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Relaciones. Estudios de historia y sociedad ISSN: 0185-3929 [email protected] El Colegio de Michoacán, A.C México Florescano, Enrique SAHAGÚN Y EL NACIMIENTO DE LA SAHAGÚN Y EL NACIMIENTO DE LA CRÓNICA MESTIZA Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XXIII, núm. 91, verano, 2002 El Colegio de Michoacán, A.C Zamora, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13709104 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Relaciones. Estudios de historia y sociedad

ISSN: 0185-3929

[email protected]

El Colegio de Michoacán, A.C

México

Florescano, Enrique

SAHAGÚN Y EL NACIMIENTO DE LA SAHAGÚN Y EL NACIMIENTO DE LA CRÓNICA MESTIZA

Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XXIII, núm. 91, verano, 2002

El Colegio de Michoacán, A.C

Zamora, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13709104

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n el siglo XVIm

uchos frailes se interesaron en la histo-ria de los pueblos indígenas y se apoyaron en códicesy tradiciones orales para reconstruir su pasado, perofue el franciscano Bernardino de Sahagún (1499-1590)quien hizo de la recolección de las antiguas pictogra-

fías y del interrogatorio a los sabios indígenas un arte refinado y un ins-trum

ento indispensable de la indagación histórica. Una prim

era dife-rencia entre Sahagún y el m

étodo adoptado por sus antecesores fue laelaboración de un cuestionario que contenía preguntas precisas para serrespondidas por sus interlocutores indígenas. El llam

ó a este catálogode preguntas “m

emoria de todas las m

aterias que había de tratar”. Coneste cuestionario inició su am

biciosa pesquisa, dirigida a colectar infor-m

ación sobre la historia, lenguas, costumbres y religión de los antiguos

mexicanos. Esta indagación, que m

ás tarde adquirió proporciones in-conm

esurables, comenzó de m

anera sencilla en el pueblo de Tepepulcoel año de 1559 y se prolongó hasta 1561. D

ice el franciscano que al lle-gar a este pueblo procedió de la m

anera siguiente:

En el dicho pueblo hice juntar todos los principales con el señor del pueblo,que se llam

aba don Diego de M

endoza […] H

abiéndonos juntado propúse-les lo que pretendía hacer y les pedí m

e diesen personas hábiles y experi-m

entadas, con quien pudiese platicar y me supieran dar razón de lo que les

E El franciscano Bernardino de Sahagún logró una recopilación am-

plísima de inform

ación sobre el México antiguo con m

étodos deinvestigación en extrem

o acuciosos y propios de un antropólogoavant la lettre. Su aportación m

ás significativa reside en la reunióny organización del m

aterial obtenido, en que ocupan un lugarcentral las tradiciones m

ás íntimas del pueblo naua acerca de sus

orígenes, cosmogonía, valores m

orales, etcétera, expresados porinform

antes nativos –en contraste con la crónica europea, en laque se exaltan los actos heroicos del individuo– (Sahagún, M

éxicoantiguo, C

ódice florentino, mem

oria indígena, historia mestiza).

* [email protected]

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[…] por espacio de tres años pasé y repasé a m

is solas todas mis escripturas,

y las torné a enmendar y dividílas por libros, en doce libros, y cada libro por

capítulos, y algunos libros por capítulos y párrafos […] y los m

exicanosañadieron y enm

endaron muchas cosas a los doce libros […

], de manera

que el primer cedazo por donde m

is obras se cernieron fueron los de Tepe-pulco; el segundo, los de Tlatilulco; el tercero, los de M

éxico, y en todos e-stos escrutinios hubo gram

áticos colegiales. 4

Esta tarea se extendió por más de 20 años, desde 1559 hasta 1580, y

ocupó sus mejores energías. Com

o se advierte, su esfuerzo fue doble.Por un lado trabajó arduam

ente en la definición de las preguntas del cues-tionario y en ordenar las respuestas que le proporcionaban los sabios in-dígenas; luego se dedicó a revisar, corregir y solicitar una y otra veznuevos m

ateriales en náuatl, hasta obtener un texto satisfactorio. Aco-

metió m

ás tarde la traducción parcial del náuatl al español de esos ma-

teriales, esfuerzo que culminó en la m

ás conocida de sus obras: Historia

general de las cosas de Nueva España,cuya prim

era edición, reprimida y

censurada en diversas ocasiones, tuvo que esperar hasta los años de1829-30. Los estudiosos de esta m

onumental enciclopedia de la cultura

náuatl observaron que en la composición de ella estuvo “presente una

jerarquía escolástica y medieval, adaptada, claro está, a la religión y las

costumbres de los antiguos habitantes de la N

ueva España”. 5Así, en los

distintos borradores Sahagún partió primero de los dioses, continuó con

el cielo y el infierno, siguió con el reino terrestre y concluyó con una re-lación de las cosas hum

anas y naturales. Sin embargo, Sahagún no se

ajustó a los rígidos esquemas clásicos o m

edievales, pues en la Historia

generalincluyó un relato de la conquista de México elaborado por sus

colaboradores de Tlatelolco, y una verdadera novedad: la extraordina-ria colección de pictografías que reproducían las antiguas form

as indí-genas de registrar el pasado.

