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Regulación emocional y psicopatología: el modelo de vulnerabilidad/resiliencia Emotion Regulation and Psychopathology: the Vulnerability/ Resilience Approach Jaime Silva C. Introduction: Emotion regulation is a key feature of emotional behavior. Moreover, studies from affective neuroscience and developmental psychology have shown that emotion regulation ability is an important source of psychopathology. However, an integrative approach among these research programs is required. Material and methods: Based on relevant experimental data, the rationale of a putative model of psychopathology is presented. Conclusion: Taking into account psychobiological (tonic brain asymmetries) and behavioral variables (reflective functions/abilities) we propose a vulnerability/resilience model. Key words: emotion regulation, affective neuroscience, psychopathology. Rev Chil Neuro-Psiquiat 2005; 43(3): 201-209 Introducción l estudio científico del comportamiento emocional humano ha experimentado enor- mes avances en la última década. El concierto neurocientífico no ha sido ajeno a este desarro- llo, gestándose en su interior una subdisciplina: la neurociencia afectiva. Su objetivo principal es dilucidar los sustratos cerebrales de la respuesta emocional, valiéndose de métodos y técnicas pro- venientes de diversas áreas científicas afines (neurobiología, neurociencia cognitiva, psicobio- logía, psicología, etc.) (1) . Recibido: Agosto 2003 Aceptado: Abril 2005 Laboratorio de Neurociencia Afectiva y Psicopatología, Facultad de Psicología. Universidad Mayor, Temuco. Parte de las investigaciones mencionadas en este artículo fueron financiadas por el Fondo Investigación y Desarrollo de la Universidad Mayor, y por la International Psychoanalytical Association. El autor no refiere posibles conflictos de interés. E ARTÍCULO ORIGINAL Existen diversos componentes de la emoción que pueden ser abordados científicamente. Uno de ellos es la regulación emocional, la cual ha sido estudiada extensamente desde el punto de vista conductual y recientemente también lo han sido sus concomitantes biológicos. En este artí- culo se revisan las estrategias de regulación emo- cional que han recibido más atención, las conse- cuencias que suponen para los individuos que las utilizan, los mecanismos cerebrales que susten- tan dichos comportamientos y un modelo de la vulnerabilidad/resiliencia derivado de dichas con- cepciones.

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Las Principales habilidades que el docente debe desarrollar en la práctica diaria con sus estudiantes es la regulación emocional.

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Regulación emocional y psicopatología::::: el modelo devulnerabilidad/resilienciaEmotion Regulation and Psychopathology: the Vulnerability/Resilience Approach

Jaime Silva C.

Introduction: Emotion regulation is a key feature of emotional behavior. Moreover, studiesfrom affective neuroscience and developmental psychology have shown that emotion regulationability is an important source of psychopathology. However, an integrative approach amongthese research programs is required. Material and methods: Based on relevant experimentaldata, the rationale of a putative model of psychopathology is presented. Conclusion: Takinginto account psychobiological (tonic brain asymmetries) and behavioral variables (reflectivefunctions/abilities) we propose a vulnerability/resilience model.

Key words: emotion regulation, affective neuroscience, psychopathology.Rev Chil Neuro-Psiquiat 2005; 43(3): 201-209

Introducción

l estudio científico del comportamientoemocional humano ha experimentado enor-

mes avances en la última década. El conciertoneurocientífico no ha sido ajeno a este desarro-llo, gestándose en su interior una subdisciplina:la neurociencia afectiva. Su objetivo principal esdilucidar los sustratos cerebrales de la respuestaemocional, valiéndose de métodos y técnicas pro-venientes de diversas áreas científicas afines(neurobiología, neurociencia cognitiva, psicobio-logía, psicología, etc.)(1).

Recibido: Agosto 2003Aceptado: Abril 2005

Laboratorio de Neurociencia Afectiva y Psicopatología, Facultad de Psicología. Universidad Mayor, Temuco.

Parte de las investigaciones mencionadas en este artículo fueron financiadas por el Fondo Investigación y Desarrollo dela Universidad Mayor, y por la International Psychoanalytical Association.

El autor no refiere posibles conflictos de interés.

