salud, ideologia y desarrollo social en chile (1)

16
CUADERNOS DE HISTORIA 3 DEPARTAMENTO DE CIENCIAS FIISTORICAS UNIVERSIDAD DE CHILE JULIO 1983 SALUD, IDEOLOGIA Y DESARROLLO SOCIAL EN CHILE 183Ol93O* Rt’ne Su/mas Ái. INTRODUCCION A unque la Historia aparece más corrientemente unida a la casi totalidad de las ciencias sociales, como la economía, la sociología, la antropología o la demografía, puede también contactarse con otras ciencias de las denominadas exactas, por cuanto se encuentra situada, como apunta Le Roy Ladurie, en medio de un variado y multitacético cruce de caminos. No siempre en el estudio del pasado resulta fácil esta hermandad científica y a menudo hay que romper estereotipos, cuando no crear de la nada para provectarse objetivamen te desde otra ciencía en el humano acontecer. No obstante, el esfuerzo que demanda esta tarea es generalmente gratifican te y enriquecedor. No en vano señalaba L. Fehvre que en las fronteras con las otrasciencias los historiadores pueden realizar descubrimientos que suelen ser muy relevantes —y a bajo costo aunque con alto esfuerzo—, ya que la variedad de archivos y fuentes, a veces ni siquiera explorados, así lo permite. El historia dor, por lo demás, se beneficia grandemente con la variedad y libertad del comportamiento humano, lo que permite encontrar siempre nuevos materiales que agregar a su inventiva científica’. Con el avance y el progreso en las ciencias, y su proyección en las fronteras del conocimiento, sobreviene una cierta obligación para el historiador de procurarse materiales con los cuales intentar una confrontación pluridiscipli ‘Queremos agradecer el aporte financiero otorgado por la Dirección General de Investigaciones de la Universidad Católica de Valparaiso, para la realización de esta investigación. Igualmente estamos reconocidos de la ayuda recibida de la protesora María Teresa Cobos y del ayudante Manuel Delgado. ‘E. Lr Roe LDURiE, “Le Territoire ile l’i,,stnr,’”, Gallimard, Paris, 2 volúmenes, 1973 y 1978. L. Febvre, “ComIsits pour l’histvirt”’, A. Colin, París, 1965. 99

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Page 1: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

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NO

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E183O

l93O*

Rt’ne

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Ái.

INT

RO

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CC

ION

Aunque

laH

istoriaaparece

más

corrientemente

unidaa

lacasitotalidad

delas

cienciassociales,

como

laeconom

ía,la

sociología,la

antropologíao

ladem

ografía,p

ued

etam

biéncontactarse

conotras

cienciasde

lasdenom

inadasexactas,

porcuanto

seencuentra

situada,com

oapunta

Le

Roy

Ladurie,

enm

ediode

unvariado

ym

ultitacéticocruce

decam

inos.N

osiem

preen

elestudio

delpasado

resultafácil

estaherm

andadcientífica

ya

menudo

hayque

romper

estereotipos,cuando

nocrear

dela

nadapara

provectarseo

bjetiv

amen

tedesde

otraciencía

enel

humano

acontecer.N

oobstante,

elesfuerzo

quedem

andaesta

tareaes

generalmente

gratifican

tey

enriquecedor.N

oen

vanoseñalaba

L.F

ehvreque

enlas

fronterascon

lasotras

cienciaslos

historiadorespueden

realizardescubrim

ientosque

suelenser

muy

relevantes—

ya

bajocosto

aunquecon

altoesfuerzo—

,ya

quela

variedadde

archivosy

fuentes,a

vecesni

siquieraexplorados,

asílo

permite.

Elhisto

riador,

porlo

demás,

sebeneficia

grandemente

conla

variedady

libertaddel

comportam

ientohum

ano,lo

queperm

iteencontrar

siempre

nuevosm

aterialesque

agregara

suinventiva

científica’.C

onel

avancey

elprogreso

enlas

ciencias,y

suproyección

enlas

fronterasdel

conocimiento,

sobrevieneuna

ciertaobligación

parael

historiadorde

procurarsem

aterialescon

loscuales

intentaruna

confrontaciónpluridiscipli

‘Querem

osagradecer

elaportefinanciero

otorgadopor

laD

irección

General

deInvestigaciones

dela

Universidad

Católica

deV

alparaiso,para

larealización

deesta

investigación.Igualm

enteestam

osreconocidos

dela

ayudarecibida

dela

protesoraM

aríaT

eresaC

obosy

delay

udan

teM

anuelD

elgado.‘E.

Lr

Roe

LD

UR

iE,

“LeT

erritoireile

l’i,,stnr,’”,

Gallim

ard,P

aris,2

volúmenes,

1973y

1978.L.

Febvre,

“Com

Isitspour

l’histvirt”’,A

.C

olin,P

arís,1965.

99

Page 2: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

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enéSalinas

M.

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LO

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YD

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OL

LO

SOC

IAL

EXC

HIL

EiO

-i95O

naria.E

stosprincipios

haninspirado

lainvestigación

quehem

osdesarrollado

enel

último

tiempo

yde

lacual

elpresente

artículocontiene

algunasprim

erasnotas.

Podríam

osresum

irsu

objetivoen

lostérm

inosde

unanálisis

sociobiológico-histórico.

Por

depronto,

más

queconclusiones,

estaspáginas

contienenaproxim

aciones,

signos,testim

oniosacerca

dela

saludy

laenferm

edaden

lasociedad

chilenadel

sigloxix.

Todavía

estamos

muy

lejosde

unbalance

general.A

de

más,

unaparte

importante

delos

objetivosque

seha

fijadola

investigacióncorresponde

aun

estudiopluridisdplinario,

através

delcual

alcanzarla

form

ulación

deuna

problemática

biohistórica.L

ahistoria

dela

saludes

nuevay,

como

todaslas

cosasnuevas,

seubica

enun

pu

nto

decontacto

conotras

historiassectoriales:

demografía

histórica,historia

dela

higiene,de

latecn

olo

gía,del

urbanismo,

dela

alimentación,

etc.C

onel

análisisde

lasalud

enuna

sociedadcom

ola

chilenadel

sigloxix,

apuntamos

más

biena

unahistoria

dela

vidacotidiana;

ala

vidadel

hombre

medio.

Es

poreso

queanteriorm

entehablábam

osde

unaaproxim

aciónsociohístórica.

Am

odode

ejemplo,

unade

lasvariables

queanalizam

os,las

enfermedades,

sonun

fenómeno

masivo

deinnegables

repercusionesen

vastossectores

delquehacer

humano:

laeco

no

mía,

ladem

ografíay

hastalas

costumbres.

En

unainvestigación

deesta

naturalezaes

necesarioseñalar

algunasde

lascaracterísticas

delas

fuentesy

decóm

ohan

sidoutilizadas.

Las

fuentesque

noshan

proporcionadoinform

aciónútil

parael

conocimiento

dealgunas

delas

variablesen

cuestión,son

heterogéneas,discontinuas

y.a

veces,

mu

yin

dir

ec

tas.Sin

embargo,

sugran

variedadperm

iteencontrar

am

enudoalgunas

referenciascon

quesuplir

ladiscontinuidad

histórica.C

ontodo,

hayciertos

aspectosde

lainvestigación

quehan

sidom

ásprivilegiados,

hechoque

estáen

directarelación

conla

disponibilidadde

lainform

aciónexistente.

Así por

ejemplo,

sonm

uyab

undan

teslas

referenciasexplícitas

eim

plícitasa

loque

hoyllam

aríamos

“políticasde

salud”y

alo

queen

eltextode

esteartículo

designamos

como

“discursohistórico-ideológico”.

En

cambio,

esm

enosla

información

acercade

losindicadores

desalud

ytodo

loconcerniente

ala

disponibilidadde

recursosfísicos.

Por

último,

tampoco

hemos

podidohasta

aquíintentar

unareconstitución

dela

disponibilidadde

recursoseconóm

icos,ya

quela

ausenciade

datosde

estanaturaleza

escasi total.

En

cambio,

enlo

queatañe

ala

historiade

laatención

médica

ode

la“m

edicahzación”,la

docu

men

taaón

quehem

ospodido

reun

ires

significativa,y

seha

transformado

enun

sectorespecífico

dela

investigación.A

partede

lascolecciones

documentales

administrativas

quese

guardanen

elA

rchivoN

acional,com

opor

ejemplo

losvolúm

enesrelativos

aPolicía

Médica2,

ylos

artículosde

prensade

laépoca,

cuyaexplotación

sistemática

reciénestam

osiniciando,

existeuna

enorme

gama

depublicaciones

especiali

zadasen

lascuales

seexponen

sistemáticam

enteopiniones

personales,e

informes

especializadosacerca

dela

salud.T

alescolecciones

sonla

basedocu

2Archivo

dl

Ministerio

delInterior.V

olúmenes

l.454a11.459.

Volúm

enes1468,

l.524y1.525.

mental

más

importante

denuestra

investigación.Su

listaes

larga,pero

po

de

mos

mencionar

algunos:L

osA

nalesde

laU

niversidadde

Chile

(Au

cH

),la

Revista

Chilena

deH

igieney

Medicina

Preventiva

(RH

MP

),la

Revista

deB

eneficencia

(RB

).la

Revista

Médica

deC

hile(iu

4)

yel

Boletín

deH

igieney

Dem

ogra

fía(D

Ho

).

Aveces

puedenutilizarse

también

losinform

esgenerales

redactadospor

unoo

más

expertosde

unadeterm

inadam

ateriacuya

finalidades

dara

conocera

unpúblico

mayor

losaspectos

más

relevantesde

un

determinado

indicadorde

losque

hemos

consideradoen

lainvestigación.

Por

víade

ejemplo,

pode

mos

citarel

estudiode

Adolfo

Murrillo:

“Higiene

etA

ssistanceP

ublique”,publicado

en1889,con

ocasiónde

laE

xposiciónU

niversalde

París.

Del

mism

om

odo,puede

señatarsela

encuestasobre

alimentación

realizadapor

Carlos

Dfagoni

yE

t.B

urnet:“L

’Alim

entationpopulaire

auC

hili”,cuyo

textofue

presentadoal

gobiernochileno

en193’4.

Especial

mención

debehacerse

delos

archivoshospitalarios

yde

losde

lassociedades

deB

eneficenciaP

ública,cuyos

fondosse

encuentranactualm

enteen

elA

rchivode

laH

istoriade

laM

edicina.A

unquesin

catalogar,es

ésteun

¡m

aterialperfectam

enteaccesible

alinvestigador,

merced

ala

gentilezadel

personalencargado

desu

custodia.S

eñalemos

porúltim

ouna

abundan

tey

variadabibliografía

acercade

lahistoria

dela

medicina

enC

hile.Si bien

sucontenido

esde

valordesigual

paralos

objetivosperseguidos

pornuestra

investigación,m

uchostítulos

sonrev

eladores

deintereses

ypreocupaciones

quecoinciden

conlos

nuestrosy

quem

erecenser

tenidosencuenta3.

LAID

EA

DE

LA

SAL

UD

Entendem

osel

término

ideacom

osinónim

ode

concepción,de

visión,de

imágen,

queacerca

deesta

materia

setuvo

durantela

segundam

itaddel

sigloxix.

Dicho

enotras

palabras,querem

ospresentar

aquíla

forma

enque

seentendió

laexistencia

deun

sistema

desalud

ylas

medidas

adoptadasm

áspróxim

asa

loque

sedenom

ina“políticas

desalud”.

Lo

quegeneralm

entese

entiendehoy

endía

porsalud

pública,se

identificódurante

elsiglo

xixbajo

otrasexpresiones:

higiene,salubridad,

beneficencia,m

edicinapreventiva

ysocial,

etc.;y

sibien

hubom

ásde

unintento

porevaluar

seriamente

lasnecesidades

desalud

dela

poblacióny

losrecursos

conque

secontaba

parahacerle

frente,sus

resultadosnunca

setradujeron

enun

cuerpocoherente

ysistem

ático,o

sea,en

unapolítica

propiamente

tal.S

iempre

setuvo

claroque

eranecesario

conocerel

comportam

ientode

los“indicadores

desalud”,

paraun

análisisreal

delsector,

peronunca

sellegó

auna

evaluaciónde

todoel sistem

a,que

hubieseperm

itidobosquejar

lasm

od

ificaciones

requeridas.C

omo

siempre

seconsideró

lasalud

unaresponsabilidad

3XJM

EN

AA

sAcos

DE

LPE

DE

RC

AL

,“B

ibliografíapara

el estudiode

laH

istoriade

laM

edicinaen

Chile”,

enA

nalesde

Historia

dela

Medicina,

3,1961,

pp.267-309.

100101

Page 3: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

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NO

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EH

ISTO

RIA

Estudios

René

SatinasM

.SA

LU

D,

IDE

OL

OG

IAY

DE

SAR

RO

LL

OS

OC

IAL

ENC

HIL

E.

1830-1950

prioritariadel

individuo,en

último

término

nop

ud

oexistir

unareal

políticaen

lam

ateria.P

aratodo

aquelsector

dela

población—

mayoritario,

porlo

de

más—

deinsuficientes

recursospara

asum

irin

div

idualm

ente

esaresp

onsab

ilidad

(identificadosen

elconcepto

de“in

dig

entes”),

lacaridad

pública,la

filantropíay

elEstado,

enuna

mínim

am

edida,organizaron

serviciossanitarios

gratuitos.H

oyen

díase

consideracondición

abso

lutam

ente

esencialpara

atend

erintegralm

entelas

necesid

ades

dela

salud,la

disponibilidadde

recursoshum

anos

deb

idam

ente

formados

yadiestrados4.

