repercusiones socioculturales de la independencia y la ... · pdf filebethell (edit.),...

77
Repercusiones Socioculturales de la Independencia y la Revolución Mexicana en Sinaloa: Nuevas miradas Coordinadores Roberto A. Mendieta Vega Fernando Rodelo Mendoza Gobierno del estado de sinaloa instituto sinaloense de Cultura Comisión estatal para la ConmemoraCión del biCentenario de la independenCia naCional y Centenario de la revoluCión mexiCana

Upload: dinhdan

Post on 07-Feb-2018

223 views

Category:

Documents


5 download

TRANSCRIPT

Repercusiones Socioculturales de la Independencia y la Revolución

Mexicana en Sinaloa: Nuevas miradas

Coordinadores

Roberto A. Mendieta VegaFernando Rodelo Mendoza

Gobierno del estado de sinaloa

instituto sinaloense de Cultura

Comisión estatal para la ConmemoraCión del biCentenario de la independenCia naCional y Centenario de la revoluCión mexiCana

Repercusiones Socioculturales de la

Independencia en Sinaloa1810-2010

Ni lo sagrado intacto permanececuando la plebe manda y no obedece.

pablo de villaviCenCio

El “Payo” del Rosario

19

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán y las nuevas

formas de sociabilidad moderna en el Sinaloa independiente

roberto a. mendieta veGa

resumen. El presente ensayo es un aporte a la historia sociocultural de Sinaloa. Intentará responder a las siguientes preguntas: ¿quiénes fueron los agentes de las nuevas formas de sociabilidades moderna en Sinaloa? y ¿Mediante qué formas y en qué espacios se expresaron estas nuevas mentalidades, después de los procesos de Independencia de 1810? Para responderlas, tomaremos como objeto de estudio las ca-sas comerciales extranjeras establecidas en el puerto de Mazatlán, en una temporalidad que va desde los procesos de independencia mexi-cana hasta mediados del siglo xix. Como guía teórico-metodológica utilizaremos el bagaje conceptual de la historiografía sociocultural francesa; como sociabilidades, representaciones, prácticas y mentali-dades; en el intento de comprender los procesos de cambio ocurridos en dicho periodo histórico, de una cultura tradicional basada en el antiguo régimen colonial hacia otra impulsada por la Modernidad europea decimonónica en Sinaloa. summary. This essay is a contribution to the cultural history of Sinaloa. Attempt to answer the following questions: Who were the agents of the new modern forms of sociability in Sinaloa? And, by what means of forms and in which spaces are expressed these new

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...20

mentalities, after the processes of Independence in 1810? To answer these questions, we will take like study object the foreign trading houses established in the port of Mazatlan, in a temporality that goes from the process of Mexican independence until the mid-nineteenth century. As theoretical and methodological guide we will use the conceptual baggage of the French social and cultural historians, such as sociabilities, representations, practices and mentalities, in the attempt to understand the processes of change that occurred in that historical period, from a traditional culture based on the old colonial regime to another driven by modernity in nineteenth-century European in Sinaloa.

Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo VDJUDGR�HV�SURIDQDGR��\�ORV�KRPEUHV�DO�¿Q��VH�YHQ�

forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas.

Carlos marx

No es la conquista, no es la religión, no es un gobierno, son millares de hombres libres que

sin armas y sin preocupaciones, con los hechizos de la ciencia y de la industria, han levantado para el

comercio este emporio.iGnaCio ramírez

Hay un laberinto de las calles que sólo la aventura personal puede penetrar y un laberinto de los signos que sólo la inteligencia puede descifrar,

encontrando su orden.ÁnGel rama

Roberto A. Mendieta Vega 21

¡Oh cordiales familiares, oh buenos burgueses de Mazatlán, el poeta hoy enclaustrado en celdas

de trabajo y de meditación, hace acto de contrición por haber turbado con las músicas de una juventud que presentía el jazz, el ritmo sudoroso de vuestras

vidas, de vuestras afanosas colonias de castores, de vuestros colmenares laboriosos, de vuestros

hormigueros exactos y disciplinados!José Juan tablada

introduCCión

$�¿QDOHV�GHO�VLJOR�xviii y durante la mayor parte del siglo xix, las ciudades-puerto europeas fueron las sociedades más cosmopolitas. La frase característica de la época así lo recuerda: “Vivir cerca de un puerto es vivir cerca del mundo”.1 En ese periodo histórico, los barcos no fueron solamente un medio de transporte rápido y barato tanto para personas como mercancías o información, sino sobre todo fueron los medios idóneos para consumar la ampliación del mercado capitalista transoceánico y exportar la modernidad europea a la mayor parte del planeta.

En días en que el mundo capitalista iniciaba su nueva empresa de conquista mundial, las manufacturas industriales, los adelan-WRV�WpFQLFRV�\�FLHQWt¿FRV�TXH�KLFLHURQ�SRVLEOH�HVD�IRUPD�GH�YLGD��IXHURQ�ODV�DFWLYLGDGHV�PiV�UHFRQRFLGDV�\�EHQp¿FDV�SDUD�ODV�FODVHV�sociales que las monopolizaban;

Un sistema de comunicaciones marítimas, que aumentaba rápida-PHQWH�HQ�YROXPHQ�\�FDSDFLGDG��FLUFXQGDED�OD�WLHUUD��EHQH¿FLDQGR�D�

1 Eric. J. Hobsbawn, Las Revoluciones Burguesas, México, Tomo I, Edi-ciones Quinto Sol, 1974, p. 27.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...22

las comunidades mercantiles de la Europa del Atlántico Norte (…) el comerciante y armador, cuyos esplendidos puertos –Burdeos, Bristol, Liverpool– habían sido construidos o reconstruidos en ese siglo, parecían los verdaderos triunfadores económicos de la época, VROR�FRPSDUDEOHV�D�ORV�IXQFLRQDULRV�\�¿QDQFLHURV�TXH�DPDVDEDQ�VXV�caudales en el provechoso servicio de los Estados (…).2

En ese contexto económico germinan los procesos de Inde-pendencia en las colonias españolas de América, ocurridos en las primeras dos décadas del siglo xix, donde algunas regiones compartieron procesos y circunstancias similares; la introducción de la cultura europea moderna por parte de comerciantes extranje-URV�R�GH�ODV�pOLWHV�FULROODV��DVt�FRPR�HO�SREODPLHQWR�\�HGL¿FDFLyQ�(invención) de ciudades-puerto de nuevo tipo en Latinoamérica.3

¿Y por qué ciudades con puerto? Porque esos espacios eran necesarios para expandir el comercio capitalista moderno;4 a tra-

2 Ibíd., pp. 43-44.�� 'HVGH�¿QDOHV�GHO�VLJOR�xviii la economía y la estructura político-social

son los dos aspectos de las sociedades virreinales que se cimbran al derrumbarse el viejo sistema comercial colonial hispánico. Al otro lado del Atlántico, las guerras regionales provocadas por la ofensiva napoleónica ocasiona el bloqueo del comercio británico con la Europa continental, llevando a esta nación vanguar-dia de la industrialización y el capitalismo imperialista en formación, a buscar otros nuevos mercados en América Latina y donde no existían crearlos para su EHQH¿FLR��(VWH�QXHYR�H[SDQVLRQLVPR�HXURSHR�LPSHULDOLVWDV��PiV�FRQVFLHQWH�\�feroz que el anterior, no encontraba su impulso en religiones o rutas comerciales medievales, sino en un nuevo sistema mundial fundado en leyes invisibles que la industrialización capitalista expandía por el mundo en forma de comercio, LOXVWUDFLyQ��\�GH�E~VTXHGD�GH�PHUFDGRV�SDUD�VXV�SURGXFWRV�\�SURYHHGRUHV�GH�materias primas. Tulio Halperín Donghi, “Economía y sociedad”, En Leslie Bethell (Edit.), Historia de América Latina, Tomo vi: América Latina indepen-diente, 1820-1870, Barcelona, Crítica, 1991, pp. 3-4.

4 El descubrimiento de América, la circunnavegación de África abrieron nuevos horizontes e imprimieron nuevo impulso a la burguesía. El mercado de China y de las Indias orientales, la colonización de América, el intercambio con las colonias, el incremento de los medios de cambio y de las mercaderías en

Roberto A. Mendieta Vega 23

vés de ellos se vendían mercancías industrializadas, se obtenían PDWHULDV�SULPDV��VH�FRQWUDEDQGHDED�\�D� OD�YH]�VH� WUD¿FDED�FRQ�LGHDV�\�VtPERORV��HQ�OXJDUHV�IXHUD�GH�WRGD�LQÀXHQFLD�SHUGXUDEOH�del Antiguo Régimen colonial.5

De estos procesos surgen realmente Buenos Aires y Mon-tevideo en la Sudamérica Atlántica, así como Valparaíso por OD�FRVWD�GHO�3DFt¿FR�FKLOHQD��WHUPLQDQGR�FRQ�OD�KHJHPRQtD�GHO�SXHUWR�SULQFLSDO�GHO�YLUUHLQDWR�GHO�3HU~��(O�&DOODR��PLHQWUDV�TXH�Veracruz y Acapulco mermarían su importancia en México ante el surgimiento de San Blas, Mazatlán, Guaymas y los puertos de las Californias.6

general, dieron al comercio, a la navegación, a la industria, un empuje jamás conocido, atizando con ello el elemento revolucionario que se escondía en el seno de la sociedad feudal en descomposición (…) los mercados seguían dilatándose, las necesidades seguían creciendo. Ya no bastaba tampoco la manufactura. El invento del vapor y la maquinaria vinieron a revolucionar el régimen industrial de producción. La manufactura cedió el puesto a la gran industria moderna, y la clase media industrial hubo de dejar paso a los magnates de la industria, jefes de grandes ejércitos industriales, a los burgueses modernos. La gran industria creó el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento de América. El mercado mundial imprimió un gigantesco impulso al comercio, a la navegación, a las comu-nicaciones por tierra. A su vez, estos, progresos redundaron considerablemente en provecho de la industria, y en la misma proporción en que se dilataban la industria, el comercio, la navegación, los ferrocarriles, se desarrollaba la burguesía, crecían sus capitales, iba desplazando y esfumando a todas las clases heredadas de la Edad 0HGLD��&DUORV�0DU[�\�)HGHULFR�(QJHOV��³0DQL¿HVWR�GHO�3DUWLGR�&RPXQLVWD´��(Q�Obras Escogidas��0RVF~��7RPR�,��(GLWRULDO�3URJUHVR��������S�����

5 Los grandes puertos de América Latina, escalas de tránsito de las riquezas extraídas del suelo y del subsuelo con destino a los lejanos centros de poder, se consolidaban como instrumentos de conquista y dominación contra los países a los que pertenecían, y eran los vertederos por donde se dilapidaba la renta nacional. Los puertos y las capitales querían parecerse a París o a Londres, y a la retaguardia tenían al desierto. Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina, México, Siglo xxi, 2002, p. 203

6 Mazatlán, al igual que los puertos de América del Sur, es el escenario de una de las formas más vergonzoso de robo y violación de la ley: el contrabando

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...24

Así, desde inicios hasta mediados del siglo xix, aproximada-mente, suceden acontecimientos con las siguientes características; arriban extranjeros representantes de casas comerciales de sus respectivos países, no a colonizar sino a abrir nuevos mercados para sus mercancías; debido a su educación, capitales y siendo intermediarios comerciales o cónsules de sus respectivos países, se establecen en la clase dominante de aquellas sociedades.7

Este escenario cambiará después de medio siglo, al desem-barcar en Sudamérica principalmente, inmigrantes de “segunda o tercera clase”, denominados así por su boleto de barco, atraí-dos hacia el continente mediante compañías colonizadoras o por acuerdos inmigratorios con gobiernos nacionales en formación, con el sueño de Hacer la América.8

de dinero. Para evitar el pago de derecho de exportación en especie, las casas comerciales extranjeras contrabandean todo lo que desean enviar fuera del país (…) W. M. Maxwell Wood, Wandering sketches of people and things in south America, Polynesia, California and other places visited during a cruise of board of the U.S. ships levant, Portsmounth, and Savannah, Philadelphia, published by Carey and Hart, 1849, p. 290. (Todas las traducciones del inglés en este ensayo fueron realizadas por Roberto A. Mendieta Vega)

7 En este sentido, el historiador argentino Fernando Devoto, sostiene que los historiadores americanos y europeos se esforzaron durante demasiado tiempo, por distinguir entre los movimientos migratorios del antiguo régimen y aquellos más recientes que habrían sido abiertos por las transformaciones económicas que acompañaron a la industrialización europea. Sin embargo, su propuesta metodo-lógica para el estudio de las migraciones extranjeras a la Argentina supera esta división o periodización fácil, al sostener que las migraciones deben estudiarse considerando las temporalidades largas y cortas, así como los espacios macro y micro históricos donde se desenvuelven. Fernando Devoto, Historia de la inmi-gración en la Argentina, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2004, pp. 23-24

8 Un aspecto a considerar es que las olas migratorias fueron desiguales para los distintos países de la región, tanto en cantidad como en calidad, por así decirlo. Unas fueron masivas como en Argentina y Uruguay, otras menos como en Chile y otras minoritarias en el caso de México. Otra aportación de la historiografía argentina al estudio de estos procesos migratorios hacia el sub-

Roberto A. Mendieta Vega 25

6LQ� HPEDUJR�� HO� ÀXMR�PLJUDWRULR� HXURSHR�QR� VyOR� RFDVLRQy�FDPELRV�HFRQyPLFRV�\�GHPRJUi¿FRV�HQ�ODV�VRFLHGDGHV�ODWLQRD-mericanas, gestándose un nuevo crisol étnico y con el tiempo, VLPELRVLV�FXOWXUDOHV�HQ�ODV�UHJLRQHV�UHFHSWRUDV��LQÀX\HQGR�GXUDQWH�las siguientes décadas en la construcción social del Estado-Nación poscolonial en el subcontinente;

Es comprensible entonces que los inmigrantes trataran, en la primera generación, de cerrarse sobre sí mismos, de formar colectividades, conservando, donde se podía, sus costumbres, su idioma, sus valores y creencias, su nostalgia y sus esperanzas. Su participación en la nueva sociedad se redujo, en los primeros tiempos, a las relaciones derivadas de su actividad. Fueron las generaciones siguientes las que HQ�OD�PD\RUtD�GH�ORV�FDVRV��VH�LQWHJUDURQ�H�LQÀX\HURQ�JUDGXDOPHQWH�en la cultura del país receptor.9

En el caso de la experiencia inmigratoria mexicana, se expresó con características singulares en las distintas regiones del país y su temporalidad a grandes rasgos, inicia pasadas las gestas de Independencia en 1810, al integrarse estos espacios (de forma consciente o no) al intercambio comercial y cultural que pondrá ¿Q�D�OD�KHJHPRQtD�PRQiUTXLFD��

En un periodo temprano, la mayoría de los extranjeros que lle-garon a México no fue atendiendo una política estatal de fomento a la inmigración, ni mucho menos en busca de mejores condiciones de vida en estas tierras. Llegaron como emisarios y representantes

continente americano durante el siglo xix, es la distinción que realiza Devoto, de las diversas representación que tuvieron los europeo que llegaron a la región; comerciantes, mercaderes, extranjeros, inmigrantes y colonos. Todas ellas fueron PLJUDFLRQHV�OLEUHV�\�VH�H[SOLFDQ��VHJ~Q�HVWD�SHUVSHFWLYD��SRU�ODV�WHRUtDV�GHO�pull and push migratorio. Ibíd., pp. 25-59 Desafortunadamente, la historiografía PH[LFDQD�VLQDORHQVH�LQFOXLGD�QR�KD�HVWXGLDGR�HVWH�WLSR�GH�SUREOHPiWLFDV�HQ�la experiencia inmigratoria nacional durante el periodo señalado.

9 Ibíd., p. 21.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...26

GHO�FRPHUFLR�\�OD�LQGXVWULD�GH�VXV�SDtVHV�GH�RULJHQ��FRQ�HO�¿Q�GH�conocer y dominar los mercados locales y explotar los recursos naturales vírgenes del país.10

$~Q�DVt��OD�WHQGHQFLD�GRPLQDQWH�HQ�OD�KLVWRULRJUDItD�PH[LFDQD�sobre la inmigración extranjera es ignorar este primer proceso, considerando sólo dos momentos importantes vinculados a las sociedades del centro del país: el primero ocurrió durante la con-quista y colonia española; y el segundo, “reinicia” hasta el siglo xix�FRPR�SURGXFWR�GH�OD�SROtWLFD�GH�JRELHUQR�GHO�*UDO��3RU¿ULR�

��� 8Q�HMHPSOR�GHO�WLSR�GH�H[WUDQMHUR�±\�SRU�WDQWR�GH�ÀXMR�PLJUDWRULR±�TXH�GLVWLQJXLPRV�HQ�HVWH�HQVD\R��HV�HO�GHO�V~EGLWR�LQJOpV�0DUN�%HDXIR\��TXLpQ�OOHJD�al continente americano por el Caribe, con la intensión de recorrer el recién liberado territorio mexicano y estudiar su estructura minera. Este extranjero LOXVWUDGR��FRPR�PXFKRV�RWURV�GXUDQWH�HO�SHULRGR��FRQ¿HVD�TXH�VX�FRQRFLPLHQWR�GH�0p[LFR��GH�VXV�UHFXUVRV�\�VXV�SRVLELOLGDGHV�GH�SURGXFFLyQ��VH�FRQ¿UPy�DO�YLVLWDU�el Museo Bullock antes de partir de Londres, donde las imitaciones hechas con cera de las frutas mexicanas le había hecho agua la boca. También menciona que a lo largo del viaje entre Europa y las Antillas del Caribe americano, la lectura GH�+XPEROGW�DOLPHQWy�PiV�VX�LPDJLQDFLyQ�VREUH�OD�ÀRUD��OD�FD]D��OD�IDXQD��HO�cultivo, las frutas, el oro y la plata, así como la feliz e inocente vida rural mexi-cana. De su libro rescatamos aquella primera representación del grupo europeo que lo acompañó en ese viaje hacia los nuevos mercados mineros americanos: “La primera vez que crucé el Atlántico fue a bordo de un barco mercante de 370 toneladas, en compañía de una veintena de colegas de una de las empresas mineras de nueva creación. Eran en su mayoría extranjeros provenientes de todas partes de la Europa civilizada, alemanes y franceses, italianos y belgas, ingleses e irlandeses; y en general, era un grupo de hombres jóvenes bien educados y agradables. El francés era el medio de comunicación en esta Babel móvil, y era tan bueno el tacto de la persona a cargo de la expedición, que un viaje de siete semanas terminó sin una disputa sobre temas políticos o de otra índole”. Mark Beaufoy, Mexican illustrations, founded upon facts; indicative of the present condition of society, manners, religion, and morals, among the Spanish and native inhabitants of Mexico has they appeared during part of the years 1825, 1826, 1827, interspersed with occasional remarks upon climate, produce, and antiquities of the country mode of working of the mines, London, The Carpenter and Son, 1828, p. 1.

Roberto A. Mendieta Vega 27

Díaz destinada a todos los europeos, estadounidenses y naciones occidentales modernas, que pudieran “ayudar” al desarrollo eco-nómico y cultural del país.11

Sin embargo, desde la perspectiva teórica-metodológica y las fuentes del presente ensayo, esta propuesta reduce históricamente y condiciona el fenómeno inmigratorio extranjero en el México decimonónico, a políticas de gobierno (“blanqueamiento de la población”, de desarrollo económico e industrial o de capital humano moderno, etc.), menospreciando las migraciones tem-porales “libres” o dirigidas por los gobiernos de cultura europea imperialistas como Inglaterra, Francia y Alemania, o los Estados Unidos al norte del continente a inicios del siglo xix;12 esto es,

11 Carlos Martínez Assad, De extranjeros a inmigrantes en México, Méxi-co, unam, 2008, p. 17. Otro ejemplo de esta lectura de las migraciones extranjeras D�0p[LFR��VRVWLHQH�TXH�GXUDQWH�HO�SRU¿ULDWR�LQLFLD�OD�PRGHUQL]DFLyQ�GHO�SDtV��HOLPLQDQGR�³HO�~OWLPR�REVWiFXOR�SDUD�TXH�FRQWLQXDUD�\�VH�LQFUHPHQWDUD�HO�ÀXMR�de hombre, mercancías y capitales que cruzaban el Atlántico desde Europa con destino a diversas ciudades y regiones del territorio mexicano”. Sergio Valerio Ulloa��(PSUHVDULRV�H[WUDQMHURV�HQ�*XDGDODMDUD�GXUDQWH�HO�SRU¿ULDWR, México, udG, 2002, p. 7. En este mismo sentido, el historiador sonorense Nicolás Pineda 3DEORV��D¿UPD�TXH�D�LQLFLRV�GHO�QXHYR�PLOHQLR�QR�HUD�H[WUDxR�TXH�OD�KLVWRULR-JUDItD�UHJLRQDO�VLJXLHUD�D¿UPDQGR�TXH�HO�HVWXGLR�GH�OD�LQPLJUDFLyQ�\�SUHVHQFLD�extranjera en el norte de México durante el siglo xix, se encontraba muy poco desarrollando. Nicolás Pineda Pablos, “Lo que trajo el viento: extranjeros en Sonora en el siglo xix�\�HO�3RU¿ULDWR´��HQ�5HYLVWD�Clío�1~P������)DFXOWDG�GH�Historia, Universidad Autónoma de Sinaloa, México, enero-abril de 1999.

12 Para 1825, el acoso contra el pueblo mexicano y su gobierno indepen-diente, no fue esencialmente entre países solamente, sino entre dos concepciones del mundo, dos mentalidades extranjeras que se disputaban los destinos de la UHS~EOLFD��(VWR�OR�UHJLVWUD�\�UHVXPH�GH�PDQHUD�QRWDEOH��3DEOR�GH�9LOODYLFHQFLR��el Payo�GHO�5RVDULR��HQ�VXV�KRMDV�\�IROOHWRV�VREUH�OD�LQÀXHQFLD�HVSDxROD�H�LQJOHVD��En dichas parábolas, se representan mediante atributos naturales, animales, a los actores del drama nacional; los coyotes eran los españoles, las gallinas el pueblo de México, y los perros eran los ingleses. Con una conciencia notable de la realidad del pueblo mexicano, ofrece un panorama social y de mentalidad colectiva sobre las representaciones que entonces se tenía de ambos países, y

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...28

demerita el factor del impulso del mercado internacional capitalista industrial para explicar estos procesos, al no intervenir el gobierno mexicano en su gestación.13

Ejemplo de ello es el puerto de Mazatlán, Sinaloa, “fundado” SRU�HO�FRPHUFLR�LQWHUQDFLRQDO��SREODGR�\�HGL¿FDGR�D�LQLFLRV�GHO�siglo xix�� VHJ~Q� ORV� LQWHUHVHV� GH� H[WUDQMHURV� LQPLJUDQWHV�� SHUR�que la historiografía nacional desdeña o estudia solamente como agentes de la inversión extranjera en la región. De este aconteci-PLHQWR�KLVWyULFR�VRFLDO�VXUJLHURQ�P~OWLSOHV�SURFHVRV�GHFLVLYRV�HQ�la formación económica, política, y cultural del Sinaloa decimo-nónico, y que hasta inicios de este siglo xxi permanecen vigentes y en constante cambio.14

VXV�LQWHUHVHV�H�LQÀXHQFLDV�HQ�OD�MRYHQ�QDFLRQ�,QGHSHQGLHQWH��³�«��\�¿QDOPHQWH�VL�XVWHG�TXLHUH�TXH�WHQJDPRV�OD�¿HVWD�HQ�SD]��WUDWH�GH�HVWLPDU�PiV�D�PLV�FR\RWHV�y consentir menos a sus perros, porque ya le he dicho que de coyote a perro inglés voy al coyote ocho a tres, porque vale más mojigato que madrugador”. El Payo del Rosario, “De coyote a perro inglés voy al coyote ocho a tres”, En Guía de Forasteros: Estanquillo literario para el año de 1825, Año iii, Vol. iv, 1~P�����0p[LFR��'�)���S����9HU�SDUD�OD�UHSUHVHQWDFLyQ�GHO�HVSDxRO��(O�3D\R�GH�Rosario, “Los coyotes de España vendrán; pero los de casa nos la pagarán”, En Guía de Forasteros: Estanquillo literario para el año de 1826, Año iii, Vol. iv, 1~P�����0p[LFR��'�)���SS�����

13 Para conocer investigaciones históricas que registran estas migraciones extranjeras tempranas en el siglo xix en Sinaloa, desde aspectos económicos y socioculturales, ver: Roberto A. Mendieta Vega, El Puerto de Babel: Extranjeros y hegemonía cultural en el Mazatlán decimonónico, Culiacán, Tesis de Maestría en Historia/uas, 2010; Luis Antonio Martínez Peña, Historia del comercio en Mazatlán 1823-1875, Culiacán, Tesis de Maestría en Historia/uas, 1998.

