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1 BREVE RELACIN: MOSAICO DE LA LITERATURA CHILENA EN EL LTIMO SIGLO

Quisiera introducir mi presentacin recordando que hace 42 aos (1965), un grupo de artistas1 escribi un poema pico llamado Amereida, cuyo nombre era la reunin de las palabras Amrica y Eneida. Este poema, que se prefigur como la Eneida de Amrica, canta el regalo que es nuestro continente, su permanente posibilidad de ser original, con un presente, pasado y destino propios. Y, a la luz de este poema el grupo realiz un viaje potico, celebrando actos y construyendo pequeas obras, entre Tierra del Fuego y Santa Cruz de la Sierra. Finalmente los viajeros ubicaron el cruce de los cabos continentales con la Cruz del Sur en su cenit, sealando que el punto mgico de la travesa resida en la Plazuela Callejas de Santa Cruz de la Sierra. Ah se plantaron dos monolitos y se escribi un poema para conmemorarlo:

Aqu se abre la rosa de los vientos y hermana los treinta y dos caminos que inventa el horizonte. En este espacio pasta el fro de la Antrtica cuando llega cimarrn, sin brida y sin albarda, y hace pascana la humedad sonriente de El Dorado. El sol que arremete desde el Este y se acuesta trashumante con los Andes, abraza a nuestro pueblo en la distancia y funde la Cruz del Sur con Amereida. Aqu estamos, convertidos en todos los colores con los sones y decires que se aprehende en la ocurrencia y enriquecen la minga fraterna de la Historia.1

Organizado por poetas, pintores, escultores, arquitectos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Catlica de Valparaso, destacndose entre ellos Godofredo Iomi.

2

Caminante, salud, hemos llegado.

Y hoy, bajo este cielo de Santa Cruz de la Sierra, quiero dibujar el recorrido de un tren cargado con un siglo letras chilenas, para celebrar nuestra amistad. Durante el recorrido nos detendremos en seis estaciones, hitos que de alguna manera marcarn la ruta de esta relacin que respeta una lnea temporal sucesiva pero que, al mismo tiempo incrusta en ella, como mosaicos dentro de la historia, ciertas imgenes de las generaciones, grupos literarios o autores y autoras ms relevantes ya establecidos por la crtica. Tambin quisiera mencionar que el corpus de este relato bsicamente est conformado por la referencia a la narrativa, especialmente cuento, novela, y a la poesa. Y, por cierto, revelarles que este ejercicio de escritura me ha enseado lo difcil que resulta imponer una lnea sucesiva de tiempo a aquello que no importa dnde ni cundo, insiste en darse en forma simultnea.

PRIMERA ESTACIN: PUERTA DE ENTRADA AL SIGLO Inicio este recorrido destacando tres hitos que me parecen indiscutibles: naturalismo, modernismo y creacin de mujeres que ingresan al campo literario chileno con los albores del siglo veinte. Dentro del naturalismo, un nombre, una obra y un gnero: Baldomero Lillo, Sub terra: cuadros mineros, y el volumen de ocho cuentos publicado por primera vez en 1904, con textos clsicos sobre el tema de la explotacin del carbn y de la vida de los trabajadores de Lota, al sur de Chile. Sin duda, Lillo este frgil hijo de minero, que trabaj como empleado en la pulpera de la mina y que debido a ello pudo dedicarse a leer, es el precursor de la literatura de denuncia social y el padre del realismo social en Chile. Al mismo tiempo, concuerdo con aquellos crticos que, adems, han decidido incluirlo dentro

3 de la generacin modernista, al afirmar que la naturaleza del modernismo latinoamericano se abre tanto a las influencias del naturalismo de Zol, al realismo ruso, como a la agona romntica, el simbolismo o el parnaso.2 Pues como sabemos, este un movimiento ineludible en la identidad literaria de Hispanoamrica, aunque en Chile no haya tenido la relevancia de otros pases hispanoamericanos. Y, hablar de modernismo, es inseparable de la referencia a Rubn Daro, este hombre nacido en Nicaragua (Metapa, Nicaragua, 1867, Len, Nicaragua, 1916 ) que instala una nueva manera de escribir poesa en castellano, desde Amrica. Podra afirmarse, que en Chile, grosso modo, que hay dos fases fundamentales en su escritura, una cosmopolita, y una americanista, cuya evolucin derivar en lo que veremos ms adelante como criollismo. 3 Pero, a decir verdad, el trmino modernismo ha acarreado dificultades debido a la diversidad de textos de estos aos que se acuaron bajo este rtulo; por ello se habla ms bien, en un sentido ms amplio, de la Generacin de 1900 y se define como un trenzado de tendencias dismiles: arraigada en las circunstancias, preocupada por la forma, proyectada a lo universal4. Por otra parte, s habra consenso en considerar que Francisco Contreras es el autor chileno que con su trabajo potico y reflexin terica aporta valiosos elementos para configurar la creacin modernista en el pas. El prlogo a su obra Ral (1902) es un verdadero esquema de la gnesis y especificidad del movimiento5: Es interesante mencionar tambin que Francisco

2

Ver en Alfonso Caldern, Pedro Lastra, Carlos Santander. Antologa del cuento chileno. Santiago: Editorial

Universitaria, 1995, pgina 16.3

Rubn Daro utiliza por primera vez el trmino modernismo en un artculo, de 1888 para referirse a la obra del escritor mexicano Ricardo Contreras, luego esta denominacin empezara a ocuparse en forma generalizada, incluyendo a la crtica chilena, aunque los crticos ms tradicionales, lo hacan en forma peyorativa.4

Ver en Luis Muoz Gonzlez, y Dieter Oelker Link. Diccionario de movimientos y grupos literarios chilenos. Concepcin: Ediciones de la Universidad de Concepcin, 1993, pgina 66.5

Dice en su parte central: La creacin artstica ser aquella que sintetice ms fielmente, ms intensamente, ms sinceramente el temperamento que la informa, afirma, al considerar que la potica modernista no reconocera ms normas que el gusto, que el tino del talento del autor, cuyo temperamento debera mostrar la obra.

4 Contreras tempranamente intuy en un nuevo movimiento artstico que se gestaba en Latinoamrica, el que bautiz con el nombre de mundonovismo. Y, dentro de esta primera estacin, la creacin de mujeres tiene un espacio destacado. Sabemos que en los inicios del siglo XX se vio emerger en Hispanoamrica un grupo importante de escritoras, entre las que estn nombres como los de Delmira Agustini, Juana de Ibarbur, Alfonsina Storni y Gabriela Mistral. Y en Chile, especficamente, surge tambin lo que podra denominarse, desde hoy, el primer movimiento feminista6. Este fue originalmente un feminismo aristocrtico, guiado por una sensibilidad esttica, una visin de mundo y hasta un modo de vida de mujeres de la clase pudiente del pas, que se interesaron por la literatura, y el arte, y que tras la denominacin espiritualismo de vanguardia acuado por una de ellas, Ins Echeverra, Iris, (1869-1949) y desde un piso cultural catlico, se abrieron a otras dimensiones de la espiritualidad como al misticismo, al espiritismo, hinduismo y a la teosofa7. Y, como es de suponer, aparte de la apertura a otras dimensiones de trascendencia que la religin de origen les propona, estas mujeres utilizaron la ampliacin del concepto de lo espiritual como una estrategia discursiva para liberarse de una moral conservadora y tradicional que las inmovilizaba y las circunscriba casi exclusivamente al mbito del hogar y la familia. Por otra parte, en el campo de las letras, su creacin devel una nueva sensibilidad esttica y literaria que sera fundamental para el posterior desarrollo del Creacionismo y dems formas de la vanguardia chilena, porque este espiritualismo de vanguardia supuso un cambio importante con respecto a la esttica del modernismo.86

Quines son estas mujeres? Dentro de este grupo tenemos, entre otras, a Ins Echeverra, Iris, (1869 1949), Mariana Cox Stuven, Shade, (1882-1914), Teresa Wilms Montt (1893-1921), Mara Luisa Fernndez (madre de Vicente Huidobro, que firmaba como Latina o Monna Lisa), Luisa Lynch de Morla y sus hijas Carmen y Ximena Morla (ambas recreadas como las hermanas Mora por Isabel Allende en La casa de los espritus), Delia Matte, la escultora Rebeca Matte, Sara Hbner (Magda Sudderman) y Sofa Eastman.7

Como apunta y desarrolla Bernardo Subercaseaux en Ins Echeverra (Iris) Alma femenina y mujer moderna. Antologa. Santiago: Editorial Cuarto Propio, (2001).8

Los principales aspectos en que se diferencia la esttica del espiritualismo de vanguardia con la del

