puritanismo y estupidez de niños
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Ensayo un tanto sui generis de las prácticas de las empresas de la información y su hipocresía.TRANSCRIPT
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24/02/2015 Samuel Benito de la Fuente
Me acabo de enterar de que, como en otros mbitos y lugares de la Nube, Google, la
empresa guru de la libertad, va a llevar sus polticas de vergenza sexual; no, no de
restriccin; no para quitar de las mentes jvenes la viciada pornografa. Es sta una
clara contradiccin, cuando se muestra en cualquiera de las web, sobre todo
relacionadas con la piratera que, a su vez, dicen, dicen, tanto odian, estn
apestadas de ellas! Eso s, si es para ilustrar, oye! Esto es como el David: ensear el
rabo y los huevos slo se permite con la delicadeza del Renacimiento. La elegancia est
bien, es bonita; pero tambin la claridad, e incluso lo oscuro, lo barroco, lo gtico
Estos das he estado comentando con gente de mi entorno que la poblacin occidental
parece llevar un proceso mental de retroceso, hacia el s. XIX, concretamente lo
hablbamos sobre las mujeres y el machismo; y es que, por otro lado, algunos, con
cinismo de nuevo me refiero a la televisin, estn patidifusos por el machismo?,
las tendencias dominante de las parejas? tanto hombres como mujeres, en este
caso, que hace poco reflejaron unos estudios sociales en la juventud. Enrique, de la
librera donde suelo ir habitualmente, al lado Carlos, me deca que volvamos a la poca
victoriana: yo no creo que el s. XIX slo sea victoriano, sino que hay otros modelos
culturales, aunque semejantes, pero lo que s creo como l, me parece que tenemos
morria de ellos; como si realmente, inconscientemente, no los hubiramos olvidado
y slo han mutado, transformndose muy levemente, de forma que lo hubiramos
estado escondiendo al menos a manos de los cegatos, alarmados sobre todo por el
machismo y por quienes se pusieron un sombrero de altas pajas. Pero quizs no
slo sea a nivel sexual y de las parejas, y eso es preocupante; y lo que s que ms me
ha preocupado, ms incluso que lo econmico y lo social, que de por s ya lo es, pero
esto podra ser ms trascendental: un cambio mental lleva otros aparejados. El estudio,
por otro lado, dice, o parece ser, que esta tendencia no est regida por una dialctica de
gneros que dira una feminista, no es siempre machista me parece a m, pero s
que lleva a acciones que lo son de hecho, pues de fondo provienen del viejo patriarcado,
a pesar de la represin que hemos hecho a ste por las concepciones asumidas por
nuestra sociedad del feminismo (de iure).
Estaba leyendo a Michel Foucault, un libro que me recomend Carlos: Las palabras y
las cosas, que intenta ser una especie de inspector (como dira Marina) de la
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epistemologa, es decir, de cmo se elabora el conocimiento. Esta frase me ha llamado
la atencin, por lo que me toca por aprendiz de historiador:
Quiz sea posible que los conocimientos se engendren, las ideas se
transformen y acten unas sobre otras (pero cmo? hasta ahora los
historiadores no nos lo han dicho); de cualquier manera, hay algo cierto: que
la arqueologa, al dirigirse al espacio general del saber, a sus
configuraciones y al modo de ser de las cosas que all aparecen, define los
sistemas de simultaneidad, lo mismo que la serie de las mutaciones
necesarias y suficientes para circunscribir el umbral de una nueva
positividad.1
Lo que los mortales entendemos por que una conducta (o un conocimiento, o una
materialidad) se ven involucradas por otras que la rodean; formando lo que los
estructuralistas llaman como sistema. ste es el que crea una positividad o lenguaje
un discurso: una forma de definir. Pero, la verdad, Foucault pretende ser tan claro
clarinete como nuestros actuales gobernantes, dotados de su posmodernismo
regurgitado de lo que llamamos como neoliberalismo.
Ahora, vamos a hablar ms en plata: una cosa nunca est aislada, y que como astros en
el firmamento formando una constelacin, una idea rota sobre otra; pero, an ms, es
como si chocasen y se mezclasen, y luego dispersndose se volvieran a formar en otra
diferente constelacin. Desde lejos, veramos un orden; desde lejos, un caos. Veramos
segn nuestra posicin, nuestra conciencia, imaginacin No sabramos ver el cambio
completo desde ningn lugar quizs O no. Pero las diferentes visiones aclararan
mejor.