14 En esta misma labor de comprender más a profundidad el papel de los extranjeros en la formación de la cultura nacional, nos dice Martínez Assad, que en los estudios históricos sobre las formas de organización de los inmigrantes extranjeros que llegaron a México, destacan las diversas estrategias que estos grupos étnicos implementaron para mantener su cultura (identidad) en los pro-cesos de interacción con otras étnias extranjeras o la propia población mestiza e LQGtJHQD�GHO�SDtV��/R�LGHQWL¿FDGR�D�OD�IHFKD��HV�TXH�OD�PD\RUtD�GH�ORV�LQPLJUDQWHV�occidentales de primera y segunda generación, se mostraron reacios al contacto

Roberto A. Mendieta Vega 29

Partiendo del contexto histórico expuesto, el presente ensayo propone un análisis e interpretación histórica sobre las formas en que se introdujo la cultura moderna europea, en las sociedades latinoamericanas después de los movimientos de Independencia, considerando que dicho contacto cultural se realizó mediante dos procesos distintos: uno indirecto, intelectual e ideológico, UHÀHMDGR�HQ�ODV�FRQFHSFLRQHV�¿ORVy¿FDV��VRFLDOHV��SROtWLFDV��HFR-nómicas, artísticas y religiosas, llegadas a la región por medio de libros, folletos o pensadores de las élites letradas novohispanas D�¿QDOHV�GH�OD�FRORQLD�15 y la otra fue directa, práctica, por medio de las migraciones, el comercio, los espacios de sociabilidad, la hegemonía, o sea, de la presencia en las sociedades receptoras de relaciones humanas dirigidas por la forma de vida europeo- occidental burguesa.

o simbiosis cultural en su estancia en México. Es por ello que establecieron ins-WLWXFLRQHV�IRUPDOHV�H�LQIRUPDOHV�TXH�GHOLPLWDUDQ�OD�UHODFLyQ�H�LQÀXHQFLD�FXOWXUDO�de otros grupos étnicos, estructurada en una organización social basada en la lengua materna, la familia, la endogamia, la alimentación, nichos económicos SURSLRV��HVSDFLRV�GH�VRFLDELOLGDG�\�RFLR��HVFXHODV��HVSDFLRV�GH�EHQH¿FHQFLD�\�ayuda para sus connacionales, etc. Carlos Martínez Assad, Op. cit., pp. 28-30.

15 Entre 1820 y 1845, el constitucionalismo liberal moderado europeo constituía la base intelectual de todos los líderes que habían recibido educación universitaria, fueran del grupo político que fueran, exaltados, moderados o con-servadores (…) pero a pesar de que las ideas constitucionales estaban asimiladas intelectualmente por los universitarios, las reglas constitucionales a menudo sabían bien no fueron observadas en la práctica (…) Las constituciones y las leyes fue-ron redactadas por hombres que tenían estudios universitarios, que ocupaban la mayoría de los asientos en las cámaras y que detentaban cargos en los ministerios. 3HUR�HOORV�QR�HUDQ�ORV�~QLFRV�DFWRUHV�SROtWLFRV��VL�ELHQ�JHQHUDOPHQWH�IXHURQ�ORV�PiV�relacionados con los aspectos formales del manejo del Estado. Algunos papeles políticos importantes, incluyendo el poder supremo, también fueron desempeña-GRV�SRU�RWURV�LQGLYLGXRV��R¿FLDOHV�PLOLWDUHV��FDXGLOORV�UHJLRQDOHV��FRPHUFLDQWHV�\�propietarios) que a menudo sabía bien poco de las ideas liberal-constitucionales, lo cual no les importaba mucho. Frank Safford, “Política, Ideología y sociedad”, En Leslie Bethell (Edit.), Historia de América Latina, Op. cit., pp. 59-60.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...30

De esta manera, intentaremos responder en las páginas siguien-tes de la forma más amplia posibles, la pregunta; ¿Cómo llegaron y se instalaron las prácticas y mentalidades16 de la modernidad europea en el Sinaloa Independiente? Para lograrlo, se ofrecerán argumentos teóricos e históricos que sostengan o rechacen nuestra hipótesis principal de trabajo; la mentalidad moderna en el Sinaloa decimonónico inició, en gran parte, por las nuevas sociabilida-GHV�JHVWDGDV�HQ�ODV�FDVDV�FRPHUFLDOHV�H[WUDQMHUDV�D¿QFDGDV�HQ�OD�ciudad-puerto de Mazatlán en la primera mitad de siglo xix.

16 En 1924 el cofundador de la Escuela de los Annales, Marc Bloch, nos muestra en su investigación sobre Los reyes taumaturgos, las posibilidades his-WRULRJUi¿FDV�GH�OD�DSOLFDFLyQ�GH�XQD�KLVWRULD�GH�ODV�mentalidades colectivas para LQWHUURJDU�DO�SDVDGR��$¿UPD�TXH�HVWD�FDWHJRUtD�KLVWyULFD�FUHD�XQD�PHWRGRORJtD�aplicable a la investigación (cabe señalar que Bloch se inspira en la sociología durkheimniana), incluso ayuda a reformular la historia política europea, como lo intenta al tratar de entender las formas colectivas de pensamiento, de donde surgían las raíces del poder de la realeza medieval de Francia e Inglaterra. Será hasta 1960 cuando se imponga el paradigma de la historia de las mentalidades en el universo intelectual francés, y luego mundial. Así, el concepto de mentalidad o mentalidades hará referencias a algo compartido de manera inconsciente entre ORV�VHUHV�KXPDQRV�TXH�FRQIRUPDQ�XQD�VRFLHGDG��HV�OR�FRWLGLDQR��OR�FRP~Q��OR�automático, lo impersonal, de la relación entre los miembros de un grupo social. 6X�REMHWR�GH�HVWXGLR�VRQ�ODV�IRUPDV�GH�UHSUHVHQWDFLyQ�\�VLJQL¿FDGR�TXH�OH�GDQ�los sujetos a las formas culturales, más que el estudio de estas como objetos individuales o estructurantes. O lo que es lo mismo, pero en palabra de Lucien Febvre; un hombre del siglo xvi debe ser inteligible no en relación con nosotros sino en relación con sus contemporáneos. Entonces, siguiendo ahora a Jacques Le Goff; esas mentalidades son sobre todo el medio de abrir la puerta aún más allá de la historia, a algo más que el empobrecimiento de la historia rutinario, neopositivista o pseudomarxista. Jacques Le Goff, La Civilización del occidente medieval, España, Paidós, 1999. Para ampliar esta temática, ver: Jacques Revel, Las construcciones francesas del pasado, México, fCe, 2002, pp. 99-149.

Roberto A. Mendieta Vega 31

la modernidad europea: la revoluCión Cultural del siGlo xix

El siglo xix fue la época gloriosa de la modernidad17 en el mundo europeo occidental, manifestándose en todos los ámbitos de la vida individual y de las sociedades: fue una construcción discursiva, una mentalidad, una sensibilidad, una nueva forma de entender el tiempo, la historia, al individuo, la sociedad, la naturaleza; pero también una práctica, acciones y procesos, económicos, políticos \�VRFLDOHV�YHUL¿FDEOHV�HQ�XQ�WLHPSR�\�HVSDFLR��HVWR�HV��KLVWyULFD-mente determinados.18

17 Jean-Jacques Rousseau fue el primero en utilizar la palabra modernise en el sentido que tendrá en los siglos xix y xx. Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad, México, Siglo xix, 2004, p. 3. “Frente al absolutismo monárquico de la Francia del siglo xviii bajo el reinado de Luis xiv, Pierre Bayle y los “librepensadores” inician la perspectiva ilustrada de la libertad de conciencia como consecuencia de la instauración de las libertades civiles. El proyecto de la Enciclopedia, en cuanto síntesis de las FLHQFLDV��ODV�DUWHV�\�ORV�R¿FLRV��TXH�GHVGH������KDVWD������GLULJHQ�'¶$OHPEHUW�y Diderot, da forma a la colosal transformación histórica que funda la génesis de la Modernidad. El movimiento ilustrado se asemeja, en cuanto a difusión GHO�FRQRFLPLHQWR��D�OD�DFFLyQ�GH�ORV�SULPHURV�VR¿VWDV�HQ�OD�$WHQDV�GH�3HULFOHV��8QD�LGHD�IXH�FRP~Q�HQ�DPERV�PRYLPLHQWRV��OD�SHUPDQHQFLD�GHO�SXHEOR�HQ�OD�ignorancia conduce inexorablemente a la dominación (…) La batalla contra la LJQRUDQFLD�FRQIRUPD�HO�SUR\HFWR�TXH�VHUi�GH¿QLGR�FRPR� OD�extensión de las luces, el Iluminismo o la Ilustración. Blanca Muñoz, Modelos culturales: teoría sociopolítica de la cultura, España, uam/Antrhopos, 2005, pp. 30-31.

18 “La perspectiva histórica con el movimiento ilustrado se consolida como tiempo de la Modernidad. Frente al modelo temporal cíclico de los griegos y de la sociedad clásica o el del carácter lineal introducido por San Agustín en el pensamiento cristiano, el modelo ilustrado se entenderá como acontecimiento. Los corsi y ricorsi de Vico en su Ciencia Nueva, abren el tiempo de la Historia, y de la Historia como superación. La transformación social como superación conduce a la idea central de los ilustrados: el concepto de progreso. El progreso así, está unido al concepto histórico de tiempo. Se considera que si la Historia HV�OD�YHUGDGHUD�QDWXUDOH]D�GH�OD�KXPDQLGDG��pVWD�SXHGH�VHU�PRGL¿FDGD�YROXQWD-riamente por los individuos”. Ibíd., pp. 31-32.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...32

Sin embargo, para Marshall Berman, retomando las investiga-ciones y teorías de Carlos Marx, la dualidad aparente en que ha sido dividida la modernidad decimonónica para su comprensión, donde la modernización haría referencia a los ámbitos políticos y económicos, mientras que modernismo sería el espacio de las sensibilidades, el arte y la cultura, niegan el sentido histórico de totalidad y coherencia entre lo material y lo espiritual, porque HQ�HO�PXQGR�FRQFUHWR�VH�PDQL¿HVWD�PiV�ELHQ�FRPR�XQD�UHODFLyQ�dialéctica.19

Así, el autor distingue tres fases de desarrollo de la modernidad en Europa, siendo un proceso de larga gestación: la primera fase de la modernidad se extiende del siglo xvi�KDVWD�¿QDOHV�GHO�xviii, distinguida porque los individuos y los grupos sociales experimen-tan facetas de la vida moderna, pero sin ser conscientes a cabalidad de lo que sucede. La segunda se despliega en la periodización del presente ensayo, iniciando con la ola revolucionaria de 1790;

Con la Revolución francesa y sus repercusiones, surge abrupta y HVSHFWDFXODUPHQWH�HO�JUDQ�S~EOLFR�PRGHUQR��(VWH�S~EOLFR�FRPSDUWH�OD�sensación de estar viviendo una época revolucionaria, una época que genera insurrecciones explosivas en todas las dimensiones de la vida SHUVRQDO��VRFLDO�\�SROtWLFD��$O�PLVPR�WLHPSR��HO�S~EOLFR�PRGHUQR�GHO�siglo xix puede recordar lo que es vivir, material y espiritualmente, en mundos que no son en absoluto modernos. De esta dicotomía interna, de esa sensación de vivir simultáneamente en dos mundos, emergen y se despliegan las ideas de modernización y modernismo.20

Esta “vorágine de la vida moderna”, como la llama Berman, provoca cambios vertiginosos y profundos en todas las facetas de la vida individual y colectiva,21 resultado del choque de dos

19 Marshall Berman, Op. cit., p. 2.20 Ibíd., p. 3.21 “La vorágine de la vida moderna ha sido alimentada por muchas

Roberto A. Mendieta Vega 33

VLVWHPDV�¿QFDGRV�HQ�UHODFLRQHV�VRFLDOHV�\�GH�SURGXFFLyQ�RSXHVWDV��el feudalismo y el capitalismo. Ese momento histórico, donde las sociedades y las clases se muestran como realmente son, mutando y ocasionando rupturas violentas, es para Marx el principio de su análisis de la sociedad burguesa moderna;

Las relaciones inconmovibles y mohosas del pasado, con todo su séquito de ideas y creencias veneradas durante siglos, se derrumban; ODV�QXHYDV�VH�KDFHQ�DxHMDV�DQWHV�GH�OOHJDU�D�RVL¿FDUVH��7RGR�OR�VyOLGR�se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profanado, y los hombres DO�¿Q��VH�YHQ�IRU]DGRV�D�FRQVLGHUDU�VHUHQDPHQWH�VXV�FRQGLFLRQHV�GH�existencia y sus relaciones recíprocas.22

En este sentido, la teoría neomarxista del sistema-mundo de Wallerstein partiendo de las sociedades europeas Francia e Ingla-WHUUD��DSRUWD�UHÀH[LRQHV�VREUH�OD�modernidad y el liberalismo para otras regiones y sociedades, que entonces empezaban a incluirse dentro del sistema-mundo capitalista en expansión23, como fue

fuentes: los grandes descubrimientos en las ciencias físicas, que han cambiado nuestras imágenes del universo y nuestro lugar en él; la industrialización de la SURGXFFLyQ��TXH�WUDQVIRUPD�HO�FRQRFLPLHQWR�FLHQWt¿FR�HQ�WHFQRORJtD��FUHD�QXHYRV�entornos humanos y destruye los antiguos, acelera el ritmo general de la vida, genera nuevas formas de poder colectivo y de lucha de clases; las inmensas al-WHUDFLRQHV�GHPRJUi¿FDV��TXH�KDQ�VHSDUDGR�D�PLOORQHV�GH�SHUVRQDV�GH�VX�KiELWDW�ancestral, lanzándolas a nuevas vidas a través de medio mundo; el crecimiento urbano, rápido y a menudo caótico; los sistemas de comunicación de masas, de desarrollo dinámico, que envuelven y unen a las sociedades y pueblos más diversos (…)”. Ibíd., p. 2.

22 Carlos Marx y Federico Engels, Op. cit., p. 144. Para profundizar sobre esta problemática, ver el libro referido de Marshall Berman en su capítulo II: Todo lo sólido se desvanece en el aire: Marx, el Modernismo y la Moderniza-ción, pp. 81-119.

23 “En efecto, el fantasma que de verdad recorría Europa era el capita-lismo, un sistema que alteraba la posición social tanto de los grupos burgueses emergentes como de sectores muy amplios de los antiguos grupos de poder, que

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...34

HO�FDVR�PH[LFDQR��$¿UPD�HO�DXWRU��TXH�HO�OLEHUDOLVPR�HV�OD�JUDQ�ideología hegemónica de la economía-mundo capitalista, de igual forma, el liberalismo no es otra cosa que la modernidad: “El periodo de 1789-1848 destaca como una gran lucha ideológica HQWUH�XQ�FRQVHUYDGXULVPR�TXH�SRU�~OWLPR�IUDFDVy�HQ�HO� LQWHQWR�de alcanzar una forma acabada y un liberalismo en busca de la hegemonía cultural”.24

/OHJDGR�D�HVWH�SXQWR��OD�GH¿QLFLyQ�TXH�RIUHFH�:DOOHUVWHLQ�SDUD�entender la modernidad dentro de su teoría del sistema-mundo, QRV�SHUPLWH�FRQVLGHUDU�ODV�EDVHV�HFRQyPLFR�¿ORVy¿FDV�GHO�URPSL-miento ocurrido en este momento histórico entre la tradición y la nueva mentalidad que vendría a disputarle la hegemonía cultural;

La modernidad es la combinación de una realidad social particular y de una particular Weltanschauuung o visión del mundo, que han reemplazado, incluso enterrado, a otro par que, precisamente para indicar cuan superado está, ahora llamamos el Ancien Régimen, el antiguo régimen. Sin duda no todos reaccionaron del mismo modo ante esa nueva realidad y esa nueva visión del mundo. Algunos les dieron la bienvenida, otros la rechazaron, otros no estaba seguros de cómo reaccionar. Pero muy pocos dejaron de percibir la naturaleza del cambio que había ocurrido.25

se encontraron en la disyuntiva de utilizar prácticas económicas acordes con los tiempos o perecer”. Jürgen Kocka, Burguesía y sociedad burguesa en el siglo xix: modelos europeos y peculiaridades alemanas, En Joseph Ma. Fradera y José Millán (Eds.), Las burguesías europeas del siglo xix: sociedad civil, política y cultura, Valencia, Biblioteca Nueva Universitat de Valencia, 2000, p. 19.

��� 6L� FRQVLGHUDPRV� OD� SURSXHVWD� GH�:DOOHUVWHLQ� FXDQGR� D¿UPD�TXH� HO�liberalismo fue la ideología propia de la economía-mundo capitalista, desde la revolución francesa hasta la caída del muro de Berlín y el consiguiente derrumbe del bloque soviético, será necesario de igual manera aceptar su tesis que dice que el liberalismo se expresó en todos los campos de la actividad humana en ese lapso de tiempo; esto es, en lo económico, político y cultura, principalmente. Immanuel Wallerstein, Después del liberalismo, México, Siglo xxi/unam, 2005, pp. 91-95.

��� (VWRV�FDPELRV�VH�PDQL¿HVWDQ�FRPR�ODV�FRQVHFXHQFLDV�HYLGHQWHV�SDUD�HO�

Roberto A. Mendieta Vega 35

Ahora bien, en un desarrollo posterior de esta teoría, Peter Taylor propone que los hombres y mujeres modernos son hijos del sistema-mundo creado y desarrollado en la región cultural de la Europa occidental. Los migrantes europeos que desembarcaron en Latinoamérica durante el siglo xix, trataron de recrear en esas latitudes la imagen del mundo nuevo, situación no tan complicada debido a que con anterioridad el criollismo la plasmó en las cartas FRQVWLWXFLRQDOHV��3RU�HOOR��QR�HV�FRUUHFWR�QL�FLHQWt¿FD�R�KLVWyUL-camente, sostiene el autor, hablar de una sola forma en que se manifestó la modernidad durante su largo tiempo de desarrollo, ya que los procesos de modernización son complejos y sucedieron de manera diferencial y paralela, en las distintas regiones del mundo donde se ha registrado su presencia.

En este sentido, la postura clásica de relacionar la modernidad FRQ�OD�LQGXVWULDOL]DFLyQ��OD�SODQL¿FDFLyQ�HFRQyPLFD��OR�XUEDQR��el confort, la secularización, la burocracia, el progreso, etc., no es aplicable a todas las sociedades ya que no se manifestaron en un mismo momento o de una misma forma. Más bien fue una conceptualización impuesta a la realidad, no determinada histó-ricamente.26

2WUD� SURSXHVWD� ~WLO� D� QXHVWUR� SODQWHDPLHQWR� SURYLHQH� GH�

sistema-mundo después de la revolución francesa, y que serán parte de la nueva PHQWDOLGDG�GH�OD�pSRFD�PRGHUQD��(Q�HO�DVSHFWR�HFRQyPLFR�VH�¿QFy�HQWUH�OD�GLV\XQ-tiva proteccionista y la de libre mercado, que como dice Wallerstein, fue el debate principal ante las políticas de desarrollo nacional que dividía a los programas ideológicos de los grupos hegemónicos de los nacientes estados nacionales; El libe-ralismo como ideología era universalista, o sea, incluía a todos los grupos humanos siempre y cuando se sumaran a los nuevos valores e instituciones modernas que combatían el pasado irracional de la tradición, del viejo régimen. Ibíd., pp. 77-79.

26 Ejemplo de ello, es que la europeización de los países del norte o centra-les, fue distinta de la de las colonias o los países del sur o de Asia. Guillermo A. Peimbert Frías, “Comentarios y glosas en torno a Modernities de Peter Taylor”, en Revista electrónica del Seminario permanente de Cultura y representaciones sociales, iies-unam��$xR����1~P�������GH�VHSWLHPEUH�GH�������0p[LFR�

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...36

Francois-Xavier Guerra, para quien la Modernidad debe enten-derse principalmente desde una perspectiva política en la cual el individuo concreto y sus necesidades, acciones, conciencia y decisiones, son el centro del nuevo sistema social; negando la tra-dición corporativista y estamental del antiguo régimen monárquico y colonial, donde el grupo ocupó el lugar central de las relaciones sociales. Bajo esta idea, la modernidad “inventa” al individuo,27 pilar de una nueva concepción de la sociedad compuesta por individuos iguales y libres, que se plasmará en las constituciones y la política moderna.

Ante el panorama europeo descrito, en Latinoamérica la proble-mática entre modernidad y tradición inició tras la independencia del imperio español.28 Sus contextos sociales inmediatos fueron: la integración como surtidor de materias primas al mercado industrial capitalista; la construcción de los Estados nacionales liberales; y la cultura ilustrada, junto con las identidades e imaginarios propios de estos procesos sociales. La singularidad histórica del proceso

27 Francois-Xavier Guerra, Modernidad e independencias; Ensayo sobre las revoluciones hispánicas, México, mapfre/fCe, 1992, p. 85.

28 Una interpretación histórica más compleja de dicho proceso, se debe a Bolívar Echevarría, cuando al desarrollar su teoría del Ethos barroco para América Latina, distingue desde una perspectiva de larga duración, distintas fases de la modernidad en el subcontinente: “Varias veces en estos cinco siglos la modernidad tuvo y aprovechó la oportunidad de intervenir en la historia de la América Latina y de transformar su sociedad, y todo parece indicar que la primera GH�HOODV��OD�TXH�FRPHQ]y�D�¿QHV�GHO�VLJOR�xvi, se consolidó durante el xvii y duró hasta mediados del xviii, fue aquella en la que su proyecto civilizatorio tuvo la capacidad conformadora más decisiva. La modernización de la América Latina en la época “barroca” parece haber sido tan profunda que las otras que vinieron después –la del colonialismo ilustrado en el siglo xviii, la de la nacionalización republicana en el siglo xix y la de la capitalización dependiente en este siglo, para LGHQWL¿FDUODV�GH�DOJ~Q�PRGR±�QR�KDQ�VLGR�FDSDFHV�GH�DOWHUDU�VXVWDQFLDOPHQWH�OR�que ella fundó en su tiempo.” Bolívar Echeverría, La modernidad de lo barroco, México, Era, 2005, pp. 57-58.

