relación entre sintomatología depresiva perinatal en
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGIA
Relación entre sintomatología depresiva perinatal en
padres y madres primerizos/as y el desarrollo
socioemocional de sus hijos e hijas menores de 3 años
HERNÁN ANDRÉS GARCÍA MUÑOZ
Profesoras Guía: María Pía Santelices.
Francisca Pérez C.
Comité de tesis: Esteban Gómez
María Carolina Velasco
Trabajo de Grado presentado a la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad
Católica de Chile, como requisito para optar al grado académico de Magíster en
Psicología Clínica
Noviembre, 2021.
Santiago, Chile
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGIA
Relación entre sintomatología depresiva perinatal en
padres y madres primerizos/as y el desarrollo
socioemocional de sus hijos e hijas menores de 3 años
HERNÁN ANDRÉS GARCÍA MUÑOZ
Profesoras Guía: María Pía Santelices.
Francisca Pérez C.
Comité de tesis: Esteban Gómez
María Carlina Velasco
Trabajo de Grado presentado a la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad
Católica de Chile, como requisito para optar al grado académico de Magíster en
Psicología Clínica
Noviembre, 2021.
Santiago, Chile
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AGRADECIMIENTOS
En agradecimiento a mis asesoras Pía Santelices y Francisca Pérez por su guía y acompañamiento
durante el proceso; a mi familia y amigos por haber sido uno de los pilares más importantes para
sobrellevar este estudio durante la crisis sanitaria; a las familias participantes de esta investigación
por toda su colaboración y buena disposición. Sin la ayuda de todos ustedes, la construcción de
este proyecto no habría sido posible.
I
1. RESUMEN
Antecedentes: Se ha establecido que existen marcadas asociaciones entre el estrés
parental que se vive durante la transición a la parentalidad y la depresión perinatal, razón
por la que la crianza de los hijos(as) durante la pandemia por COVID-19 ha implicado un
gran desafío para las familias. La investigación sugiere que la presencia de sintomatología
depresiva perinatal en padres y madres representa un factor de incidencia en el desarrollo
socioemocional de su descendencia. Sin embargo, se ha prestado poca atención al impacto
que podría tener la depresión masculina. El presente estudio tiene el objetivo de analizar
la trayectoria de la sintomatología depresiva perinatal paterna y materna y la relación con
el desarrollo socioemocional de sus hijos(as) en el contexto de pandemia por COVID-19.
Método: Se realizó un estudio cuantitativo longitudinal exploratorio. La muestra
corresponde a 42 sujetos pertenecientes a 14 triadas familiares (padres, madres,
hijos/hijas). Los datos fueron recolectados entre 4 tiempos del periodo perinatal. Los
análisis se desarrollaron con pruebas no paramétricas.
Resultados: Se encontró que los indicadores de sintomatología depresiva perinatal
tuvieron un aumento progresivo tanto en padres como en madres. No se identificaron
asociaciones entre sintomatología depresiva perinatal paterna y materna y el desarrollo
socioemocional de sus hijos(as).
Discusiones: El presente estudio fue el primero en su tipo en considerar mediciones
longitudinales en la transición a la parentalidad en el contexto chileno, integrando además
el contexto de pandemia. Los resultados deben ser tomados con cautela dadas las
limitaciones dadas por la naturaleza del estudio.
2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA Y MARCO TEÓRICO
Aunque la transición a la paternidad puede percibirse como un acontecimiento
vital positivo, también ha sido reconocida como uno de los cambios más estresantes y
desafiantes de la vida (Fillo et al., 2015). El nacimiento del primer bebé transforma el
estilo de vida de las personas. Es un periodo de crisis normativa que implica una
II
reorganización en diferentes aristas de la vida para enfrentar las tareas parentales incluso
antes del nacimiento (Moreno-Roseet et al., 2016; Kuersten-Hogan, 2017). Esta crisis
supone cambios considerables en el rol vital, puede conducir al aumento de cargas
financieras, conflictos laborales, familiares y, en ocasiones, a la aparición de estrés crónico
(Moreno-Roseet et al., 2016). Asimismo, se ha establecido que existen marcadas
asociaciones entre el estrés parental que se vive durante este periodo y diferentes
problemáticas en términos de salud mental a nivel familiar. En algunos casos, este estrés
provocado por la transición a la parentalidad en suma a condiciones biológicas y
contextuales, puede contribuir con la aparición de sintomatología depresiva perinatal
(Wang et al., 2014; Reid & Taylor, 2015); fenómeno que ha sido asociado a dificultades
en el funcionamiento familiar y el desarrollo socioemocional infantil (Madigan et al.,
2018; Fredriksen et al., 2019; Jeong & Li, 2020).
Como lo refieren Harris & Santos (2020), las competencias socioemocionales
pueden ser reconocidas como la base del bienestar y la salud mental en la primera infancia,
por lo que su desregulación podría producir una mala adaptación y déficits en etapas
posteriores del desarrollo. El desarrollo socioemocional sano permite la expresión y
regulación de las emociones experimentadas según el contexto, facilitando la
comunicación adecuada de los estados emocionales y una resolución adaptativa de las
interacciones sociales (Campbell et al., 2016). El desarrollo socioemocional se refiere a la
adquisición de habilidades sociales y emocionales que se manifiestan en las relaciones
interpersonales y la expresión emocional (Goodman & Garber 2017), implica
competencias fundamentales como la comprensión emocional, la capacidad de regulación
y la empatía (Henao y García, 2009). Los niños y niñas con un desarrollo socioemocional
sano expresan sus emociones de manera apropiada, logran comunicarse con éxito con los
demás y son percibidos de manera positiva por sus cuidadores (Thompso, 1991; Vallotton,
2008). Contrario a esto, los niños con mayores dificultades en esta área tienden a mostrar
comportamientos disruptivos desde edades tempranas, presentan berrinches con mayor
frecuencia y experimentan problemas de comunicación con sus cuidadores (Santelices et
al., 2021).
III
La sintomatología depresiva durante el periodo perinatal ha sido establecida como
problema de salud pública que merece ser considerado a detalle (Jadresic, 2014; Cui et
al., 2020). Anteriormente se hacía uso del término depresión postparto para hacer
referencia a este cuadro afectivo que había sido identificado en madres tiempo después
del parto, sin embargo, con el avance de las investigaciones se llegó a constatar que hasta
un 50% de los episodios de este cuadro comenzarían antes del parto. Razón que llevaría a
los expertos a acuñar el término de depresión perinatal, por el carácter continuo de esta
problemática (Jadresic, 2014).
Algunos estudios sugieren que la tasa de prevalencia de mujeres que informan
síntomas depresivos durante esta etapa varía entre el 10%y el 20% en países occidentales
(Porter et al. 2019; Goodman, 2019). En Chile, se ha discutido que un 10% de las
embarazadas podría sufrir de depresión y alrededor de un 30% podría presentar síntomas
inespecíficos de depresión y/o ansiedad durante este mismo periodo (Jadresic, 2014). Por
su parte, se sugiere que aproximadamente el 10% de los padres son vulnerables a sufrir
depresión durante la etapa perinatal, tasa que aumentaría significativamente después del
parto con cifras de hasta el 26% (Giallo et al., 2012; Paulson & Bazemore, 2010. En Chile,
aunque hasta la fecha no existen datos epidemiológicos, un estudio exploratorio encontró
que en la población masculina de clase media baja se presentaron indicadores de depresión
en un 18.5% de los participantes (Pérez et al., 2018).
La naturaleza y dirección de la relación entre la sintomatología depresiva perinatal
materna y paterna aún es confusa. Se sabe que estas dos condiciones se relacionan
significativamente, ya que se ha informado que la depresión materna puede llegar a
predecir la depresión paterna (Cameron, et al., 2016), así como también la depresión
paterna temprana aumenta gradualmente el riesgo de síntomas depresivos maternos
(Paulson, et al., 2016). Por tal razón se ha sugerido la importancia de considerar la
interacción entre la salud mental de los miembros de la pareja, asumiendo que cualquier
factor que afecte a uno de estos puede tener un efecto potencial sobre el resto de la familia
(Bruno et al., 2020).
