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2012 ELAL ESPECIAL FIESTAS COSTUMBRISTAS ISSN 0718-9591 6 2012 REGIÓN DE AYSÉN

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Especial 11 encuentros costumbristas de la región de Aysén: Puerto Cisnes, Puyuhuapi, La Junta, Raúl Marin, Puerto Ay sén, Coyhaique, Rio Ibañez, Cerro Castillo, Bahía Murta, Puerto Guadal y Chile Chico.

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2012ELAL

ESPECIAL FIESTAS COSTUMBRISTAS

ISSN 0718-9591

6Nº

2012REGIÓN DE AYSÉN

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Dirección y Gestión CulturalCristián Guerra Hennigs · e-mail: [email protected]ón Periodística Claudio Díaz PeñaDiseño República Portátil - Compañía CreativaEntrevistas Cristián Guerra HennigsFotografías Cristián Guerra Hennigs, Boris Ojeda, Jorge Contreras, Concejala Loreto Sandoval, Rocío Ortega.Impresión ELSUR Impresores S. A., que sólo actúa como impresor.Financiamiento Este proyecto ha sido financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, Convocatoria 2011.www.elelal.wordpress.com Prohibida su venta. Distribución gratuita. Región de Aysén, Patagonia Chile 2012.

Agradecimientos: Mis padres María y Edmundo, Gonzalo Montero, Belén Pilmaiken (Haia Maia), Claudio Díaz, Pia Molina, Cristina Vergara, Javiera Pereda, Boris Ojeda Oporto, Ruth Quiroz, Silvia Ruiz, Paul Alduna-te, equipo de trabajo CNCA región de Aysén, Carolina Saavedra, Pamela Rodríguez, Almendra Silva, Rocío Ortega Rosas, Miguel Fuentealba, Alejandro Hechenleitner, Gladys Rani, Kurth Klein, Luperciano Muñoz, José Ugalde, Juan Mejías Millapel, Luis Alberto Sánchez, don Falucho Juan Beroíza, Adriana Vargas, Minerva Leichlte, Padre Porfirio, Nicanor Sepúl-veda, don Daniel Pardo Gatica, María Muñoz, Ruth Quiroz, Jasmia Yáñez, Antonio Quiroz, José Díaz, Javier Vásquez, Martiniano Pinilla, señora Isabel Herrera, Paulo Hernández, José Hernández, Félix Castro, Leonel Galindo, Cecilio Aguilar, Jorge Contreras, Renán Catalán, Armando Godoy, Óscar Albornoz, Ernesto Sandoval, Eliana Miranda, Marcia Álvarez, Juan Vásquez, concejala Loreto Sandoval, Domingo Vargas, y Omar Papp.

“Para conocer una ciudad y sus habitantes, nada mejor que hacerlo a pie o en bicicleta”

Bibliografía y Fuentes Externas: Puyuhupapi: Curanto y Kuchen, Luisa Ludwig - Coyhaique: Aisén y su Folclor, Leonel Galindo - La Junta: Relación y revalorización de un topónimo originado en el habla popular. Magallania, (Chile), 2011. Vol. 39(1):211-220 Artículo / Palena y La Junta. Revisión de dos topónimos del valle del Palena, extremo norte de la región de Aysén. Mauricio Osorio P. y Enrique Martínez S., Mateo Martinic, “De la Trapananda al Aysén”, Biblioteca del Congreso, Santiago.

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La cultura, según Unesco, es el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales, materiales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, creencias y tradiciones.

Las localidades, deben aspirar a estar claramente diferenciadas e identificadas, sea por rasgos culturales o económicos que se preservan. También es importante que se les respete su autonomía y decisiones, especialmente, las que tienen que ver con su propio destino, respetando su cultura y la interculturalidad se respeta también la diversidad, al proponer la valorización de la identidad, se irá generando respeto por el pasado y el presente, con miras a cons-truir un futuro más digno. Esto ya comienza desde las bases con la Reforma Educacional de Chile, aprobada en 1996, donde se contem-pla en sus objetivos y contenidos el respeto y la consolidación de la identidad cultural de los alumnos, e incorpora la valorización del patrimonio cultural el reconocimiento de su identidad cultural, con-formada por las propias tradiciones, costumbres, entorno e historia.

Uno de los hitos que permite que una sociedad humana pueda ser definida como “una localidad” es su identidad cultural, es decir, que posee una cultura más o menos homogénea en cuanto a costumbres tradicionales y modernas, valores, normas de vida, lenguaje, simbolismos y cultura material desarrollados a lo largo de una historia en común. En el ámbito de la planificación, el territorio se convierte en la unidad de análisis a partir de la cual se pueden diseñar las estrategias de desarrollo de una comunidad.

El patrimonio y la identidad cultural están sujetas a permanente cambios, condicionados por factores externos y por la continua retroalimentación entre ambos.

La identidad está ligada a la historia y al patrimonio cultural. La identidad cultural no existe sin la memoria, sin la capacidad de reconocer el pasado, sin elementos simbólicos o referentes que le son propios y que ayudan a construir el futuro.

El patrimonio no es sinónimo de monumentos y objetos sin vida, arquitectónicos, artísticos o expuestos en un museo. El patrimonio es la identidad cultural de una comunidad y es uno de los ingre-dientes que puede generar desarrollo en un territorio, permitiendo

Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Arteswww.redlgc.ning.com

Cuando el patrimonio somos

equilibro y cohesión social.Destruir un patrimonio o dejar que se deteriore es negar una

parte de la historia de un grupo humano, de su legado cultural. El patrimonio que ha producido a lo largo de su historia y ha logrado conservar un pueblo, es lo que lo distingue, lo que logra identificarlo, lo que alimenta su identidad cultural y lo que define mejor su aporte específico a la humanidad. En marzo del 2001 en Turín, se define patrimonio oral e inmaterial como “las creaciones de una comunidad cultural fundadas en las tradiciones expresadas por individuos que responden a las expectativas de su grupo, como expresión de identidad cultural y social, además de los valores trans-mitidos oralmente. Son testimonios de ello la lengua, la literatura, la música, la danza, los juegos, la mitología, los ritos, las costumbres, los conocimientos ancestrales, la arquitectura y la manufactura de artesanías”.

En el 2012 la revista ELAL emprende un significativo viaje por 3 rutas culturales: una hacia el litoral, otra hacia en el centro de la región, y la última en busca de los territorios del Chelenko, simplemente con el humilde objetivo de conversar y conocer en sus localidades a los protagonistas de la realización de 11 fiestas y encuentros costumbristas de la Región de Aysén.

Esto ha representado una buena oportunidad de aprender con más detalles la historia de cómo han nacido las iniciativas ciudada-nas en el rescate y difusión de sus costumbres o tradiciones; y que en el hoy éstas representan una creciente diversidad en la identidad local regional que, poco a poco, se van integrando con la vida en la cercanía del mar, las pampas y las fronteras simbólicas.

COLABORA

nosotros mismos…

Cristián Guerra HennigsGestión Cultural Comunitaria: Territorios, Organizaciones Creativas y Proyectos.

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Mapa Rutero Región de Aysén

Fuente SERNATUR

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Galería Fotográfica

Coyhaique: “La tierra donde todas las fiestas comenzaron”

Entrevista especial con el músico Jorge Contreras

Galería Fotográfica

Puerto Aysén: “Con el sentimiento patagón en la sangre”

Puerto Ibáñez : “La delgada frontera que separa a las Patagonias”

Entre Sogas y Payas: La tradición convertida en Arte.

Villa Cerro Castillo: “El orgulloso homenaje a los que llegaron primero”

El Elal, el espíritu creador de la Patagonia

Galería Fotográfica

Bahía Murta: “El Arreo y los mejores secretos guardados”

Puerto Guadal: “Carreras y esquila en el pueblo viejo.”

Chile Chico: “La monta fiestera y turística”

Visítenos en Revista ELAL elelal.wordpress.com

Editorial

Puerto Cisnes: “La Gran Fiesta de la Solidaridad Cisnense”

Puyuhuapi: “Un ‘causeo’ histórico tejido entre alemanes y chilotes”

La Junta: “La fiesta donde se une el Rosselot con el Palena”

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Raúl Marín Balmaceda: “Paraíso inolvidable cuna de la colonización regional”

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Me parece que Cisnes cada año necesita una especie de “catarsis colectiva”. Y por eso viajo a conocer esta forma de organizarse que cumple no sólo con

el objetivo de atraer al turista, también tiene por objetivo entregar una pequeña casa, un lugar habitable donde una familia pueda hacer su vida, porque simplemente la comunidad sabe que las personas beneficiadas no podrán en mucho tiempo, o probablemente nunca, adquirir ese bien por sí solos.

El pescao cocina’o

Muchos llegan a Puerto Cisnes en busca del “pesca’o fri-to”, algo así como el del plato rey en la comuna cada verano.

Parece lógico, la pesca es una de las actividades princi-pales entre los cisnenses. Rebeca Gómez, quien es cocinera, me relata que para la Fiesta del Pesca’o Frito, la extracción se hace desde Isla Gaviota o Gala, a través de un trato que reali-za con un algún concesionario o “casero”, o bien con amigos o vecinos, y que establece un acuerdo que se le denomina “casarse”, porque cada parte asume una responsabilidad por cumplir.

Cada plato tiene un precio de $2 mil 500, y la actividad

en las cocinerías dura 4 horas. En el 2010, se adquirieron unos 1500 kilos de pescados.

De esa tonelada y media, 700 kilos corresponden sólo a filete de pescado.

La señora Rebeca me explica que la materia prima en la fiesta pasada, llegó un día antes del evento.

“Nosotros estábamos así (hace un gesto con las manos de preocupación), porque teníamos todo ya organizado con el pescado, pero lo entregaron súper bien, limpiecito, bien fresco y ahí tú tienes que empezar a cortarlo y proporcionar-lo, dejándolo guardado en cajas de plumavit, ¡Oiga, usted no sabe, nos faltó! Y tuvimos que comprar 150 kilos más de pescado completo, porque es preferible que te sobre, pero que no te falte”.

solidaridad Cisnense PUERTO CISNES

La gran fiesta de la

Una celebración que comienza en tierra, con

un plato típico de la zona extraído del mar.

Todo vuelve al océano cuando el jolgorio y el

ánimo festivo se convierten en un esfuerzo

mancomunado para ayudar.

Carlos Saavedra, encargado de la parte histórica foto-

gráfica y música local.

Ricardo Méndez, encargado de asados patagones y

coordinación general.

María José Becker, producción escenario y backstage.

Rebeca Gómez Peralta, cocinera.

Marani Campos Gonzales, presidenta agrupación

Cultural de la “Fiesta del Pesca´o frito”.

Nancy Méndez Pantanalli, escenografía, primera direc-

tora, Agrupación Cultural de la “Fiesta del Pesca´o Frito”

Guillermo Rauld, colaborador.

Luis Rogelio Aguilar, encargado de Audio e ilumina-

ción.Cecilia Gómez, coordinadora de una parte de la Fiesta

y trabajos administrativos.

Arsenio Valdés, coordinador de la Minga.

Boris Ojeda, tesorero.

Francisca Alarcón, cocina etapa fritura del pescado.

Equipo de Trabajo

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Eso no es todo, además hay que disponer de 800 presas de pescado, sopaipillas y pan, que se regala a la gente que participa en la Minga Cisnense.

¡Venga a tirar a Cisnes, la casa!

Cerca de 3 meses demoran las tareas de organización de esta fiesta, lo que involucra el diseño del afiche, conseguir los auspicios y coordinar la parrilla de artistas.

En el 2011, la Minga se hizo con un asado de corte patagón, incorporando otras costumbres culturales propias de la región y de la vida del gaucho, con artistas y un escenario incluido. Luego se amarró la casa y se sacó al mar.

Boris Ojeda, tesorero, me revela que no tenían en principio la experticia de cómo hacer flotar una casa en el mar, “y por esos días, como son las cosas, conocimos a un señor que venía desde Chiloé, don José Millapinda que nos instruyó dónde debían ir los flotadores y dónde se amarrarían las cuerdas para que las lanchas arrastren la vivienda en las aguas”.

¿Cuál es la diferencia de la minga Cisnense con la min-ga que se hace en Chiloé?

Tirar la casa por las calles. Al principio, la casa se arrastraba, en gran parte, con los bueyes, pero en un rato la gente ya esta-ba cansada, porque había que ir poniéndole palos debajo para avanzar, y espontáneamente en un momento, la gente tomó las cuerdas y se pusieron a arrastrar los últimos 200 metros hacia el lugar donde quedaría la vivienda.

Desde el mar también se sacaba la casa con bueyes y cuando no se podía se ocupaba algún tipo de maquinaria. Más menos es un kilómetro de arrastre por la ciudad de Puerto Cisnes, recorrido que es diseñado con antelación por el equipo de producción y se basa en el ordenamiento territorial super-visado por Carabineros de Chile, en donde al menos participan unas 300 personas en la faena entre ciudadanos y turistas.

¿Quién va dentro de la casa?Generalmente, va el alcalde, una persona va animando,

colocando música con las lanchas a los lados, y con un coordi-nador de la logística de la Casa Minga.

El año pasado invitaron a la señora Rebeca Gómez a ser la concesionaria oficial por los positivos logros en su administración.

“El plato consta de 2 presas de pescado (que sobrepase los 400 gramos), 2 papas, ensalada de lechuga, tomate, preferentemente de la zona, o un pebre, una sopaipilla y un vaso de vino o una bebida, eso es lo que damos todos los años”.

“En la preparación del pescado básicamente se utiliza sal, porque si usted usa aliños y esas cosas el pescado pierde el sabor, después hacemos un batido que lleva harina, huevo y ciboulet, y ojalá que el pescado esté sacado recién del sartén al servirlo.”

“Este es uno de los secretos que hace que se puedan vender en 2 días con un equipo de 23 personas más de 1.700 platos, donde el espacio destinado a comedores se hizo insuficiente y ya para el 2012 se pretende implementar mesas comunes y de gran longitud para el consumo del pescado y que también permitan a una mayor cantidad de personas ver el show que se organiza”.

“Yo felicito a los que crearon la fiesta, porque es algo que es nuestro, nos representa el pescado frito, fíjese no íbamos a hacer la fiesta del cordero, de nuestras costas extraemos la exquisita merluza aus-tral y le damos la prioridad porque ese es el pescado que nos identifica”

El secreto del plato

Equipo organi-zador Fiesta del Pescao Frito.

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Luis Arsenio Valdés era uno de los que traía en mente la idea desde hace tiempo. Quería hacer una “Minga” a la cisnense y coincidía con que a su co-

muna llego a poblar mucha gente proveniente de Chiloé. Una experiencia en Lago Verde marcó a la familia

Valdés-Ulloa, cuando compran la mitad de un sitio, con el compromiso de quedarse con el terreno completo si permitían en el lugar por el resto de sus días a un “viejito”, a don Isaías Toledo.

Don Isaías vivía en una casa de tejuelas, que como parte de su oficio artesanal construyó varias en el sector. Pero don Isaías falleció, y la desgracia que afectó a su hermano motiva a la familia Valdés-Ulloa a donarle la

casa de tejuelas, la que por estos días finalmente se está adecuando para donarla a la Municipalidad de Lago Verde, con miras a convertirla en una Sala Museográfica. Había que trasladarla a un sitio y no encontraron mejor idea que hacer una “Minga”. La linda experiencia causo revuelo en la localidad, y echó a andar la imaginación de Luis Arsenio Valdés. Al rescate de la identidad

Al principio, el rescate de actividades costumbristas se pensó copiando ejemplos de la Argentina, como la “Fiesta del Caballo” y un desfile de unos 200 jinetes por la ciudad en un gran asado, pero según reconoce, entre risas, el hoy alcalde de Cisnes, nunca lo “pescaron”. Tampoco, con la instalación de esculturas de madera con motosierras.

Sin darse por vencido, Valdés presenta la idea de hacer la “Minga” que tuvo aceptación inmediatamente, la gente “aganchó”. Se empezó enseguida a afinar los detalles de la fiesta con un equipo de producción.

Me sorprende cómo la idea de un grupo de amigos, que se reunía los fines de semana a conversar, se convierte en una fiesta cos-tumbrista y que cobra un sentido fraterno de darle una casa a un hermano, casa que es hecha por otro hermano.

rescate cultural”“Al principio no me ‘pescaban’ con el

Luis Arsenio Valdés, alcalde de Puerto Cisnes:

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La Minga, o echando la casa al mar…

Por un tema climático, según me narran, en Puerto Cisnes cualquier actividad que se realice como evento comunitario, siempre va a ver gente que asista, aunque el programa no sea tan atractivo.