Este

principio,aceptado

deun

modo

tácitodesde

med

iados

delsiglo

XIX

,im

plicóun

procesoque

hemos

denominado

“medicaljzacjón”

dela

sociedad,y

quecreem

osse

constituyóen

unapreocupación

constan

tedel

periodoque

estudiamos,

alcanzandoincluso

unéxito

relativo.V

olveremos

sobreello

más

adelante,pero

podemos

señalarque

estainvestigación

hain

tentad

odilucidar

algunosp

un

tos

convergentesde

esteproblem

a:¿C

ómo

sefue

sensibilizandola

opinión,pública

frentea

lam

edicina?¿C

uálfue

elau

men

tocuantitativo

del“consum

om

édico”a

lolargo

delperíodo?

¿Cuál

fuela

importancia

socialque

alcanzóelm

édicoen

Chile?

En

estosaspectos

dela

investigaciónlas

necesidadesde

contactointerdisciplinario

sehacen

imprescindibles.

La

sociedadchilena

delsiglo

XIX

noignoró

unaserie

deelem

entosde

esosproblem

as,tales

como

laform

aciónprofesional

delm

édico;la

necesidadde

disp

on

erde

equipom

odernopara

un

mejor

diag

stico

ytratam

iento;la

mayor

atencióny

dedicacióna

lainvestigación

biomédica

yal

mejoram

ientode

lascondiciones

físicasde

edificiose

instalaciones.P

erotal

vez,a

diferenciade

Otros

sectores,los

resultadosfueron

menos

significativosque

losesp

erados.

Sólom

uya

finalesdel

períodoque

estudiamos

sefue

abriendopaso

unacierta

“socialización”de

lasalud,

yla

beneficenciaprivada

diolugar

aun

conceptode

saludpública.

Gran

infuenciatuvo

enesta

transformación

lanecesidad

deaten

der

situacionescoyunturales,

aveces

deextrem

agravedad,

como

serlas

agudasepidem

iasde

viruela,de

tifuso

decólera,

alas

cualesla

limitada

eim

provisadabeneficencia

privadano

podíahacer

frente.Su

con

secuencia

inmediata

fuela

apariciónde

serviciosde

salubridad.P

orejem

plo,la

vacunaobligatoria.

Tam

biénpodem

osseñalar

quela

frecuenciay

agudez

conque

sem

anifesta

banlas

enferm

edad

es,y

mu

yespecialm

entela

mortalidad

queprovocaban,

fueronp

referentem

ente

losparám

etros

quesirvieron

parajuzgar

losniveles

desalud

colectiva.D

eahí

elconstante

impacto

quegeneró

alo

largode

todoel

períodoestu

diad

ola

mortalidad

infantil.D

eello

también

nosocuparem

osm

ásadelante.

Volvam

osahora

ala

“concepción”de

lasalud,

ala

ideaque

lasociedad

sehacía

deella.

En

losprim

erosaños

deorganización

dela

República,

lasalud

seconstituyó

enuna

preocupación—

aunquesólo

muy

pocoen

unaatención—

4DR

.A

LF

RE

Do

L.B

RA

VO

,‘S

istemas

yM

odelosde

organizaciónde

laS

alud”,en

Desarrollo

Socialy

Saluden

Chite,

Santiago,

1979,1.

,p.

27.

delE

stado.E

stapreocupación

sem

anifestóespecialm

enteen

losdeseos

deestru

cturar

unaadm

inistraciónsanitaria;

aspiraciónque

fue

recogidapor

dis

posicionesconstitucionales

quela

confiaronal

Presidente

dela

República

y,a

nivelregional

yrural,

alas

Municipalidades5.

Seap

untab

aa

lainfraestructura

sanitariade

laciudad

(aseo,desagües,

mataderos,

vigilanciade

lacalidad

delabastecim

ientoalim

enticio,etc.),

perom

uypoco

aa

laatención

directade

lasalud

dela

población.T

alvez

laprim

eraatención

prestad

aa

esteúltim

oaspecto

surgiócon

else

rvic

iode

vacunación,organizado

en1830

yen

adelantesistem

áticamente

perfeccionado.D

emás

estaríaseñalar

laexistencia

dealg

unos

hospitalesfu

ndad

os

duran

tela

Colonia.

Sinem

bargo,en

losdecenios

posteriores,la

atencióny

elcuidadode

lasalud

públicafueron

“priv

atizándo

se”in

interru

mpid

amen

te,d

entro

deun

procesoque

pareceser

generala

todala

vidadel

país,en

lam

edidaen

quese

ibaim

poniendouna

concepciónliberalde

laorganización

social.L

aprivatizacÍón

o“liberalización”

genefóun

retrocesoen

elavance

yperfeccionam

ientode

las“políticas

desalud”.

Todavía

eniss-t

unobservador

selam

entabade

quese

hubiesedejado

aS

antiagodesp

rovisto

detodo

“adelantom

aterialen

elram

ode

lasalud

pública”.Elm

ismo

agregaba:“P

ued

edecirse

queeste

ramo

hasido

descuidadocom

pletamente,

yno

ham

erecidode

partede

loshom

bresm

áso

menos

progresistasque

lahan

gobernadola

más

mínim

aatención

enelsentido

desu

progresohigiénico”6.

Alno

haberuna

claraconciencia

deuna

políticade

salud,se

siguióidentificando

éstacon

la“san

idad

”:“Se

cree—

decíael

mism

oobservador—

,que

lahigiene

consisteen

barrerlas

callesy

plazas,en

pintarel

frentede

losedificios,

oen

hacercosas

tandesatinadas

como

lanivelación

delas

acequias”7.La

ideam

áscom

únde

lasalud

erala

deuna

atenciónindividual.

Sóloel

interésindividual

seconsideraba

suficiente.E

notras

palabras,la

suma

deintereses

individualesdebía

dar

como

resultadoel bienestar

dela

comunidad5.

5F.P

UG

AB

OR

NE

,“R

eseñaH

istóricade

laH

igieneP

úblicaen

Chile”,

enH

enéW

affet,ElC

uerpoM

édicoy

laM

edicinaen

Chile,

Santiago,

1936,pp.

421-433.E.

Laval

yR

.G

arcíaV

alenzuela,“S

íntesisdel

desarrollohistórico

dela

salubridaden

Chile”,

enR

evistadelServicio

Nacionalde

Salud,1956,

Pp.

23-29.F

ranciscoV

ioV

.,“E

lD

erechoa

lasalud

enla

legislaciónchilena”,

Santiago,

1956,P

p.15-25.

Esteban

lvoviche

IsauroT

orres,“O

rígenesy

desarrollode

laB

eneficenciaP

úblicaen

Chile”,

enR

evistade

Asistencia

Social,1933,

PP.97-123.

6IS

AA

cU

CA

R’rE

,“L

aciudad

deS

antiagobajo

elpunto

devista

desu

higiene”,en

RM

.,X

III,3,

1884,p.

81.71d.

ant.p.

82.D

uranteel

gobiernode

Balm

acedase

adoptaronuna

seriede

disposicionessanitarias

quetestim

onianuna

mayor

injerenciadel

Estado

enesta

materia.

Ello

nosería

novedadsi

tenemos

encuenta

quetoda

laadm

inistraciónbalm

acedistaim

pulsóuna

mayor

participacióndel

Estado

enla

administración

nacional.S

inem

bargo,tam

biénestas

medidas

respondierona

situa

cionescoyunturales

muy

precisasy

susresultados

fueronm

uylim

itados.Se

tratófu

ndam

ental

mente

deleyes

yreglam

entosde

muy

pocaacción

práctica,y

terminado

elgobierno

balmacedista

seabandonaron

todasesas

preocupaciones.V

éaseO

rdenanzaG

eneralde

Sanidad,10

deenero

1887,en

RC

h.H

ig.,3,

octubre1894,

pp.388-397.

elinterés

individuales

suficientey

cadauno

ensu

esferahará

loposible

parasu

propiaconservación,

yla

saludde

cadauno

implica

ladel

conjuntode

unam

asasocial”.

Cf.

IsaacU

garte,“A

lgunasreflexiones

sobreel

estadode

lasalubridad

públicaen

Chile”,

enA

UC

h,1875,

p.146.

102103

Page 4: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

IST

OR

IAE

studiosR

enéSalinas

M.

SAL

UD

,ID

EO

LO

CIA

YD

ES

AR

RO

LL

OS

OC

IAL

EN

CH

ILE

.1830-1950

La

privatizaciónde

lasalud

sehizo

nosin

ciertaoposición,

perofinalm

entepnm

óelcriterio

deque

lapropia

“comunidad”

(osea,

lossectores

elitariosde

lasciudades)

eranla

mejor

garantíapara

unabuena

administración

yfu

ncio

na

miento

delos

mecanism

ossanitarios.

Por

elloes

quese

subordinaronlos

establecimientos

asistencialesy

laproposición

depolíticas

sanitariasa

lasjuntas

de“vecinos

honorables”.A

finde

evitarque

elEstado

destinarafondos

propiosal

financiamiento

deeste

sector(un

Estado

que,por

lodem

ás,carecía

dem

ediostributarios

adecuados,ya

quela

políticaeconóm

icadel

liberalismo

nolos

contemplaba),

sepensó

quela

iniciativaprivada

delos

sectoreseco

nóm

icos

más

poderosospodría

asumir

latarea.

Elargum

entoque

garantizaríaesta

acciónprivada

erael

“espíritude

caridad”.Se

estabatodavía

muy

lejosde

laidea

de“saL

udpúbiica”

entroncadacon

lasestructuras

económicas

ysociales

dela

comunidad.

Laprivatización

permitió

entoncesconstituir

verdaderasem

presasprivadas

quese

identificaroncon

lasJuntas

deB

eneficencia.S

usrecursos

senutrieron

dedonaciones

particularesa

travésde

bienesraíces,

censos,rentas,

etc.,que

alcanzaronaltas

cifras.E

n1911

secalculaba

enunos

cincuentam

illonesde

pesosel

patrimonio

dela

Beneficencia,

conuna

rentabilidadsuperior

al10%

anual9.Elorigen

ydestino

deestos

importantes

recursos,la

procedenciasocial

•yfam

iliarde

lasjuntas

directivas,las

interrelacionessocioeconóm

icasde

estosorganism

oscon

lasociedad

localy

nacional,etc.,

sonalgunos

delos

aspectosque

nuestrainvestigación

pretendedilucidar.

La

Beneficencia,

pues,se

inspiróy

fundamentó

enla

ideade

lacaridad

yse

cobijababajo

elconcepto

deasistencia

social.A

lcom

ienzotuvo

unorigen

religiosoy

seexpresó

através

delespíritu

dejusticia

ycaridad

cristianapreocupado

porel

mejoram

ientode

lasm

alascondiciones

devida

deim

po

rtantes

sectoresde

lapoblación.

Fue

justamente

con“elobjeto

cristianode

curary

consolara

losenferm

os”que

sepropuso

en1846,

enel

senode

laS

ociedadC

hilenade

Agricultura,

unainiciativa

desocorros

adom

icilios,yfue

esem

ismo

espírituel

queanim

óla

creaciónde

lasección

deB

eneficenciade

esam

isma

Sociedad’°.

Este

espírituim

pregnaráprácticam

entetodo

el“sistema

deben

eficencia”

quefuncionó

enel

paísa

mediados

delsiglo

xix,aun

cuandoen

eltranscurso

deesa

centuriala

crecienteinfluencia

delliberalismo

iráacentuando

losrasgos

privadoe

individual,dando

como

resultadouna

marcada

tendenciapaternalista

enlas

politicas,o

mejor

dichoen

lasdecisiones

relativasa

lasalud,

enlas

quela

Beneficencia

toma

parte.El

Estado

noparticipaba,

yaque

seconsidera

quees

tarea“excesiva”

ycontraria

asus

objetivos.El

Estado

nopodía

asumir

laresponsabilidad

dela

saludpor

losrecursos

queello

dem

anda

bay

porlos

riesgosque

implicaba”.

Por

el contrario,se

pensabaque

elm

edio

9RO

BE

RT

QD

EL

RIo

,“B

enefic

encia

Pública”,

yC

onferenciaS

anitaria,1911,

p.267.

‘°V.

MA

XIM

ILIA

NO

SA

LIN

AS

CA

MpO

S.

“El

laicadoC

atólicode

laS

’íedadchilena

deA

griculturay

Beneficencia”,

Santiago,

1980,pp.

30-34.el

gobiernose

haríacargo

deuna

tareaexcesiva,

engran

partecontraria

alobjetivo

desu

institución,y

que,sobre

todo,le

traeríauna

enorme

responsabilidaden

muchos

casosdifíciles

y

más

adecuadopara

otorgarleun

funcionamiento

dinámico

ala

acciónbenéfica

eradesvincularla

detoda

injerenciagubernam

ental,dejándola

sometida

sóloal

interésde

lacaridad

privadade

“hombres

buenosy

conocidamente

filantró

pi

cos,que

seconsagren

conabnegación

alaliviode

ladesgracia”2.

Silosrecursos

eranprivados

sóloesa

mism

ainiciativa

privadapodía

orientary

decidirsu

utilización.El

Estado

notenía

nilos

recursosni

lacapacidad

parasuperar

los

beneficiosde

lacaridad

“quevive

sólode

laabnegación

yel

sacrificio”3

En

unaconcepción

dela

saludem

anadade

lainiciativa

privadae

imp

regn

ada

deuna

accióncaritativa

ypaternalista,

jamás

huboni

sepropusieron

programas,

proyectoso

políticasde

mediano

ode

largoplazo.

