prontas liberaciones

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Prontas liberaciones: entre el orgullo político y el clamor de libertad A raíz del comunicado de las FARC emitido el 16 de abril, donde anunciaban la liberación de varios uniformados, y el largo tiempo que ha pasado desde estas declaraciones, hacemos un análisis sobre las decisiones políticas que han atrasado este proceso de liberación y los aciertos y desaciertos para llegar a un acuerdo humanitario pronto. El 16 de abril del presente año, un comunicado de las FARC en el cual se resaltaba la labor de “colombianos y colombianas por la paz” en su “esfuerzo convergente por lograr un acuerdo humanitario que libere los prisioneros de guerra” al igual que el esfuerzo “despojado de odios” del profesor Moncayo y el clamor por la reconciliación manifestado por la conferencia episcopal; éste grupo subversivo expuso que: Ante la reiterada solicitud de la senadora Piedad Córdoba, de Colombianas y Colombianos por la Paz, del profesor Moncayo y de los presidentes Rafael Correa y Hugo Chávez, anunciamos nuestra decisión de liberar unilateralmente al cabo Pablo Emilio Moncayo” (http://www.agenciapulsar.org/nota.php?id=14824 ) Pero a pesar de la decisión de este grupo armado, no se obtuvo ningún resultado luego de varios meses “El Gobierno no ha hecho sino mostrar flexibilidad, ha buscado todos los caminos, ha tratado de encontrar soluciones humanitarias, le ha dado la participación a todos a los que adquieren una legitimidad real para servir de facilitadores, todo eso no ha servido, no ha llevado a resultados. Porque las Farc utilizan a los secuestrados como piezas de un juego diabólico, ellos quieren coartar la libertad de los colombianos que son una organización decorosa y decente cuando no son más que unos secuestradores, violadores del derecho humanitario”, aseguró el ministro de Defensa Gabriel Silva. (http://www.canalrcn.com/noticias/index.php/nacional/nuevo- comunicado-de-las-farc-sobre-liberaciones/programas/ index.php/nacional/nuevo-comunicado-de-las-farc-sobre-

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describe el proceso de liberación de Pablo Moncayo y sus obstáculos

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Prontas liberaciones: entre el orgullo político y el clamor de libertad

A raíz del comunicado de las FARC emitido el 16 de abril, donde anunciaban la liberación de varios uniformados, y el largo tiempo que ha pasado desde estas declaraciones, hacemos un análisis sobre las decisiones políticas que han atrasado este proceso de liberación y los aciertos y desaciertos para llegar a un acuerdo humanitario pronto.

El 16 de abril del presente año, un comunicado de las FARC en el cual se resaltaba la labor de “colombianos y colombianas por la paz” en su “esfuerzo convergente por lograr un acuerdo humanitario que libere los prisioneros de guerra” al igual que el esfuerzo “despojado de odios” del profesor Moncayo y el clamor por la reconciliación manifestado por la conferencia episcopal; éste grupo subversivo expuso que:

“Ante la reiterada solicitud de la senadora Piedad Córdoba, de Colombianas y Colombianos por la Paz, del profesor Moncayo y de los presidentes Rafael Correa y Hugo Chávez, anunciamos nuestra decisión de liberar unilateralmente al cabo Pablo Emilio Moncayo” (http://www.agenciapulsar.org/nota.php?id=14824)

Pero a pesar de la decisión de este grupo armado, no se obtuvo ningún resultado luego de varios meses

“El Gobierno no ha hecho sino mostrar flexibilidad, ha buscado todos los caminos, ha tratado de encontrar soluciones humanitarias, le ha dado la participación a todos a los que adquieren una legitimidad real para servir de facilitadores, todo eso no ha servido, no ha llevado a resultados. Porque las Farc utilizan a los secuestrados como piezas de un juego diabólico, ellos quieren coartar la libertad de los colombianos que son una organización decorosa y decente cuando no son más que unos secuestradores, violadores del derecho humanitario”, aseguró el ministro de Defensa Gabriel Silva. (http://www.canalrcn.com/noticias/index.php/nacional/nuevo-comunicado-de-las-farc-sobre-liberaciones/programas/index.php/nacional/nuevo-comunicado-de-las-farc-sobre-liberaciones/)

Al escuchar estas declaraciones nos preguntamos el porqué de la demora en las liberaciones de los secuestrados, sobre el proceso que ha tenido la posibilidad de entrega de presos políticos anunciada desde el mes de abril: ¿Cuáles han sido los motivos para su retraso? ¿Cuáles son los organismos y personas que han trabajado para su rápida ejecución?

