revistas 2 ccpp

52

Upload: cienciaspsiquicas

Post on 02-Jul-2015

318 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: Revistas 2 ccpp
Page 2: Revistas 2 ccpp

,41ÁM,11,2t

R AMOS Perera, presidente de la Sociedad Española de Pa-rapsicología, conserva una

impresionante grabación en vídeo, realizada en el Sudán por un equipo de la televisión alemana. Las imáge-nes que en ella se ofrecen son bas-tante más espectaculares que las de la famosa superproducción cinema-tográfica norteamericana Supermán, por una razón muy simple:

El chamán de una apartada tribu africana aparece en un claro de la selva, rodeado de un círculo de fue-go, e inicia una extraña salmodia lle-na de obsesivas repeticiones. Luego permanece inmóvil, cruzando los brazos sobre el pecho en forma de equis y poniendo los ojos en blanco. Unos segundos más tarde, las plan-tas de sus pies se despegan del sue-lo y el cuerpo inicia una lenta y pro-gresiva ascensión hasta elevarse unos veinte centímetros. Así perma-nece durante varios minutos hasta que finalmente recupera su contacto con la tierra. ¿Se trata de la manifes-tación fehaciente de un universo má-gico, pero real, que a duras penas ha logrado sobrevivir al avance de la ci-vilización tecnológica? Si se trata, por el contrario, del producto de una mix-tificación, no es posible apreciarla por ninguna parte, puesto que las imágenes se suceden de una mane-ra asombrosamente fluida. La impre-sión que nos han producido en quie-nes hemos tenido el privilegio de contemplarlas es imborrable.

De lo que no se trata en modo al-guno, naturalmente, es de una prue-ba «científica». Los métodos de la Ciencia occidental siguen constri-ñéndose al conocido postulado de Pavlov (el descubridor de los reflejos condicionados), según el cual «de la mera descripción de los fenómenos no se puede obtener ciencia algu-na». Es decir, sólo pueden probarse aquellos fenómenos que es posible reproducir en las condiciones de un laboratorio. Y una cámara de vídeo (dejando aparte, porque no parece ser el caso, la posibilidad de un tru-caje) lo único que puede hacer es describir con pelos y señales lo que ha «visto».

Esto tampoco impide que nos en-contremos ante una de las eviden-cias contemporáneas más impresio-nantes de un fenómeno conocido, y abundantemente descrito, a lo largo de toda la Historia de la Humanidad. Pero, sin duda, estamos ante un fe-nómeno «maldito», es decir, difícil-

mente asimilable por quienes se em-peñan en encarcelar la realidad por medio de leyes y postulados preesta-blecidos. Sólo el verdadero científico es capaz de desprenderse en oca-siones de esos corsés mentales. Se-gún sostiene Luis Cencillo, profesor de Psicología en la Universidad Autó-noma de Madrid: «el fenómeno de la gravedad puede ser una constante que se da en la Naturaleza, pero no necesariamente una ley natural». Ningún razonamiento apriorístico puede impedir que, de hecho, se hayan dado y se den casos de levita-ción, de los que existe, además, abundante constancia escrita.

MISTICISMO Y LEVITACION

Los estados extáticos de concien-cia, comunes a la experiencia de to-das las religiones, son propicios a la aparición de este curioso fenómeno. En el caso de los místicos, la levita-ción no parece susceptible de provo-

:-‘11

401wor-

L a levitación es un hecho «maldito». difícilmente asimilable por quienes se empeñan en encarcelar la realidad Dor medio de leves y postulados

reestablecidos.

Page 3: Revistas 2 ccpp

E Papa Urbano VIII fue testigo de excepción de las proezas antigravitatorias de otro famoso «volador» eclesiástico, San José de Cupertino.

carse a voluntad, sino que se produ-ce, en muchas ocasiones, en contra de la voluntad del sujeto. Santa Tere-sa de Jesús, sin duda la más conoci-da levitadora del lector español, solía elevarse por los aires general-mente mientras rezaba, cuestión ésta que no parecía satisfacerle demasia-do. Tanto es así que a veces se re-sistía a «volar», sobre todo en públi-co, lo que, sin embargo, no fue un obstáculo para que muchos testigos la vieran elevarse y planear en varias ocasiones a treinta o cuarenta centí-metros del suelo. Como los místicos suelen ser elocuentes y prolíficos es-critores, la propia Santa Teresa nos explica lo que sentía en aquellos mo-mentos extraordinarios: «suele llegar (el vuelo) como un choque brusco y repentino, sin dar tiempo a concen-trar el espíritu y la atención». Su últi-ma frase podríamos explicarla, en lenguaje moderno, como un indicio de que la levitación es la consecuen-cia de un mecanismo inconsciente, afín a lo que en psicología se estudia con relación a los «tics» y actos falli-dos.

Los místicos de la Iglesia católica se muestran particularmente inclina-dos a estas misteriosas manifesta-ciones. Y es así que Pío VII, mientras decía misa, se elevó considerable-mente por los techos del Vaticano, exactamente los de la Capilla Sixtina, el viernes 13 de Septiembre de 1811.

Centenares de personas asistieron estupefactas a una escena que fue reproducida hasta la saciedad por pintores y dibujantes de una época inmediatamente anterior a la de la fo-tografía.

EL EXTRAORDINARIO CASO DE SAN JOSE DE CUPERTINO

Dos siglos antes, otro Papa, Urba-no VII, fue testigo de excepción de las proezas antigravitatorias de otro famoso levitador, San José de Cu-pertino. Muchos testigos de sus levi-taciones, más modestos, pero más numerosos que el Papa, fueron los fieles de su parroquia, quienes le vie-ron levitar en un trecho de unos vein-ticinco metros dentro del templo, salir después por una ventana y continuar !evitando a gran altura sobre unos ar-bustos cercanos a la iglesia.

Si hay que tomar las hagiografías al pie de la letra, San José de Cuperti-no fue un hombre de poderes ex-traordinarios que se manifestaban en hechos absolutamente imposibles de calificar. La imaginación del más

fértil de los novelistas jamás llegaría a los extremos de la siguiente historia, que se nos relata como cierta.

Cierto día le llevan al santo a un padre confesor aquejado, según pa-rece, de una perturbación mental. Se desconocen los términos de la con-versación que mantuvieron aunque, a juzgar por los testigos, era de un al-to contenido emocional. En un mo-mento de ella, mientras el santo cogía las manos de su interlocutor, ambos se elevaron del suelo, ante el indecible terror del demente, cuyos gritos resonaban en la bóveda de la iglesia. Ello ponía de relieve que la le-vitación no es sólo una facultad mis-teriosa e imprevisible, sino que en determinadas circunstancias se pue-de transmitir a otra persona.

Poco antes de su muerte, este san-to desconcertante se encontraba en un quirófano de la época, sometién-dose a una intervención del cirujano. Por toda anestesia se le había pro-porcionado un buen trago de alco-hol. Mientras el cuchillo rasgaba su piel, el santo levitó, lográndose de es-te modo la más extraña operación

43

Page 4: Revistas 2 ccpp

La levitación se presenta también como fenómeno laico. Dos

levitantes famosos fueron Douglas Home (abajo) y Eusapia Paladino

(en la página siguiente). Al lado de esta última, vemos a Sir Williams Crookes, el físico que dio fe del

hecho en un famoso informe.

quirúrgica que hayan conocido los siglos.

Entre los «voladores» laicos se ha constatado el LA LEVITACION COMO caso de la médium Eusapia Paladino, quien a FENOMENO LAICO principios de siglo levitaba sentada en una silla.

La levitación es también un fenó-meno laico. Nos lo confirma el caso de Eusapia Paladino, la famosa mé-dium de principios de siglo, que levi-taba sentada en una silla (y la silla también se elevaba), según testigos presenciales. Sabido es que estos mediums de la belle epoque recu-rrían con cierta frecuencia a toda cla-se de artimañas para simular las apariciones de fantasmas y otros efectos, pero nos resulta muy difícil imaginar qué procedimiento mecá-nico invisible es capaz de algo seme-jante, y lograr con ello una mixtifica-ción ante la atenta mirada de pre'sti-giosos científicos del momento, cita-dos para presenciar la experiencia.

Otro extraordinario caso de levita-ción, que conmovió a todos los esta-mentos de la ciencia victoriana, fue el protagonizado por Daniel Douglas Home, que más bien parecía un per-sonaje salido de las páginas más de-lirantes de Lovecraft. El hecho de que este «escocés volador» fuera de carne y hueso, y no el producto de una fantasía desbordada, presta a su historia caracteres absolutamente in-quietantes.

A fines del siglo pasado, el presti-gioso Quartely Joumal of Science, equivalente en rigor científico a la re-

vista Nature de hoy, convocó en Lon-dres a investigadores de primera fila con el fin de estudiar el caso de este joven. De él se decía que podía des-plazar los objetos a voluntad y sin to-carlos, elevarse yitrasladarse él mis-mo por el aire en cualquier lugar, a plena luz e incluso en pleno día.

Los científicos convocados por la mencionada revista asistieron a las pruebas en un gran hotel de Londres, donde se había reservado un aparta-mento para esta finalidad. A razón de dos o tres por día, Douglas Home ofreció un total de 78 pruebas. Para evitar la remota posibilidad de que los testigos sufrieran una alucinación colectiva, los científicos se fueron re-levando, irrumpiendo, a veces, en plena sesión. Entre estos prestigio-sos testigos, que firmaron un extenso y pormenorizado informe del caso, se encontraba un ilustre físico de la época cuyos trabajos de investiga-ción le habían valido un título nobilia-rio; se llamaba Sir William Croo-kes. Varios periodistas asistieron igualmente a las sesiones. El informe final dio fe de la veracidad de los fe-nómenos observados.

En dicho informe se especifica que Douglas Home hizo levitar una gran

mesa de tres patas, cogió carbones ardientes sin quemarse en absoluto y se elevó varias veces consecutivas, permaneciendo en el aire un tiempo considerable allí donde le indicaban los testigos. Varios de ellos pudieron pasar la mano extendida bajo sus pies cuando Home se encontraba a sesenta centímetros del suelo; explo-raron a su alrededor y hasta se su-bieron a una mesa para poder ver y tocar lo que hubiera —que no había nada— sobre su cabeza. En una de esas experiencias, Douglas Home subió lentamente por el aire hasta que sus pies quedaron al nivel del pecho de los testigos. Se tendió en-tonces horizontalmente y salió, pri-mero con suavidad y luego brusca-mente, hacia una ventana abierta. A continuación se elevó todavía más y finalmente entró en el edificio del ho-tel donde se encontraba por una ventana del quinto piso, ante el pas-mo general. «Parecía estar en esta-do de trance —se señala en el infor-me científico antes aludido—, aunque por lo demás, Daniel Douglas Home se manifestaba completamente normal. Oía, comprendía, realizaba todo lo que le decían...» El informe concluye con una afirmación tajante:

Page 5: Revistas 2 ccpp

Entre los místicos, la levitación no parece susceptible de provocarse a voluntad, sino que se produce como fenómeno involuntario en la mayoría de los casos.

«es de una indiscutible evidencia que, empleando medios por noso-tros ignorados, el señor Home es capaz de separarse del suelo y deambular por el espacio a volun-tad».

La impresión que tal hecho produ-jo en el prestigioso círculo de testigos presenciales, queda resumida en el comentario de uno de ellos, el conde de Dunraven: «si alguien me hubie-ra explicado semejante historia, le habría creído irremediablemente lo-co o borracho. Después de esta de-mostración me veo obligado a ad-mitir que todo es posible».

QUÉ DICE LA PARAPSICOLOGIA

La afirmación de lord Dunraven es evidentemente exagerada y corres-ponde al espíritu ingenuo y triunfalis-ta de una época en la que el éxito de la revolución industrial hacía creer que «todo era posible». Hoy, cuando los espectaculares avances de la Ciencia nos amplían los límites de la realidad hasta unos horizontes ini-maginables para una mente decimo-nónica, sabemos que no todo es po-sible, aunque reconocemos que el número de cosas probables es infini-tamente mayor que hace cien años. Freud nos ha abierto la puerta del in-consciente y Jung ha probado que los fantasmas que lo pueblan no son meras fantasías, sino que en, ocasio-nes pueden dejar su impronta en el mundo físico. La Parapsicología, en

la actualidad, puede emplear el tér-mino Psi-kappa para englobar todos aquellos fenómenos en los que la mente influye presumiblemente so-bre la materia de una manera directa e inmediata, e incluso intentar una serie de teorías que expliquen esos fenómenos.

Con respecto a la levitación, los parapsicólogos han constatado en todos los casos la existencia en el su-jeto de un estado de trance. Y es en estado de trance cuando se produ-cen, precisamente, todas las psico-rragias (derrames incontenibles de energía psíquica) conocidas. Otra in-teresante constatación es la siguien-te: casi siempre que se produce la le-vitación parece como si previamente el cuerpo se alargara varios centíme-tros. Al regresar al suelo, por el con-trario, el cuerpo parece concentrarse, disminuir de tamaño. Nos encontra-mos, en definitiva, ante un fenómeno de origen oscuro, pero de manifesta-ciones físicas evidentes.

¿A qué se deben estos hechos? Ciertos parapsicólogos han recurri-do a la teoría de las ideoplastias: las imágenes mentales arquetípicas del

sujeto, nacidas de un contexto ideológico o religioso determinado, actuarían como «gatillos» para cana-lizar las psicorragias hacia una forma determinada. Por eso, las levitacio-nes en santos adoptarían un modelo perfectamente conectado con la creencia cristiana (la levitación pue-de producirse con las palmas de las manos unidas, en actitud de oración, como si el sujeto se acercase real-mente a Dios —la cima de su pirámi-de ideológica—, elevándose por el ai-re). Esta capacidad de la mente hu-mana para modular la energía podría producir efectos mecánicos no sólo sobre el propio sujeto generador sino sobre otros objetos, de modo que la diferencia entre la levitación de una persona y la de una silla sería mera-mente formal, mientras que el origen de la fuerza que anula a la de la gra-vedad sería el mismo. (A veces, en presencia de un dotado, los objetos parecen aumentar de peso, no hay quien los levante; la energía Psi-kap-pa actuaría, en ese caso, en el mismo sentido de la gravedad, sumándose a ella.) Se trata de un tipo de especu-lación que también ha servido a los

Page 6: Revistas 2 ccpp

4

11

O». *

• Según algunos se E1 extraordinario caso de Douglas Home fue trata de una modulación

sometido a observación científica. El informe de los de energía.

científicos le fue favorable. Home movía objetos, cogía carbones ardientes y !evitaba a gran altura.

ufólogos para tratar de explicar cómo se desplaza un ovni, atribuyendo la causa de su desplazamiento a la creación de una energía antigravito-ria que podría compensar la acelera-ción de la gravedad en un punto de-terminado.

La objeción que hacen los físicos a esta hipótesis es el carácter no men-surable de las pretendidas psicorra-gias. «No es posible determinar la naturaleza de esta energía —af i r-man— dado que hasta ahora no ha podido medirse su flujo con instru-mentos de laboratorio.»

Lo que sí parece existir es una vin-culación cierta entre este tipo de fe-nómenos parafísicos y el contexto re-ligioso en que aparecen la mayoría de ellos. Se produce previamente una intensa vivencia emocional (éx-tasis o posesión diabólica) y una distorsión momentánea de la per-cepción equivalente a la que se ge-nera con la ingestión de ciertas dro-gas: la voluntad se relaja o desapare-ce, la mente abandona los armazo-nes de la lógica, entra en una dimen-sión «sobrenatural» (acorde con las creencias del sujeto) y es entonces cuando los hechos extraordinarios se producen, como si al concebir el mundo de una manera diferente éste actuase también de forma distinta.

Entramos así en un terreno escu-

rridizo, el del estado mental del levi-tante. Cabe recordar aquí que el pa-dre Pío de Pietralchina, que levitaba delante de muchos testigos mientras oficiaba la misa, era un estigmatiza-do perenne, con todo lo que ello su-pone de anormalidad. Y aunque no parece existir relación alguna entre la levitación y el carácter del sujeto que levita (los hubo que ayunaban y ha-cían toda clase de abstinencias, pero también se han dado casos de mé-diums incontinentes), el psiquismo del levitador es neurótico en todo ca-so. Es un hecho que los fenómenos paranormales aparecen con mayor frecuencia en sujetos neuróticos que en sujetos mentalmente sanos. Aun teniendo en cuenta que la psiquiatría de hoy acepta la tesis de que todos tenemos rasgos neuróticos, los de Eusapia Paladino y los de Daniel Douglas Home (murió alcoholizado) lo eran en un grado extremo. La posi-bilidad de que los grandes santos le-vitadores fueran también grandes neuróticos —como parece señalar el psicoanálisis) es admitida hoy día in-cluso por la propia Iglesia, de modo que si la levitación se sigue presen-tando como prueba de santidad en las causas canónicas, los «aboga-dos del Diablo» argumentan en con-tra con tesis psiquiátricas y parapsi-cológicas que enfocan este fenóme-

no desde un contexto más afín con la contemporaneidad.

ENERGIA Y MENTE HUMANA

Pero el meollo de la cuestión no re-side en el mayor o menor grado de normalidad de la mente del levitador, sino en esa relación directa que pa-rece existir entre la energía y la mente humana, relación cuya existencia —de confirmarse con métodos de la-boratorio— nos obligaría a adoptar una nueva epistemología, tanto para comprender las realidades de la físi-ca como las de la psicología. El pro-fesor Cencillo, citado al comienzo de este artículo, está a favor de la crea-ción de este nuevo enfoque. En su opinión, la energía se podría tomar como «patrón» de todo lo real, cosa que está bastante de acuerdo con la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica. Hay energía de muchas clases, pero no existe una oposición polar entre un tipo de energía y otro —por ejemplo, la física, la mental y le material— sino una tensión dialéctica entre dos polos, el de la máxima con-centración y el de la máxima difusión.

«El polo de la máxima concentra-ción energética —afirma Luis Cenci-llo— sería lo mental, y el polo de la máxima difusión, lo material. Entre ambos, existirían muchos grados intermedios, según los distintos momentos dialécticos del paso del estado mental al material, y vice ver-

Page 7: Revistas 2 ccpp

4.‘W. 4441.144

.44

sa.» Parece claro que la realidad ma-terial que los seres humanos percibi-mos sensorialmente no se nos apa-rece como un ente sin solución de continuidad, sino como una suce-sión de cortes, que no son otra cosa que la versión que nuestros sentidos dan a esa realidad.

Siguiendo con la argumentación del profesor Cencillo, si hubiera que presentar la realidad material de una manera más adecuada, habría que

trazar una serie de ondas en expan-sión, de interferencias ondulatorias; de fluidos, en suma, que según su grado de incidencia irían creando distintos campos energéticos, más o menos densos, con unas propieda-des específicas. Por ejemplo, de mayor o menor gravedad, fuerza de atracción o vibraciones de un tipo o de otro.

La experiencia normal es una de tantas maneras de comportarse este

mundo de ondas, pero no la única. Y entonces puede ocurrir que en algu-nos cuerpos, en ciertos sujetos o bien en medios de carácter psíquico (por ejemplo, el ambiente «especial» de una casa) se produzcan, hasta ha-cerse perceptibles, ciertas manifes-taciones que son normales, si por es-te término entendemos los efectos que puede tener, dada su naturaleza, un fluido determinado, pero que des-de el punto de vista de la experiencia normal resultan paranormales.

El fenómeno de la levitación se en-cuadraría dentro de estos efectos. ¿Qué es, a fin de cuentas, la «ley» de la gravedad? La física actual no habla ya de leyes, sino de constantes de mayor o menor grado de probabili-dad. Hasta el punto de que algunos científicos llegan a decir, en tono de divulgación, que el que todos «los graves» caigan es la media estadísti-ca, pero que no está en absoluto físi-camente excluido el que haya «gra-ves» que no caigan, sino que se ele-ven.

