retos y transformaciones del estado contemporáneo

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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA. FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES ESCUELA DE SOCIOLOGIA ANTROPOLOGÍA DEL DESARROLLO Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

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Page 1: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA.

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE SOCIOLOGIA

ANTROPOLOGÍA DEL DESARROLLO

Retos y transformaciones del Estado

Contemporáneo

Autor:

Albert Urbina

Caracas, diciembre del 2012

Page 2: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

INDICE

Introducción…………………………………………………………………….…..3

Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo…………………….….6

A) Origen y definición del Estado………………………………………...…..6

B) El Estado de bienestar y su crisis: ofensiva neoliberal

y globalización del capital……………………………………..………….9

C) Retos y problemas del Estado contemporáneo………………………..12

1. Crisis de legitimidad del Estado……………………………………12

2. Crisis de identidad……………………………………………….…13

3. Surgimiento de translocalidades, cartografías

posnacionales o transnacionales………………………………..…14

4. La entrada en escena de Nuevos Actores Internacionales………16

5. Problemas globales…………………………………………….……..17

D) Escenario para el futuro próximo: el Estado Red,

descentralizado y Relacional ……………………………………..…17

Conclusión……………………………………………………………………..…..24

Bibliografía………………………………………………………………………28

2

Page 3: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

INTRODUCCION

El siguiente trabajo examina con fines prospectivos los retos y las

transformaciones que afronta el Estado contemporáneo.

Cuando hablamos de Estado es importante tener en cuenta que

estamos hablando de la forma de organización del orden y el poder político

que las sociedades han adoptado a partir de la modernidad con el

surgimiento del capitalismo, el desarrollo de las ideas liberales y el avance de

la ciencia. Nos estamos refiriendo a una forma jurídico-política que resulta de

un complejo proceso histórico de concentración del poder más que de una

comunidad de intereses o sentimientos. No estamos hablando solo de una

institución sino más propiamente de todo un orden institucional, que sienta

sus bases mismas en las características y valores de las sociedades y los

individuos actuales, lo que nos da una idea de la enorme complejidad del

tema.

No pretendemos aquí precisar el futuro del Estado, sino más bien

identificar las tendencias transformadores actuales y la magnitud de los

cambios que el Estado afronta, si son reales o superficiales. No postulamos

aquí ni la crisis del Estado, ni mucho menos su desaparición. Creemos sin

duda que el Estado transita actualmente por un complejo proceso de

transformación, dinámico, incierto y acelerado. Lo que existen son

tendencias que se producen como consecuencia de la dinámica propia de las

relaciones políticas omnipresentes en todos los niveles de todas las

sociedades. En general la tendencia de los Estados es a democratizarse

hacia lo interno e integrarse hacia lo externo. Un cambio en dicha tendencia

es perfectamente posible, tanto como su aceleración, pero ambas cosas son

impredecibles y dependen en última instancia de la acción de los actores y

3

Page 4: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

de los acontecimientos que esta genere. La tendencia es hacia la

transformación, siempre ha sido así, no hacia la desaparición, pues se

mantienen la vigencia de los elementos definitorios de la forma política

Estado (ver apartado A). Claro que esta tendencia puede cambiar hacia la

construcción de formas distintas, pero este cambio, en todo caso, requeriría

producir una ruptura histórica que por ahora resulta imposible de predecir.

El trabajo se desarrolla a lo largo de 5 capítulos en los que se trata de

dibujar el contexto completo de cambios y retos que afronta y vive el Estado.

El primer apartado titulado “Origen y definición del Estado” tiene el objetivo

de presentar al lector el concepto de Estado destacando sus características

definitorias y de hacer un resumido recuento de sus transformaciones

históricas. Esto resulta esencial si no se quiere perder la vista en factores

secundarios, pues es necesario centrar el análisis en los elementos centrales

de nuestro objeto de estudio.

En el segundo apartado nos detenemos a estudiar la crisis del Estado

de bienestar y los efectos del neoliberalismo globalizado sobre este último,

todo lo cual se sitúa en el origen de muchas de las dificultades que enfrenta

el Estado actualmente. Dichas dificultades se precisan en el tercer apartado

titulado “Retos y problemas del Estado contemporáneo”. Estos dos apartados

juntos pretenden explicar el contexto general de cambio y dificultad que

afronta el Estado de nuestro tiempo.

Una vez contextualizado el estado actual de cosas pasamos a estudiar

las tendencias transformadoras del Estado que actualmente se están dando,

y a formular nuestras consideraciones acerca de cada una de ellas con

respecto a los elementos de cambio, vislumbrando al Estado del futuro como

un Estado descentralizado y relacional hacia lo interno y un Estado Red

hacia lo externo.

4

Page 5: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

Por último, formulamos en las conclusiones nuestras consideraciones

personales sobre el futuro del Estado y nuestras críticas a la supuesta crisis

o desaparición del Estado de la que algunos teóricos han hablado desde una

postura ciertamente exagerada o sesgada. Porque en efecto consideramos

que el Estado tiene futuro en tanto no surja una forma política capaz de

asegurar el orden, monopolizar la violencia y administrar la justicia con el

mismo o con más éxito que el Estado.