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preguntase. […] otro día vinieron el señor con los principales, y hecho un

muy solem

ne parlamento, com

o ellos entonces lo usaban hacer, señaláron-m

e hasta diez o doce principales ancianos, y dijéronme que con aquellos

podía comunicar y que ellos m

e darían razón de todo lo que les preguntase.Estaban allí hasta cuatro latinos, a los cuales yo pocos años antes habíaenseñado la gram

ática en el Colegio de Santa Cruz en el Tlatelolco. 1

Como se advierte, la prim

era precaución de Sahagún fue allegarselos inform

antes más com

penetrados en las antiguas tradiciones. En Te-pepulco recibió adem

ás el apoyo de “cuatro latinos”, sus antiguosalum

nos indígenas que habían aprendido latín en el Colegio de Tlate-lolco. M

ás tarde fue comisionado al convento de Santiago de Tlatelolco

y ahí llevó sus papeles y continuó su encuesta, auxiliado ahora por ochoo diez sabios, “m

uy hábiles en su lengua y en las cosas de sus antigua-llas, con los cuales y con cuatro o cinco colegiales todos trilingües, porespacio de un año y algo m

ás, encerrados en el Colegio, se enmendó,

declaró y añadió todo lo que de Tepepulco truje escrito, y todo se tornóa escribir de nuevo, de ruin letra porque se escribió con m

ucha prisa”. 2

La información recogida en Tepepulco y la colectada en Tlatelolco

(1561-1565) fue compilada en los llam

ados Primeros m

emorialesy en los

conjuntos documentales conocidos con el nom

bre de Códice matritense de

la Real Academ

ia de la Historia

y Códice matritense del Real Palacio. 3Saha-

gún fue trasladado más tarde al convento de San Francisco en la Ciudad

de México (1565-1568) y ahí revisó y llevó a cabo un tercer ordenam

ien-to y corrección de sus m

ateriales, que él mism

o relata:

1Alfredo López A

ustin, “Estudio acerca del método de investigación de fray Bernar-

dino de Sahagún”, en Jorge Martínez Ríos, La investigación social de cam

po en México, M

é-xico, U

niversidad Nacional A

utónoma de M

éxico, 1976, 9-56; y Munro S. Edm

onson(com

p.), Sixteenth-Century Mexico. The W

ork of Sahagun, University of N

ew M

exico, 1974.2Ibid., 18.3“Prim

eros mem

oriales” de fray Bernardino de Sahagún. Textos en náhuatl, traduccióndirecta, prólogo y com

entarios por Wigberto Jim

énez Moreno, Instituto N

acional de An-

tropología e Historia, 1974; Bernardino de Sahagún, Prim

eros mem

oriales, Edición facsimi-

lar, fotografías de Ferdinand Anders, U

niversity of Oklahom

a Press, 1993; y Bernardinode Sahagún, Prim

eros mem

oriales, paleografía del texto náhuatl y traducción al inglés deThelm

a Sullivan, University of O

klahoma Press, 1997.

4Sahagún, 2000, I, 130-131.5G

aribay 1954, II, 67-69; López Austin 1976, 21-22; D

onald Robertson, “The SixteenthCentury M

exican Encyclopedia of Fray Bernardino de Sahagún”, en Cuadernos de historiam

undial, s.f., vol. IX, núm. 3: 617-628; y M

iguel León-Portilla, “La investigación integralde Sahagún”, en Toltecáyotl. A

spectos de la cultura náhuatl, México, Fondo de Cultura Eco-

nómica, 1980, 101-135.

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La Historia general de las cosas de N

ueva Españaestá com

puesta portres partes que tuvieron fortuna varia en su edición y apreciación poste-riores. El llam

ado Códice florentino, considerado por los críticos como el

manuscrito original m

ás completo, está integrado por el texto naua, la

versión española de ese texto y una colección de más de 1850 ilustracio-

nes. La primera versión del texto náuatl se escribió en 1559-1561 y pos-

teriormente fue objeto de revisiones y m

odificaciones hasta 1569, año enque Sahagún hizo una copia en lim

pio dividida en 12 libros. La traduc-ción española de este texto se concluyó hacia 1579-1580 y fue la m

ás di-vulgada en los siglos XIX

y XX. Recientemente Josefina G

arcía Quintana

y Alfredo López A

ustin publicaron la mejor versión paleográfica de ese

texto. 6Pero en conjunto, el Códice florentinosólo se publicó com

pletohasta 1979, en una m

agnífica edición facsimilar. 7Esta últim

a dio a cono-cer por prim

era vez las fotos en color del extraordinario conjunto deilustraciones que Sahagún se em

peñó que acompañaran al texto bilin-

güe, y que son una muestra de la m

anera tradicional que tenían los pue-blos nauas de registrar y contar su historia.

