ricardo paredes (escritos politicos)

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Page 1: Ricardo Paredes (Escritos Politicos)

Digitalizado por Producciones Digitales Soyuz

Ricardo Paredes RomeroEscritos Políticos

Page 2: Ricardo Paredes (Escritos Politicos)

SOLIC ITUD DE ADMISIÓN DEL PSE A LAINTERNACIONAL COMUNISTA

PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR

Adherido a la Internacional Comunista

Al VI Congreso de la Internacional Comunista

Camarada Presidente:

Como representante del Partido Comunista del Ecuador fundado en 1925 y aceptadoen la Internacional Comunista como grupo simpatizante, pido la admisión definitiva del Par-tido Comunista del Ecuador como Sección Ecuatoriana de la Internacional Comunista.

El Partido Comunista del Ecuador fundado con un programa y tácticas idénticas a lasde la Internacional Comunista, ha procurado mantenerse siempre dentro de ese programay esa táctica y ha tratado de organizarse conforme a los estatutos de la I.C.

EL PARTIDO SOCIALISTA ECUATORIANO fundado en 1926 con un programa semejanteal de la Internacional Comunista ha solicitado igualmente la admisión en la InternacionalComunista. El Partido Socialista Ecuatoriano no es aún por su organización un Partido Co-munista y le hace falta reducir su programa de reivindicaciones inmediatas. El P.S.E. estádirigido por comunistas, la mayor parte de los cuales pertenecen a nuestro Partido Comu-nista, y es por el trabajo de los comunistas que el P.S.E. ha evolucionado al Comunismo yhoy pide la admisión en la Internacional Comunista.

El Partido Comunista del Ecuador, espera que el VI Congreso de la Internacional ad-mitirá en el seno de la Internacional Comunista a los partidos comunistas y socialistas,para formar adelante un solo fuerte Partido Comunista que luchará como Sección de laI.C. por el triunfo de la Revolución Proletaria, por el Triunfo del Comunismo.

Delegado del Partido Comunista del EcuadorRicardo ParedesMoscú 13 de julio de 1928

Fuente: Elias Muñoz Vicuña, Temas obreros, Biblioteca de autores ecuatorianos; 62 ([Guayaquil]: Departamento de Pu-blicaciones de la Facultad de Ciencias Economicas de la Universidad de Guayaquil, 1986), 97.

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SOLIC ITUD DE ADMISIÓN DEL PSE A LAINTERNACIONAL COMUNISTA

PARTIDO SOCIALISTA ECUATORIANO

Al VI Congreso de la Internacional Comunista Moscu

Camarada Presidente:

Como representante del Partido Socialista Ecuatoriano ante el VI Congreso de la In-ternacional Comunista, pido la admisión del Partido Socialista Ecuatoriano como Secciónde la Internacional Comunista.

El Partido Socialista Ecuatoriano fundado en 1926 con un programa ideológico comu-nista semejante al de la Internacional Comunista decidió en su primer congreso de 1926pedir la admisión dentro de la Internacional Comunista, para luchar dentro de sus filas, porel triunfo de la Revolución Proletaria, por la instauración del Comunismo.

Delegado del Partido Socialista EcuatorianoRicardo ParedesMoscú 13 de Julio de 1928

Fuente: Elias Muñoz Vicuña, Temas obreros, Biblioteca de autores ecuatorianos; 62 ([Guayaquil]: Departamento de Publica-ciones de la Facultad de Ciencias Economicas de la Universidad de Guayaquil, 1986), 95.

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EL MOVIMIENTO OBRERO EN EL ECUA DOR

Riquezas naturales. Industria y Comercio

El Ecuador es un país tan grande como Francia, pero su población no pasa de tresmillones de habitantes. Sus riquezas naturales son considerables, su suelo es maravillo-samente fértil. Encontramos todos los climas en el Ecuador: desde el ardiente clima de lasregiones forestales, en el nacimiento del Amazonas y en el litoral del Pacífico, hasta elclima glacial, en los picos de la Cordillera de los Andes. Los valles que separan las cadenasde les Andes tienen un clima moderado: en ellos reina la primavera perpetua, como porejemplo en Quito, capital de la República. Los industriales de toda nacionalidad penetranen los inextricablesbosques del Amazonas, para buscar el caucho, la quina y la maderade mangle. La población de estas regiones se compone casi exclusivamente de indios se-misalvajes, que son explotados atrozmente por aventureros internacionales de toda espe-cie.

El Ecuador es un país agrícola en el cual comienzan a implantarse los médotos decultura moderna, particular mente, en los valles "Interandina". Aquí se cultiva el centeno,el maíz, toda clase de cereales, la patata, diversas legumbres y árboles frutales. En el litoraldel Pacifico se ve, particularmente, la cultura del cacao, del café, del caucho, del algodón,del arroz, de la caña de azúcar, de toda clase de frutos, y, particularmente, de plátanos. Enla región Este se cultiva, principalmente, el plátano y la yuca (patata americana); la cañade azúcar se cultiva en el archipiélago de Colón. La cría de ganados y las pesquerías re-presentan una fuente importante de la renta nacional. Se encuentra en gran abundanciael bacalao, grandes tortugas llamadas "galápagos" que han dado el nombre al archipiélago,y ballenas, casi inexistentes hoy en los otros mares. Hay actualmente, en el Ecuador, ex-plotaciones de yacimientos auríferos y, en menor cantidad, minas de plata, de cobre y demercurio. La explotación de petróleo comienza a desarrollarse en una escala bastantegrande. Las minas de carbón, las canteras de mármol y de alabastro comienzan a ser ex-plotadas apenas. Se explotan también las canteras de yeso, de piedra, de rocas volcánicas,que convienen muy bien a la construcción.

La industria ha entrado en pleno período de desarrollo a partir del siglo actual. Durantetodo el período colonial, y más tarde, hasta fines del siglo XIX, toda la industria había con-sistido en la producción de tejidos y de tapices sobre materias primitivas. Pero la grandeinsdustria textil y azucarera comienza a desarrollarse en el siglo veinte, y hoy existen, enel Ecuador, numerosas industrias relativamente bien desarrolladas. El primer lugar perte-nece a los tejidos; después vienen la producción del fósforo y una serie de empresas parala transformación de los productos agrícolas (molinos, destilerías, etc.). La industria másimportante sobre el litoral, es la del azúcar que ocupa a varias decenas de millares de tra-bajadores. Por lo que se refiere ala industria minera, notamos la extracción del oro y delpetróleo. Un número importante de asalariados trabajan en las industrias del tabaco y delalzado. Los depósitos y talleres de los caminos de hierro, así como toda clase de empresasde la industria alimenticia, se encuentran en numerosas regiones. Sin embargo, es la pe-queña industria la forma que domina por todas partes en la producción.

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El comercio, cuya parte más importante está concentrada en las manos de los extran-jeros, ha alanzado un grado de desarrollo bastante grande en ciertas regiones, y notable-mente en Guayaquil, que es un gran puerto y el gran centro comercial en este país, asícomo en Quito y en Manta.

La gran burguesía de las principales villas del Ecuador persigue con gran energía laconcentración de capitales, arruinando a la pequeña burguesía y explotando a los traba-jadores. Todas las ramas de la economía nacional, bajo todas las formas —inmuebles enlas ciudades, industria, dominios feudales, etc.— pasan poco a poco a las manos de lacasta privilegiada. Los grandes dominios (latifundios), que constituyen el mal crónico delEcuador, son particularmente, una herencia del período colonial y parcialmente, un pro-ducto de origen moderno. La mayor parte de las tierras de baldío pertenecen también alos grandes propietarios cuyos dominios alcanzan a tener varias decenas de miles de ki-lómetros cuadrados. Bien es verdad que en las provincias tales como el Azuay, Loja, Tul-cán, Mana(, así como en ciertas villas, no se observa tal contraste en la repartición de lasheredades. En efecto, existen numerosas regiones que han guardado trazas del gran Im-perio comunista, el primer Estado fundado sobre el socialismo agrario que conoce la his-toria. Existe una comuna agrícola que representa una forma de economía primitiva parecidaa las fuerzas económicas que se han conservado hasta estos tiempos últimos en otrospaíses agrarios (principalmente en los Estados eslavos). La comuna rural continúa exis-tiendo ba jo una forma modificada en numerosas regiones del Ecuador, y resiste tenaz-mente a la ofensiva del propietario de la tierra. Esta lucha creciente entre la propiedadprivada y el régimen comunal que los indios continúan defendiendo enérgicamente, colocaa los indígenas ante la perspectiva de una expropiación completa; y esta eventualidadejerce sobre ellos una influencia revolucionaria.

La clase obrera del Ecuador

En el Ecuador, como en la India, la clase obren pertenece a la casta inferior. La mayorparte de los trabajadores son los representantes de una raza mitigada; los indios puros noson los más numerosos más que en las regiones de algunas provincias. La clase obreraestá pues sometida a un doble yugo: opresión de raza (prejuicio de la "raza inferior") yopresión económica. Bajo esta doble opresión, los trabajadores del Ecuador toman pocoa poco conciencia de sus distintos intereses de dase. El proletariado se encuentra, parti-cularmente, concentrado en las tres provincias donde la industria está más desarrollada ycuyas grandes villas constituyen el centro del movimiento revolucionario más intenso. Gua-yaquil y Quito son las villas eminentemente revolucionarias. El proletariado de las otrasprovincias, con una vida económica más atrasada, comienza apenas a salir de la masapredominante de los artesanos.

Las primeras organizaciones obreras y la confederacionobrera del Ecuador

En el siglo XIX, dado el gran retraso económico del país, el Ecuador no poseía un pro-

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letariado numeroso. Las organizaciones obreras del Ecuador tenían, exclusivamente, elcarácter de sociedades de socorro mutuo, de las cuales fueron saliendo poco a poco lasorganizaciones "socialistas", término que sólo se puede aceptar convencionalmente, pues,al lado de los obreros, formaban parte algunos pequeños patronos.

Hasta 1912, las organizaciones obreras del Ecuador han permanecido desmenuzadasy sin ningún centro nacional. Gracias a la actividad de ciertos miembros de la "SociedadArtística Industrial del Pichincha", en Quito, fue creada la Confederación Obrera del Ecua-dor (C. O. E.) de la que tomaron parte casi todas las organizaciones del país. Hasta 1923,la C.O.E. no efectuó Casi ningún cambio en el movimiento obrero del Ecuador. Pero lasgrandes organizaciones que formaban parte de esa central, sufrieron una evolución rápida;no solamente su ideología se desplazó a la izquierda, sino que ellas modificaron conside-rablemente la organización híbrida primitiva, a la cual adherían a la vez asalariados y pe-queños patronos, dándole el sentido de una organización puramente sindical. Así sucediócon la Federación obrera de la provincia del Guayas, la sección más fuerte de la C.O.E. Afines de 1927, se reunió el Congreso Obrero del Ecuador cuyos resultados no conocemosaún. Hay que esperar que los esfuerzos del partido socialista del Ecuador, que ha buscandodar al primer Congreso obrero un carácter sindical de clase, y que la actitud de las organi-zaciones obreras, afiliadas a este partido, contribuirán a llevar alguna modificación a losestatutos.

Composicion de la C.O.E.

Existen tres clases de organizaciones en la C.O.E.: 1) corporaciones (guildes) quepredominan aún y que agrupan asalariados y a pequeños pa- tronos al mismo tiempo; 2)organizaciones puramente sindicales de obreros asalariados de ciertas profesiones, talescomo panaderos; matarifes, albañiles, y que no admiten patronos en sus filas; 3) organi-zaciones mixtas que agrupan, al mismo tiempo, a obreros y a patronos de diversas profe-siones. Los guildes y las organizaciones mixtas se modifican poco a poco, adquieren uncarácter sindical de clase, notablemente en las grandes villas del Ecuador donde la con-centración capitalista se deja sentir más vigorosamente.

Bajo el punto de vista ideológico, la C.O.E. se ha conducido siempre como una orga-nización nacional, impregnada de espíritu conservador, servilmente atenta con el gobiernode la burguesía y absolutamente inútil para los intereses del proletariado. U política funestade la C.O.E. por el puñado de pequeños burgueses que se han emboscado en la direccióncentral. La más fuerte de las secciones, la Sociedad "artesana e industrial" de la villa deQuito, que hemos citado mis arriba, ha dado siempre los cuadros principales de la C.O.E.reclutados casi exclusivamente entre las personas ligadas a la burguesía y al gobierno. Laincapacidad, el servilismo, las intrigas, tales eran los rasgos característicos de casi todoslos que estaban colocados a la cabeza del Directorio nacional de la C.O. E. y de la Sociedadartesanal e industrial.

Las organizaciones socialistas y el movimiento obrero

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Se han formado, en ciertas partes del Ecuador, guildas y uniones obreras mixtas contendencia socialista; ellas desarrollan una actividad bastante grande, y se transforman pocoa poco en verdaderos sindicatos de clase. Existen algunas organizaciones de esta especieen Guayaquil y en las provincias interiores. La mayoría de los sindicatos autónomos deGuayaquil han constituido, en 1922, una Federación regional de obreros del Ecuador. Espreciso observar, muy especialmente, a esta organización que está adherida al partido so-cialista de la provincia de Chimborazo, y cuyo domicilio se halla en la Villa de Riobamba.Esta organización ha progresado grandemente en el camino de la reorganización, y ellaes la que facilita excelentes militantes al movimiento obrero.

El movimiento de clase de los obreros y de los campesinos se hace activo, durante elperíodo en que José Luis Tamayo fue presidente (19201924); es en esta época cuando lasupremacía del gran capital ha llegado a su punto culminante, en el Ecuador.

Hasta en 1922, la clase obrera no ta participado en la vida política del país más quecomo un apéndice de los partidos burgueses y de los líderes revolucionarios burgueses.En el litoral del Pacífico, ella fue siempre el amparo del liberalismo. Los clericales conser-vaban un gran poder sobre la mayoría de la población en las provincias in teriores del país.En Guayaquil, puer- to principal y centro industrial del país, se ha formado una corrientesindicalista y anarcosindicalista bastante fuerte.

Veamos las huelgas más importantes, impregnadas de una cierta conciencia de clase.La huelga de tipógrafo de Quito, en 1919, la primera victoriosa, fue dirigida por un

grupo radical-socialista que sostuvo, por otra parte, la candidatura del doctor Gonzalo Cór-dova en las elecciones presidenciales de 1921.

En 1921, una gran huelga en los yacimientos auríferos de una compañía yanqui fueaplastada por el gobierno.

En 1922, huelga de los ferroviarios. La clase obrera de Guayaquil, sometida a condi-ciones verdaderamente penibles, atravesaba un periodo de agitación bastante grande. Losferroviarios, qué habían creado una Federación impregnada de una ardiente espíritu revo-lucionario, hablan tropezado con la negativa opuesta a las reivindicaciones que habíanpresentado a la compañía yanqui de los caminos del Sur. La Fe deración regional del Ecua-dor se puso al frente de la huelga llevándola a la victoria. De esto resultó, para la Federa-ción, un crecimiento de su influencia: numerosas organizaciones obreras, nuevas, le dieronsu adhesión.