5 Junto a este discurso feminista aristocrtico cristianocatlico, existe otro de mujeres de sectores medios y de carcter ms bien laico, que es fundamental dentro de la historia de la cultura chilena, y de su literatura en particular. Tal es el caso de Gabriela Mistral (18891957), primera mujer Premio Nobel de Literatura, 1945, en Amrica y que lo sigue siendo hasta el da de hoy- y de las poetas Wintt de Rokha (esposa de Pablo de Rokha), Olga Acevedo (18951970?), Mara Monvel (1899, 1936) y Chela Reyes (19041988). Todas ellas, cada una en su campo, fueron figuras ineludibles que favorecieron, tanto el desarrollo intelectual y la participacin social de la mujer, como el enriquecimiento cultural y esttico del pas en general. 9

SEGUNDA ESTACIN, MUNDONOVISMO Y CRIOLLISMO Ya habamos mencionado que Francisco Contreras evoluciona del modernismo hacia una nueva corriente que desde comienzos del siglo XX se gestaba en toda Hispanoamrica. Este movimiento que reafirma la identidad de la creacin en el nuevo continente americano frente al mundo, tiene por finalidad, nos dice: Interpretar esas grandes sugestiones de la raza, de la tierra o del ambiente que animan todas las literaturas superiores, sugestiones que lejos de anular la universalidad primordial en toda creacin artstica verdadera, la refuerzan diferencindola. Se trata sencillamente de crear el arte del Mundo Nuevo, quiero decir, de la tierra joven y el porvenir. (...) De aqu que denominemos este movimiento Mundonovismo y no Americanismo.10modernismo seran: primero, que se traslada el centro de inters, con respecto a la creacin, del placer al dolor, llegndose a afirmar, incluso, que todas las grandes obras de la historia del arte han sido originadas por el sufrimiento; segundo, que se abandonan los motivos y el modo de tratar el lenguaje propios del modernismo; y, tercero, que se aborda directamente el tema de la mujer, de su sexualidad y su condicin genrica en relacin de oposicin con los roles y posibilidades del hombre, tanto en la vida social como en la produccin artstica. Aparte de las anteriores, dos nombres inelubibles son los de Elosa Daz (18661950), la primera doctora en Chile, y Amanda Labarca (18861975) la gran educadora.9 10

Tomado de El mundonovismo de Francisco Contreras, en La varillita de virtud Discurso preliminar de

6 En este mismo perodo, la creacin literaria ya estaba dando cuenta de la compleja y conflictiva realidad social y poltica en los diferentes puntos geogrficos del continente. Por ejemplo en Chile, dentro de otras realidades sociales, la situacin de gran riqueza de unos pocos y la extrema pobreza de muchos, tanto en las salitreras del norte como en las minas de carbn en el sur, despiertan la conciencia de grupos sociales y esto es asimilado por la creacin literaria. De hecho, es muy probable que Augusto DHalmar (con l se inaugura el Premio Nacional de Literatura en 1942) haya sido el primero en utilizar el trmino criollismo en un artculo sobre Sub Terra, de Baldomero Lillo, estableciendo una clara diferencia entre lo que se denomina criollismo y lo que entonces se llamaba folklorismo, expresin que tena una connotacin peyorativa. DHalmar se refiere al libro de Lillo identificando su tcnica naturalista y la temtica propiamente criolla, en oposicin a las obras folcloristas que no daban cuenta de la exterioridad, sino de una melancola por lo propio con un carcter idealizado. La palabra criollismo proveniente de criollo (del portugus crioulo, derivado de criar, que designaba a los descendientes de africanos o europeos nacidos en Amrica) empieza a utilizarse en la literatura y la crtica a propsito de una lnea de produccin especialmente preocupada por lo autctono. Se define como el movimiento literario que refleja en sus obras lo artstica y definitivamente propio del hombre de Amrica en su rincn, con todas sus costumbres, idiosincrasia y vitalidad, dentro del lmite providencial en que le ha tocado estar y existir.11 Podemos afirmar que tanto el criollismo como el mundonovismo responden a la evolucin de la literatura naturalista en Amrica. Son dos vertientes que se separan y entrecruzan, pero que responden bsicamente tanto al enfrentamiento del ser humano con a la naturaleza, como a su lucha frente a los otros hombres en la tierra del nuevo continente. Si pudisemos muy brevemente resumir estas dos aguas, habra que decir que el mundonovismo representa alRicardo Montaner Bello. Santiago: Editorial Minerva, 1919, pginas 101 y 102.11

Ver en Homero Castillo. El criollismo en la novelstica chilena. Huellas, modalidades y perfiles. Mxico: Ediciones Andrea, 1962, pgina 37.

7 ser humano dentro del mundo natural, ya sea en armona o en conflicto con l, mirado en una dimensin ms bien universal, mientras que en el criollismo se hace un retrato mucho ms focalizado de las costumbres, los personajes y el habla popular de una regin o lugar determinado. El autor ms relevante del criollismo en Chile sera Mariano Latorre (Premio Nacional de Literatura en 1944), que desde su primera publicacin Cuentos del Maule en 1912, y en adelante, demostr una marcada influencia de grandes maestros realistas como Guy de Maupassant y Charles Dickens. El orden cientificista de sus argumentos, el determinismo que ejerce el medioambiente en el curso de los acontecimientos, la herencia gentica de sus personajes, y el deseo de retratar la lucha del ser humano por imponerse en un medio hostil como el americano, son rasgos particulares de su obra que se ligan a las caractersticas generales del criollismo, tales como una aguda observacin de la naturaleza para ser representada desde un temperamento particular, y la funcin prioritariamente didctica y cognoscitiva del texto. Por otra parte, sabemos que el criollismo busca la objetividad en la representacin de la realidad pues, segn esta esttica, en el enfrentamiento entre el ser humano y su medio se gestara la identidad de lo chileno y sera en este proceso donde mejor se podra apreciar la complejidad de su conformacin. Dentro del movimiento criollista chileno existen diversas etapas o promociones y una gran cantidad de reconocidos autores clave en nuestra historia literaria. 12 Aparte de Mariano Latorre, que se ubica en el centro de esta rica y variada generacin, me interesa destacar a Marta Brunet, identificada dentro de un tercer momento que evoluciona hacia un recambio ms vanguardista. En su obra primeramente se ocup de describir el mundo rural que la rodeaba insertndolo en las formas clsicas del movimiento, sobre todo en la obra clave de este perodo, Montaa adentro, que recoge el habla local y lo

Nombres tales como Federico Gana, Eduardo Barrios, Luis Durand, Manuel Rojas, Marta Brunet, Rafael Maluenda, por nombrar algunos.12

8 plasma con sorprendente fidelidad. En una segunda etapa public Humo hacia el sur y La mampara (1946), obras en las que expresa el cambio psquico de las protagonistas por medio del anlisis introspectivo, para continuar en esa lnea e introducir a sus personajes en espacios inconscientes como en Raz del sueo (1949), donde incursiona en una corriente ms surrealista al trazar los rasgos sicolgicos de la protagonista.

TERCERA ESTACIN, LAS VANGUARDIAS

Es innegable que la vanguardia tiene un espacio central en la literatura chilena y dentro su genealoga no se puede omitir la mencin a Los Diez, grupo que tuvo una figuracin importante en la cultura del pas, especialmente entre los aos 1916 y 1917, momento que marca una actitud rebelde en el campo del arte, ya sea plstico, literario o musical, protagonizada por intelectuales provenientes de una clase media en formacin. Este fue un grupo de carcter multidisciplinario: literatura, pintura, msica, arquitectura, poltica, e incluso llegaron a disear su propio calendario. Se reconoce como lder y gestor a Pedro Prado13 , quien seala Los Diez no forman ni una secta, ni una institucin, ni una sociedad. Carecen de disposiciones establecidas, y no pretenden otra cosa que cultivar el

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Pedro Prado (Santiago, 1886, Via del Mar, 1952, poeta, pintor y arquitecto, premio Nacional de Literatura en 1949). Segn antecedentes aportados por los archivos de Memoria Chilena de la Biblioteca Nacional, se sabe que Pedro Prado en momentos en que el pas atravesaba una aguda crisis econmica hacia 1914, comenz a trabajar con Julio Bertrand Vidal. Este ltimo, asombrado por la alegra y el entusiasmo del primero, le pregunt si existan ms hombres como l. Prado entonces sonri y contest que tal vez podran encontrarse unos diez ms. Ante esta respuesta, Bertrand contest: Me gustara conocerlos.... De ah el origen de Los Diez: pintores, escultores, msicos, arquitectos y poetas. Todos de gran vocacin, respeto por el arte y poseedores de una fina irona. Estos diez hombres, que en la prctica fueron ms que diez, a los que haca referencia Pedro Prado, aparte de su persona eran: Manuel Magallanes Moure (poeta, cuentista, pintor, por estos tiempos ms conocido por su correspondencia con Gabriela Mistral), Juan Francisco Gonzlez (uno de los ms grandes pintores chilenos), Armando Donoso (crtico literario, periodista), Alberto Garca Guerrero (msico), Alberto Ried (poeta, cuentista, escultor, pintor), Acario Cotapos (msico), Augusto D'Halmar (novelista, cuentista, un gran escritor al que actualmente se est rescatando), Alfonso Leng (msico y compositor), Julio Ortiz de Zrate (arquitecto y escultor), Ernesto A. Guzmn (poeta y ensayista), Eduardo Barrios (novelista y dramaturgo) y Julio Bertrand Vidal (arquitecto y pintor).

