relatos ilustrados

28

Upload: preludio14

Post on 24-Jul-2016

254 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: Relatos Ilustrados
Page 2: Relatos Ilustrados
Page 3: Relatos Ilustrados

Preludio14

Relatos Ilustrados

Page 4: Relatos Ilustrados
Page 5: Relatos Ilustrados

Relatos Ilustrados

LibertadEl staff de Preludio 14 quiere agradecer a todos aquellos

que participaron e hicieron posible esta primera edición de «Relatos Ilustrados».

Page 6: Relatos Ilustrados
Page 7: Relatos Ilustrados

ÍndiceSimbiosis

Valentina Nieto Duranti/Fernando Carmona

La Antesala del Infierno Sonia Córdoba y Alberto Valverde /Damián Garay

La Batalla de los LibresJulia V.Palomeque /Sabina Libertad

Delirium TremensR.M.L. Avena /Franco Luna

LibertadAbel Alfaro /Alejandro Machado

LibertadAlida V. Pereyra V./Diego Peralta

La Extraña HabitaciónMaximiliano Neira/Memé Candia

La FugaMaría Belén Luque/Matías Giamportone

Ni Tu Presencia, Ni Tu AusenciaTejada Gabriel/Barney

PaisajeLucía Marimón/Diego Frachia

Page 8: Relatos Ilustrados

Simbiosis (Valentina Nieto Duranti)Ilustrador/Fernando Carmona

Por la ranura de una ventase cuela la libertad. Flota y se posa sobre unas manos que poseídas golpeanlas teclas de un piano; se filtra entre los pelos de un pincel que crea colores sobre el lienzo;gira alrededor de un lápiz poetadictándole palabras; se funde en las lágrimas que deja escapar una actriz durante su interpretación; se eleva junto a la pierna de un bailarín. Así, en una simbiosis sin fin, la libertad se nutre del arte y el arte se nutre de la libertad.

Page 9: Relatos Ilustrados
Page 10: Relatos Ilustrados
Page 11: Relatos Ilustrados

Arrancada de sus brazos, mi madre me dio un cuaderno y una caja de pinturas y me dijo: «pinta todo lo que veas»

Allí acabó mi infancia, bajo la responsabilidad de dar manifiesto y dejar constancia de mi paso por lo que fue conocido como

“la sala de espera del infierno”

Hacinados, con las literas recortadas para disimular la aglomeración y engañar a la inspección de la Cruz Roja, nadie miraba a los niños a unos ojos donde se podía intuir

un final esperado.

Teníamos hambre, y tocar la alambrada significaba una muerte instantánea, aun así, compartimos pan y risas.

Dibujé, evadiéndome a través de ello, y otros niños me siguieron a un mundo donde el bien prevalecía sobre el mal, donde la voluntad era libre, y la esperanza el camino a casa, dejando constancia de la maldad del ser humano, y de lo que

este es capaz de hacer.

Sobreviví a las mayores atrocidades, a la opresión más manifiesta y cruel que se pueda presenciar.

Rescaté cerca de 4500 dibujos. La visión de unos niños donde su percepción era aún más dura que las palabras, testimonio

indeleble de aquella barbarie.

Mi casa fue un campo de concentración en Terezin, Praga.

La antesala del infierno(Sonia Córdoba y Alberto Valverde)

Ilustrador/ Damián Garay

Page 12: Relatos Ilustrados

La batalla de los libres (Julia V. Palomeque)Ilustrador/Sabina Libertad

La sangre se enfriaba alrededor de su cuerpo y sus sentidos lo estaban abandonando uno a uno, pero si prestaba atención, los sonidos del campo de batalla que había dejado detrás, seguían en el aire, como pequeños ecos de una tempestad que solo sus hermanos y él habían podido presenciar.

Agitado, se quitó los guantes, única pieza que se atrevería a sacarse; mantuvo sus placas de acero en su sitio, la armadura sería la única manera de reconocerlo si alguien venía a buscarlo. Observó el cielo estrellado que se desplegaba sobre su cabeza, si su vista no estuviese fallando tan vilmente en ésos momentos, podría ver a lo lejos, algunas nubes que se aproximaban poco a poco, y los relámpagos que se formaban en su interior. Una tormenta se acercaba y el Comandante sonrió melancólico, sintiendo sus agrietados labios partirse un poco más por el gesto. Dejó su espada y escudo a un costado, tratando de virar su cuerpo para tener al campo de batalla frente suyo, pero era imposible, las heridas eran demasiado graves. Se preguntó si habría valido la pena, si todo lo que había hecho por su Pueblo finalmente tendría sentido. Brevemente pensó en si estar así, ahora, malherido y de gravedad, significaría algo. Recordó a sus hombres, valerosos, cada uno de ellos eran hermanos por los cuales daría la vida; fantaseó con verlos sanos y salvos, pero él sabía la verdad. Los cuernos de retirada no mentían, tampoco los graznidos de los cuervos que revoloteaban ansiosamente sobre él. Pestañeó con fuerza y apretó los puños, sintiendo como sus uñas se clavaban en las palmas de sus manos. Volvió su mirada una vez más hacia las estrellas, aún visibles a pesar del cercano temporal.

