profundidad de la cisura de silvio fetal: estudio

279
I TESIS DOCTORAL PROFUNDIDAD DE LA CISURA DE SILVIO FETAL: ESTUDIO ECOGRÁFICO, NORMALIDAD Y RELACIÓN CON LA EDAD GESTACIONAL Autor: Jose Ramón Andérica Herrero Bajo la dirección de: Dr. Ernesto González Mesa Dr. Luis Cóndor Muñoz Programa de Doctorado en Obstetricia y Ginecología DEPARTAMENTO DE ESPECIALIDADES QUIRÚRGICAS, BIOQUÍMICA E INMUNOLOGÍA FACULTAD DE MEDICINA UNIVERSIDAD DE MÁLAGA 2015

Upload: others

Post on 27-Jun-2022

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

I

TESIS DOCTORAL

PROFUNDIDAD DE LA CISURA DE SILVIO FETAL: ESTUDIO ECOGRÁFICO,

NORMALIDAD Y RELACIÓN CON LA EDAD GESTACIONAL

Autor:

Jose Ramón Andérica Herrero

Bajo la dirección de:

Dr. Ernesto González Mesa

Dr. Luis Cóndor Muñoz

Programa de Doctorado en Obstetricia y Ginecología

DEPARTAMENTO DE ESPECIALIDADES QUIRÚRGICAS,

BIOQUÍMICA E INMUNOLOGÍA

FACULTAD DE MEDICINA

UNIVERSIDAD DE MÁLAGA

2015

Page 2: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

AUTOR: José Ramón Andérica Herrero

http://orcid.org/0000-0002-8722-0449

EDITA: Publicaciones y Divulgación Científica. Universidad de Málaga

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional: http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/legalcodeCualquier parte de esta obra se puede reproducir sin autorización pero con el reconocimiento y atribución de los autores.No se puede hacer uso comercial de la obra y no se puede alterar, transformar o hacer obras derivadas.

Esta Tesis Doctoral está depositada en el Repositorio Institucional de la Universidad de Málaga (RIUMA): riuma.uma.es

Page 3: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

III

Page 4: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

IV

Page 5: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

V

Ver lo que tenemos delante de nuestras narices requiere una lucha constante.

George Orwell

Seudónimo de Eric Arthur Blair, escritor y periodista británico. 1903-1950

Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada.

Antoine de Saint-Exupéry

Escritor y aviador francés. 1900-1944

Page 6: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

VI

Page 7: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

VII

Dedicado a mi mujer, Paloma y a mi madre María, que siempre me animaron a

la realización de esta tesis. A mi padre. A mis hijos Gonzalo y Ana que con

frecuencia sufren nuestras ausencias profesionales.

A las gestantes y a sus futuros hijos, a los que nos debemos y tratamos de

ofrecer siempre la mejor asistencia.

Page 8: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

VIII

Page 9: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

IX

AGRADECIMIENTOS

A todos mis maestros y en especial a los Dres. Enrique Gálvez y José Herrera Peral,

porque han sido un ejemplo a seguir en su formación académica y actualización

científica permanente.

Al Dr. Jose Ramón Herrero Cantarero, mi tío, porque gracias a él deseé

convertirme en ginecólogo y también he seguido sus pasos en el campo de la

medicina fetal.

Muy especialmente al Dr. Ignacio Alonso porque me ha inculcado el interés por

el estudio del desarrollo cortical fetal y sus trabajos han sido la base de este

proyecto.

A todos los miembros del equipo de la Unidad de Ecografía de Centro Gutenberg:

a la Dra. Marisa Borenstein, la Dra. María Romero, al Dr. Gastòn Grant, al Dr.

Antonio Calvo, al Dr. Isidoro Narbona, a la Dra. Carmina Comas y a la Dra.

Francisca Molina porque de alguna forma, este proyecto también es de todos

ellos.

Muy sinceramente al Dr. Guillermo Azumendi Pérez, jefe de la Unidad de

Ecografía de Centro Gutenberg, por permitirme trabajar con él durante tantos

años que entre muchas otras cosas, me han servido para poder contar con los

datos objeto de esta tesis.

Al personal auxiliar y de enfermería: Montse, Esperanza, Carmen, Rocío y Ana. Por

sus ánimos y porque siempre están solicitas a cualquier petición y a nuestro

informático Sergio, imprescindible.

Page 10: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

X

A todos mis compañeros del Hospital Materno Infantil de Málaga, especialmente

a los miembros del equipo de guardias médicas, la Dra. Encarna González

Escañuela, la Dra. Antonia Enriquez y mi jefe el Dr. Leopoldo Burgos.

A todos los miembros del equipo médico de Obstetricia y Ginecología del

Hospital Materno Infantil de Málaga, tanto los que están en el hospital y muchos

son compañeros de formación, como los que ya acabaron su andadura en él,

porque de todos he aprendido, y me siento muy vinculado a ellos y al centro. A

los que me enseñaron los primeros pasos en ginecología, mis tutores y

compañeros de residencia. Al Dr. Sergio Luna y al Dr. Isaac Cohen, porque con

ellos comencé a convertirme en obstetra y a nuestras matronas, enfermeras y

auxiliares porque con ellas compartimos alegrías y desvelos.

Finalmente, y de manera muy agradecida y sincera, a mis directores de tesis, los

Dres. Ernesto González Mesa y Luis Cóndor, porque sin sus consejos, su trabajo,

y su confianza, este proyecto no habría sido posible.

Málaga, 12 de noviembre de 2015

Jose Ramón Andérica Herrero

Page 11: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XI

RESUMEN

Introducción

La generalización del uso de la ecografía y su desarrollo técnico en las últimas dos

décadas la han convertido en una herramienta esencial en la práctica clínica de la

obstetricia actual, mejorando el estudio y comprensión del cerebro fetal en desarrollo.

A pesar del creciente número de exploraciones y estudios sobre el desarrollo neurológico

fetal, no se han publicado guías internacionales objetivas que estandaricen la evaluación

de la maduración de la corteza del cerebro fetal mediante ecografía 2D de rutina.

Conocemos por estudios tanto de anatomistas como de imagen prenatal que la cisura de

Silvio, al igual que otras cisuras, tiene una cronología de aparición definida y que su

forma, cambia gradualmente a medida que avanza la edad gestacional.

Evaluar la cisura de Silvio de una manera estándar en ecografía 2D, principalmente

mediante la profundidad de la ínsula, permitiría que pudiera ser visualizada y valorada

por operadores menos experimentados, especialmente en el cribado de rutina.

Objetivos principales

Evaluar la utilidad de la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio como marcador de

la edad gestacional, mediante la medida sistemática de la profundidad de la ínsula y de la

profundidad de la cisura de Silvio en los cortes básicos axiales que se realizan en la

ecografía obstétrica de rutina del segundo y tercer trimestre de la gestación.

Estudiar si la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio se relaciona con otros

parámetros de la biometría fetal o de las estructuras intracraneales, así como si pudiera

haber influencia de ciertas características maternas en el resultado de esta valoración.

Page 12: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XII

Analizar la variabilidad intra e interobsevador, así como si pudiera haber diferencias en

función del sexo fetal o del hemisferio evaluado. (Derecho o izquierdo)

Estudiar si ante la presencia de una ventriculomegalia aislada, un defecto abierto del tubo

neural o una agenesia de cuerpo calloso, las medidas en la valoración cuantitativa de la

cisura de Silvio sufren alguna modificación.

Conocer la opinión de los especialistas que realizan ecografía de cribado prenatal sobre

la evaluación de las cisuras.

Metodología

Se ha realizado un estudio transversal, de base poblacional, sobre N=392 gestantes en el

que de forma retrospectiva y mediante la medición de parámetros cuantitativos a nivel de

la cisura de Silvio, principalmente la profundidad de la ínsula, pretendemos correlacionar

esta medida como único parámetro objetivo para conocer la edad gestacional en la

ecografía de cribado.

Se han utilizado las imágenes almacenadas en la biblioteca virtual de imágenes del

programa View-Point y se han realizado mediciciones de la profundidad de la ínsula y de

la cisura de Silvio en casos de gestaciones de curso normal o con determinadas patologías

de desarrollo neurológico fetal para conocer la correlación con la edad gestacional e

investigar las variables que pudieran influir en su valoración.

Resultados

La profundidad de la ínsula (PI) aumentó significativamente con el desarrollo de la

gestación, observando una correlación significativa entre la profundidad de la ínsula y la

edad gestacional como demuestra un coeficiente de correlación de Pearson r de 0.984, p

< 0.01 que es elevado.

Page 13: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XIII

La profundidad de la cisura de Silvio (PS) aumentó significativamente con el aumento de

la gestación observando una correlación significativa entre la profundidad de la cisura de

Silvio y la edad gestacional como demuestra un coeficiente de correlación de Pearson r

de 0.914, p < 0.01 que es elevado.

El análisis de variabilidad de la medida por uno o dos operadores mostró un buen ajuste

en el modelo de Bland y Altman.

No se observaron diferencias en función del sexo fetal o de la lateralidad y sí se apreció

una correlación baja aunque significativa de algunas características maternas con la

valoración de PI y PS.

Encontramos una correlación significativa elevada entre la profundidad de la ínsula y

parámetros de la biometría fetal así como algunas estructuras del SNC y no se encontraron

diferencias significativas en el grupo de ventriculomegalia aislada cuando se compararon

con las gestaciones de curso normal. Por el contrario, sí se encontraron diferencias

significativas en la profundidad de la ínsula en el grupo de fetos con agenesia de cuerpo

calloso y se concluyó que la ínsula no es valorable en la mayoría de fetos con un defecto

abierto del tubo neural que presentan ventriculomegalia.

La mayoría de especialistas encuestados valoran ya algún tipo de cisura en la ecografía

de cribado, creen en su utilidad y piensan que esta valoración podría ser implementable

en dicha exploración.

Conclusiones

La profundidad de la ínsula guarda una estrecha correlación con la edad gestacional por

lo que su medición, podría contribuir a una correcta data en casos de gestación con escaso

control o una datación dudosa.

Page 14: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XIV

La evaluación sistemática en la ecografía 2D de cribado de la cisura de Silvio,

familiarizaría a los especialistas que realizan ecografía con esta estructura anatómica y

podría incrementar la sensibilidad en el diagnóstico de las anomalías de la migración

neuronal.

Se trata de una medida reproducible, como mostró el análisis de variabilidad intra e

interoperador y la ausencia de diferencias significativas en nuestro estudio en función del

sexo fetal, la lateralidad y la baja correlación con características maternas.

En opinión de los especialistas encuestados, la valoración ecográfica de la cisura de Silvio

sería implementable en la ecografía de cribado del segundo trimestre.

Page 15: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XV

Contenido

RESUMEN ................................................................................................................................... XI

Introducción ............................................................................................................................. XI

Objetivos principales ................................................................................................................ XI

Metodología ............................................................................................................................ XII

Resultados ............................................................................................................................... XII

Conclusiones .......................................................................................................................... XIII

I. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 1

1. Diagnóstico Prenatal por Ultrasonidos .................................................................................. 1

1.1. Importancia del Diagnóstico Prenatal ........................................................................... 1

1.2. Seguridad de los Ultrasonidos ....................................................................................... 2

1.3. Protocolos para realizar una Ecografía Obstétrica ...................................................... 2

1.4. Ecografía de Rutina del Segundo Trimestre .................................................................. 3

1.4.1. Objetivos de la ecografía de cribado del segundo trimestre .................................... 3

1.4.2. Requisitos previos a la ecografía de cribado ........................................................... 4

1.4.3. Estimación de la Edad Gestacional y el Crecimiento Fetal .................................... 4

1.4.3.1. Parámetros que se deben valorar para realizar la biometría fetal ................... 4

1.4.3.2. El diámetro biparietal ....................................................................................... 5

1.4.3.3. La circunferencia cefálica ................................................................................ 6

1.4.3.4. La circunferencia abdominal ........................................................................... 6

1.4.3.5. La longitud del fémur ....................................................................................... 7

1.4.3.6. Peso fetal estimado ........................................................................................... 7

1.4.4. Estudio Anatómico Básico ..................................................................................... 7

1.4.4.1. Evaluación del cráneo y estructuras intracraneales .......................................... 7

1.4.4.2. Evaluación de cara y cuello .............................................................................. 9

1.4.4.3. Evaluación del tórax ....................................................................................... 10

1.4.4.4. Evaluación del corazón .................................................................................. 11

1.4.4.5. Evaluación del abdomen ................................................................................ 12

1.4.4.6. Evaluación de la columna vertebral ............................................................... 14

1.4.4.7. Evaluación de las extremidades ..................................................................... 15

1.4.4.8. Estudio de la placenta ..................................................................................... 15

1.4.4.9. Evaluación de los genitales ............................................................................ 16

1.4.5. Otros parámetros a valorar en la ecografía de cribado .......................................... 17

1.4.5.1. Cantidad de líquido amniótico ....................................................................... 17

1.4.5.2. Movimientos fetales ....................................................................................... 17

Page 16: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XVI

1.4.5.3. Doppler en la ecografía de cribado ................................................................. 18

1.4.5.4. Evaluación en la gestación múltiple ............................................................... 18

1.4.5.5. Inserción del cordón ....................................................................................... 18

1.4.5.6. Valoración del cérvix ..................................................................................... 19

2. Embriología del SNC y Sonoembriología ........................................................................... 21

2.1. Introducción ................................................................................................................. 21

2.2. Primera Semana ........................................................................................................... 21

2.3. Segunda semana ........................................................................................................... 21

2.4. Tercera Semana............................................................................................................ 22

2.5. Cuarta Semana ............................................................................................................ 23

2.6. Quinta Semana ............................................................................................................. 24

2.7. Sexta Semana ............................................................................................................... 25

2.8. Séptima Semana ........................................................................................................... 27

2.9. Octava Semana ............................................................................................................. 28

2.10. Novena Semana .......................................................................................................... 28

2.11. Décima Semana .......................................................................................................... 29

3. Neurodesarrollo Fetal: Examen Ecográfico Básico del SNC Fetal ..................................... 31

3.1. Neurosonograma Básico: Concepto ............................................................................ 31

3.2. Factores a considerar en el Neurosonograma Básico ................................................... 32

3.2.1. Edad gestacional .................................................................................................... 32

3.2.2. Factores técnicos ................................................................................................... 32

3.2.3. Vía de exploración ................................................................................................ 32

3.3 Sistemática para realizar el Neurosonograma Básico ................................................. 33

3.3.1 Estructuras que deben ser valoradas ....................................................................... 33

3.3.2. Corte transventricular ............................................................................................ 34

3.3.2.1. Estructuras a valorar en el corte transventricular ........................................... 34

3.3.2.2. Astas frontales ................................................................................................ 35

3.3.2.3. Cavum del septi pellucidi ............................................................................... 35

3.3.2.4. Astas posteriores ............................................................................................ 35

3.3.2.4.1. Atrio ventricular ...................................................................................... 35

3.3.2.4.2. Ventriculomegalia ................................................................................... 36

3.3.3. Corte transtalámico ............................................................................................... 36

3.3.3.1. Estructuras a valorar ....................................................................................... 36

3.3.3.2. Biometría cefálica .......................................................................................... 37

3.3.3.2.1. El diámetro biparietal (DBP) ................................................................... 37

3.3.3.2.2. La circunferencia cefálica (CC)............................................................... 37

Page 17: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XVII

3.3.4. Corte transcerebeloso ............................................................................................ 37

3.3.4.1. Estructuras a valorar ....................................................................................... 37

3.3.4.2. El cerebelo ...................................................................................................... 38

3.3.4.3. La cisterna magna ........................................................................................... 38

3.3.5. Evaluación de la columna vertebral ...................................................................... 39

3.3.5.1. Signos indirectos de defecto abierto del tubo neural ...................................... 39

3.3.5.2. Sistemática de evaluación de la columna vertebral ........................................ 39

3.3.6. Consideraciones generales .................................................................................... 39

3.3.7. Consideración del autor ......................................................................................... 40

4. Neurosonografía: Examen Ecográfico Avanzado del SNC Fetal........................................ 41

4.1. Neurosonografía fetal: concepto .................................................................................. 41

4.2. Indicaciones para realizar una Neurosonografía Fetal ................................................. 41

4.3. Sistemática en Neurosonografía Fetal .......................................................................... 43

4.3.1. El plano axial ......................................................................................................... 43

4.3.2. El plano coronal .................................................................................................... 44

4.3.2.1. El corte transfrontal ........................................................................................ 44

4.3.2.2. El corte transcaudal ........................................................................................ 45

4.3.2.3. El corte transtalámico ..................................................................................... 46

4.3.2.4. El corte transcerebeloso ................................................................................. 48

4.3.3. El plano sagital ...................................................................................................... 48

4.3.3.1. El corte mediosagital ...................................................................................... 48

4.3.3.2. El corte parasagital ......................................................................................... 50

4.3.4. Vascularización cerebral ....................................................................................... 50

4.3.4.1. El plano axial .................................................................................................. 51

4.3.4.2. El plano sagital ............................................................................................... 51

5. Exploración del Encéfalo Fetal mediante RMN .................................................................. 53

5.1. Introducción ................................................................................................................. 53

5.2. Condiciones previas, Procedimiento y Seguridad ........................................................ 53

5.3. Indicaciones de RMN en SNC Fetal ............................................................................ 55

5.4. Anatomía del SNC Fetal en la RMN ............................................................................ 56

5.4.1. Ventrículos laterales .............................................................................................. 57

5.4.2. Cuerpo calloso y cavum septi pellucidi ................................................................. 58

5.4.3. Parénquima cerebral .............................................................................................. 59

5.4.4. Corteza cerebral ..................................................................................................... 60

5.4.5. Cerebelo y fosa posterior ....................................................................................... 62

5.4.6. Evaluación de la mielinización .............................................................................. 63

Page 18: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XVIII

5.4.7. Evaluación de la sulcación .................................................................................... 63

6. Utilidad de la Ecografía 3D en la Exploración del Encéfalo Fetal. ..................................... 67

6.1. Renderización en Superficie ......................................................................................... 67

6.2. Navegación Multiplanar ............................................................................................... 67

6.2.1. Factores que influyen en la calidad de la imagen .................................................. 68

6.2.1.1. El plano de inicio ............................................................................................ 68

6.2.1.2. El ángulo de barrido ....................................................................................... 69

6.2.1.3. Calidad del volumen de adquisición .............................................................. 69

6.2.1.4. Vía de acceso .................................................................................................. 69

6.2.2. Imagen multiplanar ............................................................................................... 69

6.2.2.1. Adquisición en plano axial ............................................................................. 69

6.2.2.2. Adquisición en plano sagital .......................................................................... 71

6.2.2.3. Adquisición en plano coronal ......................................................................... 71

6.3. Otras herramientas 3 D para estudio del SNC fetal ...................................................... 72

6.3.1. TUI (Tomographic Ultrasound Imaging) .............................................................. 72

6.3.2. VCI (Volume Contrast Imagine) ........................................................................... 72

6.3.3. OmniView ............................................................................................................. 73

6.3.4. Power-Doppler 3D ............................................................................................... 73

7. La corteza cerebral fetal .......................................................................................................... 75

7.1 Desarrollo de la Corteza Cerebral ................................................................................. 75

7.2 Fases del Desarrollo Cortical ........................................................................................ 75

7.2.1. Fase de proliferación ............................................................................................ 75

7.2.2. Fase de migración .................................................................................................. 76

7.2.3. Fase de organización y migración final ................................................................. 77

7.3. Malformaciones del Desarrollo Cortical ...................................................................... 78

7.3.1. Grupo I. Alteraciones en la fase de proliferación o diferenciación neuronal ........ 79

7.3.1.1. Microcefalia ................................................................................................... 79

7.3.1.2. Hemimegalencefalia ....................................................................................... 80

7.3.1.3. Megalencefalia ............................................................................................... 81

7.3.1.4. Esclerosis tuberosa ......................................................................................... 81

7.3.1.5. Displasia cortical focal tipo II (DC-II) y tumores displásicos ........................ 82

7.3.2. Grupo II. Alteraciones en la fase de migración ..................................................... 82

7.3.2.1. Heterotopia ..................................................................................................... 83

7.3.2.1.1. Origen y Tipos ......................................................................................... 83

7.3.2.1.2. Heterotopía nodular periventricular ....................................................... 83

7.3.2.1.3. Heterotopía subcortical y displasia sublobar ........................................... 84

Page 19: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XIX

7.3.2.2. Lisencefalia .................................................................................................... 84

7.3.2.3. Corteza en empedrado o cobbelestone ........................................................... 86

7.3.3. Grupo III. Alteraciones en la fase de organización y migración tardía ................. 87

7.3.3.1. Polimicrogiria ................................................................................................. 87

7.3.3.2. Esquizencefalia ............................................................................................... 88

7.3.3.3. Displasia cortical focal (DCF) ........................................................................ 89

7.3.3.4. Microcefalia postmigracional ......................................................................... 89

8. Evaluación Prenatal de los Surcos y Circunvoluciones del Cerebro ................................... 91

8.1. Introducción ................................................................................................................. 91

8.2. Planos de Estudio Ecográfico de las Cisuras ................................................................ 93

8.2.1. El corte axial.......................................................................................................... 94

8.2.2. El corte coronal ..................................................................................................... 95

8.2.3. El corte sagital ....................................................................................................... 96

8.3. Sulcación y Giración del Cerebro Fetal ....................................................................... 96

8.3.1. Cronología en la aparición de las cisuras .............................................................. 96

8.3.2. Cronología en el desarrollo de las cisuras en ecografía ........................................ 98

8.3.3. Evaluación ecográfica de la cisura de Silvio ......................................................... 99

8.3.3.1. ¿Cuándo es visible? ........................................................................................ 99

8.3.3.2. Fenómeno de operculización ........................................................................ 102

8.3.3.3. Morfología de la cisura de Silvio en ecografía según la edad gestacional ... 102

8.2.3.4. Score en la evaluación prenatal de la morfología de la cisura de Silvio ...... 103

8.4. Cisura de Silvio: ¿Estandarización en el cribado? ..................................................... 106

8.4 Asimetría del cerebro .................................................................................................. 107

II. JUSTIFICACIÓN ................................................................................................................. 109

III. OBJETIVOS ....................................................................................................................... 113

1. Objetivos Generales .......................................................................................................... 113

2. Objetivos Específicos ........................................................................................................ 114

2.1. Objetivos específicos relacionados con el primer objetivo: ....................................... 114

Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio ................................................................. 114

2.2. Objetivos específicos relacionados con el segundo objetivo: .................................... 115

Análisis de Variabilidad de la Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio. ................ 115

2.3. Objetivos específicos relacionados con el tercer objetivo: ......................................... 115

Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio como Marcador de Desarrollo

Neuroanatómico Fetal ....................................................................................................... 115

2.4. Objetivos específicos relacionados con el cuarto objetivo: ........................................ 116

Page 20: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XX

Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio ante la presencia de una Ventriculomegalia

aparentemente Aislada ...................................................................................................... 116

2.5. Objetivos específicos relacionados con el quinto objetivo: ....................................... 118

Valoración de la Cisura de Silvio ante la presencia de un Defecto del Tubo Neural Abierto

........................................................................................................................................... 118

2.6. Objetivos específicos relacionados con el sexto objetivo: ......................................... 118

Valoración de la Cisura de Silvio ante la presencia de una Agenesia de Cuerpo Calloso 118

2.7. Objetivos específicos relacionados con el séptimo objetivo: ..................................... 118

Opinión de los Especialistas .............................................................................................. 118

IV. MATERIAL Y MÉTODO .................................................................................................. 119

1. Participantes .................................................................................................................. 119

1.1. Población de estudio 1: Gestación de Curso Normal ................................................. 120

1.1.1. Criterios de inclusión .......................................................................................... 120

1.1.2. Criterios de exclusión .......................................................................................... 120

1.1.3 Características de la muestra ................................................................................ 121

1.2 Población de estudio 2: Ventriculomegalia Aislada ................................................... 123

1.2.1. Criterios de inclusión .......................................................................................... 123

1.2.2. Criterios de exclusión .......................................................................................... 123

1.2.3. Características de la muestra ............................................................................... 124

1.3. Población de estudio 3: Defecto Abierto del Tubo Neural (DTN abierto) ................. 126

1.3.1 Criterios de inclusión ........................................................................................... 126

1.3.2 Características de la muestra ................................................................................ 126

1.4. Población de estudio 4: Agenesia de Cuerpo Calloso ................................................ 127

1.4.1 Criterios de inclusión ........................................................................................... 127

1.4.2 Características de la muestra ................................................................................ 127

1.5. Población de estudio 5: Encuesta a Especialistas ....................................................... 129

2. Instrumentos ...................................................................................................................... 129

3. Procedimiento ................................................................................................................... 130

3.1. Imágenes y mediciones en la población 1: gestación de curso normal ...................... 130

3.2. Imágenes y mediciones en la población 2: ventriculomegalia aislada ....................... 133

3.3. Imágenes y mediciones en la población 3: defectos del tubo neural (DTN) .............. 136

3.4. Imágenes y mediciones en la población 4: agenesia de cuerpo calloso (ACC) ......... 136

3.5. Procedimiento en la encuesta a especialistas ............................................................. 139

4. Análisis Estadístico ........................................................................................................... 139

V. RESULTADOS .................................................................................................................... 143

1. Utilidad de la Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio como Marcador de la Edad

Gestacional ............................................................................................................................ 143

Page 21: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XXI

1.1 Profundidad de la ínsula y edad gestacional ............................................................... 143

1.2 Profundidad de la cisura de Silvio y edad gestacional ................................................ 147

1.3. Valoración cuantitativa de la cisura de Silvio y edad gestacional: ¿PI o PS? ............ 151

1.4. El sexo fetal en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio: PI y PS ................. 152

1.5. La lateralidad en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio: PI y PS .............. 152

1.6. Límite inferior de semana de gestación en la que es posible visualizar la CS en el

segundo trimestre .............................................................................................................. 153

1.7. Características relativas a la gestante en la valoración cuantitativa de la cisura de

Silvio: ................................................................................................................................ 153

1.7.1. Características antropométricas y profundidad de la ínsula (PI) ......................... 154

1.7.1.1. Peso y profundidad de la ínsula (PI) ............................................................ 154

1.7.1.2. Talla y profundidad de la ínsula (PI) ............................................................ 154

1.7.1.3. IMC al inicio de la gestación y profundidad de la ínsula (PI) ...................... 154

1.7.2. Edad materna y profundidad de la ínsula (PI) ..................................................... 155

1.7.3. Paridad y profundidad de la ínsula (PI) ............................................................... 155

1.7.4. Tabaco y profundidad de la ínsula ...................................................................... 156

1.7.5. Tipo de concepción y profundidad de la ínsula ................................................... 156

2. Análisis de Reproducibilidad Intraobservador e Interobservador ..................................... 157

3. Cisura de Silvio como Marcador de Desarrollo Neuroanatómico fetal Normal ............... 158

3.1 Cisura de Silvio y parámetros biométricos fetales ...................................................... 159

3.1.1. Profundidad de la ínsula y diámetro biparietal .................................................... 160

3.1.2. Profundidad de la ínsula y diámetro fronto-occipital .......................................... 162

3.1.3. Profundidad de la ínsula y circunferencia cefálica .............................................. 164

3.1.4. Profundidad de la ínsula y perímetro abdominal ................................................. 166

3.1.5. Profundidad de la ínsula y longitud del fémur .................................................... 168

3.2 Cisura de Silvio y otras estructuras del SNC fetal ...................................................... 170

4. Cisura de Silvio y ventriculomegalia aislada .................................................................... 171

5. Cisura de Silvio en los Defectos del Tubo Neural ............................................................ 180

6. Cisura de Silvio y agenesia de cuerpo calloso .................................................................. 181

7. Opinión de los Especialistas ante la Evaluación de las Cisuras en la Ecografía de Cribado

............................................................................................................................................... 182

VI. DISCUSIÓN............................................................................................................................ 187

VII. CONCLUSIONES ............................................................................................................. 230

IX. BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................................... 233

Page 22: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

XXII

Page 23: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

1

I. INTRODUCCIÓN

1. Diagnóstico Prenatal por Ultrasonidos

1.1. Importancia del Diagnóstico Prenatal

La ecografía y el uso de los ultrasonidos han experimentado un vertiginoso desarrollo en

los últimos cuarenta años, convirtiéndose en una herramienta imprescindible en la

práctica clínica de la Obstetricia y la Ginecología actual.

El diagnóstico prenatal tiene como uno de sus fines diagnosticar con la mayor

precocidad posible un defecto congénito o bien establecer la ausencia del mismo,

(Goldberg, 2006) ya que la confirmación de la normalidad contribuye a reducir la

ansiedad materna durante el resto de la gestación y por otro lado, ante el diagnóstico de

una malformación el especialista debería intentar conocer cuál es el curso natural del

proceso, el pronóstico a corto y largo plazo, las posibilidades de tratamiento y

seguimiento clínico, establecer el posible patrón de herencia o el riesgo de recurrencia en

la familia o en el mismo paciente y establecer las posibilidades que ofrece el diagnóstico

prenatal así como la posible intervención temprana, pautas preventivas e informar a los

padres sobre alternativas reproductivas para el paciente y su familia.

Además, la ultrasonografía es ampliamente utilizada para la evaluación prenatal del

crecimiento fetal, así como para el manejo de la gestación múltiple. Va a proporcionar

hallazgos diagnósticos que permiten el manejo de complicaciones que puedan surgir

durante el embarazo, como la restricción de crecimiento intrauterino (RCIU) y la

prematuridad, que constituyen una de las principales causas de morbi-mortalidad

perinatal. En este sentido, la medida de la longitud cervical por vía transvaginal se ha

Page 24: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

2

relacionado con el parto prematuro y el uso del Doppler es una herramienta indispensable

en el manejo adecuado de los fetos con RCIU.

1.2. Seguridad de los Ultrasonidos

Por sus especiales características, la ecografía prenatal se considera una técnica segura en

Obstetricia y aunque se recomienda reducir al mínimo el tiempo de exposición,

(principalmente en el uso del Doppler en el primer trimestre) y utilizar la potencia acústica

más baja posible que permita obtener información diagnóstica, siguiendo el principio

ALARA (As Low As Reasonably Achievable) (lo más bajo que sea razonablemente

posible), no ha habido ningún estudio confirmado de forma independiente que sugiera un

efecto nocivo de la ecografía en obstetricia. (Abramowicz, 2003; Salvesen et al., 2011)

1.3. Protocolos para realizar una Ecografía Obstétrica

Aunque la práctica obstétrica varía ampliamente en los distintos países, en la mayoría se

realiza al menos una ecografía en el segundo trimestre como parte del control prenatal de

rutina. En nuestro medio, según las recomendaciones de la Sociedad Española de

Ginecología y Obstetricia (SEGO) en la gestación de bajo riesgo se recomiendan realizar

otros dos estudios ecográficos: Uno en el primer trimestre y otro en el tercer trimestre.

El del primer trimestre se realiza en la semana 11-14 de gestación y se ofrece con

frecuencia creciente en todo el mundo, sobre todo en ambientes de altos recursos. Sus

objetivos son el diagnóstico de la gestación y su correcta implantación, determinar la edad

gestacional y si es o no acorde a la fecha de la última regla (FUR) con la que datamos la

gestación mediante la medición de la longitud craneocaudal (LCC), valorar el número de

Page 25: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

3

fetos y en caso de gestación múltiple el tipo de la misma (corionicidad), comprobar la

vitalidad (evolutividad), detectar posibles malformaciones estructurales y marcadores

ecográficos de cromosomopatías, siendo el más importante en el momento actual la

traslucencia nucal (Figura 1) y explorar el útero y los anejos para despistaje de patología

materna. (Salomon et al., 2013) La del tercer trimestre es una ecografía cuya principal

finalidad es evaluar el crecimiento fetal, aunque también se debe realizar despistaje de

malformaciones fetales que puedan ser evolutivas.

Figura 1. De izquierda a derecha: Corte sagital del perfil fetal en semana 12 demostrando la traslucencia

nucal normal. Corte sagital del perfil demostrando la traslucencia nucal aumentada. Corte axial del cráneo

en semana 12 en un caso de holoprosencefalia. Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes

del programa View-Point. C. Gutenberg.

1.4. Ecografía de Rutina del Segundo Trimestre

1.4.1. Objetivos de la ecografía de cribado del segundo trimestre

El objetivo principal de la ecografía de rutina o de cribado del segundo trimestre es

proporcionar información diagnóstica precisa que permita optimizar el control prenatal y

lograr los mejores resultados posibles para la madre y el feto. En este sentido, la ecografía

nos ayuda a determinar la edad gestacional al realizar la biometría fetal, permitiendo la

detección de alteraciones del crecimiento y como se ha citado, realizar despistaje de

malformaciones congénitas. Aunque se pueden identificar muchas malformaciones,

algunas pasan inadvertidas incluso con operadores entrenados, y otras no se diagnostican

porque se desarrollan de manera más tardía durante la gestación.

Page 26: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

4

1.4.2. Requisitos previos a la ecografía de cribado

Antes de iniciar el examen, el profesional debe informar a la gestante y su pareja de los

beneficios potenciales y limitaciones de la ecografía de rutina del segundo trimestre con

el preceptivo consentimiento informado. Con el fin de lograr los mejores resultados en

esta ecografía, se recomienda que este estudio sea realizado por profesionales que tengan

un entrenamiento adecuado en ecografía obstétrica y las realicen periódicamente,

participen en actividades de formación continuada, sean capaces de reconocer patrones

de anomalía o sospechosos y realicen de manera periódica auditorías de calidad y control

de medidas. La edad gestacional óptima para su realización es entre la semana 18 y 22

de gestación.

Para realizar una ecografía obstétrica de rutina, las características del equipo de

ultrasonidos según las guías propuestas por la Sociedad Internacional de Ultrasonido en

Obstetricia y Ginecología (ISUOG) debe contar al menos con las siguientes

características: Tiempo real con escala de grises, transductor transabdominal (en el rango

de 3 a 5 MHz), control de ajuste de potencia acústica con visualización en la pantalla,

capacidad de congelar las imágenes, calipers electrónicos, posibilidad de imprimir o

guardar imágenes y un mantenimiento y servicio periódico. (Salomon et al.; 2011)

1.4.3. Estimación de la Edad Gestacional y el Crecimiento Fetal

1.4.3.1. Parámetros que se deben valorar para realizar la biometría fetal

Para estimar la edad gestacional y evaluar el crecimiento fetal, se pueden utilizar los

siguientes parámetros ecográficos para realizar la biometría fetal: el diámetro biparietal

(DBP); la circunferencia cefálica (CC); la circunferencia abdominal (CA) y la longitud

femoral (LF). (Figura 2)

Page 27: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

5

Figura 2. Parámetros para la realizar la biometría fetal en una gestación de 21 semanas. Fuente: Creado a

partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Las medidas se deben realizar de una manera estandarizada y siguiendo un criterio estricto

de calidad. Si en la ecografía del primer trimestre no se estableció la edad gestacional, se

puede determinar en la ecografía del segundo trimestre en base a la biometría cefálica

(DBP y/o CC) o LF, aunque combinar las medidas mejora significativamente la exactitud

en comparación con la predicción de la edad gestacional basada solamente en la CC y es

la recomendación de la Society of Obstetricians and Gynaecologists of Canada (SOGC)

con un nivel de evidencia II –1A. (Butt et al.; 2014) Uno de los objetivos de esta tesis es

estudiar si la profundidad de la cisura de Silvio, se relaciona de manera invariable con la

edad gestacional y de este modo, si su valoración en el estudio ecográfico básico puede

contribuir a la estimación de la edad gestacional en gestaciones con FUR incierta o que

no han realizado un control gestacional previo.

1.4.3.2. El diámetro biparietal

El diámetro biparietal (DBP) se realiza en un corte transversal de la calota fetal a nivel de

los tálamos donde se visualice el eco medio (hoz del cerebro), interrumpido por el cavum

del septum pellucidum y los tálamos. (Figura 2) Ambos calipers deberán ubicarse en la

parte más ancha del cráneo, con un ángulo perpendicular al eco medio y acorde con la

metodología específica a la tabla de referencia utilizada, dado que existen varias técnicas

descritas (por ejemplo de borde externo al borde interno o de borde externo a borde

Page 28: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

6

externo). (ISUOG guidelines, 2007) El índice cefálico es la relación entre el ancho

máximo y la longitud máxima de la calota y puede utilizarse para caracterizar la forma de

la cabeza del feto. Una forma anormal de la calota (braquicefalia o dolicocefalia) puede

estar asociada a síndromes genéticos.

1.4.3.3. La circunferencia cefálica

Para la medición de la circunferencia cefálica (CC), si el aparato permite realizar una

elipse, los calipers se deben colocar en el borde externo de los ecos producidos por la

calota. (Figura 2) Otra alternativa es calcular la CC en base al DBP y al diámetro

frontoccipital (DFO), de la siguiente manera: el DBP se mide como se describió

previamente y el DFO se obtiene ubicando los calipers entre los ecos externos del hueso

frontal y occipital a nivel de la línea media. La CC se calcula, utilizando la ecuación: CC

= 1.62 x (DBP + DFO).

1.4.3.4. La circunferencia abdominal

Para la medición de la circunferencia abdominal (CA) se requiere un corte transversal del

abdomen fetal (lo más redondo posible) en el que se visualice la vena umbilical a nivel

del seno portal, el estómago y no se visualicen los riñones. (Figura 2) Para la ubicación

correcta de los calipers, la CA se mide en el borde externo de la línea de la piel, de manera

directa mediante una elipse o bien, se pueden utilizar dos medidas perpendiculares entre

sí, en general el diámetro anteroposterior (DAPA) y el diámetro transverso del abdomen

(DTA). Para medir el DAPA, los calipers se colocarán en los bordes externos de la línea

del abdomen, desde la pared posterior (la piel que recubre la columna) hasta la pared

abdominal anterior. Para medir el DTA, los calipers se ubicarán en los bordes externos

Page 29: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

7

de la línea de la piel en el punto más ancho del abdomen y la CA se calcularía utilizando

la siguiente fórmula: CA = π (DAPA + DTA)/2 = 1.57 (DAPA + DTA).

1.4.3.5. La longitud del fémur

Para realizar la medición de la longitud femoral se deben visualizar claramente los

extremos osificados de ambas metáfisis y se mide el eje mayor de la diáfisis osificada,

sin incluir la epífisis femoral distal en caso que sea visible. (Figura 2) Respecto al ángulo

de insonación entre el fémur y el haz de ultrasonido, en general se utiliza un ángulo entre

45 y 90º.

1.4.3.6. Peso fetal estimado

La biometría del segundo trimestre puede ser útil para identificar desviaciones del

crecimiento fetal y aunque esta información también se utiliza para calcular un peso fetal

estimado, muchas discrepancias de tamaño fetal se pueden deber a una estimación

incorrecta de la edad menstrual incluso en mujeres que refieren una fecha cierta de la

última menstruación.

1.4.4. Estudio Anatómico Básico

El estudio anatómico básico, debe incluir la valoración de las siguientes estructuras:

1.4.4.1. Evaluación del cráneo y estructuras intracraneales

A nivel del cráneo, se debe evaluar el tamaño, la forma, la integridad y la densidad ósea.

El tamaño ya se ha mencionado anteriormente en la valoración de la biometría fetal. La

forma habitual del cráneo es oval, sin protrusiones o defectos focales y solamente está

interrumpido por las suturas que se aprecian como estructuras anecoicas estrechas.

Page 30: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

8

(Figura 3) Las alteraciones de la forma (en limón, fresa, hoja de trébol) deben ser

documentadas e investigadas ya que pueden asociarse a patología fetal. (Figura 3)

Figura 3. Cráneo en limón en un feto con espina bífida abierta (izquierda) y deformidad craneal en un feto

con craneosinostosis aislada de la sutura coronal (derecha) en comparación a una forma craneal normal

(centro). Fuente: Creado de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

No debe haber defectos óseos por los que el tejido cerebral pueda protruir, más

frecuentemente a nivel frontal u occipital. (Figura 4) El cráneo con densidad normal se

visualiza como una estructura ecogénica continua, interrumpida solo por las suturas y

fontanelas, que se ubican en localizaciones anatómicas específicas y que no deben

confundirse con defectos óseos.

Figura 4. Detalle de las suturas del cráneo. (Izquierda) En contraste, encefalocele en un feto de 16 semanas.

(Derecha) Fuente: Creado de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

La disminución de la ecogenicidad, la visualización extrema del cerebro fetal o una fácil

deformación del cráneo como consecuencia de la presión ejercida con el transductor en

Page 31: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

9

la pared abdominal materna, debe plantearnos la sospecha de una mineralización

deficiente propio de algunas patologías como la osteogénesis imperfecta.

Los planos de exploración del cerebro y estructuras intracraneales se explicarán

posteriormente, tanto el estudio básico, como el estudio avanzado del encéfalo fetal.

1.4.4.2. Evaluación de cara y cuello

La evaluación de la cara fetal debe incluir la visualización del labio superior para

descartar una posible fisura labial (acompañada o no de una fisura palatina), el perfil

medio de la cara para despistaje de retrognatia, (Rotten & Levaillant, 2006) así como la

visualización de las órbitas con la lente del cristalino en su interior para realizar despistaje

del hiper o el hipotelorismo (aumento o disminución de la distancia interorbitaria) así

como de la microftalmía o anoftalmía. (Reducción o ausencia ocular) Tambíén debe ser

evaluada la nariz y las fosas nasales (Figura 5)

Figura 5. Detalle de las estructuras que deben ser evaluadas en la cara fetal. De izquierda a derecha: Perfil

fetal en corte sagital, detalle de la boca mostrando los labios inferior, superior y nariz con fosas nasales y

ambas órbitas con la lente del cristalino en su interior. Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de

imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

El cuello se visualiza como una estructura cilíndrica sin protuberancias, masas o

colecciones líquidas y se debe informar cualquier masa evidente, como es el caso de los

higromas quísticos o teratomas.

Page 32: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

10

1.4.4.3. Evaluación del tórax

El tórax debe ser regular, con una transición suave hacia el abdomen. Las costillas deben

tener una curvatura normal y no presentar deformaciones que puedieran relacionarse con

displasias esqueléticas. Ambos pulmones se deben apreciar homogéneos y sin masas

ecogénicas, imágenes quísticas o desviaciones del mediastino. (Figura 6) Su presencia

nos debe hacer pensar en patología torácica fetal como la hernia diafragmática congénita,

la malformación adenomatoidea quística o el secuestro broncopulmonar.

Figura 6. Corazón desplazado a la derecha por hernia diafragmática congénita (imagen izquierda) y por un

secuestro broncopulmonar (imagen derecha), en contraste con siluetas pulmonares normales que “abrazan”

la silueta cardiaca. Fuentes: Imágenes derecha e izquierda, Hospital Materno Infantil, Málaga; Imagen

central: C. Gutenberg.

La interfase diafragmática se puede ver en el corte sagital como una línea divisoria

hipoecoica entre el contenido torácico y abdominal. (Blaas & Eik-Nes, 2008) (Figura 7)

Figura 7. Corte sagital mostrando el diafragma en un feto de 20 semanas normal (izquierda) y con una

hernia diafragmática izquierda (derecha) mostrando la cámara gástrica en el tórax. Fuente: C. Gutenberg

(izquierda) y Hospital Materno Infantil, Málaga (derecha)

Page 33: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

11

1.4.4.4. Evaluación del corazón

La evaluación cardíaca básica y la evaluación cardíaca básica-extendida están diseñadas

para optimizar la detección de cardiopatías congénitas en la ecografía del segundo

trimestre.

La evaluación cardíaca básica comprende un corte cardíaco de 4 cámaras, con una

frecuencia regular normal entre 120 y 160 latidos/minuto, con una silueta cardiaca

ubicada en la parte izquierda del tórax (del mismo lado que el estómago) si el situs es

normal, que en general no supera un tercio del área del tórax, que no presenta derrame

pericárdico y que normalmente está desviado con el ápex hacia la izquierda del feto unos

45 ± 20º (Carvalho et al.; 2013) (Figura 8)

La evaluación cardíaca básica-extendida, incluye la evaluación de los tractos de salida

aórtico y pulmonar ya que su valoración nos puede incrementar la tasa de detección de

las malformaciones cardíacas mayores.

Estos cortes adicionales persiguen la detección de anomalías cono-truncales como la

tetralogía de Fallot, transposición de los grandes vasos, doble tracto de salida del

ventrículo derecho y el tronco arterioso.

Algunos autores incluyen el corte de tres vasos y tráquea que puede ser útil para evaluar

los tamaños relativos y las relaciones anatómicas de la arteria pulmonar, la aorta

ascendente y la vena cava superior. (Figura 8) (Yagel, Arbel, Anteby, Raveh & Achiron,

2002) En condiciones normales los grandes vasos tienen aproximadamente el mismo

tamaño y deben cruzarse entre sí, al salir de sus respectivos ventrículos.

Page 34: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

12

Figura 8. Evaluación cardiaca básica-extendida. De izquierda a derecha: corte cardíaco de 4 cámaras, tracto

de salida de la aorta y corte de tres vasos con tráquea. Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de

imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

1.4.4.5. Evaluación del abdomen

En la evaluación del abdomen se debe determinar el situs abdominal: el estómago debe

ser identificado en su posición normal, del lado izquierdo (Bronshtein, Gover & Zimmer,

2002) y la vesícula biliar, en el cuadrante superior derecho cerca del hígado. Si se

visualiza cualquier otra estructura quística en el abdomen fetal, se debe referir a la

paciente para una evaluación ultrasonográfica detallada. (Figura 9)

Figura 9. Situs abdominal normal con la vesícula biliar a la derecha y el estómago a la izquierda en un feto

en presentación cefálica. (Imagen izquierda y central) Quiste abdominal fetal en semana 20 de gestación

que correspondía a un quiste mesentérico. (Imagen derecha) Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual

de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Page 35: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

13

El intestino debe estar contenido dentro del abdomen y se debe comprobar la inserción

del cordón umbilical en una pared abdominal indemne, para descartar un defecto ventral

de la pared abdominal como el onfalocele o la gastrosquisis. (Figura 10)

Figura 10. De izquierda a derecha: Inserción normal del cordón en el abdomen fetal. Defecto amplio de

pared abdominal (onfalocele) y defecto de pared abdominal paraumbilical derecho (gastrosquisis) Fuentes:

Imagen izquierda y central de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Imagen derecha, H. Materno Infantil, Málaga.

Hay que documentar toda colección líquida anormal del intestino (como por ejemplo

ascitis, quistes o dilataciones intestinales). Se debe identificar la vejiga y siluetas renales.

(Figura 11) Si la vejiga o las pelvis renales se visualizan dilatadas hay que documentar la

medida y frente a una incapacidad persistente para visualizar la vejiga, se deberá referir a

la paciente para una evaluación ultrasonográfica más detallada.

Figura 11. Corte coronal mostrando ambas siluetas renales de aspecto normal. (Izquierda) Vejiga urinaria

con las dos arterias umbilicales que la bordean. (Centro) Riñón de aspecto displásico. (Derecha) Fuente:

Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Page 36: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

14

1.4.4.6. Evaluación de la columna vertebral

La evaluación de la columna vertebral, se puede realizar en cortes coronales, axiales o

sagitales, aunque estos dos últimos son los que aportan más información. (Figura 12)

Figura 12. Corte sagital de la columna con el canal medular normal. Corte coronal normal renderizado en

modo esquelético. Corte axial de la columna en un feto con un defecto abierto del tubo neural. Fuente:

Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point.