5

Page 6: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

RETOS Y TRANSFORMACIONES DEL ESTADO CONTEMPORÁNEO

A) Origen y definición del Estado

El Estado Moderno constituye un modo de organización de la

sociedad relativamente reciente en la historia de la humanidad. El

surgimiento del Estado moderno puede situarse alrededor del siglo XV,

época durante la cual los reyes europeos iniciaron un proceso de

concentración y centralización del dominio sobre sus tierras, aprovechando

la crisis que enfrentaban los señoríos feudales, producto de las guerras, las

enfermedades y el surgimiento de la burguesía, que deseaba desprenderse

de los señores feudales, ya que se veían perjudicados por la condición de

vasallos de éstos y por la economía feudal. De la alianza entre la monarquía

y la burguesía, resultaron la eliminación del feudalismo y el nacimiento del

Estado moderno en las sociedades más avanzadas de la Europa occidental.

Para llegar al concepto y a las instituciones que sustentan este modo

de organización fue necesario, en primer lugar, disociar las funciones que

cumple el Estado, de las personas que ejercen el poder. Con la

conformación del Estado moderno, se llegó progresivamente a la conciencia

de que el orden político transcendía a las personas de los gobernantes. Así

nació el Estado moderno, un Estado que no confunde las instituciones que lo

conforman, con las personas que ocupan el poder, y que asume un conjunto

de funciones en beneficio de la colectividad (Français, 2000).

Paralelamente, fue conformándose el concepto de nación, entendido

como la colectividad forjada por la Historia y determinada a compartir un

futuro común, la cual es soberana y constituye la única fuente de legitimidad

política. Esta conceptualización sólo se consolida a fínales del siglo XVIII.

Con ello se inició un proceso de estructuración institucional de las

6

Page 7: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

comunidades nacionales que se propagaría por toda Europa y el continente

americano en el transcurso del siglo XIX, y se ampliaría a escala mundial en

este siglo, con el acceso a la independencia de las antiguas colonias. El

Estado-nación, propiamente dicho, surgió a principios del siglo XIX y alcanzó

su apogeo en el curso del siglo XX (Français, 2000).

El Estado es una forma política que se caracteriza

fundamentalmente, conforme la descripción hecha por Weber, por lograr

reclamar para sí con éxito el monopolio de la violencia física, legítima y legal

en el marco de un territorio, una población y un ordenamiento jurídico

determinado. La consecución de este objetivo requiere la constitución de

ciertos elementos definitorios como lo son: el establecimiento de un poder

central, la creación de un ejército profesional y unificado para el

manteniendo del orden y el poder; la conformación de un aparato

administrativo estatal para el manejo de los recursos; y el establecimiento de

relaciones diplomáticas que le aseguren su integración al orden

internacional.

Desde la Paz de Westfalia1 de 1948 el Estado fue concebido y

reconocido como el actor central tanto a nivel interno como externo, pues

para este entonces la progresiva concentración de poder por parte de las

monarquías europeas les había logrado la efectiva constitución de los

primeros Estados, bajo la forma del absolutismo monárquico (sobre todo en

los casos de España, Francia e Inglaterra). El Estado ha sido pues desde su

nacimiento un actor fundamental de la vida en sociedad, y en el principal

1 La Paz de Westfalia dio lugar al primer congreso diplomático moderno e inició un nuevo orden en Europa central basado en el concepto de soberanía nacional. Varios historiadores asignan una importancia capital a este acto,1 pues fue en Westfalia que la integridad territorial se erigió como un principio que consagra la existencia de los Estados frente a la concepción feudal de que territorios y pueblos constituían un patrimonio hereditario. Por esta razón, marcó el nacimiento del Estado nación.

7

Page 8: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

(aunque no único) garante del orden social allí donde logra con éxito

concentrar el poder político y militar.

El Estado se ha erigido desde aquel momento como el principal

vehículo organizador del orden político moderno, suplantando exitosa y

establemente a sus alternativas políticas premodernas2. Desde un enfoque

racionalista el Estado es el medio más eficiente para alcanzar determinados

fines –como por ejemplo, la acumulación y domesticación del poder político,

requisito indispensable para el mantenimiento del orden. Desde un enfoque

constructivista, por otro lado, el Estado tiende a construir expectativas

cognitivas y normativas que refuerzan su propia legitimidad y otorgan sentido

al orden social, garantizando su reproducción mediante la creación e

institucionalización de valores colectivos. En cualquier caso, el Estado

contemporáneo constituye una de las máximas expresiones de la

modernidad, aparece por ello fuertemente asociado a un conjunto de

fenómenos vinculados con esta tradición, entre los cuales se destacan el

capitalismo, la ciencia y el individualismo liberal (Vázquez, 2011: 236)

Ahora bien, desde su formación el Estado moderno ha sido siempre

un orden político en continua construcción, un trabaja inacabado y siempre

en progreso. Desde su nacimiento el Estado ha adoptado las formas de

Estado Absolutista Monárquico3, Estado Constitucional de Derecho o

Estado liberal burgués4, Estado Social de derecho o más recientemente

Estado Social de derecho y de justicia. Todas estas son categorías usadas

para definir las especifidades políticas y jurídicas que el Estado ha adquirido

con el pasar del tiempo para adaptarse a los cambios apócales, a los valores

imperantes y a las exigencias de las gentes.

2 La ciudad-estado, el imperio despótico y el feudalismo.3 También denominado «Ancien régime» el cual se caracteriza por la autoridad absoluta del Rey

basada en la idea de la disposición divina y en la división de la sociedad en estamentos.4 Nacido de la Revolución Independentista Americana y de la Revolución francesa, encuentra entre

sus fundadores a Locke, Montesquieu, Constant, Jefferson, Franklin, entre otros.