Eran tiempos en que ya se realizaba en Cerro Castillo el encuentro costumbrista, así que en Cisnes se organiza una Muestra Multicultural, donde el lema era “el que ha-cía algo iba”. Fue un día muy especial. Se programó cada media hora una actividad con los vecinos, evento que se desarrolló durante 2 años, y la reflexión que quedó es que había que brindarle identidad, ello dio paso al nacimiento de la “Minga Cisnense”.

Para la comunidad de Puerto Cisnes, es fundamental que toda la vecindad se empodere de la iniciativa y que ésta pueda colaborar en todos los pasos de la construc-ción de la casa, porque actualmente la vivienda se arma en paneles, y luego se lleva a la playa donde se termina con un equipo de maestros municipales. Posteriormente hay que “echarla” al mar, allí donde se posa el sueño que pueda intervenir la comunidad en los menesteres propios de la albañilería, como forrar y pintar la casa.

El espíritu de esta actividad es lograr entregar una casa con mucho cariño a una persona o grupo familiar que vive en malas condiciones. Y es que el crecimien-to de esta Minga se ha ido notando en los últimos 3 años, por decirlo de alguna manera ha “asustado” a sus organizadores, quienes en cada oportunidad deben incorporar nuevas estrategias a la responsa-bilidad para mantener vigente la fiesta y para que ésta no empiece a decaer con el paso de los años, así generan con esto el sentido de pertenencia en la ciudadanía.

Eso sí, me explican que el beneficiario de la Minga debe tener un terreno, una problemática no menor, porque hay personas que tienen familiares con sitios, y la mayoría de las veces éstos no les ceden una parte para colocar la vivienda.

Mirando el futuro

Debido a la cantidad de personas que visitan esta actividad, la oportunidad se ha abierto también para que los servicios de restaurant y hospedajes puedan atender las necesidades de los turistas que llegan, porque al menos en las fiestas anteriores, el pescado sólo se vendía en las inmediaciones destinadas por la organización del evento.

Según el alcalde Valdés, se buscan las vías para independizar esta actividad, que hasta ahora es pro-ducida por el Municipio de Puerto Cisnes.

Para decidir a quién beneficiar con la entrega de la casa que involucra la Minga Cisnense, el municipio armó un buzón de sugerencias en la radio local para que la gente diera ideas a que familia de la comunidad beneficiar.

Muchos todavía recuerdan que entre esas suge-rencias, un día llegó la de apoyar a una familia que nunca se había acercado a la Municipalidad a pedir alguna ayuda, que teniendo muchas necesidades llevaban una vida muy digna solucionando sus proble-mas por sí mismos.

“Cuando les comunicamos que se les había elegido para ser los beneficiarios de la casa de ese año, la se-ñora jefa de hogar se puso a llorar de emoción, porque nunca le había considerado en una solución así para sus reservadas problemáticas”, rememora el alcalde.

Luego de instalar la vivienda, la misma vecindad, demostró su compromiso ayudando a pintar y a completar algunas terminaciones de la estructura y el espacio, como también la donación de herramientas propias de un hogar.

“Imagínese, que no la podíamos creer, fue una cuestión que no pensábamos nos iba a tocar, y de repente vinieron y el mismo señor alcalde nos dijo que habíamos salido favorecidos con la casita de la Minga. Nosotros teníamos una casita chiquitita, y por la situa-ción de acá abajo, no podíamos hacer otras amplia-ciones, porque tenemos 2 hijos. Para nosotros nos ha cambiado la vida, imaginase una cosa así, nos mejoró la situación. Como que uno se siente más importante, no podíamos creerlo, lloramos todos. Acá la gente nos apoyó cualquier cantidad”, dice la señora Inés Torres, quien en 2010 recibió el beneficio de la Minga.

Precisamente, esa es la mirada que se configura al conocer y vivir de cerca la experiencia del Pescaó Frito, algo más que un plato típico, como nos resume Guillermo Rauld.

“De repente miramos a nuestra localidad como una localidad de ‘paso’, de esta cosa turística de querer ver un paisaje, que es muy importante, es maravilloso, pero es que la gente como que se invisibiliza en torno a estas cosas, y justamente nuestra fiesta comenzó pensando en esas cosas, lo de rescatar lo que somos como personas”.

“No lo podíamos creer…”

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PUYUHUAPI

Un ‘causeo’

entre chilotesy alemanes

histórico, tejido

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Ambas culturas se fundieron y consolidaron

una propia a orillas del canal de Puyuhuapi,

fortaleciendo el desarrollo, y creando nuevas

redes y atractivos a partir de su historia y su

futuro.

Cuando llega el mes de febrero, pienso en la “Isla de los frutos dulces”, como conocían a este pequeño cacerío los canoeros que surcaban las aguas del

canal y que aprovechaban las matas de “poye” que crecen en la zona y que ofrecen deliciosos frutos. Sí, Puyuhuapi se viste de gala en febrero, y cautiva por su fiesta cos-tumbrista “Curanto y Kuchen” que inequívocamente nace con la idea de integrar las 2 colonizaciones que llegaron a la zona: las familias que llegaron desde Alemania y las desde Chiloé.

Fue en agosto del 2010 que se creó el Consejo de la Cultura de Puyuhuapi, al alero de juntas de vecinos, de adultos mayores, de la Asociación de Indígenas “Guaigüe-

nes” (Huilliches), del Comité Infantil, el Club de Navidad, además de agrupaciones de turismo, sindicatos de pesca-dores y otras organizaciones de voluntariado.

El Consejo está comandado por 4 mujeres, entre ellas Pamela Rodríguez, quien preside la directiva y me explica que los primeros aprontes en el pueblo fue en los años 2006-2007 con la realización de los primeros asados

El Consejo de la Cultura de Puyuhuapi está integrado por Pamela Rodríguez, presidenta; Almendra Silva, secretaria; Heidi Barentin, tesorera, y Luisa Ludwig, directora; ha postulado diversos proyectos como el FNDR que ganó en 2011 para la edición del libro “Puyu-huapi, Curanto y Kuchen”. Adicionalmente, el Consejo ha podido materializar la construc-ción de la biblioteca local con aportes del Fondeve de la Municipali-dad de Cisnes, y no menos importante es la implementación de los libros a través del Gobierno Regional de Aysén.

“en festejo”, en el sector de la cancha grande. Algunos pensaban que faltaba imprimirle más identidad y presen-cia de la historia local a la que hasta entonces se llamaba “Semana Puyuhuapina”.

Y la historia dice que fueron los colonos alemanes Otto Uebel, Carlos Ludwig y Augusto Grosse, quienes acompañados de 10 temporeros del archipiélago de Chi-loé, entre ellos Emilio Leviñanco, Nicolás Paillán, Ismael Ferán y Delfín Elgueta, fundan Puyuhuapi el 10 de enero de 1935. Un asentamiento que, según la escritora Luisa Ludwig, en Europa sería conocido como “Waldhagen” (“Claro de bosque”).

¿Kuchen al hoyo o curanto strudel?

Eran tiempos en que los pioneros se reunían a com-partir un curanto al hoyo y la buena repostería, tradición que se sigue compartiendo en la caleta, y cuando el clima no lo permite se hace un curanto a la olla en el gimnasio.

En Puyuhuapi, este curanto es muy similar al que se prepara en Chiloé, pero se diferencia en que se le agrega almejas para acompañar los choros, cholgas, chapalele y milcao.

Todas las materias primas para esta bondadosa comida se obtienen a través de concesiones con organismos comunitarios o sociales como ejemplo la “Escuelita de

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Futbol” o Bomberos, y son traídas desde Raúl Marín por un tema de la resolución sanitaria, a excepción de las al-mejas que se extraen desde la isla Mona por el sindicato de buzos.

Llegan alfombras y los libros

Las primeras familias que llegaron desde Europa, establecen en la zona un aserradero, el que llega a ser uno de los más importantes a nivel regional alrededor de 1938. Diez años después, una fábrica textil se amplía para producir las famosas alfombras, demandando mano de obra de Chiloé, y gente con mucho talento en el trabajo con madera.

Muchos de los oficios y costumbres que traían los colonos alemanes fueron comparti-dos, claro ejemplo de ello es la construcción de embarcaciones, como chalupones y botes. Todavía quedan maestros de ribera que construye embarcaciones y el Consejo trata de rescatar esta actividad costumbrista.

Almendra Silva, dirigenta del Consejo Cultural de Puyuhuapi, me aclara que la actividad costumbrista de la localidad está en una constante evolución, incorporando cada año nuevas tradiciones o ritos, porque en el caso de la colonización alemana ésta solo se ve representada a través de su gastronomía y a través del libro “Puyuhuapi Curanto y Kuchen” que publicó Luisa Ludwig, y que plantea un re-descubrimiento de la historia local.

La celebración del “Curanto y Kuchen” ya lleva 2 años e integra diferentes actividades, incluso dedica un día a la difusión de la historia de Puyuhuapi, como es el reconoci-miento del patrimonio, y es que mayores tradiciones gau-chas o el tema de la esquila de ovejas no existen en la zona,

solo la exposición de registros fotográficos relacionados con el aserradero, las alfombras y los muestrarios de telares.

Al rescate del patrimonio

En el plano cultural se habla que los jóvenes tienen muy pocas expectativas, muchos no han salido de la región, y no están relacionados con el desarrollo y difusión de las artes. Por ello, la crea-ción de esta celebración en la conmemoración de las actividades costumbristas ha abierto una importante brecha en el empoderamiento del rescate del patrimonio inmaterial.

Sin duda, parte de este patrimonio son recetas gastronómicas que se expenden en la fiesta son las empanadas, merluza frita, los anticuchos, las cazuelas, pailas chilotas y kúchenes de frambuesa de logan -una varie-

dad híbrida, mezcla de zarzamora y frambuesa- con crema pastelera y Kúchenes de calafate. Se dice que en pastelería también se cocinaban tradicionalmente en los años ’50, berlines rellenos, kuchen de nuez o de coco, tortas de crema a la mantequilla y arrollados de amapola.

No todo es gastronomía, también se suman a las acti-vidades de la fiesta, la muestra y venta de artesanías como pirograbados, el telar que son alfombras pequeñas, medias de lana, entre otras. Finalmente, la difusión de música típica folclórica, con artistas locales y regionales. Algo que con-firma el relato de Úrsula Flack, en el libro de Luisa Ludwig, cuando recuerda que en las antiguas fiestas, casamientos y celebraciones del 18 de septiembre, se entonaban en la zona valses vieneses, marchas, tangos, milonga, cumbias y cuecas.

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el Rosselot con el PalenaLa fiesta donde se une LA JUNTA

“El pueblo del encuentro” es una tradición que ha cobrado más y más sentido con el tiempo en la región y en el valle del Medio Palena donde la fiesta reafirma su identidad.

L o primero que me llama la atención es que en las década de los ’60, esta localidad se llamaba Medio Palena. Es evidente que por sus características

geográficas tenía una importancia especial en los movi-mientos de colonos desde otras localidades, y especial-mente con el tropeo de animales.

La Junta era antaño y es hoy un punto de reunión, de descanso y aprovisionamiento, antes de continuar hacia los puertos habilitados que ya se habían establecido en esa época: Puyuhuapi, Cisnes o Raúl Marín Balmaceda.

Claro que antes de fundarse como La Junta un 13 de agosto de 1963, durante el gobierno de Jorge Alessandri Rodríguez, el poblado ubicado en el valle al sur donde confluyen los ríos Palena y Rosselot, hubo un momen-

tos de reflexión sobre si bautizarlo oficialmente como Doctor Steffen, pensando las autoridades en un justo homenaje al geógrafo que remontó y exploró el Palena en 1894, o considerar el sentir de los pobladores del Medio del Palena, que ya erigían con mayor propiedad e identidad, el título La Junta.

A las vacas se les amarra la cabeza, desde los cachos al borde de la “chata”, entonces una persona va remando y la otra va sos-teniendo el animal que va flotando, se trata del vadeo de animales, otra de las actividades de la fiesta costumbrista, que consiste en cruzar vacas, de un extremo

a otro del río Palena. Miguel Fuentealba me revela el secreto del

vadeo que es apretar la nariz del animal para que no respire, hasta que llega a la otra orilla, “para que guarde presión”, dicen. De otra manera se ahogaría.

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Carreras en Chatas

“Antiguamente la fiesta costumbrista se celebraba en el gimnasio y en el estadio, entonces no tenía mayor impacto en la comunidad, porque la carrera en chatas se hacía en el puente”, narra Rocío Ortega, quien es presi-denta del Centro Cultural y Social “Fiesta de los Ríos”.

Paso poco tiempo para que el alcalde de Cisnes citará a reunión a los pobladores de La Junta, donde de las 15 personas iniciales, finalmente solo 5 asumieran la organi-zación de la fiesta costumbrista, la trasladen a su actual localización para incorporar más actividades, durante 3 días y bautizarla como la “Fiesta de los Ríos”.

La fiesta busca revivir el trabajo y la vida de la gente del antaño, de mostrar cómo se trasladaban por el Río Pa-lena, porque era el único medio de comunicación desde el Océano Pacífico hasta el sector de la Junta cargados con pertrechos, aclara Miguel Fuentealba, vicepresidente de la agrupación organizadora.

Miguel me sitúa en los años ‘50, cuando no estaba la carretera, pero sí los botes a remo o a “bota vara” que per-mitían desplazarse desde Puerto Raúl Marín Balmaceda -por donde pasaban algunos barcos- a La Junta, en un esforzado viaje que duraba hasta 15 días, eso depen-diendo de cómo estaba el clima y si no los pillaba algún temporal, lo que podía obligar en algunas ocasiones a la gente a dormir bajo los botes, o pasar la carga al hombro por partes bajas. Lo peor era cuando llegaban con las

manos vacías, porque el Palena les daba vuelta el bote. Por eso –explica Miguel Fuentealba- las actividades

hoy se programan en la orilla del río Palena, justo bajo del puente que conecta al pueblo con el “norte” del país.

En una de las riberas se organiza una carrera en cha-tas, que es un tipo de embarcación puntuda en ambos extremos, sucesora del bongó que esta echo a partir de un tronco. Me confiesan que camino a Marín vive “Chalo” Venteo quien aún confecciona chatas.

Y es que en la fiesta participan entre 6 y 8 embarca-ciones, con 2 personas a bordo en cada una. El tiempo de navegación son tres horas de competencia, donde apellidos como Cárcamo y Solier suelen resonar primeros en la meta.

Claro que son los hermanos Berger los encargados de organizar este evento, inscribir a la gente, disponer de su

Rocío Ortega y Miguel Fuentealba, Centro Cultural y Social “Fiesta de los Ríos”.

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bote para acompañar ante eventuales accidentes. Miguel Fuentealba dijo que hubo un serio reclamo de

las mujeres porque también querían participar y bueno, se les incluyo, destacan aquí Jimena Cárdenas y Margarita Cassin porque como varias interesadas son esposas de chateros, por lo que se les reconoce la experticia necesa-ria para maniobrar en las aguas del Palena.

Con el aporte del Gobierno Regional, se compran 24 corderos que se donan a una organización social de vo-luntariado, en esta oportunidad Bomberos, y así vender el plato de asado a un precio módico.

Rocío Ortega me comenta que para la fiesta la instalación de stands aún es un tema complejo para la gente que se interesa en participar, pues muchas veces no

logran cumplir con las exigencias que pide el Servicio de Impuestos Internos o la autoridad sanitaria.

Miguel también pone de manifiesto que ha conversado con personas de distintas partes y cómo disfrutan de la celebración lo que se refleja en que “siempre la gente está aportando con alguna cosita nueva, que nosotros incor-poramos a nuestro trabajo. La gente joven campesina con gusto llega a cooperar, eso da gusto de esta fiesta”.

Rocío agrega que como nacida y criada en familia campesina de La Junta, “es rico que reconozcan verdade-ramente el esfuerzo, por llegar, por ser del campo, por aún seguir viviendo en el campo, muchas veces por el tema del aislamiento, porque crecen los ríos, sobre todo cuando se enferma alguien, es muy complicado, y como ellos han tenido la perseverancia de seguir ahí, y la idea es que no desaparezca nuestra gente y sus costumbres, nosotros tra-tamos de hacerle un reconocimiento a todas las personas que participan en el encuentro costumbrista”.

Habitualmente, la primera noche la celebración se inaugura en el gimnasio local. Al día siguiente la comuni-dad se traslada al río, desde las 11 de la mañana, y hasta las 6 de la tarde participan en diversas actividades que culminan en una fiesta en el gimnasio que dura hasta la madrugada, convocando unas 300 personas. El último día, gracias a unos buenos mates, continúa el festejo en el río, con asados y música folclórica en vivo con artistas locales.

