relación familia-centro escolar: participación

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REVISTA GALEGO-PORTUGUESA DE PSICOLOXÍA E EDUCACIÓN 3 (Vol. 4) Ano 3°-1999 ISSN: 1138-1663 RELACIÓN FAMILIA-CENTRO ESCOLAR: PARTICIPACIÓN RELATIONSHIP BETWEEN FAMILY AND SCHOOL: INVOLVEMENT María José MARIÑAS GÓMEZ* Eduardo RODRÍGUEZ MACHADO** Psicopedagoxía. Universidade da Coruña RESUMEN La familia es, y ha sido siempre, el lugar donde el niño siente y aprende sus primeras nociones y, a través de ella, va integrándose en la comunidad a la que pertenece guiándo- lo y motivándolo ante sus necesidades. Sin embargo, en la actualidad, la familia ha cam- biado en cierto tuodo su papel educador que, sin dejar de ser imprescindible, debe dejar que la Escuela complete lo que ella no puede ofrecerle. Desde este punto de vista, la participación de la familia en la vida de la escuela es un aspecto muy importante y valioso puesto que sabemos que ambos, escuela y familia, cons- tituyen un modo de interacción fundamental que facilita al mismo tiempo, el funciona- miento del Sistema Educativo y una mayor adaptación del alumno, sobre todo en la Escuela Infantil. Es por ello que apoyamos la participación de las familias en los centros educativos y destacamos la importancia de la estrecha rela- ción entre ambas. ABSTRACT The family is, and has always been, the place where children fe el and leam their first things. It helps children to fit into their com- munity by stimulating and giving them advice when faced with their own requirements. However, nowadays, the family has somehow changed is teaching role, and, although it carries out an essential function, must let the school do what it can't. From this point of view, family involve- ment in school life is a very important and valuable factor as both, school and family, represent an essential way of interaction which makes the smooth running of the Educational System and the student's adjust- ment to society easier, especially in Nursery School. That's why we support parental involve- ment in school and we also highlight the importance of a close relationship between both. (*) Diplomada Ed. Infantil. Premio Extraordinario Fin de Carrera. (**) Diplomado Ed. Física. Licenciado Psicopedagogía. 55

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REVISTA GALEGO-PORTUGUESA DEPSICOLOXÍA E EDUCACIÓNN° 3 (Vol. 4) Ano 3°-1999 ISSN: 1138-1663

RELACIÓN FAMILIA-CENTRO ESCOLAR: PARTICIPACIÓN

RELATIONSHIP BETWEEN FAMILYAND SCHOOL: INVOLVEMENT

María José MARIÑAS GÓMEZ*Eduardo RODRÍGUEZ MACHADO**Psicopedagoxía. Universidade da Coruña

RESUMEN

La familia es, y ha sido siempre, el lugardonde el niño siente y aprende sus primerasnociones y, a través de ella, va integrándoseen la comunidad a la que pertenece guiándo­lo y motivándolo ante sus necesidades. Sinembargo, en la actualidad, la familia ha cam­biado en cierto tuodo su papel educador que,sin dejar de ser imprescindible, debe dejarque la Escuela complete lo que ella no puedeofrecerle.

Desde este punto de vista, la participaciónde la familia en la vida de la escuela es unaspecto muy importante y valioso puesto quesabemos que ambos, escuela y familia, cons­tituyen un modo de interacción fundamentalque facilita al mismo tiempo, el funciona­miento del Sistema Educativo y una mayoradaptación del alumno, sobre todo en laEscuela Infantil.

Es por ello que apoyamos la participaciónde las familias en los centros educativos ydestacamos la importancia de la estrecha rela­ción entre ambas.

ABSTRACT

The family is, and has always been, theplace where children feel and leam their firstthings. It helps children to fit into their com­munity by stimulating and giving them advicewhen faced with their own requirements.However, nowadays, the family has somehowchanged is teaching role, and, although itcarries out an essential function, must let theschool do what it can't.

From this point of view, family involve­ment in school life is a very important andvaluable factor as both, school and family,represent an essential way of interactionwhich makes the smooth running of theEducational System and the student's adjust­ment to society easier, especially in NurserySchool.

That's why we support parental involve­ment in school and we also highlight theimportance of a close relationship betweenboth.

(*) Diplomada Ed. Infantil. Premio Extraordinario Fin de Carrera.

(**) Diplomado Ed. Física. Licenciado Psicopedagogía.

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1. INTRODUCCIÓN

Es en 1931 cuando, en España, por decre­to de 8 enero, se reconoce a los padres el dere­cho a intervenir en la escuela a través de losllamados Consejos de Protección Escolar.

La participación de la COlnunidadEducativa en la gestión de la educación, es underecho reconocido también en la ConstituciónEspañola, en su artículo 27. El artículo 27.7.dice así: ((Los profesores, los padres ~ en sucaso, los alumnos intervendrán en el control ygestión de todos los centros sostenidos por laAdministración Pública, en los términos que laley establezca ".

No es, pues, un largo camino el que se harecorrido hasta llegar a la actual LOGSE,que pone en funcionamiento los actualesconsejos escolares. Hay que valorar la expe­riencia que ya se ha acumulado en nuestropaís, desde que en 1985 los padres entraron aformar parte de los órganos de gestión de loscentros escolares.

2. EL SENTIDO DE LA PARTICIPACIÓN

Desde un punto de vista jurídico no secuestiona el derecho de los padres a elegir laeducación de sus hijos. Ahora bien, este dere­cho global a elegir la educación se reduce enla práctica a elecciones concretas de susrepresentantes de una asignatura, o en elmejor de los casos, de centro.