Roberto A. Mendieta Vega 37

modernizador europeo en los países latinoamericanos decimonó-nicos, como indica Jorge Larraín, consistió en que:

Abrazamos con entusiasmo la modernidad ilustrada al independizar-nos de España, pero más en su horizonte formal, cultural y discursiva que en la práctica institucional política y económica, donde por mucho tiempo se mantuvieron estructuras tradicionales y/o excluyentes”.29

Las élites criollas que dirigieron los destinos de las sociedades latinoamericanas tras los movimientos de Independencia, imitaron de forma acrítica los discursos y prácticas jurídicas, políticas, culturales y económicas del pensamiento y estilo de vida de la modernidad europea, o sea, fue un proceso de cambio dirigido de arriba hacia abajo. Sus fuentes de inspiración eran la Francia ilustrada, la Inglaterra industrial y los Estados Unidos liberales.

Una adjetivación sugerente que sirve para interpretar la moder-nidad latinoamericana en el presente ensayo, parte del concepto de modernidad oligárquica,30 el cual plantea los límites de clase que impusieron a ese proceso las élites criollas, y en nuestro caso los inmigrantes extranjeros, y que impidieron su realización de ma-QHUD�FRPSOHWD�DO�H[FOXLU�GH�VXV�EHQH¿FLRV�D�ODV�FODVHV�VXEDOWHUQDV�

Ahora bien, si queremos comprender las rupturas y continuida-des experimentadas por las sociedades latinoamericanas posterior

29 “La modernidad latinoamericana comienza a principios del siglo xix, con la independencia, porque España y Portugal lograron impedir su expansión durante tres siglos. No se da un trasplante cultural casi sin trabas desde Europa FRPR�HQ�1RUWHDPpULFD��SHUR�Vt�XQD�LQÀXHQFLD�LPSRUWDQWH�GH�ODV�LGHDV�PDWULFHV�GH�la Ilustración que deben enfrentar y readecuarse a un polo cultural indo-ibérico bastante resistente. Su primera fase durante el siglo xix podría denominarse, con un cierto grado de contradicción, oligárquica, por su carácter restringido”. Jorge Larraín, “La trayectoria latinoamericana a la modernidad”, en Revista de Estudios Públicos��1~P������&KLOH��������S������

30 Jorge Larraín, Modernidad, Razón e Identidad en América Latina, Chile, Editorial Andrés Bello, 1996, pp. 224-242.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...38

a los movimientos de Independencia, debemos ampliar nuestra mirada histórica y remitirnos al mundo del antiguo régimen co-lonial en México y Sinaloa, o sea, a la tradición, en busca de la herencia cultural negada por la “vorágine” moderna decimonónica.

el antiGuo réGimen Colonial en sinaloa: los la-berintos de la tradiCión

La conquista española de los territorios y culturas del hoy contiene americano, inaugura un proceso de interacción, sincretismo, y dominación cultural entre los pueblos indígenas originarios y la cultura europea occidental, resultando de ello una nueva cultura mestiza hegemónica; o sea, la cultura novohispana colonial.31

El mundo que el imperialismo español y portugués trajeron en sus barcos henchidos de conquistadores, misioneros, burócratas, letrados, militares y comerciantes, era la esencia de la cultura, material e inmaterial, peninsular medieval. Sin embargo, esta impronta cultural no se manifestó de forma homogénea en los dominios españoles, siendo la Nueva España32 y el virreinato del

31 “(…) fue el Atlántico un espejo deformante, a través del cual el Nuevo 0XQGR�HPSH]y�D�UHÀHMDU�DO�9LHMR�SHUR�VLQ�UHSURGXFLUOR�MDPiV��«��DO�ODGR�GH�una transmisión de formas culturales vivas, encontramos en la Nueva España el renacer de instituciones medievales que, en franca decadencia en la Península, DGTXLULHURQ�� FRQ� HO� VHxRUtD� WHUULWRULDO�� HO� R¿FLR� GH�$GHODQWDGR�\� HO�&DELOGR��nueva vigencia en suelo americano. Aquellas tres instituciones experimentaron un retroceso a un estado anterior de su evolución, pero resultaron así más espon-táneas y vitales en la Nueva España, presentando rasgos diferenciales respecto GH�OD�LQVWLWXFLyQ�PDGUH��/XLV�:HFNPDQQ��³(O�LQÀXMR�GH�OD�FXOWXUD�PHGLHYDO�HQ�HO�México colonial y moderno”��(Q�*XLOOHUPR�%RQ¿O�%DWDOOD��&RPS����Simbiosis de culturas; los inmigrantes y su cultura en México, México, fCe/ConaCulta, 1993, p. 11.

32 “Remontándonos al origen de las características de nuestra nacionalidad mexicana puede llegarse hasta los primeros decenios del siglo xvi, porque allí tuvieron su origen. También desde allá viene (y a través de esa centuria, de la

Roberto A. Mendieta Vega 39

3HU~��ORV�HVSDFLRV�VRFLDOHV�FHQWUDOHV�GRQGH�VH�GHVDUUROOy�OD�FXOWXUD�novohispana.

En las derivaciones que experimento al paso del tiempo, se GLVWLQJXH� OD� LQÀXHQFLD� LQWHOHFWXDO� UHQDFHQWLVWD� HQWUH� UHOLJLRVRV��OHWUDGRV�\�DUWLVWDV��VREUH�WRGR�SRU�PHGLR�GH�OD�¿ORVRItD�\�ODV�DUWHV��En este sentido renacimiento fue equiparable al humanismo de la época, destacando como ejemplo, las misiones jesuitas y las universidades fundadas en esa concepción del mundo.33

La mentalidad barroca también surge entre la selva de símbolos del antiguo régimen colonial en su periodo de más estabilización, el cual se corresponde con el desenvolvimiento de lo que el español José Antonio Maravall denominara, la cultura del barroco; esta era utilizada para distinguir el proceso simbólico de reproducción-difusión de la estética y la concepción política que caracterizan al absolutismo monárquico en esa etapa histórica. Así, durante el siglo xvii, la existencia de una cultura del barroco americana producto de la fusión de su ideal Española-Europea con la América criolla, llegará incluso a crear formas de subjetividad colectiva –representaciones– por medio de las cuales los grupos sociales,

Edad Media) modos, costumbres e instituciones, algunas casi exclusivamente nuestras, en todos los ámbitos: el compadrazgo, el ritual del abrazo, las “cala-veras” del Día de Muertos, el corrido, el pesebre, la charrería y otros ejercicios ecuestres (heredados de los torneos medievales) como el juego de argollas; la tauromaquia, la lírica infantil y prácticamente todos los juguetes, las “posadas” con sus piñatas, los dulces llamados “ates” y todos los demás, de origen moro, TXH�FRQWLHQHQ�D]~FDU�R�OHFKH��ORV�PDWDFKLQHV�\�FDVL�WRGDV�ODV�GDQ]DV�SRSXODUHV�(…)”. Ibíd., p. 12.

33 Suele decirse que la mentalidad de los conquistadores era más medieval que renacentista, pues su concepción del hombre estaba más inspirada en las cruzadas y en los libros de caballería que en los ideales de exaltación del hom-bre. Pero también es cierto que desde el principio de la colonización se dieron muestras de presencia de las ideas características del renacimiento. Mauricio %HXFKRW��³/D�LQÀXHQFLD�GHO�UHQDFLPLHQWR�HQ�OD�FRORQLD´��HQ�*XLOOHUPR�%RQ¿O�Batalla (Comp.), Op. cit., pp. 35-64.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...40

corporaciones o estamentos, que constituyen la sociedad virreinal, GH¿QHQ�HO�OXJDU�TXH�RFXSDQ�HQ�HO�PXQGR�QRYRKLVSDQR�\�HQ�HO�PiV�amplio espacio dominados por los centros de poder imperiales.34

Ahora bien, la colonización española de Sinaloa iniciada a principios del siglo xvi, fue la primera revolución cultura co-nocida en esta región de México. Sin embargo, las formas de manifestarse fueron distintas al contexto señalado anteriormente. Se reconoce por la historiografía nacional, que la intensión de todo este proceso de expansión colonial era organizar un sistema de sociedades con los principios económicos, sociales, políticos, culturales y religiosos, en concordancia con lo hecho en la expe-riencia conquistadora en el altiplano central de México; o sea, crear las condiciones para que se desarrollara la hegemonía colonial de la corona española, sobre la cultura indígena asentada en esa región, que permitiera explotar los recursos naturales y extender los dominios del imperio.35

Las primeras formas culturales de la dominación se basaron

34 “(…) la concepción barroca del mundo y las sociedad es apropiada y UHGLPHQVLRQDGD�SRU�OD�VRFLHGDG�FULROOD�TXH�YD�D¿UPDQGR�VX�SUHVHQFLD�\�GHVDUUR-llando sus propios proyectos sociales e ideológicos en el mundo virreinal (…) en el desarrollo social del periodo se combinan las estructuras de organización social impuestas en etapas anteriores del proceso colonizador, con los fastos y celebraciones del periodo barroco, etapa predominante artística y ornamental, como correspondía al momento de máximo esplendor del poder imperial en las colonias de ultramar”. Mabel Moroña, Sujetos sociales: poder y representación, En Raquel Chang-Rodríguez (Coord.), Historia de la literatura mexicana. Vol. II. La cultura letrada de la Nueva España en el siglo xvii, México, Siglo xxi/unam, 2002, pp. 49-51.

35 “El noroeste fue una región periférica y de frontera en la cual el presidio y la misión fueron instituciones centrales en el plano militar, eclesiástico y eco-nómico. La actividad minera fue el punto nodal de la economía. El aislamiento JHRJUi¿FR�XQD�GHWHUPLQDQWH��(O�GHVJDQR�GH�ODV�DXWRULGDGHV�FHQWUDOHV�SRU�ORV�asuntos de esta región casi fue una constante durante la época colonial (…)” José Antonio García Becerra, El Estado de Occidente: realidad y cisma de Sonora y Sinaloa 1824-1831, Argentina, Edit. Rubinzal y Culzoni, 1996, p. 34.

Roberto A. Mendieta Vega 41

en la evangelización de los distintos grupos originarios que ha-ELWDEDQ�HO�HVSDFLR�JHRJUi¿FR�\�FXOWXUDO�GH�6LQDORD�\�HO�1RUWH�GH�Nayarit, aunque el sadismo, la violencia y el sometimiento a partir del miedo de los indígenas, fueron características del método de Nuño de Guzmán, posteriormente la empresa colonizadora tuvo TXH�¿QFDUVH�QHFHVDULDPHQWH�HQ�HO�FRQWURO�FXOWXUDO�36

Las instituciones principales por las que se promueve este cambio cultural en Sinaloa, fueron el presidio –símbolo del poder directo sobre las conductas– y sobre todo las labores evangeliza-doras franciscanas37 y posteriormente las misiones jesuitas, cuya función principal era transformar la vida social y cultural de los JUXSRV�LQGtJHQDV��DVt�FRPR�³SDFL¿FDU´�HO�QRURHVWH�QRYRKLVSDQR��preparando el camino para su explotación económica a manos de la corona.38

Sin embargo, la promoción del desarrollo del noroeste de la 1XHYD�(VSDxD�VXFHGH�KDVWD�ODV�~OWLPDV�GpFDGDV�GHO�VLJOR�xviii, entre otras razones, para resguardar la región septentrional hasta la frontera de la Alta California de los intentos colonizadores de rusos e ingleses. Fue el inicio de las políticas borbónicas que

36 Para reforzar la propuesta de interpretación histórica del periodo colonial sinaloense como una estructura económica, política y cultural de dominación, ver la interpretación sociocultural que sobre el periodo jesuita se realiza en el libro: Gilberto J. López Alanís, Nuestra Señora de Cinaloa, 1601, México, uas-ies/ahGes, 2005.

37 Para profundizar sobre esta primera experiencia evangelizadora en Sinaloa, ver: Rafael Valdez Aguilar, Labor franciscana en el Sinaloa del siglo xvi, México, difoCur, 2006.

38 Bajo la tutela de los jesuitas, se establece y se concreta tiempo después el proceso histórico de revolución cultural, que establecerá hábitos, prácticas, mentalidades, utillajes mentales, identidades e interacciones sociales, y formas de control, poder y dominio sobre la vida cotidiana y la conducta de las personas, de nuevo tipo para el noroeste novohispano. Bernd Hausberger, La vida cotidiana de los misioneros jesuitas en el noroeste novohispano, En internet: http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn17/ehn01705.pdf

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...42

exigían una racional administración colonial, y la expansión económica hacia las riquezas naturales de aquella región, y que sólo era posible explotar por medio de la habilitación de nuevos puertos que complementaran la poca actividad de Acapulco por el mar del sur.39

Con las llamadas reformas borbónicas implementadas en 1776 en todas las posesiones españolas en América, inicia un nuevo cambio en la vida económica, política, social y cultural de la región. Con ellas iniciaría la decadencia de las sociedades del antiguo régimen en la América Hispánica –la tradición–, revolu-cionándose con los procesos de independencia.40

39 “En España a principios de ese siglo la dinastía de los Austrias habían cedido el poder al dinamismo de los Borbones, quienes desde el primer reinado GH�)HOLSH�9�������������PRVWUDURQ�VXV�LQÀXHQFLDV�IUDQFHVDV�SRU�ORV�VDEHUHV�\�VHQVLELOLGDGHV� ,OXVWUDGDV�GH� OD�pSRFD��3DUD� UHIRUPDU� OD�DGPLQLVWUDFLyQ�S~EOLFD�SUH¿ULHURQ�KRPEUHV�FRQ�KDELOLGDGHV�\�FRQRFLPLHQWRV�TXH�QREOHV�GH�DOFXUQLD��«��los reformadores borbónicos de España, como sus homólogos ilustrados de otras partes de Europa y América, esperaban impulsar el progreso mediante la aplicación de los métodos de la ciencia a la sociedad. Racionalizaron las estructuras adminis-trativas, buscaron formas de promover el crecimiento económico y recopilaron y analizaron datos. Algunos, como Pedro Rodríguez Campomantes y José de Gálvez, se enorgullecían conscientemente de la racionalidad y el espíritu reformista de la época”. David J. Weber, Bárbaros: los españoles y sus salvajes en la era de la Ilustración, España, Crítica, 2007, pp. 17-18. Actor y ejecutor principal de dicho proyecto en la Nueva España, fue el visitador José Bernardo de Gálvez, quien llegó a la región en 1765. El 22 de febrero de 1768 fundaría formalmente el puerto de San Blas como bastión de su proyecto de dominio territorial y de las riquezas regionales. Pedro López González, “San Blas: surgimiento y decadencia”, en Jaime Olvera y Juan Carlos Reyes Garza, Los puertos noroccidentales de México, México, inah/El Colegio de Jalisco/Universidad de Colima, 1994, pp. 89-107.

40 “Con las reformas borbónicas, llevadas a cabo por una monarquía en vías de convertirse en despotismo ilustrado y absolutismo, empieza para las sociedades americanas la época de la gran transición modernizadora”. Para desarrollar este propuesta Lempériére emplea una periodización acorde con los ~OWLPRV�GHVDUUROORV�GH�OD�KLVWRULRJUDItD�XUEDQD�HQ�/DWLQRDPpULFD��OD�FXDO�SODQWHD�que el siglo xviii inicia entre 1750 y 1770, para terminar hacia 1850-1860. Por

Roberto A. Mendieta Vega 43

En las provincias del noroeste de la Nueva España las profun-das reformas impuestas entre 1767 y 1821, afectaron a la iglesia católica, a la organización política y militar, a la economía y al ¿VFR��6X�LPSDFWR�FXOWXUDO�HQ�OD�UHJLyQ�IXH�VLJQL¿FDWLYR�VREUH�WRGR�para las clases subalternas tras la expulsión de los misioneros jesuitas en 1767,41 pero no para manifestarse como un cambio en las mentalidades colectivas coloniales arraigadas en la región. Sin embargo, los cambios estructurales a nivel económico fueron la antesala de la formación de las sociedades capitalistas que ocurriría durante el siglo xix.

En el caso de la liberación del comercio dichas reformas cimbraron las sociedades en el noroeste novohispano, y en unas GpFDGDV�YHQGUtDQ�D�VHU�EHQp¿FDV�SDUD�ODV�FRVWDV�6LQDORHQVHV�\�SRV-teriormente posibilitaría el poblamiento de la bahía de Mazatlán,42

tanto el siglo xix, de modernización política y social, iniciaría hacia 1860-1870 para terminar en la tercera década del siglo xx. Annick Lempérière, La historia urbana de América Latina; de las reformas borbónicas a los centenarios de la Independencia, en Ignacio Sosa y Brian Connaughton (Coords.), Historiografía latinoamericana contemporánea, México, unam, 1999, p. 76.

41 Una de estas primeras manifestación del reformismo borbónico en el noroeste novohispano fue la expulsión de los jesuitas, que vendría a romper una de los elementos de la vieja estructura cultural hegemónica, provocando efectos inmediatos en las comunidades indígenas así como en la cohesión social de aquellas sociedades humanas que se formaron a partir de la tutela de las misiones. Sergio Ortega Noriega, Breve historia de Sinaloa, México, Fideicomiso historia de las Américas/Colmex/fCe, 1999, p, 34.

42 “Los principales cambios en el sistema de comercio fueron la habili-tación de nuevos puertos para el comercio ultramarino (…) el libre comercio tuvo amplias repercusiones en la Intendencia de Arizpe, pues al fracturarse el monopolio de los almaceneros y al desaparecer los alcaldes mayores quedó desmantelada la estructura que durante casi dos siglos había sustentado la forma de hacer el comercio entre el noroeste y el centro de la Nueva España. Otros cambios importantes se produjeron en las rutas comerciales al abrirse las co-PXQLFDFLRQHV�PDUtWLPDV�HQ�HO�3DFt¿FR�TXH��D�SDUWLU�GH�$FDSXOFR�\�GH�6DQ�%ODV��llegaban a Mazatlán, Altata, Guaymas, Loreto, La Paz, San Diego, Monterrey

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...44

Antes de las reformas el comercio exterior en las posesiones de la corona española en América, era un monopolio de los co-merciantes del consulado de Sevilla y de los consulados de cada colonia americana, en nuestro caso el Consulado de Comerciantes de la ciudad de México.43�6LQ�HPEDUJR��D�¿QDOHV�GHO�VLJOR�xviii la ruta comercial inglesa y estadounidense ya recorría todos los PDUHV�GHO�VXU��2FpDQR�3DFt¿FR���GHVGH�OD�3DWDJRQLD�SDVDQGR�SRU�las Californias y hasta los mercados asiáticos.

Desde tiempos del antiguo régimen colonial en el noroeste mexicano, la bahía de Mazatlán fue punto de referencia para las embarcaciones europeas que anclaban frente a la costa para intercambiar productos por minerales o abastecerse de alimento, agua y otros bienes comestibles.44 En ese periodo, la ciudad-puerto de Mazatlán no existía como tal, y los agentes de aquellas acti-vidades eran los militares, comerciantes y mineros de los reales de minas de la región sur de Sinaloa, El Rosario, San Sebastián, y del entonces presidio de Mazatlán.45

y San Francisco”. Ibíd.43 En la segunda mitad del siglo xviii se produjo un relajamiento de mu-

chas restricciones comerciales: a partir de 1765 se le permitió a todos los puertos españoles importantes participar del comercio con las Indias Occidentales (…) HUD�DQWH�WRGR�OD�FRVWD�GHO�3DFt¿FR�GRQGH�PiV�VH�SUDFWLFDED�HO�FRQWUDEDQGR��\D�que aquellas regiones no había ni fuertes ni guardas costeras. Walther L. Berne- cker, Contrabando: Ilegalidad y corrupción en el México del siglo xix, México, Universidad Iberoamericana, 1994. p. 18.

��� +pFWRU�5��2OHD�LGHQWL¿FD�GH�PDQHUD�GHVWDFDGD�WDQWR�ODV�SULPHUDV�UHIH-rencias a la bahía y las Islas de Mazatlán en mapas de viajeros extranjeros que datas del siglo xvi, y sobre todo distingue argumentativamente tanto el Presidio de la Purísima Concepción de Mazatlán (o pueblo de Mazatlán, hoy Villa Unión) de lo que posteriormente sería el puerto de San Juan Bautista de Mazatlán, uti-lizando sobre todo las relaciones de José de Garibay escritas en el año de 1793, que tuvo como fuente histórica el archivo del Presidio de Mazatlán. Héctor R. Olea, Historia del puerto de San Juan Bautista de Mazatlán II, en Revista Letras de Sinaloa��1~P���������GH�QRYLHPEUH�GH�������&XOLDFiQ��6LQDORD��0p[LFR�

��� 2WUD� FLUFXQVWDQFLD� TXH� EHQH¿FLR� D� ORV� FRPHUFLDQWHV� ORFDOHV� IXH� HO�

Roberto A. Mendieta Vega 45

A inicios del siglo xix, la mayoría de la población occidentali-zada del sur de Sinaloa se asentaba en los centros mineros, prin-cipalmente mulatos, criollos y españoles. La población indígena era escasa, aunque tenía presencia en El Rosario y otros lugares, HUD�PX\�LQVLJQL¿FDQWH�VL�VH�FRPSDUD�FRQ�OD�GHO�FHQWUR�\�QRUWH�GH�Sinaloa. Como la vida social y económica giraba en torno a las PLQDV��OD�HVWUXFWXUD�GH�DTXHOODV�VRFLHGDGHV�HUD�SRFR�GLYHUVL¿FDGD�y desarrollada. Estos grupos humanos eran los representantes históricos del antiguo régimen colonial en la región.46

Entonces, las reformas borbónicas serán el periodo histórico de tránsito hacia la modernidad en el territorio de Sinaloa: un mundo relacionado con los pueblos indígenas y castas subalternas por un lado, y la hegemonía de la corona española por medio de criollos, misioneros y peninsulares.47

incremento del contrabando que a partir de 1790 realizaban en las costas del noroeste ingleses y los bostonianos (…) esta práctica permitía a los mercaderes del noroeste intercambiar metales preciosos por manufacturas extranjeras, sobre todo europeas, asiáticas y norteamericanas, de mejor calidad y precio que las españolas. Rafael Valdés Aguilar, El real de minas de nuestra Señora del Rosario, México, Cobaes, 1998, p. 160.

��� ³/D�SREODFLyQ�VH�GLVWULEXtD�HQ�WUHV�JUXSRV�VHJ~Q�OD�SRVLFLyQ�\�WUDEDMR�que realizaba para aquellas sociedades: los dueños de las minas y de las empresas GH�EHQH¿FLR��WUDEDMDGRUHV�GH�ODV�PLQDV�TXH�H[WUDtDQ�\�UH¿QDEDQ�HO�PLQHUDO��\�los grupos que proporcionaban sus servicios para aquellas labores; artesanos, comerciantes, aviadores y funcionarios. El grupo europeo hegemónico estaba conformado por españoles, desde castellanos, vascos, asturianos, catalanes, aragoneses, valencianos, que desde la apertura comercial borbónica llegaban desde todos los puertos del reino español. Le seguían los criollos, funcionarios, PLOLWDUHV��FRPHUFLDQWHV��HWF���\�DO�¿QDO�HVWDEDV�ORV�PXODWRV��OLEUHV��HVFODYRV�\�hasta propietarios), los mestizos y algunos indígenas. Ibíd., p. 174.

