ruta la fuente ruiz

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2010 María José Morales Abad Francisco Navarro Pilar Hernández Gómez Ruta G 12 La Fuente Ruiz

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2010 

María José Morales Abad 

Francisco Navarro 

Pilar Hernández Gómez 

Ruta G 1­2 La Fuente Ruiz

Mª José Morales, Francisco Navarro y Pilar Hernández | Ruta G1-2: La Fuente Ruiz.  Página 2 

Ruta G 1­2 La Fuente Ruiz Distancia aproximada: 4 km Tipo de ruta: Circular en un tramo Dificultad: Baja  Tiempo aproximado a pie: 1 hora. 30 minutos en bici. 

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Descripción de la ruta Es este uno de los paseos favoritos de la gente del pueblo, tanto durante la época invernal, en que se realiza a primera hora de la tarde, como durante el verano, momento en que se prefiere recorrerlo al atardecer. También es bueno para paseos en bicicleta, ya que gran parte del recorrido se realiza por el camino del Canal de Isabel II, totalmente llano dado que mantiene la curva de nivel de los 720 m, y además está exento de tráfico rodado.

Comenzamos en la Placituela del Cuartel tomando el camino del Guijo en dirección sur. Recorremos así una de las zonas del pueblo que se ha mantenido con pocos cambios durante los últimos años, ya que el crecimiento ha ido ganando terreno a la naturaleza en las otras tres direcciones. Nos acompañan en los primeros metros dos grandes fincas aprovechadas para el pastoreo, antaño de ovejas, actualmente de vacas. A nuestra derecha, un pequeño montículo queda coronado por el Palomar, con un marco vegetal formado por arizónicas y pinos resineros, y en cuyos bajos se abre una bodega con hermosas bóvedas. Al fondo, desde el camino podemos ver la imponente Sierra de Gredos, enmarcando los más bellos atardeceres.

A nuestra izquierda, los viñedos nos recuerdan los usos tradicionales de estas tierras, hoy día cada vez más escaso en parte debido a las subvenciones que los agricultores reciben por el arranque de sus cepas centenarias, lo cual nos entristece no sólo por la pérdida de la tradición vitivinícola de Navas, sino también por el riesgo erosivo al que se exponen los suelos, sobre todo en zonas de ladera. En nuestro caminar, dejaremos a este lado el camino de Socancho que recorremos en otra ruta.

La vegetación natural aquí sólo nos muestra pequeños retazos, como alguna encina joven, zarzas, retamas, y en los bordes del camino, una hilera de

junco churrero con cantueso, y un elenco de especies medicinales como marrubio, hinojo y cardo mariano. Entre la fauna, lo más llamativo es el gran número de aves diferentes que podemos ir observando: palomas, petirrojos, perdices que corretean entre las cepas, urracas, estorninos, alondras, jilgueros, etc.

La urraca ladrona

La urraca, es uno de los córvidos más comunes incluso en el medio urbano. Criadas desde polluelos suelen ser muy dóciles, aunque es sabida su afición por los objetos brillantes, como llaves o anillos, que toman prestados sin ningún recato. En su medio natural también son capaces de saquear nidos de otras aves en busca de alimento.

Quizá sean menos conocidas sus dotes como arquitectos pues son hábiles y cuidadosas construyendo sus nidos. Para ello utilizan gruesas ramas que recubren por dentro con una pared de barro de hasta 4 cm de espesor, y por arriba los cierran con una cúpula sujeta por travesaños.

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La perdiz

La perdiz común habita en campiñas rocosas de arbustos y monte bajo en Europa meridional.

A partir de febrero cada macho asegura las fronteras de su territorio luchando contra los demás y estableciéndose en parejas. Suelen tener entre 8 y 13 polluelos. Cuando se ven ante una amenaza suelen salir corriendo en direcciones opuestas siendo difícil localizarlos hasta que la madre los vuelve a reunir.

