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REMA Hoja Parroquial Parroquia de la La Inmaculada y San Pedro Pascual de Jaén Domingo 4 de Cuaresma Ciclo C 6 de marzo de 2016 nº 23 Sin duda, la parábola más cautivadora de Jesús es la del «padre bueno», mal llamada «parábola del hijo pródigo». Precisamente este «hijo menor» ha atraído siempre la atención de comentaristas y pre- dicadores. Su vuelta al hogar y la acogida increíble del padre han conmovido a todas las generaciones cristianas. Sin embargo, la parábola habla también del «hijo mayor», un hombre que permane- ce junto a su padre, sin imitar la vida desor- denada de su hermano, lejos del hogar. Cuando le informan de la fiesta organizada por su padre para acoger al hijo perdido, queda desconcertado. El retorno del her- mano no le produce alegría, como a su pa- dre, sino rabia: «se indignó y se negaba a entrar» en la fiesta. Nunca se había marcha- do de casa, pero ahora se siente como un extraño entre los suyos. El padre sale a invitarlo con el mismo ca- riño con que ha acogido a su hermano. No le grita ni le da órdenes. Con amor humilde «trata de persuadirlo» para que en- tre en la fiesta de la acogida. Es entonces cuando el hijo explota dejando al descu- bierto todo su resentimiento. Ha pasado toda su vida cumpliendo órdenes del padre, pero no ha aprendido a amar como ama él. Ahora solo sabe exigir sus derechos y denigrar a su hermano. Esta es la tragedia del hijo mayor. Nunca se ha marchado de casa, pero su corazón ha estado siempre lejos. Sabe cumplir manda- mientos pero no sabe amar. No entiende el amor de su padre a aquel hijo perdido. Él no acoge ni perdona, no quiere saber nada con su hermano. Jesús termina su parábola sin satisfacer nuestra curiosidad: ¿entró en la fiesta o se quedó fuera? Envueltos en la crisis religiosa de la socie- dad moderna, nos hemos habituado a ha- blar de creyentes e increyentes, de practi- cantes y de alejados, de matrimonios ben- decidos por la Iglesia y de parejas en situa- ción irregular… Mientras nosotros segui- mos clasificando a sus hijos, Dios nos sigue esperando a todos, pues no es propiedad de los buenos ni de los practicantes. Es Pa- dre de todos. El «hijo mayor» es una interpelación para quienes creemos vivir junto a él. ¿Qué esta- mos haciendo quienes no hemos abando- nado la Iglesia? ¿Asegurar nuestra supervi- vencia religiosa observando lo mejor posi- ble lo prescrito, o ser testigos del amor grande de Dios a todos sus hijos e hijas? ¿Estamos construyendo comunidades abiertas que saben comprender, acoger y acompañar a quienes buscan a Dios entre dudas e interrogantes? ¿Levantamos barre- ras o tendemos puentes? ¿Les ofrecemos amistad o los miramos con recelo? El otro hijo Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual Carretera de Jabalcuz, 2 23002 - JAÉN 953 23 11 08 [email protected] www.facebook.com/inmaculadaysanpedropascual AGENDA PARROQUIAL: 7 LUNES 19 h: Misa 8 MARTES 16:30 h: Celebración de la penitencia con los niños de primera comunión 19 h: Misa 9 MIÉRCOLES 17 h: Cáritas 17’30 h: Legión de María 19 h: Misa 10 JUEVES 18 h: Exposición del Santísimo 19 h: Misa 11 VIERNES 18’30 h: Via Crucis 19 h: Misa 12 SÁBADO 9’30 h: Encuentro Diocesano de catequistas 19 h: Misa 13 DOMINGO Domingo 5 Cuaresma (Día del Seminario) 9’30 h: Misa 10’30 h: Convievencia parroquial en el Cerro de las Canteras. Salida a pié desde la parroquia 12 h: Misa 19 h: Misa Cada mañana sales al balcón y oteas el horizonte por si vuelvo Cada mañana bajas saltando las escaleras y echas a correr por el campo cuando me adivinas a lo lejos Cada mañana me cortas la palabra y te abalanzas sobre mi y me rodeas con un abrazo redondo el cuerpo entero Cada mañana contratas la banda de músicos y organizas una fiesta por mi por el ancho mundo Cada mañana me dices al oído con voz de primavera: Hoy puedes empezar de cero. 25. Un Año Santo extraordinario, enton- ces, para vivir en la vida de cada día la mi- sericordia que desde siempre el Padre dis- pensa hacia nosotros. En este Jubileo de- jémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compar- tir con nosotros su vida. La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea, sobre todo en un momento como el nues- tro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones, es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo. La Igle- sia está llamada a ser el primer testigo ve- raz de la misericordia, profesándola y vi- viéndola como el centro de la Revelación de Jesucristo. Desde el corazón de la Tri- nidad, desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y corre sin pa- rar el gran río de la misericordia. Esta fuente nunca podrá agotarse, sin importar cuántos sean los que a ella se acerquen. Cada vez que alguien tendrá necesidad podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin. Es tan insondable la profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza que de ella proviene. En este Año Jubilar la Iglesia se convier- ta en el eco de la Palabra de Dios que re- suena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer miseri- cordia y sea siempre paciente en el confor- tar y perdonar. La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confian- za y sin descanso: « Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos » (Sal 25,6). Misericordiae Vultus BULA DE CONVOCACIÓN DEL JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA S.S. PAPA FRANCISCO