Todo lo que sabemos es que en cierta ocasión le cayó una manzana en la cabeza a un tal Newton y que éste llegó a la conclusión de que el pez grande se come al chico. Pero ocurre que a veces, ya causa de me-canismos que no acabamos de comprender, el pez chico logra esca-par de la poderosa atracción del grande, aunque sea por breves mo-mentos, y entonces las impresionan-tes «leyes» newtonianas se desvane-cen en el más puro de los incumpli-mientos.

José-León CANO

No sólo

levitan las 4„. - .111 — . ,

personas;

yi l ta ., +, . :,' , : t i ‘ 11, i ......., § Id

pueden ser olk! ,., ,,

elevadas las , ,,411*-4- , 1 tga:

nadie ha

m »a

cosas. No 14

'<4 4,1

obstante, 11i, ' t: ' 1 - 1-',', .411'01,, ' — 1411 , -,--,... Ir conseguido

todavía 1, , .. ,,..,:1,

explicar ir„,.. ' ''t

1

satisfactoria- mente este

antiguo

fenómeno. ,

Casi siempre que se produce la levitación parece como si previamente el cuerpo se alargara vados centímetros. Al regresar al suelo, por el contrario, el cuerpo parece concentrarse y disminuir de tamaño.

Page 8: Revistas 2 ccpp
Page 9: Revistas 2 ccpp

38

Page 10: Revistas 2 ccpp

«Las posesiones diabólicas son posesiones de una persona viva por uno o varios muertos que se han desarrollado poco espiritualmente».

Reportaje

AY en el mundo personas que pueden hablar con los muertos por medio de on-

das que permanecen en el espacio, y que incluso mantienen verdaderas conversaciones con los espíritus que viven ahora en el "más allá". Yo no me dedico personalmente a hacer psico-fonías; mi labor consiste en cotejar las experiencias de aquellos que hablan con los muertos.»

El padre Brune no siente ningún ru-bor al hacer estas afirmaciones, aun-que por ello haya sido amonestado varias veces por sus superiores. «Siento mucho que la Iglesia Católica, ala cual pertenezco, haya hecho de la teología una filosofía Muchos teólo-gos buscan a Dios como filósofos, sin haber vivido antes una experiencia re-ligiosa profunda Los verdaderos teó-logos son los místicos. La filosofía de san Agustín y de santo Tomás de Aquino me induce a la incertidumbre; tampoco soporto las ideas racionalis-tas y positivistas que vierten sobre la imagen de Dios. Mis estudios se han dirigido hacia la Mística de Teresa de Avila, san Juan de la Cruz, Pedro de Alcántara y la hermana Josefa Me-néndez, que son para mí los verdade-ros pensadores de la Iglesia Fueron ellos los que más se acercaron con sus experiencias místicas a las teo-logías de las iglesias ortodoxas.»

«El dios del padre Brune —como di-ce Alfredo Camarero Gil, traductor de Les morts nous parlent— es un dios respetuoso con la libertad del Hom-bre, que invita a un cielo enormemen-te divertido y cuyo amor será el único que resista toda la eternidad.» «He es-crito este libro —dice el padre Brune-para tratar de romper el muro de si-lencio, de incomprensión y de ostra-cismo levantado por la mayoría de los medios intelectuales de occidente. Para ellos, hablar sobre la eternidad continúa siendo tolerable; pero afir-mar que se puede entrar en comuni-cación con ella es algo que se consi-dera inadmisible.»

«Al escribir estas palabras —se * lee en el libro— adivino la mueca irónica y el gesto dubitativo del lector ante tan sorprendente afirmación. El corsé ra-cionalista y positivista que aprisiona nuestros espíritus —tanto en los am-bientes científicos como en los reli-giosos— es tal que todo aquello que pueda cuestionarse se desecha de inmediato; arrojándolo a las tinieblas de las ciencias llamadas "ocultas" o de la parapsicología Esta es, por otra parte, la causa de que este descubri-miento no se haya difundido más am-pliamente. No olvidemos que se ne-cesitaron varios siglos para que las in-vestigaciones de Galileo se integra-ran en nuestra cultura ¿Ocurrirá lo mismo con los trabajos de todos los

pioneros de la comunicación, con los difuntos Jürgenson y Raudive, y con todos los que se citan en esta obra?».

SACERDOTE Y TEOLOGO

Como sacerdote y teólogo, Fran-9ois Brune ha estudiado numerosas religiones antiguas, así como el Corán y otros libros islámicos. Como investi-gador de estas materias, llegó a cono-cer la obra de Emmanuel Sweden-borg, uno de los más importantes precursores del espiritismo. Este filó-sofo y científico sueco, nacido en 1688, era un hombre de una cultura muy amplia. Estudió, entre otras disci-plinas, astronomía, zoología, física,

anatomía e ingeniería. Asimismo, era un gran conocedor de la Biblia. En su edad madura desarrolló poderes psíquicos, a menudo en forma de vi-siones.

Swedenborg empezó a escribir acerca del mundo del espíritu en 1744. Tanto mientras dormía como a través de visiones en estado de vigilia, vagó por el otro mundo, en el que fue introducido —como él dice— por los espíritus de reyes, papas, santos y personajes bíblicos. Afirma que vio a Jesús en uno de sus sueños, y que esta circunstancia cambió su vida de manera radical.

Swedenborg describió el más allá como algo muy parecido a esta vida, y

40

Page 11: Revistas 2 ccpp

aseguró que es posible establecer una comunicación entre los dos mun-dos.

Otro escritor que ha ejercido una gran influencia sobre el padre Brune es el francés Jean Prieur. «No es muy conocido en España, aunque es autor de varios libros fundamentales rela-cionados con personas que han sido testigos de la vida del,más allá, sobre todo con aquellos que han utilizado la escritura automática o intuitiva en sus comunicaciones.»

Francois Brune habla de estos te-mas con la experiencia que le han da-do sus años de investigación. Pero advierte que es peligroso comunicar-se con el más allá, porque es una puerta que abrimos a lo desconocido y nunca sabemos quién entrará por ella. A veces esa puerta se cierra de-masiado tarde. «Hablar con los muer-tos puede degenerar hasta convertir-se en una obsesión, que no es más que un arte de posesión. Esta palabra no la empleo en el sentido de pose-sión diabólica Las posesiones diabó-licas son posesiones de una persona viva por un muerto que se ha desarro-llado poco espiritualmente.»

Carl Wickland, médico americano, cita algunos casos de este tipo en su obra Thirly years among the dead. En su libro lnfinite Boundary, él periodista alemán Scott Rogo alude también a las posesiones diabólicas. «A veces puede ocurrir que una persona viva esté poseída por muchos muertos a la vez. Esto se llama "personalidad múltiple", y puede desembocar en un problema psiquiátrico. Conozco algu-nos casos de sujetos que han sido poseídos por diez espíritus a la vez, manteniendo con ellos una relación muy intensa»

IMAGENES DEL MAS ALLA

El padre Brune señala que hoy es posible grabar imágenes del más allá. Para aseverar lo que dice cita al inves-tigador Klaus Schreiber, que fue el primero que grabó este tipo de imá-genes.

Después le siguieron otros investi-gadores, siendo Hans Otto Kiining quien más secuencias obtuvo. «Llevó a cabo su experiencia de mayor tras-cendencia en 1984, en el transcurso de un programa de televisión en Ra-dio Luxemburgo. El profesor hizo una demostración en directo —y con nu-meroso público en el estudio— de su famoso generador. Este fue montado en presencia de los técnicos de la emisora, que dieron fe de que no había ningún tipo de manipulación. La gran novedad del aparato consistía en que las voces recibidas se grababan con más claridad, y podían ser escu-chadas directamente a través de un

41

En la foto de arriba, el padre Brune aparece leyendo nuestra revista. Abajo, dos imágenes de Robert Schreiber, una de ellas (la de la derecha) transmitida desde el más allá.

«He escrito este libro para romper el ostracismo detentado por la mayoría de los intelectuales occidentales, para quienes hablar de la eternidad es tolerable, pero afirmar que se puede entrar en comunicación con ella resulta inadmisible».

Page 12: Revistas 2 ccpp

Reportaje altavoz al mismo tiempo que se gra-baban. La experiencia fue un éxito ro-tundo y alcanzó una audiencia de va-rios millones de telespectadores».

Este investigador conoce también las prácticas realizadas en el Centro de Estudios de la Transcomunicación de Luxemburgo (CETL), donde a tra-vés de una pantalla de televisión se han recibido imágenes de personas que habían fallecido años atrás. La primera recepción tuvo lugar el 16 de Enero de 1987. «Estas comunicacio-nes se repitieron unos meses más tar-de, concretamente el 2 de Mayo, esta vez de forma sonora Estaban presen-tes el padre Andreas Resch, doctor en Teología y Psicología, profesor de Psicología Clínica y de Parapsicología en el Alfonsiano de la Universidad de Letrán, en Roma, y director del Institu-to para los Problemas Fronterizos de la Ciencia en lnnsbruck; George Meek, ingeniero, y el profesor Sen-kowski acompañado por su esposa Después de oír a Constantin Raudive, se oyó otra voz que decía: "Mi nombre es Henri Sainte-Claire Deville. Dejé vuestro mundo en 1881 y os hablo en mi nombre y en nombre de todo nuestro equipo de sabios de life-line". Sainte Claire Deville fue un químico francés, nacido en las Antillas en 1818 y fallecido en Boulogne sur Seine en 1881, autor de amenos trabajos sobre la química de los metales.»

Igualmente, ha sido posible tomar fotos de difuntos. Se sabe desde hace tiempo que ciertos médiums poseen el extraño poder de plasmar en pelí-cula, con un simple aparato, imáge-nes de personas ya fallecidas. Asistí personalmente a la proyección de las mismas en una conferencia que el padre Brune dio en Madrid en fecha reciente. El silencio era expectante; sólo la voz de nuestro interlocutor rompía el mutismo de las quinientas personas allí presentes.

Una de las imágenes que más im-pacto ocasionó fue la de una joven que aparecía de medio cuerpo en el centro de la pantalla, con el mar de fondo. «El equivalente a un mar de-más allá». Risas. El padre Brune siguió explicando: «Se aprecia perfectamen-te el movimiento de las olas y los re-molinos que vienen a deshacerse en las orillas del más allá. La joven apare-ce con la mano derecha delante de la boca y nos manda un beso a todos, un beso para sus familiares que había dejado en la tierra». Murmullos. «El paisaje del más allá es muy parecido

al terrestre, pero en aquél no hay con-taminación. El aire que se respira es mucho más puro, y el perfume de las flores es mucho más intenso».

«Dos panorámicas de paisajes ar-bolados, todavía un poco borrosos. Un paisaje montañoso con un valle. Luego, la aparición de una especie de planeta, mayor que nuestra Luna, ele-vándose en el cielo por encima del

horizonte. A continuación, una espe- cie de ciudad, detrás de la cual fluye un río llamado el Río de la Eternidad».

Todas estas imágenes, según se-ñaló el padre Brune, corresponden al tercer nivel. Porque en el más allá existen muchos niveles. F. Myers dis-tingue siete niveles, o más bien siete etapas, puesto que el momento mis-mo de la muerte entra dentro del pri-mer nivel y la etapa intermedia si-guiente —inmediatamente después de la muerte— en el segundo nivel.

«Este mundo —el terrenal— es una sombra del verdadero. El ser humano tiene que desarrollarse espiritualmen-te mucho para parecerse cada vez más a Dios. Porque Dios es amor, pe-

«Conozco casos de sujetos que han sido poseídos por diez espíritus a la vez, manteniendo con ellos una relación muy intensa». 42

Page 13: Revistas 2 ccpp

Fue Klaus Schreiber (a la derecha) quien primero comenzó a recoger este tipo de fotografías procedentes de los umbrales de lo invisible. Arriba, en el centro, teleplastia de Henti St. Claire Deville, fallecido en 1881. A la izquierda, el padre Bruna Abajo, imagen de Heinrich Bouton semejante a las anteriores.

obstante, nadie puede juzgar la con-ducta de los demás; Dios es el único que puede hacerlo.»

LLAMADAS TELEFONICAS DE SERES DEL MAS ALLA

ro para compartir su vida hay que aprender a amar como EL Es lo único que da sentido a nuestra vida No creo que para alcanzar la perfección ten-gamos que regresar a la Tierra des-pués de muertos. Donde realmente evolucionamos es en el más allá. Al-canzaremos el último nivel cuando más cerca estemos de Dios. Esto es extensivo a todas las personas, aun-

que hayan muerto violentamente o se hayan suicidado. Porque suicidarse es un problema personal de cada uno. Yo no aconsejo a nadie que se suicide, pero en algunos casos es comprensible. Se han recogido testi-monios de personas que han tenido contacto con seres que se han suici-dado, y éstos no sabían dónde esta-ban, qué hacían ni a dónde iban. No

Si estas imágenes me dejaron pen-sativo y cabizbajo, lo que a continua-ción me contó el padre Brune me hizo cavilar mucho más. «Ahora también se pueden mantener conversaciones telefónicas con seres del más allá. Es-tos hechos son poco conocidos; las razones son obvias: quien tiene una comunicación por teléfono con un muerto no se atreve a hablar de ello por miedo a ser tachado de loco».

Fue el escritor americano S. Ralph Havlow quien, en 1961, habló de este fenómeno por primera vez en su libro A life after death. Havlow daba cuenta de dos casos que él conocía, pero sin ofrecer ningún tipo de detalles. Más recientemente, Scott Rogo y Ray-mond Bayless han publicado Phone calls from the death, donde describen las circunstancias en las que se han producido más de sesenta fenóme-nos de estas características. «Suena el teléfono. Alguien descuelga y, de re-pente, escucha la voz de la madre o del hijo que murió hace unos días, unos meses o unos años. El susto que se lleva esta persona es espectacular. Una madre que lloraba a su hija desde haCía años escuchó la voz de la difun-ta que decía: "Mamá, soy yo; necesito 20 dólares para volver". La muyer cayó desmayada»

«El origen de las llamadas telefóni-cas de los muertos —añade el padre Brune— puede deberse a una necesi-dad por su parte de establecer con-

Me llamo Henri Sainte-Claire Devine. Dejé vuestro mundo en 1881 y os hablo en mi nombre y en el de todo nuestro equipo de sabios». Así comienza una psicofonía obtenida en Luxemburgo en Mayo de 1987.

43

Page 14: Revistas 2 ccpp

Reportaje

« Rezar a la Virgen, a J comunicarse con seres del esperamos recibir una res, señal, aunque sea en nues

tacto con los que dejaron en este mundo. En cuanto a los mecanismos de estas llamadas, sólo existen hipó-tesis. Puede que sea únicamente el timbre de voz el que atraviese el cable telefónico y, a continuación, se trans-mita directamente al oído o a los cen-tros auditivos de la persona recepto-ra»

NADIE MUERE REALMENTE

Admitir que cuando nos morimos no lo hacemos del todo, que la muerte no es real, que los muertos continúan viviendo y están gozosos y que, ade-más, se comunican con nosotros a través de imágenes o por medio del teléfono, resulta más que sorprenden-te en el mundo tan material en el que vivimos. «Yo estoy de acuerdo con lo que dijo el cardenal Joseph Ratzin-ger, prefecto de la Congregación pa-ra la Doctrina de la Fe, cuando advirtió a los católicos sobre el uso abusivo y desnaturalizado de algunas técnicas de origen oriental —budista e hinduís-ta, como el zen y el yoga— por deter-minados movimientos, asociaciones y grupos cristianos, porque de alguna manera desvirtúan el pensamiento de la Iglesia Sin embargo, lo que la lgle-

sia no puede decir es que estos fenó-menos sean absurdos o imposibles, o que no existan. La Iglesia tiene que ayudar a discernir qué es lo verdadero y qué es lo falso. En estos temas hay mucho farsante, muchos engaños. Sin embargo, no debemos olvidar que muchos santos han tenido rela-ciones con los muertos, con muertos que ahora también son santos, tras haber sido reconocidos finalmente por la Iglesia Rezar a Jesucristo, rezar a la Virgen o rezar a los santos es co-municarse con seres del más allá, y nosotros esperamos recibir una res-puesta de ellos, una señal, aunque sea en nuestro corazón.»

Aunque nadie muere en el más allá, al parecer las almas están dotadas de un cuerpo espiritual. «Es un error pen-sar —así lo creía la filosofía y así se piensa en el mundo occidental— que el alma es un espíritu sin cuerpo. El al-ma no es un espíritu sin cuerpo; es un cuerpo. Es un cuerpo de una materia más sutil, menos densa San Pablo es muy explícito en este tema En el capí-tulo 15 de una carta a los corintios, entre los versículos 35 y 45, dice: «Pe-

en la incorrupcion; sembrado en el menosprecio, resucita en la gloria Sembrado cuerpo animal, resucita cuerpo espiritual. Si existe un cuerpo animal, existe también un cuerpo es-piritual.»

Quizás haya sido éste uno de los puntos de referencia de las recientes declaraciones de Juan Pablo II reco-nociendo la existencia de alma en los animales.

¿Y cómo será este cuerpo espiri-tual? El padre Brune afirma que este cuerpo espiritual será muy parecido a nuestro cuerpo material, pero con unos niveles distintos de desarrollo. Los niños crecerán hasta que sean adultos, mientras que los ancianos volverán a su juventud. La mayoría de los mensajeros del más allá nos ha-blan de que tendremos unos 33 años,

44

Page 15: Revistas 2 ccpp

RAFAEL MARQUEZ

E cuerpo espiritual será muy parecido a nuestro cuerpo material, sólo que con una edad que rondará los treinta y tres años y libre de todo defecto físico terrenal.

Franpois Brune coincide con Fierre Monnier

cuando afirma que en la Tierra dejamos las

enfermedades de nuestra carne. Se trata,

en efecto, de una evolución ascendente

que coincide con el plan general del

Creador. A la derecha, dos teleplastias de dos jóvenes desconocidos.

la edad que Cristo tenía cuando murió en la cruz. «Nuestro cuerpo espiritual se verá libre de toda enfermedad. Si se nos amputó un miembro, nuestro nuevo cuerpo estará completo. Si nos quedamos sordos o ciegos, o incluso si lo fuimos de nacimiento, allí vere-mos y oiremos».

San Gregorio de Niza, que vivió en el siglo iv, se adelantó al pensamiento de su tiempo cuando habló acerca

sus Lettres de Pierre. «No hemos per-dido la apariencia humana, pero deja-mos en la Tierra las enfermedades de nuestra carne. Nuestros ojos ven co-mo antes y se parecen a los que os habían gustado. Se trata, en efecto, de una evolución ascendente que coin-cide con el plan general del Creador. Lo que permite a nuestro cuerpo ac-ciones tan grandes es una magnífica transformación y no una renovación íntegra En definitiva, continuamos siendo nosotros mismos. La muerte es una trascendencia en la que nues-tro cuerpo, glorificado por el amor de Cristo y por el don de la vida eterna, pasa a través del cuerpo material, a cuya forma se adapta conservando plenamente su personalidad».

Rafael MARQUEZ

del cuerpo espiritual. «Verás esta en-voltura corporal, destruida ahora por la muerte, reconstruida de nuevo a partir de sus propios elementos, no según su actual constitución, sino con entramado más ligero y etéreo, de modo que tu querido cuerpo apa-rezca ante ti restablecido con una hermosura mayor y más graciosa».

Franoois Brune coincide con Pierre Monnier en las ideas recogidas en

45

Page 16: Revistas 2 ccpp

LOS NUEVOS HERE,' ASALTO DE LAS "VEA

A medida que se acerca el fin del siglo, las limitaciones de la

ciencia salen a la luz, nuevos descubrimientos ponen en tela

de juicio suposiciones aceptadas durante largo tiempo

e, incluso, las denominadas "leyes de la Naturaleza" se

tambalean. Todo indica que la ciencia debería adecuarse

urgentemente a las metas y valores humanos del próximo milenio, pero ¿lo hará? Por el

momento, intrépidos investigadores cuestionan la

ortodoxia científica y exponen sus intrigas políticas. Para

muchos de ellos, la ciencia ha jugado en la sociedad un papel alienador afectando el sentido

común de nuestra especie e impulsando al ser humano a

cometer las mayores barbaridades en su nombre.