9 arte con una libertad natural.14 Pese a que se les acus de ser indiferentes al acontecer social y poltico de su poca, podra pensarse que estos creadores, al no reconocer ninguna institucionalidad en el grupo, participaban a su manera de la crtica social del momento y evidenciaban a travs de su prctica la necesidad de una limpieza en el ejercicio del poder. En este sentido pueden percibirse como otra ms de las voces en conflicto del movimiento cultural que se manifiesta ante la crisis de la sociedad chilena durante los aos cercanos al centenario de la independencia y que expresa, junto a otros actores sociales como los obreros, los estudiantes y las mujeres, un malestar generalizado, que marca el fin de un modelo de sociedad y de modernizacin, y el inicio de uno nuevo que servir como caldo de cultivo para el advenimiento de la vanguardia. 15 Otra tendencia camino a la vanguardista es el imaginismo, que nace a mediado de los aos veinte. Segn Alone, se considera imaginista toda obra en que, sobre la observacin de la realidad prxima, prima la fantasa, la invencin creativa, el cuento. 16 La creacin imaginista no toma sus modelos directamente de la realidad y no hace descripciones de la naturaleza ni transcriben el lenguaje de los campesinos tal como suena, pero su pervivencia es de corta duracin pues finaliza ante el brutal impacto que tuvo en Chile la Guerra Civil Espaola a partir de 1936.14 15

Ver en www.memoriachilena.cl

Ver en Bernardo Subercaseaux. Historia de las ideas y de la cultura en Chile. El centenario y las vanguardias Tomo III. Los dos antecedentes que destaca Subercaseaux son el movimiento estudiantil, ntimamente relacionado con el movimiento obrero, y el feminismo aristocrtico, a travs de lo que Ins Echeverra Bello haba bautizado como espiritualismo de vanguardia. Es importante hacer presente que la creacin de la Federacin de Estudiantes de Chile, FECH (1906), abri un espacio oficial para la expresin de la juventud chilena, y que desde su comienzo manifest inters por los problemas y las injusticias sociales, adoptando un tono crtico y combativo. Muy pronto la federacin se vincul con el movimiento obrero, donde ya se difundan lecturas anarquistas, y desarroll un sistema de accin social que consideraba escuelas nocturnas para obreros y consultorios mdicos gratis.16

Hay coincidencia entre la crtica en considerar como los principales autores imaginistas Salvador Reyes, Augusto DHalmar, Luis Enrique Dlano y Juan Marn. Ahora bien, a esta breve lista se podran sumar Pedro Prado, Alberto Ried, Hernn del Solar, Benjamn Subercaseaux y Jacobo Danke. El autor ms representativo de esta esttica sera Salvador Reyes quien, pese a no haber estado nunca muy convencido del imaginismo, fue el centro gravitatorio del movimiento.

10 Runrunismo es el nombre de otro movimiento dentro de las corrientes de vanguardia. El trmino, proveniente del juego infantil, runrn, da muchas luces de la intencin principalmente ldica y de carcter bsico, no en un sentido peyorativo, sino ms o menos como lo har Nicanor Parra, apelando a lo popular o, segn sus palabras, en intentar bajar el lenguaje potico del Olimpo. Es interesante hacer notar que los mexicanos tambin buscaron una palabra relacionada con el sonido, ms exactamente con el ruido, al utilizar el vocablo estridentismo para denominar uno de sus ms importantes corrientes vanguardistas. Pero, a propsito del porqu se eligi este nombre, Antonio de Undurraga afirma que el objetivo del movimiento era despertar con cierto estrpito a los cmodos y pacficos ciudadanos, y tomar el arte como un pasatiempo que ofreca ciertos resortes infinitos. En suma, llevar la poesa a la gracia del humorismo, la insistencia montona del deporte, la magia de las danzas negras o la clida estridencia del jazz. 17 El grupo hizo su primera aparicin en 1928 y se origina inspirado en los libros de Benjamn Morgado Cascada silenciosa (1926), poesa, y Esquina (1927), prosa. El runrunismo se concibi como una etapa en el desarrollo literario de los autores vanguardistas, momento de juego, stira, humor. Dice al respecto Morgado: Muy pocos se libraron del runrunismo. No solamente los jvenes sino hasta los ms ancianos acabaron escribiendo versos a la manera runrunista. Lgicamente, el runrunismo era un trampoln, una etapa. No haba para qu volverse loco escribiendo en la misma forma toda la vida. Pero fue, como digo, un tramo de alegra, de buen humor en que, al menos por un largo perodo, se perdieron las palabras penas, abatimiento, tedio, fastidio, congoja, desconsuelo, zozobra, tormento, dolor, afliccin, pesar, etc., de la literatura chilena.18 Entre otros que participaron de esta etapa ldica en su proceso de desarrollo como escritores estn: Humberto Daz Casanueva, Rosamel del Valle, Omar Cceres y Alberto Rojas Jimnez.17 18

Antonio de Undurraga. Poesa y prosa de Vicente Huidobro. Madrid: Aguilar, 1957, pgina 164.

Benjamn Morgado. Poetas de mi tiempo. Santiago de Chile: Talleres Grficos Periodstica Chile Ltda., 1961, pgina 51

11 La vanguardia dura. En Chile, vanguardia se vincula en primer lugar y directamente con Vicente Huidobro y el creacionismo, que surge en forma paralela al ultrasmo, surrealismo y dadasmo. Este es el primer movimiento vanguardista de la poca que aparece en el pas y el nico que se da paralelamente al surgimiento de las vanguardias en Europa. Podemos definir al creacionismo como un movimiento esttico surgido en la segunda dcada del siglo veinte, cuya manifestacin ms importante se produce en la poesa lrica. Pretende hacer de la poesa un instrumento de creacin absoluta, una poesa basada en s misma y no en la funcin referencial del lenguaje. Por ello se reafirma la originalidad del lenguaje potico frente al gramatical, pues el objeto de inters lo constituye el poema en s y no de lo que este trate. La funcin primordial del poeta estara en la de crear un mundo nuevo. En este sentido, el movimiento se caracteriza por la bsqueda consciente de nuevos recursos expresivos: palabras carentes de significado conocido, neologismos, metforas originales, verso libre, eliminacin de los signos de puntuacin, rupturas sintcticas, etc. El conocido poema Arte potica (1916) de Huidobro explicita cabalmente lo que pretenda el creacionismo: Que el verso sea como una llave que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando; cuanto miren los ojos creado sea, y el alma del oyente quede temblando. Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; el adjetivo, cuando no da vida, mata. Estamos en el ciclo de los nervios. El msculo cuelga, como recuerdo en los museos; mas no por eso tenemos menos fuerza: el vigor verdadero reside en la cabeza. Por qu cantis la rosa, oh, Poetas! Hacedla florecer en el poema. Slo para vosotros

12 viven todas las cosas bajo el Sol. El poeta es un pequeo Dios.