47 Recordemos que la sociedad que inaugurará el México independiente en la segunda década del siglo xix, era heterogénea, desigual y económicamente atrasada. Aproximadamente de cada 100 personas, 18 eran blancos, 22 castas \����LQGtJHQDV��-RVH¿QD�=RUDLGD�9i]TXH]��Los primeros tropiezos, en Historia General de México, México, Colmex, 2007, p. 560.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...46

Sin embargo, esta primera revolución cultural sucedida en la geografía de Sinaloa, no afectó en demasía la herencia cultural del mundo indígena ni ocasionó un mestizaje cultural profundo en la región. Los cambios ocurridos fueron mínimos en comparación con la hegemonía lograda por el conquistador en otras regiones de la Nueva España. Por ello, resultan importantes para la his-toriografía regional y para este ensayo, los trabajos de Enrique Félix Castro que ofrecen una interpretación histórica sobre el desarrollo cultural y psicológico de la sociedad sinaloense, sobre WRGR�VX�FRQWURYHUWLGD�KLSyWHVLV�GRQGH�VH�D¿UPD�TXH�ORV�SXHEORV�de Sinaloa llegaron tarde a muchos de los procesos históricos del mundo prehispánico, colonial, y moderno;

Sinaloa no es la masa implorante de la época medieval que se plasma-ba en las arquitecturas monumentales del tiempo, ni la muchedumbre de puño en protesta de la Revolución Francesa, ni el mar de gente que canta en los riscos de Guadarrama como sucede en otros estados del país, sino el conjunto de gente que vive al intemperie del ideal.48

48 Enrique Félix Castro, Elogio a Chuy Andrade (México, D.F., 10 de septiembre de 1936), En Marta Bonilla (Comp.), El Guacho: Ulises Sinaloense; Enrique Félix Castro, Culiacán, ahGes/Amigos de la Biblioteca Carlos Manuel Aguirre/Academia Cultural Roberto Hernández, 2005, p. 81. En este sentido, )pOL[�&DVWUR�VRVWLHQH�TXH�OD�PHQWDOLGDG�FROHFWLYD�GHO�VLQDORHQVH�VyOR�VH�PRGL¿FD��LQWHQWDQGR�VHU�FRQWHPSRUiQHD�DO�GHVDUUROOR�RFFLGHQWDO��SHUR�D~Q�DVt�FRQ�GpFD-das de atraso, al ser parte de los movimientos de Reforma Liberal a mediados del siglo xix, donde surge la etapa de juventud psicológica del sinaloense, su alma romántica; “Sinaloa prolongó su niñez hasta la época de Juárez (…) con UHSHUFXVLRQHV�PX\�SURIXQGDV��HQ�HO�~OWLPR�WHUFLR�GHO�VLJOR��6LQDORD�DVLPLOy�HO�liberalismo en la plenitud de esa nueva concepción de la vida. Llegó a la noción de la libertad con más de un tercio de siglo de retraso (…) es la hora bella del nacimiento del alma nueva de Sinaloa. Las costumbres formales del estilo colonial empiezan a perder su hegemonía en la conducta del hombre (…) el sinaloense olvida a los jesuitas: cambia la dulce resignación del padre nuestro por la aven-tura entusiasta de los lirismos de Francia y frente al real estandarte de España, tremola con gallardía la bandera tricolor de Agustín de Iturbide. Enrique Félix Castro, “Tendencia romántica de Sinaloa”, Ibíd., pp. 211-212.

Roberto A. Mendieta Vega 47

Llegaría la independencia mexicana y en sí todo el siglo xix, VLJQL¿FDQGR�WUDQVIRUPDFLyQ��FDPELR�HQ�WRGRV�ORV�iPELWRV�GH�OD�YLGD�GH�DTXHOOD�VRFLHGDG��&ODUR��HQ�DOJXQRV�FDVRV�PiV�VLJQL¿FDWL-vos que en otros, como lo puede ser en la política, la economía o la cultura. Sin embargo, el derrumbe del mundo colonial no se da de un día para otro. Si bien las revoluciones son hechos históricos coyunturales que trastornan sobre todo la epidermis de las socieda-des, las estructuras mentales –simbólicas, culturales– son de más largo aliento, sus cambios son más lentos, resisten, permanecen y se fusionan con lo nuevo.49

la irrupCión de la modernidad en sinaloa: el Co-merCio internaCional Capitalista y el poblamiento del puerto de mazatlÁn durante la primera mitad del siGlo xix

Las investigaciones sobre el poblamiento del puerto de Mazatlán durante las primeras décadas del siglo xix, realizadas por los prin-cipales cronistas e historiadores regionales,50 destacan una variable

��� &RPR�GLFH�/XLV�9LOORUR�VREUH�ODV�FRQWUDGLFFLRQHV�\�VLJQL¿FDGRV�~OWL-mos de las Independencias latinoamericanas: “La conquista y la evangelización señalan el tránsito de una vida histórica a otra distinta. Constituyen la primer y más decisiva conversión de las sociedades americanas. A ese momento en que se destruyen las civilizaciones precortesianas para construir otra sobre sus rui-nas, se sobrepone, tres siglos más tarde, otro movimiento, similar en la forma, pero de dirección exactamente inversa. En esta segunda conversión se niega la sociedad que suplantó el imperio mexica; el segundo movimiento se superpone al primero, invirtiéndolo. La Conquista fue negación de la sociedad indígena; la independencia negación de esta primera negación”. Luis Villoro, El proceso ideológico de la revolución de independencia, México, ConaCulta, 2002, p. 19.

50 Enrique Vega Ayala; Arturo Román Alarcón; Luis A. Martínez Peña. Por otra parte, las fechas que proclaman la fundación de Mazatlán en tiempos coloniales son cuatro: 14 de Mayo de 1531 (Miguel Valadés); 1576 al estable-cerse el actual Villa Unión (Fernando Ocaranza); 23 de Marzo de 1792 con la gobernación de Mazatlán (Adrián García Cortés) y la más antigua 1806 con el

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...48

vinculada directamente con ese proceso social; el comercio. Por WDQWR��VH�D¿UPD�TXH�OD�KLVWRULD�GHO�FRPHUFLR�PDUtWLPR�HQ�HO�SXHUWR�está relacionada con la historia del poblamiento de la ciudad: “El puerto de Mazatlán nació como producto del comercio (…) La historia del comercio Mazatleco es, pues en cierto modo, la historia de nuestra ciudad y puerto”.51

Coincidimos en lo general con esta sentencia histórica. Sin HPEDUJR��HQ�OR�SDUWLFXODU�FUHHPRV�QHFHVDULR�GLVWLQJXLU�XQ�F~PXOR�de procesos históricos, por ejemplo; ¿A qué tipo de comercio se UH¿HUH�OD�FUyQLFD�\�OD�KLVWRULRJUDItD�UHJLRQDO"��OR�TXH�QRV�OOHYD�necesariamente al tipo de agente social52 que lo practicó y la función desempeñada en la formación de la nación mexicana. De LJXDO�PDQHUD��FUHHPRV�LQVX¿FLHQWH�HO�GHFLU�TXH�ORV�H[WUDQMHURV�R�los comerciantes, sin adjetivos, fueron los agentes primordiales de este proceso.53

SULPHU�DVHQWDPLHQWR�R�FDVD�GH�-RVp�0DUtD�&DQL]DOHV�\�VX�HVSRVD�3HWUD�=DPXGLR�(Santiago Calderón). Para conocer a fondo los pormenores del debate consultar; Adrián García Cortez, La fundación de Mazatlán y otros documentos, México, Siglo xxi/difoCur, 1992.

51 Rigoberto A. Román Alarcón, “Acerca de la fundación de Mazatlán”, en Revista Clío, Facultad de Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa, 9ROXPHQ�,��1~P�����-XQLR�6HSWLHPEUH�GHO�������S������

52 En este apartado utilizaremos con más frecuencia el concepto de agente que el de actor VRFLDO��HO�SULPHUR�UH¿HUH�D�XQ�LQGLYLGXR�FRPR�XQ�UHSURGXFWRU�GH�SUiFWLFDV�VHJ~Q�ORV�LQWHUHVHV�GH�VX�SRVLFLyQ�VRFLDO��PLHQWUDV�TXH�HO�VHJXQGR�amplía al individuo los márgenes de su decisión y de su acción, es decir de su autonomía. Para ampliar la teoría del agente ver: Pierre Bourdieu, Razones prácticas: Sobre la teoría de la acción, Barcelona, Anagrama, 1997.

53 Utilizaremos las investigaciones de Max Weber sobre el espíritu del capitalismo en las sociedades modernas, para comprender de mejor manera la problemática considerada anteriormente: “(…) en Occidente el capitalismo tiene una importancia y unas formas, características y direcciones que no se conocen en ninguna otra parte. En todo el mundo ha habido comerciantes: al por mayor y al por menor, locales e internacionales, negocios de préstamos de todas clases, bancos con diversas funciones (pero siempre semejantes en lo esencial a las

Roberto A. Mendieta Vega 49

Recordemos que después de la Independencia, el monopolio comercial y la dependencia económica de México siguieron vi-gentes, destacando la notable expansión de casas comerciales con apellidos extranjeros sobre las costas país. Esto respondió sobre todo, a factores externos como la integración del nuevo mercado internacional capitalista industrializado liderado por Inglaterra,54

que tenían en nuestro siglo xvi); siempre han estado también muy extendidos los empréstitos navales, las consignaciones, los negocios y las asociaciones comanditarias. Siempre que ha habido haciendas dinerarias de las corporaciones S~EOLFDV�KD�DSDUHFLGR�HO�FDSLWDOLVWD�TXH�±HQ�%DELORQLD��*UHFLD��&KLQD��5RPD��SUHVWD�VX�GLQHUR�SDUD�OD�¿QDQFLDFLyQ�GH�JXHUUDV�\�SLUDWHUtDV��SDUD�VXPLQLVWURV�\�construcciones de toda clase; o que en la política ultramarina interviene como empresario colonial (…) este tipo de empresario, el “capitalista aventurero”, ha existido en todo el mundo. Sus probabilidades (con excepción de los negocios crediticios y bancarios, y del comercial) eran siempre de carácter irracional y especulativo (…) el capitalismo de los fundadores, el de todos los grande espe-FXODGRUHV��HO�FRORQLDO�\�HO�¿QDQFLHUR��HQ�OD�SD]��\�PiV�TXH�QDGD�HO�FDSLWDOLVPR�que especula con la guerra, llevan todavía impreso este seño de la realidad actual del Occidente (…) pero hay en Occidente una forma de capitalismo que no se conoce en ninguna otra parte de la tierra: la organización racional-capitalista del trabajo formalmente libre”. Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, México, fCe, 2003, p. 60.

��� (O� ���GH� QRYLHPEUH� GH� ������ VH� ³YRFHD´�XQR�GH� ORV� SDQÀHWRV�PiV�polémicos y directos de la época, sobre la rapaz y violenta presencia inglesa HQ�HO�PXQGR��\�HQ�HVSHFLDO�HQ�HO�0p[LFR�GH�OD�pSRFD��¿UPDGR�SRU�HO�³3D\R�GHO�Rosario”, Pablo de Villavicencio (el escrito fue tan políticamente incómodo SDUD�HO�JRELHUQR�TXH�OH�FRVWy�FiUFHO�\�GHVWLHUUR�DO�SDQÀHWLVWD�OLEHUDO���(O�WH[WR�se tituló: Si no se van los ingleses, hemos de ser esclavos; “Los ingleses, esos monstruos de la especie (…) esos dominadores de los mares, cuya avaricia y GHVSRWLVPR�QR�FRQRFH�OtPLWHV��YDQ�KR\�D�VHU�REMHWR�GH�PLV�UHÀH[LRQHV��TXH�UHFR-PLHQGR�DO�S~EOLFR�LPSDUFLDO�\�MXVWR��«��HOORV�KDQ�KHFKR�SUHIHUHQWH�VX�FRPHUFLR�sobre la ruina de nuestros giros nacionales; ellos han cubierto de miseria a los artesanos de nuestro país con la introducción de sus pintada manufacturas; han monopolizado a la nación empréstitos usurarios y ventajosos; la han perjudicado con la fabricación de moneda falsa (…) se han apoderado exclusivamente del importante y vasto giro de la minería; han héchose de posesiones ventajosas HQ�HO�VXHOR�TXH�VX�JRELHUQR�D~Q�QR�UHFRQRFH�FRPR�LQGHSHQGLHQWH��«��QRV�KDQ�

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...50

encontrando eco social y político en la sociedad mexicana de la época; sobre todo en las élites económicas criollas sobrevivientes al derrumbe colonial y en los gobernantes apóstoles de las ideas políticas de la ilustración europea.55

Las primeras casas comerciales alemanas56 se registran hacia

prometido una amistad mercantil que sólo a ellos pueden ofrecerles cuentas, y VH�KDQ�EXUODGR�GH�QXHVWUD�EXHQD�IH��\��SRU�¿Q��KDQ�FRQVHJXLGR�TXH�VH�UHFLED�HQ�QXHVWUR�SDtV�FRQ�FDUiFWHU�S~EOLFR�D�ORV�HQYLDGRV�GH�VX�FRPHUFLR��DXWRUL]DGRV�SRU�su soberano, al paso que en Inglaterra se ha desairado abiertamente a la legación mexicana”. Fragmento citado en: José Joaquín Fernández de Lizardi, Obras xiii: Folletos (1824-1827), México, unam, 1995, pp. 584-593. Unos años atrás en 1822, el Pensador mexicano, Fernández de Lizardi, escribió: “Inglaterra es más comerciante que guerrera, y bastante hará con facilitarse hacernos la guerra con puntos, muselinas, encajes, indianas y chucherías”. Ibíd., 584.

55 (…) hay que ser conscientes de que fueron también factores internos los que propiciaron esa dependencia del exterior y la acrecentaron. Estos serían una oligarquía comercial ligada históricamente hacia el exterior; una infraestructura fortalecida hacia los intercambios externos; la ideología extranjerizante de la clase dominante; una población relativamente escasa, étnicamente heterogénea \�JHRJUi¿FDPHQWH�DLVODGD��XQD�GLYLVLyQ�WDMDQWH�HQ�HO�LQWHULRU�GH�OD�VRFLHGDG��HQ�clases sociales antagónicas, y caracterizada por una desigualdad económica y cultural asombrosa. Otros factores históricos, como la falta de vías de comuni-FDFLyQ�\�OD�HVWUHFKH]�GHO�PHUFDGR�LQWHUQR��GLHURQ�XQ�JLUR�HVSHFt¿FR�DO�GHVDUUROOR�comercial mexicano que los centros industriales internacionales impulsaban a través de sus comerciantes o agentes en México. Brígida von Metz, Verena Ra-dkau (et al.), Los pioneros del imperialismo alemán en México, México, Ciesas/CasaChata, 1982, p. 61.

56 Los primeros agentes de la compañía mercantil alemana más importante llegan a México en marzo de 1823 (…) los alemanes recién llegados (Sulzer, Schneider, Buchan y Matthiessen) representaban a la Compañía Alemana de Indias, como se llamó en español la Rheinisch-Westindische Companie, fundada por los empresarios más destacados de las provincias prusianas del Rin y que LQFOXVR�FRQWDED�FRQ�HO�DSR\R�¿QDQFLHUR�GH�OD�FDVD�UHLQDQWH�HQ�%HUOtQ��/RV�DF-FLRQLVWDV�KDEtDQ�IXQGDGR�HVWD�VRFLHGDG�FRQ�HO�¿Q�GH�HOLPLQDU�D�ORV�FRPHUFLDQWHV�intermediarios ingleses, en un intento de conquistar los mercados iberoameri-canos para las mercancías alemanas. Brígida M. von Mentz de Boege, Noticias sobre alemanes en México durante el Triunvirato y la presidencia de Victoria,

Roberto A. Mendieta Vega 51

������\�FRQ�HOODV�VH�UHD¿UPDQ�ODV�LGHDV�GH�OLEHUWDG�GH�PHUFDGR�en contra del proteccionismo defendido por las regiones centrales del país, donde la incipiente industria nacional se desarrollaba.57

Así, ingleses, alemanes, franceses58 y estadounidenses se eri-gen como los pueblos hegemónicos en el intercambio mercantil-económico internacional, estableciendo sus casas comerciales teniendo como objetivo el dominio de los puertos,59sobre todo de

en Revista Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, (Versión electrónica: http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc07/081.html) Vol. vii, México, unam/iih, 1979, p. 67-92.

57 “El proteccionismo que en general caracteriza la época de 1821 a 1872, que fue muy rígido entre 1838 y 1856, favoreció muchísimo el contrabando, y OD�DQDUTXtD�SROtWLFD�\�¿VFDO�OR�SHUPLWLy�VREUH�WRGR�HQ�ORV�SXHUWRV��3UiFWLFDPHQWH�todos los comerciantes de estos –Veracruz, Tampico, Mazatlán, Matamoros– serán pues, contrabandistas y enemigos acérrimos de los industriales de Puebla, Querétaro y otras ciudades”. Brígida von Metz, Verena Radkau, Op. cit., p. 60.

58 El bloqueo marítimo de 1838 realizado por los franceses contra los SXHUWRV�PH[LFDQRV��IXH�XQ�QXHYR�PRPHQWR�GH�UHÀH[LyQ��FRPR�VXFHGLy�HQ�HO�FDVR�LQJOpV�HQ�ORV�SDQÀHWRV�GHO�Payo del Rosario) sobre las intensiones de los europeos, en este caso Francia, hacia el país y su Independencia, así como los SRVLEOHV�EHQH¿FLRV�\�SHUMXLFLRV�TXH�HO�EORTXHR�WUDHUtD�DO�SDtV��6REUH�HVWH�DVXQWR�VH�UHJLVWUD�XQ�SHTXHxR�WH[WR�HVFULWR�SRU�'RQ�(VWHEDQ�GH�$QWXxDQR��GRQGH�D¿U-ma; “La Francia (y no sólo la Francia) dirige todas sus operaciones marítimas, cuando puede las materiales, a que la sociedad mexicana subyuge su política, y por ella su dignidad y su industria nacional, a la política mercantil europea, SDUD�TXH�QR�WHQLHQGR�0p[LFR�XQD�LQGXVWULD�JHQHUDO�\�~WLO�HQ�SURJUHVLyQ��VyOR�sea un mercado de consumo para las manufacturas de Francia (...) el bloqueo a comprometido a nuestros gobernantes a resolver favorablemente el problema de si México puede subsistir y ser feliz pos sí sólo, sobre utilidades de su industria, recibidas directamente de los mexicanos, o si necesitará la mediación y la tutela de las manufacturas y manos extranjeras”. Esteban de Antuñano, “El Bloqueo marítimo y el futuro industrial”, En Guía de Forasteros: estanquillo literario para el año de 1838, Año iii��9RO��9��1~P���������0p[LFR��S����

59 Las importaciones en 1827 se realizaron solamente por las aduanas de Veracruz (8-10 millones), Tampico (2-4 millones) y Mazatlán (0.5 millones). Por los demás puertos las importaciones fueron menores a medio millón. En 1873 se realizaron por Veracruz (16 y más millones), Mazatlán (6-8 millones),

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...52

QXHYD�FUHDFLyQ�XELFDGRV�OHMRV�GH�OD�LQÀXHQFLD�GH�ODV�DQWHULRUHV�estructuras de poder coloniales, y ahora también alejados del nuevo poder nacional.

Así, el desarrollo comercial y político de San Blas desde inicios del siglo xix IXH�OD�SDXWD�TXH�VHJXLUtDQ�ORV�SXHUWRV�GHO�SDFt¿FR�situados hacia el noroeste. Mediante su alianza comercial con los comerciantes de Guadalajara rompieron el monopolio comercial del consulado de Veracruz y los mercaderes de la capital del país. También ahí se desarrollaron las primeras casas comerciales in-glesas de importancia, que posteriormente establecerían contactos con los puertos sinaloenses y de Sonora;

Entre 1816 y 1817 el consulado de Guadalajara permitió el comercio con los extranjeros, es decir con los comerciantes de Panamá, por el puerto de San Blas (…) inyectaron capital a la economía de la región y pronto formaron alianzas familiares con los grupos de la región (…) tal comercio se hacía con mercancías inglesas, pero los comerciantes intermediarios o agentes eran españoles.60

Matamoros (2-4 millones), Progreso (1-2 millones), Manzanillo (1-2 millones), Tampico (1-2 millones) y Guaymas, Monterrey, San Blas, Acapulco, Frontera y Campeche (0.5 a 1 millón cada uno). Ibíd., pp. 65-66.

60 Araceli Ibarra Bellon, El comercio y el poder en México 1821-1864: la OXFKD�SRU�ODV�IXHQWHV�¿QDQFLHUDV�HQWUH�HO�(VWDGR�FHQWUDO�\�ODV�UHJLRQHV� México, fCe/udG, 1998, pp. 375-376. La introducción al país de mercancías inglesas SURYHQLHQWHV�GH�3DQDPi��TXH�GHVGH�¿QDOHV�GH�OD�FRORQLD�IXHURQ�FRQVLGHUDGDV�LOHJDOHV�\�GH�FRQWUDEDQGR��WDPELpQ�VH�YHUL¿Fy�HQ�HO�SXHUWR�GH�0D]DWOiQ�WHPSUDQR��e incluso fue motivo del cambio de la rada de Puerto Viejo al norte frente a las tres islas, hacia el sur por el cerro del Crestón. Este acontecimiento hizo que el puerto improvisado para realizar el contrabando, fuera bautizado con el nom-bre del comerciante que lo promovió, Ortigosa: “Mazatlán se compone de tres ensenadas, que por el N.O y S. bañan la pequeña península en que está situado Mazatlán. Estas ensenadas son: por el N.O. el Puerto viejo, por el O. la de Olas Alas, por el S. la de Ortigosa (…) la tercera, o sea la de Ortigosa, es el actual puerto (…) el Puerto Viejo es el légitimo fondeadero designado por la naturaleza, y lo era antes, como puede verse por los antiguos mapas hechos por los españoles,

Roberto A. Mendieta Vega 53

Esta apertura al comercio exterior ocurrida tras los procesos de Independencia, no solamente dinamizó la economía de Sinaloa y Sonora sino que hizo posible el establecimiento de formas de vida urbanas. Sobre todo en los puertos donde se asentaban los comerciantes extranjeros, Mazatlán y Guaymas.61

Hacia la cuarta década decimonónica, Mazatlán desbancó a 6DQ�%ODV� FRPR�SULQFLSDO� SXHUWR� GHO�3DFt¿FR62 muy a pesar de los poderosos comerciantes tepiqueños y de Guadalajara.63 Sus

KDVWD�TXH�DOOi�SRU������y�DQWHV��FXDQGR�0D]DWOiQ�D~Q�QR�HUD�SXHUWR�KDELOLWDGR�para el comercio estranjero (sic), un tal Ortigosa, vecino de San Sebastian, que traían un cargamento de Panamá, tuvo la ocurrencia de fondear fuera del Cres-ton, por lo que quedó la cosa así, aunque con gran perjuicio del comercio, pues no pasa año sin pagarse caro por tan gran error y desidia”. Manuel Orozco y Berra, Apéndice al diccionario universal de historia y de geografía: colección de artículos relativos á la República mexicana, Tomo ii, México, Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante, 1856, pp. 801-802.

61 Araceli Ibarra Bellon, Op. cit., p. 387.62 “El puerto de Mazatlán se abrió al comercio estrajero (sic): el nombre

R¿FLDO�TXH�VH�OH�GLy��VLF��SRU�HO�JRELHUQR�IXH�HO�GH�Villa de los Costillas. En tiempos de aguas, su población es de cerca de 8, 000 almas, y en la seca sube de 10 á (sic) 12, 000, lo mismo que en la época de la llegada de los buques, porque entonces los comerciantes de Chihuahua, Jalisco, Sonora, Colima, Sinaloa y 'XUDQJR��YLHQH�i�KDFHU�DOOt�VXV�FRPSUDV��«��3RU�OR�GHPiV��HVWH�SXHUWR�HV�HO�~QLFR�en toda la América desde Guayaquil para el N., en que un gran navío pueda hacer provisiones casi completas: un buey vale de $8 á 12; la harina de Guaymas que es escelente (sic), de 12 á 14 $ la carga de 12 arrobas, y 35 o 40 una barrica de vinos de Burdeos: se puede también conseguir en los almacenes recambios de géneros, alquitrán, sebo, cuerdas, cadenas, anclas y piezas de madera provenidas en parte de los buques naufragados. Manuel Orozco, Op. cit., p. 801.