Pero el problema de Foucault y su lenguaje, no es su contenido oculto, soterrado, su
idea, su significado filosfico, es que son tremendamente pesados, pedantes, ordenados
e intentando ser tan puntillosos defecto tambin mo, hijos de la Ilustracin, a pesar
de este aparente espaldarazo que damos como para clavar la mosca en el atlas
borgiano; y lo sensible, lo que equivale emocionalmente, e incluso lo ms humano su
risa y su humor en su caso, de la manera de lo ms terrible, queda oscurecido,
mancillado, y parapetado por el velo de la oscuridad, no pareciendo ms que se
iluminasen las butacas del teatro y no la obra en s, y bailasen las sombras (que son los
actores) de sta.
Las palabras no parecen tener un significado ms que lo que representa de forma
idetica (de las ideas, su construccin) y no lo que supone en el limbo de las
sensaciones, de las percepciones no visuales, no auditivas, etc., que van ms all de lo
formal. Se queda en el limbo formal. Y detrs no hay ms. Por qu el orden?, habra
que preguntarse. Por ese llamado mar catico al que hago siempre referencia en la
sique; el bamboleo que siente el ser humano internamente sobre su situacin en el
1 Foucault, M., 1968: Las palabras y las cosas: una arqueologa de las ciencias sociales. Siglo XXI.
Argentina.
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mundo; lo que cree que hay de bueno o malo sobre lo que existe, o piensa que
existe; y, ante esto, el llamado existencialismo queda a un nivel de cinismo y de tabula
rasa horrible ante este formalismo de duda sobre la vida. Yo peco de l: pecar no es
algo malo. Creo que hasta el cristiano sabe que para que haya pureza ha de haber
pecado, y no hay pecado sin pureza.
El ser humano, desde que nace, a pesar de estar en ese estado a priori de tabula rasa (en
algunos aspectos), nace sobre todo, antes de nada, con una gentica, la cual lo
determina, lo marca, o mejor dicho, porque eso suena a cadena, lo limita con
visiones, con sentimientos (llora), escucha a los mdicos que le traen al mundo (quizs
incluso antes que a su madre), y le saludan dentro de esta sociedad nacida de unos
gabachos que, supuestamente, concibieron (abstractamente) para l, no se sabe cundo
desconocen an la perspectiva-concepto que hemos creado del tiempo e incluso no
saben dnde y ni con quin Aqu, ciertamente, me he puesto tan investigador y tan de
buscar sospechosos como ellos. Realmente, eso no nos importa (en general); quizs a
ellos, a m en cierto sadomasoquismo filosfico; pero no a ese nio.
Eso de que los nios son curiosos, ciertamente; pero no siempre y no buscan, muchas
veces, ms all de un significado, ms que para apuntalar lo que creen es el mundo.
Aunque hay excepciones, claro est, es cierto, es cierto No quiero asegurar lo que
sera falso. Pero vienen con ansias de vivir, sin ms. Quieren vivir y para ello
necesitan, como el oxgeno, dnde, cmo, por qu, para qu, etc., y as elaborar un
plan, lo que suena algo pedante: una praxis. Y sta necesita de una msica, como al
hombre sensible, que desea un algo ms all: un objetivo, un sentimiento, una pasin,
un impulso, una necesidad Son los ojos que les informan ms all de las imgenes;
son los valores, son las pulsiones, son los sentimientos, que recorren lo llamado
irracional y es slo la argamasa que embadurna y es tan racional muchas veces hasta
que choca con lo subconsciente lo cual haba ocultado la Ilustracin, en la utopa
empirista, realmente faucultiana. El problema es cuando no hay palabras, cuando
no hay sistema, no hay mapa; hay lucha; hay vida No sabemos.