Y al andar de los aos, tal como se consider a Huidobro el eje central de la vanguardia chilena especialmente dentro del mbito de la poesa, Juan Emar seudnimo de lvaro Yez Bianchi, es otro importante actor olvidado por muchos aos, que hoy est siendo apreciado como la figura central de la narrativa. Su permanencia en Europa, al igual que Huidobro, lo vincul a los movimientos vanguardistas y de ellos hered su aversin al realismo y al academicismo, tendencias de las que se mantuvo a distancia en sus escritos. Sus textos centrales publicados en vida son cuatro, Miltn 1934, Un ao y Ayer, (publicados en 1935) y luego, en 1937, Diez. Todos se caracterizan por desafiar los cdigos de representacin del realismo dominante pues estn construidos sobre la base de estructuras fragmentarias y alegricas, y sus temticas expresan humor negro, ocultismo, elementos inconscientes y erotismo. Dentro de este verdadero mural que conforma la vanguardia chilena, muchos son los nombres ineludibles que, en un momento u otro, se imprimen sobre su superficie, en orden alfabtico solo unos cuantos: Olga Acevedo, Eduardo Anguita, Braulio Arenas, M Luisa Bombal, Omar Cceres, Tefilo Cid, Humberto Daz Casanueva, Joaqun Edwards Bello, Juan Florit, Enrique Gmez Correa, Juan Marn, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Alberto Rojas Jimnez, Carlos de Rokha, Pablo de Rokha, Winnt de Rokha, Rosamel del Valle. Jorge Luis Borges afirm que en tiempos venideros, cuando se recordaran los mejores nombres de la literatura latinoamericana, el de Mara Luisa Bombal, sera uno de ellos. Y no se equivoc, su prosa materializada en una obra relativamente breve en extensin, pero notable, y que se centra en personajes femeninos y su mundo interno, da a da cobra mayor importancia. Esta mujer itinerante, al igual que Gabriela Mistral, encontr

13 su minuto de gloria en el Buenos Aires de los aos treinta. All, viviendo en la casa de Neruda, fue parte de la bohemia y el rico ambiente intelectual argentino, conoci a Borges y su grupo, particip en la revista Sur y escribi La ltima niebla (1935). Tras esta publicacin tuvo una extraordinaria recepcin de la crtica y la prensa, y esta primera obra dej ver definitivamente a la extraordinaria novelista que era Mara Luisa Bombal. El surrealismo y la Mandrgora. Hoy da decir surrealismo es ms que denominar el movimiento artstico y literario que surgi en Francia hace ms de 80 aos con el primer manifiesto de Breton en 1924. Por el contrario, es frecuente en estos tiempos or el trmino surrealista como adjetivo aplicado a situaciones, hechos o personas, e incluso, prcticamente aludir a una forma de vida incomprensible, absurda o poco convencional. Es que con este adjetivo se pretende aludir al rechazo de lo habitual y a la cercana de lo catico, onrico y absurdo. Pero ms all de esta designacin amplia, el movimiento, el gestado en Francia, s lleg a Chile y se encarn en la vida y la creacin nacional a travs de personas y grupos como la Mandrgora (nombre que proviene de una planta usada en la antigedad por sus efectos narcticos y propiedades mgicas). Formado por Tefilo Cid, Braulio Arenas y Enrique Gmez Correa, hace su primera aparicin pblica en 1938, en un recital potico realizado en la Universidad de Chile luego del cual public la revista Mandrgora, de la que alcanzaron a salir siete nmeros. (Entre diciembre de 1938 hasta octubre de 1943). Su principal diferencia con el creacionismo y el runrunismo, es que se sita en el surrealismo y por lo tanto tambin busca, en gran medida, una indagacin en el lado no consciente del yo. As, la poesa negra o nictlope, que proponen los mandragricos, no se refiere a la invencin de otra realidad como es el caso de Huidobro, sino a la liberacin de la potencia creadora irracional, nocturna, vigilante desde el sueo. La libertad que defienden estos poetas no tiene tanto que ver con la creacin, sino con la posibilidad de develar otro estado de vigilia, o bien, otro estado de conciencia. Asimismo, el humor que manejan (y valoran enormemente) es diferente al del Runrunismo, en tanto

14 que se refiere a ese otro estado y, por lo tanto, no remite a lo bsicopopularconcreto, sino a algo etreo, ensoado. Y, en este punto, a modo de puente entre una estacin y otra, no puedo dejar sin mencin a dos grandes, entre los grandes, uno en narrativa, Manuel Rojas y otro en poesa, Pablo Neruda. El primero, es ese aprendiz de sastre, empleado uniformado de una empresa de mensajeros, aprendiz de talabartero, carpintero, pintor de brocha gorda, ayudante de electricista, acarreador de uva, cuidador de un falucho, actor, apuntador de teatro o consueta, linotipista, periodista, empleado de la Biblioteca Nacional, profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, vendedor de cartillas en el hipdromo, escritor y, como tal, autor de una novela que ha sido catalogada por algunos crticos como la mejor del siglo XX chileno: Hijo de ladrn, como dice la joven escritora Alejandra Costamagna,19 sobre este hijo de padres chilenos nacido dos aos despus de Pablo y Wintt de Rokha, (1896) en Buenos Aires, y que a los 16 aos cruzando Los Andes lleg a Chile. Por otra parte, el segundo faro de nuestras letras, Pablo Neruda que, como afirma Octavio Paz, es uno de los cuatro fundadores de la poesa hispanoamericana. Este omnvoro de sentimientos, de seres, de libros, de acontecimientos y de batallas, como se define a s mismo, que trabaja con lo que tiene y con lo que es, y que experimenta la poesa como una exploracin del ser, nos ha regalado a todos, sin distincin a travs de su verso tanto amor y dolor, tanta tristeza y esperanza.

CUARTA ESTACIN, LA GENERACIN DE 1938 Despus de las distintas manifestaciones de la vanguardia que se han visto, otra denominacin que recoge a algunos de los autores ya citados, pero que se ampla y marca un cambio en la tendencia de la literatura chilena, es la llamada Generacin del 38, formada por escritores nacidos entre 1900 y 1919, aprox. Esta generacin, que se refiere a un19

Ver en Letras libres, marzo del 2002

15 conjunto de poetas y narradores de estilos y caractersticas heterogneas, se mantiene unida por una actitud comn frente a la situacin sociopoltica de Chile en esa poca. El hecho histrico aglutinador es el triunfo del Frente Popular con la asuncin a la presidencia a la Nacin de Pedro Aguirre Cerda, y los rasgos principales que unen a los escritores seran su postura anticapitalista, su profundo sentimiento antifascista, y una adhesin a las doctrinas y programas de avanzada ideolgica. Algunas de las caractersticas de la creacin literaria de esta generacin fueron, por una parte, dar cuenta del mundo popular en su dimensin social y humana, generalmente recuperando la expresin popular y coloquial del criollismo, como puede apreciarse en las novelas La sangre y la esperanza de Nicomedes Guzmn y La viuda del conventillo de Alberto Romero, en otros casos se da un compromiso ideolgico ligado al marxismo y a la militancia poltica de izquierda, como en el caso de la novela Hijo del salitre de Volodia Teitelboim; o bien se presenta un claro acento regionalista como en Norte grande de Andrs Sabella y El ltimo grumete de la Baquedano de Francisco Coloane.20 Nicanor Parra, Luis Oyarzn, Fernando Alegra, Claudio del Solar, Francisco Santana, son algunos de los que han escrito acerca de esta oleada de escritores. Pero es en el Primer Encuentro Nacional de Escritores, convocado por la Universidad de Concepcin en 1958, momento al que asistieron varios de los antes mencionados como integrantes de la generacin, donde la existencia de la Generacin del 38 se convino como tal.21 Bajo el alero de la Generacin del 38 el Angurrientismo es otro grupo interesante20

Algunos nombres de esta generacin son: Jorge Soto Moreno, Homero Bascun, Marta Brunet, Rubn Azcar, Nicasio Tangol, Andrs Garfulic, Gonzalo Drago, Jacobo Danke, Daniel Belmar, Reinaldo Lomboy, Mario Bahamonde, Oscar Castro, Francisco Coloane, Leoncio Guerrero, Juan Godoy, Eduardo Elgueta Vallejos, Mait Allamand, Alfredo Llama Marn, Andrs Sabella, Volodia Teitelboim, Manuel Guerrero Rodrguez, Nicomedes Guzmn, Edmundo de la Parra, Vicente Parrini Ortiz, Gonzalo Mera, Washington Tapia Moore, Edmundo Schettino, Ernesto Slava, Armando Mndez Carrasco, Juan Donoso, Osvaldo Wegman, Julio Moncada, Baltazar Castro, Ernesto Solovera Providel, Horacio Toledano y Mart y Mario Ferrero.21

El carcter de este encuentro fue retrospectivo y reflexivo, y en la revista Atenea qued impreso el testimonio de dichas conferencias.