Los

objetivoseran

meram

entecoyunturales

yse

reducíana

cuidarde

lam

ejorade

losestablecim

ientoscaritativos

oa

pro

puestas

denuevos

servicios,siem

preque

losrecursos

loperm

itieran.F

rentea

unaprecaria

realidadsanitaria,

sino

deficientepara

lagran

mayoría

dela

población,las

contingenciascotidianas

sobrepasabancon

mucho

suim

provisación.La

miseria

acrecentadaam

enaza

bacon

transformarse

enuna

exigenciadesbordante

patala

Beneficencia

eincluso

paraelorden

social.Se

apelóentonces

alos

ingenuosprincipios

queel

liberalismo

ilustradodecim

onónicohizo

suyos,para

segurarel éxito

dela

saludcolectiva.

Esto

es,el

interésm

oralque

debetener

elindividuo

porayudar

aldesam

paradoy

reducirla

miseria;

postuladosque

fundamentarán

laobra

benéficade

lasalud,

lontrib

uyen

do

conello

a“asegurar

elorden”

dela

sociedadliberal

amagado

porel

aumento

delinfortunio

yde

lam

iseriaen

unam

asacada

vezen

situaciónm

ásdesvalida.

Lacreciente

marginación

advertidaen

lasprincipales

ciudades,junto

conla

mayor

proletarizacióny

laincipiente

industrialización,vinieron

enagravar

lasdesigualdades

sociales:“L

avida

delpobre

vahaciéndose

aquícada

díam

ásangustiosa

ydifícil”,

decíaun

parlamentario

enel

Congreso

en1877.

Seag

udi

zabacon

lafuerte

alzadel

costode

lavida,

quereducía

aúnm

ásel

número

deciudadanos

capacesde

solventarlos

gastosde

saluda

travésde

susrecursos

propios,exclusivam

ente.T

odoesto,

segúnopin

ión

delm

ismo

parlamentario

“haresultado

pornecesidad

unnúm

erom

uchom

ayorde

individuosdesv

alidos

quehoy

nopued

ensubsistir

sinlos

auxiliosde

labeneficencia”4

Lainiciativa

privada(telliberalism

o?)tom

óconciencia

delproblem

a,pero

lejosde

concebiruna

soluciónpor

lavía

delE

stado,propuso,

encam

bio,reform

arla

instituciónexistente

mediante

unaum

entode

susrecursos

ya

travésde

una“descongestión”

delos

servicios.Sila

caridadpodía

orientarsehacia

lasJuntas

deB

eneficencia,tam

biénpodría

expresarsede

unm

ododirecto

mediante

laantigua

distribuciónde

socorrosdom

iciliarios.E

nlo

relativoa

lasalud,

estosignificaba

lisay

llanamente

dejarsin

ningunaatención

alnecesitado.

Digam

ostam

biénque

laidea

dela

saludfundada

enla

caridadprivada

sin

hastaim

posiblesde

prev

er’,C

f.M

RcIA

cG

oNzÁ

LE

z,‘R

cor’anizaciónde

la&

neí’ccnciaPóblica

enSantiago”,

Santiago,

1877,p.

379.

2ldant.,

p.380.

‘31d.ant..

p.382.

‘41d.ant.,

p.392.

104105

Page 5: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

IST

OR

IAE

studios

excluirel

origenreligioso,

enla

segunda

mitad

delsiglo

xixse

presentaen

lasJuntas

deB

eneficenciay

enlos

públicosdefensores

desu

gestión,com

ouna

expresiónde

laicismo,

quela

concepciónliberal

quisoreforzar

enun

períodoen

quese

sucedenagudos

conflictoslaico-religiosos.

Elprim

itivorasgo

espiritualque

animaba

ala

caridadcristiana,

emanada

dela

IlustraciónC

atñlica,se

fueperdiendo

y,en

cambio,

laacción

benéficaen

elterreno

dela

saludse

presentócom

ouna

caridadsocial.

Es

porello

quefinalm

enteno

seexcluirá

deltodo

unaposible

ayuda

fiscal.Sin

embargo,

lasnecesidades

desalud

continuabany

aum

entab

anen

proporcionesm

uchom

ayoresque

laatención

quepodía

dis

pen

sarla

Beneficencia

privada.A

ntesde

queel

Estado

asumiese

supapel,

seprodujo

unareacción

socialcontra

elpaternalism

obenético.

Afines

delsiglo

xixya

estabanorganizadas

unas

cuantassociedades

quetrataban

degarantizar

atenciónsanitaria

asus

asociados,prescin

dien

do

delos

organismos

ode

loscontroles

dela

Beneficencia.

Constituidas

enun

comienzo

como

sociedadesde

socorrosm

utu

os,

dieroncabida

también

aalgunas

prestacionesde

salud,servicios

médicos,

medicación

yotros.

Esta

evolucióny

cambio

enel

conceptode

saludse

acentuóen

laprim

eradécada

delsiglo

x,

conju

ntam

ente

conel

desp

ertarde

laconciencia

proletariaque

losanalistas

contem

porán

eos

den

om

inaro

nla

“cuestiónsocial”.

Secon

centraronespecialm

enteen

lasprovincias

“obreras”(T

arapacá,A

ntofagasta,V

alparaíso),en

lasque

el sistema

deatención

desalud

eram

ásdeficitario

y,en

consecuencia,la

poblaciónm

ásdesvalida.

Pero

estaatención

sanitariaseguía

siendoprivada,

aunque

fundadasobre

conceptosy

principiosabsolutam

entediferentes

delos

quein

spiraro

nla

Beneficencia

delsiglo

xix.El

Estado,

noobstante,

seguíasin

participaren

lam

ateria.

ELD

ISC

UR

SO

HIS

TO

RIC

O-ID

EO

LO

GIC

OSO

BR

EL

ASA

LU

D

Laactitud

deuna

sociedadtrente

ala

salud,la

importancia

quele

asigna‘‘

lasm

edidasque

adoptapara

suatención

ydesenvolvim

ientoconstituyen

un

conjuntohetero

gén

eom

édicoy

para-médico

ala

vez.T

odosestos

aspectosrecogen,

deun

modo

uotro,

lasideologías

dela

épocay,

muy

enel

fondo,se

impregnan

delos

interesessociales

eideológicos

quepreocupan

alos

Com

ponentes

dela

sociedad.E

nsum

a,se

pu

ede

hablarde

un“discurso

ideológico”sobre

lasalud,

aunque

esm

enosvisible,

porqueel

fenómeno

como

talparecie

rapertenecer

alcam

pode

lo“científico”,

delo

observabley

delo

medible.

En

efecto,este

último

rasgoem

píricoes

claramente

discerniblea

travésde

losdiagnósticos

yde

lassoluciones

pro

puestas.

Pero

juntoa

élse

deslizatam

biénun

nivelideológico,

enelque

comparecen

otrosaspectos

propiosdel

conjuntotem

áticoque

inspirala

ideologíade

laépoca:

laeducación

como

motor

deld’sarrollo,

lareligión,

lam

oral,el

nacionalismo,

etc.L

osco

ntem

porán

eos

delsiglo

xixtuvieron

unaclara

percepciónsobre

lasalud

desu

época,y

am

enu

do

seim

pactaroncon

algunasde

susco

nsecu

encias,com

ola

muerte.

Aunque

eséste

un

fenómeno

queha

preocupadosiem

prealser

hum

ano,

enla

épocaque

estudiamos

selo

analizódesde

diverosángulos.

Rim

éSatinas

M.

SAL

UD

.iD

EO

LO

CIA

YD

ESA

RR

OL

LO

SOC

IAL

EN

CH

ILE

.1830-1950

Uno

delos

quem

ásatrajo

laatención

fue

elque

podríamos

llamar

“desilg

ual

dadsocial

antela

mu

erte”.E

lloim

plicabapercibir

lasalud

como

unfenóm

enosocialy

am

enu

do

fueestablecida

larelación

entrem

iseriasocialy

sobrem

ortali

dad.L

aform

ade

enfocarelproblem

ano

eranueva.

Ya

habíasido

planteadaen

elsiglo

xvii,en

Inglaterra,y

ampliam

entereform

uladaen

lossiglos

posterioresen

todoel

mundo’5.

Directa

eindirectam

ente,explícita

oim

plícitamente,

todoscuantos

seo

cuparon

dela

saluddestacaron

ladesigualdad

socialfrente

ala

muerte:

“...

losm

uertosque

conm

ayo

rcontingente

contribuyena

alzarla

cifrade

nuestram

ortalidadson

deaquellos

quedejan

unvacío

muy

fácilde

llenar..,son,

enuna

palabra,los

niños,y

losniños

delas

clasesinferiores

dela

sociedad”i6

,

Tam

biénrefiriéndose

ala

mortalidad

juvenil,A

dolfoM

urillodenunciaba

en1875

que“m

ásde

lascuatro

qu

intas

partesde

estasdefunciones

laform

anlos

pobresde

solemnidad,

cuyon

ing

ún

hábitode

higieney

cuyom

odode

vivirm

ediosalvaje

apresu

ranla

muerte

desus

hijos”z.

Invitadopor

laU

niversidadde

Chile

en1925,u

nhigienista

belgase

hacíaeco

dela

situación,señ

aland

oen

una

desus

conferenciasque

ladesigualdad

delas

clasessociales

antela

muerte

erap

rofu

nd

ay

loera

también

lapreponderancia

dela

mortalidad

delas

clasesm

enosfavorecidas

entodas

lasedades

dela

vida,afectando

ambos

sexos,y

notanto

porcausas

deorden

profesional,com

ode

origensocial.

Los

decesosexcedían

enla

clasem

áspobre

delséxtuple

dela

mortalidad

delos

gru

pos

acomodados

dela

población,y

lam

ortalidadinfantil

estabasom

etida,m

ásque

lam

ortalidadgeneral,

ala

acciónde

losfactores

sociales18.E

stovenía

acorroborar

unaencuesta

parcialy

simple

hechapor

R.

Dávila

Boza

conla

información

delos

registrosparroquiales

deS

antiago,d

emo

strand

oque,

entre

1873y

1883,por

cadam

ilniños

bautizadosen

lap

arroquia

dela

Catedral

mu

rieron

306“párvulos”

(niñosm

enoresde

7años),

mientras

queen

laparroquia

deS

antaA

nala

proporciónfue

de62119.

El propioM

urilloanotaba

en1889,

conocasión

delinform

epreparado

paraser

difundidoen

laE

xposiciónU

niversalde

París,

quela

altam

ortalidaddel

paísse

debía,entre

otrosfactores,

ala

miseria

conque

arrastrabasu

existenciala

gentedel

pueblo,agregando:

“Creem

osque

enC

hilela

mortalidad

dela

clasepobre,

comparada

conla

delas

clasesricas,

esm

ásgran

de

quela

dela

mayor

partede

lospaíses

europeos,ex

ceptu

ando

Irlanda”20.O

bservacionescom

oéstas

seen

cuen

trana

cadapaso.

Aveces

selas

asociacon

algunosvicios

muy

difu

ndid

os

entrela

población,com

oel

alcoholismo21,

o

‘JoF

ING

RA

uN

’r,“N

aturaland

Pofíticalohseruations...

upen(he

Bilis

ofrnortality’,

London,

JohnM

artyn,M

DC

LX

XV

I.JohanP

eterF

rank,“T

heP

eople’sM

ísery:M

otherof

Diseases”,

enB

i,lletinof(he

History

of‘,dediczne,

9,1,

1941,pp.

81-101.‘6R.

VIL

AB

ozA

,“M

ortalidadde

losniños

enS

antiago”,en

RC

H.

Hig.,

y,

1899,p.

275.‘7

AD

ocfo

MU

RIL

LO

,‘G

eogra

fíaM

édica”,en

AU

Ch.,

enero1875,

P.18.

°RE

S,ssan

,S

eg

un

da

Co

nfe

ren

cia

.L

aD

emografía,

laA

ntropología,la

Psicología

yla

Paio

log

ia

Social.R

BP.,

pp.20-33,

x-1925.‘9R

vIL

AB

OZ

A,

op.

cit.,p.

295.20A

LF

OM

UR

ILL

O.

“Higiene

¿1A

ssistancePublique”,

Paris,

1889,pp

55-56.21”Puede

asegurarseque

lam

itadde

losniños

quem

uerenson

vic

timas

desu

raq

uitis

mo

.Pocos

1’

106107

Page 6: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

IST

OR

iAE

studiosR

enéSatinas

M.

SAL

UD

,¡D

EO

LO

CIA

YD

ES

AR

RO

LL

OSO

CIA

LE

NC

HIL

E.

1830-1950

biense

loshace

más

evidentespor

suacentuación

epid

émica.

Peroen

gen

eral,

losobservadores

apuntan

claramente

ala

correlaciónentre

pobrezay

sobremortalídad.

Tom

andoen

cuentatodos

losanálisis

quehem

ospodido

conocersobre

lasalud

públicade

Chile

duranteel

sigloxix

resaltannítidam

entetres

factoresprincipales:

mortalidad

infantil,ignorancia

sobrela

higienee

insalubridaden

losm

ediosde

vida(barrios,

viviendas,vestuario,

alimentación,

etc.).P

orlo

general,se

estableceuna

correlaciónentre

elestado

dela

saluden

Chile

(evaluadosiem

precom

odeplorable),

yalguno

otodos

loselem

entosan

teriores.

Pero,

laregla

permanente

queestá

entodos

elloses

laresponsabilidad

quese

asignaa

lafalta

dehábitos

higiénicosde

todala

poblacióny,

muy

especial

mente,

delos

gruposm

ásm

odestos.La

saludse

transforma

deeste

modo

enuna

cuestiónde

más

om

enosconocim

ientos23.U

nanalista

dem

ediadosdel

sigloxix

resumía

lascausas

queoriginaban

laalta

mortalidad

destacandoen

primerísim

olugar

“lafalta

dehábitos

higiénicose

ignorancia”,aparte

dela

mala

condiciónde

lashabitaciones,

dela

pésima

calidadde

losalim

entos,etc.24.