“Nosotros los días de la fiesta pertenecemos a la fiesta, no hay familia, no hay hijos, no hay nada, exclusivamente la fiesta, es correr todo el día desde las 8 de la mañana, hasta que termina el evento”, apunta Rocío Ortega.

Otra actividad que se comparte, alrededor de una fogata, es la “Mateada con los troperos” en la cual se comparte con los visitantes, donde los anfitriones son los amigos que vienen desde el campo con sus animales, pilcheros y perros.

Se organiza un campeonato de Truco y otro de Rayuela, un reconocimiento a la gente que juega y mantiene estas costumbres en la localidad a través de un club.

Ahora quienes tienen habilidades con el hacha, muestran su oficio tallando yugos, también puede aparecer un “biloche” una especie de trineo de made-ra que es arrastrado por bueyes en terrenos mallino-sos, usado para llevar leña y pasto a los galpones.

Hacha, Mate y Troperos

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PUERTO RAUL MARÍN BALMACEDA

Originalmente se llamó Puerto Palena, pero en octubre de 1957, mientras gobernaba Carlos Ibáñez del Campo, fallece el senador Raúl Marín

Balmaceda, quien por esos días –se dice- defendía un proyecto de ley a favor de la Región de Aysén en Santiago. Por ello, en honor al congresista, aunque sin consentimiento de la escasa población de la entonces Puerto Palena, se decidió rebautizar la localidad como Puerto Raúl Marín Balmaceda.

Sin embargo la historia de una de las zonas más apartadas en la conectividad interior de la Patagonia Aysén, tiene antecedentes muy anteriores. De hecho, caminando por las arenosas calles de Rául Marín, me en-tero que fue la riqueza y variedad forestal de este sector litoral continental patagónico y de las tierras del interior lo que primero despertó el interés 2 colonos alemanes.

Adolfo Abbé y Antonio Emhardt, residían en Puerto Montt y se propusieron alrededor del año 1880 impulsar actividades económicas basadas en la explotación del conocido “Cedro del Palena” (Austrocedrus chilensis).

Abbé realizó una exploración en diciembre de 1883 a fin de comprobar los bosques “tan cotizados”, pero no

tuvo mayor suerte pese a su esfuerzo de penetración río arriba. Eso sí, cuentan que quedó prendado de su belleza escénica y del vigor de la naturaleza en los terrenos reco-rridos, lo que lo movió a pensar en la posibilidad de una colonización, una propuesta que parece haber estado

La Isla Leones, colonos alemanes y un árbol del Palena fueron parte de los inicios de esta zona y su frontera con el pa-sado, con el mar y como límite norte de la región de Aysén en el litoral.

Según datos de la Biblioteca del Congreso

Nacional, la localidad de Isla Los Leones se fundó un

4 de Enero de 1889 en la desembocadura del el Río

Palena que se abre en 2 brazos, y con la presencia del

Golfo del Corcovado. De acuerdo a los registros históricos, la planta de

dicha población constaba de 32 manzanas de 100

metros por lado, alrededor del terreno reservado

para una plaza pública y esas manzanas estarán

separadas entre sí por calles de veinte metros de

ancho. Dichos terrenos fueron dados a los poblado-

res que los solicitaron, debiendo reservarse cinco

manzanas para edificios públicos, comisionándose al

Intendente de Llanquihue de esa época, don Jorge

Figueroa, para que designe el lugar en que debe

establecerse la población de Palena.

Puerto Palena

El paraíso inolvidable donde comenzó la colonización regional

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contenida en un informe que envió al Supremo Gobierno sin que se haya sabido de su respuesta.

La Primera Colonia

Fue 2 años después que arribó al estuario del Palena Emhardt, acompañado de Charles Burns, vecino de Ancud que había servido de guía a Ramón Serrano y Juan Yates, el afamado “Práctico” de Simpson y quién tenía 50 años residiendo en Chiloé con actividades en la Patago-nia Occidental.

Según el libro “De la Trapananda al Aysén”, de Mateo Martinic, los expedicionarios valoraron los campos de la zona inferior del valle del Palena para el uso pastoril. En 1888 se instala una colonia en el estuario de la Isla Los Leones con 20 familias chilotas, y medio centenar de cabezas de ganado.

A partir de ahí, con sendos informes de Ramón Serrano (en 1885, 1887 y enero de 1889), vía decreto supremo del Presidente José Manuel Balmaceda, y con la firma del ministro del Interior, Ramón Barros Luco, se dispuso la creación de la “primera colonia chilena establecida en la Patagonia Occidental”.

Celebrando con olor a mar, arena y espuma

Llegué a Raúl Marín para conocer cómo es la vida

del mar y cómo se relaciona con su fiesta costumbrista-gastronómica y turística. Y es que la fiesta está intrínseca-mente ligada al mar, y busca atraer turistas durante todo el mes de febrero.

Es sabido que la oferta se concentra en las comidas típicas que se puedan preparar con los ingredientes de la cuenca del Palena, como son puyes, róbalo, salmón, lo-cos, erizos, almejas, choritos, cholgas y jaibas, es por eso que uno de los principales objetivos de la fiesta -desde el año 2009- es potenciar el trabajo de los buzos mariscado-res y pescadores locales.

Con el apoyo de la Municipalidad de Cisnes se creó el comité cultural “Las Dunas” para formalizar el festival cos-tumbrista que brinda un importante apoyo al desarrollo del turismo que depende de la cuenca del Palena.

Kurth Klein Valle, dice que “la gente que viene a nues-tra localidad desde otros pueblos se va feliz, aparte de ver las mejores playas de la región, goza con la preparación de otros tipos de comidas que se hacen como lo son las ricas empanadas de jaiba-queso, los crudos alemanes o crudos valdivianos, que se hacen con carne cebolla, picada, una salsa blanca que se lleva yogurt natural, ciboulette, entre 2 rodelas de pan. Y no dejaré de men-cionar que mis primas y las hijas de mi madrina cocinan unos buenos kuchenes y strudel (remolino en alemán) y las mejores pizzas de mariscos como la loco (concholepas concholepas)”.

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A las delicias gastronómicas se suman actividades al aire libre como los paseos en bote, kayak, con pangas, visitas en lanchas a las loberías, o a divisar avistamientos de ballenas. No falta, por cierto, la venta de artesanías, y si se quiere algo más íntimo, vale la pena un paseo de 3 horas caminando relajadamente para conocer la flora local, como el Coigüe (Nothofagus dombeyi), la Luma (Amomyrtus luma) o el Arrayán (Luma apiculata) por un sendero que parte en el pueblo y termina en el río Palena con árboles de más de 500 años de vida.

Gran Curanto Gran

En el último día de la fiesta de Raúl Marín Balmaceda se inicia la preparación de un gran curanto al “hoyo”, al que acuden unas 500 personas. Se incorporan mariscos, carne y luego se tapa con hojas de nalcas y pasto cortado en pastelones para mantener la humedad. La cocción de-manda 4 horas, en un singular ritual que atrae a turistas nacionales y extranjeros.

Aunque los más jóvenes prefieren preparar los mariscos “al disco” en sólo una hora, con diferentes tipos de carnes y longanizas, también los tapan con hojas de nalca.

La variante del gran curanto al hoyo es el “Pulmay”, un curanto a la olla, en que un fondo recibe los ingre-dientes de rigor: choritos, cholga, almejas, además de longaniza, pollo, carne de chancho, arvejas y habas. Cada porción se sirve en una mallita al plato, acompañado de milcaos y chapaleles.

También existe la posibilidad de conocer la Gruta de la Virgen y es el lugar donde los pescadores locales se encomiendan y realizan sus oraciones de agradecimiento a la naturaleza, y al mar por la abundancia de recursos a

En la Agrupación de Turismo Valle del Palena, Nancy, Lucía y Ricardo Born, rememoran que con motivo de una segunda colonización a partir de 1930, la isla y Puerto Palena es una de las 3 bases de la línea aérea experimental de Magallanes, con hidroaviones Sikorski S43, que con capacidad para 16 pasajeros vo-laban entre Puerto Montt y Punta Arenas. Claro, como la mayoría de las veces amarizaban y volaban a baja altura, requerían puntos estratégicos para obtener información meteorológica ante posibles tormentas.

Isla Los Leones pasa a tener esa responsabilidad, junto a la base de Puerto Aguirre y la de Puerto Edén.

En la isla se instalan antenas y construcciones de tipo estándar para acoger a los tripulantes y pasajeros de la ruta que necesitaran resguardo. Luego con la aparición de otras líneas aéreas comerciales, la base la toma la Fuerza Aérea de Chile y queda a cargo del Sargento Aguilera, quien vivía con su esposa y su perro “Cote”, convirtiéndose solo en estación meteorológica, con un hidrómetro, un anemómetro, un termómetro, entre otros. La Fuerza aérea en esos años cumple un papel importante en el transporte y de rescate de personas hacia el hospital más cercano.

Luego pasa el tiempo, llega la compañía agrícola industrial Palena, CAIPA, que dura unos meses y luego le da el paso en el año 1951 a la Sociedad Ganadera Río Palena que puso un aserradero a cargo de Mario Mansilla y otras 5 familias. La sociedad llego a tener unas 8 mil hectáreas de tierras hasta el fundo Melimoyo, donde se pretendió explotar el bosque y crear tierras ganaderas.

Otra persona que cumple una función impor-tante en la colonización en la isla es el señor Alfonso Dualde quien venía comisionado para ocupar el valle del Palena con gente contratada y preparada para esos menesteres.

Segunda colonización

Nancy Riffo Jara Kurth Klein Valle. Alejandro Hechenleitner Gladys Rani

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20 Revista ELAL

su patrono San Pedro. La gruta está instalada en la zona donde se puede

organizar una visita guiada por buzos para aprender a mariscar y consumirlos con limón, y hacer un brindis con un vaso de vino, a la par conocer el legado del padre Ronchi en la zona.

“Acá llega de todo, pero principalmente las personas que logran llegar a Marín, buscan tranquilidad, natura-leza, buenos paisajes y andan buscando conocer gente diferente a ellos. Las personas que están metidas en Santiago, que andan a ‘100 por hora’ se dan un tiempo de conocer a gente más tranquila y cariñosa, por lo menos eso es lo que veo. Por acá te puedes sentar a conversar con cualquier persona”, me comenta Kurth Klein Valle.

Agrega que el turista puede comer frutillas silvestres en la playa de la localidad. Me parece un verdadero pe-dacito de paraíso: blancas arenas y frutos tan pequeños como dulces, que en la localidad están en campaña para recuperarlas, luego que comenzaran a desaparecer al intentar detener las dunas con el retamo.¿Kurth, cuál es la participación de la juventud en esta iniciativa de hacer una fiesta costumbrista?

- Nosotros sí estamos haciendo un encuentro es para rescatar que se junten las familias, que todos tratemos de cooperar, y que no perdamos ese sentir de compar-

tir todos unidos como pueblo y básicamente la fiesta costumbrista está logrando eso, de que rememos para un mismo lado para concretar nuestros objetivos en común.

Acá la juventud es multifuncional, por decirlo así, los niños aprenden cocinar a los 8 años, a hacer pan o a picar leña, lo que posibilita a solucionar los problemas con mayor rapidez que las personas de afuera, lo otro la juventud de estos lados, como en otros de nuestra bella región no están pegados detrás de la pantalla de un computador, si no que salen a nadar o a caminar, además cuando egresas de la educación básica tienes que salir a estudiar la media a otra localidad, con beca de residencia familiar o no.

En los últimos años, Raúl Marín Balmaceda ha

mejorado su conectividad en comunicaciones y de

sus accesos. Hoy con señal de telefonía celular, y una

mayor cobertura de suministro eléctrico continuo

hasta la media noche aún permite privilegiar una

mayor conexión con la naturaleza.

Desde 2008, los habitantes cuentan c on una

conexión terrestre y con la barcaza Hans Steffen que

es usada permanentemente como “puente”, reempla-

zando a la barcaza Alejandrina que sólo visitaba una

vez por semana a la isla.

Ya se trabaja en habilitar e implementar servicios

para la creciente demanda de turistas, iniciativa que

con fondos municipales y del Gobierno Regional,

pretenden establecerse en la playa de Raúl Marín

Balmaceda.

Más y más cerca señor Ricardo Born

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Cancha jineteadas de puerto ibáñez.

Huasos en fiesta de Villa Cerro Castillo

La Guitarra y el Acordeón

Germán Fuentes Padilla en pila de madera

Matrimonio Muñoz Zurita- Rosamel Muñoz e Inés Zurita

Esteban Rubilar, Martín Troncoso y Ruperto Quinto en Cerro Castillo

GaleríaFotográfica

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Chalupon con que Augusto Grosse y su cuadrilla cruzaron desde Chiloé a Puyuhuapi (verano de 1935)

Kuchen Frambuesa de Puyuhuapi

Jóvenes de Guadal practicando deporte en la plaza

Hidroavión Marca Sirkosky

Nicanor Sepúlveda

Señalética en Guadal

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La tierra donde todaslas fiestas comenzaron

Desde los “Festivales Camperos” 20 años atrás a las celebraciones costumbristas de hoy, Leonel Galindo nos habla de su personal mirada de la evolución que han tomado estas expresiones en la Patagonia Aysén.

“Yo te puedo contar que los encuentros costum-bristas partieron en esta comuna, alrededor de los años 1993 y 1994”, así comienza Leonel

Galindo -autor del libro “Aisén y su folclor” (2004)- de-jándome en claro que desde la capital de la Patagonia Aysén, de alguna forma, se desparramó el “espíritu costumbrista” por toda la región.

Leonel asegura que hace ya casi 2 décadas que en el Municipio de Coyhaique se creó el área de Cultura, del cual es encargado. Surgen así, los llamados “Festivales Camperos”.

“Le pusimos el nombre de festival, porque los festivales son de competencia, y la idea era mostrar las jineteadas, las pialaduras, las habilidades de los perros ovejeros, con una convocatoria a nivel comunal y luego, a nivel regional, incluso trascendiendo la invitación a gente de Argentina, como el “Negro Falucho”, que fue una de las primeras veces que vino a la zona”.

Sin duda, los recuerdos de aquellos primeros años evocan mucha gente participando, con programas radiales como ocurrió con Eduardo Bravo con su “Mate y Canto” y Oscar Aleuy a través de “Aysén con todo”. Se

sumaron organizaciones de varias localidades rurales, y así por primera vez en plena avenida Ogana se hacía una vaquilla al palo, a cargo de don “Pancho” Cordero.

La mística de antaño

Galindo apunta que años más tarde se rea-lizaba un festival de la canción criolla en Coyhai-que. Los primeros encuentros costumbristas o festivales campe-ros en Coyhaique cautivaban con gran adhesión de la gente, con

Carrero guitarreando en el sector el balseo, ubicado a un kilometro del puente dum, en la senda que unió Puerto Aysén con Coyhaique (casas de la SIA) en marzo de 1929, 7 meses antes de la fundación del pueblo de baquedano.

COYHAIQUE

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todo el espíritu para mostrar su cultura, mística que con el tiempo se ha ido perdiendo.

“En muchas localidades está pasando lo mismo, y es más hay cosas que se ritualizaron, como el caso de las jineteadas, que se convirtieron en un espectáculo, que se parecen mucho más a un evento de jineteada de la Patagonia argentina, que a un evento de jineteada propiamente tal”, analiza Leonel.

Un ejemplo es la jineteada con “grupa surera” –dice Galindo- que no es tradicional de la zona, “aquí los viejos no jineteaban con “grupa surera”, la gente antigua jineteaba con montura completa, con recado completo o incluso algunos jineteaban con cangalla, a pesar que era peligroso, si un animal se te voleaba con cangalla te revienta, esa era la manera criolla de jinetear, pero tam-bién habían unos mas gauchos que se atrevían a subir en pelo”.

Jineteadas y jineteadas

Generalmente la jineteada se hacían cuando su-

bían por primera vez un potro o cuando descubrían

que un potro era muy bellaco, dice Leonel Galindo,

lo subían para demostrar capacidad del jinete, lo ji-

neteaban hasta que el animal se cansaba. No había

un tiempo de jineteada, sino que largaban puerta

afuera y a campo, meta azote y espuela, porque el

propósito era amansarlo, no ponerlo más mañero.

