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FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES (FLACSO) 1 l'1AESTRIA I:'E HISTORIA ANI:'INA RESERVA JI CENSOS Y CAPELLANIAS EN QUITO Y EL CASO DEL CONVENTO DE SAN FRANCISCO MITAD DEL SIGLO XVIII FLAtso . Biblioteca ROSEMARIE TERAN NAJAS QUITO I 1988 "

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FACULTAD LATINOAlE~IC1-r-A DE CIENCIAS

SOCIALES (FLACSO)

1 l1AESTRIA IE HISTORIA ANIINA

RESERVA

JI

CENSOS Y CAPELLANIAS EN QUITO Y EL CASO

DEL CONVENTO DE SAN FRANCISCO

PRIME~~ MITAD DEL SIGLO XVIII

FLAtso Biblioteca

ROSEMARIE TERAN NAJAS

QUITO I 1988

I N D 1 C E

PAGINA

1 LAS FORMAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN QUITO

11 Los Censos de la Iglesia en el Ambito del

Creacutedi to 1

12 Las Capellaniacuteas Una Empresa al Servicio de

la Reproduccioacuten Familiar bull bull bull bull bull 9

13 Los Censualistas Quitefios y la Naturaleza

Informal del Sistema de Creacutedito bull bull 23

2 DINANICA DE LA ACTIVIDAD CREDITICA EN out-ro DUnANTE

LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVIII

21 La Demanda de Creacutedi to y 1 a Relacioacuten en tre Creacute

di to y P rop iedad 32

22 El Espacio Crediticio en Quito

3 UN ESTUDIO DE CASOEL PAPEL FINANCIERO DEL CONVENshy

TO FRANCI SCANO

31 Organizacioacuten Econoacutemica y Financeria del Con

vento

49

54

32 Ingresos Egresos y Balance Econoacutenuco 58

33 Las Relaciones de Creacutedito 68

4 DIMENSIONES POLITICAS DEL CREDITO 75

NO rAS 81

ARCHIVOS CONSULTADOS

nInLIOGR~FIA _---

RESEmiddotR~iacuteiexcl ABliUOTECA -FlACSO E~

97

99

i

INT~ODUCCION

Dada la envergadura del problema del creacutedito en shy

la economiacutea colonial y la existencia de una infinidad de

fuentes que asiacute lo testimonian sorprende constatar que

su tra tami en to soacutelo haya susci tado un lento e irregular i

tereacutes Hasta la deacutecada de los sesentaseran mas bien inshy

coacutegnitas irresolubles las que despertaba la sospecha de

su importancia evidenciada en la abundancia de pruebas e~

piacutericas Un claro ejemplo de semejantes disyuntivas es cl

de Guillermo Lohmann Villena quien en un artiacuteculo publ~

cado en 1969 no pudo ocultar su asombro frente al hecho

de que el creacutedito no haya sido un fenoacutemeno insoacutelito en me

dio de lo que eacutel apreciaba como una economiacutea natural en re

pliegue caracteriacutestica -de acuerdo al autor- de la eacutepoca

virreinal peruana Superada hoy con creces esta forma shy

tradicional de entender la realidad econoacutemica colonialde

hecho el creacutedito deja de parecer una paradoja para conshy

vertirse en un signo de las dinaacutemicas redes de intercammiddotshy

bio y de circulacioacuten de capitales que sobre todo a par shy

tir de los trabajos de Carlos Sempat Assadourian se mani

fiestan como aspectos esenciales del movimiento econoacutemico

generado en los espacios coloniales

La produccioacuten historiograacutefica especializada maacutes

reciente entonces no deja lugar a dudas respecto a la

naturaleza crucial del creacutedito en la vida econoacutemica coloshy

nial aunque las diversas dimensiones de esta constata shy

cioacuten se aprecien generalmente en estudios circunscritos

al espacio novohispano Pero indiscutible[-ente son es

tos estudios las referencias maacutes concluyentes con lasque

contarr0S para abordar su anaacutelisis en cualquier otro aacutembi

to del aacuterea hispanoamericana A la luz de tales resuIacuteta

dos y bajo la consideracioacuten de que el creacutedito constituyoacute

un componente estructural de la economiacutea el presente tr~

bajo pretende efectuar una primera aproximacioacuten a esta shy

problemaacutetica en Quito con especial eacutenfasis en el anaacuteli~s

de las redes institucionales que entretejen el sistema de

ii

creacutedito los soportes sociales que las sustentan y las va

riaciones que ese sistema experimenta ante el impacto de

una determinada coyuntura Ciertamente la originalidad

del objetivo planteado no reside sino en la intenci6n de

recorrer caminos temaacuteticos y metodoloacutegicos ya recorridos

por otros especialistas en el contexto de un espacio que

auacuten permanece inexplorado en ese sentido Cabe anotar

sin embargo que las especificidades que el estudio deQ~

to presenta aportan nuevos natices que enriquecen las con

clusaacuteones a las que la historiografiacutea ha llegado

Pero si el actual estado de la cuestioacuten tiene a

su haber un significativo nuacutemero ce trabajos especializashy

dos no se puede destacar cuantitativamente lo mismo resshy

pecto a las primeras aproximaciones que sobre el tema se

hicieron En general los autores incursionaron de algushy

na manera en eacutel al tratar de explicar los mecanismos que

intervinieron en el desarrollo de los distintos sectores

producitvos especialmente el minero y el agriacutecola Desde

esa perspectiva hay que apreciar los resultados derivados

de trabajos tan decisivios como los de David ABrading shy

(1971) Y Amold J Bauer (1971) Pero casi paralelamen te

y en la liacutenea que nos interesa se abordoacute en menor propo~

cioacuten el problema desde la oacuteptica de las instituciones in

volucradas en la concesioacuten del creacutedito Y por supuesto

a partir de la constatacioacuten acerca del destacado papel cu~

plido en ese sentido por la Iglesia se establecioacute casiuna

verdadera tradicioacuten investigativa cuyo mejor exponente ha

briacutea sido Michel P Costeloe (1967)