En

otroescrito

sesostiene

quela

altacifra

dedefunciones

esel resultado

de“la

naturalpoca

resistencia...contra

losataques

queem

ananen

primer

lugarde

laignorancia,

muchas

vecescom

pletahasta

delas

más

trivialesreglas

dela

higiene”25.D

epreferencia

lascausas

dela

altam

ortalidadinfantil

fueronpreocupación

permanente

delcuerpo

médico.

Un

destacadohigienista

señalabaen

1911que

ellas“p

ued

enresum

irseen

ungran

desconocimiento

dela

higienede

lainfancia,

principalmente

encuanto

ala

alimentación,

yen

lascondiciones

deperm

anenteinsalubridad

enque

vivennuestras

clasesproletarias”26.

De

estem

odo,la

ignoranciade

lahigiene

dela

infancia,o

eldescuido

ensu

aplicaciónregular,

eranla

piedrade

toqueen

losanálisis

sobrela

salud.A

ellose

sumaba

ladeficiente

alimentación,

lascondiciones

insalubresde

loshogares

yla

calidaddel

vestuario,todo

locual

actuabacon

mayor

intensidaden

losniños

delas

clasespobres,

acentuandola

morbilidad27.

En

forma

muy

directa,C

arlosS

omm

ersen

1897se

referíaa

que“entre

lascausales

más

primordiales

detan

altam

ortalidadfigura

lafalta

dehábitos

dehigiene

ennuestro

pueblo,y

lacarencia

decuidados

quetan

necesariosson

alos

niñosen

laprim

erainfancia,

mueren

deham

bre,m

uchospor

lam

iseriay

suhorrible

séquito

...”.V

.T

irsoR

odríguez.“E

lA

lcoholismo

ysu

remedio

legal”,en

Revista

Económ

ica,2,

16,1888,

p.277.

“E

5necesario

señalarque

talesazotes

seproducen

casiexclusivam

enteen

laclase

pobre,carente

dehábitos

higiénicos...”.C

f.E

douardSéve,

“LeC

hili(elqu’it

est”,S

antiago,1876,

p.166.

23Martin

Tétreault,

“L’inegalité

socialedevant

lam

ortet

laperception

dela

santéchez

lescontem

porainsa

Montréal

pen

dan

tla

secondem

oitiédu

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p.340. A

UC

h.,1875,

p.122.

25Ram

ónE.

Vega,

“Estado

sanitariode

LaS

erena”,R

MC

h.,N

ov.1882,

p.196

2R.

VIL

AB

ozA,

“Dem

ografíaen

generaly

delas

ciudadesy

puertosprincipales”,

yC

onfe’re

fleja

Sanita

ria,

San

tiag

o,

1911,p.

127.2R

.D

Ávii.A

BO

ZA

,“A

puntes

sobreel

movim

ientointerno

dela

poblaciónde

Chile”,

RM

Ch.,

Sept.1876,

270.A

.M

UR

ILL

O,

“La

Mortalidad

enS

antiago”R

MC

h,D

ic.1892,

pp

.556-561.

causasque,

unidasa

lasno

menos

despreciablesde

malas

condicionesde

vidade

laspoblaciones,

nodotadas

debuenas

aguasde

bebida,m

alashabitaciones

deobreros,

pésimo

sistema

dealejam

ientode

lasinm

undiciascon

susco

nti

nuosdesbordes

deacequias,

queafectan

elsuelo

yel

airecon

todaclase

degérm

enesinfecciosos,y

el alcoholismo, ofrecen

medio

propiciopara

el desarro

llode

todogénero

deenferm

edades”28.L

osanteriores

testimonios

demuestran

hastadónde

eldesconocim

ientode

lahigiene

sepresenta

siempre

como

elelem

entofundam

ental.“T

anto,que

sihubiéram

osde

resumir

enuna

solatodas

lascausas

desu

excesivam

ortalidad,diríam

ossin

vacilarque

estacausa

esla

ignoranciasupina

denuestro

pueb!oen

materia

dehigiene.

No

habríaen

talafirm

aciónninguna

exageración,porque

enla

realidadde

loshechos

seve

yse

palpaque

sinesta

ignoranciatan

crasade

nuestropueblo,

todaslas

causasde

mortalidad

dela

infanciaquedarían

muy

atenuadasen

susefectos”29.

Así,

pues,ninguna

medida

dem

ejoramiento

sanitariohabria

podidoprescindir

deesta

realidadbásica,

primaria

yelem

ental;

laignorancia

dela

higiene.Si

sele

desconocía,la

críticarealidad

nose

modificaba

yalgunos

analistasllam

abanla

atenciónsobre

laindiferencia

conque

estehecho

eraobservado

porla

genteen

general30.Son

puesnum

erososlos

análisisque

sehacen

delm

alestado

dela

salud,Para

explicarlo,se

poneen

evidenciala

faltade

conocimiento

higiénicode

losgrupos

socialesm

ásm

odestos.L

aselevadas

tasasde

mortalidad

juvenily

lasno

menos

significativasde

mortalidad

generaltendrían

suorigen

enla

ignoran

ciade

lasclases

pobres.“L

acausa

principaldep

ende

dela

faltacasiabsoluta

deconocim

ientosque

tienenlas

personasde

lorelativo

ala

higiene”31.P

ero¿bastaría

solamente

conconocer

bienlas

reglasde

lahigiene

paraalcanzar

unbuen

estadode

salud?E

ntodo

caso,se

intentódifundir

laenseñanza

yel

conocimiento

dela

higienecom

oun

medio

depaliar

lasdeficiencias,

Inspiradosen

utópicoscriterios,

muchos

creyeronque

asísolucionaban

el“problem

asanitario”;

depaso

elaboraronun

programa

deeducación

muy

deacuerdo

conel

rom

anticis

mo

liberaldecim

onónico.E

n1872

sedictó

undecreto

haçiendoobligatoria

laasignatura

deH

igieneen

loscolegios

fiscales,pero

losresultados

noestuvieron

ala

alturade

lasex

pecta

tivas.Y

nopodía

serde

otram

aneraya

quela

preparacióny

losconocim

ientosprevios

quese

necesitabaneran

ignoradospor

estudiantesy

maestros32.

Quin

2”CA

RL

oSA

.S

OM

ME

R5,

“La

mortalidad

enC

hile”,R.

CH

.H

ig.12,

Sept.

1897,p.

382.“R

.D

Ávii.A

BO

ZA

,“M

ortalidadd

eto

sn

iño

sen

San

tiag

o”.

R.C

h.H

ig.

V.

1899,p.

341.“IS

AA

CL

’GA

R]sG

..“A

lgunasreflexiones

sobreel estado

dela

salubridaden

Chile”,

RM

,1879,enero-febrero,

pp375-377.

A..M

usicco,‘Inform

esobre

laeducación

fisicay

laenseñanza

dela

higieneen

lasescuelas

yliceos

dela

República,

presentadoa

lafacu

ltadde

Medícina”,

A1C

h1672,

julio,p.

477.31lsA

Ac

UG

AR

TE

G.,

“Algunas

reflexiones...”,p.

378.32”A

horapodeis

imaginaros,

¡queexcelentes

higienistasnos

saldránde

talesjóvenes!

Qué

explicacionestan

académicas

nopodrán

recibirde

susm

aestrospor

buena.ilu

ntad

queéstos

tengan!Sin

tenerni

siquierarudim

entosde

fisicao

dequím

ica,de

jeograííafísica,

dehistoria

108109

Page 7: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

iSTO

RIA

Estudios

René

SatinasM

.S

aLU

D,

IDE

OL

OC

IAY

DE

SA

RR

OL

LO

SO

CIA

LE

NC

HIL

E.

1530-i950

ceaños

más

tardese

reconocíaque

“laen

señan

zade

lahigiene,

entrenosotros

más

queim

perfecta,es

ridículay

boch

orn

osa

paran

uestro

sd

ecantad

os

progresos”33.P

erose

seguíacreyendo

queasícom

oen

otraspartes

delm

undoel

mejoram

ientode

lahigiene

habíad

etenid

ola

altam

ortalidad,tam

biénen

Chile

debíaalcanzarse

esam

cta.Elconocim

ientode

lahigiene

permitía

superarlas

deficienciassanitarias

ligadasal

vestuario,la

alimentación,

lashabitaciones

insalubres,etc.

“No

creo—

diceM

urillo—que

basten

elalcantarillado

niel

abastecimiento

abu

nd

ante

ybarato

deuna

bu

ena

aguapotable.

Hay

queinstruir

alpueblo,

educarlo,levantar

suespíritu

yhacerle

com

pren

der

elbien

deuna

vidasana

yla

influenciafatal

delos

viciosen

lam

orbilidady

enla

muerte

pre

matu

ra”.

Pronto

quedóde

manifiesto

quela

solucióneducativa

paradifundir

losconocim

ientossobre

higieneera

impracticable.

Hubo

unleve

asomo

dedar

ala

visióndel

problema

sanitariouna

perspectivam

ássociológica,

enla

quese

establecieranrelaciones

entre

ignorancia,alta

mortalid

ady

malas

condicionesde

vida(barrios

insalubres,m

alaalim

entación,hacinam

iento,etc.).

Pero

lasdisparidades

socioeconómicas

nofueron

afrontad

asdirectam

ente,por

loque

seestuvo

lejosde

unasu

pu

esta“m

edicinasocial”.

Así,

porejem

plo,en

19

01

,seseñalaba

queuna

fuerteproporción

dela

altam

ortalidadera

elresultado

deenferm

edadesinfecciosas

quepodían

serevitadas

mediante

elsaneam

ientode

lasciudades.

Elinform

econcluía

señalando:“es

deesperar

quecuando

selogre

darcon

exactitudresp

uestas

aesta

cuestión,será

más

fácilobtener

medidas

quem

ejorenla

salubridaddel

país”3’.L

arespuesta

ofrecidap

or

lainiciativa

privaday

laconcepción

liberaldelsiglo

XIX

paraaten

der

lasalud

públicadem

ostraro

nam

pliamente

suincapacidad

param

ejorarel

estadosanitario

delpaís.

ElE

stadoentonces

comenzó

atom

arparte

más

activay

más

efectiva.L

acreación

deun

serviciode

desinfecciónen

Santiago,

queacabó

porhacerse

obligatorio,alcanzó

mayor

éxitoque

lautópica

difusióneducativa

dela

higiene36.A

uncuando

sinsolucionarse,

lasd

isparid

ades

socioeconómicas

fueronpuestas

dem

anifiestotem

pran

amen

te.A

nalizan

dolos

principalesfactores

queexplicarían

lasen

fermed

ades

dela

población

natural,de

astronomía,

enten

deran

admirablem

entelas

explicacionesde

susm

aestros.S

abrántanto

decom

posiciónde

alimentos,

declim

as,de

estaciones,de

composición

delas

aguas,de

organizaciónhum

ana,com

oel

flautistade

lafábula”.

“El

estudiom

eramente

teóricode

lahigiene

enlas

escuelasprim

arias,y

aunen

tosliceos,

nopuede

producirfruto

algunopráctico,

porla

sencillarazón

deno

estarlos

educandosen

aptitudde

-poderdar

atal

estudiola

verdaderaim

portanciaque

tiene”.C

f.Is,u

cU

GA

RT

EG

.“A

lgunasreflexiones

,p.

377y

R.D

4vIC

AB

OZ

A,

“Mortalidad

delos

niñ

os...”,

p.353.

‘lsA,xc

Uc.\R

TLG

.,“L

aciudad

deS

antiagoy

sus

epidemias”

RM

.,xiiI,

188.1,4,

p.122.

AooL

FO

XI]R

icco,“L

aM

ortalidaden

Santiago”,

RC

hH

ig..y

,1899,

p.49.

5Lceio

Córoov.s,

“El

serviciode

desinfecciónde

Santiago

du

rante

1896-10(.V,

en7..

Ch.

Hig.,

vi,1901,

p.39.

35”Yaquí

residela

importancia

socialque

entrenosotros

tienela

luchacontra

lasepidem

ias.S

anearnuestras

grandesciudades

esoponerse

ala

despoblación,es

aumentar

lariqueza

pública,es

proporcionarsalud

ypor

consiguientefelicidad,

esen

finconservar

vigorosatoda

unaraza”

tu.ant.,

p.64.

chilenaen

1875, W.

Díaz

anotaba:el

trabajose

haduplicado,

cuadriplicado,bajo

elaliciente

delau

men

todel

jornalque

muchas

vecesno

bastaa

cubrirlas

necesidadesm

ásprem

iosasde

laexistencia;

eltrabajo,

eldesgaste

delas

fuerzassu

stentad

oras

dela

vidaha

crecido,al

pasoque

hanperm

anecidoidénticos

losm

ediosde

reparación,los

alimentos,

losvestidos,

lash

abitacio

nes;el

trabajoha

aum

entad

o...

ylos

perversoshábitos

higiénicoshan

aum

entado

también

hastatal

pu

nto

pued

edecirse

quen

uestra

claseobrera

gana,no

paraproporcionarse

losm

ediosde

subsistencia,los

medios

quereparan

oretardan

elaniquilam

ientode

lavida,

sinopara

debilitary

destru

irlos

resortesque

lasustentan”37.

Uno

delos

hechosque

llamó

más

am

enudola

atenciónde

quienescu

estionaron

elestado

desalud

dela

poblaciónchilena,

fuela

mala

condiciónde

lashabitaciones.