Las tropillas son animales totalmente adiestrados

para corcovear, son animales reservados. El tiempo

de monta son 12 segundos en el caso de la grupa

surera, 15 segundos en el basto con encimera, y

8 segundos en la crina limpia que, a diferencia de

jinetear en pelo que se sujetaba del mechón de la

tusa, tiene una especie de correón desde el pecho

donde se toma la persona.

Conjunto Mate Amargo: Manuel Oyarzo, acordeón verdulera; Segundo Oria, acordeón Piano; Guillermo Barra y Cecilio Aguilar, en guitarras.

Mate joven y con ‘sabor criollo’

Hoy, a juicio de Leonel Galindo, es en las localidades más distantes, donde la gente todavía llega a caballo y se moviliza como en otros tiempos, en que los encuentros costumbristas se realizan con ‘sabor criollo’, “con sabor verdadero, porque quienes los ejecutan son personas que eso lo viven a diario, no es que lo estén recordando, son hombres de campo, que tienen terrenos en el campo, no es un montaje, como acá en Coyhaique, la semana del pionero es un montaje, porque viene mucha gente a desfilar. En cambio en los lugares distantes, es real, la gente de ahí vive en sus campos y si tu vas fuera del año en otra época del año, y llegas a las 7 de la mañana a su casa, esa persona te va a recibir en su casa, y vas a tomar mate amargo con él, porque él a esa hora toma mate”.

“Los jóvenes están más interesados que los adultos, saben que es lo propio de acá, y lo entienden mucho. De hecho cuando hay alguna fiesta de campo ellos bailan, el tema es que hay una cierta generación de personas que no es parte de la tradición, y que actúa como observa-dor”, comenta Leonel Galindo.

Agrega que con el chamamé, ocurre que es la menos tradicional de todas las danzas de la zona, “más tradi-cional es la ranchera, la polka, el paso doble; entonces a lo que quiero llegar es que lamentablemente se ha ritualizado el chamamé, lo han mostrado más, lo han desgastado más, por eso en lugares y sobre todo la gente que viene del norte, pide escuchar un chamamé (…) en cierto modo, se está distorsionando la realidad”. no se muestra la ranchera, no se muestra el valseado, el paso doble y menos la cueca nuestra, la cueca que se bailaba acá en la zona, la que bailaban los pioneros, que también existía y que también era especial, pero también se borró del mapa”.

Galindo resuelve que se percibe cierta ambigüedad en este sentido, donde incluso en juegos infantiles de un encuentro costumbrista, se opta por una cama elástica en vez de jugar al “zuncho”, la “bocha”, el “trompo”, a la “chita cuarta”, a la “matanza”, o a la “Troya”.

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¡Venga a la Señalada che!

En los campos de Coyhaique y la zona, es en no-viembre y diciembre cuando se desarrolla una faena conocida como Señalada, la que consiste en cortar o perforar las orejas de las crías con el signo que identi-fica la propiedad. A este signo se le denomina “señal”. Amigos y parientes del propietario se congregan en torno a una Señalada. En esta misma faena, se realiza la castración de los machos, conocida como “capa”, y el corte de colas de machos y hembras. El corte de cola en las hembras se realiza a 5 cm más abajo del nacimiento del rabo (para facilitar el aparea-miento en la madurez). En cambio, a los machos se les deja media cola para distinguirlos en estado adulto cuando sean capones. El recuento del número de las colas sirve para saber la cantidad de animales señalados, y en el caso de los machos, la operación resulta dividiendo por dos el total de testículos. Así se sabe el número de los machos castrados. Las modalidades de castración, denominadas capaduras, son efectuadas de 3 maneras: a diente, a cuchilla y con goma. El primero es el más difundido y consiste en efectuar un pequeño corte en la zona inferior del escroto,

elevando la piel hasta que se corten los conductos deferentes, llamados binzas. La capa con cuchillo es menos frecuente en el caso de los corderos. Y la capa con gomas, utiliza una herramienta llamada elastra-dor, para colocar en la base del escroto un anillo de caucho. Los distintivos que se utilizan para el ganado ovino son variados y algunos pueden tener carácter tempo-ral y otro permanente. En ocasiones se traza una línea sobre lana del lomo del animal, ya sea con tiza o pintura para identificar los que han sido bañados o se les ha aplicado algún tratamiento especial. Las señales son permanentes y permiten identificar la propiedad del ganado. De hecho, existe un registro de marcas y señales inscritas con el RUT del propietario. En los ovinos, la señal en las orejas tiene un valor legal, mientras que para los vacunos y caballares, es la marca de fuego. La mayoría de las señales se hacen con un cuchillo, pero la hoja en la higuera, el zarcillo y el trébol, son aplicadas con una máquina especial llamada Señala-dora, que tiene moldes de diseños más complejos. También existen señales de formas geométricas, en cuyo caso se opta por denominarlas por la figura que representan.

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Lo que tenemos ylo que nos falta

“Se debería incluir en las fiestas costumbristas más el truco y los juegos infantiles, que por estos días están quedando de lado, por el acceso a internet y los juegos online”, defiende el recopilador Cecilio Aguilar.

Cecilio Aguilar me nombra la payana, un juego fuerte que se practicó bastante por grandes y chicos, que se juega con piedras. También está el

juego ‘Cinco Piedras’ que es la misma base que la payana, pero con menos piedras.

Como recopilador, Cecilio me confirma que los encuentros costumbristas comenzaron en Coyhaique, en localidades como El Blanco, Villa Ortega, y Valle Simpson, organizados por el municipio.

“Y la idea fue muy buena, porque era descentralizar las actividades de la capital regional, y además a los pueblos le daba una vida durante el año”, de manera de disponer infraestructura y logística en un pueblo para llevar a cabo las actividades de la cultura tradicional que están más presentes en esos lugares.

¿Por qué es diferente el concepto de encuentro costumbrista en la capital regional?

- Yo creo que es por un tema político, por el cambio de

alcaldes, y por ser la capital tiene otros intereses al mo-mento de elegirse a la autoridad política. Yo no sé en qué están puestos estos intereses, no es materia mía juzgar eso, pero desde el punto de vista de la cultura tradicional se nota mucho la mano de un determinado alcalde. Eso no le hace bien a la cultura, menos a la cultura tradicional, porque es la que está más desprotegida, por así decirlo, por la velocidad que tiene el mundo hoy en día.

¿Cómo llegas a ser un recopilador?- Es una cosa circunstancial, yo nunca pensé en dedi-

carme a eso. Empecé por el año 1996, cuando entré a un conjunto que había formado mi hermano en Balmaceda, un conjunto que se llamaba “Los Camperos”, donde ellos planteaban que el conjunto folclórico debía mostrar otras cosas, ya no lo que se mostraba en los liceos o en las escuelas, la cueca, lo huasos, y folclore del país. Ellos sobre el escenario ponían rancheras, valses, chamamés y pasodobles, que no se hacía.

COYHAIQUE

Tamangos calzado. (foto fundación Patagonia sur)

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Revista ELAL 27

Entonces entrando ahí, tienes que responderte pre-guntas, no solamente preguntas de afuera, sino que des-de adentro, ¿por qué voy a hacer esto? y ¿por qué no sigo con la línea que con lo que se estaba haciendo?, ahí uno empieza a tener que averiguar en qué voy a basar lo que estoy presentando, porque necesito darle argumentos.

Dices que fue algo “circunstancial”…

- Digo que es circunstancial, porque siempre esperé que otra persona hiciera ese trabajo y al no aparecer na-die, bueno me decidí por hacerlo, y por eso comenzamos el tema precisamente de la cueca, de hacer la recopila-ción de la cueca regional, a nivel continental (desde Lago Verde a Cochrane), para buscarla con el conjunto.

Los argumentos que teníamos en ese entonces eran solo históricos y familiares, ¿por qué toco la música que toco?, porque la aprendí de mis tíos, ¿por qué bailo lo

que bailo?, porque yo vi bailar eso desde chico, y le pre-guntas a tus papás y con ellos paso lo mismo.

Hacia “lo patagón”

Cecilio me confiesa que luego de eso hay que pasar a otro plano, de alguna manera se busca una definición del folclore que se expresa y se aplica, más aún cuando se cuestiona el usar bombacha por su apariencia argentina.

Por ello, este recopilador del folclore y la cultura en la Patagonia Aysén, acusa que falta un desarrollo en cuanto a sentar las bases de cuál es la música tradicional, “la música folclórica que es la música tradicional que está vigente”.

Cecilio se da el tiempo para enfatizar que “cuando uno habla de identidad se basa solamente en aquello que lo identifica, entonces cuando tú dices ‘pones un mate’, toda la gente que toma mate sabe de qué se trata, y eso los identifica, aquel que no entiende el código, no es parte de esa identidad. Mucha gente continua con el estigma de que ser gaucho es ser argentino y, por lo tanto, quieren separarse de eso, pero en su internalidad son todos gauchos en el fondo, porque tiene que ver con una cultura que va mucho más allá de Argentina”. Un con-cepto con el que dar a entender lo que ocurre al mismo tiempo en lo musical.

“Existe mucha gente que hoy en día pone como parte de la música del campo, música mexicana, y basan sus creaciones en eso, entonces eso de alguna forma es un error de la modernidad, el hecho que los medios de comunicación venden a nivel nacional que eso es parte de nuestro campo y no es así. Ahí entramos en el tema de identidad, de que cuando escuchas una letra, esa letra no te identifica y por eso la música mexicana acá siempre ha tenido ese apellido ‘música mexicana’, no así la música argentina, o mucha parte de la música argentina, no tiene ese apellido, porque para ellos es normal (…) falta que esto sea oficial, que la gente se dé cuenta de cuál es su verdadera identidad”.

Para Cecilio Aguilar, hay 3 cosas que influyen muchísi-mo para que una determinada cultura se arraigue en un lugar: la economía, la geografía y el clima.

Así, mientras en la zona continental de la Patagonia Aysén se crían ovejas o vacas, surge la cultura gauchesca con sus expresiones para crear eso, y eso se mantiene. Distinto es en el litoral, “una cultura que viene desde Chiloé, porque lo que necesitas para vivir es saber nave-gar, pescar, es esa su economía, es lo que te va a dar de comer, entonces tienes que mantener esa cultura, porque es la que te va a mantener vivo, viendo la economía desde ese punto de vista”, concluye Aguilar.

Cecilio Aguilar, recopilador cultural.

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Jorge nos cuenta que ser un músico implica su dis-ciplina de ensayo diaria para entregar al público un trabajo de buena calidad.

Su primer disco se titulo “Quiero cantarle a los míos”, que es un disco artesanal, en donde cuenta las vivencias de la gente de Puerto Ibáñez, trabajo que habla de la realidad social contemporánea y de la historia de la tierra que lo vio nacer, como también del exterminio del abori-gen, la perdidade la identidad cultural, de las costumbres locales , como que ya no se ve el pilchero o al hombre

Donde no habla el corazón

NO EXISTE MATERIA PRIMA

Jorge Contreras: “No hay mejor cosa, que vivir las cosas, para poder relatarlas”

Entrevista especial con el músico Jorge Contreras “El payador Cantor del Viento”

que anda con carros, y una notable preocupación por la invasión cultu-ral por parte de los medios.

Las creaciones que hago yo son basadas en vivencias y sentimientos, y como dice mi verso:

“Los invito a pensar, las palabras de un cantor, que aunque no sea el mejor, creo que pueda opinar, y a los míos entregar sentimientos hecho versos, siempre hago el mayor esfuerzo, porque la gente me inspira, con la verdad por delante, no me gustan las mentiras; destaca Jorge.

La música folclórica en Chile tiene muy poca difusión, sobre todo la

música de la región de Aysén, que según Contreras es poco vendible y los sellos lo que buscan es vender, por lo tanto su nuevo trabajo está hecho con una empresa regional de trabajos discográficos, en donde lo ayudado rización y profesionalización del disco, además de conse-guirle los estudios.

Grabar un material cuesta plata, pero gracias al apoyo de mis amigos se minimizo mucho los costos, y un trabajador rural, tiene que invertir harto y a veces tiene que dejar de alimentar a su familia por grabar un disco, pero con una “gauchada a cambio de nada, apoyan a este paisano, que ntar a su gente”, concluye Jorge.

El nuevo disco que promociona en el 2012 se titula “Aquí me tienen de vuelta”.

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Renan Catalán y su yegua canaria. Organizador y fundador de las Jineteadas Internacionales de Puerto Ibáñez.

Timoteo Soto Soto y Antonio Ver-dugo Mansilla. De Puerto Guadal

Omar Papp, Puerto Ibañez

Señor Pacheco de Bahía Murta Juan Mejías y Luperciano Muñoz de Chile Chico.

GaleríaFotográfica

Padre Porfirio. De Puerto Guadal

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30 Revista ELAL

Jinetada Internacional, Club de Doma y Folclore

Con el Sentimiento Patagónen la sangre

Cada año a fines de enero, Puerto Aysén revive sus tradiciones. Parece un rito anual tan necesario como esforzado de realizar.

Algo de eso me relata José Hernández, tesorero de la agrupación que mantiene vivo el espíritu del sentimiento patagón en la comuna de Aysén.

“Todo esto partió ‘a pulso’, un día vino una persona que se acercó a mi papá, Pablo Hernández, para que le arrendara el campo para hacer las Jineteadas. Era una actividad bien

arbolito que de pronto crece y crece, y se va por las ramas y al final la base se va debilitando, no importa que seamos poquitos, pero lo importante es trabajar en conjunto”, valora José Hernández.

En este sentido, me remarca, que “estamos tratando de fomentar las actividades costumbristas de la gente que lle-go primero por estas tierras, a nuestros abuelos que llegaron a fundar, entonces nosotros queremos difundir esas costum-bres a las nuevas generaciones, para que los renuevos se interesen en esto y no se pierda. Acá hacemos Carreras a la Chilena, que se hacen en muy pocas partes, como en Mañi-huales, en Villa Ortega, Villa Ñirehuao, El Gato”.

Y eso no es todo. Otras actividades que se realizan en Puerto Aysén son “agarrar el corderito”, o “agarrar el pollito”, entre 8 a 10 niños, la infaltable Carrera en Sacos, Tirar la Cuerda, Agarrar el Chancho.

“Y cada vez, vamos incorporando nuevas ideas, como incorporar la Jineteada de Vaquillas”, yo soy jinete y le digo que en ninguna otra parte usted ve eso incluida en la activi-dad costumbrista, tal vez en Cerro Castillo, pero ahí lo hacen a parte de las actividades de la fiesta. La competencia de vaquillas la hacemos con 2 manillas, y con una sola manilla, con un solo cinchón que, generalmente, se deja para la final. Los 5 ó 7 mejores jinetes que clasifican, compiten con una sola manilla”.

José reconoce que todo partió de manera muy arte-sanal, “cree una herramienta para preparar jinetes para las jineteadas que vi por televisión, y había gente que ensayaba para jinetear, entonces yo dije ‘esto hay que copiarlo’, de manera muy artesanal, porque los tirantes generalmente son metálicos, son de resortes, y bueno como no teníamos resortes le pusimos una cámara de auto, y queda una buena suspensión”.

La producción del evento es muy cara, tan solo ir a buscar una tropilla de animales sale $1.600.000 en el ítem de transporte desde Puerto Aysén hasta Puerto Ibáñez.

Se deben sumar los costos en personal para la producción, premios, y otros como el arriendo de las vaquillas y su correspondiente transporte, acti-vidades que son financiadas en parte por el ‘corte de boletos’ de las entradas a la actividad, estimán-dose una afluencia aproximada de 5 mil personas que participan de esta actividad cada verano.

La producción

arriesgada de hacer y de que llegara gente, pero poco a poco se han ido postulando proyectos en la Municipalidad”.

José rememora que en las primeras actividades anda-ban ‘justos con los pesos’, y un tanto solos. Con el tiempo se fueron organizando, y fueron adjudicándose proyectos.

“La Municipalidad, de a poco, nos ha ido guiando y tratamos de sacar adelante esto, la meta de nosotros es continuar adelante con lo que empezamos hace harto tiem-po atrás, y tenemos harta gente interesada acá en Aysén, pero la idea no es abarcar tanta gente, porque es como un

PUERTO AYSÉN

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a la juventud para que salga de la ciudad, que se divierta en algo sano, porque aquí juegan a la Taba, juegan al Tejo, juegan al Trompo, se ven otro tipo de cosas más sano acá en el campo, se come la tortilla al rescoldo, o el charqui, como se vivía antes.

Acá el guachaje anda con piernera, anda con tamango, ese que es el antiguo zapato que usábamos, todos creci-mos con tamangos, que eran hechos con cuero de vaca pelúo, así se conservan más tiempo y en esos tiempos no había ni bota de goma.

