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Noventa años de la Reforma Universitaria de Córdoba (1918-2008)

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  • 1. Noventa aos de la Reforma Universitariade Crdoba (1918-2008)

2. Tnnermann Bernheim, Carlos Noventa aos de la Reforma Universitaria de Crdoba: 1918-2008. - 1a ed. - Buenos Aires : Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - CLACSO, 2008. 128 p. ; 20x15 cm. - (Grupos de Trabajo de CLACSO) ISBN 978-987-1543-03-8 1. Educacin Superior. 2. Reforma Universitaria. I. TtuloCDD 378Otros descriptores asignados por la Biblioteca virtual de CLACSO: Reforma universitaria / Educacin superior / Universidades / Autonoma universitaria / Historia de la educacin / Movimientos estudiantiles / Democratizacion de la educacion / Amrica Latina / Argentina / Crdoba 3. Carlos Tnnermann Noventa aos de la Reforma Universitariade Crdoba (1918-2008)ColeccinGrupos de Trabajo 4. Secretario Ejecutivo de CLACSO Emir SaderSecretario Ejecutivo Adjunto Pablo GentiliColeccin Grupos de TrabajoCoordinador del Grupo de Trabajo - Universidad y Sociedad Hugo AboitesEdicin Lucas SablichDiseo de tapa, interiores y produccin Fluxus EstudioImpresin Buenos Aires PrintPrimera Edicin Noventa aos de la Reforma Universitaria de Crdoba : 1918-2008 (Buenos Aires: CLACSO, octubre de 2008)ISBN 978-987-1543-03-8 Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Queda hecho el depsito que establece la Ley 11.723 CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - Conselho Latino-americano de Cincias Sociais Av. Callao 875 | piso 5 | C1023AAB Ciudad de Buenos Aires | Argentina Tel [54 11] 4811 6588 | Fax [54 11] 4812 8459 | e-mail | web Patrocinado por la Agencia Sueca de Desarrollo InternacionalNo se permite la reproduccin total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informtico, ni su transmisin en cualquier forma o por cualquier medio electrnico, mecnico, fotocopia u otros mtodos, sin el permiso previo del editor. La responsabilidad por las opiniones expresadas en los libros, artculos, estudios y otras colaboraciones incumbe exclusivamente alos autores firmantes, y su publicacin no necesariamente refleja los puntos de vista de la Secretara Ejecutiva de CLACSO. 5. ndice Presentacin .......................................................................................9 HuGo aboiTesPrlogo ..............................................................................................17 Luis ManueL peaLver Introduccin ...................................................................................35Captulo I races sociaLes e ideoLGicas de La reforMa universiTaria ......................................................................39Captulo II siTuacin de Las universidades LaTinoaMericanas aL producirse eL MoviMienTo de crdoba .........................................57 Captulo III en una obscura universidad MediTerrnea ...................................61Captulo IV proyeccin LaTinoaMericana deL MoviMienTo ...................................71 6. NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba Captulo V eL proGraMa de La reforMa universiTaria .......................................81Captulo VI baLance de La reforMa a novenTa aos deL GriTo de crdoba .......................................................................97 Bibliografa .....................................................................................115 7. Un libro indispensable1 En un momento en que, como hace un siglo, la universidadlatinoamericana est en un periodo de decisivos y contradic- torios cambios, el libro de Carlos Tnnermann Bernheim se con- vierte en una lectura indispensable. Permite presenciar en forma muy directa cmo fue que hace noventa aos la universidad la- tinoamericana logr, gracias a sus estudiantes de ese momento, dotarse de un proyecto propio. Muestra cmo fue que, a partir de una rebelin estudiantil que galvaniz a una ciudad y universidad conservadoras, la educacin superior pudo comenzar a despren- derse de las fuerzas que la ataban al pasado colonial y europeizan- te y convertirse en una propuesta de universidad moderna y libre, verdaderamente latinoamericana, que se convirti en un polo de conocimiento invaluable para el desarrollo de nuestras naciones durante el siglo veinte. El libro de Tnnermann, sin embargo, muestra claramente que el movimiento de Crdoba no expres por s solo la necesi- dad del cambio liberador que requera la universidad para acom- paar el desarrollo latinoamericano del siglo veinte, sino que, pre- 1 Hugo Aboites. Universidad Autnoma Metropolitana-X, C. de Mxico. Coordinador del Grupo de Trabajo Universidad y Sociedad, CLACSO. 8. 10 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba cisamente porque surgi a raz de amplios movimientos sociales reivindicativos en Latinoamrica, fue que la universidad comenz a ser vista como un patrimonio social insustituible y por eso pudo hacer la significativa contribucin que le ocup durante el pasado siglo. Dej de ser una pequea y elitista institucin copia de las modas europeas y destinada slo a ocuparse de las necesidades de las clases dominantes, para volverse realmente pblica en sus fines y en su matrcula. No slo abri sus puertas a cientos de mi- les de jvenes de las clases medias y, en no pocos casos, tambin a los hijos de obreros y campesinos, sino que tambin asumi el papel de un poderoso polo pblico de ciencia y cultura. Precisa- mente las caractersticas que hicieron que su contribucin fuera central para pensar el desarrollo en trminos nacionales y mucho ms amplios e incluyentes que los que sostenan todava los terra- tenientes y las clases comerciales y exportadoras.Tan importante y profundo fue el evento que nos resea el li- bro de Tnnermann que despus de un siglo de gobiernos republi- canos o corporativos, dictaduras militares y con una marca ms profunda tres dcadas de una avalancha de agresivas iniciativas neoliberales, la universidad como la pensaron los estudiantes de hace noventa aos sigue siendo, para muchos movimientos estudiantiles del presente, el referente fundamental de su futu- ro: autnoma; de libre acceso; gratuita; con libertad de ctedra e investigacin; como espacio de ciencia y pensamiento crtico; con una participacin decisiva de los estudiantes en el gobierno institucional, y con una misin social frente a los problemas y ne- cesidades de conocimiento de los pueblos latinoamericanos.Por esta razn, la obra de Tnnermann no se ocupa slo del pasado. Sin pretenderlo, pero por la fuerza del planteamiento de 1918, este pequeo y poderoso libro se convierte en un punto de referencia indispensable y estratgico a la hora de analizar la ac- tual coyuntura de la universidad pblica en Amrica Latina. Uno de los grandes aciertos de los estudiantes argentinos de hace no- venta aos fue su insistencia en la necesidad de una universidad libre, es decir autnoma y dotada de una visin amplia y social. Porque luego result indispensable para un futuro de prosperidad 9. CarlosTnnermann11 de los pases latinoamericanos. Supieron entrever en la sujecin del conocimiento al poder civil y al religioso de aquella sociedad conservadora una de las trabas ms enormes para el desarrollo de la ciencia, de enfoques creativos a la formacin de profesionales, de proyectos de difusin y extensin universitaria y de servicio social en un marco crtico y democrtico. All donde aparecie- ron con ms fuerza estos rasgos de autonoma la relacin con los gobiernos corporativos y no se diga con las dictaduras fue sumamente tensa durante el siglo veinte. En forma relativamente exitosa, la universidad pudo sobrevivir, incluso ampliarse signifi- cativamente y afianzar su rol como elemento clave en el trnsito a las democracias.Actualmente, sin embargo, la universidad autnoma vive un periodo de acorralamiento sin precedentes. Las tendencias a la subordinacin de la universidad son de naturaleza totalmente distinta a las del comienzo del siglo pasado, y con un poder de transformacin de la universidad ante el cual la autonoma apare- ce ya como incapaz de garantizar un espacio mnimo de libertad e independencia al trabajo acadmico y a su misin respecto de la sociedad. Los gobiernos neoliberales de la regin han creado un clima donde prospera la mercantilizacin del conocimiento y de los servicios educativos (con y sin tratados de libre comercio), el fortalecimiento de las tendencias a la privatizacin de la matrcula, la empresarizacin del clima institucional (esquemas de producti- vidad acadmica, contratacin de servicios e investigaciones, con- duccin gerencial de las instituciones ), y el surgimiento de me- canismos de control sobre la institucin y su quehacer cotidiano nunca antes vistos. Dependencias gubernamentales; organismos internacionales (Banco Mundial); agencias privadas y externas de evaluacin del acceso de estudiantes; la acreditacin de carreras profesionales, y empresas y corporaciones internacionales ejercen ahora un rgido control sobre el quehacer universitario y sobre la orientacin que debe seguir sus cambios, con la anuencia y hasta con la entusiasta participacin de los directivos de instituciones pblicas. Los cambios nacen ya no de la idea de la universidad como dotada de una misin social, sino del inters por formar una 10. 12 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba delgada capa de capital humano altamente calificado, que res- ponda exclusivamente a las necesidades de las empresas. Nacen de su inters por incorporar a la universidad pblica como parte gratuita de su infraestructura de investigacin, ampliar la base de consumidores y hasta comenzar a ejercer una coordinacin de las universidades a escala latinoamericana (como lo hace Banca Santander a travs del consorcio Universia).Frente a una situacin como esta, es necesaria una detenida reevaluacin de la propuesta de los estudiantes de hace noven- ta aos. Ms all de las crticas superficiales (provenientes sobre todo del mbito neoliberal) que mantienen que la universidad au- tnoma cumpli ya con su tiempo y debe desecharse por ser fuen- te de aislamiento, baja calidad y obsolescencia de su quehacer cientfico, es necesario acercarse crticamente al momento fun- dacional para ver de cerca cules eran los propsitos de fondo de la Reforma de Crdoba y cmo la pensaron los estudiantes. Esto es indispensable para ver cmo durante el siglo veinte y desde gobiernos y burocracias institucionales la idea y la potencialidad de la autonoma fue una y otra vez acotada y redefinida. Adems del impacto que en los alcances de la autonoma y democracia in- terna tuvo la accin educativa de los gobiernos corporativistas de la primera mitad de siglo veinte influyeron tambin las respuestas que esos gobiernos dieron a las protestas y rebeliones estudianti- les (de los aos sesenta) as como la tensa relacin de la univer- sidad con las dictaduras y gobiernos autoritarios de la poca. La autonoma de la universidad, finalmente, se puso en entredicho con la crisis de la deuda (en los aos ochenta), pues las reduccio- nes en el financiamiento pblico incrementaron la subordinacin a los gobiernos proveedores y aumentaron la fuerza de los grupos conservadores al interior de la propia universidad para reducir severamente el alcance de la autonoma como gobierno de los propios universitarios. Esto se logr propiciando la degradacin y el desprestigio de las formas de democracia amplia y partici- pativa, o mediante el establecimiento de nuevas legalidades que, bajo el cobijo de los gobiernos, aseguraban la perpetuacin de un grupo en el poder universitario. 