16 de mencionar. Se entiende por angurria hambre canina, hambre del pueblo, y este fue el nombre para denominar un grupo formado por Juan Godoy (el injustamente desconocido profesor y escritor del Instituto Nacional, nacido en Chilln en 1911 y fallecido en Santiago en 1981), que reconoce como precursores a Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Joaqun Edwards Bello y Mariano Latorre, entre otros. Este grupo se manifest entre 1938 y 1943, siempre reunidos en torno a Godoy y su manifiesto, Angurrientismo y cultura, publicado en 1939. Sus postulados se resumen en la siguiente cita: El artista ha de seguir una direccin nueva y sincrnica al despertar social y poltico de su pueblo, dando por entendido que el grupo se plantea como una superacin del criollismo y de las formas europeizantes, al tomar una actitud y un lenguaje ms directos para dar cuenta de la realidad social y poltica chilena, y solo as establecer el papel del pas en Latinoamrica y el resto del mundo. Godoy plantea como premisa fundamental que para comprender lo que es la vida y la cultura chilena y su aporte a la cultura universal, debemos comprender primero al roto. El roto es la figura ms importante en la esttica angurrientista y sus rasgos principales seran su hambre insaciable, pues es un puro exceso vital que no deja nada en el plato de la vida. Se lo come todo en un da. Come en exceso; bebe en exceso; ama en exceso; muere en exceso. El roto se convierte necesariamente en el hroe del pueblo puesto que junto con desarrollar esa capacidad para vivir intensamente el presente en su difcil sobrevivencia, expresa la necesidad de toda la nacin de mantenerse viva. 22 Otra agrupacin que da cuenta de la proliferacin de grupos insertos en esta generacin, es la aparicin en Rancagua del grupo Los intiles con caractersticas similares a los angurrientistas, al que pertenece Nicomedes Guzmn (19141964), otro gran novelista chileno autodidacta. La principal preocupacin de Los intiles eran los

22

En 1966, Godoy da una lista de nombres de los autores que pertenecan al grupo entre los que menciona, aparte de l mismo, a algunos como Carlos Pezoa Vliz, Oscar Castro, Francisco Coloane (Premio Nacional de Literatura 1964), Carlos Droguett (Premio Nacional de Literatura 1970), Nicmedes Guzmn y Reinaldo Lomboy.

17 grupos urbanos proletarios, representados con extraordinario respeto y cario.

Nuevamente y a modo de puente entre una estacin y otra, no puedo dejar de mencionar a tres grandes artistas nacionales, Violeta Parra, su hermano Nicanor, y Gonzalo Rojas. Violeta Parra nace en San Carlos, el mismo ao que Gonzalo Rojas en Lebu (1917). Por largos aos se le ha conocido como compositora y folclorista, sin apreciarla tambin como la gran poeta que es. Me interesa destacar su libro Dcimas, publicado por impulso de su hermano Nicanor, obra que contiene su autobiografa en versos, y que a mi entender es uno de los grandes poemarios nacionales, una verdadera joya, an no debidamente rescatado por la crtica literaria chilena. Comparto, por lo tanto, la opinin de Fidel Seplveda (recientemente fallecido), poeta y profesor de la Universidad Catlica en Santiago, quien ha estudiado su obra: Violeta Parra tiene todas las caractersticas del hroe, que es el que nace mucho antes de nacer. Violeta nace antes de nacer y, luego, no muere con su muerte sino que sigue viviendo y, como el sino de los hroes, sigue dando batallas y sigue venciendo despus de la muerte. Desde luego en el plano internacional es cada vez ms claro que uno de los grandes nombres de la msica latinoamericana, no slo chilena, es Violeta Parra (). Violeta es reconocida por Gracias a la vida, por sus canciones, no por la totalidad de sus canciones, pero paulatinamente se va abriendo paso la visin de su figura no slo como la creadora musical, sino tambin como una de las grandes figuras poticas de la literatura chilena y como una innovadora formidable en la parte plstica.23 Por su parte, el hermano mayor del clan Parra Sandoval, Nicanor, naci cerca de Chilln en 1914. Se convierte en hito obligado de la poesa en habla castellana cuando, a dos aos de volver a Chile luego de un largo viaje por Estados y Unidos y Gran Bretaa, en23

Ver en entrevista a Fidel Seplveda de Melanie Josch, en Rocinante, Febrero 2000.

18 1954, public Poemas y antipoemas, libro que produjo un corte radical en la poesa chilena e Hispanoamericana y marc la irrupcin de su modelo antipotico. A partir desde entonces desarrolla una propuesta literaria, la antipoesa, caracterizada por versos cargados de irona, lenguaje cotidiano, directo, ritmo que se adapta a la circunstancia a la que se refiere y un hablante que ms bien se transforma en personaje, como en La cueca larga (1958) donde el poeta parodia con maestra los ritmos populares chilenos. De ah en adelante, sus libros dan cuenta de las premisas del modelo antipotico y la capacidad del autor para hacerlo evolucionar. Esta extensa trayectoria ha posicionado a Nicanor Parra como uno de los protagonistas centrales de la poesa chilena y de habla hispana, desde la segunda mitad del siglo XX. Como antes mencionaba, un poco ms al sur, en Lebu, naci Gonzalo Rojas el ao 1917. Miembro de la Generacin Literaria de 1938 y cercano en sus comienzos al grupo de la Mandrgora, Rojas ha dejado en ms de un texto indicios de su cercana con la esttica surrealista, por lo que su obra se sita en una lnea de continuidad con las vanguardias chilenas y latinoamericanas del siglo XX. Su primer libro, La miseria del hombre (1948), ya da cuenta de una poesa vital, con una enorme carga humana que, junto al erotismo, el compromiso social y el poder sonoro de la palabra, conforman una identidad potica, continuado en Contra la muerte (1964), y que lo distingue hasta el hoy. Me parece relevante destacar que durante su permanencia en la Universidad de Concepcin, organiza y dirige actividades culturales tales como el Primer Encuentro Nacional de Escritores (1958) y el Primer Encuentro de Escritores Americanos (1960), con la presencia de autores como Allen Ginsberg, Ernesto Sbato, Mario Vargas Llosa y Vicente Gerbasi, entre otros. Son dignos de destacar tales eventos pues, tal como han afirmado los escritores Carlos Fuentes y Jos Donoso, estas reuniones habran sido el comienzo del boom latinoamericano, pues abrieron un espacio de reflexin como el propio poeta lo propusiera, en torno a las imgenes de Amrica Latina y del ser humano actual. Y de

19 nuestro poeta, que vive en eterna reniez, podemos constatar que la intensa actividad acadmica nunca le impidi el ejercicio potico ya que sus libros se siguieron y se siguen publicando, hacindose acreedor de los ms altos galardones: el ao 1992 recibe el Primer Premio Reina Sofa de Poesa Iberoamericana y el mismo ao, el Premio Nacional de Literatura; el reconocimiento internacional contina con el Premio Jos Hernndez de Argentina (1997), el Premio Octavio Paz de Mxico (1998), y el 2003 el Premio Miguel de Cervantes en Espaa.

QUINTA ESTACIN, LAS GENERACIONES DEL 50 Y DEL 60 Acercndonos al final de la ruta entramos en la quinta estacin, en la que nos esperan las generaciones del cincuenta y del sesenta. Dentro del mbito de la narrativa, el prlogo de la Antologa del nuevo cuento chileno (1954) de Enrique Lafourcade puede funcionar como un primer manifiesto de la llamada Generacin del 50. Segn este texto, estaramos frente a una generacin ms bien individualista y hermtica, que pretende realizar una literatura de elite, concebida como un hecho esttico ms que reivindicativo en trminos sociales. Su objetivo central consistira en realizar una obra a conciencia y hasta sus extremas posibilidades creadoras. No escribiran para combatir, negar o afirmar algo de orden social o histrico, sino ms bien para rescatar desde fondo de s mismos un sentido, distinto para cada uno. En otras palabras, lo fundamental para sus creadores sera el compromiso con el oficio escritural, desechando todo aquello que vulnerara su actividad. Se caracterizan tambin por una seria preocupacin intelectual, que los lleva a conocer y comprender la problemtica de la literatura contempornea nacional y universal. Algunas figuras que conforman esta antologa son Guillermo Blanco (1926, Premio Nacional de Periodismo), Margarita Aguirre (1925), Jos Donoso (1924), Mara Elena Gertner (1927), Claudio Giaconi (1927), Alberto Rubio (1928), Enrique Lihn (1929), y Jorge Edwards (1931). Por otra parte, en el ya mencionado Segundo Encuentro de Escritores

20 Chilenos en Concepcin, Claudio Giaconi tambin caracteriza a la Generacin del 50, ampliando la lista de autores propuesta por Lafourcade, e incluyendo a personas de otras disciplinas, como la pintora Carmen Silva. Las caractersticas generacionales que establece y que dan algunas luces acerca de su estilo y temtica son las siguientes: superacin definitiva del criollismo; apertura hacia los grandes problemas contemporneos a travs de una mayor universalidad en las concepciones y realizaciones; superacin de los mtodos narrativos tradicionales; audacias formales y tcnicas; mayor riqueza y realismo en el buceo psicolgico; y, por ltimo, eliminacin de la ancdota. Jos Donoso, consolidada figura del boom latinoamericano y un referente obligado dentro de la narrativa chilena e hispanoamericana, sera uno de los ms destacados representantes de esta generacin. Desde su primera publicacin Veraneo y otros cuentos (1955), seguida por su novela, Coronacin (1957), Donoso represent el primer paso de una narracin que buscaba trascender el nivel realista. Sus siguientes obras (El obsceno pjaro de la noche 1970; Casa de campo, 1978; El jardn de al lado 1981) no hicieron ms que ponerlo en sealado lugar dentro del campo cultural hispnico. Con un estilo narrativo depurado, donde el silencio es tan importante como lo dicho y los temas que aborda son tratados con profundidad y con una particular intencin metafrica. Gran maestro en la descripcin y agudo en extremo en la observacin psicolgica, se introduce en las pasiones ocultas de personas y grupos chilenos de manera asombrosa. Es importante destacar tambin que en la dcada del 80 dirigi por varios aos un taller literario que jug un papel fundamental en la gestacin de la llamada nueva narrativa chilena. 24

Y qu sucede con la poesa en la Generacin del 50? Parte importante de la crtica considera que el texto que fija la existencia del grupo, es la antologa publicada por24

Entre otras distinciones, obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1990, el Premio de la Crtica, en Espaa, el Premio Mondello, en Italia, y el Premio Roger Caillois, en Francia. En 1995 fue condecorado con la Gran Cruz del Mrito Civil, otorgada por el Consejo de Ministros de Espaa.