IV
Entre las principales características de la sintomatología depresiva perinatal se
encuentra el estado de ánimo deprimido, ansiedad, pensamientos compulsivos, sensación
de pérdida de control, sentimientos de insuficiencia, dificultad para afrontar situaciones
cotidianas, miedos irracionales, fatiga y desesperación. Sus principales factores de riesgo
incluyen antecedentes de cuadros clínicos de depresión, ansiedad, trastorno bipolar, y otro
tipo de estresores tales como embarazos no planeados, antecedentes de abuso sexual,
violencia doméstica, escaso apoyo y una mala calidad en las relaciones sociales
(Goodman, 2019; Porter et al., 2019). Con respecto a las posibles causas de la aparición
y/o el aumento de la sintomatología depresiva durante el periodo perinatal, se destacan el
aumento de las demandas físicas y emocionales del embarazo y los principales ajustes de
la vida asociados a este mismo (Porter et al., 2019).
La tasa de depresión perinatal materna es más alta durante el embarazo, e incluso
la mayoría de casos de depresión postparto pueden predecirse por la aparición temprana
de esta sintomatología (Bowen et al., 2012). Los síntomas en las madres parecen ser más
comunes en el primer y último trimestre del embarazo puesto que estas se adaptan primero
a los cambios físicos emocionales y hormonales y, a medida que llega el parto,
experimenta síntomas de ansiedad con respecto a lo que sucederá con la llegada de su
bebé (Rallis et al., 2014. En cuanto a los padres, los síntomas depresivos pueden
presentarse desde el inicio del embarazo, pero suelen intensificarse en los periodos
posteriores al parto, específicamente entre tres y seis meses después del nacimiento;
problemática que se ha asociado a dificultades de adaptación en la transición a la
paternidad (Giallo et al., 2012; Paulson & Bazemore, 2010). Por su parte, un estudio
dedicado a describir el curso de la depresión en madres y padres encontró que, tanto para
las madres como para los padres, las tasas de gravedad y las tasas de depresión se
mantuvieron estables a lo largo del tiempo (Paulson, et al., 2016).
A través de la evidencia científica se ha establecido que las asociaciones de
factores biológicos y ambientales son fundamentales para comprender los efectos de la
depresión perinatal, por lo que es preciso considerar una relación multicausal en la que no
todos los niños y niñas cuyos padres y madres hayan estado deprimidos no se ven
V
afectados o sufren el mismo tipo de consecuencias (Goodman, 2019). De hecho, se ha
señalado que variables como la calidad del apego, las redes de apoyo para los cuidadores
(Bergman et al. 2008), la vulnerabilidad socioeconómica, la inseguridad alimentaria, el
tabaquismo, y el consumo de alcohol (Goodman, 2019), podrían moderar los efectos de
la depresión parental sobre el desarrollo infantil.
En cuanto a la depresión perinatal en madres, un metaanálisis encontró de manera
consistente que la depresión prenatal puede tener un efecto adverso en el funcionamiento
socioemocional y la conducta de los niños y niñas. Específicamente, para aquellas madres
que presentan depresión en la etapa prenatal existen mayores probabilidades de tener hijos
e hijas con dificultades en el comportamiento, entre 1,5 y 2 veces más que las madres que
no reportaron depresión (Madigan et al., 2018). De hecho, se encontró que la proporción
más elevada de problemas de comportamiento se daba en niños y niñas cuyas madres
experimentaron síntomas depresivos más severos y persistentes (Kingston et al., 2018).
Incluso, se ha llegado a señalar que los niños y niñas de cuyas madres sufren de depresión
en el periodo perinatal tienen un riesgo de entre 3 y 4 veces mayor de presentar dificultades
en el desarrollo socioemocional en comparación a aquellos con madres no deprimidas
(Junge et al., 2017).
Se ha encontrado que los bebés expuestos a la depresión materna tienden a
producir niveles más altos de cortisol, implicando alteraciones significativas en el sistema
de respuesta al estrés. Esto se ha asociado con el riesgo de ansiedad, depresión,
hiperactividad, problemas de conducta, atención y regulación emocional (Waters et al.,
2014; Stein et al., 2014). Asimismo, un cuerpo sólido de evidencia ha revelado los efectos
que podrían tener la presencia de sintomatología depresiva perinatal en la madre; entre
ellos destacan patrones de apego inseguros, deterioro en el desarrollo cognitivo, social y
emocional, y problemas en el comportamiento a largo plazo (Porter et al. 2019; Jeong &
Li, 2020).
Algunos síntomas de la depresión materna como la rumia o la alteración del estado
de ánimo, llegarían a afectar las capacidades parentales como el reconocimiento de
VI
sentimientos y estados emocionales, así como presentar efectos nocivos en la capacidad
de respuesta y el compromiso de la madre con su bebé (Porter et al., 2019; Junge et al.,
2017). Esto llevaría a que las interacciones entre la diada puedan caracterizarse por
dificultades en la comunicación, falta de empatía y problemas en la identificación de
necesidades (Guyon-Harris et al., 2016); componentes que se vinculan directamente con
la sensibilidad materna, descrita como la capacidad de percibir e interpretar con precisión
aquello que intenta comunicar el bebé para luego ofrecer una respuesta apropiada
(Goodman, 2019). Asimismo, se ha descrito que la influencia de la sintomatología
depresiva sobre el desarrollo de los niños y niñas puede representarse como un fenómeno
bidireccional. Algunos estudios han señalado que las características de los infantes pueden
tener influencia sobre la sintomatología de sus madres. Por ejemplo, los problemas de
salud o la irritabilidad en niños y niñas puede representar un efecto negativo en el estado
anímico de sus madres, generando preocupación, agobio y empeorando la sintomatología
depresiva (Psychogiou et al., 2020).
En cuanto a los padres, aunque actualmente se sabe que muchos pueden
experimentar cuadros depresivos durante el periodo perinatal, la depresión perinatal
paterna es una entidad diagnóstica que está en proceso de construcción y no existen
suficientes estudios que la caractericen y diferencien de la depresión perinatal en madres
(Bruno et al., 2020). No obstante, en las investigaciones recientes se ha destacado la
prevalencia de síntomas tales como ataques de ira y conductas agresivas hacia el bebé o
la pareja; evitación y pérdida de interés en la vida familiar; y conductas de escape poco
saludables que enmascaran el trastorno afectivo tales como como mayor participación en
actividades laborales, ocio, relaciones extramatrimoniales, ejercicio compulsivo,
tabaquismo abuso de alcohol y otro tipo de sustancias, y el uso excesivo de internet
videojuegos o apuestas (Bruno et al., 2020).
Asimismo, la evidencia sugiere que se le ha prestado menor atención a la
investigación de las relaciones entre la depresión masculina y el desarrollo
socioemocional de su descendencia (Fredriksen et al., 2019). Frente a ello, una creciente
línea de investigación ha señalado que los niños y niñas tienen mayores riesgos en su
VII
desarrollo socioemocional y conductual cuando se tiene en cuenta también la presencia de
sintomatología depresiva del padre (Cui et al., 2020; Jeong & Li, 2020; Sweeney &
Macbeth 2016). De hecho, esta variable, independientemente de la sintomatología
depresiva materna, se ha relacionado con la presencia de trastornos psiquiátricos infantiles
(Gentile & Fusco, 2017; Gutierrez-Galve et al., 2015).