En 1973 en su exaIT~n sobre las investigaciones y

debates que hasta la fecha habiacutean surgido en torno al tena

de la hacienda hispanoallBricana Hagnus Morner incluye una

breve y excelente siacutentesis sobre el avance de las reflexio

nes referidas al creacutedito destacando aquellas que por un

lado apuntaban a relievar su papel en el conj un to de la

reproduccioacuten hacendaria y por otro daban cuenta de la shy

existencia de variadas fuentes de creacutedito totalrrente aj~

iii

nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen

te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras

Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel

antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi

mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco

noma colonial

Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re

flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot

Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO

1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy

nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con

mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan

ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa

yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello

que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~

des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D

aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen

tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~

bre la importancia de las redes crediticias tendidas por

las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade

mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y

Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in

tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va

muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy

nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del

rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y

la Iglesia como fuentes de financiamiento

Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy

tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~

do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los

planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares

(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera

del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~

ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy

to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo

iv

za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los

variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~

neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy

cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca

pitales que proceden de sectores productivos que disponen

de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY

precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo

dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi

nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia

la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No

estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy

precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que

rigen el mundo institucional del creacutedito

De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es

necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien

teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy

nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos

extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy

tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln

quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica

analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~

tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el

creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy

cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy

vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-

licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese

orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones

clientelare s

Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~

nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a

hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy

abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten

a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por

lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)

quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE

eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la

v

hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de

un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy

cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te

nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~

buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el

rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~

sa el convento de la Concepcioacuten

Supuestos estos antecedentes al presente estudio

le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso

Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos

institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy

ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy

tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy

estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de

monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com

parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales

De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy

to de confrontar con el universo genera) de propuestas

un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~

cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy

lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy

ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del

fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy

bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy

cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese

quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy

ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~

nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en

tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada

a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~

tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy

nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas

de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la

eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe

aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia

Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente

vi

a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy

mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de

arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz

de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular

que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi

to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el

creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como

en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy

cia simples arreglos v~rbales

Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de

estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n

de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre

el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el

estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia

Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi

to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral

aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy

destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de

las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy

tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos

familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir

el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy

fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy

to que aquiacute se analiza

El desarrollo de estas premisas muy generales cons

tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy

texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales

En la primera se introduce el problema del creacutedito en el

marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy

deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba

se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos

como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane

ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti

tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes

importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy

dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~

tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy

vii

las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy

la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute

la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base

informal de relaciones sociales que no involucra la exis

tencia de instituciones especializadas

En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan

titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy

capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite

apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca

yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy

damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle

siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~

rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy

privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la

demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de

los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos

financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en

que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn

rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido

Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron

invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute

dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios

Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes

de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy

piedad

En la tercera parte el estudio de caso del conven

to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre

el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri

bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el

movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de

una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl

caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco

noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica

desde el particular modo en que se administraban sus fin~

zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien

tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

I N D 1 C E

PAGINA

1 LAS FORMAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN QUITO

11 Los Censos de la Iglesia en el Ambito del

Creacutedi to 1

12 Las Capellaniacuteas Una Empresa al Servicio de

la Reproduccioacuten Familiar bull bull bull bull bull 9

13 Los Censualistas Quitefios y la Naturaleza

Informal del Sistema de Creacutedito bull bull 23

2 DINANICA DE LA ACTIVIDAD CREDITICA EN out-ro DUnANTE

LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVIII

21 La Demanda de Creacutedi to y 1 a Relacioacuten en tre Creacute

di to y P rop iedad 32

22 El Espacio Crediticio en Quito

3 UN ESTUDIO DE CASOEL PAPEL FINANCIERO DEL CONVENshy

TO FRANCI SCANO

31 Organizacioacuten Econoacutemica y Financeria del Con

vento

49

54

32 Ingresos Egresos y Balance Econoacutenuco 58

33 Las Relaciones de Creacutedito 68

4 DIMENSIONES POLITICAS DEL CREDITO 75

NO rAS 81

ARCHIVOS CONSULTADOS

nInLIOGR~FIA _---

RESEmiddotR~iacuteiexcl ABliUOTECA -FlACSO E~

97

99

i

INT~ODUCCION

Dada la envergadura del problema del creacutedito en shy

la economiacutea colonial y la existencia de una infinidad de

fuentes que asiacute lo testimonian sorprende constatar que

su tra tami en to soacutelo haya susci tado un lento e irregular i

tereacutes Hasta la deacutecada de los sesentaseran mas bien inshy

coacutegnitas irresolubles las que despertaba la sospecha de

su importancia evidenciada en la abundancia de pruebas e~

piacutericas Un claro ejemplo de semejantes disyuntivas es cl

de Guillermo Lohmann Villena quien en un artiacuteculo publ~

cado en 1969 no pudo ocultar su asombro frente al hecho

de que el creacutedito no haya sido un fenoacutemeno insoacutelito en me

dio de lo que eacutel apreciaba como una economiacutea natural en re

pliegue caracteriacutestica -de acuerdo al autor- de la eacutepoca

virreinal peruana Superada hoy con creces esta forma shy

tradicional de entender la realidad econoacutemica colonialde

hecho el creacutedito deja de parecer una paradoja para conshy

vertirse en un signo de las dinaacutemicas redes de intercammiddotshy

bio y de circulacioacuten de capitales que sobre todo a par shy

tir de los trabajos de Carlos Sempat Assadourian se mani

fiestan como aspectos esenciales del movimiento econoacutemico

generado en los espacios coloniales

La produccioacuten historiograacutefica especializada maacutes

reciente entonces no deja lugar a dudas respecto a la

naturaleza crucial del creacutedito en la vida econoacutemica coloshy

nial aunque las diversas dimensiones de esta constata shy

cioacuten se aprecien generalmente en estudios circunscritos

al espacio novohispano Pero indiscutible[-ente son es

tos estudios las referencias maacutes concluyentes con lasque

contarr0S para abordar su anaacutelisis en cualquier otro aacutembi

to del aacuterea hispanoamericana A la luz de tales resuIacuteta

dos y bajo la consideracioacuten de que el creacutedito constituyoacute

un componente estructural de la economiacutea el presente tr~

bajo pretende efectuar una primera aproximacioacuten a esta shy

problemaacutetica en Quito con especial eacutenfasis en el anaacuteli~s

de las redes institucionales que entretejen el sistema de

ii

creacutedito los soportes sociales que las sustentan y las va

riaciones que ese sistema experimenta ante el impacto de

una determinada coyuntura Ciertamente la originalidad

del objetivo planteado no reside sino en la intenci6n de

recorrer caminos temaacuteticos y metodoloacutegicos ya recorridos

por otros especialistas en el contexto de un espacio que

auacuten permanece inexplorado en ese sentido Cabe anotar

sin embargo que las especificidades que el estudio deQ~

to presenta aportan nuevos natices que enriquecen las con

clusaacuteones a las que la historiografiacutea ha llegado

Pero si el actual estado de la cuestioacuten tiene a

su haber un significativo nuacutemero ce trabajos especializashy

dos no se puede destacar cuantitativamente lo mismo resshy

pecto a las primeras aproximaciones que sobre el tema se

hicieron En general los autores incursionaron de algushy

na manera en eacutel al tratar de explicar los mecanismos que

intervinieron en el desarrollo de los distintos sectores

producitvos especialmente el minero y el agriacutecola Desde

esa perspectiva hay que apreciar los resultados derivados

de trabajos tan decisivios como los de David ABrading shy

(1971) Y Amold J Bauer (1971) Pero casi paralelamen te

y en la liacutenea que nos interesa se abordoacute en menor propo~

cioacuten el problema desde la oacuteptica de las instituciones in

volucradas en la concesioacuten del creacutedito Y por supuesto

a partir de la constatacioacuten acerca del destacado papel cu~

plido en ese sentido por la Iglesia se establecioacute casiuna

verdadera tradicioacuten investigativa cuyo mejor exponente ha

briacutea sido Michel P Costeloe (1967)

En 1973 en su exaIT~n sobre las investigaciones y

debates que hasta la fecha habiacutean surgido en torno al tena

de la hacienda hispanoallBricana Hagnus Morner incluye una

breve y excelente siacutentesis sobre el avance de las reflexio

nes referidas al creacutedito destacando aquellas que por un

lado apuntaban a relievar su papel en el conj un to de la

reproduccioacuten hacendaria y por otro daban cuenta de la shy

existencia de variadas fuentes de creacutedito totalrrente aj~

iii

nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen

te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras

Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel

antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi

mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco

noma colonial

Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re

flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot

Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO

1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy

nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con

mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan

ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa

yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello

que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~

des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D

aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen

tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~

bre la importancia de las redes crediticias tendidas por

las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade

mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y

Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in

tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va

muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy

nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del

rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y

la Iglesia como fuentes de financiamiento

Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy

tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~

do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los

planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares

(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera

del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~

ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy

to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo

iv

za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los

variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~

neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy

cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca

pitales que proceden de sectores productivos que disponen

de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY

precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo

dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi

nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia

la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No

estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy

precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que

rigen el mundo institucional del creacutedito

De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es

necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien

teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy

nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos

extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy

tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln

quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica

analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~

tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el

creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy

cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy

vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-

licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese

orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones

clientelare s

Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~

nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a

hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy

abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten

a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por

lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)

quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE

eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la

v

hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de

un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy

cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te

nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~

buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el

rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~

sa el convento de la Concepcioacuten

Supuestos estos antecedentes al presente estudio

le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso

Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos

institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy

ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy

tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy

estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de

monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com

parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales

De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy

to de confrontar con el universo genera) de propuestas

un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~

cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy

lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy

ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del

fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy

bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy

cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese

quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy

ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~

nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en

tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada

a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~

tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy

nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas

de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la

eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe

aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia

Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente

vi

a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy

mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de

arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz

de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular

que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi

to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el

creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como

en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy

cia simples arreglos v~rbales

Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de

estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n

de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre

el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el

estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia

Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi

to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral

aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy

destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de

las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy

tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos

familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir

el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy

fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy

to que aquiacute se analiza

El desarrollo de estas premisas muy generales cons

tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy

texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales

En la primera se introduce el problema del creacutedito en el

marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy

deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba

se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos

como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane

ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti

tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes

importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy

dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~

tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy

vii

las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy

la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute

la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base

informal de relaciones sociales que no involucra la exis

tencia de instituciones especializadas

En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan

titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy

capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite

apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca

yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy

damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle

siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~

rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy

privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la

demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de

los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos

financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en

que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn

rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido

Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron

invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute

dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios

Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes

de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy

piedad

En la tercera parte el estudio de caso del conven

to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre

el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri

bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el

movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de

una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl

caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco

noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica

desde el particular modo en que se administraban sus fin~

zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien

tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

i

INT~ODUCCION

Dada la envergadura del problema del creacutedito en shy

la economiacutea colonial y la existencia de una infinidad de

fuentes que asiacute lo testimonian sorprende constatar que

su tra tami en to soacutelo haya susci tado un lento e irregular i

tereacutes Hasta la deacutecada de los sesentaseran mas bien inshy

coacutegnitas irresolubles las que despertaba la sospecha de

su importancia evidenciada en la abundancia de pruebas e~

piacutericas Un claro ejemplo de semejantes disyuntivas es cl

de Guillermo Lohmann Villena quien en un artiacuteculo publ~

cado en 1969 no pudo ocultar su asombro frente al hecho

de que el creacutedito no haya sido un fenoacutemeno insoacutelito en me

dio de lo que eacutel apreciaba como una economiacutea natural en re

pliegue caracteriacutestica -de acuerdo al autor- de la eacutepoca

virreinal peruana Superada hoy con creces esta forma shy

tradicional de entender la realidad econoacutemica colonialde

hecho el creacutedito deja de parecer una paradoja para conshy

vertirse en un signo de las dinaacutemicas redes de intercammiddotshy

bio y de circulacioacuten de capitales que sobre todo a par shy

tir de los trabajos de Carlos Sempat Assadourian se mani

fiestan como aspectos esenciales del movimiento econoacutemico

generado en los espacios coloniales

La produccioacuten historiograacutefica especializada maacutes

reciente entonces no deja lugar a dudas respecto a la

naturaleza crucial del creacutedito en la vida econoacutemica coloshy

nial aunque las diversas dimensiones de esta constata shy

cioacuten se aprecien generalmente en estudios circunscritos

al espacio novohispano Pero indiscutible[-ente son es

tos estudios las referencias maacutes concluyentes con lasque

contarr0S para abordar su anaacutelisis en cualquier otro aacutembi

to del aacuterea hispanoamericana A la luz de tales resuIacuteta

dos y bajo la consideracioacuten de que el creacutedito constituyoacute

un componente estructural de la economiacutea el presente tr~

bajo pretende efectuar una primera aproximacioacuten a esta shy

problemaacutetica en Quito con especial eacutenfasis en el anaacuteli~s

de las redes institucionales que entretejen el sistema de

ii

creacutedito los soportes sociales que las sustentan y las va

riaciones que ese sistema experimenta ante el impacto de

una determinada coyuntura Ciertamente la originalidad

del objetivo planteado no reside sino en la intenci6n de

recorrer caminos temaacuteticos y metodoloacutegicos ya recorridos

por otros especialistas en el contexto de un espacio que

auacuten permanece inexplorado en ese sentido Cabe anotar

sin embargo que las especificidades que el estudio deQ~

to presenta aportan nuevos natices que enriquecen las con

clusaacuteones a las que la historiografiacutea ha llegado

Pero si el actual estado de la cuestioacuten tiene a

su haber un significativo nuacutemero ce trabajos especializashy

dos no se puede destacar cuantitativamente lo mismo resshy

pecto a las primeras aproximaciones que sobre el tema se

hicieron En general los autores incursionaron de algushy

na manera en eacutel al tratar de explicar los mecanismos que

intervinieron en el desarrollo de los distintos sectores

producitvos especialmente el minero y el agriacutecola Desde

esa perspectiva hay que apreciar los resultados derivados

de trabajos tan decisivios como los de David ABrading shy

(1971) Y Amold J Bauer (1971) Pero casi paralelamen te

y en la liacutenea que nos interesa se abordoacute en menor propo~

cioacuten el problema desde la oacuteptica de las instituciones in

volucradas en la concesioacuten del creacutedito Y por supuesto

a partir de la constatacioacuten acerca del destacado papel cu~

plido en ese sentido por la Iglesia se establecioacute casiuna

verdadera tradicioacuten investigativa cuyo mejor exponente ha

briacutea sido Michel P Costeloe (1967)

En 1973 en su exaIT~n sobre las investigaciones y

debates que hasta la fecha habiacutean surgido en torno al tena

de la hacienda hispanoallBricana Hagnus Morner incluye una

breve y excelente siacutentesis sobre el avance de las reflexio

nes referidas al creacutedito destacando aquellas que por un

lado apuntaban a relievar su papel en el conj un to de la

reproduccioacuten hacendaria y por otro daban cuenta de la shy

existencia de variadas fuentes de creacutedito totalrrente aj~

iii

nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen

te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras

Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel

antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi

mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco

noma colonial

Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re

flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot

Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO

1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy

nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con

mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan

ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa

yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello

que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~

des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D

aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen

tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~

bre la importancia de las redes crediticias tendidas por

las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade

mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y

Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in

tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va

muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy

nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del

rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y

la Iglesia como fuentes de financiamiento

Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy

tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~

do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los

planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares

(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera

del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~

ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy

to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo

iv

za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los

variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~

neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy

cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca

pitales que proceden de sectores productivos que disponen

de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY

precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo

dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi

nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia

la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No

estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy

precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que

rigen el mundo institucional del creacutedito

De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es

necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien

teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy

nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos

extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy

tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln

quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica

analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~

tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el

creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy

cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy

vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-

licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese

orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones

clientelare s

Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~

nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a

hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy

abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten

a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por

lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)

quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE

eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la

v

hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de

un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy

cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te

nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~

buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el

rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~

sa el convento de la Concepcioacuten

Supuestos estos antecedentes al presente estudio

le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso

Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos

institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy

ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy

tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy

estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de

monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com

parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales

De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy

to de confrontar con el universo genera) de propuestas

un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~

cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy

lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy

ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del

fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy

bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy

cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese

quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy

ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~

nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en

tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada

a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~

tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy

nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas

de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la

eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe

aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia

Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente

vi

a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy

mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de

arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz

de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular

que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi

to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el

creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como

en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy

cia simples arreglos v~rbales

Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de

estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n

de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre

el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el

estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia

Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi

to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral

aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy

destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de

las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy

tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos

familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir

el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy

fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy

to que aquiacute se analiza

El desarrollo de estas premisas muy generales cons

tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy

texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales

En la primera se introduce el problema del creacutedito en el

marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy

deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba

se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos

como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane

ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti

tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes

importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy

dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~

tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy

vii

las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy

la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute

la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base

informal de relaciones sociales que no involucra la exis

tencia de instituciones especializadas

En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan

titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy

capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite

apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca

yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy

damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle

siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~

rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy

privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la

demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de

los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos

financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en

que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn

rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido

Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron

invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute

dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios

Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes

de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy

piedad

En la tercera parte el estudio de caso del conven

to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre

el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri

bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el

movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de

una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl

caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco

noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica

desde el particular modo en que se administraban sus fin~

zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien

tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

ii

creacutedito los soportes sociales que las sustentan y las va

riaciones que ese sistema experimenta ante el impacto de

una determinada coyuntura Ciertamente la originalidad

del objetivo planteado no reside sino en la intenci6n de

recorrer caminos temaacuteticos y metodoloacutegicos ya recorridos

por otros especialistas en el contexto de un espacio que

auacuten permanece inexplorado en ese sentido Cabe anotar

sin embargo que las especificidades que el estudio deQ~

to presenta aportan nuevos natices que enriquecen las con

clusaacuteones a las que la historiografiacutea ha llegado

Pero si el actual estado de la cuestioacuten tiene a

su haber un significativo nuacutemero ce trabajos especializashy

dos no se puede destacar cuantitativamente lo mismo resshy

pecto a las primeras aproximaciones que sobre el tema se

hicieron En general los autores incursionaron de algushy

na manera en eacutel al tratar de explicar los mecanismos que

intervinieron en el desarrollo de los distintos sectores

producitvos especialmente el minero y el agriacutecola Desde

esa perspectiva hay que apreciar los resultados derivados

de trabajos tan decisivios como los de David ABrading shy

(1971) Y Amold J Bauer (1971) Pero casi paralelamen te

y en la liacutenea que nos interesa se abordoacute en menor propo~

cioacuten el problema desde la oacuteptica de las instituciones in

volucradas en la concesioacuten del creacutedito Y por supuesto

a partir de la constatacioacuten acerca del destacado papel cu~

plido en ese sentido por la Iglesia se establecioacute casiuna

verdadera tradicioacuten investigativa cuyo mejor exponente ha

briacutea sido Michel P Costeloe (1967)