La regulación de estos derechos de elec­ción se convierte, paradójicamente en algunoscasos, en el principal límite a la participaciónen la educación de los hijos. La participaciónse sustituye entonces por el derecho a elegir,lo que lleva a los padres, una vez matricula­dos sus hij os en un centro, a desentenderse deellos ("Aquí no tienes que preocuparte ni delas actividades extraescolares"). Más aún, norequerir la atención de los padres se convierteen un indicador de calidad del centro, todo

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ello reforzado con un arglunento convincente:"Para eso pagalnos". En consecuencia, parti­cipación se asocia a mal funcionamiento,intrusislno, existencia de carencias, proble­lnas, conflictos o, incluso, a escuela pública,politizada, etc.

Este concepto de participación COlno dere­cho individual, que enfatiza la satisfacción delcliente y su derecho a elegir, forma parte deuna ideología tecnócrata que delega en losexpertos asuntos ünportantes que afectan anuestras vidas, reforzando la actual desercióninstitucional.

Los padres COlno colectivo tienen derechoa exigir activalnente una calidad educativa y aintervenir para contribuir a ella. Su inhibiciónsólo hace reforzar una cadena de cOlnplicida­des que trata de evitar cOlnprolnisos y exigen­cias mutuas. El derecho de los padres a exigiruna enseñanza de calidad se cOlnpleta a su vezcon el deber que tienen de no despreocuparsede la misma.

La cuestión no es cÓlno hacer participar ala gente en aquello que no quiere, sino cÓlnose ha llegado a que la gente no quiera partici­par en los álnbitos institucionales. ¿Acaso eldesencanto existente no es un desencanto pro­vacado? ¿A quién beneficia la no partici­pación de los padres?

Se carece de la inforlnación necesaria, sedesconocen los órganos y las nonnas escola­res, no se facilitan recursos adecuados, seusan lenguajes diferentes ... ; en definitiva, sepide a los padres que participen en el gobier­no de unas instituciones de las que descono­cen casi todo. Y, por si fuera poco, esto seaprovecha para acusarlos del lnal funciona­miento de las mislnas.

La participación de los padres es una fac­tor de dinamismo y cambio en los centros. Esde sobra conocido el efecto positivo que tienela participación en la aceptación del calnbio.¿Cuántos programas educativos y lnedidas

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organizativas se han venido abajo por nonegociarse adecuadamente con los padres?

Pero los padres no son la única resistenciaal cambio, algunas innovaciones se adoptangracias a la presión de los padres. Muchospadres saben lo dificil que es calubiar tradi­ciones en los centros, y cuando lo han inten­tado los han señalado con el dedo.

La participación estimula el debate, ladiversidad, refleja el pluralisluo existente enla sociedad, especialmente cuando la partici­pación es amplia. En su conjunto, los padresno son una fuerza conservadora, lo que sí esconservador es el manejo que a veces se hacede su participación, luediatizada por luinoríaspoco representativas y fácilmente luanipula­bIes. Un problelua común a los sistemasrepresentativos es que la participación estámuy mediatizada por los representantes, loscuales pueden representar sólo a unos pocosdebido a la existencia de una gran abstención,como es en el caso de los padres. En todo sis­tema representativo existe el riesgo del domi­nio ejercido por una elite educada o por ungnlpo de participantes profesionales. Por eso,en la participación, la calidad empieza muchasveces por la cantidad: que los órganos repre­sentativos sean realmente representativos.

La inhibición de los padres contribuye alincremento del poder del profesorado frente alalumnado, lo que acentúa el desequilibrioexistente dentro de la institución -otra cosa esel poder social del profesorado como colecti­vo ante la Administración-. La participaciónde los padres se justifica por esta desventajaestructural del alumnado en los centros, a losque su posición institucional no les confiere elstatus de adulto. En parte, son los padres losúnicos que pueden opinar de tú a tú en losconsejos escolares, y digo en parte porque eldesinterés de algunos padres por lo que pasaen el centro es a veces un desinterés estratégi­co, es decir, para evitar conflictos mayores.Los padres saben perfectamente que ellospueden criticar al profesor unos minutos al

lues, pero el profesor actúa sobre sus hijosvarias horas al día.

3. LA PARTICIPACIÓN DE LOS PADRESES UNA EXIGENCIA DE LA CALIDADEDUCATIVA.

La experiencia en las escuelas pone de luani­fiesta que la implicación de los padres en la edu­cación escolar afecta positivaluente al rendi­miento tanto en áreas cognitivas (lectura y escri­tura) como en áreas no cognitivas (asistenciaregular a clase, etc.). La gestión escolar eficazdedica tielupo a recabar el apoyo de los padres ya mejorar su cOluunicación con el centro.

La autoconfianza del profesor es el luásconsistente predictor de la existencia de inten­sas relaciones entre docentes y padres. A suvez, la información que los padres dan a losprofesores configura las expectativas y luejo­ra el rendimiento de éstos.

El fracaso escolar tiene luucho que vercon la distancia entre la cultura escolar y lacultura familiar y de clase social, la cual tienemás fuerza sobre el alumnado que la primera.Los niños y niñas aprenden de luanera con­sistente con las costumbres y cultura de suscomunidades. Si los docentes no tienen estoen cuenta, su intervención escolar puede con­vertirse en algo marginal e incluso luolesto ala vivencia del alumnado y la calidad de ense­ñanza se resentiría. La participación de lospadres es un medio para aproximar la culturaescolar a la cultura familiar. De la Íluplicaciónde los padres depende la eficacia de muchosprogramas educativos, lo que es luás evidenteen los primeros niveles de enseñanza y en losprogramas compensatorios.