11. CarlosTnnermann13Una hiptesis que puede guiar esa evaluacin aunque otras, sin duda, pueden formularse va en el sentido de que fue, preci- samente, este conjunto de fuerzas y especialmente esta ltima, la del poder del grupo acadmico-burocrtico la que limit se- veramente el desarrollo de las potencialidades de la autonoma durante el siglo veinte. Ms an, la apropiacin de la autonoma por estos pequeos grupos facilit de manera decisiva la apertura de par en par las puertas a las fuerzas que al interior de los pases y desde el mbito internacional buscan la empresarizacin de la universidad como proyecto fundamental de la universidad para el siglo veintiuno.As, la lectura del libro de Carlos Tnnermann no slo per- mite al lector adentrarse en un aspecto central la historia del surgimiento de la autonoma sino que tambin, precisamente porque incorpora parte de la experiencia de un siglo, comenzar a pensar esta autonoma en trminos muy distintos. Es posible, por ejemplo, constatar por qu la universidad autnoma sigue siendo una experiencia histrica que fundamenta las actuales e innumerables luchas de resistencia que ocurren en la regin lati- noamericana. Como la rebelin de los pinginos en Chile contra los efectos del neoliberalismo y contra la Ley General de Edu- cacin (2006-2008) y la lucha de los estudiantes de la UNAM en Mxico (1999-2000) que claramente se oponen a la mercantiliza- cin de la educacin, a la segmentacin social de la educacin y a la exclusin, y buscan la democratizacin de la universidad. La complejidad y profundidad de estas luchas, el importante arraigo social que tienen, no podran entenderse sin la existencia de un imaginario que se construy en la Amrica Latina durante todo el siglo y que concibe que la educacin debe ser autnoma de los in- tereses econmicos y polticos y que se debe a la sociedad toda.Conviene profundizar en el movimiento de Crdoba guiados por la mano experta del maestro Tnnermann tambin por otra razn, y tal vez la ms importante. Hoy en Amrica Latina las luchas en el campo de la educacin no son slo de resistencia. De las luchas en la educacin y en mbitos ms amplios en pases como Mxico, Venezuela, Bolivia, Ecuador, se han venido gene- 12. 14 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba rando experiencias de educacin superior realmente alternas y que ofrecen una nueva veta de renovacin de la universidad lati- noamericana y de la misma autonoma.As, en Mxico, en 1999, cinco aos despus de haber inicia- do la lucha armada y pactado la paz con el gobierno, las comuni- dades indgenas zapatistas comenzaron la construccin de todo un sistema escolar autnomo (como parte de la iniciativa de crear una nueva estructura de poder desde las comunidades zapatis- tas y autnomas). Y este sistema fue apoyado con la creacin de la Universidad de la Tierra (y otra universidad en proyecto), una experiencia independiente y solidaria de educacin superior que rescata, al mismo tiempo que las necesidades de conocimiento de las comunidades, y la informacin y reflexin internacional, la sabidura de milenios de experiencia de vida comunitaria y de interaccin con el medio ambiente. En un proceso similar, las comunidades indgenas de Bolivia y Ecuador estn generando sus propios espacios de conocimiento superior y, en los hechos, mostrando que para una nueva universidad del siglo veintiuno la autonoma no puede estar confinada a las instituciones y puesta en manos de las burocracias, sino debe estar profundamente an- clada en la dinmica de recuperacin de la identidad de grupos sociales amplios. Si en 1918 el acceso de las clases medias a la universidad era una manera de hacer presentes en el escenario na- cional a los jvenes de familias inmigrantes, hijos de empleados, comerciantes y asalariados, en el siglo veintiuno son los pueblos indgenas pero tambin los jvenes proletarizados y desplazados que habitan las periferias de las ciudades los que con su rebelin estn comenzando a renovar la idea de educacin y universidad en esta regin.Los movimientos estudiantiles como los de Chile y Mxico han mostrado tambin un potencial de transformacin sumamente importante. Aunque no alcanz plenamente sus objetivos, la rebe- lin de los pinginos ha sido capaz de hacer notoria las enormes limitaciones de la reforma neoliberal pionera en el continente y ponerla en vilo, as como la legalidad que la sustenta. En Mxico ocurre tal vez el movimiento ms importante de fines y comienzos 13. CarlosTnnermann15 de siglo contra la reestructuracin empresarial y clasista de la universidad (UNAM 1999-2000), y aunque tambin fue duramente reprimido, cre la coyuntura poltica que hizo posible el surgi- miento de un nuevo modelo de universidad pblica y autnoma. Impulsada por el gobierno de oposicin de la Ciudad de Mxico, la Universidad Autnoma de la Ciudad de Mxico (UACM), en los hechos retom las demandas del movimiento de estudiantes de la UNAM. En 2002 se constituy como completamente gratuita, sin examen de seleccin de estudiantes, con una estructura que hace posible un avance en la democracia institucional y sin limi- taciones al tiempo de permanencia en la institucin. Como ocurre tambin con las universidades bolivarianas que se han creado en Venezuela, de esta manera los jvenes de clases populares logran una alternativa bien estructurada frente al muro clasista que las iniciativas neoliberales han construido alrededor de las universi- dades pblicas.Los aires de renovacin que recorren el continente america- no requieren de un enorme esfuerzo de reflexin y organizacin por parte de profesores y estudiantes y tambin de los grupos sociales diversos acosados por las reforma de los noventa. Las experiencias que comienzan a aparecer estn generando nuevos puntos de referencia capaces de inspirar una transformacin tam- bin en las instituciones creadas en el siglo veinte y hoy integra- das en el proyecto neoliberal. Ms que un solo modelo alternativo de universidad, es claro que se avanza, en una direccin general divergente del neoliberalismo, a la construccin de experiencias muy distintas en toda la regin y tambin en pases como Argenti- na, Uruguay, Per y Brasil donde aparecen rasgos incipientes. Por todo esto es necesaria hoy ms que nunca la reflexin y estudio de nuestra propia historia universitaria. Y por eso es indispensa- ble el libro que nos presenta Carlos Tnnermann Berheim. 14. El Dr. Carlos Tnnermanny su estudio sobre laReforma de Crdoba LuisManuelPealver2 La explosin educativa, especialmente en el nivel superior, larenovacin incesante de los conocimientos determinada por los vertiginosos avances cientficos y tecnolgicos, y la lentitud de adaptacin estructural y funcional de las Universidades a los inevitables cambios consecuentes han originado una crisis universal en la educacin superior. Afanosamente, los lderes educacionales, los docentes y un estudiantado cada vez ms aler- ta e inquieto buscan nuevas frmulas de concepcin, estructuras, mtodos e instrumentos que permitan a las Universidades y de- ms institutos superiores dar respuesta a los interrogantes y retos planteados en esta crisis, cuya solucin es de mayor inters por la importancia creciente de la educacin posterior al nivel secunda- rio en el desarrollo de los pueblos, como factor de formacin de recursos humanos de alto nivel y de creacin de conocimientos.2 Mdico, educador, ex rector fundador de la Universidad de Oriente y de la Universidad Metropolitana (Venezuela), presidente de la Comisin Organi- zadora de la Universidad Simn Bolvar, ex presidente fundador de la Univer- sidad Nacional Abierta, ex ministro de Educacin, presidente de GULERPE (Grupo Universitario Latinoamericano de Estudios para la Reforma y Perfec- cionamiento de la Educacin) y de FEDES (Fundacin para la Educacin Superior y el Desarrollo). 15. 1 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba Esta crisis de la educacin superior adquiere caracteres dra- mticos en los pases subdesarrollados y especialmente en Am- rica Latina, donde el establecimiento de un tipo sui gneris de Universidad ha originado diferentes perspectivas, as como pro- blemas propios que afectan no slo las tareas docentes, cientfi- cas y culturales, sino el progreso econmico y social de cada pas y de la regin. En efecto, la necesidad de acelerar el desarrollo, buscando adems modelos propios adaptados a las caractersti- cas regionales para llenar la brecha creciente que nos separa de los pases en fase industrial, descarga graves responsabilidades y expectativas, a veces desproporcionadas, sobre los hombros del sistema educativo y de las Universidades. La gran demanda edu- cacional, explosiva ya a nivel superior en la mayora de los pases de menor desarrollo, y los elevados sacrificios presupuestarios de los gobiernos son testimonio de esa atribucin de responsabilida- des. Por razones que no corresponde analizar en este prlogo, los resultados de esos esfuerzos y la satisfaccin de las apremiantes necesidades urgentes estn, lamentablemente, muy por debajo de las esperanzas y posibilidades de pueblos y de gobiernos. El in- cremento cuantitativo de los sistemas educacionales y de los sub- sistemas pos-secundarios se ha visto defraudado por un deterioro que abarca la calidad de la educacin, su pertinencia y adaptacin a las necesidades y a la dinmica de los cambios sociales debido a un bajo rendimiento y productividad en la elevacin de los niveles culturales, la formacin de recursos humanos y el progreso cien- tfico y tecnolgico de los pases. En Amrica Latina esta situacin corresponde, en general, a todo el campo educativo; pero en el de las Universidades exis- te una situacin singular que es necesario analizar como factor especfico. Ciertamente, se ha ido formando la opinin de que el tipo de Universidad latinoamericana, por sus peculiares caracte- rsticas de integracin y funcionamiento, favorece la aparicin, estimula la intensidad y garantiza la permanencia crnica de fen- menos conflictivos de carcter poltico, gremial o estudiantil que impiden el desenvolvimiento normal y fecundo de las actividades acadmicas y que se traducen a lo largo del tiempo en un dficit 16. CarlosTnnermann19 cuantitativo y cualitativo en la formacin de recursos humanos, en una acentuada incapacidad para realizar investigacin cientfi- ca y tecnolgica seria y continua, y para promover y difundir los valores culturales en la sociedad respectiva. Al no poder respon- der de manera cabal y suficiente a lo que constituyen sus tareas fundamentales y a las necesidades y demandas del desarrollo econmico-social en esos aspectos indispensables profesiona- les, especialistas, tcnicos, conocimientos cientficos, tecnolgi- cos y clima cultural, las Universidades tendran que sobrellevar la grave responsabilidad de ser uno de los factores que expliquen el severo retraso en el ritmo y profundidad del desarrollo acusado por los pases latinoamericanos a nivel individual y regional.Se requeriran estudios rigurosos y con intencin compara- tiva para determinar si puede aceptarse como cierta esa opinin sobre la responsabilidad del modelo universitario latinoamerica- no en el retardo del desarrollo de la regin. Habra que determi- nar si la existencia del modelo anglosajn, implantado en pases de frica y Asia, por ejemplo, ha prevenido la aparicin del fen- meno conflictivo en las Universidades o si considerado ste un fenmeno movido por factores universales han podido limitarlo al mximo posible en el tiempo y en sus efectos, como es evidente que lograron hacerlo las Universidades inglesas y estadouniden- ses que, despus de la marejada conflictiva de los aos sesenta, pudieron regresar rpidamente a su estatus de respetabilidad y de cumplimiento de sus funciones hacia la sociedad. Al mismo tiempo, habra que analizar la aparente inmunidad del modelo de Universidad socialista ante el fenmeno de los conflictos y en qu forma en pases como Cuba, que es ejemplo de excepcional im- portancia en la comparacin por ser un pas racialmente latino- americano desde los puntos de vista cultural y sociolgico esa inmunidad y la estabilidad consecuente han permitido un mayor ritmo e intensidad en el proceso de desarrollo econmico y so- cial. Ese estudio tendra que hacerse, lgicamente, tomando en cuenta el contexto poltico social de nuestros pases, y sera de una gran importancia no slo en el mbito acadmico sino tam- bin en el poltico y en el del desarrollo econmico y social de 17. 