21 Ediciones Trilce en 1965. 25 All se mencionan como integrantes de la Generacin a Miguel Arteche (Premio Nacional de Literatura en 1996), Efran Barquero, Enrique Lihn, David Rosenman Taub, Alberto Rubio, Jorge Tellier y Armando Uribe Arce (Premio Nacional de Literatura en el 2004). Existen una serie de estudios sobre esta generacin, y todos convergen a sostener, al igual que en la narrativa de la poca, que estos poetas no siempre se rebelan siguiendo motivaciones sociales e ideolgicas, sino que ms bien se mueven en una lnea individual, siempre tentativa y de bsqueda. Segn Pedro Lastra por ejemplo, unos tenderan a un formalismo de raz hispnica26; otros configuraran su mundo potico sobre elementos inmediatos, del medio habitual, y operaran con un lenguaje que revalora las notas coloquiales y las menciones directas27; y por ltimo, en Enrique Lihn, Lastra percibe una densidad en el lenguaje y una angustia fundamentales, y en lo formal una clara ampliacin de las posibilidades del verso libre. Por otra parte, Juan Villegas Morales declara que los poetas de esta generacin tienen como punto de referencia obligado, tanto a Pablo Neruda (Canto general en 1950), como a Nicanor Parra (Poemas y antipoemas en 1954).2825

Otros textos crticos que caracterizan y definen a los del 50 son el artculo annimo en la Revista Literaria de la SECH N 7 (En 1959), titulado Visin de la nueva poesa chilena; el de Fernando Alegra, que contrapone a estos poetas con los de la Generacin del 38; el de Francisco Dussuel; la opinin de Pedro Lastra que distingue dos promociones y que luego del anlisis de sus obras concluye que sus diferencias giraran en torno a tres ejes: unos tienden a un formalismo de raz hispnica como Arteche, Rosa Cruchaga y Rosenmann Taub; otros configuran su mundo potico sobre elementos inmediatos, del medio habitual, y operan con un lenguaje que revalora las notas coloquiales y las menciones directas tales Rubio, Barquero, Tellier, Gilberto Llanos y Ral Rivera; y por ltimo, en Enrique Lihn percibe como rasgos distintivos una densidad en el lenguaje y una angustia fundamentales, y en lo formal una clara ampliacin de las posibilidades del verso libre.26 27 28

Como Arteche, Rosa Cruchaga y Rosenmann Taub. Tales como Rubio, Barquero, Tellier, Gilberto Llanos y Ral Rivera.

Villegas reconoce cuatro orientaciones en relacin a los cuatro poetas consensualmente considerados los ms representativos de la generacin: la representada por Arteche, inclinada al canto de la naturaleza, en su momento inicial la nostalgia y la preocupacin esencial por el tiempo. Luego la poesa de Enrique Lihn, influida por el coloquialismo y el tono amargo, a veces irnico de la antipoesa, dentro de un mbito de densidad y angustia en la que el hablante continuamente tiene conciencia de estar haciendo literatura. En tercer lugar estara Efran Barquero quien rechaza el tono angustiado o desolado de los anteriores y opta por

22 Frente a la Generacin del 60 estamos ante un grupo de poetas que se identifica a s mismo como tal, y que adems ha sido definido por ser una generacin de continuidad crtica con la tradicin potica chilena. A partir de la publicacin del poemario Esta rosa negra (1961) de Oscar Hahn (1938), se sucede una abundante produccin literaria durante la dcada del 60 que tiene una abrupta interrupcin con el golpe militar de 1973. Provenientes de distintos lugares y regiones del pas y de diversos estilos escriturales, coinciden en ciertas preocupaciones temticas comunes, en especial aquellas relacionadas tanto con la situacin social y poltica que se vive en Chile, como con el propio sentido y quehacer potico dentro de esta situacin. Enrique Lihn, figura que los antecede levemente y que es un referente obligado para la mayora de estos poetas, marca una pauta del sentido de la escritura en el poema Porque escrib, el cual se inicia diciendo: Ahora que quizs, en un ao de calma, / piense: la poesa me sirvi para esto: / no pude ser feliz, ello me fue negado, / pero escrib. 29 Esta declaracin pblica de la escritura como la nica actividad dadora de sentido en medio del desastre, es una caracterstica que no pocos de ellos recogen como propia. Tal es el caso de Manuel Silva Acevedo que declara: La poesa me salva de morir/ como un perro, o de Gonzalo Milln que establece en el poema Aspiracin expirada: Llegar a escribir/ algn da/ con la simple/ sencillez del gato/ que limpia su pelaje/ con un poco de saliva. Por otra parte, Waldo Rojas (1944), tambin poeta de la generacin, afirma que la poesa chilena constituye una suerte de tronco riqusimo de expresiones y tradiciones y que nada hace necesario enviar a retiro a los poetas mayores o menos mayores, y que es

uno de mayor esperanza, y que alcanza su culminacin en los poemas de La compaera aos despusY, por ltimo, la poesa lrica de Jorge Tellier que implicara el retorno a la infancia y a la vida de provincia, sin el tono desgarrado de Lihn o la angustia existencial de Arteche. Ver en Juan Villegas Morales. Estudios sobre poesa chilena. Santiago de Chile: Nascimento, 1980, pp. 6672 y 105121.29

Cabe destacar que era un grupo de poetas varones porque, salvo Cecilia Vicua (1948), por ese entonces casi desconocida en Chile y ms conocida fuera del pas, especialmente en Mxico, todos los escritores que conformaban este grupo y que en ese tiempo se identificaban dentro de l, eran hombres.

23 posible convivir, que se puede cohabitar perfectamente en un clima extraordinariamente fecundo adonde reflorece la poesa de Gabriela Mistral, de Huidobro, de Pablo de Rokha, de Neruda. De lo que se trata entonces es de emerger desde el extremo. 30 Ahora bien, esta emergencia supuso de figuras que funcionaron como padres o al menos hermanos mayores ante los cuales se planteaba un desafo de distincin y superacin. Estas figuras fueron principalmente Nicanor Parra y Gonzalo Rojas, de la generacin del 38, y Jorge Tellier y Enrique Lihn de la del 50. Pero una de las caractersticas ms relevantes de este grupo, en la que todos coinciden, es que fundan relaciones de camaradera y, superando las rivalidades tan propias en la poesa chilena, son capaces de crear una obra colectiva que ha sido y sigue siendo de enorme proyeccin en la sociedad chilena. Ms que un puro espritu de amistad y compaerismo, el oficio potico para estos escritores deja de ser un trabajo privado, del ghetto, y se convierte en una actividad compartida que accede a crculos sociales ms amplios como las universidades, las fbricas y los barrios chilenos, hasta antes del golpe militar del setenta y tres, para convertirse los aos venideros, en una suerte de red invisible que uni puntos muy distantes y dispersos por el mundo. Jaime Concha afirma, desde su propio exilio, que Los fragmentos de su canto dibujan la integridad del territorio, la lesin y la venda. Porque Hahn en Iowa, Milln en Toronto, Lara en Bucarest, Rodrguez en Praga y tantos en tantas partes, nos hablan de un mapa convulso, de una residencia sin aire natal. Tal es el papel cultural, por ahora, de estos poetas errabundos: mantener encendida la presencia de un pas, aupar ese cuerpo convulso, como acaso habra dicho la Mistral.3130

Ante la pregunta Qu podra caracterizar a este grupo?, respuesta de Waldo Rojas en una entrevista que Gonzalo Milln le hace para El espritu del valle, en 1985.31

Algunos de los poetas que suelen identificarse con este grupo y que reflejan la variedad de lugares de nacimiento en todo Chile son, entre otros: Floridor Prez (Yates, 1937), Oscar Hahn (Iquique, 1938), Omar Lara (Nueva Imperial, 1941), Hernn Miranda (Quillota, 1941), Manuel Silva Acevedo (Santiago, 1942), Waldo Rojas (Concepcin, 1944), Jaime Quezada (Los ngeles, 1944), Jos ngel Cuevas (Santiago, 1944), Claudio Bertoni (Santiago, 1946), Nan Nmez (Talca, 1944), Gonzalo Milln (Santiago, 1947), Juan Cameron (Valparaso, 1947), Javier Campos (Santiago, 1947) y Cecilia Vicua (Santiago 1948).