Hasta el sábado 19 de septiembre el presidente Álvaro Uribe exigía la liberación en un solo grupo de los 23 militares y policías en poder de la guerrilla, así como la devolución de los cuerpos de otros rehenes que han muerto en cautiverio, lo cual fue el principal problema que se presentó para las prontas liberaciones, al ser una exigencia casi imposible de cumplir, ya que las FARC presionan por negociar un acuerdo humanitario desde comienzos de

2008 y sólo han hecho liberaciones unilaterales y de manera parcial. (http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2009/09/090919_2348_uribe_farc_rehenes_rb.shtml). Además el proceso de liberación se estancó cuando el gobierno se negó a autorizar una operación humanitaria para liberar únicamente a esos tres rehenes.

En un comunicado leído por el alto comisionado para la paz, el señor Frank Pearl, luego que en la mañana de ese 19 de septiembre, se reunieran familiares de los secuestrados con el Presidente de la República, el Ministro de la Defensa, el Director de la Policía y el Alto Comisionado, anunció a la opinión pública que “Se facilitan las liberaciones unilaterales ofrecidas por las Farc y reiteran la autorización para que la senadora Piedad Córdoba participe en el acto de liberación” entre otras conclusiones (http://web.presidencia.gov.co/comunicados/2009/septiembre/343.html)

La anterior decisión fue la consecuencia de muchas presiones por parte de organismos internacionales y familiares de los secuestrados al Presidente, para que éste no truncara más el proceso de liberación al no permitir las liberaciones parciales.

Un ejemplo de ésto fue el viacrucis que realizó el incansable caminante por la paz, el profesor Moncayo, quien tras cinco días de caminata llegó a Bogotá el 5 de septiembre del 2009 a la Plaza de Bolívar con la cruz de guadua que cargó por más de 100 kilómetros de recorrido desde Tolemaida (Tolima) acompañado de su hermano Carlos, en pro de que el Gobierno entregara la autorización para que se diera inicio a la liberación de su hijo el suboficial colombiano Pablo Emilio Moncayo, quien fue secuestrado el 21 de diciembre de 1997 junto con otros 17 soldados durante la cruenta toma a la base de comunicaciones de Patascoy (Nariño).

Días después de que el presidente de la República, Álvaro Uribe, hiciera público su cambio de postura frente al proceso humanitario, el secretariado de las Farc celebró el aval entregado a la senadora Piedad Córdoba para que participe en el proceso y dejó claro que el regreso a la libertad de los uniformados dependerá de las garantías y protocolos de seguridad. En un comunicado difundido el domingo 27 de septiembre, que figura en la página web de éste grupo bajo el nombre de “Deploramos la innecesaria indolencia y la crueldad presidencial”, las FARC dan a conocer que:“El cabo Pablo Emilio Moncayo y el soldado profesional José Daniel Calvo, prisioneros de guerra, serán liberados unilateralmente por las Farc, tal como fue anunciado a comienzos de año" “Con este gesto de liberación unilateral reafirmamos nuestra voluntad para avanzar en el proceso de canje que facilite la libertad de todos los prisioneros de guerra" (http://justiciaypazcolombia.com/FARC-EP-reiteran-decision-de), por otro lado acusan al gobierno nacional de la demora en las liberaciones con las siguientes palabras “Deploramos la innecesaria indolencia y la crueldad presidencial que prolongó por cinco meses más el cautiverio de los mencionados militares, así como su precaria sensibilidad frente al drama que afrontan los prisioneros de las dos partes. Trabas, ingratitud y olvido gubernamental, como dice Moncayo, es lo que ha prevalecido”.Por otro lado, la noche del miércoles del 23 de septiembre se presentaron

pruebas de vida de varios uniformados, entre ellos las palabras de Pablo Emilio Moncayo. En la cinta, el suboficial agradece a los presidentes Rafael Correa y Hugo Chávez por las gestiones que han realizado en busca de su liberación. El militar también  hizo un pedido al presidente Álvaro Uribe.  “Es justo  que no nos nieguen más el derecho a ser libres. Señor presidente Uribe, abra la puerta por favor que quiero ser libre”, fueron las palabras de un demacrado Moncayo que a la vez reveló que se encuentra aislado desde hace cinco meses de otros secuestrados, y que siempre en constante movimiento por la selva, y agrega que siente miedo por la presencia militar, en un video que ha ocupado los principales espacios informativos locales.

Las reacciones de diversos sectores y personas involucrados con los procesos de liberaciones, no se hicieron esperar. El profesor Moncayo se sorprendió cuando observó la imagen de su hijo. "Pensé que era una broma, no me imaginaba que la persona que estaba mostrando en la pantalla era él, y cuando habló me di cuenta que era mi hijo" aseguró en varios noticieros nacionales.

La Iglesia Católica se unió también al clamor nacional para que se dé la liberación total de los secuestrados en poder de las Farc. El secretario de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan Vicente Córdoba, confirmó que la Iglesia envió una carta a ‘Alfonso Cano' pidiendo que aclare cómo sería la liberación de los secuestrados. Sin embargo, aún no hay una respuesta del grupo subversivo. "Las Farc no nos han respondido nada y esperamos su pronta respuesta", señaló.