El profesor necesita la colaboración de lospadres para poder influir eficazluente. Y esque el rol de hijo es lnás vinculante que el dealumno. Si los padres desprecian o simple­mente no comparten la actuación del profesor,los niños terminan siendo conscientes de ello,

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condicionando así su actitud hacia la escuelay hacia 10 que allí se realiza. Con frecuencia,los profesores reclaman a los padres másvaloración de su trabajo, y sobre todo que noles critiquen delante de los niños. Para queello ocurra es necesario, primero, que lospadres conozcan realmente 10 que hacen losprofesores y, en segundo lugar, que tenganocasiones para plantearles sus dudas. Puedeque la definición que da el profesorado deniños-problema no sea la única posible.

Cuando la participación de los padres nose justifica por la aportación de éstos al cen­tro, 10 es por la aportación que el centro puedehacerles a ellos; aunque en la mayoría de loscasos el beneficio será mutuo: todos lospadres tienen algo que aportar y algo queaprender. ¿Con esto queremos decir que loscentros tienen como meta la educación de lospadres?. No, pero en algunos casos ésta es lacondición de la educación de sus hijos.

Si el profesorado desconoce las pautas quecaracterizan la educación familiar, sus parti­cularidades y condiciones, ¿cómo podráincorporar el contexto socio-familiar a susproyectos educativos y curriculares?, ¿cómopodrá adaptar su enseñanza a las caracterís­ticas y necesidades del alumnado?

La participación de los padres, aunque tra­dicionalmente se ha orientado a compensarcarencias del sistema educativo (instalacionesdeficientes, contratación de servicios deapoyo, organización de actividades comple­mentarias, etc.), no puede tener un sentidosubsidiario. El problema es que se han trans­ferido a la escuela funciones educativas de lasque no puede asumir la responsabilidad exclu­siva (es el caso de las áreas transversales).Relegar la participación de los padres a laorganización de actividades extraescolarescontribuye a reforzar este carácter subsidiario,al tiempo que supone una burla a su protago­nismo. Hasta ahora se ha enfatizado la parti­cipación de los padres en actividades periféri­cas a la enseñanza; y sin embargo, se ha

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encontrado que su implicación en actividadesdel aula guarda una mayor relación con losresultados del alumnado, que su participaciónen lnecanismos formales de centro.

4. PROS Y CONTRAS DE LAPARTICIPACIÓN

Existen detractores y defensores de la par­ticipación de los padres en las escuelas peroprimero tienen que determinar a qué se estánrefiriendo cuando toman postura sobre eltema.

Cuando los hijos son pequeños, los padreseligen el centro al que ellos deben acudir. Elmás cercano, el más afín con sus ideas, el quemejores resultados garantiza, el que tienealumnos de la mislna clase social, el que lnásorden manifiesta, al que han acudido genera­ciones familiares precedentes, el que tienemás prestigio, al que consigue éxitos lnás pre­coces, el que cobra más caro si es privado, etc.¿Qué capacidad de decisión tienen los hijosen este tipo de cuestiones una vez que vancreciendo y pueden expresar razonadalnentesus preferencias? Cuando las opiniones depadres e hijos coinciden, no existe problema.Cuando son discrepantes, se suele ünponer laopinión de los padres. ¿Por qué?

Ésta es una cuestión insuficientelnenteestudiada, pero que encierra un gran interés,por cuanto revela los criterios de los padres res­peto a la calidad de la enseñanza. ¿Qué signifi­ca, desde el punto de vista educativo, poner tra­bas a la presencia de niños gitanos o de niñoscon Sida o de alumnos de clases más bajas enel centro al que acuden los propios hijos? ¿Quées 10 que revela que el principal criterio deelección sea el orden estricto que lnantienenlos profesores en las aulas o la disciplina queimpone la dirección en el centro? ¿Qué sepuede decir de quienes tOlnan como referenciadefinitiva el porcentaje de aprobados de losalumnos en las pruebas hOlnologadas? ¿Sonésos los principales valores educativos?

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Cuando los hij os desean imponer sus pre­ferencias, sea porque sus amigos acuden a otrocentro, sea porque han tenido malas experien­cias, sea porque existe un ideario religioso oun régimen disciplinario que rechaza, ¿quéargumentos esgrimen los padres para conven­cerles de la bondad de su opinión?

Pero, supongamos que ya están los hijosen el centro escolar elegido. ¿Qué hacen lospadres con él? Hay niveles de colaboraciónque difícilmente se pueden cuestionar. Estaral tanto de la marcha del hijo, conocer susdificultades y problemas, ayudarle en la for­Inación, etc. Ahora bien, algunos se plantean¿porqué han de participar los padres en la ges­tión del centro?, ¿porqué han de opinar ydecidir sobre la definición del currículum?¿Quiénes son para controlar la actividad pro­fesional de los docentes? ¿Por qué no sucedealgo similar en los Centros de Salud, en lasasociaciones culturales o deportivas quemanejan fondos públicos?

Los detractores de la presencia y la partici­pación de los padres en el funcionamiento delos centros han visto con recelo el poder quehan adquirido éstos, y han considerado a lospadres intnlsos, suplantadores de los hijos, alia­dos con los adultos opresores, entrolnetidos encuestiones de las que nada entienden, etc. Susrazones son a grandes rasgos, las siguientes:

- Opinan que los padres no poseen (o no tie­nen por qué poseer) los conocirnientosprofesionales, las destrezas técnicas quedeben dominar profesionalmente los pro­fesores.

Creen que no sucede 10 mislllo en otrosámbitos sociales. ¿Podría un padre tenervoto respeto a la operación que debe reali­zar el cirujano a su hijo por el sencillohecho de ser el progenitor del paciente?¿No es un elemento de confusión pensarque todos tienen algo que decir sobre laeducación? Una cosa es informar y cono­cer, y otra decidir.

