oraciones y los llantos de Su pueblo cuando perseveran en oración y

fe. La parábola ilustra poderosamente esta verdad. Sin embargo, esto es lo único que enseña, y aunque podemos hacer

aplicaciones más amplias, no debemos leer doctrinas en los detalles. En este caso, el hacerlo resultaría en herejía, ya

que el juez representa Dios el Padre. Pero el juez no “temía a Dios, ni respetaba al hombre”, y ni estaba preocupado por

la justicia hasta que fue tan fastidiado que concedió la petición de la viuda. Por supuesto, no podemos aplicar estas

cosas a Dios nuestro Padre, porque Él es santo, perfecto y un justo juez (Sal. 7:11).

Hay muchos otros tipos de figuras retóricas en la Biblia, pero al estudiar las Escrituras y sumergirte en las enseñanzas de

la Biblia, mejorarás más y más en interpretar y aplicar los pasajes que a una vez parecieron difíciles. Solamente usa el

sentido común, y ora que el Espíritu Santo te guie a toda verdad, y asegúrate que muy profundamente examines y

compares cada interpretación con el resto de lo que enseñan las Escrituras.

Finalmente, se tiene que decir algo acerca de los tipos proféticos en el Antiguo Testamento. Estos son acontecimientos de los cuales

hablan las páginas del Antiguo Testamento y que ilustran la verdad sobre Jesucristo. El Antiguo Testamento está lleno de ello del

principio hasta el final, y todos señalan a Cristo. Por ejemplo, el acontecimiento de Abraham ofreciendo su hijo Isaac y Dios

proveyendo el cordero de ofrenda como un sustituto es un tipo profético de Dios ofreciendo Su Hijo como un sustituto para los

pecadores. Cada libro del Antiguo Testamento tiene tales tipos proféticos. En el caso de estos, ten en cuenta que estos

acontecimientos fueron literales, realmente ocurrieron, pero fueron decretados por Dios a ilustrar el Evangelio, y por lo tanto usan

muchos símbolos en medio de los acontecimientos que son sombras proféticas de Cristo. Entonces, cuando leas el Antiguo

Testamento, presta atención y cuidadosamente busca estos tipos proféticos que señalan a Cristo. Cada uno se puede leer

literalmente, pero detrás del texto lleva una verdad espiritual que se relaciona con el Evangelio. Así que cuando leas la Escritura,

siempre usa la hermenéutica histórica y gramática de interpretar literalmente en todo tiempo al menos que el lenguaje obviamente sea

figurativo o simbólico; pero al mismo tiempo ten un punto de vista que está centrado en Cristo, esperando que todas las Escrituras

testifiquen de Él. Busca que Cristo sea revelado a través de todas las páginas de Escritura. En el Evangelio de Lucas, leemos acerca

de cómo Jesús hizo esto después de su resurrección:

• Y comenzando desde Moisés,  y siguiendo por todos los profetas,  les declaraba en todas las Escrituras lo que de él

decían. –Lucas 24:27

Usando las Escrituras del Antiguo Testamento, Jesús expuso a los discípulos los tipos proféticos que señalaban a Sí mismo. Él es el

hilo escarlata que está entretejido en la tela del Antiguo Testamento. Busca cuidadosamente, y ahí lo encontrarás.

EN CONCLUSIÓN: Entonces esos son los diez básicos principios que debes tener en cuenta cuando estudies la Biblia. El ponerlos en

práctica te ayudará tremendamente a ser un mejor estudiante de la Palabra de Dios y aplicar las gloriosas verdades de Dios a tu vida.

Muchos de estos pasos quizás te parezcan complicados ahora; si es así, no te preocupes. Solo has lo mejor que puedas y asegúrate

que tu corazón está sometido completamente al Espíritu Santo. Mientras que continúes leyendo las Escrituras, te convertirás más y

más experto en la Palabra de justicia.

• Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido

es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento

del bien y del mal. –Hebreos 5:13-14

El manejar con precisión la Palabra de verdad y el crecer para poder digerir el alimento sólido de la Palabra solo vienen a lo largo de

mucho tiempo y estudio. Lo más que verdaderamente te devotes a estudiar para conocer a Dios, lo más que el Espíritu Santo

derramará Su verdad a tu alma. No seas flojo en tus estudios de las Escrituras, pero se diligente y celoso para saber la verdad.

Permite que tu alma tenga un hambre constante para el alimento de la Palabra. No estés contento con el conocimiento de la Palabra

que ahora tienes, pero siempre esfuérzate en aprender más y más de Dios. Jesús dijo:

• Cuídense de lo que oigan. Con la medida con que ustedes midan, se les medirá, y aun más se les dará. Porque al que

tiene, se le dará más, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. –Marcos 4:24-25

Lo más que abramos nuestros oídos espirituales para oír la verdad de la Palabra de Dios, y lo más que nos dedicaremos a estudiar las

Escrituras con un corazón puro, la más verdad y poder derramará Dios sobre nosotros. El conocer la Biblia y obedecerla resulta en

innumerables bendiciones, pero no hay excusa para la ignorancia y desobediencia.