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5/19/2018 Sergio Guerra Vilaboy - Breve historia de Amrica Latina (texto completo).docx

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BREVE HISTORIA

DE

AMERICA LATINA

(De las culturas aborgenes a la Alternativa Bolivariana de lasAmricas)

Sergio Guerra Vilaboy


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INDICE

Introduccin

Captulo 1. Los primeros pobladores y las sociedades autctonas

Captulo 2. Inicios de la invasin europea (1492-1580)

Captulo 3. Apogeo y ocaso del rgimen colonial

Captulo 4. La independencia: 1789-1826

Captulo 5. Formacin de los estados nacionales

Captulo 6. La recolonizacin imperialista y el despertar delos movimientos sociales y nacionalistas

Captulo 7. La crisis econmica de 1929, las revolucionesfrustradas y el nacionalismo burgus

Captulo 8. Impacto de la Revolucin Cubana: los desafos a lahegemona norteamericana

Captulo 9. De la Revolucin Sandinista a la AlternativaBolivariana para las Amricas

Bibliografa


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A mis maestros Manuel Galich,Manfred Kossok y FranciscoPividal, siempre presentes.


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Introduccin

El nombre de Amrica Latina surgi a mediados del siglo XIX, asociado aldesarrollo de una identidad propia de los pueblos al sur del ro Bravo yfrente al expansionismo norteamericano. La bsqueda de un nuevo apelativo

para esta parte del continente americano, al que se denominaba como Indiaso Hispanoamrica, haba comenzado a fines del siglo XVIII, poco tiempoantes de que estallara la lucha emancipadora en las colonias espaolas.Ello estaba en correspondencia con la aparicin de una incipienteconcienciaprotonacionalentre los espaoles-americanos, como los llam eljesuita peruano Juan Pablo Viscardo en una carta contestataria de 1792.

Fue el venezolano Francisco de Miranda el primero que se preocup por unanueva denominacin para sealar de manera inconfundible a la totalidad delas posesiones espaolas de este hemisferio y tambin para distinguirla delos Estados Unidos de Amrica, que se haban apropiado del nombre genrico

del continente para drselo a su recin constituida nacin. Por esoinvent hacia 1788 el nombre de Colombia, del que ya se vali cuandoelabor su primer manifiesto independentista, que ttulo Proclamacin alos Pueblos del Continente Colombiano, alias Hispano-Amrica, de la mismamanera que llamara despus "ejrcito colombiano" al contingente militarque en 1806 guiara a las costas de Venezuela o El Colombianoal peridicoque editara ms tarde en Londres (1810).

La impronta de Miranda es bien visible en el texto de la constitucin dela primera repblica de Venezuela, aprobada en Caracas el 21 dediciembre de 1811, que utiliza el trmino mirandino de "continente

colombiano" como sinnimo de Amrica Hispana, acepcin que desdeentonces se hara de uso comn en el vocabulario de los principalespatriotas. Sin duda, en los aos de la lucha independentista de lascolonias espaolas (1808-1826) la conciencia de una identidadhispanoamericana comn, y de la necesaria unin de todos los que seenfrentaban a Espaa, estuvo ampliamente extendida entre los criolloslevantados en armas contra la metrpoli. Uno de ellos, VicenteRocafuerte, ms tarde recordara con aoranza que en esa poca tan felizsu generacin consideraba a toda Hispanoamrica como su patria denacimiento. Para los protagonistas de aquella gesta, el "continentecolombiano", como le haba llamado Miranda, era un comn horizonte

"nacional".


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El propio Simn Bolvar, el 27 de noviembre de 1812, encontrndose enCartagena tras el fracaso de la primera Repblica de Venezuela, en cartaal congreso de la Nueva Granada, denomin a Caracas "cuna de laindependencia colombiana",1 expresin que reiter en su conocidoManifiesto de Cartagena preparado a mediados del siguiente mes y en

otros textos de esta etapa. Sin embargo, ya en su Carta de Jamaica(septiembre de 1815) se inclin por circunscribir el trmino a un mbitogeogrfico ms limitado, al proponer, por primera vez, el uso de Colombiapara designar exclusivamente al nuevo estado que debera formarse de launin de Venezuela y Nueva Granada, proyecto materializado en 1819.

La creacin por Bolvar en Angostura (1819) de la "gran" Colombia,mediante la integracin de Venezuela, Nueva Granada y Quito, invalidhasta 1830 el uso del trmino mirandino para denominar a todaHispanoamrica. Pero despus de la desintegracin de la Colombiabolivariana en esa fecha, el apelativo se volvi a usar para aludir a todo

el vasto territorio que se extiende de Mxico a la Patagonia, aunqueotorgndole un nuevo significado: se trataba de afirmar y definir laidentidad comn ya no en contraposicin a Espaa, sino frente al brutalexpansionismo de Estados Unidos, entonces en pleno apogeo. As el panameoJusto Arosemena, alarmado por las prdidas territoriales de Mxico (1848),las actividades piratescas de William Walker por Centroamrica (1855-1856), los intentos de apoderarse de Cuba y la irritante presencianorteamericana en su tierra natal -que haba provocado el incidente de la"Tajada de Sanda" el 15 de abril de 1856-, rehabilit el nombre deColombia para designar a la Amrica Hispana en un discurso en Bogot, enpresencia de varios diplomticos del continente, el 20 de julio de ese

ao, donde tambin llam a rescatar el legado bolivariano de integracin.

Una preocupacin semejante por la dramtica coyuntura creada por lasdepredaciones norteamericanas sobre Mxico y Amrica Central manifest elneogranadino Jos Mara Samper. En un extenso ensayo en favor de la unidadcontinental, titulado significativamente La Confederacin Colombiana

(1859), se opuso a la bsqueda de la identidad hispanoamericana en unsimple parentesco racial o slo por la comunidad de lengua, cultura oreligin. Dos aos despus, Samper public en Pars su libro Ensayo sobrelas revoluciones polticas y la condicin social de las Repblicas

Colombianas (Hispano-americanas) (1861), en cuyo prefacio llevaba ms

lejos su anterior planteamiento, al proponer ahora emplear el trmino deColombia para designar ya no slo a las antiguas colonias de Espaa, sinoa todos los territorios al sur de Estados Unidos.

Tambin el puertorriqueo Eugenio Mara de Hostos se pronunci durante untiempo por el uso de Colombia, pero debi dejarlo cuando se adopt en 1861como nombre de una repblica, la antigua Nueva Granada. El obligadoabandono del trmino Colombia, en su acepcin mirandina, tena lugarprecisamente en un momento en que ya haba surgido la alternativa deAmrica Latina para denominar los territorios del ro Bravo a La

1Simn Bolvar: Obras Completas, Caracas, Editorial Piango,[s.f.], t. I., p. 40.


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Patagonia, nombre nacido al calor de los ascendentes antagonismos con elpoderoso vecino del norte. Es muy significativo que la expresin AmricaLatina surgiera con un indudable y definido acento antinorteamericano.

La aparicin del novedoso concepto, a mediados del siglo XIX, estaba

vinculado al resultado de las luchas por la independencia del periodo de1789 a 1826, cuando tras la emancipacin poltica pasaron a un segundoplano las contradicciones con las antiguas metrpolis europeas y, en sulugar, se alzaron las agudas pugnas con Estados Unidos, que iniciabaentonces su voraz poltica expansionista. En varios textos de la poca lacreciente contradiccin con Estados Unidos se fue relacionando con lasevidentes diferencias -culturales, religiosas, lingsticas, tnicas,etc.- que separaban la Amrica del Norte, de origen anglosajn, de unaAmrica del Sur que contaba con un importante componente latino en suascendencia. La bsqueda de las causas de este diferendo en una distintamatriz tnica, fue prcticamente simultnea al surgimiento de la idea de

la latinidad de la Europa meridional y por extensin de las antiguascolonias ibricas.

Uno de los primeros autores que se refiri al origen latino de los pueblosque habitaban las colonias espaolas fue Alexander von Humboldt. Otroescritor europeo que tuvo un importante papel en este proceso fue elescritor francs Michel Chevalier quien, en medio del debate que entoncesapenas se insinuaba sobre las razas y que ira subiendo de tono hastallegar muy pronto a tesis claramente racistas, contrapuso la latinidad delas antiguas colonias de Espaa, Portugal y Francia a la Amrica sajona,tal como aparece por primera vez en un texto suyo de 1836.

De esta manera se fue extendiendo, tanto en el Viejo comoen el Nuevo Mundo, la idea de la latinidad de la mayora delos territorios ubicados al sur de Estados Unidos. Perotodava no se haba producido el alumbramiento de una nuevaexpresin que designara a los pases ubicados de Mxico alestrecho de Magallanes, pues los autores que mencionaban lalatinidad de esta parte del planeta seguan usando eltrmino Amrica del Sur para denominar al conjunto de lasantiguas colonias de Espaa, Portugal y Francia. Tampocolos primeros escritores hispanoamericanos que aludieron a

la latinidad del subcontinente, como el dominicanoFrancisco Muoz del Monte, el cubano Antonio Bachiller yMorales o el chileno Santiago Arcos, proponan otro nombrepara estos territorios, sino slo lo hacan para destacarla importancia de esa herencia en la conformacin de suspueblos.

En rigor el neologismo Amrica Latina, que al parecer hizo su aparicin amediados del siglo XIX, tuvo como verdaderos padres al colombiano JosMara Torres Caicedo y al chileno Francisco Bilbao, ambos entoncesresidentes en Pars. Este ltimo emple el vocablo, por primera vez, en

una conferencia dictada en la capital francesa el 24 de junio de 1856 conel ttulo de "Iniciativa de la Amrica", donde tambin se vali del


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gentilicio "latino-americano".2 Paralelamente Bilbao defendi, en variostextos, a la "raza latino-americana" frente al expansionismo anglosajn,aadiendo adems que la "Amrica latina" ha de integrarse, pues en elnorte desaparece la civilizacin y emerge la barbarie. Tres meses despusde este discurso fundacional de Bilbao en relacin con la denominacin de

Amrica Latina, Torres Caicedo tambin lo utiliz, el 26 de septiembre de1856, en la primera estrofa de la parte IX de su poema "Las dos Amricas".

Poco despus, en febrero de 1861, Torres Caicedo dio a conocer en Parssus "Bases" para la Unin Latina-Americana. Pensamiento de Bolvar paraformar una Liga Latino-Americana; su origen y sus desarrollos, dirigida ala integracin econmica y poltica de las que denomin "Repblicaslatino-americanas", texto que cuatro aos despus editara en forma delibro en la propia capital francesa. El colombiano, a diferencia de Bilbao-quien no seguira usando el neologismo, en protesta por la agresinfrancesa en Mxico-, sera un incansable propagandista de la novedosa

expresin y su ms incansable difusor -al extremo de corregir las segundasediciones de sus trabajos anteriores a 1856, para sustituir Amricaespaola por Amrica Latina.