Al menos ellas eran libres.

Page 13: Relatos Ilustrados
Page 14: Relatos Ilustrados

Delirium tremens (R. M. L. Avena)Ilustrador/Franco Luna

El terror es una oscuridad blanca. Aparece como luminiscencias en las claraboyas y ocasionalmente como asteroides que cruzan la pantalla. Tiritaba muy fuerte a pesar de su traje térmico y de la calefacción constante en la nave.Apenas podía configurar el piloto automático. No podía pensar con claridad.Así era siempre que salía a patrullar. Al principio había realizado su trabajo sin dificultades, pero gradualmente esa soledad aplastante del exterior lo había enajenado. La noche eterna se le asemejaba al interior de una caja que lo estrangulaba.

Los controles médicos eran una exigencia, nunca se debía enviar un hombre al espacio que no estuviese capacitado. A veces, él se atrevía a confesarles su padecimiento, pero los clínicos repetían reiteradas veces lo perfecto de su estado físico y mental y aprobaban su certificado.

Estaba atrapado.

Nuevamente en la nave sus monstruos aparecían. Entraban las sombras colándose por las soldaduras del metal. Sentía gente a sus espaldas que no existía y corría frenético, tapando sus oídos a los horribles ruidos, volcando cajones, abriendo compartimentos, buscando desesperado su salvación.

Por fin, un pequeño frasco blanco rodaba a su palma y caía en su mano una pastilla. Sudaba terriblemente y aún temblaba, pero en ese momento el tiempo se suspendía y permanecía largo rato mirando esa droga que le devolvería la cordura, tan poderosa como para disolver aquel universo de monstruos, estrellas y basura estelar.

En un torbellino febril de pensamientos, la liberación que ella traía se confundía con una nueva prisión de una magnitud imposible de calcular. Tragó aliviado. Bastaron unos minutos para que volviera a ser un hombre. Se dirigió a la cabina de mando, indujo la navegación manual y activó el sistema de comunicación.

“Piloto 34-k a Control, todo en orden” dijo, y su día de trabajo comenzó.

Page 15: Relatos Ilustrados
Page 16: Relatos Ilustrados

Libertad (Abel Alfaro)Ilustrador/Alejandro Machado

Se puso de piecon el cuchillo en la mano y con las rodillas destrozadas

y aunque ya se sabía muerto y ya no tenía fuerzas para pegar

cerró el puño sobre el filo de su cuchillopara asegurarse de que en vida nadie le quitara la dignidad de lucharsin destrozarle las manos antes

Page 17: Relatos Ilustrados
Page 18: Relatos Ilustrados

Libertad (Alida V. Pereyra V.)Ilustrador/Diego Peralta

Las letras se funden con el blanco papel.

El fin de la larga caída me golpea de improviso. La habitación es extraña pero hermosa. En soledad, recorro las lustradas baldosas y descubro una pequeña mesa. El frasco y el bocadillo me hablan. Curiosidad y emoción se arremolina en mi pecho.Giro una página y me encuentro con mi Rosa que me mira altanera. Yo la contemplo con amor y le sonrío a la distancia. La danza silenciosa del cariño se desarrolla por algunos minutos. Ella es única en el mundo. Yo, soy feliz.

Giro otra página y los tentáculos del Kraken luchan por atravesar la embarcación. Mi tripulación espera mis órdenes con ojos asustados. Mi cuerpo sabe cómo actuar y los guía a la salvación. Decisión y coraje corren por mis venas mientras la aventura parece no tener fin.

¿Puede no ser verdad? Puede ser un sueño. Puede ser un recuerdo de infancia. Pueden ser tan sólo palabras.

Para mí son viajes infinitos y posibilidades eternas. Una vida en mil experiencias. Madurez y aprendizaje junto a héroes y villanos.Para mí es creación y arte.Para mí, es libertad.

Page 19: Relatos Ilustrados
Page 20: Relatos Ilustrados

La extraña habitación (Maximiliano Neira)Ilustrador/ Memé Candia

Izar se despertó en lugar extraño, una gran habitación hecha de enormes bloques de piedra e iluminada con un par de antorchas. Frente a él se encontraba una maciza puerta de piedra. Sobre esta había una inscripción en un idioma extraño y desconocido para Izar. Y arriba, coronándolo todo, estaba el grabado en relieve de una esfinge. Izar estaba confundido, no recordaba cómo llegó allí ni por qué.

Se dirigió hacia la puerta para intentar abrirla. En cuanto la tocó sintió una extraña sensación que recorrió todo su brazo hasta llegar a su cabeza y aulló de dolor cuando alcanzó sus ojos. Una vez pasado el dolor pudo abrir sus ojos nuevamente y se sorprendió al ver que ahora podía entender lo que decía la inscripción sobre la puerta.

“Un niño la disfruta sin saber que la posee,un prisionero la anhela,

un esclavo no sabe lo que es”

Izar supo de inmediato de qué se trataba. Para abrir la puerta y poder salir debía resolver el enigma que proponía la esfinge. Pensó un momento y encontró la solución. La gritó en voz alta: ¡Libertad! –exclamó. Los ojos de la esfinge brillaron y la puerta de piedra comenzó a abrirse lentamente.