20 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba la regin. Sus conclusiones podran llevarnos a tomar decisiones fundamentales en la conservacin de rasgos o la promocin de cambios en el modelo universitario latinoamericano, en la defini- cin de las caractersticas negativas que fuese necesario eliminar o modificar y en los aspectos positivos que la experiencia en otros modelos y otras regiones o pases aconsejara incorporar con las debidas adaptaciones.De all la gran importancia de estudios como ste, que Carlos Tnnermann, el distinguido, combativo y fecundo lder universita- rio centroamericano, nos presenta en este libro escrito de manera sencilla y clara. Su bien orientado criterio se basa en un completo y documentado anlisis del proceso que condujo a la creacin y a la puesta en marcha de un modelo universitario latinoamericano ms razonable, a partir del constituido en Crdoba en 1918. El valor de este libro es no slo histrico, evocando las fuentes de la reforma al cumplirse noventa aos de su vigoroso aparecer en el escenario latinoamericano, sino tambin sociolgico y prospec- tivo, al poner de manifiesto los mecanismos ideolgicos y los fe- nmenos sociales que estuvieron presentes en la gnesis del Mo- vimiento, factores y mecanismos que estn hoy, unos presentes bajo la nueva fisonoma que les ha dado el dinmico acontecer de los dos tercios de siglo transcurridos, y otros desaparecidos ya, barridos por la ineluctable marcha del tiempo. El conocimiento a fondo, en la propia raz histrica, de dichos factores, es funda- mental para poder plantear hacia el futuro las perspectivas ms aconsejables en nuestras necesidades de desarrollo y en el deve- nir de nuestras Universidades, tan estrechamente ligados entre s. Es excepcional la autoridad de Tnnermann para ubicar el Movi- miento reformista en sus dimensiones histricas y en su contexto poltico y social. Estudioso profundo y apasionado actor del pro- ceso universitario latinoamericano, desde sus das de estudiante hasta los momentos en que ha debido ocupar las ms elevadas po- siciones nacionales e internacionales en educacin superior, Car- los Tnnermann no ha sido un acadmico encerrado en actitudes y conceptos de torre de marfil, sino que ha sabido interpretar el trasfondo poltico social del fenmeno educativo y especialmente 18. CarlosTnnermann21 del universitario. Y hasta vivir, con nimo decidido y valiente, dra- mticas incidencias del complejo proceso en que han sido actores las Universidades del Continente. Su vida como ciudadano de un pas latinoamericano Nicaragua cuando estuvo sometido a una tirana brutal y ominosa y despus del triunfo de la Revolucin Sandinista, en cuyo gobierno desempe el cargo de ministro de Educacin, ha sido y es, adems, la vida de un combatiente que sin abandonar, sino ms bien acendrndola, su condicin de uni- versitario, ha sabido ser un ejemplar conductor de la juventud, de los hombres y mujeres que luchan heroicamente por transformar el pas de Rubn Daro en una democracia avanzada y digna.Tnnermann analiza en este libro sencillo y fundamental las races sociolgicas y polticas que originaron y nutrieron el Movimiento de Crdoba, surgido en esa obscura ciudad medite- rrnea como resultante y respuesta al agitado contexto poltico argentino de 1918 y a una verdadera encrucijada americana en la que chocaban las ideas demoliberales de comienzos de siglo con las poderosas e innovadoras corrientes filosficas y poltico-so- ciales surgidas de los acontecimientos que enmarcan la Primera Guerra Mundial. Una juventud en busca de maestros impulsada por las ideas renovadoras de Jos Ingenieros y las profundamente revolucionarias de un Juan Carlos Maritegui, flameando consig- nas antimilitares, anticlericales y antiimperialistas, ensaya en la Universidad de corte colonial, detenida en el tiempo, las armas de rebelda y de renovacin que no slo originaran profundos cambios en las Universidades de toda Amrica Latina y hasta promovera en las de otras latitudes sino que se prolongaran en movimientos polticos democrticos y teidos de socialismo que, transformados posteriormente en partidos polticos moder- nos, van a generar profundas transformaciones poltico-sociales en los pases de la Amrica mestiza.Carlos Tnnermann analiza la situacin que vivan la Univer- sidad de Crdoba, las de la Argentina y las del Continente, donde con ligeras variantes pervivan las ideas oscurantistas coloniales y las estructuras acadmicas y de autoridad de la Universidad napolenica. El movimiento estudiantil, matizado de un roman- 19. 22 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba ticismo apasionado que se trasluce en el lenguaje del Manifiesto de Crdoba y en los dems documentos de la gesta reformista, sin programas institucionales bien definidos, logra barrer aque- llas estructuras y formas de vida universitarias y abrir nuevas perspectivas, aunque todava sin una clara definicin de caminos. Practicando la huelga y las tomas, los estudiantes van sortean- do en forma intuitiva las ambigedades y las trampas del estatus universitario y gubernamental y logran imponer las ideas primi- tivas, primarias, fundamentales, que fueron surgiendo del hist- rico debate reformista: la autonoma universitaria; la repblica de profesores, egresados y estudiantes; el gobierno y la eleccin universal de autoridades; la docencia libre; la libre escolaridad; la extensin universitaria; la dimensin americana. Es decir, los rasgos principales de la Reforma de 1918 que habra de imprimir a la Universidad latinoamericana la fisonoma peculiar que du- rante ms de medio siglo y aun hoy ha venido singularizndola como un modelo especial en el mundo de la educacin superior. Asimismo, Tnnermann estudia cmo, en un proceso de propa- gacin del fuego de las ideas reformistas en un ambiente sensi- bilizado y propicio, el Movimiento de Reforma Universitaria fue extendindose consecutivamente y en un ciclo que rebasa la eta- pa convulsiva comprendida entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial a las Universidades de Per, Chile, Uruguay, Colombia, Paraguay, Cuba, Puerto Rico, Ecuador, Centroamrica, Mxico y Venezuela. A los movimientos universitarios nacionales los sigue la realizacin de congresos internacionales e interamericanos de estudiantes como el de Mxico en 1921 a 1931, el de Costa Rica en 1931 y el de Chile en 1943; y tambin de congresos nacionales de estudiantes como el de Venezuela en 1938. Incluso el mbito de las Universidades privadas, en su mayora catlicas, se ve sacudi- do, aunque tardamente, por la onda de renovacin. El Seminario de Buga (Chile, 1967) es un testimonio de la conmocin continen- tal de la reforma.En este libro, el autor organiza y resume las ideas bsicas que integran lo que podra denominarse el Programa de la Reforma Universitaria de 1918 y realiza un balance con su experimentado 20. CarlosTnnermann23 criterio y utilizando opiniones de destacados universitarios del Continente sobre el desenvolvimiento de esas ideas fundamen- tales en las Universidades de nuestros pases y la influencia que han ejercido en el proceso de desarrollo de la educacin superior latinoamericana. Los conceptos expresados por Tnnermann po- dran constituir una buena base para el debate que, a escala conti- nental y en cada pas, debemos realizar para evaluar despus de estos agitados sesenta y cinco aos las virtudes y defectos, los aciertos y errores del modelo latinoamericano de Universidades surgido fundamentalmente del Movimiento de Crdoba.Una apreciacin general de los postulados que integran el Programa del Movimiento de Reforma permitira, a mi juicio, di- vidir sus lneas de accin en tres grupos, de acuerdo con lo que podramos llamar su comportamiento histrico institucional. El primero est constituido por aquellos postulados cuyas bases de principios, utilidad y conveniencia, han alcanzado una aceptacin universal y una influencia beneficiosa indudable. Otro grupo com- prendera planteamientos que, a pesar de cierta justificacin in- mediata, en el momento de producirse el Movimiento y de su evi- dente buena intencin social e institucional, no tenan suficiente base social no educativa y fueron siendo abandonados o supera- dos en la dinmica del progreso universitario. Finalmente, puede delimitarse un grupo de planteamientos programticos quizs el ms importante y con seguridad el ms polmico, cuyo conteni- do doctrinario est formado por ideas generosas, trascendentes, de raz histrica y realmente innovadoras, pero cuya aplicacin abri en muchas Universidades y pases, por circunstancias so- ciales y polticas o por creacin de situaciones reactivas ante el cambio dinmico universitario, verdaderos procesos de desvia- cin, de deterioro de las funciones propias de la universidad, y aun de creacin de actitudes e intereses reaccionarios, contrarios al propio espritu renovador de la reforma e incluso a los elevados intereses de la sociedad y del pas.El primer grupo de puntos del Programa de la Reforma Uni- versitaria conserva su plena vigencia y, con variantes derivadas de las caractersticas propias de cada pas o de cada institucin, sigue 21. 