E N un breve espacio de tiempo hemos dado por sentado lo maravilloso de la tecnología de

cosas como las máquinas de fax. Es como para sobrecogerse. Otro día puede que nos sintamos aturdidos por las supercomputadoras, las ante-nas parabólicas, las fotografías de Neptuno de la nave Voyager o las imá-genes de un niño no nato tomadas por una máquina de ultrasonidos.

La raíz de estos logros magníficos, por supuesto, es la ciencia, ese siste-ma ultérrimo. Al parecer, las discipli-nas que agrupamos bajo el nombre omnipotente de ciencia producen ca-da día portentos tecnológicos, avan-ces en la medicina, pronunciamientos sobre la historia y el mundo natural, y conclusiones sobre los lejanos confi-nes de la galaxia. Apenas podemos imaginar lo que serían nuestras vidas sin la magia de la ciencia y constante-mente nos preocupamos por la proce-dencia de la próxima generación de grandes científicos.

Y, sin embargo, a medida que se acerca el fin del siglo las limitaciones de la ciencia están saliendo a la luz. Los primeros en dar la voz de alarma han sido precisamente algunos cientí-ficos. Porque el hecho es que algunos de los nuevos descubrimientos están poniendo en tela de juicio suposicio-nes aceptadas durante largo tiempo e, incluso, amenazando las denomina-das "leyes de la Naturaleza". Ello ha llevado a los investigadores más intré-pidos a cuestionar la ortodoxia científi-ca y a exponer sus intrigas políticas.

En realidad, a medida que vamos más allá de la imagen de la ciencia y nos adentramos en sus fundamentos filosóficos, es posible ver formas im-portantes según las cuales la ciencia debe cambiar para adecuarse a las metas y valores humanos. ¿Acaso su papel en la sociedad ha tomado un gi-ro imprevisto, hasta el punto de alienar el sentido común de la humanidad? ¿Cambiará su curso ahora?

LA RAZÓN SALE VOLANDO POR LA VENTANA

Uno de los científicos que ha perci-bido una conmoción en la ciencia ac-tual ha sido el médico norteamericano Larry Dossey, autor de Recovering The Soul y de Meaning and Medicine. Dossey cree que las misteriosas fuer-zas más profundas de la vida comien-zan a trastornar los prejuicios de la ciencia oficial: "Yo llamo a esto la ac-ción del 'mago' -dice Dossey desde su casa en Santa Fe, Nuevo México-aunque también se le conoce como el bufón, el loco, el jocker y muchas otras cosas... Tal y como describió Carl Jung -para el cual este arquetipo es una de las formas de energía psí-quica- en nuestra psique siempre está teniendo lugar un acto de equilibrio -necesitamos nuestra 'irracionalidad' tanto como nuestra `racionalidad'-... Ahora bien, la ciencia precisamente representa un desequilibrio de la psi-que. Es la 'racionalidad' personifica-da... Pero cuando el mago aparece, de repente nos sumimos en una enorme confusión. Las fronteras se desplazan. Y en la ciencia, hoy, el mago está vol-viendo a la vida. En una cantidad enor-me de descubrimientos cientificos, la

razón, evidentemente, ha salido volan-do por la ventana".

Como ejemplo de todo ello, Dossey cita un estudio reciente comentado en el New England Joumal of Medicine. En ese estudio, unos enfermos suecos con afecciones cardiológicas efectua-ron cambios, supuestamente útiles, en sus estilos de vida, mientras que otro grupo de pacientes no hizo ningún ti-po de innovación. Pues bien, la fre-cuencia de muertes del grupo que in-trodujo variaciones en su estilo de vida fue un 46% superior a la del gru-po que no introdujo en absoluto nin-guna reforma en sus costumbres.

Hechos como éste confunden las expectativas científicas, pero no sor-prenden a Dossey: él considera esto como un síntoma de que la ciencia no está mirando las cosas de la forma adecuada. En este caso, seguramente hubo variables sutiles que los instru-mentos del laboratorio y del hospital no pudieron captar.

"Durante largo tiempo -ha dicho Dossey al respecto- la ciencia ha tra-tado de mantener al significado fuera de sus discusiones... Pero ante las co-sas que no puede explicar, un montón de gente empieza a darse cuenta de que, al dejar a un lado el significado, uno acaba con las manos vacías."

En este sentido, hay que tener tam-bién en cuenta las conclusiones del

penas podemos imaginar qué sería de nuestras vidas sin la

magia de la ciencia y constantemente nos preocupamos por la procedencia de la próxima generación de grandes científicos. Pero ¿camina la ciencia por el sendero adecuado o debería cambiar para ajustarse a los nuevos valores espirituales de nuestro mundo?

74

Page 17: Revistas 2 ccpp

ES DE LA CIENCIA AL ADESESTABLECIDAS D

psicólogo clínico John Schneider, de la Universidad Estatal de Michigan, quien ha informado recientemente so-bre sus investigaciones de toda una década. Schneider trabaja en un área conocida como psicoinmunología, la cual estudia cómo la mente puede afectar las respuestas del cuerpo, y, según sus experimentos, los sujetos entrenados en la "imaginería mental guiada" (visualización dirigida o indu-

cida de imágenes con propiedades curativas sugeridas por el terapeuta), pueden afectar consistentemente la actividad de ciertas células inmunoló-gicas. Esto apoya la creciente noción de que los esfuerzos concentrados de uno pueden ser capaces de alterar el curso de una enfermedad y vencerla.

En los últimos años se han hecho muchas investigaciones notorias en este campo; sin embargo, Schneider

describe cómo su propuesta de inves-tigación original se encontró con una resistencia tenaz.

Un administrador le advirtió que su trabajo era potencialmente perjudicial, puesto que podría ser que las perso-nas creyeran que tenían alguna res-ponsabilidad sobre su propia enfer-medad. Lo cual parece una especie de herejía, además de ser una idea aparentemente contraria a la separa-ción percibida entre mente y cuerpo que dominó el pensamiento científico-médico durante siglos. Aunque ahora está desapareciendo lentamente.

"Mientras más aprendemos -afirma Schneider al respecto-, más claro está que el modelo lógico lineal ya no aguanta más... El cáncer es un ejem-plo excelente. Oímos hablar de una cura para el cáncer y, sin embargo, el cáncer son muchas cosas diferentes, no una sola. Diferentes cánceres ocu-rren por razones distintas y deben ser entendidos de manera individual".

EL MICROSCOPIO NO CAPTA TODO

Un fisiólogo británico, Rupert Shel-drake, escandalizó a sus colegas científicos hace varios años con su afirmación de que el universo no tiene en realidad leyes, sino hábitos. Teóri-co eminente, Sheldrake propone la existencia de campos -que denomina moncogenéticos- de fuerza jamás so-ñados por la ciencia convencional y les adjudica un papel predominante en la transmisión de la información a través de las generaciones.

Sin embargo, al poco tiempo de for-mular sus teorías, una revista científica británica de primera línea -Nature- se alzó como portavoz de muchas opi-niones contrarias a las teorías del científico, al que definió como un buen "candidato a la hoguera" por su obra Una nueva ciencia de la Vida. Lo que no impidió que otra revista -New Scientist- concluyera, por su parte, que Sheldrake es un excelente científi-co que merece ser escuchado impar-cialmente.

Hoy día algunos ven a Sheldrake co-mo parte de una nueva ola que se ha dado en llamar Ciencia Verde -debido a sus consecuencias para el medio ambiente natural-, la cual es más que

75

Page 18: Revistas 2 ccpp

nada, una nueva forma de interpretar la realidad que, en lugar de enfocarse en los componentes, enfatiza la totalidad y la interconectividad de los sistemas. Algunos seguidores de Ciencia Verde incluyen entre los simpatizantes de es-te "movimiento" a científicos como Da-vid Bohm, cuyas teorías impulsaron el desarrollo de la Física cuántica, o a Werner Heisenberg, cuyo postulado del "principio de incertidumbre" sentó las bases para una nueva forma de aproximarse a la materia.

Otro personaje que ha introducido abundante material, tanto médico co-mo científico en su trabajo, y declara estar preocupado respecto al dominio que la ciencia ejerce sobre la medicina, es el doctor estadounidense Michael Crichton, autor de varios best-sellers -de ficción y no ficción- y director de importantes películas. En opinión de Crichton, se avecina un cambio en la ortodoxia científica, aunque se produ-cirá lentamente. En una conferencia re-ciente este escritor planteó el problema del bien conocido "efecto placebo" -el cual se manifiesta en que algunas per-sonas a quienes se les dice que una sustancia inactiva tiene propiedades médicas, exhiben sin embargo efectos benéficos al ingerirla-: "Este efecto -di-jo Crichton en esta ocasión- es proba-blemente lo más poderoso en cual-quier tipo de curación... Sin embargo, como su mecanismo no es conocido, muchos doctores y científicos quieren relegarlo al dominio del chamanismo y de otros enfoques 'no cientificos'... Tan sólo ahora están comenzando a ser es-tudiadas sus posibles consecuencias,

egún el psicólogo clínico Schneider el cáncer es un

ejemplo excelente de los juicios erróneos de la ciencia: "Oímos hablar de una cura para el cáncer, y, sin embargo, el cáncer son muchas cosas diferentes, no una sola. Los diferentes cánceres ocurren por razones distintas y deben ser entendidos de manera individual".

pues los científicos se han mostrado generalmente renuentes a admitir su ignorancia".

La inflexible postura de la mayoría de los científicos sorprendió también recientemente a Crichton. Según él mismo ha relatado, pudo sentir no ha-ce mucho, durante una de sus charlas, cómo todo un auditorio de científicos reaccionó aterrado cuando él afirmó que no existe, por el momento, ningu-na teoría satisfactoria del funciona-miento cerebral: "Yo consideraba esto como una afirmación no controvertida, obvia, ¡pero muchos en el auditorio tragaron en seco! -recuerda Crich-ton-.... Considérenlo -dice el conocido escritor- de esta manera: si tenemos una buena teoría del funcionamiento

cerebral, ¿por qué entonces no pode-mos explicar el sueño, la anestesia o muchos otros acontecimientos del dia-rio vivir? Después de todo, sólo nece-sitamos una teoría de por qué una manzana se cae al suelo".

Las declaraciones de Crichton no hacen más que confirmar lo que ya sabemos: tópicos e ideas antes con-siderados como radicales están abriéndose camino en los círculos convencionales. En la misma línea, hipnoterapeutas como Brian Weiss, un psiquiatra de Florida, aseguran po-seer evidencias asombrosas de la existencia de la reencarnación, tal y como parecen confirmar las indaga-ciones realizadas en el campo de la terapia de "vidas pasadas". A su vez, el investigador de Harvard, Herbert Benson, está explorando las proezas aparentemente sobrehumanas de los maestros espirituales orientales. Tam-bién el trabajo del cirujano de Yale, Bernard Siegel, ha popularizado la idea de que las emociones y los "mi-lagros" tienen un lugar en la medicina.

Incluso muchos escépticos se están dando cuenta de que hay aspectos de la vida humana que el microscopio no puede captar.

CIENTÍFICOS EN BUSCA DE DIOS

La noción de que todos los fenó-menos pueden ser entendidos por el estudio de sus partes componentes constituye el principio básico de la fi-losofía científica llamada Reduccionis-mo, una teoría que ha estado más o menos de moda desde el siglo XVII.

Junto a estas líneas, a la izquierda, el médico norteamericano Larty Dossey; debajo, el fisiólogo británico Rupert Sheldrake; a su derecha, el físico David Bohm. En la página siguiente, el psiquiatra e hipnoterapeuta norteamericano Brian Weiss.

Page 19: Revistas 2 ccpp

lgunos de los cientí-ficos que simpatizan con la idea de una

ciencia más espiritual han revelado que, mientras estudiaban, pudieron com-probar cómo a los futuros analistas se les advertía que ignorasen las referen-cias de los pacientes a la religión o que tratasen de demostrar que semejantes ideas eran neuróticas.

Surgido primariamente del trabajo del filósofo y matemático francés Re-né Descartes, este punto de vista tie-ne sus aplicaciones actualmente en ciertas cosas de nuestro mundo ma-terial como los motores de un avión jet, las reacciones químicas y las bac-terias. El reduccionismo supone que todas las cosas ocurren por razones coherentes y comprensibles. Sin em-bargo, esto no es de mucha ayuda cuando se tratan de explicar el pensa-miento y los sueños de la mente hu-mana, por no hablar de las fuentes espirituales de las que obtenemos nuestro poder.

En términos espirituales podríamos considerar al cerebro, por ejemplo, co-mo el interfaz con el alma, o yo supe-rior, o quizás con la mente de Dios. Pero, como ha señalado Crichton, mu-chos biólogos aún insisten en que los acontecimientos y reacciones neuroló-gicas tangibles pueden explicar com-pletamente la mente, a pesar de que, hasta el momento, ni por asomo ha-cen algo semejante. El problema es que el modelo reduccionista cree que el hombre es esencialmente una má-quina y elimina las consideraciones

espirituales justificando el escepticis-mo hacia la religión y las "verdades ocultas" que algunos científicos se atreven a sostener. Queramos o no, este patrón está muy extendido ¿pero acaso es inevitable? En absoluto. Un científico como Dossey, por ejemplo, estaba tan impresionado por la evi-dencia de que los seres humanos son en realidad trascendentales y atempo-rales que escribió un libro académico al respecto: Recovering the Soul (Re-cuperando el alma). Y otros científicos comienzan a estar de acuerdo con él. En un artículo reciente aparecido en el New York Times, el conocido escritor de temas científicos Daniel Goleman citó a un psicólogo de la Universidad Brigham Young llamado Allan Bergin, quien afirmó, simplemente, que "hay una dimensión espiritual de la expe-riencia humana que el campo de la psicología no puede ignorar... Las in-vestigaciones muestran que no impor-ta cuál es el credo que profesa la gen-te, sino que lo profesa..."

Algunos de los científicos que sim-patizan con la idea de una ciencia más espiritual han revelado que, mientras estudiaban, pudieron comprobar có-

mo a los futuros analistas se les adver-tía que ignorasen las referencias de los pacientes a la religión o que tratasen de demostrar que semejantes ideas eran neuróticas. Hoy día eso, afortuna-damente, ha cambiado y muchos científicos de laboratorio han comen-zado a superar este tipo de paradojas; incluso han encontrado el modo de compaginar sus carreras con una fe personal en un orden superior. Un buen ejemplo de ello es que, cuando en 1988 se publicó en la revista The Scientist un ensayo de un biólogo afir-mando que la ciencia y la religión eran incompatibles, se desató una tormen-ta de cartas de otros científicos que protestaban por tales declaraciones. Uno de ellos, un químico, señaló que la ciencia misma descansa sobre una base de suposiciones improbadas y confesó que fue precisamente su fe religiosa la que lo animó a convertirse en científico.

De forma más dramática, otros científicos piensan, tal y como detalla-ba un reportaje en la revista OMNI, que pueden incluso utilizar sus habili-dades para ayudar a probar la existen-cia de Dios.

En este sentido, tal y como ha argu-mentado Dossey, "algunos aspectos de la psique se comportan como si no estuvieran localizados en el cerebro, en el cuerpo o en el tiempo... Y si te-nemos un componente no local, características implicadas son la o) presencia y la infinitud del -cualidades que atribuimos a Dios-. Ahora tenemos evidencia indirecta de la existencia de algo que se parece a lo absoluto... No es un signo de debili-dad científica el arreglárselas con evi-dencias indirectas aunque fuertes".

Otro científico que ha declarado no hace mucho sentirse a caballo entre la ciencia y la espiritualidad ha sido el psiquiatra de San Diego Dennis Gers-ten, que se ha especializado en el uso de la "imaginería mental guiada" con los pacientes de cáncer y publica un boletín informativo profesional relatan-do sus experiencias. "Yo creo que los sentidos con los que vivimos nuestras vidas diarias -dice Gersten- son un ti-po de punto intermedio. La espirituali-dad se encuentra por encima de ellos, la ciencia está por debajo... Mientras que la ciencia puede pensar que toca a la esencia sólida de las cosas, un vis-tazo con los microscopios más pode-rosos nos muestra que la materia, en los niveles más sutiles, se une final-mente con la energía. En realidad, na-da es sólido. De manera que ¿qué tipo de guía ultérrima son nuestros senti-dos por sí solos? La ciencia rinde un servicio extremadamente útil, pero los detentores del poder manipulan nues-tra percepción de la realidad... A fin de cuentas no hay ninguna división entre la religión y la ciencia. La gente tiende a considerar la espiritualidad como al-

77

Page 20: Revistas 2 ccpp

go exótico, pero los valores humanos diarios se encuentran en el núcleo de todas las religiones. La ciencia debe estar alineada con los valores huma-nos para que tenga relevancia".

La evidencia de los beneficios que tiene la fe para la salud ha ayudado también a conectar el espíritu con la ciencia. En 1986, por ejemplo, un car-diólogo de San Francisco halló que los pacientes cardíacos que recibían ora-ciones mejoraban considerablemente más que los que no las recibían. A su vez, un estudio realizado en 1987 mos-tró que, entre los ciudadanos de la ter-cera edad, existen menos incapacidad y depresión cuando tienen una fe reli-giosa. Asimismo, un investigador de un Instituto Nacional de Salud Mental se-ñaló el año pasado que los hombres de mayor edad que describían la reli-gión como importante para ellos, tení-an una presión sanguínea menor que sus conciudadanos no religiosos, aun-que en ambos grupos los hombres eran fumadores. Estos descubrimien-tos plantean de nuevo la incógnita desnuda: ¿es tal vez el ideal científico una forma peligrosa de negación cuan-do es llevado demasiado lejos? Pode-mos pensar que defender la ciencia es admirar la objetividad, pero mientras tanto un punto de vista estrictamente científico del mundo no deja lugar para el elemento invisible e intangible de la re sobre el cual está fundamentada la nialidad de nuestros ideales morales y ambién quizá nuestra salud. Así, pues, hemos de concluir que si la ciencia ha de ser una filosofía realmente efectiva para la sociedad, necesitaría cambiar de marco referencial.

¿PROGRESAMOS HACIA LA FELICIDAD?

El psicólogo Bernard Rimland tenía un test famoso, muy simple. Lo único que les pedía a las personas era que hicieran una lista de la gente más feliz que conocieran, seguida de una lista de la gente más generosa. Hágalo us-ted mismo y compruebe: ¿son simila-res las dos listas? Y si es así ¿acaso

ómo comenzó el

U tiempo? ¿Quién fue primero, el huevo o

la gallina? ¿Qué se encuentra más allá del borde del universo?¿Cómo es que un espermatozoide y un huevo conspiran para crear una vida humana? La ciencia no tiene respuestas convincentes.

este patrón no tiene im- plicaciones para nuestras ideas sobre una sociedad en funcionamiento?

Al ser aplicado a la po- lítica de las naciones, el pensamiento científico ha colocado el interés pro- - pio por encima de todo y ha producido dos siste- - mas erróneos básicos. El capitalismo del laissez- faire, que defiende el in- terés propio material, co- mo estímulo humano ---

primario -un sistema que tiene sentido si los valo- res nacidos de la fe se ---

dejan fuera de la ecua- ción-, y el comunismo, que en realidad es el ca- pitalismo llevado un paso más allá, una negación impuesta, sin fe, de los males del interés propio -un procedimiento que tiene sentido de forma aún más cínica-. Pero, ¿alguno de los dos enfoques funciona de verdad? La pregunta parece simple, puesto que las economías occidentales capitalis-tas generalmente producen estánda-res de vida más altos que en las eco-nomías comunistas. Sin embargo, esta riqueza parece no tener casi rela-ción alguna con la felicidad de sus beneficiarios.