- Algunos hijos no desean que acudan suspadres al centro, ocultan la información,no quieren que sus cOInpañeros sepan quevan a visitar al tutor, no desean que for­Inen parte del consejo escolar, etc.

- Piensan que es fácil asumir posturas nega­tivas respecto a la actuación de los profe­sores: les estorban en su trabajo, les criti­can y ridiculizan...

Sin embargo, muchos opinan a favor yapoyan la participación de unos padres en loscentros educativos. La participación de lospadres se ha definido desde la legalidad yracionalidad. Entre otras razones podeInosdestacar que:

- L.os padres son los responsables últitnos dela educación de los hijos. La escuela actúa,según esta postura, como subsidiaria de laacción educativa de la familia. Es el centroel que colabora y ayuda a los padres en suesencial obligación educativa.

- La legislación concede a los padres el dere­cho a participar en la gestión y control delos centros sostenidos por la Administración(Artículo 27 de la Constitución).

- La acción corporativa y coordinada de laescuela y familia hace que la acción resultemás eficaz. Si existe coordinación de pers­pectivas y comunidad de intereses, seráInás fácil alcanzar las metas propuestas.

- Es necesaria la mutua información: de laescuela para conocer "cómo es el niño"; yde la familia, para saber cómo ayudarle.

- Muchas tareas de forInación se consoli­dan, se intensifican y se desarrollan en lafamilia.

- La acción deInocrática exige participacióny control sobre los servicios públicos. Laparticipación no es solamente la interven-

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ción en las votaciones para elegir repre­sentantes sino la actuación.

- La colaboración externa propicia la aper­tura del centro a la sociedad. La Inayorcontextualización del centro respecto a lacomunidad y la colaboración e intercam­bio entre ambas.

- La participación de los padres constituyeun ejemplo de actuación para los escola­res, ya que supone actitudes de respetomutuo, responsabilidad, colaboración...

La escasa presencia de los padres en lasvotaciones de candidatos al consejo (falta detiempo, simultaneidad con el trabajo, distancia,mala información...), la dificultad de mantenerun auténtico compromiso de participación, lanecesidad de intervenir en el período entresesiones y no solamente en las reuniones delconsejo, la manipulación que algunas personas(profesores y padres) ejercen en el proceso deelecciones; la actitud recelosa de parte del pro­fesorado, etc., dificultan la verdadera partici­pación y hacen difícil el comprolniso.

5. PRIMEROS CONTACTOS.

El cuidar bien los primeros contactos esfundamental. La mayoría de los niños seincorporan al Centro educativo a los tres años(aunque algunos ya pueden acudir desde eda­des más tempranas a Escuelas de EducaciónInfantil); son estas edades en que la separa­ción madre-hijo suele ser dolorosa paraambos, en la mayoría de las veces, de la pri­mera separación. Para el niño, además no sólosupone la separación de la madre, sino detodo el entorno familiar en el que se encuen­tra seguro.

Cuando la madre deja al niño en la escue­la infantil antes de los tres años, en nuestroambiente, por lo general, responde a razonesestrictamente laborales. Dejar al niño chiqui­to por primera vez en una institución educati-

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va supone para la madre un InOInento difícil.Se producen en ella todo tipo de sentimientos:de culpabilidad, desconfianza, angustia, pena,liberación... , aunque no sieInpre explicitados,en Inuchos casos contradictorios y Inuchasveces sin consciencia de los misInos. Tener encuenta estos sentünientos, abordarlos con lasmadres, posibilitar que lo expresen, que losvivan como algo natural, que no se sientanmal por ello, es algo que nos acerca, allnismotiempo que ellas se liberan de ciertos teInoresy sitúen el acto de la separación de su hij o ensu justo lugar.

El abordar en profundidad los sentünien­tos que padres e hijos viven en estos Inomen­tos, conocerlos, cOInprenderlos y canalizarlos,favorecen el crecüniento del niño, así COIno elaceptar el respetar la fonna particular demanifestarse cada niño.

Si los padres conocen la ünportancia deestablecer una buena relación, y ofrecer unmarco que pennita al niño expresarse y abrir­se confiado a un Inundo nuevo, se introducenen un nivel de reflexión que les hace conocery valorar la acción educativa en esta trascen­dental etapa de la vida.

El primer encuentro de la faInilia con elCentro, dadas las características en las que seproduce, puede ser ellnolnento idóneo para esta­blecer un nivel de relación basado en la vivenciay no solamente en presupuestos teóricos.

De este modo, el objetivo de facilitar laadaptación del niño se amplía y se conviertetambién en el punto de partida de una Illutuacolaboración y la participación, basada enconocimientos y valoraciones COInunes.

6. PLANIFICACIÓN DE LA RELACIÓNFAMILIA-CENTRO.

La planificación de estos primeros contac­tos contelnpla dos niveles: el institucional y elde la relación personal educador-padres.

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A nivel institucional, el objetivo es acogera la familia, inforlnar1a y facilitar el buendesarrollo del programa establecido, dentrode un marco de flexibilidad, en el que quepacualquier improvisación que se estime opor­tuno, teniendo en cuenta que durante dichoperíodo inicial y, al finalizar el mismo, abor­damos la reflexión sobre la metodología apli-cada.

Es necesario destacar que lo ideal de estasituación sería, a grandes rasgos, la siguiente:

- Entrevista dirección-padres.

El primer encuentro se produciría entre lospadres y la dirección del Centro, previacitación. Lo deseable sería que asistiera lapareja, tanto el padre como la madre.