63 En un comunicado de un particular enviado el 25 de abril de 1834 al periódico de la capital, El Fénix de la Libertad, se explican las objeciones y las TXHUHOODV�TXH�GHVGH�7HSLF�VH�PDQL¿HVWDQ�DO�QRPEUDPLHQWR�GH�0D]DWOiQ�FRPR�principal puerto de depósito “(…) en Mazatlán todo es necesario hacer, en San Blas la mayor parte está hecho (…) el buen nombre, la población, la riqueza del estado de Jalisco á que pertenece San Blas le da una inmensa ventaja sobre Mazatlán, no habiendo una razón fundada para preferir a un puerto que nace hoy y nada tiene, á un puerto viejo en la carrera mercantil, que tiene mas recursos,

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...54

principales socios comerciales eran ingleses, alemanes, estado-unidenses y franceses, respectivamente.64�'HPRJUi¿FDPHQWH�ORV�ingleses eran minoría con respecto a las otras etnias extranjeras, SHUR�VLQ�GXGD�VX�FDSLWDO�HUD�PD\RU�\�PiV�GLYHUVL¿FDGR��

En el periodo que va de 1821 a 1854, o sea, en 32 años, los impresionantes y vertiginosos cambios sucedidos en la región sur del noroeste del México independiente, tienen sus causas más allá de nuestro país, son parte de una revolución económica y cultural que se expande sobre distintos puntos del planeta;

De la explotación colonial española el Noroeste había pasado a la LQÀXHQFLD�GH�ORV�JUDQGHV�VLVWHPDV�HFRQyPLFRV�PXQGLDOHV�GHO�PR-mento (…) En coincidencia con esta situación ocurrió otro importante fenómeno, venido también de afuera, en este caso de los Estados Unidos y de Europa; el establecimiento del sistema comercial del 3DFt¿FR��FX\R�LPSDFWR�VREUH�HO�1RURHVWH�IXH�LQPHGLDWR�\�GH�SUR-fundas consecuencias.65

(VWD�LQÀXHQFLD�GH�ORV�VLVWHPDV�HFRQyPLFRV�PXQGLDOHV��UHIH-

TXH�QLQJ~Q�RWUR�HQ�HO�3DFt¿FR´��El Fénix de la Libertad, 1~P�������7RPR�iv, México, Sábado 10 de mayo de 1834.

64 Siguiendo un detallado estudio de Ibarra Bellon, las principales casas comerciales en el periodo entre 1842-1848 fueron las siguientes; Inglesas: Mott Talbot Co., Richard Yeoward, Ballingall, Kelly & Co., Penny y Vega, Coocke, Butchart, Kelly & Co., James R. Bolton. Estadounidenses: Joseph Parrot (cón-sul de eua e Inglaterra), Pavrot & Co., Scarborouw, John Robinson. Alemanas: Kunhardt y Ewald, Uhde y Pini, Francisco Schoeber, Heinrich Melchers y Julius Lomer, Kayser Hayn y Co. de Hamburgo (vicecónsul de Prusia), Haas & Denghausen de Hamburgo (Vicecónsul de las ciudades hanseáticas), Moller y Becker de Hamburgo. Francesas: Patte & Sellier, Gaucheron, Fort Fréres, Vial., Serment Forte Co. Españolas: Pagez (catalana, vicecónsul de España y Francia), Latorre, Redonet. Mexicanas: Vega hermanos. Chinas: Machado. Araceli Ibarra Bellon, Op. cit., p. 393.

65 Sergio Ortega y Edgardo López Mañón, Sinaloa; una historia compartida, México, difoCur/Instituto de Investigación Dr. José María Luis Mora, 1987, p. 177.

Roberto A. Mendieta Vega 55

rido por Ortega Noriega, se debe complementar con su nombre y apellido; el inicio del capitalismo moderno latinoamericano, FDUDFWHUL]DGR�SRU�XQD�GHSHQGHQFLD�\�XQ�GHVDUUROOR�SDUFLDO�VHJ~Q�las necesidades de las verdaderas sociedades capitalistas hegemó-nicas decimonónicas.66

En este contexto surgió la ciudad-puerto de Mazatlán, y debido D�VX�SRVLFLyQ�JHRJUi¿FD�FHUFD�GH�ORV�SULQFLSDOHV�FHQWURV�PLQHURV�de la Sierra Madre Occidental así como por su cercanía con el occidente mexicano, Las Californias y los mercados asiáticos,67 se convirtió en el espacio económico central de toda esta región,68

66 “Frente al parámetro del modo de producción capitalista puro, la eco-nomía latinoamericana presenta peculiaridades (…) Lo que habría que decir es TXH��DXQTXH�VH�WUDWH�UHDOPHQWH�GH�XQ�GHVDUUROOR�LQVX¿FLHQWH�GH�ODV�UHODFLRQHV�FDSLWDOLVWDV��HVD�QRFLyQ�VH�UH¿HUH�D�DVSHFWRV�GH�XQD�UHDOLGDG�TXH��SRU�VX�HVWUXFWXUD�global y su funcionamiento, no podrá nunca desarrollarse de la misma forma que se han desarrollado las economías capitalistas llamadas avanzadas (…) más que un precapitalismo, lo que se tiene es un capitalismo sui generis, que sólo cobra sentido si lo contemplamos en la perspectiva del sistema en su conjunto, tanto a nivel nacional como, y principalmente, a nivel internacional”. Ruy Mauro Marini, Dialéctica de la dependencia, México, Era, 1973, p. 14.

��� ³*XD\PDV�VLQ�WHQHU�OD�VLWXDFLyQ�JHRJUi¿FD�GH�0D]DWOiQ��SRVHH�HO�PHMRU�SXHUWR�QDWXUDO�GH�OD�FRVWD�GHO�3DFt¿FR��FRQ�H[FHSFLyQ�GHO�&DOODR��«��FRPSDUDGR�con este puerto, Mazatlán parece sumamente pobre y desprotegido. La ventaja de Mazatlán sobre Guaymas se debe a que mientras el primera está situado a la entrada del Golfo de California, el segundo se encuentra en el extremo norte del mismo, por lo que los barcos extranjeros se veían obligados a recorrer un largo trayecto; frecuentemente preferían dejar las mercancías en el puerto sinaloense, de donde eran transportadas por barcos costeros a Guaymas. La aduana del puerto sonorense se erigió el 1823, seis años antes que la de Mazatlán”. Araceli Ibarra Bellon, Op. cit., p. 395

68 “(…) la región Sur se fue articulando desde la colonia hasta mediados del siglo xix, proceso que se efectuó a través de los centros mineros de Pánuco, Copala, Charcas, San Sebastián y el Rosario, a lo que habría que agregarle que WDPELpQ�HVWD�LQWHJUDFLyQ�VH�¿QFy�YROWHDQGR�VX�PLUDGD�KDFLD�HO�PDU�H[WHULRU�FRQ�Europa, Asia y Estados Unidos, y al interior por el comercio de cabotaje que tuvo con los puertos de la Baja California, San Francisco al norte y al sur con

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...56

hasta que San Francisco le arrebató este lugar hacia la década de 1860.

las Casas ComerCiales extranJeras: primeras ins-tituCiones modernas en el sinaloa independiente

/DV�UD]RQHV�SDUD�FRPSUHQGHU�FyPR�LQLFLy�HO�SREODPLHQWR�GH¿QLWL-YR�GHO�HVSDFLR�JHRJUi¿FR�DOUHGHGRU�GH�OD�YLHMD�EDKtD�GH�0D]DWOiQ��deben buscarse en las primeras instituciones establecidas en ese territorio y no en un acontecimiento fundacional. Así, la vida so-FLDO�GHO�0D]DWOiQ�WHPSUDQR�WHMLy�VX�UHG�GH�VLJQRV�\�VLJQL¿FDGRV�D�partir de mentalidades, imaginarios e instituciones novedosas para la región: si bien la mayoría de los primeros pobladores tenían XQD�PHQWDOLGDG�¿QFDGD�HQ�HO�PXQGR�FRORQLDO��ORV�DJHQWHV�GH�ODV�primeras instituciones y las relaciones sociales que promovieron, no lo eran; es por eso que a los pocos años surgieron nuevos acto-res, relaciones sociales, identidades, prácticas, representaciones, normas y conductas propias de un sistema social moderno.

Si en el estudio del periodo SRU¿ULVWD�(1876-1911) se dice que las industrias y los ferrocarriles fueron los emblemas de la moder-nidad, en el Mazatlán temprano los buques de vapor y las casas comerciales cumplieron esa función de alegorías de la ilustración, el progreso y la dominación extranjera sobre la región.

De esta manera, las razones que ocasionaron el primer trazo de la ciudad están relacionadas con esa proyección del territorio; su posición de puerto bisagra en el intercambio comercial entre la Europa Occidental, Asia y los mercados de importación de

San Blas y Guaymas. Además de las relaciones comerciales con los estados de 'XUDQJR��1D\DULW�\�-DOLVFR��OR�TXH�FRQIRUPy�XQD�VRFLHGDG�LQÀXHQFLDGD�SRU�HVWDV�relaciones comerciales que determinaron su comportamiento social”. Rigoberto A. Román Alarcón, “La región y su análisis: teorías para su estudio”, En Revista Clío��1~P������uas, México, p. 15

Roberto A. Mendieta Vega 57

mercancías industrializadas y exportación de minerales y materias primas en Latinoamérica.69

Recordemos que las mercancías extranjeras así como los mine-rales extraídos de la Sierra Madre Occidental, eran transportados en barcos ubicados en la playa norte y que seguían dirección tierra adentro rumbo a los minerales de la región como San Sebastián y El Rosario. Entre esos dos puntos se trazó el primer camino: “(…) era la puerta de Mazatlán hacia el exterior del país y la Aduana era la puerta hacía el interior (…) la Calle Principal uniría ambas puertas. El trazo que distribuiría el espacio ocupado ya de manera permanente fue determinado por las actividades relacio-nadas con el comercio y el transporte de mercancías”.70

Así, las rutas terrestres por donde se transportaba las mercan-cías que subían y bajaban de los barcos, fueron los primeros trazos de una ciudad-puerto en el noroeste mexicano: “La nula existencia de ordenamiento urbano propició que dichos comerciantes pro-curaran, para ubicar sus establecimientos, las vías por las que se

��� (VWDV�SUR\HFFLRQHV�HQ�WLHPSRV�GH�OD�UHS~EOLFD�LQGHSHQGLHQWH��VRQ�SR-sible conocerse en los escritos del diputado y gobernador del Estado Interno de Occidente Juan M. Riesgo: Proporciones naturales de las provincias internas RFFLGHQWDOHV��FDXVDV�GH�TXH�KDQ�SURYHQLGR�VXV�DWUDVRV��SURYLGHQFLDV�FRQ�HO�¿Q�GH�lograr su remedio y las que por ahora se consideran oportunas para mejorara su estado, e ir proporcionando su futura felicidad, Imprenta de José María Ramos Palomera, México, 1822; y en: Memoria estadística del estado de Occidente, 1828. Sin embargo, no compartimos la tesis de que las proyecciones gubernamen-tales sean las que ocasionaron el arribo del comercio extranjero al sur de Sinaloa, haciendo posible el poblamiento del puerto de Mazatlán. Al contrario, resulta más factible que respondieran reactivamente a un proceso externo e implacable, que se manifestaba sin mediación de parte del gobierno independiente, e incluso GH�ODV�~OWLPDV�DXWRULGDGHV�FRORQLDOHV��HQ�RWUDV�SDODEUDV��OD�DGXDQD�VH�HVWDEOHFLy�en el puerto no para atraer comercio, sino porque las mercancías de la nueva expansión marítima europea por los mares del Sur ya estaban ahí.

70 Leticia Alvarado Fuentes, El viejo Mazatlán…donde todo comienza: Identidad, representaciones e historia, Tesis para obtener el grado de Doctor en Ciencias Sociales/uas, México, 2005, p. 61.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...58

transportaban las mercancías, convirtiendo así a la mencionadaCalle Principal en la arteria en la que se ubicaron sus bodegas y almacenes.”71

Aunque el registro de su establecimiento en el puerto data de la década de 1820, las casas comerciales extranjeras se consoli-daron en dicho espacio hacia 1840,72 dieciocho años después de abrirse al comercio internacional y monopolizar todo el comercio marítimo en el noroeste del país;

Las casas importadores fueron las piezas importantes en la confor-mación de las redes de comercialización e inmigración que desde Mazatlán se extendían por todo el noroeste de México, alcanzando OXJDUHV�GLVWDQWHV�FRPR�3DUUDO�\�=DFDWHFDV��GRQGH�OOHJDEDQ�VXV�DJHQ-WHV�\�DEUtDQ�R¿FLQDV��6X�SDSHO�FRPR�LPSRUWDGRUDV�GH�DUWtFXORV�GH�consumo directo, textiles, mercería, herramientas, abarrotes, vinos y licores, las convirtieron en importantes proveedoras de insumos, crédito y avío para el trabajo de las minas y estancias ganaderas del interior. Mientras que en la ciudad de Mazatlán llevaban a cabo una agresiva concentración del suelo urbano disponible y de construcción GH�ORV�HGL¿FLRV�TXH�DOEHUJDEDQ�VXV�DOPDFHQHV�\�FDVD�KDELWDFLyQ�73

Para el año de 1846 se registra la existencia de 17 de este tipo de comercios, al levantarse un conteo por parte del Ayuntamiento SRUWHxR�FRQ�HO�¿Q�GH�FREUDU�HO�DOXPEUDGR�\�DVHR�S~EOLFR�74

71 Ibíd., p. 80.72 Rigoberto Arturo Román Alarcón, Comerciantes extranjeros en Ma-

zatlán: 1880-1910, México, Cobaes, 1998, p. 34.73 Luis Antonio Martínez Peña, “Inmigrantes europeos en Mazatlán;

siglo xix”, En revista Arenas��1~P������)DFLVR�uas, Mazatlán, Primavera del 2007, p. 84.

74 Mercería Lomer y Melchers (propietario: Julio Lomer. Nacionalidad: Alemania); Almacén de Jecker Torre y Cía. (Eusebio Fernández. Suiza); Al-macén de Mott Talbot y Cía (Thomas Mott y Carlos Talbot. Estados Unidos); Almacén de Kunhardt y Ewald (Teodoro Kunhardt. Alemania); Almacén J. R. Möller (César Kuline. Alemania); Almacén de Denghausen y Cía (Gerardo

Roberto A. Mendieta Vega 59

/RV�H[WUDQMHURV�IXHURQ� ORV�DUWt¿FHV�\��FODUR��EHQH¿FLDULRV�GH�WRGR�HVWH�RUGHQDPLHQWR��6X� DSURSLDFLyQ�GHO� HVSDFLR�JHRJUi¿FR�del puerto se registra desde los primeros años del siglo,75 como lo atestigua una correspondencia de 1829 del administrador de OD�DGXDQD�WHUUHVWUH�GH�HVWH�SXHUWR�FRQ�HO�DOFDOGH�~QLFR�GHO�PLVPR��para informarle que: “Don Juan Dirriu francés de nación vendió D�OD�DGXDQD�PDUtWLPD�GH�HVWH�SXHUWR�OD�FDVD�TXH�VLUYH�HQ�R¿FLQD�(ilegible) en ochocientos pesos (…)”.76

Sin embargo, esta apropiación sólo fue posible, como se men-cionó anteriormente, mediante las redes sociales establecidas con

Denghausen. Alemania); Almacén de Coocke y Kelly (Juan Nelly. Inglaterra); Almacén Echeguren y C. (Martín Echeguren. España); Tendejón de Cerisola (Pedro Cerisola. Italia); Tendejón de Ferro (Antonio Ferro. Italia); Tendejón de Camalichi (Pedro Camalichi. Italia); Tendejón de Sotolichi (Tomás Sotoliche. Italia); Tendejón de Walcke (Juan Walcke. Bélgica); Abarrotes de Marini (San-tiago Marini. Italia); Tendejón de Silva (Juan Silva. Portugal); Sastrería Wansong (José Wansong. Francia); Abarrotes de Francisco Rey (Francisco Rey. Francia) amm, Exp. S/n Caja correspondiente al año de 1846, citado en Luis Antonio Martínez, Inmigrantes europeos, Op. cit., p. 81

75 Sin embargo, a partir de testimonios de militares, comerciantes y explo-radores extranjeros que pasaban por la región sur de Sinaloa, sabemos que las primeras casas comerciales extranjeras se asentaron en el presidio de Mazatlán, por medio de asociaciones entre ricos comerciantes locales ligados a las minas de la región (Ignacio Fletes) y comerciantes ingleses (Robert Wyley). Pero el centro GH�WRGR�HVWH�ÀRUHFLPLHQWR�FRPHUFLDO�IXH�HO�SXHUWR�GH�0D]DWOiQ��QR�SDVDQGR�QL�XQ�OXVWUR�FXDQGR�ODV�SULQFLSDOHV�LQVWLWXFLRQHV�¿VFDOHV�GH�OD�UHS~EOLFD�HQ�OD�UHJLyQ��\�ODV�FDVDV�FRPHUFLDOHV�VH�PXGDUDQ�KDFLD�HVH�OXJDU�SDUD�HVWDEOHFHUVH�GH¿QLWLYDPHQWH�(este traslado sin sobresaltos ni disputas, es una prueba más a nuestro parecer, de la relación e interdependencia entre el presidio y el puerto a lo largo de toda la colonia española en la región, lo que nos lleva a considerar la tesis de una unidad RUJiQLFD�HQWUH�DPERV�HVSDFLRV�JHRJUi¿FRV�\�FXOWXUDOHV��3DUD�SURIXQGL]DU�HQ�HVWH�escenario ver: H. G. Ward, Mexico in 1827, Vol. I, London: Henry Colburn, New Burlinton street, 1828, pp. 559-561.

76 ahm, Fondo Independencia presidencia, Caja 1, Exp. Uno, 1822-1832, Febrero de 1829.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...60

los notables y comerciantes locales, monopolizadores en tiempos coloniales del comercio hacia el interior de la región. Algunas de las relaciones entre los extranjeros, las autoridades de la época y las élites coloniales fueron de este tipo;

(…) aunque el francés S. Deltrieu posé los almacenes que fueron del ciudadano Ignacio Fletes le está debiendo un resto que ecsede de doscientos pesos, y este ciudadano tuvo la generosidad (…) Ma-QL¿HVWR�DOJXQR�FRPR�MXH]�GH�HVWH�SXHUWR�SDUD�TXH�SURKtED�DO�DFWXDO�SRVHHGRU�OD�HQDJHQDVLyQ�GH�ORV�DOPDFHQHV�FRQ�QLQJ~Q�SUHWHVWR��UHV-pecto de que yo con oro reclamo la preferencia y alego ecepciones que otro no tiene.77

%UtJLGD�9RQ�0HQW]��LGHQWL¿FD�SDUD�HO�JUXSR�DOHPiQ�SUHVHQWH�HQ�0p[LFR�GXUDQWH�HO�7ULXQYLUDWR��XQD�D¿UPDFLyQ�VREUH�OD�SUHIH-rencia por ubicar sus comercios en lugares poco poblados de la joven nación mexicana y que a la luz de nuestra argumentación KLVWyULFD��MXVWL¿FD�XQ�SUR\HFWR�UHDO�SDUD�GRPLQDU�HQ�WRGR�VHQWLGR�los territorios donde se establecían: “La atención de nuestros in-GXVWULDOHV�GHFtD�XQ�GHVWDFDGR�HPSUHVDULR�GHEH�GLULJLUVH�KDFLD�regiones lejanas, donde no existan fábricas y donde la cultura de los hombres todavía está tan atrasada respecto a la de los europeos, que no hay que temer competencia aborigen”.78

En esta primera formación de Mazatlán se construye el primer astillero en 1821 por orden del político y comerciante Bernardo Andrade, vecino de la Villa de San Sebastián, llamándose Luisa la primera embarcación salida de los talleres;

77 Comandancia general No. 10. Dios y Libertad (ilegible) Septiembre de 1828. Juan M. Riesgo. Alcalde del puerto de Mazatlán. ahm, Fondo Indepen-dencia-presidencia, Caja 1. Expediente 2. 1822-1832.

78 Brígida M. Von Mentz de Boege, Noticias sobre alemanes en México durante el Triunvirato, Op. cit., p. 67-92.

Roberto A. Mendieta Vega 61

Los trabajos se realizaron en la puntilla, frente a la isla del portugués (isla de la piedra), rumbo conocido, por tal hecho, como del astillero (…) La población porteña va tomando forma. El comercio se torna tan intenso que el gobierno traslada la aduana de El Rosario al puer-to. Se cambia el muelle de la bahía de San Félix (playa norte) a la Bahía Sur para facilitar el alije. El camino del puerto viejo al nuevo (al pié del cerro de la cruz) se va a llenar rápidamente de viviendas y casas comerciales.79

De esta forma, el paisaje del Mazatlán temprano se fue creando por obra y dirección de los comerciantes extranjeros y sus aliados regionales, practicantes del contrabando de mercancías y el saqueo de las riquezas naturales del territorio recién apropiado. En este sentido, no es de extrañarse que los primeros espacios habilitados para el comercio, fueran de igual manera los referentes institucio-nales y de sociabilidad de aquella precoz sociedad: los almacenes, la aduana, el astillero, la calle principal, los embarcaderos y las casas comerciales.

Para entender de mejor manera el inicio de este proceso histó-rico, es necesario realizar otra comparación histórica que permita sostener nuestra argumentación, sobre lo ocurrido en el Mazatlán de la primera mitad del siglo xix. Así, en investigaciones históricas recientes sobre la vida comercial en la ciudad-puerto de Santander, España, se observan procesos sociales similares –nunca iguales, GHELGR�DO�GHVDUUROOR�KLVWyULFR�GH�ODV�VRFLHGDGHV�HXURSHDV�D�ORV�experimentados en los puertos del noroeste mexicano, donde las casas comerciales fueron referentes económicos y culturales. 5H¿ULpQGRVH�D�OD�SHQtQVXOD�LEpULFD��QRV�GLFH�HO�KLVWRULDGRU�HVSDxRO�Andrés Hoyo Aparicio;

79 Enrique Vega Ayala, ¡Ay, mi Mazatlán¡ historias de ayer y hoy, Archivo Histórico de Mazatlán, (documento digitalizado), p. 15.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...62

En las ciudades portuarias decimonónicas toda ocupación giraba en torno a la actividad mercantil; medios e infraestructuras se disponían, DSOLFDEDQ�\�WUD]DEDQ�FRQ�HO�¿Q�GH�IDFLOLWDU�\�SRWHQFLDU�HVWD��/D�SURSLD�FRQ¿JXUDFLyQ�GHO�HVSDFLR�XUEDQR�UHVSRQGtD�D�HVWH�PLVPR� LQWHUpV��En este ambiente, era la casa comercial la institución privada más importante.80

Desde Londres, París, Hamburgo, Santander, Nueva York, Boston, Panamá, Buenos Aires, Valparaíso, Veracruz, San Blas, Mazatlán, Guaymas hasta San Francisco, las casas comerciales fueron la institución privaba más importante del mundo occiden-tal casi durante todo el siglo xix. Eran parte de “una aristocracia que no conocía las fronteras nacionales y limitaba las lealtades locales”.81 En México, esta frase se hizo realidad en cuando me-nos dos situaciones recurrentes durante el siglo xix: al traducir su poder económico en político mediante invasiones extranjeras, pronunciamientos, en las guerras civiles y políticas locales;82 o viceversa, cuando su poder político se convertía en económico al corromper la institución más importante de ingresos del Estado mexicano; las aduanas terrestres y marítimas.83

80 Andrés Hoyo Aparicio, La burguesía de los negocios en una ciudad portuaria: Santander 1820-1874, en I Encuentro de historia de Cantabria, tomo II, España, Universidad de Cantabria/Gobierno de Cantabria, 1999, p. 941.