La depresión paterna interfiere potencialmente en la construcción de una crianza
sensible, lo que influye en las habilidades prosociales y la regulación emocional de los
niños y niñas (Murray et al., 2006; DeRose et al. 2014; Tran et al. 2014). Se sabe que los
padres que sufren de depresión frecuentemente experimentan dificultades para percibir e
interpretar los estados emocionales de sus hijos e hijas, además de tener problemas para
regular sus propias respuestas emocionales hacia estos (Jeong & Li, 2020).
Se ha descrito que existen varios mecanismos que explican la asociación entre
depresión paterna y el desarrollo socioemocional de sus hijos e hijas. Entre ellos, se
destaca que la sintomatología de este trastorno afecta directamente la calidad de las
interacciones del sistema familiar en general. De hecho, se expone que esto podría ir más
allá del comportamiento del padre, implicando dificultades en la relación conyugal,
afectando la salud mental de la madre e impactando negativamente el entorno familiar en
general (Jeong & Li, 2020). Se ha planteado que la salud mental paterna pudiese actuar
como un amortiguador entre los posibles efectos de la depresión materna sobre el
desarrollo socioemocional infantil. Sin embargo, cuando el padre está deprimido o se ve
afectado por la presencia de la depresión en la madre, este rol parece deteriorarse por la
conflictiva conyugal que podría conllevar, así como por la presencia de algunas
manifestaciones típicas de este cuadro como lo son la irritabilidad, la fatiga y la hostilidad
(Gere et al., 2013).
Por su parte, la investigación sobre los efectos diferenciales de la sintomatología
depresiva materna y paterna en el desarrollo infantil, encontró que mientras que las madres
deprimidas parecen contribuir con la aparición de problemas de externalización
(Fredriksen et al., 2019), patrones de apego inseguros (Campbell et al., 2004) y disfunción
VIII
en habilidades reguladoras tempranas (Feldman et al., 2009), la depresión en padres
parece tener mayor incidencia en problemas asociados al lenguaje (Fredriksen et al., 2019)
y falta de habilidades sociales, incluyendo el aislamiento y dificultades en el
comportamiento prosocial (Cummings et al., 2005; Elgar et al., 2007).
En cuanto a los efectos anteriormente descritos, se dice que también varían en
función de los roles de género actuales. En algunas regiones del mundo, los padres pueden
estar mayormente involucrados en el embarazo y el cuidado del bebé, mientras en otras,
prevalecen roles de crianza más conservadores y tradicionales (Thiel et al., 2020). Los
padres deprimidos parecen tener mayor tendencia a evadir las tareas parentales,
participando de actividades de escape como el exceso de trabajo, el sexo, el juego y el
consumo de sustancias (Veskrna, 2013). Mientras, las madres deprimidas continúan con
las labores usuales de crianza pese a sus dificultades de salud mental. Así, dado que
tradicionalmente la madre pasa más tiempo con sus hijos e hijas que los padres, la carga
de síntomas maternos puede tener un impacto mayor en el desarrollo socioemocional
infantil, considerando que síntomas tales como la tristeza, el afecto plano y los
pensamientos negativos pueden interferir con sus intercambios conductuales y
emocionales (Fredriksen et al., 2019).
Como bien se ha referido, los resultados de diversas investigaciones sugieren que
la presencia de sintomatología depresiva perinatal en padres y madres es un factor de
notable incidencia en el desarrollo socioemocional de los niños y niñas. Por ello, mitigar
las dificultades de salud mental en las parejas puede ser una estrategia eficaz para prevenir
dificultades en el desarrollo infantil. Sin embargo, es importante destacar la necesidad de
mayores investigaciones que procuren esclarecer las asociaciones y efectos entre la
sintomatología depresiva del padre y la madre durante el periodo perinatal y el desarrollo
socioemocional en sus hijos e hijas en etapas posteriores (Fredriksen et al., 2019).
Conociendo que, si bien ha habido una investigación sustancial sobre los síntomas
depresivos maternos, pocos estudios han considerado adicionalmente la depresión paterna
y examinado su influencia directa y potencialmente interactiva con la depresión materna
IX
sobre el desarrollo socioemocional infantil (Jeong & Li, 2020), por lo que resultaría
pertinente realizar un aporte que contribuya al esclarecimiento de las relaciones que
pudiesen existir entre estos fenómenos. Igualmente, la evidencia revisada hasta la fecha
se basa en estudios de países ajenos al contexto latinoamericano. En esta región sólo se
encontró un estudio transversal desarrollado en Chile centrado en las variables en
cuestión, y aunque en los resultados de este estudio la depresión parental no explicó
dificultades en el desarrollo socioemocional infantil (Pajuelo, 2018), los hallazgos
sugirieron seguir realizando mayor investigación al respecto, especialmente con
aproximaciones longitudinales que permitan observar de manera secuencial la
manifestación de estas problemáticas.
Por su parte, la crianza de los hijos e hijas durante el periodo de pandemia por
COVID-19 ha implicado un gran impacto para las familias. Como era de esperarse, la
población está experimentando un escenario notoriamente estresante a causa de la
exposición a una situación de crisis sanitaria de la que no se tenía registro ni precedente
(Johnson, et al., 2020). La pérdida de los espacios de socialización regulares, la
disminución del tiempo fuera de casa, la educación en el hogar y las medidas de
distanciamiento social han interferido con la salud mental de las familias (Cluver, et al.,
2020; Bruining, et al., 2021). La crianza de los hijos durante el periodo de pandemia ha
implicado un gran desafío ya que los padres y madres deben cumplir con varias demandas
simultáneamente. Situación que se ve agravada por las implicaciones de trabajar desde el
hogar, dificultades económicas, pérdida de empleo y otras problemáticas asociadas
(Calvano, et al., 2021).
El estrés vivido por las familias, planteado como un desajuste entre las demandas
que experimentan y los recursos disponibles para hacerle frente, ha tenido implicaciones
adversas para la salud mental. La realidad de la vida cotidiana para los padres y madres
en sí misma es una tarea exigente, por la que existen razones para preocuparse por cómo
el estrés vivido en pandemia podría provocar reacciones desadaptativas entre las
demandas de la parentalidad, la crisis sanitaria actual y las capacidades de las familias
para hacer frente a ello (Johnson, et al., 2020). En relación a ello, los resultados publicados
X
por la Encuesta Chile Dice (2021) señalan que existe un reconocimiento significativo del
cansancio que ha producido la convivencia familiar en el contexto de pandemia,
especialmente entre las mujeres. Parece que el nivel de satisfacción respecto a la vida
familiar y la distribución de tareas es mayor en los hombres, lo que ratifica que las mujeres
pudieran estar experimentando mayor carga y cansancio.
Se predice que el estrés parental asociado a este fenómeno puede suponer el
aumento de problemáticas en la salud mental de las familias chilenas con la presencia de
sintomatología ansiosa y depresiva, especialmente para aquellas que pertenecen a los
estratos socioeconómicos más vulnerables (Encuesta Longitudinal de la Primera Infancia
[ELPI], 2020). De hecho, un estudio en desarrollo sobre efectos de la pandemia en niños
y niñas en Chile, advierte que éstos han experimentado: cambios de humor súbitos,
desgano fatiga o falta de energía, aumento en la reactividad emocional, entre otros (Equipo
Proyecto Cuidemos a Nuestros Niños, 2020). Incluso, en los resultados de la ELPI (2020)
de Chile, se encontró que los indicadores de problemáticas relacionadas al desarrollo
socioemocional en niños y niñas fueron significativamente más altos en el primer año de
pandemia que en mediciones realizadas en el 2012 y el 2017. Por tanto, considerar
variables asociadas a la coyuntura actual sería prudente a la hora realizar un abordaje
contextualizado de la problemática propuesta.
De tal modo, el presente estudio se propone realizar una investigación de carácter
longitudinal, con el objetivo de describir y analizar la trayectoria de la sintomatología
depresiva perinatal paterna y materna y su relación con el desarrollo socioemocional de
sus hijos e hijas en el contexto de pandemia por COVID-19.