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Hoja Parroquial de La Inmaculada y San Pedro Pascual de Jaén

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Page 1: Rema 060316

R E M AHoja ParroquialParroquia de la La Inmaculada y San Pedro Pascual de Jaén

Domingo 4 de CuaresmaCiclo C 6 de marzo de 2016 nº 23

Sin duda, la parábola más cautivadora de Jesús es la del «padre bueno»,

mal llamada «parábola del hijo pródigo». Precisamente este «hijo menor» ha atraído siempre la atención de comentaristas y pre-dicadores. Su vuelta al hogar y la acogida increíble del padre han conmovido a todas las generaciones cristianas.

Sin embargo, la parábola habla también del «hijo mayor», un hombre que permane-ce junto a su padre, sin imitar la vida desor-denada de su hermano, lejos del hogar. Cuando le informan de la fiesta organizada por su padre para acoger al hijo perdido, queda desconcertado. El retorno del her-mano no le produce alegría, como a su pa-dre, sino rabia: «se indignó y se negaba a entrar» en la fiesta. Nunca se había marcha-do de casa, pero ahora se siente como un extraño entre los suyos.

El padre sale a invitarlo con el mismo ca-riño con que ha acogido a su hermano. No le grita ni le da órdenes. Con amor humilde «trata de persuadirlo» para que en-tre en la fiesta de la acogida. Es entonces cuando el hijo explota dejando al descu-bierto todo su resentimiento. Ha pasado toda su vida cumpliendo órdenes del padre, pero no ha aprendido a amar como ama él. Ahora solo sabe exigir sus derechos y denigrar a su hermano.

Esta es la tragedia del hijo mayor. Nunca se ha marchado de casa, pero su corazón ha

estado siempre lejos. Sabe cumplir manda-mientos pero no sabe amar. No entiende el amor de su padre a aquel hijo perdido. Él no acoge ni perdona, no quiere saber nada con su hermano. Jesús termina su parábola sin satisfacer nuestra curiosidad: ¿entró en la fiesta o se quedó fuera?

Envueltos en la crisis religiosa de la socie-dad moderna, nos hemos habituado a ha-blar de creyentes e increyentes, de practi-cantes y de alejados, de matrimonios ben-decidos por la Iglesia y de parejas en situa-ción irregular… Mientras nosotros segui-mos clasificando a sus hijos, Dios nos sigue esperando a todos, pues no es propiedad de los buenos ni de los practicantes. Es Pa-dre de todos.

El «hijo mayor» es una interpelación para quienes creemos vivir junto a él. ¿Qué esta-mos haciendo quienes no hemos abando-nado la Iglesia? ¿Asegurar nuestra supervi-vencia religiosa observando lo mejor posi-ble lo prescrito, o ser testigos del amor grande de Dios a todos sus hijos e hijas? ¿Estamos construyendo comunidades abiertas que saben comprender, acoger y acompañar a quienes buscan a Dios entre dudas e interrogantes? ¿Levantamos barre-ras o tendemos puentes? ¿Les ofrecemos amistad o los miramos con recelo?