8

Page 9: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

B) El Estado de bienestar y su crisis: ofensiva neoliberal y

globalización del capital

El Estado de bienestar, cuya génesis institucional se remonta a finales

del siglo XIX y se consolida al finalizar la segunda guerra mundial, es

producto de un contexto de crisis caracterizada por los desbarajustes

sociales producto del desarrollo del libre mercado y por la irracionalidad del

sistema capitalista. En este contexto los Estados liberales afrontaron una

seria crisis que en muchos casos derivo en la construcción de regímenes

fascistas o socialistas, los cuales integraron algunos principios del Estado

social, al tiempo que eliminaron los principios del liberalismo político5.

Por otra parte, en los Estados liberales los diferentes teóricos políticos

propondrán soluciones de carácter socioeconómico más que político;

soluciones que no implican la sustitución del orden existente, sino una

transformación adaptativa del Estado, que supone la intervención de este en

la economía como medio de disminuir las diferencias económicas. De este

modo lo que determina el paso del Estado liberal de Derecho al Estado

económico y sociales la organización estatal de la economía (Jiménez, 2011:

20).

Finalizada la segunda guerra mundial en la que los Estados liberales

logran triunfar se consolida el Estado bienestar poniendo fin a la crisis

sistémica que venía atravesando occidente. Este último tuvo un notable éxito

en la consecución de mejores niveles de vida para sus habitantes, en la

reducción de las desigualdades económicas, en la pacificación del conflicto

social de clases e incluso en la promoción y recuperación de la producción

5 Sujeción del poder político a la Ley, respeto a los derechos individuales, división de poderes, estructura constitucional, igualdad de todos frente a la ley.

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Page 10: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

económica que en los años ’50 y `60 habría alcanzado niveles sin

precedentes en EE.UU.

El consenso en el que se fundamentó el Estado de bienestar se

rompió a mediados de los años ’70 del siglo XX. El estancamiento de la

economía en 1973, con la crisis del petróleo y sus consecuencias de paro e

inflación, supuso diversas críticas a las sociedades del bienestar. Las altas

tasas de desempleo plantearon un problema de financiación al aumentar los

gastos sociales y disminuir los ingresos6. Aparece la crisis fiscal de Estado

de bienestar como un obstáculo para su mantenimiento a largo plazo

(Jiménez, 2011: 31)

En este contexto, cuando el mundo capitalista avanzado cayó en una

larga y profunda recesión, combinando por primera vez bajas tasas de

crecimiento con altas tasas de inflación, las ideas neoliberales comenzaron a

ganar terreno. Según Hayeck y sus compañeros las raíces de la crisis

estaban localizadas en el excesivo poder del movimiento obrero que había

socavado las bases de la acumulación privada con sus presiones

reivindicativas sobre los salarios y con su presión parasitaria para que el

Estado aumentase cada vez más los gastos sociales. El remedio era claro:

mantener un Estado fuerte en su capacidad de quebrar el poder de los

sindicatos y el control del dinero, pero limitado en lo referido a los gastos

sociales y a las intervenciones económicas (Anderson, 2003)

El programa neoliberal logró detener la inflación, aumentar de la tasa

de ganancia, derrotar el movimiento sindical, hacer caer el número de

huelgas, contener los salarios y hacer crecer la tasa media de desempleo.

6 Se deben considerar también los cambios demográficos, tendientes al progresivo envejecimiento de la población, debido al descenso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida que, junto a la disminución de la duración media de la vida laboral, conduce al deterioro de la relación entre activos y pensionistas.

10

Page 11: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

Sin embargo y a pesar de todas las condiciones creadas no hubo ningún

cambio significativo en la tasa media de crecimiento. Esto ocurrió

fundamentalmente porque la desregulación financiera, uno de los elementos

de suma importancia en el programa neoliberal, creo condiciones mucho más

propicias para la inversión especulativa que productiva (Anderson, 2003).

La ofensiva neoliberal ha implicado en principio tres cosas:

1. En primer lugar, una sucesión de abandonos deliberados de

soberanía por parte del Estado en áreas claves de la regulación

económica, es decir, la apertura irrestricta de las fronteras al comercio

internacional y la desregulación financiera, todo lo cual sumado al

desarrollo de las TIC ha supuesto la conformación de un mercado de

capitales mundiales y la desvinculación de la actividad productiva con

los territorios nacionales.

2. En segundo lugar, implica el desmantelamiento del Estado de bienestar

que tanto éxito había tenido en la pacificación de los conflictos sociales

internos.

3. Por último y en estrecha relación con lo anterior, encontramos la

universalización y la expansión de la brecha social entre ricos y pobres.

Cada una de estas implicaciones ha tenido sus propias

consecuencias que muchas veces se cruzan entre sí, trastocando la

estructura sociopolítica del mundo entero.

En este marco contextual caracterizado por globalización del capital,

por la crisis del estado de bienestar, por el uso extensivo e intensivo de las

nuevas tecnologías de la información, por la crisis de identidad de mucho

pueblos y por la aparición de problemas globales estamos viendo al Estado

11

Page 12: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

atravesar una serie de fuertes tensiones que necesariamente exigen su

transformación.

C) Retos y problemas del Estado contemporáneo

A continuación se expone un conjunto de elementos que entrañan

retos significativos para el Estado de la actualidad. Estos elementos se

derivan del contexto antes descrito y se relacionan y superponen entre sí. La

presentación numerada responde solo a fines didácticos.

