sacramentos de la iniciación cristiana

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SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANANDC SUMARIO: I. El bautismo: 1. Perspectiva antropológica; 2. Perspectiva bíblica; 3. Perspectiva histórica; 4. Perspectiva teológica; 5. Perspectiva pastoral. II. La confirmación: 1. Perspectiva antropológica; 2. Perspectiva histórico-litúrgica; 3. Perspectiva teológica; 4. Perspectiva pastoral. III. Primera eucaristía e iniciación cristiana; 1. Origen y evolución de la primera eucaristía; 2. Valoración teológica.Nuestro objetivo es presentar, de forma sistemática, pero también sintética y pedagógica, el sentido fundamental de los tres sacramentos de la iniciación cristiana, en el cuadro de la iniciación global. Para mayor claridad metodológica, presentaremos cada momento sacramental por separado, y nos fijaremos en los siguientes aspectos: 1. Dimensión antropológica. 2. Dimensión bíblica histórica. 3. Dimensión teológica. 4. Dimensión pastoral. 5. Dimensión catequético-litúrgica.I. El bautismo«El bautismo, puerta de la vida y del Reino, es el primer sacramento de la nueva ley», y el momento sacramental primero de la iniciación cristiana. Es punto de partida y referente obligado de toda la vida cristiana. Es desencadenante de un proceso iniciático que se desarrolla en la confirmación y que culmina en la eucaristía. Por eso debe considerarse no como un sacramento aislado, sino relacionado con los otros momentos sacramentales y extrasacramentales de la iniciación. La Conferencia episcopal española recuerda que el bautismo es «la puerta que abre el acceso a otros sacramentos... un principio y un comienzo porque todo él tiende a conseguir la plenitud de la vida en Cristo. [Es un] acontecimiento fundamental, obra de Dios..., del cual depende la vida en Cristo y en la Iglesia» (La iniciación cristiana. Reflexiones y orientaciones [IC], 54). Siendo el momento sacramental más decisivo, no es el único. Tratándose de un único bautismo, se realiza en diversas formas y situaciones bautismales (bautismo de adultos, de niños, en edad de escolaridad...), que deberemos tener en cuenta (cf IC 69-84, 134-138).1. PERSPECTIVA ANTROPOLÓGICA. La dimensión antropológica contempla el enraizamiento del sacramento en la misma naturaleza y experiencia humana. Esta experiencia es muy diferente en el caso de un niño, de un joven, o de un adulto. El joven y el adulto viven de forma consciente, a lo largo del proceso iniciático, una experiencia de transformación y tránsito vital, de nuevo nacimiento, que incluye: la conversión personal y la opción libre, la experiencia de Dios y de un nuevo tipo de relación comunitaria, el descubrimiento de un nuevo sentido de vida que reorienta la totalidad de la existencia...Pero, cuando se trata de un niño, hay que remitirse al acontecimiento biológico-antropológico del nacimiento, cual momento crítico, situación fundamental, o rito de tránsito (rite de passage), que es vivido de forma muy especial. Para el niño que nace se trata de un verdadero tránsito biológico, que supone pasar de una existencia intrauterina a una existencia extrauterina. Pero es un tránsito pasivo, inconsciente, paciente por su parte, no un tránsito activo, consciente y experiencial. En cambio, para los padres se trata de un tránsito cargado de experiencia física, psicológica, humana y hasta espiritual, que connota diversos aspectos: paso de la expectación a la realidad, de la incertidumbre a la certeza, de la preocupación a la alegría, de la expectativa a la admiración. Se trata de una experiencia pregnante y densa, cuyo sentido sobrepasa la simple explicación física y racional.Ante esta experiencia, es lógico que el hombre sienta la necesidad de referirla al Ser Superior o al Dios en que cree, buscando una cierta sacralización ritual, que para la gran mayoría de las personas de nuestro entorno cultural viene a ser el rito religioso cristiano del bautismo. Esta sincronía entre experiencia antropológica y celebración del bautismo puede considerarse como algo positivo. La corr

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SACRAMENTOS DE LA INICIACIN CRISTIANANDCSUMARIO:I.El bautismo: 1. Perspectiva antropolgica;2.Perspectiva bblica;3.Perspectiva histrica; 4. Perspectiva teolgica;5.Perspectiva pastoral. II. La confirmacin: 1. Perspectiva antropolgica;2.Perspectiva histrico-litrgica;3.Perspectiva teolgica; 4. Perspectiva pastoral. III. Primera eucarista e iniciacin cristiana; 1. Origen y evolucin de la primera eucarista;2.Valoracin teolgica.

Nuestro objetivo es presentar, de forma sistemtica, pero tambin sinttica y pedaggica, el sentido fundamental de los tres sacramentos de la iniciacin cristiana, en el cuadro de la iniciacin global. Para mayor claridad metodolgica, presentaremos cada momento sacramental por separado, y nos fijaremos en los siguientes aspectos: 1. Dimensin antropolgica. 2. Dimensin bblica histrica. 3. Dimensin teolgica. 4. Dimensin pastoral. 5. Dimensin catequtico-litrgica.

I. El bautismoEl bautismo, puerta de la vida y del Reino, es el primer sacramento de la nueva ley, y el momento sacramental primero de la iniciacin cristiana. Es punto de partida y referente obligado de toda la vida cristiana. Es desencadenante de un proceso inicitico que se desarrolla en la confirmacin y que culmina en la eucarista. Por eso debe considerarse no como un sacramento aislado, sino relacionado con los otros momentos sacramentales y extrasacramentales de la iniciacin. La Conferencia episcopal espaola recuerda que el bautismo es la puerta que abre el acceso a otros sacramentos... un principio y un comienzo porque todo l tiende a conseguir la plenitud de la vida en Cristo. [Es un] acontecimiento fundamental, obra de Dios..., del cual depende la vida en Cristo y en la Iglesia(La iniciacin cristiana. Reflexiones y orientaciones [IC],54). Siendo el momento sacramental ms decisivo, no es el nico. Tratndose de un nico bautismo, se realiza en diversas formas y situaciones bautismales (bautismo de adultos, de nios, en edad de escolaridad...), que deberemos tener en cuenta (cf IC 69-84, 134-138).1. PERSPECTIVA ANTROPOLGICA. La dimensin antropolgica contempla el enraizamiento del sacramento en la misma naturaleza y experiencia humana. Esta experiencia es muy diferente en el caso de un nio, de un joven, o de un adulto. El joven y el adulto viven de forma consciente, a lo largo del proceso inicitico, una experiencia de transformacin y trnsito vital, de nuevo nacimiento, que incluye: la conversin personal y la opcin libre, la experiencia de Dios y de un nuevo tipo de relacin comunitaria, el descubrimiento de un nuevo sentido de vida que reorienta la totalidad de la existencia...Pero, cuando se trata de un nio, hay que remitirse al acontecimiento biolgico-antropolgico del nacimiento, cualmomento crtico,situacin