resumen touraine, alain - populismo

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Las políticas nacional-populares – Alain Touraine ¿POPULISMO? La experiencia populista “En países donde no se forma una modernización endógena, dirigida por una clase dirigente o por el Estado, sino, por el contrario, una industrialización en gran parte importada o facilitada por factores externos, aparece la idea de que en vez de una modernización dependiente y controlada conviene fomentar un desarrollo desde abajo y hacia adentro. Para superar la exterioridad del poder económico y a veces político nace la idea de que la meta del desarrollo no es aumentar la capacidad de inversión, sino el nivel de participación e integración de una sociedad nacional resquebrajada o dializada por los efectos de una modernización heterónoma”. Populismo: rechaza las posturas implicadas por la acumulación capitalista o socialista; compensa una modernización inducida por un control colectivo, comunitario, de los cambios económicos y técnicos; mantiene o recrea la identidad colectiva a lo largo de transformaciones a la vez aceptadas y rechazadas. La noción de populismo abarca todas las formas antielitistas de control de cambio social. Las políticas populistas están presenten donde no existe una elite dirigente nacional, fuerte y autónoma. Elementos del populismo - Defensa de una continuidad socio-cultural frente a la penetración de capitales, técnicas e ideas de origen extranjero. - Papel atribuido a las categorías educadas (intelligentsia). La gente educada es, entonces, capaz de liberarse de tradiciones y transformarse en agentes de cambio. El populista le pide a la intelligentsia que vaya al pueblo para despertarle y hacerle capaz de un nivel mayor de control y participación. - Estado: papel central. - Papel atribuido a los grupos medios. El énfasis puesto en la integración otorga privilegios a grupos centrales, medios, a la vez agentes de cambio y vinculados a la tradición nacional. - Oposición a cualquier idea de conflicto socio-cultural, en particular, de lucha de clases. Tipos regionales de populismo - Primer mundo: el populismo es la defensa de clases medias tradicionales amenazadas por la industrialización y el poder creciente del capitalismo y del sindicalismo obrero. Populismo conservador. - países donde el Estado dirige represivamente una política de reproducción de tradiciones: el populismo aparece como una primitiva de progresismo y a la vez como la búsqueda ilusoria de la continuidad en países donde es imprescindible una ruptura. - países postcoloniales y nacionalistas: el populismo se define como un Estado más que un movimiento ideológico político, en Estado anticolonial. - AMÉRICA LATINA: el populismo no es ni categoría social ni ideología ni Estado, sino la fusión de los tres elementos de un conjunto a la vez social, político y estatal. Es una política nacional popular. LAS SITUACIONES NACIONAL-POPULARES La política nacional-popular El populismo latinoamericano no se define por un contenido, sino por un tipo especial de relaciones entre tres niveles, social, político y estatal, de la vida social Modelo populista: no existen actores o clases sociales que se puedan definir independientemente de su participación en fuerzas políticas y de sus vinculaciones con el Estado. El modelo populista está muy distante de cualquier política representativa. Interdependencia entre el Estado, como expresión y defensa de la identidad nacional frente a una dominación externa; los mecanismos políticos de integración y, por consecuencia, de modernización del organismo social; la defensa de la iniciativa nacional y popular.

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Page 1: RESUMEN Touraine, Alain - Populismo

Las políticas nacional-populares – Alain Touraine ¿POPULISMO?

La experiencia populista

“En países donde no se forma una modernización endógena, dirigida por una clase dirigente o por el Estado, sino, por el contrario, una industrialización en gran parte importada o facilitada por factores externos, aparece la idea de que en vez de una modernización dependiente y controlada conviene fomentar un desarrollo desde abajo y hacia adentro. Para superar la exterioridad del poder económico y a veces político nace la idea de que la meta del desarrollo no es aumentar la capacidad de inversión, sino el nivel de participación e integración de una sociedad nacional resquebrajada o dializada por los efectos de una modernización heterónoma”. Populismo: rechaza las posturas implicadas por la acumulación capitalista o socialista; compensa una modernización inducida por un control colectivo, comunitario, de los cambios económicos y técnicos; mantiene o recrea la identidad colectiva a lo largo de transformaciones a la vez aceptadas y rechazadas. La noción de populismo abarca todas las formas antielitistas de control de cambio social. Las políticas populistas están presenten donde no existe una elite dirigente nacional, fuerte y autónoma. Elementos del populismo