“Nunca he sido poeta…”

Don Pablo tiene más de un talento tradicional para sorprender a quienes quieren conocer la memoria gaucha de la Patagonia.

“Acá en este campo la gente tiene mucho para con-versar, ahí en el frente tenemos ‘El Centinela de Aysén’ y cuando a uno le preguntan… ¿cómo se llama?...”

Entre risas comienza a declamarnos…

Pa’ los que no me conocen, yo me voy a presentar,yo quiero serles bien francono los voy a defraudar.No soy muy bien parecidonegro, guatón y viejitopara los hombres soy Hernándezy pa’ las mujeres Pablito.Yo nunca he sido poetatampoco pretendo serpero si quiero hoy le rindoun homenaje a mi lindo Puerto Aysén.Aquí verán las bellezasque ustedes no se imaginapaisajes para postales amigo

Don Pablo Hernández, tiene 70 años, y a lo largo de su vida ha pasado por muchas, pero una cosa si tiene muy clara, el pasado y las tradiciones no se

pueden olvidar. Fue presidente de la agrupación que hoy también in-

tegra su hijo José. Con el tiempo, ha cambiado la directiva y los dirigentes, pero el objetivo es algo permanente.

“La idea en el fondo es rescatar nuestras tradiciones llevamos en esto 3 o 4 años”, nos aproxima don Pablo.

Claro que a ojos de don Pablo, hoy a veces, es un tanto complejo avanzar.

“Se nos hace cada vez más difícil, principalmente, por las leyes sanitarias. Aquí, nosotros para hacer un evento, tenemos que regirnos por la ley sanitaria, y no podemos carnear un cordero, hacer un ñiachi típico del campo, un asado con cuero, acá el cordero se pasa al matadero y ellos lo entregan faenado, no se puede hacer nada que no esté reglamentado por sanidad”.

José, su hijo, aplaca diciendo que “al final nosotros hemos tenido que ir adaptando a lo que las autoridades dicen, y eso va modificando… modificando la tradición de los que llegaron primero”.

En medio del bosque

Don Pablo me da cuenta de una situación que gra-dualmente parece ir atentando con las tradiciones.

“Aquí, las políticas han ido ayudando para que suceda eso de la migración campo-ciudad, mi hijo nacido y criado acá en el campo, ¿qué le ofrezco para que se quede conmi-go? ¿De qué vive?, allá tengo un bosque, le saco un metro de leña, te meten preso, con la protección del bosque nati-vo, no podemos sacar ni un metro de leña pa’ nosotros”.

¿Qué tipo de bosques es ése don Pablo?- De lo que sea, produce leña, produce madera pa’

aserradero, pero no se puede. Por otro lado, aquí en esta zona no se puede vivir de la agricultura, en el campo chico menos de la ganadería, una persona que tenga 10 ó 20 va-cas no va a vivir de la ganadería, va a tener 4 ó 5 terneritos para vender en el año, y los niños crecen, emigran y ahí ve usted.

Acá se trata de rescatar tradiciones y darle un espacio

“Que no se pierdala tradición”

PUERTO AYSÉN

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ríos de aguas cristalinassus cordilleras nevadas sus bosques impenetrables,sus cascadas verticales,sus mujeres adorables,y si hablamos de mujeresse lo digo en un segundoen eso tengo experiencia¡son las más lindas del mundo!El hombre de Aysén mi amigotiene algo bien especialno mira de pie a cabezaasí cuando lo va a saludarsolo le mira los ojosy la mano que va a apretar.Fue por allá por los años 30 má o’menoscuando yo aún ni nacía,mi padre recién casa’oy con ganas de progresar se internabaen las montañas de Viviana por allá,por allá al fondo, para formar un hogar.La experiencia no era fácil le decía el corazón,una ilusión en el alma le daba juerza y valor,sabía que a la montaña… no era fácil doblegar, y que a punta de machete y hacha le tenía que ganar.

Primero con el guadaco, mas después con el ara’ode a poco jue cosechando aquí el fruto de lo sembra’oahí nacieron sus hijos, mis hermanos, nací yo, mi viejo estaba contento, ahí la puta que le achunto. Eso jué un día 14 de auril del ‘43cuatro y cuarto de la tarde cuando a Viviana llegué, Dicen que dijo mi padre cuando me trajo a este mundo¡Vieja, vieja te nació hombrecito! y el va ser Pablo Segundo.Y luego tomo la tijera y la tripa me cortó,pa’ que pague bien su platados cuartas a mí me dejó. El tendría su experiencia, o le habría sucedido.pues lo que abunda no daña, dijo,va a recoger con el frío,ese tiempo escarchaba harto,tenía mucha razón de eso ahora soy testigo, cuando ando medio apura’o, lo confundo como ombligo.

“Estas son historias verídicas y reales, nosotros siempre he-mos tomado agua de la vertiente, sin cloro, yo a la edad que tengo no tengo ficha médica, esperamos que se entienda, que es ‘rescatar tradiciones’, esa palabra no la entienden, es vivir como se vivía, en un fogón, comiendo papas ahumadas, el asa’o con cuero, que la gente vea como se cuerea y degüe-lla un cordero…”.

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Para los patagones, las divisiones fronteri-

zas son sólo eso, lindes geopolíticos que se

borran cuando se habla de tradiciones. Aquí

se viven verdaderas fiestas que rescatan las

costumbres y tradiciones de antaño, gran-

des espectáculos que año a año convoca a

los mejores jinetes de la Patagonia de Chile,

Argentina, Uruguay y Brasil.

PUERTO INGENIERO IBAÑEZ

La delgada frontera quesepara a las Patagonias

“Nosotros somos patagones y en la Patagonia por mucha frontera que haya, para nosotros no hay diferencia entre el gaucho y el chileno, que

se visten, que amansan los caballos y que jinetean igual, la única diferencia es que unos tienen un carnet que dice que es chileno y el otro que es argentino”.

Con esta frase, Armando Godoy, uno de los organizado-res del Festival de Jineteadas de Ibáñez, me graficó la esen-cia de la cultura ‘sin fronteras’ que se vive en las jineteadas en Puerto Ingeniero Ibáñez que, cada año, se viste de fiesta para rescatar esta tradición, y que como muchas otras tiene su origen en la vida cotidiana, esforzada y de trabajo de la gente de la Patagonia.

Alrededor del Palenque

La Agrupación Cultural “Jineteadas y Tradiciones de la Patagonia”, con 10 años de vida desarrolla el Festival de Jineteadas y Folclor en Ibáñez, y son 12 años organizando el evento que en la actualidad recibe a miles de turistas, patagones y jinetes argentinos, uruguayos y brasileños para reunirse en torno a las tradiciones y el palenque (palo en medio del corral, donde atan a los caballos mientras el jinete lo monta y se prepara para mostrar sus destrezas).

Armando me cuenta que los inicios fueron modestos y gracias a la voluntad de la gente. Destaca la llegada de Renán Catalán, un chileno que vivió mucho tiempo en Argentina y que se dedicaba a organizar jineteadas.

“Entonces él vino para acá y me dijo que hiciéramos jineteadas también, y que rescatáramos esto porque es parte de lo que en Ibáñez se está perdiendo y nadie lo hacía. Así nace la iniciativa, una cosa muy pequeña en un principio, entre los amigos, la gente fue haciéndose parte, prestando los animales, otros se ofrecieron para preparar a los caballos, porque son preparados para estos fines, para que no pe-guen patadas”, y en ese momento Armando recordó, el triste episodio de perder a uno de los jóvenes participantes, era “una de las personas más humildes de por acá, el chico de 21 años se llamaba Héctor “Tito” Segovia Cares”.

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Cuesta imaginar los inicios de esta fiesta, sobre todo cuando se ve llegar a los miles de asistentes cada año. Renán Catalán es el hombre…, el tenaz que inició todo esto por cumplir con un evento deportivo para su pueblo, pero también para desarrollar su pasión por los caballos. Hoy es el presidente de la Agrupación Cultural Jineteadas y Tradiciones de la Patagonia y me cuenta su historia. Vivió 20 años en Argentina, donde fue parte de la organización de algunas jineteadas, mientras añoraba volver a su pueblo natal, Ibáñez. Así, a su regreso, lo invitaron a participar en el Consejo Local de Deportes, ahí Renán impulsó y gestionó recursos para la creación de una cancha de futbol donde solo habían piedras, y con orgullo dice que ahora “es la mejor de la región”.

Luego de un año de su regreso, siempre a través del deporte y junto a algunas personas que le ayu-daron, comenzaron con un evento pequeño en una chacra, hasta donde llegó mucha gente local. Renán me cuenta que hoy “todo el mundo se prende de las jineteadas”, pero no fue siempre igual. “No tenia a’onde hacer este festival, las autoridades no me cola-boraban, no me pescaban porque decían que estaba loco, yo a todo le decía Amén. Había un terreno que estaba abandonado, habían puras matas, y yo le digo a mi señora y a mi familia, ‘¡Vamos a sacar matas!’, los juimos a sacar con picota y hacha todas esas matas. Hoy día tiene luz eléctrica, tiene instalación sanitaria, estamos construyendo las tribunas, tiene escenario, tiene corrales, tiene todo… se logró el éxito”.

Claro, y con los contactos que Renán había hecho en Argentina, le fue más fácil convocar a importantes jinetes y seguidores de estas tradiciones, y como dice este gaucho, “meter a Ibáñez en las Jineteadas”, y a ser un representante chileno de las costumbres gauchas. Desde el año 2010 la agrupación recibe aportes del Gobierno Regional a través de sus fondos de Cultura, dándole mayor sustento e incorporando al Festival de Jineteadas como un atractivo turístico y fiesta costumbrista regional.

“Yo ya he cumplido con mi tarea, que era cumplir el éxito de la jineteada, verlo reflejado en mi pueblo de Ibáñez, ahora estoy contento porque el festival es reconocido a nivel internacional”, me contó con satisfacción Renán Catalán.

Y así comenzó todo... A pesar de la desgracia, la iniciativa entusiasmó al pue-blo completo a mejorar cada año el evento, y aportar con lo que se pudiera, donde la municipalidad también apoyó desde un comienzo.

“La gente decía: ¡yo tengo 3 caballos!, ¡Yo tengo 4!, y dediquémonos a rescatar esta tradición que viene desde hace mucho tiempo”, me cuenta con entusiasmo Armando Godoy, enfatizando que si hoy dejaran de hacerlo, no se encontraría otra actividad más tradicional que ésta, que además genera trabajo para la juventud y las organizaciones sociales, así como la llegada del turismo a la comuna.

El espectáculo del jinete

Armando Godoy nació en zona fronteriza, en la Estancia de Río Cisnes, Región de Aysén. Y fue ahí, que con ojos de niño vio cómo los hombres de campo o gauchos -como se llaman por estos lados- realizaban un esforzado trabajo, que se convertía en un espectáculo para las familias y que hoy inspira las jinetadas en toda la Patagonia. Así, Armando me cuenta cómo eran las faenas.

“La estancia le proporcionaba a los obreros caballos para que pudieran recorrer el campo a cada puestero, que no eran menos de 20, y tenían la asignación de 10 o 12 caballos, para hacer los trabajos que se requerían. En esta estancia grande se tenía contratado a un domador, una persona que tenía como misión amansar caballos, para entregárselos a los puesteros para recorrer los campos. Año tras año iban retirando de los campos los caballos de edad, los más viejos, y se los iban reponiendo por caballos más nuevos que ya habían sido trabajados por este domador durante un año.

En el mes de abril, llegaba el domador, juntaba los caballos de todos los puesteros y se llevaba otra cantidad, unos 120 ó 130 caballos, para amansarlos para el año siguiente, como parte de la renovación de animales”.

¿Y qué pasaba ese día? - Esto era un espectáculo muy lindo, porque llegabas al

poblado donde se reunían todos los puesteros para recibir sus caballos y él (domador) se llevaba a los otros, pero ahí en el corral, este domador que era muy afamado, muy co-nocido y muy querido por la gente -porque tenía prestigio de buen jinete- hacía una muestra, tomaba 3 ó 4 caballos de los 120 que tenía que llevar a amansar, y los subía, frente a toda la gente, demostrando todas sus habilidades como amansador.-

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La Patagonia es tan encantadora como misteriosa. “Si tiene cuchillo come”, así me dijeron una vez en un asao para’o al que fui invitado. Y claro después

entendí que el cuchillo es una de las herramientas esen-ciales para el gaucho o el patagón, si no se tiene uno es la delación absoluta que no se es de la Patagonia.

Para Evaristo Alarcón Belmar, de oficio Soguero, el cuchillo es uno de los elementos de trabajo con el que prepara sus sogas -las mismas que usan los gauchos en las jineteadas-, y también hace con sus propias manos

las lernas con las que costura y hacer tejidos finos. Evaristo me cuenta que este oficio lo aprendió sólo, haciendo sogas para algún amigo o para él mismo, siempre de noche a la luz del candil, luego de tra-bajar durante el día con el hacha y la madera. Así se convirtió en su pasión y en su arte.

“Estos trabajos nadie me los ha enseñado a hacer, estos me los ideo yo, lo pienso en la noche, a lo mejor estoy durmiendo, lo recuerdo, lo dibujo en un cartón y lo hago una soga o un pretal. Tengo trabajos muy bonitos y todos son muy diferentes”.

Me cuenta mostrándome uno de sus trabajos que tienen precio superior al que cobra, para que se los paguen, dice. Un juego completo de lazos lo vende en $300 mil, y me explica que puede sonar a mucho dinero, pero su precio es superior debido al trabajo que tienen, el material que se ocupa y deben ser garantizadas, es decir probar cada soga.

“Ocupo cuero de vaca bien soba’o, las lonjas que ocupo son de cuero de yegua, que

se ocupa para la costura y el tejido. Yo me dedico a esto porque es la herencia patagónica de los primeros que llegaron acá, esto lo mantengo”, me cuenta el soguero que también ha sido carrero y bueyero.

El sueño de Evaristo es enseñar su arte a otros, a las nuevas generaciones. Por eso realizó un curso de monitor donde fue elegido como el mejor de su clase por la presentación de su trabajo. Así les enseña a sus aprendi-ces que un buen soguero debe saber arreglar el cuero, estirando las sogas, remojar el cuero, prepararlo, cortarlo, lonjearlo, sobarlo, y luego aprender a costurar y a hacer sortijas, todo lo anterior con el corazón en las tradiciones de su Patagonia querida.

Entre Sogas y Payas: La tradición convertida

en Arte

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36 Revista ELAL

CERRO CASTILLO

los que llegaron primeroLa gente del pueblo aprovecha la

oportunidad para ofrecer hospe-

dajes y servicios de restorán, pero

con gracia, con la mejor gastro-

nomía patagona y con animados

bailes que completan una expe-

riencia única.

La preparación puede durar 2 a 3 meses de trabajo, “porque es este un evento tremendamente grande en donde tenemos esquila, apialadura, marcación,

domaduras, capas, carretas, pilcheros, jineteadas, elabo-ración de quesos, comidas típicas, artesanías”, me apunta de ‘entrada’ Ernesto Sandoval Muñoz, presidente de la Agrupación Cultural Rescatando Tradiciones.

Es que en Cerro Castillo, se ha vuelto un destino obli-gado para turistas de todo el planeta que pasan por la Patagonia Aysén, más aún en verano cuando la fiesta que aquí se vive es una de las más reconocidas de la zona.

Ernesto me aclara que fue el Codeff, Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora, el que trajo la idea y entusiasmaron a la gente de la comunidad, naciendo el primer encuentro en el año 2000. Al principio donde asistió poca gente, pero año tras año se han ido sumando más y más visitas, y más y más actividades.

“Prácticamente se empieza con un rescate de nuestra cultura, porque eso se había perdido, las vivencias que nos habían dejado nuestros antepasados. Si bien es cierto estas actividades se realizan como costumbres diarias en cada casa, la idea es presentárselas a la gente que viene desde la ciudad”.

“Pase… baile y coma asado”

El desfile es un hito central de la fiesta en Cerro Castillo.

El orgulloso homenaje a

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Pero muchos esperan lo que acontece después.Habitualmente, la gente se va a un sector de camping

donde se “paran” los asados, algo que según me cuentan simula cuando la gente iba de viaje, y llegaba a un lugar y se hacían los asados ‘al palo’.

“Son como 30 asados que se hacen ahí, aparte de algu-nas parrilladas con las cosas que no se pueden poner en el asador, y estos asados se les sirve a toda la gente, hasta donde alcance porque viene mucha gente. Se faena una vaquilla completa, le agregamos como 20 corderos, le carneamos una yegua también, un yegüerizo de 2 años o 3”, dice Ernesto.

