Después de que el gobierno paraguayo iniciara,por cuarta vez, un proceso para repatriar losrestos deAgustín BarriosMangoré, enmayo de2009, el caso terminó con una resolución favo-rable para El Salvador, ya que los restos morta-les del genio de la guitarra descansarán en estepaís, tal como él lo pidió en vida.

“Mangoré pidió ser enterrado acá y escogióeste país para quedarse como su última mora-da y no podemos contradecir ese hecho y to-dos sus discípulos reafirmaron su posición”,fueron las palabras de Carlos Payés, presiden-te de laAsociaciónMangoré deEl Salvador, enla víspera de la visita de la Comisión de repa-triación en octubre de 2010 y que estuvo com-puestapor legisladoresparaguayos.Represen-tantesde laAsociaciónydel gobierno llegarona un acuerdo con la comisión paraguaya paraque los restos deMangoré se queden en el pa-ís. La tumba del músico, en el Cementerio deLos Ilustres, fuedeclaradaMonumentoNacio-nal por dos decretos de la Asamblea Legislati-va de 1985 y 1994.

Tras disputa, los restosde Mangoré se quedanen El Salvador

“La convocatoria de la cátedra fue di-fundida en los diarios y llegómucha gen-te a matricularse, Mangoré escogía a losmás talentosos”, señaló Payés.

El primero de ellos fue LuisMario Sa-mayoa, con quien tuvo una entrañableamistad, tanto así que en época de vaca-ciones, Mangoré y Gloria, su esposa, vi-sitaban la casa de Samayoa en Santa Ana.Ahí, el guitarrista preparaba sus concier-tos y practicaba la guitarra.

Unade las anécdotas que relata la her-mana de Samayoa, María Amalia, es queMangoré le tocaba “El sueño de lamuñe-quita”, pieza que él mismo compuso pa-ra la hija de don Alfredo Massi, su pro-motor cultural.

También fue en la casa de Santa Anadonde compuso “Trinos en el jardín” y“El surtidor”, dedicados a Samayoa, yposteriormente “Réquiem para una cu-carachamuerta” y “La rebelión de los co-yotes”, dedicadas a los hijos de Samayoa.

Otro de los discípulos destacadosfue Cecilio Orellana, quien inició susclases con Mangoré en 1941. Cecilioera el único alumno a quien Mangoréle llamaba “maestro Orellana”. Al mo-rir el guitarrista paraguayo, Orellanaimpartió clases de guitarra y armoníaa los alumnos que dejó Mangoré ytambién hizo las transcripciones deobras conocidas para la guitarra.

Actualmente, enSanEstebanCatarina,su ciudadnatal, semantiene en funcionesla Escuela deMúsica “Cecilio Orellana”.

Asimismo, Víctor Urrutia, el últimofallecido entre los discípulos, ingresó alConservatorio Rafael Olmedo donde es-

tudiaba solfeo y violoncello, pero al dar-se cuenta de la cátedra de guitarra se ins-cribió en ella. Junto a Quiroa yMario Sa-mayoaformaronuntríoque, juntoaMan-goré, se presentó en San Salvador y San-ta Ana con gran éxito.

Urrutia fue uno de los alumnos máscercanos a Mangoré y tuvo la oportuni-dadde cargar el féretrodel compositor eldía de su entierro en 1944 en el cemente-riode los Ilustres.Además, fueunode losfirmantes del testamento de Mangoré.

“Estamos bajo el signo deMangoré”,fue la frase que Rafael Antonio Carba-llo, otro discípulo, pronunció algunavez para dejar claro que la grandeza einfluencia profunda de Barrios los mar-có a todos.

Carballo almorzaba todos los domin-gos en la casa deMangoré, quien le teníauna particular estima, por ello le dedicóla transcripción del “Claro de luna” deBeethoven.

“Carballo seencargódemanteneruni-do al grupo de losmangoreanosmedian-te reuniones periódicas. Además, él con-tribuyó a recopilar y guardar la obra delmaestro, así como sus recuerdos y me-morias”, explicó Carlos Payés.

Benjamín Cisneros conoció a Mango-ré en 1933, pero comenzó a estudiar conél hasta 1942. Cisneros también era apre-ciado porMangoré, hasta el punto de de-cir que poco le faltaba para salir al mun-do del concertismo.

Durante los fines de semana, Mango-révisitaba laresidenciadeCisneros,don-de la madre de este usuluteco preparabatamales, una de las comidas típicas pre-

feridas por Mangoré.Debido a que el padre de Cisneros era

luthier (experto en reparación de instru-mentos musicales), Mangoré pudo arre-glar su guitarra Esteso y posteriormenteobtener una guitarra nueva elaboradapor el padre de Cisneros y BernabéMó-nico, otro luthier.

En 1942RubénUrquilla llegó a la cáte-dra de guitarra en el Conservatorio Ra-fael Olmedo. Gracias a su amistad conCisneros,Urquillaobtuvounacopia fide-digna de la partitura “Una limosna por elamor de Dios”, última obra compuestapor Mangoré.

Urquilla fue el más importante copis-ta y divulgador de la obra de Mangoré.

Muchas otras anécdotas pueden con-tarse acerca de la experiencia que cadadiscípulo vivió con Mangoré, algunasde ellas plasmadas en libros como“Agustín Barrios Mangoré, genio de laguitarra”, de José Cándido Morales y“Mangoré, el maestro que conocí”, deRoberto Bracamonte.

Como indicó Payés, sin duda Mangorées uno de los forjadores de la cultura sal-vadoreña en el campo de la guitarra clási-ca. Sus alumnos, ahora todos fallecidos,guardaron sus obras como un tesoro cul-tural valioso, preservaron su recuerdo ylegado como un acervo espiritual.

Alrededor de 50 piezas llegaron amanos de guitarristas de fama interna-cional, como las llevadas por Payés alaustraliano John Williams, quien en1976 grabó en LP la música de Mango-ré en su totalidad, lanzándolo al mun-do y redescubriendo su obra.

Según Víctor Urrutia,Mangoré sentía un

gran goce al tocar sus piezasjunto a nosotros, tocaba suspiezas con un amor increíble.Fueunhombremuyhumanista”

DR. CARLOS PAYÉSPresidente de la Asociación Mangoré.

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MÚSICOS QUE RECIBIERON SUS CLASES DE GUITARRA CON LA GUÍA DEL MAESTRO AGUSTÍN BARRIOS MANGORÉ1. Luis Mario Samayoa (1914-1964), 2. Cecilio Orellana (1908-2007), 3. Roberto Bracamonte (1919-2007), 4. Doña Elena Valdivieso (fecha desconocida) 5. BenjamínCisneros (1924-1987), 6. Rafael Carballo (1911-2001), 7. Jesús Quiroa (1911-2001), 8. Julio Cortés-Andrino (1918-2006), 9. José Cándido Morales (1912-2002), 10. RenéCortés-Andrino (1917-1995), 11. Víctor Urrutia (1913-2010), 12. Mario Cardona Lazo (1927-1999). En las fotografías faltan los discípulos Rubén Urquilla (1911-1993) yFrancisco Bracamonte (1923-2010).

VISITA AL PAÍS DE ORIGENEn la fotografía aparece Carlos Payés, actual presidente de laAsociación Mangoré de El Salvador, frente a la casa dondenació Agustín Barrios Mangoré (1885-1944) en San Juan

Bautista de lasMisiones, Paraguay.Actualmente los restosdel guitarrista estánenterrados en elCementerio de losIlustres de SanSalvador.

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