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Existen diversos componentes de la emociónque pueden ser abordados científicamente. Unode ellos es la regulación emocional, la cual hasido estudiada extensamente desde el punto devista conductual y recientemente también lo hansido sus concomitantes biológicos. En este artí-culo se revisan las estrategias de regulación emo-cional que han recibido más atención, las conse-cuencias que suponen para los individuos que lasutilizan, los mecanismos cerebrales que susten-tan dichos comportamientos y un modelo de lavulnerabilidad/resiliencia derivado de dichas con-cepciones.

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Regulación emocionalLa regulación emocional puede definirse como

toda estrategia dirigida a mantener, aumentar osuprimir un estado afectivo en curso. A partir deestudios que manipulan la respuesta emocionalinduciendo estados de ánimo negativo (por ejem-plo, desagrado), Gross et al(2-7) han utilizado di-versos parámetros para la evaluación y mediciónde las distintas formas de regulación, incluyendoreportes autoaplicados, medidas fisiológicas e ín-dices conductuales. En términos generales, la aten-ción se ha centrado en el momento de ocurrenciade las distintas formas de regulación a lo largodel proceso emocional. En este contexto se dife-rencian: a) estrategias de aparición temprana(focalizadas en los antecedentes), por ejemplo,aquellas que versan sobre el contexto, situacióny significado atribuido a la fuente de activación,entre otras; y b) estrategias de aparición más tar-día (focalizadas en la respuesta), por ejemplo, so-bre los cambios somáticos experimentados unavez que la emoción se inició completamente(3-5).

Aunque se reconoce la existencia de variadasformas de estrategias de regulación, dos han sidoestudiadas más ampliamente: la reevaluación(asignar un significado “no emocional” a un even-to) y la supresión (controlar la respuesta somá-tica de una emoción)(4).

Consecuencias de la supresión yla reevaluación

Los hallazgos más significativos de esta líneade investigación han sido el descubrimiento deconsecuencias diferentes de los distintos modosde regulación en la expresión facial de emocio-nes, la experiencia afectiva, la fisiología, la me-moria y los procesos interpersonales(4,6-7). Los da-tos indican que la reevaluación cognitiva dismi-nuye significativamente la experiencia subjetivade desagrado frente a estímulos aversivos visua-les, mientras que la supresión falla en lograrlo.Así mismo, la supresión emocional disminuyeconsiderablemente la expresividad afectiva, entodo su rango (positivo y negativo), generandouna disminución de la comunicación de los esta-dos internos del individuo. Desde el punto de vis-

ta fisiológico, los sujetos que utilizan la supre-sión muestran una actividad del sistema simpáti-co intensificada, tanto en índices cardíacos comoen medidas de conductancia de la piel. Al con-trario, las personas que reevalúan muestran unaactividad fisiológica bastante más reducida en losmismos índices cardíacos y de conductancia. Porotro lado, la supresión involucra un alto esfuer-zo cognitivo durante el proceso emocional, pro-ducto principalmente del automonitoreo y de laautocorrección. Este esfuerzo reduciría los recur-sos cognitivos disponibles del sujeto dificultandola retención de sucesos. La reevaluación, comoestrategia de aparición temprana, no incluiría unesfuerzo de autorregulación y, por lo tanto, re-cursos cognitivos como la memoria estarían dis-ponibles. De hecho, las personas que utilizan fre-cuentemente la reevaluación tienen un mejordesempeño en pruebas objetivas de memoria. Fi-nalmente, desde el punto de vista interpersonal,las personas que suprimen sus afectos, al dismi-nuir notoriamente su expresividad emocional, ge-neran afectos negativos en los otros y resultanmenos “alentadores” en situación de adversi-dad(4,7).

En su conjunto, los estudios antes discutidosdemuestran que la regulación afectiva no es tri-vial para el individuo, ni para su fisiología ni parasu experiencia personal (incluyendo el efecto queproduce en otros). Por ello, no resulta extrañoque la evidencia reciente vincule los procesos deregulación emocional con la psicopatología(1).

Regulación emocional y psicopatologíaUn número considerable de programas de in-

vestigación convergen en establecer que lapsicopatología surge en parte debido a “un pro-ceso de regulación deficiente”, ya sea por el tipode estrategia utilizada o como producto de unadiferenciación afectiva poco desarrollada(8-11).