fundamental,o rito de trnsito (rite de passage),que es vivido de forma muy especial. Para el nio que nace se trata de un verdadero trnsito biolgico, que supone pasar de una existencia intrauterina a una existencia extrauterina. Pero es un trnsito pasivo, inconsciente, paciente por su parte, no un trnsito activo, consciente y experiencial. En cambio, para los padres se trata de un trnsito cargado de experiencia fsica, psicolgica, humana y hasta espiritual, que connota diversos aspectos: paso de la expectacin a la realidad, de la incertidumbre a la certeza, de la preocupacin a la alegra, de la expectativa a la admiracin. Se trata de una experiencia pregnante y densa, cuyo sentido sobrepasa la simple explicacin fsica y racional.Ante esta experiencia, es lgico que el hombre sienta la necesidad de referirla al Ser Superior o al Dios en que cree, buscando una cierta sacralizacin ritual, que para la gran mayora de las personas de nuestro entorno cultural viene a ser el rito religioso cristiano del bautismo. Estasincrona entre experiencia antropolgica y celebracin del bautismopuede considerarse como algo positivo. La correspondencia entre los diversos planos (biolgico-antropolgico-ritual-religioso-sacramental) no puede considerarse como dificultad, sino como ventaja, para comprender cmo lo cristiano abarca y se extiende a la totalidad de lo humano.Ahora bien, precisamente donde descubrimos la riqueza podemos descubrir tambin la limitacin. Y es as, porque en el bautismo de nios quienes viven una verdadera situacin antropolgica sacramental no son los propios nios, incapaces de sentir la experiencia de trnsito y vivir la pregnancia de la situacin antropolgica, sino sus padres (quizs padrinos, familia). Y, sin embargo, el sujeto del sacramento del bautismo no son los padres, sino el nio, quien queda emplazado para vivir esta experiencia en un tiempo posterior deautonacimiento.2. PERSPECTIVA BBLICA. El origen del bautismo cristiano hay que buscarlo en el contexto judeo-bblico en que nace y se desarrolla. En primer lugar, tenernos las abluciones rituales, que en el pueblo de Israel afectaban tanto a personas como a objetos, y estaban destinadas a expresar la obediencia a Dios y, sobre todo, a mantener o recuperar la pureza legal o cultural que permitiera acercarse a Dios y participar en el acto sagrado (Lev 11,32.40; 2Re 5,14; x 40,12). En segundo lugar, nos encontramos ya con la existencia de diversos tipos de bautismo: el (Je los proslitos o paganos que se convertan al judasmo (cf Talmud); el de los esenios, practicado con los miembros que ingresaban en esta secta y localizado en Qumrn (cf Gran Regla); y sobre todo, el bautismo de Juan Bautista, relacionado con los movimientos bautismalistas escatolgicos al borde del Jordn, que se distingue por estas notas: inmediatez del juicio escatolgico, exigencia de una conversin interna que se manifieste en obras, perdn de los pecados que anuncia una nueva purificacin en el agua y el Espritu, congregacin de los bautizados en la nueva comunidad (cf Mt 3,2.6.11-12; Lc 3,3.10-14; Mc 1,8).A. Qu hace y ensea Jess respecto al bautismo?Jess pertenece al grupo de los bautizados por Juan, a la comunidad inicial del nuevo Israel. Conoce las corrientes bautistas y el mismo bautismo de Juan, como testifican los cuatro evangelistas (Mc 1,9-11; Mt 3,13-17; Lc 3,21-22; Jn 1,19-34). El mismo Bautista (Mt 11,2-6 y par.), y despus sus discpulos (Mt 14,12), tuvieron relacin con Jess. Por otro lado, es claro que Jess recibi el bautismo de Juan, aunque lo normal era que el inferior recibiera el bautismo del superior. Y parece probable que durante algn tiempo form su propio grupo, en donde tambin se bautizaba (Jn 3,22.26; 4,1-2). Por lo dems, cabe destacar los siguientes datos:a) El bautismo de Jess.Jess se deja bautizar por Juan (Mc 1,9-11 y par). La historicidad del hecho no se puede poner en duda. Su significado es importante: aceptacin y refrendo por Jess del bautismo de Juan; aceptacin y respuesta del mismo Padre al gesto de Cristo (Rasgarse el cielo, reposar de la paloma, t eres mi Hijo muy amado); inauguracin de la nueva etapa de la llegada del Reino en l o investidura mesinica.b) Jess une el bautismo a su pasin y muerte,es decir, a su misterio pascual. As se manifiesta en Mc 10,38-40 (cf Mt 20,20-23), con la respuesta que da a la madre de los hijos del Zebedeo (Santiago y Juan), donde a su muerte la llama su bautismo, y donde relaciona el bautismo como momento de trnsito y prueba con su pasin y su muerte. La misma relacin puede verse en el texto de Lc 12,49-50, donde su muerte es el bautismo de su sangre.c) Jess explica el sentido del bautismo como nuevo nacimiento.El lugar ms significativo es el del encuentro con Nicodemo: Jn 3,1 ss. Jess dice a Nicodemo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nacer de nuevo es cambiar el corazn, la realidad ms profunda, las intenciones, la orientacin, las obras, el ser. Pero adems, estecambioimplica unnacer de arriba,es decir: por gracia de Dios, por obra del Espritu, no por obra de la ley o de las obras humanas, o de lacarney del simple proceso generativo natural. Y es el amor y el Espritu el que crea esta nueva identidad-relacin por el nacimiento espiritual. Y todo ello lo entiende Juan como una gracia pascual (vv. 13-17), pues tiene su punto de referencia en la gracia de Pascua, ya que sucedi por Cristo, que fue quien baj y subi al cielo (v. 13), y que fue elevado en la cruz para que todo el que crea en l... tenga vida eterna (v. 16). Se entiende, pues, que la Iglesia primitiva explicara con frecuencia el bautismo como el nuevo nacimiento (Tit 3,5; lPe 1,3.23).d) El mandato de bautizar y el origen del bautismo.Encontramos este mandato en Mt 28,16-20 y en Mc 16,15-16. Aunque se discute si este mandato tiene su origen en el Jess histrico o en el Seor resucitado,parece claro que la conexin entre la aparicin pascual y la misin es tradicin antiqusima. La asociacin de la misin o proclamacin y el bautismo forman un conjunto, y los textos entienden que esta asociacin fue efectuada por el Resucitado en su encargo misionero. Por eso, el origen del bautismo cristiano debe relacionarse con el mandato y misin de Cristo.B.La comunidad apostlica y el bautismo.El comienzo de la prctica bautismal cristiana no est en la vida terrestre de Cristo, sino en la vida de la comunidad que nace de la Pascua y Pentecosts, y de la que nos hablan los Hechos de los apstoles. Entre el bautismo de Jess en el Jordn, Pentecosts y el bautismo cristiano, existe una continuidad y una diferencia: Juan bautiz con agua, pero vosotros seris bautizados en el Espritu Santo (He 1,5). El bautismo nuevo se realiza, pues, en la novedad prometida (Jn 3,1.5-8; Mt 3,12) y cumplida (Jn 20,22-23; He 2,1ss.) en la Pascua de Cristo.Pero, cmo se confera el bautismo en la Iglesia primitiva? Cules son las