Iniciamos una pequeña subida que nos lleva hasta otro cruce, a unos 875 m, el del camino del Valle. Frente a él, los Álamos, una de las escasas sombras que ofrece esta ruta al caminante. Se trata de una olmeda dañada por la grafiosis que se viene renovando cada 15 años, aproximadamente, lo que tarda el insecto en volver a infestar el árbol y el hongo que porta en bloquear el flujo de savia por su interior.

Dos nuevos repechos de escasa importancia nos sitúan en el cruce con el camino del Canal, a poco menos de 1,2 km del punto inicial. En los últimos metros hemos podido observar una zona colonizada sobre todo por zarzas, actualmente muy controladas, rosales silvestres y algún sauce, bajo cuyas ramas los numerosos conejos excavan sus galerías, formando uno de los principales vivares de las proximidades de la población. Durante los meses más calurosos del año, una vez terminada la época de caza, es fácil cruzarse con muchos de ellos, sobre todo temprano en la mañana o al atardecer. A nuestra derecha veremos un área en la que se hicieron labores de limpieza y allanado para construir la Ermita de San Antonio, cuyo proyecto sobre plano

quiere integrar la construcción con el entorno natural y que aún se encuentra en una fase muy temprana de ejecución, dado que depende de la generosidad de la gente del pueblo fundamentalmente.

Antes de tomar ya dirección oeste por el camino del Canal podemos disfrutar de una bella panorámica de noreste a suroeste, distinguiendo algunas de las principales elevaciones de la Sierra de Guadarrama, como Siete Picos o la Bola del Mundo, así como otras más cercanas como las Machotas, relieves graníticos de Zarzalejo, la Almenara, la cuerda Verduguera, el Alto de la Parada, las Cabreras y la Sierra de Gredos. Si realizamos el itinerario durante los meses

invernales es posible que podamos disfrutar de días claros en los que las cumbres aparecerán cubiertas de nieve.

En algunas fincas de esta zona podemos apreciar repoblaciones de pino piñonero, cuyos rodales han ido cobrando espacio en distintos puntos del pueblo en sustitución de las tierras de cultivo. Los de la fotografía tenían 4 años.

El camino del Canal nos conduce hacia el oeste terminando en la Elevación, torre que bombea el agua del embalse de Picadas y que está situada en el cerro Verdugo, al sur.

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Nos escoltan durante prácticamente la totalidad del recorrido típicas plantas del encinar madrileño, sobre todo retama, cantueso, tomillo mejorana, enebro, aulaga y algún que otro escobón. Las encinas no son demasiado añosas, casi siempre se trata de pies jóvenes que forman pequeños bosquetes en torno a peñascos de

gneises o cuarcitas, o bien de encinas arbustivas o carrascas.

Tras la primera curva encontramos un pequeño rodal de álamo blanco, inconfundible incluso en invierno por su tronco blanquecino, y posiblemente la única o una de las pocas muestras de la especie en el término. Son arbolitos que poco a poco van abriendo el bosquete con nuevos retoños.

A 1,5 km del inicio de la ruta llegamos a la segunda curva, desde la que la panorámica es excepcional. Por debajo de nosotros, a la derecha, el camino del Valle se dirige hacia la urbanización Santa Ana, separado del otro valle, el del barranco del Fresno, por una pequeña loma. Al noroeste llegamos a ver la Paramera, alto que pone barrera entre Ávila y nosotros, y siguiendo hacia el oeste, reconoceremos el valle del río Alberche, frontera entre Guadarrama y Gredos, así como el de San Martín de Valdeiglesias, cuyo castillo podremos llegar a distinguir con ayuda de unos prismáticos. Continuando hacia el sur, cierran nuestra vista Valdeyerno, Valdenoches, las Labores y el alto de la Mira.

A la vuelta de la tercera curva, la más cerrada, vemos las praderas con los juncales que delatan ya la presencia del agua, y la antena en la cima. Más o menos en el km 2 de nuestro itinerario y donde la curva cambia de dirección, nos adentraremos por una vereda, cada vez menos visible, que nos conduce al pilón, hoy arreglado, construido según reza en un letrero en el año 1966.