Me revela que antaño, en los tiempos de sus padres, se comía más yegüerizo, “porque los viejos tenían muchos más caballos que vacas, porque el caballo era el trasporte de uno en esos tiempos, si tú querías salir donde un vecino, tenías que hacerlo a caballo,

El asado sigue. La gente lleva sus tortas, el vino, y todo se comparte, la idea -me dicen- es integrar al visitan-te al turista. Van pasando en algunos casos ensalada, papas y tortas fritas, estas últimas conocidas como sopai-pillas (valga la explicación para el nortino distraído).

Así, en plena Patagonia y junto al fuego, infaltables son los músicos que con acordeón y guitarra animan la jornada. Entonces, se invita a pasar a la pista de tierra y coirón a improvisados aprendices de chamamé. Los dueños de casa sacan a las turistas y a los “turistos” a bailar, compenetrándose en un entorno amigable con la comunidad y su amabilidad.

“Si ellos quieren sacar fotografías a animales ariscos, como el ternero o una yegüerizo, se hacen pasar al lugar donde se está trabajado y se les dice ‘compadre venga pa´ca, trate de filmar más cerquita’, y eso uno puede ayu-darle a que se genere ese contacto, ese vinculo.

Los Pioneros en marcha

El desfile de los pioneros es uno de los hitos más importantes para la comunidad, y con lo que se inician los festejos. Gente desfilando a caballo y atractivas vestimentas típicas presentan orgullosos sus atuendos al público de paso.

Ernesto Sandoval me dice que esta costumbre surge de cuando llevaban a sus hermanos al colegio, en un caballo montaban 2 ó 3 niños, otros al anca, otros con pilcheros, una actividad tan doméstica que con el tiempo tomó forma de desfile, y que se patentó para el día do-mingo, ejemplo cuando se andaba con carro.

“Si uno le presta más atención, el desfile en sí es como una demostración de la misma colonización que se ha hecho, porque comienza de una manera que entra

Muchos no saben que la capa del cordero tiene

como objetivo el sea “capón”, y no carnero.

Ernesto explica que “en un rebaño tienes que tener

una cierta calidad de reproductores y cuidar ese

estándar. La idea es que ese cordero que va a ser ca-

pado no se transforme en carnero y si eso pasa, hay

que vendérselo al vecino o a otra persona, sino va a

entrar a ‘trabajar’ con sus hermanas, con su madre y

la cosa se degenera”.

Como ocurre en los campos, y también en la

fiesta de cada año, la capa se concreta cortando los

testículos del animal, a la usanza tradicional, o sea,

con los dientes.

“Al cordero no le pasaba absolutamente nada. El

capador se ponía un trago de aguardiente. Y para la

muestra se traen unos 10 corderos y esos se capan ‘a

diente’ para el público. La gracia que tiene todo esto

es que se involucre la persona que nos visita”.

Los bovinos jóvenes se pueden castrar con cuchi-

llos, con Burdizzo, con enmasculador, y con goma.

En el caso de las ovejas, las capaduras son efectua-

das de tres maneras: a diente, a cuchillo y con goma.

Cobertura Territorial

una persona y pasa con una tropilla, como fue antigua-mente que vino un hombre por estas tierras, buscando campos donde llegar, y llega con sus tropillas de caballo, con su mujer, con sus pilcheros. Luego ya pasan otros hombres con pilcheros, porque se supone que se corrió la voz, que se puede llegar, porque hay buenos campos y llega más gente, es como una línea del tiempo que muestra como fueron los hechos”, apunta la concejala de Ibáñez, Loreto Sandoval.

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Cerro

Cas

tillo

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Con la ‘mejor pinta’

Es claro, el desfile ‘la lleva’ en Cerro Castillo. Todos coinciden en que “la gente de campo deja la mejor pinta, el mejor pretal pa´ esa fecha”. Y el pretal es una especie de soga para el caballo y algunos se fabrican un pretal especial para estas fechas o pierneras.

Loreto Sandoval me confirma que “nadie llega al azar, la gente se prepara, como viene mucho turista, les toman fotos, la gente quiere mostrar la mejor tenida para ese día, las mujeres se ponen pantalón y falda, los niñitos con gorritos, la gente se pone tamangos”.

Claro los tamangos. Ernesto explica que “el tamango es un cuero de vacuno que nosotros lo usábamos mucho acá en la zona, porque era el zapato ideal para la época de invierno y generalmente cuando carneábamos a un vacuno o a un yegüerizo, nosotros sacábamos los garrones. El garrón (parte del cuero donde se acomoda el pie) le hace como el zapato correcto, que justo el garrón te queda en el talón, entonces uno después lo trabaja le pone tiento, y toda la cuestión y hace el tamango.”

Normalmente, con el tamango se usa una media de lana, o pantalones viejos. Se saca una parte y se envuelve en el pie, es como ponerle ropa al pie.

“Después empiezas a trabajar el tamango y lo atas, lo amarras y ese era el zapato de invierno que teníamos, y hay algunos campesinos por aquí que todavía lo usan, y generalmente eso se usaba, porque aquí no habían zapatos que aguante en la época de invierno. Acá nevaba y escarchaba mucho, y el poblador en invierno andaba a pie cuidando sus animales, porque el invierno era muy crudo, y llegando mayo se largaban los caballos que estaban a galpón, y el pasto en las casas y el zapato ideal era el tamango”, enfatiza el presidente de la Agrupación Cultural Rescatando Tradiciones.

Me advierten que no hay que olvidar que el telar también era una costumbre, se hacían frazadas y ropa con él, pero el tejido a lana se ha ido perdiendo.

Y es que abrigarse era un imperativo. La sola necesi-dad de ir a comprar afuera del pueblo era un tremendo desafío. A mediados del siglo pasado, hace unos 50 años ir a Coyhaique, era una odisea todavía, recuerda Ernesto.

“En el año ‘55 recién se abrió el camino para vehícu-los, pero antes de eso, se iba a caballo, y la segunda etapa fue con carros arrastrados por bueyes, por eso nosotros rendimos ese homenaje, el día sábado, a todos los pione-ros de la región cuando hacemos el desfile”.

Era un viaje épico, se dormía entre cueros y lana, en un traslado que duraba por lo menos un mes, con una carreta tirada por 3 yuntas de bueyes.

El carro tenía un metro 80 de alto, y pesaba 600 ó

Como no habían caminos, antes las personas se

sacaban en Huando (del quechua “huantu”) que son

2 varas largas donde con las que se hace una camilla.

Era cargada por 4 varones, y fue un elemento muy

utilizado en la zona para sacar personas enfermas

y hasta fallecidas para sepultarlas en el cementerio

local, simplemente porque no había otra forma de

trasladarlos.

A pie, el camino al campo santo era distante, por

lo que se juntaba gente, y se iban relevando cada

50 metros los voluntarios en el Huando. Mientras, a

caballo, el chasqui iba avisando a los vecinos.

Sacando el “Huando”

foto de Monumento Histórico Nacional Escuela Antigua Cerro Castillo (1955)

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700 kilos cargado. Llevaba lana o madera y de vuelta de Coyhaique se traía mercadería múltiple, también algunos barriles de vino que a veces era lo que más pesaba de toda la carga…

“La riqueza que nos queda”

Conforme voy descubriendo sus entretelones, me doy cuenta que lo más importante de este encuentro costumbrista, no es sólo que lleva 13 años realizándose, sino también que es organizado ciento por ciento por la comunidad.

Loreto Sandoval, destaca que “lo que uno valora de Castillo es el conocimiento que tiene la población de su Cultura y de sus tradiciones, las comparaciones siempre son buenas en la medida de que nos haga crecer. Una de las ideas de hacer este encuentro es que los jóvenes se empapen, porque no están mucho ahí con el cuento”.

Una de las primeras familias que llegó a Castillo fue la de don Juan Hueitra. Dicen que fue en 1911 cuando llegó al sector Francisco y Miguel Hueitra, después co-menzó a llegar más gente y ellos empezaron a ceder sus tierras. En los años 1925-1926 ya Castillo estaba poblado con distintas familias, pero el pueblo de Villa Cerro Castillo recién se fundó en 1966.

Hoy, unas 370 personas viven en la villa y los alrededores, como Lo Aguanto, La Pared, Las Ardillas, la Bajada Ibáñez y Alto Río Ibáñez, muchos vecinos siguen haciendo Patria, bajando al pueblo solo a comprar, o para ir a la posta, o a llamar por teléfono, o a la escuela de los niños.

La organización de la directiva de la agrupación es vital para coordinar la cooperación solidaria de los ve-cinos. Se definen comisiones y la comunidad se com-

promete en trabajar por la Fiesta de Cerro Castillo.¿Por qué es tan importante mantener las tradicio-nes en Cerro Castillo?

- Uno hasta que pueda trabajar lo que es nuestra cultura, lo que ha sido nuestra herencia que quedó de nuestros pioneros, yo creo que es tremendamente importante. Es una de las riquezas que nos queda como ciudadanos, que vivimos en este sector del país, donde la gente ha sido muy sana, donde todavía quedan viejos que pueden dar la mano, y dicen el ne-gocio está hecho compadre y echémosle pa’ delante.

Estamos llamados de alguna manera a proteger este bien cultural, lo que vemos alrededor nuestro, las costumbres de nuestra gente, de nuestros antepa-sados, poder inculcar a nuestros jóvenes de hoy, y se-guir con el encuentro costumbrista que es un trabajo que se va haciendo para las nuevas generaciones.¿Y qué costumbres o tradiciones se han ido per-diendo?

- Los trabajos comunes que se hacen en los campos, la misma actividad que hacíamos como po-bladores, hoy poco a poco va desapareciendo, porque de repente los niños no están cuando el papá hace la Señalada, están estudiando y es esa una actividad en donde hemos fallado.

Ernesto Sandoval concluye diciendo que hay que aprovechar que todavía hay gente que puede entregar mucha historia, de su llegada, de su trabajo, de su actividad, de su entorno, gente que tiene 80 ó 85 años; “porque luego se mueren los viejos y con ellos se va una gran historia, que nosotros no la conocemos o la conocemos a medias, o sea cuando uno conoce parte de su historia puede complementar con aquella gente, que estuvo primero que uno, eso es lo importante”.

Ernesto habla de gente como Francisco “Lelo” Weitra, de la generación de los que llegaron primero, o don Antonio Aguilar, don Palmiro Becerra, don Juan Antrillao, a ellos se suma Manuel Aguilar; en Ibáñez, la señora Elba Lavado, hija de don Pedro Lavado y uno de los primeros que fue sepultado en el cementerio.

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Dicen los tehuelches que la Patagonia era sólo hielo y nieve cuando el cisne la cruzó, volando, por primera vez.

Venía de más allá del mar, de la isla divina donde Kóoch había creado la vida y donde había nacido el pequeño Elal, a quien cargó sobre su blanco lomo hasta depositarlo sano y salvo en la cumbre del cerro Chaltén. Ese mismo que ubicado en la zona cordillerana de la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia argentina, es conocido hoy como cerro Fitz Roy.

Dicen también que detrás del cisne, voló el resto de los pájaros. Que los peces los siguieron por el agua y que los animales terrestres cruzaron el océano a bordo de unos y de otros.

Así, la nueva tierra se pobló de guanacos, de liebres y de zorros; los patos y los flamencos ocuparon las lagunas, y surcaron por primera vez el desnudo cielo patagónico los chingolos, los chorlos y los cóndores.

Por eso Elal no estuvo solo en el Chaltén: los pájaros le trajeron alimentos y lo cobijaron entre sus plumas suaves.

Durante 3 días y 3 noches, permaneció en la cumbre, contemplando el desierto helado que su estirpe de héroe transformaría para siempre.

Kokeske, Shíe, Maip y los Chonek Cuando Elal comenzó a bajar por la ladera de la

montaña le salieron al encuentro Kokeske y Shíe: el Frío y la Nieve.

Los 2 hermanos que hasta entonces dominaban la Patagonia lo atacaron furiosos, ayudados por Maip, el viento asesino.

Pero Elal ahuyentó a todos, golpeando entre sí unas piedras que se agachó a recoger, y ése fue su primer invento: el fuego.

Cuentan que Elal siempre fue sabio, que desde muy chiquito supo cazar animales con el arco y la flecha, que él mismo había inventado.

Que ahuyentó al mar con sus flechazos para agrandar la tierra, que creó las estaciones, que amansó las fieras y ordenó la vida. Y que un día, modelando estatuillas de barro, creó a los hombres y las mujeres: los tehuelches.

A ellos, a sus chónek (los tehuelches), Elal les confió los secretos de la caza. Les enseñó a diferenciar las huellas de los animales, a seguirles el rastro y a poner los señuelos, a fabricar las armas y a encender el fuego. Y también a

ELAL, la leyenda del protector de los TEHUELCHES

coser abrigados quillangos (mantos de piel con el pelo hacia dentro y la parte exterior lisa pintada de dibujos geométricos), a preparar el cuero para los toldos hasta dejarlo liso e impermeable… y tantas, tantas otras cosas que sólo él sabía.

Secretos para siempre Elal, el sabio, el protector de los tehuelches, dio por

terminados sus trabajos. Dicen que un día, poco antes del amanecer, reunió a los chónek para despedirse de ellos y darles las últimas instrucciones.

Les anunció que se iba, pidió que no le rindieran honores, pero sí que transmitieran sus enseñanzas a sus hijos, y éstos a los suyos, y aquéllos a los propios, para que nunca murieran los secretos tehuelches.

Y cuando ya asomaba por el horizonte, Elal llamó al cisne, su viejo compañero. Se subió a su lomo y le indicó con un gesto el Este ardiente. Entonces el cisne se alejó del acantilado, corrió un trecho y levantó vuelo por encima del mar.

Inclinándose sobre el ave que lo llevaba y acariciando su largo cuello, Elal le pidió que le avisara cuando estuvie-ra cansado. Cuando el cisne se quejaba, Elal disparaba una flecha hacia abajo, y con cada flechazo surgía en el agua una isla donde era posible posarse a descansar.

Dicen que varias de esas islas se distinguen todavía desde la costa patagónica, y que en alguna de ellas, muy lejos, adonde ningún hombre vivo puede llegar… vive Elal.

(Adaptación “Leyendas de la Patagonia”, de Arnoldo Canclini, Ediciones Planeta)

El espíritu creadorde la vida en la Patagonia

dibujo por Oscar Ziehlmann

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Niños de Murta participando

en Fiesta del Arreo

Daniel Pardo, presidente de las JJVV de P. Guadal

José Hernández

“Todos ayudando en la minga cisnense”.

Preparando el Pescao Frito de Cisnes

Alumnos de la Escuela Villa Cerro Castillo

Yunta de bueyes utilizado en la Minga de CisnesJuan Beroiza: el “Falucho” de Puerto Guadal.

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Juan Mejías y don King. (caballo)

Curanto de la familia Kopp Santana en

Puyuhuapi (1954)

Juntinos jugando Truco en la ribera del Palena

Eliana Cortes, dueña de La Casita del Té de La Junta

Celebrando tradiciones en La Junta

Esquila con máquina en Ibáñez

GaleríaFotográfica

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El Arreo y los secretosmejores guardados

Una junta de vecinos en la Patagonia Aysén no sólo implica resolver problemas del día día, tam-bién darle vida y espíritu a la comunidad, como la Junta de Vecinos N° 7 que organiza una de las fiestas más típicas de la zona: la Fiesta del Arreo.

En Bahía Murta, la gente me resulta muy amistosa, y lo primero que logro saber es que hace 2 años, las sucesivas directivas de los vecinos están detrás

de la iniciativa que se ha tomado como un referente de los habitantes cada verano, claramente, en la búsqueda de un proceso de consolidación de esta celebración, que incorpora actividades de ganadería bovina, las más importantes de la zona del General Carrera.

Lo segundo que me entero, es que la conectividad con los centros urbanos es un problema que tienen presente cada año y que demanda mayores esfuerzos y entusiasmo para toda la organización.

Pioneros, ferias y papas

“Hay mucha gente que anda buscando sonrisas cuando hace turismo”, me dice María Angélica Muñoz Tellez, secretaria de la Junta de Vecinos N° 7, una frase que suena como una máxima de lo que hay que ofrecer al visitante en cada momento, al menos, al inicio.