La espina bífida abierta, que es la malformación espinal severa más frecuente, puede

apreciarse de forma directa en el estudio de la columna vertebral, si bien suele asociarse

con signos indirectos a nivel intracraneal como la deformación del cerebelo (signo de la

banana), la obliteración de la cisterna magna, la presencia de una ventriculomegalia y la

deformidad del cráneo en limón. Estos signos van a orientar el diagnóstico en la mayoría

de casos. (Nicolaides, Campbell, Gabbe & Guidetti, 1986) (Figura 13)

Figura 13. Signos directos e indirectos de espina bífida. Cerebelo en banana. Defecto abierto del tubo neural

lumbosacro. Cráneo en limón con ventriculomegalia. Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de

imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Page 37: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

15

1.4.4.7. Evaluación de las extremidades

En cuanto a la valoración de las extremidades, se debe documentar de manera sistemática,

la presencia o ausencia de todas ellas con sus tres segmentos: ambos brazos, antebrazos

y manos así como de ambos muslos, piernas y pies y debe realizarse despistaje de

anomalías reducionales o de la posición. (Holder-Espinasse et al.; 2004) (Figura 14)

Figura 14. Extremidades de aspecto normal (pie y mano) y de aspecto patológico: fémur, superior-derecha

con fractura en un caso de osteogénesis imperfecta (imagen renderizada 3D) y fémur inferior-derecha

angulado en un caso de displasia campomélica (imagen 2D). Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual

de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg y H. Materno Infantil (fractura fémur)

1.4.4.8. Estudio de la placenta

Se debe evaluar la placenta y su localización en relación con el orificio cervical interno

(OCI), de manera que si el polo inferior de la placenta alcanza o sobrepasa el OCI, se

recomienda realizar una evaluación posterior, en el tercer trimestre para el despistaje de

la placenta previa, y en ocasiones se puede detectar la presencia de una vasa previa.

(Figura 15)

En este sentido, aunque en la mayoría de las ecografías del segundo trimestre, la vía

transabdominal permite identificar con claridad la relación entre la placenta y el orificio

cervical interno, la vía transvaginal permite una mejor evaluación de la relación entre la

placenta y el OCI, especialmente en casos de presentación cefálica con una placenta de

cara posterior.

Page 38: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

16

Figura 15. Imagen de placenta previa con abordaje transabdominal y transvaginal. Imagen derecha, vasa

previa. Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

También debe evaluarse el aspecto de la placenta y describir hallazgos anormales como

la presencia de hemorragias, múltiples quistes (frecuente en las triploidías) o masas

placentarias hipervascularizadas como los corioangiomas. En mujeres con historia de

cirugía uterina, una placenta anterior baja o previa tiene mayor riesgo de trastornos de la

adhesión placentaria y en estos casos, se debe evaluar la placenta en busca de signos de

acretismo, (No, G.T.G., 2011) siendo el más sensible la presencia de múltiples lagunas

placentarias irregulares, con flujo arterial o mixto. No obstante, si bien se puede sospechar

un acretismo durante la ecografía de rutina del segundo trimestre, en general se requiere

una evaluación posterior más detallada para confirmar o descartar esta posibilidad.

1.4.4.9. Evaluación de los genitales

En una ecografía de rutina del segundo trimestre, no se considera obligatoria la

visualización de los genitales externos para determinar el sexo fetal, según las guía

internacional de la ISUOG, (2007) si bien se debe considerar informar el sexo, solo frente

al consentimiento de los padres y en el contexto de las prácticas locales, aunque su

información es un hecho habitual en la práctica clínica diaria en nuestro medio y su

valoración podría permitir el diagnóstico de genitales ambiguos. (Figura 16)

Page 39: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

17

Figura 16. De izquierda a derecha: Genitales masculinos, genitales femeninos y genitales ambiguos.

Fuentes: Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Genitales ambiguos: H. Materno Infantil, Málaga.

1.4.5. Otros parámetros a valorar en la ecografía de cribado

1.4.5.1. Cantidad de líquido amniótico

El volumen de líquido amniótico se puede evaluar de manera subjetiva o bien usando

medidas ultrasonográficas. La estimación subjetiva, resulta igual de útil que las técnicas

cuantitativas (bolsillo vertical máximo o índice de líquido amniótico), cuando es realizada

por operadores entrenados. (Magan et al.; 2001)

1.4.5.2. Movimientos fetales

En cuanto a los movimientos fetales, los fetos normales suelen tener una posición

relajada, con movimientos regulares.

Aunque en esta etapa del embarazo no existen patrones de movimientos específicos, la

ausencia temporal o una reducción de los movimientos fetales durante la evaluación

ecográfica, no debería ser considerada como un factor de riesgo. (De Vries & Fong, 2006)

No obstante, una posición anormal o una restricción inusual o ausencia persistente de

movimientos fetales puede sugerir una patología como la artrogriposis.

Page 40: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

18

1.4.5.3. Doppler en la ecografía de cribado

No se recomienda actualmente la utilización del Doppler (pulsado) como parte de la

ecografía de rutina del segundo trimestre ya que no hay evidencias suficientes para apoyar

el uso universal del Doppler de la arteria umbilical o de las arterias uterinas para el

screening en población de bajo riesgo. (Alfirevic, Stampalija & Gyte, 2013)

1.4.5.4. Evaluación en la gestación múltiple

El estudio de las gestaciones múltiples debe incluir la visualización de la inserción del

cordón en la placenta, las características distintivas (género, marcadores y posición en el

útero) y la determinación de la corionicidad, que si bien a veces es factible en el segundo

trimestre si se observan dos placentas claramente separadas y sexos diferentes, se evalúa

mejor en la ecografía de la 11-14 semana mediante el signo lambda o el signo de la T para

el diagnóstico de la gestación bicorial y monocorial respectivamente. (Figura 17)

1.4.5.5. Inserción del cordón

Las anomalías de la inserción del cordón en la placenta, como la inserción velamentosa,

son más frecuentes en las gestaciones múltiples y se pueden asociar con complicaciones

de la gestación, como restricción del crecimiento intrauterino, vasa previa y patrones

anormales de la frecuencia cardíaca fetal. (Gagnon et al.; 2009)

Figura 17. De izquierda a derecha: Signo T (gestación monocorial) y signo lamda (gestación bicorial).

Inserción velamentosa de cordón, con imagen 2D y con Doppler color. Fuente: Creado a partir de la

biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Page 41: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

19

1.4.5.6. Valoración del cérvix

Diversos estudios han demostrado una asociación fuerte entre el acortamiento de la

longitud cervical, evaluado por ultrasonografía transvaginal según los criterios propuestos

por la Fetal Medicine Foundation (FMF) y el parto pretérmino. (Figura 18)

Figura. 18. Cérvix de longitud normal y cérvix acortado en la semana 20 de gestación. Fuente: Creado a

partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

En base a estos estudios, recientemente la International Federation of Gynecology and

Obstetrics (FIGO) realiza unas recomendaciones de buena práctica clínica entre las que

incluye realizar cervicometría transvaginal a todas las gestantes con embarazo único,

entre la semana 19 y 23+6, independientemente de su historia obstétrica y administrar

progesterona vaginal a aquellas que presenten un cérvix corto (menor a 25 mm). (FIGO

working group, 2015)

Finalmente, se debe informar la presencia de patología ginecológica materna como

miomas o masas anexiales y si cabe la posibilidad de que éstos interfieran con el trabajo

de parto.

Page 42: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

20

Page 43: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

21

2. Embriología del SNC y Sonoembriología

2.1. Introducción

El desarrollo embrionario desde la fecundación hasta la décima semana postmenstrual se

ha descrito de forma exhaustiva en los estadíos 1-23 de Carnegie. (O'Rahilly R, 1979) En

el embrión, el cerebro es el primer órgano que se desarrolla y algunos de estos cambios,

pueden ser observados por medio de la ecografía durante el primer trimestre, tanto por

vía abdominal como especialmente por vía transvaginal, en lo que se conoce como

“sonoembriología”. (Blaas, & Eik-Nes, 2009) En este sentido, el reciente desarrollo de

la tecnología tridimensional (3D) (Pooh, 2012) y 3D de alta definición (HD live) se ha

traducido en un notable progreso en la visualización de los embriones y fetos en

sonoembriología. (Pooh & Kurjak, 2015)

El neurológico, es uno de los primeros sistemas en comenzar a desarrollarse y de los

últimos en ser completado tras el nacimiento.

2.2. Primera Semana

El desarrollo del embrión humano comienza en el día 1 con la fecundación del óvulo por

el espermatozoide que forma la primera célula, el cigoto. En la primera semana (tercera

postmenstrual, etapas 1 a 4 de Carnegie) se producen una serie de divisiones celulares sin

crecimiento citoplasmático, y el cigoto, posteriormente mórula y luego blástula se mueve

a lo largo del cuerno uterino dentro del útero para la implantación en la cavidad uterina.

2.3. Segunda semana

Durante la segunda semana (cuarta postmenstrual, etapas 4 a 6 de Carnegie) se produce

la implantación y la diferenciación del blastocisto. El disco embrionario se convierte en

bilaminar y está constituido por epiblasto (en relación con la cavidad amniótica) e

Page 44: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

22

hipoblasto (adyacente al saco vitelino primario). En esta fase comienza a liberarse la

hormona gonadotropina coriónica humana (HCG) que es la base de los actuales test de

embarazo en sangre u orina.

2.4. Tercera Semana

Es durante la tercera semana del desarrollo embrionario (quinta postmenstrual, etapas 7

a 9 de Carnegie) cuando aparece la estría primitiva como un engrosamiento del extremo

caudal del epiblasto.

El fenómeno de gastrulación va a producir la invaginación de la estría primitiva originada

por la migración de células en sentido craneal, lateral y ventral entre el epiblasto y el

hipoblasto, lo que da lugar a la formación del embrión trilaminar que consta de ectodermo

(epiblasto), mesodermo (nueva capa) y endodermo (hipoblasto) y es en esta fase cuando

se inicia la neurogénesis.

El proceso de formación del tubo neural (conocido como neurulación) se inicia en el día

18 del desarrollo embrionario, en la etapa 8 de Carnegie y consiste en la transformación

del ectodermo de la región craneal del embrión en el tubo neural primitivo. La

neurulación primaria comienza con la aparición de la placa neural o neuroepitelio

como un engrosamiento mediosagital del ectodermo craneal inducido por el notocordio y

el mesodermo axial, por delante de la estría primitiva, y que sigue un gradiente

craneocaudal, que es más rápido en el extremo craneal y que se ensancha en forma de

raqueta. En la placa neural se desarrolla el surco neural, longitudinalmente flanqueado

por los pliegues neurales y cuya fusión forma el tubo neural (día 23). (O’Rahilly &

Müller, 2007) En este momento del desarrollo, la ecografía nos puede mostrar el saco

gestacional en cuyo interior se observa el saco o vesícula vitelina. Posteriormente, el

embrión aparecerá en su proximidad como un engrosamiento de la vesícula vitelina.

Page 45: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

23

2.5. Cuarta Semana

En la cuarta semana del desarrollo embrionario (sexta postmenstrual, etapas 10 a 14 de

Carnegie) el disco embrionario trilaminar que es plano, se pliega en los planos medial y

transverso para convertirse en un embrión cilíndrico en forma de C que mide entre 3 y 9

mm y que presenta ya latido cardiaco. (Figura 19)

Figura 19. Imagen ecográfica 2D y 3D en una gestación de 6 semanas de amenorrea. Fuente: Creado a

partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

En esta semana se inicia la organogénesis y se completa la neurulación del embrión con

el cierre de los neuroporos y la formación del sistema ventricular. El cierre primario del

tubo neural es un proceso discontinuo que se inicia en distintos puntos y sigue un eje

rostrocaudal. Los neuroporos son las regiones que quedan abiertas entre los puntos de

cierre y completan su cierre en esta cuarta semana, el día 25 el anterior (rostral o craneal)

y el día 27-28 el posterior (caudal). El fracaso en el cierre de estos neuroporos es la base

de los defectos del tubo neural (DTN).

La neurulación secundaria corresponde con el desarrollo de la porción terminal de la

médula espinal a partir de la eminencia caudal, que se forma sobre la estría primitiva y

que termina por fusionarse con el tubo neural en desarrollo. (Etapa 12 de Carnegie)

Cuando se produce el cierre del tubo neural, las células ectodérmicas adyacentes van a

migrar hacia el mesodermo y rodear al tubo neural para dar origen a los ganglios de los

Page 46: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

24

pares craneales (V, VII, IX y X), células de Schwann, leptomininge, melanocitos y

suprarrenales. En la región craneal, el cierre del neuroporo rostral origina la formación de

las 3 vesículas cerebrales primarias a partir de las que se desarrolla el encéfalo y que

forman el cerebro anterior (prosencéfalo), el cerebro medio (mesencéfalo) y el cerebro

posterior (romboencéfalo). Al final de esta sexta semana postmenstrual, el embrión se

separa del saco vitelino y en ese momento sólo se visualizará en la parte superior del

embrión la cavidad del romboencéfalo que es alargada y estrecha. (Figura 20)

Figura 20. Corte axial, sagital y coronal en ecografía 2 D al inicio de la séptima semana postmenstrual.

Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

2.6. Quinta Semana

En la quinta semana (séptima semana postmenstrual, etapas 14 y 15 de Carnegie) el

sistema ventricular se divide en cinco regiones cerebrales: El cerebro anterior

(prosencéfalo) se divide en telencéfalo, que origina los hemisferios cerebrales en forma

de pequeñas evaginaciones y cuyas paredes formarán los ventrículos laterales; y el

diencéfalo que dará lugar a los tálamos y a la cavidad del tercer ventrículo. El cerebro

medio (mesencéfalo) no se divide y dará origen al acueducto de Silvio. El cerebro

posterior (romboencéfalo) originará el metencéfalo, del que derivará la protuberancia y

el cerebelo; y el mielencéfalo que dará lugar al bulbo raquídeo o médula oblongada y su

cavidad se convertirá en el cuarto ventrículo.

Page 47: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

25

El fluido espinal es un ultrafiltrado de la tela coroidea y en esta etapa se activa la

proliferación de neuroblastos. En esta semana, la longitud craneocaudal del embrión es

de 10-15 mm y aunque se apreciará mejor en la siguiente semana, en ésta ya se puede

visualizar en un corte sagital del embrión en situación más anterior el tercer ventrículo en

el diencéfalo, posteriormente el 4º ventrículo que es más ancho y plano y entre ambos la

cavidad mesencefálica que es curvada y tubular y que se convertirá en el acueducto de

Silvio. En un corte coronal, ya es visible el canal neural. (Figura 21) Los ventrículos

laterales aún son muy pequeños y solo se visualizan al final de la séptima semana.

Figura 21: Séptima semana postmenstrual. Imagen 3 D del embrión y corte coronal 2 D a nivel del tubo

neural. Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

2.7. Sexta Semana

En la sexta semana (octava semana postmenstrual, etapas 16 y 17 de Carnegie) el embrión

mide entre 16 y 22 mm y los cambios descritos en la anterior semana se identifican más

fácilmente: las vesículas encefálicas pueden observarse como zonas anecoicas en la

cabeza del embrión. (De Catte, De Keersmaeker & Claus, 2012) Los hemisferios y

vesículas telencefálicas se agrandan progresivamente en forma de semiluna, el tercer

ventrículo que va cubriéndose por los hemisferios, es todavía amplio, al igual que el

acueducto, que permanece como una estructura tubular curvada. (Figura 22)

Page 48: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

26

Figura 22. Imagen izquierda: Histología de un corte coronal a nivel de la calota en un feto de unas 8

semanas postmenstrual. Fuente: Tomado de htppss://embriology.med.unsw.edu.au. Imagen derecha:

Reconstrucción 3D mostrando el embrión en la semana 8 postmenstrual. Fuente: Tomado de la biblioteca

virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

El 4º ventrículo, de forma piramidal con vértice central profundiza en la flexura pontina.

El rápido crecimiento del encéfalo embrionario, ocasiona que se doble en sentido ventral

produciendo la flexura cervical y la flexura cerebral media. (Figura 23)

Figura 23. Reconstrucción 3D con omniview mostrando el SNC en desarrollo en un feto de 8 semanas

postmentrual. Plano de adquisición sagital. Se muestra el telencéfalo, el diencéfalo, el mesencéfalo y el

romboencéfalo. Fuente: Tomado de http://www.glowm.com/ultrasoundAtlas

A nivel del cerebro caudal se diferenciará el mielencéfalo (parte más caudal) y el

metencéfalo (parte más craneal).

Page 49: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

27

2.8. Séptima Semana

En la séptima semana (novena semana postmenstrual, etapas 18 y 19 de Carnegie) el

embrión crece de 23 a 32 mm y el tamaño de los ventrículos laterales crece rápidamente,

apreciándose en un plano parasagital en forma de semiluna.

La corteza cerebral en esta fase es lisa e hipoecogénica mientras que los plexos coroideos

se convierten en la estructura más llamativa en la ecografía, ya que presentan un aspecto

ecogénico y ocupan la mayor parte de la cavidad de los ventrículos laterales. (Figura 24)

Figura 24. Cortes parasagitales a nivel del cráneo en un feto de 9 semanas y 3 días, mostrando los

ventrículos laterales con el plexo coroideo en su interior. Reconstrucción 3D del mismo feto. Fuente:

Tomado de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

El tercer ventrículo se estrecha gradualmente mientras que el acueducto permanece aún

amplio. El 4º ventrículo, tiene forma piramidal con vértice central que profundiza en la

flexura pontina y su techo es atravesado por los plexos coroideos para reunirse en la línea

media y dividir el ventrículo en un compartimento craneal y otro caudal.

La columna se aprecia en esta fase como 2 líneas paralelas que recorren el dorso fetal.

Page 50: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

28

2.9. Octava Semana

La octava semana (décima semana postmenstrual, etapas 20 a 23 de Carnegie) es la última

semana de desarrollo embrionario, ya que tras ella hablamos de desarrollo del feto. Es en

la etapa 21 cuando aparece la placa cortical que corresponderá al área de la futura ínsula.

(Muller & O’Rahilly, 1990)

Se aprecia un aumento progresivo del tamaño de los ventrículos laterales, aparece la hoz

del cerebro y se visualizan los plexos coroideos prominentes con el signo de la mariposa

en el corte axial del cráneo. El acueducto sigue siendo visible pero hay un estrechamiento

del diencéfalo y una disminución relativa del tercer ventrículo.

2.10. Novena Semana

En la novena semana (undécima semana postmenstrual) el feto mide entre 41 y 52 mm,

el tercer ventrículo se sigue estrechando y los plexos coroideos siguen siendo muy

evidentes tanto en los ventrículos laterales como en el 4º ventrículo. (Figura 25)

Se identifican los hemisferios cerebelosos, el acueducto es aún prominente y se puede

observar el polígono de Willis con Doppler color.

Figura 25. Volumen 3D a nivel del cráneo mostrando la fosa posterior y el 4º ventrículo al final de la 11º

semana postmenstrual y renderización 3D en superficie de un feto al inicio de la semana 12º postmenstrual.

Fuente: Tomado de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Page 51: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

29

2.11. Décima Semana

En la décima semana (duodécima semana postmenstrual) el feto mide entre 52 y 64 mm

y las 5 regiones cerebrales presentarán grandes cambios: el mielencéfalo originará el

bulbo raquídeo, cuya parte caudal es parecida a la médula espinal, con el conducto neural

central, los núcleos gráciles medialmente y los cuneiformes lateralmente y se relacionan

con las vías cortico-medulares homónimas. La parte rostral del bulbo es abierta, ancha y

plana, sobre todo frente a la acodadura pontina. La cavidad adquiere forma de diamante

y se transforma en la parte inferior del 4º ventrículo. Las placas alares darán lugar a las

aferentes viscerales, gustativas y somáticas de la cabeza y el oído mientras que las placas

basales motoras contienen neuronas del hipogloso, vago y glosofaríngeo.

Las paredes del metencéfalo originan la protuberancia, el cerebelo y la parte superior del

4º ventrículo. Engrosamientos en la parte dorsal de las placas alares se proyectan hacia el

4º ventrículo para originar el cerebelo. Fibras nerviosas formarán una banda gruesa que

conectará la corteza cerebral y cerebelosa con la médula a través de la capa marginal de

la región ventral del metencéfalo y constituirán la protuberancia. El techo del 4º ventrículo

tiene forma de punta o receso y está formado por la tela coroidea posterior, que presenta

dos recesos posterolaterales intracerebelosos y dos laterales que rodean la unión

bulboprotuberancial y desembocan en el ángulo pontocerebeloso por medio de los

orificios de Luschka. Hay otra comunicación medial con el espacio subaracnoideo que se

conoce como orificio de Magendie.

En el mesencéfalo el conducto neural se estrecha y se transforma en el acueducto que une

el tercer y 4º ventrículo. Los neuroblastos de las placas basales originan los núcleos rojo,

reticular y de los pares craneales III y IV. Los pedúnculos cerebrales se forman en la parte

anterior a partir de fibras que crecen desde el cerebro.

Page 52: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

30

En el diencéfalo, a ambos lados del tercer ventrículo se desarrollan 3 tumefacciones: una

superior (epitálamo), otra media (tálamo) y otra inferior (hipotálamo). Los tálamos se

desarrollan rápidamente y abultan hacia la cavidad del tercer ventrículo que queda

reducido a una estrecha hendidura. El hipotálamo se relacionará posteriormente con la

hipófisis.

Los hemisferios cerebrales se desarrollan a partir de las vesículas telencefálicas y a

medida que se expanden cubrirán por completo y sucesivamente el diencéfalo, el cerebro

medio y caudal. Formarán la hoz del cerebro atrapando el mesénquima que queda en la

línea media y la estructura más evidente en la exploración ecográfica serán los plexos

coroideos que en esta fase son grandes y rellenan casi por completo los ventrículos

laterales. Los núcleos caudado y lenticular se forman en el suelo de cada hemisferio a

partir de fibras aferentes y eferentes que proceden del cuerpo estriado.

El parénquima cerebral en esta fase es fino e hipoecogénico y el grosor de la corteza es

de 1-2 mm, pero ya puede identificarse la ínsula y la cisura de Silvio como una suave

depresión lateral en la superficie de los hemisferios, según lo descrito por Mittal et al.

(Figura 26)

Figura 26. Corte axial de cráneo en la semana 12. Imagen izquierda volumen 3D, tomada de Mittal et al,

2007. Imagen derecha, en un feto de 12 semanas y 3 días. Fuente: Tomada de la biblioteca virtual de

imágenes del programa View-Point de C. Gutenberg.

Page 53: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

31

3. Neurodesarrollo Fetal: Examen Ecográfico Básico del SNC Fetal

3.1. Neurosonograma Básico: Concepto

Los ultrasonidos se utilizan como método principal para la evaluación del sistema

nervioso central (SNC) fetal y el diagnóstico de sus anomalías desde hace casi cuatro

décadas. Las malformaciones del SNC son unas de las malformaciones congénitas más

frecuentes y suponen la segunda causa de discapacidad en la infancia.

El examen básico del SNC fetal (neurosonograma básico) pretende establecer los

aspectos técnicos para la evaluación del cerebro fetal así como los cortes básicos que

permitan confirmar su normalidad y la ausencia de imágenes asociadas a anomalías del

SNC. Estas imágenes, pueden mostrar diferentes grados de anormalidad: anomalía

segura, sospecha de anomalía, variante de la normalidad o signo de alarma.

Cualquiera de ellas, justifica que la gestante sea remitida a un equipo especializado para

la realización de un estudio más detallado o ampliado del SNC fetal (neurosonografía) o

bien realizar técnicas de imagen complementarias como la ecografía tridimensional para

realizar una navegación multiplanar o la resonancia magnética (RMN fetal) que puede

añadir información útil, principalmente en el tercer trimestre. (Griffiths et al, 2005)

La mayoría de protocolos de estudio ecográfico incluyen esta exploración neurológica

fetal básica en la ecografía morfológica de la semana 20, aunque la apariencia ecográfica

del encéfalo va a variar dependiendo de la edad gestacional y además hay lesiones que

son progresivas o de aparición tardía, por lo que su contenido no se limita a la ecografía

de las 20-22 semanas, y debería ser extensivo a todas las ecografías realizadas, con

independencia de la edad gestacional.

Page 54: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

32

3.2. Factores a considerar en el Neurosonograma Básico

Algunos factores influyen en la evaluación ecográfica del SNC como la edad gestacional,

la vía de exploración así como factores técnicos de la propia exploración.

3.2.1. Edad gestacional

La edad gestacional en la que se recomienda realizar el estudio básico es en torno a la

semana 20. Aunque algunas anomalías son visibles en el primer trimestre (Monteagudo

& Timor-Tritsch, 2003) o inicios del segundo, éstas suelen representar una minoría, en

general son graves y se pueden detectar en la ecografía de cribado que se realiza en la

semana 12 de gestación, como es el caso de la anencefalia o la holoprosencefalia. Por el

contrario, una evaluación más tardía del SNC se ve dificultada por una mayor osificación

de la calota, si bien podría permitir el diagnóstico de alteraciones morfológicas de la

maduración cerebral que son evolutivas.

3.2.2. Factores técnicos

Factores técnicos a considerar podrían ser los inherentes a la calidad del aparato de

ultrasonidos (resolución del transductor ecográfico), el índice de masa corporal de la

gestante y la posición fetal. En este sentido, el uso de la ecografía tridimensional puede

facilitar el examen del cerebro fetal y la columna vertebral. (Pilu et al.; 2006)

3.2.3. Vía de exploración

La vía de exploración básica para el estudio ecográfico del SNC fetal es la

transabdominal, si bien en ocasiones puede ser necesario completar la evaluación por

medio de la vía transvaginal, como en algunos casos de presentación cefálica muy

encajada o una cicatriz suprapúbica que dificulte la valoración por vía abdominal.

Page 55: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

33

Se recomienda utilizar frecuencias de 3-5 MHz para el trasductor transabdominal y de

5-12 MHz para el trasductor transvaginal. El examen se lleva a cabo prncipalmente con

la ecografía bidimensional en escala de grises, aunque el uso de armónicos puede mejorar

la visualización sobre todo en mujeres obesas y el uso del Doppler-color ayuda a

identificar adecuadamente los vasos cerebrales.

3.3 Sistemática para realizar el Neurosonograma Básico

3.3.1 Estructuras que deben ser valoradas

La exploración básica del SNC fetal debe incluir la evaluación de la cabeza fetal y sus

estructuras intracraneales por medio de cortes axiales y la mayoría de protocolos incluyen

la valoración de la columna vertebral por medio de cortes axiales, transversales y

coronales.

El barrido ecográfico de la cabeza fetal deberíamos realizarlo en sentido cráneo-caudal

con la finalidad de evaluar la calota (morfología, integridad y estado de osificación) así

como la disposición anatómica de las estructuras intracraneales (ventrículos laterales,

cerebelo, cisterna magna, cavum y tálamos) en tres cortes básicos axiales

(transventricular, transtalámico y transcerebeloso).

A pesar de que el análisis del desarrollo cortical no está incluido en la evaluación básica

recomendada actualmente por la International Society of Ultrasound in Obstetrics and

Gynecology (ISUOG), (ISUOG guidelines, 2007) algunos protocolos de ecografía

prenatal recomiendan incluir la evaluación subjetiva de la presencia y morfología al

menos de la cisura de Silvio, para confirmar su desarrollo en relación con la edad

gestacional. (ICGON, 2015)

Page 56: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

34

3.3.2. Corte transventricular

3.3.2.1. Estructuras a valorar en el corte transventricular

El corte transventricular es el más alto de los tres cortes axiales, y en él se deben visualizar

las astas anteriores de los ventrículos laterales o astas frontales a ambos lados del cavum

del septi pellucidi (CSP) y las astas posteriores de los ventrículos laterales con los plexos

coroideos en su interior. (Figura 27)

Figura 27. Corte axial transventricular. Imagen 2D y reconstrucción 3D con omniview, mostrando la altura

del corte en la imagen central. Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa

View-Point de C. Gutenberg.

En un corte algo más superior, puede verse la hoz del cerebro junto a los ventrículos

laterales, ocupados por los plexos coroideos. En ocasiones, en este corte solo es visible el

hemisferio más alejado del transductor debido a artefactos, por lo que para su correcta

visualización (visualización del hemisferio proximal al trasductor) suele ser necesario

realizar una pequeña angulación con la sonda.

Aunque la guía de estudio básico del SNC fetal de la ISUOG recomienda el estudio solo

en el hemisferio distal al presuponer simetría y considerar que las lesiones cerebrales más

graves son bilaterales o asocian una desviación significativa o distorsión del eco de la

línea media, pensamos que también debe estudiarse el hemisferio proximal a la sonda, ya

que algunas lesiones graves pueden afectar a un solo hemisferio, tal como propone Viñals

& Correa (2015) y este aspecto, probablemente se revise en futuras guías.

Page 57: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

35

3.3.2.2. Astas frontales

Las astas frontales aparecen como dos estructuras hipoecoicas en forma de coma

separadas medialmente por el CSP y con una pared lateral bien definida.

3.3.2.3. Cavum del septi pellucidi

El cavum del septi pellucidi se distingue a nivel del tercio anterior, interrumpiendo el eco

medio como un espacio anecoico de forma cuadrangular o triangular de base anterior,

cuyo límite lateral son dos líneas paralelas que lo separan de las astas frontales y que no

deben confundirse con la imagen de las columnas del fórnix que se identifican como tres

líneas paralelas en un plano algo inferior y a su mismo nivel. Puede ser visible desde la

semana 16 y con sonda abdominal deberíamos verlo entre las semanas 17 y 38 (DBP entre

44 y 88 mm), aunque en la gestación a término sus paredes pueden obliterarse de manera

fisiológica y no visualizarse. Sus alteraciones se relacionan con patología cerebral diversa

como la patología callosa, holoprosencefalia, displasia septoóptica, hidrocefalia o

alteraciones corticales como la esquisencefalia. (Malinger et al.; 2005)

3.3.2.4. Astas posteriores

Las astas posteriores de los ventrículos laterales son también visibles y en ellas se

identifica el atrio ventricular caracterizado por la presencia del glomus del plexo coroideo,

que es la parte más posterior del mismo.

3.3.2.4.1. Atrio ventricular

El atrio ventricular es una de las medidas que se recomienda realizar en la exploración

básica del SNC fetal porque diversos estudios sugieren que es el método más eficaz para

evaluar la integridad del sistema ventricular. (Gaglioti et al.; 2005) Su medida se mantiene

estable durante todo el segundo y tercer trimestre con valores en torno a 6-8 mm.

Page 58: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

36

3.3.2.4.2. Ventriculomegalia

Debemos considerar que existe ventriculomegalia con una medida del ventrículo lateral

igual o superior a 10 milímetros. Su medición correcta se recomienda realizar en un plano

axial algo más inferior, intermedio entre el plano transventricular y el transtalámico. Para

ello, debemos identificar la fisura parietooccipital y el eco medio, y con una ampliación

suficiente trazar una línea perpendicular al eje longitudinal de los ventrículos laterales

colocando los cálipers “in to in”, es decir, en la parte interna de las paredes ventriculares,

que se representan ecográficamente como líneas brillantes. (Guibaud, 2009)

La ventriculomegalia es uno de los marcadores más eficaces para sospechar un desarrollo

cerebral anormal. (Toi et al, 2009)

3.3.3. Corte transtalámico

3.3.3.1. Estructuras a valorar

El corte transtalámico se obtiene en un corte paralelo al corte transventricular y

ligeramente más inferior y en el que se deben identificar de anterior a posterior las astas

frontales, el CSP, el tálamo y el giro del hipocampo. (Figura 28)

Es el que se utiliza para realizar la biometría cefálica fetal.

Figura 28. Corte axial transtalámico. Imagen 2D y reconstrucción 3D con omniview, mostrando la altura

del corte en la imagen central. Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa

View-Point de C. Gutenberg.

Page 59: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

37

3.3.3.2. Biometría cefálica

Como se ha citado, el corte transtalámico es un corte reproducible y fácil de identificar,

por lo que es el que se utiliza para la medición del diámetro biparietal (DBP) y de la

circunferencia cefálica (CC) en la biometría fetal.

3.3.3.2.1. El diámetro biparietal (DBP)

Para el DBP algunos autores recomiendan situar los calipers en la parte externa de la

calota fetal y no “interior-exterior”, ya que consideran que se producen discrepancias

considerables sobre todo en primer trimestre, aunque siempre es recomendable conocer

cómo se han realizado las tablas de referencia que se utilicen ya que hay tablas realizadas

con técnica de medición de dentro a fuera. (Snijders & Nicolaides, 1994)

3.3.3.2.2. La circunferencia cefálica (CC)

La CC puede calcularse directamente dibujando una elipse alrededor del exterior de los

ecos del cráneo o bien, calcularse a partir del DBP y el diámetro occipitofrontal (OFD)

mediante la ecuación CC=1.62 x (DBP+OFD) que suele venir incluida en el software de

los aparatos de ecografía en la actualidad.

3.3.4. Corte transcerebeloso

3.3.4.1. Estructuras a valorar

El corte transcerebeloso es algo inferior al corte transventricular y requiere angular la

sonda ligeramente en dirección posterior. Debemos identificar las astas frontales, el

cavum, el tálamo, el cerebelo, la cisterna magna y el hueso occipital. (Figura 29)

Page 60: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

38

Figura 29. Corte axial transcerebeloso. Imagen 2D y reconstrucción 3D con omniview, mostrando la altura

del corte en la imagen central. Fuente: Creado a partir de la biblioteca virtual de imágenes del programa

View-Point de C. Gutenberg.

3.3.4.2. El cerebelo

El cerebelo se aprecia posteriormente como una estructura de bordes ecogénicos formada

por los dos hemisferios cerebelosos, unidos en el centro por una zona más ecogénica que

corresponde al vermis. El diámetro transverso del cerebelo se realiza colocando los

calipers en el límite externo de ambos hemisferios y su medida es similar a la edad

gestacional alrededor de la semana 20.

3.3.4.3. La cisterna magna

La cisterna magna aparece como un espacio de contenido líquido que se localiza posterior

al cerebelo. Imágenes lineales a modo de septos en su interior pueden ser visibles,

representan restos de la bolsa de Blake y son criterio de normalidad. Su medida se realiza

“in to in” desde el límite posterior del vermis hasta el borde interno del hueso occipital y

debe situarse entre 2 y 10 mm durante toda la gestación, ya que cuando este espacio se

oblitera o desaparece, asocia frecuentemente un defecto abierto del tubo neural. En

cambio, en fetos con dolicocefalia, pueden encontrarse mediciones ligeramente

superiores a 10 mm.

En ocasiones y sobre todo en la primera mitad de la gestación, podemos visualizar el 4º

ventrículo por delante del cerebelo en cortes muy angulados y dar la falsa impresión de

Page 61: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

39

estar ante una hipoplasia de vermis. Es importante recordar que el desarrollo del vermis

no se completa antes de las 20-22 semanas por lo que se debe ser muy cuidadoso en el

diagnóstico de la patología de la fosa posterior por debajo de la semana 24 de gestación.

3.3.5. Evaluación de la columna vertebral

3.3.5.1. Signos indirectos de defecto abierto del tubo neural

La evaluación ecográfica de la columna vertebral debe iniciarse con la evaluación craneal

por la elevada sensibilidad y especificidad de los marcadores craneales de defecto del

tubo neural: la morfología del cerebelo (signo de la banana) y la depresión de los huesos

frontales (signo del limón) (Nicolaides et al.; 1986) junto a la obliteración de la cisterna

magna ya comentada. Otros signos que obligarían a confirmar su integridad son la

presencia de ventriculomegalia y los pies equinovaros.

3.3.5.2. Sistemática de evaluación de la columna vertebral

Debe comprobarse la disposición, osificación e integridad de los cuerpos y procesos

laterales de todas las vértebras en al menos el plano sagital así como confirmar la

integridad de la piel, según la guía básica de la ISUOG, aunque otras guías recomiendan

realizar también proyecciones coronales y axiales.

3.3.6. Consideraciones generales

Ante la sospecha durante el examen básico del SNC de una alteración morfológica, debe

realizarse una exploración avanzada del SNC, ya que muchas anomalías graves, pueden

asociarse con hallazgos más sutiles en el estudio básico.

Page 62: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

40

El cerebro continúa su desarrollo durante la segunda mitad de la gestación y en el periodo

neonatal, motivo por el cual, cuando se realice una ecografía fetal, debería valorarse el

SNC. Además, algunas lesiones son evolutivas o se deben a noxas que actúan durante la

gestación y no a un mal desarrollo fetal, como es el caso de algunas infecciones,

traumatismos o como respuesta a la hipoxia fetal. (Simonazzi et al.; 2006)

3.3.7. Consideración del autor

En la guía de estudio básico del SNC de la ISUOG no se hace mención a recomendar en

el momento actual la valoración de la corteza cerebral o de las cisuras, (ISUOG, 2007)

Otras guías internacionales recientes como la del Colegio Americano de Ginecólogos y

Obstetras que recoge las estructuras anatómicas a revisar en el estudio ecográfico de

rutina básica tampoco la contemplan, (Reddy, Abuhamad, Levine & Saade, 2014) y

aunque este aspecto pueda ser revisado en futuras guías, uno de los objetivos de esta tesis,

es plantear la valoración de la cisura de Silvio en el estudio básico del SNC, que se puede

realizar en los cortes axiales básicos, y que puede dar una información cualitativa

(presencia y aspecto) y cuantitativa, (profundidad de la ínsula y relación con la edad

gestacional), tal y como propuso el trabajo de Alonso et al. (2010)

Page 63: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

41

4. Neurosonografía: Examen Ecográfico Avanzado del SNC Fetal

4.1. Neurosonografía fetal: concepto

La exploración avanzada o selectiva del SNC requiere la valoración exhaustiva del

cerebro en los tres planos del espacio. Los cortes anatómicos para realizar este estudio

fueron publicados en el año 2007 por la ISUOG y se conoce como neurosonografía fetal.

Debería ser realizada por especialistas o expertos en el estudio del SNC fetal

(habitualmente se trata de obstetras o radiólogos) que estuvieran de forma ideal integrados

en un equipo multidisciplinar formado por genetistas, neuropediatras, neonatólogos,

patólogos y por tanto, especialistas en diferentes áreas relacionadas con la Medicina Fetal.

La finalidad es proporcionar una atención más integral a la gestante, incluyendo la

realización de pruebas complementarias si están indicadas, emitir un pronóstico a corto y

largo plazo que en ocasiones puede ser incierto, planificar los controles que deben

realizarse hasta finalizar la gestación, el planteamiento de las diferentes opciones

disponibles, la información completa a los padres y el asesoramiento genético para futuros

embarazos.

4.2. Indicaciones para realizar una Neurosonografía Fetal

Actualmente, las indicaciones para realizar una neurosonografía detallada en muchos

protocolos incluyen:

1. Antecedente familiar o malformación del SNC en gestación previa, ya sea aislada o

formando parte de un síndrome genético.

2. Anomalía o sospecha de anomalía del SNC detectada en el estudio básico entre las que

se encuentran las expuestas en la tabla 1.

Page 64: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

42

Tabla 1:

Anomalías o sospecha de anomalía del SNC detectadas en el estudio ecográfico básico

para la indicación de una neurosonografía fetal

Atrio ≥ 10 mm

Cisterna magna ≥ 10 mm o < 2 mm

Alteración morfológica o ausencia del cávum septi pellucidi

Alteraciones en la morfología craneal

Quistes intracraneales

Alteraciones biométricas cefálicas (por debajo o por encima de 2 desviaciones estándar)

Alteración morfológica de las astas anteriores de los ventrículos laterales

Alteración morfológica o biométrica del cerebelo

Alteraciones en la ecogenicidad del parénquima cerebral

Alteración en las circunvoluciones cerebrales

Fuente: Adaptado de protocolos del H. Clinic, 2015

3. Sospecha de infección fetal por citomegalovirus, toxoplasma, rubéola o varicela ya sea

por producirse una seroconversión en la gestante o por la presencia de signos ecográficos.

4. CIR severo (menor al percentil 3).

5. Algunas malformaciones extracraneales tales como anomalías faciales, cardiopatías

ductus dependiente, rabdomiomas cardiacos (asocian esclerosis tuberosa sobre todo si son

múltiples) o signos ecográficos asociados a determinados síndromes genéticos.

6. Patología hematológica fetal como la anemia fetal (moderada o severa) y la

trombocitopenia.

7. Situaciones de riesgo hipóxico-isquémico.

8. Algunas complicaciones de la gestación monocorial: síndrome de transfusión feto-

fetal, restricción del crecimiento intrauterino selectivo tipo II-III u óbito intraútero de uno

de los fetos.

Page 65: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

43

9. Consumo de tóxicos (alcohol y drogas) y de algunos fármacos como anticoagulantes,

antiepilépticos, antimetabolitos y retinoides. (ICGON, 2015)

4.3. Sistemática en Neurosonografía Fetal

La sistemática incluye el análisis de la morfología, disposición, ecogenicidad y tamaño

de las diferentes estructuras intracraneales mediante la evaluación de los cortes axiales

descritos para la ecografía básica, así como la evaluación más detallada en planos

coronales y sagitales obtenidos mediante ecografía transvaginal o transabdominal.

(Timor-Tritsch & Monteagudo, 1996)

La mayor resolución y calidad de las diferentes estructuras, se obtiene si el grado de

flexión de la cabeza fetal facilita la insonación a través de la ventana acústica

proporcionada por las fontanelas.

En general, los rangos de normalidad (entre el 5 y 95 percentil) de la mayoría de

estructuras se estiman en función de la edad gestacional y están disponibles en tablas de

referencia.

Además de las estructuras anatómicas, la neurosonografía fetal también debe incluir la

evaluación de las circunvoluciones del cerebro fetal que cambian a lo largo de la

gestación. (Toi, Lister & Fong, 2004)

4.3.1. El plano axial

En los planos axiales, ya descritos en el estudio básico del SNC, el corte transtalámico

debe incorporar la evaluación del tercer ventrículo cuya medición se realiza colocando

los cálipers en el borde interno de las paredes ventriculares y obteniendo su diámetro

Page 66: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

44

máximo. El corte transcerebeloso incluye la evaluación adicional del cuarto ventrículo y

su relación con la fosa posterior.

4.3.2. El plano coronal

Los planos coronales se subdividen en 4 cortes, que de delante hacia atrás son los cortes

transfrontal, transcaudal, transtalámico y trancerebeloso. (Figura 30)

Figura 30. Planos coronales en el estudio neurosonográfico. Fuente: Tomado de ISUOG, 2007

4.3.2.1. El corte transfrontal

El corte transfrontal es el más anterior de todos, se obtiene a través de la fontanela anterior

y en él se visualiza la cisura interhemisférica así como la porción más anterior de las astas

anteriores de los ventrículos laterales.

El corte se realiza justo por delante de la rodilla del cuerpo calloso y ello explica la

presencia de una fisura interhemisférica ininterrumpida. En la base del corte se pueden

visualizar las órbitas y el hueso esfenoidal. (Figura 31)

Figura 31. Corte coronal transfrontal. Fuente: Reconstruido a partir de un volumen 3 D de la biblioteca de

imágenes C. Gutenberg. El punto amarillo en imagen izquierda y el punto rojo en el corte sagital muestran

la altura del corte. Imagen derecha tomada de ICGON, 2015.

Page 67: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

45

La cisura interhemisférica tiene una ecoestructura ecogénica y lineal debido a que en ella

se introduce la hoz del cerebro separando los dos hemisferios y cuando el plano es

correcto, la no alineación de la cisura interhemisferica nos debería hacer sospechar la

existencia de una patología de la línea media. A ambos lados se sitúan las astas anteriores

de los ventrículos laterales y lateralmente, se identifica la homogeneidad del parénquima

encefálico, limitado por fuera por la corteza y más externamente por el espacio

subaracnoideo.

4.3.2.2. El corte transcaudal

El corte transcaudal es algo más posterior y se sitúa a nivel de la rodilla del cuerpo calloso,

que interrumpe la cisura interhemisférica, (Figura 32) y del núcleo caudado que se

visualiza como una zona gris homogénea por debajo de las astas anteriores.

Figura 32. Corte coronal transcaudal Fuente: Reconstruido a partir de un volumen 3 D de la biblioteca de

imágenes C. Gutenberg. El punto amarillo en imagen izquierda y el punto rojo en corte sagital muestran la

altura del corte. Imagen derecha tomada de ICGON, 2015.

Bajo el núcleo caudado se sitúan el putámen y bajo él el globo pálido, y aunque la

isoecogenicidad del encéfalo intraútero hace muy difícil diferenciar unos núcleos de

otros, la resolución de los actuales aparatos de ecografía permiten delinear ligeras

diferencias que los sitúan de forma correcta. En este corte debemos identificar el CSP, las

astas anteriores de los ventrículos laterales y la cisura de Silvio.

Page 68: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

46

El CSP corresponde en este corte a una estructura econegativa trapezoidal central y bien

delimitada lateralmente. Contiene líquido cefalorraquídeo que se filtra desde los

ventrículos y su límite superior corresponde a la rodilla anterior del cuerpo calloso. Esta

cavidad, hacia el final de la gestación es más difícilmente reconocible y desaparece en la

vida neonatal antes de los 6 meses.

Las astas anteriores de los ventrículos laterales aparecen a ambos lados del cuerpo calloso

como dos formaciones econegativas simétricas en forma de lágrima y por encima de ellas,

podemos identificar una estructura ecogénica que corresponde a la circunvolución del

cíngulo. Esta zona periventricular tiene especial interés para la detección de anomalías de

la línea media y en caso de hemorragias intracraneales a nivel subependimario.

En el borde del parénquima, se identifican la corteza y el espacio subaracnoideo y en el

tercio medio, se visualiza a ambos lados la cisura de Silvio. En este plano, además de

evaluar la zona periventricular de las astas anteriores, podemos realizar distintas

mediciones como el tamaño de las astas frontales de ambos ventrículos laterales midiendo

el diámetro cráneo-caudal y colocando los cálipers en el borde interno de las paredes

ventriculares al igual que se realiza en neonatos (Brower et al.; 2010), el espacio

subaracnoideo por encima de la cisura interhemisférica, midiendo la distancia cráneo-

cortical y seno-cortical (Malinger, Lerman-Sagie, Achiron, & Lipitz, 2000) y la anchura

y grosor del cuerpo calloso (Achiron & Achiron, 2001). Se consideran normales valores

entre 2 y 7 mm para el grosor del cuerpo calloso. (Achiron & Achiron, 2001)

4.3.2.3. El corte transtalámico

El corte transtalámico se realiza a nivel de los tálamos y en él se identifican las astas

anteriores de los ventrículos laterales, el CSP y, en ocasiones el III ventrículo en la línea

Page 69: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

47

media entre ambos tálamos, identificable como una mínima estructura econegativa.

(Figura 33)

Figura 33. Corte coronal transtalámico. Fuente: Reconstruido a partir de un volumen 3 D de la biblioteca

de imágenes C. Gutenberg. El punto amarillo en imagen izquierda y el punto rojo en corte sagital muestran

la altura del corte. Imagen derecha tomada de ICGON, 2015.

Los tálamos tienen un aspecto homogéneamente ecogénico y lateralmente a ellos, puede

comenzar a observarse la cisura de Silvio (CS), en cuya base (borde medial) se encuentra

el lóbulo de la ínsula, que se irá cubriendo durante la gestación en un fenómeno que se

conoce como operculización, al que nos referiremos en el estudio de la corteza cerebral

y que determinará la morfología de la CS durante el desarrollo. En la línea media se

identifica la cisura interhemisférica y de nuevo el CSP. Por encima de él, aparece una

estructura econegativa situada entre dos líneas ecogénicas que corresponden al esplenio

del cuerpo calloso.