Percibimos entonces que el Códice florentino

es un palimpsesto, un

manuscrito antiguo que conserva huella de tres versiones diferentes del

pasado naua. La primera versión es obra de Sahagún y está en castella-

no. Como advierte el padre G

aribay, si sólo esta versión “hubiera que-dado, tendríam

os ya un monum

ento perdurable de belleza y valor cien-tífico que no tiene sem

ejante en la historia de la cultura americana”.

Pero como se ha visto, el franciscano se adelantó a su época y com

o unetnógrafo avant la lettre

solicitó a los nativos que escribieran su propiaversión de la historia. “H

izo, como dice el padre G

aribay, que los indiosviejos dictaran y com

unicaran noticias; hizo que los indios jóvenes, ya

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cultivados a la manera de O

ccidente, redactaran en su lengua originalesinform

aciones y recogieran de los labios de los viejos la moribunda sa-

biduría antigua. Yceloso de sus datos inform

ativos, los hizo copiar yrecopiar […

]”8Y

a todo esto le agregó la formidable colección de ilustra-

ciones que prolongaron en la situación colonial la antigua tradición pic-tográfica de M

esoamérica.

La originalidad de la historia conservada en el Códice florentino resi-de en las tres interpretaciones del pasado que ahí conviven. Por un ladoestá el texto español, que junto con el diseño enciclopédico del libro, esobra entera de Sahagún, producto de su form

ación intelectual y de susingular m

anera de ver al nativo americano. Fray Bernardino había es-

tudiado en la universidad de Salamanca y hacia 1516 ingresó en la or-

den de san Francisco. Tenía una sólida educación religiosa y se habíaform

ado en la cultura medieval, una tradición que entreveraba la lectu-

ra de los padres de la Iglesia con la de autores griegos y romanos. D

eesta form

ación y de su inesperado encuentro con la cultura naua nacióel insólito proyecto de recoger en un libro la im

agen global del mundo

indígena amenazado de destrucción. En 1558 el provincial de la orden,

fray Francisco Toral, le pidió a Sahagún, quien ya era reconocido como

un experto en el manejo del náuatl, que escribiera en esa lengua lo que

considerara útil “para el acrecentamiento profundo del cristianism

o en-tre los indígenas y para ayuda de los m

inistros que los adoctrinaban”.El m

ismo Sahagún asentó: “a m

í me fue m

andado por sancta obedien-cia de m

i prelado mayor que escribiese en lengua m

exicana lo que me

pareciese ser útil para la doctrina, cultura y manutenencia de la cristian-

dad destos naturales desta Nueva España y para ayuda de los obreros

y ministros que los adoctrinan”. 9

Pero en el transcurso de la elaboración de esta obra Sahagún rebasóesos objetivos. Los libros I a III form

an el tratado más com

pleto de quedisponem

os sobre la religión y los dioses del panteón mexicano, e inclu-

yen una rica descripción de su calendario de fiestas y una muestra de sus

himnos rituales, m

ás la famosa saga del encum

bramiento y caída de Ce

6Sahagún, 2000.7Códice florentino, El M

anuscrito 218-220 de la colección Palatina de la Biblioteca Me-

dicea Laurenziana, edición facsimilar, A

rchivo General de la N

ación-Giunti Barbéra,

1979, 3 vols. Antes se publicó en inglés una excelente edición del Códice florentino, pero

no incluyó el total de las ilustraciones. Véase Bernardino de Sahagún, Florentine Codex,

General history of the things of N

ew Spain, traducido del azteca al inglés, con notas e ilustra-

ciones por Arthur J. O

. Anderson y Charles E. D

ibble, The School of Am

erican Researchand the U

niversity of Utah, 1950-1970, 12 vols.

8Bernardino de Sahagún, Historial general de las cosas de N

ueva España, Edición de Án-

gel María G

aribay K., M

éxico, Editorial Porrúa, 1956, 4 vols. I, Premio general, 10-77

9Sahagún 2000, I, “Estudio introductorio”, 41 y 129.

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Ácatl Topiltzin Q

uetzalcóatl enla legendaria Tula (figura 1). Loslibros IV

y Vse refieren a la as-

trología y los agüeros (figura 2).El libro V

I, uno de los más inno-

vadores, que Sahagún pensócom

o una suma de la retórica y

la filosofía moral de los m

exica-nos, es una recopilación de ora-ciones, exhortaciones y m

etáfo-ras

que muestran la excelencia

de la lengua naua. Contiene unaselección de los cantos de ala-banza a los dioses y de los dis-cursos que se hacían en las oca-siones solem

nes, como cuando

se elegía un nuevo señor, o se

amonestaba a las hijas e hijos. El

libro VIIregistra el mito del Q

uin-to Sol y las fiestas que celebra-ban el ciclo de 52 años. El libroV

IIIes un relato que reconstruyela historia de los reinos y gober-nantes de Tenochtitlán, Tlatelol-co, Texcoco y H

uexutla (figura 3).El IX

trata ampliam

ente las cos-tum

bres y negocios de los mer-

caderes (figura 4). El Xcontiene

una descripción detallada de loshom

bres y mujeres m

exicanos,de sus diferencias sociales y va-riedad de oficios, de sus vicios yvirtudes y se explaya en la defi-nición de sus enferm

edades y me-

FIG

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1: El dios Quetzalcóaltl en una

página del Códice florentino.