condiciones subjetivas, los elementos del proceso bautismal y el rito del mismo bautismo?a) Condiciones para el bautismo.Dios llama a todos, y la Iglesia ofrece el bautismo a todos, sean judos o griegos, samaritanos o gentiles (He 2,39; 4,4; 5,14; 8,4.26-40; 10,1-11). La nica condicin que se exige es escuchar y creer en el evangelio o buena noticia; que Cristo es el Hijo de Dios, que ha muerto y resucitado por nuestra salvacin (kerigma); y cambiar de vida por la conversin (2,38-41; 8,12; 19,14; 3,19).b) Elementos del proceso bautismal.Tal como se describe en diversos lugares del Nuevo Testamento (He 2,37-41; 8,35-39; 1Tes 1,5-8; 4,7-8; Gl 2,6; 6,11; Rom 6,1-14; 2Cor 1,21-22), la secuencia del proceso bautismal es: predicacin-fe-bautismo-agregacin a la comunidad. Estos elementos se explicitan diversamente segn los casos. En Mt 28,18-20 y Mc 16,15-16 se nos ofrece una especie de proceso pleno del hacerse y permanecer como cristiano, que implica integrativamente estos aspectos: envo y misin: evangelizacin y proclamacin de la buena noticia; fe y adhesin a Cristo: celebracin del bautismo; compromiso en la lucha contra el mal; fidelidad a Cristo, sin perder la esperanza. Slo cuando se dan estos elementos se realiza la plena incorporacin al nuevo pueblo mesinico (He 5,13; 2,28; 10,47; 8,17; 19,5ss).c) Rito del bautismo.Aunque el Nuevo Testamento no ofrece una descripcin sistemtica del rito, s nos proporciona datos suficientes para reconstruirlo, aun existiendo diferencias de usos y ritos. Los elementos de la celebracin seran estos: 1) discernimiento sobre la fe y la vida del bautizando, que seguira al proceso de instruccin (He 8,36...); 2) heterobautismo: lo que supone que se realiza por medio de unministro obautista, probablemente con una verdadera submersin: el bautista hunde bajo la superficie del agua al candidato (sentido debpto, bptizo, butrn:Ef 5,26; Tit 3,5; 1Cor 6,11; He 8,38; 22,16; Heb 10,22); 3) en y con agua: los testimonios son unnimes al respecto; laDidajhabla de que, a ser posible, debe ser agua viva (VII,2); 4) la frmula o invocacin bautismal con toda probabilidad, al principio fue en el nombre de Jesucristo, aunque luego pasara a ser la frmula trinitaria; 5) es posible considerar como ritos posbautismales la imposicin de manos de que nos habla Hechos 8,17 y 19,5 (cf Heb 6,1), as como la imposicin del vestido o vestidura blanca (cf Gl 3,26-27), y la uncin y el sello (2Cor 1,21-22; 1Jn 2,20.27), ritos que vendran a desarrollarse posteriormente.3. PERSPECTIVA HISTRICA. a) Durante los tres primeros siglos, la reflexin doctrinal y la configuracin ritual del bautismo se ven estimuladas por los siguientes hechos: dependencia del judasmo y aplicacin al mundo y cultura paganos; necesidad de una catequesis y preparacin al bautismo (catecumenado), controversias bautismales (por ejemplo, con los donatistas); praxis celebrativa (ritos bautismales). Testimonios como laDidaj,Justino,Odas de Salomn, Pastor de Hermas,Orgenes, Tertuliano, laTradicin apostlica,Ireneo, Cipriano... dan fe de una progresiva explicitacin y configuracin ritual y pastoral del bautismo, desde los datos del Nuevo Testamento. Es sobre todo laTradicin apostlica(siglo III) la que con ms detalle nos describe el bautismo y los ritos bautismales, como momento culminante de un proceso unitario y total, que constituye la iniciacin cristiana. Despus de tres aos de catecumenado, en el que se combinan la instruccin catequtica, la oracin y los ritos, el cambio moral y la progresiva insercin en la vida de la comunidad..., se celebran los ritos bautismales (bautismo deagua, unciones posbautismales, imposicin de manos y signacin, eucarista en la comunidad adulta), durante la vigilia pascual y presididos por el obispo(Trad. Ap.20-21: B. Botte, 42-59).b) La poca patrstica (siglos V-VI), cuyos testimonios ms importantes son Cirilo de Jerusaln, Teodoro de Mopsuestia, Juan Crisstomo, Ambrosio, Agustn..., supone un desarrollo importante de la iniciacin en todos sus aspectos: 1)La preparacin catecumenal,cuya poca de esplendor fue a finales del siglo III y durante el siglo IV, sufre ahora importantes cambios, debido al ingreso en masa a la Iglesia despus de la conversin de Constantino, a la prolongacin interesada del catecumenado por no decidirse a aceptar los compromisos bautismales(recrastinantes), ya la consecuente transformacin de los tiempos catecumenales: ahora casi toda la preparacin se concentra en la cuaresma, tiempo en el que se acumulan catequesis, ritos, exorcismos y escrutinios, mientras se tiende a dar un fuerte contenido al momento posbautismal o mistaggico del tiempo pascual.2) La reflexin teolgica bautismalpresenta un gran desarrollo, debido a los escritos y catequesis de los Padres citados. Los puntos ms salientes son: la comprensin del bautismo en el dinamismo de la historia de la salvacin; la explicacin tipolgica bautismal, desde el ciclo del Gnesis (paraso, Adn, aguas, diluvio) o desde el ciclo del Exodo (liberacin de Egipto, Moiss, Mar Rojo, Pascua). Por otro lado, el contenido del mismo bautismo se explicitar desde sus diversas denominaciones (don, carisma, bao, sello, iluminacin,uncin, compromiso de fe...), mientras se insiste en su eficacia salvadora y purificadora por la bendicin del agua y la intervencin del Espritu. 3)La evolucin ritual y pastoraltambin es considerable en esta poca. Mientras el rito fundamental del bautismo no vara, se desarrollan los ritos prebautismales (exorcismos, escrutinios, entregas) y los posbautismales (uncin, imposicin de manos, crismacin, signacin, lavatorio de los pies), segn las diversas tradiciones. El cambio ms importante, sin embargo, consiste en la prdida paulatina de la unidad de celebracin de todos los ritosbautismalesen la vigilia pascual, debido, entre otras razones, a la generalizacin del bautismo de nios, la multiplicacin de las parroquias, la reserva al obispo del rito de lacon firmado(en occidente), la imposibilidad del mismo obispo de presidir los ritos bautismales en todas las comunidades en la vigilia pascual. Todo ello condujo no slo a la desaparicin progresiva del catecumenado, sino tambin a ladescomposicindel sistema inicitico original y a la separacin de los ritos de la iniciacin. El paso del bautismo de adultos al bautismo de nios generalizado, no supuso la creacin de un nuevo ritual del bautismo adaptado, sino una condensacin de ritos con leves acomodaciones(Gelasianum; Ordo Romanus XI).c) Desde laEdad media hasta el Vaticano II,varios son los fenmenos a resaltar: 1) Una reflexin teolgico-sistemtica sobre el bautismo, realizada sobre todo por la gran escolstica (Hugo de San Vctor, Pedro Lombardo, Alejandro de Hals, san Buenaventura y santo Toms...), desde el esquema clsico de sacramento: origen e institucin, definicin, el signo del bautismo, tipos de bautismo, ministros y sujetos, eficacia y efectos del bautismo, preparacin y fe bautismal; 2) una defensa y clarificacin teolgica, con motivo de lacontroversia con los Reformadores y la respuesta de Trento, especialmente en lo referente a la justificacin de bautismo de nios, la eficacia y la gracia bautismal, la importancia de la fe y del crecimiento bautismal (D5. 