En ocasiones y si el corte es más posterior, puede observarse parte del asta posterior del

ventrículo lateral con el glomus del plexo coroideo. Por encima de los tálamos, se situarán

el núcleo caudado y entre ellos el putamen que corresponde a una estructura ecogénica,

mal definida y que se extiende entre la corteza cerebral y los núcleos centrales. Sin

embargo, esta zona corresponde ya a la sustancia blanca, que difícilmente reconocemos

en la ecografía prenatal. Cerca de la base del cráneo y en la línea media de la cisterna

basal, este corte contiene los vasos del polígono de Willis y el quiasma óptico.

Page 70: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

48

4.3.2.4. El corte transcerebeloso

El corte transcerebeloso es el más posterior de todos (figura 34) y en él se identifican las

astas occipitales de los ventrículos laterales con los plexos coroideos en su interior, la

cisura interhemisférica, los hemisferios cerebelosos, el vermis y el tentorio (o tienda del

cerebelo) así como la cisura calcarina. Se obtiene orientando la sonda hacia la fontanela

posterior y es el plano idóneo para el despistaje de anomalías de la fosa posterior, sobre

todo las anomalías quísticas.

Figura 34. Corte coronal transcerebeloso. Fuente: Reconstruido a partir de un volumen 3 D de la biblioteca

de imágenes C. Gutenberg. El punto amarillo en imagen izquierda y el punto rojo en corte sagital muestran

la altura del corte. Imagen derecha tomada de ICGON, 2015.

4.3.3. El plano sagital

4.3.3.1. El corte mediosagital

El plano sagital en su corte mediosagital es el que mayor información aporta sobre las

estructuras que se encuentran en la línea media del encéfalo fetal. (Timor-Tritsch &

Monteagudo, 1996) Requiere un abordaje transfontanelar y las estructuras que se pueden

visualizar son de craneal a caudal y de delante hacia atrás: el seno sagital, la corteza

cerebral, el cuerpo calloso en su totalidad (rodilla, esplenio y rodete), el cávum del septum

pellucidum, el fórnix, III y IV ventrículo, tronco del encéfalo, protuberancia, vermis, fosa

posterior y tentorio. En este plano, en el espesor del parénquima y dependiendo de la edad

Page 71: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

49

gestacional se puede confirmar la presencia de la cisura cingulata, circunvolución por

encima del cuerpo calloso. A medida que avanza la gestación, se pueden apreciar como

tractos ecogénicos, la sulcación y giración que va teniendo lugar en el desarrollo del

encéfalo fetal y que se comentará posteriormente. (Figura 35)

Figura 35. Corte mediosagital en fetos de 22, 29 y 24 semanas de gestación. Derecha e izquierda imagen

2D. Imagen central reconstruida a partir de un volumen 3 D. Fuente: Creado a partir de la biblioteca de

imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

En este corte mediosagital se puede realizar una estimación del tamaño del cuerpo calloso

y del vermis del cerebelo. La longitud del cuerpo calloso se realiza desde la parte más

anterior de la rodilla del cuerpo calloso hasta la parte más posterior del esplenio, a nivel

del rodete. (Achiron & Achiron, 2001). La altura del vermis se realiza desde la porción

más craneal del vermis (culmen) a la porción más caudal (úvula). (Malinger et al.; 2001)

La aplicación del Doppler color facilita el estudio de la vascularización arterial y venosa

y en ocasiones puede ser importante la identificación del trayecto de las arterias cerebral

anterior, pericallosa y de la vena de Galeno.

Bajo el cavum del septum se visualiza la tela coroidea que está formada por la piamadre

e internamente se encuentra cubierta por tejido ependimario. Bajo ella se ubica la cisterna

cuadrigémina y más abajo la cisterna ambiens.

Otras estructuras pueden ser visualizadas como el acueducto de Silvio o el cuarto

ventrículo que se sitúa por delante del fastigio del vermis cerebeloso, si bien, si el corte

Page 72: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

50

es correcto y la edad gestacional es superior a la 23-24 semanas, muchas otras estructuras

pueden ser identificadas. En este sentido, las nuevas tecnologías, como la exploración

multiplanar y la reconstrucción 3 D han supuesto un gran avance para obtener estudios

de mayor calidad y que permitan una mejor valoración de las estructuras intracraneales

en la pruebas de imagen. (Monteagudo & Timor-Tritsch, 2009)

4.3.3.2. El corte parasagital

El corte parasagital nos permite evaluar la morfología y contenido de los ventrículos

laterales en el corte de los 3 cuernos, con los plexos coroideos y las áreas

periventriculares. (Timor-Tritsch, Monteagudo & Mayberry, 2000) Este corte nos facilita

una gran información sobre el desarrollo de la sulcación así como de la formación de la

corteza cerebral y del espacio subaracnoideo. (Figura 36)

Figura 36. Corte parasagital del cráneo o corte de los tres cuernos. De izquierda a derecha, imagen 2D,

renderización 3D y reconstrucción 3 D con omniview para mostrar la altura del corte. Fuente:

Reconstrucciones a partir de un volumen 3 D de la biblioteca de imágenes C. Gutenberg.

4.3.4. Vascularización cerebral

La vascularización cerebral puede ser estudiada con ultrasonidos por medio del Doppler

color o power-Doppler direccional y más recientemente con herramientas que incorporan

la valoración multiplanar con tecnología 3D como el angio-3D o el glass-body. En el

encéfalo fetal hay dos circuitos vasculares principales que son el polígono de Willis y la

circulación pericallosa junto a la circulación venosa del encéfalo. Su estudio es importante

Page 73: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

51

en algunas anomalías vasculares específicas como el aneurisma de la vena de Galeno así

como en procesos expansivos que alteren la anatomía vascular normal.

4.3.4.1. El plano axial

El polígono de Willis es visible en un plano axial o transverso en la base del cerebro a

nivel del tronco del encéfalo donde se visualizan las fosas anterior, posterior y laterales

del cráneo. Se ubica en la fosa interpeduncular y se forma como resultado de las

anastomosis entre las dos arterias carótidas internas y las dos arterias vertebrales a ambos

lados de la línea media: arteria cerebral anterior, media y posterior superior e inferior y

entre ellas la arteria comunicante anterior y posterior. (Figura 37)

Figura 37. Circulación normal en el polígono de Willis con power-Doppler direccional en imagen izquierda

(imagen 2D) e imagen patológica en corte axial con power-Doppler en un caso de aneurisma de la vena de

Galeno. (Imagen derecha) Centro, polígono de Willis con glass-body reconstruido a partir de un volumen

3D. Fuentes: Izquierda y centro biblioteca de imágenes C. Gutenberg. Imagen derecha, Hospital Materno

Infantil, Málaga.

4.3.4.2. El plano sagital

La circulación pericallosa es evaluada en un plano sagital por encima del cuerpo calloso

(Youssef, Ghi, T & Pilu, 2013), junto con la circulación venosa del encéfalo cuyo drenaje

consta de un sistema superficial y otro profundo. Ambos sistemas drenan a un sistema

colector de senos venosos: el seno sagital superior que junto a los senos venosos mediales

y transversos, drenan en la denominada prensa de Herófilo o tórcula, que se ubica en la

Page 74: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

52

protuberancia occipital interna (sobre la tienda del cerebelo) y desde ahí, a través del

agujero yugular, drena hacia las venas yugulares internas. (Figura 38)

Figura 38. De izquierda a derecha: Circulación pericallosa normal (imagen 2D y reconstrucción 3D con

glass-body) e imagen patológica en un caso de agenesia de cuerpo calloso. Fuente: Creado a partir de la

biblioteca de imágenes C. Gutenberg.

Page 75: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

53

5. Exploración del Encéfalo Fetal mediante RMN

5.1. Introducción

La resonancia magnética nuclear (RMN) es una técnica de imagen no invasiva que

permite visualizar el feto intraútero y conseguir una imagen detallada de las estructuras

del SNC. Es una técnica en auge y algunas malformaciones cerebrales o lesiones

destructivas que pueden estar ocultas en la ecografía prenatal, pueden ser detectadas por

RMN. Los estudios pioneros en fetos datan de principios de los años 80´ (Smith, Adam

& Phillips, 1983) y aunque el factor limitante más importante en estos primeros trabajos

era el movimiento fetal, el posterior desarrollo de técnicas de secuencias ultrarrápidas

permitió disminuir la sensibilidad a los movimientos fetales.

5.2. Condiciones previas, Procedimiento y Seguridad

Además de una adecuada información a la gestante (la técnica dura aproximadamente

unos 45 minutos) y el preceptivo consentimiento informado, se recomienda ayunas de al

menos 4 horas, ya que se ha visto que reduce los artefactos por el peristaltismo intestinal

materno, y en ocasiones puede ser necesaria la administración de diacepam oral 20-30

minutos antes, con la finalidad de reducir la ansiedad y la claustrofobia que algunas

gestantes refieren y que puede ser una contraindicación relativa. Algunos protocolos

contemplan el uso de sedación administrando 1mg de flunitrazepam 20 minutos antes,

aunque en la mayoría de los centros se realiza el estudio sin sedación, dado el uso de

secuencias ultrarrápidas. (Recio et al., 2010)

La embarazada se sitúa en decúbito supino (o lateral si el estado de gestación es avanzado

y no tolera el supino mantenido) y es conveniente que la exploración sea realizada por

Page 76: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

54

personal entrenado. Se realizan tres planos ortogonales a la madre y sobre ellos, se

planifican los cortes sagitales, coronales y axiales del feto.

Las técnicas de secuencias ultrarrápidas son secuencias HASTE (Half-Fourier Single-

Shot Turbo Spin-Echo) y SSFSE (Single-Shot Fat Spin-Echo) que son muy potenciadas

en T2, muestran el líquido brillante y dado que el cerebro fetal contiene una mayor

proporción de líquido que el cerebro adulto, este aspecto es muy útil en la valoración del

SNC fetal. (Levine, 2004) En estas secuencias, el líquido cefalorraquídeo (LCR) aparece

brillante o hiperintenso. En T2 también se utilizan secuencias balanceadas (FIESTA).

Además de las secuencias en T2, el estudio se puede completar con secuencias

potenciadas en T1 (gradiente doble eco o Fast Spoiled Gradient Echo T1), que enfatizan

la sangre (útil para detectar hemorragias), el calcio (detección de calcificaciones), y la

grasa (tumores de contenido graso o lipomas). En estas secuencias T1, el LCR se muestra

hipointenso.

Otras técnicas que pueden realizarse son secuencias de difusión, muy útiles para la

detección de lesiones isquémicas agudas, (Glenn & Barkovich, 2006) así como en el

diagnóstico diferencial entre el quiste aracnoideo y el quiste epidermoide o bien las

técnicas de espectroscopía, que suelen reservarse actualmente al ámbito de la

investigación.

Se trata de una técnica segura y aunque clásicamente se recomendaba evitar el primer

trimestre de la gestación, el Colegio Americano de Radiología, valorando riesgo-

beneficio aprobó su uso en cualquier edad gestacional en el 2002, (Kanal et al., 2002)

aunque con algunas limitaciones, ya que el uso de contraste intravenoso no está aceptado.

El gadolinio que se utiliza para realizar estos estudios, cruza la placenta y se han reportado

casos de nefrotoxicidad por gadolinio (fibrosis sistémica nefrogénica). (Grobner &

Page 77: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

55

Prischl, 2007) También se recomienda usar aparatos de 1.5 T (siempre menores a 2.5 T)

así como hacer estudios lo más cortos posibles. Existen contraindicaciones absolutas tales

como portar marcapasos o algún tipo de implante electromagnético así como los clips

cerebrovasculares.

5.3. Indicaciones de RMN en SNC Fetal

Éstas son variadas, pero actualmente, en práctica clínica invariablemente se utiliza como

complemento de la valoración ecográfica, que sigue siendo el método de cribado.

(Blondiaux & Garel, 2013)

La RMN fetal se realiza para aclarar determinados hallazgos ecográficos o cuando existe

duda o sospecha de patología, ya que incluso en manos expertas, existen alteraciones que

pueden pasar desapercibidas, ya sea por problemas técnicos (artefactos de reverberación),

condiciones maternas o fetales (obesidad de la madre, posición inadecuada del feto,

oligoamnios) o por tratarse de hallazgos muy sutiles.

Indicaciones relativas para indicar una RM fetal pueden ser situaciones en las que es

difícil el estudio ecográfico, como la escasez de líquido amniótico (oligoamnios), la

obesidad materna (IMC>40), una edad gestacional avanzada (por una mayor osificación

de los huesos de la calota) o una posición difícil de la cabeza fetal.

Entre las indicaciones actuales para recomendar la realización de una RMN fetal, figuran

las que se citan en la tabla 2.

Page 78: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

56

Tabla 2.

Indicaciones para realizar una RMN fetal para el estudio del SNC. (Adaptado

protocolo de ICGON, 2015)

1. Ventriculomegalia mayor de 15 mm o tetracameral

2. Astas anteriores de los ventrículos laterales fusionadas

3. Retraso de la maduración cortical

4. Esquizencefalia

5. Hemorragia intracraneal grado II o superior

6. Sospecha de alteración de la migración cortical

7. Anomalías vasculares

8. Disgenesias del cuerpo calloso

9. Algunas anomalías de la fosa posterior

10. Infección fetal confirmada por DNA en líquido amniótico, principalmente citomegalovirus,

varicela o toxoplasma

11. Episodios de hipoxia aguda, en los que es frecuente el daño cerebral (como la transfusión feto-

fetal o la muerte intraútero de un gemelo en la gestación monocorial)

12. Diagnóstico ecográfico de tumoración intracraneal

13. Rabdomiomas cardíacos (para comprobar o excluir signos de esclerosis tuberosa)

14. Antecedentes de gestación previa afectada por malformación compleja con discreta o nula

expresión en la ecografía de cribado (como hipoplasia ponto-cerebelosa o displasia cortical)

15. Historia familiar de anomalía cerebral o alteración genética con repercusión en SNC

Origen: Adaptado de protocolos del H. Clinic, 2015

5.4. Anatomía del SNC Fetal en la RMN

Aunque actualmente no se recomienda realizar estudios de RMN fetal por debajo de la

semana 20 de amenorrea en práctica clínica, el cerebro es una estructura que cambia con

la edad gestacional y es básico conocer la anatomía y su normal desarrollo para poder

diagnosticar las anomalías en la RMN.

Page 79: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

57

Los planos de visualización son similares a los descritos en la evaluación ecográfica:

axial, coronal y sagital; y aunque según el plano se pueden valorar mejor unas estructuras

u otras, a continuación se describirán las más estudiadas en RMN fetal, y entre ellas el

desarrollo de la sulcación.

5.4.1. Ventrículos laterales

Son claramente visibles en el corte axial y pueden ser medidos de forma similar a como

se ha descrito en la valoración ecográfica a nivel del atrio (zona posterior del plexo

coroideo a nivel de la cisura parietooccipital) y deben ser menores a 10 mm a lo largo de

la gestación.

Cuando el ventrículo lateral es mayor a 10 mm, hablamos de ventriculomegalia, que se

clasificará en leve (10-12mm), moderada (12-15mm) y severa (> 15 mm) y en estos casos,

la RMN puede incrementar la detección de anomalías asociadas hasta un 40-50% si la

comparamos con la ecografía. Entre las malformaciones a las que se puede asociar la

ventriculomegalia se encuentran algunos defectos del tubo neural, agenesia del cuerpo

calloso, complejo Dandy-Walker, lisencefalia, polimicrogiria, holoprosencefalia,

heterotopia subependimaria, hemorragia subependimaria o intraventricular, leucomalacia

periventricular o porencefalia. (Jokhi & Whitby, 2011)

Algunos trabajos muestran que el tamaño ventricular puede ser hasta 1-2 mm mayor en

RMN con respecto a la ecografía por lo que este aspecto debe ser tenido en consideración.

(Glenn, 2010)

Otras medidas que pueden realizarse en la valoración del sitema ventricular son el

diámetro anteroposterior del cuarto ventrículo, la anchura del tercer ventrículo y el

diámetro transversal de los ventrículos laterales a nivel del atrio en el plano coronal.

(Garel & Alberti, 2006)

Page 80: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

58

5.4.2. Cuerpo calloso y cavum septi pellucidi

Se aprecia mejor en el plano sagital y coronal (aunque también es visible parcialmente en

plano axial) como una estructura hipointensa localizada en el margen superior de los

ventrículos laterales, por encima de los pilares del fórnix.

Su grosor es uniforme y su longitud aumenta a lo largo de la gestación y debido a la

variabilidad fisiológica así como al propio desarrollo del mismo, se recomienda no hacer

diagnósticos de disgenesias parciales antes de la semana 24 de gestación. (Tilea et al.;

2013)

El cavum septi pellucidi (CSP) es visible en el corte axial en la parte anterior del encéfalo,

entre las astas anteriores de los ventrículos laterales, como una cavidad ocupada por

líquido cefalorraquídeo y que se oblitera hacia la semana 40 de la gestación.

La RMN es muy útil en casos de sospecha de agenesia completa o parcial ya que se ha

observado hasta en un 20% de las sospechas ecográficas de agenesia, un cuerpo calloso

intacto en RMN. (Figura 39)

También aporta información útil en el diagnóstico de anomalías asociadas, ya que se han

comunicado casi 2/3 de anomalías asociadas en los casos de agenesia completa o parcial

como alteraciones corticales, heterotopias, malformación Dandy-Walker, anomalía de

Chiari tipo II, esquisencefalias y encefaloceles. (Glenn at al., 2005) y en general en toda

la patología de la línea media como la holoprosencefalia alobar, semilobar o lobar, la

displasia septo-óptica, el lipoma del cuerpo calloso, los quistes del cavum septi pellucidi,

vergae o del velum interpositum o la ausencia de cavum o septum.

Page 81: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

59

Figura 39. Línea media en la RMN fetal. Izquierda, corte sagital FIESTA, que muestra la longitud del

cuerpo calloso. Centro y derecha, plano axial (SSFSE T2) y sagital SSFSE T2 que muestran agenesia

completa de cuerpo calloso con elevación del tercer ventrículo comunicando con la fisura interhemisférica

(flecha blanca), separación de astas frontales (cabeza de flecha) y colpocefalia (flecha curva). Fuente:

Tomado de Recio et al., 2010

5.4.3. Parénquima cerebral

El parénquima cerebral fetal es más patente en RMN y por tanto es una técnica muy útil

en el diagnóstico de su patología. (Saleem, 2014) La RMN es capaz de detectar pequeñas

hemorragias cerebrales o lesiones isquémicas estableciendo el carácter agudo o no de las

mismas con las secuencias de difusión. En la patología infecciosa ayuda a detectar

lesiones parenquimatosas que pueden pasar desapercibidas en el estudio ecográfico,

especialmente la infección por citomegalovirus, parvovirus y toxoplasma. (Benoist et al.,

2008) Pueden producir alteración difusa o focal de la sustancia blanca y, con el tiempo,

atrofia cortical y dilatación ventricular. (Figura 40) Las hemorragias se asocian además

con CMV y parvovirus B19 y pueden ir acompañadas de malformaciones corticales como

lisencefalia, polimicrogiria y retraso en la maduración cortical. (Hollier & Grissom, 2005)

En el área periventricular, la RMN permite detectar lesiones como heterotopias

subependimarias, pequeñas hemorragias de la matriz germinal así como nódulos

subependimarios típicos de esclerosis tuberosa, aunque hay que conocer que la ausencia

de visualización de nódulos subependimarios no excluye el diagnóstico de una esclerosis

tuberosa. (Gamzu et al., 2002)

Page 82: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

60

Figura 40. Lesiones del parénquima cerebral en RMN fetal. De izquierda a derecha: Nódulos hipointensos

en el margen del ventrículo lateral en un caso de heterotopia nodular periventricular en un feto de 22

semanas (izquierda) Fuente: Tomado de Glenn, 2010. Parénquima atrófico y de contorno irregular en un

caso de infección por CMV (centro) Tomado de Jokhi & Whitby, 2011. Hemorragia bilateral de la matriz

germinal en un feto de 28 semanas (derecha) Fuente: Tomado de Glenn, 2010.

5.4.4. Corteza cerebral

El desarrollo cortical cerebral se divide en 3 etapas: proliferación celular, migración

celular y, finalmente, organización celular. La migración neuronal ocurre entre el tercer

y cuarto mes de gestación y termina en torno a la semana 24.

La migración neuronal empieza en la zona germinal periventricular que es la zona más

profunda de los hemisferios cerebrales y que se ubica rodeando los ventrículos laterales.

Desde ahí, se produce la migración de neuroblastos y células gliales hacia la superficie

del cerebro y es este fenómeno el que dará dará lugar a la superficie pial de la corteza

cerebral con su patrón histológico de 6 capas. Las primeras neuronas ocupan las porciones

más profundas de la cortical y las que migran posteriormente, las capas más superficiales.

Este proceso, dará lugar a la imagen típica de patrón multicapa de la corteza cerebral en

RMN en las secuencias ponderadas en T2:

Entre la semana 16 y 18, se observan tres capas: la capa más superficial (corteza) y la más

profunda (matriz germinal) son hipointensas en la RMN y entre ellas, se sitúa el

parénquima, que será más o menos brillante o hiperintenso.

Page 83: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

61

Entre la semana 20 y 28, en secuencias T2 se aprecian 4 capas que de profundo a

superficial son: la matriz germinal o ventricular (hipointensa), una capa intermedia

subventricular de células gliales que van a migrar (iso-hipointensa), una capa subcortical

que corresponde a la sustancia blanca (hiperintensa) y una capa externa cortical

(hipointensa).

En ocasiones, en regiones frontales puede apreciarse una quinta capa periventricular entre

la matriz germinal y la capa intermedia que corresponde a sustancia blanca (hiperintensa)

Las capas con una alta celularidad muestran una baja señal, de manera que van reduciendo

su grosor con la edad gestacional por la migración.

En torno a la semana 34, se apreciarán solo 2 capas: cortical externa (hipointensa) y

sustancia blanca (hiperintensa). (Figura 41)

Figura 41. Patrón de la corteza cerebral en RMN. (a) Coronal SSFSE T2; (b) Coronal SSFSE T2; (c)

Coronal FIESTA; (d) Coronal FIESTA. Tres capas: matriz germinal interna (flechas quebradas), capa

intermedia de neuronas migratorias (flechas negras) y cortical inmadura externa (flechas curvas) en 20,4

semanas. (A y C) Dos capas: sustancia blanca interna, (flecha blanca) y cortical externa (cabeza de flecha

blanca) en 35 semanas. (B y D) Fuente: Tomado de Recio et al., 2010

La matriz germinal involucionará gradualmente en el tercer trimestre, persistiendo en las

astas temporales hasta la semana 33 de gestación y en el surco caudotalámico hasta las

primeras semanas de vida. (Chapman, Matesan, Weinberger & Bulas, 2010)

Page 84: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

62

5.4.5. Cerebelo y fosa posterior

En función de la edad gestacional, podrán evaluarse unas estructuras u otras: el vermis

cerebeloso (que completa su desarrollo intraútero), los hemisferios cerebelosos (que aun

crecen postnatalmente), el 4º ventrículo (visible muy precozmente), el fastigio (receso

postero-superior del 4º ventrículo), la cisura primaria (visible en torno a la semana 20),

las cisuras prepiramidal, preculmen y postpiramidal o secundarias (visibles en torno a la

semana 21-22), las folias vermianas (visibles en torno a la semana 24) o todas ellas que

deben ser claramente visibles a partir de la semana 27.

Es posible realizar medidas que evalúen el desarrollo del vermis, como el ángulo

tegmentovermiano o el diámetro craneocaudal del vermis, ya que existen tablas de

referencia que relacionan estas biometrías con la edad gestacional.

La RMN va a ser útil por tanto en el diagnóstico de la patología de la fosa posterior (figura

42) como la malformación Dandy-Walker, la hipoplasia y/o mala rotación del vermis, el

quiste de la bolsa de Blake, la megacisterna magna, el quiste aracnoideo, la displasia

cerebelosa, ante la sospecha de una hipoplasia cerebelosa, una hemorragia cerebelosa, el

síndrome de Walker-Warburg o la malformación de Chiari. (Malinger, Lev, & Lerman-

Sagie, 2009)

Figura 42. Fosa posterior en RMN fetal. De izquierda a derecha: Axial SSFSE T2: Diámetro Transverso

cerebeloso (DTC); Sagital SSFSE T2: Altura del vermis en casos de normalidad y en un caso de complejo

Dandy-Walker clásico. Sagital SSFSE T2 y Axial FIESTA con agenesia parcial cerebelosa y del vermis

(flecha) Fuente: Tomado de Recio et al., 2010

Page 85: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

63

5.4.6. Evaluación de la mielinización

La mielinización es un buen indicador de la maduración cerebral fetal. El aumento en el

colesterol y los glicolípidos, que acompañan la formación de la mielina, dan lugar a un

aumento del agua, por lo que la mielina se mostrará en la RMN hiperintensa en las

imágenes ponderadas en T1 e hipointensa en las imágenes ponderadas en T2.

La mielinización normal se extiende desde la médula hasta el cerebro y en general

progresa de caudal a craneal y de dorsal a ventral.

En semana 20, la RMN detecta mielina en la parte posterior del tronco cerebral y se

extiende de forma progresiva observando a las 27 semanas una leve mielinización en el

vermis y en los pedúnculos cerebelosos medios, extendiéndose hacia los ganglios basales

centrales. (Garel, Chantrel, Elmaleh, Brisse, & Sebag, 2003). Hacia la semana 33 tiene

lugar la mielinización de los brazos posteriores de las cápsulas internas y a la 35 semana

se extiende al globo pálido y putamen en su margen posteroinferior. Los tractos ópticos

y la sustancia blanca subcortical prerrolándica se mielinizan en torno a la semana 35-36

de gestación y las coronas radiadas ya al final de la gestación.

5.4.7. Evaluación de la sulcación

La sulcación como marcador de maduración cortical es uno de los aspectos más

importantes que pueden ser evaluados con RMN. Aunque hay cierta variación individual,

el patrón de desarrollo de las cisuras suele seguir una cronología precisa. Se considera

que el tiempo óptimo en RMN para ver la sulcación giral es entre la 28 y 32 semanas de

gestación, ya que antes, el desarrollo es menor y posteriormente los surcos se diferencian

peor debido al menor espacio subaracnoideo. (Garel, 2001)

Page 86: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

64

Aunque se describe un retraso de unas 2 semanas en la identificación de los surcos y

cisuras cuando se compara la RMN fetal con los estudios de anatomía, las siguientes

fechas pueden resultar orientativas:

Sobre la semana 20 de gestación se identifican las cisuras interhemisférica y la de cisura

de Silvio. (Figura 43)

Figura 43. Sulcación del cerebro fetal en RMN en la semana 20 de gestación. (A) Sagital SSFSE T2, (B)

Axial Fiesta; (C) Coronal Fiesta. En la semana 20, sólo la fisura interhemisférica (1) y la cisura de Silvio

(2) serían visibles. Fuente: Tomado de Recio et al., 2010

La cisura parietooccipital es visible a la 22-23 semanas mientras que la calcarina, cingular

e hipocámpica deben ser visibles a la 24-25. (Figura 44)

Figura 44. Sulcación del cerebro fetal en RMN en la semana 25 de gestación: (D) Sagital SSFSE T2, (E)

Axial Fiesta; (F) Coronal Fiesta. Sólo se visualizan la fisura interhemisférica (1), cisura de Silvio (2), surco

parietooccipital (3), cisura calcarina (4) y fisura del hipocampo (5) Fuente: Tomado de Recio et al., 2010

Page 87: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

65

Los surcos centrales (surcos de Rolando) y marginales deben ser visibles a la 27 semana

y los surcos temporales superiores así como los surcos pre y postcentrales, intraparietales,

colaterales y frontales superiores se visualizan a la 29 semana de gestación. (Figura 45)

Figura 45. Sulcación del cerebro fetal en RMN en la semana 29 de gestación: (A) Sagital SSFSE T2; (B)

Axial SSFSE T2; (C) Coronal SSFSE T2. En la semana 29 de gestación los surcos precentral (7), central

(8) y postcentral (9) así como frontal superior (12) serían visibles. El surco central alcanzaría la mitad de

su profundidad en el hemisferio cerebral. Fuente: Tomado de Recio et al., 2010

A las 31 semanas el surco frontal inferior debe ser visible y a las 35 semanas el lóbulo

temporal debe tener todos sus surcos, incluyendo los surcos temporales inferiores y los

occípito-temporales. (Garel et al, 2003) (Figura 46)

Figura 46. Sulcación del cerebro fetal en RMN en la semana 35 de gestación: (D) Sagital SSFSE T2; (E)

Axial SSFSE T2 y (F) Coronal SSFSE T2. En la semana 35, el lóbulo temporal debe tener todos sus surcos,

incluyendo el surco temporal superior (11) y los surcos temporales inferiores (14) así como los surcos

occípito-temporales (15). El lóbulo frontal mostrará el surco frontal superior (12) y frontal inferior (13). Se

muestra también la fisura interhemisférica (1), cisura de Silvio (2), surco parieto-occipital (3), cisura

calcarina (4), fisuras hipocampales (5) y colaterales (10). Fuente: Tomado de Recio et al., 2010

Page 88: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

66

Page 89: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

67

6. Utilidad de la Ecografía 3D en la Exploración del Encéfalo Fetal.

Actualmente, la ecografía tridimensional (3D) ha adquirido un papel protagonista en la

ecografía de diagnóstico prenatal, no solo por la “renderización en superficie” que es sin

duda la modalidad más conocida y espectacular, sino por el uso de otras modalidades o

herramientas que van a tener una diferente utilidad en nuestro trabajo diario.

6.1. Renderización en Superficie

Aparte del “efecto emocional” que presentan las imágenes de renderización en superficie

de la cara fetal para los futuros padres, (Jong-Pleij et al., 2013) ya que no cabe duda que

resultan mucho más demostrativas y fáciles de entender que las convencionales imágenes

en 2D, en la exploración del encéfalo fetal esta modalidad tiene una utilidad más limitada.

Sin embargo, puede resultar muy útil para explicar la naturaleza, aspecto y localización

de patologías concretas, como es el caso de fetos anencéfalos o con defectos del tubo

neural tipo encefalocele o grandes masas cervicales, (Comas et al., 2006) así como la

ausencia de defectos en casos normales.

6.2. Navegación Multiplanar

La herramienta tridimensional más útil para diagnóstico en SNC fetal, es la conocida

como navegación multiplanar, existiendo una amplia bibliografía que avala su utilidad en

diferentes aspectos de la ecografía y en el caso de la exploración del encéfalo fetal,

algunas guías la consideran imprescindible. La ecografía tridimensional permite la

adquisición de volúmenes cefálicos para su posterior análisis en diferido (off-line) ya sea

por el mismo equipo o para ser remitido a expertos (telemedicina). Ha demostrado su

potencial diagnóstico y ha supuesto un importante avance para la docencia, permitiendo

Page 90: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

68

una mejor comprensión de las anomalías fetales del SNC. (Bornstein, Monteagudo,

Santos, Keeler & Timor-Tritsch, 2010)

Las guías de práctica clínica publicadas por la International Society of Ultrasound in

Obstetrics and Gynecology en 2007 (ISUOG) para el estudio morfológico básico del

cerebro en el segundo trimestre no contemplan el uso de la ecografía 3D, más aún cuando

no todos los equipos de ultrasonidos que se utilizan en el cribado de malformaciones

fetales disponen de esta posibilidad, ni los operadores tienen el entrenamiento requerido.

Sin embargo, su empleo es cada vez más extendido en el contexto de una exploración

más avanzada del SNC (neurosonografía) y en manos expertas, con el equipo adecuado,

permite obtener los cortes complementarios sagitales y coronales que en ocasiones

pueden resultar más difíciles de obtener en el estudio morfológico directo del encéfalo

fetal. (Pilu et al., 2006)

6.2.1. Factores que influyen en la calidad de la imagen

En la calidad de imagen del volumen que obtengamos y con el que posteriormente se

puede trabajar influyen diversos factores:

6.2.1.1. El plano de inicio

Es el plano A o plano de captura, que puede ser axial, sagital o coronal y cuanto mejor

sea la imagen que observamos en 2 D, mejor será también en 3 D. Por ello, la imagen en

2 D debe optimizarse en cuanto a frecuencia, uso de armónicos, foco y anchura del sector.

Aspectos como una mala transmisión sónica por adipocitosis, la presencia de

oligoamnios, placentas de cara anterior o cicatrices de cirugías previas (para adquisición

transabdominal) incidirán negativamente en la calidad del volumen. También una edad

gestacional avanzada (por una mayor osificación de la calota fetal) o pequeños

movimientos fetales o maternos influirán en una peor imagen.

Page 91: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

69

6.2.1.2. El ángulo de barrido

En segundo trimestre oscila entre 45º y 65º y cuanto mayor sea éste, más tiempo requiere

la captura del volumen y por ello más posibilidad de movimiento fetal (artefactos). No

obstante, es fundamental apreciar al tomar el volumen que se incluyan en él todas las

estructuras que queremos estudiar posteriormente.

6.2.1.3. Calidad del volumen de adquisición

Suele trabajarse con calidad media o alta, sabiendo que a mayor calidad, más tiempo de

adquisición y si el feto se mueve se debe repetir la captura. En este sentido, puede ser de

utilidad pedir a la madre que tome aire y se mantenga en apnea durante la adquisición.

6.2.1.4. Vía de acceso

La vía de acceso en neurosonografía 3D, para fetos en cefálica y siempre que sea posible,

es la vía transvaginal aprovechando las ventanas acústicas que suponen las fontanelas y

suturas craneales.

6.2.2. Imagen multiplanar

Obtenido el volumen, la imagen multiplanar se despliega en tres ventanas diferentes, que

corresponden a los tres planos ortogonales del espacio (planos perpendiculares entre sí)

y a partir de ahí, existen diversas formas de trabajar el volumen para reconocer las

estructuras encefálicas, que es lo que conocemos como navegación multiplanar.

6.2.2.1. Adquisición en plano axial

En la ventana A se representa el plano de inicio, que es aquél en el que hemos realizado

la captura del volumen, habitualmente en corte axial por ser el que más familiar nos

resulta en el estudio ecográfico básico del encéfalo. Las ventanas B y C son planos

Page 92: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

70

reconstruidos por el software del equipo y corresponden al plano coronal y sagital

respectivamente, con el inconveniente de que al ser una reconstrucción, tendrán peor

calidad. (Figura 47)

Figura 47. Imagen multiplanar de un volumen de cráneo adquirido en plano axial (izquierda) y en plano

sagital (derecha) Fuente: Reconstruido a partir de un volumen 3D de la biblioteca de imágenes del programa

View-Point. C. Gutenberg.

En cada uno de los planos, aparece un punto con un color diferente para cada plano

(punto guía) y que corresponde a la intersección exacta de ese punto en los tres planos del

espacio y resulta muy útil para la navegación multiplanar ya que nos señala dicha

estructura en los tres planos del espacio.

En neuronavegación multiplanar con adquisición en corte axial, es muy importante la

correcta alineación del volumen en las ventanas A y B, para de ese modo, obtener en la

ventana C un corte mediosagital perfecto.

Diversos trabajos han confirmado la correcta correlación entre las medidas que se realizan

en el estudio directo 2D y las obtenidas a posteriori en la imagen del volumen 3D así

como la capacidad de reconocer las distintas estructuras que deben estudiarse en el estudio

morfológico fetal directo, a partir de un volumen adquirido en plano axial (Correa et al.,

2006)

Page 93: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

71

6.2.2.2. Adquisición en plano sagital

Si el plano de adquisición es el mediosagital (que puede obtenerse por vía transfontanelar

anterior o posterior o transutura y con ángulo de barrido de unos 60-80º), en las otras

ventanas aparecen los planos coronal y axial. (Figura 47)

Una de las ventajas que presenta esta adquisición es el manejo off-line para una correcta

alienación del plano mediosagital y la posibilidad de realizar mediciones de estructuras

de línea media (vermis cerebeloso y cuerpo calloso principalmente) o bien, en caso de

sospecha de patología vermiana, evaluar la inserción del tentorio o medir el ángulo

tegmento-vermiano.

6.2.2.3. Adquisición en plano coronal

Si el plano de adquisición es el coronal, en la ventana B se mostrará el plano sagital y en

la ventana C el plano axial. De este modo, situando el plano A en ventana única de

visualización y desplazándonos mediante planos paralelos, podremos obtener fácilmente

los planos coronales transfrontal, transcaudal, transtalámico y transcerebeloso

recomendados para el estudio neurosonográfico avanzado. (Figura 48)

Figura 48. Imagen multiplanar de un volumen de cráneo adquirido en plano coronal. (Izquierda) Imagen

TUI de un volumen de cráneo adquirido en plano sagital. (Derecha) Fuente: Reconstruido a partir de un

volumen 3 D de la biblioteca de imágenes C. Gutenberg.

Page 94: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

72

6.3. Otras herramientas 3 D para estudio del SNC fetal

Aunque la valoración multiplanar es la más empleada en neurosonografía, las diferentes

máquinas de ecografía disponen de otras herramientas 3 D que son de utilidad en el

estudio ecográfico fetal.

Cada fabricante de equipos de ultrasonidos les ha dado diferentes nombres, aunque,

finalmente consigan resultados similares.

Se comentan a continuación algunos de los patentados por General Electric: TUI, VCI,

omni-view y Power-Doppler 3D.

6.3.1. TUI (Tomographic Ultrasound Imaging)

Es el modo tomográfico, ya que permite ver en una única pantalla, múltiples planos

paralelos con una separación que podemos elegir en cada caso (0.5 a 5 mm) y de esta

manera, elegir la imagen que más aporta al diagnóstico y emplear sobre ella herramientas

de postproceso. Si el plano de adquisición es el sagital, aplicando la herramienta TUI

podremos obtener fácilmente los planos coronales transfrontal, transcaudal, transtalámico

y transcerebeloso recomendados en el estudio neurosonográfico avanzado. (Figura 48)

6.3.2. VCI (Volume Contrast Imagine)

Permite trabajar en tiempo real con un volumen renderizado como si se tratara de una

imagen bidimensional y de este modo, aumentar la resolución. El de mayor utilidad en

neurosonografía es el VCI-C, que permite desde un plano axial y en tiempo real, obtener

un plano sagital que valore las estructuras de la línea media. (Viñals, Muñoz, Naveas,

Shalper & Giuliano, 2005)

Page 95: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

73

6.3.3. OmniView

Es una herramienta que facilita mucho la navegación multiplanar, ya que de un modo

rápido e intuitivo, permite obtener múltiples cortes no estándar trazando líneas que

automáticamente despliegan el corte perpendicular. (Figura 49) Resulta muy útil en la

exploración de estructuras irregulares o curvadas. (Rizzo et al., 2011)

Figura 49. Izquierda. Imagen 3 D con omniview para demostrar la creación rápida de los cortes básicos

axiales de la exploración básica del SNC fetal, a partir de un plano de adquisición sagital. Derecha.

Imágenes renderizadas de la columna vertebral fetal a partir de un corte sagital. Fuente: Reconstruido a

partir de un volumen 3 D de la biblioteca de imágenes C. Gutenberg

6.3.4. Power-Doppler 3D

Permite visualizar la circulación dentro del volumen. Resulta especialmente útil en la

valoración de la línea media (arteria pericallosa) y el polígono de Willis.

Page 96: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

74

Page 97: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

75

7. La corteza cerebral fetal

7.1 Desarrollo de la Corteza Cerebral

La corteza cerebral humana es una complicada estructura compuesta por surcos

(cóncavos) y circunvoluciones (convexas), (Ono, Kubik & Abernathey ,1990) cuya

principal finalidad se cree que es permitir un drástico aumento de la superficie cortical

cerebral en relación con el cráneo y así, permitir a la corteza dar cabida a un mayor

número de neuronas. (White, Su, Schmidt, Kao & Sapiro, 2010)

El proceso de giración o plegado cortical es una consecuencia del crecimiento dinámico

del cerebro durante las etapas del desarrollo prenatal y postnatal temprano y se comentará

en el siguiente capítulo.

7.2 Fases del Desarrollo Cortical

El desarrollo de la corteza cerebral se divide de forma simplificada en tres fases bien

diferenciadas que se solapan en el tiempo:

7.2.1. Fase de proliferación

Tiene lugar entre las semanas 7 a 16 de gestación. En ella se produce el nacimiento y

proliferación de millones de neuroblastos, células primitivas que se generan en la matriz

germinal que rodea al sistema ventricular.

Los neuroblastos se diferenciarán básicamente en dos tipos celulares: las neuronas, que

formarán el entramado celular del SNC, y las células gliales, que servirán de guía o puente

para que las neuronas sean capaces de alcanzar su destino final, que no es otro que la

superficie pial de la corteza cerebral, con el patrón típico de 6 capas visible en los cortes

histológicos. (Figura 50)

Page 98: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

76

Figura 50. Corte de histología del córtex humano en la semana 8 de gestación. (Etapa de Carnegie 22)

Fuente: Hill, M.A. (2015) Embryology Stage 22 image 217.jpg. Retrieved November 8, 2015, from

https://embryology.med.unsw.edu.au/embryology/index.php/File:Stage_22_image_217.jpg

Un equilibrio asimétrico entre la proliferación y la apoptosis neuronal, daría lugar a un

crecimiento constante de la masa encefálica. Esta actividad neuronal de proliferación, no

es posible evaluarla actualmente en la ecografía, pero en RMN fetal, se aprecia una línea

de baja señal en T2 rodeando los ventrículos laterales.

7.2.2. Fase de migración

Se inicia al final del primer trimestre de gestación a la vez que continúa la proliferación

neuronal desde la matriz germinal, cuando millones de neuronas van a migrar hacia la

superficie encefálica. Es al final del segundo trimestre cuando las neuronas alcanzan en

oleadas su posición final en la corteza.

Este proceso tiene lugar de una manera ordenada y determinada genéticamente y ya en

esta fase, la ecografía comienza a mostrar algunos cambios en la superficie del cerebro,

Page 99: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

77

con la visualización de los surcos iniciales y la progresiva pérdida de la lisencefalia

fisiológica del cerebro precoz. En RMN fetal se aprecia un típico patrón trilaminar

formado por tres señales bien diferenciadas que corresponden respectivamente a neuronas

que no han migrado (baja señal que rodea los ventrículos), sustancia blanca (alta señal

más gruesa) y neuronas en el destino final de la corteza cerebral (baja señal periférica).

Este proceso de migración es regulado por fibras radiales y mediadores de manera que

las primeras neuronas ocupan las porciones más profundas de la cortical mientras que las

que migran posteriormente, ocuparán las capas más superficiales. (Díaz & Gleeson, 2009)

7.2.3. Fase de organización y migración final

Comienza en torno al inicio del tercer trimestre y se mantiene a lo largo de la vida, aunque

el periodo más crítico es durante los dos primeros años tras el nacimiento.

Las neuronas que componen la corteza cerebral, se alinean en seis capas y lo hacen en un

orden muy preciso y previamente determinado, generando múltiples conexiones entre sí

y con otras neuronas no corticales.

Es en esta fase, cuando evidenciamos cambios más profundos en las pruebas de imagen

en la superficie del cerebro, permitiendo la visualización de los múltiples giros y surcos

que aparecen de forma progresiva y que nos ayudan a establecer un criterio de madurez

cerebral que puede ser correlacionado con la edad gestacional.

Los eventos que regulan estas fases del desarrollo de la corteza cerebral presentan una

gran complejidad y se esquematizan en la figura 51.

Page 100: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

78

Figura 51. Eventos que muestran las fases y complejidad en el desarrollo de la corteza cerebral. Fuente:

Hill, M.A. (2015) Embryology Neural development.jpg. Retrieved November 8, 2015, from

https://embryology.med.unsw.edu.au/embryology/index.php/File:Neural-development.jpg

7.3. Malformaciones del Desarrollo Cortical

El término de malformación del desarrollo cortical (MDC) se introdujo en el año 1996

para designar a un grupo colectivo común de trastornos que se presentaban en niños con

retraso en el desarrollo y jóvenes con epilepsia. (Barkovich et al., 1996)

Las MDC han sido infradiagnosticadas durante años tanto en la etapa prenatal como

postnatal, sin embargo, el avance en los últimos años en el desarrollo técnico de los

ultrasonidos, la mayor utilización de la RMN para el estudio del SNC fetal y en gran

medida, la reciente evolución de la biología molecular y la genética, han supuesto un gran

avance para una clasificación más exacta y un mejor manejo de estas patologías, a pesar

de que este tipo de malformaciones, aún siguen siendo difíciles de diagnosticar en la vida

prenatal.

Page 101: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

79

Las MDC cerebral incluyen una amplia gama de trastornos del desarrollo que son causa

común de retraso de desarrollo neurológico y de epilepsia, y cuyo estudio contribuye en

gran medida a la comprensión de la normalidad del desarrollo del cerebro así como de

sus perturbaciones. Siguiendo la clasificación clásica de Barkovich, (Barkovich et al.,

1996) las MDC se agrupan según el momento en el que se produzca la alteración en la

fase de proliferación o diferenciación, de la migración o de la organización y

recientemente, esta clasificación ha sido actualizada. (Barkovich, Guerrini, Kuzniecky,

Jackson & Dobyns 2012)

7.3.1. Grupo I. Alteraciones en la fase de proliferación o diferenciación neuronal

Se denominan en la clasificación actual “malformaciones secundarias a proliferación o

apoptosis anormal neuronal y glial” (Barkovich et al., 2012) y pueden dar origen a

microcefalia, megalencefalia, displasia cortical focal tipo II, esclerosis tuberosa y tumores

displásicos.

7.3.1.1. Microcefalia

Corresponde al grupo IA y IIID de la clasificación actual. Este trastorno se origina por

una menor proliferación de neuronas primitivas o bien por una apoptosis excesiva lo que

resulta en un menor volumen encefálico y en un menor perímetro craneal (PC). La

microcefalia se define como un PC menor a 3 desviaciones estándar (DS) aunque también

pueden utilizarse la relación del PC con la circunferencia abdominal o con la longitud del

fémur.

Puede presentarse de forma aislada o formar parte de síndromes genéticos al asociarse a

otras malformaciones. Presentan la dificultad añadida en el examen ecográfico de la mala

transmisión acústica del hueso craneal por el desarrollo anómalo del tejido óseo y por el

menor tamaño de las fontanelas y suturas, que son las ventanas acústicas que permiten la

Page 102: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

80

visión del contenido intracraneal. Por este motivo, la RMN ayuda al diagnóstico de

malformaciones asociadas en los casos de microcefalia, que con frecuencia afectan al

desarrollo cortical. (Yu et al., 2010) La mayoría de los genes que se sabe causan

microcefalia primaria afectan a las vías de participación de la neurogénesis. (Thornton &

Woods, 2009) (Figura 52)

Figura 52. Microcefalia en una gestación de 22 semanas correctamente datada. Se muestra la biometría

cefálica y la ventriculomegalia. Destaca la mala definición de las estructuras cerebrales. Fuente: Creado a

partir de la biblioteca de imágenes C. Gutenberg.

7.3.1.2. Hemimegalencefalia

Se produce por una proliferación neuronal anormalmente excesiva aunque no neoplásica

que origina un crecimiento hipertrófico y displásico de un hemisferio cerebral. Es una

patología muy infrecuente y el diagnóstico suele ser postnatal, en el contexto de un

estudio de imagen por crisis convulsivas.

La imagen ecográfica muestra asimetría entre ambos hemisferios, con desplazamiento de

la línea media por efecto masa del hemisferio predominante y asimetría ventricular.