Y a pesar de que el sexo como hoy lo concebimos, en los nios no es algo que lo
conozcan, ms all de lo que hayan odo o visto; pero, posiblemente, estoy seguro ms
bien, no saben lo que significa; no saben lo que penetra tras los poros de un hombre
adulto, el cual no son, al que se le ha desarrollado su biologa, y encuentra en el otro ser
opuesto o no algo (por decirlo de alguna forma). Alguno pensara que son hombres
imperfectos, como se deca de los hermafroditas, de los que no tenan pene (los castrati,
por ejemplo), o en formacin Pensamos en eso porque sabemos (por la experiencia,
la emprica real) que esos nios habrn de empezar a cambiar; empezarn a inteligir, e
incluso muchos dejarn de querer saber no se sabe bien si por el sistema en el que
estamos, por la mala educacin, la falta de creatividad ambiental, X, da igual; quizs
sea lo que dije: ya no les hace falta praxis porque alguien, la sociedad, se la ha dado,
supuestamente al menos, una teora de qu es el sexo. Pero hasta que pasa, ellos al
menos no lo saben: en eso, claramente, o son tabula rasa o slo lo conocen poco a
poco, a tono de los cambios hormonales. Entonces empezarn a saber que algo
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revolotea como dicen que lo haca el (cabrn) divino Eros para dar sus flechitas
(matadoras de amor y de caos sentimental, tal que se le asocia con lo que llamamos
como romanticismo, una efervescencia de sentimientos ntimos, interiores, que salen, o
que viene del exterior e impulsan a sacar de forma instintiva o introducir de una
forma impresionante a su propio ser y ser tal esta transformacin y esta combustin
de sus sentimientos que no es raro que todos digan que la adolescencia, una etapa que
es en otras culturas inexistente, al menos en su concepto nuestro, marcar toda su vida,
porque es cuando ms creen experimentar, debido a las hormonas que todo lo turban, lo
mueven, lo vuelven sensitivo a un nivel hedonista y palpable que luego lo veremos
como un paraso perdido al igual que la niez. Y en busca de qu? El amor Ese
tema tan manido que si ahora llego y digo algo estpido me lapidarn, o si en cambio
cojo una cita de Ovidio quedar pedante Prefiero ahora no tirarme por el puente
Me da miedo, es como una femme fatale tan terrible que tocarla sera pecado o
explotara
Nunca hemos pensado que lo que revolotea en torno al sexo, al menos de alguna
forma, lo que llamamos como amor, el deseo afectivo, y toda una cadena de cosas
que nos ponen tiernos, se ven inmersas dentro de la mente del nio. Como no lo vemos,
cuando observamos, leemos u omos sobre el amor platnico infantil, creemos que es
algo sorprendente, nos exaltamos y nos volvemos gilis Con perdn de los
sentimentales; yo tambin tengo mis momentos, pero djenme expulsar mi rabia porque
tiene un motivo y seguro que eso los calma. En cambio, seguro que si preguntamos
a un nio, nos dir: por qu?, con cara muy marcadamente del patetismo que dan los
nios. l, dubitativo, se lo preguntar, pues para l, que lo siente, le es natural; no es
nada raro; no es nada imposible o difcil; un algo que fluye tan natural como para el
hombre adulto buscar en una hembra de su especie el placer y el gozo y, en algunos
casos, el afectivo; pues, busca en esa persona eso que busca y no sabe bien por qu lo
hace; y no es el sexo, no es el placer de la penetracin, no es el de los fetiches... A veces
sus sentimientos son tan temporales que duran nada; otras, en cambio, como en los otros
seres humanos, los marcan. En realidad, creo que sabemos poco de los nios. Algo
hay ah, en torno a esa otra persona: es por eso quizs que en los amores ms nios en
ese sentido sintamos esa penetrante sentimentalidad, llena de platonismo, y nos
derretimos. Tampoco hagamos eso Pues, cuando nos hacemos mayores, surge lo otro,
lo que es un manantial desconocido en el desierto de lo no-conocido del nio; lo que la
oscuridad en un mundo que pasa, se ilumina u obscurece segn qu, vete a saber cul es
el motivo El placer, los sentimientos amorosos, la necesidad de pareja Pero algo ya
exista; no nace de la nada, slo del caos
ste pasa de manera liviana, aunque preocupante y algo atemorizante; pero si le baas
con el temor y la represin cristiana Lo confundes y lo matas! No digo que, incluso,
dentro de la inquisicin de los sentimientos del catolicismo todo sea malo: da a ese
nio valores, da conceptos, bifurca el mundo, ordena, da un ms all de lo aparente que
ellos dicen tanto sobre el platnico cielo. Es ms: la represin es un simple mecanismo.