1614-1627).4. PERSPECTIVA TEOLGICA. Quieneshan sido incorporados a Cristo por el bautismo, constituyen el pueblo de Dios, reciben el perdn de todos sus pecados, y pasan a la condicin humana en que nacen como hijos de primer Adn al estado de hijos adoptivos, convertidos en nueva criatura por el agua y el Espritu Santo. Por eso se llaman y son hijos de Dios> (RBN[Ritual del bautismo de nios]2; cf CCE 1213; IC 54). En resume el contenido teolgico bautismal ms importante es el siguiente:a) El bautismo, acontecimiento salvfico eclesial.El bautismo es la continuacin eclesial de losmirabilia Dei,en una persona particular, a travs del signo del agua. Es unkairs,o momento privilegiado que actualiza el amor gratuito y soberano de Dios en el sujeto creyente y en la comunidad entera. En el bautismo acontece la salvacin no slo para m sino para toda la Iglesia, en la visibilidad histrica del signo sacramental del agua. El hecho de que el Nuevo Testamento site el bautismo en la lnea de los acontecimientos salvfico (1Cor 10,1-6; lPe 3,18-22); la constante interpretacin tipolgica de los Padres; la permanente expresin litrgica olex orandide su memoria histrica..., nos estn indicando que el bautismo hay que inscribirlo entre las obras privilegiadas de Dios, que contina liberndonos del mal y hacindonos partcipes de su vida.b) El bautismo, accin maternal de la Iglesia.El bautismo es un acontecimiento eclesial, en el que aparece, como en ningn otro caso, la accin maternal de la Iglesia. Y es que la Iglesia se siente en este momento no slo afectada y concernida, sino tambin activa, participante, comprometida. La Iglesia es bautismalmente, lo mismo que el bautismo es eclesialmente. La maternidad eclesial aparece en que: la comunidad se hace presente en todos los momentos del proceso bautismal (catecumenado y ministerios); acoge fraternalmente a los bautizandos; participa activamente, por la palabra, los signos y el ejemplo, en su encaminamiento engendrador; se responsabiliza de su misin, se compromete en el acompaamiento permanente.c) El bautismo, muerte y resurreccin con Cristo.La novedad del bautismo de la Iglesia radica sobre todo en su intrnseca relacin a Cristo y su misterio. La participacin en la muerte-resurreccin de Cristo por el bautismo es, por tanto, la fuente de todo efecto bautismal, significado en el mismo rito (cf CCE 1262). El Nuevo Testamento ha expresado esta novedad cristolgica con dos frmulas sobre todo: Bautismo en el nombre de Jess, de Jesucristo o del Seor Jess; y la frmulacon-morir y con-resucitarcon Cristo por medio de las aguas bautismales, que se expresa por el rito exterior de la inmersin, cu: imitacin representativa(omoiomaimagen simblico-sacramental de la muerte de Cristo, que nos hace participar del mismo acontecimiento pascual que representa (Rom 6,3).d) El bautismo, transformacin en el Espritu.El bautismo en el Espritu supone, en primer lugar, una autocomunicacin del mismo Cristo en su Espritu (1Cor 6,11). En segundo lugar, es una autocomunicacin del mismo Espritu, que se nos da como don operante y transformante (1Co 1,22; Ef 1,13; Rom 5,5; Tit 3,5), en cuya virtud son eficaces las aguas bautismales. Puede decirse que el Esprituhaceel bautismo, por la mediacin ministerial de la Iglesia, y es a la vez fruto del mismo bautismo, como gracia que se comunica por el mismo signo sacramental: Habis sido lavados, consagrados y justificados (el Espritu, agente del bautismo)... en el Espritu (el Espritu, gracia del bautismo) (1Cor 6,11). Los efectos de esta autodonacin son el nacer de nuevo (Jn 3,3-5.7); la regeneraci (Tit 3,4-7); la liberacin del hombre viejo (2Cor 5,17; Col 3,10); la filiacin divina (Rom 8,15-17); la igualdad y radical fraternidad (lCor 12,1: Rom 12, l ss).e) El bautismo, vida nuevay filiacin divina.La participacin de la vida en Cristo y el Espritu se explica en la terminologa bautismal neotestamentaria con tres expresiones fundamentales: revestimiento nueva creacin, nuevo nacimiento o filiacin divina. Revestirse es un signo externo que indica una transformacin interna (Gl 3,27;> Rom 13,14; Col 3,10...). Es despojarse del hombre viejo para sumergirse, identificarse, configurarse con Cristo, en el hombre nuevo que es y procede de Cristo. Para indicar la radicalidad de este cambio, el mismo Pablo dice que se trata de una nueva creacin, de la creacin de un hombre nuevo (Gl 6,15; cf Col 1,15-20; Ef 2,15). Ahora bien, esta nueva creacin supone (sobre todo en el pensamiento de Juan) nacer de nuevo (Jn 3,3-5; Tit 3,5-6), por lo que venimos a ser verdaderos hijos de Dios, que nos ha predestinado a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo (Ef 1,5), es decir, hijos en el Hijo (Jn 1,12; 11,52; Un 3,1-2), causa radical de nuestra filiacin divina.f) El bautismo, justificacin y perdn de los pecados.La purificacin y perdn de los pecados es, ms que condicin, efecto y fruto principal de la gracia. Por el bautismo se nos perdonan todos los pecados: el pecado original y los pecados personales, as como todas las penas del pecado, por ser el sacramento de la justificacin radical y la nueva creacin (teologa paulina: Rom 5-7; cf CCE 1263). Ahora bien, este perdn total, esta radical transformacin, no implica inmunidad ante el pecado, sino ms bien la lucha permanente contra el mismo (Rom 6,2.17-20; 8,4ss.; 2Cor 1,22; Ef 1,14). El pecado ha sido perdonado, pero la inclinacin al pecado, la llamadaconcupiscencia, ylas mismas consecuencias temporales del pecado permanecen. Por eso el bautismo es justificacin y tarea permanente, purificacin actual y dinamismo que abarca la vida entera.g) El bautismo, sacramento de la conversin y de la fe.Fe y bautismo son dos aspectos o dimensiones de una misma realidad: la realidad del primer encuentro transformante y pleno entre Dios y el hombre, por Cristo y en el Espritu, a travs de la mediacin de la Iglesia. No se aade la fe al bautismo: el bautismo conlleva la fe. Tampoco se aade el bautismo a la fe: la fe completa es ya bautismal. El bautismo es sacramento de la fe, y la fe tiene que ser fe del bautismo. En el bautismo la feobjetiva(evangelio), la femediada(Iglesia) y la fesubjetivase encuentran, se celebran y se alimentan (cf CCE 1253) en una celebracin transitoria, pero tambin, como realidad dinmica y viva, en continuo proceso de crecimiento y perfeccionamiento.h)El bautismo, consagracin sacerdotal y edificacin de la Iglesia.Tanto en la liturgia actual como en la tradicin, de entre los aspectos indicados resaltan estos tres que queremos explicar: 1) el de la incorporacin