prior olmos, angel - los manuscritos de economia y filosofia de karl marx alianza ed. 1998

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Marx

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  • Karl Marx

    los, como catlicos, los partidarios del sistema dinerario y mercantilista, que slo ven la propiedad privada como una esencia objetiva para el hombre. Por eso Engels ha llamado con razn a Adam Smith el Lutero de la Economa. As como Lutero reconoci en la religin, en la .fe, la esencia del mundo real y se opuso por ello al paganismo catlico; as como l super la religiosidad ex-terna, al hacer de la religiosidad la esencia ntima del hombre; as como l neg el sacerdote exterior al laico; as tambin es supera-da la riqueza que se encuentra fuera del hombre y es independien-te de l -que ha de ser, pues, afirmada y mantenida slo de un modo exterior-, es decir, es superada sta su objetividad exterior y sin pensamiento, al incorporarse la propiedad privada al hombre mismo y reconocerse el hombre mismo como su esencia; as, sin embargo, queda el hombre determinado por la propiedad privada, como en Lutero queda determinado por la Religin. Bajo la apa-riencia de un reconocimiento del hombre, la Economa Poltica, cuyo principio es el trabajo, es ms bien la consecuente realizacin de la negacin del hombre al no encontrarse ya l mismo en una tensin exterior con la esencia exterior de la propiedad privada, sino haberse convertido el mismo en la tensa esencia de la propie-dad privada. Lo que antes era ser .fuera de s, enajenacin real del hombre, se ha convertido ahora en el acto de la enajenacin, en enajenacin de s. Si esa Economa Poltica comienza, pues, con un reconocimiento aparente del hombre, de su independencia, de su li-bre actividad, etctera, al trasladar a la esencia misma del hombre la propiedad privada, no puede ya ser condicionada por las deter-minaciones locales, nacionales, etc., de la propiedad privada como un ser que exista .fuera de ella, es decir, si esa Economa Poltica desarrolla una energa cosmopolita, general, que derriba todo lmite y toda atadura, para situarse a s misma en su lugar como la nica poltica, la nica generalidad, el lmite nico, la nica atadura, as tambin ha de arrojar ella en su posterior desarrollo esta hipo-cresa y ha de aparecer en su total cinismo. Y esto lo hace (des-preocupada de todas las contradicciones en que la enreda esta doc-trina) al revelar de forma ms unilateral y por esto ms aguda y ms consecuente, que el trabajo es la esencia nica de la riqueza, probar la inhumanidad de las consecuencias de esta doctrina, en oposicin a aquella concepcin originaria, y dar, por ltimo, el golpe de gracia a aquella ltima forma de existencia individual, na-

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  • Manuscritos: econom1a y filosofia

    tural, independiente del trabajo, de la propiedad privada y fuente de riqueza: la renta de la tierra, esta expresin de la propiedad feu-dal ya totalmente economificada e incapaz por eso de rebelda contra la Economa Poltica (Escuela de Ricardo). No slo au-menta el cinismo de la Economa Poltica relativamente a partir de Smith, pasando por Say, hasta Ricardo, Mili, etc., en la medida en que a estos ltimos se les ponen ante los ojos, de manera ms de-sarrollada y llena de contradicciones, las consecuencias de la In-dustria; tambin positivamente van conscientemente cada vez ms lejos que sus predecesores en el extraamiento respecto del hom-bre, y esto nicamente porque su ciencia se desarrolla de forma ms verdadera y consecuente. Al hacer de la propiedad privada en su forma activa sujeto, esto es, al hacer simultneamente del hom-bre una esencia, y del hombre como no ser un ser, la contradiccin de la realidad se corresponde plenamente con el ser contradictorio que han reconocido como principio. La desgarrada (II) realidad de la industria confirma su principio desgarrado en s mismo lejos de refutarlo. Su principio es justamente el principio de este desgarra-miento.

    La teoria fisiocrtica del Dr. Quesnay representa el trnsito del mercantilismo a Adam Smith. La ftsiocracia es, de forma directa, la disolucin econmico-poltica de la propiedad feudal, pero por esto, de manera igualmente directa, la transformacin econmico-politica, la reposicin de la misma. con la sola diferencia de que su lenguaje no es ya feudal, sino econmico. Toda riqueza se resuelve en tierra y agricultura. La tierra no es an capital, es todava una especial forma de existencia del mismo que debe valer en su natu-ralidad, especialidad, y a causa de ella; pero la tierra es, sin embar-go, un elemento natural general, en tanto que el sistema mercanti-lista no conoca otra existencia de la riqueza que el metal noble. El objeto de la riqueza. su materia, ha recibido pues al mismo tiempo, la mayor generalidad dentro de los lmites de la naturaleza en la medida en que, como naturaleza, es tambin inmediatamente ri-queza objetiva. Y la tierra solamente es para el hombre mediante el trabajo, mediante la agricultura. La esencia subjetiva de la riqueza se traslada, por tanto, al trabajo. Al mismo tiempo, no obstante, la agricultura es el nico trabajo productivo. Todava el trabajo no es entendido en su generalidad y abstraccin; est ligado an como a su materia, a un elemento natural especial; slo es conocido todava

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  • Karl Marx

    en una especial forma de existencia naturalmente determinada. Por eso no es todava ms que una enajenacin del hombre deter-minada. especial, lo mismo que su producto es comprendido an como una riqueza determinada, ms dependiente de la naturaleza del trabajo mismo. La tierra se reconoce aqu todava como una existencia natural, independiente del hombre, y no como capital, es decir, no como un momento del trabajo mismo. Ms bien aparece el trabajo como momento suyo. Sin embargo, al reducirse el fetichis-mo de la antigua riqueza exterior, que exista slo como un objeto, a un elemento natural muy simple, y reconocerse su esencia, aunque sea slo parcialmente, en su existencia subjetiva bajo una forma es-pecial, est ya iniciado necesariamente el siguiente paso de reco-nocer la esencia general de la riqueza y elevar por ello a principio el trabajo en su forma ms absoluta, es decir, abstracta. Se le pro-baria a la fisiocracia que desde el punto de vista econmico, el nico justificado, la agricultura no es distinta de cualquier otra in-dustria, que la esencia de la riqueza no es, pues, un trabajo deter-minado, un trabajo ligado a un elemento especial, una determinada exteriorizacin del trabajo, sino el trabajo en general.

    La fisiocracia niega la riqueza especial, exterior, puramente ob-jetiva, al declarar que su esencia es el trabajo. Pero de momento el trabajo es para ella nicamente la esencia subjetiva de la propiedad territorial (parte del tipo de propiedad que histricamente aparece como dominante y reconocida); solamente a la propiedad territorial le permite convertirse en hombre enajenado. Supera su carcter feudal al declarar como su esencia la industria (agricultura); pero se comporta negativamente con el mundo de la industria, reconoce la esencia feudal, al declarar que la agricultura es la nica industria.

    Se comprende que tan pronto como se capta la esencia subje-tiva de la industria que se constituye en oposicin a la propiedad territorial, es decir, como industria, esta esencia incluye en s a aquel su contrario. Pues as como la industria abarca a la propiedad territorial superada, as tambin su esencia subjetiva abarca, al mismo tiempo, a la esencia subjetiva de sta.

    Del mismo modo que la propiedad territorial es la primera forma de la propiedad privada, del mismo modo que histrica-mente la industria se le opone inicialmente slo como una forma especial de propiedad (o, ms bien, es el esclavo librado de la propiedad territorial), as tambin se repite este proceso en la com-

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  • Manuscritos: economa y filosofa

    prensin cientfica de la esencia subjetiva de la propiedad privada, en la comprensin cientfica del trabajo; el trabajo aparece prime-ro nicamente como trabajo agrcola, para hacerse despus valer como trabajo en general.

    (ill) Toda riqueza se ha convertido en riqueza industrial, en ri-queza del trabajo, y la industria es el trabajo concluido y pleno del mismo modo que el sistema fabril es la esencia perfeccionada de la industria, es decir, del trabajo, y el capital industrial es la forma objetivo conclusa de la propiedad privada.

    Vemos cmo slo ahora puede perfeccionar la propiedad pri-vada su dominio sobre el hombre y convertirse, en su forma ms general, en un poder histrico-universal.

    Propiedad privada y comunismo

    ... a la pg. XXXIX. Pero la oposicin entre carencia de propie-dad y propiedad es una oposicin todava indiferente, no captada an en su relacin activa, en su conexin interna, no captada an como contradiccin, mientras no se la comprenda como la oposi-cin de trabajo y capital. Incluso sin el progresivo movimiento de la propiedad privada que se da, por ejemplo: en la antigua Roma, en Turqua, etc., puede expresarse esta oposicin en la primera for-ma. As no aparece an como puesta por la propiedad privada misma. Pero el trabajo, la esencia subjetiva de la propiedad priva-da como exclusin de la propiedad, y el capital, el trabajo objetivo como exclusin del trabajo, son la propiedad privada como una re-lacin desarrollada hasta la contradiccin y por ello una relacin enrgica que impulsa a la disolucin.

    ad. ibidem. La superacin del extraamiento de s mismo sigue el mismo camino que ste. En primer lugar la propiedad privada es contemplada slo en su aspecto objetivo, pero considerando el trabajo como su esencia. Su forma de existencia es por ello el ca-pital, que ha de ser superado en cuanto tal (Proudhon). O se toma una forma especial de trabajo (el trabajo nivelado, parcelado y, en consecuencia, no libre) como fuente de la nocividad de la propiedad privada y de su existencia extraa al hombre (Fourier, quien, de acuerdo con los fisicratas, considera de nuevo el traba-jo agrcola como el trabajo por excelencia; Saint Simon, por el -55

  • Karl Marx

    contrario, declara que el trabajo industrial, como tal, es la esencia y aspira al dominio exclusivo de los industriales y al mejoramiento de la situacin de los obreros). El comunismo, finalmente, es la ex-presin positiva de la propiedad privada superada; es, en primer lu-gar, la propiedad privada general. Al tomar esta relacin en su generalidad, el comunismo es: 1.0 ) En su primera forma solamen-te una generalizacin y conclusin de la misma; como tal se mues-tra en una doble forma: de una parte el dominio de la propiedad material es tan grande frente a l, que l quiere aniquilar todo lo que no es susceptible de ser posedo por todos como propiedad pri-vada; quiere prescindir de forma violenta del talento, etc. La po-sesin fsica inmediata representa para l la fmalidad nica de la vida y de la existencia; el destino del obrero no es superado, sino extendido a todos los hombres; la relacin de la propiedad privada contina siendo la relacin de la comunidad con el mundo de las cosas; finalmente se expresa este movimiento de oponer a la pro-piedad privada la propiedad general en la forma animal que quiere oponer al matrimonio (que por lo dems es una forma de la pro-piedad privada exclusiva) la comunidad de las mujeres, en que la mujer se convierte en propiedad comunal y comn. Puede decirse que esta idea de la comunidad de mujeres es el secreto a voces de este comunismo todava totalmente grosero e irreflexivo. Asi corno la mujer sale del matrimonio para entrar en la prostitucin general, as tambin el mundo todo de la riqueza, es decir, de la esencia ob-jetiva del hombre, sale de la relacin del matrimonio exclusivo con el propietario privado para entrar en la relacin de la prostitucin universal con la comunidad. Este comunismo, al negar por com-pleto la personalidad del hombre, es justamente la expresin lgi-ca de la propiedad privada, que es esta negacin. La envidia gene-ral y constituida en poder no es sino la forma escondida en que la codicia se establece y, simplemente, se satisface de otra manera. La idea de toda propiedad privada en cuanto tal se vuelve, por lo menos, contra la propiedad privada ms rica como envidia y deseo de nivelacin, de manera que son estas pasiones las que integran el ser de la competencia. El comunismo grosero no es ms que el re-mate de esta codicia y de esta nivelacin a partir del mnimo re-presentado. Tiene una medida determinada y limitada. Lo poco que esta superacin de la propiedad privada tiene de verdadera apropiacin lo prueba justamente la negacin abstracta de todo el

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  • Manuscritos: economa y filosofia

    mundo de la educacin y de la civilizacin, el regreso a la antina-tural (IV) simplicidad del hombre pobre y sin necesidades, que no slo no ha superado la propiedad privada, sino que ni siquiera ha llegado hasta ella.