Así, en 1988 un estudio psicológico completo llevado a cabo por la revista World Monitor halló que los ciudada-nos de Irlanda, un país pobre, eran los más felices de entre quince países en-cuestados. Los ricos japoneses fueron los menos felices, con Alemania y Es-candinavia también en la parte inferior de la escala. Los EE.UU., con la acu-mulación de gente y puntos de vista más diversos del mundo, se encontra-ban en un punto medio de esa lista. Aquí el análisis científico falla, pero la fe religiosa brinda al menos una expli-cación parcial. Así pues, aunque sea peligroso simplificar demasiado, no puede ignorarse que los irlandeses si-guen siendo un pueblo religioso mien-tras que pocos escandinavos y japo-neses aún se consideran así. Por otra parte, no olvidemos que los japoneses también producen más científicos.

En el otro extremo, el científico físi-co Ronald Hoffman, de la Universi-dad de Cornell, observó reciente-mente que la ciencia como religión era la piedra angular de la URSS co-munista. No es casual que sus líderes trataran de suprimir durante décadas las creencias religiosas. Por supues-to, el esfuerzo falló aunque, tal y co-mo señala Hoffman, los miembros del partido comunista estaban muy bien entrenados científicamente. Pe-ro en la vida real la humanidad nunca se comportó exactamente como el

,••••• I at' •

modelo "científico" marxista anticipó, lo que condujo a su muerte efectiva como ideología práctica.

También los países comunistas de Asia han intentado denodadamente destruir el budismo en nombre de la teoría marxista, pero todos han fraca-sado con estrépito. En la Camboya más libre de hoy los templos están siendo reconstruidos. Enormes multi-tudes de ciudadanos de Mongolia, de nuevo libres, dieron la bienvenida al Dalai Lama -jefe del Budismo tibeta-no, y exiliado político desde 1959-, cuando visitó Ulan Bator en Septiem-bre de 1991.

La lección, al parecer, es que la vi-sión científica del interés propio -que se enfoca, como lo hace la ciencia, sólo en lo tangible- no es consistente con lo que yace dentro de la criatura humana. Una vez más, el "mago" de Dossey está suelto, y está tratando de decirnos algo.

Vista en el contexto apropiado, la imagen de la finalidad de la ciencia se ve expuesta como una ilusión. Unas pocas preguntas sencillas prueban es-to: ¿Cómo comenzó el tiempo? ¿Quién fue primero, el huevo o la galli-na? ¿Qué se encuentra más allá del borde del universo? ¿Cómo es que un espermatozoide y un huevo conspiran para crear una vida humana? Clara-mente la ciencia no tiene respuestas convincentes y debe basarse en la fe.

Lo mismo ocurre con algunos fenó-menos: no son adaptables al laborato-rio, pero existen de todas formas. Considérense, por ejemplo, los nume-rosos y asombrosos informes de los que han pasado por experiencias al borde de la muerte. La ya fallecida psicóloga Helen Wambach, pionera en este campo, hizo en cierta ocasión esta observación: "si dos mil personas

78

Page 21: Revistas 2 ccpp

• • .

,- . - --ffly I', .;T-, I virr ,,.

,..,, I , . -•,-. :- . - . , ., - ,

,... ,,. .

con las que me encuentro caminando me dicen que hay un puente más ade-lante, no necesito verlo por mí misma para creer que se encuentra allí".

Sin embargo, no queremos vernos decepcionados. lan Stevenson, de la Universidad de Virginia, el cronista mundial más famoso de casos que sugieren la reencarnación, señaló en cierta ocasión que "si algo suena de-masiado bien, tendemos a pensar que no es verdad". Los científicos, inten-cionalmente o de otra forma, frecuen-temente corporifican este caso.

La economía explica parcialmente por qué pocos científicos quieren abandonar los modelos fiables y trilla-dos. En tiempos difíciles, la ciencia ne-cesita una imagen positiva para prote-gerse a sí misma y las relaciones públicas han tomado una importancia poderosa. Así, mientras que los inves-tigadores luchan a brazo partido por los fondos, sus institutos más conser-vadores se ven estimulados por los administradores y por aquellos que to-

man las decisiones, quienes quieren resultados tangibles para sus inversio-nes. Y, al mismo tiempo, numerosos científicos dudan en publicar sus ide-as no convencionales por temor a ver-se sometidos a ostracismos.

Sin embargo, la historia de la cien-cia muestra que los descubrimientos importantes son sorprendentes al principio, algunos son incluso el resul-tado de un golpe de suerte y frecuen-temente surgen en breves momentos de trabajo intuitivo e inspirado. Esto contrabalancea la imagen pública que la ciencia ha buscado para sí misma y que ha asociado a sus relaciones pú-blicas. Muchos autores -populares y científicos- aún hablan de la ciencia como una verdad fundamental, impli-cando que los descubrimientos que están al doblar de la esquina respon-derán a las interrogantes más profun-das de la humanidad para satisfacción de todos.

Otros defienden un punto de vista li-mitado. Así, el físico Steven Weinberg

habla de muchos de los "racionalistas" cuando describe la vida humana como "el resultado más o menos ridículo de una cadena de accidentes que se re-montan a los tres primeros minutos de la historia". Sólo el trabajo científico duro, como el suyo propio, argumenta Weinberg, "eleva la vida humana por encima del nivel de la farsa y le brinda algo de la gracia de la tragedia".

La defensa de la ciencia oficial está avalada por CSICOP, una organiza-ción de "escépticos" que dicen ofre-cer análisis balanceados y objetivos de los fenómenos paranormales. En realidad, CSICOP es una organización fundamentalmente política que pro-mueve una doctrina "humanista" anti-rreligiosa presentando a todos y cada uno de los fenómenos paranormales, bien como ilegítimos, bien como frau-dulentos. Uno de sus fundadores, el sociólogo Marcello Truzzi, abandonó la organización en señal de protesta y, desde entonces, ha dado a conocer la cara oculta de la CSICOP.

La existencia de estos difamadores es significativa. Si no ponemos en tela de juicio la omisión por parte de la ciencia de la dimensión de la fe, ¿có-mo reconciliamos nuestros significa-dos más profundos con la tecnología de la vida moderna? La extensión lógi-ca de la ciencia sin fe conduce al ca-llejón sin salida del interés propio, puesto que actualmente no conoce-mos ningún mecanismo tangible me-diante el cual el universo recompense el comportamiento compasivo y gene-roso. Esto, por supuesto, es apenas una receta de armonía con la Natura-leza y con los demás.

Pero al reconocer que la ciencia es limitada, y al recordar tener fe en el poder de la fe, nos encontramos de pronto con un contexto para los valo-res humanos. Los científicos visiona-rios del mundo han vuelto a descubrir esta verdad antigua y, lentamente, pe-ro con seguridad, parecen estar ha-ciendo correr la voz.

Eric Ferguson Traducido y adaptado por:

Manuel Figueroa

II ay últimamente entre los científicos un interés por aunar

ciencia y espiritualidad; los más radicales de esta línea piensan, incluso, que pueden utilizar sus habilidades para ayudar a probar rigurosamente la existencia de Dios.

79

Page 22: Revistas 2 ccpp

Habla el nieto de uno de los médiums más famosos de todos los tiempos:

"Mi abuelo materializaba personas muertas"

L a famosa foto del médium brasileño -de ori-gen italiano- Carmine o Carlos Mirabelli

flotando en el aire con una expresión beatífica siempre me impresionó. En blanco y negro, re-producida en muchos libros de fenómenos me-diúmnicos y parapsicología, era el ejemplo de lo que podía hacer uno de los más importantes paragnostas de la Historia. Decidí buscar a alguien que lo hubiera conocido en Brasil. Todos los nombres que poseía relacio-nados con el médium ya habían fallecido salvo uno: Luis Mirabelli Junior, uno de sus dos úni-cos nietos. Logré que me recibiera en su casa, en

la ciudad de Jundiaí, a pocos kilómetros de la gran ciudad de Sáo Paulo. Luis es un hombre de sesenta y tantos arios que se dedica a la música en su vida profesional y conserva celosamente algunos de los raros y gratos recuerdos de su abuelo. -Yo tenía cinco años cuando mi abuelo falleció, en 1951. Fue un drama, pues murió atropellado, al cruzar una calle, por un coche negro. Tal como él lo había previsto... -me dijo sacando unas vie-jas fotos de una raída carpeta, en algunas de las cuales aparece junto a su abuelo y en otras con su padre, César. .3

MÁS ALLÁ 27

Page 23: Revistas 2 ccpp

Á

*UD

Page 24: Revistas 2 ccpp

Mediumnidad

+ UNA MUERTE ANUNCIADA

-¿Como lo había previsto? Eso no lo he leído en los libros. ¿Qué sucedió? -indagué interesa-do en conocer aquella profecía. -Yo tenía quizá unos tres arios y me acuerdo que un día salimos mi madre, mi abuelo y mi padre en su coche. Era de noche y mi abuelo pidió que paráramos delante de una pastelería porque que-ría comprar unos pasteles. Mis padres le gritaron, pues al cruzar la calle un coche casi se lo lleva por delante. Le amonestaron diciéndole que debería prestar mas atención, dada su edad, pero él les sonrió y les dijo algo así como: "No os preocupéis; no ha llegado el momento; eso ocurrirá más adelan-te y será así, exactamente, como moriré". Efectiva-mente, dos años después murió atropellado en la Avenida da Cantareira, en Sáo Paulo. -¿Qué recuerdos tiene de su abuelo? -le pre-gunté mientras desplazaba la vista hacia las fotos amarillentas. -Aunque yo era muy pequeño, tengo su imagen muy grabada en mi mente, especialmente su mi- rada tan carismática. Cuando venía a visitarnos

a mi casa, en el barrio de Santana, siempre me abrazaba cariñosamente. Luego me decía que fuera al dormitorio de mis padres y que mirara sobre la almohada. Corría a la habitación y allí me encontraba un montón de caramelos y mo-neditas. Aquello me impresionaba mucho; cogía los caramelos y salía feliz corriendo -me narraba Luis Mirabel con una expresión nostálgica. -Es decir, su abuelo materializaba los carame-los... ¿o era un truco? -No, los materializaba. Bueno, algunos le acu-saron de hacer trucos, como los periodistas del Correio Paulistano en 1916 (ver recuadro en la pág. 30). Pero en ningún momento lo pillaron in fraganti... Solo pudieron demostrar que lo que mi abuelo había realizado delante de ellos se podía hacer con trucos de magia. Nada más.

MATERIALIZACIONES DE PERSONAS

FALLECIDAS

De la carpeta empezaron a salir documentos relacionados con uno de los mayores mé- diums de efectos físicos de todos los tiempos.

Entre ellos se encontraban algunos folios de la Secretaría de Seguridad Pública de Sáo Paulo, concretamente del Departamento de Investigaciones. Carlos Mirabelli había sido interrogado, por lo menos en quince ocasio-nes, por las autoridades debido a una serie de denuncias realizadas, especialmente, por los médicos. Le acusaban de ejercer ilegalmente la medicina. Eso porque suministraba recetas a sus pacientes a través de los espíritus; con-vocaba a los médicos del "Más Allá" para ope-rar -encarnados en Mirabelli- a los enfermos de forma espiritual. Las hojas en cuestión trataban de una charla que el médium impartió dentro de un presi-dio con fines pedagógicos y filosóficos mien-tras estuvo preso en 1950. Curiosamente, en el documento, las mismas fuerzas de la ley le agradecían sus servicios benéficos en aquel establecimiento penitenciario. -Mira, Pablo, para que tengas una idea de los prodigios que podía obrar mi abuelo, aquí hay un acta de una sesión mediúmnica que llevó a

Bajo estas líneas, uno de los documentos sobre Carmine

Mirabelli (izda.) a los que ha tenido acceso MÁS ALLÁ.

28

Page 25: Revistas 2 ccpp

cabo en un presidio en la Avenida Tiradentes de So Paulo el 25 de noviembre de 1950. -¿Qué dice el escrito?, pregunté fijándome en la letra manuscrita del documento. -Los prisioneros vieron en el comedor cómo varias botellas llenas de agua chocaban entre sí. Luego una levitó y se precipitó contra el suelo rompiéndose. Otra también levitó diri-giéndose hacia un ropero que había en la en-trada del comedor y se posó sobre él. Al cabo de un rato, para asombro de todos los presen-tes, el mueble fue arrancado violentamente de la pared por una fuerza invisible... Luis me pasó el documento y lo leí detenida-mente. Así era lo que contaba y más: uno de los presidiarios sintió que una mano invisible y húmeda lo sujetaba fuertemente del bra-zo. Otro quedó inconsciente. Enseguida una sombra con forma humana se materializó en el recinto y se desplazó tranquilamente. Uno de los presentes dijo que era el hombre de la foto que Carlos Mirabelli había depositado so-bre la mesa: la imagen del fallecido padre del médium, el italiano Luis Mirabelli. -Sí, su padre era la principal figura que in-vocaba en las sesiones mediúmnicas. Había muerto hacía muchos arios y siempre se ma-nifestaba, a veces de forma violenta, como tú mismo has leído en esa acta -me advirtió Luis. En otro documento del Departamento de In-vestigaciones, un carcelero daba fe -con los pelos erizados- de cómo un bolígrafo verde que había surgido en el aire, a una altura de 3 m, empezó a garabatear las paredes del pre-sidio. Inmediatamente acudió sollozante a la celda de Mirabelli para preguntarle sobre lo sucedido. La respuesta fue que se trataba del espíritu del fallecido sargento Almeida. La hermana del muerto confirmaría más tarde que el bolígrafo materializado se encontraba en su casa, a una distancia de 11 o 12 km.

MIRABELLI, A ESTUDIO

A causa de tantos presuntos fenómenos insó-litos provocados por el médium, varios médi-cos y otros profesionales liberales decidieron crear asociaciones exclusivamente para inves-tigarlo. Una de las más importantes fue la Aca-

29

Page 26: Revistas 2 ccpp

Mediumnidad

4 producir ingentes cantidades de ectoplas-ma, etc. Las principales asociaciones de in-vestigaciones metapsíquicas de Europa -entre ellas las de Londres y París- habían enviado científicos para estudiar al médium. Pero lo que más sorprendía a los sabios de aquel tiempo era la capacidad de xenoglosia (hablar o escribir en varios idiomas descono-cidos por parte del sujeto) demostrada por el paragnosta. Sumaron hasta 28 lenguas distin-tas, entre ellas el catalán, ruso, polaco o chino, idiomas que Mirabelli desconocía. A veces, in-corporando algún espíritu, daba discursos en su idioma natal en los que, para asombro de sus interlocutores, hablaba de lo divino y de lo humano.

UN PRODIGIO DETRÁS DE OTRO

Luis Mirabelli Junior me pasó un acta -jamás publicada- firmada el 5 de junio de 1948 so-bre otra sesión mediúmnica celebrada en casa de un tal Luis Manganini y en la que estaban presentes varios de sus familiares y amigos. Todos vieron extraños destellos y luces que se encendían y apagaban en el aire, en el interior de varias estancias. También oyeron fuertes golpes (raps) por toda la mansión y observaron cómo varios objetos pesados se desplazaban sobre las mesas. Una hija del anfitrión, bajo las órdenes de Mirabelli, dio varias vueltas a una mesa y, al final, dijo que no podía seguir porque sentía que habían atado sus piernas. Tuvo que deshacer todo el recorrido para que las "cuerdas invisibles" se desenroscaran y la dejaran libre. Entre los recortes de prensa que encontramos en la valiosa carpeta de Luis había uno que re-velaba que en las fiestas de San Juan, en 1923, en la ciudad de Sáo Vicente, Mirabelli se lanzó -en estado de trance- dentro de una enorme hoguera que despedía llamas a varios metros de altura, ante la presencia atónita de varias personas, incluso de un médico. Cuando salió, los presentes observaron que no había sufrido ni una sola quemadura. Otro recorte daba a conocer que durante una sesión mediúmnica en la ciudad de Santos, Mirabelli entró en un trance muy profundo: su temperatura corporal bajó a 36,1 grados mientras que sus pulsaciones subieron a 128 por minuto. Sus pupilas se dilataron y su mi-rada quedó congelada. En ese momento, en presencia del médico Ganímedes de Souza, se produjo algo sorprendente: el galeno oyó una voz de niña que le dijo al oído: "¡Papá!". Cuando se giró en dirección al médium -que seguía en estado catatónico- vio a su pequeña hija, fallecida hacia años a causa de la terrible gripe española. -Este caso me lo contaba mi padre y lo con-firmaron varias personas. Su padre la abrazó muy emocionado. La criatura presentaba un aspecto cadavérico, casi tanto como el del médium, en aquel momento ajeno a la situa-ción. La aparición duró 36 mm, que el padre aprovechó para hablar con la niña y recordar situaciones familiares pasadas, ante las que

Page 27: Revistas 2 ccpp

Carmine Mirabelli logró supuestamente algo casi imposible en el ámbito de las

materializaciones: Formar dos cuerpos humanos, uno después de otro. Y en otra de sus

célebres sesiones consiguió desaparecer delante de numerosos testigos.

ella respondía con coherencia. Al cabo de este tiempo, la pequeña se elevó en el aire y se fue desvaneciendo, haciendo un movimiento como el de un "pez en el agua" -me contó el nieto del médium. Según las actas y la prensa de la época, más de treinta personas vieron el presunto fantas-ma de la niña, entre ellos muchos ingenieros, abogados y médicos. Otra supuesta materialización importante fue la del obispo de So Paulo, José Camar-go Barros, muerto en el naufragio del vapor Sirio. El médium se desplomó en una butaca, totalmente lívido. Sobre su cabeza empezó a formarse una tenue niebla de color dorado, al tiempo que los asistentes percibían un olor a rosas en el recinto. -Mi padre me decía que el obispo apareció justo al diluirse esa nube dorada, sentado en otra butaca, con todas sus vestiduras e insig-nias episcopales. Lo más curioso, si no diver-tido, es que algunos de los médicos presentes se apresuraron a golpearle los dientes, tocarle la boca y tomarle las pulsaciones, mientras el supuesto fantasma permanecía tranquilo, in-cluso sonriente. Además, la presunta materialización del reli-gioso fallecido habló en un portugués "clásico" a los presentes. Cuando juzgó conveniente, se levantó y caminó hacia la butaca del médium, que yacía en pleno trance. Se inclinó sobre él y, enseguida, el cuerpo del obispo se empezó a

estremecer: poco a poco fue encogiendo hasta quedarse en menos de 30 cm de altura para, rápidamente, diluirse hasta desaparecer ante la mirada más que sorprendida del grupo de asistentes, unos sesenta en total.