a la Iglesia: miembros de la Iglesia; 2) el de la caracterizacin indeleble de pertenencia a Cristo y a la Iglesia: carcter, y 3) el de la participacin en su misin proftica, sacerdotal y real: sacerdocio universal. El bautismo es el medio por el cual se pasa a ser miembro del cuerpo de Cristo, en la unidad del Espritu, en la diversidad de carismas, y en la tarea de la comn edificacin (lCor 12): Porque todos nosotros... fuimos bautizados, para formar un solo cuerpo (1Cor 12,13). A la vez que nos incorpora al cuerpo de la Iglesia, nos agrega a la comunidad de los creyentes (He 2,41), y nos sella como miembros pertenecientes a la misma por elcarcter bautismal(2Cor 1,21-22). La incorporacin es a la vez consagracin, sello, pertenencia, cualificacin y misin, y para edificacin de la Iglesia, participando as de la misin proftica, sacerdotal y real: sacerdocio real del mismo Cristo. Vosotros... sois linaje elegido, sacerdocio real, nacin consagrada, pueblo de su propiedad, para anunciar las alabanzas del que nos ha llamado de las tinieblas a su luz maravillosa (IPe 2,9-10).5. PERSPECTIVA PASTORAL. Vivimosun momento de secularizacin del bautismo, de pluralizacin de situaciones bautismales, de diversidad de tipos de bautismo; el referente bautismal es sobre todo el bautismo de adultos; existen en la Iglesia diversos tipos de bautismo (de adultos, el quese difiere,de nios en edad de escolaridad, y de nios al poco tiempo de nacer). Teniendo en cuenta estos puntos, vamos a fijarnos en la pastoral que al respecto nos propone el Vaticano II y los documentos posteriores, y en la pastoral que reclama cada tipo de bautismo sealado.a) Modelo de pastoral propuesto por el Vaticano II.Fundamentalmente aparece esta pastoral en la SC, el RBN, el RICA, el CIC, el CCE y, en Espaa, la IC, refirindose sobre todo al bautismo de nios. Los ejes en que se apoya esta pastoral son los siguientes: insistencia en la fe; necesidad de preparacin, sobre todo para los padres; posibilidad de retraso del bautismo; participacin de la comunidad; responsabilidad en la educacin posterior; comprensin del bautismo como proceso y realidad dinmica.En cuanto a las normas pastorales u orientaciones prcticas por las que se ordena esta pastoral, deben sealarse: el encuentro personal con el sacerdote, o incluso con otra persona capacitada (ministro laico); los encuentros comunitarios, all donde es posible, y segn el nmero que convenga o reclamen las circunstancias. La peticin formal del bautismo, que tiene lugar como conclusin de la preparacin prebautismal. Esta pastoral mantiene las secuencias fundamentales de proceso catecumenal, ya que en ella no slo se pueden distinguir diversas etapas, sino que tambin se posibilita la realizacin de las diversas dimensiones del proceso: educacin de la fe de los padres por la catequesis (=dimensin doctrinal); cambio de actitud y de comportamiento (=dimensin moral); oracin y celebracin (=dimensin litrgica).b)Aplicaciones pastorales a los diversos bautismos.1)El bautismo de nios.Nadie puede negar la importancia y valor de esta praxis multisecular. Pero nadie puede exaltarla como la nica praxis de referencia. Esto quiere decir sencillamente que el bautismo de nios, siendo lcito, vlido y deseable, es precisoreferirloa los otros elementos, sacramentales (confirmacin-eucarista) o no sacramentales (catecumenado, catequesis, experiencia comunitaria), que lo conduzcan a su plenitud. Puesto que el bautismo de nios es el fundamento del edificio inicitico, el principio, pero no el fin, debe prepararse con el mximo esmero y atencin pastoral. Para ello ser necesario: insertar la pastoral del bautismo de nios dentro de unproyectoo plan integral de iniciacin cristiana, que valore los diversos elementos que lo constituyen; tender hacia una pastoral de preparacin que promueva una dinmica deproceso catecumenal;partir de unale; voluntad positiva de coordinacin pastoral; preparar a los laicos que puedan hacerse responsables o colaborar en esta pastoral (acogida, encuentros personales y comunitarios, celebraciones...) (cf IC 69-84).2)El bautismo o iniciacin cristiana de adultos.Es la concrecin iniciatoria de la Iglesia actual para el caso de adultos, de aquel proceso o estructura ms originaria de iniciacin (hasta el siglo VI aprox.), que abarca en sucesin (tiempos) y combinacin (grados) coherente y dinmica (catecumenado) todos los elementos doctrinales, litrgicos y morales necesarios para conducir a la persona a la iniciacin plena, o a la plena integracin en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Las aplicaciones del RICA son diversas: en primer lugar, el caso de adultos no bautizados; es la situacin propia a la que est destinado el Ritual. Otra aplicacin importante es la preparacin para la confirmacin y la eucarista de los adultos bautizados en la primera infancia, y que no han recibido catequesis (c. IV). Tambin en el caso de aquellos nios que, no habiendo sido bautizados en la infancia, y llegados a la edad de la discrecin y de la catequesis, vienen para la iniciacin cristiana, ya trados por sus padres o tutores, ya espontneamente, pero con su permiso (c. V). A esto habra que aadir la situacin de aquellos que, por necesidad o circunstancias, reciben el bautismo y la primera eucarista, pero todava no han recibido la confirmacin, que se propone para una edad ms avanzada (adolescencia o juventud). Finalmente, otra situacin en la que debe aplicarse el proceso catecumenal del RICA es aquella de adultos ya bautizados, confirmados y eucaristizados que, en un momento de su vida, desean renovar su fe y su bautismo, y aceptan seguir lo que llamamos uncatecumenado de adultos, obien unneocatecumenado.(Cf IC 111-133).3) El bautismo que se difiere o diferido.Es el bautismo que se retrasa o difiere a edad ms avanzada, generalmente a partir del uso de razn de los nios, y se justifica por lasgarantas insuficientes opor la imposibilidad deesperanza fundadade crecimiento en la fe, que ofrecen los padres en el momento del nacimiento de su hijo, y que supone por parte de la comunidad un acompaamiento pastoral a los mismos padres, para la conversin, el crecimiento en la fe y la opcin responsable (cf CIC 868). 4)El bautismo en edad de escolaridad.Es aquel bautismo que, respondiendo a una situacin y necesidad real, as como a la posibilidad ofrecida por el RICA de unRitual de la iniciacin para los nios en edad catequtica (c. V),propone un proceso relativamente largo de unos dos o tres aos, que conducir a los nios a la plenitud de la fe, por la aceptacin del bautismo, la confirmacin y la eucarista. Esta posibilidad ha tomado cuerpo en la aplicacin realizada por algunas Conferencias episcopales europeas, que han publicado unRitual del bautismo de nios en edad de escolaridad(cf para Espaa: nota de la Comisin episcopal de liturgia, del 16.9.1992; cf tambin IC 134-138).