    La comunidad es slo una comunidad de trabajo y de la igual-dad del salario que paga el capital comn: la comunidad como ca-pitalista general. Ambos trminos de la relacin son elevados a una generalidad imaginaria: el trabajo como la determinacin en que todos se encuentran situados, el capital como la generalidad y el poder reconocidos de la comunidad.

    En la relacin con la mujer, como presa y servidora de la luju-ria comunitaria, se expresa la infinita degradacin en la que el hombre existe para si mismo, pues el secreto de esta relacin tiene su expresin inequvoca, decisiva, manifiesta, revelada, en la rela-cin del hombre con la mujer y en la forma de concebir la inme-diata y natural relacin genrica. La relacin inmediata, natural y necesaria del hombre con el hombre, es la relacin del hombre con la mujer. En esta relacin natural de los gneros, la relacin del hombre con la naturaleza es inmediatamente su relacin con el hombre, del mismo modo que la relacin con el hombre es inme-diatamente su relacin con la naturaleza, su propia determinacin natural. En esta relacin se evidencia, pues, de manera sensible. re-ducida a un hecho visible, en qu medida la esencia humana se ha convertido para el hombre en naturaleza o en qu medida la natu-raleza se ha convertido en esencia humana del hombre. Con esta relacin se puede juzgar el grado de cultura del hombre en su to-talidad. Del carcter de esta relacin se deduce la medida en que el hombre se ha convertido en ser genrico, en hombre, y se ha com-prendido como tal; la relacin del hombre con la mujer es la rela-cin ms natural del hombre con el hombre. En ella se muestra en qu medida la conducta natural del hombre se ha hecho humana o en qu medida su naturaleza humana se ha hecho para l natura-leza. Se muestra tambin en esta relacin la extensin en que la ne-cesidad del hombre se ha hecho necesidad humana. en qu exten-sin el otro hombre en cuanto hombre se ha convertido para l en necesidad; en qu medida l, en su ms individual existencia, es, al mismo tiempo, ser colectivo.

    La primera superacin positiva de la propiedad privada, el co-munismo grosero, no es por tanto ms que una forma de mostrar-

  • Karl Marx

    se la vileza de la propiedad privada que se quiere instaurar como comunidad positiva.

    2.0 ) El comunismo a) An de naturaleza poltica, democrtica; ~) Con su superacin del Estado, pero al mismo tiempo an con esencia incompleta y afectada por la propiedad privada, es decir, por la enajenacin del hombre. En ambas formas el comunismo se conoce ya como reintegracin o vuelta a s del hombre, como su-peracin del extraamiento del s del hombre, pero como no ha captado todava la esencia positiva de la propiedad privada, y me-nos an ha comprendido la naturaleza humana de la necesidad, est an prisionero e infectado por ella. Ha comprendido su concepto, pero an no su esencia.

    3.0 ) El comunismo como superacin positiva de la propiedad privada en cuanto autoextraamiento del hombre, y por ello como apropiacin real de la esencia humana por y para el hombre; por ello corno retomo del hombre para si en cuanto hombre social, es decir, humano; retorna pleno, consciente y efectuado dentro de toda la riqueza de la evolucin humana hasta el presente. Este comunis-mo es, como completo naturalismo = humanismo, como completo humanismo = naturalismo; es la verdadera solucin del conflicto en-tre el hombre y la naturaleza, entre el hombre y el hombre, la solu-cin definitiva del litigio entre existencia y esencia, entre objetiva-cin y autoafirmacin, entre libertad y necesidad, entre individuo y gnero. Es el enigma resuelto de la historia y sabe que es la solucin.

    (V) El movimiento entero de la historia es, por ello, tanto su generacin real--el nacimiento de su existencia emprica- como, para su conciencia pensante, el movimiento comprendido y cono-cido de su devenir. Mientras tanto, aquel comunismo an incom-pleto busca en las figuras histricas opuestas a la propiedad priva-da, en lo existente, una prueba en su favor, arrancando momentos particulares del movimiento (Cabet, Villegardelle, etctera, cabal-gan especialmente sobre este caballo) y presentndolos como prue-bas de su florecimiento histrico pleno, con lo que demuestra que la parte inmensamente mayor de este movimiento contradice sus afirmaciones y que, si ha sido ya una vez, su ser pasado contradice precisamente su pretensin a la esencia.

    Es fcil ver la necesidad de que todo movimiento revoluciona-rio encuentre su base, tanto emprica como terica, en el movi-miento de la propiedad privada. en la Economa.

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  • Manuscritos: economia y filosofa

    Esta propiedad privada material, inmediatamente sensible, es la expresin material y sensible de la vida humana enajenada. Su movimiento -la produccin y el consumo-- es la manifestacin sensible del movimiento de toda la produccin pasada, es decir, de la realizacin o realidad del hombre. Religin, familia, Estado, derecho, moral, ciencia, arte, etc., no son ms que formas especia-les de la produccin y caen bajo su ley general. La superacin positiva de la propiedad privada como apropiacin de la vida hu-mana es por ello la superacin positiva de toda enajenacin, esto es, la vuelta del hombre desde la Religin, la familia, el Estado, etc., a su existencia humana, es decir, social. La enajenacin reli-giosa, como tal, transcurre slo en el dominio de la conciencia, del fuero interno del hombre, pero la enajenacin econmica pertene-ce a la vida real; su superacin abarca por ello ambos aspectos. Se comprende que el movimiento tome su primer comienzo en los distintos pueblos en distinta forma, segn que la verdadera vida re-conocida del pueblo transcurra ms en la conciencia o en el mundo exterior, sea ms la vida ideal o la vida material. El comunismo empieza en seguida con el atesmo (Owen), el atesmo inicialmen-te est an muy lejos de ser comunismo, porque aquel atesmo es an ms bien una abstraccin* ...

    La filantropa del atesmo es, por esto, en primer lugar, sola-mente una filantropa .filosfica abstracta, la del comunismo es in-mediatamente real y directamente tendida hacia la accin.

    Hemos visto cmo, dado el supuesto de la superacin positiva de la propiedad privada, el hombre produce al hombre, a s mismo y al otro hombre; cmo el objeto, que es la realizacin inmediata de su individualidad, es al mismo tiempo su propia existencia para el otro hombre, la existencia de ste y la existencia de ste para l. Pero, igualmente, tanto el material del trabajo como el hombre en cuanto sujeto son, al mismo tiempo, resultado y punto de partida del movimiento (en el hecho de que han de ser este punto de par-tida reside justamente la necesidad histrica de la propiedad pri-vada). El carcter social es, pues, el carcter general de todo el mo-

    La prostitucin es slo una expresin especial de la general prostitucin del trabajador, y como la prostitucin es una relacin en la que no slo entra el prostituido. sino tambin el prostituyente -cuya ignonimia es an mayor-, tambin el capitalista entra en esta categora. (Nota de Marx.) -59

  • Karl Marx

    vimiento; as como es la sociedad misma la que produce al hombre en cuanto hombre, as tambin es producida por l. La actividad y el goce son tambin sociales, tanto en su modo de existencia como en su contenido; actividad social y goce social. La esencia huma-na de la naturaleza no existe ms que para el hombre social, pues slo as existe para l como vnculo con el hombre, como existen-cia suya para el otro y existencia del otro para l, como elemento vital de la realidad humana; slo as existe como fundamento de su propia existencia humana. Slo entonces se convierte para l su existencia natural en su existencia humana, la naturaleza en hom-bre. La sociedad es, pues, la plena unidad esencial del hombre con la naturaleza, la verdadera resurreccin de la naturaleza, el na-turalismo realizado del hombre y el realizado humanismo de la na-turaleza.

    (VI) La actividad social y el goce social no existen. ni mucho menos, en la forma nica de una actividad inmediatamente co-munitaria y de un goce inmediatamente comunitario, aunque la ac-tividad comunitaria y el goce comunitario, es decir, la actividad y el goce que se exteriorizan y afirman inmediatamente en real so-ciedad con otros hombres, se realizarn dondequiera que aquella expresin inmediata de la sociabilidad se funde en la esencia de su ser y se adece a su naturaleza.

    Pero incluso cuando yo slo acto cient(ficamente, etc., en una actividad que yo mismo no puedo llevar a cabo en comunidad in-mediata con otros, tambin soy social, porque acto en cuanto hom-bre. No slo el material de mi actividad (como el idioma, merced al que opera el pensador) me es dado como producto social, sino que mi propia existencia es actividad social, porque lo que yo hago lo hago para la sociedad y con conciencia de ser un ente social.

    Mi conciencia general es slo la forma terica de aquello cuya forma viva es la comunidad real, el ser social, en tanto que hoy en da la conciencia general es una abstraccin de la vida real y como tal se le enfrenta. De aqu tambin que la actividad de mi concien-cia general, como tal, es mi existencia terica como ser social.

    Hay que evitar ante todo el hacer de nuevo de la sociedad una abstraccin frente al individuo. El individuo es el ser social. Su exteriorizacin vital (aunque no aparezca en la forma inmediata de una exteriorizacin vital comunitaria, cumplida en unin de otros) es as una exteriorizacin y afirmacin de la vida social. La vida -60

  • Manuscritos: economa y filosofia

    individual y la vida genrica del hombre no son distintas, por ms que, necesariamente, el modo de existencia de la vida individual sea un modo ms particular o ms general de la vida genrica, o sea la vida genrica una vida individual ms particular o general.