Pueden acompañarse zonas de paquigiria o polimicrogiria, pero en la nueva clasificación

de Barkovich, la hemimegalencefalia no está incluida en este grupo debido a la presencia

de células anormales (dismórficas).

Page 103: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

81

7.3.1.3. Megalencefalia

Grupo IB de la clasificación actual. Concurre hasta en el 6% de los pacientes con

polimicrogiria. (Leventer et al., 2010) Estos síndromes que asocian polimicrogiria y

megalencefalia se denominan MPPH (Macrocefalia, Polimicrogiria, Polidactilia e

Hidrocefalia) y casi todos ellos presentan algún tipo de malformación cortical,

principalmente polimicrogiria en áreas perisilvianas o de la convexidad. (Mirzaa et al.,

2004)

7.3.1.4. Esclerosis tuberosa

Se produce por una proliferación y diferenciación neuronal anormal asociada a una

alteración multiorgánica. La nueva clasificación de Barkovich la incluye en el grupo de

“disgenesias corticales con proliferación celular anormal” o grupo IC en la nueva

clasificación. (Barkovich et al., 2012)

La triada clínica clásica se caracteriza por la presencia de adenomas sebáceos o

angiofibromas (70-90%), retraso mental (50%) y convulsiones (60-80%). La presencia

en la ecografía prenatal de rabdomiomas cardiacos múltiples tiene una fuerte asociación

con nódulos cerebrales, (Gamzu et al, 2002) aunque lo más frecuente es que la alteración

cerebral sea más evidente tras el nacimiento y en estudios de RMN. (Levine, Barnes,

Korf, & Edelman, 2000)

No obstante, prenatalmente pueden encontrarse nódulos hamartomatosos, difíciles de

identificar porque son débilmente más ecogénicos que el tejido cerebral normal. Se ubican

en localización ectópica cortical, subcortical o periventricular y corresponden a grupos

de neuronas mal diferenciadas (displásicas) que han perdido su capacidad de migración

normal. (Bader et al, 2003)

Page 104: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

82

Un avance importante ha sido la elucidación de las vías moleculares específicas que

controlan la proliferación, ya que ha tenido implicaciones terapéuticas en el manejo de

los trastornos cerebrales, viscerales y cognitivos asociados con la esclerosis tuberosa. (De

Vries, 2010) (Figura 53)

Figura 53. Esclerosis tuberosa en un feto de 30 semanas. Se muestran rabdomiomas múltiples en el corte

del drenaje venoso sistémico y en el corte de cuatro cámaras del corazón fetal. Derecha, corte axial del

cráneo mostrándo un nódulo hamartomatoso a nivel subcortical. Postnatalmente, se confirmó el diagnóstico

y se apreciaron otros nódulos hamartomatosos. Fuente: Tomado de la biblioteca de imágenes C. Gutenberg.

7.3.1.5. Displasia cortical focal tipo II (DC-II) y tumores displásicos

Suele diagnosticarse en RMN en adolescentes o adultos con epilepsia refractaria a

tratamiento, (Blümcke et al., 2011) por lo que aún escapa al diagnóstico prenatal. La

RMN muestra zonas con mala diferenciación entre corteza y sustancia blanca subcortical,

algo similar a lo que sucede con los tumores displásicos, que tampoco son detectables en

la etapa prenatal. La DC-II se clasifica como una malformación debida a la proliferación

anormal porque sus características celulares (expresión de proteínas) son muy próximas

a las observadas en los tubérculos del complejo de esclerosis tuberosa. (Hadjivassiliou et

al., 2010)

7.3.2. Grupo II. Alteraciones en la fase de migración

Darán origen según la nueva clasificación de Barkovich a cuatro tipos de transtornos: la

lisencefalia, la corteza en empedrado o cobbelstone, la heterotopia periventricular y la

heterotopia subcortical. (Barkovich et al., 2012)

Page 105: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

83

7.3.2.1. Heterotopia

7.3.2.1.1. Origen y Tipos

La heterotopia corresponde al grupo IIA de la nueva clasificación de Barkovich (2012).

Se produce cuando grupos de neuronas son incapaces de encontrar el camino de su

migración neuronal normal y quedan localizadas en una situación ectópica.

Estas colecciones macroscópicas de neuronas heterotópicas, pueden adoptar diversas

formas y ubicaciones: próximas a la matriz germinal primitiva formando nódulos

(heterotopia nodular periventricular, que es la forma más frecuente) o en líneas, en forma

de capa lisa de la materia gris que reviste la pared ventricular (heterotopia lineal

periventricular) o linealmente dispuestas abarcando todo el manto cerebral desde la pia

hasta el epéndimo, como formando columnas (heterotopia columnar) o formando

remolinos de materia gris procedentes de surcos profundos, que serpentean a través del

manto cerebral hacia el epéndimo (heterotopía subcortical).

Aparecen de forma aislada o asociadas a otras malformaciones del SNC y son difíciles de

detectar prenatalmente.

7.3.2.1.2. Heterotopía nodular periventricular

Parece tener una embriogénesis diferente a otras heterotopías porque derivan de

anomalías del neuroepéndimo (epitelio de la zona ventricular) en el inicio de la migración,

(Ferland et al., 2009) por lo que ha sido separada en la nueva clasificación de Barkovich

y se clasifica en una subcategoría: malformaciones derivadas de anomalías del

neuroepéndimo. (Barkovich et al., 2012) La figura 54, muestra un caso clínico de

anomalías del SNC asociadas a heterotopia nodular periventricular.

Page 106: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

84

Figura 54. Gestación de 28 semanas con hallazgos de microcefalia, agenesia de cuerpo calloso, retraso en

la maduración de las cisuras de Silvio, parietoocipital y calcarina asociada con heterotopia periventricular

en la reconstrucción 3D. (Izquierda) Fuente: Tomado de la biblioteca de imágenes C. Gutenberg.

7.3.2.1.3. Heterotopía subcortical y displasia sublobar

Grupo IIC en la nueva clasificación de Barkovich (2012). Corresponde a un grupo poco

conocido de malformaciones en las que grandes colecciones de neuronas se encuentran

regionalmente en las profundidades de la materia blanca cerebral. (Barkovich, 2000)

Parece producirse por una migración anormal y localizada, que tiene lugar en una fase

más tardía, de manera que la parte involucrada del hemisferio afecto es anormalmente

pequeña y la corteza suprayacente aparece delgada y a veces, con áreas de microgiria.

En esta categoría se incluye la displasia sublobar, que es una malformación muy rara

caracterizada por una región de cerebro dismórfico dentro de un hemisferio de aspecto

normal. (Barkovich & Peacock, 1998)

7.3.2.2. Lisencefalia

Se produce por un fallo en la migración de millones de neuronas que no alcanzan su

destino final en la corteza y que no completan las 6 capas neuronales que conforman la

corteza madura. La manifestación ecográfica suele ser además de un menor crecimiento

del PC, la ausencia o menor desarrollo de las cisuras o giros con respecto a la edad

Page 107: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

85

gestacional. (Fong et al, 2004) La referencia de la normalidad en etapas prenatales de

estos marcadores de desarrollo cortical, podría servir de base para valorar su posible

alteración (Malinger, Lev & Lerman‐Sagie, 2004) y en este sentido, la cisura de Silvio es

una referencia anatómica accesible y fácilmente identificable en el plano axial, y cuyos

cambios morfológicos durante el desarrollo fetal han sido descritos, por lo que la

valoración de su profundidad y morfología podrían ser de gran utilidad en el diagnóstico

de esta patología. (Figuras 55 y 56)

Figura 55. Diagnóstico prenatal de lisencefalia tipo I en semana 27 de gestación. Cortes axiales (izquierda

y centro) mostrando una cisura de Silvio (CS) de morfología anormal para la edad gestacional (ángulos

obtusos), aplanada y con un aumento en la profundidad hasta la línea media. (Profundidad de la ínsula)

Derecha, aspecto de la CS normal en semana 27. Diagnóstico postnatal confirmativo. Fuente: Tomado de

la biblioteca de imágenes C. Gutenberg.

Figura 55. Diagnóstico prenatal falso negativo de lisencefalia tipo I en semana 25 de gestación.

Prenatalmente se detectó una ventriculomegalia leve de 10.1 mm. Cortes axiales (izquierda y derecha)

mostrando una cisura de Silvio (CS) de morfología anormal para la edad gestacional (ángulos obtusos),

aplanada y con un aumento en la profundidad hasta la línea media. (Profundidad de la ínsula) Centro,

aspecto de la CS normal en semana 25. Diagnóstico postnatal. Fuente: Tomado de la biblioteca de

imágenes C. Gutenberg.

Page 108: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

86

La lisencefalia puede ser generalizada (agiria), por zonas en las que aparecen menos giros

pero más groseros (paquigiria) o en forma de heterotopía subcortical en banda.

Puede presentarse aislada o asociada, ya sea a otras anomalías del SNC como la hipoplasia

cerebelosa descrita en la mutaciones de TUBA1A (hasta en el 30%) o formando parte de

un síndrome como el de Miller-Dieker (Lenzini et al., 2007) que se asocia a anomalías

faciales, cardiopatías y onfalocele y que se ha vinculado a la delección del gen LIS (17p

13.3). (Kumar et al., 2010)

7.3.2.3. Corteza en empedrado o cobbelestone

Grupo IIC en la nueva clasificación de Barkovich (2012). Se produce cuando grandes

grupos neuronales no detienen la migración en su lugar teórico y sobrepasan su destino

final, dando un aspecto externo a la superficie cortical en empedrado o cobbelestone,

término anglosajón que se utiliza para describirlo.

Esta alteración puede ir ligada a diversos síndromes genéticos, que tienen en común la

mutación de cualquiera de los genes implicados en la O-glicosilación de α-distroglicano.

(Barresi & Campbell, 2006)

El más típico es el síndrome de Walker-Warburg, del que se han reportado algunos casos

de diagnóstico prenatal (Vohra, Ghidini, Alvarez & Lockwood, 1993) y cuya expresión

fenotípica se acompaña generalmente de dismorfia cráneo-facial, distrofia muscular y

otras malformaciones del SNC como microftalmía o encefalocele.

Otros síndromes que pueden asociarse son la distrofia muscular congénita de Fukuyama

(Toda, Kobayashi, Kondo-Iida, Sasaki, & Nakamura, 2000) o la enfermedad músculo-

ojo-cerebro. (Cormand et al, 2001)

Page 109: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

87

7.3.3. Grupo III. Alteraciones en la fase de organización y migración tardía

Originarán polimicrogiria y esquisencefalia, y en la nueva clasificación de Barkovich

(2012) son las “malformaciones secundarias al desarrollo postmigrational anormal”.

7.3.3.1. Polimicrogiria

Grupo IIIA en la nueva clasificación de Barkovich (2012). Se manifiesta ecográficamente

como una superficie irregular de circunvoluciones poco profundas pero muy numerosas.

Esta patología puede ser producida por infecciones fetales como el citomegalovirus

(CMV) y en ese caso puede asociarse con otras alteraciones, como la presencia de

calcificaciones, ventriculomegalia o focos de heterotopia. Sin embargo, la polimicrogiria

es heterogénea en sus causas, embriogénesis y características, por lo que en la nueva

clasificación de Barkovich se distinguen 4 grupos: (Barkovich et al., 2012)

A. Polimicrogiria con esquizencefalia o calcificaciones, presumiblemente por causa

infecciosa o vascular. Cuando el origen es vascular, puede asociarse con otras anomalías

como atresia intestinal, gastrosquisis o síndrome de banda amniótica. Es más frecuente

en gemelos monocoriales y mujeres más jóvenes, (Curry, Lammer, Nelson & Shaw.,

2005) y se ha especulado que los mecanismos subyacentes por los que la polimicrogiria

se desarrolla en las infecciones y en casos de mutación genética pueda ser también

vascular. (Robin et al., 2006)

B. Polimicrogiria sin esquizencefalia o calcificaciones, que puede tener una causa

genética o disruptiva.

C. Polimicrogiria como parte de múltiples síndromes de anomalías congénitas definidas

genéticamente (algunos con histología atípica).

D. Polimicrogiria junto con errores innatos del metabolismo.

Page 110: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

88

7.3.3.2. Esquizencefalia

El término fue utilizado por primera vez por Yakovlev y Wadsworth (1941) quienes

propusieron que esta alteración era causada por un fallo primario del desarrollo del

crecimiento del manto cerebral antes del final del segundo mes de vida fetal.

La destrucción del parénquima cerebral (que caracteriza a esta patología) se extiende a

modo de hendidura desde el ventrículo cerebral a la superficie pial de manera que el tejido

a ambos lados de la hendidura puede estar en contacto (esquizenzefalia de labio cerrado)

o muy separado (esquizenzefalia de labio abierto).

La destrucción del parénquima cerebral, ecográficamente origina una imagen típica en

hachazo. (Gedikbasi et al., 2009) (Figura 57)

Figura 57. Esquizenzefalia de labio abierto en gestación de tercer trimestre. Se muestran los cortes coronal,

axial y sagital. Fuente: H. Materno Infantil, Dr. I. Narbona.

En ocasiones, un ventrículo lateral dilatado, con cambios atípicos en su morfología y la

no visualización del cavum septi pellucidi, puede ponernos en su pista, (Howe, Rankin &

Draper, 2012) y a veces, el diagnóstico puede ser más difícil, especialmente si el

hemisferio afecto es el proximal al transductor ecográfico, por lo que la RMN fetal puede

ser de utilidad ante la sospecha ecográfica. (Nabavizadeh et al., 2014)

Page 111: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

89

7.3.3.3. Displasia cortical focal (DCF)

En este grupo se ubican ciertos tipos de DCF, que se producen por lesiones en la corteza

durante etapas tardías del desarrollo cortical y que en la nueva clasificación de Barkovich

(2012) se denominan “malformaciones del desarrollo postmigrational anormal”.

La evidencia apoya que pueden resultar de la lesión en la corteza durante estas etapas

finales del desarrollo cortical (Marin-Padilla et al., 2002) y que se deban a insultos

prenatales y perinatales como pueden ser la prematuridad extrema, la hipoxia,

traumatismos, sangrado, hidrocefalia o el accidente cerebrovascular (Krsek et al., 2010)

pudiendo generar malformaciones leves del desarrollo cortical.

7.3.3.4. Microcefalia postmigracional

En este grupo también se incluye la microcefalia postmigracional, y conforman el grupo

IIID de la nueva clasificación de Barkovich (2012) que si bien se desconocen sus causas

en profundidad, parece implicarse una apoptosis neuronal excesiva.

Se ha identificado una forma ligada al cromosoma X asociada con mutaciones de

BARRIL y que afecta a niñas con retraso mental, baja estatura, e hipoplasia del tronco

cerebral y cerebelosa. (Najm et al., 2008)

Estos trastornos se inician en el periodo prenatal, pero la microcefalia significativa se

desarrolla después del nacimiento, por lo que nacen con un tamaño de la cabeza normal

o ligeramente pequeño (2 DS o menos) y desarrollan microcefalia severa en los dos

primeros años de vida. (Namavar et al., 2011)

Page 112: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

90

Page 113: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

91

8. Evaluación Prenatal de los Surcos y Circunvoluciones del Cerebro

8.1. Introducción

Como se ha citado, la corteza cerebral humana es una compleja estructura compuesta por

surcos (cóncavos) y circunvoluciones (convexas), (Ono et al., 1990) cuya principal

finalidad se piensa que es permitir un drástico aumento de la superficie cortical cerebral

en relación con el cráneo y de este modo, permitir a la corteza dar cabida a un mayor

número de neuronas. (White et al., 2010)

El proceso de giración o plegado cortical es una consecuencia del crecimiento dinámico

del cerebro durante las etapas del desarrollo prenatal.

El término fisura se aplica a dichas ranuras cuando involucran a todo el espesor de la

pared cerebral, y por tanto producen correspondientes eminencias en la cavidad

ventricular, mientras que los surcos afectan sólo a la parte superficial de la pared, y por

ello no dejan impresiones en el ventrículo.

La formación de la corteza cerebral se inicia ya en la séptima semana de gestación y va

a presentar cambios significativos a lo largo de su desarrollo, proporcionando una

superficie cerebral lisa a las 14 semanas de gestación, pero que posteriormente presentará

una serie de elevaciones o circunvoluciones, separadas unas de otras por fisuras y surcos,

la mayoría de los cuales hacen su aparición durante los meses sexto o séptimo de la vida

fetal. (Armstrong, Schleicher, Omran, Curtis & Zilles, 1995) (Figura 58)

Conocemos además que el plegamiento cortical durante el desarrollo postnatal temprano

es un importante marcador precoz de desarrollo neuroconductual más tarde. (Zilles,

Palomero-Gallagher & Amunts, 2013)

Page 114: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

92

Figura 58. Desarrollo de los surcos y circunvoluciones del cerebro durante la gestación. Fuente: Tomado

de Hill, M.A. (2015) Embryology Brain fissure development 02.jpg. Retrieved November 8, 2015, from

https://embryology.med.unsw.edu.au/embryology/index.php/File:Brain_fissure_development_02.jpg

Para medir el grado de plegado cortical, se han descrito índices de giración (IG)

desarrollados en cortes del cerebro 2D (Zilles et al., 2013) o reconstruidos a partir de

imágenes de RMN en 3D (Van Essen & Drury, 1997) o bien, métodos que permiten medir

índices de giración local (IGL) cortical y así caracterizar los cambios localizados del

plegamiento cortical (Toro et al., 2008)

Recientemente, estudios que utilizan RMN 3T con segmentación de tejidos han

caracterizado de forma longitudinal el desarrollo IG e IGL en los primeros 2 años de vida,

encontrando diferencias por zonas: mayor crecimiento en las zonas de asociación del

córtex y en zonas prefrontales; según el tiempo del desarrollo, ya que es mayor durante

el primer año de vida (16.1%) frente al segundo (6.6%) y como ésto, se relacionó con un

mayor volumen de crecimiento del cerebro, y finalmente se han reportado diferencias por

sexo, ya que se ha visto que los varones parecen tener áreas geográficas más grandes. (Li

et al., 2014)

Page 115: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

93

Sin embargo, todos estos estudios se han realizado en etapas postnatales. (Figura 59)

Figura 59. Diferencias por sexo en IGL al nacimiento, al año y a los 2 años. Las zonas en rojo indican que

los varones tienen IGL más grandes que las hembras. (p < 0.05) Fuente: Tomado de Li et al., 2014.

La generalización del uso de la ecografía prenatal ya sea por vía transabdominal o

transvaginal, así como el uso cada vez más frecuente de imágenes de resonancia

magnética fetal (RMN) ha mejorado drásticamente el estudio y comprensión del cerebro

fetal en desarrollo, así como de la corteza cerebral. (Cohen‐Sacher, Lerman‐Sagie, Lev

& Malinger, 2006)

Para poder apreciar e interpretar el progresivo desarrollo de la corteza cerebral fetal

mediante ecografía, es fundamental conocer la base anatómica de las diferentes

estructuras que determinan la configuración normal o patológica de la superficie del

cerebro. La evaluación del cerebro del feto en desarrollo supone por tanto un reto para

los especialistas que realizan ecografía de diagnóstico prenatal y aunque el SNC no está

completamente maduro hasta la niñez, parte de este proceso dinámico, puede ser

apreciado por estudios de imagen.

8.2. Planos de Estudio Ecográfico de las Cisuras

Los planos son similares a los descritos en el estudio neurosonográfico del feto: axial,

sagital y coronal, si bien, en ocasiones no podemos obtenerlos todos en un mismo feto.

La estandarización del método de evaluación fue desarrollado principalmente por

Page 116: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

94

Monteagudo y Timor-Tritsch, (1997) utilizando referencias anatómicas, si bien, este

estudio se realizó por vía transvaginal.

8.2.1. El corte axial

Este corte es el que permite una valoración más precoz de la corteza cerebral y en él

podemos visualizar 2 cisuras principalmente:

En el plano transtalámico podemos evaluar la cisura de Silvio (CS), aunque también

puede ser visible en otros planos axiales. (Figura 60) La CS delimita la superficie del

lóbulo de la ínsula y es paralela a la cisura interhemisférica. (Perpendicular por tanto al

haz de ultrasonidos)

Figura 60. Cisura de Silvio (CS) Altura del plano e imagen ecográfica en el corte axial. Fuentes: Imagen

izquierda y central tomada de Ghai et al, 2006. Derecha, CS en un feto de 26 semanas (biblioteca de

imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.)

En un plano más craneal (transventricular o ligeramente superior) se visualiza la cisura

parietooccipital (PO). (Figura 61)

Figura 61. Cisura parieto-occipital (PO) Altura del plano e imagen ecográfica en el corte axial. Fuentes:

Imagen izquierda y central tomada de Ghai et al, 2006. Derecha, CS en un feto de 26 semanas (biblioteca

de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.)

Page 117: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

95

Ya más avanzada la gestación en el tercer trimestre se pueden visualizar en este plano

alguno de los surcos de la convexidad. (Figura 62)

Figura 62. Surcos de la convexidad. Altura del plano e imagen ecográfica en el corte axial en la semana 28

de gestación. Fuentes: Imagen izquierda y central tomada de Ghai et al, 2006. Derecha, biblioteca de

imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

8.2.2. El corte coronal

Este corte, a nivel de la fosa posterior es el más adecuado para identificar la cisura

calcarina (CC). (Figura 63) Puede conseguirse si partimos desde el plano de visualización

de la cisura PO y giramos la sonda 90 grados.

Figura 63. Cisura calcarina. Altura del plano e imagen ecográfica en el corte coronal en la semana 23 de

gestación. Fuentes: Imagen izquierda y central tomada de Ghai et al, 2006. Derecha, biblioteca de imágenes

del programa View-Point. C. Gutenberg.

En un plano más anterior y ya en el tercer trimestre se puede apreciar el desarrollo del

surco cingulado y más anteriormente, los surcos olfatorios.

Page 118: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

96

8.2.3. El corte sagital

Es el plano ideal para la visión de la línea media y por ello evalúa muy bien el surco

cingular. (Figura 64) Su obtención es más asequible con fetos en presentación podálica o

situación transversa mientras que en fetos en presentación cefálica puede resultar más

difícil de obtener. En este sentido puede ser de utilidad realizar una suave presión-

contrapresión con la sonda abdominal y la otra mano del operador en el lado contralateral

o bien utilizar un abordaje por vía transvaginal.

Figura 64. Surco cingulado en el corte sagital y coronal en la semana 29 de gestación. Fuentes: Imagen

izquierda y derecha tomada de Ghai et al, 2006. Imágenes centrales reconstruídas a partir de un volumen

3D de la biblioteca de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Los cortes parasagitales serán de utilidad para evaluar los surcos centrales, paracentrales

y temporales.

8.3. Sulcación y Giración del Cerebro Fetal

8.3.1. Cronología en la aparición de las cisuras

La diferente cronología en el tiempo de aparición de las cisuras cerebrales, surcos y

circunvoluciones ha sido confirmada por estudios postmortem (Dorovini-Zis & Dolman,

1977) de manera que trabajos realizados por anatomistas e histopatólogos han descrito su

secuencia de aparición y en qué semana de gestación podrían ser visibles.

Page 119: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

97

Estos trabajos han servido de base para realizar una valoración prenatal mediante técnicas

de imagen, con las que se logró establecer el tiempo de aparición, el desarrollo posterior

de estos giros y surcos del cerebro fetal, así como los mejores planos de abordaje para su

valoración tanto ecográfica, (Monteagudo & Timor‐Tritsch, 1997) como por medio de

RMN. (Levine & Barnes, 1999)

Sin embargo, los patrones de desarrollo descritos con el uso de estas técnicas de imagen

difieren en general entre dos a cuatro semanas en comparación con los estudios

anatómicos y se muestran en la tabla 3. (Lan et al., 2000)

Tabla 3.

Edad gestacional en la que las fisuras y surcos primarios son visibles en estudios

anatómicos, de ecografía y de RMN. Tomado de Ghai et al, 2006.

Indiscutiblemente, el desarrollo tecnológico de los actuales aparatos de ultrasonidos así

como el uso de sondas de alta frecuencia por vía transvaginal permiten un mayor detalle

anatómico del encéfalo fetal, no obstante, esta vía de acceso es de utilidad para fetos en

cefálica y en la práctica, la mayoría de estudios ecográficos de rutina se realizan por vía

transabdominal con un transductor de baja o media frecuencia (3-5 MHz).

Page 120: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

98

8.3.2. Cronología en el desarrollo de las cisuras en ecografía

La relación entre el desarrollo de las distintas cisuras de la corteza cerebral y la edad

gestacional es clara ya que como se ha citado, éstas tienen un tiempo de aparición

diferente pero más o menos constante según los estudios anatómicos, (Chi, Dooling &

Gilles, 1977) y por tanto, su visualización en ecografía, podría relacionarse con la edad

gestacional.

Sabemos que la identificación de las estructuras de la corteza cerebral es más tardía si se

comparan las técnicas de imagen con la evaluación del neuroanatomista. No obstante, el

avance de la tecnología de los ultrasonidos, el uso de transductores de alta frecuencia y el

abordaje por vía transvaginal, están acortando estas diferencias de un modo significativo.

Actualmente, la tecnología de ecografía 3D permite la adquisición de volúmenes que

ofrecen una mejor valoración de las estructuras así como su relación en el espacio y

aunque efectivamente, la vía transvaginal ofrece una mayor resolución, para una

valoración básica de las cisuras, podría ser suficiente la visualización clásica en los planos

axial, coronal y sagital que se obtienen en el abordaje transabdominal de rutina. Un

abordaje más básico aún sería la valoración de la cisura de Silvio en el corte axial.

La primera cisura en aparecer en la valoración ecográfica es la cisura interhemisférica,

visible ya en el primer trimestre de la gestación.

La cisura parietooccipital (PO) comienza a ser visible en la semana 19-20 en el plano

axial, pero siempre debería ser visualizada en la semana 22.

La cisura calcarina (CC) comienza a ser visible en torno a la semana 21, pero de igual

modo debería ser visible en la semana 24 de gestación. (Figura 65)

Page 121: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

99

Figura 65. Cisura interhemisférica a la semana 12. Cisura parieto-occipital a la semana 22. Cisura calcarina

a la semana 23. Fuente: Creado de la biblioteca de imágenes del programa View-Point C. Gutenberg.

Cuando ésto no se cumple, deberíamos pensar que la edad gestacional es probablemente

menor, o bien que nos encontramos ante un retraso en el desarrollo cortical por lo que se

debería realizar una valoración más detallada de las estructuras intracraneales. (Alonso,

Borenstein, Grant, Narbona & Azumendi, 2010; Toi et al., 2004)

Por otro lado, la cisura de Silvio, presenta un patrón característico de desarrollo en

función de la edad gestacional que se explicará posteriormente y que también nos ayudará

en esta valoración.

8.3.3. Evaluación ecográfica de la cisura de Silvio

8.3.3.1. ¿Cuándo es visible?

La cisura de Silvio (CS) es la más profunda de las cisuras laterales del cerebro y separa

los lóbulos temporal y frontal. Inicialmente, se aprecia como una depresión suave en la

superficie lateral del hemisferio cerebral, y desde las primeras descripciones anatómicas

a principios de siglo XX, (Gray & Gray, 1918) hasta trabajos de final del mismo, sabemos

que puede ser identificada en especímenes anatómicos hacia el tercer mes de gestación.

(Chi et al.; 1977) (Figura 66)

Page 122: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

100

Figura 66. Cisura de Silvio. Fuentes: Imagen situada a la izquierda pertenece a una ilustración anatómica

de Gray. Tomado de Hill, M.A. (2015) Embryology Gray0658.jpg. Retrieved November 9, 2015, from

https://embryology.med.unsw.edu.au/embryology/index.php/File:Gray0658.jpg. Imagen de la derecha

corresponde a macroscopía de un cerebro de un feto de 22 semanas. Tomada de antomymotes.blogspot.ca

La fisura cerebral lateral o fisura de Silvio difiere de todas las otras fisuras en su modo

de desarrollo. Aparece en torno al tercer mes de gestación como una depresión, la fosa

silviana, en la superficie lateral del hemisferio. Esta fosa se corresponde anatómicamente

con la posición del cuerpo estriado, y su suelo se moldea para formar la ínsula.

La íntima relación que existe entre la corteza de la ínsula y el cuerpo estriado subyacente

impide que esa parte de la pared del hemisferio se expanda al mismo ritmo que las que le

rodean. Las partes vecinas del hemisferio, por tanto, van a crecer gradualmente y van a

cubrir la ínsula, en lo que se denomina proceso de operculización de la ínsula,

constituyendo el opérculo temporal, parietal, frontal y orbital del cerebro adulto. (Figura

67) Al final del primer año después del nacimiento la ínsula está completamente

sumergida por la aproximación de los opérculos. (Hill, 2015)

Page 123: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

101

Figura 67. Cisura de Silvio e ínsula. Fuentes: Imagen izquierda, tomado de Quarello, Stirnemann, Ville &

Guibaud (2008), imagen central tomada de our-brain.blogspot.com e imagen derecha disponible en Gray,

H. (1918). Anatomy of the human body. Lea & Febiger.

Diversos estudios realizados con ecografía 2 D entre las 15 a 40 semanas de gestación

indican que la CS se hace ecográficamente evidente después de las 17-18 semanas y que

su forma cambia gradualmente a medida que avanza la edad gestacional. (Toi et al., 2004)

Esta data se adelanta por resonancia magnética a la semana 15 según algunos autores.

(Lan et al., 2000) Es más, estudios más recientes con ecografía 3D, establecen que podría

ser visible desde tan temprano como la semana12 de gestación. (Mittal et al, 2007)

(Figura 67)

Figura 67. Imágenes y fuentes: De izquierda a derecha, corte axial de la cisura de Silvio en ecografía a las

17-18 semanas (Toi et al., 2004), en RMN a la 19 semana (Chapman et al., 2010) y en un volumen 3D a la

semana 12. (Mittal et al., 2007)

Por tanto, la cronología en la visualización de la CS, variará en función de los trabajos

que revisemos: estudios anatómicos, de RMN fetal o de ecografía 2D o 3D.

Page 124: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

102

8.3.3.2. Fenómeno de operculización

Sabemos además que la CS es una estructura dinámica ya que los cambios en su

morfología evidencian el progresivo desarrollo principalmente del lóbulo temporal, que

condiciona el proceso de operculización de la ínsula.

La operculización por tanto es el cierre o cobertura de la superficie de la ínsula por parte

de dicho lóbulo, de manera que la profundización del surco lateral hará cambiar la

morfología de la CS a lo largo de la gestación.

Debido a que el opérculo abarca áreas importantes para la función sensitiva y motora

somática secundaria, la función auditiva y el lenguaje, la detención del desarrollo o una

malformación de esta área vital podrían causar un deterioro significativo con retraso en

el desarrollo neurológico. (Chen et al., 1996)

8.3.3.3. Morfología de la cisura de Silvio en ecografía según la edad gestacional

El patrón morfológico característico del desarrollo de la cisura de Silvio en función de la

edad gestacional en fetos sin anomalías cerebrales se muestra en la figura 68 y se

caracteriza por:

1. Hendidura con margen suave entre 15 y 17 semanas.

2. Márgenes angulares obtusos en el sitio del surco circular en desarrollo entre 17 y 20

semanas.

3. Cambio de obtuso a ángulos agudos después de 24 semanas. (Toi et al., 2004)

Page 125: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

103

Figura 68. Cisura de Silvio en cortes axiales con ecografía 2D en torno a la semana 17-18, 18-19 y 29-30.

Fuentes: Fila superior tomado de Toi et al, 2004. Fila inferior creada a partir de biblioteca de imágenes del

programa View-Point. C. Gutenberg.

Estos cambios en la CS permiten evaluar de forma indirecta el normal o anormal

desarrollo del lóbulo temporal y secundariamente de la corteza cerebral y además, pueden

ser evaluados a lo largo de la gestación mediante la ecografía obstétrica.

8.2.3.4. Score en la evaluación prenatal de la morfología de la cisura de Silvio

Descrito el patrón morfológico característico del desarrollo de la cisura de Silvio en

función de la edad gestacional, Pistorius (2010) propone un score (1 a 5) para tratar de

evaluar la asimetría fisiológica que pudiera haber entre las distintas cisuras del cerebro,

incluida la cisura de Silvio. (Figura 69) Realiza un score en 200 fetos entre la semana

22-32 de gestación, de manera que ello permitiría una evaluación semicuantitativa del

desarrollo de la CS en función de la edad gestacional.

Page 126: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

104

Figura 69. Score en la evaluación morfológica de la cisura de Silvio. Fuentes: Tomado de Pistorius et al.,

2010 y adaptada la columna derecha a partir de la biblioteca de imágenes del programa View-Point. C.

Gutenberg. Corresponden de forma correlativa a las semanas 16, 19, 29, 31 y 37.

Este trabajo se basa en la observación que realiza Droulle, Gaillet & Schweitzer, (1983)

que fueron de los primeros autores en describir subjetivamente la angulación fisiológica

Page 127: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

105

de la ínsula por el lóbulo temporal conforme avanza la gestación y que además es más

temprana y estable con respecto al lóbulo frontal.

Quarello (2008) asigna en una escala de 0 a 10 la progresiva angulación de la ínsula por

el lóbulo temporal, de manera que demuestra que dicha evaluación subjetiva de la

operculización de la CS es reproducible y fiable ya que puntuaciones por debajo de lo

esperado para la edad gestacional, elevan fuertemente la sospecha de retraso en la

maduración cortical. (Figura 70)

Figura 70. Score para la evaluación de la operculización de la CS. Fuente: Tomado de Quarello et al., 2008

En este estudio, manifiesta la importancia de estandarizar el corte axial de visualización

de la CS y lo establece en un plano axial que es ligeramente inferior al que se utilizada

para llevar a cabo la biometría del DBP, y que se caracteriza por la presencia de tres

puntos de referencia anatómicos: la cisterna ambiens, el tercer ventrículo, y la parte

inferior del CSP a nivel de las columnas del fornix. (Quarello et al., 2008).

Page 128: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

106

8.4. Cisura de Silvio: ¿Estandarización en el cribado?

A pesar del creciente número de estudios sobre el desarrollo fetal del SNC, no se han

publicado guías objetivas que estandaricen la evaluación de la maduración del cerebro

fetal mediante ecografía 2D de rutina. (ISUOG 2007)

Diversos estudios de ecografía tridimensional (3D) han descrito los cambios en la

apariencia ecográfica de la CS así como el hecho de que estas imágenes con obtenidas

con tecnología de ecografía 3D son de mayor calidad con respecto a las que se pueden

obtener con ecografía 2D y de una calidad similar a las que se obtienen en RMN fetal.

(Rolo et al., 2011)

Otros estudios, realizan una evaluación cuantitativa de la CS informando de un rango

normal de su profundidad en función de la edad gestacional, pero efectúan la medición

desde la CS hasta el hueso parietal (punto medio a la superficie interior del hueso

parietal), perpendicular a la hoz del cerebro. (Mittal et al., 2007) Este estudio, que también

utiliza tecnología 3D, concluye que la cisura de Silvio se puede identificar desde tan

temprano como las 12 semanas de gestación.

Sin embargo, en casi todos estos trabajos, el examen ecográfico corresponde a una

evaluación detallada, que se realiza por operadores experimentados, usando una

combinación de vistas axiales, coronales y parasagitales y utilizando tecnología 3D.

Uno de los objetivos principales de esta tesis es la evaluación de la profundidad de la

ínsula de una manera estándar en ecografía 2D y que permitiera que ésta puediera ser

realizada por operadores menos experimentados, especialmente en el cribado de rutina.

Page 129: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

107

8.4 Asimetría del cerebro

Cierta asimetría fisiológica se ha reportado en el desarrollo cortical en trabajos

anatómicos (Chi, 1977) y este aspecto ha sido evaluado en algunos trabajos de ecografía

encontrando que la asimetría del cerebro representa un fenómeno de desarrollo del

cerebro fetal normal.

Así, se ha comunicado que en fetos entre la semana 19 y 28 de gestación, la anchura

media del ventrículo lateral es mayor en los varones con respecto a las mujeres (5.5 versus

5.3 mm), y mayor en el lado izquierdo con respecto al derecho (5.6 Vs 5.2 mm) así como

que la anchura del hemisferio cerebral izquierdo es algo mayor con respecto al hemisferio

cerebral derecho (25.1 vs 24.1 mm) (Kivilevitch, Achiron & Zalel, 2010) aunque estos

mismos autores no encuentran diferencias en la anchura media de la corteza cerebral con

respecto al sexo o a la lateralidad , situándola en torno a los 4 mm de media.

Con respecto a la asimetría en el desarrollo de las cisuras, estudios ecográficos por vía

transabdominal establecen que puede existir un cierto grado de asimetría fisiológica en el

desarrollo de éstas y que es más frecuente en fetos mujer y más notoria en la cisura

calcarina, parietooccipital y el surco cingulado. (Pistorius et al., 2010)

Así mismo, se ha descrito que la asimetría del cerebro se puede apreciar en estudios de

RMN fetal, observándose una lateralización hemisférica anatómica y funcional que se

origina por una expresión génica diferencial y que conduce al desarrollo estructural del

cerebro de una forma asimétrica. Esta asimetría aparece inicialmente en regiones

perisilvianas en torno a la semana 26 de gestación, de manera que se ha reportado que

más de dos tercios de los fetos mostraron un desarrollo del lóbulo temporal del lado

izquierdo más grande, combinado con una aparición más precoz del surco temporal

superior en el lado derecho (23 semana vs. 25 semanas en el lado izquierdo), y que

Page 130: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

108

también fue más profundo que su contralateral izquierdo en la mayoría de los casos.

(94,2%) (Kasprian et al, 2011)

Asimismo, esta asimetría se ha reportado en áreas de la corteza cerebral por medio de

RMN 3T con segmentación de tejidos en los primeros dos años de vida que han

caracterizado de forma longitudinal el desarrollo de índices de giración y han evidenciado

asimetrías según la zona de la corteza, el sexo y el momento del desarrollo. (Li et al.,

2014)

Page 131: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

109

II. JUSTIFICACIÓN

Las malformaciones del desarrollo cortical generalmente se diagnostican o se sospechan

en el estudio ecográfico de forma tardía a finales del segundo o tercer trimestre del

embarazo, e incluso con frecuencia, pasan inadvertidas al ecografista más experimentado.

Además, a pesar de los muchos descubrimientos en genética, los avances en este campo

se han visto dificultados por el limitado acceso a especímenes de cerebro humano para

estudios de patología del neurodesarrollo, como el linaje celular, la expresión génica y el

mosaicismo somático, que aparecen en estas raras malformaciones del desarrollo

cortical.

Por otro lado, un desarrollo anormal de las fisuras del cerebro debería alertar al

especialista en ecografía prenatal de la posibilidad de encontrarse ante una anomalía de

la migración neuronal.

A pesar de esto, las guías internacionales de práctica clínica para la realización de la

ecografía obstétrica de cribado, (ISUOG, 2007) no las incluyen en su valoración.

Pensamos que incorporar la valoración de la cisura de Silvio en el estudio de rutina del

SNC que se realiza en los cortes axiales básicos, no solo en un modo cualitativo (advertir

su presencia y morfología), sino en un modo cuantitativo (profundidad de la ínsula),

podría incrementar la sensibilidad en el diagnóstico de las anomalías de la migración

neuronal, y ante la sospecha de desarrollo anormal, considerar la remisión a un

especialista en neurosonografía fetal, la evaluación de la RMN y / o la realización de un

estudio genético fetal. Estas evaluaciones de segunda línea mejorarían el manejo y el

asesoramiento en estos casos.

Page 132: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

110

Por otro lado, pensamos que la profundidad de la ínsula guarda una estrecha correlación

con la edad gestacional por lo que su medición, puede contribuir a una correcta data en

casos de gestación con escaso control o FUR dudosa.

Se trata de una valoración simple, fácilmente implementable en el estudio básico del SNC

fetal, ya que se valora en el corte axial que se realiza en el estudio de cribado y no se

requiere la obtención de planos complementarios coronales o sagitales.

En la bibliografía, no hay una gran profusión de trabajos que estudien desde un punto de

vista de aplicabilidad clínica el estudio ecográfico de las cisuras y probablemente, por

este motivo, su valoración no se ha incluido aún en las guías de práctica clínica en la

ecografía obstétrica. Sí se han reportado numerosos trabajos de valoración de la CS en

RMN fetal o con el uso de tecnología 3D, sin embargo, no todos los centros en los que se

realiza ecografía de cribado, cuentan con un fácil acceso a estas técnicas.

De igual modo, aunque existen nomogramas de la profundidad de la CS (Mittal et al.,

2007) y el trabajo de Quarello aporta un score sobre su morfología, (Quarello et al., 2008)

el único trabajo que hemos encontrado que evalúe la utilidad de la medición de la

profundidad de la ínsula, es el realizado por Alonso, (Alonso et al., 2010) y además, no

hemos encontrado estudios en ecografía 2D que valoren su relación con características

antropométricas maternas ni con otras estructuras biométricas del feto u otras estructuras

del SNC, como el ventrículo lateral a nivel del atrio, la cisterna magna o el diámetro

transverso del cerebelo.

Así mismo, tampoco hemos encontrado estudios que determinen si hay cambios en esta

medida en casos de ventriculomegalia aparentemente aislada o de qué manera se

comporta en fetos con un defecto abierto del tubo neural o con una agenesia de cuerpo

calloso.

Page 133: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

111

Finalmente, otra cuestión a considerar es la asimetría fisiológica que se ha reportado en

el desarrollo cortical en trabajos anatómicos (Chi, 1977) y en algunos estudios

ecográficos, (Pistorius et al., 2010) en los que se establece que puede existir un cierto

grado de asimetría fisiológica en el desarrollo de las cisuras y que es más frecuente en

fetos mujer y más notoria en la cisura calcarina, parietooccipital y cingulado, por lo que

la cisura de Silvio, pensamos que es más reproducible independientemente de la

lateralidad.

Page 134: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

112

Page 135: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

113

III. OBJETIVOS

1. Objetivos Generales

1. Evaluar la utilidad de la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio en la ecografía

obstétrica de rutina del segundo y tercer trimestre de la gestación, como marcador de

la edad gestacional en los cortes básicos axiales.

2. Conocer si existe variabilidad al realizar la valoración cuantitativa de la cisura de

Silvio por uno o más operadores.

3. Establecer la utilidad de la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio: profundidad

de la ínsula, como marcador de desarrollo neuroanatómico fetal normal, en relación a

la edad gestacional.

4. Estudiar si existen diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio ante

la presencia de una ventriculomegalia aparentemente aislada.

5. Estudiar si es posible realizar una valoración cuantitativa de la cisura de Silvio ante

la presencia de un defecto abierto del tubo neural.

6. Estudiar si existen diferencias en la medida de la profundidad de la ínsula ante la

presencia de una agenesia de cuerpo calloso completa o parcial.

7. Conocer la opinión de los especialistas que realizan ecografías de cribado sobre la

posibilidad de incorporar de manera rutinaria la visualización de la cisura de Silvio

en el estudio ecográfico básico del segundo trimestre.

Page 136: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

114

2. Objetivos Específicos

2.1. Objetivos específicos relacionados con el primer objetivo:

Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio

2.1.1. Estudiar la posible correlación entre el valor de la profundidad de la ínsula (PI)

en el segundo y tercer trimestre con la edad gestacional.

2.1.2. Estudiar la posible correlación entre el valor de la profundidad de la cisura de

Silvio (PS) en el segundo y tercer trimestre con la edad gestacional.

2.1.3. Determinar cuál de las dos medidas en la valoración cuantitativa de la cisura

de Silvio (PI o PS) tiene una mayor correlación con la edad gestacional y conocer la

correlación de las distintas estructuras biométricas fetales con respecto a la edad

gestacional.

2.1.4. Conocer si hay diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio

(PI y PS) en función del sexo fetal.

2.1.5. Conocer si hay diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio

(PI y PS) en función de la lateralidad. (Medición en el hemisferio derecho o izquierdo)

2.1.6. Determinar en nuestro estudio a partir de qué edad gestacional podría ser

visualizada la cisura de Silvio en el 2º trimestre.

2.1.7. Comprobar si existe relación entre la valoración cuantitativa de la cisura de

Silvio con características que sean relativas a la gestante:

Page 137: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

115

2.1.7.1 Estudiando si hay relación entre las características

antropométricas: peso, talla e índice de masa corporal (IMC) y la profundidad de

la ínsula.

2.1.7.2. Estudiando si existe relación entre la edad materna y la

profundidad de la ínsula.

2.1.7.3. Estudiando si existe relación entre la paridad y la profundidad de

la ínsula.

2.1.7.4. Estudiando si existe relación entre el consumo de cigarrillos y la

profundidad de la ínsula.

2.1.7.5. Estudiando si existe relación entre el tipo de concepción y la

profundidad de la ínsula.

2.2. Objetivos específicos relacionados con el segundo objetivo:

Análisis de Variabilidad de la Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio.

2.2.1. Comprobar la variabilidad intraobservador de la profundidad de la ínsula

y de la profundidad de la cisura de Silvio.

2.2.2. Comprobar la variabilidad interobservador de la profundidad de la ínsula y

de la profundidad de la cisura de Silvio.

2.3. Objetivos específicos relacionados con el tercer objetivo:

Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio como Marcador de Desarrollo

Neuroanatómico Fetal

2.3.1. Relacionar la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio mediante la

profundidad de la ínsula (PI) con otros parámetros biométricos fetales: el diámetro

Page 138: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

116

biparietal (DBP), el diámetro fronto-occipital (DFO), la circunferencia cefálica (CC), el

perímetro abdominal (PA), la longitud del fémur (LF), la longitud del húmero (LH), los

índices de relación entre el perímetro cefálico y el perímetro abdominal (PC/PA), el

perímetro cefálico y la longitud del fémur (PC/LF), el perímetro cefálico y la longitud del

húmero (PC/LH), el diámetro biparietal y el diámetro fronto-occipital (DBP/DFO) y el

peso fetal estimado (PFE).

2.3.2. Relacionar la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio mediante la

profundidad de la ínsula (PI) con el desarrollo de otras estructuras del SNC fetal: la

medida del asta posterior del ventrículo lateral a nivel del atrio (VP), el diámetro

transverso del cerebelo (DTC), la longitud del cuerpo calloso y la medición de la cisterna

magna (CM).

2.4. Objetivos específicos relacionados con el cuarto objetivo:

Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio ante la presencia de una Ventriculomegalia

aparentemente Aislada

2.4.1. Estudiar la posible correlación entre el valor de la profundidad de la ínsula (PI)

en el segundo y tercer trimestre con la edad gestacional en un grupo de fetos con

ventriculomegalia aislada.

2.4.2. Estudiar la posible correlación entre el valor de la profundidad de la cisura de

Silvio (PS) en el segundo y tercer trimestre con la edad gestacional en el grupo de

fetos con ventriculomegalia aislada.

2.4.3. Determinar cuál de las dos medidas en la valoración cuantitativa de la cisura

de Silvio (PI o PS) tiene una mayor correlación con la edad gestacional y conocer la

correlación de las distintas estructuras biométricas fetales con respecto a la edad

gestacional en el grupo de fetos con ventriculomegalia aislada.

Page 139: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

117

2.4.4. Relacionar la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio (PI y PS) con otros

parámetros biométricos fetales en fetos que presentan una ventriculomegalia aislada: el

diámetro biparietal (DBP), el diámetro fronto-occipital (DFO), la circunferencia cefálica

(CC), el perímetro abdominal (PA), la longitud del fémur (LF), la longitud del húmero

(LH), los índices de relación entre el perímetro cefálico y el perímetro abdominal

(PC/PA), el perímetro cefálico y la longitud del fémur (PC/LF), el perímetro cefálico y la

longitud del húmero (PC/LH), el diámetro biparietal y el diámetro fronto-occipital

(DBP/DFO) y el peso fetal estimado (PFE).

