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Respuesta social a la transferencia tecnológica en la huasteca potosina y el concepto de apropiación social en el imaginario colectivo local. Por: M.D.R. Beatriz Guajardo Peredo Resumen Con la finalidad de darle un enfoque menos tecnicista a los resultados de los trabajos realizados durante los cuatro años de duración del proyecto “Transferencia de tecnologías apropiadas en materia de agua en comunidades rurales de la huasteca potosina” (2009-2012), en esta oportunidad se realizan una serie de reflexiones a partir de la inclusión de nuevas formas de manejo del agua a partir de la captación y almacenamiento de agua de lluvia con la nueva infraestructura instalada. Los trabajos de instalación de un total de 534 sistemas de captación de agua de lluvia y cisternas se llevaron a cabo en nueve comunidades de los municipios de San Antonio y Tanlajás en San Luis Potosí, se requirió de varios grupos de trabajo entre los que se encuentran los externos a las comunidades los cuales se conforman por especialistas en hidráulica del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua/Coordinación de Hidráulica/Subcoordinación de Tecnología Apropiada e Industrial, apoyo técnico y logístico de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo/Facultad de Ingeniería Civil/Departamento de Hidráulica y los locales conformados por la coordinación regional de la Agencia de Desarrollo “Fondo para la Paz” que engloba a promotores, voluntarios comunitarios, guías, traductores, miembros de comités de planeación, de agua, de supervisión, así como autoridades y líderes comunitarios, y en donde la participación de los diversos grupos de beneficiarios conforman la parte medular de la estructura del proyecto en cuestión.

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Respuesta social a la transferencia tecnológica en la huasteca potosina y el concepto de  apropiación 

social en el imaginario colectivo local. Por: M.D.R. Beatriz Guajardo Peredo

Resumen

Con la finalidad de darle un enfoque menos tecnicista a los resultados de los trabajos realizados durante los cuatro años de duración del proyecto “Transferencia de tecnologías apropiadas en materia de agua en comunidades rurales de la huasteca potosina” (2009-2012), en esta oportunidad se realizan una serie de reflexiones a partir de la inclusión de nuevas formas de manejo del agua a partir de la captación y almacenamiento de agua de lluvia con la nueva infraestructura instalada.

Los trabajos de instalación de un total de 534 sistemas de captación de agua de lluvia y cisternas se llevaron a cabo en nueve comunidades de los municipios de San Antonio y Tanlajás en San Luis Potosí, se requirió de varios grupos de trabajo entre los que se encuentran los externos a las comunidades los cuales se conforman por especialistas en hidráulica del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua/Coordinación de Hidráulica/Subcoordinación de Tecnología Apropiada e Industrial, apoyo técnico y logístico de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo/Facultad de Ingeniería Civil/Departamento de Hidráulica y los locales conformados por la coordinación regional de la Agencia de Desarrollo “Fondo para la Paz” que engloba a promotores, voluntarios comunitarios, guías, traductores, miembros de comités de planeación, de agua, de supervisión, así como autoridades y líderes comunitarios, y en donde la participación de los diversos grupos de beneficiarios conforman la parte medular de la estructura del proyecto en cuestión.

Preámbulo

Los pobladores de esta región se reconocen como huastecos, palabra que viene del náhuatl huasteco o cuexteco que fue tomado, según documenta fray Bernardino de Sahagún, de uno de sus guías que se llamaba Cuextécatl y también le decían Pantalán o Ponotlan. Los idiomas más utilizados por los huastecos son el Téenek o huasteco (clasificada como lengua mayense), Náhuatl y Español. Esta cultura la conforma el pueblo amerindio de la familia lingüística maya-zoque, que en la época precolombina habitaba en una extensa región de la costa del golfo de México, actualmente en parte del SE de San Luis Potosí, N de Veracruz y algunas zonas de Hidalgo, Puebla y Querétaro. Se han descubierto numerosos yacimientos de esta cultura influida por sus vecinos totonacas, mayas y por los olmecas como restos arquitectónicos, esculturas en piedra (altorelieves) y cerámica decorada. En su propia lengua, los huastecos se dan el nombre de téenek que probablemente sea una contracción de Te “aquí” e Inik “hombre” lo que significa “hombres de aquí” (1).

Las palabras nahuatl relacionadas con el agua (atl) son: apan o apaj (río), altajko o altajtli (arroyo), ameli (pozo), xolontok (mojado, húmedo), uetsi atl o tlakiyaui (lluvia) y pichol (pozo profundo) (2).