Y enfatizó con sus palabras en la fé que la iglesia tiene en estas liberaciones: "Hermanos de las Farc esperamos en ustedes, confiamos en ustedes, les extendemos nuestra mano con guante de seda no nos dejen con la mano extendida; Colombia les está pidiendo de todo corazón este paso".

Según monseñor Juan Vicente Córdoba, la Iglesia está de acuerdo con la lucha de las Farc por "valores muy profundos como la equidad y la justicia", aunque aclara que están de acuerdo "de fondo más no en la forma". "Ustedes con la lucha de clases nosotros con la democracia (...) creemos en su capacidad de gestionar una patria en paz (...) los amamos pero muéstrennos gestos para dejarse amar de nosotros", concluyó el secretario de la Conferencia Episcopal.

El 24 de septiembre del 2009 en Bogotá la senadora Piedad Córdoba, la Iglesia católica y el Gobierno colombiano urgieron acelerar la anunciada entrega de dos rehenes, después de la difusión de una prueba de vida de uno de ellos, secuestrado hace casi 12 años.

"Creo que en un mes estaríamos ya por fuera de este tema", dijo Córdoba a los periodistas en la ciudad de Medellín (noroeste), al referirse al plazo en el que podrían quedar libres los dos rehenes que la guerrilla se comprometió a entregar junto con el cadáver de un policía muerto en cautiverio.

El Gobierno "tiene la puerta abierta (...) estamos a la espera de información" de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sobre las liberaciones prometidas, comentó por su parte a varias emisoras el alto

comisionado para la Paz, Frank Pearl.

Lo importante ahora "es avanzar en la logística" de esas liberaciones y "que acabemos este gota a gota desesperante para las familias", anotó la senadora.También adelantó a varias emisoras que el grupo Colombianos y Colombianas por la Paz (CCP), que ella misma lidera, está preparando una carta dirigida a las FARC para concretar las liberaciones anunciadas y avanzar hacia un posible intercambio humanitario de rehenes por rebeldes presos.

Del mismo modo y en medio de la jornada electoral que se desarrolló el pasado 27 de septiembre algunos precandidatos fijaron su postura ante lo que parece ser un avance del operativo humanitario. El ex-candidato liberal Alfonso López dijo que el anuncio “llena de alivio” a los colombianos. Para él lo importante es que el proceso tenga un carácter netamente humanitario y no sea manejado por orgullos políticos. Entre tanto el candidato presidencial por el Polo Democrático, Gustavo Petro, manifestó que esta eventual liberación debe ser tomada como el primer punto de una posible reconciliación, entre la guerrilla y la sociedad colombiana.

El Defensor del Pueblo, Volmar Pérez Ortiz, destacó a la vez la decisión de las Farc: “Exhortamos a las Farc a regresar a la libertad la totalidad de los secuestrados en forma unilateral y asumir un compromiso ético ante la Nación de proscribir la horrible práctica del secuestro como instrumento de lucha política". “Es necesario rodear la liberación de los secuestrados de las garantías que se requieran para que el proceso transcurra dentro de los cauces de la normalidad”, puntualizó.

Pero no todas las apreciaciones fueron optimistas. Para el ex-presidente César Gaviria este tema debe ir más allá de simples comunicados y en este sentido insistió en que la voluntad de las Farc debe quedar reflejada en la inmediata liberación de Moncayo y Calvo “Ojalá que sea así. Yo creo que ya es hora de liberar a esa pobre gente, que por las pruebas de supervivencia vimos que las están torturando”, indicó.

Claro está que Gaviria también hizo referencia a la actitud del gobierno: “Ha faltado un poco de voluntad, no sólo de la guerrilla. (Al gobierno) le ha faltado un poco de ánimo y decisión para permitir que el proceso avance”.

Carlos Lozano, integrante del grupo de Colombianos por la Paz, también opinó sobre este tema que figura en la actualidad nacional y dijo que con este nuevo comunicado de las Farc están dadas las condiciones para que la misión humanitaria se desplace a traer de regreso al cabo Pablo Moncayo, al soldado Josué Daniel Calvo y los restos del mayor Julián Guevara.

Con el anterior panorama sobre lo que han sido las tensiones políticas que obstaculizan los procesos de liberación, y las presiones que la población y los familiares se han visto obligados a ejercer para ver a los secuestrados en libertad, nos damos cuenta que la guerra sucia que se libra en este país, hace que al parecer lo último que importe a los actores del conflicto son los seres humanos.

Por ahora, después de dejar en la mesa las posiciones y opiniones al respecto, los colombianos siguen esperando a sus hijos, esposos y padres que están en las selvas, para que regresen nuevamente a sus hogares.