Junto con la multiplicidad de consecuenciaspara el individuo antes revisadas, también existeun efecto general en la salud mental relacionadocon la regulación de los afectos. Tal como vimos,los estudios de Gross(5-6) han enfatizado que lasupresión y la reevaluación difieren tanto en su

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efectividad en la administración de la experienciaafectiva, como en el “costo” psicofisiológico parael individuo. De esto modo, en el largo plazo, laspersonas que tienen como “estilo” de regulaciónla supresión son más propensas, por ejemplo, apadecer de alteraciones relativas a los parámetrosantes discutidos, en especial por la disminuciónde su expresividad afectiva.

Por otro lado, evidencias recientes han mos-trado que la regulación emocional como proce-so depende de un grado de diferenciación emo-cional previo(8). En otras palabras, la habilidadpara controlar la experiencia afectiva dependefundamentalmente de la capacidad para distin-guir estados internos y diferenciarlos unos deotros. Así, en la medida que las personas delimi-tan más detalladamente su experiencia, puedenmanipular con mayor precisión sus estadosafectivos. Cuando la diferenciación emocional esdeficiente los niveles de psicopatología son másaltos, independientemente de la constelacióndiagnóstica a que se refiere el síntoma, incluyen-do síntomas somatomorfos(1). De hecho, se pro-duce un efecto de acentuación de la esfera somá-tica del estado afectivo en la conciencia del indi-viduo que dificulta aun más sus esfuerzos auto-rreguladores (hipótesis de acentuación somática).Por todo lo anterior, se sostiene que la diferen-ciación emocional tiene un efecto significativopero inespecífico en la psicopatología debido asu influencia en la regulación emocional(1).

Por lo tanto, conocer el modo de manipularla regulación emocional (por ejemplo, entrenarcierto tipo de estrategia), y su sustrato cerebral,son tareas sumamente relevantes dentro de lasciencias del comportamiento(9,11). En este sentido,en la última década la neurociencia, y en especialla neurociencia afectiva, ha hecho grandes avan-ces(10,12).

Neurociencia afectiva y regulaciónemocional

El estudio neurocientífico de las emociones es-tuvo por largos años estancado en la idea que elsistema límbico era el “núcleo” o “centro” cere-bral de las emociones. Esta interpretación no sólo

detuvo el desarrollo de nuevos conceptos respectode la afectividad, sino que también mermó engran medida la investigación en el área(13-14). Sinembargo, a fines de la década de los ochenta ycomienzo de la de los noventa un pequeño grupode investigadores concentró su atención en losaspectos corticales del procesamiento emocional.Fundamentalmente, a partir de estudios en ra-tas, y en un modelo lesional en humanos, poco apoco se comenzó a develar la participación de lacorteza cerebral en las emociones, sobre todo dela corteza prefrontal en varias de sus porciones(orbitofrontal, dorsolateral y ventromedial). Laevidencia proveniente del análisis de pacientes condaño frontal sugería que la corteza prefrontal ten-dría un rol asimétrico en la participación en losprocesos afectivos(14). Posteriormente, Davidsonet al(10,15) llevaron a cabo estudios que confirma-ron los datos hallados en sujetos con lesiones, ex-pandiendo este principio a la población normal.En dicho esfuerzo se ha formulado un modelogeneral de la motivación y la emoción humana,se han develado importantes implicancias parael entendimiento de las diferencias individualesen diversos parámetros de la afectividad, surgióel concepto “estilo afectivo” y se han desarrolla-do paradigmas para su estudio(16).

Estilo afectivoEl estilo afectivo corresponde al rango de di-

ferencias individuales en los múltiples componen-tes de las disposiciones anímicas y la reactividadafectiva(17). Varios fenómenos se incluyen en estetérmino: el nivel emocional tónico, el umbral dereactividad y el tiempo de recuperación, entreotros.

Diversas estructuras cerebrales se relacionancon el estilo afectivo, siendo categorizadas, enbase a estudios de laboratorio, en dos sistemasque sustentan la motivación y la emoción: el sis-tema de aproximación y el sistema de inhibición.El sistema de aproximación se ha descrito comofavorecedor de conductas apetitivas y como ge-nerador de afectos positivos relacionados con ellogro de metas. El sistema de inhibición facilitaal organismo el distanciarse de una fuente

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aversiva de estimulación y organiza las respuestasapropiadas cuando es confrontado con estímu-los amenazantes(18).

