reflexiones 25 el poder de la palabra
DESCRIPTION
Las letras del alefato hebreo representan formas estructuradas de energía vibracional que proyectan fuerzas propias de la estructura geométrica de la creación. De esta manera, con el lenguaje se puede tanto crear-sefirót como destruir-kelipót. Es así como el ser humano potencia el poder contenido en el alefato al sumarle el poder de su propia intención.TRANSCRIPT
REFLEXIONES
El Poder de la Palabra
H.C.ELÍAS
El Poder de la Palabra
H.C. Elías
Extracto del libro: “En el Nombre de HVHI” ©H.C. Elías Registro Indautor 03-2014-12183114500-01
Comenzaremos citando una frase del físico Niels Böhr, uno de los padres de la física cuántica:
“Todo lo que llamamos real está compuesto por cosas que no pueden considerarse como reales”.
En REFLEXIONES III, IV Y XVII obtuvimos un conjunto de 36 frecuencias fundamentales y 36
secundarias, de las cuales identificamos como fundamentales a 9 del tipo cuadrado sefirót, 9
diamante sefirót, 9 cuadrado kelipót y 9 diamante kelipót, las otras 36 son sus correspondientes
simétricas secundarias. Ahora reproduciré estas frecuencias.
Valores asociados al Árbol de la Vida para la configuración cuadrado
SM2 cuadrado
Diamante fundamental
S1 639 741 852
427 538 376
S2 396 417 528
274 385 763
S3 963 174 285
742 853 637
Valores asociados al Árbol de la Vida para la configuración diamante
Cuadrado Fundamental
SM2 diamante
S1-S3 741 285 639
853 637 427
S2 417 852 396
385 376 274
174 528 963
538 763 742
Valores asociados al Árbol de la Muerte para la configuración cuadrado
SM2 kc
Diamante fundamental
S2 369 714 258
S2 724 835 673 S3 936 471 825
S3 247 358 736
S1 693 147 582
S1 472 583 367
Valores asociados al Árbol de la Muerte para la configuración diamante
Cuadrado fundamental
SM2 kd
S1 693 714 258
S1 472 835 673 S3 936 147 582
S3 724 583 736
S2 369 471 825
S2 247 358 367 Tabla 1
La Kabaláh nos dice que las sefirót del Árbol de la Vida, así como las kelipót del Árbol de la Muerte
se mueven por ondas musicales.
Estas frecuencias están asociadas con determinadas sefirót y kelipót, frecuencias que también
permiten la acción de ambas emanaciones sobre determinados codones correspondientes a
aminoácidos específicos.
ÁRBOL DE LA VIDA (SEFIRÓT)
Fig. 1
ÁRBOL DE LA MUERTE (KELIPÓT)
Fig. 2
AMINOÁCIDOS CONFIGURACIÓN CUADRADO SEFIRÓT-KELIPÓT
ALA
GCU GCG GCA GCC
ARG CGC CGA CGG CGU AGA AGG
ASN
AAU AAC
ASP
GAU GAC
CYS
UGU UGC
LYS
AAA AAG
MET
AUG
PHE
UUU UUC
PRO
CCU CCG CCA CCC
GLN
CAG CAA
GLU
GAA GAG
GLY
GGC GGA GGG GGU
HIS
CAU CAC
ILE
AUU AUA AUC
LEU UUG UUA CUU CUG CUA CUC
SER
UCU UCG UCA UCC AGU AGC
THR
ACU ACG ACA ACC
TRP
UGG
TYR
UAU UAC
VAL
GUU GUG GUA GUC
INICIO MET
AUG STOP UAG UAA UGA Tabla 2
AMINOÁCIDOS CONFIGURACIÓN DIAMANTE SEFIRÓT-KELIPÓT
ALA
GCU GCG GCA GCC
ARG CGC CGA CGG CGU AGA AGG
ASN
AAU AAC
ASP
GAU GAC
CYS
UGU UGC
LYS
AAA AAG
MET
AUG
PHE
UUU UUC
PRO
CCU CCG CCA CCC
GLN
CAG CAA
GLU
GAA GAG
GLY
GGC GGA GGG GGU
HIS
CAU CAC
ILE
AUU AUA AUC
LEU UUG UUA CUU CUG CUA CUC
SER
UCU UCG UCA UCC AGU AGC
THR
ACU ACG ACA ACC
TRP
UGG
TYR
UAU UAC
VAL
GUU GUG GUA GUC
INICIO MET
AUG STOP UAG UAA UGA Tabla 3
Esto muestra que el mundo de la esencia subyace al mundo material y se relaciona con él a través
del sonido.