FIG

URA

2: La rueda calendárica delos aztecas. Códice florentino.

dicinas. En el libro XISahagún incluyó un sorprendente tratado de histo-ria natural al que tituló “bosque, jardín, vergel de la lengua m

exicana”.A

quí se encuentra una minuciosa descripción de la fauna del Valle de

México, así com

o de la flora, los minerales, las aguas y la calidad de la

tierra. Por último, el libro XIIcontiene el extraordinario relato de la con-

quista de México elaborado por los inform

antes de Tlatelolco, que sin-

FIG

URA

3: Página del Códice florentinoque describe la serie de gobernantesde M

éxico-Tenochtitlán.

FIG

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4: Descripción de las

actividades de los comerciantes.

Códice florentino.

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Una de las aportaciones m

ás significativas del Códice florentinoresi-

de en su capacidad para recoger las tradiciones más íntim

as del pueblonaua acerca de sus orígenes, concepción del m

undo y valores morales.

Estos textos, como lo declara con énfasis el m

ismo Sahagún al referirse

a la paternidad indígena de los Huehuetlatolli, son obra de la gente naua,

“porque lo que en este libro está escrito no cabe en entendimiento de

hombre hum

ano el fingirlo, ni hombre viviente pudiera fingir el lengua-

je que en él está. Ytodos los indios entendidos, si fueran preguntados,

afirmarán que este lenguaje es el propio de sus antepasados, y obras que

ellos hacían. 11

Son textos que transmiten una interpretación del pasado propia del

pensamiento m

esoamericano, com

o puede apreciarse en el libro XIIdel Códice florentino, que relata el dram

ático episodio de la conquista deTenochtitlán. A

sí como la filosofía m

oral, que expresan los cantos y dis-cursos incluidos en el libro sexto, establece una tensión con los valoresoccidentales, así tam

bién el relato de la conquista elaborado por los sa-bios de Tlatelolco crea una tensión inevitable con las versiones españo-las de ese m

ismo acontecim

iento. Este es uno de los rasgos notables delCódice florentino: la inclusión de dos o m

ás interpretaciones del mism

osuceso, la coexistencia de la concepción indígena del pasado con la in-terpretación occidental. En el relato de la conquista de M

éxico conteni-do en esta obra el lector vive el dram

a de los vencidos relatando su de-rrota y tam

bién percibe la tensión del escritor indígena cuando intentaexplicar ese acontecim

iento funesto con las categorías que antes habíanservido para dar cuenta del dislocam

iento sorpresivo del transcurrirhistórico.

Los autores del relato de la conquista comienzan la narración de ese

suceso jamás previsto con un artificio típico de la concepción indígena

para enfrentar el hecho inesperado, los augurios. 12Así com

o habían re-gistrado en sus antiguos anales que la destrucción de la legendaria To-llan-Teotihuacan fue precedida por una serie de m

alos presagios, y queel derrum

bamiento de Tula y de Ce Á

catl Topiltzin Quetzalcóatl habían

sido anticipados por augurios funestos, así también la trágica pérdida

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tetiza en forma dram

ática la visión de los vencidos. En fin, como lo de-

clara el mism

o Sahagún con su expresivo lenguaje:

Es esta obra como una red barredera para sacar a luz todos los vocablos de

esta lengua con sus propias y metafóricas significaciones y todas sus m

ane-ras de hablar, y las m

ás de sus antiguallas buenas y malas. Es para redem

irm

il canas, porque con harto menos trabajo de lo que aquí m

e cuesta podránlos que quisieren saber en poco tiem

po muchas de sus antiguallas y todo el

lenguaje desta gente mexicana. A

provechará mucho toda esta obra para co-

nocer el quilate desta gente mexicana, el cual aún no se ha conocido porque

vino sobre ellos aquella maldición que Jerem

ías […] fulm

inó contra Judeay Jerusalem

, diciendo en el capítulo quinto: “Yo haré que venga sobre vo-sotros […

] una gente muy de lexos, gente m

uy robusta y esforzada, gentem

uy antigua y diestra en pelear, gente cuyo lenguaje no entenderás ni ja-m

ás oíste su manera de hablar, toda fuerte y anim

osa, codiciosísima de m

a-tar. Esta gente os destruirá a vosotros y a vuestras m

ujeres e hijos, y todocuanto poseéis, y destruirá todos vuestros pueblos y edificios.” Esto a la le-tra ha acontecido a estos indios con los españoles. 10