3. OBJETIVOS E HIPÓTESIS
Objetivo general
Analizar la trayectoria de la sintomatología depresiva perinatal paterna y materna
(medida en T1, T2 y T3) y su relación con el desarrollo socioemocional de sus hijos e
hijas en el contexto de pandemia por COVID-19 (medida en T4).
XI
Objetivos específicos
1. Evaluar el cambio de la sintomatología depresiva perinatal paterna en las
diferentes etapas de medición.
2. Evaluar el cambio de la sintomatología depresiva perinatal materna en las
diferentes etapas de medición.
3. Determinar la relación entre la sintomatología depresiva perinatal paterna y
materna en las diferentes etapas de medición.
4. Analizar la trayectoria de la sintomatología depresiva perinatal paterna y su
relación con el desarrollo socioemocional de su hijo(a), considerando además
variables sociodemográficas y de pandemia.
5. Analizar la trayectoria de la sintomatología depresiva perinatal materna y su
relación con el desarrollo socioemocional de su hijo(a), considerando además
variables sociodemográficas y de pandemia.
Hipótesis
1. Existen cambios significativos entre la sintomatología perinatal paterna en las
diferentes etapas de medición. La presencia de sintomatología depresiva perinatal
paterna es mayor en T2.
2. Existen cambios significativos entre la sintomatología perinatal materna en las
diferentes etapas de medición. La presencia de sintomatología depresiva perinatal
materna es mayor en T1.
3. Existen diferencias significativas entre la sintomatología perinatal paterna y
materna entre las diferentes etapas de medición. Las diferencias se acentúan en T1,
donde las madres presentan mayor sintomatología depresiva y en T2, donde los
padres presentan mayor sintomatología depresiva.
4. Existen correlaciones entre las puntuaciones de sintomatología depresiva perinatal
paterna en las distintas etapas de medición y el desarrollo socioemocional de los
niños/niñas. Variables como Relación Percibida en Pandemia, Modalidad Laboral
XII
y Nivel Educativo tienen efecto en las correlaciones entre sintomatología
depresiva perinatal y desarrollo socioemocional.
5. Existen correlaciones entre las puntuaciones de sintomatología depresiva perinatal
materna en las distintas etapas de medición y el desarrollo socioemocional de los
niños/niñas. Variables como Relación Percibida en Pandemia, Modalidad Laboral
y Nivel Educativo tienen efecto en las correlaciones presentadas entre
sintomatología depresiva perinatal y desarrollo socioemocional.
4. MÉTODO
Diseño
Para el desarrollo de este estudio se planteó un diseño cuantitativo no experimental
de carácter longitudinal y exploratorio en el que además se buscará esclarecer posibles
correlaciones entre las variables planteadas (Sampieri et al., 1998).
Muestra
Los participantes corresponden a una muestra no clínica de 42 sujetos
pertenecientes a 14 familias (padres y madres primerizos(as) entre los 21 y 38 años y sus
hijos e hijas de entre los 11 y 32 meses de edad). Se realizó un muestreo teórico por
conveniencia a través de informantes clave y bola de nieve determinado en el marco del
proyecto Fondecyt N° 11180820 titulado “Construcción de la coparentalidad en parejas
de padres primerizos: integrando las representaciones e interacciones de sus
protagonistas”. Se incluyeron hombres y mujeres heterosexuales mayores de edad
residentes del Servicio de Salud Metropolitano Oriente de la ciudad de Santiago y sus
hijos e hijas. Los criterios de exclusión de la muestra fueron familias homoparentales,
presencia de retraso mental en alguno de los miembros del subsistema parental, presencia
de dependencia o abuso de sustancias y/o presencia de una enfermedad médica invalidante
en alguno de los adultos.
Medidas e instrumentos
XIII
Los tiempos de medición para el desarrollo de este estudio longitudinal se
plantearon en T1: durante el embarazo, de la semana 24 en adelante; T2: el postparto
reciente, a partir de los tres meses de vida del bebé; T3: postparto tardío, a partir de los 9
meses del bebé en adelante; y T4: entre los 11 y 32 meses de vida de los niños y niñas
participantes del estudio. Entre los tiempos T1, T2 y T3 se tomaron mediciones
relacionadas a la sintomatología depresiva de los padres y madres y algunos datos
sociodemográficos de las familias. En T4 se tomaron mediciones respecto al desarrollo
socioemocional de los niños y niñas, además de mediciones relacionadas al contexto de
pandemia.
Cuestionario sociodemográfico: Cuestionario sociodemográfico desarrollado por el
equipo de investigación con el objetivo de recopilar algunos datos sociodemográficos de
interés tales como nivel socioeconómico, nivel educativo, nacionalidad, edad.
Cuestionario de pandemia: Cuestionario desarrollado por el equipo de investigación con
el objetivo de recopilar algunos datos respecto a la percepción de las parejas respecto a
cómo la pandemia ha podido afectar la relación con sus hijos e hijas. Entre las preguntas
se incluyen la modalidad laboral en pandemia y cómo ha afectado la pandemia la calidad
de la relación entre los padres/madres y sus hijos e hijas.
Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (EPDS): La sintomatología depresiva se
evalúo en los tiempos T1, T2 y T3 haciendo uso de la EPDS (Cox et al., 1987) tanto para
hombres como para mujeres. La EDPS es un cuestionario de autoinforme de 10 ítems que
pide a los encuestados considerar la aparición de varios síntomas depresivos durante los
últimos siete días en una escala global que va de 0 a 30 (donde una mayor puntuación
indica mayor presencia de sintomatología depresiva). La EPDS fue desarrollada
originalmente para detectar síntomas depresivos en mujeres durante el periodo postparto,
pero posteriormente fue validada para ser usada durante el embarazo (Murray & Cox,
1990). Esta prueba también se ha validado en poblaciones masculinas (Matthey et al.,
2001; Massoudi et al., 2013; Edmondson et al., 2010; Fischer et al., 2012; Loscalzo et al.,
2015; Aerias et al., 1996), extendiendo su uso en países como Noruega, Suecia, Reino
XIV
Unido, Estados Unidos, Italia, Australia y Portugal. Sin embargo, no ha sido validada para
la población masculina de Chile, aunque se ha usado en un estudio exploratorio sobre la
frecuencia de la depresión perinatal en una población masculina (Pérez et al., 2018). En
Chile la EPDS fue validada para su uso en la población femenina, mostrando una
consistencia interna con un Alpha de Cronbach de 0,914, una sensibilidad del 76,7% y
una especificidad de 92,5% para la depresión perinatal (Alvarado et al., 2012). Aunque la
EPDS se desarrolló con puntajes de corte que indican un posible cuadro depresivo, el
puntaje compuesto se usó como una variable continua al considerar que el presente estudio
recoge datos de una muestra no clínica.
Ages and Stages Questionaries: Social Emotional (ASQ:SE): El Desarrollo
socioemocional de los niños y niñas se evalúo en T4, haciendo uso del ASQ:SE (Squires
et al., 2002). Este es un cuestionario de autoinforme calificado por los padres con
preguntas específicas para intervalos de edad de entre los 6 y 60 meses. Este instrumento
fue desarrollado para identificar posibles riesgos en el desarrollo social y/o emocional en
los niños y niñas. Aunque evalúa siete áreas del desarrollo socioemocional
(autorregulación, complimiento de órdenes, comunicación, funcionamiento adaptativo,
autonomía, afectividad, e interacción con personas), la escala ofrece un puntaje global que
refleja dos categorías: cuando el niño o niña está por debajo del puntaje de corte (indicando
un desarrollo socioemocional típico), y cuando el niño o niña está por encima del puntaje
de corte (indicando dificultades en el desarrollo socioemocional). Aunque esta escala no
ha sido validada en Chile, se ha usado en estudios extensos como el desarrollado por la
ELPI (2020). Para la población norteamericana se ha estimado que este instrumento tiene
una consistencia interna con un Alpha de Cronbach de 0,94, una sensibilidad del 70,8% y
una especificidad del 93% (Squires et al. 2002). Aunque el ASQ:SE se desarrolló con
distintos puntajes de corte que indican problemas en el desarrollo socioemocional, el
puntaje compuesto fue usado como una variable continua al considerar que el presente
estudio recoge datos de una muestra no clínica. Asimismo, considerando la diversidad de
edades de los niños y niñas que participaron, no es posible comparar los puntajes directos
XV
obtenidos, razón por la cual se calculó el porcentaje del problema de cada niño o niña en
relación al máximo para su edad.