Tal como mencionamos, se ha encontrado quela lateralización según el sistema emocional sóloexiste para alguno de los componentes de estoscircuitos, en particular la activación de la corte-za prefrontal. Así, se concibe que la cortezaprefrontal derecha estaría directamente implica-da en el sistema de inhibición, mientras que laizquierda lo estaría en el sistema de aproxima-ción. Congruente con esta formulación, las dife-rencias en la actividad tónica de esas estructuras,así como su relación funcional, representan elsustrato biológico del estilo afectivo. Específi-camente, los sujetos con asimetría derecha de laactivación tónica de la corteza prefrontal tienenuna tendencia a experimentar mayor intensidadde afecto negativo, en comparación con su con-traparte izquierda. Así mismo, los individuos conla corteza prefrontal derecha tónicamente másactiva están predispuestos a ser más sensitivos alos estímulos amenazantes, inhibiendo su conduc-ta y experimentando más afecto negativo.Davidson(10,19) ha sido enfático en subrayar quelas asimetrías cerebrales funcionales deben ser en-tendidas dentro de un modelo de diátesis, estoes, que la asimetría frontal no es suficiente paracausar estados emocionales específicos, sino quepredisponen a responder bajo condiciones apro-piadas de un modo u otro.

Por otra parte, existen datos convergentes res-pecto de las consecuencias que tienen sobre la afec-tividad los diferentes patrones de asimetrías ce-rebrales. En adultos, Davidson et al(20) encontra-ron que los fóbicos sociales presentan una activi-dad de fase de mayor magnitud en zonas cor-ticales derechas cuando se inducía ansiedad deanticipación. Henríquez y Davidson(21) reporta-ron que personas depresivas tienen una hipoac-tivación tónica de la corteza frontal izquierda,implicando una hipofuncionalidad del sistema deactivación. Más aún, este patrón de actividad ce-rebral no tendría que ver exclusivamente con losperíodos en que la persona presenta los síntomasdepresivos(22). Tal como lo predice el modelo de

diátesis, es una condición que predispone a dichapatología pero que no la determina.

Finalmente, mis colegas y yo(23-24), reportamosque personas que hacen dieta crónicamente, y quese sobrealimentan en situaciones de ansiedad, pre-sentan una asimetría tónica derecha de la corte-za prefrontal.

En infantes, la actividad cerebral en respuestaa estímulos positivos (i.e. figura de la madre) ynegativos (i.e. alejamiento materno) parece se-guir los mismos principios que en adultos. La ac-tividad frontal derecha está asociada con respues-tas y expresiones frente a estímulos negativos,mientras que la corteza frontal izquierda a lospositivos. Recientemente, Buss et al(25) expandie-ron dichos resultados al mostrar que los infantesde 6 meses con asimetría tónica derecha tienenniveles de cortisol más elevados y presentan máscomportamientos evitadores.

Regulación emocional y estilo afectivoExisten evidencias que muestran los procesos

que ocurren durante la regulación de emocionesnegativas. Estudios de laboratorio han develadoque la regulación emocional toma lugar al mis-mo tiempo que la corteza prefrontal “controla”la activación de la amígdala. Específicamente, ladisminución voluntaria de las emociones negati-vas se relaciona con cambios en la actividadneuronal en la amígdala. Más aún, Ochsner etal(26), estudiando la actividad cerebral durante lareevaluación, encontraron que la activación deciertas zonas de la corteza prefrontal izquierdamodula la amígdala y la corteza orbitofrontalmedial izquierda durante dicha estrategia de re-gulación emocional. Así, la actividad corticalcumpliría un rol modulador del componentesubcortical del circuito afectivo, siendo la corte-za prefrontal y la amígdala las principales estruc-turas reclutadas.

En otra línea de desarrollo se han identificadodiferentes consecuencias en la “efectividad” de laregulación, dependientes de los niveles de activi-dad tónica de la corteza prefrontal. Específi-camente, los sujetos con activación tónica fron-tal asimétrica derecha presentan dificultades para

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regular emociones negativas, en comparación consu contraparte asimétrica izquierda. En otras pa-labras, el tiempo que toma en recuperarse de unafecto negativo está asociado a las diferencias enlas asimetrías prefrontales(27), donde los sujetoscon asimetrías derechas tienen mayor dificultaden terminar con una emoción negativa una vezque ha comenzado(28).