II.La confirmacinEl sacramento de la confirmacin ha vivido en los ltimos aos un importante impulso de renovacin. Debe entenderse como un sacramento bautismal, aunque diferente del bautismo; como un momento sacramental del proceso de iniciacin, necesario para su misma plenitud. Como bien resume elCatecismo de la Iglesia catlica,con el bautismo y la eucarista, el sacramento de la confirmacin constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciacin cristiana", cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepcin de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal (CCE 1285; cf IC 55-56, 85-100).1. PERSPECTIVA ANTROPOLGICA. La iniciacin cristiana total se remite y parte de una nica situacin humana fundamental, que se vive y asume de diferente manera segn sea el momento y edad en que se celebra cada uno de los sacramentos de la iniciacin. Esta situacin no puede ser otra que la delnuevo nacimiento,al que aluden todas las fuentes y manifestaciones iniciticas, desde el Nuevo Testamento (Gl 3,27; 6,15; Col 1,15-20; 3,9-12; Jn 3,3-5; Tit 3,5-6) hasta los signos eclesiales (cf RBN, 2, 5), la fenomenologa religiosa y la misma riqueza de los smbolos empleados. Ahora bien, esta situacin es vivida como experiencia personal, sobre todo cuando el bautizado llega a la edad de la adolescencia. Es entonces cuando se pasa de ser dependiente a ser autnomo, cuando se asume el destino en las propias manos, cuando se opta, con libertad, por unos valores, cuando se hacen opciones fundamentales que van a articular toda la existencia... En una palabra, cuando se vive la experiencia de auto-nacimiento. Justamente a este momento experiencial humano puede responder el sacramento de la confirmacin, desarrollando no slo la primera experiencia biolgica bautismal, sino tambin la personalizacin inicitica, por la fe consciente, libre y responsable. As lo ya antes ofrecido se acepta en mayor plenitud; el iniciado por la Iglesia se inicia por una aceptacin personal; la respuesta de fe encuentra una expresin sacramental privilegiada en la confirmacin.2. PERSPECTIVA HISTRICO-LITRGICA. a) El anlisis del Nuevo Testamento no nos permite deducir inmediatamente la existencia de un sacramento de la confirmacin. Sin embargo, del conjunto de la Escritura se desprende la coherencia de la concrecin histrica de la Iglesia respecto al sacramento de la confirmacin. Varias son las razones en que se apoya esta afirmacin: 1) La necesidad de que el don del Espritu prometido ya desde el Antiguo Testamento (Is 11,1ss.; 42,1-6; Jer 31,31-34; Jl 3,1-3...), y por el mismo Cristo (Jn 14,16-17; 15,26-27; 16,8-11; Lc 24,49; He 1,8), se manifieste de forma visible o sacramental, lo que sucede de forma personalizada y particular en el bautismo, y sobre todo en la confirmacin; 2) el mismo antecedente neotestamentario de que el Espritu se transmite por el bautismo de agua (He 2,38-42; Jn 3,5) y por la imposicin de manos de los apstoles (He 8,4-20; 19,1-7), segn lo cual aparece dicha sacramentalizacin unida a unos signos concretos; 3) el que la Iglesia, ya desde los primeros siglos, uniera a los ritos posbautismales de la imposicin de manos la uncin y la signacin, el don del Espritu, en referencia al bautismo en el Jordn o al acontecimiento de Pentecosts.b) Enla primera tradicin de la Iglesia,hasta el siglo V, los ritos pos-bautismales (imposicin de manos, uncin, signacin) son parte integrante de la iniciacin bautismal. La unidad de los diversos elementos iniciatorios se pone de relieve no slo porque el nico ministro (hasta el siglo IV) suele ser el obispo y porque la celebracin en que tienen lugar es nica (Vigilia pascual) sino tambin porque los diversos ritos se entienden y explican en mutua referencia dinmica, como partes integrantes de una totalidad. Tal unidad ser tericamente defendida y ritualmente expresada hasta la Edad media, en caso de que fuera el obispo el que realizaba la iniciacin en fechas como la Vigilia pascual o Pentecosts. Pero, de hecho, esta unidad ya se rompe en la mayora de los casos a partir del siglo V, con excepcin de las Iglesias orientales.c) Esta ruptura da lugar a una nueva ordenacin prctica de la iniciacin, que en el caso de los nios ser as: bautismo por el sacerdote o dicono al poco tiempo de nacer (las fechas ms sealadas sern Pascua y Pentecosts); comunin a los bautizados bajo la especie del vino (costumbre que desapareci hacia el siglo XI, imponindose ms tarde la edad del uso de razn); confirmacin cuando el obispo visitaba las comunidades (a todas las edades prcticamente); participacin en la eucarista de la comunidad adulta (que suceda antes de la confirmacin, si la visita del obispo se retrasaba).d) En la Edad medialos liturgistasbuscarn una configuracin ritual para la celebracin de la confirmacin, y los telogos escolsticos una identidad teolgica para el sacramento, que implica estos aspectos: la confirmacin es uno de los siete sacramentos, instituido de algn modo por Cristo, que infunde carcter, aumenta la gracia de los bautizados, da el Espritu como fuerza para la lucha y es administrado por el obispo como ministro ordinario, por el signo de la crismacin con la imposicin de manos, a quienes han llegado al uso de razn. El concilio de Trento asumir esta identidad confirmatoria (DS 1628-1630), pasando a ser posteriormente una pacfica posesin teolgica, encarnada en una praxis sin grandes conflictos.e) El Vaticano II (LG 11, 33; AA 3; AG 11, 36) y elRitual de la confirmacin(ao 1972) han renovado, en gran medida, la teologa y la misma celebracin litrgica del sacramento. En el Ritual son de destacar los siguientes aspectos: 1) nueva determinacin del rito sacramental esencial de la confirmacin (materia y forma); 2) unidad dinmica sacramental entre bautismo, confirmacin y eucarista; 3) complementariedad teolgica de los diversos aspectos; 4) necesidad de preparacin catequtica; 5) participacin de la comunidad cristiana, por ser acontecimiento eclesial; 6) clarificacin y valoracin de los ministros que intervienen: desde el obispo, ministro originario,hasta los catequistas, padres, padrinos, educadores...3. PERSPECTIVA TEOLGICA. Segn se desprende de la permanente doctrina de la Iglesia, renovada en el Vaticano II, los ncleos temticos ms importantes de la confirmacin son: 1) la confirmacin es un sacramento de la iniciacin cristiana; 2) que confiere el don del Espritu pentecostal; 3) como fuerza para el crecimiento personal en la vida cristiana; 4) y para la edificacin de la Iglesia; 5) especialmente por medio de un testimonio en el mundo y ante los hombres. Ahora bien, en s ninguno de estos aspectos es exclusivo del sacramento de la confirmacin. Todos ellos, por otra parte, se expresan y realizan en la confirmacin con rasgos originales, manifestando as la especificidad del sacramento.a) Aspectos teolgicos de la confirmacin.Afirmamos que la confirmacin esun sacramento de la iniciacincristiana. Pero el bautismo es el sacramento de la iniciacin por antonomasia. Sin embargo, en la confirmacin descubrimos un momento original, no slo porque expresa, celebra y realiza principalmente un aspecto del misterio de Cristo (Pentecosts), sino tambin porque realiza e integra de un modo peculiar en la Iglesia (tareas para su edificacin), y porque manifiesta el encuentro de gracia del hombre con Dios en una situacin concreta (la propia del confirmando).Si decimos quela confirmacin es el don del Espritu(cf IC 55), debemos afirmar tambin que el bautismo nos hace renacer a la vidaen el agua y el Espritu.No hay dos Espritus sino uno, que acta en nosotros tanto en el bautismo como en la confirmacin. Sin embargo, es preciso decir tambin que el Espritu en la confirmacin se nos dade un modo especial,a semejanza de Pentecosts, nossellade una manera propia como don escatolgico, noscaracterizacon una definitividad peculiar como miembros del Cuerpo de la Iglesia, nosfortalececon nuevo dinamismo en vistas a la santificacin y el testimonio.Si consideramos la confirmacin como unperfeccionamiento de la vida cristiana,hemos de reconocer que esto tambin se da en los dems