El otro hijo

Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual

Carretera de Jabalcuz, 223002 - JAÉN

953 23 11 08

[email protected]

www.facebook.com/inmaculadaysanpedropascual

AGENDA PARROQUIAL: 7 LUNES

• 19 h: Misa 8 MARTES

• 16:30 h: Celebración de la penitencia con los niños de primera comunión• 19 h: Misa

9 MIÉRCOLES• 17 h: Cáritas• 17’30 h: Legión de María• 19 h: Misa

10 JUEVES• 18 h: Exposición del Santísimo• 19 h: Misa

11 VIERNES• 18’30 h: Via Crucis• 19 h: Misa

12 SÁBADO• 9’30 h: Encuentro Diocesano de catequistas• 19 h: Misa

13 DOMINGO Domingo 5 Cuaresma (Día del Seminario)• 9’30 h: Misa • 10’30 h: Convievencia parroquial en el Cerro de

las Canteras. Salida a pié desde la parroquia• 12 h: Misa• 19 h: Misa

Cada mañana sales al balcón y oteas el horizonte

por si vuelvo

Cada mañana bajas saltando las escaleras y echas a correr

por el campocuando me adivinas a lo lejos

Cada mañana me cortas la palabra y te abalanzas sobre mi

y me rodeas con un abrazo redondo el cuerpo entero

Cada mañana contratas la banda de músicos y organizas una

fiesta por mipor el ancho mundo

Cada mañana me dices al oído con voz de primavera:

Hoy puedes empezar de cero.

25. Un Año Santo extraordinario, enton-ces, para vivir en la vida de cada día la mi-sericordia que desde siempre el Padre dis-pensa hacia nosotros. En este Jubileo de-jémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compar-tir con nosotros su vida. La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea, sobre todo en un momento como el nues-tro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones, es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo. La Igle-sia está llamada a ser el primer testigo ve-raz de la misericordia, profesándola y vi-viéndola como el centro de la Revelación de Jesucristo. Desde el corazón de la Tri-nidad, desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y corre sin pa-rar el gran río de la misericordia. Esta fuente nunca podrá agotarse, sin importar cuántos sean los que a ella se acerquen. Cada vez que alguien tendrá necesidad podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin. Es tan insondable la profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza que de ella proviene.

En este Año Jubilar la Iglesia se convier-ta en el eco de la Palabra de Dios que re-suena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer miseri-cordia y sea siempre paciente en el confor-tar y perdonar. La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confian-za y sin descanso: « Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos » (Sal 25,6).

Misericordiae VultusBULA DE CONVOCACIÓN

DEL JUBILEO EXTRAORDINARIODE LA MISERICORDIAS.S. PAPA FRANCISCO

Page 2: Rema 060316

PRIMERA LECTURALectura del libro de Josué 5, 9a. 10-12

En aquellos días, el Señor dijo a Josué:-«Hoy os he despojado del oprobio de Egipto.»Los israelitas acamparon en Guilgal y celebraron la pascua al atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó. El día siguiente a la pascua, ese mismo día, comieron del fruto de la tierra: panes ácimos y espigas fritas. Cuando comenzaron a co-mer del fruto de la tierra, cesó el maná. Los israeli-tas ya no tuvieron maná, sino que aquel año co-mieron de la cosecha de la tierra de Canaán.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial.- Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

V/. Bendigo al Señor en todo momento, su ala-banza está siempre en mi boca; mi alma se gloria en el Señor: que los humildes lo escuchen y se ale-gren. R/.

V/. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, en-salcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.

V/. Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Se-ñor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.

SEGUNDA LECTURALectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Corintios 5, 17-21

Hermanos: El que es de Cristo es una criatura nueva: lo anti-guo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos recon-cilió consigo y nos encargó el servicio de reconciliar. Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuen-tas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado el mensaje de la reconciliación.Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cris-to, y es como si Dios mismo os exhortara por me-dio nuestro. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado, Dios lo hizo expiar nuestros pecados, para que no-sotros, unidos a él, recibamos la salvacion de Dios.

Palabra de Dios.EVANGELIOLectura del santo Evangelio según San Lu-cas 15, 1-3. 11-32

En aquel tiempo se acercaban a Jesús los publica-

Palabra de Dios para el Domingo

Ambientación

Estamos en tiempo de Cuaresma, un tiempo marcado fundamentalmente por una conversión que tiene que conllevar un cambio profundo de nuestra mane- ra de ser, para que podamos decir con san Pablo: «mi vida está con Cristo, es- condida en Dios». Para ello contemplamos el retrato del corazón de Dios que nos brinda el Evangelio de hoy con esta parábola del Padre misericordioso.

Nos preguntamos

Tenemos clara nuestra tarea en esta Cuaresma, es tiempo de conversión, de cambio, pero ¿qué tenemos que cambiar? Podemos preguntarnos cómo es nuestra actitud, porque también nosotros nos escandalizamos muchas veces de que el perdón de Dios llegue a todos los hombres de hoy, a tantos hijos pródigos de nuestra sociedad. Debemos preguntarnos si tenemos realmente entrañas de misericordia.

Proclamamos la Palabra: Lucas 15,1-3.11-32.