Incluso Torres Caicedo fund en Francia la "Sociedad de la UninLatinoamericana" (1879), con el propsito de promover de manerasistemtica la unin de los pases latinos de Amrica, y en cuya mesadirectiva figuraron personalidades tan conocidas como el ex presidentedominicano Gregorio Lupern y el patriota puertorriqueo Ramn EmeterioBetances. En su libroMis ideas y mis principios, publicado en Pars en1875, el propio autor, que representaba a Venezuela, Colombia y El

Salvador ante el gobierno francs, se atribuy la primaca en la adopcindel nuevo trmino, lo que ha llevado a algunos historiadores a adjudicarlesu exclusiva paternidad, desconociendo el papel de coautor que conjusticia corresponde a Bilbao.

El uso de la palabra latino, como adjetivo detrs delsustantivo Amrica, se hara cada vez ms frecuente en lasegunda mitad del siglo XIX. Entre los escritoreshispanoamericanos que ya en la dcada del sesenta loutilizaban frecuentemente se hallaban Juan Montalvo, CarlosCalvo y Eugenio Mara de Hostos, precisamente en los

momentos cuando los franceses, en el contexto de suintervencin en Mxico (1861-1867) y la consiguienteimposicin del imperio de Maximiliano, relanzaban eltrmino para intentar cubrir, con el manto de un supuestopanlatinismo, las aventuras expansionistas de Napolen IIIen este hemisferio. Tan extendido se iba haciendo ya en esadcada el uso de Amrica Latina, que de l se valieronmuchos delegados hispanoamericanos al congresointegracionista de Lima (1864-1865).

2En Miguel Rojas Mix: Los cin nombres de Amrica. Eso que descubri Coln, Barcelona, Editorial Lumen,1991, p. 344.


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El propio Jos Mart, que acu expresiones entraables como Madre Amricao Nuestra Amrica, tambin utiliz en algunas ocasiones la expresinAmrica Latina -slo para constatar la existencia de una comunidadlingstica y cultural, no racial, pues para l "No hay odio de razas,

porque no hay razas"3

-, reafirmando su sentido integracionista y, al mismotiempo, reivindicador frente a Estados Unidos; tal como hizo por ejemploen su discurso de Nueva York dirigido a los emigrados cubanos el 24 deenero de 1880, "para descargo de las culpas que injustamente se echanencima de los pueblos de la Amrica latina", o en un texto escrito tresaos despus donde anot: "Todo nuestro anhelo est en poner alma a alma ymano a mano los pueblos de nuestra Amrica Latina."4

El mismo sentido martiano conferido al trmino Amrica Latina sera elvalidado, despus de la muerte en combate del Apstol de la independenciade Cuba (1895), por muchos otros destacados pensadores y figuras

revolucionarias del continente. Por su parte, el filsofo uruguayo JosEnrique Rod adopt el concepto para esgrimir el legado de la tradicinlatina (Ariel) y contraponerlo al brutal expansionismo anglosajn(Calibn).

En definitiva, a lo largo del siglo XX, el uso de Amrica Latinaterminara por imponerse de manera categrica sobre los otros nombres queya indistintamente se venan usando: Hispanoamrica, Amrica Meridional(reiterado por Simn Bolvar), Nuestra Amrica (preferido por Jos Mart);o que se inventaran despus: Eurindia (Ricardo Rojas), Indoamrica(Vctor Ral Haya de la Torre), Amrica Indo-bera o Amrica indoespaola

(Jos Carlos Maritegui) y Esprica (Ramn de Basterra).

El trmino de Amrica Latina se fue popularizando y en su nocin modernamantiene su viejo sentido integracionista, de una comunidad de nacioneshermanadas en una misma historia de luchas anticoloniales yantimperialistas. En especfico comprende a los pueblos de estecontinente, econmicamente subdesarrollados, surgidos de diversascolonizaciones europeas fundamentalmente de Espaa, Portugal y Francia- yde un profundo proceso de mestizaje, pero en la actualidad cada vez msidentificados entre s, y que se hallan en campos bien diferenciados al delas grandes potencias contemporneas, deslindados por las contradicciones

que existieron y las que se mantienen entre las ex metrpolis y sus excolonias. As, en los inicios de un nuevo milenio, el trmino yaconsagrado de Amrica Latina no alude a un simple parentesco cultural,lingstico o tnico, sino a una ms profunda identificacin surgida de unpasado y un presente comn de luchas, aspiraciones, intereses, problemas ydestinos histricos.

3Jos Mart: Obras Completas, La Habana, Editorial Lex, 1953, t. II, p. 112.

4Ibid., t. I, p. 690 y t. II, p. 277.


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Hoy el nombre de Amrica Latina, cuyo uso se ha impuesto casi de manerauniversal, sirve para designar a los pases ubicados del ro Bravo a laPatagonia -tambin Brasil, las antiguas colonias francesas y los grandesconglomerados indgenas-, y es el que se asocia a la aspiracin deconformar en el subcontinente una sola comunidad econmica y poltica,

dando cima al legado que proclamaron y defendieron las ms grandespersonalidades latinoamericanas desde los tiempos de Miranda, Bolvar yMart. Es con este sentido que se utiliza en esta Breve historia de

Amrica Latina.

Esta obra tiene el propsito de ofrecer una sntesis, desde una posturarevolucionaria, de la evolucin poltica, econmica y social de AmricaLatina desde la llegada de sus primeros habitantes hasta la actualidad. Nopretende referirse a todos los acontecimientos ni tampoco hacer unrecuento pormenorizado de la evolucin de cada uno de los paseslatinoamericanos. Por el contrario, se parte de una seleccin de problemas

y hechos relevantes, desde una perspectiva histrica comparada. El libroest concebido para ser ledo con facilidad, por lo que no se han incluidolargas citas, slo algunas pocas frases imprescindibles, debidamenteentrecomilladas, acompaadas de su correspondiente referenciabibliogrfica. Adems, se ha omitido el aparato crtico y largas notasaclaratorias al pie de pginas, aunque se ha incorporado al final unlistado bibliogrfico general.

Por ltimo, debo aclarar que este libro, publicado en Venezuela por elinters del amigo y compaero Ral Cazal, es una edicin actualizada yaumentada de la Breve historia de Amrica Latinaimpresa en La Habana por

la Editorial de Ciencias Sociales en 2006. Es, adems, una nueva versin incluye nuevos tpicos y se han desarrollado ms algunos temas- de laHistoria mnima de Amrica, publicada por las editoriales Flix Varela(2001) y Pueblo y Educacin (2003) de Cuba para la enseanzauniversitaria, sin las partes correspondientes referidas a la historia deEstados Unidos.

Sergio Guerra Vilaboy


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Captulo I: Los primeros pobladores y las sociedades

autctonas

Casi desde los mismos comienzos de la invasin europea al llamado

Nuevo Mundo la interrogante sobre el origen del hombre americanodespert las inquietudes de cronistas y conquistadores, lo que diolugar a las ms diversas teoras. Una de ellas fue elaborada por elpadre Joseph de Acosta en su Historia Natural y Moral de las Indias(Sevilla, 1590) donde volc su preocupacin por la procedencia de loshabitantes encontrados en Amrica: quedamos sin duda obligados aconfesar, que pasaron ac los hombres de all de Europa o de Asia o deAfrica, pero el cmo y por qu camino vinieron todava lo inquirimos ydeseamos saber.5 Muchas de las primeras explicaciones partan deargumentos muy ingenuos, basados en la simple observacin, o en otrasocasiones de elementos extrados de la Biblia -los aborgenes

procedan de No o de algunos de sus descendientes- y viejas leyendas,atribuyendo la presencia humana en este continente a pueblosdesaparecidos de la historia como los cananeos, los habitantes de lamtica Atlntida o a migraciones de poblaciones de la Antigedad:egipcios, fenicios, cartagineses, hebreos u otros.

Otras hiptesis revistieron un carcter ms aparentemente cientfico,como la teora monogenista esgrimida por el paleontlogo argentinoFlorentino Ameghino en la segunda mitad del siglo XIX. Segn su

5P. Joseph de Acosta: Historia Natural y Moral de las Indias, en que se tratan de las cosas notables delcielo, elementos, metales, plantas y animales dellas, y los ritos, y ceremonias, leyes y gobierno de los

indios, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1962, p. 45.


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compleja tesis, echada por tierra por la arqueologa y lapaleontologa, no slo el hombre, sino tambin los mamferos, sehaban originado en el sudeste de Amrica, desde donde se difundieronpor todo el planeta. En cambio para los poligenistas, no haba razonespara poner en duda que el hombre hubiera aparecido simultneamente en

diferentes puntos del globo, entre ellos Amrica.

Gnesis del poblamiento americano

Las ms recientes investigaciones cientficas han comprobado que elhombre no es originario de Amrica, pues existe una imposibilidadfilogentica basada en que los monos americanos (platirrinos)pertenecen a una rama muy alejada de los antropoides. En estehemisferio tampoco se han hallado fsiles de monos catarrinos, ni

antropoides, ni prehomnidos -como australopithecus, pithecanthropus oneanderthales-, lo que descarta que pudieran surgir aqu elementoshumanoides por una va evolutiva. Todos los restos seos descubiertoshasta ahora pertenecen a hombres modernos, esto es, homo sapiens.

Aunque existen muchas teoras sobre el origen del hombre americano -algunas de las cuales consideran incluso la posibilidad de unpoblamiento de presapiens, provenientes de las costas asiticas delPacfico, en tiempos de la llamada glaciacin Illinois, hace unosdoscientos mil aos-, las evidencias apuntan a que lleg a estecontinente procedente de Asia ya conformado como homo sapiens, en

varias oleadas remotas. Todo indica que este proceso fue relativamentetardo en comparacin con el poblamiento de otras partes del planeta,dado que los restos fsiles humanos de mayor antigedad datan de hace195 mil aos y fueron hallados en el suroeste de Etiopia (1967). Asustentar esta tesis contribuye el hecho de que los siete restos dehomo sapiens ms antiguos encontrados en Amrica -entre ellos Punn(Ecuador), Fontezuela y Arrecifes (Argentina) y Lapa Vermelha(Brasil), as como el hombre de Tepexpan (Mxico)-, son relativamenterecientes, pues por diferentes medios de datacin han sido fechadosentre 8 000 y 15 000 aos.

La inmensa mayora de los especialistas de este tema considera que lallegada del hombre a este hemisferio comenz en tiempos del denominadoglacial Wisconsin (70 000 al 10 000), en un proceso que se extendipor milenios, y que termin por generar un verdadero mosaico deculturas y pueblos indgenas diferenciados entre s y con distintosniveles de desarrollo socioeconmico. Se supone que la primeramigracin ocurri hace ms de 50 000 aos y se produjo por el estrechode Bering, de apenas 80 kilmetros de extensin, favorecida por lascondiciones creadas para el paso del hombre con el descenso del niveldel mar, al parecer durante el subestado glacial altoniense (70 000 -28 000).