El problema es su uso. O constreimos al nio, o lo mimamos tanto que no sabe qu hay
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tras sus actos, tras lo que cree saber; no tiene nada ms que puro instinto o ms bien: un
mundo vaco que acta segn el mecanismo con el que, dicen, funcionan los autmatas;
como con el que actan los seres por Dios; como los hados fueron concebidos para la
realidad y sus meros interventores, los seres vivos. Quizs el no pensar todo esto ha sido
lo que, tras la Ilustracin, curiosamente una de las ms preocupada por ellos, ha dejado
ms tambaleantes a los hombres: despus de la algarada de la Educacin, nos hemos
vuelto tontos, inconscientes, como nios sin un buen tutor que nos enseara a andar. O
sordos, de tanto creer que oamos por el cerebro. S, es que para eso, para que analice,
necesita un receptculo: el odo y todos sus rganos.
Creo que he madejado todo Aunque parece que no haya una unin muy buena. Parece
este traje, un traje hecho por partes: he hecho una manga, no la otra; un cuello, pero
no la parte que lo sigue cual larga es, hacia el cuerpo, hecho a trocitos; y de la parte de
abajo, faltase las faldas donde se abriga la parte del cuerpo entre el pie y el tobillo. Y
no s si ser tan complicado como un Foucault Pienso demasiado deprisa
posiblemente... Quizs no sea un buen pedagogo; espero que me perdonen. Intentar
devolverles al origen Foucault mata eso que decora, la esttica.
Lo que Google hace es por los nios, o por la humanidad, o por decencia, que huele
muy a burguesa pasada, de puritanismo americano. Como deca, el sexo, el placer, son
cosas naturales; que, ciertamente, turban al nio que no sabe, o que le excitan (y no
sexualmente o al menos, no como lo debera, como ese nio que dicen que es hombre
imperfecto) debido a ese lugar desconocido; y al que turbia terriblemente,
ciertamente, sexualmente, y que sobre todo le da miedo, es al hombre porque ha roto
su praxis. No es por el nio o que se respete a nosotros, el todos en general del bien
pblico que a veces tanto se espeta, y lo que se hace no es ms que para uno: es que
tenemos miedo; otra cosa es que el miedo sea parado o sea encarado. No creo que nada
sea perfecto, y ms en este tema, pero es contradictorio e hipcrita esa actitud cuando
sabemos perfectamente lo que hay. Nos hacemos los sordos, seores
Turba al hombre porque le adentra en el mundo de lo desconocido, en el mundo del
nio; en la temblorosa manta de negra oscuridad que dicen los ilustrados vivimos; y
teme manir no un discurso, pues lo hace ste para tapar, en vez de hacer el laisse faire
tan gustoso y deseado por ese supuesto neoliberalismo de estos conservadores
enmascarados en guays internaticos. Est claro que es malo, si lo tomamos con
demasa, dentro de los cnones del punto medio del clasicismo al que me inscribo pero
con matices; como todo, depende De qu? De las circunstancias, y que de tan
medianos (aurea mediocritas) uno no se encor en el extremo de una habitacin, a
oscuras, para no ver, or, como autocastigado, por burro... El nio puede no estar
preparado para la oscuridad que levita, con la que choca, pero tambin necesita
desear, y amar, y querer, y ver, y or, a travs de ella, de ese desconocimiento, para un
qu, que desconoce a priori
Que nos turbe: busquen respuesta
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El sexo es una cosa natural; pues, cmo se van a ocultar de su hipcrita visin,
despus de ver Cincuenta Sombras de Grey, se queden mirando la pelcula X del Plus, o
vean a dos personas follando en la calle porque les importa un carajo su propia
privacidad, tema para otra de mis mistificaciones (ms que mixtificaciones)? Va a
estar ah. Van a desear, van a querer, van a necesitar follar Sea con dulces palabras de
lira o con la suciedad del proletario que dice coos y le gusta tan naturalmente el folgar
como a Sancho Preferirn que los nios teman, sientan pavor, o se exciten, cuando
vean lo que es natural por su internet? Pues, seores, vuelvan a sus pocas victorianas,
que casi prefiero volver a mi tan supuestamente odiada poca de las cavernas y darme
de garrotazos por una mujer de buenas caderas Al menos en ese mundo se disfrutaba
de lo que era natural.