Así, tanto la activación de fase como la tónicade la corteza prefrontal tienen relación con ele-mentos de la regulación afectiva. La activaciónde fase se relaciona con el proceso regulador encurso, produciendo una modulación en la amíg-dala, mientras que la activación tónica es un mar-cador predictivo de la eficacia del proceso regu-lador en general.

Patrones de vulnerabilidad/resiliencia: unprograma de investigación en desarrollo

Lo anteriormente revisado lo hemos concep-tualizado dentro de un contexto explicativo másamplio e integrador. En efecto, paralelamente alos programas de investigación descritos ante-riormente existe un fuerte desarrollo de concep-tos provenientes de la psicología evolutiva queha mostrado una importante relación con losmismos fenómenos aludidos anteriormente, deregulación emocional y psicopatología: la fun-ción reflexiva(29). La mentalización o función re-flexiva es un concepto de innegable heurística ycon un cuerpo empírico bastante desarrollado.Técnicamente, la mentalización corresponde a unmecanismo que nos permite inferir o hipotetizarsobre los posibles estados mentales de los otros yde uno mismo. Esta habilidad permitiría com-prender, predecir, anticipar (y muchas veces con-trolar) nuestra conducta y la de los demás. Ade-más, existe una importante relación entre los ni-veles de función reflexiva que un individuo poseey el grado de psicopatología que éste padece.

Desde el punto de vista de nuestro equipo deinvestigación la búsqueda de puntos de encuen-tro entre diferentes modelos de la salud mental,así como su estudio formal, es el camino que laciencia del comportamiento debe adoptar paragenerar modelos más explicativos y con mayor

potencial para su aplicación. Si bien conocemosuna serie de variables que se relacionan con laconducta normal y patológica, hay pocos inten-tos que tienen como objeto integrar visiones dis-ponibles para la elaboración de aproximacionesmás abarcadoras y generales. Es por ello que re-cientemente hemos integrado en un modelo deeste tipo los programas de investigación de laneurociencia afectiva con los de la función reflexi-va para el desarrollo de un modelo de lapsicopatología.

Explícitamente sostenemos que la parte de lostrastornos psicopatológicos posibles surge debi-do a dos fenómenos relacionados entre sí: por unlado, una “reactividad emocional exacerbada” y,en segundo lugar, un “proceso de regulación de-ficiente” (ampliamente discutido anteriormente).¿Cuáles serían las variables a considerar como de-terminantes de estos dos fenómenos? Por un lado,a) las disposiciones anímicas temperamentales,que involucran una reactividad emocional daday, además, una habilidad dada para diferenciar/regular emociones; y b) las capacidades de menta-lización, desarrolladas en los vínculos tempranos,que permiten desarrollar disposiciones emocio-nales dependientes de la experiencia, junto conestrategias de diferenciación emocional. Por otrolado, la interacción de estas variables resulta encuatro formas o patrones de vulnerabilidad/resiliencia identificables. El entendimiento de laregulación emocional debería ser conceptualizadoen el contexto de esta formulación más amplia.A continuación se exponen brevemente los pa-trones aludidos (Figura 1).

Sujetos D-A: asimetría frontal derecha con altafunción reflexiva (vulnerable para emociones bá-sicas, resiliente para emociones no-básicas).

Conceptualizamos a este grupo de sujetoscomo personas con una vulnerabilidad emocio-nal temperamental que han desarrollado meca-nismos de organización mental que les permitetener un alto grado de mentalización de sí mis-mos y de los demás. De este modo, estos sujetostendrán una alta reactividad emocional frente aestímulos negativos, pero una serie de estrategiasmentales para superar (regular) dicha reacti-

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vidad. Sin embargo, en este contexto nuestro mo-delo explicita una diferencia importante de no-tar. Si bien estas personas tienen una dificultaddisposicional a experimentar emociones negati-vas con alta intensidad, ello será particularmen-te cierto para las emociones básicas (aquellas conuna alta determinación genética), como la triste-za, miedo (ansiedad), rabia, etc. Sin embargo,aquellas emociones culturalmente determinadas(emociones no básicas) serán moduladas con ma-yor facilidad por dichos sujetos (vergüenza, cul-pa, etc). Consecuentemente, los niveles de dife-renciación emocional de estos sujetos serán altospara las emociones no-básicas en comparacióncon las básicas. Así, este tipo de patrón resulta enpersonas vulnerables en la administración de susemociones básicas, pero resilientes en relación aemociones no-básicas. En este grupo suponemosque el tratamiento farmacológico será muchomás efectivo que el psicoterapéutico.