1. Crisis de legitimidad del Estado

El proceso según el cual el Estado de bienestar se ha visto sometido

a un progresivo desmantelamiento y a una reconducción de sus formas

hacia los postulados del Estado mínimo, sumado a las políticas económicas

de corte neoliberal se han traducido en la mayoría de los casos en desastres

sociales que han implicado un serio cuestionamiento por parte de la

población de toda la estructura estatal. La insatisfacción de las necesidades

y la expansión de la brecha social son elementos que han afectado

gravemente la legitimidad del Estado.

Se observa, por un lado, un retroceso del Estado --tanto en efectividad

como en legitimidad-- en su misión de responder a las inquietudes y a las

aspiraciones de los ciudadanos lo que provoca una disminución del

compromiso de los ciudadanos en relación con el Estado, que no consigue

ya responder a sus aspiraciones de seguridad y bienestar, cuando no cae en

el extremo de servir a grupos e intereses ajenos a la nación.

12

Page 13: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

Asistimos, por lo tanto, a un retroceso de la legitimidad del Estado,

que se traduce en una pérdida de credibilidad de las instituciones políticas y

de la legitimidad de la “clase” política, y cuyas consecuencias son gravísimas

para la solución de los problemas políticos y sociales a los cuales se

enfrentan los países hoy.

2. Crisis de identidad

El retroceso del Estado y el compromiso ciudadano no serían tan

graves si al mismo tiempo los valores y las referencias culturales que sirven

de cemento a la cohesión de cada pueblo no fuesen agredidos por un

modelo cultural globalizado, producto de los modos de vida que promueven

el capitalismo mundializado y el sistema de valores que lo respalda. Este

modelo cultural, promovido por el capitalismo y su principal centro de

impulsión –los grandes grupos norteamericanos con proyección

transnacional--, agrede hoy, no solamente a las sociedades del mundo

occidental, sino también a las del mundo subdesarrollado, y las enfrenta a

valores y modelos que destruyen la identidad cultural de cada pueblo, les

impone una cultura uniforme y mercantil que glorifica la violencia y el

individualismo, y atenta contra los valores de solidaridad y los principios

éticos que respaldan la mayoría de las culturas, incluyendo sus dimensiones

morales y religiosas (Français, 2000: 18)

Como resultado del proceso analizado, se ha exacerbado hoy la crisis

de identidad, entendida ésta como la crisis vivida por cada pueblo e, incluso,

por cada comunidad unida por valores y referencias comunes, frente a las

agresiones del modelo cultural dominante, en el contexto de un retroceso del

Estado y del compromiso ciudadano. La exacerbación de la crisis de la

identidad provoca dos tipos de reacciones por parte de las comunidades

agredidas: la primera es el rechazo, frecuentemente violento, de los valores y

13

Page 14: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

referencias culturales promovidos y respaldados por el capitalismo

mundializado, y la segunda, corolario de la primera, es un retorno a los

valores y referencias tradicionales de las comunidades agredidas o el

enclaustramiento en ellos, con frecuentes derivaciones xenófobas.

Así se explica hoy tanto la expansión del integrismo musulmán frente

a la penetración de un sistema de valores que niega o destruye la

espiritualidad, como la proliferación, en el otro extremo, de la xenofobia y los

conflictos étnicos, tanto en países supuestamente civilizados, como en

sociedades menos avanzadas. Todo ello tiene como consecuencia una

desagregación tanto de la nación --como entidad unida por un pasado y un

destino comunes-- como del Estado --en sus formas tanto unitarias como

federales o confederadas--, y a una proliferación de los conflictos étnicos y

religiosos (Français, 2000: 19).

3. Surgimiento de translocalidades, cartografías posnacionales o

transnacionales

Appadurai (1999) usa estos términos para referirse a las nuevas

identidades que se configuran en la actualidad, desligadas del territorio

nacional, produciendo nuevas formas de localidad. El surgimiento de estas

nuevas identidades ha sido favorecido por el desarrollo de las TIC y por los

movimientos demográficos creciente producto de factores económicos,

comerciales y ambiéntales.

Las translocalidades serían todas aquellas localidades que superan

sus contextos nacionales para entrar en relación con contextos ajenos al

territorio de su nación. Ejemplos de estas translocalidades serían las

grandes ciudades de flujos y usos internacionales como Hong Kong o New

14

Page 15: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

york, o también por ejemplo las comunidades que se desarrollan en los

límites entre un Estado y otro, como en el caso de la frontera de México con

los EE.UU.

Están también lo que Appadurai denomina cartografías posnacionales

las cuales son formas de identidad que se caracterizan por existir sin la

necesidad de habitar en territorios contiguos. El ejemplo más emblemático

de este tipo seria los Sikhs y con su nación «imaginaria» llamada khalistan).

El argumento principal de Appadurai es que estos movimientos al

entrañar una crisis de la soberanía territorial de los Estados entrañan en sí

una crisis del Estado-nación mismo.