La segunda versión de esta historia es la que directamente propor-

cionaron los indígenas y está escrita en náuatl con el alfabeto latino.Para aquilatar su verdadero valor se requiere una traducción com

pletade ella al español, que Sahagún no hizo y que ningún experto en la len-gua náuatl ha em

prendido hasta el mom

ento. Pero aún sin esa traduc-ción esta parte es un tesoro de la lengua y las tradiciones del m

undonáuatl, el m

ás grande repositorio del idioma de ese tiem

po y un testi-m

onio invaluable de la transformación que vivía la sociedad indígena

en la segunda mitad del siglo XV

I. Es sobre todo un testimonio precioso

de la mentalidad indígena, de sus m

odos peculiares de registrar y trans-m

itir el pasado y de sus reacciones y acomodos ante la invasión euro-

pea, pues debe recordarse que se escribe cuando apenas habían transcu-rrido tres décadas de la caída de Tenochtitlán. Es decir, el texto escritoen náuatl es una expresión directa de la cultura y la m

entalidad de losm

exicanos, no de Sahagún.

10Ibid., 62-63.

11Sahagún, 2000, “Prólogo” al libro sexto, II, 473.12Sahagún 2000, III, Libro doce, 1161-1162.

cripción de sus fisono-m

ías: “de cómo tenían las

caras blancas y los ojosgarzos, y los cabellos ro-jos y las barbas largas, yde cóm

o venían algunosnegros entre ellos que te-nían los cabellos cresposy prietos”. O

el relato decóm

o se concertaban parala guerra: “venían en gran

multitud, en escuadrones con gran

ruido y con gran polvareda, y de lexosresplandecían las arm

as y causabangran m

iedo en los que miraban. A

si-m

ismo ponían gran m

iedo los lebrelesque traían consigo, que eran grandes.Tenían las bocas abiertas, las lenguassacadas, y carleando. A

nsí ponían grantem

or en todos los que los vían”. 13

Este relato brinda entonces la vi-sión indígena de la conquista. D

escribela angustia que se apoderó del espíritude M

otecuzoma, el encuentro entre

éste y Hernán Cortés com

o una rendi-ción anticipada del reino, la m

atanzade la nobleza m

exicana en el recintodel Tem

plo Mayor, la sublevación in-

dígena y la crónica de la derrota es-pañola, cuando Cortés y su hueste sa-lieron huyendo de la ciudad por lacalzada de Tlacopan (figura 8). U

naserie extraordinaria de im

ágenes pinta

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de Tenochtitlán fue pronosti-cada por signos m

alignos. Más

adelante el texto se concentraen describir el estupor quecausó en los indígenas el arri-bo de las gentes extrañas na-vegando en casas flotantes(figura 5) y en narrar los ires yvenires de los correos que lle-vaban noticias al atribuladoseñor de M

éxico.El relato indígena de la

conquista no sigue el molde

antiguo de los anales, puesadopta la form

a europea de lacrónica de acontecim

ientos (res gestae). Es un relato centrado en el al-tépetl, que expresa el punto de vista de los dirigentes de Tlaltelolco. Encontraste con la crónica europea que exalta los actos heroicos del indi-viduo, y particularm

ente los de Hernán Cortés, el relato indígena elogia

a los defensores del altépetl. Cuando encomia las acciones personales es

porque éstas se traducen en una defensa de la comunidad representada

por el altépetl. Yconserva un sabor nativo inconfundible. A

sí, Hernán

Cortés es transfigurado en Ce Ácatl Topiltzin Q

uetzalcóatl, el mítico

fundador de las dinastíasaborígenes, el gobernan-te destronado que pro-m

etió volver y recuperarsu reino. El m

ismo m

atizim

pregna la narraciónque cuenta el azoro quesuscitó en M

otecuzoma

la llegada de los europeosa la costa (figuras 6 y 7),el envío de obsequiospara apaciguar a los su-puestos dioses y la des-

FIG

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5: Desem

barco de los españoles enlas costas de Veracruz. Códice florentino.

FIG

URA

7: El despliegue de las fuerzas deH

ernán Cortés. Códice florentino.

FIG

URA

8: Escenas de la derrotade los españoles en la batalla dela noche triste. Códice florentino.

FIG

URA

6: Motecuzom

a es informado del arribo

de los españoles a las costas de Veracruz. Códice florentino.

13Ibid., 1174 y 1182.

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el apresamiento, m

uerte e incineración de Motecuzom

a. El relato de lostlacuilos de Tlatelolco es una pieza única, que integra las cualidadesindígenas del registro m

inucioso de los acontecimientos con las técnicas

de la narración europea. Su mom

ento culminante es la descripción del

sitio de Tenochtitlán por las fuerzas de Cortés y sus aliados aborígenes,la construcción de los bergantines que decidieron la batalla en el lago ylos dram