Un

observadorseñalaba:

“i.En

nd

etodavía

nose

venh

abita

cionesque,

más

quealbergues

dehom

brescivilizados,

parecencasuchas

deesquim

ales,habitaciones

aborígenes,o

tumbas

devivos?38.

Inclusola

apari

ciónde

muchas

enferm

edad

esson

explicadasdirectam

entecom

oresultado

dela

faltade

higieneen

lashabitaciones,

como

habríasucedido,

porejem

plo,con

el“tifus

exantemático”39.

Las

descripcionesque

seconocen

delas

edificacionesde

laciudad

gen

eralm

enteson

muy

crudas:“L

osedificios

sonpor

logeneral

bajos,y

construidoscasi

entotalidad

debarro

desecadocon

paja...las

habitacionesde

lospobres

sonsucias,

inm

un

das,

mal

ventiladasy

dondese

respira,noei

aireque

vivificay

esfimula,

sinoel aire

quem

atay

asfixia.C

onstruidassobre

elhazde

latierra

ym

uchasbajo

elnivel

delas

calles,sin

más

pavimento

quela

mism

atierra,

conuna

solaabertura

porp

uerta,

malam

entetechadas

conm

anojosde

paja,ahí

sealbergan,

yahí

vivenhacinados

elpadre,

lam

adre,los

hijos,el

perroo

elgato,

yhasta

parientesy

amigos

dela

familia.

Ahí

también

selava,

seaplancha,

secocina

yse

hacentodos

losm

enesteres

domésticos”40.

37WE

NC

ES

i,Ao

Df,sz,

op.cit.

p.118.

1sA

Ac

UG

AR

TE

,“A

lgunasreflexiones...”,

p.150.

RA

MóN

E.V

EG

A,O

.d

t.,p.

196;R

.D

ÁV

ILA

BozA

,“D

emografía

engeneral

, p.127.

Adolfo

Murillo,

“La

mortalidad

enS

antiago...”.p.

556,“T

odala

casade

unafam

iliaesta

formada

poruna

piezacuyas

dimensiones

sonen

generaldem

asiadoestrechas

parauna

solapersona.

Parasu

construcciónno

seconsulta

ningunaregla

arquitectónica;se

lecoloca

enel

lugarque

seencuentra

más

am

ano;su

pisoes

muh

asveces

sino

siempre.

más

baloque

eldela

calleo

delsuelo

vecino,de

talm

odoque

enlos

díasde

lluviaelagua

penetraen

élsin

obstáculoninguno;

encam

bio,le

faltanel

airey

laluz.

En

suinterior

sehace

decom

er,se

lavay

seduerm

e;los

desperdicios,tas

basuras,se

amontonan

asus

alrededoreso

enlugares

cercanos.Su

menaje

esde

losm

ássencillos;

ahíno

seven,

más

queraras

veces,sillas,

esteras,m

esao

catre;todo

sereduce

auno

om

ásbancos

dem

adera,una

cajay

unoscuantos

útilesde

cocina”.C

f.R

.D

Áve

‘.

BozA

.“A

pun

tessobre

elm

ovimiento

int,in

o,

p.257.

39”Esta

enfermedad

incubadaen

lafalta

dehigiene

delas

habitaciones,en

lam

ugrey

eldesaseopersonalconstituye

unverdadero

bald

ón...”.

Cf.

JAvIE

RR

O0R

íCU

EZ8

,“Hacia

ladespoblación”,

enA

UC

h.,1923,

1,p.

44.A

oocF

oM

UR

ILL

O,“B

revesap

untes

paraservir

ala

estadísticam

édicay

ala

nosologíachilena”,

AU

Ch.,

1875,enero,

p.21.

En

otradescripción

leemos:

“...

losdesgraciados

labriegosestán

reducidosa

morar

enchozas

estrechassin

chimenea

niventanas

dondese

hacinanm

ezcladosdejando

lapuerta

abiertapara

noaficciarse

porelcarbón

opor

el humo;

prefierentam

biéndorm

iral

110111

Page 8: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

IST

OR

IAE

studiosR

enSalinas

M.

SA

LU

B,

IDE

OI.O

CIA

YD

ES

AR

RO

LL

OSO

CIA

LEN

CH

ILE

.1830-1950

Las

deficienciashabitacionales

seven

agravadaspor

lasm

alascondiciones

sanitariasde

laciudad,

especialmente

elescaso

abastecimiento

deagua,

eldeplorable

estadode

losdesagües,

laevacuación

insuficientede

basuras,etc.41.

Las

concentracionesde

habitacionesde

tipopopular

enlas

ciudadesm

áspobladas

delpaís,

especialmente

enS

antiago,recibieron

elnom

brede

“con

ventillos”.Y

aen

1893eran

descritoscom

oinsalubres

yconcebidos

como

unaform

aespeculativa

derenta

urbana42.El

Estado

lossom

etióa

severain

spec

ción,m

edianteem

padronamiento

enregistro

sanitarioque

debíaperm

itirun

mejor

controlde

ladeclaración

deenferm

edadescontagiosas,

desinfección,insalubridad,

epidemias,

etc.43.Inclusose

dispusola

demolición

dem

uchosde

ellos,—

“cosaque

nosiem

prese

cumplió”—

.P

erolo

significativofue

quela

autoridadtom

óconciencia

delcrítico

problema:

“En

estesentido

hayuna

tareaurgente

querealizar,

haciendodesaparecer,

destruyendolos

localesy

hab

itaciones

escandalosamente

insalubresllam

adosconventillos,

verdaderosfocos

deinfección

yde

miseria,

desdedonde

saleny

seelaboran

todoslos

contagios.¿Q

uiénde

nosotrosno

havisto

piezasy

cuartosde

alquilerde

cincoo

seism

etroscuadrados,

sucios,desaseados,

sinbuena

ventilacióny

sinluz

solarsuficiente,

dondebrota

lahum

edaden

elsuelo

ylas

paredes,y

habitadospor

7personas

eníntim

ap

rom

iscuid

ad?”.

Durante

lostres

primeros

deceniosdel

sigloxx,

lasm

alascondiciones

higiénicas(y

sum

ayorrepercusión:

mortalidad

alta)subsistieron

sinex

peri

mentar

variaciones.Sin

embargo,

lom

ásim

portanteFue

el abandonodefinitivo

dela

“solucióneducativa”,

privadae

individual,y

sureem

plazopor

unaparticipación

más

directadelE

stado,para

locual

laprim

eraprioridad

fuedotar

aéste

delos

medios

necesarios:“Q

uierohacerm

ela

ilusiónde

queelprogreso

yla

difusiónde

lacultura

iránhaciendo

desaparecerestos

resabiosde

tiempos

quefueron

yque

lahigienización

delpaís

encontraráen

elfuturo

unterreno

más

propiciopara

sudesarrollo

yperfeccionam

iento”.A

sílo

señalabael

Dr.

Alejandro

delR

íoen

suconferencia

del28

dejulio

de1923.

Porsu

parte,el

serenocuando

loperm

itela

estación.La

insalubridadde

taleshabitaciones

seaum

entaaún

porel

desaco

delos

quelas

ocup

an

”.

Ct.

WrN

cLsi.A

oD

iAZ,

“Medicina.

Docum

entosa

ellarelativos

ya

lahistoria

delas

enfermedades

er

Chile”,

AU

Ch.,

Dic.,

1863,p.

751.°M

.E

LE

NA

L,\N

GD

ON

,“C

ondicionesde

Higiene

Pública

enS

antiagohacia

1910”.M

imen,

Santiago,

1982.4”V

iviendogeneralm

enteen

lasm

alascondiciones

queresultan

dela

aglomeración

degente,

me

refieroa

loque

llevael

nombre

deconventillos,

dondelelos

deconstiltarse

lacom

odidady

librerenovación

delaire

ysequedad

delas

habitaciones..,únicam

entech

aquerido

sacarprovecho

yel

mayor

lucroposible.

Tienen

quepagar

consu

vidael

tristeestado

depobreza

enque

hannacido

porsu

desg

racia

”.

Cf.

EiíA

sF

ER

NáN

0FZ

,“E

stud

ios

Hig

iénic

os

enalg

unos

punto

sde

Chile”,

RM

.,N

ov.,1873,

p.200.

R.

D,iviLA

Boi,

yA

.SÁ

NC

t!FzC

.,”La

inspecciónsanitaria

en1902”,

R,C

h.H

ig.,vui,

1903,p.

171.“R

egistroS

anitario.L

ashabitaciones

deS

antiago”,V

Conferencia

Sanitaria,

Santiago,

1911,

pp.99-11)3.

NJA

VIE

RR

iinsíc

uz

8,

op.cit.,

p.46.

45AcE

JAN

nRo

DEL

Rio,

“El

problema

sanitario”,A

UC

h.,1923,

p.22,

asesortécnico

delM

inisteriode

Higiene,

J.D.

Long,

proponíapara

solucionar“el

problema

sanitariode

Chile”,

desarrollaruna

políticade

saludcuyo

ob

jetivo

primordial

seríareducir

lam

ortalidadm

odificandolas

causasque

loo

rigin

aban.

Para

ellosugería

mejorar

elabastecim

ientociudadano

deagua,

lared

dealcantarillado

ydesagüe

yla

alimentación

populare

introducirm

odificacionesen

lavivienda

enorden

acalefacción,

iluminación,

ventilación,etc.

Ym

uyespecialm

entela

díctaciónde

unC

ódigoS

anitario.P

ordesgracia

seconcibió

lasolución

legislativacom

oexitosa

porsi

sola,apegándose

alviejo

criteriode

quelas

leyesarreglan

lascosas.

Selegisló,

porejem

plo,en

favorde

laconstrucción

dehabitaciones

más

baratasm

edianteexenciones

tributariasy

beneficiosedilicios.

El conventillofue

siendoreem

pla

zado,o

mejor

dichocom

plementado,

con“cités”

queprocuraban

enúltim

otérm

inoabaratar

elcosto

dela

viviendapopular,

creandouna

alternativaa

ladespiadada

especulaciónobservada

enS

antiag

o’.

Ya

afines

delsiglo

xix,la

capitalrecibe

unim

portantecontingente

inmigratorio

quepasa

aengrosar

lasfilas

delnum

erosoproletaríado

carentede

vivienda.L

arenta

urbanaera

alta(por

sobreel

12%anual),

porquela

demanda

dehabitación

superabaam

plia

mente

laoferta.

Por

elloel

Estado

tratóde

interesaral

capitalprivado

enla

construcciónde

nuevashabitaciones

obreras,com

oúnico

medio

deabaratar

loscostos

delarriendo,

cuyoscánones

nohabía

bajadoni

unápice,

ni siquieradespués

defijárseles

untope

máxim

om

edianteley.

El Estado

asumía,

pues,un

papeldecisivo,

yse

reconocíael

fracasodel

antiguosistem

acaritativo,

ind

ivi

dualistay

privado.A

únm

ás,junto

conreconocerlo,

loim

pulsabana

asociarseen

unproyecto

quele

garantizabaadecuados

beneficios.Elliberalism

outópico

e“ilustrado”

cedíade

estem

odolugar

aotra

forma

decapitalism

o47.H

astaaquí,

podemos

decirque

todonuestro

análisisno

essino

unaap

rox

im

aciónm

uyindirecta

ala

complejidad

dela

situaciónque

planteaelestudio

dela

salud.E

ssólo

unaparte

deuna

visiónm

uchom

ásam

pliaque

englobatoda

lasociedad,

dem

odoque

aparezcantam

biénlas

ideasclásicas

delliberalism

odecim

onónicoo

delliberalism

oburgués

delsiglo

xx.E

nel

fondo,la

preo

cup

ación

porla

sa]udpública

através

delm

ejoramiento

delas

condicioneshig

iéni

caso

sanitariastiene

unobjetivo

queno

necesariamente

seexpresa

enun

soloaspecto,

sinoen

unavariada

gama:

humanitarism

o,evitar

lainm

igración,religioso,

nacionalista,de

ordeny,

naturalmente,

elim

pactoeconóm

ico,A

medida

queel

obrerose

vaintegrando

alproceso

deproducción

capitalista,

Alos

propietariosde

losconventillos

seles

had

espertad

odel

indolentesueño

enque

vivían,

ignorandom

uchasveces

elestado

ruinoso,deletéreo

ym

ortíferoen

quese

encontrabanlas

habitacionesque

ellosarrendaban

alpobre,

obteniendoelevados

alquileresy

aprovechándose,sin

esfuerzoalguno

ycon

perjuiciode

lasa

lud

yvida

delpobre.

delalza

naturaldel

valorde

lapropiedad

urbanade

ciudades,en

periodode

formación

ydesarrollo,

como

Santiago”.

Cf.

E.C

oNC

HA

5.,“L

ashabitaciones

popularesen

Chile”,

VC

onferenciaS

anitaria,1911,

p.245,

4”E

sp

reciso

reconocerque

lam

odificaciónen

granescala

dela

habitaciónno

seobtendría

por

laacció

nde

lacaridad

privadaque

disp

on

ede

recursoslim

itados,sino

porla

obradel

capital,el

cual,para

entraren

vastaproporción

ala

construcciónde

barriospopulares,

necesitaser

estimula

dopara

darleconfianza

conla

garantíadel

Estado”.

E.C

oNcha

5.,Id.

ant.p,

246.

112

113

Page 9: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

IST

OR

IAE

studios

adquiereuna

significaciónm

ásim

portan

te,y

espor

elloque

elproblem

asanitario

sep

resentará

conm

ayorurgencia

enlos

barriospopulares.