A avalar esta tesis contribuyen los indicios de que durante el


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Wisconsin se produjo la entrada humana a la zona comprendida entre elarchipilago japons y la pennsula de Kamchatka. La proximidadgeogrfica de esta regin con Amrica, junto con una vegetacin y unafauna relativamente parecida y condiciones fisiogrficas diferentes alas actuales, pudo permitir un paulatino poblamiento mediante el

continuo flujo y reflujo de grupos asentados en ambas costas delPacfico. A pesar de la verosimilitud de esta teora, no se hanencontrado en Amrica restos humanos equivalentes a los sapiensfsiles hallados del otro lado del Pacfico, pertenecientes acronologas similares. No obstante, a travs del anlisis del ADNmitocondrial que se encuentra en las clulas del cuerpo- realizadas aindgenas americanos actuales, se ha calculado por especialistas deEstados Unidos que los separan unos 35 mil aos de los primerospobladores de este continente.

Al parecer los primitivos habitantes de Amrica eran hombres del

paleoltico, nmadas, que vivan en cavernas y se dedicaban a larecoleccin, la caza y la pesca, con instrumentos de concha muyelementales, aunque se sabe muy poco del marco ecolgico que debicondicionar sus formas de existencia. Se extendieron por el continenteamericano de norte a sur, hasta llegar, en un lento desplazamientoefectuado a lo largo de milenios, al extremo austral.

A favor de esta hiptesis se levantan los hallazgos ms antiguos -porlo general, instrumentos de piedra asociados a huesos de mamuts yotros grandes animales herbvoros (caballos, perezosos gigantes,mastodontes), como los kiokkemoeddingsencontrados en Texas (Estados

Unidos), donde aparecieron puntas del tipo clovis fechadas por elcarbono 14 en 37 000 aos- descubiertos hasta el presente en cadaregin americana y que indican los rastros ms remotos de presenciahumana: los de Lewisville (Texas) tienen una antigedad de 37 000aos; los de la isla de Santa Rosa (California) 29 000; los deMeadowcroft (Pennsylvania) 20 000; los de Tlapacoya (Mxico) de unos24 000; los de Paccaicasa (Per) 20 000; los de El Abra (Colombia) 12000; los de El Jobo (Venezuela) de 14 000; los de Inga y Punn(Ecuador) 10 000; los de la caverna de Pedra Pintada (Brasil) 11 000y unos 10 000 los de la Cueva de Fell en el estrecho de Magallanes.

Este ltimo yacimiento, junto con el de Los Toldos fechado entre 11 y9 mil aos de antigedad-, ubicado en una caada en la provincia deSanta Cruz (Argentina), que aport restos semejantes a los de lamencionada cueva de Fell -fauna extinta asociada con un conjunto deutensilios compuestos por las puntas de proyectil llamadas cola depescado-, parece confirmar la existencia de grupos cazadores en elextremo sur del continente al final del Pleistoceno6relacionados conlos primitivos habitantes de la Amrica del Norte. Estos hallazgos nosmuestran una probable cronologa de ocupacin y una posible ruta depoblamiento humano del continente. El ltimo grupo humano que lleg

6Los gelogos consideran que el Pleistoceno se inici dos millones de aos atrs y termin hace unos diez mil

aos, fecha en que comenz el Holoceno, esto es, la poca geolgica actual.


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por esta va, hace aproximadamente 5 000 aos, fue el esquimal.

En opinin de muchos antroplogos fsicos, Amrica fue pobladainicialmente por hombres de origen mongoloide -llegados primero por uncorredor en el estrecho de Bering y despus de la retirada del glacial

por las islas Aleutinas-, aunque a travs de posteriores migracioneses muy factible que entraran ms tarde elementos australianos,malayos, polinesios y melanesios procedentes del Pacfico -favorecidospor un clima ms suave y niveles ms bajos de las aguas polares,probablemente entre 15 000 y 6 000 aos-, los que al parecer semezclaron con el sustrato mongoloide arcaico. Las principales teorasque sustentan estas tesis se basan en el anlisis de tipos sanguneos,las similitudes lingsticas y las apariencias fsicas e incluyen lamancha monglica, del tamao de una moneda, que aparece en losprimeros aos de vida de los nios de este origen y que ha sidoobservada en la mayora de los infantes indgenas de Amrica.

Recientes anlisis del ADN extrados de crneos fsiles de ladesaparecida tribu de los pericus (Baja California), no muestranparentescos con los restantes grupos aborgenes americanos de origenmongoloide y s con ciertas etnias del sureste asitico, de laPolinesia y de Australia. Su antigedad (13 mil aos) avala la tesisde la llegada de otras oleadas migratorias de orgenes dispersos en elPacfico y con distintos itinerarios. Eso puede explicar que algunoshallazgos arqueolgicos, como la mujer del Pen, exhumada al orientede ciudad Mxico (1957), de una antigedad calculada en 12 700 aoscon su singular crneo dolicoceflico largo y estrecho- tenga cercana

filogenia con el fsil de la mujer de Arch Lake (Nuevo Mxico), datadoen 11 000 aos, y con el hombre de Kennewick en el noroeste de EstadosUnidos de 9 500 aos.

Todos ellos difieren de otros restos indgenas americanos antiguos yestn desligados genticamente de los principales grupos aborgenes deeste continente -braquiceflicos y mesoceflicos. En la mismadireccin apuntan los hallazgos (1975) de fsiles craneales de 13 500aos en Belo Horizonte (Brasil), con inequvocos rasgos australianos,y los instrumentos fechados en 12 500 aos encontrados recientementeen Monte Verde (1997), cerca de Puerto Montt (Chile), semejantes a los

utilizados por los nativos de aquellas regiones, lo que puedecorroborar la existencia de migraciones martimas mucho ms remotas delo que se supona hasta hace muy poco.

Estos ltimos inmigrantes procedentes del Pacfico ya dominaban lanavegacin, probablemente se encontraban en el estadio mesoltico y,sobre todo, neoltico, pues ya conocan la agricultura (maz, yuca) ytrabajaban la cermica, conocimientos que se calcula existan enAmrica hace ms de tres mil aos. Estas oleadas se mantuvierondurante milenios, cesando el contacto sistemtico por el sur entiempos relativamente recientes, cuando las sociedades de procedencia

se hicieron ms sedentarias.


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A partir de estas migraciones, que arribaron en diferentes momentoshistricos -tal vez entre 7 000 y 2 000 aos, cuando ya se habanproducido los cambios climticos que generaron la flora y faunaactuales, marcando el fin de los tiempos del Pleistoceno-, de diversosorgenes tnicos y geogrficos, y niveles de vida, se produjo el

desarrollo desigual de los pueblos aborgenes en un proceso que seextendi por decenas de siglos. As, mediante migraciones que nodebieron ser masivas y que quedaron aisladas de sus lugares deprocedencia y sometidas a un proceso de adaptacin a las nuevascondiciones naturales del medio donde se asentaron, se fue conformandouna poblacin autctona mediante un crecimiento vegetativo biendiferenciado, resultado de combinaciones propicias o adversas delclima, suelos vegetales ricos o pobres y mayor o menor conocimiento dela agricultura. Se ha comprobado la existencia de ms de un centenarde familias lingsticas independientes en Amrica, que comprendencientos de idiomas y dialectos.

Principales caractersticas de las sociedades indgenas americanas

Los habitantes de Amrica, anteriores a la invasin del continente porlos europeos, se encontraban en muy diversos estadios de su evolucinsocial. A lo largo y ancho del llamado Nuevo Mundo vivan infinidad decomunidades aborgenes que an se hallaban en diversas fases de lasociedad primitiva, pues se dedicaban a la caza, la pesca, la

recoleccin y/o una agricultura extensiva que requera sercomplementada por las tres actividades mencionadas. En la mayora deestos pueblos, que transitaban del nomadismo al sedentarismo, se dabael tipo de sociedad de subsistencia: escasa produccin, bajo nivelde consumo, desconocimiento de cualquier forma de propiedad y ausenciade estructuras clasistas.

En cambio otras poblaciones aborgenes contemporneas, como losaztecas, mayas e incas, conocieron una agricultura ms productiva que,auxiliada del regado y la fertilizacin, poda satisfacer lasnecesidades alimentarias bsicas. Estos ya conocan estructuras

sociales ms complejas, el nivel de produccin y consumo erarelativamente alto, exista el concepto de propiedad ms desarrolladoy, por ello, haba una clara estratificacin clasista, que haba dadolugar a la conformacin del estado.

Desde el punto de vista de la actividad econmica fundamental, de laque dependan estos pueblos indgenas, el continente americano puedeser dividido a nivel esquemtico en ocho grandes zonas bsicas: alnorte de los Grandes Lagos, desde Alaska hasta la pennsula delLabrador, se ubicaba el rea del carib, a cuya caza se dedicaba latribu nmada de los atapascos, que resolva mediante este rumiante la

mayor parte de sus necesidades de alimentacin y abrigo; en la costaoccidental norteamericana, de norte a sur, la del salmn, de cuya


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pesca vivan los algonquinos; en los actuales estados de California(Estados Unidos) y Baja California (Mxico), la zona de los frutossilvestres, cuya recoleccin alimentaba, entre otros pueblos, a losyuma, apaches y yuquis, que se cobijaban en grutas o cabaas endebles;en las praderas centrales que forman la cuenca de los ros Mississipi

y Missouri se asentaban los sioux o dakotas que se dedicaban a la cazade bisontes; mientras en la costa este de Norteamrica, limitada alnorte por los Grandes Lagos y al sur por el golfo de Mxico, estaba elrea oriental del maz, cuyo cultivo era realizado por los iroqueses yhurones.

Al norte y centro de Suramrica, y en las Antillas, se encontraba lazona de la mandioca, base de la alimentacin de tups, caribes,arauacos, tainos y guaranes, estos ltimos conocedores de unaagricultura ms diversificada; y en las verdes praderas del sur deesta parte de Amrica (las pampas), el rea del guanaco, cuya caza

sostena a los charras, pampas, araucanos, puelches, tehuelches yonas. La octava zona, sin duda la ms avanzada, inclua gran parte delterritorio actual de Mxico, casi toda Centroamrica y la fajasuramericana, situada desde la sierra de los Andes hasta la costaeste, limitada al sur por el ro Maule, y era la que alojaba, entreotros pueblos, a los aztecas, mayas e incas, que lograron el ms altodesarrollo socioeconmico de la Amrica precolombina gracias alcultivo intensivo de la tierra. De los cientos de tribus indgenas quehabitaban el continente americano a la llegada de los europeos, slounas pocos -iroqueses, chibchas (muiscas de la sabana de Bogot yquimbayas de la regin del Cauca) y guaranes- se acercaban al nivel

cultural y de organizacin social alcanzado por los habitantes deMesoamrica y la regin andina.

El conocimiento de la agricultura intensiva, cuyo desarrollo seefectu al parecer paralelamente, en dos o tres centros del continente-se calcula que comenz entre el 7 000 y el 1 500 a.n.e-, entre elloslas zonas altas de Mesoamrica y la costa y sierra del rea andina,cre las condiciones para la llamada revolucin neoltica,precondicin para el posterior surgimiento en estos territorios desociedades de clase y deslumbrantes centros de civilizacin. Elloconstituy un cambio radical que trajo aparejado el sedentarismo, la

construccin de verdaderas ciudades y complicados sistemas de regado.Ahora bien, las grandes culturas indgenas americanas fueron elresultado de una sucesin de horizontes7por el que estas sociedadesascendieron en su desarrollo econmico, social y poltico desde elpaleoltico hasta una comunidad sedentaria, ya estratificada en clasesy vertebrada en torno a formaciones estatales de diverso tipo.