Procedimiento y análisis de datos
Después de contactar a las familias interesadas en participar en el estudio a través
de informantes clave del servicio de salud, se explicó a los participantes adultos la
naturaleza del proyecto y se procedió a la firma de los respectivos consentimientos
informados. Seguido a esto se procedió con la recolección de información en los tiempos
estimados por el estudio a través de entrevistas guiadas por el equipo de investigación.
Los datos de las variables cuantitativas se recolectaron a través de los instrumentos de
autoinforme anteriormente descritos. Dada la situación sanitaria del país en el contexto de
pandemia, los cuestionarios fueron enviados a las familias y sus respuestas fueron
documentadas de manera remota a través de cuestionarios electrónicos.
Los datos se codificaron y analizaron estadísticamente con análisis no
paramétricos mediante el uso del programa estadístico SPSS V.26. Primeramente, los
datos fueron analizados de forma descriptiva. Se seleccionaron pruebas no paramétricas
para los análisis debido al tamaño muestral ya que los datos no tuvieron distribución
normal. Posteriormente se implementó la prueba de Friedman en la que se evalúo si
existan diferencias significativas en la trayectoria de la sintomatología depresiva perinatal
paterna y materna. Asimismo, se procedió a la aplicación de la prueba U de Mann-
Whitney para la comparación de muestras independientes para identificar si existen
diferencias estadísticamente significativas entre la sintomatología depresiva perinatal
paterna y materna en las diferentes etapas de medición. Finalmente se aplicó la prueba de
correlación de Spearman para determinar la presencia de correlaciones entre la
sintomatología depresiva perinatal paterna y materna en las diferentes etapas de medición
y las puntuaciones del desarrollo socioemocional de los niños/niñas, esto considerando
además algunas variables sociodemográficas de interés para determinar posibles efectos
entre las correlaciones.
Consideraciones éticas
XVI
El estudio se realizó de acuerdo con los lineamientos de la Declaración de Helsinki
y fue aprobado por el comité de ética de la Universidad Alberto Hurtado en la Facultad de
Ciencias Sociales.
5. RESULTADOS
Caracterización de la muestra
Los datos generales de la población y algunas variables de interés usadas para los
análisis pueden verse en la Tabla 1.
Tabla 1
Caracterización de la muestra
Padres (n=14) Madres (n=14)
Edad 32(M) 29(M)
R.P.
Positiva Negativa Dp Positiva Negativa Dp
71.4%(n=10) 14.3%(n=2) 14.3%(n=2
) 35.7%(n=5) 57%(n=8) 7.3%(n=1)
M.L.
Presencial Teletrabajo Dp Presencial Teletrabajo Dp
50%(n=7) 35.7%(n=5) 14.3%(n=2
) 28.5% (n=4) 64.2%(n=9) 7.3%(n=1)
N.E. Bs - Med Un - Pos Dp Bs - Med Un - Pos Dp
28.6%(n=4) 71.4%(n=10) 0%(n=0) 21.4% (n=4) 78.6%(n=10) 0%(n=0)
Niños (n=7) Niñas (n=7)
Edad 19.7m(M) 21.7(M)
4-14m 14.3%(n=2) 0%(n=0)
15-20m 14.3%(n=2) 21.4%(n=3)
21-26m 14.3%(n=2) 21.4%(n=3)
27-32m 7.15%(n=1) 7.15%(n=1)
Nota: M = Media; R.P = Relación percibida en pandemia; Dp = Datos Perdidos; M.L. =
Modalidad Laboral en Pandemia; N.E. = Nivel Educativo; Bs – Med = Educación básica
a media; Un – Pos = Educación universitaria a posgrado; m= meses
Diferencias entre la sintomatología depresiva perinatal paterna
XVII
En cuanto al objetivo enfocado a dar respuesta a la posible existencia de cambios
significativos entre la sintomatología perinatal paterna en las diferentes etapas de
medición, según los análisis obtenidos en la prueba de Friedman, no se encontraron
cambios significativos en los puntajes reportados por los padres en la EPDS en los
diferentes tiempos de medición (p=.472). Sin embargo, al observar los estadísticos
descriptivos de los diferentes tiempos de medición de la EPDS, puede identificarse la
tendencia hacia un incremento progresivo en la presencia de la sintomatología depresiva
perinatal paterna en los diferentes tiempos de medición. Véase en Tabla 2. Asimismo, es
importante resaltar que los puntajes promedio obtenidos por los padres en esta escala están
por debajo del punto de corte establecido por la escala para indicar depresión clínica (<12).
Tabla 2
Estadísticos descriptivos EPDS en Padres y Desarrollo Socioemocional de sus Hijos(as)
n M DE R mínimo R máximo P (25) Mdn P (75)
EPDS T1 14 3.86 2.070 1 9 2.00 3.50 5.00
EPDS T2 14 4.29 2.367 2 11 2.75 4.00 5.25
EPDS T3 14 4.71 3.049 0 10 1.75 5.00 7.00
ASQ:SE 13 7.265 4.023 0 14.10 4.490 5.75 10.26
Nota: EPDS = Escala Depresión Postparto Edimburgo; n = muestra; M = media; DE =
Desviación estándar; R = Rango; P = Percentil
Diferencias entre la sintomatología depresiva perinatal materna
Al analizar si existían cambios significativos entre la sintomatología depresiva
perinatal materna en estas mismas etapas de medición, tampoco se encontraron cambios
significativos entre los puntajes de la EPDS reportados por las madres (p=.978). No
obstante, al igual que como ocurrió en el grupo de padres, los estadísticos descriptivos de
XVIII
la medición de sintomatología depresiva perinatal materna muestran una tendencia al
incremento progresivo en las puntuaciones obtenidas en los diferentes tiempos de
medición. Véase en Tabla 3. Asimismo, es importante resaltar que los puntajes promedio
obtenidos por las madres en esta escala están por debajo del punto de corte establecido
por la escala para indicar depresión clínica (<12).
Tabla 3
Estadísticos descriptivos EPDS en Madres y Desarrollo Socioemocional de sus Hijos(as)
n M DE R mínimo R máximo P (25) Mdn P (75)
EPDS T1 14 4.79 2.887 1 12 2.75 4.00 6.25
EPDS T2 14 5.29 3.931 1 13 2.00 4.50 7.25
EPDS T3 14 5.64 5.652 0 22 2.00 4.50 7.50
ASQ:SE 13 7.265 4.023 0 14.10 4.490 5.75 10.26
Nota: EPDS = Escala Depresión Postparto Edimburgo; n = muestra; M = media; DE =
Desviación estándar; R = Rango; P = Percentil
Diferencias entre la sintomatología depresiva perinatal paterna y materna
Respecto a los análisis realizados para esclarecer si existen diferencias
significativas entre la sintomatología depresiva perinatal paterna y materna en las
diferentes etapas de medición, según los puntajes obtenidos y considerando los
estadísticos de la Prueba U Mann-Whitne, no se encontraron diferencias estadísticamente
significativas entre la sintomatología depresiva perinatal paterna y materna en los
diferentes tiempos de medición. Esto considerando que las puntuaciones de los padres en
T1 (Mdn= 3.50; Rango=8), T2 (Mdn= 4.00; Rango=9) y T3(Mdn= 5.00; Rango=10) no
difirieron significativamente de las puntuaciones obtenidas por las madres en T1
XIX
(Mdn=4.00; Rango=11), T2 (Mdn=4.50; Rango=12) y T3 (Mdn=5.50; Rango=22); T1
U=80, T2 U=90,5, T3 U=95.5; T1 p=.401, T2 p=.728, T3 p=.890. Véase en Tabla 4.