24 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba inscripto como el de conquistas logradas, por perfeccionar o por lograr. Podemos sealar de manera somera, los ms relevantes: La libertad acadmica, entidad como el libre anlisis, expo- sicin y discusin de las ideas filosficas, cientficas y socia- les, incluyendo las polticas del anlisis y la discusin, no del activismo militante. La misin social de la universidad, que hace que la funcin universitaria trascienda los lmites del proceso de ensean- za, aprendizaje de carreras o especialidades profesionales y el de los muros, involucrndose en el estudio e investigacin de los problemas sociales, en la elaboracin de proyectos de solucin, en la participacin con los organismos de planifica- cin y de realizacin de programas. Este postulado reformis- ta ha dado su prueba positiva a travs del tiempo, y cuando no ha logrado beneficios suficientes para la institucin y la sociedad, ha sido por fallas en su programacin, implementa- cin o por falta de recursos materiales o humanos. La extensin y difusin cultural es otro de los planteamien- tos programticos de la Reforma Universitaria, que se ha consagrado por su pertinencia y por sus efectos favorables en el medio social. Ha fortalecido las races democrticas de la institucin al ampliar la base de su contacto cultural con los diferentes sectores sociales, especialmente con las mayo- ras populares. La vinculacin con el resto del sistema educativo nacional ha resultado tambin un punto programtico necesario e im- prescindible, sin el cual la Universidad carecera de base y apoyo para los procesos de formacin y capacitacin. La in- fluencia de la educacin superior, por otra parte, en los nive- les de educacin media general, tcnica y primaria, coadyuva a la renovacin y calidad del proceso educativo del pas. La consubstanciacin de Universidad y democracia es un postulado de valor permanente, resumido en la frase liber- tad dentro del aula y democracia fuera de ella. La Universi- dad es una institucin y constituye una comunidad que slo 22. CarlosTnnermann25 puede laborar sin cortapisas y con eficiencia en un clima democrtico interno y externo. Lamentablemente, los pue- blos de Amrica Latina han tenido que librar una lucha tenaz, heroica, con avances esperanzadores y obstaculizadores re- trocesos, para alcanzar y hacer permanentes los regmenes democrticos. Las propias Universidades sus directivos, sus profesores y sus estudiantes han sido actores valientes y sacrificados de ese drama. Slo cuando en un pas se ha logrado instaurar el rgimen democrtico ha sido posible el desenvolvimiento cabal de la institucin universitaria y la creacin dentro de ella del clima creativo, fecundo, toleran- te y equilibrado que permite el libre desarrollo de la investi- gacin, la docencia y la difusin cultural. Los gobiernos de fuerza barren la autonoma y los dems privilegios de estas instituciones latinoamericanas porque saben que lo impres- cindible de aquellas condiciones de atmsfera interna y su inquietud y sensibilidad intelectual las obliga a ser celosas defensoras de la democracia no slo ante los factores adver- sos externos, nacionales e internacionales que puedan ame- nazarla, sino tambin frente a los internos. La enseanza activa y experimental, uno de los contados postulados de carcter pedaggico o acadmico del Programa de la Reforma, mantiene hoy, ms que nunca, su vigencia. En esa etapa de renovacin incesante de los conocimientos de los mtodos, de los instrumentos y de los procesos, el ensear a aprender, el aprender haciendo y el entrenamiento en pensar y en hacer es an ms importante que el ensear tradicional.El segundo grupo de postulados mantiene prcticamente un valor histrico, referible a las condiciones existentes en Crdoba y en la mayora de las Universidades de Amrica Latina y a las so- luciones empricas, aunque bien intencionadas, imaginadas para superarlas. Aqu podemos agrupar los siguientes: La asistencia libre del estudiante, propuesta para facilitar a los alumnos trabajadores, provenientes de las clases po- 23. 26NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba pulares, su inscripcin y sus estudios libres. Las crecientes exigencias de capacitacin profesional y tecnolgica, la ne- cesidad del trabajo de biblioteca, en los seminarios, en los laboratorios, el uso de los medios modernos de tecnologa educativa y la conveniencia a veces imprescindible de la presencia ductora del profesorado, hacen que este postulado se haya hecho obsoleto y su permanencia, excepcin hecha de ciertos cursos humansticos, sociales y de la educacin abierta que tiene tcnicas y mtodos propios slo puede mantenerse todava por un vaco idealismo o por demagogia. La democratizacin de la enseanza superior, como la de los otros niveles, se obtiene hoy por medio de la elevacin de las condiciones econmico- sociales de las clases populares, el ensanchamiento de los sistemas educativos con incremento de las oportunidades de estudio y con el establecimiento de servicios eficaces de becas, crditos educativos y dems me- canismos de bienestar estudiantil. La docencia libre, es decir el aula abierta para todo el que quiera ensear y para establecer un concurso continuo a base de la preferencia del alumnado, resulta una proposicin insostenible en esta poca de especializacin, de la capaci- tacin pedaggica y de la profesionalizacin del docente. La necesidad de voces nuevas, de ideas innovadoras, puede debe resolverse por medio de los cursos extraordinarios, complementarios, de los profesores o de personalidades in- vitadas con espritu abierto, tolerante y oportunamente. Los sistemas eficientes de seleccin y capacitacin continua del profesorado pueden garantizar la excelencia, as como las previsiones de demostracin peridica de capacidades y de renovacin de conocimientos para acceder a los niveles as- cendentes de escalafn pueden impedir si se aplican con criterio estricto y exigente el grave y frecuente riesgo del estancamiento del docente.El tercer grupo de postulados reformistas est integrado por los planteamientos ms de fondo, ms polmicos. A diario son obje- 24. CarlosTnnermann27 to de anlisis controversiales en todos los pases y en casi todas las Universidades. Las limitaciones de un prlogo permiten slo hacer referencia superficial a los ms importantes: La autonoma universitaria sigue siendo el punto medular de la reforma. Constituye una condicin original de la Uni- versidad, cuando se fue configurando en los albores de la Edad Media, an antes de aparecer la concepcin moderna del Estado, con la caracterstica de gremio sui gneris de una comunidad magistrorum et scholarium. Conservada fundamentalmente y con adaptaciones racionales por las Universidades anglosajonas, protestantes, tiende a desapare- cer en el esquema napolenico en que la universidad, si bien manteniendo algunas formas y privilegios, se transforma en una institucin integrada a la Repblica y dependiente de ella, especialmente en el mundo latino y catlico. Recibimos de Espaa una Universidad casi medieval, influida podero- samente por la Iglesia, pero con una creciente tendencia a ser absorbida por los nuevos Estados republicanos. Por ello, la concepcin autonmica integral planteada por la Reforma Universitaria separacin del Estado, independencia de la Iglesia, inviolabilidad del recinto, leccin de autoridades por los estamentos internos es definida certeramente por Luis Alberto Snchez como una restauracin tradicionalista. Frenada por una iglesia reaccionaria y oprimida por regme- nes dictatoriales, las Universidades latinoamericanas ven en la autonoma su salvacin y luchan fieramente por ella. No obstante, al crecer demogrficamente, al desarrollarse eco- nmica y socialmente nuestros pases y al irse instaurando en proceso agnico y penoso los regmenes democrticos, al producirse los vertiginosos progresos cientficos y tecno- lgicos, la Universidad que los genera o adapta adquiere el valor de una poderosa herramienta del Estado democrtico para lograr el desarrollo, utilizando para ello los principios y mtodos de la planificacin. Esto hace que la Universidad integralmente autnoma, divorciada del Estado verdadero 25. 2 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba estado dentro del Estado en muchos casos, ms atenta a sus propios intereses internos, florecidos y fortificados en el ais- lamiento, que a las necesidades sociales, vaya apareciendo, en muchos casos y desde el punto de vista de la dinmica so- cial, como una entidad fuera de poca, poco adaptada y con precarias respuestas a las exigencias del pas, del momento y de las perspectivas futuras. En muchos de nuestros pases, por una compleja dinmica de factores internos y externos, la autonoma ha sido un poderoso estmulo de lucha contra el oscurantismo y la opresin durante las etapas dictatoria- les, pero tambin una opositora aguerrida y obstaculizadora en los regmenes democrticos y hasta en algunos casos, fac- tor decisivo de freno para el desarrollo.El reto histrico para el modelo universitario latinoamericano es evolucionar hacia frmulas que permitan conservar la autonoma verdadera, intrnseca de la institucin, la independencia filosfica, la libertad de ensear, difundir e investigar, mantener el clima de apertura y tolerancia, ajeno a presiones polticas y necesario para el fecundo ejercicio de las funciones acadmicas. Es decir, que per- mitan mantener, al mismo tiempo, las relaciones generales de la dependencia y de coordinacin con el Estado democrtico y una profunda e intensa participacin con l y con los sectores sociales. La participacin de profesores, estudiantes y egresados en el gobierno de la Universidad es otro aporte valioso de la reforma, extendido ya a toda Amrica Latina y hasta conta- giado desde el movimiento universal de los aos sesenta a Universidades del resto del Tercer Mundo de Amrica del Norte y de Europa. Slo han quedado inmunes las Universi- dades regimentadas del mundo comunista.Sin embargo, al llevar a la prctica este postulado, en muchas Universidades se cometieron excesos y se ha cado en peligro- sas desviaciones. Proporciones desproporcionadas del sector estudiantil en los cogobiernos; politizacin inconveniente al ser 26. CarlosTnnermann 29 elegidos activistas ms como representantes de sus partidos pol- ticos que de la mayora estudiantil, independiente y silente; trans- formacin de la fuerza estudiantil en factor de presin conflictiva tomas, secuestros, huelgas contra las autoridades y los profe- sores, y en grupos de choque poltico, a veces violentos, contra los gobiernos y las instituciones democrticas; desarrollo de una poltica de intolerancia, de terrorismo psicolgico, que resulta ne- gadora de la libertad y de la propia autonoma. Todo ello ha ido desnaturalizando y desacreditando el cogobierno, uno de los ms hermosos, fecundos y originales rasgos de la Universidad latinoa- mericana. Aqu tambin se requiere la bsqueda de mecanismos que garanticen, sin desviaciones ni excesos, la participacin esti- mulante del alumnado en la marcha de la Universidad.La participacin profesoral mantiene todo el valor que le asign la reforma. Siendo el factor permanente de la institucin, les debe corresponder a los docentes la mayor responsabilidad en el estudio constante de la marcha de la Universidad y en la toma de decisiones para su gobierno. Pero, como en el caso de la parti- cipacin estudiantil, en muchas Universidades se produjeron dos fenmenos que le restan valor a la participacin e influencia de los profesores e, incluso, que tienden a crear graves reservas so- bre la conveniencia de mantenerlas en las condiciones actuales.En primer lugar, la participacin docente se realiza median- te elecciones de representantes a los diferentes consejos de go- bierno universitario. Al politizarse las elecciones, dichos repre- sentantes lo son tambin ms de la corriente poltica que les dio respaldo que del sector profesional del que provienen, el cual, ge- neralmente, no es informado ni influye en los criterios que maneja su representante en los rganos de decisin. En segundo lugar, la aparicin y el fortalecimiento continuo de las asociaciones gre- miales del profesorado, que derivan general y fundamentalmente su labor hacia una accin sindical de obtencin de mejoras sala- riales y de otros beneficios materiales ms que hacia preocupa- ciones acadmicas o institucionales han modificado el propsito original de la participacin del docente. Las asociaciones y las representaciones profesorales, inspiradas por el espritu sindical 27. 30NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba y beneficindose del poder que ejercen en el seno del ambiente universitario autnomo, al que no pueden llegar las regulaciones o sistemas externos o del Estado, han ido hipertrofiando progre- sivamente, en muchas Universidades, su poltica de obtencin de beneficios hasta crearles situaciones difciles para el funciona- miento institucional. Hay Universidades donde el cuerpo docente se ha transformado en un sector privilegiado en salarios y presta- ciones, causando las repercusiones que es dable suponer dentro de la sociedad respectiva.Los empleados y obreros universitarios ms aqullos que stos, que se mueven dentro de una poltica sindical nacional generalmente ms razonable, se han constituido en un nuevo es- tamento universitario. Orientados exclusivamente por una pol- tica de obtencin de mejoras salariales y prestaciones sociales, y conscientes de su poder en el ambiente autnomo del que se han hecho tambin beneficiarios, estn logrando incluso con huel- gas y tomas exagerados y comprometedores beneficios. En muchos pases aspiran, adems, a lograr una representacin igual a la de los estudiantes, profesores y egresados.Resulta evidente que es necesario corregir las desviaciones sealadas mediante frmulas que permitan mantener en su pleno y constructivo valor originario la participacin de profesores, es- tudiantes y egresados en el gobierno universitario. La gratuidad absoluta de la enseanza superior es otro de los postulados que demanda actualmente reflexin para alcanzar una aplicacin juiciosa segn las caractersticas de cada medio nacional. Hace sesenta aos, los pases lati- noamericanos se basaban en una economa rural, con pocas capitales importantes, nacientes ciudades y aislados ncleos industriales en embrin. La sociedad estaba constituida por una clase alta, oligrquica, terrateniente o de actividades comerciales de precaria situacin econmica y social. En- tre ambas, se situaba una delgada capa de clase media en formacin profesionales, comerciantes, todava sin poder econmico. La educacin estaba limitada a la clase alta y a 28. CarlosTnnermann31 una pequea proporcin esforzada de la clase media. Los costos de la educacin superior, restringida a pocas carreras la mayora de humanidades y ciencias sociales y a unos cuantos centenares de estudiantes, eran bajos y significa- ban una pequea proporcin del presupuesto general y del de educacin. En estas condiciones, la gratuidad total de la enseanza, y con nfasis la de la educacin superior sea- lada por la reforma, era un imperativo de justicia social y una estrategia de gran alcance para promover el desarrollo de nuestros pases y favorecer la movilidad ascendente de los estratos sociales.Si bien la tendencia de desarrollo en ascenso que tiene que ser permanente no ha logrado todava realizarse en su integridad, la situacin actual es muy diferente la situacin actual es muy diferente y probablemente seguir cambiando durante el siglo veintiuno. Nuestros pases han progresado, con velocidad distin- ta pero en forma considerable. La industrializacin y el urbanis- mo han cambiado el perfil demogrfico. Los cambios econmicos y sociales han ido ampliando la clase alta y ensanchado la clase media que se ha robustecido econmicamente y ha elevado los niveles econmicos y culturales, si bien todava de manera injus- tamente insuficiente las clases obrera y campesina.Por otra parte, el esfuerzo hecho en el campo educacional por el Estado, en primer trmino, y por la iniciativa privada, de modo complementario, ha sido considerable. Los costos de la educacin sobre todo de la educacin superior, ms diversifica- da, con un alto y oneroso componente tecnolgico y una impre- sionante y creciente matrcula proveniente de todos los sectores sociales han crecido y crecen continuamente en forma tal que los presupuestos destinados a ella estn llegando o han llegado ya a los lmites soportables de la capacidad econmica de los Es- tados. Existiendo hoy una poderosa clase alta y una amplia clase media, cuyo sector alto obtiene ingresos satisfactorios, resultara ms bien una injusticia social dar a los estudiantes de estos sec- tores una educacin totalmente gratuita y comprometer en ello 29. 32 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba recursos que podran derivarse para acrecentar los beneficios que deben recibir y que reciben todava de modo insuficiente los nios y jvenes de la clase media baja y de los sectores populares. Consideramos que la mejor manera de ser consecuentes hoy con el propsito generoso y realmente revolucionario de la Reforma de Crdoba sera la de establecer un sistema equilibrado de gra- tuidad y proteccin para los estudiantes sin recursos y de crdi- tos educativos y cargas crecientes para aquellos que provienen de sectores con mayor poder adquisitivo.Somos conscientes de que los planteamientos que hemos he- cho al prolongar esta estupenda y necesaria obra del Dr. Carlos Tnnermann son polmicos, y de que sera fcil rebatirlos dentro de las estrategias superficiales y demaggicas en que generalmen- te se debaten los problemas en el seno politizado de la mayora de nuestras Universidades e institutos superiores de enseanza. Pero creo que constituyen un motivo de reflexin para quienes vemos la Universidad y la educacin pos-secundaria en su con- junto como un valioso instrumento para la democratizacin, para la innovacin y para el desarrollo independiente de nuestros pa- ses, y para quienes vemos la Reforma Universitaria como un mo- vimiento original y vigoroso que debe pervivir adaptndose a las condiciones dinmicas del acontecer social y educacional.Consideramos, finalmente, que el libro de Carlos Tnnermann el joven, capaz, maduro y fuerte universitario centroamericano, luchador abnegado e infatigable por la noble causa del pueblo de Nicaragua brinda a las generaciones universitarias de hoy una presentacin documentada y crtica de la Reforma Universitaria de 1918, poco recordada por los mayores y desconocida por los jvenes, que constituye el arranque de uno de los movimientos ms originales y fecundos del Continente y la raz del singular modelo universitario de Amrica Latina. Presenta las bases y es- timula la reflexin y el debate sobre uno de los puntos ms tras- cendentes y controversiales de esta poca crucial: el origen y el destino de nuestra Universidad latinoamericana. 30. Noventa aos de la Reforma Universitariade Crdoba (1918-2008)Carlos Tnnermann 31. Introduccin Cuando la Reforma de Crdoba cumpli cuarenta aos, la Fe-deracin Universitaria de Buenos Aires public una antologa de documentos y ensayos relacionados con el proceso reformista, cuyo propsito era permitir a las nuevas generaciones informarse y reflexionar sobre el significado del Movimiento iniciado por los estudiantes en 1918. La justificacin que entonces adujo la Federa- cin para editar su compilacin es la misma que ahora nos mueve a publicar este breve estudio sobre la ms fecunda aventura em- prendida por los estudiantes latinoamericanos: La Reforma Uni- versitaria ha alcanzado categora histrica. Sus propios detracto- res lo reconocen, y en ese concepto, suelen respetarla.Y es que, efectivamente, el proceso de Reforma Universitaria que se inici con el Grito de Crdoba representa la contribucin ms original de Amrica Latina al diseo de un esquema univer- sitario propio. Fue un fenmeno complejo, producto de mlti- ples circunstancias socioeconmicas y polticas, que rebas los aspectos puramente universitarios. Sin embargo, de l emergi la Universidad Nacional Latinoamericana con las caractersticas que an hoy da definen su perfil particular. Desde entonces, se- gn Darcy Ribeiro, constituye la principal fuerza renovadora de nuestras Universidades. 32. 36NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba Crdoba es as un hito en la historia de la Universidad latinoa- mericana: la Universidad, despus de 1918, no fue lo que ha de ser, pero dej de ser lo que vena siendo nos dice Germn Arcinie- gas, 1918 fue un paso inicial, la condicin para que se cumpliera el destino de la Universidad en Amrica como Universidad. De lo dicho se desprende la importancia que tiene el anlisis de este Movimiento para una mejor comprensin de la problem- tica universitaria latinoamericana actual. A ms de sesenta aos del estallido de Crdoba, varios de sus postulados siguen vigen- tes, aunque quiz con nuevos contenidos y significacin: la auto- noma universitaria, la participacin estudiantil en el gobierno de la Universidad, la misin social que a sta le incumbe cumplir, etc. Otros, en cambio, han sido superados con el decurso de los aos. En conjunto, sin embargo, el legado de Crdoba sigue encarnan- do los ideales ms generosos en torno a la Universidad latinoame- ricana. De ah que sea vlido afirmar que con ella entroncan los procesos que en nuestros das persiguen la reestructuracin de nuestras Universidades. Si bien la Reforma Universitaria no logr la transformacin de nuestras Universidades en el grado que las circunstancias exi- gan, dio pasos positivos en esa direccin. Su accin se centr principalmente en los aspectos organizativos del gobierno uni- versitario, como garanta de la democratizacin que se buscaba. En cambio, fue menos efectiva en cuanto a la reestructuracin acadmica, que sigui respondiendo al patrn napolenico pro- fesionalista. Pero, en una perspectiva histrica, Crdoba es el punto de arranque del proceso en marcha de la reforma que tanto necesitan nuestras Universidades, proceso que debe conducirnos al diseo de un modelo ms ajustado a nuestras necesidades, a nuestros valores y a nuestras genuinas aspiraciones. En este sentido, Crdoba sigue sealando el rumbo: robus- tecer nuestra propia identidad para confeccionar respuestas ade- cuadas a las problemticas, extrayendo de este Movimiento lo que tuvo de autntico. De este modo, inspirados por su misma voca- cin americanista, podremos hacer frente al claro dilema que hoy enfrentamos los universitarios latinoamericanos: estructurar una 33. CarlosTnnermann37 Universidad que acente nuestra dependencia o asumir resuelta- mente el compromiso de disear bien los objetivos que son ahora necesariamente distintos. Sus principios ms lcidos informan el contenido de la Carta de las Universidades Latinoamericanas, expresin del ideario que sustenta la Unin de Universidades de Amrica Latina (UDUAL).El Grito de Crdoba, que se instal en la garganta de los j- venes latinoamericanos resonando por todo el Continente, fue la rebelin contra los ltimos resabios coloniales enquistados en nuestras Universidades. La reforma fue tambin el primer cotejo entre la sociedad y la universidad: con ella se inici el proceso de democratizacin de nuestras Universidades, an no concluido; contribuy a crear una nueva conciencia universitaria y social; trat de volcar la Universidad hacia el pueblo y de dar un sentido distinto a su quehacer en esta parte del mundo. La inspir una indiscutible aspiracin de originalidad, afirmndose en los valo- res propios de Amrica Latina y, desde su postura profundamente americanista, denunci el imperialismo y las dictaduras criollas. Se trata de una Universidad liberadora, que el cambio de Amrica Latina demanda de nuestra imaginacin, de nuestra creatividad y de nuestro patriotismo.Crdoba nos dice Bourricaud permiti a los intelectuales latinoamericanos la oportunidad de afirmar su originalidad crea- dora y, al mismo tiempo, forjar la unidad espiritual de sus pueblos y de su Continente. Si este fuera el nico aporte de Crdoba, se- ra suficiente para que lo consideremos uno de los grandes acon- tecimientos en el devenir universitario e intelectual de Amrica Latina. Por eso, los actuales esfuerzos de reforma remiten, de una u otra forma, a Crdoba, pues la tarea de edificar la Universidad crtica, de perfil reconstructor, autnoma y pluralista que Amrica Latina necesita para emprender sobre bases cientficas slidas su profunda transformacin revolucionaria y nacionalista, encuen- tra all su punto de partida y primordial antecedente. 