En esta entrevista, que ha de ser relajada,sin prisas, cordial, se informa a los padres dela línea educativa del Centro, de la metodolo­gía que se aplica y se ha de hacer gran hinca­pié en el fenómeno de la separación madre­hijo-ambiente falniliar: lo que esto significapara el niño, los sentimientos que entran enjuego tanto en el niño como en la madre, laimportancia y trascendencia a vivir bien estaexperiencia y CÓlno el Centro programa eldesarrollo de dicho proceso, teniendo en cuen­ta la débil estructura psíquica infantil y que esa los adultos a quienes corresponde contar conla capacidad y con las actitudes correctas parafacilitar al niño la superación del "duelo" quele va a tocar sufrir. Se procurará establecer undiálogo sobre sus deseos, expectativas, senti­mientos, sobre la opinión que tienen de estoscentros educativos, etc. Se recoge informa­ción relativa al desarrollo del niño, sobre todo,para saber si es necesario, antes de comenzarel curso, que la psicóloga o médico del Centromantengan una entrevista con la familia y sehaga un reconocimiento al niño.

A continuación, se les presentará al educa­dor o educadora con el que va a estar y se lesenseñarán también las instalaciones.

_ Entrevista padres-equipo psicopedagógico.

Una vez terlninadas todas las entrevistasdirección-padres, se tendrá un encuentro entreel equipo educador y los padres de los p.iñosnuevos, coordinado generalmente por la psi­cóloga del Centro. El telna central será insis­tir y ahondar en lo que supone para el niño elcambio que va a vivir y en las actitudes queeducadores y padres debelnos tener, todo ellodesde una concepción científica del desarrolloo crecimiento de la persona.

Se insistirá en la importancia de conocerlos movimientos emocionales de los niños,nuestros propios sentimientos y aceptarlosCOlno normales, sin culpabilizar ni culpabili­zamos y, sabiendo CÓlno se produce el creci­miento, favorecerlo a través de unas determi­nadas actitudes y lnetodología.

Este encuentro resultará novedoso y sor­prendente para los padres; sienten que seconecta con sus sentimientos, que se les abreuna panorámica nueva, que se les descubre unmundo un tanto desconocido por ellos. Seobserva entonces como una serie de realida­des fundamentales de la vida, que ordinaria­mente pasan desapercibidas, adquieren suimportancia por el mero hecho de explicitar­las en nuestra conversación con ellos. Todoesto se manifiesta en un deseo de colaborar yen hacer lo posible para que sus hijos integreny elaboren bien la separación.

Se marcará la tarea de observar en casa yen el Centro, durante el tiempo que dure laadaptación, las formas peculiares que cadaniño manifiesta en este período: llanto, inhibi­ción, agresión, regresiones, tristeza.... , ya queesto, tanto a la familia como al maestro, sirvede pauta para conocer los incipientes rasgosdel carácter y personalidad de cada niño.Estas observaciones serán tema de continuointercambio entre padres-educador y de uncomentario general al considerar terlninadodicho período.

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- Entrevista educador-padres.

A los educadores les corresponde tener unaentrevista personal con los padres de los niñosnuevos unos días antes de comenzar el curso.El objetivo de esta entrevista es progralnar losprimeros días de permanencia del niño en elCentro y conocer los aspectos puntuales delmismo, en cuanto a modos de relacionarse,preferencias, rechazos, juegos y objetos prefe­ridos, sueño, comida, etc. Generalmente, eltono de este encuentro suele ser más confiden­cial; en algunos casos aparecen también losproblemas familiares o de pareja. Tambiénocurre que ante no pocas preguntas sobre lostemas citados, los padres no tienen respuestaprecisa y es a partir de estas preguntas comolos padres entran, o se detienen en la observa­ción de sus hijos. En algunos casos se da cier­ta desatención e incluso desconocimiento delos datos que el educador debe conocer.

Después de esta entrevista y de los con­tactos con la familia mantenidos anteriormen­te, los educadores tienen un conocimiento delmundo familiar que envuelve al niño y de laspeculiaridades de éste, que le permiten crear ,un ambiente-prolongación de la casa en losaspectos más esenciales de la vida del niño.

- Primera semana en la escuela.

De acuerdo con las posibilidades de lafamilia, se establece el horario que cada niñova a permanecer en el Centro durante la pri­mera semana, acompañado de la madre ofamiliar más cercano. Se considera de vitalimportancia que sea la madre la que introduz­ca al niño en el nuevo ambiente. En algunaspersonas, esta situación de estar con el niño enla clase les creará incomodidad, violencia,inhibición... por no saber qué hacer. Ante estafalta de iniciativa y naturalidad, que rápida­mente captará el educador, éste les facilitarárecursos, sugerencias para que se relacionencon todos los niños, participen en sus juegos,conozcan sus nombres. Sin embargo, y a pesarde todo esto, habrá madres que tengan prisa

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por dej ar a sus hij os, creen que de algunalnanera es una pérdida de tiempo. El educador,desde un plano de comprensión y respetohacia su cOlnportalniento, procurará abordaresta actitud con ellas para saber las causas; enalgunos casos no tiene justificación, pero,cuando para la lnadre esto supone una excesi­va tensión, no se le presionará a que perlna­nezca ya que lo que iInporta no es tanto la pre­sencia física, sino la actitud con que la Inadreacompaña al niño. Se le hará cOlnprender estoa la madre ya que, indudabletnente, si ella estámuy violenta, es preferible que deje al niño yle despida sin tensiones. Por lo general la cola­boración es muy buena.

En realidad, esos ocho priIneros días, enque se pide a la lnadre que acolnpañe a su hijo,es un auténtico test falniliar. A lo largo de estosdías se terminarán lnanifestando las auténticasactitudes de la lnadre, su carácter y personali­dad, la relación que tiene con el niño, su situa­ción falniliar, etc. y, por parte de las lnadres,entrarán sin ningún artificio en la dinálnica dela escuela. Verán cÓlno están los niños en lasdistintas horas del día, sus juegos, el sueño, lahigiene, la alimentación, la relación con eleducador. Se iniciarán los contactos con lospadres que llevan lnás tielnpo en el Centro.Todo esto permite a ambas partes un conoci­miento que genera tranquilidad y confianza.