Nos dejamos iluminar

Nos pueden iluminar en nuestro camino cuaresmal estas palabras del papa Juan Pablo II: «La misericordia tiene la forma interior del amor. Tal amor es capaz de inclinarse hacia todo hijo pródigo, toda miseria humana y singularmente hacia toda miseria moral o pecado. Un hijo, por más que sea pródigo, no deja de ser hijo real de su padre».

Seguimos a Jesucristo hoy

Seguir a Jesucristo es darnos cuenta de la actualidad de la imagen de este hijo hundido en la miseria; pero en este muchacho insatisfecho podemos ver va- rias figuras de nuestra sociedad de consumo, podría ser el transeúnte de- sintegrado, el drogadicto, el delincuente... Ante todos ellos y contemplando al Padre de la parábola, ¿cuál será la actitud del seguidor de Jesús de Nazaret?

“Déjate amar por Dios” nos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos:-«Ése acoge a los pecadores y come con ellos.»Jesús les dijo esta parábola:-«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna." El padre les repartió los bienes.No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derro-chó su fortuna viviendo perdidamente.Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar ne-cesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habi-tante de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.Recapacitando entonces, se dijo: "¡Cuántos jorna-leros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre!. Me pon-dré en camino adonde está mi padre, y le diré: Pa-dre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no me-rezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros."Se puso en camino adonde estaba su padre; cuan-do todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmo-vió; y echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo.Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo."Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida el mejor traje, y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero ce-bado y matadlo; celebremos un banquete; porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado."Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo.Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la músi-ca y el baile, y llamando a uno de los mozos, le pre-guntó qué pasaba.Éste le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha reco-brado con salud."Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado."El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."»

Palabra del Señor.

Queridos fieles diocesanos:1. El domingo, día 6 de marzo, la Iglesia española celebra la

jornada anual de Hispanoamérica.Su finalidad es la siguiente:

– Dar gracias a Dios por tantos testigos del Evangelio, en los últimos siglos en aquel inmenso Continente.

– Tomar conciencia de que la colaboración de las Diócesis españolas con América latina, no ha terminado.

– Apoyar y colaborar a favor de los misioneros españoles que están en la misión y promover cauces de colaboración para ayudar a las Iglesias más necesitadas en aquellos países hermanos, sobre todo enviando nuevas vocaciones de laicos, consagrados y sacerdotes.No podemos olvidar que, en el Continente americano, viven cerca del 50% de los católicos del

mundo. Cerca de 1.000 sacerdotes españoles ejercen su ministerio actualmente en Hispanoamérica, en distintos países. La mayoría de las misioneras y misioneros españoles, allí pre-sentes hoy, son personas consagradas de Congregaciones religiosas, -más de 7.000-, y va en au-mento el número de laicos, en este momento más de 500.

2. El lema de la jornada para este Año jubilar es: TESTIGOS DE LA MISERICORDIA.Hace referencia directa a los tres misioneros, recientemente canonizados: San Francisco de Laval,

san Junípero Serra y san José de Anchieta, fundadores de las Iglesias de Canadá, Estados Unidos y Brasil, respectivamente.

En realidad el lema contiene también, una invitación para todos los que en este momento des-granan sus días al servicio misionero del Evangelio, en aquellas tierras. Responde al deseo mani-festado por el Papa Francisco que dijo: “Un impetuoso viento de santidad recorre toda América, en el próximo Jubileo extraordinario de la Misericordia”. Que la actividad misionera sea verdadero signo del amor misericordioso de Dios para toda persona, para que encuentren la “Puerta santa” que es Cristo mismo. No hay otra.

3. Debo destacar y dar a conocer que casi un tercio de la colecta nacional del año pasado, en esta Jornada misionera, pertenece a la Diócesis de Jaén.

De los 66.095,68 euros, 19.891,43 pertenecen a nuestra Iglesia de Jaén. Fue el resultado de la aportación de los dos Arciprestazgos de la Ciudad de Jaén y del de Mágina.

En este año harán esta colecta los Arciprestazgos de Úbeda, Baeza, Cazorla y Sierra de Segura, aunque pueden colaborar asimismo los demás, como también todas las Iglesias abiertas al culto en la Diócesis. En todos los templos, sin embargo, se elevarán preces al Señor a favor de los fines se-ñalados para esta Jornada de Hispanoamérica.

Con mi agradecimiento y saludo en el Señor,+ Ramón del Hoyo López

Obispo de Jaén

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Carta Pastoral: Día de

Hispanoamérica

EL EVANGELIO EN CASA

4 - 5 de marzoS.I. Catedral