Central es además –me comenta María Angélica- invitar a los pioneros o hijos de pioneros que estén en otras localidades para que puedan venir a participar en la celebración, que es una de las nuevas iniciativas que ha

1.-Inauguración Cena Típica del Arriero.2.-Presentación de candidatas a reinas comunales amenizado por orquesta.3.-Actividad tradicional del Arreo hacia los centros de acopio.4.-Exhibición de ganado y premiación de los mejores ejemplares.5.-Exhibición de productos artesanales locales y comunales.6.- Muestra y venta de comida típica.7.-Exhibición de actividades tradicionales de la zona: Esquila a tijera, señalada, pialadura, taba, domadura.8.-Competencias de las Candidatas.9.-Inicio del baile con la presentación de grupos folclóricos regionales. Coronación de la Reina.10.-Carreras a la Chilena.11.- Asado al Palo de camaradería en el sector del Parque para todos los asistentes.

Lo que se disfruta...

surgido en la realización de la fiesta.María Angélica Muñoz desde el 2011 ha innovado in-

cluyendo una actividad gastronómica, porque Bahía Mur-ta se caracteriza por ser una zona productora de papas y

BAHÍA MURTA

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la idea es promocionar recetas en base a este generoso tubérculo. A ello se suma una feria para difundir y vender productos locales y artesanías.

Campeonato de Pialadura

La Fiesta del Arreo surge porque hay una fecha específica en la cual los campesinos bajan sus animales desde las veranadas, marzo o abril, y la idea original es que se realizara en esas fechas, como también para que esta actividad sirviera para que los campesinos pudieran acopiar sus animales con el fin de atraer compradores desde y fuera de la región. Al mismo tiempo, ofrecer un buen precio por su ganado, porque en el tiempo que se parte con esta iniciativa la actividad ganadera en la zona estaba pasando un momento muy crítico.

Junto con planificar cada actividad, la coordinación de la directiva establece comisiones de trabajo, como la responsabilidad de conseguir los animales que son parte del arreo. Otro grupo de personas se hace cargo de las actividades que desenvolverán en la media luna con el “campeonato de Pialadura”.

También es posible observar cómo los arrieros mon-tan un campamento con los implementos que llevan en sus pilcheros, y en Murta el señor José Díaz sigue con las labores de arreo.

Todo bien hasta aquí, aunque en Murta tienen conciencia que “Bahía Murta se había postergado de este tema, porque desde hace años que un porcentaje importante de familias han emigrado hacia los centros

urbanos más poblados, fenómeno que se hace notar en la cantidad de habitantes que viven actualmente en la localidad”, evidencia la dirigenta María Angélica Muñoz.

Fiesta con ‘gauchas’

María Angélica Muñoz me dice que se necesitan más jóvenes “con nuevas ideas, con fuerza, con ganas de hacer cosas, eso se valora mucho. Acá hay gente que tiene muy buenas ideas, pero a veces esas ideas se quedan en la casa y no las focalizan donde corresponden”.

Sin embargo, me comenta algo que es más que anecdótico, una cultura que se apresta para quedarse en la fiestas, el rol de la mujer en el arreo.

“Tenemos la elección de la candidata a soberana que es la reina del rodeo, en la fiesta del Arreo tendrá que mostrar en algún momento sus destrezas gauchas, porque ellas son campesinas también. Antes, las esposas andaban codo a codo con sus maridos en las labores del campo y es por eso que en nuestra actividad se ven a mu-jeres desfilando a caballo, con sus hijos por delante, tal cual a la usanza antigua. Las mujeres son las que ayudan a montar el campamento, cocinan, ordeñan, hacen el queso, el pan y cría los hijos. Aquí en Murta se habla de una señora de 70 años que amansaba caballos”.

Se trata de Isabel Herrera, 76 años y oriunda de Co-chrane, quien llegó a los 5 años de edad a Bahía Murta.

Me dice que a la edad de 11 ó 12 años, trabajaba con los animales, como la mayor de sus hermanos.

“Cuando salían los viejos, en esos años esta era costa, no era pueblo, ordeñábamos hartas vacas con mi mamá, 40 ó 42, también con otra hermana que está en Chile Chico que es la Teresa. Ellas trabajaban en el galpón, y cada una tenía sus vacas, no ibas a ir a ordeñarle la vaca a la otra porque se enojaba. A mí me gustaba ordeñar esas vacas mañeras, esas que se tiraban al suelo, nos mania-ban nos volvían a maniar otra vez, hasta que las

Fundada el 8 de mayo de 1958, por la vecina Ernes-tina Millaldeo de Abarzúa, su objetivo fue iniciar una campaña entre el vecindario para levantar un templo para la reflexión y el acercamiento a Dios, en medio de la vorágine que provocaba la presen-cia de la selva y el aire montañés. Hoy se oficia una misa todos los 30 de agosto, que convoca a personas de muchas localidades. El santuario quedó intacto cuando -el 27 de marzo de 1977- se desbordó el río el Engaño.

Santuario de Santa Rosa de Lima de Bahía Murta

señora ISABEL HERRERA.

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La pialadura, consiste en derribar los terneros o novillos en la carrera, lanzándoles el lazo a las patas anteriores y recogiéndolo para que el animal caiga de bruces. Los pialadores se reparten por el centro del corral, donde se realizan las faenas de marcación y de capa, esperando al ternero que salga desde el brete. Una vez en el corral, el ternero es arreado con violencia para que galope junto al cerco. En esos instantes los pialadores revolean el lazo, es decir, describen círculos con el mismo. El tamaño del asa elíptica que describe el lazo al pasar por la argolla se denomina armada y es la que se reduce de diámetro al apersogar un animal. A es-tas acciones se les da el nombre de enlazar, si enlaza “lacea” la cabeza, el cuello o el tronco del animal. En cambio, pial está restringido a la acción de capturar con el lazo las extremidades anteriores del animal cuando este pasa al galope a unos cuantos metros del pialador. Existen diferentes modalidades en la ejecución de esta maniobra. Así, en una pialadura se puede observar un pial de revés, que es el lanzamiento del lazo empleando un movimiento de adentro hacia afuera; pial de volcado, se le dice al lanzamiento del lazo directamente a las extremidades anteriores del animal, produciendo una contorsión del implemen-to; pial sobre el lomo, consiste en lanzar el lazo por sobre el cuerpo del animal, pialándolo al momento que cae la soga; pial de pallanca, es un tiro de lazo sin rollo que se emplea cuando el ternero pasa demasiado cerca del pialador. Al igual que la jineteada, la pialadura concita el interés de toda la familia, amigos y vecinos del lugar donde se realiza alguna marcación. Allí los hombres demuestran su pericia y la belleza de sus aperos. Quienes presencian, aportan preparando asados de vaquilla o capón.

(Fuente: “Aisén y su Folclor”, Leonel Galindo, Pág. 100-101)

Esta es la Pialadura

ordeñaba no má, mi mama salía andaba con el barro hasta las rodillas, y hacíamos queso, pero solo para co-mer”, me ilustra con espontánea naturalidad doña Isabel.

Se empezaba a “quesear” desde diciembre a febrero, me puntualiza. Hasta ahí era la ordeña, y se guardaban los quesos para el invierno, en agosto.

“Salíamos temprano en la mañana, con mi hermano que tenía 8 años, el Alfredo que está en Coyhaique (…) era todo de a pie, nada de caballo. Yo era matera, yo llegaba a tomar mate, mi mamá tenía la comida lista, nosotros éramos los piones”, recuerda nítidamente doña Isabel Herrera, revelando historias con una vaca que le dejó marcada parte de su infancia, “se llamaba Petaca, mansita la vaca, y me iba colgando en ella a la siga de las otras vacas”.

Ara’o y caballos mañeros

“El arao tenía una mansera, igual como el brazo, se le ataba en el yugo a los bueyes. Allí había uno que era mañero y me decían siempre que me agarre del cacho del buey manso, y a veces se me olvidaba y de repente me pegaba ‘miercale’ el hocicazo, y me tiraba por allá (…) Ua vez me pasó el ara’o por encima mío, por aquí me anduvo lastimando un poquito (muestra una pierna), el arao del chancho se llamaba ese. A mí no me gustaba un caballo manso, tenía que ser de esos mañeros, yo buscaba los más mañosos, me volteaban, me paraba y me volvía a subir. Había una yegua que cor-coveaba con la montura, no la pudieron amansar, pero yo andaba en ella, igual no más”, es parte de los pasajes que nos regala doña Isabel, rememorando los primeros tiempos en Bahía Murta.

La lucidez de esta patagona es propia de los narradores de la región de Aysén, lo que se agradece al entregarnos entre risas, su historia. Me doy cuenta que si cerraba los ojos, uno puede ver el pasado, mientras escuchó afuera las gallinas y el sonido del viento que alisa los techos cercanos.

La señora Isabel relata que en el tiempo de las veranadas, se llevaba al ganado en busca de mejores lugares de pastoreo, iba en compañía de su hermana, a veces con algún “viejo”, y en los últimos años con su nieto regalón, dedicándose a hacer quesos.

También hace ver que en varias oportunidades tuvo que parir a sus hijos sola, o curarse de una herida que la dejó postrada en el suelo durante 2 meses, o por la necesidad de tener alimentos, carnear una ternera para alimentar a sus pequeñas hijas para luego hacer charqui, momentos que demuestran su gran fuerza de voluntad y sentido de la sobrevivencia propia de las mujeres gauchas de la Patagonia.

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María Angélica Muñoz y Jasmia Yáñez.

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Carreras y Esquila en el“pueblo viejo”

Dicen que Puerto Guadal se colonizó desde el sector de Lago Blanco en Argentina y a través de embarcaciones que cruzaron el lago Carrera.

“Las primeras familias de Guadal, fueron las de don Albino Verdugo y Eduvigis Soto Burgos (cerca del arroyo el sapo) y los Acuña”, me confirma el padre Porfirio Díaz Reyes.

Muchos recuerdan que antaño las cosas eran distin-tas. Pasaba el año ’40 y Guadal no tenía más de 10 casas y una pequeña escuelita.

“El director era de apellido Escobar, recuerdo a la fa-milia Verdugo, los Mansilla y los Soto (…) Mi padre llegó al Baker como subdelegado de oficial civil. Y aquí antes habían pobladores que tenían mil ovejas, ahora no tienen ni 100, lo mismo que los que tenían 200 vacas ahora tie-nen 10 ó 20, no es más…”, aclara el presidente del Club de Adultos Mayores, Daniel Pardo, quien también dirige el Comité de Vivienda y el Comité de Salud, organizador de la fiesta local junto a vecinos como Delia Poblete, Alfonso Barra, y Juan Donoso.

Tras navegar 2 décadas por el lago General Carrera en la “Don Antonio”, lancha petrolera que se armó en Murta con un constructor de Chiloé, Pardo precisa que “demorábamos un día desde Guadal hasta Chile Chico, ahí comprábamos el petróleo en Los Antiguos, pero el primer barco que navegaba fue el Andes”.

Antes no había ruta a Puerto Guadal, sólo picadas para caballos, y los animales nadaban en algunos tramos del lago cuando las quebradas no permitían el paso.

¿Cómo nació la iniciativa de esta fiesta costumbrista?- El Encuentro Costumbrista de Guadal lo organizaron

los adultos mayores, en una reunión que acercó a unas 300 personas que venían de muchos lugares, incluso de Coyhaique y Lago Verde. Y lo desarrollamos porque se estaban haciendo en todas las localidades, por ahí en el año 2008, en donde se presentó un conjunto folclórico, y se prepararon bailes, y un asado popular consistente en 10 corderos, una vaquilla y una potranca, por 3 días en la escuela que nos facilitaron que tenía buenos salones.

Cada localidad traía artesanías con diferentes materiales: greda, cuero, mimbre, y se hizo un muestra-rio. También una socia que tenemos acá, embalsamaba pájaros y corderitos. Hubo domas y jineteada, juegos a la taba, competencia de esquila.

Tierra de jinetes

En Guadal la cultura de amansador y de jinete me parece fuerte y decidida.

“Yo soy de Colonia, al sur de Cochrane, pero llegué a Guadal en el ‘87 y seguramente dejaré mis huesos por acá. Recuerdo que a fines de los ‘60 trabajaba en el arreo con tropas desde Villa O’Higgins hasta Coyhaique, nos demorábamos unos 60 días”, me apunta el carrerista de Puerto Guadal, Nicanor Sepúlveda.

Por su parte el amansador Antonio Vogt Georgia, me añade que “un domador trata de amansar el animal, yo aprendí en Cochrane donde me crié y en San Julián de

PUERTO GUADAL

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En la Patagonia Aysén se les llama “Carreras”, en Argentina “Cuadreras”, y en la zona central de Chile “Carreras a la Chilena”. En la región las carreras aparecen ya en los primeros poblados, y convocaban a los habitan-tes de los sectores más alejados, trascendiendo barreras políticas, amenizando las Fiestas Patrias. Las distancias de estas carreras fluctúan, entre 175 a 300 metros. Cuando los desafiantes con antelación concier-tan cual será el caballo ganador se les denomina a las carreras arregladas o garrote y cuando se habla de contragarrote es la actitud de estropear el acuerdo de los desafiantes y lograr una carrera verdadera, con el detalle de que no sepan los dueños de los parejeros. La cancha, es la pista de la carrera, y se delimita en ambos extremos por unas rayas. En cada extremo se ubican 2 personas como jueces de líneas, partidarios de cada competidor, quienes reciben el nombre de rayeros. El gritón, en tanto, es la persona que autoriza la partida de los caballos. Los corredores pueden partir, ya sea a la orden del juez o a la convidada, término que significa que uno de los corredores debe gritar la partida. Cuando los caballos logran empatar, los rayeros exclaman: ¡Puesta!

Caballos “parejeros”

Argentina. Amansaba animales en las estancias, según como sea el animal el trabajo lo hacía en 5 ó 6 meses, a veces hasta un año”, reseña

A la esquila y a la fiesta

Timoteo Soto Soto es gaucho. Y como buen patagón criado en el campo, comenzó a trabajar a los 14 años, algo que según su óptica ha cambiado radicalmente.

“Por ahí en noviembre o diciembre, es la temporada de esquila (…) Ahora la juventud no sabe ni afilar una tijera, solo los antiguos, porque se ha ido casi toda la gente, los cabros jóvenes no quisieron aprender y eso que yo he compartido mis conocimientos, el que no sabe le enseño”.

Hoy, en el encuentro costumbrista, la esquila es parte de las actividades centrales. Me explican que es entonces la Comparsa, el grupo de personas que coman-da un capataz, el cual efectúa trato con el patrón para esquilar. Timoteo Soto me despeja que las tijeras hay que comprarlas en Los Antiguos, Argentina, y que basta con 2 esquiladores en la zona para realizar la faena, pues en el sector no hay más de 200, las que si rinden bien pueden

entregar entre 800 y 1000 kilos de lana, lo que significa 2 días de trabajo.

Entre los operarios de la Comparsa destacan:-Esquiladores: Operan con máquinas o tijerones.-Playero: Paga la lata, levanta el vellón y barre la playa

(en piso de madera o cemento)-Vellonero: Recoge el vellón y lo entrega al prensero.-Prensero: Coloca los vellones en la prensa para con-

formar los fardos o bolsones.-Agarradores: Entregan meneando el animal al esqui-

lador. Sólo si así lo amerita.-Cocinero: Se levanta antes que todos los trabajado-

res. Enciende el fuego, prepara el desayuno y las otras comidas.

Conociendo al “Falucho” Juan Bautista Beroíza Vogt tiene 71 años, 49 de ellos

en matrimonio con Matilde Avilés Basualdo, con quien tiene 3 hijos.

De padres argentinos, recuerda que estando en Chile Chico su madre empezó con los malestares y ese día su padre corrió y ganó la carrera en que competía, galardón con el que llegó a la noche a celebrar el nacimiento de su hijo. Volvió a su hermano Juan Bautista, a la postre el tío que heredaría a “Falucho” su nombre. Sí, Falucho.

“Falucho para los argentinos era un indio que no se quiso entregar”, me explica.

Falucho fue balsero 14 años, en el sector del puente General Carrera, donde desagüa al lago Bertrand y nace el río Baker.

“Antes acá no había luz eléctrica, ni agua potable, tomábamos agua del río o de manantiales, y la luz de nosotros era un candil, con una mecha de una camiseta vieja de franela trenzada y empapada en grasa y la ceniza, la prendías y había luz buena para toda la noche (…) La vida de nosotros fue muy dura, no es como ahora que está todo a la mano, nosotros hasta pa’ vestirnos, ni ropa había, puras ropas viejas”, evoca Beroíza.

Desde joven compartió con los habitantes del sector en asados y correrías, armado de “la pura acordeón”, como dice con gracia al otro lado a puro campamento. Por eso por la tardes toca su guitarra.