En noviembre del mismo año 1922, los tranviarios de Guayaquil presentaron a la Com-pañía un cuaderno de reivindicaciones que los patronos rechazaron. La Federación regio-nal intervino entonces y declaró una huelga, invitando a todos los trabajadores de Guayaquila unirse a la lucha para romper la obstinación patronal. Casi todas las organizaciones res-pondieron a este llamamiento, salvo la Confederación Obrera de Guayaquil; aunque, alcabo de algunos días, empujada por las masas, que mostraban un estado de espíritu re-volucionario, ella fue obligada a unirse a la huelga general.

Toda la vida se encontró paralizada en Guayaquil. Un gran pánico se extendió por laburguesía, a la vista del entusiasmo de la clase obrera. El 14 de noviembre, una grandiosademostración obrera tenía lugar en esta villa; el 15 de noviembre, más de 40.000 trabaja-dores recorrían las calles de nuestra capital comercial. Las tropas estaban apostadas enlas encrucijadas en espera de los manifestantes. Se veían carteles sobre ciertos edificios,firmados por el "Soviet" de Guayaquil. Y hecho remarcable: ni un sólo crimen se ha regis-trado en el transcurso de las jornadas en que toda la villa estuvo en manos de la clase

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obrera.Cuando los manifestantes se encaminaron hacia la prisión para libertar a los camara-

das que las autoridades habían encarcelado en gran cantidad, los soldados tiraron sobrela muchedumbre. La matanza revistió los caracteres más atroces, y más de 800 obreros,mujeres y niños quedaron tendidos sobre las calles de Guayaquil. La burguesía aplaudíaruidosamente este acto, desde lo alto de los balcones, y tiraba tiros de revólver sobre lasmanifestantes.

Cuando fue conocida la noticia del crimen perpetrado por la burguesía y su gobierno,los obreros de diversas villas de la república descendieron a la calle para protestar. EnQuito y Riobamba, la policía dispersé violentamente las reuniones obreras. La prensa bur-guesa hizo la conspiración del silencio alrededor de estos trágicos acontecimientos.

Entonces se empezó a perseguir a los jefes obreros; ciertas organizaciones fueron di-sueltas, y el movimiento obrero de Guayaquil se debilitó grandemente. Pero, por lo menos,las matanzas del 15 de noviembre tuvieron como resultado la inspiración al proletariadode Guayaquil de un odio irreductible hacia la burguesía. Se puede decir que, a partir deese momento, perdió todo el apoyo de las masas. El 15 de noviembre de 1922 iluminó atodo el país con los acontecimientos de Guayaquil y señaló la entrada del proletariadoecuatoriano en la vía de la revolución social.

Las luchas electorales de 1923

Las elecciones presidenciales de 1923 tuvieron gran importancia. El gobierno y el par-tido liberal sostenían la candidatura Córdova, mientras que otra parte de la burguesía libe-ral, y más particularmente la pequeña burguesía, así que una íntima parte del proletariado,apoyaban la candidatura Intriago. Un tercer candidato, el coronel Juan Manuel Lasso, quepuso al frente un programa radical-socialista, adquirió gran popularidad en las provinciasinteriores. Es preciso señalar también la agitación electoral llevada a cabo entre los traba-jadores de la "Interandina", así como las reivindicaciones obreras incluidas en el programaLasso, que entusiamaron a las masas populares. El periódico de Lasso Humanidad hizouna intensa campaña socialista hasta el 15 de noviembre de 1923, época en que fue sus-pendido por haber publicado un artículo consa grado a la memoria de las víctimas de lamatanza de Guayaquil. El estado de espíritu de las masas obreras tomó un carácter neta-mente revolucionario, causó grandes molestias al gobierno que recurrió a violentas repre-salias en varias villas.

La revolucion militar y socialista de 1925

En 1925, el movimiento obrero comenzó a tomar vida, a lo que la cam- paña del partidosocialista había con- tribuido en gran medida. El gobierno Córdova (este candidato guber-namen- tal y liberal había sido elegido presi- dente) condujo al país a una ruina eco- nómicacompleta. La hegemonía del capital financiero, y notablemente de la plutocracia de Gua-yaquil, se había hecho insoportable. La situación de la economía nacional se agravaba dedía en día, y al mismo tiempo, la vida de las clases pobres empeoraba rápida- mente. En

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este momento, hemos comenzado una campaña violenta contra el gobierno, denunciandotodos los crímenes de nuestra burguesía. La ruina del país era tan evidente, que, inclusolos periódicos burgueses, exceptuando algunos, tomaron una actitud hostil al gobierno,sosteniendo nuestra campaña contra los desvíos de la plutocracia. Los principales grupospolíticos de la oposición eran: el bloque socialista radical, dirigido por Luis N. Dillon; la Ligasecreta de los oficiales subalternos y nuestro pequeño grupo socialista. La revolución erainminente, y nosotros lo decíamos abiertamente en nuestro periódico La Antorcha. "La pró-xima revolución tendrá una carácter económico", escribíamos, creyendo que las capas in-feriores del cuerpo de oficiales serían uno de los factores de esta revolución. Desde estemomento, nuestros esfuerzos tendieron a imprimir al movimiento revolucionario una buenaorientación, estableciendo contacto entre los círculos militares y las organizaciones obreras.En julio de 1925, la Liga militar comprendía a todos los oficiales subalternos. Los miembrosde la Liga estaban en contacto estrecho con las masas de soldados.

El 9 de julio, la revolución estalló. El presidente de la República, el ministro y los fun-cionarios superiores, así que el alto mando del ejército, fueron detenidos. Fue constituidauna "Junta", y Dillon recibió la cartera de Hacienda. Por todas partes se formaban Sovietsmilitares, agrupados orgánicamente por la Junta militar superior. Los obreros celebrabangrandes reuniones y enviaban sus diputados a las Juntas militares para exponer sus rei-vindicaciones. El programa de las Juntas comprendía toda una serie de artículos anun-ciando reformas sociales; el gobierno revolucionario prometía el saneamiento de lasfinanzas nacionales, lo que suscitó la aprobación unánime de la clase obrera. Sostenidopor los militares y la dase obrera, el gobierno realizó, en el curso de los primeros meses,una serie de importantes reformas, atacando seriamente a la influencia del capital finan-ciero. Por primera vez en la historia del Ecuador, los grandes financieros y funcionarios su-periores, prevaricadores, fueron aprisionados.

La revolución de julio dió un impulso grande al movimiento socialista.Este reunió, en1926, con la participación de los grupos socialistas y los sindicatos obreros, un Congresomuy importante que decidió afiliarse a la internacional Comunista. Numerosos sindicatosobreros fueron reorganizados, y se fundaron muchos nuevos.

Provocación burguesa

La revolución de julio debía su fuerza a la estrecha ligazón entre la clase obren, el go-bierno y los elementos militares revolucionarios. Pero la burguesía llevaba a cabo una ofen-siva vigorosa contra el ministro de finanzas que efectuaba un programa económico radical,y por otra parte, trataba de romper el frente revolucionario. La burgesía recurrió al proce-dimiento de la provocación para engañar a los elementos militares. Ella proclamó que laclase obrera de Guayaquil se preparaba a un nuevo golpe de Estado que sería un golpede Estado comunista. Se difundió, incluso, un falso programa que llamaban comunista ydonde se hablaba de incendios, de asesinatos, etc. Se detuvo a numerosos trabajadores,los periódicos fueron suprimidos, ciertos sindicatos disueltos. Para defenderse contra lallamada ofensiva comunista, la burguesía de Guayaquil formó guardias cívicas, y trató deatraerse a su campo al comandante de la guarnición local, pan atacar al gobierno. Final-mente, el gobierno tomó medidas enérgicas, desarmó a las guardias cívicas e hizo detener

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a los culpables. No obstante, el frente de los obreros y de los oficiales fue roto por las in-trigas de la burguesía. Esta logró provocar una crisis en el seno de la Junta, y los ministrostuvieron que presentar la dimisión. A partir de este momento comenzó la bancarrota deuna revolución que merecía muy bien el nombre de socialista.

Fue bajo el segundo gobierno revolucionarlo cuando comenzó, en la provincia de Ca-yambe, un movimiento comunista, relacionado con la ocupación de las tierras comunalespor los grandes propietarios terratenientes. Por orden del partido socialista, yo me puse alfrente de este movimiento. Logramos obtener una victoria sobre la burguesía y dar granprestigio al partido. Pero esta victoria desencadenó una violenta reacción burguesa. El mo-vimiento de Cayambe puso de relieve el tan importante papel revolucionario de los indiosdel Ecuador en la lucha contra el yugo capitalista. Es en Cayambe donde organicé la pri-mera Unión campesina entre los indios.

En 1926, conseguimos reunir, bajo la iniciativa socialista, la primera Confederaciónsindical. Los delegados de 14 organizaciones obreras acudieron a esta reunión, pero, des-graciadamente, el Comité elegido, y que fue encargado de convocar un congreso obrero,permanece absolutamente inactivo.

El gobierno laborista del Ecuador y la clase obrera

El Ecuador está actualmente gobernado por un gobierno laborista semejante al deCalles (Méjico), pero que es, en muchos casos, más radical. Este gobierno busca asegu-rarse una base sólida en el país; pues toda la gran burguesía no cesa de tramar intrigascontra las realizaciones revolucionarias. El gobierno se disponde, en consecuencia, a crearuna organización análoga a la C.R.O.M. (Confederación del Trabajo de Méjico) y ha con-tribuido a la convocación del Congreso obrero. Se comprende que el partido socialista sealarmase por este peligro reformista. Nuestras organizaciones debían entrar en lucha, enel Congreso obrero, contra esta tendencia que desvía la moral revolucionaria de las masas.Ignoro, por desgracia, el resultado del Congreso pues éste ha sido abierto después de misalida del Ecuador.

Las relaciones de la clase obrera del Ecuador con el proletariado internacional sonprecarias. La C.O.E. mantiene alguna relación con la Federación Panamericana del Tra-bajo. La I.S.R. se ha limitado a dirigir un manifiesto a nuestra Conferencia Sindical; la In-ternacional de Berlín y los Obreros Industriales del Mundo han querido arraigarse en elEcuador pero vanamente. No tenemos ninguna clase de contacto con Amsterdam. Laclase obrera del Ecuador se ha desenvuelto en pleno aislamiento, sin el sostenimiento delproletariado internacional. Por la iniciativa del partido socialista las organizaciones obrerasafiliadas han establecido relaciones con la I.S.R. y han elegido representante para el pró-ximo Congreso de ésta.

La similitud del movimiento obrero del Ecuador con el de los otros países de AméricaLatina

Se puede decir que el movimiento obrero se ha desarrollado de una manera casi idén-tica en Colombia y en el Ecuador, a consecuencia de la similitud de numerosos factoreseconómicos, religiosos, topográficos y climatológicos. En el Ecuador, igualmente que enColombia, el proletariado tiene un estado de espíritu revolucionario. En mayo de 1926 se

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reunió, en el Ecuador, un primer Congreso socialista donde atuvieron representados, nosólamente grupos socialistas, sino también organizaciones sindicales. Algunos meses mistarde se abría el Congreso socialista de Colombia donde, lo mismo que en el Ecuador, sehabía formado un partido socialista, con tendencia favorable al comunismo. Este Congresoha decidido hacer gestiones para la afiliación a la III Internacional. En Colombia, como enel Ecuador, las organizaciones obreras han contribuido a organizar el partido. En general,el movimiento obrero del litoral del Pacífico de América del Sur (Colombia, Ecuador, Perúy Bolivia) presenta rasgos comunes. Debemos esto, en buena parte, a la debilidad numé-rica de la inmigración procedente de Europa. Además, el movimiento obrero de todos lospaíses de América Latina está interesado en la lucha común contra el imperialismo queoprime a nuestras jóvenes naciones. Estamos obligados a luchar en dos frentes: contra elenemigo de clase en el interior y en el exterior.

Lo que explica, también, la similitud del movimiento revolucionario de estos países, esla supremacía numérica de las tribus indias en su población. Estas tribus, formando un po-tente factor revolucionario, presentan perspectivas de revolución social más amplias enMéjico, Perú, Bolivia, Ecuador, etc. comparativamente con los otros países. La poblaciónindia de América Latina y, notablemente, la del Perú, Bolivia y del Ecuador, que eran enotro tiempo elementos constitutivos del Estado agrario socialista de los Incas, guardan hoytodavía fuertes tradiciones comunistas, e incluso restos de instituciones comunistas. El es-píritu de clase está muy extendido entre los indios.

La Federación Sindical de América Latina

Se ha celebrado una Conferencia de los delegados obreros de América Latina en el mesde diciembre último bajo la iniciativa de la I.S.R. en Moscú, con objeto de buscar los mediosagrupar el proletariado de América Latina. La Conferencia ha decidido pedirir al próximoCongreso de la I.S.R. la convocación de una Conferencia de todos los delegados de Amé-rica Latina. Esta Conferencia se ha celebrado a continuación del IV Congreso de la I.S.R.en Moscú (véase artículo del camarada Dujone, en este mismo número de nuestra revista)para designar un secretariado provisional, encargado de hacer el trabajo preparatorio deotra Conferencia que ha de tener lugar en Montevideo, en la cual participarán todas las or-ganizaciones de América Latina, que quieran estar representadas. En último análisis, estasconferencias tienen por finalidad el crear una Federación Sindical de América Latina, cuyafundación es deseada por los trabajadores de nuestros paises indo-hispanos. te video,creado, eventualmente, en a la celebra- un Secretariado que prepara unidad le los cióndel Congreso de unidad de los obreros de América Latina. Esta resolución será, cierta-mente, acogida con gran entusiasmo en toda América Latina. Esperemos que nuestrosesfuerzos sean coronados por el éxito.

Rícardo Paredes.

Fuente: Ricardo Paredes, "El movimiento obrero en el Ecuador," La Internacional Sindical Roja 1 (August 1928): 76-81.

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INTERVENCIÓN EN EL VI CONGRESO DE LAINTERNACIONAL COMUNISTA

«D ISCUSIÓN SOBRE EL PROGRAMA DE LA REVOLUCIÓN MUNDIAL»JORNADA VEINTE Y CINCO - TARDE DEL 9 DE AGOSTO DE 1928

MOSCÚ

Ricardo Paredes (Delegado de los partidos comunista y socialista del Ecuador): Ca-maradas, es la primera vez que los delegados de varios partidos proletarios de AméricaLatina que se han constituido estos últimos años (Partido Socialista Revolucionario de Co-lombia, Partido Socialista y Comunista del Ecuador, Partido Comunista del Paraguay) in-tervienen en un congreso de la Internacional Comunista. La participación de los países deAmérica Latina en una escala cada vez más grande en el movimiento comunista mundialindica que la Internacional Comunista tiene raíces profundas en el mundo entero. Ahoraque el imperialismo de la América del Norte ocupa el primer lugar en la economía y la po-lítica mundial; y constituye la fortaleza de la burguesía, el movimiento obrero de AméricaLatina, por su situación estrategica, adquiere un valor considerable.