- Defensa de una continuidad socio-cultural frente a la penetración de capitales, técnicas e ideas de

origen extranjero. - Papel atribuido a las categorías educadas (intelligentsia). La gente educada es, entonces, capaz de

liberarse de tradiciones y transformarse en agentes de cambio. El populista le pide a la intelligentsia que vaya al pueblo para despertarle y hacerle capaz de un nivel mayor de control y participación.

- Estado: papel central. - Papel atribuido a los grupos medios. El énfasis puesto en la integración otorga privilegios a grupos

centrales, medios, a la vez agentes de cambio y vinculados a la tradición nacional. - Oposición a cualquier idea de conflicto socio-cultural, en particular, de lucha de clases.

Tipos regionales de populismo

- Primer mundo: el populismo es la defensa de clases medias tradicionales amenazadas por la

industrialización y el poder creciente del capitalismo y del sindicalismo obrero. Populismo conservador.

- países donde el Estado dirige represivamente una política de reproducción de tradiciones: el populismo aparece como una primitiva de progresismo y a la vez como la búsqueda ilusoria de la continuidad en países donde es imprescindible una ruptura.

- países postcoloniales y nacionalistas: el populismo se define como un Estado más que un movimiento ideológico político, en Estado anticolonial.

- AMÉRICA LATINA: el populismo no es ni categoría social ni ideología ni Estado, sino la fusión de los tres elementos de un conjunto a la vez social, político y estatal. Es una política nacional popular.

LAS SITUACIONES NACIONAL-POPULARES

La política nacional-popular

El populismo latinoamericano no se define por un contenido, sino por un tipo especial de relaciones entre tres niveles, social, político y estatal, de la vida social Modelo populista: no existen actores o clases sociales que se puedan definir independientemente de su participación en fuerzas políticas y de sus vinculaciones con el Estado. El modelo populista está muy distante de cualquier política representativa. Interdependencia entre el Estado, como expresión y defensa de la identidad nacional frente a una dominación externa; los mecanismos políticos de integración y, por consecuencia, de modernización del organismo social; la defensa de la iniciativa nacional y popular.

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La política nacional-popular combina: - independencia nacional; - modernización política e - iniciativa popular.

Los actores sociales no pueden ser definidos por su función socio-económica; el sistema político no funciona como en la democracia, sino que es un espacio de fusión entre Estado y actores sociales (idea que expresa la noción de Estado de compromiso). Predominancia de las categorías políticas sobre las categorías sociales y de igual importancia, la ausencia de diferenciación entre el sistema político y el Estado. El populismo es la identificación del movimiento con el Estado. Masa, pueblo, nación

Dominación del ego nacional sobre el ego de las clases. La nación lucha para su unidad, integración e independencia; pero la nación también es el pueblo luchando contra las oligarquías, etc. El actor de clase tiene poca autonomía. No se constituye una “clase obrera” o un “movimiento obrero”. Obreros, campesinos, empleados participan en un doble movimiento de integración nacional y de lucha contra los privilegios de la oligarquía, pero no dirigen estas acciones; le dan sólo un contenido parcial de clase, no le dan la fuerza de un movimiento de clase. Las categorías socioeconómicas no se transforman en actores políticas; son categorías políticas y nacionales como masa, pueblo y nación que movilizan categorías sociales y toman connotaciones clasistas. Tipología