áticos episodios que concluyeron con la prisión de Cuauhté-m

oc y la pérdida de la ciudad, en un paisaje de desolación y estrago aní-m

ico sobrecogedores. 14

Quizá la tercera versión de la historia contenida en el Códice florenti-

no ha sido la más descuidada y la m

enos comprendida. Se trata de la

rica colección de ilustraciones que Sahagún encargó especialmente a los

tlacuilos indígenas. El escaso interés que ha merecido quizá se explica

porque las primeras ediciones de la H

istoria general de las cosas de Nueva

Españano incluyeron el m

aterial iconográfico y las posteriores apenasdieron una idea parcial de su riqueza. D

e modo que sólo a partir de la

edición facsimilar del Códice florentinoen 1979 se tuvo una idea del volu-

men e im

portancia del material gráfico atesorado en esa obra. Los pri-

meros estudios basados en esta edición descubrieron con sorpresa la

abundancia del material gráfico que la recorre. Eloise Q

uiñones Keber

encontró que los Primeros m

emoriales incluyen 544 ilustraciones y el Có-

dice florentinola pasmosa cantidad de 1852. Q

uiñones observó que estasim

ágenes están perfectamente integradas al texto y que por eso puede

concluirse que la elaboración de este material fue de especial im

portan-cia para Sahagún. 15Él m

ismo refiere que los inform

es que recibió de lossabios indígenas se los dieron en form

a de pinturas: “Todas las cosas

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88

14Véanse los estudios sobre este relato y otros testim

onios indígenas de la conquistaen Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la conquista, introducción, selección y notasde M

iguel León-Portilla, México, U

niversidad Nacional A

utónoma de M

éxico, 1959; yG

eorges Bandot y Tzvetan Todorov (comps.), Relatosaztecas de la conquista, Editorial G

ri-jalbo, 1990.

15Eloise Quiñones K

eber, “Reading images: the m

akind and meaning of the Saha-

guntine Ilustrations”, en Klor de A

lva, Nicholson y Q

uiñones, 1988: 199-210; y de la mis-

ma autora, “A

n introduction to the images, artists, and physical features of the Prim

erosm

emoriales”, en Sahagún, Prim

eros mem

oriales1997, 15-37.

que conferimos m

e las dieron por pinturas, que aquélla era la escripturaque ellos antiguam

ente usaban…”

16

Antes que Sahagún, O

lmos, Tovar y M

otolinía habían reconocido laim

portancia de las pictográficas indígenas y las recopilaron, se esforza-ron en conservarlas y las usaron en la com

posición de sus obras. Peroentre los europeos interesados en indagar la historia de los indígenasSahagún es el prim

ero en otorgarle a las pictografías una importancia

excepcional y en incorporarlas en gran escala en su propia obra. Como

observa Eloise Quiñones, el corpus de im

ágenes reunido por Sahagúnno tiene rival entre las obras pictográficas elaboradas en el siglo XV

I. 17

Las imágenes que pueblan el Códice florentino relatan en form

a plás-tica una historia diferente a la que narra el texto náuatl y el texto escritoen español. Es verdad que siguen el m

odelo de las antiguas pictografías,cuyo objetivo era representar m

ediante una figura el acontecimiento

central que se quería fijar en la mem

oria, el cual era explicado luegooralm

ente a un auditorio más am

plio. Sin embargo, en la situación colo-

nial en que se escribe el Códice florentino las imágenes ya no tienen esa

fuerza primigenia y aparecen m

ás bien como ilustraciones del texto. Sa-

bemos incluso que prim

ero se escribió el texto y luego se pintaron lasim

ágenes, un procedimiento im

pensable en la antigüedad prehispáni-ca. 18Se observa asim

ismo que estas pinturas son de m

enor calidad quelas estam

padas en los antiguos códices. Se trata, como señalan los ex-

pertos, de imágenes ya contam

inadas por la tradición iconográficaeuropea, com

o el sombreado o la perspectiva. Los tlacuilos indígenas

usaron plumas, tintas y papel europeos para com

poner sus imágenes y

el texto. 19En varias imágenes los tlacuilos denotan un grado avanzado

de occidentalización, como cuando pintan paisajes o escenarios urbanos

que parecen copiados de grabados europeos.

16Sahagún 2000, I, 130.17Q

uiñones Keber 1988a, 207-209.

18Quiñones K

eber 1988b, 269; Jeanette Favrot Peterson, “The Florentine Codexim

agine-ry and the colonial tlacuilo”, en Klor de A

lva, Nicholson y Q

uiñones Keber, 1988, 273-293.19Q

uiñones Keber, “D

eity Images and texts in the Prim

eros mem

orialesand FlorentineCodex” en K

lor de Alva, N

icholson y Quiñones K

eber, 1988, 255-272; Eloise Quiñones

Keber, 1997, 15-37.