2.4.5. Relacionar la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio (PI y PS) con el

desarrollo de otras estructuras del SNC fetal: el diámetro transverso del cerebelo (DTC),

la medición de la cisterna magna (CM) y la longitud del cuerpo calloso.

2.4.6. Conocer si hay diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio

(PI y PS) en función del sexo fetal.

2.4.7. Comprobar si existe relación entre la valoración cuantitativa de la cisura de

Silvio con características que sean relativas a la gestante (peso, talla, IMC y edad) en el

grupo de fetos con ventriculomegalia aislada.

2.4.8. Estudiar si existen diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio

(PI y PS) ante la presencia de una ventriculomegalia aparentemente aislada en

comparación a gestaciones de curso normal que no presentan esta condición.

Page 140: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

118

2.5. Objetivos específicos relacionados con el quinto objetivo:

Valoración de la Cisura de Silvio ante la presencia de un Defecto del Tubo Neural Abierto

2.5.1. Conocer si es valorable la cisura de Silvio en fetos con defecto abierto del

tubo neural desde un punto de vista cualitativo o cuantitativo.

2.5.2. Conocer si hay diferencias en la valoración de la cisura de Silvio en fetos

con un defecto abierto del tubo neural con respecto a los que no tienen esta condición

2.6. Objetivos específicos relacionados con el sexto objetivo:

Valoración de la Cisura de Silvio ante la presencia de una Agenesia de Cuerpo Calloso

2.6.1. Conocer si es valorable la cisura de Silvio en fetos con una agenesia de

cuerpo calloso desde un punto de vista cualitativo o cuantitativo.

2.6.2. Conocer si hay diferencias en la valoración de la cisura de Silvio en fetos

con una agenesia de cuerpo calloso con respecto a los que no tienen esta condición.

2.7. Objetivos específicos relacionados con el séptimo objetivo:

Opinión de los Especialistas

2.7.1. Conocer las actitudes actuales de los especialistas que realizan ecografías

de cribado ante la valoración de las cisuras en la ecografía de cribado.

2.7.2. Conocer la opinión de los especialistas sobre la posible incorporación de

una valoración básica de la cisura de Silvio en la ecografía de cribado.

Page 141: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

119

IV. MATERIAL Y MÉTODO

Hemos desarrollado un estudio transversal, de base poblacional, sobre N=392 gestantes

en el que de forma retrospectiva y mediante la medición de parámetros cuantitativos a

nivel de la cisura de Silvio, principalmente la profundidad de la ínsula, pretendemos

correlacionar esta medida como único parámetro objetivo para conocer la edad

gestacional y estudiar si esta medida varía ante determinadas patologías prevalentes del

SNC fetal: ventriculomegalia aislada, defecto abierto del tubo neural y agenesia de cuerpo

calloso así como investigar cómo pueden influir en esta valoración algunas características

maternas. (Figura 71)

Figura 71. Fluxograma de la población de gestantes participantes.

1. Participantes

Se han agrupado las gestantes en 4 grupos poblacionales:

1. Población con gestación de curso normal.

2. Población de fetos con diagnóstico de ventriculomegalia aislada.

3. Población de fetos con diagnóstico de un defecto abierto del tubo neural.

4. Población de fetos con diagnóstico de una agenesia de cuerpo calloso.

ParticipantesN=392

Gestación curso normal n=306

Ventriculomegalia aislada n=61

Defecto tubo neural n=10

Agenesia cuerpo calloso

n=15

Page 142: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

120

Un grupo diferenciado sería el formado por especialistas que realizan ecografías

obstétricas de cribado y a los que se les ha encuestado para conocer actitudes de la práctica

clínica ante la valoración de las cisuras en la ecografía de cribado.

1.1. Población de estudio 1: Gestación de Curso Normal

Del total de N=392 gestantes incluidas en la muestra, n=306 gestantes se seleccionaron

con los siguientes criterios:

1.1.1. Criterios de inclusión

1. Gestantes en las que no había factores de riesgo evidentes según la historia

materna para el desarrollo anormal del cerebro.

2. Gestantes que referían que su embarazo cursaba sin anomalías estructurales o

cromosómicas fetales.

3. Gestaciones en las que la ecografía morfológica no mostrara anomalías

morfológicas aparentes.

4. Gestación única.

5. Gestación con un tamaño fetal apropiado para la edad gestacional.

1.1.2. Criterios de exclusión

1. Diagnóstico o sospecha de anomalía morfológica.

2. Diagnóstico o sospecha de anomalía cromosómica.

3. Diagnóstico o sospecha de infección fetal.

4. Restricción del crecimiento intrauterino.

5. Gestación múltiple.

Page 143: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

121

Este grupo de gestantes, acudió a la Unidad de Ecografía de Centro Gutenberg entre las

semanas 15 y 37 de la gestación para realizar una exploración rutinaria del segundo o

tercer trimestre y habían firmado un formulario de consentimiento informado por escrito.

Las indicaciones para la realización de este examen eran la exploración rutinaria de

anomalías, la solicitud de la madre para realizar una ecografía en 3D o la realización de

una ecografía de crecimiento fetal del tercer trimestre.

En la anamnesis se han recogido datos sobre la edad de la gestante, el tipo de concepción:

natural o con técnica de reproducción asistida y si ésta había sido por medio de

inseminación artificial o fecundación in vitro; consumo de cigarrillos y paridad así como

datos biométricos maternos al inicio de la gestación: peso, talla e índice de masa corporal

(IMC).

1.1.3 Características de la muestra

La distribución de casos por edad gestacional se muestra en la figura 72.

Figura 72. Distribución de casos por edad gestacional

7

14

16

11

14

1918

16

8

1920

22

18

2021

1312

6

8

5

7 7

5

15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37

me

ro d

e c

aso

s

Edad gestacional

Page 144: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

122

Las características maternas de la muestra en cuanto a edad, peso, talla e IMC se

muestran en la tabla 4.

Tabla 4.

Características maternas de la población 1: Gestación de curso normal

Edad Peso Talla IMC

Número de casos 306 300 297 299

Mínimo 18 39 132 16.5

Máximo 41 123 197 40.6

Desviación típica 4.274 12.080 24.2269 4.128

En cuanto a la paridad, consumo de cigarrillos y modo de conseguir la gestación se

muestran en el figura 73 y fueron los siguientes:

La mayoría de casos eran gestaciones conseguidas de forma natural (97.4%) y solo un

2.3% de casos con técnica de reproducción asistida en los que 1.6% se consiguieron con

fecundación in vitro (FIV) y 0.7% se consiguieron con inseminación artificial (IA). En

cuanto a la paridad, encontramos algo más de un tercio de gestantes primíparas (35.3%)

y algo menos de dos tercios de gestantes multíparas (64.7%) y con respecto al consumo

de cigarrillos, 11.1% de gestantes declaraban que fumaban durante el embarazo.

Figura 73. Características maternas de la población 1. Gestaciones de curso normal.

0

50

100

150

200

250

300

Tabaco Paridad Gestación

34

108

298272

198

7NÚ

MER

O D

E C

ASO

S

Si/nulipara/Espontánea No/Multípara/Reproducción asistida

Page 145: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

123

1.2 Población de estudio 2: Ventriculomegalia Aislada

Del total de N=392 gestantes incluidas en la muestra, n=61 gestantes se seleccionaron

con los siguientes criterios:

1.2.1. Criterios de inclusión

1. Gestantes con una ventriculomegalia aparentemente aislada:

a. Asta posterior del ventrículo lateral mayor o igual a 10 mm en el corte

axial.

b. Medición del asta posterior a nivel del atrio, o a partir de la semana 22

de gestación a nivel de la cisura parieto-occipital. (Guibaud, 2009)

2. Ausencia de otras anomalías estructurales a nivel intracraneal o del resto del

estudio morfológico fetal.

3. Si así constara, no hubieran alteraciones en una RMN fetal ni hallazgos

patológicos en una serología TORCH.

1.2.2. Criterios de exclusión

1. Ventrículo lateral menor a 10 mm.

2. Imposibilidad de evaluar la cisura de Silvio a partir de las imágenes almacenadas en la

biblioteca de imágenes del programa View-Point.

3. Sospecha de infección fetal.

4. Sospecha de hemorragia intracraneal fetal.

5. Se ha considerado una única exploración ecográfica por gestación.

Page 146: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

124

Estas gestantes asistieron a la Unidad de Ecografía de Centro Gutenberg para realizar una

exploración del segundo o tercer trimestre y habían firmado un formulario de

consentimiento informado por escrito.

Las indicaciones para la realización de este examen eran la exploración rutinaria de

anomalías, la solicitud de la madre para realizar una ecografía en 3D, la valoración de un

ventrículo lateral aumentado o asimétrico con respecto al contralateral o bien la

realización de una ecografía de crecimiento fetal del tercer trimestre.

En la anamnesis se han recogido datos sobre la edad de la gestante, el tipo de concepción:

natural o con técnica de reproducción asistida y si ésta había sido mediante inseminación

artificial o fecundación in vitro; consumo de cigarrillos y paridad así como datos

biométricos maternos al inicio de la gestación: peso, talla e índice de masa corporal

(IMC).

1.2.3. Características de la muestra

La edad gestacional ha estado comprendida entre la semana 17 y 37 de gestación. La

distribución de casos por edad gestacional se muestra en el figura 74.

Figura 74. Distribución de casos por edad gestacional en el grupo 2. Ventriculomegalia aislada

1 2 23 3

54

5

11

5

8

5

2 1 1 1 1 1

17 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 37

me

ro d

e c

aso

s

Edad gestacional

Page 147: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

125

Las características maternas de la muestra en cuanto a edad, peso, talla e IMC se

muestran en la tabla 5.

Tabla 5.

Características maternas en el grupo 2. Ventriculomegalia aislada.

Edad Peso Talla IMC

Número de casos 61 53 50 49

Mínimo 17 48 150 18.3

Máximo 40 100 178 40.1

Desviación típica 4.495 10.74 5.75 4.51

En cuanto a la paridad, consumo de cigarrillos y modo de conseguir la gestación de este

grupo, se muestran en la figura 75 y fueron los siguientes:

Figura 75. Características maternas del grupo 2. Ventriculomegalia aislada.

La mayoría de casos en esta población eran de nuevo gestaciones conseguidas de forma

natural (91.8%) y solo un 4.9% de casos con técnica de reproducción asistida, en un 3.3%

de los casos no estaba consignado (2 casos). En cuanto a la paridad, encontramos casi dos

tercios de gestantes primíparas (65.6%) y algo menos de un tercio de gestantes multíparas

0

10

20

30

40

50

60

Tabaco Paridad Gestación

5

40

5155

19

3

MER

O D

E C

ASO

S

Características maternas grupo 2

Si/nulipara/Espontánea No/Multípara/Reproducción asistida

Page 148: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

126

(31.1%) y con respecto al consumo de cigarrillos, 8.2% de gestantes declaraban que

fumaban durante el embarazo.

1.3. Población de estudio 3: Defecto Abierto del Tubo Neural (DTN abierto)

Del total de N=392 gestantes incluidas en la muestra, n=10 gestantes se seleccionaron

con los siguientes criterios:

1.3.1 Criterios de inclusión

1. Fetos con diagnóstico ecográfico de DTN abierto en base a signos ecográficos directos

e indirectos de DTN.

2. Confirmación del diagnóstico de forma postnatal.

1.3.2 Características de la muestra

La edad gestacional ha estado comprendida entre la semana 18 y 22 de gestación.

El género del feto era femenino en 4 casos (40%) y masculino en 5 casos (50%) casos.

En 1 caso no estaba especificado (10%).

Todos los casos presentaban ventriculomegalia, signo de la banana y obliteración de la

cisterna magna a nivel de la fosa posterior.

Page 149: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

127

1.4. Población de estudio 4: Agenesia de Cuerpo Calloso

Del total de N=392 gestantes incluidas en la muestra, n=15 gestantes se seleccionaron

con los siguientes criterios:

1.4.1 Criterios de inclusión

1. Fetos con diagnóstico ecográfico de agenesia de cuerpo calloso (ACC) en base a signos

ecográficos directos e indirectos.

2. Todos los casos fueron revisados por un operador experto, aunque en este grupo no se

pudo realizar un seguimiento para confirmación del diagnóstico de forma postnatal en

todos los casos.

1.4.2 Características de la muestra

La edad gestacional ha estado comprendida entre la semana 19 y 36 de gestación con la

siguiente distribución de casos mostrados en la tabla 6.

Tabla 6.

Distribución de casos por edad gestacional en el grupo 4. ACC

Semana de gestación 19 20 21 22 25 26 27 30 32

Número de casos 1 2 4 2 1 2 1 1 1

Page 150: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

128

Las características maternas de la muestra en cuanto a edad, peso, talla e IMC se

muestran en la tabla 7.

Tabla 7.

Características maternas en el grupo 4. ACC.

Edad Peso Talla IMC

Número de casos 14 13 13 12

Mínimo 16 52 155 18.7

Máximo 44 89 173 37

Media 31.86 63.42 162.7 24.2

Desviación típica 7.715 12.406 6.483 5.04

En cuanto a la paridad, consumo de cigarrillos y modo de conseguir la gestación de este

grupo, se muestran en la figura 76 y fueron los siguientes:

Figura 76. Características maternas del grupo 4. Agenesia de cuerpo calloso (ACC)

La mayoría de casos en esta población eran gestaciones conseguidas de forma natural

(73.3%) y en un 26.6 % de casos con técnica de reproducción asistida, en un 13.3% de

los casos por medio de FIV y 13.3% de los casos por medio de IA. En cuanto a la paridad,

0

2

4

6

8

10

12

Tabaco Paridad Gestación

3

8

11

12

7

4

MER

O D

E C

ASO

S

Si/nulipara/Espontánea No/Multípara/Reproducción asistida

Page 151: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

129

encontramos casi la mitad de gestantes primíparas (53.3%) y multíparas (46.7%) y con

respecto al consumo de cigarrillos, 20% de gestantes declaraban que fumaban durante el

embarazo.

1.5. Población de estudio 5: Encuesta a Especialistas

Un total de 27 especialistas, contestaron a la encuesta.

De ellos, 26 eran ginecólogos-obstetras y uno radiólogo.

2. Instrumentos

Todos los casos han sido evaluados a partir de las imágenes, clips de video y volúmenes

de ecografía 3D almacenados en la biblioteca digital de imágenes ecográficas del

programa View-Point.

Se realizó ecografía transabdominal por diferentes operadores, con equipos de alta

resolución Voluson 730 Expert, Voluson E8 y Voluson E10 [General Healthcare,

Milwaukee, WI].

Se han realizado bases de datos de gestaciones del segundo y tercer trimestre en función

de cuatro grupos poblacionales, considerando el diagnóstico ecográfico principal que se

entregó en el informe ecográfico: Grupo de gestantes con fetos sin anomalía aparente en

el estudio ecográfico, fetos con diagnóstico de una ventriculomegalia aislada, fetos con

diagnóstico de un defecto abierto del tubo neural y fetos con diagnóstico ecográfico de

agenesia de cuerpo calloso.

Page 152: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

130

Para llevar a cabo la encuesta realizada a los especialistas, se contactó con ellos a través

de correo electrónico o bien por medio de una entrevista personal. Se trata de una encuesta

no validada, que trata de sondear la opinión del estado actual en la práctica clínica sobre

la valoración de las cisuras en la ecografía básica de cribado.

3. Procedimiento

La ecografía se realizó para la estimación de la edad gestacional, estudio anatómico y

evaluación del tamaño fetal mediante parámetros biométricos. La edad gestacional del

feto se basó en el primer día del último periodo menstrual normal o fecha de última regla

(FUR) y que ésta hubiera sido confirmada por ecografía de primer trimestre (medición de

la longitud cráneo-caudal) o del segundo trimestre temprano (circunferencia cefálica), o

bien, si la historia menstrual no era fiable, se hubiera recalculado la FUR en primer

trimestre o segundo trimestre temprano por ecografía (FUR ECO).

3.1. Imágenes y mediciones en la población 1: gestación de curso normal

Los parámetros biométricos fetales se han realizado siguiendo las recomendaciones de la

última actualización de las guías internacionales propuestas por la ISUOG para la

realización de la ecografía de rutina del segundo trimestre (Salomon et al., 2011) y se ha

recogido para su evaluación el diámetro biparietal (DBP), el diámetro fronto-occipital

(DFO), la circunferencia cefálica (CC), la medida del asta posterior del ventrículo lateral

a nivel del atrio (VP) según la técnica descrita en la revisión de Gibaud de 2009, el

diámetro transverso del cerebelo (DTC), la medición de la cisterna magna (CM), el

perímetro abdominal (PA), la longitud del fémur (LF), la longitud del húmero (LH), los

Page 153: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

131

índices de relación entre el perímetro cefálico y el perímetro abdominal (PC/PA), el

perímetro cefálico y la longitud del fémur (PC/LF), el perímetro cefálico y la longitud del

húmero (PC/LH), el diámetro biparietal y el diámetro fronto-occipital (DBP/DFO) y el

peso fetal estimado (PFE).

La evaluación de las estructuras del SNC fetal, se realizó siguiendo las recomendaciones

de la última actualización de las guías internacionales propuestas por la ISUOG. (ISUOG,

2007)

Adicionalmente, se obtuvo un plano axial en el que la cisura de Silvio fuera

completamente identificable, modificando la altura del corte para conseguir su completa

visualización si era necesario, corte generalmente algo inferior al que se requiere para

realizar la biometría del DBP a nivel del plano transventricular, en el que la cisura

interhemisférica se visualizara correctamente y se apreciara equidistancia de ésta a la

tabla interna del hueso parietal en la calota, a fin de evitar los cortes axiales oblicuos. La

imagen se almacenó junto con las mediciones biométricas fetales.

Se ha evaluado la profundidad de la ínsula (PI) en el corte axial situando los cálipers

según técnica “on to on”, trazando una línea perpendicular desde la línea media, hacia el

borde superior de la corteza insular, en la zona de mayor prominencia. (Figura 77)

También se ha evaluado en todos los casos la profundidad de la cisura de Silvio (PS)

trazando una línea en yuxtaposición con la línea insular y perpendicular a la línea media,

hacia la tabla interna del hueso parietal, según técnica “on to in”. (Figura 77)

Page 154: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

132

Figura 77. Corte axial ligeramente inferior al plano trasnventricular mostrando la valoración cuantitativa

de la cisura de Silvio: Profundidad de la ínsula (PI) y profundidad de la cisura de Silvio (PS) Fuente: Creado

a partir de la biblioteca de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Las mediciones de la profundidad de la ínsula (PI) y de la profundidad de la cisura de

Silvio (PS) se realizaron en el momento de efectuar el estudio ecográfico, o en su mayoría,

de forma diferida sobre la imagen almacenada, mediante los cálipers electrónicos que

incorpora el programa View-Point y para efectos de normalización se han realizado todas

las mediciones en el hemisferio cerebral que se encontraba más distante de la sonda,

independientemente del lado del feto, para evitar la sombra de los huesos del cráneo. En

este sentido se ha recogido la lateralidad (si se ha evaluado en el lado derecho o izquierdo

del feto). Todas las medidas han sido realizadas por un operador, así como una segunda

medición pareada para investigar la variabilidad intraoperador.

Page 155: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

133

La distribución por sexo fetal en la población 1 fue 135 niñas (44.1%) y 171 varones

(55.9%) y en cuanto a la lateralidad de la medida de la PI y de la PS se realizó en el lado

derecho del feto en 146 casos (47.7%) y en el lado izquierdo en 160 casos (52.3%). Los

datos se muestran en la figura 78.

Figura 78. Distribución por sexo y lateralidad del hemisferio estudiado en la población 1

3.2. Imágenes y mediciones en la población 2: ventriculomegalia aislada

El procedimiento para la captura de imágenes y mediciones se ha realizado tal como se

han descrito para la población 1, pero además de mediciones pareadas en todos los casos

por un operador para determinar la reproducibilidad intraobservador, se han realizado

mediciones pareadas por un segundo operador para determinar la reproducibilidad

interobservador en 38/61 casos de la PI y en 32/61 de la PS.

Se ha recogido si la ventriculomegalia aislada es unilateral o bilateral y si las mediciones

de la PI y la PS se han realizado en el hemisferio cerebral fetal homolateral o contralateral

a la ventriculomegalia.

0

50

100

150

200

Sexo Lateralidad

171

146135

160

MER

O D

E C

ASO

S

Varón/derecha Mujer/izquierda

Page 156: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

134

Encontramos un mayor porcentaje de fetos varones (67.2%) con respecto a las mujeres

(31.1%) y se muestra en la figura 79.

Figura 79. Distribución por sexo en la población 2. Ventriculomegalia aislada

Casi todos los casos recogidos, correspondían a una ventriculomegalia unilateral y en solo

un 15% de los casos había una ventriculomegalia bilateral (Figura 80)

Figura 80. Distribución de la ventriculomegalia aislada en la población 2.

La mayoría de los casos de ventriculomegalia fueron consideradas leves, al estar situada

la medida del ventrículo lateral entre 10 y 12 mm. Solo se contabilizaron 8 casos de

ventriculomegalia moderada (ventrículo lateral entre 12 y 15 mm) lo que supuso un 13%

85%

15%

UNILATERAL

BILATERAL

68%

32%VARONES

MUJERES

Page 157: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

135

de los casos. No se registraron casos de ventriculomegalia severa aislada en esta serie.

(Figura 81)

Figura 81. Tipo de ventriculomegalia en la población 2 atendiendo a la severidad.

En cuanto a la lateralidad de las medidas de la PI y la PS fue similar realizándose en el

lado derecho del feto en 28 casos (45.9%) y en lado izquierdo en 33 casos (54.1%).

(Figura 82)

Figura 82. Distribución en función de la lateralidad de la medida (si se realizó en el hemisferio izquierdo o

derecho) en la población 2. Ventriculomegalia aislada.

87%

13%

LEVE

MODERADA

46%54%

Derecho

Izquierdo

Page 158: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

136

En casi todos los fetos, la ventriculomegalia era homolateral a la CS en la que se

realizaron las mediciones. Solo en 2 casos se midió la cisura contralateral a la

ventriculomegalia, por tratarse de una ventriculomegalia unilateral que afectaba al

hemisferio proximal a la sonda.

3.3. Imágenes y mediciones en la población 3: defectos del tubo neural (DTN)

En esta población, se han revisado los videos y volúmenes almacenados tanto por un

operador, como por otros dos operadores expertos cegados a la valoración del primer

operador, para tratar de responder a las siguientes cuestiones:

1. ¿Ha sido posible evaluar la cisura de Silvio de forma cualitativa y cuantitativa a partir

de los volúmenes o videos almacenados?

2. ¿Eran éstos de calidad suficiente para identificarla en el caso de haber sido posible?

3.4. Imágenes y mediciones en la población 4: agenesia de cuerpo calloso (ACC)

Se ha evaluado la PI y la PS según se ha explicado en la población 1. En todos los casos

se han realizado mediciones pareadas y se ha recogido la presencia o no de

ventriculomegalia, así como el resto de parámetros biométricos fetales documentados

para el grupo de gestantes con desarrollo normal de la gestación.

Page 159: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

137

La distribución por sexo, es la que se muestra en la figura 83.

Figura 83. Distribución de casos por sexo en la población 4. Agenesia de cuerpo calloso (ACC)

Algo más de la mitad de los casos (53%) presentaban ventriculomegalia mientras que el

47% no la tenían (7 casos) y se muestra en la figura 84.

Figura 84. Ventriculomegalia en la población 4. Agenesia de cuerpo calloso (ACC)

87%

13%

VARONES

MUJERES

53%47%SI

NO

Page 160: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

138

Se caracterizó como ACC completa en 11 casos y como ACC parcial en 4 casos y se

muestra en la figura 85.

Figura 85. Tipo de Agenesia de cuerpo calloso: completa o parcial

Las mediciones de la PI y la PS se han llevado a cabo en el hemisferio derecho fetal en el

80% de los casos y en el izquierdo en el 20% (Figura 86)

Figura 86. Distribución en función de la lateralidad de la medida (si se realizó en el hemisferio izquierdo o

derecho) en la población 4. Agenesia de cuerpo calloso (ACC)

73%

27% Completa

Parcial

75%

25%Derecho

Izquierdo

Page 161: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

139

3.5. Procedimiento en la encuesta a especialistas

El cuestionario planteado a especialistas que realizan ecografías obstétricas de cribado

ha sido el siguiente y se muestra en la figura 87.

1. ¿Realizas ecografía obstétrica en tu práctica clínica?

2. Señala la que más se adapte a tu actividad clínica:

a- Dedicación preferente a la ecografía obstétrica

b- Dedicación preferente a la obstetricia

c- Dedicación similar a ginecología y obstetricia

3. ¿Crees que las guías actuales de ecografía de cribado de la ISUOG recomiendan

realizar valoración de alguna cisura en la ecografía morfológica?

(Salvo la interhemisférica)

4. ¿Valoras habitualmente alguna cisura cuando realizas ecografía obstétrica de

cribado en el 2º-3º trimestre?

5. Respecto a la información que aportaría la cisura de Silvio en la ecografía del 2º y

3º trimestre ¿crees que es mucha, poca o ninguna?

6. ¿Crees que es implementable la visualización de la cisura de Silvio en la ecografía

de cribado del segundo trimestre?

Figura 87. Actitudes de los especialistas ante la valoración de las cisuras en la ecografía de cribado. Origen: Encuesta no validada, creada por el autor de la tesis.

4. Análisis Estadístico

Se utilizó un análisis de regresión para determinar si existe una relación significativa entre

la profundidad de la ínsula (PI) y la profundidad de la cisura de Silvio (PS) con la edad

gestacional. También se realizó un análisis de regresión del resto de parámetros

biométricos fetales: diámetro biparietal (DBP), diámetro fronto-occipital (DFO),

circunferencia cefálica (CC), medida del asta posterior del ventrículo lateral a nivel del

atrio (VP) según la técnica descrita en la revisión de Gibaud de 2009, diámetro transverso

Page 162: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

140

del cerebelo (DTC), medición de la cisterna magna (CM), perímetro abdominal (PA),

longitud del fémur (LF), longitud del húmero (LH), los índices de relación entre el

perímetro cefálico y el perímetro abdominal (PC/PA), el perímetro cefálico y la longitud

del fémur (PC/LF), el perímetro cefálico y la longitud del húmero (PC/LH), el diámetro

biparietal y el diámetro fronto-occipital (DBP/DFO) y el peso fetal estimado (PFE), para

tratar de determinar cuál de ellos presentaba una mayor correlación con la PI.

A fin de evaluar si había una diferencia de género, se realizó un análisis de regresión

lineal para cada uno de los parámetros por separado en función del sexo, se calcularon

los valores delta para cada uno de ellos que confirmó la distribución normal de los valores

y se aplicó el t-test para muestras independientes para comparar las medias de los valores

delta de las mediciones en los casos de feto femenino y masculino.

Para evaluar si había una diferencia en función de que se hubiera realizado la medición

en el lado derecho o izquierdo del feto, se realizó un análisis de regresión lineal para cada

uno de los parámetros por separado en función de la lateralidad, se calcularon los valores

delta para cada uno de ellos que confirmó la distribución normal de los valores y se aplicó

el t-test para muestras independientes para comparar las medias de los valores delta de

las mediciones en el lado derecho e izquierdo.

Para determinar el acuerdo y el sesgo entre las mediciones pareadas por un operador,

realizada en todos los casos de fetos que cumplían los criterios de inclusión en el grupo,

se utilizó un análisis de Bland-Altman. (Evalúa la diferencia de variables pareadas frente

a su promedio), con límites del noventa y cinco por ciento de acuerdo. (Bland & Altman,

1986)

Page 163: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

141

Para evaluar si había una diferencia en la medida de la PI en función de las características

relativas a la gestante, se realizó un análisis de regresión por edad, peso, talla, IMC,

paridad, consumo de cigarrillos y forma de concepción.

Este mismo análisis de regresión se llevó a cabo en los n=61 fetos con ventriculomegalia

aislada y se compararon los resultados con los fetos sin ventriculomegalia. En este grupo

de fetos, se utilizó un análisis de Bland y Altman para determinar el acuerdo y el sesgo

entre las mediciones pareadas por un operador (en todos los casos) y por dos operadores,

en 38 de los 61 casos de PI y en 32 de los 61 casos de PS respectivamente.

Los datos fueron analizados utilizando el software estadístico SPSS 19.0 (SPSS Inc,

Chicago, IL, EE.UU.).

Se consideró como estadísticamente significativo un valor de p < 0.05.

Page 164: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

142

Page 165: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

143

V. RESULTADOS

1. Utilidad de la Valoración Cuantitativa de la Cisura de Silvio como

Marcador de la Edad Gestacional

Para tratar de responder al primer objetivo general, evaluar la utilidad de la valoración

cuantitativa de la cisura de Silvio en la ecografía obstétrica de rutina del segundo y tercer

trimestre de la gestación, como marcador de la edad gestacional en los cortes básicos

axiales, estos son los resultados que se obtuvieron:

1.1 Profundidad de la ínsula y edad gestacional

La profundidad de la ínsula aumentó significativamente con el desarrollo de la gestación,

de una media de 11.5 mm (DT=0.5653) a las 15 semanas a una media de 30.0 mm

(DT=1.2268) a las 37 semanas y además, hemos observado una correlación significativa

entre la profundidad de la ínsula y la edad gestacional como demuestra un coeficiente de

correlación de Pearson r de 0.984, p < 0.01 que es elevado.

El modelo de regresión lineal mostró un buen ajuste con un coeficiente de determinación

R2 de 0.968.

La ecuación que resume el modelo es profundidad de la ínsula en mm = - 1.592 + 0.861

× edad gestacional en semanas; r = 0.984, p <0.01

Page 166: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

144

Se muestra el gráfico del modelo de regresión lineal. (Figura 88)

Figura 88. Gráfico P-P normal de regresión residuo tipificado de la profundidad de la ínsula en relación a

la edad gestacional

Page 167: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

145

Se muestra la tabla de percentiles por edad gestacional de la profundidad de la ínsula en

milímetros en la tabla 8.

Tabla 8.

Distribución por percentiles de la profundidad de la ínsula (PI) en mm por edad

gestacional. n=306

Edad gestacional Percentil

5 10 25 50 75 90

15 10.700 10.700 11.300 11.500 11.700 -

16 10.500 11.000 12.300 12.650 13.050 13.350

17 11.600 12.090 13.100 13.550 14.175 14.400

18 13.500 13.540 13.800 14.000 14.400 15.120

19 13.600 13.800 14.250 14.800 15.125 15.450

20 13.800 14.700 15.200 15.600 15.700 16.700

21 15.200 15.380 15.750 16.250 16.525 16.730

22 16.000 16.140 16.525 17.000 17.275 17.830

23 17.600 17.600 17.625 17.750 18.500 -

24 17.400 17.600 18.100 18.800 19.000 19.600

25 18.310 18.530 19.200 19.500 20.125 20.480

26 19.030 19.380 20.475 20.800 21.225 21.870

27 20.700 20.700 21.000 21.450 22.075 22.840

28 20.700 20.770 21.550 22.550 23.175 23.760

29 22.110 22.200 22.450 23.300 24.000 25.000

30 23.000 23.160 23.700 24.600 25.250 25.860

31 24.100 24.160 24.650 25.700 25.875 26.650

32 24.000 24.000 25.200 26.250 27.675 -

33 25.800 25.800 26.175 26.550 27.425 -

34 25.400 25.400 25.950 27.200 28.550 -

35 27.700 27.700 28.800 29.100 30.700 -

36 27.600 27.600 27.700 29.200 31.100 -

37 28.500 28.500 28.950 29.600 31.250 -

Page 168: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

146

Se muestra el histograma y la curva de normalidad del residuo tipificado del modelo

(figura 89) así como el gráfico de dispersión del análisis de los residuos. (Figura 90)

Figura 90. Histograma y curva de normalidad del residuo tipificado del modelo.

Figura 91. Gráfico de dispersión. Análisis del residuo tipificado del modelo.

Page 169: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

147

1.2 Profundidad de la cisura de Silvio y edad gestacional

La profundidad de la cisura de Silvio (PS) aumentó significativamente con el aumento de

la gestación, de una media de 3.55 mm (DT=0.6502) a las 15 semanas a una media de

15.46 mm (DT=2.2289) a las 37 semanas (profundidad CS en mm = - 4.717 + 0.588 ×

edad gestacional en semanas; r = 0.914, p <0.01)

Hemos observado una correlación significativa entre la profundidad de la cisura de Silvio

y la edad gestacional como demuestra un coeficiente de correlación de Pearson r de 0.914,

p < 0.01 que es elevado.

El modelo de regresión lineal mostró un buen ajuste con un coeficiente de determinación

R2 de 0.968.

La ecuación que resume el modelo es profundidad de la cisura de Silvio en mm = - 4.717

+ 0.588 × edad gestacional en semanas; r = 0.914, p <0.01

Page 170: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

148

Se muestra el gráfico del modelo de regresión lineal. (Figura 92)

Figura 92. Gráfico P-P normal de regresión residuo tipificado de la profundidad de la cisura de

Silvio en relación a la edad gestacional.

Page 171: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

149

Se muestra la tabla de percentiles por edad gestacional de la profundidad de la cisura de

Silvio en milímetros en la tabla 9.

Tabla 9.

Distribución por percentiles de la profundidad de la cisura de Silvio (PS) en mm por

edad gestacional. n=306

Edad gestacional Percentil

5 10 25 50 75 90

15 2.3000 2.3000 3.3000 3.6000 3.9000 -

16 2.8000 2.9500 3.4000 3.6500 3.9000 4.2000

17 3.5000 3.5700 3.8250 4.2000 4.6750 5.2900

18 3.9000 4.1200 5.2000 5.5000 6.3000 6.8600

19 5.0000 5.1000 5.4500 6.3000 6.9250 7.4500

20 5.1000 5.2000 5.6000 6.5000 7.7000 8.1000

21 5.4000 5.4900 7.2250 7.9500 8.5750 9.2200

22 6.6000 7.0900 7.4000 8.1000 8.7750 9.8800

23 6.6000 6.6000 8.6250 9.0500 9.9250 -

24 6.9000 7.7000 9.6000 10.200 10.700 12.700

25 9.0200 9.4100 10.1250 10.8500 11.7750 13.0900

26 9.1300 9.4500 10.1500 11.2000 12.3000 13.1700

27 9.6000 9.9600 10.6250 11.7500 13.0500 13.4100

28 10.4050 10.5200 11.0250 12.3500 13.4500 14.6700

29 10.0000 10.0400 10.6000 12.1000 13.1000 14.2400

30 11.1000 11.1800 12.6500 13.9000 15.0000 16.0200

31 12.4000 12.4300 13.5250 14.7000 15.4750 17.3800

32 10.8000 10.8000 12.1500 14.0500 14.7250 -

33 9.6000 9.6000 13.2500 13.8500 15.3500 -

34 11.4000 11.4000 12.6000 13.9000 14.4500 -

35 12.0000 12.0000 14.1000 15.1000 15.6000 -

36 12.5000 12.5000 13.2000 13.8000 14.4000 -

37 12.1000 12.1000 13.2000 16.7000 17.0000 -

Page 172: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

150

Se muestra el histograma y la curva de normalidad del residuo tipificado del modelo

(figura 93) así como el gráfico de dispersión del análisis de los residuos. (Figura 94)

Figura 93. Histograma y curva de normalidad del residuo tipificado del modelo.

Figura 94. Gráfico de dispersión. Análisis del residuo tipificado del modelo.

Page 173: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

151

1.3. Valoración cuantitativa de la cisura de Silvio y edad gestacional: ¿PI o PS?

Habiendo encontrado una buena relación entre ambas medidas (PI y PS) y la edad

gestacional, para conocer cuál de las dos medidas tiene una mayor correlación,

analizamos los coeficientes de correlación de Pearson, observando una mayor correlación

en la medida de la profundidad de la ínsula (PI) con respecto a la profundidad de la cisura

de Silvio (PS). Tabla 10

Tabla 10.

Coeficientes de correlación de la profundidad de la ínsula (PI) y de la profundidad de

la cisura de Silvio (PS) con la edad gestacional en gestación de curso normal. n=306

Correlación

Pearson

Coef. determ

regres. lineal

p

Profundidad de la ínsula (PI) 0.984** 0.968 P < 0.01

Profundidad de la cisura de Silvio (PS) 0.914** 0.835 P < 0.01

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral) PI. Profundidad de la ínsula; PS. Profundidad de la cisura

de Silvio

A continuación, se muestra en la tabla 11 los coeficientes de correlación de las distintas

estructuras biométricas fetales con respecto a la edad gestacional.

Tabla 11.

Coeficientes de correlación de las estructuras biométricas fetales con respecto a la

edad gestacional

N Correlación de Pearson Sig. (bilateral)

p

Diámetro biparietal (DBP) 306 0.982** 0.01

Diámetro fronto-occipital (DFO) 306 0.973** 0.01

Circunferencia cefálica (CC) 306 0.983** 0.01

Perímetro abdominal (PA) 306 0.989** 0.01

Longitud del fémur (LF) 306 0.973** 0.01

Longitud del húmero (LH) 289 0.966** 0.01

Peso fetal estimado (PFE) 306 0.979** 0.01

Relación PC/PA 306 -0.742** 0.01

Relación PC/LF 294 -0.723** 0.01

Relación PC/LH 289 -0.404** 0.01

Relación DBP/DFO 294 -0.172** 0.01

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Page 174: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

152

1.4. El sexo fetal en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio: PI y PS

Para establecer si había diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio, en

función del sexo fetal, se compararon las medias para muestras independientes de la PI y

la PS, no encontrándose diferencias significativas.

Tabla 12.

Diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio (PI y PS) en función del

sexo fetal

SEXO Sexo N Media D. típica t IC 95% Diferencia de medias

Intervalos de confianza

Superior Inferior

Profundidad ínsula

(PI)

V 171 19.965 4.9629 0.587 -0.7848 1.4524

M 135 19.631 4.9047

Profundidad cisura Silvio

(PS)

V 171 10.0883 3.56634 1.017 -0.39717 1.24607

M 135 9.6639 3.70154

PI. Profundidad de la ínsula; PS. Profundidad de la cisura de Silvio

1.5. La lateralidad en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio: PI y PS

Con respecto a la lateralidad, se compararon las medias para muestras independientes de

la PI y la PS obtenidas en el lado derecho y en el lado izquierdo del feto, y tampoco se

encontraron diferencias estadísticamente significativas entre ellas. (Tabla 13)

Page 175: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

153

Tabla 13.

Diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio (PI y PS) en función de

la lateralidad (lado en el cual se ha realizado la medición)

LATERALIDAD Lado N Media D. típica t IC 95% Diferencia de medias

Intervalos de confianza

Superior Inferior

Profundidad ínsula

(PI)

D 146 19.831 4.9659 0.045 -1.0874 1.1378

I 160 19.806 4.9165

Profundidad cisura de Silvio

(PS)

D 146 9.8199 3.54106 -0.374 -0.97323 0.66271

I 160 9.9751 3.71277

D. Derecha; I. izquierda

1.6. Límite inferior de semana de gestación en la que es posible visualizar la CS en

el segundo trimestre

En esta muestra de gestaciones de curso normal, se ha podido evaluar la cisura de Silvio

en todos los casos a partir de la semana 15 de gestación.

1.7. Características relativas a la gestante en la valoración cuantitativa de la cisura

de Silvio:

Para conocer si existe una relación entre la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio

(PI) con las características de la gestante, se realizó un análisis de regresión de las

características antropométricas (peso, talla e IMC) así como de la edad, paridad, consumo

de cigarrillos y tipo de concepción.

Page 176: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

154

1.7.1. Características antropométricas y profundidad de la ínsula (PI)

Se realiza un análisis de regresión para investigar si pudiera haber correlación entre las

características antropométricas: peso, talla e IMC con la PI y los resultados se muestran

en la tabla 14.

1.7.1.1. Peso y profundidad de la ínsula (PI)

El análisis de regresión muestra una correlación débil entre el peso al inicio de la

gestación y la PI, aunque estadísticamente significativa. (p <0.05) (Tabla 14)

1.7.1.2. Talla y profundidad de la ínsula (PI)

El análisis de regresión no mostró una correlación entre la talla y la PI. (Tabla 14)

1.7.1.3. IMC al inicio de la gestación y profundidad de la ínsula (PI)

El análisis de regresión muestra una correlación débil entre el IMC y la PI, aunque

estadísticamente significativa. (p <0.01). (Tabla 14)

Page 177: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

155

1.7.2. Edad materna y profundidad de la ínsula (PI)

El análisis de regresión no muestra una correlación significativa entre la edad y la

profundidad de la ínsula. (Tabla 14)

Tabla 14.

Correlación entre las características antropométricas y la edad con la profundidad de

la ínsula en el grupo de fetos con gestación de curso normal. n=306

Peso Talla IMC Edad

Correlación de Pearson 0.138* -0.062 0.164** 0.041

Sig. (bilateral) 0.017 0.283 0.005 0.474

N 300 297 297 306

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). *. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).

1.7.3. Paridad y profundidad de la ínsula (PI)

Para establecer si hay diferencias en la medición de la PI en función de la paridad, se

compararon las medias para muestras independientes de la PI y la PS, no encontrándose

diferencias significativas. (Tabla 15)

Tabla 15.

Diferencias en la medida de la profundidad de la ínsula (PI) en función de la paridad

PARIDAD

Np. Nulíparas

Mp. Multíparas

N Media D.

típica

t IC 95% Diferencia de medias

Intervalos de confianza

Superior Inferior

Profundidad ínsula

(PI)

Np 108 20.598 5.3973 2.055 0.0513 2.3611

Mp 198 19.392 4.6176

Profundidad cisura de Silvio

(PS)

Np 108 10.3065 3.91542 1.963 -0.22561 1.47878

Mp 198 9.6799 3.44940

Page 178: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

156

1.7.4. Tabaco y profundidad de la ínsula

Para establecer si hay diferencias en la medición de la PI en función del consumo de

cigarrillos, se compararon las medias para muestras independientes de la PI y la PS, no

encontrándose diferencias significativas. (Tabla 16)

Tabla 16.

Diferencias en la medida de la profundidad de la ínsula (PI) en función del consumo de

cigarrillos

CONSUMO

DE CIGARRILLOS

N Media D. típica t IC 95% Diferencia de medias

Intervalos de confianza

Superior Inferior

Profundidad ínsula

(PI)

NO 272 19.734 4.8204 -0.840 -2.5207 1.0118

SI 34 20.488 5.7864

Profundidad cisura de Silvio

(PS)

SI 272 9.9052 3.64132 0.057 -1.26274 1.33788

NO 34 9.8676 3.56113

1.7.5. Tipo de concepción y profundidad de la ínsula

Se realizó un análisis mediante prueba de hipótesis no paramétricas para muestras

independientes de Kolmogorov-Smirknov, encontrando que no había diferencias

significativas entre la forma de conseguir la gestación y la profundidad de la ínsula con

p < 0.05.

Page 179: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

157

2. Análisis de Reproducibilidad Intraobservador e Interobservador

Para conocer si existe variabilidad al realizar la valoración cuantitativa de la cisura de

Silvio (PI y PS) por uno o más operadores, se realizó un análisis de reproducibilidad

intraoperador e interoperador de la población 2, mediante análisis de Bland y Altman.

El resultado se muestra en las figuras 95 y 96, respectivamente, encontrándose una buena

correlación tanto para la medición de la profundidad de la ínsula como para la medición

de la profundidad de la cisura de Silvio, y encontrando un elevado grado de acuerdo entre

las mediciones pareadas de ambas medidas cuando se realizaban por un mismo operador

o por dos operadores diferentes.

Figura 95. Gráfico de la media de los límites de diferencia y 95% de acuerdo entre las mediciones pareadas

de la profundidad de la ínsula realizada por dos operadores diferentes utilizando las mismas imágenes.

Page 180: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

158

Figura 96. Gráfico de la media de los límites de diferencia y 95% de acuerdo entre las mediciones pareadas

de la profundidad de la cisura de Silvio realizada por dos operadores diferentes utilizando las mismas

imágenes.

3. Cisura de Silvio como Marcador de Desarrollo Neuroanatómico fetal

Normal

Para tratar de establecer la utilidad de la valoración de la cisura de Silvio como marcador

de desarrollo neuroanatómico fetal normal, para una edad gestacional concreta, se

relacionó la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio (PI y PS) con otros parámetros

biométricos fetales así como con otras estructuras del SNC.

Page 181: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

159

3.1 Cisura de Silvio y parámetros biométricos fetales

El estudio de correlación de Pearson mostró una correlación significativa con todos ellos:

diámetro biparietal (DBP), diámetro fronto-occipital (DFO), circunferencia cefálica

(CC), perímetro abdominal (PA), longitud del fémur (LF), longitud del húmero (LH) y

el peso fetal estimado (PFE), que además mostraron un coeficiente de correlación de

Pearson r elevado.

El estudio de correlación de Pearson mostró una asociación significativa con aquellos

que son índices de relación aunque con una correlación más débil: entre el perímetro

cefálico y el perímetro abdominal (PC/PA), perímetro cefálico y la longitud del fémur

(PC/LF), perímetro cefálico y la longitud del húmero (PC/LH), diámetro biparietal y el

diámetro fronto-occipital (DBP/DFO) (tabla 17) y como se observa, todos ellos

presentaron un coeficiente de correlación de Pearson r menor que aquellos parámetros

biométricos que no son índices de relación.

Tabla 17.

Correlación de la profundidad de la ínsula (PI) con parámetros biométricos fetales

N Correlación de Pearson Sig. (bilateral)

p

Diámetro biparietal (DBP) 306 0.976** 0.01

Diámetro fronto-occipital (DFO) 306 0.964** 0.01

Circunferencia cefálica (CC) 306 0.974** 0.01

Perímetro abdominal (PA) 306 0.979** 0.01

Longitud del fémur (LF) 306 0.973** 0.01

Longitud del húmero (LH) 289 0.966** 0.01

Peso fetal estimado (PFE) 306 0.959** 0.01

Relación PC/PA 306 -0.742** 0.01

Relación PC/LF 294 -0.723** 0.01

Relación PC/LH 289 -0.404** 0.01

Relación DBP/DFO 294 -0.172** 0.01

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Page 182: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

160

A continuación, apartados 3.1.1 a 3.1.5, se muestran las gráficas del análisis de regresión

del residuo tipificado de la cisura de Silvio en relación a cada uno de los parámetros

biométricos fetales así como el histograma y la curva de normalidad del residuo tipificado

del modelo junto al gráfico de dispersión del residuo tipificado del modelo.

3.1.1. Profundidad de la ínsula y diámetro biparietal

Hemos observado una correlación significativa entre la profundidad de la ínsula y el

diámetro biparietal como demuestra un coeficiente de correlación de Pearson r de 0.976,

p < 0.01 que es elevado.

El modelo de regresión lineal mostró un buen ajuste con un coeficiente de determinación

R2 de 0.952.

La ecuación que resume el modelo es profundidad de la ínsula en mm = 1.338 + 0.296 ×

edad gestacional en semanas; r = 0.976, p <0.01

Se muestra el gráfico del modelo de regresión lineal, (figura 97) el histograma y la curva

de normalidad del residuo tipificado del modelo (figura 98) así como el gráfico de

dispersión del análisis de los residuos. (Figura 99)

Page 183: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

161

Figura 97. Gráfica del modelo de regresión lineal residuo tipificado de la profundidad de la ínsula en

relación al diámetro biparietal (DBP)

Figura 98. Histograma y curva de normalidad del residuo tipificado del modelo.

Page 184: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

162

Figura 99. Gráfico de dispersión. Análisis del residuo tipificado del modelo.

3.1.2. Profundidad de la ínsula y diámetro fronto-occipital

Hemos observado una correlación significativa entre la profundidad de la ínsula y el

diámetro fronto-occipital como demuestra un coeficiente de correlación de Pearson r de

0.964, p < 0.01 que es elevado.

El modelo de regresión lineal mostró un buen ajuste con un coeficiente de determinación

R2 de 0.929.

La ecuación que resume el modelo es profundidad de la ínsula en mm = 0.802 + 0.236 ×

edad gestacional en semanas; r = 0.964, p <0.01

Se muestra el gráfico del modelo de regresión lineal, (figura 100) el histograma y la curva

de normalidad del residuo tipificado del modelo (figura 101) así como el gráfico de

dispersión del análisis de los residuos. (Figura 102)

Page 185: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

163

Figura 100. Gráfica del modelo de regresión lineal residuo tipificado de la profundidad de la ínsula en

relación al diámetro fronto-occipital (DFO)

Figura 101. Histograma y curva de normalidad del residuo tipificado del modelo.

Page 186: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

164

Figura 102. Gráfico de dispersión. Análisis del residuo tipificado del modelo.

3.1.3. Profundidad de la ínsula y circunferencia cefálica

Hemos observado una correlación significativa entre la profundidad de la ínsula y la

circunferencia cefálica como demuestra un coeficiente de correlación de Pearson r de

0.974, p < 0.01 que es elevado.

El modelo de regresión lineal mostró un buen ajuste con un coeficiente de determinación

R2 de 0.949.

La ecuación que resume el modelo es profundidad de la ínsula en mm = 0.731 + 0.084 ×

edad gestacional en semanas; r = 0.974, p <0.01

Se muestra el gráfico del modelo de regresión lineal (figura 103), el histograma y la curva

de normalidad del residuo tipificado del modelo (figura 104) así como el gráfico de

dispersión del análisis de los residuos. (Figura 105)

Page 187: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

165

Figura 103. Gráfica del modelo de regresión lineal residuo tipificado de la profundidad de la ínsula en

relación a la circunferencia cefálica. (CC)

Figura 104. Histograma y curva de normalidad del residuo tipificado del modelo.

Page 188: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

166

Figura 105. Gráfico de dispersión. Análisis del residuo tipificado del modelo.

3.1.4. Profundidad de la ínsula y perímetro abdominal

Hemos observado una correlación significativa entre la profundidad de la ínsula y el

perímetro abdominal como demuestra un coeficiente de correlación de Pearson r de 0.979,

p < 0.01 que es elevado.

El modelo de regresión lineal mostró un buen ajuste con un coeficiente de determinación

R2 de 0.959.

La ecuación que resume el modelo es profundidad de la ínsula en mm = 3.475 + 0.078 ×

edad gestacional en semanas; r = 0.979, p <0.01

Se muestra el gráfico del modelo de regresión lineal (figura 106), el histograma y la curva

de normalidad del residuo tipificado del modelo (figura 107) así como el gráfico de

dispersión del análisis de los residuos. (Figura 108)

Page 189: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

167

Figura 106. Gráfica del modelo de regresión lineal residuo tipificado de la profundidad de la ínsula en

relación al perímetro abdominal. (PA)

Figura 107. Histograma y curva de normalidad del residuo tipificado del modelo.

Page 190: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

168

Figura 108. Gráfico de dispersión. Análisis del residuo tipificado del modelo.

3.1.5. Profundidad de la ínsula y longitud del fémur

Hemos observado una correlación significativa entre la profundidad de la ínsula y la

longitud del fémur como demuestra un coeficiente de correlación de Pearson r de 0.973,

p < 0.01 que es elevado.

El modelo de regresión lineal mostró un buen ajuste con un coeficiente de determinación

R2 de 0.929.

La ecuación que resume el modelo es profundidad de la ínsula en mm = 0.802 + 0.236 ×

edad gestacional en semanas; r = 0.946, p <0.01

Se muestra el gráfico del modelo de regresión lineal, (figura 109), el histograma y la curva

de normalidad del residuo tipificado del modelo (figura110) así como el gráfico de

dispersión del análisis de los residuos. (Figura 111)

Page 191: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

169

Figura 109. Gráfica del modelo de regresión lineal residuo tipificado de la profundidad de la ínsula en

relación a la longitud del fémur. (LF)

Figura 110. Histograma y curva de normalidad del residuo tipificado del modelo.

Page 192: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

170

Figura 111. Gráfico de dispersión. Análisis del residuo tipificado del modelo.

3.2 Cisura de Silvio y otras estructuras del SNC fetal

Así mismo, se realizó un estudio de correlación de Pearson para relacionar la PI con otras

estructuras del SNC, encontrándose una relación significativa alta con el diámetro

transverso del cerebelo (DTC) y con la longitud del cuerpo calloso. (CC) También se

encontró una relación significativa con la medición de la cisterna magna (CM) aunque

fue más baja, así como una relación significativa con la medida del asta posterior del

ventrículo lateral a nivel del atrio (VP), parámetro en el que se encontró una relación

inversa que fue estadísticamente significativa. (Tabla 18)

Tabla 18.

Correlación de Pearson de la profundidad de la ínsula con estructuras del SNC fetal

N Correlación de

Pearson

Sig.

(bilateral)

p

Diámetro transverso cerebelo (DTC) 298 0.804** 0.01

Cuerpo calloso (CC) 114 0.928** 0.01

Cisterna magna (CM) 297 0.484** 0.01

Asta posterior ventrículo (VP) 289 -0.355** 0.01

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Page 193: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

171

La profundidad de la cisura de Silvio (PS), también demostró una correlación con otras

estructuras del SNC que si bien fue algo menor, en algunos casos fue buena, y se muestran

en la tabla 19.

Tabla 19.

Correlación de Pearson de la profundidad de la cisura de Silvio con estructuras del

SNC fetal

N Correlación de

Pearson

Sig.

(bilateral)

p

Diámetro transverso cerebelo (DTC) 298 0.714** 0.01

Cuerpo calloso (CC) 114 0.847** 0.01

Cisterna magna (CM) 297 0.542** 0.01

Asta posterior ventrículo (VP) 289 -0.388** 0.01

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

4. Cisura de Silvio y ventriculomegalia aislada

Para tratar de definir si existen diferencias en la evaluación cuantitativa de la CS ante la

presencia de una ventriculomegalia aparentemente aislada estos son los resultados que

obtuvimos:

La profundidad de la ínsula aumentó significativamente con el desarrollo de la gestación,

de un valor medio de 16.2 mm (DT=0.354) a las 20 semanas a un valor medio de 25.1

mm a la 31 semanas. (DT=01.202)

Hemos observado una correlación significativa entre la profundidad de la ínsula y la edad

gestacional en el grupo de fetos con ventriculomegalia aislada como demuestra un

coeficiente de correlación de Pearson r de 0.893, p < 0.01 que es buena.

El modelo de regresión lineal mostró un buen ajuste con un coeficiente de determinación

R2 de 0.797

Page 194: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

172

La ecuación que resume el modelo es profundidad de la ínsula en mm = 2.366 + 0.734 ×

edad gestacional en semanas; r = 0.893, p <0.01

Se muestra el gráfico del modelo de regresión lineal, (figura 112), el histograma y la curva

de normalidad del residuo tipificado del modelo (figura 113) así como el gráfico de

dispersión del análisis de los residuos. (Figura 114)

Figura 112. Gráfico del modelo de regresión lineal residuo tipificado de la profundidad de la ínsula en

relación a la edad gestacional en la población de fetos con ventriculomegalia aislada.

Page 195: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

173

Figura. 113. Histograma y curva de normalidad del residuo tipificado del modelo.

Figura 114. Gráfico de dispersión. Análisis del residuo tipificado del modelo.

La profundidad de la cisura de Silvio aumentó significativamente con el desarrollo de la

gestación, de un valor de 7.88 mm a las 20 semanas a una media de 14.55 mm a la 30

Page 196: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

174

semanas (profundidad SF en mm = - 2.838 + 0.765 × edad gestacional en semanas; r =

0.765 p <0.01)

Hemos observado una correlación significativa entre la profundidad de la cisura de Silvio

y la edad gestacional en el grupo de fetos con ventriculomegalia aislada como demuestra

un coeficiente de correlación de Pearson r de 0.758, p < 0.01 que es buena.

El modelo de regresión lineal mostró un buen ajuste con un coeficiente de determinación

R2 de 0.575.

La ecuación que resume el modelo es profundidad de la cisura de Silvio en mm = -2.733

+ 0.542 × edad gestacional en semanas; r = 0.758, p <0.01

Se muestra el gráfico del modelo de regresión lineal (figura 115), el histograma y la curva

de normalidad del residuo tipificado del modelo (figura 116) así como el gráfico de

dispersión del análisis de los residuos. (Figura 117)

Figura 115. Gráfico del modelo de regresión lineal residuo tipificado de la profundidad de la cisura de

Silvio en relación a la edad gestacional en la población de fetos con ventriculomegalia aislada.

Page 197: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

175

Figura 116. Histograma y curva de normalidad del residuo tipificado del modelo

Figura 117. Gráfico de dispersión. Análisis del residuo tipificado del modelo.

Page 198: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

176

Se muestra la tabla de distribución por percentiles de la profundidad de la ínsula y de la

profundidad de la cisura de Silvio por edad gestacional en fetos con ventriculomegalia

aparentemente aislada. (Tablas 21 y 22)

Tabla 21.

Distribución por percentiles de la profundidad de la ínsula por edad gestacional en

fetos con ventriculomegalia aislada. n=61

Edad gestacional Percentil

5 10 25 50 75 90

20 16.000 16.000 16.000 16.250 - -

21 17.200 17.200 17.200 17.300 - -

22 17.300 17.300 17.300 19.000 - -

23 18.500 18.500 18.500 19.500 - -

24 18.700 18.700 19.100 20.100 20.250 -

25 19.200 19.200 19.200 20.200 21.425 -

26 20.300 20.300 20.400 20.800 21.750 -

27 21.200 21.220 21.500 22.000 22.600 22.960

28 22.200 22.200 22.700 24.000 24.400 -

29 22.700 22.700 23.725 24.350 25.000 -

30 23.900 23.900 24.700 25.600 26.750 -

31 24.300 24.300 24.300 25.150 - -

Tabla 22.

Distribución por percentiles de la profundidad de la cisura de Silvio por edad

gestacional en fetos con ventriculomegalia aislada. n=61

Edad gestacional Percentil

5 10 25 50 75 90

21 6.8000 6.8000 6.8000 7.8850 - -

21 7.1000 7.1000 7.1000 7.9500 - -

22 7.1000 7.1000 7.1000 7.4000 - -

23 9.5000 9.5000 9.5000 9.9000 - -

24 9.0000 9.0000 9.0500 9.3000 10.2500 -

25 8.4000 8.4000 9.0750 11.2000 11.8250 -

26 10.3000 10.3000 10.6000 11.1000 14.5000 -

27 10.5000 10.7400 11.7000 12.4000 12.8800 13.5800

28 11.3000 11.3000 12.9500 15.000 15.8000 -

29 10.8000 10.8000 12.1000 12.4000 13.4000 -

30 11.7000 11.7000 11.8500 13.4000 14.2500 -

31 12.1000 12.1000 12.1000 14.5500 - -

Page 199: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

177

Habiendo encontrado una buena correlación entre ambas medidas (PI y PS) y la edad

gestacional en el grupo de fetos con ventriculomegalia, para conocer cuál de las dos

medidas tiene una mayor correlación, analizamos los coeficientes de correlación de

Pearson, observando una mayor correlación en la medida de la profundidad de la ínsula

(PI) con respecto a la profundidad de la cisura de Silvio (PS). (Tabla 23)

Tabla 23.

Coeficientes de correlación de la profundidad de la ínsula (PI) y de la profundidad de

la cisura de Silvio (PS) con la edad gestacional en fetos con ventriculomegalia aislada.

n=61

r R2 p

Profundidad de la ínsula (PI) 0.893** 0.794 P < 0.01

Profundidad de la cisura de Silvio (PS) 0.758** 0.575 P < 0.01 **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

De nuevo, se encontró buena correlación con todos los parámetros biométricos fetales

diámetro biparietal (DBP), diámetro fronto-occipital (DFO), circunferencia cefálica

(CC), perímetro abdominal (PA), longitud del fémur (LF), longitud del húmero (LH) y

el peso fetal estimado (PFE). (Tabla 24)

Tabla 24.

Correlación de la PI con parámetros biométricos fetales en fetos con ventriculomegalia

aislada

N Correlación de Pearson Sig. (bilateral)

p

Diámetro biparietal (DBP) 60 0.871** 0.01

Diámetro fronto-occipital (DFO) 60 0.859** 0.01

Circunferencia cefálica (CC) 60 0.873** 0.01

Perímetro abdominal (PA) 60 0.850** 0.01

Longitud del fémur (LF) 60 0.865** 0.01

Longitud del húmero (LH) 60 0.830** 0.01

Peso fetal estimado (PFE) 60 0.831** 0.01

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Page 200: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

178

Así mismo, se encontró relación significativa con otros parámetros biométricos del SNC,

diámetro transverso del cerebelo (DTC), cuerpo calloso (CC) y cisterna magna (CM) no

habiendo correlación con el asta posterior del ventrículo, como cabía esperar. (Tabla 25)

Tabla 25.

Correlación de Pearson de la profundidad de la ínsula con las estructuras del SNC

fetal en fetos con ventriculomegalia. n=61

N Correlación de

Pearson

Sig.

(bilateral)

p

Diámetro transverso cerebelo (DTC) 57 0.850** 0.01

Asta posterior ventrículo (VP) 61 0.05

Cuerpo calloso (CC) 25 0.818** 0.01

Cisterna magna (CM) 47 0.474** 0.01

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Para establecer si había diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio, en

función del sexo fetal, se compararon las medias para muestras independientes de la

profundidad de la ínsula (PI) y la profundidad de la cisura de Silvio (PS), no

encontrándose diferencias significativas.

Tabla 26.

Diferencias de la PI y PS según el sexo fetal en la población de fetos con

ventriculomegalia

SEXO Sexo N Media D. típica t IC 95% Diferencia de

medias

Intervalos de confianza

Superior Inferior

Profundidad ínsula

(PI)

V 41 21.532 3.0041 -2.174 -3.4672 -0.1430

M 19 23.337 2.9646

Profundidad cisura de Silvio

(PS)

V 41 11.6944 2.76948 -0.817 --2.06686 0.86827

M 19 12.2937 2.33292

Page 201: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

179

Se realizó un análisis de regresión para conocer si existía una correlación de algunas

características relativas a la gestante con este grupo de fetos con ventriculomegalia aislada

y no se encontraron en este caso diferencias significativas para el peso, la edad materna,

la talla ni para el IMC. (Tabla 27)

Tabla 27.

Correlación entre las características antropométricas y la edad con la profundidad de

la ínsula en el grupo de fetos con ventriculomegalia aislada. n=61

Peso Edad Talla IMC

Correlación de Pearson -0.028 0.52 0.012 -0.078

Sig. (bilateral) 0.842 0.692 0.932 0.594

N 53 61 50 49

El análisis de reproducibilidad intraobservador e interobservador en las imágenes

almacenadas se obtuvo mediante análisis de Bland y Altman, y ya se ha comentado

anteriormente, encontrando una buena correlación, así como un elevado grado de acuerdo

entre las mediciones pareadas de la profundidad de la ínsula y la profundidad de la cisura

de Silvio cuando se realizaban por un mismo operador o por dos operadores diferentes.

Finalmente, para conocer si había diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de

Silvio (PI y PS) en el grupo de gestantes con una evolución normal de la gestación, con

respecto al grupo de fetos con ventriculomegalia aislada, se aplicó un test no paramétrico,

Prueba U de Mann-Whitney de muestras independientes no encontrándose diferencias

significativas entre ambos grupos.

Page 202: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

180

5. Cisura de Silvio en los Defectos del Tubo Neural

Con respecto a si es valorable o si pudiera haber diferencias en la valoración de la cisura

de Silvio ante la presencia de un defecto abierto del tubo neural, en solo 1 de los 10

casos revisados (videos y volúmenes que mostraran los cortes axiales a nivel de la calota),

el primer operador pudo identificar un corte axial en el que se podía visualizar la cisura

de Silvio suficientemente como para realizar una valoración cualitativa y cuantitativa.

Además, era una cisura pequeña (PI mayor y PS menor) para la edad gestacional.

Hubo acuerdo con otros dos operadores expertos que evaluaron esos casos, cegados para

el primer operador y coincidían en que las imágenes eran de suficiente calidad como para

identificar la cisura de Silvio en el caso de haber sido posible y que solo se pudo

identificar en un caso, y que además, era pequeña para la edad gestacional.

Por tanto, en nuestros resultados, en la población de fetos que hemos estudiado y que

presentaban un defecto abierto del tubo neural y ventriculomegalia, la norma ha sido que

no fue posible la visualización de la cisura de Silvio, siendo ésta la principal diferencia

con respecto a los fetos de gestaciones de curso normal.

Page 203: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

181

6. Cisura de Silvio y agenesia de cuerpo calloso

La cisura de Silvio fue valorable en los 15 casos de agenesia de cuerpo calloso, desde un

punto de vista cuantitativo (PI y PS), al apreciarse una buena definición de la cisura.

La distribución de casos por edad gestacional fue la que se muestra en la tabla 28.

Tabla 28.

Distribución de casos por edad gestacional en el grupo de fetos con diagnóstico de

agenesia de cuerpo calloso

Semana de gestación 19 20 21 22 25 26 27 30 36

Número de casos 1 2 4 2 1 2 1 1 1

Para conocer si había diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio (PI y

PS) en el grupo de fetos con una agenesia de cuerpo calloso, con respecto al grupo de

gestantes con gestación de curso normal, se aplicó un test no paramétrico, Prueba U de

Mann-Whitney de muestras independientes.

No se encontraron diferencias significativas en la profundidad de la ínsula pero sí en la

profundidad de la cisura de Silvio con p < 0.05

Sin embargo, agrupando los casos por edad gestacional, el test no paramétrico, Prueba U

de Mann-Whitney para muestras independientes puso de manifiesto la existencia de

diferencias significativas en las mediciones realizadas en la profundidad de la ínsula en

el grupo de fetos entre la semana 19 a 22 (n=9) con un nivel de significancia p < 0.05

Page 204: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

182

7. Opinión de los Especialistas ante la Evaluación de las Cisuras en la

Ecografía de Cribado

Un total de 27 especialistas contestaron a la encuesta. (Figura 118)

1. ¿Realizas ecografía obstétrica en tu práctica clínica?

2. Señala la que más se adapte a tu actividad clínica:

a- Dedicación preferente a la ecografía obstétrica

b- Dedicación preferente a la obstetricia

c- Dedicación similar a ginecología y obstetricia

3. ¿Crees que las guías actuales de ecografía de cribado de la ISUOG recomiendan

realizar valoración de alguna cisura en la ecografía morfológica?

(Salvo la interhemisférica)

4. ¿Valoras habitualmente alguna cisura cuando realizas ecografía obstétrica de

cribado en el 2º-3º trimestre?

5. Respecto a la información que aportaría la cisura de Silvio en la ecografía del 2º

y 3º trimestre ¿crees que es mucha, poca o ninguna?

6. ¿Crees que es implementable la visualización de la cisura de Silvio en la

ecografía de cribado del segundo trimestre?

Figura 118. Actitudes de los especialistas ante la valoración de las cisuras en la ecografía de cribado.

Origen: Encuesta no validada, creada por el autor de la tesis.

Todos refirireron realizar ecografía obstétrica.

Todos eran ginecólogos-obstetras y había un especialista en radiología.

Page 205: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

183

Los resultados fueron los siguientes y se muestran en las figuras 119.

Figura 119. Actividad clínica habitual de los profesionales encuestados en la obstetricia y ginecología.

Figura 120. Opiniones sobre qué recomiendan las guías de cribado de la ISUOG respecto a las cisuras.

Figura 121. Actitud de los especialistas: ¿valoran alguna cisura?

33%

41%

26% ECOGRAFÍA

OBSTETRICIA

SIMILAR

45%55%SI

NO

78%

22% SI

NO

Page 206: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

184

Figura 122. Opinión sobre el nivel de información que proporciona la cisura de Silvio.

Figura 123. Opinión sobre implementar la valoración de la cisura de Silvio en la ecografía de cribado.

La mayoría de especialistas encuestados se dedicaban preferentemente a la obstetricia o

a la ecografía obstétrica.

Algo más de la mitad de encuestados cree que las guías ISUOG recomiendan evaluar las

cisuras, sin embargo, el 78% ya las valora en la actualidad, el 74% opina que dan mucha

74%

19%7%

MUCHAPOCANINGUNANS/NC

96%

4%

SI

NO

NS/NC

Page 207: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

185

información y el 96% piensa que es una estructura que podría ser incluida en la valoración

de cribado del SNC fetal.

Page 208: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

186

Page 209: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

187

VI. DISCUSIÓN

Los resultados muestran que la profundidad de la ínsula (PI) y la profundidad de la cisura

de Silvio (PS), aumentan con el desarrollo de la gestación entre las 15 y 37 semanas en

fetos sin anomalía aparente, y además, el estudio de correlación mostró una excelente

relación con la edad gestacional. Estos resultados son concordantes con los obtenidos

por el trabajo de Alonso et al, 2010.

Una cuestión que consideramos relevante, sería si la valoración cuantitativa de la cisura

de Silvio en 2D debería realizarse con PI, con PS o con ambas.

La mayoría de los trabajos publicados que realizan una evaluación cuantitativa de la

cisura de Silvio, consideran la profundidad de la cisura de Silvio (PS) o bien utilizan

tecnología 3D (Alves et al., 2013; Mittal et al., 2007), salvo el trabajo de Alonso et al.,

2010, que es el primero en hablar de la profundidad de la ínsula (PI) en la ecografía de

cribado de diagnóstico prenatal que se realiza en segundo y tercer trimestre. (Figura 124)

Figura 124. PI y PS en la valoración de la cisura de Silvio. Izquierda, muestra PS en volumen 3D. Fuente:

Mittal et al, 2007. Centro, muestra PI y PS. Fuente: Alonso et al., 2010. Derecha muestra PI y PS. Fuente:

Tomado de la biblioteca de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

A la vista de los resultados obtenidos en este estudio, aunque ambas medidas mostraron

una buena correlación con la edad gestacional, la PI demostró una mejor correlación con

la edad gestacional. (Tabla 29)

Page 210: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

188

Tabla 29.

Coeficientes de correlación de la profundidad de la ínsula (PI) y de la profundidad de

la cisura de Silvio (PS) con la edad gestacional en gestación de curso normal. n=306

Correlación

Pearson

Coef. determ

regres. lineal

p

Profundidad de la ínsula (PI) 0.984** 0.968 P < 0.01

Profundidad de la cisura de Silvio (PS) 0.914** 0.835 P < 0.01

** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral) PI. Profundidad de la ínsula; PS. Profundidad de la cisura

de Silvio

Además, su valor podría ser más fácilmente recordado si consideramos esta sencilla regla:

EG = PI + 6 (+/- 1), sabiendo que en el segundo trimestre inicial, la regla sería

frecuentemente -1 y en el tercer trimestre, habitualmente será +1. No obstante, ésto solo

nos daría un valor aproximado de la PI y se recomendaría siempre la valoración en la

tabla de percentiles que se ha mostrado en los resultados y que se muestra a continuación.

(Tabla 30)

Tabla 30.

Distribución de percentiles de la profundidad de la ínsula (PI) por edad gestacional.

n=306

Edad gestacional Percentil

5 10 25 50 75 90

15 10.700 10.700 11.300 11.500 11.700 -

16 10.500 11.000 12.300 12.650 13.050 13.350

17 11.600 12.090 13.100 13.550 14.175 14.400

18 13.500 13.540 13.800 14.000 14.400 15.120

19 13.600 13.800 14.250 14.800 15.125 15.450

20 13.800 14.700 15.200 15.600 15.700 16.700

21 15.200 15.380 15.750 16.250 16.525 16.730

22 16.000 16.140 16.525 17.000 17.275 17.830

23 17.600 17.600 17.625 17.750 18.500 -

24 17.400 17.600 18.100 18.800 19.000 19.600

25 18.310 18.530 19.200 19.500 20.125 20.480

26 19.030 19.380 20.475 20.800 21.225 21.870

27 20.700 20.700 21.000 21.450 22.075 22.840

28 20.700 20.770 21.550 22.550 23.175 23.760

29 22.110 22.200 22.450 23.300 24.000 25.000

30 23.000 23.160 23.700 24.600 25.250 25.860

31 24.100 24.160 24.650 25.700 25.875 26.650

32 24.000 24.000 25.200 26.250 27.675 -

33 25.800 25.800 26.175 26.550 27.425 -

34 25.400 25.400 25.950 27.200 28.550 -

35 27.700 27.700 28.800 29.100 30.700 -

36 27.600 27.600 27.700 29.200 31.100 -

37 28.500 28.500 28.950 29.600 31.250 -

Page 211: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

189

De la misma manera, se ha estudiado la correlación de esta medida (PI) con parámetros

biométricos fetales, encontrando una correlación estadísticamente significativa con todos

aquellos que también se correlacionan con la edad gestacional, y esto, pensamos que

refuerza nuestro objetivo general de tratar de demostrar la correlación entre la PI y PS

con la edad gestacional.

En nuestros resultados, si consideramos la correlación entre la edad gestacional y los

distintos parámetros biométricos fetales para tratar de conocer cual estima de mejor

manera la edad gestacional como único parámetro de evaluación, observamos que el

coeficiente de correlación de la profundidad de la ínsula con la edad gestacional, es

similar o algo superior al coeficiente de correlación de la circunferencia cefálica (CC) y

al del diámetro biparietal (DBP).

Si analizamos el resto de parámetros biométricos fetales, observamos que presentan una

buena correlación con la edad gestacional, pero solo la circunferencia abdominal presentó

un mejor coeficiente de correlación en nuestra serie como se muestra en los resultados.

(Tabla 31)

Tabla 31.

Coeficientes de correlación de las estructuras biométricas fetales, PI y PS con respecto

a la edad gestacional.

N Correlación de

Pearson

Sig.

(bilateral)

p

Diámetro biparietal (DBP) 306 0.982** 0.01

Diámetro fronto-occipital (DFO) 306 0.973** 0.01

Circunferencia cefálica (CC) 306 0.983** 0.01

Perímetro abdominal (PA) 306 0.989** 0.01

Longitud del fémur (LF) 306 0.973** 0.01

Longitud del húmero (LH) 289 0.966** 0.01

Peso fetal estimado (PFE) 306 0.959** 0.01

Profundidad de la ínsula (PI) 306 0.984** 0.01

Profundidad de la cisura de Silvio (PS) 306 0.814** 0.01

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Page 212: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

190

Recientemente se ha publicado un estudio que mide el perímetro y el área de la cisura de

Silvio en el cerebro fetal en embarazos normales usando tecnología 3D. (Gindes et al.,

2015) Se llevó a a cabo de forma prospectiva en 55 fetos de entre 12 y 33 semanas de

gestación y pudieron demostrar la cisura de Silvio en 54 de los 55 volúmenes (98%),

encontrando un crecimiento lineal a lo largo de la gestación, de manera que todas las

mediciones se correlacionaron significativamente con la edad gestacional y con la

circunferencia cefálica (p  <0,01). Estos autores describen un crecimiento asimétrico de

la cisura de Silvio, que lo hace más en un sentido antero-posterior que en sentido lateral

o inferior-superior.

Con respecto a la edad gestacional que debe ser considerada en una gestación, la guía

internacional de la ISUOG recomienda redatar el embarazo en casos de FUR desconocida

o dudosa en la ecografía de cribado del segundo trimestre cuando en la ecografía del

primer trimestre no se estableció la edad gestacional, y hacerlo en base a la biometría

cefálica (DBP y/o CC) o la LF. Establece que las ecografías posteriores no se deben

utilizar para calcular una nueva fecha probable de parto, si ya se estableció la edad

gestacional en una ecografía previa y de buena calidad (Salomon et al., 2011) y que

aunque combinar las medidas biométricas mejoraría significativamente la exactitud en

comparación con la predicción de la edad gestacional basada solamente en la CC,

(Hadlock, Deter, Roecker, Harrist, & Park, 1984) el significado clínico de esta mejora es

menor, ya que el aumento de la precisión representa menos de un día. (Chervenak et al.,

1998)

Esta cuestión ha sido evaluada en una reciente revisión sobre cuál es la mejor manera

para datar la edad gestacional por ecografía y en este sentido realiza las siguientes

recomendaciones: (Butt et al., 2014)

Page 213: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

191

En el primer trimestre, utilizar la longitud cráneo-caudal (LCC) como mejor parámetro

para determinar la edad gestacional de manera que se debe utilizar siempre que sea

posible. (Nivel de evidencia IA)

Si hubiera más de un estudio ecográfico de primer trimestre con una media del diámetro

del saco gestacional o una medición de la LCC, se recomienda utilizar la LCC más

temprana pero equivalente a por lo menos 7 semanas (o 10 mm de LCC) para determinar

la edad gestacional. (Nivel de evidencia III-B)

Entre las semanas 12 y 14, la LCC y el diámetro biparietal (DBP) son similares en la

precisión, de manera que recomiendan utilizar LCC hasta 84 mm y DBP para las

mediciones de más de 84 mm (Nivel de evidencia II-1A)

Sin embargo, cuando se utiliza un estudio ecográfico de segundo o tercer trimestre para

determinar la edad gestacional, recomienda utilizar una combinación de varios

parámetros biométricos fetales (diámetro biparietal, circunferencia de la cabeza,

circunferencia abdominal y la longitud del fémur) para determinar la edad gestacional, en

lugar de un único parámetro. (Nivel de evidencia II-1A)

Cuando la asignación de la edad gestacional se basa en una ecografía de tercer trimestre,

es más difícil confirmar una edad gestacional precisa y en estos casos recomienda realizar

un seguimiento del crecimiento fetal con un intervalo de 2 a 3 semanas tras la ecografía.

(Nivel de evidencia III-C)

Por todo lo expuesto, y en base a los resultados de la correlación de la PI con respecto a

la edad gestacional presentados en este estudio, creemos que la PI podría ser de utilidad

en casos de gestaciones con escaso control o con una captación tardía, en las que la FUR

no es clara o es dudosa, y en las que podría ser un parámetro más de evaluación de la edad

gestacional que nos ayudara a conocer la data real de la gestación.

Page 214: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

192

Una interrogante que debemos plantear sería de qué manera deberíamos interpretar una

profundidad de la ínsula diferente a la esperada para la edad gestacional en base a nuestro

estudio. En este sentido, y a la espera de los resultados de otros trabajos que puedan surgir

evaluando esta cuestión, la cautela creemos que debe ser la norma.

No obstante, deberíamos plantearnos dos cuestiones:

1. ¿Es correcta la edad gestacional?

2. ¿Presenta la cisura de Silvio una morfología acorde o normal para la edad gestacional?

Ambas cuestiones deben ir ligadas y para responder a la primera pregunta, se han

comentado los aspectos fundamentales para datar la gestación en el inicio de esta

discusión.

El otro aspecto de fundamental importancia es la morfología de la cisura de Silvio, ya que

conocemos que la forma de las fisuras cambia durante toda la gestación y sabemos que

puede ser valorada prenatalmente tanto en ecografía como en RMN fetal, y esta cuestión

sí ha sido ampliamente descrita en la introducción y así lo refleja la bibliografía. (Ghai et

al., 2006; Pistorius., 2010; Quarello et al., 2008; Toi et al, 2004)

Por otro lado, se ha descrito determinados patrones de morfología anormal de la cisura de

Silvio en función de la edad gestacional. (Guibaud et al., 2008)

Por ello, creemos que usando una combinación de ambas valoraciones: forma y

profundidad de las fisuras del cerebro, y en concreto forma y profundidad de la cisura de

Silvio y tal como propuso el trabajo de Alonso et al., 2010, se podría mejorar la valoración

de la maduración del cerebro fetal.

De este modo, en casos en los que se sospechara anomalía o un retraso en la evolución de

las cisuras en la ecografía de cribado, poder remitir a la gestante a un especialista en

Page 215: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

193

neurosonografía fetal para que realizara evaluaciones de segunda línea, como un estudio

ampliado del SNC (neurosonografía fetal), una evaluación transvaginal, eventualmente

el uso de RMN o bien estudios genéticos si éstos se consideran indicados.

Para explicar esta cuestión, se muestran dos casos (el primero simulado y el segundo real)

como ejemplos que puedan ilustrar su posible aplicabilidad clínica.

Para ello, será necesario consultar la tabla de distribución por pecentiles de la profundidad

de la ínsula en función de la edad gestacional.

Caso 1.

Gestación no controlada, sin ecografías previas y cuya amenorrea, que no es segura

corresponde a unas 30 semanas. Acude para ecografía de cribado.

La profundidad de la ínsula (PI) esperada (percentil 50) para dicha edad gestacional

estaría en torno a 24.6 mm según la tabla de percentiles de este estudio, sin embargo, la

ecografía muestra una PI de 19.8 mm, que correspondería según la tabla de percentil a

unas 25 semanas y media de gestación, aproximadamente. (Figura 125) Por esto, cabría

pensar que la PI está disminuida o bien que la data real es menor o finalmente que pudiera

haber un retraso del crecimiento fetal.

Los datos biométricos son acordes también a unas 25-26 semanas, líquido amniótico y

fluxometría Doppler normal y la morfología de la cisura de Silvio sería acorde también a

unas 25-26 semanas en función de los datos de los estudios antes referidos, (Ghai et al.,

2006; Pistorius., 2010; Quarello et al., 2008; Toi et al, 2004) por tanto, se podría inferir

que se trata de un error de FUR o una FUR incorrecta y procedería probablemente redatar

la gestación y controlar el crecimiento fetal en sucesivos estudios ecográficos.

Page 216: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

194

Figura 125. Ejemplo del caso 1 donde se muestra un corte axial transtalámico para realizar la biometría y

donde se evalúa la profundidad de la ínsula (PI). Imagen derecha, detalle de la morfología de la cisura de

Silvio y de la PI. Fuente: Creado a partir de la biblioteca de imágenes del programa View-Point. C.

Gutenberg.

Caso 2.

Gestación de 27 semanas y 5 días que solicita realizar ecografía de rutina a propósito de

la ecografía 3D y muestra los siguientes hallazgos: (Figura 126)

Figura 126. Ejemplo del caso 2 con un corte axial de cráneo a nivel algo inferior al plano transventricular

en un feto de 27 semanas mostrando la cisura de Silvio, el asta posterior del ventrículo y la profundidad de

la ínsula. Fuente: Creado a partir de la biblioteca de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

No se evidencia ventriculomegalia, pero la profundidad de la ínsula es de 24.8 mm, que

correspondería a unas 30 semanas de gestación según la tabla de percentil.

Podríamos pensar que o bien la PI está incrementada o bien la data no es correcta y

correspondiera a una gestación de más semanas.

Page 217: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

195

En este caso, había una ecografía de primer trimestre que databa correctamente la

gestación, y por otro lado, la biometría fetal correspondía a unas 27 semanas.

El otro aspecto fundamental a valorar, es la morfología de la cisura de Silvio que en este

caso se encontraba retrasada, similar a la que podemos encontrar en torno la semana 17-

18 de gestación, con bordes suaves (obtusos), en lugar de unos bordes agudos (por la

angulación progresiva de la ínsula por el lóbulo temporal) como corresponderían a 27

semanas de gestación, tal como expuso el trabajo de Quarello (2008) y como se muestra

en la figura 127.

Se sospechó por tanto una malformación del desarrollo cortical (MDC) tipo lisencefalia,

confirmándose el diagnóstico posteriormente.

Figura 127. Detalle de la morfología de la cisura de Silvio en una gestación de 18 semanas (izquierda), el

caso del ejemplo 2, con lisencefalia a la 27 semana de gestación (centro) y aspecto normal de la cisura de

Silvio en la semana 27 de gestación. (Derecha) Fuente: Tomado de la biblioteca de imágenes del programa

View-Point. C. Gutenberg.

Se ha sugerido en la literatura que una operculización anormal se relaciona con displasia

cortical subyacente, definida como una arquitectura histológica anormal de la corteza

cerebral, y que los fetos afectados se encuentran en mayor riesgo de epilepsia refractaria

o retraso en el desarrollo en el período postnatal. (McManus & Golden, 2005)

La morfología anormal de la cisura de Silvio en función de la edad gestacional, ha sido

abordada entre otros por Guibaud (2008) que sostiene la hipótesis de que el desarrollo de

Page 218: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

196

una cisura de Silvio anormal es el principal marcador de sulcación anormal durante la

gestación.

Describe un estudio retrospectivo de 15 fetos entre la semana 24 a 34 en los que identifica

una operculización anormal por medio de la visualización ecográfica de una cisura de

Silvio anómala en el plano axial durante la exploración prenatal. Posteriormente

correlaciona estos hallazgos con datos neuropatológicos en 11 casos (n = 11) o con

hallazgos clínicos y de imagen después del nacimiento en 4 casos (n = 4) para ver si había

relación invariable con displasia cortical.

Encuentra 5 casos de displasia cortical: 3 casos de polimicrogiria, 1 caso de lisencefalia

y 1 caso de hipoplasia cortical con hipertrofia de las zonas germinativas asociada con

hipoplasia pontocerebelar.

Por otro lado, los casos de desarrollo anormal de la cisura de Silvio con una arquitectura

cortical normal, los clasifica según las anomalías asociadas del sistema nervioso central

que encuentra: defectos del tubo neural, microcefalia o hipoplasia frontal, aciduria

glutárica tipo 1, así como otras anomalías cerebrales y extracerebrales.

Su conclusión es que una operculización anormal en las imágenes prenatales, no refleja

sistemáticamente la presencia de una displasia cortical subyacente, pero sí puede estar

relacionada con otros factores patológicos como un anormal volumen extracortical

cerebral o bien con otras anomalías del desarrollo del SNC.

En las figuras 128 a 133 se muestran algunos ejemplos de cisura de Silvio de aspecto

anómalo en imagen de ecografía o de RMN fetal prenatal, sugestivas de un proceso de

operculización anormal.

Page 219: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

197

Figura 128. Imagen izquierda y derecha mostrando un corte axial transventricular y transtalámico en

ecografía 2D evidenciando una cisura de Silvio anormal a la semana 25 y 27 de gestación en dos casos de

lisencefalia tipo I. Centro: corte axial de RMN mostrando una cisura de Silvio aplanada en la semana 28 de

gestación en un caso de lisencefalia. Fuente: Imagen central tomada de Guibaud et al, 2008. Imágenes

laterales de la biblioteca virtual del programa View-Point. C. Gutenberg.

Figura 129. Cortes axiales en ecografía 2D mostrando una cisura de Silvio (CS) anormal. Imagen izquierda

semana 25. CS triangular en feto con polimalformación. Centro: Semana 27 con CS redondeada en feto con

agenesia de cuerpo calloso y edema cutáneo. Imagen derecha CS triangular a la 28 semana y anomalía de

la línea media. Estudio microscópico de la corteza normal. Fuente: Imágenes laterales tomadas de Guibaud

et al, 2008. Imagen central de la biblioteca virtual del programa View-Point. C. Gutenberg.

Figura 130. Gestación de 32 semanas. Izquierda corte axial 2D mostrando una CS anormal con aumento

del espacio subaracnoideo en un feto con microcefalia. Centro: reconstrucción 3D en el corte axial.

Dererecha: Imagen axial de RMN del mismo caso mostrando atrofia cerebral. Fuente: Tomado de la

biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Page 220: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

198

Figura 131. Imagen izquierda, corte axial de RMN en semana 28 mostrando una cisura de Silvio (CS)

anormal en un feto con microcefalia. Estudio microscópico mostró arquitectura cortical normal. Imagen

central y derecha CS anormal en el corte axial en una gestación de 28 semanas en un feto que presentaba

microcefalia, agenesia de cuerpo calloso y nistagmo. Imagen derecha, línea media anómala y corteza

cerebral lisa. Fuentes: Imagen izquierda tomada de Guibaud et al, 2008. Imágen central y derecha tomada

de la biblioteca virtual del programa View-Point. C. Gutenberg.

Figura 132. Imagen ecográfica de cortes axiales de cráneo en una gestación de 26 mostrando una cisura de

Silvio anómala (imagen izquierda y central) y polimalformaciones: malformación de Dandy-Walker

(imagen derecha), fisura labio-palatina bilateral y cardiopatía compleja. El cariotipo reveló una trisomía

13. Fuente: Creado de la biblioteca virtual de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Figura 133. Cortes axiales mostrando una cisura de Silvio (CS) anormal. Imagen izquierda de RMN

postnatal en un caso de defecto abierto del tubo neural mostrando poligiria. Centro: Imagen 2D prenatal del

mismo caso. Derecha: Corte axial de cráneo en un feto con CS estrecha en semana 30 y que presentaba una

disgenesia callosa. Fuente: Imágenes izquierda y central tomada de Guibaud et al, 2008. Imagen derecha

de la biblioteca virtual del programa View-Point. C. Gutenberg.

Así pues, usando una combinación de forma y profundidad de las fisuras del cerebro, y

una primera aproximación vendría dada por el estudio de la cisura de Silvio, podríamos

Page 221: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

199

mejorar la valoración de la maduración del cerebro fetal en la ecografía de cribado

prenatal, y en los casos en los que se sospechara anomalía, o un retraso en la evolución

de las cisuras, remitir a la gestante a un centro de referencia para que se pudieran realizar

evaluaciones de segunda línea.

Es especialmente relevante el estudio de la cisura de Silvio en casos en los que se detecte

ventrículomegalia o microcefalia, ya que de este modo se podría mejorar la sensibilidad

en el diagnóstico de las malformaciones del desarrollo cortical (MDC), especialmente de

los trastornos de la migración neuronal como la lisencefalia, que generalmente se

diagnostica o se sospecha a final del segundo o tercer trimestre del embarazo, (Ghai et

al., 2006; Fong et al., 2004; Okamura et al, 1993) y que con frecuencia, puede pasar

inadvertida en la ecografía prenatal. Estas patologías suelen conllevar un mal pronóstico

para el recién nacido, con retraso mental y una tasa de recurrencia elevada cuando está

vinculada a defectos genéticos.

Conocemos que el desarrollo de la cisura de Silvio (CS) es uno de los principales

acontecimientos del proceso de sulcación y que está condicionada por el proceso de

operculización o cobertura de la ínsula por los lóbulos temporal, parietal y frontal. De

margen suave hasta la semana 17 por el crecimiento de los lóbulos temporal y parietal, a

partir de la semana 20, ambos lóbulos crecen más en comparación al lóbulo frontal, lo

que provoca que la parte posterior de la CS se desarrolle antes en comparación a la

anterior. (Larroche, 1966) La parte anterior de la ínsula permanece expuesta hasta el

término de la gestación y el cierre total no se produce hasta después del parto,

generalmente dentro de los primeros 2 años de vida postnatal.

Page 222: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

200

Utilizando cortes axiales, se ha descrito el aspecto ecográfico prenatal que debe tener la

cisura de Silvio (Quarello et al., 2008) por lo que es posible objetivar un desarrollo

anormal en las pruebas de imagen (ecografía o RMN) y además conocemos que las

malformaciones corticales pueden ser diagnosticadas por ecografía prenatal por la

presencia de desviaciones específicas del patrón normal de desarrollo de las cisuras,

especialmente del desarrollo de la cisura de Silvio. (Malinger et al.; 2007)

Sin embargo, una malformación cortical, ya sea focal o más extensa, puede ocurrir sin

operculization anormal (Righini.; 2004) por lo que siempre es recomendable examinar

otras cisuras.

De igual manera y como se ha comentado, no siempre que tengamos una cisura de Silvio

anormal, habrá un sustrato de displasia cortical (Guibaud et al.; 2008) hecho que fue ya

sugerido en el trabajo de Chen et al. (1996) Debe tenerse en cuenta que se han descrito

otro tipo de malformaciones asociadas, como defectos del tubo neural, microcefalia

asocada a hipoplasia frontal, aciduria glutárica tipo 1 (asociada a macrocefalia) u otras

malformaciones cerebrales de línea media o que afecten a la fosa posterior o incluso

malformaciones extracerebrales sin otros hallazgos a nivel craneal. (Guibaud et al.; 2008)

Un caso infrecuente pero muy complejo sería encontrar casos de una operculización

anormal aislada, sin otros hallazgos en el estudio morfológico fetal. Chen et al (1996)

informó de la ausencia de anomalías cerebrales en un grupo de 58 pacientes que

presentaban una cisura de Silvio anormalmente subdesarrollada (en particular la parte

anterior) pero como hallazgo aislado. De igual manera, se ha descrito deleción del

cromosoma 22.q11 (Bingham et al.; 1997) y retraso severo en el desarrollo (Tatum,

Coker, Ghobrial & Abd‐Allah, 1989) en dos niños que presentaban una operculización

anormal como hallazgo aislado. En base a los hallazgos de Chen et al. (1996) se propone

Page 223: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

201

que en los casos de operculización anormal aislada, si es la parte posterior de la cisura de

Silvio la anormal, esto aumenta la probabilidad de retrasos en el desarrollo, mientras que

en la mayoría de los casos una parte anormal anterior representaría una variante normal,

particularmente en el período perinatal. (Gibaud.; 2009)También conocemos actualmente

la asociación descrita entra algunas MDC y las anomalías del cuerpo calloso. (Warren,

Connolly & Griffiths, 2010)

En este sentido, la visualización de una cisura de Silvio de aspecto anormal para la edad

gestacional, podría enfatizar la valoración de una posible patología callosa.

Además de la posibilidad de referir a la gestante para un estudio neurosonográfico

ampliado, recientemente se ha propuesto nombrar a un conjunto de estructuras mediales

anteriores, (identificables en el plano transventricular incluido en las guías de cribado de

anomalías del cerebro fetal actuales), bajo la denominación complejo anterior.

(Cagneaux & Guibaud 2013) Este complejo, que aún no está contemplado en las guías

internacionales, permitirìa reconocer de anterior a posterior, algunas estructuras

anatómicas: la fisura interhemisférica, el surco calloso, parte del genu del cuerpo calloso,

el Cavum Septi Pellucidi (CSP) y, lateralmente a este último, las astas anteriores de los

ventrículos laterales. (Figura 134)

Figura 134. Complejo anterior. Imagen izquierda. Fuente: Viñals & Queiroz, 2014. Imagen derecha muestra

la altura del corte en un volumen de cráneo en el plano sagital. Fuente: Creado a partir de la biblioteca de

imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Page 224: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

202

Del mismo modo, se ha descrito en el plano axial un conjunto de estructuras mediales de

la parte posterior que definen el complejo posterior y que se obtiene partiendo desde el

plano transventricular, deslizando el transductor ligeramente hacia cefálica. Las

estructuras anatómicas que pueden identificarse desde anterior a posterior son el cavum

vergae (prolongación posterior del CSP), el cuerpo calloso (fibras comisurales del cuerpo

calloso de la porción final del cuerpo o más frecuentemente del esplenium), el surco

calloso, la fisura interhemisférica, la cisura parieto-occipital (FPO) y lateralmente los

ventrículos laterales con sus plexos coroideos. (Figura 135)

Figura 135. Complejo posterior. Imagen izquierda. Fuente: Viñals & Queiroz, 2014. Imagen derecha

muestra la altura aproximada del corte en un volumen de cráneo en el plano sagital. Fuente: Creado a partir

de la biblioteca de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

El eje de los ventrículos laterales debe generar un ángulo agudo. Una disposición paralela

entre sí debe alertar al ecografista, por su asociación con patología del cuerpo calloso.