1er tipo: Independencia nacional, Integración político-cultural, Participación popular. Getulismo (Brasil), Calles y México posguerra, Velasco (Perú). 2do tipo: Independencia nacional, Participación popular, Integración político-cultural. Peronismo (Argentina), Cardenismo y Echeverrismo (México), coronel Caamaño (Rep. Dominicana) 3er tipo: Integración político-cultural, Independencia nacional, Participación popular. Freismo y DC (Chile), Madero (México), APRA posguerra (Perú), Irigoyen (Argentina) 4to tipo: Integración político-cultural, Participación Popular, Independencia nacional. Batlle y D. López (Uruguay), López y Gaitan (Colombia), MNR 1952 (Bolivia), AD (Venezuela), Figueres (Costa Rica). 5to tipo: Participación popular, Independencia nacional, Integración político-cultural. Goulart (Brasil), Frente Popular Chileno. 6to tipo: Participación popular, Integración política-cultural, Independencia nacional. “Poder dual” boliviano, Mariátegui (Perú), Unidad Popular (Chile). El populismo militar

Especificidad del populismo militar: si la independencia nacional es debilitada por la fuerte penetración de capital extranjero, si la integración social nacional está limitada por el poder de los hacendados tradicionales, si la presión popular se transforma en rupturas, sublevaciones o guerrillas, es posible que aparezca un populismo voluntarista rompiendo con el mismo político y la presión de las clases medias. Un régimen militar puede llevar a cabo una política nacional popular, pero a través de métodos no populistas, autoritarios, donde no existe una capacidad integradora suficiente del sistema social. PARTIDOS, ESTADOS Y MOVIMIENTOS POPULISTAS

Populismos parciales: uno o dos de los tres elementos dominan la política nacional popular.

- la combinación de la independencia nacional y de la presión popular se encuentra facilitada en los países de enclave;

- la combinación de la independencia nacional y de la participación política, crea una burguesía de Estado o determina una orientación más elitista de la intervención del Estado;

- la combinación de la participación política y de la presión popular da lugar a la formación de un populismo más democratizante.

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Partidos de tendencia populista (prioridad a la participación política)

El caso más importante es el de los regimenes dominados por la autonomía del sistema de integración política, porque donde no se rompen las instituciones representativas se forma difícilmente el populismo. Cuando el sistema es poco populista y se acerca a una democracia representativa, el Partido Comunista puede mantener su autonomía y resistir represiones. En la mayoría de los casos, los partidos comunistas no superan sus tradiciones internas, mientras los movimientos populistas mantienen con más facilidad una pluralidad de orientaciones. Cuando la vida política y económica de un país está dominada de manera casi colonial, cuando existe la amenaza de una intervención militar, la coalición nacional popular se vuelve más frágil. Estados populistas (prioridad al poder el Estado nacional) La política nacional popular se ubica en el Estado cuando hay un Estado central fuerte y una política dominada por jefes, caudillos o caciques locales. El Estado no actúa como soberano sino como mezcla de Príncipe, de sistema político y de interventor de niveles de la vida política, que son separados por los regimenes “representativos”.

Movimientos populistas (prioridad a la presión popular)

Existen al lado de partidos y de Estados populistas. Luchan por la defensa de los intereses de las masas populares. Pero cuando esta lucha se define como lucha de clases no conviene hablar de populismo. Antipopulismos

La importancia de los populismos también viene de la capacidad de orientar gran parte de las fuerzas sociales y políticas que se definen como pro o antipopulistas. Lo que aparece como populismo oligárquico debe ser redefinido como antipopulismo oligárquico. Frente a Estados populistas se organizaron algunos movimientos antipopulistas o a favor del fortalecimiento de un Estado nacional fuerte y comunitario en un sentido muy próximo a la autodefinición del nazismo como popular. Contra políticas nacional-populares más vinculadas al movimiento populista se desarrolla uno antipopulista poco organizado, pero que es la base principal de apoyo a los regimenes militares autoritarios. Los movimientos antipopulistas pueden tener la forma de movimientos regionales, los cuales están muy lejos de ser movimientos populares Los movimientos, partidos y gobiernos nacional populares son fuerzas de integración de la política nacional; partidos, caudillos y movimientos regionales son fuerzas políticas pre o antipopulistas. El enfrentamiento entre populistas y antipopulistas desemboca en un riesgo de guerra civil. CARACTERISTICAS DE LAS POLITICAS NACIONAL-POPULARES

Dualización de las conductas políticas

Existe tras la figura unificadora del líder una tendencia a la división interna del movimiento.