El proyecto de programa presentado por el Comité Ejecutivo de la Internacional Co-munista me parece bueno en el fondo. Su estructura es correcta, su estilo facilita la lectura.A pesar de esto, creo que ciertos puntos podrían ser ampliados, tratados de modo un pocomenos esquemático.

El proyecto constituye seguramente un progreso considerable respecto de los progra-mas anteriores. Su forma es muy dinámica, y algunos problemas, solamente esquemati-zados en los programas anteriores, están aquí bien tratados. Más aún, hay cuestionanuevas. La base internacionalista es mejor que la de los programas anteriores, en los cua-les había una cierta manera europea de tratar todos los problemas mundiales. A pesar deesto, creo necesario dar más fuerza a los problemas de los países coloniales y semi-colo-niales que constituyen la mayor parte de la Tierra.

La introducción del programa me parece un poco brusca; se trata el problema del im-perialismo antes de haber definido al captalismo de libre competencia, forma que conven-dría solamente se el programa no se dirigiese más que a elementos ya madurosideológicamente. Parece necesario dedicar algunas líneas más el problema de la guerramundial, con todas sus consecuencias para elmovimiento obrero, la economía y la políticamundiales. Juzgo necesario ampliar un poco la referencia histórica a la I y a la II Interna-cional, así como presentar a la revolución rusa como una nueva etapa para el proletariadodel mundo entero, ya que, en el proyecto, la revolución rusa está tratada demasiado lige-ramente.

En el primer capítulo, se debería hacer una exposición más completa de la doctrinamarxista acerca del desarrollo capitalista.

Me parece que el programa no da una fisonomía propia al desarrollo del capitalismoen los países coloniales y en aquellos llamados semicoloniales. Estos países abastecen ala economía mundial de la mayor parte de los productos alimentarios y de las materias pri-mas para la industria. Bujarin ha dicho que ciertos países, como Inglaterra, no pueden vivir

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más que gracias a las materias primas y a los alimentos que vienen en gran parte de lospaíses coloniales. Por otra parte, la industria en vías de desarrollo en dichos países colo-niales y semicoloniales provee una parte bastante considerable de los productos necesa-rios para el consumo, no solamente de estos países, sino también para la exportación,aun cuando esta exportación sea todavía mínima. Al mismo tiempo campos se industria-lizan en estos países sobre todo en los llamados semicoloniales, como la Argentina. Unacaracterística importante de estos países es la forma de distribución de la tierra. En los la-tifundios, que es la forma de explotación agrícola domite, trabajan a veces miles de prole-tarios agrícolas (Brasil, México, Argentina) . En el Brasil, hay latifundios tan grandes comoSuiza. En estos latifundios, aun cuando lentamente, la industrialización se realiza, concen-trando un proletariado numeroso. Esto constituye un hecho muy importante para la orga-nización de los trabajadores y para la elaboración de un programa de lucha justo ennuestros países.

Es preciso definir de manera clara la forma de dominación imperialista en los paísescoloniales y semicoloniales, el modo como se desenvuelve el capitalismo nacional, sus re-laciones con el imperialismo. ¿En qué consiste esta política de los países imperialistas?Especialmente, los Estados Unidos de América e Inglaterra tienden a crear en las coloniasuna industria extractiva; como consecuencia, la industria minera se encuentra allí muy des-arrollada. La industria de transformación es desarrollada, por parte de los imperialistas, enuna escala muy mínima, solamente en la medida en que ella no pueda perjudicar a la in-dustria de la metrópoli y que pueda aprovechar la mano de obra indígena barata. Los im-perialistas desarrollan también la industria hidroeléctrica y la industria agrícola (refineríasde azúcar, destilerías, tabacales).

Por otra parte, el capitalismo nacional trata de crear una industria de transformación,pero tiene en su contra toda la política económica del imperialismo. En el dominio de laagricultura, el imperialismo trata de aprovechar el clima para crear gigantescas explotacio-nes en las cuales se cultiva un número restringido de productos agrícolas, necesarios parala metrópoli pero sin atender a las necesidades de los nativos. De esto resulta que estospaíses al estar obligados a adquirir en las metrópolis los productos de primera necesidadque ellos no producen, están firmemente sujetos a las metrópolis. Es así como, entre otrospaíses semicoloniales, la isla de Cuba, especializada en la producción de tabaco, de azú-car, de frutas, para los imperialistas yanquis, está obligada a comprar los productos de pri-mera necesidad en los Estados Unidos de América. El estado de estos países justifica encierta medida la expresión del programa respecto de los países coloniales y semicoloniales,referida a que, "con relación a los países industriales, que constituyen de algún modo laconcentración urbana mundial, ellos representan la campaña del mundo".

Para apoderarse de los países libres, el imperialismo penetra en ellos por medio delcomercio, del capital financiero. Poco a poco, con la resistencia o el consentimiento más omenos pasivo de los elementos nacionales, el imperialismo se crea una fuerte posicióneconómica, y, paralelamente, en la mayoría de los casos, conquista posiciones políticas.Así, coloniza Cuba, Nicaragua, Panamá y otras repúblicas de América Latina, en las cualessu dominación política y económica es muy fuerte. Otros países resisten más a la domi-nación económica y política, ya sea porque son más grandes, y por consiguiente más di-fíciles de sojuzgar, ya sea porque ellos sacan partido de su situación geográfica o de lacompete de otros imperialismos. En estas condiciones se hallan algunos países de AméricaLatina, tales como la Argentina, el Brasil, que, a pesar de la penetración económica del im-

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perialismo, no son todavía sino semicolonias. México resiste heroicamente a la penetraciónimperialista; ocupa así un lugar vecino al de los países semicoloniales. Pero la colonizaciónde México hallará grandes obstáculos para el imperialismo, debido a su gran fuerza eco-nómica y política. El Ecuador, como consecuencia de su situación geográfica alejada delos Estados Unidos de América y de Inglaterra, no ha sido todavía profundamente pene-trado por los capitalismos extranjeros. Aún no ha contraído ningún empréstito con los Es-tados Unidos de América, y sus inversiones son mínimas. Por otra parte, el capital nacionales más conside [rablemente escaso por lo que es de prever que]* la colonización de estepaís será más fácil cuando los imperialistas se ocupen más seriamente de la explotaciónde las riquezas de este país.

Es muy importante establecer una distinción entre los países semicoloniales y aquellosque, a falta de un término mejor, pueden ser llamados "dependientes". Los problemas dela lucha proletaria deben ser encarados de un modo diferente en los países coloniales ysemicoloniales que en los países "dependientes". Es muy importante establecer esta divi-sión porque la concepción que se ha tenido hasta aquí de nuestros países los consideracomo la "campaña del mundo", y altera así los problemas de la lucha en estos países alsubestimar las fuerzas proletarias y al sobrestimar la cuestión campesina. Es por ello quelas consignas de la revolución agraria democrático-burguesa están consideradas en el pro-grama como las tareas por realizar en estos países.

Para caracterizar las relaciones de fuerza entre el imperialismo y los países coloniales,semicoloniales y "dependientes", se puede establecer la siguiente formulación: "A una pe-netración económica más profunda de los imperialistas corresponde una mayor dominaciónpolítica". Para los países "dependientes" que, gracias a una fuerza política bastante grande,son capaces de resistir a la penetración imperialista, esta fórmula no es enteramente justa,porque la penetración económica extranjera se corresponde con una dominación políticamenor. Es el caso de la Argentina y del Brasil.

Es comprensible que no pueda establecerse una clasificación rigurosa entre los paísesllamados semicoloniales, puesto que hay un gran número de formas intermedias. Se debeentonces aceptar una nueva categoría adjunta a los tres grupos de países, clasificados enel programa de acuerdo con su desarrollo económico y el grado de dependencia política.Este nuevo grupo estaría constituido por los países "dependientes", que están penetradoseconómicamente por el imperialismo pero que conservan una independencia política bas-tante grande, ya sea debido a una penetración económica débil, ya sea debido a su fuerzapolítica.

El imperialismo, con todos estos rasgos característicos de penetración económica, sumonopolismo, su política económica, cambia el desarrollo normal del capitalismo en nues-tros países, y por ello este desarrollo reviste un carácter diferente del de Europa en el pe-ríodo del desarrollo del capitalismo de libre competencia.

Debido a que todas estas causas provocan un movimiento revolucionario poderosoen los países coloniales y semicoloniales, la Internacional Comunista debe acordarles unamayor atención.

En el capítulo IV, hay una serie de problemas discutibles. En la página 21 del folletopublicado en francés, en el parágrafo que trata acerca de la agricultura, punto d], al hablardel modo de repartición de las grandes propiedades agrarias expropiadas, se propone dis-tribuir las tierras arrendadas antes a los campesinos pobres y en parte a los medianoscampesinos. Voy a exponer aquí mi punto de vista. Propongo la siguiente enmienda: "No

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dar a los campesinos las tierras que estaban arrendadas, sino crear explotaciones colec-tivas."

Los países con un capitalismo altamente desarrollado tendrán, en el momento de larevolución proletaria, grandes dificultades para solucionar el problema de la tierra. En al-gunos de estos países, por ejemplo, en Francia, el número de campesinos es muy grandey la tierra está muy subdividida. Por otro lado, el espíritu individualista de esos campesinoses un factor muy desfavorable para la socialización de la tierra. Soluciones diferentes seimponen en los diferentes países en materia de la repartición de la tierra. Debido al grannúmero de campesinos existentes en ciertos países capitalistas altamente desarrollados,será necesario establecer una alianza con el campesinado. Una dictadura exclussiva delproletariado será, en principio, muy difícil, como consecuencia de la fuerza económica quetodavía representa el campesinado.

En este sentido, los países atrasados desde el punto de vista industrial se encuentranen mejores condiciones en lo que concierne a la socialización de las tierras; su principalobstáculo para el socialismo será la industrialización escasamente desarrollado. En ungran número de países de América Latina, los latifundios son la forma predominante de lapropiedad agraria; el trabajo asalariado y el sistema de arrendamiento son allí dominantes.La tierra concentrada en pocas manos será fácil de expropiar y de socializar. Por otra parte,los países de América Latina que tienen una población indígena muy numerosa (México,Ecudor, Perú, Bolivia) están en mejores condiciones para la edificación del socialismo enel campo que los países donde este elemento indígena no existe. Existen numerosas co-munas en México, en Ecuador, en Perú, en Bolivia, que representan actualmente elemen-tos combativos contra el poder de los feudales y que, en el momento de la instauración delrégimen proletario, serán núcleos para la cooperación socialista en el campo. Los indiosamericanos tienen un espíritu colectivista muy notable. Constituyen cooperativas de pro-ducción agrícola, de irrigación, de construcción y otras formas de trabajo colectivo. Estoselementos deben ser utilizados en el estado proletario para la construcción del socialismo.

Muchos levantamientos de obreros agrícolas y de campesinos en América Latina tu-vieron como centros a las comunas. En el Ecuador, en 1926 se produjo un gran movimientode masas por el reclamo de tierras ejidales (tierras que pertenecen a los pueblos o a lasciudades) que habían sido robadas por los feudales. En el curso de este año, cuatro gran-des levantamientos de indios se han producido en el Ecuador. Una de estas rebelionestuvo como punto de partida una de las comunas. Algunos de estos levantamientos hansido dirigidos por el partido socialista. En estas rebeliones hemos podido apreciar la granfuerza revolucionaria de los indios y su espíritu colectivista. En la Argentina y en el Uruguayla situación en el campo varía, porque en estos países de latifundios la parte más impor-tante de los obreros agrícolas y de los campesinos está constituída por mestizos, criollosy obreos europeos emigrados entre los cuales predomina el espíritu individualista. (En laArgentina, el levantamiento más importante de los obreros agrícolas y de los campesinosha sido el de los peones** de la Patagonia.)

Con el problema revolucionario está ligado el de las razas oprimidas, como los indiosde América Latina. Los indios constituyen en algunos países la población predominanteen los campos, y sufren mucho más que los obreros blancos y mestizos la explotación delos terratenientes. Por otra parte, los indios, considerados como una raza inferior, son tra-tados más brutalmente. Todos estos factores determinan, entre los obreros y campesinosindígenas, un gran espíritu de solidaridad y de clase explotada. Asimismo, el indio es un

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elemento muy revolucionario. Yo creo que este problema de las razas oprimidas debe sertratado en el programa.

Otro problema que juzgo importante de encarar es el de las revoluciones pequeño-burguesas. En América Latina ellas poseen una fisonomía propia y son de gran interéspara la causa del proletariado. El camarada Thalheimer, en su crítica del proyecto de pro-grama, da una apreciación falsa de la revolución en algunos países de América Latina. Lamás típica de esas revoluciones es la revolución de México, que se prolongó desde 1910hasta 1917, y que dejó una situación revolucionaria en el país. Esta revolución, cuyo ca-rácter es pequeñoburgués, contiene ciertos matices socialistas, como consecuencia de laintervención de la clase obrera organizada y de las reivindicaciones de carácter proletarioque han sido planteadas durante la revolución. Algunas de ellas had sido cumplidas. LaCasa del Obrero Mundial, que entonces era el núcleo de la actual Confederación [Regional]Obrera Mexicana, se presentaba con un programa socialista y luchaba junto con la pe-queña burguesía. El carácter antimperialista de la revolución mexicana, la hegemonía dela pequeña burguesía, la heroica lucha de las masas campesinas por la tierra, dirigida porsu famoso jefe, el general Zapata, dan a la revolución mexicana el carácter pequeñobur-gués, además, de otros rasgos pequeñoburgueses que posee esta revolución. Es precisoestudiar seriamente la revolución mexicana, que es muy importante para el movimientoproletario del mundo entero y especialmente de América Latina.

La revolución pequeñoburguesa del Ecuador, en 1925, presenta ya otras característi-cas, a pesar de que posea ciertas similitudes con la revolución mexicana. La revoluciónde 1925 fue dirigida principalmente contra la plutocracia financiera que había dominado elpaís durante más de treinta años, contra los funcionarios corrompidos del estado, contralos jefes del ejército, contra los grandes propietarios terratenientes. El gobierno cívico-militarque fue instaurado tenía cierta estructura soviética. El gobierno se basaba en consejos mi-litares y delegados de las organizaciones obreras (estos últimos solamente con derecho aser consultados). El órgano supremo era un consejo cívico. Los diferentes manifiestos deestos consejos militares, así como el programa de la liga militar que había hecho la revo-lución, hablaban siempre de las reivindicationes proletarias. Violentos golpes fueron dirigi-dos contra la plutocracia, y algunos monopolios capitalistas privados fueron trasferidos alestado. Fueron tomadas ciertas medidas radicales (ley de expropiación de las tierras). Lospequeñoburgueses fueron perseguidos; muchos de sus órganos de prensa, suprimidos;el clero, perseguido; ciertas reivindicaciones obreras fueron realizadas, y, en los inicios dela revolución, las huelgas fueron apoyadas por el ejército. Fue el ejército el que determinóla ocupación de las tierras por la población de Cayambe. En este período, se produjeronnumerosos levantamientos de obreros agrícolas y de campesinos contra los terratenientesy contra las autoridades. La revolución tuvo también un carácter antimperialista. En los pri-meros momentos de la revolución, el gobierno se preocupó por la revisión de los contratoscon los imperialistas. Es muy importante conocer bien estas revoluciones pequeñoburgue-sas porque ellas son capaces de remover profundamente la estructura social. Además,durante estas revoluciones la organización obrera cobra un gran desarrollo, como en Mé-xico y en Ecuador.