DOS CUERPOS HUMANOS

Carmine o Carlos Mirabelli también logró algo prácticamente imposible en el ámbito de las materializaciones: consiguió, supues-tamente, formar dos cuerpos humanos, uno después de otro. Esto tuvo lugar en la ciudad de Santos. Desde una pared empezó a surgir una niebla que, en fracciones de segundo, se concretó bajo la forma de una mujer vestida con ropas parecidas a la gasa, casi transparen-tes. "Soy la profesora Valkiria Ferreira. Morí de tuberculosis hace varios arios", se identificó la entidad supraterrenal. -Todo esto ocurrió a plena luz del día -me dijo Luis Mirabelli Junior-. Además, la profesora, cuando no tosía, sonreía y daba muestras de estar feliz, saludando a los asistentes boquia-biertos. Luego levitó ante todos durante unos 5 mm, hasta que se volvió hacia la pared; nue-vamente se convirtió en niebla y desapareció. - <:Y después hubo otra materialización? -Sí, enseguida. Mi abuelo yacía en trance pos-trado en una butaca. El médico que lo cuida-ba, el doctor Stanislaw Grumbitsch, estaba preocupado, pues el médium presentaba tan solo 42 pulsaciones por minuto y una tempe-

ratura corporal cercana a los 36 grados. En ese momento se oyó un fuerte estruendo en medio del salón y apareció un anciano con barbas blancas. Se identificó como el famoso doctor Bezerra de Menezes, que ya había fallecido. Empezó a saludar a todos efusiva-mente y algunos le daban la mano con mucho miedo. Al cabo de 15 mm, el médico comenzó a levitar y su cuerpo giró, manteniendo la ca-beza mirando hacia el suelo. Luego empezaron a desaparecer las piernas, el tronco y los brazos. Quedó tan solo la cabeza suspendida. En ese momento, el doctor Archimedes Mendonga se abalanzó sobre la aparición fantasmal y, al to-carla, se desvaneció entre sus dedos. Mendorna desfalleció. Al despertar dijo que había sentido en sus manos una masa esponjosa y flácida. In-mediatamente sufrió una especie de shock y se desmayó, golpeándose contra el suelo. Para colmo, Camine Mirabelli casi enloqueció a los doctos asistentes en otra de sus famosas sesiones mediúmnicas, tan concurridas. Bajo un intenso foco de luz, atado en una silla y espo-sado, el incombustible paragnosta desapareció delante de todos. -Mi abuelo reapareció unos minutos después, en otro extremo de la sala, cantando, en latín, Ad ,Domini voci mea clamavi. Hay que decir que todas las puertas de la casa estaban cerradas y cada estancia, vigilada por una o más personas. Imagínate la cara de espanto de los asistentes -concluyó Mirabelli Junior sonriendo. •

MÁS ALLÁ 31

Page 28: Revistas 2 ccpp

1 m' o NITIT11©uE . .

i._

, ,

„.

.

. r

. ,

,,, , ._,....._ , ,

ENES Y MENSAJES 1 ,,,,,,- ._1 ___31! •

1 1 i

,•, itailli i , DEL MAS ALLA *44 4 ,

., .1

k

aillia 41/N"w ' 1 -

\ LIK

Page 29: Revistas 2 ccpp

Autora de los conocidos libros A la escucha de lo invisible Imágenes y mensajes del Más Allá, Monique Simonet !ley años grabando voces cuyo origen ha querido atribuirse otros planos de existencia, especialmente de persona fallecidas y que se hallan actualmente desencarnadas, y h obtenido además imágenes a través de la pantalla de televi Sión de lo que parecen ser seres humanos fallecidos hac. tiempo. En esta entrevista, Alfredo Camarero penetra en lo misterios del psiquismo humano a través de este personaj tan singular. ¿Qué pretenden decirnos esos mensajes ¿Tienen algún contenido coherente? ¿Son auténticas la imágenes que recibe? ¿Puede llegarse a saber algo d - Cielo cristiano o del más allá oyendo o viendo a los sere • ue se nos manifiestan?

..;1v ,0411V

Dé en Abril de 1979 le reconocí, grabada en mi magnetofón, la voz de mi

padre muerto hace más de tres años, que respondía a preguntas mías rela-cionadas con nuestras vivencias del momento, me invadió una enorme alegría; no sólo porque volvía a escu-charle, sino también porque ello me permitía contar con una prueba irre-futable de la sobrevivencia del alma.»

Así describe Monique Simonet su primera grabación de voces del más allá. La experiencia tuvo lugar en Montpellier, en casa de su madre, a las once de la mañana de un día de Abril de 1979, y supuso para ella el inicio de una historia increíble que continúa hasta hoy... Durante estos años ha grabado cientos y cientos de mensajes de personas desapare-cidas que han enjugado las lágrimas de miles de personas atormentadas.

«Mi principal ocupación actual -nos dice- consiste en ayudar a las personas que han perdido a un ser querido....»

A partir de la publicación de su primer libro fueron tantos los que le pidieron contactos con sus difuntos, que en su segundo texto comienza rogando que cesen de pedírselos, puesto que ya le es imposible res-ponder.

Monique Simonet es una mujer francesa completamente normal: casada, con una hija y tres nietos, vive en Reims, retirada de la ense-ñanza, a la que consagró su vida mientras se lo permitió la salud. Pero lo que ya no resulta tan normal es el ipo de experiencias que ha vivido y -1 trabajo que actualmente realiza.

Pero, ¿cómo empezó todo?

-«Tenía seis años -explica- cuan-do me sucedió algo que viví perso-nalmente como una prueba de la existencia de un ser supremo y benevolente. Una noche, sola en mi habitación, me sentí presa de una .sfixia violenta y tuve la sensación lara de que iba a morir en aquel

momento. Quería gritar, pero no podía... Estaba convencida de que me había llegado el final, cuando pedí ayuda a aquel Dios a quien unos reconocían y otros negaban. Lo hice con sencillez, pero con toda mi alma... Y sucedió algo instantáneo: en aquel mismo momento, volví a respirar...»

-Es decir, vivió el desenlace de aquella experiencia como una intervención divina...

-«Permítame subrayar que, en aquellos momentos, no me encon-traba enferma en absoluto y que nunca he vuelto a sentir aquella angustia. Tal vez se tratase de lo que vulgarmente se conoce como "pseudogarrotillo", que puede termi-nar en un momento con la vida de un niño; pero lo que quiero destacar es que estoy convencida de que mi vehemente invocación a Dios hizo que el mal cesase en aquel momen-to.»

-Y ello determinó, de alguna manera, su vida posterior.

-«Sí. Puedo decir, con toda clari-dad, que desde aquel día tengo fe... Fe en Dios, fe en unas fuerzas espi-rituales que hacen sentir sus efec-tos, fe en otro mundo distinto. A partir de entonces -nos sigue dicien-do- pensé con mucha frecuencia en la continuidad de la vida después de la muerte. Era todavía una niña y, aunque me gustaban los juegos como a todos los niños, me queda-ba con frecuencia ensimismada en mis propios pensamientos. Decían mis padres: "¡Mírala, sigue en la luna!" ¡Las veces que me hicieron esta observación!»

-¿Y cómo es que se decidió a investigar el fenómeno psicofóni-co?

-«La grabación de voces del más allá es una experiencia y una investi-gación en la que actualmente coinci-dimos miles de personas en todo el mundo. Pero en 1979, cuando yo émpecé mis experiencias, me en-contraba completamente sola con "mis voces". En Francia había en-tonces una cerrazón total a este tema. Y si pude sobrellevarlo mejor fue gracias a los investioadores ale-

Page 30: Revistas 2 ccpp

vés de medios electrónicos. Para las primeras -explica- hay

que ser médium. Las vibraciones de ese mundo paralelo resultan imper-ceptibles, a menos que uno sea médium. Lo que sí podemos hacer los que no lo somos es afirmar nues-tra sintonía y llegar a una cierta per-cepción de ese otro mundo, instru-yéndonos, orando de verdad, llevan-do una vida tranquila y pura... es decir, espiritualizándonos. Porque señales nunca faltan para los que saben mirar... Para las comunicacio-nes por medios electrónicos, lo único que hace falta es equipo y... ¡pacien-cia!»

-Cuenta en sus libros que a sus

Arriba, nuestra entrevistada revisando una psicofonía. A la derecha, Constantin Raudive, y sobre estas líneas, Friedrich Jürgenson, pioneros de la investigación psicofónica en el mundo.

« C uando en Abril de 1979 reconocí grabada la voz de mi padre muerto hace más de tres años, que respondía a preguntas mías relacionadas con nuestras vivencias del momento, me invadió una enorme alegría; no sólo porque volvía a escucharle, sino porque este hecho demostraba la sobrevivencia del alma.»

grabaciones de voces e imágenes precede siempre, además de una minuciosa preparación del equipo técnico, una cierta preparación personal.

-«Cuando pretendo grabar voces o imágenes del más allá, pienso que voy a entrevistarme con personas respetables que son amigas mías... La única diferencia es que son invisi-bles para mí, aunque ellos sí me ven y me oyen. Por consiguiente, me arreglo exteriormente como para una

A la izquierda, fotografía de Axel, nieto de Monique Simonet muerto a los doce años el 19 de Diciembre de 1983 y con el que nuestra entrevistada afirma comunicar.

manes con quienes me comunica-ba... Ahora, las cosas están cam-biando.»

CIENCIA O MEDIUMNIDAD

El teólogo católico Fran9ois Bru-ne recoge en su libro Los muertos nos hablan (EDAF) un dato curioso sobre este hecho al que se refiere Monique Simonet: en 1981 se calcu-laba que había unos mil investigado-res sobre psicofonías sólo en la re-gión de Munich (Alemania) y cerca de cinco mil en todo el mundo. En los diez últimos años ha aumentado tanto el número de quienes se ocu-pan del fenómeno que se calcula que únicamente en Alemania existen ya alrededor de cinco mil, multipli-cando por cinco esa cifra.

En todo caso, Monique Simonet expresa desde el primer momento dónde se sitúa.

- «Como la mayoría de los estu-diosos de la Trascomunicación -comienza diciendo- estoy total-mente convencida de que existe una vida después del "Gran Paso" y de que podemos llegar a comunicarnos con los que se han convertido para nosotros en invisibles. La mayor parte de los investigadores tenemos la convicción de que la muerte no es el final y de que la alegría del encuentro está al final del camino.

Antes comentábamos la experien-cia que tuve a los seis años. Bien, pues cuando tenía nueve oí de madrugada el timbre de casa. Me le-vanté, miré por la ventana y vi al otro lado del jardín al señor Bazin, amigo y vecino de mis padres. Cuando lo comenté, me dijeron que me acosta-ra y dejara de soñar... Por la mañana la señora Bazin vino a casa y le dijo a mi madre que su marido había muerto a las cinco de la madrugada, a la misma hora casi que sonó el timbre de casa.»

- ¿Tuvo alguna otra experiencia similar?

-«Sí. Algunos años después se me apareció mi abuela a las pocas horas de morir. La vi tal como era y sonriente. Yo estaba sentada y com-pletamente despierta. No me dio ningún miedo... Me dijo: "Como ves, sigo viviendo... Escucha, dispongo de poco tiempo. He venido para decirte que Dios existe y que debes hacer el bien toda tu vida...".»

Estas experiencias parecen suge-rir ciertas cualidades mediúmnicas, si bien la autora las niega.

- ¿Hace falta tener algún don es-pecial para obtener voces o imáge-nes del más allá?

- «Podemos decir que, a mi juicio, existen dos tipos de comunicaciones posibles: las telepáticas, que pueden ser percibidas incluso visualmente o se desarrollan por ejemplo mediante la conocida escritura automática y aquellas otras que se obtienen a tra-/í)

Page 31: Revistas 2 ccpp

visita, pero sobre todo procuro sin-tonizar interiormente con ese mundo espiritual.»

- ¿De qué modo? - «Como las esferas en que viven

esos seres son espirituales, procuro espiritualizarme para entrar en ellas. La puerta de entrada es la oración, ese impulso que sale del corazón hacia Cristo, hacia Dios, y que no necesita de palabras. Cuando se ora así, nos invade una alegría profunda y nos sentimos de pronto sumamen-te ligeros... En esos momentos, se produce una comunión con los que vibran en el más allá en la misma vibración e intensidad.»

- ¿No pide usted cosas como la mayor parte de la gente cuando reza? -interrumpo.

- «Cuando rezo, no pido nada. Recibo efluvios de amor que me per-miten soportar las mezquindades de la vida material, descubrir las mara-villas de la tierra... Efluvios que me proporcionan también la energía necesaria para continuar mis traba-jos, con frecuencia agotadores.»

EL MUNDO INVISIBLE NO ES DESCONOCIDO

Otra cuestión importante es la de los supuestos comunicadores. Para Monique Simonet, como para todos los investigadores espiritualistas, las voces proceden de personas "muer-tas" que siguen viviendo en otro mundo y en otra dimensión. Así de simple y así de claro. El mundo invi-sible, en el que entran al morir, es -según ellos- un mundo conocido desde siempre por las distintas cul-turas.

La Iglesia católica, comenta el investigador francés Jean Prieur (La noche se hace luz, Heptada Edicio-nes, S. A.), lo llama Purgatorio; el Nuevo Testamento y los filósofos

A la izquierda, ima-gen de un joven desconocido cap-tada en vídeo.

griegos, Hades; los egipcios, Amenti; los celtas, Mag Mor; los ocultistas, Astral; y Swedenborg, Mundo de los Espíritus, con la pun-tualización de que no se trataría ni del Cielo ni del Infierno, sino del estado de preparación para uno u otro.

Para Monique Simonet, la situa-ción de esos seres invisibles en el otro plano sería una continuación espiritual de como vivieron en la Tierra, ¡pero sin trucos! El que "veía" aquí a los demás y los quería y se preocupaba por ellos, allí los seguirá "viendo" y podrá ser a su vez ayu-dado por ellos (Raymond Moody y E. Kubler-Ross hablan de familiares y amigos que salen al encuentro del que muere). El egoísta, el que aquí sólo "se vio" a sí mismo, allí se seguirá viendo sólo a sí mismo y nadie podrá ayudarle. Pura lógica. El que era generoso, lo seguirá siendo allí, y el criminal seguirá, si puede, haciendo de las suyas, porque -en esto coinciden todos- el ser desen-carnado sigue siendo libre. De ahí que, en los contactos con el más allá, hayan de tomarse muy en serio ciertas precauciones, para distinguir a los indeseables y liberarse de ellos.

Los malos espíritus -añade Mo-nique-dicen cosas malas o estúpi-das: te anuncian enfermedades o la

muerte con tono satisfecho, te dan consejos que comprendes que no debes seguir... A veces, te insultan. Lo mejor es no hacerles caso, rezar y tratar de llevar una vida bondadosa y recta.

Volvamos al hecho en sí. -¿Cómo es posible la comunica-

ción entre ambos mundos? ¿Qué hay que hacer para grabar voces y para conseguir imágenes?

--«Axel (nieto de Monique Simo-net, muerto a los doce años, el 19 de Diciembre de 1983, y con el que nuestra entrevistada afirma comuni-car) insiste en la relación entre los que vivimos aquí abajo y los que viven en el más allá: es la Comunión de los Santos. Esta comunión se vive de forma más o menos intensa: desde el recuerdo que nos lleva a la oración en el sentido que decía más arriba y, por tanto, a la unión con los planos espirituales, hasta las comu-nicaciones telepáticas; desde esos lazos objetivos que nos proporcio-nan los "aportes" o fotos llamadas "extras", hasta la transcomunicación auditiva o visual por medios técni-cos. Resumiendo, la comunicación es posible por lo que llamamos Comunión de los Santos y, por supuesto, porque Dios lo permite.»

En principio, según Monique Simonet, cualquiera puede grabar voces de seres del más allá. Según las estadísticas que maneja -desde hace varios años-, lo consigue un sesenta por ciento de los que lo intentan. En todo caso, aconseja grabar sólo durante diez o quince minutos, tres o cuatro días a la semana. Una buena hora de graba-ción sería entre las ocho y las once de la noche. En cuanto al modo de grabar aporta observaciones intere-santes.

-«Ante todo -explica- hay que habituarse al ritmo, a la velocidad y a la intensidad de las voces. Hay que armarse de paciencia, porque pueden pasar semanas y aún meses sin conseguir nada. En cuanto al equipo, se necesita un magnetofón con suficiente potencia y dotado de un ralentizador, puesto que las voces suelen ser muy rápidas. Las cabezas de grabación y de lectura deben estar muy limpias. La cinta debe de ser virgen y puede ser de cassette. En cuanto al micrófono, es preferible que sea exterior; debe

«A las pocas horas de morir se me apareció mi abuela. La vi tal como era y sonriente. No me dio ningún miedo... "Como ves -me dijo- sigo viviendo. Escucha, dispongo de poco tiempo. He venido para decirte que Dios existe y que debes hacer el bien toda tu vida..." .»

A la izquierda, una niña aparece en la pantalla de televi-sión. No fue iden-tificada.

Page 32: Revistas 2 ccpp

4V

Las voces -sostiene Monique Simonet-corresponden a personas fallecidas que siguen viviendo en otro plano. Según ellas, el mundo invisible es bastante parecido a como nos lo han enseñado las grandes culturas.

41:

411 di/

,

colocarse bastante lejos del magne-tofón. Entre éste y el micrófono, se aconseja colocar un preamplificador que permita escuchar las voces ape-nas audibles.»

Para la grabación de imágenes utiliza preferentemente un televisor en blanco y negro conectado a un canal libre y con la antena desco-nectada; la cámara de vídeo -mejor con mandos manuales- conectada al magnetoscopio, a través del enchufe de vídeo de éste; amplificador Transcom. La cámara de vídeo se coloca sobre un soporte y se dirige hacia la pantalla.

En los libros de Monique Simonet, se detallan paso a paso tanto los métodos de grabación de voces que ella utiliza como el modo de proce-der en la captación de imágenes.

NEGAR, DISCUTIR O ACEPTAR EL FENÓMENO

-San Pablo recrimina su vagan-cia a algunos cristianos de la ciu-dad griega de Tesalónica, porque creían que era inminente la segun-da venida del Señor y no trabaja-ban. Los que se dedican a investi-gar el más allá, ¿lo ven también tan cercano que se olvidan del más acá...?

-«Los contactos con el más allá -dice Monique Simonet- han desa-rrollado en mí una fe que no tenía y un deseo cada vez mayor de ayudar a los demás. No se trata de un cam-bio, sino de una evolución, de un progreso que me lleva a profundizar en mí toma de conciencia respecto a todo lo que sucede y a desarrollar el sentimiento de amor a los demás que siempre he tenido.»

-Amor con obras... -«¡Por supuesto! Es una especie

de impulso que llena tu pecho y te hace exclamar: ¡AMO! Amo a todas las criaturas de Dios, en general, y especialmente a mis hermanos los hombres. Y de ese amor a la ayuda y a las obras por los demás sólo hay un paso. Todo está íntimamente asociado.»

Confieso que esta mujer me impresiona por su sencillez y su coraje. Dice las cosas más profun-das sin confusión, como quien lo vive realmente y con la claridad de un manantial. Y tiene la valentía de un ejército y la perseverancia de una estalactita para seguir destilando amor a pesar de tanta incompren-sión. Porque hace falta valentía y perseverancia para seguir mante-niendo que son voces e imágenes de "difuntos" aquellas que recibe,

Monique Simonet, junto a estas líneas, prepara sus equipos de vídeo para la ob-tención de teleplastias.

Page 33: Revistas 2 ccpp

Cualquiera puede acceder y practicar en estas investigaciones, siempre que disponga del

material imprescindible y una buena disposición interior; no obstante -explica Monique Simonet-la comunicación, en última instancia, sólo es posible a través de la Comunión de los Santos y si Dios lo permite.

mientras observa el sarcasmo de unos, las sonrisas sardónicas de otros y el silencio de los que pare-cen decir: «Y eso que parecía una persona normal!»

-«Mis contactos con el más alla -dice- sobrepasan la visión terrenal y corriente de las cosas, pero no están al margen de la realidad. El más allá es real, por muy difícil que nos resulte aprehenderlo.»

He aludido hace un momento a un aspecto importante relacionado con esta actividad de Monique Simonet: las reacciones que suscita en las personas de su entorno. Monique se hace eco de las mismas:

-«Para los materialistas e incrédu-los, -dice- las experiencias que vivi-mos los investigadores de estos temas son simplemente imposibles, puesto que para ellos la muerte físi-ca es la muerte total... A partir de este supuesto, piensan que soña-mos o mentimos. Los que oyen las voces y ven las imágenes admiten a veces que algo sucede, pero pien-san que la ciencia encontrará una explicación "razonable" distinta a la nuestra. Los más ignorantes nos acusan sin más de impostura. De éstos, no obstante, hay cada vez menos, dado el desarrollo de la Transcomunicación. La verdad es que esto no tiene ningún sentido, pues con tal superchería no conse-guiríamos nada; todo lo contrario.»