- la dualidad más visible separa metas y medios, o más concretamente, aspectos expresivos y aspectos instrumentales de la acción. Por ej., la afirmación apasionada de valores y objetivos, la voluntad de avanzar sin transar, pueden ser acompañadas de las más absoluta flexibilidad en la búsqueda de alianzas políticas;

- separación profunda entre la definición del actor y de su adversario. El populismo extremo opone la defensa de una comunidad étnica y nacional con su historia, su cultura, sus intereses específicos, a un enemigo impersonal, identificado con una lógica implacable, en términos tales que la política se

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transforma en “guerra santa” contra un enemigo todopoderoso y que amenaza todos los aspectos de la vida nacional;

- el populismo puede ser a la vez un instrumento de legitimación de las fuerzas que dirigen el crecimiento económico y un movimiento de lucha contra la dominación social para un aumento del consumo que tiende a reducir la capacidad de inversión:

- el populismo tiene dos imágenes contradictorias del Estado: como agente de ampliación del sistema político y como poder absoluto movilizado a favor del imperialismo o en contra de él. La forma más completa de descomposición del populismo corresponde a esta oposición entre la confianza puesta en un Estado reformador y la lucha contra un Estado acusado de estar al servicio de un poder político extranjero.

Descomposición

La política nacional popular tiende constantemente a descomponerse por la sola presencia de personalidad de un jefe político demasiado flexible para mantener la integración interna de su partido o gobierno, en circunstancias cambiantes. Tiende constantemente a descomponerse porque la confusión del Estado, del sistema político y de los actores sociales es por naturaleza inestable y no constituye un sistema con una capacidad real de control y retroacción.

- fusión de dos elementos y, como consecuencia, en el conflicto abierto de esta nueva orientación con el tercer elemento. Cuando la apertura del sistema político y la presión popular se unen para crear una política más popular que populista, los defensores del Estado rompen con esta hiperdemocratizacion;

- si se realiza una fusión del Estado nacionalista y de la presión popular, se crea un Estado nacional popular contra el cual luchan los demócratas que siente amenazada su autonomía y la capacidad de integración del sistema político;

- fusión del Estado nacionalista, la reforma política y el conflicto entre las reivindicaciones populares y el poder político. Se produce una descomposición interna que provoca una ruptura tan dramática que la sociedad política se siente amenazada, lo que provoca la reacción de los defensores civiles o militares de la seguridad nacional.

¿Acción política o situación de clase?

La definición del populismo en puros términos de régimen político se encuentra con la extrema diversidad de los regimenes nacional populares: militares o civiles, autoritarios o democratizantes, clasistas o nacionales revolucionarios. Los analistas de la modernización presentaron al populismo como un accidente resultante de desequilibrios internos del sistema social. Durante el periodo del ISI y del crecimiento del mercado interno se formaron movimientos sociales y políticos de ruptura con una oligarquía orientada hacia afuera. El líder populista llenó el vacío así creado. Masas disponibles son arrastradas por una elite política, cuya “incongruencia de status” determina la orientación antiestatuto. Un análisis de clases parece superar estas insuficiencias, afirmando que el populismo es funcional para limitar o contrarrestar la crisis de la oligarquía, ampliar su base de apoyo, debilitar y controlar las presiones populares. Pero esta tesis supone la existencia de actores de clase “conscientes y organizados”, anteriores a cualquier intervención del Estado. En el populismo la idea de que existe una burguesía nacional dirigiendo un proceso de sustitución de importaciones está muy lejos de la realidad Las formas extremas de la tesis de la “intencionalidad” del populismo, si bien pueden ser aplicadas al populismo oligárquico, no corresponden a la acción de la mayor parte de los regimenes nacional populares. Todo esto indica la importancia central de una definición de los regimenes nacional populares no por un principio central, sino por la mezcla nunca transformada en síntesis estables de varias orientaciones y varios niveles de acción social.