El capítulo fija las tareas para los partidos comunistas según el diferente grado de des-arrollo industrial de sus respectivos países. Ya he hablado de la necesidad de crear unnuevo grupo para los países que sufren la penetración imperialista, pero que no son todavíapueblos semicoloniales.

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Los países dependientes, como la Argentina, el Brasil y el Ecuador, son aquellos paísesdonde la fuerza del imperialismo no es preponderante. Esto es debido o bien a la fuerzapolítica de esos países (Argentina, Brasil), o bien a la débil penetración económica del im-perialismo (Ecuador). En dichos países, creo, la consigna de la revolución agraria demo-crático-burguesa no es justa. Posiblemente, ella tendrá más éxito en los paísesprofundamente penetrados por el imperialismo, donde la presión política de los imperialistasse hace sentir y donde la cuestión de la tierra constituye una de las palancas fundamentalesde la revolución.

Una de las causas que podrían determinar una revolución social en nuestros paísessería una guerra imperialista o una guerra contra la URSS. En ese caso, los problemas sepresentarán de manera diferente en la Argentina y en México. En México podría lucharsepor una revolución antimperialista contra los propietarios terratenientes. En cuanto a la co-operación de la burguesía nacional en esta guerra contra el imperialismo, es una cuestiónsumamente problemática. Si, en lugar de la pequeña burguesía, es el proletariado el quetiene la dirección de esta revolución, en estrecha alianza con el campesinado que reclamala tierra, la gran burguesía de México se opondrá francamente al proletariado y al campe-sinado. Incluso si, durante algún momento, la burguesía se colocase del lado del proleta-riado, lo traicionaría más rápidamente todavía que la burguesía china, porque lasreivindicaciones del proletariado industrial y agrario, así como las del campesinado, plan-tearían de manera aguda el problema de las clases. De la misma manera que el proleta-riado recoge las experiencias de la lucha en el mundo entero, la burguesía también recogelas experiencias de las luchas contrarrevolucionarias. La burguesía nacional sabe bienque, en las condiciones actuales, una lucha contra el imperialismo, que tuviese como aliadoal proletariado organizado según un programa revolucionario y a los campesinos que re-claman la tierra, es una alianza muy peligrosa para ellos. Los problemas de la indepen-dencia nacional no se presentan ahora a la burguesía de la misma manera queanteriormente, cuando en los países coloniales y semicoloniales las fuerzas nacionalespretendían solamente obtener la independencia nacional. Ahora el proletariado existe comoclase organizada, revolucionaria, y estas circunstancias cambian la cuestión. En la épocaactual, los problemas sociales se plantean de manera muy aguda, cuando, los comunistasse expanden en el mundo entero y cuando la Internacional Comunista deviene la guía delproletariado revolucionario, la burguesía no puede tener una actitud semejan a la que tuvoen el momento de la independencia del pueblo de América Latina. La recolonización delos pueblos de América Latina, proseguida por los imperialistas a pesar de que despiertalos sentimientos nacionalistas de la burguesía, no puede ser impedida de manera eficazmás que por la fuerza del proletariado y del campesinado. Es el momento del reagrupa-miento de las fuerzas antagónicas: el proletariado y las capas más pobres contra el poderde la burguesía del mundo entero. El programa dice que el proletariado debe conservartoda su independencia de clase, toda su combatividad contra los explotadores, incluso sise diera una alianza temporaria con la burguesía. Estas frases son enteramente justas.Ellas deben penetrar profundamente en el espíritu de todos los revolucionarios. La consignade la revolución agraria democrático-burguesa ha producido ya demasiada confusión enaquellos partidos de la Internacional Comunista que, durante cierto momento, han mani-festado tendencias oportunistas reformistas. Nosotros ya hemos indicado que en casi nin-gún país de América Latina los terratenientes constituyen una capa diferente de 1aburguesía. Inclusive, la burguesía y estas diferentes capas están a veces confundidas en

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una sola capa de plutócratas. En la ciudad de Guayaquil, el principal puerto del Ecuador,hay una plutocracia que posee al mismo tiempo latifundios, empresas industriales bancosy grandes establecimientos comerciales y de vivienda. Esta plutocracia monopolista es almismo tiempo una aliada fiel del imperialismo norteamericano. Algunas compañías indus-trial están formadas por los capitalistas nacionales y extranjeros, como la Anglo-EcuatorianaOil Company. El mismo fenómeno se registra en otros países de América Latina. Se com-prende así que la solidaridad de los intereses de la burguesía nacional con los imperialistasdebe ser muy fuerte. Por esta razón, la burguesía de Guayaquil ha pretendido reiterada-mente aplastar al gobierno actual y, a pesar de que él ha concedido ciertos privilegios alimperialismo yanqui, éste no está todavía conforme y trabaja por la instalación de un nuevogobierno que le otorgue todos los privilegios. Yo pregunto cómo podríamos nosotros ex-propiar solamente los capitales imperialistas y las tierras de los feudales sin expropiar alcapital nacional, siendo que éste está enteramente ligado a los propietarios terratenientesy a los imperialistas. Por otra parte, expropiar solamente la tierra de sus explotadores, de-jándoles las industrias, los bancos y el comercio, es decir, la fuerza económica más impor-tante, sería el fracaso de la revolución democrático-burguesa dirigida por el proletariado.La verdad es que la burguesía nacional preferirá obtener menos beneficios y conservar supropiedad poniéndose al servicio de los imperialistas.

En el programa está indicado que en los países coloniales y semicoloniales la partemás importante de las industrias, de los bancos y del comercio está en manos de los ca-pitalistas extranjeros. Si esto fuera cierto, entonces, en el momento de la expropiación delos imperialistas, el capital nacional sería tan mínimo que no representaría una fuerza po-lítica importante. Sería pues un error dejar a nuestros enemigos de clase las últimas forta-lezas. Si la revolución agraria triunfa, si ella es capaz de expropiar a los propietarioslatifundistas, a los capitales de los imperialistas y —ésta es la tarea más difícil— si el pro-letariado y los campesinos tienen éxito en constituirse en gobierno obrero y campesino,será también posible expropiar los capitales de la burguesía nacional sin indemnización.

Para la Argentina, el problema se presentará de manera un tanto diferente según quela guerra se realice entre imperialistas o contra la Unión Soviética. La consigna de una re-volución por la independencia nacional en la Argentina tendría muy poco éxito, porque laopresión imperialista no reviste allí caracteres tan graves como en México, en Cuba, enPanamá. Para la Argentina, en caso de guerra, habría dos soluciones: una, la huelga ge-neral y el boicot de la clase obrera; o bien, la revolución del proletariado apoyado por loscampesinos para expropiar el capital nacional y el de los imperialistas. Creo que para lamayoría de los países denominados semicoloniales y "dependientes", la consigna de larevolución agraria no es justa.

En cuanto a la colaboración de los obreros con los zampesinos, no hay discusión po-sible: es una necesidad indispensable.

La alianza del proletariado con la pequeña burguesía se presenta de modo un tantodiferente. Los todavía numerosos artesanos de algunos países son elementos que puedenutilizarse con cierta confianza. Pero los pequeños patronos, los pequeños comerciantes,que quieren convertirse en grandes capitalistas, desean tener la hegemonía en la lucharevolucionaria. Por ello, se trata de elementos muy peligrosos. La utilización de la pequeñaburguesía para la causa de la revolución depende de una justa política de una buena or-ganización de parte del proletariado. En cuanto a la participación del proletariado en las lu-chas desencadenadas por la pequeña burguesía y dirigidas contra los imperialistas o contra

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la gran burguesía nacional, creo que es preciso intervenir de una manera decisiva, perosiempre conservando la independencia de clase, tratando de apoderarse de la hegemoníaen la lucha revolucionaria, y no olvidando en ningún instante las posibles traiciones de lapequeña burguesía.

Éstos son, camaradas, los problemas que quería exponeros. La enmiendas suple-mentarias os serán presentadas aparte.

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INTERVENCIÓN EN EL VI CONGRESO DE LAINTERNACIONAL COMUNISTA

«LA REVOLUCIÓN EN LOS PAÍSES COLONIALES Y SEMI-COLONIALES»JORNADA TREINTA Y CUATRO - 17 DE AGOSTO DE 1928

MOSCÚ

PAREDES (Ecuador): Camaradas: las tesis sobre el problema colonial son buenas engeneral; pero yo quiero hacer aquí algunas críticas referidas a diversas cuestiones.

La clasificación de los diferentes países y grupos de países tal cual lo establecen lastesis, es mejor que la del proyecto de programa. Pero yo creo que hace falta hacer unaclasificación distinta con relación a la economía y la política de los países coloniales y se-micoloniales. Ya hablé, a propósito del programa, de la necesidad de crear un nuevo grupode países, el de los países "dependientes". Esta cuestión es de importancia para la elabo-ración de una buena táctica en estos países. No me detendré en esta cuestión, exceptopara señalar algunas diferencias que ya traté en la discusión del proyecto de programa.Insisto, sin embargo, en la necesidad de hacer un estudio más profundo de los países co-loniales, semicoloniales y dependientes.

Para tratar la cuestión de la revolución agraria democrático burguesa, hay que encararcuatro aspectos fundamentales:

1] la economía del país en cuestión; 2] el grado de penetración económica del impe-rialismo; 3] la fuerza política del país; 4] la dominación del imperialismo. En cuanto a laeconomía del país, debe estudiarse cuidadosamente las relaciones sociales de clases.Siendo esta cuestión muy poco conocida, se da una línea táctica errónea a nuestros par-tidos y al proletariado.

¿El proletariado debe realizar la revolución democrático burguesa? ¿El proletariadodebe hacer una revolución que beneficia a la burguesía? Yo creo que no.

La economía de los diferentes países dependientes, semicoloniales y coloniales pre-senta aspectos muy diferentes, sobre todo en lo referido a su grado de industrialización.Creo que hace falta establecer las categorías siguientes de países, basándose en el gradode su desarrollo económico:

1] Los países que las tesis colocan en el primer grupo (pese a que la clasificación deciertos países en este grupo no corresponde a la realidad) y que disponen de una industriaen crecimiento, de fuentes importantes de materias primas necesarias para la industria(los países de América Latina son muy ricos en toda clase de minerales, en combustibles,sobre todo en petróleo, así como en materias primas agrícolas) tendrán la posibilidad dela construcción del socialismo en un futuro no lejano. El grupo de países donde existe laposibilidad de la construcción del socialismo es más amplio de lo que señala el programa.Además debemos considerar que la existencia de la Rusia soviética es una base muy im-portante para la creación de nuevos estados proletarios. En varios de estos países, sobretodo en los países dependientes, hay una concentración muy grande de la propiedad enpocas manos. Por otra parte, el hecho de que en la agricultura la tierra está muy poco di-

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vidida (latifundios inmensos, que a veces son muy industrializados) constituye un elementofavorable para la realización. Sería bueno subdividir este primer grupo de países en doscategorías, en base a razones políticas: a) países dependientes (Argentina, Brasil, Uruguay,México, Ecuador); b) países coloniales y semicoloniales, en los que se plantea como pro-blema fundamental la cuestión de la emancipación nacional.

2] El segundo grupo de países comprende a todos los países de desarrollo económicomuy restringido, con proletariado poco numeroso e incapaz de ser la fuerza motriz de larevolución, pese al apoyo del campesinado. Para estos países, la revolución democrático-burguesa representa una tarea actual.

3] El tercer grupo comprende a los países muy poco desarrollados económicamente,y en los que la gran industria es mínima o inexistente. Aquí, el proletariado constituye unacapa extremadamente débil. Debido a que las diferenciaciones de clase son muy débiles,las relaciones de clase son todavía muy oscuras. En estos países, la tarea consiste enuna revolución por la emancipación nacional.

En los grupos segundo y tercero, es deber de los partidos comunistas desarrollar elproletariado naciente, favorecer la expansión de las fuerzas productivas del país y obtenerpara las capas pobres de la población el máximo de libertades políticas y de ventajas eco-nómicas.

El papel de la burguesía nacional en los diferentes movimientos del proletariado y delcampesinado varía según los diferentes países. En primer lugar, en los países dependien-tes donde existe ya una burguesía nacional que representa una fuerza política, esta fuerzano es empleada contra los imperialistas, sino contra el proletariado que lucha por sus rei-vindicaciones de clase. La lucha principal debe ser llevada aquí contra la burguesía nacio-nal, aliada de los imperialistas. En México, el problema se presenta un poco diferente, acausa de la profunda penetración del imperialismo, y del profundo odio histórico del pueblomexicano contra los imperialistas yanquis. La lucha contra el imperialismo será tambiénuno de los problemas fundamentales de la revolución proletaria en todos estos países. Enmi opinión, en las tesis se subestima la fuerza de la burguesía nacional. De lo que resultaque se encara casi exclusivamente los problemas de la lucha contra el imperialismo y quese olvida, por decirlo así, los de la lucha contra la burguesía nacional.

La fuerza del proletariado en los países dependientes, coloniales y semicoloniales delprimer grupo, constituye una fuerza no solamente numérica, puesto que ya ha luchado va-lerosamente contra la burguesía (China, México, Brasil, Argentina, Chile, Perú, Ecuador).El papel del proletariado es subestimado en las tesis. Además, hay una concepción falsadel campesinado. Se dice que el campesinado es allí la clase más numerosa y esto no escierto. En un gran número de estos países el proletariado agrícola es. mucho más nume-roso que el campesinado. Es verdad que no se puede colocar al proletariado industrial yal proletariado agrícola en el mismo plano, pero la concentración de un gran número deasalariados en los latifundios constituye una fuerza muy poderosa. Debido a la subestima-ción de la burguesía y del proletariado y a la sobrestimación del campesinado, todos losproblemas de estos países son encarados solamente desde el punto de vista de la repar-tición de las tierras y de la lucha contra el imperialismo.