Tabla 4
Comparación entre las puntuaciones de EPDS en Padres y Madres
Padres Madres
Mdn(Rango) Mdn(Rango) U p
EPDS T1 3.86(8) 4.79(11) 80 .401
EPDS T2 4.29(9) 5.39(12) 90.5 .728
EPDS T3 4.71(10) 5.64(22) 95.5 .890
Nota: EPDS = Escala Depresión Postparto Edimburgo; Mdn = Mediana; U = Estadístico
de prueba Mann-Whitney; p = valor p
Trayectoria sintomatología depresiva perinatal paterna y desarrollo socioemocional
de sus hijos(as)
Por su parte, para al hacer el análisis de la trayectoria de la sintomatología
depresiva perinatal paterna y su relación con el desarrollo socioemocional de su hijo(a),
según los puntajes obtenidos en la escala EPDS, después de aplicar la prueba Rho de
Spearman, no se observan correlaciones entre los puntajes reportados por los padres en
los diferentes tiempos de medición de la EPDS y la medición realizada con la prueba
ASQ:SE (p>0,05). Véase en Tabla 5.
Respecto a los datos descriptivos detallados por los indicadores de desarrollo
socioemocional obtenidos por los niños y niñas que participaron en el estudio, el promedio
de estos se ubicó entre el rango esperable de dificultades de desarrollo socioemocional
indicados según los diferentes rangos de edad del instrumento. Por esta razón, podría
decirse que no se identificaron problemáticas del desarrollo socioemocional en esta
muestra en el rango clínico del instrumento según los criterios asignados según los rangos
XX
de edad de entre los 4 y 14 meses (> 12.3), de entre los 15 y 20 meses (>12.82) y 27 a 32
meses (>13.1). Véase en Tabla 2.
Tabla 5
Correlación Rho mediciones de EPDS y ASQ:SE en padres
EPDS T1 EPDS T2 EPDS T3 ASQ:SE
EPDS T1 - .092 .475 -.035
EPDS T2 .092 - .512 .017
EPDS T3 .475 .512 - .112
ASQ:SE -.035 .017 .112 -
Nota: EPDS = Escala Depresión Postparto Edimburgo; ASQ:SE = Edades y Etapas:
Social-Emocional
Al considerar la variable Modalidad Laboral, no se encontraron relaciones entre
los distintos tiempos de medición de esta variable y el puntaje reportado en el desarrollo
socioemocional de los niños(as) (p>0,05). Véase en Tabla 6.
Tabla 6
Correlación Rho mediciones de EPDS y ASQ:SE en padres según variable M.L.
M.L.P. M.L.T.
ASQ:SE ASQ:SE
EPDS T1 -.132 EPDS T1 -.400
EPDS T2 .788 EPDS T2 -.872
EPDS T3 .147 EPDS T3 -.616
XXI
Nota: EPDS = Escala Depresión Postparto Edimburgo; ASQ:SE = Edades y Etapas:
Social-Emocional; M.L.P. = Modalidad Laboral Presencial; M.L.T. = Modalidad Laboral
Teletrabajo
Para el análisis del grupo de padres, las variables Relación Percibida en Pandemia
y Nivel Educativo no fueron incluidos en el estudio debido a la poca variabilidad
presentada en la respuesta a estas variables. En la variable Relación Percibida en
pandemia la relación percibida como positiva fue de 71.4% vs percibida como negativa
14.3%. En la variable Nivel Educativo, la educación Básica a Media correspondió al
28.6% de la muestra, mientras que la educación Universitaria a Posgrado fue del 71%.
Véase en Tabla 1
Trayectoria sintomatología depresiva perinatal materna y desarrollo socioemocional
de sus hijos(as)
Para el análisis de la trayectoria de la sintomatología depresiva perinatal materna
y su relación con el desarrollo socioemocional de su hijo(a), según los puntajes obtenidos
en la escala EPDS, después de aplicar la prueba Rho de Spearman, no se observan
asociaciones entre la sintomatología depresiva perinatal materna entre T1 y T2 (p>0,05).
Sin embargo, existe una asociación entre las mediciones de la EPDS en los tiempos 1 y 3
y los tiempos 2 y 3, observándose que a mayor puntaje en la EPDS en T1, mayor es el
puntaje del T3 (Rho (12) = .571, p=.033), y que a mayor puntaje en la EPDS en T2, mayor
es el puntaje observado en T3 (Rho (12) = .877, p=.000). Por su parte, en los resultados
reportados por las madres, no se observa relación entre los puntajes sintomatología
depresiva perinatal materna y el desarrollo socioemocional de los niños/niñas (p>0,05).
Véase en Tabla 7.
Tabla 7
Correlación Rho mediciones de EPDS y ASQ:SE en madre
EPDS T1 EPDS T2 EPDS T3 ASQ:SE
XXII
EPDS T1 - .484 .571* -.028
EPDS T2 .484 - .877** .115
EPDS T3 .571* .877** - .289
ASQ:SE -.028 .115 .289 -
Nota: EPDS = Escala Depresión Postparto Edimburgo; ASQ:SE = Edades y Etapas:
Social-Emocional; *p<.05; **p<.001
Al considerar la variable Relación Percibida en Pandemia, no se observaron
correlaciones entre la sintomatología depresiva perinatal en madres y en desarrollo
socioemocional de los niños/niñas (p>0,05). Véase en Tabla 8
Tabla 8
Correlación Rho mediciones de EPDS y ASQ:SE en madres según variable R.P.
Correlación Rho mediciones de EPDS y ASQ:SE en madres según variable R.P.
R.P.P. R.P.N.
ASQ:SE ASQ:SE
EPDS T1 -.124 EPDS T1 .526
EPDS T2 .311 EPDS T2 .132
EPDS T3 .488 EPDS T3 .526
Nota: EPDS = Escala Depresión Postparto Edimburgo; ASQ:SE = Edades y Etapas:
Social-Emocional; R.P.P. = Relación Percibida Positivamente; R.P.N. = Relación
Percibida Negativamente
Considerando la variable Modalidad Laboral, no se observa relación entre las
diferentes mediciones de sintomatología depresiva perinatal y el desarrollo
socioemocional de los niños/niñas (p>0,05). Véase en Tabla 9.
Tabla 9
Correlación Rho mediciones de EPDS y ASQ:SE en madres según variable M.L.
XXIII
M.L.P. M.L.T.
ASQ:SE ASQ:SE
EPDS T1 .053 EPDS T1 -.098
EPDS T2 -.216 EPDS T2 .030
EPDS T3 .162 EPDS T3 .241
Nota: EPDS = Escala Depresión Postparto Edimburgo; ASQ:SE = Edades y Etapas:
Social-Emocional; M.L.P. = Modalidad Laboral Presencial; M.L.T. = Modalidad Laboral
Teletrabajo
Para el análisis del grupo de madres, la variable Nivel Educativo no fue incluida
en el estudio debido a la poca variabilidad presentada en la respuesta a esta variable. En
la variable Nivel Educativo, la educación Básica a Media correspondió al 21.4% de la
muestra, mientras que la educación Universitaria a Posgrado fue del 78.6%. Véase en
Tabla 1.