Entre los téenek o huastecos de San Luis Potosí existe el “Mámláb” que también es San Juan que vive en las profundidades del agua después de haber quebrado el Cerro Sagrado y llevado al mar por la propia gente (2).

Como se puede apreciar, los habitantes de esta región cuentan con una fuerte herencia de sus ancestros, los huastecos son poseedores de una cultura de la cual se sienten orgullosos y recrean cotidianamente ya sea en la elaboración de alimentos, el uso de su lengua, la construcción de viviendas, el vestir sobre todo en ocasión de fiestas o eventos de importancia, todo esto los llena de orgullo y muestran en presencia de los visitantes. Se saben dueños de todo un bagaje de costumbres que alegremente comparten.

En este contexto, el manejo del agua ha pasado de una extracción libre y abundante a un deterioro paulatino, no sólo del recurso agua sino de todo el entorno por las diferentes causas conocidas como son aumento de población, contaminación de los afluentes, un servicio de abasto deficiente en donde el mecanismo de mercado ha tomado un papel preponderante.

Por otro lado, la disponibilidad del recurso agua en un área geográfica determinada representa el factor decisivo en el establecimiento de los centro de desarrollo económico. De igual manera, la utilización del agua de lluvia ha sido parte de la vida cotidiana en todas las civilizaciones, en cada una de ellas lo que

cambia es el enfoque. La variación de las respuestas sociales son tantas como las condiciones sociales y ecológicas de los pueblos que la realizan.

Las condiciones de precipitación en el caso de la huasteca en San Luis Potosí es ideal para la instalación de sistemas captadores de agua de lluvia pues tiene un escurrimiento promedio anual de 1,678.5 mm, una de las ventajas con las que cuenta la región y la primera que incidió en la viabilidad del proyecto aunque los periodos de estiaje suelen prolongarse más de seis meses.

Desarrollo

En cuanto a la capacitación llevada a cabo como parte esencial de la metodología para la transferencia, si entendemos que el proceso de uso del conocimiento se da por parte de los individuos o de la comunidad misma, tiende a convertirse en bien público y forma parte del capital social de la comunidad y del individuo en particular.

Al “hacerse” del conocimiento los individuos se manifiestan en relación al estímulo, se adaptan, reaccionan y responden en una dinámica de empoderamiento que les permite solucionar problemas y construir su futuro.

Las personas reaccionan en torno al nuevo conocimiento adquirido aún sin proponérselo.

Como parte del proceso de apropiación y uso del conocimiento éste se convierte en bien individual y al socializarse en bien público.

En el caso de las tecnologías apropiadas transferidas en comunidades rurales con alto grado de marginación, es importante mencionar que para lograr la apropiación social es necesario que las personas estén convencidas de su utilidad inmediata, la demanda de agua para uso doméstico confiere cierto grado de necesidad de tenerlas a la mano y en funcionamiento por lo que la capacitación teórica y práctica en conjunto contribuyen a la generación de conocimientos que al ser

dominados y bien comprendidos, facilitan la solución a problemas que éstas puedan presentar en el devenir cotidiano y garantizar un impacto positivo real.

Pero poseer el conocimiento no implica el éxito del proceso de desarrollo ni que la relación de causa y efecto se da de forma automática, por lo que se debe propiciar un proceso de aprendizaje social en donde los individuos codifiquen el conocimiento individual y vivencial, es decir, sigan el plan metódico y sistemático que el conocimiento adquirido en los talleres les proporciona en cuanto a la instalación y uso de las tecnologías.

Al propiciar el desarrollo de mecanismos de resolución de conflictos y necesidades anteponiendo el respeto a la multiplicidad de opiniones en los diversos contextos multiculturales, se incrementa la capacidad de una sociedad de adaptarse a un entorno rápidamente cambiante. Resumiendo, el aprendizaje, por lo tanto, se trata de una de las formas más importantes de apropiación social del conocimiento, es el proceso fundamental que lleva del conocimiento a la innovación y al cambio social.

El conocimiento individual se logra socializar cuando las habilidades adquiridas permiten responder con éxito (entendido como el último de una serie de hechos encaminados a lograr un mismo fin con buen resultado), a solucionar necesidades en la comunidad.

Lo anterior es el caso de las tecnologías apropiadas instaladas en San Luis Potosí ya que al concluir la capacitación y haber habilitado a 1,763 personas en la instalación de cisternas, sistemas de captación y conducción de agua de lluvia, además de haber realizado talleres de concienciación sobre el manejo adecuado del medio ambiente y el uso del agua de lluvia en el hogar, además de capacitar a supervisores comunitarios en instalación y mantenimiento preventivo y correctivo de tecnologías apropiadas y formación de grupos de trabajo, se logró dar más herramientas con que afrontar las situaciones.