34. Captulo I Races sociales eideolgicas de laReforma Universitaria El primer cuestionamiento serio de la Universidad latinoameri-cana tradicional tuvo lugar en 1918, ao que tiene especial sig- nificacin para el Continente, pues seala, segn algunos socilo- gos, el momento del ingreso de Amrica Latina en el siglo veinte1. Las Universidades latinoamericanas, como fiel reflejo de las estructuras sociales que la Independencia no logr modificar, se- guan siendo los virreinatos del espritu y conservaban, en esen- cia, su carcter de academias seoriales. Hasta entonces, Univer- sidad y sociedad marcharon sin contradecirse, ya que durante los largos siglos coloniales y en la primera centuria de la Repblica, la Universidad no hizo sino responder a los intereses de las clases dominantes, dueas del poder poltico y econmico y, por lo mis- mo, de la universidad2.1 La fecha no es casual ya que, por encima de rgidas cronologas, ese ao es el verdadero comienzo del siglo veinte, el tramo efectivamente contemporneo en la convencional poca contempornea de la comn serializacin histrica. En su transcurso concluye la Primera Guerra Mundial, sangriento hiato entre las dos centurias reales; pero en su torno se inicia la universalizacin de profundos cambios sociopolticos y, naturalmente, educativos. (Nassif, 1968: 27). 2 Durante todo el perodo anterior, las relaciones entre la Universidad y la sociedad no tuvieron en Amrica Latina ningn carcter problemtico. Las 35. 40 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdobaEl Movimiento de Crdoba, que se inici en junio de 1918, fue la primera confrontacin entre una sociedad que comenzaba a experimentar cambios en su composicin interna y una Univer- sidad enquistada en esquemas obsoletos3. Se trataba apunta Hanns- Albert Steger, de redefinir la relacin entre la sociedad y la Universidad bajo la presin del surgimiento incipiente de sociedades nacionales, dentro de estructuras estatales que ya estaban dadas jurdicamente (Steger, 1971: 23-47).La importancia de este Movimiento es tal, que varios estudiosos de la problemtica universitaria latinoamericana sostienen que sta no puede ser entendida, en su verdadera naturaleza y com- plejidad, sin un anlisis de lo que significa la Reforma de Crdo- ba. Con ella entroncan, por cierto, de un modo u otro, todos los esfuerzos de Reforma Universitaria que buscan la transformacin de nuestras Casas de Estudios por la va de originalidad latinoa- mericana que Crdoba inaugur4. El Movimiento, que no se dio por generacin espontnea sino como respuesta a una nueva situacin social, no puede ser examina- do nicamente desde su ngulo acadmico-universitario, por impor- tantes que sean los cambios que en este campo propici. Necesaria- mente, es preciso considerarlo dentro del contexto socioeconmico y poltico que lo origin. Quien pretenda reducir la Reforma Univer- sitaria al mero mbito de la universidad advierte Luis Alberto Sn- chez, cometera un grueso error (Snchez, 1969: 62). Ella rebasa elUniversidades sirvieron, ms bien, como columnas de una sociedad depen- diente y como instituciones mantenedoras de la estructura social interna de las sociedades latinoamericanas. (Silva Michelena, Sonntag, 1971: 29). 3 La Universidad no haba encarado an su problemtica esencial. Viva en el campo de las ideologas de prestado y dentro de una corriente de mar- cado autoritarismo y franco centralismo cultural. (Snchez, 1969:61). 4 El Movimiento escribe Gabriel del Mazo llevaba un sentido de unidad y un mismo aliento americano por su origen y originalidad; americanista por sus fines ms prximos, imprimi su tonalidad a toda una poca, promovien- do acontecimientos, como una fuerza de la historia, como una conciencia de emancipacin en desarrollo. (del Mazo, 1955: 22). 36. CarlosTnnermann 41 hecho pedaggico y adquiere contornos de singular importancia para la evolucin social de nuestros pases. sta es, segn Augusto Salazar Bondy, la perspectiva correcta para juzgar el Movimiento de la Refor- ma Universitaria latinoamericana, desde la poca de Crdoba: Lo primero que hay que tener presente es que ella respondi a un proceso muy amplio e intenso de agitacin social. Cambios en la correlacin internacional de las fuerzas poltico-econmicas, deri- vados de la guerra, y cambios internos, vinculados con la expansin del capitalismo en Amrica Latina y la emergencia de una clase me- dia que haba aumentado considerablemente su nmero y su parti- cipacin activa en el proceso social, as como una notoria inquietud en el proletariado que ya se haca sentir en los principales centros urbanos, determinaron la presencia de un clima propicio a las ms hondas transformaciones (Salazar Bondy, 1968: 40).La clase media emergente fue, en realidad, la protagonista del Movimiento, en su afn de lograr acceso a la Universidad, con- trolada hasta entonces por la vieja oligarqua terrateniente y el clero. La Universidad apareca, a los ojos de la nueva clase, como el canal capaz de permitir su ascenso poltico y social. De ah que el Movimiento propugnara derribar los muros anacrnicos que hacan de esta institucin un coto cerrado de las clases superio- res. Sergio Bag, al analizar la gestacin del Movimiento en la Ar- gentina, sostiene que la Reforma Universitaria tiene su origen en la inmigracin que a partir del sexto decenio del siglo diecinueve trastorna toda la subestructura econmica del pas y engendra una categora social media:Desde los aos noventa en adelante nos dice la nueva categora social va ganando en extensin y en pujanza econmica. El prole- tariado, formado tambin por el aluvin inmigratorio, se organiza e inicia su actividad gremial y poltica. El pas, casi desierto e inmen- samente rico, compensa muchos de sus esfuerzos. La pequea ex- plotacin rural, el pequeo comercio y la pequea industria fueron el lugar de trnsito entre la clase obrera y la burguesa menor. El hijo del inmigrante, operada su emancipacin econmica, quiere trepar los peldaos del predominio poltico y cultural, se hace fuerza pujan- te de la oposicin e ingresa en la Universidad (Bag, 1959: 9). 37. 42 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba En el examen de las causas del fenmeno reformista, no ha faltado la explicacin generacional que, segn el mismo Bag, comple- menta la anterior. Se alude as, por lo menos en el pas cuna del Movimiento, a una generacin de 1910 o generacin del Cente- nario, que sobreponindose al positivismo reinanteintent penetrar en lo argentino por la va de las preferencias y de las valoraciones ms que por la del determinismo social y ambiental utilizada por los hombres de la dcada del ochenta y del ao 96. En esa nueva generacin militaron figuras como las de Alejandro Korn, Ricardo Rojas, Alfredo Palacios, Ricardo Levene, Juan B. Tern, Sal Taborda y muchos ms. En su mayora, ellos estuvieron com- prometidos en el Movimiento de la Reforma Universitaria, aunque siempre dentro del marco de las ideas republicanas y liberales que alimentaron a sus antecesores (Nassif, 1968: 9).Otro de los idelogos de la reforma, Julio V. Gonzlez, sostiene que la Guerra Europea, la Revolucin Rusa y el advenimiento del radica- lismo al poder en la Argentina, son las tres llaves que nos abren las puertas a la verdad. La Guerra Mundial puso en crisis el sistema de valores occidentales, a los cuales Amrica Latina se hallaba adscrip- ta5. Tambin produjo el desplazamiento del centro hegemnico domi- nante de Europa a los Estados Unidos y despert nuevas expectati- vas. La llegada del radicalismo argentino al poder en 1916, mediante el ejercicio del sufragio universal, representa el ascenso poltico de las capas medias, vigorizadas por el torrente inmigratorio6. 5 La no participacin de la Argentina en la guerra de 1914-1918 permiti a la Nacin dice Gabriel del Mazo un repliegue sobre s misma que le dio perspectiva para esclarecer las causas de aquel desastre. Frente a la civili- zacin europea en crisis, quebrbase el magisterio intelectual de Europa y surga para la juventud la exigencia vital de salvar a nuestros pueblos del destino de los pueblos europeos. Las Universidades, rganos aqu de las oli- garquas econmicas e intelectuales extranjerizantes, deban democratizarse y cambiar sus normas culturales. (del Mazo, 1961). 6 El Movimiento de la Reforma Universitaria brota y se alienta en el m- bito de un movimiento mayor de raz democrtica y de inspiracin tica, con 38. CarlosTnnermann43La creciente urbanizacin fue otro factor que, ligado a los anteriores, contribuy a formar la constelacin social que desen- caden el Movimiento, justamente calificado como la conciencia dramtica de la crisis de cambio que experimentaba la sociedad argentina y buena parte de la sociedad latinoamericana7.Perdido el poder poltico, el patriciado terrateniente, la gau- chocracia, y la oligarqua comercial se atrincheraron en la univer- sidad, como su ltimo reducto. Pero ah tambin le presentaron batalla los hijos de la clase media triunfante y de los inmigrantes, gestores de la reforma8. El gobierno radical de Hiplito Irigoyen les brind su apoyo, pues vea en la reforma una manera de minar el predominio conservador. Todo esto contribuy a dar al Movi- miento un marcado sesgo poltico, que para algunos no fue favo- rable para el logro de sus propsitos acadmicos, olvidando que toda verdadera Reforma Universitaria supone, necesariamente, cambios polticos.El Movimiento fue as, como sostiene Orlando Albornoz, la consecuencia de un nmero de presiones sociales impuestas porla dinmica de la vida econmica de la Argentina y por los cam- que el pueblo argentino, por primera vez en su historia (1916), por medio del sufragio universal autntico realiza su movilizacin total en el plano de las instituciones polticas, en la bsqueda de la autenticidad nacional y popular de los poderes pblicos. El renacimiento democrtico del pas trajo el renaci- miento democrtico de la Universidad. (del Mazo, 1961). 