Y a pesar de ser frecuencias me refiero a ellas como sonido, pues sus valores en hertz caen en el
rango audible y es dentro de este rango donde se ubican las palabras, las letras y los lenguajes.
Según la Kabaláh las palabras son cosas y las cosas son palabras. Esto no significa que existan
palabras mágicas, sino que la palabra es magia, cuando convoca, invoca, y hace presencia de la
ausencia.
El alefato hebreo consta de 22 letras, este conjunto de sonidos, en mi opinión y en la de muchos
eruditos, es el lenguaje de Di-s. Sabemos que las palabras del hebreo se construyen básicamente
con raíces que involucran tres consonantes.
Este es un lenguaje sagrado en perfecta unión con la naturaleza, por tanto, las combinaciones
posibles de sus letras deben formar el número exacto y preciso que se requiere tanto para definir
los aspectos sensibles de la vida, como la naturaleza en sí misma.
Este asunto es muy profundo y por lo mismo es muy importante que seamos capaces de
comprender plenamente esta idea.
Si no existe la palabra para describir algo, el concepto asociado a ese algo no está definido y por
tanto ese algo aunque pudiese existir esta fuera de la “realidad” que es cognoscible.
De las palabras a las que nos referimos y que se forman a partir de las 22 letras hebreas son
aquellas que describen la creación de Di-s, no la tecnología desarrollada por el hombre.
Ahora recordemos que nuestro universo vinculado a la realidad actual consta de 12 dimensiones.
Si somos capaces de percibir un mundo tridimensional a través de nuestros sentidos, entonces el
número de palabras que requerimos para definirlo ¿estará en términos justamente de este
número de palabras, o el número de palabras disponibles en este nivel dimensional determinará la
amplitud de lo que podamos percibir y por tanto definir de la realidad actual?
Yo pienso que es lo segundo, es decir, que el número de combinaciones posibles de las 22 letras
hebreas dentro de cada nivel dimensional define la profundidad con la que podamos percibir la
realidad actual, dado que a pesar de vivir en un mundo de doce dimensiones no somos capaces de
percibirlas, conocerlas e interpretarlas a plenitud de forman consciente.
Además estoy seguro que el número de formas en las que esas 22 letras pueden agruparse en
subconjuntos numéricamente más pequeños guarda una estrecha relación con el nivel
dimensional que permiten describir, percibir y comprender.
Consideremos la siguiente tabla para un grupo de combinaciones posibles de las 22 letras,
22° = 1
22¹ = 22
22² = 484
22³ = 10,648
22⁴ = 234,256
22⁵ = 5,153,632
22⁶ = 113,379,904
22⁷ = 2,494,357,888
22⁸ = 54,875,873,536
22⁹ = 1,207,269,217,792
22¹° = 26,559,922,791,424
22¹¹ = 584,318,301,411,328
Tabla 4
Imaginemos que la realidad actual corresponde a la imagen de un bosque, ahora cubramos esa
imagen y solo dejemos una rendija lineal, la visión de la realidad sería muy limitada, expandamos
un poco la rendija y volvámosla un cuadrado, ahora se verá un poco más pero aún es limitada la
percepción del bosque como tal.
Conforme más cortes hagamos en aquello que nos obstruye la capacidad de percibir plenamente,
es decir, dentro del marco de las doce dimensiones que conforman la realidad actual, mayor es la
profundidad de percepción que puede lograrse.
Cada exponente o número pequeño que aparece en la parte superior derecha del número 22
representa una dimensión.
De tal forma que el 0 representa la dimensión cero, el 1, la dimensión 1, el 2 la segunda
dimensión, el 3 la tercera y así sucesivamente hasta la onceava. Recordemos que en la realidad
actual a la que pertenece nuestro universo, hay 3 dimensiones de espacio expandido, 6 tambíen
de espacio contraídas a nivel cuántico; una cuántica de espacio (la onceava dimensión) hogar de
las branas, estructuras que definen una infinidad de universos paralelos incluidos el nuestro. Una
dimensión de tiempo lineal y la que he definido como dimensión cero, la cual es una dimensión
asociada al tiempo fractal y que representa al quanta espacio tiempo esencia.
Para poder describir, percibir e interactuar o ser parte holística de la tercera dimensión
requerimos un lenguaje de 10,648 palabras de tres letras, 484 palabras de dos letras junto con las
22 letras de forma individual, además un ingrediente que comentaré más tarde.
