reseña terra de ningú

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Terra de ningú. Reseña crítica de la representación (por Jonathan Muñoz García) En el principio fue el verbo. Esta frase de resonancias bíblicas está en la base de la apuesta dramatúrgica que ofrece el TNC de la mano de Xavier Albertí para la puesta en escena de Terra de ningú, la obra maestra de Harold Pinter. Y es que la representación comienza cuando empieza a hablar el primer personaje. Solo entonces la luz se hace y descubrimos el escenario: el salón de una casa inglesa, donde vive un escritor de éxito dado a la bebida y en la última etapa de su vida. Es de noche, es verano, y lo acompaña un invitado al que ha encontrado en un pub, otro escritor mayor al que el éxito le ha dado la espalda. A estos dos personajes se les unen dos jóvenes, Foster y Briggs, que también habitan la casa y están al servicio de Hirst, el personaje principal. A su vez, los dos jóvenes se oponen a Spooner, ya que trata de ocupar su lugar. A lo largo de la obra descubrimos el pasado común de los dos escritores, cuando eran dos jóvenes prometedores antes del estallido de la II Guerra Mundial. Porque Terra de ningú nos habla del pasado, esto es, de la importancia de la memoria cuando ya no quedan perspectivas de futuro. Porque cuando el final está próximo, lo único a lo que podemos aspirar es a tener la convicción de que nuestra vida no fue en vano; no se trata de ser recordado, sino de poder descansar en paz, algo a lo que Hirst se resiste a pesar de su evidente desazón ante la vida.

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Terra de ning. Resea crtica de la representacin (por Jonathan Muoz Garca)En el principio fue el verbo. Esta frase de resonancias bblicas est en la base de la apuesta dramatrgica que ofrece el TNC de la mano de Xavier Albert para la puesta en escena de Terra de ning, la obra maestra de Harold Pinter. Y es que la representacin comienza cuando empieza a hablar el primer personaje. Solo entonces la luz se hace y descubrimos el escenario: el saln de una casa inglesa, donde vive un escritor de xito dado a la bebida y en la ltima etapa de su vida. Es de noche, es verano, y lo acompaa un invitado al que ha encontrado en un pub, otro escritor mayor al que el xito le ha dado la espalda. A estos dos personajes se les unen dos jvenes, Foster y Briggs, que tambin habitan la casa y estn al servicio de Hirst, el personaje principal. A su vez, los dos jvenes se oponen a Spooner, ya que trata de ocupar su lugar. A lo largo de la obra descubrimos el pasado comn de los dos escritores, cuando eran dos jvenes prometedores antes del estallido de la II Guerra Mundial. Porque Terra de ning nos habla del pasado, esto es, de la importancia de la memoria cuando ya no quedan perspectivas de futuro. Porque cuando el final est prximo, lo nico a lo que podemos aspirar es a tener la conviccin de que nuestra vida no fue en vano; no se trata de ser recordado, sino de poder descansar en paz, algo a lo que Hirst se resiste a pesar de su evidente desazn ante la vida.Hirst y Spooner son dos caras de una misma moneda. Ambos son poetas pero su suerte ha sido diversa, y algo nos dice que no ha sido debido al talento de cada uno... Sin embargo, Spooner no est en deuda con su pasado y su misin en la obra es ser el barquero que convenza a Hirst de que se reconcilie con la vida y pueda abandonarla dignamente. Ms all del homenaje evidente a la Commedia de Dante y a El hombre de estado de Eliot, nos hallamos ante una obra circular, y esto en el sentido literal de la palabra. Tal como termina la obra, con un fundido a negro, podra volver a iniciarse, en un bucle eterno e infinito. Y a esta conclusin coadyuva el hecho de que no se aclara en toda la representacin el origen de la relacin entre los personajes que habitan la casa. A uno le queda la sensacin de que lo hacen desde tiempos inmemoriales. Foster cuenta que estaba en Bali, como militar, cuando le llam Hirst, que no lo conoca, para entrar a su servicio. Por su parte, Briggs narra cmo conoci a Foster con un relato increble digno del mejor Beckett. Incluso Spooner, que es un invitado, repite hasta tres veces la frase Jo aix ho he viscut abans, en mi opinin prueba inequvoca de la circularidad de la historia. Y es que, como se dice en dos momentos clave de la obra, la tierra de nadie no es mou... no canvia... ni envelleix... resta... per sempre... glacial... silenciosa. Esta frase la pronuncian Hirst, mediado el primer acto, justo despus de que Spooner se le ofrezca como barquero y antes de su primera salida de escena, entre cadas y arrastrndose: justamente en ese momento Spooner siente su primer dj vu. La siguiente ocasin en la que se pronuncia esta frase es al final, y la pronuncia Spooner dirigindose a Hirst, a quien ya le parece un motivo de celebracin. Para entender la funcin y el estatus de cada personaje, resulta de la mayor importancia la manera en que se mueven y se sitan unos respecto a otros en el espacio escnico. A este respecto, los dems personajes se aproximan o se alejan de Hirst, que ocupa siempre una posicin central en el escenario. Hacia el final de la obra se vislumbra la condicin espectral de todos ellos, cuando se quedan inmviles mientras Spooner pronuncia su discurso final, su ltimo intento para atraer a Hirst hacia s, sin conseguirlo. En esta pequea joya teatral los silencios son tan elocuentes como las frases que se pronuncian. El alcohol, omnipresente, sustituye a las respuestas que Hirst debera decir. A pesar de los momentos en que hay dilogos, esto es, cuando hay comunicacin entre los personajes, en otros momentos los parlamentos no hallan feedback, o el feedback es el silencio o el nuevo trago al malta feridor. A pesar de ello, el lenguaje ocupa un lugar eminente, ya que la obra es un eterno presente, como en la poesa, en la que Spooner aspira a estar eternament present i actiu. En efecto, si bien Spooner le reprocha a Hirst que no sabe pasar de las palabras a los hechos, Hirst ejerce de forma exclusiva la funcin perlocutiva del lenguaje: as, cuando dice que se cambie de tema por ltima vez, la obra deriva irremediablemente hacia su final: es, de nuevo, de noche. Es invierno. Se hace el silencio.