��� /D�FRQWLQXLGDG�GH�HVWDV�FDVDV�QR�VH�EDVDED�~QLFDPHQWH�HQ�ODV�KHUHQFLDV�y en las relaciones familiares; los vástagos eran enviados a dos o tres países para DGTXLULU�H[SHULHQFLD�HQ�ODV�DFWLYLGDGHV�FRPHUFLDOHV��OR�TXH�OHV�GDED�OD�ÀH[LELOLGDG�\�SHULFLD�VX¿FLHQWHV�SDUD�UHVLVWLU�ODV�LQVHJXULGDGHV�\�YLFLVLWXGHV�GHO�VLJOR�xix y poder responder a las oportunidades que el desarrollo industrial les ofrecía. Araceli Ibarra Bellon, Op. cit., p. 415.

82 Las relaciones entre estas y el proceso de acumulación se ha observado frecuentemente en la historia. Para algunos estas son ocasiones óptimas para enriquecerse, vendiendo sus mercancías incluso al ejército enemigo. Ibíd., p. 418.

83 La obra de Ibarra Bellon, nos muestra los principales autores sobre la GLVFXVLyQ�KLVWRULRJUi¿FD�TXH�D¿UPD�TXH�JUDFLDV�D�HVWRV�FRPHUFLDQWHV�XVXUHURV��FRPR�ORV�GH¿QH��0p[LFR�ORJUy�XQ�GHVDUUROOR�HFRQyPLFR�\�VRFLDO�UHODWLYR�GXUDQWH�

Roberto A. Mendieta Vega 63

las Casas ComerCiales extranJeras y las nuevas formas de soCiabilidad modernas en el mazatlÁn de la primera mitad del siGlo xix

(Q�HO�YHUDQR�GH������XQ�VHPDQDULR�GH�&XOLDFiQ�UHÀH[LRQD�VREUH�el estado de atraso material y espiritual de la ciudad, debido a la ausencia de nociones de progreso, civilidad e ilustración en la población. El tema lleva al editorialista a desarrollar en su argu-mento una comparación con el puerto de Mazatlán, “amante del progreso”, en busca de los factores y agentes de esa mentalidad D~Q�QR�SHUFLELGD�HQ�HO�FHQWUR�\�HO�QRUWH�GHO�(VWDGR�

¿Cuáles pueden ser las causas del progreso local de Culiacán? In-vestiguemos: los primeros pobladores no eran comerciantes, ahora están en camino de serlo; poseen ya conocimientos extensos, unos buenos y otros malos, ¿de dónde los adquirieron? Por lo menos los de iniciación, los han adquirido por fricción, como adquiere el acero la propiedad de imán, en las relaciones que necesariamente han tenido que mantener con el comercio de Mazatlán; en resumen, la aptitud comercial fue y está constantemente importándose de Europa. Por muchos capitales que los estrangeros (sic) extraigan por su trabajo, nos dejan en cambio la enseñanza objetiva de un grandioso modo de enriquecernos a nuestra vez. La inmigración KD�WUDtGR�XQD�JUDQ�HVFXHOD�DO�SDtV��VXPDPHQWH�H¿FD]�\�SURYHFKRVD��Escuchemos atentamente las ideas desconocidas para nosotros, procuremos ver lo que tienen de cierto, comprobándolas experi-mentalmente; que si los frutos son buenos el árbol que los produce lo será también (…).84

el periodo, o por el contrario, el desarrollo se logró pese a todos los obstáculos y ventajas que obtuvieron las casas comerciales extranjeras y sus aliados nacio-nales. Ibíd., pp. 419-420.

84 ashCp, La Opinión��7RPR�,��1~P�����&XOLDFiQ��6iEDGR����GH�-XOLR�GH�1887, p. 1.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...64

$GHPiV�GH�OR�VHxDODGR��HVWD�UHÀH[LyQ�KLVWyULFR�VRFLDO�PXHVWUD�RWUR�GDWR�LQWHUHVDQWH��FyPR�GHVGH�DQWHV�GHO�SRU¿ULDWR�VH�HQFRQWUDED�establecida en el imaginario social sinaloense la representación de los extranjeros, y por extensión de las casas comerciales, como agentes de una nueva cultura o mentalidad propia de la moder-nidad burguesa.85

Veinticuatro años atrás, en 1853, un testimonio de un militar HVWDGRXQLGHQVH�UHD¿UPD�OD�PLVPD�LGHD�GH�DWULEXLU�DO�LQPLJUDQWH�HXURSHR�±\�SRU�H[WHQVLyQ��ODV�FDVDV�FRPHUFLDOHV�H[WUDQMHUDV�OD�responsabilidad del cambio cultural ocurrido en el Mazatlán decimonónico;

Algunos de nosotros conocimos Mazatlán en 1832. La Isla Venado con sus verdes y rocosos acantilados, las dunas que dividían la cadena de lagunas de agua dulce del mar, el Morro todavía seguía ahí con sus casitas blancas y a los lejos la playa brillante; pero Mazatlán ya no era más una villa rural, ahora era una ciudad comercial llena de activos comerciantes y mercaderes ansiosos. La apatía de los criollos indolentes fue suplantada por la actividad del inglés, el alemán, el francés y el americano.86

85 Mencionamos lo anterior a razón de cuestionar la interpretación no sólo KLVWRULRJUi¿FD�VLQR�³R¿FLDO´��VRFLDOPHQWH�DFHSWDGD��TXH�XELFD�HQ�HO�6HJXQGR�,PSHULR�\�HO�UpJLPHQ�SRU¿ULVWD�ORV�GRV�PRPHQWRV�GH�GLIXVLyQ�\�HVWDEOHFLPLHQWR�de la modernidad europea en México. Ejemplo de esto, son las palabras de José Emilio Pacheco cuando dice que nuestro país experimentó en los cinco años que GXUy�HO�,PSHULR�GH�0D[LPLOLDQR��QR�VyOR�OD�LQÀXHQFLD�IUDQFHVD�VLQR�OD�GH�WRGD�Europa. Maya Ramos Smith, Teatro Música y Danza en el México de la Belle Epoque 1867-1910, México, uam/Gaceta, 1995, p.6.

86 Berthold Seemann, Berthold Seemann, Narrative of the voyage of H. M. S. Herald during the years 1845-1851, vol. I, London, Reeve and Co. 1853, pp. 122-123. Una interpretación distinta sobre el papel jugado por los comerciantes extranjeros en el desarrollo de la ciudad-puerto de Mazatlán, destaca el factor del contrabando FRPR�H[SOLFDFLyQ�GH�VX�PRGHUQL]DFLyQ��³0D]DWOiQ�HV�XQ�OXJDU�TXH�OXFH�ÀRUHFLHQWH�y próspero, algo inusual en los pueblos mexicanos. Ha tenido un surgimiento repentino, pasando de ser un pequeño poblado a toda una ciudad gracias al

Roberto A. Mendieta Vega 65

Por los testimonios señalados, estas transformaciones vinieron a romper con la tradición, con las prácticas y mentalidades de las sociedades regionales establecidas por el antiguo régimen colonial, haciendo surgir una ciudad (requisito fundamental para hablar de una sociedad moderna) donde antes existía un pueblo rural. Sin embargo, las preguntas históricas que surgen de lo anterior son fundamentales para comprender lo acontecido: ¿Cómo llegaron, quién las reprodujo, cómo se difundieron y posteriormente se instalaron en la mentalidad colectiva del Mazatlán decimonónico, estas nuevas referencias culturales modernas?

Para responder a estos cuestionamientos, es necesario recordar algunas de las condiciones socioculturales del Sinaloa post inde-pendiente: nula vida urbana, inexistentes instituciones educativas o artísticas y marginado de los centros de vanguardia cultural de la Nueva España, como México, Puebla o Guadalajara.87 En este árido escenario es improbable que los cambios sucedidos en el

contrabando. Grandes cargamentos fueron introducidos sin pagar derechos, y muchas casas comerciales alemanas, francesas, americanas e inglesas hacen negocios activos”. W. M. Maxwell Wood, Op. cit., p. 288.

87 El comerciante y alcalde de la villa de San Sebastian, Bernardo Andrade, dice en carta fechada el 25 de diciembre de 1820, dirigida a los dos diputados en córtes por Sonora perteneciente a las Provincias Internas de Occidente en la Nueva España: “Es un dolor ver la porción que mas favoreció la naturaleza en las posesiones españolas de la América Septentrional, abandonada hasta el grado GH�KDEHUVH�KHFKR�FDVL�FRP~Q�OD�GHVQXGp]�LQGHFHQWH��SRU�IDOWD�GH�SROLFLD��\�EXHQ�orden. No es menos doloroso que habiendose criado en ella soberbios capitales, los hayan estraidos sus dueños á otras provincias sin otro objeto que la educacion GH�VXV�KLMRV�SRU�FDUHFHU�HVWD�GH�HVFXHODV��\�GHPiV�HVWDEOHFLPLHQWRV�FLHQWt¿FRV��«��VRQ�PXFKRV�\�GH�OD�PD\RU�FRQVLGHUDFLRQ�ORV�EHQH¿FLRV�GH�TXH�FDUHFH�HVWD�provincia por defecto de establecimientos de educación (…) por lo menos un colegio con las cátedras correspondientes en el centro de su comprension, es de rigurosa necesidad para su felicidad moral, y política (…)”. Bernardo Andrade, ³'HVFULSFLyQ�7RSRJUD¿FD�SROtWLFD�GH�OD�3URYLQFLD�GH�6RQRUD´��(Q�Semanario político y literario de Méjico, Tomo II, México, Imprenta de Don Alejando Valdés, 1821, pp. 393-395.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...66

puerto de Mazatlán, se debieran a un plan institucional o al progre-so de las ideas por la lectura de obras del pensamiento ilustrado en la clase dominante.88 Entonces, es necesario hacerle a la Historia otro tipo de preguntas de tipo micro social; ¿qué sucedió cuando al parecer nada sucedía?

Para responder a este nuevo cuestionamiento, consideramos YiOLGD�OD�SURSXHVWD�WHyULFD�GH�)UDQFRLV�;DYLHU�*XHUUD��DO�LGHQWL¿FD�el desarrollo político y cultural de la modernidad en las nuevas formas de sociabilidad de las clases dominantes ilustradas en hispanoamérica,89 por tener similitudes con lo acontecido en el noroeste mexicano durante el siglo xix.90 La historiografía

88 Recordemos que en ese momento histórico el territorio de lo que hoy conocemos como Sinaloa, pertenecía al Estado de Occidente. Una de las primeras manifestaciones de la nueva política moderna en la región, con su mentalidad de individuos libres, racionales, con derecho a propiedad e iguales ante la ley, fue la constitución política del Estado de Occidente expedida el 31 de octubre de 1825. Aunque en cierto sentido se puede considerar liberal debido a que negaba derechos políticos a eclesiásticos, era intolerante ya que sólo reconocía a nivel de estado la religión católica. La forma de gobierno que proclamaba era republicana, representativa, popular y federal, con una división de poderes, legislativo, judicial y ejecutivo. La ciudadanía se adquiría a los 21 años siendo soltero, y a los 18 si se fuere casado. Los cargos de elección popular se daban por medio de votaciones no directas, sino por medio de juntas electorales, y para ser candidato a los cargos de representación se debía saber leer y escribir. José Antonio García Becerra, El Estado de Occidente, Op. cit., pp. 52-55.

89 La modernidad se propaga casi siempre desde arriba, como un esfuerzo pedagógico para difundir las “luces”. Francois-Xavier Guerra, Op. cit., p. 96.

90 Existe el ejemplo histórico del puerto de Cádiz en la España del siglo xviii, donde a partir de la presencia de extranjeros o hijos de extranjeros (Je-nízaros) se empezó a forjar una mentalidad colectiva acorde con los intereses económicos de apertura comercial a otras potencias en la llamada Carrera de ,QGLDV��(VWD�LQÀXHQFLD�FXOWXUDO�QR�VH�H[SUHVy�SRU�PHGLR�GH�OHJLVODFLRQHV�VLQR�VH�hizo dominante gracias a los espacios de sociabilidad dirigidos por extranjeros –Británicos y de los Países Bajos, principalmente– que persuadieron a una buena parte de la población de apoyar la apertura comercial y el traslado de la Casa de Contratación hacia ese puerto. Manuel Bustos Rodríguez, “Comerciantes

Roberto A. Mendieta Vega 67

contemporánea distingue a estos nuevos espacios y formas de sociabilidad 91 como promotores en la construcción y difusión de la Modernidad en muchas regiones del mundo decimonónico,92 sien-do su funcionamiento ajeno a una política nacional preconcebida SDUD�HVRV�¿QHV93 y muy distantes de las asociaciones jerárquicas

extranjeros y españoles en la Carrera de Indias; La crisis del siglo xviii y el papel de la instituciones”, en Francisco José Aranda Pérez (Coord.), Burgueses o ciudadanos en la España moderna, España, Universidad de Castilla-La Mancha, 2003, pp. 325-355.

91 El desarrollo de la categoría analítica, no tanto histórica, en la histo-riografía occidental contemporánea se debe a los trabajos del francés Maurice Aghulon (Penitentes y francmasones en la antigua provincia, 1966; y El círculo burgués, 1977). Sin embargo, uno de los primeros desarrollos teóricos del concep-to –y por lo conocido hasta la fecha, coincide con la propuesta básica de Aghulon y Guerra– se le debe a la sociología interaccionista simbólica de George Simmel y la Escuela de Chicago, hacia la década de 1930. El planteamiento básico señala que la sociedad moderna debe entenderse, explicarse y estudiarse no sólo a través de las instituciones formales (macro), como la escuela, el gobierno, la familia, etc., sino sobre todo por medio de las micro relaciones o interacciones, o sea, OR�TXH�OODPD�VRFLDELOLGDG��(Q�VX�GH¿QLFLyQ�JHQHUDO�GH�OD�PLVPD��VHxDOD�TXH�QR�HVWiQ�GLULJLGDV�SRU�XQD�¿QDOLGDG�R�LQWHUpV�LQVWUXPHQWDO��WDQ�VyOR�VH�FDUDFWHUL]DQ�por la pureza y libertad de la reunión, por un impulso, que asemeja con las di-mensiones sociales del juego y el arte. Para ampliar esta perspectiva ver: Georg Simmel, Sobre la individualidad y las formas sociales, Argentina, Universidad Nacional de Quilmes, 2002. Para un desarrollo de la categoría de sociabilidad en la historiografía latinoamericana ver: Pilar González Bernaldo de Quirós, Civilidad y política en los orígenes de la Nación Argentina: las sociabilidades en Buenos Aires, 1829-1862, Argentina, Siglo xxi, 2008.

92 Complementados en la irrupción de la política moderna con la imprenta y su condicionante, la alfabetización. Ver este desarrollo en Francois-Xavier Guerra, Op. cit., pp. 102-113.

93 Un proceso histórico distinto de introducción de la modernidad en el México de la primera mitad del siglo xix, se puede conocer en la investigación de María Eugenia Romero Ibarra sobre la modernización institucional ocurrida en el estado de México en dicho periodo. La autora nos plantea que la moder-nización administrativa y jurídica como un acto dirigido por los gobernantes mediante un plan constitucional, redactado por el liberal José María Luis Mora.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...68

y corporativas existentes en el antiguo régimen monárquico o colonial;

Muy diferentes aparecen los actores que hallamos en las sociedades modernas (…) encontramos lazos de tipo asociativo, pero de una asociación bien particular. Asociaciones que extraen su legitimidad, no de la costumbre o de la ley, sino de la asociación misma, de la voluntad de los asociados. La intensidad y forma de los vínculos resultan del acto constitutivo mismo de la asociación. La asociación OD�GH¿QHQ�HOORV�PLVPRV�\�SXHGHQ�±SRU�OR�PHQRV�HQ�WHRUtD±�UHGH¿QLUOD�en todo momento.94

Estas nuevas formas de vinculación parten como ya se dijo, GH�XQ�LPDJLQDULR�IXQGDGR�HQ�HO�LQGLYLGXR�QR�HQ�HO�JUXSR�\�VH�expanden y reproducen a partir de nuevas formas de sociabilidad TXH�VH�GLIXQGHQ�HQ�(XURSD�GHVGH�¿QDOHV�GHO�VLJOR�xvii.95

Así, se puede conocer que los primeros momentos de ese cambio social, se da FRQ� OD� UHRUJDQL]DFLyQ� WHUULWRULDO� GH� OD� YLGD�S~EOLFD��PHMRUD� GH� FDPLQRV�� XQD�nueva legislación, separación de poderes, una reestructuración de la hacienda, el domino de los ayuntamientos, y la “propagación de la ilustración” por medio de la enseñanza de nuevo tipo. María Eugenia Romero Ibarra, “Proyecto y realidad de un proceso histórico: Instituciones y modernización económica en el Estado de México 1824-1834”, En Memoria del xiv Cnhr, México, uas, 2002, p. 99

94 Francois-Xavier Guerra, Op. cit., p. 89.95 Los estudios de Augustin Cochin y de Francois Furet sobre la Revo-

lución Francesa han subrayado la importancia de las sociedades de ideas en el proceso de ruptura revolucionaria que antecedió y acompañó al 1789. Estas sociedades de ideas, logias, clubes literarios y patrióticos, academias, sirvieron de verdaderos laboratorios donde se elaboraron e inculcaron las ideas y las prácticas democráticas. En ellas se forjaba la “matriz de una nueva relación política”, donde los miembros en cuanto individuos se transformaban en el pueblo potencial de electores. Al entrar en ellas, el miembro se “despojaba de toda particularidad concreta” y es “el voto que constituyó a este individuo abstracto en individuo real”. Jean-Pierre Bastian, “Jacobinismo y ruptura revolucionaria durante el SRU¿ULDWR´��(Q�UHYLVWD�Estudios Mexicanos��9RO�����1~P�����������S�����

Roberto A. Mendieta Vega 69

6LQ�HPEDUJR��SDUD�ORV�¿QHV�GH�HVWH�HQVD\R�GHEHPRV�FRQVLGH-rar más cercana al caso de la ciudad-puerto de Mazatlán la tesis de Francois-Xavier Guerra, sobre la presencia de estas nuevas formas de sociabilidad en las primeras décadas del siglo xix en las sociedades latinoamericanas, que no fueron tan diversas e incluyentes como en las sociedades Europeas y el caso argentino en Latinoamérica.

Para Guerra, sobresalen en el periodo dos espacios de so-ciabilidad como las más relevantes; las tertulias y las Sociedad Económicas de amigos del País o sociedades patrióticas, a las cuales suma una tercera de menor importancia, a su parecer; las logias masónicas.

$XQTXH�QRV�TXHGD�FODUR�TXH�)UDQFRLV�;DYLHU�*XHUUD�UH¿HUH�estas situaciones a las capitales y principales centros urbanos en YtVSHUDV�GH� ODV� OXFKDV�GH�,QGHSHQGHQFLD��HV�SRVLEOH� LGHQWL¿FDU�en el puerto de Mazatlán de la primera mitad del siglo xix y por extensión en todo el sur de Sinaloa, estas tres nuevas formas de sociabilidad, vinculadas a las élites extranjeras y sus casas comerciales asentadas en la región desde inicios del México independiente.96

Así, la presencia en el Mazatlán de la primera mitad del siglo xix de numerosos extranjeros adherentes al protestantismo, se FRQ¿UPD�PHGLDQWH� ORV� GLVWLQWRV� VHxDODPLHQWRV� FRQWHQLGRV� HQ�documentación histórica, de la existencia de un cementerio ex-clusivo para sus creyentes. Sin duda, la mayoría de estos protes-tantes también participaban de los espacios de sociabilidad de las logias masónicas yorkinas –promotoras del libre comercio, valga

96 Señala Francois-Xavier Guerra, que la caracterización hecha por Alexis de Tocqueville para la Francia del siglo xviii es pertinente para el caso hispano-americano; “En el fondo, todos los hombres situados por encima del pueblo se parecía: tenían los mismo gustos, buscaban los mismos placeres, leían los mismos libros, hablaban el mismo lenguaje.” Francois-Xavier Guerra, Op. cit., pp. 99-102.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...70

UHFRUGDUOR�TXH�VH�UHJLVWUDQ�HQ�OD�UHJLyQ�VXU�GH�6LQDORD�GXUDQWH�el siglo xix.97

De nueva cuenta, Berhold Seeman registra entre los años del bloqueo y toma del puerto por los invasores estadounidenses, la muerte del marino Sr. Shedden tras su llegada a Mazatlán después de un largo viaje hasta las regiones árticas. Sus restos fueron se-pultados en el cementerio protestante de Mazatlán, presentándose D�VX�IXQHUDO�ORV�R¿FLDOHV�GH�ODV�HPEDUFDFLRQHV�+HUDOG�\�$Q¿WULWH, el vicecónsul británico y otros residentes del puerto.98

También nos relata una interesante postal de la vida religiosa del Mazatlán decimonónico, donde se muestra en todo su esplendor el choque entre la modernidad y la tradición, en este caso, entre las mentalidades protestantes y las católicas;

Un protestante difícilmente puede imaginar el nivel en que se practi-can estas creencias. Una vez estaba en la casa de una familia europea, cuando una mujer del barrio vino a decir que su hijo menor estaba al borde de la muerte. “Mi querida señora”–dijo ella–, mi “angelito” se está muriendo, y vengo a preguntarle si podría hacerme el favor con una caja para enterrarlo”. La señora le dijo que de ser posible cumpliría con su solicitud, cuando la madre desnaturalizada conti-nuó: ¡”Vamos a tener una gran ceremonia”! La madrina va a enviar

��� ,QFOXVR�VX�iUHD�GH�LQÀXHQFLD�HV�VLJQL¿FDWLYD�\�VH�UHJLVWUD�KDFLD�¿QDOHV�de la década de 1820, cuando se cambian los nombres de los principales asen-WDPLHQWRV�KXPDQRV�GH�HVD�VXEUHJLyQ��3RU�DOJ~Q�HVSHFLDO�KRQRU�UHDOL]DGR�SRU�la logias yorkinas; el 5 de septiembre de 1828 la villa de San Sebastián pasa a llamarse Ciudad Concordia; seis días después, el 11 de septiembre, el senta-PLHQWR�KXPDQR� LGHQWL¿FDGR�GXUDQWH�JUDQ�SDUWH�GHO�DQWLJXR�UpJLPHQ�FRORQLDO�como Mazatlán, esto es, el presidio de los mulatos, pasa a tomar el nombre de la logia yorkina establecida en esa población, bautizándolo como Villa de la Unión; más al sur, en los límites con Nayarit, Chametla cambia de nombre a Villa Diana. Anastasio G. Sarabia, Obras Vol. iii: Apuntes para la historia de la Nueva Vizcaya, México, unam, 1993, p. 262.