Sujetos D-B: asimetría frontal derecha, conbaja función reflexiva (grupo de alta vulnerabili-dad).

Conceptualizamos a este grupo como perso-nas con una vulnerabilidad emocional tempera-mental con niveles pobres de mentalización de símismos y de los demás. De este modo, estos suje-tos tendrán una alta reactividad emocional fren-te a estímulos negativos, y serias dificultades enmodular esta reactividad. En este contexto nues-

tro modelo explicita que estas personas tendránuna dificultad disposicional a experimentar emo-ciones negativas con alta intensidad, y que elloserá cierto para las emociones básicas y no bási-cas. Consecuentemente, los niveles de diferencia-ción emocional de estos sujetos serán bajos paraambas clases de emociones. Así, este tipo de pa-trón resulta en personas vulnerables en la “admi-nistración” de sus emociones, siendo el grupo demás alto riesgo para el desarrollo de psicopa-tología y el más preocupante en términos de sa-lud pública. En este grupo probablemente lainteracción de tratamientos farmacológicos ypsicoterapéuticos tendrá mejor resultado que cadauno de ellos por separado.

Sujetos I-A: asimetría frontal izquierda, conalta función reflexiva (grupo resiliente).

Este grupo de sujetos presentan una disposi-ción emocional temperamental resiliente (que)con un alto grado de mentalización de sí mismosy de los demás. Además tendrán una reactividademocional moderada frente a estímulos negati-vos, pero una serie de estrategias mentales pararegular dicha reactividad. En este contexto nues-tro modelo explicita que estos sujetos tendrángrandes habilidades en modular sus emocionesbásicas y no-básicas, con una baja probabilidaden desarrollar psicopatología. Consecuentemen-te, los niveles de diferenciación emocional de es-tos sujetos serán altos para las emociones no-bá-sicas y básicas. Así este tipo de patrón resulta enpersonas altamente resilientes.

Sujetos I-B: asimetría frontal izquierda, conbaja función reflexiva (resiliencia para emocio-nes básicas, vulnerabilidad para emociones no-básicas).

Finalmente, un cuarto grupo es conceptua-lizado como personas con una disposición emo-cional temperamental resiliente con niveles bajosde mentalización de sí mismos y de los demás.Estos sujetos tendrán una reactividad emocionalmoderada frente a estímulos negativos, pero di-ficultades en regular dicha reactividad. En estecontexto nuestro modelo explicita que estos su-jetos tendrán mejores habilidades en modularsus emociones básicas, y que tendrán una dificul-

Actividad tónica de la CPF

Función I Dreflexiva

A I-A D-AResiliente Vulnerable a las

emociones básicas

B I-B D-BVulnerable a las Vulnerable

emociones no-básicas

CPF=corteza prefrontal; I= asimetría izquierda;D= asimetría derecha; A= alta función reflexiva; B= bajafunción reflexiva.

Figura 1. Patrones de vulnerabilidad/resiliencia.

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tad particular en regular sus emociones no-bási-cas. Consecuentemente, los niveles de diferencia-ción emocional de estos sujetos serán altos paralas emociones básicas, pero bajos o menores paralas emociones no-básicas. Así, este tipo de patrónresulta en personas resilientes en relación a emo-ciones básicas, pero vulnerables en la adminis-tración de sus emociones no-básicas. En este casola psicoterapia debiera ser más efectiva que el tra-tamiento farmacológico.

Tomando en cuenta esta clasificación gruesasostenemos especulativamente que la psicopato-logía surge de un modo particular según el pa-trón de vulnerabilidad/resiliencia del grupo alcual se pertenece, y que aquél depende de lainteracción de disposiciones temperamentalesemocionales con capacidades desarrolladas en elvínculo temprano. Si bien este modelo se encuen-tra en su fase experimental creemos importantecompartir con la comunidad científica y sometera su juicio, los objetivos y el concepto generalque guía nuestro programa de investigación.