Del otro lado de la puerta surgió una intensa y abrasadora luz. Izar no podía evitarla, pues abarcaba toda la habitación. Mientras su cuerpo era consumido por el extremo calor, Izar recordó por qué estaba allí y esbozó una sonrisa. Esa habitación era el primer paso para alcanzar la inmortalidad: librarse de las ataduras de la carne.

Page 21: Relatos Ilustrados
Page 22: Relatos Ilustrados

La fuga (María Belén Luque)Ilustrador/ Matías Giamportone

Mi nombre es Zinder Gorwitz. Mi padre era rabino. Cuando llegamos, el vagón arrojó cuerpos vivos y muertos. Mi capacidad analítica me permitió autoengañarme, aún cuando no me previno antes de la cacería.

Nos hemos convertido en herramientas de un niño insano. Mi fortuna es mi condición de hombre joven… quién lo hubiera creído, un parásito de libro cuya cualidad pasa a ser su contextura.

Sé que se trata de evitar la violencia. Para mí se trata de evitar el pensamiento. Mi mayor don se trasforma en mi peor enemigo, más aún que estos idiotas de uniforme. No les temo, los desprecio. Cualquier castigo físico es inferior al subyugamiento mental. Y éste es obra mía.

Creo que nadie notó las desapariciones en un lugar donde la muerte es una opción diaria. Pero yo lo noté. Lo que me llamó la atención fue el nerviosismo de los guardianes. Como evasión mental traté de explicarlo: faltaban internos, y no era por la causa conocida.

Cada mañana desciendo a la mina y trabajo con un objetivo: que el movimiento me permita la concentración para descubrir lo que otros lograron intuitivamente.

Hay una grieta. La oscuridad es densa y choqué contra la pared final del túnel. Pero a nivel del suelo encontré una abertura. Conduce a un sistema de galerías naturales. Lo conseguí sin pensarlo. Qué irónico.

Los pasillos son largos pero circula el aire. Sin embargo, siendo lógico, mientras más largo mejor: más lejana la boca del túnel y más distancia del cautiverio.

Ya no percibo la inclinación.

Page 23: Relatos Ilustrados
Page 24: Relatos Ilustrados

Aún al aire libre me siento sofocado. Me encierra, me aprisiona, llega a asfixiarme la necesidad de verte. Y no, no es una obsesión, es verdaderamente una insuficiencia vital, casi tanto como la sed o el hambre.

Sucede que no te he perdido, porque nunca te tuve. Desde el día en que te conocí siento que vivo por vos, o todo lo contrario, que he dejado de vivir. Despierto o en sueños, estás sin estar, queriéndome a tu manera, siempre a tu manera. La vida no tiene color, perdió todos sus sabores, excepto el tuyo. En las rosas y en la lluvia, tu perfume me acorrala. Y el recuerdo de ese beso, único e irrepetible, me golpea como las olas, rompe mi cabeza e inunda todo mi ser, llenándolo de nostalgia y de miedo. Dándome un motivo para sonreír, y a su vez, llorar.

Pero es tu escepticismo el que me mata, no tu indiferencia ni tus evocaciones vacías.

Negas que sea posible morir de amor. No comprendés que no se trata de amor, al menos no esos amores de novela. Te hablo de esclavitud, de una condena perpetua a la que me has sometido.

Te das el lujo de decirme que soy libre, pero ¿Qué sabes vos de libertad? Vos que tenés aprisionado en tus ojos el azul profundo del mar, y en tu sonrisa la llave de mi felicidad.

Sólo el día en que tus despedidas no sean una puñalada y al verte alejar no me muera en cada paso, sólo ese día, seré libre, pero odiaré la libertad...

Ni tu presencia, ni tu ausencia (Tejada Gabriel)Ilustrador/Barney

Page 25: Relatos Ilustrados
Page 26: Relatos Ilustrados

Paisaje (Lucía Marimón)Ilustrador/Diego Frachia

Se prenden las lucesagudizando los sentidos.El mundo se posa sobre el paladar,saboreando los miles de gustos.Entonces alguien canta, lo acompaña la músicameditando y ejecutando hermosas melodías.Los lugares que invitan a la danza de la vida.El viaje junto al camino, los pies cansadospero gustosos de andar la experiencia.El mar y arriba la Luna,postal que Afrodita regala a los enamoradosfundidos en un beso.

Irrumpiendo la monotonía del tic tac.Adormeciendo al tiempo,volviéndolo plástico.Moldeado por la artesanía personal del ser.Aparecen los colores, el océano interioral que debemos conocer y respetar.Incluso en los días de olas bravas,dejándose bailar con el viento.Si miras bien y rompes las cadenasverás el amor infinitoque está adentro y afuera.Con forma de pájaro, árbol, flor, montaña, cielo.De pronto llega silenciosa una palabra.

Page 27: Relatos Ilustrados
Page 28: Relatos Ilustrados