    Como conciencia genrica afirma el hombre su real vida social y no hace ms que repetir en el pensamiento su existencia real, as como, a la inversa. el ser genrico se afirma en la conciencia ge-nrica y es para s, en su generalidad, como ser pensante.

    El hombre asi, por ms que sea un individuo particular (y jus-tamente es su particularidad la que hace de l un individuo y un ser social individual real), es, en la misma medida, la totalidad, la to-talidad ideal, la existencia subjetiva de la sociedad pensada y sen-tida para s, del mismo modo que tambin en la realidad existe como intuicin y goce de la existencia social y como una totalidad de exteriorizacin vital humana.

    Pensar y ser estn. pues, diferenciados y, al mismo tiempo, en unidad el uno con el otro.

    La muerte parece ser una dura victoria del gnero sobre el indi-viduo y contradecir la unidad de ambos; pero el individuo determi-nado es slo un ser genrico determinado y, en cuanto tal, mortal.

    4) Comoquiera que la propiedad privada es slo la expresin sensible del hecho de que el hombre se hace objetivo para si y, al mismo tiempo, se convierte ms bien en un objeto extrao e inhu-mano, del hecho de que su exteriorizacin vital es su enajenacin vi-tal y su realizacin su desrealizacin, una realidad extraa. la supe-racin positiva de la propiedad privada, es decir, la apropiacin sensible por y para el hombre de la esencia y de la vida humanas, de las obras humanas, no ha de ser concebida slo en el sentido del goce inmediato, exclusivo, en el sentido de la posesin, del tener. El hombre se apropia su esencia universal de forma universal, es decir, como hombre total. Cada una de sus relaciones humanas con el mundo (ver, or, oler, gustar, sentir, pensar, observar, percibir, de-sear, actuar, amar) en resumen, todos los rganos de su individuali-dad, como los rganos que son inmediatamente comunitarios en su forma (VII), son, en su comportamiento objetivo, en su comporta-miento hacia el objeto, la apropiacin de ste. La apropiacin de la realidad humana. su comportamiento hacia el objeto, es la afirma-cin de la realidad humana; es, por esto, tan polifactica como mltiples son las determinaciones esenciales y las actividades del -61

  • Kart Marx

    hombre; es la eficacia humana y el sufrimiento del hombre, pues el sufrimiento, humanamente entendido, es un goce propio del hombre.

    La propiedad privada nos ha hecho tan estpidos y unilaterales que un objeto slo es nuestro cuando lo tenemos, cuando existe para nosotros como capital o cuando es inmediatamente posedo, comido, bebido, vestido, habitado, en resumen, utilizado por no-sotros. Aunque la propiedad privada concibe, a su vez, todas esas realizaciones inmediatas de la posesin slo como medios de vida y la vida a la que sirven como medios es la vida de la propiedad, el trabajo y la capitalizacin.

    En lugar de todos los sentidos fisicos y espirituales ha apareci-do as la simple enajenacin de todos estos sentidos, el sentido del tener. El ser humano tena que ser reducido a esta absoluta pobre-za para que pudiera alumbrar su riqueza interior (sobre la categora del tener, vase Hess, en los Einundzwanzig Bogen).

    La superacin de la propiedad privada es por ello la emanci-pacin plena de todos los sentidos y cualidades humanos; pero es esta emancipacin precisamente porque todos estos sentidos y cualidades se han hecho humanos, tanto en sentido objetivo como subjetivo. El ojo se ha hecho un ojo humano, as como su objeto se ha hecho un objeto social, humano, creado por el hombre para el hombre. Los sentidos se han hecho as inmediatamente tericos en su prctica. Se relacionan con la cosa por amor de la cosa, pero la cosa misma es una relacin humana objetiva para s y para el hombre y viceversa*. Necesidad y goce han perdido con ello su na-turaleza egosta y la naturaleza ha perdido su pura utilidad, al convertirse la utilidad en utilidad humana.

    Igualmente, los sentidos y el goce de los otros hombres se ha convertido en mi propia apropiacin. Adems de estos rganos in-mediatos se constituyen as rganos sociales, en la forma de la sociedad; as, por ejemplo, la actividad inmediatamente en socie-dad con otros, etc., se convierte en un rgano de mi manifestacin vital y un modo de apropiacin de la vida humana.

    Es evidente que el ojo humano goza de modo distinto que el ojo bruto, no humano, que el odo humano goza de manera distin-ta que el bruto, etc.

    Slo puedo relacionarme en la prctica de un modo humano con la cosa cuando la cosa se relaciona humanamente con el hombre. (Nota de Marx.)

  • Manuscritos: economia y filosofa

    Como hemos visto, nicamente cuando el objeto es para el hombre objeto humano u hombre objetivo deja de perderse el hombre en su objeto. Esto slo es posible cuando el objeto se con-vierte para l en objeto soda/ y l mismo se convierte en ser social y la sociedad. a travs de este objeto, se convierte para l en ser.

    As, al hacerse para el hombre en sociedad, la realidad objetiva realidad de las fuerzas humanas esenciales, realidad humana y, por ello, realidad de sus propias fuerzas esenciales, se hacen para l todos los objetos objetivacion de s mismo, objetos que afirman y realizan su individualidad, objetos suyos, esto es, l mismo se hace objeto. El modo en que se hagan suyos depende de la naturaleza del objeto y de la naturaleza de la fuerza esencial a ella corres-pondiente, pues justamente la certeza de esta relacin configura el modo determinado, real, de la afirmacin. Un objeto es distinto para el ojo que para el odo y el objeto del ojo es distinto que el del odo. La peculiaridad de cada fuerza esencial es precisamente su ser peculiar. luego tambin el modo peculiar de su objetivacin. de su ser objetivo real, de su ser vivo. Por esto el hombre se afirma en el mundo objetivo no slo en pensamiento (VIII), sino con todos los sentidos.

    De otro modo, y subjetivamente considerado, as como slo la msica despierta el sentido musical del hombre, as como la ms bella msica no tiene sentido alguno para el odo no musical, no es objeto, porque mi objeto slo puede ser la afirmacin de una de mis fuerzas esenciales, es decir, slo es para m en la medida en que mi fuerza es para l como capacidad subjetiva, porque el sen-tido del objeto para m (solamente tiene un sentido a l correspon-diente) llega justamente hasta donde llega mi sentido, as tambin son los sentidos del hombre social distintos de los del no social. Slo a travs de la riqueza objetivamente desarrollada del ser hu-mano es, en parte cultivada, en parte creada, la riqueza de la sen-sibilidad humana subjetiva, un odo musical, un ojo para la belleza de la forma. En resumen, slo as se cultivan o se crean sentidos capaces de goces humanos, sentidos que se afirman como fuerzas esenciales humanas. Pues no slo los cinco sentidos, sino tam-bin los llamados sentidos espirituales. los sentidos prcticos (vo-luntad, amor, etc.), en una palabra, el sentido humano, la humani-dad de los sentidos, se constituyen nicamente mediante la existencia de su objeto, mediante la naturaleza humanizada. La for--63

  • Karl Marx

    macin de los cinco sentidos es un trabajo de toda la historia uni-versal hasta nuestros das. El sentido que es presa de la grosera ne-cesidad prctica tiene slo un sentido limitado. Para el hombre que muere de hambre no existe la forma humana de la comida. sino nicamente su existencia abstracta de comida; sta bien podra presentarse en su forma ms grosera, y sera imposible decir en-tonces en qu se distingue esta actividad para alimentarse de la ac-tividad animal para alimentarse. El hombre necesitado, cargado de preocupaciones, no tiene sentido para el ms bello espectculo. El traficante en minerales no ve ms que su valor comercial, no su be-lleza o la naturaleza peculiar del mineral, no tiene sentido minera-lgico. La objetivacin de la esencia humana, tanto en sentido te-rico como en sentido prctico, es, pues, necesaria tanto para hacer humano el sentido del hombre como para crear el sentido humano correspondiente a la riqueza plena de la esencia humana y natural.

    As como la sociedad en formacin encuentra a travs del mo-vimiento de la propiedad privada. de su riqueza y su miseria -o de su riqueza y su miseria espiritual y material- todo el material para esta formacin. as la sociedad constituida produce, como su rea1idad durable, al hombre en esta plena riqueza de su ser, al hombre rica y profundamente dotado de todos los sentidos.

    Se ve, pues, cmo solamente en el estado social subjetivismo y objetivismo, espiritualismo y materialismo, actividad y pasividad, dejan de ser contrarios y pierden con ello su existencia como tales contrarios; se ve cmo la solucin de las mismas oposiciones te-ricas slo es posible de modo prctico, slo es posible mediante la energa prctica del hombre y que, por ello, esta solucin no es, en modo alguno, tarea exclusiva del conocimiento, sino una verdade-ra tarea vital que la Filosofia no pudo resolver precisamente porque la entenda nicamente como tarea terica.

    Se ve cmo la historia de la industria y la existencia, que se ha hecho objetiva. de la industria, son el libro abierto de las .fuerzas humanas esenciales, la psicologa humana abierta a los sentidos, que no haba sido concebida hasta ahora en su conexin con la esencia del hombre, sino slo en una relacin externa de utilidad, porque, movindose dentro del extraamiento, slo se saba captar como realidad de las fuerzas humanas esenciales y como accin humana genrica la existencia general del hombre, la Religin o la Historia en su esencia general y abstracta, como Poltica, Arte, -64

  • Manuscritos: economa y filosofa

    Literatura, etc. (IX) En la industria material ordinaria (que puede concebirse como parte de aquel movimiento general. del mismo modo que puede concebirse a ste como una parte especial de la industria, pues hasta ahora toda actividad humana era trabajo, es decir, industria, actividad extraada de si misma) tenemos ante nosotros, bajo la forma de objetos sensibles, extraos y tiles. bajo la forma de la enajenacin, las fuerzas esenciales objetivadas del hombre. Una psicologa para la que permanece cerrado este li-bro, es decir, justamente la parte ms sensiblemente actual y acce-sible de la Historia, no puede convertirse en una ciencia real con verdadero contenido. Qu puede pensarse de una ciencia que or-gul/osamente hace abstraccin de esta gran parte del trabajo hu-mano y no se siente inadecuada en tanto que este extenso caudal del obrar humano no le dice otra cosa que lo que puede, si acaso, decirse en una sola palabra: , vulgar necesidad>>?