- ¿Y los cercanos a usted? - «Hay personas que están a mi

lado que, después de haber visto y oído, rechazan sin más la evidencia por no coincidir con sus opiniones. Esto es lo normal. Surge entonces un muro: ¡el rechazo!»

- ¿Y los creyentes? - «Algunos nos reprochan por

tocar un campo que "debe" seguir en el misterio. Como que rompemos un tabú...»

¿Qué pensar de todo esto? ¿Negar el fenómeno? ¿Admitirlo y suspender el juicio en torno a la procedencia de las voces e imágenes? Tal vez obten-gamos algún día una respuesta razo-nable a todas estas preguntas. Entretanto, sí me parecen oportunas algunas reflexiones.

Ante todo, hay que reconocer que el fenómeno está ahí: las voces y las imágenes grabadas no dejan lugar a dudas. Negarlo es frivolidad o tonte-ría. El problema está en cómo expli-carlo.

POSIBLE EXPLICACIÓN

En torno a una posible explicación razonable, debemos ser conscientes de que el paradigma científico actual no cuenta con un modelo capaz de explicar estos fenómenos. Pero, ojo, esto no quiere decir que la ciencia los niegue, sino que por ahora no ha encontrado una explicación convin-

Page 34: Revistas 2 ccpp

cente, lo cual es notablemente dis-tinto. De ahí a negar el fenómeno va un abismo. ¡Ya hace mucho que el gran filósofo de la ciencia Feyera-vend censuró a los que se atrevían a negar la existencia de una cosa sólo porque la ciencia no sabe explicarla!

En cuanto a los creyentes, hay que distinguir entre católicos y pro-testantes. Estos últimos lo tienen más difícil, puesto que sólo admiten la resurrección del Último Día. En-tretanto, los difuntos elegidos per-manecen en el "sueño de los jus-tos...". Si a uno se le considera dor-mido, difícilmente se le atribuirán palabras coherentes.

La actitud de la Iglesia católica, sin embargo, siempre ha sido más abierta en este punto. De entrada, distingue revelación pública y revela-ciones privadas. El tipo de comuni-caciones que reciben Monique Simonet y tantos otros formarían parte de estas últimas.

La revelación pública terminó con la muerte del último apóstol, según la Iglesia, mientras que las privadas pueden continuar dándose siempre. Un primer criterio para saber si éstas son auténticas es que estén de acuerdo con la pública. Y otro crite-rio es que no sean pura manifesta-ción subjetiva del subsconciente. Como ambos resultan difíciles de aplicar, la Iglesia deja siempre en libertad para que un católico admita o no las revelaciones privadas. Si uno cree honestamente que están de acuerdo con la revelación pública y que le hacen bien, puede admitir-las.

En cuanto a los mensajes de los dos libros de Monique Simonet, que acaban de publicarse, hay que reco-nocer que no hacen sino subrayar algo que está totalmente de acuerdo con la revelación pública, tal como la Iglesia católica la ha interpretado: la resurrección inmediata del que muere, lo mismo que Cristo, su mo-delo, resucitó al tercer día... En cuanto al segundo criterio, cada lec-tor verá si le hace bien, como ha hecho bien a tantos otros.

La verdad es que, ante unas voces y unas imágenes grabadas como las que la señora Simonet me ha enviado (muchas de éstas apare-cen en los libros), le resulta a uno difícil no hacerse al menos aquella reflexión de un sabio jesuita, el P. Bernaert -especialista en temas de parapsicología-: "Dios, que se sirve de todo para llegar al corazón del hombre, ¿no se servirá también de las facultades psíquicas paranorma-les?".

¿Quién es capaz de poner puertas al viento? Y si el Espíritu es una especie de viento (pneuma) ¿quién se atreverá a impedirle que sople dónde, cuándo y como quiera?

Page 35: Revistas 2 ccpp

Psi-KonficiEriES, Y FIGURAS

SUBLIMINALES ROSTROS

Page 36: Revistas 2 ccpp

L,vm . ,,,,,x. ,

1 „, ,,l,-

- -.,...- ,

Page 37: Revistas 2 ccpp

Tanto la psicofonía como la psicoimagen son dos aspectos diferentes de una misma realidad. Realidad que, con toda seguridad, trasciende nuestra pobre tridimensionalidad, siendo manifestación de una vida inteligente sin soporte físico.

Reportaje

H A pasado prácticamente un año desde que en esta revista dimos nuestra opinión sobre el

tema apasionante de las imágenes pa-ranormales o psicoimágenes. Ahora, podemos preguntarnos lo siguiente: ¿hemos avanzado algo en el transcur-so de estos meses?... Sinceramente «Sí», pero con referencia a latécnica ya los métodos de experimentación, muy poco, respecto a lo que motiva el fenó-meno. Tengamos paciencia, y hagá-monos a la idea de que pueden pasar décadas antes de que tengamos prue-bas suficientes para poder exponer al-go sobre la naturaleza y origen de la energía o energías desencadenantes del fenómeno.

Hagamos memoria y recordemos que la psicofonía fue descubierta ca-sualmente en el otoño de 1958, por Freidrich Jurgenson. Después de más de treinta años de investigación, tanto a nivel privado como en centros reconocidos y universidades, no hay todavía una comunicación oficial y re-conocida que aclare la procedencia de las enigmáticas voces... y tengamos en cuenta que el fenómeno es en reali-dad mucho más antiguo de lo que en un principio puede pensarse. Tanto nomas Alba Edison, como Guglia-no Marconi experimentaron sobre la posibilidad de construir aparatos tan sensibles que les permitiera estable-cer contacto con el mundo de los di-funtos, y al parecer y según algunos historiadores, ambos lo consiguieron. En realidad, en la década de los 20, aparecen los primeros comentarios sobre la captación de «extrañas voces» de una forma espontánea, en diferen-tes sistemas de audición. Sirva lo ex-puesto para hacer hincapié sobre el hecho, de que si después de tantos años, no se puede certificar la proce-dencia de los vocablos paranormales e inclusiones sónicas, mucho menos podemos en estos momentos llegar a conclusiones válidas sobre el origen y motivación de las psicoimágenes. Es cierto que varios grupos de investiga-doresafirman con rotundidad que,tan-to la psicofonía como la psicoimagen, son dos aspectos diferentes de una misma realidad. Realidad que con to-da seguridad trasciende de nuestra pobre tridimensionalidad y que, sin lu-gar a dudas, es manifestación de una vida inteligente sin soporte físico. La realidad es que aunque las pruebas se acumulan en favor de esta hipótesis aún no se puede afirmar nada.

Desde aquellos lejanos días en que nos llegaron las primeras noticias so-bre la psicoimagen, proporcionadas por el italiano Mario Rebecchi —y que

nos parecieron en su momento un tan-to desorbitadas—, hasta nuestros días, pasando por el investigador Klaus Schreiber, las técnicas para la obten-ción de imágenes paranormales se han perfeccionado y multiplicado. En nuestro caso particular, debemos ad-mitir que no hemos llegado a la perfec-ción alcanzada por los investigadores centroeuropeos. Estos resultados fue-ron divulgados por el padre Francois Brune en sus conferencias celebradas en Madrid, en las que pudimos ver psi-coimágenes en movimiento de varios segundos, sincronizadas a la perfec-ción con la psicofonía que se había producido al unísono.

Nuestros trabajos —mucho más modestos por ahora— se dirigen a la llamada psicoimagen «subliminal», es decir, aquellas que van dirigidas a aquellas imágenes que duran en pan-talla dos décimas y media de segundo, y que por tanto no somos capaces de retener en una visualización directa. Este tipo de imagen que posteriormen-te se hace visible, mediante «congela-ción de imagen» es hasta cierto punto fácil de obtener, y por ello expondre-mos lo que podemos denominar «me-cánica de obtención» con objeto de

que los lectores que lo deseen puedan realizar sus propias experiencias y comprobaciones sobre la realidad y características del fenómeno.

En la obra del escritor alemán Rai-ner Holbre, Imágenes del reino de los muertos, con referencia a las imáge-nes «subliminales» a las que el autor llama «imágenes de construcción», nos comenta lo siguiente en relación a las experiencias de Klaus Schreiber:

«...Klaus S. las obtiene (las imáge-nes) con una oscilación muy lenta del sistema Estas oscilaciones las toma a través del vídeo, VP 100 y VHS, y con una necesaria experiencia e intuición K/S observa las formas que se mueven en la pantalla Cuando reconoce casi con total seguridad una formación de rostro humano, o al menos lo intuye, detiene rápidamente la cámara de vídeo. La mayoría de las veces, el efec-to de la formación de un rostro dura aproximadamente menos de un se-gundo (1/24).Se impone entonces ha-cer retroceder la cinta, y la repasa foto-grama a fotograma, y en ellos y en un determinado momento aparece la for-mación de esas imágenes que sugie-ren un rostro. Posteriormente foto-grafía la pantalla...»

Page 38: Revistas 2 ccpp

EQUIPO Y TECNICA PARA OBTENER ESTE TIPO DE PSICOIMAGEN

Para emprender las experiencias sobre las imágenes «subliminales», necesitamos un mínimo de instrumen-tal. El equipo básico estará compuesto por los siguientes aparatos:

• Un aparato de televisión, a poder ser en blanco y negro. De ser en color, durante la experimentación se elimi-nará el color. Debemos advertir que los modernos televisores de pantalla ne-gra no sirven para este tipo de expe-riencia.

• Un vídeo de tres cabezales, con parada de imagen lo más estática po-sible. Con «moviola» que permita el avance y retroceso lento de la graba-ción (fotograma por fotograma), cues-tión ésta totalmente imprescindible.

• Cámará de vídeo para filmar, con salida de audio y vídeo que se puedan acoplar al aparato de vídeo.

• Dos lámparas de luz negra de unos 160 watios cada una. Lámparas que se colocarán por detrás del opera-dor. .

La cámara de vídeo (filmadora) se montará de tal manera, que envíe las señales de registro al «vídeo/cassette», el cual estará en posición de récord, y

eleetu C.51)&11:111 IlUf ILU ilegtt d Utbdpdr

cer, llegándose a formar a continua-ción en la pantalla del televisor un lla-meado o líneas de fuerza. Previamente a cualquier ensayo, el aparato de tele-visión será desconectado de todo tipo de antena. El llameado o campo de os-cilación, se forma por el acoplamiento: cámara/pantalla/cámara y recibe el nombre de campo optoelectrónico, nombre sugerido por Klaus Schreiber y aceptado por todos los investigado-res. En realidad, es muy difícil dar unas

na psicoimagen es demostrativa cuando una vez congelada la imagen sobre la pantalla del televisor puede ser perfectamente fotografiada, permaneciendo sus rasgos inalterables y bien definidos.

P/2

Page 39: Revistas 2 ccpp

Reportaje

psicoima gen debe destacarse claramente del barrido de líneas. El hecho de que sobre un cuerpo blanco aparezcan un par de ojos, una nariz e incluso unos labios no debe interpretarse como una imagen paranormal.

rán colocadas a espaldas del experi-mentador y a unos 40 cm. por encima de la cabeza. Es difícil y requiere mu-cha paciencia encontrar el campo adecuado de oscilación, campo en el cual, se plasman las psicoimágenes. Ha quedado demostrado en experien-cias comparativas con otros experi-mentadores, q ue existe un campo ópti-mo para cada equipo de trabajo, cam-po que viene determinado, como ya hemos dicho, por las características de los aparatos empleados. Sólo la larga experiencia nos indica cuál es el más adecuado para nuestros ensayos, ya que si bien pueden obtenerse psicoi-mágenes en una gran variedad de «campos», siempre hay «uno» en el cual se consiguen las mejores imáge-nes paranormales.

La experimentación sobre psico-imágenes requiere una buena dosis de paciencia ytenacidad, pues en más de una ocasión la experimentación se hace tediosa. Para una mayor demos-tración de ello, haremos una compara-ción con las técnicas psicofónicas. Se-guidamente expongo los datos que re-flejo en mi último libro sobre el tema de las psicofonías.

«... Asíporejemplo, para que el lector se haga una idea de lo que presupone nuestro plan de trabajo, diremos sola-mente que en esta segunda FASE, y hasta el momento se han grabado 55 cintas de 60 minutos, que correspon-den a unas 1.650 preguntas, lo que presupone 206 noches de experimen-tación, de unos 14 minutos de graba-ción cada una de ellas. A su vez las 55 horas de grabación, al ser en aparatos "dobles", supone 110 horas de escu-cha y análisis, loqueen realidad es mu-cho más, pues deben tenerse en cuenta los paros, retrocesos y las nue-vas "escuchas", y así, una y otra vez analizando y cronometrando. La me-

dia de resultados positivos sobre lo ex-puesto, no llega al 10 por ciento en esta FASE

El lector se hará cargo de lo que pre-supone una línea de investigación me-tódica, que se realiza con el único fin de reunir suficiente casuística, para ser posteriormente analizada. Pues bien, con referencia a las imágenes para-normales, tengamos en consideración los siguientes datos:

La televisión actual nos da 25 imá-genes por segundo, o sea, cada ima-gen se mantiene en pantalla 1/25 de segundo, de ahí, que no podamos vi-sualizar la psicoimagen directamente, parlo que tenemos que recurrir a la ex-ploración y estudio de la cinta median-te la moviola, a un ritmo de imagen por imagen. Veamos ahora lo que repre-senta el estudio y examen mediante moviola de las grabaciones paranor-males:

Un minuto de experimentación co-rresponde a 1.500 imágenes.

Una hora de experimentación co-rresponde a 90.000 imágenes.

Un día de experimentación corres-ponde a 216.000 imágenes.

Un año trabajando solamente du-rante cinco minutos de grabación dia-ria, equivale a examinar pacientemen-te una por una la cantidad de 2.737.500 imágenes. Estos datos justifican sobra-

damente el hecho de que antes haya hecho el comentario de /o tedioso de/a experimentación.., pero aún hay más. Lo que en un principio puede resultar desmoralizante es que, en realidad, el porcentaje de psicoimágenes demos-trativas, escasamente alcanza el nivel del 0,5 por ciento.

¿Qué entendemos por psicoima-gen demostrativa? Una psicoimagen la consideramos DEMOSTRATIVA cuando, una vez «congelada» sobre la pantalla del televisor, puede ser per-fectamente fotografiada permane-ciendo sus rasgos inalterables y bien definidos, ya que cuando la imagen paranormal está algo camuflada por los campos de oscilación, normal-mente se desvirtúa al fotografiarla. Es cierto que este tipo de imagen para-normal encierra un valor informativo sobre la experiencia para quien la ha realizado, pero no es considerada de-mostrativa por aquellas personas que no han participado directamente en la experimentación.

TECNICA FOTOGRAFICA

Para realizar la fotografía de la psi-coimagen que tenemos detenida o congelada sobre la pantalla del televi-sor, y dada la poca luminosidad de

Page 40: Revistas 2 ccpp

E un campo se dan, de forma mayoritaria, rostros de niños sonrientes, en otros abundan los rostros graves y taciturnos, y en otro aparecen caras inexpresivas.

En la página anterior, campo

de líneas graneadas (uno

de los más apropiados). A la derecha, el

autor del presente trabajo

comprobando el material de

sus investigaciones.

Abajo, la psicoimagen presenta un

rostro de mujer (reconocido).

muchas de ellas, creemos necesario hacer ciertas puntualizaciones. Hasta hace poco hemos venido empleando película en blanco y negro de 400 ASA, pero debido al grano de estas películas se pierde definición. En la actualidad, la experiencia nos ha demostrado que es mucho más aconsejable utilizar pelí-

cula de color de 1000 ASA, ya que prácticamente desaparece el grano. Por otro lado, la alta sensibilidad nos permite cerrar más el diafragma, con lo que se obtiene una mayor profundidad de campo, lo que nos garantiza un más perfecto enfoque. La velocidad de ob-turación por lo general será de 1/15 a

1/30 de segundo, ya que velocidades mayores captan el barrido electrónico, lo que produce diferentes intensida-des de luminosidad en la fotografía. Es aconsejable que el disparo se realice mediante cable. Puede caber la duda de si es mejor emplear negativo o dia-positiva. A lo largo de este año de expe-rimentación he llegado a la conclusión, al respecto, que es mucho más prácti-co el empleo de negativo, debido a que este material permite copias sobre pa-pel y transformación a diapositiva, mientras que el paso de diapositiva a papel, implica siempre una pérdida de calidad.

DIFERENTES TIPOS DE PSICOIMAGEN

Conseguido un primer barrido o campo de oscilación, filmaremos la pantalla del televisor durante un corto período de tiempo que oscilará entre cinco y diez segundos. Retrocedemos la cinta y seguidamente examinamos fotograma a fotograma el período de tiempo filmado. Quizá «creamos» des-de un principio ver rostros mezclados entre los claros y oscuros que se han formado en pantalla, y que han sido captados por la cámara, o sea, rostros difuminados por las neblinas lumino-sas y líneas de oscilación. Estos regis-tros que en ocasiones pueden deber-sea una simple casualidad, no son ex-ponentes del fenómeno que nos ocu-pa. La psicoimagen debe destacarse claramente del resto del barrido de líneas, ya que debe estar silueteada o perfilada. El hecho de que sobre un campo blanco aparezcan un par de ojos, una nariz y hasta incluso unos la-

55

Page 41: Revistas 2 ccpp

Reportaje

bios no debe interpretarse como una imagen paranormal, si no está —repi-to— silueteada la cara o la cabeza.

Pueden concurrir varias circunstan-cias:

• Que en un mismo fotograma apa-rezcan acompañando a un rostro que ocupa media pantalla uno o dos más de tamaño mucho menor.

• Que aparezcan numerosas psi-coimágenes de pequeño y mediano tamaño, situadas más bien en los án-gulos de la toma.

• Sobre un rostro de gran tamaño aparezca otro superpuesto bastante más pequeño.

• Debido a lo que llamamos ahorro energético, el pelo o cabellera de un rostro o cualquier otro contorno de una cara, dibuja o perfila otra imagen. Este efecto es conocido con el nombre de Efecto Belmez.

Como venimos diciendo —pido per-dón por ser tan reiterativo— la continua experiencia nos lleva a localizar el campo de oscilación más adecuado, pero también nos lleva a observar un hecho realmente curioso: a diferentes campos optoelectrónicos correspon-den, por lo general, diferentes tipos de psicoimágenes, así por ejemplo: en un

A la izquierda, Sinesio Damell coteja, con otras psicoimágenes, algunas pruebas obtenidas en sus filmaciones; arriba, rostro ampliado en período de formación.

campo se dan mayoritariamente ros-tros de niños más bien sonrientes, en otro, abundarán los rostros graves y ta-citurnos, y en otro aparecerán caras inexpresivas. Lo expuesto es una apre-ciación personal, no confirmada por otros investigadores.

ANECDOTARIO Y ADVERTENCIAS

El matrimonio H. F. de Luxemburgo, el Dr. Senkowaki, el propio Klaus Schreiber y otros investigadores euro-peos, todos ellos en diferentes pasajes de sus comunicaciones e informes, anuncian que durante sus experien-cias psicofónicas han recibido ayuda para llevar a buen término la psicoima-gen, esto es, las «voces» paranormales les han proporcionado datos técnicos, que les han conducido a obtener las tan deseadas imágenes paranorma-les, con toda claridad. Con referencia a esta relación psicofonía/psicoimagen, tenemos algunas experiencias, de ello y sobre ello escribiremos en la segun-da parte de este trabajo.