Un

cálculoefectuado

en1926

dem

uestra

que“en

Chile,

conuna

mortalid

adde

29,2por

mil,

yen

dondeocurren

alreded

or

de124.000

muertes

poraño,

habráde

acuerdocon

lasapreciaciones

mencionadas,

cercade

2.480.fXIJ

personasenferm

ascada

año,duran

te20

díascada

unalo

quesignifica

unapérdida

de59.600.000

díasde

trabajoútil

elque,

avaluadoen

$4

pordía

portérm

inom

edio,rep

resentará

unapérdída

económica

parael

paísde

más

de$

238.480.000por

año”.

Laacción

quese

reservaa

lahigiene

oestado

sanitariopúblico,

apu

ntará

ahoraa

finesespecíficos:

“...

vahacia

elindividuo

sanopara

enm

end

arlas

variantesde

lasalud

queacusan

inferioridad,para

vigorizarlo,para

vigilarque

eltrabajo

sehaga

encondiciones

queno

excedande

lanorm

alidaddel

esfuer

zo,para

hacerlosentir

elplacer

dela

plenasalud

yel

contentode

vivir”49.Sin

embargo,

laincidencia

económica

espalm

aria.Se

toma

concienciade

quela

altam

ortalidadsólo

tienesolución

med

iante

unm

ejoramiento

delos

“pro

ble

mas

higiénicosque

eng

end

ra,que

sontam

biénproblem

aseconóm

icosde

considerableim

portanciadesde

quela

granm

ortalidadconstituye

un

malestar

socialque

tocade

cercaa

lariqueza

deun

país...E

sdesd

eeste

doblep

un

tode

vistaque

debeser

consideradoel

estadosanitario

deuna

ciudad;por

lasvíctim

asque

hacey

porel

mero

deindividuos

quesustrae

desu

laborco

tidian

a,an

ulán

doles

como

factores

de

riqueza

duran

telos

días

deenferm

edad”50.H

astaes

posiblepen

sarque

elinterés

dem

ostrad

opor

elm

ejoramiento

sanitariose

extendióm

ásallá

delindividuo,

llegandoa

protegertam

biénel

ento

rno,

laciudad,

elm

edioam

biente,pero

unen

torn

oparticu

larm

enteeconóm

ico.S

eñalaremos

algunasconclusiones

provisorias.D

esdeluego

quehay

unaclara

concienciaentre

losanalistas

contemporáneos

delo

quepodríam

osllam

aruna

mortalidad

diferencial,que

sefu

nd

amen

taen

lacorrelación

entrepobreza

ysobrem

ortalidad.El

análisisque

hacenlos

contemporáneos

operaen

dosniveles:

uno,lo

concreto,relativo

ala

higieney

alas

reglasque

larigen,

yel

otro,ideológico,

querecoge

unaidea

sociológicaque

comprom

etea

todoel

ordensocial.

Los

objetivosa

losque

apu

nta

el“discurso”

sobrela

saludson

variados:m

orales,éticos,

religiosos,de

orden,cohesión

familiar

ysocial,

etc.D

estaquemos

asimism

oque

apartir

dela

segundam

itaddel

sigloxix,

setrata

deun

análisiscentrado

casiúnica

yexclusivam

enteen

elm

ediourbano.

Elm

ediorural

estáprácticam

enteexcluido

detodo

análisis.E

ncuanto

ala

funcióndel

Estado,

éstafue

tardía.Su

preocupacióncoincide

conla

integracióndel

obreroal

procesode

producción,que

esun

fenómeno

esencialmente

urbano,lo

queexplicaría

eldescuido

poraten

der

elsector

rural,excepto

enlos

casosde

epidemias

agudas.

Asíse

habríaoperado

enC

hileuna

“revalorización”cap

italista

deltrabajador

más

tempran

ode

loque

seha

pensado.Sin

dudahubo

una

4”J.D.

LoN

c,“E

lP

roblema

Sanitario

deC

hiley

suS

olución”,A

UC

h.,192o,

1,p.

790.4A

cEJA

ND

Ro

DE

LR

ío,op.

co.,

r’.9.

rLccIo

RD

OvA

,op.

cít.,p.

57.

René

SalinasM

.SA

LU

D,

IDE

OL

OG

1AY

DE

SA

RR

OL

LO

SOC

IAL

EN

CH

ILE

.i8

3o.isso

fuertepresión

sobreel

sectorurb

ano

decorrientes

inmigratorias

detrab

ajado

resal

deten

erseel

“crecimiento”

económico

enla

segu

nd

am

itaddel

sigloxix.

Pero

ello,a

nu

estroen

tend

er,habría

sidou

nfactor

paraleloy

“agravante”de

esarevalorización

capitalistadel

obrerourbano

yque

justificaríauna

mayor

preocupaciónsanitaria

enla

ciudad.

LO

SIN

DIC

AD

OR

ES

DE

LA

SA

LU

DP

arauna

análisisen

pro

fun

did

adde

todoslos

problemas

quecom

portael

sectorsalud,

seríain

disp

ensab

leel

conocimiento

acabadode

laevolución

seguidapor

losprincipales

indicadoresen

elperíodo

estudiado.E

ntreellos,

loscam

biosen

lascausas

dem

ortalidades

elprim

ero,pero

tampoco

1..uedenignorarse

otros,tales

como

nivelesde

saludy

uso-ydistribución

derecursos.

Las

fuentesperm

itenaproxim

arsea

algúnosde

ellos,y

esperamos

afinarm

étodosde

análisisque

haganm

ásseguras

lasconclusiones.

Cuando

comparam

osla

mortalidad

actual,los

últimos

40años,

conlo

queacontecía

enel

sigloxix,

quedade

manifiesto

unaclara

tendenciaa

unasistem

áticadeclinación

delos

“riesgosde

salud”a

losque

estabaexpuesta

lapoblación

chilena.L

aalta

mortalidad

quetodos

losanalistas

decimonónicos

ponende

manifiesto,

ym

uyespecialm

entela

mortalidad

infantil,han

sidolas

más

beneficiadas,alcanzando

pru

den

tesniveles

sise

losanaliza

enco

mpara

cióncon

otrasvariables

talcom

oel

ingresode

lapoblación.

Igualcosa

puededecirse

dela

esperan

zade

vida.A

lin

tentar

unaevaluación

cuantitativade

lam

ortalidaden

Chile

du

rante

elsiglo

xix—

.como

también

acontececon

cualquierotra

variabledem

ográfica—,

sehace

indispensableuna

pro

funda

verificaciónde

losdatos

disponibles.E

nel

hecho,éstos

nofaltan,

perop

lantean

agudasinterrogantes

sobresu

calidady

exactitud,cualquiera

seasu

procedencia.T

antola

información

censalcom

ola

estadísticaoficial

exigensiem

preun

ajusteprevio

probablemente

muy

supe

rioral

5%que

seha

calculado51,ya

quees

seguroque

unaproporción

más

elevadade

lapoblación

haqu

edad

osin

empadronarse.

Elbajonivel

culturalde

losem

pad

ron

ado

res,g

eneralm

ente

norem

unerad

os

enesa

labor,y

lain

eficiente

burocracia,son

algunasrazones

quelo

explican.P

erosi

bienestos

erroresse

atenú

anal

establecersecom

paracionesentre

uncenso

yotro,

hacencasi

imposible

unacom

paracióninternacional.

Antes

de1885

losdatos

proporcionantasas

totalmente

contraríasa

lasten-

denciasdem

ográficasde

más

largaduración.

La

corrientepráctica

delbautism

otardío

—índice

recogidopara

establecerlos

nacimientos—

,a

men

ud

odesp

ués

deun

añode

edad

osim

plem

ente

nunca,constituye

laprim

eradesviación

seriade

estosdatos.

Sin

embargo,

aunq

ue

difícil,no

esim

posiblede

obviarse,ya

queuna

tablade

mortalidad

adecuadaperm

itiríaevaluar

losnacim

ientosom

itidos.O

troelem

entop

erturb

ado

rlo

constituyela

altatasa

deilegitim

idada

causadel

51

JUA

NC

RoC

co

FE

RR

AR

I.E

nsayosobre

lapoblación

chilena.S

antiago,1947,

p.23

yss.

AR

OA

ND

OV

ER

GA

,Población

deC

hile:estudio

sobresu

composición

ym

ovimiento.

San

tiago,

1900.C

f.R

OB

ER

TM

cCA

A,

“Chilean

Socialand

Dem

ographicH

istory.S

ources,lssues,

andM

ethods”,L

AR

R.,

13,2.1978,

pp.104-126.

114115

Page 10: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

IST

OR

iAR

enéSalinas

M.

Estudios

SA

LU

D.

IDE

OL

OC

IAY

DE

SA

RR

OL

LO

SO

CiA

LE

NC

HIL

E1830-195]

pre

juic

iode

los

pad

res,

que

para

evita

runa

cie

rtav

erg

üen

za

socia

l,dila

taban

la

inscripcióndel

hijoo

simplem

enteprescindían

dehacerlo.

No

menos

impor

tanteera

también

looneroso

delrito,yaque

losfondos

delcuratodependían

delos

ingresosprovenientes

deellos.

fuero

ncom

unestarifas

deun

pesopor

bautismo

am

ediadosdel

sigloxix,

cuandoun

obreroagrícola

norecibía

más

dedos

realesdiarios52.

Para

elestudiode

lam

ortalidad,los

datosde

defuncionescontienen

también

unalto

porcentajede

subregistro,explicable

porla

granextensión

dela

parro

quia,adem

ásdel

altocosto

delrito.

Hay

más

deun

testimonio

durantelas

segundasnupcias

deenterram

ientosdel

primer

cónyuge,en

elcam

poo

enarroyos,

loque

indicaríaque

nose

hizola

inscripciónde

ladefunción

enlos

librosparroquiales.

Es

evidentepor

ejemplo

elcontrasentido

entreel

“suave”nivel

dem

ortalidadinfantil

quees

posiblecalcular

conlos

datos“oficiales”,

ylos

innumerables

testimonios

particulares—

y,a

veces,m

uybien

docu

men

tados—

,de

lapavorosa

mortalidad

deniños

debaja

edad.Sin

dudaque

muchos

“párvulos”se

enterraronsim

plemente

enel

campo.

Tam

biénes

necesarioseñalar

lasdisparidades

regionalesque

muestra

lacalidad

delos

datos.Sin

apartarnosde

losindicadores

dem

ortalidad,podem

ospensar

quelos

datoscorrespondientes

aldepartam

entode

Santiago

reflejanuna

imagen

más

cercanaa

larealidad.

La

inscripciónde

defuncionesseria

mucho

mejor

queen

elrestodel

país,aun

cuandohay

queseñalar

también

queaquí

seencuentran

laspeores

condicionesde

mortalidad.

Una

tasade

mo

rtalidad

de470

porm

ilenelgrupo

deedad

de0-7años

supondríauna

inscnpciónde

defuncionesrelativam

enteaceptable,

aunquees

muy

probableque

latasa

realhaya

sidom

ásalta.

Am

odode

ejemplo,

yutilizando

losdatos

delaño

185-o,

podemos

verque

lapoblación

totaldel

departamento

deS

antiagoalcanza

a129.473.P

orsu

parte,los

bautizosfueron

7.152y

lasdefunciones

delmism

ogrupo

0-7años

llegarona

3.278.D

eeste

modo,

laproporción

dedefunciones

deeste

gruposo

breel

totalde

bautizosalcanza

a470

porm

il.Elm

ismo

año,tenem

osuna

proporciónde

sólo265

porm

ilpara

todoel

país;de

195en

lapequeña

localidadagrícola

deC

auquenesy

de255

enla

aldeam

inerade

Petorca.

Por

último,

siel

cálculolo

hacemos

estableciendola

relaciónentre

defuncionesde

0-7años

ypoblación

totaldel

mism

ogrupo

deedades,

tenemos

lassiguientes

magnitudes:País:

57,0

Santiago:

152,0

Cauquenes:

s,oPetorca:

32,0

Loque

pasaes

quese

dauna

ciertacom

pensaciónentre

subinscripciónde

defuncionesy

bautismos.

Ahora

enlos

casosespecíficos

delas

dosparroquias

provinciales(C

auquenesy

Petorca),

laenorm

eextensión

desus

áreasju

nsd

ic

52R0BERTM

cCA

A,

Op.

cjt.

an

t.p.

115.D

eIm

ismo,

TheD

emographic

Transition

inC

hile:T

hepopulation

History

of thePetorca

Vatley.

Um

pu

b.

Ph.

D.

Dis

s.,

University

ofC

aliforniaL

osA

ngeles,1978.

cionalesha

influidociertam

enteen

elalto

subregistro.El

establecimiento

de

Registro

Civilsin

duda

constituyóun

importante

pasoen

el perfeccionamiento

delos

datosvitales.

Sinem

bargo,en

losprim

erosaños

seplantearon

gravesproblem

as;m

ásallá

dela

oposicióndel

cleroy

delos

hábitosde

lospadres,

habíarealm

entem

uypocas

oficinasdel

Registro

Civil,

yel

horariode

atencióndiario

eram

uybreve.

En

otraspalabras,

lasfacilidades

administrativas

eraninsuficientes,

además

deonerosas,

paraque

lagente

alcanzaraa

registrarlos

hechosocurridos.

Los

añosposteriores

conoceránun

aumento

delnúm

erod

oficinas,lo

queperm

itióhacia

1920un

notoriom

ejoramiento

delregistro.

finalmente,

hayque

señalarotro

granproblem

aque

actúaen

cualquierestim

aciónde

mortalidad:

lam

aladeclaración

delas

edadesde

losdifuntos.