En estas reas medulares la sociedad se caracteriz, desde algunoscientos de aos antes de nuestra era -cuando se vertebraron lasprimeras culturas americanas de cierta complejidad como los olmecas

7En la arqueologa se emplea el trmino horizonte para designar a un complejo cultural parecido en un

determinado espacio y tiempo.


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del golfo de Mxico y las de Chavn y Tiahuanaco en la regin andina-,por la existencia de comunidades aldeanas, organizadas en torno a lapropiedad comn del suelo y el trabajo colectivo por clanesfamiliares, aunque sometidas a un grupo humano (teocracia) apartado dela agricultura, que impuso al resto de la poblacin fuertes tributos

en productos y trabajo. Radicada en ciudades-estado, a la teocraciaindgena le correspondi un papel determinante en los terrenospoltico, social y econmico al ofrecer al pueblo la ayuda espiritualy la proteccin de los dioses en cuyo nombre hablaban y actuaban.

Ese poder desptico centralizado, que ejerca funciones de utilidadsocial -defensa, irrigacin, construccin de templos y otras obrasceremoniales, caminos, puentes, almacenes, etc.-, diriga las laboresagrcolas y preservaba el status quo en sociedades clasistasestratificadas de alto nivel de desarrollo relativo, se fundamentabaen el extraordinario peso alcanzado por la religin -festividades,

ritual, organizacin social, la guerra, en la arquitectura monumental,en las artes, en la legitimacin del poder dinstico y en el conjuntode la organizacin poltica- y fueron otras caractersticas comunes atodas las grandes civilizaciones americanas.

Este sistema socioeconmico y poltico, que descansaba en laexplotacin de toda la comunidad por la casta dominante, se parecemucho al tipo de sociedad que Carlos Marx describi para la India yChina antiguas con el nombre de "modo de produccin asitico" oesclavitud generalizada otros autores lo han denominado desptico-tributario-, un rgimen de transicin de la comunidad primitiva a la

sociedad de clases en el cual coexisten formas arcaicas deorganizacin comunitaria -ayll entre los incas y calpulli para losaztecas- con un estado jerarquizado dominado por una teocracia queexige tributos y prestaciones personales (mita entre los incas ycuatequilentre los aztecas).

La dinmica de estas ciudades-estado les permiti expandirse hacia losterritorios colindantes, a las que irradiaron su influencia y marcaroncon una misma tradicin social, cultural, religiosa y cientfica. Aestos rasgos semejantes a todas las grandes civilizaciones americanas,habra que aadir la existencia de otros elementos comunes: cultivo

del maz y frijol, instrumentos de trabajo (coa o taclla), tcnicasagrcolas, el riego, las construcciones de piedra y barro, algunostipos de cermica y de textiles, los sacrificios humanos y otros.

Se supone que los ncleos ms importantes de estas civilizacionesclasistas alcanzaron su primer apogeo entre los aos 200 y 900, cuandodesarrollaron una serie de patrones culturales y de civilizacinconsiderados clsicos. Aproximadamente entre los aos 700 y 1000,estas complejas sociedades americanas sufrieron una serie de sacudidasy crisis que pusieron fin al llamado perodo clsico y propiciaron elflorecimiento de nuevas culturas, entre ellas la azteca y la inca, que

alcanzaron junto a los mayas el punto ms alto de desarrollo polticoy socioeconmico de los pueblos indgenas antes de la llegada de los


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europeos. Inclusive, la ltima etapa del expansionismo azteca e incafue casi coincidente, a fines del siglo XV y primeros lustros del XVI.

Entre las caractersticas de estos dos grandes focos americanos decivilizacin, esto es, Mesoamrica y el rea andina, se destaca el

absoluto aislamiento existente entre ambos, lo que no slo determinapreciables diferencias sociales, econmicas y culturales, sinotambin limit mayores posibilidades de desarrollo. Sin duda a ellotambin contribuy el restringido proceso de domesticacin de animales-limitado al pavo, perro, pato y, en los Andes, adems al cuy, alpacay llama- y la ausencia en Amrica de importantes especies para laalimentacin, el tiro y la carga -burro, caballo, vaca y cerdo-, eldesconocimiento de la rueda y de la metalurgia del hierro, que lospriv de instrumentos de trabajo como el arado. A esto hay que agregarla existencia de economas de excedentes exiguos, en las que elhombre era casi exclusivamente la nica fuerza de trabajo.

Las culturas mesoamericanas

Esta regin, conformada en parte de los actuales territorios de Mxicoy Centroamrica, fue en tiempos precolombinos el asiento de una de lasdos grandes reas de desarrollo de las civilizaciones indgenas eneste continente, a la cual los arquelogos han convenido en denominarMesoamrica. Aqu florecieron formidables culturas como la olmeca,maya, tolteca y azteca, por slo mencionar las ms conocidas.

Se le considera una zona de civilizacin, basada en una agriculturarelativamente avanzada, que cobij un conjunto de culturaspertenecientes a una variedad de pueblos que mantuvieron entre sestrechas relaciones y compartieron un mismo escenario natural ymuchos elementos y caractersticas: cultivos del cacao y el maguey,uso de la coa, las chinampas, el complejo nixtamal-tortilla, la espadacon hojas de obsidiana y la camisa protectora de algodn, elcalendario de 18 meses de 20 das, la semana de 13 das, el calendarioritual de 260 das, el ciclo de 52 aos, la existencia de fiestasfijas y movibles, los das fastos y nefastos, arquitectura de falsa

bveda y columnas serpentiformes, pirmides escalonadas, uso de papelde amate en cdices y mapas y la escritura jeroglfica, entre otroselementos. A ello debe aadirse una serie de divinidades comunes comoel dios de la lluvia -Tlloc en lengua nhuatl- o una misma deidadcivilizadora representado por la serpiente emplumada -Quetzalcatl (ennhuatl) o Kukulcn (en maya).

Olmecas y toltecas

Una de las ms antiguas civilizaciones mesoamericanas fue la olmeca,con centro en la zona sur de Veracruz y el norte de Tabasco (Mxico),


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considerada una especie de cultura madre para toda la regin y que sedesarroll desde varios siglos antes de nuestra era. Se supone queaqu, al sur de la costa del golfo de Mxico, comenz, entre el 1 500a.n.e. y el ao 300, sobre la base del trabajo intensivo de laagricultura, una incipiente diferenciacin clasista y la formacin de

un estado embrionario -sus principales centros estaban en La Venta,San Lorenzo y Potrero Nuevo- dominado por una teocracia que, de una uotra manera, extendi su influencia a regiones ms distantes, como loszapotecas de Oaxaca (Monte Albn) o a los mayas "preclsicos" deChiapas (Kaminal Juy) y Yucatn.

La cultura olmeca se distingui por sus estelas, altares, plataformas,algunas pirmides que sostenan construcciones de madera, tumbas,representaciones de felinos y de seres hbridos, mitad hombres, mitadjaguares, as como las colosales cabezas de hasta 16 metros de altura,identificadas con el posible rostro de sus gobernantes, de las que han

sido encontradas poco ms de una docena. Al parecer a esta pocacorresponde la invencin del calendario ritual de 260 das, laescritura jeroglfica y la numeracin, con signos de puntos y barras.

A ella sigui el llamado horizonte Teotihuacano-Maya, el cual seconsidera clsico, y que se ubica cronolgicamente entre los aos 250y 950. Ya se corresponde plenamente con la aparicin de las primerassociedades clasistas fundamentadas en una agricultura intensiva (maz)que llegaron a constituir imponentes ciudades-estado como la deTeotihuacn, enclavada cerca de la actual ciudad de Mxico, o las muynumerosas del Petn en Yucatn. Eran no slo centros ceremoniales,

sino verdaderas urbes permanentes y complejas -con grandes pirmides,templos, reas para juegos de pelota, palacios, caminos de piedra,etc.-, ligadas a un extenso entorno rural, poblado por centenares decomunidades que utilizaban sistemas intensivos de cultivo, tcnicasavanzadas de regado y de conocimientos climticos.

Entre los logros alcanzados en este perodo ya figura una arquitecturade grandes proporciones -como la pirmide del Sol en Teotihuacn, deuna altura de 63 metros y una base cuadrangular de 225 metros de lado-y toda una serie de descubrimientos cientficos en diversos campos. Lainfluencia de los teotihuacanos y los mayas lleg hasta regiones

apartadas como los purepechas o tarascos de Michoacn y los mixtecosde Oaxaca (Monte Albn II), que florecieron despus del ao 1 000. Enesta ltima regin las sierras que se unen cerca del istmo formanmesetas y valles de tierra fecunda que favoreci el desarrollo demixtecos y zapotecas de lo que son exponentes la decoracin de losmuros de Mitla y las joyas de oro de Monte Albn.

Entre los aos 650 y 950 la regin mesoamericana fue sacudida por unaserie de acontecimientos internos -econmicos, polticos y sociales- yexternos -invasin de otros pueblosque dieron al traste con estascivilizaciones catalogadas como clsicas. En particular los habitantes

de Teotihuacn fueron los primeros en sentir los efectos de estacrisis debido probablemente a que era la civilizacin ms cercana a la


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frontera norte y, por ello, ms expuesta a los efectos negativos delos cambios climticos, que perjudicaron sensiblemente a las cosechas,y a la irrupcin de hordas salvajes nmadas o seminmadas de cazadoreschichimecas -tribus de habla nhuatl de diversa procedencia geogrficay tnicaderramadas por el valle del Anhuac.

La desaparicin de la ciudad de Teotihuacn, saqueada ysemidestruida hacia el ao 650, abri paso al predominio dediversas culturas locales -mixteca, tolteca, choluteca,huaxteca, totonaca, tarasca, azteca, etc.-, que dio origena varios centros de civilizacin, de desarrollo paralelo, -Xochimilco, El Tajn, entre otros-, al cual sigui eldenominado Mixteca-Puebla. Este ltimo horizonteprehispnico se inici hacia el 1 200, asociado a nuevasinvasiones chichimecas procedentes del norte y alflorecimiento de diversas ciudades-estado como la de Tollan

(Tula) -abandonada despus por los toltecas, hacia el ao 1168, como resultado de otras invasiones chichimecasencabezadas por Xlotl- y las de Culhuacn, Tenayuca,Texcoco y Azcapotzalco. Esta etapa coincide con un nuevoauge de la cultura maya en el norte de la pennsula deYucatn, aproximadamente entre los aos 1 200 y 1 450.