En 1973 en su exaIT~n sobre las investigaciones y

debates que hasta la fecha habiacutean surgido en torno al tena

de la hacienda hispanoallBricana Hagnus Morner incluye una

breve y excelente siacutentesis sobre el avance de las reflexio

nes referidas al creacutedito destacando aquellas que por un

lado apuntaban a relievar su papel en el conj un to de la

reproduccioacuten hacendaria y por otro daban cuenta de la shy

existencia de variadas fuentes de creacutedito totalrrente aj~

iii

nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen

te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras

Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel

antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi

mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco

noma colonial

Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re

flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot

Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO

1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy

nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con

mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan

ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa

yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello

que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~

des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D

aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen

tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~

bre la importancia de las redes crediticias tendidas por

las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade

mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y

Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in

tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va

muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy

nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del

rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y

la Iglesia como fuentes de financiamiento

Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy

tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~

do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los

planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares

(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera

del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~

ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy

to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo

iv

za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los

variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~

neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy

cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca

pitales que proceden de sectores productivos que disponen

de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY

precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo

dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi

nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia

la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No

estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy

precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que

rigen el mundo institucional del creacutedito

De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es

necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien

teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy

nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos

extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy

tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln

quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica

analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~

tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el

creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy

cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy

vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-

licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese

orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones

clientelare s

Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~

nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a

hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy

abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten

a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por

lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)

quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE

eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la

v

hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de

un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy

cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te

nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~

buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el

rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~

sa el convento de la Concepcioacuten

Supuestos estos antecedentes al presente estudio

le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso

Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos

institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy

ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy

tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy

estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de

monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com

parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales

De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy

to de confrontar con el universo genera) de propuestas

un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~

cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy

lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy

ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del

fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy

bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy

cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese

quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy

ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~

nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en

tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada

a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~

tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy

nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas

de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la

eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe

aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia

Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente

vi

a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy

mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de

arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz

de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular

que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi

to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el

creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como

en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy

cia simples arreglos v~rbales

Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de

estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n

de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre

el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el

estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia

Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi

to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral

aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy

destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de

las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy

tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos

familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir

el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy

fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy

to que aquiacute se analiza

El desarrollo de estas premisas muy generales cons

tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy

texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales

En la primera se introduce el problema del creacutedito en el

marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy

deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba

se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos

como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane

ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti

tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes

importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy

dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~

tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy

vii

las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy

la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute

la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base

informal de relaciones sociales que no involucra la exis

tencia de instituciones especializadas

En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan

titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy

capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite

apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca

yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy

damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle

siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~

rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy

privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la

demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de

los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos

financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en

que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn

rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido

Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron

invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute

dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios

Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes

de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy

piedad

En la tercera parte el estudio de caso del conven

to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre

el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri

bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el

movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de

una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl

caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco

noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica

desde el particular modo en que se administraban sus fin~

zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien

tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

iii

nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen

te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras

Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel

antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi

mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco

noma colonial

Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re

flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot

Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO

1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy

nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con

mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan

ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa

yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello

que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~

des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D

aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen

tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~

bre la importancia de las redes crediticias tendidas por

las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade

mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y

Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in

tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va

muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy

nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del

rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y

la Iglesia como fuentes de financiamiento

Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy

tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~

do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los

planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares

(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera

del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~

ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy

to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo

iv

za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los

variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~

neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy

cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca

pitales que proceden de sectores productivos que disponen

de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY

precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo

dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi

nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia

la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No

estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy

precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que

rigen el mundo institucional del creacutedito

De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es

necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien

teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy

nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos

extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy

tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln

quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica

analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~

tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el

creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy

cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy

vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-

licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese

orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones

clientelare s

Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~

nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a

hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy

abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten

a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por

lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)

quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE

eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la

v

hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de

un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy

cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te

nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~

buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el

rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~

sa el convento de la Concepcioacuten

Supuestos estos antecedentes al presente estudio

le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso

Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos

institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy

ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy

tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy

estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de

monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com

parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales

De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy

to de confrontar con el universo genera) de propuestas

un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~

cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy

lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy

ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del

fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy

bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy

cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese

quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy

ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~

nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en

tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada

a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~

tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy

nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas

de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la

eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe

aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia

Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente

vi

a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy

mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de

arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz

de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular

que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi

to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el

creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como

en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy

cia simples arreglos v~rbales

Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de

estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n

de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre

el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el

estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia

Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi

to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral

aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy

destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de

las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy

tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos

familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir

el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy

fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy

to que aquiacute se analiza

El desarrollo de estas premisas muy generales cons

tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy

texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales

En la primera se introduce el problema del creacutedito en el

marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy

deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba

se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos

como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane

ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti

tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes

importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy

dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~

tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy

vii

las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy

la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute

la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base

informal de relaciones sociales que no involucra la exis

tencia de instituciones especializadas

En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan

titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy

capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite

apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca

yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy

damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle

siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~

rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy

privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la

demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de

los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos

financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en

que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn

rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido

Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron

invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute

dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios

Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes

de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy

piedad

En la tercera parte el estudio de caso del conven

to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre

el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri

bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el

movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de

una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl

caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco

noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica

desde el particular modo en que se administraban sus fin~

zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien

tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

iv

za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los

variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~

neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy

cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca

pitales que proceden de sectores productivos que disponen

de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY

precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo

dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi

nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia

la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No

estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy

precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que

rigen el mundo institucional del creacutedito

De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es

necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien

teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy

nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos

extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy

tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln

quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica

analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~

tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el

creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy

cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy

vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-

licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese

orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones

clientelare s

Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~

nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a

hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy

abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten

a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por

lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)

quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE

eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la

v

hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de

un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy

cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te

nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~

buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el

rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~

sa el convento de la Concepcioacuten

Supuestos estos antecedentes al presente estudio

le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso

Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos

institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy

ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy

tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy

estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de

monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com

parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales

De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy

to de confrontar con el universo genera) de propuestas

un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~

cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy

lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy

ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del

fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy

bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy

cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese

quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy

ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~

nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en

tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada

a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~

tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy

nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas

de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la

eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe

aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia

Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente

vi

a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy

mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de

arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz

de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular

que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi

to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el

creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como

en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy

cia simples arreglos v~rbales

Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de

estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n

de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre

el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el

estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia

Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi

to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral

aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy

destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de

las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy

tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos

familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir

el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy

fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy

to que aquiacute se analiza

El desarrollo de estas premisas muy generales cons

tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy

texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales

En la primera se introduce el problema del creacutedito en el

marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy

deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba

se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos

como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane

ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti

tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes

importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy

dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~

tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy

vii

las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy

la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute

la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base

informal de relaciones sociales que no involucra la exis

tencia de instituciones especializadas

En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan

titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy

capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite

apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca

yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy

damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle

siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~

rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy

privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la

demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de

los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos

financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en

que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn

rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido

Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron

invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute

dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios

Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes

de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy

piedad

En la tercera parte el estudio de caso del conven

to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre

el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri

bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el

movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de

una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl

caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco

noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica

desde el particular modo en que se administraban sus fin~

zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien

tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

v

hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de

un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy

cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te

nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~

buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el

rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~

sa el convento de la Concepcioacuten

Supuestos estos antecedentes al presente estudio

le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso

Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos

institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy

ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy

tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy

estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de

monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com

parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales

De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy

to de confrontar con el universo genera) de propuestas

un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~

cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy

lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy

ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del

fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy

bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy

cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese

quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy

ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~

nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en

tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada

a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~

tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy

nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas

de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la

eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe

aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia

Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente

vi

a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy

mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de

arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz

de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular

que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi

to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el

creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como

en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy

cia simples arreglos v~rbales

Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de

estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n

de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre

el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el

estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia

Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi

to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral

aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy

destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de

las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy

tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos

familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir

el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy

fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy

to que aquiacute se analiza

El desarrollo de estas premisas muy generales cons

tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy

texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales

En la primera se introduce el problema del creacutedito en el

marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy

deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba

se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos

como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane

ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti

tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes

importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy

dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~

tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy

vii

las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy

la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute

la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base

informal de relaciones sociales que no involucra la exis

tencia de instituciones especializadas

En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan

titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy

capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite

apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca

yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy

damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle

siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~

rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy

privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la

demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de

los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos

financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en

que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn

rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido

Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron

invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute

dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios

Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes

de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy

piedad

En la tercera parte el estudio de caso del conven

to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre

el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri

bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el

movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de

una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl

caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco

noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica

desde el particular modo en que se administraban sus fin~

zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien

tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

vi

a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy

mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de

arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz

de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular

que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi

to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el

creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como

en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy

cia simples arreglos v~rbales

Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de

estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n

de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre

el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el

estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia

Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi

to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral

aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy

destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de

las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy

tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos

familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir

el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy

fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy

to que aquiacute se analiza

El desarrollo de estas premisas muy generales cons

tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy

texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales

En la primera se introduce el problema del creacutedito en el

marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy

deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba

se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos

como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane

ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti

tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes

importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy

dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~

tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy

vii

las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy

la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute

la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base

informal de relaciones sociales que no involucra la exis

tencia de instituciones especializadas

En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan

titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy

capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite

apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca

yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy

damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle

siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~

rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy

privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la

demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de

los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos

financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en

que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn

rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido

Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron

invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute

dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios

Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes

de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy

piedad

En la tercera parte el estudio de caso del conven

to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre

el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri

bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el

movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de

una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl

caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco

noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica

desde el particular modo en que se administraban sus fin~

zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien

tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

vii

las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy

la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute

la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base

informal de relaciones sociales que no involucra la exis

tencia de instituciones especializadas

En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan

titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy

capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite

apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca

yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy

damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle

siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~

rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy

privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la

demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de

los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos

financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en

que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn

rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido

Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron

invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute

dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios

Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes

de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy

piedad

En la tercera parte el estudio de caso del conven

to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre

el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri

bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el

movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de

una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl

caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco

noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica

desde el particular modo en que se administraban sus fin~

zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien

tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

viii

cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se

establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~

gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito

A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de

las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy

quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy

anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy

dico en el intento por resol ver el caso porporciona una

visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de

un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de

creacutedito

El grueso de las fuentes primarias usadas en la

presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los

fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy

chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis

cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy

taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per

mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy

ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que

en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio

en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas

en las operaciones de creacutedito Para definir el universo

de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito

y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy

muestra de escrituras de compra venta de propiedades com

prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos

en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy

hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las

variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven

dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de

la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)

beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy

vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy

usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy

ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor

del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~

do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

ix

potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy

tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~

do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n

Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~

dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~

lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se

gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre

la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria

de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca

no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy

ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de

la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per

miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos

de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo

las cuales operaba el sistema de creacutedito

Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy

llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy

econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el

tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el

texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~

limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy

sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental

de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al

litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha

servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy

vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado

marco poliacutetico

Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy

rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~

te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy

nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho

existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu

ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del

convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy

ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas

por el capricho de un celoso administrador que por su shy

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

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abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una

si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto

periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy

de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex

plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so

bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento

no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados

Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy

de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a

las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala

director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy

bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~

sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor

su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y

su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a

mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a

Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy

ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~

so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani

zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~

da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy

mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus

acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas

anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad

Castro y Sonia Fernaacutende2

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO

11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito

Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron

para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre

fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy

respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos

institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis

posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu

tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy

biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua

tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa

en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali

zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy

ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las

reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio

nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran

capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo

y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que

legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces

el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy

tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca

rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de

una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial

Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de

la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy

nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy

de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes

de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en

el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy

cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a

la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy

que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy

dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula

Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar

que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente

poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

2

si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy

con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~

versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~

de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~

peninsulares

En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy

da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en

perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a

tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente

Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses

maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de

creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en

la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy

laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti

ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos

enhacendados de Quito sector que en el contexto del li

tigio fue representado por el Cabildo (1)

Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~

tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor

del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy

dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~

dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay

que destacar principalmente que provocoacute un importante f~

noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~

tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a

corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos

testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~

blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la

transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que

asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy

cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi

cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy

tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede

apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba

esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy

habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

3

Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy

pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy

ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE

pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo

de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain

mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy

turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos

en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy

tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~

fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy

las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute

di to

El tratamiento del evento judicial al que aludimos

tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las

escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez

en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al

obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~

toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy

ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~

ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre

el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti

gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de

la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de

los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy

ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se

presentaba bajo la forma institucional del censo De he

cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende

alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~

de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de

una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy

tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy

bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido

de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando

que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto

de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo

tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la

produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

4

ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~

bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~

ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy

de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61

en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la

eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy

da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio

nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy

tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy

mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de

los censos en el universo social e institucional de una shy

eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co

yuntura

Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde

precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti

do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo

De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis

te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito

proveniente de un capital o principal impuesto sobre los

bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute

obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~

porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste

uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial

Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de

venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al

acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy

son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata

rio que lo paga (4 )