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Teniendo en cuenta todos estos elementos, analizaré ahora el problema de la revolu-ción democrático-burguesa en estos países. En primer lugar, ¿cuáles son los elementosque podrán participar en la revolución democrático-burguesa, agraria y antimperialista?Inicialmente debemos encarar la posibilidad de la participación de la gran burguesía enesta revolución. A lo que dije en oportunidad de la discusión del programa, agregaré ahorasolamente que en los momentos actuales, la gran burguesía de estos países forma partedel gobierno y está aliada al imperialismo (esta participación de la gran burguesía en elgobierno es más o menos intensa en los diferentes países). En cuanto a los países de-pendientes, la gran burguesía de estos países estará siempre contra esta revolución, queestará dirigida contra ella. En los países coloniales y semicoloniales, la hegemonía del pro-letariado y del campesinado se planteará de una manera clara; la gran burguesía estarácontra el proletariado y el campesinado.

Las tesis subestiman el papel de la burguesía nacional en relación con su fuerza eco-nómica, fuerza que es considerable en ciertos países coloniales, semicoloniales y depen-dientes. Pero creo que subestima el papel de la burguesía nacional en la luchaantimperialista. La burguesía nacional de casi todos estos países está íntimamente ligadacon el imperialismo, no solamente por lazos económicos, sino también por un cierto repartodel poder político.

En cuanto a la pequeña burguesía, creemos que ella desempeñará en casi todos lospaíses un papel muy importante. En ciertos países de América Latina como Venezuela,Perú, Brasil, Chile, Bolivia, Colombia, etc., la revolución democrático-burguesa está a laorden del día. En Venezuela y en Perú, y como consecuencia de la inexistencia de partidoscomunistas y de un movimiento sindical desarrollado, la pequeña burguesía desempeñaráun papel predominante si la revolución se produce en un futuro próximo. Pero la pequeñaburguesía es una clase vacilante, una clase que traicionará al movimiento revolucionariosi el proletariado y el campesinado no saben utilizarla.

En los países donde ya se han constituido regímenes pequeño burgueses (México,Ecuador), puede ser que éstos desempeñen temporariamente un papel revolucionario,que la pequeña burguesía en el poder pueda en ciertos casos, en una guerra mundial porejemplo, oponerse al imperialismo. El debilitamiento continuo de la fuerza progresista delos gobiernos pequeñoburgueses debido aI crecimiento del movimiento revolucionario delproletariado y del campesinado, descontentos de los gobiernos pequeñoburgueses, con-ducirá a la lucha del proletariado y del campesinado y de ciertas capas de la pequeña bur-guesía fuera del poder, contra los gobiernos pequeñoburgueses que capitulan siempremás ante el imperialismo, la gran burguesía y los grandes propietarios terratenientes.

El campesinado desempeñará un papel de primer plano en la lucha revolucionaria.Pero, cuando yo hablo de campesinado, hablo al mismo tiempo de los obreros agrícolasque, en casi todos nuestros países de América Latina, constituyen la parte más importantede los trabajadores del campo. Es posible que la lucha revolucionaria comience por el le-vantamiento de los obreros agrícolas y de los campesinos contra los propietarios terrate-nientes, contra el gobierno. Pero el proletariado de varios países de América Latina, quepor su lucha valerosa contra la clase patronal tiene ya una tradición revolucionaria, se pon-drá rápidamente en lucha y podrá conquistar la hegemonía.

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Las tesis tienen tendencia a considerar todos los problemas de nuestros países desdeel punto de vista rural, como problemas esencialmente campesinos. Como es natural, enciertos países coloniales y semicoloniales, muy atrasados, donde el proletariado comienzaapenas a desarrollarse o es casi inexistente (ciertos pueblos nómadas, ciertas colonias deAfrica), el problema es ante todo un problema campesino, un problema de la independencianacional y del establecimiento de un gobierno democrático del cual deben participar elmayor número posible de obreros y campesinos.

El problema de la clasificación en dos grupos de países penetrados por el imperialismo:países semicoloniales y países dependientes, es importante desde el punto de vista delcomienzo de la lucha, que será distinta en ambos casos. El problema final será el mismo,pero determinado por el grado de desarrollo económico.

Las tesis olvidan que en varios países dependientes existen regímenes democrático-burgueses constituidos desde hace mucho tiempo (Argentina, Uruguay) , así como regí-menes pequeñoburgueses, contra los cuales se deberá luchar para derribar el poder delimperialismo y establecer la hegemonía del proletariado y del campesinado.

La justa apreciación del papel de la revolución pequeño burguesa que se produciráen ciertos países de América Latina, nos es necesaria para el establecimiento de la hege-monía del proletariado y del campesinado. Estos movimientos revolucionarios conducirána un resultado muy diferente según exista o no un partido comunista. El proletariado podráapoderarse de la hegemonía con el apoyo del campesinado solamente si existe un partidoproletario comunista.

Hace falta que estudiemos las revoluciones pequeñoburguesas que se han producidoen América Latina en estos últimos tiempos. El camarada Lacerda ya nos habló de la re-volución pequeño-burguesa del Brasil, los camaradas de México hablaron de la revoluciónmexicana. Agregaré algunas palabras sobre la revolución en Chile y en Ecuador. El se-gundo golpe de estado que se produjo en Chile, en 1925, era un movimiento de la pequeñaburguesía del que participaban activamente la clase obrera organizada y el campesinado.Este movimiento tenía ciertos rasgos progresistas. Pero el tercer golpe de estado de Ibáñezes un movimiento totalmente reaccionario de carácter fascista. La revolución mexicana de1910-1917 es una revolución orientada contra el poder de los señores feudales, de la granburguesía nacional, contra el clero, contra el imperialismo. El movimiento de los trabaja-dores del campo tuvo una fisonomía propia y ha dado un impulso revolucionario. Esta esuna revolución típicamente pequeñoburguesa, pese a la participación y el papel importantede la clase obrera organizada.

En Ecuador tuvimos una revolución democrático-burguesa en 1895. Esta revolución,dirigida contra el poder de los feudales y del clero, fue hecha por la burguesía nacional na-ciente. La revolución de 1925 estaba dirigida contra el poder de la gran burguesía nacional,contra el poder de los feudales y, en menor escala, contra el imperialismo. Esta revoluciónestaba sobre todo dirigida contra el capital bancario que había tenido la hegemonía políticadel país durante 15 años. La pequeña burguesía, que dirigió políticamente la revolución,ha luchado contra las formas monopolistas de la gran burguesía (algunos monopolios fue-ron liquidados por la revolución). En esta revolución, la clase obrera organizada desempeñóun papel muy importante. El movimiento de los campesinos se produjo . independiente-

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mente de la revolución, gracias a la fermentación revolucionaria de las masas del campo,que fue a su vez estimulada por la revolución de 1925.

La revolución de 1925 no estuvo entonces determinada por el movimiento de los obre-ros agrícolas y de los campesinos, comodijo el camarada Droz en su muy buen informe.Los gobiernos de México y de Ecuador pierden cada día su fuerza revolucionaria, capitulansiempre más ante el imperialismo. En estos gobiernos se han infiltrado lentamente ele-mentos de la gran burguesía, nuevos latifundistas nacidos de la revolución (esto no significaque el gobierno de México sea un gobierno de latifundistas liberales, como afirma el ca-marada Travin en sus tesis), e incluso ex latifundistas. Ciertos camaradas de México creenque la revolución mexicana prosigue; creo que este punto de vista es falso. La revoluciónmexicana está terminada. Cierto es que persiste aún una situación revolucionaria en Mé-xico, pero no una revolución. El proletariado y el campesinado avanzan, el gobierno retro-cede: se prepara una nueva revolución. Pero no se debe exagerar diciendo que losgobiernos de México y de Ecuador ya son reaccionarios. Todavía son fuerzas progresistas.Hablaré aquí de una concepción que fue expresada por el camarada Humbert-Droz a pro-pósito de mi opinión sobre el control yanqui en Ecuador. No puede afirmarse que los queactúan hoy en Ecuador como expertos financieros yanquis sean inspectores capaces dedetener los actos del gobierno. Estos técnicos yanquis designados por el gobierno no tienenderecho a hacerlo. En realidad, son espías de la burguesía yanqui en el seno del gobiernode Ecuador, y ejercen un control indirecto. Además, el gobierno de Ecuador no ha contraídoninguna deuda con el imperialismo yanqui, y el capital invertido en el país es todavía mí-nimo. Como es natural, los técnicos yanquis son un buen canal para la colonización delpaís.

En cuanto a las perspectivas de la revolución democrático-burguesa, hay que deciren primer lugar que en ciertos países como la Argentina la revolución puede tener desdeel primer momento un carácter proletario. Segundo, tendremos revoluciones conducidaspor la pequeña burguesía, con una participación más o menos amplia del proletariado ydel campesinado. Estas últimas revoluciones atravesarán etapas diferentes en los diversospaíses, según sean las fuerzas sociales en movimiento y el poder del imperialismo. Perosi en el curso de la revolución democrático-burguesa nosotros llegamos a tener la hege-monía en la lucha, si el proletariado y el campesinado pueden constituir un gobierno dedictadura, en ese momento tendremos en contra a toda la gran burguesía del país, no im-porta cuál fuere ese país. La gran burguesía será contrarrevolucionaria y deberemos lucharcontra ella desde el primer momento en los distintos países. Y se volverá contrarrevolucio-naria en todos los países en el momento en que el proletariado y el campesinado conquis-ten su hegemonía. Es por eso que las tareas fijadas para nuestros partidos por las tesis,son muy incompletas. Dejar el poder económico a la gran burguesía, que es nuestra ene-miga, significaría un peligro muy grande para la revolución. Creo firmemente que si nosotroslogramos constituir una dictadura del proletariado y del campesinado, podemos y debemosexpropiar a la gran burguesía nacional. Si hemos podido expropiar al imperialismo, nos re-sultará fácil expropiar a la burguesía nacional. Además, en casi todos nuestros países laburguesía nacional está tan íntimamente vinculada a los feudales (a veces los grandespropietarios terratenientes son ellos mismos poseedores de industrias, comercios, bancos)

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que si nosotros expropiamos a estos propietarios latifundistas sus tierras, deberemos ex-propiarles también sus comercios, bancos e industrias. La construcción in- -dependientedel socialismo en estos países no es ciertamente posible, pero nosotros contamos ya conun estado proletario que representará un firme apoyo para el nuevo estado soviético cons-tituido y que hará posible la construcción del socialismo.

En cuanto a la forma de la repartición de las tierras expropiadas, creo que hay queobrar de la siguiente manera: las tierras que fueron arrendadas a los campesinos, se lesserá otorgadas para su explotación colectiva; con las tierras restantes, haremos grandespropiedades estatales. Si repartimos las tierras entre los campesinos, tendremos una grancantidad de pequeñoburgueses en el campo, disminuiremos mucho la fuerza del proleta-riado, porque el proletariado agrícola se transformaría en campesinado. Sería un obstáculomuy grande para la construcción del socialismo. Por otra parte, los latifundios, a veces yaindustrializados, y que constituyen una fuerza predominante en ciertos países, facilitan laentrega de la mayor parte de las tierras a manos del estado proletario.

Por todas estas razones, estoy en contra de las tareas de la revolución agraria en elcaso en que podamos constituir la dictadura de los obreros y de los campesinos. Si estepunto es mantenido (es decir, el punto que fija las tareas de la revolución agraria en la re-dacción actual de las tesis) debemos llegar fatalmente a una concepción falsa: la de con-siderar a los gobiernos que ya han cumplido diversas tareas de la revolucióndemocrático-burguesa agraria (como es el caso del gobierno mexicano, y en menor escala,del ecuatoriano) capaces de realizarla completamente. Sería colocarnos en el mismo planoque Morones y Cía., que propagan la idea de que siendo la revolución mexicana una re-volución socialista, debemos aplicar la táctica comunista en el seno de los sindicatos re-formistas frente al gobierno, para así conquistar la mayoría en el gobierno pequeñoburguéspor medio de la democracia, eliminando la contrarrevolución. Esta tendencia moronistaexiste actualmente también en Ecuador entre ciertos elementos que afirman que el pre-sente es un gobierno socialista. Por estas razones, juzgo que las tesis deben ser modifi-cadas en el sentido que acabo de indicar.

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DISCURSO DE APERTURA DE LA CONFERENCIA DELCONSEJO CENTRAL AMPLIADO DEL PARTIDOSOCIALISTA ECUATORIANO SECCIÓN DE LA

TERCERA INTERNACIONAL COMUNISTA

Quito, 12 de enero de 1929

Compañeros:

Esta Conferencia Ampliada del Consejo Central del Partido Socialista Ecuatoriano Sec-ción de la Internacional Comunista, ha sido constituida con los delegados de las organiza-ciones socialistas de provincias y los miembros principales y suplentes del Consejo Centraldel PSE. El CC ante la imposibilidad de convocar una Asamblea Nacional o Congreso delPartido, creyó utilísima para los intereses del mismo la convocatoria de una Conferenciadel CC Ampliado, en la que pudieran intervenir los compañeros nombrados por los consejosprovinciales socialistas y las organizaciones obreras adheridas al Partido, que debían traerla expresión de esas diferentes agrupaciones. Era imposible convocar un Congreso Na-cional del PSE por múltiples circunstancias, por la desorganización o mal funcionamientode agrupaciones socialistas, por la escasez de tiempo y de recursos. Urgía hacer una etapahasta la convocatoria del próximo Congreso, un reagrupamiento de fuerzas, como si antesde entrar a la casa de donde habíamos salido para un largo viaje, quisiéramos presentarnosen nuestro hogar, con el cuerpo limpio y los vestidos arreglados. En efecto, compañeros:esta Conferencia debe ser un baño depurador para nuestro Partido, una terapia sabia-mente administrada para curar nuestros males, una ingestión de alimentos nuevos y sanos,un examen de nuestros defectos, un firme propósito de enmienda y una confianza seguraen el porvenir.

Ciertamente que nuestru Partido es muy joven, pues aún no cumple tres años desdesu constitución, pero no debe ser una excusa para que ocultemos nuestras debilidades, ysobre todo que las toleremos. No, nuestro ?anido debe ir corrigiendo todos sus defectos,debe irse desarrollando sano y fuerte, suprimiendo las malas raíces del pasado, orientán-dose con firmeza hacia un porvenir mejor. Necesitamos hacer una autocrítica constanteen el seno de nuestro Partido, hacer una revisión de valores, educarnos y depurar nuestrasfilas. Nosotros no podemos tolerar lo que sucede en los viejos partidos burgueses, liberalo conservador: el caos ideológico, indisciplina, la inmoralidad, la traición al Partido. Lospartidos liberal o conservador del Ecuador, no han sido en realidad partido, sino partidashambrientas de poder. Ninguna característica de Partido organizado tienen ni el liberalismo-simple traición de las luchas anticlericales del pasado, renunciadas al presente- ni el con-servadurismo, que con justicia debe llamarse más bien clericalismo. Por eso es inaceptablelas proposiciones o aspiraciones de algunos liberales, algunos de cuales casi están ennuestras filas en ciertos aspectos ideológicos, de que el Partido Socialista como ellos dicen,el socialismo, sea la izquierda del liberalismo.