Más arriba, otra vereda nos lleva hasta el manantial conocido como Fuente Ruiz, del que durante muchos años todos pudimos disfrutar, pues el agua era fresca y limpia, aunque ahora una placa nos advierta de su carácter no potable. Hace unos años estaba completamente rodeada de juncos, hoy un gran enebro parece hacer de guardián a su izquierda.

Algo más abajo, hacia el Canal, dos higueras nos ofrecerán un lugar para el descanso, con unas maravillosas vistas hacia poniente, y puestas de sol dignas de ser fotografiadas.

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La higuera Porque es áspera y fea, porque todas sus ramas son grises yo le tengo piedad a la higuera. En mi quinta hay cien árboles bellos; ciruelos redondos, limoneros rectos y naranjos de brotes lustrosos. En las primaveras todos ellos se cubren de flores en torno a la higuera. La pobre parece triste con sus gajos torcidos, que nunca de apretados capullos viste… Por eso cada vez que yo paso a su lado digo, procurando hacer dulce y alegre mi acento: “Es la higuera el más bello de los árboles todos del huerto”. Si ella escucha, si comprende el idioma que hablo, ¡qué dulzura tan honda hará nido en su alma sensible de árbol! Y tal vez, a la noche, cuando el viento abanique su copa embriagada de gozo cuente: ¡Hoy a mi me dijeron hermosa! De Juana de Ibarbourrou

El regreso se plantea aquí precisamente al contrario de la ruta marcada, volviendo sobre nuestros pasos por el camino y dejando a nuestra izquierda el pilón. El camino, perdido hace unos años en su primer tramo se encuentra actualmente ensanchado, con sus paredes de piedra que dejan a un lado cultivos y a otro, vegetación natural. El pastoreo, a nuestra izquierda, ha provocado la desaparición de gran parte de la vegetación herbácea y arbustiva, quedando una formación abierta con rodales de encina, retama y alguna mata de cantueso. Es frecuente encontrar bandadas de perdices y rabilargos en esta zona, a veces, con suerte, vemos alguna abubilla, junto con otros pajarillos antes mencionados.

Es aquí donde se ha colocado un cartel informativo sobre las pirámides tróficas de este ecosistema. Recomendamos que os paréis a leer pues da una explicación inicial de lo que es una cadena trófica y después habla de la regla del 10 %, según la cual la energía se va perdiendo a medida que unos animales van alimentándose de otros.

Al descender, volvemos a situarnos en el cruce del camino del Canal con el del Guijo, donde encontramos el poste indicador del camino, y por el que regresaremos al pueblo finalizando así un recorrido de unos 4 km aproximadamente.

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El dato de actualización más interesante sobre este itinerario es el que hace referencia a la inclusión de esta ruta en la red de Sendas de la Comunidad de Madrid, con el apoyo del Consorcio Turístico de la Sierra

Oeste, que la ha publicado en un reciente librito sobre los pueblos que lo integran y sus elementos de interés, culturales y naturales. Con motivo de esta publicación se han hecho algunos arreglos en la fuente, se han colocado algunas señales y, sobre todo, se ha reabierto el camino, prolongándolo hasta el que conduce del Guijo a la urbanización Santa Ana. Este arreglo, como ocurrió ya anteriormente en otros caminos del municipio, ha excedido la extensión del mismo, cortándose

encinas, retamas y otros arbustos que lo flanqueaban sin ser necesario. La fuerte pendiente del último tramo hasta la intersección antes mencionada puede ser un elemento que acelere la erosión y la aparición de regueros.

Mª José Morales Francisco Navarro Pilar Hernández

Bibliografía.

• GALÁN CELA, P., R. GAMARRA & J. I. GARCÍA (1998) Árboles y arbustos de la Península Ibérica e Islas Baleares. Ed. Jaguar. Madrid.

• MORALES, M. J. & F. NAVARRO. (2004) En Ruta: G1-2: La Fuente Ruiz. Caser@s nº 2. Enero-2004. Excmo. Ayto. Navas del Rey.

• SAUER, F. (1982) Aves terrestres. Ed. Blume. Barcelona.