7 El ascenso del radicalismo al poder en 1916, como explosin de las clases medias que se venan formando bajo el signo de la inmigracin y del pasaje de la rudimentaria economa pastoril a una economa agropecuaria, no sobrepas de cierta limpieza burocrtica (en lo que se pens ver una re- volucin desde arriba) y el drama argentino de 1918 fue su exteriorizacin ms coherente y definitiva. (Jesualdo, 1968). 8 Resignado el poder al radicalismo, abandonado el campo al inmigrante, slo quedaba la Universidad. Pero tambin los claustros se poblaban de vo- ces nuevas, de nombres desconocidos que hallaban cerrado el camino hacia las posiciones anheladas y merecidas. Era siempre la invasin de la clase me- dia, hija del comerciante enriquecido. Hizo punta. Y el proletariado le brind su apoyo moral, dignificndola. (Ciria y Sanguinetti, 1962). 39. 44NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba bios que se producan en su estructura social. Entre otras cosas, un intenso proceso de urbanizacin, el cual crea necesidades nuevas, como las de educacin superior9.La Argentina sealan Silva Michelena y Sonntag fue dentro de los pases latinoamericanos el que tuvo un desarrollo industrial de ma- yor vigor y un proceso de concentracin urbana acelerado por las intensas corrientes migratorias que se dirigieron a ese pas. Por otra parte, los cambios progresivos, tanto estructurales como culturales, se manifestaron en la Argentina con mayor fuerza que en cualquier otro pas latinoamericano ( Silva Michelena y Sonntag, 1971: 25).Esto explica que el Movimiento irrumpiera en la Argentina para luego propagarse, de manera desigual y segn las circunstancias de cada pas, por el resto de Amrica Latina.Sin que el Movimiento haya sido un fenmeno meramente ideolgico, es indudable la influencia que las corrientes filosfi- cas de entonces y las ideas de algunos pensadores americanos tuvieron en las declaraciones y en la mentalidad de los princi- pales dirigentes de la Reforma Universitaria. En algunos casos, existen testimonios escritos de estos mismos lderes que reco- nocen tales influencias. En otros, stas se perciben en los textos de los manifiestos que tratan de fijar la posicin del Movimiento. De ah que convenga resear, aunque sea muy brevemente, sus fuentes ideolgicas10. 9 (Albornoz, 1972) ngel Mariano Hurtado de Mendoza, escritor reformis- ta, sostiene que la reforma no fue ms que la consecuencia del fenmeno general de proletarizacin de la clase media que forzosamente ocurre cuando una sociedad capitalista llega a determinadas condiciones en su desarrollo econmico. Incurriramos tambin en un error agrega, si la considerra- mos como hasta el momento se ha hecho, como el resultado exclusivo de una corriente de ideas nuevas provocadas por la Gran Guerra y por la Revolucin Rusa, o como la obra de la nueva generacin que aparece y llega desvincula- da de la anterior, que trae sensibilidad distinta e ideales propios y una misin diversa para cumplir. (Hurtado de Mendoza, 1959:108). 10 Sobre la Reforma Universitaria de Crdoba existe una abundante biblio- grafa, en la cual se pueden rastrear sus orgenes filosficos. La Federacin 40. CarlosTnnermann45En realidad, se advierten en el Movimiento varias corrientes de pensamiento, aunque todas convergen en la bsqueda de una respuesta nacional y americana. A Juan Carlos Maritegui debe- mos un anlisis de la ideologa del Movimiento, escrito en plena poca reformista. Afirma Maritegui que en cuanto a ideologa, el movimiento estudiantil careci, al principio, de homogeneidad y autonoma. Acusaba demasiado la influencia de la corriente wil- soniana. Las ilusiones demo-liberales y pacifistas que la prdica de Wilson puso en boga en 1918-1919 circulaban entre la juventud latinoamericana como buena moneda revolucionaria(Maritegui, 1969), cosa que tambin ocurri en Europa, aun entre los viejos partidos socialistas. En la lucha, y gracias al contacto con el pro- letariado, las ideas se irn aclarando y adquirirn un contorno ms social y revolucionario, abandonando la postura inicial ro- mntica, generacional y mesinica.Para Ripa Alberdi, el espritu nuevo era producto de la vic- toria del idealismo novecentista sobre el positivismo del siglo die- cinueve. Luis Alberto Snchez asegura que el advenimiento del neoidealismo bergsoniano, que se inicia casi al mismo tiempo en toda Amrica Latina, barri casi completamente el positivismo y prepar el Movimiento de la reforma (Snchez, 1969: 61). Risieri Frondizi, a su vez, sostiene que la reforma tuvo una inspiracin inicial de raz liberal-burguesa y anticlerical, comolo reconocieron los propios iniciadores aos despus. Los refor-mistas advirtieron pronto la complejidad del problema universi-tario y su ntima conexin con el problema nacional. De ah quela Reforma Universitaria se convirtiera, para muchos, en reforma Universitaria de Buenos Aires incluy en la obra que public en 1959, con motivo del 40 Aniversario de la Reforma (La Reforma Universitaria 1918- 1958) una Bibliografa elemental sobre la Reforma Universitaria, pp. 377- 379. La mejor compilacin del pensamiento reformista es la que llev a cabo Gabriel del Mazo por encargo del Centro de Estudiantes de Medicina en La Reforma Universitaria (1926). 41. 46NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba social11. El anticlericalismo de la etapa inicial, justificado por la lucha contra la preponderancia eclesistica, especialmente jesu- tica en la Universidad de Crdoba, epicentro del Movimiento, se transformar despus en antimilitarismo y antiimperialismo (Ciria y Sanguinetti, 1962: 51)12.Con las corrientes liberales se juntaron tambin las socialistas y anarquistas, formando todas ellas una trama ideolgica compleja que a la postre favoreci al Movimiento, enriquecindolo13. 11 El movimiento agrega Frondizi se ampli y profundiz. Tambin se dividi. En la actualidad, los trminos reforma y reformista son vagos y cubren una amplia gama de posiciones que van desde el liberalismo fini- secular a las diversas modalidades del marxismo; y dentro de ste, desde la revolucin social burocratizada hasta las explosiones emocionales de raz individualista. (Frondizi. 1972: 16). 12 El catolicismo apareca en esa poca como el smbolo del conservadu- rismo, de la tradicin y las fuerzas religiosas que gravitaban en la vida uni- versitaria cordobesa: en especial, los jesuitas se presentaban a los ojos de la juventud como el enemigo que con su poltica obstaculizaba todo posible cambio. Elementos que participaron activamente en el movimiento como Jorge Orgaz, que fuera posteriormente rector de la Universidad de Crdoba, admiten que si el enfrentamiento de 1918 hubiera encontrado a los catlicos posconciliares, quizs el elemento religioso no hubiera jugado ningn papel importante y, es ms, reformistas y catlicos habran podido militar en fren- tes comunes. (Rodrguez de Magis, 1972: 4). 13 En su ensayo El movimiento estudiantil revolucionario latinoamerica- no entre las dos guerras mundiales, Hanns-Albert Steger ha destacado los rasgos anrquicos del Movimiento de Crdoba. Al examinar los reclamos de Crdoba por una liberacin de la clase estudiantil, asistencia libre, educacin popular, etc., dice: Todo esto se hallaba incluido dentro de un movimien- to anarco-sindicalista de mayores proporciones: el de la Federacin Obrera Regional Argentina, por entonces en el primer plano de discusin poltica, movimiento en el que era muy comn la idea de crear Universidades para el pueblo y los obreros, cosa todas en clara conexin con el anarquismo italiano y la Universidad Populare de Luigi Fabbris. No debemos olvidar que los tra- bajadores de la industria argentina de aquellos aos eran un nmero conside- rable de origen italiano. (Steger, 1972: 15). A su vez, Jorge Graciarena seala que cargado con la retrica alambicada y difusa de la posguerra, el mensaje poltico reformista reconoca influencias muy diversas en las que predomi- 42. CarlosTnnermann 47Tuvo la Reforma de Crdoba maestros? El drama de la Reforma Universitaria nos dice uno de sus princi-pales expositores, Gabriel del Mazo es el drama de una ansiedaddiscipular sin respuesta, o con la indignante falsificacin de una res-puesta [...] Por eso la autodocencia fue la nica salida en el conflic-to... (Del Mazo, 1955:62).Y aun cuando los reformistas reconocen la influencia que ejerci en su pensamiento el magisterio de algunos intelectuales como Jos Ingenieros, Alfredo Palacios, Alejandro Korn y Sal Taborda, lo cierto es que la autoenseanza fue la actitud predominante en una juventud que desesperadamente buscaba maestros. Asisti- mos escribi Antenor Orrego, a un maravilloso autodidactis- mo de la juventud; es ms: a la docencia de la juventud sobre los maestros. En todo caso, si el Movimiento tuvo maestros, no los encontr en las aulas universitarias, sino fuera de ellas. Las aulas no tenan nada que ensearles.El sector progresista de la intelligentsia argentina brind su respaldo al Movimiento reformista (Albornoz, 1971: 97). Jos Inge- nieros, que en la primera etapa de su pensamiento evidenci ten- dencias europeizantes, advirti en el Movimiento juvenil la fecun- da y sana vertiente para una construccin del porvenir sobre bases naba el idealismo y la teora de las generaciones, pero haba en l muy poco de marxismo. En sus formulaciones ms generales no haba un pensamiento vernculo genuino como luego se intentar hacer en el Per. Y en verdad, no haba motivos para que su crtica social fuera ms concreta y radial. La Argentina se encontraba en el perodo de mayor prosperidad relativa de su historia, su ingreso per cpita figuraba entre los primeros del mundo y las nuevas clases medias estaban aprovechando ampliamente esta expansin sin precedentes, de manera que no haba motivos para que ellas y otros grupos elaboraran un proyecto revolucionario de transformacin del orden social: en estas condiciones, slo bastaba reajustarlo. En sntesis, el Movimiento Reformista surgi como la expresin universitaria de un movimiento social ms general, cuyo centro estratgico estaba formado por las nuevas clases medias urbanas y en cuyo orden social se integr fcilmente, aportndole un dinamismo considerable. (Graciarena, 1970: 68). 43. 