Para penetrar en la cuarta dimensión requeriríamos un lenguaje más amplio el cual a lo más
consistiría de 234,256 palabras de cuatro letras más todas las combinaciones anteriores.
Conforme seamos capaces de ir construyendo estas palabras o sonidos estructurados, seremos
capaces de percibir, describir e integrarnos a esa cuarta dimensión de la realidad actual.
He utilizado la frase “sonidos estructurados” en virtud de que en un principio representarán entes,
que no corresponderán a ningún concepto previamente conocido, luego se volverán conceptos y
entonces si podrán ser definidos. Solo en ese momento los sonidos estructurados podrán ser
identificados como “palabras”.
Para percibir no solo plenamente sino holísticamente la realidad actual con sus 12 dimensiones
requeriríamos de un lenguaje con un total de palabras formado por la suma de todos los renglones
de la tabla anterior.
Un ser bidimensional, es decir, aquel cuya realidad se suscribe a un plano solo requiere de 484
palabras en grupos de dos en dos para describir su percepción de la realidad actual a plenitud.
Análogamente un ser lineal, esto es, un ser que se mueve solo sobre una línea, requeriría
únicamente veintidós letras aisladas para describir su percepción de la realidad actual.
Pero entonces ¿qué significa el primer renglón o dimensión cero?. De la teoría matemática
sabemos que cualquier número elevado a la potencia cero tiene el valor de la unidad (1). Dentro
de tal contexto este resultado es tremendamente revelador. Para comprender esto recordemos
que la dimensión cero la asocie a los quanta de espacio tiempo esencia sefirót o kelipót
(REFLEXIONES VIII Y REFLEXIONES XVIII) y luego mostré que tanto las partículas elementales como
las partículas súper simétricas y los dos tipos de MAG (Micro Agujero de Gusano) (REFLEXIONES
VIII y XVIII) están formados por arreglos en triadas de estos quanta.
Por otra parte el Zohar nos dice que Di-s recrea a cada instante la creación, esto significa que a
cada instante estos quanta de espacio tiempo esencia son creados y por tanto todo aquello
perceptible dentro de las realidades que surgen como reflejo de la Única Realidad.
En este contexto el uno proveniente de la expresión 22°, significa un solo sonido inaudible,
invariante, continuo y absoluto. En otras palabras “el sonido de la creación”. Un sonido que
jamás podremos percibir pero que todos los días a cada instante está presente en toda realidad.
Así como el todo absoluto y la nada absoluta son lo mismo, un sonido como el descrito es igual a
un silencio absoluto. Y así como en REFLEXIONES XIV mostré que la oscuridad no es ausencia de
luz, sino un tipo de luz; el silencio no es ausencia de sonido, sino un tipo de sonido.
Regresemos al caso del ser lineal que solo requiere las 22 letras para describir su mundo. Si
analizamos esto a la luz de lo expuesto anteriormente, la situación es que no solo requiere de las
22 letras sino del sonido desconocido o silencio que es justamente aquello que separa cada letra,
aquello que permite que cada una sea distinguible mediante la duración finita de su sonido al ser
limitada o acotada por el sonido de la creación o silencio primordial.
Este es un sonido o silencio que penetra toda la creación. Por eso en el silencio se encuentra a
Di-s.
La idea de sonido y silencio inmediatamente nos remite al concepto de lenguaje. En hebreo la
palabra shafá significa justamente esto, “lenguaje”, pero maravillosamente también quiere decir
“orilla”. En otras palabras, el lenguaje es una orilla entre dos mundos. El de la esencia y el material.
El del silencio primordial y el del sonido perceptible, el de la Unidad y el de la Diversidad, el de la
Única Realidad y el de las Realidades Reflejadas.
En Génesis 1:3 se lee: Y dijo Di-s, haya luz….Esto pone de manifiesto que toda la Creación surge de
lo que “dijo” Di-s, pues Él creó a través de la palabra. (Donde la acción de crear debe entenderse
dentro del marco de lo expuesto en REFLEXIONES I).
Si sumamos el valor numérico de las letras que componen la palabra shafá encontramos que es el
mismo de la palabra Mesías, por lo que, en cierto sentido, lo que hay que redimir es el lenguaje.
En este contexto, redimir es comprender que el lenguaje es verbo. El verbo es energía pura que se
va manifestando en la naturaleza, no es distancia de la naturaleza, sino su NOMBRE. El verbo es
creador de mundos.
El verbo representa la magia de la palabra, y por ello es necesario entender que cada letra es un
color, una forma, un aroma, un sonido y que así como el universo está constituido por diferentes
leyes, las leyes de la realidad, las cuales son de naturaleza más amplia, pues rigen la expresión
material de la esencia, son las letras representadas por el alefato hebreo. En la medida en la que
uno puede entender como están relacionadas las leyes del Universo con las leyes de la Realidad
representadas por las letras y con lo que éstas representan, uno puede empezar a desarrollar otro
tipo de comprensión acerca de lo que llamamos “Realidad”.
La palabra entendida como vibración es capaz de construir, sanar, enfermar o destruir.
Cuando focalizamos la mente en algo y coloreamos esa imagen, ya sea con la emoción amor o
con la emoción miedo, obtendremos sentimientos, los cuales son en sí un tipo de lenguaje
vibracional. Si esta acción la realizamos conscientemente y la exteriorizamos mediante el sonido
resultante de la pronunciación de combinaciones específicas de ciertas letras hebreas, se logra
materializar un poder que afecta el reino de la materia.
La energía que canaliza el lenguaje es la manifestación final del pensamiento, la emoción y los
sentimientos. Es por esto que los mantras, las oraciones, los cánticos y las plegarias eran utilizados
para sanar o dañar, para afectar el orden de acontecimientos naturales, y en última instancia para
modificar lo que llamamos “realidad”.
Este conocimiento que había estado olvidado sin duda aporta el poder de cambiar nuestro mundo.
El lenguaje es ambivalente ya que lo mismo es creador de mundos que verdugo de la naturaleza.
Como comente al inicio existe un estrecho vínculo entre el mundo de la esencia y el ADN a través
del sonido. Científicos rusos compararon las reglas de sintaxis (la forma en que se colocan juntas
las palabras para formar frases y oraciones), la semántica (el estudio del significado del lenguaje) y
las reglas gramaticales básicas, y así descubrieron que los alcalinos de nuestro ADN siguen una
gramática regular, además de poseer reglas fijas, tal como nuestros idiomas. Por lo tanto, es una
propiedad intrínseca del ADN responder al sonido en forma de lenguaje.
Además de acuerdo a lo visto en las primeras partes de esta investigación y conforme a lo que se
conoce como ADN fantasma, puede decirse que es a través del ADN que la realidad puede ser
moldeada.
Los maestros espirituales de la antigüedad han sabido, desde hace miles de años, que nuestro
cuerpo puede ser programado por medio del lenguaje y las palabras, de igual forma se puede
tener influencia sobre los fenómenos naturales y modificar lo que llamamos realidad.
Aunque en principio cualquier lenguaje puede servir para lograr esto, yo en lo particular, estoy
convencido que el hebreo es el lenguaje de Di-s y por tanto a través de sus letras se facilita la
canalización de la energía producto del poder de la intención. Así que antes de seguir adelante
comentaré algunas propiedades interesantes de las letras hebreas.
El investigador Dan Winter, que desarrollara un programa de computación para estudiar las ondas
sinusoidales que emite el corazón bajo respuestas emocionales, en una fase de la investigación
con sus colegas Fred Wolf y Carlos Suárez, analizó las vibraciones del lenguaje hebreo con un
espectrograma.
Lo que descubrieron fue que los pictogramas que representan los símbolos del alefato hebreo se
correspondían exactamente con la figura que conforma la longitud de onda del sonido de cada
palabra.
Es decir, que la forma de cada letra era la exacta figura que formaba dicha longitud de onda al ser
vocalizada. También comprobaron que los símbolos que conforman el alefato son
representaciones geométricas.
En el caso del alefato hebreo, las 22 gráficos utilizados como letras son 22 nombres propios
originalmente usados para designar diferentes estados o estructuras de una única energía cósmica
sagrada, la cual es la esencia y semblanza de todo lo que es.
De acuerdo a esto puede decirse que las letras del alefato hebreo representan formas
estructuradas de energía vibracional que proyectan fuerzas propias de la estructura geométrica
de la creación. De esta manera, con el lenguaje se puede tanto crear-sefirót como destruir-
kelipót. Es así como el ser humano potencia el poder contenido en el alefato al sumarle el poder
de su propia intención.
“Hay ciertos sentimientos (unión pensamiento y emoción) que poseen una palabra, la cual al ser pronunciada, los convierte en forma”.
“Cada elemento de la naturaleza posee un sustrato o esencia, la cual se puede activar o poner en movimiento si se conoce el NOMBRE secreto de tal entidad, o si a través del sentimiento se establece un tipo de entrelazamiento cuántico, lo cual genera unión y empatía más allá del conocimiento mismo del NOMBRE”.