sacramentos. La diferencia est en que en la confirmacin se significa de forma especial esteperfeccionamiento.Pues si el bautismo nos hace partcipes de la gracia pascual, la confirmacin nos hace partcipes del don culminante de la Pascua; si el bautismo perdona nuestros pecados y nos da la vida de Dios, la confirmacin nos hace partcipes del don pentecostal del Espritu que nos compromete en la misin y lucha contra el pecado en el mundo; y si el bautismo es el principio desencadenante del proceso de iniciacin, la confirmacin es el avance y perfeccionamiento del mismo proceso hacia su plenitud: dada la unidad entre los tres sacramentos de la iniciacin [bautismo, confirmacin y eucarista], esta queda incompleta si falta la confirmacin (IC 55).Tambin afirmamos quela confirmacin tiene una dimensin eclesialy se da para la edificacin de la Iglesia. Esto lo podemos afirmar igualmente del bautismo y de los dems sacramentos, especialmente la eucarista. Sin embargo, la confirmacin realiza este aspecto de forma especial. Pues, si por el bautismo somosincorporados a la Iglesia, por la confirmacin asumimos personalmente nuestra pertenencia, somos asociados a su edificacin histrica, somos integrados ms dinmicamente a su misin proftica, sacerdotal y real y somos orientados hacia una ms intensa y perfecta participacin en el sacrificio eucarstico (IC 55). La confirmacin, por la presencia del obispo, manifiesta la comunin del confirmado con toda la Iglesia y su misin.Digamos, en fin, que sila confirmacin compromete al testimonio yal cumplimiento de la misin proftica, este compromiso y misin ya se haban dado en el bautismo, y estn presentes en los dems sacramentos. No obstante, nada impide afirmar que la confirmacin es un sacramento que compromete al testimonio y nos haceprofetasde un modo especial. Por la confirmacin asumimos este testimonio personalmente, en la fuerza del Espritu pentecostal. All se trataba fundamentalmente deser cristiano,aqu se trata sobre todo deactuar como cristianode cara al mundo, la sociedad, las estructuras... En el bautismo fuimos ya constituidos profetas; en la confirmacin somos proclamados oficialmente como tales ante la comunidad de la Iglesia.b)Especificidad teolgica de la confirmacin.El aspecto ms especfico de la confirmacin es el de su directa referencia al acontecimiento de Pentecosts, como momento integrante y punto culminante del misterio pascual de Cristo. El fundamento de la distincin no puede ponerse en el don del Espritu mismo, ni siquiera en el don del Espritu pentecostal, sino en el acontecimiento global que supone Pentecosts, con sus repercusiones personales y eclesiales. Para la Iglesia, Pentecosts supone la inauguracin de su misin en el mundo, la constitucin de esta misma comunidad en la fuerza del Espritu... Desde el punto de vista individual, Pentecosts supone el culmen de una transformacin en el Espritu. Ahora se extiende a todos, con la efusin extraordinaria del Espritu, el compromiso de una participacin en la edificacin de la Iglesia, la valenta para el testimonio.4. PERSPECTIVA PASTORAL. Ofrecemos algunos criterios y sugerencias concretas para orientar de modo adecuado la pastoral de la confirmacin: 1) Toda pastoral de confirmacin debe tener en cuenta la pluralidad de opciones pastorales que han existido y existen en la Iglesia al respecto, evitando la tentacin deexaltacin oexclusivismo. 2) Los pastores y agentes de pastoral no pueden caer en la tentacin deinstrumentalizarun sacramento a tenor de la mentalidad de una poca; ni reducirlo a unos aspectos pedaggicos, psicolgicos o personalistas, para promover una determinada pastoral del mismo. 3) La confirmacin no es un sacramento aislado e independiente, sino un sacramento relacionado y dependiente de los dems sacramentos de iniciacin, y de aquellos elementos necesarios para su verdad plena. Se trata de una referencia teolgico-dinmica que tambin tiene que manifestarse visiblemente en la praxis y el rito. 4) Un elemento fundamental, integrante, de la iniciacin cristiana fue desde el principio, y sigue siendo hoy, el catecumenado. Si este elemento catecumenal no llega a realizarse en uno u otro momento del proceso de iniciacin, habr que reconocer que, aun habiendo recibido los ritos sacramentales, tal iniciacin no ha llegado todava a su plenitud (cf IC 55). 5) Parece llegado el momento apto para renovar el catecumenado; dentro del marco inicitico de la Iglesia de occidente, puede ser el que precede a la celebracin del sacramento de la confirmacin, situada a la edad de la adolescencia-juventud. 6) La pastoral de la confirmacin, as entendida, puede suponer una reestructuracin del proceso de la iniciacin cristiana. Esta posibilidad se apoya en tres principios: la unidad dinmica de los sacramentos de iniciacin; la consideracin de la iniciacin como una totalidad, que comienza con el bautismo, pero acaba con la eucarista en la comunidad adulta, y la necesidad de recuperar el elemento catecumenal como parte integrante de la iniciacin y medio ms vlido de posibilitar una respuesta de fe y de ofrecer al mundo una imagen de Iglesia ms evanglica.

III.Primera eucaristae iniciacin cristianaNos limitamos exclusivamente a lo que es en s laprimera eucarista o comunin,teniendo en cuenta la distincin que hacemos entre esta eucarista y laeucarista de la comunidad adulta(cf IC 57-58, 101-106).1.ORIGEN Y EVOLUCIN DE LA PRIMERA EUCARISTA. a) Durante los cinco primeros siglos, laprimera eucaristaera el momento culminante del proceso catecumenal y de losritos bautismales.Normalmente, los bautizados eran adultos, si bien poco a poco fue extendindose el bautismo de nios. En ambos casos, durante esta poca, se recibe la comunin inmediatamente despus del bautismo. Con la diferencia lgica de que, mientras los adultos pueden luego participar en plenitud en la eucarista de la comunidad adulta, los nios no pueden hacerlo igualmente.b) En el siglo Vse produce el fenmeno de la separacin de ritos, y de la prctica descomposicin del sistema de iniciacin originario. Esto no obstante, la prctica que predomina hasta el siglo XII, es la de darles la comunin inmediatamente despus del bautismo, sin gran ceremonia ni solemnidad. Si son nios incapaces de recibir la comunin bajo la forma slida del pan, se les da la comunin slo bajo la especie del vino. Si son ms crecidos, se les da la comunin bajo las dos especies.c) Apartir del siglo XIII,sobre todo en el IV concilio de Letrn, se obliga a los nios que llegan al uso de razn a confesar y comulgar (DS 812). En general, la edad de la discrecin se sita alrededor de los 7-8 aos, aunque algunos canonistas defienden que slo se da a partir de los 14 aos para los nios y los 12 para las nias. Por tanto, una nueva praxis se impone en la Iglesia, que prohbe la comunin antes de la edad de la discrecin, y obliga a ella a partir de esta edad. Aunque es probable que las instrucciones cuaresmales al pueblo supusieran una ciertacatequesistambin para los nios, no se puede decir que antes de Trento fueran objeto de una preparacin catequtica directa.d) El concilio de Trento acepta la praxis vigente desde el Lateranense IV (DS 1659) y niega la necesidad decomunin eucarstica de los nios antes de la edad de la discrecin (DS 1730). Pero, debido a la renovacin catequtica y pastoral que conlleva, comienza a insistirse en la necesidad de preparacin catequtica para la primera comunin, en la exigencia de un examen especial para los nios que se acercan a la eucarista, y se llega poco a poco a una solemnizacin de la misma celebracin. Las razones que explican este fenmeno son diversas; entre ellas se pueden recordar: 1) la influencia de los reformadores con sus crticas, y su acento en la Palabra y en la preparacin catequtica; 2) la exaltacin de la devocin y la adoracin eucarstica frente a tesis protestantes, que la criticaban y rechazaban; 3) el fervor religioso y la demanda de liturgias festivas, como forma de manifestacin de la fe popular; 4) el sentimiento de valoracin progresiva de lainfancia,as como la coherente expresin litrgica de unrite de passagede la infancia a la