6. DISCUSIONES
En este estudio de 14 triadas familiares, que comprendió tanto la salud mental
paterna y materna en el periodo perinatal como el desarrollo socioemocional de sus hijos
e hijas, fue el primero de su tipo en considerar mediciones longitudinales en el periodo de
transición a la parentalidad en el marco del contexto chileno integrando además un evento
coyuntural único como la llegada de la pandemia por COVID-19. Sin embargo, dadas las
limitaciones evidentes que corresponden principalmente a su carácter exploratorio y la
muestra seleccionada, los resultados deben ser tomados en cuenta con estricta cautela dado
que no se puede establecer ningún tipo de generalización.
Al detallar los estadísticos descriptivos respecto a la sintomatología depresiva
perinatal, puede decirse que los resultados de esta investigación concuerdan con algunos
de los hallazgos expuestos por Giallo et al. (2012) y Paulson y Bazemore (2010),
especialmente cuando refieren que las cifras de depresión podrían incrementar en el
periodo postparto cuando se trata de los padres. Asimismo, puede agregarse que este
XXIV
mismo fenómeno se observó también en las madres, quienes incluso mostraron puntajes
más altos que los padres a lo largo de los tres periodos de medición de esta variable, lo
que se relaciona con estudios previos sobre la prevalencia de estos cuadros en la población
femenina (Cui et al., 2020; Jeong & Li, 2020; Sweeney & Macbeth 2016).
Aunque las posibles razones del aumento de estos síntomas durante el periodo
perinatal pueden ser variadas y complejas, podría pensarse que se relacionan en gran
medida con la etapa de transición que implica la llegada de la parentalidad y sus
principales ajustes físicos y emocionales asociados al embarazo, el parto y la redefinición
del sistema familiar, así como distintos estresores propios de la realidad determinada por
las condiciones de vida a las que se exponen los futuros padres y madres (Fillo, et al. 2015;
Moreno-Roseet et al., 2016; Kuersten-Hogan, 2017; Porter et al., 2019). Asimismo, podría
pensarse que la presencia de indicadores de sintomatología depresiva más altos en madres
puede estarse dando en función de los roles de género imperantes, principalmente por
modelos de crianza conservadores y por la distribución inequitativa de las tareas
domésticas (Thiel et al., 2020).
Se sabe por la documentación realizada que los padres tienen mayor tendencia a
evadir las tareas relacionadas al hogar y la crianza (Veskrna, 2013), mientras que las
madres se siguen haciendo cargo de este tipo de actividades (Fredriksen et al., 2019). Esta
situación podría ser un común denominador con la llegada de la pandemia, lo que además
del estrés dado por la crisis sanitaria, aumentaría la sobrecarga de tareas parentales,
domésticas y laborales, contribuyendo de manera significativa con el deterioro de la salud
mental materna y también con la relación percibida con sus hijos o hijas durante este
periodo. Por tal razón, no es extraño encontrar que, al igual que los datos arrojados por la
Encuesta Chile Dice (2021), la distribución de actividades domésticas y parentales en el
grupo de participantes de este estudio podría estar teniendo incidencia sobre la percepción
positiva o negativa de la relación de padres y madres con sus hijos e hijas. Especialmente
cuanto los padres indican mayor positividad en esta relación (71.4%) que las madres
(35.7%).
XXV
Por su parte, entre los resultados observados para esclarecer posibles diferencias
entre la presencia de sintomatología depresiva perinatal, no se encontraron cambios
significativos entre las diferentes etapas de medición. Ni entre los grupos de padres y
madres por separado, ni entre los dos grupos analizados en conjunto. Esto contraste con
los aportes realizados por Rallis et al. (2014), Giallo et al. (2012); y Paulson y Bazemore.
(2010), quienes caracterizan diferencias en la aparición y prevalencia de sintomatología
depresiva perinatal entre los distintos momentos del embarazo y el periodo postparto
(mayor en padres en el periodo postparto y mayor en madres en el primer y último
trimestre del embarazo). Los hallazgos del presente estudio, por el contrario, mostraron
una tendencia al alza en las puntuaciones de esta variable, lo que llevaría a considerar que,
para las parejas participantes, la presencia de esta sintomatología podría estarse
determinando por otro tipo de factores estresores y protectores que van más allá del
impacto del momento específico de transición hacia la parentalidad. Por tal razón, es
pertinente considerar que el análisis de la depresión perinatal no debería limitarse a
interpretaciones basadas en cronología, sino en una naturaleza multicausal e interactiva
de variables. Convendría fundamentar mayores investigaciones en las que además se
considere aspectos relacionados a antecedentes de salud mental en la pareja, presencia de
estresores en la dinámica conyugal y también algunos factores propios de la realidad
contextual como lo fueron en Chile la crisis sanitaria por COVID-19; variables que en
estudios realizados en diferentes contextos, han demostrado tener incidencia en la
aparición y/o aumento de la sintomatología depresiva en el periodo perinatal (Goodman,
2019; Porter et al., 2019; Bruno, et al., 2020).
Respecto a la posible relación entre los diferentes tiempos de medición de la
sintomatología depresiva, el grupo de padres no mostró ninguna relación significativa,
mientras que en las madres se encontraron relaciones entre los tiempos T1 y T3, así como
también en T2 y T3. Con respecto a los padres, estos resultados podrían ser explicados a
la luz de las restricciones del instrumento de medición, tema que se ahondará en las
limitaciones de este estudio. Sin embargo, respecto al grupo de madres podría decirse que
estos resultados adquieren sentido si se analiza el hecho de que el término de depresión
XXVI
perinatal fuera acuñado cuando la evidencia mostró que la mayoría de los casos depresivos
identificados después del embarazo tendrían sus inicios durante el embarazo, lo que como
bien refiere Jadresic (2014), da cuenta de una naturaleza continua y temprana en los
problemas anímicos perinatales.
En cuanto al análisis respecto a la posible relación entre sintomatología depresiva
perinatal paterna y materna y el desarrollo socioemocional de los niños y niñas, el presente
estudio no encontró que estas dos variables estuviesen relacionándose de manera
significativa. Tampoco se encontraron relaciones significativas por la posible influencia
de variables de interés como el tipo de relación percibida por los padres y madres en el
contexto de pandemia, la modalidad laboral a raíz de esta crisis sanitaria o su nivel
educativo. Contrario a lo que se esperaba, el incremento o disminución de la
sintomatología depresiva perinatal no se relacionó con los resultados obtenidos en los
indicadores de desarrollo socioemocional de los niños y niñas. Esto dista de los hallazgos
proporcionados por Madigan et al. (2018); Kingston et al. (2018); Junge et al. (2017); Cui
et al. (2020); Jeong & Li (2020); y Sweeney & Macbeth (2016), quienes han señalado una
estrecha relación entre el incremento de la sintomatología depresiva perinatal en padres y
madres y la presencia de problemáticas de desarrollo socioemocional en su descendencia.
Sin embargo, es importante considerar que el presente estudio, además de considerar una
muestra reducida de familias, no contó con la suficiente variabilidad en los indicadores de
sintomatología depresiva perinatal o desarrollo socioemocional como para considerar los
puntajes de corte de los instrumentos de medición, sino que se usaron los puntajes de las
escalas como variables continuas. Por tal motivo, al representar una muestra subclínica,
es probable que los síntomas experimentados durante la fase de transición a la parentalidad
son muy leves como para relacionarse o impactar significativamente el desarrollo de los
niños y niñas que participaron dentro del estudio, lo que de hecho se observa en los bajos
puntajes señaladas por el instrumento ASQ:SE, que indican un bienestar general del
desarrollo socioemocional de esta muestra.