Después de esos días de estrecha convi­vencia, la relación diaria se establecerá connaturalidad. Al dejar y recoger al niño lamadre se informará y se irá siguiendo conjun­tamente el proceso del niño, que suele duraralrededor de mes y medio.

Es necesario detacar que en la COlnunidadAutónoma de Galicia el período de adaptaciónse encuentra regulado por la Orden del 6 deMayo de 1992, publicado en el DOG 21/05/92.

- Encuentro padres-equipo psicopedagógico.

Posteriormente a estos encuentros se reu­nirán de nuevo padres y educadores para

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comentar cómo se ha vivido todo este períodoy las observaciones que cada uno ha hecho, eltalante y la participación de los padres. Cadafamilia irá exponiendo las observaciones queha hecho en casa; explicarán cÓlno se han sen­tido y cómo han visto la clase y la organiza­ción en general.

Se pretenderá que se expresen con lnuchalibertad y que aporten sus opiniones y críticas,ya que ésta es la lnanera de avanzar en la tareaeducativa.

Indiscutiblemente siempre que hayalguien que vive todo este proceso sintiéndo­se un poco presionado, pero, incluso en estoscasos, es positivo porque de alguna maneralos padres se han encontrado consigo mismos,ya que participar les ha implicado totalmentey , quizá por primera vez, se han detenido apensar en lo que significa educar en esta edad.Por otra lado, el hecho de observar cómootros padres han colaborado les sacude y leshace ver que educar no es cosa sólo de lasmadres y educadores, que relacionarse biencon el niño implica muchas cosas y que la res­ponsabilidad de los adulto es grande.

Plantear y establecer la relación con lafalnilia, en este lnOlnento tan crítico y contantas resonancias elnocionales, desde unplano profesional, en un marco científico ycon una itnplicación tan personal, abre a lospadres ante una realidad educativa mucho másimportante y compleja de lo que ellos suponí­an. Se percibe que educar comporta unosconocitnientos y una actitudes y que todo ellono puede relegarse en los educadores, sino quetiene que ser el resultado de una cooperaciónestrecha entre la familia y la escuela.

Esta experiencia primera lnarca sin dudael estilo de relación y participación posterior.A partir de aquí se entra en la pretendida diná­mica del Centro en una atmósfera de cordiali­dad y confianza recíproca, base sobre la queconsideramos se asienta el bienestar del niñoy el éxito de la tarea educativa.

7. CULTURA FAMILIAR Y CULTURAESCOLAR.

- Diversidad de Culturas Familiares.

En los últimos años se han realizado unaserie de investigaciones que lnuestran que enel interior de nuestra sociedad, y por 10 que serefiere a los telnas relacionados con laEducación Infantil, existen culturas falniliaresunas lnuy diferentes de otras. Tales culturasvienen definidas por dos elelnentos funda­mentales: la ideología y las conductas. La ide­ología incluye, a su vez, elelnentos diversos,tales COlno las expectativas (a qué edad seespera que los niños sean capaces de hacerdeterminados logros, qué capacidades concre­tas se esperan de un niño, etc.), las actitudes ylos valores ( si existen o no ideas diferentes enfunción del género de los niños, qué itnpor­tancia se le da a la obediencia, etc.) y las ideassobre proceditnientos y objetivos educativo(cómo se piensa que se puede estitnular a unniño o niña, qué se pretende lograr con estosmétodos educativos, etc.). Las conductas tie­nen talnbién una diversidad de elelnentos ensu interior: las interacciones concretas con elniño o niña cuando se le alitnenta o cuando sele dan explicaciones, o cuando se le cuenta uncuento o se juega con él, pero talnbién las ruti­nas habituales de que están hechos los días,los fines de semana, las vacaciones, etc.

A través del estudio de falnilias se hanencontrado varios tipos fundalnentales de cul­turas familiares:

- Familias tradicionales: caracterizadas porpensar que niños y niñas nacen con deter­minadas características difíciles o itnposi­bIes de alterar a través de la educación,valoración elevada a la obediencia y elcontrol, diferenciación de actitudes yvalores en función del sexo del niño, etc.

- Familias modernas: caracterizadas porque los padres se atribuyen a sí lnismos unalto poder para influir sobre el desarrollo

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de sus hijos, valoran mucho el control noautoritario de la conducta, tratan defomentar la autonomía mucho más que ladependencia, no marcan rígidas distincio­nes en función del género, etc.

- Padres paradójicos: familias sumidas enun apreciable nivel de confusión en el quecoexisten elementos de tradicionalismo ymodernidad, dándose frecuentes paradojasentre unas creencias y otras (por ejelnplo,estos padres creen que la educación esmuy importante, pero no se ven a ellosmismos capaces de influir sobre el niño).

Los padres tradicionales suelen tener unnivel educativo y cultural bajo, mientras quelos padres paradójicos tienen un nivel bajo omedio y, los padres lnodernos, un nivel alto.

Con estas diversas ideologías se corres­ponden, además, ciertos estilos educativosrelacionados tanto con la forma de organizar lavida cotidiana de los niños y niñas, como conla fonna de manejar las interacciones tú a tú ala hora de dar una explicación, contar un cuen­to o hacer un rompecabezas. Típicamente, lospadres de nivel educativo más elevado y deideología más moderna tienen estilos de rela­ción e interacción más estimulantes desde elpunto de vista cognitivo, mientras que los denivel educativo lnás bajo e ideología más tra­dicional tienen estilos lnenos estimulantes,situándose los padres paradójicos en valoresintermedios.