¿De dónde proceden las psicoimá-genes y cuál es la motivación de las

mismas? Si bien es cierto que muchos investigadores (casi la mayoría) tien-den a la transcendencia del mismo, creo que no debemos descartar la po-sibilidad de que pueda tratarse de un fenómeno de teleplastias, proyección mental o pensiforma. Hay aspectos que tienden a apoyar esta última hipó-tesis de trabajo, con la que se puede estar o no de acuerdo. Sea cual sea la motivación del fenómeno, debemos experimentar con el mayor rigor y se-riedad posible, dejando a un lado nuestra emotividad. Si la psicofonía encierra el grave peligro de condicio-namos, quiero advertir que este peligro es mucho mayor en la psicoimagen. Debemos realizar nuestras experien-cias con mucho respeto y cautela, pues la verdad es que no sabemos realmente a lo que nos enfrentamos. La psicoimagen encierra gran personali-dad y voluntad, características éstas que en más de una ocasión he podido comprobar junto a mis colaboradores y buenos amigos: Antonio López, in-geniero y licenciado en Teología, pio-nero en Denia en conseguir imágenes subliminales; Enrique Villegas, psicó-logo, y Miguel Angel Ramírez, doctor en medicina.

Lo que sí podemos asegurar con re-ferencia a las imágenes paranormales es que la mayoría de las preguntas es-tán sin contestar, y que aquellas «con-testaciones» que nos venimos dando son, en realidad, teorías de «consola-ción» ante nuestra ignorancia. Pero hay algo que nos sorprende mucho más de lo que hasta aquí hemos ex-puesto, y ello es... que no siempre los «rostros» yfiguras que captamos su bli-minalmente son de apariencia huma-na... ¿qué otras realidades se escon-den tras las psicoimágenes?...» quizá más adelante, podamos informar de este hecho insólito.

Sinesio DARNELL

No siempre los rostros y figuras que captamos subliminalmente y que podemos ver a través de la pantalla son de apariencia humana.

56

Page 42: Revistas 2 ccpp

Joyce Morgan dibuja -de forma automática- las caras del guía espiritual de cada persona

odekt ,riMelt04 de éod

"coe «424 aco.ffift De sus manos han salido los dibujos de miles de rostros. De forma automática, Joyce Morgan ha trazado los rasgos de las caras de seres que ya no están en este mundo pero que -asegura- permanecen en contacto con nosotros para guiarnos. Cumplidos ya los setenta años, afirma que es la energía del amor la que guía sus manos y la mantiene viva; amor que, procedente de los espíritus, ella canaliza hacia nosotros. Joyce está convencida de que cada persona tiene uno o varios seres incorpóreos que le guían, siendo muchas veces familiares ya fallecidos.

Texto y fotos: MIGUEL SEGUÍ

In E pidió un objeto personal y le dejé mi reloj. Con él en la mano comenzó a dibujar con rapidez y seguridad, y durante unos segundos ape-

nas me miró a los ojos. Pero pasados unos instantes, sonrió, y dirigiendo firmemente su mirada hacia mí, em-pezó a hablar, a contarme cosas so-bre mi pasado, sobre lo que todavía me esperaba en la vida, retazos de una existencia vivida y por vivir que le llegaban en forma de flashes proce-dentes de lo que ella dijo eran mis espíritus guías. También me enseñó el dibujo que acababa de terminar, el rostro de una mujer de mediana edad vestida a la usanza del siglo pasado y que, según me dijo, era una antepa-sada mía, tal vez una bisabuela, que desde que nací había estado guiando mis pasos por este mundo para que no olvidase que lo realmente impor-tante en la existencia es el amor.

Y como me sucedió a mí, son mi-les las personas que han recibido de las manos de Joyce Morgan el dibu-jo de lo que podrían ser sus propios guías espirituales. De seres que aho-ra son de luz y que ayudan a no olvi-dar que lo realmente valioso en esta vida está más allá de lo simplemente material. Son caras afables, con ojos bondadosos, que según esta vidente "nos mandan un mensaje de amor que puede cambiar nuestra vida y convertirla en lo que realmente que-remos que sea". Unos rostros espiri-tuales que -y esto es lo más sorpren-dente- en numerosas ocasiones han sido reconocidos como pertenecien-

tes a familiares ya fallecidos, incluso a través de fotografías. "Me ha ocurri-do infinidad de veces -confiesa Joy-ce-. Me siento al lado de una persona que no conozco de nada y dibujo una cara de alguien que era de su familia, del que todavía se acuerda o guarda sus fotografías. Creo que tengo una especial habilidad para canalizar otras dimensiones".

- ¿Con qué o quién se conecta en esos otros planos de existen-cia?

- Todo el mundo tiene su ángel de la guarda, que puede ser tu abuelo, su abuela u otro miembro de la fami-lia. Si está en espíritu, es decir, si ya ha fallecido, el amor que sentía por ti cuando estaba vivo sigue igual des-pués de su partida. Yo conecto con energías, con el amor como energía. El mundo de los espíritus se desarro-lla de forma paralela al nuestro y en él está tu familia que ya se ha marcha-do de sus cuerpos terrenales, tus amigos y también muchos maestros que te ayudan a seguir el camino co-rrecto. Conecto con la energía del amor y siento amor por las personas cuando estoy haciendo un dibujo.

- ¿Y cuál es el propósito de estos contactos?

- Cuando una persona acude a mí con un problema en su vida, se esta-blece una conexión que viene de un espíritu que las personas no escu-chan; y no escuchar lo que nos dicen es no hacer caso de nuestra intui-ción. Yo canalizo la energía para que a esta persona le llegue la informa-ción que pueda cambiar su vida.

Page 43: Revistas 2 ccpp

En esta página, sobre estas líneas, la vidente Joyce Morgan. Abajo, uno de los numerosos espíritus guías que ha dibujado a lo largo de su vida. En la página anterior, espíritus captados por Joyce que más tarde fueron reconocidos por sus familiares.

El lector podrá apreciar el parecido entre el retrato original y los rostros canalizados.

-¿Estos espíritus guías son siempre personas que nos han querido en vida?

-No está claro en todos los casos quiénes son. A veces su identidad no me resulta transparente, la veo como a través de un velo. Lo que sí sé es que las palabras que ponen en mi boca son siempre para ayudar a esa persona.

EL MEJOR Guía

Joyce Morgan habla de algunos de los casos que se le han presen-tado, personas que han encontrado una respuesta que tal vez no espe-raban pero que era realmente la que en ese momento necesitaban. "Me vino a ver una mujer que estaba convencida de que su guía era su difunta madre, que la había querido muchísimo, pero resultó ser un hombre, un tío al que ella apenas había conocido. ¿Cómo es posible -me dijo esa mujer- que me guíe al-guien que apenas conocí y no mi madre?". Pero la respuesta, prosi-gue Joyce, me llegó a través de la escritura automática; ese tío que la guiaba había sido abogado y ella se encontraba en ese momento de su vida envuelta en grandes problemas legales. Luego no había mejor per-sona para guiarla".

Casos similares a éste se acumu-lan y la vidente, nacida hace 73 años en Inglaterra pero afincada desde principios de los años 80 en Fuengiro-la, Málaga, los desgrana uno a uno. Entre ellos, recuerda a una niña cuya guía resultó ser la hermana Úrsula, una religiosa que permanece inco-rrupta desde su muerte. Al ver su di-bujo, los padres recordaron que cuando la niña tenía tres años, habían visitado a esa misma monja en el con-vento donde se encontraba postrada en la cama, si bien la niña dijo que era la mujer que por las noches venía a su habitación para jugar y enseñarle a di-bujar. En otras ocasiones, los guías han sido famosos en vida y ayudan a sus "discípulos" en este mundo. Así sucedió con una joven estudiante de música que enseguida reconoció el dibujo del rostro de su guía, ¡nada menos que el compositor Verdi! Esta sensitiva destaca que para muchas personas todo cambia después de poder reconocer en un dibujo a algún familiar o conocido ya fallecido: "Me dicen que les he cambiado la vida porque ahora tienen la certeza, por ejemplo, de que su madre, a la que amaban mucho, está todavía a su la-do, aunque en otra dimensión".

-¿Cómo consigue percibir el es-píritu que acompaña a quien reali-za la consulta?

79

Page 44: Revistas 2 ccpp

En esta página, diversos momentos

del trabajo de canalización de Joyce Morgan.

Abajo y en la página siguiente, la médium

afincada en Fuengirola durante

una conferencia celebrada

recientemente en Valencia.

-Si estamos en una estancia en la que hay varias personas, le pido siempre algún objeto personal para asegurarme de que estoy conectada con los guías de esa persona y no con los de alguna otra que se en-cuentra alrededor. También ha-go escritura automática para acabar de obtener las respues-tas. En cambio, si estoy en mi casa y me mandan una foto, puedo tomármelo con más cal-ma, meditar hasta que llegue el mensaje. Siempre necesito ver los ojos de la persona que me consulta, ya sea en persona o a tra-vés de una fotografía, ya que son el espejo del alma.

IMÁGENES EN LA MENTE

Las visiones que Joyce experi-menta del mundo de los espíritus no son como ver a una persona corrien-te: "Son imágenes que me entran en la cabeza y tengo que exteriorizar pa-ra poder leerlas", dice, añadiendo: "A partir de esas imágenes, que a veces son como fotografías, soy capaz de describir al abuelo o a la madre y confirmar así el mensaje que es-toy recibiendo".

Conociendo un poco la vida de Joyce Morgan, parece evi-dente que una vidente nace, aunque después también se va-ya haciendo, se vaya puliendo con los años de práctica y expe-riencia. "He estado haciendo di-bujos de espíritus desde que te-nía dos años. Hasta los doce di-bujaba siempre las dos mismas caras -dice Joyce-: la de una monja -y no soy católica- y la de un indio piel roja, algo muy poco habitual para una niña de mi épo-ca. Mi madre estaba harta de esas dos caras".

-¿Supo finalmente a quién pertenecían aquellos rostros?

-Sí: muchos años después, ya mayor, descubrí quién era la monja. Es realmente una historia muy bonita. Con nueve años dibujé

una vez a la monja con un río detrás y, cuando mi madre me preguntó qué río era, le dije que el Sena. Y puedo asegurar que en esa época no tenía ni idea de los ríos de Francia. En ese mismo instante supe que esas palabras las habían pues- to en mi boca. Esa es exacta- mente la forma como funcio- nan conmigo los espíritus: po- nen en mi boca las palabras que debo decir. Dos años des- pués comencé a ver a esa

monja en el lavadero de mi ma- dre. Aparecía siempre vestida de

negro, con las mangas arremangadas y una especie de sombrero con los extremos unidos sobre su cabeza. Enseguida llamé a mi madre, pero, claro, ella no vio nada y me dijo: "Ya estás otra vez en el plano astral, no hables de estas cosas con la gente que, si no, te encerrarán". Pasaron muchos años, casi treinta. Cuando enviudé de mi primer marido tenía 38 años y me inscribí en una iglesia espi- ritualista. Entonces recibí un mensaje de que si quería pruebas, tenía que ir a la biblioteca pública. Una vez allí só- lo sabía que el nombre de mi guía era

hermana María Teresa; cuando la bibliotecaria me preguntó qué de- seaba, le dije: "Un libro sobre la hermana María Teresa". Sorpren- dentemente, me dirigió hacia una estantería donde había un libro muy grande y pesado. Al cogerlo, se me cayó al suelo y se abrió por una página en la que aparecía una ilustración de la misma imagen que había visto en mi infancia, la monja en el lavadero, con el mismo vesti- do, el mismo sombrero y la misma sonrisa. Mi guía era santa Teresa del Niño Jesús, que además había muerto joven de tuberculosis; y yo, desde pequeña, tuve también pro- blemas pulmonares hasta el punto de que perdí la mitad de uno. Pero estoy convencida de que lo superé todo gracias a su ayuda espiritual.

El detonante para que tomase consciencia de sus facultades de videncia fue la repentina muerte de

su primer esposo y el quedarse sola

an

Page 45: Revistas 2 ccpp

y con tres hijos. Fue un golpe terrible, pero durante los meses siguientes sintió la presencia próxima de su ma-rido, hasta el punto de que le decía cosas, hablaba con él. Para su sor-presa, un día la visitaron unos miem-bros de un círculo espiritualista que le venían a dar una serie de mensajes de parte de su fallecido esposo. Al principio los recibió con mucha des-confianza e incredulidad, pero acabó convenciéndose de que las comuni-caciones eran ciertas cuando por bo-ca de la mujer que ejercía de médium comenzaron a llegar mensajes muy personales procedentes de él, e in-cluso las respuestas de su esposo a las palabras que mentalmente ella le había dirigido.

A partir de ese momento comenzó a interesarse con detenimiento por el mundo de los espíritus y a trazar de forma automática los dibujos de sus rostros.

- Los dibujos de las caras de los espíritus guías han ayudado a mu-chas personas, pero ¿qué le han dado a usted?

-Pese a mi edad, tengo mucha energía y estoy segura de que proce-de del amor que canalizo y que me mantiene viva. Me han ayudado a ex-pandirme, a sentir todo el amor de la humanidad, a saber que todas las personas somos partes de Dios. También me han ayudado a com-prender que cuando Tom, mi segun-do marido, que se encuentra grave-mente enfermo de cáncer, deje su cuerpo y se separe físicamente de mí, no se distanciará espiritualmente. Cuando sea la hora de su marcha, se convertirá como en un guía para mí.

- Dice que los espíritus de los fa-llecidos se dedican a guiar a los vi-vos, pero ¿para siempre?, ¿dónde van después?

- Todos hemos vivido multitud de vidas, hemos tenido muchos mari-dos, hijos, amantes, amigos. Des-pués de una vida, los espíritus se to-man un período de tiempo antes de volver a encarnarse. Según mi expe-riencia, este plazo puede ser de unos ciento cincuenta años, tiempo sufi-ciente para ayudar a sus seres queri-dos. Claro que no es una regla fija, porque en el mundo de los espíritus no existe el tiempo.

LOS MAESTROS

Joyce habla de los espíritus como de algo natural, cotidiano. Siente su presencia y son para ella una conti-nua compañía. A veces también se encuentra con lo que ella llama los "maestros", los auténticos guías, unos seres que "nos ayudan de for-

ma desinteresada a hacernos mejo-res. He hecho dibujos preciosos de ellos; son muy bellos, y me gustaría ser Leonardo da Vinci para poder re-flejar la belleza que emanan. Todo el mundo que ve uno de esos dibujos, aunque no reconozca la cara, siente una conexión especial con ella".

- Claro que en el lado opuesto de los maestros están los seres que han sido malvados en la vida. ¿Qué ocurre con ellos?

-No creo que se les deje ser guías de nadie. Yo sólo trabajo en el nivel del amor, pero también hay espíritus menores, más bajos, y hay que tener cuidado. La mayoría de las personas no son conscientes de que, con sus acciones y palabras, están constru-yendo su cuerpo espiritual.

-Al reencarnamos, ¿volvemos a encontrar a quienes fueron nues-tros familiares en esta vida?

- A veces se escoge volver a la misma familia, porque los pecados de los padres duran siete generaciones. A lo mejor decides volver para desha-cer algo que hiciste en la anterior en-carnación. También podría ser que te sintieses especialmente seguro en esa familia y decidas volver a ella.

Un buen ejemplo de la forma de funcionar que tiene la energía del amor es un caso que se le presentó hace unos meses y que Joyce Mor-gan nos relata: "Vinieron a verme dos hermanas de un pueblo malagueño y, cuando estaba con la segunda, tuve que interrumpir la sesión y darle un mensaje de su hermano que decía que había llegado al final del camino y tenía que cambiar su vida inmediata-mente y empezar a utilizar sus talen-tos. La mujer me dijo que difícilmente su hermano le podría transmitir ese mensaje, pues era drogadicto y hacía años que no sabía nada de él. Pero yo le repliqué que he aprendido a confiar en mis guías. Al día siguiente la llama-ron de un hospital para comunicarle que fuera a buscar a su hermano, que estaba ingresado con una pierna rota. Se lo llevó a su casa y le dejó escu-

char la grabación de lo que yo había dicho sobre él. El chico vino a verme al cabo de unos días; se emocionó, se puso a llorar y dijo que nunca más to-maría drogas. Después fue a un cen-tro de rehabilitación y ahora es moni-tor. La vida de toda la familia ha cam-biado desde entonces".

Mientras habla, Joyce Morgan transmite entusiasmo e ilusión. En in-glés, e intercalando algunas palabras en castellano, explica que el mundo de los espíritus le ha dado un sentido a su vida: llevar los mensajes y ros-tros de estas entidades a todos los que' quieran verlos y no tengan repa-ros para aceptar que no estamos so-los en este mundo. O

Página en Internet de Joyce Morgen: http://www.333grup3.esí-joymoreserene

Correo electrónico: [email protected]

01

Page 46: Revistas 2 ccpp
Page 47: Revistas 2 ccpp

E MANUEL Swedenborg es uno de los hijos más originales de Suecia. Científico riguroso de

intereses enciclopédicos, autor de numerosos descubrimientos en los más diversos campos del saber, es-

. critor y divulgador científico prolífico y afortunado, cuando era ya un hom-bre situado y podría haber vivido tranquilo gozando del reconoci-miento y la estima general, vivió una profunda revolución interior que le llevó a realizar, en el campo psicoló-gico y religioso, una serie de descu-brimientos que las generaciones posteriores no han llegado todavía a comprender y hacer suyas comple-tamente. Contaba, a la sazón, 56 años. Cuando murió en el 1772, contaba con 84 años de edad. Deja-ba 150 volúmenes científicos y mu-chos otros acerca del propio camino espiritual y de sus propios viajes ha-cia el «más allá». Es sobre todo a es-tos últimos a los que haremos una mayor referencia. Pero veamos an-tes quién era Emanuel Sweden-borg y por qué caminos llegó a ser un vidente extraordinario y un origi-nalísimo revelador de verdades reli-giosas.

EL CAMINO PREVIO

Emanuel significa «Dios con no-sotros» y en el caso de Swedenborg el nombre fue verdaderamente bien elegido. Tercero de los nuevos hijos de un ministro luterano que llegó a ser después obispo de Skara (un hombre ilustrado que trabajó mucho por el pueblo sueco y trató sobre to-do de mejorar la educación pública), Emanuel apenas tenía ocho años cuando murió su madre. Vivió en un ambiente eclesiástico, cuidado por su madrastra y por su hermana mayor, Ana. Tuvo una educación clásica y estudió griego, latín y litera-tura en Uppsala. Se dedicó con pa-sión también a la poesía y menifestó enseguida su tendencia a profundi-zar en los problemas religiosos. Tanto prosperaba en este campo

- que su padre pensó en que se haría sacerdote; sin embargo, con el tiem-po, y debido a la influencia del espo-so de su hermana Ana, llamado Eric Belzelius, que era trece años mayor que él y un apasionado de la Cien-cia, Swedenborg se dedicó a fondo a los estudios científicos. Así, des-pués de su doctorado en filosofía, se dedicó por entero a ellos, cuando contaba ya con veintiún años.

Era la época de las luces y Swe- i denborg estaba animado por una inagotable curiosidad y por un gran amor hacia el Hombre y la Naturale-za: profundizó en todos los campos del saber y comenzó enseguida a

publicar obras científicas que pronto atrajeron la atención del rey, que le nombró procurador de las minas de Suecia. Gracias a este cometido viajó por toda Europa, estudiando técnicas mineras para introducirlas en su país; de este modo adquirió notables conocimientos que luego influirían en la industria sueca. Sobre la materia publicó también varios escritos.

Cuando Emanuel tenía 31 años su familia fue ennoblecida y el apellido original de la familia Swedberg fue transformado en Swedenborg. Emanuel, que era el hijo varón de mayor edad, se convirtió por esa ra-zón en Barón y en consecuencia en miembro de la cámara de los no-bles, que después frecuentaría siempre con asiduidad.