“Me gusta la paya, canto la milonga, pero antes tocaba más rancheras. Tengo una sola canción que compuse con Chalino Barros -un tocador de Balmaceda- esa es la única letra que compuse con él y la única que he compuesto en mi vida”.

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Con la verdulera

“Aquí los encuentros costumbristas, por lo general, están invitados todas las gentes de la región, y si uno va hay que anotarse con 3 poemas no más, no más allá de 3 temas. En Cochrane esa del “Mate Amargo” (ranchera de Carlos Fran-cisco Bravo y Brancatti) no es permitida tocarla, porque ese es el himno de los músicos por allá”, dice Falucho Beroíza.

Pero confiesa que cuando se juntan todos a tocar, nunca se sabe que puede pasar, “unos a piano, otros a ‘verdulera’, a ver cómo sale, cada uno la toca, y esa es la despedida”.

¿Qué nos puede contar de los carreristas antiguos de la zona?

- Como carrerista, uno de los más conocidos fue un tío hermano de mi mamá, Segundo Vogt. También mi papá, Salvador, y su hermano Ángel Honorio Beroiza, en el año 1927.

A Chile Chico llegó un paisano con una yegua, un tal Lorencito Cadin, y yo a la yegua le llamaba ’la Manchada’. Fue la primera carrera que corrió esa potranca, la corrió en Valle Simpson, corrió por una botella de licor que valía un novillo, y ahí el viejito se ganó la carrera.

En Chile Chico mi tío tenía un caballo que se llamaba “El Mensajero”, ese potro, según él, bajaba 18 segundos seco y no había quién le gane, el animal más rápido era ése.

Rompiendo la dependencia

Una preocupación de Guadal es una que se repite en varias localidades rurales de la Patagonia Aysén, y es que con el paso del tiempo la gente más joven va emigrando de los pueblos, dejando la vida y el quehacer de los adultos mayores.

“La migración de jóvenes hacia las ciudades es una gran problemática, pensamos que tiene que haber una política más profunda de asentamiento y consolidación de los poblados existentes, como puedes generar o aplicar una política, si los Parlamentarios anuncian que habrá seis años de enseñanza básica y seis de enseñanza media, con eso estás sacando a los niños a los doce años del pueblo, y muchos padres desean seguir con sus niños, y la mayoría se van a otros pueblos como la capital regional”, comenta Fer-nando Solar Mardones, presidente del Territorio Emprende Chelenko.

Por ello, dice Solar la idea es ir consolidando una cierta autonomía, generando actividades propias como el rescate de los valores culturales, porque están insertos en el diario vivir.

A ello, añade, es importante “el fomento de la participa-ción ciudadana en los procesos de organización de las acti-vidades, a la vez que las nuevas autoridades estén presentes

en terreno en el proceso de compartir observaciones, pre-ocupaciones y sugerencias, así podrán recabar información óptima, a nivel individual o colectivo, para intentar mejorar el funcionamiento de estas iniciativas”.

La mazurca es un ritmo que se convirtió en ranchera, el vals en valse criollo y en valseado; mientras la polka dio lugar a variedades americanas, de donde provienen la polka criolla y la polka paraguaya; esta última es la madre del chamamé.

Parte de este fenómeno es lo que se vive en el crisol cultural de la Patagonia. Algo similar ocurrió con la cueca y su origen mixto con ritmos africanos. En este sentido el padre Porfirio Díaz comenta cómo se ha ido construyendo el ser patagón en Aysén.

“Antes había una persecución al campesino porque era medio gaucho y no se vestía ‘a lo chileno’, pero resulta que es nuestra identidad, es nuestra forma de ser y de vivir, y que no tenemos que negarse a nuestro ‘ser chileno’. Era una estu-pidez el modelo de ser chileno de los que venían quejándo-se desde el centro de Chile, teníamos y tenemos un estilo distinto, porque la geografía nos hizo distintos, los valles, los ríos, la forma del contacto en las relaciones humanas”…

Concluye que “la mazurca que viene de allá, de la zona de Polonia, traída por los inmigrantes que llegan al Chaco en Argentina además del ritmo de los valses, de la polka, y la tarantela, se fueron acriollando, y que luego da el inicio al chamamé y eso se va difundiendo por las pampas, por los territorios, por los valles al interior y por la forma agreste de nuestra esencia, esos ritmos nos identificaban”.

Antonio Vogt

Juan Verdugo Mansilla Fernando Solar

Félix García

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La monta fiestera y turística

Cada año circulan por el complejo fronterizo

de Chile Chico más de 40 mil personas, la

mayoría turistas que van a los Antiguos, y

otras localidades trasandinas. La apuesta es

que se queden en la “Ciudad del Sol”.

Avanzar al sur y alcanzar hasta Chile Chico, significa cruzar un indomable que en ocasiones se deja amansar por las barcazas. El Lago General Carrera

es una de las vías más directas para hacerse cómplice de las jineteadas más fronterizas de la Patagonia Aysén.

“Nace fundamentalmente por el simple hecho de que esto representa parte de la historia de la gente que colonizo estas tierra”, se apura en precisar el alcalde de Chile Chico, Luperciano Muñoz.

Me detalla que las fiestas costumbristas de la “Ciudad del Sol” consisten básicamente en que un jinete doma a un animal, y esto se hacía en forma normal porque los gauchos necesitaban en esa época al caballo para trabajar, es decir, una acción de trabajo y a la vez era

el pingo era su único medio de transporte. Por estos días, la fiesta refleja más bien un tema artístico y folclórico.

Para las tradiciones locales esto representa el con-memorar, el revivir, lo que antiguamente fue el trabajo cotidiano de la gente de campo.

Claramente, uno de los principales hitos del encuen-tro costumbrista son las jineteadas porque las carreras a la chilena, que se hacen los 18 de septiembre, los 12 de octubre, la Semana de Aniversario, si alguien las quiere hacer, se hacen igual.

En Chile Chico se hace una fiesta costumbrista al año, a excepción del año 2010 que también hubo fiesta en Puerto Guadal. Y es que según el alcalde Muñoz, para hacer una fiesta costumbrista con relevancia, hay que invertir una buena cantidad de recursos económicos, ya sea por la organización que demanda, por los premios, y por la calidad de las tropillas que se preparan para corcovear.¿Cómo es la recepción de los turistas en torno a la celebración?

- Es una actividad que tiene mucha convocatoria, y los capos en este cuento son los argentinos, ellos son los padres de la jineteada. Aunque para nuestra actividad vienen muchos jinetes argentinos, también vienen

CHILE CHICO

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muchos chilenos radicados que trabajan en las estancias trasandinas.

¿Cómo ha sido el aporte de su administración al desarrollo de la fiesta costumbrista?

- El rodeo es típico de la zona central, no es nuestro, en Chile Chico no ves a la gente vestida de huasa, acá la gente anda vestida de gaucho. Es decir, con alparga-tas, con boina, con pañuelo al cuello, con bombachas, porque la población local está mezclada y esta actividad costumbrista, campera, no tenía espacio, no había luga-res, por lo tanto, compré un espacio de 2 hectáreas que se le denomino “Mate amargo”, es una inversión de más de $100 millones, que tiene galpones, casino, escenario, entre otros.

¿Y por qué esto no se hizo antes?- Porque cada uno tiene su visión sobre el tema

cultural, y porque generalmente no les interesaba, no era prioridad de los administradores pasados. Nosotros le pusimos el nombre a ese lugar como Centro de Eventos Culturales y Tradiciones Patagónicas “Mate amargo”, por-que el gaucho toma mate como un gesto de amistad, la gente de campo te invita un mate con asado y torta frita con grasa de yegua.

La producción es clave, confiesa el alcalde de Chile Chico. Contratación de artistas, regionales y extranjeros, formalidades legales, y la promoción del festival son parte de ello, por ello se utilizan medios de comunicación argentinos, como el programa “Apuntalando Tradiciones” del señor Carlos Brem, quien maneja en la provincia del Chubut todo el tema de las jineteadas.

La jineteada es una de las etapas en el proceso de domar un potro. Consiste en montar el animal en pelo o en montura, soportando sus saltos, patadas al aire y brincos. Mientras el jinete y el potro realizan su duelo mano a mano, otros hombres a caballo lo rodean, para evitar que el animal se dirija hacia los cercos. A los acompañantes se les llama “apadrina-dores”.

Un buen jinete rebenquea (da azotes con el re-benqueen las ancas, paletas y cabeza del potro), y hace correr las espuelas por las paletas y los codillos, sin hacerlo sangrar.

La jineteada debe ser muy lucida y limpia por tanto, el jurado puede desclasificar al jinete que suelta la manija del rebenque o se le corta un arción de estribo; y descuenta puntos si el jinete “charquea” es decir si no espuelea; si se afirma con la mano que debe azotar; si toca el animal con la mano que azota o con el palo del rebenque; si afirma su espalda o la cabeza en el lomo del animal.

Las categorías deportivas de jineteadas vigen-tes y populares en Aysén son:

-Con manillas: Elimina el bocado y las riendas y coloca una cincha provista de dos asas de cuero, llamadas manillas, dispuestas para que el jinete se adhiera con ambas manos. La prueba se larga sin control de tiempo, es decir, hasta que el jinete caiga o el potro deje de corcovear.

-A crina limpia: De los argentinos, también eli-mina las riendas y en lugar de la cincha con mani-llas coloca alrededor del cogote del potro un tiento para que el jinete lo tome con su mano izquierda y quede su diestra libre para azotar o rebenquear, en esta prueba se otorga un tiempo de ocho segundos y tiene mayor puntaje quien azota al potro, renun-ciando a la posibilidad de sostenerse con ambas manos.

-Con grupa surera: El cuero dado vuelta no era otra cosa que un cojinillo doblado hacia la cruz. En Argentina se conoce como “gurupa surera” que es un cuero de oveja esquilado relleno de arpilleras que se asegura con una cincha colocada unos diez centímetros más atrás de los codillos. El jinete toma las riendas con su mano izquierda y con la diestra toma la manija del rebenque. Esta jineteada tiene un tiempo de doce segundos y se puntúa la espue-leada y la forma de azotar.

-Con bastos y encimera lisa: De la jineteada con montura deriva la competencia denominada con bastos y encimera. Se ensilla el potro sin pelera, ni mandiles, sólo con bastos pampas o bastillas, sin boleadoras y una ancha encimera con estribos ca-lados. Esta prueba tiene una duración de 15 segun-dos y se evalúa la forma de espuelear y de azotar, constituyéndose en la más espectacular por cuanto le otorga mayores posibilidades al jinete de lucir sus habilidades.

(Fuente: Aisén y su Folclor, páginas 97-98-99-100, Leonel Galindo, 2004)

El buen jinete rebenquea…

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“Nuestra esencia es turística”Aunque la localidad desarrolla principalmente activi-

dad minera y agrícola debido a su microclima, exportan-do varias tonelada de cerezas a Europa y EEUU.

“Nuestra esencia es turística, por eso nuestro plan de inversión está orientado netamente a eso, es decir, nuestra municipio pondrá mucha infraestructura pública en los centros poblados y preparar los pueblos urbanísti-camente, para que cuando llegues a Chile Chico o Puerto Guadal, veas una ciudad ordenada, limpia, pavimentada, con un buen servicio sanitario”, revela el alcalde.

El contrapunto –agrega el edil- es que falta que los privados desarrollen más emprendimientos de locales de venta de comida, para complementar la capacidad de camas.¿Tienen una suerte de hermandad con el pueblo de los Antiguos en Argentina?

- Fuimos a hacer un levantamiento urbanístico a San Martín de los Andes, con 3 arquitectos de la Municipa-lidad de Chile Chico, y muchas de las buenas ideas que replicamos en nuestra localidad son productos de ese viaje, donde nos trajimos unas 2 mil fotos, y entendimos la lógica de cómo se mueve el turismo, de qué forma las personas se preparan para el turismo.

Hemos ocupado todos los mecanismos de capacita-ción que tiene el Estado, a través del Sence y el Fosis, para orientar a la gente en la preparación del tema turístico, curso de inglés básico, medio, avanzado, banquetería, comidas típicas, cursos en artesanías en madera y barro.

De lo mágico a lo Aoniken La “Ciudad del Sol” está dentro del cordón energético

del mundo, me dice el alcalde Luperciano Muñoz, para reafirmar eso que el clima de las orillas del lago beneficia la salud de muchos. Es más, destaca que la denominación de “Chile Chico mágico” proviene de la cultura Tehuelche, quienes eligieron estas tierras para morir, entre ellos las personas más importantes, porque consideraban que en este lugar estaba el tránsito más fino entre lo terrenal y lo espiritual.

“Tenemos que rescatar el patrimonio de la historia que es muy reciente en lo referido a las costumbres y tradiciones gauchas, pero hay otra historia, en la cual también estamos trabajando que es la de ir proyectando a Chile Chico en el rescate patrimonial de nuestra cultura ancestral Aoniken, ustedes podrán ver que nuestro símbolo municipal es una ‘mano y una guanaca’, que es propio de esos pueblos originarios. Una de las visiones que tenemos es que Chile Chico debe venderse cultural-mente a través del turismo, y turísticamente a través de la cultura”.

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Revista ELAL 55Señora Amelia y Don Norberto familia Gutierrez de la frontera de Chile Chico con Argentina.

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La Cerveza de Puerto Cisnes

al fin del mundo

Lo que hace singular a la cerveza de Puerto Cisnes no sólo es su método de elaboración sin filtrar, que la caracteriza como 100% orgánica; también que es

una nueva tradición familiar cisnense FinisTerra es el resultado de materias primas que

conforman su mágica y tradicional receta, y que en el domicilio de la familia Saavedra Berndt es compartida con mucha amistad.

Del Queulat a Cisnes

Puerto Cisnes cuenta en sus cercanías con una de las fuentes hídricas más comunes de la Región de Aysén, como lo es la que proviene de las indómitas nieves y hie-los transformados en ventisqueros, como a su vez aguas de origen termal, de la cordillera del Queulat.

Así, la idea nace por iniciativa de Carlos Saavedra, que con personalidad visionaria y proactiva se encaminó en la vida en diferentes experiencias innovadoras, entre ellas la crianza de conejos angora en el sector de La Jun-ta y como editor de unos los primeros diarios electróni-cos de la región llamado “Patagonia 2001”.

Sus hijos, Carolina y Camilo, revelan que la leyenda de este emprendimiento comenzó cuando Saavedra sufre una crisis de los “40 años”. El papá se dejó crecer el pelo, se compró jeans y una moto, cual Peter Fonda en Easy Rider (“Busco mi destino”)) viajó absolutamente

solo por las rutas de la Patagonia. Y fue cuando pasaba por la localidad del Bolsón, en Argentina, que conoció una fábrica de cerveza artesanal que se decía era buenísima y, dada la personalidad emprendedora de Saavedra decide aventurarse en lo que es hoy una emergente empresa con 6 años en el mercado, y con 7 variedades de cervezas regionales: Ale Rubia, Dorada, Ale Negra, Ale Rubia con Ají, Ale Rubia con Calafate, Ale Rubia con Cauchao, Lager Rubia.

Una idea que fermentó

El profesor Carlos Saavedra saltó al negocio de la preparación de cervezas artesanales desde cero. Como autodidacta, buscó las fuentes de información para capacitarse y apasionarse, entre esas gestiones ubicó a unos maestros de Buenos Aires, con quienes da los primeros pasos contactándose por teléfono e internet y así aprender los menesteres relacionados con el arte de la preparación de la cerveza. La preparación del agua, el malteado, la molienda, la maceración, el recirculado, el lavado, y la cocción o hervor, también el centrifugado, el enfriado, la fermentación, la maduración, la pasteurización y el embotellado.

Luego de 2 años de estudio, Carlos Saavedra logró su primera producción de muestra, alcanzando 50 litros con óptima calidad. El primer financiamiento que recibió fue a través del fondo InnovaChile de la Corfo, el que utilizó para implementar la fábrica y para respaldar la compra de la infraestructura necesaria, donde el “profe” Saavedra destaca que lo mejor es el trabajo en equipo con la familia, todo lo que permite producir hoy un máximo de 3 mil 600 litros mensuales de cerveza.

Sin embargo, aún quedan barreras para FinisTerra como las relacionadas con la distribución de sus pro-ductos, los costos de venta asociados por su ubicación y lejanía con los grandes centros urbanos, una situación que la empresa superara a mediano plazo para compartir con la ciudadanía una de las cervezas artesanales más exquisitas y originales que existe en el mercado nacional, y que en cada botella lleva el mejor sabor de la Patagonia. www.cervezafinisterra.cl.

FinisTerra, una tradición familiar