8. RELACIÓN FAMILIA-ESCUELA.

- Cómo son y sugerencias para mejorarlas.

Como ya hemos dicho, en la realidad exis­ten numerosos canales para que las falniliasparticipen en la vida de la Educación Infantil.Pero, en la práctica, su uso acostumbra a serrutinario y estereotipado, de modo que difi­culta dicha participación.

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Los contactos infonnales (si existen) sonpoco pertinentes para cOlnpartir conjuntalnen­te un proyecto educativo. Así, en las grandesciudades donde todo el Inundo tiene prisa,estos contactos se lünitan a saber CÓlno ha dor­lnido el niño, qué es 10 que ha cOlnido o cómose ha encontrado durante el día. Los contactosformales como, por ejemplo, las reuniones declase pueden llegar a ser lnonólogo de las edu­cadores dirigido a las familias, en el que seexplicitan los objetivos educativos que se pre­tenden, el tipo de actividades en que se ünpli­can los niños para conseguirlo, etc...

Por eso, las afinnaciones que inciden en lafalta de interés de las falnilias por la educa­ción no tienen en cuenta si éstas tienen o no laoportunidad real de participar en la educaciónde sus hijos. Creemos que, antes de hacer estetipo de afirmaciones, es ünportante que lasescuelas reflexionen sobre la adecuación y eluso que hacen de los canales de intercalnbioexistentes. ¿Hasta qué punto sirven dichoscontactos para que la escuela tenga la infor­mación necesaria para realizar su trabajo y lafamilia para valorarlo?

Los intercalnbios falnilia-escuela han depermitir que se pueda discutir abierta y fran­camente sobre los objetivos de la EducaciónInfantil sin que nadie se sienta juzgado porsus opiniones, prácticas o creencias. Lasescuelas deben aceptar a las falnilias 1:a1 ycomo son, sin ideas previas y estereotipos; ydeben posibilitar fonnas de participación enlas que, haciendo cosas juntos, padres y lnaes­tras compartan un proyecto de futuro para losniños. De esta forma, la Educación Infantil nosólo será un auténtico contexto de desarrollopara los mismos, sino también una forIna deapoyo a la labor educativa de las faIni1ias.

- Experiencias a seguir.

Actualmente, existen ya nUlnerosas expe­riencias que asumen perspectivas COIno,desde permitir a las familias la entrada a lasaulas para que vean en directo 10 que hacen

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los niños, qué tipo de materiales utilizan ocómo se relacionan entre sí; hasta la realiza­ción de talleres conjuntos, padres y maestros,que tienen como objetivo elaborar materialespara las aulas de sus hijos o llevar a cabo acti­vidades conjuntas con los niños; sin olvidarotro tipo de prácticas, como organizar las reu­niones de clase a partir de las cosas que lasfamilias desean saber, o bien modificar elespacio de las escuelas, de modo que éstas seconviertan en un lugar agradable para que lasfamilias puedan disfrutar de un rato de tran­quilidad.

Familias en el aula.

Sanjuan y otros (1994) relatan una expe­riencia en el Parvulario, que consiste en invi­tar a las familias a que asistan durante unalnañana al aula de sus hijos para conocerdirectamente la vida escolar. Posteriormente,los maestros comentan con ellos las cosas quehan visto y discuten conjuntamente sobre laeducación de los niños.

La experiencia nació a partir de la consta­tación de que las falnilias participaban pocoen la vida de la escuela (falta de asistencia alas reuniones de clase, pocos contactos conlas maestras, etc.). El análisis de la situacióncondujo a las autoras a pensar que, probable­mente, este desinterés se relacionaba con lafalta de canales auténticos de participación.Por eso, dado que numerosas familias deniños y niñas de 3 y 4 años manifestaban suinterés en "mirar por un agujero" 10 que hací­an sus hijos en el aula, se les ocurrió dar cum­plimiento a ese deseo.

Las autoras valoran muy positivamente laexperiencia:

- En primer lugar, ninguna familia rechazóla posibilidad de asistir al aula de su hijo.

- En segundo lugar, los comentarios de lasfamilias fueron muy positivos. Por ejem­plo, decían cosas como: "Ahora entiendo

lo de los rincones; me lo habías dicho enlas reuniones, pero nunca entendí a qué tereferías ",' ((Es verdad que aprendenjugando,' no me lo creía, pero ahora veoque no pierden el tiempo ",' ((Cuando mihijo venga a casa y me explique lo que hahecho en la escuela, podré ayudarle mejor,porque ahora sé qué es lo que hacéis ", etc.

- En tercer lugar, las familias lnanifestabanuna mayor confianza en el trabajo de lasmaestras. Así, aparecían frases COlno:"Desde que he visto cómo tratas a losniños, tengo más confianza en ti ", etc.

El resultado de esta actividad ha significa­do un increlnento de las relaciones entre lasfamilias y las maestras y, a la vez, ha lnodifi­cado el uso de los canales clásicos de COlnu­nicación familia-escuela. Por ejemplo, lasreuniones de clase se preparan a partir de pre­guntas que las familias hacen llegar previa­mente por escrito a las lnaestras, las cualesorganizan la reunión COlno una actividadcolectiva en la que se discuten los objetivos ylas prácticas de Educación Infantil.

Talleres conjuntos familias-educadores.