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Adem

ás de incorporar técnicas europeas el Códice florentinointrodu-ce tem

as ajenos a la tradición indígena. Como se recordará, los asuntos

centrales de los códices prehispánicos eran la creación del cosmos, el

origen de los seres humanos, la fundación del reino y la crónica de las

hazañas realizadas por los gobernantes. En la representación de estosacontecim

ientos las figuras prominentes eran los dioses y los gobernan-

tes. En cambio, en las pintu-

ras solicitadas por Sahagúnocupan un lugar destacadolas im

ágenes dedicadas a re-presentar la vida cotidiana:las m

ujeres y los hombres

ordinarios (los maceuales),

los niños y los artesanos, asícom

o las sencillas tareas delcam

pesino y los oficios detoda índole, desde los m

uyrefinados hasta los m

ás hu-m

ildes (figuras 9 y 10). 20

Así, al constatar que en

la mism

a obra conviven unahistoria narrada por los in-dígenas en lengua náuatl, laversión de Bernardino deSahagún escrita en castella-no y la historia relatada enim

ágenes por los tlacuilosindígenas con técnicas pro-pias m

ezcladas con las euro-peas, caem

os en la cuentaque el Códice florentino

es untexto híbrido, la m

ás gran-diosa crónica m

estiza escrita

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en la Nueva España y uno de los libros m

ás originales producidos porel ingenio hum

ano. El Códice florentino

es el descubrimiento de una civilización extraña

por una mente excepcionalm

ente comprensiva. Tan extraña y atractiva

resultó esa cultura para el observador europeo que progresivamente lo

seduce y lo lleva a construir una imagen anim

ada por el interés de cap-turar sus legados sustantivos. D

esde sus orígenes esta empresa es una

mixtura de dos culturas, atravesada por la tensión que destilan los polos

que la nutren. Sahagún aprende la lengua náuatl y por este medio privi-

legiado conoce una de las culturas indígenas más antiguas de M

eso-am

érica. Ypara recoger la riqueza de esa civilización no encuentra m

e-jor recipiente que el form

ato enciclopédico diseñado por Plinio o loscom

piladores medievales del saber antiguo. El cuestionario que discu-

rre para penetrar en el pensamiento náuatl es tam

bién un artefacto occi-dental, com

o lo son sus categorías para clasificar las cosas divinas, hu-m

anas y naturales, y todo el armazón teórico y técnico que nutre su in-

dagación.El Códice florentino

nace con el propósito de ilustrar a los frailes pre-dicadores sobre la naturaleza de la cultura indígena. Pero el azoro queprodujo en Sahagún el conocim

iento de los valores que sustentaban esacultura pronto dejó atrás esa m

eta. La admiración que le despierta la

cultura indígena lo empuja a colectar nuevas inform

aciones sobre susorígenes, form

as de gobierno, educación, filosofía y principios morales,

hasta que su empresa adquiere tales dim

ensiones que no se encuentraejem

plo semejante en la historia occidental.

Así, la com

pulsión de propagar el cristianismo obliga a los frailes a

indagar las tradiciones indígenas y, a su vez, el conocimiento de ese le-

gado enamora a los padres y aviva su interés por el otro. Esta contradic-

ción envuelve la obra de Sahagún. En contraste con Andrés de O

lmos,

Juan de Tovar, Motolinía o D

iego Durán, quienes tam

bién se sintieroncom

pelidos a estudiar el sustrato íntimo de la cultura indígena, Saha-

gún se reconoce incapaz de interpretar por sí mism

o ese mundo extra-

ño. Desde su llegada al país había sido educado por indígenas expertos

en sus antiguas tradiciones, de modo que en contraste con los cronistas

que le antecedieron llegó a la conclusión de que deberían ser indígenaslos relatores de su propia historia, pues nadie m

ás la conocía mejor.

FIG

URA

9: Mujeres conversando. Códice

florentino.

FIG

URA

10: Baño de los niños. Códice florentino.

20Quiñones K

eber 1988a, 207.

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93

En Tepepulco, en Tlatelolco, en la ciudad de México y en donde

quiera que llega a laborar, Sahagún reúne a los indígenas poseedores dela antigua sabiduría, establece un diálogo con ellos, les explica los asun-tos que quiere conocer y les proporciona el papel, las pinturas y las téc-nicas para que plasm

en sus respuestas tanto en el náuatl escrito con elalfabeto latino com

o en sus antiguas pictografías. Yescucha. Recibe

nuevas informaciones sobre asuntos que ignoraba, se asom

bra con la ri-queza m

etafórica de la lengua naua y queda sorprendido al ver cómo

los indígenas despliegan sus códices y le desvelan hechos que ignorabao no había podido com

prender. La concurrencia de dos culturas divergentes es la fuerza que anim

aesta obra. Sahagún escribe en español su gran enciclopedia de la anti-gua cultura indígena basado en los datos proporcionados por sus infor-m

antes, desde su perspectiva occidental. Pero no superpone su voz a lade los relatores indígenas, pues éstos expresan su propia interpretaciónen náuatl y a través de sus pinturas. Com

o advierte Tzvetan Todorov,Sahagún respeta la versión náuatl de sus inform

antes y se abstiene deem

itir juicios de valor en la traducción que hace de las partes más espi-

nosas del texto, como son las que se refieren a la religión y los sacrificios

humanos. 21Estas características de la m

anufactura del Códice florentinoindican que no hay base para afirm

ar que los autores de esta obra sonexclusivam

ente los colaboradores indígenas de Sahagún, o en el otro ex-trem

o, que se trata del libro de un autor único: Bernardino de Sahagún. 22

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Quizá el rasgo m

ás singular del Códice florentinoes la presencia masi-

va de la lengua náuatl vertida al alfabeto latino y la autenticidad que re-corre el discurso indígena. En un acto sin precedentes, un religioso delgrupo conquistador solicitó a la elite cultural de los vencidos escribir ensu propia lengua un tratado com