Conclusiones

La regulación emocional es un aspecto delproceso afectivo que tienen importantes impli-cancias para la psicopatología. Tanto la reeva-luación como la supresión tienen efectos en la ex-periencia de los afectos, la expresión facial deemociones, la fisiología, la memoria y la interac-ción interpersonal de los sujetos que las utilizan.Los estudios de laboratorio han mostrado que lareevaluación es una forma de regulación más efec-tiva que el resto de las estudiadas y que tiene me-nos consecuencias adversas para las personas quelas emplean. Por otro lado, existe evidencia deque la psicopatología estaría relacionada con lahabilidad de regular los afectos, y que esta habi-lidad a su vez dependería de la capacidad de dife-renciar emociones que un individuo posee. Laneurociencia afectiva ha develado que determi-nadas estructuras cerebrales están relacionadascon las distintas formas de regulación. Una zonade alta importancia es la corteza prefrontal, la

que por medio de la modulación de amígdala,permite que las emociones negativas puedan sermodificadas. Más aún, la actividad tónica deaquella área cerebral determina el estilo afectivoindividual, es decir, la reactividad emocional ylas disposiciones anímicas de una persona. Estasdiferencias individuales se superponen a lareactividad emocional particular, donde se ac-tualizan mecanismos específicos de regulación. Elavance de este paradigma, junto con los desarro-llos del estudio de la función reflexiva, nos hapermitido diseñar un modelo que integra estaslíneas de investigación y que tiene como objetivoconocer cómo variables cerebrales de desarrollotemprano y de fuerte determinación genética (i.e.asimetrías funcionales de la corteza prefrontal)interactúan con fenómenos determinados por laexperiencia (mentalización), en la actualizaciónde diferencias individuales en la regulación emo-cional, estilo afectivo y, por ende, en el desarro-llo de psicopatología.

Aunque es un modelo en desarrollo y altamen-te especulativo, es necesario notar algunas impli-cancias para la psiquiatría y la psicología clínica.En primer lugar, debe considerarse que el avancede la nosografía psiquiátrica debe acompañarsedel esclarecimiento de la etiología de los fenóme-nos descritos. En este contexto, la delimitaciónde los elementos que componen las variables quefacilitan el desarrollo de alteraciones psicopato-lógicas, nos permitiría hacer un mejor uso de lasdescripciones sintomáticas clásicas. De este modo,tal como se ha sostenido(10), la modificación delas categorías diagnósticas a partir del avance dela neurociencia es el camino natural a seguir. Elmodelo de vulnerabilidad/resiliencia se dirige ha-cia el objetivo así señalado. En segundo lugar, ladelimitación de los fenómenos aludidos no es unejercicio intelectual sino que un modo sistemáti-co de desarrollar formas de entendimiento quenos permitan confeccionar estrategias de inter-vención más eficientes y efectivas. En efecto, re-conociendo con más detalle las variables que danlugar al comportamiento patológico podremoselaborar procedimientos para manipular dichasvariables. Por ejemplo, tal como predice nuestro

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modelo, cuando las variables constitucionales sonlas relevantes (i.e. asimetrías de activación de lacorteza prefrontal) en la generación de psicopa-tología el tratamiento farmacológico debe ser laelección. Así mismo, debido a la participación dela corteza prefrontal en la generación de psico-patología, la modulación de la activación de éstadebe ser el objetivo tanto de los tratamientosfarmacológicos como conductuales(30). Finalmen-te, la psicoterapia como disciplina requiere de

modelos como el presentado para lograr especi-ficar claramente sus alcances/limitaciones y desa-rrollar procedimientos de intervenciónconfiables, y así verdaderamente transformarseuna ciencia del comportamiento.

Agradecimientos:El autor agradece a Felipe Lecannelier por co-

mentarios y sugerencias sobre el manuscrito.

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Resumen

Introducción: La regulación emocional es un elemento clave de la conducta emocional. Másaun, los estudios de la neurociencia afectiva y la psicología del desarrollo han develado que lahabilidad de regulación emocional es una fuente importante de psicopatología. Sin embargo, sehace necesaria una aproximación integradora entre aquellos programa de investigación.Material y métodos: Apoyados en los datos experimentales relevantes presentamos losfundamentos de un modelo acerca de la psicopatología. Conclusiones: Considerando variablespsicobiológicas (asimetrías cerebrales tónicas) y conductuales (habilidades de mentalización)proponemos un modelo de la vulnerabilidad/resiliencia.

Palabras claves: regulación emocional, neurociencia afectiva, psicopatología.

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