Los dos procesos complementarios de apropiación del conocimiento, por una parte, y de aprendizaje social por la otra, llevan a una concepción dinámica de las relaciones que se dan entre: a) el conocimiento, b) el sujeto que conoce y c) el entorno sobre el cual el sujeto actúa con base en ese conocimiento. De igual forma, en los talleres se da la oportunidad de acceder a espacios de convivencia, debate e intercambio de experiencias que, desde luego, complementan la socialización del mismo.

Después de concluido el proyecto, se ha tenido el interés personal de monitorear el uso y servicio que prestan a la población las tecnologías instaladas, de esta forma se pudo constatar su viabilidad pues han sido replicadas en volúmenes importantes (en 2012, 160 sistemas de captación y almacenamiento de agua pluvial con capacidad de 11,000 litros que benefician en forma directa a 800 personas) (3), tanto en las comunidades en donde se desarrolló el proyecto como en otras que han sido abiertas gracias al buen resultado que éstas ofrecen. Otro resultado importante agregado es que se abrió una fuente de trabajo adicional para las personas que fueron capacitadas en la metodología desarrollada por el IMTA, por lo que se puede concluir que se pudo pasar de tener un problema (abasto de agua) a la solución (contar con la infraestructura para captación y almacenamiento) y como indica Gustavo Maldonado, Director General de la agencia de desarrollo Fondo para la Paz en el informe 2012 “(…) todo el trabajo se ha realizado con una base de fortalecimiento del capital social, que ha permitido que los miembros de las comunidades fortalezcan sus redes sociales y se planteen metas comunes, con una visión del futuro que quieren para ellos mismos y sus hijos” (3).

Desde la perspectiva antropológica, al implementarse la metodología de capacitación participativa in situ, con un enfoque en donde se privilegia la práctica en la instalación de las tecnologías apropiadas, lo primordial es hacer que el individuo sea productivo, socialmente útil, aumentando así la fuerza y riqueza del grupo. En todas las culturas el desarrollo se realiza por partes, fases, grados, ya que los límites de edad como las tareas varían según las pautas culturales,

además cada personalidad es capaz de más de una forma de expresión y si se sabe respetar y aprovechar se pueden lograr resultados sorprendentes. Los seres humanos encuentran con frecuencia altamente recompensador el comportarse como otros que comparten su misma cultura (en este caso poseer una toma de agua o un tinaco, o bien una cisterna), la sensación de recorrer el mismo camino para alcanzar un bienestar también provoca la solidaridad social.

Conclusión

Las cisternas y sistemas de captación instalados en la huasteca potosina han venido a reforzar la identidad y cultura organizacional pues su implementación ha dado solución a un problema muy sentido en las comunidades como es la accesabilidad al recurso por medio de la infraestructura adecuada a sus necesidades, a lo cual cada familia o grupo de apoyo le imprime su sello particular. Es grato ver el nivel de apropiación social al comprobar que las personas en su gran mayoría, cuidan y asean sus tecnologías, les gusta el sabor del agua de lluvia, aprecian y agradecen la labor realizada por los agentes externos.

En el imaginario colectivo se hace referencia a la construcción simbólica que carga de sentido el pensar y actuar de las personas al poseer una nueva forma de uso de las estructuras del agua, no exclusiva de la dimensión económica pues les significa un ahorro en la compra o pago del servicio de agua, sino que es una práctica cultural (el uso del agua de lluvia), una experiencia social que ha sido heredada por generaciones y ahora les pertenece otra forma de hacer uso de ella. Las señoras celebran cotidianamente esta posesión al regar las macetas que colocan alrededor de las cisternas (se trata en la mayoría de los casos de plantas curativas), que además le imprime su toque personal, en un ritual que es un rasgo simbólico que tiene su base en los vínculos establecidos en una construcción histórica de la cultura del agua.

Las percepciones imaginarias tienen que ver con lo que la comunidad construye subjetivamente y con lo que observa e interactúa en su localidad y al exterior de

ella e incorpora a sus redes y cadenas de relaciones sociales, de trabajo y de solidaridad.

Referencias

(1) es.wikipedia.org

(2) González, M. y Medellín, S. Atlas de culturas del agua en America Latina y el Caribe. Pueblos indigenas de México y agua: Nahuas de la huasteca. INAH, Centro de Investigación y Capacitación Rural, A.C., 2007.

(3) Informe Anual 2012, Fondo para la Paz, I.A.P.