pleto sobre los orígenes, las tradicionesy la religión de su nación. Los sabios de Tepepulco, Tlaltelolco y Tenoch-titlan sin duda resintieron las naturales tensiones padecidas por quienesenfrentaron al inesperado reto de explicar sus propias tradiciones a susdom

inadores, pero aceptaron ese desafío y escribieron páginas invalua-bles sobre sus orígenes e identidades. Sahagún no estuvo de acuerdocon todas las interpretaciones suscritas por sus colaboradores indíge-nas, pero hasta donde sabem

os no las censuró ni las suprimió. Tam

pocolas pasó por alto. En la versión española del texto indígena refutó una auna las referencias a los dioses y la religión que consideró contrarias ala fe cristiana.

Por ejemplo, en el apéndice al libro prim

ero, que se refiere a los dio-ses antiguos, Sahagún acum

uló sus argumentos m

ás incisivos contra laidolatría. Inició su refutación de los dem

onios de la siguiente manera:

“Vosotros, los habitantes de esta Nueva España […

] sabed que todos ha-béis vivido en grandes tinieblas de infidelidad e idolatría en que osdexajon vuestros antepasados, com

o está claro por vuestras escripturasy pinturas y ritos idolátricos en que habéis vivido hasta agora”. Y

más

adelante asentó con energía:

Síguese de aquí claramente que H

uitzilopuchtli no es dios, ni tampoco

Tláloc, ni tampoco Q

uetzalcóatl. Cihuacóatl no es diosa; Chicomecóatl no

es diosa […] Chalchiuhtliicue no es diosa […

], Xuchipilli no es dios […];

Xipe Tótec no es dios […]; el Sol, ni la Luna, ni la Tierra, ni la M

ar, nininguno de todos los otros que adorábades no es dios; todos son dem

oni-os. A

nsí lo testifica la Sagrada Escriptura diciendo: Om

nis dii gentium dem

o-nia. Q

ue quiere decir: “Todos los dioses de los gentiles son demonios”. 23

Yen otra parte, cuando se refiere al calendario y las form

as antiguasde com

putar el tiempo y celebrar sus fiestas, arrem

ete contra Motolinía

21Tzvetan Todorov, La conquêt de L’Am

érique. La question de l’autre, Editions du Seuil,1982, 234-235.

22Donald Robertson, (s.f.: 625.) dice, en relación con esta polém

ica: “La manera usual

de escribir del canónigo Garibay y del doctor León-Portilla respecto de varios textos de

Sahagún, tiende a dar el crédito de autor, especialmente de los textos m

ás tempranos, los

Primeros m

emorialesy los Códices m

atritenses, a los ‘informantes de Sahagún’. A

un cuandoellos deban recibir algún crédito, de hecho se está dando a los ‘auxiliares de la investiga-ción’, el crédito respecto a la com

posición de la obra final, algo que no se hace en las prác-ticas bibliográficas ordinarias […

] Lo que se está pasando por alto, al dar el crédito de lostrabajos a los inform

antes de Sahagún, es que fue él mism

o quien estableció el modelo

de la obra, concibió una forma de verdadera enciclopedia y que él con sus preguntas,

obtuvo la información a través de las respuestas de los inform

antes, que siguieron losesquem

as que él les propuso, para presentar los materiales que él juzgó debían darse a

conocer”.23Sahagún, 2000, I, 112-117.

y sus informantes indígenas. Refuta expresam

ente a Motolinía, quien

afirmó que ese calendario estaba basado en la ciencia natural y no tenía

trazas de idolatría. Según Sahagún, todo ello

es falsísimo, porque esta cuenta no le llevan por ninguna orden natural,

porque fue invención del Dem

onio y arte de adivinación […] En lo que dice

[el padre Motolinía] que en este calendario no hay cosa de idolatría, es falsí-

sima m

entira, tienen muchas cosas de idolatría y m

uchas supersticiones ym

uchas invocaciones de los demonios, tácita y expresam

ente, como parece

en todo este Cuatro Libro […] 24

Así, cada vez que Sahagún percibe la antigua idolatría no vacila en

refutarla. Lo que sorprende es que haya respetado la libre expresión desus inform

antes.N

inguna otra obra entonces ni más tarde encerró en sus páginas con

igual liberalidad la sorprendente confluencia de dos tradiciones cultu-rales contrapuestas, ni recogió con tal vigor el dram

a del primer entrela-

zamiento entre la antigua cultura indígena y la civilización occidental.

Tiene la rara condición de hospedar en el mism

o recipiente dos concep-ciones del m

undo extrañas y contradictorias y de ser a la vez el primer

mortero donde am

bas empezaron a entrem

ezclarse y a forjar una nuevarealidad, una historia m

estiza.

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24Ibid., I, 423-425.