Del mismo modo, la fusión de ambos ventrículos es un signo identificable en casos de

holoprosencefalia, en su variante interhemisférica media. (Viñals & Quiroz, 2014)

La FPO tiene una forma de “diamante” (Toi et al., 2004) y como se ha comentado es

considerada un punto de referencia para la medición del asta posterior del ventrículo

lateral del cerebro fetal (Guibaud, 2009), y aunque se han descrito los cambios graduales

que este surco presenta a lo largo de la gestación, (Cohen-Sacher et al., 2006; Pistorius et

al., 2010) la evaluación cualitativa es habitualmente suficiente para objetivar su desarrollo

normal o patológico, para la edad gestacional. (Viñals & Quiroz, 2014)

Page 225: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

203

Recientemente se han descrito algunos posibles hallazgos anormales en las estructuras

del complejo anterior, como signos ecográficos de alarma que pueden relacionarse con

diversas patologías del SNC (Viñals & Quiroz, 2014) y que se resumen en la tabla 32.

Algunos de ellos, corresponden a malformaciones del desarrollo cortical (MDC) o a

patología que puede asociarse con MDC.

Tabla 32. Signos ecográficos de alarma en el complejo anterior y patología del SNC

fetal con la que pueden estar relacionados.

Fisura interhefémisférica

o Ausente Holoprosencefalia

o Distorsionada Sdme. de Aicardi, Holoprosencefalia, disgenesias

del cuerpo calloso, DTN abierto o MDC

o Separación interhemisférica aumentada Disgenesia o agenesia del cuerpo calloso

Surco calloso

o Ausente Lisencefalia

o Desviado Heterotopia

Genu del cuerpo calloso

o No visible ACC

o Grueso / Fino Disgenesia del cuerpo calloso

Cavum septi pellucidi

o Ausente ACC, Esquizencefalia, Holoprosencefalia,

Hidrocefalia, variante de la normalidad

o Anómalo Síndrome de Morsier o displasia septo-óptica,

ausencia “aislada” de las hojas del septum

Asta anterior del ventrículo lateral

o Fusionada Síndrome de Morsier o displasia septo-óptica,

ausencia “aislada” de las hojas del septum

o Dismórfica Malformaciones del desarrollo cortical

o Desplazada Ventriculomegalia asimétrica

Fuente: Adaptado de Viñals & Quiroz, 2014. ACC. Agenesia Cuerpo Calloso DTN. Defecto del tubo Neural

MDC. Malformaciones del desarrollo cortical

Una fisura interhemisférica distorsionada se ha realacionado con síndrome de Aicardi,

holoprosencefalia, disgenesias del cuerpo calloso, defectos abiertos del tubo neural y

malformaciones del desarrollo cortical (Vinurel et al., 2014)

Page 226: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

204

El surco calloso puede ser visible desde las 18-20 semanas en adelante. La disposición de

este surco de la corteza cerebral, forma un ángulo recto con la fisura interhemisférica,

similar a una “T” o a un ancla. (Cagneaux & Guibaud 2013) Su visualización permite

correlacionar la edad gestacional fetal, siendo el surco calloso uno de los más precoces

en aparecer en el desarrollo cortical fetal. Su ausencia a edades superiores a las 20

semanas debe orientarnos al despistaje de una lisencefalia. Su presencia, pero no con su

aspecto habitual de “T” o ancla, debería ser un signo de alerta para el ecografista porque

se ha relacionado con MDC. (Heterotopia)

El Cavum Septi Pellucidi (CSP) es considerado un marcador de alteraciones del cuerpo

calloso, así como de alteraciones de la organización del sistema nervioso central (SNC)

y que se recomienda evaluar de forma sistemática según la guía ISUOG, 2007.

Recientemente el grupo de Fernando Viñals ha definido la forma habitual que presenta el

CSP en su visualización en el segundo trimestre de la gestación, a nivel del plano

transventricular que se realiza en la exploración ecográfica básica de cribado y cuyo

aspecto semeja las formas geométricas de un rectángulo o de un triángulo de base anterior.

(Viñals, Correa & Pereira Gonçalves, 2014)

Si no se visualiza el CSP durante la segunda mitad del segundo trimestre, esto se ha

considerado casi sinónimo de agenesia del cuerpo calloso, y aunque efectivamente, con

gran frecuencia son hallazgos ecográficos asociados, habría que descartar otras posibles

patologías que podrían estar asociadas: una ruptura secundaria a hiperpresión, (como

puede ser el caso de una ventriculomegalia severa) una esquizencefalia o una

holoprosencefalia, incluyéndose en este último grupo la forma sutil septo-preóptica

(Viñals & Quiroz, 2014), incluso cuando es aislado se podría considerar una variante del

desarrollo normal. (Malinger, Lev, Oren & Lerman‐Sagie, 2012)

Page 227: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

205

Debe hacerse distinción entre no ver el CSP o bien que sus hojas estén fusionadas ya que

esto puede asociarse a un síndrome de Morsier o displasia septo-óptica o bien tratarse de

una ausencia “aislada” de las hojas del septum. (Viñals & Quiroz, 2014)

Recientemente, Tao et al. (2013) han descrito las características morfológicas del CSP en

relación a las características relativas al CSP vergae que visualiza hasta en un 7.8% de

fetos (n=322) e incluyen: una morfología rectangular del CSP vergae, comunicación entre

las dos cavidades (CSP-CSP vergae), un ancho del CSP y del CSP vergae normal, cuyas

anchuras medias sitúan en sus resultados en 6,3 ± 1,2 mm (3.4-10 mm) para el CSP y 6,7

± 1,0 mm (5,1-9 mm) para el CSP vergae, sin encontrar una correlación significativa entre

la edad gestacional y la anchura del CSP-CSP vergae (r = -0,108,  p > 0,05 y r  = - 0.182,

 p > 0,05, respectivamente), y finalmente una relación CSP-CSP vergae de 1.

El último elemento a considerar en el complejo anterior son las astas anteriores de los

ventrículos laterales ya que ambas son visibles en el plano transventricular, por lo que la

simple observación cualitativa, permitiría detectar una ventriculomegalia unilateral que

afectara al ventrículo lateral del hemisferio proximal al transductor. (Cagneaux &

Guibaud 2013) Clásicamente, la forma de las astas anteriores ha sido descrita como un

signo ortográfico “coma”, sin embargo, en una serie de fetos normales, se reconoce un

segundo patrón normal de las astas anteriores en la cual la pared lateral no seguiría

paralelamente a la pared interna, sino que trazaría una especie de hipotenusa. Lo relevante

que el autor describe en su trabajo es que el contorno del asta no sea angulado, sino romo.

La visualización de un contorno angulado o generando un aspecto cuadrangular, debería

ser considerado como un signo de alerta, particularmente dirigido al desarrollo cortical

cerebral fetal. (Viñals, Correa & Pereira Gonçalves, 2014)

Page 228: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

206

Por otro lado, el uso de la ecografía 3D y en concreto la navegación multiplanar, ha

demostrado ser una herramienta muy útil para el diagnóstico en SNC fetal, existiendo una

amplia bibliografía que avala su utilidad en diferentes aspectos de la ecografía prenatal

(Correa et al., 2006; Viñals et al., 2005; Rizzo et al., 2011) y en el caso de la exploración

de las cisuras, ayudan a una mejor visualización y a comprender los cortes necesarios

para su obtención.

La ecografía tridimensional permite la adquisición de volúmenes cefálicos para su

posterior análisis en diferido (off-line) ya sea por el mismo equipo o para ser remitido a

expertos (telemedicina) y ha demostrado su potencial para el diagnóstico así como para

la docencia, permitiendo una mejor comprensión de las anomalías fetales del SNC.

(Bornstein et al., 2010)

Las guías de práctica clínica publicadas por la International Society of Ultrasound in

Obstetrics and Gynecology (ISUOG) en 2007 para el estudio morfológico básico del

cerebro en el segundo trimestre, no contemplan el uso de la ecografía 3D, más aún cuando

no todos los equipos de ultrasonido que se utilizan en el cribado de malformaciones

fetales disponen de esta posibilidad, ni los operadores tienen el entrenamiento requerido.

Sin embargo, su empleo es cada vez más extendido en el contexto de una exploración

más avanzada del SNC (neurosonografía), y la mayoría de trabajos recientes sobre el

estudio de las cisuras en la ecografía prenatal la emplean (Alves et al., 2013; Mittal et al.,

2007; Rolo et al., 2011) y en manos expertas y con el equipo adecuado, permite obtener

los cortes complementarios sagitales y coronales que en ocasiones pueden resultar más

difíciles de obtener en el estudio morfológico directo del encéfalo fetal. (Pilu et al., 2006)

(Figuras 136 y 137)

Page 229: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

207

Figura 136. Cisura parieto-occipital en la navegación multiplanar. Derecha, imagen reconstruida con

omniview en un corte axial, a partir de un corte sagital, mostrando la altura del plano. (Centro) Fuente:

Izquierda tomada de Rolo et al., 2011. Centro y derecha. Reconstruido a partir de la biblioteca de imágenes

del programa View-Point. C. Gutenberg.

Figura 137. Cisura calcarina en la navegación multiplanar. Derecha, imagen reconstruida con omniview en

un corte coronal, a partir de un corte sagital, mostrando la altura del plano. Fuente: Izquierda, tomada de

Alves et al., 2013. Derecha, reconstruido a partir de un volumen de la biblioteca de imágenes del programa

View-Point. C. Gutenberg.

A pesar de lo expuesto, creemos que la ecografía tridimensional no debería ser un

requisito indispensable para la valoración de las cisuras por vía transabdominal, o al

menos para una valoración básica o “de cribado”.

Esta valoración básica o “de cribado”, incluiría la cisura de Silvio en el corte axial y

podría contemplar adicionalmente la valoración de la cisura parieto-occipital también en

corte axial pero más posterior y de la cisura calcarina en un corte coronal. Este corte

coronal es fácil de obtener si partimos de una visualización de la cisura parieto-occipital

en el corte axial y giramos la sonda 90 grados. (Figura 138)

Page 230: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

208

Figura 138. Valoración de las cisuras en ecografía 2D por vía transabdominal: De izquierda a derecha,

cisura de Silvio en el corte axial a la 26 semana, cisura calcarina en corte coronal a la 23 semana y cisura

parieto-occipital en corte axial a la 26 semana. Fuente: Creado a partir de la biblioteca de imágenes del

programa View-Point. C. Gutenberg.

Por otro lado, el uso de la RMN fetal para el diagnóstico de las MDC, puede redundar en

un mejor asesoramiento clínico de las gestantes y en una mejor caracterización de la

patología, especialmente cuando la RMN fetal se realiza después de las 24 semanas de

gestación. (Glenn et al, 2012)

Por esto, la RMN fetal es un elemento de valoración adicional muy importante en el

estudio complementario cuando se sospeche una alteración en el desarrollo de las cisuras,

pero que se utiliza habitualmente como prueba de segunda línea, y no en el cribado.

Conocemos que el momento de visualización de una cisura será característico para cada

una de ellas y que va a depender de que se revisen estudios anatómicos, de RMN o de

ecografía para que se identifiquen más o menos precozmente.

No obstante, el límite inferior de visualización de la cisura de Silvio (CS) por medio del

uso de ultrasonidos se muestra en la tabla 33 y se sitúa según la mayoría de autores, en

torno a la semana 18 de gestación. (Toi et al, 2004)

Por otro lado, un estudio realizado por Mittal et al, (2007) concluye que la CS puede ser

visible partir de la semana 12, aunque cabe señalar que este trabajo utiliza la vía vaginal

y tecnología 3D y que recientemente, Bault & Loeuillet, (2015) describen que en esta

Page 231: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

209

edad gestacional la cisura de Silvio no es visible y la corteza es solo apreciable a través

de la fisura de Bichat que es oblicua y forma un ángulo agudo hacia la parte posterior.

Esta fisura posteriormente separará los ganglios de la base y el tálamo del hipocampo.

(Govaert & De Vries, 2010)

Tabla 33.

Edad gestacional en la que los diferentes surcos se hacen visibles: comparación de

estudios de anatomía, imágenes de Resonancia Magnética (RM) y estudios de ecografía.

Tomado de Pistorius et al., 2010

En nuestro trabajo, se ha podido evaluar la cisura de Silvio en todos los casos a partir de

la semana 15 de gestación. Sin embargo, en nuestra opinión, este resultado presenta un

claro sesgo, dado que al realizarse el estudio de forma retrospectiva a partir de las

imágenes ecográficas almacenadas en la biblioteca de imágenes de cada una de las

pacientes, solo se han incluido aquellas en las que había una imagen almacenada que

permitiera una adecuada evaluación de la cisura de Silvio.

Page 232: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

210

El análisis intraobservador en nuestro estudio mostró que existe una excelente

concordancia en la medición de la profundidad de la ínsula y de la profundidad de la

cisura de Silvio (PI y PS) y la reproducibilidad interobservador también mostró que existe

una buena correlación, encontrando un elevado grado de acuerdo entre las mediciones

pareadas realizadas por un mismo operador o por dos operadores diferentes Por ello,

creemos que estas medidas permiten una buena reproducibilidad. Este resultado es acorde

con lo demostrado en el estudio de Alonso et al (2010).

Del mismo modo, se ha estudiado la correlación de la profundidad de la ínsula (PI) con

diversos parámetros cuantitativos de estructuras del SNC fetal, encontrando una

correlación estadísticamente significativa con todas ellas, diámetro transverso del

cerebelo (DTC), cuerpo calloso (CC), cisterna magna (CM) y la medición del asta

posterior del ventrículo lateral a nivel del atrio. (VP) (Tabla 34)

Tabla 34.

Correlación de Pearson de la profundidad de la ínsula con estructuras del SNC fetal.

N Correlación de

Pearson

Sig.

(bilateral)

p

Diámetro transverso cerebelo (DTC) 298 0.804** 0.01

Cuerpo calloso (CC) 114 0.928** 0.01

Cisterna magna (CM) 297 0.484** 0.01

Asta posterior ventrículo (VP) 289 -0.355** 0.01 **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

El estudio de la correlación con el asta posterior del ventrículo lateral, creemos que es

particularmente interesante, ya que sabemos que la medida del ventrículo lateral es una

herramienta frecuentemente utilizada, recomendada por la guía ISUOG de cribado y

sensible para evaluar el desarrollo del cerebro. (Filly, Cardoza, Goldstein & Barkovich,

Page 233: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

211

1989) Además, parecería lógico inferir que cuanto mayor fuera el ventrículo lateral, más

“comprimidas” estarían las estructuras de la corteza cerebral y por tanto, verse

influenciada la medida de la PS y la PI, y en este sentido apuntarían los resultados

mostrados por Kivilevitch et al, 2010, que encontró una relación inversa entre el atrio y

la anchura de la corteza cerebral.

En nuestro estudio, hemos apreciado una correlación inversa, débil aunque significativa

entre la PS y la medida del asta posterior del ventrículo, es decir, cuanto mayor el

ventrículo, menor la profundidad de la cisura de Silvio. Curiosamente, también hemos

encontrado esta correlación débil aunque inversa entre la profundidad de la ínsula (PI) y

la medida del asta posterior del ventrículo y los resultados se muestran en la tabla 35.

Tabla 35.

Coeficientes de correlación de la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio (PI y

PS) con el asta posterior del ventrículo lateral.

N Correlación

Pearson

Sig. (bilateral)

p

Profundidad de la ínsula (PI) 289 - 0.355** P < 0.01

Profundidad de la cisura de Silvio (PS) 289 - 0.388** P < 0.01

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

También se han estudiado diversas variables maternas y fetales para conocer en qué modo

pudieran influir en la medida de la profundidad de la ínsula.

En cuanto a variables maternas, no hemos encontrado una correlación de la profundidad

de la ínsula ni con la edad materna, ni con el tipo de concepción, (uso de técnicas de

reproducción asistida) ni con el consumo de cigarrillos. Esta última variable,

consideramos que es importante ya que sabemos la correlación negativa entre el hábito

de fumar en la gestación y el crecimiento pre y postnatal, el aumento del riesgo de morbi-

mortalidad fetal, (Thorngren-Jerneck & Herbst, 2001) así como la influencia negativa en

el desarrollo cognitivo y el comportamiento de los niños y adolescentes. (Wickström,

Page 234: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

212

2007) Por este motivo, se consideró interesante estudiar si pudiera haber diferencias en la

valoración de la cisura de Silvio en función de esta variable. En nuestra población, la

prevalencia de gestantes fumadoras se ha encontrado por debajo de lo reportado por un

estudio multicéntrico (21 centros) realizado en 17 países que mostró un promedio de 22%

de las madres y del 45% de los padres que eran fumadores en el momento del nacimiento

de sus hijos. (Nelson, Taylor & ICCPS Study Group, 2001) En nuestro estudio, la

prevalencia de gestantes fumadoras fue del 11.1% en el grupo de gestación de curso

normal, 8.2% en el grupo de gestantes con diagnóstico fetal de ventriculomegalia aislada

y tan solo fue algo superior en la población de gestantes con diagnóstico fetal de agenesia

de cuerpo calloso, donde se situó en el 20%. Por tanto, la prevalencia de mujeres

fumadoras en nuestro estudio ha sido baja en relación a lo publicado en la bibliografía.

En cuanto a otras variables maternas, sí hemos encontrado una asociación con el peso

materno y el IMC, que aunque baja, resultó ser estadísticamente significativa, y que si

bien podría explicarse por el hecho de que tanto el peso materno como el IMC, aumentan

con la edad gestacional, debe recordarse que en este estudio, tanto el peso como el IMC,

son los referidos al inicio de la gestación recogidos en la anamnesis de la gestante a partir

de su documento de salud de la embarazada. (Tabla 36)

Tabla 36.

Correlación entre las características antropométricas y la edad materna con la

profundidad de la ínsula en el grupo de fetos con gestación de curso normal. n=306

Peso Talla IMC Edad

Correlación de Pearson 0.138* -0.062 0.164** 0.041

Sig. (bilateral) 0.017 0.283 0.005 0.474

N 300 297 297 306

*significación estadística con p < 0.05 **significación estadística con p < 0.01

Con respecto a la asimetría del cerebro que se puede ver en la ecografía prenatal como un

fenómeno normal durante el desarrollo prenatal, conocemos que algunos trabajos de

Page 235: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

213

anatomistas, describían asimetrías entre el lado derecho e izquierdo del cerebro en la

formación de algunos surcos secundarios así como un retraso en el desarrollo de los

surcos en embarazos gemelares de aproximadamente 2 semanas. (Chi et al, 1977)

Trabajos de ecografía también describen pequeñas diferencias de género a nivel de

algunas estructuras del SNC como la anchura media del ventrículo lateral, que es mayor

en los varones con respecto a las mujeres (5.5 versus 5.3 mm), la anchura media de los

hemisferios cerebrales que es algo mayor en varones y en el lado izquierdo (2.3 versus

1.5%) o la anchura media de la corteza que es mayor en varones (2.6%) y hasta un 5.5%

más fina en el lado izquierdo. (Kivilevitch et al., 2010) En cuanto al desarrollo de los

giros del cerebro, también se han reportado diferencias entre un hemisferio y otro y que

éstas son mayores en algunas cisuras (parieto-occipital, calcarina y surco cingulado) con

respecto a otras. (Pistorius et al., 2010)

Algunos estudios de RMN han descrito diferencias en la medida de la ínsula en fetos con

restricción del crecimiento intrauterino (RCIU) tardío con respecto a fetos con peso

adecuado a la edad gestacional (AEG). Este estudio que se realizó en 52 fetos con RCIU

y 50 controles a la 37 semana de gestación, observó que los fetos con RCIU tardío

presentaban una ínsula más profunda, tanto la derecha (0.379 vs 0.318; P < 0.01) como

la izquierda (0.293 vs control: 0.267; P = 0.02) así como una asimetría más marcada hacia

la ínsula derecha. (Egaña-Ugrinovic, Sanz-Cortes, Figueras, Bargalló & Gratacós, 2013)

Esta misma autora, describe en otro estudio realizado con RMN fetal a la 37 semana en

65 PEG y 59 controles, que los fetos pequeños para la edad gestacional (PEG) tardíos

tenían grosor cortical insular significativamente más delgado y un volumen cortical

insular más pequeño que los controles, así como que los PEG presentan una asimetría

izquierda más pronunciada a nivel cortical posterior y valores de anisotropía fraccional

significativamente más bajos en la ínsula izquierda. (Figura 139) Además encontraron

Page 236: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

214

que las mediciones insulares en el grupo PEG se correlacionaron significativamente con

peores resultados en neurocomportamiento según la evaluación de resultados en una

escala de evaluación del comportamiento neonatal (NBAS) (Egaña‐Ugrinovic, Sanz‐

Cortes, Figueras, Couve‐Perez & Gratacos, 2014)

Figura 139. Profundidad de la ínsula y volumen insular cortical en fetos con RCIU tardío, PEG y AEG.

Fuente: Tomado de Egaña-Ugrinovic et al., 2014.

Además, conocemos por estudios postnatales de RMN con segmentación de tejidos que

existen diferencias de crecimiento del córtex en función de la zona (es mayor en áreas

prefrontales); del momento del desarrollo (mayor durante el primer año de vida frente al

segundo) y diferencias por sexo (áreas geográficas mayores en varones) y como todo ello,

se relacionó con un mayor volumen de crecimiento del cerebro. (Li et al., 2014)

En nuestros resultados, hemos tratado de analizar estas características de variación

fisiológica en base al sexo fetal y a la lateralidad del hemisferio fetal en el que

realizábamos la medida. Sin embargo, no hemos apreciado diferencias significativas en

cuanto a género en las medidas de la CS (PI y PS) entre fetos masculinos y femeninos, y

aunque la media en ambos casos ha sido algo superior en varones con respecto a mujeres,

ésto no ha supuesto una diferencia estadísticamente significativa. (Tabla 37)

Page 237: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

215

Tabla 37.

Diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio (PI y PS) en función del

sexo fetal. n=306

SEXO Sexo N Media D. típica t IC 95% Diferencia de medias

Intervalos de confianza

Superior Inferior

Profundidad ínsula

(PI)

V 171 19.965 4.9629 0.587 -0.7848 1.4524

M 135 19.631 4.9047

Profundidad cisura Silvio

(PS)

V 171 10.0883 3.56634 1.017 -0.39717 1.24607

M 135 9.6639 3.70154

PI. Profundidad de la ínsula; PS. Profundidad de la cisura de Silvio

Este resultado en cuanto al sexo, es concordante con el trabajo de Alonso et al, 2010 en

la profundidad de la ínsula, pero no lo es en la profundidad de la cisura de Silvio, en la

que sí encontraron que las mujeres tenían medidas algo más pequeñas que los varones,

aunque estas diferencias fueran pequeñas y posiblemente no relevantes desde un punto

de vista clínico.

Tampoco hemos encontrado diferencias en la lateralidad, considerando si la medición se

realizó en el hemisferio derecho o en el izquierdo del feto, ni hemos tenido en nuestro

estudio una cohorte de fetos con RCIU como para haber podido evaluar diferencias en

este sentido. (Tabla 38)

Tabla 38.

Diferencias en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio (PI y PS) en función de

la lateralidad (lado en el cual se ha realizado la medición)

LATERALIDAD Lado N Media D. típica t IC 95% Diferencia de medias

Intervalos de confianza

Superior Inferior

Profundidad ínsula

(PI)

D 146 19.831 4.9659 0.045 -1.0874 1.1378

I 160 19.806 4.9165

Profundidad cisura de Silvio

(PS)

D 146 9.8199 3.54106 -0.374 -0.97323 0.66271

I 160 9.9751 3.71277

Derecha; I. izquierda

Page 238: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

216

No obstante, pensamos que esta ausencia de relación en la variabilidad de la medida en

función del sexo y lateralidad, podría reforzar su inclusión en la valoración rutinaria en

la ecografía de cribado de segundo y tercer trimestre, ya que su medida no se vería a priori

influenciada por el sexo fetal o por el lado en el que estuviéramos realizando la medición,

considerando los resultados de este estudio.

Otra cuestión interesante a tener en cuenta es que a pesar de los múltiples trabajos

publicados sobre el desarrollo del SNC fetal, poco se conoce sobre el desarrollo de la

corteza cerebral y en qué modo podría influir en el comportamiento y la conducta

postnatal. Conocemos que el plegamiento cortical durante el desarrollo postnatal

temprano es un importante marcador precoz de desarrollo neuroconductual más tarde.

(Zilles et al., 2013)

Por otro lado, el desarrollo de nuevos métodos de investigación del cerebro y del

desarrollo cognitivo han puesto de manifiesto la capacidad de aprendizaje increíble en los

bebés, incluso antes de que puedan hablar o caminar. (Gliga & Alderdice, 2015)

En este sentido, se han publicado trabajos que tratan de demostrar y medir la capacidad

antes del nacimiento de aprendizaje y memoria que desarrollan los fetos en el ambiente

intrauterino. (Gonzalez‐Gonzalez, et al 2006) Estos trabajos, utilizan medios indirectos,

como diferentes tipos de estimulación vibroacústica que aplican en el desarrollo

intrauterino. Posteriormente, miden la respuesta en neonatos estimulados con respecto a

los no estimulados y de este modo, demostrar la hipótesis del aprendizaje y memoria

después del nacimiento. Otros trabajos utilizando ecografía 4D, han demostrado una

continuidad del comportamiento fetal al neonatal. (Kurjak et al.; 2003)

Page 239: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

217

Así pues, la creciente evidencia de un origen prenatal del posterior desarrollo

neuroconductual, junto a las nuevas oportunidades para estudiar el desarrollo cerebral en

el útero o en los neonatos puede abrir una nueva frontera en la investigación del desarrollo

y en este sentido, el estudio ecográfico de las cisuras en las ecografías de cribado, podría

contribuir a este conocimiento, ya que se haría de una forma sistemática a todas las

gestantes.

Se define la ventriculomegalia como un ventrículo lateral de 10,0 a 15,0 mm según la

técnica descrita en la revisión de Guibaud (Guibaud, 2009) y se considera aislada si no

hay anomalías ecográficas o marcadores de aneuploidía asociados en el momento de la

presentación inicial. (Melchiorre, Bhide, Gika, Pilu, & Papageorghiou, 2009). Se trata

por tanto de un diagnóstico provisional de exclusión.

La ventriculomegalia aislada representa un dilema diagnóstico, ya que una

ventriculomegalia leve puede ser un hallazgo aparentemente benigno, pero también puede

estar asociada con anomalías cromosómicas, (LHR de 9 para trisomía 21) infecciones

congénitas, (citomegalovirus y toxoplasmosis principalmente) accidentes vasculares

cerebrales o hemorragia, o bien ser la punta del iceberg de otras anomalías cerebrales

como las malformaciones del desarrollo cortical (Toi et al, 2009) así como de anomalías

extracerebrales fetales; incluso podría tener implicaciones en relación con el

neurodesarrollo a largo plazo.

Algunas de estas malformaciones pueden ser fácilmente reconocibles en la exploración

de rutina, como por ejemplo, los defectos abiertos del tubo neural. Sin embargo, otras

malformaciones, como la patología del cuerpo calloso o especialmente las MDC, pueden

ser más difíciles de detectar. Por ello, las gestaciones en las que se detecte una

Page 240: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

218

ventriculomegalia leve se podrían beneficiar de la remisión a un centro con un mayor

nivel de experiencia en la evaluación de la ecografía fetal. (Figura 140)

Figura 140. Izquierda. Ventriculomegalia leve aislada. Centro: Ventriculomegalia asociada a una anomalía

de la línea media y malformación del desarrollo cortical. Derecha. Ventriculomegalia en un caso asociado

a un defecto abierto del tubo neural. Fuente: Creado a partir de la biblioteca de imágenes del programa

View-Point. C. Gutenberg.

Es más, cuando clasificamos una ventriculomegalia como aparentemente aislada, la tasa

de anomalías asociadas no detectadas en el momento del primer examen (tasa de falsos

negativos) es del 12,8% aproximadamente, y aunque este porcentaje dependerá del

protocolo utilizado en el momento de la evaluación inicial, los padres deberían ser

informados de que existen limitaciones en la capacidad de la ecografía en la verdadera

diferenciación de una ventriculomegalia aislada o asociada con anormalidades

inicialmente ocultas. (Melchiorre et al., 2009)

Los factores pronósticos más importantes que se han descrito ante una ventriculomegalia

leve aislada son la asociación con otras anomalías no detectadas en la primera exploración

(12% aproximadamente) y la progresión de la dilatación ventricular (que sucede en el

16% aproximadamente), aunque ambos son diagnósticos retrospectivos.

Algunos autores han sugerido que las mediciones de más de 12 mm pueden estar

asociadas con un peor pronóstico, pero no hay pruebas sólidas que apoyen esto y aunque

el sexo masculino se pensaba que se asocia con un pronóstico algo mejor, este efecto no

fue significativo en el análisis de Melchiorre et al. (2009)

Page 241: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

219

Por todo lo expuesto, es importante el seguimiento ecográfico y debería considerarse la

realización de una resonancia magnética en el tercer trimestre de gestación.

En este contexto, hemos tratado de estudiar de qué manera se comporta la profundidad de

la ínsula en fetos con ventriculomegalia aislada y si pudieran existir diferencias en la

valoración de la cisura de Silvio (PI y PS) en fetos con una ventriculomegalia

aparentemente aislada con respecto a los que tienen una medida normal del ventrículo

lateral, estudiando una población de 61 fetos con ventriculomegalia aislada.

Hemos encontrado también una buena correlación entre la edad gestacional y el valor de

PI y PS en este grupo, aunque el coeficiente de correlación r ha sido algo menor con

respecto al grupo de gestación de curso normal. (Tabla 39)

Tabla 39.

Coeficientes de correlación de la profundidad de la ínsula (PI) y de la profundidad de

la cisura de Silvio (PS) con la edad gestacional en fetos con ventriculomegalia aislada.

n=61

r R2 p

Profundidad de la ínsula (PI) 0.893** 0.794 P < 0.01

Profundidad de la cisura de Silvio (PS) 0.758** 0.575 P < 0.01 **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

También es importante señalar que la relación con el resto de los parámetros biométricos

fetales así como con otras estructuras del SNC se mantuvo, si bien con un coeficiente de

correlación r también algo menor con respecto al grupo de gestación de curso normal.

En cuanto a si existen diferencias en función del sexo, en nuestra serie, aunque

encontramos medias algo mayores en mujeres con respecto a varones tanto de la PI como

de la PS, el análisis de la varianza, no mostró diferencias significativas en la medida de

ambas entre este grupo de fetos y los que tenían un desarrollo normal de la gestación.

(Tabla 40)

Page 242: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

220

Tabla 40.

Diferencias de la PI y PS según el sexo fetal en la población de fetos con

ventriculomegalia.

SEXO Sexo N Media D. típica t IC 95% Diferencia de

medias

Intervalos de confianza

Superior Inferior

Profundidad ínsula

(PI)

V 41 21.532 3.0041 -2.174 -3.4672 -0.1430

M 19 23.337 2.9646

Profundidad cisura de Silvio

(PS)

V 41 11.6944 2.76948 -0.817 --2.06686 0.86827

M 19 12.2937 2.33292

Este resultado obtenido en nuestro estudio, no estaría en consonancia con la idea que se

ha postulado acerca de que el aumento del tamaño del ventrículo produciría un

aplanamiento en la profundidad de las cisuras. (Toi, Chitayat & Blaser, 2009)

Sí hemos encontrado en nuestro estudio una mayor prevalencia de varones con respecto

a mujeres en la población de fetos con ventriculomegalia, lo que concuerda con lo descrito

en la bibliografía acerca de que el tamaño del ventrículo lateral es algo mayor en varones

con respecto a las mujeres. (Kivilevitch et al., 2010)

Por otro lado, aunque se ha establecido que en las MDC y en casos de lisencefalia, puede

existir una ventriculomegalia leve, probablemente la baja prevalencia de estos trastornos

podría justificar que no hayamos encontrado relación entre la ventriculomegalia aislada

y la profundidad de la ínsula en este trabajo.

No obstante, la gravedad de las MDC, nos debería llevar a su despistaje en casos de una

ventriculomegalia aparentemente aislada y en este sentido, la valoración de las cisuras es

un elemento fundamental y en concreto, la cisura de Silvio podría ser el elemento inicial

de esta valoración por su accesibilidad desde un punto de vista ecográfico.

Page 243: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

221

Otro aspecto importante es la valoración de las cisuras en casos de agenesia del cuerpo

calloso (ACC). La ACC es una malformación que pocas veces aparece de forma aislada

y una de las anomalías que más frecuentemente se asocian a ella son las alteraciones de

la sulcación que con frecuencia pueden ir asociadas a patología sindrómica hasta en el

42% de casos. (Tang et al, 2010)

Sabemos que es posible el diagnóstico prenatal de la ACC en la ecografía de rutina donde

los signos indirectos visibles en el corte axial del cerebro, son fundamentales e incluyen

la ausencia del cavum septi pellucidi, la colpocefalia, la dilatación del tercer ventrículo y

el aumento de la separación del espacio interhemisférico. (Figura141)

Figura 141. Signos indirectos de agenesia de cuerpo calloso en cortes axial, coronal y sagital en la ecografía

cribado de semana 20. Creado a partir de la biblioteca de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

También conocemos que el pronóstico de la ACC empeora cuando se detectan anomalías

asociadas. (Francesco, Maria-Edgarda, Giovanni, Dandolo & Giulio, 2006) Hay trabajos

que reportan un resultado postnatal a largo plazo mayoritariamente favorable cuando no

hay malformaciones asociadas, con una inteligencia dentro del rango normal en casi tres

cuartas partes de los niños, aunque con frecuencia presentaron dificultades de aprendizaje

leves, (Moutard et al, 2012) por lo que esto enfatiza la necesidad de una valoración

prenatal completa.

A pesar de todo lo expuesto, en la revisión realizada para esta tesis, no se han encontrado

trabajos que evalúen el desarrollo de las cisuras en estudios de ecografía prenatal ante la

Page 244: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

222

presencia de una ACC. Hay series de RMN que reportan una asociación entre ACC y

anomalías de la sulcación de hasta el 80% (Tang et al, 2010) siendo algo menor en otros

estudios, aunque también frecuente, comunicándose asociación hasta del 50% (Hetts,

Sherr, Chao, Gobuty & Barkovich, 2006)

Entre las teorías que postulan la formación de los surcos del cerebro se cree que pudiera

estar relacionada con la tensión ejercida sobre la corteza en desarrollo por las conexiones

axonales, incluidas las conexiones intracorticales. (Van Essen, 1997) Sobre la base de

esta teoría de plegado cortical, es posible que la ausencia de conexiones normales entre

hemisferios y la formación de conexiones aberrantes dentro del mismo hemisferio (haces

de Probst) se pudiera retrasar la formación de los surcos de forma primaria y quizás

incluso contribuir a una morfología sulcal anormal.

Esto podría justificar, entre otras posibles causas como los factores genéticos (Rakik,

2009) o los ambientales, (Dubois et al., 2008) la frecuente asociación entre la ACC y las

anomalías de la sulcación. En este sentido, algunos autores informan que el retraso en la

sulcación que es frecuente encontrar en fetos con ACC aislada en el tercer trimestre, no

debería implicar en sí misma una anormalidad cerebral adicional. (Warren, Connolly &

Griffiths, 2010)

En nuestros resultados, el test no paramétrico para muestras independientes puso de

manifiesto la existencia de diferencias significativas en las mediciones realizadas en la

profundidad de la ínsula en el grupo de fetos con ACC entre la semana 19 a 22 (n=9) con

un nivel de significancia p < 0.05, ya que presentaban una profundidad de la ínsula (PI)

significativamente mayor. No obstante, se trata de una serie corta y es conveniente tomar

estos resultados con cautela, aunque efectivamente, serían concordantes con las

evidencias descritas sobre una posible sulcación anormal.

Page 245: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

223

El último grupo en el que se ha considerado la evaluación de la cisura de Silvio ha sido

en fetos con diagnóstico ecográfico prenatal de un defecto abierto del tubo neural, por ser

una de las malformaciones con más prevalencia en la patología del SNC, ya que se estima

en 1 de cada 1000 recién nacidos vivos. Se ha tratado de evaluar cómo se comporta la

cisura de Silvio desde un punto de vista ecográfico en este tipo de patologías.

La espina bífida abierta (EBA) con mielomenigocele es una malformación congénita en

la que uno o varios arcos vertebrales posteriores no se fusionan correctamente durante la

gestación de modo que las meninges y la médula espinal quedan sin protección ósea.

La malformación de Arnold-Chiari tipo II agrupa la cascada de eventos que se

desencadenan en la mayoría de EBA y que se manifiesta ecográficamente por el signo del

limón y el signo de la banana: la herniación del cordón medular por el defecto vertebral

produce una hipotensión en el espacio subaracnoideo que provoca un desplazamiento

caudal del cerebelo y del tronco encefálico a través del foramen magnum que oblitera la

cisterna magna, produce hidrocefalia obstructiva y origina una deformación característica

del cerebelo. (Figura 142) Sin embargo, salvo la ventriculomegalia que se observa

prenatalmente en el 70% de los casos de EBA, poco se ha descrito en el estudio ecográfico

prenatal sobre el desarrollo del cerebro o sobre los hallazgos a nivel cerebral que pueden

acontecer asociados a la malformación de Arnold-Chiari tipo II.

Figura 142. Signos indirectos y directos de defecto abierto del tubo neural en cortes axial y sagital en la

ecografía de cribado de semana 20. Derecha, reconstrucción 3D en superficie del plano coronal. Fuente:

Creado a partir de la biblioteca de imágenes del programa View-Point. C. Gutenberg.

Page 246: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

224

No obstante, se han descrito anomalías corticales, incluyendo tanto la verdadera displasia

cortical como la corteza histológicamente normal con aspecto macroscópico anormal.

Gilbert et al. (1986) encuentran laminación cortical desordenada en más de la mitad de

casos de pacientes con disrafismo espinal, encontrando polimicrogiria en el 40% de casos.

Contrariamente, se ha descrito aspecto macroscópico anormal de la corteza con histología

normal. (McLendon, Crain, Oakes, & Burger, 1984) Este patrón cortical anormal, que se

ha denominado estenogiria, describe pequeños pliegues, muy próximos entre sí, y

también han sido observados por otros autores. (Kawamura et al.; 2001)

Más recientemente, se ha descrito una alteración en la morfología de la lámina tectal, que

adopta una forma puntiaguda y que se ha relacionado con déficit de la atención y

orientación. También se ha descrito un retraso en la maduración de la sustancia blanca,

con una menor visualización de tractos, disminución de la anisotropía fraccional y una

menor mielinización, con una mayor frecuencia de patología callosa.

Finalmente, se han descrito alteraciones a nivel de la corteza cerebral de manera que ésta

es más delgada en algunas zonas (regiones posteriores) y más gruesa en otras, (regiones

frontales) (Juranek, & Salman, 2010) sin embargo, esto es compensado con una menor

complejidad de giración en las zonas más gruesas y un mayor índice de giración en las

zonas más adelgazadas de la corteza. (Schaer et al., 2008)

Tras lo expuesto, se ha tratado de evaluar si es posible la visualización de la cisura de

Silvio en los cortes básicos axiales en fetos con EBA, para comprobar su comportamiento

en este grupo de fetos.

Sin embargo, de los 10 casos revisados en nuestro estudio, solo fue posible la evaluación

de la CS en 1 caso, en el que además, ésta aparecía más pequeña con respecto a la edad

gestacional. (Figura 143) Estos hallazgos, fueron valorados por un operador y por otros

Page 247: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

225

dos operadores expertos cegados para el primero, donde coincidían en que los videos y

volúmenes eran de calidad suficiente como para haber identificado la cisura de Silvio de

haber estado visible.

Por ello, en base a nuestros resultados, pensamos que la CS no es un buen marcador

ecográfico de desarrollo de la corteza cerebral en fetos con EBA.

Figura 143. Cortes axiales de cráneo en fetos con diagnóstico de defecto abierto del tubo neural, en los que

no es posible una visualización correcta de la cisura de Silvio, excepto en la segunda imagen, donde se

identifica una cisura de Silvio más pequeña de lo que correspondería a la edad gestacional. (Amenorrea y

biometría acordes a 19 semanas de gestación y cisura de Silvio con aspecto de unas 16 semanas)

Finalmente, las tablas de percentiles de la PI y PS mostradas en este estudio, se

construyeron a partir de mediciones realizadas a partir de estudios ecográfícos de rutina

del segundo y tercer trimestre de la gestación, en los cortes básicos axiales obtenidos por

vía transabdominal, que son los planos de ultrasonido estándar utilizados para realizar la

biometría de rutina, y este aspecto, facilitaría su incorporación a la práctica clínica diaria

de los ecografistas que no tienen una formación especial en neurosonografía o en

exploración transvaginal. Esta apreciación, realizada ya en el estudio de Alonso et al,

2010, es superponible a este estudio.

A pesar de ello, las guías básicas vigentes internacionales de la ISUOG, no contemplan

aún la valoración de la cisura de Silvio en el plano axial. (ISOG 2007) Por otro lado,

pensamos que la identificación de la cisura de Silvio y su evaluación es factible en la

Page 248: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

226

ecografía 2D de rutina, sin aumentar el tiempo dedicado a la exploración o la necesidad

de realizar un abordaje transvaginal.

Este aspecto ha tratado de ser valorado en este trabajo a través de un cuestionario que se

realizó a especialistas que realizan ecografías de cribado, encontrando que el 96% opinaba

que la CS podría ser implementada en el estudio ecográfico básico del segundo trimestre

de la gestación. De hecho, el 78% de los especialistas encuestados ya la valora

actualmente en la ecografía de cribado.

Este trabajo, presenta algunas limitaciones que pueden ser importantes: No disponemos

de datos postnatales como imágenes de diagnóstico, (resonancia magnética o ecografía

postnatal) o bien una evaluación del neurodesarrollo postnatal, para confirmar la normal

evolución tras el nacimiento en el grupo de gestación de curso normal y aunque se pudo

completar el seguimiento en algunos de los casos que presentaban una ventriculomegalia

aislada, todos con buen resultado perinatal, éste no ha sido un número significativo de

casos como para haber sido tenido en consideración.

Tampoco se ha podido realizar un seguimiento de todos los casos de ACC (ya sea por

estudios postmortem o por imágenes posnatales) para confirmar el diagnóstico o la

ausencia o asociación a otras anomalías cerebrales. Sin embargo, creemos que el

diagnóstico fundamental de la ACC no hubiera cambiado en ninguno de nuestros casos,

por la alta sensibilidad y especificidad de la literatura para el diagnóstico ecográfico de

esta condición y porque todos los casos habían sido revisados por un operador experto.

Otra limitación podría ser que no hemos evaluado en nuestros objetivos de este estudio el

aspecto cualitativo de la cisura de Silvio, es decir, su morfología en relación a la edad

gestacional. Sin embargo, y aunque es un aspecto fundamental de su estudio, esta cuestión

Page 249: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

227

ha sido ampliamente abordada en la bibliografía, quedando bien establecido que entre 15

y 17 semanas, presenta una hendidura con margen suave, que se van haciendo obtusos en

el sitio del surco circular en desarrollo entre 17 y 20 semanas y que cambian a ángulos

agudos después de la 24 semana de gestación. (Toi et al, 2004) Un paso más en esta

valoración morfológica, es el score que propuso Quarello (2008).

En cualquier caso, si se realizara una valoración cuantitativa en la ecografía de cribado,

inevitablemente debe realizarse un corte axial que permita una buena visualización de la

cisura de Silvio por lo que invariablemente, habrá de verse su morfología y podrá ser

relacionada con la edad gestcional, por lo que se familiarizaría al especialista con esta

estructura de la corteza cerebral.

Por otro lado, el abordaje transvaginal se utiliza generalmente para el estudio

neurosonográfico fetal avanzado o ante la sospecha de un defecto en el SNC para mejorar

la visualización de la anatomía, así como la visualización con respecto a la vía abdominal

cuando el feto esté en una presentación cefálica. Sin embargo, la ecografía transvaginal

no es un procedimiento estándar en la ecografía de rutina, probablemente porque

incrementa el tiempo de exploración y porque no está ampliamente disponible en

términos tanto de tecnología (sondas vaginales de alta frecuencia) como de la formación

que requiere el reconocimiento de las estructuras. Es por esto, que este trabajo se ha

realizado a partir de estudios ecográficos que se realizaron por vía transabdominal, aun

asumiendo que la visualización de las estructuras anatómicas, especialmente en el

segundo trimestre inicial así como en el tercer trimestre tardío en presentación cefálica

metida en pelvis, pudiera ser de peor definición en comparación a un abordaje

transvaginal.

Otra limitación puede ser no haber utilizado en la valoración de la cisura de Silvio en el

grupo de gestaciones de curso normal, el uso de neurosonografía 3 D, ya que algunos

Page 250: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

228

trabajos de la bibliografía establecen su superioridad cuando se compara la precisión del

diagnóstico y la visualización de estructuras del SNC utilizando imágenes en 3D con

respecto a la imagen 2 D. (Wang et al, 2000) Además, la ecografía 3D nos permite

asegurar un plano axial perfectamente alineado con los otros dos planos del espacio

(planos ortogonales). Sin embargo, la mayoría de estos trabajos realizan una adquisición

del volumen por vía transvaginal, lo que incrementa la definición de las estructuras

intracraneales. (Pooh & Pooh, 2001)

Por otro lado, algunos autores describen y defienden el uso de la ecografía 3D por vía

transabdominal para realizar neurosonografía fetal, donde comentan que ésta es factible

para el examen del cerebro fetal, (Correa et al., 2006) y de hecho, la cisura de Silvio la

visualizan en este estudio en el 65% de los fetos en 16 a 17 semanas de gestación.

Sin embargo, la tecnología de ecografía 3 D, no está disponible en muchos centros o bien

no se tiene el entrenamiento necesario para obtener su máximo rendimiento, motivo por

el que uno de los objetivos de este trabajo ha sido el de obtener la valoración de la cisura

de Silvio en los cortes básicos axiales que se realizan en la ecografía de rutina por vía

transabdominal.

Otra limitación podría ser el hecho de no haber incluido el hemisferio proximal del

cerebro del feto en la valoración de la ínsula, ya que esto podría haber permitido valorar

asimetría de forma individualizada en cada feto. Sin embargo, es un hecho descrito que

este hemisferio proximal a la sonda, cuando realizamos un abordaje transabdominal, está

parcialmente oscurecido por los artefactos de reverberación. (Pilu & Nicolaides, 1999)

por lo que a pesar de esta consideración, se ha estimado realizar la medición en el

hemisferio que ofrece una mejor visualización de las estructuras intracraneales, en este

caso, el distal a la sonda.

Page 251: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

229

Un sesgo que podría ser considerado en la población de gestaciones normales, es que no

se ha considerado un criterio de exclusión el haber evaluado al mismo feto en dos o más

ocasiones en ese embrazo, lo que sí se consideró para los fetos con ventriculomegalia.

Aunque ha sido un número escaso de casos, creemos que al tratatarse de gestaciones de

curso nornal que cumplían los criterios de inclusión expuestos, no debieran haber

supuesto un motivo de sesgo.

Finalmente y como reflexión, al igual que con la aplicación de cualquier nueva técnica,

se insta a la precaución antes de aplicar los resultados de este trabajo en práctica clínica.