Cada vez son más las Escuelas Infantilesque incorporan sistemáticalnente la realiza­ción de talleres conjuntos falnilias-educado­res. De hecho, existen dos tipos diferentes. Enunos, las familias y las maestras, junto con losniños, constnlyen materiales para las activida­des escolares (marionetas, decoración del aula,etc.). En otros, las lnaestras aprovechan lashabilidades de las madres y los padres de losescolares y organizan actividades en las que laresponsabilidad educativa queda compartida(música, cerámica, experitnentación científica,plástica, etc.). Tanto unos como otros suponenuna forma de participación de las familias enlas actividades escolares distinta a las fonnasclásicas, gracias a la cual se garantizan situa­ciones de discusión sobre el desarrollo infantily una mayor continuidad entre el contextofamiliar y el contexto escolar.

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- Reuniones infonnales familias-educadores.

Otra forma de introducir nuevos canalesde participación de las familias en el contextoescolar que practican algunas escuelas (espe­ciahnente guarderías) consiste en introducirespacios agradables que perlnitan a las fami­lias hablar y discutir de fonna relajada sobrela educación de sus hijos.

No se trata de aleccionar a las familiassobre la mejor forma de educar a los niños,sino de crear un marco conjunto de reflexiónen el que se puedan expresar las dudas, com­partir las incertidumbres y, sobre todo, anünarla competencia educativa de las familias sobrela base de contrastar experiencias, evitar lasrecetas y mostrar que, en definitiva, muchasde las cuestiones que las falnilias se planteanindividuahnente sobre la educación de sushijos responden a las preguntas colectivas y,por tanto, la posibilidad de contrastar creen­cias, valores o prácticas educativas con perso­nas que se hacen las mismas preguntas resul­ta enormemente enriquecedora.

En definitiva, es difícil pensar en unaEducación Infantil provechosa sin la partici­pación activa de las falnilias, la cual, a nues­tro entender, no pasa únicamente por comen­tar de vez en cuando los progresos del niño oposibilitar su asistencia a través de una fiestauna vez al año, sino que se debe considerar enrelación a los propios objetivos y actividadesque se llevan a cabo en la escuela. De lo quese trata es de que cada escuela sea capaz , apartir de los intereses de las familias, deencontrar canales de participación que permi­tan compartir un proyecto común sobre laEducación Infantil.

9. HACIA UNA POSTURA INTEGRADORA.

La legalidad no lleva aparejada la trans­formación de la realidad. Introducir en el sis­tema, mediante disposiciones legales, cam­bios en la estructura no lleva consigo un cam-

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bio en la mentalidad, en las actitudes, ni en lasprácticas de los padres. Poner en funciona­miento un consejo escolar no significa quehaya aUlnentado la participación delnocrática.Si solamente se utiliza COlno un cauce de for­lnalizaciones, no se habrá conseguido avivarla discusión, aUlnentar la participación y con­seguir el control delnocrático. Bajo la apa­riencia de la participación delnocrática, pue­den esconderse actitudes autoritarias que sedenuncian con lnenor claridad y decisión, obien posturas formalistas que no conducen ala auténtica participación.

El servilismo a la autoridad del director, elcOlnpadreo de algunos consejos a los quesolalnente han acudido padres elegidos porrazón de su proxünidad o afinidad al equipodirectivo; el abandono a la responsabilidad delos profesionales, el telnor de que los hij ossean señalados con el dedo por las interven­ciones discrepantes o polémicas de sus padresen el consejo, hacen que no exista un verda­dero debate o un auténtico control.

Es preciso que se produzca el deshielo dela política de bloques que funciona en lasescuelas y en su órgano lnáxüno de gobierno.Evitar los recelos, superar los fracasos, esitnprescindible para que exista una colabora­ción lnás sincera y eficaz.

La participación exige un tributo de tieln­po que no siempre se está en disposición deaceptar. No sólo porque en la discusión de lasdecisiones tengan que intervenir lnás perso­nas sino porque la representación obliga arecorrer un largo camino de ida y vuelta. En laida, hay que recoger opiniones de todos losrepresentados. En la vuelta, hay que llevarlesla información sobre el proéeso y los resulta­dos de las discusiones.

La cultura de la participación no se ünpro­visa. Hace falta un tiempo para que se puedanarraigar actitudes de respeto, tolerancia, cola­boración. Cuando la ünpaciencia se anteponeal razonamiento, se corre el riesgo de suprilnir

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experiencias que en sí eran buenas, pero queno tuvieron tiempo de cuajar porque se les exi­gían unos resultados que no podía todavía dar.

Conocer lo que sucede con la partici­pación de los padres exige analizar con rigorlos fenómenos que tienen lugar en los centros,las estructuras en las que se articulan y, sobretodo, los valores que los inspiran.

Para tomar decisiones racionales y justassobre la participación de los padres en lasescuelas es preciso indagar de fonna sistemá­tica y rigurosa en la realidad viva de la escue­la, en su micropolítica, en su evolución ydinamismo.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

ANTÚNEZ, S. (1994). Claves para la organiza­ción de centros escolares. Editorial Horsori,Barcelona.

CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA. (Art. 27).

CUADERNOS DE PEDAGOGÍA (1984): la pri­mera relación .familia-centro. n° 111.

CUADERNOS DE PEDAGOGÍA (1995):Relación .familia-escuela. n° 239. Barcelona.

ESPINOSA, A. (Coord.). (1993). O currículo daEducación In.fantil de Galicia. SecuenciasOrientativas. Ed. Escuela Española, Madrid.

GAIRÍN, 1. Y DARDER, P. (1994). Organizaciónde centros educativos. Ed. Praxis, Barcelona.

Orden del 6 de mayo de 1992 por la que se regula elprocedimiento para la implantación del segun­do ciclo de la Educación In.fantil y se dictan ins­trucciones en materia de organización escolar yevaluación para aquellos centros en los que se

imparte dicho ciclo. (DOG, 21/05/92).

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