Todo

loanterior

permite

estimar

unm

argende

subregistrono

inferiora

30

antesde

1905,quebajaría

a25%

entre1905y

1930. Una

aproximación

relativamente

seguradel

niveldem

ortalidad,nos

lada

laproporción

deviudas

ene!conjunto

dem

ujeresde

5oy

más

años.

Año

N”

deviudas

Población

femenina

Indicede50ym

ása

ños

185445.518

63,306720

186563.068

83625750

187574.580

76.422980

188591.951

106.146840

1907132.061

208.245632

1920137.126

224.134615

1930162.320

257.659630

1960222.161

522.509425

FUE

NT

E:

Cifras

oficiales.C

enso

sN

acionales.

Las

anterioresprecauciones

constituyenel

mínim

oelem

entalque

sedebe

tenerpresente

almanejar

losdatos

existentessobre

lam

ortalidadchilena

entre1840

y1930.Eluso

delos

datosbrutos

parael período

anteriora

1875m

uestra

baja

s

tasasde

mortalidad

queno

estánen

correspondenciacon

ningúnantecedenL

objetivoque

demuestre

condicionesexcepcionales

devida

enel

paísque

lashubieran

hechoposible.

Entre

1848y

1872,hay

unatasa

media

de24.0

conuna

fluctuaciónentre

18,3com

om

ínimo

eni8

48

y3

4.6

en1871.

Estos

bajosporcentajes

mueven

adudar

dela

calidaddel

registro.E

ntre1872

y1923, los

porcentajesson

relativamente

más

homogéneos

yacordes

conlas

condicionesgenerales

enq

use

mueve

laevolución

dela

poblaciónchilena.

Las

cifrasfluctúan

entre21,2

como

mínim

oen

1884,y37,6

como

máxim

oen

1892.No

haygrandes

fluctuaciones

ylas

cifrsextrem

asse

mantienen

aniveles

cercanosde

lam

ediadel

perío

d.,

calculadaen

31,3.Apartir

de1923,

asistim

os

au

ndescenso

inin

terru

mp

ido

dola

tasade

mortalidad,

quealcanza

proporcionesm

oderadas,aunque

todavta

altas,pero

quetestim

onianun

lentodesarrollo

dem

ejorescondiciones

devic.

parala

poblaciónchilena.

1 L’116

Page 11: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

IST

OR

IAE

studiosR

enéSatinas

M.

SAL

UD

,ID

EO

LO

GIA

YD

ES

AR

RO

LL

OS

OC

IAL

ENC

HIL

E.

1830-I951J

Sólocon

lascifras

bru

tas,a

comienzos

delsiglo

xxm

oríanen

Chile

36personas

porcada

i.ooo,frente

a29

enE

spañay

a18

enel

restode

Europa.

La

enorme

desventaja,is

por3.000,

sólopudo

serco

mpen

sada

conuna

extrao

rdi

narianatalidad.

Teóricam

ente,hay

tresfactores

quep

ued

enintervenir

enel

crecimiento

dela

población:au

men

tode

lafecundidad,

prolongaciónde

lavida

einexistencia

decorrientes

deem

igración.A

horabien,

enla

práctica,todas

estascausas

hancontribuido

al crecimiento

dela

poblaciónchilena,

agreg

ándo

se,al

interiorde

sudesarrollo,

unproceso

deinm

igraciónque

afectaa

todaA

mérica

Latina

duran

telos

siglosxix

yxx,

yal

cualC

hileno

escapódel

todo.E

stasfluctuaciones

alas

quese

vesom

etidala

mortalidad

alo

largodel

períodoque

nosocupa

dep

end

en,

como

entodo

gruposocial,

deuna

seriede

factoresinternos

yexternos,

muchos

delos

cualestienden

aestahilizarse

definitivamente

sóloa

partirde

1930, creandocon

ellolas

condicionesfavorables

parauna

disminución

dela

mortalidad

ypara

unafluctuación

menos

fuerteen

unlargo

período.D

urantetodo

elsiglo

xixy

elprim

ertercio

delsiglo

xx,tanto

lascondiciones

sanitariascom

oel

stand

ardgeneral

dela

vidachilena

sonprecarios,

yco

nstitu

yen

unadébil

basesobre

lacual

actúan,de

tiempo

entiem

po,una

seriede

factoresepidém

icosque

vienena

acentu

arotros

end

émi

cos,ocasionando

grandespérd

idas

devidas

hum

anas.

En

uninform

ecom

oel

presen

te,no

podem

os

exten

dern

os

endetalle

nisobre

eltratam

ientode

lasfuentes,

nisobre

losfactores

concomitantes

queacom

pañano

siguena

cualquierade

losindicadores

desalud.

Adem

ás,en

elestado

actualde

nuestra

investigación,aún

noes

posibleconcluir,

sinriesgo

deerrores

uom

isiones,in

terpretacio

nes

definitivasacerca

deesos

indicadores.Sin

embargo,

podem

os

resumir

algunashipótesis

detrabajo

previasque

guíano

hanguiado

lainvestigación.

Eslarga

lalista

deen

fermed

ades

opestes

queafectaron

aesta

población.El

cólera,en

fermed

adprocedente

deA

frica,se

expandeen

Europa

yadesde

1830,aunque

enC

hile’la

vemos

aparecercon

caracteresepidém

icossólo

enuna

ocasiónd

uran

teel

sigloxix:

entre1886

y1887.

Elm

alera

conocidoen

elpaís.

En

1868y

en1874

sehabían

tenidonoticias

desu

propagación,pero

susco

nsecu

encias

fueronbenignas.

No

asíen

1886-87.L

aepidem

iaingresó

aC

hiledesde

Argentina,

através

delos

pasosandinos,

ydesd

eallí

sepropagó

atodo

elpaís

endos

oleadassucesivas.

Lafuerza

conque

golpeóa

lapoblación

fuediferente

enestas

dosondas,

ylos

centrosurbanos

son,en

ambos

casos,los

más

afectados,llegando

aperd

eralgunos

deellos

hastael

5%de

supoblación

efectivaen

los60-70

díasde

suduració

n”.

Otro

antiguom

alepidém

icoque

afectóperiódicam

entea

lapoblación

chile

nafue

laviruela.

Sus

repercusionessobre

lam

ortalidadson

permanentes,

yen

‘Arch

tvo

Nacional

Colección

Ministerio

delInterior,

Volúm

enes1454.14S9

y.W

m.C

ysi.Ao

Dí.sz,

Mem

oriade

laC

omisión

Directiva

dciServicio

Sanitariode

Colera.

Santiago,

1988.L

uisE

srsje,,\Iem

orias’l’rc

laepidem

iacte

cólerade

Chillón.

Chillón,

1888.E

pidemia

nccólera

enelis

.Inform

edc’ios

,i,ód:cosde

lazaretos.F.M

Ch.,

febrero1887,

pp.

341-330.D

Av

IDM

ES

A,

“Estudio

Cientifico

dela

epid

em

iadel

lera

en

eldeparta

mento

deS

antiago”,R

MC

h..m

ayo1887,

pp.

481-490.

muchos

casoscatastróficas.

Son

incontableslas

epidemias

que

seconocen

hasta1925,

cuandocom

ienzasu

declinaciónsistem

ática.H

asta1895,

seco

nsti

tuyóen

un

mal

endémico

porsus

efectossobre

lapoblación.

Yni

siquieraitxt

añosde

programas

públicospara

pro

pag

arla

vacuna,para

aislara

losvario

losos

opara

enterrarsus

restossin

queam

enazaran

lasalud

pública,term

inaroncon

lascaracterísticas

endémicas

deesta

enfermedad.

Apartir

de1845,

anivel

nacional,la

viruelasólo

sepresen

tarácon

caracteresepidém

icosen

3ocasiones:

1905-6;1909-11;

y1921-22,

paradesaparecer

casicom

pletamente

despuésde

1925.El

estudiocuantitativo

dela

viruelase

dificultaenorm

emente

antesde

1885,ya

quelos

datosrespectivos

nofueron

registradosm

inuciosamente

porlos

curasencargados

dehacerlo.

Aún

así,las

cifrasdisponibles

testimonian

lam

agnitudde

susconsecuencias:

Perío

do

N”

defallecidos

porviruela

1860-69430

21870-79

6.3271880-89

336801890-99

34966

1900-0924.422

1910-1913.115

1920-2911.711

LAE

PIDE

MIA

DE

CO

LE

RA

ENSA

NT

IAG

OY

VA

LPA

RA

ISO:

Núm

erode

defu

ncio

nes.

FUE

NT

E,

Cil,uo

Otic

oI.,

1W.

DIA

Z.op.

cHI.

DE

FUN

CIO

NE

S30Cial

—-,-

1_

t

1UI

i’1

IIIII

IV1

II¡II

:55

1II

IIIIV

—----

NO

VD

ICEN

EFE

SM

AR

18

87

1888

FUE

NT

E:

Cifra

sO

ficia

les.

Dire

cció

nN

acionalde

Estadística.

118119

Page 12: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

IST

OR

IAE

studiosR

enéSalinas

M.

SAL

UD

,ID

EO

LO

GIA

YD

ES

AR

RO

LL

OS

OC

IAL

EN

CH

iLE

.1830-1950

Las

cifrasdecenales,

sinem

bargo,esconden

lagravedad

decada

unade

lasepidem

ias.E

n1865

hay2.094

muertos

porviruela.

En

1876se

registran2.160.E

ntre1879

y1880,

murieron

11.531personas

porla

mism

acausa,

y9.686

entre1882y

1884.E

n1886

unanueva

manifestación

origina8.121

muertos.

En

losseis

añosque

vande

1890a

1895m

ueren24.618

personasa

causade

laviruela.

Entre

1905-06m

ueren14.000

personaspor

elmism

om

aly

10.621entre

19o9-11.L

aúltim

aepidem

ia,entre

1921-22,ocasionó11.200

víctimas,

parallegar

finalmente

a1925

consólo

26casos

deesa

enfermedad

y2

en193088.

Los

flagelostales

como

elcólera

yla

viruelano

sonlos

únicosque

sufrela

poblaciónchilena

alo

largode

suhistoria.

Otros

males

sontam

biénagentes

permanentes

dem

ortalidady

sucrudeza,

aligual

quelos

anteriores,tiende

adism

inuirpaulatinam

ente—

aunqueen

forma

segura—,

am

edidaque

sem

ejoranlas

condicioneshigiénicas

ysanitarias

dela

vidanacional.

Elgrupode

lasenferm

edadesinfecciosas

es,sin

duda,

elque

conocelas

cifrasm

ásaltas

yconstantes:

Período

Atendidos

porenferm

edadesinfeccionas

1900-09234.599

1910-19235.512

1920-29262.830

1930-39261.951

1940-49208.746

i.UF

N7E

:C

ifrasO

ficiales.D

irecciónN

acionalde

Estadística.

Las

cifrasanteriores

correspondena

lasatenciones

deenferm

ospor

algunasde

lassiguientes

enfermedades:

Tuberculosis

(Tisis),

tifusexantem

ático,tifu

sabdom

inal,viruela,

sarampión,

coqueluche,gripe

yotras

deescasas

incidenciaen

lacifra

total.A

quítam

biénlas

proporcionesdecenales

escondenalgunos

añosm

áscríticos:

1905-6,con60.000

atenciones.1919

CO

n43

667.1921

con33.000

y1923

con34.146.

Apartir

de1940

ladism

inuciónes

muy

significativa53.A

lgunasde

Una

epidemia

deviruela

cenllevasiem

pre

unam

ortalidadsu

perio

ral

50’4de

loscasos

afectados.y.

Pow

oO

’RIA

N,

“Revista

dela

epidemia

deviruela

de1872”,

RM

Ch.,

Nov.

1872,pp.

196-283.“D

atosestadísticos.

Defunciones

porh

viruelaen

1885y

1886”.R

MC

h.,m

ayo1657,

pp.516-521.

JEN

AR

oC

0N

TA

RD

o,

“Causas

deIs

propagacióndela

viruelaen

Chile”.

RM

Ch.,

Dic.

1677,pp.

209-222.“V

acunay

Viruela.

Estadística”,

RM

Ch.,

julio1892,

pp.262-265.

R.D

ÁviI..\

Boza,

“La

Viruela”,

RM

Ch.,

marzo

1593,pp.

81-87.D

elm

ismo,

“Medidas

contrala

viruela”,R

MC

h.,abril

1593,pp.

123-137.“E

stadísticade

varilosos.1840-1892”.

RM

Ch.,

may

o1893,

pp.238-246.

W.

UGARTES

ER

RA

NO

,“V

iruelay

vacunaen

Chile”,

Hig.

yA

ist.P

ública,1911,

pp.521-530.

Atítulo

deejem

plo,señalem

ossolam

entelas

consecuenciasde

laepidem

iade

tifusex

antem

ático

ocurridaen

Santiago,

entrelos

meses

defebrero

yseptiem

brede

1919.L

oshospitales

recibieronun

totalde

7.913enferm

os,dolos

cualesfalleció

el1511.

Las

repercusionesparecen

habersido

igualmente

gravesen

elresto

delpaís.

En

Concepción,

ensólo

10días

(del6

al15

de

estasenferm

edades“infecciosas”

constituyenauténticas

“cegadorasde

vida”,y

serepiten

alo

largode

muchos

años.L

atuberculosis,

porejem

plo,cuyos

caracteresson

particularmente

graves.El fuerte

ritmo

dem

ortalidadpor

tub

erculosis

sólose

detienea

medida

quem

ejoranlas

condicionesde

vida,y

esjustam

entela

estrechadependencia

coneste

último

factorlo

queexplica

sularga

permanencia.