A medidas que se abren fisuras entre el espacio local, el trasnacional y el nacional, el territorio, como base de la lealtad y el afecto nacional (lo que llamamos «suelo patrio») está cada vez mas divorciado del territorio como lugar de la soberanía y el control estatal de la sociedad civil. La jurisdicción y la lealtad están cada vez más separadas: un mal presagio para el futuro del Estado-nación en su forma clásica, donde se suponen que ambas dimensiones son coincidentes y se sustentan mutuamente (Appadurai, 1999: 114)

Este divorcio entraña sin duda una crisis del binomio Estado-nación

tal como lo conocemos desde el siglo XIX, pero hay que tener cuidado de no

llevar las interpretaciones al límite. Hablar de la desaparición del Estado

constituye sin duda una exageración y una mala interpretación de los fines

últimos de aquel. Recuérdese que el Estado existió una vez sin nación y que

por lo tanto es posible que vuelva a existir sin nación, la relación entre un

concepto y otro no es ni lineal ni unívoca. La legitimidad del Estado no recae

únicamente sobre la base de la identidad nacional, sino también e incluso

primeramente sobre su capacidad de mantener cierto grado de orden y de

responder a las demandas que se le hacen. Hoy en día existen varios que

15

Page 16: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

no sientan su legitimidad sobre las bases de una sola identidad sino varias,

como el caso de España o Canadá, estos llamados Estados plurinacionales

han logrado evitar la secesión o la fractura mediante esquemas

institucionales que otorgan amplios márgenes de autonomía a sus

comunidades. En todo caso lo que por ahora nos interesa resaltar es que

aunque ciertamente el surgimiento de identidades desligadas del territorio

comporta un elemento transformador, también es cierto que el Estado no

necesita ser “nacional” para existir, porque su justificación primera no

deviene del territorio sino de la necesidad de orden. Más adelante

examinaremos esto con más detalle.

4. La entrada en escena de Nuevos Actores Internacionales

El desarrollo de las TIC, el proceso de globalización económica y los

procesos de democratización han abierto la posibilidad para el nacimiento de

nuevos actores en una esfera donde tradicionalmente solo contaba el

Estado. En efecto, el surgimiento de las empresas trasnacionales, las ONG’s

globales y las proliferación de las organizaciones internacionales han hecho

perder al Estado su rol hegemónico en el área de la esfera internacional.

Esto significa entre otras cosas el surgimiento de nuevas relaciones

políticas entre unos actores y otros. El Estado ahora debe abrirse a la

posibilidad de integrar en el actuar político internacional la opinión y la acción

de otros actores. Sin embargo es importante tener en cuenta que la pérdida

de hegemonía no significa perdida de superioridad, el Estado sigue siendo el

actor principal por el excelencia del ámbito internacional solo que en las

condiciones actúalas ya no es ni único ni suficiente, lo que lo obliga a

integrarse junto con otros en la consecución de ciertos objetivos no solo por

presión sino también por necesidad.

16

Page 17: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

5. Problemas globales

Los problemas globales son aquellos que escapan al ámbito

doméstico del Estado y que amenazan a grandes regiones del planeta o al

mundo entero. Estos problemas amenazan por entero la estabilidad de todo

el orden social (terrorismo, tráfico de armas, migraciones sin control, crisis

económicas, etc.), y algunas veces la propia existencia de la vida humana

(amenaza nuclear, pandemias globales, problemas medioambientales, etc.)

La magnitud de estos problemas entraña por fuerza la necesidad de la

acción conjunta de los Estados, de las organizaciones internacionales (OI) y

de la sociedad civil, fundamentalmente a través de las ONG’s.

D) Escenario para el futuro próximo: el Estado Relacional Red

En medio de todo el conjunto de dificultades y retos anteriormente

señalados el Estado se verá obligado a desarrollar una serie de acciones,

muchas de las cuales ya han venido ejecutándose.

En primer lugar, el Estado necesita afrontar las tensiones internas

producto de su crisis de legitimidad, de la crisis de identidad y del

surgimiento de identidades posnacionales. Para afrontar estas tensiones

internas el Estado tendrá que volverse cada vez más un Estado relacional,

esto significa que deberá establecer mecanismos cada vez más prolíficos y

efectivos de relacionarse con sectores de la sociedad civil, desde la familia

hasta los grupos organizados, con la intención de involucrarlos en los

procesos de toma de decisión y de construcción del orden. La mejor manera

de hacer esto es a través de la descentralización, es decir, a través de la

transferencia de autonomía política, fiscal y funcional, lo cual permitiría a la

comunidades no solo aproximarse más a la gestión del gobierno sino que

17

Page 18: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

también les abre las oportunidades de participar en dicha gestión en la

medida en que es un gobierno más cercano.

La descentralización juega el papel de una especie de sucedáneo de

la democracia directa, irrealizable en los grandes Estados. Ella permite dar

un rostro más humano a la ley impersonal dirigida a las multitudes, su

finalidad es restablecer y fortalecer los lazos de confianza entre la población

y la autoridad pública (Olvera, 2011).

Claro está que la efectividad de este proceso dependerá de la

sinceridad y la profundidad con que se establezca. En nuestra opinión el

proceso de descentralización debe ser profundo tanto en términos

territoriales como en términos político-funcionales. En otras palabras, la

descentralización será más o menos efectiva en la medida en que por una

parte, las autoridades estén más o menos cercanas a sus comunidades,

(podría pensarse por ejemplo en un proceso de municipalización), y por otra

en la medida en que el campo de acción trasferido –las competencias– sea

más o menos amplio, lo que puede ir desde la transferencia de políticas

urbanísticas hasta la posibilidad de establecer una lengua oficial particular o

manejar procedimientos y normas civiles distintos a los del resto del país.

Uno de los mejores ejemplos de este proceso lo constituyen los

Estados Plurinacionales7, que reconocen la existencia de identidades

distintas dentro de su territorio y procuran otorgar alto grado de autonomía a

sus comunidades. Esta es una primera alternativa dentro del contexto

global. Claro que este tipo de Estados puede entrañar diferentes tipos de

dificultades que podrían culminar en secesión pero en todo caso esto no

entraña la desaparición de los Estados.