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Todos sabéis compañeros que la doctrina socialista marxista leninista que proclamanuestro Partido, es fundamentalmente diferente de la doctrina liberal. El liberalismo es unadoctrina burguesa, expresión de los intereses de la casta explotadora, y el socialismo nues-tro es la expresión de los intereses de la clase explotada. Además, el socialismo es unadoctrina colectivista en sus fines ultimos, al pretender la supresión de las clases sociales yla instauración del socialismo integral o comunismo. El liberalismo es individualista, y laaparente libertad proclamada por el liberalismo, es la libertad únicamente para las clasesexplotadoras, para los más fuertes, que ejercitan su libertad contra los débiles. Su igualdades la igualdad para los privilegiados, para la casta dominadora, y desigual en relación alos trabajadores, los dominados. Su fraternidad, es la fraternidad de los explotadores, mien-tras se ven amenazados con las reivindicaciones de los oprimidos, y su fraternidad se con-vierte en odio, en luchas, en guerras, en pillaje, cuando los explotadores entrechocan consus antagonismos de intereses.

La doctrina liberal es pues antagónica a la socialista. Además, el Partido Socialista esun partido de base proletaria; aunque en él entren elementos de otras clases sociales: in-telectuales, campesinos. Su ideología es proletaria, sus métodos de lucha son proletarios.Los partidos liberal o conservador son partidos de base burguesa, aunque en ellos parti-cipen elementos I proletarios. Ciertamente que del Partido Liberal, de su izquierda, se han5 pasado al Partido Socialista algunos elementos, sobre todo intelectuales, pero esto nosignifica que el socialismo sea la izquierda del liberalismo. Más bien sería lo contrario, laizquierda del liberalismo, debería acercarse al Partido Socialista, y cuando esta izquierdaliberal se hubiera empapado en la ideología socialista, cuando al querer entrar al PSE sehubiera despojado del individualismo liberal, de la indisciplina liberal, entonces pudiera serbuenos militantes socialistas.

Mucho de los vicios de nuestro Partido, los debemos al liberalismo, vicios que han de-jado sus huellas en algunos elementos que nos han venido del Partido Liberal. Sobre todola indisciplina, la libertad de criterio, la libertad de acción que proclama algunos elementosde nuestro Partido, son vicios liberales de que aún no se han logrado despojar estos com-pañeros. La inactividad fuera de los períodos eleccionarios o de alguna campaña aislada,la negligencia para una acción constante, disciplinada; la falta de desprendimiento para elPartido, la resistencia para cotizar, son herencias del liberalismo, pues ni en el Partido Li-beral ni en el Conservador, existen trabajo constante, disciplinado; ni se cotiza obligatoria-mente. Toda esa tradición de los viejos partidos históricos pesa aún sobre nuestro Partido;toda la constitución enfermiza, desordenada, profundamente desordenada, infecunda;pesa aún sobre nuestro Partido.

Primitivismo. Algunos compañeros llevan este individualismo hasta límites absurdos yhan llegado a decir: "en el seno de las organizaciones del Partido, hay discusiones, dis-gustos; estos tienden a desorganizar nuestro Partido; por lo tanto lo mejor es trabajar cadauno por su lado, hacer la propaganda socialista por su cuenta; y cuando hayamos hechola suficiente propaganda podremos pensar en la organización de un Partido Socialista; haycerca de 500 tendencias socialistas y cada uno es libre de pensar como le plazca."

Os cito frases textuales, imbéciles como veis, que ni el mismo anarquismo individualistase ha atrevido a decir. Lenin llamaba primitivismo a la tendencia que existió en ciertos gru-pos del Partido Social Demócrata ruso, de trabajar aisladamente o en pequeños grupos;pero ni los primitivistas se atrevieron a decir una cosa tan absurda, que equivale al liquida-cionismo del PSE. Este primitivismo nuestro no es sino una hipócrita maniobra de los com-

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pañeros para disimular su traición. Son estos elementos liquidadores del PS los que máscombaten a los elementos que trabajan dentro del PS, quienes pasan todo el tiempo ha-ciendo críticas injustificadas fuera de las organizaciones del PS y hasta delante de enemi-gos del PS.

El criticismo crónico es otro grave mal del PS. Hay elementos que pasan todo el tiempocriticando al PS, a sus principios, a sus métodos de lucha, a su dirección. Lo peor es queestos criticadores crónicos son en general lus elementos más inactivos, que no hacen nadao casi nada para el PS al que lo viven desprestigiando. Quien no hace algo por el PS notiene derecho a criticar, que trabaje, y entonces tendrá derecho a criticar a los demás. Perodebe ser una crítica justa y no apasionada; una crítica oportuna y no sistemática, una críticaconstructiva destinada a señalar los defectos para corregirlos, y no crítica destructiva des-tinada exclusivamente a sembrar el pánico dentro de los organismos del PS y no fuera deél. Todo el mundo tiene derecho a criticar la actuación de nuestro PS en general, a criticarla actuación de los funcionarios y de cada militante, pero nadie tiene derecho a criticar alPS. Necesitamos corregir este grave vicio del criticismo crónico, acostumbrar a los ele-mentos que hagan críticas dentro del PS y no fuera de él.

Tenemos que luchar contra todos estos vicios, con energía, debemos hacer una au-tocrítica de nuestros actos para corregir sus defectos. Naturalmente que debemos tenertolerancia por los elementos nuevos en el PS, pues ellos no están empapados aun denuestras doctrinas y métodos de lucha, ellos necesitan una mayor capacitación ideológicay el fortalecimiento de la personalidad socialista en la lucha diaria. Pero al oportunismo ve-lado con distintas máscaras, debemos combatir sin piedad, lo mismo que al reformismo ya las tendencias anarquizantes, las que con frecuencia son máscaras para ocultar la traiciónal PS.

Tenemos que luchar incansablemente, implacablemente contra la tradición, tenemosque hacer un partido nuevo sobre bases nuevas, tenemos que ir modificando este tempe-ramento nuestro indohispánico: perezoso tan pronto turbulento como servilmente sumiso,palabrero, lírico, individualista, indisciplinado, profundamente indisciplinado. Nuestros prin-cipios ideológicos colectivistas, nuestro método de trabajo colectivistas, irán poco a pocomodificando nuestra raza, la irán acostumbrando al trabajo disciplinado. Constantementeme estáis escuchando la palabra: disciplina, disciplina; a muchos de vosotros os estará hi-riendo los oídos pero quiero que os hiera más vuestro espíritu, vuestro temperamento; pro-testaréis sin duda al principio, pero el tiempo os irá demostrando el valor de la disciplina,de la disciplina colectiva, socialista. La disciplina colectiva, compañeros, es fecunda y esconsciente; ella no es la ciega disciplina militar ni la discipli na burguesa que pesa brutal-mente sobre los de abajo, nuestra discipline socialista es para realizar con el mínimun deesfuerzo aunado, el máximum de utilidad social. Nuestra disciplina libera los espíritus, loshace rebeldes a la traición, barre con las herrumbres espirituales. Nuestra disciplina educaluchadores, crea los nucleos de la sociedad socialista de mañana.

Intelectualismo. Este es otro vicio de nuestro Partido: intelectualismo infecundo; no so-lamente arraigado entre nuestros intelectuales, sino aúnentre muchos compañeros obreros.Este intelectualismo se traduce por la locura de la ilustración, por la bibliografía insaciable.Leer, leer, leer; como un diabético ingiere agua, y alimentos sin saciarse nunca, eliminandolo que ingiere sin aprovechar apenas su organismo. Necesitamos luchar contra estos to-neles sin fondo que guardan todos sus conocimientos para estar rumiándolos con deleiteo esconderlos en el fondo de su subconsciente. Nosotros necesitamos luchadores, hom-

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bres con energía, pensamiento, no bibliotecas cerradas. Tampoco necesitamos sabios quepasen todo su tiempo en especulaciones abstractas, en elucubraciones metafísicas, enestériles discusiones filosóficas. De estos sabios no necesitamos.

Un escritor cretino ha dicho en un diario de la localidad que nuestro Partido no valenada, porque no pasan de tres los miembros del Partido que gozan de prestigio científico.Causa risa estas imbecilidades dichas con la mayor seriedad. Sabios aquí en nuestro país,¿cuántos hay nos preguntamos? Sabios de verdad, triste es confesarlo, no llegan a mediadocena, y de esa media docena, tal vez los mejores estén en nuestro Partido, y de losprestigios que se formaran más tarde, seguramente de nuestras filas saldrán los mejores.Pero serán sabios utiles a la sociedad, no ensimismados dogmáticos que atesoran cienciacomo un avaro atesora monedas. ¡Un Partido de sabios! ¡qué idílicas reminiscencias pla-tónicas!, del escritorzuelo que nos critica que estamos predicando a masas analfabetas; alas que -según su opinión- primero debíamos darle agua y jabón, y no predicarle esta estérildoctrina, socialista, "a estas gentes sin honor" -dice este sabio- "que no pueden elevarsea conceptos metafísicos". Según él, solamente después de que esta masa "sepa utilizarel jabón y gozar de los beneficios del agua y del libro", podrá pensarse en la organizacióndel Partido Socialista, y en otro artículo, el doctísimo sabio dice que el indio no merece serecuatoriano. Realmente es así, el indio no merece ser ecuatoriano, en este país dondedominan tales sabios.

Nuestro Partido, modestamente se contenta con estas masas ignorantes, de obrerosy campesinos, de intelectuales rebeldes; porque no queremos sabios de la magnitud deestas figuras que parecen vivir arrodilladas ante todos los fetiches, ante todos los amos yque solo saben protestar cuando están fuera del banquete fiscal. Nuestro Partido es debase proletaria, de masas rebeldes, que sabrán barrer con todos los falsos apóstoles, contodos bs pseudos sabios.

¿Es que nosotros somos enemigos de la cultura? Nosotros estamos haciendo la nuevacultura, la cultura que se arraigará profundamente en las masas; para eso, compañeros,necesitamos preparamos en el dominio de las diferentes ciencias sociales, en la biología,en la historia, en las relaciones internacionales, necesitamos hacer ideólogos, teóricos so-cialistas, capacitamos intelectualmente al mismo tiempo que educamos nuestra voluntad,nuestro carácter. Un buen dirigente socialista debe ser un teórico que sepa la interpretaciónde todos los fenómenos socialistas y hombre de acción que sepa plasmar en realidad lateoría. Nuestro Partido necesita crear buenos teóricos; estudiar no solamente los fenóme-nos sociológicos internacionales, sino principalmente los fenómenos sociales de nuestropaís, su estructura social, su economía, su desarrollo histórico. Es preciso compañerosque aprendamos a ser hombres de nuestro país; sin perder en ningún momento de vistaque somos esencialmente internacionalistas.

El automatismo es un vicio que se ha arraigado en algunos sectores de nuestro Par-tido, el automatismo que consiste en obrar solamente por el impulso. Así como el intelec-tualismo se arraiga siempre entre ciertos obreros. El uno conduce a un inconcienteaislamiento de la realidad, a un desprecio orgulloso de lo que se cree inferior, y por lo mismoaleja a las masas obreras descontentas de esta despectiva actitud intelectualista, y el otro,el automatismo, conduce a una actividad desordenada, a una indisciplina completa. Esteautomatismo de raigambre anarquista, es causa de los fracasos en la lucha en un buennúmero de casos, automatismo e intelectualismo deben desaparecer; pero, el intelectua-lismo sobre todo, pues este es negativo, al paso que el automatismo es activo, positivo,

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por más que tenga sus lados destructivos.El reformismo es también un grave peligro para nuestro Partido. La colaboración de

clases, sino la combatimos en nuestro Partido, acabaría por corromper nuestro Partido, yal fin nos transformaríamos en liberales. No podemos admitir el acuerdo, la colaboraciónentre la clase burguesa explotadora, y la clase obrera explotada; tenemos que luchar contrala burguesía, y no pretender celebrar acuerdos con ella. Nuestra guerra, es guerra de cla-ses, que terminará por la victoria de una de ellas: la proletaria. En esta lucha implacabletendremos como aliado al campesinado, a ciertas categorías de artesanos y a otros pe-queño burgueses explotados. Pero nuestro fuerte debe ser el proletariado. Los obrerosdeben tener la hegemonía en la lucha, el proletariado tiene que dar a nuestro PS una fiso-nomía y espíritu proletarios; ideología y métodos de lucha proletarios. Nunca debemos ol-vidar este punto esencial de nuestro socialismo marxista leninista: nuestra lucha, es luchade clases. El reformismo ha corrompido a muchos elementos de nuestro Partido. Más rá-pidamente que en otros países, en un período menor de tres años, nuestros reformistasdel Ecuador, se han puesto a la altura de los reformistas europeos; han traicionado a laclase obrera y siguen muy campantes llamándose socialista; algunos de ellos, por lo menoshan tenido la franqueza de abjurar en público sus creencias, o se han quedado en silencio,ocultando cuidadosamente sus antiguas doctrinas.

Todos estos defectos compañeros han impedido que el Partido se arraigue profunda-mente en las masas, que se fortifique para ser digno de tomar la vanguardia revoluciona-ria.

Nuestro Partido ciertamente ha luchado en un medio fanático, en un país poco indus-trializado, de escaso proletariado industrial, con una masa trabajadora en gran parte anal-fabeta, lo que ha impedido la difusión de la propaganda verbal y objetiva. Uno de losmayores obstáculos nuestros ha sido la escasez de recursos financieros para la propa-ganda, para la organización. Hemos luchado contra el feroz boicot económico de la bur-guesía, con nuestra pobreza, con la falta de desprendimiento pecuniario de la mayor partede los miembros. La propaganda de Partido y en gran parte su organización se ha hechocon los sacrificios de un reducidísimo grupo de compañeros. Esto hay que hacer desapa-recer estableciendo la cotización obligatoria, imponiendo sacrificios pecuniarios a todos losmiembros.

Esta conferencia debe ser el fin de una etapa, el de nuestra adolescencia como Partido.Debemos entrar a la juventud vigorosa, batalladora, llena de fe en el porvenir. La épocapasada es una época romántica, que pasará a nuestra memoria, como los recuerdos quenos dejan nuestros primeros amores, una neblina de ensueño, de torpezas, de debilidades,de gestos heroicos. Sí, compañeros, es preciso romper con el romanticismo, necesitamosahorcar implacablemente la neurastenia, enfermedad que consume nuestras juventudes,especialmente intelectuales, con una senilidad precoz matadora de toda acción, de todarebeldía. Ahoguemos al romanticismo que crea una ideología alejada de la realidad, quepresenta como despreciables los fenómenos de la vida diaria, que encierra en la torre demarfil -máscara del individualismo decadente- nuestras mejores actividades. El romanti-cismo debe terminar, vayamos a la vida. Acerquémonos a la realidad, que ella nos pondráen contacto de las masas que sufren, que esperan que nuestras palabras pierdan sus alasde mariposa y les griten muy fuerte: levántate.