No obstante el asunto se complica si atribuimos a

esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute

dito tal como se ha optado en este estudio a manera de

un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~

las particularidades del censo respecto de otras formas shy

de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~

plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca

ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos

en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil

(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

5

te si se considera que los censos no siempre sirvieron a

los mismos fines

Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte

de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una

dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~

demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de

los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los

objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible

la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy

lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con

troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante

consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~

fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea

no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin

culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta

se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por

el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato

rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy

ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy

rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea

de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en

la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas

adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy

tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy

to de una sociedad que carece de instituciones especialishy

zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy

Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede

hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy

ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta

de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en

tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~

raciones (7)

Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~

litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy

sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro

poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

6

que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes

que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen

te establecida el 5 para aquella ~poca (8)

Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy

grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy

leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy

lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy

muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que

se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto

ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy

vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m

cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor

tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~

rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~

ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni

co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy

los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy

que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy

con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)

Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy

se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy

mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy

se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6

fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~

sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien

tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy

cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl

del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy

que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi

ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu

laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo

por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel

creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de

instituciones o corporaciones tales como el Consulado de

la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que

otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

7

Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy

ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy

cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ

Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy

difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun

cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle

siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con

sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a

diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan

tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a

nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy

dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~

solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy

prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito

trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~

tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del

creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r

talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy

to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy

do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu

ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir

como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)

Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy

rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen

tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy

cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea

concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En

todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la

dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y

principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea

una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen

te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy

cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a

la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes

habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy

trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

8

aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy

da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute

dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar

quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri

be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co

munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy

tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy

al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y

del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del

siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy

que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy

teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot

icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy

niales y de la compra de tierras y minas (16) bull

En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo

XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy

do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho

aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca

que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y

el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca

do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy

cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi

neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles

europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de

la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy

ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de

intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos

sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre

la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6

la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy

del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre

el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi

nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~

dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio

nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~

afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy

gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

9

tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a

cumplido el sector privado

El elenco de censualistas que dominaba el rrercado

de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo

XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~

sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy

reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar

go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de

los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por

sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral

los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy

benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy

cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~

gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a

do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos

mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy

sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~

rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi

cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia

que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~

tuvieron en el marco del litigio como producto de determi

naciones estrictamente coyunturales

L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la

Reproduccioacuten Familiar

De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el

anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca

mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y

social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute

de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~

poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de

traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes

la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~

to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy

cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de

Quito expresaba que en la ciudad imperaba

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

lO

el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)

Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s

tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de

expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la

proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que

propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~

so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten

proliferaba entonces un sector parasitario formado por

religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir

de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten

de los hacendados destacaba justamente los beneficios que

traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~

la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar

se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo

samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy

riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el

matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~

blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio

la conveniencia de mantener un abundante sector religioso

argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis

tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor

en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos

a un prelado

De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas

podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas

En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo

de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~

das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~

tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

11

minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy

tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas

en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de

s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to

das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras

era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas

para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy

pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy

que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy

minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a

la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas

en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy

por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)

Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl

archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que

ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy

res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos

oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y

Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en

Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun

dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~

vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe

La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado

una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales

y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO

pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~

lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl

capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy

rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa

vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez

Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro

nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy

naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre

cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro

lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~

sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

12

do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy

nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~

tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy

cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las

posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy

a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~

ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten

el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia

del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de

los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf

quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy

aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~

plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~

ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla

niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la

casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in

teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~

llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)

Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda

mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife

rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy

ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy

rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo

sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean

establecido con un capital inicial en efectivo (24) en

Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con

la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta

renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen

dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en

cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes

de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi

potecados

La procedencia de los fondos que sustentaban las ca

pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy

res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co

mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

13

generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener

ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea

podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci

ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por

el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna

fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando

relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie

nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute

Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos

esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in

gresos generados por el principal original (25)

Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum

plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura

del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre

las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy

ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha

biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los

bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy

bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy

niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un

principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy

bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans

curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran

cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los

bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y

vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~

ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy

dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~

terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem

pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute

a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo

que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea

cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~

Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy

en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en

contra de Erazo (26)

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

14

En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy

sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy

mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy

niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~

cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy

luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be

neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~

tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy

Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy

le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha

auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser

fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo

la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy

nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo

de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~

pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci

vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy

terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La

muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-

diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy

suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres

antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal

de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer

en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~

te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di

cha capellaniacutea (27)

Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy

nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy

tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins

titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los

cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares

las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy

las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)

Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem

en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy

giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~

r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

15

particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer

sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban

estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi

nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem

en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica

entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten

habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy

ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente

aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti

gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~

ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas

que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy

dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es

teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal

fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy

en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia

habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por

el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy

estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)

Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~

va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~

meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas

-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de

Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~

nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban

a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En

Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~

mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon

traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di

ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del

Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5

y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es

tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo

original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610

aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran

cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s

reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

16

teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy

duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de

conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)