7 España, Canadá, Bolivia y Bélgica son algunos de estos Estados.

18

Page 19: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

En efecto, una segunda alternativa para hacerle frente a los

problemas identitarios sería la reconfiguración de las fronteras en función de

las autonomías de las nuevas identidades. Esto significa por supuesto la

secesión de Estados ya existentes y la creación de unos nuevos, lo que

legitima en última instancia al Estado como forma política. Cuando la

reivindicación del derecho a la identidad se traduce en exigencia de

autonomía política y esta última se consigue el resultado ha sido siempre la

creación de nuevos Estados, de hecho, en 1945 existían 74 Estados y en la

actualidad existen 193, y es que hasta ahora no ha surgido ninguna otra

forma política capaz de proveer orden y seguridad con la misma eficacia que

el Estado, ninguna otra organización política, sea local, regional,

transnacional o global, se ha siquiera aproximado a la capacidad de asegurar

la lealtad y legitimidad normativa del Estado.

Además de las tensiones de fragmentación relacionas con el

resurgimiento de nacionalismos subestatales y con la crisis de legitimidad del

Estado, el Estado enfrenta una segunda fuente de tensiones relacionadas

con la integración, el proceso de globalización y la transformación de la idea

de soberanía. Esta segundo frente de dificultados y cambios surgen a partir

del nacimiento de nuevos actores internacionales, de la configuración de un

economía cada vez mas interdependiente especialmente en términos

financieros, del agravamiento de problemas globales de naturaleza no

territorial y del establecimiento de normativa internacional, todo lo cual ha

modificado los límites que anteriormente definían la soberanía del Estado.

Examinemos estos aspectos por separado.

En primer lugar encontramos los cambios asociados a la globalización

económica. Sobre este aspecto existen diferentes posturas. Para los

hipérglobalistas los gobiernos nacionales se han convertido en meras

correas de trasmisión del capital global entre poderosos mecanismos de

19

Page 20: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

gobernabilidad regionales y locales; así, los Estados-Nación, se habrían

convertido entidades anacrónicas que restringen la economía global y que

estarían destinados a ser progresivamente sustituidos por novedosas formas

de organización social y política. Frente a estos los escépticos consideran

que detrás de la globalización hay sobre todo un mito, pues algunos

aspectos tales como los niveles de inversión y comercio están lejos de ser

globales, sino que por el contario están altamente concentradas en la triada

América del Norte, Europa y Japón. Para estos, la globalización no ha

conseguido derrumbar los cimientos de la nación-estado debilitando su

soberanía: los gobiernos pueden y siguen desempeñando un papel

importante en la regulación de la economía y paradójicamente, facilitando la

continuidad del proceso de globalización económica. La crisis económica

actual (que comenzó en 2010) y las respuestas que se están intentando

ofrecer refuerzan esta idea pues se vuelve a mirar al Estado como regular de

la economía internacional (Delgado, 2011).

En el medio de los hiperglobalistas y los escépticos están los

transformalistas, entre los que destaca Anthony Giddens. Para estos la

globalización representa una fuerza transformadora que obliga tanto a los

Estados como a las sociedades a ajustarse a un mundo en el que ha dejado

de existir la clásica distinción entre lo internacional y lo nacional.

Giddens en sus muchas intervenciones reafirma la relevancia del Estado y, aun aceptando que los cambios puedan afectar al Estado nacional y al gobierno, sin embargo “ambos mantienen una importancia decisiva en el mundo actual”. El autor insiste en destacar sus aspectos funcionales y positivos, considerándolos de tal interés, que no permiten la conclusión de estar asistiendo al definitivo ocaso del Estado nacional: “La globalización tiene como efecto ‘destaponar’ los estados nacionales, que han perdido poder económico e incluso político en el seno de las estructuras transnacionales. (...) Sin embargo, no creo que signifiquen el final de los estados nacionales, creo que ahí se produce una gran equivocación. Pienso más bien, que se trata de un proceso de reconstrucción del Estado nacional” (Mendez, 2007: 6).

20

Page 21: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

Los transformalistas reconocen que el Estado ya no es la única entidad

que controla lo que sucede en sus territorios y que las fronteras territoriales,

como el principal marcador espacial de la vida en el actual mundo

globalizado son problemáticas, por lo que el régimen de soberanía entra en

un proceso de evolución. “Para los transformalistas en vez de que la

globalización traiga el fin del Estado, ha fomentado un aspecto de estrategias

de ajuste y, en ciertos aspectos, un Estado más activista” (Delgado, 2011: 136)

Ciertamente el Estado atraviesa un proceso de transformación que

redefine de manera especial el concepto de soberanía, pero esto de ninguna

manera quiere decir que pierda vigencia o protagonismo, por el contrario se

relegitima en la misma medida en que redefine sus dimensiones y

competencias, ajustándose a las exigencias de los tiempos actuales,

tratando de responder a las demandas de los actores que reclaman su

intervención, desde bancos hasta ONG’s, como bien lo demuestra cada

circunstancia de crisis o coyuntura económica, social, política o militar.

Además es importante considerar en sus justas dimensiones el proceso de

globalización:

En los países de la OCDE, es decir los más industrializados, el comercio exterior total (importaciones más exportaciones) ronda el 30% del producto bruto interno. Esto significa, a grandes rasgos, que cerca del 85% de lo que se produce nacionalmente se orienta a los mercados internos. Aun con ligeras variaciones, las tasas de inversión reflejan un patrón similar –para no hablar del factor trabajo, cuya movilidad en pocas oportunidades alcanza los dos dígitos pese al aumento reciente de las migraciones internacionales (Vásquez, 2011: 237)

En segundo lugar, y en estrecha relación con lo dicho en el párrafo

anterior, están los problemas globales de los cuales se habló en el apartado

anterior. Estos problemas amenazan no solo la autoridad del Estado sino

también y muchas veces el orden social en su conjunto o incluso la

estabilidad de la vida en el planeta como en el caso de los problemas

21

Page 22: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

ambientales. Ante estos problemas el Estado, o más bien la acción conjunta

de los Estados, parece ser el elemento más fuerte con que se cuenta para

hacer frente. No digo que la acción de los Estados sea suficiente pero si

requisito indispensable, y de hecho, es la sociedad en su conjunto quien

exige la intervención de Estos frente a dichos problemas. Cada vez que se

reclama la intervención del Estado se legitima su rol como garante del orden

y la seguridad. En todo caso, es difícil discutir que en los tiempos actuales

los Estados parecen ser los mejores equipados –en términos de recursos y

capacidad de acción y dirección- para enfrentar este tipo de problemas.

Un último elemento que afecta el concepto clásico de soberanía es la

proliferación de organizaciones internacionales (OI) o supranacionales y el

establecimiento expansivo de normativa internacional (NI). Para muchos

estos procesos significan una clara transgresión de la soberanía estatal, sin

embargo cuando se observa el proceso de conformación tanto de las OI

como de la NI es claro que más que una transgresión o desaparición de la

soberanía estatal lo que ocurre es un desplazamiento consiente hacia formas

de integración, muchas de las cuales nacen para regular las relaciones entre

los Estados (como la ONU, la OEA, la OTAN, etc.) pero que con el paso del

tiempo han ido ampliando sus competencias para responder a todo tipo de

exigencias diversas.

Se debe recordar en primer lugar que las OI nacen por acuerdo de sus

integrantes, que los Estados no tienen obligación de asociarse, y que la

legitimidad de estas depende del número, el poder y la voluntad de sus

integrantes; solo cuando dichas instituciones llegan a contar con legitimidad

suficiente consiguen el poder de ejercer presión sobre sus integrantes

−porque la capacidad de sanción sigue siendo muy limitada, prácticamente

circunscrita a acciones económicas como en el caso de la OMC o acciones

militares, las cuales por lo demás, son muchas veces bastante

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Page 23: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

cuestionables−. Lo mismo ocurre con la NI, la legislación sobre la guerra por

ejemplo nace con el fin de regular las relaciones estatales, y los derechos

humanos, trascendentales en nuestro tiempo, han ido expandiéndose

precisamente porque los gobiernos del mundo han manifestado la voluntad

de integrarlos en su Constitución o sus leyes.

Que los Estados transfieren a organizaciones de carácter trasnacional, internacional o supranacional algunas de sus antiguas competencias es una evidencia. Pero no supone la desaparición del poder soberano de los Estados… la cesión voluntaria no puede ser entendida como una perdida perjudicial o indeseada de su soberanía. Más allá de los poderes fiscalizadores internacionales que escapan al control estatal, una gran mayoría de las organizaciones y agencias que actúan en el ámbito global son el resultado de la cesión de soberanía por parte de determinados Estados (Delgado, 2011: 137).

Ni siquiera en el caso de la Unión Europea, el cual constituye el

paradigma de las organizaciones de integración, se puede decir que los

niveles de integración supranacional hayan llegado al punto de sospechar

una pérdida de soberanía real de los Estados. Por el contrario, visto desde el

punto de vista particular, muchos Estados refuerzan su soberanía,

especialmente los pequeños, quienes logran consolidarse y fortalecer el

control de sus procesos políticos internos y refuerzan su presencia en el

concierto internacional.

En todo caso la integración de los Estados parece ser una tendencia

irreversible en el mundo contemporáneo, una respuesta a las exigencias

actuales y una necesidad para lograr mantener el orden y el protagonismo de

la escena internacional. Esta es nuestra tercera tendencia: la tendencia a la

conformación de lo que Castell ha dado en llamar Estado Red, es decir, un

Estado cada vez más orientado a la integración y la cooperación,

especialmente a nivel regional, buscando así no solo consolidar su posición

en el plano de las relaciones internacionales, sino también fortalecerse para

hacer frente a las nuevas amenazas, exigencias y actores.

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Page 24: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

CONCLUSIÓN

Hemos querido mostrar a lo largo de este desarrollo como en un

contexto marcado por el surgimiento (o resurgimiento) de identidades y

nacionalismos, el reclamo de nuevas exigencias, la expansión de problemas

globales, la internacionalización de la económica y el desarrollo de las TIC el

Estado se está viendo forzado a adoptar cambios y establecer alianzas que

le permitan hacer frente a los nuevos tiempos.

A nuestro criterio el Estado del futuro será un Estado cada vez más

descentralizado, pero cada vez más complejo, en términos de la

configuración de sus relaciones internas. La pluralidad inherente a la

autonomía redunda en la particularidad del proceso con la que cada Estado

desarrollara sus relaciones con el conjunto de su sociedad. No obstante el

Estado será sin duda cada vez más relacional y comunicativo. Todo esto

precisamente por la necesidad de responder a las demandas de la población

todo lo cual es requisito indispensable para mantener la legitimidad.

Al mismo tiempo y en el plano de las relaciones internacionales el

Estado tendera a ser cada vez más un estado integrado y cooperativo, pero

estos procesos se darán por ahora fundamentalmente entre Estados. Los

gobiernos del mundo harán lo posible por mantener el protagonismo del

Estado en la esfera internacional, haciendo lo posible por mantener su

autoridad y legitimidad, buscando siempre hacer frente a las demandas de

orden.

Los Estados siguen siendo sin duda los principales vehículos

organizacionales del orden político moderno, y lo seguirán siendo a nuestro

criterio por lo menos durante la próxima centuria, lo que no quiere decir que

dentro de 30 años el Estado no pueda ser diferente, de hecho seguramente

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Page 25: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

lo será, pero seguirá siendo Estado, y probablemente existan incluso más

Estados de los que se cuente ahora, Estados nacidos de secesiones o del

reconocimiento del derecho a la identidad de algunos pueblos como en el

caso de Palestina.

Sin embargo la crisis o quiebra de Estados particulares no significa de

ninguna manera la quiebra del modelo Estado como forma política. Lo que

ha diferenciado al Estado de otros ordenes sociopolíticos ha sido su rol en la

provisión de seguridad, lo que se debe a su condición de monopolizador

legitimo de la violencia, y de hecho ha sido precisamente allí donde el Estado

ha sido incapaz de monopolizar la violencia y convertirse en el eje de las

relaciones políticas donde ha fracasado y se ha derrumbado, dando pie ha lo

que se ha dado a conocer como Estados fallidos, es esta la razón por la que

el terrorismo, el trafico de armas o las crisis de legitimidad interna se

presentan como problemas tan graves para el Estado.

El Estado no es la única forma política que el ser humano ha

concebido, y sin duda tampoco permanecerá el resto de nuestra historia,

pero por ahora hablar de su desaparición es, sencillamente, exagerado o

ingenuo. En las condiciones actuales donde abundan las diferencias de

clases, el tráfico de armas, el dogmatismo y las empresas y gobiernos

inescrupulosos, abogar por la desaparición del Estado es como poner a los

lobos a cuidar a las ovejas, y los ejemplos actuales de los Estados fallidos

confirman esta afirmación, pues allí a falta de un poder central han

proliferado todo tipo de conflictos y desordenes.

Un aspecto crucial en esta dinámica es el futuro del neoliberalismo,

esta ideología orgánica ha logrado como ninguna otra en la historia la

hegemonía política, a pesar de sus fracasos en el orden social y económico.

Para esta corriente de pensamiento, la libertad política solo es un colorarío,

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Page 26: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

un epifenómeno de la libertad económica, la cual se debe asegurar a toda

costa, reduciendo al mínimo la acción del Estado. Pero ya hemos sido

testigos de las catástrofes de esta inversión, y hemos visto también como en

cada coyuntura el Estado ha sido llamado a intervenir para regular.

A nuestro parecer al neoliberalismo es un gran monstro con pies de

barro, que tarde o temprano se demostrara incapaz de seguir disfrazando

sus fallas. Sin embargo con o sin neoliberalismo, el proceso de globalización

para ser hoy en día ya algo imparable, y por lo tanto uno de los mayores

configuradores del orden político y social de nuestros tiempos y de los

tiempos que vienen.

El Estado se adaptará, como de hecho lo está haciendo a los nuevos

tiempos, y será él quien en buena medida forjará el camino para su propia

desaparición. Vale la pena recordar que en la mayoría de los casos los

procesos de movilización de soberanía tanto interna (en forma de

descentralización), como externa (hacia OI o NI) han sido promovidos por los

propios gobiernos:

La crisis producida se profundiza por las demandas que sufre desde abajo, desde las estructuras más cercanas al individuo, desde los entes regionales, que pretenden crear estructuras razonablemente próximas y útiles al ciudadano para la correcta orientación de los problemas de orden económico o tecnológico, reclamando progresivas competencias, desde las que atender a las nuevas situaciones, que afectan de muy diversos modos al individuo y exigen decisiones rápidas, todo lo cual se concreta en mayores pérdidas de funciones del Estado. Tal vez sea oportuno recordar, ante la sorpresa que esto produzca, que en casi todos los casos, implícita o explícitamente, quienes han acordado hacer entrega de las mencionadas competencias, de posible interpretación como pérdida de la soberanía nacional, han sido los Estados o los gobiernos o los parlamentos” (MENDEZ, 2003: 421).

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Page 27: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

Conviene recordar, además, que en la mayor parte de las ocasiones, la mencionada perdida o modificación de algunas de las tradicionales atribuciones de los Estados es posible gracias a la voluntad misma de dichos Estados manifestada a través de sus gobiernos o parlamentes (Stange: 1999: 51, tomada de Delgado, 2011: 128)

Sin embargo son muchas las competencias importantes que los

Estados siguen manteniendo, tales como el control de las fuerzas armadas,

la formulación de la política macroeconómica y las relaciones

internacionales.

Anthony Giddens reconoce la situación actual de “crisis” del Estado, pero

sale al paso de la misma mediante la explicación de las múltiples funciones

que en la actualidad mantienen el Estado y el gobierno, concluyendo que “la

lista es tan impresionante que suponer que el Estado y el gobierno se han

vuelto irrelevantes no tiene sentido”.

Es importante siempre tener presente que al hablar de Estado nos

referimos a una abstracción, que sus acciones e instituciones son siempre

dirigidas y empleadas por hombres concretos, y que estos hombres no

escapan ni a la dinámica ni a las ideas de su tiempo. El cambio no se puede

deducir de la estructura misma del Estado, sino más bien de los hombres

que lo dirigen, del juego de poder interno entre estos y con el resto de los

actores de la sociedad.

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Page 28: Retos y transformaciones del Estado Contemporáneo

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