Hasta hace poco más de un año, el PSE había vivido aislado del movimiento proletariointernacional, pero gracias al envío de un delegado a la Rusia Soviética ese aislamiento

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se ha roto, hemos establecido el contacto con el movimiento revolucionario mundial, noshemos enrolado dentro de la Internacional Comunista, y desde entonces nos sentimosmás fuertes, más llenos de fe.

Nuestro programa ideológico será el de la IC. Tenemos que adaptar nuestros estatutos,nuestro Plan de Acción, a los métodos de la IC y darles vida en nuestro país.

Os saludo cariñosamente queridos compañeros. Yo sé que en esta Conferencia seresolverán problemas fundamentales del Partido, que se liquidarán muchos errores y di-vergencias, que haremos un gran avance en la unidad ideológica y de acción de nuestroPartido, que sabremos comprender mejor la realidad, que superaremos todos los obstá-culus y que pondremos nuestro Partido en la vía del triunfo definitivo.

Ricardo A. Paredes

Fuente: Partido Socialista Ecuatoriano, "La primera Conferencia del Consejo Central Ampliado del Partido Socialista Ecuato-riano, sección de la III Internacional Comunista" (Quito: Imprenta del Partido Socialista Ecuatoriano, 1929), BEAEP.

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EL 20 DE MARZO EN ECUADORRicardo Paredes

De acuerdo con el movimiento mundial proletario contra la desocupación, que en nues-tro Continente ha sido auspiciado por la Confederación Sindical Latino Americana; unaparte del proletariado del Ecuador tomó participación muy activa. Para la preparación dela campaña han cooperado tanto nuestra propaganda como la alarma sembrada por laprensa burguesa para prevenir contra lo que ellos habían dado en llamar el “movimientocomunista”. Una campaña desenfrenada se ha realizado en el Ecuador contra el Día delDesocupado y el gobierno de la burguesía y los terratenientes han adoptado todo génerode medidas represivas y reaccionarias.

La desocupación ha aumentado enormemente en el Ecuador durante los últimos años,principalmente por las siguientes causas: ruina de la agricultura en la costa de la República,región la más rica y exportadora de la mayor parte de los productos comerciables; el cacao,el producto principal de la exportación viene produciéndose cada vez menos a causa deciertas pestes que matan la planta; en ciertas haciendas que producían doscientos mil ymás quintales al año, la producción llego a bajar a ¡30!; así mismo, otros productos hansufrido diferentes enfermedades que han menguado mucho la producción; 2. Crisis de su-perproducción mundial de algunos productos que han hecho bajar los precios de algunosartículos a límites bajísimos; la tagua, otro producto que anteriormente se exportaba engrande escala y que llegó a venderse a treinta y más el quintal (el sucre equivale a veintecentavos oro americano) hoy se vende a ¡tres sucres el quintal!; el caucho ha sufrido unabaja considerable; 3. Ligada a la crisis de superproducción, se encuentra la especulaciónen los mercados extranjeros con los productos de estos países que dependen de aquellos;la baja tan formidable de la tagua, tiene como causa principal, especulaciones de ese gé-nero; 4. Crisis bancaria que viene sufriendo el país desde hace algunos años y de la queno logra reponerse, y a la que se ha ligado intímamente la crisis monetaria, que solamenteha podido tener una relativa estabilización en los últimos años, merced a la fundación delBanco Central y la depreciación de la moneda que se adoptó; 5. Disminución de la pro-ducción del país, tanto agrícola como industrial; con excepción de ciertos productos quehan ido aumentando de año en año, los demás han sufrido una baja considerable; mereceanotarse el crecimiento rápido de la producción de petróleo. La pésima política fiscal deantes de la revolución pequeño burguesa de 9 de julio de 1925, que ésta no ha podido so-lucionar, debe contarse entre las causas de la desocupación.

Haciendas riquísimas han quedado totalmente en ruina, sobre todo en las provinciasde Los Ríos y Guayas; arruinada “la pepa de oro” como se le llamaba al cacao; millares ymillares de obreros agrícolas y campesinos han quedado sin trabajo; las quiebras bancariasy comerciales han agudizado todavía más el problema. En la provincia de Los Ríos, vaganpor los campos millares de trabajadores en busca de trabajo en no pocas ocasiones seven forzados a tomar por la violencia ganado o una cabeza de plátano para alimentarse.Cuando obtiene allí trabajo, es por unos cuantos días a la semana con salarios de hambre.La explotación de los comerciantes, que compran los productos a los campesinos es des-enfrenada; hay lugares donde comerciantes, banqueros, usureros, prestan dinero a loscampesinos a condición de que les vendan a quince pesos el quintal de café, siendo asíque ellos lo venderán a sesenta o noventa; cosa parecida sucede con el arroz y otros pro-

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ductos. Esto hace que los campesinos se arruinen y emigren a las ciudades en gran nú-mero. De los productos de la manufactura; el sombrero de paja toquilla, llamado de Pa-namá que ocupaba un lugar importante en la exportación, está sujeto a la especulaciónmás escandalosa de los numerosos intermediarios entre el productor y el consumidor ex-tranjeros.

La industria textil ha sufrido también la repercusión de la crisis mundial de esta rama.Recientemente una fábrica anuncia que va a despedir 500 obreros. La pequeña industriaen crisis permanente, da también un buen contingente de desocupados; igual fenómenose observa en el comercio.

La ciudad que tiene un número mayor de obreros sin trabajo es Guayaquil, la más im-portante del país por su economía.

En estas condiciones la campaña mundial contra la desocupación tenía que movilizara gran número de trabajadores más o menos afectados por la crisis bajo la iniciativa de lossindicatos revolucionarios y los comunistas, la campaña contra el hambre y la desocupa-ción se desarrollo en varios lugares del país, especialmente en Guayaquil, Quito, PortoViejo, las capitales de las tres provincias más importantes del país. Un miting al aire librerealizado en Guayaquil, sin el permiso de la policía, revistió una importancia excepcionalpor el gran número de asistentes que pasaron de 5.000. Se realizó el 14 de Marzo comopreparativo para el 20. La combatividad de las masas, la orientación francamente revolu-cionaria impresa por los dirigentes del miting a la manifestación alarmó profundamente ala burguesía la que ordenó el encarcelamiento inmediato de los principales dirigentes. Elintendente de Policía Santos con toda la brutalidad que le caracteriza, tuvo la audacia deabofetear a uno de los presos, un emigrado político chileno, porque se le sonrió cuandodecía muy ufano el intendente “yo soy muy hombre para cualquiera de Uds.”

Para el día 20 todas las manifestaciones callejeras fueron prohibidas en el país, sinembargo en Guayaquil, Quito y Porto Viejo, se seguía trabajando con gran entusiasmopara la realización del día 20. Los reaccionarios se preparaban en todas partes para con-trarrestar la manifestación y en Porto Viejo pidieron autorización al Intendente para realizarel mismo día una contra manifestación; era una maniobra para sembrar el pánico que pro-dujo el efecto contrario.

El día 20 se acercaba la efervescencia en la ciudad de Quito había desmesuradamentea causa de que en los mismos días se realizaba una huelga de gráficos de los talleres dela imprenta nacional. Solidarizándose con la huelga gran número de gremios, poniendoen fuerte movimiento a la policía. Para obstaculizar la manifestación del día 20 se trajeronmayor número de tropas de otros lugares.

A pesar de esto la manifestación se realizó dentro del patio de la Casa de los obreros,pues no cabían los trabajadores en los Salones. Una delegación del Partido Comunistaque iba a saludar a la asamblea fué aclamada estruendosamente, pues, éste había pres-tado un apoyo decidido a la huelga de gráficos. La asamblea era la de carácter más clasistaproletaria que hasta entonces se realizara en Quito revistió una importancia considerable.Cuando los manifestantes quisieron salir a las calles fueron impedidos por la gendarmería.La Confederación Sindical Latino Americana fué saludada calurosamente por la asamblea.

En Guayaquil, en el local de la Confederación Obrera y Campesina, se realizo una im-portante manifestación; el numeroso público que atestaba la calle fué dispersado por lapolicía.

En Porto Viejo, momentos antes de la Asamblea, una turba de fanáticos capitaneados

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por sacristanes y curas, paniagudos del clero, capitalistas y terratenientes a los gritos de:“Viva Cristo Rey”, “¡Vivan los curitas!”, “¡Mueran los comunistas!” se dirigieron al localobrero donde funcionaba la asamblea, armados de palos, revólveres y cuchillos. Lanzabangritos provocativos contra los miembros de la Asamblea. La casi totalidad de los manifes-tantes eran campesinos ignorantes que habían sido emgriagados y engañados, pues leshabían dicho que los comunistas iban a incendiar las iglesias, expulsar a los curas y des-nudar a las mujeres. No llegarían a 20 el número de obreros de la ciudad, el resto eranelementos desclasados o capitalistas y terratenientes. Buen número de obreros despren-diéndose del grupo de los contrarrevolucionarios se incorporó a los miembros de la Asam-blea de Desocupados que se había puesto en actitud defensiva. La contramanifestacióntuvo que disolverse ante la actitud de los trabajadores manifestando sus dirigentes la másridícula cobardía. Intimados por los miembros de la asamblea, por la policía para que ce-rraran el local, no quisieron hacerlo y desarrollaron un miting cerrado en medio del mayorentusiasmo. Entre las cuestiones más importantes resueltas se contaban los medios delucha para resolver el problema de los sin trabajo; actos de protesta por las prisiones deobreros en Guayaquil y colectas para socorrerlos; nombramiento de comités de organiza-ción de desocupados y Pro Socorro Rojo. Se acordó un saludo para la Confederación Sin-dical Latino Americana.

Después del 20 uno de los principales problemas era la libertad de los compañerospresos; el Comité de Defensa Proletaria en Guayaquil, los compañeros de Quito y el ComitéPro Socorro Obrero y Campesino de Porto Viejo realizaron intensa propaganda para la li-beración de los presos. Estos habían sido amenazados con un proceso de rebelión contrael gobierno, después de que pocos días antes les habían juzgado como una simple con-travención de policía. En estos momentos tenemos en conocimiento de que los presoshan sido puestos en libertad pero aún no sabemos en que condiciones.

Tal es el resultado de las principales acciones en las campañas contra la desocupaciónen el Ecuador; en otros lugares de la República hubieron también manifestaciones perode menor importancia. Los magníficos resultados obtenidos, significan un paso gigantescoen la lucha de clases en el Ecuador. Especialmente en esta provincia (Manabí) la difusiónde las doctrinas proletarias se ha verificado con una velocidad verdaderamente sorpren-dente, todas las maniobras de la clerecía y de los reaccionarios para desbaratarlo, han fra-casado en todos los frentes de combate que han presentado.

Como ensayo de movilización de fuerzas internacionalmente, la Confederación Sindi-cal Latino Americana puede contar con un triunfo más; rápidamente se va creando la con-ciencia de solidaridad proletaria y campesina en el Continente Indo Ibérico y la lucharevolucionaria se agudiza; una política justa de la C.S.L.A. y de sus secciones nacionalesacelerarán grandemente el proceso revolucionario en estos países donde reina una es-pantosa miseria y desocupación y donde las masas se encuentran dispuestas a la lucha.

Porto Viejo, Abril 8 de 1930.

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R ICARDO PAREDES , CANDIDATO DEL PARTIDOCOMUNISTA (1933)

1. Entrega gratis de la tierra a los campesinos pobres y medios, quitándosela a los grandespropietarios sin ninguna indemnización, sin tocar las parcelas de los pequeños propieta-rios.

2. Devolución de todas las tierras robadas a las comunidades indígenas, quitándoselas alos gamonales que hoy las poseen.

3. Supresión de todas las deudas e impuestos que pesan sobre los campesinos.

4. Expulsión del país de los imperialistas, suprimiendo sus concesiones y confiscando susempresas.

5. Libre derecho para indios y negros de organizarse en sus propias Repúblicas de Obrerosy Campesinos, para formar sus propios ejércitos que defiendan sus tierras.

6. Control de la producción por los obreros, dándoles toda clase de mejoras, aumento desalarios, jornada de siete horas, vacaciones de un mes anual con salario completo, salarioigual a trabajo igual para hombres, mujeres y niños, seguros de invalidez y de viejos, etc.

7. Subsidios para los desocupados pagados por los patronos y el Estado.

8. Baja inmediata de los precios de viveres, telas medicinas, alquileres, etc.

9. Rebaja de los sueldos de los altos jefes del ejército, aumentando los de soldados y po-licías, dándoles a estos, toda clase de libertades dentro y fuera del cuartel, para opinar, or-ganizarse, etc,

10. Amplia libertad política para los trabajadores (Libertad de presa, manifestación, huelga,etc.)

11. Cesación de todas las maniobras para hacer intervenir al Ecuador en la guerra.

Fuente: "Ricardo Paredes, Candidato del Partido Comunista," Imprenta La Económica, [1933], Private Collection of LeonardoJ. Muñoz.

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Ricardo Paredes RomeroEscritos Políticos

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EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DELPROLETARIADO EN ECUADOR

Por Ricardo ParedesIN T E R N AT I ON A L PR E S S CO R R E S P O N D E N C E VO L . 14, S E P T. 14 D E 1934

La crisis mundial del capitalismo se hizo sentir también en Ecuador, un país dominadopor el imperialismo y que posee muchos rasgos feudales. La crisis produjo una aguda di-ferenciación de clase, que al mismo tiempo intensifico las diferencias en el seno de las cla-ses dominantes, y causo un reagrupamiento de fuerzas políticas. El movimiento de lasamplias masas también alcanzó dimensiones sin precedentes.

La crisis económica en Ecuador es la más seria que ha experimentado. Ha producidoun movimiento del proletariado que en el curso de sus luchas a comienzos de 1934 fuecapaz de sentar las bases de un firme movimiento sindical.

La mejora parcial de la situación económica recientemente quedo en nada debido prin-cipalmente a las medidas inflacionistas. La imposición de tazas proteccionistas sobre cier-tos productos de manufactura en el país como zapatos, productos textiles, harina,mantequilla, etc. ha llevado a considerable fricciones entre los diversos grupos de explo-tadores. La mejora en la situación económica también se debe a las órdenes de materialesde guerra. En particular zapatos y grano durante el conflicto entre Colombia y Perú y eltiempo de movilización de las reservas en Ecuador.

Este aparente renacimiento, sin embargo, despliega todos los rasgos negativos y todoslos síntomas de una nueva intensificación de la crisis que está desarrollándose en el marcode la crisis general del capitalismo.

Las consecuencias económicas de la lucha entre la burguesía y los terratenientes feu-dales son fatales para las masas trabajadoras. Como resultado de la inflación y especula-ción es rampante, lo que ha causado un incremento de todos los precios de todos losartículos importantes de consumo en particular los bienes importados del exterior. El preciode las medicinas subió en un 300 por ciento y el de muchos artículos se dobló. Aunquemuchos trabajadores fueron de nuevo absorbidos por la industria, esto tuvo lugar a expen-sas del resto de trabajadores y empleados, cuyos salarios han caído en al menos un terciodurante los últimos dos años. Los pequeños pensionistas y depositantes han sido arruina-dos por la inflación.