Las capellaniacuteas profanas

Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu

los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter

cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado

que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de

operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy

naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy

rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos

que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy

el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las

benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer

tes litigantes en contra de la rebaja de los censos

Pero antes de pasar a constatar similares formas de

distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai

cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se

articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de

esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro

ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio

nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que

es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi

dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea

en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una

hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola

DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy

tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~

do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy

plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a

manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que

superaba el 50 de su valor

San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri

dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

17

da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea

Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la

hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy

briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p

y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les

herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute

Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy

San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con

servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy

de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca

pellaniacutea de Ana de Acosta

La estancia de la Tola fue vendida por otro de los

herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de

4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn

eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un

capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por

otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~

da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy

de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de

la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy

don Joseph de Sosa

Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm

y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan

de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad

de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy

ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras

y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p

constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy

global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y

Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a

su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan

do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea

didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal

ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy

cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~

cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

18

rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy

de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a

una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy

parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes

a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de

Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy

timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy

cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro

lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy

saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy

neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y

la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage

neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy

Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami

lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que

don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de

aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy

parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se

constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea

constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener

cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy

veses de la fortuna

Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario

anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy

que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute

dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~

to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que

normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad

eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una

reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy

absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los

fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la

praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~

to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen

el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la

propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy

rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

19

tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy

fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia

En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy

Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive

sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato

de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una

renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten

que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy

Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi

ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran

cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~

por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~

diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o

mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco

de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales

de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150

p restantes seriacutean administrados por los patrones de la

siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120

misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute

por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~

nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano

de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida

gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta

ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy

tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea

ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su

muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy

giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de

biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy

menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones

Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy

tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy

te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato

y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~

sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu

llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi

jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

20

rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~

mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy

ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy

triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de

por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas

Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba

con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~

cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni

mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara

con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy

teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in

rnediatamente la capellaniacutea (36)

Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el

sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy

terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy

espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi

guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy

cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle

xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho

y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy

ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy

cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea

soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy

les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~

gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy

tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy

liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt

laires clientelas y clanes

Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~

tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy

instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy

tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de

transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy

pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la

establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

21

tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten

derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy

(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~

franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~

prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in

mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que

los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy

una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto

de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy

las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy

nes sucesivas de la liacutenea del fundador

Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la

capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy

mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy

cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al

ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado

La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali

dades que se aprecian en la muestra escogida En primer

lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas

fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso

habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten

El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema

nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial

o total de ciertas propiedades expresamente descritas en

la escritura En estos casos los albaceas testamentarios

se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la

correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy

bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy

niacutea (38)

La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy

pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy

implicaba la transferencia directa de una renta regular

garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy

gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy

dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu

das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

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deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

22

modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el

ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~

za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p

que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de

dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva

rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas

localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~

tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de

don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente

una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy

glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante

poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~

nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy

llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy

ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia

de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605

instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy

ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61

p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea

lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy

pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali

zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy

de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy

una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~

vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito

privado hacia la Iglesia

Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas

laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de

diversa procedencia social se involucran en este tipo de

fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas

hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una

fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas

y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~

nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy

vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin

que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar

ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta

1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

23

ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy

res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~

cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy

Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer

un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy

llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar

bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de

San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~

tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos

y mestizos (40)

Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy

lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que

incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy

pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes

quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien

da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2

misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con

el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para

eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a

los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r

otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy

seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor

de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy

vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir

en Guacha laacute (41)

13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy

formal del Sistema de Creacutedi~o

Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las

capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de

creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten

de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de

intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy

la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy

finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui

to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

24

sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi

es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy

ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero

no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~

plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins

tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead

de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas

CUADRO No 1

CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)

Conventos y anexos Principales Catedral Principales

variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---

La ConcepcioacutenLa r-Brced

Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)

san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)

40024p32947

2423514173

89508900623550503800

35002080

2000

1 750L600LOOO

600200

Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes

CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales

8250

3250660650

3100lo U60

1070003156020000188501815015 990600024002175

1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros

a tiacutetulo pe rsonal

3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal

FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH

Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de

una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto

es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760

cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot

25

deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

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deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~

naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A

primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy

maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope

ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne

en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~

teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~

tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy

riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy

to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la

enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem

La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~

siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~

briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy

tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to

haya sido privilegio de los grandes propietarios En la

segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy

tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi

cios al respecto

A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes

numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy

las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar

literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy

cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti

tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal

Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy

cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy

niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy

pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do

mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San

Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva

que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca

pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del

creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy

tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del

convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente

este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

26

abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de

las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy

mentos osustento de las religiosas corno provenientes

de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy

el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de

otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En

el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo

de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a

censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de

conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy

jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~

perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx

traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas

y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)

En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean

tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la

oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas

que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs

tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy

cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~

sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue

ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy

cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba

cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~

texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~

cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

27

intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci

vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de

cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn

1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy

ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la

renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo

habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado

no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales

por los conventos

La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi

to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy

ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci

do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay

en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy

co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac

tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al

ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy

sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy

les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~

tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy

de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy

ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente

De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de

San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y

por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua

listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac

tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos

pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen

asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy

chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en

el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli

giosos adoptando distintos comportamientos frente a los

beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular

como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces

Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy

llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula

rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes

tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

28

rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy

das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las

oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy

dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por

ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales

-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~

ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti

gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy

refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom

bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy

ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy

desmendro del estado secular

que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)

Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo

las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm

il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon

en el marco del litigio circunstancia que se explica por

su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta

entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con

ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy

fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios

que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s

sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy

administradores de sus bienes raiacuteces

El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy

sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a

convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy

plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas

de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

29

de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~

de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito

de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~

preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy

cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy

bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus

censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4

La estructura informal del sistema de creacutedito contri

buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el

inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los

conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre

siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como

deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co

fradiacuteas etc (50)

Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy

mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito

de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a

la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es

tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas

Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a

traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n

te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba

jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex

presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~

tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~

laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras

piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy

clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces

sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy

obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el

capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)

doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy

cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran

cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la

fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren

tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

bras (53)

Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

30

ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~

da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem

ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de

la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin

eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)

Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me

nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos

para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos

mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy

vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy

yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de

don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien

junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy

ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi

pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy

pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten

de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de

liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien

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tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy

niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy

tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy

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Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy

cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~

cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy

men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua

dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy

clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy

nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia

que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste

nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones

religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi

proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y

la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli

te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito

31

sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o

menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y

de control y distribucioacuten de creacutedito

Pero los particulares mantuvieron control sobre el

creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy

daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl

papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya

se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo

privado del sistema de censos Entre los agentes de esta

uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~

dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea

Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy

Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a

Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco

nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000

ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado

a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy

de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui

to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy

de capital en manos de particulares

Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n

que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito

es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh

financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas

Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy

cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de

las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente

a la escasez de circulante- de constituir los fondos del

creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy

atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los

ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de

ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en

rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te

problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~

vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy

de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa

dada en buena parte por la actividad financiera

  • 02 Introduccioacuten
  • 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito