PRIMERA Tomada del libro de LECTURA:

dones de fe, esperanza y amor; para que obtengamos por tu mi-sericordia las dadivas y promesas; haz que amemos con sinceridad de corazón lo que mandas; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amen.

Todopoderoso y eterno Dios, aumenta en nosotros tus

Joel 2 : 23 - 32

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OCTUBRE 27 / 2019 - VEITEAVO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS - LECC. CICLO C - ED. AÑO 09 - No. 463

29 También sobre siervos y sier-vas derramaré mi espíritu en a-quellos días; 30 mostraré en el cielo grandes maravillas, y san-gre, fuego y nubes de humo en la tierra.

28 »Después de estas cosas de-rramaré mi espíritu sobre toda la humanidad:los hijos e hijas de ustedes profetizarán,los viejos tendrán sueños y los jóvenes vi-siones.

estoy con ustedes, que yo soy su Dios, y nadie más. ¡Nunca más quedará mi pueblo cubierto de vergüenza!

31 El sol se volverá oscuridad, y la luna como sangre, antes que llegue el día del Señor, día gran-de y terrible.»

32 Pero todos los que invoquen el nombre del Señor lograrán-

26 Ustedes comerán hasta que-dar satisfechos, y alabarán al Se-ñor su Dios, pues yo hice por us-tedes grandes maravillas.

23 ¡Alégrense ustedes, habitan-tes de Sión, alégrense en el Se-ñor su Dios! Él les ha dado las llu-vias en el momento oportuno, las lluvias de invierno y de primave-ra, tal como antes lo hacía.

Nunca más quedará mi pueblo cubierto de vergüenza.

25 «Yo les compensaré a ustedes los años que perdieron a causa de la plaga de langostas, de ese ejército destructor que envié contra ustedes.

27 y ustedes, israelitas, habrán de reconocer que yo, el Señor,

24 Habrá una buena cosecha de trigo y gran abundancia de vino y aceite.

COLECTACOLECTA

Pero cuál es la diferencia entre las dos oraciones y porque uno es justificado y el otro no; ya vimos que el fariseo se alardeaba de cumplidor, queriendo estar por encima de los demás, buscando reconocimiento, con una oración muy lejos de su corazón. Ahora examinemos la del publicano, ese ser despreciable y repudiado por todos; lo hacia con humildad, sencillez,, reconociendo imperfecto y con un corazón arrepentido.

Continuamos con las enseñanzas de Jesús en forma de parábolas y hoy nos quiere mostrar, de qué manera podemos hacer nuestras oraciones, para que sean efi-caces y puedan agradar a Dios, oraciones que necesariamente tienen que ver con nuestras convicciones de fe, forma de vida y de actuar, para que sean aceptadas delante del Señor.

Queridos herman@s

En esta parábola de la oración del fariseo y el publicano, como en otras, Jesús uti-liza los contrastes, los extremos y estos dos personajes que con una formación dife-rente y vidas contradictorias expresan cada uno a su manera la forma de presen-tarse a Dios buscando ser justificados. En este episodio de su tiempo, que se hace también evidente en el nuestro, nos muestra como tenemos nuestra relación con Dios; unos verdaderamente identificados y cumpliendo en humildad como buenos hijos y otros erróneamente intencionados, seguros de su ego, superioridad y de estar haciendo las cosas bien.Pero no podríamos comprender sus manifestaciones sin antes revisar quienes eran, estos personajes, de donde venían, para poder observar sus conductas y sus verdaderas intenciones del corazón frente a las cosas de Dios. El Fariseo-=apar-tado, era un religioso judío perteneciente a esta secta, conocedor profundo de la ley de Mosaica, dedicados a guardarla; buscaban no contaminarse del mundo y permanecer “puros” para restaurar la justicia en la tierra y la devoción al pueblo, por ello da gracias a Dios por su superioridad, “no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.” creyéndose así aceptado por su propias obras; fueron creyendo tanto en sus propias convicciones que llegaron a distanciarse grandemente de la ley y por eso Jesús constantemente los interpelaba y señalaba, queda claro que este grupo religioso no hacía las cosas para la gloria de Dios, sino lo hacían para obtener su propio reconocimiento. De otra parte, los publicanos eran considerados hombres inmorales y desprecia-bles porque con frecuencia explotaban a los mismos judíos cobrando excesiva-mente los impuestos para el imperio. Ellos eran judíos que ostentaban el título (publicanos) otorgado por roma, para tratar de disminuir el sentimiento de opre-sión por el cobro de los tributos y para no hacerlo directamente.