Asimismo, es importante recordar que los posibles efectos adversos de la
depresión perinatal no son inevitables en la población infantil. Por lo que no todos los
XXVII
niños expuestos a este tipo de patología se ven afectados negativamente o sufren del
mismo tipo de impacto. Incluso, la presencia de homogeneidad en la muestra respecto a
ciertos factores sociodemográficos como el nivel educativo, la empleabilidad y la relación
de pareja pudiesen estar actuando como factores protectores frente a la aparición de
dificultades en el desarrollo socioemocional en cuanto a la presencia de sintomatología
depresiva. De hecho, como sugiere Goodman (2019), es prudente considerar que las
asociaciones entre la depresión paterna y materna y los resultados en el desarrollo de su
descendencia son complejas y llegan a interrelacionarse de manera estrecha con otros
fenómenos. Investigaciones en el tema han demostrado que variables como la gravedad y
persistencia de la sintomatología depresiva, el estilo de apego y la presencia de
experiencias de adversidad temprana, podrían moderar la asociación entre la exposición a
depresión perinatal y el desarrollo general del niño (Madigan et al., 2018). Por otro lado,
cuando se consideraron las variables de contexto de pandemia y el nivel educativo de los
padres y madres, es probable que no se encontraran relaciones significativas por esta
misma razón. Motivo por el cual no sería prudente destacar su influencia al analizar grupos
que cumplan con criterios clínicos, especialmente cuando los resultados de la ELPI (2020)
han llegado a predecir que el estrés asociado a la llegada del COVID-19 puede suponer el
aumento de problemáticas en la salud mental de las familias chilenas.
En cuanto a los resultados observados en el grupo de padres, algunas razones
adicionales que podrían considerarse, son las limitantes propias a la hora de considerar la
medición de la depresión perinatal paterna. Como bien ha sido descrito por Bruno et al.
(2020), esta es una entidad diagnóstica reciente que ha encontrado dificultades en su
caracterización y medición debido a su tipo de manifestación psicológica. La depresión
perinatal paterna encuentra dificultades de detección debido a motivos culturales, de
imagen social y de roles de género, bajo los cuales los hombres tienden a ocultar sus
dificultades y a exhibir otro tipo de sintomatología externalizante o evitativa que no se
identifica fácilmente con los instrumentos tradicionales. Esto quizá se esté evidenciando
en los indicadores de sintomatología depresiva perinatal en padres, quienes exhiben
puntajes considerablemente bajos; razón por la cual podría pensarse que los hallazgos de
XXVIII
este y muchos otros estudios probablemente se encuentren sesgados por la limitante de
expresión paterna en cuestionarios de auto reporte. Sin embargo, también conviene pensar
que debido al tamaño de la muestra y la poca variabilidad en los puntajes obtenidos, estos
resultados podrían cambiar con una muestra que cumpla con criterios de representatividad
para análisis con mayor potencia estadística.
Fortalezas y limitaciones
Entre las fortalezas del presente estudio, conviene referir su carácter longitudinal,
el momento coyuntural de pandemia en el que fue realizado y también la consideración
adicional de la sintomatología depresiva perinatal paterna. Este estudio representa una de
las pocas investigaciones realizadas de cohorte longitudinal que procuran esclarecer
relaciones entre la sintomatología depresiva en padres y madres y el desarrollo
socioemocional infantil en diferentes etapas del periodo perinatal. Asimismo, contempló
variables propias de la llegada de la pandemia por COVID-19; un evento potencialmente
estresante y sin precedentes que ha demostrado tener gran impacto en la vida de las
familias alrededor del mundo.
Por su parte, dadas las características propias de la presente investigación, hay una
serie de limitaciones que deben tenerse en cuenta. En primer lugar, la muestra reducida,
que no fue seleccionada bajo criterios probabilísticos, limitó el uso de pruebas con mayor
potencia estadística, razón por la cual los resultados se ajustaron a cierto nivel de sesgo
que no permite establecer generalizaciones en poblaciones más allá del grupo de sujetos
que participaron del estudio. En segundo lugar, es importante destacar que las mediciones
de las variables como depresión perinatal y desarrollo socioemocional se determinaron a
través del uso de cuestionarios de autoinforme, los cuales están sujetos a sesgos de
deseabilidad social, minimización o maximización de las problemáticas.
En tercer lugar, no todos los instrumentos utilizados han sido validados para la
población chilena. Aunque el ASQ:SE y la EPDS (en padres) estén siendo utilizados para
la detección de problemáticas en el desarrollo socioemocional y la depresión perinatal
masculina de manera extendida por alrededor del mundo, el uso de estos supone ciertas
limitaciones a considerar. Por su parte, aunque el ASQ:SE evalúe distintas áreas del
XXIX
desarrollo socioemocional, este sólo ofrece una escala global que se limita a describir si
los niños o niñas presentan o no problemáticas en su desarrollo socioemocional. Sin
embargo, no refiere específicamente en qué área se presentan estas dificultades o cuál es
su nivel de cronicidad, motivo por el cual imposibilita la realización de análisis basados
en subescalas que permitan esclarecer en mayor medida las posibles relaciones entre
variables más específicas. En cuanto a la EPDS, aunque sea uno de los instrumentos con
mayor viabilidad de aplicación para la detección de depresión perinatal tanto en padres
como en madres, esta prueba parece no ser lo suficientemente susceptible a la
manifestación de la depresión perinatal en hombres. De hecho, considerando que la
depresión perinatal masculina es una entidad diagnóstica que aún no cuenta con suficiente
evidencia científica sobre su caracterización (Bruno et al., 2020), el uso de esta y otras
escalas podría tener notables limitaciones en la detección de cuadros depresivos paternos.
Líneas de investigación futuras
Considerar la comparación de resultados con muestras clínicas, hacer uso de
instrumentos de medición con subescalas, validar instrumentos clínicos más precisos e
implementar entrevistas clínicas estructuradas para la detección de cuadros depresivos y
problemáticas en el desarrollo socioemocional serían de suma utilidad para la
investigación futura. También sería recomendable seguir planteando estudios
longitudinales con muestras más amplias que consideren el carácter interactivo de la salud
mental de las familias que transitan hacia la parentalidad y el desarrollo socioemocional
de sus hijos.
Los estudios futuros deberán procurar esclarecer en mayor medida el carácter
diferencial de la depresión perinatal paterna y sus posibles efectos a largo plazo sobre el
funcionamiento y las relaciones que establecen los padres con sus familias. Aunque los
hallazgos de esta investigación no permitan detallar posibles relaciones entre la
sintomatología perinatal parental y el desarrollo socioemocional de su descendencia, la
investigación previa es contundente al señalar la depresión en la pareja como un riesgo
significativo para el desarrollo de problemáticas socioemocionales en los niños y niñas.
Por tal motivo sería importante explorar este fenómeno a mayor profundidad. Asimismo,
XXX
futuras líneas de investigación podrían explorar además efectos entre la dirección de la
sintomatología depresiva paterna y materna, así como los factores asociados al desarrollo
de sus hijos e hijas. Aunque los síntomas depresivos de los padres puedan proceder
cronológicamente el desarrollo socioemocional de su descendencia, puede haber factores
relacionados a los niños y niñas que afecten el estado de ánimo de sus progenitores y
conduzcan al aumento y/o cronicidad de cuadros depresivos. Por ello, investigar la salud
mental del sistema familiar y su dinámica de interrelación, supondría un acercamiento
esclarecedor a esta problemática.
En cuanto a implicaciones clínicas, en enfoque tradicional de investigación basado
principalmente en el estudio de problemáticas de la diada madre-hijo(a) debería
complementarse bajo un enfoque centrado en tríadas o en el extenso de cuidadores. Esto
ayudaría a garantizar estrategias de intervención eficaces para la unidad familiar en todo
su conjunto, por lo que desarrollar mayor investigación al respecto podría contribuir con
la inclusión de políticas públicas que busquen fomentar el bienestar perinatal y promuevan
la detección e intervención oportuna.
7. REFERENCIAS
Alvarado, R., Guajardo, V, Rojas, G., Jadresic, E. (2012). VALIDACIÓN DE LA
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