24 Por otra parte, Carmen Foxley en Seis poetas del sesenta afirma lo siguiente: En una palabra, para la promocin de los 60 la poesa no es slo la creacin de una referencialidad ilusoria y ficcionalizada. La poesa es un modo de actuar en medio de la historia y de la cultura. Es una operacin y una accin subjetiva que pretende irrisoriamente cambiar el mundo (La ciudad, de Gonzalo Milln), transformar y hacer productivos los significados de la cultura (Flor de enamorados, de Oscar Hahn o Relacin personal, de Gonzalo Milln), o simplemente dar testimonio de una experiencia circunstancial aberrante, desplegando toda su ambivalencia para rescatar, de paso, el hondo contenido humano y la dignidad inscritas en las actitudes y el comportamiento del hombre en condiciones de reclusin (Cartas de prisionero, de Floridor Prez). Todos estos escritores trabajan con estructuras cognoscitivas globales y exploran la significacin en el mbito de los restos o residuos que han ido quedando casualmente al alcance de la mirada, la imaginacin o la memoria de cualquier individuo de nuestra sociedad y de estos tiempos.32

SEXTA ESTACIN, GENERACIONES DEL 80 EN ADELANTE, CIERRE PROVISORIO Llegamos por fin a la ltima estacin de este itinerario, y me referir primeramente a la narrativa 33. Despus de la generacin del 50, se perfila la denominada generacinPara referirme a la narrativa chilena a partir de la dcada del 80 en adelante, utilizo como referencia principal dos textos que desarrollan una mirada crtica con lneas de anlisis bastante similares; uno es el artculo Literatura chilena: generacin de los 80. Detonantes y rasgos generacionales, de Ana Mara del Ro, narradora que tambin pertenece a esta generacin , y el otro el libro del acadmico y ensayista Rodrigo Cnovas, Novela chilena: nuevas generaciones: al abordaje de los hurfanos.32

Ver en Carmen Foxley y Ana Mara Cuneo. Seis poetas de los sesenta. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1991, pgina 14.33

Para referirme a la narrativa chilena a partir de la dcada del 80 en adelante, utilizo como referencia principal dos textos que desarrollan una mirada crtica con lneas de anlisis bastante similares; uno es el artculo Literatura chilena: generacin de los 80. Detonantes y rasgos generacionales, de Ana Mara del Ro, narradora que tambin pertenece a esta generacin , y el otro el libro del acadmico y ensayista Rodrigo Cnovas, Novela chilena: nuevas generaciones: al abordaje de los hurfanos.

25 novsima34, nombre introducido por Jos Donoso, que correspondera a la generacin del 70. En esta aparecen mencionados, aunque en una gran dispersin de edades Antonio Skrmeta, Claudio Giaconi, Fernando Jerez, Ariel Dorfman, Poli Dlano, Cristin Huneeus, Adolfo Couve, Enrique Valds, Guillermo Blanco y Mauricio Wcquez. Se plantea como caracterstica grupal su calidad de novelistas, pero asumida con una mirada deconstructiva, pues tanto en su estilo como en su disposicin, tienden hacia la negacin o abolicin de lo narrado anteriormente. Le sigue la Generacin de los 80, o Generacin del 73, o Generacin post golpe, o Generacin NN o Generacin Marginal, compuesta por autores que eran adolescentes en el ao 1973, y que generalmente hasta 1990 se rene de forma clandestina, en diversos talleres literarios.35 Presentan como tema comn la referencia a lo urbano como un espacio cerrado y opresivo, vinculado con la situacin social de la dictadura y, en ciertos casos, relacionado con el modelo neoliberal impuesto en esta dcada. Esta generacin intenta transgredir este espacio, principalmente en forma metafrica, alegrica. Por otra parte, casi todos sus autores manifiestan influencia de autores del boom latinoamericano (especialmente de Onetti, Benedetti, Rulfo y Cortzar), y de algunos argentinos ms jvenes, reconocidos como cercanos, que tambin fueron vctimas de la dictadura (Abelardo Castillo y Luis Guzmn, entre otros). Sus textos presentan una abundancia de personajes perdedores, disfuncionales desde un punto de vista social: cesantes, alcohlicos, locos, torturados, depresivos. Otro rasgo que se dio especialmente en las narradoras, es el desarrollo del cuento en donde los procesos internos de los personajes se mueven generalmente hacia su destruccin pero donde, paradojalmente, se produce un germen de rechazo y rebelda hacia la situacin que produce esta degradacin, dando espacio a un germen de esperanza. Por lo general los escritores de esta generacin optan34 35

Se utiliza la periodizacin de Cedomil Goic.

Esta generacin comienza a tomar forma a partir de 1976 en el contexto de actividades literarias marginales organizadas por agrupaciones como la SECh (Sociedad de Escritores de Chile), ACU (Agrupacin Cultural Universitaria) y UEJ (Unin de Escritores Jvenes), y habra que agregar el Instituto de Estudios Humansticos de la Universidad de Chile.

26 por experimentar ms en el sentido de la representacin del mundo, a travs de la alegora, que utilizando la experimentacin formal (a excepcin del caso de Diamela Eltit, en Lumprica). Por ltimo es necesario consignar que tanto esta generacin del 80, como la del 70, consideran como su antecesora a la generacin del 50. 36 Diamela Eltit y Roberto Bolao, son dos autores destacados de esta generacin, ampliamente reconocidos en el pas e internacionalmente, que representan corrientes paralelas en el tiempo, pero muy diferentes en su estilo escritural. Por una parte tenemos a Diamela Eltit en cuyo trabajo cobran especial importancia el lenguaje y el modo de usarlo, y el tema del cuerpo que se constituye como una metfora con mltiples lecturas. Su creacin da lugar a una corriente narrativa de carcter experimental y de ruptura tanto en su contenido mundos srdidos, personajes marginales como en su forma. Por otra parte, Roberto Bolao (Santiago, 1953, Blanes, 2003) escritor de poesa, cuento y novela que se inici en la literatura con aquel que llamaron movimiento infrarrealista, y que logr a lo largo de su vida un peso indiscutible en las letras en habla castellana, vivi por y para la literatura, pues para l, al igual que para Kafka, todo lo real era literatura o poda y en su caso especfico, deba convertirse en literatura. As, cada uno de sus libros recoge algn momento vivido, desde su primer viaje a Mxico en adelante. Es por ello que al morir prematuramente se qued con nosotros repartido en su patrimonio escritural que es el reflejo estetizado de su autobiografa.

Dentro del mapa de la poesa chilena hacia fines del siglo XX. En primer trmino, me parece relevante constatar que frente a la poderosa tradicin consagrada, en muchos poetas (y muchos crticos tambin) se percibe una sensacin de pequeez, pues negar una tradicin con figuras tutelares como Mistral, Huidobro, Neruda, Parra, Gonzalo Rojas y las

36

Pertenecen a esta generacin, entre otros, Ana Mara del Ro, Adolfo Pardo, Antonio Ostornol, Camilo Marks, Diamela Eltit, Fernando Jerez, Gonzalo Contreras, Hernn Valds, Isabel Allende, Jorge Calvo, Juan Mihovilovich, Leandro Urbina, Mauricio Wcquez, Pa Barros, Ramn Daz Eterovic y Roberto Ampuero. Debido a la censura, las publicaciones pasan a ser, en vez de libros de un autor, mayormente pasquines y revistas Obsidiana, El gato sin botas, La Castaa, Araucaria, Hoja por ojo, Simpson siete, etc., y antologas, unas publicadas durante la dictadura Encuento (1984), Contando el cuento (1986), Cuento aparte (1986), Cruzando la cordillera (1986) y Cuentos chilenos (1988), y otras ya en democracia, Santiago pena capital (1991) y Tatuajes: diez narradores inditos de la generacin de 1987 (1990).