4 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba americanas14. Pronto se convirti en su gran animador y, maestro y discpulo a la vez, puso todo su entusiasmo en favor de los recla- mos reformistas, convencido de que la Universidad deba ser una escuela de accin social, adaptada a su medio y a su tiempo (Inge- nieros, 1956: 15). Alfredo L. Palacios, quien ya ejerca un magiste- rio socialista cuando sobrevino la agitacin estudiantil, secund el Movimiento, pero advirtiendo: Mientras subsista el actual rgimen social, la reforma no podr tocar las races recnditas del problema educacional15. Alejandro Korn, quien fue el primer decano refor- 14 En su prlogo al libro La Reforma Universitaria de Julio V. Gonzlez, Anbal Ponce reconoce la influencia de Ingenieros sobre su generacin: Ha- bamos aprendido a deletrear declamndonos los unos a los otros, desde los bancos del colegio, los primeros sermones laicos de Ingenieros, y el fervor idealista en que nos inflamara encontraba, por fin, la realidad propicia. (Gon- zlez, 1922). Sergio Bag, en el artculo antes citado, dice de Ingenieros que fue el agitador y gua del movimiento. Del Mazo recuerda la aparicin de Jos Ingenieros, en pleno hervor del ao 1918, en una multitudinaria asamblea estudiantil para decirle, en tono de- safiante: El pensamiento de esta asamblea incide acertadamente sobre el aspecto de la corrupcin local, pero no est a la altura de la magnitud del mo- vimiento al que pertenece, porque recorta su programa. Ser necesario que dentro de veinte aos algn historigrafo llegue a demostrar a los militantes actuales que por aqu estaba pasando la historia nacional? Si la reforma no bate a la reaccin universitaria en todos sus aspectos y subray el todos, movilizadas como estn de nuestra parte las fuerzas necesarias para el com- bate, slo nos quedar a los universitarios, la vergenza de ser argentinos [...] Ingenieros agrega Del Mazo, no slo modific radicalmente ciertas po- siciones anteriores, como la de la guerra europea, por ejemplo, sino que en el transcurso del 18 y bajo el nuevo influjo en vigoroso contagio de nueva fe fue trasladando poco a poco a Amrica las claves de su pensamiento so- cial y los motivos todos de su inters intelectual. (del Mazo, 1955: 70-79). Jorge Orgaz, otro militante del Movimiento, nos dice: Algunos profesores, muy pocos, eran positivistas, es decir, suscriban una filosofa enteramente contraria al tesmo y, por consecuencia, a la enseanza a travs de dogmas religiosos. De ese positivismo del que fue representativo un hombre olvidado, el Dr. Antonio Piero, surgi luego Jos Ingenieros, que se perfil pronto como un maestro de la juven- tud educada en la escuela de la mente desprejuiciada y en la valoracin integral de los fenmenos. A Ingenieros sigui, entre otros, Anbal Ponce. (Orgaz, 1970: 53). 15 El pensamiento de Alfredo L. Palacios, su destacada participacin en el movimiento reformista, las innovaciones que promovi cuando le correspon- 44. CarlosTnnermann49 mista en la Facultad de Filosofa y Letras de Buenos Aires, ejerci tambin notable influencia, contribuyendo a ahondar la reflexin filosfica sobre los principios del movimiento renovador, su anli- sis crtico y la bsqueda de una respuesta autntica y americana. Para Korn, en la Reforma Universitaria se expresaba un anhelo de renovacin, un deseo de quebrantar las viejas formas de la convi- vencia social, de trasmutar los valores convencionales16.Varios de los militantes del Movimiento, que participaron en las primeras manifestaciones estudiantiles o en los actos que desencadenaron el proceso, se transformaron ms tarde en au- toridades de las Universidades reformadas y escribieron obras o ensayos que han contribuido a la decantacin del pensamien- to reformista. Gabriel del Mazo ha publicado las compilaciones ms completas de estos trabajos17. Entre los propugnadores de la reforma en la Argentina, a quienes por sus escritos se les reconoce la categora de idelogos del Movimiento, podemos mencionar, adems del propio Del Mazo, quien tambin desem- pe altas posiciones pblicas18, a Deodoro Roca, autor del c- lebre Manifiesto Liminar del 21 de junio de 1918, a Sergio Bag, di desempear altas posiciones acadmicas en Buenos Aires y La Plata (de- cano de la Facultad de Derecho y presidente de la Universidad de La Plata), as como el sentido americano que procur imprimir a sus mensajes, pueden estudiarse en su obra La Universidad nueva - Desde la Reforma Universi- taria hasta 1957 (1957). La Federacin Universitaria de Buenos Aires, en su Quin es quin en la Reforma Argentina, que aparece en las pginas finales del libro La Reforma Universitaria confiere a Palacios el cognomento de Maestro de la juventud reformista de Amrica. (FUBA, 1926). 16 (Korn, 1959: 68). Alejandro Korn, segn Del Mazo, se debe principalmen- te el magisterio filosfico y humanista. Para un mejor conocimiento de su pensamiento ver sus Obras completas (Korn, 1949). 17 De la obra de Del Mazo existe tambin una edicin de 1941 (La Plata) y otra de 1967-1968 (Lima). 18 Transcurridos cuarenta aos de la reforma, Gabriel del Mazo fue ministro de Defensa en el gobierno de Arturo Frondizi. Por su actitud, calificada de claudican- te ante el problema de las universidades privadas, fue censurado por la Federacin Universitaria Argentina (FUA) en trminos dursimos: Ex-maestro, cuarenta ge- neraciones os repudian. Ver La Universidad revolucionaria (Cuenca, 1964: 11). 45. 50 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba Hctor Ripa Alberdi, Sal A. Taborda, Carlos Cossio, Julio V. Gonzlez, los hermanos Arturo, Alfredo y Jorge Orgaz, Mariano Hurtado de Mendoza, Rafael Bielsa, Jos Luis Lanuza, Ricardo Rojas, Carlos Snchez Viamonte, Pedro A. Verde Tello, Florenti- no Sanguinetti, etctera19.Sealamos antes que la Reforma de Crdoba trat de en- contrar una respuesta americana a la crisis del momento. El americanismo fue otra caracterstica del Movimiento que con- viene destacar, as como su denuncia del imperialismo. Ya en el Manifiesto de Junio de 1918, los jvenes cordobeses aseguran estar viviendo una hora americana. Haba llegado el momento de dejar de respirar aires extranjeros y de intentar la creacin de una cultura propia, que no fuera simple reflejo o trasplante de la europea o estadounidense. La juventud, bajo el impacto de la Guerra Mundial, aspiraba a terminar con el vicio de que- rer regir la vida americana con mente formada a la europea (Escamilla, 1966:17). Esta actitud del reformismo merece ser subrayada, pues aun cuando no dio todos los frutos esperados, su vocacin de originalidad latinoamericana seal un rumbo que los actuales procesos de renovacin universitaria no deben perder de vista. En su americanismo, la juventud expresaba el anhelo de superar todas las formas de dependencia. De ah que Gabriel del Mazo llegara a decir que la reforma es uno de los nombres de nuestra independencia [de la] vieja Independencia, siempre contenida o adulterada, pero siempre pugnante por re- vivir y purificarse20. 19 Una lista completa de los principales representantes del reformismo uni- versitario argentino aparece en la obra La Reforma Universitaria 1918-1958 (1959: 367) (Buenos Aires: Federacin Universitaria de Buenos Aires). 20 Alfredo L. Palacios, en su Mensaje a la juventud iberoamericana expre- s: Nuestra Amrica, hasta hoy ha vivido de Europa, tenindola por gua. Su cultura la ha nutrido y orientado. Pero la ltima guerra ha hecho evidente lo que ya se adivinaba: que en el corazn de esa cultura iban los grmenes de su propia disolucin [...] Seguiremos nosotros, pueblos jvenes, esa curva descendente? Seremos tan insensatos que emprendamos a sabiendas, un camino de disolucin? Nos dejaremos vencer por los apetitos y codicias 46. CarlosTnnermann51Antes de la Primera Guerra Mundial, Amrica Latina vive bajo la influencia del Modernismo, cuyo mximo representan- te es el nicaragense Rubn Daro. Sus principales exponentes, bajo el impacto del Destino Manifiesto yanqui y del desbande de bicfalas guilas, devienen exaltados defensores de los valores espirituales hispanoamericanos, para contraponerlos al pragma- tismo de Caliban. Daro cantar en sus odas inmortales la uni- dad hispanoamericana y su fe en el futuro. Rod, a su vez, con lenguaje retrico y entre mrmoles y bronces, traza en su Ariel los contornos de la cultura de la Amrica espaola y reafirma el ideal bolivariano de la unidad de las dispersas repblicas. Los modernistas regresaban as al terruo, tras su cosmopolitismo y su encantamiento por Pars y sus marquesas Eulalias. De to- dos los pueblos, volvan a su pueblo. De metrpolis, a su casa. (Methol Ferr, 1969). Daro dir entonces, en los soberbios hex- metros de su Salutacin del Optimista: nanse, brillen, sec- ndense, tantos vigores dispersos; formen todos un solo haz de energa ecumnica.El magisterio del Daro de los Cantos de Vida y Esperanza, el arielismo de Rod y las encendidas prdicas de Manuel Ugarte, Alejandro Korn, Jos Ingenieros y Francisco Garca Caldern, esti- mularon el americanismo de los jvenes reformistas21. Congruente con esta lnea y sus planteamientos sociales, el Movimiento adop- t muy pronto una clara postura antiimperialista, que ms tarde la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), su concrecinmateriales que han arrastrado a la destruccin a los pueblos europeos? Imi- taremos a Norteamrica, que, como Fausto, ha vendido su alma a cambio de la riqueza y el poder, degenerando en la plutocracia? Volvamos la mirada a nosotros mismos. Reconozcamos que no nos sirven los caminos de Europa ni las viejas culturas.. Deca por entonces en Crdoba Sal Taborda: Seamos americanos. Seamos americanos por la obra y por la idea y no simples facto- ras. (del Mazo, 1955: 15). 21 El americanismo de la reforma aparece como una expresin de afirmacin latinoamericana frente al entreguismo y al sometimiento del Continente. Surge este americanismo como un volver a retomar viejos ideales que fueron bande- ras de los fundadores de nuestra nacionalidad. (Rodrguez de Magis: 1972). 47. 52 NoventaaosdelaReformaUniversitariadeCrdoba poltica ms importante, incorpor como punto medular de su programa, dndole relieve continental. La afirmacin de lo propio frente a lo forneo robusteci el sentimiento nacionalista del Mo- vimiento, actitud que, traducida al mbito universitario, implicaba la nacionalizacin efectiva de la universidad. La Universidad deca Del Mazo no haba interpretado lo nacional, como que era intelectualmente extranjerizante y estaba socialmente incomuni- cada. (Del Mazo, 1955: 18). Se trataba, pues, de dar sustancia y contenido real a lo que hasta entonces no pasaba de ser simple adjetivo: edificar la autntica Universidad Nacional, la Casa que la cultura superior de la Nacin demandaba.Los historiadores del Movimiento mencionan tambin la in- fluencia de Ortega y Gasset, que hizo una visita a Buenos Aires en 1916, despertando sus conferencias gran expectacin en el am- biente universitario (Bag, 1959: 32)22.Tal es la trama ideolgica del reformismo, donde no una sino varias corrientes de pensamiento se advierten, sobre un trasfon- do de positivismo spenceriano o comteano. Las distintas tenden- cias de sus idelogos, pese a sus coincidencias fundamentales en cuanto a la crtica a la Universidad y a la sociedad, mueven a Methol Ferr a sostener quelas bases intelectuales de Crdoba son informes y deleznables, batiburrillo de ideas flotantes en el ambiente [...] Crdoba se si- ta, en rigor, dentro de la confusa crisis del positivismo y mate- rialismo precedentes, y no est en condiciones de acuar ninguna ideologa propia, aunque la anhele en sus altisonancias. (Methol Ferr, 1969). 22 Refirindose a la vista de Ortega y Rey Pastor a Buenos Aires, Or- lando Albornoz seala que Estos intelectuales de la avant gard de la poca trajeron consigo una serie de conceptos que aprendieron en la atmsfera del momento, sobre todo el concepto de generacin de Or- tega. De acuerdo con este concepto, cada generacin tena sus propias responsabilidades histricas y tena que cumplirlas independientemente de los alcances o fracasos obtenidos por las generaciones anterioreS. (Albornoz, 1972: 96). 48. CarlosTnnermann 53 Otros autores, desde una perspectiva marxista, han hecho tambin severas crticas al contenido ideolgico de la Reforma de Crdoba. As por ejemplo, Juan Isidro Jimnez Grulln afirma que la juven- tud reformista alentaba los ideales liberales-romnticos que la existencia delas dictaduras reaccionarias y el ansia de enriquecimiento per-sonal haban hecho nacer en su clase [] La Reforma de Cr-doba y de las dems Universidades latinoamericanas fuero