98 Berthold Seemann Berthold Seemann, Op. cit., p. 129.

Roberto A. Mendieta Vega 71

DO�3DGUH��FRQ�PXFKD�P~VLFD��SDUD�GDU�OD�H[WUHPD�XQFLyQ��\�WDPELpQ�KD�SURPHWLGR�SDJDU�D�ORV�P~VLFRV�\�ORV�IXHJRV�DUWL¿FLDOHV�FXDQGR�mi angelito vaya camino al camposanto. Por eso estoy muy apurada por terminar los preparativos necesarios, para que nada falte cuando Nuestra Señora guste llevarse a mi angelito al cielo”. El niño murió al próximo día y durante toda la noche siguiente fueron vistos bailando \�GH�¿HVWD�HQ�XQD�FDVD�TXH�GHEHUtD�KDEHU�HVWDGR�GH�OXWR�DEVROXWR�99

Considerando lo anterior, no es difícil comprender que las casa comerciales extranjeras eran las gestoras de estas nuevas sociabi-lidad practicadas por los protestantes avecindados en el Mazatlán temprano, y por tanto, las relaciones comerciales y laborales que se promovían en su interior estaban regidas por la “organización racional capitalista del trabajo”,100 rasgo económico fundamental SDUD�GH¿QLU�D�XQD�FLXGDG�PRGHUQD�

Para comprender mejor el cambio hacia esta nueva mentalidad desde su base económica y cultural, debemos remitirnos nece-sariamente a lo que Max Weber denomina “espíritu del capita-lismo moderno”,101 en contraposición a un “espíritu capitalista

99 Ibíd., p. 151.100 “Pero la organización industrial racional, la que calcula las pro-

babilidades del mercado y no se deja llevar por la especulación irracional o SROtWLFD��QR�HV�OD�PDQLIHVWDFLyQ�~QLFD�GHO�FDSLWDOLVPR�RFFLGHQWDO��/D�PRGHUQD�organización racional del capitalismo europeo no hubiera sido posible sin la intervención de dos elementos determinantes de su desarrollo: la separación de la economía doméstica y la industrial (que hoy es un principio fundamental de la actual vida económica) y la consiguiente contabilidad racional” (p. 61). Es lo que Weber llama “ (…) el del origen del capitalismo industrial burgués con su organización racional del trabajo libre; o en otros términos, el del origen de la burguesía occidental con sus propias características, que sin duda guardan estrecha conexión con el origen de la organización capitalista del trabajo (…)” Max Weber, Op. cit., p. 63.

101 Y con lo de espíritu se hace referente a toda una gama de actitudes pWLFDV�DQWHV�OD�H[LVWHQFLD�LGHQWL¿FDGDV�HQ�VX�tipo ideal de empresario o comer-ciante, propio del capitalismo europeo y estadounidense del siglo xix.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...72

tradicionalista”, propio de una ética conformista y no arriesgada ante el trabajo y la vida material;

(…) es una “profesión” de enriquecerse: es una especie de compor-tamiento ante los bienes externos, de tal modo adecuado a aquella estructura, ligado de tal manera a las condiciones de triunfo, en la lucha económica por la existencia (…) ya no requiere apoyarse en la aprobación de los poderes religiosos; y considera como un obstáculo WRGD�LQÀXHQFLD�SHUFHSWLEOH�VREUH�OD�YLGD�HFRQyPLFD�GH�ODV�QRUPDV�eclesiásticas o estatales. La “concepción del mundo” va determinada por la situación de los intereses político-comerciales y político-sociales (…) quien no adapta su conducción de vida a las condiciones del éxito capitalista, se hunde, o al menos, no asciende demasiado �«��OD�FRQFHSFLyQ�GHO�HQULTXHFLPLHQWR�FRPR�XQ�¿Q�HQ�Vt�REOLJDWRULR�para el hombre, como “profesión”, contradecía el sentimiento ético de épocas anteriores de la historia.102

102 A inicios del siglo xx irrumpen en el pensamiento occidental, estas tesis de Max Weber sobre la tendencia general de los dueños de las empresas y SURSLHGDG�FDSLWDOLVWD�HXURSHR�RFFLGHQWDO�\�DPHULFDQD�PRGHUQDV�WpFQLFD�\�DG-PLQLVWUDWLYDPHQWH�GH�SURIHVDU�XQD�UHOLJLyQ�SURWHVWDQWH��6HJ~Q�VX�LQYHVWLJDFLyQ��GHVDUUROODGD�HQ�VRFLHGDGHV�GRQGH�HUD�HYLGHQWH�OD�LQÀXHQFLD�GHO�FDSLWDOLVPR�SDUD�OD�RUJDQL]DFLyQ�VRFLDO�VHJ~Q�VXV�LQWHUHVHV��HVWR�WDPELpQ�VH�SUHVHQWD�HQ�ODV�YDQ-guardias de la clase trabajadora. La elección religiosa de estos sujetos, sostiene Weber, se entiende como un fenómeno histórico hereditario que es condicionado por factores económicos favorables, y no lo contrario; esto es las regiones más ricas económicamente, y por tanto las familias, tenían la tendencia de ser pro-testantes. Por tanto, los dueños del capital y los directores de grandes empresas industriales y comerciales, deben tener una educación y riqueza considerable (p. 78) La educación no humanista sino la basada en conocimientos técnicos para desarrollar profesiones mercantiles e industriales, era la que preferían los protestantes para sus hijos. Los católicos participaban en menor medida del mun-do moderno capitalista alemán. (p.81) Weber distingue el viejo protestantismo clásico de Lutero, Calvino, Knox y Voet, del ethos del nuevo protestantismo de la vida moderna capitalista decimonónica. Aquel sería hostil a muchos de los ideales y valores presentes en el siglo xix, como el progreso, el lucro, el derroche, etc. (p. 89) Max Weber, Op. cit., p. 120.

Roberto A. Mendieta Vega 73

En este sentido, las casas comerciales eran la expresión ma-terial y social de las relaciones capitalistas de producción. Su administración se basa en la “organización-racional capitalista del trabajo formalmente libre”.103�8Q�WHVWLPRQLR�KLVWyULFR�TXH�FRQ¿U-PD�QXHVWUD�WHVLV��OR�RIUHFH�HO�MRYHQ�SURWHVWDQWH�\�V~EGLWR�DOHPiQ�$GROSK�5LHQVFK��TXLHQ�SRU�YROXQWDG�SURSLD�GHMy�OD�¿UPD�FRPHU-cial donde trabaja en su ciudad natal para trasladarse al puerto de Tampico y posteriormente, en 1841, a Mazatlán para trabajar la casa comercial Haas, Denghusen & Co. Después de unos meses de trabajo, comenta en su diario dos experiencias reveladoras del tipo organización laboral de las casas comerciales: “Antes que PH�SURPRYLHUDQ�DO�SXHVWR�GH�FRQWDGRU�\�MHIH�GH�R¿FLQD��KLFH�XQ�viaje al norte del país: a Sonora y Chihuahua (…) la casa Haas y Denghausen se vino abajo, en parte por el peso de las deudas y en parte por la falta de buena administración.”104

Otro aspecto no menos importante a considerar es la venta de mercancías como la esencia de las casas comerciales. Su labor no se reducía, como se puede pesar, a sólo conquistar mercados para sus productos industrializados, también era necesario crear por medio de la publicidad una sociedad de consumo afín al ca-pitalismo burgués, para las élites regionales.

103 Pero la organización industrial racional, la que calcula las probabilida-des del mercado y no se deja llevar por la especulación irracional o política, no HV�OD�PDQLIHVWDFLyQ�~QLFD�GHO�FDSLWDOLVPR�RFFLGHQWDO��/D�PRGHUQD�RUJDQL]DFLyQ�racional del capitalismo europeo no hubiera sido posible sin la intervención de dos elementos determinantes de su desarrollo: la separación de la economía doméstica y la industrial (que hoy es un principio fundamental de la actual vida económica) y la consiguiente contabilidad racional. Max Weber, Op. cit., p. 61.

104 Adolph Reinsch, Recuerdos de mi vida durante los años de 1830-1855, en Lorena Schobert Lizárraga, Lorena y Ernesto Hernández Norzagaray (Edit.), Raíces de Mazatlán: Fundación, política, música y viajeros, México, Asoc. de Gestores del Centro Histórico de Mazatlán/uas/Instituto municipal de Cultura de Mazatlán, 2006, pp. 210-212.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...74

Para lograrlo, además de la importación de herramientas y tecnología tanto para las actividades mineras, agrícolas y gana-dera, introducían a Mazatlán y a la región bienes manufacturados suntuosos como loza, juguetes, instrumentos musicales, vinos, cervezas, comestibles propios de la cultura europea, ropa, textiles, joyas, armas, etc.105 La publicidad de los productos de moda en las capitales europeas, fue característica de la prensa mazatleca en la segunda mitad del siglo xix. Mediante técnicas modernas de merca-deo (ilustraciones y eslóganes) mostraban las mercancías necesarias para reproducir el estilo de vida burgués propio de modernidad europea, posible gracias a las casas comerciales extranjeras;

Relojería Alemana de Luis Loeske. Surtido GH�DOKDMDV�\�UHORMHV�¿QRV�

Fábrica de Calzado de Calisher y Jacobs. La primera y más acreditada donde se encuentran

constantemente el más grande y mejor surtido de todas clases de calzado.

Rogers y Marshall. Joyeros. Ejecutan toda clase de trabajos de joyería-Montan diamante y perlas a la última moda.

El mundo ilustrado. Biblioteca de las familias. Instrucción y recreo.

Galería fotoGrÁfiCa del señor zaber.106

105 Claro está que este tipo de consumo iba dirigido a los dos grupos que formaban la clase dominante de la época; la vanguardia extranjera y su retaguar-dia las familias criollas de notables. Las importaciones realizadas de bienes de consumo imperecederos como perecederos, provenían principalmente de Francia, Inglaterra, Alemania y España, y ellos eran la forma en que se manifestaba la modernidad en la indumentaria, formas de ocio y alimentación. Entre los textiles destacaban el brin inglés, lino, seda, muselina, lana, etc. La ropa confeccionada eran corbatas, camisas, guantes, listones, mascadas, medias de algodón y de seda SDWD�KRPEUH�\�PXMHU��SDxXHORV�ERUGDGRV��HWF��(Q�PHUFHUtD�¿JXUDEDQ�ERWRQHV�metálicos, broches, hilazas, etc. En las bebidas embriagantes destacan vino tinto, FDUOyQ��JLQHEUD��FRxDF��FKDPSDxD��FHUYH]D��HWF��RWURV�DUWtFXORV�HUDQ�FULVWDOHUtD�¿QD��SHUIXPHV��MDERQHV��HVHQFLDV�¿QDV��SRPDGDV��FDFDR��TXHVRV��DFHLWXQDV�\�HVSHFLHV��entre otros. Luis Antonio Martínez Peña, Op. cit., pp. 167-169.

106 Esta selección de anuncios se tomaron del diario El Monitor del

Roberto A. Mendieta Vega 75

Además de los ejemplos mencionados, las nuevas formas de sociabilidad modernas que se promovían en las casas comerciales extranjeras del Mazatlán de la primera mitad del siglo xix, se re-ÀHMDEDQ�VLPEyOLFDPHQWH�HQ�HO�HVWLOR�DUTXLWHFWyQLFR�GH�ODV�PLVPDV��<�HVWR�QR�HV�SRFR��VL�FRQVLGHUDPRV�TXH�D�SDUWLU�GH�VX�HGL¿FDFLyQ�se ordenó el territorio y se construyó el paisaje social que los habitantes del Mazatlán temprano observaban cotidianamente.107 La arquitectura neoclásica fue, entonces, parte de esta nueva con-cepción revolucionaria del mundo emanada de varias formas de pensamiento propio de la modernidad occidental; la ilustración, el liberalismo, y posteriormente el positivismo.108

Este tipo de construcciones negaban con su estilo arquitectó-nico el imaginario del antiguo régimen monárquico para volver la mirada al renacimiento y la cultura llamada clásica de tiempos de la civilización griega en occidente. En el México decimonónico esta forma de pensamiento se importó de Europa;

3DFt¿FR durante el mes de agosto de 1878.107 Considerando al paisaje como dimensión humana, desde una perspec-

tiva histórica, nos lleva a reconocerlo como una representación cultural más de una época determinada. Pero también y sobre todo, como sostiene magistralmente James S. Duncan, el paisaje social es algo más que nuestra autobiografía, algo PiV�TXH�XQ�UHÀHMR�GH�OD�FXOWXUD�GH�XQD�pSRFD��HV�XQ�WH[WR�D�LQWHUSUHWDU�UHGDFWD-GR�SRU�TXLHQ�GRPLQD�R�JRELHUQD��FRQ�¿QHV�HFRQyPLFRV��SROtWLFRV�R�UHOLJLRVRV��James S. Duncan, The city as text; the politics of landscape interpretation in the Kandyan Kingdom, Cambridge University Press, uk, 2004, p. 11-19.

108 “Diversas ideologías apuntarán hacia ese objetivo por un lado la idea del progreso, es decir con la creencia de que el tiempo tiene una dirección y la historia un sentido progresivo, lineal, que tiende al mejoramiento (…) el libe-ralismo (…) el positivismo (…) la ciudad será observada mediante los métodos FLHQWt¿FRV�\�VH�LQWHQWDUi�VX�WUDQVIRUPDFLyQ�FRQ�DSHJR�D�VXV�SRVWXODGRV´��)HGHULFR�Fernández Christlieb, Europa y el urbanismo neoclásico en la ciudad de México; antecedentes y esplendores, México, Plaza y Valdés/unam, 2000, pp. 76-77.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...76

(…) habrá aspectos particulares que no se compartan con el neoclá-sico en otras latitudes, pero en el fondo, dominará ese espíritu de progreso que caracteriza a los países europeos y a las élites de los territorios americanos durante los siglo xviii y xix. Europa será un referente obligado no sólo en el ámbito del urbanismo, sino en toda manifestación cultural (…) convalidando con ello, la supuesta supremacía de Occidente.109

&RPR�GLFH�$OYDUDGR�)XHQWH�HQ�VX�HVWXGLR�VREUH�ODV�HGL¿FDFLR-nes del centro histórico de Mazatlán, el paradigma social y estético de la llamada época neoclásica tenía como ideal construir una ciudad racional por medio de la ciencia y la industria, que llevara a la felicidad de sus habitantes.110 O por lo menos esa era la jus-WL¿FDFLyQ�GH�HVH�WLSR�GH�PHQWDOLGDG�TXH�ORV�JUXSRV�TXH�IRUPDEDQ�la burguesía ilustrada promovían en la colectividad;

El neoclasicismo implicó la apreciación de la belleza y la estética. ,PSOLFy�OD�UHYDORUDFLyQ�GH�ODV�DUWHV��GH�OD�P~VLFD��GH�OD�SLQWXUD��GH�la escultura, de la ópera (…) las construcciones eran mayormente dedicadas a museos, bibliotecas, teatros, provistos generalmente de pórticos, es decir, de un elemento que tenía su origen en las construcciones sacras de la antigüedad. Los almacenes, los hoteles, la arquitectura conmemorativa eran construidos bajo los esquemas funcionales del neoclásico por moda y por necesidad de manifestar un “buen gusto” funcional y sobriamente elegante y bello.111

Lo señalado en la cita anterior será otra característica de las

109 Ibíd., p. 69.110 El estilo neoclásico fue el característico de toda la costa del noroeste

de México donde se manifestó la presencia de casas comerciales extranjeras, por ejemplo en Colima, Guaymas, etc., así como en el trazo de calles y lugares GH�VRFLDELOLGDG��FRPR�ODV�SOD]DV�S~EOLFDV�\�ORV�SDVHRV�

111 Leticia Alvarado, El Viejo Mazatlán, Op. cit., p. 97

Roberto A. Mendieta Vega 77

sociabilidades modernas fundadas en el romanticismo alemán112 vinculado al arte, las pasiones, la belleza, la bohemia, en resumen la vida sensual más que racional gestada en las casas comerciales extranjeras. Esto claro, en las primeras décadas de vida del puerto antes de que se institucionalizaran en forma de teatros, paseos, SOD]DV��FRQFLHUWRV�S~EOLFRV��DVRFLDFLRQHV��GXUDQWH�OD�belle epoque SRU¿ULVWD�

Estas sociabilidades modernas de tipo cultural pueden observar-se en nuestras fuentes, en el grupo extranjero alemán y por exten-sión en sus casas comerciales.113 En el diario ya referido del alemán

112 La poesía de la vida, le llamaba al romanticismo europeo durante el siglo xix. Se manifestó primeramente en tierras germanas, posteriormente pasó a Inglaterra y Francia, como un complemento (una subcultura podríamos decir GHVGH�HO�SUHVHQWH��RPQLSUHVHQWH�GH�OD�FXOWXUD�HXURSHD�PRGHUQD��&DVL�LQFODVL¿-cable, no era ideología, más bien era un estado de ánimo y modo de actuar, un talante. Pasaba de una persona a otra sin importar ideales políticos o clase social. Sus fundamentos eran sencillos, en apariencia; otorgar la máxima importancia a las emociones individuales y a la imaginación. Los sentimiento del corazón, aunque irracionales, se consideraban más válidos que los pensamientos de la cabeza. El romanticismo alemán revitalizaba el pasado alemán y recordaba a ORV�DOHPDQHV�VX�QDFLRQDOLGDG�FRP~Q��DGHPiV�SURFODPDED�OD�OLEHUWDG�GH�ODV�DUWHV�modernas, así como la esencia del hombre natural e inocente ante la sociedad pregonada a mediados de siglo xviii por Rousseau. George L. Mosse, La cultura europea del siglo xix, Barcelona, Editorial Ariel, 1997, pp. 42-63.

���� &RPR� VH� KD�PHQFLRQDGR�� HQ� ODV� ~OWLPDV� GpFDGDV� GHO� VLJOR� HVWDV�sociabilidades se institucionalizan en la sociedad mazatleca dejando de ser expresiones micro sociales y marginales. Ejemplo de ello, es lo ocurrido con la FRORQLD�DOHPDQD�D¿QFDGD�HQ�HO�SXHUWR�GHVGH�VX�SREODPLHQWR�GH¿QLWLYR��FRPR�señala la siguiente nota: “Los alemanes se divierten. Anoche se reunió un nu-meroso círculo de ellos, en el “Club de la Unión”, dispuestos todos á celebrar convenientemente un suceso agradabilísimo: á saber, la llegada de un huésped recomendado por persona de todos muy querida. Este huésped era una barrica GH�PDJQt¿FD�FHUYH]D��TXH�OHV�HQYLy�HO�LQROYLGDEOH�'��&DUORV�*ROGVFKPLGW��<�como en cuestión de cerveza no hay verdadero sajón que permanezca indiferente, todos se reunieron á hacerle los honores”. ahm, El Correo de la tarde, Tomo VIII.��1~P����������ViEDGR����GH�VHSWLHPEUH�GH�������0D]DWOiQ��0p[LFR��S����

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...78

Adolph Riensch, se describen algunos episodios relevantes sobre sus prácticas, espacios y representaciones que sostenía su menta-lidad moderna, y su relación con aquella sociedad tradicionalista;

Cuando hablo de mis noches bohemias en Mazatlán, no quiero dar la impresión que no me esmeré en mis labores. (…) Nada era más natural TXH�XQD�¿HVWD�VLJXLHUD�D�OD�RWUD�\�ODV�FDVDV�FRPHUFLDOHV�FRPELQDEDQ�OR�necesario con lo placentero y por tanto en el día se hacían negocios y en la noche se festejaba. Los patios centrales de las casas servían su propósito, ya que eliminábamos los muebles y decorábamos paredes con tela de lino para crear una sala de baile. En los techos colocábamos sogas tensas de las que colgaban linternas de papel y candelabros. Todo esto producía una atmósfera mágica. Quien no tenía espacio en VX�FDVD��VH�OLPLWDED�D�GDU�XQD�¿HVWD�HQ�OD�DPSOLD�FDVD�GH�ORV�5DPtUH]��que antes que se construyera la iglesia, se usaba para ofrecer misa, DVt�TXH�GRQGH�VH�FHOHEUDED�¿HVWD�KDVWD�DOWDV�KRUDV�GH�OD�PDGUXJDGD��HQ�OD�PDxDQD�VLJXLHQWH��HQ�GRPLQJR��VH�R¿FLDED�PLVD�114

Además, su testimonio nos muestra que a su llegada a Mazatlán las sociabilidades establecidas giraban en torno a otros jóvenes alemanes, con los cuales empezó a reproducir tradiciones, diver-VLyQ��RFLR�\�JXVWRV�PXVLFDOHV�SURSLRV�GH�VX�FXOWXUD��³/D�P~VLFD�QRV�XQtD�D�WRGRV�\D�TXH�HUD�OD�SDVLyQ�FRP~Q��3ULVL�FRQ�VX�FHOOR��Meyer al piano y canto y yo también en el canto. Así pasábamos incontables tardes inolvidables. A nuestras prácticas y recitales acudía mucha gente ya que en esos días en Mazatlán reinaba una armonía y sociabilidad sin igual. Los negocios iban bien y en las tardes todos deseaban celebrar”.115

También las sociabilidades incluía a los dueños o represen-tantes de las casas: “Ya que entre patrones y empleados había poca diferencia”, entendiendo esto como empleados y patrones

114 Adolph Reinsch, Op. cit., pp. 209-211.115 Ibíd., p. 205.

Roberto A. Mendieta Vega 79

extranjeros, sobre todo con mismo origen étnico. Resulta difícil pensar que un mozo mestizo, pardo o indígena mexicano, hubiera sido parte de las actividades cotidianas de ocio y divertimento comentadas en su diario;

Se comía y bebía juntos, montábamos a caballos y nos divertíamos todos juntos. En las mañanas nos bañábamos en el mar (…) por las WDUGHV�QRV�WLUiEDPRV�HQ�ODV�GXQDV�GH�DUHQD�JR]DQGR�GHO�¿UPDPHQWR�y la frescura de esa hora. A veces hacíamos excursiones y cuando un barco anclaba en la bahía, lo visitábamos o nos íbamos de pic nic a las tantas islas vecinas. Normalmente nos íbamos a la más cercana, que es la del Crestón, desde donde uno tiene una hermosa vista hacia el océano y donde se siente la frescura marítima.116

Además del gusto por el contacto con la naturaleza presente en el anterior testimonio, su diario registra el conocimiento, edu-cación musical y de ejecución de instrumentos clásicos, así como OD�D¿FLyQ�GHO�JUXSR�DOHPiQ�SRU�RWUDV�PDQLIHVWDFLRQHV�DUWtVWLFDV�117 (VWR�VH�D¿UPD�HQ�GtDV�GHO�DUULER�DO�SXHUWR�GH�'RQ�/XLV�&DVWUHMyQ

116 Ibíd.117 Este gusto de los grupos alemanes que llegaron a Latinoamérica por

OD�P~VLFD�\�ODV�DUWHV��HV�XQD�FRQVWDQWH�HQ�FXDQWR�D�VRFLDELOLGDGHV�H�LQVWLWXFLRQHV�en otras regiones del subcontinente. Por ejemplo, en el puerto de Valparaíso se establece en 1822 la primer casa comercial alemana, Hunt Gruning y Cía., seguida GH�OD�FXDO�HUD�VRFLR�HO�FyQVXO�SUXVLDQR�)HUQDQGR�)OLQGW��OD�¿UPD�&DQFLDQL�\�&tD��Mientras en la capital, Santiago se registra hacia 1819, en el plano cultural, la IXQGDFLyQ�GH�OD�6RFLHGDG�)LODUPyQLFD�GH�&DUORV�'UHLYHUNHU�H�,VDGRUD�=HJHUV��para difundir las obras de Haydn, Mozart y Beethoven. Estas prácticas eran acompañadas por otros cantos y prácticas tradicionales de las regiones a las que pertenecían los comerciantes germánicos, por medio de las cuales buscaban sanar necesidades íntimas pero también sociales con el afán de extenderlas al nuevo entorno social que estaban ayudando a formar. Roque Esteban Scarpa, Presencia visible e invisible de Alemania en Chile, Santiago de Chile, Instituto chileno-alemán de cultura, 1973, pp. 13-14

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...80

procedente de la Ciudad de México, reconocido por ser quien trajo por vez primera una ópera italiana de Europa a México;

(…) en Mazatlán montó espectáculos similares, si bien no una ópera entera, partes de esta, así como ballet y piezas dramáticas (…) en una temporada había compañías de teatro que rivalizaban en el teatro Alegría y en el Principal. Nosotros íbamos de una función a otra y después nos íbamos tranquilamente a divertir con los artistas, quienes querían saber cómo había actuado la competencia.118

Finalmente, el arrebato sentimental propio del romanticis-mo se manifestaría en uno de los socios de la casa comercial, Augusto Haas, compañero de no pocas noches de bohemia del joven Riensch.119 En su diario relata como Haas se enamoró perdidamente de la hija del notable culiacanense Don Rafael de la Vega, una de las mujeres más hermosa de la ciudad. Pero al no profesar la religión católica sino la protestante, el padre de Rafaelita de la Vega no aceptaba el noviazgo mucho menos el compromiso;

Sólo cuando Haas prometió convertirse al catolicismo, cedió el suegro (…) El antes bohemio Haas, no tenía ojos para nadie más que para Rafaelita al grado de que ya no se encargaba de los negocios (…) No sé si eso lo hizo feliz, ya que a partir de entonces la casa Haas y Denghausen se vino abajo, en parte por el peso de las deudas y en parte por la falta de buena administració.120

118 Adolph Riensch, Adolph Riensch, Op. cit., p.205.119 Y de nuevo vivimos la buena compañía de damas que mucho nos

apreciaban. Si yo era considerado un buen partido, mucho más lo era Haas que tenía fama de simpático además de muy rico. Aunque Haas era quien pagaba ODV�¿HVWDV�TXH�KDFtDPRV�HQ�ORV�MDUGLQHV��HUD�D�Pt�DO�TXH�VH�OR�DJUDGHFtDQ�\D�TXH�yo me encargaba de invitar gente a esos bailes que tan contento dejaban a todo el mundo. Ibíd., p. 208.