27 tradiciones crticas que se basan en ellas, no necesariamente facilita nuevas bsquedas. Esa necesidad de una mirada ms amplia se sostuvo tambin en el Manifiesto de Rotterdam, documento producido en agosto de 1982 en una reunin de exiliados chilenos en dicha ciudad. El dcimo y ltimo decreto del manifiesto reza: Son vlidas, legtimas y necesarias todas las tendencias y escuelas artsticas, incluso aquellas, surrealistas y romnticas, clsicas y antipoticas, realsocialistas y manieristas, chuchunquianas y cosmopolitas, neomahlerianas y retronerudianas, quilapaynicas e intillimnicas, ociosas y

comprometidas, vodka y cocacola, de horno, fritas, pasadas y con pebre. El humor y la irona, lo sublime y lo ridculo, forman parte de una conciencia que busca extender los lmites y burlarse de las clasificaciones estrictas. Obviamente tal postura no es un rasgo exclusivo de la comunidad chilena en el exilio, sino un movimiento generacional en gran parte del mundo. Sin embargo, el humor y el choque de categoras contrapuestas subrayan una perspectiva de incertidumbre y tambin de renovacin frente a un pasado especficamente chileno, tal como haba puesto en evidencia, lejos de Rotterdam, Juan Luis Martnez (Via del Mar 1942, Villa Alemana, 1993) con sus dos libros La nueva novela (1977) y La poesa chilena (1978). La nueva novela propone una mirada abarcadora e inquietante que incluye la filosofa, la ciencia, y la literatura occidental, aunque signada por referencias chilenas. Su antologa de un mundo en proceso de derrumbe se complementa con la visin ms circunscrita de La poesa chilena: agregados a pginas en blanco unidas a banderas chilenas, el libro incluye certificados de defuncin de Mistral, Neruda, De Rokha, y Huidobro. Obviamente aqu se estaba poniendo en cuestin, no slo un esquema clasificatorio, sino un concepto de la nacin y la unin con su literatura. La visin desconfiada de la inteligencia y de la literatura de Martnez es compartida, por lo menos parcialmente, por muchos de sus contemporneos. La dictadura, el autoritarismo, la disolucin de las familias por el exilio y la desaparicin, y una fuerte censura, llevaron en

28 Chile a un rechazo muy profundo de la institucionalidad vigente. En este contexto de jerarquas y normas alteradas o violentadas, el concepto de las ausencias u omisiones involucra un sentido muy especfico. Tambin la idea del silencio o el silenciamiento resuena no slo como una manera retrica de describir la expresin literaria, sino como un hecho real y muchas veces brutal. Pero, a pesar de todo y de maneras muy distintas, las nuevas voces dentro y fuera de Chile, algunas compartiendo el contorno generacional del 60 y con la aparicin de nuevas voces, las del 80 en adelante, se retomaron los hilos abruptamente rotos de la tradicin potica chilena para formar una poesa en un espacio literario profundamente cambiado. Podra afirmarse, entonces, que tanto la dispersin como el aislamiento dentro y fuera de Chile, cambi y reformul la naturaleza del oficio potico, y ampli el espectro a otras voces antes inaudibles.37 Es as como dentro de la poesa de los ochenta en adelante percibo la aparicin de diversas vertientes que muchas veces se mezclan entre s. Por una parte una creacin que valida la tradicin, a partir de las escrituras de Parra y Lihn, realizada principalmente a travs de un lenguaje cercano al habla coloquial, lo urbano e inserto en la cotidianeidad, pero que an conserva la subjetividad del texto. El uso del humor negro, revestido de parodia e irona, incluso a travs de la creacin de personajes con rasgos bufonescos que dan cuenta de situaciones injustas y marginales, (Rodrigo Lira, Mauricio Redols y Erick Pohlhammer). Por otra parte, aflora dentro del campo literario una poesa que surge desde la tierra (especialmente en sur de Chile de Valdivia, Puerto Montt y Chilo), un discurso que incorpora las lenguas indgenas al circuito de la literatura moderna, sobre todo el mapudungn, y la presencia de un sujeto que se define como un cronista, un investigador o un observador involucrado en la interculturalidad38. En este caso, la marginalidad aparece37

Algunas de las reflexiones planteadas pueden confrontarse en Gwen Kirkpatrick y Mara Ins Zaldvar. A partir de la generacin del sesenta en Chile: (dis)continuidades, transformaciones y las hermanas ausentes en Anales de Literatura Chilena Nmero 2, diciembre 2001.38

Ver en La voz de los 80 (promociones poticas 19791989) de Toms Harris ,en Karl Kohut, y Jos Morales Saravia, Jos (eds.). Literatura chilena hoy: La difcil transicin. Madrid: Iberoamericana / Frankfurt

29 entendida en referencia directa, primero, a la situacin indgena y, luego, a la situacin perifrica del sur de Chile con respecto a Santiago y el resto del mundo.39. Otra vertiente destacada es la que se denomina como Neovanguardia, que se desplaza hacia la experimentacin, vinculndose con cierto sector de las vanguardias (Artaud, Duchamp, Huidobro, Vallejo, Girondo). Buscan la experimentacin a travs del lenguaje, por ejemplo, a travs de un sujeto hablante fragmentario donde destaca, tal como mencionaba anteriormente, la creacin a Juan Luis Martnez (1942) la de Ral Zurita (1950, Premio Nacional de Literatura ao 2000, y poeta ampliamente conocido en Chile e Hispanoamrica) y la de Guillermo Deisler.40 Por ltimo, menciono la importante produccin literaria de mujeres a partir de los 80, que proviniendo de diferentes lugares y con estilos escriturales muy diversos, abre un nuevo discurso desde la perspectiva de lo femenino como gnero, indagando en sus diferencias, en el mbito de la sexualidad, la maternidad, el espacio domstico, el erotismo, y el descubrimiento del poder del lenguaje como un valioso e indispensable instrumento de liberacin y de conocimiento para construir la propia identidad.41 Agregara que la irrupcin de las mujeres en la poesa, de una u otra forma, pone de relieve algunas temticas fundamentales como el motivo del cuerpo, tema que en las dcadas siguientes ser una metfora individual y social muy utilizada para empezar a reconstruir un mundo en descomposicin y recomposicin.am Main, Vervuert, 2002, pgina 303.39

Esta vertiente potica muestra un sentimiento latinoamericano en un nivel ms profundo que lo visto en autores santiaguinos, y los autores mencionados por Harris son: Carlos Alberto Trujillo (1951), Mario Contreras Vega (1947), Sergio Mansilla (1957), Jorge Torres Ulloa (1948), Esteban Navarro (1956), Juan Pablo Riveros (1945), Clemente Riedemann (1953), Leonel Lienlaf y Elicura Chihuailaf (1955). Para la lectura e investigacin de estos poetas considero que es relevante la antologa Poetas actuales del Sur de Chile. Antologa Crtica, de Oscar Galindo y Luis Miralles (1993).40

Guillermo Daisler nacido en Santiago en 1944 y fallecido en noviembre de 1995 en la ciudad de Halle ex Repblica Democrtica Alemana, es un precursor en la poesa visual, y otro de los grandes olvidados de la literatura chilena, mucho ms conocido en otros pases latinoamericanos y en Europa que en su propio pas de origen.41

Solo algunos ejemplos Soledad Faria (1943), Eugenia Echeverra (1943), Heddy Navarro (1944), Alejandra Basualto (1944) Paz Molina (1945), Carmen Berenguer (1946), Elvira Hernndez( 1949), Vernica Zondek (1953), Mara Ins Zaldvar (1953), Carmen Gloria Berros (1954), Teresa Caldern (1955).

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Cierre provisorio al final del siglo No resulta fcil hablar de la literatura chilena muy reciente. Quiz porque se necesite de una distancia crtica para opinar con cierta propiedad que, por lo menos en mi caso, supone dejar que pasen unos cuantos aos. Es difcil establecer lmites e identificar grupos en la produccin reciente, porque de hecho muchos autores y autoras de generaciones muy anteriores, siguen escribiendo y estn plenamente vigentes. Es por eso que, ms que intentar establece clasificaciones, me interesa cerrar este viaje, abriendo algunas interrogantes: preguntarse, por ejemplo, si es posible hoy en da pensar una literatura nacional, sin considerar ms acuciosamente el contexto latinoamericano. Por otra parte, interrogarse acerca todas esas voces ms all de las ya (re)conocidas por la crtica y la academia, voces que muchas veces pasan desapercibidas debido a los filtros de la academia, la mquina editorial y la meditica que desembocan finalmente en una moda de turno en estos mismos planos mencionados. Es por ello que quisiera cerrar esta intervencin con la propuesta de que al repensar la historia de la literatura chilena o de cualquiera de nuestros pases, nos esforcemos por ofrecer un marco ms amplio de recepcin y anlisis, dentro del cual quepa la produccin literaria, tanto de hombres, mujeres, voces indgenas, etctera. Un marco amplio, donde la variedad y lo acadmicamente denominado como lo otro pueda ser entendido y valorado no como una expresin extica o como un gesto magnnimo de discriminacin positiva con lo marginal, sino como parte constitutiva del contexto esttico en la creacin literaria en nuestros pases.

Mara Ins Zaldvar Santa Cruz de la Sierra, 29 de mayo 2007