    Las ciencias naturales han desarrollado una enorme actividad y se han adueado de un material que aumenta sin cesar. La filosofa, sin embargo, ha permanecido tan extraa para ellas como ellas para la filosofa. La momentnea unin fue slo unafantstica ilu-sin. Exista la voluntad, pero faltaban los medios. La misma his-toriografia slo de pasada se ocupa de las ciencias naturales en cuanto factor de ilustracin, de utilidad, de grandes descubrimientos particulares. Pero en la medida en que, mediante la industria, la Ciencia natural se ha introducido prcticamente en la vida humana, la ha transformado y ha preparado la emancipacin humana, tena que completar inmediatamente la deshumanizacin. La industria es la relacin histrica real de la naturaleza (y, por ello, de la Ciencia natural) con el hombre; por eso, al concebirla como desvelacin esotrica de las .fuerzas humanas esenciales, se comprende tambin la esencia humana de la naturaleza o la esencia natural del hombre; con ello pierde la Ciencia natural su orientacin abstracta, material, o mejor idealista, y se convierte en base de la ciencia humana, del mismo modo que se ha convertido ya (aunque en forma enajenada) en base de la vida humana real. Dar una base a la vida y otra a la ciencia es, pues, de antemano, una mentira. La naturaleza que se desarrolla en la historia humana (en el acto de nacimiento de la so-ciedad humana) es la verdadera naturaleza del hombre; de ah que la naturaleza, tal como, aunque en forma enajenada, se desarrolla en la industria, sea la verdadera naturaleza antropolgica. -65

  • Karl Marx

    La sensibilidad (vase Feuerbach) debe ser la base de toda ciencia. Slo cuando parte de ella en la doble forma de conciencia sensible y de la necesidad sensible, es decir, slo cuando parte de la naturaleza, es la ciencia verdadera ciencia. La Historia toda es la historia preparatoria de la conversin del hombre en objeto de la conciencia sensible y de la necesidad del

  • Manuscritos: economia y filosofia

    tencia. Un hombre que vive por gracia de otro se considera a s mismo un ser dependiente. Vivo, sin embargo, totalmente por gra-cia de otro cuando le debo no slo el mantenimiento de mi vida, sino que l adems ha creado mi vida, es la .fuente de mi vida; y mi vida tiene necesariamente fuera de ella el fundamento cuando no es mi propia creacin. La creacin es, por ello, una representacin muy difcilmente eliminable de la conciencia del pueblo. El ser por s mismo de la naturaleza y del hombre le resulta inconcebible porque contradice todos los hechos tangibles de la vida prctica.

    La creacin de la tierra ha recibido un potente golpe por parte de la Geognosia, es decir, de la ciencia que explica la constitucin de la tierra, su desarrollo, como un proceso, como autognesis. La generatio aequivoca es la nica refutacin prctica de la teora de la creacin.

    Ahora bien, es realmente fcil decirle al individuo aislado lo que ya Aristteles dice: Has sido engendrado por tu padre y tu ma-dre, es decir, ha sido el coito de dos seres humanos, un acto gen-rico de los hombres, lo que en ti ha producido al hombre. Ves, pues, que incluso fsicamente el hombre debe al hombre su exis-tencia. Por esto no debes fijarte tan slo en un aspecto, el progreso infinito; y preguntar sucesivamente: Quin engendr a mi padre? Quin engendr a su abuelo?, etc. Debes fijarte tambin en el movimiento circular, sensiblemente visible en aquel progreso, en el cual el hombre se repite a s mismo en la procreacin, es decir, el hombre se mantiene siempre como sujeto. T contestars, sin em-bargo: le concedo este movimiento circular, concdeme t el pro-greso que me empuja cada vez ms lejos, hasta que pregunto, quin ha engendrado el primer hombre y la naturaleza en general? Slo puedo responder: tu pregunta misma es un producto de la abs-traccin. Pregntate cmo has llegado a esa pregunta: pregntate si tu pregunta no proviene de un punto de vista al que no puedo res-ponder porque es absurdo. Pregntate si ese progreso existe como tal para un pensamiento racional. Cuando preguntas por la creacin del hombre y de la naturaleza haces abstraccin del hombre y de la naturaleza. Los supones como no existentes y quieres que te los pruebe como existentes. Ahora te digo, prescinde de tu abstraccin y as prescindirs de tu pregunta, o si quieres aferrarte a tu abs-traccin, s consecuente, y si aunque pensando al hombre y a la na-turaleza como no existente (IX) piensas, pinsate a ti mismo como -67

  • Karl Marx

    no existente, pues t tambin eres naturaleza y hombre. No pienses, no me preguntes, pues en cuanto piensas y preguntas pierde todo sentido tu abstraccin del ser de la naturaleza y del hombre. O eres tan egosta que supones todo como nada y quieres ser slo t?

    Puedes replicarme: no supongo la nada de la naturaleza, etc.: te pregunto por su acto de nacimiento, como pregunto al anatomista por la formacin de los huesos, etc.

    Sin embargo, como para el hombre socialista toda la llamada historia universal no es otra cosa que la produccin del hombre por el trabajo humano, el devenir de la naturaleza para el hombre tiene as la prueba evidente, irrefutable, de su nacimiento de s mismo, de su proceso de originacin. Al haberse hecho evidente de una manera prctica y sensible la esencialidad del hombre en la natu-raleza; al haberse evidenciado, prctica y sensiblemente, el hombre para el hombre como existencia de la naturaleza y la naturaleza para el hombre como existencia del hombre, se ha hecho prctica-mente imposible la pregunta por un ser extrao, por un ser situado por encima de la naturaleza y del hombre (una pregunta que en-cierra el reconocimiento de la no esencialidad de la naturaleza y del hombre). El atesmo, en cuanto negacin de esta carencia de esen-cialidad, carece ya totalmente de sentido, pues el atesmo es una negacin de Dios y afirma, mediante esta negacin, la existencia del hombre; pero el socialismo, en cuanto socialismo, no necesita ya de tal mediacin; l comienza con la conciencia sensible, te-rica y prctica, del hombre y la naturaleza como esencia. Es au-toconciencia positiva del hombre, no mediada ya por la superacin de la Religin, del mismo modo que la vida real es la realidad po-sitiva del hombre, no mediada ya por la superacin de la propiedad privada, el comunismo. El comunismo es la posicin como nega-cin de la negacin, y por eso el momento real necesario, en la evolucin histrica inmediata, de la emancipacin y recuperacin humana. El comunismo es la forma necesaria y el principio din-mico del prximo futuro, pero el comunismo en s no es la fmali-dad del desarrollo humano, la forma de la sociedad humana.

  • 3. Conceptos esenciales

    Alienacin (enajenacin, extraiiacin, trabajo enajenado) A partir del fenmeno de la prdida del trabajador del objeto de su trabajo Marx elabora la teora del trabajo enajenado, segn la cual el trabajo se torna a su productor como algo extrao, ajeno, como una prdida, separacin u oposicin de sus poderes propios. En este sentido la alienacin afecta a cuatro dimensiones del tra-bajador en cuanto ser humano: al producto de su trabajo, a su acti-vidad misma, a su ser o esencia genrica y a su sociabilidad, por tanto, a las principales caractersticas del hombre como son su ac-tividad, conciencia, libertad y universalidad.

    Alienacin religiosa Feuerbach analiza en La esencia del cristia-nismo el fenmeno por el cual el hombre proyecta en la religin sus caractersticas ms propias; la religin queda reducida a an-tropologa, Dios seria una extraacin o alienacin del hombre. Dice Feuerbach: Dios es el interior revelado del hombre, el hom-bre en cuanto expresado; la religin es la revelacin solemne de los tesoros ocultos del hombre; la confesin de sus pensamientos ms ntimos, la declaracin pblica de sus secretos de amom (La esencia del cristianismo, Salamanca, Sgueme, 1975, p. 62). Marx se vale a menudo de la analoga con la alienacin religiosa para -69

  • ngel Prior Olmos

    expresar lo que podrla llamarse la esencia de la propiedad privada, que jugara en el mbito econmico el lugar asignado por Feuer-bach a Dios.

    Atesmo Marx denomina atesmo o humanismo terico a la supe-racin negativa de la religin, ya que tiene un carcter esencial-mente terico-filosfico y no incluye el paso hacia la praxis ca-racterstico del comunismo. Marx toma el atesmo como elemento del proceso de reconocimiento terico y prctico del hombre y de la naturaleza y como punto de partida del proceso de emancipacin que culminar en el humanismo positivo.

    Capital (ganancia, renta, salario) Adam Smith desarrolla en La riqueza de las naciones su explicacin de los salarios del trabajo, los beneficios del capital y de la renta de la tierra, como las tres fuentes principales de produccin de riqueza. Marx profundiza esta divisin y se apoya en la constatacin de la economa poltica de que el trabajo es de todos ellos el principio bsico, para desde ah determinar que el trabajo produce el capital, aunque tambin seala que el trabajador existe como tal mientras hay un capital para l. Por otro lado en los Manuscritos elabora el planteamiento caracterstico de su pensamiento de la polarizacin de la sociedad capitalista en las clases del capital y del trabajador. Su teora es que el conjunto de las diferentes clases existentes desde la sociedad feudal ha ido simplificndose paulatinamente y adscribindose bien a la clase de los capitalistas (que termina por incluir a los terra-tenientes) o bien a la clase de los trabajadores. Por ello, la relacin bsica es la que se da entre trabajo y capital, dependiendo de la cual puede determinarse la situacin de la propiedad privada.

    Comunismo Marx critica dos formas de comunismo: a) la carac-terizada por la generalizacin de la propiedad privada y la comu-nidad de mujeres; b) el comunismo polftico, que suprime el Estado pero permanece afectado por la propiedad privada. Ms all de es-tas formas, defiende el comunismo como superacin positiva de la propiedad privada y apropiacin real del ser humano por y para el hombre, lo identifica con el humanismo prctico y lo seala como llamado a ser superado por el humanismo positivo, por lo que seria un factor necesario de la emancipacin, pero no la meta del desa-rrollo humano.

    -70

  • Conceptos esenciales

    Economa politica (economa nacional) Nombre con el que se conoce a la escuela de economistas que va de Smith a Ricardo. Su texto fundacional es La riqueza de las naciones, de Adam Smith. Marx inicia en los Manuscritos un largo proceso de lectura critica de la economa poltica que durar hasta el fin de su vida y del que El capital constituye la obra fundamental; valora ante todo la tesis de estos autores de considerar el trabajo como esencia principal de la riqueza. Smith subraya la importancia econmica de la produc-cin industrial, la divisin del trabajo y la extensin del mercado y sostiene la tesis de la armona fundamental entre el inters parti-cular y el inters general.

    Fisiocracia Escuela de economistas a la que Marx considera en Manuscritos como elemento de transicin entre el sistema mer-cantilista y Smith, y para quienes toda la riqueza se resuelve en tierra y agricultura. Su principal representante fue Quesnay. Otros de-fensores de esta tendencia fueron Mirabeau, Mercier de la Riviere y Turgot, que consideran la propiedad de la tierra como la forma autntica de la propiedad.

    Historia La historia subyace a la conceptualizacin en Manuscri-tos de la enajenacin y apropiacin de la esencia humana. Aparece como la obra de los hombres mediada por el trabajo. Marx pro-pugna la unin entre naturaleza e historia en la forma de una natu-raleza antropolgica, lo que tendra lugar en la misma historia, cuyo proceso entero es entendido como la procreacin real del comunismo, pero su meta seria la figura de una sociedad humana.