Para concluir esta discusión, transmitir dos ideas:

1. La evaluación sistemática en la ecografía 2D de cribado de la cisura de Silvio,

familiarizaría a los especialistas que realizan ecografía con esta estructura anatómica y

podría incrementar la sensibilidad en el diagnóstico de las anomalías de la migración

neuronal así como de las MDC.

2. Se recomienda cautela antes de aplicar los resultados de este trabajo en práctica clínica,

siendo conveniente familiarizarse con las mediciones de la PI y la PS en población normal

y que estos resultados sean comprobados por otros estudios antes de aplicarlo a fetos con

posibles anomalías, así como discutir los posibles hallazgos en un entorno

multidisciplinario.

Page 252: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

230

VII. CONCLUSIONES

En función de los resultados obtenidos en nuestro estudio, podríamos concluir:

1. La profundidad de la ínsula (PI) aumenta significativamente con el desarrollo de

la gestación, observado una correlación significativa entre la profundidad de la

ínsula y la edad gestacional como demuestra un coeficiente de correlación de

Pearson r de 0.984, p < 0.01 que es elevado.

2. La profundidad de la cisura de Silvio (PS) aumentó significativamente con el

desarrollo de la gestación observado una correlación significativa entre la

profundidad de la cisura de Silvio y la edad gestacional como demuestra un

coeficiente de correlación de Pearson r de 0.914, p < 0.01 que es elevado.

3. Encontramos una correlación significativa elevada entre la profundidad de la

ínsula y los parámetros que se evalúan en la biometría fetal: el diámetro biparietal,

el diámetro fronto-occipital, la circunferencia cefálica, el perímetro abdominal y

la longitud del fémur.

4. La correlación entre la profundidad de la ínsula (PI) y la edad gestacional fue

superior en nuestro estudio a la que mostraron otros parámetros de la biometría

fetal como el diámetro biparietal, la circunferencia cefálica o la longitud del fémur

y superior al de la profundidad de la cisura de Silvio (PS)

Page 253: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

231

5. El análisis de variabilidad de ambas medidas (PI y PS) por uno o dos operadores

mostró un buen ajuste en el modelo de Bland y Altman.

6. No hemos encontrado diferencias en nuestro estudio en función del sexo fetal o

de la lateralidad en la valoración cuantitativa de la cisura de Silvio: profundidad

de la ínsula y profundidad de la cisura de Silvio.

7. Hemos encontrado una correlación baja aunque significativa de algunas

características maternas (peso e índice de masa corporal) con la valoración

cuantitativa de la cisura de Silvio: profundidad de la ínsula y profundidad de la

cisura de Silvio.

8. Encontramos una correlación significativa elevada entre la profundidad de la

ínsula con algunas mediciones de estructuras del SNC: el diámetro transverso del

cerebelo, el cuerpo calloso y la cisterna magna.

9. No hemos encontrado diferencias significativas en la evaluación cuantitativa de

la cisura de Silvio en los fetos que presentan una ventriculomegalia aislada cuando

se comparó con la obtenida en gestaciones de curso normal.

10. Hemos encontrado diferencias significativas en la profundidad de la ínsula en un

grupo de fetos con agenesia de cuerpo calloso cuando se comparó con la obtenida

en gestaciones de curso normal.

Page 254: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

232

11. La cisura de Silvio no es valorable en la mayoría de fetos estudiados con un

defecto abierto del tubo neural que presentan ventriculomegalia, por lo que no es

un buen marcador ecográfico en estos casos.

12. La mayoría de especialistas encuestados ya valoran alguna cisura en la ecografía

de cribado y más de la mitad creen que las guías internacionales actuales

recomiendan ya realizar algún tipo de evaluación de las cisuras en la ecografía de

cribado.

13. El buen ajuste en el análisis de variabilidad intra e interoperador y la ausencia de

diferencias significativas en nuestro estudio en función del sexo fetal, la

lateralidad así como la baja correlación con ciertas características maternas,

creemos que confieren a la medida de la profundidad de la ínsula unas

características que podrían facilitar su inclusión en la ecografía de cribado.

14. En opinión de los especialistas encuestados, la valoración ecográfica de la cisura

de Silvio sería implementable en la ecografía de cribado del segundo trimestre.

Page 255: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

233

IX. BIBLIOGRAFÍA

Abramowicz, J. S., Kossoff, G., Marsal, K., & Ter Haar, G. (2003). Safety statement,

2000 (reconfirmed 2003). Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 21(1), 100-

100.

Achiron, R., & Achiron, A. (2001). Development of the human fetal corpus callosum:

ahigh‐resolution, cross‐sectional sonographic study. Ultrasound in obstetrics &

gynecology, 18(4), 343-347.

Alfirevic, Z., Stampalija, T., & Gyte, G. M. (2013). Fetal and umbilical Doppler

ultrasound in high-risk pregnancies. Cochrane Database Syst Rev, 11.

Alonso, I., Borenstein, M., Grant, G., Narbona, I., & Azumendi, G. (2010). Depth of brain

fissures in normal fetuses by prenatal ultrasound between 19 and 30 weeks of

gestation. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 36(6), 693-699.

Alves, C. M. S., Júnior, E. A., Nardozza, L. M. M., Goldman, S. M., Martinez, L. H.,

Martins, W. P., & Moron, A. F. (2013). Reference ranges for fetal brain fissure

development on 3-dimensional sonography in the multiplanar mode. Journal of

Ultrasound in Medicine, 32(2), 269-277.

Armstrong, E., Schleicher, A., Omran, H., Curtis, M., & Zilles, K. (1995). The ontogeny

of human gyrification. Cerebral Cortex, 5(1), 56-63.

Bader, R. S., Chitayat, D., Kelly, E., Ryan, G., Smallhorn, J. F., Toi, A., & Hornberger,

L. K. (2003). Fetal rhabdomyoma: prenatal diagnosis, clinical outcome, and

incidence of associated tuberous sclerosis complex. The Journal of pediatrics,

143(5), 620-624.

Page 256: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

234

Bland, J. M., & Altman, D. (1986). Statistical methods for assessing agreement between

two methods of clinical measurement. The lancet, 327(8476), 307-310.

Barkovich, A. J., Kuzniecky, R. I., Dobyns, W. B., Jackson, G. D., Becker, L. E., &

Evrard, P. (1996). A classification scheme for malformations of cortical

development. Neuropediatrics, 27(2), 59-63.

Barkovich, A. J., & Peacock, W. (1998). Sublobar dysplasia. A new malformation of

cortical development. Neurology, 50(5), 1383-1387.

Barkovich, A. J. (2000). Morphologic characteristics of subcortical heterotopia: MR

imaging study. American Journal of Neuroradiology, 21(2), 290-295.

Barkovich, A. J., Guerrini, R., Kuzniecky, R. I., Jackson, G. D., & Dobyns, W. B. (2012).

A developmental and genetic classification for malformations of cortical

development: update 2012. Brain, 135(5), 1348-1369.

Barresi, R., & Campbell, K. P. (2006). Dystroglycan: from biosynthesis to pathogenesis

of human disease. Journal of cell science, 119(2), 199-207.

Bault, J. P., & Loeuillet, L. (2015). Ultrasound Images of the Normal Brain. In The

Normal and Pathological Fetal Brain (pp. 7-62). Springer International

Publishing.

Benoist, G., Salomon, L. J., Mohlo, M., Suarez, B., Jacquemard, F., & Ville, Y. (2008).

Cytomegalovirus‐related fetal brain lesions: comparison between targeted

ultrasound examination and magnetic resonance imaging. Ultrasound in

Obstetrics & Gynecology, 32(7), 900-905.

Page 257: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

235

Bingham, P. M., Zimmerman, R. A., McDonald‐McGinn, D., Driscoll, D., Emanuel, B.

S., & Zackai, E. (1997). Enlarged Sylvian fissures in infants with interstitial

deletion of chromosome 22q11. American journal of medical genetics, 74(5), 538-

543.

Blaas, H. G. K., & Eik‐Nes, S. H. (2008). Sonographic development of the normal foetal

thorax and abdomen across gestation. Prenatal diagnosis, 28(7), 568-580.

Blaas, H. G., & Eik‐Nes, S. H. (2009). Sonoembryology and early prenatal diagnosis of

neural anomalies. Prenatal diagnosis, 29(4), 312-325.

Blondiaux, E., & Garel, C. (2013). Fetal cerebral imaging–ultrasound vs. MRI: an update.

Acta Radiologica, 54(9), 1046-1054.

Blümcke, I., Thom, M., Aronica, E., Armstrong, D. D., Vinters, H. V., Palmini, A., &

Spreafico, R. (2011). The clinicopathologic spectrum of focal cortical dysplasias:

A consensus classification proposed by an ad hoc Task Force of the ILAE

Diagnostic Methods Commission1. Epilepsia, 52(1), 158-174.

Bornstein, E., Monteagudo, A., Santos, R., Keeler, S. M., & Timor-Tritsch, I. E. (2010).

A systematic technique using 3-dimensional ultrasound provides a simple and

reproducible mode to evaluate the corpus callosum. American journal of obstetrics

and gynecology, 202(2), 201-e1.

Bronshtein, M., Gover, A., & Zimmer, E. Z. (2002). Sonographic definition of the fetal

situs. Obstetrics & Gynecology, 99(6), 1129-1130.

Page 258: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

236

Brouwer, M. J., De Vries, L. S., Pistorius, L., Rademaker, K. J., Groenendaal, F., &

Benders, M. J. (2010). Ultrasound measurements of the lateral ventricles in

neonates: why, how and when? A systematic review. Acta Paediatrica, 99(9),

1298-1306.

Cagneaux, M., & Guibaud, L. (2013). From cavum septi pellucidi to anterior complex:

how to improve detection of midline cerebral abnormalities. Ultrasound in

Obstetrics & Gynecology, 42(4), 485-486.

Carvalho, J. S., Allan, L. D., Chaoui, R., Copel, J. A., DeVore, G. R., Hecher, K., &

Yagel, S. (2013). ISUOG Practice Guidelines (updated): sonographic screening

examination of the fetal heart. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 41(3),

348-359.

Cohen‐Sacher, B., Lerman‐Sagie, T., Lev, D., & Malinger, G. (2006). Sonographic

developmental milestones of the fetal cerebral cortex: a longitudinal study.

Ultrasound in obstetrics & gynecology, 27(5), 494-502.

Comas, C., Azumendi, G., Alonso, I., Herrero, J. R., Romero, M., Anderica, J., &

Hidalgo, R. (2006). P09. 13 Two-and three-dimensional sonographic and MRI

assessment in a case of neck masses. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 28,

512-614.

Cormand, B., Pihko, H., Bayes, M., Valanne, L., Santavuori, P., Talim, B. & Lehesjoki,

A. E. (2001). Clinical and genetic distinction between Walker–Warburg syndrome

and muscle–eye–brain disease. Neurology, 56(8), 1059-1069.

Page 259: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

237

Correa, F. F., Lara, C., Bellver, J., Remohi, J., Pellicer, A., & Serra, V. (2006).

Examination of the fetal brain by transabdominal three‐dimensional ultrasound:

potential for routine neurosonographic studies. Ultrasound in obstetrics &

gynecology, 27(5), 503-508.

Curry, C. J., Lammer, E. J., Nelson, V., & Shaw, G. M. (2005). Schizencephaly:

heterogeneous etiologies in a population of 4 million California births. American

journal of medical genetics Part A, 137(2), 181-189.

Chapman, T., Matesan, M., Weinberger, E., & Bulas, D. I. (2010). Digital atlas of fetal

brain MRI. Pediatric radiology, 40(2), 153-162.

Chen, C. Y., Zimmerman, R. A., Faro, S., Parrish, B., Wang, Z., Bilaniuk, L. T., & Chou,

T. Y. (1996). MR of the cerebral operculum: abnormal opercular formation in

infants and children. American journal of neuroradiology, 17(7), 1303-1311.

Chervenak, F. A., Skupski, D. W., Romero, R., Myers, M. K., Smith-Levitin, M.,

Rosenwaks, Z., & Thaler, H. T. (1998). How accurate is fetal biometry in the

assessment of fetal age? American journal of obstetrics and gynecology, 178(4),

678-687.

Chi, J. G., Dooling, E. C., & Gilles, F. H. (1977). Gyral development of the human brain.

Annals of neurology, 1(1), 86-93.

Garel, C., Chantrel, E., Elmaleh, M., Brisse, H., & Sebag, G. (2003). Fetal MRI: normal

gestational landmarks for cerebral biometry, gyration and myelination. Child's

Nervous System, 19(7-8), 422-425.

Garel, C. (2004). The role of MRI in the evaluation of the fetal brain with an emphasis

on biometry, gyration and parenchyma. Pediatric radiology, 34(9), 694-699.

Page 260: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

238

Gilbert, J. N., Jones, K. L., Rorke, L. B., Chernoff, G. F., & James, H. E. (1986). Central

nervous system anomalies associated with meningomyelocele, hydrocephalus,

and the Arnold-Chiari malformation: reappraisal of theories regarding the

pathogenesis of posterior neural tube closure defects. Neurosurgery, 18(5), 559-

564.

Glenn, O. A., Goldstein, R. B., Li, K. C., Young, S. J., Norton, M. E., Busse, R. F., &

Barkovich, A. J. (2005). Fetal magnetic resonance imaging in the evaluation of

fetuses referred for sonographically suspected abnormalities of the corpus

callosum. Journal of ultrasound in medicine, 24(6), 791-804.

Griffiths, P. D., Paley, M. N., Widjaja, E., Taylor, C., & Whitby, E. H. (2005). Science,

medicine, and the future: In utero magnetic resonance imaging for brain and spinal

abnormalities in fetuses. BMJ: British Medical Journal, 331(7516), 562.

Guibaud, L., Selleret, L., Larroche, J. C., Buenerd, A., Alias, F., Gaucherand, P., ... &

Pracros, J. P. (2008). Abnormal Sylvian fissure on prenatal cerebral imaging:

significance and correlation with neuropathological and postnatal data.

Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 32(1), 50-60.

Guibaud, L. (2009). Fetal cerebral ventricular measurement and ventriculomegaly: time

for procedure standardization. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 34(2),

127-130.

De Catte, L., De Keersmaeker, B., & Claus, F. (2012). Prenatal Neurologic Anomalies.

Pediatric Drugs, 14(3), 143-155.

De Vries, J. I. P., & Fong, B. F. (2006). Normal fetal motility: an overview. Ultrasound

in obstetrics & gynecology, 27(6), 701-711.

Page 261: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

239

De Vries, P. J. (2010). Targeted treatments for cognitive and neurodevelopmental

disorders in tuberous sclerosis complex. Neurotherapeutics, 7(3), 275-282.

Diaz, A. L., & Gleeson, J. G. (2009). The molecular and genetic mechanisms of neocortex

development. Clinics in perinatology, 36(3), 503-512.

Dorovini-Zis, K., & Dolman, C. L. (1977). Gestational development of brain. Archives

of pathology & laboratory medicine, 101(4), 192-195.

Droulle, P., Gaillet, J., & Schweitzer, M. (1983). [Maturation of the fetal brain.

Echoanatomy: normal development, limits and value of pathology]. Journal de

gynecologie, obstetrique et biologie de la reproduction, 13(3), 228-236.

Dubois, J., Benders, M., Cachia, A., Lazeyras, F., Leuchter, R. H. V., Sizonenko, S. V.

& Hüppi, P. S. (2008). Mapping the early cortical folding process in the preterm

newborn brain. Cerebral Cortex, 18(6), 1444-1454.

Egaña-Ugrinovic, G., Sanz-Cortes, M., Figueras, F., Bargalló, N., & Gratacós, E. (2013).

Differences in cortical development assessed by fetal MRI in late-onset

intrauterine growth restriction. American journal of obstetrics and gynecology,

209(2), 126-e1.

Egaña‐Ugrinovic, G., Sanz‐Cortes, M., Figueras, F., Couve‐Perez, C., & Gratacos, E.

(2014). Fetal MRI insular cortical morphometry and its association with

neurobehavior in late‐onset small‐for‐gestational‐age fetuses. Ultrasound in

Obstetrics & Gynecology, 44(3), 322-329.

Ferland, R. J., Batiz, L. F., Neal, J., Lian, G., Bundock, E., Lu, J. & Sheen, V. L. (2009).

Disruption of neural progenitors along the ventricular and subventricular zones in

periventricular heterotopia. Human molecular genetics, 18(3), 497-516.

Page 262: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

240

Filly, R. A., Cardoza, J. D., Goldstein, R. B., & Barkovich, A. J. (1989). Detection of

fetal central nervous system anomalies: a practical level of effort for a routine

sonogram. Radiology, 172(2), 403-408.

Figo, W.G.O.B.P. & In, M.F.M. (2015). Best practice in maternal-fetal medicine.

International journal of gynaecology and obstetrics: the official organ of the

International Federation of Gynaecology and Obstetrics, 128(1), 80.

Fong, K. W., Ghai, S., Toi, A., Blaser, S., Winsor, E. J. T., & Chitayat, D. (2004). Prenatal

ultrasound findings of lissencephaly associated with Miller–Dieker syndrome and

comparison with pre‐and postnatal magnetic resonance imaging. Ultrasound in

obstetrics & gynecology, 24(7), 716-723.

Francesco, P., Maria-Edgarda, B., Giovanni, P., Dandolo, G., & Giulio, B. (2006).

Prenatal diagnosis of agenesis of corpus callosum: what is the

neurodevelopmental outcome?. Pediatrics international, 48(3), 298-304.

Gaglioti, P., Danelon, D., Bontempo, S., Mombro, M., Cardaropoli, S., & Todros, T.

(2005). Fetal cerebral ventriculomegaly: outcome in 176 cases. Ultrasound in

obstetrics & gynecology, 25(4), 372-377.

Gagnon, R., Morin, L., Bly, S., Butt, K., Cargill, Y. M., Denis, N., ... & Roggensack, A.

(2009). Guidelines for the management of vasa previa. Journal of obstetrics and

gynaecology Canada: JOGC= Journal d'obstetrique et gynecologie du Canada:

JOGC, 31(8), 748-760.

Gamzu, R., Achiron, R., Hegesh, J., Weiner, E., Tepper, R., Nir, A., & Zimmer, E. (2002).

Evaluating the risk of tuberous sclerosis in cases with prenatal diagnosis of cardiac

rhabdomyoma. Prenatal diagnosis, 22(11), 1044-1047.

Page 263: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

241

Garel, C., & Alberti, C. (2006). Coronal measurement of the fetal lateral ventricles:

comparison between ultrasonography and magnetic resonance imaging.

Ultrasound in obstetrics & gynecology, 27(1), 23-27.

Gedikbasi, A., Yildirim, G., Saygi, S., Arslan, O., Gul, A., & Ceylan, Y. (2009). Prenatal

diagnosis of schizencephaly with 2D‐3D sonography and MRI. Journal of Clinical

Ultrasound, 37(8), 467-470.

Ghai, S., Fong, K. W., Toi, A., Chitayat, D., Pantazi, S., & Blaser, S. (2006). Prenatal US

and MR Imaging Findings of Lissencephaly: Review of Fetal Cerebral Sulcal

Development 1. Radiographics, 26(2), 389-405.

Gindes, L., Malach, S., Weisz, B., Achiron, R., Leibovitz, Z., & Weissmann‐Brenner, A.

(2015). Measuring the perimeter and area of the Sylvian fissure in fetal brain

during normal pregnancies using 3‐dimensional ultrasound. Prenatal diagnosis,

35(11), 1097-1105.

Glenn, O. A., & Barkovich, A. J. (2006). Magnetic resonance imaging of the fetal brain

and spine: an increasingly important tool in prenatal diagnosis, part 1. American

Journal of Neuroradiology, 27(8), 1604-1611.

Glenn, O. A. (2010). MR imaging of the fetal brain. Pediatric radiology, 40(1), 68-

81.Glenn, O. A., Cuneo, A. A., Barkovich, A. J., Hashemi, Z., Bartha, A. I., &

Xu, D. (2012). Malformations of Cortical Development: Diagnostic Accuracy of

Fetal MR Imaging. Radiology, 263(3), 843–855.

http://doi.org/10.1148/radiol.12102492

Gliga, T., & Alderdice, F. (2015). New frontiers in fetal and infant psychology. Journal

of Reproductive and Infant Psychology, 33(5), 445-447.

Page 264: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

242

Goldberg, J. D. (2004). Routine screening for fetal anomalies: expectations. Obstetrics

and gynecology clinics of North America, 31(1), 35-50.

Gonzalez‐Gonzalez, N. L., Suarez, M. N., Perez‐Piñero, B., Armas, H., Domenech, E., &

Bartha, J. L. (2006). Persistence of fetal memory into neonatal life. Acta

obstetricia et gynecologica Scandinavica, 85(10), 1160-1164.

Govaert, P., & De Vries, L. S. (2010). An Atlas of Neonatal Brain Sonography: (CDM

182-183). John Wiley & Sons.

Gray, H., & Gray, H. (2000). Anatomy of the human body. Philadelphia: Lea & Febiger,

1918. Online edition Bartleby. com.

Grobner, T., & Prischl, F. C. (2007). Gadolinium and nephrogenic systemic fibrosis.

Kidney international, 72(3), 260-264.

Guibaud, L. (2009). Fetal cerebral ventricular measurement and ventriculomegaly: time

for procedure standardization. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 34(2),

127-130.

Hadlock, F. P., Deter, R. L., Roecker, E., Harrist, R. B., & Park, S. K. (1984). Relation

of fetal femur length to neonatal crown-heel length. Journal of Ultrasound in

Medicine, 3(1), 1-3.

Hadjivassiliou, G., Martinian, L., Squier, W., Blumcke, I., Aronica, E., Sisodiya, S. M.,

& Thom, M. (2010). The application of cortical layer markers in the evaluation of

cortical dysplasias in epilepsy. Acta neuropathologica, 120(4), 517-528.

Hetts, S. W., Sherr, E. H., Chao, S., Gobuty, S., & Barkovich, A. J. (2006). Anomalies of

the corpus callosum: an MR analysis of the phenotypic spectrum of associated

malformations. American Journal of Roentgenology, 187(5), 1343-1348.

Page 265: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

243

Hill, MA (2015) Embriología Gray0658.jpg. Consultado el 09 de noviembre 2015,

https://embryology.med.unsw.edu.au/embryology/index.php/File:Gray0658.jpg

Holder‐Espinasse, M., Devisme, L., Thomas, D., Boute, O., Vaast, P., Fron, D., ... &

Manouvrier‐Hanu, S. (2004). Pre‐and postnatal diagnosis of limb anomalies: A

series of 107 cases. American Journal of Medical Genetics Part A, 124(4), 417-

422.

Hollier, L. M., & Grissom, H. (2005). Human herpes viruses in pregnancy:

cytomegalovirus, Epstein-Barr virus, and varicella zoster virus. Clinics in

perinatology, 32(3), 671-696.

Howe, D. T., Rankin, J., & Draper, E. S. (2012). Schizencephaly prevalence, prenatal

diagnosis and clues to etiology: a register‐based study. Ultrasound in Obstetrics

& Gynecology, 39(1), 75-82.

(ICGON) Institut Clínic de Ginecologia, Obstetricia i Neonatologia Hospital Clínic de

Barcelona, Protocolo de neurosonografía fetal. (2015) Actualización enero 2015.

https://www.medicinafetalbarcelona.org/clinica/protocolos

International Society of Ultrasound in Obstetrics & Gynecology Education Committee.

(2007). Sonographic examination of the fetal central nervous system: guidelines

for performing the 'basic examination' and the 'fetal neurosonogram'. Ultrasound

in obstetrics & gynecology: the official journal of the International Society of

Ultrasound in Obstetrics and Gynecology, 29(1), 109.

Jokhi, R. P., & Whitby, E. H. (2011). Magnetic resonance imaging of the fetus.

Developmental Medicine & Child Neurology, 53(1), 18-28.

Page 266: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

244

Jong‐Pleij, E. A. P., Ribbert, L. S. M., Pistorius, L. R., Tromp, E., Mulder, E. J. H., &

Bilardo, C. M. (2013). Three‐dimensional ultrasound and maternal bonding, a

third trimester study and a review. Prenatal diagnosis, 33(1), 81-88.

Juranek, J., & Salman, M. S. (2010). Anomalous development of brain structure and

function in spina bifida myelomeningocele. Developmental Disabilities Research

Reviews, 16(1), 23–30. http://doi.org/10.1002/ddrr.88

Kawamura, T., Morioka, T., Nishio, S., Mihara, F., & Fukui, M. (2001). Cerebral

abnormalities in lumbosacral neural tube closure defect: MR imaging evaluation.

Child's Nervous System, 17(7), 405-410.

Kanal, E., Borgstede, J. P., Barkovich, A. J., Bell, C., Bradley, W. G., Felmlee, J. P. &

Zinninger, M. D. (2002). American College of Radiology white paper on MR

safety. American Journal of Roentgenology, 178(6), 1335-1347.

Kasprian, G., Langs, G., Brugger, P. C., Bittner, M., Weber, M., Arantes, M., & Prayer,

D. (2010). The prenatal origin of hemispheric asymmetry: an in utero

neuroimaging study. Cerebral Cortex, bhq179.

Kivilevitch, Z., Achiron, R., & Zalel, Y. (2010). Fetal brain asymmetry: in utero

sonographic study of normal fetuses. American journal of obstetrics and

gynecology, 202(4), 359-e1.

Krsek, P., Jahodova, A., Maton, B., Jayakar, P., Dean, P., Korman, B., ... & Duchowny,

M. (2010). Low‐grade focal cortical dysplasia is associated with prenatal and

perinatal brain injury. Epilepsia, 51(12), 2440-2448.

Page 267: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

245

Kumar, R. A., Pilz, D. T., Babatz, T. D., Cushion, T. D., Harvey, K., Topf, M., ... &

Dobyns, W. B. (2010). TUBA1A mutations cause wide spectrum lissencephaly

(smooth brain) and suggest that multiple neuronal migration pathways converge

on alpha tubulins. Human molecular genetics, 19(14), 2817-2827.

Kurjak, A., Stanojevic, M., Andonotopo, W., Salihagic-Kadic, A., Carrera, J. M., &

Azumendi, G. (2004). Behavioral pattern continuity from prenatal to postnatal life

a study by four-dimensional (4D) ultrasonography. Journal of perinatal medicine,

32(4), 346-353.

Lan, L. M., Yamashita, Y., Tang, Y., Sugahara, T., Takahashi, M., Ohba, T., & Okamura,

H. (2000). Normal Fetal Brain Development: MR Imaging with a Half-Fourier

Rapid Acquisition with Relaxation Enhancement Sequence 1. Radiology, 215(1),

205-210.

Larroche, J. C. (1966). The development of the central nervous system during intrauterine

life. Human development, 257-276.

Lenzini, E., D’Ottavio, G., Città, A., Benussi, D. G., Petix, V., & Pecile, V. (2007).

Prenatal diagnosis of Miller‐Dieker syndrome by ultrasound and molecular

cytogenetic analysis. Clinical genetics, 72(5), 487-489.

Leventer, R. J., Jansen, A., Pilz, D. T., Stoodley, N., Marini, C., Dubeau, F., ... & Dobyns,

W. B. (2010). Clinical and imaging heterogeneity of polymicrogyria: a study of

328 patients. Brain, awq078.

Levine, D., & Barnes, P. D. (1999). Cortical maturation in normal and abnormal fetuses

as assessed with prenatal MR imaging. Radiology, 210(3), 751-758.

Page 268: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

246

Levine, D., Barnes, P., Korf, B., & Edelman, R. (2000). Tuberous sclerosis in the fetus:

second-trimester diagnosis of subependymal tubers with ultrafast MR imaging.

American Journal of Roentgenology, 175(4), 1067-1069.

Levine, D. (2004). Fetal magnetic resonance imaging. The Journal of Maternal-Fetal &

Neonatal Medicine, 15(2), 85-94.

Li, G., Wang, L., Shi, F., Lyall, A. E., Lin, W., Gilmore, J. H., & Shen, D. (2014).

Mapping longitudinal development of local cortical gyrification in infants from

birth to 2 years of age. The Journal of Neuroscience, 34(12), 4228-4238.

Magann, E. F., Chauhan, S. P., Whitworth, N. S., Isler, C., Wiggs, C., & Morrison, J. C.

(2001). Subjective versus objective evaluation of amniotic fluid volume of

pregnancies of less than 24 weeks' gestation: how can we be accurate? Journal of

ultrasound in medicine, 20(3), 191-195.

Malinger, G., Lerman-Sagie, T., Achiron, R. and Lipitz, S. (2000), The subarachnoid

space: normal fetal development as demonstrated by transvaginal ultrasound.

Prenat. Diagn., 20: 890–893. doi: 10.1002/1097-0223(200011)20:11<890::AID-

PD945>3.0.CO;2-Z

Malinger, G., Ginath, S., Lerman-Sagie, T., Watemberg, N., Lev, D. and Glezerman, M.

(2001), The fetal cerebellar vermis: normal development as shown by transvaginal

ultrasound. Prenat. Diagn., 21: 687–692. doi: 10.1002/pd.137

Malinger, G., Lev, D., & Lerman‐Sagie, T. (2004). Abnormal sulcation as an early sign

for migration disorders. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 24(7), 704-705.

Page 269: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

247

Malinger, G., Lev, D., Kidron, D., Heredia, F., Hershkovitz, R., & Lerman‐Sagie, T.

(2005). Differential diagnosis in fetuses with absent septum pellucidum.

Ultrasound in obstetrics & gynecology, 25(1), 42-49.

Malinger, G., Kidron, D., Schreiber, L., Ben‐Sira, L., Hoffmann, C., Lev, D., & Lerman‐

Sagie, T. (2007). Prenatal diagnosis of malformations of cortical development by

dedicated neurosonography. Ultrasound in obstetrics & gynecology, 29(2), 178-

191.

Malinger, G., Lev, D., & Lerman-Sagie, T. (2009). The fetal cerebellum. Pitfalls in

diagnosis and management. Prenat Diagn, 29(4), 372-80.

Malinger, G., Lev, D., Oren, M., & Lerman‐Sagie, T. (2012). Non‐visualization of the

cavum septi pellucidi is not synonymous with agenesis of the corpus callosum.

Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 40(2), 165-170.

Marín-Padilla, M., Parisi, J. E., Armstrong, D. L., Sargent, S. K., & Kaplan, J. A. (2002).

Shaken infant syndrome: developmental neuropathology, progressive cortical

dysplasia, and epilepsy. Acta neuropathologica, 103(4), 321-332.

McManus, M. F., & Golden, J. A. (2005). Topical Review: Neuronal Migration in

Developmental Disorders. Journal of child neurology, 20(4), 280-286.

Melchiorre, K., Bhide, A., Gika, A. D., Pilu, G., & Papageorghiou, A. T. (2009).

Counseling in isolated mild fetal ventriculomegaly. Ultrasound in Obstetrics &

Gynecology, 34(2), 212-224.

Page 270: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

248

Mirzaa, G., Dodge, N. N., Glass, I., Day, C., Gripp, K., Nicholson, L., & Dobyns, W. B.

(2004). Megalencephaly and perisylvian polymicrogyria with postaxial

polydactyly and hydrocephalus: a rare brain malformation syndrome associated

with mental retardation and seizures. Neuropediatrics, 35(6), 353-359.

Mittal, P., Gonçalves, L. F., Kusanovic, J. P., Espinoza, J., Lee, W., Nien, J. K., &

Romero, R. (2007). Objective evaluation of sylvian fissure development by

multiplanar 3-dimensional ultrasonography. Journal of ultrasound in medicine,

26(3), 347-353.

Monteagudo, A., & Timor‐Tritsch, I. E. (1997). Development of fetal gyri, sulci and

fissures: a transvaginal sonographic study. Ultrasound in Obstetrics &

Gynecology, 9(4), 222-228.

Monteagudo, A., & Timor-Tritsch, I. E. (2003). First trimester anatomy scan: pushing the

limits. What can we see now? Current opinion in Obstetrics and Gynecology,

15(2), 131-141.

Monteagudo, A. and Timor-Tritsch, I. E. (2009), Normal sonographic development of the

central nervous system from the second trimester onwards using 2D, 3D and

transvaginal sonography. Prenat. Diagn., 29: 326–339. doi: 10.1002/pd.2146

Moutard, M. L., Kieffer, V., Feingold, J., Lewin, F., Baron, J. M., Adamsbaum, C., &

Villemeur, T. B. (2012). Isolated corpus callosum agenesis: a ten‐year follow‐up

after prenatal diagnosis (How are the children without corpus callosum at 10 years

of age?). Prenatal diagnosis, 32(3), 277-283.

Müller F., O’Rahilly R. (1990). The human brain at stages 21–23, with particular

reference to the cerebral cortical plate and to the development of the cerebellum.

Anat. Embryol. (Berl) 182, 375–400. 10.1007/bf02433497

Page 271: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

249

Nabavizadeh, S. A., Zarnow, D., Bilaniuk, L. T., Schwartz, E. S., Zimmerman, R. A., &

Vossough, A. (2014). Correlation of prenatal and postnatal MRI findings in

schizencephaly. American Journal of Neuroradiology, 35(7), 1418-1424.

Najm, J., Horn, D., Wimplinger, I., Golden, J. A., Chizhikov, V. V., Sudi, J. & Kutsche,

K. (2008). Mutations of CASK cause an X-linked brain malformation phenotype

with microcephaly and hypoplasia of the brainstem and cerebellum. Nature

genetics, 40(9), 1065-1067.

Namavar, Y., Barth, P. G., Kasher, P. R., van Ruissen, F., Brockmann, K., Bernert, G., ...

& PCH Consortium. (2011). Clinical, neuroradiological and genetic findings in

pontocerebellar hypoplasia. Brain, 134(1), 143-156.

Nelson, E. A. S., Taylor, B. J., & ICCPS Study Group. (2001). International Child Care

Practices Study: infant sleep position and parental smoking. Early human

development, 64(1), 7-20.

Nicolaides, K. H., Gabbe, S. G., Campbell, S., & Guidetti, R. (1986). Ultrasound

screening for spina bifida: cranial and cerebellar signs. The Lancet, 328(8498),

72-74.

No, G.T.G. (2011). Placenta praevia, placenta praevia accreta and vasa praevia: diagnosis

and management. London: RCOG, 1-26.

Okamura, K., Murotsuki, J., Sakai, T., Matsumoto, K., Shirane, R., & Yajima, A. (1993).

Prenatal diagnosis of lissencephaly by magnetic resonance image. Fetal diagnosis

and therapy, 8(1), 56-59.

Ono, M., Kubik, S., & Abernathey, C. D. (1990). Atlas of the cerebral sulci. Thieme.

Page 272: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

250

O'rahilly, R. (1979). Early human development and the chief sources of information on

staged human embryos. European Journal of Obstetrics & Gynecology and

Reproductive Biology, 9(4), 273-280.

O’Rahilly R, Müller F. The development of the neural crest in the human. Journal of

Anatomy. 2007;211(3):335-351. doi:10.1111/j.1469-7580.2007.00773.x.

Pilu, G., & Nicolaides, K. H. (Eds.). (1999). Diagnosis of fetal abnormalities: The 18-23-

week scan. Taylor & Francis.

Pilu, G., Segata, M., Ghi, T., Carletti, A., Perolo, A., Santini, D & Rizzo, N. (2006).

Diagnosis of midline anomalies of the fetal brain with the three‐dimensional

median view. Ultrasound in obstetrics & gynecology, 27(5), 522-529.

Pistorius, L. R., Stoutenbeek, P., Groenendaal, F., De Vries, L., Manten, G., Mulder, E.,

& Visser, G. (2010). Grade and symmetry of normal fetal cortical development: a

longitudinal two‐and three‐dimensional ultrasound study. Ultrasound in

Obstetrics & Gynecology, 36(6), 700-708.

Pooh, R. K., & Pooh, K. (2001, February). Transvaginal 3D and Doppler ultrasonography

of the fetal brain. In Seminars in perinatology (Vol. 25, No. 1, pp. 38-43). WB

Saunders.

Pooh, R. K. (2012). Neurosonoembryology by three-dimensional ultrasound. In Seminars

in Fetal and Neonatal Medicine (Vol. 5, No. 17, pp. 261-268).

Pooh, R. K., & Kurjak, A. (2014). Novel application of three-dimensional HDlive

imaging in prenatal diagnosis from the first trimester. Journal of perinatal

medicine, 43(2), 147-158.

Page 273: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

251

Quarello, E., Stirnemann, J., Ville, Y., & Guibaud, L. (2008). Assessment of fetal Sylvian

fissure operculization between 22 and 32 weeks: a subjective approach.

Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 32(1), 44-49.

Rakic, P. (2004). Genetic control of cortical convolutions. Science, 303(5666), 1983-

1984.

Reddy, U. M., Abuhamad, A. Z., Levine, D., & Saade, G. R. (2014). Fetal Imaging

Executive Summary of a Joint Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child

Health and Human Development, Society for Maternal-Fetal Medicine, American

Institute of Ultrasound in Medicine, American College of Obstetricians and

Gynecologists, American College of Radiology, Society for Pediatric Radiology,

and Society of Radiologists in Ultrasound Fetal Imaging Workshop. Journal of

Ultrasound in Medicine, 33(5), 745-757.

Recio Rodríguez, M., Martínez de Vega Fernández, V., Martínez Ten, P., Pérez

Pedregosa, J., Fernández-Mayoralas, D. M., & Jiménez de la Peña, M. (2010). RM

fetal en las anomalías del SNC: Aspectos de interés para el obstetra. Revista

argentina de radiología, 74(4), 385-396.

Righini, A., Zirpoli, S., Mrakic, F., Parazzini, C., Pogliani, L., & Triulzi, F. (2004). Early

prenatal MR imaging diagnosis of polymicrogyria. American journal of

neuroradiology, 25(2), 343-346.

Rizzo, G., Capponi, A., Pietrolucci, M. E., Capece, A., Aiello, E., Mammarella, S., &

Arduini, D. (2011). An algorithm based on OmniView technology to reconstruct

sagittal and coronal planes of the fetal brain from volume datasets acquired by

three‐dimensional ultrasound. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 38(2),

158-164.

Page 274: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

252

Robin, N. H., Taylor, C. J., McDonald‐McGinn, D. M., Zackai, E. H., Bingham, P.,

Collins, K. J. & Dobyns, W. B. (2006). Polymicrogyria and deletion 22q11. 2

syndrome: window to the etiology of a common cortical malformation. American

Journal of Medical Genetics Part A, 140(22), 2416-2425.

Rolo, L. C., Araujo Jr, E., Nardozza, L. M. M., de Oliveira, P. S., Ajzen, S. A., & Moron,

A. F. (2011). Development of fetal brain sulci and gyri: assessment through two

and three-dimensional ultrasound and magnetic resonance imaging. Archives of

gynecology and obstetrics, 283(2), 149-158.

Rotten, D., & Levaillant, J. M. (2004). Two‐and three‐dimensional sonographic

assessment of the fetal face. 2. Analysis of cleft lip, alveolus and palate.

Ultrasound in obstetrics & gynecology, 24(4), 402-411.

Salomon, L. J., Alfirevic, Z., Berghella, V., Bilardo, C., Hernandez-Andrade, E., Johnsen,

S. L., Kalache, K., Leung, K.-Y., Malinger, G., Munoz, H., Prefumo, F., Toi, A.,

Lee, W. and on behalf of the ISUOG Clinical Standards Committee (2011),

Practice guidelines for performance of the routine mid-trimester fetal ultrasound

scan. Ultrasound Obstet Gynecol, 37: 116–126. doi: 10.1002/uog.8831

Saleem SN. Fetal MRI: An approach to practice: A review. Journal of Advanced

Research. 2014;5(5):507-523. doi:10.1016/j.jare.2013.06.001.

Salomon, L. J., Alfirevic, Z., Berghella, V., Bilardo, C., Hernandez‐Andrade, E., Johnsen,

S. L. & Lee, W. (2011). Practice guidelines for performance of the routine mid‐

trimester fetal ultrasound scan. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 37(1),

116-126.

Page 275: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

253

Salvesen, K., Lees, C., Abramowicz, J., Brezinka, C., Ter Haar, G., & Maršál, K. (2011).

ISUOG statement on the safe use of Doppler in the 11 to 13+ 6‐week fetal

ultrasound examination. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 37(6), 628-628.

Schaer, M., Cuadra, M. B., Tamarit, L., Lazeyras, F., Eliez, S., & Thiran, J. P. (2008). A

surface-based approach to quantify local cortical gyrification. Medical Imaging,

IEEE Transactions on, 27(2), 161-170.

Simonazzi, G., Segata, M., Ghi, T., Sandri, F., Ancora, G., Bernardi, B., ... & Pilu, G.

(2006). Accurate neurosonographic prediction of brain injury in the surviving

fetus after the death of a monochorionic cotwin. Ultrasound in obstetrics &

gynecology, 27(5), 517-521.

Smith, F. W., Adam, A. H., & Phillips, W. D. P. (1983). NMR imaging in pregnancy. The

Lancet, 321(8314), 61-62.

Snijders, R. J. M., & Nicolaides, K. H. (1994). Fetal biometry at 14–40 weeks' gestation.

Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 4(1), 34-48.

Tao, G., Lu, G., Zhan, X., Li, J., Cheng, L., Lee, K., & Poon, W. S. (2013). Sonographic

appearance of the cavum septum pellucidum et vergae in normal fetuses in the

second and third trimesters of pregnancy. Journal of Clinical Ultrasound, 41(9),

525-531.

Tatum, W. O., Coker, S. B., Ghobrial, M., & Abd‐Allah, S. (1989). The open opercular

sign: diagnosis and significance. Annals of neurology, 25(2), 196-199.

Tang, P. H., Bartha, A. I., Norton, M. E., Barkovich, A. J., Sherr, E. H., & Glenn, O. A.

(2009). Agenesis of the corpus callosum: an MR imaging analysis of associated

abnormalities in the fetus. American Journal of Neuroradiology, 30(2), 257-263.

Page 276: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

254

Thorngren-Jerneck, K., & Herbst, A. (2001). Low 5‐Minute Apgar Score: A Population‐

Based Register Study of 1 Million Term Births. Obstetrics & Gynecology, 98(1),

65-70.

Thornton, G. K., & Woods, C. G. (2009). Primary microcephaly: do all roads lead to

Rome? Trends in Genetics, 25(11), 501-510.

Tilea, B., Alberti, C., Adamsbaum, C., Armoogum, P., Oury, J. F., Cabrol, D., ... & Garel,

C. (2009). Cerebral biometry in fetal magnetic resonance imaging: new reference

data. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology, 33(2), 173-181.

Timor‐Tritsch, I. E., & Monteagudo, A. (1996). Transvaginal fetal neurosonography:

standardization of the planes and sections by anatomic landmarks. Ultrasound in

Obstetrics & Gynecology, 8(1), 42-47.

Timor‐Tritsch, I. E., Monteagudo, A., & Mayberry, P. (2000). Three‐dimensional

ultrasound evaluation of the fetal brain: the three horn view. Ultrasound in

obstetrics & gynecology, 16(4), 302-306.

Toda, T., Kobayashi, K., Kondo-Iida, E., Sasaki, J., & Nakamura, Y. (2000). The

Fukuyama congenital muscular dystrophy story. Neuromuscular Disorders, 10(3),

153-159.

Toi, A., Lister, W. S., & Fong, K. W. (2004). How early are fetal cerebral sulci visible at

prenatal ultrasound and what is the normal pattern of early fetal sulcal

development? Ultrasound in obstetrics & gynecology, 24(7), 706-715.

Toi, A., Chitayat, D., & Blaser, S. (2009). Abnormalities of the foetal cerebral cortex.

Prenatal diagnosis, 29(4), 355-371.

Page 277: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

255

Toro R, Perron M, Pike B, Richer L, Veillette S, Pausova Z, Paus T (2008) Brain size and

folding of the human cerebral cortex. Cereb Cortex 18:2352–2357.

Van Essen DC, Drury HA (1997) Structural and functional analyses of human cerebral

cortex using a surface-based atlas. J Neurosci 17:7079 –7102.

Vinurel, N., Van Nieuwenhuyse, A., Cagneaux, M., Garel, C., Quarello, E., Brasseur, M.,

... & Guibaud, L. (2014). Distortion of the anterior part of the interhemispheric

fissure: significance and implications for prenatal diagnosis. Ultrasound in

Obstetrics & Gynecology, 43(3), 346-352.

Viñals, F., Munoz, M., Naveas, R., Shalper, J., & Giuliano, A. (2005). The fetal cerebellar

vermis: anatomy and biometric assessment using volume contrast imaging in the

C‐plane (VCI‐C). Ultrasound in obstetrics & gynecology, 26(6), 622-627.

Viñals, F., Correa, F., & Pereira Gonçalves, P. (2014). Anterior and posterior complex:

A step forward towards improving neurosonographic screening of midline and

cortical anomalies. Ultrasound in Obstetrics & Gynecology.

Viñals, L. F., & Quiroz, M. G. (2014). Detección prenatal de anomalías del sistema

nervioso central. Revista Médica Clínica Las Condes, 25(6), 894-897.

Viñals, F., & Correa, F. (2015). Proximal Cerebral Hemisphere: Should We Continue to

Assume Symmetry or Is It Time to Look at It Routinely. Fetal diagnosis and

therapy.

Vohra, N., Ghidini, A., Alvarez, M., & Lockwood, C. (1993). Walker‐Warburg

syndrome: Prenatal ultrasound findings. Prenatal diagnosis, 13(7), 575-579.

Page 278: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

256

Wang, P. H., Ying, T. H., Wang, P. C., Shih, I., Lin, L. Y., & Chen, G. D. (2000).

Obstetrical three‐dimensional ultrasound in the visualization of the intracranial

midline and corpus callosum of fetuses with cephalic position. Prenatal diagnosis,

20(6), 518-520.

Warren, D. J., Connolly, D. J. A., & Griffiths, P. D. (2010). Assessment of sulcation of

the fetal brain in cases of isolated agenesis of the corpus callosum using in utero

MR imaging. American Journal of Neuroradiology, 31(6), 1085-1090.

White T, Su S, Schmidt M, Kao CY, Sapiro G (2010) The development of gyrification in

childhood and adolescence. Brain Cogn 72:36–45.

Wickström, R. (2007). Effects of nicotine during pregnancy: Human and experimental

evidence. Current Neuropharmacology, 5(3), 213–222.

http://doi.org/10.2174/157015907781695955

Yagel, S., Arbel, R., Anteby, E. Y., Raveh, D., & Achiron, R. (2002). The three vessels

and trachea view (3VT) in fetal cardiac scanning. Ultrasound in obstetrics &

gynecology, 20(4), 340-345.

Yakovlev, P. I., & Wadsworth, R. C. (1941). Double symmetrical porencephalies

(schizencephalies). Tr. Am. Neurol. A, 67, 24-29.

Youssef, A., Ghi, T. and Pilu, G. (2013), How to image the fetal corpus callosum.

Ultrasound Obstet Gynecol, 42: 718–720. doi: 10.1002/uog.12367

Yu, T. W., Mochida, G. H., Tischfield, D. J., Sgaier, S. K., Flores-Sarnat, L., Sergi, C.

M., & Walsh, C. A. (2010). Mutations in WDR62, encoding a centrosome-

associated protein, cause microcephaly with simplified gyri and abnormal cortical

architecture. Nature genetics, 42(11), 1015-1020.

Page 279: Profundidad de la cisura de Silvio fetal: estudio

257

Zilles K, Palomero-Gallagher N, Amunts K (2013) Development of cortical folding

during evolution and ontogeny. Trends Neurosci 36:275–284.