Los mayas

La historia del pueblo maya se desenvolvi fundamentalmente en elPetn y la pennsula de Yucatn -a donde probablemente se trasladaronprocedentes de las tierras altas de la actual Guatemala-, a partir delos aos 200 300, pues la estela 29 de Tikal, la placa de Leyden yla estela 9 de Uaxactn -que registran las hazaas y nombres degobernantes (ahauobo halach uinic)- fueron fechadas en los aos, 292,320 y 328, respectivamente. Hasta ahora en estos dos sitios (Tikal yUaxactn), separados por unos 50 kilmetros, se han hallado ms deochenta estelas y ms de cincuenta altares repartidos en variasplazas.

Al parecer los mayas de este perodo denominado clsico se distribuanen un sinnmero de ciudades-estado que pugnaban constantemente entres Sayil, Tikal, Uaxactn, Copn, Quirigu, Piedras Negras, Xultun,Yaxha, Caracol, Calakmul, Yaxchiln, Uxmal, Labn, Kabah, Itsimt,Ucanal, Tonin, Chichn Itz, Tzimin Katz, Bonampak, Dzibanch, Uxul,Nakun, Balkbal, La Milpa, Naranjo, La Honradez y Palenque- y estabangobernados por dinastas hereditarias de guerreros y sacerdotes,cohesionadas en torno a la figura divinizada del ahau. As, porejemplo, en Copn se encontr un enorme bloque cuadrangular de piedracon 16 hombres sentados esculpidos cuatro por lado- que representanal parecer los miembros de una misma familia que gobern esa ciudad

entre el 426 y el 820. El primero de ellos se llam Yax Kuk Mo y elltimo Yax Pac. En otro sitio maya, Palenque, el desaparecido


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arquelogo cubano Alberto Ruz encontr en 1952 la primera pirmidemesoamericana destinada a mausoleo de un importante personaje, a lamanera egipcia.

En su esplendor los mayas consiguieron un apreciable avance de la

arquitectura -distinguida por el falso arco o arco maya-, laastronoma y la matemtica -se valieron de un sistema de numeracinvigesimal que inclua el cero, un logro slo compartido con loshabitantes de la antigua India, de quienes los europeos obtuvieron laidea- que les permiti elaborar un complicado calendario, ms precisoque el gregoriano -en uso desde 1582.

La ms antigua y grande ciudad maya fue probablemente Tikal, situadaen el centro del Petn, con ms de tres mil construcciones, entretemplos, observatorios astronmicos, edificios ceremoniales, palaciosy pirmides, estos ltimos con la particularidad de tener su

escalinata al medio y su templo encima, el mayor de los cualesalcanzaba los 60 metros de altura. Las culturas mayas del perodoclsico entraron en una abrupta decadencia de poco ms de un siglo(889-1007) cuando las ciudades fueron abandonadas y la selva seapoder de ellas -la estela 11 de Tikal registra su ltima inscripcinen el ao 889- por razones que an no estn claras, aunque sin dudaasociadas a la crisis mesoamericana que se haba iniciado con ladestruccin de Teotihuacn.

El renacimiento de esta portentosa cultura, ahora limitada al reanorte de la pennsula de Yucatn, estuvo favorecida por las

migraciones toltecas procedentes del valle de Mxico (Tula), quedieron lugar a un intenso sincretismo, pues los invasores nodestruyeron las antiguas formas de vida, costumbres, creencias -Chac,dios del maz, era el favorito del culto popular- y el arte de losmayas, sino que los incorporaron, generando una civilizacin mestiza.Ello ocurri despus que los invasores toltecas fundaron la ciudad deMayapn en el ao 987, mientras otros grupos conquistadores seapoderaban de Uxmal y Chichn Itz (964), esta ltima establecidadesde el 432 cerca de dos enormes cenotes.

A esta etapa, en que el poder estatal al parecer se estructura sin los

viejos ahauobmediante una alianza de jefes -las familias invasoras delos cocomes, xius e itzes- y centros urbanos -la llamada Liga deMayapn, conformada por las ciudades-estado de Chichn Itz, Uxmal yMayapn, tuvo como smbolo el predominio de la mtica serpienteemplumada. Mayapn, despus de vencer a los itzes de Chichn entrelos aos 1194 y 1250, mantuvo su hegemona durante dos siglos, aunquefue totalmente arrasada por sus enemigos en 1461. Despus la culturamaya-tolteca se extingui como su antecesora clsica: las ciudadesfueron abandonadas y la exuberante vegetacin tropical pronto cubrisus ruinas, mientras las poblaciones se dispersaron y retrocedieron ensu desarrollo socio-econmico.

Sin duda el centro maya ms sobresaliente de esta etapa, desde el


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punto de vista cultural, fue Chichn Itz, una ciudad-estadoamurallada, con impresionantes construcciones como el Patio de las MilColumnas, la imponente pirmide de nueve pisos del Castillo y elllamado Templo de los Guerreros. En particular, este ltimo ofrecemuchos de los rasgos toltecas de la ciudad de Tula: prtico con

columnatas, frisos de tigres y guilas comiendo corazones, chamoles yatlantes, columnas en forma de serpientes emplumadas, etc. Otrasciudades mayas significativas de este perodo fueron Champoton yTulum, protegidas por murallas.

Los aztecas

Casi simultneamente a la invasin tolteca a Yucatn,tribus de lengua nhuatl, entre las cuales sobresalan los

mexicas o aztecas, tras una larga y accidentadaperegrinacin iniciada en la mtica Aztln en el siglo XII-en busca del sitio prometido por su dios tutelarHuitzilopochtli-, fundaron la ciudad de Tenochtitln (1345)en un islote del lago Texcoco -all vieron un guila, conuna serpiente en su pico, sobre un nopal, lo queinterpretaron como una seal de sus dioses-, justamentedonde hoy se encuentra la explanada de El Zcalo y elPalacio Nacional en la ciudad de Mxico. Aunque los mexicasno inventaron los sistemas hidrulicos ni tampoco elcultivo en chinampas, que se desarrollaba desde mucho antes

en las mrgenes del lago Texcoco, fueron ellos los que ledieron mayor desarrollo y complejidad.

Al principio los aztecas cayeron bajo el dominio de los tepanecas -viejos residentes emparentados con los toltecas- de la ciudad-estadode Azcapotzalco, hasta que el "jefe de todos los hombres" (tlatoani otlacatecuhtli) mexica Itzcatl logr en 1430 la independencia, graciasa la llamada triple alianza con Texcoco y Tlacopn. Luego conquistimportantes reas fuera del valle de Mxico. Al parecer, durante sugobierno, la clase dominante azteca consolid su poder a la vez quequedaban atrs sus rasgos gentilicios la gens primitiva se transform

en calpulli, donde el factor aglutinante era cada vez ms el econmicoen detrimento de la consanguinidad-, tal como evidencia la reescriturade los antiguos cdices.

Nuevas cotas en la expansin mexica se alcanzaron bajo el mandato deMoctezuma Ilhuicamina, entre los aos de 1440 y 1468, poca en que eldominio azteca alcanz la costa del golfo de Mxico, mientrasTenochtitln creca y se desarrollaba con calles y canales quecruzaban el lago en distintas direcciones. Despus de las conquistasde Axaycatl, que gobern de 1468 a 1481, y Ahuzotl, que lo hizoentre 1486 y 1502 -entonces se inaugur el Templo Mayor, de ms de

1200 metros cuadrados, consagrado a veneradas deidades comoHuitzilopochtli y Coatlicue-, los mexicas llegaron a dominar


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poblaciones establecidas en territorios tan lejanos como el istmo deTehuantepec o la costa del Pacfico, aunque no pudieron doblegar a lostarascos o purpechas, con su capital en Zintzuntzan, en una de lasmrgenes del lago de Ptzcuaro (Michoacn).

La ocupacin azteca sobre tan amplios espacios se fundament enexigencias de tributos a los vencidos y el establecimiento de unintercambio comercial favorable, que garantizaban con la presenciapermanente de su poderoso ejrcito. Este sistema de dominacin seconsolid durante el gobierno de Moctezuma Xocoyotzin -iniciado en1503-, cuando ya Tenochtitln era sin duda la ciudad-estado hegemnicaen todo el actual centro de Mxico, quien en 1506 someti a losmixtecas (Oaxaca), aument los tributos exigidos a los pueblossometidos y sacrific ms prisioneros en el Templo Mayor.

Culturas del rea andina

La regin andina -que comprende las cumbres y vertientes de lacordillera de los Andes y su extensa costa, generalmente desrtica,salvo en oasis fertilizados por los ros que buscan el Pacfico-constituy la otra gran zona medular de la Amrica indgena:antiqusimos sistemas de canales -cuyas huellas se remontanprobablemente a cientos de aos a.n.e.-, cultivos altamentealimenticios (papa, maz) y la cra de animales suministradores delana, cueros, carne y grasa, hicieron florecer all desde pocas

remotas, como en Mesoamrica, sociedades y estados civilizados.

Tanto las hermossimas ruinas de Tiahuanaco, como las de Chavn,Paracas y otros lugares en la sierra o la costa, son un testimoniomudo del temprano progreso de los pueblos andinos. Desde la ms lejanaantigedad comenz en las regiones andinas de Per el cultivo de latierra -papa, maz, quinoa, frijoles, etc.- y la domesticacin deanimales -alpaca y llama- que permitieron el florecimiento desociedades y estados civilizados que compartan estos adelantos. A esedesarrollo contribuy el empleo del riego y el abono -guano y restosde pescado- en la agricultura intensiva, facilitado en las sierras por

el uso de terrazas y andenes. Segn algunos autores la cultura madredel rea andina, equivalentes a la olmeca en Mesoamrica, surgieron enla cuenca del Maran y en las proximidades del lago Titicaca, dondeestuvieron enclavados los centros de Chavn y Tiahuanaco.

Las civilizaciones preincaicas

El primer ncleo cultural importante conocido es Chavn de Huntar(Ancash), en la sierra nortea del actual Per, el cual se desarroll

entre los aos 850 y 500 a.n.e. Junto a la agricultura, esta antiguacultura andina logr avances en la cermica, actividad que segn


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demuestran los descubrimientos de Huaca Prieta -fechados en el 2 250a.n.e.-, se hallaba muy difundida en esa zona. Adems de Chavn -delque se conserva en muy mal estado una serie de plataformas, plazas yedificaciones paraleleppedas denominadas "templos" (huaca, enquechua) adornadas con el felino estilizado, animal al que all se

renda culto, y una rica iconografa (relieves, esculturas, piezaslticas, textiles, cermica y orfebrera)-, los principales centroscontemporneos fueron La Copa o Kuntur Huasi (Cajamarca), Cerro Blancoy Punkur (Nepea), Moquete y Pallta (Casma), Caragay -cerca de laactual ciudad de Lima- y algunos otros.

Un poco despus, entre los aos 300 a.n.e. y el 500, aparecieron otrosncleos de civilizacin en el norte y en el sur (Mochica y Nazca),renacidas en vsperas de la colonizacin espaola (siglo XIV) yrebautizadas por los arquelogos como Chim e Ica. Otra culturasignificativa fue la de Paracas, ubicada en la pennsula de ese nombre

bajo el Per central, cerca de Pisco.