    Hombre (naturaleza humana, hombre genrico) La base de la teora de la enajenacin de los Manuscritos reposa en una concep-cin antropolgica sobre la esencia del hombre. Las notas funda-mentales del ser humano seran su carcter natural (forma parte de la naturaleza), social (la sociabilidad como su esencia), genrico (su relacin con el gnero propio y con otros gneros le confiere universalidad) y especfico (la conciencia y libertad como notas propias especficas). Esta esencia del hombre es alienada en la manifestacin del trabajo en la sociedad capitalista (cuya situacin vendra a suponer algo as como una teora de la existencia huma-na) y est llamada a recuperarse en el comunismo, entendido como apropiacin de los poderes propios del hombre. -71

  • ngel Prior Olmos

    Hombre rico (hombre total) El concepto de hombre rico o total requiere de la base del comunismo como presupuesto previo. Marx sustituye el concepto de riqueza de la economa poltica (de ca-rcter esencialmente econmico y basado en la divisin y contra-posicin de clases) por otro concepto cualitativo y antropolgico, en el que la mayor riqueza es el propio ser humano y en el que la misma pobreza econmica cobra significado humano. El hombre rico o total se apropia su ser universal universalmente, combina ha-cer y padecer, se despliega en todas y cada una de las relaciones humanas con el mundo (ver, oler, gustar ... ), constituye una imagen del hombre multifactico no supeditado a la divisin capitalista del trabajo.

    Humanismo (humanismo terico, prctico y positivo) Forma en la que Marx autodenomina su propia concepcin. El mximo de-sarrollo del humanismo se alcanzara con el humanismo positivo, entendido como apropiacin y a la vez superacin tanto del huma-nismo terico o atesmo como del humanismo prctico o comu-nismo. El humanismo consumado tambin puede ser conocido como naturalismo consumado. La unin de hombre y naturaleza constituye tanto el punto de partida ontolgico, como el fin de la historia en Marx. La concepcin que teoriza este planteamiento es el humanismo positivo.

    Ubertad (emancipacin) Segn la concepcin antropolgica de-sarrollada en los Manuscritos, la libertad, por un lado, seria la condicin especfica del hombre, lo propio del ser humano es que produzca -incluso desvinculado de las leyes de la necesidad fisi-ca- obedeciendo a las leyes de la belleza. Por otro lado, identifi-cada con la emancipacin indica el camino de superacin de la alienacin, subrayando la autonoma del hombre, su despliegue como rico o total.

    Mercantilismo Escuela de economistas desarrollada en el siglo XVII, caracterizada por considerar el oro y la plata, por tanto el di-nero, como principales fuentes de riqueza. Marx indica que la fi-siocracia de Quesnay supone la transicin entre el sistema mer-cantilista y Smith. Tesis caractersticas del mercantilismo son que hay que atesorar el oro y la plata de ultramar y desarrollar al m-ximo la produccin nacional.

  • Conceptos esendales

    NaturaHsmo Nombre con el que Marx tambin autodenomina su propia concepcin en los Manuscritos, lo plantea como idntico al humanismo y ambos constituiran epistemolgicamente una espe-cie de superacin de la anttesis entre materialismo e idealismo. Presenta la prctica como lugar de la resolucin de las antino-mias tericas caractersticas del pensamiento filosfico y de las que sera expresin la citada contraposicin entre materialismo e idea-lismo. Desde el punto de vista antropolgico, el naturalismo se ma-nifestara en un reconocimiento del papel de la sensibilidad huma-na, el desarrollo de todos los sentidos con su despliegue de toda la riqueza del ser humano.

    Objetivacin Marx distingue en los Manuscritos entre objetiva-cin y enajenacin. La objetivacin corresponde a la naturaleza humana, es decir, forma parte del proceso de relacin del hombre con la naturaleza, despliegue de sus fuerzas propias que requiere de la relacin con el objeto, con la naturaleza. La enajenacin, por su parte, es el proceso que tiene lugar en el capitalismo por el cual la objetivacin se transmuta en prdida del objeto para el trabajador. El objeto se le hace ajeno, extrao, en la medida en que es apro-piado por el capitalista. En otros pasajes del tercer manuscrito, Marx critica a Hegel porque en la Fenomenologa del espritu convierte en idnticas la objetivacin y la enajenacin, lo que en definitiva tambin viene a hacer la economa poltica. De la dis-tincin entre ambos trminos se sigue el planteamiento de que la objetivacin es esencial, corresponde a la naturaleza humana, mientras que la enajenacin es histrica, transitoria, forma exis-tencial, pero no definitiva, en cuanto llamada a ser superada.

    Praxis Toda la concepcin de la enajenacin del trabajo en Jos Ma-nuscritos reposa en un concepto normativo de praxis, entendida como accin teleolgica y objetiva de los hombres por la que stos se relacionan con la naturaleza y tambin con la sociedad, desple-gndose en la historia. El modelo bsico en que se inspira es el de la accin esttico-expresiva, desarrollada por la tradicin del ro-manticismo alemn y recogida por Hegel en sus escritos juveniles, de donde la toma a su vez Marx. Todos ellos se serviran del mo-delo del trabajo propio de la actividad artstica, como autodesarro-llo de los poderes propios del hombre, creacin de un mundo de objetos vinculado a las leyes de la belleza y cultivo de la esponta--73

  • ngel Prior Olmos

    neidad. En Marx acoge tambin el matiz de la accin histrico-li-beradora Uevada a cabo por los propios hombres y en la que stos dominan las condiciones histricas que se les haban vuelto ajenas y por tanto impedan su libre autodesarrollo.

    Propiedad privada El conjunto de los Manuscritos puede enten-derse como una elucidacin de la esencia de la propiedad privada para la que habran servido de modelos inmediatos, por un lado, La riqueza de las naciones, de Adam Smith, con su vinculacin entre riqueza y propiedad privada como esencia de la sociedad capitalista y por otro, La esencia del cristianismo, de Feuerbach, con su pro-puesta de critica de la alienacin religiosa, caracterizada en el es-tudio del cristianismo. La comparacin entre los conceptos de Dios y propiedad privada es constante a lo largo de los Manuscri-tos; lo genuino de la obra de Marx puede establecerse en su es-fuerzo por descubrir la esencia oculta y alienada de la propiedad privada a travs de su vinculacin con el trabajo. Al final del pri-mer manuscrito, Marx subraya la interconexin entre propiedad privada y trabajo enajenado, pues el origen de la propiedad privada estara en el trabajo enajenado, y a su vez aqulla constituira el fundamento y causa de ste.

    Trabajo (produccin, industria) El trabajo ocupa un papel pri-vilegiado en el edificio de las ideas de Marx por cuanto toda la his-toria puede entenderse como manifestacin del mismo; ontolgi-camente, pone en relacin al hombre con la naturaleza al tiempo que es expresin de la sociedad en la que tambin se manifiesta esa misma unidad. Entendido como produccin o industria indica la objetivacin de las fuerzas del trabajo, el modo concreto de la re-lacin moderna, real e histrica de la naturaleza y, por tanto, de las ciencias naturales con el hombre. Estudiando la historia de la in-dustria podra mostrarse la historia del desarrollo de las facultades humanas.

    -74

  • 4. Actividades y textos complementarios

    1 Criterios y materiales bsicos para la organizadn de actividades

    La propuesta que sigue de organizacin de actividades se caracte-riza por las siguientes notas: a) Est elaborada desde la puesta en marcha de las pautas bsicas de la metodologa de comentario de texto, por tanto, tiene como objetivo fundamental el anlisis e in-terpretacin del texto mismo. b) Quiere inspirar una metodologa activa de trabajo en el aula y fuera del aula. e) Tiene en cuenta los objetivos planteados por el Ministerio de Educacin y Cultu-ra en los decretos que regulan la enseanza de la Historia de la Filosofia en el Bachillerato y por tanto los objetivos bsicos del mismo Bachillerato.

    Respecto al primer aspecto, la opcin seguida ha sido distinguir tres partes caracteristicas de la metodologa del comentario de tex-to, como son anlisis comprensivo, sntesis y contextualizacin histrica y cultural. Dentro de cada una de ellas. se especifican a su vez aspectos ms concretos como puedan ser anlisis de trminos y argumentaciones, actividades de relacin y comentario crtico, contextualizacin histrica y cultural, etc. -75

  • ngel Prior Olmos

    Se ha querido impulsar una metodologa de trabajo activa que propicie la autonoma del alumno y estimule sus capacidades para la tarea en equipo; por la peculiar forma de ejercicio intelectual propia del comentario de texto, sera conveniente la vinculacin entre anlisis y consulta de obras de referencia que permitan aa-dir nueva informacin y ponerla en relacin con lo planteado en el texto.

    De esta manera, el alumno no slo puede abrirse a la proble-mtica de interpretacin y pensamiento sugerida por el texto, sino que tiene la posibilidad de incorporar nuevos conocimientos en lo que supone una actividad de sntesis variada que implica la din-mica misma de la investigacin y del aprendizaje. A este respecto, parece conveniente tener a mano una seleccin de obras de con-sulta que podra formar parte de la biblioteca del aula y en todo caso del centro, as como una gua temtica para la bsqueda de re-ferencias, que recogera los principales conceptos en los que basar una aplicacin de conocimientos y a los que el profesor puede ir llamando la atencin segn las propias necesidades de aprendizaje de los alumnos.

    Un criterio seguido en la presente propuesta es el de atenemos a una organizacin sistemtica de las actividades, de manera que el texto en toda su extensin es recorrido en cada uno de los aparta-dos en que se divide el comentario (anlisis, sntesis y contextua-lizacin histrica y cultural). En caso de que en un centro los p-rrafos seleccionados del texto de Manuscritos sean una parte del texto aqu editado, el profesor y los alumnos pueden utilizar el mismo esquema propuesto, simplemente seleccionando las cues-tiones planteadas a propsito de las pginas incluidas en su parte elegida.

    2 Actividades de anlisis comprensivo

    2.1 Anlisis de conceptos

    l. En las pginas 32-40, Marx desarrolla la concepcin del tra-bajo enajenado. Define cada uno de los conceptos bsicos all presentes: a) enajenacin del producto del trabajo, b) ena-jenacin de la actividad productiva, e) enajenacin del ser ge-

    7'6

  • Actividades y teKtos complementarios

    nrico del hombre, d) enajenacin del hombre respecto del hombre.

    2. En la pgina 58, Marx presenta el comunismo como supera-cin positiva de la propiedad privada y apropiacin real de la esencia humana por y para el hombre. Cules son las notas caractersticas de este tipo de comunismo? Qu quiere indicar Marx con el retomo del hombre para s en cuanto hombre social, es decir, humano?

    3. En las pginas 61-62, Marx expone el concepto de hombre to-tal como aquel que se apropia su esencia universal de forma universal. Subrayar los rasgos bsicos de este hombre totab>.