adolescencia.Por todo ello, la primera eucarista comienza a tener gran relevancia social y eclesial. Es la familia entera la que se ve afectada: se la considera como coronacin de la catequesis; como fiesta para la familia y la comunidad; como momento para la renovacin de la fe y de los compromisos bautismales de los nios.Por ello, se incrementan todos los elementos de solemnizacin, que resaltan su carcter festivo y su importancia social-comunitaria: se prodigan los cirios, vestidos, angelitos, procesiones, recordatorios... Adems, ornamentos, cantos, incienso, flores...e) Esta es la praxis que perdurar hasta san Po X, quien en su decretoQuam singulari(8.6.1910) pide que la primera comunin se realice al llegar al uso de razn: La edad de la discrecin, tanto para la comunin como para la confesin, es aquella en la que el nio comienza a razonar, es decir, hacia los siete aos, ms o menos. El texto se refiere sobre todo a dos errores: el de querer fijar dos edades de discrecin diferentes (una ms corta para la penitencia y otra ms avanzada para la eucarista, hacia los 12-14 aos), y el de exigir con rigor una preparacin extraordinaria de corte jansenista para los nios que tienen derecho a comulgar, siendo as que la eucarista no es tanto recompensa cuanto remedio para la fragilidad humana. Finalmente concreta la edad de la discrecin segn lo indicado. Esta decisin, tomada especialmente contra las costumbres extendidas en Francia, fue y sigue siendo hoy muy discutida.2. VALORACIN TEOLGICA. Defendemos que la primera eucarista debe ser valorada, pero tambinrelativizadaen funcin de los otros momentos integrantes de la iniciacin cristiana, y en especial en relacin con laeucarista de la comunidad adulta.La cuestin es esta: qu valor dar a la primera eucarista dentro de la iniciacin?a) La primera participacin pedaggica en la eucarista.Creemos que, aun siendo la eucarista el punto culminante de la iniciacin cristiana, no puede considerarse a la primera eucarista con nios como tal momento, al menos desde un punto de vista personal comunitario, dadas las circunstancias y situaciones en que se celebra; sino que ms bien debe ser considerada como el primer momento de una pedagoga eucarstica, envistas a la participacin plena en la eucarista de la comunidad adulta, que se dar en otro momento (cf IC 105). En nuestra opinin, la pieza clave que decide sobre la salvaguarda de la unidad dinmica de los sacramentos de iniciacin y acerca del mantenimiento de la eucarista como momento culmen de la misma, es la valoracin teolgica y pastoral que se da a la primera participacin de los nios en la eucarista. Mientras se siga celebrando a la edad del uso de razn, parece ms lgico que sea considerada, desde la perspectiva del sujeto, como el primer paso que anticipa y comienza a preparar, durante el perodo de la infancia, ese otro momento de la participacin plena en la eucarista de la comunidad adulta. Las razones en que basamos nuestra opinin son de diverso orden y hay que apreciarlas conjuntamente: 1)Por historia:no se puede comparar esta eucarista, en cuanto a participacin personal, con la que tena lugar al final del proceso de iniciacin (catecumenado) en los primeros siglos.2) Por sentido teolgico:la eucarista no es slo la comunin; es la expresin de la Iglesia entera, de la pertenencia eclesial, de la participacin en la vida y en la misin de la Iglesia. Ahora bien, un nio difcilmente puede vivir estos sentidos y asumirlos para la vida.3) Por integridad inicitica:como expresa la tradicin y enseanza de la Iglesia, esta iniciacin debe atender no slo a un elemento (gracia divina), sino a la totalidad de elementos: aceptacin por la conversin y la fe, experiencia comunitaria, pertenencia eclesial, nueva vida en Cristo... 4)Por su significado semntico:se trata de laprimera eucarista,a la que tienen que suceder otras en las que, poco a poco, irn descubriendo la plenitud del sentido eucarstico y de sus derechos y deberes eclesiales.5) Por reconocimiento eclesial:la existencia del Directorio de la misa con nios, y sus diferencias en cuanto a expresin y participacin con la eucarista de adultos, es tambin una razn en la que puede apoyarse la distincin que defendemos.6) Por exigencia litrgica:pues la liturgia debe adaptarse a la capacidad y sensibilidad de los nios; estos tienen todava una capacidad mnima de asumir los diversos servicios y ministerios, y es imposible asimilar su participacin a la de los adultos. Los nios pueden participar en la eucarista con los adultos, pero no como adultos...b)Primera eucarista y la eucarista de la comunidad adulta.La primera eucarista es el comienzo pedaggico de una iniciacin eucarstica, que debe progresar, significndose este progreso en la diferente forma de participacin, en la mayor profundidad de la catequesis eucarstica, en las experiencias diversas de participacin... hasta llegar a la plena participacin consciente, libre y responsable, con ejercicio de los plenos derechos y deberes, y con el desempeo de los diversos servicios-ministerios.Ontolgicamente,teolgica y eclesialmente, a la primera eucarista no le falta ninguno de los elementos que la constituyen. Pero subjetiva y comunitariamente, tiene de incompleto la propia limitacin de la capacidad del nio.Esto no quiere decir, sin embargo, que el nio no pueda participar bien, e incluso mejor que el adulto; pero a su modo, con su capacidad de acogida, comprensin y compromiso. La eucarista de la comunidad adulta es aquella en la que los miembros participan poniendo en vivo su identidad cristiana eclesial y asumiendo todos sus derechos y deberes dentro y fuera de la celebracin. Y esta eucarista creemos que slo puede llegar a vivirse as despus de un proceso de crecimiento y catecumenado, que es el que nosotros proponemos antes de la confirmacin.La diferencia entre una eucarista y otra podra marcarse de diferente manera: 1) Eucarista dominical con nios, por regla general. 2) Invitacin a participar con la comunidad adulta en algunas festividades o domingos durante el ao. 3) Presentacin a la asamblea adulta despus de la confirmacin, y acogida de esta en una celebracin eucarstica especial. 4) Comienzo de un ejercicio de servicios y ministerios litrgicos a partir de ese momento...c) Confirmacin eucarstica-eucarista confirmatoria.El que la confirmacin se celebre despus de la primera eucarista creemos que no puede considerarse ni como un error teolgico ni como una anomala litrgica, si se entiende la iniciacin como un proceso dinmico global. Cuando se comienza la iniciacin de un nio con el bautismo, y se cuenta con el serio deseo y propsito de continuar el proceso iniciatorio, orientado dinmicamente a la realizacin de las distintas etapas sacramentales y elementos que lo constituyen (catequesis-catecumenado, confirmacin, eucarista), no hay dificultad especial para celebrar la primera eucarista antes de haber recibido la confirmacin, ni para celebrar posteriormente la confirmacin, sin oponerse a su finalizacin fundamental en la eucarista adulta.La celebracin de la primera eucarista antes de la confirmacin no es una contradiccin teolgica, pues el don del Espritu que se presupone para la participacin eucarstica, ya se ha recibido en el bautismoen el agua y en el Espritu, yse tiene elvotode participar del mismoEspritu pentecostalpor la confirmacin. La eucarista siempre esconfirmatoria,porque implica el Espritu bautismal, que es el mismo que el de la confirmacin, y nos reanima y fortalece en dicho Espritu. Sea cual sea la edad y el momento en que se celebre la confirmacin, siempre ser la eucarista posterior de la comunidad adulta la culminacin de la iniciacin cristiana y el centro y el culmen de la vida bautismal y confirmatoria. De igual modo, la confirmacin siempre sereucarstica,no slo en cuantoconfirmadorade la primera y segunda y... eucaristas, sino tambin porque ella misma significa la plena disposicin subjetiva a la participacin en la eucarista de la comunidad adulta con todos los derechos y deberes.BIBL.: AA.VV.,El sacramento del Espritu. 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