120 Ibíd., pp. 211-212.

Roberto A. Mendieta Vega 81

De igual forma que la experiencia histórica registrada para las sociedades europeas y novohispanas en vísperas de las revoluciones napoleónicos e hispánicas, en sus inicios estas sociabilidades modernas fueron practicadas por las élites re-gionales en espacios privados, para posteriormente descender KDFLD� ORV� HVSDFLRV� S~EOLFRV� HQ� VX� LQWHQWR� SRU� UHYROXFLRQDU� ODV�mentalidades colectivas de los grupos sociales subordinados.

De esta manera, debemos entender que desde las casas comer-ciales extranjeras se gestaron las nuevas sociabilidad para las élites de Mazatlán, donde se mantenían relaciones culturales, esto es ideas, imaginarios, valores, representaciones y prácticas, acordes con la modernidad europea. Claro, esto se dirigía en un principio a un selecto grupo de personas que con el tiempo se fue extendiendo DO�SUR\HFWR�GH�IRUPDFLyQ�VRFLDO�TXH�WHQGUtD�HO�SXHUWR�KDFLD�¿QDOHV�del siglo xix��\D�PiV�DFRUGH�FRQ�OD�PRGHUQLGDG�SRU¿ULVWD�

Una consideración histórica de suma importancia para este HQVD\R�HV�OD�D¿UPDFLyQ�TXH�KDFH�)UDQFRLV�;DYLHU�*XHUUD��VREUH�las primeras formas de difusión de las sociabilidades modernas en OD�(VSDxD�SHQLQVXODU�HQ�HO�~OWLPR�FXDUWR�GHO�VLJOR�xviii, y que se repite en las colonias novohispanas en vísperas de su independen-cia; esto es, la transmisión de estos modelos culturales se dieron desde el centro a la periferia de una misma área cultura;

(…) bastantes de los fundadores de las sociedades americanas –por ejemplo, el americano Jacob de Villaurrutia, alma de la de Guate-mala fuesen hombres que habían conocido ese tipo de sociabilidad en la Península. Se repite aquí lo que ya había pasado en la España peninsular con relación a los otros países europeos y sobre todo a Francia. Para la fundación de la primera de todas, la Vascongada, HO�FRQGH�GH�3HxDÀRULGD�VH�LQVSLUy�HQ�ODV�DFDGHPLDV�SURYLQFLDOHV�\�

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...82

diversas instituciones eruditas que había conocido durante su estancia en Francia y otras análogas existentes en Italia.121

Sin embargo, por las particularidades históricas de las socie-dades del noroeste mexicano, entre la principal el aislamiento de los centros urbanos principales tanto del virreinato como en el 0p[LFR� LQGHSHQGLHQWH��QR�VH�SXHGH�D¿UPDU�TXH� OD� WUDQVPLVLyQ�GH�ODV�VRFLDELOLGDGHV�PRGHUQDV�IXHUD�GHO�FHQWUR�HQ�HVWH�FDVR�ODV�SULQFLSDOHV�FLXGDGHV�GHO�0p[LFR�LQGHSHQGLHQWH�D�OD�SHULIHULD��0iV�bien, en el caso del puerto de Mazatlán y su poblamiento, fue de manera externa al país; las nuevas sociabilidades no pasaron ni SRU�OD�LQÀXHQFLD�GH�ODV�FLXGDGHV�PH[LFDQDV��QL�VH�LPSRUWDURQ�GH�OD�experiencia de la península española, ya que mediante los extran-jeros representantes de las casas comerciales inglesas, alemanas, francesas y estadounidenses, se instalaron de manera directa en la élite de la sociedad en formación.

ConClusión

El siglo xix latinoamericano se caracterizó por la incursión de las sociedades del antiguo régimen colonial, en la forma de vida occidental europea que promovía la modernidad burguesa FDSLWDOLVWD��3HUR�HVH�FDPELR�QR�IXH�V~ELWR�QL�SDFt¿FR��HVWDEOH�R�previsible, mucho menos homogéneo en todas esas regiones del subcontinente y las fases de la vida humana donde se manifestó; la cultura, la política, la economía.

En Sinaloa, después de los procesos de Independencia iniciados HQ�������ODV�SULPHUDV�IRUPDV�GH�VRFLDELOLGDG�PRGHUQD�VH�LGHQWL¿-can en la ciudad-puerto de Mazatlán, promovidas por extranjeros desde sus casas comerciales, siendo el principal síntoma para la historia cultural de un cambio ocasionado por los procesos de

121 Francois-Xavier Guerra, Op. cit., p. 104.

Roberto A. Mendieta Vega 83

independencia: de formas tradicionales normadas por el mundo corporativo y religioso del antiguo régimen colonial, a las nue-vas formas de sociabilidad impulsadas por individuos libres y la PHQWDOLGDG�GH�OD�PRGHUQLGDG�HXURSHD��OR�TXH�WDPELpQ�VLJQL¿Fy�HO�cambio de una sociedad controlada por la Iglesia católica a otra surgida de una vida civil, más laica, basada en los dogmas del capitalismo liberal.

Al igual que la experiencia histórica registrada para las socie-dades europeas y novohispanas en vísperas de las revoluciones napoleónicos e hispánicas, estas sociabilidades modernas fueron practicadas por las élites regionales en espacios privados, para SRVWHULRUPHQWH�GHVFHQGHU�KDFLD�D�HVSDFLRV�S~EOLFRV�HQ�VX�LQWHQWR�por revolucionar las mentalidades colectivas de los grupos sociales subordinados.

En las primeras décadas decimonónicas, al interior de las casas comerciales extranjeras se reproducía un mundo muy distinto que al exterior de ellas: los sueños, pesadillas, deseos, valores, creen-cias, ideas, y hasta el correr del tiempo eran ajenos al entorno; es esto es, los individuos que las habitaban y establecían relaciones sociales tenían imaginarios, representaciones y prácticas acordes a la modernidad europea. Con el paso de los años y el desarrollo vertiginoso de esa sociedad, estas mentalidades se proyectarían HQ�HO�HVSDFLR�S~EOLFR�HQ�ODV�~OWLPDV�GpFDGDV�GHO�VLJOR�xix, coinci-diendo con los tiempos de la modernidad impuesta por el régimen SRU¿ULVWD�

(Q�6LQDORD��HVWDV�~OWLPDV�PDQLIHVWDFLRQHV�GH�PRGHUQL]DFLyQ�se relacionan con el régimen del Gral. Francisco Cañedo, y pos-teriormente con los gobiernos estatales surgidos de la revolución de 1910, o sea: fueron normadas, dirigidas y usadas política, económica y discursivamente, por un gobierno central al mando de actores locales, étnicamente mestizos mexicanos; mientras que la experiencia mazatleca temprana, fue promovida por empresas

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...84

particulares y extranjeros formados realmente en las sociedades modernas de aquellos años, herederos directos de toda la historia de la Europa occidental.

(Q�HVWH�VHQWLGR��SRGHPRV�D¿UPDU�GHVGH�HO�WUDEDMR�LQWHOHFWXDO�realizado para el presente ensayo, que la ciudad-puerto de Ma-zatlán comparte procesos históricos similares a otros puertos lati-noamericanos durante el temprano siglo xix, como Buenos Aires, Valparaíso, San Francisco, así como algunos otros del Caribe. Por ello sostenemos la tesis de que estos puertos no sólo son produc-tos del comercio decimonónico entre las potencias imperialistas HXURSHDV�\�ORV�UHFLpQ�IRUPDGDV�UHS~EOLFDV�ODWLQRDPHULFDQDV��VLQR�que además son producto de la modernidad económica, política \�FXOWXUD�GH�OD�LQGXVWULDOL]DFLyQ�\�HO�LOXPLQLVPR�HXURSHR��UHD¿U-mamos a su vez, la interpretación histórica sobre la formación de la ciudad-puerto del Mazatlán decimonónico; en un principio el puerto tuvo apellido extranjero, fue gobernado por las leyes bur-guesas del laissez faire-laissez passer y en su alma se erigieron templos al Dios Mammon y al Progreso.

Otras conclusiones del presente ensayo más de índole aca-démica, sostienen que el estudio de las migraciones extranjeras tempranas al noroeste de México después de la Independencia, es interesante para la historiografía nacional y latinoamericana por varias razones:

,GHQWL¿FDQ�XQ�SURFHVR�PRGHUQL]DGRU�GXUDQWH�HO�VLJOR�xix, no regido por autoridades nacionales, y que inicia mucho antes que ODV�UHIRUPDV�OLEHUDOHV�\�HO�UpJLPHQ�SRU¿ULVWD�

0XHVWUD�FRPSRUWDPLHQWRV�GLVWLQWRV�GH�LQÀXHQFLD�GH�OD�PRGHU-nidad europea en la región, ya que la cultural europea no llega a Sinaloa por las capitales de los países periféricos, en este caso México, Puebla o Guadalajara, sino que se da de forma directa, práctica con la presencia de comerciantes-inmigrantes extranjeros y sus formas de sociabilidad y las casas comerciales. Siendo el

Roberto A. Mendieta Vega 85

puerto de Mazatlán el primer espacio propio de la modernidad en Sinaloa, esto es, un estilo de vida urbano y prácticas sociales, sensibilidades y mentalidades acorde a las sociedades burguesas europeas.

(O� HVWXGLR� KLVWyULFR� GHVGH� XQD� SHUVSHFWLYD� FLHQWt¿FD� GHO�Sinaloa y el Mazatlán decimonónico, debe de considerar ne-cesariamente la comparación sociológica e histórica con otros procesos similares ocurridos en las costas de América Latina, EXVFDGR�LGHQWL¿FDU�ODV�VLPLOLWXGHV�\�GLIHUHQFLDV�TXH�SHUPLWDQ�LQ-terpretaciones históricas de alcance continental, y de esta manera rescatar el estudio histórico del puerto de Mazatlán del ámbito regionalista-apologéticos.

Para lograr este objetivo es necesario superar las fuentes his-tóricas clásicas y regionales, y sobre todo la metodología de la historia tradicional positivista, para de esta forma con nuevas pers-pectivas teóricas y metodológicas, propias de las ciencias sociales contemporáneas y del desarrollo de la historiografía occidental y latinoamericana durante el siglo xx, surja en todo su esplendor la historia total de Sinaloa y de su principal puerto, Mazatlán.

Fuentes

arChivos

amm, Archivo Municipal de Mazatlán, Mazatlán, México.ahGes, Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa, Culiacán,

Sinaloa.credhic, Archivo Centro Regional de Documentación Histórica y Cien-

Wt¿FD��&XOLDFiQ��0p[LFR�ashCp��$UFKLYR�GH�OD�6HFUHWDUtD�GH�+DFLHQGD�\�&UpGLWR�3~EOLFR��%LEOLRWHFD�

Miguel Lerdo de Tejada, D.F., México.

biblioGrafía

Aranda Pérez, Francisco José (Coord.), Burgueses o ciudadanos en la España moderna, España, Universidad de Castilla-La Mancha, 2003.

Beaufoy, Mark, Mexican illustrations, founded upon facts; indicative of the present condition of society, manners, religion, and morals, among the Spanish and native inhabitants of Mexico has they appeared dur-ing part of the years 1825, 1826, 1827, interspersed with occasional remarks upon climate, produce, and antiquities of the country mode of working of the mines, London, The Carpenter and Son, 1828.

Berman, Marshall, Todo lo sólido se desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad, México, Siglo xix, 2004.

Roberto A. Mendieta Vega 87

Bethell, Leslie (ed.), Historia de América Latina, Tomo VI: América Latina independiente, 1820-1870, Barcelona, Crítica, 1991.

Bernecker, Walther L., Contrabando: Ilegalidad y corrupción en el México del siglo xix, México, Universidad Iberoamericana, 1994.

%RQ¿O�%DWDOOD��*XLOOHUPR��&RPS����Simbiosis de culturas; los inmigran-tes y su cultura en México, México, fCe/ConaCulta, México, 1993.

Devoto, Fernando, Historia de la inmigración en la Argentina, Buenos Aires, editorial Sudamericana, 2004.

Duncan, James S., The city as text; the politics of landscape interpretation in the Kandyan Kingdom, uk, Cambridge University Press, 2004.

Echeverría, Bolívar, La modernidad de lo barroco, México, Era, 2005.Fradera, Joseph Ma. y Millán, José (Eds.), Las burguesías europeas

del siglo xix: sociedad civil, política y cultura, Valencia, Biblioteca Nueva Universitat de Valencia, 2000.

Fernández de Lizardi, José Joaquín, Obras xiii: Folletos (1824-1827), México, unam, 1995.

Fernández Christlieb, Federico, Europa y el urbanismo neoclásico en la ciudad de México; antecedentes y esplendores, México, Plaza y Valdés/unam, México, 2000.

Galeano, Eduardo, Las venas abiertas de América Latina, México, Siglo xxi, 2002.

García Becerra, José Antonio, El Estado de Occidente: realidad y cisma de Sonora y Sinaloa 1824-1831, Argentina, Edit. Rubinzal y Culzoni, 1996.

Guerra, Francois-Xavier, Modernidad e independencias; Ensayo sobre las revoluciones hispánicas, México, mapfre/fCe, 1992.

Historia General de México, México, Colmex, 2007.Hobsbawn, Eric. J., Las Revoluciones Burguesas, Tomo I, México,

Ediciones Quinto Sol, 1974.Ibarra Bellon, Araceli, El comercio y el poder en México 1821-1864:

OD�OXFKD�SRU�ODV�IXHQWHV�¿QDQFLHUDV�HQWUH�HO�(VWDGR�FHQWUDO�\�ODV�regiones, México, fCe/udG, 1998.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...88

Larraín, Jorge, Modernidad, Razón e Identidad en América Latina, Chile, Editorial Andrés Bello, 1996.

Le Goff, Jacques, La Civilización del occidente medieval, España, Paidós, 1999.

Marini, Ruy Mauro, Dialéctica de la dependencia, México, Era, 1973.Martínez Assad, Carlos, De extranjeros a inmigrantes en México, Méxi-

co, unam, 2008.Marx, Carlos y Engels, Federico, Obras Escogidas, WRPR� ,��0RVF~��

Editorial Progreso, 1980.Mosse, George L., La cultura europea del siglo xix, Barcelona, Editorial

Ariel, 1997.Muñoz, Blanca, Modelos culturales: teoría sociopolítica de la cultura,

España, uam/Antrhopos, 2005.Olvera, Jaime y Reyes Garza, Juan Carlos, Los puertos noroccidenta-

les de México, México, inah/El Colegio de Jalisco/Universidad de Colima, 1994.

Orozco y Berra, Manuel (Coord.), Apéndice al diccionario universal de historia y de geografía: colección de artículos relativos á la República mexicana, Tomo II, México, Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante, 1856.

Ortega Noriega, Sergio y López Mañón, Edgardo, Sinaloa; una historia compartida, México, difoCur/Instituto de Investigación Dr. José María Luis Mora, 1987.

Primer Encuentro de Historia de Cantabria, tomo II, España, Universidad de Cantabria/Gobierno de Cantabria, 1999.

Ramos Smith, Maya, Teatro Música y Danza en el México de la Belle Epoque 1867-1910, México, uam/Gaceta, 1995.

Revel, Jacques, Las construcciones francesas del pasado, México, fCe, 2002.

Román Alarcón, Rigoberto Arturo, Comerciantes extranjeros en Mazat-lán: 1880-1910, México, Cobaes, 1998.

Scarpa, Roque Esteban, Presencia visible e invisible de Alemania en Chile, Santiago de Chile, Instituto chileno-alemán de cultura, 1973.

Roberto A. Mendieta Vega 89

Sarabia, Anastasio G., Obras Vol. III: Apuntes para la historia de la Nueva Vizcaya, México, unam, 1993.

Schobert Lizárraga, Lorena y Hernández Norzagaray, Ernesto (Edit.), Raíces de Mazatlán: Fundación, política, música y viajeros, México, Asoc. de Gestores del Centro Histórico de Mazatlán/uas/Instituto municipal de Cultura de Mazatlán, 2006.

Seemann, Berthold, Narrative of the voyage of H. M. S. Herald during the years 1845-1851, Vol. I, London, Reeve and Co. 1853.

Semanario político y literario de Méjico, Tomo II, México, Imprenta de Don Alejando Valdés, 1821.

Simmel, Georg, Sobre la individualidad y las formas sociales, Argentina, Universidad Nacional de Quilmes, 2002.

Sosa, Ignacio y Connaughton, Brian (Coords.), Historiografía latinoa-mericana contemporánea, México, unam, 1999.

Valdez Aguilar, Rafael, Labor franciscana en el Sinaloa del siglo xvi, México, difoCur, 2006.

________, El real de minas de nuestra Señora del Rosario, México, Cobaes, 1998.

Villoro, Luis, El proceso ideológico de la revolución de independencia, México, ConaCulta, 2002.

Von Metz, Brígida y Radkau, Verena [et al.], Los pioneros del imperia-lismo alemán en México, México, Ciesas/CasaChata, 1982.

Wallerstein, Immanuel, Después del liberalismo, México, Siglo xxi/unam, 2005.

Ward, H. G., Mexico in 1827, Vol. I, London: Henry Colburn, New Burlinton street, 1828.

Weber, Max, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, México, fCe, 2003.

Weber, David J., Bárbaros: los españoles y sus salvajes en la era de la Ilustración, España, Crítica, 2007.

Wood, Maxwell, Wandering sketches of people and things in south America, Polynesia, California and other places visited during a cruise of board of the U.S. ships levant, Portsmounth, and Savannah, Philadelphia, published by Carey and Hart, 1849.

Las casas comerciales extranjeras del puerto de Mazatlán...90

hemeroGrafía

El Correo de la Tarde. Mazatlán.(O�0RQLWRU�GHO�3DFt¿FR. Mazatlán.El Correo de Occidente. Culiacán.La Opinión. Culiacán.El Socialista. Mazatlán.El Fénix de la Libertad. México.

revistas

El Payo del Rosario, “De coyote a perro inglés voy al coyote ocho a tres”, En Guía de Forasteros: Estanquillo literario para el año de 1825,�$xR�,,,��9RO��,9��1~P�����0p[LFR�

Esteban de Antuñano, “El Bloqueo marítimo y el futuro industrial”, En Guía de Forasteros: estanquillo literario para el año de 1838, Año ,,,��9RO��9��1~P����0p[LFR�

Luis Antonio Martínez Peña, “Inmigrantes europeos en Mazatlán; siglo xix”, En revista Arenas,�1~P������0D]DWOiQ��3ULPDYHUD�GHO������

Rigoberto A. Román Alarcón, “La región y su análisis: teorías para su estudio”, En revista Clío��1~P������uas, México.

Jean-Pierre Bastian, “Jacobinismo y ruptura revolucionaria durante el SRU¿ULDWR´��(Q�UHYLVWD�Estudios Mexicano��9RO�����1~P����������

Héctor R. Olea, “Historia del puerto de San Juan Bautista de Mazatlán II”, en Revista Letras de Sinaloa��1~P���������GH�QRYLHPEUH�GH�������Culiacán, Sinaloa, México.

Jorge Larraín, “La trayectoria latinoamericana a la modernidad”, En revista de Estudios Públicos,�1~P������&KLOH��������S������

Nicolás Pineda Pablos, “Lo que trajo el viento: extranjeros en Sonora en el siglo xix�\�HO�3RU¿ULDWR��HQ�UHYLVWD�Clío, Facultad de Historia, 8QLYHUVLGDG�$XWyQRPD�GH�6LQDORD��1~P������0p[LFR��HQHUR�DEULO�de 1999.

Roberto A. Mendieta Vega 91

Brígida M. Von Mentz de Boege, “Noticias sobre alemanes en México durante el Triunvirato y la presidencia de Victoria”, en Revista Es-tudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Vol. VII, unam/iih, México, 1979.

tesis y memorias

Leticia Alvarado Fuentes, El viejo Mazatlán… donde todo comienza: Identidad, representaciones e historia, Tesis para obtener el grado de Doctor en Ciencias Sociales/uas, México, 2005.

Roberto A. Mendieta Vega, El Puerto de Babel: Extranjeros y hegemonía cultural en Mazatlán decimonónico, Culiacán, Tesis de Maestría en Historia/uas, 2010.

Luis Antonio Martínez Peña, Historia del comercio en Mazatlán 1823-1875, Culiacán, Tesis en Maestría en Historia/uas, 1998.Enrique Vega Ayala, ¡Ay, mi Mazatlán¡ historias de ayer y hoy, Archivo

Histórico de Mazatlán, (Documento digitalizado).

doCumentos eleCtróniCos

Hernd Hausberger, “La vida cotidiana de los misioneros jesuitas en el noroeste novohispano”, En internet: http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn17/ehn01705.pdf

Guillermo A. Peimbert Frías, “Comentarios y glosas en torno a Moderni-ties de Peter Taylor”, en Revista electrónica del Seminario permanen-te de Cultura y representaciones sociales (www.culturayrs.org.mx), iies-unam��$xR����Q~PHUR������GH�VHSWLHPEUH�GH�������0p[LFR��'��)�

reperCusiones soCioCulturales de la independenCia y la revoluCión mexiCana en sinaloa: nuevas miradas

Roberto A. Mendieta Vega y Fernando Rodelo Mendoza(Coords.)

se terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2010 HQ�ORV�WDOOHUHV�JUi¿FRV�GH�onCe ríos editores,

calle Río Usumacinta 821 Col. Industrial Bravo. Tel. 01(667)712-2950. Culiacán, Sin.

Esta obra consta de 500 ejemplares.