    4. En las pginas 62-63, Marx formula la idea de la emancipa-cin plena de todos los sentidos. De qu manera afecta esa emancipacin a la relacin entre el sentido concreto (el ojo, por ejemplo) y la cosa? Cmo repercute tambin en la natu-raleza de las necesidades y el disfrute?

    5. Marx afirma, pgina 65, que desde la esencia humana de la naturaleza y la esencia natural del hombre, la ciencia na-tural pierde su orientacin abstracta, idealista y se convierte en base de la ciencia humana, del mismo modo que se ha convertido en base de la vida humana real. Explicar las notas distintivas de ciencia natural y ciencia humana para Marx en las pginas 65-66. Cul es el ideal epistemolgico al que tien-de aqu Marx?

    6. En la pgina 68, Marx plantea que desde la evidencia prcti-ca>> y sensible de la existencia de la naturaleza y el hombre. se ha hecho prcticamente imposible la pregunta por un ser extrao, por un ser situado por encima de la naturaleza y el hombre. Cules son las notas caractersticas aqu de natu-raleza>> y hombre? En qu concepcin de la historia se apoya? Qu polmica encierra este planteamiento?

    2.2 Anlisis de distinciones conceptuales

    l. En la pgina 42, Marx plantea la distincin y relacin entre trabajo enajenado y propiedad privada, cul es -segn Marx- la postura de la economa poltica respecto a esa rela-cin y cul es la suya propia? -77

  • ngel Ptior Olmos

    2. En las pginas 33-34, Marx plantea la distincin entre objeti-vacin y enajenacin, cules son las notas caractersticas de cada concepto?

    3. En la pgina 59, Marx distingue entre la filantropa del ates-mo y la del comunismo, cules son las caractersticas de cada uno de estos conceptos?

    4. En las pginas 66-67, Marx expone la diferencia entre el con-cepto de riqueza de la economa poltica y el suyo propio. Qu concepto de hombre rico se sigue de su propuesta? Qu significado cobra la pobreza en dicho concepto?

    2.3 Anlisis de tesis

    l. Segn Marx, pgina 33, su planteamiento toma como punto de partida el hecho, por lo dems mostrado por la economa poltica, segn el cual el obrero es ms pobre cuanto ms ri-queza produce. En qu se basa Marx para esa afirmacin? Por el contrario, la economa poltica, segn afirma Marx, parte del hecho de la propiedad privada. Por qu no acepta Marx ese presupuesto y exige una explicacin del mismo (p. 31)?

    2. Segn Marx, cuando preguntamos por la relacin esencial del trabajo, estamos preguntando por la relacin entre el traba-jador y la produccin (p. 35). Al mismo tiempo seala que la economa poltica no considera esa relacin, por lo que , como consecuencia de la enajenacin

  • Actividades y textos complementarios

    del producto. En qu consiste aquella enajenacin? Adems, si el producto del trabajo se nos enfrenta como un poder ex-trao (p. 40), entonces, a quin pertenece? Qu ruptura pro-duce ese hecho en la sociabilidad del hombre?

    6. Explicar la tesis de Marx, pgina 58, sobre el comunismo como completo humanismo y completo naturalismo. Por qu afmna al mismo tiempo que es el enigma resuelto de la his-toria?

    7. Explicar la tesis de Marx, pgina 64, de que oposiciones o antinomias tericas como las de espiritualismo y materialismo, actividad y pasividad, etc., slo tienen solucin de modo prctico, por lo que no constituyen tarea exclusiva del co-nocimiento, sino que son

  • ngel Prior Olmos

    como principio, y por tanto, en apariencia seria un reconoci-miento del hombre, por otro, es una negacin del hombre, al convertirlo en la

  • Actividades y textos complementarios

    go mismm>. En qu principios bsicos se apoya Marx en el tratamiento de este problema?

    2. La relacin entre el primer y el tercer manuscrito puede en-tenderse como una relacin entre los problemas del trabajo enajenado y de la emancipacin propia del comunismo. Re-construir los supuestos bsicos en que se apoya Marx para establecer esa relacin entre enajenacin y emancipacin.

    3. En el tercer manuscrito, Marx explicita su propia concepcin filosfica como humanismo y naturalismo consumados, cu-les son las tesis bsicas en que se apoya y qu problemas pre-tende solucionar?

    3.2 Actividades de relad6n

    l. En las pginas 31-33, al comienzo del apartado sobre el tra-bajo enajenado, Marx recapitula el resultado de su lectura cri-tica de la economa poltica e indica que mientras sta parte del hecho de la propiedad privada. pero no lo explica, no comprende las leyes en que se apoya, su propio punto de par-tida lo cifra en un hecho econmico, actual, que el obrero es ms pobre cuanta ms riqueza produce. Recapitular las dife-rencias indicadas en esas pginas entre su propio plantea-miento y el de la economia poltica. A qu principios episte-molgicos distintos remite Marx?

    2. Una de las determinaciones del trabajo enajenado es la enaje-nacin del ser genrico del hombre, por la cual

  • ngel Prior Olmos

    4. Para Marx, la Fisiocracia ocupa un lugar intermedio entre el mercantilismo y las teoras de Adam Smith. Resumir las notas propias de la teora fisiocrtica segn las pginas 53-55. Qu relacin se establece all entre trabajo y riqueza? (sobre fisio-cracia, puede verse Touch., pp. 320-322).

    5. Marx plantea el comunismo (equivalente a humanismo y natu-ralismo consumados) como solucin definitiva del litigio entre libertad y necesidad (pp. 57-58). Hasta qu punto ese plantea-miento puede conectarse con el mantenido por Kant en la ter-cera antinomia de la razn pura? Qu diferencias pueden esta-blecerse entre uno y otro autor al respecto? (sobre el planteamiento kantiano, puede verse Copl., 6, pp. 275-277; Ferr., 1, pp. 168-170).

    6. Al final del primer manuscrito (pp. 43-44), Marx presenta la relacin entre el trabajador y el que no trabaja, afectados ambos por la enajenacin, pero con la distincin entre acti-vidad>> y estado de la enajenacin. Resumir las caractersti-cas de esa relacin, indicando las diferencias entre el trabaja-dor y el no trabajador. Puede apreciarse aqui una coincidencia con la dialctica del amo y del esclavo desarrollada por Hegel en su Fenomenologa del espritu? (sobre Hegel, vase Abagn., HF, 3, pp. 97-101; Bott., pp. 359-361; Copl., 7, pp. 144-150).

    7. En la concepcin del comunismo de Marx se establece una vinculacin entre enajenacin y apropiacin de la esencia humana, que se despliega en la historia. (Vase por ejemplo el texto de la pgina 58: El comunismo como superacin posi-tiva de la propiedad privada en cuanto autoextraamiento del hambre, y por ello como apropiacin real de la esencia hu-mana por y para el hombre). Presentar un esquema con las notas bsicas de esa estructura de la enajenacin-apropiacin. Confrntese con la misma estructura tal como aparece en la Fenomenologa del espritu de Hegel. Qu diferencias prin-cipales pueden indicarse al respecto entre esta obra y los Ma-nuscritos? (sobre alienacin, vase Ferr., 1, pp. 97-99).

    8. En el texto de los Manuscritas hay distintas alusiones a una concepcin de la historia. As, por ejemplo, en la pgina 68 se dice: Para el hombre socialista toda la llamada historia uni-versal no es otra cosa que la produccin del hombre por el

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  • Actividades y textos complementarios

    trabajo humano, el devenir de la naturaleza para el hombre [ ... ].Cules son los presupuestos de esa concepcin de la his-toria de Marx segn se desarrolla en los Manuscritos? Puede hacerse una confrontacin con la filosofia de la historia de Hegel tal como se desarrolla en la Fenomenologa del espritu.

    9. Dentro de la concepcin del hombre total>> desarrollada por ejemplo en pginas 61-62, Marx incluye tanto el hacer como el padecer. As, indica que el sufrimiento, humanamente en-tendido, es un goce propio del hombre. Hgase una sntesis de las notas bsicas del hombre total de Marx. Confrnte-se con la antropologa de Feuerbach e indquese en qu me-dida ambas concepciones pueden suponer una antropologa de la pasividad frente a la filosofia de la actividad de Hegel en la Fenomenologa del espritu (sobre las relaciones Hegel-Marx, vase Bott., pp. 361-364).

    lO. Si el primer manuscrito desarrolla la teora del trabajo enaje-nado, que encuentra entre sus grandes antecesores la concep-cin de la alienacin religiosa, expuesta por Feuerbach en La esencia del cristianismo, el tercero lo hace con las notas propias del hombre nuevo, rico o total. que tambin presenta rasgos inspirados en la antropologa de Feuerbach. Cules son las notas comunes a la estructura de la enajenacin tal como la desarrollan Marx y Feuerbach? Qu concepto de esencia del hombre hay presentes en uno y otro autor? (Para Feuerbach, vase Copl., 7, pp. 230-236).

    11. En el tercer manuscrito (p. 59), Marx realiza una distincin en-tre las filantropas del atesmo y del comunismo. Resumir el papel que juegan atesmo y comunismo en la concepcin te-rica de Marx en los Manuscritos.

    3.3 Actividades de redacdn temtica y comentario critico

    l. El texto de Manuscritos puede considerarse como una eluci-dacin sobre la esencia de la propiedad privada y, por tanto, so-bre la esencia de la riqueza. Aspecto fundamental de esa esen-cia parece ser el papel jugado por el trabajo humano. Redctese un informe sobre cul sera ese papel del trabajo en la creacin de riqueza segn los Manuscritos. -83

  • ngel Prior Olmos

    2. La teora del trabajo enajenado puede entenderse como una re-capitulacin sobre los aspectos patolgicos que ocasiona el capitalismo y, por tanto, como el reverso de la creacin de ri-queza que se origina en este modo de produccin. Al respecto, hgase una recapitulacin de las crticas fundamentales que Marx hace a la economa poltica y la forma en que pueda en-tenderse como una crtica al sistema capitalista (sobre la crti-ca de Marx. vase Bott., pp. 251-255).

    3. La concepcin del trabajo enajenado desarrollada en el pri-mer manuscrito parece remitir a un concepto normativo de praxis que seria el contrapunto de la realidad concreta del tra-bajo en la sociedad capitalista. Cules seran las notas pro-pias de esa praxis o actividad humana no enajenada? Qu papel juegan en ese concepto de praxis las distintas relacio-nes del hombre con la naturaleza, con su propia actividad, con su esencia genrica y con los otros hombres? Est pre-sente en el concepto de hombre total desarrollado en el tercer manuscrito?

    4. Subyace a la estructura de la enajenacin-apropiacin una concepcin de la historia como produccin del hombre por s mismo a travs del trabajo. Indicar las notas bsicas de esta concepcin de la historia y plantear la relacin entre individuo y especie en esa concepcin. Se requiere una identidad entre ambos y cmo seria ello posible?