El incremento en los precios y la demanda de trabajo indujo a los trabajadores a co-menzar un lucha, que en sus inicios tuvo los rasgos de una lucha del pueblo por la reduc-ción de los precios de los artículos de consumo, pero que se desarrollo en una luchaproletaria tan pronto los obreros fueron a la huelga.

Desde finales de 1933 los trabajadores de Ecuador han comenzado a volverse más ymás independientes de la influencia burguesa. La dura lucha de las masas trabajadorascontra el gobierno de hambre y terror de Martínez Mera llevo a manifestaciones callejeras,huelgas políticas generales y movimientos de protesta de todo tipo, que produjeron la caídade este gobierno. Pero aunque los comunistas fueron los luchadores más activos en lasbases, la influencia de la oposición burguesa aún era muy considerable.

Las recientes luchas, sin embargo, en particular aquellas en Guayaquil, demostraronun carácter definido de clase y un claro liderazgo comunista, como resultado de esto el

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movimiento sindical en Ecuador ha recibido un poderoso impulso. Durante 1934 el jovenPartido Comunista del Ecuador se ha consolidado, liquidado la lucha de fracciones, reali-zado un gran giro en toda su política y emprendido una activa labor sindical.

El punto de partida del movimiento proletario en el presente año fue el establecimientode un frente unido bajo el liderazgo del Partido Comunista. Los comunistas han penetradoen las organizaciones de trabajadores, un gran número de estas aún tienen a pequeñospatronos entre sus filas y tienden a mostrar un carácter de sociedades de beneficio mutuo.En Guayaquil, donde las luchas de trabajadores alcanzaron su punto más alto, el PartidoComunista a inicios de 1934 no poseía influencia en la organización proletaria, porque es-taba aislado de las masas, debido a su política errada en la esfera sindical. Al cambiar susmétodos de trabajo el partido fue capaz de establecer un frente unido, y un comité de uni-dad en contra de la especulación. El partido socialista y los sindicatos reformistas, aunqueen un inicio ofrecieron dura resistencia fueron obligados por la presión de las masas aunirse al frente unido. Casi todas las fuerzas organizadas de trabajadores en Guayaquil,los sindicatos de obreros y empleados, los pequeños comerciantes, el PC y el PS, se unie-ron en el comité de unidad que fue reforzado durante la lucha por organizaciones y re-construidas.

El comité de unidad enérgicamente se puso a trabajar y obligo al consejo municipalde Guayaquil y al gobierno a adoptar medidas en contra de los especuladores. Para dete-ner al movimiento que había asumido dimensiones peligrosas para la burguesía, el consejomunicipal de Guayaquil, a propuesta de los líderes socialistas, que habían entrado en ne-gociaciones a espaldas del comité de unidad, otorgo un préstamo de 10.000 sucres parael establecimiento de comedores populares. Los comunistas denunciaron esta maniobray el préstamo fue retirado.

Desde el comienzo mismo de la lucha los comunistas demostraron su superioridadsobre las otras dos tendencias del movimiento: los anarco-sindicalistas y los socialistas,que se oponían fieramente los unos a los otros y solo se unían en sus ataques comunescontra los comunistas. Los anarco-reformistas y los socialistas, sin embargo, se retirarondel comité de unidad justo en medio de la lucha más álgida, cuando una manifestación ca-llejera fue prohibida por la policía. Los comunistas, sin embargo, tuvieron éxito en re-esta-blecer el frente unido. Los numéricamente insignificantes… anarco-reformistas dejaron elcomité de unidad, aunque los socialistas fueron obligados a permanecer en este, conti-nuaron su sabotaje hasta finalmente retirarse justo antes del 1º de mayo.

Como protesta contra la prohibición de las manifestaciones callejeras el comité de uni-dad proclamó una huelga general de 24 horas para el 1º de mayo. Varios comités sindicalesse formaron, que luego se desarrollaron en poderosos sindicatos. El Partido Comunista,que lideraba el movimiento, trabajo en el comité de unidad por medio de su fracción, y loscomunistas fueron los elementos más activos en la lucha. En esa época el movimiento yaera una abierta lucha proletaria, que fue conducida por salarios más altos y por las orga-nizaciones sindicales.

El movimiento huelguístico comenzó este año con la huelga espontánea de los obrerosferrocarrileros de Puerto Bolívar, que termino victoriosamente. En la fábrica “La Internacio-nal” en Quito, la más importante fábrica textil del país, tuvieron lugar dos huelgas una trasotra que llevaron a la radicalización de los obreros en Quito. La huelga de los carnicerosen Ambato termino en fracaso debido a la falta de experiencia de los comunistas locales.

El gobierno que siguió al gobierno Martínez Mera intento frustrar la huelga del 1º de

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mayo al proclamar este día feriado nacional. Los obreros por consiguiente proclamaron lahuelga en aquellas ramas que nunca detienen su trabajo en tales ocasiones: el serviciotelefónico, transporte público, etc., y lucho con gran energía ofreciendo fiera resistencia enlas calles de Guayaquil a los ataques de la policía. Los obreros ferrocarrileros se unierona la huelga general. En algunas fábricas la huelga continuo y en muchos casos logro triun-far. El resultado práctico de este movimiento huelguístico fue un poderoso ascenso delmovimiento obrero, en particular la creación de varios sindicatos importantes.

El joven proletariado de Ecuador encara el prospecto de grandes luchas. Una nuevaoleada de huelgas es inminente. Es la tarea más importante de los comunistas y los obrerosrevolucionarios de Ecuador, el prepararse para estas luchas.

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AL PUEBLO Y A LAS IZQUIERDAS DELP ICHINCHA

CONCIUDADANOS:

Un considerable sector de Izquierdas de la provincia del Pichincha ha lanzado mi can-didatura a diputado a la Asamblea Nacional. Tal designación es para mí el mayor de losestímulos por venir de quienes viene y porque sé a donde va.

No es mi candidatura una disgregación más de las izquierdas ecuatorianas; ella es laexpresión de la voluntad de quienes la propugnan altos valores políticos y sociales de mipaís—de buscar un lazo más para la unión de aquellas. Porque yo, antes que hombre dealgún partido en especial, soy hombre de las izquierdas ecuatorianas.

Cábeme la satisfacción de haber sido el iniciador del antiguo Partido Socialista Ecua-toriano que ha crecido y se ha ramificado en partidos diferentes que si hoy marchan porcaminos diversos tendrán que volverse a unir un día, como las aguas vuelven hacia el mar.

Aún más, el sector político que se congrega a mí alrededor, de profundas raíces de-mocráticas, es un nexo para toda la democracia ecuatoriana que se ve impelida, irresisti-blemente hacia la unión, la unión para el retorno a la constitucionalidad y el progreso social.

Sensibles incomprensiones en algunos partido de Izquierda han provocado la divisiónde éstas en la lucha eleccionaria. La Ley Electoral les prescribió la unión y ellas se disgre-garon, buscando algunas la preeminencia política sobre las demás; concepto equivocado,camino erróneo, que ha reavivado sectarismos y pasiones.

Retrasados vamos a la lucha electoral al lado de los demás sectores de Izquierda,pues quisimos agotar todo medio que condujera a la unidad. No se comprendió la noblezade nuestros fines y, contra nuestra voluntad, tenemos que marchar por caminos separados.Más, quiero recordar al pueblo ecuatoriano que esta bifurcación de senderos nos llevará,a pesar de todo hacia un solo camino troncal: la anchavía de la democracia, palancea de-cisiva para el progreso nacional.

Antes de esbozar mi criterio sobre lo que es y lo que debe ser nuestro país, sobre lastareas del momento: una vez más, quiero reafirmar mi convicción política, que ha sido, esy será, de ideología socialista. No hacerlo, aparecería como maniobra demagógica paracaptar electores. Lejos de ní la insinceridad. Si dejando las rutas que pudieron conducirmea la prosperidad personal dediqué mi vida a la causa de la justicia social en el Ecuador, -menguado sería hacer de ese elevado propósito fuente de beneficio privado y de laurelesde triunfo. Triunfo a este precio es claudicación. A la demágogia prefiero oponer la voz sin-cera por cruda que pueda parecer.

Bello es nuestro país, rico su suelo y su subsuelo, su pueblo tiene en sí energías la-tentes, insospechadas, pero, hay que confesarlo, somos una nación retrasada en el pro-greso. Buscar el método que conduszca a la prosperidad en el Ecuador: he ahí la clave dela cuestión.

Constituyen la herrumbre de nuestra maquinaria social las formas de producción se-mifeudales de nuestra economía agraria, que unidas al atraso industrial, y a los deficientesmedio de comunicación, se reflejan en nuestra vida social y cultural y en la defectuosa or-ganización del Estado. Sus resultados? Una economía nacional que se debate en una cró-

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nica depresión, en la miseria e incultura de las masas, en un crecimiento muy lento de lapoblación y en una vida política sembrada por los destrozos de motínes y cuartelazos.

Hay que salir de esta asfixiante situación y para ello, es deber de todos los hombreslibres, de todos los que anhelan el engrandecimiento patrio; luchar y luchar sin descanso,sin temor, sin vacilaciones; plétoricos de entusiasmo y de confianza, llevando como normala honradez política y como norte la Justicia Social.

En este momento, el desarrollo de las formas de producción capitalista que debe tra-ducirse en la liquidación de los vestigios feudales, en la industrialización del país y el incre-mento de la vialidad, es un imperativo histórico. El incremento de la economía permitirá laeficiente defensa de las vidas humanas, capital el más precioso; el desenvolvimiento de lacultura y la consolidación de la nacionalidad. Tenemos necesidad de tener una economíarobusta, libre de la sujeción del capital extranjero, para poder disfrutar de completa inde-pendencia política: pero debemos buscar la cooperación de áquel siempre que sea un fac-tor de progreso nacional sin menguar su soberanía.

Avisorando el porvenir nosotros, hombres de izquierda, tenemos que sentar las pre-misas para el ulterior desarrollo socialista del país, única forma que conducirá al máximodesarrollo material y cultural del Ecuador bajo nuevas formas de justicia.

Este proceso evolutivo, que lleva en sí gérmenes de avance revolucionario, presuponela destrucción de todo lo creado hasta aquí en nuestro país? Nó, no de ningun modo; que-remos edificar sobre todo lo de bueno, lo de grande que nos dejaron las generaciones pa-sadas; pero no queremos quedarnos en el estasis, que es rutina y es ruina. En loeconómico, en lo social, en lo cultural, en lo político, tenemos que seleccionar y reconstruir.Así tendremos un país uno, grande, próspero, libre, justiciero.

Tenemos que recoger, la herencia de quienes nos dieron tierra cultura, nacionalidad:los pueblos indígenas aborígenes y los colonizadores españoles, los hombres de la Re-pública y los hombres de la avanzada social. Los Duchicela, los Atahualpa, los Rumiñahui,los hombre de la Revolución de las Alcabalas, los Espejo, los patriotas de la independencia,el liberalismo con Rocafuerte, Montalvo con Alfaro; los mártires de nuestra lucha social enla era contemporánea, que nos enseñaron el camino de la libertad. Los Maldonado, losVelasco, los Caspicara, los Santiago, los González Suárez. Fueron nuestros maestros enciencia y el arte; debemos recoger sus enseñanzas.

Cualesquiera que fueren nuestras creencias filosóficas y nuestros principios políticos,tenemos que convenir en que el respeto a las creencias religiosas de los demás y su libreejerció no deben tener otro límite que aquel que sea necesario para la convivencia socialen un país en donde existen distintas ideologías y diversos credos.

El liberalismo ha determinado un avance de la organización familiar, debemos con-servar y ampliar esas conquistas con los nueves postulados del devenir social. Para lamujer, en su función de madre, un privilegio, el único privilegio aceptable por nosotros: do-tarla de recursos especiales para defender al niño, fuente revitalizadora de nuestra pobla-ción.

Para nosotros, hombres de ideología socialista en la sociedad dividida en clases, enel mundo dividido en naciones, la existencia de Ejército se justifica como un órgano encar-gado de defender la paz, la democracia y la independencia nacional. Atacarlo ciegamentees demagogia; mantenerlo en la esfera de sus deberes profesionales, desterrando el mi-litarismo como fuerza política dominante, es deber de todo demócrata consciente.

Una nación no se concibe sin territorio; la defensa territorial es deber de todo elemento

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de izquierda. Un pueblo no puede desenvolverse con todas sus energías creadoras, sinodefiende su independencia nacional y nosotros estamos dispuestos al sacrificio por ella.

Millón y medio de ecuatorianos de razas indígenas, mezclan paulatinamente su sangrecon la de europeos conquistadores e inmigrantes. Si por nuestras vetas corren la sangreespañola de guerreros y constructores, fluye también la sangre indígena que nuestros an-tepasados ilustraron creando grandes civilizaciones. Terminar con la vergüenza de un mi-llón y medio de esclavos, es un deber y un honor para todo hombre de izquierda.

Poniendo en movimiento todas nuestras fuerzas materiales y vitales, podremos reno-var el Estado, organizarlo científicamente, sentar normas de honradez inquebrantable, ha-cerlo eficiente y justiciero.

Una política digna internacional y de acercamiento con los países democráticos, desincero americanismo, contribuirán a prestigiar nuestro país.

La Asamblea Nacional próxima a reunirse, puede marcar un jalón decisivo para nuestranacionalidad. Su centro de gravedad debe estar en la elaboración y aprobación de unaConstitución profundamente democrática que permita un poderoso avance material, cul-tural y político para el país.

En la Asamblea Nacional, debe desterrarse todo sectarismo partidista, todo odio des-tructivo. Todo aquello que el Gobierno actual hizo en pro del progreso y la independencianacional, hay que conservarlo; todo aquello que es un bien para las masas trabajadoras,hay que defenderlo; tratar de anular esto, es un crimen de lesa Patria, es demagogía y re-troceso. Pero a la Asamblea hay que ir con espíritu recto, con ánimo de trabajar sin des-canso, con independencia, para criticar lo criticable, para tomar medidas que conduzcana la organización de un Gobierno democrático que pueda llevar al país hacia adelante.

El Partido Liberal, vanamente pretenderá monopolizar para si la dirección política na-cional, pero él debe ser uno de los factores democraticos que, con los sectores de iz-quierda, formen una muralla infranqueable contra la reacción, que aplastenimplacablemente todo brote dictatorial sea de matiz fascista o de factura criolla.

Cualesquiera que sea el resultado de la lucha electoral, las izquierdas deben reagru-parse en un frente indestructible; ellas han sido sometidas a la prueba del fuego y debensalir airosas de la experiencia.

Antes que hombre de partido, soy hombre de izquierdas, de ideología socialista. Quetodos los hombres que piensen como nosotros estén junto a nosotros pues por sobre todoestá.

La unidad de las izquierdas ecuatorianas

Quito, 10 de Julio de 1938.

Ricardo A. Paredes

Imp. Editorial de El Correo Quito. Oimedo 52