Al sur de Paracas, en los valles de Nazca, exista ya en el siglo VIun pueblo (Ica-Nazca) que alcanz tambin un gran desarrollo antes desu conquista por el imperio Huari (650-1100) y que tuvo por eje a laciudad de Kawachi, aunque esta no se caracteriz por la existencia decentros urbanos importantes ni tampoco por sus grandes construcciones.Sin embargo, uno de los aspectos que ms ha llamado la atencin de laarqueologa nazca son las descomunales lneas que aparecen grabadassobre la arena del desierto -pampa del Ingenio, pampa de San Jos ypampa de Socos-, elaboradas como un gran horscopo o calendario, que

algunos, subestimando los logros de las civilizaciones indgenas, haninterpretado como pistas de aterrizaje para naves extraterrestres.

Mientras tanto, en los valles de la costa norte (Moche, Chicana yVir) se desarrollaba la cultura Mochica que, gracias a su avanzadatcnica agrcola -incluidas diversas obras de irrigacin, con canalesde hasta 110 kilmetros de longitud, y eficientes acueductos-,extendi sus fronteras sobre valles y desiertos en la costa de esaregin (Lambayeque y Nepea) hacia el ao 200 de nuestra era. Entresus principales centros destacan tambin los de Paamarca (Nepea),Mollocope (Chicama) y Pacatmand (Pacasmayo).

La opulenta y fastuosa tumba de un alto dignatario -que contenasombreros emplumados, ornamentos de oro, exticos caracoles, decoradaspiezas de alfarera, bellsimos ropajes y muchas finas armas-,enterrado en Sipn (Lambayeque) junto con su perro, esposas ysirvientes, es una prueba de la estratificacin social y lacomplejidad alcanzada por esta civilizacin. An hoy resisten el pasodel tiempo las ruinas de sus majestuosas construcciones, formadas porfortalezas, calzadas, pirmides y monumentales edificios como eltemplo de Huaca del Sol, situado en el valle Moche, con una altura de48 metros, cuya construccin necesit decenas de millones de ladrillos

de adobe, conservados gracias a la escasa humedad atmosfrica y laausencia de precipitaciones, y donde se realizaban los rituales


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sacrificios humanos.

En la meseta del Collao, al sur del lago Titicaca -regin andina de laactual Bolivia-, prosper desde el ao 500 al 1000 otra imponentecivilizacin preincaica. Se trata de la cultura de Tiahuanaco, ciudad-

estado enclavada a unos 3800 metros de altura. Lo mejor que conocemosde ellas son las ruinas de impresionantes construcciones en piedra -sobresalen la de Acapana, una pirmide escalonada de planta cuadradade 210 metros de lado y 15 de altura, y la famossima Puerta del Sol,en Calasasaya-, en lo que debi ser el mayor centro ceremonial delengua aymar del altiplano.

Tambin existen aqu restos de dos recintos, denominados el Palacio yPuma Puncu, con grandes losas y bloques de piedra tallados y puertasmonolticas ms pequeas. Toda la arquitectura de Tiahuanaco estrealizada con material ptreo, especialmente areniscas y basaltos

extrados de canteras cercanas, con bloques de hasta cien toneladas depeso. Adems se sabe que construan terrazas elevadas de nueve metrosde ancho, flanqueadas a lo largo por canales de riego que lespermitan obtener cosechas muy abundantes.

A ella sigui la civilizacin Huari, que lleg a irradiar suinfluencia por extensas reas de la regin andina, entre Lambayaque yCajamarca por el norte y Sicuas y Sicuani por el sur. Su mximaexpansin se alcanz entre los aos 900 y 1100, cuando al parecerlleg a vertebrar una especie de imperio con capital en Huari, ubicadaa 25 kilmetros de Ayacucho. Su dominio se facilit por una amplia red

de caminos, como el del Chinchaysuyo, por el que fluan los tributos ymensajeros chasquis, en lengua quechua-, que unan la capital convarios centros urbanos como Chan Chan en Moche; Chim Cpac, en Supe;Cajarmaquilla y Pachacamac, en el valle del Rimac; Viracocha Pampa,cerca de Huamachuco; Huilca Huan, en el callejn de Huaylas;Huayhuaca, en Andahuaylas, y Pikillacta en las proximidades del Cuzco.

Al parecer la civilizacin Huari entr en rpida decadencia entre losaos 1100 y 1200, cuando desapareci el poder centralizado y lasciudades hegemnicas, dando paso a un resurgimiento regional quedurara varios siglos, con diversos estados dominando localidades

diferentes hasta el ao 1470, en que comenz la expansin de losincas. En esta etapa preincaica, en que aparecieron estados de todotamao y riquezas, las culturas ms importantes fueron la Chim, en lacosta norte, la de Chancay en el litoral central, la Ica-Chincha, enla costa sur y la confederacin chanca y los collas en la sierra sur.

De todas ellas la ms conocida es la Chim, sucesora de la Mochica,que alcanz su esplendor hacia 1450. Domin todo el territorio que seextiende desde el golfo de Guayaquil en el norte, hasta el ro Rimacen el sur. Desarrollaron suntuosas construcciones defendidas pormurallas y fortalezas, un complejo sistema de canales para la

irrigacin, el cultivo en terrazas artificiales y la aplicacin defertilizantes (guano). Sus conocimientos metalrgicos fueron


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superiores al del resto de las grandes civilizaciones indgenasamericanas: no slo trabajaron con maestra el oro, la plata y elcobre, sino que consiguieron una aleacin de este ltimo mineral conel estao que les permiti elaborar las puntas de sus herramientasagrcolas, as como cuchillos y agujas.

La principal ciudad chim fue Chan Chan, cerca de la actual Trujillo -parece que empez a levantarse en poca Huari-, aunque es posible quecada valle estuviese sujeto a una ciudad estado independiente, comolas de Pacatnam y Purgatorio. La de Chan Chan tena inmensospalacios, cisternas, jardines y pirmides, como las del Sol y la Luna.Al igual que en otras culturas preincaicas los cultos funerariosestaban plenamente generalizados e incluan ofrendas rituales ycomidas.

Los incas

Sin duda la civilizacin incaica fue la ms trascendente de lasculturas que existieron en el territorio del actual Per. Su apogeoapenas dur cien aos, desde mediados del siglo XV hasta los comienzosde la cuarta dcada del siglo XVI, cuando irrumpieron losconquistadores espaoles. Segn la leyenda, sus orgenes se remontanal momento en que tribus de lengua aymar, procedentes de la cuencadel Titicaca y dirigidas por el mtico Manco Cpac, se establecieronen el frtil valle del Urubamba, donde fundaron la ciudad del Cuzco a

3 467 metros de altura sobre el nivel del mar, en medio de pueblos dehabla quechua, que sera en lo adelante el idioma de su gran imperio.

La tradicin indgena, recogida por cronistas espaoles, insiste en lasucesin en el poder de dos dinastas, la Hurin y la Hanan,procediendo los primeros cinco soberanos de la primera y lossiguientes de la segunda. Al parecer, despus de su octavo gobernante,Viracocha, cuando los incas se liberaron de la dominacin colla ypasaron a realizar las primeras conquistas territoriales con unobjetivo de dominacin permanente, es que se puede hablar de unahistoria incaica, recogida por los quipucamayos en sus quipus, un

simple recurso nemotcnico para recordar datos y nombres.

En realidad slo a partir de su sucesor, Pachactec, las antiguasleyendas incas comienzan a hacerse verosmiles, lo que coincide con lacreacin de un gran imperio. Ese mrito corresponde a Pachactec,noveno Sapa Inca, que gobern entre los aos de 1438 y 1471, quienexpandi sensiblemente los territorios bajo su mando -lleg hasta laregin de los aymaraes del Collao, junto al lago Titicaca, por el sur,y hasta Cajamarca por el norte, incluyendo buena parte de la costa delPacfico colindante-, tras dominar a sus tradicionales enemigoschancas e implantar la mitima, una poltica de colonizacin -basada en

el trasplante de poblacin quechua- a los nuevos territoriosconquistados. Gracias a esta prctica, a la llegada de los europeos se


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hablaba el quechua desde el paralelo 3 de latitud norte hasta elparalelo 36 de latitud sur.

Al Inca Pachactec tambin se le atribuye el inicio de la remodelacindel Cuzco, la organizacin de aylls de produccin agraria y la

crianza de animales domsticos como llamas, alpacas, cuises, patos yperros, as como la construccin de torres en funcin de gnomones,erigidas en la lnea del horizonte del Cuzco, usadas por los amautasosabios sacerdotes para conocer la fecha de los equinoccios y poderindicar la mejor poca para las siembras y cosechas. Del trabajocomunitario de los ayllssalan, adems del autoabastecimiento, lostributos para los templos del Sol, los amautas, los funcionarios delTahuantinsuyo y del propio Inca. Los miembros del ayll cumplanadems otras funciones sociales (mita): deban enviar hombres paratrabajar, durante seis meses y hasta un ao, en la construccin defortalezas, templos, caminos o tambin servir como soldados.

El hijo de Pachactec, Tupac Inca Yupanqui, que gobern el Imperiohasta 1493, conquist el Chim y todos los seoros costeros hastaPachacamac, cerca de la actual Lima -por el sur llegara ms tardehasta el ro Maule (Chile)-, y organiz el estado mediante un sistemacentralizado piramidal, rgidamente jerarquizado para impedir lamodificacin del statusde sus miembros. Ello se complementaba con unaenorme burocracia -cuyos puestos ms encumbrados eran monopolizadospor la familia del Inca y los dirigentes de los pueblos conquistados-,que administraba las cuatro partes en que qued dividido elTahuantinsuyo. Sin duda la organizacin estatal alcanzada por los

incas fue la ms avanzada de las existentes en Amrica antes de lainvasin europea.

A Tpac Inca Yupanqui tambin correspondi la construccin de lafortaleza de Sacsayhuamn -tres series de murallas dispuestas enzigzag, levantadas con piedras de hasta 5 metros de altura- y laculminacin de la remodelacin del Cuzco, siendo el virtual edificadorde la fabulosa ciudad que encontraron los conquistadores espaoles.Los majestuosos edificios, fortalezas, templos -como el de Viracocha,donde en sus varios santuarios se renda culto a este dios y a Inti(el sol), Killa (la luna) y a Qoyllur (las estrellas)- y palacios del

Cuzco -todos ellos de piedra finamente talladas, a tal grado que lasjunturas entre estas no requeran cemento- estaban distribuidosarmnicamente en tierras ganadas a las montaas y donde ademsexistan espacios cultivables conseguidos mediante la construccin deandenes regados por complejas redes de canales. Tambin Pisac, MachuPicchu y Ollantaytambo constituyen ejemplos del alto nivel deconocimientos alcanzado por los incas en el campo de la arquitectura,la topografa y la ingeniera.

La expansin incaica fue coronada por el siguiente Inca, Huayna Cpac,con la ocupacin del golfo de Guayaquil, la isla Pun y Quito,

extendiendo incluso la frontera nortea del imperio al ro Ancasmayoen la actual Colombia, con lo que el Tahuantinsuyo comprendi un rea


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de un milln de kilmetros cuadrados. El dominio incaico sobre estosterritorios (Chinchasuyo) se consolid con el matrimonio de HuaynaCpac con Paccha, la hija del ltimo jefe de los scyris de Quito,Hualcopo Duchicela.