    5. La teora de la emancipacin del hombre desarrollada en el ter-cer manuscrito se despliega en la distincin entre atesmo, co-munismo y humanismo positivo. indicar en qu medida cons-tituyen tres aspectos de la emancipacin del hombre. Sealar la distincin entre aspectos utpico-morales y filosfico-his-tricos presentes en esa concepcin de la emancipacin.

    6. A lo largo del tercer manuscrito se plantea el problema de la relacin entre teora y praxis, de manera que parece que para Marx los problemas tericos clsicos de la tradicin filosfica (materialismo-espiritualismo, actividad-pasividad, necesidad-libertad, etc.) no pueden tener una resolucin terica, sino en todo caso prctica, lo que a su vez planteara las relaciones en-tre filosofia y movimiento prctico (concretado aqu como comunismo). Cules son las notas bsicas de la relacin entre teora y praxis en los Manuscritos? Puede encontrarse all

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  • Actividades y textos complementarios

    una fonnulacin de la tesis de la primaca de la prctica sobre la teora y cul es el fundamento epistemolgico y ontolgico que ofrece Marx de esa posible primaca?

    4 Actividades de contextualizad6n sodo-hist6rica y cultural. Actualidad del texto

    l. En qu medida la situacin del trabajador que describe Marx en el primer manuscrito puede considerarse un reflejo fiel de las consecuencias de la Revolucin industrial tal como era perceptible en Europa en la primera mitad del siglo XIX? Presentar un infonne sobre esa situacin. Cmo eran las condiciones del trabajo en la primera mitad del siglo XIX? (Pueden encontrarse apreciaciones en Berg., pp. 20-24; Droz, pp. 63-101 ).

    2. En qu medida la descripcin del trabajo que presenta Marx se hace eco de una situacin y organizacin distinta del traba-jo como era la correspondiente al trabajo artesano? Investigar las notas bsicas de ese trabajo artesano, los presupuestos eco-nmicos de una fonna distinta de produccin econmica y el grado de realizacin que el trabajador poda sentir en la mis-ma. Qu queda del trabajo artesanal en el modo de produc-cin capitalista?

    3. El texto de Manuscritos presenta la primera confrontacin de Marx con el discurso de la economa poltica, y especial-mente con Adam Smith. Cules son las ideas bsicas de Adam Smith sobre la economa capitalista? En qu aspectos Smith puede ser considerado el padre de la moderna ciencia econmica? (sobre Smith, vase Bott., pp. 251-255; Chat., pp. 70-72).

    4. La concepcin del hombre presente en los Manuscritos como autodesarrollo de todos sus poderes, emancipacin de los sen-tidos, desempeo de su actividad consciente y libre, etc., pa-rece inspirada de modo ms inmediato en la antropologa de Feuerbach. Cules son las notas bsicas del concepto de hombre de este autor? Hay en Feuerbach y Marx un reflejo de las ideas del romanticismo sobre la realizacin del hombre? (Sobre Feuerbach, vase Copl. 7, pp. 230-236). -85

  • ngel Prior Olmos

    5. El tercer manuscrito de Pars hace un uso terico de la idea de comunismo, que desde entonces Marx integra como un as-pecto esencial de su propia concepcin del mundo. Pero las teoras comunistas ya haban encontrado un gran desarrollo en la primera mitad del siglo XIX, en autores como Saint-Si-mon, Owen, Fourier, Proudhon, etc. Hgase un informe sobre las principales notas de las concepciones del comunismo presentes en esos autores e indquese su influencia en los movimientos sociales en Europa y Amrica de ese periodo (vase Chat., pp. 120-126; Touch., pp. 423-444).

    6. Los Manuscritos estn redactados durante una estancia de Marx en Pars en 1844. Pars era entonces un poderoso foco de atraccin para la intelectualidad critica europea y por tanto all acudieron intelectuales y polticos de diversos pases. H-gase un informe sobre la vida politica y cultural de Pars en 1844 como trasfondo sobre el que Marx escriba sus nuevas te-oras. Qu inspiracin reciben de ese marco cultural concre-to? (Sobre el tema, puede verse Droz, 103-136).

    7. Marx recoge en los Manuscritos las condiciones del trabaja-dor bajo los efectos de la Revolucin industrial y el desarrollo del capitalismo. Se siguen produciendo esas mismas condi-ciones en la actualidad? Qu grado de vigencia tiene esa des-cripcin de la sociedad capitalista?

    8. Marx formula la idea del comunismo como superacin de la propiedad privada y condicin para la completa emancipa-cin del hombre. Los datos sobre la situacin del capitalismo que conoca Marx podan servir de apoyo para ese pronstico? Cabe plantearse hoy una situacin de superacin de la pro-piedad privada? Constituye esa superacin la nica posibilidad de la emancipacin del hombre? En qu trminos cabe plan-tearse hoy esa emancipacin?

    9. La situacin del trabajador descrita por Marx en los Manus-critos remite a una sociedad del trabajo. En los ltimos aos, algunos socilogos insisten en que esa sociedad del trabajo ha dado paso a una sociedad del ocio, en la que el trabajo ha perdido la centralidad que tena. Hgase un debate sobre ese tema. Indquese el grado en que el trabajo ha quedado despla-zado a un segundo lugar en la sociedad actual y por qu otros aspectos ha podido quedar sustituido?

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  • Actividades y textos complementarios

    lO. En el tercer manuscrito, Marx presenta una critica de lo que llama comunismo basto y grosero, especialmente lo que res-pecta a la idea de comunidad de mujereS)). Qu papel asig-na Marx a la mujer en los prrafos dedicados a esa crtica? Qu papel le asignaban asimismo las teoras comunistas desarrolladas en la primera mitad del siglo XIX? Hasta qu punto estaran ahora vigentes esas ideas sobre la mujer?

    11. En los Manuscritos Marx describe una imagen de lo que se-ra una sociedad comunista: la relacin del hombre con los dems, con la naturaleza, con su propio trabajo, etc. Hasta qu punto esa imagen tendra hoy vigencia? En qu aspectos los experimentos del socialismo existente durante el siglo xx han podido adecuarse a esa imagen?

    5 Informadn textual complementaria

    5.1 El trabajo como medida universal del valor, La riqueza de las nadones (libro 1, cap. 5), de Adam Smith

    Es evidente, por lo tanto, que el trabajo es la nica medida univer-sal y precisa del valor, o el nico patrn mediante el cual podemos comparar los valores de distintas mercancas en cualquier tiempo y lugar. No podemos estimar, por supuesto, el valor real de diversas mercancas de un siglo a otro segn las cantidades de plata que se entregan a cambio de ellas. Tampoco podemos estimarlo de un ao a otro segn las cantidades de cereal. Pero segn las cantidades de trabajo podemos estimarlo con la mayor precisin tanto de un siglo a otro como de un ao a otro. Entre siglos el cereal es una medida mejor que la plata, porque de un siglo a otro las mismas cantidades de cereal ordenarn la misma cantidad de trabajo ms precisa-mente que cantidades iguales de plata. De un ao a otro, por el contrario, la plata es mejor medida que el cereal, porque con igua-les cantidades de la misma se dispondr con mayor exactitud de la misma cantidad de trabajo.

    Pero aunque es de utilidad el distinguir entre precio real y no-minal al establecer rentas perpetuas o arrendamientos muy pro-longados, no lo es al comprar y vender, que son las transacciones ms comunes y corrientes de la vida humana. -87

  • ngel Prior Olmos

    En un mismo tiempo y lugar, el precio real y el nominal de to-das las mercancas guardan exactamente la misma proporcin. Cuanto ms o menos dinero se obtenga a cambio de cualquier mercanca en el mercado de Londres, por ejemplo, ms o menos trabajo permitir comprar o dirigir en ese momento y lugar. En consecuencia, el dinero es la medida exacta del valor de cambio real de todas las mercancas en un mismo tiempo y lugar. Pero lo es slo en tales circunstancias.

    5.2 Trabajo, capital, renta, LD riqueza de las nadones (libro 1, cap. 6), de Adam Smith

    En aquel estado rudo y primitivo de la sociedad que precede tanto a la acumulacin del capital como a la apropiacin de la tie-rra, la proporcin entre las cantidades de trabajo necesarias para adquirir los diversos objetos es la nica circunstancia que pro-porciona una regla para intercambiarlos. Si en una nacin de cazadores, por ejemplo, cuesta habitualmente el doble de trabajo cazar un castor que un ciervo, un castor debera naturalmente in-tercambiarse por, o valer, dos ciervos. Es natural que lo que es el producto habitual de dos das o dos horas de trabajo valga el do-ble de lo que normalmente es el producto de un da o una hora de trabajo.

    Si un tipo de trabajo es ms duro que otro, habr naturalmente alguna ventaja a cambio de esa dureza mayor, y el producto de una hora de ese tipo de trabajo se intercambiar habitualmente por el producto de dos horas del otro.

    Si una clase de trabajo requiere un extraordinario grado de destreza e ingenio, el aprecio que los hombres tengan por tales ta-lentos naturalmente dar valor a su produccin, un valor superior al que se derivara slo del tiempo empleado en la misma. Esos ta-lentos casi nunca pueden ser adquiridos sin una larga dedicacin, y el mayor valor de su produccin con frecuencia no es ms que una compensacin razonable por el tiempo y trabajo invertidos en con-seguirlos. En el estado avanzado de la sociedad estas compensa-ciones por esfuerzo y destreza se hallan comnmente incorporadas en los salarios del trabajo, y algo similar tuvo probablemente lugar en su estado ms primitivo y rudo.

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  • Actividades y textos complementarios

    En ese estado de cosas todo el producto del trabajo pertenece al trabajador, y la cantidad de trabajo usualmente empleada en con-seguir o producir cualquier mercanca es la nica circunstancia que regula la cantidad de trabajo que con ella debera normalmen-te poderse comprar o dirigir o intercambiar.

    Tan pronto como el capital se haya acumulado en las manos de personas concretas, algunas de ellas naturalmente lo emplearn en poner a trabajar a gentes laboriosas, a quienes suministrarn con materiales y medios de subsistencia, para obtener un beneficio al vender su trabajo o lo que su trabajo incorpore al valor de los materiales. Al intercambiar la manufactura completa sea por di-nero, trabajo, u otros bienes, en una cantidad superior a lo que cos-taron los materiales y los salarios de los trabajadores, algo debe quedar como beneficio del empresario que arriesga en esta aven-tura su capital. El valor que los trabajadores aaden a los mate-riales, entonces, se divide en este caso en dos partes, una que paga los salarios y la otra que paga el beneficio del empleador so-bre todos los materiales y salarios que adelant. No habra tenido inters en emplearlos si no esperase de la venta de su trabajo algo ms de lo suficiente para reemplazar su capital; y no estar inte-resado en emplar un capital mayor, antes que uno menor, a no ser que sus beneficios guarden alguna proporcin con la cuanta de su capital.