Período

Mortalidad

potT

BC

1860-6915.898

1870-7929.621

1880-8931.231

1890-9948.534

1900-0981.483

1910-1992.429

1920-2995.398

1930-39114.553

1940-49130.040

1950-5946.827

FUE

NT

E:

Cifras

Oficiales.

Dirección

Nacional

deE

stadística,

Sólom

uyrecientem

ente,a

mediados

delsiglo

xx,los

programas

públicosde

prevenciónhicieron

posiblecontrolar

laalta

mortalidad

queoriginaba

latu

ber

culosis.A

diferenciade

otrosm

ales,en

estecaso

nohay

añosexcepcionales,

sinoque

elnivel

esperm

anentemente

estableen

tornoa

los10.000

casospor

año56.L

asposibilidades

debrindar

unaatención

sanitariaeficiente

ala

poblaciónaum

entaronconsiderablem

entedurante

elsiglo

xx,contribuyendo

conello

aerradicar

definitivamente

lafatal

propagaciónde

algunasepidem

ias.M

uchosm

alesque

ocasionaronnum

erosaspérdidas

devidas

humanas

enel

sigloxix

desaparecencasi

porcom

pletoa

partírde

ladécada

delto. S

abemos

queen

1860

existíanen

Chile

27hospitales

distribuidosen

todaslas

provinciaspara

atender

septiembre),

elhospital

recibió50

enfermos

detifus

exantemático,

falleciendo10.

V.

“La

Epidem

iad

elifus

exantemático”,

RM

Ch.,O

ct.1919,

pp.793-798.

A.

AT

RÍA

,“Eltifus

exantemático

enC

hile”,R

Ch.

1-hg.,1919,

pp.63-149.

Otro

ejemplo

noslo

dala

pestebubónica,

queatacó

ala

pequeñalocalidad

deP

isaguaen

losm

esesde

febreroy

marzo

delaño

1905.En

losdos

meses

seatendieron

500afectados,

delos

cualesm

urieron130,

osca,

el26%

.V

.L

uisM

Iool,E

’roN

,“L

apeste

bubónicaen

Pisagua”.

R.

CH

.H

ig.,1906,

pp.185-235.

Elaño

1907este

mism

o.mal

atacóal

puertode

Anca.

Entre

marzo

ym

ayo,la

solaestación

sanitariaatendió

105casos,

falleciendo50

deellos.

Tam

biénen

Iquiquese

recibieron200

enfermos,

delos

cualesm

urieron81.

V.

“La

pestebubónica

enC

hile”,R

.C

h.H

ig.,1010,

pp.183-195.

‘ER

NE

sTo

SozA,

“Breve

historiade

latuberculosis

enC

hile”.R

ey,de

Beneficiencia

Pública,

1922,pp.

302-317.R.

VIL

AB

QzA

,“M

ortalidadpor

tuberculosisen

algunasciudades

deC

hiie”,R.

Ch.

Hig.,

1907,pp.

300-306.

120121

Page 13: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

CU

AD

ER

NO

SD

EH

ISTO

RIA

Estudios

René

SalinasM

.SA

LUD

,ID

EO

LO

CIA

5D

ESA

RR

OL

LO

SO

CIA

LEN

CH

ILE

.1830-1550

unapoblación

cercanaal

millón

ym

ediode

habitantes.A

comienzos

delsiglo

xx,su

número

subióa

69,m

ientrasque

lapoblación

sedupticó.

En

laprim

eram

itaddel

sigloxx,

lacapacidad

hospitalariadel

paísaum

entóal

doble.

AN

ON

’D

EP

AC

IEN

TE

SN

”D

E

HO

SPITALES

AT

EN

DID

OS

CA

MA

S

186529

535891875

1248.403

188564

58.065—

190074

63.151—

190580

89.707—

191098

103.56210.106

1915109

110.97610.395

1920117

142.17311.806

1925124

149.95012614

1930142

206.18315.697

1935149

261.26218.045

1940161

312.69924.982

1950178

434.13427.832

rctrr:

Cifras

Oficiales.

Dirección

Nacional

deE

stadística.

Com

oya

lohem

osseñalado,

sonel

mejoram

ientosanitario

yel

mejo

ramien

tode

lascondiciones

generalesde

lavida

nacional,los

principalesantecedentes

queexplican

eldecrecim

ientode

muchos

males

epidémicos

oendém

icosy

ladesaparición

definitivade

algunosde

ellos.L

os17

individuosque

fallecieronpor

cadaioo

queingresaron

alos

hospitalesde

laR

epúblicaen

1559,dism

inu

ye

rona

4a

comienzos

dela

segundam

itaddel

sigloxx.

Del

mism

om

odo,el

número

dehabitantes

porcada

hospitalse

redujoa

lam

itadentre

iseoy

1950,pasando

de5o.ooo,

apoco

más

de20.000.

En

fin;si

acom

ienzosdel

sigloxx

sólodos

personasde

cada100

recibióatención

hospitalaria,en

issola

cifrafue

cercanaa

los70.

No

sóloel

evidenteaum

entode

laatención

hospitalariaconstituye

unindicador

valiosodel

mejoram

ientode

lascondiciones

sanitarias.Junto

aéste,

correparalelo

otroproceso

deperfeccionam

ientoprofesional

yde

modern

ización

dela

infraestructura.A

ellonos

referimos

enla

partede

lainvestigación

dedicadaa

la“m

edicalizaciónde

lasociedad”.

Pero

también

esnecesario

destacarlas

campañas

yprogram

asde

prevencióny

detenciónde

algunosm

alesagudos,

como

laviruela,

latuberculosis,

lasdesinterías,

etc.,y

lascam

pañasde

vacunaciónm

asiva.El

nexode

causasm

ásim

portantesen

lam

antenciónde

loselevados

nivelesde

mortalidad

general,m

aterna,desn

utri

dón

y,m

uyespecialm

ente,m

ortalidadinfantil,

eranlas

condicionesen

dém

icas

quepred

om

inab

an.

Lapropagación

dela

vacunay

suaplicación

atodos

lossectores

dela

poblacióncontribuyó

considerablemente

adism

inuirelm

ortíferoritm

ode

algunasepidem

ias.

Período

N”

devacunaciones

(promedio

anual)

1860-69134.450

1870-79192.786

1880-89656.721

1890-99447592

1900-09581.847

1910-19.

702.9531920-29

1.472.7561930-39

1.049.090

FU

EN

TE

:C

ifrasO

ficiales.D

irecciónN

acionalde

Estadística.

LA

MO

RT

AL

IDA

DIN

FA

NT

IL

Hem

osdicho

anterio

rmen

teque

lam

Lterte

eraun

factoro

mnip

resente

enla

sociedadchilena

delsiglo

xix,y

quela

mortalidad

infantilera

pavorosa.La

esperanzade

vidaal

nacerera,

paraun

varón,no

superiora

[os28

años.E

starealidad

sem

odificóleve,

aunqu

esistem

áticamente,

hasta1940.A

mediados

delsiglo

xix,de

cada100

niñosnacidos

vivos,m

enosde

70alcanzaban

elaño

deedad,

yno

más

dela

mitad

llegabana

lacondición

deadultos.

Las

causasgenerales

deesta

realidadcom

ponenuna

largaserie:

malas

condicionesh

igié

nicas,habitaciones

insalubres,obras

sanitariasinsuficientes,

aguasco

ntam

ina

das.H

ayque

agregar,adem

ás,la

deficientealim

entaciónde

lasfam

iliaspop

ulares

ylos

constantesbrotes

epidémicos.

No

esfácil

establecertasas

segurasde

mortalidad

infantil.A

mediados

delsiglo

xixera

superiora

300por

mil

nacidosvivos.

La

recientepublicación

deuna

seriede

tasasde

mortalidad

infantilpara

elperíodo

1870.1975parecen

estaralgo

disminuidas,

alm

eno

sen

losprim

erosdecenios

dela

Tabla57.

Para

elperíodo

1890-95,habría

sidode

377por

mil

nacidosvivos,

deacuerdo

alestudio

deM

urilloredactado

en189958.

Acom

ienzosdel

sigloxx,

estatasa

habríabajado

ao

porm

il,testim

oniandoun

lentom

ejoramiento

enla

esperanzade

vidade

losm

enoresde

unaño

porcada

i.ooonacidos

vivosen

l94o

’.E

notras

pala

bra

s,podem

osdecir

quetras

estosporcentajes

seesconde

unexitoso

esfuerzopor

reducirlas

muertes

prem

aturas

yau

men

tarel

progresonacional.

Aunque

lenta,la

disminución

expresaun

mejoram

ientode

lascondiciones

socialesy

ambientales,

probablemente

acompañado

deun

aumento

dela

57HistoricalStatisticsof C

hile.D

emoçriplnand

La)orForre.V

ol.2.

Com

piledhy

Markos1

Mam

alakis.

Westport,

Connecticut,

1980.p.

40.“C

on

tra338,0

queseñala

Mam

alakis.C

f.A

.M

UR

ILL

O,

“La

mortalidad

enS

antiago”,R.

Ch.

Hig.,

V.

1699,p.

96.“V

.H

uco

Bt:iisi,M

ortalicjadInfantil

niveldrvida.

Santiago.

1962,p

42.L

aesp

eranza

devida

alnacer

nosería

superiora

30,5años

hasta

1920.L

uegoconoce

unfuerte

incremento,

llegandoa

38,1en

1940y

50,2en

1952.y.

ED

UA

RD

OE.

AR

RIA

G,s,

Neo’

LifeTablesfor

LatinA

merican

Populationin

theSineteenfh

andT

uxntiethC

euturies.C

alifornia,B

erkeley,1968.

p.65

122123

Page 14: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

LAM

OR

TA

LID

AD

POR

TB

C.

(Pro

med

ios

decen

ales).

René

SalinasM

.S

AL

LO

,ID

EO

LO

CIA

YD

ES

AR

RO

LL

OS

OC

IAL

ENC

HIL

E.

1830-1950

riquezadel

país,ya

quese

tratade

unindicador

altamente

sensiblea

ladistribución

delos

recursos.M

ejoralim

entación,m

ayoratención

alas

oleadasepidém

icas,dism

inucióndel

alcoholismo,

oportunaatención

médica,

setran

sform

aronen

objetivosinm

ediatosde

programas

nacionalesinspirados

porel

Estado

porla

víade

unareasignación

derecursos.

Pero

ellosólo

esm

arcada

mente

notorioa

finesdel

períodoestudiado.

En

loslíX

Jaños

anteriores,la

realidades

laopuesta.

Los

factoresque

puedeninsidir

enla

mortalidad

infantilson

complejos.

Alos

yaseñalados,

yque

losobservadores

contemporáneos

ponensiem

prede

manifiesto,

nuestrainvestigación

pretendetam

biénocuparse

deotros:

laedad

dela

mujer

alparto,

lasucesión

delos

intervalosde

losem

barazos,la

acciónm

édicadirecta,

lailegitim

idady

lalactancia

materna.

En

relacióncon

estoúltim

o,probablem

entela

mujer

conocióuna

excepcionalfecundidad

ycortos

intervalosintergenéticos,

explicablesen

partepor

lacostum

brede

alimentar

alos

menores

fueradel

hogar,práctica

quehabría

sidom

áscom

únde

loque

sepiensa.

“..

lam

ayorparte

delos

niñosde

lasclases

más

altasy

más

bajasno

mam

andel

pechode

susm

adresm

ásque

porescepción”,

afirma

unestudio

de1

89

9.

Los

hijosde

familias

acomodadas

sonentregados

alamam

antamiento

denodrizas,

queno

siempre

vigilancon

rigurosidadlos

cuidadosque

requiereel

reciénnacido.

Por

suparte,

estasnodrizas

abandonansus

propioshijos

enm

anosde

otrasm

ujerespara

dedicarsea

criarhijos

ajenos,a

cambio

deuna

retnbucíónsuperior

acinco

pesosm

ensuales.

Loanterior

debilitólas

condicionessociales

yam

bientalesde

losprim

erosm

esesde

vida,acentuando

lospeligros

paralos

reciénnacidos.

“...pued

eafirm

arse...de

lageneralidad

delas

nodrizas,que

porlo

menos

mata

cadauna

unniño

yenferm

aa

otro;m

ataal hijo

propioque

abandona,y

enferma

alniño

ajenoque

toma

asu

cuidado”.A

síse

describíaesta

prácticaa

finesdel

siglox,xM

.Pero

ellogeneró

también

otrosefectos

concomitantes,

como

larean

uda

ciónde

laovulación

enlas

madres

queno

amam

antan,acelerando

tos“ries

gos”de

unnuevo

embarazo,

Obien

elretraso

delm

ismo

hechoentre

tasnodrizas,

queespaciarían

asísus

propioshijos.

No

podemos

terminar este

informe, sin

reafirmar elsentido

provisoriode

lasconclusiones

apuntad

asen

¡aspáginas

anteriores.Igualm

ente,el

carácterfuertem

enteinterdisciplinario

queconlieva

estainvestigación,

orientadaal

conocimiento

deuna

problemática

biohistóricaque

permita

com

pren

der

mejor,

porun

lado,las

interrelacionesideológicas

expresadasen

laform

ade

enten

der

unproblem

asocial

—la

salud—,

y,por

otro

,las

respuestasque

dael

grupopara

suatención.

Agreguem

osque

lapresencia

tardíadel

Estado

enlas

políticasde

saludson

coincidentescon

unam

ayorintegración

deltrabajador

al

‘R.

VIL

AB

OZ

A,

“Mortalidad

delos

niñosen

Santiago...”,

p.310.

“1ld.ant.

p.312.

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1990-091090-99

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191920—

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50

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Page 15: Salud, Ideologia y Desarrollo Social en Chile (1)

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La

salud

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pro

greso

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idos.

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__

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Ensayos

1

126

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