Con esto Jesús quiere enseñarnos que no importa lo que seamos; que lo que en verdad interesa, es la intención del corazón, porque Dios lo conoce y lo sabe todo, Cuando es así, ÉL nos perdona.“¡Oh Dios, ten compasión y misericordia de mí, que soy pecador!” el publicano lo había entendido.Pero ¿qué debemos observar con detenimiento en esta parábola?, quizás que debemos orar con la intensión y disposición del publicano, sí; pero que miremos con cuidado la actitud del fariseo, porque por su comportamiento, prepotencia, prácticas y falsedad, es que no fue justificado. Amén.

+Ernesto Bulla Delgado. Obispo Misionero.

Obispo +Ernesto Bulla Delgado

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MISION SAN PABLO. Monseñor: EDUARDO ENRIQUE OROZCO

San Pablo a Timoteo 4:6 - 8, 16 - 18Tomada de la Segunda carta del Apóstol

Jesucristo según San Lucas 18 : 9 - 14

Congregación: Gloria a ti, Cristo Señor!

SANTO EVANGELIO: de nuestro Señor

6 Yo ya estoy para ser ofreci-do en sacrificio; ya se acerca la hora de mi muerte.

8 Ahora me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará sola-mente a mí, sino también a

7 He peleado la buena ba-talla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel.

todos los que con amor es-peran su venida gloriosa.

17 Pero el Señor sí me ayudó y me dio fuerzas, de modo que pude llevar a cabo la pre-dicación del mensaje de sal-vación y hacer que lo oye -

16 En mi primera defensa an-te las autoridades, nadie me ayudó; todos me abandona-ron. Espero que Dios no se lo tome en cuenta. El Evangelio del Señor: Te alabamos Cristo Señor !

J

¡ no de Alabanza!Oh Dios tu eres digSalmo 65Salmo 65

1Oh Dios de Sión, ¡tú eres digno de alabanza!, ¡tú mereces

que te cumplan lo prometido,

4 Feliz el hombre a quien escoges y lo llevas a vivir cerca de ti,

en las habitaciones de tu templo. ¡Que seamos colmados con lo

mejor de tu casa, con la santidad de tu templo! R/

5 Dios y Salvador nuestro, tú nos respondes con maravillosos actos

de justicia; la tierra entera confía en ti, y también el mar lejano;

6 tú mantienes firmes las montañas con tu poder y tu fuerza. R/

2 pues escuchas la oración! Todo el mundo viene a ti. R/

3 Nuestras maldades nos dominan, pero tú perdonas nuestros pecados.

DOXOLOGIAA LA DIVINA TRINIDAD, UNIDOS TODOS ALABAD CON

ALEGRIA Y GRATITUD, SU AMOR Y GRACIA CELEBRAD. AMEN

SEGUNDALECTURA:

18 y me librará de todo mal, y me salvará llevándome a su

ran todos los paganos. Así el Señor me libró de la boca del león.

Congregación : Demos gracias a DiosPalabra del Señor...!!!

esús contó esta otra parábola para algunos que, seguros de sí mismos

por considerarse justos, despreciaban a los demás:

10 «Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era

uno de esos que cobran impuestos para Roma.

11 El fariseo, de pie, oraba así: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy

como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese co-

brador de impuestos.

12 Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que

gano.”

13 Pero el cobrador de impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera

se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía:

“¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy

pecador!”

reino celestial. ¡Gloria a él para siempre! Amén.

Congregación : Demos gracias a Dios

Palabra del Señor...!!!

salvarse de la muerte, pues en el monte Sión, en Jerusalén, esta-rá la salvación, tal como el Señor lo ha prometido.Los que él ha

escogido quedarán con vida.

14 Les digo que este cobrador de impues-

tos volvió a su casa ya justo, pero el

fariseo no. Porque el que a sí mismo se

engrandece, será humillado; y el que se

humilla, será engrandecido.»