    Podria acaso pensarse que los beneficios del capital son slo un nombre distinto para los salarios de un tipo de trabajo particu-lar, el trabajo de inspeccin y direccin. Son, sin embargo, total-mente diferentes, los principios que los regulan son muy distintos, y no guardan proporcin alguna con la cantidad, la dureza o el in-genio de esa supuesta labor de inspeccin y direccin. Estn re-gulados completamente por el valor del capital invertido y son mayores o menores en proporcin a la cuanta de este capital. Su-pongamos, por ejemplo, que en un lugar determinado, donde el be-neficio anual corriente del capital industrial sea el diez por ciento, hay dos industrias diferentes, cada una de las cuales emplea a veinte trabajadores a una tasa anual de quince libras, o a un coste de trescientas libras por ao en cada industria. Supongamos tam-bin que las materias primas consumidas anualmente en una cues-tan slo setecientas libras, mientras que en la otra son materias muy fmas y cuestan siete mil. El capital anualmente invertido en

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  • ngel Prior Olmos

    una ser en este caso slo mil libras, mientras que el invertido en la otra ser de siete mil trescientas libras. A una tasa del diez por ciento, entonces, el empresario de la una esperar un beneficio anual de apenas unas cien libras, mientras que el empresario de la otra esperar uno de setecientas treinta libras. Pero aunque sus beneficios son tan divergentes, su trabajo de inspeccin y direccin puede ser completa o casi completamente el mismo. En muchos ta-lleres grandes, casi la totalidad de este tipo de labor es realizada por un empleado de alta categoria. Su remuneracin refleja ade-cuadamente el valor de este trabajo de inspeccin y direccin. Aunque cuando se establece su salario se toma en consideracin normalmente no slo su trabajo y destreza sino la confianza que se deposita en l, nunca guarda ninguna proporcin regular con el ca-pital cuya administracin supervisa; y el propietario de este capital, aunque resulta de esta forma liberado de casi todo trabajo, an es-pera que sus beneficios mantengan una proporcin regular con respecto a su capital. En el precio de las mercancas, por lo tanto, los beneficios del capital constituyen una parte componente total-mente distinta de los salarios de trabajo, y regulada por principios muy diferentes.

    En este estado de cosas, el producto del trabajo no siempre per-tenece por completo al trabajador. En muchos casos deber com-partirlo con el propietario del capital que lo emplea. Y tampoco es la cantidad de trabajo normalmente empleada en adquirir o produ-cir una mercanca la nica circunstancia que determina la cantidad que con ella se puede comprar, dirigir o intercambiar. Es evidente que una cantidad adicional debe destinarse a los beneficios del capital que adelant los salarios y provey de materiales a dicho trabajo.

    Tan pronto como la tierra de cualquier pais se ha vuelto com-pletamente propiedad privada, los terratenientes, como todos los dems hombres, gustan de cosechar donde nunca han sembrado, y demandan una renta incluso por su produccin natural. La madera del bosque, la hierba del campo, y todos los frutos naturales de la tierra, que cuando sta era comn costaban al trabajador slo la molestia de recogerlos, pasan a tener, incluso para l, un precio adi-cional. Deber pagar por el permiso para recogerlos, y deber en-tregar al terrateniente una parte de lo que su trabajo recoge o pro-duce. Esta parte o, lo que es lo mismo, el precio de esta parte,

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  • Actividades y textos complementarios

    constituye la renta de la tierra, y es el tercer componente del precio de la mayor parte de las mercancas. Debe destacarse que el valor real de todos los varios componentes del precio viene medido por la cantidad de trabajo que cada uno de ellos puede comprar u or-denar. El trabajo mide el valor no slo de aquella parte del precio que se resuelve en trabajo sino de la que se resuelve en renta y la que se resuelve en beneficio.

    En todas las sociedades el precio de toda mercanca se resuelve en ltima instancia en alguna u otra de esas partes o en todas; y en toda sociedad avanzada, las tres entran ms o menos como partes componentes en el precio de la gran mayora de las mercancas.

    5.3 Dialctica del amo y del esclavo, Fenomenologfa del espritu, de Hegel

    3. Seor y siervo

    El seor es la conciencia que es para s, pero ya no simplemente el concepto de ella, sino una conciencia que es para s, que es me-diacin consigo a travs de otra conciencia, a saber: una con-ciencia a cuya esencia pertenece el estar sintetizada con el ser independiente o la coseidad en general. El seor se relaciona con estos dos momentos: con una cosa como tal, objeto de las apeten-cias, y con la conciencia para la que la coseidad es lo esencial; y en cuanto que l, es seor, a) como concepto de la autoconciencia, es relacin inmediata del ser para s, pero, al mismo tiempo, b) como mediacin o como un ser para s que slo es para s por me-dio de un otro, se relaciona a) de un modo inmediato, con ambos momentos y b) de un modo mediato, a cada uno de ellos por me-dio del otro. El seor se relaciona al siervo de un modo mediato, a travs del ser independiente, pues a esto precisamente es a lo que se halla sujeto el siervo; sta es su cadena, de la que no puede abs-traerse en la lucha, y por ella se demuestra como dependiente, como algo que tiene su independencia en la coseidad. Pero el se-or es la potencia sobre este ser, pues ha demostrado en la lucha que slo vale para l como algo negativo; y, al ser la potencia que se halla por encima de este ser y este ser, a su vez, la potencia co-locada por encima del otro, as en este silogismo tiene bajo s a

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  • ngel Prior Olmos

    este otro. Y, asimismo, el seor se relaciona con la cosa de un modo mediato, por medio del siervo; el siervo, como autocon-ciencia en general, se relaciona tambin de un modo negativo con la cosa y la supera; pero, al mismo tiempo, la cosa es para l algo independiente, por lo cual no puede consumar su destruccin por medio de su negacin, sino que se limita a transformarla. Por el contrario, a travs de esta mediacin la relacin inmediata se convierte, para el seor, en la pura negacin de la misma o en el goce, lo que la apetencia no lograr lo logra l: acabar con aquello y encontrar satisfaccin en el goce. La apetencia no podia lograr esto a causa de la independencia de la cosa; en cambio, el seor, que ha intercalado al siervo entre la cosa y l, no hace con ello ms que unirse a la dependencia de la cosa y gozarla puramente; pero abandona el lado de la independencia de la cosa al siervo, que la transforma.

    En estos dos momentos deviene para el seor su ser reconocido por medio de otra conciencia; pues sta se pone en ellos como algo no esencial, de una parte en la transformacin de la cosa y, de otra parte, en la dependencia con respecto a una determinada exis-tencia; en ninguno de los dos momentos puede dicha otra con-ciencia seorear el ser y llegar a la negacin absoluta. Se da, pues aqu, el momento del reconocimiento en que la otra conciencia se supera como ser para s, haciendo ella misma de este modo lo que la primera hace en contra de ella. Y otro tanto ocurre con el otro momento, en el que esta accin de la segunda es la propia accin de la primera; pues lo que hace el siervo es, propiamente, un acto del seor; solamente para ste es el ser para s, la esencia; es la pura po-tencia negativa para la que la cosa no es nada y, por tanto, la accin esencial pura en este comportamiento, y el siervo, por su parte, una accin no pura, sino inesencial. Pero, para el reconocimiento en sentido estricto falta otro momento: el de que lo que el seor hace contra el otro lo haga tambin contra s mismo y lo que el siervo hace contra s lo haga tambin contra el otro. Se ha producido sola-mente, por tanto, un reconocimiento unilateral y desigual.

    Para el seor, la conciencia no esencial es aqu el objeto, que constituye la verdad de la certeza de s mismo. Pero, claramente se ve que este objeto no corresponde a su concepto, sino que en aque-llo en que el seor se ha realizado plenamente deviene para l algo totalmente otro que una conciencia independiente. No es para

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  • Actividades y textos complementarios

    l una conciencia tal, sino, por el contrario, una conciencia depen-diente; el seor no tiene, pues, la certeza del ser para s como de la verdad, sino que su verdad es, por el contrario, la conciencia no esencial y la accin no esencial de ella.

    La verdad de la conciencia independiente es, por tanto, la conciencia servil. Es cierto que sta comienza apareciendo fue-ra de s y no como la verdad de la autoconciencia. Pero, as como el seoro revelaba que su esencia es lo inverso de aquello que quiere ser, as tambin la servidumbre devendr tambin, sin duda, al realizarse plenamente lo contrario de lo que de un modo inmediato es; retornar a s como conciencia repelida so-bre s misma y se convertir en verdadera independencia.

    5.4 La esenda del hombre, La esencia del cristianismo de Feuerbach

    La religin se funda en la diferencia esencial que existe entre el hombre y el animal; los animales no tienen religin. Los antiguos naturalistas, sin rigor crtico, atribuan al elefante, entre otras loa-bles propiedades, la virtud de la religiosidad; pero la religin del elefante pertenece al reino de la fbula. Cuvier, uno de los ms grandes conocedores del reino animal, sostiene, apoyndose en sus propias observaciones, que el elefante no posee mayor nivel de inteligencia que el perro.

    En qu consiste esa diferencia esencial que existe entre el hombre y el animal? La respuesta ms simple, ms general y tam-bin ms popular a esta cuestin, es: en la conciencia, pero con-ciencia entendida en sentido estricto; puesto que la conciencia en-tendida como sentimiento de s mismo, como facultad de distincin de lo sensible, de la percepcin e incluso del juicio sobre las cosas externas, segn determinadas caractersticas sensibles, no puede negarse a los animales. La conciencia, en sentido estricto, slo existe all donde un ser tiene como objeto su propio gnero, su pro-pia esencialidad. El animal puede devenir objeto de s mismo en cuanto individuo -por eso posee sentimiento de s misrn

  • ngel Prior Olmos

    vida tratamos con individuos, en la ciencia con gneros. Pero slo un ser que tiene como objeto su propio gnero, su esencialidad, puede convertir en objeto otras cosas, otros seres, segn su natu-raleza esencial. El animal, por consiguiente, tiene una nica vida, el hombre una vida doble: en el animalia vida interior y exterior se identifican; el hombre, sin embargo, posee una vida interior y otra exterior. La vida interior del hombre es la vida en relacin a su es-pecie, a su esencia. El hombre piensa, es decir, conversa, habla consigo mismo. El animal no puede realizar ninguna funcin ge-nrica sin otro individuo exterior a l; el hombre, sin embargo, pue-de realizar las funciones genricas del pensar y hablar, que son ver-daderas funciones genricas, independientemente de otro individuo. El hombre es, al mismo tiempo, para s mismo el yo y el t; l puede ponerse en el lugar del otro, precisamente porque su objeto no es solamente su individualidad, sino tambin su especie gentica, su esencia.

    La esencia del hombre, a diferencia de la del animal, es no slo el fundamento de la religin, sino tambin su obje