A la muerte de Huayna Cpac en su ciudad favorita de Tomebamba, hacia1527, se abri una guerra civil de cinco aos entre los dosprincipales herederos dejados por el Inca y que representaban losintereses enfrentados de Quito (Atahualpa) y del Cuzco (Huscar). Enlos combates de Huamachuco y Quipa-Hipa los seguidores de Atahualpa seimpusieron y su medio hermano Huscar fue apresado, aunque eldescontento creado por esta victoria en el Cuzco y otras zonas deacentuada raigambre quechua minaban las bases del gran imperio de losincas cuando ya los europeos iniciaban la invasin del continenteamericano.Captulo 2: Inicios de la invasin europea (1492-1580)

El llamado descubrimiento de Amrica, junto a la consiguienteconquista y colonizacin del continente por Espaa y Portugal, fueronel inicio de la invasin europea del Nuevo Mundo. Ese proceso,desarrollado en lo esencial de 1492 a 1580, puede ser subdividido entres fases: los primeros viajes de exploracin (1492-1519), laconquista de las grandes civilizaciones clasistas de Mesoamrica y elrea andina (1519-1535) y la dominacin de los territoriosmarginales (1535-1580). En esos acontecimientos influyeron, de una u

otra manera, dos elementos externos: el trnsito del feudalismo alcapitalismo en Europa y la inclusin de Amrica como zona dependientedel mercado mundial en estructuracin.

Esa compleja articulacin fue precedida por la creacin de dos estadosen la pennsula ibrica fuertemente centralizados, en los cuales losintereses de la endeble burguesa y de los grandes propietariosseoriales estaban subordinados a los de la monarqua absoluta. Pese ala semejanza del sistema socioeconmico existente en Espaa y Portugal-feudal, aunque con ciertos rasgos de un capitalismo embrionario-, lacolonizacin emprendida por ambas potencias en el hemisferio

occidental se distingui entre s desde sus comienzos.

Primeros viajes de exploracin

Entre 1492 y 1519 se realizaron los llamados primeros grandes viajeseuropeos de descubrimiento si obviamos los transitoriosasentamientos anteriores de los vikingos en Groenlandia (985) yTerranova (1001)- a partir de la travesa de Cristbal Coln. Cuandoconclua la ocupacin espaola de las islas Canarias, los viajes de

Coln abrieron nuevos horizontes a la expansin europea, hasta esemomento slo superada por los xitos de la navegacin portuguesa por


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las costas de Africa, la cual ya en 1478 haba alcanzado el cabo deBuena Esperanza en la bsqueda de una ruta martima para el comerciocon el Oriente.

Sin duda, entre las causas que propulsaron estas travesas, y las que

le sucederan inmediatamente despus, ninguna fue tan importante comoel inters de los europeos por encontrar un camino ms rpido y baratoque el tradicional para llegar al Oriente y acceder a sus productos,de gran demanda en Europa. Nos referimos a las especies (pimienta,clavo, canela, nuez moscada, azcar), frmacos (ruibarbo, blsamo,goma arbiga, loe, cubeba y alcanfor), materias tintreas (ndigo,palo brasil, alumbre), piedras preciosas y otros productos (vidrio,porcelana, telas, etctera).

Nacido en Gnova (1451), Cristbal Coln se enrol desde muy joven enexpediciones martimas que recorran todo el Mediterrneo y prest

servicios a los banqueros Centurione, quienes enviaban agentes alAfrica para obtener oro, negociaban con todo tipo de mercaderas,entre ellas azcar, y desde 1480 procuraban asociarse al gran Duque deMosc, a fin de establecer una va privilegiada para el trfico con laIndia. Por encargo de estos intereses, el futuro Almirante de la MarOcana visit Portugal en varias ocasiones y all comunicpersonalmente al monarca lusitano sus planes de llegar al Orienteviajando hacia Occidente, idea revolucionaria para la geografa ycartografa de la poca, apoyadas an en las difusas concepciones deAristteles, Estrabn y Tolomeo, as como en los clculos delcosmgrafo florentino Paolo de Pozzo Toscanelli.

Necesitado del patrocinio de alguna potencia martima, Coln setraslad a Espaa (1485), donde se puso en contacto con Martn AlonsoPinzn, armador y comerciante del puerto de Palos, duramente golpeadopor la creciente competencia portuguesa. Alentado por los frailesfranciscanos de La Rbida y con el apoyo del banquero florentinoBerardi, radicado en Sevilla, el osado marino entabl prolongadasnegociaciones directas desde 1486 con los Reyes Catlicos, que slofructificaron el 17 de abril de 1492 con la firma de lascapitulaciones de Santa Fe. Este contrato conceda a Coln el ttulode Almirante, Virrey y Gobernador de las tierras e islas desconocidas

que encontrara -prximas a Asia, segn se crea-, as como un altoporcentaje de sus riquezas y de participacin en el futuro comercio.Para ello deba establecer factoras en beneficio de la corona deCastilla.

Del puerto de Palos sali una pequea flota integrada por tresembarcaciones con unos 90 hombres el 3 de agosto de 1492 y que pocoms de dos meses despus (12 de octubre) divis la isla de Guanahan(hoy Watling), situada en el archipilago de las Bahamas. Trasrecorrer un tramo de la costa norte de Cuba, donde encontraronpoblaciones atrasadas, que para asombro de los navegantes ni siquiera

entendan el rabe, las tres endebles naves llegaron a La Espaola,desde donde Coln regres a Espaa -lleg el 15 de marzo de 1493 con


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unos cuantos indios y un poco de oro- tras dejar establecida en estaisla un fuerte con 39 de sus tripulantes. El Almirante estabaconvencido de que casualmente haba arribado a la parte ms pobre deChina y, como escribi en su diario, con 50 hombres es posiblesometerlos a todos y obligarlos a hacer lo que uno quiera.8 En

Barcelona inform a los reyes que haba llegado al Asia.

La segunda expedicin colombina estuvo compuesta por 17 navos yalrededor de 1200 hombres, entre ellos artesanos, sacerdotes,labriegos y funcionarios reales. Segn las instrucciones, su principalmisin era fundar una factora, por lo que llevaban caballos, perros yasnos, ganado bovino y porcino, cepas de distintas variedades de vid ysemillas de diversas plantas europeas. La gran flota parti de Cdiz,va islas Canarias, el 25 de septiembre de 1493.

Siguiendo una ruta ms al sur, donde encontr los muy favorables

vientos alisios, lleg a Dominica el 3 de noviembre y, despus de unrecorrido por el arco de las Antillas Menores, pas por Puerto Rico -oBoriqun, como la denominaban sus primitivos habitantes- y se detuvoen Santo Domingo. Aqu Coln y sus acompaantes hallaron la factoradejada en la primera travesa, destruida por los aborgenes. Armadosde ballestas, fusiles y perros, los espaoles, en venganza, masacrarona cientos de indgenas primeras vctimas americanas de la crueldad delos conquistadores- y cargaron unos 500 como esclavos que fueronenviados a Espaa.

Atrados por el oro del Cibao, los espaoles fundaron La Isabela en el

litoral noroccidental, reemplazada en diciembre de 1496 como centro delas actividades colonizadoras por la villa de Santo Domingo en elsureste. Luego, buscando insistentemente el camino que lo llevara adescubrir la tierra firme de las Indias,9Coln explor la costa surde Cuba y arrib a Jamaica, para regresar el 11 de junio de 1496 aEspaa despus de nueve meses de despiadada campaa colonizadora enla isla de Santo Domingo-, transportando como principal mercanca uncargamento de indios esclavizados.

El magro botn pospuso la realizacin del tercer viaje, que slo contcon seis naves y poco ms de 200 hombres. Una travesa todava ms

meridional los condujo a la isla Trinidad y al delta del Orinoco. Deah navegaron por el golfo de Paria y, torciendo el rumbo, sedirigieron a Santo Domingo, donde la incapacidad del Almirante y suhermano Bartolom para contener los desrdenes entre los colonosacaudillados por Francisco Roldn, las insurrecciones indgenas contralos repartimientos y las intrigas de las autoridades reales,provocaron la detencin de Coln y su traslado a Espaa (1500) porrdenes del funcionario de la corona Francisco Bobadilla.

8 Citado por George B. Tindall y David E. Shi: Historia de los Estados Unidos, Bogot, Tercer Mundo

Editores, 1993, t.1, p. 5.9 Tomado de Iosif. P. Maguidovich: Historia del descubrimiento y exploracin de Latinoamrica, Mosc,

Editorial Progreso, [s.f.], p. 56.


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Al ao siguiente, fray Nicols de Ovando fue nombrado gobernador de laisla, quien se convertira en el verdadero impulsor de la colonizacinde La Espaola y, a travs de ella, de las Indias. Esta tendenciahacia un mayor control de la monarqua se confirm en 1503 con lacreacin de la Casa de Contratacin de Sevilla, a ejemplo de la

portuguesa fundada con anterioridad, encargada de los asuntoseconmicos, cientficos y de justicia.

Rehabilitado por la corona -aunque sin sus anteriores privilegios, loque significa la subordinacin directa de las nuevas colonias al poderreal- el cuarto y ltimo viaje de Coln comenz en Cdiz el 9 de mayode 1502 con 4 barcos y 150 hombres, entre ellos su hermano Bartolom ysu hijo Hernando, entonces con trece aos de edad. Despus de unaescala en Santo Domingo, los navegantes recorrieron parte de la costade Amrica Central -hasta la actual Honduras- y llegaron al istmo dePanam el 2 de noviembre, convencidos de que visitaban la costa

sureste de Asia, la de Ciamba (Siam), prxima al paso hacia la India,tal como escribi Coln en su diario: all supe de las minas de orode la provincia de Ciamba, que yo buscaba.10

Durante esta travesa colombina, la ms occidental realizada hastaentonces por europeos, los viajeros se toparon con una largaembarcacin de indiscutible origen mesoamericano, de 35 remeros, a laque inexplicablemente no concedieron importancia. Al regreso,sufrieron un naufragio en Jamaica isla que sera conquistada en 1509por Juan de Esquivel- y slo lograron pisar suelo espaol, en Snlucarde Barrameda, dos aos despus. El 21 de mayo de 1506, el otrora gran

Almirante, que segua convencido de haber llegado al Asia desde eloccidente, muri pobre y abandonado. La muerte de Coln pasinadvertida para sus contemporneos.

Desde 1495 la corona espaola haba empezado a distribuir licenciasentre otros capitanes, algunos de ellos participantes en los viajes deColn, a fin de seguir buscando una ruta expedita al Asia y, al mismotiempo, extraer las riquezas que pudiesen hallar en las nuevastierras. La avidez por los metales preciosos y el afn de llegar alOriente, condujo en pocos aos a bordear gran parte del litoralAtlntico de la Amrica Central y del Sur, aunque la mayora de estos

navegantes slo pudieron regresar con una carga de valorinsignificante desde el punto de vista comercial: palo brasil, indiosesclavizados, perlas y algo de oro.