Swedenborg no limitó sus intere-ses a la minería. Tal y como él mismo dijera, tenía un «exagerado deseo» de profundizar en las ciencias y un verdadero espíritu ecléctico. Co-nocía a la perfección nueve lenguas, pero generalmente escribió en latín clásico, que era la lengua culta de su tiempo; trabajaba con el telescopio y el microscopio, experimentaba di-rectamente con el laboratorio y fue autor de diferentes inventos. De,he-cho, desarrolló proyectos para un submarino, una máquina volante (que fue construida en los Estados Unidos a finales del siglo pasado y voló durante algunos centenares de

Swedenborg (primero a la derecha) tuvo la intuición de estudiar sus propios sueños mucho antes que Sigmund Freud (en segundo plano, a la derecha). Entre los muchos escritores que sintieron la influencia de las obras de Swedenborg pueden citarse al alemán Goethe (a la izquierda) y al francés Balzac (bajo estas líneas).

metros; el modelo se expone todavía en el Smithosonian Air Science Mu-seum di Washington), asimismo tra-bajó en un fusil de carga rápida, proyectó bombas, extintores para in-cendios, molinos, máquinas musi-cales y aún más. No se casó nunca, aunque no fue del todo misógino, y

Swedenborg fue autor de diferentes inventos. Desarrolló proyectos para un submarino, ingenió una máquina volante, trabajó en armas de carga rápida, proyectó bombas y engendros musicales. Nada de eso sería después importante para él.

Page 48: Revistas 2 ccpp

se dedicó completamente a sus es-tudios.

DESCUBRIMIENTO DE LA MENTE

Si, considerarnos globalmente su obra científica, ésta nos asombra por su variedad de disciplinas: sus obras abarcan química, física, mate-máticas, álgebra, geología, minera-logía, óptica, metalurgia, paleonto-logía, astronomía, cosmología, ana-tomía, fisiología y psicología. No po-demos tampóco olvidar que Swe-denborg contribuyó a fundar nuevas ciencias, entre las cuales destaca la cristalografía.

A sus 56 años,- Swedenborg era un hombre situado y con éxito: había conseguido una seguridad económica y social, era un científico estimado y apreciado internacional-mente, era considerado en la corte y en la sociedad, amaba la compañía, tenía una bonita casa de campo cer-ca de Estocolmo, donde —cuando estaba en su país— vivía sereno de-dicándose a sus estudios y sus in-vestigaciones. Viajaba mucho, ya para ocuparse de la publicación de

sus obras en el extranjero, como pa-ra reunirse con científicos y pensa-dores ilustres de toda Europa.

Fue precisamente en ese mo-mento cuando le sobrevino una gran metamorfosis. Después de ha-ber estudiado la anatomía y la fisio-logía y de haber publicado varios volúmenes sobre la materia (son im-portantes sobre todo aquellos que tratan del cerebro), se dedicó a estu-diar la mente y la psiquis del hom-bre: su «interioridad», su «alma». Pa-ra esto, con una intuición que habría de hacer de él un precursor también en este campo, comenzó por sí mis-mo: no olvidemos que en aquel tiempo la psicología no existía como materia en sí, sino que era parte de la filosofía y de la religión, situación que continuó durante bastante tiem-po después de él. Swedenborg tuvo la intuición de estudiar sus propios sueños (i bastante antes que Freud!) para interpretarlos y llegar por este medio a la psiquis. Desarrolló un particular estado de consciencia —una especie de autohipnosis— que ya practicaba desde que era un ni-ño. Su método consistía en un esta-do de relajación completa, de con-centración total en un pensamiento

o en una idea, acompañado por una respiración más lenta; de este modo, conseguía una gradual pérdida de contacto con el mundo externo y con su propio cuerpo. Se trataba en el fondo de prácticas de tipo yóguico, como diríamos - hoy, que Sweden-borg adoptó de un modo intuitivo.

De la meditación profunda pasó a los estados hipnagógicos y al tran-ce. Desde entonces comenzó para Swedenborg un camino espiritual interior que debía llevarlo muy lejos, quizás demasiado lejos, como ha di-cho el psicólogo americano Wilson Van Duser, profundo conocedor de la vida y obra de Swedenborg. Esta vía la describió Swedenborg en al-gunas de sus obras no destinada a ser publicada, como en el Diario de los sueños y en el Diario espiritual, que luego fueron dadas al público después de su muerte.

CAMINO SIN RETORNO

Swedenborg había emprendido un camino sin retorno que hizó de él un místico y un vidente capaz de po-nerse en contacto con otras dimen-siones. Se abrieron en él los cana-les de lo extrasensorial, y Sweden-borg protagonizó extraordinarios episodios de videncia. El más famo-so de éstos fue la detallada descrip-ción del incendio de Estocolmo del año 1756, que el vidente percibió mientras se encontraba en Gote-

t., wedenborQaseguraba que gran parte de las

cosas que escribía se la dictaban los ángeles.

Page 49: Revistas 2 ccpp

borg, a 400 Km de distancia. El he-cho lo cuenta Kant en su obra Sue-ños de un visionario, dedicada pre-cisamente al vidente sueco. No obs-tante, no fue éste el único episodio. Swedenborg estaba en condiciones de ponerse en contacto con el mun-do espiritual y muchas veces hizo referencia a cosas que le venían confiadas desde el pasado y que na-die, a excepción del mismo difunto y de la persona interesada, podía sa-ber. Otra de las casos más famosos atañe a la reina Ulrica de Suecia, hermana de Federico el Grande, a quien el vidente contó cosas que «nadie vivo podría haberle dicho» (son palabras de la misma Reina) de parte de otro hermano, Guillermo de Prusia, que había muerto tres años antes.

El propio Kant contó también el caso del encuentro de un recibo perdido. Al poco de morir el embaja-dor holandés en Estocolmo, un orfe-bre le solicitó a su viuda el compro-bante de pago de un servicio de té de plata. La señora estaba segura de que su marido lo había pagado, pero no lograba encontrar el recibo. Recurrió entonces a Swedenborg y le pidió que se lo preguntara a su marido muerto. Swedenborg acep-tó y después de algunos días, pudo decir a la señora que el recibo se en-contraba en una cavidad secreta de un mueble que había en el piso su-perior. Este cajón escondido era ig-norado por la señora. Cuando fue abierto, allí encontró el documento que buscaba.

Exteriormente la metamorfosis que le sobrevino a Swedenborg no cambió su vida. Viajaba siempre con placer; se encontraba con persona-jes de primera fila en Londres, París, Hamburgo, Amsterdan y Estocolmo; .trataba con sus numerosos editores; frecuentaba la alta sociedad, y es-cribía. Sobre algunas de las cosas que escribía, Swedenborg asegura-ba que se las dictaban los ángeles. Hablaba con familiaridad del cielo y del infierno somo si se tratara de los barrios de su ciudad. Swedenborg gozaba de tal estima entre la noble-za, los estudiosos y los gobernantes que a ninguno se le ocurrió ridiculi-zarlo o dudar de su buena fe. Su ho-nestidad queda atestiguada por el hecho de que jamás buscó honores,

Gozaba de tan buena

ni beneficios para sí; publicó anóni-mos muchos de sus libros religio-sos, y nunca intentó hacer discípu-los. Costeó sus obras con su propio dinero y nunca se ocupó de difundir-las. «Si /o que digo es verdad», escri-bió, «¿por qué debería estar de-seoso de defenderlo? Es cierto que la verdad se defiende por sí misma. Si lo que digo es falso, sería una ta-rea estúpida y degradante quererlo defender».

A los sueños y a las videncias se les unieron pronto las visiones: visio-nes de la luz interior que le trasmitía un conocimiento superior. En la no-che de Pascua del año 1774 se le apareció Cristo, un Cristo sonriente con un rostro «de tanta santidad —di-jo— que no sé describirlo». Un año exacto después de esta primera vi-sión tuvo otra de grandísima intensi-dad, que le inspiró la idea de que Dios le había destinado a difundir a los hombres el sentido espiritual de las Sagradas Escrituras. «En aquella noche» —escribió después Swe-den borg— -para convencerme, me fue mostrado el mundo espiritual, el infierno y el cielo, donde encontré

utación y estima que

Después de sus visiones, Swedenborg se ponía a escribir conforme a lo que pudiera parecer un tipo de «escritura automática». El decía que sólo era el secretario que redactaba aquello que le venía de arriba, como las descripciones de las jerarquías angélicas que hay en sus obras. Los cuadros son de Melozzo de Forli (abajo) y de William Blake (a la derecha).

bastantes personas que conocía y de todas las clases sociales. En ese día renuncié a todo interés científico terreno y me dediqué a partir de en-tonces sólo a las cosas espirituales, conforme a lo que el Señor me había dicho. Después el Señor abrió los ojos de mi espíritu, así que me encontré en condiciones de ver —mientras permanecía en éste—aquello que sucede en el otro mun-do, y en condiciones de hablar con los ángeles y con /os espfritus».

nadie entre la nobleza, los estudiosos y los gobernantes, se había atrevido a ridiculizarle o a dudar de su buena fe.

Page 50: Revistas 2 ccpp

Mientras las visiones de los místi-cos suceden por lo general mientras se encuentran en estado de éxtasis con exclusión de la conciencia de vi-gilia, aquellas de Swedenborg acon-tecían en plena consciencia. El era, de este modo, y simultáneamente, ciudadano de la tierra y del cielo y tenía tanto encuentros con los hom-bres como con los ángeles, como con el pasado. La mayor parte de las veces sus visiones ocurrían en esta-do de vela, con los ojos abiertos, con los ojos cerrados e incluso en el es-tado que existe entre la vigilia y el sueño.

Las visiones transmitían a Swe-denborg enseñanzas que después sistematizaba en sus escritos. En él, la visiórl nacía de la contemplación y de la meditación sobre los proble-mas y los argumentos en los que se concentraba. Las visiones no le cogían de improviso, sino que na-cían de su pensamiento o de su ora-

ción. Una vez tenidas, escribía a gran velocidad mediante un tipo de escritura automática. A quien se ex-trañaba de que sus escritos no pre-sentasen correcciones en su géne-sis, le explicaba que él sólo era un secretario que escribía aquello que le venía de arriba.

Estas visiones de Swedenborg, que le respetaron siempre su perso-nalidad, íntegra y serena, y que él ex-puso tan bien en sus escritos, no pueden considerarse bajo ningún enfoque como índice de perturba-ción mental o de alguna psicopato-

logía. Una prueba posterior de su va-lor queda demostrada por la influen-cia que sus escritos ejercieron en la literatura nórdica y anglosajona (es-pecialmente en la romántica) y en al-gunas personalidades como Goe-the, Balzac, Strindberg o C.G. Jung. Kant, como hemos visto, le dedicó sus Sueños de un visionario y la poetisa Elizabeth Barret afirmó: «A mi juicio la única luz que poseemos acerca de la otra vida se encuentra en la filosofía de Swedenborg».

EL CIELO Y EL INFIERNO

Entre las muchas obras religiosas de Swedenborg, recordamos Arca-nos celestes en ocho volúmenes, La Nueva Jerusalem y Cielo e Infierno. Esta última es su obra más popular, un auténtico vademecum en el mun-do espiritual. El mismo escribió: «Me ha sido concecido por la Divina mi-sericordia del Señor el estar durante algunos años ininterrumpida y con-tinuamente en compañía de espíri-tus y ángeles, oyendo sus discursos y a la vez hablando con ellos. De es-te modo, me fue concedido escu-char las cosas maravillosas de la otra vida, cosas que antes no co-nocía nadie. He sido instruido sobre las diversas especies de espíritus, sobre el estado del alma después de la muerte, sobre el infierno y el la-mentable estado de los infieles, so-bre el cielo y el felicísimo estado de los fieles, y sobre todo, acerca de la doctrina tan especial de la fe que es-tá reconocida en todo el cielo».

En sus obras, en particular en Cie-lo e Infierno, Swedenborg procura una descripción completa del des-pertar del hombre a la vida ultrate-rrena, lo que permite una notable comprensión de una existencia más allá del espacio y del tiempo, libre del peso del cuerpo físico y de los problemas de la vida material. Lo ex-traordinario e inesperado de este hecho es que las descripciones de Swedenborg coinciden con esa ca-suística tan reciente, que habla de los testimonios obtenidos «al borde de la muerte», y que se han conoci-do en tiempos muy recientes.

Swedenborg afirma que la vida que vivimos sobre la tierra es una preparación a la vida verdadera, eterna, para la cual hemos sido creados. El cuerpo físico no es más

A l contrario de lo que les acontecía a la mayoría de los místicos, que tenían sus visiones en los estados de éxtasis, Swedenborg accedía a ellas en plena consciencia.

Page 51: Revistas 2 ccpp

que una envoltura vacía destinada a morir y a ser abandonada para libe-rar a la persona real en la que nos transformaremos después de esta vida: «Muerte en su sentido profun-do significa resurrección y conti-nuación de la vida», escribe de he-cho el vidente.

El mundo descrito por Sweden-borg no es nada abstracto y etéreo, sino un mundo de sensaciones más agudas que las terrenas y donde se vive una vida no muy diferente de la terrenal, pero sin los condiciona-mientos espaciales y temporales. Swedenborg afirma frecuentemente que la luz de esa vida ultraterrena es inconmensurablemente más lumi-nosa que la que por lo común cono-cemos; es una luz luminosa, en un sentido cegador, y en su belleza, en su claridad y brillo, es semejante al sol que reaparece después de una tormenta de verano. Quien conoce las descripciones hechas por «rea-nimados», es decir, por las personas que han estado en coma y después han retornado a la vida, no dudará en encontrar en la obra de Swden-borg amplias concordancias.

Swedenborg habla de una comu-nicación no verbal, de mudanza de ideas y sentimientos a nivel telepáti-co. En el otro mundo —dice él— hi-procresía y simulación no son posi-bles; expresar una idea que no esté de acuerdo con los auténticos senti-mientos interiores es imposible en el cielo.

DESPUES DE LA MUERTE

El vidente habla también de nues-tro «libro de la vida». Dice que des-pués de la muerte vemos nuestra vi-da pasada con todos sus detalles, mostrándonos quienes somos real-mente de una forma rápida, casi instantánea. Swedenborg afirma también que en el otro mundo so-mos atraídos por aquellos seres es-pirituales a los cuales nos asemeja-mos, y nos alejamos de aquellos con los que no estamos en sintonía. Es la «ley de atracción», puntualiza.

Swedenborg afirma además, y es-te es un punto de particular impor-tancia, que después de la muerte no nos encontramos repentinamente en la vida a la que estamos destina-dos, sino que atravesamos un im-portante proceso de transición. En-seguida, tras la muerte se llega en-seguida a aquel lugar que el vidente ddfine como el mundo de los espíri-tus, que todavía no es cielo, ni el in-fierno (Swedenborg se sirve de la terminología de su tiempo, aunque advierte que cielo e infierno más que

L a influencia de Swedenborg en la literatura nórdica y anglosajona románticas ha sido decisiva. Goethe, Balzac, Strindberg, Jung y Kant son, entre otros, tributarios de su obra.

Page 52: Revistas 2 ccpp

Las percepciones que nos dejó Swedenborg del infierno, de sus demonios y diablos, o de la visión global del mundo del más allá enlazado con el más acá, distan mucho de ser vagas y abstractas. El grabado de la izquierda representa lo que parece ser una fiesta sabática; abajo, a la derecha, bella imagen de la cosmogonía escandinava.

lugares son «estados»). En el mundo de los espíritus se atiende y se cuida a quien concluye la vida terrenal. Hay, en efecto, ciertos espíritus que tienen la tarea de recibir a los recién llegados y de ayudarlos a ambien-tarse en la nueva dimensión; lo ha-cen con gran delicadeza, dejando gran libertad a quien acaba de lle-gar. Sobre todo le trasmiten un gran amor y le hacen sentirse en la pre-sencia de un entrañable amigo, de alguien que, además, da la sensa-ción sincera de saberlo todo, y que puede explicar cualquier cosa. Swe-denborg afirma que, en el más allá, el alma no visualiza a Dios, sino que se empapa de El mediante la acción penetradora de la luz.

Considero, después de haber leí-do a Swedenborg y conocer tantas experiencias de quienes han estado al borde de la muerte, que el mundo del que hablan estos últimos es con seguridad el «reino de los espíritus» descrito por el vidente sueco: un mundo de luz donde el alma es tra-tada con amor, reconocida por los seres queridos difuntos, donde se vuelve a ver toda la vida, y donde se tiene la experiencia de la luz descrita por todos aquellos que han estado a punto de morir. Pero la descripción de éstos se acaba aquí, mientras que Swedenborg va más allá.

Resumiendo al máximo las visio-nes de Swedenborg, cuya descrip-ción ocupa centenares de páginas, el más allá descrito por él no es está-tico, sino extremadamente dinámico con actividad de naturaleza variadí-sima y metas por cumplir. En la otra dimensión, dice Swedenborg, se atraviesa tres estadios: el primero es el descrito más arriba, aquél donde emerge nuestro pasado en el reino de los espíritus y se es reconocido, escuchado y confortado. Ese estado debe ser de breve duración: rápida-mente cada uno se convierte en sí mismo, interiorizase y comienza a actuar como aquel que verdadera-mente es.

En ese reino de los espíritus hay una gran libertad, como ha quedado dicho, y cada uno puede vivir según sus más puras o impuras inclinacio-nes, haciendo el bien o haciendo el mal. El tribunal de Dios consiste en una elección libre. Dios, que es puro amor, no puede condenar a nadie. Es cual el que se dirige, por propia

voluntad, hacia alguna de las innu-merables sociedades donde se en-cuentran sus similares. Es por amor por lo que Dios da al hombre tam-bién la libertad de hacer el mal; de otra manera el hombre sería sola-mente un autómata incapaz de esta-blecer con Dios un pacto de recípro-ca alianza. La elección definitiva se realiza después individualmente. Este es el tercer estado.

En la existencia espiritual no exis-te ni espacio ni tiempo; «espacio» en el sentido de distancia significa sim-plemente que estamos «cercanos» a aquellos que se nos parecen y «leja-nos» de aquellos con los que no te-nemos nada o poco en común. El tiempo no tiene significado alguno porque estamos en un reino eterno.

SOBRE LA REENCARNACION

Para Swedenborg no existe la reencarnación propiamente dicha (nunca utiliza este término en sus obras), pero la rotación evolutiva que hace referencia a ella está susti-tuida por los estados que se atravie-san en el más allá, que en el fondo implican un proceso de ascensión hacia adelante, hacia la toma de de-cisiones personales. Es un concepto que está de acuerdo con nuestra po-sición de cristianos y acoge al mis-mo tiempo la idea dinámica incluida en la doctrina de la reencarnación.

Sir Wiliam Barret, profesor de Física en la universidad de Dublín y fundador en el año 1882 de la Socie-ty For Psychical Research de Lon-dres, aconsejaba a todos aquellos que quisieran informarse sobre el más allá la consulta de la obra del vi-dente sueco. Este ánimo todavía continúa. La obra de Swedenborg suscita en nuestros días un gran in-terés; tanto que existen en muchos países «Sociedades Swedenborg» que se ocupan de la difusión de sus doctrinas y de la publicación de sus obras. Estas sociedades se encuen-tran en Nueva York, en Londres, en París, en Zurich, o en Laussane.

Swedenborg murió en 1772 en Londres un día que él había previs-to meses antes. Fue enterrado en la cripta de la iglesia sueca de aquella ciudad.

Después de más de un siglo, al inicio del siglo XX, la corte sueca en-vió una misión a Londres para reco-ger los restos mortales del vidente: un honor reservado a reyes, carde-nales y generales. Hoy Swedenborg reposa en la catedral de Uppsala, donde están sepultados otros gran-des hombres de la historia sueca.

Paola GIOVETTI (Traducción de Víctor M. Domínguez)

Ln el otro mundo —afirma Swedenborg— somos atraídos por aquellos seres espirituales a los cuales nos asemejamos más y nos apartamos de aquellos otros con los aue no estamos en sintonía.