SE CASTIGA LA VERDAD DICHA POR FEDERICO PICADO Y SE AVALA LA POLTICA CRIMINAL DE LOS

YANQUIS.

Por: Humberto Vargas Carbonell

Aunque duela decirlo una vez ms: desde hace muchos decenios, dejando fuera el Gobierno que presidi

Rodrigo Carazo, nuestro pas no tiene una poltica internacional independiente. La Casa Amarilla no es

ms que una sucursal de la Embajada de los Estados Unidos y, a ratos, de las embajadas de otros pases

igualmente sometidos a los intereses del imperio.

La ltima prueba de nuestra afirmacin ha sido la defenestracin de Federico Picado, hasta ayer

embajador ante el Gobierno de Venezuela.

El entonces Embajador fue interpelado por la Nacin y dio su visin sobre lo que se est viviendo en

Venezuela. Sus repuestas se limitaron a decir sobre el pas hermano lo que hubiera dicho cualquier

persona decente, liberada de prejuicios y no sometida al monopolio meditico manejado desde

Washington por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Puestas en una balanza la verdad y la mentira, para el Gobierno pesaron ms las falsedades ajenas que la

franqueza de un funcionario honesto.

Segn el Ministerio de Relaciones Exteriores el seor Picado tena la obligacin de mentir, sumergirse en

el basural construido por los intereses de un imperio decadente y por decadente cada da ms insulso y

ms criminal. Y es muy bueno que no lo hiciera, puesto que si lo hubiese hecho ahora estara siendo

condecorado por el Presidente y el Ministro.

Sali limpio de la prueba el Embajador; una vez ms y un nuevo gobierno hace evidente su falta de

entereza mientras detrs de la cortina se esconden, aplauden y se burlan los agentes de la gran

potencia.

Obviamente el pueblo no es culpable, y la gran mayora est arrepentida de haber dado su voto creyendo

que sufragaba por un cambio, pero le recetaron el continuismo. Todo sigue igual y la renovacin es una

cuenta pendiente.

La Revolucin Bolivariana de Venezuela, sus enormes riquezas naturales y especialmente su petrleo,

estn en la mira de los yanquis, lo quieren no para el mutuo beneficio sino para robrselo como lo hicieron

durante decenios de poder burgus, a veces democrtico y otras, abiertamente criminal.

Los yanquis inspiran y financian a una oposicin sin patria y adems violenta. Algunos de ellos han sido

tomados infraganti y, como es normal, estn siendo juzgados segn mandan las leyes venezolanas. El

imperio reclama para ellos inmunidad e impunidad. Han formado una entente de defensores de oficio de

los delincuentes venezolanos. Segn el nuevo derecho no escrito, instituido por el imperio, los golpes

de Estado contra gobiernos populares son santificados, igual que los actos criminales de las dictaduras

que sirven a los intereses de Washington.

Esta es la moral de los imperialistas a la que sin ningn recato sirve la poltica internacional del Gobierno

de Costa Rica.

Es ocasin para recordar que el Gobierno de Abel Pacheco sum al pas a la coalicin de los cmplices que

encubrieron la invasin a Irak. Todo fue montado sobre una gran mentira ya desenmascarada, pero los

gobernantes se comportaron como borregos.

Podra hacer mencin de guerras y golpes de Estado urdidos en Washington y todos con la complicidad,

no siempre silenciosa, de los Gobiernos de Costa Rica. Esta es una historia dolorosa, repugnante y bien

conocida.

El Ministro de Relaciones Exteriores hace mencin una norma reglamentaria para destituir al Embajador

Picado pero quedamos esperando la respuesta a la siguiente pregunta:--Por qu no se le aplic la misma

norma en el caso agravado del Embajador ante el Gobierno de Israel que se sum a las falsas razones con

que intentaron justificar el genocidio contra el pueblo de Gaza?

Rodrigo Carreras que viol todas las normas del quehacer diplomtico y se convirti en propagandista del

Gobierno israelita, mientras se cometa un terrible crimen de lesa humanidad, no fue destituido, al

contrario, ya est nombrado para una nueva embajada.

Cul es la diferencia? Carreras minti y Picado dijo la verdad. Una vez ms prevalece la falsedad frente a

la verdad. La razn es muy sencilla: en un caso se trata de crmenes avalados por los yanquis, aun cuando

se trate de un genocidio; en el caso de Picado se dijo la verdad sobre un pueblo que est luchando por su

independencia y por la justicia social.

As son las cosas.

Por eso es necesario cambiarlas.