Entre 1499 y 1500, Alonso de Ojeda, acompaado por Juan de la Cosa yel italiano Amrico Vespucio, recorri las costas de la Amricameridional, desde el cabo San Roque hasta la pennsula de Goajira. Alpasar por Maracaibo los palafitos aborgenes les recordaron loscanales de Venecia, por lo que denominaron Venezuela al territorio.Animado por similar propsito, Pedro Alonso Nio naveg por la costade Paria hasta Cuman; mientras, en 1500, Vicente Yez Pinzn

10 En Carlos Melndez: Historia de Costa Rica, San Jos, Editorial Universidad Estatal a Distancia, 1985,p. 40


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desembarc entre el cabo San Roque y el actual Pernambuco, atraves ladesembocadura del Amazonas y regres a las Antillas.

En ese mismo lapso, Rodrigo de Bastidas, junto a Juan de la Cosa,visit los alrededores del golfo del Darin, la desembocadura del

Magdalena y la baha de Cartagena. Partiendo de Palos, a principios de1500, Diego de Lepe se dirigi a la Amrica del Sur, en tanto elportugus Pedro Alvares Cabral desembarcaba ese mismo ao en lascostas del Brasil y proclamaba los derechos de Portugal sobre eseterritorio, visitado poco despus (1503-1504) por el navegante francsPaulmier de Gonneville.

Por su parte el veneciano Juan Cabot, acompaado de su hijo Sebastin,al servicio del rey de Inglaterra, recorra el litoral nororiental deNorteamrica entre 1497-1498 buscando afanosamente un paso haciaChina. El viaje de Cabot por parte de la costa norteamericana le dara

ms adelante a Inglaterra la base legal para reclamar esas tierraspara su soberana. En 1500 el portugus Gaspar Cortereal recorritambin la pennsula de Labrador, siendo el primero en avistar lascostas occidentales de Terranova. En 1501 realiz un segundo viaje delque no volvi. Su hermano Miguel sali al ao siguiente en su busca,pero tambin desapareci.

Entre 1501 y 1502, Amrico Vespucio, esta vez al servicio del monarcalusitano, recorri el litoral brasileo hasta la actual Baha. Susrelatos de viaje contenidos en su correspondencia con los Medici,donde por primera vez se catalogaba a estas tierras como un continente

diferente, desconocido hasta entonces por los europeos, inspiraron alcosmgrafo alemn Martn Waldssemller a nombrar Amrica al NuevoMundo en honor a Vespucio en su Cosmographiae introducctio(1507).

La interesante carta de Vespucio, llamada Mundus Novus, dirigida a losMdicis -fechada entre septiembre de 1502 y mayo de 1503-, e impresapor primera vez hacia 1503 1504, fue muy divulgada en su tiempo yalude a cierto viaje por las costas del Brasil realizado por su autor,al servicio de Portugal, a partir de mayo de 1501, y en ella, porprimera vez, se identifica claramente al nuevo territorio. Gracias asus amplias experiencias como viajero y sobresaliente preparacin

intelectual, Vespucio se percat de que estas tierras constituan,contra la creencia generalizada entonces, una masa continental nica ydiferente, independiente de Asia y desconocida para los europeos. Ya en1512 Jan Stobnicza dibuj al nuevo continente como una barrerainterpuesta entre Europa y el Oriente.

En definitiva, Amrica acab por prevalecer como denominacin de lasIndias, tambin conocidas como Nuevo Mundo, Las Espaas o Ultramar,cuya existencia como continente slo pudo ser comprobadafehacientemente en 1741 cuando el navegante sueco Vitus Bering recorriel estrecho que lleva su apellido. De todos modos, cuando

Waldssemller bautizo al Nuevo Mundo con el nombre de Vespucio yaCristbal Coln haba muerto creyendo que haba llegado a la antesala


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de las ansiadas Indias. A pesar de que los castellanos no tardaron endarse cuenta del error del gran Almirante, mantuvieron la denominacinde Indias dada a las nuevas tierras -por lo que pronto sera necesarioaadirle occidentales-, trmino que poco a poco sera reemplazado porel ms sonoro y singular de Amrica. Desde la segunda mitad del siglo

XVI el nombre de Amrica fue adoptado en muchos globos y mapas,excepto en los espaoles.

La expansin hispana por el Atlntico forz la concertacin de unnuevo acuerdo entre Espaa y Portugal, pues la monarqua lusitanaconsideraba que se violaban sus derechos otorgados por los papasNicolas V y Calixto III en 1452 y 1456 respectivamente, reconocidosadems por Castilla (1479). En 1493 dos bulas (Inter caetera) del papaespaol Alejandro VI haban reconocido la soberana de los ReyesCatlicos sobre las nuevas regiones "descubiertas": las posesionesportuguesas deban extenderse no ms all de 100 leguas al occidente

de las Azores y Cabo Verde. Sobre esta base se firm el tratado deTordesillas (1494), el cual extendi la lnea divisoria a 270 leguas,dejando a Brasil entonces todava desconocido por los europeos-dentro del rea correspondiente a Portugal, divisin que luego fuecompletada por el acuerdo de Zaragoza (1529).

Desde sus bases de operaciones en La Espaola y Cuba -esta ltimaconquistada por los hombres de Diego Velzquez en la segunda dcadadel siglo XVI-, despus de vencer a los caciques Caonab, Guarionex yHatuey, marinos espaoles como Vicente Yez Pinzn y Juan Daz deSols siguieron navegando el Caribe. Casi simultneamente, Juan Ponce

de Len, conquistador de Puerto Rico (1508) tras doblegar laresistencia del cacique local Guaynab, buscando segn la leyenda lamtica fuente de la eterna juventud, llegaba en 1513 a una hermosa yextensa pennsula cubierta de rboles y flores (La Florida) y mora ensu segundo empeo por explorarla (1521).

En ese territorio norteo tambin se registraron las empresasconquistadoras de Pnfilo de Narvez y de Hernando de Soto, quienfund Tampa (1539) y recorri por primera vez parte del Missisipi(1542). En su recorrido este ltimo se top con algunas poblacionesaborgenes que construan montculos de tierra en forma piramidal con

fines religiosos. Por otro lado, en 1522 el navegante espaol JuanBermdez exploraba el archipilago de las Bermudas.

Los primeros establecimientos espaoles en la masa continental secrearon en la costa de Coro (Venezuela) y Darin (Panam) a partir de1509. Ya en 1510 Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa fundaron Nombre deDios, en lo que comenz a llamarse Castilla de Oro, entre el golfo deUrab y el cabo Gracias a Dios hoy conforman los territorios dePanam, Costa Rica y Nicaragua. Ojeda, por su parte, desembarc en labaha de Cartagena y luego se fund Santa Mara (1510), cerca de laactual frontera de Colombia y Panam. Uno de los intrpidos soldados

de estas expediciones, Vasco Nez de Balboa, acompaado de 190espaoles y ms de mil indios -tras doblegar la resistencia organizada


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por los caciques Cemaco y Trecha-, cruz el istmo de Panam y lleg alocano Pacfico, que denomin Mar del Sur (29 de septiembre de 1513).

Estas excelentes noticias animaron a la corona a enviar la ms grandeexpedicin organizada hasta entonces -22 naves y ms de dos mil

personas, entre ellas muchas mujeres espaolas- al mando de uno de lospocos miembros de la alta nobleza que particip en la conquista deAmrica: el anciano Pedrarias Dvila, quien en 1517 ejecut a Balboa,y dos aos despus traslad a Panam, sobre el Pacfico, la villa deSanta Mara. Entre 1514, fecha de su arribo, y 1519, Pedrarias luchcontra la insurreccin del cacique indgena Urraca y auspici tambinla colonizacin de parte de la costa del Pacfico de Centroamrica(Costa Rica y Nicaragua).

As, en 1523 Gil Gonzlez Dvila lleg hasta la actual Nicaragua,desde donde debi retirarse ante los ataques indgenas encabezados por

Diariagen. Al ao siguiente volvi hacia la parte de Honduras, casisimultneamente explorada por Cristbal de Olid procedente de Mxico.Por su parte, Francisco Hernndez de Crdoba fund a principios de1524 las villas de Bruselas (Costa Rica), Granada -a orillas del lagoNicaragua-, Nueva Segovia y Len.

A la vez continuaban las travesas por las costas sudamericanas en lafebril bsqueda de un pasaje para acceder, por una ruta ms expedita ybarata que la tradicional, a los productos y mercancas del Oriente yas anular el virtual monopolio comercial portugus. Pero ninguna vamartima hacia el este, desde Labrador a la Patagonia, pudo ser

hallada en el Nuevo Mundo en estos aos. En esta empresa Juan Daz deSols perdi la vida a manos de los guaranes en 1516 mientrasexploraba el Ro de la Plata -Paran Guaz en lengua aborigen; aunqueel autor de la proeza fue un navegante portugus, Fernao de Magalhaes,cuyo viaje estaba auspiciado por la corona espaola.

Al mando de 5 barcos, este arriesgado capitn parti de Snlucar el 29de septiembre de 1519. El 21 de noviembre del ao siguiente, trastropezar con las islas Malvinas, encontr el estrecho que lleva sunombre, atraves el Pacfico, desembarc en Guam, y el 16 de marzo de1521 lleg al archipilago filipino. Muerto Magalhaes en un combate

con los nativos -el 27 de abril de 1522- tom el mando su segundo, elsefardita espaol Juan Sebastin Elcano, quien bordeando el cabo deBuena Esperanza hizo su aparicin en Sevilla con un solo barco,Victoria, pero repleto de autnticas especies orientales. La llegadade esta nao el 6 de septiembre de 1522 cumpla, con treinta aos deretraso, las expectativas despertadas por Coln desde su primer viajeal occidente.

Se haba demostrado definitivamente la redondez del planeta. Elhallazgo del esperado paso al Oriente tena lugar cuando ya losespaoles se haban encontrado con las deslumbrantes culturas de

Mesoamrica, que hizo sumamente atractiva la conquista del continente,desestimando la travesa al Asia. No obstante, todava la persistente


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bsqueda de un paso ms expedito a la India determinara lasexploraciones de Giovanni de Verrazano (1524), Jacques Cartier (1534),Martin Frobisher (1576-1587) y Henry Hudson (1609), en Norteamrica.

La conquista de las grandes civilizaciones mesoamericanas y andinas

A las expediciones de carcter comercial que estimularon las primerasexploraciones de las costas americanas y la fundacin de bases deapoyo en las Antillas -La Espaola (1496), Puerto Rico (1508), Jamaica(1509) y Cuba (1511-1512) y el continente Darin y Panam (1510-1514)-, cuyo objetivo tuvo que limitarse a la obtencin de oro dealuvin y servir de trampoln a las futuras incursiones sobre laTierra Firme. A ellas siguieron las grandes expediciones deconquista propiamente dichas, encaminadas a la ocupacin efectiva de

los territorios de Mesoamri

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