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Revolucionarios sin revolución

Las políticas populistas se definen como revolucionarias. Los populismos revolucionarios latinoamericanos son progresistas, derivan a la modernización económica y a la participación política; son comunitarios porque quieren proteger la especificidad contra todos los aspectos de la dependencia. La revolución en los populismos latinoamericanos es presente (ni pasado ni porvenir): es una situación de ruptura y recomposición permanente. El ambiente de las políticas nacional populares es revolucionario, pero sus esfuerzos son de fortalecimiento de la unidad nacional lo que implica, en general, cierta aceptación de las formas vigentes de dominación social o, por lo menos, el rechazo de la ideología de la lucha de clases. Los populismos tienden a transformarse en populismos revolucionarios, no en revoluciones populares, y los populismos revolucionarios conducen a una afirmación más y más central del poder estatal. El discurso populista

Aunque los dirigentes populistas son muy diferentes unos de otros, como lo son los países en los cuales actúan, la unidad se ubica más en el nivel del discurso que en el de la acción. El discurso no se muestra como representativo: el dirigente político no se refiere a un actor preciso (clase obrera, campesino, etc.); tampoco da un nombre preciso a sus adversarios. El líder se identifica con una totalidad completa, el pueblo, la nación, la palabra, la gran mayoría o las multitudes anónimas. El enemigo es definido como la antipatria, como el antipueblo. Esta ausencia de referencias sociales precisas se justifica porque el líder populista cree que la conciencia determina las transformaciones. Pero la conciencia y la acción se identifican con un individuo. El discurso populista es personalista. Sólo el actor, el jefe político, puede dirigirse a grupos variados y unir temas que en la vida política real entran en conflicto, como la modernización y la igualdad, la esencia nacional y la necesidad de cambio. El líder transforma los problemas políticos en problemas éticos, se identifica con el bien y condena a los que defienden el mal. Este carácter global del discurso da una importancia central al Estado, instrumento de liberación, de lucha contra los enemigos del pueblo, pero que también puede caer en malas manos. No se trata de un Estado institucional, sino de la personificación de la nación, del pueblo, de tal manera que el líder, identificado con el Estado, se identifica también directamente con el pueblo y la nación. Cuando el discurso populista se rompe, se prepara una acción de tipo económico y, por el otro lado, la violencia. En la sociedad de violencia la política fue pacifica y el discurso nacional popular tuvo como función más central la disminución de la violencia. El conflicto estaría reemplazado por la participación, la clase por la nación, las oposiciones por la unidad. Cuando se rompe este discurso reaparece la violencia en forma de dictaduras antipopulares o de sublevaciones nacionalistas o revolucionarias. El discurso nacional popular es un instrumento de participación política, no es un agente de representación. CONCLUSIONES Este análisis reconoce la prioridad de las categorías políticas sobre las sociales. Por eso rechaza la noción de populismo considerado como movimiento social y lo reemplaza por la noción de política nacional popular. Esta política es una forma de intervención del Estado. No se trata de un nacionalismo, tampoco de una forma de acceso de las “masas” al poder. Se trata de la incorporación de fuerzas y demandas sociales al proyecto nacional del Estado. Existen grupos de intereses o movimientos sociales, pero éstos son dependientes y permanentemente amenazados por una ruptura interna entre la incorporación corporativa del Estado y la formación de partidos y sindicatos de manera independiente, con función de representatividad. La política nacional popular no es representativa y, por consecuencia, no es democrática. Puede pasar de una forma parlamentaria a una forma dictatorial sin ruptura y existe a la vez clima democrático y poder autoritario. La noción del pueblo es el “operador” de la subordinación de todas las categorías sociales al proyecto del Estado nacional popular. Típica de esta relación desigual es la debilidad de las actividades partidistas y la importancia de las manifestaciones de masa y de la relación directa del pueblo con el líder.